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+Project Gutenberg's Cosas nuevas y viejas, by Manuel Chaves
+
+This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with
+almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or
+re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
+with this eBook or online at www.gutenberg.org
+
+
+Title: Cosas nuevas y viejas
+ (apuntes sevillanos)
+
+Author: Manuel Chaves
+ José Nogales
+
+Release Date: April 19, 2011 [EBook #35905]
+
+Language: Spanish
+
+Character set encoding: ISO-8859-1
+
+*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK COSAS NUEVAS Y VIEJAS ***
+
+
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+
+Produced by Chuck Greif and the Online Distributed
+Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This file was
+produced from images generously made available by The
+Internet Archive)
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+Cosas nuevas y viejas
+
+MANUEL
+CHAVES
+
+HISTORIA
+TRADICIÓN
+
+DIEGO LOPEZ
+1903
+
+
+
+
+OBRAS DE MANUEL CHAVES
+
+
+_Constancia._--Novela.--Imp. de _El Cronista_.--1891.--_El
+Posibilista._--1894.--Sevilla.
+
+_Hablar por hablar._--Colección de artículos literarios, satíricos y de
+costumbres, publicados de 1890 á 1894.--_El Posibilista._--Sevilla.
+
+_Bocetos de una época_ (1820-1840).--Carta-prólogo de don Manuel Gómez
+Imaz.--Librería de Fernando Fe.--1892.--Madrid.--Imp. de Francisco Leal,
+etc. Sevilla.--Un tomo en 8.º.--270 páginas.
+
+_Pro-Patria._--Homenaje á los heroicos hijos de Sevilla don José
+González Cuadrado y don Bernardo Palacios Malaver.--Primera edición:
+Tipografía de Díaz y Carballo, etc., etc.--1893.--Segunda edición:
+Tipografía de Leal y C.ª 1894.--Sevilla.--Folleto en 4.º.--Una lámina.
+
+_Páginas Sevillanas._--Sucesos históricos, personajes célebres,
+monumentos notables, tradiciones populares, cuentos viejos, leyendas y
+curiosidades.--Con una carta-prólogo de don José Gestoso y Pérez.--Imp.
+de E. Rasco, etc. 1894.--Sevilla.--Un tomo en 8.º.--352 páginas.
+
+_Pepe-Illo._--Ensayo biográfico, histórico y bibliográfico.--Resuche,
+impresor, etc., 1894.--Folleto en 8.º.--Dos láminas.
+
+_Una carta del rey neto_ y algunas menudencias para ilustrar un capítulo
+de la historia.--Imp. de Ángel Resuche, etc., etc.
+1894.--Sevilla.--Folleto en 8.º.--Con un retrato y un facsímil.
+
+_La Semana Santa y las Cofradías de Sevilla de 1820 á 1823._--Carta al
+duque de T'Serclaes.--Imp. de E. Rasco. 1895.--Sevilla.--Cuaderno en
+folio.
+
+_D. Bernardo Márquez de la Vega._--Memorias de la reacción
+absolutista.--Imp. de _El Porvenir_, etc., etc. 1896.--Sevilla.--Folleto
+en 8.º.
+
+_Perder el tiempo._--(Versos).-Con una carta de don Francisco Rodríguez
+Marín.--Imp. de _El Porvenir_, etc 1896.--Sevilla.--Folleto en 8.º.
+
+_Historia y bibliografía de la prensa sevillana._--Prólogo de don
+Joaquín Guichot y Parody, Cronista oficial de la ciudad.--Imp. de E.
+Rasco, etc. 1896.--Sevilla.--Un tomo en folio: XLII-380 páginas.
+
+_Discurso de recepción_ leído ante la Academia Sevillana de Buenas
+Letras el día 11 de Abril de 1899.--Tipografía, Monsalves 17:
+1899.--Sevilla.--Folleto en 4.º.--82 páginas.
+
+_D. Mariano José de Larra (Fígaro)._--Su tiempo, su vida y sus
+obras--Estudio biográfico-crítico y bio-bibliográfico.--Imp. de _La
+Andalucía_. 1898-1899.--Sevilla.--Un tomo en 4.º--244 páginas.
+
+_Micer Francisco Imperial._--Siglo XIV.--(Apuntes
+bibliográficos.)--Tipografía, Monsalves 17.--1899.--Sevilla.--Folleto en
+4.º.
+
+_La Madre y la muerte._--Poesía escrita sobre el pensamiento de un
+cuento de Hans Cristián Andersen.--Tipografía de «La Industria», etc.,
+1899.--Sevilla.--Folleto en 8.º.
+
+_El humorismo en la literatura española el siglo XIX._--Trabajo premiado
+en los Juegos Florales que celebró el Ateneo de Sevilla en 25 de Abril
+de 1900.--Un folleto.
+
+_Los teatros de Sevilla en la segunda época constitucional_
+(1820-1823).--Imprenta de F. Marta-García.--1900.--Un folleto en
+8.º.--80 páginas.
+
+_D. Diego Ortiz de Zúñiga._--Su vida y sus obras.--(Estudio biográfico y
+crítico.) Premiado en los Juegos Florales que celebró el Ateneo de
+Sevilla el 4 de Mayo de 1902.--Imp. de E. Rasco,
+etc.--1903.--Sevilla.--Un folleto en 4.º.--VIII-100 páginas.
+
+_Cosas Nuevas y Viejas._--Apuntes sevillanos.--Prólogo de don José
+Nogales.--Sevilla: Tipografía, Sauceda 11.--Un volumen en 4.º. francés.
+
+
+[Nota del transcriptor:
+
+En esta edición se han mantenido las convenciones ortográficas del
+original, incluyendo las variadas normas de acentuación presentes en el
+texto.]
+
+
+
+
+COSAS NUEVAS Y VIEJAS
+
+MANUEL CHAVES
+
+Cosas nuevas
+y viejas
+
+(APUNTES SEVILLANOS)
+
+PRÓLOGO DE
+DON JOSÉ NOGALES
+
+SEVILLA
+Tipografía, Sauceda 11
+1904
+
+
+SR. D. ENRIQUE CARREÑO
+
+
+Mi excelente amigo: Á su bizarría, á su generosidad, se debe que estos
+_Apuntes sevillanos_ salgan á la luz pública, reunidos y puestos en
+orden conveniente. ¿Cómo no he de honrarme escribiendo su nombre de Vd.
+en la dedicatoria de este mi nuevo libro?
+
+Grande, sincero y mil veces demostrado es el amor que Vd. tiene por
+Sevilla, y como de cosas de esta nuestra tierra--_viejas_ unas por su
+antigüedad y _nuevas_ otras, por no ser muy conocidas,--tratan las
+páginas que siguen, á esto atribuyo la predilección que me manifestó por
+ellas, que muy expuesto estuviera á equivocarme si á vanidad de autor
+pudiera achacar otra cosa.
+
+Siguiendo relativo orden cronológico van esos breves artículos, que en
+las columnas de _El Liberal_ gozaron un día cierto favor del público:
+por eso nada he querido alterar de ellos, pues ampliándolos ó dándoles
+otra forma, perderían ciertamente el carácter que tuvieron al ser
+trazados y que he deseado conservar.
+
+La variedad de los asuntos que forman este libro, me hace sospechar que
+ha de mover algo el interés del lector curioso, á quien, como á Vd.,
+ofrezco ya un detalle de las costumbres de nuestros antepasados, ya la
+biografía de un sevillano ilustre, ya la descripción de algún monumento,
+ó ya, en fin, la noticia de cualquier caso interesante, habiendo tenido
+buen cuidado de basar todos mis escritos sobre auténticos documentos
+originales ó sobre noticias del más autorizado origen, no ocultando
+nunca, para mayor crédito, su procedencia.
+
+¿Qué más he de decir á Vd. en estas líneas, que ya para dedicatoria
+podrán parecerle largas?.... Pongo punto y reciba una vez más la muestra
+del reconocimiento y la amistad de su affmo.
+
+[Illustration: firma, Manuel Chaves]
+
+_Enero, 1904._
+
+
+
+
+Al que leyere...
+
+
+Este es un libro que yo vi nacer: mejor dicho, que contribuí un poco á
+que naciera. Por esto me juzgo ligado á él con ciertos vínculos
+espirituales que me redimen de aquella virginidad de prólogos en que
+hasta ahora he vivido. Ni los hice para los libros ajenos, ni los pedí
+para los míos.
+
+Y es que, para los ajenos, creí siempre que me faltaba autoridad; y para
+los míos, que me faltaba aquella cualidad excelente que tendrían que
+poner de manifiesto por anticipado juício de la obra.
+
+Con el presente libro todo aquel propósito casi huraño ha venido á
+tierra, y ya he dicho la razón. Ahora, lo que quiero decir al público es
+cómo debemos alegrarnos de que lo efímero y volandero se haya fijado en
+moldes estables y, como ahora se dice, definitivos.
+
+He aquí cómo nació este libro: en Enero de 1901 comenzó la publicación
+de _El Liberal_ en Sevilla, de que fuí Director durante algunos meses,
+con verdadero regocijo de mi alma. Esta satisfacción tenía dos motivos
+de índole sentimental: que era _El Liberal_ y se publicaba en Sevilla.
+
+Al empezar, dije á Manuel Chaves:--¿Por qué no haces una sección tuya,
+en que nos traigas algo de lo mucho que sabes y conoces, acomodándolo al
+paladar del público numeroso y al molde especial del público moderno?
+
+Estas invitaciones al trabajo no se le dirijen en balde á Manuel Chaves,
+uno de los espíritus trabajadores é inquietos que afirman, frente á la
+_Andalucía legendaria y pasiva_, la _Andalucía productora é
+inteligente_.
+
+Desde el segundo ó el tercer número de _El Liberal_ apareció la sección
+titulada «_Cosas nuevas y viejas_». Lo que comenzó en Enero acabó en
+Diciembre. Un año, día por día, servimos á los lectores la paciente
+labor de Chaves, que era, burla burlando, un pedazo de historia,
+fragmentaria, anecdótica, concentrada, en que había de todo: desde lo
+trágico á lo exquisito; desde lo terrible á lo picaresco.
+
+Y esto--hay que decirlo lealmente--aun sin tener en cuenta otras
+valiosas condiciones de la producción, revela una profunda cultura y un
+magno esfuerzo, que supone por anticipado muchos años de trabajo
+perseverante y abrumador, no recompensado sino por la estimación del
+público.
+
+Acaso porque todos, confesándolo ó no, apreciamos en mucho aquellas
+cualidades en que no abundamos, yo admiro la obra paciente é
+inteligentísima de los eruditos, de los bibliógrafos, de los
+escudriñadores de las fuentes vivas en nuestra literatura, en nuestra
+ciencia y en nuestra historia. Y esta obra de perseverancia y sabiduría
+se realiza con admirable solidaridad. Como en los esfuerzos científicos,
+estos empeños literarios se enlazan, se completan, se ordenan á través
+de los años y de los siglos.
+
+Sevilla fué siempre, y lo es ahora, un admirable taller para esta
+persistente labor de sabiduría. Yo tengo ganas de decir al «gran
+público», á ese público que está formado por cientos de miles de
+lectores diarios, quiénes son y qué representan en la moderna cultura
+española esos eruditos andaluces cuyos nombres llegaron á él á través de
+las Academias, de las Corporaciones oficiales, de las referencias
+volanderas de los periódicos en notas fugaces é inexpresivas.
+
+El círculo de lectores se va ensanchando: este es un excelente síntoma;
+la Prensa, _machete en mano_, abre sendas claras y ventiladas en el
+bosque enmarañado de nuestra ignorancia secular. Ella abre el camino; el
+_convoy_ viene detrás. Es un error el de los que creen que la Prensa
+absorbe por completo y para siempre la parte de inteligencia activa con
+detrimento del más hondo y apacible saber. La Prensa abre camino, hace
+lectores....
+
+Uno de nuestros propósitos era ese: utilizar la Prensa como vehículo y
+cargar en ella la cantidad de _cosas viejas_ que admitiese: así se irían
+repartiendo. Para esto--exigencias inevitables del público--había que
+escoger lo raro, lo ameno, lo interesante: aún no está el _niño grande_
+para ingerir muchas y serias dosis de paciente estudio.
+
+Y Manuel Chaves cumplió su encargo tan liberalmente, que con aquella
+serie de _Cosas_ ha podido componer el presente volumen, ya _pasado en
+autoridad de cosa juzgada_, y lo que es más, aplaudida.
+
+Seguramente ha de haber alguna flor fresca en el ramillete, pues Chaves
+tenía materia sobrada á mano, y no es hombre que se la reserve, al
+contrario de otros eruditos, que todo lo que pueden lo reservan como si
+ganara réditos. Y ¡cuántas otras cosas sabrosísimas, de gran interés
+literario é histórico, habrá tenido que reservar y dejar en el fondo de
+los cajones, por esta ridícula meticulosidad que ahora nos ha entrado,
+por esta pudibundez externa que destierra todos los desenfados del
+ingenio antiguo, aunque permite toda licencia al ingenio contemporáneo!
+
+No podemos reproducir los felicísimos y audaces rasgos de nuestra
+literatura picaresca, moralmente inofensiva, porque el donaire es
+ingenuo, natural y bien encaminado, mientras corren, exquisitamente
+encuadernadas, todas las alambicadas porquerías de la literatura
+francesa,--que no tienen acceso en otras naciones--y esto me hace pensar
+en el antiguo problema de si la moralidad será cuestión de climas... y
+de lenguajes.
+
+Me place lo exquisito de esa literatura, aunque se acomoda mi ánimo
+mejor á los sabrosos desenfados de la nuestra.
+
+Y es que adoro nuestras formas castizas, nuestro «modo de hacer», el
+resplandor de nuestro ingenio solariego, la gracia ingenua, socarrona y
+admirable de nuestros grandes escritores. Y es más: pienso en que los
+señores franceses venían en los siglos XVI y XVII á buscar comedias, á
+buscar Autos, á buscar novelas, á empaparse en nuestro ambiente, para
+_fusilar_ nuestra producción, hacerse el paladar y revendernos la
+«lengua de _Molière_» en nuestra propia salsa...
+
+Era una especie de combinación como la que ahora hacen con nuestros
+vinos. Allá van nuestros mostos blancos, fuertes, _sensuales_,
+apetecibles. Los _tiñen de negro_ con singular maestría, los perfuman,
+los aderezan, los disponen con sugestivo _bouquet_, y nos los revenden
+con fe de bautismo de Burdeos ó de Borgoña... Total, seis botellas que
+vienen, representan el valor de una _pipa_ que va. Ni más ni menos. Son
+gastos de nacionalización que nos cargan en cuenta.
+
+Y, ahora que recuerdo: Manuel Chaves también ha pasado la frontera y nos
+lo han devuelto, con un acento de lo más tirano. En los periódicos
+taurinos del Mediodía, de la Provenza, figura _Chavés_ como una
+autoridad _in ré_ taurina, por aquellos folletos sobre _Pepe Illó_... y
+demás documentos _del ramo_, que ha sacado á luz. Es delicioso.
+
+Lo que quise decir--y no es poco--es que Chaves es un escritor que pasó
+la frontera, precisamente por lo castizo, por lo apegado á nuestro
+riñón, por lo que tiene de _españolizado_, por sus _cosas viejas_, que
+son nuestras cosas.
+
+Y si esto se estima en el extranjero, ¿cómo no lo habíamos de estimar en
+nuestra casa!
+
+Sí se estima. Lo sé. He podido apreciarlo precisamente en estas _Cosas
+viejas_, en cuyo nacimiento me llamo un poco á la parte. Cartas sobre
+las tales _Cosas_, recordatorios, adiciones, rectificaciones, oposición,
+aprobación, me daban á entender que interesaban.
+
+Si interesaron entonces, ¿cómo no ahora? Ahora y siempre.
+
+Son _Cosas_ incitantes, regocijadas ó trágicas, pero andaluzas. Juntas,
+no tienen más fin que el de presentar un _estado de alma_; separadas, no
+tienen más objeto que regocijar al lector ó hacerle sentir la _angustia
+de lo histórico_....
+
+Por uno y otro propósito, mi parabién á Manuel Chaves; mi aplauso al
+conjunto de eruditos sevillanos, de grandes artistas, de pacientes
+trabajadores en el orden intelectual, que han formado una de las bases
+de nuestra cultura moderna.
+
+De Sevilla hay que hablar mucho. Pero mucho. Dios dirá.
+
+JOSÉ NOGALES.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LOS ANTIGUOS RELOJES
+
+
+Tradición es, y aun lo afirman algunos historiadores autorizados, tales
+como Méndez Silva y Mariana, que el primer reloj de torre que se conoció
+en España lo tuvo Sevilla y que éste se instaló en 1400.
+
+Aquel año vino á esta ciudad el rey don Enrique III, que parece
+presenció la ceremonia de colocar en la Giralda el reloj, dándose al
+acto toda la importancia que merecía, como así lo señalan las crónicas.
+
+Construyó la campana del reloj, por encargo del arzobispo don Gonzalo de
+Mena, un maestro llamado Alfon Domínguez, del cual existen diversas
+memorias, constando también que el reloj y la campana quedaron
+instalados en los comienzos del mes de Julio del citado año de 1400.
+
+Un historiador moderno, al tratar este asunto, escribe: «Que aunque se
+dice de Valencia que por acuerdo del Consejo general en 16 de Julio de
+1378 se encargó un reloj de torre á cierto mecánico extranjero de paso
+por la ciudad, sólo consta que en 1403 y en 12 de Febrero resolvió aquel
+municipio labrar una campana, y que batiesen las horas dos servidores
+asalariados á este propósito.»
+
+Podrán estas noticias ser puestas en duda, pero respecto á que muy á los
+comienzos del siglo XV existía en Sevilla un reloj de torre, hay un dato
+indudable en las palabras del médico Juan de Aviñón, que en su libro
+_Sevillana Medicina_, hacia 1418, dice: «Y como quiera que agora seria
+grave de comer á estas horas ciertas, de aqui adelante nonserá grave por
+cuanto nuestro señor el arzobispo de Sevilla, que mantenga Dios _mandó
+facer un relox que ha de tañer veinticuatro badajadas_.»
+
+Después del reloj de la Catedral, es el más antiguo de los públicos de
+Sevilla, el reloj de la torre de San Marcos, que data de 1553, y sobre
+el cual existe esta noticia en un acuerdo de las actas capitulares, en
+el cabildo de 22 de Agosto de 1585, donde se nombró á Francisco Ximénez
+de Bustillos, mayordomo, para que hiciese aderezar los relojes de San
+Marcos y San Lorenzo, «concertándole en el oficial que lo hubiese de
+hacer, por lo menos que pudiese, informándose, además, de persona hábil
+que se encargara de su reparo y aderezo, dando de ello cuenta á la
+ciudad para que se le nombrase y señalase salario.»
+
+La campana del reloj de San Marcos tiene grabada una inscripción latina
+que traducida al castellano, dice:
+
+«_Nada hay más veloz que el tiempo y para que no se malgaste, señala o
+insigne Sevilla, á tus moradores las horas.--El Senado y el pueblo de
+Sevilla, cuidó de construir este reloj con sus caudales, para el bien
+público, el año de Cristo Salvador de 1553._»
+
+Antes de esta fecha, en 1576, era relojero de San Marcos y San Lorenzo
+el maestro Diego Flamenco, quien percibió por el cargo de _concertar los
+relojes_ 18.000 maravedís anuales, y en 1589 pruébase que el Cabildo
+tenía algo abandonado atender á cargo tan importante, por el siguiente
+documento inédito:
+
+«Juan Salado y Matías del Monte, relojeros; decimos que por mandato de
+vuestra señoria tenemos encargo de concertar los relojes desta ciudad
+como maestros en dicho arte los cuales habemos concertado, y gastado
+nuestro dinero en aderezarlos. Y porque cada dia se ofrecen cosas que
+aderezar en ellos en que es necesario gastar dinero. Y pedimos y
+suplicamos a vuestra señoria atento lo susodicho nos mande librar... a
+cuenta de nuestro salario porque cualquier otro maestro que los
+aderezase se le había de pagar lo que gastara en ello, por estar muchas
+piezas quebradas las cuales se han de nuevo y nosotros no pedimos se nos
+mande librar sino por cuenta de nuestro salario y por ello... _Matias
+del Monte_--_Juan Salado_».--(Escribanía de Cabildo, siglo XVI).
+
+La campana lleva además grabadas las armas de la ciudad y bajo ellas se
+hace constar que aquel es escudo hispalense.
+
+En 1776 se quitó la primitiva máquina de San Marcos, estrenándose el
+nuevo reloj en 13 de Junio del citado año, habiendo sido construído en
+Londres por Tomás Hatton, según se lee grabado en la esfera interior,
+que es de metal, encontrándose además en dicha esfera el nombre de
+Eugenio Escamilla, que fué nombrado relojero del Ayuntamiento de Sevilla
+en 25 de Febrero de 1789.
+
+El reloj de la torre de San Lorenzo fué también colocado á fines del
+siglo XVI y el que actualmente existe se puso en 1853 siendo construído
+por José Manuel Zugasti en Bilbao, que hizo además el de la torre de la
+plaza del Altozano.
+
+De otros antiguos relojes de Sevilla he de recordar también el de la
+Audiencia, el del Oratorio de San Felipe Neri, el del convento de los
+Remedios, el de los Jerónimos, que ya no existen, el de La Cartuja y el
+de San Agustín, que se estrenó en 27 de Junio de 1749.
+
+
+
+
+CÓMO LAS GASTABA UN REY
+
+
+En el viaje que en 1455 hizo á Sevilla Enrique IV, _El Impotente_,
+acompañábale con su corte--dicen los autores--un número considerable de
+moros principales y ricos, los cuales gozaban de gran favor con el
+veleidoso monarca.
+
+Mandóse alojar á aquéllos en las casas de nobles y de acaudalados
+sevillanos, tocando á D. Diego Sánchez de Orihuela, hospedar uno llamado
+Monjarras, que era hombre joven, apuesto y de violento carácter, y el
+cual hubo de enamorarse de una hija soltera que D. Diego tenía.
+
+Esta parece que correspondió al fin á los deseos del hijo del Profeta:
+pero el bueno de Monjarras, no contento con ello, la robó de la paterna
+casa y la sacó de Sevilla casi por la fuerza, y sin pararse en
+melindres, como persona apasionada y de alientos que era.
+
+Y sucedió luego que, cuando Sánchez de Orihuela y su esposa acudieron al
+Alcázar á pedir justicia al rey, éste los recibió con enojo y tuvo la
+frescura de decirles que, en vez de venir á quejarse, debieran haber
+guardado más á la hija: contestación villana que causó la indignación de
+cuantos la oyeron.
+
+Mandó luego D. Enrique que nunca más volviera á su presencia la afligida
+madre, y divulgadas las noticias de estos actos por la ciudad, el pueblo
+se irritó muchísimo y comenzóse á reunir gente delante del Alcázar en
+actitud nada pacífica; mas esto, lejos de variar la opinión del rey, le
+llevó hasta querer salir á desafiar al pueblo, cosa de que le hizo
+desistir el prudente consejo del conde de Benavente.
+
+El resultado de todo fué que Monjarras quedó sin ningún castigo, pues
+ninguna diligencia se hizo contra él; que los padres quedaron sin
+recibir satisfacción á su deshonor, y que el monarca procedió en aquella
+ocasión de la más indigna manera: lo cual no era extraño, tratándose,
+como se trataba, de un rey cuya figura es de las más antipáticas en la
+historia.
+
+
+
+
+LOS PRIMEROS INQUISIDORES Y SUS HAZAÑAS
+
+
+Al año de 1480 se remonta la fundación en Sevilla del tribunal de la
+Inquisición, año en que el Papa dió, á instancia de los Reyes Católicos,
+la bula autorizando aquel establecimiento, y en 27 de Diciembre mandó
+Fernando V á las autoridades de nuestra ciudad, que protegiesen á los
+señores del Santo Oficio, que se disponían á pasar á ésta para purgar de
+herejía á cuantos cogiesen por delante.
+
+Y en efecto, á los pocos días llegaron á Sevilla los primeros
+inquisidores, que fueron el provincial fray Miguel, el vicario fray
+Juan, del orden de Santo Domingo, y el doctor Medina, clérigo de San
+Pedro, los cuales eran tres mozos como escogidos de intento para la
+misión que se proponían llevar á cabo.
+
+Tan listos anduvieron éstos en sus diligencias, que el 2 de Enero de
+1481 se dieron ya las primeras providencias emanadas de la Inquisición,
+y las cuales eran nada menos que mandar prender á los cristianos nuevos,
+amenazando también á los títulos de Castilla con la privación de ellos
+si no acataban al Santo Oficio.
+
+Por entonces era asistente de Sevilla D. Diego de Merlo, y como este
+buen señor era fervoroso devoto de las órdenes religiosas, se dispuso
+con todo el peso de su autoridad, á proteger á los inquisidores,
+tomándoles en mayor afecto y prestándose á ayudarlos cuanto pudiese en
+sus diligencias.
+
+Así lo consigna un testigo contemporáneo tan autorizado como el
+bachiller Andrés Bernáldez, cura de Los Palacios, el cual escribe á este
+propósito en su _Crónica de los Reyes Católicos_:
+
+«En muy pocos días, por diversos modos y maneras, supieron (los
+inquisidores) toda la verdad de la herática pravedad malvada, é
+comenzaron de prender hombres é mujeres de los más culpados é
+metiéronlos en San Pablo: é prendieron luego algunos de los más honrados
+é de los más ricos, _Veinticuatros y Jurados, bachilleres é letrados_, é
+hombres de mucho favor: á éstos prendía el Asistente, é des que esto
+vieron huyeron de Sevilla muchos hombres é mujeres: y viendo que era
+menester, demandaron los inquisidores el Castillo de Triana, donde se
+pasaron presos, é allí ficieron su audiencia, é tenían su Fiscal, é
+Alguacil é Escribano, é cuanto era necesario, é hacía proceso, según la
+culpa de cada uno, é llamaban Letrados de la ciudad seglares, é á el
+Provisor, al ver de los procesos é ordenar de las sentencias, porque
+viesen cómo se hacía la justicia é no otra cosa: é _comenzaron de
+sentenciar para quemar en fuego_, é sacaron á quemar _la primera vez_ á
+Tablada seis hombres é mujeres que quemaron: é predicó Fray Alonso de
+San Pablo, celoso de la fe de Jesucristo, el que más procuró en Sevilla
+esta Inquisición: é él no vido más de esta quema, que luego dende á
+pocos días murió de pestilencia, que entonces en la ciudad comenzaba de
+andar.»
+
+El primer auto de fe, de condenados á las llamas, se celebró, pues, en
+Sevilla el 6 de Enero de 1481 y el segundo el 26 de Marzo, en que
+perecieron en la hoguera diez y siete reos, yendo tan en aumento el celo
+de los inquisidores, que durante siete años fueron quemadas más de
+seiscientas personas y penitenciadas unas cinco mil.
+
+El ya citado Bernáldez apunta en su crónica algunos de los nombres de
+las personas más señaladas que aquí fueron las primeras víctimas de la
+inquisición, citando entre otras al rabí Diego Susón, padre de la
+célebre y hermosa judía conocida por la _Susona_, y á los acaudalados
+hebreos Manuel Sauli y Bartolomé Torralva, al alcalde de la justicia
+Juan Fernández Albolasia, al doctor Savariego, fraile de la Trinidad, y
+á otros muchos, apuntando también «que quemaron infinidad de huesos de
+los corrales de San Agustin é San Bernardo, de los confesos que allí
+había enterrados sobre sí, al uso judaico.»
+
+El edificio que hoy ocupa la plaza de abastos de Triana, está destinada
+á este uso desde 1825, y hasta 1785 ocupó aquel lugar el sombrío
+castillo de San Jorge, donde estableció el tribunal la Inquisición.
+
+La antigüedad del castillo era grande, pues se dice que á raíz de la
+reconquista lo entregó Fernando III á los Caballeros de la Orden de San
+Jorge, que allí tuvieron largo tiempo su alcaide, que tenía á su cargo
+la inspección del edificio.
+
+Establecido en él el tribunal odioso, fué teatro de las más espantosas
+escenas, y hasta poco antes de su derribo, existían en los muros tres
+lápidas con inscripciones latinas, las cuales recordaban los horrores
+del tribunal.
+
+Decía así en la primera:
+
+«_Este santo tribunal de la Inquisición contra la perversidad de los
+herejes en los reinos de España tuvo principio en Sevilla en 1481,
+ocupando la silla apostólica Sixto IV, quien la concedió á instancia de
+Fernando V é Isabel, que reinaban en dichos reinos. Fué el primer
+inquisidor general Fr. Tomás de Torquemada, Prior del convento de Santa
+Cruz de Segovia, de la orden de predicadores. ¡Quiera Dios que
+permanezca hasta fin del mundo, para amparo y aumento de la fe!
+Levántate, Señor, y juzga tu causa. Cógenos las zorras engañosas._»
+
+La segunda estaba concebida en estos términos:
+
+«_Año del Señor de 1481, siendo Pontífice Sixto IV y reyes de las
+Españas y de las Sicilias los católicos D. Fernando y D.ª Isabel, tuvo
+principio aquí el sagrado tribunal de la inquisición contra los herejes
+judaizantes, donde después de la expulsión de los judíos y moros hasta
+el año de 1524, en que reina el divo emperador de romanos, sucesor de
+los mismos reinos por derecho materno, y siendo inquisidor general el
+reverendísimo D. Alonso Manrique, arzobispo de Sevilla, VEINTE MIL
+HEREJES y más abjuraron el nefando crimen de la herejía, y de todos más
+de MIL obstinados en sus herejías por derecho fueron ENTREGADOS AL FUEGO
+Y QUEMADOS._»
+
+Por último, en la tercera se leían estas palabras:
+
+«_Ayudando y favoreciendo los pontífices Inocencio VIII, Alejandro VI,
+Pio III, Julio II, León X, Adriano VI, que, siendo cardenal de las
+Españas é inquisidor general, fué ensalzado á Sumo Pontificado, y
+Clemente VII, por mandado y á expensas del emperador nuestro señor, hizo
+poner estos letreros el Lic. de la Cueva, dictándoles D. Diego de
+Cortegana, arcediano de Sevilla. Año del Señor 1524_.»
+
+Estas eran las inscripciones edificantes que existían en los muros de la
+Inquisición sevillana, que conviene ser recordadas como muestras de los
+buenos tiempos.
+
+
+
+
+TRADICIÓN...
+
+
+La tradición toledana del Cristo de la Vega, que dió origen á la
+conocida leyenda de Zorrilla, _A buen juez mejor testigo_, existe
+también en Sevilla con alguna variante; así lo prueban Fray Juan de
+Zalamanco en su _Merced de María Coronado_, Pedro de San Cecilio, en sus
+_Anales de la Orden de los mercenarios_, Fray Juan de Mesa, Muñana y
+Alonso Sánchez Gordillo.
+
+Más probable es que el autor de _Don Juan Tenorio_ se inspirase para su
+hermosa leyenda, en este caso, que en los sucesos narrados en la
+_Cántiga LXI_ de D. Alfonso y los _Castigos y documentos_ del rey D.
+Sancho que cita el Sr. Picón como orígenes de _A buen juez, mejor
+testigo_.
+
+En el archivo municipal de Sevilla existe una relación del suceso que no
+deja de ser curiosa.
+
+Cuéntase allí, que un caballero dió palabra de casamiento á cierta dama
+sevillana y noble, poniendo por testigo á la Virgen de la Merced, cuya
+escultura existía en la iglesia del convento del mismo nombre. Alcanzó
+por tal medio el galán los favores de la bella, pero harto quizás luego
+de sus caricias, negóse á cumplir la empeñada palabra, con lo cual la
+dama, que no tenía testigos del juramento dado, se le ocurrió la
+original idea de poner por testigo á la imagen.
+
+La señora y el caballero, acompañados de un escribano y de numeroso
+público, acudieron al templo donde había de verificarse el extraño
+juício, consintiendo en aquella prueba el seductor, pues, como dice
+Sánchez Gordillo: «Al caballero le pareció que así no le había de
+convencer, porque la imagen no había de contestar por milagro.»
+
+Y el mismo autor añade «que llegando á la presencia de la Virgen, y
+puestos los ojos en ella, le dijo la mujer:--Señora mía: Vos sois
+testigo de que este hombre, invocando á vos, me dió palabra de ser mi
+marido, y mediante ello me obligó.--Dicho esto, la imagen bajó la cabeza
+como afirmando la verdad de lo que la mujer decia, y el caballero quedó
+convencido.»
+
+El estupendo suceso ocurrió, por lo que afirman muy seriamente los
+escritores, en 1400. La escultura se conserva hoy en el convento del
+Socorro con la cabeza inclinada, según dicen, sin que se sepa que haya
+vuelto á mezclarse en que los galanes cumplan su palabra ó la dejen de
+cumplir.... Verdad es que milagros de este calibre no son para todos los
+días.
+
+
+
+
+EL CARTUJANO
+
+
+Así es conocido, más que por su verdadero nombre de Juan de Padilla, el
+poeta sevillano, autor de _El Retablo de Cristo_ y _Los doce triunfos de
+los doce apóstoles_, los dos poemas alegóricos más importantes que
+produjo la lengua castellana en los fines del siglo XV y principios del
+XVI.
+
+Según las más recibidas noticias, nació Padilla en nuestra ciudad en
+1468, perteneciendo su linaje á gente bien acomodada y que de antiguo
+tenían su asiento y residencia en la población, debiendo desde su
+primera juventud consagrarse al estudio y cultivo de las musas, pues á
+la edad de veinticinco años, cantó en un poema las hazañas del famoso
+don Rodrigo Ponce de León, poema titulado _Laberinto del marqués de
+Cádiz_, que fué impreso en Sevilla por Ungut y Polono en 1493.
+
+Esta obra estaba dedicada á la duquesa de Arcos; se componía de unas
+cien coplas, y según hace constar en su _Tipografía Hispalense_ don
+Francisco Escudero, no existe hoy de ella ejemplar alguno.
+
+El _Laberinto_ es la única producción que de Juan de Padilla se conoce,
+escrita siendo seglar, pues las otras salieron de su pluma cuando ya era
+monje en el monasterio de la Cartuja, donde, según expresión de
+Fernández Espino, «pasó su vida en el solitario claustro... consagrado
+al estudio, á la contemplación del Altísimo y á ensalzar sus
+maravillas.»
+
+De esta sosegada y pacífica existencia resulta, que la vida de nuestro
+poeta tiene en verdad pocos incidentes variados y no ofrece más interés
+que los de cualquier vulgar y oscuro fraile de aquellos que retirados en
+sus conventos veían deslizar los años iguales y monótonos.
+
+Al cartujano Juan de Padilla se debe el poema _Retablo de la vida de
+Cristo_, que terminó en Diciembre del año 1500, cuya lectura no resiste
+hoy el más cachazudo lector y que fué obra impresa en Sevilla entrado ya
+el siglo XVI.
+
+Diez y ocho años más tarde, y cuando fray Juan de Padilla contaba 50 de
+edad, ponía término á otro poema titulado _Los doce triunfos de los doce
+apóstoles_, que es la principal de sus producciones, y acerca de la cual
+ha escrito el autor del _Curso histórico-crítico de la literatura
+española_:
+
+«Donde halló Padilla libre campo á sus estudios literarios y para gloria
+de Jesús mismo y de sus discípulos fué en _Los doce triunfos_. La
+intención de seguir las huellas de Dante vese tan marcada en este poema,
+aun más que en el _Laberinto_ de Juan de Mena. Pero el asunto del vate
+cartujano dábale material más apropósito para seguir la imitación de la
+_Divina Comedia_. Aunque llena también su mente de las bellezas
+virgilianas, más ascético que Dante, si lo imita con frecuencia, no
+escogió un gentil como éste para guía, sino á san Pablo, quien le dirige
+y acompaña por los lugares en que los apóstoles ilustraron su vida con
+su elocuente palabra, con sus virtudes y aun con el martirio. Conducido
+siempre por san Pablo, entra en las regiones donde sufren tormento los
+idólatras, los nigromantes, los hechiceros y otra multitud de réprobos,
+partiendo de allí á la santa Jerusalén, mansión de los bienaventurados.»
+
+Como muestra del estilo del poema, copio estas estrofas sacadas al azar
+del _Triunfo noveno_, no desemejante á todos las demás:
+
+ «Yo que lo alto del cielo miraba
+ bien, como hace el astrónomo sabio,
+ cuando resguarda por el astrolabio
+ lo que del polo saber deseaba,
+ vi que de parte del _Euro_ botava
+ el gran _Sagitario_, con arco tirando
+ saeta de fuego, que pasa vibrando
+ los aires, y nuve que dura hallaba,
+ siendo la causa que crepa tronando.
+
+ Y vi que tenía de dentro patente,
+ el grado primero d'aqueste centauro,
+ al Fi de _Latona_ con rostro de auro,
+ según se nos muestra contino nitente.
+ El gran _Ofiulco_, con él de presente,
+ con la _Serpiente_ yo vi que salía;
+ y, por el contrario, cansado caía
+ el can á la parte de nuestro occidente,
+ ya que la _Liebre_ se nos escondía.
+
+ Aqui tiene casa por la delantera
+ _Júpiter_ alto por cosa preciosa;
+ en esta se goza y en otra reposa
+ poco, teniéndolo por lo trasera.
+ Contempla, contempla la causa primera,
+ me dijo mi Guía muy súbitamente;
+ esto perquiere la estólida gente
+ dando cien vueltas al polo y esfera,
+ que fueron criados del Omnipotente.
+
+ Miran á veces las Exaltaciones
+ los Trinos y Cuartos, y más los Sextiles,
+ y las Conjunciones con buenos oviles,
+ malas hallando las oposiciones,
+ asi que mirando las constelaciones,
+ y augurantes á do no conviene;
+ por el contrario, su punto les viene
+ de lo que piensan en sus corazones,
+ de bien ó de mal que'lefecto contiene.
+
+ Asi que, tú mira por lo que subsiste,
+ y deja la casa del sexto planeta;
+ verás otra muy más que perfeta
+ de uno que gloria muy grande se viste.
+ Basta que digas de como ya viste
+ subir por lo bajo de vuestro orizon,
+ este que dicen el sabio _Chiron_,
+ maestro _d'Archiles_, según más oiste
+ d'aquellos que fingen medio sermón.» etc.
+
+Fray Juan de Padilla falleció antes de mediar el siglo XVI; su nombre
+figura con elogio en las páginas de la historia crítica de nuestra
+literatura, y Sevilla, que lo tuvo por hijo, deberá siempre
+consideración y respeto al nombre de este poeta, de quien sólo he
+intentado trazar un ligero apunte.
+
+
+
+
+ANTIGUAS FIESTAS DE TOROS
+
+
+De las más antiguas fiestas de toros de que en Sevilla hay documentadas
+noticias, son las verificadas en el año 1405 para celebrar el natalicio
+del infante don Juan, hijo de don Enrique III _el Doliente_, infante que
+nació en Toro en 6 de Marzo del citado año.
+
+Según asiento de los libros de Mayordomazgo del Archivo municipal, fecha
+de 20 de Mayo de 1405, se mandó al Mayordomo Juan Martín «que comprase
+ciertos toros para lidiar,» y el 10 de Noviembre se pagaron «á Miguel
+André, vecino de las Cabezas de San Juan, cuatrocientos é cinquenta
+maravedis que ha de aver por apreciacion que fué fecho por juramento que
+tomaron por un toro que traxeron aquí á Sevilla _para lidiar por las
+alegrías que Sevilla mandó fazer_ por el nacimiento de nuestro señor el
+infante don Juan, fijo del Rey don Enrique, nuestro señor, que Dios
+mantenga.»
+
+En el mismo año consta también que se abonaron el importe de otros dos
+toros á Antón Martín, y el de otros á Salvador Díaz, á Lope Ruiz Galego,
+de Alcalá, y á Juan Fernández, jurado, de la collación de San Juan.
+
+Estas reses es probable que se lidiaran en diversos días de los festejos
+organizados por el natalicio del hijo del monarca castellano; y aunque
+son oscuras y escasísimas las noticias que de aquellas lidias existen
+para poderlas detallar en estos apuntes, he de consignar, sin embargo,
+que para las tales corridas la ciudad construyó plazas y tablados frente
+la Catedral y el Alcázar.
+
+Las fiestas de toros celebradas en la capital de Andalucía fueron muchas
+durante la mayor parte del siglo XV, siendo de las más famosas las que
+en 1477 y 1478 se verificaron.
+
+En el año primeramente citado visitaron á Sevilla los Reyes Católicos
+don Fernando y doña Isabel, permaneciendo en esta ciudad hasta después
+de mediar el de 1478, y en 1.º de Julio de este último, dió á luz la
+reina un hijo varón (el príncipe don Juan), cuyo nacimiento se celebró
+en la ciudad con públicos festejos, entre los cuales hubo fiestas de
+toros, acordando la ciudad lidiar veinte, según consta en los cuadernos
+sueltos de actas capitulares del Archivo municipal.
+
+Ya anteriormente habíanse celebrado en aquel año otras corridas de
+toros, como sucedió el 23 de Abril, cumpleaños de la reina, corriéndose
+ocho cornúpetos en el Alcázar, y con la asistencia de la soberana,
+aunque es sabido cuánta repugnancia demostró por la lidia de reses
+bravas.
+
+También el 24 de Junio del citado año de 1477, hubo corrida en la plaza
+de San Francisco, repitiéndose otra el día de Santiago, y costando las
+reses quince mil maravedís, según las cuentas que aún se conservan.
+
+En un folleto publicado por D. José Gestoso, con el título de _Los Reyes
+Católicos en Sevilla_, en el que se insertan interesantes documentos
+sobre la permanencia de los monarcas castellanos en nuestra población,
+se leen los siguientes acuerdos, relativos á fiestas de toros del año
+1478 con motivo del bautizo del Príncipe don Juan.
+
+_Mandamiento de la Ciudad á su mayordomo 23 de Diciembre de 1878_: «Et
+otrosy vos mandamos que dedes e paquedes al dho. pedro diaz o al que por
+el los oviere de aver 2.520 mrs. que nos acordamos e ordenamos en el
+nuestro cabildo debe mandar dar de cierto gasto que por nro. mandado
+fiso en facer las talanqueras é barreras para los _toros que se
+corrieron por el parto de la Reyna_ nra. sra. por el batiço del señor
+principe.» (Lib. Mayordomazgo.)
+
+--«Libramiento de 200000 mrs. por ocho toros que se tomaron _para lidiar
+en el Alcazar_ Real el dia que se batiço el muy ilustre señor principe
+de Castilla y dadle mas otros 596 mrs. que monto la costa que fiso facer
+en las barreras e talanqueras que se ficieron para lidiar los dhos
+toros» (1.º de Julio de 1478.)
+
+Como la índole de estos apuntes permiten entrar en largos detalles omito
+el hacer mención de otros festejos á que dieron motivo la permanencia de
+los Reyes Católicos en Sevilla, á más de las corridas de toros, y de
+éstas baste con las noticias que dejo apuntadas, que ya más adelante
+tendré ocasión de tantas otras lidias de reses no menos famosas.
+
+
+
+
+LAS VÍCTIMAS DE LA COMUNIDAD EN SEVILLA
+
+
+Historia particular y detallada tiene en los anales de Sevilla el
+alzamiento de las _comunidades_ en tiempo del Emperador, alzamiento que
+no dejó de tener importancia en la provincia y que en la ciudad dió
+origen á sucesos como los desarrollados en Septiembre de 1520.
+
+En el día 17 de aquel mes fué cuando D. Juan de Figueroa, cabeza de la
+sublevación con quien se entendieron los conspiradores, salió de la casa
+del Duque de Arcos, y con gente armada tomó el Alcázar, rindiendo al
+alcaide, que lo era don Jorge de Portugal.
+
+Dos días después los partidarios de la poderosa casa ducal de Medina
+Sidonia, se alzaban contra los _comuneros_ triunfantes, y el capitán
+Valencia de Benavides asaltaba el Alcázar, derrotaba á las fuerzas de
+Figueroa y hacía á éste prisionero después de reñido combate, donde hubo
+más de siete muertos y cuarenta heridos de gravedad.
+
+Los duques de Medina, que tan abiertos partidarios del Emperador se
+mostraban, más bien por enemigos de la casa de Arcos, su rival, que por
+adictos á los flamencos, saborearon su triunfo y exigieron á las
+autoridades ejemplar castigo de los _comuneros_.
+
+Mas como la justicia andaba entonces tan menguada, no se crea que el
+caballero Figueroa, brazo del alzamiento, ni los caballeros
+conspiradores fueron condenados, sino que vino á descargarse el peso de
+la ley sobre los que menos habían contribuido al acto, por ser débiles y
+no poderosos señores.
+
+Así ocurrió que la justicia echó mano á un pobre hombre llamado
+Francisco López Quesero, hijo del pueblo, el cual había acompañado á las
+fuerzas de Figueroa que tomaron el Alcázar y estaba preso en la Cárcel
+Real, sin que por su modesta posición hubiera nadie que de él se
+interesara.
+
+A López Quesero se le dió muerte en la plaza de San Francisco el 23 de
+Octubre de 1520, y fué su ejecución cruel y bárbara, pues murió ahogado
+á la vista de todo el pueblo de Sevilla, como consta en la _Historia de
+las Comunidades_.
+
+«Lleváronlo (al reo) por las calles acostumbradas, guardado por gente de
+á pie y á caballo del duque de Medina Sidonia, hasta la plaza de San
+Francisco. Allí lo tuvieron encima del almacén del agua, á do desque
+hubo confesado le _ahogó un hombre_ que alquiló el verdugo, y desnudólo
+é _hízolo cuartos_ que quedaron allí hasta la mañana siguiente. E luego
+por la mañana pusieron la cabeza en la picota, un cuarto en la puerta
+del Arenal, otro en la de Minjoar y el otro en la de la Carne.»
+
+Así pagó el infeliz López Quesero con tan cruento suplicio, mientras los
+caballeros quedaron salvos, siendo también poco después que él
+ejecutados otros cuantos obscuros hombres del pueblo, como partidarios
+de la _comunidad_ en Sevilla, y que sólo habían sido en el alzamiento
+partes muy insignificantes.
+
+
+
+
+EL PENDÓN VERDE
+
+
+Con el nombre de motín del _Pendón Verde_ relatan los historiadores de
+Sevilla el que estalló en el barrio de la Feria el año 1521, y el cual
+tomó grandes proporciones y llegó á amenazar seriamente á la población,
+ofreciendo con él no poca semejanza, el que en el mismo barrio se
+promovió en 1652.
+
+Largo espacio ocuparía relatando con todos los pormenores que se
+conservan aquel alzamiento popular, que tuvo por origen la gran carestía
+de víveres que se dejó sentir en las clases pobres, encareciéndose tanto
+el pan, que el hambre imperó con todos sus horrores en los barrios bajos
+de la ciudad y la situación de multitud de familias llegó á ser
+verdaderamente desesperada.
+
+Porque hay que hacer constar que, aunque la riqueza y la opulencia de
+Sevilla en los siglos XVI á XVII era grande, ésta ha sido con exceso
+ponderada por los adoradores del pasado; que los documentos y las
+memorias coetáneas de aquellos tiempos prueban de manera bien clara que
+la abundancia, el lujo y las sobras eran sólo para el clero y para los
+nobles, mientras cientos y cientos de seres vivían en la mayor miseria y
+sufriendo todo género de privaciones, sin que sus lamentos fueran oídos,
+ni por nadie de los que podían, se atendiese á remediar tamaños males.
+
+Aquel pueblo hambriento, que veía tan cerca á los poderosos arrastrando
+doradas carrozas, cubiertos de joyas, luciendo ricas telas y holgando
+siempre, mientras él gemía, alzóse formidable, con rugido de fiera, el
+mes de Marzo de 1521, y el día 8 se rompieron ya los diques del
+sufrimiento y se dispuso á ejecutar, sin que nada lo contuviese.
+
+Así se leen en el _Discurso de la Comunidad de Sevilla_ (1520) estas
+noticias, extractadas por don Joaquín Guichot en la siguiente forma:
+
+«Un llamado Antón Sánchez, de oficio carpintero y vecino de la misma
+Feria, se hizo cabeza de motín; y con otros sus iguales formó una Junta,
+y ésta convocó, para hacer la demanda en común, á los vecinos de las
+collaciones de San Gil, San Martín y otras. Nombraron una comisión de
+veinte hombres para que fuesen en voz de todos, á ver al Asistente, y
+otra para que se avistase con un caballero Per-Afán, que se ofreció á
+conferenciar con la autoridad á fin de hallar medio de atender á la
+necesidad de aquellos vecinos. Entre tanto agolpábase la gente; crecía
+el bullicio, y echadas las campanas á vuelo, llenóse la plaza de la
+Feria de innumerable pueblo. Alarmado el Ayuntamiento con las noticias
+que le llegaban, trasladóse en cuerpo á la plaza de la Feria, donde
+interrogados los cabecillas de la asonada acerca de lo que pretendían,
+respondieron _¡trigo!_ á lo que contestó el Asistente, que donde lo
+hubiere se lo mandaría dar. No satisfechos con esta promesa, fueron
+tumultuariamente á buscarlo por toda la collación; y como lo encontrasen
+en casa del jurado Alava, de su cuñado y de un _albarazado_, rompieron
+las puertas y robaron todo el que hallaron.»
+
+Después de esto, acudieron á unirse á los amotinados de la Feria gente
+de otros barrios que corrieron la ciudad enarbolando un antiguo
+estandarte que en tiempo de Alfonso X se había tomado á los moros en una
+batalla, y que custodiábase en el templo de Omnium Sanctorum, el cual
+estandarte era de tela verde, de donde vino á tomar aquella asonada el
+nombre de la del _Pendón Verde_.
+
+Tenía todavía el Ayuntamiento su morada en el edificio del Corral de los
+Olmos, y allí acudió el pueblo en actitud amenazadora, arrojando
+multitud de piedras y pidiendo pan con voces estentóreas.
+
+En esto intervino en el motín el poderoso marqués de la Algaba, que
+trató de pacificar los inquietos ánimos, prometiendo al pueblo que sería
+atendido, con lo cual se apaciguó un poco, y cuando el Asistente envió á
+la Feria tropas parecieron haberse calmado los ánimos, mas tuvo la
+imprudencia de mandar prender algunos vecinos diciendo que había de
+ahorcarlos, y sabido esto, el día 9 se reprodujo con caracteres más
+alarmantes el alboroto, como lo relata el citado extracto del _Discurso
+de la Comunidad_:
+
+«Venida la mañana, la plebe irritada antes que intimidada, se lanzó á la
+calle dando desaforados gritos de venganza, y corrió en confuso tropel
+al palacio de los marqueses de la Algaba, pidiendo á estos señores el
+cumplimiento de la palabra que el día antes empeñara de alcanzar el
+perdón de los revoltosos. Renovósela el marqués manifestándoles que
+_moriría ó les aseguraría_; para lo cual su hijo don Luís fué á
+conferenciar con las autoridades. Escarmentada la plebe, no quiso fiar
+de nadie, mas que de sí misma, el triunfo de lo que llamaba su razón, y
+habiendo convocado el mayor número posible de gente al toque de campana,
+marchó á la carrera hacia la casa de Niebla, apoderóse de ella, armóse
+reciamente, sacó una bandera y piezas de artillería y fuese á dar
+libertad á los presos. Tales proporciones alcanzó desde este punto el
+motín, que alarmadas seriamente algunas personas de mucha significación
+en la ciudad, se ofrecieron á ser medianeros entre las autoridades y la
+plebe desenfrenada; extremos que no se pudieron conciliar, porque esta
+última se negaba á todo lo que no fuera la inmediata libertad de los
+presos, y el Asistente, enojado contra ellos, decía: _¡que por vida del
+rey, que los tenía de ahorcar!_ Con esto se revolvió toda la ciudad y se
+puso en punto de armas. Lo que las negociaciones no pudieron desatar,
+cortaron las armas. Los plebeyos cercaron la cárcel con mucha gente
+armada de espingardas, ballestas y espadas y cuatro piezas de artillería
+que sacaron de la casa del duque de Medina Sidonia; rompieron puertas y
+ventanas y dieron libertad á los presos.»
+
+Lo copiado da idea harto exacta de aquellos sucesos, que tuvieron
+término al tercer día ó sea el 10 de Marzo, en que se libró una
+verdadera batalla en las calles, entre el pueblo hambriento y las
+autoridades y los nobles, cuyos resultados fueron funestos para los
+amotinados, pues la fuerza armada los venció y en la refriega perecieron
+muchos infelices de los que se habían alzado pidiendo pan.
+
+Los poderosos, no satisfechos con su triunfo, fueron, á más, crueles y
+vengativos, pues mandaron ahorcar á muchos desgraciados bárbara é
+inhumanamente....
+
+¡Así eran aquellos benditos tiempos y aquellas autoridades y aquella
+nobleza; mientras dominaban y oprimían con su poder, dejaban al pueblo
+hambriento perecer en la miseria, y cuando éste pedía pan le ponía
+cadenas y lo ahorcaba!
+
+
+
+
+FRANCISCO GUERRERO
+
+
+El nombre del famoso músico y compositor sevillano Francisco Guerrero,
+no es de aquellos que han quedado, ciertamente, limitados á la localidad
+y únicamente entre sus paisanos merece continuos elogios. Fuera de
+Andalucía, fuera de España se ha hablado hace mucho tiempo de los
+méritos de aquel hombre á quien se han dedicado frases tan entusiastas
+como las que escribió el crítico francés Adrián de la Foge.
+
+Guerrero nació en Sevilla en Mayo de 1527, siendo su padre Gonzalo
+Sánchez Guerrero, pintor aventajado, si bien algunos biógrafos confiesan
+ignorar qué profesión ejercía.
+
+De muy niño, mostró Guerrero aptitudes para la música, recibiendo las
+lecciones primeras de un su hermano Pedro, que parece era muy diestro en
+el manejo de la vihuela, y más tarde, fué discípulo del maestro
+Cristóbal de Morales, que de tanta fama gozó en su tiempo.
+
+Hacia 1545 encontrábase vacante la plaza de racionero y maestro de
+capilla de la Catedral de Jaén, y Guerrero, que apesar de su juventud
+había ya terminado los estudios, se presentó á hacer oposiciones á aquel
+cargo, que ganó muy honrosamente, pasando á la población citada, en
+donde permaneció hasta el año de 1548 en que volvió á Sevilla á ver á
+sus padres.
+
+Entonces el Cabildo Catedral, que ya tenia conocimiento y estimaba los
+méritos de Guerrero, aprovechando su estancia en Sevilla le propuso
+darle una plaza de cantor, que aceptó, no volviendo á Jaén por continuar
+en su ciudad natal.
+
+El siguiente año de 1549, Guerrero fué invitado á concurrir á las
+oposiciones de Magisterio y Ración de la Catedral de Málaga, donde se
+presentaron seis opositores, entre los que el músico sevillano obtuvo la
+primera plaza.
+
+«Preparado ya para partir á Málaga--dice un biógrafo--el cabildo, que
+deseaba tenerlo á toda costa y mejorar su posición, decidió que el
+muestro Pedro Fernández, á quien Guerrero llamaba el _maestro de los
+maestros españoles_, fuese jubilado con la mitad de la renta: que sus
+funciones fuesen desempeñadas por Guerrero, que recibiría la otra mitad,
+conservando al mismo tiempo su sueldo de cantor, y teniendo opción al
+Magisterio con todo su sueldo á la muerte de Fernández, que no aconteció
+hasta veinte y cinco años más tarde.»
+
+En su plaza continuó Guerrero hasta 1575, siendo por esta época ya muy
+apreciado de todos los amantes de la música que entonces vivían en
+Sevilla y entre los cuales los había bien inteligentes. A más las
+composiciones del maestro eran ya muy numerosas, y entre ellas se
+contaban dos fragmentos del _Miserere_ que había remitido á la capilla
+pontificia.
+
+Deseaba desde hacía muchos años Guerrero hacer un viaje á Jerusalén, y
+el año 1588 se le ofreció ocasión para llevarlo á cabo. El arzobispo de
+Sevilla, don Rodrigo de Castro, se dispuso á pasar á Roma y llevó
+consigo al maestro, que de allí pensaba dirigirse á Tierra Santa.
+
+Partió, pues, de Sevilla; mas como quiera que el arzobispo determinó
+detenerse en Madrid algunos meses, Guerrero, con la anuencia del
+prelado, salió para Italia, llegando á Génova, y luego en Venecia se
+dispuso dar á las prensas muchas de sus composiciones; y encargando del
+cuidado de esta impresión á Zarlino, se embarcó en un navío, que
+recorrió las costas italianas, y pasando por Dalmacia, Esclavonia,
+Albania y Zanthe, al fin desembarcó en Jaffa. Acompañó á Guerrero en su
+viaje un discípulo muy querido suyo, y al regreso después de no pocas
+vicisitudes, escribió un relato de la expedición que fué impreso en 1592
+con el título de _Viaje á Jerusalén que hizo Francisco Guerrero
+Racionero y maestro de capilla de la Santa Iglesia de Sevilla_, obra de
+la que se han hecho varias ediciones.
+
+En 1597 se cita que se publicó en Venecia una obra musical del maestro
+sevillano en seis tomos, y cuyo nombre es _Molecta, Francisco Guerrero
+in Hispalensi ecclesia musicorum, etc., etc._
+
+A las noticias hasta ahora conocidas de la vida del maestro Guerrero,
+puedo añadir otra que ofrece cierta curiosidad y que consta en los
+libros de acuerdos del Cabildo Catedral de Sevilla, noticias que
+galantemente me ha proporcionado el señor Gestoso.
+
+Según se lee en los citados acuerdos, en 1566 se concedió cierta
+licencia á Guerrero, en 29 de Enero de 1578 se mandó que se le dieran
+cincuenta ducados al mes, en 1582 se hace referencia á que se encontraba
+en Roma, y en 1586 en cabildo de 24 de Septiembre se trató de la
+jubilación del famoso músico.
+
+En 1588 se mandó que los libros que presentó el maestro Guerrero en
+cabildo, se encuadernasen en becerro y pasaran al Archivo, acordándose
+años después, en 23 de Julio de 1593, se abonasen al maestro 2.400
+reales del _libro de canto de órgano_ que había presentado.
+
+Dos años antes de esta fecha, en 1591, á causa de las deudas que
+Guerrero había contraído en Roma, fué detenido en Sevilla, como así se
+lee en el acuerdo de 21 de Agosto, en el que para tratar del asunto, se
+habla del dinero «que debe de Roma, por lo que está preso y mandado
+llamar para ver lo que en ello se haga y se traiga relación de lo que le
+daban en tiempo de Farfán al maestro Guerrero, de más de media ración.»
+
+Otro documento también me ha facilitado el señor Gestoso, que figura en
+su colección de autógrafos, y el cual lleva la fecha de 1569, siendo un
+poder otorgado por Guerrero á dos canónigos para cobrar 261 gallinas que
+le cupieron en dicho año de la ración de que gozaba en la iglesia
+Catedral.
+
+Consagrado el artista sevillano al desempeño de su cargo y á la
+composición de sus obras, querido y estimado de todos y recibiendo con
+frecuencia no pocas pruebas de distinción de personas encumbradas,
+falleció en la ciudad que le vío nacer el 8 de Noviembre de 1599, si
+bien otros autores señalan la fecha de 1600.
+
+Guerrero fué sepultado en la capilla de la Antigua de la Catedral,
+poniéndose por orden del Cabildo una muy laudatoria inscripción en su
+sepulcro.
+
+Muchas son las obras musicales que dejó Guerrero, y de ella citaré las
+que da noticias La Foge, que son entre otras, á más de seis misas
+(1565), las impresas con los títulos _Magníficat quatuor vocum_, _Il
+secondo libro di Messe_ (1584), _Il primo libro di salmi á quattro_,
+_Hymnorum in Hispalensi eclesiæ tantum cani, solita, &. &._
+
+Al pintor y literato Francisco Pacheco, amigo de Guerrero, se deben las
+primeras noticias biográficas que del compositor sevillano se conocen.
+Pacheco en su libro de los _Verdaderos retratos_, que lleva en la
+portada la fecha de 1599, escribió un caluroso elogio del maestro con
+noticias muy curiosas sobre su vida y de una autenticidad indudable, y á
+más dibujó el retrato que allí aparece y que es de los mejores
+ejecutados de la colección.
+
+«Francisco Guerrero--escribe su coetáneo y amigo--fué el más diestro de
+su tiempo en el arte de la música; escribió de ella tanto, que
+considerados los años que vivió y las obras que compuso, se hallan
+muchos pliegos para cada día, y esto las de mano; su música es de
+excelente sonido y agradable trabazón; compuso muchas misas, salmos,
+etc.»
+
+A más de Pacheco, elogió también al compositor hispalense, entre otros
+poetas, Vicente Espinel, quien dijo de él
+
+ «...que si en la ciencia es más que todos diestro,
+ es tan grande cantor como maestro.»
+
+Dando todas estas opiniones á conocer que los méritos de aquel hombre no
+fueron ciertamente ignorados para sus coetáneos, como con otros muchos
+ha ocurrido, á quien la posteridad ha tenido luego que vindicar.
+
+La música de Guerrero tiene, como dice un crítico, «devoción, gravedad y
+corrección», y la Catedral de Sevilla puede honrarse con haber tenido un
+varón de tan relevantes méritos entre los muchos que puede citar.
+
+Eslava admiraba grandemente las composiciones del músico del siglo XVI,
+y de él hizo repetidos elogios siempre, habiendo investigado con fortuna
+sobre los pormenores de la vida del maestro á quien he dedicado un
+recuerdo con estos ligeros apuntes.
+
+
+
+
+LOS ESCLAVOS DE SEVILLA
+
+
+El número de infelices esclavos berberiscos, mulatos y negros que
+existían en Sevilla en los siglos XVI y XVII, era bastante considerable
+y apenas había familia regularmente acomodada que no tuviese á su
+servicio dos ó más de ellos, hombres, mujeres ó muchachos, entregados al
+servicio doméstico, ó bien á duros trabajos manuales, con escasa
+humanidad de sus amos.
+
+La vida de aquella gente era en extremo aflictiva y como si no fuera
+poco lo que los dueños en ellos ejecutaban, las autoridades cuidaban muy
+altamente de refrenar en todo cualquiera de sus expansiones.
+
+Curiosísimo es el bando que en 1569 hizo publicar la ciudad sobre los
+esclavos, confirmando una ordenanza, cuyo documento se conserva en el
+Archivo Municipal en la Colección de _Papeles Importantes_, tomo I.
+
+Este escrito, que es un verdadero cuadro de costumbres, revela la
+situación de aquella clase infeliz, así como no deja de tener su
+pincelada que retrata una sociedad acerca de la cual tanto se ha
+falseado.
+
+Dice así el bando:
+
+«En la muy noble e muy leal ciudad de Seuilla, Viernes quatro días del
+mes de Nouiebre, de mil e quinientos y sesenta y nueve años, estado
+ayutados en las casas dl cabildo desta ciudad, según que lo han de vso y
+costumbre, el muy magnífico señor Doctor Juan de Lieuana, Theniente de
+Assistente, y algunos de los señores Regidores, e Jurados della, en el
+dicho Cabildo, fue vista y leyda vna ordenança fecha por los señores
+Fieles Executores desta ciudad, su thenor de la qual, y de lo que la
+ciudad en razon dello passo, y de ciertos autos de pregones que estan al
+pie de lo proveydo por la dicha ciudad es esto que se sigue:
+
+Por quanto en esta ciudad ay muchos negros, y negras, y moriscos, y
+moriscas que son esclauos y esclauas captivas: y con las ocasiones que
+ay en ellas de tauernas y bodegones se entran en ellas á comer, y beuer,
+y se emborrachan, y hazen mal acondicionados, y soberuios, y borrachos,
+y hazen y cometen delitos que todo redunda en daño y perjuyzio de sus
+amos: por que gastan sus haziendas en librarlos de las trauesuras y
+delictos que hazen, y no son en prouecho para seruir: y lo que es peor,
+que como los dichos esclauos se hazen tan á vizios e viciosos con la
+ocasión de las dichas tauernas e bodegones que toman y hurtan á sus
+dueños dineros y ropas, hasta las mantas y aderezos de los cauallos y
+mulas, y lo que hallan en sus casas y aun se estienden á hazer otros
+hurtos, todo para comer y beuer en las tabernas y bodegones y los mismos
+tauerneros y bodegoneros, y sus mugeres e hijas, e personas que tiene en
+las tauernas y bodegones se lo compran y toman empeñado, y en prendas
+del dinero que dan sobre ellas, á los dichos esclauos y esclauas por el
+vino y comida que les da. Y como pasa esto entre los esclauos y el
+tauernero y bodegonero, no se pueden aueriguar los dichos hurtos: e todo
+ello redunda en daño y perjuycio de los señores de los dichos esclauos.
+Y como cosa que toca tanto al bien, y pro comun de la republica desta
+ciudad, e vecinos e moradores della, y de su tierra. Nos los fieles
+Executores desta ciudad y su tierra: con acuerdo del muy magnífico señor
+Licenciado Arriola, executor de la vara della. Ordenamos y mandamos que
+ningún tauernero, bodegonero, ni mesonero, ni ventero, ni personas que
+guisan y dan de comer en esta ciudad y su tierra, y jurisdicion,
+arrabales, ni Triana, no acojan en sus casas, tauernas, ni bodegones á
+los dichos esclauos ni esclauas, negros ni blancos: ni les den de comer,
+ni beber en ellas publica ni secretamente, pan, ni vino, ni carne ni
+otros mantenimientos algunos, sino lleuare _cédula_ del amo cuyo fuere,
+diziendo que por andar á jornal el tal esclauo, o esclaua, no come en su
+casa, ni sean osados de venderles pan, ni vino, ni carne, ni pescado, ni
+otro mantenimiento alguno, ni compren, ni reciban dellos prendas algunas
+vendidas, ni empeñadas, ni para guardarselas, aunque digan que son
+suyas, ni les den pan, ni vino, ni bastimentos sobre ellas, sopena quel
+tauernero, bodegonero, guisandero, y ventero, y mesonero, o persona que
+tenga camas que fuere y passare contra lo contenido en esta ordenança, o
+contra cosa alguna, o parte della, cayga en pena de mil marauedis y diez
+dias de carzel por la primera vez, e por la segunda la pena doblada, y
+sea traydo á la verguença publicamente: e por la tercera vez le sean
+dados cien açotes, y sea desterrado desta ciudad y su tierra e
+jurisdicio por tiepo de quatro años: y que los dichos bodegoneros,
+tauerneros, mesoneros, ni venteros, y personas que dan camas, y guisan
+de comer, no se puedan escusar, ni escusen que no sabian que los dichos
+esclauos y esclauas eran captiuos: y que los dichos esclauos y esclauas
+les dixeron que erran horros. E pedimos e supplicamos al muy Ilustre
+Cabildo y regimieto desta ciudad que cofirmen y aprueuen estas ordenança
+y la apregonen publicamente. Alonso Nuñez, García de León, Diego Nuñez,
+don Juan de Torres Ponce de León, Joan de Almonacir escriuano...»
+
+En la citada fecha de 1569 fué confirmado aquel acuerdo, no tardando
+luego en venir en años sucesivos, otras y otras órdenes, bandos y
+disposiciones que estrechaban más la situación de los esclavos.
+
+Sin embargo, con ser tan penosa ésta se empeoró con el tiempo, y en el
+siglo XVII, la católica majestad de Felipe IV dío orden en 1637 para
+que, de todos los de Sevilla, se formase un registro y conforme á él
+fueran recogidos de casa de sus amos y se llevasen á la cárcel real, de
+donde pasarían luego nada menos que á remar á las galeras.
+
+El 22 de Abril, se pregonó en nuestra ciudad esta orden del monarca,
+causando gran pánico en los esclavos, pues tan dura era y tan estrecha,
+que en el pregón entraban todos los varones, _incluso los niños de
+pecho_, y así fué que los desgraciados, al saberla, procuraron ocultarse
+con sus mujeres é hijos, protegidos, como era natural, por los amos.
+
+Mandó el rey de Madrid para ejecutar la orden de aprehender á los
+esclavos, á un alcalde de casa y corte, llamado don Pedro Amesqueta, el
+cual era hombre que, abusando de los poderes de que estaba revestido,
+ejecutó su comisión de la manera más violenta y usando de los
+procedimientos más duros y arbitrarios.
+
+A mediados de 1637 habían ya llegado á Sevilla presos multitud de
+esclavos de los pueblos de la provincia, los cuales fueron en 24 de
+Agosto embarcados y conducidos á Cádiz, donde los llevó á Levante para
+remar en las galeras, y otros muchos salieron de nuestra ciudad á pie,
+siendo conducidos á Cartagena.
+
+Mas no quedó aquí ni con mucho el asunto, pues sabiendo Amesqueta que
+aún era grande en Sevilla el número de esclavos ocultos por sus amos,
+comenzó á echar á éstos fuertes multas para que los denunciasen, como
+ocurrió á una mujer de Pilas, á quien por habérsele huido una esclava le
+hicieron pagar 300 ducados, y al Veinticuatro Torres que tuvo que
+aflojar 400 y verse envuelto en un proceso.
+
+Largo tiempo siguió la cuestión de la caza de esclavos en Sevilla,
+tomando cada día más grave aspecto en todo el año de 1638, y las
+_Memorias sevillanas_ dan cuenta en el 1639 de esta noticia que no deja
+de ser interesante el reproducirla:
+
+«El Asistente hizo notificar á los dueños de los esclavos que los
+entregasen para las galeras. Al principio tomaban uno de quien tenía
+dos: después vino otra orden y no dejaban ninguno y prendían cuantos se
+encontraban porque se escondieron todos. Esto fué á principios de Mayo
+de este año de 1639, y á 18 de él _llevaron con colleras_ á embarcar
+para Sanlúcar ó el Puerto, 102 esclavos, negros, mulatos y berberiscos,
+con gran lástima y más de los casados, cuyas mujeres hacían mil
+extremos. Después se fué apretando á los dueños de los escondidos con
+penas de mil y dos mil ducados, que por no pagarlos fueron entregando
+muchos y todos los llevaron.»
+
+Tal fué el inhumano procedimiento que aquellos piadosos varones del
+siglo XVII seguían con sus esclavos, á quienes tanto maltrataban y en
+contra de quienes encima levantaron mil calumnias, y condenaron á remar
+en galeras, como premio á los servicios que habían prestado.
+
+No he de citar éstos, pero sí mencionaré el caso que registra la crónica
+de un esclavo que, habiendo huído, don Pedro Amesqueta prendió á su amo
+y le echó una fuerte multa, lo cual, sabido por el berberisco, que
+berberisco era, se presentó voluntariamente para que su dueño fuese
+puesto en libertad, acto que tanta impresión produjo, que la dura
+justicia de entonces se vió obligada á usar alguna vez de la clemencia y
+dejó libre al dueño, y al infeliz también le puso en libertad.
+
+
+
+
+JUAN DE SALINAS
+
+
+Hijo de Logroño han creído algunos biógrafos á este poeta sevillano, á
+causa de haber residido en aquel punto durante su infancia y ser su
+padre natural de la Rioja.
+
+Llamóse éste Pedro Fernández Salinas, fué hombre de desahogada posición
+y contrajo matrimonio en Sevilla con doña María de Castro, habiendo de
+este enlace cuatro hijos, entre ellos á Juan de Salinas, que vino al
+mundo en la capital de Andalucía, el 24 de Diciembre de 1559.
+
+Viudo el padre del futuro poeta, trasladóse á Logroño llevándose consigo
+á sus hijos, y Juan, en edad conveniente, comenzó sus estudios, cursando
+el latín y siendo enviado más tarde á Salamanca, donde estudió cánones y
+leyes, y donde se graduó al fin de doctor.
+
+No veía Salinas gran porvenir para él en el estado seglar y así se
+decidió por el eclesiástico, haciendo un viaje á Florencia, punto en que
+residía un su hermano, y á Roma, donde permaneció algún tiempo, y
+consiguió del Papa una canongía en Segovia, que sirvió ya de sacerdote,
+según apuntan sus biógrafos.
+
+Después de haber sufrido una grave enfermedad que puso en peligro su
+vida, y muerto su padre, Juan de Salinas se dispuso á regresar á España,
+permaneciendo cuatro años en Segovia y fijando al cabo su residencia en
+Sevilla, de donde por tan largo tiempo había faltado.
+
+Era á la sazón arzobispo don Pedro de Castro y Quiñones, quien haciendo
+aprecio de los méritos del doctor Salinas y teniéndole personalmente en
+gran estima, le ofreció una canongía á la que éste renunció por causas
+que se ignoran.
+
+Pasado algún tiempo fué nombrado visitador del arzobispado y
+administrador del hospital de San Cosme y San Damián, llamado de _Las
+Bubas_, cargo que el cabildo de la ciudad le concedió con general
+aprobación de sus individuos.
+
+Amante de las bellas letras desde su primera juventud, había Salinas
+cultivado la poesía con no escaso aprovechamiento, demostrando singular
+facilidad para las composiciones de circunstancias en las que á veces
+hizo gala de no común gracejo.
+
+Nunca se imprimieron reunidas, en vida del autor, sus composiciones;
+pero casi todas ellas corrían manuscritas por Sevilla, dándole no escaso
+renombre y haciendo que algunos de sus coetáneos les prodigasen elogios,
+que ciertamente pecaban de una marcada exageración.
+
+Tuvo Salinas muy estrecha amistad con casi todos los eruditos y poetas
+que en Sevilla vivieron en su tiempo, mereciendo citarse á Jiménez
+Enciso, á Jáuregui, á don Diego Maldonado Dávila (colector después de
+sus composiciones) y al famoso obispo de Bona don Juan de Sal, de quien
+el autor que nos ocupamos habló en algunas de sus poesías.
+
+Frecuentaba también mucho Salinas el trato de la familia del analista
+Ortiz de Zúñiga, de quien fué padrino de bautismo y de quien habló en
+una poesía, así como de su hijo don Juan Ortiz de Zúñiga.
+
+Algunos trabajos en prosa se imprimieron de Salinas, entre los que cita
+Gallardo el _Prólogo_ á las _Meditaciones para cada día del año_ (1602)
+y la _Dedicatoria al Sermón fúnebre de la madre Dorotea_, escrito por
+Alonso Sanz.
+
+En la vida de esta beata Dorotea, que se hizo célebre en Sevilla,
+publicada por Gabriel de Aranda, se habla en varios pasajes de Juan de
+Salinas, con marcado elogio, y en igual sentido se expresan otros
+autores que encarecen mucho su ciencia y virtudes.
+
+Larga fué la vida del doctor Juan de Salinas, que llegó hasta edad de
+ochenta y tres años, falleciendo el 5 de Enero de 1642, en el citado
+hospital de San Cosme y San Damián, donde continuaba ejerciendo el cargo
+de administrador. Salinas fué enterrado por el clero de Santa Catalina
+en el convento de monjas de los Reyes.
+
+Como ya consigné, don Diego Maldonado y Dávila recogió y coleccionó en
+un tomo las composiciones del doctor Salinas, manuscrito que poseyó
+Gallardo, y del que da noticias detalladas en su bibliografía.
+
+También el marqués de Jerez tenía un volumen autógrafo de versos del
+autor, pudiendo ser estudiados con detenimiento sus méritos en la
+_Biblioteca Rivadeneyra_ y en los dos libros que con el título de
+_Poesías del doctor Juan de Salinas_ publicaron los bibliófilos
+andaluces en 1869.
+
+«En sus primeros tiempos, dice don Adolfo de Castro, fué Salinas poeta
+de muy buen gusto literario, y en los últimos se convirtió en
+conceptista y en todos demostró un gran ingenio, sazonado de burlas y de
+gran delicadeza en la declaración de afectos amorosos.»
+
+En efecto, la musa de Salinas no fué dada á asuntos graves y de
+elevación, luciendo principalmente en epigramas y composiciones ligeras,
+algunas de las cuales tienen títulos como estos: _A un clérigo que no
+quiso prestar al doctor las mulas y era muy puerco_. _A un fraile viejo,
+mentiroso y falto de dientes._ _A una dama que fingiendo descuido enseñó
+las ligas al doctor_, _etc._
+
+En este género de versos, que prueban el espíritu, un tanto chancero, de
+Salinas, es donde más lucía su ingenio, que llegó hasta componer un
+poema burlesco sobre los _Ejercicios de San Ignacio_, que fué impreso
+después de haber corrido por largo tiempo manuscrito con no poca
+aceptación.
+
+Salinas, á semejanza de Pedro de Quirós y de otros poetas de la escuela
+sevillana, sus contemporáneos, no dejó ninguna obra de pretensiones ni
+de verdadera importancia, dedicándose á cultivar la poesía en
+composiciones sueltas, la mayoría breves.
+
+Sus romances son muy estimables (véanse los que insertó D. Agustín
+Durán) habiendo pasado por anónimos algunos de ellos y siendo otros
+falsamente atribuidos á Góngora.
+
+Tuvo el autor objeto de estos apuntes, felicísima disposición para
+versificar y un ingenio vario y ameno, siendo más dado á ensayarse en el
+género festivo que no en el grave y elevado. El conceptismo deslució un
+tanto el mérito de algunos de sus trabajos, pero en todos ellos aventaja
+con mucho á no pocos de los que en el mismo género alcanzaron cierto
+nombre.
+
+En resumen: Salinas es digno de ocupar un puesto entre los buenos poetas
+sevillanos del siglo XVI, y con razón le tributaron elogios sus
+contemporáneos y no se los ha escaseado la posteridad.
+
+
+
+
+EL ARENAL
+
+
+El largo espacio de terreno comprendido en la orilla izquierda del
+Guadalquivir, desde la entrada del puente de barcas hasta la muralla que
+unía la torre del Oro con la de la Plata, fué llamado desde muy antiguo
+el Arenal.
+
+Hasta nuestros días ha llegado una antiquísima memoria de aquel lugar,
+en parte del cual hizo construir don Alfonso _El Sabio_ las Atarazanas.
+Hoy mismo, en uno de los muros exteriores del edificio de la Caridad,
+consérvase una lápida, dentro de dos fustes de mármol rojo, en la cual,
+en caracteres monacales, está en relieve una inscripción latina del
+siglo XIII, que perteneció á las Atarazanas y que traducida al
+castellano dice así:
+
+«_Séate conocida cosa, que esta casa y toda su fábrica hizo el sabio y
+claro en sangre don Alonso, rey de los españoles. Fué este movido á
+reservar las galeras y naves de los suyos contra las fuerzas del viento
+austral, resplandeciendo en arte completo lo que antes fué Arenal
+informe. En la era de 1290 (año 1152)._»
+
+En el siglo XVI, cuando el comercio con el Nuevo Mundo estaba para
+Sevilla en su mayor apogeo y las embarcaciones de todos países llegaban
+á nuestro puerto, era el Arenal sitio el más animado y bullicioso de la
+ciudad y Lope de Vega, que lo conocía, dió á una de sus comedias por
+título _El Arenal de Sevilla_, haciendo del lugar la siguiente
+descripción que pone en boca de doña Laura y de Urbana en la escena
+primera de la obra:
+
+ --¡Famoso está el Arenal!
+ --¿Cómo lo deja de ser?
+ --No tiene á mi parecer
+ todo el mundo vista igual.
+
+ Tanta galera y navío
+ mucho al Betis engrandece.
+ --Otra Sevilla parece
+ que está fundada en el río.
+
+ --Como llegan á Triana
+ pudieran servir de puente.
+ --No lo he visto con más gente.
+ --¿Quieres que me siente, Urbana?
+
+ --Mejor será que lleguemos
+ hasta la torre del Oro
+ y todo ese gran tesoro
+ que va á las Indias, veremos.
+
+ --Como cubierto se embarca,
+ no mueve mis pasos tardos.
+ ¿De qué sirve el ver en fardos
+ tanta cifra y tanta marca?
+
+ --Notable es la confusión.
+ --Lo que es más razón que alabes
+ es ver salir de estas naves
+ tanta diversa nación.
+
+ Las cosas que desembarcan,
+ el salir y entrar en ellas
+ y el volver después á vellas
+ con otras muchas que embarcan.
+
+ Por cuchillos el francés
+ mercerías y Ruán,
+ lleva aceite; el alemán
+ trae lienzo, fustán, llantés;
+
+ carga vino de Alanís;
+ hierro trae el vizcaino
+ el cuartón, el tiro, el pino,
+ el indiano el ámbar gris,
+
+ la perla, el oro, la plata,
+ palo de campeche, cueros,
+ toda esta arena es dineros.
+ ¡Un mundo en cifras retrata!
+
+En la citada comedia saca á escena Lope los tipos más característicos
+que entonces frecuentaban el Arenal, y así se ven desfilar por el
+teatro, tapadas, soldados, mozos de galeras, arraeces, bravos,
+comerciantes, aguadores, ladrones, criados y forasteros, pudiendo
+considerarse esta obra del _Fénix de los ingenios_, á más de su mérito
+indiscutible, como un cuadro de costumbres sevillanas de su tiempo.
+
+El autor acentúa más la nota en elogio de _Arenal_ haciendo decir al
+_Forastero_ en la escena IX estos versos:
+
+ Préciese de su edificio
+ Zaragoza enternamente;
+ Segovia de su gran puente,
+ Toledo de su artificio;
+
+ Barcelona del tesoro,
+ Valencia de su hermosura,
+ la corte de su ventura
+ y de sus almenas Toro;
+
+ Burgos del antigua espada
+ del Cid por tantos escrita,
+ Córdoba de su Mezquita,
+ y de su Alhambra, Granada;
+
+ de sus sepulcros León,
+ Avila del fuerte suelo,
+ Madrid de su hermoso cielo,
+ salud y buena opinión;
+
+ y de su hermoso _Arenal_
+ sólo se precia Sevilla,
+ que es vistosa maravilla
+ y una plaza universal.
+
+Con el transcurso de los tiempos, habiéndose alzado edificios desde la
+Puerta de Triana al Postigo del Carbón, y construído de nuevo los
+Malecones, se formó entre éstos y la orilla del río una alameda en la
+que se plantaron cuatro filas de álamos, y que tomó el nombre de _paseo_
+del Arenal.
+
+Lo agradable de aquel lugar, la hermosa vista que desde él se
+disfrutaba, y la animación que allí solía reinar por el movimiento del
+puerto, hicieron que el paseo fuese de los predilectos del pueblo
+sevillano y que disfrutara por largos años de gran boga.
+
+En el plano de la ciudad que mandó hacer Olavide siendo Asistente de
+Sevilla, figura ya indicada la Alameda del Arenal, y lo mismo en el que
+en 1788 se publicó durante el mando de Lerena, pudiendo decirse que por
+entonces era aquel terreno de los más concurridos de la ciudad.
+
+Don Leandro Fernández de Moratín, que visitó á Sevilla por entonces, así
+lo consigna, y otros escritores de la localidad hacen memoria en
+diversos trabajos de lo ameno del paseo y de la multitud que á diario lo
+frecuentaba.
+
+Por los arrecifes cruzaban por las tardes lujosas carrozas y los
+modestos asientos de ladrillo se veían siempre ocupados por un público
+aristocrático que lucía sus más preciadas y ricas galas.
+
+A la entrada del paseo se comenzó á fines del siglo XVIII á construir el
+monumento llamado Triunfo de la Trinidad, que se elevó á instancias de
+fray Diego José de Cádiz, y el cual monumento era obra de escasísimo
+mérito, y fué derribada hacia la mitad del pasado siglo, sin haberse
+llegado á terminar por completo.
+
+No lejos del monumento, se encontraba la _Cruz de la Charanga_, nombre
+éste que también se daba á uno de los álamos, el más corpulento y que
+más sobresalía entre los allí plantados, y alrededor del cual se
+formaban aquellas tertulias de desocupados de que habla don José Somoza
+en sus _Recuerdos_ y en el artículo _El árbol de la Charanga_, donde
+dice pintando lo agradable de aquel lugar: «...A la izquierda está el
+_Paseo del Arenal_, paseo siempre concurrido; á la derecha el puente de
+barcas y un dilatado horizonte azul, por el que se oculta el sol en su
+occidente por entre una multitud de palos y velachos de embarcaciones
+ancladas.»
+
+Hacia 1808 se hicieron algunas reformas en el Arenal, con las que
+ganaron en comodidad los paseantes, habiéndose por entonces llevado á
+cabo varias obras en el puente allí inmediato, que cubría uno de los
+brazos del arroyo Tagarete.
+
+Punto como lo era el paseo del Arenal de amplitud y gran concurrencia,
+cuando los días de la invasión francesa, lo escogieron las autoridades
+imperiales para llevar á cabo no pocos espectáculos públicos, con los
+que procuraban distraer al pueblo.
+
+Allí el mariscal Soult pasó revista á las tropas, allí se quemaron
+vistosos castillos de fuegos artificiales; hubo cucañas, carreras á
+caballo por diestrísimos ginetes, conciertos de bandas militares,
+iluminaciones y otros regocijos.
+
+El paseo del Arenal, cuando en 29 de Agosto de 1812 penetraron en
+nuestra ciudad los soldados españoles, fué teatro de sangrientas escenas
+y de verdaderos rasgos de heroísmo, y algunos días después se enterró á
+la entrada del paseo el coronel inglés Alejandro Ducan, que murió
+violentamente, y cuyo sepulcro fué destruido por el populacho en 1816.
+
+Volvieron para el paseo del Arenal días de esplendidez, transcurridos
+aquellos años de la guerra, y en 1823, cuando Fernando VII visitó á
+Sevilla, este monarca paseaba con gran frecuencia en carruaje por la
+orilla del río, donde era objeto de no pocas manifestaciones de los
+_absolutistas_. Y se dió el caso que, saliendo una tarde el rey de los
+toros, á causa de haber intervenido en los desahogos de los _blancos_
+algunos constitucionales, se promovió un feroz escándalo, en el que hubo
+garrotazos, carreras y no pocos heridos.
+
+Con motivo de otras visitas de reyes se ha adornado después de 1823 el
+paseo del Arenal, alzándose en él graciosos arcos de follajes y vistosos
+transparentes.
+
+Habiendo el Asistente Arjona derribado el murallón de la Torre del Oro y
+edificádose el Salón de Cristina, comenzó el público elegante y
+aristocrático á abandonar el viejo Arenal; llevado de las novedades y
+atractivos que el nuevo sitio de esparcimiento y recreo le ofrecía.
+
+Este abandono fué en aumento después de 1834, y como quiera que por las
+autoridades locales se olvidó por completo el adorno y cuido de aquella
+alameda, desaparecieron de ella los antiguos árboles que le prestaban
+agradable sombra, los primitivos asientos y los aguaduchos donde tan
+animadas tertulias se formaban.
+
+Por los alrededores del Arenal se veía en los buenos tiempos del paseo
+muy variados tipos y personajes callejeros, no faltando nunca por las
+tardes, los _chiquillos de la candela_ que, provistos de mecha, ofrecían
+lumbre á los transeúntes fumadores; los viejos que exhibían á golpe de
+tambor las sorprendentes vistas de la _máquina óptica_, los vendedores
+de confites, los maestros de esgrima que acudían á la palestra pública,
+y para que nada faltase á aquel cuadro, era frecuente ver en los
+Malecones ó frente á la Resolana de la Caridad ó al pie del Triunfo,
+algunos frailes misioneros que escogían aquellos puntos para predicar,
+como ocurría al célebre padre _Verita_.
+
+Una nota característica ha conservado hasta nuestros días y conserva
+actualmente el Arenal: refiérome al mercado que allí se establece en el
+mes de Diciembre y que se ve tan concurrido el día de Nochebuena y los
+sucesivos de Pascua.
+
+Álzanse entonces, en lo que fué frondosa alameda, puestos de juguetes y
+de frutas, sin que en manera alguna falten los instrumentos populares,
+característicos de los citados días, siendo grande el concurso que acude
+al Arenal á llevar á cabo las indispensables compras de pavos, nueces,
+castañas, turrones y todos los comestibles _del ritual_.
+
+Para concluir, el Arenal en su aspecto más triste, ya que hemos
+recorrido á la ligera su historia, es cuando el Guadalquivir se desborda
+y la ciudad se ve amenazada con los peligros de las inundaciones que
+tantos estragos han causado en todos los tiempos. Entonces cubren las
+aguas el viejo paseo, y aquel lugar tan ameno y agradable presenta un
+cuadro imponente, cuadro que no es necesario describir, pues hartas
+veces lo han presenciado por desgracia los sevillanos.
+
+El viejo Arenal lleva hoy el nombre de Paseo de Colón, nombre que se le
+dió en 1892, cuando las fiestas del centenario del descubrimiento de
+América. De su pasado, de sus días de esplendor, no queda ya más que el
+recuerdo.
+
+
+
+
+JUANILLO HERNÁNDEZ
+
+
+La reforma luterana que apareció en Sevilla á mediados del siglo XVI
+propagóse en la ciudad de un modo rapidísimo, y tuvo infinitos adictos,
+personajes, en su mayoría, de posición y de talento, como lo fueron
+Rodrigo de Valer, el doctor Egidio, el doctor Constantino Ponce de la
+Fuente, el prior de San Isidro del Campo, García Arias, el padre
+Arellano, Ponce de León, el médico Losada, fray Casidoro de Reina,
+Fernando de San Juan y otros cientos, cuya enumeración sería enojosa.
+
+De entre todos aquellos primeros protestantes, he de recordar á uno que
+tiene no poco relieve y á quien por su actividad y el género de
+propaganda á que se dedicaba, debióse singularmente la propagación de
+la doctrina de Lutero.
+
+Llamábase Julián Hernández y se le conocía por _Julianillo_, era mozo
+astuto y ardientísimo partidario de la reforma, con lo cual puede
+suponerse el contacto frecuentísimo y estrecho en que estaba con todos
+los iniciados.
+
+Bien por comisión ó bien de propia iniciación llevó Hernández á cabo una
+empresa que, por ser entonces en extremo arriesgada, tal vez se confió á
+él como más listo y astuto.
+
+Ansiaban los protestantes sevillanos poseer escritos propagadores de la
+nueva doctrina, que á cientos se publicaban en Alemania y los Países
+Bajos; y como la posesión de los tales libros y su introducción en
+España era dificilísima, pensaban en mil modos para burlar á la
+Inquisición, que tenía puesta toda su atención en la reforma para
+aniquilarla.
+
+Julianillo Hernández partió en 1556 de Sevilla y recorrió los
+principales focos del luteranismo, poniéndose en relaciones con los
+principales apóstoles del protestantismo y dirigiéndose después á
+Ginebra, donde residió algunos meses.
+
+En esta ciudad adquirió ejemplares de los libros más famosos que se
+habían dado por los reformadores, y ya dueño de ellos, puso en práctica
+el ingenioso medio que discurrió para introducirlos en España y traerlos
+á Sevilla.
+
+A este efecto, disfrazóse perfectamente de arriero, y previniendo dos
+grandes toneles, fabricados de intento, los llenó con los numerosos
+volúmenes adquiridos, emprendiendo su viaje de regreso.
+
+En 1557, Julianillo Hernández llegaba á Sevilla: con su carga, había
+atravesado la península entera sin que ni justicia ni persona alguna
+sospechase que en aquellos dos toneles iban las armas más poderosas
+contra la religión del Estado, y que tanto efecto iban á producir.
+
+Cuando los protestantes sevillanos tuvieron conocimiento de la llegada
+de Julianillo, inmediatamente acudieron con gran cautela á ocultar el
+cargamento, siendo repartidos los libros en el monasterio de San Isidro
+del Campo, en casa de don Juan Ponce de León y en la de la dama doña
+Isabel de Baena, ardiente protestante, en cuyo domicilio se reunían con
+frecuencia los luteranos.
+
+Merced al ingenio de _Julianillo_, pudieron los reformadores entregarse
+á las lecturas que tanto deseaban, comenzando entonces el mozo á
+repartir volúmenes cautelosamente, siendo menos afortunado en esta
+empresa, pues por ello vino su perdición y la de infinidad de
+protestantes.
+
+Un ejemplar del libro titulado _Imagen del Antichristo_, lo vío una
+mujer que tenía algún vago conocimiento de lo que pasaba y denunció á la
+Inquisición el foco protestante, cayendo el tribunal entonces
+rápidamente sobre el asunto, y en poco tiempo fueron encerrados en el
+castillo de Triana más de 800 luteranos, que no tardaron en perecer en
+la hoguera y en el garrote.
+
+Sin tiempo para ponerse á salvo, cayó _Julianillo_ también en las garras
+del Santo Oficio, y después de doce meses de prisión, el 22 de Diciembre
+de 1560 salió con el auto de fe, siendo quemado vivo en unión de 34
+protestantes más, entre los que se hallaban doña Ana de Rivera, doña
+Francisca Ruíz, doña Francisca de Chaves, monja de Santa Isabel; María
+Gómez, Leonor Núñez, sus tres hijas Elvira, Teresa y Lucía; doña
+Catalina Sarmiento, doña María y doña Luisa Manuel, y fray Diego López,
+fray Barnardino Valdés, fray Domingo Churruca, fray Gaspar de Porres y
+fray Bernardo de San Jerónimo, de alguno de los cuales haré más
+adelante especial mención.
+
+
+
+
+SANTA TERESA EN SEVILLA
+
+
+La célebre abulense doña Teresa Sánchez Cepeda, cuyos escritos místicos
+son tan famosos y á quien la iglesia colocó en los altares en 1622, bajo
+el nombre de Santa Teresa de Jesús, visitó durante su vida á Sevilla,
+para fundar un convento en nuestra población, permaneciendo en ésta
+desde el 26 de Mayo de 1575 hasta el 4 de Junio de 1576.
+
+Llegó, pues, el citado día la madre Teresa de Jesús, acompañada de seis
+monjas, sus compañeras, instalándose provisionalmente en una modesta
+casa de la calle de las Armas, en la cual estuvieron viviendo con gran
+estrechez y miseria, siendo al principio socorridas por una señora
+llamada doña Leonor de Valera, y más tarde por el prior de la Cartuja,
+que influyó á favor de las religiosas con otras personas de algún
+valimiento.
+
+Allí pasó la madre Teresa de Jesús algunos meses sin que pudiera, según
+eran sus propósitos, adelantar «gran cosa en la fundación del convento,
+y aunque contó con el apoyo de algunos que le fueron afectos y le
+auxilió mucho en sus trabajos» D. Lorenzo Sánchez Cepeda, su hermano,
+que á la sazón vino de Indias, costóle gran trabajo encontrar casa más
+espaciosa para instalarse.
+
+Dió al fin la fundadora con un edificio en la calle de Pajería, hoy
+Zaragoza, y á propósito de éste escribe en una de sus cartas:
+
+«No se pasó poco para pasarnos á ella (á la nueva casa) porque quien la
+tenía no la quería dejar. Los frailes franciscos, como estaban juntos,
+vinieron luego á requerirnos que en ninguna manera nos pasásemos é
+ella.»
+
+Ya en la nueva casa, la actividad de la madre Teresa de Jesús, hizo que
+se habilitase lo mejor que se pudo, contando con algunos fondos y
+aumentándose la comunidad; pero entonces comenzaron á levantarse
+calumnias contra la fundadora, intimándola el padre Salazar para que no
+hiciese más fundaciones; y denunciándola por entonces á la Inquisición
+como sospechosa de herejía, ilusiones, falsa devoción y revelaciones
+imaginadas, una beata que había vivido en la recién fundada casa
+religiosa, ayudada por un clérigo de quien dice fray Diego de Yepes que
+era «hombre hipocondríaco, escrupuloso, ignorante y expuesto al error.»
+
+Siguióse el proceso contra la madre Teresa de Jesús, pasando á
+interrogarla á su casa los inquisidores, llevando con gran ruído los
+jueces á caballo, notarios, alguaciles y familiares, y después de largo
+tiempo, la Inquisición mandó que el expediente se suspendiese, quedando,
+sin embargo, la fundadora obligada á presentarse ante el tribunal de
+Sevilla siempre que éste lo reclamase.
+
+Estando en nuestra población la célebre hija de Avila, fué retratada por
+el napolitano Juan de Narduck, que había sido discípulo de Coello y que
+á la sazón era religioso lego conocido con el sobrenombre de _fray Juan
+de la Miseria_, conservándose hoy este retrato en el convento de
+carmelitas de San José, y el cual, si no es una perfecta obra de arte,
+es por lo menos, el más auténtico retrato que existe de la reformadora.
+
+La casa que ésta habitó en Sevilla túvola en gran estima y de ella
+escribía que «no la había mejor ni mejor puesta. Paréceme que no se ha
+de sentir en ella el calor. El patio parece hecho de alcorza.»
+
+En 27 de Mayo de 1576 celebróse en aquella casa una gran fiesta
+religiosa, á la que asistió el arzobispo, fiesta que la misma fundadora
+describió con muchos pormenores, y algunos días después salió de la
+ciudad, dirigiéndose á Castilla, donde prosiguió sus fundaciones.
+
+Aquel edificio que la mística escritora habitó en Sevilla en la calle
+Pajería, fué convento hasta 1588, y el año 1882 el edificio, que se
+había conservado casi como estuvo en el siglo XVI, fué derribado,
+colocándose después en el que se levantó sobre su área, una lápida en la
+fachada que recuerda la fundación de la madre Teresa de Jesús y su
+estancia en nuestra ciudad.
+
+
+
+
+UN PONCE DE LEÓN
+
+
+El noble caballero sevillano don Juan Ponce de León, hijo de don
+Rodrigo, conde de Bailén, fué, como ya he indicado anteriormente, uno de
+los más decididos y ardientes partidarios que la reforma luterana tuvo
+en Sevilla en el siglo XVI, y predilecto discípulo del doctor Egidio.
+
+Su elevada posición social, su ilustración y el importante papel que
+hacía en la sociedad sevillana, contribuyeron poderosamente á que su
+propaganda en favor del protestantismo le diera muchos resultados,
+logrando, durante bastante tiempo, que ni á las autoridades
+eclesiásticas ni á las seculares trascendiera su conducta, apesar de la
+actividad que éstas desplegaban para destruir y aniquilar cuanto en
+Sevilla tuviera sospecha siquiera de luteranismo.
+
+Fué al fin descubierto en 1558, con otras muchas importantes personas,
+que pagaron con sus vidas en las hogueras, y permaneció antes largos
+meses preso, siendo al fin condenado por el tribunal odioso.
+
+La sentencia dada contra Ponce de León es un documento bastante curioso,
+del cual existe una copia manuscrita en la _Colección de Papeles del
+conde del Aguila_ del Archivo municipal, y de ella reproduciré la parte
+más interesante, que dice así:
+
+«... Atentos los autos y méritos de este proceso, que dicho fiscal probó
+bien y cumplidamente su acusación y querella: damos y pronunciamos su
+intención por bien probada, y que el dicho don Juan Ponce de León no
+probó cosa alguna que le pudiese relevar. Por ende: debemos declarar y
+declaramos al dicho _Juan Ponce_, haber sido y ser _hereje, apóstata,
+luterano, dogmatizador y enseñador de la dicha secta de Lutero_ y sus
+secuaces: hallándose en algunos ayuntamientos y conventículos con otras
+personas secretamente, á donde se trataba de la dicha maldita secta y
+sus errores, en grandísima ofensa de Dios Nuestro Señor y de su Santa Fe
+católica y Ley evangélica, y haber sido justo y disimulado confitente, y
+que las confesiones que hizo fueron más por reservar la vida que por
+salvar el alma, y por ello haber caído é incurrido en la Sentencia de
+Excomunión mayor, y estar ligado de ella y en todas las otras penas en
+que caen é incurren los tales herejes, luteranos, dogmatizadores y
+enseñadores de nueva secta y errores que, á título de cristianos, hacen
+y cometen semejantes delitos; y en confiscación y perdimiento de _todos
+sus bienes_, en los cuales le condenamos y aplicamos á la Cámara y Fisco
+de S. M. desde el tiempo que cometió dichos delitos á esta parte, cuya
+declaración en nos reservamos. Otrosí: relajamos la persona de dicho
+_Don Juan Ponce de León_ á la Justicia y Brazo seglar, y especialmente
+al muy magnífico señor Licenciado Lope de León, Asistente por S. M. en
+esta ciudad y á sus lugares tenientes en el dicho oficio, á los cuales
+muy afectuosamente rogamos que se hagan benigna y piadosamente con el
+dicho _don Juan_, y porque el delito de la heregía es tan gravísimo que
+no se puede buenamente punir ni castigar en las personas que lo cometen,
+y las penas se extienden á _sus descendientes_: por ende declaramos sus
+_hijos y nietos_ de dicho don Juan Ponce por línea masculina sean
+_inhábiles para poder tener cualquier oficio público, ó de honra, ó
+beneficios eclesiásticos_, y que no pueden usar de las otras cosas
+prohibidas á los hijos y nietos de los semejantes condenados así por
+dicho común, Leyes y Pragmáticas de estos Reinos como por institución
+del Santo Oficio, las cuales habemos aquí por expresadas: y por esta
+nuestra sentencia juzgando así lo pronunciamos y mandamos en estos
+escritos y por ellos.--_El Obispo de Tarazona.==El Licenciado Andrés
+Gasco.==El Licenciado Carpio.==El Licenciado Juan Obando._»
+
+El 24 de Septiembre de 1559 se celebró el auto de fe en que salió don
+Juan Ponce de León: después de relajado y entregado al brazo secular, se
+le dió garrote y se consumió su cuerpo en el _Quemadero_ del prado de
+San Sebastián, con otros de los más señalados protestantes sevillanos.
+
+
+
+
+JUAN DEL CASTILLO
+
+
+El haber sido el pintor sevillano Juan del Castillo maestro de artistas
+que tanto renombre y gloria alcanzaron, como Murillo, Zurbarán, Alonso
+Cano y Pedro de Moya, ha hecho que su nombre sea por esto citado más que
+por las obras que dejó á la posteridad, dignas de elogio, ciertamente,
+no pocas de ellas.
+
+Hermano de otro pintor también, Agustín del Castillo (1565-1626), nació
+Juan en el año de 1584, siendo desde muy joven manifiesta su inclinación
+por el dibujo, que aprendió bajo la dirección de Luis Fernández, en
+cuyos lienzos censúrase la escasa frescura y la pobreza de colorido.
+
+Juan del Castillo pintó multitud de cuadros en su juventud, la mayoría
+de los cuales se han perdido hoy, y que le atrajeron general estimación,
+pues apartándose de las reglas que su maestro le indicara, dió un gran
+paso para destacar su personalidad.
+
+Demostrando grandes condiciones para la enseñanza, á Castillo acudieron
+no pocos discípulos, siendo su academia la que más frutos obtuvo para el
+arte, de aquellas otras que tenían en sus talleres el clérigo Roelas,
+Herrera _el Viejo_ y Francisco Pacheco.
+
+A la academia de Castillo acudió cuando contaba doce años, en 1630,
+Bartolomé Murillo, llevado al estudio por cercano pariente, no faltando
+algunos autores que apunten que el luego celebérrimo artista sevillano
+era sobrino de su maestro.
+
+En abril de 1611, Castillo, vecino á la sazón del Salvador, se recibió
+de hermano de la _Doctrina Cristiana_, como hombre devoto que era,
+habiendo noticias de que en años después hizo un viaje á Granada, donde,
+según _Arana de Varflora_, «hizo algunas pinturas y en ellas se conoce
+su manera de pintar, que era fresca y pastosa.»
+
+Para el convento de Monte Sión ejecutó Castillo, de vuelta en su ciudad
+natal, catorce lienzos, siendo este templo el que llegó á reunir más
+producciones del pintor objeto de estas líneas.
+
+En el altar mayor dejó una _Asunción_, _La Visitación de Santa Isabel á
+la Virgen_, _La Encarnación_, _El Nacimiento de Jesús_, _La Adoración de
+los Reyes_, los cuatro doctores de la Iglesia, San Buenaventura y un
+crucificado, y en otros retablos las imágenes de Santo Domingo, Santo
+Tomás y San Vicente Ferrer.
+
+De estos cuadros, que permanecieron en dicho convento hasta 1810, fueron
+algunos, tras bastante tiempo, llevados al Museo Provincial, donde en la
+actualidad se encuentran, á más de dos medios puntos en tabla que
+representan á San José y el Niño trabajando, y la muerte del mismo
+santo.
+
+Estos citados son los más notables cuadros de Juan del Castillo, y en
+los que pueden apreciarse por completo sus méritos y su estilo de
+pintura, debiendo citar aquí también otras obras como las siguientes,
+que conservaron varios particulares y elogió Amador de los Ríos en 1844
+cuando dió á luz su libro _Sevilla pintoresca_.
+
+D. Manuel López Cepero poseía una _Asunción_ y una _Sagrada Familia_;
+don Pedro García, un lienzo de los _Desposorios de la Virgen_, en
+figuras de tamaño natural, un _San Miguel_ y un _Ángel de la Guarda_, y
+el señor Suárez de Urbina un _San Pedro_ y un _San José con Jesús_,
+cuadro este último de pequeñas dimensiones.
+
+De otras pinturas de Juan del Castillo se han perdido no pocas, que
+fueron celebradas en su tiempo y de las cuales sólo la memoria queda.
+
+Con su academia muy concurrida de discípulos, continuó el maestro
+residiendo en Sevilla hasta 1639, año en que, por motivos que ignoro, se
+trasladó á Cádiz, donde fijó su residencia.
+
+Allí ejecutó también algunos lienzos, pero la vida del artista tuvo
+pronto término, falleciendo á mediados del año 1640, según apuntan los
+más autorizados biógrafos.
+
+Las obras de Juan del Castillo han sido estudiadas por los críticos con
+atención é imparcialidad, diciendo uno de ellos, juzgando los méritos
+del artista, que apesar del estilo que en la enseñanza recibiera,
+«guiado por favorable inclinación, dióse á copiar el modelo vivo y á
+estudiar la realidad, con lo cual mejoró su arte y dictó provechosas
+reglas, siempre más á lo tocante al dibujo que al color, á sus
+discípulos.»
+
+En la historia de la pintura sevillana indica Castillo un gran paso de
+adelanto, y puede decirse que dejó muy atrás á su hermano Agustín y aun
+á su sobrino Antonio, también artista.
+
+Contemplando los lienzos de Juan del Castillo y viendo aquel modo de
+ejecutar un tanto frío y académico, viene enseguida á la memoria la
+enseñanza que dió á Murillo, resaltando al punto cómo éste nada conservó
+de su maestro, y haciéndose de un estilo propio, con el cual fundó una
+escuela y del que tuvo tantos fervorosos admiradores.
+
+El lienzo de la _Visitación_, el del _Nacimiento_ y los restantes que se
+encuentran hoy en el Museo provincial, son, como ya indiqué, las
+principales obras de Castillo, y aunque á ellas no dejan de poner
+reparos los críticos, todos reconocen los méritos que indudablemente
+tuvo su autor.
+
+«No podemos llamar reaccionario en arte á Castillo--escribe
+Sentenach--antes bien, dejándonos arrastrar con las corrientes que se
+iniciaban, abandona el neo-clasicismo: pierde, inspirado por Herrera,
+algo de la tirante corrección greco-romana; observa la naturaleza y
+aunque con pocas fuerzas para elevarse á grandes alturas, desvía á sus
+discípulos de los senderos trillados y los encamina por el que ha de
+conducirlos á nuevas y encantadas regiones.»
+
+Para terminar: el pintor sevillano no llegó á escalar la región
+reservada á los genios; faltóle en primer lugar hondo sentimiento y
+espíritu para sus obras; pero fué un artista en conjunto bien digno de
+elogio por su obra general, y la dulce memoria que dejó como maestro de
+Zurbarán, de Alonso Cano, de Murillo y de tantos otros hará siempre que
+su nombre viva unido al de aquellos grandes hombres y la posteridad lo
+respete.
+
+
+
+
+UN ZAPATERO DE ANTAÑO
+
+
+La Santa Hermandad, instituída por los Reyes Católicos con el objeto de
+perseguir y castigar á los ladrones y malhechores, puede decirse que
+estaba en todo su esplendor durante el siglo XVI, siendo sus individuos
+muy numerosos, y como quiera que los cargos de cuadrilleros, secutores,
+etc., traían consigo ciertos privilegios y fueros, eran éstos muy
+solicitados.
+
+Para ejercer dichos cargos hacíase requisito indispensable, á más de
+tener harto probada la buena conducta moral, ser persona de alguna
+significancia y prestigio, pertenecer á hidalga familia y no ejercer
+ciertos oficios ó cargos incompatibles con la justicia de que habían de
+investirse.
+
+Ninguna de estas cualidades parece que tuvo en cuenta, en 1587, un
+zapatero que había en Sevilla, llamado Luís Sánchez, el cual era popular
+entre la gente de baja ralea, y valiéndose de resortes que supo
+hábilmente tocar y de la influencia del canónigo y arcediano don Alonso
+Fajardo de Villalobos, obispo titular de Esquilache, consiguió que el
+Provincial de la Santa Hermandad le diese el cargo de secutor, el cual
+era provechoso por las ganancias y gajes varios que traía consigo.
+
+Revestido el zapatero de su autoridad, comenzó á ejercerla tan ufano y
+orondo; pero el hombre no contaba con la huéspeda, y ésta fué un su
+enemigo llamado Juan Pérez, que se propuso amargar la satisfacción del
+flamante secutor, presentando al cabildo de la ciudad un escrito contra
+Sánchez, el cual no deja de ser curioso, y que por esto y por ser
+inédito hasta ahora, lo copio de su original, que dice así:
+
+«_Muy ilustres señores._--Juan Pérez de esta ciudad, como uno del
+pueblo, y para el bien público, digo que el Provincial de la Hermandad,
+ha nombrado por secutor de hermandad á un hombre llamado Luis Sánchez el
+cual es _hombre infame_ y es zapatero que usa dicho oficio _con delantal
+delante de los pechos y golpeando con un box, llamando la gente_ y
+calzando zapatos á negros y blancos y limpiándoles los pies, y además de
+esto, sirve al obispo Esquilache en lo que le manda. Asimismo el dicho
+Luís Sánchez, suele cometer _delitos crímenes_, especialmente el
+susodicho estuvo preso en la cárcel real de esta ciudad por mandado del
+alcalde Bonifacio, por haber vendido mucha cantidad de trigo, y fué
+sentenciado á graves penas é destierro, que pasó la causa ante Juan de
+Castro, escribano. Por todo lo cual el dicho Luís Sánchez no puede ni
+debe ser recibido al dicho oficio de secutor, porque lo pretende _para
+hacer cosas no debidas é cometer delitos_. Por tanto, pido y suplico á
+vuestra señoría no sea admitido ni recibido al dicho oficio de secutor,
+y que vuestra señoría mande dar y dé por ninguno el dicho nombramiento,
+é no haber lugar de se hacer el nombramiento é en todo haga se provea lo
+que más convenga á su servicio, por lo cual etc. etc.--_Juan Pérez._»
+(_Archivo municipal_: Varios, _Antiguo_.)
+
+Esta solicitud pasó á cabildo, y habiendo tenido conocimiento de ella el
+zapatero, furioso de ver cuán mal quedaba su persona, buscó á su
+enemigo y le dió una monumental paliza, con lo que parece quedó
+vengado... y sin que nadie le despojase del cargo de secutor, apesar de
+lo de los _delitos crímenes_.
+
+
+
+
+LA PUERTA DE TRIANA
+
+
+La más notable y acabada de cuantas puertas tuvo en lo antiguo Sevilla,
+fué la de Triana, cuya traza se debió, según las opiniones más
+autorizadas, al notable arquitecto Juan de Herrera. Fué concluída
+aquella puerta, verdaderamente monumental, á fines de 1588, derribándose
+para hacerla otra primitiva que estaba á la entrada del barrio de la
+Cestería.
+
+Constaba la puerta de Triana de un solo cuerpo de arquitectura, de
+estilo dórico, y presentaba dos fachadas de gran elevación y magnífico
+aspecto. A ambos lados de sus arcos, existían cuatro colosales columnas
+que descansaban en sólidos pedestales y sostenían una gran cornisa, en
+la que se hallaba un espacioso balcón de largo barandal, rematando el
+monumento con un ático triangular adornado de pirámides.
+
+Sobre el balcón existía una lápida cuya inscripción latina decía lo
+siguiente, según la traducción castellana de un autor, muy versado en
+nuestras antigüedades:
+
+_Siendo poderosísimo rey de las Españas y de muchas provincias por la
+parte del orbe Felipe II, el amplísimo regimiento de Sevilla juzgó deber
+ser adornada esta nueva puerta de Triana, puesta en nuevo sitio,
+favoreciendo la obra y asistiendo á su perfección don Juan Hurtado de
+Mendoza, conde de Orgáz, superior vigilantísimo de la misma floreciente
+ciudad en el año de la salud cristiana de 1588._
+
+A un lado de esta puerta estaba uno de los husillos del río, cuya obra
+la conmemoraba otra lápida de pomposa y larga inscripción, colocada en
+1633, siendo asistente el conde de la Corzana, y sobre el arco estaba el
+llamado _Castillo_, en el que se hallaban varias celdas, que servían de
+prisión á los nobles y caballeros de importancia.
+
+Era esta puerta la más adornada en las festividades públicas; sus dos
+portillos laterales eran los que más tarde se cerraban, y por su arco
+principal entraron los monarcas Felipe V, en 1729; Carlos IV, en 1796;
+José I, en 1810; Fernando VII, en 1823, y la reina Isabel II, en 1862.
+
+Cerca de la puerta se encontraba á principios del siglo XIX, en un hueco
+de la pared, el célebre cafetín llamado de _Julio César_, donde se
+reunía por la noche gente maleante, que tenía siempre cuentas pendientes
+con la justicia.
+
+Las más importantes obras efectuadas en la puerta de Triana fueron las
+que se llevaron á cabo en 1787, siendo Asistente don José Ábalos.
+Entonces se renovaron las dos fachadas, «restituyéndose--como dice un
+historiador--á sus columnas la altura que correspondía, pues antes su
+basamento subía hasta el tercio de las columnas, quizá para afianzar en
+él los tablones con que se calafateaba la puerta en las ocasiones de
+riadas.»
+
+Delante del monumento se extendía el espacioso llano, donde después se
+ha construído la calle de Reyes Católicos, y este lugar era en extremo
+concurrido por los desocupados y paseantes, que allí acudían á tomar el
+sol en invierno y á refrescarse en las noches del estío.
+
+La puerta de Triana, que era la más inmediata para dar acceso al puente
+de barcas y al populoso barrio de la margen derecha del Guadalquivir,
+era punto de gran tránsito, y por ella se veían casi siempre grupos de
+viajeros, recuas de los trajinantes, coches de camino, etc., etc.
+
+Cerca del monumento existían dos fuentes, una de las cuales se conserva
+todavía, aunque muy variada, y se construyó en 1816 por el Asistente don
+Francisco Laborda y Pleyler.
+
+Entre muchos recuerdos históricos, que iban unidos á la puerta,
+mencionaré el de la muerte del conde del Aguila en 1808, el de la
+entrada de las tropas españolas en 1812 y el del general López Baño, que
+en 1823 derribó á cañonazos sus hojas para salvar á la ciudad del furor
+de los absolutistas.
+
+El monumento al fin fué derribado en 1869, sin que bastara á impedir su
+destrucción, ni lo magnífico de la obra, ni los recuerdos que tenía.
+
+
+
+
+LA ALAMEDA DE HÉRCULES
+
+
+Sabido es que la construcción de este paseo se debe al Asistente don
+Francisco Zapata, conde de Barajas, el cual, de un lugar tan infecto y
+malsano como era aquel, que se llamaba la Laguna por ser punto donde se
+estancaban las aguas, hizo un hermoso lugar de recreo y esparcimiento
+para el pueblo sevillano.
+
+Levantado el terreno y nivelado, formadas ocho hileras de árboles hasta
+el prado de Belén, y construídos cómodos asientos y bellas fuentes de
+mármol, el conde de Barajas puso á la entrada del paseo dos magníficas
+columnas de granito gris, que medían 8'90 metros y uno de diámetro, las
+cuales es opinión general que debían pertenecer á algún templo que tuvo
+Sevilla en tiempo de los romanos.
+
+Levantadas las columnas sobre pedestales, se pusieron, como remate de
+ellas, dos estatuas, una de Hércules y otra de Julio César, las cuales
+dieron nombre al paseo, que el vulgo llamó desde poco después, Alameda
+de Hércules.
+
+En la actualidad se encuentran casi borradas las inscripciones que
+entonces se grabaron en los pedestales, y aunque ya son por algunos
+conocidas, creo de oportunidad copiarlas aquí.
+
+La inscripción de Hércules dice:
+
+«Al Hércules Augusto Emperador, César Carlos quinto, hijo del rey don
+Filipo, nieto del rey don Fernando, viznieto del rey don Juan, piadoso,
+feliz, gálico, germánico, túrcico, africano, que mucho más allá de las
+columnas de Hércules, dilatada su gloria por el Nuevo Mundo, terminó su
+imperio con el Océano, su fama con el Cielo. Al héroe sagrado,
+meritísimo de la República cristiana, por su eterna piedad y virtud, el
+Senado y pueblo de Sevilla dedicadísimo á su sagrada memoria y
+majestad.»
+
+«Reinando en Castilla el católico y muy alto y poderoso rey don Felipe
+II, y siendo asistente de esta ciudad el ilustrísimo señor conde de
+Barajas, mayordomo de la reina nuestra señora: Los ilustrísimos señores,
+Sevilla, mandaron hacer estas fuentes y alamedas, traer el agua de la
+fuente del Arzobispo con industria, acuerdo y parecer del dicho señor
+Asistente, siendo obrero mayor, el magnífico señor Juan Díaz, Jurado,
+alcalde el año de MDLXXIIII.»
+
+En la de Julio César se contiene todo esto:
+
+«A don Francisco Zapata conde de Barajas, Asistente vigilantísimo de
+esta Ciudad, mayordomo del rey, y amante muy equitativo de la justicia,
+por haber limpiado esta antigua y abandonada laguna de las aguas
+inmundas de toda la ciudad, convirtiéndola en un paseo muy extenso,
+sembrado de frondosos árboles y regados con fuentes perennes, dando así
+á los ciudadanos un cielo más saludable y un viento más fresco en los
+ardores del estío; y por haber restituído á su antiguo origen el arroyo
+de las aguas del Arzobispo, interrumpido por la antigüedad y abandonado,
+trayendo sus aguas á varias calles de la Ciudad para grande consuelo del
+pueblo sediento: por haber trasladado aquí las columnas de Hércules,
+con un trabajo comparable á los del mismo Hércules: por haber hermoseado
+la Ciudad con puertas magníficamente fabricadas y por haberla gobernado
+con suma humanidad, el Senado y Pueblo de Sevilla le consagran este
+monumento en testimonio de su amor y gratitud, en el año 1598.»
+
+«A la liberalidad del augusto Felipe segundo hijo del divino Carlos,
+nieto del gran Felipe, biznieto del divino Maximiliano rebiznieto del
+divino Federico, piadoso, fiel, máximo, católico, germánico, francisco,
+británico, bélgico, índico, africano, túrcico en tierra y mar, emperador
+invictísimo, porque con nuevos ornamentos y prerrogativas confirmados
+también y dadas de nuevo ilustres leyes municipales, ha aumentado y
+ennoblecido esta ciudad como á óptimo príncipe de esta romulense colonia
+restaurador amabilísimo el cabildo de los sevillanos.»
+
+En los _Libros de Caja_ del siglo XVI, que se guardan en el Archivo
+Municipal, existen multitud de asientos relativos á las obras de
+construcción de la Alameda, pudiendo verse allí en detalle cuán grandes
+sumas se invirtieron y cuánto interés puso el conde de Barajas en
+embellecer el paseo.
+
+La Alameda fué durante el siglo XVII, el lugar más concurrido de Sevilla
+por los paseantes y sitio predilecto de damas y galanes que allí acudían
+á entregarse á sus amorosas expansiones, y con razón ha dicho un
+escritor ilustre que era aquel «el terreno de la belleza y el lujo, y el
+teatro del trato ameno y conciertos amorosos».
+
+En el siglo XVIII, haciéndose necesarias algunas reformas en el antiguo
+paseo, las llevó á cabo en 1764 el asistente don Ramón Larumbe; el cual
+coronó su obra levantando al final de la Alameda dos ridículas
+columnas, parodia de las puestas por el conde de Barajas, las cuales
+remataron en dos leoncillos de piedra, al pie de los que su señoría,
+deseando perpetuar la memoria del trabajo, hizo grabar estas líneas, ya
+casi borradas hoy:
+
+«--NO=8=DO--Reinando en España la católica magestad de don Carlos III,
+siendo asistente de esta ciudad el señor don Ramón de Larumbe del orden
+de Santiago, del consejo de S.M., intendente general del ejército de los
+cuatro reinos de Andalucía y superintendente general de rentas, se acabó
+la obra de la cañería de la fuente del Arzobispo en 28 de Enero de 1764
+y la distribución de su agua consiste en el pilar del arzobispo, la de
+la fuente de Córdoba, seis pilas de esta Alameda y la de san Vicente y
+de gracia al convento de esta de capuchinos, hermandad de san
+Hermenegildo, san Basilio, Belen y san Francisco de Paula y se pone esta
+lápida en virtud de acuerdo del ilustre cabildo de la ciudad, habiendo
+sido diputado de esta obra el señor veinticuatro don Juan Alonso de Lugo
+y Aranda.»
+
+«--NO=8=DO--Reinando etc., etc., se construyeron estas dos columnas que
+coronan los leones que sostienen las reales armas y las de Sevilla. Se
+hicieron los asientos, alcantarillas y terraplenes, levantándose los
+pretiles de las zanjas, se pusieron los pilares para el riego, desagüe
+completo de árboles de esta Alameda, todo por dirección de los señores
+Asistentes, siendo diputado el señor don Gregorio de Fuentes y Veralt,
+veinticuatro del Ilmo. Cabildo cuya obra costeó de los propios y
+arbitrios y se acabó el año de 1765.»
+
+La Alameda continuó todavía durante bastante tiempo disfrutando del
+favor de los sevillanos, hasta que, como dice con mucho donaire el duque
+de Rivas en su bello artículo _Los Hercules_, «á la margen del
+Guadalquivir, ya escombrado de mercaderes y mercaderías, apareció entre
+la puerta de Triana y la Torre del Oro otra Alamedita (el Arenal), que
+aunque nació enfermiza, empezó á hacer gracias cuando niña y á llamar la
+atención cuando joven, hasta que desbancó ¡cosa natural! á la Alameda,
+ya vetusta y provecta, y le echó á cuestas nada menos (¡ánimas
+benditas!) el dictado de _Vieja_, que la desplomó.»
+
+Por estos tiempos hacía ya muchos años que se celebraban allí las
+clásicas veladas de San Juan y San Pedro, que tan características notas
+ofrecían de nuestras fiestas populares, y las cuales renuncio á
+describir aquí, cómo se verificaban entonces.
+
+En los comienzos del siglo XIX, era ya manifiesta y patente la
+decadencia del paseo cuyo aspecto era en verdad poco ameno y agradable,
+pues con gran detrimento del ornato, había abandonado su cuido el
+municipio.
+
+Entre los episodios dignos de ser recordados que tuvieron lugar en la
+Alameda en los largos años de nuestras revueltas políticas, citaré un
+gran banquete que allí se celebró en 1820 á las tropas de Riego, al cual
+asistió el mismo general, que á la hora de los brindis leyó uno en muy
+medianos versos que había escrito su hermano el canónigo don Miguel del
+Riego.
+
+En 1823 y el triste día 13 de Junio, en que tantos excesos cometieron
+las turbas absolutistas, al estallar aquella tarde el depósito de
+pólvora que estaba establecido en el edificio de la Inquisición, la
+Alameda ofreció un triste cuadro, pues en ella cayeron no pocos restos
+humanos de los que fueron víctimas de aquella catástrofe.
+
+Pacífico y solitario estuvo el viejo paseo durante muchos años, hasta
+que hacia 1840 y 1844 empezaron á utilizarlo ciertos elementos para
+punto de sus reuniones y aún vive quien recuerda cómo allí se juntaban
+por tarde y noche numerosos grupos de exaltados que leían en voz alta
+_El Huracán_, _El Guirigay_ y otras publicaciones hostiles al gobierno y
+aun á las instituciones, dando lugar aquellas lecturas, á que con
+frecuencia se caldearan los ánimos y tuviera que intervenir la fuerza
+armada, como ocurrió en diversas ocasiones.
+
+No fué sólo entonces la Alameda teatro de escenas semejantes, pues éstas
+se repitieron en aquellos años de pronunciamiento y motines, llegando,
+como en 1861 y 1873, á tomar los sucesos verdadera importancia.
+
+Á decir verdad, el paseo de que me voy ocupando es de los que menos
+reformas han sufrido de todos los de Sevilla, pues las obras que en
+diversas ocasiones se han llevado allí á cabo han sido, por lo general,
+de escasa importancia, y sólo secundarias. Después de 1850
+desaparecieron las fuentes que en el centro de la Alameda existían, y
+hace años se trasladó al final la pila de la Plaza de San Francisco, se
+rodearon de sencilla verja los Hércules, se reformaron algunos asientos
+de la entrada, intentándose plantar un jardín en ambos lados, que no
+llegó á prosperar por descuido.
+
+Si de día era la Alameda punto por lo general sosegado y tranquilo, de
+noche era peligroso por más de un concepto.
+
+La falta de alumbrado y vigilancia, favorecía mucho á los pájaros de
+cuenta que por allí vagaban entre las sombras, siendo muy frecuente que
+el incauto transeunte que por necesidad atravesaba dados ya el toque de
+ánimas el paseo, se viera sorprendido por malhechores que lo maltrataban
+y despojaban de cuanto llevase encima.
+
+A más eran aquellas tinieblas muy buscadas por _Aspasias_ y
+_Proserpinas_ de barrio, que no tenían quien las molestase, siendo los
+viejos árboles y los asientos, á diario, mudos testigos de escenas que
+puede imaginarse el lector.
+
+Como punto de los más bajos de la ciudad la Alameda ha sido siempre de
+los que primero se inundan, ofreciendo aquella ancha superficie de agua
+un cuadro que siempre acuden á contemplar los sevillanos con cierta
+curiosidad.
+
+No citaré la fecha de las muchas inundaciones del paseo, pero haré
+mención de la riada de 1796, en que las aguas llegaron hasta cerca de
+los balcones de algunas casas como indica el azulejo colocado en el
+edificio que hace esquina á la calle Santa Ana, y de la de 1876, en que
+se desbordó el Guadalquivir, causando grandes destrozos en todo el
+barrio de San Lorenzo y en el de la Feria.
+
+Estas inundaciones dejan siempre al viejo paseo en estado harto
+deplorable, y como quiera que pocas veces se trata de acudir como
+corresponde á la reparación de los desperfectos ocasionados en la
+Alameda, ofrece á los paseantes bien pocos atractivos.
+
+Ningún paseo como la Alameda pudiera, por su extensión y sus
+condiciones, transformarse en uno de los más agradables de la ciudad,
+levantando el terreno, variando por completo la antigua traza y formando
+allí amenos jardines, que serían gala y ornato de la población.
+
+Desde hace pocos años, la Alameda se ve extraordinariamente concurrida
+en las tardes y noches de estío, habiéndose establecido allí gran número
+de puestos de agua, refrescos, helados, etc., alrededor de los cuales se
+instalan multitud de mesas y sillas, que se ven ocupadas por la
+concurrencia de trasnochadores hasta la salida de la aurora. Allí se ven
+durante todas las horas de las calurosas noches, alegres grupos y
+tertulias de _ellos_ y _ellas_, y se escuchan cantos flamencos, notas
+de guitarras, repiqueteo de palillos, risas y vivos diálogos...
+
+Y aquí hago punto en este ligero bosquejo que he intentado trazar de la
+Alameda Vieja que fundó el conde de Barajas, paseo el más antiguo de
+Sevilla, que es el que más larga historia tiene y por el que tantas
+generaciones pasadas han discurrido.
+
+
+
+
+LA HERMANDAD DE LOS NIÑOS PERDIDOS
+
+
+Si actualmente son tantos los niños y adolescentes abandonados, que en
+las capitales viven entre las mayores privaciones y miserias, puede
+calcularse á qué gran número llegarían éstos en los tiempos pasados, y
+cuán amarga y triste sería su condición en la sociedad.
+
+De aquí nació aquella multitud de vagabundos, de muchachos maleantes que
+acostumbrados á viciosos hábitos, y en frecuente contacto con gente
+corrompida, crecían, se hacían hombres, terminando las más de las veces
+su existencia en la horca ó en las galeras del rey.
+
+Sevilla, población importantísima, el siglo XVI, era centro en el que se
+acogía un mundo de pícaros, como los que tan admirablemente retrató
+Cervantes en _Rinconete y Cortadillo_, y alrededor de toda aquella
+hampa, pululaban niños y mozalbetes, de quienes nadie cuidaba y á
+quienes nadie procuraba apartar de tan extraviados caminos.
+
+Con el laudable intento de protejer á la infancia desvalida y remediar
+los males de los adolescentes, reuniéronse unos cuantos hombres de buena
+voluntad, y hacia el año de 1589 formaron una hermandad con el nombre
+del _Santo Niño Perdido_, la cual, sin el apoyo de las autoridades, y
+sosteniéndose únicamente con el dinero de los hermanos y las limosnas
+que recogía, logró bien pronto prestar muy señalados servicios.
+
+Al efecto lograron alquilar una casa modesta, en la cual reunieron
+camas, mantas y algunos muebles, nombrando por alcaldes de la cofradía á
+don Andrés de Losa y don Cristóbal Pareja; tomaron un administrador, que
+lo fué el clérigo don José Martín, y alquilaron para el servicio dos
+criados y una mujer anciana.
+
+Dieron principio los hermanos á su buena obra, redactando los estatutos
+de la congregación y comenzando á llevar al recién fundado instituto á
+los niños que encontraban, pues según el mismo alcalde Cristóbal de Losa
+decía en un documento que tengo á la vista: «...cada uno de los hermanos
+andaban por las calles de noche, y si en algún portal ó en algún rincón
+hallábamos algún niño desamparado del trato humano, lo llevábamos á
+nuestra casa por aquella noche, dándole de cenar y regalándole, y al
+otro día lo llevábamos á nuestra Casa para que allí se remediase con los
+demás...»
+
+Añadiendo también estos párrafos que explican la misión de los hermanos:
+
+«Cuando veíamos alguna mujer ó hombre que andaba pidiendo limosna con
+muchachos se los quitábamos, y llevábamos á la casa porque no se
+quedasen toda la vida pordioseros y los poníamos con amos á su
+servicio.» «Item, que cuando sabíamos que alguna niña había quedado
+huérfana por haberle faltado padre ó madre y no tener de qué
+sustentarse, la llevábamos á Casa y así de ordinario las había en ella
+de seis y siete años y niños de dos á tres años y lo hacíamos lavar,
+limpiar y envolver, teniendo para esto una mujer anciana, honrada que lo
+hacía amaneciendo ellos todas las mañanas de tal suerte que era asco
+llegar á ellos y asi lo lababan y limpiaban y vestian camisa limpia y si
+la mujer no hiciere esto con caridad como lo hacia con ningun interés se
+le podía pagar.»
+
+También recogían los hermanos á los mozalbetes raterillos, á los cuales
+tenían algunos días sujetos, procurando corregirlos, y á unos y á otros
+buscaban luego colocación con algún amo, ó les ponían á aprender algún
+oficio mecánico, llegando, como la hermandad comprobó por sus libros, á
+haber colocado á unos 600 muchachos durante los primeros años del
+instituto.
+
+Así iba la hermandad siguiendo su obra meritoria y prestando señalados
+servicios, cuando un día de los comienzos de 1591 se presentó en la casa
+de la hermandad el veinticuatro don Juan Pérez de Guzmán y con dos ó
+tres alguaciles se apoderó por fuerza de cuanto allí había, llevándose
+cuarenta niños que á la sazón estaban recogidos y cargando con las
+camas, las mantas y demás menaje, así como con algún trigo, cebada,
+garbanzos y habas, que había sido adquirido por el administrador.
+
+Los niños, muchos de los cuales estaban leprosos y en situación harto
+triste, fueron llevados por orden del veinticuatro á la _Casa de la
+Doctrina_, quedando disuelta la Asociación, y á los pocos días el
+alcalde Losa, se dirigió al Ayuntamiento con una enérgica solicitud
+clamando contra el atropello que en la benéfica Asociación se había
+cometido, y pidiendo que se disolvieran los niños y los objetos
+secuestrados.
+
+Entonces empezaron los tratos y conferencias de los hermanos con los
+señores del cabildo, siguiendo Losa con sus solicitudes, en una de las
+cuales de 1593 decía pintando el estado en que habían quedado los
+muchachos vagabundos: «Andan perdidos por las calles y plazas, y yo,
+como persona que comenzó esta obra, le deseo remedio, porque veo andan
+los niños de siete y ocho años desamparados, rotos y aun encueros por
+los rincones y poyos de la ciudad, donde se quedan á dormir, que en este
+tiempo aun los muy bien arropados y abrigados lo pasan con dificultad y
+trabajo; y la semana de Pascua amaneció muerta de frío una mujer, y así
+las criaturas tienen mayor peligro.»
+
+Poco después el cabildo nombró una comisión para que informase de si
+debía constituirse de nuevo la hermandad, y en este informe se leen
+párrafos como el que voy á copiar, bien curioso por cierto, y que prueba
+que en aquellos benditos tiempos de prosperidad, bienandanza y riqueza,
+por los que tanto suspiran los neos, la miseria revestía en las ciudades
+más importantes terribles caracteres.
+
+«... La ciudad, calles y plazas, _están llenas_ de muchachos pequeños
+que andan perdidos pidiendo limosna y muriéndose de hambre, y quedándose
+á dormir por los poyos y portales _desnudos, casi encueros_ y expuestos
+á muchos peligros como se ha visto algunas veces por la experiencia, que
+han sucedido entre otros pícaros á quien se llegan, y otros amaneciendo
+_muertos del hielo_ y así mismo se han multiplicado los ladrones porque
+hay infinitos muchachos que lo son, y los clérigos de San Salvador se
+quejan que después de que se quitó la casa de los niños hallan en la
+iglesia detrás de los retablos muchas bolsas de las que quitan los tales
+ladrones muchachos».
+
+Esta pincelada retrata lo que era la ciudad en los tiempos prósperos en
+que tanto se ha decantado el bienestar y el desahogo de las clases
+menesterosas.
+
+En resumen: como quiera que la comisión informó favorablemente su
+dictamen, suscrito por don Bartolomé Lope de Mesa, veinticuatro, y don
+Juan Farfán de los Godos, jurado, porque no sólo debía volverse á formar
+la hermandad, sino ser protegida por el Ayuntamiento, designándose
+caballeros del cabildo que la inspeccionasen, en sesión de 20 de Marzo
+de 1593 se acordó, conforme á lo propuesto, que volviera á establecerse
+la cofradía, la cual terminó en el siglo XVII, en que ya, sin que ningún
+don Juan Pérez de Guzmán la hiciera desaparecer, le cogió la reducción
+de hospitales que llevó á cabo el arzobispo de Sevilla.
+
+
+
+
+D. LUÍS SUMEÑO DE PORRAS
+
+
+Para lance pesado, el que le ocurrió á fines del siglo XVI en Sevilla al
+teniente de asistente D. Luís Sumeño de Porras. Bien merece recordarse
+en estos apuntes y he de hacerlo así, pues ofrece una gráfica nota de
+aquellos tiempos.
+
+Al tal D. Luís tocóle para su daño hacia 1591, ser juez en una causa por
+la cual fué condenado un reo, el cual tenía algunos parientes y amigos
+que con gran ahinco trabajaron por librarle de la pena, sin que pudiera
+conseguirlo, pues Sumeño de Porras se mostró inflexible.
+
+Viéndose burlados y llenos de la mayor indignación y odio hacia el juez,
+acordaron vengarse, y concibieron un plan que no tardaron en llevar á
+cabo.
+
+A principios de 1593, el tribunal de la Inquisición recibió un largo
+escrito, en el cual se delataba á D. Luís como culpable del delito de
+_herejía_ y _judeismo_, delito que había permanecido oculto é impune
+hasta entonces, haciéndose la delación tan en forma, tan detallada y
+minuciosa y con tan marcadas y expresas circunstancias, que los del
+Santo Oficio tomáronla por buena, y holgándose del servicio que á la
+religión iban á prestar, presentáronse en casa del teniente de
+Asistente, y con gran sorpresa suya, lo arrancaron del lado de su
+esposa, doña Jerónima Monardes, hija del famoso médico, y dieron con él
+en las cárceles del castillo de Triana.
+
+Formóse rápidamente el proceso, con todos los requisitos de la ley
+inquisitorial; mas como Sumeño de Porras negábase en absoluto á
+confesarse autor de los crímenes que se le acusaban, fué sometido á
+cruel tortura en diversas ocasiones, pero, aunque nada dijo, túvosele
+por convicto y fué condenado á salir en auto público de fe y llevado
+luego al Prado de San Sebastián, en donde había de ser quemado vivo.
+
+«Mas sucedió--escribe don José María Montero de Espinosa en su _Relación
+histórica de la judería de Sevilla_--que la víspera del día en que se
+había de ejecutar este espantoso y horroroso castigo venían á esta
+ciudad los malvados delatores con objeto de ver la dicha escena y á
+holgarse de su indigna venganza, y en una de las posadas de Alcalá de
+Guadaira estaban todos en un cuarto hablando del caso, y del auto que
+venían á presenciar, y unos con otros decían:--_Mañana veremos arder
+aquel pícaro y le oiremos crujir los huesos_--y además proferían otras
+expresiones semejantes con las cuales se jactaban y regocijaban de sus
+pérfidos sentimientos, y daban á entender claramente habían sido ellos
+los autores de aquel horrendo castigo, cuya conversación fué oida de
+otros pasajeros que la casualidad hizo estar en el cuarto inmediato, los
+que sospecharon la mucha malicia que el asunto contenía y tomando
+cautelosamente las señas, nombre, casa y posada donde se dirigían,
+vinieron aceleradamente y dieron cuenta al tribunal.»
+
+Dudaron al principio los inquisidores, temiendo que se les escapase la
+presa que ya tenían tan segura, pero tantas fueron las protestas de los
+que afirmaban la inocencia, que los del tribunal acordaron suspender la
+ejecución de D. Luís Sumeño de Porras, y buscaron á los delatores, cuyas
+señas tenían.
+
+Siguieron entonces largas diligencias y puesta en claro la felonía de
+que había sido víctima el teniente de asistente le dieron libertad al
+fin y al cabo, después de tenerle largos meses en las mazmorras
+inquisitoriales, con todas las consiguientes molestias y perjuicios.
+
+Los falsos delatores, dicen antiguas memorias que fueron castigados, sin
+que se especifique el castigo, que tal vez no fuera gran cosa, pues
+entonces los delitos de delación eran cuestión de poca monta para los
+inquisidores.
+
+Sumeño de Porras pudo al fin escapar de las garras del tribunal, ¡pero
+cuántos y cuántos inocentes como él perecieron en las garras del
+tribunal odioso, sin que nadie pudiera salvarlos!
+
+
+
+
+UN ARCEDIANO Y UN CANÓNIGO
+
+
+D. Diego de Ulloa, canónigo de la catedral sevillana á fines del siglo
+XVI, era sobrino del cardenal arzobispo D. Rodrigo de Castro, motivo por
+el cual, el hombre gozaba de gran influencia y vara alta, lo que, unido
+á su carácter, un tantico orgulloso y con sus puntos de altanería,
+hacíanle hombre de trato difícil y poco agradable.
+
+Andaba con frecuencia el señor Ulloa traspunteado con los canónigos, sus
+compañeros, y aun con otras personas eclesiásticas, y una de las que con
+quien no estaba muy á derechas por ciertos resentimientos, era con el
+licenciado D. Alonso Alvarez Córdoba, arcediano de Niebla, varón
+prudente y virtuoso, respetado y querido.
+
+El tal arcediano, que frecuentaba mucho la basílica, acudió á ella el 21
+de Diciembre de 1595 á practicar sus cuotidianas oraciones, y muy
+contrito y devoto se hallaba arrodillado cerca del coro, mientras se
+cantaban las _vísperas_, á las que asistían también gran número de
+fieles, cuando héte aquí que cruzó la nave D. Diego de Ulloa, muy orondo
+y llevando puesta su capa de coro.
+
+Lo mismo fué ver el sobrino del arzobispo al arcediano Alvarez Córdoba,
+se fué para él y con mal talante le dirigió la palabra. Alzóse del suelo
+D. Alonso, y allí mismo comenzó un vivo diálogo, en el que se recordaron
+antiguos resentimientos, se sacaron á relucir actos por una y otra
+parte y empleándose palabras impropias del lugar y de las personas que
+las decían.
+
+De pronto montó en cólera el canónigo Ulloa, y alzando el brazo dió una
+tremenda bofetada al arcediano, que súbito contestó con otra no menos
+contundente y sonora, y al ruído de ellas, cuantos estaban alrededor
+volvieron los rostros viendo con asombro y sorpresa á los dos
+eclesiásticos que se acometían furiosamente y luchaban como jayanes á
+brazo partido.
+
+Andaba no lejos de allí un hermano de D. Diego de Ulloa, el cual también
+era canónigo, y al enterarse de la escena acudió en defensa de su
+hermano, y «viendo trabada la pendencia--dice la historia--arrebató la
+espada á uno de los criados que le acompañaban, y armado con ella y
+seguido de los otros sus criados y de los de su hermano, que desnudaron
+las suyas, se arrojó sobre el arcediano de Niebla, en cuyo auxilio
+tuvieron tiempo de llegar algunas de las personas que estaban en la
+iglesia, y que también espada en mano se opusieron á tan sacrílega y
+brutal agresión.»
+
+A esto se había alborotado todo el templo, gritaban las mujeres, se
+revolvían los hombres, suspendiéronse las _vísperas_, y en confuso
+tropel salieron los canónigos del coro, llegando á oportuno tiempo, pues
+por la fuerza se apoderaron de D. Alonso Alvarez Córdoba, que hubiera
+allí mismo perecido si no lo encierran en la _tribuna del órgano_.
+
+Los hermanos Ulloa y sus criados fueron obligados á salir del templo, y
+más tarde el señor Provisor mandó encarcelar á los primeros, siendo
+conducido el arcediano de Niebla á su casa, acompañado del Deán y de un
+canónigo para mayor seguridad.
+
+Afortunadamente, al cabo de muchos días don Alvaro y don Diego hicieron
+las paces, condenándoles á una leve pena y dándoseles licencia «para ir
+el día de año nuevo á la procesión donde se ganan los _recles_ (el
+tiempo que se permite á los prebendados estar ausentes del coro para su
+descanso y recreación) de todo el año», según se lee en el extracto de
+donde tomo las noticias de este curioso suceso.
+
+Y por si alguno duda de su veracidad, le diré que todo él consta con más
+extensión y pormenores con otros casos parecidos, en un _Informe
+secreto_ que el regente de la Audiencia de Sevilla elevó al monarca
+_sobre diferencias que hubo entre el Arcediano de Niebla y un sobrino
+del cardenal Arzobispo de Sevilla_, del cual _informe_ existe copia, y
+que lleva la fecha de 27 de Febrero de 1596.
+
+
+
+
+EL ESCOCÉS HEREJE
+
+
+Jaime Bolen era escocés y vivía en Sevilla á fines del siglo XVI
+dedicado al comercio. Fué denunciado á la Inquisición como hereje de los
+peores, y preso en el castillo de Triana, se le formó proceso, del cual
+resultó que el tal Jaime no se contentaba con las herejías propias, que
+ya era bastante, sino que hacía propaganda de ellas, como diríamos hoy,
+habiendo hecho á muchos partidarios de sus opiniones.
+
+Bolen era hombre de carácter firme, y así, como quiera que desde que
+cayó en las garras de los del Santo Oficio no pudo hacerse muchas
+ilusiones de su porvenir, se propuso dar muestras de su entereza, y ni
+las amenazas, ni los sermones, ni el tormento hicieron en él efecto
+alguno, afirmándose con jactancia reo en las herejías de que se le
+acusaba, por lo cual fué condenado á ser quemado vivo en el prado de San
+Sebastián.
+
+Y en efecto, el día 13 de Octubre de 1596 salió en auto público de fe,
+con sambenito y coroza, sin que por el camino, desde las cárceles á San
+Pablo, y de allí al _Quemadero_, diese muestras de abatirse su espíritu
+ni hacer caso alguno de las exhortaciones que frailes é inquisidores le
+dirigieron repetidas veces.
+
+Llegó á la hoguera Jaime con la misma presencia de ánimo, y llamó
+poderosamente la atención de la inmensa concurrencia, que el reo no
+hiciera movimiento alguno ni lanzara la menor queja cuando las llamas
+comenzaron á quemar sus carnes, y que apesar de su horrible muerte, ni
+su rostro se alteró ni se vieron en él muestra alguna de sufrimiento
+físico.
+
+La noche de la muerte de Jaime Bolen ocurrió un caso curioso, y fué que,
+cuando las sombras envolvieron el Prado de San Sebastián, acudieron á él
+tres hombres, y misteriosamente subieron al _Quemadero_ y recogieron las
+cenizas de las víctimas, que depositaron con el mayor respeto en una
+caja que á prevención traían, retirándose muy luego con igual cautela.
+
+Pero alguien debió presenciar el caso ó tener conocimiento, pues seis
+días después, los ministros del Santo Oficio sorprendieron á los tres
+hombres, como así lo consigna el autor de los _Sucesos de Sevilla_,
+contemporáneo del caso.
+
+«En viernes 18 de Octubre, día de San Lucas
+Evangelista--dice--prendieron á un maestro y dos marineros de un navío
+inglés, porque cogieron las cenizas de Jaime Bolen, escocés hereje,
+porque decían ellos que había muerto santo, porque no se movió ni dijo
+mandamiento cuando lo quemaron vivo, que fué cosa de ver.»
+
+Los tres marineros también fueron quemados por la Inquisición, pero es
+fácil suponer que nadie se ocuparía en recoger sus cenizas, que ya se
+sabía lo caras que costaban.
+
+
+
+
+LA MOZA Y EL ASISTENTE
+
+
+Aunque las memorias sevillanas no han conservado su nombre, un coetáneo
+dice que era muchacha bonita y muy graciosa y despejada.
+
+A fines del siglo XVI, esta moza estaba al servicio de unas señoras que,
+aun pasando por recatadas y prudentes, recibían con sospechosa intimidad
+á un señor canónigo, el cual debía ser persona de ancha conciencia y no
+muy apropósito para resistir las tentaciones, pues el enemigo llevóle á
+poner los ojos en la criada de las señoras, sin andarse con otros
+miramientos.
+
+No debió la sirvienta ser muy sorda á las proposiciones del de los
+hábitos, por cuanto éste prometióle, en ciertas entrevistas, que si se
+ablandaba le daría cien ducados y le proporcionaría un marido que ni de
+perlas.
+
+Cayó la inexperta moza en las garras del gavilán, pero apenas éste
+satisfizo su capricho, huyó bonitamente el cuerpo, no volviendo á
+cuidarse más ni de los ducados prometidos ni de la muchacha, que en vano
+trató de hacerle cumplir su ofrecimiento.
+
+Viendo la infeliz que todo era inútil y que su desliz estaba á punto de
+hacerse público en un determinado tiempo, escapó de su casa, dejó á las
+señoras y luego con su crío fué á dar de moza en un mesón de los muchos
+que existían en la calle de la Albóndiga.
+
+Allí estaba la burlada muchacha el año de 1597, cuando la noche del 15
+de Mayo, en que se hallaba en el patio de palique con varios trajinantes
+y huéspedes, llamaron á la puerta con recios golpes, y abierta ésta de
+pronto, penetró en el mesón nada menos que el Asistente don Pedro Arias
+de Bobadilla, conde de Puñonrostro, seguido de sus alguaciles, que iba
+aquella noche, como otras, de ronda visitando las casas públicas y
+posadas, para limpiarlas de mala gente.
+
+No tardó el conde en fijarse en la linda muchacha, cuyo donaire y
+gracejo no podía pasar inadvertido, y llamándola aparte le dijo estas
+mismas palabras:
+
+--¿Qué haces tú aquí?
+
+--Señor, estoy sirviendo de moza.
+
+Y como viera el Asistente que contestaba con turbación, añadióle:
+
+--Mira que soy el conde de Puñonrostro y si no me cuentas la verdad
+tengo que mandarte dar doscientos azotes...
+
+Entonces ella, viéndose en peligro, contó de pé á pá al conde su
+historia con el canónigo, su nombre y señas, y las de las señoras á
+quienes servía y en dónde tenía su vivienda, sin olvidar en modo alguno
+de repetir lo de los doscientos ducados prometidos y pintar con negros
+colores la situación en que se encontraba.
+
+El conde llamó al mesonero, y como éste confirmase la relación de la
+joven, se despidió el Asistente diciendo que ya tomaría providencia
+sobre aquel caso y se fué á seguir su ronda.
+
+Al día siguiente y á la hora de la siesta mandó el Asistente con gran
+prisa llamar al canónigo á su casa, el cual montó en su mula, como era
+costumbre, y con sus criados fué muy orondo á ver lo que se le ofrecía á
+su señoría, bien ageno, por cierto, de la sorpresa que le aguardaba.
+
+Recibió Puñonrostro con mucha cortesía y respeto al señor canónigo,
+hízolo pasar á sus habitaciones, y cuando ya estaban sentados frente á
+frente, le dijo de pronto:
+
+--«Vuesa merced ha de saber que cierta mujer se me ha encomendado y me
+ha dicho cómo vuesa merced se aprovechó de ella y que le prometió no sé
+qué dinero para su casamiento y nunca se acordó vuesa merced de cumplir
+la palabra que dió.»
+
+El canónigo quedóse al oir aquello todo confuso, pero reponiéndose
+comenzó á negar muy obstinadamente y tan cerrado, que el conde hubo de
+amostazarse y amenazarlo con dar cuenta del suceso al arzobispo y al
+Nuncio en Madrid.
+
+En vista de esto, y como no había salida, contó la verdad el
+eclesiástico, diciendo muy serio que por olvido y no otra cosa, había
+dejado de aflojar los cien ducados, pero que los daría al punto en
+cuanto llegase á su casa.
+
+Despidiólo el conde con la misma cortesía y le vió bajar hasta la calle;
+pero allí, con gran asombro, se encontró el canónigo con que los criados
+del Asistente, por orden de éste, le habían escondido la mula, con lo
+cual tomó gran agravio y subió de nuevo, quejándose al de Puñonrostro de
+la falta de confianza que en él se tenía. El conde le manifestó sin
+rodeos que mientras no diera el dinero no había de devolverle su
+cabalgadura, para que no fuese tan flaco de memoria; y al escuchar que
+el señor canónigo exponía, como razón suprema, que le era imposible
+atravesar á aquellas horas de la siesta las calles de Sevilla á pie y
+sin criados, dijo con mucha flema el conde Asistente:
+
+--«No se le dé nada á vuesa merced ir con la siesta por amor de mí, que
+yo, por cierto que soy tan regalado como el que más, y ando á pie con
+sol y con agua, de noche y de día, y no es mucho que pase este poco de
+sol hasta su casa por amor á mí.»
+
+Entonces, viendo el canónigo que no había arreglo y que el conde estaba
+en lo firme, se fué más que de prisa á su casa y entregó corrido y
+despechado los cien ducados á los criados del Asistente, el cual con
+toda formalidad dió la cantidad á la seducida moza.
+
+De la certeza de este hecho atestigua un contemporáneo de él tan puntual
+y autorizado como D. Francisco Ariño, que lo relata en su obra _Sucesos
+de Sevilla_, cuyo manuscrito original existe en la Biblioteca Colombina
+y fué publicado hace años por los _Bibliófilos Andaluces_. Y de que el
+conde de Puñonrostro era capaz de hacer cosas como aquella atestiguan
+otras muchas que llevó á cabo durante los pocos años que gobernó la
+ciudad, de 1597 á 1599, y de algunas de las cuales algo diré más
+adelante.
+
+
+
+
+EL VERANEO DE ANTAÑO EN SEVILLA
+
+
+De cómo veraneaban nuestros antepasados de la capital de Andalucía,
+curioso es decir algo, pues detalles son estos que pintan las costumbres
+de épocas cuyo conocimiento nunca deja de ofrecer interés. Hablaré,
+pues, de aquellos benditos tiempos en que nadie salía de viaje y en que
+la vida carecía de todas las necesidades y comodidades de hoy.
+
+Escriben algunos autores que don Fernando el Católico solía decir: _los
+veranos se han de tener en Sevilla y los inviernos en Burgos_; y es de
+suponer que esto sólo lo diría, en lo que respecta á nuestra ciudad,
+refiriéndose á las comodidades de las antiguas casas con sus patios, sus
+fuentes y sus pisos bajos, porque en otro respecto no creemos que dijera
+ninguna gran cosa su alteza.
+
+La vida moderna ha modificado la fisonomía de Sevilla, que ya ha perdido
+hace tiempo, en parte, aquel aspecto de población moruna, en donde las
+casas estaban construídas con toda seguridad y atención para el
+interior, y donde las calles estrechas y tortuosas, las lóbregas
+travesías y los pesados arcos prestaban frescura y sombra á los cansados
+transeuntes en los días caniculares.
+
+Del verano sevillano en el siglo XVI consignó Morgado algunas noticias
+que no dejan de ser interesantes, y que me parece de propósito citar
+aquí:
+
+«Los patios de las casas--dice--(que en casi todos los hay) tienen los
+suelos de ladrillo raspado. Y entre la gente más curiosa, de azulejos
+con sus pilares de mármol. Ponen gran cuidado en lavarlos y tenerlos
+siempre muy limpios, que con esto y con las velas que les ponen por alto
+no hay entrada de sol ni el calor del verano, mayormente por el regalo y
+frescura de las muchas fuentes de pie de agua de los caños de Carmona,
+que hay por muchas de las casas enmedio de los patios.»
+
+Y más adelante, hablando de las costumbres veraniegas de Sevilla y de la
+saludable que de bañarse tenían sus habitantes, apunta el mismo Morgado
+las siguientes líneas:
+
+«Usan (las mujeres) mucho los baños, como quiera que hay en Sevilla dos
+casas de ellos. Los unos en la collación de San Ildefonso, junto á su
+iglesia, y los otros en la collación de San Juan de la Palma, que han
+permanecido en esta ciudad desde el tiempo de los moros... No pueden
+entrar los hombres en estos baños entre día por ser tiempo diputado
+solamente para las mujeres, ni por consiguiente mujer ninguna siendo de
+noche, que los hombres la tienen toda por suya con la misma franqueza
+que las mujeres tienen el día por suyo...»
+
+No se olvidó el autor de darnos algunos detalles de cómo estaban las
+casas de baños en aquellos días de 1587, en que escribía, y así añadió
+lo siguiente:
+
+«A las grandes salas donde se bañan salen sus caños que corren de agua
+caliente y también fría. Con lo cual, y cierto ungüento que se da,
+refrescan y limpian sus cuerpos sin que se extrañe en Sevilla el irse á
+bañar unas y otras damas cuando no quieren ir disimuladas, por ser este
+uso en ellas de tiempo inmemorial.»
+
+La casa de baños de San Ildefonso existió hasta 1762, época en que ya
+habían desaparecido las otras dos que también pertenecían á la época
+árabe y que estaban situadas la primera en la hoy calle de Aposentadores
+en San Juan de la Palma, y la segunda en el lugar que ocupa la capilla
+de Jesús en la calle Marqués de Tablantes, antes de los Baños.
+
+Si los establecimientos para remojarse los sevillanos tenían, pues,
+verdadera importancia, no era menor la que tenían las vallas y cajones
+que de antiguo se colocaban en el río y los cuales constituían una de
+las mayores distracciones de nuestros paisanos en los meses caniculares.
+
+De antiguo cuidaron las autoridades de la ciudad del buen orden y
+gobierno de estos baños del Guadalquivir, dando multitud de
+providencias, bandos y edictos para evitar abusos, y así en los escritos
+publicados por el cabildo se hacía constar que: «Aunque no es de esperar
+que la gente de juicio falte á unas reglas que aspiran á su propia
+seguridad y á que se observe el mejor orden de honestidad y decencia...
+como hay personas que por satisfacer sus caprichos, sus vicios ó
+diversiones no perdonan medio alguno, aunque sea peligroso para
+conseguirlo, se castigará á éstas por la más ligera contravención.»
+
+Los cajones y vallas se situaban en los Humeros, en la Macarena y la
+Barqueta, al pie del puente de barcas, delante del colegio de San Telmo
+y en la orilla de Triana, frente al convento de los Remedios.
+
+En el siglo XVIII y principios del XIX, estaban designadas con toda
+claridad las horas para remojarse los dos sexos, haciéndolo las mujeres
+«desde la madrugada hasta las once de la mañana, los hombres hasta el
+toque de oraciones, dejando los baños enteramente desocupados para que
+entraran las mujeres hasta las diez de la noche.»
+
+No son pocos los autores que trataron en diferentes ocasiones de la
+decidida afición de los sevillanos al baño, y entre ellos recordaré que
+Agustín de Rojas escribía estas líneas el siglo XVII:
+
+«--¿Y aquella limpieza de los baños?
+
+--Esa es una de las cosas más peregrinas que tiene.
+
+--Mujer conozco yo en Sevilla que todos los sábados por la mañana ha de
+ir al baño, aunque se hunda de agua el cielo.
+
+--Por eso se dijo: la que del baño viene hace lo que quiere.
+
+--Dicen que para cuando salen del baño acostumbran á llevar... una
+botella con vino que es el mejor manto para aguantar el frío.»
+
+Si los sevillanos eran en lo antiguo dados al baño, no lo eran menos al
+hielo, del cual se hacía un extraordinario consumo en la ciudad, que
+poseía en Constantina gran número de pozos de nieve, suficientes para
+atender al consumo público, y á más de esto no faltaban asentistas que
+por su cuenta traían el hielo de otros puntos y que realizaban, por lo
+general, un buen negocio, como se desprende de las noticias que he
+recogido respecto á un tal Esteban Monparler, una Teresa Vilches y un
+Francisco Candor, que surtieron á Sevilla por largos años del siglo XVII
+y XVIII de hielo en las estaciones veraniegas.
+
+Vendíase por los neveros á cinco cuartos la libra de nieve, y á juzgar
+por todos los indicios, aquellos sevillanos de antaño sentían más
+necesidad que los actuales del consumo del hielo, y así no solamente el
+vino, los refrescos y otras bebidas las helaban, sino también las
+frutas, las confituras y otros diversos comestibles.
+
+Hasta el siglo XVII no se generalizó en Sevilla el uso del hielo, pues
+en el XVI todavía no estaba muy extendida esta afición por la nieve y
+las bebidas frías, como pasaba en otros puntos, y así se deduce de las
+palabras que el médico sevillano Nicolás Monardes consignaba en su libro
+sobre el uso de la nieve, publicado en 1571.
+
+«Una cosa me maravilla mucho: que siendo esta ciudad de Sevilla una de
+las más insignes del mundo, en la cual siempre ha habido muchos grandes
+y señores y caballeros muy principales y mucha gente noble, que no haya
+habido nieve, etc., etc.»
+
+Las veladas que con motivo de las festividades de determinados santos se
+celebraban en los diversos barrios y arrabales de la ciudad constituían
+una de las mejores distracciones del veraneo, siendo famosas entre otras
+las de San Antonio, las de San Juan y San Pedro, las de Santa Ana y
+Santiago, la de los Angeles, la de la Virgen de los Reyes, San Roque,
+San Bernardo, San Bartolomé, San Agustín y los Terceros.
+
+Cada una de estas veladas tenía su fisonomía característica y en casi
+ninguna de ellas faltaba su procesión y rosario, arcos de follaje,
+fuegos de artificio y mucho de baile, cantos, buñuelos y dulces, sin que
+escaseasen tampoco las broncas y los alborotos para dar más colorido al
+cuadro.
+
+La gente pacífica y grave, las personas sosegadas y de buenas
+costumbres, huían de estos regocijos, y así, después de la comida y
+después de la indispensable siesta, cuando ya el sol comenzaba á
+ocultarse, salían de sus casas, limitando su distracción á pasearse por
+el Arenal, la Alameda ó la Barqueta, donde no podía faltarles su ratito
+de descanso en algún puesto de agua de los más acreditados, y en el
+cual, por lo general, se formaba á la misma hora su poquito de tertulia.
+
+Allí los señores consumían su vaso de horchata ó de agua con anises y
+sus gotas de nitro y al toque de Oraciones se retiraban con igual
+parsimonia y tranquilidad á sus casas hasta el día siguiente en que
+había de repetirse idéntico ejercicio.
+
+Los sevillanos de antaño, que eran gente de posibles, y á quienes no
+bastaba el fresco de sus patios entoldados y sus habitaciones del piso
+bajo, solían trasladarse á muchas de las fincas ó _casas de placer_ que
+había en los alrededores de la ciudad, particularmente próximas á la
+orilla del río, y en donde, libres de cuidados y con todo sosiego,
+comían, rezaban, dormían y tomaban el fresco, respirando aire libre y
+desembarazado, que les fortificaba el cuerpo y el espíritu.
+
+Otros, por lo general, gente joven y alegre, tampoco dejaban de salir
+fuera de la población en busca de agradables brisas. Por las tardes y á
+las primeras horas de la noche, siempre se veían grupos de ellos y de
+ellas que dejando atrás las puertas de la ciudad se dirigían á los
+melonares.
+
+Allí se pasaban ratos muy deliciosos, pues nunca faltaba entre raja y
+raja de melón su poquito de baile y cante, desatándose las lenguas y
+reinando la algazara y el regocijo.
+
+En las hermosas noches de luna de Agosto, bajo un cielo estrellado,
+respirando el aire puro del campo, ¡qué gratas resultaban aquellas
+fiestas de los melonares, y qué grato el regreso con las primeras luces
+del día, navegando en ligeras barquillas que surcaban las aguas del río
+tranquilas y serenas y rizadas apenas por las brisas del amanecer...!
+
+Casa sevillana en verano sin gazpacho, sin talla para el agua fresca, no
+la había, y lo mismo el rico que el pobre consumían gran cantidad del
+clásico plato andaluz y tenían en lugar preferente el tallero, donde las
+alcarrazas limpias y rezumantes conservaban el agua como la propia
+nieve.
+
+Costumbres y usos del verano antiguo sevillano han desaparecido en
+mucho; únicamente queda el calor sofocante y abrumador, el sol de fuego
+que abrasa y del que protestan los que no salen á veranear, como
+seguramente protestarían nuestros padres y abuelos.
+
+
+
+
+LUÍS DE VARGAS
+
+
+Con harta razón se ha escrito que el famoso pintor Luís de Vargas
+regeneró la escuela sevillana, pues su obra fué de las que más
+influyeron en el siglo XVI en sus contemporáneos, gloria que con él
+compartieron Flores y el célebre maese Pedro de Campaña.
+
+En Sevilla nació Luís de Vargas hacia el año de 1506, siendo hijo de un
+pintor de escaso mérito llamado Juan de Vargas, cuyas obras son
+desconocidas. Se dice que Diego de la Barrera fué el primer maestro que
+tuvo el artista, quien, en un principio, se dedicó á pintar en sarga, y
+deseando luego encontrar más ancho campo para realizar sus aspiraciones,
+y para instruirse bajo la dirección de los grandes maestros del
+renacimiento italiano, á la edad de veintiún años partió de Sevilla.
+
+En Roma se encontraba cuando el saqueo de la ciudad en 1527 por las
+tropas de Borbón, y de allí se trasladó á Pisa, volviendo después á la
+ciudad de los césares, en donde trabajó con verdadero entusiasmo y afán,
+estudiando las maravillas artísticas.
+
+En Italia--ha escrito un autor--Luís de Vargas «se encontró con un arte
+exhumado, con un mundo desenterrado. Aquellos mármoles desnudos,
+aquellas formas tan correctas, eran un ideal que resucitaba, que se
+hacía necesario, porque la Edad Media había atronado la forma, había
+roto la proporción y este mal tenía que desaparecer.»
+
+Trabajó de continuo y lleno del mayor entusiasmo, vivió Luís de Vargas
+en Italia unos 28 años, según apuntan sus biógrafos, regresando al cabo
+á Sevilla, donde contrajo matrimonio.
+
+En su ciudad natal comenzó á trabajar Luís de Vargas, llamando bien
+pronto la atención sus obras ejecutadas al óleo y al fresco, que desde
+entonces tuvieron grandes apasionados é imitadores.
+
+A Luís de Vargas acudieron no pocos jóvenes deseosos de recibir sus
+lecciones, teniendo discípulos tan aventajados como Diego de Concha,
+Lucas Valdivieso, Francisco Venegas y Luís Fernández.
+
+Dice Pacheco en su libro de _Verdaderos retratos_, que al ver Luís de
+Vargas las obras que por entonces ejecutaba en Sevilla Pedro de Campaña,
+deseando perfeccionarse más en el arte, tornó á Italia, donde permaneció
+dos años, al cabo de los cuales volvió á su patria, dando entonces
+comienzo la época más fecunda de su vida en producciones artísticas.
+
+Entonces ejecutó en el templo de San Pablo el fresco de la Virgen del
+Rosario (hace mucho tiempo desaparecido), el _San Miguel dominando al
+demonio_ y la Virgen, que se encuentra hoy en el Museo de Louvre, y
+algunos retratos notables, como el de la duquesa de Alcalá y el del
+padre Contrera, que existe en la sacristía de los Cálices.
+
+En 1552 fundó el mercader Francisco Baena la capilla del Nacimiento en
+la Catedral, pintando para el retablo Luís de Vargas ocho tablas,
+representando en la principal la _Adoración de los pastores_, y en las
+otras los Evangelistas, la Encarnación, la Circuncisión y la Epifanía.
+
+Al número de veintiocho llegaron las obras que Luís de Vargas dejó á la
+Basílica sevillana, sobresaliendo de entre todas el cuadro llamado de la
+_Gamba_ en la capilla de la Concepción.
+
+Esta tabla, verdadera joya de arte, que representa una alegoría de la
+Concepción, ha sido unánimemente elogiada, y con razón dice de ella un
+crítico: «Lo grandioso del dibujo, la valentía de las actitudes y la
+riqueza del colorido superan á todo encarecimiento.» En el mismo retablo
+se ven, pintados también por Luís de Vargas, los apóstoles San Pedro y
+San Pablo, los doctores de la Iglesia y el retrato del Chantre Juan de
+Medina, fundador de la capilla.
+
+Tuvo el artista de que vamos tratando singular acierto para el dibujo á
+lápiz, y de éstos alcanzó á ver algunos Ceán Bermúdez, y fué muy
+inteligente en música, tocando con habilidad y destreza el laúd.
+
+En la sacristía de San Lorenzo existía en 1844 una Concepción de Luís de
+Vargas, y de su mano eran dos santos que estaban en un altar del
+Convento de Madre de Dios, el fresco del _Juicio universal_ en el patio
+de la Misericordia y los dos cuadros del retablo de Santa María la
+Blanca, pintados en 1564 y representando el primero á Cristo muerto en
+los brazos de la Virgen, con otras figuras, y el segundo la _Impresión
+de las llagas de San Francisco_.
+
+El cabildo catedral pagó á Luís de Vargas en 1563, 4.000 reales por la
+pintura hecha á «espaldas del Sagrario del Santísimo Sacramento» y otras
+cantidades por los adornos del monumento, trabajando en los años de 1564
+y siguientes en los frescos de la Giralda, que representaban apóstoles,
+evangelistas y santos patronos, cuyas pinturas se encuentran hoy casi
+perdidas.
+
+Treinta y seis obras, todas de verdadera importancia, llegaron á
+reunirse en Sevilla de Luís de Vargas, algunas de las cuales han
+desaparecido ó pasado á enriquecer otros museos y colecciones.
+
+El famoso pintor murió en la ciudad que le vió nacer en 1568, dejando un
+hijo, de quien habla con elogio Francisco Pacheco en su ya citado libro
+de _Retratos_.
+
+No hemos de estudiar en estos apuntes la personalidad artística de Luís
+de Vargas, harto juzgada por la crítica; sus obras, sin llegar al número
+de las de otros de sus contemporáneos, le han señalado un puesto entre
+los grandes pintores sevillanos, puesto que nadie le disputa ni le ha
+escatimado.
+
+Verdadero reformador de la pintura, en su patria dió á conocer los
+encantos y bellezas del arte italiano, seduciendo con su colorido, su
+dibujo y el vigor de sus creaciones.
+
+Fué Vargas de dulce trato y agudo ingenio, según sus coetáneos, los
+cuales encarecían sus moderadas costumbres y religiosidad, diciendo que
+á solas se entregaba á muy duras penitencias y largas meditaciones.
+
+El pintor sevillano que con tanto entusiasmo, con tanta constancia y
+amor estudió aquel espíritu riente y aquella vida exuberante del
+renacimiento, no acudió sin embargo á los mitológicos asuntos, ni á los
+dioses del paganismo, como tantos otros, inspirando todas sus creaciones
+el sentimiento religioso de su tiempo, del que fué uno de los más
+acertados intérpretes en el pincel.
+
+Luís de Vargas dejó un nombre ilustre y Sevilla se honra con poderlo
+contar entre sus más inspirados y geniales artistas.
+
+
+
+
+PROCESIÓN DE VÍA-CRUCIS
+
+
+El marqués de Tarifa de vuelta de su viaje á Jerusalén, al comenzar las
+obras de su palacio, llamado vulgarmente casa de Pilato, estableció un
+_Vía-Crucis_ que, partiendo del edificio, terminaba en el monumento de
+la Cruz del Campo, que en el siglo XV alzó el Asistente don Diego de
+Merlo.
+
+Esta vía sacra fué famosa en Sevilla por las multitudes que la recorrían
+durante los siglos XVI y XVII, y durante los viernes de Cuaresma, la
+Semana Santa y los días 3 de Mayo, 16 de Julio y 14 de Septiembre, en
+que se hacían fiestas á la Cruz, en todo el largo trayecto que media
+desde la puerta de la casa de Pilato al templete de la Cruz del Campo, y
+que es á algo más de 997 metros, se veían transitar procesiones,
+hermandades, penitentes y numeroso pueblo.
+
+La primera cruz de la vía sacra era de mármol y aún se conserva en la
+fachada del palacio; las otras seguían por la calle de San Esteban,
+continuando á distancia conveniente, alzadas entre las filas de álamos
+que se veían paralelos al antiguo acueducto conocido por Caños de
+Carmona.
+
+Los días de recorrer la estación, acudían allí gran número de frailes
+franciscanos, que eran como los encargados de regular la procesión, y
+el cordón de gente serpenteaba á lo largo del camino, produciéndose más
+de una vez bullicio y alborotos, que turbaban la grave seriedad del
+piadoso ejercicio.
+
+Cubiertos los rostros y vestidos con túnicas blancas ó negras, iban
+muchos penitentes, llevando á hombros pesadas cruces; otros, desnudas
+las espaldas, se iban azotando con la mayor furia que era de ver: estos,
+traían grillos ó esposas á las manos; aquellos se iban dando martirio
+con un cilicio; y como quiera que hombres y mujeres iban rezando en voz
+alta y entonando fúnebres salmodias, el cuadro presentaba en conjunto un
+aspecto lúgubre y sombrío, de lo más característico de aquellos tiempos.
+
+Como los devotos sueltos iban también á veces hermandades, que conducían
+imágenes sobre andas, y éstas hacían la estación con gran parsimonia,
+regresando á la ciudad, casi siempre, después de cerrada la noche.
+
+A esto debiéronse no pocos escándalos y abusos, que sabido es que el
+Diablo no duerme, y así sucedía con frecuencia que el regreso de los
+penitentes por aquellos campos, alumbrados sólo por las hachas de cera,
+era á veces tumultuoso y poco edificante, por manera que Luzbel se
+complacía en tentar á la multitud que con tan piadoso fin recorría
+aquellos lugares.
+
+En más de una ocasión las autoridades eclesiásticas y civiles tuvieron
+que intervenir en tales procesiones de penitencia, á las que hubo
+pícaros que acudían con fines no muy santos, aprovechándose de lo
+encubierto de los rostros, la mezcla de sexos, y las obscuridades de las
+noches.
+
+A mediados del siglo XVIII esta procesión de _Vía-Crucis_ comenzó á
+decaer de visible manera por muchas y diversas causas, desapareciendo
+luego muchas de las cruces que se alzaban en el camino en 1816, y otras
+posteriormente, cuando ya estaba por completo en desuso la práctica de
+recorrer esta famosa Vía-sacra.
+
+Las procesiones de penitencia á la Cruz del Campo, nota gráfica de la
+España de los siglos XVI y XVII, merecían ser descritas muy al pormenor,
+ya que el pincel de un artista lo trasladó al lienzo en un curioso é
+interesante cuadro que conservaba en su palacio de San Telmo el duque de
+Montpensier.
+
+
+
+
+LAS PRESAS DE LA INQUISICIÓN
+
+
+La actividad desplegada por el tribunal de la Fe, en Sevilla, en el
+siglo XVI, excede á cuanto pueda decirse, siendo continuas las
+prisiones, los tormentos y los autos, en los que casi á diario salían
+innumerables víctimas acusadas de herejía luterana, de _molinistas_, de
+judaizantes, de hechiceros, _iluminados_, etc. etc.
+
+Las cárceles del castillo de Triana estaban repletas de infelices presos
+que aguardaban la muerte más ó menos próxima, siendo muchas también las
+mujeres que allí gemían en los lóbregos calabozos, y las cuales, sin
+consideración alguna y contra todo sentimiento de humanidad, eran
+tratadas cruelmente por los negros carceleros.
+
+De la situación de aquellas desgraciadas, muchas de las cuales tenían
+consigo á sus hijos, de cierta edad y de pecho algunos, da idea un
+curiosísimo documento inédito hasta ahora, prueba irrecusable de lo que
+era el tribunal de la fe.
+
+Este documento, que lleva la fecha de 1569, es un dato, prueba de las
+_piadosas_ costumbres de entonces; es con toda su sencillez un grito de
+dolor de aquellas desventuradas mujeres, á las que no sólo se privaba de
+libertad, sino de alimento y de lo más necesario para la vida.
+
+El escrito va dirigido al Cabildo de la ciudad y dice así:
+
+«Ilustrísimo señor: Las que estamos en penitencia, presas en esta cárcel
+perpetua del _Santo Oficio de la Inquisición_, besamos las manos de
+vuestra señoría ilustrísima, y á ella humildemente suplicamos; diciendo
+que nosotras somos pobres mujeres y padecemos muchas necesidades, y por
+ser nuestra _miseria y pobreza tanta, no podemos mercar trigo, si no es
+en el Pósito, para sustentarnos_. Suplicamos por amor de Dios Nuestro
+Señor, nos mande vuestra señoría dar dicho trigo del Pósito, con nuestro
+dinero, y de esta manera podremos sustentar _nuestras vidas y hijos_, y
+para esto al real oficio y á la clemencia de vuestra señoría ilustrísima
+imploramos para que se nos haga esta merced y limosna.--_Las mujeres
+presas y reclusas en esta cárcel perpetua en penitencia._»--(Archivo
+Municipal, Escribanías de Cabildo).
+
+Tristes reflexiones se desprenden de la lectura de este documento, al
+cual cuantos comentarios pudieran hacerse resultarían pálidos.
+
+Algunas de aquellas infelices mujeres fueron ejecutadas poco días
+después, en 1573, donde salieron en auto público 70 penitenciadas en el
+mes de Enero y en 25 de Noviembre 60 reconciliadas, y siendo 20
+quemadas.
+
+
+
+
+EJECUCIONES
+
+
+Durante los siglos XVI y XVII la pena de muerte en Sevilla se practicaba
+con tanta frecuencia que como dice muy bien don Aureliano Fernández
+Guerra, apenas había semana en que no se llevasen á cabo una ó más
+ejecuciones.
+
+El pueblo acudía á presenciar estos actos con gran alboroto y como cosa
+corriente era el salir á ver los ahorcados, cuyos restos eran luego
+llevados á la mesa del rey en Tablada, y á fin de año sus huesos se
+enterraban con cierta solemnidad en el templo de San Miguel.
+
+Las memorias sevillanas y las notas recogidas por diligentes curiosos,
+consignan entre las muchas ejecuciones algunas que por la calidad de los
+reos, los delitos que cometieron y otras diversas circunstancias
+salieron de lo corriente y llamaron poderosamente la atención.
+
+Tal ocurre con algunos que voy á recordar y que bien merece recogerse en
+estos apuntes sevillanos.
+
+Cuatro frailes ahorcados no es caso que suele darse con frecuencia; por
+esto merece citarse la fecha del 26 de Julio de 1536, en que el pueblo
+hispalense presenció tal suceso.
+
+Fray Alonso de Badajoz, prior del convento de San Agustín; fray Andrés
+de la Cruz, fray Rodrigo de Rocha, prior de Córdoba, y fray José Piloto,
+doctor en teología, reuniéronse en el día 22 de Julio de 1536, y se
+dirigieron en busca del Provincial de la orden agustina, fray Juan de
+las Casas.
+
+Habían los cuatro religiosos fraguado un terrible plan contra el citado
+Provincial, y, sorprendiéndolo en una de las celdas del citado convento,
+le dieron muerte, sin que se pusiera en claro, apesar de las diversas
+opiniones, el motivo del crimen.
+
+Huyeron los autores de él, procurando ocultarse; mas descubiertos y
+presos en la misma Sevilla, se les degradó públicamente y fueron después
+colgados de la horca de Buenavista, ante inmensa muchedumbre.
+
+Los cuatro frailes criminales fueron recogidos luego por los agustinos,
+que depositaron sus cadáveres en las bóvedas de una capilla de la
+iglesia, conservándose el enterramiento hasta los últimos tiempos en que
+el templo estuvo abierto al público.
+
+Otra muy comentada ejecución, fué la de don Pedro Vallecillo, y que se
+llevó á cabo en Marzo de 1554.
+
+Era don Pedro un presbítero natural de Ecija, que vivía en Sevilla y
+hombre de no muy buenos instintos y peores mañas, cuyo fin fué al cabo
+lamentable.
+
+Tenía el mal clérigo, entre otros grandes vicios, el del robo, y aunque
+cometió algunos en pequeño, en el mes de Marzo de 1552 acechó á cuatro
+hombres que dormían la siesta, y armado de una daga les dió muerte,
+despojándolos de cuanto dinero y objetos llevaban consigo.
+
+Al poco tiempo fué preso, y en el manuscrito de _Efemérides sevillanas_,
+de donde tomo esta noticia, se lee:
+
+«Al cabo de veintiún meses de prisión en el castillo de Triana, lo
+degollaron y dieron garrote en el mármol de la Cuadra, y pasadas dos
+horas lo enterraron en el Sagrario, acompañándole más de quinientos
+clérigos y muchos religiosos de todas órdenes, y un grande
+acompañamiento del cuerpo.»
+
+Persona principal y de noble linaje fué la que subió al patíbulo en 24
+de Enero de 1580.
+
+Llamábase don Fernando de Saavedra, y estaba emparentado con muchas
+familias de alta posición social.
+
+Este don Fernando tenía una cuñada, mujer que había sido de don Sancho
+Ponce, la cual gozaba de un mayorazgo que excitó en mal hora la codicia
+de Saavedra. Y llegó á tanto su mal pensamiento, que mandó matar á doña
+María, su cuñada, pagando á los asesinos y tomando él parte material en
+el delito.
+
+Como persona noble que era don Fernando Saavedra, fué degollado con una
+espada y su cadáver estuvo expuesto en el tablado hasta la tarde en que
+se le dió enterramiento.
+
+Horrible fué otro crimen cometido por un berberisco y su manceba en la
+persona del marido de ésta, pero el castigo no lo fué menos. Las
+_Efemérides sevillanas_ que figuran en la colección de papeles del conde
+del Aguila relatan con breve concisión el caso, expresándose de este
+modo:
+
+«En 9 de Marzo de 1788 atenacearon y dieron garrote é hicieron cuartos á
+un berberisco, y pusieron la mano en la esquina del Baño de la Palma y
+quemaron en la chamiza, á la morisca bañera, porque ella y él (que
+estaban amancebados) mataron al marido y _lo echaron á cocer_, porque no
+hediese, en el caldero en que se calienta el agua; y unas mujeres,
+queriendo por una ventanilla sacar una poca de agua caliente, lo vieron
+muerto.»
+
+Por último, para terminar, citaré estas dos ejecuciones que ocurrieron
+entrado ya el siglo XVII, en que tantas hubo, á alguna de las cuales,
+más adelante dedicaré especial lugar.
+
+D. Diego de Ulloa de la Chica, presbítero y fraile carmelita que vivía
+ya en Sevilla en 1590, fué expulsado de la orden por su mala conducta,
+en la que, lejos de enmendarse, se aferró más y más, llegando hasta el
+punto de que, impulsado por el robo, asesinó en 1622 á un vecino del
+Arquillo Las Roelas, llamado don Juan González, el cual era sacerdote y
+capellán de la parroquia de San Lorenzo.
+
+Tuvo por cómplice en su crimen á un corchete llamado Andrés, del que no
+sólo se sirvió para asesinar al capellán, sino á otro hermano suyo que
+con él vivía.
+
+Ulloa de la Chica fué degradado públicamente por el obispo auxiliar don
+Juan de la Sal, y el día 20 de Mayo de 1623, fué arrastrado, ahorcándole
+frente al citado arquillo de Roelas, en unión del corchete Andrés, «á
+quien se le cortó la cabeza y la mano derecha, que se pusieron por
+algunos días en un árbol de la vecina Alameda.»
+
+En 1633 y el día 15 de Julio ahorcaron y cortaron la mano derecha á un
+joven hijo del carnicero de los Abades, mozo de vida licenciosa y
+aficionado á lo ajeno y que, para su mal, cometió un sacrílego robo que
+produjo gran escándalo.
+
+El erudito don Diego Ignacio de Góngora consigna el caso brevemente en
+un manuscrito, y de él se viene en conocimiento de que el hijo del
+carnicero, favorecido por las sombras de la noche, penetró en la iglesia
+de San Roque con los más perversos instintos.
+
+Ya en el templo, dirigióse á uno de los altares, y cogió una custodia,
+que era de plata y de gran mérito, dejando la Sagrada Forma sobre la
+mesa del altar, y huyendo luego, sin ser visto de quienes pudieran
+capturarlo.
+
+Al día siguiente, cuando fué conocido el robo, promovióse gran alboroto
+en el barrio, poniéndose en aquel punto en movimiento la justicia, la
+cual tuvo la suerte de dar, de allí á pocos días, con el ladrón
+sacrílego, que, encerrado en la Cárcel Real, fué condenado á muerte muy
+luego.
+
+La custodia se rescató con gran contento de los feligreses, los cuales
+costearon después una solemne función religiosa de desagravios.
+
+El ladrón no fué solo á cometer su delito, sino que tuvo dos cómplices,
+como así lo consigna Góngora, el cual dice:
+
+«Ayudóle en el sacrílego robo un clérigo, que había sido fraile, y una
+mozuela. A ésta diéronla, el mismo día de la ejecución del reo,
+doscientos azotes. El clérigo huyó, con que no lo prendieron.»
+
+
+
+
+EL SALVADOR
+
+
+Los paseos y jardines públicos de Sevilla no dejan de ofrecer materia
+abundante para ocuparse de ellos, por su historia, su importancia local,
+las transformaciones que han tenido y los sucesos más ó menos
+interesantes que en ellos se han desarrollado. Tal ocurre, por ejemplo,
+con el paseo llamado del Salvador.
+
+Dice Cervantes en _Rinconete y Cortadillo_: «Avisólos su adalid (el
+asturiano) de los puestos donde habrían de acudir: _por la mañana á la
+carnicería y á la plaza de San Salvador_...» y más adelante, añade:
+«Todas estas liciones tomaron bien de memoria, y otro día bien de mañana
+se plantaron _en la plaza de San Salvador_.»
+
+Esta era entonces centro de gran movimiento y tránsito y mercado de la
+fruta, que por estar enclavado en barrio tan céntrico y rico é inmediata
+á otros puntos de venta como los del pan y las pescaderías, acudía gran
+concurrencia á ella y atronaban de continuo toda la collación los gritos
+y el vocerío de vendedores esportilleros, mozos, criados, justicias,
+etc. etc.
+
+En aquellos tiempos se alzaban en la plaza dos cruces, una de piedra y
+otra de hierro, y desde 1574, el hospital de San Juan de Dios, que aún
+existe, y la colegial del Salvador, cuyo edificio se comenzó á
+reedificar en 1671.
+
+La plaza del Salvador era teatro con frecuencia, en el siglo XVII, de
+muy variadas escenas; allí se celebraron más de una vez fiestas de toros
+y cañas, para solaz de los canónigos de la Colegiata, y á las que acudía
+siempre el pueblo con gran regocijo y alboroto.
+
+Desapareció el mercado de fruta en los años de la invasión francesa, y
+entonces se construyó el paseo, habiéndose, hacia 1816, edificado la
+capilla que existe en las gradas del templo del Salvador, y á la cual
+trasladóse la imagen de la Virgen del Carmen, que estuvo hasta entonces
+en un retablo de la calle de las Sierpes, según escriben veraces
+autores.
+
+El paseo se construyó con regular elevación, subiendo á él por
+convenientes escalinatas, plantándose en él árboles y colocándose
+asientos de piedra, tal y conforme aparece en láminas de la época, como
+la que figura en el libro de Alvarez Miranda, _Glorias de Sevilla_.
+
+Desde poco después de 1817, comenzó á celebrarse en esta plaza una
+velada á la Virgen del Carmen, la cual tuvo años de no poco esplendor,
+viéndose entonces adornada la capilla con vasos de colores y con
+banderas y arcos el paseo, alrededor del cual se instalaban puestos de
+avellanas, de turrones, de garbanzos y de los célebres alfajores que
+vendían las serranas de enaguas rayadas, chaquetas de paño y sombreros
+de castor.
+
+De estas veladas aún queda hoy algo, si bien de nota incolora, sin aquel
+sabor característico, pues ya no se ven allí ni los majos decidores, ni
+las majas desenvueltas, ni todos aquellos tipos sevillanos que con tanta
+exactitud retrataba don José Bécquer en sus acuarelas y lienzos.
+
+La solemnidad del Corpus era también de gran resonancia para la plaza
+del Salvador, como lo sigue siendo hoy, y desde antiguo se entolda gran
+parte de ella para el tránsito de la procesión y se coloca en la puerta
+del Salvador la imagen de la Virgen de las Aguas, que compartió su fama
+popular con la de los Reyes, y sobre la que corren, como sabido es de
+todos, las más peregrinas tradiciones.
+
+Días del año en que ofrece gran animación el paseo que es objeto de
+estas líneas, son los de Semana Santa, pues por el recinto cruzan casi
+todas las cofradías que hacen estación á la Catedral, y es de ver en
+aquellas tardes y noches y en la madrugada del Viernes Santo, el aspecto
+del _Salvador_ (como los sevillanos le dicen) donde se apiña la multitud
+bulliciosa y poco devotamente, desarrollándose escenas que no es cosa de
+detenerse en describir ni enumerar siquiera.
+
+Las noches de estío, esas noches de Julio y Agosto en Sevilla, en que el
+calor es sofocante, acude un público bastante numeroso al paseo del
+Salvador en busca de alguna agradable brisa; allí se pasa las horas
+tranquilamente el desocupado, viendo á los corros de niños que juegan, á
+la gente joven que pasea, á los viejos que dormitan ó á los que toman
+sorbetes y refrescos en los puestos de agua, siendo aquel, campo muy
+aproposito para conquistas de niñeras y criadas de servicio que
+incautamente creen en las promesas de _chicucos_ domingueros y
+_militares sin graduación_.
+
+Diversas modificaciones ha sufrido el paseo del Salvador desde que
+estaba elevado y tenía sus escalinatas por los años de 1840,
+desapareciendo el alto hacia 1860, y, motivado por recientes sucesos,
+desaparecieron aquellos asientos de piedra que desde tiempo primitivo
+tuvo, sustituyéndose por los de hierro que tiene en la actualidad y que
+invitan al descanso al transeunte.
+
+Para concluir, diremos que el paseo del Salvador sería susceptible hoy
+de algunas mejoras importantes, que contribuirían á su embellecimiento y
+comodidad, para llevar á cabo las cuales, sería necesario efectuar el
+derribo de algunos edificios, con lo que ganaría, ensanchándose, lugar
+tan céntrico y concurrido como lo es aquél y tan predilecto de muchos
+sevillanos.
+
+
+
+
+JUAN DE LAS ROELAS
+
+
+Pertenece el licenciado Roelas al número de aquellos grandes pintores
+que florecieron en Sevilla en los siglos XVI y XVII, y que tanta honra
+dieron á su patria y tan apreciables obras legaron á la posteridad.
+
+Como ocurre con otros artistas y escritores de aquellas centurias, no
+son muchas las noticias biográficas que de Roelas se conservan, y
+después de las que apuntaron Arana de Varflora y Ceán Bermúdez, aparte
+de algunos documentos sueltos, no se han podido ampliar gran cosa, ni
+han sido por cierto muchos los datos encontrados que dieran luz sobre la
+vida de aquel famoso maestro, pudiéndose sólo, como lo hago, reunir
+algunos detalles desperdigados en otros textos.
+
+Nació en la capital de Andalucía hacia 1560, y se dedicó de muy joven á
+los estudios, obteniendo el grado de licenciado, y más tarde se ordenó
+de sacerdote, por lo que vulgarmente es conocido por el _clérigo
+Roelas_.
+
+Sin embargo, la verdadera profesión de aquel sevillano había de quedar
+olvidada, por ser lo que, empezando en él como mera afición, vino con el
+tiempo á darle legítimo renombre.
+
+Inclinado desde mozo al dibujo, estudió éste en su patria, siendo
+discípulo de Antonio Arfián, ignorándose en qué fecha, y con el deseo de
+perfeccionarse en el arte, abandonó España.
+
+Roelas trasladóse á Italia y allí estudió, especialmente, las obras de
+Ticiano, haciendo verdaderos y notables progresos, que se pusieron bien
+de manifiesto en cuantas obras llevó entonces á cabo.
+
+Regresó después de algunos años á Sevilla, donde ya pintaban no pocos
+famosos artistas, y en 1603 obtuvo una prebenda en la capilla de
+Olivares, pueblo de la provincia, y capilla que más tarde fué elevada á
+colegiata, pintando allí, entre otros lienzos, dos cuadros muy notables
+con asuntos de la vida de la Virgen, y en 1606 otros dos para el
+convento de Santa Isabel, de Sevilla.
+
+En 1607 contaba ya Roelas con no pocos discípulos que se apresuraron á
+recibir sus lecciones, viéndose siempre muy concurrida su academia, de
+la cual salieron, andando el tiempo, pintores como Juan de Uceda
+Castroverde, Varela y el gran Zurbarán.
+
+Pintó Roelas en 1609 el cuadro de Santiago que existe en la capilla de
+la Catedral, donde llegaron á reunirse hasta ocho lienzos suyos, entre
+los que se citan con elogio el retablo de la capilla de los Jácomes,
+hoy muy restaurado.
+
+Para el convento de la Encarnación y el de san Agustín, pintó cinco
+grandes cuadros y nueve para la Merced, pero casi todas estas obras son
+hoy desconocidas y habían desaparecido ya de dichos templos muchas en
+1844.
+
+Encontrábase Roelas en Madrid en 1616, y allí no pudo conseguir como
+deseaba la plaza de pintor de cámara de Felipe III, que se dió á
+Bartolomé Gómez, pero ejecutó diversas obras para el palacio real, que
+ya no existen, pintando por aquellos años el cuadro de Moisés que hoy se
+ve en el Museo del Prado, los que estaban en la Merced Calzada y una
+Concepción que en 1800 existía en la Academia de San Fernando.
+
+En Madrid y Sevilla residió el clérigo Roelas indistintamente largas
+temporadas, ejecutando para su patria obras como la _Muerte de san
+Isidoro_ que existe en el altar mayor de dicho templo, el _San Pedro
+libertado de la prisión_ que se encuentra en la capilla de la iglesia
+del mismo nombre, el _Martirio de santa Lucía_ de la iglesia dedicada á
+esta santa, y el _Martirio de san Andrés_ que estuvo en la capilla de
+los Flamencos en santo Tomás y hoy se admira en el Museo provincial,
+donde se guardan además una _Santa Ana con la Virgen_, un _San Ignacio_
+y una _Concepción_.
+
+Nueve cuadros existían en el Hospital del Cardenal hechos por Roelas,
+(tales como el de la _Muerte de San Hermenegildo_ y varios martirios de
+frailes) y uno en el Hospital de los _Viejos_ que desapareció el siglo
+XVIII, sustituyéndose por otro lienzo de pésima ejecución y oscura mano.
+
+En 1624 fué Roelas nombrado canónigo de la colegiata de Olivares, á cuyo
+punto se trasladó en definitiva el artista, que ya en distintas épocas
+había allí residido.
+
+Tranquilo y sosegado y sin dejar el cultivo del arte, continuó Roelas
+en Olivares, donde falleció en 23 de Abril de 1625, siendo enterrado en
+aquel pueblo.
+
+El licenciado Juan de las Roelas es uno de los grandes maestros
+sevillanos que á tan alto lugar llevaron la pintura de nuestra patria.
+
+Notabilísimo dibujante fué aquel hombre y así lo demostró en todas sus
+obras, donde á más se admira un bellísimo colorido, que pone bien de
+manifiesto la influencia que en el artista ejerció la escuela veneciana,
+cuando la estudió detenidamente durante su permanencia en Italia.
+
+Muchos son los cuadros que se han perdido del clérigo Roelas, pues en
+Sevilla llegaron á reunirse en diversos templos hasta cuarenta y siete
+grandes pinturas de este artista, siendo no pocas de ellas las que
+pasaron á poder de particulares, y por desgracia salieron después de
+nuestra ciudad y de la península.
+
+Aún existen no pocas de verdadera importancia para admiración de los
+inteligentes, y entre ellas merecen especial mención las que se
+encuentran en el templo de la Universidad, de la _Sacra Familia_; _El
+Nacimiento_ y la _Adoración de los Reyes_, en Santa Isabel; el
+_Bautista_ y _Evangelista_, en San Lorenzo; _la Virgen del Rosario_, en
+Santa Ana (que fué restaurado muy torpemente); _El martirio de san
+Andrés_, en el Museo, el _San Pedro_ y el _Santiago_ ya citados; el de
+varios santos en San Juan de la Palma, y otros que dan bien acabadas
+pruebas del indiscutible mérito de su autor.
+
+Con razón dice de él un crítico que «fué gran artista y produjo muchas y
+muy grandiosas obras, todas ellas de superior mérito». No entraré á
+detenerme en ellas, particularmente, pero sí diré que cuantos críticos,
+propios y extraños, se han ocupado de las obras de este autor, están
+conformes en tributarle los mayores elogios.
+
+Pacheco, Ceán Bermúez, Arana de Varflora, Pons, Madrazo, Gestoso, etc.,
+etc., que analizaron con detenimiento las creaciones del clérigo-pintor,
+han hecho justicia á sus méritos, que fueron reconocidos por sus
+coetáneos.
+
+Hay en las obras de Roelas, á más del conocimiento profundo del dibujo,
+un acertadísimo buen gusto para la composición de las figuras, siendo de
+los artistas de su tiempo uno de los que con más exactitud copiaron de
+la realidad, tan falseada por algunos con verdadero propósito.
+
+Roelas, trasladando al lienzo el modelo tal cual lo veían sus ojos, no
+dejó por eso de imprimir un verdadero sentimiento de gran artista á sus
+creaciones, en las que han podido estudiar muchos la belleza de lo real
+sin acudir á lo mentido y artificioso.
+
+En cuanto al hombre, dejó gratísima memoria por sus bellas prendas; «la
+piedad--dice Arana--formó el carácter de Roelas, y esta virtud le hizo
+dar muchas limosnas y no desdeñarse de hacer pinturas gratuitamente
+cuando algunos pobres se las pedían.»
+
+Dejó un nombre ilustre como artista y un nombre honrado como hombre:
+¿qué mejor elogio puede hacerse del pintor sevillano?
+
+
+
+
+LAS DOS AMIGAS
+
+
+Los vecinos del barrio de la Feria presenciaron en Diciembre de 1574 un
+espectáculo que les entretuvo bastante y fué objeto de los más sabrosos
+y varios comentarios.
+
+A la puerta de la iglesia de Omnium Sanctorum se colocaron, de orden de
+la justicia, dos altas escaleras de mano; y en cada una de ellas
+pusieron á dos jóvenes y no mal parecidas mujeres, siendo también
+curioso el que una de las tales estaba vestida en traje masculino con
+gregüescos y calzas.
+
+Antes de exponer á las dos mozas á la pública vergüenza, fueron paseadas
+por la ciudad montadas en dos pollinos, desnudas las espaldas y los
+pechos y seguidas del verdugo, que propinó á cada una cien azotes, con
+arreglo á la sentencia que se les había impuesto.
+
+Permanecieron encaramadas en la escalera un día entero las dos hembras,
+siendo la causa de aquel castigo el hecho siguiente:
+
+Una de las mujeres tenía grandes ansias por cobrar un dote de 100
+ducados que le correspondía si se casaba, mas ella no demostraba ninguna
+afición al casamiento, y sí muy grande al dinero y á una su _íntima
+amiga_, con la cual convino un ingenioso plan que, al ser malogrado, la
+puso en aquella triste situación.
+
+Trató con la amiga que se disfrazase con traje de varón, el cual no
+debía sentarle mal, y que, como tal varón, la galanteara y pidiera en
+casamiento, llevando las cosas tan adelante que, con la complicidad de
+un sujeto de la curia eclesiástica, comenzaron á sacar los papeles para
+ir al altar, recibir las bendiciones y cobrar los apetecidos ducados.
+
+En estos pasos estaban, cuando la superchería fué descubierta y
+condenadas más tarde... ¡Los 100 ducados del dote se convirtieron en 100
+azotes y en pasar la vergüenza de la exhibición, si es que las dos mozas
+la tenían!
+
+
+
+
+LOS VALENTONES
+
+
+Uno de los más temidos valentones que á fines del siglo XVI había en
+Sevilla, donde tantos se encontraban, era Gonzalo Xeniz, cuya vida
+aventurera y ladronesca pudiera ser objeto de un libro.
+
+Hablan de este mozo de chapa algunos autores contemporáneos, y la fama
+de sus fechorías ha llegado hasta nosotros, presentándolo como tipo
+acabado de aquellos bravucones que tan admirablemente pintaba Cervantes
+en _Rinconete y Cortadillo_, Quevedo en el _Buscón_ y Cristóbal de
+Chaves en _La cárcel de Sevilla_.
+
+Huyendo de las garras de la justicia andaba el ínclito Xeniz en 1595,
+cuando el 26 de Julio acudió á un ventorrillo de la Puerta de la
+Barqueta, en el cual se juntaron gran número de rufianes y mujeres de
+vida airada á divertirse alegremente, como gente de ancha conciencia que
+era.
+
+Allí estaba toda la taifa picaresca, comiendo, bebiendo, cantando y
+entregándose á desahogos no muy honestos, cuando fué cercado el
+ventorrillo por gran número de alguaciles que llevaban á la cabeza nada
+menos que al Asistente de Sevilla, don Pedro Carrillo de Mendoza, conde
+de Priego.
+
+Enterados los valentones de lo que pasaba, salieron armados á
+defenderse, trabándose entonces una formal batalla en la cual Gonzalo
+Xeniz, que hizo varios disparos con un pistolete, logró escaparse,
+dejando burlados á los que ansiaban cogerlo.
+
+Pero si aquella vez estuvo afortunado, no lo estuvo en otro encuentro
+que al poco tiempo tuvo, y fué preso, mandándosele á la galera de Málaga
+como cabo de escuadra, de donde volvió en Agosto de 1596, siendo
+entonces puesto en libertad porque al mozo no le faltaban amigos.
+
+Mas apenas se vió en la calle, reanudó sus fechorías, por lo cual el
+conde de Priego mandó prenderle de nuevo. Y hé aquí que el 4 de Octubre
+del citado año, Xeniz, viéndose en el apurado trance de que iba á ser
+capturado por los alguaciles que le habían sorprendido en unión del
+Asistente, disparó contra éste un pistoletazo, que por gran casualidad
+no acabó con la vida del conde.
+
+Y aquí tuvo término la existencia del valentón, pues el 17 de Octubre de
+1596 fué ahorcado en la Plaza de San Francisco, y su cadáver, hecho
+cuartos, se puso en el lugar del ventorrillo de la Puerta de la
+Barqueta, como consigna Ariño en los _Sucesos de Sevilla_.
+
+Digno émulo de Gonzalo Xeniz fué otro matón coetáneo suyo y el cual
+compartió con él las hazañosas empresas, viniendo á la postre á tener
+también desgraciado fin poco tiempo antes que el intrépido compañero.
+
+Juan García, llamado también _El Bravo de las Galeras_, era un mozo
+fiero y atrevido, soldado y terror de los vecinos de Triana en 1593.
+
+Continuas pendencias, alborotos y escándalos promovía el bravucón y sus
+amigos, y en uno de aquellos lances acudió en mal hora á poner paz un
+corchete llamado Gordillo, que ya era bien conocido de García, el cual
+fué lo mismo verle que arremeterle armado de una daga.
+
+Con ella le infirió multitud de heridas, y dejándole ya muerto, huyó á
+esconderse en alguno de los rincones de Triana, donde tenía gentes que
+por miedo le favorecían.
+
+Al poco tiempo un alcalde de corte y un alguacil acudieron á Triana con
+objeto de capturar al bravo, empresa que era más difícil de lo que ellos
+creían.
+
+Era esto el día 2 de Julio del citado año de 1593, y con motivo de la
+captura se produjo en Triana un verdadero motín, que las crónicas
+sevillanas registran y que apunta Ariño en su libro de _Sucesos_.
+
+Como quiera que la fuerza dispuesta para prender al bravucón era
+insuficiente, hubo que reclamarla mayor, llegando el caso á tener que
+dar el toque de rebato en la iglesia de Santa Ana, á fin de que acudiera
+gente que auxiliara á la justicia.
+
+Con ella fué tropa y hasta el marqués de Peñafiel tuvo que intervenir
+con su autoridad personalmente, llegando á tomar tales proporciones el
+escándalo, que puso en alarma á Triana y á Sevilla entera: tal fué la
+heróica defensa que de su persona hizo el valentón.
+
+Fué preso al cabo, y al siguiente día, 3 de Julio, le ahorcaron en la
+orilla del río, quedando con aquella ejecución en tranquilidad muchos
+vecinos de Triana, que durante largo tiempo anduvieron siempre
+amenazados con los desmanes y excesos de furor del _Bravo de las
+Galeras_, cuyo recuerdo duró largo tiempo entre la gente de su laya que
+tanto abundaba en Sevilla en los siglos XVI y XVII.
+
+
+
+
+EL ASISTENTE Y LAS FRUTERAS
+
+
+El señor don Fernando Arias de Bobadilla, conde de Puñonrostro, fué
+Asistente de la capital de Andalucía y se hizo célebre, como ya dije,
+por los actos que cometió y por sus justicias, que tenía singular manera
+de ejecutarlas.
+
+Cuéntanse de él infinitas cosas que son dignas, por cierto, de ser
+recordadas, y como su autoridad era poderosa y su carácter en extremo
+duro, llegó á ser el terror de la gente de los barrios, en particular
+de los comerciantes y vendedores de artículos de primera necesidad.
+
+El año 1597, en que tomó posesión de su cargo el conde, mandó pregonar
+un bando, por el cual se condenaba en la pena de doscientos azotes á los
+que vendiesen los artículos á más precio que el señalado ya de antemano;
+y como quiera que el cumplimiento de la orden no fué guardado ni mucho
+menos como debiera, el conde empezó á llevar á cabo los castigos con
+extraño rigor y sin que por un momento dejase pasar la más leve falta.
+
+Diariamente salían por las calles de la ciudad comerciantes montados en
+burros, recibiendo los golpes de la penca, y panaderos, hortelanos,
+pescaderos, carniceros, etc., etc., veíanse á cada momento sorprendidos
+por la visita del conde en persona, que era implacable en sus
+resoluciones.
+
+Llegó en éstas á la barbarie, pues como no tenía nadie que le pusiese
+coto y en Madrid se le habían confirmado plenos poderes para ejercer
+como _juez absoluto_, se despachaba á su gusto de una manera brutal y
+cruel.
+
+Tal sucedió con una pobre mujer, que fué víctima de su señoría, y por un
+delito harto insignificante para la pena que sufrió.
+
+La tal mujer tenía por las mañanas su puesto de frutas en el barrio de
+la Feria, y para su desgracia el día 6 de Mayo de 1597, sorprendióla el
+conde vendiendo ciruelas y cerezas á más alto precio que el señalado.
+
+Al punto la mandó prender y aquella misma tarde fué azotada
+públicamente, llevando colgadas al cuello, para mayor vergüenza, las
+frutas, pero tan tremendos resultaron los golpes que sobre la infeliz
+cayeron, que enfermó de gravedad y el día 9 del mismo mes de Mayo espiró
+la infeliz, según consigna el _diario_ de Ariño.
+
+El mismo autor añade: «Seis días después á otra mujer, porque vendía
+pepinos á más de la postura, la pasearon por las calles con los pepinos
+al pescuezo y le dieron doscientos azotes.»
+
+Como estos dos, pudiera citar infinidad de casos que prueban la manera
+con que Puñonrostro hacía justicia, y lo que era en el siglo XVI un
+Asistente de Sevilla.
+
+
+
+
+HERRERA "EL VIEJO"
+
+
+Las obras del pintor Francisco de Herrera, á quien generalmente se
+conoce por Herrera _El Viejo_, para diferenciarlo de su hijo, del mismo
+nombre y también artista, son universalmente celebradas, y el título de
+su autor es de los que gozan en justicia un puesto de preferencia entre
+los antiguos pintores sevillanos.
+
+Por otra parte, es Herrera una persona digna de estudio; en su vida hay
+diversos incidentes que merecen ser recordados; y aunque estos apuntes
+no permiten gran extensión, he de procurar condensar cuanto sea
+necesario para dar á conocer al artista sevillano.
+
+Nació éste, según se cree, en 1576, y fué su maestro en el arte Luís
+Fernández, que lo fué también de Pacheco, quien á la par de Herrera
+aprendió el dibujo y las primeras lecciones de pintura.
+
+Herrera comenzó de joven á llamar la atención de las personas
+inteligentes de Sevilla con sus lienzos, y se dice que los primeros que
+presentó al público fueron los cuatro que figuran en el altar mayor de
+la iglesia de San Martín, representando pasajes de la vida de este
+santo.
+
+Instruído también en el grabado en cobre, ejecutó no pocos trabajos por
+este procedimiento, mereciendo citarse la portada del libro publicado en
+Sevilla en 1610 por Estupiñán y en el que se relatan las fiestas
+llevadas á cabo para la beatificación de san Ignacio.
+
+Por entonces tenía taller abierto Herrera y contaba con frecuentes
+encargos, habiendo hacia 1613 acudido á recibir sus lecciones don Diego
+Velázquez de Silva, que á la sazón contaba catorce años, pero que pronto
+tuvo que separarse de tal maestro, dicen, por la violencia de su
+carácter, poco apropósito para dedicarse á la enseñanza.
+
+De este natural poco sufrido, huraño y dado á la cólera, vinieron no
+pocos disgustos y sinsabores á Herrera, quien con frecuencia se veía
+solo y sin que ninguno de los muchos jóvenes aventajados que entonces
+había en Sevilla, quisiese acudir á su casa. «He oído muchas veces--dice
+Ceán--decirlo á pintores viejos de Sevilla: que cuando no tenía Herrera
+discípulos y esto era muy frecuente, mandaba á su criada bosquejase los
+lienzos, y antes que se secasen los colores formaba él con una brocha
+las figuras y ropajes.»
+
+Por los años á que me voy refiriendo pintó Herrera para san Agustín la
+_Asunción_ y _Coronación de la Virgen_; para san Antonio dos
+_Apóstoles_; para la ermita de la Encarnación en Triana, siete cuadros
+con pasajes de la vida de la Virgen, obras todas que se han perdido, y
+el _Triunfo de san Hermenegildo_, que estaba en el altar mayor de dicho
+templo y que hoy se conserva en el Museo provincial.
+
+Hacia 1619 fué acusado Herrera de monedero falso, y como quiera que el
+artista considerábase perdido y próximo á caer en las garras de la
+justicia, huyó á buscar asilo en el convento de san Hermenegildo.
+
+Allí estaba cuando en 1623 visitó Sevilla Felipe IV, y se cuenta por
+tradición que habiendo admirado mucho el rey el citado cuadro, que es de
+gran tamaño, y en el que aparece el santo con san Leandro y san Isidoro,
+preguntó quién lo había ejecutado. Presentáronle entonces á Herrera,
+diciéndole cuál era su situación y los motivos por que se le perseguía.
+El monarca le dejó libre, diciéndole que quien sabía ejecutar obras como
+aquella, no había menester el oro ni la plata.
+
+Vuelto Herrera á su casa, continuó trabajando, pero siempre apartado del
+trato de las gentes, siempre solitario y siempre mal humorado.
+
+Una nube negra pesaba sobre el alma del artista, de quien, no pudiendo
+resistirlo ni aun los miembros de su familia, una su hermana, que con él
+vivía, se apartó para entrar en un convento. Más tarde, su hijo
+Francisco le robó mil pesos que tenía ahorrados y se huyó á Italia,
+donde siguió aprendiendo la pintura, que ya había comenzado, y de donde
+no regresó hasta que murió su padre.
+
+Ejecutó éste dos cuadros para el convento de Santa Inés, representando
+la Sacra Familia y el Espíritu Santo, otro para el altar mayor del
+Hospital establecido en la calle Colcheros, que se conservaba en 1836, y
+el magnífico retablo del Juicio final que existe en san Bernardo y del
+que dice un crítico «que es tal vez la más grandiosa obra que brotó de
+sus afamados pinceles.»
+
+Herrera pintaba también con mucha destreza al fresco, ejecutando no
+pocas obras por este procedimiento, y entre las cuales cita _Varflora_
+las ejecutadas en los conventos de la Merced y de san Pablo y san
+Buenaventura.
+
+En 1633, pagóle el cabildo de la ciudad ciertas cantidades por la
+iluminación de una estampa de san Fernando y terminó algunas pinturas
+para san José, siendo en gran número los cuadros de _Bodegones_ que
+hizo, los cuales estaban en poder de particulares y ya en tiempo de Ceán
+habían casi todos desaparecido de Sevilla para ir á parar á los museos
+extranjeros.
+
+En el Louvre se conserva hoy un cuadro que representa á _san Bernardo
+dictando las reglas de la Orden_, que es una de las más acabadas obras
+de Herrera.
+
+Este, muy anciano ya, marchó á Madrid en 1650, donde se estableció y
+ejecutó algunas obras al fresco y no pocos grabados, impresos en
+diversas obras.
+
+El año 1656 falleció Francisco Herrera en la córte, siendo enterrado su
+cadáver en el templo de san Ginés.
+
+A más de los cuadros que pintó el maestro sevillano para los templos de
+esta ciudad que he citado, se encuentran hoy en el Museo provincial las
+siguientes obras: _Visión de san Basilio_, _dos santos de la orden
+franciscana_, _Un santo obispo_, _san Gregorio_, _san Demetrio_, _san
+Antonio_, _san Pedro_, _Sebaste_, _santa Dorotea_, _santa Gertrudis_,
+_Un santo religioso bernardino_ y la _Apoteosis de san Hermenegildo_, ya
+citada. A más existen algunos originales en poder de particulares, tales
+como un _san Nicolás de Bari_, que posee el señor Gestoso y que está
+ejecutado con mucha valentía.
+
+De las cuarenta y siete grandes obras que de la mano de Herrera había en
+Sevilla hacia 1830 se han perdido muchas, pero sin duda las que quedan
+son las más importantes y las más apropósito para estudiar por completo
+á este artista, que fué de los primeros en apartarse de las reglas de
+los antiguos maestros, ejecutando libre, espontáneamente y con
+atrevimiento y valentía.
+
+Distinguíase poderosamente en el claro-obscuro y en el conocimiento de
+la anatomía, y todas sus producciones, por la manera especial de hacer y
+la rudeza de los rasgos, parece que retratan su carácter.
+
+De éste se ha escrito mucho, tachándosele, como ya dije, de violento y
+desabrido en extremo. Tal vez por esto en vida no fué muy elogiado
+Herrera de sus coetáneos que le miraron con prevención, y únicamente
+Lope de Vega le dedicó algunos versos en el libro segundo de su famoso
+_Laurel de Apolo_.
+
+Del maestro sevillano se dice que «dibujaba con cañas y manejaba el
+color con gruesas brochas», teniendo singular destreza para ello, y
+terminando su obra con una rapidez que pasmaba.
+
+Triste y abandonado, falleció el notable artista á solas con las
+negruras de sus pensamientos y la melancolía de su espíritu, y si dejó á
+las generaciones futuras obras hermosas, no tuvo el consuelo de que ni
+sus amigos y discípulos recordasen su nombre con ternura y derramasen
+lágrimas por su memoria.
+
+
+
+
+LOPE DE VEGA EN SEVILLA
+
+
+El _Fénix_ de los ingenios españoles, aquel que se alzó _con el cetro de
+la monarquía cómica_, visitó á Sevilla en los primeros años del siglo
+XVII, y si bien de su estancia en nuestra población no son hasta ahora
+muy detalladas y completas las noticias que existen, pueden, sin
+embargo, servir para dar asunto á uno de estos apuntes históricos.
+
+El año 1600 llegó á esta capital de Andalucía el gran poeta, que se
+hallaba entonces en toda la fuerza de su juventud y con toda la lozanía
+de su portentoso ingenio, y no vino solo, pues le acompañaba doña María
+de Luján, hermosa mujer, con quien tenía hacía tiempo amorosas
+relaciones, de las cuales eran fruto dos niñas, á la sazón de corta
+edad, y de nombres Mariana y Angela.
+
+La amante del poeta acompañóle durante todo el tiempo de su estancia en
+Sevilla, y aquí quedó, cuando Lope, en 1601, emprendió un viaje á Madrid
+y Toledo para evacuar algunos negocios particulares, viaje del que no
+tardó en regresar al lado de aquella mujer á quien cantaba en sus
+poesías con el nombre de _Lucinda_.
+
+Por cierto que á su regreso corrió entre los literatos sevillanos un
+soneto contra Lope, el cual algunos han atribuido á Cervantes, que á la
+sazón también residía en nuestra ciudad, y cuya enemistad con el _Fénix_
+de los ingenios es bien conocida, no estando tampoco éste tardo en
+atacar al autor del _Quijote_ en varios de sus escritos.
+
+La pluma de Lope, jamás ociosa, no podía estarlo en Sevilla, y así fué;
+aquí escribió varias comedias, entre las que se cuentan _La corona
+merecida_, y algunos autos, como _El hijo pródigo_ y _El viaje del
+alma_, representándose durante aquellos años por las compañías de
+Vergara y Villalva, algunas obras de Lope, que aunque ya conocidas en
+otras partes no lo eran aún del público sevillano.
+
+El cuadro de costumbres que relata en _El Fénix de Sevilla_, de que ya
+me ocupé, es buena prueba de que aquel gran hombre supo identificarse en
+el ambiente de las costumbres sevillanas.
+
+Poesías escribió también Lope muchas en Sevilla, y de ellas merece
+recordarse la carta que dirigió en 1603 á un amigo, y en la cual dice:
+
+ «...Pan de Sevilla regalado y tierno,
+ masado con la blanca y limpia mano
+ de alguna que os quisiera para yerno.
+ Jamón presunto de español marrano
+ de la sierra famosa de Aracena,
+ á donde huyó del mundo Arias Montano.
+ Vino aromatizado que sin pena
+ beberse puede siendo de Cazalla,
+ y que ningún cristiano lo condena.
+ Agua de la Alameda en blanca talla,
+ ¿dejáis por el bizcocho de galera
+ y la zupia que embarca la canalla,» etc. etc.
+
+En Diciembre de 1603 terminó Lope de Vega su obra _El peregrino en su
+patria_, que fué impresa en Sevilla, y de la cual tanto se han ocupado
+los críticos y los biógrafos del fecundísimo autor.
+
+Acompañado de su amante, joven y hermosa, á quien adoraba y que
+procuraba hacerle dichoso, considerado y tenido en alto aprecio por
+todos y agasajado por cuantos hombres de letras había en la capital de
+Andalucía, la estancia de Lope en nuestra ciudad debió serle en extremo
+agradable, y de ella conservó siempre gratísimos recuerdos, como se
+desprende de algunos pasajes de sus obras.
+
+A fines de 1604, Lope marchó de Sevilla, dirigiéndose primero á Madrid y
+después á Toledo, donde tuvieron fin sus relaciones amorosas con Lucinda
+(á lo menos públicamente), pues algún tiempo después, el poeta contrajo
+matrimonio con doña Juana de Guardo...
+
+D. Cayetano Alberto de la Barrera, Hartzenbusch, Asensio, y don José
+Sánchez Arjona últimamente en sus _Anales del teatro en Sevilla_, al
+ilustrar la vida de Lope de Vega, se han ocupado de su estancia en
+nuestra población, á la cual he dedicado un recuerdo en las anteriores
+líneas, como he de hacerlo á otros hombres ilustres por cualquier
+concepto que visitaron nuestra ciudad.
+
+
+
+
+CONFITEROS Y CONFITERÍAS
+
+
+Esto de la afición á los dulces ha sido cosa antigua en nuestra ciudad,
+como así lo prueba la importancia que siempre tuvo el gremio de
+confiteros y lo numerosos que ya en el siglo XVI eran los
+establecimientos dedicados á la venta y fabricación de dulces de las
+clases más variadas.
+
+Esto movió á no pocos de los confiteros, para mejor orden y disposición,
+á nombrar examinadores del gremio y formar _ordenanzas_, las cuales
+fueron aprobadas por el rey Felipe III en 20 de Mayo de 1606, el cual
+encarecía la utilidad, expresando: «Nos fué hecha relación que el trato
+y confituría en ella (en Sevilla) era muy grueso, por ser muy
+grande..... Porque siendo las conservas y confituras, regalos de
+enfermos y para personas ricas, convenía que la dicha obra fuese buena y
+que fuese y se hiciese con buenos azúcares, y no echando otras mezclas,
+para que se supiese y se entendiese cómo se había de hacer cada cosa, y
+no se vendiesen cosas malas y falsas.....»
+
+Las tales _ordenanzas_ no dejan de ser curiosas y contienen algunos
+detalles de interés para el conocimiento de cómo estaba constituido el
+gremio, y de sus artículos hemos de dar una idea, teniendo á la vista el
+texto, que consta de veintiuna disposiciones, haciendo muy
+especialmente constar en la primera que de allí en adelante
+«..._ninguna persona_, de cualquier estado ó condición que sea, pueda
+tener tienda pública ni secreta sin que primero haya de preceder y
+preceda examen de dicho oficio, el cual examen se ha de hacer ante los
+veedores del dicho oficio de confiteros...»
+
+En las _ordenanzas_ se manda que el que tuviera tienda y no fuera
+examinado, se le castigaría con multas y otras penas, que se formase un
+libro con las denuncias y que en la elección de veedores se tuviese la
+mayor justicia y sinceridad.
+
+Que ya la gente del gremio estaba en el secreto de adulterar los
+confites y engañar al pueblo se ve que no era cosa nueva, pues así se
+desprende de los capítulos 30 y 31, que dicen:
+
+«Item ordenamos que ningún oficial de confituría sea osado á mezclar la
+confitura que hiciese con almidón, harina, ni otras misturas, so pena de
+perdida la dicha colación y de seis mil maravedís por la _primera_ vez,
+y por la _segunda_ sea privado del dicho oficio de confitero por seis
+meses y no tenga más tienda, y por la _tercera_ que la justicia
+ordinaria proceda á hacerle conforme la calidad y gravedad del
+delito--31. Item ordenamos que los _canelones de sidra_, ó canela,
+avellanas ó anís liso ó labrado, culantro liso ó labrado, almendra
+pelada ó raída y entera, y piñones y grajeas, á todo esto sea y se haga
+de un azúcar blanco, de arriba á bajo, sin otra mistura, so pena de dos
+mil maravedís por la _primera_ vez, y por la _segunda_ pena doblada, y
+por la _tercera_ vez sea perdida la dicha colación y no tenga tienda por
+seis meses.»
+
+En los artículos 12, 13 y 14, se especifican algunas de las confituras
+más en boga de entonces, con indicaciones de las materias de mejor
+calidad de que habían de confeccionarse, recomendando con insistencia
+«que el _azúcar rosado y los bocadillos_ sean conservados con azúcar,
+fresco y blanco, y el azahar cubierto, confitado y en conserva, sea de
+buen azúcar, blanco de remate, etc.» no dejando de estar especificados
+otros particulares en los cuales se recomendaba el más exacto
+cumplimiento.
+
+Estas ordenanzas de 1606 fueron posteriormente confirmadas en Febrero de
+1649, en Abril de 1675 y en Septiembre de 1680, y en 1723 se imprimieron
+por Francisco Sánchez Reciente, con este título:
+
+--_Ordenanzas de el oficio de los maestros confiteros de Sevilla y su
+reinado, en virtud de cédula de su majestad y señores de su real
+consejo, que se mandaron imprimir siendo veedores Bartolomé de Marchena
+y Luís de Bonilla, maestros de dicho oficio_, etc.
+
+Las confiterías sevillanas de antaño tenían un aspecto general que no
+dejaba de ser característico; en el mostrador no se exhibían los dulces
+para excitar el apetito: antes por el contrario, se ocultaban los toscos
+tableros, que sólo se sacaban á petición del comprador; los botes con
+los almíbares y las conservas se colocaban en largas hileras en la
+estantería, en cuyo testero principal no faltaban nunca una hornacina,
+con una escultura religiosa ó con un cuadro devoto, ante el que ardía
+cierta lamparilla de aceite, y completaban el menaje del establecimiento
+dos grandes velones, una bandeja con jarro, vasos, un peso de cobre y
+uno ó dos bancos toscos, en los cuales tomaban asiento y descansaban por
+las tardes los amigos del dueño, que nunca dejaban de formar allí su
+tertulia, más ó menos numerosa.
+
+En el siglo XVII hubo en Sevilla algunos confiteros que fueron célebres
+por su habilidad en la confección de los dulces, y de entre ellos han
+pasado á la posteridad, digámoslo así, Pedro de Libosna, Bartolomé
+Gómez y Jerónimo de Barco, que no tenían competidores en las conservas,
+la carne de membrillo, los mazapanes y los canelones de sidra, canela,
+avellana ó anís.
+
+Una vez cada año, el día de San Juan Bautista, se hacía la visita de
+inspección, como si dijéramos, por todos los establecimientos de
+confitería, y era de ver con qué gravedad y ceremonia el teniente de
+Asistente, acompañado por el escribano de cabildo, examinaba cacerolas,
+calderos, medidas y moldes, se enteraba del estado de los productos y se
+informaba prolijamente del personal y de su pericia para elaborar las
+delicadas confituras.
+
+Dábase el caso alguna vez que no se encontraba tal ó cual
+establecimiento con todos los requisitos que las estrechas _Ordenanzas_
+disponían y entonces ya estaba la fiesta en la casa, pues el dueño que
+se veía amenazado, protestaba, tratando de atenuar la falta, y la
+justicia, que era inflexible, se revestía de toda su autoridad, dando
+esto lugar á escenas por demás animadas.
+
+Esto de ser _maestro confitero_ no era cosa á que todo el mundo podía
+llegar, como por ejemplo, los esclavos, acerca de lo cual decían las
+_ordenanzas_: «...Que no puede ser examinado _ningún esclavo_, so pena
+de dos mil maravedís, y que le quiten la tienda, aplicada la pena, como
+dicho es, y el que lo examinara sea privado del oficio perpetuo de
+examinador.»
+
+Tenía el gremio de confiteros su hermandad de cofradía, la cual llegó en
+cierta época á ser de las más ricas y que más continuo y lucido culto
+sostenían, como así en papeles antiguos consta.
+
+No haré memoria de los muchos pleitos y litigios que durante el siglo
+XVII se siguieron por el gremio, con motivo de la tasa puesta á los
+dulces con otras causas, enredos que no dejaron de perjudicar á todos
+los del oficio con crecidos desembolsos y competencias nada beneficiosas
+y que trajeron una situación nada próspera, de la que tardó mucho en
+reponerse el gremio.
+
+
+
+
+LOS MORISCOS
+
+
+La situación de los moriscos que residían en Sevilla al terminar el
+siglo XVI era en verdad comprometida y en muchas ocasiones fueron
+tratados con la mayor crueldad por las autoridades y por el mismo
+pueblo.
+
+Mas como si fuesen pocos los castigos que se les imponían por la
+Inquisición y por otras autoridades, en el año de 1600 se vieron
+amenazados de un peligro que á todos ellos podía pesarle.
+
+El 16 de Mayo hiciéronse por algunos correr las voces de que los
+moriscos preparaban un motín para levantarse en armas de acuerdo con los
+de Córdoba, y en dicho día aparecieron en la iglesia de Santa Ana, de
+Triana, y en otros puntos, pasquines dando la voz de alerta á las
+autoridades, con lo cual se consiguió alarmar la ciudad, comenzando
+enseguida diligencias y pesquisas en contra de los moriscos, los
+cuales, en realidad, nada habían hecho, ni ningún proyecto tenían de
+turbar la paz de la ciudad.
+
+Se efectuaron algunas prisiones, pero entonces un vecino de Triana
+llamado García Montano, hombre que gozaba de crédito, alzó su voz cuando
+empezaban los injustos castigos, y unido á otros cristianos acudieron al
+Asistente, marqués de Montesclaros, haciéndole presente cuán sin
+fundamentos eran las voces que contra los moriscos se habían levantado.
+
+Convencido de la verdad, el marqués publicó un bando para que los
+moriscos no fueran molestados, pero apesar de su orden hubo revueltas y
+alborotos, y en el mismo mes de estos sucesos fueron quemados tres de
+ellos que estaban hacía algún tiempo presos en las cárceles del tribunal
+de la Inquisición.
+
+Empeorando por días el estado de los moriscos sevillanos llegó á ser
+verdaderamente aflictiva su situación más adelante: la vigilancia se
+hizo más estrecha y más frecuentes los castigos, en tanto que se
+acrecentaba la campaña decisiva que contra ellos elevaron los elementos
+religiosos, entre los que se encontraba la del padre Juan de Ribera,
+arzobispo de Valencia, patriarca de Antioquía y enemigo acérrimo de
+aquella infeliz raza.
+
+Cedió al fin Felipe III á la opinión de la junta nombrada al efecto y en
+la que se encontraba el inquisidor general, y dió aquella célebre orden
+de expulsión de los moriscos del reino, impolítica y cruel medida, con
+la cual se disminuyó grandemente la población de España, pues perdió un
+millón de habitantes, se quitaron brazos á la agricultura y se
+deshicieron multitud de familias.
+
+A principios de 1610 súpose en Sevilla, después de algún tiempo de
+incertidumbres, que amenazaba la orden del monarca decretando la
+expulsión, y con objeto de prevenir cualquier incidente que pudiera
+sobrevenir, las autoridades tomaron medidas en extremo rigurosas.
+
+El 17 de Enero del año citado se señaló para publicar el bando con todas
+las formalidades, presentando aquel día la ciudad extraordinario
+movimiento por haber la medida revuelto los ánimos un poco.
+
+Salió el pregón del bando por la mañana á recorrer la ciudad, figurando
+en la comitiva un juez especial que había venido para entender en el
+asunto y, como era de costumbre, los alguaciles y el pregonero.
+
+Seguíanla por las calles infinidad de moriscos, que al escuchar el
+pregón prorrumpieron en llantos y lamentos, siendo imposible relatar las
+escenas lastimosas que se desarrollaban en los lugares donde había más
+casas habitadas por familia de los infelices que eran expulsados, y así
+lo da á entender estas palabras de un autor coetáneo, el cual escribe
+que «fué día de gran tribulación y amargo desconsuelo para esta gente,
+que, aunque malos cristianos é indicados de traición, no podían salir
+sin pena de esta tierra, donde habían nacido.»
+
+Como la orden del rey era terminante y exigía la más inmediata ejecución
+de los _moriscos_ sevillanos, viéronse en la precisión, mal de su grado,
+de malbaratar los bienes que poseían, con gran provecho para los que en
+la ciudad quedaban, que adquirieron á ínfimos precios cosas de gran
+valor, y propiedades de importancia.
+
+A los pocos días de la publicación del bando comenzaron á salir de
+Sevilla los _moriscos_ en gran número, siendo aquella expulsión una de
+las primeras causas, que, uniéndose luego á otras de varios órdenes,
+contribuyó poderosamente á la decadencia en que cayó la capital de
+Andalucía al mediar el siglo XVII.
+
+
+
+
+CABALLEROS DE ANTAÑO
+
+
+El conde de Teba era mozo galán y de carácter un tanto ligero, poco dado
+á meditar sus actos, y esto vino á traerle más de un lance como el que
+le ocurrió en 1614 con don Rodrigo Ortiz de Zárate, caballero de los más
+significados de la nobleza sevillana.
+
+Entró el conde en la tarde del 1.º de Febrero de dicho año en casa de
+unas damas á quienes visitaba y encontró allí á don Rodrigo, que también
+frecuentaba el trato de las señoras con más ó menos intimidad.
+
+Después de cruzar algunas palabras ambos caballeros, el conde, que aquel
+día no andaba muy bien humorado, pidió al de Zárate un pistolete que
+tenía y después de cogerlo súbitamente, le amenazó en serio con él,
+recordándole no se sabe qué antiguos resentimientos, y luego, con ademán
+un tanto brusco, le quitó la espada que llevaba de cinto, y sin andarse
+con miramientos, fué hacia una ventana que en la estancia había y arrojó
+por ella á la calle el acero con gran sorpresa de las damas.
+
+Montó en cólera don Rodrigo por aquella que reputaba gravísima ofensa y
+aunque allí le detuvieran por el pronto las damas, salió de la casa
+jurando y perjurando que había de matar al conde en venganza de lo de la
+espada.
+
+No era para dudar de que estos propósitos del ofendido caballero
+quedasen en tales, y así fué, que sabiéndolos algunos amigos, pusieron
+el caso en conocimiento del Asistente, que lo era entonces el conde de
+Palma, y éste, deseando evitar el lance, y con la esperanza de un
+arreglo, mandó llamar el mismo día á su casa al conde de Teba y á don
+Rodrigo de Zárate.
+
+Pero aquella entrevista, que con la mejor intención preparó el
+Asistente, fué harto desgraciada, pues, al verse frente á frente los dos
+enemigos, después de algunas frases altas, Ortiz de Zárate acometió de
+pronto furiosamente al conde, y con una espada lo hirió traidora y
+mortalmente, sin que pudiera impedirlo el de Palma, que por sujetar al
+agresor sufrió también de éste algunos golpes.
+
+Los criados del Asistente acudieron al ruído de la lucha, y viendo á uno
+en tierra y á su amo ensangrentado, dieron tan tremenda paliza á don
+Rodrigo, que poco faltó para que allí mismo hubiera espirado.
+
+Este suceso, por las personas que intervinieron en él, y por las
+circunstancias en que se desarrolló, fué objeto de la atención de toda
+Sevilla y causó gran sorpresa á todos el saber que la madre de don
+Rodrigo se querelló al Consejo diciendo nada menos que su hijo había
+sido llamado á casa del Asistente para que el conde lo asesinase, y que
+éste, en propia defensa, se vió obligado á herir.
+
+En el proceso que se formó que fué muy ruidoso y dilatado, corrieron
+bien los escudos, por lo cual Ortiz de Zárate pasó, por toda pena,
+desterrado á Madrid, donde murió algún tiempo después.
+
+Y ocurrió entonces que, al divulgarse el fallecimiento, se hizo público
+un documento que había escrito y firmado de su puño don Rodrigo el día
+después de haber dado muerte al de Teba, en el cual confesaba ser falsa
+la suposición de haber sido llamado á engaño á casa del Asistente,
+documento que él mismo ordenó que no se diese á conocer hasta ocurrir su
+muerte, y en el cual se decía:
+
+«Yo D. Rodrigo de Zárate, por descargo de mi conciencia, digo: Que
+aunque en la confesión que se me tomó dije, que el conde de Palma y
+otras personas me llevaron engañosamente á matarme, con título de
+amistad entre mí y el conde de Teba, y yo vine á ello. Y así fuí en
+compañía del dicho conde de Palma en su coche. Y estando en su casa, y
+queriendo darme satisfacciones el conde de Teba, dije yo que no era
+menester. Y aguardando ocasión que estuviese descuidado, herí al conde
+de Teba, porque llevaba esa intención, y por eso no había querido
+satisfacciones, etc............
+
+Y son testigos de esta declaración el P. Fr. Alonso Bohorques, Rector
+del Colegio de San Alberto; Fr. Agustín Velázquez; el P. Fr. Miguel
+Guerra, y el P. Fr. Gaspar de Cebes, del Orden de San Francisco.--Fecha
+en Sevilla á 2 de Febrero de 1614.--D. Rodrigo Ortiz de Zárate.»
+
+Tal fué el curioso suceso que las crónicas sevillanas registran, y por
+el que se ve que todos los caballeros de antaño no eran un modelo en
+esto de la caballerosidad.
+
+
+
+
+EL TUTOR Y LA PUPILA
+
+
+Estaba avecindado en la villa de Utrera, á los comienzos del siglo XVII,
+un caballero, de nombre don Pedro de Córdoba y Guzmán, el cual era tío y
+tutor de una linda joven que en su misma casa se había educado, y la
+cual tenía una fortuna á que no era cosa de hacerle ascos.
+
+La tal sobrina, aunque el don Pedro la tenía guardada con gran recato,
+que tocaba en tiranía irritante (se ignora con qué intenciones) no lo
+estuvo tanto que pudiera sustraerse á las miradas de un mancebo de buen
+porte, el cual se enamoró perdidamente de la utrerana doncella, siendo,
+para satisfacción suya, correspondido, y de tal correspondencia vino
+luego el peor daño.
+
+Opúsose furiosamente el tutor al casamiento de su pupila, sin que
+hubiera quien le convenciera, porque ya se sabe á qué estado de odiosa y
+repugnante oposición llegan á veces padres, madres y tutores en esto de
+las bodas, lo cual, visto por el fogoso galán, deseando librar á su
+adorada de aquel Argel donde gemía cautiva, hizo en Sevilla las
+diligencias necesarias para poderla sacar por el Juez de la Iglesia, y
+corrientes los papeles volvió á Utrera en compañía del Alguacil Mayor
+del Cardenal para lograr la realización de sus ansias.
+
+A los pocos días presentóse el galán en casa de don Pedro, con su
+Alguacil, á pedir la mano de la niña, siendo recibido con toda gravedad
+por el tutor, el cual díjoles, después de oirlos y con mucha flema, que
+aguardase un momento, pues iba á avisar á su sobrina.
+
+Salió en efecto de la habitación y dirigiéndose al cuarto de la joven,
+sin más palabras, sacó un puñal, y sorprendiéndola desprevenida, la
+asesinó vil y cobardemente de dos puñaladas en el pecho, volviendo muy
+tranquilamente á donde el galán aguardaba, á quien manifestó que su
+sobrina estaba vistiéndose y no tardaría en salir y que él corría á la
+calle á avisar á una señora vecina y amiga de la casa, para que fuese
+testigo de la concesión de la mano que iba á hacer.
+
+Descubierto á los pocos momentos el crimen, don Pedro de Córdoba y
+Guzmán no tardó en ser preso y traído á la cárcel real de Sevilla,
+siendo condenado á muerte al poco tiempo.
+
+El día 2 de Marzo de 1604, el asesino fué degollado por el verdugo
+Francisco Vélez en la Plaza de San Francisco, y apunta el documento
+contemporáneo de donde saco esta noticia, que el interés que despertó el
+caso fué extraordinario, publicándose del suceso muchos romances
+populares.
+
+
+
+
+EL INCENDIO DE "EL COLISEO"
+
+
+Entre los años de triste memoria para los aficionados sevillanos al arte
+de Talía lo fué él de 1620, pues en él se incendió y destruyóse por
+completo el famoso _corral de el Coliseo_, donde tan célebres
+representantes trabajaron y que tan favorecido era por el público de
+nuestra población.
+
+Habíase acordado la construcción del Coliseo hacia 1601 por la ciudad,
+estando á cargo de la dirección de las obras el maestro mayor Juan de
+Oviedo, terminándose el edificio, que era el mejor que de su clase hasta
+entonces había tenido Sevilla, en 1607, llevándose en él á cabo
+importantes reformas por los años de 1614.
+
+La compañía de Cristóbal Ortiz y los hermanos Valencianos trabajaban á
+mediados de 1620 en el Coliseo, con gran satisfacción de todos, cuando
+vino á poner súbitamente término al regocijo, la catástrofe ocurrida el
+jueves 25 de julio.
+
+Aquella tarde representábase una comedia de Andrés de Claramonte
+titulada _San Onofre ó el rey de los desiertos_, la cual había obtenido
+gran éxito y era muy celebrada por todos.
+
+Tocaba la obra á su término, á las ocho de la noche, cuando súbitamente
+corrió la voz de que en el coliseo se había declarado un incendio, el
+cual empezó porque una bujía prendió fuego en una de las simuladas nubes
+de papel y tela.
+
+No se acudió á tiempo por los dependientes de la escena y con
+extraordinaria rapidez levantóse la llama, que llegó hasta el techo, el
+cual pronto comenzó á arder, causando el asombro, la confusión y la
+angustia en el público y en los comediantes.
+
+Una _Relación_ contemporánea del suceso que se conserva en la Biblioteca
+Colombina, y que debió ser escrita por un testigo ocular, dice al llegar
+á este punto:
+
+«El humo, la confusión, voces y llantos, particularmente de las mujeres,
+fué tan grande, que unas se arrojaban de las ventanas, otras de los
+corredores y otras caían desmayadas, medio muertas; fué mucho mayor el
+daño que la turbación les causó, que el que el mismo fuego les pudiera
+hacer, si advertidamente y con orden fueran saliendo; pero como el miedo
+de la muerte no da lugar á estos discursos, cayendo unas y tropezando
+otras en las caídas, empezaron juntamente con el humo á subir al cielo
+las voces y quejas de los que se ahogaban sin remedio, como las de los
+que faltándoles ya las mujeres, ya los maridos, ya los hijos, ya los
+parientes y amigos, juzgaban el peligro en que quedaban aunque estaban
+ya fuera. No perdieron la ocasión los ladrones antes más animados de
+codicia que de lástima, hubo algunos tan atrevidos que se entraron
+dentro del _Corral_, antes que el fuego estuviese apoderado de todo; y
+viendo las mujeres en el estado que se ha dicho, en lugar de sacarlas
+del peligro, les quitaban las joyas y lo que podían; llegando la
+inhumanidad á tanto, que me afirman que (la verdad tenga su lugar)
+algunos las acababan de ahogar para robarlas más á su sabor, sin que á
+esto pudieran dar remedio los que lo veían, cuyo peligro propio no daba
+lugar á cuidar del ajeno.»
+
+Cuantos esfuerzos se hacían por todos para atajar el incendio resultaban
+entonces inútiles: en vano trabajaban los que estaban á salvo por acudir
+al remedio y en vano se echaba mano de cuantos medios se disponían
+entonces en aquellos desgraciados casos.
+
+Desde gran distancia se veían las llamas, denotando las grandes
+proporciones del incendio, y la noticia corrió rápidamente por la
+ciudad, acudiendo á la calle de los Alcázares y á la Encarnación las
+autoridades y multitud de personas, ya movidas por curiosidad ó por el
+interés que les inspirara la suerte de los espectadores.
+
+El Asistente, que lo era á la sazón el conde de Peñaranda, puede decirse
+que en aquellos difíciles momentos no estuvo ni tardo, ni desacertado en
+sus medidas, así como los tenientes y el alguacil mayor que le
+secundaron.
+
+«Dividieron--escribe D. José Sánchez Arjona--en dos cuadrillas, los
+albañiles, peones y demás gente que acudió á prestar auxilio; la primera
+dedicada á salvar las personas que había aún dentro del _corral_ y la
+segunda á derribar las casas que confinaban con el coliseo, logrando
+aislar y dominar el incendio que duró hasta las tres de la mañana del
+día 26, no quedando en pié más que las cuatro paredes y el cuarto de la
+puerta de la calle.»
+
+Grandes fueron las pérdidas que aquella catástrofe produjo, y en la que,
+según los datos, perecieron unas veinte personas, en su mayoría mujeres
+y niños pequeños, que ni tuvieron medios de ponerse en salvo, ni hubo
+ocasión de acudir á tiempo en su auxilio.
+
+Un detalle para terminar: de los actores, según la relación, pudieron
+todos librarse de las llamas, y de uno de ellos dice: «El que hacía la
+figura de _San Onofre_ salió casi desnudo, con una mata de yedra por
+paños menores, y los muchachos le siguieron dándole _¡Vaya!_ hasta su
+casa, que estaba lejos.»
+
+
+
+
+LA MADRE CATALINA Y MAESTRO VILLALPANDO
+
+
+Escribir la historia detallada de lo que fué la secta de los
+_alumbrados_ en Sevilla durante los siglos XVI y XVII, sería trazar el
+más interesante cuadro que retratase con toda verdad uno de los aspectos
+más gráficos de la sociedad de aquellos tiempos, que no era en verdad
+modelo de virtudes, de religiosidad, y de pureza de costumbres.
+
+Pero como de nada sirve querer desfigurar la historia, el estudio de los
+documentos, papeles y antigüedades viene á destruir la dorada leyenda,
+dando á conocer con toda la realidad lo que fueron nuestros antepasados,
+que vivieron en todo el esplendor de la monarquía absoluta.
+
+Casi á mediados del siglo XVI, la secta de los _alumbrados_, de la que
+fueron fundadores dos sacerdotes, Chamizo y Alvarez, en unión de otros
+varios presbíteros más, apareció en Sevilla, siendo su propagación
+rapidísima; y como quiera que la Inquisición anduvo algo tardía en
+intervenir en el asunto, cundió de tal modo, que beatas, frailes,
+clérigos y personas relacionadas con el elemento eclesiástico, se
+infestaron á cientos de la doctrina.
+
+Era esta una absurda mezcla de misticismo y sexualidad de superstición
+fanática y despreocupación; valiéndose de lo sobrenatural para cometer
+los actos de la más desenfrenada lujuria y del más refinado placer
+material.
+
+Un autor, tan poco sospechoso como Menéndez Pelayo, ha escrito estas
+líneas, explicando la herejía de los _alumbrados_.
+
+«La doctrina que afectaban profesar se reducía á recomendar á sus
+secuaces larga oración y meditación sobre las llagas de Cristo
+Crucificado, de la cual oración, hecha del modo que ellos aconsejaban,
+venían á resultar _movimiento del sentido, gruesos y sensibles_, ardor
+en la cara, sudor y desmayos, dolor de corazón y movimientos
+libidinosos, que aquellos infames llamaban _derretirse en amor de Dios_.
+Una vez alcanzado el éxtasis, el _alumbrado_ se tornaba impecable y le
+era lícita toda acción cometida en tal estado... Las afiliadas de la
+secta vestían de beatas con toca y sayal pardo. Andaban siempre absortas
+en la supuesta contemplación, mortecinas y descoloridas, y _sentían un
+ardor terrible que las quemaba_, unos saltos y ahíncos en el corazón que
+las atormentaba, y una rabia y molimiento en todos sus huesos y miembros
+que las tenía desatinadas y descoyuntadas..... El padre Alvarez les
+certificaba que aquello era efecto y gracia del Espíritu Santo; y
+llevando al último extremo la profanación y el sacrilegio, comulgaba
+diariamente á sus beatas con varias hostias y partículas, diciéndoles
+que _mientras más Formas, más gracia_, y que no duraba la gracia en el
+alma _más de cuanto duraban las especies sacramentales_.»
+
+La lista de los _alumbrados_ sevillanos sería interminable, y en gran
+número salían en los autos de fe, y aunque de todos en completo se
+ignoran los nombres y las circunstancias de sus procesos, de muchísimos
+existen noticias anteriores bien detalladas.
+
+Estas noticias, por las cuales se viene en conocimiento de lo que era
+una parte de la población de Sevilla entonces, son en extremo curiosas y
+dignas de ser recordadas, máxime cuando el mayor número de los
+_alumbrados_ pertenecían al sexo bello y eran, además, jóvenes y bien
+parecidas.
+
+No he de relatar en detalles casos de _alumbrados_ y _alumbradas_
+jóvenes, pero solo recordaré uno que produjo gran escándalo é hizo la
+comidilla en la población, siendo los protagonistas del suceso la beata
+carmelita Catalina de Jesús y el clérigo Juan de Villalpando.
+
+La tal beata era natural de Linares, y de joven tenía su residencia en
+Sevilla, donde se tocó de la herejía, y el maestro Villalpando, que
+había nacido en Garachino (Tenerife) llegó también de mozo á la capital
+de Andalucía, trabando ambos estrecha amistad, que llegó á ser, por sus
+locuras, de las más peligrosas.
+
+La beata y el clérigo fueron los fundadores de una congregación de
+_alumbrados_, compuesta de hombres y mujeres que, hacia 1620, comenzaron
+á reunirse en lugares apropósito, y en los cuales se entregaban á las
+prácticas á que acostumbraban los de la secta.
+
+Aquellas reuniones llegaron á ser en extremo numerosas y animadas, y á
+ellas asistían infinidad de personas, la mayoría embaucadas por la madre
+Catalina y por el maestro, que para ello tenían, sin duda, especiales
+dotes.
+
+Las heréticas prácticas de ellos y sus proposiciones, eran las de todos
+los _alumbrados_, tales como las predicaciones contra el matrimonio; sus
+diversas opiniones sobre los mandamientos, la oración y otros actos
+religiosos, según consta en la relación del proceso, de la beata y el
+clérigo:
+
+Catalina de Jesús se averiguó que «se trataba regaladamente y se
+entretenía en comidas y cenas de conversación y de huelgas en el campo
+con clérigos, sus devotos; y que con uno, en particular, tenía tanta
+comunicación y amistad, que se estaba con ella todas las noches hasta
+las diez y las once, y muchas veces solos y á oscuras, y que él tenía
+llave maestra de una puerta falsa de casa de las susodichas, por donde
+entraba de noche y de madrugada, y que viniendo él de fuera de Sevilla y
+saliendo de predicar iba á ver á la susodicha antes de entrar en su
+casa, haciéndose sospechar que no era bueno su trato: y que ella apoyaba
+y encarecía mucho la santidad del dicho clérigo y de otros sus devotos
+para acreditarlos; y de uno dijo que tenía oración en el sér de Dios, y
+otras cosas semejantes, de que fué testificada por 149 testigos, que se
+le dieron en publicación».
+
+El maestro Villalpando, por su parte, «había tenido de muchos años muy
+particular comunicación con una beata, á quien tenía por maestra y
+rendida la obediencia, á cuya casa acudía muy de ordinario de día y de
+noche, hasta muy tarde, á las diez y las once, donde lo hallaban cuando
+lo buscaban para salir á dar los Sacramentos á los enfermos de la
+parroquia donde era cura, y muchos ratos de la noche estaba con ella sin
+el menor escrúpulo á oscuras, y entraba en la dicha casa de noche y de
+madrugada por una puerta falsa con llave que él tenía de ella, y que
+tenía retratos de la dicha beata, unos pintados, otros de talla, en
+barro, y los abonaba y encarecía, diciendo que los había hecho por
+tenerla por mujer muy santa».
+
+Las reuniones de _alumbrados_ que la madre Catalina y el clérigo
+presidían, fueron ya tan frecuentes, y las deshonestidades tantas, que
+al fin y á la postre, cuando las cosas habían llegado al escándalo y
+eran muchas las mujeres seducidas por ambos, la inquisición tomó cartas
+en el asunto y los dos fueron presos, terminando allí y viniendo á
+tierra todas sus reuniones y conventículos.
+
+En el proceso formado á la beata y su amigo, se pusieron en claro todos
+los particulares que eran menester, y ambos, en unión de diez reos más,
+salieron en el auto de fe que se celebró en San Pablo en el último día
+de Febrero de 1627, y del cual se lee en la _Relación_ que existe en la
+Biblioteca Colombina, reproducida por don Joaquín Guichot.
+
+«El deseo que el pueblo tenía de saber la resolución que se tomaba en
+las causas del _Maestro Juan de Villalpando_ y de _Catalina de Jesús_,
+que habían sido presos por este Santo Oficio muchos días había, lo movió
+de manera que con ser este Auto particular, vino á ser el más solemne y
+de mayor concurso de gente, así de la ciudad como forastera, que jamás
+se ha visto en otro; pues con ser muy grande la distancia que hay desde
+las casas del Santo Oficio hasta el dicho convento y la Iglesia de él,
+que es de las mayores de esta ciudad, hubo gran dificultad en pasar los
+presos y el acompañamiento del Santo Oficio por las calles y en entrar
+en dicha Iglesia, según todo estaba ocupado de gente que se había
+prevenido y tomado lugar desde la media noche.»
+
+La madre Catalina fué condenada á estar reclusa seis años en un convento
+ú hospital, á rezar todos los días de su vida el rosario, á confesar con
+quien la Inquisición le señalase y á ayunar todos los viernes,
+ordenándose también «que se cogiera por edictos públicos cualesquiera
+cosa de su persona ó vestidos que se hallan dado por reliquias ó
+cualquier retrato suyo y todos sus escritos de molde ó de mano.»
+
+En cuanto al maestro Villalpando, se retractó en público de las veinte y
+dos proposiciones que le fueron señaladas y se le condenó á estar preso
+cuatro años en un monasterio sin poder decir misa, y á ser privado de
+administrar durante su vida los sancionamientos y á pagar 200 ducados y
+á hacer ciertos ejercicios religiosos....
+
+Con aquellas sentencias desaparecieron de la escena los dos famosos
+_alumbrados_ que tanto ruido dieron, terminando su vida obscuramente y
+arrepentidos, según es de creer, de sus pasadas locuras y escándalos.
+
+
+
+
+CRUELDAD DE UN ASISTENTE
+
+
+El Asistente de Sevilla en 1621 era el conde de Peñaranda, el cual dió
+pruebas de ser hombre de carácter tal, que lo retrata el siguiente
+hecho, rigurosamente histórico:
+
+Varios muchachos de esta ciudad se encontraban reunidos entregándose á
+diversos juegos, con frecuencia inocentes pero cayeron cierto día en uno
+que ya no lo era tanto y fué decir que estaban formando cierta conjura
+para á uno de ellos proclamarlo rey, como si esto fuera cosa que en sus
+manos estuviese.
+
+Tuvieron conocimiento de la broma algunos alguaciles, y un día, en que
+los muchachos estaban reunidos, fueron sorprendidos por la autoridad, y
+aunque escaparon algunos, lograron ser siete de ellos presos, seis de
+Sevilla y el último, hijo de un noble cordobés y el cual muchacho no
+pasaba de 13 años.
+
+Enterado el conde de Peñaranda del caso, lo tomó tan á pechos, que
+encausó á los jóvenes imberbes, haciendo que contra ellos se formase un
+proceso formal, nada menos que como perturbadores de la tranquilidad del
+reino. Y así, aceleró los trámites de una injusta causa de Estado,
+despachó correos á la Corte, abultando infamemente los hechos, y la
+sentencia fué condenar á muerte á los mozos, que tal era la justicia en
+aquellos tiempos.
+
+En el mes de Enero fueron ejecutados los siete mancebos en la Plaza de
+San Francisco, escribiendo D. Diego Ignacio de Góngora en el manuscrito
+que está en la Colombina, estas palabras sobre el suceso, que no creo se
+pondrán en duda:
+
+«Este hecho lo referían así mis padres y mayores que lo vieron: y decían
+que había causado mucha lástima y compasión en Sevilla, porque la poca
+edad de los supliciados daba prueba manifiesta del ningún fundamento y
+sustancia del delito y de la acusación. Atribuyeron á rigor y suma
+celeridad del Asistente, en la ejecución del castigo; mas como era
+materia tan grave de suyo, y que á las voces que corrían se debía dar
+cumplida satisfacción para escarmiento y ejemplo, su señoría no perdonó
+diligencia ni admitió término dilatándola. Se dijo que el padre de uno
+de ellos, que era muy rico, ofreció sumas considerables de dinero por el
+perdón del hijo. En fin, la ejecución fué espectáculo que acongojó el
+ánimo de los que la vieron.»
+
+
+
+
+EL SASTRE CATALÁN
+
+
+La historia de Cosme Sevaro, es de las más famosas que registran las
+memorias sevillanas.
+
+Catalán era Cosme, ejercía el oficio de sastre en la calle de los
+Fundidores, hoy de Hernando Colón, y estaba casado con Manuela Tablante,
+hermosa hembra, la cual gustó más que de su marido de un robusto mozo
+llamado José Márquez, oficial que en la tienda estaba, y como ambos eran
+jóvenes y de sangre inquieta, no tardaron en entenderse muy á su sabor y
+sin que nada llegase á sospechar el buen alfayate de lo que pasaba en su
+misma casa.
+
+Hubo de descubrir éste, después de mucho tiempo, su deshonra; pero no
+fué hombre de los que se dan á la justa cólera, ni menos pensó en vengar
+el agravio con propia mano, sino que entabló querella ante escribano, y,
+presos la Tablante y Márquez, se les condenó á la última pena en 22 de
+Octubre de 1624.
+
+Pero muchas simpatías debían de tener los reos entre cierta gente de
+Sevilla, cuando, apenas se colocó el tablado para la ejecución, un grupo
+numeroso de hombres lo destruyó, y otro que se hizo enseguida fué
+deshecho y quemado también la noche del 24 del citado Octubre.
+
+Por fin, con auxilio de la tropa, se puso un tercer tablado, y el 25
+por la mañana, después de haber tomado las autoridades grandes
+precauciones, llevaron allí á los dos reos y al sastre Cosme, que debía
+presenciar el castigo.
+
+Mas hé aquí que, cuando llegaron los amantes y estaban en el patíbulo,
+comenzó á levantarse un rumor sordo en el público que llenaba la plaza y
+el cual fué tomando mayores proporciones, hasta oirse por algunos sitios
+la palabra perdón.
+
+Entonces apareció por el arco del convento de San Francisco un gran
+número de frailes en procesión con velas encendidas, llevando en alto un
+crucifijo, y los cuales, venciendo la resistencia de los soldados, se
+abrieron paso con dificultad y subieron al tablado con priesa,
+arrodillándose ante el sastre pidiéndole con sentidas expresiones que
+perdonara á los culpables.
+
+La esposa cayó también á los pies del marido y entonces se desarrolló
+una escena por demás original.
+
+«Clamaban--dice el manuscrito del conde del Aguila--los alaridos de la
+gente porque la mujer era hermosa: cuatro de los religiosos se abrazaron
+con el marido sin dejarle menear y ayudados de otros y diciendo á
+grandes voces:--_Ya ha perdonado_--echaron abajo á la mujer, que dió un
+salto por la escalera como una gata, y sin cesar las voces de--_Ya ha
+perdonado_--fué notable el alarido y contento de todos, y se la llevaron
+en volandas á San Francisco. Cosme, alzando el brazo, lo meneaba muy
+depriesa, haciendo señales de que no era verdad, pero seguían las voces
+de perdón y echaron en el bullicio del tablado abajo al adúltero medio
+muerto y lo llevaron también á San Francisco, quedando allí Cosme
+llorando.»
+
+El final de la historia fué que José Márquez pasó á galeras, que el
+sastre catalán perdonó algunos días después á su amable costilla
+haciéndola que entrara en un convento; pero Manuela Tablante, que era
+mujer de empuje, escapó del convento y vivió suelta muchos años en toda
+libertad para entregarse á mil amoríos en la ciudad, por los que se hizo
+famosa.
+
+En verso y prosa se publicaron y circularon profusamente por Sevilla á
+raíz del suceso multitud de _relaciones_ á cual más curiosas y de las
+cuales se conservan algunas de que no he de hacer mención por lo
+dilatado que resultaría este apunte y en todas ellas se encuentran
+curiosos detalles sobre el nunca visto suceso de Cosme Sevaro.
+
+
+
+
+EL HERMANO DE JUAN DE JESÚS
+
+
+Andaba por Sevilla en los comienzos del siglo XVII, un sujeto á quien
+todos conocían con el nombre del hermano Juan de Jesús María, el cual
+iba por las calles con hábito de _tercero_ ó _ermitaño_ y con mucha
+humildad y constancia pedía limosna para las huérfanas.
+
+Como parecía hombre pacífico y su edad era mayor de los cincuenta años,
+entraba y salía fácilmente en muchas casas, siendo no despreciable la
+cantidad de maravedises que diariamente reunía, de los cuales daba
+pruebas que los empleaba en santos fines su aspecto de pobreza y
+humildad de su pelaje.
+
+Así anduvo el limosnero de huérfanas durante mucho tiempo y llegó á
+hacerse popular en Sevilla, sin que nadie sospechase de él que pudiera
+ser otra cosa que un sano varón, temeroso de Dios....
+
+Pero ¡ay! que los que no obran recto, por muy redomados é hipócritas que
+sean, al fin y á la postre son descubiertas sus arterías, y esto vino á
+pasarle al hermano Juan de Jesús María, á quien en 1623 la Inquisición
+echó el guante y metió en prisiones, quitándole para siempre de andar
+correteando por calles y plazas de limosnero de huérfanas pobres.
+
+Y con razón obraron entonces los de la _vela verde_, porque de
+diligencia en diligencia averiguaron del hermanito las siguientes
+gracias, las cuales fueron probadas todas con testigos y con los
+detalles necesarios.
+
+Juan de Jesús María había «dicho proposiciones heréticas y blasfemias,
+en particular que estaba tres veces confirmado en gracia, una por los
+pecados mortales, otra por los veniales y otra por las imperfecciones;
+dijo que lo bautizó la Santísima Trinidad, y que el Angel de su Guarda
+era Nuestra Señora: que no tenía necesidad de la intercesión de los
+Santos ni de las imágenes que eran añagazas: que Nuestro Señor le había
+concedido un Jubileo como á San Francisco: que todas las personas que le
+dieran limosnas para entrar dos hijas monjas no se habían de condenar:
+dijo, que mientras más veces comía y bebía se sentía más bien para la
+oración; que con los abrazos comunicaba á las mujeres el Espíritu y amor
+de Dios, y así las abrazaba y besaba diciendo que de él no se pegaba
+nada de la comunicación de las mujeres, porque estaba en el estado de la
+inocencia, y que no tenía nada de la carne de Adán, etc., etc.,»
+probándosele también que hacía creer á muchos que sacaba almas del
+Purgatorio, que había subido al cielo nada menos y que allí lo habían
+bautizado; que tenía éxtasis y que durante mucho tiempo no habían sido
+otros sus propósitos que hacerse pasar por ser santo digno de ser
+venerado en los altares.
+
+Mal año fué, con todo esto probado, para el hermano ermitaño, el año de
+1624, pues el 30 de Noviembre salio en el auto público de fé celebrado
+en la Plaza de San Francisco con 43 penitenciados más, siendo condenado
+á sufrir cien azotes de los más enérgicos, á «reclusión perpétua en un
+hospital ú convento donde no comulgase sino las Pascuas, ó para ganar
+algún jubileo en artículo de la muerte.»
+
+Los públicos azotes los sufrió el hermano Juan de Jesús María el 12 de
+Diciembre, en que paseó las calles de Sevilla, de muy distinta manera
+que en otro tiempo lo había hecho, y todas estas noticias constan en el
+antiguo manuscrito que existe en la Biblioteca Colombina de sucesos
+sevillanos.
+
+
+
+
+LA MULATA Y LA HECHICERA
+
+
+Jerónima Jacinta era mulata, estaba casada con un sujeto de no muy
+buenos antecedentes, y vivía en Sanlúcar de Barrameda en el primer
+tercio del siglo XVII.
+
+El marido de la Jerónima, ó bien fuera porque se cansase de ella, cosa
+que no tiene mucho de extraño, ó porque anduviera en pasos no muy
+buenos, fué lo cierto que de la noche á la mañana se huyó de su lado y
+procuró por cuantos medios pudo, que su cara mulata no volviese á tener
+de él más noticias.
+
+Esto, naturalmente, desesperó á la mujer, que debía estar muy prendada
+de su hombre, del que no le era fácil pasarse sin su compaña, por cuanto
+comenzó á hacer muchas y muy activas diligencias sobre el paradero del
+desenamorado esposo, y viendo que sus pesquisas no le daban resultado,
+consultó á varias amigas, las cuales la informaron que para que volviese
+al hogar el marido, no tenía sino que consultar con una famosa hechicera
+que era especialista en tal linaje de asuntos.
+
+Ella se decidió bien pronto, y cuando ya estaba dispuesta á ir al antro
+de la bruja, informóla otra amiga, que también era mulata, que con que
+enviase á la maga una trenza de la camisa, ella se la volvería luego
+con tal virtud adobada, que, practicando puntualmente lo que le fuese
+ordenado, ya estaría entrando por las puertas el infiel marido.
+
+Entregó la Jacinta su trenza, con algún dinero que le exigieron, pues no
+era cosa de dar la felicidad de balde, y recuperó á los pocos días su
+trozo de camisa, mandándole á decir la bruja que con que lo quemase á
+fuego muy vivo era lo suficiente para que viese cumplidos los vehementes
+deseos.
+
+Quemóse la trenza, pero en vano esperó días y semanas el retorno del
+marido, y ya desesperada, fué tanto su odio y la indignación que contra
+la hechicera estalló en su pecho que, decidida, salió de Sanlúcar y
+vínose á Sevilla, donde se presentó ante el tribunal de la Inquisición,
+denunciando á la bruja con todos sus pelos y señales, y haciéndose los
+siguientes cargos que constan en el _traslado sacado de la relación del
+auto de fé celebrado el Domingo de Cuaresma última de Febrero del año de
+1627_, y que no dejan de ser chistosos.
+
+Dijo Jerónima Jacinta "que había visto que la dicha mujer había echado
+suertes tres ó cuatro veces con unos granos de cebada, echándolos en un
+puchero con agua, contándolos y diciendo: _Saque, machaque, Barcebú,
+Barrabás, el demonio mayor del infierno_; y que luego tomaba un Christo
+poco mayor que la palma de la mano, y teniéndole sobre la misma palma,
+con un cuchillo hacía unas rayas en sus mismos dedos y otras en el suelo
+y en la pared, y luego las borraba soplando, y que cuando las hacía
+rezaba entre sí, y que tenía un paño todo en que había un pedazo de
+cabello como mostacho de hombre y la dicha mujer le dijo que aquello era
+para echar suertes; y que había comprado un asno prieto por doce ducados
+para darlos á los hombres; y que vendía cada migaja por ocho reales; y
+que cuando echaba las suertes con la cebada, sacaba un papel donde tenía
+un pedazo de ara consagrada, y que á ella le había dado un pedazo
+diciendo que era buena para traer amigos.»
+
+La Inquisición tomó en cuenta la denuncia, y haciendo sus
+averiguaciones, echó mano á la mujer de los hechizos con la intención de
+poner coto á sus habilidades.
+
+Pero fué lo gracioso que, de tal manera se las arregló la bruja, que
+dejó por embustera y falsa á la denunciadora, que no pudo por su mal
+probarle nada de lo que contra ella había denunciado.
+
+Con esto pagó á la postre la mulata, pues la obligaron á declararse
+calumniadora y salió en el ya citado auto de fe de 1627, en compañía de
+otros condenados como la beata Catalina de Jesús, el clérigo Juan de
+Villalpando, de quienes ya me ocupé, el esclavo Domingo Vicente, Luisa
+Narváez y otros pájaros de cuenta.
+
+En resumen, la mulata Jacinta fué condenada á «_salir con coroza blanca,
+á sufrir doscientos azotes y diez años de destierro_», siendo de suponer
+que no le quedarían ganas de consultar con más brujas, ni de hacer más
+averiguaciones para atraer al fementido esposo.
+
+
+
+
+BARRABÁS
+
+
+El veinticuatro de Sevilla, D. Fernando Melgarejo, hombre de alta
+posición y muy conocido de todos fué de aquellos que dejan fama entre
+sus contemporáneos, bien que ésta no era de las envidiables, aunque sí
+muy sonada.
+
+Era don Fernando marido de doña Luisa Maldonado, señora formal y grave,
+pero sin duda, su demasiada gravedad y rigor debieron aburrir al marido,
+caso que no es raro, y puso los ojos en una hermosa y alegre sevillana
+llamada doña Dorotea Sandoval, unida en el dulce lazo del matrimonio con
+un sujeto cuyo nombre calla la historia, y por cierto que es gran
+lástima.
+
+Correspondido en sus amorosas pretensiones, Melgarejo, que debía ser de
+aquellos á quien inquieta poco el _qué dirán_, contando con el
+beneplácito del marido de doña Dorotea, fuese á vivir con la dama
+saliendo con rumbo á los gastos de la casa y no poniendo tasa en
+muebles, joyas y caprichos.
+
+Así duró la cosa mucho tiempo, y al cabo de años, deseando cortar aquel
+escándalo, que en la ciudad era público por la calidad del héroe, los
+alcaldes del Crimen de la Audiencia intervinieron en el asunto,
+desterrando de la ciudad á doña Dorotea, que á poco volvió
+tranquilamente á seguir la antigua vida, pues la influencia de Melgarejo
+era grande y su carácter pesaba mucho en autoridades y personas.
+
+Tenía el señor veinticuatro un natural violento, con facilidad montaba
+en cólera inusitada, razón por la que era llamado por el vulgo
+_Barrabás_: y así se explica que en cierta ocasión, como sorprendiera á
+un mozalbete haciendo desde la ventana de una casa frontera señas á doña
+Dorotea en punto en que ésta también estaba al balcón, cogió á su amante
+violentamente y allí mismo dióle una monumental paliza, á la vista del
+honrado marido, que mientras zurraban á su esposa le decía con mucha
+flema:
+
+--«Amiga, ¿cuántas veces te dije que no te asomases á esa ventana; mira
+que el señor don Fernando ha de venir á saberlo y ha de costarte muy
+caro?»--Y dirigiéndose al iracundo veinticuatro, le repetía:--«Señor don
+Fernando, prometo á usted que tiene menos culpa Dorotea de lo que le han
+á usted encarecido.»
+
+A consecuencia de este escándalo y de otros que siguieron, la hermosa
+apaleada huyó á un convento; pero el marido, haciendo presente que
+estaba enferma, la sacó de él, volviendo todo al mismo estado, hasta el
+16 de Junio de 1627, en que falleció doña Dorotea de Sandoval, con gran
+sentimiento de Melgarejo, que dió las mayores muestras de dolor.
+
+Éste mandó decir misas á la difunta en todos los templos de Sevilla,
+costeó gran funeral, y el 17 de Junio, que fué el entierro, lo presidió
+el propio amante, asistiendo al acto los caballeros principales de
+Sevilla, apesar de que todos eran tan morales y tan piadosos y devotos.
+
+Poco tiempo después murió también la esposa de Melgarejo, doña Luísa
+Maldonado, pero de su entierro, cuando nada dicen las relaciones
+antiguas, prueba que debió de no revestir la pompa y solemnidad que el
+de la famosa Dorotea.
+
+
+
+
+DESAFÍOS Y RIÑAS ENTRE NOBLES
+
+
+El marqués de la Algaba, noble sevillano que en la primera mitad del
+siglo XVII era muy conocido en la ciudad, tuvo un desafío con el
+Asistente de la ciudad, el cual desafío fué célebre por circunstancias
+diversas, y cuyo motivo fué el siguiente:
+
+En la casa de los jesuitas hubo una gran función religiosa á fines de
+Agosto de 1628, y para asistir á ella como era propio de su rango, el
+marqués de la Algaba mandó á los _ignacios_ que le colocaran en lugar
+preferente del templo una gran silla con su reclinatorio y almohadas.
+Mas hete aquí, que á la dicha función ocurriósele asistir también al
+conde de la Puebla Asistente de la ciudad, y al ver el sillón preparado
+para otro, mandólo quitar sin más miramiento, porque entendía que si él,
+que era tan alta autoridad, no tenía preferencia, no debía permitir que
+ningún marqués de la Algaba ni de ninguna parte la tuviera en su
+presencia.
+
+Y aquí fué el origen del desafío, porque el marqués montó en cólera y
+retó al conde, acudiendo los dos rivales á los pocos días á las
+inmediaciones de la ermita de San Sebastián, donde se batieron
+briosamente, mas cuando era más empeñada la lucha se rompió la espada
+del Asistente, parando sus golpes el de la Algaba.
+
+Entonces dice un documento:
+
+«Acudieron amigos de ambos, mediaron y terminó la contienda. El Regente
+de la Real Audiencia los procesó, prendió y dióles su respectiva casa
+por cárcel, con centinelas de vista. El año siguiente (1629) el marqués
+de la Algaba se libró, merced al indulto general concedido, en
+celebridad del nacimiento del Príncipe Don Baltasar Cárlos.»
+
+Sobre este desafío se hicieron infinitos comentarios, encontrándose muy
+divididas las opiniones sobre la conducta que siguieron los dos
+contendientes, no siendo menos las conversaciones á que dió margen otro
+suceso ocurrido poco tiempo después y en el que también intervinieron
+como partes principales personas de noble abolengo.
+
+Del apellido Esquivel existían dos familias principales el siglo XVII, y
+para distinguirlas, el vulgo añadía á sus apellidos los nombres de los
+barrios donde tenían sus casas solariegas, llamando así á unos
+_Esquiveles de San Vicente_ y á otros _Esquiveles de San Pedro_. Estos
+últimos eran varios caballeros, los cuales encontráronse en la mañana
+del 16 de Septiembre del citado año del de 1629 con un individuo,
+también de calidad, y con el cual habían tenido en diversas ocasiones
+disputas y rivalidades.
+
+El encuentro fué, ciertamente, desgraciado, pues apenas se vieron los
+rivales, enzarzáronse de palabras, tirando de las espadas, y, con gran
+cólera, se arremetieron briosamente; mas como quiera que los Esquiveles
+eran varios, y en auxilio de ellos vinieran algunos criados, vióse el
+caballero, que estaba solo, obligado á huir, arrojando el acero.
+
+Persiguiéronle los otros, y viendo en su huída el apurado sujeto abierta
+la puerta de la iglesia de San Pedro, penetró en ella en el momento en
+que un cura decía misa, arrojándose á sus pies todo afligido y lleno de
+terror pánico.
+
+Pero los perseguidores no se detuvieron y también entraron
+atropelladamente en el templo con las espadas desnudas, y hasta el pie
+del altar persiguieron al enemigo sin consideraciones ni respetos
+algunos, diciendo el antiguo manuscrito de efemérides sevillanas, donde
+se cuenta el suceso, que «el sacerdote se quitó la casulla y echósela
+encima al caballero; y apesar de esta prevención, sus contrarios le
+dieron de estocadas, pasando la casulla, y lo mataron. Antes de morir
+tuvo tiempo de confesar, y perdonó á los agresores, que salieron
+precipitadamente de la iglesia, uno de ellos mal herido.»
+
+Este asesinato, que conmovió á toda la ciudad por las circunstancias que
+le rodearon y las personas que en él intervinieron, no pudo ser
+castigado por la justicia, pues los autores materiales del hecho
+desaparecieron, tal vez protegidos por los instigadores, si bien se dijo
+que todos, pobres y fugitivos, no tardaron en tener un desagradable
+fin.
+
+
+
+
+EL PRIOR DE LAS CUEVAS
+
+
+El prior del monasterio de frailes cartujos de Santa María de las
+Cuevas, en 1630, era un varón respetable, no sólo por su mucha ciencia
+sino por sus virtudes, que al decir de todos, las poseía en alto grado,
+tanto más dignas de encarecer si se tiene en cuenta que ya en el siglo
+XVII no regía en aquella casa toda la rigurosa observancia de las
+estrechas reglas de la orden, como lo fueron en los primeros tiempos que
+siguieron á su fundación.
+
+Este prior tenía muy estrecha conciencia y se andaba con gran tiento y
+pulso en lo del examinar detenidamente á los monjes, siendo en extremo
+celoso é inflexible cuando de sus condiciones morales y conducta se
+trataba.
+
+Por esto, algo debió observar que no fuera de su agrado ni le pareciera
+conveniente, cuando se negó á dar licencia para órdenes, á un monje
+llamado don Pedro Pavón, el cual de contínuo demostraba cuántos y
+grandes eran los deseos que de verse con tales licencias tenía.
+
+Y como quiera que Pavón fuese hombre de carácter violento, y en la
+negativa de su prior viese, ofuscadamente tal vez, algo de personal
+enemiga, exaltóse hasta tal punto, que la mañana del 19 de Diciembre
+levantóse de tan mal talante y con tan negras intenciones, que sin más
+ni más se fué derecho á la celda del prior, donde éste se hallaba
+tranquilamente, acompañado de un lego que le servía.
+
+Entró Pavón resueltamente, y casi sin hablar palabra, se precipitó sobre
+el prior, y armado de un puñal lo hundió varias veces en el pecho de su
+víctima, que cayó en tierra sin poder defenderse. Rápido, y presa de
+insana y criminal furia, Pedro Pavón acometió enseguida al lego, que
+huyó despavorido, sin que lograra, apesar de su diligencia, librarse de
+una terrible puñalada que le atravesó la garganta.
+
+A los gritos de los heridos acudieron los frailes, quienes después de
+muchos esfuerzos, consiguieron sujetar al criminal mientras otros
+recogían los ensangrentados cuerpos.
+
+Diez y siete días después de aquel suceso (28 de Diciembre), expiró el
+prior, y como el crimen había sido conocido en toda Sevilla, produciendo
+la mayor sensación, fué inmenso el concurso que acudió al monasterio de
+la Cartuja y á ver el funeral y entierro, al que también asistió el
+Asistente, vizconde de la Corzana, y los caballeros veinticuatros, con
+otras muchas personas graves y de alta significación en la ciudad.
+
+Y escribe don Diego Ignacio de Góngora, que al cadáver del prior le
+pusieron «corona de mártir» y que el lego murió el día 30 sin que para
+él hubiese lo de la corona, aunque en verdad también la merecía.
+
+En cuanto al criminal, aunque lo sentenciaron á ser entregado al brazo
+secular para quitarle la vida, se probó que estaba loco, y lo encerraron
+en el convento de San Juan, en donde se dice que murió por los años de
+1678.
+
+Para que este succeso fuese todavía más digno de llamar la atención,
+vino á unirse á él lo extraordinario del siguiente cuento que consigna
+cándidamente Góngora.
+
+«En el convento de Miraflores, un cartujo virtuoso, que conocía al Prior
+de Sevilla (sin saber lo que acá había pasado) vío que Santa Justa y
+Rufina (!) presentaron en el cielo al Prior de Sevilla con una guirnalda
+de flores y una rica capa carmesí, en los brazos de Nuestra Señora. Así
+se ve pintado en una lámina en la hospedería alta del convento, y el
+entierro en la baja.»
+
+Todo esto aumentó, como es consiguiente, la fama del asesinato del Prior
+de las Cuevas, suceso que entretuvo por largo tiempo á las gentes, y que
+bien merece consignarse, para saber como la gastaban algunos hombres del
+siglo XVII, cuando los contrariaban sus superiores.
+
+
+
+
+LA MONJA ALFÉREZ
+
+
+Bien conocida es la historia de la originalísima mujer doña Catalina de
+Erauso, monja en San Sebastián, que mal avenida con su sexo, se fugó del
+convento en 1607, á la edad de quince años, y disfrazada de hombre,
+marchó á Indias, donde siguió por mucho tiempo una vida llena de lances
+y aventuras, que no es del caso recordar, sentando después plaza en el
+ejército, donde por su valiente comportamiento y los muchos hechos de
+armas en que tomó parte, logró el grado de alférez. Y sabido es también,
+cómo fué allí descubierto su sexo y vuelta á España en 1624, donde la
+fama de sus hechos y extraña historia, se divulgó bien pronto, llamando
+la atención de todos, alcanzando tanto renombre, que en 1625, el rey
+Felipe IV le mandó dar 800 escudos en premio de su valor y el título de
+alférez, y el papa Urbano VIII le concedió especial permiso para que
+durante su vida usase, como hasta allí lo había hecho, el traje
+masculino.
+
+Esta singular mujer estuvo en Sevilla en 1630, cuando su nombre era
+conocidísimo en toda la península, y aquí permaneció breve tiempo,
+disponiéndose para embarcar de nuevo á América, siendo aquél su último
+viaje, pues la _monja alférez_ desapareció en 1635, sin que se volviese
+más á saber de ella.
+
+En Junio del citado año de 1635 doña Catalina de Erauso vestida con su
+traje militar, paseó las calles de la capital de Andalucía, excitando la
+curiosidad de todo el pueblo, y siendo recibida en las casas más
+principales, donde suspendía á cuantos la escuchaban con el relato de
+sus novelescas aventuras.
+
+El día 4 de Julio fué á la Catedral sevillana la _monja alférez_, donde
+oyó misa, y cuenta un testigo que, á su entrada y salida del templo, la
+rodeó la gente curiosa, que la siguió por las calles hasta su posada.
+
+Vivía entonces en Sevilla el celebre pintor Francisco Pacheco, y este
+artista, excitada su curiosidad por aquella mujer singular, la llamó á
+su estudio y le hizo un notable retrato al óleo, retrato del cual da las
+siguientes noticias don José María Asensio.
+
+«Pacheco aprovechó su permanencia en Sevilla (la de la monja alférez)
+para hacer su retrato, cuyo original, vendido, según parece, por un
+comisario de guerra sevillano al coronel B. Shepeler, encargado de
+negocios de Prusia en Madrid, vino á parar á poder de don José María
+Ferrer, quien lo publicó en la historia de aquella mujer extraordinaria
+en la edición que se hizo en París en 1829.»
+
+El capitán Miguel de Chazarreta, que iba de general de la flota de
+Indias en 1630, se dispuso á llevar con sus tropas, á la _monja
+alférez_, y según el testimonio del contador Manuel Fernández Pardo,
+oficial mayor que era entonces de la Contaduría de la Casa Contratación
+de Sevilla, en los libros de dicha Contaduría se sentó la cédula del rey
+y el pasaje de la famosa guipuzcoana con el título de _el alférez doña
+Catalina de Erauso_.
+
+Un antiguo escritor de curiosidades sevillanas, el ya nombrado don Diego
+Ignacio de Góngora, da noticias de la estancia en Sevilla de doña
+Catalina, y escribe en este punto las siguientes líneas:
+
+«Yo hablé con el P. Fray Nicolás de Rentería, religioso capuchino, que
+murió portero en el convento de religiosos capuchinos de Sevilla, hombre
+ya muy anciano, que, siendo mozo y seglar, había estado en las Indias,
+en la provincia de Nueva España, el cual me dijo que había conocido á la
+_monja alférez_ en Veracruz, donde tenía una recua de mulos para llevar
+las ropas y mercaderías que traían la flota á Méjico y tierra adentro y
+bajar la planta que embarcaban los galeones, y que había realizado mucho
+caudal en este género de tráfico y ocupación.»
+
+Partió la _monja alférez_ de nuestra ciudad en el verano del mismo año
+de 1630 con la gente del capitán Chazarreta, dejando por largo tiempo
+recuerdo de su estancia en Sevilla y recuerdos en la memoria de todos de
+su porte y traza, y que describe así uno de sus biógrafos:
+
+«Era Catalina demasiado alta como mujer, aunque no tenía la estatura ni
+la presencia de un arrogante mozo. De cara no era fea ni bonita. Eran
+negros, brillantes y muy abiertos sus ojos y las fatigas más que los
+años alteraron pronto sus facciones. Llevaba los cabellos cortos como
+los hombres, y perfumados, según la moda. Vestía á la española. Poseía
+aire marcial, llevaba bien la espada y su paso era ligero y elegante.
+Sólo sus manos tenían algo de femeninas, en las palmas más que en los
+contornos, y su labio superior estaba cubierto de negro y ligero bozo,
+que, sin ser verdadero bigote, daba un aspecto viril á su fisonomía.»
+
+Tal era, físicamente, aquella monja sin par, y tales las curiosas
+noticias que existen de su estancia en Sevilla, donde tanto llamó la
+atención de las gentes.
+
+
+
+
+LA ÚLTIMA HAZAÑA DE UN VALENTÓN
+
+
+Juan Morán era mozo de chapa, valentón de oficio, aficionado á lo ajeno
+y hombre que había en su larga _carrera_ cometido tantas tropelías, que
+al cabo y al fin vino á dar en que la justicia le condenase á la pena de
+horca, como remate á sus numerosos delitos.
+
+Al efecto, el día 6 de Septiembre de 1633, reuniéronse en la Audiencia
+los alcaldes de Sala, y con todas las ceremonias comenzaron la relación
+de la causa del ínclito Morán, que muy contrito y arrepentido, al
+parecer, escuchaba la relación de la cuenta interminable de sus
+crímenes.
+
+Mas de pronto, acordándose el valentón de lo que había sido, y
+encendiéndose su sangre toda ante la idea de que iba á morir sin honra
+ni provecho, tuvo un arrebato vehementísimo, y sacando un cuchillo que
+oculto llevaba, fué su primera acción acometer al alcaide de la cárcel,
+Antonio Brito, que estaba más próximo, hiriéndole de una terrible
+puñalada que lo derribó, y al punto, sin perder instante, cogió una
+espada á otro sujeto, y armado de ella subió las gradas del estrado con
+intención de asesinar á sus severos jueces.
+
+En la sala se produjo una confusión espantosa: todos gritaban, todos
+estaban en movimiento, y los señores alcaldes, que se vieron venir sobre
+ellos á Juan Morán, saltaron de sus sillones y detrás de los asientos
+muy agazapados procuraron esconderse llenos de terror, pues todos se
+veían ya atravesados por el acero del bravo.
+
+Así lo hubiese ejecutado el valentón si no da la casualidad que, ya en
+el estrado, tropezase y cayese, en cuyo punto se arrojaron sobre él
+alguaciles, mozos y público y le hirieron ferozmente.
+
+Media hora después estaba la horca levantada en la Plaza de San
+Francisco y á ella fué arrastrado Juan, á quien habían cargado de
+cadenas.
+
+Después de ejecutado el valentón se le cortó una mano, que se clavó en
+la puerta de la Cárcel real, siendo este el desgraciado fin de la vida
+de Juan Morán, de cuyos hechos he visto más de una antigua relación
+impresa.
+
+
+
+
+LA HERMOSA POSADERA
+
+
+En la calle de Harinas existía una posada de las más acreditadas de la
+ciudad y de la que era dueño un matrimonio que tenía cierto capital,
+pacíficamente adquirido en el ejercicio de su comercio.
+
+La esposa era, según las memorias, mujer muy hermosa, y á lo que parece,
+debía de estar prendada de su marido, y ser, á más, honesta y muy
+cumplidora de sus deberes.
+
+En el año de 1633, un caballero navarro y de posición, que vino á
+Sevilla á particulares asuntos, hospedóse en la posada de la calle de
+Harinas, y como quiera que el tal fuese joven y de sangre inquieta,
+comenzó á requebrar á la mujer del posadero, con tanta insistencia y tan
+arriscado, que la mujer llegó á alarmarse, viéndose precisada á tomar
+algunas medidas para defenderse del peligro que la amenazaba.
+
+Don Bernardo de Beamonte, que así se llamaba el caballero, era, como
+buen navarro, testarudo, y la negativa de sus pretensiones amorosas le
+empeñó más y más en ellas, dándose el caso de que la posadera, para
+evitar encuentros y asechanzas, adoptase, como prudente medida, la de
+irse por algunos días á vivir con ciertos lejanos parientes.
+
+Entonces don Bernardo, que no debía ya estar muy en su juicio, dedicóse
+á buscarla por toda la ciudad, y así anduvo el hombre varios días
+bebiendo los vientos, sin resultado alguno. Mas héte aquí que el Sábado
+Santo, al pasar el enamorado por las gradas de la Catedral, vió salir de
+la Basílica á la hermosa posadera, que acababa de oir la misa mayor, y
+lo mismo fué verla se dirigió como un rayo á la mujer, que, asustada de
+la actitud de don Bernardo, volvió á entrar en la iglesia, temiendo
+algún desastre.
+
+Y no fueron, á la verdad, infundados sus temores, pues el caballero
+acercóse á ella, volviendo á reiterar sus pretensiones con violenta y
+turbada actitud, causándole tal explosión de enojo y cólera el verse,
+como en otras tantas ocasiones, rechazado, que allí mismo tiró de la
+daga y con ella se avanzó á la mujer, hiriéndola gravemente en el
+hermoso rostro, causa de sus desazones y de sus inquietudes.
+
+El escándalo que á la puerta del templo se produjo fué enorme, y
+aprovechando entonces la confusión de los primeros momentos, don
+Bernardo huyó entre la gente, llegando á buscar asilo al convento del
+Carmen, que era el recurso entonces de los que cometían un delito.
+
+Allí quedó oculto el navarro por unos días, sin que la justicia supiera
+su paradero, ni tampoco lo conociese el marido de la posadera, que tenía
+gran empeño en dar con el que tanto propósito había demostrado en
+deshonrarle.
+
+Pero de allí á poco el esposo, fué más afortunado que los golillas, y
+habiendo sabido el lugar donde don Bernardo de Beamonte se ocultaba, el
+día 28 de Marzo de 1633, fuése muy disimuladamente al convento, y
+habiendo conseguido llegar hasta la celda que servía de prisión al
+caballero, lo encontró descansando muy descuidado, y sin andarse con más
+palabras, le asesinó con un cuchillo.
+
+Preso el matador, fué juzgado inmediatamente, pero tales fueron las
+circunstancias que en el hecho concurrían, que la justicia, el día 18 de
+Abril, lo puso en libertad bajo fianza, según consta en las _Memorias_
+sevillanas de donde tomo la noticia de este suceso.
+
+Lo que no dicen las _Memorias_ es si el rostro de la mujer quedó muy
+desfigurado con las cicatrices de las heridas que le causó su acalorado
+pretendiente, á quien tan caro costó el prendarse de posadera honesta.
+
+
+
+
+ESPEJO DE ESCRIBANOS
+
+
+No hacen memoria alguna los historiadores, de un escribano del crimen de
+la real Audiencia, que vivió en Sevilla hace tres siglos, y por cierto
+que es gran lástima, y es imperdonable olvido, pues el tal quedó como
+hombre famoso y dió mucho que hablar en la ciudad y metió en ella ruído,
+teniendo que intervenir en sus asuntos el mismo rey Felipe IV y todo el
+Concejo, como verá el que siga leyendo.
+
+Don Roque Simón era el nombre del escribano, y aunque en un principio
+tenía escasa fortuna, tomó un Oficio, y apenas se vió con él, supo darse
+tales trazas, empleó tales manejos y se metió con gente de tal calaña,
+que llegó pronto á revestirse por sí de una autoridad con la cual llevó
+á cabo los más desatinados desmanes.
+
+Claro que en principio tuvo por protectores á los alcaldes que le
+ayudaron, pero andando el tiempo, y dicho sea de verdad, llegó el
+escribano á imponerse de modo, que señores muy graves de la Audiencia le
+tenían miedo y dejábanle por esto hacer cuanto le viniese en mientes,
+que no era poco.
+
+El buen don Roque era toda una hormiguita aprovechada, y así no fué
+extraño que con gran asombro de muchos le vieran en poco tiempo dueño
+de fincas, con criados, caballos y lleno de grandes comodidades.
+
+Verdad es que para tenerlas, no reparaba en escrúpulos, y así se las
+manejaba de manera harto donosa, siendo protector de rufianes y
+valentones, á quienes sacaba el dinero por tenerlos al amparo de la
+justicia, teniendo de su particular predilección á Juan de Barrio,
+rufián célebre en Sevilla por sus tropelías, y á otros no menos
+conocidos como Francisco de Espino, Francisco Bautista, Medrano y
+Escamilla, siendo también muy señalada su protección á la _Garrida_ y á
+María Pérez, dos mozas de chapa, regatonas de pescado en la Costanilla.
+
+Con otros vendedores de pescado y con los de diversos artículos, cometía
+el escribano no pocos atropellos y hacíales, con amenazas, que le dieran
+lo mejor que había en el mercado, como cualquier municipal de nuestros
+días, y cierto viernes de Cuaresma, como no había un pescado que quería,
+la emprendió á golpes con un vendedor, á quien encima mandó á la cárcel.
+
+Aceptada como medida de mayor aprovechamiento, andaba también el
+escribano con los del contrabando y tenía con la mayor desvergüenza, una
+falúa para introducir géneros en la ciudad, siendo no pocos los abusos y
+desmanes que llevaba á cabo con otro compinche en el río, donde á más
+impuso su autoridad á los pescadores de Triana.
+
+Y para que se vea cómo las gastaba Roque Simón, copiaré del manuscrito
+de la _Información_, estos dos casos:
+
+«El verano pasado, porque el nevero que vendía en la Alameda no le
+guardó nieve, fué á su casa y lo injurió con muy malas palabras y lo
+hizo, por su autoridad, llevándolo á la cárcel de la audiencia, donde lo
+tuvo tres días, haciéndole muchas molestias, de que hubo muy grande
+nota....»
+
+«En la Pascua Florida, que agora pasó, porque un hombre que te trujo
+unos jamones pidió dos reales por la traída, embistió con él y le dió de
+bofetadas á mano abierta y de empellones y coces en el Oficio de Mateo
+de Sisa.»
+
+Esto de abofetear á los que le parecía, era procedimiento que usaba con
+frecuencia el famoso escribano del crimen, y así, en cierta ocasión la
+emprendió á bofetones con un sastre en su mismo despacho; en otra con un
+sillero de calle Colcheros, y con los vendedores ambulantes de la
+Costanilla y el Salvador lo hacía con frecuencia, llegando en sus
+valentías á hechos como éste, que da gráfica idea de lo que era el mozo,
+y que para él no existía el respeto y consideración al sexo débil.
+
+«Iten que por maltratar á algunas personas con quien tiene enemistad, se
+acompaña con los alguaciles, que rondan, tomando la administración de la
+justicia por color para sus intereses, como lo hizo con _doña Gerónima
+de Ledesma_, que tiene casa de posada en la calle de Bayona, y rondando
+con Lorenzo López, alguacil de la Justicia, fué á su casa y la deshonró
+de muy feas y afrentosas palabras, dándole muchos golpes y empellones, y
+lo mismo hizo en otra ocasión con _doña Francisca de Villalobos_,
+llamándola de... haciéndola presa en la cárcel, en que hay mucha nota.»
+
+En fin, para que nada le faltase á Roque Simón, también le daba por las
+faldas y andaba siempre enzarzado en amoríos y enredos femeninos, como
+así se hizo constar en su información, diciendo que «ha muchos años que
+está amancebado y en pecado público, con mucha nota y escándalo, primero
+con _doña Ana Tabique_, á quien ampara, y después de ella con _doña F.
+de Ledesma, y siendo casado, come y duerme con ella_, y da mala vida á
+su mujer muy públicamente, y por _celos de un clérigo_ lo hizo prender y
+tuvo mano para que, siendo ordenado, lo llevasen con los de la leva.»
+
+Siguiendo su acostumbrado procedimiento, Roque Simón insultó y prendió
+sin motivo alguno, en 8 de Octubre de 1636, á un panadero del Salvador,
+llamado Lope Gordillo; pero aquel atropello no le salió tan bien como
+todos, pues sabiéndolo el teniente mayor del Asistente, que tenía deseos
+de poner ya coto al escribano, hizo prender á Roque, llegando á tanto la
+osadía de amigos y compinches que la sala de alcaldes se llevó la causa.
+
+Entonces la ciudad recurrió al rey, que, enterado del caso, envió en 20
+de Noviembre de 1636 una provisión al regente de la Audiencia de
+Sevilla, que lo era don Paulo de Arias Temprado, mandándole que abriese
+inmediatamente escrupulosa _información_ sobre la vida y milagros del
+famoso Roque y que se remitiera al Concejo.
+
+A esta _Información_, que se comenzó inmediatamente, pertenecen los
+párrafos que más arriba dejo copiados, siendo gran lástima que, así como
+se conserva en el Archivo Municipal (_Papeles importantes_: Tomo 3) el
+documento, no le acompañen las últimas noticias de las penas que se
+impusieron á Roque Simón.
+
+Verdad que bien pudiera haber ocurrido que, _por su buena mano_, quedase
+sin castigo ó con castigo leve, que tal ocurría á veces con la justicia
+de antaño.
+
+
+
+
+EL PORTUGUÉS PEREA
+
+
+Cuando ya parecían extinguidos en Sevilla los protestantes, que tanto
+dieron que hacer á la Inquisición y á las justicias en el siglo XVI,
+alzáronse en los comienzos del siguiente rumores de que los reformadores
+intentaban de nuevo promover inquietudes, y ante el temor de que se
+volviera á los días del doctor Constantino de la Fuente, de Cipriano
+Valera y de Egidio, los señores del Santo Oficio abrieron el ojo y
+comenzaron una persecución activísima contra cuantos pudieran, aun de
+muy lejos, resultarles sospechosos de herejía luterana.
+
+Por este tiempo, que no era á la verdad el más apropósito, vino á la
+capital de Andalucía huyendo de su patria nativa un portugués, de
+apellido Perea, hombre listo, y cuyas ideas en materias religiosas no
+dejaban de ser harto sospechosas.
+
+Perea tenía mucho de aventurero y no poco de valentón, y así fué que no
+tardó en ponerse en contacto con gente de baja ralea, y bien fuera por
+convicciones, bien por buscar con aquello medios de ir viviendo,
+dedicóse, embozada y ocultamente, á hacer propaganda de luteranismo en
+terreno que, ciertamente, no estaba preparado para que la semilla
+fructificase, como antes había sucedido.
+
+Reunió Perea algunos adeptos, gente de poca monta, pero no tardaron en
+llegar á oídos de la Inquisición los manejos del portugués, y en los
+comienzos de 1636 decidieron apoderarse de su persona.
+
+Al efecto, una noche presentáronse los inquisidores en su casa, donde le
+sorprendieron en una de las habitaciones de ella, sin que Perea hiciese
+resistencia alguna; antes al contrario, con muy prudente actitud y
+mesurado tono, hizo presente á los esbirros del tribunal que estaba á
+disposición de ellos, rogándoles, sin embargo, que aguardasen algunos
+instantes, pues tenía urgencia de evacuar una imperiosa necesidad en que
+nadie podía sustituirle.
+
+Asintieron ellos, y Perea entró en otra estancia inmediata á la que se
+encontraba, cerrando pudorosamente la puerta de ella.
+
+Pasaron algunos minutos y hasta un cuarto de hora, y viendo los de _la
+vela verde_ que se dilataba la ausencia, y que no contestaba á las voces
+que le dieron, penetraron en la habitación, viendo con sorpresa que el
+pájaro había volado por una ventana que se hallaba abierta y la cual
+daba á un callejón excusado y tortuoso.
+
+Salieron los inquisidores chasqueados y furiosos de la casa del
+portugués, sin que fuera posible dar más con su persona, apesar de las
+activas diligencias que se llevaron á cabo, y de los varios medios que
+se pusieron en práctica.
+
+El 23 de Agosto de 1637, celebró la Inquisición auto de fe en San
+Marcos, y en él se leyó la causa de Perea, el cual, averiguadas todas
+sus heregías, era condenado á ser quemado vivo.
+
+Pero como el portugués no se hallaba á mano, los inquisidores tuvieron
+que contentarse con quemar una estatua de cartón y paja, que lo
+representaba con toda propiedad, y Góngora dice, haciendo mención de
+este suceso: «Súpose más tarde que (Perea) estaba en Holanda y por eso
+se quemó su estatua entre otras.»
+
+Y esta fué de las pocas veces que con ingenio pudo un reo burlar al
+odioso tribunal, estando ya casi cogido en sus garras.
+
+
+
+
+EL MARQUÉS DE BUENAVISTA
+
+
+El marqués de Buenavista murió de manera violenta el año 1638, y las
+causas de esta desgracia, que fueron en verdad curiosas, bien merecen
+ser consignadas.
+
+Hallábase la mañana del 21 de Diciembre del citado año, en el edificio
+de la Aduana, don Martín de Medina, marqués de Buenavista, presenciando
+las ventas que allí se hacían, cuando, por motivo de un negocio que
+estaba haciendo un sujeto llamado Francisco Ginés, enzarzóse con él de
+palabras, que bien pronto subieron de punto, pues el tal marqués era, y
+esto le venía de familia, colérico y nada prudente.
+
+Como quiera que interviniesen algunas personas en la disputa, éstas
+lleváronse al señor marqués, mal de su grado, y la cosa quedó por
+entonces allí, si bien no había de tardar en llegar á un funesto
+extremo.
+
+Algunas horas después de la disputa, ocurriósele á Francisco Ginés,
+acompañado de un sirviente, pasar por casa del de Buenavista en ocasión
+en que éste estaba á la puerta, y lo mismo fué verlo el señor, comenzó á
+insultarlo con las mismas descompuestas palabras y aun otras de más
+grueso calibre, que hicieron fijar la atención de los transeuntes y
+personas que por allí á la sazón discurrían.
+
+Escuchaba Ginés todo aquel chaparrón de insultos con cierta resignación,
+limitándose á contestar alguna vez al marquesito, aconsejándole la
+calma, cosa que también el criado hacía, lo cual tomó el joven caballero
+á poquedad y achicamiento de ánimo, por lo que, exaltándose más y más,
+llegó á levantar su espada con intención de descargarla sobre el
+prudente Ginés, lo cual ya acabó con la medida de su paciencia, y
+colmada con creces, se retiró á su domicilio, que no estaba muy lejos
+del de su señoría; pero al llegar á este punto dejaré la palabra á un
+historiador, que dice:
+
+«El Francisco Ginés entró en su casa y trajo su espada, y embistió con
+el marqués de Buenavista, y apartándolos los que se hallaron allí, el
+criado le dió una herida mortal, de la cual murió dentro de dos días ó
+tres; y los agresores escaparon; y andando el tiempo, dentro de un año
+se libró el Ginés y el criado se desapareció.»
+
+Y el mismo curioso autor contemporáneo de estos sucesos, añade, después
+de haber dicho que el padre del marqués habíale afeado á su hijo la
+primera disputa en la Aduana, aquella tarde del día 21 de Diciembre de
+1638:
+
+«Los parientes del difunto, que son muchos y muy calificados, conocieron
+la razón, y que su propia presunción y soberbia le quitó la vida al don
+Martín de Medina, marqués de Buenavista, si ya no discurrimos que el no
+haber querido desistir, habiéndose interpuesto el padre, y reprendídole
+diciéndole que estaba muy soberbio y vano, le ocasionó la muerte, como
+sucederá con los que no obedecen á sus padres.»
+
+
+
+
+UN INQUISIDOR HUMILLADO
+
+
+Era inquisidor mayor de Sevilla en 1638 el señor don José Ortiz de
+Sotomayor, personaje campanudo, de gran coranvobis, soberbio como él
+sólo y tan poseído de su persona y cargo, que se hacía servir como un
+reyezuelo despótico y arbitrario.
+
+Este señorón andaba algo picado con el Cabildo Catedral por diversas
+causas, y deseando hacer ostensión de lo que valía y de cuánto era su
+poder, el día 14 de Agosto del citado año, en el cual celebrábase en la
+Basílica sevillana una gran fiesta por cierta bula que había concedido
+el Papa, y el templo estaba lleno de autoridades, de personajes y de
+muchos fieles y _fielas_, presentóse el inquisidor á manera de
+principote indio, rodeado de criados y seguido de un paje que le llevaba
+la falda del traje talar.
+
+Esto de la falda alzada no era permitido más que al arzobispo, por lo
+cual, cuando los canónigos que estaban en el Coro supieron la forma en
+que el inquisidor llegaba á la puerta del templo, mandaron á decirle con
+urgencia, que si quería entrar en la Catedral se dejase de que le
+llevaran la cola.
+
+Cuando esto supo el señor Ortiz de Sotomayor, púsose colérico y envió
+recado á los canónigos diciendo que con falda alzada había de entrar y
+que no había más que aguantarlo, dando esto motivo á diversos recados y
+dimes y diretes que casi interrumpieron toda la gravedad de la
+solemnidad religiosa y dió bastante que murmurar al concurso, terminando
+el incidente, por entonces, con que el hinchado inquisidor entrase en el
+templo y saliese de él muy orondo y ufano, seguido del pajecito que le
+llevaba la discutida falda.
+
+Alborotóse el cabildo eclesiástico, y no queriendo que le pusiesen el
+pie delante en cuestión de tanta trascendencia, envió á Madrid un
+canónigo para que trajese resolución de los altos poderes para saber á
+qué ajustarse en adelante.
+
+Y fué lo bueno que la tal resolución vino contraria al inquisidor, pues
+se decía en ella que cuando fuese á la iglesia con el tribunal podría
+llevar la cola alzada, bajándola al llegar á la capilla mayor, pero que
+nunca se permitiese ni esto cuando fuese solo.
+
+La rabia del señor don José, al conocer la nueva, fué terrible, pero no
+tuvo otro medio por entonces que acatar lo mandado, terminando así esta
+cuestión de faldas.... eclesiásticas.
+
+
+
+
+LAS TAPADAS
+
+
+Costumbre muy arraigada era en las mujeres españolas en los siglos XVI y
+XVII salir á la calle cubiertas con mantos, y de las más afectas á ese
+uso lo fueron las damas de Andalucía, y particularmente las sevillanas,
+que en esto de ir tapados los rostros como en otros varios hábitos que
+tenían, veíanse claros los restos de costumbres mahometanas de lejanos
+días que no habían podido desechar, dado que aunque ellas no quisieran,
+algo de sangre moruna por sus venas corría.
+
+Era el manto en las mujeres de Sevilla, prenda de gran estima é
+imprescindible en multitud de ocasiones, aun para las de más elevada
+posición, como dice el bachiller Luís de Peraza, que en el siglo XVI
+escribía: «Las más ricas usan trajes de _mantos_ de paño fino y largos,
+y de raso, y de tafetán y de sarga....» y en los comienzos de la
+centuria siguiente apuntaba Alonso de Morgado en la _Historia_ de
+nuestra población: «Usan (las sevillanas) vestidos muy redondos, se
+precian de andar muy derechas y menudo el paso, y así las hace el buen
+donaire y gallardía por todo el reino, en especial por la gracia con que
+lozanean y _se tapan los rostros con los mantos y miran de un ojo_ y en
+especial se precian de muy olorosas, etcétera, etcétera.»
+
+Prenda muy apropósito era el tupido manto para las aventuras y
+galanteros, que como dijo el poeta
+
+ «siempre el manto fué en España
+ tapa enredijos de amor....»
+
+y con harta frecuencia los autores de aquellos tiempos se lamentaban de
+los lances á que el uso de tal prenda daba lugar y en los cuales había
+con frecuencia tajos y cuchilladas de galanes rivales ó de burlados
+esposos y amantes.
+
+Fundándose, pues, en graves razones que se tuvieron muy en cuenta, las
+Cortes celebradas en 1586 prohibieron que las mujeres fuesen tapadas
+«_por los inconvenientes que de esto resultaba_» mas como quiera que tal
+prohibición poco ó nada llegó á cumplirse, Felipe II dió una
+_pragmática_ en igual sentido en 1594 y Felipe III otra en 1614, que
+dicho sea de paso y aunque contrariara á los monarcas y á sus justicias,
+no consiguieron desterrar el uso del manto, ni mucho menos, de los
+dominios españoles.
+
+En Sevilla, por ejemplo, fueron en vano las amonestaciones de los
+Asistentes de la ciudad y las predicaciones de no pocos frailes, que
+tomando muy á pecho esto de que las damas no lucieran sus lindos rostros
+por calles y plazas, llamaron al manto _arma de Satanás_, _cubierta del
+pecado_, etc., amenazando con el enojo de la divinidad y hasta con las
+eternas penas de los profundos infiernos.
+
+Así las cosas subió al trono el rey Felipe IV y aunque ya se sabe que
+este monarca fué muy dado á aventuras y que su reinado es el de las
+comedias de _tapadas_ y _embozados_, tantas fueron las quejas que
+recibió y tantas las representaciones que los cabildos de algunas
+ciudades le hicieron, que el 12 de Abril de 1639 dió una pragmática con
+toda la fuerza de ley votada en Cortes, la cual era de no poco rigor y
+llevaba el propósito de conseguir de una vez por medio del temor á las
+penas, la completa desaparición de prenda tan cara para el sexo bello
+como lo era el manto.
+
+Así, en la dicha pragmática se leen párrafos como el siguiente, que á
+título de curiosidad reproduzco y que dice así:
+
+«....Mandamos que en estos reinos y señoríos todas las mujeres, de
+_cualquier_ estado y calidad que sean, anden descubiertos los rostros,
+de manera que puedan ser vistas y conocidas, sin que en ninguna manera
+puedan _tapar el rostro en todo ni en parte con mantos_, ni otra cosa, y
+acerca de lo susodicho, se guarden, cumplan y ejecuten las dichas
+pragmáticas y leyes con las penas en ellas contenidas y demás de los
+_tres mil_ maravedís que por ellas se imponen en la _primera_ vez caigan
+é incurran en _perdimiento del manto_, y de _diez mil_ maravedís
+aplicados por tercias partes, y por la _segunda_ los dichos _diez mil_
+maravedís sean _veinte_ y se pueda poner pena de destierro, según la
+calidad y estado de la mujer. Y por lo que contiene la infalible
+ejecución y observancia de todo lo suso, mandamos que donde no hubiese
+denunciador se proceda de oficio, y que ningún consejo, ni otros
+tribunales, juez, ni justicia de estos reinos, puedan moderar la dicha
+pena ni dejarla de ejecutar, y si lo contrario hiciesen se les hará
+cargo de ello á las visitas y residencias y se les impondrán las mismas
+penas que por esta ley se imponen....»
+
+El 26 del mencionado mes de Abril la pragmática se publicó en Sevilla
+por los puntos de costumbre y con las formalidades de ordenanza. Y para
+mayor circulación, y que llegase á conocimiento de todos, se imprimió
+con real privilegio en el mismo año de 1639 en casa de Francisco de
+Lyra, con este título:
+
+--_Premática en que su magestad manda que ninguna mujer ande tapada,
+sino descubierto el rostro, de manera que pueda ser vista y conocida, so
+las penas en ella contenidas y de las demás que tratan de lo
+susodicho.... Impreso en Sevilla, etc., etc._»
+
+Grande disgusto tuvieron las damas hispalenses al conocer el documento,
+habiendo muchas á quienes no les asustó ni lo de la multa de los veinte
+mil maravedís, ni lo de la pérdida del manto, y se presentaron envueltas
+en él por las calles, en las iglesias y en los corrales de _La Montería_
+y en el _Coliseo_.
+
+De aquí surgieron no pocos lances, y aunque algunas mujeres alegaban,
+para excusarse de cumplir la pragmática, los privilegios ó fueros que
+gozaban su padre y marido, viendo que tampoco este recurso les daba
+resultado, y que las gentes de la justicia no andaban tardías en las
+denuncias, en más de una ocasión excitaban á sus deudos y allegados para
+que buscaren medios é influencias con que dejar de cumplir lo ordenado
+por el rey.
+
+Pero durante algún tiempo nada pudieron conseguir las sevillanas en
+favor de su prenda tan estimada, dándose el caso de que no pocas se
+excusaban de salir con la frecuencia que antes lo hacían, por no hacerlo
+en cuerpo y con el rostro descubierto, ocurriendo también que á algunos
+comerciantes les quitasen las prendas que vendían, como ocurrió en 20 de
+Agosto de 1639, en que, al decir de Góngora, «el teniente mayor Pedro de
+Soria mandó quemar en una tienda unos guarda-infantes, con gran gusto de
+los muchachos.»
+
+Pero campaña que la mujer emprende tarde ó temprano la gana, y así
+sucedió entonces, que á cabo de algún tiempo la pragmática quedó sin
+cumplimiento y volvieron á verse por las tortuosas calles de Sevilla y á
+todas horas, lo mismo que antes, las misteriosas tapadas, cebo de
+galanes, y que eran nota tan característica en la España de aquellos
+tiempos.
+
+
+
+
+EL MAESTRO VILCHES
+
+
+El caso ocurrido con el padre, maestro Vilches, del convento de Nuestra
+Señora de la Merced calzada, es digno de ser recordado, porque, en
+verdad, tiene interés y curiosidad.
+
+Hombre muy docto en sagrada teología, versado en letras, de austero
+carácter y puras costumbres, era el reverendo Vilches, por todo lo cual
+estaba en el mejor concepto, no sólo entre la respetable comunidad, sino
+también entre cuantos lo conocían y frecuentaban su trato.
+
+Por esto á todos indignó el saber en 1637, que á persona tan respetable
+le hubieran robado la cantidad de 2.000 ducados en su celda, y más,
+porque el autor del robo había sido un fraile lego que le servía, y el
+cual desapareció súbitamente, sin que fueran de resultado alguno las
+pesquisas activas que se llevaron á cabo por encontrarle.
+
+Así quedó la cosa, lamentando todos que varón tan respetable hubiera
+sido víctima de aquella mala acción, pasando el tiempo y no volviendo á
+saberse más del aprovechado lego.
+
+El año de 1640 llegó al convento de la Merced el padre Provincial de la
+Orden y comenzó la inspección de la casa, conforme á la comisión que
+traía.
+
+Pero mejor que yo, relata lo sucedido entonces, autor tan grave y
+piadoso como el del manuscrito de _Efemérides sevillanas_, el cual dice:
+«El Provincial reconoció faltaba cantidad considerable de dinero de las
+arcas de la Redención, en las cuales, por supuesto, debía tener alguna
+intervención el maestro Vilches. El Provincial quiso buscar el dinero en
+la celda de los religiosos, haciendo escrutinio en ellas; y bien fuese
+por alguna sospecha, ó por poco afecto que le tuviese, ó por dar ejemplo
+para que los otros no se excusasen, ni lo sintiesen, empezó por la celda
+del maestro Vilches. En ella encontró una alhacena tabicada (decían que
+estaba en la misma pieza donde él dormía), hízola abrir y en ella
+hallaron los huesos del fraile lego que él había muerto.»
+
+La sorpresa que esto produjo fué grande y el escándalo en Sevilla al
+saberse el suceso subió de punto, sin que valieran cuantos medios
+pusieron en práctica los frailes para impedir que se divulgara.
+
+El padre maestro Vilches fué preso, costando mucho trabajo la formación
+de la causa, pues los religiosos se negaron á declarar ante la justicia
+«_ó por política que observaban ó por precepto que les había impuesto el
+prelado_» con lo cual la gente tuvo ocasión de hacer muchos y muy
+variados comentarios sobre el suceso, quedando como más aclarado «que
+el dinero de las Arcas de la Redención le había sacado el dicho padre
+Vilches, y gastádolo, y que de ello había sido sabedor el religioso
+lego; y que cautelándose no lo descubriese, lo mató, porque él riñendo
+con el M. Vilches lo amenazó.»
+
+Y fué el fin de esta historia, que en Septiembre del año 1640 fué
+condenado el padre maestro á reclusión perpetua en el convento, donde se
+dice que murió muchos años después, contrito y muy arrepentido de su
+fechoría.
+
+
+
+
+UNA FUGA DE PRESOS
+
+
+Don Juan de la Cruz era Alcaide de la cárcel real en 1641, cargo que
+desempeñó durante no poco tiempo y el cual era bastante codiciado por
+muchos, dado que en sí llevaba entonces ciertas ventajas y ganancias no
+despreciables, si bien nada legales.
+
+Este buen Alcaide tenía por aquel año bajo su custodia un número
+considerable de presos acusados del resello de moneda, los cuales eran
+gente levantisca de suyo, que unída á los valentones, ladrones y demás
+gentualla, traían de contínuo revuelta la prisión, célebre con grandes
+escándalos y pendencias.
+
+Así andaban las cosas, cuando la noche del 26 de Marzo de 1642, don Juan
+de la Cruz se disponía á hacer la acostumbrada ronda por las
+dependencias de la cárcel para cerciorarse de la seguridad en que
+quedaban los detenidos.
+
+Pero héte aquí que al llegar nuestro Alcaide á la _Reja grande_, con
+lento paso y grave continente, muy penetrado de la seriedad de su cargo,
+fué súbitamente acometido por dos de los presos, quienes á viva fuerza
+le sujetaron apoderándose del manojo de llaves que tenía, sin que en
+auxilio del don Juan vinieran ni corchetes ni guardias.
+
+Y como quiera que el golpe de mano debía estar ya preparado de tiempo
+atrás y ser sabedores de él los presos todos, prodújese al punto gran
+zalagarda en las salas, y en un abrir y cerrar de ojos se comenzaron á
+abrir rejas y calabozos con gran estrépito y algarabía, corriendo un
+grupo de más de cuarenta y tres presos hasta la puerta de la calle, por
+donde salieron con alborozo, y algunos, «con grillos se fueron hasta la
+Iglesia Mayor.»
+
+Los detenidos por el resello de monedas, hasta diecisiete, escaparon
+todos, desperdigándose por la ciudad, y otras de varios delitos salieron
+con ellos, sin que fuera posible nunca más echarles el guante, pues bien
+procuraron huir de las garras de alguaciles y tropas.
+
+Al conocerse esta fuga al día siguiente, 27 de Marzo, produjóse en la
+ciudad el consiguiente escándalo, viniendo á levantarse un rumor, que
+fué tomando cuerpo, y el cual era que el Alcaide, D. Juan de la Cruz, no
+fué tan sorprendido como parecía con aquella fuga, y que para dejarse
+atropellar había recibido de antemano más de una reluciente moneda de
+oro.
+
+Y para completar la noticia de esta fuga de presos, apuntaré que de
+todos ellos «no volvieron á coger--dice un manuscrito--más de un vecino
+de Castilleja, que se llamaba José Antonio, que volviendo al lugar á
+matar al Alcalde que lo prendió, le volvieron á asir, y traído á la
+cárcel, intentó otra vez hacer fuga, y lo ahorcaron. Era de 21 años y
+tenía muertes varias y otros delitos.»
+
+
+
+
+LAS RONDAS DE NOCHE
+
+
+Frecuentes eran en verdad los lances que en las calles de Sevilla
+ocurrían á las rondas por las calles, mientras el vecindario se
+entregaba al reposo, y entre aquéllos merece ser recordado uno que fué
+consignado por un autor contemporáneo, que existe en el manuscrito de la
+colección del conde del Aguila.
+
+Mediado el año 1642 y obtenida la licencia correspondiente, habían
+empezado á salir de ronda por las noches los Alcaldes de Crimen, á los
+cuales temían con razón la gente maleante, que favorecida por las
+sombras, vagaba con propósitos nada santos por el intrincado laberinto
+de las callejas de nuestra población.
+
+Persona de tanta significación como lo era el alcalde don Leonardo
+Henriquez, rondaba la noche del 14 de Agosto por el barrio de la Feria,
+acompañado de sus alguaciles, y había más que mediado la noche, cuando
+acertó á tropezar en su marcha con unos soldados, de lo cual vino á
+surgir el lance que á unos y á otros costó bien caro.
+
+Eran aquellos soldados pertenecientes á una de las compañías de milicia
+que por entonces se formaban en nuestra ciudad, y en ella iba un
+sargento, mozo bravucón y perdonavidas, de aquellos echados para
+adelante y de los que, por cuestiones de poca monta, tiraban del acero y
+no se paraban nunca en las consecuencias de sus acaloramientos.
+
+Frente á frente el Alcalde y la tropa, mediaron algunas palabras sobre
+el paso por la calle, y las que, por el tono y alcance con que se
+dijeron, dieron motivo á que, sin más ni más, los alguaciles y los
+soldados se acometieran, aquéllos con espadas y pistolas y éstos con las
+alabardas, trabándose allí mismo singular combate.
+
+El sargento, todo iracundo y furioso, cargó contra el alcalde don
+Leonardo Henriquez, que recibió tres estocadas, las cuales dieron con él
+en tierra, siendo de consignar que apenas los alguaciles vieron caído al
+alcalde y que los soldados llevaban la mayor ventaja, huyeron
+precipitadamente por las callejas que encontraron más á mano, buscando
+en las sombras facilidades á su fuga y desamparando cobardemente al
+pobre hombre que, con desgarradores é inútiles gritos, pedía favor,
+viendo su muerte próxima.
+
+Y así hubiera sucedido si entre los vecinos que al alboroto y pendencia
+despertaron, no hubiese habido un mulato que con resolución llegó á
+ponerse frente del sargento y de los soldados, rogándolos que no
+rematasen al alcalde cuando ya se disponían á clavarlo con las
+alabardas.
+
+Alborotados los de tropa, salieron en confusión de la Feria á la
+Alameda, y durante todo el trayecto insultaron y apalearon á algunos
+inocentes transeuntes, apedrearon varias casas y causaron varios
+destrozos, dispersándose luego temerosos de las consecuencias que les
+esperaban.
+
+Don Leonardo Henriquez debió la vida al mulato, pues, según refiere el
+texto del Archivo Municipal, el tal «cójele en brazos, y metido en una
+tienda donde fué conocido, lo llevaron á su casa, en coche.»
+
+En la Alameda fué herido el sargento, pero no pudo ser entonces
+capturado, cosa que no se verificó hasta el 18 de Octubre, en que á
+vuelta de muchas pesquisas y con no poca fuerza, pudo el bravo ser
+reducido á prisión.
+
+Seis días después tuvo término y fin la vida del sargento, que murió
+ahorcado en la plaza de San Francisco el 23, y aunque con él habían
+caído presos varios soldados de los que tomaron parte en la refriega,
+parece que éstos llegaron más tarde á conseguir la libertad.
+
+Tal es el suceso ocurrido á la ronda de noche en 1642, digno, por
+cierto, de ser recordado entre las curiosas memorias sevillanas de otros
+tiempos.
+
+
+
+
+EL CONTADOR DE LA CONTRATACIÓN
+
+
+Vivió en Sevilla un caballero, de nombre don Diego Villegas, que tenía
+el cargo de Juez Contador Mayor de la Casa de Contratación, era persona
+muy bien relacionada y tenía muchos y buenos amigos.
+
+Uno de éstos lo era don Juan Antonio Alcázar, caballero del Hábito de
+Calatrava, y que ejercía en la Contratación el cargo de Juez oficial.
+
+En la mañana del 19 de Abril de 1643 se encontraban reunidos don Diego y
+don Juan Antonio, en un aposento del domicilio del primero, cuando hé
+aquí que surge una disputa entre ambos, y subiendo de tono la cosa,
+encolerizóse hasta tal punto el señor Contador, que, cogiendo un puñal,
+arremetió contra su amigo y de un solo golpe lo dejó cadáver.
+
+Entonces salió de su casa, pues nadie había presenciado el crimen, y en
+la calle acertó á encontrarse á dos señores, que eran don Felipe y don
+Buenaventura Alcázar, primos de la víctima, y á los cuales dijo Villegas
+que había matado á un hombre y les rogaba les diesen asilo.
+
+Ellos, que ignoraban quién fuese la persona asesinada, lo llevaron á
+ocultar al convento de San Francisco, y al divulgarse á poco el crimen,
+se mandaron poner guardias en las salidas del convento, mientras el
+asunto era objeto de todas las conversaciones en la ciudad y las
+familias del muerto y del matador sufrían las mayores inquietudes y
+zozobras.
+
+Quince días permaneció oculto don Diego Villegas, en una celda, y era ya
+opinión de muchos que tal vez se habría fugado, cuando el día 6 de Mayo,
+en las primeras horas de la noche, oyeron los frailes un gran ruido, y
+acudiendo á un patio, vieron en él destrozado el cuerpo del matador de
+Alcázar.
+
+Don Diego Villegas se había arrojado desde la ventana de su celda.
+
+Y el manuscrito que tengo á la vista, donde consta esta curiosa noticia,
+añade «que don Diego estaba loco, y siempre lo fué, como se vió en
+muchas ocasiones, y así se dió licencia para enterrarlo en sagrado.»
+
+
+
+
+DON BERNARDINO Y SU MASTÍN
+
+
+Por graves delitos cometidos en una vida inquieta y turbulenta, fué
+condenado por la justicia á severísimas penas, D. Bernardino de Córdoba
+y Roelas, caballero sevillano que tenía en la ciudad muchos deudos y
+amigos y á más estaba emparentado con personas de significación y
+categoría.
+
+Pasó su causa al Consejo de Cámara, comenzando entonces D. Bernardino á
+poner en juego su influencia y á mover resortes, á fin de que se le
+indultase y echara tierra al asunto; pero parece que, leido con
+detenimiento el proceso en la Corte, pesó tanto la relación de los
+delitos en los severos jueces y movióles tanto á indignación, que, lejos
+de obrar benignamente, enviaron orden á Sevilla para que al punto fuera
+preso el caballero, y degollado, conforme á su calidad, en la plaza de
+San Francisco.
+
+El día 23 de Junio de 1644, el alcalde don Leonardo Henriquez, de quien
+ya me he ocupado, sabiendo que don Bernardino se encontraba en el
+inmediato pueblo de Castilleja, se dirigió á este punto con algunos
+alguaciles para cumplir la orden de prisión, encontrando al reo muy
+sosegado en su casa comiendo con su mujer y bien ajeno del peligro que
+le amenazaba.
+
+Conocida por el caballero la misión que tenía el Alcalde, negóse desde
+luego á darse á prisión muy resueltamente, trabándose vivo diálogo entre
+unos y otros, al cual quiso poner término la autoridad, haciendo que los
+corchetes se avanzasen á don Bernardino y lo redujeran á prisión por la
+fuerza. Pero éste, que debía estar en guardia, tiró de una daga é hirió
+mortalmente á Lorenzo Gómez, escribano que se hallaba presente, y luego
+azuzó á un perro mastín que tenía consigo, el cual era de tan fiera
+condición que, arrojándose sobre los corchetes, comenzó á dar
+dentelladas á unos y á otros, produciendo graves mordeduras á todos
+aquellos que habían intentado apoderarse de su amo.
+
+Cuando más empeñada era la lucha y más desesperadamente se resistía don
+Bernardino, éste recibió un tiro por la espalda que le hizo caer sin
+vida, y de allí á poco fué muerto también el fiel perro que tanto le
+defendió, terminando de tan trágico modo aquella sangrienta escena.
+
+El manuscrito de D. Diego Ignacio de Góngora que hace mención de este
+suceso, dice, refiriéndose á los incidentes ocurridos con el cadáver del
+desgraciado D. Bernardino:
+
+«El Alcalde quiso traer á Sevilla el cuerpo de aquel malaventurado
+caballero; los religiosos del convento de Descalzos franciscos, y otros
+de la Orden Tercera se interpusieron para que quedase allí. Esto sabido
+por el acuerdo, envió luego al alguacil mayor por el cuerpo para
+degollarlo en la Plaza de San Francisco, á fin de que sirviera de
+ejemplo y escarmiento; pero ya estaba enterrado, y se quedó así.»
+
+
+
+
+EL CABILDO ECLESIÁSTICO Y LAS FIESTAS DE TOROS
+
+
+En diversas ocasiones se han suscitado discusiones y polémicas sobre la
+conformidad y disconformidad de la Iglesia con la fiesta de toros, y
+aunque no es esta ocasión de tratar aquí esta materia, que es por cierto
+harto trillada, voy á ocuparme únicamente y con la vista de auténticos
+datos, de una costumbre hoy perdida por completo, cual es la de asistir
+el cabildo eclesiástico á las fiestas de toros en los siglos XVI y XVII,
+en que lo hacían con toda la pompa y toda la gravedad del caso, sin que
+por ello perdiese nada tan elevada corporación, ni en particular sus
+individuos, que eran todas personas serias y de campanillas.
+
+Y no solamente asistía el cabildo á los toros y las cañas, sino que de
+sus fondos hacía crecidos gastos en tales fiestas, así en el adorno del
+estrado que ocupaba, como en rodearse en él de ciertas comodidades y
+regalarse muy cumplidamente, conforme su clase requería.
+
+Así, por ejemplo, en las corrídas de toros celebradas en la plaza de San
+Francisco el lunes 16 de Septiembre de 1647, gastó el cabildo Catedral
+294 reales y medio, siendo algunas de las partidas del tenor siguiente:
+
+«_De seis arrobas y una cuarta de nieve_ á 20 reales y 20
+maravedises--_De veinte y dos libras de anís, canelones y ciruelas de
+Génova 100 maravedís._--_De tortas y vino, 20._»
+
+Las fiestas de toros que se verificaron el 5 de Febrero de 1670 fué
+también presenciada por los señores canónigos y en el _Libro de veedor_
+del archivo Catedral se lee: «Asistió el Cabildo de esta Santa Iglesia
+en el lugar que se le señaló, que fueron dos arcos y medio de los
+balcones, en el cual sitio estuvieron muy estrechos con haber ido muchos
+menos señores de los que son.... Va el Cabildo por la tarde en forma,
+con bonetes, y esta vez se llevó por mandado del Cabildo dulces en esta
+manera: cajas de piezas que cabían una libra, y estas atadas con
+listones encarnados; y vino y hipocrás y agua de canela y agua clara,
+todo en nieve; lleváronse cuatro docenas de vidrios de Venecia, tres
+salvillas y tres fuentes....» etc., etc.
+
+En estas fiestas que se daban en honor del conde de Villaumbrosa, que
+había sido nombrado presidente del Consejo de Castilla, los canónigos
+obsequiaron al Asistente y mandaron arrojar á la plaza una _fuente de
+dulces_, dando prueba de su generosidad y largueza.
+
+Igualmente las dió el cabildo eclesiástico en los toros y cañas que se
+jugaron el 30 de Septiembre y el 2 de Octubre de 1673, no faltando
+tampoco su asistencia á la función del 25 de Junio de 1674, en que «se
+estrenaron los escaños morados que para ese efecto se hicieron, y se
+puso el sitio alfombrado con las alfombras iguales y la colgadura fué de
+la verde, un paño de á tres y dos de á seis y tres escudos de las armas
+de la Iglesia repartidas en cuatro paños.»
+
+El cabildo de la colegiata del Salvador también asistía á las fiestas
+de toros y en particular á la que se celebraba en la plaza delante de la
+iglesia constando de ello noticias como esta que recogió Matute de
+papeles de 1638:
+
+«El 10 de Agosto se celebraron corridas de toros en la plaza del
+Salvador en obsequio de Nuestra Señora de las Aguas: estuvieron
+convidados al balcón del Cabildo de dicha Colegial, el _Provisor_, _Juez
+de la Iglesia_ y otros sujetos de distinción á quienes después se sirvió
+un buen refresco». (_Noticias relativas á la historia de Sevilla_,
+página 120).
+
+No he de detenerme á hacer especial mención de otras muchas fiestas de
+toros y cañas, á las que, con toda pompa, concurran los señores
+canónigos, haciendo sólo mención, por las noticias que existen de ellas,
+de las cañas y rejones del 25 y 27 de Septiembre de 1687, y de las de
+toros y cañas de 6 y 8 de Febrero de 1700, verificadas para festejar la
+llegada á Sevilla del almirante de Castilla.
+
+Y por cierto que en esta fiesta se dobló lo de regalarse, y según el
+documento que copió Collantes de Terán y dió á luz en el _Archivo
+Hispalense_, en el palco de la Catedral no se consumió más que lo
+siguiente:
+
+«Nueve garrafas de frío, tres de cada género de á treinta y seis vasos
+cada una.--Ciento veinte y cinco libras de dulce muy rico, para los
+señores; así los que fueran como los que dejaran de ir, y los señores
+coadjutores una libra para cada uno.--Media arroba de dulce hecho en
+monjas, para la fuente que el señor dean pasa al Asistente.--Arroba y
+media de dulce inferior en piezas muy pequeñas también empapeladas, para
+en tres fuentes echar á la plaza...--Dieciseis libras de bizcochos de
+espumilla, para en cuatro fuentes repartir los señores con la bebida
+antes del dulce.--Media arroba de vino hipocrás, etcétera».
+
+Con todo esto es seguro que se endulzarían bien el paladar sus señorías,
+y no es aventurado suponer que aún sobraría algo para los pajes y la
+servidumbre.
+
+Como se ve, pues, los capitulares eclesiásticos eran grandes aficionados
+á los toros en aquellos tiempos y no dejaría de ser curioso el aspecto
+que ofrecería el palco del cabildo Catedral, que era siempre de los más
+lujosos, adornado de sus ricas telas y con anchos y cómodos sillones de
+terciopelo y oro, en los cuales muy arrellanados los señores seguían los
+incidentes de la lidia, entretenidos en sabrosa plática remojada con los
+dulces y refrescos.
+
+Perdióse luego la costumbre de asistir el cabildo Catedral á las fiestas
+de toros, que siguieron frecuentando las demás autoridades, y la verdad
+que fué gran lástima, pues si hoy siguiera se evitaría que los
+eclesiásticos tuviesen que ir recatándose, como lo hace el que gusta de
+esta diversión.
+
+
+
+
+EL HIJO DE MURILLO
+
+
+De su matrimonio con doña Beatriz Cabrera y Sotemayor, tuvo el célebre
+pintor Bartolomé Esteban Murillo tres hijos, hembra una, nacida en 1657,
+y varones los otros, que vinieron al mundo en 1661 y 1663.
+
+El mayor de éstos llamóse Gaspar, y se bautizó en el templo de Santa
+Cruz, según en la partida consta, el 22 de Octubre del citado año de
+1661. De este hijo del gran artista sevillano voy á ocuparme, pues de
+los otros son muy escasas las noticias que se conocen: doña Francisca
+entró de monja en el convento de Madre de Dios y don Gabriel pasó á
+América, donde sólo se sabe que murió muy anciano, sin otras
+circunstancias.
+
+Don Gaspar Esteban Murillo, heredero inmediato del ilustre pintor llegó
+á adquirir una buena posición en Sevilla, dejando á su muerte grata
+memoria en cuantos fueron sus amigos. Muy joven, y viviendo aún su
+padre, se dedicó á la carrera eclesiástica, y protegido, á lo que se
+dice, por don Juan Veitia Linaje, obtuvo un beneficio en la iglesia de
+Carmona, el cual disfrutaba cuando en 1682 falleció Bartolomé Esteban
+Murillo, que le nombró en su testamento albacea de sus bienes, en unión
+de D. Justino de Neve y de D. Pedro Villavicencio.
+
+Tres años después de la citada fecha, ó sea en 1685, obtenía D. Gaspar
+una canongía en la catedral sevillana, de la que tomó posesión el día
+1.º de Octubre, y escriben algunos autores como Ceán Bermúdez, L.
+Alfonso y otros, que «por haber descuidado el cumplir con la práctica de
+hacer juramento de protestación de fe en el tiempo que mandaba el
+concilio, fué el novel canónigo condenado por el cabildo en 30 de Abril
+de 1688 á perder los frutos de todo un año, 8.000 reales de vellón, que
+se aplicarían á gastos de reparación del templo, con lo cual don Gaspar
+se conformó gustoso al saber que se invertían en utilidad de las bellas
+artes.»
+
+Hay que advertir que el hijo de Murillo fué por ellas muy apasionado,
+sobre todo por la pintura, la cual aprendió teniendo tan gran maestro
+como su padre, y al decir de Matute, cultivó el arte por afición,
+imitando con mucho acierto el estilo del autor de sus días.
+
+La vida de don Gaspar deslizóse tranquila y sosegadamente en la ciudad
+de Sevilla que le vió nacer, consagrado al ejercicio de su ministerio, y
+rindiendo fervoroso culto á la memoria de su padre, cuyo nombre había de
+ser honra y gloria de España.
+
+Con caracteres en extremo simpáticos aparece la figura de don Gaspar
+Esteban Murillo, alma sencilla, natural bondadoso, espíritu creyente y
+sincero y hombre de fe, que entre otras muy estimables cualidades,
+poseía la de ser en extremo dado á las obras filantrópicas, acudiendo,
+siempre que podía, al socorro de los seres verdaderamente necesitados.
+
+En los comienzos del año de 1709 desarrolláronse en Sevilla unas
+calenturas malignas, las cuales ofrecían peligroso contagio, del que
+fallecieron no pocas personas, contándose entre ellas muchos clérigos é
+individuos del cabildo catedral, pues según los historiadores, atacó á
+éstos con preferencia el mal por el contacto en que á diario estaban con
+multitud de pobres infestados; que acudían á las gradas de la basílica y
+al palacio arzobispal á recibir limosnas.
+
+Hirió de muerte aquella dolencia á don Gaspar Esteban Murillo, que
+falleció el día 1.º de Mayo del mismo año de 1709, dejando sus bienes al
+Hospital llamado de _Los Venerables_, siendo sepultado el hijo del gran
+pintor en la nave de San Pablo de la Catedral, y colocándose sobre su
+sepulcro una inscripción latina, que, según la traducción castellana que
+da González de León, dice:
+
+_==«H. S. E.==D. Gaspar Esteban Murillo y Cabrera, Canónigo de esta
+santa iglesia Metropolitana y Patriarcal, varón de buenas costumbres,
+modesto y dotado de un alma apta para toda piedad. Liberal para con los
+pobres á los que dejó herederos de sus bienes.--Murió de edad de 47 años
+en el de 1709, el día 1 de Mayo.==R. Æ. D. E. D. A.»_
+
+Tales son las memorias que existen de aquel varón justo, que llevó con
+dignidad un nombre famoso, y que ni envidioso ni envidiado, murió con la
+satisfacción de un alma honrada y con la tranquilidad del que ha
+cumplido con su deber.
+
+
+
+
+LA EMBAJADA JAPONESA
+
+
+Los historiadores y analistas sevillanos han consignado todos ó casi
+todos, la venida á nuestra ciudad de una embajada japonesa en 1614, que,
+á la verdad, tal suceso no era frecuente ni mucho menos, y sí extraño
+entonces, por lo que llamó poderosamente la atención.
+
+Como recuerdo de aquella visita queda hoy un interesante documento, el
+cual es una carta escrita en japonés, la que fué entregada por los
+embajadores al Ayuntamiento con toda solemnidad y que se custodia en el
+Archivo del Municipio para interés de las personas aficionadas á las
+históricas curiosidades.
+
+No he de detallar los diversos motivos de aquel caso, que se debió
+principalmente á las gestiones que en el Japón y en el ánimo del rey de
+Vojú hizo un fraile misionero hijo de Sevilla, donde había vivido en
+1574, fray Luís Sotelo, el que más tarde sufrió allí cruento martirio.
+
+El 30 de Septiembre del citado año de 1614 el cabildo de la ciudad vióse
+sorprendido con una comunicación en la cual se le ponía en conocimiento
+que acababan de llegar en las flotas los representantes diplomáticos del
+rey de Vojú, que se dirijían á Sevilla á ofrecer una carta al Municipio,
+siguiendo luego su viaje para la corte y para Roma, donde tenian el
+propósito de visitar al pontífice Pío XI.
+
+Como el suceso no era para menos, se apresuró el Asistente D. Diego
+Sarmiento y Sotomayor, conde de Salvatierra, á llevar á cabo los
+preparativos para recibir á los huéspedes dignamente y así hizo que en
+el Alcázar se dispusiera lo conveniente para alojarlos y que la ciudad
+saliera con toda gravedad á recibirlos cuando entraron en ella el día 23
+de Octubre.
+
+Llegaron, pues, los japoneses acompañados del padre Luís Sotelo,
+excitando extraordinariamente la atención del pueblo, los portes y
+vistosos trajes, las armas y adornos que el embajador Fraxecuera
+Rocuyemon lucía y los personajes que le acompañaban.
+
+Dos días después de su llegada, se presentaron el embajador y su séquito
+en las Casas Consistoriales, siendo recibido con ceremonia por los
+veinticuatros y el Asistente, el cual recogió la carta de que era
+portador Fraxecuera Rocuyemon, mediando frases de cumplido y diplomacia
+entre unos y otros por medio del padre Sotelo, que hacía de intérprete.
+
+La carta, que iba fechada en la Corte de Tenday á 26 de Octubre de 1613,
+es en extremo curiosa y en ella hay párrafos como éste dirigido á la
+ciudad, según la traducción.
+
+«Y sabiendo la grandeza y riqueza de esa noble república, y también que
+es patria del Padre Fray Luís Sotelo, de verdad he cobrado á V. S.
+grande y particular amor: y la causa principal que á ello nos mueve, es
+porque el primer hombre que nos enseñó en este Reino, el camino de la
+verdad y la Santa Ley de Dios, es rama brotada y salida de esa generosa
+raíz.»
+
+«....Ansí mismo recibiremos particular gusto de que V. S. encamine á
+los dichos nuestros embajadores para que lleguen en paz y prosperidad á
+la presencia y lugares que son dichos y los ampare con su favor, para
+que nuestra pretensión é deseo mejor se efectúe, poniendo las
+diligencias en ello que pareciere más á propósito. También habemos
+sabido que en esa república se juntan muchos navíos de todo el mundo, y
+por esa causa asisten en ella muchos pilotos y otras personas muy
+diestras en la navegación. V. S. mande juntarlos, y averiguar con ellos
+si es posible navegarse derechamente desde el Japón á esa Ciudad; por
+qué derrotas y en qué partes ó puertos se puede llegar; enviándonos
+razón de todo, para que siendo posible, nuestros navíos naveguen esa
+carrera todos los años, y nuestro deseo más bien se cumpla y nuestra
+amistad está más firme y comunicable. Las demás cosas las sabrá V. S. de
+parte del Padre Fray Luís Sotelo, á quien nos remitimos en todo. Si algo
+del gusto y servicio de V. S. se ofreciere en este Reino, avisándonos se
+acudirá á ello con puntualidad.»
+
+Con la carta entregó el embajador al Asistente una espada de gran mérito
+y valor, siendo despedido luego á la puerta del Ayuntamiento con la
+misma ceremonia que había entrado.
+
+Cuatro ó cinco días permanecieron aún los japoneses en Sevilla, siendo
+siempre seguidos por multitud de personas á todos los lugares que
+visitaban, abandonando después la ciudad, de la que salieron bien
+satisfechos.
+
+«Agasajados los embajadores--dice el señor Guichot--pasaron á la corte,
+donde el rey les dió solemne audiencia y los encaminó á Roma, donde
+llegaron ya muy entrado el año siguiente. A 3 de Noviembre de 1619
+recibiólos el Pontífice en Consistorio público del Sacro Colegio de los
+Cardenales, con suma benignidad y agrado y de la misma manera los
+despidió, con respuestas y presentes de reliquias, pinturas y otras
+cosas sagradas.»
+
+La espada que los embajadores dejaron á la ciudad se ha perdido, pero la
+carta existe, habiendo en 1882 testificado de su autenticidad, los
+japoneses que en aquél año visitaron nuestra ciudad, y posteriormente,
+en 1901, un catedrático de la Universidad de Yedo.
+
+Para terminar, diré que el padre Luís Sotelo, al volver al Japón, cayó
+en manos del gobernador de Nagasaki en 1622, siendo preso y condenado á
+morir quemado á fuego lento, llevándose á cabo la bárbara sentencia en
+25 de Agosto de 1624.
+
+
+
+
+COFRADES Y TOROS
+
+
+Entre las muchas hermandades de cofradías que en el siglo XVII estaban
+establecidas en Sevilla, se contaba la de las _Negaciones y Lágrimas de
+San Pedro_, que había sido organizada por los estudiantes del Colegio de
+Santa María de Jesús (Universidad), fundado por Maese Rodrigo, y que
+durante algún tiempo gozó de cierta prosperidad y desahogo.
+
+Esta hermandad, que debió establecerse en fecha posterior á la que
+señala Bermejo y Carballo en sus _Glorias religiosas de Sevilla_,
+hallábase instalada en la parroquia de San Miguel, cuando solicitó en
+1628 permiso del Ayuntamiento para celebrar una corrida de toros en la
+Plaza del Duque, como se desprende de este documento, hasta ahora
+inédito, cuyo original existe en el Archivo municipal:
+
+«Don Pedro Morel Alcalde de la cofradía nuevamente instituida Dolor de
+las tres negaciones de san Pedro sita en la parroquial de san Miguel
+desta Ciudad digo--que los hermanos de ella tenemos obligacion de hacer
+en cada año una fiesta en el tiempo que determinaremos á nuestro padre
+san Pedro y por ser esta la primera quisieramos hacerla más suntuosa
+corriendo _unos toros sueltos_ en la plaza intitulada barrio del Duque.
+Por tanto--A V. E. Pido y suplico mande concedernos y nos conceda
+licencia para que podamos _correr ocho toros_ y nos dé facultad para
+poder arrendar las bocas de las calles para limpieza y gastos de la
+dicha plaza del Duque.--Otro sí se nos de licencia que la carne de los
+dichos toros se pueda pesar en la carnecería ocho maravedís menos
+conforme á la sedula de los Sres. Jurados y pido justicia. + _Don Pedro
+Morel_.»
+
+Esta solicitud fué leída en Cabildo que presidió el Asistente conde de
+la Puebla del Maestre en viernes 9 de Junio del citado año de 1628,
+acordándose lo siguiente, según consta en el acta capitular de dicho día
+y dice así:
+
+«Leí la petición de don Pedro Morel alcalde de la cofradía nuevamente
+instituída dolor de las tres negociaciones de san Pedro en que dicen que
+quieren hacer la fiesta y piden licencia para correr ocho toros sueltos
+con atajar las calles y otras cosas que se contienen en la dicha
+petición;
+
+Acordose de conformidad que no á lugar dar la licencia que piden para
+correr los toros sueltos ni atajarse las calles ni hacer tablados y que
+las partes acudan á S. S. de el señor conde asistente para que
+sirviendose de dar licencia para que estos toros se corran con conteros
+se sirva S. S. de mandar ser guardado la provición en el consumo de la
+carne.»
+
+No tengo noticias de si los cofrades llegaron á realizar su propósito de
+la fiesta que tenían proyectada, ni de las circunstancias que
+acompañarían á ésta, dado que se llegase á celebrar; pero por los
+anteriores documentos, de los que me facilitó noticia don L. Güeto, se
+ve que las hermandades sevillanas eran tan aficionadas antaño como hoy á
+organizar fiestas de toros para recaudar fondos con que atender á su
+sostenimiento, sin que hayan cejado en sus propósitos apesar de las
+muchas prohibiciones de la autoridad eclesiástica y de las negativas de
+la civil, en solo este punto.
+
+La cofradía de las _Negaciones_ duró hasta el siglo XVIII, y Matute
+consigna en sus _Anales_ esta noticia en el año 1720 y que creo
+complementa el presente apunte:
+
+«El cabildo eclesiástico extendió sus deseos á la reforma de algunos
+abusos en las procesiones de penitencia que hacían estación en la Semana
+Santa y negó licencia para que saliese á la hermandad y cofradía de los
+estudiantes bajo la advocación de las _Negaciones y Lágrimas de San
+Pedro_. Desde el año 1691 ya sonaba como antigua esta cofradía, pues
+presidía á la de Nuestra Señora de la Antigua, establecida en san Pablo;
+más como solo tenía un _paso_ con la estatua de san Pedro, era necesario
+que se agregase á otra, bajo cuyo estandarte cumplían su estación y
+tomaban cena. No habría sido incómoda su compañía si las travesuras
+juveniles no hubieran desazonado á los demás cofrades hasta el punto de
+no querer admitirlos en ninguna, por lo que se unieron á los mulatos,
+pues hasta los negros esquivaban la compañía de los estudiantes que al
+fin dejaron de salir, pues su memoria solo llega al año 1727 en que
+salieron de la iglesia de los Clérigos Menores el Jueves Santo en la
+tarde.»
+
+
+
+
+EL OBISPILLO
+
+
+La antigua fiesta del _obispillo_, que los estudiantes celebraban la
+víspera del día de San Nicolás de Bari, verificóse por última vez en
+Sevilla en 1641, prohibiéndose á causa de los tumultos que entonces se
+originaron.
+
+Parece que el día 5 de Diciembre de aquel año, los escolares del colegio
+de Maese Rodrigo, escogieron por _obispillo_ á un estudiante nuevo,
+según costumbre, el cual se llamaba Esteban Dongo, y colocándole su
+mitra de papel, comenzaron en la puerta de los estudios á rendirle el
+burlesco acatamiento que era uso; mas en vez de limitarse á las bromas
+corrientes, se entusiasmaron demasiado, alborotando mucho y dedicándose
+á recorrer las calles, en las cuales atacaban á cuantas mujeres y
+hombres veían al paso, haciendo detenerse los coches y arrojando de
+ellos á los que los ocupaban para que se inclinasen ante el _obispillo_.
+
+No se limitaron á estos desahogos, con los que ya estaba bien alborotada
+la población, sino que por la tarde acudieron en gran tropel y confusión
+al teatro de la Montería, y penetrando en él, arrollaron al público,
+ocupando aposentos y bancos, obligando á los actores á que volviesen á
+empezar la representación, que ya estaba próxima á concluir.
+
+Si la entrada fué tumultuosa, más lo fué la salida de los estudiantes,
+pues trabaron una gran pendencia con varios caballeros, saliendo á
+relucir espadas y pistoletes, resultando algunos heridos graves por
+ambas partes de los contendientes.
+
+Estos sucesos fueron los que motivaron que la Audiencia decretase la
+prohibición de la fiesta del _obispillo_.
+
+
+
+
+DUQUE CORNEJO
+
+
+El nombre del escultor Pedro Duque Cornejo y Roldán, es bien conocido de
+los amantes de las artes sevillanas, pues el número de sus obras es muy
+dilatado y encierran verdadero mérito.
+
+El año 1677 nació en Sevilla, dedicándose desde muy joven al dibujo y
+siendo discípulo del famoso Pedro Roldán, con quien empezó el estudio de
+la escultura, donde no tardó en hacer notables progresos.
+
+A poco fueron buscadas sus estatuas en Sevilla, recibiendo numerosos
+encargos de obras, algunas de ellas importantes. Así fué, que al
+construirse el retablo mayor del Sagrario de la Catedral en 1706, por
+Jerónimo de Barbás, Duque Cornejo trabajó en su adorno, y más tarde,
+hizo los ángeles y figuras de uno de los órganos de la Catedral,
+construído hacia 1724.
+
+Dejó el artista otras obras en la basílica, y en santa Marta y san
+Hermenegildo cita González de León algunas esculturas de su mano.
+
+En Mayo de 1725, Duque Cornejo firmó escritura para ejecutar algunas
+estatuas en la Cartuja del Paular, á donde se trasladó luego, siendo muy
+elogiadas las obras que allí dejó.
+
+Vuelto á Sevilla, siguió con afán dedicado al trabajo, y la casa del
+artista, en la cual tenía su taller, situada en la calle Beatos,
+collación de santa Marina, fué durante mucho tiempo frecuentada por no
+pocos jóvenes amantes de la escultura, que acudían allí á tomar
+lecciones del maestro.
+
+Treinta y ocho figuras hizo Duque Cornejo para diversos templos de
+Sevilla, tales como san Pablo, san Felipe, el Salvador, san Marcos, san
+Pedro y san Luís, etcétera, mereciendo especial mención las estatuas de
+las mártires Justa y Rufina, las de san Antonio Abad, la Virgen del
+Rosario y el Nacimiento.
+
+A más de éstas, pueden citarse con elogio las que trabajó en mármol para
+dos altares del Sagrario y los dos soldados romanos que hizo para la
+hermandad de Jesús del Silencio.
+
+Cuando Felipe V y su corte estuvieron en Sevilla, la reina nombró á
+Duque Cornejo escultor de cámara en 1732, y al año siguiente de 1733, al
+marchar el rey en el mes de Mayo, se trasladó el artista á Madrid, en
+donde solicitó en vano ser nombrado escultor de cámara del monarca.
+
+Hizo Duque Cornejo algunas esculturas en la capital de España, y volvió
+á Sevilla años después, marchando al poco tiempo á Granada, donde fué
+llamado para ejecutar varias figuras y adornos en la capilla de las
+Angustias.
+
+Duque Cornejo, á más de dedicarse á la traza de no pocos retablos, pues
+tenía decidida afición á la arquitectura, á más de ejecutar pinturas
+como las del monasterio de la Cartuja de las Cuevas, «tenía--dice un
+autor--mucha facilidad en la invención, por lo que se conservan en
+Sevilla gran numero de los dibujos que hacía para los plateros y otros
+artistas, sobre papel blanco y en tinta de China, tocados de pluma».
+
+Terminadas sus obras en Granada, y tras una corta residencia en Sevilla,
+Duque Cornejo se trasladó á Córdoba, en cuya Catedral labró la sillería
+del coro y los púlpitos, con gran esmero y cuidado.
+
+Allí siguió residiendo el artista, que muy anciano falleció en dicha
+ciudad el año 1757, según apunta Ceán Bermúdez. Duque Cornejo no fué uno
+de los grandes escultores cuyo nombre se pronuncia hoy con admiración en
+todas partes, pero tuvo suficientes méritos para figurar dignamente
+entre sus coetáneos y aventajar á muchos de sus paisanos que por
+entonces florecían.
+
+«En medio--escribe _Arana de Varflora_--de las extravagancias que habían
+corrompido su arte en aquel tiempo, tuvo Cornejo un modo agradable y una
+manera airosa que le dieron mucho crédito á sus obras.»
+
+Carecemos de un catálogo de éstas y no he de enumerar ni las más
+conocidas en los presentes datos biográficos, apuntando de paso que
+algunas se han perdido y no faltan tampoco otras que se le han atribuído
+falsamente y sin gran fundamento.
+
+Duque Cornejo sabía con acierto dar movimiento á las figuras, y tuvo
+fantasía y novedad para los adornos, aunque no siempre le resultaran
+éstos del mejor gusto.
+
+
+
+
+LOS MONEDEROS FALSOS
+
+
+Suceso fué, en verdad, que llamó la atención en Sevilla, y sostuvo
+durante un buen período de tiempo la atención general, el ocurrido el
+año de 1681, el cual es bien digno de referirse en estos apuntes,
+conforme á las noticias que de él hasta nosotros han llegado.
+
+Era por entonces alcalde de la Justicia don Cándido de Molina y
+Sotomayor, hombre grave y que gozaba fama de severo, con quien no valían
+chanzas y á quien, con razón, temía la gente maleante y cuantos tenían
+cuentas pendientes con la casa de la plaza de San Francisco.
+
+Paseaba, pues, don Cándido el día 15 de Marzo del ya citado año de 1681
+por la Alameda de Hércules, cuando fué avisado que dos mujeres que por
+allí vivían andaban cambiando monedas falsas, y lo mismo fué el tener
+tal noticia, acompañado de dos alguaciles y del escribano don Jerónimo
+de Parga, presentóse en la casa que le habían señalado como residencia
+de las mujeres, á las cuales sorprendió, comenzando el registro del
+domicilio.
+
+Aprovechando un momento de descuido, una de las hembras pudo huir, sin
+ser vista, yendo á refugiarse al convento de San Francisco de Paula,
+según después se supo, y ya bien asegurada la otra, dijo llamarse
+Leonor de Silva, ser casada con un sujeto de nombre Juan Ruíz, del cual
+no sabía nada hacía tres meses, pero tenía noticias de que vivía con
+unas hermanas suyas en la calle del Azafrán.
+
+El registro en casa de la mujer dió por resultado que se le encontrasen
+efectivamente una gran cantidad de reales de plata de á ocho y de á
+cuatro, siendo falsas todas las monedas, las cuales se recogieron, y
+para no perder tiempo, como hombre listo que era, enviada la moza á la
+cárcel, corrió el alcalde de la justicia, don Cándido Molina, á la calle
+Azafrán, donde pensaba encontrar al Juan Ruíz.
+
+Llegó el alcalde con su gente á la casa que le habían indicado, y
+encontrándola cerrada, llamó á la puerta repetidas veces, saliendo á los
+golpes una mujer por cierta ventanilla alta, la que dijo que allí vivía,
+efectivamente, la persona que se buscaba, pero que había salido hacía
+algunas horas, ignorando cuál sería la de su regreso.
+
+Mas aquella visita inesperada de don Cándido vino á descubrir todo el
+secreto que perseguía, pues siendo aquel lugar el que servía de fábrica
+para las monedas falsas encontradas á las mozas, y hallándose allí
+oculto á la sazón uno de los dos monederos, don Juan Troncoso, éste,
+creyéndose perdido, se dispuso á ponerse en salvo.
+
+Así precipitadamente, ocultó donde mejor pudo una espuerta de monedas
+recién blanqueadas, tomó capa y sombrero, y, armándose de una carabina,
+se arrojó por un tejado á un solar inmediato.
+
+Creyóse allí por un momento en salvo, pero los alguaciles de don
+Cándido, que le habían visto, le intimaron á rendirse; el otro intentó
+defenderse desde el solar, pero á la postre, haciéndose cargo de su
+situación, saltó á la calle, y allí echóse á los pies del alcalde cuando
+mandó dispararle, así como á la mujer que en la casa estaba y que
+resultó ser su esposa, Ana de Córdoba.
+
+Preso ya aquel pájaro, no tardó el monedero Juan Ruíz en caer en las
+garras de la justicia, capturándolo el mismo don Cándido Molina
+Sotomayor á las pocas noches en la plazuela del Horno, después de
+arriesgados trabajos.
+
+Encerrados en la cárcel los dos monederos, con tanta prisa se llevó la
+causa, que el miércoles 16 de Abril los reos estaban ya condenados; pero
+cuando fueron á leerles la sentencia, Juan Ruiz protestó iracundo y
+produjo el mayor alboroto, y Troncoso enarbolando una silla, trató de
+estrellarla en la cabeza del escribano, y como no pudiera hacerlo, subió
+á una baranda próxima y por ella se hubiera arrojado á no sujetarle á
+tiempo el cura de San Vicente y dos franciscanos que habían venido para
+auxiliar á los condenados.
+
+El 17 de Abril mostráronse ya los reos con más sosiego, viendo que
+cuantos esfuerzos hicieran resultarían inútiles, y así despidiéronse de
+sus mujeres y sus hijos, se dispusieron á bien morir, sufriendo la
+última pena el siguiente día 18 de Abril muy de mañana, en la misma
+cárcel y no en el sitio acostumbrado.
+
+Los cuerpos de Ruíz y Troncoso no fueron quemados como en la sentencia
+se hacía notar, sino que por instancias de la Hermandad de la Caridad se
+sepultaron con cierta pompa.
+
+Tal fué el curioso caso de monederos falsos de Sevilla, del que existe
+una puntual relación publicada á raíz del suceso y la cual lleva este
+título.
+
+--_Segunda relación verdadera en que á la letra se contiene todo el
+hecho de la causa que el licenciado don Cándido de Molina y Sotomayor,
+Alcalde de la justicia de la ciudad de Sevilla, mandó escribir contra
+don Juan Troncoso, de edad veintiséis años, y don Juan Ruíz, de edad de
+veintisiete, por monederos y expendedores de plata falsa.--Y la
+sentencia de garrote y fuego que dicho Juez dió contra los dichos reos,
+y modo con que se ejecutó su muerte el día 18 de Abril de este presente
+año de 1681._--Con licencia, impreso en Sevilla por Toribio López de
+Haro, en las Siete Revueltas.
+
+Esta relación que está escrita en cinco romances, contiene detalles muy
+curiosos del suceso y la conservaba en su biblioteca el marqués de Jerez
+de los Caballeros.
+
+
+
+
+EL LOCO AMARO
+
+
+En el hospital de los Inocentes, situado en la calle Real de san Marcos,
+casa cuya fundación debióse en 1436 á Marcos de Contreras, estuvo
+albergado desde 1681 un loco natural de Arcos de la Frontera, llamado
+Amaro Rodríguez, el cual llegó á hacerse célebre en Sevilla y adquirió
+una singular popularidad, de tal modo, que no había persona chica ó
+grande que no le conociese.
+
+Estribó esa fama principalmente en que dió en la manía de pronunciar
+sermones, los cuales eran de lo más chistoso y disparatado que pueda
+imaginarse; y como el tema naturalmente de la mayoría de ellos eran los
+asuntos religiosos, tratábalos de tal manera el loco, que no había
+persona que no se parase á escucharlo.
+
+Amaro Rodríguez tiene en su vida de cuerdo una nota dramática, pues
+según las noticias que figuran al frente de sus sermones, «fué casado y
+su locura provino de haber hallado á su mujer en íntima correspondencia
+con un fraile, á la cual se atribuye el íntimo rigor con que les sacude
+siempre que los coje por delante.»
+
+Comenzó Amaro á hacerse popular hacia 1657, pues como su locura era
+pacífica, iba por las calles de la ciudad sermoneando á troche y moche
+en donde le parecía, hasta que en 29 de Octubre de 1681 fué recogido en
+la casa de Inocentes, donde con otros infelices era destinado á recoger
+limosnas para el hospital diariamente por los sitios públicos, limosna
+que le daba muy buen resultado á la casa, que con tal de oir los
+despropósitos teológicos y los macarrónicos latinajos de don Amaro,
+todos solían darle dinero.
+
+Iba el loco por las calles cubierta la cabeza con un bonete rojo:
+decíase _predicador apostólico y canónigo de santa Catalina_;
+acompañábale por lo general otro postulante, y en el lugar donde le
+parecía conveniente se detenía, y ya sobre una piedra ó encaramado en
+una ventana ó en otro lugar semejante alzaba el grito, no tardando en
+verse rodeado de un numeroso grupo de gente desocupada y maleante, la
+cual, si bien celebraba sus dichos, solía con frecuencia interrumpir los
+macarrónicos latines y los panegíricos de don Amaro, que contestaba con
+donosas puyas y desvergüenzas á sus interruptores, ó bien harta ya su
+paciencia, salía corriendo tras alguno armado de un par de piedras ó de
+un palo, sin que nunca, sin embargo, se diera el caso de agredir á
+nadie.
+
+Las fiestas de la iglesia, los santos del día ó determinadas personas y
+circunstancias del momento, servían de tema para sus discursos, y en
+todos ellos había largas cuchufletas y donaires contra los frailes, que
+más de una vez ellos mismos se paraban á escuchar al loco cuando lo
+encontraban á su paso.
+
+«Todavía al cabo de más de un siglo--dice la nota del XVIII, copiada por
+D. Juan Gualberto Gonzalez,--andan de boca en boca las graciosísimas
+ocurrencias por los sermones esparcidos, satíricos, estravagantes ó
+grotescos, con citas oportunas, aunque estupendas, de los sagrados
+textos, en que se descubre un buen ingenio y el don de aproximar las
+ideas que parecían más remotas, dándole ocasión las más de las veces el
+mero sonido de las palabras, que interpretaba á su manera.»
+
+Multitud de dichos y de ingeniosidades se encuentran en tales sermones,
+y en cuanto á sus sentencias, sirva esta de ejemplo:
+
+«En tiempo del mencionado señor ilustrísimo don Ambrosio Ignacio
+Espínola y Guzmán, arzobispo de esta ciudad de Sevilla, se construyó en
+su palacio una magnífica escalera de piedra de jaspe, y como Amaro iba
+diariamente al palacio á procurar limosna, luego que vió concluida la
+escalera subió por ella y preguntó á los pajes que estaban al paso que
+cuánto había costado aquella alhaja: le dijeron una cantidad excesiva,
+por oir lo que se le ocurriera á Amaro, el que respondió con gran
+prontitud:
+
+--Muy santo debe ser su ilustrísima, pues se ha atrevido á hacer lo que
+no hizo Cristo, pues el diablo le pidió á su Divina Majestad que
+convirtiese las piedras en pan y su ilustrísima lo ha hecho al revés
+porque el pan de las pobres lo ha convertido en piedras que sólo sirven
+para obstentar la grandeza y vanidad de este mundo. Allá se haya santa
+Marta con sus pollos, que en llegando el día de la cuenta, quien hubiese
+gastado menos, saldrá mejor librado.»
+
+Amaro Rodríguez se sabe que falleció en Sevilla el 23 de Abril de 1865,
+siendo su cadáver enterrado en la iglesia de san Marcos.
+
+La fama del loco duró mucho tiempo en Sevilla, y algunos que tuvieron la
+curiosidad escribieron varios de sus chistosos sermones, los cuales se
+conservan en un códice del siglo XVII, según se los escucharon y se
+imprimió por la _Sociedad de Bibliófilos Andaluces_.
+
+Allí hay recogidos treinta y nueve sermones con algunas sentencias, y de
+ellas dice una nota que prueba el efecto que causaron las peroraciones
+del loco en su tiempo:
+
+«Los mismos inquisidores, los mismos frailes, las personas más timoratas
+los leían y celebraban á solas y á coro, sin temor de caer en mal paso
+de excomunión y denuncia, y he visto á algunos afectísimos á los frailes
+y al Santo Oficio, llorar de risa con los despropósitos de Amaro.»
+
+
+
+
+FRAY PEDRO DE SAN JOSÉ
+
+
+Se llamó en el mundo don Pedro José Romero y en la religión fray Pedro
+de san José; había nacido en Villamanrique y residía en el convento de
+San Diego de Sevilla, hacia la penúltima década del siglo XVII.
+
+El buen fray Pedro vino á contagiarse de las herejías de Molinos y aquí
+estuvo su perdición, bien que él trató de ocultar los graves pecados y
+sólo con sus íntimos explayábase en sus predicaciones y en sus actos,
+que eran por cierto de los más peregrinos.
+
+Hacia 1685 llegaron á la Inquisición los rumores de las herejías de fray
+Pedro de san José, pero á fin de dar el golpe en seguro decidió
+vigilarle, y como de la tal vigilancia resultó la comprobación de las
+sospechas á principios de 1686, cuando más ajeno estaba el fraile
+cogiéronle preso, permaneciendo en las mazmorras tres años, hasta el día
+10 de Julio de 1689 en que salió en el auto de fe, celebrado en el
+castillo de Triana.
+
+No perdieron en aquellos tres años el tiempo los del Santo Oficio en sus
+averiguaciones sobre los hechos de fray Pedro, pues con tanta fortuna
+llevaron sus diligencias y tan al menudo inquirieron, que no faltó paso
+de _molinista_ que no descubrieran, ni acción por él cometida que
+escapase á su conocimiento, de lo cual resultó un proceso tan
+voluminoso, que para darle lectura en el auto de fe se redujo á los
+cargos más sustanciales, y aun así y todo invirtió el secretario en
+leerlo tres horas.
+
+Allí resultó que fray Pedro aconsejaba mal á sus hijas de confesión, á
+quienes hacía creer que Jesucristo le había revelado que nada de lo que
+hiciese era pecaminoso, que se había hecho profeta por dón especial, que
+decía estaba destinado á ser Pontífice, y que entonces haría _apóstolas_
+á sus hijas de confesión, que habían luego de crucificarlo en la Cruz
+del Campo, y que, enterrado en Tablada, resucitaría á los tres días; que
+en Babilonia había nacido ya el Anticristo, que tendría de predicar por
+manera harto maravillosa, con otras muchas sandeces y disparates, con
+los cuales había tenido embaucados á muchos y producido grande
+escándalo.
+
+Días antes del auto, fray Pedro de san José confesó todos sus delitos,
+arrepentido de ellos muy sinceramente, y _abjuró de vehementi_, por lo
+cual se libró de una muerte cierta, fulminándose contra él la sentencia,
+cuya parte principal reproduzco, según la inserta en su _Relación
+histórica de la judería de Sevilla_, Montero de Espinosa:
+
+...«Fallamos que, atento al proceso fulminado contra fray Pedro de san
+José, que presente está, que le debemos declarar y declaramos por
+_hereje, hipócrita, iluso, infestado del error de los alumbrados y
+profeta falso_ y por haberlo sido, mandamos sea sacado de la sala de
+este Santo Tribunal con sambenito de dos aspas, estando en pie dicho reo
+siempre, y absuelto, se le quite; y al día siguiente sea llevado á su
+convento con ministros y secretario de esta causa, y en presencia de
+toda comunidad, excepto los novicios, se lea todo el dicho proceso y
+sentencia y que allí _se le dé una disciplina circular_; y le privamos
+para siempre de confesar y predicar y que no tenga voto activo ni
+pasivo, y que salga desterrado por diez años de Sevilla, Jerez y
+Villamanrique y Madrid y los lugares á éstos ocho leguas en contorno, y
+que los primeros seis años esté recluso en el convento que le fuese
+señalado y que allí sea enseñado del confesor que le dieren por director
+de su conciencia, enseñándole la doctrina cristiana; y que todo el dicho
+tiempo en los actos de comunidad tenga el último lugar de todos, y por
+esta nuestra definitiva (_sentencia_), juzgando benignamente, así lo
+pronunciamos y mandamos, etc., etc.»
+
+Hasta aquí lo que se sabe de la historia de fray Pedro de San José, que
+debió darse por satisfecho de haber salido con vida de las garras
+inquisistoriales.
+
+
+
+
+LAS DANZAS DEL CORPUS
+
+
+Desde muy remota fecha era costumbre en Sevilla que figurasen en la
+procesión del Corpus buen número de cuadrillas de hombres y mujeres, que
+caprichosamente vestidos, danzaban y tañían instrumentos, siendo los
+tales danzantes de lo que más llamaba la atención del pueblo, y tan
+estimados eran de éste, que en cierta ocasión que se intentaron suprimir
+y modificar, se produjo un grave conflicto, como ocurrió el año de 1690,
+según las crónicas relatan.
+
+El citado año un caballero veinticuatro, don Andrés de Herrera, hizo una
+proposición á fin de que las _danzas_ se suprimiesen, no haciéndose por
+lo pronto caso alguno de su escrito por el Ayuntamiento; pero el hombre
+se conoce que no se dió por vencido, y ocultamente trabajó en favor de
+su idea, convenciendo al Asistente y á otras personas hasta el punto de
+que ocurrieran los siguientes sucesos:
+
+En la mañana del día del Corpus citado, que fué el 25 de Mayo, súpose
+con gran sorpresa que el Arzobispo y el Asistente prohibían de golpe que
+las danzas ni entrasen en la Catedral, ni fueran en la procesión, y si
+acaso aparte de ella, cosa que, sabida por los comisionados de la ciudad
+para organizar la fiesta, procuraron enterarse bien del hecho, y,
+conociendo su certeza, no pudieron conseguir que el Asistente desistiese
+del acuerdo que, sin parecer de la corporación, había tomado, por lo
+cual, consultados los abogados allí mismo, apelaron á la Audiencia, que
+se reunió acordándose avisar inmediatamente á la Catedral para que la
+procesión no saliese hasta nueva orden.
+
+Entonces el Cabildo Catedral y el tribunal de la Inquisición se
+dispusieron á esperar mientras en la Audiencia continuaban las
+diligencias comenzadas á toda prisa, terminando éstas revocándose el
+acuerdo del Asistente y mandándose que al punto fueran las danzas á la
+Catedral.
+
+Y la importante _Relación_ coetánea del hecho, que existe manuscrita en
+la Colombina, dice al llegar á este punto, tratando del alboroto
+popular, que entonces se promovió:
+
+«El pueblo, considerando las embajadas tan continuas y rendimientos de
+la Real Audiencia, y que en su puntual hora la torre no hacía la señal
+para la procesión y que era llegado el medio día, se juntó todo en la
+plaza de san Francisco hasta la Iglesia Mayor, entrando unos y saliendo
+otros, contristados de ver se les frustraba al parecer el consuelo de
+ver por las calles la procesión y llegaron todos á hacer tan diversos
+como melancólicos y tristes discursos. Las religiones y eclesiásticos
+regulares convocados les faltaban los discursos y clamaban á su Dios á
+cuya fiesta como obligados venían á asistir. Los prudentes y timoratos,
+con lágrimas, con ansia, clamaban ante la Divina Majestad pidiendo
+disolviera las dificultades que se podían ofrecer. La gente popular,
+unos impacientes y otros con sobrada cólera, otros no bien
+intencionados, prorrumpían en melancólico y desordenado motivo que cada
+uno fabricaba diversas especies sin acertar con el principal por
+discurrir y no bien en todos. En lo alterado este mar populoso llegó la
+noticia para que entrasen las Danzas en la iglesia; fué tal la alegría
+universal que concibió el pueblo, que sin ponderación puedo asegurar que
+de puro júbilo se vió á todos hacer poco menos demostraciones que las de
+las mismas Danzas, á cuyo tiempo fué dado principio á salir la
+procesión, y entrando en forma la Ciudad á ocupar su lugar y á oir la
+misa que se le tenía prevenida mientras se va ordenando.»
+
+A estas líneas que dejo extractadas hay que añadir que el conflicto,
+lejos de resolverse allí, tomó nuevo aspecto, pues el arzobispo se negó
+entonces á prestar su concurso y á transigir con lo de las _danzas_,
+enviando á decir á las corporaciones y á los religiosos, que ya estaban
+formados en las gradas de la Catedral, que se dispersaran, causando
+nuevo motivo de alboroto, de enojo y de sorpresa.
+
+No relataré minuciosamente las idas y venidas, las palabras vivas y los
+comentarios que entonces entre las autoridades mediaron, y cuál serio,
+formal y grave, fué el corte que tomó el asunto.
+
+«Los diputados de la procesión--sigo extractando de la _Relación_ y
+otros prebendados acudieron á esperar las religiones, que aun no habían
+salido todas. Los beneficiados, que estaban revestidos para llevar la
+Custodia, con notificación de las censuras, se desnudaron, las Cruces de
+las parroquias se fueron, el clero se aterró y se fué de la Iglesia, las
+más de las cofradías se fueron. Vista esta confusión por todo el pueblo,
+los sacristanes huyendo y las cofradías de la misma suerte, fué tal en
+este punto el tropel y clamor de la voz popular, que se oyeron cosas
+dignas de escribirse...»
+
+«No es posible poder reducir ni hay testimonio con que explicar lo que
+en este trance se vió y oyó, y los milagros por la Divina Magestad, en
+que á vista de tal inquietud y resolución, no permitió que hubiese otra
+cosa que voces.»
+
+Entonces, por orden de la Audiencia, con los que aún no se habían
+dispersado, la procesión siguió con la Hermandad de los Sastres, la de
+san Diego, los capuchinos, los mercenarios, los agustinos y los frailes
+del Carmen, asistiendo también el tribunal de la Inquisición, los
+canónigos y el Asistente, que con harto despecho tuvo que concurrir
+llevando delante á los de las _danzas_, motivo principal del alboroto y
+los cuales bailaron durante el tránsito, como si nada hubiera ocurrido,
+con general regocijo.
+
+Las cuatro de la tarde eran cuando la procesión regresó al templo
+Catedral, terminando sin otro incidente la fiesta del Corpus de aquel
+día, que dejó memoria entre los sevillanos largo tiempo.
+
+
+
+
+LAS PROCESIONES DEL ROSARIO
+
+
+Antiguas son en Sevilla las procesiones del rosario que durante las
+primeras horas de la noche y por las madrugadas recorrían las calles de
+la ciudad cantando oraciones, pero los historiadores señalan como la
+época de que arranca el gran apogeo de tales actos religiosos, los
+últimos años del siglo XVII, en que sufrieron notables reformas que
+contribuyeron á su gran desarrollo.
+
+Don Antonio M. Espinosa y Cárcel, dice al hablar del año 1690, que
+«desde este año comenzaron á salir en Sevilla los rosarios con cruz y
+estandarte (ó sin-pecado) y faroles, aumentándose la devoción cada día
+en los términos de grandeza y aparato que hoy (1796) se ven con
+admiración de todos.»
+
+Fué, á creer á los analistas, el rosario de la hermandad de la Virgen de
+la Alegría de san Bartolomé, el primero que salió con sus luces é
+insignias, disputándose con él la antigüedad el de san Pablo, organizado
+por cierto fray Pedro Martín de Ulloa, y á estos dos siguieron
+rápidamente otros muchos que hicieron reformas por entonces.
+
+La constitución de hermandades del rosario tomó gran incremento en
+escaso tiempo, y de entre ellas he de citar algunas de las principales,
+como lo fueron las de la Merced, san Roque, el Pópulo, los Dolores, la
+Cruz del Rodeo, los Viejos, san Acasio, san Telmo, la Virgen de los
+Angeles, los Clérigos Menores, santa Ana la Pastora, san Nicolás, san
+Benito y san Alberto.
+
+A más de éstas, había otras muchas de menos importancia, y puede decirse
+que, al mediar la décima octava centuria, no existía en Sevilla iglesia,
+convento, capilla, cruz ó retablo donde no estuviese formada una
+hermandad, que por las noches recorría las calles, más ó menos devota y
+gravemente, con sus campanillas, su cruz, su estandarte y sus grandes
+faroles.
+
+Hacia 1732 el rosario del Sagrario empezó á competir en lucimiento con
+las demás, y en 1735 comenzaron á salir de Santa Cruz los formados por
+mujeres, según las noticias de Enrique Andrade, teniendo también aquel
+año principio, para que nada faltase, uno de niños, al cual dió gran
+impulso un fraile llamado Diego Tomás de los Ríos.
+
+Para que el lector calcule hasta dónde llegó esto de las hermandades de
+rosarios, consignaré tan sólo que entre las de hombres, mujeres y niños
+había en Sevilla 128 en 1758, como así consta en los _Anales_, y era de
+ver que apenas quedaba noche del año en que no salieran tres ó más á la
+calle, sin contar la más principal y numerosa, que era la que al toque
+del alba salía de la capilla de las gradas de la Catedral, á la que
+estaban afiliados todos los comerciantes del barrio del Sagrario y
+personas de no poca significación.
+
+Tan excesivo número de hermandades daban origen á competencias y
+rivalidades entre unas y otras, por muy varios motivos, y en particular
+las de los barrios bajos, compuestas en su mayoría de gentes de armas
+tomar y de mozos del brazo de hierro y de la mano airada, tenían con
+frecuencia en mitad de la calle y entre las sombras de la noche agrias
+disputas y pendencias, donde los devotos venían siempre á las manos,
+propinándose sendos bofetones, palos y farolazos que dieron con justicia
+origen á la fama legendaria que aún todavía conservan los _Rosarios de
+la aurora_.
+
+Para aquellos nuestros abuelos, era el rosario por la noche una
+distracción como otra cualquiera á falta de alguna más variada, y así se
+explica que antes del devoto ejercicio y durante el tránsito menudeasen
+mucho las libaciones en las tiendas de montañés, y que los hermanos
+estuviesen en no pocas ocasiones muy lejos de guardar aquella compostura
+y devoción que el caso reclamaba.
+
+Los rosarios de mujeres, sobre todo, dieron origen á no pocos excesos,
+en los que más de una vez viéronse obligados á intervenir los
+alguaciles, pues como no todas las hijas de Eva que á ellos concurrían
+hacíanlo sólo por el rezo, y como con frecuencia los mozos de empuje se
+unían á la procesión con intenciones no muy piadosas, resultaban de aquí
+escenas poco edificantes.
+
+Las rivalidades entre los individuos de unas y otras hermandades,
+llegaban á ser á veces terribles y los odios irreconciliables, aunque el
+origen de todo era tan santo, y en cuantas ocasiones podían molestarse
+los hermanos, las aprovechaban con creces, usando de todos los medios.
+
+Como anuncio de los rosarios de madrugada era la salida de los _hermanos
+campanilleros_, que recorrían en las primeras horas de la noche las
+calles embozados en capas, deteniéndose en determinado punto, y
+entonando coplas de carácter religioso, á las cuales acompañaban con el
+repiqueteo de unas campanillas de mano que llevaban al efecto.
+
+Estos _campanilleros_ formaban parte de las mismas hermandades del
+rosario, y eran, por lo general, gente obrera, y algunos llegaban á
+adquirir singular destreza en el manejo de la campanilla.
+
+Los sábados, generalmente, salían á la calle los _campanilleros_ por los
+barrios de la Feria, de la Macarena, de san Bernardo ó de Triana,
+teniendo siempre no pocos curiosos que le rodeaban cuando se detenían á
+echar sus tonadas ante la puerta de alguna casa, de cuyos inquilinos
+recogían buenas limosnas para el culto del rosario.
+
+La música de los _campanilleros_ era extraña y de un singular carácter,
+pero no dejaban de ser menos curiosas las letras de sus coplas, entre
+las cuales las había del tenor siguiente:
+
+ El demonio como es tan travieso
+ agarró una piedra y rompió un farol,
+ y salieron los padres Franciscos
+ y lo apedrearon en el callejón.
+
+ El _invito_ del rey san Fernando
+ luchando con moros, Sevilla ganó,
+ con el mundo en la mano derecha
+ y en la otra la espada y en la _otra_ el pendón.
+
+ Un devoto por ir al rosario
+ por una ventana se quiso tirar,
+ y la Virgen María le dice:
+ --Detente devoto, por la puerta sal.
+
+Todas estas y otras muchas llevaban un estribillo, que se repetía
+cientos y cientos de veces, y el cual era por este estilo:
+
+ «Devotos, venid;
+ devotos, llegar,
+ que la Virgen María nos llama;
+ su santo rosario
+ venid á rezar.»
+
+Algunos cantores de los _campanilleros_ llegaron á adquirir cierta
+celebridad, no sólo en la hermandad á que pertenecían, sino en todo el
+barrio, principalmente en los tiempos en que más en auge estuvieron,
+entablándose en no pocas ocasiones competencias muy empeñadas entre los
+cantores de una parroquia y los de otra, competencias de las cuales
+resultaron algunas veces disgustos y altercados.
+
+A fines del siglo XVIII y á la primera mitad del XIX, el tipo del
+hermano campanillero era popularísimo en Sevilla y el nombre de alguno
+de ellos ha pasado á la posteridad, como ocurrió con el llamado Felipe
+_Batato_, de quien decía la copla:
+
+ «Si lo llaman _pa_ ir al rosario
+ dice que está enfermo, que no puede ir;
+ si lo llaman _pa i_ á la taberna,
+ dice que se esperen, que se va á vestir.»
+
+En los primeros años del siglo XIX comenzó en Sevilla la decadencia de
+los rosarios nocturnos, que después de los tres años de invasión
+francesa no volvieron ya á su antiguo esplendor, y disueltas ó
+extinguidas más tarde las hermandades, sólo queda como menguado recuerdo
+de aquellos actos de religión, en que nuestros abuelos pasaban el
+tiempo, el rosario de la aurora, que aún sale tres veces al año de la
+capilla de la Angustia, en las gradas de la Catedral.
+
+
+
+
+LA BEATA BRIGUELA
+
+
+Catalina Briguela tenía por nombre y era natural del Puerto de Santa
+María, donde vivió algún tiempo y en diversas temporadas en Sevilla,
+población en que llegó á ser muy conocida por la gente devota y en donde
+vino al fin y á la postre á sufrir mal de su grado, infamante pena y
+duro castigo.
+
+El día 18 de Diciembre de 1695, el pueblo que acudió á la iglesia de
+santa Ana de Triana, donde la Inquisición celebró auto público de fe,
+vió salir á Catalina Briguela en unión de cinco mujeres y dos hombres
+que por sus pecados se vieron en tan apurado trance.
+
+El delito de que se acusaba á la Briguela era grave, pues según resultó
+de la lectura de la causa, desde la edad de siete años había la mujer
+mantenido _pacto con el demonio_, edad harto temprana, que prueba cuánta
+era la precocidad de la niña y cuán varios son los caprichos del Satan,
+que hace diabluras como estas de escoger criaturas para echarles la
+garra.
+
+El tribunal de la Inquisición sentenció á Briguela á sufrir doscientos
+azotes por las calles de la ciudad á hacer duras penitencias por
+determinado tiempo y á ocho años de destierro de los cuatro reinos de
+Andalucía.
+
+La vida de la reo no dejaba de ofrecer incidentes curiosos, que todos se
+pusieron bien en claro durante las diligencias del proceso, en el que
+declararon muchas personas que juraron gravemente haber sido testigos de
+cuán formal y estrecho era el pacto que tenía la reo hecho con el
+diablo.
+
+Parece que la moza, que era beata de hábitos, no sólo se contentaba con
+su pacto diablesco, sino que inducía á las jóvenes á que se entregasen á
+Satanás, sin duda porque á ella le iba muy bien con aquella compaña.
+
+En el Puerto de Santa María y en Sevilla, María Briguela reunía en su
+casa á personas adictas, y con ellas se entretenía en prácticas de
+hechicerías, las cuales no se celebraron con tanto misterio que no
+trascendiesen al vecindario, con gran escándalo para todos, pues el
+demonio parece que tomaba parte en aquellas reuniones, no sólo para
+cosas contrarias á la religión, sino para excitar á sus poseídos á las
+mayores desvergüenzas y deshonestidades.
+
+Vivió la beata mucho tiempo de ésta tan torcida manera y sin apartarse
+del mal camino, siendo muy frecuente en ella las visiones y los
+transportes, los cuales le acometían con frecuencia, causando la mayor
+admiración en cuantos la rodeaban y que quedaban suspensos de verla
+revolverse por los suelos, dar grandes gritos, agitarse toda y sufrir
+las mayores crueldades.
+
+Cuando volvía en conocimiento la beata, contaba cosas estupendas á sus
+amigas, y relataba sus conversaciones con Luzbel, y las confidencias que
+éste les hacía en las cuales trataba con la mayor llaneza de las cosas
+pasadas, presentes y futuras, dejando tales relaciones con la boca
+abierta á todos los incautos que las oían.
+
+Farsa burda era aquella en que la Briguela no dejaba de sacar provecho,
+pues que siempre tenía quien la regalase, por tal de oirla.
+
+El año 1690 parece que vino á unirse con Catalina otra mujer que también
+andaba en esto del pacto con el demonio, y no es cosa de relatar los
+estragos que en algunas almas sencillas hicieron con sus malas artes y
+con sus abominaciones.
+
+De esto vino la perdición de la ilusa, pues un pariente de cierta moza á
+quien habían ganado para sus hechicerías, denunció á la Briguela al
+tribunal de la Inquisición, quien la puso en sus cárceles en 1693, donde
+permaneció hasta el 18 de Diciembre del citado 1695 en que salió en
+santa Ana en público como lo cita Montero de Espinosa en su _Colección
+de autos que llamaban de fé_.
+
+
+
+
+EL VERDUGO AZOTADO
+
+
+No siempre había de ser el verdugo el que azotase á los reos, y por eso
+en cierta ocasión fué el propio verdugo el que salió á la vergüenza
+pública montado en el borrico y sufriendo sobre sus espaldas los golpes
+de la penca.
+
+Esto ocurrió en 1698 el día 10 de Octubre, y la causa del castigo fué
+que el tal verdugo tenía el feo vicio de la blasfemia, costándole las
+palabras gruesas que en una ocasión dijo, 200 azotes dados tan á
+conciencia, que el hombre estuvo curándose largo tiempo y á punto de
+perder la vida.
+
+El azotado verdugo se llamaba Onofre Bartola y era hombre de historia un
+tanto original, que bien merece recordarse. En una ocasión prendió la
+justicia á varios ladrones, y uno de ellos, hombre despejado, á lo que
+se vió, suplicó con grandes instancias le concediesen la plaza de
+ejecutor de la justicia, y como quiera que á la sazón ésta se hallaba
+mal servida porque el verdugo andaba enfermo y achacoso, y el
+solicitante, que era el propio Onofre, ofreció desempeñar el puesto por
+la mitad del sueldo, le fué encomendado; pero tantas fueron las
+bellaquerías y malas acciones que cometió á partir de entonces, que la
+Audiencia lo condenó á cárcel perpetua, y á no salir de ella sino
+cuando tenía que ejercer su triste misión, muy escoltado, y así que daba
+fin de ella volvían á encerrarle.
+
+Parece que en la prisión, como su espíritu era inquieto y turbulento,
+traía siempre revueltos á los demás presos, gente de la hería, nada
+pacífica ni sosegada, y esto dió motivo á que, denunciado por blasfemo
+horrendo, saliese un día por las calles de Sevilla á sufrir los
+infamantes azotes; y no quedó aquí el castigo, sino que la Inquisición
+lo reclamó y le hizo á fin de 1699 salir en auto público, encorozado y
+con una mordaza, enviándolo luego á sufrir seis años de galeras.
+
+Del tiempo en que estaba preso el ínclito Onofre he encontrado la
+curiosa noticia en el Archivo Municipal en la Carpeta 39 de Acuerdos
+para librar de 1699 y que puede servir de dato para ilustrar la vida del
+azotado verdugo:
+
+«En la muy noble y leal ciudad de Sevilla, en sábado 11, días del mes de
+Abril de 1699, en el Cabildo que la ciudad tuvo y celebró este día en
+que se juntaron sus señorías el señor marqués de Valdehermoso, Asistente
+de esta ciudad y algunos de los caballeros veinticuatro y jurados según
+costumbre, fué leído un memorial dado por Onofre Bartola en que dice
+está ejerciendo el oficio de ejecutor de la justicia y que se halla
+preso en la cárcel real, y sumamente pobre, suplica á la ciudad lo
+admita por tal ejecutor, señalándole lo que es estilo y socorriéndole
+por ahora con lo que la ciudad fuese servido, en que recibiría merced; y
+visto por la ciudad y por su señoría el señor Asistente se acordó de
+conformidad remitir el dicho memorial á los señores tenientes para que
+hagan informe sobre su contenido y que al dicho Onofre Bartola se le
+diesen por ahora _cien reales_ por cuenta del salario de ejecutor de la
+justicia que se le hubiere de señalar, siendo á propósito para ello y
+que se tenga presente en la contaduría esta libranza para cuando llegue
+el caso, etc.»
+
+Cumpliendo en las galeras la condena que se le impuso después del auto
+de fe murió Onofre Bartola, y así tuvo fin la airada vida de aquel
+ejecutor de la justicia, que fué á la par reo y verdugo.
+
+
+
+
+LOS HERMANOS DEL PECADO MORTAL
+
+
+En el siglo XVIII y aun á principios del XIX, interrumpía, durante las
+noches, el silencio de las calles de Sevilla, una voz lúgubre y monótona
+que más de una vez despertaba á los pacíficos vecinos y llevaba el
+terror á los chiquillos que descansaban en sus casas.
+
+Aquella voz era la de los hermanos de la _Congregación del santo celo
+por la salvación de las almas y conversión de las que están en Pecado
+Mortal_ (que tal era su título), hermanos que con un cepillo de madera
+colgado á la cintura para las limosnas, una campanilla y una linterna,
+correteaban la ciudad desapareciendo cuando las primeras luces del nuevo
+día comenzaban á iluminar el cielo.
+
+Poco después de la _Queda_ salían los hermanos, que tenía cada uno de
+ellos la misión de recorrer un barrio, del que llegaban á conocer todos
+sus rincones, encrucijadas y callejas; iban por entre las sombras con
+paso reposado y lento, y en determinados lugares se detenían y bajando
+el embozo de la capa, con tono quejumbroso gritaban:
+
+--_¡Para hacer bien y decir misas por los que están en pecado mortal!_
+
+A este grito agitaban la campanilla, no faltando, por lo regular, de
+allí á poco, la voz de un vecino que entreabría la ventana, y al _tome
+hermano_, arrojaba alguna moneda á nuestro hombre, que seguía su camino
+impasible á otro y otros sitios, donde repetía su pregón y sus
+campanillazos, entonando algunas veces una á manera de _saeta_, del
+tenor siguiente:
+
+ «Si en esta noche murieres,
+ hombre que estás en pecado
+ ¡considera dónde fueres!»
+
+La tal congregación del _Pecado mortal_, fué creada en Sevilla hacia
+1723, siendo su principal organizador un librero de Marchena,
+establecido en la calle Génova, el cual, en unión de otros devotos,
+formaron los estatutos y reglas, estableciéndose en la iglesia del
+convento de san Francisco, donde más tarde costearon una Virgen de la
+Esperanza, pues á ésta y al _Cristo Coronado de Espinas_, tenían por
+patronos los congregantes.
+
+El 9 de Abril del año de 1724 fué la primera noche en que los hermanos
+del _Pecado Mortal_ salieron por las calles á recoger limosnas, y éstas
+debieron darles buenos resultados, pues en pocos años llegaron á reunir
+un fondo bastante considerable, el cual aplicaban, entre otros objetos,
+á casar á los enamorados que vivían maritalmente, para _sacarles del
+pecado_, como cándidamente escribe un autor.
+
+La congregación del _Pecado Mortal_, salía anualmente de misiones por
+las parroquias de san Julián, san Marcos, san Ildefonso y Omnium
+Sanctorum, á donde iba en procesión, y en las que sermoneaban largo y
+tendido los frailes franciscanos, que se entraban y salían por las casas
+de esas populosas collaciones, con el propósito de limpiar de pecado al
+vecindario.
+
+Los hermanos que paseaban las calles para recoger las limosnas eran de
+los de más ánimos y presencia, pues había que tener ambas cosas para
+andar de noche por la ciudad en invierno y verano, expuestos á más de un
+percance y á las varias asechanzas y lances que entonces á cada paso se
+ofrecían.
+
+Los criminales y malhechores, los vagos y pájaros de cuenta, que vagaban
+por calles y plazas, tenían en el pregón del _Pecado Mortal_ un aviso
+que le daba el alto en sus fechorías, y más de una vez en el hermano un
+testigo mudo de sus actos.
+
+Esta antipática y lúgubre figura de la campanilla y el pregón
+desaparecieron por completo hace ya más de noventa años, pero la
+congregación del _Pecado Mortal_ siguió y puede decirse que aún
+subsiste.
+
+Cuando en 1840 fué derribado el convento de san Francisco, se
+trasladaron los hermanos al templo de san Ildefonso, y de allí fueron
+más tarde al de San Buenaventura, donde todavía y anualmente organizan
+algunas misiones por los pueblos de la provincia misma, que por lo
+general, pasan inadvertidas y en nada consiguen llamar la atención.
+
+La congregación de _El santo celo por la salvación de las almas y
+conversión de los que están en pecado mortal_, fué de aquellas
+instituciones religiosas que dieron una nota gráfica la España negra y á
+la sociedad supersticiosa de nuestros abuelos, aunque parezca extraño y
+con cierto orgullo se envanecen algunos autores de que Sevilla fué la
+primera que la tuvo entre las capitalas de España.
+
+
+
+
+UN PARTIDARIO DEL ARCHIDUQUE DE AUSTRIA
+
+
+La guerra de sucesión, tan funesta para España, hizo, como sucede en
+casos tales, multitud de víctimas fuera de los campos de batalla, y más
+en aquella en que el número de partidarios de la causa del archiduque de
+Austria era en un principio mayor que el de los Borbones.
+
+Esto ocurrió también en Andalucía, donde se conspiró un buen tiempo, si
+bien luego tratóse de borrar las huellas de tales pasos, y siendo tal
+vez no pocos de los que luego prestaron acatamiento á Felipe V, los que
+promovieron y fomentaron ocultamente las conjuras.
+
+Uno de los individuos que en Sevilla se señaló más entre los
+partidarios del archiduque fué D. Cristóbal Guerrero de Aguilar, el cual
+tenía el destino de administrador de la sal, y era además uno de los más
+distinguidos familiares de la Inquisición por su noble alcurnia y la
+posición que ocupaba.
+
+Guerrero de Aguilar mezclóse en todos los manejos contra la dinastía de
+Borbón, y estableció correspondencias con muchas personas significadas,
+siendo durante los años 1702 y 1703 uno de los más activos agentes de la
+casa de Austria.
+
+En los comienzos de 1704, D. Cristóbal fué preso por haberse probado que
+en uno de los frecuentes viajes que por entonces hizo, había traído
+varias cartas, documentos y alocuciones del famoso cardenal Cienfuegos,
+los cuales estaban dirigidos á excitar los ánimos de autoridades,
+comunidades y personas significadas, en contra de la nueva dinastía.
+
+Juzgado Guerrero de Aguilar por su delito, ninguna clemencia tuvieron
+para él los jueces, condenándolo á muerte después de algún tiempo de
+prisión y de haber practicado muchas y enojosas diligencias en
+averiguación de los que en Sevilla parecían estar en contacto con el reo
+y favorecer sus trabajos.
+
+El administrador de la sal fué ahorcado en la plaza uno de los primeros
+días de Mayo de 1774, y en la noche de su muerte una procesión de
+frailes de san Francisco subió al patíbulo, descolgó el cadáver, lo
+amortajó allí mismo, y colocándolo en un féretro, después de entonar
+largas salmodias, lo condujeron al convento más próximo, donde le dieron
+sepultura.
+
+Esto fué muy comentado en la ciudad, pues de los frailes franciscanos de
+la Casa Grande se decía, no sin fundamento, que eran partidarios del
+Archiduque, y aun que habían enviado en diversas ocasiones ocultamente
+cantidades crecidas para el sostenimiento de las tropas enemigas de la
+casa de Borbón.
+
+
+
+
+PROFANACIÓN
+
+
+El día 16 de Junio de 1718, fiesta del Corpus, una vecina de la
+collación de San Vicente, llamada Juana Teresa Parrado, y la cual era
+criada del convento del Dulce Nombre de Jesús, robó la sagrada forma del
+viril, guardándola en su pecho, y después de partirla, la colocó sobre
+un altar de Jesús Nazareno.
+
+Esta profanación que, como es de suponer, causó gran escándalo en
+Sevilla, fué consignada por algunos escritores en papeles y hojas
+sueltas, y la autora del hecho fué presa y llevada á la Inquisición,
+donde sufrió castigo, saliendo en auto público de fe el 10 de Diciembre
+de 1719, condenándosela á doscientos azotes y á destierro, y en
+desagravio de la Divinidad se hicieron luego numerosas funcionos en los
+templos de Sevilla.
+
+Juana Parrado, según las relaciones coetáneas, no era una cualquiera
+como parece, pues, tenía nada menos que pacto con el demonio, á quien
+_trataba con mucha llaneza_, y me parece de verdadera curiosidad para
+conocer detalles de aquella individua y del suceso que la hizo célebre,
+reproducir estas líneas del manuscrito de fray José de Muñara, y que no
+dejan de ser donosas.
+
+En ellos después de relatar el sacrilegio cuenta como fué descubierto y
+da á conocer quien era la autora, en esta forma:
+
+«...El día siguiente (17 de Junio) subió el sacristán á renovar una
+bujía de cera junto al viril y reparó faltaba la Sagrada Hostia; dió
+aviso á los sacristanes y entristeciéronse las monjas y hicieron
+rogativas, disponiendo se consagrase una Hostia y se colocase en el
+viril para manifestar á S. M. en la misa mayor. Una religiosa llamada la
+madre Espíritu Santo hizo oración con muchas lágrimas delante de una
+santa imagen de Jesús Nazareno que está en un altar (_en blanco_) y vió
+sobre los manteles del altar media Hostia; dió aviso y el capellán
+registró el altar y halló la otra mitad de la Hostia debajo de los
+manteles del mismo altar y creyendo era aquella la misma Hostia que
+estuvo en el viril la puso en unas corporales y un sacerdote la consumió
+en la misa. Estaba en el convento sirviendo una mujer mulata llamada
+Juana Teresa Parrado, de quien las monjas tenían muchas sospechas de que
+era mala cristiana y dando aviso al señor visitador que es nombrado por
+el duque de Medina Sidonia para este convento por privilegio especial
+del Papa, hizo sus obligaciones, y negando la dicha mulata con alguna
+turbación, fué dada cuenta al señor provisor, siendo amenazada la mulata
+si no confesaba la verdad, que sería castigada y atormentada, dijo que
+la mañana del dicho día 17 de Junio muy temprano _el Demonio la sacó
+por la reja de una tribuna y teniéndola en el aire junto al viril le
+dijo sacase la Sagrada Hostia y se la entró en el seno y habiéndola
+vuelto el Demonio á la tribuna había ella partido la Hostia y
+arrojándola sobre el referido altar_. Los señores inquisidores formaron
+autos, y vista la declaración de la mulata la llevaron á sus cárceles:
+allí confesó _hacía muchos años que vivía con mucha llaneza y
+familiaridad con el Demonio, el cual en forma de hombre la acariciaba y
+se acostaba con ella en su cama_ (¡!) no declaró otros delitos sino los
+referidos de que resultaba huir de los santos sacramentos y oir misa sin
+veneración y atención.» (_Antigüedades y novedades sevillanas._)
+
+Juana Teresa Parrado, que tenía veinte y ocho años de edad, después de
+salir en auto, que se celebró en san Pablo, como dije al principio, en
+10 de Diciembre de 1719; á los comienzos del siguiente corrió las calles
+de la ciudad sufriendo los doscientos azotes impuestos posando luego al
+destierro, donde quizá continuara su _llaneza y familiaridad con el
+Demonio_, pues como cándidamente apunta Matute en sus Anales, la
+mulatita «se afirmaba que desde niña había tenido pacto con él.»
+
+
+
+
+TRAJES Y ADORNOS
+
+
+Cuando al oscurecer del día 27 de Noviembre de 1723 los vecinos de
+Sevilla se disponían á recogerse en sus casas para entregarse al reposo
+se vieron sorprendidos por el ruído que por varias calles promovía el
+toque de trompetas y atabales, el paso de caballos y las voces de no
+poco concurso que rodeaban á los ginetes.
+
+La causa de todo aquello era la siguiente. Por la tarde se había
+recibido de Madrid un pliego conteniendo la _Pragmática sanción que su
+majestad mandaba observar sobre trajes y otras cosas_, fechada en San
+Ildefonso á 15 días del mismo mes, y el Asistente que lo era don Alonso
+Pérez de Saavedra, marqués de la Jarosa, apenas hubo recibido el
+documento, había convocado á cabildo con gran prisa, para dar cuenta de
+él, y como su señoría consideraba de mucha urgencia que la orden real
+llegase á conocimiento de todos, se comisionó allí mismo al marqués de
+Gandul para que, aunque fuese de noche, se publicara la pragmática con
+todas las solemnidades de rúbrica.
+
+En efecto, se organizó la comitiva para la ceremonia, figurando en ella
+el teniente de Asistente don Isidoro Palomino, el pregonero Sebastian
+Francisco, los alguaciles de los Veinte, los trompetas y atabales.
+
+El primer pregón dióse, como de costumbre, á las puertas del
+Ayuntamiento, siguiendo los otros ante la Audiencia, el palacio
+Arzobispal, el Alcázar, y el barrio de la Feria, siendo necesario que
+algunos mozos, con antorchas, alumbrasen al pregonero, que se
+desgañitaba en medio del camino por enterar al vecindario, cómo quería
+Felipe V que se vistieran sus vasallos de allí en adelante.
+
+La tal pragmática sobre trajes, aunque reproducía algunas disposiciones
+de otras, era más estrecha y tenía nuevas y grandes disposiciones que no
+dejan de ser curiosas y que causaron no poco disgusto á los galanes
+sevillanos, muy dados al lujo en sus trajes y personas.
+
+El rey prohibía que se usase más de encajes finos, cintas de plata y
+oro, terciopelos rayados, etc., como no fuera con cierta moderación muy
+limitada; añadía que los menestrales, barberos, labradores y especieros
+no podían llevar vestidos de seda, y vedaba en absoluto que ni hombres
+ni mujeres luciesen aderezos y adornos de piedras falsas, que entonces
+se labraban con gran perfección, imitando á los legítimos.
+
+Las libreas que habían de llevar los pajes, lacayos y criados se mandaba
+que fuesen del menor lujo posible, mencionándose también el número que
+había de haber de éstos y sus trajes en ciertas ocasiones.
+
+En cuanto á las galas femeninas, decía Felipe V casi ruborizado:
+
+...«Por cuanto son muy de mi real desagrado las _modas escandalosas en
+trajes de mujeres_ y contra la modestia y decencia que en ellos se debe
+observar, ruego y encargo á todos los obispos y prelados de España que,
+con celo y discreción, procuren corregir estos excesos y recurran en
+caso necesario á mi Consejo, donde mando se les dé todo el auxilio
+conveniente.»
+
+Pero no era en los trajes únicamente en lo que aquel rey disponía, sino
+que, con el propósito de disminuir el número de carruajes, que debían
+estorbarle, dictaba severas disposiciones contra los adornos, pinturas y
+galas que solían ponerse en las carrozas, literas, calesas, estufas,
+etc., no dejando de ser donoso el que señalaba las personas á quienes
+estaba permitido andar en coche y las que lo tenían vedado, en esta
+forma:
+
+...«No podrán tener coches... _los alguaciles de corte, escribanos de
+provincia y número_, ni otros ningunos, ni tampoco lo han de poder tener
+los _notarios, procuradores, agentes de pleitos y de negocios_, los
+_recaudadores_, si no es por otro título, y tampoco lo podrán tener ni
+los _mercaderes con tienda abierta, ni los de lujos, plateros, maestros
+de obras_, etc.»
+
+En fin, para que nada faltase en que el rey interviniera, ponía tasa á
+lo que á los novios les diese gana de regalar á sus prometidas,
+marcándoles hasta dónde podían llegar en sus dádivas, diciendo: «por
+cuanto exceso de joyas y vestidos, y otras cosas que se daban y hacen al
+tiempo del desposorio... ninguna persona de cualquier estado, calidad y
+condición que fuere, pueda dar ó diere á su esposa y mujer en joyas y
+vestidos en causa alguna más que lo que montase la octava parte del dote
+que de ella recibiese.»
+
+Hasta 29 artículos tenía la famosa pragmática, que se mandó cumplir con
+tanto rigor, que allí se ordenaba que el que la desobedeciese tendría de
+pena _por la primera vez cuatro años de presidio cerrado á África, y por
+la segunda ocho años de galeras_.
+
+El Asistente conde de la Jarosa, que tanto se apresuró á pregonar las
+órdenes reales, como antes dije, no fué menos severo en su cumplimiento,
+haciendo practicar escrupulosos registros con frecuencia, y por
+sastrerías, tiendas de ropas y cocheras, y sin que tuviera consideración
+alguna á los intereses que perjudicaba, descargó toda su justicia sobre
+obreros, artesanos y fabricantes, que respiraron con satisfacción cuando
+dejó su cargo, tres años después, en 1725.
+
+Y para que se viera que él era el primer cumplidor de la pragmática,
+como quiera que en ella se ordenaba que todas las autoridades y
+justicias vistieran de negro, en el primer cabildo que la ciudad celebró
+el 7 de Diciembre de 1723, se presentó todo enlutado, empuñando su vara,
+y obligó á que con igual traje negro fuesen todos los caballeros, desde
+el escribano Castillo hasta el último portero.
+
+
+
+
+TORIBIO DE VELASCO
+
+
+Al ocuparme en páginas anteriores de la asociación del Niño Perdido que
+existió el siglo XVI, algo dije del lamentable abandono en que estaba en
+la antigüedad la infancia desvalida. Las calles veíanse continuamente
+llenas de muchachos que, sucios, andrajosos y hambrientos, crecían
+abandonados á sus instintos, sin que ni las autoridades eclesiásticas ni
+las civiles, ni otras corporaciones, se cuidasen de atender á ellos,
+apesar de que de tan pingües rentas disponían.
+
+Aquellos infelices, de cuya educación nadie se ocupaba, vivían de la
+manera más miserable, comían cuando encontraban donde robarlo, dormían
+al raso, y en su infantil edad, el continuo roce con gente perversa y el
+abandono de toda educación tenían harto prematuramente prostituidas sus
+almas y enviciadas y torcidas sus conciencias; pues los tales
+rapazuelos, que por los sitios públicos enseñaban sus miserias, podían
+ser maestros en raterías, licenciados en la carrera rufianesca y carne
+dispuesta para consumirse en la horca, en las galeras ó en los
+presidios.
+
+Esto, que tanto daño venía á traer á la sociedad y que tan poco hablaba
+en favor de la cultura, mal era al que debía ponerse remedio, y aunque
+algunos sobre ello parasen mientes, nadie de significación llevó á la
+práctica ninguna medida, y vino á partir la obra bienhechora, como
+algunas veces sucede, del más débil y del que con menos medios parece
+contar para llevarla á cabo.
+
+Y así fué entonces. Un pobre hombre, de humilde posición, sin trato
+social y sin carrera alguna, de ilustración escasísima, pero de alma
+buena y sensible, movido de un noble sentimiento de humanidad, solo y
+sin apoyo, hízose al comenzar el siglo XVIII, el verdadero protector de
+la infancia desvalida, que á los poderosos ningún interés prestaba.
+
+Era aquel hombre natural de la parroquia de San Pedro de Píneres, del
+Concejo de Haller (obispado de Oviedo), llamábase Toribio de Velasco y
+Alonso, había venido á Sevilla de joven y no tenía otro oficio que
+vender por las calles añalejos, estampitas, novenas, romancillos ó
+pliegos de aleluyas, con cuyas escasas ganancias atendía á su frugal
+alimento y á pagar su modesto cuarto, que en una pobre casa de la calle
+del Peral le servía de morada.
+
+Toribio de Velasco, que por andar siempre de plaza en calle, era testigo
+de aquel abandono en que los infelices desvalidos yacían, comenzó á
+mezclarse entre los muchachos, y con palabras dulces y persuasivas,
+procuraba atraerse á los más pequeños y menos maleados, regalándoles
+estampas y dulces, y haciéndoles que les prestasen ya alguna atención, y
+al aire libre, recitábales la doctrina ó algunas máximas de moral de las
+más sencillas.
+
+Así anduvo nuestro buen hombre por los años de 1720 y 24 y era muy
+frecuente encontrarlo por la mañana y tarde, ya en el monte del
+Baratillo, bien junto á una puerta, ó bien en medio de una plazuela
+rodeado de muchachos á los cuales daba enseñanza, y tan de la confianza
+de algunos fué haciéndose Toribio con paciencia y dulzura, que las horas
+en que tenía costumbre de dar su lección, poníase en el extremo de una
+calle ó plazoleta y allí sacaba de debajo de su capa raída y sucia una
+campanilla que agitaba con fuerza, y á su toque se veían de distintas
+partes acudir á los niños, que más de una vez dejaban instintivamente el
+juego para rodear al pobre montañés y escuchar sus toscas palabras.
+
+Ni las burlas de los incorregibles ni lo penoso de la espontánea tarea,
+hiciéronle flaquear, llegando á conseguir, después de muchos meses, que
+varios de los muchachos fueran á su pobre casa de la calle del Peral,
+con lo que ya pudo decir que había echado los cimientos á su futuro
+instituto.
+
+Allí atrajo también á algunos hijos de vecinos pobres, y con las
+limosnas que él mismo pedía, y sacrificando sus escasísimos ahorros,
+pudo luego alquilar un departamento en una casa de vecindad de la
+Alameda, donde en Julio de 1725 llegó á reunir, con cierto carácter de
+escuela, á muchos niños, consiguiendo también comprar vestidos á 18 de
+los más abandonados, los cuales se recogieron y allí pasaron las
+primeras clases de enseñanza.
+
+Había por entonces ya cundido la noticia de la meritoria obra de Toribio
+de Velasco y llegado á oídos del arzobispo y del Asistente, y entonces
+una persona interesada en ello, sin dar su nombre, envió á la casa 50
+ducados, con lo que puede decirse que comenzaron sus fondos.
+
+Tan rápidos fueron en adelante los progresos del benéfico
+establecimiento, y tanta la actividad desplegada por su fundador, que
+aquél hubo de trasladarse á edificio más amplio en la calle Real de san
+Marcos, al sitio de la Inquisición Vieja, y un escritor sevillano dice á
+este propósito:
+
+«Apesar de no contar con ninguna renta, el número de niños crecía por
+manera, que llegaban en el año de 1727 á ciento, por lo que fué
+necesario trasladarse.... y proveerse de maestros de escribir y contar,
+y aun de gramática latina, por si alguno se inclinaba al estado
+eclesiástico: también se dispusieron talleres en que aprendiesen los
+oficios de zapateros, sastres, polaineros, cardadores de lana y otros de
+primera necesidad, de lo que, informado el rey, lo socorrió con diez mil
+pesos, y además mandó á la Ciudad que le proporcionaran sitio apropósito
+para que labrase casa, cuyo real decreto fué cumplido, señalándose una
+bien espaciosa fuera de la puerta de Triana, como quiera que ya constaba
+de ciento y cincuenta niños, cuya subsistencia se apoyaba sólo en la
+caridad sevillana.»
+
+No llegó Toribio de Velasco á ver instalada su casa en dicho punto, pues
+anciano y enfermo, murió en la tarde del día 23 de Agosto de 1730,
+siendo trasladado con gran pompa su cadáver desde la calle Real de san
+Marcos, al convento de san Pablo, en que fué sepultado, y en su
+testamento dejó elegido sucesor de su puesto á un su compañero que le
+había ayudado hasta allí, llamado Antonio Manuel Rodríguez, el cual
+procuró durante el tiempo que estuvo al frente del establecimiento,
+seguir las huellas del fundador.
+
+En 1738, no habiendo podido realizarse el proyecto del edificio en las
+afueras de la puerta de Triana, se trasladó la escuela á una casa de la
+Calzada á la Cruz del Campo, de donde pasó en 1776 á ocupar el edificio
+de san Hermenegildo, residencia que fué de los jesuítas, donde estuvo
+hasta que se trasladó en 1785 á la plaza de Pumarejo y á un espacioso
+edificio, en que permaneció hasta su extinción, primero en 1823 y
+completa en 1836.
+
+Puede decirse que, cuando el heredero de Toribio de Velasco, Antonio
+Manuel, dejó la casa en 1749, comenzó á decaer tan útil establecimiento,
+que desde entonces administró un eclesiástico del que dice Matute que
+«de cuyo poco celo é inteligencia, resultó un lastimoso atraso,
+habiéndose reducido á 50 el número de niños.... y se puede asegurar que
+(el establecimiento) jamás volvió á ver los felices días de su
+fundación.»
+
+No son muy abundantes las noticias que existen de la primitiva fundación
+del hermano Toribio, y las más importantes á más de las que dan Asensio,
+Collantes y los papeles del conde del Aguila, se encuentran en un libro
+que vió la luz en Madrid en 1766, escrito por el padre Baca y cuyo
+título es el siguiente:
+
+--«_Los toribios en Sevilla breve noticia de la fundación de su
+hospicio, su admirable principio, sus gloriosos progresos y el infeliz
+estado en que al presente se halla: su autor el M. R. P. Fr. Gabriel
+Baca, de la orden de la Merced, etcétera._ La da á luz para ejemplo y
+acción de gracias al Todo-Poderoso, D. Miguel Carrillo, canónigo de
+aquella santa Patriarcal Iglesia, y la dedica al rey nuestro señor, como
+padre el más poderoso de sus vasallos pobres y desvalidos.--Madrid,
+etcétera, 1766.»
+
+Nada más que una confusa memoria queda hoy de aquel bienhechor de los
+niños desvalidos, de aquel pobre Toribio de Velasco, que con alma
+cándida y buena, llevó á cabo en nuestra ciudad una de las obras más
+meritorias que pueden darse.... Sevilla no ha dedicado hasta ahora un
+solo recuerdo al que hizo bien desinteresadamente; y en la población
+donde tantos nombres que nada dicen se ostentan en las vías públicas,
+aún no se ha ocurrido á nadie siquiera el poner á una calle el nombre de
+_Toribio de Velasco_.
+
+
+
+
+LA FIESTA DE LOS SASTRES
+
+
+El gremio de sastres, que siempre ha sido muy numeroso en Sevilla,
+cuando el viaje á esta ciudad de Felipe V en 1729, se propuso obsequiar
+al rey, ardiendo en entusiasmo monárquico de tal modo y manera, que en
+su obsequio dejase atrás cuanto en el mismo sentido pudieran hacer
+otros.
+
+Así fué que nada se les ocurrió á los buenos alfayates que formaban la
+Hermandad de san Mateo, más ingenioso que el organizar una cabalgata
+alegórica con el título de _El piadoso Eneas de las Españas_, la cual
+fué cosa de ver, y bien merece que me ocupe de ella, siguiendo con toda
+fidelidad las relaciones contemporáneas, que por lo puntuales y
+verídicas no han de prestarse á dudas.
+
+En la organización de tal cabalgata es seguro que exprimieron su magín
+los sastres, ayudados, tal vez, por algunos de los más doctos ingenios,
+logrando ser el asombro de la ciudad.
+
+Salió la cabalgata á ver á los reyes llevando delante el pregonero, los
+ministros de la justicia y los escribanos, todos ellos vestidos con
+trajes de colorines, que, á juzgar por la descripción que de ellos
+conozco, aunque embobaran á las gentes sencillas, eran harto ridículos y
+estrafalarios.
+
+Seguían á éstos nada menos que 66 sastres, precedidos de un clarinero,
+vestidos de turcos, á su manera, con mucho de cintajos y medias lunas,
+estandartes y escudos, donde iban escritos pésimos versos en elogio del
+rey, que no había más que pedir.
+
+Y á los turcos seguían 40 alfayates más á caballo, y luego una cuadrilla
+numerosa á pie con chupas y sombreros de plumas, y los cuales llevaban
+unos tarjetones con ingeniosidades de este tenor:
+
+ «La _aguja_, que es nuestro timbre,
+ despunta por esos aires
+ pirámides y monumentos
+ de _Filipo Quinto_ el grande.
+
+ Dédalos son, no _dedales_
+ nuestros blasones, pues todos
+ saben volar en obsequio
+ de nuestros reyes gloriosos.
+
+ Para hacer á nuestros reyes
+ obsequio que _bien les venga_,
+ ha sido tan corto el tiempo
+ que apenas está _de prueba_.
+
+ En obsequio de unas bodas
+ este gremio contribuye
+ al ver de estas voluntades
+ y coronas el _pespunte_.
+
+ De _telas_ del corazón
+ este festejo tejido,
+ con los que en él _se han cosido
+ hebras_ los afectos son.
+
+ Presto para tanta fiesta
+ se echaron nuestros _hilvanes_,
+ que para tales esfuerzos
+ siempre son bravos los _sastres_.»
+
+Por último, después de la tal cuadrilla venía el carro alegórico del
+_Piadoso Eneas de las Españas_, mescolanza religiosa-mitológica-teatral,
+en la que iba una figura representando á Felipe V en forma de Eneas,
+otro á san Fernando y otro á la Sibila, que tenía el doble significado
+de representar también á la Virgen María, para aclaración de lo cual
+llevaba un tarjetón con estos versos:
+
+ «_María_, mejor Sibila,
+ no á Eneas, sino á Filipo,
+ le muestra en Fernan tercero
+ de que en Lis, Leon y Castillo.»
+
+En el carro alegórico se mostraba también el antiguo pendón de la
+hermandad de los sastres, que tenía por patrón á san Mateo, y cerraba
+por último toda aquella comitiva un buen número de danzantes y cantores
+que entonaban versos en loor del monarca, de la reina y de los
+príncipes.
+
+Con gran parsimonia y lucimiento, fué recorriendo las calles de Sevilla
+la alegoría del _Piadoso Eneas de las Españas_, sin que nada se opusiera
+á su esplendor, siendo todo del particular agrado de Felipe V, cosa que
+colmó en extremo los deseos de los alfayates, los cuales, con el fin de
+que su acto quedase inmortalizado, mandaron escribir y publicaron un
+folleto describiendo toda la fiesta, folleto que fué impreso el mismo
+año de 1729 por la viuda de don Francisco Leefdael, y en el cual se
+leían estas palabras al frente del soneto dedicatorio:
+
+_Al muy alto y muy poderoso monarca, árbitro de dos mundos, á Felipe V,
+el animoso rey de las Españas, el gremio de sastrería de Sevilla humilde
+saluda y reverente obsequia._
+
+¡Lástima que el nombre del anónimo poeta, que se despachó á su gusto en
+aquellas intrincadas ingeniosidades, no haya pasado á la posteridad!
+
+
+
+
+CON LUZ... Y Á OSCURAS
+
+
+Cuando las sombras de la noche se extendían sobre Sevilla en aquellos
+tiempos de la Inquisición y de los monarcas absolutos, era preciso ser
+hombre de más de mediano valor para atreverse á recorrer solo las
+calles, la mayoría de las cuales eran estrechas, tortuosas y en las que
+abundaban las lóbregas travesías, las encrucijadas sombrías y los
+rincones misteriosos y los pesados arquillos de feísimo aspecto.
+
+Los faroles y candilejas que las hermandades solían poner en retablos y
+cruces que tanto abundaban, era el único alumbrado que podía guiar al
+transeúnte en aquellas tinieblas, por las que se resistían á penetrar en
+no pocos barrios las rondas y las patrullas que de tiempo en tiempo
+tenían obligación de recorrer sus demarcaciones.
+
+Los criminales, los ladrones, la gente de malísimo vivir, eran
+únicamente los paseantes que desde el toque de la _Queda_ hasta ser de
+día vagaban por las calles, y rara era la mañana en que en las
+collaciones de la Feria, san Vicente, santa Cruz, la Macarena ó san
+Pedro, no aparecía algún hombre muerto ó se tuviese noticia de alguna
+casa robada ó de algún atropello bárbaro cometido entre las sombras y el
+silencio.
+
+Dueña en absoluto era la gente maleante de la ciudad por las noches, y
+únicamente en alguna gran solemnidad, se solían hasta las nueve ó las
+diez iluminar las casas por el vecindario por apremiantes órdenes del
+Asistente.
+
+Hasta el siglo XVIII no se les ocurrió á las autoridades locales la
+feliz idea de que estableciendo alumbrado público, podrían evitarse
+muchos desmanes que favorecidos por las sombras se cometían, y á este
+efecto se ensayó el plan que ya en otras capitales se había llevado á
+cabo.
+
+Era en 1732 Asistente interino don Manuel Torres, y á este buen señor,
+así como á su inmediato sucesor, don Rodrigo Caballero Illanes, se deben
+los primeros ensayos de alumbrado, pues ordenaron al vecindario que
+desde las primeras horas de la noche del invierno de aquel año hasta las
+doce, los vecinos colocasen en las ventanas de sus casas faroles que
+disipasen de algún modo las espesas tinieblas.
+
+El día 15 de Octubre comenzó á cumplirse lo ordenado por las
+autoridades, y es curioso el hacer constar que hubo una verdadera
+oposición por parte de la gente de los barrios bajos á la novedad de
+los faroles, dándose con frecuencia el caso que apenas eran encendidos
+muchos de ellos, los mozos de barrio y algunos pájaros de cuenta
+destruían á pedradas los cristales, volviendo á dejar las calles en
+aquellas sombras que tanto favorecían sus planes.
+
+Así continuaron las cosas muchos años, apesar de los edictos de 1754,
+1757 y 1758, siendo inútiles cuantos esfuerzos se hicieron por obligar á
+respetar el alumbrado, que siguió constituído únicamente por los
+farolillos que adornaban las cruces y retablos, que sostenían sus
+hermandades y cofradías.
+
+En 1760 el Asistente, D. Ramón Larrumbe, dando una prueba de cultura,
+volvió á tomar disposiciones sobre el asunto, y el día 27 de Octubre se
+fijó é hizo publicar un bando en el cual se leen estos párrafos:
+
+«Manda el señor Asistente que todos los vecinos de esta ciudad, barrio
+de Triana y sus arrabales, desde 1.º de Noviembre próximo hasta fin de
+Abril del año que viene, pongan faroles en lo exterior de las casas, que
+den luz á las calles y pasos públicos; lo que han de ejecutar desde
+media hora después de oraciones hasta las once de la noche: pena al que
+contraviniere lo mandado, de dos ducados por la primera vez, cuatro por
+la segunda y ocho por la tercera, aplicándose dichas multas al ministro,
+soldado ó persona que denunciare la contraversión en el todo ó parte de
+lo mandado...» Y más adelante se añadía: «Que desde _las once de la
+noche_ en adelante, ningún vecino de _cualquier calidad y condición que
+sea_, pueda andar sin luz por las calles, llevándola por sí ó por sus
+criados con linterna, farol, acha ó mechón; pena al que contravenga,
+siendo persona distinguida, de seis ducados de multa con la referida
+aplicación; y al que no sea de esta circunstancia se le tendrá por
+persona sospechosa, y se le tendrá en la cárcel, para que averiguado su
+modo de vivir, se le dé el destino correspondiente, etc., etc.»
+
+Por último, se acordaba que á las ocho de la noche se cerrasen todos los
+bodegones, botillerías y tabernas, adoptándose otras disposiciones para
+mantener el sosiego y la seguridad de la ciudad.
+
+Pero tales acuerdos, apesar del buen celo que el Asistente y sus
+delegados tuvieran, no fueron bien cumplidos ni mucho menos como se
+ordenaba, y lo del alumbrado público vino á quedar como antes durante
+diez años poco más ó menos, aun habiéndose repetido los _bandos_ en 1761
+y 1766.
+
+En el bando de 20 de Octubre de 1770, se volvió con más energía á
+encarecer la necesidad del alumbrado, por el Asistente D. Pablo de
+Olavide, añadiendo esto, que da idea de cómo andaba la seguridad pública
+por las noches en las calles de Sevilla:
+
+«Habiendo acreditado la experiencia no se había podido evitar que en
+horas _extraordinarias_ transiten personas sospechosas, pues en fraude
+de ellas se ha verificado encontrarse sujetos de esta clase después _de
+las doce de la noche_, con la cautela de llevar luz é ir separados para
+que no se les pudiese detener por las rondas: considerando su señoría
+que en semejantes horas nadie sin motivo urgente debe estar fuera de sus
+casas y que el mero hecho de carecer de esta legítima causa le
+constituye en sospecha», se ordenaba que fueran detenidos cuantos
+vecinos fuesen encontrados, como medida más expedita.
+
+Disposición fué esta, que se confirmó y amplió más tarde en otro bando
+del mismo Olavide de 22 de Octubre de 1772, en el que se lee: «Toda
+persona que se encuentre _después de dada las doce de la noche_ hasta el
+primer toque del alba, que no sean sujetos conocidos, en quien desde
+luego se excluye toda sospecha y que aunque lleve luz y vaya solo, no se
+verifique causa legítima urgente que le precise á transitar á aquella
+hora, cuya verificación (¡!) se haya de hacer en el pronto por la ronda
+ó patrulla que lo aprediesen, y no acreditándose la urgencia, _se ponga
+preso_ y haga justificación de su vida y costumbres para tomar la
+providencia correspondiente conforme á lo que resulte...»
+
+Ya se ve, pues, que entre el mal alumbrado y la gente _non sancta_, era
+harto arriesgado transitar por las calles en los buenos tiempos de la fe
+y de las venerandas tradiciones, pudiendo decirse que apesar de
+repetirse nuevos bandos sobre alumbrado en 1777 y 1779, hasta 1791 no
+contó Sevilla con un verdadero servicio, gracias al Asistente Ábalos,
+que, por cuenta del Ayuntamiento y cargando una contribución á los
+propietarios de casas, colocó faroles en todas las calles, los cuales
+faroles eran de forma adecuada y de dos mecheros, durando el alumbrado
+desde 1.º de Octubre de 1792 al 24 de Junio de 1793, las noches que no
+hacía luna, y terminando en el comienzo del verano.
+
+D. José Ábalos nada olvidó para el mejor resultado de la reforma, y á
+este fin montó un cuerpo de celadores ó faroleros á los cuales ordenaba
+que «los _mozos del alumbrado_ deben aderezar sus faroles diariamente,
+de forma que se hallen corrientes para encenderlos á las horas
+señaladas; cada uno recorrerá su partido de continuo para avivar el que
+se amortigüe ó encender el que se apague con atraso. Estas maniobras las
+han de hacer con actividad y prontitud: para ello y que no tenga
+disculpa, han de ser mirados mientras lo ejecuten con la detención y
+preferencia debida al público, á quien sirven, no deteniéndose con
+pretexto alguno á que siga su ruta por las personas más privilegiadas».
+
+Desde los tiempos de Ábalos el alumbrado público siguió con diversas
+alternativas, siendo objeto de lucro para contratistas y negocio seguro
+para algunos graves señores, en perjuicio del pueblo en general, hasta
+que don José Manuel Arjona, hacia 1827, lo reorganizó con muy buen
+acuerdo, estableciendo los faroles triangulares sobre pescantes de
+hierro.
+
+En 1839 tenía Sevilla mil faroles de un nuevo sistema inaugurado en 13
+de Agosto de 1836, faroles de reverbero que causaron no poca admiración
+del pueblo.
+
+Por último, terminaré estos apuntes consignando que al establecerse el
+gas, la calle de las Armas fué la primera que tuvo el nuevo alumbrado,
+poniendo término á aquellos tiempos en que nuestros abuelos tenían de
+noche la ciudad con luz... y á oscuras.
+
+
+
+
+UN HOSPITAL DE PERROS
+
+
+No sólo en el extranjero, y en estos nuestros tiempos de sociedades
+protectoras de animales han existido hospitales y casas donde se
+cuidasen con el mayor esmero á los irracionales para procurar su
+conservación, tan útil á la sociedad. En Sevilla y en el siglo XVIII,
+existió un hospital perruno, cosa que quizá muchos ignoren, y acerca del
+cual he de escribir algunas líneas.
+
+Hacia fines del año 1763, comenzó á iniciarse en la raza canina de la
+población una enfermedad algo extraña, la cual atacaba á los _chuchos_
+con tanta violencia, que en dos ó tres días eran muertos.
+
+Esto, que al principio no llamó mucho la atención, atrájola luego
+poderosamente cuando en Abril y á principios de Mayo, se recrudeció de
+tal manera la enfermedad, que por las mañanas aparecieron las calles de
+Sevilla llenas de perros de todas castas que habían muerto durante la
+noche.
+
+Preocupadas ya con esto las autoridades locales y temiendo que aquella
+epidemia perruna fuese contagiosa y pusiese en peligro al vecindario, el
+buen Asistente, que lo era á la sazón don Ramón Larrumbe, dirigióse á la
+Sociedad de Medicina en 26 de Mayo, á fin de que este Cuerpo
+interviniera en el asunto, y, examinando detenidamente á los canes
+atacados, informase del riesgo que pudiera ofrecer á la salud pública.
+
+Por lo pronto el Ayuntamiento se encargó de enterrar á los perros en un
+sitio determinado, extramuros de la ciudad, nombrándose también una
+comisión del Cabildo que auxiliase á los doctores en sus trabajos.
+
+La Real Sociedad de Medicina, que había tenido su origen hacia 1697, y
+cuyos estatutos fueron aprobados por el rey en 1700, estaba entonces
+establecida en la calle de Levíos, y allí, en habitaciones convenientes
+que dispusieron al efecto, acordó la Sociedad trasladar á los canes
+enfermos, formando el hospital perruno.
+
+Dice Matute en sus _Anales_ que los _chuchos_ estaban allí muy
+cuidadosamente asistidos y que se «separaban en los diversos
+departamentos, según el grado que advertían en su enfermedad»,
+consignando también que para asistirlos se nombraron á seis enfermeros,
+prosiguiendo en tanto los doctores sus estudios para dar con el
+padecimiento y los medios de combatirlo.
+
+Preciso es confesar que hubo el mayor acierto, pues el plan de curación
+empleado dió unos resultados excelentes, de tal modo, que las
+defunciones perrunas comenzaron á disminuir con gran complacencia de los
+amos, que volvían á recuperar sanos y salvos á sus mastines, pechones,
+rateros, galgos y podencos, cuyas vidas habían visto en peligro.
+
+La epidemia desapareció á fines de Julio y Agosto por completo,
+dictaminando los doctores que el mal no había sido contagioso, como se
+pensó, y que fué _un catarral maligna con ofensa á los pulmones_
+(palabras de Matute), ampliándose luego todo lo ocurrido y los
+caracteres de la enfermedad en el trabajo que más tarde insertó la
+Sociedad de Medicina, en el tomo VI de sus _Memorias_.
+
+Véase cómo los sevillanos de 1764 se mostraron humanitarios con la raza
+canina, hasta el punto de darla un hospital, raza tan maltratada luego,
+que en 1812 se ordenó por bando, que se matasen sin contemplaciones
+cuantos perros vagaban por la ciudad y que aún es víctima de los laceros
+municipales, que de tan cruel persecución las hacen blanco.
+
+
+
+
+LA ROSA PÉREZ
+
+
+Una de las cómicas más aplaudidas y festejadas de los públicos de
+Andalucía, á fines del siglo XVIII, era Rosa Pérez, la cual dió no poco
+que hablar con sus galanteos, y tuvo gran número de ardientes
+partidarios, que en más de una ocasión riñeron por ella apasionadas
+disputas, tan frecuentes en aquellos tiempos entre los aficionados al
+teatro.
+
+Tenía la actriz lindo palmito y gracia natural, con lo que, como era de
+suponer, andaban por ella muchos galanes bebiendo los vientos y haciendo
+no pocas locuras, algunas de las cuales fueron bastantes ruidosas, dado
+que á la comedianta no le desagradaban las aventuras.
+
+Su repertorio era muy vario, y cuentan que se distinguía, no sólo en la
+declamación, sino en el canto, para el cual poseía muy felices
+condiciones, habiendo memoria de que los mayores triunfos los obtuvo por
+su voz, dotada de raro atractivo.
+
+Dejando para los que escriban la historia del arte escénico el seguir
+paso á paso la carrera artística de la Rosa Pérez, á quien sus
+contemporáneos elogiaron mucho, diré sólo que esta carrera tuvo
+súbitamente fin, término y acabamiento, cuando no lo esperaban,
+ciertamente, los finos apasionados de la actriz, ni el público, que
+tantas y tantas veces le había aplaudido al verla en escena interpretar
+los más diversos papeles.
+
+El día 2 de Febrero de 1800, el convento de santa María la Real, de
+Sevilla, vióse engalanado y lleno de concurrencia, en la que figuraban
+muy señaladas personas de la ciudad, las cuales presenciaron la
+profesión religiosa de la antes tan aplaudida y festejada actriz Rosa
+Pérez, que se convirtió en _sor Rosa de Jesús María_.
+
+Los motivos que impulsaron á aquella linda mujer de no vulgar talento á
+renunciar á la vida y sepultarse en las frías lobregueces de un
+claustro, no es cosa que yo sepa y nada apuntaré por no alterar los
+hechos con suposiciones más ó menos gratuítas; pero sí es cierto que á
+la profesión de la actriz, se dió por la gente devota gran resonancia,
+que los padrinos fueron de la más encumbrada nobleza y que la solemnidad
+tuvo un brillo y esplendor inusitado.
+
+Y para que nada faltase en aquel acto, arrojáronse á los concurrentes en
+diversas ocasiones, durante la función, multitud de _aleluyas_, en las
+cuales un poeta anónimo, que firmaba F. M. C., quizá antiguo admirador
+de la cómica, esprimió su ingenio en octavas reales, alusivas al acto,
+algunas de las cuales eran del tenor de estas que á título de curiosidad
+reproduzco:
+
+ Rosa, sin duda alguna que nacistes
+ para aplausos: los hombres admirastes:
+ al mundo con tu acento sorprendistes,
+ y elogios de las gentes escuchastes.
+ Desengañada, al claustro te vinistes
+ y aquí el reposo con placer hallastes;
+ hay siempre quien te aplauda con anhelo;
+ antes era la tierra, ahora es el cielo.
+ Canta Rosa, su voz tiene pendiente
+ un cúmulo de humanas atracciones
+ zozobrando en el rápido torrente
+ de aplauso general y aclamaciones.
+ Viénese al claustro, llora penitente
+ y al cielo le merece aceptaciones;
+ Rosa, tu suerte siempre la mejoras
+ feliz si cantas, más feliz si lloras.
+
+No fué esta aplaudida comedianta de Sevilla la única que dió fin á su
+carrera de tal modo: que algunas más que ella, después de lucir en las
+tablas sus gracias y donaires y después de pasar lo mejor de la vida,
+alegre y regocijadamente, se retiraron á descansar al convento, donde
+dieron grandes muestras de virtudes.
+
+Porque ya se sabe: el diablo harto de carne, etcétera, etcétera....
+
+
+
+
+CÓMO EMPLEÓ UN DÍA EL REY JOSÉ
+
+
+El 9 de Febrero de 1810 encontrábase en Sevilla el rey José I,
+acompañado de su corte y sus ministros, y aquel día fué destinado por el
+monarca á visitar varios edificios notables y establecimientos
+industriales de la ciudad, con el sano propósito de ponerse de cierto
+modo en contacto con el pueblo, y recibir de éste algunas pruebas de
+afecto, de las que, á decir verdad, al llegar á la población andaba algo
+necesitado.
+
+Así, pues, aquella mañana, después del almuerzo, José salió del Alcázar,
+llevando consigo al ministro del Interior, al Intendente de la provincia
+y á algunos oficiales, y á caballo se dirigió á la Fábrica de Tabacos.
+
+Era aquel sitio apropósito para recibir cierto homenaje popular, pues en
+los distintos talleres trabajaban entonces más de mil operarios (aún no
+había todavía cigarreras), y como era de suponer, ellos no habían de
+permanecer mudos ante la presencia del nuevo monarca.
+
+Así ocurrió, en efecto; el rey recorrió con el superintendente las
+amplias dependencias, donde se fabricaba el rapé, las del tabaco suelto
+y las de los cigarros, siendo en todas ellas vitoreado por los
+trabajadores, los cuales recibieron por encargo del José un socorro en
+metálico que les fué equitativamente repartido.
+
+De la Fábrica de Tabacos, pasó el monarca á visitar el museo de
+antigüedades, que estaba establecido en uno de los salones bajos del
+Alcázar, museo que se debió principalmente al célebre don Francisco de
+Bruna, y que se formó en gran parte con las estatuas y objetos sacados
+en las excavaciones de Itálica.
+
+Visto el museo, la comitiva regia salió de nuevo, pasando al edificio de
+la Lonja, cuya planta baja recorrió el Bonaparte, muy complacido al
+parecer y haciendo notar la semejanza que encontraba entre aquel
+edificio y los otros del tiempo de Felipe II que había visitado,
+subiendo al piso principal, donde se encontraba el Archivo de Indias.
+
+Pero allí tuvieron los visitantes una grave contrariedad, y fué que
+habiendo mostrado el rey deseos de ver las cartas de Hernán Cortés, de
+Pizarro, de Almagro y de los principales conquistadores de América, hubo
+que manifestarle que no se encontraban allí, pues la _Junta Suprema_, al
+acercarse los franceses, se llevó á Cádiz cuantos documentos, planos,
+cartas y papeles pudo, con objeto de salvarlos de que cayesen en poder
+de los invasores.
+
+José I salió con esto muy contrariado del Archivo de Indias, y aunque
+empleó parte de la tarde en recorrer algunas fábricas particulares para
+inspirar simpatías á los obreros, notósele desde luego un mal disimulado
+enojo.
+
+El día 9 lo terminó el rey asistiendo por la noche al teatro Principal,
+donde el Ayuntamiento había dispuesto en honor suyo una función
+extraordinaria, en la que hubo, á más de la representación de _La dama
+sutil_, cantata en elogio del rey, sainete de circunstancias y bailes
+andaluces, que entretuvieron en extremo á la oficialidad y á las tropas
+invasoras.
+
+Era aquella la primera función teatral á que José asistía en Sevilla, y
+á su entrada y salida del coliseo, fué vitoreado por diversos grupos de
+afrancesados que le siguieron hasta su regreso al Alcázar.
+
+Estas manifestaciones dieron motivo á las cándidas líneas que la _Gaceta
+de Sevilla_, escrita por Lista, insertaba en su número del sábado 10 de
+Febrero:
+
+«Anoche asistió S. M. á la función que le había ofrecido la Ciudad en el
+teatro, el cual ha sido abierto al cabo de dos años que permaneció
+cerrado. Hubo una cantata, comedia, sainete y varias danzas de las
+propias del país. El teatro estaba ocupado por las personas que habían
+sido convidadas. S. M. fué recibido con entusiasmo y se mostró contento
+de los afectos que le manifestó aquel concurso numeroso y lucido. S. M.
+tuvo la bondad de hacer que el corregidor estuviese á su lado durante la
+representación; parece ha querido con esta demostración corresponder á
+la ciudad por los buenos sentimientos que le manifestaba.»
+
+La _cantata_ que se entonó en el teatro era obra del poeta D. Manuel M.ª
+Arjona, y su autor la había escrito para que se entonase en un concierto
+ante el rey José, en Córdoba, cosa que no llegó á verificarse. De la
+letra, ya olvidada hoy, sólo copiaré los últimos versos, que decían:
+
+ «....Tal vez se mire en aterido invierno
+ gemir el campo en languidez marchita
+ sufriendo su rigor y hielo eterno.
+ Mas súbito Favonio el vuelo agita
+ y ya al impulso de Pomona tierno
+ el orbe renovado,
+ se ve de hermosas flores coronado.
+
+ Así la España
+ que triste yace
+ en llanto baña
+ su hermosa faz.
+ Mas se complace
+ mas se reanima
+ y á tu presencia
+ ¡oh Rey piadoso!
+ goza en reposo
+ ya la influencia
+ de la alma paz.»
+
+A la salida del teatro, como ya dije, el rey José I fué vitoreado,
+retirándose luego á su palacio á descansar.
+
+Con todo lo que dejo apuntado puede enterarse el lector de estas _Cosas
+nuevas y viejas_, de cómo empleó el rey José Bonaparte el día 9 de
+Febrero de 1810, octavo de su residencia en Sevilla.
+
+
+
+
+BENEFICENCIA INVASORA
+
+
+El año de 1812 fué uno de los de más dura prueba y de más triste
+recordación para los sevillanos del siglo pasado.
+
+Dominada la ciudad por las tropas francesas desde hacía veinte y tres
+meses, y habiendo desde los comienzos de Enero recrudecido la guerra en
+toda la provincia, pronto comenzaron á sentirse los tristes efectos de
+aquella situación anormal, de manera harto lamentable y sensible á
+todos.
+
+El mal tiempo y los estragos del continuo batallar en los campos de la
+provincia, trajeron consigo la pérdida de las cosechas, aumentando la
+carestía de los artículos de primera necesidad hasta el punto de que en
+la capital el hambre se inició con todos sus horrores.
+
+«La hogaza de pan con peso de tres libras--dice Martín Villa--subió á 24
+y 30 reales: las familias acomodadas sintieron la escasez y miseria: los
+más pobres y los más desvalidos fallecían desmayados en las calles, y en
+las casas más caritativas se cuidaban de poner con aseo y alguna
+decencia, arrimados á la pared de la calle, los despojos de la cocina
+para que los indigentes pudiesen rebuscar entre ellos alguna cosa con
+que aliviar el hambre que los devoraba.»
+
+Imposible de atajar aquellos males por entonces, fueron en aumento con
+harta desgraciada rapidez, y en los meses de primavera de 1812, la
+población ofrecía el espectáculo más triste, como da idea un acuerdo
+capitular de 8 de Junio, en el cual se lee:
+
+....«Que se represente al excelentísimo señor General en jefe y á las
+demás autoridades, la imposibilidad de poder cumplir con los pedidos que
+se hacen, y que si se llevan á efecto, cree la municipalidad está muy
+próxima la _total ruina de esta ciudad_, siendo demasiado notoria la
+_decadencia_ y _despoblación_ que se nota con todo lo demás que se tenga
+por oportuno manifestar por los señores comisionados D. Eduardo
+Valvidares y D. Fernando de Iriarte, de quienes espera la municipalidad
+sabrán desempeñar este cargo con todo el esmero y prontitud posibles, de
+que tantas pruebas tienen dadas.» (Act. 2.ª Escribanía.)
+
+Las autoridades francesas seguían en tan triste situación exigiendo
+cantidades é imponiendo diferentes arbitrios sobre particulares y
+corporaciones, siendo harto censurable la conducta de los proveedores
+del ejército imperial que habían acaparado el trigo, aumentándose así
+los horrores del hambre.
+
+Procuraban, no obstante, los invasores, que la verdadera situación de la
+ciudad se desconociese fuera de ella, y aun se esforzaban por ocultar
+cuanto podían, aquí mismo, los estragos del mal, y así, pues, ni se
+insertaban noticias en la _Gaceta de Sevilla_ sobre este punto, ni
+dejaban salir correspondencia que del daño tratase, castigando muy
+severamente á los que propagaban por cualquier medio el conocimiento de
+aquellas miserias.
+
+En tal situación, y viendo la urgencia de socorro que el pueblo
+necesitaba, pusieron en práctica uno que no dejó de dar algún
+resultado.
+
+Al efecto abrieron una suscripción casi forzosa entre las personas de
+capital, para sostener con ella dos repartos de sopa diaria, que habían
+de hacerse en los barrios más populosos y á los vecinos pobres que se
+hallaban faltos de todo alimento y tantos eran á la sazón.
+
+Sobre esta sopa que los invasores repartían públicamente, cayó el pueblo
+hambriento, siendo lastimoso, á decir de un contemporáneo, el cuadro que
+ofrecían los puntos donde se hacía la distribución, pues á más de dar
+clara prueba del infinito número de gente que vivía en la miseria,
+demostraba á qué menguada situación habían venido familias antes
+acomodadas, y á quienes se veía entonces acudir con sus pucheros á
+recoger aquel socorro.
+
+Mas la sopa de los invasores no era bastante á remediar los males, y
+entonces se fundó por iniciativa del poeta don Félix José Reinoso, que
+se había ofrecido á la causa francesa, un hospital que no dejó de
+prestar excelentes servicios.
+
+«La obra del hospital--ha escrito el mismo Reinoso--fué recibiendo su
+incremento á medida de sus auxilios. Las camas llegaron muy en breve al
+número de 70 en el hospital de hombres y de 85 en el de mujeres. El
+total de los enfermos fué de 703, asistidos con tal esmero, cual no es
+común en las enfermerías públicas. Además de la curación se les sirvió
+durante la convalecencia en salas separadas; y después de su salida se
+dió á todos una muy buena comida diaria por tiempo proporcionado á su
+debilidad, pero nunca menos de veinte días. Ciento ocho duró la
+hospitalidad.... Para esta empresa se abonaron 300 reales diarios por la
+tesorería de provincia, y se destinó además el capital de 106.760
+reales, valor de fincas puestas en rifa que no se ejecutó por no haberse
+despachado todos los billetes.... Gravísimas dificultades hubo que
+vencer en aquella penuria para proporcionar estos auxilios, mas al fin
+se vencieron todas por la dichosa casualidad de no estar el mariscal
+francés en Sevilla.»
+
+Efectivamente, el mariscal Soult, no queriendo dar mucha publicidad á la
+situación verdadera del pueblo de Sevilla, se opuso cuando regresó á la
+ciudad á que se insertase en el periódico oficial el movimiento de
+enfermos y el estado del hospital, el cual duró hasta fines de Agosto de
+1812, en que los franceses salieron de Sevilla.
+
+Y esta sopa económica para el pueblo y la fundación del hospital, dan
+idea bien gráfica de lo que era la capital de Andalucía bajo la
+dominación extranjera.
+
+
+
+
+LAS LECTURAS PÚBLICAS DEL CAFÉ DEL TURCO
+
+
+La inauguración del régimen constitucional en Sevilla, en Marzo de 1820,
+trajo á la ciudad extraordinaria animación y movimiento, siendo raro el
+día en que no se desarrollaban algunos importantes sucesos, que servían
+de comidilla al público y daban margen á largos comentarios.
+
+Además, como los ánimos de los liberales estaban harto exaltados y las
+noticias que á diario llegaban de los diversos puntos de la península,
+en los que se iba proclamando la Constitución, no dejaban de ser
+interesantes, se despertó en los patriotas una fiebre de conocer cuanto
+sucedía, y una manía discutidora que dió origen á la organización de
+tertulias, reuniones y sociedades, en las cuales, con más ardor si cabe
+que de 1812 á 1814, se empeñaron las más reñidas luchas.
+
+El café de la _Cabeza del Turco_, situado en lugar tan céntrico como la
+calle de las Sierpes, había servido ya en la primera época liberal de
+centro de los enemigos del absolutismo, y entonces volvió á ser lo
+mismo, llegando durante los tres años, á los tiempos de su mayor apogeo
+y celebridad.
+
+Era en 1820 dueño del café de la _Cabeza del Turco_, don Luís Tolva,
+hombre patriota, si los había, gran admirador de Riego y Quiroga, y cuya
+mujer, doña María Josefa Piñalosa, dejaba atrás á su marido, en esto de
+las ideas liberales.
+
+Tolva, deseando que aquel numeroso concurso que á diario llenaba el
+café, estuviese al corriente de cuanto sucedía, estableció en el local
+una especie de cátedra en la cual un ciudadano de buenos pulmones tenía
+la misión de leer por las tardes y las noches los periódicos en alta
+voz, así los que se publicaban en Sevilla, como los de la corte y otros
+de las provincias más importantes, que á todos se suscribió el buen
+Tolva, con la mejor y más sana de las intenciones.
+
+Para que las lecturas se hiciesen con todo orden y diesen provechosos
+frutos, don Luís Tolva redactó con gran pulso y meditación un
+_Reglamento_, que constaba de trece artículos, y el cual fué aprobado en
+14 de Abril por el jefe superior político, Moreno Daoiz.
+
+El original de este _Reglamento_, que poseo, da exacta idea de lo que
+eran aquellas tertulias del famoso _Café del Turco_, y ofrece una nota
+bien característica de la época en que fué redactado.
+
+La forma en que se hacía la lectura está bien expresada, pues en el
+artículo tercero se lee que «la pieza destinada para el efecto, es en la
+que antes estaba la mesa del billar. En ella habrá un asiento _algo más
+elevado que los demás_ para el que lea los papeles, á fin de que pueda
+oirse con comodidad y los señores suscriptores tendrán asiento
+preferente alrededor, en la inmediación de aquél, pero las puertas del
+salón estarán abiertas para los demás que quieran oir las noticias.»
+
+Como se ve, los que querían empaparse bien de las lecturas y estar con
+desahogo abonaban una cantidad mensual, la cual era de ocho reales, con
+los que Tolva atendía al pago de las suscripciones, que llegaron á ser
+bastante numerosas.
+
+Y no dejaba de ser gracioso, que según el reglamento «concluída la
+lectura de cada artículo podrá cualquiera hacer las observaciones que
+guste», con lo que fácil es calcular que el salón de lectura se
+convertía en centro de las más acaloradas discusiones, que terminaban á
+veces de manera harto tumultuaria y hasta con la intervención de la
+autoridad.
+
+Otras veces, después de la lectura de algún artículo exaltado inserto en
+_La Sombra de Lacy_, en _El Argos_, en _El Grito de Riego_, ó en _El
+Zurriago_, y tras violentos discursos y empeñadas polémicas, todo aquel
+concurso se arrojaba á la calle y recorría varios lugares, dando vivas y
+mueras, hasta quedar rendidos.
+
+En el _Reglamento_ se hace también constar «que si algún suscritor
+necesita enterarse más al pormenor de algunos papeles, podía hacerlo en
+las horas restantes del día sin salir de la habitación, que el que
+quisiera suscribirse había de poner su nombre en una lista formada al
+efecto, y que el «dueño del café no lleva otro interés que proporcionar
+un entretenimiento á los señores que lo favorezcan.»
+
+El salón de lectura del Turco se veía siempre muy concurrido durante la
+segunda época constitucional y se dió el caso en ciertas ocasiones, que
+no estando el público conforme con las ideas de algunos artículos, con
+toda algazara arrojasen los periódicos á la letrina entre grandes
+aplausos.
+
+Las lecturas públicas en el _Turco_ compitieron en forma y alboroto con
+las reuniones de la _Sociedad Patriótica_ establecida en el exconvento
+de Regina y en ambas adquirieron relieve y notoriedad gran número de
+liberales cuya oratoria pintoresca producía siempre el mayor efecto.
+
+En Junio de 1823 tuvo término y desastroso fin el salón de lectura, y
+cuando el día 13 las turbas realistas saquearon el establecimiento,
+destrozaron la tribuna, quemaron el mobiliario y prendieron fuego á
+cuantos papeles liberales había allí coleccionados, los cuales tanto
+habían entusiasmado á los ardientes patriotas sevillanos.
+
+
+
+
+LAS DAMAS SEVILLANAS Y LA BANDERA LIBERAL
+
+
+La prudencia en unas, el temor natural en otras y la presión ejercida
+sobre todas, hizo que cuando derrocado el sistema liberal, en 1823, las
+damas sevillanas que, siguiendo nobilísimos impulsos, se habían señalado
+por sus ideas afectas á la libertad, durante la época constitucional,
+negasen aquéllos y tratasen de borrar por diversos medios cuanto pudiera
+comprometerlas con las sanguinarias autoridades absolutistas, que nada
+respetaban.
+
+Además los elementos reaccionarios, esos eternos perturbadores que, con
+sus demasías han provocado siempre la discordia y turbado la paz de los
+pueblos, achacándolo luego hipócrita y villanamente á las almas libres y
+honradas, trataron entonces de recobrar su influencia perdida sobre la
+mujer, obligando á algunas, como el padre Garzón hizo con una señora
+(cuyo nombre callo porque viven de ella descendientes) que, como
+penitencia por haber dado en público vivas á Riego, fuese á cierta
+parroquia de las más concurridas y que á la hora de misa mayor
+atravesase de rodillas el templo, con los brazos en cruz y como expuesta
+á la pública vergüenza por su delito...
+
+Mas aunque tanto y tanto se trató luego por los realistas de borrar la
+participación que el bello sexo tomó en la revolución, no pudieron hacer
+desaparecer todas las pruebas que esto probaban; así sucedió con el
+generoso acto que las más principales damas sevillanas llevaron á cabo
+en 1821 costeando y haciendo con sus propias manos una bandera que
+regalaron á los Milicianos Nacionales de nuestra ciudad, en que figuraba
+lo más florido de la juventud; como dice un autor, «dejaban las
+comodidades y el regalo de su casa para empuñar las armas en defensa de
+la libertad, sufriendo todas las penalidades y malos ratos de la vida de
+campaña.»
+
+Con razón ha escrito el señor Velilla en un artículo titulado _Liberales
+y realistas_, que «la mayor parte de ellas (las españolas), sin
+distinción de condiciones, se habían apasionado por la Constitución y la
+libertad, á lo menos en Andalucía, donde más arraigo tenía la causa
+liberal,» y esto puede probarse con una multitud de hechos y con nombres
+bien conocidos de esta región.
+
+Acogido, pues, con gran entusiasmo el proyecto de regalar las banderas á
+la _Milicia Nacional de Sevilla_, se abrió la suscripción, en la que es
+cierto que sólo se admitían señoras, formándose una lista que fué
+encabezada por doña Josefa de O Denoju, hermana del jefe superior
+político, y por doña María de los Dolores Mendieta de Carvajal, esposa
+del poeta don Tomás José González Carvajal y madre del conde del Cazal,
+á quien todos recuerdan en Sevilla.
+
+Esta lista, que existe original en el Archivo Municipal (_Escribanías de
+Cabildo_), lleva escrita al frente estas patrióticas palabras, que dan
+idea del espíritu que animaba á las damas liberales hispalenses:
+
+--_Si nuestros hermanos, parientes y amigos se han apresurado á
+alistarse voluntariamente para defender la patria y sostener nuestra
+sabia constitución, á las sevillanas nos toca, poseídas de los mismos
+sentimientos, presentarles las banderas que los reuna contra sus
+enemigos y los empeñe más y más en su defensa, para cuyo patriótico fin
+se abre una suscripción para ocurrir á los gastos indispensables y cuya
+lista es la siguiente._
+
+Y á continuación seguían las firmas de las dos citadas señoras y en la
+larga lista familias tan distinguidas y conocidas como doña Francisca
+Dominé, doña María Arana de Cavaleri, condesa de Villapineda, doña María
+Teresa Núñez de Prado, condesa de Montelirio, marquesa de San Gil, doña
+María de los Dolores Gómez de Olavarrieta, doña Josefa del Aguila de
+Ureta, doña María Irureta, la marquesa de Torres, la marquesa de
+Castilleja, doña María del Rosario Ibarra y Le Roy, doña María Juana de
+Madariaga, doña Teresa Manuel de Villena y otras muchas, cuya
+enumeración habría de ocupar demasiado espacio.
+
+Concluidas las banderas, que eran de ricas telas y estaban bordadas con
+gran primor, fueron entregadas solemnemente á la _Milicia Nacional_ de
+Sevilla, la cual las recibió con gran estima y aprecio; y cuando
+llegaron los días difíciles y tristes de 1823, en que las tropas de
+Angulema invadieron á Sevilla, y los bravos milicianos siguieron á Cádiz
+los últimos restos del gobierno constitucional, llevando consigo aquel
+monarca traidor, infame y trapacero, el emblema de unas almas libres en
+que manos cariñosas y delicadas habían trabajado ondeó en el Trocadero á
+la vista de los soldados de la _Santa Alianza_.
+
+Muchos de aquellos jóvenes apuestos de la milicia, no volvieron jamás á
+Sevilla, y perecieron víctimas del furor reaccionario, derramando su
+sangre generosa en defensa de la libertad.
+
+Y por esto tal vez, expresando el dolor de aquella marcha que para
+algunos no tendría la alegría del regreso, una voz amante, una voz de
+mujer dulce y amorosa cantó con suspiros y lágrimas:
+
+ «El día que se fueron
+ los milicianos,
+ aquel día mis ojos
+ no se secaron.
+ ¡No se secaron
+ el día que se fueron
+ los milicianos!»
+
+
+
+
+LAS DELICIAS
+
+
+Son los jardines llamados de las Delicias gala y ornato de Sevilla, por
+su situación, sus condiciones y las bellezas que ofrecen. La fama de que
+gozan no es, á la verdad, injustificada, y con razón han sido más de una
+vez elogiados por plumas extrañas, en que no podía caber la parcialidad
+á que inclinaría el cariño de los naturales de esta tierra.
+
+El lugar donde se construyeron las Delicias fué en un tiempo árido
+campo, inmediato al cual estaba aquella casa de placer donde un día
+sesteó Felipe II, llamada de la _Bella Flor_, y que dió nombre al otro
+paseo de la orilla del río, que bien merece capítulo aparte.
+
+Ya en el siglo XVIII, y en tiempos del Asistente Dávalos, se formó una
+glorieta adornada con árboles, fuente, pirámides y asientos que fué la
+admiración de nuestros antepasados, mas aquel sitio puede decirse que no
+llegó á embellecerse por completo y á convertirse en uno de los más
+hermosos de las afueras de Sevilla, hasta los años en que ejerció el
+cargo de Asistente el célebre D. José Manuel de Arjona, á quien se
+debieron no pocas mejoras materiales de la población.
+
+Escogió Arjona con buen acierto aquel lugar para edificar tales
+jardines, comenzándose las obras en 1826, y dándose por terminadas en
+1829, con gran satisfacción de los sevillanos.
+
+El árido campo se convirtió en ameno lugar de recreo, y en él surgieron
+los copudos árboles, las calles enarenadas, las caprichosas sendas, los
+cuadros de flores, el estanque de limpias aguas, las rústicas casitas,
+los cenadores cubiertos de ramaje, las fuentes marmóreas, las estatuas,
+los jarrones, y todo aquel hermoso jardín á quien el pueblo dió el
+nombre de _Delicias_.
+
+Para contribuir más al embellecimiento de tal sitio, trajeron plantas
+hasta entonces no conocidas en Sevilla, las cuales se procuró cuidar con
+gran esmero, no siendo extraño que en poco tiempo la mayor parte de
+ellas sirviese para recreación de los paseantes.
+
+Por último se dotó de abundante agua para el riego de los nuevos
+jardines, instalándose una máquina de vapor próxima á la orilla del
+Guadalquivir y para la cual se llevó á cabo una construcción hecha al
+efecto de sencilla y sólida arquitectura, obra de don Melchor Cano. En
+las paredes púsose una lápida que conmemoraba aquellas obras y que decía
+así:
+
+«_Siendo rey don Fernando VII, pío, feliz, restaurador, don José Manuel
+de Arjona, Asistente de la ciudad, renovó los paseos antiguos: hizo
+otros nuevos; formó un plantel para la reposición de los árboles,
+construyó cañerías, puso y exornó con un templete gótico esta máquina de
+vapor para regar la alameda y los sembrados inmediatos.--Año de 1829._»
+
+Tuvo Arjona particular predilección por aquellos jardines, que venciendo
+no pocos obstáculos, no habían levantado á su iniciativa, y cuando dejó
+el puesto de Asistente para marchar á la corte, dejó iniciados
+diferentes proyectos para mejorarlos y aumentar su embellecimiento.
+
+A partir de 1835, en las Delicias se llevaron á cabo algunas reformas,
+que no nos he de detenerme en enumerar prolijamente, pero las cuales, ni
+entonces ni después han transformado en lo esencial la forma y traza que
+desde su principio tuvieron los jardines...
+
+Estos se ampliaron en un gran trozo que se exornó convenientemente,
+construyéndose más tarde una gruta artificial, y poco antes de la citada
+fecha trasladáronse allí no pocos bustos y estatuas de mármol, que
+estaban repartidas en algunos paseos del interior de la ciudad, como el
+del Museo, en cuyo centro se alzaba la fuente que corona la estatua del
+robusto niño, de belleza un tanto grotesca, á quien el vulgo conoce por
+el _niño del caracol_.
+
+Entre los citados bustos y estatuas, muchos de los cuales pertenecieron
+al antiguo palacio de Umbrete, propiedad de la Mitra hispalense, existen
+algunos de dioses de la mitología y de personajes romanos que no carecen
+de mérito artístico, y que señalaría con algún detenimiento de buen
+grado. También se colocó en el centro del estanque la estatua del
+guerrero que fundió el célebre Bartolomé Morell el siglo XVI y que
+coronó la fuente en la plaza de San Francisco.
+
+Durante más de medio siglo, las Delicias constituyeron el orgullo de los
+sevillanos, que fuera de los paseos del interior de la ciudad, no tenían
+jardines tan amenos y lugar tan agradable para solazarse como aquel; mas
+la moda se inclinó al inmediato paseo de la orilla del río, y entonces
+la concurrencia acudió allí á ver y ser vista dejando poco á poco la
+obligación que antes se había impuesto de transitar por las enarenadas
+calles y bajo los llorones, naranjos y limoneros de las Delicias.
+
+¡Y qué grato es el pasearse por ellas en los hermosos días de la
+estación de las flores bajo un cielo purísimo, respirando la atmósfera
+embalsamada, mientras la brisa suave mece con dulce murmullo las hojas
+de los árboles!...
+
+Mas apesar de todas estas bellezas, las Delicias serían susceptibles hoy
+de algunas importantes mejoras, que llevadas á cabo conforme á modernos
+planes, aumentarían ciertamente los atractivos de aquellos lugares y los
+harían ser más favorecidos por el público. Quizás entonces la multitud
+que por las tardes acude á la orilla del río no pasaría indiferente ante
+las puertas del vergel levantado por el Asistente Arjona y que en otros
+días fué punto de reunión necesaria de la buena sociedad, expansión de
+femeniles bellezas y centro de la elegancia y de la moda de la capital
+de Andalucía.
+
+Sin embargo de todo, las Delicias tienen hoy un rival terrible, con el
+que en vano intentan competir, y que le ha disputado, sin duda con gran
+ventaja, la predilección de los sevillanos. Este rival es el Parque de
+María Luisa, el hermoso parque que la ciudad posee desde hace pocos años
+y que tan concurrido se ve así en los serenos días del invierno, como en
+las mañanas de primavera y en las tardes de verano...
+
+
+
+
+MONSIEUR THIERS EN SEVILLA
+
+
+Después de uno de los períodos más activos de su vida y cuando por todos
+los públicos cultos de Europa circulaba el anuncio de la famosa obra _El
+consulado y el imperio_, Luís Adolfo Thiers emprendió un viaje por
+diferentes naciones, siendo una las que visitó España, viniendo hasta el
+mediodía, y deteniéndose en Sevilla cerca de una semana.
+
+De la estancia de Mr. Thiers en la capital se conocían muy pocas
+noticias hasta que un sobrino de don Juan Nicasio Gallego tuvo la
+oportunidad de dar á luz unas cartas que poseía, cartas curiosas y que
+fueron escritas á su ilustre tío por el deán de Sevilla don Manuel López
+Cepero, á raíz del viaje del célebre historiador francés.
+
+Con estas cartas y con algunas referencias insertas en la Prensa de
+entonces, se puede conocer al pormenor cómo empleó el tiempo en esta
+ciudad Thiers, y cuan disgustadas dejó por cierto, de su estancia á no
+pocas personas, á quienes puso en situación bien poco airosa, y con
+quienes se condujo de manera harto original y con extraña
+despreocupación.
+
+El sábado 20 de Septiembre de 1845, Thiers llegó á Sevilla en la
+Diligencia, hospedándose en la posada de Europa, establecida en la calle
+de Gallegos, y como quiera que ya de la visita tenían anuncio las
+autoridades y algunas personas de significación, acudieron éstas á
+saludarle á su alojamiento, pero se retiraron de él mohinas y
+contrariadas, cuando los de la posada les hicieron presente que el
+viajero se había retirado á su habitación, dando orden terminante de que
+á nadie en absoluto recibiría.
+
+Aquella noche misma, algunos de los franceses residentes en Sevilla,
+creyendo obsequiar á su compatriota, fueron á darle una serenata, pero
+parece que el ilustre diplomático no estaba tampoco para músicas y no
+dejó muy contentos á los filarmónicos.
+
+Famoso y tradicional es que los extranjeros que por primera vez nos
+visitan, ya por costumbre, ya porque no pueden resistir la seducción, ó
+porque tienen efectivamente gusto en ello, buscan en Andalucía más que
+otra cosa con curiosidad las costumbres y tipos populares, de los que
+tienen la mayoría las más absurdas creencias; y en este punto puede
+decirse que el grave político francés perdió toda su gravedad y se
+propuso en Sevilla echar una cana al aire, como suele decirse, y correr
+su _juerguecita_, creyendo que aquellas calaveradas no habían
+ciertamente de tener resonancia ni pasar á conocimiento de las
+generaciones siguientes.
+
+Así Thiers, el día después de su llegada, 21 de Septiembre, empleó sus
+horas de este modo, que cuenta López Cepero, á su amigo el autor de _El
+dos de Mayo_:
+
+...«Estaba dispuesta una novillada y concurrió á ella dicho personaje,
+rodeado de gente juglar y baladí, muy poco conforme á la categoría que
+se le supone, y con esta chusma pasó toda la noche en un corral de la
+calle Jimios, entre gitanos y mujerzuelas, lo más asqueroso que se usa
+en las fiestas de candil á que sólo aun entre la canalla suele verse
+algún día de campo, estando desterrado en todo lugar y tiempo de la
+gente de mediana educación y decencia.»
+
+El tal corral de la calle Jimios era famoso en Sevilla, y más famoso por
+vivir en él un hombre llamado el _maestro_ Félix, viejo zumbón,
+dicharachero y gitanesco, entre bailarín y _cantaor_, que tenía gran
+popularidad entre el majío y que era pájaro de cuenta por muchos
+motivos.
+
+Este conspicuo sujeto fué el encargado de entenderse nada menos que con
+el famoso Thiers, el cual debió pasar muy buenos ratos en su compañía y
+en el de las hembras y mozos de tronío que para festejar al francés se
+reunieron en la calle Jimios, al olor de un buen pago.
+
+Allí se organizó el baile y hubo vino en abundancia, durando la _juerga_
+dos ó tres días, en los cuales hubo derroche de bebida y comida é hizo
+el francés las mayores locuras, un tanto alegrete por el mosto, llegando
+á esto que, con no poco gracejo, relata el deán sevillano:
+
+Llevó á cabo en el baile «cosas muy ajenas, no ya de persona de tan alto
+rango, sino de todo hombre de regular educación.... Las mozuelas que
+danzaban derribaban con su pie el sombrero que Mr. Thiers tenía en la
+cabeza, y por necesidad formaban con sus piernas un ángulo recto, cuyo
+vértice se acercaba á la cara del observador, el cual, con risas y
+palmadas, aplaudía la desenvoltura, reclamando la repetición.»
+
+En tanto que el francés andaba entregado á aquellas diversiones, la
+gente de letras de Sevilla lo buscaba por todas partes, extrañando mucho
+y no pudiendo explicarse cómo no había parecido ni por el _Liceo
+filarmónico_, ni por la Academia, ni por el Museo de pinturas, ni por
+los teatros, ni por las bibliotecas, ni había mostrado interés alguno en
+conocer los monumentos y las joyas de arte que en ellos se guardan.
+
+Y se dió el caso, que aunque lo esperaban, no fué á visitar la Catedral,
+dejando plantado á López Cepero el día 24; sólo á la mañana siguiente
+entró y salió sin ser conocido, y cuando ninguna de las preciosidades
+que en el templo se guardan pudo admirar.
+
+En resumen, Thiers abandonó Sevilla el viernes 26 de Septiembre,
+teniendo apenas tiempo para comer con el capitán general que lo invitó
+varias veces á su mesa, y dejando con la conducta que siguió en la
+ciudad harto enojados á los sevillanos cultos, como tan claramente se
+desprende de las citadas cartas.
+
+Esta fué la visita del grave historiador francés á la capital de
+Andalucía, y los _estudios_ que para su famosa obra del _Consulado y el
+imperio_ hizo en ella.
+
+
+
+
+LA INAUGURACIÓN DEL TEATRO DE SAN FERNANDO
+
+
+La inauguración del teatro de San Fernando fué un verdadero
+acontecimiento, y al recuerdo de aquella gran temporada de 1847-48, bien
+merece que dedique algunas líneas antes de terminar este libro.
+
+Fué el local que hoy ocupa el coliseo, como es sabido, hospital del
+Espíritu Santo. Este hospital existía desde muy remota fecha y en 1587
+se reunieron en él otros menores, agregándole las rentas de treinta y
+ocho de los que entonces se suprimieron, con lo que creció mucho su
+importancia, comenzando por aquel tiempo á labrar el espacioso edificio
+que ocupaba en la calle Colcheros.
+
+Estaba destinado el hospital para la curación de llagas y de enfermos de
+tisis, y en 1837, al reunirse todos los hospitales en el de la Sangre,
+se trasladó allí por orden de la Junta de Beneficencia, dueña entonces
+del local, que conservó la iglesia y destinó á oficinas y almacenes el
+resto del edificio.
+
+En 1838 celebró allí sus veladas el _Liceo Sevillano_ y en 1844 he
+encontrado las primeras noticias sobre la idea de levantar en el sitio
+un teatro, en estas líneas que se leen en el libro de actas del
+Ayuntamiento, correspondiente á la sesión de 11 de Noviembre:
+
+«Se dió cuenta de un oficio del Sr. Jefe Superior Político, trasladando
+la Real Orden de 2 del actual por la que S. M. concedía su real permiso
+á la _Junta de Beneficencia para construir un teatro en fincas de su
+propiedad_, para acudir al sostén de los objetos de dicho ramo, bajo el
+concepto de que haya de proceder subasta solemne. El Sr. Alcalde leyó
+con este motivo una comunicación que le había dirigido el Sr. Conde de
+Vistahermosa, contestando á otra en que S. S. le recomendaba el pronto
+éxito de este asunto y una carta particular que le acompañaba.»
+
+En Mayo de 1845, vendido ya el edificio por la Junta, el jefe político,
+Hezeta, ofició al Ayuntamiento invitándolo á que se suscribiese por
+algunas acciones á la empresa que se formaba en Sevilla para levantar un
+teatro en la calle de Colcheros, opinando la comisión de Hacienda según
+informe de 28 del citado mes, que la ciudad se debía suscribir por seis
+acciones, en vista de lo cual se acordó en cabildo secreto, conservar
+ciertos derechos sobre el teatro que se edificase. Con esto no se
+conformó la Sociedad, quien en 14 de Junio hizo una solicitud al
+Municipio pidiendo se revocase el acuerdo de los derechos sobre el
+coliseo, cosa que se llevó á cabo.
+
+Pasando por alto las diversas alternativas que sufrió la obra del nuevo
+teatro y los artífices que en ella tomaron parte y otros detalles de
+relativa curiosidad, apuntaré que, terminado el edificio, su exorno y el
+numeroso decorado, se señaló para el día 21 de Diciembre del citado año
+de 1847 la inauguración del teatro con una compañía de ópera, en que
+figuraban artistas de los que más fama gozaban entonces en el mundo del
+arte.
+
+En la lista de aquella compañía aparecen los siguientes cantantes:
+
+_Prima donna absoluta_, Carlota Vittadini; _prima donna_, Luisa Cocco;
+_comprimaria_, Cuterina Persoli; _contralto_, Luisa Perzoli; _primer
+tenor absoluto_, Giovani Soliere; _tenor_, Benedecto Galliani;
+_comprimario_, Antonio Cordero; _primer bajo barítono_, Giusepe Manensi;
+_primer bajo_, Carlos Porto; _segundo bajo_, Antonio Casanova; _maestro
+director_, Vicente Schira; _maestro de coros_, Mateo Torres.
+
+En la citada lista se hace tambien constar que el número de coristas
+llegaría á treinta y cinco, que la orquesta la formarían cuarenta y
+cinco profesores y que el director sería don Silverio López Uria,
+maestro de música muy conocido en Sevilla entonces y compositor á veces
+de medianas piezas y zarzuelas, de las que ya nadie se acuerda.
+
+Antes de la inauguración del teatro se repartió profusamente por la
+ciudad un prospecto, en donde la empresa hacía presente al público lo
+necesario que era cultivar el buen teatro en esta ciudad y el deseo que
+se sentía de tener uno de la importancia del de San Fernando. En aquel
+impreso se leían estas líneas:
+
+«Hace tiempo que esta capital necesitaba un teatro digno de ella.
+Sevilla, que es la primera de Andalucía y la segunda de España,
+reclamaba imperiosamente un edificio de esta clase que por su belleza,
+proporciones y magnificencia pudiese contener con decoro y comodidad al
+público que asiste á estas representaciones. Con efecto, si los teatros
+han sido siempre una muestra de la cultura y civilización de los
+pueblos, forzoso es que hasta en la parte material correspondan á la
+categoría de cada ciudad, y que el mérito de las representaciones esté
+en armonía con su ilustración....» Y más adelante se decía que los
+empresarios, «notando el afán que había en Sevilla por volver á gozar de
+las representaciones _líricas_, enviaron al extranjero, aunque fuera de
+temporada, á una persona entendida para que á cualquier precio les
+ajustara una compañía de excelentes artistas... Nada se atreven á decir
+de su mérito, por más que gocen de alta reputación en Italia, porque
+también ha de juzgarlos el público, y en estas materias es infalible.
+Sólo advierte que la rebaja en los precios de las entradas y
+localidades, no es ahora tan notable como desean, aunque mayor que hasta
+aquí, por los muchos gastos que han hecho para formar su Compañía en
+tiempo extraordinario; mas pueden asegurar al público que en la
+temporada ordinaria que comienza en la Pascua de Resurrección, serán los
+precios más cómodos...»
+
+En el mismo edificio y cercano á la puerta principal, se estableció un
+café llamado de Los Lombardos, en la calle del mismo nombre, café y
+billares que se abrieron al público el 19 de Diciembre.
+
+La noche de la inauguración del coliseo fué, como ya he dicho, el 21, y
+á ella concurrieron las autoridades, las personas más significadas,
+todos los buenos aficionados á la música y las más hermosas mujeres, que
+lucían aquella noche sus más preciadas galas.
+
+La ópera escogida fué _Los Lombardos_, que cantaron la Vittadini, la
+Cocco, Salieri, Galliani y Manensi.
+
+De lo que resultó aquella primera función dan noticias los periódicos de
+la época que entonces veían la luz en la capital, y el _Diario de
+Sevilla_ hacía la más completa descripción, apurando todos los adjetivos
+y frases hechas, que ya se usaban entonces y de las que tanto se ha
+abusado después por los revisteros de teatros.
+
+Por cierto que un periódico que á poco se publicó, llamado _La Platea_,
+apareció llevando en la portada una vista de la sala del coliseo grabada
+en madera, que, aunque de tosco dibujo, da idea de cómo estaba en sus
+comienzos el interior del teatro, con su gran lucerna de aceite
+pendiente del techo, sus anchas lunetas, su tertulia de señoras y su
+telón primitivo, pintado por D. Antonio Cabral Bejarano.
+
+No deja de parecerme de alguna curiosidad el consignar los precios del
+abono para aquella temporada, que constó de _sesenta_ funciones, y que
+eran en esta forma:
+
+_Palcos plateas_, 1.260 reales.--_Palcos principales_, 1.080.--_Palcos
+de tornavoz_, 900.--_Anfiteatro_, 200.--_Lunetas_, 200.--_Delanteros de
+tertulia_, 90.--La entrada costaba tres reales, y las noches de
+_estrenos de óperas ó de iluminación_, llegaba á una peseta.
+
+_Los Lombardos_ debieron gustar bastante al público, pues la ópera se
+representó, después del día de la inauguración, en cuantas noches hubo
+espectáculo hasta el 2 de Enero de 1848 y á la citada obra siguieron
+_Sonámbula_, _Atila_, _Lucrecia Borgia_, _Hernani_ y _Favorita_.
+
+De todas estas, _Atila_ fué la que por entonces más agradó, poniéndose
+muy en boga su partitura en Sevilla, hasta el punto que no había
+tertulia más ó menos cursi, donde no fuera de rigor cantar algún trozo
+de _Atila_, por la joven romántica ó el enamorado galán.
+
+Tres eran los teatros que á la sazón había abiertos en Sevilla: el
+Principal, el de la Misericordia y el de la Feria, y en ellos
+funcionaban en aquel tiempo tres compañías dramáticas, que entusiasmaban
+con _El terremoto de la Martinica_, _La terrible noche de un proscrito_,
+_Marta la romantina_, _El campanero de San Pablo_.
+
+Ninguno de los tres teatros sintió como el viejo Principal la apertura
+del de San Fernando, rival desde aquel día, y rival terrible, del
+coliseo que la famosa Sciomeri había inaugurado á fines del siglo XVIII,
+y por el que habían pasado tantas alternativas prósperas y adversas.
+
+Y así ocurrió, en efecto; desde que se inauguró San Fernando, el
+Principal sintió los desastrosos efectos de una competencia, á la que
+más tarde tuvo que sucumbir.
+
+Ni de aquella primera temporada de 1847 á 1848, ni de las que inmediatas
+le siguieron, me he de ocupar aquí. Recordar sólo aquella inauguración
+del teatro de San Fernando en la noche del 21 de Diciembre de 1847, ha
+sido el propósito que me ha movido á tomar la pluma, cerrando con estas
+líneas el presente libro, donde he reunido algunos apuntes sevillanos de
+interés y curiosidad, algunas _Cosas nuevas y viejas_, cuyo conocimiento
+creo habrá entretenido á mis lectores.
+
+
+
+
+ÍNDICE
+
+
+ PÁGINAS
+Portada
+
+Dedicatoria
+
+Al que leyere...
+
+Los antiguos relojes, 7
+
+Cómo las gastaba un rey, 10
+
+Los primeros inquisidores y sus hazañas, 12
+
+Tradición..., 16
+
+El Cartujano, 18
+
+Antiguas fiestas de toros, 22
+
+Las víctimas de la comunidad en Sevilla, 25
+
+El Pendón Verde, 27
+
+Francisco Guerrero, 31
+
+Los esclavos de Sevilla, 36
+
+Juan de Salinas, 41
+
+El Arenal, 45
+
+Julianillo Hernández, 52
+
+Santa Teresa en Sevilla, 55
+
+Un Ponce de León, 58
+
+Juan del Castillo, 61
+
+Un zapatero de antaño, 65
+
+La puerta de Triana, 67
+
+La Alameda de Hércules, 70
+
+La Hermandad de los Niños Perdidos, 77
+
+Don Luis Sumeño de Porras, 82
+
+Un arcediano y un canónico, 85
+
+El escocés hereje, 87
+
+La moza y el Asistente, 89
+
+El veraneo de antaño en Sevilla, 93
+
+Luís de Vargas, 99
+
+Procesión de Vía-Crucis, 104
+
+Las presas de la Inquisición, 106
+
+Ejecuciones, 108
+
+El Salvador, 113
+
+Juan de las Roelas, 116
+
+Las dos amigas, 121
+
+Los valentones, 122
+
+El Asistente y las fruteras, 125
+
+Herrera el Viejo, 127
+
+Lope de Vega en Sevilla, 132
+
+Confiteros y confiterías, 135
+
+Los moriscos, 139
+
+Caballeros de antaño, 142
+
+El tutor y la pupila, 145
+
+El incendio de «El Coliseo», 147
+
+La madre Catalina y maestro Villalpando, 150
+
+Crueldad de un Asistente, 156
+
+El sastre catalán, 158
+
+El hermano Juan de Jesús, 160
+
+La mulata y la hechicera, 163
+
+Barrabás, 166
+
+Desafíos y riñas entre nobles, 168
+
+El prior de las Cuevas, 171
+
+La monja alférez, 174
+
+La última hazaña de un valentón, 177
+
+La hermosa posadera, 179
+
+Espejo de escribanos, 182
+
+El portugués Perea, 186
+
+El marqués de Buenavista, 188
+
+Un inquisidor humillado, 190
+
+Las tapadas, 192
+
+El maestro Vilches, 196
+
+Una fuga de presos, 198
+
+Las rondas de noche, 200
+
+El contador de la Contratación, 203
+
+Don Bernardino y su mastín, 205
+
+El cabildo eclesiástico y las fiestas de toros, 207
+
+El hijo de Murillo, 211
+
+La embajada japonesa, 214
+
+Cofrades y toros, 217
+
+El obispillo, 220
+
+Duque Cornejo, 222
+
+Los monederos falsos, 225
+
+El loco Amaro, 228
+
+Fray Pedro de San José, 232
+
+Las danzas del Corpus, 234
+
+Las procesiones del rosario, 238
+
+La beata Briguela, 243
+
+El verdugo azotado, 246
+
+Los hermanos del Pecado Mortal, 248
+
+Un partidario del archiduque de Austria, 251
+
+Profanación, 253
+
+Trajes y adornos, 256
+
+Toribio de Velasco, 260
+
+La fiesta de los sastres, 265
+
+Con luz.... y á oscuras, 268
+
+Un hospital de perros, 274
+
+La Rosa Pérez, 276
+
+Cómo empleó un día el rey José, 279
+
+Beneficencia invasora, 283
+
+Las lecturas públicas en el café del Turco, 286
+
+Las damas sevillanas y la bandera liberal, 290
+
+Las Delicias, 294
+
+Mr. Thiers en Sevilla, 298
+
+La inauguración del teatro de San Fernando, 302
+
+
+
+
+
+
+End of the Project Gutenberg EBook of Cosas nuevas y viejas, by
+Manuel Chaves
+
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+things that you can do with most Project Gutenberg-tm electronic works
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+paragraph 1.C below. There are a lot of things you can do with Project
+Gutenberg-tm electronic works if you follow the terms of this agreement
+and help preserve free future access to Project Gutenberg-tm electronic
+works. See paragraph 1.E below.
+
+1.C. The Project Gutenberg Literary Archive Foundation ("the Foundation"
+or PGLAF), owns a compilation copyright in the collection of Project
+Gutenberg-tm electronic works. Nearly all the individual works in the
+collection are in the public domain in the United States. If an
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+ The Project Gutenberg eBook of Cosas nuevas y viejas por Manuel Chaves.
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+Project Gutenberg's Cosas nuevas y viejas, by Manuel Chaves
+
+This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with
+almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or
+re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
+with this eBook or online at www.gutenberg.org
+
+
+Title: Cosas nuevas y viejas
+ (apuntes sevillanos)
+
+Author: Manuel Chaves
+ José Nogales
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+Release Date: April 19, 2011 [EBook #35905]
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+*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK COSAS NUEVAS Y VIEJAS ***
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+Produced by Chuck Greif and the Online Distributed
+Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This file was
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+<div class="figcenter" style="width: 394px;">
+<img src="images/cover.jpg" width="394" height="550" alt="imagen de la cubierta del libro
+Cosas nuevas y viejas
+MANUEL CHAVES
+HISTORIA TRADICIÓN
+DIEGO LOPEZ
+1903" title="imagen de la cubierta del libro" />
+</div>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<p class="c">OBRAS DE MANUEL CHAVES</p>
+
+<p><i>Constancia.</i>&mdash;Novela.&mdash;Imp. de <i>El Cronista</i>.&mdash;1891.&mdash;<i>El
+Posibilista.</i>&mdash;1894.&mdash;Sevilla.</p>
+
+<p><i>Hablar por hablar.</i>&mdash;Colección de artículos literarios, satíricos y de
+costumbres, publicados de 1890 á 1894.&mdash;<i>El Posibilista.</i>&mdash;Sevilla.</p>
+
+<p><i>Bocetos de una época</i> (1820-1840).&mdash;Carta-prólogo de don Manuel Gómez
+Imaz.&mdash;Librería de Fernando Fe.&mdash;1892.&mdash;Madrid.&mdash;Imp. de Francisco Leal,
+etc. Sevilla.&mdash;Un tomo en 8.º.&mdash;270 páginas.</p>
+
+<p><i>Pro-Patria.</i>&mdash;Homenaje á los heroicos hijos de Sevilla don José
+González Cuadrado y don Bernardo Palacios Malaver.&mdash;Primera edición:
+Tipografía de Díaz y Carballo, etc., etc.&mdash;1893.&mdash;Segunda edición:
+Tipografía de Leal y C.ª 1894.&mdash;Sevilla.&mdash;Folleto en 4.º.&mdash;Una lámina.</p>
+
+<p><i>Páginas Sevillanas.</i>&mdash;Sucesos históricos, personajes célebres,
+monumentos notables, tradiciones populares, cuentos viejos, leyendas y
+curiosidades.&mdash;Con una carta-prólogo de don José Gestoso y Pérez.&mdash;Imp.
+de E. Rasco, etc. 1894.&mdash;Sevilla.&mdash;Un tomo en 8.º.&mdash;352 páginas.</p>
+
+<p><i>Pepe-Illo.</i>&mdash;Ensayo biográfico, histórico y bibliográfico.&mdash;Resuche,
+impresor, etc., 1894.&mdash;Folleto en 8.º.&mdash;Dos láminas.</p>
+
+<p><i>Una carta del rey neto</i> y algunas menudencias para ilustrar un capítulo
+de la historia.&mdash;Imp. de Ángel Resuche, etc., etc.
+1894.&mdash;Sevilla.&mdash;Folleto en 8.º.&mdash;Con un retrato y un facsímil.</p>
+
+<p><i>La Semana Santa y las Cofradías de Sevilla de 1820 á 1823.</i>&mdash;Carta al
+duque de T'Serclaes.&mdash;Imp. de E. Rasco. 1895.&mdash;Sevilla.&mdash;Cuaderno en
+folio.</p>
+
+<p><i>D. Bernardo Márquez de la Vega.</i>&mdash;Memorias de la reacción
+absolutista.&mdash;Imp. de <i>El Porvenir</i>, etc., etc. 1896.&mdash;Sevilla.&mdash;Folleto
+en 8.º.</p>
+
+<p><i>Perder el tiempo.</i>&mdash;(Versos).-Con una carta de don Francisco Rodríguez
+Marín.&mdash;Imp. de <i>El Porvenir</i>, etc 1896.&mdash;Sevilla.&mdash;Folleto en 8.º.</p>
+
+<p><i>Historia y bibliografía de la prensa sevillana.</i>&mdash;Prólogo de don
+Joaquín Guichot y Parody, Cronista oficial de la ciudad.&mdash;Imp. de E.
+Rasco, etc. 1896.&mdash;Sevilla.&mdash;Un tomo en folio: XLII-380 páginas.</p>
+
+<p><i>Discurso de recepción</i> leído ante la Academia Sevillana de Buenas
+Letras el día 11 de Abril de 1899.&mdash;Tipografía, Monsalves 17:
+1899.&mdash;Sevilla.&mdash;Folleto en 4.º.&mdash;82 páginas.</p>
+
+<p><i>D. Mariano José de Larra (Fígaro).</i>&mdash;Su tiempo, su vida y sus
+obras&mdash;Estudio biográfico-crítico y bio-bibliográfico.&mdash;Imp. de <i>La
+Andalucía</i>. 1898-1899.&mdash;Sevilla.&mdash;Un tomo en 4.º&mdash;244 páginas.</p>
+
+<p><i>Micer Francisco Imperial.</i>&mdash;Siglo XIV.&mdash;(Apuntes
+bibliográficos.)&mdash;Tipografía, Monsalves 17.&mdash;1899.&mdash;Sevilla.&mdash;Folleto en
+4.º.</p>
+
+<p><i>La Madre y la muerte.</i>&mdash;Poesía escrita sobre el pensamiento de un
+cuento de Hans Cristián Andersen.&mdash;Tipografía de «La Industria», etc.,
+1899.&mdash;Sevilla.&mdash;Folleto en 8.º.</p>
+
+<p><i>El humorismo en la literatura española el siglo XIX.</i>&mdash;Trabajo premiado
+en los Juegos Florales que celebró el Ateneo de Sevilla en 25 de Abril
+de 1900.&mdash;Un folleto.</p>
+
+<p><i>Los teatros de Sevilla en la segunda época constitucional</i>
+(1820-1823).&mdash;Imprenta de F. Marta-García.&mdash;1900.&mdash;Un folleto en
+8.º.&mdash;80 páginas.</p>
+
+<p><i>D. Diego Ortiz de Zúñiga.</i>&mdash;Su vida y sus obras.&mdash;(Estudio biográfico y
+crítico.) Premiado en los Juegos Florales que celebró el Ateneo de
+Sevilla el 4 de Mayo de 1902.&mdash;Imp. de E. Rasco,
+etc.&mdash;1903.&mdash;Sevilla.&mdash;Un folleto en 4.º.&mdash;VIII-100 páginas.</p>
+
+<p><i>Cosas Nuevas y Viejas.</i>&mdash;Apuntes sevillanos.&mdash;Prólogo de don José
+Nogales.&mdash;Sevilla: Tipografía, Sauceda 11.&mdash;Un volumen en 4.º. francés.</p>
+
+<p>
+<br />
+</p>
+
+<table summary="note" border="4" cellpadding="10" style="background-color: #ccccff;">
+ <tr>
+ <td valign="top">Nota del transcriptor: En esta edición se han mantenido las convenciones ortográficas del
+original, incluyendo las variadas normas de acentuación presentes en el
+texto.</td>
+ </tr>
+</table>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<p class="cb">COSAS NUEVAS Y VIEJAS</p>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<p class="cb">MANUEL CHAVES<br />
+&mdash;&mdash;&mdash;</p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 650px;">
+<img src="images/ill_title_2.png" width="550" height="229" alt="Cosas nuevas y viejas" title="" />
+</div>
+
+<p class="cb">(APUNTES SEVILLANOS)<br />
+<br />
+<small>PRÓLOGO DE</small><br /><br />
+D O N &nbsp; J O S É &nbsp; N O G A L E S</p>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<p class="cb">SEVILLA<br />
+&mdash;<br />
+Tipografía, Sauceda 11<br />
+1904</p>
+
+<p>
+<br />
+</p>
+
+<table border="4" cellpadding="5" cellspacing="0" summary="">
+<tr><td align="center"><a href="#INDICE"><b>Al Índice</b></a></td></tr>
+</table>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<p class="cb">SR. D. ENRIQUE CARREÑO</p>
+
+<p>Mi excelente amigo: Á su bizarría, á su generosidad, se debe que estos
+<i>Apuntes sevillanos</i> salgan á la luz pública, reunidos y puestos en
+orden conveniente. ¿Cómo no he de honrarme escribiendo su nombre de Vd.
+en la dedicatoria de este mi nuevo libro?</p>
+
+<p>Grande, sincero y mil veces demostrado es el amor que Vd. tiene por
+Sevilla, y como de cosas de esta nuestra tierra&mdash;<i>viejas</i> unas por su
+antigüedad y <i>nuevas</i> otras, por no ser muy conocidas,&mdash;tratan las
+páginas que siguen, á esto atribuyo la predilección que me manifestó por
+ellas, que muy expuesto estuviera á equivocarme si á vanidad de autor
+pudiera achacar otra cosa.</p>
+
+<p>Siguiendo relativo orden cronológico van esos breves artículos, que en
+las columnas de <i>El Liberal</i> gozaron un día cierto favor del público:
+por eso nada he querido alterar de ellos, pues ampliándolos ó dándoles
+otra forma, perderían ciertamente el carácter que tuvieron al ser
+trazados y que he deseado conservar.</p>
+
+<p>La variedad de los asuntos que forman este libro, me hace sospechar que
+ha de mover algo el interés del lector curioso, á quien, como á Vd.,
+ofrezco ya un detalle de las costumbres de nuestros antepasados, ya la
+biografía de un sevillano ilustre, ya la descripción de algún monumento,
+ó ya, en fin, la noticia de cualquier caso interesante, habiendo tenido
+buen cuidado de basar todos mis escritos sobre auténticos documentos
+originales ó sobre noticias del más autorizado origen, no ocultando
+nunca, para mayor crédito, su procedencia.</p>
+
+<p>¿Qué más he de decir á Vd. en estas líneas, que ya para dedicatoria
+podrán parecerle largas?.... Pongo punto y reciba una vez más la muestra
+del reconocimiento y la amistad de su affmo.</p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 600px;">
+<img src="images/ill_signature.png" width="500" height="172" alt="firma, Manuel Chaves" title="" />
+</div>
+
+<p><i>Enero, 1904.</i></p>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<p><a name="page_001" id="page_001"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 212px;">
+<img src="images/ill_001.png" width="212" height="37" alt="Al que leyere..." title="Al que leyere..." />
+</div>
+
+<p>Este es un libro que yo vi nacer: mejor dicho, que contribuí un poco á
+que naciera. Por esto me juzgo ligado á él con ciertos vínculos
+espirituales que me redimen de aquella virginidad de prólogos en que
+hasta ahora he vivido. Ni los hice para los libros ajenos, ni los pedí
+para los míos.</p>
+
+<p>Y es que, para los ajenos, creí siempre que me faltaba autoridad; y para
+los míos, que me faltaba aquella cualidad excelente que tendrían que
+poner de manifiesto por anticipado juício de la obra.</p>
+
+<p>Con el presente libro todo aquel propósito casi huraño ha venido á
+tierra, y ya he dicho la razón. Ahora, lo que quiero decir al público es
+cómo debemos alegrarnos de que lo efímero y volandero se haya fijado en
+moldes estables y, como ahora se dice, definitivos.</p>
+
+<p>He aquí cómo nació este libro: en Enero de 1901 comenzó la publicación
+de <i>El Liberal</i> en Sevilla, de<a name="page_002" id="page_002"></a> que fuí Director durante algunos meses,
+con verdadero regocijo de mi alma. Esta satisfacción tenía dos motivos
+de índole sentimental: que era <i>El Liberal</i> y se publicaba en Sevilla.</p>
+
+<p>Al empezar, dije á Manuel Chaves:&mdash;¿Por qué no haces una sección tuya,
+en que nos traigas algo de lo mucho que sabes y conoces, acomodándolo al
+paladar del público numeroso y al molde especial del público moderno?</p>
+
+<p>Estas invitaciones al trabajo no se le dirijen en balde á Manuel Chaves,
+uno de los espíritus trabajadores é inquietos que afirman, frente á la
+<i>Andalucía legendaria y pasiva</i>, la <i>Andalucía productora é
+inteligente</i>.</p>
+
+<p>Desde el segundo ó el tercer número de <i>El Liberal</i> apareció la sección
+titulada «<i>Cosas nuevas y viejas</i>». Lo que comenzó en Enero acabó en
+Diciembre. Un año, día por día, servimos á los lectores la paciente
+labor de Chaves, que era, burla burlando, un pedazo de historia,
+fragmentaria, anecdótica, concentrada, en que había de todo: desde lo
+trágico á lo exquisito; desde lo terrible á lo picaresco.</p>
+
+<p>Y esto&mdash;hay que decirlo lealmente&mdash;aun sin tener en cuenta otras
+valiosas condiciones de la producción, revela una profunda cultura y un
+magno esfuerzo, que supone por anticipado muchos años de trabajo
+perseverante y abrumador, no recompensado sino por la estimación del
+público.</p>
+
+<p>Acaso porque todos, confesándolo ó no, apreciamos en mucho aquellas
+cualidades en que no abundamos, yo admiro la obra paciente é
+inteligentísima de los eruditos, de los bibliógrafos, de los
+escudriñadores de las fuentes vivas en nuestra literatura, en<a name="page_003" id="page_003"></a> nuestra
+ciencia y en nuestra historia. Y esta obra de perseverancia y sabiduría
+se realiza con admirable solidaridad. Como en los esfuerzos científicos,
+estos empeños literarios se enlazan, se completan, se ordenan á través
+de los años y de los siglos.</p>
+
+<p>Sevilla fué siempre, y lo es ahora, un admirable taller para esta
+persistente labor de sabiduría. Yo tengo ganas de decir al «gran
+público», á ese público que está formado por cientos de miles de
+lectores diarios, quiénes son y qué representan en la moderna cultura
+española esos eruditos andaluces cuyos nombres llegaron á él á través de
+las Academias, de las Corporaciones oficiales, de las referencias
+volanderas de los periódicos en notas fugaces é inexpresivas.</p>
+
+<p>El círculo de lectores se va ensanchando: este es un excelente síntoma;
+la Prensa, <i>machete en mano</i>, abre sendas claras y ventiladas en el
+bosque enmarañado de nuestra ignorancia secular. Ella abre el camino; el
+<i>convoy</i> viene detrás. Es un error el de los que creen que la Prensa
+absorbe por completo y para siempre la parte de inteligencia activa con
+detrimento del más hondo y apacible saber. La Prensa abre camino, hace
+lectores....</p>
+
+<p>Uno de nuestros propósitos era ese: utilizar la Prensa como vehículo y
+cargar en ella la cantidad de <i>cosas viejas</i> que admitiese: así se irían
+repartiendo. Para esto&mdash;exigencias inevitables del público&mdash;había que
+escoger lo raro, lo ameno, lo interesante: aún no está el <i>niño grande</i>
+para ingerir muchas y serias dosis de paciente estudio.</p>
+
+<p>Y Manuel Chaves cumplió su encargo tan liberalmente, que con aquella
+serie de <i>Cosas</i> ha podido<a name="page_004" id="page_004"></a> componer el presente volumen, ya <i>pasado en
+autoridad de cosa juzgada</i>, y lo que es más, aplaudida.</p>
+
+<p>Seguramente ha de haber alguna flor fresca en el ramillete, pues Chaves
+tenía materia sobrada á mano, y no es hombre que se la reserve, al
+contrario de otros eruditos, que todo lo que pueden lo reservan como si
+ganara réditos. Y ¡cuántas otras cosas sabrosísimas, de gran interés
+literario é histórico, habrá tenido que reservar y dejar en el fondo de
+los cajones, por esta ridícula meticulosidad que ahora nos ha entrado,
+por esta pudibundez externa que destierra todos los desenfados del
+ingenio antiguo, aunque permite toda licencia al ingenio contemporáneo!</p>
+
+<p>No podemos reproducir los felicísimos y audaces rasgos de nuestra
+literatura picaresca, moralmente inofensiva, porque el donaire es
+ingenuo, natural y bien encaminado, mientras corren, exquisitamente
+encuadernadas, todas las alambicadas porquerías de la literatura
+francesa,&mdash;que no tienen acceso en otras naciones&mdash;y esto me hace pensar
+en el antiguo problema de si la moralidad será cuestión de climas... y
+de lenguajes.</p>
+
+<p>Me place lo exquisito de esa literatura, aunque se acomoda mi ánimo
+mejor á los sabrosos desenfados de la nuestra.</p>
+
+<p>Y es que adoro nuestras formas castizas, nuestro «modo de hacer», el
+resplandor de nuestro ingenio solariego, la gracia ingenua, socarrona y
+admirable de nuestros grandes escritores. Y es más: pienso en que los
+señores franceses venían en los siglos XVI y XVII á buscar comedias, á
+buscar Autos, á buscar novelas, á empaparse en nuestro ambiente, para
+<i>fusilar</i><a name="page_005" id="page_005"></a> nuestra producción, hacerse el paladar y revendernos la
+«lengua de <i>Molière</i>» en nuestra propia salsa...</p>
+
+<p>Era una especie de combinación como la que ahora hacen con nuestros
+vinos. Allá van nuestros mostos blancos, fuertes, <i>sensuales</i>,
+apetecibles. Los <i>tiñen de negro</i> con singular maestría, los perfuman,
+los aderezan, los disponen con sugestivo <i>bouquet</i>, y nos los revenden
+con fe de bautismo de Burdeos ó de Borgoña... Total, seis botellas que
+vienen, representan el valor de una <i>pipa</i> que va. Ni más ni menos. Son
+gastos de nacionalización que nos cargan en cuenta.</p>
+
+<p>Y, ahora que recuerdo: Manuel Chaves también ha pasado la frontera y nos
+lo han devuelto, con un acento de lo más tirano. En los periódicos
+taurinos del Mediodía, de la Provenza, figura <i>Chavés</i> como una
+autoridad <i>in ré</i> taurina, por aquellos folletos sobre <i>Pepe Illó</i>... y
+demás documentos <i>del ramo</i>, que ha sacado á luz. Es delicioso.</p>
+
+<p>Lo que quise decir&mdash;y no es poco&mdash;es que Chaves es un escritor que pasó
+la frontera, precisamente por lo castizo, por lo apegado á nuestro
+riñón, por lo que tiene de <i>españolizado</i>, por sus <i>cosas viejas</i>, que
+son nuestras cosas.</p>
+
+<p>Y si esto se estima en el extranjero, ¿cómo no lo habíamos de estimar en
+nuestra casa!</p>
+
+<p>Sí se estima. Lo sé. He podido apreciarlo precisamente en estas <i>Cosas
+viejas</i>, en cuyo nacimiento me llamo un poco á la parte. Cartas sobre
+las tales <i>Cosas</i>, recordatorios, adiciones, rectificaciones, oposición,
+aprobación, me daban á entender que interesaban.<a name="page_006" id="page_006"></a></p>
+
+<p>Si interesaron entonces, ¿cómo no ahora? Ahora y siempre.</p>
+
+<p>Son <i>Cosas</i> incitantes, regocijadas ó trágicas, pero andaluzas. Juntas,
+no tienen más fin que el de presentar un <i>estado de alma</i>; separadas, no
+tienen más objeto que regocijar al lector ó hacerle sentir la <i>angustia
+de lo histórico</i>....</p>
+
+<p>Por uno y otro propósito, mi parabién á Manuel Chaves; mi aplauso al
+conjunto de eruditos sevillanos, de grandes artistas, de pacientes
+trabajadores en el orden intelectual, que han formado una de las bases
+de nuestra cultura moderna.</p>
+
+<p>De Sevilla hay que hablar mucho. Pero mucho. Dios dirá.</p>
+
+<p class="r">JOSÉ NOGALES.</p>
+
+<p><a name="page_007" id="page_007"></a></p>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 398px;">
+<img src="images/ill_007.jpg" width="398" height="108" alt="barra decorativa" title="" />
+</div>
+
+<h3><a name="LOS_ANTIGUOS_RELOJES" id="LOS_ANTIGUOS_RELOJES"></a>LOS ANTIGUOS RELOJES</h3>
+
+<p>Tradición es, y aun lo afirman algunos historiadores autorizados, tales
+como Méndez Silva y Mariana, que el primer reloj de torre que se conoció
+en España lo tuvo Sevilla y que éste se instaló en 1400.</p>
+
+<p>Aquel año vino á esta ciudad el rey don Enrique III, que parece
+presenció la ceremonia de colocar en la Giralda el reloj, dándose al
+acto toda la importancia que merecía, como así lo señalan las crónicas.</p>
+
+<p>Construyó la campana del reloj, por encargo del arzobispo don Gonzalo de
+Mena, un maestro llamado Alfon Domínguez, del cual existen diversas
+memorias, constando también que el reloj y la campana quedaron
+instalados en los comienzos del mes de Julio del citado año de 1400.</p>
+
+<p>Un historiador moderno, al tratar este asunto, escribe: «Que aunque se
+dice de Valencia que por acuerdo del Consejo general en 16 de Julio de
+1378 se encargó un reloj de torre á cierto mecánico extranjero de paso
+por la ciudad, sólo consta que en 1403 y en 12 de Febrero resolvió aquel
+municipio labrar una campana, y que batiesen<a name="page_008" id="page_008"></a> las horas dos servidores
+asalariados á este propósito.»</p>
+
+<p>Podrán estas noticias ser puestas en duda, pero respecto á que muy á los
+comienzos del siglo XV existía en Sevilla un reloj de torre, hay un dato
+indudable en las palabras del médico Juan de Aviñón, que en su libro
+<i>Sevillana Medicina</i>, hacia 1418, dice: «Y como quiera que agora seria
+grave de comer á estas horas ciertas, de aqui adelante nonserá grave por
+cuanto nuestro señor el arzobispo de Sevilla, que mantenga Dios <i>mandó
+facer un relox que ha de tañer veinticuatro badajadas</i>.»</p>
+
+<p>Después del reloj de la Catedral, es el más antiguo de los públicos de
+Sevilla, el reloj de la torre de San Marcos, que data de 1553, y sobre
+el cual existe esta noticia en un acuerdo de las actas capitulares, en
+el cabildo de 22 de Agosto de 1585, donde se nombró á Francisco Ximénez
+de Bustillos, mayordomo, para que hiciese aderezar los relojes de San
+Marcos y San Lorenzo, «concertándole en el oficial que lo hubiese de
+hacer, por lo menos que pudiese, informándose, además, de persona hábil
+que se encargara de su reparo y aderezo, dando de ello cuenta á la
+ciudad para que se le nombrase y señalase salario.»</p>
+
+<p>La campana del reloj de San Marcos tiene grabada una inscripción latina
+que traducida al castellano, dice:</p>
+
+<p>«<i>Nada hay más veloz que el tiempo y para que no se malgaste, señala o
+insigne Sevilla, á tus moradores las horas.&mdash;El Senado y el pueblo de
+Sevilla, cuidó de construir este reloj con sus caudales, para el bien
+público, el año de Cristo Salvador de 1553.</i>»</p>
+
+<p>Antes de esta fecha, en 1576, era relojero de San Marcos y San Lorenzo
+el maestro Diego Flamenco, quien percibió por el cargo de <i>concertar los
+relojes</i> 18.000 maravedís anuales, y en 1589 pruébase que el Cabildo
+tenía<a name="page_009" id="page_009"></a> algo abandonado atender á cargo tan importante, por el siguiente
+documento inédito:</p>
+
+<p>«Juan Salado y Matías del Monte, relojeros; decimos que por mandato de
+vuestra señoria tenemos encargo de concertar los relojes desta ciudad
+como maestros en dicho arte los cuales habemos concertado, y gastado
+nuestro dinero en aderezarlos. Y porque cada dia se ofrecen cosas que
+aderezar en ellos en que es necesario gastar dinero. Y pedimos y
+suplicamos a vuestra señoria atento lo susodicho nos mande librar... a
+cuenta de nuestro salario porque cualquier otro maestro que los
+aderezase se le había de pagar lo que gastara en ello, por estar muchas
+piezas quebradas las cuales se han de nuevo y nosotros no pedimos se nos
+mande librar sino por cuenta de nuestro salario y por ello... <i>Matias
+del Monte</i>&mdash;<i>Juan Salado</i>».&mdash;(Escribanía de Cabildo, siglo XVI).</p>
+
+<p>La campana lleva además grabadas las armas de la ciudad y bajo ellas se
+hace constar que aquel es escudo hispalense.</p>
+
+<p>En 1776 se quitó la primitiva máquina de San Marcos, estrenándose el
+nuevo reloj en 13 de Junio del citado año, habiendo sido construído en
+Londres por Tomás Hatton, según se lee grabado en la esfera interior,
+que es de metal, encontrándose además en dicha esfera el nombre de
+Eugenio Escamilla, que fué nombrado relojero del Ayuntamiento de Sevilla
+en 25 de Febrero de 1789.</p>
+
+<p>El reloj de la torre de San Lorenzo fué también colocado á fines del
+siglo XVI y el que actualmente existe se puso en 1853 siendo construído
+por José Manuel Zugasti en Bilbao, que hizo además el de la torre de la
+plaza del Altozano.</p>
+
+<p>De otros antiguos relojes de Sevilla he de recordar también el de la
+Audiencia, el del Oratorio de San Felipe<a name="page_010" id="page_010"></a> Neri, el del convento de los
+Remedios, el de los Jerónimos, que ya no existen, el de La Cartuja y el
+de San Agustín, que se estrenó en 27 de Junio de 1749.</p>
+
+<h3><a name="COMO_LAS_GASTABA_UN_REY" id="COMO_LAS_GASTABA_UN_REY"></a>CÓMO LAS GASTABA UN REY</h3>
+
+<p>En el viaje que en 1455 hizo á Sevilla Enrique IV, <i>El Impotente</i>,
+acompañábale con su corte&mdash;dicen los autores&mdash;un número considerable de
+moros principales y ricos, los cuales gozaban de gran favor con el
+veleidoso monarca.</p>
+
+<p>Mandóse alojar á aquéllos en las casas de nobles y de acaudalados
+sevillanos, tocando á D. Diego Sánchez de Orihuela, hospedar uno llamado
+Monjarras, que era hombre joven, apuesto y de violento carácter, y el
+cual hubo de enamorarse de una hija soltera que D. Diego tenía.</p>
+
+<p>Esta parece que correspondió al fin á los deseos del hijo del Profeta:
+pero el bueno de Monjarras, no contento con ello, la robó de la paterna
+casa y la sacó de Sevilla<a name="page_011" id="page_011"></a> casi por la fuerza, y sin pararse en
+melindres, como persona apasionada y de alientos que era.</p>
+
+<p>Y sucedió luego que, cuando Sánchez de Orihuela y su esposa acudieron al
+Alcázar á pedir justicia al rey, éste los recibió con enojo y tuvo la
+frescura de decirles que, en vez de venir á quejarse, debieran haber
+guardado más á la hija: contestación villana que causó la indignación de
+cuantos la oyeron.</p>
+
+<p>Mandó luego D. Enrique que nunca más volviera á su presencia la afligida
+madre, y divulgadas las noticias de estos actos por la ciudad, el pueblo
+se irritó muchísimo y comenzóse á reunir gente delante del Alcázar en
+actitud nada pacífica; mas esto, lejos de variar la opinión del rey, le
+llevó hasta querer salir á desafiar al pueblo, cosa de que le hizo
+desistir el prudente consejo del conde de Benavente.</p>
+
+<p>El resultado de todo fué que Monjarras quedó sin ningún castigo, pues
+ninguna diligencia se hizo contra él; que los padres quedaron sin
+recibir satisfacción á su deshonor, y que el monarca procedió en aquella
+ocasión de la más indigna manera: lo cual no era extraño, tratándose,
+como se trataba, de un rey cuya figura es de las más antipáticas en la
+historia.<a name="page_012" id="page_012"></a></p>
+
+<h3><a name="LOS_PRIMEROS_INQUISIDORES_Y_SUS_HAZANAS" id="LOS_PRIMEROS_INQUISIDORES_Y_SUS_HAZANAS"></a>LOS PRIMEROS INQUISIDORES<br />
+<small>Y SUS HAZAÑAS</small></h3>
+
+<p>Al año de 1480 se remonta la fundación en Sevilla del tribunal de la
+Inquisición, año en que el Papa dió, á instancia de los Reyes Católicos,
+la bula autorizando aquel establecimiento, y en 27 de Diciembre mandó
+Fernando V á las autoridades de nuestra ciudad, que protegiesen á los
+señores del Santo Oficio, que se disponían á pasar á ésta para purgar de
+herejía á cuantos cogiesen por delante.</p>
+
+<p>Y en efecto, á los pocos días llegaron á Sevilla los primeros
+inquisidores, que fueron el provincial fray Miguel, el vicario fray
+Juan, del orden de Santo Domingo, y el doctor Medina, clérigo de San
+Pedro, los cuales eran tres mozos como escogidos de intento para la
+misión que se proponían llevar á cabo.</p>
+
+<p>Tan listos anduvieron éstos en sus diligencias, que el 2 de Enero de
+1481 se dieron ya las primeras providencias emanadas de la Inquisición,
+y las cuales eran nada menos que mandar prender á los cristianos nuevos,
+amenazando también á los títulos de Castilla con la privación de ellos
+si no acataban al Santo Oficio.</p>
+
+<p>Por entonces era asistente de Sevilla D. Diego de Merlo, y como este
+buen señor era fervoroso devoto de las órdenes religiosas, se dispuso
+con todo el peso de su autoridad, á proteger á los inquisidores,
+tomándoles en<a name="page_013" id="page_013"></a> mayor afecto y prestándose á ayudarlos cuanto pudiese en
+sus diligencias.</p>
+
+<p>Así lo consigna un testigo contemporáneo tan autorizado como el
+bachiller Andrés Bernáldez, cura de Los Palacios, el cual escribe á este
+propósito en su <i>Crónica de los Reyes Católicos</i>:</p>
+
+<p>«En muy pocos días, por diversos modos y maneras, supieron (los
+inquisidores) toda la verdad de la herática pravedad malvada, é
+comenzaron de prender hombres é mujeres de los más culpados é
+metiéronlos en San Pablo: é prendieron luego algunos de los más honrados
+é de los más ricos, <i>Veinticuatros y Jurados, bachilleres é letrados</i>, é
+hombres de mucho favor: á éstos prendía el Asistente, é des que esto
+vieron huyeron de Sevilla muchos hombres é mujeres: y viendo que era
+menester, demandaron los inquisidores el Castillo de Triana, donde se
+pasaron presos, é allí ficieron su audiencia, é tenían su Fiscal, é
+Alguacil é Escribano, é cuanto era necesario, é hacía proceso, según la
+culpa de cada uno, é llamaban Letrados de la ciudad seglares, é á el
+Provisor, al ver de los procesos é ordenar de las sentencias, porque
+viesen cómo se hacía la justicia é no otra cosa: é <i>comenzaron de
+sentenciar para quemar en fuego</i>, é sacaron á quemar <i>la primera vez</i> á
+Tablada seis hombres é mujeres que quemaron: é predicó Fray Alonso de
+San Pablo, celoso de la fe de Jesucristo, el que más procuró en Sevilla
+esta Inquisición: é él no vido más de esta quema, que luego dende á
+pocos días murió de pestilencia, que entonces en la ciudad comenzaba de
+andar.»</p>
+
+<p>El primer auto de fe, de condenados á las llamas, se celebró, pues, en
+Sevilla el 6 de Enero de 1481 y el segundo el 26 de Marzo, en que
+perecieron en la hoguera diez y siete reos, yendo tan en aumento el celo
+de<a name="page_014" id="page_014"></a> los inquisidores, que durante siete años fueron quemadas más de
+seiscientas personas y penitenciadas unas cinco mil.</p>
+
+<p>El ya citado Bernáldez apunta en su crónica algunos de los nombres de
+las personas más señaladas que aquí fueron las primeras víctimas de la
+inquisición, citando entre otras al rabí Diego Susón, padre de la
+célebre y hermosa judía conocida por la <i>Susona</i>, y á los acaudalados
+hebreos Manuel Sauli y Bartolomé Torralva, al alcalde de la justicia
+Juan Fernández Albolasia, al doctor Savariego, fraile de la Trinidad, y
+á otros muchos, apuntando también «que quemaron infinidad de huesos de
+los corrales de San Agustin é San Bernardo, de los confesos que allí
+había enterrados sobre sí, al uso judaico.»</p>
+
+<p>El edificio que hoy ocupa la plaza de abastos de Triana, está destinada
+á este uso desde 1825, y hasta 1785 ocupó aquel lugar el sombrío
+castillo de San Jorge, donde estableció el tribunal la Inquisición.</p>
+
+<p>La antigüedad del castillo era grande, pues se dice que á raíz de la
+reconquista lo entregó Fernando III á los Caballeros de la Orden de San
+Jorge, que allí tuvieron largo tiempo su alcaide, que tenía á su cargo
+la inspección del edificio.</p>
+
+<p>Establecido en él el tribunal odioso, fué teatro de las más espantosas
+escenas, y hasta poco antes de su derribo, existían en los muros tres
+lápidas con inscripciones latinas, las cuales recordaban los horrores
+del tribunal.</p>
+
+<p>Decía así en la primera:</p>
+
+<p>«<i>Este santo tribunal de la Inquisición contra la perversidad de los
+herejes en los reinos de España tuvo principio en Sevilla en 1481,
+ocupando la silla apostólica Sixto IV, quien la concedió á instancia de
+Fernando V é Isabel, que reinaban en dichos reinos. Fué el primer
+inquisidor general<a name="page_015" id="page_015"></a> Fr. Tomás de Torquemada, Prior del convento de Santa
+Cruz de Segovia, de la orden de predicadores. ¡Quiera Dios que
+permanezca hasta fin del mundo, para amparo y aumento de la fe!
+Levántate, Señor, y juzga tu causa. Cógenos las zorras engañosas.</i>»</p>
+
+<p>La segunda estaba concebida en estos términos:</p>
+
+<p>«<i>Año del Señor de 1481, siendo Pontífice Sixto IV y reyes de las
+Españas y de las Sicilias los católicos D. Fernando y D.ª Isabel, tuvo
+principio aquí el sagrado tribunal de la inquisición contra los herejes
+judaizantes, donde después de la expulsión de los judíos y moros hasta
+el año de 1524, en que reina el divo emperador de romanos, sucesor de
+los mismos reinos por derecho materno, y siendo inquisidor general el
+reverendísimo D. Alonso Manrique, arzobispo de Sevilla, <small>VEINTE MIL
+HEREJES</small> y más abjuraron el nefando crimen de la herejía, y de todos más
+de <small>MIL</small> obstinados en sus herejías por derecho fueron <small>ENTREGADOS AL FUEGO
+Y QUEMADOS</small>.</i>»</p>
+
+<p>Por último, en la tercera se leían estas palabras:</p>
+
+<p>«<i>Ayudando y favoreciendo los pontífices Inocencio VIII, Alejandro VI,
+Pio III, Julio II, León X, Adriano VI, que, siendo cardenal de las
+Españas é inquisidor general, fué ensalzado á Sumo Pontificado, y
+Clemente VII, por mandado y á expensas del emperador nuestro señor, hizo
+poner estos letreros el Lic. de la Cueva, dictándoles D. Diego de
+Cortegana, arcediano de Sevilla. Año del Señor 1524</i>.»</p>
+
+<p>Estas eran las inscripciones edificantes que existían en los muros de la
+Inquisición sevillana, que conviene ser recordadas como muestras de los
+buenos tiempos.<a name="page_016" id="page_016"></a></p>
+
+<h3><a name="TRADICION" id="TRADICION"></a>TRADICIÓN...</h3>
+
+<p>La tradición toledana del Cristo de la Vega, que dió origen á la
+conocida leyenda de Zorrilla, <i>A buen juez mejor testigo</i>, existe
+también en Sevilla con alguna variante; así lo prueban Fray Juan de
+Zalamanco en su <i>Merced de María Coronado</i>, Pedro de San Cecilio, en sus
+<i>Anales de la Orden de los mercenarios</i>, Fray Juan de Mesa, Muñana y
+Alonso Sánchez Gordillo.</p>
+
+<p>Más probable es que el autor de <i>Don Juan Tenorio</i> se inspirase para su
+hermosa leyenda, en este caso, que en los sucesos narrados en la
+<i>Cántiga LXI</i> de D. Alfonso y los <i>Castigos y documentos</i> del rey D.
+Sancho que cita el Sr. Picón como orígenes de <i>A buen juez, mejor
+testigo</i>.</p>
+
+<p>En el archivo municipal de Sevilla existe una relación del suceso que no
+deja de ser curiosa.</p>
+
+<p>Cuéntase allí, que un caballero dió palabra de casamiento á cierta dama
+sevillana y noble, poniendo por testigo á la Virgen de la Merced, cuya
+escultura existía en la iglesia del convento del mismo nombre. Alcanzó
+por tal medio el galán los favores de la bella, pero harto quizás luego
+de sus caricias, negóse á cumplir la empeñada palabra, con lo cual la
+dama, que no tenía testigos del juramento dado, se le ocurrió la
+original idea de poner por testigo á la imagen.</p>
+
+<p>La señora y el caballero, acompañados de un escribano<a name="page_017" id="page_017"></a> y de numeroso
+público, acudieron al templo donde había de verificarse el extraño
+juício, consintiendo en aquella prueba el seductor, pues, como dice
+Sánchez Gordillo: «Al caballero le pareció que así no le había de
+convencer, porque la imagen no había de contestar por milagro.»</p>
+
+<p>Y el mismo autor añade «que llegando á la presencia de la Virgen, y
+puestos los ojos en ella, le dijo la mujer:&mdash;Señora mía: Vos sois
+testigo de que este hombre, invocando á vos, me dió palabra de ser mi
+marido, y mediante ello me obligó.&mdash;Dicho esto, la imagen bajó la cabeza
+como afirmando la verdad de lo que la mujer decia, y el caballero quedó
+convencido.»</p>
+
+<p>El estupendo suceso ocurrió, por lo que afirman muy seriamente los
+escritores, en 1400. La escultura se conserva hoy en el convento del
+Socorro con la cabeza inclinada, según dicen, sin que se sepa que haya
+vuelto á mezclarse en que los galanes cumplan su palabra ó la dejen de
+cumplir.... Verdad es que milagros de este calibre no son para todos los
+días.<a name="page_018" id="page_018"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_CARTUJANO" id="EL_CARTUJANO"></a>EL CARTUJANO</h3>
+
+<p>Así es conocido, más que por su verdadero nombre de Juan de Padilla, el
+poeta sevillano, autor de <i>El Retablo de Cristo</i> y <i>Los doce triunfos de
+los doce apóstoles</i>, los dos poemas alegóricos más importantes que
+produjo la lengua castellana en los fines del siglo XV y principios del
+XVI.</p>
+
+<p>Según las más recibidas noticias, nació Padilla en nuestra ciudad en
+1468, perteneciendo su linaje á gente bien acomodada y que de antiguo
+tenían su asiento y residencia en la población, debiendo desde su
+primera juventud consagrarse al estudio y cultivo de las musas, pues á
+la edad de veinticinco años, cantó en un poema las hazañas del famoso
+don Rodrigo Ponce de León, poema titulado <i>Laberinto del marqués de
+Cádiz</i>, que fué impreso en Sevilla por Ungut y Polono en 1493.</p>
+
+<p>Esta obra estaba dedicada á la duquesa de Arcos; se componía de unas
+cien coplas, y según hace constar en su <i>Tipografía Hispalense</i> don
+Francisco Escudero, no existe hoy de ella ejemplar alguno.</p>
+
+<p>El <i>Laberinto</i> es la única producción que de Juan de Padilla se conoce,
+escrita siendo seglar, pues las otras salieron de su pluma cuando ya era
+monje en el monasterio de la Cartuja, donde, según expresión de
+Fernández Espino, «pasó su vida en el solitario claustro... consagrado<a name="page_019" id="page_019"></a>
+al estudio, á la contemplación del Altísimo y á ensalzar sus
+maravillas.»</p>
+
+<p>De esta sosegada y pacífica existencia resulta, que la vida de nuestro
+poeta tiene en verdad pocos incidentes variados y no ofrece más interés
+que los de cualquier vulgar y oscuro fraile de aquellos que retirados en
+sus conventos veían deslizar los años iguales y monótonos.</p>
+
+<p>Al cartujano Juan de Padilla se debe el poema <i>Retablo de la vida de
+Cristo</i>, que terminó en Diciembre del año 1500, cuya lectura no resiste
+hoy el más cachazudo lector y que fué obra impresa en Sevilla entrado ya
+el siglo XVI.</p>
+
+<p>Diez y ocho años más tarde, y cuando fray Juan de Padilla contaba 50 de
+edad, ponía término á otro poema titulado <i>Los doce triunfos de los doce
+apóstoles</i>, que es la principal de sus producciones, y acerca de la cual
+ha escrito el autor del <i>Curso histórico-crítico de la literatura
+española</i>:</p>
+
+<p>«Donde halló Padilla libre campo á sus estudios literarios y para gloria
+de Jesús mismo y de sus discípulos fué en <i>Los doce triunfos</i>. La
+intención de seguir las huellas de Dante vese tan marcada en este poema,
+aun más que en el <i>Laberinto</i> de Juan de Mena. Pero el asunto del vate
+cartujano dábale material más apropósito para seguir la imitación de la
+<i>Divina Comedia</i>. Aunque llena también su mente de las bellezas
+virgilianas, más ascético que Dante, si lo imita con frecuencia, no
+escogió un gentil como éste para guía, sino á san Pablo, quien le dirige
+y acompaña por los lugares en que los apóstoles ilustraron su vida con
+su elocuente palabra, con sus virtudes y aun con el martirio. Conducido
+siempre por san Pablo, entra en las regiones donde sufren tormento los
+idólatras, los nigromantes, los hechiceros y otra multitud de réprobos,<a name="page_020" id="page_020"></a>
+partiendo de allí á la santa Jerusalén, mansión de los bienaventurados.»</p>
+
+<p>Como muestra del estilo del poema, copio estas estrofas sacadas al azar
+del <i>Triunfo noveno</i>, no desemejante á todos las demás:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«Yo que lo alto del cielo miraba</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">bien, como hace el astrónomo sabio,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">cuando resguarda por el astrolabio</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">lo que del polo saber deseaba,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">vi que de parte del <i>Euro</i> botava</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">el gran <i>Sagitario</i>, con arco tirando</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">saeta de fuego, que pasa vibrando</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">los aires, y nuve que dura hallaba,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">siendo la causa que crepa tronando.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Y vi que tenía de dentro patente,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">el grado primero d'aqueste centauro,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">al Fi de <i>Latona</i> con rostro de auro,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">según se nos muestra contino nitente.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">El gran <i>Ofiulco</i>, con él de presente,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">con la <i>Serpiente</i> yo vi que salía;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y, por el contrario, cansado caía</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">el can á la parte de nuestro occidente,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">ya que la <i>Liebre</i> se nos escondía.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Aqui tiene casa por la delantera</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;"><i>Júpiter</i> alto por cosa preciosa;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">en esta se goza y en otra reposa</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">poco, teniéndolo por lo trasera.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Contempla, contempla la causa primera,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">me dijo mi Guía muy súbitamente;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">esto perquiere la estólida gente</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">dando cien vueltas al polo y esfera,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">que fueron criados del Omnipotente.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Miran á veces las Exaltaciones</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">los Trinos y Cuartos, y más los Sextiles,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y las Conjunciones con buenos oviles,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">malas hallando las oposiciones,<a name="page_021" id="page_021"></a></span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">asi que mirando las constelaciones,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y augurantes á do no conviene;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">por el contrario, su punto les viene</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de lo que piensan en sus corazones,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de bien ó de mal que'lefecto contiene.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Asi que, tú mira por lo que subsiste,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y deja la casa del sexto planeta;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">verás otra muy más que perfeta</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de uno que gloria muy grande se viste.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Basta que digas de como ya viste</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">subir por lo bajo de vuestro orizon,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">este que dicen el sabio <i>Chiron</i>,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">maestro <i>d'Archiles</i>, según más oiste</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">d'aquellos que fingen medio sermón.» etc.</span><br />
+</p>
+
+<p>Fray Juan de Padilla falleció antes de mediar el siglo XVI; su nombre
+figura con elogio en las páginas de la historia crítica de nuestra
+literatura, y Sevilla, que lo tuvo por hijo, deberá siempre
+consideración y respeto al nombre de este poeta, de quien sólo he
+intentado trazar un ligero apunte.<a name="page_022" id="page_022"></a></p>
+
+<h3><a name="ANTIGUAS_FIESTAS_DE_TOROS" id="ANTIGUAS_FIESTAS_DE_TOROS"></a>ANTIGUAS FIESTAS DE TOROS</h3>
+
+<p>De las más antiguas fiestas de toros de que en Sevilla hay documentadas
+noticias, son las verificadas en el año 1405 para celebrar el natalicio
+del infante don Juan, hijo de don Enrique III <i>el Doliente</i>, infante que
+nació en Toro en 6 de Marzo del citado año.</p>
+
+<p>Según asiento de los libros de Mayordomazgo del Archivo municipal, fecha
+de 20 de Mayo de 1405, se mandó al Mayordomo Juan Martín «que comprase
+ciertos toros para lidiar,» y el 10 de Noviembre se pagaron «á Miguel
+André, vecino de las Cabezas de San Juan, cuatrocientos é cinquenta
+maravedis que ha de aver por apreciacion que fué fecho por juramento que
+tomaron por un toro que traxeron aquí á Sevilla <i>para lidiar por las
+alegrías que Sevilla mandó fazer</i> por el nacimiento de nuestro señor el
+infante don Juan, fijo del Rey don Enrique, nuestro señor, que Dios
+mantenga.»</p>
+
+<p>En el mismo año consta también que se abonaron el importe de otros dos
+toros á Antón Martín, y el de otros á Salvador Díaz, á Lope Ruiz Galego,
+de Alcalá, y á Juan Fernández, jurado, de la collación de San Juan.</p>
+
+<p>Estas reses es probable que se lidiaran en diversos días de los festejos
+organizados por el natalicio del hijo del monarca castellano; y aunque
+son oscuras y escasísimas las noticias que de aquellas lidias existen
+para poderlas<a name="page_023" id="page_023"></a> detallar en estos apuntes, he de consignar, sin embargo,
+que para las tales corridas la ciudad construyó plazas y tablados frente
+la Catedral y el Alcázar.</p>
+
+<p>Las fiestas de toros celebradas en la capital de Andalucía fueron muchas
+durante la mayor parte del siglo XV, siendo de las más famosas las que
+en 1477 y 1478 se verificaron.</p>
+
+<p>En el año primeramente citado visitaron á Sevilla los Reyes Católicos
+don Fernando y doña Isabel, permaneciendo en esta ciudad hasta después
+de mediar el de 1478, y en 1.º de Julio de este último, dió á luz la
+reina un hijo varón (el príncipe don Juan), cuyo nacimiento se celebró
+en la ciudad con públicos festejos, entre los cuales hubo fiestas de
+toros, acordando la ciudad lidiar veinte, según consta en los cuadernos
+sueltos de actas capitulares del Archivo municipal.</p>
+
+<p>Ya anteriormente habíanse celebrado en aquel año otras corridas de
+toros, como sucedió el 23 de Abril, cumpleaños de la reina, corriéndose
+ocho cornúpetos en el Alcázar, y con la asistencia de la soberana,
+aunque es sabido cuánta repugnancia demostró por la lidia de reses
+bravas.</p>
+
+<p>También el 24 de Junio del citado año de 1477, hubo corrida en la plaza
+de San Francisco, repitiéndose otra el día de Santiago, y costando las
+reses quince mil maravedís, según las cuentas que aún se conservan.</p>
+
+<p>En un folleto publicado por D. José Gestoso, con el título de <i>Los Reyes
+Católicos en Sevilla</i>, en el que se insertan interesantes documentos
+sobre la permanencia de los monarcas castellanos en nuestra población,
+se leen los siguientes acuerdos, relativos á fiestas de toros del año
+1478 con motivo del bautizo del Príncipe don Juan.</p>
+
+<p><i>Mandamiento de la Ciudad á su mayordomo 23 de Diciembre<a name="page_024" id="page_024"></a> de 1878</i>: «Et
+otrosy vos mandamos que dedes e paquedes al dho. pedro diaz o al que por
+el los oviere de aver 2.520 mrs. que nos acordamos e ordenamos en el
+nuestro cabildo debe mandar dar de cierto gasto que por nro. mandado
+fiso en facer las talanqueras é barreras para los <i>toros que se
+corrieron por el parto de la Reyna</i> nra. sra. por el batiço del señor
+principe.» (Lib. Mayordomazgo.)</p>
+
+<p>&mdash;«Libramiento de 200000 mrs. por ocho toros que se tomaron <i>para lidiar
+en el Alcazar</i> Real el dia que se batiço el muy ilustre señor principe
+de Castilla y dadle mas otros 596 mrs. que monto la costa que fiso facer
+en las barreras e talanqueras que se ficieron para lidiar los dhos
+toros» (1.º de Julio de 1478.)</p>
+
+<p>Como la índole de estos apuntes permiten entrar en largos detalles omito
+el hacer mención de otros festejos á que dieron motivo la permanencia de
+los Reyes Católicos en Sevilla, á más de las corridas de toros, y de
+éstas baste con las noticias que dejo apuntadas, que ya más adelante
+tendré ocasión de tantas otras lidias de reses no menos famosas.<a name="page_025" id="page_025"></a></p>
+
+<h3><a name="LAS_VICTIMAS_DE_LA_COMUNIDAD_EN_SEVILLA" id="LAS_VICTIMAS_DE_LA_COMUNIDAD_EN_SEVILLA"></a>LAS VÍCTIMAS DE LA COMUNIDAD<br />
+<small>EN SEVILLA</small></h3>
+
+<p>Historia particular y detallada tiene en los anales de Sevilla el
+alzamiento de las <i>comunidades</i> en tiempo del Emperador, alzamiento que
+no dejó de tener importancia en la provincia y que en la ciudad dió
+origen á sucesos como los desarrollados en Septiembre de 1520.</p>
+
+<p>En el día 17 de aquel mes fué cuando D. Juan de Figueroa, cabeza de la
+sublevación con quien se entendieron los conspiradores, salió de la casa
+del Duque de Arcos, y con gente armada tomó el Alcázar, rindiendo al
+alcaide, que lo era don Jorge de Portugal.</p>
+
+<p>Dos días después los partidarios de la poderosa casa ducal de Medina
+Sidonia, se alzaban contra los <i>comuneros</i> triunfantes, y el capitán
+Valencia de Benavides asaltaba el Alcázar, derrotaba á las fuerzas de
+Figueroa y hacía á éste prisionero después de reñido combate, donde hubo
+más de siete muertos y cuarenta heridos de gravedad.</p>
+
+<p>Los duques de Medina, que tan abiertos partidarios del Emperador se
+mostraban, más bien por enemigos de la casa de Arcos, su rival, que por
+adictos á los flamencos, saborearon su triunfo y exigieron á las
+autoridades ejemplar castigo de los <i>comuneros</i>.</p>
+
+<p>Mas como la justicia andaba entonces tan menguada,<a name="page_026" id="page_026"></a> no se crea que el
+caballero Figueroa, brazo del alzamiento, ni los caballeros
+conspiradores fueron condenados, sino que vino á descargarse el peso de
+la ley sobre los que menos habían contribuido al acto, por ser débiles y
+no poderosos señores.</p>
+
+<p>Así ocurrió que la justicia echó mano á un pobre hombre llamado
+Francisco López Quesero, hijo del pueblo, el cual había acompañado á las
+fuerzas de Figueroa que tomaron el Alcázar y estaba preso en la Cárcel
+Real, sin que por su modesta posición hubiera nadie que de él se
+interesara.</p>
+
+<p>A López Quesero se le dió muerte en la plaza de San Francisco el 23 de
+Octubre de 1520, y fué su ejecución cruel y bárbara, pues murió ahogado
+á la vista de todo el pueblo de Sevilla, como consta en la <i>Historia de
+las Comunidades</i>.</p>
+
+<p>«Lleváronlo (al reo) por las calles acostumbradas, guardado por gente de
+á pie y á caballo del duque de Medina Sidonia, hasta la plaza de San
+Francisco. Allí lo tuvieron encima del almacén del agua, á do desque
+hubo confesado le <i>ahogó un hombre</i> que alquiló el verdugo, y desnudólo
+é <i>hízolo cuartos</i> que quedaron allí hasta la mañana siguiente. E luego
+por la mañana pusieron la cabeza en la picota, un cuarto en la puerta
+del Arenal, otro en la de Minjoar y el otro en la de la Carne.»</p>
+
+<p>Así pagó el infeliz López Quesero con tan cruento suplicio, mientras los
+caballeros quedaron salvos, siendo también poco después que él
+ejecutados otros cuantos obscuros hombres del pueblo, como partidarios
+de la <i>comunidad</i> en Sevilla, y que sólo habían sido en el alzamiento
+partes muy insignificantes.<a name="page_027" id="page_027"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_PENDON_VERDE" id="EL_PENDON_VERDE"></a>EL PENDÓN VERDE</h3>
+
+<p>Con el nombre de motín del <i>Pendón Verde</i> relatan los historiadores de
+Sevilla el que estalló en el barrio de la Feria el año 1521, y el cual
+tomó grandes proporciones y llegó á amenazar seriamente á la población,
+ofreciendo con él no poca semejanza, el que en el mismo barrio se
+promovió en 1652.</p>
+
+<p>Largo espacio ocuparía relatando con todos los pormenores que se
+conservan aquel alzamiento popular, que tuvo por origen la gran carestía
+de víveres que se dejó sentir en las clases pobres, encareciéndose tanto
+el pan, que el hambre imperó con todos sus horrores en los barrios bajos
+de la ciudad y la situación de multitud de familias llegó á ser
+verdaderamente desesperada.</p>
+
+<p>Porque hay que hacer constar que, aunque la riqueza y la opulencia de
+Sevilla en los siglos XVI á XVII era grande, ésta ha sido con exceso
+ponderada por los adoradores del pasado; que los documentos y las
+memorias coetáneas de aquellos tiempos prueban de manera bien clara que
+la abundancia, el lujo y las sobras eran sólo para el clero y para los
+nobles, mientras cientos y cientos de seres vivían en la mayor miseria y
+sufriendo todo género de privaciones, sin que sus lamentos fueran oídos,
+ni por nadie de los que podían, se atendiese á remediar tamaños males.<a name="page_028" id="page_028"></a></p>
+
+<p>Aquel pueblo hambriento, que veía tan cerca á los poderosos arrastrando
+doradas carrozas, cubiertos de joyas, luciendo ricas telas y holgando
+siempre, mientras él gemía, alzóse formidable, con rugido de fiera, el
+mes de Marzo de 1521, y el día 8 se rompieron ya los diques del
+sufrimiento y se dispuso á ejecutar, sin que nada lo contuviese.</p>
+
+<p>Así se leen en el <i>Discurso de la Comunidad de Sevilla</i> (1520) estas
+noticias, extractadas por don Joaquín Guichot en la siguiente forma:</p>
+
+<p>«Un llamado Antón Sánchez, de oficio carpintero y vecino de la misma
+Feria, se hizo cabeza de motín; y con otros sus iguales formó una Junta,
+y ésta convocó, para hacer la demanda en común, á los vecinos de las
+collaciones de San Gil, San Martín y otras. Nombraron una comisión de
+veinte hombres para que fuesen en voz de todos, á ver al Asistente, y
+otra para que se avistase con un caballero Per-Afán, que se ofreció á
+conferenciar con la autoridad á fin de hallar medio de atender á la
+necesidad de aquellos vecinos. Entre tanto agolpábase la gente; crecía
+el bullicio, y echadas las campanas á vuelo, llenóse la plaza de la
+Feria de innumerable pueblo. Alarmado el Ayuntamiento con las noticias
+que le llegaban, trasladóse en cuerpo á la plaza de la Feria, donde
+interrogados los cabecillas de la asonada acerca de lo que pretendían,
+respondieron <i>¡trigo!</i> á lo que contestó el Asistente, que donde lo
+hubiere se lo mandaría dar. No satisfechos con esta promesa, fueron
+tumultuariamente á buscarlo por toda la collación; y como lo encontrasen
+en casa del jurado Alava, de su cuñado y de un <i>albarazado</i>, rompieron
+las puertas y robaron todo el que hallaron.»</p>
+
+<p>Después de esto, acudieron á unirse á los amotinados de la Feria gente
+de otros barrios que corrieron la ciudad<a name="page_029" id="page_029"></a> enarbolando un antiguo
+estandarte que en tiempo de Alfonso X se había tomado á los moros en una
+batalla, y que custodiábase en el templo de Omnium Sanctorum, el cual
+estandarte era de tela verde, de donde vino á tomar aquella asonada el
+nombre de la del <i>Pendón Verde</i>.</p>
+
+<p>Tenía todavía el Ayuntamiento su morada en el edificio del Corral de los
+Olmos, y allí acudió el pueblo en actitud amenazadora, arrojando
+multitud de piedras y pidiendo pan con voces estentóreas.</p>
+
+<p>En esto intervino en el motín el poderoso marqués de la Algaba, que
+trató de pacificar los inquietos ánimos, prometiendo al pueblo que sería
+atendido, con lo cual se apaciguó un poco, y cuando el Asistente envió á
+la Feria tropas parecieron haberse calmado los ánimos, mas tuvo la
+imprudencia de mandar prender algunos vecinos diciendo que había de
+ahorcarlos, y sabido esto, el día 9 se reprodujo con caracteres más
+alarmantes el alboroto, como lo relata el citado extracto del <i>Discurso
+de la Comunidad</i>:</p>
+
+<p>«Venida la mañana, la plebe irritada antes que intimidada, se lanzó á la
+calle dando desaforados gritos de venganza, y corrió en confuso tropel
+al palacio de los marqueses de la Algaba, pidiendo á estos señores el
+cumplimiento de la palabra que el día antes empeñara de alcanzar el
+perdón de los revoltosos. Renovósela el marqués manifestándoles que
+<i>moriría ó les aseguraría</i>; para lo cual su hijo don Luís fué á
+conferenciar con las autoridades. Escarmentada la plebe, no quiso fiar
+de nadie, mas que de sí misma, el triunfo de lo que llamaba su razón, y
+habiendo convocado el mayor número posible de gente al toque de campana,
+marchó á la carrera hacia la casa de Niebla, apoderóse de ella, armóse
+reciamente, sacó una bandera y piezas de artillería y fuese á dar
+libertad<a name="page_030" id="page_030"></a> á los presos. Tales proporciones alcanzó desde este punto el
+motín, que alarmadas seriamente algunas personas de mucha significación
+en la ciudad, se ofrecieron á ser medianeros entre las autoridades y la
+plebe desenfrenada; extremos que no se pudieron conciliar, porque esta
+última se negaba á todo lo que no fuera la inmediata libertad de los
+presos, y el Asistente, enojado contra ellos, decía: <i>¡que por vida del
+rey, que los tenía de ahorcar!</i> Con esto se revolvió toda la ciudad y se
+puso en punto de armas. Lo que las negociaciones no pudieron desatar,
+cortaron las armas. Los plebeyos cercaron la cárcel con mucha gente
+armada de espingardas, ballestas y espadas y cuatro piezas de artillería
+que sacaron de la casa del duque de Medina Sidonia; rompieron puertas y
+ventanas y dieron libertad á los presos.»</p>
+
+<p>Lo copiado da idea harto exacta de aquellos sucesos, que tuvieron
+término al tercer día ó sea el 10 de Marzo, en que se libró una
+verdadera batalla en las calles, entre el pueblo hambriento y las
+autoridades y los nobles, cuyos resultados fueron funestos para los
+amotinados, pues la fuerza armada los venció y en la refriega perecieron
+muchos infelices de los que se habían alzado pidiendo pan.</p>
+
+<p>Los poderosos, no satisfechos con su triunfo, fueron, á más, crueles y
+vengativos, pues mandaron ahorcar á muchos desgraciados bárbara é
+inhumanamente....</p>
+
+<p>¡Así eran aquellos benditos tiempos y aquellas autoridades y aquella
+nobleza; mientras dominaban y oprimían con su poder, dejaban al pueblo
+hambriento perecer en la miseria, y cuando éste pedía pan le ponía
+cadenas y lo ahorcaba!<a name="page_031" id="page_031"></a></p>
+
+<h3><a name="FRANCISCO_GUERRERO" id="FRANCISCO_GUERRERO"></a>FRANCISCO GUERRERO</h3>
+
+<p>El nombre del famoso músico y compositor sevillano Francisco Guerrero,
+no es de aquellos que han quedado, ciertamente, limitados á la localidad
+y únicamente entre sus paisanos merece continuos elogios. Fuera de
+Andalucía, fuera de España se ha hablado hace mucho tiempo de los
+méritos de aquel hombre á quien se han dedicado frases tan entusiastas
+como las que escribió el crítico francés Adrián de la Foge.</p>
+
+<p>Guerrero nació en Sevilla en Mayo de 1527, siendo su padre Gonzalo
+Sánchez Guerrero, pintor aventajado, si bien algunos biógrafos confiesan
+ignorar qué profesión ejercía.</p>
+
+<p>De muy niño, mostró Guerrero aptitudes para la música, recibiendo las
+lecciones primeras de un su hermano Pedro, que parece era muy diestro en
+el manejo de la vihuela, y más tarde, fué discípulo del maestro
+Cristóbal de Morales, que de tanta fama gozó en su tiempo.</p>
+
+<p>Hacia 1545 encontrábase vacante la plaza de racionero y maestro de
+capilla de la Catedral de Jaén, y Guerrero, que apesar de su juventud
+había ya terminado los estudios, se presentó á hacer oposiciones á aquel
+cargo, que ganó muy honrosamente, pasando á la población citada, en
+donde permaneció hasta el año de 1548 en que volvió á Sevilla á ver á
+sus padres.<a name="page_032" id="page_032"></a></p>
+
+<p>Entonces el Cabildo Catedral, que ya tenia conocimiento y estimaba los
+méritos de Guerrero, aprovechando su estancia en Sevilla le propuso
+darle una plaza de cantor, que aceptó, no volviendo á Jaén por continuar
+en su ciudad natal.</p>
+
+<p>El siguiente año de 1549, Guerrero fué invitado á concurrir á las
+oposiciones de Magisterio y Ración de la Catedral de Málaga, donde se
+presentaron seis opositores, entre los que el músico sevillano obtuvo la
+primera plaza.</p>
+
+<p>«Preparado ya para partir á Málaga&mdash;dice un biógrafo&mdash;el cabildo, que
+deseaba tenerlo á toda costa y mejorar su posición, decidió que el
+muestro Pedro Fernández, á quien Guerrero llamaba el <i>maestro de los
+maestros españoles</i>, fuese jubilado con la mitad de la renta: que sus
+funciones fuesen desempeñadas por Guerrero, que recibiría la otra mitad,
+conservando al mismo tiempo su sueldo de cantor, y teniendo opción al
+Magisterio con todo su sueldo á la muerte de Fernández, que no aconteció
+hasta veinte y cinco años más tarde.»</p>
+
+<p>En su plaza continuó Guerrero hasta 1575, siendo por esta época ya muy
+apreciado de todos los amantes de la música que entonces vivían en
+Sevilla y entre los cuales los había bien inteligentes. A más las
+composiciones del maestro eran ya muy numerosas, y entre ellas se
+contaban dos fragmentos del <i>Miserere</i> que había remitido á la capilla
+pontificia.</p>
+
+<p>Deseaba desde hacía muchos años Guerrero hacer un viaje á Jerusalén, y
+el año 1588 se le ofreció ocasión para llevarlo á cabo. El arzobispo de
+Sevilla, don Rodrigo de Castro, se dispuso á pasar á Roma y llevó
+consigo al maestro, que de allí pensaba dirigirse á Tierra Santa.</p>
+
+<p>Partió, pues, de Sevilla; mas como quiera que el arzobispo determinó
+detenerse en Madrid algunos meses, Guerrero,<a name="page_033" id="page_033"></a> con la anuencia del
+prelado, salió para Italia, llegando á Génova, y luego en Venecia se
+dispuso dar á las prensas muchas de sus composiciones; y encargando del
+cuidado de esta impresión á Zarlino, se embarcó en un navío, que
+recorrió las costas italianas, y pasando por Dalmacia, Esclavonia,
+Albania y Zanthe, al fin desembarcó en Jaffa. Acompañó á Guerrero en su
+viaje un discípulo muy querido suyo, y al regreso después de no pocas
+vicisitudes, escribió un relato de la expedición que fué impreso en 1592
+con el título de <i>Viaje á Jerusalén que hizo Francisco Guerrero
+Racionero y maestro de capilla de la Santa Iglesia de Sevilla</i>, obra de
+la que se han hecho varias ediciones.</p>
+
+<p>En 1597 se cita que se publicó en Venecia una obra musical del maestro
+sevillano en seis tomos, y cuyo nombre es <i>Molecta, Francisco Guerrero
+in Hispalensi ecclesia musicorum, etc., etc.</i></p>
+
+<p>A las noticias hasta ahora conocidas de la vida del maestro Guerrero,
+puedo añadir otra que ofrece cierta curiosidad y que consta en los
+libros de acuerdos del Cabildo Catedral de Sevilla, noticias que
+galantemente me ha proporcionado el señor Gestoso.</p>
+
+<p>Según se lee en los citados acuerdos, en 1566 se concedió cierta
+licencia á Guerrero, en 29 de Enero de 1578 se mandó que se le dieran
+cincuenta ducados al mes, en 1582 se hace referencia á que se encontraba
+en Roma, y en 1586 en cabildo de 24 de Septiembre se trató de la
+jubilación del famoso músico.</p>
+
+<p>En 1588 se mandó que los libros que presentó el maestro Guerrero en
+cabildo, se encuadernasen en becerro y pasaran al Archivo, acordándose
+años después, en 23 de Julio de 1593, se abonasen al maestro 2.400
+reales del <i>libro de canto de órgano</i> que había presentado.<a name="page_034" id="page_034"></a></p>
+
+<p>Dos años antes de esta fecha, en 1591, á causa de las deudas que
+Guerrero había contraído en Roma, fué detenido en Sevilla, como así se
+lee en el acuerdo de 21 de Agosto, en el que para tratar del asunto, se
+habla del dinero «que debe de Roma, por lo que está preso y mandado
+llamar para ver lo que en ello se haga y se traiga relación de lo que le
+daban en tiempo de Farfán al maestro Guerrero, de más de media ración.»</p>
+
+<p>Otro documento también me ha facilitado el señor Gestoso, que figura en
+su colección de autógrafos, y el cual lleva la fecha de 1569, siendo un
+poder otorgado por Guerrero á dos canónigos para cobrar 261 gallinas que
+le cupieron en dicho año de la ración de que gozaba en la iglesia
+Catedral.</p>
+
+<p>Consagrado el artista sevillano al desempeño de su cargo y á la
+composición de sus obras, querido y estimado de todos y recibiendo con
+frecuencia no pocas pruebas de distinción de personas encumbradas,
+falleció en la ciudad que le vío nacer el 8 de Noviembre de 1599, si
+bien otros autores señalan la fecha de 1600.</p>
+
+<p>Guerrero fué sepultado en la capilla de la Antigua de la Catedral,
+poniéndose por orden del Cabildo una muy laudatoria inscripción en su
+sepulcro.</p>
+
+<p>Muchas son las obras musicales que dejó Guerrero, y de ella citaré las
+que da noticias La Foge, que son entre otras, á más de seis misas
+(1565), las impresas con los títulos <i>Magníficat quatuor vocum</i>, <i>Il
+secondo libro di Messe</i> (1584), <i>Il primo libro di salmi á quattro</i>,
+<i>Hymnorum in Hispalensi eclesiæ tantum cani, solita, &amp;. &amp;.</i></p>
+
+<p>Al pintor y literato Francisco Pacheco, amigo de Guerrero, se deben las
+primeras noticias biográficas que del compositor sevillano se conocen.
+Pacheco en su libro de los <i>Verdaderos retratos</i>, que lleva en la
+portada la fecha<a name="page_035" id="page_035"></a> de 1599, escribió un caluroso elogio del maestro con
+noticias muy curiosas sobre su vida y de una autenticidad indudable, y á
+más dibujó el retrato que allí aparece y que es de los mejores
+ejecutados de la colección.</p>
+
+<p>«Francisco Guerrero&mdash;escribe su coetáneo y amigo&mdash;fué el más diestro de
+su tiempo en el arte de la música; escribió de ella tanto, que
+considerados los años que vivió y las obras que compuso, se hallan
+muchos pliegos para cada día, y esto las de mano; su música es de
+excelente sonido y agradable trabazón; compuso muchas misas, salmos,
+etc.»</p>
+
+<p>A más de Pacheco, elogió también al compositor hispalense, entre otros
+poetas, Vicente Espinel, quien dijo de él</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 2em;">«...que si en la ciencia es más que todos diestro,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">es tan grande cantor como maestro.»</span><br />
+</p>
+
+<p>Dando todas estas opiniones á conocer que los méritos de aquel hombre no
+fueron ciertamente ignorados para sus coetáneos, como con otros muchos
+ha ocurrido, á quien la posteridad ha tenido luego que vindicar.</p>
+
+<p>La música de Guerrero tiene, como dice un crítico, «devoción, gravedad y
+corrección», y la Catedral de Sevilla puede honrarse con haber tenido un
+varón de tan relevantes méritos entre los muchos que puede citar.</p>
+
+<p>Eslava admiraba grandemente las composiciones del músico del siglo XVI,
+y de él hizo repetidos elogios siempre, habiendo investigado con fortuna
+sobre los pormenores de la vida del maestro á quien he dedicado un
+recuerdo con estos ligeros apuntes.<a name="page_036" id="page_036"></a></p>
+
+<h3><a name="LOS_ESCLAVOS_DE_SEVILLA" id="LOS_ESCLAVOS_DE_SEVILLA"></a>LOS ESCLAVOS DE SEVILLA</h3>
+
+<p>El número de infelices esclavos berberiscos, mulatos y negros que
+existían en Sevilla en los siglos XVI y XVII, era bastante considerable
+y apenas había familia regularmente acomodada que no tuviese á su
+servicio dos ó más de ellos, hombres, mujeres ó muchachos, entregados al
+servicio doméstico, ó bien á duros trabajos manuales, con escasa
+humanidad de sus amos.</p>
+
+<p>La vida de aquella gente era en extremo aflictiva y como si no fuera
+poco lo que los dueños en ellos ejecutaban, las autoridades cuidaban muy
+altamente de refrenar en todo cualquiera de sus expansiones.</p>
+
+<p>Curiosísimo es el bando que en 1569 hizo publicar la ciudad sobre los
+esclavos, confirmando una ordenanza, cuyo documento se conserva en el
+Archivo Municipal en la Colección de <i>Papeles Importantes</i>, tomo I.</p>
+
+<p>Este escrito, que es un verdadero cuadro de costumbres, revela la
+situación de aquella clase infeliz, así como no deja de tener su
+pincelada que retrata una sociedad acerca de la cual tanto se ha
+falseado.</p>
+
+<p>Dice así el bando:</p>
+
+<p>«En la muy noble e muy leal ciudad de Seuilla, Viernes quatro días del
+mes de Nouiebre, de mil e quinientos y sesenta y nueve años, estado
+ayutados en las casas dl cabildo desta ciudad, según que lo han de vso y
+costumbre,<a name="page_037" id="page_037"></a> el muy magnífico señor Doctor Juan de Lieuana, Theniente de
+Assistente, y algunos de los señores Regidores, e Jurados della, en el
+dicho Cabildo, fue vista y leyda vna ordenança fecha por los señores
+Fieles Executores desta ciudad, su thenor de la qual, y de lo que la
+ciudad en razon dello passo, y de ciertos autos de pregones que estan al
+pie de lo proveydo por la dicha ciudad es esto que se sigue:</p>
+
+<p>Por quanto en esta ciudad ay muchos negros, y negras, y moriscos, y
+moriscas que son esclauos y esclauas captivas: y con las ocasiones que
+ay en ellas de tauernas y bodegones se entran en ellas á comer, y beuer,
+y se emborrachan, y hazen mal acondicionados, y soberuios, y borrachos,
+y hazen y cometen delitos que todo redunda en daño y perjuyzio de sus
+amos: por que gastan sus haziendas en librarlos de las trauesuras y
+delictos que hazen, y no son en prouecho para seruir: y lo que es peor,
+que como los dichos esclauos se hazen tan á vizios e viciosos con la
+ocasión de las dichas tauernas e bodegones que toman y hurtan á sus
+dueños dineros y ropas, hasta las mantas y aderezos de los cauallos y
+mulas, y lo que hallan en sus casas y aun se estienden á hazer otros
+hurtos, todo para comer y beuer en las tabernas y bodegones y los mismos
+tauerneros y bodegoneros, y sus mugeres e hijas, e personas que tiene en
+las tauernas y bodegones se lo compran y toman empeñado, y en prendas
+del dinero que dan sobre ellas, á los dichos esclauos y esclauas por el
+vino y comida que les da. Y como pasa esto entre los esclauos y el
+tauernero y bodegonero, no se pueden aueriguar los dichos hurtos: e todo
+ello redunda en daño y perjuycio de los señores de los dichos esclauos.
+Y como cosa que toca tanto al bien, y pro comun de la republica desta
+ciudad, e vecinos e moradores della, y de su tierra.<a name="page_038" id="page_038"></a> Nos los fieles
+Executores desta ciudad y su tierra: con acuerdo del muy magnífico señor
+Licenciado Arriola, executor de la vara della. Ordenamos y mandamos que
+ningún tauernero, bodegonero, ni mesonero, ni ventero, ni personas que
+guisan y dan de comer en esta ciudad y su tierra, y jurisdicion,
+arrabales, ni Triana, no acojan en sus casas, tauernas, ni bodegones á
+los dichos esclauos ni esclauas, negros ni blancos: ni les den de comer,
+ni beber en ellas publica ni secretamente, pan, ni vino, ni carne ni
+otros mantenimientos algunos, sino lleuare <i>cédula</i> del amo cuyo fuere,
+diziendo que por andar á jornal el tal esclauo, o esclaua, no come en su
+casa, ni sean osados de venderles pan, ni vino, ni carne, ni pescado, ni
+otro mantenimiento alguno, ni compren, ni reciban dellos prendas algunas
+vendidas, ni empeñadas, ni para guardarselas, aunque digan que son
+suyas, ni les den pan, ni vino, ni bastimentos sobre ellas, sopena quel
+tauernero, bodegonero, guisandero, y ventero, y mesonero, o persona que
+tenga camas que fuere y passare contra lo contenido en esta ordenança, o
+contra cosa alguna, o parte della, cayga en pena de mil marauedis y diez
+dias de carzel por la primera vez, e por la segunda la pena doblada, y
+sea traydo á la verguença publicamente: e por la tercera vez le sean
+dados cien açotes, y sea desterrado desta ciudad y su tierra e
+jurisdicio por tiepo de quatro años: y que los dichos bodegoneros,
+tauerneros, mesoneros, ni venteros, y personas que dan camas, y guisan
+de comer, no se puedan escusar, ni escusen que no sabian que los dichos
+esclauos y esclauas eran captiuos: y que los dichos esclauos y esclauas
+les dixeron que erran horros. E pedimos e supplicamos al muy Ilustre
+Cabildo y regimieto desta ciudad que cofirmen y aprueuen estas ordenança
+y la apregonen publicamente. Alonso Nuñez, García de León, Diego Nuñez,<a name="page_039" id="page_039"></a>
+don Juan de Torres Ponce de León, Joan de Almonacir escriuano...»</p>
+
+<p>En la citada fecha de 1569 fué confirmado aquel acuerdo, no tardando
+luego en venir en años sucesivos, otras y otras órdenes, bandos y
+disposiciones que estrechaban más la situación de los esclavos.</p>
+
+<p>Sin embargo, con ser tan penosa ésta se empeoró con el tiempo, y en el
+siglo XVII, la católica majestad de Felipe IV dío orden en 1637 para
+que, de todos los de Sevilla, se formase un registro y conforme á él
+fueran recogidos de casa de sus amos y se llevasen á la cárcel real, de
+donde pasarían luego nada menos que á remar á las galeras.</p>
+
+<p>El 22 de Abril, se pregonó en nuestra ciudad esta orden del monarca,
+causando gran pánico en los esclavos, pues tan dura era y tan estrecha,
+que en el pregón entraban todos los varones, <i>incluso los niños de
+pecho</i>, y así fué que los desgraciados, al saberla, procuraron ocultarse
+con sus mujeres é hijos, protegidos, como era natural, por los amos.</p>
+
+<p>Mandó el rey de Madrid para ejecutar la orden de aprehender á los
+esclavos, á un alcalde de casa y corte, llamado don Pedro Amesqueta, el
+cual era hombre que, abusando de los poderes de que estaba revestido,
+ejecutó su comisión de la manera más violenta y usando de los
+procedimientos más duros y arbitrarios.</p>
+
+<p>A mediados de 1637 habían ya llegado á Sevilla presos multitud de
+esclavos de los pueblos de la provincia, los cuales fueron en 24 de
+Agosto embarcados y conducidos á Cádiz, donde los llevó á Levante para
+remar en las galeras, y otros muchos salieron de nuestra ciudad á pie,
+siendo conducidos á Cartagena.</p>
+
+<p>Mas no quedó aquí ni con mucho el asunto, pues sabiendo<a name="page_040" id="page_040"></a> Amesqueta que
+aún era grande en Sevilla el número de esclavos ocultos por sus amos,
+comenzó á echar á éstos fuertes multas para que los denunciasen, como
+ocurrió á una mujer de Pilas, á quien por habérsele huido una esclava le
+hicieron pagar 300 ducados, y al Veinticuatro Torres que tuvo que
+aflojar 400 y verse envuelto en un proceso.</p>
+
+<p>Largo tiempo siguió la cuestión de la caza de esclavos en Sevilla,
+tomando cada día más grave aspecto en todo el año de 1638, y las
+<i>Memorias sevillanas</i> dan cuenta en el 1639 de esta noticia que no deja
+de ser interesante el reproducirla:</p>
+
+<p>«El Asistente hizo notificar á los dueños de los esclavos que los
+entregasen para las galeras. Al principio tomaban uno de quien tenía
+dos: después vino otra orden y no dejaban ninguno y prendían cuantos se
+encontraban porque se escondieron todos. Esto fué á principios de Mayo
+de este año de 1639, y á 18 de él <i>llevaron con colleras</i> á embarcar
+para Sanlúcar ó el Puerto, 102 esclavos, negros, mulatos y berberiscos,
+con gran lástima y más de los casados, cuyas mujeres hacían mil
+extremos. Después se fué apretando á los dueños de los escondidos con
+penas de mil y dos mil ducados, que por no pagarlos fueron entregando
+muchos y todos los llevaron.»</p>
+
+<p>Tal fué el inhumano procedimiento que aquellos piadosos varones del
+siglo XVII seguían con sus esclavos, á quienes tanto maltrataban y en
+contra de quienes encima levantaron mil calumnias, y condenaron á remar
+en galeras, como premio á los servicios que habían prestado.</p>
+
+<p>No he de citar éstos, pero sí mencionaré el caso que registra la crónica
+de un esclavo que, habiendo huído, don Pedro Amesqueta prendió á su amo
+y le echó una fuerte multa, lo cual, sabido por el berberisco, que
+berberisco<a name="page_041" id="page_041"></a> era, se presentó voluntariamente para que su dueño fuese
+puesto en libertad, acto que tanta impresión produjo, que la dura
+justicia de entonces se vió obligada á usar alguna vez de la clemencia y
+dejó libre al dueño, y al infeliz también le puso en libertad.</p>
+
+<h3><a name="JUAN_DE_SALINAS" id="JUAN_DE_SALINAS"></a>JUAN DE SALINAS</h3>
+
+<p>Hijo de Logroño han creído algunos biógrafos á este poeta sevillano, á
+causa de haber residido en aquel punto durante su infancia y ser su
+padre natural de la Rioja.</p>
+
+<p>Llamóse éste Pedro Fernández Salinas, fué hombre de desahogada posición
+y contrajo matrimonio en Sevilla con doña María de Castro, habiendo de
+este enlace cuatro hijos, entre ellos á Juan de Salinas, que vino al
+mundo en la capital de Andalucía, el 24 de Diciembre de 1559.</p>
+
+<p>Viudo el padre del futuro poeta, trasladóse á Logroño llevándose consigo
+á sus hijos, y Juan, en edad conveniente, comenzó sus estudios, cursando
+el latín y siendo enviado más tarde á Salamanca, donde estudió cánones y
+leyes, y donde se graduó al fin de doctor.</p>
+
+<p>No veía Salinas gran porvenir para él en el estado seglar<a name="page_042" id="page_042"></a> y así se
+decidió por el eclesiástico, haciendo un viaje á Florencia, punto en que
+residía un su hermano, y á Roma, donde permaneció algún tiempo, y
+consiguió del Papa una canongía en Segovia, que sirvió ya de sacerdote,
+según apuntan sus biógrafos.</p>
+
+<p>Después de haber sufrido una grave enfermedad que puso en peligro su
+vida, y muerto su padre, Juan de Salinas se dispuso á regresar á España,
+permaneciendo cuatro años en Segovia y fijando al cabo su residencia en
+Sevilla, de donde por tan largo tiempo había faltado.</p>
+
+<p>Era á la sazón arzobispo don Pedro de Castro y Quiñones, quien haciendo
+aprecio de los méritos del doctor Salinas y teniéndole personalmente en
+gran estima, le ofreció una canongía á la que éste renunció por causas
+que se ignoran.</p>
+
+<p>Pasado algún tiempo fué nombrado visitador del arzobispado y
+administrador del hospital de San Cosme y San Damián, llamado de <i>Las
+Bubas</i>, cargo que el cabildo de la ciudad le concedió con general
+aprobación de sus individuos.</p>
+
+<p>Amante de las bellas letras desde su primera juventud, había Salinas
+cultivado la poesía con no escaso aprovechamiento, demostrando singular
+facilidad para las composiciones de circunstancias en las que á veces
+hizo gala de no común gracejo.</p>
+
+<p>Nunca se imprimieron reunidas, en vida del autor, sus composiciones;
+pero casi todas ellas corrían manuscritas por Sevilla, dándole no escaso
+renombre y haciendo que algunos de sus coetáneos les prodigasen elogios,
+que ciertamente pecaban de una marcada exageración.</p>
+
+<p>Tuvo Salinas muy estrecha amistad con casi todos los eruditos y poetas
+que en Sevilla vivieron en su tiempo, mereciendo citarse á Jiménez
+Enciso, á Jáuregui, á don<a name="page_043" id="page_043"></a> Diego Maldonado Dávila (colector después de
+sus composiciones) y al famoso obispo de Bona don Juan de Sal, de quien
+el autor que nos ocupamos habló en algunas de sus poesías.</p>
+
+<p>Frecuentaba también mucho Salinas el trato de la familia del analista
+Ortiz de Zúñiga, de quien fué padrino de bautismo y de quien habló en
+una poesía, así como de su hijo don Juan Ortiz de Zúñiga.</p>
+
+<p>Algunos trabajos en prosa se imprimieron de Salinas, entre los que cita
+Gallardo el <i>Prólogo</i> á las <i>Meditaciones para cada día del año</i> (1602)
+y la <i>Dedicatoria al Sermón fúnebre de la madre Dorotea</i>, escrito por
+Alonso Sanz.</p>
+
+<p>En la vida de esta beata Dorotea, que se hizo célebre en Sevilla,
+publicada por Gabriel de Aranda, se habla en varios pasajes de Juan de
+Salinas, con marcado elogio, y en igual sentido se expresan otros
+autores que encarecen mucho su ciencia y virtudes.</p>
+
+<p>Larga fué la vida del doctor Juan de Salinas, que llegó hasta edad de
+ochenta y tres años, falleciendo el 5 de Enero de 1642, en el citado
+hospital de San Cosme y San Damián, donde continuaba ejerciendo el cargo
+de administrador. Salinas fué enterrado por el clero de Santa Catalina
+en el convento de monjas de los Reyes.</p>
+
+<p>Como ya consigné, don Diego Maldonado y Dávila recogió y coleccionó en
+un tomo las composiciones del doctor Salinas, manuscrito que poseyó
+Gallardo, y del que da noticias detalladas en su bibliografía.</p>
+
+<p>También el marqués de Jerez tenía un volumen autógrafo de versos del
+autor, pudiendo ser estudiados con detenimiento sus méritos en la
+<i>Biblioteca Rivadeneyra</i> y en los dos libros que con el título de
+<i>Poesías del doctor Juan de Salinas</i> publicaron los bibliófilos
+andaluces en 1869.<a name="page_044" id="page_044"></a></p>
+
+<p>«En sus primeros tiempos, dice don Adolfo de Castro, fué Salinas poeta
+de muy buen gusto literario, y en los últimos se convirtió en
+conceptista y en todos demostró un gran ingenio, sazonado de burlas y de
+gran delicadeza en la declaración de afectos amorosos.»</p>
+
+<p>En efecto, la musa de Salinas no fué dada á asuntos graves y de
+elevación, luciendo principalmente en epigramas y composiciones ligeras,
+algunas de las cuales tienen títulos como estos: <i>A un clérigo que no
+quiso prestar al doctor las mulas y era muy puerco</i>. <i>A un fraile viejo,
+mentiroso y falto de dientes.</i> <i>A una dama que fingiendo descuido enseñó
+las ligas al doctor</i>, <i>etc.</i></p>
+
+<p>En este género de versos, que prueban el espíritu, un tanto chancero, de
+Salinas, es donde más lucía su ingenio, que llegó hasta componer un
+poema burlesco sobre los <i>Ejercicios de San Ignacio</i>, que fué impreso
+después de haber corrido por largo tiempo manuscrito con no poca
+aceptación.</p>
+
+<p>Salinas, á semejanza de Pedro de Quirós y de otros poetas de la escuela
+sevillana, sus contemporáneos, no dejó ninguna obra de pretensiones ni
+de verdadera importancia, dedicándose á cultivar la poesía en
+composiciones sueltas, la mayoría breves.</p>
+
+<p>Sus romances son muy estimables (véanse los que insertó D. Agustín
+Durán) habiendo pasado por anónimos algunos de ellos y siendo otros
+falsamente atribuidos á Góngora.</p>
+
+<p>Tuvo el autor objeto de estos apuntes, felicísima disposición para
+versificar y un ingenio vario y ameno, siendo más dado á ensayarse en el
+género festivo que no en el grave y elevado. El conceptismo deslució un
+tanto el mérito de algunos de sus trabajos, pero en todos ellos aventaja
+con mucho á no pocos de los que en el mismo género alcanzaron cierto
+nombre.<a name="page_045" id="page_045"></a></p>
+
+<p>En resumen: Salinas es digno de ocupar un puesto entre los buenos poetas
+sevillanos del siglo XVI, y con razón le tributaron elogios sus
+contemporáneos y no se los ha escaseado la posteridad.</p>
+
+<h3><a name="EL_ARENAL" id="EL_ARENAL"></a>EL ARENAL</h3>
+
+<p>El largo espacio de terreno comprendido en la orilla izquierda del
+Guadalquivir, desde la entrada del puente de barcas hasta la muralla que
+unía la torre del Oro con la de la Plata, fué llamado desde muy antiguo
+el Arenal.</p>
+
+<p>Hasta nuestros días ha llegado una antiquísima memoria de aquel lugar,
+en parte del cual hizo construir don Alfonso <i>El Sabio</i> las Atarazanas.
+Hoy mismo, en uno de los muros exteriores del edificio de la Caridad,
+consérvase una lápida, dentro de dos fustes de mármol rojo, en la cual,
+en caracteres monacales, está en relieve una inscripción latina del
+siglo XIII, que perteneció á las Atarazanas y que traducida al
+castellano dice así:</p>
+
+<p>«<i>Séate conocida cosa, que esta casa y toda su fábrica hizo el sabio y
+claro en sangre don Alonso, rey de los españoles. Fué este movido á
+reservar las galeras y naves de los<a name="page_046" id="page_046"></a> suyos contra las fuerzas del viento
+austral, resplandeciendo en arte completo lo que antes fué Arenal
+informe. En la era de 1290 (año 1152).</i>»</p>
+
+<p>En el siglo XVI, cuando el comercio con el Nuevo Mundo estaba para
+Sevilla en su mayor apogeo y las embarcaciones de todos países llegaban
+á nuestro puerto, era el Arenal sitio el más animado y bullicioso de la
+ciudad y Lope de Vega, que lo conocía, dió á una de sus comedias por
+título <i>El Arenal de Sevilla</i>, haciendo del lugar la siguiente
+descripción que pone en boca de doña Laura y de Urbana en la escena
+primera de la obra:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">&mdash;¡Famoso está el Arenal!</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">&mdash;¿Cómo lo deja de ser?</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">&mdash;No tiene á mi parecer</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">todo el mundo vista igual.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Tanta galera y navío</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">mucho al Betis engrandece.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">&mdash;Otra Sevilla parece</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">que está fundada en el río.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">&mdash;Como llegan á Triana</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">pudieran servir de puente.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">&mdash;No lo he visto con más gente.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">&mdash;¿Quieres que me siente, Urbana?</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">&mdash;Mejor será que lleguemos</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">hasta la torre del Oro</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y todo ese gran tesoro</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">que va á las Indias, veremos.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">&mdash;Como cubierto se embarca,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">no mueve mis pasos tardos.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">¿De qué sirve el ver en fardos</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">tanta cifra y tanta marca?</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">&mdash;Notable es la confusión.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">&mdash;Lo que es más razón que alabes</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">es ver salir de estas naves</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">tanta diversa nación.<a name="page_047" id="page_047"></a></span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Las cosas que desembarcan,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">el salir y entrar en ellas</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y el volver después á vellas</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">con otras muchas que embarcan.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Por cuchillos el francés</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">mercerías y Ruán,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">lleva aceite; el alemán</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">trae lienzo, fustán, llantés;</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">carga vino de Alanís;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">hierro trae el vizcaino</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">el cuartón, el tiro, el pino,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">el indiano el ámbar gris,</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">la perla, el oro, la plata,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">palo de campeche, cueros,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">toda esta arena es dineros.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">¡Un mundo en cifras retrata!</span><br />
+</p>
+
+<p>En la citada comedia saca á escena Lope los tipos más característicos
+que entonces frecuentaban el Arenal, y así se ven desfilar por el
+teatro, tapadas, soldados, mozos de galeras, arraeces, bravos,
+comerciantes, aguadores, ladrones, criados y forasteros, pudiendo
+considerarse esta obra del <i>Fénix de los ingenios</i>, á más de su mérito
+indiscutible, como un cuadro de costumbres sevillanas de su tiempo.</p>
+
+<p>El autor acentúa más la nota en elogio de <i>Arenal</i> haciendo decir al
+<i>Forastero</i> en la escena IX estos versos:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">Préciese de su edificio</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Zaragoza enternamente;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Segovia de su gran puente,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Toledo de su artificio;</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Barcelona del tesoro,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Valencia de su hermosura,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">la corte de su ventura</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y de sus almenas Toro;<a name="page_048" id="page_048"></a></span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Burgos del antigua espada</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">del Cid por tantos escrita,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Córdoba de su Mezquita,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y de su Alhambra, Granada;</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">de sus sepulcros León,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Avila del fuerte suelo,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Madrid de su hermoso cielo,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">salud y buena opinión;</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">y de su hermoso <i>Arenal</i></span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">sólo se precia Sevilla,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">que es vistosa maravilla</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y una plaza universal.</span><br />
+</p>
+
+<p>Con el transcurso de los tiempos, habiéndose alzado edificios desde la
+Puerta de Triana al Postigo del Carbón, y construído de nuevo los
+Malecones, se formó entre éstos y la orilla del río una alameda en la
+que se plantaron cuatro filas de álamos, y que tomó el nombre de <i>paseo</i>
+del Arenal.</p>
+
+<p>Lo agradable de aquel lugar, la hermosa vista que desde él se
+disfrutaba, y la animación que allí solía reinar por el movimiento del
+puerto, hicieron que el paseo fuese de los predilectos del pueblo
+sevillano y que disfrutara por largos años de gran boga.</p>
+
+<p>En el plano de la ciudad que mandó hacer Olavide siendo Asistente de
+Sevilla, figura ya indicada la Alameda del Arenal, y lo mismo en el que
+en 1788 se publicó durante el mando de Lerena, pudiendo decirse que por
+entonces era aquel terreno de los más concurridos de la ciudad.</p>
+
+<p>Don Leandro Fernández de Moratín, que visitó á Sevilla por entonces, así
+lo consigna, y otros escritores de la localidad hacen memoria en
+diversos trabajos de lo ameno del paseo y de la multitud que á diario lo
+frecuentaba.<a name="page_049" id="page_049"></a></p>
+
+<p>Por los arrecifes cruzaban por las tardes lujosas carrozas y los
+modestos asientos de ladrillo se veían siempre ocupados por un público
+aristocrático que lucía sus más preciadas y ricas galas.</p>
+
+<p>A la entrada del paseo se comenzó á fines del siglo XVIII á construir el
+monumento llamado Triunfo de la Trinidad, que se elevó á instancias de
+fray Diego José de Cádiz, y el cual monumento era obra de escasísimo
+mérito, y fué derribada hacia la mitad del pasado siglo, sin haberse
+llegado á terminar por completo.</p>
+
+<p>No lejos del monumento, se encontraba la <i>Cruz de la Charanga</i>, nombre
+éste que también se daba á uno de los álamos, el más corpulento y que
+más sobresalía entre los allí plantados, y alrededor del cual se
+formaban aquellas tertulias de desocupados de que habla don José Somoza
+en sus <i>Recuerdos</i> y en el artículo <i>El árbol de la Charanga</i>, donde
+dice pintando lo agradable de aquel lugar: «...A la izquierda está el
+<i>Paseo del Arenal</i>, paseo siempre concurrido; á la derecha el puente de
+barcas y un dilatado horizonte azul, por el que se oculta el sol en su
+occidente por entre una multitud de palos y velachos de embarcaciones
+ancladas.»</p>
+
+<p>Hacia 1808 se hicieron algunas reformas en el Arenal, con las que
+ganaron en comodidad los paseantes, habiéndose por entonces llevado á
+cabo varias obras en el puente allí inmediato, que cubría uno de los
+brazos del arroyo Tagarete.</p>
+
+<p>Punto como lo era el paseo del Arenal de amplitud y gran concurrencia,
+cuando los días de la invasión francesa, lo escogieron las autoridades
+imperiales para llevar á cabo no pocos espectáculos públicos, con los
+que procuraban distraer al pueblo.</p>
+
+<p>Allí el mariscal Soult pasó revista á las tropas, allí se<a name="page_050" id="page_050"></a> quemaron
+vistosos castillos de fuegos artificiales; hubo cucañas, carreras á
+caballo por diestrísimos ginetes, conciertos de bandas militares,
+iluminaciones y otros regocijos.</p>
+
+<p>El paseo del Arenal, cuando en 29 de Agosto de 1812 penetraron en
+nuestra ciudad los soldados españoles, fué teatro de sangrientas escenas
+y de verdaderos rasgos de heroísmo, y algunos días después se enterró á
+la entrada del paseo el coronel inglés Alejandro Ducan, que murió
+violentamente, y cuyo sepulcro fué destruido por el populacho en 1816.</p>
+
+<p>Volvieron para el paseo del Arenal días de esplendidez, transcurridos
+aquellos años de la guerra, y en 1823, cuando Fernando VII visitó á
+Sevilla, este monarca paseaba con gran frecuencia en carruaje por la
+orilla del río, donde era objeto de no pocas manifestaciones de los
+<i>absolutistas</i>. Y se dió el caso que, saliendo una tarde el rey de los
+toros, á causa de haber intervenido en los desahogos de los <i>blancos</i>
+algunos constitucionales, se promovió un feroz escándalo, en el que hubo
+garrotazos, carreras y no pocos heridos.</p>
+
+<p>Con motivo de otras visitas de reyes se ha adornado después de 1823 el
+paseo del Arenal, alzándose en él graciosos arcos de follajes y vistosos
+transparentes.</p>
+
+<p>Habiendo el Asistente Arjona derribado el murallón de la Torre del Oro y
+edificádose el Salón de Cristina, comenzó el público elegante y
+aristocrático á abandonar el viejo Arenal; llevado de las novedades y
+atractivos que el nuevo sitio de esparcimiento y recreo le ofrecía.</p>
+
+<p>Este abandono fué en aumento después de 1834, y como quiera que por las
+autoridades locales se olvidó por completo el adorno y cuido de aquella
+alameda, desaparecieron de ella los antiguos árboles que le prestaban
+agradable<a name="page_051" id="page_051"></a> sombra, los primitivos asientos y los aguaduchos donde tan
+animadas tertulias se formaban.</p>
+
+<p>Por los alrededores del Arenal se veía en los buenos tiempos del paseo
+muy variados tipos y personajes callejeros, no faltando nunca por las
+tardes, los <i>chiquillos de la candela</i> que, provistos de mecha, ofrecían
+lumbre á los transeúntes fumadores; los viejos que exhibían á golpe de
+tambor las sorprendentes vistas de la <i>máquina óptica</i>, los vendedores
+de confites, los maestros de esgrima que acudían á la palestra pública,
+y para que nada faltase á aquel cuadro, era frecuente ver en los
+Malecones ó frente á la Resolana de la Caridad ó al pie del Triunfo,
+algunos frailes misioneros que escogían aquellos puntos para predicar,
+como ocurría al célebre padre <i>Verita</i>.</p>
+
+<p>Una nota característica ha conservado hasta nuestros días y conserva
+actualmente el Arenal: refiérome al mercado que allí se establece en el
+mes de Diciembre y que se ve tan concurrido el día de Nochebuena y los
+sucesivos de Pascua.</p>
+
+<p>Álzanse entonces, en lo que fué frondosa alameda, puestos de juguetes y
+de frutas, sin que en manera alguna falten los instrumentos populares,
+característicos de los citados días, siendo grande el concurso que acude
+al Arenal á llevar á cabo las indispensables compras de pavos, nueces,
+castañas, turrones y todos los comestibles <i>del ritual</i>.</p>
+
+<p>Para concluir, el Arenal en su aspecto más triste, ya que hemos
+recorrido á la ligera su historia, es cuando el Guadalquivir se desborda
+y la ciudad se ve amenazada con los peligros de las inundaciones que
+tantos estragos han causado en todos los tiempos. Entonces cubren las
+aguas el viejo paseo, y aquel lugar tan ameno y agradable presenta un
+cuadro imponente, cuadro que no es necesario<a name="page_052" id="page_052"></a> describir, pues hartas
+veces lo han presenciado por desgracia los sevillanos.</p>
+
+<p>El viejo Arenal lleva hoy el nombre de Paseo de Colón, nombre que se le
+dió en 1892, cuando las fiestas del centenario del descubrimiento de
+América. De su pasado, de sus días de esplendor, no queda ya más que el
+recuerdo.</p>
+
+<h3><a name="JUANILLO_HERNANDEZ" id="JUANILLO_HERNANDEZ"></a>JUANILLO HERNÁNDEZ</h3>
+
+<p>La reforma luterana que apareció en Sevilla á mediados del siglo XVI
+propagóse en la ciudad de un modo rapidísimo, y tuvo infinitos adictos,
+personajes, en su mayoría, de posición y de talento, como lo fueron
+Rodrigo de Valer, el doctor Egidio, el doctor Constantino Ponce de la
+Fuente, el prior de San Isidro del Campo, García Arias, el padre
+Arellano, Ponce de León, el médico Losada, fray Casidoro de Reina,
+Fernando de San Juan y otros cientos, cuya enumeración sería enojosa.</p>
+
+<p>De entre todos aquellos primeros protestantes, he de recordar á uno que
+tiene no poco relieve y á quien por su actividad y el género de
+propaganda á que se dedicaba,<a name="page_053" id="page_053"></a> debióse singularmente la propagación de
+la doctrina de Lutero.</p>
+
+<p>Llamábase Julián Hernández y se le conocía por <i>Julianillo</i>, era mozo
+astuto y ardientísimo partidario de la reforma, con lo cual puede
+suponerse el contacto frecuentísimo y estrecho en que estaba con todos
+los iniciados.</p>
+
+<p>Bien por comisión ó bien de propia iniciación llevó Hernández á cabo una
+empresa que, por ser entonces en extremo arriesgada, tal vez se confió á
+él como más listo y astuto.</p>
+
+<p>Ansiaban los protestantes sevillanos poseer escritos propagadores de la
+nueva doctrina, que á cientos se publicaban en Alemania y los Países
+Bajos; y como la posesión de los tales libros y su introducción en
+España era dificilísima, pensaban en mil modos para burlar á la
+Inquisición, que tenía puesta toda su atención en la reforma para
+aniquilarla.</p>
+
+<p>Julianillo Hernández partió en 1556 de Sevilla y recorrió los
+principales focos del luteranismo, poniéndose en relaciones con los
+principales apóstoles del protestantismo y dirigiéndose después á
+Ginebra, donde residió algunos meses.</p>
+
+<p>En esta ciudad adquirió ejemplares de los libros más famosos que se
+habían dado por los reformadores, y ya dueño de ellos, puso en práctica
+el ingenioso medio que discurrió para introducirlos en España y traerlos
+á Sevilla.</p>
+
+<p>A este efecto, disfrazóse perfectamente de arriero, y previniendo dos
+grandes toneles, fabricados de intento, los llenó con los numerosos
+volúmenes adquiridos, emprendiendo su viaje de regreso.</p>
+
+<p>En 1557, Julianillo Hernández llegaba á Sevilla: con su carga, había
+atravesado la península entera sin que ni justicia ni persona alguna
+sospechase que en aquellos dos<a name="page_054" id="page_054"></a> toneles iban las armas más poderosas
+contra la religión del Estado, y que tanto efecto iban á producir.</p>
+
+<p>Cuando los protestantes sevillanos tuvieron conocimiento de la llegada
+de Julianillo, inmediatamente acudieron con gran cautela á ocultar el
+cargamento, siendo repartidos los libros en el monasterio de San Isidro
+del Campo, en casa de don Juan Ponce de León y en la de la dama doña
+Isabel de Baena, ardiente protestante, en cuyo domicilio se reunían con
+frecuencia los luteranos.</p>
+
+<p>Merced al ingenio de <i>Julianillo</i>, pudieron los reformadores entregarse
+á las lecturas que tanto deseaban, comenzando entonces el mozo á
+repartir volúmenes cautelosamente, siendo menos afortunado en esta
+empresa, pues por ello vino su perdición y la de infinidad de
+protestantes.</p>
+
+<p>Un ejemplar del libro titulado <i>Imagen del Antichristo</i>, lo vío una
+mujer que tenía algún vago conocimiento de lo que pasaba y denunció á la
+Inquisición el foco protestante, cayendo el tribunal entonces
+rápidamente sobre el asunto, y en poco tiempo fueron encerrados en el
+castillo de Triana más de 800 luteranos, que no tardaron en perecer en
+la hoguera y en el garrote.</p>
+
+<p>Sin tiempo para ponerse á salvo, cayó <i>Julianillo</i> también en las garras
+del Santo Oficio, y después de doce meses de prisión, el 22 de Diciembre
+de 1560 salió con el auto de fe, siendo quemado vivo en unión de 34
+protestantes más, entre los que se hallaban doña Ana de Rivera, doña
+Francisca Ruíz, doña Francisca de Chaves, monja de Santa Isabel; María
+Gómez, Leonor Núñez, sus tres hijas Elvira, Teresa y Lucía; doña
+Catalina Sarmiento, doña María y doña Luisa Manuel, y fray Diego López,
+fray Barnardino Valdés, fray Domingo Churruca, fray Gaspar de Porres y
+fray Bernardo de San Jerónimo,<a name="page_055" id="page_055"></a> de alguno de los cuales haré más
+adelante especial mención.</p>
+
+<h3><a name="SANTA_TERESA_EN_SEVILLA" id="SANTA_TERESA_EN_SEVILLA"></a>SANTA TERESA EN SEVILLA</h3>
+
+<p>La célebre abulense doña Teresa Sánchez Cepeda, cuyos escritos místicos
+son tan famosos y á quien la iglesia colocó en los altares en 1622, bajo
+el nombre de Santa Teresa de Jesús, visitó durante su vida á Sevilla,
+para fundar un convento en nuestra población, permaneciendo en ésta
+desde el 26 de Mayo de 1575 hasta el 4 de Junio de 1576.</p>
+
+<p>Llegó, pues, el citado día la madre Teresa de Jesús, acompañada de seis
+monjas, sus compañeras, instalándose provisionalmente en una modesta
+casa de la calle de las Armas, en la cual estuvieron viviendo con gran
+estrechez y miseria, siendo al principio socorridas por una señora
+llamada doña Leonor de Valera, y más tarde por el prior de la Cartuja,
+que influyó á favor de las religiosas con otras personas de algún
+valimiento.</p>
+
+<p>Allí pasó la madre Teresa de Jesús algunos meses sin que pudiera, según
+eran sus propósitos, adelantar «gran<a name="page_056" id="page_056"></a> cosa en la fundación del convento,
+y aunque contó con el apoyo de algunos que le fueron afectos y le
+auxilió mucho en sus trabajos» D. Lorenzo Sánchez Cepeda, su hermano,
+que á la sazón vino de Indias, costóle gran trabajo encontrar casa más
+espaciosa para instalarse.</p>
+
+<p>Dió al fin la fundadora con un edificio en la calle de Pajería, hoy
+Zaragoza, y á propósito de éste escribe en una de sus cartas:</p>
+
+<p>«No se pasó poco para pasarnos á ella (á la nueva casa) porque quien la
+tenía no la quería dejar. Los frailes franciscos, como estaban juntos,
+vinieron luego á requerirnos que en ninguna manera nos pasásemos é
+ella.»</p>
+
+<p>Ya en la nueva casa, la actividad de la madre Teresa de Jesús, hizo que
+se habilitase lo mejor que se pudo, contando con algunos fondos y
+aumentándose la comunidad; pero entonces comenzaron á levantarse
+calumnias contra la fundadora, intimándola el padre Salazar para que no
+hiciese más fundaciones; y denunciándola por entonces á la Inquisición
+como sospechosa de herejía, ilusiones, falsa devoción y revelaciones
+imaginadas, una beata que había vivido en la recién fundada casa
+religiosa, ayudada por un clérigo de quien dice fray Diego de Yepes que
+era «hombre hipocondríaco, escrupuloso, ignorante y expuesto al error.»</p>
+
+<p>Siguióse el proceso contra la madre Teresa de Jesús, pasando á
+interrogarla á su casa los inquisidores, llevando con gran ruído los
+jueces á caballo, notarios, alguaciles y familiares, y después de largo
+tiempo, la Inquisición mandó que el expediente se suspendiese, quedando,
+sin embargo, la fundadora obligada á presentarse ante el tribunal de
+Sevilla siempre que éste lo reclamase.</p>
+
+<p>Estando en nuestra población la célebre hija de Avila, fué retratada por
+el napolitano Juan de Narduck, que había<a name="page_057" id="page_057"></a> sido discípulo de Coello y que
+á la sazón era religioso lego conocido con el sobrenombre de <i>fray Juan
+de la Miseria</i>, conservándose hoy este retrato en el convento de
+carmelitas de San José, y el cual, si no es una perfecta obra de arte,
+es por lo menos, el más auténtico retrato que existe de la reformadora.</p>
+
+<p>La casa que ésta habitó en Sevilla túvola en gran estima y de ella
+escribía que «no la había mejor ni mejor puesta. Paréceme que no se ha
+de sentir en ella el calor. El patio parece hecho de alcorza.»</p>
+
+<p>En 27 de Mayo de 1576 celebróse en aquella casa una gran fiesta
+religiosa, á la que asistió el arzobispo, fiesta que la misma fundadora
+describió con muchos pormenores, y algunos días después salió de la
+ciudad, dirigiéndose á Castilla, donde prosiguió sus fundaciones.</p>
+
+<p>Aquel edificio que la mística escritora habitó en Sevilla en la calle
+Pajería, fué convento hasta 1588, y el año 1882 el edificio, que se
+había conservado casi como estuvo en el siglo XVI, fué derribado,
+colocándose después en el que se levantó sobre su área, una lápida en la
+fachada que recuerda la fundación de la madre Teresa de Jesús y su
+estancia en nuestra ciudad.<a name="page_058" id="page_058"></a></p>
+
+<h3><a name="UN_PONCE_DE_LEON" id="UN_PONCE_DE_LEON"></a>UN PONCE DE LEÓN</h3>
+
+<p>El noble caballero sevillano don Juan Ponce de León, hijo de don
+Rodrigo, conde de Bailén, fué, como ya he indicado anteriormente, uno de
+los más decididos y ardientes partidarios que la reforma luterana tuvo
+en Sevilla en el siglo XVI, y predilecto discípulo del doctor Egidio.</p>
+
+<p>Su elevada posición social, su ilustración y el importante papel que
+hacía en la sociedad sevillana, contribuyeron poderosamente á que su
+propaganda en favor del protestantismo le diera muchos resultados,
+logrando, durante bastante tiempo, que ni á las autoridades
+eclesiásticas ni á las seculares trascendiera su conducta, apesar de la
+actividad que éstas desplegaban para destruir y aniquilar cuanto en
+Sevilla tuviera sospecha siquiera de luteranismo.</p>
+
+<p>Fué al fin descubierto en 1558, con otras muchas importantes personas,
+que pagaron con sus vidas en las hogueras, y permaneció antes largos
+meses preso, siendo al fin condenado por el tribunal odioso.</p>
+
+<p>La sentencia dada contra Ponce de León es un documento bastante curioso,
+del cual existe una copia manuscrita en la <i>Colección de Papeles del
+conde del Aguila</i> del Archivo municipal, y de ella reproduciré la parte
+más interesante, que dice así:<a name="page_059" id="page_059"></a></p>
+
+<p>«... Atentos los autos y méritos de este proceso, que dicho fiscal probó
+bien y cumplidamente su acusación y querella: damos y pronunciamos su
+intención por bien probada, y que el dicho don Juan Ponce de León no
+probó cosa alguna que le pudiese relevar. Por ende: debemos declarar y
+declaramos al dicho <i>Juan Ponce</i>, haber sido y ser <i>hereje, apóstata,
+luterano, dogmatizador y enseñador de la dicha secta de Lutero</i> y sus
+secuaces: hallándose en algunos ayuntamientos y conventículos con otras
+personas secretamente, á donde se trataba de la dicha maldita secta y
+sus errores, en grandísima ofensa de Dios Nuestro Señor y de su Santa Fe
+católica y Ley evangélica, y haber sido justo y disimulado confitente, y
+que las confesiones que hizo fueron más por reservar la vida que por
+salvar el alma, y por ello haber caído é incurrido en la Sentencia de
+Excomunión mayor, y estar ligado de ella y en todas las otras penas en
+que caen é incurren los tales herejes, luteranos, dogmatizadores y
+enseñadores de nueva secta y errores que, á título de cristianos, hacen
+y cometen semejantes delitos; y en confiscación y perdimiento de <i>todos
+sus bienes</i>, en los cuales le condenamos y aplicamos á la Cámara y Fisco
+de S. M. desde el tiempo que cometió dichos delitos á esta parte, cuya
+declaración en nos reservamos. Otrosí: relajamos la persona de dicho
+<i>Don Juan Ponce de León</i> á la Justicia y Brazo seglar, y especialmente
+al muy magnífico señor Licenciado Lope de León, Asistente por S. M. en
+esta ciudad y á sus lugares tenientes en el dicho oficio, á los cuales
+muy afectuosamente rogamos que se hagan benigna y piadosamente con el
+dicho <i>don Juan</i>, y porque el delito de la heregía es tan gravísimo que
+no se puede buenamente punir ni castigar en las personas que lo cometen,
+y las penas se extienden á <i>sus descendientes</i>: por ende declaramos sus
+<i>hijos y nietos</i> de dicho<a name="page_060" id="page_060"></a> don Juan Ponce por línea masculina sean
+<i>inhábiles para poder tener cualquier oficio público, ó de honra, ó
+beneficios eclesiásticos</i>, y que no pueden usar de las otras cosas
+prohibidas á los hijos y nietos de los semejantes condenados así por
+dicho común, Leyes y Pragmáticas de estos Reinos como por institución
+del Santo Oficio, las cuales habemos aquí por expresadas: y por esta
+nuestra sentencia juzgando así lo pronunciamos y mandamos en estos
+escritos y por ellos.&mdash;<i>El Obispo de Tarazona.==El Licenciado Andrés
+Gasco.==El Licenciado Carpio.==El Licenciado Juan Obando.</i>»</p>
+
+<p>El 24 de Septiembre de 1559 se celebró el auto de fe en que salió don
+Juan Ponce de León: después de relajado y entregado al brazo secular, se
+le dió garrote y se consumió su cuerpo en el <i>Quemadero</i> del prado de
+San Sebastián, con otros de los más señalados protestantes sevillanos.<a name="page_061" id="page_061"></a></p>
+
+<h3><a name="JUAN_DEL_CASTILLO" id="JUAN_DEL_CASTILLO"></a>JUAN DEL CASTILLO</h3>
+
+<p>El haber sido el pintor sevillano Juan del Castillo maestro de artistas
+que tanto renombre y gloria alcanzaron, como Murillo, Zurbarán, Alonso
+Cano y Pedro de Moya, ha hecho que su nombre sea por esto citado más que
+por las obras que dejó á la posteridad, dignas de elogio, ciertamente,
+no pocas de ellas.</p>
+
+<p>Hermano de otro pintor también, Agustín del Castillo (1565-1626), nació
+Juan en el año de 1584, siendo desde muy joven manifiesta su inclinación
+por el dibujo, que aprendió bajo la dirección de Luis Fernández, en
+cuyos lienzos censúrase la escasa frescura y la pobreza de colorido.</p>
+
+<p>Juan del Castillo pintó multitud de cuadros en su juventud, la mayoría
+de los cuales se han perdido hoy, y que le atrajeron general estimación,
+pues apartándose de las reglas que su maestro le indicara, dió un gran
+paso para destacar su personalidad.</p>
+
+<p>Demostrando grandes condiciones para la enseñanza, á Castillo acudieron
+no pocos discípulos, siendo su academia la que más frutos obtuvo para el
+arte, de aquellas otras que tenían en sus talleres el clérigo Roelas,
+Herrera <i>el Viejo</i> y Francisco Pacheco.</p>
+
+<p><a name="page_062" id="page_062"></a>A la academia de Castillo acudió cuando contaba doce años, en 1630,
+Bartolomé Murillo, llevado al estudio por cercano pariente, no faltando
+algunos autores que apunten que el luego celebérrimo artista sevillano
+era sobrino de su maestro.</p>
+
+<p>En abril de 1611, Castillo, vecino á la sazón del Salvador, se recibió
+de hermano de la <i>Doctrina Cristiana</i>, como hombre devoto que era,
+habiendo noticias de que en años después hizo un viaje á Granada, donde,
+según <i>Arana de Varflora</i>, «hizo algunas pinturas y en ellas se conoce
+su manera de pintar, que era fresca y pastosa.»</p>
+
+<p>Para el convento de Monte Sión ejecutó Castillo, de vuelta en su ciudad
+natal, catorce lienzos, siendo este templo el que llegó á reunir más
+producciones del pintor objeto de estas líneas.</p>
+
+<p>En el altar mayor dejó una <i>Asunción</i>, <i>La Visitación de Santa Isabel á
+la Virgen</i>, <i>La Encarnación</i>, <i>El Nacimiento de Jesús</i>, <i>La Adoración de
+los Reyes</i>, los cuatro doctores de la Iglesia, San Buenaventura y un
+crucificado, y en otros retablos las imágenes de Santo Domingo, Santo
+Tomás y San Vicente Ferrer.</p>
+
+<p>De estos cuadros, que permanecieron en dicho convento hasta 1810, fueron
+algunos, tras bastante tiempo, llevados al Museo Provincial, donde en la
+actualidad se encuentran, á más de dos medios puntos en tabla que
+representan á San José y el Niño trabajando, y la muerte del mismo
+santo.</p>
+
+<p>Estos citados son los más notables cuadros de Juan del Castillo, y en
+los que pueden apreciarse por completo sus méritos y su estilo de
+pintura, debiendo citar aquí también otras obras como las siguientes,
+que conservaron varios particulares y elogió Amador de los Ríos en 1844
+cuando dió á luz su libro <i>Sevilla pintoresca</i>.</p>
+
+<p><a name="page_063" id="page_063"></a>D. Manuel López Cepero poseía una <i>Asunción</i> y una <i>Sagrada Familia</i>;
+don Pedro García, un lienzo de los <i>Desposorios de la Virgen</i>, en
+figuras de tamaño natural, un <i>San Miguel</i> y un <i>Ángel de la Guarda</i>, y
+el señor Suárez de Urbina un <i>San Pedro</i> y un <i>San José con Jesús</i>,
+cuadro este último de pequeñas dimensiones.</p>
+
+<p>De otras pinturas de Juan del Castillo se han perdido no pocas, que
+fueron celebradas en su tiempo y de las cuales sólo la memoria queda.</p>
+
+<p>Con su academia muy concurrida de discípulos, continuó el maestro
+residiendo en Sevilla hasta 1639, año en que, por motivos que ignoro, se
+trasladó á Cádiz, donde fijó su residencia.</p>
+
+<p>Allí ejecutó también algunos lienzos, pero la vida del artista tuvo
+pronto término, falleciendo á mediados del año 1640, según apuntan los
+más autorizados biógrafos.</p>
+
+<p>Las obras de Juan del Castillo han sido estudiadas por los críticos con
+atención é imparcialidad, diciendo uno de ellos, juzgando los méritos
+del artista, que apesar del estilo que en la enseñanza recibiera,
+«guiado por favorable inclinación, dióse á copiar el modelo vivo y á
+estudiar la realidad, con lo cual mejoró su arte y dictó provechosas
+reglas, siempre más á lo tocante al dibujo que al color, á sus
+discípulos.»</p>
+
+<p>En la historia de la pintura sevillana indica Castillo un gran paso de
+adelanto, y puede decirse que dejó muy atrás á su hermano Agustín y aun
+á su sobrino Antonio, también artista.</p>
+
+<p>Contemplando los lienzos de Juan del Castillo y viendo aquel modo de
+ejecutar un tanto frío y académico, viene enseguida á la memoria la
+enseñanza que dió á Murillo, resaltando al punto cómo éste nada conservó
+de su maestro, y haciéndose de un estilo propio, con el cual<a name="page_064" id="page_064"></a> fundó una
+escuela y del que tuvo tantos fervorosos admiradores.</p>
+
+<p>El lienzo de la <i>Visitación</i>, el del <i>Nacimiento</i> y los restantes que se
+encuentran hoy en el Museo provincial, son, como ya indiqué, las
+principales obras de Castillo, y aunque á ellas no dejan de poner
+reparos los críticos, todos reconocen los méritos que indudablemente
+tuvo su autor.</p>
+
+<p>«No podemos llamar reaccionario en arte á Castillo&mdash;escribe
+Sentenach&mdash;antes bien, dejándonos arrastrar con las corrientes que se
+iniciaban, abandona el neo-clasicismo: pierde, inspirado por Herrera,
+algo de la tirante corrección greco-romana; observa la naturaleza y
+aunque con pocas fuerzas para elevarse á grandes alturas, desvía á sus
+discípulos de los senderos trillados y los encamina por el que ha de
+conducirlos á nuevas y encantadas regiones.»</p>
+
+<p>Para terminar: el pintor sevillano no llegó á escalar la región
+reservada á los genios; faltóle en primer lugar hondo sentimiento y
+espíritu para sus obras; pero fué un artista en conjunto bien digno de
+elogio por su obra general, y la dulce memoria que dejó como maestro de
+Zurbarán, de Alonso Cano, de Murillo y de tantos otros hará siempre que
+su nombre viva unido al de aquellos grandes hombres y la posteridad lo
+respete.<a name="page_065" id="page_065"></a></p>
+
+<h3><a name="UN_ZAPATERO_DE_ANTANO" id="UN_ZAPATERO_DE_ANTANO"></a>UN ZAPATERO DE ANTAÑO</h3>
+
+<p>La Santa Hermandad, instituída por los Reyes Católicos con el objeto de
+perseguir y castigar á los ladrones y malhechores, puede decirse que
+estaba en todo su esplendor durante el siglo XVI, siendo sus individuos
+muy numerosos, y como quiera que los cargos de cuadrilleros, secutores,
+etc., traían consigo ciertos privilegios y fueros, eran éstos muy
+solicitados.</p>
+
+<p>Para ejercer dichos cargos hacíase requisito indispensable, á más de
+tener harto probada la buena conducta moral, ser persona de alguna
+significancia y prestigio, pertenecer á hidalga familia y no ejercer
+ciertos oficios ó cargos incompatibles con la justicia de que habían de
+investirse.</p>
+
+<p>Ninguna de estas cualidades parece que tuvo en cuenta, en 1587, un
+zapatero que había en Sevilla, llamado Luís Sánchez, el cual era popular
+entre la gente de baja ralea, y valiéndose de resortes que supo
+hábilmente tocar y de la influencia del canónigo y arcediano don Alonso
+Fajardo de Villalobos, obispo titular de Esquilache, consiguió que el
+Provincial de la Santa Hermandad le diese el cargo de secutor, el cual
+era provechoso por las ganancias y gajes varios que traía consigo.</p>
+
+<p>Revestido el zapatero de su autoridad, comenzó á ejercerla<a name="page_066" id="page_066"></a> tan ufano y
+orondo; pero el hombre no contaba con la huéspeda, y ésta fué un su
+enemigo llamado Juan Pérez, que se propuso amargar la satisfacción del
+flamante secutor, presentando al cabildo de la ciudad un escrito contra
+Sánchez, el cual no deja de ser curioso, y que por esto y por ser
+inédito hasta ahora, lo copio de su original, que dice así:</p>
+
+<p>«<i>Muy ilustres señores.</i>&mdash;Juan Pérez de esta ciudad, como uno del
+pueblo, y para el bien público, digo que el Provincial de la Hermandad,
+ha nombrado por secutor de hermandad á un hombre llamado Luis Sánchez el
+cual es <i>hombre infame</i> y es zapatero que usa dicho oficio <i>con delantal
+delante de los pechos y golpeando con un box, llamando la gente</i> y
+calzando zapatos á negros y blancos y limpiándoles los pies, y además de
+esto, sirve al obispo Esquilache en lo que le manda. Asimismo el dicho
+Luís Sánchez, suele cometer <i>delitos crímenes</i>, especialmente el
+susodicho estuvo preso en la cárcel real de esta ciudad por mandado del
+alcalde Bonifacio, por haber vendido mucha cantidad de trigo, y fué
+sentenciado á graves penas é destierro, que pasó la causa ante Juan de
+Castro, escribano. Por todo lo cual el dicho Luís Sánchez no puede ni
+debe ser recibido al dicho oficio de secutor, porque lo pretende <i>para
+hacer cosas no debidas é cometer delitos</i>. Por tanto, pido y suplico á
+vuestra señoría no sea admitido ni recibido al dicho oficio de secutor,
+y que vuestra señoría mande dar y dé por ninguno el dicho nombramiento,
+é no haber lugar de se hacer el nombramiento é en todo haga se provea lo
+que más convenga á su servicio, por lo cual etc. etc.&mdash;<i>Juan Pérez.</i>»
+(<i>Archivo municipal</i>: Varios, <i>Antiguo</i>.)</p>
+
+<p>Esta solicitud pasó á cabildo, y habiendo tenido conocimiento de ella el
+zapatero, furioso de ver cuán mal<a name="page_067" id="page_067"></a> quedaba su persona, buscó á su
+enemigo y le dió una monumental paliza, con lo que parece quedó
+vengado... y sin que nadie le despojase del cargo de secutor, apesar de
+lo de los <i>delitos crímenes</i>.</p>
+
+<h3><a name="LA_PUERTA_DE_TRIANA" id="LA_PUERTA_DE_TRIANA"></a>LA PUERTA DE TRIANA</h3>
+
+<p>La más notable y acabada de cuantas puertas tuvo en lo antiguo Sevilla,
+fué la de Triana, cuya traza se debió, según las opiniones más
+autorizadas, al notable arquitecto Juan de Herrera. Fué concluída
+aquella puerta, verdaderamente monumental, á fines de 1588, derribándose
+para hacerla otra primitiva que estaba á la entrada del barrio de la
+Cestería.</p>
+
+<p>Constaba la puerta de Triana de un solo cuerpo de arquitectura, de
+estilo dórico, y presentaba dos fachadas de gran elevación y magnífico
+aspecto. A ambos lados de sus arcos, existían cuatro colosales columnas
+que descansaban en sólidos pedestales y sostenían una gran cornisa, en
+la que se hallaba un espacioso balcón de largo barandal, rematando el
+monumento con un ático triangular adornado de pirámides.<a name="page_068" id="page_068"></a></p>
+
+<p>Sobre el balcón existía una lápida cuya inscripción latina decía lo
+siguiente, según la traducción castellana de un autor, muy versado en
+nuestras antigüedades:</p>
+
+<p><i>Siendo poderosísimo rey de las Españas y de muchas provincias por la
+parte del orbe Felipe II, el amplísimo regimiento de Sevilla juzgó deber
+ser adornada esta nueva puerta de Triana, puesta en nuevo sitio,
+favoreciendo la obra y asistiendo á su perfección don Juan Hurtado de
+Mendoza, conde de Orgáz, superior vigilantísimo de la misma floreciente
+ciudad en el año de la salud cristiana de 1588.</i></p>
+
+<p>A un lado de esta puerta estaba uno de los husillos del río, cuya obra
+la conmemoraba otra lápida de pomposa y larga inscripción, colocada en
+1633, siendo asistente el conde de la Corzana, y sobre el arco estaba el
+llamado <i>Castillo</i>, en el que se hallaban varias celdas, que servían de
+prisión á los nobles y caballeros de importancia.</p>
+
+<p>Era esta puerta la más adornada en las festividades públicas; sus dos
+portillos laterales eran los que más tarde se cerraban, y por su arco
+principal entraron los monarcas Felipe V, en 1729; Carlos IV, en 1796;
+José I, en 1810; Fernando VII, en 1823, y la reina Isabel II, en 1862.</p>
+
+<p>Cerca de la puerta se encontraba á principios del siglo XIX, en un hueco
+de la pared, el célebre cafetín llamado de <i>Julio César</i>, donde se
+reunía por la noche gente maleante, que tenía siempre cuentas pendientes
+con la justicia.</p>
+
+<p>Las más importantes obras efectuadas en la puerta de Triana fueron las
+que se llevaron á cabo en 1787, siendo Asistente don José Ábalos.
+Entonces se renovaron las dos fachadas, «restituyéndose&mdash;como dice un
+historiador<a name="page_069" id="page_069"></a>&mdash;á sus columnas la altura que correspondía, pues antes su
+basamento subía hasta el tercio de las columnas, quizá para afianzar en
+él los tablones con que se calafateaba la puerta en las ocasiones de
+riadas.»</p>
+
+<p>Delante del monumento se extendía el espacioso llano, donde después se
+ha construído la calle de Reyes Católicos, y este lugar era en extremo
+concurrido por los desocupados y paseantes, que allí acudían á tomar el
+sol en invierno y á refrescarse en las noches del estío.</p>
+
+<p>La puerta de Triana, que era la más inmediata para dar acceso al puente
+de barcas y al populoso barrio de la margen derecha del Guadalquivir,
+era punto de gran tránsito, y por ella se veían casi siempre grupos de
+viajeros, recuas de los trajinantes, coches de camino, etc., etc.</p>
+
+<p>Cerca del monumento existían dos fuentes, una de las cuales se conserva
+todavía, aunque muy variada, y se construyó en 1816 por el Asistente don
+Francisco Laborda y Pleyler.</p>
+
+<p>Entre muchos recuerdos históricos, que iban unidos á la puerta,
+mencionaré el de la muerte del conde del Aguila en 1808, el de la
+entrada de las tropas españolas en 1812 y el del general López Baño, que
+en 1823 derribó á cañonazos sus hojas para salvar á la ciudad del furor
+de los absolutistas.</p>
+
+<p>El monumento al fin fué derribado en 1869, sin que bastara á impedir su
+destrucción, ni lo magnífico de la obra, ni los recuerdos que tenía.<a name="page_070" id="page_070"></a></p>
+
+<h3><a name="LA_ALAMEDA_DE_HERCULES" id="LA_ALAMEDA_DE_HERCULES"></a>LA ALAMEDA DE HÉRCULES</h3>
+
+<p>Sabido es que la construcción de este paseo se debe al Asistente don
+Francisco Zapata, conde de Barajas, el cual, de un lugar tan infecto y
+malsano como era aquel, que se llamaba la Laguna por ser punto donde se
+estancaban las aguas, hizo un hermoso lugar de recreo y esparcimiento
+para el pueblo sevillano.</p>
+
+<p>Levantado el terreno y nivelado, formadas ocho hileras de árboles hasta
+el prado de Belén, y construídos cómodos asientos y bellas fuentes de
+mármol, el conde de Barajas puso á la entrada del paseo dos magníficas
+columnas de granito gris, que medían 8'90 metros y uno de diámetro, las
+cuales es opinión general que debían pertenecer á algún templo que tuvo
+Sevilla en tiempo de los romanos.</p>
+
+<p>Levantadas las columnas sobre pedestales, se pusieron, como remate de
+ellas, dos estatuas, una de Hércules y otra de Julio César, las cuales
+dieron nombre al paseo, que el vulgo llamó desde poco después, Alameda
+de Hércules.</p>
+
+<p>En la actualidad se encuentran casi borradas las inscripciones que
+entonces se grabaron en los pedestales, y aunque ya son por algunos
+conocidas, creo de oportunidad copiarlas aquí.<a name="page_071" id="page_071"></a></p>
+
+<p>La inscripción de Hércules dice:</p>
+
+<p>«Al Hércules Augusto Emperador, César Carlos quinto, hijo del rey don
+Filipo, nieto del rey don Fernando, viznieto del rey don Juan, piadoso,
+feliz, gálico, germánico, túrcico, africano, que mucho más allá de las
+columnas de Hércules, dilatada su gloria por el Nuevo Mundo, terminó su
+imperio con el Océano, su fama con el Cielo. Al héroe sagrado,
+meritísimo de la República cristiana, por su eterna piedad y virtud, el
+Senado y pueblo de Sevilla dedicadísimo á su sagrada memoria y
+majestad.»</p>
+
+<p>«Reinando en Castilla el católico y muy alto y poderoso rey don Felipe
+II, y siendo asistente de esta ciudad el ilustrísimo señor conde de
+Barajas, mayordomo de la reina nuestra señora: Los ilustrísimos señores,
+Sevilla, mandaron hacer estas fuentes y alamedas, traer el agua de la
+fuente del Arzobispo con industria, acuerdo y parecer del dicho señor
+Asistente, siendo obrero mayor, el magnífico señor Juan Díaz, Jurado,
+alcalde el año de MDLXXIIII.»</p>
+
+<p>En la de Julio César se contiene todo esto:</p>
+
+<p>«A don Francisco Zapata conde de Barajas, Asistente vigilantísimo de
+esta Ciudad, mayordomo del rey, y amante muy equitativo de la justicia,
+por haber limpiado esta antigua y abandonada laguna de las aguas
+inmundas de toda la ciudad, convirtiéndola en un paseo muy extenso,
+sembrado de frondosos árboles y regados con fuentes perennes, dando así
+á los ciudadanos un cielo más saludable y un viento más fresco en los
+ardores del estío; y por haber restituído á su antiguo origen el arroyo
+de las aguas del Arzobispo, interrumpido por la antigüedad y abandonado,
+trayendo sus aguas á varias calles de la Ciudad para grande consuelo del
+pueblo sediento: por<a name="page_072" id="page_072"></a> haber trasladado aquí las columnas de Hércules,
+con un trabajo comparable á los del mismo Hércules: por haber hermoseado
+la Ciudad con puertas magníficamente fabricadas y por haberla gobernado
+con suma humanidad, el Senado y Pueblo de Sevilla le consagran este
+monumento en testimonio de su amor y gratitud, en el año 1598.»</p>
+
+<p>«A la liberalidad del augusto Felipe segundo hijo del divino Carlos,
+nieto del gran Felipe, biznieto del divino Maximiliano rebiznieto del
+divino Federico, piadoso, fiel, máximo, católico, germánico, francisco,
+británico, bélgico, índico, africano, túrcico en tierra y mar, emperador
+invictísimo, porque con nuevos ornamentos y prerrogativas confirmados
+también y dadas de nuevo ilustres leyes municipales, ha aumentado y
+ennoblecido esta ciudad como á óptimo príncipe de esta romulense colonia
+restaurador amabilísimo el cabildo de los sevillanos.»</p>
+
+<p>En los <i>Libros de Caja</i> del siglo XVI, que se guardan en el Archivo
+Municipal, existen multitud de asientos relativos á las obras de
+construcción de la Alameda, pudiendo verse allí en detalle cuán grandes
+sumas se invirtieron y cuánto interés puso el conde de Barajas en
+embellecer el paseo.</p>
+
+<p>La Alameda fué durante el siglo XVII, el lugar más concurrido de Sevilla
+por los paseantes y sitio predilecto de damas y galanes que allí acudían
+á entregarse á sus amorosas expansiones, y con razón ha dicho un
+escritor ilustre que era aquel «el terreno de la belleza y el lujo, y el
+teatro del trato ameno y conciertos amorosos».</p>
+
+<p>En el siglo XVIII, haciéndose necesarias algunas reformas en el antiguo
+paseo, las llevó á cabo en 1764 el asistente don Ramón Larumbe; el cual
+coronó su obra levantando al final de la Alameda dos ridículas
+columnas,<a name="page_073" id="page_073"></a> parodia de las puestas por el conde de Barajas, las cuales
+remataron en dos leoncillos de piedra, al pie de los que su señoría,
+deseando perpetuar la memoria del trabajo, hizo grabar estas líneas, ya
+casi borradas hoy:</p>
+
+<p>«&mdash;<small>NO<b>8</b>DO</small>&mdash;Reinando en España la católica magestad de don Carlos III,
+siendo asistente de esta ciudad el señor don Ramón de Larumbe del orden
+de Santiago, del consejo de S.M., intendente general del ejército de los
+cuatro reinos de Andalucía y superintendente general de rentas, se acabó
+la obra de la cañería de la fuente del Arzobispo en 28 de Enero de 1764
+y la distribución de su agua consiste en el pilar del arzobispo, la de
+la fuente de Córdoba, seis pilas de esta Alameda y la de san Vicente y
+de gracia al convento de esta de capuchinos, hermandad de san
+Hermenegildo, san Basilio, Belen y san Francisco de Paula y se pone esta
+lápida en virtud de acuerdo del ilustre cabildo de la ciudad, habiendo
+sido diputado de esta obra el señor veinticuatro don Juan Alonso de Lugo
+y Aranda.»</p>
+
+<p>«&mdash;<small>NO<b>8</b>DO</small>&mdash;Reinando etc., etc., se construyeron estas dos columnas que
+coronan los leones que sostienen las reales armas y las de Sevilla. Se
+hicieron los asientos, alcantarillas y terraplenes, levantándose los
+pretiles de las zanjas, se pusieron los pilares para el riego, desagüe
+completo de árboles de esta Alameda, todo por dirección de los señores
+Asistentes, siendo diputado el señor don Gregorio de Fuentes y Veralt,
+veinticuatro del Ilmo. Cabildo cuya obra costeó de los propios y
+arbitrios y se acabó el año de 1765.»</p>
+
+<p>La Alameda continuó todavía durante bastante tiempo disfrutando del
+favor de los sevillanos, hasta que, como dice con mucho donaire el duque
+de Rivas en su bello artículo <i>Los Hercules</i>, «á la margen del
+Guadalquivir, ya<a name="page_074" id="page_074"></a> escombrado de mercaderes y mercaderías, apareció entre
+la puerta de Triana y la Torre del Oro otra Alamedita (el Arenal), que
+aunque nació enfermiza, empezó á hacer gracias cuando niña y á llamar la
+atención cuando joven, hasta que desbancó ¡cosa natural! á la Alameda,
+ya vetusta y provecta, y le echó á cuestas nada menos (¡ánimas
+benditas!) el dictado de <i>Vieja</i>, que la desplomó.»</p>
+
+<p>Por estos tiempos hacía ya muchos años que se celebraban allí las
+clásicas veladas de San Juan y San Pedro, que tan características notas
+ofrecían de nuestras fiestas populares, y las cuales renuncio á
+describir aquí, cómo se verificaban entonces.</p>
+
+<p>En los comienzos del siglo XIX, era ya manifiesta y patente la
+decadencia del paseo cuyo aspecto era en verdad poco ameno y agradable,
+pues con gran detrimento del ornato, había abandonado su cuido el
+municipio.</p>
+
+<p>Entre los episodios dignos de ser recordados que tuvieron lugar en la
+Alameda en los largos años de nuestras revueltas políticas, citaré un
+gran banquete que allí se celebró en 1820 á las tropas de Riego, al cual
+asistió el mismo general, que á la hora de los brindis leyó uno en muy
+medianos versos que había escrito su hermano el canónigo don Miguel del
+Riego.</p>
+
+<p>En 1823 y el triste día 13 de Junio, en que tantos excesos cometieron
+las turbas absolutistas, al estallar aquella tarde el depósito de
+pólvora que estaba establecido en el edificio de la Inquisición, la
+Alameda ofreció un triste cuadro, pues en ella cayeron no pocos restos
+humanos de los que fueron víctimas de aquella catástrofe.</p>
+
+<p>Pacífico y solitario estuvo el viejo paseo durante muchos años, hasta
+que hacia 1840 y 1844 empezaron á utilizarlo ciertos elementos para
+punto de sus reuniones y aún vive quien recuerda cómo allí se juntaban
+por tarde<a name="page_075" id="page_075"></a> y noche numerosos grupos de exaltados que leían en voz alta
+<i>El Huracán</i>, <i>El Guirigay</i> y otras publicaciones hostiles al gobierno y
+aun á las instituciones, dando lugar aquellas lecturas, á que con
+frecuencia se caldearan los ánimos y tuviera que intervenir la fuerza
+armada, como ocurrió en diversas ocasiones.</p>
+
+<p>No fué sólo entonces la Alameda teatro de escenas semejantes, pues éstas
+se repitieron en aquellos años de pronunciamiento y motines, llegando,
+como en 1861 y 1873, á tomar los sucesos verdadera importancia.</p>
+
+<p>Á decir verdad, el paseo de que me voy ocupando es de los que menos
+reformas han sufrido de todos los de Sevilla, pues las obras que en
+diversas ocasiones se han llevado allí á cabo han sido, por lo general,
+de escasa importancia, y sólo secundarias. Después de 1850
+desaparecieron las fuentes que en el centro de la Alameda existían, y
+hace años se trasladó al final la pila de la Plaza de San Francisco, se
+rodearon de sencilla verja los Hércules, se reformaron algunos asientos
+de la entrada, intentándose plantar un jardín en ambos lados, que no
+llegó á prosperar por descuido.</p>
+
+<p>Si de día era la Alameda punto por lo general sosegado y tranquilo, de
+noche era peligroso por más de un concepto.</p>
+
+<p>La falta de alumbrado y vigilancia, favorecía mucho á los pájaros de
+cuenta que por allí vagaban entre las sombras, siendo muy frecuente que
+el incauto transeunte que por necesidad atravesaba dados ya el toque de
+ánimas el paseo, se viera sorprendido por malhechores que lo maltrataban
+y despojaban de cuanto llevase encima.</p>
+
+<p>A más eran aquellas tinieblas muy buscadas por <i>Aspasias</i> y
+<i>Proserpinas</i> de barrio, que no tenían quien las molestase, siendo los
+viejos árboles y los asientos, á diario,<a name="page_076" id="page_076"></a> mudos testigos de escenas que
+puede imaginarse el lector.</p>
+
+<p>Como punto de los más bajos de la ciudad la Alameda ha sido siempre de
+los que primero se inundan, ofreciendo aquella ancha superficie de agua
+un cuadro que siempre acuden á contemplar los sevillanos con cierta
+curiosidad.</p>
+
+<p>No citaré la fecha de las muchas inundaciones del paseo, pero haré
+mención de la riada de 1796, en que las aguas llegaron hasta cerca de
+los balcones de algunas casas como indica el azulejo colocado en el
+edificio que hace esquina á la calle Santa Ana, y de la de 1876, en que
+se desbordó el Guadalquivir, causando grandes destrozos en todo el
+barrio de San Lorenzo y en el de la Feria.</p>
+
+<p>Estas inundaciones dejan siempre al viejo paseo en estado harto
+deplorable, y como quiera que pocas veces se trata de acudir como
+corresponde á la reparación de los desperfectos ocasionados en la
+Alameda, ofrece á los paseantes bien pocos atractivos.</p>
+
+<p>Ningún paseo como la Alameda pudiera, por su extensión y sus
+condiciones, transformarse en uno de los más agradables de la ciudad,
+levantando el terreno, variando por completo la antigua traza y formando
+allí amenos jardines, que serían gala y ornato de la población.</p>
+
+<p>Desde hace pocos años, la Alameda se ve extraordinariamente concurrida
+en las tardes y noches de estío, habiéndose establecido allí gran número
+de puestos de agua, refrescos, helados, etc., alrededor de los cuales se
+instalan multitud de mesas y sillas, que se ven ocupadas por la
+concurrencia de trasnochadores hasta la salida de la aurora. Allí se ven
+durante todas las horas de las calurosas noches, alegres grupos y
+tertulias de <i>ellos</i> y <i>ellas</i>, y se<a name="page_077" id="page_077"></a> escuchan cantos flamencos, notas
+de guitarras, repiqueteo de palillos, risas y vivos diálogos...</p>
+
+<p>Y aquí hago punto en este ligero bosquejo que he intentado trazar de la
+Alameda Vieja que fundó el conde de Barajas, paseo el más antiguo de
+Sevilla, que es el que más larga historia tiene y por el que tantas
+generaciones pasadas han discurrido.</p>
+
+<h3><a name="LA_HERMANDAD_DE_LOS_NINOS_PERDIDOS" id="LA_HERMANDAD_DE_LOS_NINOS_PERDIDOS"></a>LA HERMANDAD DE LOS NIÑOS PERDIDOS</h3>
+
+<p>Si actualmente son tantos los niños y adolescentes abandonados, que en
+las capitales viven entre las mayores privaciones y miserias, puede
+calcularse á qué gran número llegarían éstos en los tiempos pasados, y
+cuán amarga y triste sería su condición en la sociedad.</p>
+
+<p>De aquí nació aquella multitud de vagabundos, de muchachos maleantes que
+acostumbrados á viciosos hábitos, y en frecuente contacto con gente
+corrompida, crecían, se hacían hombres, terminando las más de las veces
+su existencia en la horca ó en las galeras del rey.</p>
+
+<p>Sevilla, población importantísima, el siglo XVI, era centro en el que se
+acogía un mundo de pícaros, como los<a name="page_078" id="page_078"></a> que tan admirablemente retrató
+Cervantes en <i>Rinconete y Cortadillo</i>, y alrededor de toda aquella
+hampa, pululaban niños y mozalbetes, de quienes nadie cuidaba y á
+quienes nadie procuraba apartar de tan extraviados caminos.</p>
+
+<p>Con el laudable intento de protejer á la infancia desvalida y remediar
+los males de los adolescentes, reuniéronse unos cuantos hombres de buena
+voluntad, y hacia el año de 1589 formaron una hermandad con el nombre
+del <i>Santo Niño Perdido</i>, la cual, sin el apoyo de las autoridades, y
+sosteniéndose únicamente con el dinero de los hermanos y las limosnas
+que recogía, logró bien pronto prestar muy señalados servicios.</p>
+
+<p>Al efecto lograron alquilar una casa modesta, en la cual reunieron
+camas, mantas y algunos muebles, nombrando por alcaldes de la cofradía á
+don Andrés de Losa y don Cristóbal Pareja; tomaron un administrador, que
+lo fué el clérigo don José Martín, y alquilaron para el servicio dos
+criados y una mujer anciana.</p>
+
+<p>Dieron principio los hermanos á su buena obra, redactando los estatutos
+de la congregación y comenzando á llevar al recién fundado instituto á
+los niños que encontraban, pues según el mismo alcalde Cristóbal de Losa
+decía en un documento que tengo á la vista: «...cada uno de los hermanos
+andaban por las calles de noche, y si en algún portal ó en algún rincón
+hallábamos algún niño desamparado del trato humano, lo llevábamos á
+nuestra casa por aquella noche, dándole de cenar y regalándole, y al
+otro día lo llevábamos á nuestra Casa para que allí se remediase con los
+demás...»</p>
+
+<p>Añadiendo también estos párrafos que explican la misión de los hermanos:</p>
+
+<p>«Cuando veíamos alguna mujer ó hombre que andaba pidiendo limosna con
+muchachos se los quitábamos, y llevábamos<a name="page_079" id="page_079"></a> á la casa porque no se
+quedasen toda la vida pordioseros y los poníamos con amos á su
+servicio.» «Item, que cuando sabíamos que alguna niña había quedado
+huérfana por haberle faltado padre ó madre y no tener de qué
+sustentarse, la llevábamos á Casa y así de ordinario las había en ella
+de seis y siete años y niños de dos á tres años y lo hacíamos lavar,
+limpiar y envolver, teniendo para esto una mujer anciana, honrada que lo
+hacía amaneciendo ellos todas las mañanas de tal suerte que era asco
+llegar á ellos y asi lo lababan y limpiaban y vestian camisa limpia y si
+la mujer no hiciere esto con caridad como lo hacia con ningun interés se
+le podía pagar.»</p>
+
+<p>También recogían los hermanos á los mozalbetes raterillos, á los cuales
+tenían algunos días sujetos, procurando corregirlos, y á unos y á otros
+buscaban luego colocación con algún amo, ó les ponían á aprender algún
+oficio mecánico, llegando, como la hermandad comprobó por sus libros, á
+haber colocado á unos 600 muchachos durante los primeros años del
+instituto.</p>
+
+<p>Así iba la hermandad siguiendo su obra meritoria y prestando señalados
+servicios, cuando un día de los comienzos de 1591 se presentó en la casa
+de la hermandad el veinticuatro don Juan Pérez de Guzmán y con dos ó
+tres alguaciles se apoderó por fuerza de cuanto allí había, llevándose
+cuarenta niños que á la sazón estaban recogidos y cargando con las
+camas, las mantas y demás menaje, así como con algún trigo, cebada,
+garbanzos y habas, que había sido adquirido por el administrador.</p>
+
+<p>Los niños, muchos de los cuales estaban leprosos y en situación harto
+triste, fueron llevados por orden del veinticuatro á la <i>Casa de la
+Doctrina</i>, quedando disuelta la Asociación, y á los pocos días el
+alcalde Losa, se dirigió al Ayuntamiento con una enérgica solicitud
+clamando contra<a name="page_080" id="page_080"></a> el atropello que en la benéfica Asociación se había
+cometido, y pidiendo que se disolvieran los niños y los objetos
+secuestrados.</p>
+
+<p>Entonces empezaron los tratos y conferencias de los hermanos con los
+señores del cabildo, siguiendo Losa con sus solicitudes, en una de las
+cuales de 1593 decía pintando el estado en que habían quedado los
+muchachos vagabundos: «Andan perdidos por las calles y plazas, y yo,
+como persona que comenzó esta obra, le deseo remedio, porque veo andan
+los niños de siete y ocho años desamparados, rotos y aun encueros por
+los rincones y poyos de la ciudad, donde se quedan á dormir, que en este
+tiempo aun los muy bien arropados y abrigados lo pasan con dificultad y
+trabajo; y la semana de Pascua amaneció muerta de frío una mujer, y así
+las criaturas tienen mayor peligro.»</p>
+
+<p>Poco después el cabildo nombró una comisión para que informase de si
+debía constituirse de nuevo la hermandad, y en este informe se leen
+párrafos como el que voy á copiar, bien curioso por cierto, y que prueba
+que en aquellos benditos tiempos de prosperidad, bienandanza y riqueza,
+por los que tanto suspiran los neos, la miseria revestía en las ciudades
+más importantes terribles caracteres.</p>
+
+<p>«... La ciudad, calles y plazas, <i>están llenas</i> de muchachos pequeños
+que andan perdidos pidiendo limosna y muriéndose de hambre, y quedándose
+á dormir por los poyos y portales <i>desnudos, casi encueros</i> y expuestos
+á muchos peligros como se ha visto algunas veces por la experiencia, que
+han sucedido entre otros pícaros á quien se llegan, y otros amaneciendo
+<i>muertos del hielo</i> y así mismo se han multiplicado los ladrones porque
+hay infinitos muchachos que lo son, y los clérigos de San Salvador se
+quejan<a name="page_081" id="page_081"></a> que después de que se quitó la casa de los niños hallan en la
+iglesia detrás de los retablos muchas bolsas de las que quitan los tales
+ladrones muchachos».</p>
+
+<p>Esta pincelada retrata lo que era la ciudad en los tiempos prósperos en
+que tanto se ha decantado el bienestar y el desahogo de las clases
+menesterosas.</p>
+
+<p>En resumen: como quiera que la comisión informó favorablemente su
+dictamen, suscrito por don Bartolomé Lope de Mesa, veinticuatro, y don
+Juan Farfán de los Godos, jurado, porque no sólo debía volverse á formar
+la hermandad, sino ser protegida por el Ayuntamiento, designándose
+caballeros del cabildo que la inspeccionasen, en sesión de 20 de Marzo
+de 1593 se acordó, conforme á lo propuesto, que volviera á establecerse
+la cofradía, la cual terminó en el siglo XVII, en que ya, sin que ningún
+don Juan Pérez de Guzmán la hiciera desaparecer, le cogió la reducción
+de hospitales que llevó á cabo el arzobispo de Sevilla.<a name="page_082" id="page_082"></a></p>
+
+<h3><a name="D_LUIS_SUMENO_DE_PORRAS" id="D_LUIS_SUMENO_DE_PORRAS"></a>D. LUÍS SUMEÑO DE PORRAS</h3>
+
+<p>Para lance pesado, el que le ocurrió á fines del siglo XVI en Sevilla al
+teniente de asistente D. Luís Sumeño de Porras. Bien merece recordarse
+en estos apuntes y he de hacerlo así, pues ofrece una gráfica nota de
+aquellos tiempos.</p>
+
+<p>Al tal D. Luís tocóle para su daño hacia 1591, ser juez en una causa por
+la cual fué condenado un reo, el cual tenía algunos parientes y amigos
+que con gran ahinco trabajaron por librarle de la pena, sin que pudiera
+conseguirlo, pues Sumeño de Porras se mostró inflexible.</p>
+
+<p>Viéndose burlados y llenos de la mayor indignación y odio hacia el juez,
+acordaron vengarse, y concibieron un plan que no tardaron en llevar á
+cabo.</p>
+
+<p>A principios de 1593, el tribunal de la Inquisición recibió un largo
+escrito, en el cual se delataba á D. Luís como culpable del delito de
+<i>herejía</i> y <i>judeismo</i>, delito que había permanecido oculto é impune
+hasta entonces, haciéndose la delación tan en forma, tan detallada y
+minuciosa y con tan marcadas y expresas circunstancias, que los del
+Santo Oficio tomáronla por buena, y holgándose del servicio que á la
+religión iban á prestar, presentáronse<a name="page_083" id="page_083"></a> en casa del teniente de
+Asistente, y con gran sorpresa suya, lo arrancaron del lado de su
+esposa, doña Jerónima Monardes, hija del famoso médico, y dieron con él
+en las cárceles del castillo de Triana.</p>
+
+<p>Formóse rápidamente el proceso, con todos los requisitos de la ley
+inquisitorial; mas como Sumeño de Porras negábase en absoluto á
+confesarse autor de los crímenes que se le acusaban, fué sometido á
+cruel tortura en diversas ocasiones, pero, aunque nada dijo, túvosele
+por convicto y fué condenado á salir en auto público de fe y llevado
+luego al Prado de San Sebastián, en donde había de ser quemado vivo.</p>
+
+<p>«Mas sucedió&mdash;escribe don José María Montero de Espinosa en su <i>Relación
+histórica de la judería de Sevilla</i>&mdash;que la víspera del día en que se
+había de ejecutar este espantoso y horroroso castigo venían á esta
+ciudad los malvados delatores con objeto de ver la dicha escena y á
+holgarse de su indigna venganza, y en una de las posadas de Alcalá de
+Guadaira estaban todos en un cuarto hablando del caso, y del auto que
+venían á presenciar, y unos con otros decían:&mdash;<i>Mañana veremos arder
+aquel pícaro y le oiremos crujir los huesos</i>&mdash;y además proferían otras
+expresiones semejantes con las cuales se jactaban y regocijaban de sus
+pérfidos sentimientos, y daban á entender claramente habían sido ellos
+los autores de aquel horrendo castigo, cuya conversación fué oida de
+otros pasajeros que la casualidad hizo estar en el cuarto inmediato, los
+que sospecharon la mucha malicia que el asunto contenía y tomando
+cautelosamente las señas, nombre, casa y posada donde se dirigían,
+vinieron aceleradamente y dieron cuenta al tribunal.»</p>
+
+<p>Dudaron al principio los inquisidores, temiendo que se les escapase la
+presa que ya tenían tan segura, pero<a name="page_084" id="page_084"></a> tantas fueron las protestas de los
+que afirmaban la inocencia, que los del tribunal acordaron suspender la
+ejecución de D. Luís Sumeño de Porras, y buscaron á los delatores, cuyas
+señas tenían.</p>
+
+<p>Siguieron entonces largas diligencias y puesta en claro la felonía de
+que había sido víctima el teniente de asistente le dieron libertad al
+fin y al cabo, después de tenerle largos meses en las mazmorras
+inquisitoriales, con todas las consiguientes molestias y perjuicios.</p>
+
+<p>Los falsos delatores, dicen antiguas memorias que fueron castigados, sin
+que se especifique el castigo, que tal vez no fuera gran cosa, pues
+entonces los delitos de delación eran cuestión de poca monta para los
+inquisidores.</p>
+
+<p>Sumeño de Porras pudo al fin escapar de las garras del tribunal, ¡pero
+cuántos y cuántos inocentes como él perecieron en las garras del
+tribunal odioso, sin que nadie pudiera salvarlos!<a name="page_085" id="page_085"></a></p>
+
+<h3><a name="UN_ARCEDIANO_Y_UN_CANONIGO" id="UN_ARCEDIANO_Y_UN_CANONIGO"></a>UN ARCEDIANO Y UN CANÓNIGO</h3>
+
+<p>D. Diego de Ulloa, canónigo de la catedral sevillana á fines del siglo
+XVI, era sobrino del cardenal arzobispo D. Rodrigo de Castro, motivo por
+el cual, el hombre gozaba de gran influencia y vara alta, lo que, unido
+á su carácter, un tantico orgulloso y con sus puntos de altanería,
+hacíanle hombre de trato difícil y poco agradable.</p>
+
+<p>Andaba con frecuencia el señor Ulloa traspunteado con los canónigos, sus
+compañeros, y aun con otras personas eclesiásticas, y una de las que con
+quien no estaba muy á derechas por ciertos resentimientos, era con el
+licenciado D. Alonso Alvarez Córdoba, arcediano de Niebla, varón
+prudente y virtuoso, respetado y querido.</p>
+
+<p>El tal arcediano, que frecuentaba mucho la basílica, acudió á ella el 21
+de Diciembre de 1595 á practicar sus cuotidianas oraciones, y muy
+contrito y devoto se hallaba arrodillado cerca del coro, mientras se
+cantaban las <i>vísperas</i>, á las que asistían también gran número de
+fieles, cuando héte aquí que cruzó la nave D. Diego de Ulloa, muy orondo
+y llevando puesta su capa de coro.</p>
+
+<p>Lo mismo fué ver el sobrino del arzobispo al arcediano Alvarez Córdoba,
+se fué para él y con mal talante le dirigió la palabra. Alzóse del suelo
+D. Alonso, y allí mismo comenzó un vivo diálogo, en el que se recordaron
+antiguos<a name="page_086" id="page_086"></a> resentimientos, se sacaron á relucir actos por una y otra
+parte y empleándose palabras impropias del lugar y de las personas que
+las decían.</p>
+
+<p>De pronto montó en cólera el canónigo Ulloa, y alzando el brazo dió una
+tremenda bofetada al arcediano, que súbito contestó con otra no menos
+contundente y sonora, y al ruído de ellas, cuantos estaban alrededor
+volvieron los rostros viendo con asombro y sorpresa á los dos
+eclesiásticos que se acometían furiosamente y luchaban como jayanes á
+brazo partido.</p>
+
+<p>Andaba no lejos de allí un hermano de D. Diego de Ulloa, el cual también
+era canónigo, y al enterarse de la escena acudió en defensa de su
+hermano, y «viendo trabada la pendencia&mdash;dice la historia&mdash;arrebató la
+espada á uno de los criados que le acompañaban, y armado con ella y
+seguido de los otros sus criados y de los de su hermano, que desnudaron
+las suyas, se arrojó sobre el arcediano de Niebla, en cuyo auxilio
+tuvieron tiempo de llegar algunas de las personas que estaban en la
+iglesia, y que también espada en mano se opusieron á tan sacrílega y
+brutal agresión.»</p>
+
+<p>A esto se había alborotado todo el templo, gritaban las mujeres, se
+revolvían los hombres, suspendiéronse las <i>vísperas</i>, y en confuso
+tropel salieron los canónigos del coro, llegando á oportuno tiempo, pues
+por la fuerza se apoderaron de D. Alonso Alvarez Córdoba, que hubiera
+allí mismo perecido si no lo encierran en la <i>tribuna del órgano</i>.</p>
+
+<p>Los hermanos Ulloa y sus criados fueron obligados á salir del templo, y
+más tarde el señor Provisor mandó encarcelar á los primeros, siendo
+conducido el arcediano de Niebla á su casa, acompañado del Deán y de un
+canónigo para mayor seguridad.<a name="page_087" id="page_087"></a></p>
+
+<p>Afortunadamente, al cabo de muchos días don Alvaro y don Diego hicieron
+las paces, condenándoles á una leve pena y dándoseles licencia «para ir
+el día de año nuevo á la procesión donde se ganan los <i>recles</i> (el
+tiempo que se permite á los prebendados estar ausentes del coro para su
+descanso y recreación) de todo el año», según se lee en el extracto de
+donde tomo las noticias de este curioso suceso.</p>
+
+<p>Y por si alguno duda de su veracidad, le diré que todo él consta con más
+extensión y pormenores con otros casos parecidos, en un <i>Informe
+secreto</i> que el regente de la Audiencia de Sevilla elevó al monarca
+<i>sobre diferencias que hubo entre el Arcediano de Niebla y un sobrino
+del cardenal Arzobispo de Sevilla</i>, del cual <i>informe</i> existe copia, y
+que lleva la fecha de 27 de Febrero de 1596.</p>
+
+<h3><a name="EL_ESCOCES_HEREJE" id="EL_ESCOCES_HEREJE"></a>EL ESCOCÉS HEREJE</h3>
+
+<p>Jaime Bolen era escocés y vivía en Sevilla á fines del siglo XVI
+dedicado al comercio. Fué denunciado á la Inquisición como hereje de los
+peores, y preso en el castillo de Triana, se le formó proceso, del cual
+resultó que el tal Jaime no se contentaba con las herejías propias, que
+ya<a name="page_088" id="page_088"></a> era bastante, sino que hacía propaganda de ellas, como diríamos hoy,
+habiendo hecho á muchos partidarios de sus opiniones.</p>
+
+<p>Bolen era hombre de carácter firme, y así, como quiera que desde que
+cayó en las garras de los del Santo Oficio no pudo hacerse muchas
+ilusiones de su porvenir, se propuso dar muestras de su entereza, y ni
+las amenazas, ni los sermones, ni el tormento hicieron en él efecto
+alguno, afirmándose con jactancia reo en las herejías de que se le
+acusaba, por lo cual fué condenado á ser quemado vivo en el prado de San
+Sebastián.</p>
+
+<p>Y en efecto, el día 13 de Octubre de 1596 salió en auto público de fe,
+con sambenito y coroza, sin que por el camino, desde las cárceles á San
+Pablo, y de allí al <i>Quemadero</i>, diese muestras de abatirse su espíritu
+ni hacer caso alguno de las exhortaciones que frailes é inquisidores le
+dirigieron repetidas veces.</p>
+
+<p>Llegó á la hoguera Jaime con la misma presencia de ánimo, y llamó
+poderosamente la atención de la inmensa concurrencia, que el reo no
+hiciera movimiento alguno ni lanzara la menor queja cuando las llamas
+comenzaron á quemar sus carnes, y que apesar de su horrible muerte, ni
+su rostro se alteró ni se vieron en él muestra alguna de sufrimiento
+físico.</p>
+
+<p>La noche de la muerte de Jaime Bolen ocurrió un caso curioso, y fué que,
+cuando las sombras envolvieron el Prado de San Sebastián, acudieron á él
+tres hombres, y misteriosamente subieron al <i>Quemadero</i> y recogieron las
+cenizas de las víctimas, que depositaron con el mayor respeto en una
+caja que á prevención traían, retirándose muy luego con igual cautela.</p>
+
+<p>Pero alguien debió presenciar el caso ó tener conocimiento, pues seis
+días después, los ministros del Santo<a name="page_089" id="page_089"></a> Oficio sorprendieron á los tres
+hombres, como así lo consigna el autor de los <i>Sucesos de Sevilla</i>,
+contemporáneo del caso.</p>
+
+<p>«En viernes 18 de Octubre, día de San Lucas
+Evangelista&mdash;dice&mdash;prendieron á un maestro y dos marineros de un navío
+inglés, porque cogieron las cenizas de Jaime Bolen, escocés hereje,
+porque decían ellos que había muerto santo, porque no se movió ni dijo
+mandamiento cuando lo quemaron vivo, que fué cosa de ver.»</p>
+
+<p>Los tres marineros también fueron quemados por la Inquisición, pero es
+fácil suponer que nadie se ocuparía en recoger sus cenizas, que ya se
+sabía lo caras que costaban.</p>
+
+<h3><a name="LA_MOZA_Y_EL_ASISTENTE" id="LA_MOZA_Y_EL_ASISTENTE"></a>LA MOZA Y EL ASISTENTE</h3>
+
+<p>Aunque las memorias sevillanas no han conservado su nombre, un coetáneo
+dice que era muchacha bonita y muy graciosa y despejada.</p>
+
+<p>A fines del siglo XVI, esta moza estaba al servicio de unas señoras que,
+aun pasando por recatadas y prudentes, recibían con sospechosa intimidad
+á un señor canónigo, el cual debía ser persona de ancha conciencia y no
+muy<a name="page_090" id="page_090"></a> apropósito para resistir las tentaciones, pues el enemigo llevóle á
+poner los ojos en la criada de las señoras, sin andarse con otros
+miramientos.</p>
+
+<p>No debió la sirvienta ser muy sorda á las proposiciones del de los
+hábitos, por cuanto éste prometióle, en ciertas entrevistas, que si se
+ablandaba le daría cien ducados y le proporcionaría un marido que ni de
+perlas.</p>
+
+<p>Cayó la inexperta moza en las garras del gavilán, pero apenas éste
+satisfizo su capricho, huyó bonitamente el cuerpo, no volviendo á
+cuidarse más ni de los ducados prometidos ni de la muchacha, que en vano
+trató de hacerle cumplir su ofrecimiento.</p>
+
+<p>Viendo la infeliz que todo era inútil y que su desliz estaba á punto de
+hacerse público en un determinado tiempo, escapó de su casa, dejó á las
+señoras y luego con su crío fué á dar de moza en un mesón de los muchos
+que existían en la calle de la Albóndiga.</p>
+
+<p>Allí estaba la burlada muchacha el año de 1597, cuando la noche del 15
+de Mayo, en que se hallaba en el patio de palique con varios trajinantes
+y huéspedes, llamaron á la puerta con recios golpes, y abierta ésta de
+pronto, penetró en el mesón nada menos que el Asistente don Pedro Arias
+de Bobadilla, conde de Puñonrostro, seguido de sus alguaciles, que iba
+aquella noche, como otras, de ronda visitando las casas públicas y
+posadas, para limpiarlas de mala gente.</p>
+
+<p>No tardó el conde en fijarse en la linda muchacha, cuyo donaire y
+gracejo no podía pasar inadvertido, y llamándola aparte le dijo estas
+mismas palabras:</p>
+
+<p>&mdash;¿Qué haces tú aquí?</p>
+
+<p>&mdash;Señor, estoy sirviendo de moza.</p>
+
+<p>Y como viera el Asistente que contestaba con turbación, añadióle:<a name="page_091" id="page_091"></a></p>
+
+<p>&mdash;Mira que soy el conde de Puñonrostro y si no me cuentas la verdad
+tengo que mandarte dar doscientos azotes...</p>
+
+<p>Entonces ella, viéndose en peligro, contó de pé á pá al conde su
+historia con el canónigo, su nombre y señas, y las de las señoras á
+quienes servía y en dónde tenía su vivienda, sin olvidar en modo alguno
+de repetir lo de los doscientos ducados prometidos y pintar con negros
+colores la situación en que se encontraba.</p>
+
+<p>El conde llamó al mesonero, y como éste confirmase la relación de la
+joven, se despidió el Asistente diciendo que ya tomaría providencia
+sobre aquel caso y se fué á seguir su ronda.</p>
+
+<p>Al día siguiente y á la hora de la siesta mandó el Asistente con gran
+prisa llamar al canónigo á su casa, el cual montó en su mula, como era
+costumbre, y con sus criados fué muy orondo á ver lo que se le ofrecía á
+su señoría, bien ageno, por cierto, de la sorpresa que le aguardaba.</p>
+
+<p>Recibió Puñonrostro con mucha cortesía y respeto al señor canónigo,
+hízolo pasar á sus habitaciones, y cuando ya estaban sentados frente á
+frente, le dijo de pronto:</p>
+
+<p>&mdash;«Vuesa merced ha de saber que cierta mujer se me ha encomendado y me
+ha dicho cómo vuesa merced se aprovechó de ella y que le prometió no sé
+qué dinero para su casamiento y nunca se acordó vuesa merced de cumplir
+la palabra que dió.»</p>
+
+<p>El canónigo quedóse al oir aquello todo confuso, pero reponiéndose
+comenzó á negar muy obstinadamente y tan cerrado, que el conde hubo de
+amostazarse y amenazarlo con dar cuenta del suceso al arzobispo y al
+Nuncio en Madrid.</p>
+
+<p>En vista de esto, y como no había salida, contó la verdad<a name="page_092" id="page_092"></a> el
+eclesiástico, diciendo muy serio que por olvido y no otra cosa, había
+dejado de aflojar los cien ducados, pero que los daría al punto en
+cuanto llegase á su casa.</p>
+
+<p>Despidiólo el conde con la misma cortesía y le vió bajar hasta la calle;
+pero allí, con gran asombro, se encontró el canónigo con que los criados
+del Asistente, por orden de éste, le habían escondido la mula, con lo
+cual tomó gran agravio y subió de nuevo, quejándose al de Puñonrostro de
+la falta de confianza que en él se tenía. El conde le manifestó sin
+rodeos que mientras no diera el dinero no había de devolverle su
+cabalgadura, para que no fuese tan flaco de memoria; y al escuchar que
+el señor canónigo exponía, como razón suprema, que le era imposible
+atravesar á aquellas horas de la siesta las calles de Sevilla á pie y
+sin criados, dijo con mucha flema el conde Asistente:</p>
+
+<p>&mdash;«No se le dé nada á vuesa merced ir con la siesta por amor de mí, que
+yo, por cierto que soy tan regalado como el que más, y ando á pie con
+sol y con agua, de noche y de día, y no es mucho que pase este poco de
+sol hasta su casa por amor á mí.»</p>
+
+<p>Entonces, viendo el canónigo que no había arreglo y que el conde estaba
+en lo firme, se fué más que de prisa á su casa y entregó corrido y
+despechado los cien ducados á los criados del Asistente, el cual con
+toda formalidad dió la cantidad á la seducida moza.</p>
+
+<p>De la certeza de este hecho atestigua un contemporáneo de él tan puntual
+y autorizado como D. Francisco Ariño, que lo relata en su obra <i>Sucesos
+de Sevilla</i>, cuyo manuscrito original existe en la Biblioteca Colombina
+y fué publicado hace años por los <i>Bibliófilos Andaluces</i>. Y de que el
+conde de Puñonrostro era capaz de hacer cosas como aquella atestiguan
+otras muchas que llevó á cabo<a name="page_093" id="page_093"></a> durante los pocos años que gobernó la
+ciudad, de 1597 á 1599, y de algunas de las cuales algo diré más
+adelante.</p>
+
+<h3><a name="EL_VERANEO_DE_ANTANO_EN_SEVILLA" id="EL_VERANEO_DE_ANTANO_EN_SEVILLA"></a>EL VERANEO DE ANTAÑO EN SEVILLA</h3>
+
+<p>De cómo veraneaban nuestros antepasados de la capital de Andalucía,
+curioso es decir algo, pues detalles son estos que pintan las costumbres
+de épocas cuyo conocimiento nunca deja de ofrecer interés. Hablaré,
+pues, de aquellos benditos tiempos en que nadie salía de viaje y en que
+la vida carecía de todas las necesidades y comodidades de hoy.</p>
+
+<p>Escriben algunos autores que don Fernando el Católico solía decir: <i>los
+veranos se han de tener en Sevilla y los inviernos en Burgos</i>; y es de
+suponer que esto sólo lo diría, en lo que respecta á nuestra ciudad,
+refiriéndose á las comodidades de las antiguas casas con sus patios, sus
+fuentes y sus pisos bajos, porque en otro respecto no creemos que dijera
+ninguna gran cosa su alteza.</p>
+
+<p>La vida moderna ha modificado la fisonomía de Sevilla, que ya ha perdido
+hace tiempo, en parte, aquel aspecto de población moruna, en donde las
+casas estaban construídas<a name="page_094" id="page_094"></a> con toda seguridad y atención para el
+interior, y donde las calles estrechas y tortuosas, las lóbregas
+travesías y los pesados arcos prestaban frescura y sombra á los cansados
+transeuntes en los días caniculares.</p>
+
+<p>Del verano sevillano en el siglo XVI consignó Morgado algunas noticias
+que no dejan de ser interesantes, y que me parece de propósito citar
+aquí:</p>
+
+<p>«Los patios de las casas&mdash;dice&mdash;(que en casi todos los hay) tienen los
+suelos de ladrillo raspado. Y entre la gente más curiosa, de azulejos
+con sus pilares de mármol. Ponen gran cuidado en lavarlos y tenerlos
+siempre muy limpios, que con esto y con las velas que les ponen por alto
+no hay entrada de sol ni el calor del verano, mayormente por el regalo y
+frescura de las muchas fuentes de pie de agua de los caños de Carmona,
+que hay por muchas de las casas enmedio de los patios.»</p>
+
+<p>Y más adelante, hablando de las costumbres veraniegas de Sevilla y de la
+saludable que de bañarse tenían sus habitantes, apunta el mismo Morgado
+las siguientes líneas:</p>
+
+<p>«Usan (las mujeres) mucho los baños, como quiera que hay en Sevilla dos
+casas de ellos. Los unos en la collación de San Ildefonso, junto á su
+iglesia, y los otros en la collación de San Juan de la Palma, que han
+permanecido en esta ciudad desde el tiempo de los moros... No pueden
+entrar los hombres en estos baños entre día por ser tiempo diputado
+solamente para las mujeres, ni por consiguiente mujer ninguna siendo de
+noche, que los hombres la tienen toda por suya con la misma franqueza
+que las mujeres tienen el día por suyo...»</p>
+
+<p>No se olvidó el autor de darnos algunos detalles de cómo estaban las
+casas de baños en aquellos días de 1587, en que escribía, y así añadió
+lo siguiente:<a name="page_095" id="page_095"></a></p>
+
+<p>«A las grandes salas donde se bañan salen sus caños que corren de agua
+caliente y también fría. Con lo cual, y cierto ungüento que se da,
+refrescan y limpian sus cuerpos sin que se extrañe en Sevilla el irse á
+bañar unas y otras damas cuando no quieren ir disimuladas, por ser este
+uso en ellas de tiempo inmemorial.»</p>
+
+<p>La casa de baños de San Ildefonso existió hasta 1762, época en que ya
+habían desaparecido las otras dos que también pertenecían á la época
+árabe y que estaban situadas la primera en la hoy calle de Aposentadores
+en San Juan de la Palma, y la segunda en el lugar que ocupa la capilla
+de Jesús en la calle Marqués de Tablantes, antes de los Baños.</p>
+
+<p>Si los establecimientos para remojarse los sevillanos tenían, pues,
+verdadera importancia, no era menor la que tenían las vallas y cajones
+que de antiguo se colocaban en el río y los cuales constituían una de
+las mayores distracciones de nuestros paisanos en los meses caniculares.</p>
+
+<p>De antiguo cuidaron las autoridades de la ciudad del buen orden y
+gobierno de estos baños del Guadalquivir, dando multitud de
+providencias, bandos y edictos para evitar abusos, y así en los escritos
+publicados por el cabildo se hacía constar que: «Aunque no es de esperar
+que la gente de juicio falte á unas reglas que aspiran á su propia
+seguridad y á que se observe el mejor orden de honestidad y decencia...
+como hay personas que por satisfacer sus caprichos, sus vicios ó
+diversiones no perdonan medio alguno, aunque sea peligroso para
+conseguirlo, se castigará á éstas por la más ligera contravención.»</p>
+
+<p>Los cajones y vallas se situaban en los Humeros, en la Macarena y la
+Barqueta, al pie del puente de barcas, delante del colegio de San Telmo
+y en la orilla de Triana, frente al convento de los Remedios.<a name="page_096" id="page_096"></a></p>
+
+<p>En el siglo XVIII y principios del XIX, estaban designadas con toda
+claridad las horas para remojarse los dos sexos, haciéndolo las mujeres
+«desde la madrugada hasta las once de la mañana, los hombres hasta el
+toque de oraciones, dejando los baños enteramente desocupados para que
+entraran las mujeres hasta las diez de la noche.»</p>
+
+<p>No son pocos los autores que trataron en diferentes ocasiones de la
+decidida afición de los sevillanos al baño, y entre ellos recordaré que
+Agustín de Rojas escribía estas líneas el siglo XVII:</p>
+
+<p>«&mdash;¿Y aquella limpieza de los baños?</p>
+
+<p>&mdash;Esa es una de las cosas más peregrinas que tiene.</p>
+
+<p>&mdash;Mujer conozco yo en Sevilla que todos los sábados por la mañana ha de
+ir al baño, aunque se hunda de agua el cielo.</p>
+
+<p>&mdash;Por eso se dijo: la que del baño viene hace lo que quiere.</p>
+
+<p>&mdash;Dicen que para cuando salen del baño acostumbran á llevar... una
+botella con vino que es el mejor manto para aguantar el frío.»</p>
+
+<p>Si los sevillanos eran en lo antiguo dados al baño, no lo eran menos al
+hielo, del cual se hacía un extraordinario consumo en la ciudad, que
+poseía en Constantina gran número de pozos de nieve, suficientes para
+atender al consumo público, y á más de esto no faltaban asentistas que
+por su cuenta traían el hielo de otros puntos y que realizaban, por lo
+general, un buen negocio, como se desprende de las noticias que he
+recogido respecto á un tal Esteban Monparler, una Teresa Vilches y un
+Francisco Candor, que surtieron á Sevilla por largos años del siglo XVII
+y XVIII de hielo en las estaciones veraniegas.<a name="page_097" id="page_097"></a></p>
+
+<p>Vendíase por los neveros á cinco cuartos la libra de nieve, y á juzgar
+por todos los indicios, aquellos sevillanos de antaño sentían más
+necesidad que los actuales del consumo del hielo, y así no solamente el
+vino, los refrescos y otras bebidas las helaban, sino también las
+frutas, las confituras y otros diversos comestibles.</p>
+
+<p>Hasta el siglo XVII no se generalizó en Sevilla el uso del hielo, pues
+en el XVI todavía no estaba muy extendida esta afición por la nieve y
+las bebidas frías, como pasaba en otros puntos, y así se deduce de las
+palabras que el médico sevillano Nicolás Monardes consignaba en su libro
+sobre el uso de la nieve, publicado en 1571.</p>
+
+<p>«Una cosa me maravilla mucho: que siendo esta ciudad de Sevilla una de
+las más insignes del mundo, en la cual siempre ha habido muchos grandes
+y señores y caballeros muy principales y mucha gente noble, que no haya
+habido nieve, etc., etc.»</p>
+
+<p>Las veladas que con motivo de las festividades de determinados santos se
+celebraban en los diversos barrios y arrabales de la ciudad constituían
+una de las mejores distracciones del veraneo, siendo famosas entre otras
+las de San Antonio, las de San Juan y San Pedro, las de Santa Ana y
+Santiago, la de los Angeles, la de la Virgen de los Reyes, San Roque,
+San Bernardo, San Bartolomé, San Agustín y los Terceros.</p>
+
+<p>Cada una de estas veladas tenía su fisonomía característica y en casi
+ninguna de ellas faltaba su procesión y rosario, arcos de follaje,
+fuegos de artificio y mucho de baile, cantos, buñuelos y dulces, sin que
+escaseasen tampoco las broncas y los alborotos para dar más colorido al
+cuadro.</p>
+
+<p>La gente pacífica y grave, las personas sosegadas y de buenas
+costumbres, huían de estos regocijos, y así, después<a name="page_098" id="page_098"></a> de la comida y
+después de la indispensable siesta, cuando ya el sol comenzaba á
+ocultarse, salían de sus casas, limitando su distracción á pasearse por
+el Arenal, la Alameda ó la Barqueta, donde no podía faltarles su ratito
+de descanso en algún puesto de agua de los más acreditados, y en el
+cual, por lo general, se formaba á la misma hora su poquito de tertulia.</p>
+
+<p>Allí los señores consumían su vaso de horchata ó de agua con anises y
+sus gotas de nitro y al toque de Oraciones se retiraban con igual
+parsimonia y tranquilidad á sus casas hasta el día siguiente en que
+había de repetirse idéntico ejercicio.</p>
+
+<p>Los sevillanos de antaño, que eran gente de posibles, y á quienes no
+bastaba el fresco de sus patios entoldados y sus habitaciones del piso
+bajo, solían trasladarse á muchas de las fincas ó <i>casas de placer</i> que
+había en los alrededores de la ciudad, particularmente próximas á la
+orilla del río, y en donde, libres de cuidados y con todo sosiego,
+comían, rezaban, dormían y tomaban el fresco, respirando aire libre y
+desembarazado, que les fortificaba el cuerpo y el espíritu.</p>
+
+<p>Otros, por lo general, gente joven y alegre, tampoco dejaban de salir
+fuera de la población en busca de agradables brisas. Por las tardes y á
+las primeras horas de la noche, siempre se veían grupos de ellos y de
+ellas que dejando atrás las puertas de la ciudad se dirigían á los
+melonares.</p>
+
+<p>Allí se pasaban ratos muy deliciosos, pues nunca faltaba entre raja y
+raja de melón su poquito de baile y cante, desatándose las lenguas y
+reinando la algazara y el regocijo.</p>
+
+<p>En las hermosas noches de luna de Agosto, bajo un cielo estrellado,
+respirando el aire puro del campo, ¡qué<a name="page_099" id="page_099"></a> gratas resultaban aquellas
+fiestas de los melonares, y qué grato el regreso con las primeras luces
+del día, navegando en ligeras barquillas que surcaban las aguas del río
+tranquilas y serenas y rizadas apenas por las brisas del amanecer...!</p>
+
+<p>Casa sevillana en verano sin gazpacho, sin talla para el agua fresca, no
+la había, y lo mismo el rico que el pobre consumían gran cantidad del
+clásico plato andaluz y tenían en lugar preferente el tallero, donde las
+alcarrazas limpias y rezumantes conservaban el agua como la propia
+nieve.</p>
+
+<p>Costumbres y usos del verano antiguo sevillano han desaparecido en
+mucho; únicamente queda el calor sofocante y abrumador, el sol de fuego
+que abrasa y del que protestan los que no salen á veranear, como
+seguramente protestarían nuestros padres y abuelos.</p>
+
+<h3><a name="LUIS_DE_VARGAS" id="LUIS_DE_VARGAS"></a>LUÍS DE VARGAS</h3>
+
+<p>Con harta razón se ha escrito que el famoso pintor Luís de Vargas
+regeneró la escuela sevillana, pues su obra fué de las que más
+influyeron en el siglo XVI en sus contemporáneos, gloria que con él
+compartieron Flores y el célebre maese Pedro de Campaña.<a name="page_100" id="page_100"></a></p>
+
+<p>En Sevilla nació Luís de Vargas hacia el año de 1506, siendo hijo de un
+pintor de escaso mérito llamado Juan de Vargas, cuyas obras son
+desconocidas. Se dice que Diego de la Barrera fué el primer maestro que
+tuvo el artista, quien, en un principio, se dedicó á pintar en sarga, y
+deseando luego encontrar más ancho campo para realizar sus aspiraciones,
+y para instruirse bajo la dirección de los grandes maestros del
+renacimiento italiano, á la edad de veintiún años partió de Sevilla.</p>
+
+<p>En Roma se encontraba cuando el saqueo de la ciudad en 1527 por las
+tropas de Borbón, y de allí se trasladó á Pisa, volviendo después á la
+ciudad de los césares, en donde trabajó con verdadero entusiasmo y afán,
+estudiando las maravillas artísticas.</p>
+
+<p>En Italia&mdash;ha escrito un autor&mdash;Luís de Vargas «se encontró con un arte
+exhumado, con un mundo desenterrado. Aquellos mármoles desnudos,
+aquellas formas tan correctas, eran un ideal que resucitaba, que se
+hacía necesario, porque la Edad Media había atronado la forma, había
+roto la proporción y este mal tenía que desaparecer.»</p>
+
+<p>Trabajó de continuo y lleno del mayor entusiasmo, vivió Luís de Vargas
+en Italia unos 28 años, según apuntan sus biógrafos, regresando al cabo
+á Sevilla, donde contrajo matrimonio.</p>
+
+<p>En su ciudad natal comenzó á trabajar Luís de Vargas, llamando bien
+pronto la atención sus obras ejecutadas al óleo y al fresco, que desde
+entonces tuvieron grandes apasionados é imitadores.</p>
+
+<p>A Luís de Vargas acudieron no pocos jóvenes deseosos de recibir sus
+lecciones, teniendo discípulos tan aventajados como Diego de Concha,
+Lucas Valdivieso, Francisco Venegas y Luís Fernández.<a name="page_101" id="page_101"></a></p>
+
+<p>Dice Pacheco en su libro de <i>Verdaderos retratos</i>, que al ver Luís de
+Vargas las obras que por entonces ejecutaba en Sevilla Pedro de Campaña,
+deseando perfeccionarse más en el arte, tornó á Italia, donde permaneció
+dos años, al cabo de los cuales volvió á su patria, dando entonces
+comienzo la época más fecunda de su vida en producciones artísticas.</p>
+
+<p>Entonces ejecutó en el templo de San Pablo el fresco de la Virgen del
+Rosario (hace mucho tiempo desaparecido), el <i>San Miguel dominando al
+demonio</i> y la Virgen, que se encuentra hoy en el Museo de Louvre, y
+algunos retratos notables, como el de la duquesa de Alcalá y el del
+padre Contrera, que existe en la sacristía de los Cálices.</p>
+
+<p>En 1552 fundó el mercader Francisco Baena la capilla del Nacimiento en
+la Catedral, pintando para el retablo Luís de Vargas ocho tablas,
+representando en la principal la <i>Adoración de los pastores</i>, y en las
+otras los Evangelistas, la Encarnación, la Circuncisión y la Epifanía.</p>
+
+<p>Al número de veintiocho llegaron las obras que Luís de Vargas dejó á la
+Basílica sevillana, sobresaliendo de entre todas el cuadro llamado de la
+<i>Gamba</i> en la capilla de la Concepción.</p>
+
+<p>Esta tabla, verdadera joya de arte, que representa una alegoría de la
+Concepción, ha sido unánimemente elogiada, y con razón dice de ella un
+crítico: «Lo grandioso del dibujo, la valentía de las actitudes y la
+riqueza del colorido superan á todo encarecimiento.» En el mismo retablo
+se ven, pintados también por Luís de Vargas, los apóstoles San Pedro y
+San Pablo, los doctores de la Iglesia y el retrato del Chantre Juan de
+Medina, fundador de la capilla.</p>
+
+<p>Tuvo el artista de que vamos tratando singular acierto<a name="page_102" id="page_102"></a> para el dibujo á
+lápiz, y de éstos alcanzó á ver algunos Ceán Bermúdez, y fué muy
+inteligente en música, tocando con habilidad y destreza el laúd.</p>
+
+<p>En la sacristía de San Lorenzo existía en 1844 una Concepción de Luís de
+Vargas, y de su mano eran dos santos que estaban en un altar del
+Convento de Madre de Dios, el fresco del <i>Juicio universal</i> en el patio
+de la Misericordia y los dos cuadros del retablo de Santa María la
+Blanca, pintados en 1564 y representando el primero á Cristo muerto en
+los brazos de la Virgen, con otras figuras, y el segundo la <i>Impresión
+de las llagas de San Francisco</i>.</p>
+
+<p>El cabildo catedral pagó á Luís de Vargas en 1563, 4.000 reales por la
+pintura hecha á «espaldas del Sagrario del Santísimo Sacramento» y otras
+cantidades por los adornos del monumento, trabajando en los años de 1564
+y siguientes en los frescos de la Giralda, que representaban apóstoles,
+evangelistas y santos patronos, cuyas pinturas se encuentran hoy casi
+perdidas.</p>
+
+<p>Treinta y seis obras, todas de verdadera importancia, llegaron á
+reunirse en Sevilla de Luís de Vargas, algunas de las cuales han
+desaparecido ó pasado á enriquecer otros museos y colecciones.</p>
+
+<p>El famoso pintor murió en la ciudad que le vió nacer en 1568, dejando un
+hijo, de quien habla con elogio Francisco Pacheco en su ya citado libro
+de <i>Retratos</i>.</p>
+
+<p>No hemos de estudiar en estos apuntes la personalidad artística de Luís
+de Vargas, harto juzgada por la crítica; sus obras, sin llegar al número
+de las de otros de sus contemporáneos, le han señalado un puesto entre
+los grandes pintores sevillanos, puesto que nadie le disputa ni le ha
+escatimado.</p>
+
+<p>Verdadero reformador de la pintura, en su patria dió<a name="page_103" id="page_103"></a> á conocer los
+encantos y bellezas del arte italiano, seduciendo con su colorido, su
+dibujo y el vigor de sus creaciones.</p>
+
+<p>Fué Vargas de dulce trato y agudo ingenio, según sus coetáneos, los
+cuales encarecían sus moderadas costumbres y religiosidad, diciendo que
+á solas se entregaba á muy duras penitencias y largas meditaciones.</p>
+
+<p>El pintor sevillano que con tanto entusiasmo, con tanta constancia y
+amor estudió aquel espíritu riente y aquella vida exuberante del
+renacimiento, no acudió sin embargo á los mitológicos asuntos, ni á los
+dioses del paganismo, como tantos otros, inspirando todas sus creaciones
+el sentimiento religioso de su tiempo, del que fué uno de los más
+acertados intérpretes en el pincel.</p>
+
+<p>Luís de Vargas dejó un nombre ilustre y Sevilla se honra con poderlo
+contar entre sus más inspirados y geniales artistas.<a name="page_104" id="page_104"></a></p>
+
+<h3><a name="PROCESION_DE_VIA-CRUCIS" id="PROCESION_DE_VIA-CRUCIS"></a>PROCESIÓN DE VÍA-CRUCIS</h3>
+
+<p>El marqués de Tarifa de vuelta de su viaje á Jerusalén, al comenzar las
+obras de su palacio, llamado vulgarmente casa de Pilato, estableció un
+<i>Vía-Crucis</i> que, partiendo del edificio, terminaba en el monumento de
+la Cruz del Campo, que en el siglo XV alzó el Asistente don Diego de
+Merlo.</p>
+
+<p>Esta vía sacra fué famosa en Sevilla por las multitudes que la recorrían
+durante los siglos XVI y XVII, y durante los viernes de Cuaresma, la
+Semana Santa y los días 3 de Mayo, 16 de Julio y 14 de Septiembre, en
+que se hacían fiestas á la Cruz, en todo el largo trayecto que media
+desde la puerta de la casa de Pilato al templete de la Cruz del Campo, y
+que es á algo más de 997 metros, se veían transitar procesiones,
+hermandades, penitentes y numeroso pueblo.</p>
+
+<p>La primera cruz de la vía sacra era de mármol y aún se conserva en la
+fachada del palacio; las otras seguían por la calle de San Esteban,
+continuando á distancia conveniente, alzadas entre las filas de álamos
+que se veían paralelos al antiguo acueducto conocido por Caños de
+Carmona.</p>
+
+<p>Los días de recorrer la estación, acudían allí gran número de frailes
+franciscanos, que eran como los encargados<a name="page_105" id="page_105"></a> de regular la procesión, y
+el cordón de gente serpenteaba á lo largo del camino, produciéndose más
+de una vez bullicio y alborotos, que turbaban la grave seriedad del
+piadoso ejercicio.</p>
+
+<p>Cubiertos los rostros y vestidos con túnicas blancas ó negras, iban
+muchos penitentes, llevando á hombros pesadas cruces; otros, desnudas
+las espaldas, se iban azotando con la mayor furia que era de ver: estos,
+traían grillos ó esposas á las manos; aquellos se iban dando martirio
+con un cilicio; y como quiera que hombres y mujeres iban rezando en voz
+alta y entonando fúnebres salmodias, el cuadro presentaba en conjunto un
+aspecto lúgubre y sombrío, de lo más característico de aquellos tiempos.</p>
+
+<p>Como los devotos sueltos iban también á veces hermandades, que conducían
+imágenes sobre andas, y éstas hacían la estación con gran parsimonia,
+regresando á la ciudad, casi siempre, después de cerrada la noche.</p>
+
+<p>A esto debiéronse no pocos escándalos y abusos, que sabido es que el
+Diablo no duerme, y así sucedía con frecuencia que el regreso de los
+penitentes por aquellos campos, alumbrados sólo por las hachas de cera,
+era á veces tumultuoso y poco edificante, por manera que Luzbel se
+complacía en tentar á la multitud que con tan piadoso fin recorría
+aquellos lugares.</p>
+
+<p>En más de una ocasión las autoridades eclesiásticas y civiles tuvieron
+que intervenir en tales procesiones de penitencia, á las que hubo
+pícaros que acudían con fines no muy santos, aprovechándose de lo
+encubierto de los rostros, la mezcla de sexos, y las obscuridades de las
+noches.</p>
+
+<p>A mediados del siglo XVIII esta procesión de <i>Vía-Crucis</i> comenzó á
+decaer de visible manera por muchas y diversas causas, desapareciendo
+luego muchas de las cruces<a name="page_106" id="page_106"></a> que se alzaban en el camino en 1816, y otras
+posteriormente, cuando ya estaba por completo en desuso la práctica de
+recorrer esta famosa Vía-sacra.</p>
+
+<p>Las procesiones de penitencia á la Cruz del Campo, nota gráfica de la
+España de los siglos XVI y XVII, merecían ser descritas muy al pormenor,
+ya que el pincel de un artista lo trasladó al lienzo en un curioso é
+interesante cuadro que conservaba en su palacio de San Telmo el duque de
+Montpensier.</p>
+
+<h3><a name="LAS_PRESAS_DE_LA_INQUISICION" id="LAS_PRESAS_DE_LA_INQUISICION"></a>LAS PRESAS DE LA INQUISICIÓN</h3>
+
+<p>La actividad desplegada por el tribunal de la Fe, en Sevilla, en el
+siglo XVI, excede á cuanto pueda decirse, siendo continuas las
+prisiones, los tormentos y los autos, en los que casi á diario salían
+innumerables víctimas acusadas de herejía luterana, de <i>molinistas</i>, de
+judaizantes, de hechiceros, <i>iluminados</i>, etc. etc.</p>
+
+<p>Las cárceles del castillo de Triana estaban repletas de infelices presos
+que aguardaban la muerte más ó menos próxima, siendo muchas también las
+mujeres que allí gemían en los lóbregos calabozos, y las cuales, sin
+consideración<a name="page_107" id="page_107"></a> alguna y contra todo sentimiento de humanidad, eran
+tratadas cruelmente por los negros carceleros.</p>
+
+<p>De la situación de aquellas desgraciadas, muchas de las cuales tenían
+consigo á sus hijos, de cierta edad y de pecho algunos, da idea un
+curiosísimo documento inédito hasta ahora, prueba irrecusable de lo que
+era el tribunal de la fe.</p>
+
+<p>Este documento, que lleva la fecha de 1569, es un dato, prueba de las
+<i>piadosas</i> costumbres de entonces; es con toda su sencillez un grito de
+dolor de aquellas desventuradas mujeres, á las que no sólo se privaba de
+libertad, sino de alimento y de lo más necesario para la vida.</p>
+
+<p>El escrito va dirigido al Cabildo de la ciudad y dice así:</p>
+
+<p>«Ilustrísimo señor: Las que estamos en penitencia, presas en esta cárcel
+perpetua del <i>Santo Oficio de la Inquisición</i>, besamos las manos de
+vuestra señoría ilustrísima, y á ella humildemente suplicamos; diciendo
+que nosotras somos pobres mujeres y padecemos muchas necesidades, y por
+ser nuestra <i>miseria y pobreza tanta, no podemos mercar trigo, si no es
+en el Pósito, para sustentarnos</i>. Suplicamos por amor de Dios Nuestro
+Señor, nos mande vuestra señoría dar dicho trigo del Pósito, con nuestro
+dinero, y de esta manera podremos sustentar <i>nuestras vidas y hijos</i>, y
+para esto al real oficio y á la clemencia de vuestra señoría ilustrísima
+imploramos para que se nos haga esta merced y limosna.&mdash;<i>Las mujeres
+presas y reclusas en esta cárcel perpetua en penitencia.</i>»&mdash;(Archivo
+Municipal, Escribanías de Cabildo).</p>
+
+<p>Tristes reflexiones se desprenden de la lectura de este documento, al
+cual cuantos comentarios pudieran hacerse resultarían pálidos.<a name="page_108" id="page_108"></a></p>
+
+<p>Algunas de aquellas infelices mujeres fueron ejecutadas poco días
+después, en 1573, donde salieron en auto público 70 penitenciadas en el
+mes de Enero y en 25 de Noviembre 60 reconciliadas, y siendo 20
+quemadas.</p>
+
+<h3><a name="EJECUCIONES" id="EJECUCIONES"></a>EJECUCIONES</h3>
+
+<p>Durante los siglos XVI y XVII la pena de muerte en Sevilla se practicaba
+con tanta frecuencia que como dice muy bien don Aureliano Fernández
+Guerra, apenas había semana en que no se llevasen á cabo una ó más
+ejecuciones.</p>
+
+<p>El pueblo acudía á presenciar estos actos con gran alboroto y como cosa
+corriente era el salir á ver los ahorcados, cuyos restos eran luego
+llevados á la mesa del rey en Tablada, y á fin de año sus huesos se
+enterraban con cierta solemnidad en el templo de San Miguel.</p>
+
+<p>Las memorias sevillanas y las notas recogidas por diligentes curiosos,
+consignan entre las muchas ejecuciones algunas que por la calidad de los
+reos, los delitos que cometieron y otras diversas circunstancias
+salieron de lo corriente y llamaron poderosamente la atención.<a name="page_109" id="page_109"></a></p>
+
+<p>Tal ocurre con algunos que voy á recordar y que bien merece recogerse en
+estos apuntes sevillanos.</p>
+
+<p>Cuatro frailes ahorcados no es caso que suele darse con frecuencia; por
+esto merece citarse la fecha del 26 de Julio de 1536, en que el pueblo
+hispalense presenció tal suceso.</p>
+
+<p>Fray Alonso de Badajoz, prior del convento de San Agustín; fray Andrés
+de la Cruz, fray Rodrigo de Rocha, prior de Córdoba, y fray José Piloto,
+doctor en teología, reuniéronse en el día 22 de Julio de 1536, y se
+dirigieron en busca del Provincial de la orden agustina, fray Juan de
+las Casas.</p>
+
+<p>Habían los cuatro religiosos fraguado un terrible plan contra el citado
+Provincial, y, sorprendiéndolo en una de las celdas del citado convento,
+le dieron muerte, sin que se pusiera en claro, apesar de las diversas
+opiniones, el motivo del crimen.</p>
+
+<p>Huyeron los autores de él, procurando ocultarse; mas descubiertos y
+presos en la misma Sevilla, se les degradó públicamente y fueron después
+colgados de la horca de Buenavista, ante inmensa muchedumbre.</p>
+
+<p>Los cuatro frailes criminales fueron recogidos luego por los agustinos,
+que depositaron sus cadáveres en las bóvedas de una capilla de la
+iglesia, conservándose el enterramiento hasta los últimos tiempos en que
+el templo estuvo abierto al público.</p>
+
+<p>Otra muy comentada ejecución, fué la de don Pedro Vallecillo, y que se
+llevó á cabo en Marzo de 1554.</p>
+
+<p>Era don Pedro un presbítero natural de Ecija, que vivía en Sevilla y
+hombre de no muy buenos instintos y peores mañas, cuyo fin fué al cabo
+lamentable.</p>
+
+<p>Tenía el mal clérigo, entre otros grandes vicios, el del robo, y aunque
+cometió algunos en pequeño, en el mes<a name="page_110" id="page_110"></a> de Marzo de 1552 acechó á cuatro
+hombres que dormían la siesta, y armado de una daga les dió muerte,
+despojándolos de cuanto dinero y objetos llevaban consigo.</p>
+
+<p>Al poco tiempo fué preso, y en el manuscrito de <i>Efemérides sevillanas</i>,
+de donde tomo esta noticia, se lee:</p>
+
+<p>«Al cabo de veintiún meses de prisión en el castillo de Triana, lo
+degollaron y dieron garrote en el mármol de la Cuadra, y pasadas dos
+horas lo enterraron en el Sagrario, acompañándole más de quinientos
+clérigos y muchos religiosos de todas órdenes, y un grande
+acompañamiento del cuerpo.»</p>
+
+<p>Persona principal y de noble linaje fué la que subió al patíbulo en 24
+de Enero de 1580.</p>
+
+<p>Llamábase don Fernando de Saavedra, y estaba emparentado con muchas
+familias de alta posición social.</p>
+
+<p>Este don Fernando tenía una cuñada, mujer que había sido de don Sancho
+Ponce, la cual gozaba de un mayorazgo que excitó en mal hora la codicia
+de Saavedra. Y llegó á tanto su mal pensamiento, que mandó matar á doña
+María, su cuñada, pagando á los asesinos y tomando él parte material en
+el delito.</p>
+
+<p>Como persona noble que era don Fernando Saavedra, fué degollado con una
+espada y su cadáver estuvo expuesto en el tablado hasta la tarde en que
+se le dió enterramiento.</p>
+
+<p>Horrible fué otro crimen cometido por un berberisco y su manceba en la
+persona del marido de ésta, pero el castigo no lo fué menos. Las
+<i>Efemérides sevillanas</i> que figuran en la colección de papeles del conde
+del Aguila relatan con breve concisión el caso, expresándose de este
+modo:</p>
+
+<p>«En 9 de Marzo de 1788 atenacearon y dieron garrote é hicieron cuartos á
+un berberisco, y pusieron la mano en la esquina del Baño de la Palma y
+quemaron en la<a name="page_111" id="page_111"></a> chamiza, á la morisca bañera, porque ella y él (que
+estaban amancebados) mataron al marido y <i>lo echaron á cocer</i>, porque no
+hediese, en el caldero en que se calienta el agua; y unas mujeres,
+queriendo por una ventanilla sacar una poca de agua caliente, lo vieron
+muerto.»</p>
+
+<p>Por último, para terminar, citaré estas dos ejecuciones que ocurrieron
+entrado ya el siglo XVII, en que tantas hubo, á alguna de las cuales,
+más adelante dedicaré especial lugar.</p>
+
+<p>D. Diego de Ulloa de la Chica, presbítero y fraile carmelita que vivía
+ya en Sevilla en 1590, fué expulsado de la orden por su mala conducta,
+en la que, lejos de enmendarse, se aferró más y más, llegando hasta el
+punto de que, impulsado por el robo, asesinó en 1622 á un vecino del
+Arquillo Las Roelas, llamado don Juan González, el cual era sacerdote y
+capellán de la parroquia de San Lorenzo.</p>
+
+<p>Tuvo por cómplice en su crimen á un corchete llamado Andrés, del que no
+sólo se sirvió para asesinar al capellán, sino á otro hermano suyo que
+con él vivía.</p>
+
+<p>Ulloa de la Chica fué degradado públicamente por el obispo auxiliar don
+Juan de la Sal, y el día 20 de Mayo de 1623, fué arrastrado, ahorcándole
+frente al citado arquillo de Roelas, en unión del corchete Andrés, «á
+quien se le cortó la cabeza y la mano derecha, que se pusieron por
+algunos días en un árbol de la vecina Alameda.»</p>
+
+<p>En 1633 y el día 15 de Julio ahorcaron y cortaron la mano derecha á un
+joven hijo del carnicero de los Abades, mozo de vida licenciosa y
+aficionado á lo ajeno y que, para su mal, cometió un sacrílego robo que
+produjo gran escándalo.</p>
+
+<p>El erudito don Diego Ignacio de Góngora consigna el caso brevemente en
+un manuscrito, y de él se viene en<a name="page_112" id="page_112"></a> conocimiento de que el hijo del
+carnicero, favorecido por las sombras de la noche, penetró en la iglesia
+de San Roque con los más perversos instintos.</p>
+
+<p>Ya en el templo, dirigióse á uno de los altares, y cogió una custodia,
+que era de plata y de gran mérito, dejando la Sagrada Forma sobre la
+mesa del altar, y huyendo luego, sin ser visto de quienes pudieran
+capturarlo.</p>
+
+<p>Al día siguiente, cuando fué conocido el robo, promovióse gran alboroto
+en el barrio, poniéndose en aquel punto en movimiento la justicia, la
+cual tuvo la suerte de dar, de allí á pocos días, con el ladrón
+sacrílego, que, encerrado en la Cárcel Real, fué condenado á muerte muy
+luego.</p>
+
+<p>La custodia se rescató con gran contento de los feligreses, los cuales
+costearon después una solemne función religiosa de desagravios.</p>
+
+<p>El ladrón no fué solo á cometer su delito, sino que tuvo dos cómplices,
+como así lo consigna Góngora, el cual dice:</p>
+
+<p>«Ayudóle en el sacrílego robo un clérigo, que había sido fraile, y una
+mozuela. A ésta diéronla, el mismo día de la ejecución del reo,
+doscientos azotes. El clérigo huyó, con que no lo prendieron.»<a name="page_113" id="page_113"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_SALVADOR" id="EL_SALVADOR"></a>EL SALVADOR</h3>
+
+<p>Los paseos y jardines públicos de Sevilla no dejan de ofrecer materia
+abundante para ocuparse de ellos, por su historia, su importancia local,
+las transformaciones que han tenido y los sucesos más ó menos
+interesantes que en ellos se han desarrollado. Tal ocurre, por ejemplo,
+con el paseo llamado del Salvador.</p>
+
+<p>Dice Cervantes en <i>Rinconete y Cortadillo</i>: «Avisólos su adalid (el
+asturiano) de los puestos donde habrían de acudir: <i>por la mañana á la
+carnicería y á la plaza de San Salvador</i>...» y más adelante, añade:
+«Todas estas liciones tomaron bien de memoria, y otro día bien de mañana
+se plantaron <i>en la plaza de San Salvador</i>.»</p>
+
+<p>Esta era entonces centro de gran movimiento y tránsito y mercado de la
+fruta, que por estar enclavado en barrio tan céntrico y rico é inmediata
+á otros puntos de venta como los del pan y las pescaderías, acudía gran
+concurrencia á ella y atronaban de continuo toda la collación los gritos
+y el vocerío de vendedores esportilleros, mozos, criados, justicias,
+etc. etc.</p>
+
+<p>En aquellos tiempos se alzaban en la plaza dos cruces, una de piedra y
+otra de hierro, y desde 1574, el hospital de San Juan de Dios, que aún
+existe, y la colegial del Salvador, cuyo edificio se comenzó á
+reedificar en 1671.<a name="page_114" id="page_114"></a></p>
+
+<p>La plaza del Salvador era teatro con frecuencia, en el siglo XVII, de
+muy variadas escenas; allí se celebraron más de una vez fiestas de toros
+y cañas, para solaz de los canónigos de la Colegiata, y á las que acudía
+siempre el pueblo con gran regocijo y alboroto.</p>
+
+<p>Desapareció el mercado de fruta en los años de la invasión francesa, y
+entonces se construyó el paseo, habiéndose, hacia 1816, edificado la
+capilla que existe en las gradas del templo del Salvador, y á la cual
+trasladóse la imagen de la Virgen del Carmen, que estuvo hasta entonces
+en un retablo de la calle de las Sierpes, según escriben veraces
+autores.</p>
+
+<p>El paseo se construyó con regular elevación, subiendo á él por
+convenientes escalinatas, plantándose en él árboles y colocándose
+asientos de piedra, tal y conforme aparece en láminas de la época, como
+la que figura en el libro de Alvarez Miranda, <i>Glorias de Sevilla</i>.</p>
+
+<p>Desde poco después de 1817, comenzó á celebrarse en esta plaza una
+velada á la Virgen del Carmen, la cual tuvo años de no poco esplendor,
+viéndose entonces adornada la capilla con vasos de colores y con
+banderas y arcos el paseo, alrededor del cual se instalaban puestos de
+avellanas, de turrones, de garbanzos y de los célebres alfajores que
+vendían las serranas de enaguas rayadas, chaquetas de paño y sombreros
+de castor.</p>
+
+<p>De estas veladas aún queda hoy algo, si bien de nota incolora, sin aquel
+sabor característico, pues ya no se ven allí ni los majos decidores, ni
+las majas desenvueltas, ni todos aquellos tipos sevillanos que con tanta
+exactitud retrataba don José Bécquer en sus acuarelas y lienzos.</p>
+
+<p>La solemnidad del Corpus era también de gran resonancia para la plaza
+del Salvador, como lo sigue siendo hoy, y desde antiguo se entolda gran
+parte de ella para<a name="page_115" id="page_115"></a> el tránsito de la procesión y se coloca en la puerta
+del Salvador la imagen de la Virgen de las Aguas, que compartió su fama
+popular con la de los Reyes, y sobre la que corren, como sabido es de
+todos, las más peregrinas tradiciones.</p>
+
+<p>Días del año en que ofrece gran animación el paseo que es objeto de
+estas líneas, son los de Semana Santa, pues por el recinto cruzan casi
+todas las cofradías que hacen estación á la Catedral, y es de ver en
+aquellas tardes y noches y en la madrugada del Viernes Santo, el aspecto
+del <i>Salvador</i> (como los sevillanos le dicen) donde se apiña la multitud
+bulliciosa y poco devotamente, desarrollándose escenas que no es cosa de
+detenerse en describir ni enumerar siquiera.</p>
+
+<p>Las noches de estío, esas noches de Julio y Agosto en Sevilla, en que el
+calor es sofocante, acude un público bastante numeroso al paseo del
+Salvador en busca de alguna agradable brisa; allí se pasa las horas
+tranquilamente el desocupado, viendo á los corros de niños que juegan, á
+la gente joven que pasea, á los viejos que dormitan ó á los que toman
+sorbetes y refrescos en los puestos de agua, siendo aquel, campo muy
+aproposito para conquistas de niñeras y criadas de servicio que
+incautamente creen en las promesas de <i>chicucos</i> domingueros y
+<i>militares sin graduación</i>.</p>
+
+<p>Diversas modificaciones ha sufrido el paseo del Salvador desde que
+estaba elevado y tenía sus escalinatas por los años de 1840,
+desapareciendo el alto hacia 1860, y, motivado por recientes sucesos,
+desaparecieron aquellos asientos de piedra que desde tiempo primitivo
+tuvo, sustituyéndose por los de hierro que tiene en la actualidad y que
+invitan al descanso al transeunte.</p>
+
+<p>Para concluir, diremos que el paseo del Salvador sería<a name="page_116" id="page_116"></a> susceptible hoy
+de algunas mejoras importantes, que contribuirían á su embellecimiento y
+comodidad, para llevar á cabo las cuales, sería necesario efectuar el
+derribo de algunos edificios, con lo que ganaría, ensanchándose, lugar
+tan céntrico y concurrido como lo es aquél y tan predilecto de muchos
+sevillanos.</p>
+
+<h3><a name="JUAN_DE_LAS_ROELAS" id="JUAN_DE_LAS_ROELAS"></a>JUAN DE LAS ROELAS</h3>
+
+<p>Pertenece el licenciado Roelas al número de aquellos grandes pintores
+que florecieron en Sevilla en los siglos XVI y XVII, y que tanta honra
+dieron á su patria y tan apreciables obras legaron á la posteridad.</p>
+
+<p>Como ocurre con otros artistas y escritores de aquellas centurias, no
+son muchas las noticias biográficas que de Roelas se conservan, y
+después de las que apuntaron Arana de Varflora y Ceán Bermúdez, aparte
+de algunos documentos sueltos, no se han podido ampliar gran cosa, ni
+han sido por cierto muchos los datos encontrados que dieran luz sobre la
+vida de aquel famoso maestro, pudiéndose sólo, como lo hago, reunir
+algunos detalles desperdigados en otros textos.<a name="page_117" id="page_117"></a></p>
+
+<p>Nació en la capital de Andalucía hacia 1560, y se dedicó de muy joven á
+los estudios, obteniendo el grado de licenciado, y más tarde se ordenó
+de sacerdote, por lo que vulgarmente es conocido por el <i>clérigo
+Roelas</i>.</p>
+
+<p>Sin embargo, la verdadera profesión de aquel sevillano había de quedar
+olvidada, por ser lo que, empezando en él como mera afición, vino con el
+tiempo á darle legítimo renombre.</p>
+
+<p>Inclinado desde mozo al dibujo, estudió éste en su patria, siendo
+discípulo de Antonio Arfián, ignorándose en qué fecha, y con el deseo de
+perfeccionarse en el arte, abandonó España.</p>
+
+<p>Roelas trasladóse á Italia y allí estudió, especialmente, las obras de
+Ticiano, haciendo verdaderos y notables progresos, que se pusieron bien
+de manifiesto en cuantas obras llevó entonces á cabo.</p>
+
+<p>Regresó después de algunos años á Sevilla, donde ya pintaban no pocos
+famosos artistas, y en 1603 obtuvo una prebenda en la capilla de
+Olivares, pueblo de la provincia, y capilla que más tarde fué elevada á
+colegiata, pintando allí, entre otros lienzos, dos cuadros muy notables
+con asuntos de la vida de la Virgen, y en 1606 otros dos para el
+convento de Santa Isabel, de Sevilla.</p>
+
+<p>En 1607 contaba ya Roelas con no pocos discípulos que se apresuraron á
+recibir sus lecciones, viéndose siempre muy concurrida su academia, de
+la cual salieron, andando el tiempo, pintores como Juan de Uceda
+Castroverde, Varela y el gran Zurbarán.</p>
+
+<p>Pintó Roelas en 1609 el cuadro de Santiago que existe en la capilla de
+la Catedral, donde llegaron á reunirse hasta ocho lienzos suyos, entre
+los que se citan con elogio <a name="page_118" id="page_118"></a>el retablo de la capilla de los Jácomes,
+hoy muy restaurado.</p>
+
+<p>Para el convento de la Encarnación y el de san Agustín, pintó cinco
+grandes cuadros y nueve para la Merced, pero casi todas estas obras son
+hoy desconocidas y habían desaparecido ya de dichos templos muchas en
+1844.</p>
+
+<p>Encontrábase Roelas en Madrid en 1616, y allí no pudo conseguir como
+deseaba la plaza de pintor de cámara de Felipe III, que se dió á
+Bartolomé Gómez, pero ejecutó diversas obras para el palacio real, que
+ya no existen, pintando por aquellos años el cuadro de Moisés que hoy se
+ve en el Museo del Prado, los que estaban en la Merced Calzada y una
+Concepción que en 1800 existía en la Academia de San Fernando.</p>
+
+<p>En Madrid y Sevilla residió el clérigo Roelas indistintamente largas
+temporadas, ejecutando para su patria obras como la <i>Muerte de san
+Isidoro</i> que existe en el altar mayor de dicho templo, el <i>San Pedro
+libertado de la prisión</i> que se encuentra en la capilla de la iglesia
+del mismo nombre, el <i>Martirio de santa Lucía</i> de la iglesia dedicada á
+esta santa, y el <i>Martirio de san Andrés</i> que estuvo en la capilla de
+los Flamencos en santo Tomás y hoy se admira en el Museo provincial,
+donde se guardan además una <i>Santa Ana con la Virgen</i>, un <i>San Ignacio</i>
+y una <i>Concepción</i>.</p>
+
+<p>Nueve cuadros existían en el Hospital del Cardenal hechos por Roelas,
+(tales como el de la <i>Muerte de San Hermenegildo</i> y varios martirios de
+frailes) y uno en el Hospital de los <i>Viejos</i> que desapareció el siglo
+XVIII, sustituyéndose por otro lienzo de pésima ejecución y oscura mano.</p>
+
+<p>En 1624 fué Roelas nombrado canónigo de la colegiata de Olivares, á cuyo
+punto se trasladó en definitiva el artista, que ya en distintas épocas
+había allí residido.</p>
+
+<p>Tranquilo y sosegado y sin dejar el cultivo del arte,<a name="page_119" id="page_119"></a> continuó Roelas
+en Olivares, donde falleció en 23 de Abril de 1625, siendo enterrado en
+aquel pueblo.</p>
+
+<p>El licenciado Juan de las Roelas es uno de los grandes maestros
+sevillanos que á tan alto lugar llevaron la pintura de nuestra patria.</p>
+
+<p>Notabilísimo dibujante fué aquel hombre y así lo demostró en todas sus
+obras, donde á más se admira un bellísimo colorido, que pone bien de
+manifiesto la influencia que en el artista ejerció la escuela veneciana,
+cuando la estudió detenidamente durante su permanencia en Italia.</p>
+
+<p>Muchos son los cuadros que se han perdido del clérigo Roelas, pues en
+Sevilla llegaron á reunirse en diversos templos hasta cuarenta y siete
+grandes pinturas de este artista, siendo no pocas de ellas las que
+pasaron á poder de particulares, y por desgracia salieron después de
+nuestra ciudad y de la península.</p>
+
+<p>Aún existen no pocas de verdadera importancia para admiración de los
+inteligentes, y entre ellas merecen especial mención las que se
+encuentran en el templo de la Universidad, de la <i>Sacra Familia</i>; <i>El
+Nacimiento</i> y la <i>Adoración de los Reyes</i>, en Santa Isabel; el
+<i>Bautista</i> y <i>Evangelista</i>, en San Lorenzo; <i>la Virgen del Rosario</i>, en
+Santa Ana (que fué restaurado muy torpemente); <i>El martirio de san
+Andrés</i>, en el Museo, el <i>San Pedro</i> y el <i>Santiago</i> ya citados; el de
+varios santos en San Juan de la Palma, y otros que dan bien acabadas
+pruebas del indiscutible mérito de su autor.</p>
+
+<p>Con razón dice de él un crítico que «fué gran artista y produjo muchas y
+muy grandiosas obras, todas ellas de superior mérito». No entraré á
+detenerme en ellas, particularmente, pero sí diré que cuantos críticos,
+propios y<a name="page_120" id="page_120"></a> extraños, se han ocupado de las obras de este autor, están
+conformes en tributarle los mayores elogios.</p>
+
+<p>Pacheco, Ceán Bermúez, Arana de Varflora, Pons, Madrazo, Gestoso, etc.,
+etc., que analizaron con detenimiento las creaciones del clérigo-pintor,
+han hecho justicia á sus méritos, que fueron reconocidos por sus
+coetáneos.</p>
+
+<p>Hay en las obras de Roelas, á más del conocimiento profundo del dibujo,
+un acertadísimo buen gusto para la composición de las figuras, siendo de
+los artistas de su tiempo uno de los que con más exactitud copiaron de
+la realidad, tan falseada por algunos con verdadero propósito.</p>
+
+<p>Roelas, trasladando al lienzo el modelo tal cual lo veían sus ojos, no
+dejó por eso de imprimir un verdadero sentimiento de gran artista á sus
+creaciones, en las que han podido estudiar muchos la belleza de lo real
+sin acudir á lo mentido y artificioso.</p>
+
+<p>En cuanto al hombre, dejó gratísima memoria por sus bellas prendas; «la
+piedad&mdash;dice Arana&mdash;formó el carácter de Roelas, y esta virtud le hizo
+dar muchas limosnas y no desdeñarse de hacer pinturas gratuitamente
+cuando algunos pobres se las pedían.»</p>
+
+<p>Dejó un nombre ilustre como artista y un nombre honrado como hombre:
+¿qué mejor elogio puede hacerse del pintor sevillano?<a name="page_121" id="page_121"></a></p>
+
+<h3><a name="LAS_DOS_AMIGAS" id="LAS_DOS_AMIGAS"></a>LAS DOS AMIGAS</h3>
+
+<p>Los vecinos del barrio de la Feria presenciaron en Diciembre de 1574 un
+espectáculo que les entretuvo bastante y fué objeto de los más sabrosos
+y varios comentarios.</p>
+
+<p>A la puerta de la iglesia de Omnium Sanctorum se colocaron, de orden de
+la justicia, dos altas escaleras de mano; y en cada una de ellas
+pusieron á dos jóvenes y no mal parecidas mujeres, siendo también
+curioso el que una de las tales estaba vestida en traje masculino con
+gregüescos y calzas.</p>
+
+<p>Antes de exponer á las dos mozas á la pública vergüenza, fueron paseadas
+por la ciudad montadas en dos pollinos, desnudas las espaldas y los
+pechos y seguidas del verdugo, que propinó á cada una cien azotes, con
+arreglo á la sentencia que se les había impuesto.</p>
+
+<p>Permanecieron encaramadas en la escalera un día entero las dos hembras,
+siendo la causa de aquel castigo el hecho siguiente:</p>
+
+<p>Una de las mujeres tenía grandes ansias por cobrar un dote de 100
+ducados que le correspondía si se casaba, mas ella no demostraba ninguna
+afición al casamiento, y sí muy grande al dinero y á una su <i>íntima
+amiga</i>, con la cual convino un ingenioso plan que, al ser malogrado, la
+puso en aquella triste situación.<a name="page_122" id="page_122"></a></p>
+
+<p>Trató con la amiga que se disfrazase con traje de varón, el cual no
+debía sentarle mal, y que, como tal varón, la galanteara y pidiera en
+casamiento, llevando las cosas tan adelante que, con la complicidad de
+un sujeto de la curia eclesiástica, comenzaron á sacar los papeles para
+ir al altar, recibir las bendiciones y cobrar los apetecidos ducados.</p>
+
+<p>En estos pasos estaban, cuando la superchería fué descubierta y
+condenadas más tarde... ¡Los 100 ducados del dote se convirtieron en 100
+azotes y en pasar la vergüenza de la exhibición, si es que las dos mozas
+la tenían!</p>
+
+<h3><a name="LOS_VALENTONES" id="LOS_VALENTONES"></a>LOS VALENTONES</h3>
+
+<p>Uno de los más temidos valentones que á fines del siglo XVI había en
+Sevilla, donde tantos se encontraban, era Gonzalo Xeniz, cuya vida
+aventurera y ladronesca pudiera ser objeto de un libro.</p>
+
+<p>Hablan de este mozo de chapa algunos autores contemporáneos, y la fama
+de sus fechorías ha llegado hasta nosotros, presentándolo como tipo
+acabado de aquellos bravucones que tan admirablemente pintaba Cervantes<a name="page_123" id="page_123"></a>
+en <i>Rinconete y Cortadillo</i>, Quevedo en el <i>Buscón</i> y Cristóbal de
+Chaves en <i>La cárcel de Sevilla</i>.</p>
+
+<p>Huyendo de las garras de la justicia andaba el ínclito Xeniz en 1595,
+cuando el 26 de Julio acudió á un ventorrillo de la Puerta de la
+Barqueta, en el cual se juntaron gran número de rufianes y mujeres de
+vida airada á divertirse alegremente, como gente de ancha conciencia que
+era.</p>
+
+<p>Allí estaba toda la taifa picaresca, comiendo, bebiendo, cantando y
+entregándose á desahogos no muy honestos, cuando fué cercado el
+ventorrillo por gran número de alguaciles que llevaban á la cabeza nada
+menos que al Asistente de Sevilla, don Pedro Carrillo de Mendoza, conde
+de Priego.</p>
+
+<p>Enterados los valentones de lo que pasaba, salieron armados á
+defenderse, trabándose entonces una formal batalla en la cual Gonzalo
+Xeniz, que hizo varios disparos con un pistolete, logró escaparse,
+dejando burlados á los que ansiaban cogerlo.</p>
+
+<p>Pero si aquella vez estuvo afortunado, no lo estuvo en otro encuentro
+que al poco tiempo tuvo, y fué preso, mandándosele á la galera de Málaga
+como cabo de escuadra, de donde volvió en Agosto de 1596, siendo
+entonces puesto en libertad porque al mozo no le faltaban amigos.</p>
+
+<p>Mas apenas se vió en la calle, reanudó sus fechorías, por lo cual el
+conde de Priego mandó prenderle de nuevo. Y hé aquí que el 4 de Octubre
+del citado año, Xeniz, viéndose en el apurado trance de que iba á ser
+capturado por los alguaciles que le habían sorprendido en unión del
+Asistente, disparó contra éste un pistoletazo, que por gran casualidad
+no acabó con la vida del conde.</p>
+
+<p>Y aquí tuvo término la existencia del valentón, pues el 17 de Octubre de
+1596 fué ahorcado en la Plaza de<a name="page_124" id="page_124"></a> San Francisco, y su cadáver, hecho
+cuartos, se puso en el lugar del ventorrillo de la Puerta de la
+Barqueta, como consigna Ariño en los <i>Sucesos de Sevilla</i>.</p>
+
+<p>Digno émulo de Gonzalo Xeniz fué otro matón coetáneo suyo y el cual
+compartió con él las hazañosas empresas, viniendo á la postre á tener
+también desgraciado fin poco tiempo antes que el intrépido compañero.</p>
+
+<p>Juan García, llamado también <i>El Bravo de las Galeras</i>, era un mozo
+fiero y atrevido, soldado y terror de los vecinos de Triana en 1593.</p>
+
+<p>Continuas pendencias, alborotos y escándalos promovía el bravucón y sus
+amigos, y en uno de aquellos lances acudió en mal hora á poner paz un
+corchete llamado Gordillo, que ya era bien conocido de García, el cual
+fué lo mismo verle que arremeterle armado de una daga.</p>
+
+<p>Con ella le infirió multitud de heridas, y dejándole ya muerto, huyó á
+esconderse en alguno de los rincones de Triana, donde tenía gentes que
+por miedo le favorecían.</p>
+
+<p>Al poco tiempo un alcalde de corte y un alguacil acudieron á Triana con
+objeto de capturar al bravo, empresa que era más difícil de lo que ellos
+creían.</p>
+
+<p>Era esto el día 2 de Julio del citado año de 1593, y con motivo de la
+captura se produjo en Triana un verdadero motín, que las crónicas
+sevillanas registran y que apunta Ariño en su libro de <i>Sucesos</i>.</p>
+
+<p>Como quiera que la fuerza dispuesta para prender al bravucón era
+insuficiente, hubo que reclamarla mayor, llegando el caso á tener que
+dar el toque de rebato en la iglesia de Santa Ana, á fin de que acudiera
+gente que auxiliara á la justicia.</p>
+
+<p>Con ella fué tropa y hasta el marqués de Peñafiel tuvo que intervenir
+con su autoridad personalmente, llegando<a name="page_125" id="page_125"></a> á tomar tales proporciones el
+escándalo, que puso en alarma á Triana y á Sevilla entera: tal fué la
+heróica defensa que de su persona hizo el valentón.</p>
+
+<p>Fué preso al cabo, y al siguiente día, 3 de Julio, le ahorcaron en la
+orilla del río, quedando con aquella ejecución en tranquilidad muchos
+vecinos de Triana, que durante largo tiempo anduvieron siempre
+amenazados con los desmanes y excesos de furor del <i>Bravo de las
+Galeras</i>, cuyo recuerdo duró largo tiempo entre la gente de su laya que
+tanto abundaba en Sevilla en los siglos XVI y XVII.</p>
+
+<h3><a name="EL_ASISTENTE_Y_LAS_FRUTERAS" id="EL_ASISTENTE_Y_LAS_FRUTERAS"></a>EL ASISTENTE Y LAS FRUTERAS</h3>
+
+<p>El señor don Fernando Arias de Bobadilla, conde de Puñonrostro, fué
+Asistente de la capital de Andalucía y se hizo célebre, como ya dije,
+por los actos que cometió y por sus justicias, que tenía singular manera
+de ejecutarlas.</p>
+
+<p>Cuéntanse de él infinitas cosas que son dignas, por cierto, de ser
+recordadas, y como su autoridad era poderosa y su carácter en extremo
+duro, llegó á ser el terror<a name="page_126" id="page_126"></a> de la gente de los barrios, en particular
+de los comerciantes y vendedores de artículos de primera necesidad.</p>
+
+<p>El año 1597, en que tomó posesión de su cargo el conde, mandó pregonar
+un bando, por el cual se condenaba en la pena de doscientos azotes á los
+que vendiesen los artículos á más precio que el señalado ya de antemano;
+y como quiera que el cumplimiento de la orden no fué guardado ni mucho
+menos como debiera, el conde empezó á llevar á cabo los castigos con
+extraño rigor y sin que por un momento dejase pasar la más leve falta.</p>
+
+<p>Diariamente salían por las calles de la ciudad comerciantes montados en
+burros, recibiendo los golpes de la penca, y panaderos, hortelanos,
+pescaderos, carniceros, etc., etc., veíanse á cada momento sorprendidos
+por la visita del conde en persona, que era implacable en sus
+resoluciones.</p>
+
+<p>Llegó en éstas á la barbarie, pues como no tenía nadie que le pusiese
+coto y en Madrid se le habían confirmado plenos poderes para ejercer
+como <i>juez absoluto</i>, se despachaba á su gusto de una manera brutal y
+cruel.</p>
+
+<p>Tal sucedió con una pobre mujer, que fué víctima de su señoría, y por un
+delito harto insignificante para la pena que sufrió.</p>
+
+<p>La tal mujer tenía por las mañanas su puesto de frutas en el barrio de
+la Feria, y para su desgracia el día 6 de Mayo de 1597, sorprendióla el
+conde vendiendo ciruelas y cerezas á más alto precio que el señalado.</p>
+
+<p>Al punto la mandó prender y aquella misma tarde fué azotada
+públicamente, llevando colgadas al cuello, para mayor vergüenza, las
+frutas, pero tan tremendos resultaron los golpes que sobre la infeliz
+cayeron, que enfermó de gravedad y el día 9 del mismo mes de Mayo espiró
+la infeliz, según consigna el <i>diario</i> de Ariño.<a name="page_127" id="page_127"></a></p>
+
+<p>El mismo autor añade: «Seis días después á otra mujer, porque vendía
+pepinos á más de la postura, la pasearon por las calles con los pepinos
+al pescuezo y le dieron doscientos azotes.»</p>
+
+<p>Como estos dos, pudiera citar infinidad de casos que prueban la manera
+con que Puñonrostro hacía justicia, y lo que era en el siglo XVI un
+Asistente de Sevilla.</p>
+
+<h3><a name="HERRERA_EL_VIEJO" id="HERRERA_EL_VIEJO"></a>HERRERA "EL VIEJO"</h3>
+
+<p>Las obras del pintor Francisco de Herrera, á quien generalmente se
+conoce por Herrera <i>El Viejo</i>, para diferenciarlo de su hijo, del mismo
+nombre y también artista, son universalmente celebradas, y el título de
+su autor es de los que gozan en justicia un puesto de preferencia entre
+los antiguos pintores sevillanos.</p>
+
+<p>Por otra parte, es Herrera una persona digna de estudio; en su vida hay
+diversos incidentes que merecen ser recordados; y aunque estos apuntes
+no permiten gran extensión, he de procurar condensar cuanto sea
+necesario para dar á conocer al artista sevillano.</p>
+
+<p>Nació éste, según se cree, en 1576, y fué su maestro<a name="page_128" id="page_128"></a> en el arte Luís
+Fernández, que lo fué también de Pacheco, quien á la par de Herrera
+aprendió el dibujo y las primeras lecciones de pintura.</p>
+
+<p>Herrera comenzó de joven á llamar la atención de las personas
+inteligentes de Sevilla con sus lienzos, y se dice que los primeros que
+presentó al público fueron los cuatro que figuran en el altar mayor de
+la iglesia de San Martín, representando pasajes de la vida de este
+santo.</p>
+
+<p>Instruído también en el grabado en cobre, ejecutó no pocos trabajos por
+este procedimiento, mereciendo citarse la portada del libro publicado en
+Sevilla en 1610 por Estupiñán y en el que se relatan las fiestas
+llevadas á cabo para la beatificación de san Ignacio.</p>
+
+<p>Por entonces tenía taller abierto Herrera y contaba con frecuentes
+encargos, habiendo hacia 1613 acudido á recibir sus lecciones don Diego
+Velázquez de Silva, que á la sazón contaba catorce años, pero que pronto
+tuvo que separarse de tal maestro, dicen, por la violencia de su
+carácter, poco apropósito para dedicarse á la enseñanza.</p>
+
+<p>De este natural poco sufrido, huraño y dado á la cólera, vinieron no
+pocos disgustos y sinsabores á Herrera, quien con frecuencia se veía
+solo y sin que ninguno de los muchos jóvenes aventajados que entonces
+había en Sevilla, quisiese acudir á su casa. «He oído muchas veces&mdash;dice
+Ceán&mdash;decirlo á pintores viejos de Sevilla: que cuando no tenía Herrera
+discípulos y esto era muy frecuente, mandaba á su criada bosquejase los
+lienzos, y antes que se secasen los colores formaba él con una brocha
+las figuras y ropajes.»</p>
+
+<p>Por los años á que me voy refiriendo pintó Herrera para san Agustín la
+<i>Asunción</i> y <i>Coronación de la Virgen</i>; para san Antonio dos
+<i>Apóstoles</i>; para la ermita de<a name="page_129" id="page_129"></a> la Encarnación en Triana, siete cuadros
+con pasajes de la vida de la Virgen, obras todas que se han perdido, y
+el <i>Triunfo de san Hermenegildo</i>, que estaba en el altar mayor de dicho
+templo y que hoy se conserva en el Museo provincial.</p>
+
+<p>Hacia 1619 fué acusado Herrera de monedero falso, y como quiera que el
+artista considerábase perdido y próximo á caer en las garras de la
+justicia, huyó á buscar asilo en el convento de san Hermenegildo.</p>
+
+<p>Allí estaba cuando en 1623 visitó Sevilla Felipe IV, y se cuenta por
+tradición que habiendo admirado mucho el rey el citado cuadro, que es de
+gran tamaño, y en el que aparece el santo con san Leandro y san Isidoro,
+preguntó quién lo había ejecutado. Presentáronle entonces á Herrera,
+diciéndole cuál era su situación y los motivos por que se le perseguía.
+El monarca le dejó libre, diciéndole que quien sabía ejecutar obras como
+aquella, no había menester el oro ni la plata.</p>
+
+<p>Vuelto Herrera á su casa, continuó trabajando, pero siempre apartado del
+trato de las gentes, siempre solitario y siempre mal humorado.</p>
+
+<p>Una nube negra pesaba sobre el alma del artista, de quien, no pudiendo
+resistirlo ni aun los miembros de su familia, una su hermana, que con él
+vivía, se apartó para entrar en un convento. Más tarde, su hijo
+Francisco le robó mil pesos que tenía ahorrados y se huyó á Italia,
+donde siguió aprendiendo la pintura, que ya había comenzado, y de donde
+no regresó hasta que murió su padre.</p>
+
+<p>Ejecutó éste dos cuadros para el convento de Santa Inés, representando
+la Sacra Familia y el Espíritu Santo, otro para el altar mayor del
+Hospital establecido en la calle Colcheros, que se conservaba en 1836, y
+el magnífico<a name="page_130" id="page_130"></a> retablo del Juicio final que existe en san Bernardo y del
+que dice un crítico «que es tal vez la más grandiosa obra que brotó de
+sus afamados pinceles.»</p>
+
+<p>Herrera pintaba también con mucha destreza al fresco, ejecutando no
+pocas obras por este procedimiento, y entre las cuales cita <i>Varflora</i>
+las ejecutadas en los conventos de la Merced y de san Pablo y san
+Buenaventura.</p>
+
+<p>En 1633, pagóle el cabildo de la ciudad ciertas cantidades por la
+iluminación de una estampa de san Fernando y terminó algunas pinturas
+para san José, siendo en gran número los cuadros de <i>Bodegones</i> que
+hizo, los cuales estaban en poder de particulares y ya en tiempo de Ceán
+habían casi todos desaparecido de Sevilla para ir á parar á los museos
+extranjeros.</p>
+
+<p>En el Louvre se conserva hoy un cuadro que representa á <i>san Bernardo
+dictando las reglas de la Orden</i>, que es una de las más acabadas obras
+de Herrera.</p>
+
+<p>Este, muy anciano ya, marchó á Madrid en 1650, donde se estableció y
+ejecutó algunas obras al fresco y no pocos grabados, impresos en
+diversas obras.</p>
+
+<p>El año 1656 falleció Francisco Herrera en la córte, siendo enterrado su
+cadáver en el templo de san Ginés.</p>
+
+<p>A más de los cuadros que pintó el maestro sevillano para los templos de
+esta ciudad que he citado, se encuentran hoy en el Museo provincial las
+siguientes obras: <i>Visión de san Basilio</i>, <i>dos santos de la orden
+franciscana</i>, <i>Un santo obispo</i>, <i>san Gregorio</i>, <i>san Demetrio</i>, <i>san
+Antonio</i>, <i>san Pedro</i>, <i>Sebaste</i>, <i>santa Dorotea</i>, <i>santa Gertrudis</i>,
+<i>Un santo religioso bernardino</i> y la <i>Apoteosis de san Hermenegildo</i>, ya
+citada. A más existen algunos originales en poder de particulares, tales
+como un <i>san Nicolás de Bari</i>, que posee el señor Gestoso y que está
+ejecutado con mucha valentía.<a name="page_131" id="page_131"></a></p>
+
+<p>De las cuarenta y siete grandes obras que de la mano de Herrera había en
+Sevilla hacia 1830 se han perdido muchas, pero sin duda las que quedan
+son las más importantes y las más apropósito para estudiar por completo
+á este artista, que fué de los primeros en apartarse de las reglas de
+los antiguos maestros, ejecutando libre, espontáneamente y con
+atrevimiento y valentía.</p>
+
+<p>Distinguíase poderosamente en el claro-obscuro y en el conocimiento de
+la anatomía, y todas sus producciones, por la manera especial de hacer y
+la rudeza de los rasgos, parece que retratan su carácter.</p>
+
+<p>De éste se ha escrito mucho, tachándosele, como ya dije, de violento y
+desabrido en extremo. Tal vez por esto en vida no fué muy elogiado
+Herrera de sus coetáneos que le miraron con prevención, y únicamente
+Lope de Vega le dedicó algunos versos en el libro segundo de su famoso
+<i>Laurel de Apolo</i>.</p>
+
+<p>Del maestro sevillano se dice que «dibujaba con cañas y manejaba el
+color con gruesas brochas», teniendo singular destreza para ello, y
+terminando su obra con una rapidez que pasmaba.</p>
+
+<p>Triste y abandonado, falleció el notable artista á solas con las
+negruras de sus pensamientos y la melancolía de su espíritu, y si dejó á
+las generaciones futuras obras hermosas, no tuvo el consuelo de que ni
+sus amigos y discípulos recordasen su nombre con ternura y derramasen
+lágrimas por su memoria.<a name="page_132" id="page_132"></a></p>
+
+<h3><a name="LOPE_DE_VEGA_EN_SEVILLA" id="LOPE_DE_VEGA_EN_SEVILLA"></a>LOPE DE VEGA EN SEVILLA</h3>
+
+<p>El <i>Fénix</i> de los ingenios españoles, aquel que se alzó <i>con el cetro de
+la monarquía cómica</i>, visitó á Sevilla en los primeros años del siglo
+XVII, y si bien de su estancia en nuestra población no son hasta ahora
+muy detalladas y completas las noticias que existen, pueden, sin
+embargo, servir para dar asunto á uno de estos apuntes históricos.</p>
+
+<p>El año 1600 llegó á esta capital de Andalucía el gran poeta, que se
+hallaba entonces en toda la fuerza de su juventud y con toda la lozanía
+de su portentoso ingenio, y no vino solo, pues le acompañaba doña María
+de Luján, hermosa mujer, con quien tenía hacía tiempo amorosas
+relaciones, de las cuales eran fruto dos niñas, á la sazón de corta
+edad, y de nombres Mariana y Angela.</p>
+
+<p>La amante del poeta acompañóle durante todo el tiempo de su estancia en
+Sevilla, y aquí quedó, cuando Lope, en 1601, emprendió un viaje á Madrid
+y Toledo para evacuar algunos negocios particulares, viaje del que no
+tardó en regresar al lado de aquella mujer á quien cantaba en sus
+poesías con el nombre de <i>Lucinda</i>.</p>
+
+<p>Por cierto que á su regreso corrió entre los literatos sevillanos un
+soneto contra Lope, el cual algunos han atribuido á Cervantes, que á la
+sazón también residía en nuestra ciudad, y cuya enemistad con el <i>Fénix</i>
+de los ingenios<a name="page_133" id="page_133"></a> es bien conocida, no estando tampoco éste tardo en
+atacar al autor del <i>Quijote</i> en varios de sus escritos.</p>
+
+<p>La pluma de Lope, jamás ociosa, no podía estarlo en Sevilla, y así fué;
+aquí escribió varias comedias, entre las que se cuentan <i>La corona
+merecida</i>, y algunos autos, como <i>El hijo pródigo</i> y <i>El viaje del
+alma</i>, representándose durante aquellos años por las compañías de
+Vergara y Villalva, algunas obras de Lope, que aunque ya conocidas en
+otras partes no lo eran aún del público sevillano.</p>
+
+<p>El cuadro de costumbres que relata en <i>El Fénix de Sevilla</i>, de que ya
+me ocupé, es buena prueba de que aquel gran hombre supo identificarse en
+el ambiente de las costumbres sevillanas.</p>
+
+<p>Poesías escribió también Lope muchas en Sevilla, y de ellas merece
+recordarse la carta que dirigió en 1603 á un amigo, y en la cual dice:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«...Pan de Sevilla regalado y tierno,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">masado con la blanca y limpia mano</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de alguna que os quisiera para yerno.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Jamón presunto de español marrano</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de la sierra famosa de Aracena,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">á donde huyó del mundo Arias Montano.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Vino aromatizado que sin pena</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">beberse puede siendo de Cazalla,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y que ningún cristiano lo condena.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Agua de la Alameda en blanca talla,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">¿dejáis por el bizcocho de galera</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y la zupia que embarca la canalla,» etc. etc.</span><br />
+</p>
+
+<p>En Diciembre de 1603 terminó Lope de Vega su obra <i>El peregrino en su
+patria</i>, que fué impresa en Sevilla, y de la cual tanto se han ocupado
+los críticos y los biógrafos del fecundísimo autor.</p>
+
+<p>Acompañado de su amante, joven y hermosa, á quien<a name="page_134" id="page_134"></a> adoraba y que
+procuraba hacerle dichoso, considerado y tenido en alto aprecio por
+todos y agasajado por cuantos hombres de letras había en la capital de
+Andalucía, la estancia de Lope en nuestra ciudad debió serle en extremo
+agradable, y de ella conservó siempre gratísimos recuerdos, como se
+desprende de algunos pasajes de sus obras.</p>
+
+<p>A fines de 1604, Lope marchó de Sevilla, dirigiéndose primero á Madrid y
+después á Toledo, donde tuvieron fin sus relaciones amorosas con Lucinda
+(á lo menos públicamente), pues algún tiempo después, el poeta contrajo
+matrimonio con doña Juana de Guardo...</p>
+
+<p>D. Cayetano Alberto de la Barrera, Hartzenbusch, Asensio, y don José
+Sánchez Arjona últimamente en sus <i>Anales del teatro en Sevilla</i>, al
+ilustrar la vida de Lope de Vega, se han ocupado de su estancia en
+nuestra población, á la cual he dedicado un recuerdo en las anteriores
+líneas, como he de hacerlo á otros hombres ilustres por cualquier
+concepto que visitaron nuestra ciudad.<a name="page_135" id="page_135"></a></p>
+
+<h3><a name="CONFITEROS_Y_CONFITERIAS" id="CONFITEROS_Y_CONFITERIAS"></a>CONFITEROS Y CONFITERÍAS</h3>
+
+<p>Esto de la afición á los dulces ha sido cosa antigua en nuestra ciudad,
+como así lo prueba la importancia que siempre tuvo el gremio de
+confiteros y lo numerosos que ya en el siglo XVI eran los
+establecimientos dedicados á la venta y fabricación de dulces de las
+clases más variadas.</p>
+
+<p>Esto movió á no pocos de los confiteros, para mejor orden y disposición,
+á nombrar examinadores del gremio y formar <i>ordenanzas</i>, las cuales
+fueron aprobadas por el rey Felipe III en 20 de Mayo de 1606, el cual
+encarecía la utilidad, expresando: «Nos fué hecha relación que el trato
+y confituría en ella (en Sevilla) era muy grueso, por ser muy
+grande..... Porque siendo las conservas y confituras, regalos de
+enfermos y para personas ricas, convenía que la dicha obra fuese buena y
+que fuese y se hiciese con buenos azúcares, y no echando otras mezclas,
+para que se supiese y se entendiese cómo se había de hacer cada cosa, y
+no se vendiesen cosas malas y falsas.....»</p>
+
+<p>Las tales <i>ordenanzas</i> no dejan de ser curiosas y contienen algunos
+detalles de interés para el conocimiento de cómo estaba constituido el
+gremio, y de sus artículos hemos de dar una idea, teniendo á la vista el
+texto, que consta de veintiuna disposiciones, haciendo muy
+especialmente<a name="page_136" id="page_136"></a> constar en la primera que de allí en adelante
+«...<i>ninguna persona</i>, de cualquier estado ó condición que sea, pueda
+tener tienda pública ni secreta sin que primero haya de preceder y
+preceda examen de dicho oficio, el cual examen se ha de hacer ante los
+veedores del dicho oficio de confiteros...»</p>
+
+<p>En las <i>ordenanzas</i> se manda que el que tuviera tienda y no fuera
+examinado, se le castigaría con multas y otras penas, que se formase un
+libro con las denuncias y que en la elección de veedores se tuviese la
+mayor justicia y sinceridad.</p>
+
+<p>Que ya la gente del gremio estaba en el secreto de adulterar los
+confites y engañar al pueblo se ve que no era cosa nueva, pues así se
+desprende de los capítulos 30 y 31, que dicen:</p>
+
+<p>«Item ordenamos que ningún oficial de confituría sea osado á mezclar la
+confitura que hiciese con almidón, harina, ni otras misturas, so pena de
+perdida la dicha colación y de seis mil maravedís por la <i>primera</i> vez,
+y por la <i>segunda</i> sea privado del dicho oficio de confitero por seis
+meses y no tenga más tienda, y por la <i>tercera</i> que la justicia
+ordinaria proceda á hacerle conforme la calidad y gravedad del
+delito&mdash;31. Item ordenamos que los <i>canelones de sidra</i>, ó canela,
+avellanas ó anís liso ó labrado, culantro liso ó labrado, almendra
+pelada ó raída y entera, y piñones y grajeas, á todo esto sea y se haga
+de un azúcar blanco, de arriba á bajo, sin otra mistura, so pena de dos
+mil maravedís por la <i>primera</i> vez, y por la <i>segunda</i> pena doblada, y
+por la <i>tercera</i> vez sea perdida la dicha colación y no tenga tienda por
+seis meses.»</p>
+
+<p>En los artículos 12, 13 y 14, se especifican algunas de las confituras
+más en boga de entonces, con indicaciones de las materias de mejor
+calidad de que habían de confeccionarse,<a name="page_137" id="page_137"></a> recomendando con insistencia
+«que el <i>azúcar rosado y los bocadillos</i> sean conservados con azúcar,
+fresco y blanco, y el azahar cubierto, confitado y en conserva, sea de
+buen azúcar, blanco de remate, etc.» no dejando de estar especificados
+otros particulares en los cuales se recomendaba el más exacto
+cumplimiento.</p>
+
+<p>Estas ordenanzas de 1606 fueron posteriormente confirmadas en Febrero de
+1649, en Abril de 1675 y en Septiembre de 1680, y en 1723 se imprimieron
+por Francisco Sánchez Reciente, con este título:</p>
+
+<p>&mdash;<i>Ordenanzas de el oficio de los maestros confiteros de Sevilla y su
+reinado, en virtud de cédula de su majestad y señores de su real
+consejo, que se mandaron imprimir siendo veedores Bartolomé de Marchena
+y Luís de Bonilla, maestros de dicho oficio</i>, etc.</p>
+
+<p>Las confiterías sevillanas de antaño tenían un aspecto general que no
+dejaba de ser característico; en el mostrador no se exhibían los dulces
+para excitar el apetito: antes por el contrario, se ocultaban los toscos
+tableros, que sólo se sacaban á petición del comprador; los botes con
+los almíbares y las conservas se colocaban en largas hileras en la
+estantería, en cuyo testero principal no faltaban nunca una hornacina,
+con una escultura religiosa ó con un cuadro devoto, ante el que ardía
+cierta lamparilla de aceite, y completaban el menaje del establecimiento
+dos grandes velones, una bandeja con jarro, vasos, un peso de cobre y
+uno ó dos bancos toscos, en los cuales tomaban asiento y descansaban por
+las tardes los amigos del dueño, que nunca dejaban de formar allí su
+tertulia, más ó menos numerosa.</p>
+
+<p>En el siglo XVII hubo en Sevilla algunos confiteros que fueron célebres
+por su habilidad en la confección de los dulces, y de entre ellos han
+pasado á la posteridad,<a name="page_138" id="page_138"></a> digámoslo así, Pedro de Libosna, Bartolomé
+Gómez y Jerónimo de Barco, que no tenían competidores en las conservas,
+la carne de membrillo, los mazapanes y los canelones de sidra, canela,
+avellana ó anís.</p>
+
+<p>Una vez cada año, el día de San Juan Bautista, se hacía la visita de
+inspección, como si dijéramos, por todos los establecimientos de
+confitería, y era de ver con qué gravedad y ceremonia el teniente de
+Asistente, acompañado por el escribano de cabildo, examinaba cacerolas,
+calderos, medidas y moldes, se enteraba del estado de los productos y se
+informaba prolijamente del personal y de su pericia para elaborar las
+delicadas confituras.</p>
+
+<p>Dábase el caso alguna vez que no se encontraba tal ó cual
+establecimiento con todos los requisitos que las estrechas <i>Ordenanzas</i>
+disponían y entonces ya estaba la fiesta en la casa, pues el dueño que
+se veía amenazado, protestaba, tratando de atenuar la falta, y la
+justicia, que era inflexible, se revestía de toda su autoridad, dando
+esto lugar á escenas por demás animadas.</p>
+
+<p>Esto de ser <i>maestro confitero</i> no era cosa á que todo el mundo podía
+llegar, como por ejemplo, los esclavos, acerca de lo cual decían las
+<i>ordenanzas</i>: «...Que no puede ser examinado <i>ningún esclavo</i>, so pena
+de dos mil maravedís, y que le quiten la tienda, aplicada la pena, como
+dicho es, y el que lo examinara sea privado del oficio perpetuo de
+examinador.»</p>
+
+<p>Tenía el gremio de confiteros su hermandad de cofradía, la cual llegó en
+cierta época á ser de las más ricas y que más continuo y lucido culto
+sostenían, como así en papeles antiguos consta.</p>
+
+<p>No haré memoria de los muchos pleitos y litigios que durante el siglo
+XVII se siguieron por el gremio, con motivo de la tasa puesta á los
+dulces con otras causas, enredos<a name="page_139" id="page_139"></a> que no dejaron de perjudicar á todos
+los del oficio con crecidos desembolsos y competencias nada beneficiosas
+y que trajeron una situación nada próspera, de la que tardó mucho en
+reponerse el gremio.</p>
+
+<h3><a name="LOS_MORISCOS" id="LOS_MORISCOS"></a>LOS MORISCOS</h3>
+
+<p>La situación de los moriscos que residían en Sevilla al terminar el
+siglo XVI era en verdad comprometida y en muchas ocasiones fueron
+tratados con la mayor crueldad por las autoridades y por el mismo
+pueblo.</p>
+
+<p>Mas como si fuesen pocos los castigos que se les imponían por la
+Inquisición y por otras autoridades, en el año de 1600 se vieron
+amenazados de un peligro que á todos ellos podía pesarle.</p>
+
+<p>El 16 de Mayo hiciéronse por algunos correr las voces de que los
+moriscos preparaban un motín para levantarse en armas de acuerdo con los
+de Córdoba, y en dicho día aparecieron en la iglesia de Santa Ana, de
+Triana, y en otros puntos, pasquines dando la voz de alerta á las
+autoridades, con lo cual se consiguió alarmar la ciudad, comenzando
+enseguida diligencias y pesquisas en contra de<a name="page_140" id="page_140"></a> los moriscos, los
+cuales, en realidad, nada habían hecho, ni ningún proyecto tenían de
+turbar la paz de la ciudad.</p>
+
+<p>Se efectuaron algunas prisiones, pero entonces un vecino de Triana
+llamado García Montano, hombre que gozaba de crédito, alzó su voz cuando
+empezaban los injustos castigos, y unido á otros cristianos acudieron al
+Asistente, marqués de Montesclaros, haciéndole presente cuán sin
+fundamentos eran las voces que contra los moriscos se habían levantado.</p>
+
+<p>Convencido de la verdad, el marqués publicó un bando para que los
+moriscos no fueran molestados, pero apesar de su orden hubo revueltas y
+alborotos, y en el mismo mes de estos sucesos fueron quemados tres de
+ellos que estaban hacía algún tiempo presos en las cárceles del tribunal
+de la Inquisición.</p>
+
+<p>Empeorando por días el estado de los moriscos sevillanos llegó á ser
+verdaderamente aflictiva su situación más adelante: la vigilancia se
+hizo más estrecha y más frecuentes los castigos, en tanto que se
+acrecentaba la campaña decisiva que contra ellos elevaron los elementos
+religiosos, entre los que se encontraba la del padre Juan de Ribera,
+arzobispo de Valencia, patriarca de Antioquía y enemigo acérrimo de
+aquella infeliz raza.</p>
+
+<p>Cedió al fin Felipe III á la opinión de la junta nombrada al efecto y en
+la que se encontraba el inquisidor general, y dió aquella célebre orden
+de expulsión de los moriscos del reino, impolítica y cruel medida, con
+la cual se disminuyó grandemente la población de España, pues perdió un
+millón de habitantes, se quitaron brazos á la agricultura y se
+deshicieron multitud de familias.</p>
+
+<p>A principios de 1610 súpose en Sevilla, después de algún tiempo de
+incertidumbres, que amenazaba la orden<a name="page_141" id="page_141"></a> del monarca decretando la
+expulsión, y con objeto de prevenir cualquier incidente que pudiera
+sobrevenir, las autoridades tomaron medidas en extremo rigurosas.</p>
+
+<p>El 17 de Enero del año citado se señaló para publicar el bando con todas
+las formalidades, presentando aquel día la ciudad extraordinario
+movimiento por haber la medida revuelto los ánimos un poco.</p>
+
+<p>Salió el pregón del bando por la mañana á recorrer la ciudad, figurando
+en la comitiva un juez especial que había venido para entender en el
+asunto y, como era de costumbre, los alguaciles y el pregonero.</p>
+
+<p>Seguíanla por las calles infinidad de moriscos, que al escuchar el
+pregón prorrumpieron en llantos y lamentos, siendo imposible relatar las
+escenas lastimosas que se desarrollaban en los lugares donde había más
+casas habitadas por familia de los infelices que eran expulsados, y así
+lo da á entender estas palabras de un autor coetáneo, el cual escribe
+que «fué día de gran tribulación y amargo desconsuelo para esta gente,
+que, aunque malos cristianos é indicados de traición, no podían salir
+sin pena de esta tierra, donde habían nacido.»</p>
+
+<p>Como la orden del rey era terminante y exigía la más inmediata ejecución
+de los <i>moriscos</i> sevillanos, viéronse en la precisión, mal de su grado,
+de malbaratar los bienes que poseían, con gran provecho para los que en
+la ciudad quedaban, que adquirieron á ínfimos precios cosas de gran
+valor, y propiedades de importancia.</p>
+
+<p>A los pocos días de la publicación del bando comenzaron á salir de
+Sevilla los <i>moriscos</i> en gran número, siendo aquella expulsión una de
+las primeras causas, que, uniéndose luego á otras de varios órdenes,
+contribuyó poderosamente á la decadencia en que cayó la capital de
+Andalucía al mediar el siglo XVII.<a name="page_142" id="page_142"></a></p>
+
+<h3><a name="CABALLEROS_DE_ANTANO" id="CABALLEROS_DE_ANTANO"></a>CABALLEROS DE ANTAÑO</h3>
+
+<p>El conde de Teba era mozo galán y de carácter un tanto ligero, poco dado
+á meditar sus actos, y esto vino á traerle más de un lance como el que
+le ocurrió en 1614 con don Rodrigo Ortiz de Zárate, caballero de los más
+significados de la nobleza sevillana.</p>
+
+<p>Entró el conde en la tarde del 1.º de Febrero de dicho año en casa de
+unas damas á quienes visitaba y encontró allí á don Rodrigo, que también
+frecuentaba el trato de las señoras con más ó menos intimidad.</p>
+
+<p>Después de cruzar algunas palabras ambos caballeros, el conde, que aquel
+día no andaba muy bien humorado, pidió al de Zárate un pistolete que
+tenía y después de cogerlo súbitamente, le amenazó en serio con él,
+recordándole no se sabe qué antiguos resentimientos, y luego, con ademán
+un tanto brusco, le quitó la espada que llevaba de cinto, y sin andarse
+con miramientos, fué hacia una ventana que en la estancia había y arrojó
+por ella á la calle el acero con gran sorpresa de las damas.</p>
+
+<p>Montó en cólera don Rodrigo por aquella que reputaba gravísima ofensa y
+aunque allí le detuvieran por el pronto las damas, salió de la casa
+jurando y perjurando que había de matar al conde en venganza de lo de la
+espada.<a name="page_143" id="page_143"></a></p>
+
+<p>No era para dudar de que estos propósitos del ofendido caballero
+quedasen en tales, y así fué, que sabiéndolos algunos amigos, pusieron
+el caso en conocimiento del Asistente, que lo era entonces el conde de
+Palma, y éste, deseando evitar el lance, y con la esperanza de un
+arreglo, mandó llamar el mismo día á su casa al conde de Teba y á don
+Rodrigo de Zárate.</p>
+
+<p>Pero aquella entrevista, que con la mejor intención preparó el
+Asistente, fué harto desgraciada, pues, al verse frente á frente los dos
+enemigos, después de algunas frases altas, Ortiz de Zárate acometió de
+pronto furiosamente al conde, y con una espada lo hirió traidora y
+mortalmente, sin que pudiera impedirlo el de Palma, que por sujetar al
+agresor sufrió también de éste algunos golpes.</p>
+
+<p>Los criados del Asistente acudieron al ruído de la lucha, y viendo á uno
+en tierra y á su amo ensangrentado, dieron tan tremenda paliza á don
+Rodrigo, que poco faltó para que allí mismo hubiera espirado.</p>
+
+<p>Este suceso, por las personas que intervinieron en él, y por las
+circunstancias en que se desarrolló, fué objeto de la atención de toda
+Sevilla y causó gran sorpresa á todos el saber que la madre de don
+Rodrigo se querelló al Consejo diciendo nada menos que su hijo había
+sido llamado á casa del Asistente para que el conde lo asesinase, y que
+éste, en propia defensa, se vió obligado á herir.</p>
+
+<p>En el proceso que se formó que fué muy ruidoso y dilatado, corrieron
+bien los escudos, por lo cual Ortiz de Zárate pasó, por toda pena,
+desterrado á Madrid, donde murió algún tiempo después.</p>
+
+<p>Y ocurrió entonces que, al divulgarse el fallecimiento, se hizo público
+un documento que había escrito y firmado de su puño don Rodrigo el día
+después de haber dado<a name="page_144" id="page_144"></a> muerte al de Teba, en el cual confesaba ser falsa
+la suposición de haber sido llamado á engaño á casa del Asistente,
+documento que él mismo ordenó que no se diese á conocer hasta ocurrir su
+muerte, y en el cual se decía:</p>
+
+<p>«Yo D. Rodrigo de Zárate, por descargo de mi conciencia, digo: Que
+aunque en la confesión que se me tomó dije, que el conde de Palma y
+otras personas me llevaron engañosamente á matarme, con título de
+amistad entre mí y el conde de Teba, y yo vine á ello. Y así fuí en
+compañía del dicho conde de Palma en su coche. Y estando en su casa, y
+queriendo darme satisfacciones el conde de Teba, dije yo que no era
+menester. Y aguardando ocasión que estuviese descuidado, herí al conde
+de Teba, porque llevaba esa intención, y por eso no había querido
+satisfacciones, etc............</p>
+
+<p>Y son testigos de esta declaración el P. Fr. Alonso Bohorques, Rector
+del Colegio de San Alberto; Fr. Agustín Velázquez; el P. Fr. Miguel
+Guerra, y el P. Fr. Gaspar de Cebes, del Orden de San Francisco.&mdash;Fecha
+en Sevilla á 2 de Febrero de 1614.&mdash;D. Rodrigo Ortiz de Zárate.»</p>
+
+<p>Tal fué el curioso suceso que las crónicas sevillanas registran, y por
+el que se ve que todos los caballeros de antaño no eran un modelo en
+esto de la caballerosidad.<a name="page_145" id="page_145"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_TUTOR_Y_LA_PUPILA" id="EL_TUTOR_Y_LA_PUPILA"></a>EL TUTOR Y LA PUPILA</h3>
+
+<p>Estaba avecindado en la villa de Utrera, á los comienzos del siglo XVII,
+un caballero, de nombre don Pedro de Córdoba y Guzmán, el cual era tío y
+tutor de una linda joven que en su misma casa se había educado, y la
+cual tenía una fortuna á que no era cosa de hacerle ascos.</p>
+
+<p>La tal sobrina, aunque el don Pedro la tenía guardada con gran recato,
+que tocaba en tiranía irritante (se ignora con qué intenciones) no lo
+estuvo tanto que pudiera sustraerse á las miradas de un mancebo de buen
+porte, el cual se enamoró perdidamente de la utrerana doncella, siendo,
+para satisfacción suya, correspondido, y de tal correspondencia vino
+luego el peor daño.</p>
+
+<p>Opúsose furiosamente el tutor al casamiento de su pupila, sin que
+hubiera quien le convenciera, porque ya se sabe á qué estado de odiosa y
+repugnante oposición llegan á veces padres, madres y tutores en esto de
+las bodas, lo cual, visto por el fogoso galán, deseando librar á su
+adorada de aquel Argel donde gemía cautiva, hizo en Sevilla las
+diligencias necesarias para poderla sacar por el Juez de la Iglesia, y
+corrientes los papeles volvió á Utrera en compañía del Alguacil Mayor
+del Cardenal para lograr la realización de sus ansias.</p>
+
+<p>A los pocos días presentóse el galán en casa de don<a name="page_146" id="page_146"></a> Pedro, con su
+Alguacil, á pedir la mano de la niña, siendo recibido con toda gravedad
+por el tutor, el cual díjoles, después de oirlos y con mucha flema, que
+aguardase un momento, pues iba á avisar á su sobrina.</p>
+
+<p>Salió en efecto de la habitación y dirigiéndose al cuarto de la joven,
+sin más palabras, sacó un puñal, y sorprendiéndola desprevenida, la
+asesinó vil y cobardemente de dos puñaladas en el pecho, volviendo muy
+tranquilamente á donde el galán aguardaba, á quien manifestó que su
+sobrina estaba vistiéndose y no tardaría en salir y que él corría á la
+calle á avisar á una señora vecina y amiga de la casa, para que fuese
+testigo de la concesión de la mano que iba á hacer.</p>
+
+<p>Descubierto á los pocos momentos el crimen, don Pedro de Córdoba y
+Guzmán no tardó en ser preso y traído á la cárcel real de Sevilla,
+siendo condenado á muerte al poco tiempo.</p>
+
+<p>El día 2 de Marzo de 1604, el asesino fué degollado por el verdugo
+Francisco Vélez en la Plaza de San Francisco, y apunta el documento
+contemporáneo de donde saco esta noticia, que el interés que despertó el
+caso fué extraordinario, publicándose del suceso muchos romances
+populares.<a name="page_147" id="page_147"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_INCENDIO_DE_EL_COLISEO" id="EL_INCENDIO_DE_EL_COLISEO"></a>EL INCENDIO DE "EL COLISEO"</h3>
+
+<p>Entre los años de triste memoria para los aficionados sevillanos al arte
+de Talía lo fué él de 1620, pues en él se incendió y destruyóse por
+completo el famoso <i>corral de el Coliseo</i>, donde tan célebres
+representantes trabajaron y que tan favorecido era por el público de
+nuestra población.</p>
+
+<p>Habíase acordado la construcción del Coliseo hacia 1601 por la ciudad,
+estando á cargo de la dirección de las obras el maestro mayor Juan de
+Oviedo, terminándose el edificio, que era el mejor que de su clase hasta
+entonces había tenido Sevilla, en 1607, llevándose en él á cabo
+importantes reformas por los años de 1614.</p>
+
+<p>La compañía de Cristóbal Ortiz y los hermanos Valencianos trabajaban á
+mediados de 1620 en el Coliseo, con gran satisfacción de todos, cuando
+vino á poner súbitamente término al regocijo, la catástrofe ocurrida el
+jueves 25 de julio.</p>
+
+<p>Aquella tarde representábase una comedia de Andrés de Claramonte
+titulada <i>San Onofre ó el rey de los desiertos</i>, la cual había obtenido
+gran éxito y era muy celebrada por todos.</p>
+
+<p>Tocaba la obra á su término, á las ocho de la noche, cuando súbitamente
+corrió la voz de que en el coliseo se<a name="page_148" id="page_148"></a> había declarado un incendio, el
+cual empezó porque una bujía prendió fuego en una de las simuladas nubes
+de papel y tela.</p>
+
+<p>No se acudió á tiempo por los dependientes de la escena y con
+extraordinaria rapidez levantóse la llama, que llegó hasta el techo, el
+cual pronto comenzó á arder, causando el asombro, la confusión y la
+angustia en el público y en los comediantes.</p>
+
+<p>Una <i>Relación</i> contemporánea del suceso que se conserva en la Biblioteca
+Colombina, y que debió ser escrita por un testigo ocular, dice al llegar
+á este punto:</p>
+
+<p>«El humo, la confusión, voces y llantos, particularmente de las mujeres,
+fué tan grande, que unas se arrojaban de las ventanas, otras de los
+corredores y otras caían desmayadas, medio muertas; fué mucho mayor el
+daño que la turbación les causó, que el que el mismo fuego les pudiera
+hacer, si advertidamente y con orden fueran saliendo; pero como el miedo
+de la muerte no da lugar á estos discursos, cayendo unas y tropezando
+otras en las caídas, empezaron juntamente con el humo á subir al cielo
+las voces y quejas de los que se ahogaban sin remedio, como las de los
+que faltándoles ya las mujeres, ya los maridos, ya los hijos, ya los
+parientes y amigos, juzgaban el peligro en que quedaban aunque estaban
+ya fuera. No perdieron la ocasión los ladrones antes más animados de
+codicia que de lástima, hubo algunos tan atrevidos que se entraron
+dentro del <i>Corral</i>, antes que el fuego estuviese apoderado de todo; y
+viendo las mujeres en el estado que se ha dicho, en lugar de sacarlas
+del peligro, les quitaban las joyas y lo que podían; llegando la
+inhumanidad á tanto, que me afirman que (la verdad tenga su lugar)
+algunos las acababan de ahogar para robarlas más á su sabor, sin que á
+esto pudieran dar remedio<a name="page_149" id="page_149"></a> los que lo veían, cuyo peligro propio no daba
+lugar á cuidar del ajeno.»</p>
+
+<p>Cuantos esfuerzos se hacían por todos para atajar el incendio resultaban
+entonces inútiles: en vano trabajaban los que estaban á salvo por acudir
+al remedio y en vano se echaba mano de cuantos medios se disponían
+entonces en aquellos desgraciados casos.</p>
+
+<p>Desde gran distancia se veían las llamas, denotando las grandes
+proporciones del incendio, y la noticia corrió rápidamente por la
+ciudad, acudiendo á la calle de los Alcázares y á la Encarnación las
+autoridades y multitud de personas, ya movidas por curiosidad ó por el
+interés que les inspirara la suerte de los espectadores.</p>
+
+<p>El Asistente, que lo era á la sazón el conde de Peñaranda, puede decirse
+que en aquellos difíciles momentos no estuvo ni tardo, ni desacertado en
+sus medidas, así como los tenientes y el alguacil mayor que le
+secundaron.</p>
+
+<p>«Dividieron&mdash;escribe D. José Sánchez Arjona&mdash;en dos cuadrillas, los
+albañiles, peones y demás gente que acudió á prestar auxilio; la primera
+dedicada á salvar las personas que había aún dentro del <i>corral</i> y la
+segunda á derribar las casas que confinaban con el coliseo, logrando
+aislar y dominar el incendio que duró hasta las tres de la mañana del
+día 26, no quedando en pié más que las cuatro paredes y el cuarto de la
+puerta de la calle.»</p>
+
+<p>Grandes fueron las pérdidas que aquella catástrofe produjo, y en la que,
+según los datos, perecieron unas veinte personas, en su mayoría mujeres
+y niños pequeños, que ni tuvieron medios de ponerse en salvo, ni hubo
+ocasión de acudir á tiempo en su auxilio.</p>
+
+<p>Un detalle para terminar: de los actores, según la relación, pudieron
+todos librarse de las llamas, y de uno de<a name="page_150" id="page_150"></a> ellos dice: «El que hacía la
+figura de <i>San Onofre</i> salió casi desnudo, con una mata de yedra por
+paños menores, y los muchachos le siguieron dándole <i>¡Vaya!</i> hasta su
+casa, que estaba lejos.»</p>
+
+<h3><a name="LA_MADRE_CATALINA_Y_MAESTRO_VILLALPANDO" id="LA_MADRE_CATALINA_Y_MAESTRO_VILLALPANDO"></a>LA MADRE CATALINA<br />
+<span style="margin-left: 6em;">Y MAESTRO VILLALPANDO</span></h3>
+
+<p>Escribir la historia detallada de lo que fué la secta de los
+<i>alumbrados</i> en Sevilla durante los siglos XVI y XVII, sería trazar el
+más interesante cuadro que retratase con toda verdad uno de los aspectos
+más gráficos de la sociedad de aquellos tiempos, que no era en verdad
+modelo de virtudes, de religiosidad, y de pureza de costumbres.</p>
+
+<p>Pero como de nada sirve querer desfigurar la historia, el estudio de los
+documentos, papeles y antigüedades viene á destruir la dorada leyenda,
+dando á conocer con toda la realidad lo que fueron nuestros antepasados,
+que vivieron en todo el esplendor de la monarquía absoluta.</p>
+
+<p>Casi á mediados del siglo XVI, la secta de los <i>alumbrados<a name="page_151" id="page_151"></a></i>, de la que
+fueron fundadores dos sacerdotes, Chamizo y Alvarez, en unión de otros
+varios presbíteros más, apareció en Sevilla, siendo su propagación
+rapidísima; y como quiera que la Inquisición anduvo algo tardía en
+intervenir en el asunto, cundió de tal modo, que beatas, frailes,
+clérigos y personas relacionadas con el elemento eclesiástico, se
+infestaron á cientos de la doctrina.</p>
+
+<p>Era esta una absurda mezcla de misticismo y sexualidad de superstición
+fanática y despreocupación; valiéndose de lo sobrenatural para cometer
+los actos de la más desenfrenada lujuria y del más refinado placer
+material.</p>
+
+<p>Un autor, tan poco sospechoso como Menéndez Pelayo, ha escrito estas
+líneas, explicando la herejía de los <i>alumbrados</i>.</p>
+
+<p>«La doctrina que afectaban profesar se reducía á recomendar á sus
+secuaces larga oración y meditación sobre las llagas de Cristo
+Crucificado, de la cual oración, hecha del modo que ellos aconsejaban,
+venían á resultar <i>movimiento del sentido, gruesos y sensibles</i>, ardor
+en la cara, sudor y desmayos, dolor de corazón y movimientos
+libidinosos, que aquellos infames llamaban <i>derretirse en amor de Dios</i>.
+Una vez alcanzado el éxtasis, el <i>alumbrado</i> se tornaba impecable y le
+era lícita toda acción cometida en tal estado... Las afiliadas de la
+secta vestían de beatas con toca y sayal pardo. Andaban siempre absortas
+en la supuesta contemplación, mortecinas y descoloridas, y <i>sentían un
+ardor terrible que las quemaba</i>, unos saltos y ahíncos en el corazón que
+las atormentaba, y una rabia y molimiento en todos sus huesos y miembros
+que las tenía desatinadas y descoyuntadas..... El padre Alvarez les
+certificaba que aquello era efecto y gracia del Espíritu Santo; y
+llevando al último extremo la profanación y el sacrilegio, comulgaba
+diariamente á sus beatas con varias hostias<a name="page_152" id="page_152"></a> y partículas, diciéndoles
+que <i>mientras más Formas, más gracia</i>, y que no duraba la gracia en el
+alma <i>más de cuanto duraban las especies sacramentales</i>.»</p>
+
+<p>La lista de los <i>alumbrados</i> sevillanos sería interminable, y en gran
+número salían en los autos de fe, y aunque de todos en completo se
+ignoran los nombres y las circunstancias de sus procesos, de muchísimos
+existen noticias anteriores bien detalladas.</p>
+
+<p>Estas noticias, por las cuales se viene en conocimiento de lo que era
+una parte de la población de Sevilla entonces, son en extremo curiosas y
+dignas de ser recordadas, máxime cuando el mayor número de los
+<i>alumbrados</i> pertenecían al sexo bello y eran, además, jóvenes y bien
+parecidas.</p>
+
+<p>No he de relatar en detalles casos de <i>alumbrados</i> y <i>alumbradas</i>
+jóvenes, pero solo recordaré uno que produjo gran escándalo é hizo la
+comidilla en la población, siendo los protagonistas del suceso la beata
+carmelita Catalina de Jesús y el clérigo Juan de Villalpando.</p>
+
+<p>La tal beata era natural de Linares, y de joven tenía su residencia en
+Sevilla, donde se tocó de la herejía, y el maestro Villalpando, que
+había nacido en Garachino (Tenerife) llegó también de mozo á la capital
+de Andalucía, trabando ambos estrecha amistad, que llegó á ser, por sus
+locuras, de las más peligrosas.</p>
+
+<p>La beata y el clérigo fueron los fundadores de una congregación de
+<i>alumbrados</i>, compuesta de hombres y mujeres que, hacia 1620, comenzaron
+á reunirse en lugares apropósito, y en los cuales se entregaban á las
+prácticas á que acostumbraban los de la secta.</p>
+
+<p>Aquellas reuniones llegaron á ser en extremo numerosas y animadas, y á
+ellas asistían infinidad de personas, la mayoría embaucadas por la madre
+Catalina y por<a name="page_153" id="page_153"></a> el maestro, que para ello tenían, sin duda, especiales
+dotes.</p>
+
+<p>Las heréticas prácticas de ellos y sus proposiciones, eran las de todos
+los <i>alumbrados</i>, tales como las predicaciones contra el matrimonio; sus
+diversas opiniones sobre los mandamientos, la oración y otros actos
+religiosos, según consta en la relación del proceso, de la beata y el
+clérigo:</p>
+
+<p>Catalina de Jesús se averiguó que «se trataba regaladamente y se
+entretenía en comidas y cenas de conversación y de huelgas en el campo
+con clérigos, sus devotos; y que con uno, en particular, tenía tanta
+comunicación y amistad, que se estaba con ella todas las noches hasta
+las diez y las once, y muchas veces solos y á oscuras, y que él tenía
+llave maestra de una puerta falsa de casa de las susodichas, por donde
+entraba de noche y de madrugada, y que viniendo él de fuera de Sevilla y
+saliendo de predicar iba á ver á la susodicha antes de entrar en su
+casa, haciéndose sospechar que no era bueno su trato: y que ella apoyaba
+y encarecía mucho la santidad del dicho clérigo y de otros sus devotos
+para acreditarlos; y de uno dijo que tenía oración en el sér de Dios, y
+otras cosas semejantes, de que fué testificada por 149 testigos, que se
+le dieron en publicación».</p>
+
+<p>El maestro Villalpando, por su parte, «había tenido de muchos años muy
+particular comunicación con una beata, á quien tenía por maestra y
+rendida la obediencia, á cuya casa acudía muy de ordinario de día y de
+noche, hasta muy tarde, á las diez y las once, donde lo hallaban cuando
+lo buscaban para salir á dar los Sacramentos á los enfermos de la
+parroquia donde era cura, y muchos ratos de la noche estaba con ella sin
+el menor escrúpulo á oscuras, y entraba en la dicha casa de noche y de
+madrugada<a name="page_154" id="page_154"></a> por una puerta falsa con llave que él tenía de ella, y que
+tenía retratos de la dicha beata, unos pintados, otros de talla, en
+barro, y los abonaba y encarecía, diciendo que los había hecho por
+tenerla por mujer muy santa».</p>
+
+<p>Las reuniones de <i>alumbrados</i> que la madre Catalina y el clérigo
+presidían, fueron ya tan frecuentes, y las deshonestidades tantas, que
+al fin y á la postre, cuando las cosas habían llegado al escándalo y
+eran muchas las mujeres seducidas por ambos, la inquisición tomó cartas
+en el asunto y los dos fueron presos, terminando allí y viniendo á
+tierra todas sus reuniones y conventículos.</p>
+
+<p>En el proceso formado á la beata y su amigo, se pusieron en claro todos
+los particulares que eran menester, y ambos, en unión de diez reos más,
+salieron en el auto de fe que se celebró en San Pablo en el último día
+de Febrero de 1627, y del cual se lee en la <i>Relación</i> que existe en la
+Biblioteca Colombina, reproducida por don Joaquín Guichot.</p>
+
+<p>«El deseo que el pueblo tenía de saber la resolución que se tomaba en
+las causas del <i>Maestro Juan de Villalpando</i> y de <i>Catalina de Jesús</i>,
+que habían sido presos por este Santo Oficio muchos días había, lo movió
+de manera que con ser este Auto particular, vino á ser el más solemne y
+de mayor concurso de gente, así de la ciudad como forastera, que jamás
+se ha visto en otro; pues con ser muy grande la distancia que hay desde
+las casas del Santo Oficio hasta el dicho convento y la Iglesia de él,
+que es de las mayores de esta ciudad, hubo gran dificultad en pasar los
+presos y el acompañamiento del Santo Oficio por las calles y en entrar
+en dicha Iglesia, según todo estaba ocupado de gente que se había
+prevenido y tomado lugar desde la media noche.»<a name="page_155" id="page_155"></a></p>
+
+<p>La madre Catalina fué condenada á estar reclusa seis años en un convento
+ú hospital, á rezar todos los días de su vida el rosario, á confesar con
+quien la Inquisición le señalase y á ayunar todos los viernes,
+ordenándose también «que se cogiera por edictos públicos cualesquiera
+cosa de su persona ó vestidos que se hallan dado por reliquias ó
+cualquier retrato suyo y todos sus escritos de molde ó de mano.»</p>
+
+<p>En cuanto al maestro Villalpando, se retractó en público de las veinte y
+dos proposiciones que le fueron señaladas y se le condenó á estar preso
+cuatro años en un monasterio sin poder decir misa, y á ser privado de
+administrar durante su vida los sancionamientos y á pagar 200 ducados y
+á hacer ciertos ejercicios religiosos....</p>
+
+<p>Con aquellas sentencias desaparecieron de la escena los dos famosos
+<i>alumbrados</i> que tanto ruido dieron, terminando su vida obscuramente y
+arrepentidos, según es de creer, de sus pasadas locuras y escándalos.<a name="page_156" id="page_156"></a></p>
+
+<h3><a name="CRUELDAD_DE_UN_ASISTENTE" id="CRUELDAD_DE_UN_ASISTENTE"></a>CRUELDAD DE UN ASISTENTE</h3>
+
+<p>El Asistente de Sevilla en 1621 era el conde de Peñaranda, el cual dió
+pruebas de ser hombre de carácter tal, que lo retrata el siguiente
+hecho, rigurosamente histórico:</p>
+
+<p>Varios muchachos de esta ciudad se encontraban reunidos entregándose á
+diversos juegos, con frecuencia inocentes pero cayeron cierto día en uno
+que ya no lo era tanto y fué decir que estaban formando cierta conjura
+para á uno de ellos proclamarlo rey, como si esto fuera cosa que en sus
+manos estuviese.</p>
+
+<p>Tuvieron conocimiento de la broma algunos alguaciles, y un día, en que
+los muchachos estaban reunidos, fueron sorprendidos por la autoridad, y
+aunque escaparon algunos, lograron ser siete de ellos presos, seis de
+Sevilla y el último, hijo de un noble cordobés y el cual muchacho no
+pasaba de 13 años.</p>
+
+<p>Enterado el conde de Peñaranda del caso, lo tomó tan á pechos, que
+encausó á los jóvenes imberbes, haciendo que contra ellos se formase un
+proceso formal, nada menos que como perturbadores de la tranquilidad del
+reino. Y así, aceleró los trámites de una injusta causa de Estado,
+despachó correos á la Corte, abultando infamemente los hechos, y la
+sentencia fué<a name="page_157" id="page_157"></a> condenar á muerte á los mozos, que tal era la justicia en
+aquellos tiempos.</p>
+
+<p>En el mes de Enero fueron ejecutados los siete mancebos en la Plaza de
+San Francisco, escribiendo D. Diego Ignacio de Góngora en el manuscrito
+que está en la Colombina, estas palabras sobre el suceso, que no creo se
+pondrán en duda:</p>
+
+<p>«Este hecho lo referían así mis padres y mayores que lo vieron: y decían
+que había causado mucha lástima y compasión en Sevilla, porque la poca
+edad de los supliciados daba prueba manifiesta del ningún fundamento y
+sustancia del delito y de la acusación. Atribuyeron á rigor y suma
+celeridad del Asistente, en la ejecución del castigo; mas como era
+materia tan grave de suyo, y que á las voces que corrían se debía dar
+cumplida satisfacción para escarmiento y ejemplo, su señoría no perdonó
+diligencia ni admitió término dilatándola. Se dijo que el padre de uno
+de ellos, que era muy rico, ofreció sumas considerables de dinero por el
+perdón del hijo. En fin, la ejecución fué espectáculo que acongojó el
+ánimo de los que la vieron.»<a name="page_158" id="page_158"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_SASTRE_CATALAN" id="EL_SASTRE_CATALAN"></a>EL SASTRE CATALÁN</h3>
+
+<p>La historia de Cosme Sevaro, es de las más famosas que registran las
+memorias sevillanas.</p>
+
+<p>Catalán era Cosme, ejercía el oficio de sastre en la calle de los
+Fundidores, hoy de Hernando Colón, y estaba casado con Manuela Tablante,
+hermosa hembra, la cual gustó más que de su marido de un robusto mozo
+llamado José Márquez, oficial que en la tienda estaba, y como ambos eran
+jóvenes y de sangre inquieta, no tardaron en entenderse muy á su sabor y
+sin que nada llegase á sospechar el buen alfayate de lo que pasaba en su
+misma casa.</p>
+
+<p>Hubo de descubrir éste, después de mucho tiempo, su deshonra; pero no
+fué hombre de los que se dan á la justa cólera, ni menos pensó en vengar
+el agravio con propia mano, sino que entabló querella ante escribano, y,
+presos la Tablante y Márquez, se les condenó á la última pena en 22 de
+Octubre de 1624.</p>
+
+<p>Pero muchas simpatías debían de tener los reos entre cierta gente de
+Sevilla, cuando, apenas se colocó el tablado para la ejecución, un grupo
+numeroso de hombres lo destruyó, y otro que se hizo enseguida fué
+deshecho y quemado también la noche del 24 del citado Octubre.</p>
+
+<p>Por fin, con auxilio de la tropa, se puso un tercer<a name="page_159" id="page_159"></a> tablado, y el 25
+por la mañana, después de haber tomado las autoridades grandes
+precauciones, llevaron allí á los dos reos y al sastre Cosme, que debía
+presenciar el castigo.</p>
+
+<p>Mas hé aquí que, cuando llegaron los amantes y estaban en el patíbulo,
+comenzó á levantarse un rumor sordo en el público que llenaba la plaza y
+el cual fué tomando mayores proporciones, hasta oirse por algunos sitios
+la palabra perdón.</p>
+
+<p>Entonces apareció por el arco del convento de San Francisco un gran
+número de frailes en procesión con velas encendidas, llevando en alto un
+crucifijo, y los cuales, venciendo la resistencia de los soldados, se
+abrieron paso con dificultad y subieron al tablado con priesa,
+arrodillándose ante el sastre pidiéndole con sentidas expresiones que
+perdonara á los culpables.</p>
+
+<p>La esposa cayó también á los pies del marido y entonces se desarrolló
+una escena por demás original.</p>
+
+<p>«Clamaban&mdash;dice el manuscrito del conde del Aguila&mdash;los alaridos de la
+gente porque la mujer era hermosa: cuatro de los religiosos se abrazaron
+con el marido sin dejarle menear y ayudados de otros y diciendo á
+grandes voces:&mdash;<i>Ya ha perdonado</i>&mdash;echaron abajo á la mujer, que dió un
+salto por la escalera como una gata, y sin cesar las voces de&mdash;<i>Ya ha
+perdonado</i>&mdash;fué notable el alarido y contento de todos, y se la llevaron
+en volandas á San Francisco. Cosme, alzando el brazo, lo meneaba muy
+depriesa, haciendo señales de que no era verdad, pero seguían las voces
+de perdón y echaron en el bullicio del tablado abajo al adúltero medio
+muerto y lo llevaron también á San Francisco, quedando allí Cosme
+llorando.»</p>
+
+<p>El final de la historia fué que José Márquez pasó á<a name="page_160" id="page_160"></a> galeras, que el
+sastre catalán perdonó algunos días después á su amable costilla
+haciéndola que entrara en un convento; pero Manuela Tablante, que era
+mujer de empuje, escapó del convento y vivió suelta muchos años en toda
+libertad para entregarse á mil amoríos en la ciudad, por los que se hizo
+famosa.</p>
+
+<p>En verso y prosa se publicaron y circularon profusamente por Sevilla á
+raíz del suceso multitud de <i>relaciones</i> á cual más curiosas y de las
+cuales se conservan algunas de que no he de hacer mención por lo
+dilatado que resultaría este apunte y en todas ellas se encuentran
+curiosos detalles sobre el nunca visto suceso de Cosme Sevaro.</p>
+
+<h3><a name="EL_HERMANO_DE_JUAN_DE_JESUS" id="EL_HERMANO_DE_JUAN_DE_JESUS"></a>EL HERMANO DE JUAN DE JESÚS</h3>
+
+<p>Andaba por Sevilla en los comienzos del siglo XVII, un sujeto á quien
+todos conocían con el nombre del hermano Juan de Jesús María, el cual
+iba por las calles con hábito de <i>tercero</i> ó <i>ermitaño</i> y con mucha
+humildad y constancia pedía limosna para las huérfanas.</p>
+
+<p>Como parecía hombre pacífico y su edad era mayor de los cincuenta años,
+entraba y salía fácilmente en muchas<a name="page_161" id="page_161"></a> casas, siendo no despreciable la
+cantidad de maravedises que diariamente reunía, de los cuales daba
+pruebas que los empleaba en santos fines su aspecto de pobreza y
+humildad de su pelaje.</p>
+
+<p>Así anduvo el limosnero de huérfanas durante mucho tiempo y llegó á
+hacerse popular en Sevilla, sin que nadie sospechase de él que pudiera
+ser otra cosa que un sano varón, temeroso de Dios....</p>
+
+<p>Pero ¡ay! que los que no obran recto, por muy redomados é hipócritas que
+sean, al fin y á la postre son descubiertas sus arterías, y esto vino á
+pasarle al hermano Juan de Jesús María, á quien en 1623 la Inquisición
+echó el guante y metió en prisiones, quitándole para siempre de andar
+correteando por calles y plazas de limosnero de huérfanas pobres.</p>
+
+<p>Y con razón obraron entonces los de la <i>vela verde</i>, porque de
+diligencia en diligencia averiguaron del hermanito las siguientes
+gracias, las cuales fueron probadas todas con testigos y con los
+detalles necesarios.</p>
+
+<p>Juan de Jesús María había «dicho proposiciones heréticas y blasfemias,
+en particular que estaba tres veces confirmado en gracia, una por los
+pecados mortales, otra por los veniales y otra por las imperfecciones;
+dijo que lo bautizó la Santísima Trinidad, y que el Angel de su Guarda
+era Nuestra Señora: que no tenía necesidad de la intercesión de los
+Santos ni de las imágenes que eran añagazas: que Nuestro Señor le había
+concedido un Jubileo como á San Francisco: que todas las personas que le
+dieran limosnas para entrar dos hijas monjas no se habían de condenar:
+dijo, que mientras más veces comía y bebía se sentía más bien para la
+oración; que con los abrazos comunicaba á las mujeres el Espíritu y amor
+de Dios, y así las abrazaba y besaba diciendo que de él no se<a name="page_162" id="page_162"></a> pegaba
+nada de la comunicación de las mujeres, porque estaba en el estado de la
+inocencia, y que no tenía nada de la carne de Adán, etc., etc.,»
+probándosele también que hacía creer á muchos que sacaba almas del
+Purgatorio, que había subido al cielo nada menos y que allí lo habían
+bautizado; que tenía éxtasis y que durante mucho tiempo no habían sido
+otros sus propósitos que hacerse pasar por ser santo digno de ser
+venerado en los altares.</p>
+
+<p>Mal año fué, con todo esto probado, para el hermano ermitaño, el año de
+1624, pues el 30 de Noviembre salio en el auto público de fé celebrado
+en la Plaza de San Francisco con 43 penitenciados más, siendo condenado
+á sufrir cien azotes de los más enérgicos, á «reclusión perpétua en un
+hospital ú convento donde no comulgase sino las Pascuas, ó para ganar
+algún jubileo en artículo de la muerte.»</p>
+
+<p>Los públicos azotes los sufrió el hermano Juan de Jesús María el 12 de
+Diciembre, en que paseó las calles de Sevilla, de muy distinta manera
+que en otro tiempo lo había hecho, y todas estas noticias constan en el
+antiguo manuscrito que existe en la Biblioteca Colombina de sucesos
+sevillanos.<a name="page_163" id="page_163"></a></p>
+
+<h3><a name="LA_MULATA_Y_LA_HECHICERA" id="LA_MULATA_Y_LA_HECHICERA"></a>LA MULATA Y LA HECHICERA</h3>
+
+<p>Jerónima Jacinta era mulata, estaba casada con un sujeto de no muy
+buenos antecedentes, y vivía en Sanlúcar de Barrameda en el primer
+tercio del siglo XVII.</p>
+
+<p>El marido de la Jerónima, ó bien fuera porque se cansase de ella, cosa
+que no tiene mucho de extraño, ó porque anduviera en pasos no muy
+buenos, fué lo cierto que de la noche á la mañana se huyó de su lado y
+procuró por cuantos medios pudo, que su cara mulata no volviese á tener
+de él más noticias.</p>
+
+<p>Esto, naturalmente, desesperó á la mujer, que debía estar muy prendada
+de su hombre, del que no le era fácil pasarse sin su compaña, por cuanto
+comenzó á hacer muchas y muy activas diligencias sobre el paradero del
+desenamorado esposo, y viendo que sus pesquisas no le daban resultado,
+consultó á varias amigas, las cuales la informaron que para que volviese
+al hogar el marido, no tenía sino que consultar con una famosa hechicera
+que era especialista en tal linaje de asuntos.</p>
+
+<p>Ella se decidió bien pronto, y cuando ya estaba dispuesta á ir al antro
+de la bruja, informóla otra amiga, que también era mulata, que con que
+enviase á la maga una trenza de la camisa, ella se la volvería luego<a name="page_164" id="page_164"></a>
+con tal virtud adobada, que, practicando puntualmente lo que le fuese
+ordenado, ya estaría entrando por las puertas el infiel marido.</p>
+
+<p>Entregó la Jacinta su trenza, con algún dinero que le exigieron, pues no
+era cosa de dar la felicidad de balde, y recuperó á los pocos días su
+trozo de camisa, mandándole á decir la bruja que con que lo quemase á
+fuego muy vivo era lo suficiente para que viese cumplidos los vehementes
+deseos.</p>
+
+<p>Quemóse la trenza, pero en vano esperó días y semanas el retorno del
+marido, y ya desesperada, fué tanto su odio y la indignación que contra
+la hechicera estalló en su pecho que, decidida, salió de Sanlúcar y
+vínose á Sevilla, donde se presentó ante el tribunal de la Inquisición,
+denunciando á la bruja con todos sus pelos y señales, y haciéndose los
+siguientes cargos que constan en el <i>traslado sacado de la relación del
+auto de fé celebrado el Domingo de Cuaresma última de Febrero del año de
+1627</i>, y que no dejan de ser chistosos.</p>
+
+<p>Dijo Jerónima Jacinta "que había visto que la dicha mujer había echado
+suertes tres ó cuatro veces con unos granos de cebada, echándolos en un
+puchero con agua, contándolos y diciendo: <i>Saque, machaque, Barcebú,
+Barrabás, el demonio mayor del infierno</i>; y que luego tomaba un Christo
+poco mayor que la palma de la mano, y teniéndole sobre la misma palma,
+con un cuchillo hacía unas rayas en sus mismos dedos y otras en el suelo
+y en la pared, y luego las borraba soplando, y que cuando las hacía
+rezaba entre sí, y que tenía un paño todo en que había un pedazo de
+cabello como mostacho de hombre y la dicha mujer le dijo que aquello era
+para echar suertes; y que había comprado un asno prieto por doce ducados
+para<a name="page_165" id="page_165"></a> darlos á los hombres; y que vendía cada migaja por ocho reales; y
+que cuando echaba las suertes con la cebada, sacaba un papel donde tenía
+un pedazo de ara consagrada, y que á ella le había dado un pedazo
+diciendo que era buena para traer amigos.»</p>
+
+<p>La Inquisición tomó en cuenta la denuncia, y haciendo sus
+averiguaciones, echó mano á la mujer de los hechizos con la intención de
+poner coto á sus habilidades.</p>
+
+<p>Pero fué lo gracioso que, de tal manera se las arregló la bruja, que
+dejó por embustera y falsa á la denunciadora, que no pudo por su mal
+probarle nada de lo que contra ella había denunciado.</p>
+
+<p>Con esto pagó á la postre la mulata, pues la obligaron á declararse
+calumniadora y salió en el ya citado auto de fe de 1627, en compañía de
+otros condenados como la beata Catalina de Jesús, el clérigo Juan de
+Villalpando, de quienes ya me ocupé, el esclavo Domingo Vicente, Luisa
+Narváez y otros pájaros de cuenta.</p>
+
+<p>En resumen, la mulata Jacinta fué condenada á «<i>salir con coroza blanca,
+á sufrir doscientos azotes y diez años de destierro</i>», siendo de suponer
+que no le quedarían ganas de consultar con más brujas, ni de hacer más
+averiguaciones para atraer al fementido esposo.<a name="page_166" id="page_166"></a></p>
+
+<h3><a name="BARRABAS" id="BARRABAS"></a>BARRABÁS</h3>
+
+<p>El veinticuatro de Sevilla, D. Fernando Melgarejo, hombre de alta
+posición y muy conocido de todos fué de aquellos que dejan fama entre
+sus contemporáneos, bien que ésta no era de las envidiables, aunque sí
+muy sonada.</p>
+
+<p>Era don Fernando marido de doña Luisa Maldonado, señora formal y grave,
+pero sin duda, su demasiada gravedad y rigor debieron aburrir al marido,
+caso que no es raro, y puso los ojos en una hermosa y alegre sevillana
+llamada doña Dorotea Sandoval, unida en el dulce lazo del matrimonio con
+un sujeto cuyo nombre calla la historia, y por cierto que es gran
+lástima.</p>
+
+<p>Correspondido en sus amorosas pretensiones, Melgarejo, que debía ser de
+aquellos á quien inquieta poco el <i>qué dirán</i>, contando con el
+beneplácito del marido de doña Dorotea, fuese á vivir con la dama
+saliendo con rumbo á los gastos de la casa y no poniendo tasa en
+muebles, joyas y caprichos.</p>
+
+<p>Así duró la cosa mucho tiempo, y al cabo de años, deseando cortar aquel
+escándalo, que en la ciudad era público por la calidad del héroe, los
+alcaldes del Crimen de la Audiencia intervinieron en el asunto,
+desterrando de la<a name="page_167" id="page_167"></a> ciudad á doña Dorotea, que á poco volvió
+tranquilamente á seguir la antigua vida, pues la influencia de Melgarejo
+era grande y su carácter pesaba mucho en autoridades y personas.</p>
+
+<p>Tenía el señor veinticuatro un natural violento, con facilidad montaba
+en cólera inusitada, razón por la que era llamado por el vulgo
+<i>Barrabás</i>: y así se explica que en cierta ocasión, como sorprendiera á
+un mozalbete haciendo desde la ventana de una casa frontera señas á doña
+Dorotea en punto en que ésta también estaba al balcón, cogió á su amante
+violentamente y allí mismo dióle una monumental paliza, á la vista del
+honrado marido, que mientras zurraban á su esposa le decía con mucha
+flema:</p>
+
+<p>&mdash;«Amiga, ¿cuántas veces te dije que no te asomases á esa ventana; mira
+que el señor don Fernando ha de venir á saberlo y ha de costarte muy
+caro?»&mdash;Y dirigiéndose al iracundo veinticuatro, le repetía:&mdash;«Señor don
+Fernando, prometo á usted que tiene menos culpa Dorotea de lo que le han
+á usted encarecido.»</p>
+
+<p>A consecuencia de este escándalo y de otros que siguieron, la hermosa
+apaleada huyó á un convento; pero el marido, haciendo presente que
+estaba enferma, la sacó de él, volviendo todo al mismo estado, hasta el
+16 de Junio de 1627, en que falleció doña Dorotea de Sandoval, con gran
+sentimiento de Melgarejo, que dió las mayores muestras de dolor.</p>
+
+<p>Éste mandó decir misas á la difunta en todos los templos de Sevilla,
+costeó gran funeral, y el 17 de Junio, que fué el entierro, lo presidió
+el propio amante, asistiendo al acto los caballeros principales de
+Sevilla, apesar de que todos eran tan morales y tan piadosos y devotos.<a name="page_168" id="page_168"></a></p>
+
+<p>Poco tiempo después murió también la esposa de Melgarejo, doña Luísa
+Maldonado, pero de su entierro, cuando nada dicen las relaciones
+antiguas, prueba que debió de no revestir la pompa y solemnidad que el
+de la famosa Dorotea.</p>
+
+<h3><a name="DESAFIOS_Y_RINAS_ENTRE_NOBLES" id="DESAFIOS_Y_RINAS_ENTRE_NOBLES"></a>DESAFÍOS Y RIÑAS ENTRE NOBLES</h3>
+
+<p>El marqués de la Algaba, noble sevillano que en la primera mitad del
+siglo XVII era muy conocido en la ciudad, tuvo un desafío con el
+Asistente de la ciudad, el cual desafío fué célebre por circunstancias
+diversas, y cuyo motivo fué el siguiente:</p>
+
+<p>En la casa de los jesuitas hubo una gran función religiosa á fines de
+Agosto de 1628, y para asistir á ella como era propio de su rango, el
+marqués de la Algaba mandó á los <i>ignacios</i> que le colocaran en lugar
+preferente del templo una gran silla con su reclinatorio y almohadas.
+Mas hete aquí, que á la dicha función ocurriósele asistir<a name="page_169" id="page_169"></a> también al
+conde de la Puebla Asistente de la ciudad, y al ver el sillón preparado
+para otro, mandólo quitar sin más miramiento, porque entendía que si él,
+que era tan alta autoridad, no tenía preferencia, no debía permitir que
+ningún marqués de la Algaba ni de ninguna parte la tuviera en su
+presencia.</p>
+
+<p>Y aquí fué el origen del desafío, porque el marqués montó en cólera y
+retó al conde, acudiendo los dos rivales á los pocos días á las
+inmediaciones de la ermita de San Sebastián, donde se batieron
+briosamente, mas cuando era más empeñada la lucha se rompió la espada
+del Asistente, parando sus golpes el de la Algaba.</p>
+
+<p>Entonces dice un documento:</p>
+
+<p>«Acudieron amigos de ambos, mediaron y terminó la contienda. El Regente
+de la Real Audiencia los procesó, prendió y dióles su respectiva casa
+por cárcel, con centinelas de vista. El año siguiente (1629) el marqués
+de la Algaba se libró, merced al indulto general concedido, en
+celebridad del nacimiento del Príncipe Don Baltasar Cárlos.»</p>
+
+<p>Sobre este desafío se hicieron infinitos comentarios, encontrándose muy
+divididas las opiniones sobre la conducta que siguieron los dos
+contendientes, no siendo menos las conversaciones á que dió margen otro
+suceso ocurrido poco tiempo después y en el que también intervinieron
+como partes principales personas de noble abolengo.</p>
+
+<p>Del apellido Esquivel existían dos familias principales el siglo XVII, y
+para distinguirlas, el vulgo añadía á sus apellidos los nombres de los
+barrios donde tenían sus casas solariegas, llamando así á unos
+<i>Esquiveles de San Vicente</i> y á otros <i>Esquiveles de San Pedro</i>. Estos<a name="page_170" id="page_170"></a>
+últimos eran varios caballeros, los cuales encontráronse en la mañana
+del 16 de Septiembre del citado año del de 1629 con un individuo,
+también de calidad, y con el cual habían tenido en diversas ocasiones
+disputas y rivalidades.</p>
+
+<p>El encuentro fué, ciertamente, desgraciado, pues apenas se vieron los
+rivales, enzarzáronse de palabras, tirando de las espadas, y, con gran
+cólera, se arremetieron briosamente; mas como quiera que los Esquiveles
+eran varios, y en auxilio de ellos vinieran algunos criados, vióse el
+caballero, que estaba solo, obligado á huir, arrojando el acero.</p>
+
+<p>Persiguiéronle los otros, y viendo en su huída el apurado sujeto abierta
+la puerta de la iglesia de San Pedro, penetró en ella en el momento en
+que un cura decía misa, arrojándose á sus pies todo afligido y lleno de
+terror pánico.</p>
+
+<p>Pero los perseguidores no se detuvieron y también entraron
+atropelladamente en el templo con las espadas desnudas, y hasta el pie
+del altar persiguieron al enemigo sin consideraciones ni respetos
+algunos, diciendo el antiguo manuscrito de efemérides sevillanas, donde
+se cuenta el suceso, que «el sacerdote se quitó la casulla y echósela
+encima al caballero; y apesar de esta prevención, sus contrarios le
+dieron de estocadas, pasando la casulla, y lo mataron. Antes de morir
+tuvo tiempo de confesar, y perdonó á los agresores, que salieron
+precipitadamente de la iglesia, uno de ellos mal herido.»</p>
+
+<p>Este asesinato, que conmovió á toda la ciudad por las circunstancias que
+le rodearon y las personas que en él intervinieron, no pudo ser
+castigado por la justicia, pues los autores materiales del hecho
+desaparecieron, tal vez protegidos por los instigadores, si bien se dijo
+que todos,<a name="page_171" id="page_171"></a> pobres y fugitivos, no tardaron en tener un desagradable
+fin.</p>
+
+<h3><a name="EL_PRIOR_DE_LAS_CUEVAS" id="EL_PRIOR_DE_LAS_CUEVAS"></a>EL PRIOR DE LAS CUEVAS</h3>
+
+<p>El prior del monasterio de frailes cartujos de Santa María de las
+Cuevas, en 1630, era un varón respetable, no sólo por su mucha ciencia
+sino por sus virtudes, que al decir de todos, las poseía en alto grado,
+tanto más dignas de encarecer si se tiene en cuenta que ya en el siglo
+XVII no regía en aquella casa toda la rigurosa observancia de las
+estrechas reglas de la orden, como lo fueron en los primeros tiempos que
+siguieron á su fundación.</p>
+
+<p>Este prior tenía muy estrecha conciencia y se andaba con gran tiento y
+pulso en lo del examinar detenidamente á los monjes, siendo en extremo
+celoso é inflexible cuando de sus condiciones morales y conducta se
+trataba.</p>
+
+<p>Por esto, algo debió observar que no fuera de su agrado ni le pareciera
+conveniente, cuando se negó á dar licencia para órdenes, á un monje
+llamado don Pedro<a name="page_172" id="page_172"></a> Pavón, el cual de contínuo demostraba cuántos y
+grandes eran los deseos que de verse con tales licencias tenía.</p>
+
+<p>Y como quiera que Pavón fuese hombre de carácter violento, y en la
+negativa de su prior viese, ofuscadamente tal vez, algo de personal
+enemiga, exaltóse hasta tal punto, que la mañana del 19 de Diciembre
+levantóse de tan mal talante y con tan negras intenciones, que sin más
+ni más se fué derecho á la celda del prior, donde éste se hallaba
+tranquilamente, acompañado de un lego que le servía.</p>
+
+<p>Entró Pavón resueltamente, y casi sin hablar palabra, se precipitó sobre
+el prior, y armado de un puñal lo hundió varias veces en el pecho de su
+víctima, que cayó en tierra sin poder defenderse. Rápido, y presa de
+insana y criminal furia, Pedro Pavón acometió enseguida al lego, que
+huyó despavorido, sin que lograra, apesar de su diligencia, librarse de
+una terrible puñalada que le atravesó la garganta.</p>
+
+<p>A los gritos de los heridos acudieron los frailes, quienes después de
+muchos esfuerzos, consiguieron sujetar al criminal mientras otros
+recogían los ensangrentados cuerpos.</p>
+
+<p>Diez y siete días después de aquel suceso (28 de Diciembre), expiró el
+prior, y como el crimen había sido conocido en toda Sevilla, produciendo
+la mayor sensación, fué inmenso el concurso que acudió al monasterio de
+la Cartuja y á ver el funeral y entierro, al que también asistió el
+Asistente, vizconde de la Corzana, y los caballeros veinticuatros, con
+otras muchas personas graves y de alta significación en la ciudad.</p>
+
+<p>Y escribe don Diego Ignacio de Góngora, que al cadáver del prior le
+pusieron «corona de mártir» y que el<a name="page_173" id="page_173"></a> lego murió el día 30 sin que para
+él hubiese lo de la corona, aunque en verdad también la merecía.</p>
+
+<p>En cuanto al criminal, aunque lo sentenciaron á ser entregado al brazo
+secular para quitarle la vida, se probó que estaba loco, y lo encerraron
+en el convento de San Juan, en donde se dice que murió por los años de
+1678.</p>
+
+<p>Para que este succeso fuese todavía más digno de llamar la atención,
+vino á unirse á él lo extraordinario del siguiente cuento que consigna
+cándidamente Góngora.</p>
+
+<p>«En el convento de Miraflores, un cartujo virtuoso, que conocía al Prior
+de Sevilla (sin saber lo que acá había pasado) vío que Santa Justa y
+Rufina (!) presentaron en el cielo al Prior de Sevilla con una guirnalda
+de flores y una rica capa carmesí, en los brazos de Nuestra Señora. Así
+se ve pintado en una lámina en la hospedería alta del convento, y el
+entierro en la baja.»</p>
+
+<p>Todo esto aumentó, como es consiguiente, la fama del asesinato del Prior
+de las Cuevas, suceso que entretuvo por largo tiempo á las gentes, y que
+bien merece consignarse, para saber como la gastaban algunos hombres del
+siglo XVII, cuando los contrariaban sus superiores.<a name="page_174" id="page_174"></a></p>
+
+<h3><a name="LA_MONJA_ALFEREZ" id="LA_MONJA_ALFEREZ"></a>LA MONJA ALFÉREZ</h3>
+
+<p>Bien conocida es la historia de la originalísima mujer doña Catalina de
+Erauso, monja en San Sebastián, que mal avenida con su sexo, se fugó del
+convento en 1607, á la edad de quince años, y disfrazada de hombre,
+marchó á Indias, donde siguió por mucho tiempo una vida llena de lances
+y aventuras, que no es del caso recordar, sentando después plaza en el
+ejército, donde por su valiente comportamiento y los muchos hechos de
+armas en que tomó parte, logró el grado de alférez. Y sabido es también,
+cómo fué allí descubierto su sexo y vuelta á España en 1624, donde la
+fama de sus hechos y extraña historia, se divulgó bien pronto, llamando
+la atención de todos, alcanzando tanto renombre, que en 1625, el rey
+Felipe IV le mandó dar 800 escudos en premio de su valor y el título de
+alférez, y el papa Urbano VIII le concedió especial permiso para que
+durante su vida usase, como hasta allí lo había hecho, el traje
+masculino.</p>
+
+<p>Esta singular mujer estuvo en Sevilla en 1630, cuando su nombre era
+conocidísimo en toda la península, y aquí permaneció breve tiempo,
+disponiéndose para embarcar de nuevo á América, siendo aquél su último
+viaje, pues la <i>monja alférez</i> desapareció en 1635, sin que se volviese
+más á saber de ella.<a name="page_175" id="page_175"></a></p>
+
+<p>En Junio del citado año de 1635 doña Catalina de Erauso vestida con su
+traje militar, paseó las calles de la capital de Andalucía, excitando la
+curiosidad de todo el pueblo, y siendo recibida en las casas más
+principales, donde suspendía á cuantos la escuchaban con el relato de
+sus novelescas aventuras.</p>
+
+<p>El día 4 de Julio fué á la Catedral sevillana la <i>monja alférez</i>, donde
+oyó misa, y cuenta un testigo que, á su entrada y salida del templo, la
+rodeó la gente curiosa, que la siguió por las calles hasta su posada.</p>
+
+<p>Vivía entonces en Sevilla el celebre pintor Francisco Pacheco, y este
+artista, excitada su curiosidad por aquella mujer singular, la llamó á
+su estudio y le hizo un notable retrato al óleo, retrato del cual da las
+siguientes noticias don José María Asensio.</p>
+
+<p>«Pacheco aprovechó su permanencia en Sevilla (la de la monja alférez)
+para hacer su retrato, cuyo original, vendido, según parece, por un
+comisario de guerra sevillano al coronel B. Shepeler, encargado de
+negocios de Prusia en Madrid, vino á parar á poder de don José María
+Ferrer, quien lo publicó en la historia de aquella mujer extraordinaria
+en la edición que se hizo en París en 1829.»</p>
+
+<p>El capitán Miguel de Chazarreta, que iba de general de la flota de
+Indias en 1630, se dispuso á llevar con sus tropas, á la <i>monja
+alférez</i>, y según el testimonio del contador Manuel Fernández Pardo,
+oficial mayor que era entonces de la Contaduría de la Casa Contratación
+de Sevilla, en los libros de dicha Contaduría se sentó la cédula del rey
+y el pasaje de la famosa guipuzcoana con el título de <i>el alférez doña
+Catalina de Erauso</i>.</p>
+
+<p>Un antiguo escritor de curiosidades sevillanas, el ya nombrado don Diego
+Ignacio de Góngora, da noticias<a name="page_176" id="page_176"></a> de la estancia en Sevilla de doña
+Catalina, y escribe en este punto las siguientes líneas:</p>
+
+<p>«Yo hablé con el P. Fray Nicolás de Rentería, religioso capuchino, que
+murió portero en el convento de religiosos capuchinos de Sevilla, hombre
+ya muy anciano, que, siendo mozo y seglar, había estado en las Indias,
+en la provincia de Nueva España, el cual me dijo que había conocido á la
+<i>monja alférez</i> en Veracruz, donde tenía una recua de mulos para llevar
+las ropas y mercaderías que traían la flota á Méjico y tierra adentro y
+bajar la planta que embarcaban los galeones, y que había realizado mucho
+caudal en este género de tráfico y ocupación.»</p>
+
+<p>Partió la <i>monja alférez</i> de nuestra ciudad en el verano del mismo año
+de 1630 con la gente del capitán Chazarreta, dejando por largo tiempo
+recuerdo de su estancia en Sevilla y recuerdos en la memoria de todos de
+su porte y traza, y que describe así uno de sus biógrafos:</p>
+
+<p>«Era Catalina demasiado alta como mujer, aunque no tenía la estatura ni
+la presencia de un arrogante mozo. De cara no era fea ni bonita. Eran
+negros, brillantes y muy abiertos sus ojos y las fatigas más que los
+años alteraron pronto sus facciones. Llevaba los cabellos cortos como
+los hombres, y perfumados, según la moda. Vestía á la española. Poseía
+aire marcial, llevaba bien la espada y su paso era ligero y elegante.
+Sólo sus manos tenían algo de femeninas, en las palmas más que en los
+contornos, y su labio superior estaba cubierto de negro y ligero bozo,
+que, sin ser verdadero bigote, daba un aspecto viril á su fisonomía.»</p>
+
+<p>Tal era, físicamente, aquella monja sin par, y tales las curiosas
+noticias que existen de su estancia en Sevilla, donde tanto llamó la
+atención de las gentes.<a name="page_177" id="page_177"></a></p>
+
+<h3><a name="LA_ULTIMA_HAZANA_DE_UN_VALENTON" id="LA_ULTIMA_HAZANA_DE_UN_VALENTON"></a>LA ÚLTIMA HAZAÑA DE UN VALENTÓN</h3>
+
+<p>Juan Morán era mozo de chapa, valentón de oficio, aficionado á lo ajeno
+y hombre que había en su larga <i>carrera</i> cometido tantas tropelías, que
+al cabo y al fin vino á dar en que la justicia le condenase á la pena de
+horca, como remate á sus numerosos delitos.</p>
+
+<p>Al efecto, el día 6 de Septiembre de 1633, reuniéronse en la Audiencia
+los alcaldes de Sala, y con todas las ceremonias comenzaron la relación
+de la causa del ínclito Morán, que muy contrito y arrepentido, al
+parecer, escuchaba la relación de la cuenta interminable de sus
+crímenes.</p>
+
+<p>Mas de pronto, acordándose el valentón de lo que había sido, y
+encendiéndose su sangre toda ante la idea de que iba á morir sin honra
+ni provecho, tuvo un arrebato vehementísimo, y sacando un cuchillo que
+oculto llevaba, fué su primera acción acometer al alcaide de la cárcel,
+Antonio Brito, que estaba más próximo, hiriéndole de una terrible
+puñalada que lo derribó, y al punto, sin perder instante, cogió una
+espada á otro sujeto, y armado de ella subió las gradas del estrado con
+intención de asesinar á sus severos jueces.<a name="page_178" id="page_178"></a></p>
+
+<p>En la sala se produjo una confusión espantosa: todos gritaban, todos
+estaban en movimiento, y los señores alcaldes, que se vieron venir sobre
+ellos á Juan Morán, saltaron de sus sillones y detrás de los asientos
+muy agazapados procuraron esconderse llenos de terror, pues todos se
+veían ya atravesados por el acero del bravo.</p>
+
+<p>Así lo hubiese ejecutado el valentón si no da la casualidad que, ya en
+el estrado, tropezase y cayese, en cuyo punto se arrojaron sobre él
+alguaciles, mozos y público y le hirieron ferozmente.</p>
+
+<p>Media hora después estaba la horca levantada en la Plaza de San
+Francisco y á ella fué arrastrado Juan, á quien habían cargado de
+cadenas.</p>
+
+<p>Después de ejecutado el valentón se le cortó una mano, que se clavó en
+la puerta de la Cárcel real, siendo este el desgraciado fin de la vida
+de Juan Morán, de cuyos hechos he visto más de una antigua relación
+impresa.<a name="page_179" id="page_179"></a></p>
+
+<h3><a name="LA_HERMOSA_POSADERA" id="LA_HERMOSA_POSADERA"></a>LA HERMOSA POSADERA</h3>
+
+<p>En la calle de Harinas existía una posada de las más acreditadas de la
+ciudad y de la que era dueño un matrimonio que tenía cierto capital,
+pacíficamente adquirido en el ejercicio de su comercio.</p>
+
+<p>La esposa era, según las memorias, mujer muy hermosa, y á lo que parece,
+debía de estar prendada de su marido, y ser, á más, honesta y muy
+cumplidora de sus deberes.</p>
+
+<p>En el año de 1633, un caballero navarro y de posición, que vino á
+Sevilla á particulares asuntos, hospedóse en la posada de la calle de
+Harinas, y como quiera que el tal fuese joven y de sangre inquieta,
+comenzó á requebrar á la mujer del posadero, con tanta insistencia y tan
+arriscado, que la mujer llegó á alarmarse, viéndose precisada á tomar
+algunas medidas para defenderse del peligro que la amenazaba.</p>
+
+<p>Don Bernardo de Beamonte, que así se llamaba el caballero, era, como
+buen navarro, testarudo, y la negativa de sus pretensiones amorosas le
+empeñó más y más en ellas, dándose el caso de que la posadera, para
+evitar encuentros<a name="page_180" id="page_180"></a> y asechanzas, adoptase, como prudente medida, la de
+irse por algunos días á vivir con ciertos lejanos parientes.</p>
+
+<p>Entonces don Bernardo, que no debía ya estar muy en su juicio, dedicóse
+á buscarla por toda la ciudad, y así anduvo el hombre varios días
+bebiendo los vientos, sin resultado alguno. Mas héte aquí que el Sábado
+Santo, al pasar el enamorado por las gradas de la Catedral, vió salir de
+la Basílica á la hermosa posadera, que acababa de oir la misa mayor, y
+lo mismo fué verla se dirigió como un rayo á la mujer, que, asustada de
+la actitud de don Bernardo, volvió á entrar en la iglesia, temiendo
+algún desastre.</p>
+
+<p>Y no fueron, á la verdad, infundados sus temores, pues el caballero
+acercóse á ella, volviendo á reiterar sus pretensiones con violenta y
+turbada actitud, causándole tal explosión de enojo y cólera el verse,
+como en otras tantas ocasiones, rechazado, que allí mismo tiró de la
+daga y con ella se avanzó á la mujer, hiriéndola gravemente en el
+hermoso rostro, causa de sus desazones y de sus inquietudes.</p>
+
+<p>El escándalo que á la puerta del templo se produjo fué enorme, y
+aprovechando entonces la confusión de los primeros momentos, don
+Bernardo huyó entre la gente, llegando á buscar asilo al convento del
+Carmen, que era el recurso entonces de los que cometían un delito.</p>
+
+<p>Allí quedó oculto el navarro por unos días, sin que la justicia supiera
+su paradero, ni tampoco lo conociese el marido de la posadera, que tenía
+gran empeño en dar con el que tanto propósito había demostrado en
+deshonrarle.</p>
+
+<p>Pero de allí á poco el esposo, fué más afortunado que<a name="page_181" id="page_181"></a> los golillas, y
+habiendo sabido el lugar donde don Bernardo de Beamonte se ocultaba, el
+día 28 de Marzo de 1633, fuése muy disimuladamente al convento, y
+habiendo conseguido llegar hasta la celda que servía de prisión al
+caballero, lo encontró descansando muy descuidado, y sin andarse con más
+palabras, le asesinó con un cuchillo.</p>
+
+<p>Preso el matador, fué juzgado inmediatamente, pero tales fueron las
+circunstancias que en el hecho concurrían, que la justicia, el día 18 de
+Abril, lo puso en libertad bajo fianza, según consta en las <i>Memorias</i>
+sevillanas de donde tomo la noticia de este suceso.</p>
+
+<p>Lo que no dicen las <i>Memorias</i> es si el rostro de la mujer quedó muy
+desfigurado con las cicatrices de las heridas que le causó su acalorado
+pretendiente, á quien tan caro costó el prendarse de posadera honesta.<a name="page_182" id="page_182"></a></p>
+
+<h3><a name="ESPEJO_DE_ESCRIBANOS" id="ESPEJO_DE_ESCRIBANOS"></a>ESPEJO DE ESCRIBANOS</h3>
+
+<p>No hacen memoria alguna los historiadores, de un escribano del crimen de
+la real Audiencia, que vivió en Sevilla hace tres siglos, y por cierto
+que es gran lástima, y es imperdonable olvido, pues el tal quedó como
+hombre famoso y dió mucho que hablar en la ciudad y metió en ella ruído,
+teniendo que intervenir en sus asuntos el mismo rey Felipe IV y todo el
+Concejo, como verá el que siga leyendo.</p>
+
+<p>Don Roque Simón era el nombre del escribano, y aunque en un principio
+tenía escasa fortuna, tomó un Oficio, y apenas se vió con él, supo darse
+tales trazas, empleó tales manejos y se metió con gente de tal calaña,
+que llegó pronto á revestirse por sí de una autoridad con la cual llevó
+á cabo los más desatinados desmanes.</p>
+
+<p>Claro que en principio tuvo por protectores á los alcaldes que le
+ayudaron, pero andando el tiempo, y dicho sea de verdad, llegó el
+escribano á imponerse de modo, que señores muy graves de la Audiencia le
+tenían miedo y dejábanle por esto hacer cuanto le viniese en mientes,
+que no era poco.</p>
+
+<p>El buen don Roque era toda una hormiguita aprovechada, y así no fué
+extraño que con gran asombro de<a name="page_183" id="page_183"></a> muchos le vieran en poco tiempo dueño
+de fincas, con criados, caballos y lleno de grandes comodidades.</p>
+
+<p>Verdad es que para tenerlas, no reparaba en escrúpulos, y así se las
+manejaba de manera harto donosa, siendo protector de rufianes y
+valentones, á quienes sacaba el dinero por tenerlos al amparo de la
+justicia, teniendo de su particular predilección á Juan de Barrio,
+rufián célebre en Sevilla por sus tropelías, y á otros no menos
+conocidos como Francisco de Espino, Francisco Bautista, Medrano y
+Escamilla, siendo también muy señalada su protección á la <i>Garrida</i> y á
+María Pérez, dos mozas de chapa, regatonas de pescado en la Costanilla.</p>
+
+<p>Con otros vendedores de pescado y con los de diversos artículos, cometía
+el escribano no pocos atropellos y hacíales, con amenazas, que le dieran
+lo mejor que había en el mercado, como cualquier municipal de nuestros
+días, y cierto viernes de Cuaresma, como no había un pescado que quería,
+la emprendió á golpes con un vendedor, á quien encima mandó á la cárcel.</p>
+
+<p>Aceptada como medida de mayor aprovechamiento, andaba también el
+escribano con los del contrabando y tenía con la mayor desvergüenza, una
+falúa para introducir géneros en la ciudad, siendo no pocos los abusos y
+desmanes que llevaba á cabo con otro compinche en el río, donde á más
+impuso su autoridad á los pescadores de Triana.</p>
+
+<p>Y para que se vea cómo las gastaba Roque Simón, copiaré del manuscrito
+de la <i>Información</i>, estos dos casos:</p>
+
+<p>«El verano pasado, porque el nevero que vendía en la Alameda no le
+guardó nieve, fué á su casa y lo injurió con muy malas palabras y lo
+hizo, por su autoridad, llevándolo á la cárcel de la audiencia, donde lo
+tuvo tres<a name="page_184" id="page_184"></a> días, haciéndole muchas molestias, de que hubo muy grande
+nota....»</p>
+
+<p>«En la Pascua Florida, que agora pasó, porque un hombre que te trujo
+unos jamones pidió dos reales por la traída, embistió con él y le dió de
+bofetadas á mano abierta y de empellones y coces en el Oficio de Mateo
+de Sisa.»</p>
+
+<p>Esto de abofetear á los que le parecía, era procedimiento que usaba con
+frecuencia el famoso escribano del crimen, y así, en cierta ocasión la
+emprendió á bofetones con un sastre en su mismo despacho; en otra con un
+sillero de calle Colcheros, y con los vendedores ambulantes de la
+Costanilla y el Salvador lo hacía con frecuencia, llegando en sus
+valentías á hechos como éste, que da gráfica idea de lo que era el mozo,
+y que para él no existía el respeto y consideración al sexo débil.</p>
+
+<p>«Iten que por maltratar á algunas personas con quien tiene enemistad, se
+acompaña con los alguaciles, que rondan, tomando la administración de la
+justicia por color para sus intereses, como lo hizo con <i>doña Gerónima
+de Ledesma</i>, que tiene casa de posada en la calle de Bayona, y rondando
+con Lorenzo López, alguacil de la Justicia, fué á su casa y la deshonró
+de muy feas y afrentosas palabras, dándole muchos golpes y empellones, y
+lo mismo hizo en otra ocasión con <i>doña Francisca de Villalobos</i>,
+llamándola de... haciéndola presa en la cárcel, en que hay mucha nota.»</p>
+
+<p>En fin, para que nada le faltase á Roque Simón, también le daba por las
+faldas y andaba siempre enzarzado en amoríos y enredos femeninos, como
+así se hizo constar en su información, diciendo que «ha muchos años que
+está amancebado y en pecado público, con mucha nota y escándalo, primero
+con <i>doña Ana Tabique</i>, á quien ampara,<a name="page_185" id="page_185"></a> y después de ella con <i>doña F.
+de Ledesma, y siendo casado, come y duerme con ella</i>, y da mala vida á
+su mujer muy públicamente, y por <i>celos de un clérigo</i> lo hizo prender y
+tuvo mano para que, siendo ordenado, lo llevasen con los de la leva.»</p>
+
+<p>Siguiendo su acostumbrado procedimiento, Roque Simón insultó y prendió
+sin motivo alguno, en 8 de Octubre de 1636, á un panadero del Salvador,
+llamado Lope Gordillo; pero aquel atropello no le salió tan bien como
+todos, pues sabiéndolo el teniente mayor del Asistente, que tenía deseos
+de poner ya coto al escribano, hizo prender á Roque, llegando á tanto la
+osadía de amigos y compinches que la sala de alcaldes se llevó la causa.</p>
+
+<p>Entonces la ciudad recurrió al rey, que, enterado del caso, envió en 20
+de Noviembre de 1636 una provisión al regente de la Audiencia de
+Sevilla, que lo era don Paulo de Arias Temprado, mandándole que abriese
+inmediatamente escrupulosa <i>información</i> sobre la vida y milagros del
+famoso Roque y que se remitiera al Concejo.</p>
+
+<p>A esta <i>Información</i>, que se comenzó inmediatamente, pertenecen los
+párrafos que más arriba dejo copiados, siendo gran lástima que, así como
+se conserva en el Archivo Municipal (<i>Papeles importantes</i>: Tomo 3) el
+documento, no le acompañen las últimas noticias de las penas que se
+impusieron á Roque Simón.</p>
+
+<p>Verdad que bien pudiera haber ocurrido que, <i>por su buena mano</i>, quedase
+sin castigo ó con castigo leve, que tal ocurría á veces con la justicia
+de antaño.<a name="page_186" id="page_186"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_PORTUGUES_PEREA" id="EL_PORTUGUES_PEREA"></a>EL PORTUGUÉS PEREA</h3>
+
+<p>Cuando ya parecían extinguidos en Sevilla los protestantes, que tanto
+dieron que hacer á la Inquisición y á las justicias en el siglo XVI,
+alzáronse en los comienzos del siguiente rumores de que los reformadores
+intentaban de nuevo promover inquietudes, y ante el temor de que se
+volviera á los días del doctor Constantino de la Fuente, de Cipriano
+Valera y de Egidio, los señores del Santo Oficio abrieron el ojo y
+comenzaron una persecución activísima contra cuantos pudieran, aun de
+muy lejos, resultarles sospechosos de herejía luterana.</p>
+
+<p>Por este tiempo, que no era á la verdad el más apropósito, vino á la
+capital de Andalucía huyendo de su patria nativa un portugués, de
+apellido Perea, hombre listo, y cuyas ideas en materias religiosas no
+dejaban de ser harto sospechosas.</p>
+
+<p>Perea tenía mucho de aventurero y no poco de valentón, y así fué que no
+tardó en ponerse en contacto con gente de baja ralea, y bien fuera por
+convicciones, bien por buscar con aquello medios de ir viviendo,
+dedicóse, embozada y ocultamente, á hacer propaganda de luteranismo en
+terreno que, ciertamente, no estaba preparado para que la semilla
+fructificase, como antes había sucedido.</p>
+
+<p>Reunió Perea algunos adeptos, gente de poca monta,<a name="page_187" id="page_187"></a> pero no tardaron en
+llegar á oídos de la Inquisición los manejos del portugués, y en los
+comienzos de 1636 decidieron apoderarse de su persona.</p>
+
+<p>Al efecto, una noche presentáronse los inquisidores en su casa, donde le
+sorprendieron en una de las habitaciones de ella, sin que Perea hiciese
+resistencia alguna; antes al contrario, con muy prudente actitud y
+mesurado tono, hizo presente á los esbirros del tribunal que estaba á
+disposición de ellos, rogándoles, sin embargo, que aguardasen algunos
+instantes, pues tenía urgencia de evacuar una imperiosa necesidad en que
+nadie podía sustituirle.</p>
+
+<p>Asintieron ellos, y Perea entró en otra estancia inmediata á la que se
+encontraba, cerrando pudorosamente la puerta de ella.</p>
+
+<p>Pasaron algunos minutos y hasta un cuarto de hora, y viendo los de <i>la
+vela verde</i> que se dilataba la ausencia, y que no contestaba á las voces
+que le dieron, penetraron en la habitación, viendo con sorpresa que el
+pájaro había volado por una ventana que se hallaba abierta y la cual
+daba á un callejón excusado y tortuoso.</p>
+
+<p>Salieron los inquisidores chasqueados y furiosos de la casa del
+portugués, sin que fuera posible dar más con su persona, apesar de las
+activas diligencias que se llevaron á cabo, y de los varios medios que
+se pusieron en práctica.</p>
+
+<p>El 23 de Agosto de 1637, celebró la Inquisición auto de fe en San
+Marcos, y en él se leyó la causa de Perea, el cual, averiguadas todas
+sus heregías, era condenado á ser quemado vivo.</p>
+
+<p>Pero como el portugués no se hallaba á mano, los inquisidores tuvieron
+que contentarse con quemar una estatua de cartón y paja, que lo
+representaba con toda propiedad, y Góngora dice, haciendo mención de
+este<a name="page_188" id="page_188"></a> suceso: «Súpose más tarde que (Perea) estaba en Holanda y por eso
+se quemó su estatua entre otras.»</p>
+
+<p>Y esta fué de las pocas veces que con ingenio pudo un reo burlar al
+odioso tribunal, estando ya casi cogido en sus garras.</p>
+
+<h3><a name="EL_MARQUES_DE_BUENAVISTA" id="EL_MARQUES_DE_BUENAVISTA"></a>EL MARQUÉS DE BUENAVISTA</h3>
+
+<p>El marqués de Buenavista murió de manera violenta el año 1638, y las
+causas de esta desgracia, que fueron en verdad curiosas, bien merecen
+ser consignadas.</p>
+
+<p>Hallábase la mañana del 21 de Diciembre del citado año, en el edificio
+de la Aduana, don Martín de Medina, marqués de Buenavista, presenciando
+las ventas que allí se hacían, cuando, por motivo de un negocio que
+estaba haciendo un sujeto llamado Francisco Ginés, enzarzóse con él de
+palabras, que bien pronto subieron de punto, pues el tal marqués era, y
+esto le venía de familia, colérico y nada prudente.</p>
+
+<p>Como quiera que interviniesen algunas personas en la disputa, éstas
+lleváronse al señor marqués, mal de su<a name="page_189" id="page_189"></a> grado, y la cosa quedó por
+entonces allí, si bien no había de tardar en llegar á un funesto
+extremo.</p>
+
+<p>Algunas horas después de la disputa, ocurriósele á Francisco Ginés,
+acompañado de un sirviente, pasar por casa del de Buenavista en ocasión
+en que éste estaba á la puerta, y lo mismo fué verlo el señor, comenzó á
+insultarlo con las mismas descompuestas palabras y aun otras de más
+grueso calibre, que hicieron fijar la atención de los transeuntes y
+personas que por allí á la sazón discurrían.</p>
+
+<p>Escuchaba Ginés todo aquel chaparrón de insultos con cierta resignación,
+limitándose á contestar alguna vez al marquesito, aconsejándole la
+calma, cosa que también el criado hacía, lo cual tomó el joven caballero
+á poquedad y achicamiento de ánimo, por lo que, exaltándose más y más,
+llegó á levantar su espada con intención de descargarla sobre el
+prudente Ginés, lo cual ya acabó con la medida de su paciencia, y
+colmada con creces, se retiró á su domicilio, que no estaba muy lejos
+del de su señoría; pero al llegar á este punto dejaré la palabra á un
+historiador, que dice:</p>
+
+<p>«El Francisco Ginés entró en su casa y trajo su espada, y embistió con
+el marqués de Buenavista, y apartándolos los que se hallaron allí, el
+criado le dió una herida mortal, de la cual murió dentro de dos días ó
+tres; y los agresores escaparon; y andando el tiempo, dentro de un año
+se libró el Ginés y el criado se desapareció.»</p>
+
+<p>Y el mismo curioso autor contemporáneo de estos sucesos, añade, después
+de haber dicho que el padre del marqués habíale afeado á su hijo la
+primera disputa en la Aduana, aquella tarde del día 21 de Diciembre de
+1638:</p>
+
+<p>«Los parientes del difunto, que son muchos y muy calificados, conocieron
+la razón, y que su propia presunción<a name="page_190" id="page_190"></a> y soberbia le quitó la vida al don
+Martín de Medina, marqués de Buenavista, si ya no discurrimos que el no
+haber querido desistir, habiéndose interpuesto el padre, y reprendídole
+diciéndole que estaba muy soberbio y vano, le ocasionó la muerte, como
+sucederá con los que no obedecen á sus padres.»</p>
+
+<h3><a name="UN_INQUISIDOR_HUMILLADO" id="UN_INQUISIDOR_HUMILLADO"></a>UN INQUISIDOR HUMILLADO</h3>
+
+<p>Era inquisidor mayor de Sevilla en 1638 el señor don José Ortiz de
+Sotomayor, personaje campanudo, de gran coranvobis, soberbio como él
+sólo y tan poseído de su persona y cargo, que se hacía servir como un
+reyezuelo despótico y arbitrario.</p>
+
+<p>Este señorón andaba algo picado con el Cabildo Catedral por diversas
+causas, y deseando hacer ostensión de lo que valía y de cuánto era su
+poder, el día 14 de Agosto del citado año, en el cual celebrábase en la
+Basílica sevillana una gran fiesta por cierta bula que había concedido
+el Papa, y el templo estaba lleno de autoridades, de personajes y de
+muchos fieles y <i>fielas</i>, presentóse el inquisidor<a name="page_191" id="page_191"></a> á manera de
+principote indio, rodeado de criados y seguido de un paje que le llevaba
+la falda del traje talar.</p>
+
+<p>Esto de la falda alzada no era permitido más que al arzobispo, por lo
+cual, cuando los canónigos que estaban en el Coro supieron la forma en
+que el inquisidor llegaba á la puerta del templo, mandaron á decirle con
+urgencia, que si quería entrar en la Catedral se dejase de que le
+llevaran la cola.</p>
+
+<p>Cuando esto supo el señor Ortiz de Sotomayor, púsose colérico y envió
+recado á los canónigos diciendo que con falda alzada había de entrar y
+que no había más que aguantarlo, dando esto motivo á diversos recados y
+dimes y diretes que casi interrumpieron toda la gravedad de la
+solemnidad religiosa y dió bastante que murmurar al concurso, terminando
+el incidente, por entonces, con que el hinchado inquisidor entrase en el
+templo y saliese de él muy orondo y ufano, seguido del pajecito que le
+llevaba la discutida falda.</p>
+
+<p>Alborotóse el cabildo eclesiástico, y no queriendo que le pusiesen el
+pie delante en cuestión de tanta trascendencia, envió á Madrid un
+canónigo para que trajese resolución de los altos poderes para saber á
+qué ajustarse en adelante.</p>
+
+<p>Y fué lo bueno que la tal resolución vino contraria al inquisidor, pues
+se decía en ella que cuando fuese á la iglesia con el tribunal podría
+llevar la cola alzada, bajándola al llegar á la capilla mayor, pero que
+nunca se permitiese ni esto cuando fuese solo.</p>
+
+<p>La rabia del señor don José, al conocer la nueva, fué terrible, pero no
+tuvo otro medio por entonces que acatar lo mandado, terminando así esta
+cuestión de faldas.... eclesiásticas.<a name="page_192" id="page_192"></a></p>
+
+<h3><a name="LAS_TAPADAS" id="LAS_TAPADAS"></a>LAS TAPADAS</h3>
+
+<p>Costumbre muy arraigada era en las mujeres españolas en los siglos XVI y
+XVII salir á la calle cubiertas con mantos, y de las más afectas á ese
+uso lo fueron las damas de Andalucía, y particularmente las sevillanas,
+que en esto de ir tapados los rostros como en otros varios hábitos que
+tenían, veíanse claros los restos de costumbres mahometanas de lejanos
+días que no habían podido desechar, dado que aunque ellas no quisieran,
+algo de sangre moruna por sus venas corría.</p>
+
+<p>Era el manto en las mujeres de Sevilla, prenda de gran estima é
+imprescindible en multitud de ocasiones, aun para las de más elevada
+posición, como dice el bachiller Luís de Peraza, que en el siglo XVI
+escribía: «Las más ricas usan trajes de <i>mantos</i> de paño fino y largos,
+y de raso, y de tafetán y de sarga....» y en los comienzos de la
+centuria siguiente apuntaba Alonso de Morgado en la <i>Historia</i> de
+nuestra población: «Usan (las sevillanas) vestidos muy redondos, se
+precian de andar muy derechas y menudo el paso, y así las hace el buen
+donaire y gallardía por todo el reino, en especial por la gracia con que
+lozanean y <i>se tapan los rostros con los mantos y miran de un ojo</i> y en
+especial se precian de muy olorosas, etcétera, etcétera.»<a name="page_193" id="page_193"></a></p>
+
+<p>Prenda muy apropósito era el tupido manto para las aventuras y
+galanteros, que como dijo el poeta</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«siempre el manto fué en España</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">tapa enredijos de amor....»</span><br />
+</p>
+
+<p class="nind">y con harta frecuencia los autores de aquellos tiempos se lamentaban de
+los lances á que el uso de tal prenda daba lugar y en los cuales había
+con frecuencia tajos y cuchilladas de galanes rivales ó de burlados
+esposos y amantes.</p>
+
+<p>Fundándose, pues, en graves razones que se tuvieron muy en cuenta, las
+Cortes celebradas en 1586 prohibieron que las mujeres fuesen tapadas
+«<i>por los inconvenientes que de esto resultaba</i>» mas como quiera que tal
+prohibición poco ó nada llegó á cumplirse, Felipe II dió una
+<i>pragmática</i> en igual sentido en 1594 y Felipe III otra en 1614, que
+dicho sea de paso y aunque contrariara á los monarcas y á sus justicias,
+no consiguieron desterrar el uso del manto, ni mucho menos, de los
+dominios españoles.</p>
+
+<p>En Sevilla, por ejemplo, fueron en vano las amonestaciones de los
+Asistentes de la ciudad y las predicaciones de no pocos frailes, que
+tomando muy á pecho esto de que las damas no lucieran sus lindos rostros
+por calles y plazas, llamaron al manto <i>arma de Satanás</i>, <i>cubierta del
+pecado</i>, etc., amenazando con el enojo de la divinidad y hasta con las
+eternas penas de los profundos infiernos.</p>
+
+<p>Así las cosas subió al trono el rey Felipe IV y aunque ya se sabe que
+este monarca fué muy dado á aventuras y que su reinado es el de las
+comedias de <i>tapadas</i> y <i>embozados</i>, tantas fueron las quejas que
+recibió y tantas las representaciones que los cabildos de algunas
+ciudades le hicieron, que el 12 de Abril de 1639 dió una pragmática con
+toda la fuerza de ley votada en Cortes, la cual<a name="page_194" id="page_194"></a> era de no poco rigor y
+llevaba el propósito de conseguir de una vez por medio del temor á las
+penas, la completa desaparición de prenda tan cara para el sexo bello
+como lo era el manto.</p>
+
+<p>Así, en la dicha pragmática se leen párrafos como el siguiente, que á
+título de curiosidad reproduzco y que dice así:</p>
+
+<p>«....Mandamos que en estos reinos y señoríos todas las mujeres, de
+<i>cualquier</i> estado y calidad que sean, anden descubiertos los rostros,
+de manera que puedan ser vistas y conocidas, sin que en ninguna manera
+puedan <i>tapar el rostro en todo ni en parte con mantos</i>, ni otra cosa, y
+acerca de lo susodicho, se guarden, cumplan y ejecuten las dichas
+pragmáticas y leyes con las penas en ellas contenidas y demás de los
+<i>tres mil</i> maravedís que por ellas se imponen en la <i>primera</i> vez caigan
+é incurran en <i>perdimiento del manto</i>, y de <i>diez mil</i> maravedís
+aplicados por tercias partes, y por la <i>segunda</i> los dichos <i>diez mil</i>
+maravedís sean <i>veinte</i> y se pueda poner pena de destierro, según la
+calidad y estado de la mujer. Y por lo que contiene la infalible
+ejecución y observancia de todo lo suso, mandamos que donde no hubiese
+denunciador se proceda de oficio, y que ningún consejo, ni otros
+tribunales, juez, ni justicia de estos reinos, puedan moderar la dicha
+pena ni dejarla de ejecutar, y si lo contrario hiciesen se les hará
+cargo de ello á las visitas y residencias y se les impondrán las mismas
+penas que por esta ley se imponen....»</p>
+
+<p>El 26 del mencionado mes de Abril la pragmática se publicó en Sevilla
+por los puntos de costumbre y con las formalidades de ordenanza. Y para
+mayor circulación, y que llegase á conocimiento de todos, se imprimió
+con real privilegio en el mismo año de 1639 en casa de Francisco de
+Lyra, con este título:<a name="page_195" id="page_195"></a></p>
+
+<p>&mdash;<i>Premática en que su magestad manda que ninguna mujer ande tapada,
+sino descubierto el rostro, de manera que pueda ser vista y conocida, so
+las penas en ella contenidas y de las demás que tratan de lo
+susodicho.... Impreso en Sevilla, etc., etc.</i>»</p>
+
+<p>Grande disgusto tuvieron las damas hispalenses al conocer el documento,
+habiendo muchas á quienes no les asustó ni lo de la multa de los veinte
+mil maravedís, ni lo de la pérdida del manto, y se presentaron envueltas
+en él por las calles, en las iglesias y en los corrales de <i>La Montería</i>
+y en el <i>Coliseo</i>.</p>
+
+<p>De aquí surgieron no pocos lances, y aunque algunas mujeres alegaban,
+para excusarse de cumplir la pragmática, los privilegios ó fueros que
+gozaban su padre y marido, viendo que tampoco este recurso les daba
+resultado, y que las gentes de la justicia no andaban tardías en las
+denuncias, en más de una ocasión excitaban á sus deudos y allegados para
+que buscaren medios é influencias con que dejar de cumplir lo ordenado
+por el rey.</p>
+
+<p>Pero durante algún tiempo nada pudieron conseguir las sevillanas en
+favor de su prenda tan estimada, dándose el caso de que no pocas se
+excusaban de salir con la frecuencia que antes lo hacían, por no hacerlo
+en cuerpo y con el rostro descubierto, ocurriendo también que á algunos
+comerciantes les quitasen las prendas que vendían, como ocurrió en 20 de
+Agosto de 1639, en que, al decir de Góngora, «el teniente mayor Pedro de
+Soria mandó quemar en una tienda unos guarda-infantes, con gran gusto de
+los muchachos.»</p>
+
+<p>Pero campaña que la mujer emprende tarde ó temprano la gana, y así
+sucedió entonces, que á cabo de algún tiempo la pragmática quedó sin
+cumplimiento y volvieron á verse por las tortuosas calles de Sevilla y á
+todas<a name="page_196" id="page_196"></a> horas, lo mismo que antes, las misteriosas tapadas, cebo de
+galanes, y que eran nota tan característica en la España de aquellos
+tiempos.</p>
+
+<h3><a name="EL_MAESTRO_VILCHES" id="EL_MAESTRO_VILCHES"></a>EL MAESTRO VILCHES</h3>
+
+<p>El caso ocurrido con el padre, maestro Vilches, del convento de Nuestra
+Señora de la Merced calzada, es digno de ser recordado, porque, en
+verdad, tiene interés y curiosidad.</p>
+
+<p>Hombre muy docto en sagrada teología, versado en letras, de austero
+carácter y puras costumbres, era el reverendo Vilches, por todo lo cual
+estaba en el mejor concepto, no sólo entre la respetable comunidad, sino
+también entre cuantos lo conocían y frecuentaban su trato.</p>
+
+<p>Por esto á todos indignó el saber en 1637, que á persona tan respetable
+le hubieran robado la cantidad de 2.000 ducados en su celda, y más,
+porque el autor del robo había sido un fraile lego que le servía, y el
+cual desapareció súbitamente, sin que fueran de resultado alguno<a name="page_197" id="page_197"></a> las
+pesquisas activas que se llevaron á cabo por encontrarle.</p>
+
+<p>Así quedó la cosa, lamentando todos que varón tan respetable hubiera
+sido víctima de aquella mala acción, pasando el tiempo y no volviendo á
+saberse más del aprovechado lego.</p>
+
+<p>El año de 1640 llegó al convento de la Merced el padre Provincial de la
+Orden y comenzó la inspección de la casa, conforme á la comisión que
+traía.</p>
+
+<p>Pero mejor que yo, relata lo sucedido entonces, autor tan grave y
+piadoso como el del manuscrito de <i>Efemérides sevillanas</i>, el cual dice:
+«El Provincial reconoció faltaba cantidad considerable de dinero de las
+arcas de la Redención, en las cuales, por supuesto, debía tener alguna
+intervención el maestro Vilches. El Provincial quiso buscar el dinero en
+la celda de los religiosos, haciendo escrutinio en ellas; y bien fuese
+por alguna sospecha, ó por poco afecto que le tuviese, ó por dar ejemplo
+para que los otros no se excusasen, ni lo sintiesen, empezó por la celda
+del maestro Vilches. En ella encontró una alhacena tabicada (decían que
+estaba en la misma pieza donde él dormía), hízola abrir y en ella
+hallaron los huesos del fraile lego que él había muerto.»</p>
+
+<p>La sorpresa que esto produjo fué grande y el escándalo en Sevilla al
+saberse el suceso subió de punto, sin que valieran cuantos medios
+pusieron en práctica los frailes para impedir que se divulgara.</p>
+
+<p>El padre maestro Vilches fué preso, costando mucho trabajo la formación
+de la causa, pues los religiosos se negaron á declarar ante la justicia
+«<i>ó por política que observaban ó por precepto que les había impuesto el
+prelado</i>» con lo cual la gente tuvo ocasión de hacer muchos y muy
+variados comentarios sobre el suceso, quedando como<a name="page_198" id="page_198"></a> más aclarado «que
+el dinero de las Arcas de la Redención le había sacado el dicho padre
+Vilches, y gastádolo, y que de ello había sido sabedor el religioso
+lego; y que cautelándose no lo descubriese, lo mató, porque él riñendo
+con el M. Vilches lo amenazó.»</p>
+
+<p>Y fué el fin de esta historia, que en Septiembre del año 1640 fué
+condenado el padre maestro á reclusión perpetua en el convento, donde se
+dice que murió muchos años después, contrito y muy arrepentido de su
+fechoría.</p>
+
+<h3><a name="UNA_FUGA_DE_PRESOS" id="UNA_FUGA_DE_PRESOS"></a>UNA FUGA DE PRESOS</h3>
+
+<p>Don Juan de la Cruz era Alcaide de la cárcel real en 1641, cargo que
+desempeñó durante no poco tiempo y el cual era bastante codiciado por
+muchos, dado que en sí llevaba entonces ciertas ventajas y ganancias no
+despreciables, si bien nada legales.</p>
+
+<p>Este buen Alcaide tenía por aquel año bajo su custodia un número
+considerable de presos acusados del resello de moneda, los cuales eran
+gente levantisca de suyo, que unída á los valentones, ladrones y demás
+gentualla,<a name="page_199" id="page_199"></a> traían de contínuo revuelta la prisión, célebre con grandes
+escándalos y pendencias.</p>
+
+<p>Así andaban las cosas, cuando la noche del 26 de Marzo de 1642, don Juan
+de la Cruz se disponía á hacer la acostumbrada ronda por las
+dependencias de la cárcel para cerciorarse de la seguridad en que
+quedaban los detenidos.</p>
+
+<p>Pero héte aquí que al llegar nuestro Alcaide á la <i>Reja grande</i>, con
+lento paso y grave continente, muy penetrado de la seriedad de su cargo,
+fué súbitamente acometido por dos de los presos, quienes á viva fuerza
+le sujetaron apoderándose del manojo de llaves que tenía, sin que en
+auxilio del don Juan vinieran ni corchetes ni guardias.</p>
+
+<p>Y como quiera que el golpe de mano debía estar ya preparado de tiempo
+atrás y ser sabedores de él los presos todos, prodújese al punto gran
+zalagarda en las salas, y en un abrir y cerrar de ojos se comenzaron á
+abrir rejas y calabozos con gran estrépito y algarabía, corriendo un
+grupo de más de cuarenta y tres presos hasta la puerta de la calle, por
+donde salieron con alborozo, y algunos, «con grillos se fueron hasta la
+Iglesia Mayor.»</p>
+
+<p>Los detenidos por el resello de monedas, hasta diecisiete, escaparon
+todos, desperdigándose por la ciudad, y otras de varios delitos salieron
+con ellos, sin que fuera posible nunca más echarles el guante, pues bien
+procuraron huir de las garras de alguaciles y tropas.</p>
+
+<p>Al conocerse esta fuga al día siguiente, 27 de Marzo, produjóse en la
+ciudad el consiguiente escándalo, viniendo á levantarse un rumor, que
+fué tomando cuerpo, y el cual era que el Alcaide, D. Juan de la Cruz, no
+fué tan sorprendido como parecía con aquella fuga, y que para dejarse
+atropellar había recibido de antemano más de una reluciente moneda de
+oro.<a name="page_200" id="page_200"></a></p>
+
+<p>Y para completar la noticia de esta fuga de presos, apuntaré que de
+todos ellos «no volvieron á coger&mdash;dice un manuscrito&mdash;más de un vecino
+de Castilleja, que se llamaba José Antonio, que volviendo al lugar á
+matar al Alcalde que lo prendió, le volvieron á asir, y traído á la
+cárcel, intentó otra vez hacer fuga, y lo ahorcaron. Era de 21 años y
+tenía muertes varias y otros delitos.»</p>
+
+<h3><a name="LAS_RONDAS_DE_NOCHE" id="LAS_RONDAS_DE_NOCHE"></a>LAS RONDAS DE NOCHE</h3>
+
+<p>Frecuentes eran en verdad los lances que en las calles de Sevilla
+ocurrían á las rondas por las calles, mientras el vecindario se
+entregaba al reposo, y entre aquéllos merece ser recordado uno que fué
+consignado por un autor contemporáneo, que existe en el manuscrito de la
+colección del conde del Aguila.</p>
+
+<p>Mediado el año 1642 y obtenida la licencia correspondiente, habían
+empezado á salir de ronda por las noches los Alcaldes de Crimen, á los
+cuales temían con razón la gente maleante, que favorecida por las
+sombras, vagaba con propósitos nada santos por el intrincado laberinto
+de las callejas de nuestra población.<a name="page_201" id="page_201"></a></p>
+
+<p>Persona de tanta significación como lo era el alcalde don Leonardo
+Henriquez, rondaba la noche del 14 de Agosto por el barrio de la Feria,
+acompañado de sus alguaciles, y había más que mediado la noche, cuando
+acertó á tropezar en su marcha con unos soldados, de lo cual vino á
+surgir el lance que á unos y á otros costó bien caro.</p>
+
+<p>Eran aquellos soldados pertenecientes á una de las compañías de milicia
+que por entonces se formaban en nuestra ciudad, y en ella iba un
+sargento, mozo bravucón y perdonavidas, de aquellos echados para
+adelante y de los que, por cuestiones de poca monta, tiraban del acero y
+no se paraban nunca en las consecuencias de sus acaloramientos.</p>
+
+<p>Frente á frente el Alcalde y la tropa, mediaron algunas palabras sobre
+el paso por la calle, y las que, por el tono y alcance con que se
+dijeron, dieron motivo á que, sin más ni más, los alguaciles y los
+soldados se acometieran, aquéllos con espadas y pistolas y éstos con las
+alabardas, trabándose allí mismo singular combate.</p>
+
+<p>El sargento, todo iracundo y furioso, cargó contra el alcalde don
+Leonardo Henriquez, que recibió tres estocadas, las cuales dieron con él
+en tierra, siendo de consignar que apenas los alguaciles vieron caído al
+alcalde y que los soldados llevaban la mayor ventaja, huyeron
+precipitadamente por las callejas que encontraron más á mano, buscando
+en las sombras facilidades á su fuga y desamparando cobardemente al
+pobre hombre que, con desgarradores é inútiles gritos, pedía favor,
+viendo su muerte próxima.</p>
+
+<p>Y así hubiera sucedido si entre los vecinos que al alboroto y pendencia
+despertaron, no hubiese habido un mulato que con resolución llegó á
+ponerse frente del sargento<a name="page_202" id="page_202"></a> y de los soldados, rogándolos que no
+rematasen al alcalde cuando ya se disponían á clavarlo con las
+alabardas.</p>
+
+<p>Alborotados los de tropa, salieron en confusión de la Feria á la
+Alameda, y durante todo el trayecto insultaron y apalearon á algunos
+inocentes transeuntes, apedrearon varias casas y causaron varios
+destrozos, dispersándose luego temerosos de las consecuencias que les
+esperaban.</p>
+
+<p>Don Leonardo Henriquez debió la vida al mulato, pues, según refiere el
+texto del Archivo Municipal, el tal «cójele en brazos, y metido en una
+tienda donde fué conocido, lo llevaron á su casa, en coche.»</p>
+
+<p>En la Alameda fué herido el sargento, pero no pudo ser entonces
+capturado, cosa que no se verificó hasta el 18 de Octubre, en que á
+vuelta de muchas pesquisas y con no poca fuerza, pudo el bravo ser
+reducido á prisión.</p>
+
+<p>Seis días después tuvo término y fin la vida del sargento, que murió
+ahorcado en la plaza de San Francisco el 23, y aunque con él habían
+caído presos varios soldados de los que tomaron parte en la refriega,
+parece que éstos llegaron más tarde á conseguir la libertad.</p>
+
+<p>Tal es el suceso ocurrido á la ronda de noche en 1642, digno, por
+cierto, de ser recordado entre las curiosas memorias sevillanas de otros
+tiempos.<a name="page_203" id="page_203"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_CONTADOR_DE_LA_CONTRATACION" id="EL_CONTADOR_DE_LA_CONTRATACION"></a>EL CONTADOR DE LA CONTRATACIÓN</h3>
+
+<p>Vivió en Sevilla un caballero, de nombre don Diego Villegas, que tenía
+el cargo de Juez Contador Mayor de la Casa de Contratación, era persona
+muy bien relacionada y tenía muchos y buenos amigos.</p>
+
+<p>Uno de éstos lo era don Juan Antonio Alcázar, caballero del Hábito de
+Calatrava, y que ejercía en la Contratación el cargo de Juez oficial.</p>
+
+<p>En la mañana del 19 de Abril de 1643 se encontraban reunidos don Diego y
+don Juan Antonio, en un aposento del domicilio del primero, cuando hé
+aquí que surge una disputa entre ambos, y subiendo de tono la cosa,
+encolerizóse hasta tal punto el señor Contador, que, cogiendo un puñal,
+arremetió contra su amigo y de un solo golpe lo dejó cadáver.</p>
+
+<p>Entonces salió de su casa, pues nadie había presenciado el crimen, y en
+la calle acertó á encontrarse á dos señores, que eran don Felipe y don
+Buenaventura Alcázar, primos de la víctima, y á los cuales dijo Villegas
+que había matado á un hombre y les rogaba les diesen asilo.</p>
+
+<p>Ellos, que ignoraban quién fuese la persona asesinada, lo llevaron á
+ocultar al convento de San Francisco, y al<a name="page_204" id="page_204"></a> divulgarse á poco el crimen,
+se mandaron poner guardias en las salidas del convento, mientras el
+asunto era objeto de todas las conversaciones en la ciudad y las
+familias del muerto y del matador sufrían las mayores inquietudes y
+zozobras.</p>
+
+<p>Quince días permaneció oculto don Diego Villegas, en una celda, y era ya
+opinión de muchos que tal vez se habría fugado, cuando el día 6 de Mayo,
+en las primeras horas de la noche, oyeron los frailes un gran ruido, y
+acudiendo á un patio, vieron en él destrozado el cuerpo del matador de
+Alcázar.</p>
+
+<p>Don Diego Villegas se había arrojado desde la ventana de su celda.</p>
+
+<p>Y el manuscrito que tengo á la vista, donde consta esta curiosa noticia,
+añade «que don Diego estaba loco, y siempre lo fué, como se vió en
+muchas ocasiones, y así se dió licencia para enterrarlo en sagrado.»<a name="page_205" id="page_205"></a></p>
+
+<h3><a name="DON_BERNARDINO_Y_SU_MASTIN" id="DON_BERNARDINO_Y_SU_MASTIN"></a>DON BERNARDINO Y SU MASTÍN</h3>
+
+<p>Por graves delitos cometidos en una vida inquieta y turbulenta, fué
+condenado por la justicia á severísimas penas, D. Bernardino de Córdoba
+y Roelas, caballero sevillano que tenía en la ciudad muchos deudos y
+amigos y á más estaba emparentado con personas de significación y
+categoría.</p>
+
+<p>Pasó su causa al Consejo de Cámara, comenzando entonces D. Bernardino á
+poner en juego su influencia y á mover resortes, á fin de que se le
+indultase y echara tierra al asunto; pero parece que, leido con
+detenimiento el proceso en la Corte, pesó tanto la relación de los
+delitos en los severos jueces y movióles tanto á indignación, que, lejos
+de obrar benignamente, enviaron orden á Sevilla para que al punto fuera
+preso el caballero, y degollado, conforme á su calidad, en la plaza de
+San Francisco.</p>
+
+<p>El día 23 de Junio de 1644, el alcalde don Leonardo Henriquez, de quien
+ya me he ocupado, sabiendo que don Bernardino se encontraba en el
+inmediato pueblo de Castilleja, se dirigió á este punto con algunos
+alguaciles para cumplir la orden de prisión, encontrando al reo muy
+sosegado en su casa comiendo con su mujer y bien ajeno del peligro que
+le amenazaba.<a name="page_206" id="page_206"></a></p>
+
+<p>Conocida por el caballero la misión que tenía el Alcalde, negóse desde
+luego á darse á prisión muy resueltamente, trabándose vivo diálogo entre
+unos y otros, al cual quiso poner término la autoridad, haciendo que los
+corchetes se avanzasen á don Bernardino y lo redujeran á prisión por la
+fuerza. Pero éste, que debía estar en guardia, tiró de una daga é hirió
+mortalmente á Lorenzo Gómez, escribano que se hallaba presente, y luego
+azuzó á un perro mastín que tenía consigo, el cual era de tan fiera
+condición que, arrojándose sobre los corchetes, comenzó á dar
+dentelladas á unos y á otros, produciendo graves mordeduras á todos
+aquellos que habían intentado apoderarse de su amo.</p>
+
+<p>Cuando más empeñada era la lucha y más desesperadamente se resistía don
+Bernardino, éste recibió un tiro por la espalda que le hizo caer sin
+vida, y de allí á poco fué muerto también el fiel perro que tanto le
+defendió, terminando de tan trágico modo aquella sangrienta escena.</p>
+
+<p>El manuscrito de D. Diego Ignacio de Góngora que hace mención de este
+suceso, dice, refiriéndose á los incidentes ocurridos con el cadáver del
+desgraciado D. Bernardino:</p>
+
+<p>«El Alcalde quiso traer á Sevilla el cuerpo de aquel malaventurado
+caballero; los religiosos del convento de Descalzos franciscos, y otros
+de la Orden Tercera se interpusieron para que quedase allí. Esto sabido
+por el acuerdo, envió luego al alguacil mayor por el cuerpo para
+degollarlo en la Plaza de San Francisco, á fin de que sirviera de
+ejemplo y escarmiento; pero ya estaba enterrado, y se quedó así.»<a name="page_207" id="page_207"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_CABILDO_ECLESIASTICO_Y_LAS_FIESTAS_DE_TOROS" id="EL_CABILDO_ECLESIASTICO_Y_LAS_FIESTAS_DE_TOROS"></a>EL CABILDO ECLESIÁSTICO Y LAS FIESTAS DE TOROS</h3>
+
+<p>En diversas ocasiones se han suscitado discusiones y polémicas sobre la
+conformidad y disconformidad de la Iglesia con la fiesta de toros, y
+aunque no es esta ocasión de tratar aquí esta materia, que es por cierto
+harto trillada, voy á ocuparme únicamente y con la vista de auténticos
+datos, de una costumbre hoy perdida por completo, cual es la de asistir
+el cabildo eclesiástico á las fiestas de toros en los siglos XVI y XVII,
+en que lo hacían con toda la pompa y toda la gravedad del caso, sin que
+por ello perdiese nada tan elevada corporación, ni en particular sus
+individuos, que eran todas personas serias y de campanillas.</p>
+
+<p>Y no solamente asistía el cabildo á los toros y las cañas, sino que de
+sus fondos hacía crecidos gastos en tales fiestas, así en el adorno del
+estrado que ocupaba, como en rodearse en él de ciertas comodidades y
+regalarse muy cumplidamente, conforme su clase requería.</p>
+
+<p>Así, por ejemplo, en las corrídas de toros celebradas en la plaza de San
+Francisco el lunes 16 de Septiembre<a name="page_208" id="page_208"></a> de 1647, gastó el cabildo Catedral
+294 reales y medio, siendo algunas de las partidas del tenor siguiente:</p>
+
+<p>«<i>De seis arrobas y una cuarta de nieve</i> á 20 reales y 20
+maravedises&mdash;<i>De veinte y dos libras de anís, canelones y ciruelas de
+Génova 100 maravedís.</i>&mdash;<i>De tortas y vino, 20.</i>»</p>
+
+<p>Las fiestas de toros que se verificaron el 5 de Febrero de 1670 fué
+también presenciada por los señores canónigos y en el <i>Libro de veedor</i>
+del archivo Catedral se lee: «Asistió el Cabildo de esta Santa Iglesia
+en el lugar que se le señaló, que fueron dos arcos y medio de los
+balcones, en el cual sitio estuvieron muy estrechos con haber ido muchos
+menos señores de los que son.... Va el Cabildo por la tarde en forma,
+con bonetes, y esta vez se llevó por mandado del Cabildo dulces en esta
+manera: cajas de piezas que cabían una libra, y estas atadas con
+listones encarnados; y vino y hipocrás y agua de canela y agua clara,
+todo en nieve; lleváronse cuatro docenas de vidrios de Venecia, tres
+salvillas y tres fuentes....» etc., etc.</p>
+
+<p>En estas fiestas que se daban en honor del conde de Villaumbrosa, que
+había sido nombrado presidente del Consejo de Castilla, los canónigos
+obsequiaron al Asistente y mandaron arrojar á la plaza una <i>fuente de
+dulces</i>, dando prueba de su generosidad y largueza.</p>
+
+<p>Igualmente las dió el cabildo eclesiástico en los toros y cañas que se
+jugaron el 30 de Septiembre y el 2 de Octubre de 1673, no faltando
+tampoco su asistencia á la función del 25 de Junio de 1674, en que «se
+estrenaron los escaños morados que para ese efecto se hicieron, y se
+puso el sitio alfombrado con las alfombras iguales y la colgadura fué de
+la verde, un paño de á tres y dos de á seis y tres escudos de las armas
+de la Iglesia repartidas en cuatro paños.»</p>
+
+<p>El cabildo de la colegiata del Salvador también asistía<a name="page_209" id="page_209"></a> á las fiestas
+de toros y en particular á la que se celebraba en la plaza delante de la
+iglesia constando de ello noticias como esta que recogió Matute de
+papeles de 1638:</p>
+
+<p>«El 10 de Agosto se celebraron corridas de toros en la plaza del
+Salvador en obsequio de Nuestra Señora de las Aguas: estuvieron
+convidados al balcón del Cabildo de dicha Colegial, el <i>Provisor</i>, <i>Juez
+de la Iglesia</i> y otros sujetos de distinción á quienes después se sirvió
+un buen refresco». (<i>Noticias relativas á la historia de Sevilla</i>,
+página 120).</p>
+
+<p>No he de detenerme á hacer especial mención de otras muchas fiestas de
+toros y cañas, á las que, con toda pompa, concurran los señores
+canónigos, haciendo sólo mención, por las noticias que existen de ellas,
+de las cañas y rejones del 25 y 27 de Septiembre de 1687, y de las de
+toros y cañas de 6 y 8 de Febrero de 1700, verificadas para festejar la
+llegada á Sevilla del almirante de Castilla.</p>
+
+<p>Y por cierto que en esta fiesta se dobló lo de regalarse, y según el
+documento que copió Collantes de Terán y dió á luz en el <i>Archivo
+Hispalense</i>, en el palco de la Catedral no se consumió más que lo
+siguiente:</p>
+
+<p>«Nueve garrafas de frío, tres de cada género de á treinta y seis vasos
+cada una.&mdash;Ciento veinte y cinco libras de dulce muy rico, para los
+señores; así los que fueran como los que dejaran de ir, y los señores
+coadjutores una libra para cada uno.&mdash;Media arroba de dulce hecho en
+monjas, para la fuente que el señor dean pasa al Asistente.&mdash;Arroba y
+media de dulce inferior en piezas muy pequeñas también empapeladas, para
+en tres fuentes echar á la plaza...&mdash;Dieciseis libras de bizcochos de
+espumilla, para en cuatro fuentes repartir los señores con la bebida
+antes del dulce.&mdash;Media arroba de vino hipocrás, etcétera».<a name="page_210" id="page_210"></a></p>
+
+<p>Con todo esto es seguro que se endulzarían bien el paladar sus señorías,
+y no es aventurado suponer que aún sobraría algo para los pajes y la
+servidumbre.</p>
+
+<p>Como se ve, pues, los capitulares eclesiásticos eran grandes aficionados
+á los toros en aquellos tiempos y no dejaría de ser curioso el aspecto
+que ofrecería el palco del cabildo Catedral, que era siempre de los más
+lujosos, adornado de sus ricas telas y con anchos y cómodos sillones de
+terciopelo y oro, en los cuales muy arrellanados los señores seguían los
+incidentes de la lidia, entretenidos en sabrosa plática remojada con los
+dulces y refrescos.</p>
+
+<p>Perdióse luego la costumbre de asistir el cabildo Catedral á las fiestas
+de toros, que siguieron frecuentando las demás autoridades, y la verdad
+que fué gran lástima, pues si hoy siguiera se evitaría que los
+eclesiásticos tuviesen que ir recatándose, como lo hace el que gusta de
+esta diversión.<a name="page_211" id="page_211"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_HIJO_DE_MURILLO" id="EL_HIJO_DE_MURILLO"></a>EL HIJO DE MURILLO</h3>
+
+<p>De su matrimonio con doña Beatriz Cabrera y Sotemayor, tuvo el célebre
+pintor Bartolomé Esteban Murillo tres hijos, hembra una, nacida en 1657,
+y varones los otros, que vinieron al mundo en 1661 y 1663.</p>
+
+<p>El mayor de éstos llamóse Gaspar, y se bautizó en el templo de Santa
+Cruz, según en la partida consta, el 22 de Octubre del citado año de
+1661. De este hijo del gran artista sevillano voy á ocuparme, pues de
+los otros son muy escasas las noticias que se conocen: doña Francisca
+entró de monja en el convento de Madre de Dios y don Gabriel pasó á
+América, donde sólo se sabe que murió muy anciano, sin otras
+circunstancias.</p>
+
+<p>Don Gaspar Esteban Murillo, heredero inmediato del ilustre pintor llegó
+á adquirir una buena posición en Sevilla, dejando á su muerte grata
+memoria en cuantos fueron sus amigos. Muy joven, y viviendo aún su
+padre, se dedicó á la carrera eclesiástica, y protegido, á lo que se
+dice, por don Juan Veitia Linaje, obtuvo un beneficio en la iglesia de
+Carmona, el cual disfrutaba cuando en 1682 falleció Bartolomé Esteban
+Murillo, que le nombró en su testamento albacea de sus bienes, en unión
+de D. Justino de Neve y de D. Pedro Villavicencio.<a name="page_212" id="page_212"></a></p>
+
+<p>Tres años después de la citada fecha, ó sea en 1685, obtenía D. Gaspar
+una canongía en la catedral sevillana, de la que tomó posesión el día
+1.º de Octubre, y escriben algunos autores como Ceán Bermúdez, L.
+Alfonso y otros, que «por haber descuidado el cumplir con la práctica de
+hacer juramento de protestación de fe en el tiempo que mandaba el
+concilio, fué el novel canónigo condenado por el cabildo en 30 de Abril
+de 1688 á perder los frutos de todo un año, 8.000 reales de vellón, que
+se aplicarían á gastos de reparación del templo, con lo cual don Gaspar
+se conformó gustoso al saber que se invertían en utilidad de las bellas
+artes.»</p>
+
+<p>Hay que advertir que el hijo de Murillo fué por ellas muy apasionado,
+sobre todo por la pintura, la cual aprendió teniendo tan gran maestro
+como su padre, y al decir de Matute, cultivó el arte por afición,
+imitando con mucho acierto el estilo del autor de sus días.</p>
+
+<p>La vida de don Gaspar deslizóse tranquila y sosegadamente en la ciudad
+de Sevilla que le vió nacer, consagrado al ejercicio de su ministerio, y
+rindiendo fervoroso culto á la memoria de su padre, cuyo nombre había de
+ser honra y gloria de España.</p>
+
+<p>Con caracteres en extremo simpáticos aparece la figura de don Gaspar
+Esteban Murillo, alma sencilla, natural bondadoso, espíritu creyente y
+sincero y hombre de fe, que entre otras muy estimables cualidades,
+poseía la de ser en extremo dado á las obras filantrópicas, acudiendo,
+siempre que podía, al socorro de los seres verdaderamente necesitados.</p>
+
+<p>En los comienzos del año de 1709 desarrolláronse en Sevilla unas
+calenturas malignas, las cuales ofrecían peligroso contagio, del que
+fallecieron no pocas personas, contándose entre ellas muchos clérigos é
+individuos del cabildo<a name="page_213" id="page_213"></a> catedral, pues según los historiadores, atacó á
+éstos con preferencia el mal por el contacto en que á diario estaban con
+multitud de pobres infestados; que acudían á las gradas de la basílica y
+al palacio arzobispal á recibir limosnas.</p>
+
+<p>Hirió de muerte aquella dolencia á don Gaspar Esteban Murillo, que
+falleció el día 1.º de Mayo del mismo año de 1709, dejando sus bienes al
+Hospital llamado de <i>Los Venerables</i>, siendo sepultado el hijo del gran
+pintor en la nave de San Pablo de la Catedral, y colocándose sobre su
+sepulcro una inscripción latina, que, según la traducción castellana que
+da González de León, dice:</p>
+
+<p><i>==«H. S. E.==D. Gaspar Esteban Murillo y Cabrera, Canónigo de esta
+santa iglesia Metropolitana y Patriarcal, varón de buenas costumbres,
+modesto y dotado de un alma apta para toda piedad. Liberal para con los
+pobres á los que dejó herederos de sus bienes.&mdash;Murió de edad de 47 años
+en el de 1709, el día 1 de Mayo.==R. Æ. D. E. D. A.»</i></p>
+
+<p>Tales son las memorias que existen de aquel varón justo, que llevó con
+dignidad un nombre famoso, y que ni envidioso ni envidiado, murió con la
+satisfacción de un alma honrada y con la tranquilidad del que ha
+cumplido con su deber.<a name="page_214" id="page_214"></a></p>
+
+<h3><a name="LA_EMBAJADA_JAPONESA" id="LA_EMBAJADA_JAPONESA"></a>LA EMBAJADA JAPONESA</h3>
+
+<p>Los historiadores y analistas sevillanos han consignado todos ó casi
+todos, la venida á nuestra ciudad de una embajada japonesa en 1614, que,
+á la verdad, tal suceso no era frecuente ni mucho menos, y sí extraño
+entonces, por lo que llamó poderosamente la atención.</p>
+
+<p>Como recuerdo de aquella visita queda hoy un interesante documento, el
+cual es una carta escrita en japonés, la que fué entregada por los
+embajadores al Ayuntamiento con toda solemnidad y que se custodia en el
+Archivo del Municipio para interés de las personas aficionadas á las
+históricas curiosidades.</p>
+
+<p>No he de detallar los diversos motivos de aquel caso, que se debió
+principalmente á las gestiones que en el Japón y en el ánimo del rey de
+Vojú hizo un fraile misionero hijo de Sevilla, donde había vivido en
+1574, fray Luís Sotelo, el que más tarde sufrió allí cruento martirio.</p>
+
+<p>El 30 de Septiembre del citado año de 1614 el cabildo de la ciudad vióse
+sorprendido con una comunicación en la cual se le ponía en conocimiento
+que acababan de llegar en las flotas los representantes diplomáticos del
+rey de Vojú, que se dirijían á Sevilla á ofrecer una carta al Municipio,
+siguiendo luego su viaje para la corte y<a name="page_215" id="page_215"></a> para Roma, donde tenian el
+propósito de visitar al pontífice Pío XI.</p>
+
+<p>Como el suceso no era para menos, se apresuró el Asistente D. Diego
+Sarmiento y Sotomayor, conde de Salvatierra, á llevar á cabo los
+preparativos para recibir á los huéspedes dignamente y así hizo que en
+el Alcázar se dispusiera lo conveniente para alojarlos y que la ciudad
+saliera con toda gravedad á recibirlos cuando entraron en ella el día 23
+de Octubre.</p>
+
+<p>Llegaron, pues, los japoneses acompañados del padre Luís Sotelo,
+excitando extraordinariamente la atención del pueblo, los portes y
+vistosos trajes, las armas y adornos que el embajador Fraxecuera
+Rocuyemon lucía y los personajes que le acompañaban.</p>
+
+<p>Dos días después de su llegada, se presentaron el embajador y su séquito
+en las Casas Consistoriales, siendo recibido con ceremonia por los
+veinticuatros y el Asistente, el cual recogió la carta de que era
+portador Fraxecuera Rocuyemon, mediando frases de cumplido y diplomacia
+entre unos y otros por medio del padre Sotelo, que hacía de intérprete.</p>
+
+<p>La carta, que iba fechada en la Corte de Tenday á 26 de Octubre de 1613,
+es en extremo curiosa y en ella hay párrafos como éste dirigido á la
+ciudad, según la traducción.</p>
+
+<p>«Y sabiendo la grandeza y riqueza de esa noble república, y también que
+es patria del Padre Fray Luís Sotelo, de verdad he cobrado á V. S.
+grande y particular amor: y la causa principal que á ello nos mueve, es
+porque el primer hombre que nos enseñó en este Reino, el camino de la
+verdad y la Santa Ley de Dios, es rama brotada y salida de esa generosa
+raíz.»</p>
+
+<p>«....Ansí mismo recibiremos particular gusto de que<a name="page_216" id="page_216"></a> V. S. encamine á
+los dichos nuestros embajadores para que lleguen en paz y prosperidad á
+la presencia y lugares que son dichos y los ampare con su favor, para
+que nuestra pretensión é deseo mejor se efectúe, poniendo las
+diligencias en ello que pareciere más á propósito. También habemos
+sabido que en esa república se juntan muchos navíos de todo el mundo, y
+por esa causa asisten en ella muchos pilotos y otras personas muy
+diestras en la navegación. V. S. mande juntarlos, y averiguar con ellos
+si es posible navegarse derechamente desde el Japón á esa Ciudad; por
+qué derrotas y en qué partes ó puertos se puede llegar; enviándonos
+razón de todo, para que siendo posible, nuestros navíos naveguen esa
+carrera todos los años, y nuestro deseo más bien se cumpla y nuestra
+amistad está más firme y comunicable. Las demás cosas las sabrá V. S. de
+parte del Padre Fray Luís Sotelo, á quien nos remitimos en todo. Si algo
+del gusto y servicio de V. S. se ofreciere en este Reino, avisándonos se
+acudirá á ello con puntualidad.»</p>
+
+<p>Con la carta entregó el embajador al Asistente una espada de gran mérito
+y valor, siendo despedido luego á la puerta del Ayuntamiento con la
+misma ceremonia que había entrado.</p>
+
+<p>Cuatro ó cinco días permanecieron aún los japoneses en Sevilla, siendo
+siempre seguidos por multitud de personas á todos los lugares que
+visitaban, abandonando después la ciudad, de la que salieron bien
+satisfechos.</p>
+
+<p>«Agasajados los embajadores&mdash;dice el señor Guichot&mdash;pasaron á la corte,
+donde el rey les dió solemne audiencia y los encaminó á Roma, donde
+llegaron ya muy entrado el año siguiente. A 3 de Noviembre de 1619
+recibiólos el Pontífice en Consistorio público del Sacro Colegio de los
+Cardenales, con suma benignidad y agrado y<a name="page_217" id="page_217"></a> de la misma manera los
+despidió, con respuestas y presentes de reliquias, pinturas y otras
+cosas sagradas.»</p>
+
+<p>La espada que los embajadores dejaron á la ciudad se ha perdido, pero la
+carta existe, habiendo en 1882 testificado de su autenticidad, los
+japoneses que en aquél año visitaron nuestra ciudad, y posteriormente,
+en 1901, un catedrático de la Universidad de Yedo.</p>
+
+<p>Para terminar, diré que el padre Luís Sotelo, al volver al Japón, cayó
+en manos del gobernador de Nagasaki en 1622, siendo preso y condenado á
+morir quemado á fuego lento, llevándose á cabo la bárbara sentencia en
+25 de Agosto de 1624.</p>
+
+<h3><a name="COFRADES_Y_TOROS" id="COFRADES_Y_TOROS"></a>COFRADES Y TOROS</h3>
+
+<p>Entre las muchas hermandades de cofradías que en el siglo XVII estaban
+establecidas en Sevilla, se contaba la de las <i>Negaciones y Lágrimas de
+San Pedro</i>, que había sido organizada por los estudiantes del Colegio de
+Santa María de Jesús (Universidad), fundado por Maese Rodrigo, y que
+durante algún tiempo gozó de cierta prosperidad y desahogo.<a name="page_218" id="page_218"></a></p>
+
+<p>Esta hermandad, que debió establecerse en fecha posterior á la que
+señala Bermejo y Carballo en sus <i>Glorias religiosas de Sevilla</i>,
+hallábase instalada en la parroquia de San Miguel, cuando solicitó en
+1628 permiso del Ayuntamiento para celebrar una corrida de toros en la
+Plaza del Duque, como se desprende de este documento, hasta ahora
+inédito, cuyo original existe en el Archivo municipal:</p>
+
+<p>«Don Pedro Morel Alcalde de la cofradía nuevamente instituida Dolor de
+las tres negaciones de san Pedro sita en la parroquial de san Miguel
+desta Ciudad digo&mdash;que los hermanos de ella tenemos obligacion de hacer
+en cada año una fiesta en el tiempo que determinaremos á nuestro padre
+san Pedro y por ser esta la primera quisieramos hacerla más suntuosa
+corriendo <i>unos toros sueltos</i> en la plaza intitulada barrio del Duque.
+Por tanto&mdash;A V. E. Pido y suplico mande concedernos y nos conceda
+licencia para que podamos <i>correr ocho toros</i> y nos dé facultad para
+poder arrendar las bocas de las calles para limpieza y gastos de la
+dicha plaza del Duque.&mdash;Otro sí se nos de licencia que la carne de los
+dichos toros se pueda pesar en la carnecería ocho maravedís menos
+conforme á la sedula de los Sres. Jurados y pido justicia. &#8224; <i>Don Pedro Morel</i>.»</p>
+
+<p>Esta solicitud fué leída en Cabildo que presidió el Asistente conde de
+la Puebla del Maestre en viernes 9 de Junio del citado año de 1628,
+acordándose lo siguiente, según consta en el acta capitular de dicho día
+y dice así:</p>
+
+<p>«Leí la petición de don Pedro Morel alcalde de la cofradía nuevamente
+instituída dolor de las tres negociaciones de san Pedro en que dicen que
+quieren hacer la fiesta y piden licencia para correr ocho toros sueltos
+con atajar<a name="page_219" id="page_219"></a> las calles y otras cosas que se contienen en la dicha
+petición;</p>
+
+<p>Acordose de conformidad que no á lugar dar la licencia que piden para
+correr los toros sueltos ni atajarse las calles ni hacer tablados y que
+las partes acudan á S. S. de el señor conde asistente para que
+sirviendose de dar licencia para que estos toros se corran con conteros
+se sirva S. S. de mandar ser guardado la provición en el consumo de la
+carne.»</p>
+
+<p>No tengo noticias de si los cofrades llegaron á realizar su propósito de
+la fiesta que tenían proyectada, ni de las circunstancias que
+acompañarían á ésta, dado que se llegase á celebrar; pero por los
+anteriores documentos, de los que me facilitó noticia don L. Güeto, se
+ve que las hermandades sevillanas eran tan aficionadas antaño como hoy á
+organizar fiestas de toros para recaudar fondos con que atender á su
+sostenimiento, sin que hayan cejado en sus propósitos apesar de las
+muchas prohibiciones de la autoridad eclesiástica y de las negativas de
+la civil, en solo este punto.</p>
+
+<p>La cofradía de las <i>Negaciones</i> duró hasta el siglo XVIII, y Matute
+consigna en sus <i>Anales</i> esta noticia en el año 1720 y que creo
+complementa el presente apunte:</p>
+
+<p>«El cabildo eclesiástico extendió sus deseos á la reforma de algunos
+abusos en las procesiones de penitencia que hacían estación en la Semana
+Santa y negó licencia para que saliese á la hermandad y cofradía de los
+estudiantes bajo la advocación de las <i>Negaciones y Lágrimas de San
+Pedro</i>. Desde el año 1691 ya sonaba como antigua esta cofradía, pues
+presidía á la de Nuestra Señora de la Antigua, establecida en san Pablo;
+más como solo tenía un <i>paso</i> con la estatua de san Pedro, era necesario
+que se agregase á otra, bajo cuyo estandarte cumplían<a name="page_220" id="page_220"></a> su estación y
+tomaban cena. No habría sido incómoda su compañía si las travesuras
+juveniles no hubieran desazonado á los demás cofrades hasta el punto de
+no querer admitirlos en ninguna, por lo que se unieron á los mulatos,
+pues hasta los negros esquivaban la compañía de los estudiantes que al
+fin dejaron de salir, pues su memoria solo llega al año 1727 en que
+salieron de la iglesia de los Clérigos Menores el Jueves Santo en la
+tarde.»</p>
+
+<h3><a name="EL_OBISPILLO" id="EL_OBISPILLO"></a>EL OBISPILLO</h3>
+
+<p>La antigua fiesta del <i>obispillo</i>, que los estudiantes celebraban la
+víspera del día de San Nicolás de Bari, verificóse por última vez en
+Sevilla en 1641, prohibiéndose á causa de los tumultos que entonces se
+originaron.</p>
+
+<p>Parece que el día 5 de Diciembre de aquel año, los escolares del colegio
+de Maese Rodrigo, escogieron por <i>obispillo</i> á un estudiante nuevo,
+según costumbre, el cual se llamaba Esteban Dongo, y colocándole su
+mitra de papel, comenzaron en la puerta de los estudios á rendirle el
+burlesco acatamiento que era uso; mas en vez de limitarse á las bromas
+corrientes, se entusiasmaron demasiado,<a name="page_221" id="page_221"></a> alborotando mucho y dedicándose
+á recorrer las calles, en las cuales atacaban á cuantas mujeres y
+hombres veían al paso, haciendo detenerse los coches y arrojando de
+ellos á los que los ocupaban para que se inclinasen ante el <i>obispillo</i>.</p>
+
+<p>No se limitaron á estos desahogos, con los que ya estaba bien alborotada
+la población, sino que por la tarde acudieron en gran tropel y confusión
+al teatro de la Montería, y penetrando en él, arrollaron al público,
+ocupando aposentos y bancos, obligando á los actores á que volviesen á
+empezar la representación, que ya estaba próxima á concluir.</p>
+
+<p>Si la entrada fué tumultuosa, más lo fué la salida de los estudiantes,
+pues trabaron una gran pendencia con varios caballeros, saliendo á
+relucir espadas y pistoletes, resultando algunos heridos graves por
+ambas partes de los contendientes.</p>
+
+<p>Estos sucesos fueron los que motivaron que la Audiencia decretase la
+prohibición de la fiesta del <i>obispillo</i>.<a name="page_222" id="page_222"></a></p>
+
+<h3><a name="DUQUE_CORNEJO" id="DUQUE_CORNEJO"></a>DUQUE CORNEJO</h3>
+
+<p>El nombre del escultor Pedro Duque Cornejo y Roldán, es bien conocido de
+los amantes de las artes sevillanas, pues el número de sus obras es muy
+dilatado y encierran verdadero mérito.</p>
+
+<p>El año 1677 nació en Sevilla, dedicándose desde muy joven al dibujo y
+siendo discípulo del famoso Pedro Roldán, con quien empezó el estudio de
+la escultura, donde no tardó en hacer notables progresos.</p>
+
+<p>A poco fueron buscadas sus estatuas en Sevilla, recibiendo numerosos
+encargos de obras, algunas de ellas importantes. Así fué, que al
+construirse el retablo mayor del Sagrario de la Catedral en 1706, por
+Jerónimo de Barbás, Duque Cornejo trabajó en su adorno, y más tarde,
+hizo los ángeles y figuras de uno de los órganos de la Catedral,
+construído hacia 1724.</p>
+
+<p>Dejó el artista otras obras en la basílica, y en santa Marta y san
+Hermenegildo cita González de León algunas esculturas de su mano.</p>
+
+<p>En Mayo de 1725, Duque Cornejo firmó escritura para ejecutar algunas
+estatuas en la Cartuja del Paular, á donde se trasladó luego, siendo muy
+elogiadas las obras que allí dejó.<a name="page_223" id="page_223"></a></p>
+
+<p>Vuelto á Sevilla, siguió con afán dedicado al trabajo, y la casa del
+artista, en la cual tenía su taller, situada en la calle Beatos,
+collación de santa Marina, fué durante mucho tiempo frecuentada por no
+pocos jóvenes amantes de la escultura, que acudían allí á tomar
+lecciones del maestro.</p>
+
+<p>Treinta y ocho figuras hizo Duque Cornejo para diversos templos de
+Sevilla, tales como san Pablo, san Felipe, el Salvador, san Marcos, san
+Pedro y san Luís, etcétera, mereciendo especial mención las estatuas de
+las mártires Justa y Rufina, las de san Antonio Abad, la Virgen del
+Rosario y el Nacimiento.</p>
+
+<p>A más de éstas, pueden citarse con elogio las que trabajó en mármol para
+dos altares del Sagrario y los dos soldados romanos que hizo para la
+hermandad de Jesús del Silencio.</p>
+
+<p>Cuando Felipe V y su corte estuvieron en Sevilla, la reina nombró á
+Duque Cornejo escultor de cámara en 1732, y al año siguiente de 1733, al
+marchar el rey en el mes de Mayo, se trasladó el artista á Madrid, en
+donde solicitó en vano ser nombrado escultor de cámara del monarca.</p>
+
+<p>Hizo Duque Cornejo algunas esculturas en la capital de España, y volvió
+á Sevilla años después, marchando al poco tiempo á Granada, donde fué
+llamado para ejecutar varias figuras y adornos en la capilla de las
+Angustias.</p>
+
+<p>Duque Cornejo, á más de dedicarse á la traza de no pocos retablos, pues
+tenía decidida afición á la arquitectura, á más de ejecutar pinturas
+como las del monasterio de la Cartuja de las Cuevas, «tenía&mdash;dice un
+autor&mdash;mucha facilidad en la invención, por lo que se conservan en
+Sevilla gran numero de los dibujos que hacía para los plateros<a name="page_224" id="page_224"></a> y otros
+artistas, sobre papel blanco y en tinta de China, tocados de pluma».</p>
+
+<p>Terminadas sus obras en Granada, y tras una corta residencia en Sevilla,
+Duque Cornejo se trasladó á Córdoba, en cuya Catedral labró la sillería
+del coro y los púlpitos, con gran esmero y cuidado.</p>
+
+<p>Allí siguió residiendo el artista, que muy anciano falleció en dicha
+ciudad el año 1757, según apunta Ceán Bermúdez. Duque Cornejo no fué uno
+de los grandes escultores cuyo nombre se pronuncia hoy con admiración en
+todas partes, pero tuvo suficientes méritos para figurar dignamente
+entre sus coetáneos y aventajar á muchos de sus paisanos que por
+entonces florecían.</p>
+
+<p>«En medio&mdash;escribe <i>Arana de Varflora</i>&mdash;de las extravagancias que habían
+corrompido su arte en aquel tiempo, tuvo Cornejo un modo agradable y una
+manera airosa que le dieron mucho crédito á sus obras.»</p>
+
+<p>Carecemos de un catálogo de éstas y no he de enumerar ni las más
+conocidas en los presentes datos biográficos, apuntando de paso que
+algunas se han perdido y no faltan tampoco otras que se le han atribuído
+falsamente y sin gran fundamento.</p>
+
+<p>Duque Cornejo sabía con acierto dar movimiento á las figuras, y tuvo
+fantasía y novedad para los adornos, aunque no siempre le resultaran
+éstos del mejor gusto.<a name="page_225" id="page_225"></a></p>
+
+<h3><a name="LOS_MONEDEROS_FALSOS" id="LOS_MONEDEROS_FALSOS"></a>LOS MONEDEROS FALSOS</h3>
+
+<p>Suceso fué, en verdad, que llamó la atención en Sevilla, y sostuvo
+durante un buen período de tiempo la atención general, el ocurrido el
+año de 1681, el cual es bien digno de referirse en estos apuntes,
+conforme á las noticias que de él hasta nosotros han llegado.</p>
+
+<p>Era por entonces alcalde de la Justicia don Cándido de Molina y
+Sotomayor, hombre grave y que gozaba fama de severo, con quien no valían
+chanzas y á quien, con razón, temía la gente maleante y cuantos tenían
+cuentas pendientes con la casa de la plaza de San Francisco.</p>
+
+<p>Paseaba, pues, don Cándido el día 15 de Marzo del ya citado año de 1681
+por la Alameda de Hércules, cuando fué avisado que dos mujeres que por
+allí vivían andaban cambiando monedas falsas, y lo mismo fué el tener
+tal noticia, acompañado de dos alguaciles y del escribano don Jerónimo
+de Parga, presentóse en la casa que le habían señalado como residencia
+de las mujeres, á las cuales sorprendió, comenzando el registro del
+domicilio.</p>
+
+<p>Aprovechando un momento de descuido, una de las hembras pudo huir, sin
+ser vista, yendo á refugiarse al convento de San Francisco de Paula,
+según después se<a name="page_226" id="page_226"></a> supo, y ya bien asegurada la otra, dijo llamarse
+Leonor de Silva, ser casada con un sujeto de nombre Juan Ruíz, del cual
+no sabía nada hacía tres meses, pero tenía noticias de que vivía con
+unas hermanas suyas en la calle del Azafrán.</p>
+
+<p>El registro en casa de la mujer dió por resultado que se le encontrasen
+efectivamente una gran cantidad de reales de plata de á ocho y de á
+cuatro, siendo falsas todas las monedas, las cuales se recogieron, y
+para no perder tiempo, como hombre listo que era, enviada la moza á la
+cárcel, corrió el alcalde de la justicia, don Cándido Molina, á la calle
+Azafrán, donde pensaba encontrar al Juan Ruíz.</p>
+
+<p>Llegó el alcalde con su gente á la casa que le habían indicado, y
+encontrándola cerrada, llamó á la puerta repetidas veces, saliendo á los
+golpes una mujer por cierta ventanilla alta, la que dijo que allí vivía,
+efectivamente, la persona que se buscaba, pero que había salido hacía
+algunas horas, ignorando cuál sería la de su regreso.</p>
+
+<p>Mas aquella visita inesperada de don Cándido vino á descubrir todo el
+secreto que perseguía, pues siendo aquel lugar el que servía de fábrica
+para las monedas falsas encontradas á las mozas, y hallándose allí
+oculto á la sazón uno de los dos monederos, don Juan Troncoso, éste,
+creyéndose perdido, se dispuso á ponerse en salvo.</p>
+
+<p>Así precipitadamente, ocultó donde mejor pudo una espuerta de monedas
+recién blanqueadas, tomó capa y sombrero, y, armándose de una carabina,
+se arrojó por un tejado á un solar inmediato.</p>
+
+<p>Creyóse allí por un momento en salvo, pero los alguaciles de don
+Cándido, que le habían visto, le intimaron á<a name="page_227" id="page_227"></a> rendirse; el otro intentó
+defenderse desde el solar, pero á la postre, haciéndose cargo de su
+situación, saltó á la calle, y allí echóse á los pies del alcalde cuando
+mandó dispararle, así como á la mujer que en la casa estaba y que
+resultó ser su esposa, Ana de Córdoba.</p>
+
+<p>Preso ya aquel pájaro, no tardó el monedero Juan Ruíz en caer en las
+garras de la justicia, capturándolo el mismo don Cándido Molina
+Sotomayor á las pocas noches en la plazuela del Horno, después de
+arriesgados trabajos.</p>
+
+<p>Encerrados en la cárcel los dos monederos, con tanta prisa se llevó la
+causa, que el miércoles 16 de Abril los reos estaban ya condenados; pero
+cuando fueron á leerles la sentencia, Juan Ruiz protestó iracundo y
+produjo el mayor alboroto, y Troncoso enarbolando una silla, trató de
+estrellarla en la cabeza del escribano, y como no pudiera hacerlo, subió
+á una baranda próxima y por ella se hubiera arrojado á no sujetarle á
+tiempo el cura de San Vicente y dos franciscanos que habían venido para
+auxiliar á los condenados.</p>
+
+<p>El 17 de Abril mostráronse ya los reos con más sosiego, viendo que
+cuantos esfuerzos hicieran resultarían inútiles, y así despidiéronse de
+sus mujeres y sus hijos, se dispusieron á bien morir, sufriendo la
+última pena el siguiente día 18 de Abril muy de mañana, en la misma
+cárcel y no en el sitio acostumbrado.</p>
+
+<p>Los cuerpos de Ruíz y Troncoso no fueron quemados como en la sentencia
+se hacía notar, sino que por instancias de la Hermandad de la Caridad se
+sepultaron con cierta pompa.</p>
+
+<p>Tal fué el curioso caso de monederos falsos de Sevilla, del que existe
+una puntual relación publicada á raíz del suceso y la cual lleva este
+título.<a name="page_228" id="page_228"></a></p>
+
+<p>&mdash;<i>Segunda relación verdadera en que á la letra se contiene todo el
+hecho de la causa que el licenciado don Cándido de Molina y Sotomayor,
+Alcalde de la justicia de la ciudad de Sevilla, mandó escribir contra
+don Juan Troncoso, de edad veintiséis años, y don Juan Ruíz, de edad de
+veintisiete, por monederos y expendedores de plata falsa.&mdash;Y la
+sentencia de garrote y fuego que dicho Juez dió contra los dichos reos,
+y modo con que se ejecutó su muerte el día 18 de Abril de este presente
+año de 1681.</i>&mdash;Con licencia, impreso en Sevilla por Toribio López de
+Haro, en las Siete Revueltas.</p>
+
+<p>Esta relación que está escrita en cinco romances, contiene detalles muy
+curiosos del suceso y la conservaba en su biblioteca el marqués de Jerez
+de los Caballeros.</p>
+
+<h3><a name="EL_LOCO_AMARO" id="EL_LOCO_AMARO"></a>EL LOCO AMARO</h3>
+
+<p>En el hospital de los Inocentes, situado en la calle Real de san Marcos,
+casa cuya fundación debióse en 1436 á Marcos de Contreras, estuvo
+albergado desde 1681 un loco natural de Arcos de la Frontera, llamado
+Amaro Rodríguez, el cual llegó á hacerse célebre en Sevilla y adquirió<a name="page_229" id="page_229"></a>
+una singular popularidad, de tal modo, que no había persona chica ó
+grande que no le conociese.</p>
+
+<p>Estribó esa fama principalmente en que dió en la manía de pronunciar
+sermones, los cuales eran de lo más chistoso y disparatado que pueda
+imaginarse; y como el tema naturalmente de la mayoría de ellos eran los
+asuntos religiosos, tratábalos de tal manera el loco, que no había
+persona que no se parase á escucharlo.</p>
+
+<p>Amaro Rodríguez tiene en su vida de cuerdo una nota dramática, pues
+según las noticias que figuran al frente de sus sermones, «fué casado y
+su locura provino de haber hallado á su mujer en íntima correspondencia
+con un fraile, á la cual se atribuye el íntimo rigor con que les sacude
+siempre que los coje por delante.»</p>
+
+<p>Comenzó Amaro á hacerse popular hacia 1657, pues como su locura era
+pacífica, iba por las calles de la ciudad sermoneando á troche y moche
+en donde le parecía, hasta que en 29 de Octubre de 1681 fué recogido en
+la casa de Inocentes, donde con otros infelices era destinado á recoger
+limosnas para el hospital diariamente por los sitios públicos, limosna
+que le daba muy buen resultado á la casa, que con tal de oir los
+despropósitos teológicos y los macarrónicos latinajos de don Amaro,
+todos solían darle dinero.</p>
+
+<p>Iba el loco por las calles cubierta la cabeza con un bonete rojo:
+decíase <i>predicador apostólico y canónigo de santa Catalina</i>;
+acompañábale por lo general otro postulante, y en el lugar donde le
+parecía conveniente se detenía, y ya sobre una piedra ó encaramado en
+una ventana ó en otro lugar semejante alzaba el grito, no tardando en
+verse rodeado de un numeroso grupo de gente desocupada y maleante, la
+cual, si bien celebraba sus dichos, solía con frecuencia interrumpir los
+macarrónicos latines<a name="page_230" id="page_230"></a> y los panegíricos de don Amaro, que contestaba con
+donosas puyas y desvergüenzas á sus interruptores, ó bien harta ya su
+paciencia, salía corriendo tras alguno armado de un par de piedras ó de
+un palo, sin que nunca, sin embargo, se diera el caso de agredir á
+nadie.</p>
+
+<p>Las fiestas de la iglesia, los santos del día ó determinadas personas y
+circunstancias del momento, servían de tema para sus discursos, y en
+todos ellos había largas cuchufletas y donaires contra los frailes, que
+más de una vez ellos mismos se paraban á escuchar al loco cuando lo
+encontraban á su paso.</p>
+
+<p>«Todavía al cabo de más de un siglo&mdash;dice la nota del XVIII, copiada por
+D. Juan Gualberto Gonzalez,&mdash;andan de boca en boca las graciosísimas
+ocurrencias por los sermones esparcidos, satíricos, estravagantes ó
+grotescos, con citas oportunas, aunque estupendas, de los sagrados
+textos, en que se descubre un buen ingenio y el don de aproximar las
+ideas que parecían más remotas, dándole ocasión las más de las veces el
+mero sonido de las palabras, que interpretaba á su manera.»</p>
+
+<p>Multitud de dichos y de ingeniosidades se encuentran en tales sermones,
+y en cuanto á sus sentencias, sirva esta de ejemplo:</p>
+
+<p>«En tiempo del mencionado señor ilustrísimo don Ambrosio Ignacio
+Espínola y Guzmán, arzobispo de esta ciudad de Sevilla, se construyó en
+su palacio una magnífica escalera de piedra de jaspe, y como Amaro iba
+diariamente al palacio á procurar limosna, luego que vió concluida la
+escalera subió por ella y preguntó á los pajes que estaban al paso que
+cuánto había costado aquella alhaja: le dijeron una cantidad excesiva,
+por oir lo que se le ocurriera á Amaro, el que respondió con gran
+prontitud:<a name="page_231" id="page_231"></a></p>
+
+<p>&mdash;Muy santo debe ser su ilustrísima, pues se ha atrevido á hacer lo que
+no hizo Cristo, pues el diablo le pidió á su Divina Majestad que
+convirtiese las piedras en pan y su ilustrísima lo ha hecho al revés
+porque el pan de las pobres lo ha convertido en piedras que sólo sirven
+para obstentar la grandeza y vanidad de este mundo. Allá se haya santa
+Marta con sus pollos, que en llegando el día de la cuenta, quien hubiese
+gastado menos, saldrá mejor librado.»</p>
+
+<p>Amaro Rodríguez se sabe que falleció en Sevilla el 23 de Abril de 1865,
+siendo su cadáver enterrado en la iglesia de san Marcos.</p>
+
+<p>La fama del loco duró mucho tiempo en Sevilla, y algunos que tuvieron la
+curiosidad escribieron varios de sus chistosos sermones, los cuales se
+conservan en un códice del siglo XVII, según se los escucharon y se
+imprimió por la <i>Sociedad de Bibliófilos Andaluces</i>.</p>
+
+<p>Allí hay recogidos treinta y nueve sermones con algunas sentencias, y de
+ellas dice una nota que prueba el efecto que causaron las peroraciones
+del loco en su tiempo:</p>
+
+<p>«Los mismos inquisidores, los mismos frailes, las personas más timoratas
+los leían y celebraban á solas y á coro, sin temor de caer en mal paso
+de excomunión y denuncia, y he visto á algunos afectísimos á los frailes
+y al Santo Oficio, llorar de risa con los despropósitos de Amaro.»<a name="page_232" id="page_232"></a></p>
+
+<h3><a name="FRAY_PEDRO_DE_SAN_JOSE" id="FRAY_PEDRO_DE_SAN_JOSE"></a>FRAY PEDRO DE SAN JOSÉ</h3>
+
+<p>Se llamó en el mundo don Pedro José Romero y en la religión fray Pedro
+de san José; había nacido en Villamanrique y residía en el convento de
+San Diego de Sevilla, hacia la penúltima década del siglo XVII.</p>
+
+<p>El buen fray Pedro vino á contagiarse de las herejías de Molinos y aquí
+estuvo su perdición, bien que él trató de ocultar los graves pecados y
+sólo con sus íntimos explayábase en sus predicaciones y en sus actos,
+que eran por cierto de los más peregrinos.</p>
+
+<p>Hacia 1685 llegaron á la Inquisición los rumores de las herejías de fray
+Pedro de san José, pero á fin de dar el golpe en seguro decidió
+vigilarle, y como de la tal vigilancia resultó la comprobación de las
+sospechas á principios de 1686, cuando más ajeno estaba el fraile
+cogiéronle preso, permaneciendo en las mazmorras tres años, hasta el día
+10 de Julio de 1689 en que salió en el auto de fe, celebrado en el
+castillo de Triana.</p>
+
+<p>No perdieron en aquellos tres años el tiempo los del Santo Oficio en sus
+averiguaciones sobre los hechos de fray Pedro, pues con tanta fortuna
+llevaron sus diligencias y tan al menudo inquirieron, que no faltó paso
+de <i>molinista</i> que no descubrieran, ni acción por él cometida<a name="page_233" id="page_233"></a> que
+escapase á su conocimiento, de lo cual resultó un proceso tan
+voluminoso, que para darle lectura en el auto de fe se redujo á los
+cargos más sustanciales, y aun así y todo invirtió el secretario en
+leerlo tres horas.</p>
+
+<p>Allí resultó que fray Pedro aconsejaba mal á sus hijas de confesión, á
+quienes hacía creer que Jesucristo le había revelado que nada de lo que
+hiciese era pecaminoso, que se había hecho profeta por dón especial, que
+decía estaba destinado á ser Pontífice, y que entonces haría <i>apóstolas</i>
+á sus hijas de confesión, que habían luego de crucificarlo en la Cruz
+del Campo, y que, enterrado en Tablada, resucitaría á los tres días; que
+en Babilonia había nacido ya el Anticristo, que tendría de predicar por
+manera harto maravillosa, con otras muchas sandeces y disparates, con
+los cuales había tenido embaucados á muchos y producido grande
+escándalo.</p>
+
+<p>Días antes del auto, fray Pedro de san José confesó todos sus delitos,
+arrepentido de ellos muy sinceramente, y <i>abjuró de vehementi</i>, por lo
+cual se libró de una muerte cierta, fulminándose contra él la sentencia,
+cuya parte principal reproduzco, según la inserta en su <i>Relación
+histórica de la judería de Sevilla</i>, Montero de Espinosa:</p>
+
+<p>...«Fallamos que, atento al proceso fulminado contra fray Pedro de san
+José, que presente está, que le debemos declarar y declaramos por
+<i>hereje, hipócrita, iluso, infestado del error de los alumbrados y
+profeta falso</i> y por haberlo sido, mandamos sea sacado de la sala de
+este Santo Tribunal con sambenito de dos aspas, estando en pie dicho reo
+siempre, y absuelto, se le quite; y al día siguiente sea llevado á su
+convento con ministros y secretario de esta causa, y en presencia de
+toda comunidad, excepto los novicios, se lea todo el dicho proceso y
+sentencia y que allí <i>se le dé una disciplina circular</i>; y le privamos<a name="page_234" id="page_234"></a>
+para siempre de confesar y predicar y que no tenga voto activo ni
+pasivo, y que salga desterrado por diez años de Sevilla, Jerez y
+Villamanrique y Madrid y los lugares á éstos ocho leguas en contorno, y
+que los primeros seis años esté recluso en el convento que le fuese
+señalado y que allí sea enseñado del confesor que le dieren por director
+de su conciencia, enseñándole la doctrina cristiana; y que todo el dicho
+tiempo en los actos de comunidad tenga el último lugar de todos, y por
+esta nuestra definitiva (<i>sentencia</i>), juzgando benignamente, así lo
+pronunciamos y mandamos, etc., etc.»</p>
+
+<p>Hasta aquí lo que se sabe de la historia de fray Pedro de San José, que
+debió darse por satisfecho de haber salido con vida de las garras
+inquisistoriales.</p>
+
+<h3><a name="LAS_DANZAS_DEL_CORPUS" id="LAS_DANZAS_DEL_CORPUS"></a>LAS DANZAS DEL CORPUS</h3>
+
+<p>Desde muy remota fecha era costumbre en Sevilla que figurasen en la
+procesión del Corpus buen número de cuadrillas de hombres y mujeres, que
+caprichosamente vestidos, danzaban y tañían instrumentos, siendo los
+tales danzantes de lo que más llamaba la atención del<a name="page_235" id="page_235"></a> pueblo, y tan
+estimados eran de éste, que en cierta ocasión que se intentaron suprimir
+y modificar, se produjo un grave conflicto, como ocurrió el año de 1690,
+según las crónicas relatan.</p>
+
+<p>El citado año un caballero veinticuatro, don Andrés de Herrera, hizo una
+proposición á fin de que las <i>danzas</i> se suprimiesen, no haciéndose por
+lo pronto caso alguno de su escrito por el Ayuntamiento; pero el hombre
+se conoce que no se dió por vencido, y ocultamente trabajó en favor de
+su idea, convenciendo al Asistente y á otras personas hasta el punto de
+que ocurrieran los siguientes sucesos:</p>
+
+<p>En la mañana del día del Corpus citado, que fué el 25 de Mayo, súpose
+con gran sorpresa que el Arzobispo y el Asistente prohibían de golpe que
+las danzas ni entrasen en la Catedral, ni fueran en la procesión, y si
+acaso aparte de ella, cosa que, sabida por los comisionados de la ciudad
+para organizar la fiesta, procuraron enterarse bien del hecho, y,
+conociendo su certeza, no pudieron conseguir que el Asistente desistiese
+del acuerdo que, sin parecer de la corporación, había tomado, por lo
+cual, consultados los abogados allí mismo, apelaron á la Audiencia, que
+se reunió acordándose avisar inmediatamente á la Catedral para que la
+procesión no saliese hasta nueva orden.</p>
+
+<p>Entonces el Cabildo Catedral y el tribunal de la Inquisición se
+dispusieron á esperar mientras en la Audiencia continuaban las
+diligencias comenzadas á toda prisa, terminando éstas revocándose el
+acuerdo del Asistente y mandándose que al punto fueran las danzas á la
+Catedral.</p>
+
+<p>Y la importante <i>Relación</i> coetánea del hecho, que existe manuscrita en
+la Colombina, dice al llegar á este punto, tratando del alboroto
+popular, que entonces se promovió:<a name="page_236" id="page_236"></a></p>
+
+<p>«El pueblo, considerando las embajadas tan continuas y rendimientos de
+la Real Audiencia, y que en su puntual hora la torre no hacía la señal
+para la procesión y que era llegado el medio día, se juntó todo en la
+plaza de san Francisco hasta la Iglesia Mayor, entrando unos y saliendo
+otros, contristados de ver se les frustraba al parecer el consuelo de
+ver por las calles la procesión y llegaron todos á hacer tan diversos
+como melancólicos y tristes discursos. Las religiones y eclesiásticos
+regulares convocados les faltaban los discursos y clamaban á su Dios á
+cuya fiesta como obligados venían á asistir. Los prudentes y timoratos,
+con lágrimas, con ansia, clamaban ante la Divina Majestad pidiendo
+disolviera las dificultades que se podían ofrecer. La gente popular,
+unos impacientes y otros con sobrada cólera, otros no bien
+intencionados, prorrumpían en melancólico y desordenado motivo que cada
+uno fabricaba diversas especies sin acertar con el principal por
+discurrir y no bien en todos. En lo alterado este mar populoso llegó la
+noticia para que entrasen las Danzas en la iglesia; fué tal la alegría
+universal que concibió el pueblo, que sin ponderación puedo asegurar que
+de puro júbilo se vió á todos hacer poco menos demostraciones que las de
+las mismas Danzas, á cuyo tiempo fué dado principio á salir la
+procesión, y entrando en forma la Ciudad á ocupar su lugar y á oir la
+misa que se le tenía prevenida mientras se va ordenando.»</p>
+
+<p>A estas líneas que dejo extractadas hay que añadir que el conflicto,
+lejos de resolverse allí, tomó nuevo aspecto, pues el arzobispo se negó
+entonces á prestar su concurso y á transigir con lo de las <i>danzas</i>,
+enviando á decir á las corporaciones y á los religiosos, que ya estaban
+formados en las gradas de la Catedral, que se dispersaran, causando
+nuevo motivo de alboroto, de enojo y de sorpresa.<a name="page_237" id="page_237"></a></p>
+
+<p>No relataré minuciosamente las idas y venidas, las palabras vivas y los
+comentarios que entonces entre las autoridades mediaron, y cuál serio,
+formal y grave, fué el corte que tomó el asunto.</p>
+
+<p>«Los diputados de la procesión&mdash;sigo extractando de la <i>Relación</i> y
+otros prebendados acudieron á esperar las religiones, que aun no habían
+salido todas. Los beneficiados, que estaban revestidos para llevar la
+Custodia, con notificación de las censuras, se desnudaron, las Cruces de
+las parroquias se fueron, el clero se aterró y se fué de la Iglesia, las
+más de las cofradías se fueron. Vista esta confusión por todo el pueblo,
+los sacristanes huyendo y las cofradías de la misma suerte, fué tal en
+este punto el tropel y clamor de la voz popular, que se oyeron cosas
+dignas de escribirse...»</p>
+
+<p>«No es posible poder reducir ni hay testimonio con que explicar lo que
+en este trance se vió y oyó, y los milagros por la Divina Magestad, en
+que á vista de tal inquietud y resolución, no permitió que hubiese otra
+cosa que voces.»</p>
+
+<p>Entonces, por orden de la Audiencia, con los que aún no se habían
+dispersado, la procesión siguió con la Hermandad de los Sastres, la de
+san Diego, los capuchinos, los mercenarios, los agustinos y los frailes
+del Carmen, asistiendo también el tribunal de la Inquisición, los
+canónigos y el Asistente, que con harto despecho tuvo que concurrir
+llevando delante á los de las <i>danzas</i>, motivo principal del alboroto y
+los cuales bailaron durante el tránsito, como si nada hubiera ocurrido,
+con general regocijo.</p>
+
+<p>Las cuatro de la tarde eran cuando la procesión regresó al templo
+Catedral, terminando sin otro incidente la fiesta del Corpus de aquel
+día, que dejó memoria entre los sevillanos largo tiempo.<a name="page_238" id="page_238"></a></p>
+
+<h3><a name="LAS_PROCESIONES_DEL_ROSARIO" id="LAS_PROCESIONES_DEL_ROSARIO"></a>LAS PROCESIONES DEL ROSARIO</h3>
+
+<p>Antiguas son en Sevilla las procesiones del rosario que durante las
+primeras horas de la noche y por las madrugadas recorrían las calles de
+la ciudad cantando oraciones, pero los historiadores señalan como la
+época de que arranca el gran apogeo de tales actos religiosos, los
+últimos años del siglo XVII, en que sufrieron notables reformas que
+contribuyeron á su gran desarrollo.</p>
+
+<p>Don Antonio M. Espinosa y Cárcel, dice al hablar del año 1690, que
+«desde este año comenzaron á salir en Sevilla los rosarios con cruz y
+estandarte (ó sin-pecado) y faroles, aumentándose la devoción cada día
+en los términos de grandeza y aparato que hoy (1796) se ven con
+admiración de todos.»</p>
+
+<p>Fué, á creer á los analistas, el rosario de la hermandad de la Virgen de
+la Alegría de san Bartolomé, el primero que salió con sus luces é
+insignias, disputándose con él la antigüedad el de san Pablo, organizado
+por cierto fray Pedro Martín de Ulloa, y á estos dos siguieron
+rápidamente otros muchos que hicieron reformas por entonces.</p>
+
+<p>La constitución de hermandades del rosario tomó gran incremento en
+escaso tiempo, y de entre ellas he de<a name="page_239" id="page_239"></a> citar algunas de las principales,
+como lo fueron las de la Merced, san Roque, el Pópulo, los Dolores, la
+Cruz del Rodeo, los Viejos, san Acasio, san Telmo, la Virgen de los
+Angeles, los Clérigos Menores, santa Ana la Pastora, san Nicolás, san
+Benito y san Alberto.</p>
+
+<p>A más de éstas, había otras muchas de menos importancia, y puede decirse
+que, al mediar la décima octava centuria, no existía en Sevilla iglesia,
+convento, capilla, cruz ó retablo donde no estuviese formada una
+hermandad, que por las noches recorría las calles, más ó menos devota y
+gravemente, con sus campanillas, su cruz, su estandarte y sus grandes
+faroles.</p>
+
+<p>Hacia 1732 el rosario del Sagrario empezó á competir en lucimiento con
+las demás, y en 1735 comenzaron á salir de Santa Cruz los formados por
+mujeres, según las noticias de Enrique Andrade, teniendo también aquel
+año principio, para que nada faltase, uno de niños, al cual dió gran
+impulso un fraile llamado Diego Tomás de los Ríos.</p>
+
+<p>Para que el lector calcule hasta dónde llegó esto de las hermandades de
+rosarios, consignaré tan sólo que entre las de hombres, mujeres y niños
+había en Sevilla 128 en 1758, como así consta en los <i>Anales</i>, y era de
+ver que apenas quedaba noche del año en que no salieran tres ó más á la
+calle, sin contar la más principal y numerosa, que era la que al toque
+del alba salía de la capilla de las gradas de la Catedral, á la que
+estaban afiliados todos los comerciantes del barrio del Sagrario y
+personas de no poca significación.</p>
+
+<p>Tan excesivo número de hermandades daban origen á competencias y
+rivalidades entre unas y otras, por muy varios motivos, y en particular
+las de los barrios bajos, compuestas en su mayoría de gentes de armas
+tomar y<a name="page_240" id="page_240"></a> de mozos del brazo de hierro y de la mano airada, tenían con
+frecuencia en mitad de la calle y entre las sombras de la noche agrias
+disputas y pendencias, donde los devotos venían siempre á las manos,
+propinándose sendos bofetones, palos y farolazos que dieron con justicia
+origen á la fama legendaria que aún todavía conservan los <i>Rosarios de
+la aurora</i>.</p>
+
+<p>Para aquellos nuestros abuelos, era el rosario por la noche una
+distracción como otra cualquiera á falta de alguna más variada, y así se
+explica que antes del devoto ejercicio y durante el tránsito menudeasen
+mucho las libaciones en las tiendas de montañés, y que los hermanos
+estuviesen en no pocas ocasiones muy lejos de guardar aquella compostura
+y devoción que el caso reclamaba.</p>
+
+<p>Los rosarios de mujeres, sobre todo, dieron origen á no pocos excesos,
+en los que más de una vez viéronse obligados á intervenir los
+alguaciles, pues como no todas las hijas de Eva que á ellos concurrían
+hacíanlo sólo por el rezo, y como con frecuencia los mozos de empuje se
+unían á la procesión con intenciones no muy piadosas, resultaban de aquí
+escenas poco edificantes.</p>
+
+<p>Las rivalidades entre los individuos de unas y otras hermandades,
+llegaban á ser á veces terribles y los odios irreconciliables, aunque el
+origen de todo era tan santo, y en cuantas ocasiones podían molestarse
+los hermanos, las aprovechaban con creces, usando de todos los medios.</p>
+
+<p>Como anuncio de los rosarios de madrugada era la salida de los <i>hermanos
+campanilleros</i>, que recorrían en las primeras horas de la noche las
+calles embozados en capas, deteniéndose en determinado punto, y
+entonando coplas de carácter religioso, á las cuales acompañaban<a name="page_241" id="page_241"></a> con el
+repiqueteo de unas campanillas de mano que llevaban al efecto.</p>
+
+<p>Estos <i>campanilleros</i> formaban parte de las mismas hermandades del
+rosario, y eran, por lo general, gente obrera, y algunos llegaban á
+adquirir singular destreza en el manejo de la campanilla.</p>
+
+<p>Los sábados, generalmente, salían á la calle los <i>campanilleros</i> por los
+barrios de la Feria, de la Macarena, de san Bernardo ó de Triana,
+teniendo siempre no pocos curiosos que le rodeaban cuando se detenían á
+echar sus tonadas ante la puerta de alguna casa, de cuyos inquilinos
+recogían buenas limosnas para el culto del rosario.</p>
+
+<p>La música de los <i>campanilleros</i> era extraña y de un singular carácter,
+pero no dejaban de ser menos curiosas las letras de sus coplas, entre
+las cuales las había del tenor siguiente:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">El demonio como es tan travieso</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">agarró una piedra y rompió un farol,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y salieron los padres Franciscos</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y lo apedrearon en el callejón.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">El <i>invito</i> del rey san Fernando</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">luchando con moros, Sevilla ganó,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">con el mundo en la mano derecha</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y en la otra la espada y en la <i>otra</i> el pendón.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Un devoto por ir al rosario</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">por una ventana se quiso tirar,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y la Virgen María le dice:</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">&mdash;Detente devoto, por la puerta sal.</span><br />
+</p>
+
+<p>Todas estas y otras muchas llevaban un estribillo, que se repetía
+cientos y cientos de veces, y el cual era por este estilo:<a name="page_242" id="page_242"></a></p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 4em;">«Devotos, venid;</span><br />
+<span style="margin-left: 3em;">devotos, llegar,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">que la Virgen María nos llama;</span><br />
+<span style="margin-left: 3em;">su santo rosario</span><br />
+<span style="margin-left: 3em;">venid á rezar.»</span><br />
+</p>
+
+<p>Algunos cantores de los <i>campanilleros</i> llegaron á adquirir cierta
+celebridad, no sólo en la hermandad á que pertenecían, sino en todo el
+barrio, principalmente en los tiempos en que más en auge estuvieron,
+entablándose en no pocas ocasiones competencias muy empeñadas entre los
+cantores de una parroquia y los de otra, competencias de las cuales
+resultaron algunas veces disgustos y altercados.</p>
+
+<p>A fines del siglo XVIII y á la primera mitad del XIX, el tipo del
+hermano campanillero era popularísimo en Sevilla y el nombre de alguno
+de ellos ha pasado á la posteridad, como ocurrió con el llamado Felipe
+<i>Batato</i>, de quien decía la copla:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«Si lo llaman <i>pa</i> ir al rosario</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">dice que está enfermo, que no puede ir;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">si lo llaman <i>pa i</i> á la taberna,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">dice que se esperen, que se va á vestir.»</span><br />
+</p>
+
+<p>En los primeros años del siglo XIX comenzó en Sevilla la decadencia de
+los rosarios nocturnos, que después de los tres años de invasión
+francesa no volvieron ya á su antiguo esplendor, y disueltas ó
+extinguidas más tarde las hermandades, sólo queda como menguado recuerdo
+de aquellos actos de religión, en que nuestros abuelos pasaban el
+tiempo, el rosario de la aurora, que aún sale tres veces al año de la
+capilla de la Angustia, en las gradas de la Catedral.<a name="page_243" id="page_243"></a></p>
+
+<h3><a name="LA_BEATA_BRIGUELA" id="LA_BEATA_BRIGUELA"></a>LA BEATA BRIGUELA</h3>
+
+<p>Catalina Briguela tenía por nombre y era natural del Puerto de Santa
+María, donde vivió algún tiempo y en diversas temporadas en Sevilla,
+población en que llegó á ser muy conocida por la gente devota y en donde
+vino al fin y á la postre á sufrir mal de su grado, infamante pena y
+duro castigo.</p>
+
+<p>El día 18 de Diciembre de 1695, el pueblo que acudió á la iglesia de
+santa Ana de Triana, donde la Inquisición celebró auto público de fe,
+vió salir á Catalina Briguela en unión de cinco mujeres y dos hombres
+que por sus pecados se vieron en tan apurado trance.</p>
+
+<p>El delito de que se acusaba á la Briguela era grave, pues según resultó
+de la lectura de la causa, desde la edad de siete años había la mujer
+mantenido <i>pacto con el demonio</i>, edad harto temprana, que prueba cuánta
+era la precocidad de la niña y cuán varios son los caprichos del Satan,
+que hace diabluras como estas de escoger criaturas para echarles la
+garra.</p>
+
+<p>El tribunal de la Inquisición sentenció á Briguela á sufrir doscientos
+azotes por las calles de la ciudad á hacer<a name="page_244" id="page_244"></a> duras penitencias por
+determinado tiempo y á ocho años de destierro de los cuatro reinos de
+Andalucía.</p>
+
+<p>La vida de la reo no dejaba de ofrecer incidentes curiosos, que todos se
+pusieron bien en claro durante las diligencias del proceso, en el que
+declararon muchas personas que juraron gravemente haber sido testigos de
+cuán formal y estrecho era el pacto que tenía la reo hecho con el
+diablo.</p>
+
+<p>Parece que la moza, que era beata de hábitos, no sólo se contentaba con
+su pacto diablesco, sino que inducía á las jóvenes á que se entregasen á
+Satanás, sin duda porque á ella le iba muy bien con aquella compaña.</p>
+
+<p>En el Puerto de Santa María y en Sevilla, María Briguela reunía en su
+casa á personas adictas, y con ellas se entretenía en prácticas de
+hechicerías, las cuales no se celebraron con tanto misterio que no
+trascendiesen al vecindario, con gran escándalo para todos, pues el
+demonio parece que tomaba parte en aquellas reuniones, no sólo para
+cosas contrarias á la religión, sino para excitar á sus poseídos á las
+mayores desvergüenzas y deshonestidades.</p>
+
+<p>Vivió la beata mucho tiempo de ésta tan torcida manera y sin apartarse
+del mal camino, siendo muy frecuente en ella las visiones y los
+transportes, los cuales le acometían con frecuencia, causando la mayor
+admiración en cuantos la rodeaban y que quedaban suspensos de verla
+revolverse por los suelos, dar grandes gritos, agitarse toda y sufrir
+las mayores crueldades.</p>
+
+<p>Cuando volvía en conocimiento la beata, contaba cosas estupendas á sus
+amigas, y relataba sus conversaciones con Luzbel, y las confidencias que
+éste les hacía en las cuales trataba con la mayor llaneza de las cosas
+pasadas,<a name="page_245" id="page_245"></a> presentes y futuras, dejando tales relaciones con la boca
+abierta á todos los incautos que las oían.</p>
+
+<p>Farsa burda era aquella en que la Briguela no dejaba de sacar provecho,
+pues que siempre tenía quien la regalase, por tal de oirla.</p>
+
+<p>El año 1690 parece que vino á unirse con Catalina otra mujer que también
+andaba en esto del pacto con el demonio, y no es cosa de relatar los
+estragos que en algunas almas sencillas hicieron con sus malas artes y
+con sus abominaciones.</p>
+
+<p>De esto vino la perdición de la ilusa, pues un pariente de cierta moza á
+quien habían ganado para sus hechicerías, denunció á la Briguela al
+tribunal de la Inquisición, quien la puso en sus cárceles en 1693, donde
+permaneció hasta el 18 de Diciembre del citado 1695 en que salió en
+santa Ana en público como lo cita Montero de Espinosa en su <i>Colección
+de autos que llamaban de fé</i>.<a name="page_246" id="page_246"></a></p>
+
+<h3><a name="EL_VERDUGO_AZOTADO" id="EL_VERDUGO_AZOTADO"></a>EL VERDUGO AZOTADO</h3>
+
+<p>No siempre había de ser el verdugo el que azotase á los reos, y por eso
+en cierta ocasión fué el propio verdugo el que salió á la vergüenza
+pública montado en el borrico y sufriendo sobre sus espaldas los golpes
+de la penca.</p>
+
+<p>Esto ocurrió en 1698 el día 10 de Octubre, y la causa del castigo fué
+que el tal verdugo tenía el feo vicio de la blasfemia, costándole las
+palabras gruesas que en una ocasión dijo, 200 azotes dados tan á
+conciencia, que el hombre estuvo curándose largo tiempo y á punto de
+perder la vida.</p>
+
+<p>El azotado verdugo se llamaba Onofre Bartola y era hombre de historia un
+tanto original, que bien merece recordarse. En una ocasión prendió la
+justicia á varios ladrones, y uno de ellos, hombre despejado, á lo que
+se vió, suplicó con grandes instancias le concediesen la plaza de
+ejecutor de la justicia, y como quiera que á la sazón ésta se hallaba
+mal servida porque el verdugo andaba enfermo y achacoso, y el
+solicitante, que era el propio Onofre, ofreció desempeñar el puesto por
+la mitad del sueldo, le fué encomendado; pero tantas fueron las
+bellaquerías y malas acciones que cometió á partir de entonces, que la
+Audiencia lo condenó á cárcel perpetua, y á no salir de<a name="page_247" id="page_247"></a> ella sino
+cuando tenía que ejercer su triste misión, muy escoltado, y así que daba
+fin de ella volvían á encerrarle.</p>
+
+<p>Parece que en la prisión, como su espíritu era inquieto y turbulento,
+traía siempre revueltos á los demás presos, gente de la hería, nada
+pacífica ni sosegada, y esto dió motivo á que, denunciado por blasfemo
+horrendo, saliese un día por las calles de Sevilla á sufrir los
+infamantes azotes; y no quedó aquí el castigo, sino que la Inquisición
+lo reclamó y le hizo á fin de 1699 salir en auto público, encorozado y
+con una mordaza, enviándolo luego á sufrir seis años de galeras.</p>
+
+<p>Del tiempo en que estaba preso el ínclito Onofre he encontrado la
+curiosa noticia en el Archivo Municipal en la Carpeta 39 de Acuerdos
+para librar de 1699 y que puede servir de dato para ilustrar la vida del
+azotado verdugo:</p>
+
+<p>«En la muy noble y leal ciudad de Sevilla, en sábado 11, días del mes de
+Abril de 1699, en el Cabildo que la ciudad tuvo y celebró este día en
+que se juntaron sus señorías el señor marqués de Valdehermoso, Asistente
+de esta ciudad y algunos de los caballeros veinticuatro y jurados según
+costumbre, fué leído un memorial dado por Onofre Bartola en que dice
+está ejerciendo el oficio de ejecutor de la justicia y que se halla
+preso en la cárcel real, y sumamente pobre, suplica á la ciudad lo
+admita por tal ejecutor, señalándole lo que es estilo y socorriéndole
+por ahora con lo que la ciudad fuese servido, en que recibiría merced; y
+visto por la ciudad y por su señoría el señor Asistente se acordó de
+conformidad remitir el dicho memorial á los señores tenientes para que
+hagan informe sobre su contenido y que al dicho Onofre Bartola se le
+diesen por ahora <i>cien reales</i> por cuenta del salario de ejecutor de la
+justicia que se le hubiere de señalar, siendo á propósito<a name="page_248" id="page_248"></a> para ello y
+que se tenga presente en la contaduría esta libranza para cuando llegue
+el caso, etc.»</p>
+
+<p>Cumpliendo en las galeras la condena que se le impuso después del auto
+de fe murió Onofre Bartola, y así tuvo fin la airada vida de aquel
+ejecutor de la justicia, que fué á la par reo y verdugo.</p>
+
+<h3><a name="LOS_HERMANOS_DEL_PECADO_MORTAL" id="LOS_HERMANOS_DEL_PECADO_MORTAL"></a>LOS HERMANOS DEL PECADO MORTAL</h3>
+
+<p>En el siglo XVIII y aun á principios del XIX, interrumpía, durante las
+noches, el silencio de las calles de Sevilla, una voz lúgubre y monótona
+que más de una vez despertaba á los pacíficos vecinos y llevaba el
+terror á los chiquillos que descansaban en sus casas.</p>
+
+<p>Aquella voz era la de los hermanos de la <i>Congregación del santo celo
+por la salvación de las almas y conversión de las que están en Pecado
+Mortal</i> (que tal era su título), hermanos que con un cepillo de madera
+colgado á la cintura para las limosnas, una campanilla y una linterna,
+correteaban la ciudad desapareciendo cuando las primeras luces del nuevo
+día comenzaban á iluminar el cielo.<a name="page_249" id="page_249"></a></p>
+
+<p>Poco después de la <i>Queda</i> salían los hermanos, que tenía cada uno de
+ellos la misión de recorrer un barrio, del que llegaban á conocer todos
+sus rincones, encrucijadas y callejas; iban por entre las sombras con
+paso reposado y lento, y en determinados lugares se detenían y bajando
+el embozo de la capa, con tono quejumbroso gritaban:</p>
+
+<p>&mdash;<i>¡Para hacer bien y decir misas por los que están en pecado mortal!</i></p>
+
+<p>A este grito agitaban la campanilla, no faltando, por lo regular, de
+allí á poco, la voz de un vecino que entreabría la ventana, y al <i>tome
+hermano</i>, arrojaba alguna moneda á nuestro hombre, que seguía su camino
+impasible á otro y otros sitios, donde repetía su pregón y sus
+campanillazos, entonando algunas veces una á manera de <i>saeta</i>, del
+tenor siguiente:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«Si en esta noche murieres,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">hombre que estás en pecado</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">¡considera dónde fueres!»</span><br />
+</p>
+
+<p>La tal congregación del <i>Pecado mortal</i>, fué creada en Sevilla hacia
+1723, siendo su principal organizador un librero de Marchena,
+establecido en la calle Génova, el cual, en unión de otros devotos,
+formaron los estatutos y reglas, estableciéndose en la iglesia del
+convento de san Francisco, donde más tarde costearon una Virgen de la
+Esperanza, pues á ésta y al <i>Cristo Coronado de Espinas</i>, tenían por
+patronos los congregantes.</p>
+
+<p>El 9 de Abril del año de 1724 fué la primera noche en que los hermanos
+del <i>Pecado Mortal</i> salieron por las calles á recoger limosnas, y éstas
+debieron darles buenos resultados, pues en pocos años llegaron á reunir
+un fondo bastante considerable, el cual aplicaban, entre otros objetos,
+á casar á los enamorados que vivían maritalmente,<a name="page_250" id="page_250"></a> para <i>sacarles del
+pecado</i>, como cándidamente escribe un autor.</p>
+
+<p>La congregación del <i>Pecado Mortal</i>, salía anualmente de misiones por
+las parroquias de san Julián, san Marcos, san Ildefonso y Omnium
+Sanctorum, á donde iba en procesión, y en las que sermoneaban largo y
+tendido los frailes franciscanos, que se entraban y salían por las casas
+de esas populosas collaciones, con el propósito de limpiar de pecado al
+vecindario.</p>
+
+<p>Los hermanos que paseaban las calles para recoger las limosnas eran de
+los de más ánimos y presencia, pues había que tener ambas cosas para
+andar de noche por la ciudad en invierno y verano, expuestos á más de un
+percance y á las varias asechanzas y lances que entonces á cada paso se
+ofrecían.</p>
+
+<p>Los criminales y malhechores, los vagos y pájaros de cuenta, que vagaban
+por calles y plazas, tenían en el pregón del <i>Pecado Mortal</i> un aviso
+que le daba el alto en sus fechorías, y más de una vez en el hermano un
+testigo mudo de sus actos.</p>
+
+<p>Esta antipática y lúgubre figura de la campanilla y el pregón
+desaparecieron por completo hace ya más de noventa años, pero la
+congregación del <i>Pecado Mortal</i> siguió y puede decirse que aún
+subsiste.</p>
+
+<p>Cuando en 1840 fué derribado el convento de san Francisco, se
+trasladaron los hermanos al templo de san Ildefonso, y de allí fueron
+más tarde al de San Buenaventura, donde todavía y anualmente organizan
+algunas misiones por los pueblos de la provincia misma, que por lo
+general, pasan inadvertidas y en nada consiguen llamar la atención.</p>
+
+<p>La congregación de <i>El santo celo por la salvación de las almas y
+conversión de los que están en pecado mortal</i>, fué<a name="page_251" id="page_251"></a> de aquellas
+instituciones religiosas que dieron una nota gráfica la España negra y á
+la sociedad supersticiosa de nuestros abuelos, aunque parezca extraño y
+con cierto orgullo se envanecen algunos autores de que Sevilla fué la
+primera que la tuvo entre las capitalas de España.</p>
+
+<h3><a name="UN_PARTIDARIO_DEL_ARCHIDUQUE_DE_AUSTRIA" id="UN_PARTIDARIO_DEL_ARCHIDUQUE_DE_AUSTRIA"></a>UN PARTIDARIO DEL ARCHIDUQUE DE AUSTRIA</h3>
+
+<p>La guerra de sucesión, tan funesta para España, hizo, como sucede en
+casos tales, multitud de víctimas fuera de los campos de batalla, y más
+en aquella en que el número de partidarios de la causa del archiduque de
+Austria era en un principio mayor que el de los Borbones.</p>
+
+<p>Esto ocurrió también en Andalucía, donde se conspiró un buen tiempo, si
+bien luego tratóse de borrar las huellas de tales pasos, y siendo tal
+vez no pocos de los que luego prestaron acatamiento á Felipe V, los que
+promovieron y fomentaron ocultamente las conjuras.</p>
+
+<p>Uno de los individuos que en Sevilla se señaló más<a name="page_252" id="page_252"></a> entre los
+partidarios del archiduque fué D. Cristóbal Guerrero de Aguilar, el cual
+tenía el destino de administrador de la sal, y era además uno de los más
+distinguidos familiares de la Inquisición por su noble alcurnia y la
+posición que ocupaba.</p>
+
+<p>Guerrero de Aguilar mezclóse en todos los manejos contra la dinastía de
+Borbón, y estableció correspondencias con muchas personas significadas,
+siendo durante los años 1702 y 1703 uno de los más activos agentes de la
+casa de Austria.</p>
+
+<p>En los comienzos de 1704, D. Cristóbal fué preso por haberse probado que
+en uno de los frecuentes viajes que por entonces hizo, había traído
+varias cartas, documentos y alocuciones del famoso cardenal Cienfuegos,
+los cuales estaban dirigidos á excitar los ánimos de autoridades,
+comunidades y personas significadas, en contra de la nueva dinastía.</p>
+
+<p>Juzgado Guerrero de Aguilar por su delito, ninguna clemencia tuvieron
+para él los jueces, condenándolo á muerte después de algún tiempo de
+prisión y de haber practicado muchas y enojosas diligencias en
+averiguación de los que en Sevilla parecían estar en contacto con el reo
+y favorecer sus trabajos.</p>
+
+<p>El administrador de la sal fué ahorcado en la plaza uno de los primeros
+días de Mayo de 1774, y en la noche de su muerte una procesión de
+frailes de san Francisco subió al patíbulo, descolgó el cadáver, lo
+amortajó allí mismo, y colocándolo en un féretro, después de entonar
+largas salmodias, lo condujeron al convento más próximo, donde le dieron
+sepultura.</p>
+
+<p>Esto fué muy comentado en la ciudad, pues de los frailes franciscanos de
+la Casa Grande se decía, no sin fundamento, que eran partidarios del
+Archiduque, y aun<a name="page_253" id="page_253"></a> que habían enviado en diversas ocasiones ocultamente
+cantidades crecidas para el sostenimiento de las tropas enemigas de la
+casa de Borbón.</p>
+
+<h3><a name="PROFANACION" id="PROFANACION"></a>PROFANACIÓN</h3>
+
+<p>El día 16 de Junio de 1718, fiesta del Corpus, una vecina de la
+collación de San Vicente, llamada Juana Teresa Parrado, y la cual era
+criada del convento del Dulce Nombre de Jesús, robó la sagrada forma del
+viril, guardándola en su pecho, y después de partirla, la colocó sobre
+un altar de Jesús Nazareno.</p>
+
+<p>Esta profanación que, como es de suponer, causó gran escándalo en
+Sevilla, fué consignada por algunos escritores en papeles y hojas
+sueltas, y la autora del hecho fué presa y llevada á la Inquisición,
+donde sufrió castigo, saliendo en auto público de fe el 10 de Diciembre
+de 1719, condenándosela á doscientos azotes y á destierro, y en
+desagravio de la Divinidad se hicieron luego numerosas funcionos en los
+templos de Sevilla.<a name="page_254" id="page_254"></a></p>
+
+<p>Juana Parrado, según las relaciones coetáneas, no era una cualquiera
+como parece, pues, tenía nada menos que pacto con el demonio, á quien
+<i>trataba con mucha llaneza</i>, y me parece de verdadera curiosidad para
+conocer detalles de aquella individua y del suceso que la hizo célebre,
+reproducir estas líneas del manuscrito de fray José de Muñara, y que no
+dejan de ser donosas.</p>
+
+<p>En ellos después de relatar el sacrilegio cuenta como fué descubierto y
+da á conocer quien era la autora, en esta forma:</p>
+
+<p>«...El día siguiente (17 de Junio) subió el sacristán á renovar una
+bujía de cera junto al viril y reparó faltaba la Sagrada Hostia; dió
+aviso á los sacristanes y entristeciéronse las monjas y hicieron
+rogativas, disponiendo se consagrase una Hostia y se colocase en el
+viril para manifestar á S. M. en la misa mayor. Una religiosa llamada la
+madre Espíritu Santo hizo oración con muchas lágrimas delante de una
+santa imagen de Jesús Nazareno que está en un altar (<i>en blanco</i>) y vió
+sobre los manteles del altar media Hostia; dió aviso y el capellán
+registró el altar y halló la otra mitad de la Hostia debajo de los
+manteles del mismo altar y creyendo era aquella la misma Hostia que
+estuvo en el viril la puso en unas corporales y un sacerdote la consumió
+en la misa. Estaba en el convento sirviendo una mujer mulata llamada
+Juana Teresa Parrado, de quien las monjas tenían muchas sospechas de que
+era mala cristiana y dando aviso al señor visitador que es nombrado por
+el duque de Medina Sidonia para este convento por privilegio especial
+del Papa, hizo sus obligaciones, y negando la dicha mulata con alguna
+turbación, fué dada cuenta al señor provisor, siendo amenazada la mulata
+si no confesaba la verdad, que sería castigada y atormentada, dijo que
+la mañana del<a name="page_255" id="page_255"></a> dicho día 17 de Junio muy temprano <i>el Demonio la sacó
+por la reja de una tribuna y teniéndola en el aire junto al viril le
+dijo sacase la Sagrada Hostia y se la entró en el seno y habiéndola
+vuelto el Demonio á la tribuna había ella partido la Hostia y
+arrojándola sobre el referido altar</i>. Los señores inquisidores formaron
+autos, y vista la declaración de la mulata la llevaron á sus cárceles:
+allí confesó <i>hacía muchos años que vivía con mucha llaneza y
+familiaridad con el Demonio, el cual en forma de hombre la acariciaba y
+se acostaba con ella en su cama</i> (¡!) no declaró otros delitos sino los
+referidos de que resultaba huir de los santos sacramentos y oir misa sin
+veneración y atención.» (<i>Antigüedades y novedades sevillanas.</i>)</p>
+
+<p>Juana Teresa Parrado, que tenía veinte y ocho años de edad, después de
+salir en auto, que se celebró en san Pablo, como dije al principio, en
+10 de Diciembre de 1719; á los comienzos del siguiente corrió las calles
+de la ciudad sufriendo los doscientos azotes impuestos posando luego al
+destierro, donde quizá continuara su <i>llaneza y familiaridad con el
+Demonio</i>, pues como cándidamente apunta Matute en sus Anales, la
+mulatita «se afirmaba que desde niña había tenido pacto con él.»<a name="page_256" id="page_256"></a></p>
+
+<h3><a name="TRAJES_Y_ADORNOS" id="TRAJES_Y_ADORNOS"></a>TRAJES Y ADORNOS</h3>
+
+<p>Cuando al oscurecer del día 27 de Noviembre de 1723 los vecinos de
+Sevilla se disponían á recogerse en sus casas para entregarse al reposo
+se vieron sorprendidos por el ruído que por varias calles promovía el
+toque de trompetas y atabales, el paso de caballos y las voces de no
+poco concurso que rodeaban á los ginetes.</p>
+
+<p>La causa de todo aquello era la siguiente. Por la tarde se había
+recibido de Madrid un pliego conteniendo la <i>Pragmática sanción que su
+majestad mandaba observar sobre trajes y otras cosas</i>, fechada en San
+Ildefonso á 15 días del mismo mes, y el Asistente que lo era don Alonso
+Pérez de Saavedra, marqués de la Jarosa, apenas hubo recibido el
+documento, había convocado á cabildo con gran prisa, para dar cuenta de
+él, y como su señoría consideraba de mucha urgencia que la orden real
+llegase á conocimiento de todos, se comisionó allí mismo al marqués de
+Gandul para que, aunque fuese de noche, se publicara la pragmática con
+todas las solemnidades de rúbrica.</p>
+
+<p>En efecto, se organizó la comitiva para la ceremonia, figurando en ella
+el teniente de Asistente don Isidoro<a name="page_257" id="page_257"></a> Palomino, el pregonero Sebastian
+Francisco, los alguaciles de los Veinte, los trompetas y atabales.</p>
+
+<p>El primer pregón dióse, como de costumbre, á las puertas del
+Ayuntamiento, siguiendo los otros ante la Audiencia, el palacio
+Arzobispal, el Alcázar, y el barrio de la Feria, siendo necesario que
+algunos mozos, con antorchas, alumbrasen al pregonero, que se
+desgañitaba en medio del camino por enterar al vecindario, cómo quería
+Felipe V que se vistieran sus vasallos de allí en adelante.</p>
+
+<p>La tal pragmática sobre trajes, aunque reproducía algunas disposiciones
+de otras, era más estrecha y tenía nuevas y grandes disposiciones que no
+dejan de ser curiosas y que causaron no poco disgusto á los galanes
+sevillanos, muy dados al lujo en sus trajes y personas.</p>
+
+<p>El rey prohibía que se usase más de encajes finos, cintas de plata y
+oro, terciopelos rayados, etc., como no fuera con cierta moderación muy
+limitada; añadía que los menestrales, barberos, labradores y especieros
+no podían llevar vestidos de seda, y vedaba en absoluto que ni hombres
+ni mujeres luciesen aderezos y adornos de piedras falsas, que entonces
+se labraban con gran perfección, imitando á los legítimos.</p>
+
+<p>Las libreas que habían de llevar los pajes, lacayos y criados se mandaba
+que fuesen del menor lujo posible, mencionándose también el número que
+había de haber de éstos y sus trajes en ciertas ocasiones.</p>
+
+<p>En cuanto á las galas femeninas, decía Felipe V casi ruborizado:</p>
+
+<p>...«Por cuanto son muy de mi real desagrado las <i>modas escandalosas en
+trajes de mujeres</i> y contra la modestia y decencia que en ellos se debe
+observar, ruego y encargo á todos los obispos y prelados de España que,
+con<a name="page_258" id="page_258"></a> celo y discreción, procuren corregir estos excesos y recurran en
+caso necesario á mi Consejo, donde mando se les dé todo el auxilio
+conveniente.»</p>
+
+<p>Pero no era en los trajes únicamente en lo que aquel rey disponía, sino
+que, con el propósito de disminuir el número de carruajes, que debían
+estorbarle, dictaba severas disposiciones contra los adornos, pinturas y
+galas que solían ponerse en las carrozas, literas, calesas, estufas,
+etc., no dejando de ser donoso el que señalaba las personas á quienes
+estaba permitido andar en coche y las que lo tenían vedado, en esta
+forma:</p>
+
+<p>...«No podrán tener coches... <i>los alguaciles de corte, escribanos de
+provincia y número</i>, ni otros ningunos, ni tampoco lo han de poder tener
+los <i>notarios, procuradores, agentes de pleitos y de negocios</i>, los
+<i>recaudadores</i>, si no es por otro título, y tampoco lo podrán tener ni
+los <i>mercaderes con tienda abierta, ni los de lujos, plateros, maestros
+de obras</i>, etc.»</p>
+
+<p>En fin, para que nada faltase en que el rey interviniera, ponía tasa á
+lo que á los novios les diese gana de regalar á sus prometidas,
+marcándoles hasta dónde podían llegar en sus dádivas, diciendo: «por
+cuanto exceso de joyas y vestidos, y otras cosas que se daban y hacen al
+tiempo del desposorio... ninguna persona de cualquier estado, calidad y
+condición que fuere, pueda dar ó diere á su esposa y mujer en joyas y
+vestidos en causa alguna más que lo que montase la octava parte del dote
+que de ella recibiese.»</p>
+
+<p>Hasta 29 artículos tenía la famosa pragmática, que se mandó cumplir con
+tanto rigor, que allí se ordenaba que el que la desobedeciese tendría de
+pena <i>por la primera vez cuatro años de presidio cerrado á África, y por
+la segunda ocho años de galeras</i>.<a name="page_259" id="page_259"></a></p>
+
+<p>El Asistente conde de la Jarosa, que tanto se apresuró á pregonar las
+órdenes reales, como antes dije, no fué menos severo en su cumplimiento,
+haciendo practicar escrupulosos registros con frecuencia, y por
+sastrerías, tiendas de ropas y cocheras, y sin que tuviera consideración
+alguna á los intereses que perjudicaba, descargó toda su justicia sobre
+obreros, artesanos y fabricantes, que respiraron con satisfacción cuando
+dejó su cargo, tres años después, en 1725.</p>
+
+<p>Y para que se viera que él era el primer cumplidor de la pragmática,
+como quiera que en ella se ordenaba que todas las autoridades y
+justicias vistieran de negro, en el primer cabildo que la ciudad celebró
+el 7 de Diciembre de 1723, se presentó todo enlutado, empuñando su vara,
+y obligó á que con igual traje negro fuesen todos los caballeros, desde
+el escribano Castillo hasta el último portero.<a name="page_260" id="page_260"></a></p>
+
+<h3><a name="TORIBIO_DE_VELASCO" id="TORIBIO_DE_VELASCO"></a>TORIBIO DE VELASCO</h3>
+
+<p>Al ocuparme en páginas anteriores de la asociación del Niño Perdido que
+existió el siglo XVI, algo dije del lamentable abandono en que estaba en
+la antigüedad la infancia desvalida. Las calles veíanse continuamente
+llenas de muchachos que, sucios, andrajosos y hambrientos, crecían
+abandonados á sus instintos, sin que ni las autoridades eclesiásticas ni
+las civiles, ni otras corporaciones, se cuidasen de atender á ellos,
+apesar de que de tan pingües rentas disponían.</p>
+
+<p>Aquellos infelices, de cuya educación nadie se ocupaba, vivían de la
+manera más miserable, comían cuando encontraban donde robarlo, dormían
+al raso, y en su infantil edad, el continuo roce con gente perversa y el
+abandono de toda educación tenían harto prematuramente prostituidas sus
+almas y enviciadas y torcidas sus conciencias; pues los tales
+rapazuelos, que por los sitios públicos enseñaban sus miserias, podían
+ser maestros en raterías, licenciados en la carrera rufianesca y carne
+dispuesta para consumirse en la horca, en las galeras ó en los
+presidios.</p>
+
+<p>Esto, que tanto daño venía á traer á la sociedad y<a name="page_261" id="page_261"></a> que tan poco hablaba
+en favor de la cultura, mal era al que debía ponerse remedio, y aunque
+algunos sobre ello parasen mientes, nadie de significación llevó á la
+práctica ninguna medida, y vino á partir la obra bienhechora, como
+algunas veces sucede, del más débil y del que con menos medios parece
+contar para llevarla á cabo.</p>
+
+<p>Y así fué entonces. Un pobre hombre, de humilde posición, sin trato
+social y sin carrera alguna, de ilustración escasísima, pero de alma
+buena y sensible, movido de un noble sentimiento de humanidad, solo y
+sin apoyo, hízose al comenzar el siglo XVIII, el verdadero protector de
+la infancia desvalida, que á los poderosos ningún interés prestaba.</p>
+
+<p>Era aquel hombre natural de la parroquia de San Pedro de Píneres, del
+Concejo de Haller (obispado de Oviedo), llamábase Toribio de Velasco y
+Alonso, había venido á Sevilla de joven y no tenía otro oficio que
+vender por las calles añalejos, estampitas, novenas, romancillos ó
+pliegos de aleluyas, con cuyas escasas ganancias atendía á su frugal
+alimento y á pagar su modesto cuarto, que en una pobre casa de la calle
+del Peral le servía de morada.</p>
+
+<p>Toribio de Velasco, que por andar siempre de plaza en calle, era testigo
+de aquel abandono en que los infelices desvalidos yacían, comenzó á
+mezclarse entre los muchachos, y con palabras dulces y persuasivas,
+procuraba atraerse á los más pequeños y menos maleados, regalándoles
+estampas y dulces, y haciéndoles que les prestasen ya alguna atención, y
+al aire libre, recitábales la doctrina ó algunas máximas de moral de las
+más sencillas.</p>
+
+<p>Así anduvo nuestro buen hombre por los años de 1720 y 24 y era muy
+frecuente encontrarlo por la mañana<a name="page_262" id="page_262"></a> y tarde, ya en el monte del
+Baratillo, bien junto á una puerta, ó bien en medio de una plazuela
+rodeado de muchachos á los cuales daba enseñanza, y tan de la confianza
+de algunos fué haciéndose Toribio con paciencia y dulzura, que las horas
+en que tenía costumbre de dar su lección, poníase en el extremo de una
+calle ó plazoleta y allí sacaba de debajo de su capa raída y sucia una
+campanilla que agitaba con fuerza, y á su toque se veían de distintas
+partes acudir á los niños, que más de una vez dejaban instintivamente el
+juego para rodear al pobre montañés y escuchar sus toscas palabras.</p>
+
+<p>Ni las burlas de los incorregibles ni lo penoso de la espontánea tarea,
+hiciéronle flaquear, llegando á conseguir, después de muchos meses, que
+varios de los muchachos fueran á su pobre casa de la calle del Peral,
+con lo que ya pudo decir que había echado los cimientos á su futuro
+instituto.</p>
+
+<p>Allí atrajo también á algunos hijos de vecinos pobres, y con las
+limosnas que él mismo pedía, y sacrificando sus escasísimos ahorros,
+pudo luego alquilar un departamento en una casa de vecindad de la
+Alameda, donde en Julio de 1725 llegó á reunir, con cierto carácter de
+escuela, á muchos niños, consiguiendo también comprar vestidos á 18 de
+los más abandonados, los cuales se recogieron y allí pasaron las
+primeras clases de enseñanza.</p>
+
+<p>Había por entonces ya cundido la noticia de la meritoria obra de Toribio
+de Velasco y llegado á oídos del arzobispo y del Asistente, y entonces
+una persona interesada en ello, sin dar su nombre, envió á la casa 50
+ducados, con lo que puede decirse que comenzaron sus fondos.</p>
+
+<p>Tan rápidos fueron en adelante los progresos del benéfico
+establecimiento, y tanta la actividad desplegada<a name="page_263" id="page_263"></a> por su fundador, que
+aquél hubo de trasladarse á edificio más amplio en la calle Real de san
+Marcos, al sitio de la Inquisición Vieja, y un escritor sevillano dice á
+este propósito:</p>
+
+<p>«Apesar de no contar con ninguna renta, el número de niños crecía por
+manera, que llegaban en el año de 1727 á ciento, por lo que fué
+necesario trasladarse.... y proveerse de maestros de escribir y contar,
+y aun de gramática latina, por si alguno se inclinaba al estado
+eclesiástico: también se dispusieron talleres en que aprendiesen los
+oficios de zapateros, sastres, polaineros, cardadores de lana y otros de
+primera necesidad, de lo que, informado el rey, lo socorrió con diez mil
+pesos, y además mandó á la Ciudad que le proporcionaran sitio apropósito
+para que labrase casa, cuyo real decreto fué cumplido, señalándose una
+bien espaciosa fuera de la puerta de Triana, como quiera que ya constaba
+de ciento y cincuenta niños, cuya subsistencia se apoyaba sólo en la
+caridad sevillana.»</p>
+
+<p>No llegó Toribio de Velasco á ver instalada su casa en dicho punto, pues
+anciano y enfermo, murió en la tarde del día 23 de Agosto de 1730,
+siendo trasladado con gran pompa su cadáver desde la calle Real de san
+Marcos, al convento de san Pablo, en que fué sepultado, y en su
+testamento dejó elegido sucesor de su puesto á un su compañero que le
+había ayudado hasta allí, llamado Antonio Manuel Rodríguez, el cual
+procuró durante el tiempo que estuvo al frente del establecimiento,
+seguir las huellas del fundador.</p>
+
+<p>En 1738, no habiendo podido realizarse el proyecto del edificio en las
+afueras de la puerta de Triana, se trasladó la escuela á una casa de la
+Calzada á la Cruz del Campo, de donde pasó en 1776 á ocupar el edificio
+de san Hermenegildo,<a name="page_264" id="page_264"></a> residencia que fué de los jesuítas, donde estuvo
+hasta que se trasladó en 1785 á la plaza de Pumarejo y á un espacioso
+edificio, en que permaneció hasta su extinción, primero en 1823 y
+completa en 1836.</p>
+
+<p>Puede decirse que, cuando el heredero de Toribio de Velasco, Antonio
+Manuel, dejó la casa en 1749, comenzó á decaer tan útil establecimiento,
+que desde entonces administró un eclesiástico del que dice Matute que
+«de cuyo poco celo é inteligencia, resultó un lastimoso atraso,
+habiéndose reducido á 50 el número de niños.... y se puede asegurar que
+(el establecimiento) jamás volvió á ver los felices días de su
+fundación.»</p>
+
+<p>No son muy abundantes las noticias que existen de la primitiva fundación
+del hermano Toribio, y las más importantes á más de las que dan Asensio,
+Collantes y los papeles del conde del Aguila, se encuentran en un libro
+que vió la luz en Madrid en 1766, escrito por el padre Baca y cuyo
+título es el siguiente:</p>
+
+<p>&mdash;«<i>Los toribios en Sevilla breve noticia de la fundación de su
+hospicio, su admirable principio, sus gloriosos progresos y el infeliz
+estado en que al presente se halla: su autor el M. R. P. Fr. Gabriel
+Baca, de la orden de la Merced, etcétera.</i> La da á luz para ejemplo y
+acción de gracias al Todo-Poderoso, D. Miguel Carrillo, canónigo de
+aquella santa Patriarcal Iglesia, y la dedica al rey nuestro señor, como
+padre el más poderoso de sus vasallos pobres y desvalidos.&mdash;Madrid,
+etcétera, 1766.»</p>
+
+<p>Nada más que una confusa memoria queda hoy de aquel bienhechor de los
+niños desvalidos, de aquel pobre Toribio de Velasco, que con alma
+cándida y buena, llevó á cabo en nuestra ciudad una de las obras más
+meritorias que pueden darse.... Sevilla no ha dedicado hasta ahora un
+solo recuerdo al que hizo bien desinteresadamente; y<a name="page_265" id="page_265"></a> en la población
+donde tantos nombres que nada dicen se ostentan en las vías públicas,
+aún no se ha ocurrido á nadie siquiera el poner á una calle el nombre de
+<i>Toribio de Velasco</i>.</p>
+
+<h3><a name="LA_FIESTA_DE_LOS_SASTRES" id="LA_FIESTA_DE_LOS_SASTRES"></a>LA FIESTA DE LOS SASTRES</h3>
+
+<p>El gremio de sastres, que siempre ha sido muy numeroso en Sevilla,
+cuando el viaje á esta ciudad de Felipe V en 1729, se propuso obsequiar
+al rey, ardiendo en entusiasmo monárquico de tal modo y manera, que en
+su obsequio dejase atrás cuanto en el mismo sentido pudieran hacer
+otros.</p>
+
+<p>Así fué que nada se les ocurrió á los buenos alfayates que formaban la
+Hermandad de san Mateo, más ingenioso que el organizar una cabalgata
+alegórica con el título de <i>El piadoso Eneas de las Españas</i>, la cual
+fué cosa de ver, y bien merece que me ocupe de ella, siguiendo con toda
+fidelidad las relaciones contemporáneas, que por lo puntuales y
+verídicas no han de prestarse á dudas.</p>
+
+<p>En la organización de tal cabalgata es seguro que exprimieron su magín
+los sastres, ayudados, tal vez, por<a name="page_266" id="page_266"></a> algunos de los más doctos ingenios,
+logrando ser el asombro de la ciudad.</p>
+
+<p>Salió la cabalgata á ver á los reyes llevando delante el pregonero, los
+ministros de la justicia y los escribanos, todos ellos vestidos con
+trajes de colorines, que, á juzgar por la descripción que de ellos
+conozco, aunque embobaran á las gentes sencillas, eran harto ridículos y
+estrafalarios.</p>
+
+<p>Seguían á éstos nada menos que 66 sastres, precedidos de un clarinero,
+vestidos de turcos, á su manera, con mucho de cintajos y medias lunas,
+estandartes y escudos, donde iban escritos pésimos versos en elogio del
+rey, que no había más que pedir.</p>
+
+<p>Y á los turcos seguían 40 alfayates más á caballo, y luego una cuadrilla
+numerosa á pie con chupas y sombreros de plumas, y los cuales llevaban
+unos tarjetones con ingeniosidades de este tenor:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«La <i>aguja</i>, que es nuestro timbre,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">despunta por esos aires</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">pirámides y monumentos</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de <i>Filipo Quinto</i> el grande.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Dédalos son, no <i>dedales</i></span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">nuestros blasones, pues todos</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">saben volar en obsequio</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de nuestros reyes gloriosos.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Para hacer á nuestros reyes</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">obsequio que <i>bien les venga</i>,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">ha sido tan corto el tiempo</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">que apenas está <i>de prueba</i>.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">En obsequio de unas bodas</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">este gremio contribuye</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">al ver de estas voluntades</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y coronas el <i>pespunte</i>.<a name="page_267" id="page_267"></a></span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">De <i>telas</i> del corazón</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">este festejo tejido,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">con los que en él <i>se han cosido</i></span><br />
+<span style="margin-left: 2em;"><i>hebras</i> los afectos son.</span><br />
+<br />
+<span style="margin-left: 3em;">Presto para tanta fiesta</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">se echaron nuestros <i>hilvanes</i>,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">que para tales esfuerzos</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">siempre son bravos los <i>sastres</i>.»</span><br />
+</p>
+
+<p>Por último, después de la tal cuadrilla venía el carro alegórico del
+<i>Piadoso Eneas de las Españas</i>, mescolanza religiosa-mitológica-teatral,
+en la que iba una figura representando á Felipe V en forma de Eneas,
+otro á san Fernando y otro á la Sibila, que tenía el doble significado
+de representar también á la Virgen María, para aclaración de lo cual
+llevaba un tarjetón con estos versos:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«<i>María</i>, mejor Sibila,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">no á Eneas, sino á Filipo,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">le muestra en Fernan tercero</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de que en Lis, Leon y Castillo.»</span><br />
+</p>
+
+<p>En el carro alegórico se mostraba también el antiguo pendón de la
+hermandad de los sastres, que tenía por patrón á san Mateo, y cerraba
+por último toda aquella comitiva un buen número de danzantes y cantores
+que entonaban versos en loor del monarca, de la reina y de los
+príncipes.</p>
+
+<p>Con gran parsimonia y lucimiento, fué recorriendo las calles de Sevilla
+la alegoría del <i>Piadoso Eneas de las Españas</i>, sin que nada se opusiera
+á su esplendor, siendo todo del particular agrado de Felipe V, cosa que
+colmó en extremo los deseos de los alfayates, los cuales, con el fin de
+que su acto quedase inmortalizado, mandaron escribir y publicaron un
+folleto describiendo toda la fiesta, folleto que fué impreso el mismo
+año de 1729 por la viuda<a name="page_268" id="page_268"></a> de don Francisco Leefdael, y en el cual se
+leían estas palabras al frente del soneto dedicatorio:</p>
+
+<p><i>Al muy alto y muy poderoso monarca, árbitro de dos mundos, á Felipe V,
+el animoso rey de las Españas, el gremio de sastrería de Sevilla humilde
+saluda y reverente obsequia.</i></p>
+
+<p>¡Lástima que el nombre del anónimo poeta, que se despachó á su gusto en
+aquellas intrincadas ingeniosidades, no haya pasado á la posteridad!</p>
+
+<h3><a name="CON_LUZ_Y_A_OSCURAS" id="CON_LUZ_Y_A_OSCURAS"></a>CON LUZ... Y Á OSCURAS</h3>
+
+<p>Cuando las sombras de la noche se extendían sobre Sevilla en aquellos
+tiempos de la Inquisición y de los monarcas absolutos, era preciso ser
+hombre de más de mediano valor para atreverse á recorrer solo las
+calles, la mayoría de las cuales eran estrechas, tortuosas y en las que
+abundaban las lóbregas travesías, las encrucijadas sombrías y los
+rincones misteriosos y los pesados arquillos de feísimo aspecto.</p>
+
+<p>Los faroles y candilejas que las hermandades solían poner en retablos y
+cruces que tanto abundaban, era el<a name="page_269" id="page_269"></a> único alumbrado que podía guiar al
+transeúnte en aquellas tinieblas, por las que se resistían á penetrar en
+no pocos barrios las rondas y las patrullas que de tiempo en tiempo
+tenían obligación de recorrer sus demarcaciones.</p>
+
+<p>Los criminales, los ladrones, la gente de malísimo vivir, eran
+únicamente los paseantes que desde el toque de la <i>Queda</i> hasta ser de
+día vagaban por las calles, y rara era la mañana en que en las
+collaciones de la Feria, san Vicente, santa Cruz, la Macarena ó san
+Pedro, no aparecía algún hombre muerto ó se tuviese noticia de alguna
+casa robada ó de algún atropello bárbaro cometido entre las sombras y el
+silencio.</p>
+
+<p>Dueña en absoluto era la gente maleante de la ciudad por las noches, y
+únicamente en alguna gran solemnidad, se solían hasta las nueve ó las
+diez iluminar las casas por el vecindario por apremiantes órdenes del
+Asistente.</p>
+
+<p>Hasta el siglo XVIII no se les ocurrió á las autoridades locales la
+feliz idea de que estableciendo alumbrado público, podrían evitarse
+muchos desmanes que favorecidos por las sombras se cometían, y á este
+efecto se ensayó el plan que ya en otras capitales se había llevado á
+cabo.</p>
+
+<p>Era en 1732 Asistente interino don Manuel Torres, y á este buen señor,
+así como á su inmediato sucesor, don Rodrigo Caballero Illanes, se deben
+los primeros ensayos de alumbrado, pues ordenaron al vecindario que
+desde las primeras horas de la noche del invierno de aquel año hasta las
+doce, los vecinos colocasen en las ventanas de sus casas faroles que
+disipasen de algún modo las espesas tinieblas.</p>
+
+<p>El día 15 de Octubre comenzó á cumplirse lo ordenado por las
+autoridades, y es curioso el hacer constar que hubo una verdadera
+oposición por parte de la gente de los<a name="page_270" id="page_270"></a> barrios bajos á la novedad de
+los faroles, dándose con frecuencia el caso que apenas eran encendidos
+muchos de ellos, los mozos de barrio y algunos pájaros de cuenta
+destruían á pedradas los cristales, volviendo á dejar las calles en
+aquellas sombras que tanto favorecían sus planes.</p>
+
+<p>Así continuaron las cosas muchos años, apesar de los edictos de 1754,
+1757 y 1758, siendo inútiles cuantos esfuerzos se hicieron por obligar á
+respetar el alumbrado, que siguió constituído únicamente por los
+farolillos que adornaban las cruces y retablos, que sostenían sus
+hermandades y cofradías.</p>
+
+<p>En 1760 el Asistente, D. Ramón Larrumbe, dando una prueba de cultura,
+volvió á tomar disposiciones sobre el asunto, y el día 27 de Octubre se
+fijó é hizo publicar un bando en el cual se leen estos párrafos:</p>
+
+<p>«Manda el señor Asistente que todos los vecinos de esta ciudad, barrio
+de Triana y sus arrabales, desde 1.º de Noviembre próximo hasta fin de
+Abril del año que viene, pongan faroles en lo exterior de las casas, que
+den luz á las calles y pasos públicos; lo que han de ejecutar desde
+media hora después de oraciones hasta las once de la noche: pena al que
+contraviniere lo mandado, de dos ducados por la primera vez, cuatro por
+la segunda y ocho por la tercera, aplicándose dichas multas al ministro,
+soldado ó persona que denunciare la contraversión en el todo ó parte de
+lo mandado...» Y más adelante se añadía: «Que desde <i>las once de la
+noche</i> en adelante, ningún vecino de <i>cualquier calidad y condición que
+sea</i>, pueda andar sin luz por las calles, llevándola por sí ó por sus
+criados con linterna, farol, acha ó mechón; pena al que contravenga,
+siendo persona distinguida, de seis ducados de multa con la referida
+aplicación; y al que no sea de esta<a name="page_271" id="page_271"></a> circunstancia se le tendrá por
+persona sospechosa, y se le tendrá en la cárcel, para que averiguado su
+modo de vivir, se le dé el destino correspondiente, etc., etc.»</p>
+
+<p>Por último, se acordaba que á las ocho de la noche se cerrasen todos los
+bodegones, botillerías y tabernas, adoptándose otras disposiciones para
+mantener el sosiego y la seguridad de la ciudad.</p>
+
+<p>Pero tales acuerdos, apesar del buen celo que el Asistente y sus
+delegados tuvieran, no fueron bien cumplidos ni mucho menos como se
+ordenaba, y lo del alumbrado público vino á quedar como antes durante
+diez años poco más ó menos, aun habiéndose repetido los <i>bandos</i> en 1761
+y 1766.</p>
+
+<p>En el bando de 20 de Octubre de 1770, se volvió con más energía á
+encarecer la necesidad del alumbrado, por el Asistente D. Pablo de
+Olavide, añadiendo esto, que da idea de cómo andaba la seguridad pública
+por las noches en las calles de Sevilla:</p>
+
+<p>«Habiendo acreditado la experiencia no se había podido evitar que en
+horas <i>extraordinarias</i> transiten personas sospechosas, pues en fraude
+de ellas se ha verificado encontrarse sujetos de esta clase después <i>de
+las doce de la noche</i>, con la cautela de llevar luz é ir separados para
+que no se les pudiese detener por las rondas: considerando su señoría
+que en semejantes horas nadie sin motivo urgente debe estar fuera de sus
+casas y que el mero hecho de carecer de esta legítima causa le
+constituye en sospecha», se ordenaba que fueran detenidos cuantos
+vecinos fuesen encontrados, como medida más expedita.</p>
+
+<p>Disposición fué esta, que se confirmó y amplió más tarde en otro bando
+del mismo Olavide de 22 de Octubre de 1772, en el que se lee: «Toda
+persona que se encuentre <i>después de dada las doce de la noche</i> hasta el
+primer toque<a name="page_272" id="page_272"></a> del alba, que no sean sujetos conocidos, en quien desde
+luego se excluye toda sospecha y que aunque lleve luz y vaya solo, no se
+verifique causa legítima urgente que le precise á transitar á aquella
+hora, cuya verificación (¡!) se haya de hacer en el pronto por la ronda
+ó patrulla que lo aprediesen, y no acreditándose la urgencia, <i>se ponga
+preso</i> y haga justificación de su vida y costumbres para tomar la
+providencia correspondiente conforme á lo que resulte...»</p>
+
+<p>Ya se ve, pues, que entre el mal alumbrado y la gente <i>non sancta</i>, era
+harto arriesgado transitar por las calles en los buenos tiempos de la fe
+y de las venerandas tradiciones, pudiendo decirse que apesar de
+repetirse nuevos bandos sobre alumbrado en 1777 y 1779, hasta 1791 no
+contó Sevilla con un verdadero servicio, gracias al Asistente Ábalos,
+que, por cuenta del Ayuntamiento y cargando una contribución á los
+propietarios de casas, colocó faroles en todas las calles, los cuales
+faroles eran de forma adecuada y de dos mecheros, durando el alumbrado
+desde 1.º de Octubre de 1792 al 24 de Junio de 1793, las noches que no
+hacía luna, y terminando en el comienzo del verano.</p>
+
+<p>D. José Ábalos nada olvidó para el mejor resultado de la reforma, y á
+este fin montó un cuerpo de celadores ó faroleros á los cuales ordenaba
+que «los <i>mozos del alumbrado</i> deben aderezar sus faroles diariamente,
+de forma que se hallen corrientes para encenderlos á las horas
+señaladas; cada uno recorrerá su partido de continuo para avivar el que
+se amortigüe ó encender el que se apague con atraso. Estas maniobras las
+han de hacer con actividad y prontitud: para ello y que no tenga
+disculpa, han de ser mirados mientras lo ejecuten con la detención y
+preferencia debida al público, á quien sirven, no deteniéndose<a name="page_273" id="page_273"></a> con
+pretexto alguno á que siga su ruta por las personas más privilegiadas».</p>
+
+<p>Desde los tiempos de Ábalos el alumbrado público siguió con diversas
+alternativas, siendo objeto de lucro para contratistas y negocio seguro
+para algunos graves señores, en perjuicio del pueblo en general, hasta
+que don José Manuel Arjona, hacia 1827, lo reorganizó con muy buen
+acuerdo, estableciendo los faroles triangulares sobre pescantes de
+hierro.</p>
+
+<p>En 1839 tenía Sevilla mil faroles de un nuevo sistema inaugurado en 13
+de Agosto de 1836, faroles de reverbero que causaron no poca admiración
+del pueblo.</p>
+
+<p>Por último, terminaré estos apuntes consignando que al establecerse el
+gas, la calle de las Armas fué la primera que tuvo el nuevo alumbrado,
+poniendo término á aquellos tiempos en que nuestros abuelos tenían de
+noche la ciudad con luz... y á oscuras.<a name="page_274" id="page_274"></a></p>
+
+<h3><a name="UN_HOSPITAL_DE_PERROS" id="UN_HOSPITAL_DE_PERROS"></a>UN HOSPITAL DE PERROS</h3>
+
+<p>No sólo en el extranjero, y en estos nuestros tiempos de sociedades
+protectoras de animales han existido hospitales y casas donde se
+cuidasen con el mayor esmero á los irracionales para procurar su
+conservación, tan útil á la sociedad. En Sevilla y en el siglo XVIII,
+existió un hospital perruno, cosa que quizá muchos ignoren, y acerca del
+cual he de escribir algunas líneas.</p>
+
+<p>Hacia fines del año 1763, comenzó á iniciarse en la raza canina de la
+población una enfermedad algo extraña, la cual atacaba á los <i>chuchos</i>
+con tanta violencia, que en dos ó tres días eran muertos.</p>
+
+<p>Esto, que al principio no llamó mucho la atención, atrájola luego
+poderosamente cuando en Abril y á principios de Mayo, se recrudeció de
+tal manera la enfermedad, que por las mañanas aparecieron las calles de
+Sevilla llenas de perros de todas castas que habían muerto durante la
+noche.</p>
+
+<p>Preocupadas ya con esto las autoridades locales y temiendo que aquella
+epidemia perruna fuese contagiosa y pusiese en peligro al vecindario, el
+buen Asistente, que lo era á la sazón don Ramón Larrumbe, dirigióse á la
+Sociedad de Medicina en 26 de Mayo, á fin de que este<a name="page_275" id="page_275"></a> Cuerpo
+interviniera en el asunto, y, examinando detenidamente á los canes
+atacados, informase del riesgo que pudiera ofrecer á la salud pública.</p>
+
+<p>Por lo pronto el Ayuntamiento se encargó de enterrar á los perros en un
+sitio determinado, extramuros de la ciudad, nombrándose también una
+comisión del Cabildo que auxiliase á los doctores en sus trabajos.</p>
+
+<p>La Real Sociedad de Medicina, que había tenido su origen hacia 1697, y
+cuyos estatutos fueron aprobados por el rey en 1700, estaba entonces
+establecida en la calle de Levíos, y allí, en habitaciones convenientes
+que dispusieron al efecto, acordó la Sociedad trasladar á los canes
+enfermos, formando el hospital perruno.</p>
+
+<p>Dice Matute en sus <i>Anales</i> que los <i>chuchos</i> estaban allí muy
+cuidadosamente asistidos y que se «separaban en los diversos
+departamentos, según el grado que advertían en su enfermedad»,
+consignando también que para asistirlos se nombraron á seis enfermeros,
+prosiguiendo en tanto los doctores sus estudios para dar con el
+padecimiento y los medios de combatirlo.</p>
+
+<p>Preciso es confesar que hubo el mayor acierto, pues el plan de curación
+empleado dió unos resultados excelentes, de tal modo, que las
+defunciones perrunas comenzaron á disminuir con gran complacencia de los
+amos, que volvían á recuperar sanos y salvos á sus mastines, pechones,
+rateros, galgos y podencos, cuyas vidas habían visto en peligro.</p>
+
+<p>La epidemia desapareció á fines de Julio y Agosto por completo,
+dictaminando los doctores que el mal no había sido contagioso, como se
+pensó, y que fué <i>un catarral maligna con ofensa á los pulmones</i>
+(palabras de Matute), ampliándose luego todo lo ocurrido y los
+caracteres de la enfermedad en el trabajo que más tarde insertó la<a name="page_276" id="page_276"></a>
+Sociedad de Medicina, en el tomo VI de sus <i>Memorias</i>.</p>
+
+<p>Véase cómo los sevillanos de 1764 se mostraron humanitarios con la raza
+canina, hasta el punto de darla un hospital, raza tan maltratada luego,
+que en 1812 se ordenó por bando, que se matasen sin contemplaciones
+cuantos perros vagaban por la ciudad y que aún es víctima de los laceros
+municipales, que de tan cruel persecución las hacen blanco.</p>
+
+<h3><a name="LA_ROSA_PEREZ" id="LA_ROSA_PEREZ"></a>LA ROSA PÉREZ</h3>
+
+<p>Una de las cómicas más aplaudidas y festejadas de los públicos de
+Andalucía, á fines del siglo XVIII, era Rosa Pérez, la cual dió no poco
+que hablar con sus galanteos, y tuvo gran número de ardientes
+partidarios, que en más de una ocasión riñeron por ella apasionadas
+disputas, tan frecuentes en aquellos tiempos entre los aficionados al
+teatro.</p>
+
+<p>Tenía la actriz lindo palmito y gracia natural, con lo que, como era de
+suponer, andaban por ella muchos galanes bebiendo los vientos y haciendo
+no pocas locuras,<a name="page_277" id="page_277"></a> algunas de las cuales fueron bastantes ruidosas, dado
+que á la comedianta no le desagradaban las aventuras.</p>
+
+<p>Su repertorio era muy vario, y cuentan que se distinguía, no sólo en la
+declamación, sino en el canto, para el cual poseía muy felices
+condiciones, habiendo memoria de que los mayores triunfos los obtuvo por
+su voz, dotada de raro atractivo.</p>
+
+<p>Dejando para los que escriban la historia del arte escénico el seguir
+paso á paso la carrera artística de la Rosa Pérez, á quien sus
+contemporáneos elogiaron mucho, diré sólo que esta carrera tuvo
+súbitamente fin, término y acabamiento, cuando no lo esperaban,
+ciertamente, los finos apasionados de la actriz, ni el público, que
+tantas y tantas veces le había aplaudido al verla en escena interpretar
+los más diversos papeles.</p>
+
+<p>El día 2 de Febrero de 1800, el convento de santa María la Real, de
+Sevilla, vióse engalanado y lleno de concurrencia, en la que figuraban
+muy señaladas personas de la ciudad, las cuales presenciaron la
+profesión religiosa de la antes tan aplaudida y festejada actriz Rosa
+Pérez, que se convirtió en <i>sor Rosa de Jesús María</i>.</p>
+
+<p>Los motivos que impulsaron á aquella linda mujer de no vulgar talento á
+renunciar á la vida y sepultarse en las frías lobregueces de un
+claustro, no es cosa que yo sepa y nada apuntaré por no alterar los
+hechos con suposiciones más ó menos gratuítas; pero sí es cierto que á
+la profesión de la actriz, se dió por la gente devota gran resonancia,
+que los padrinos fueron de la más encumbrada nobleza y que la solemnidad
+tuvo un brillo y esplendor inusitado.</p>
+
+<p>Y para que nada faltase en aquel acto, arrojáronse á los concurrentes en
+diversas ocasiones, durante la función, multitud de <i>aleluyas</i>, en las
+cuales un poeta anónimo,<a name="page_278" id="page_278"></a> que firmaba F. M. C., quizá antiguo admirador
+de la cómica, esprimió su ingenio en octavas reales, alusivas al acto,
+algunas de las cuales eran del tenor de estas que á título de curiosidad
+reproduzco:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">Rosa, sin duda alguna que nacistes</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">para aplausos: los hombres admirastes:</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">al mundo con tu acento sorprendistes,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y elogios de las gentes escuchastes.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Desengañada, al claustro te vinistes</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y aquí el reposo con placer hallastes;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">hay siempre quien te aplauda con anhelo;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">antes era la tierra, ahora es el cielo.</span><br />
+<span style="margin-left: 3em;">Canta Rosa, su voz tiene pendiente</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">un cúmulo de humanas atracciones</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">zozobrando en el rápido torrente</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de aplauso general y aclamaciones.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Viénese al claustro, llora penitente</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y al cielo le merece aceptaciones;</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Rosa, tu suerte siempre la mejoras</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">feliz si cantas, más feliz si lloras.</span><br />
+</p>
+
+<p>No fué esta aplaudida comedianta de Sevilla la única que dió fin á su
+carrera de tal modo: que algunas más que ella, después de lucir en las
+tablas sus gracias y donaires y después de pasar lo mejor de la vida,
+alegre y regocijadamente, se retiraron á descansar al convento, donde
+dieron grandes muestras de virtudes.</p>
+
+<p>Porque ya se sabe: el diablo harto de carne, etcétera, etcétera....<a name="page_279" id="page_279"></a></p>
+
+<h3><a name="COMO_EMPLEO_UN_DIA_EL_REY_JOSE" id="COMO_EMPLEO_UN_DIA_EL_REY_JOSE"></a>CÓMO EMPLEÓ UN DÍA EL REY JOSÉ</h3>
+
+<p>El 9 de Febrero de 1810 encontrábase en Sevilla el rey José I,
+acompañado de su corte y sus ministros, y aquel día fué destinado por el
+monarca á visitar varios edificios notables y establecimientos
+industriales de la ciudad, con el sano propósito de ponerse de cierto
+modo en contacto con el pueblo, y recibir de éste algunas pruebas de
+afecto, de las que, á decir verdad, al llegar á la población andaba algo
+necesitado.</p>
+
+<p>Así, pues, aquella mañana, después del almuerzo, José salió del Alcázar,
+llevando consigo al ministro del Interior, al Intendente de la provincia
+y á algunos oficiales, y á caballo se dirigió á la Fábrica de Tabacos.</p>
+
+<p>Era aquel sitio apropósito para recibir cierto homenaje popular, pues en
+los distintos talleres trabajaban entonces más de mil operarios (aún no
+había todavía cigarreras), y como era de suponer, ellos no habían de
+permanecer mudos ante la presencia del nuevo monarca.</p>
+
+<p>Así ocurrió, en efecto; el rey recorrió con el superintendente las
+amplias dependencias, donde se fabricaba el rapé, las del tabaco suelto
+y las de los cigarros, siendo en todas ellas vitoreado por los
+trabajadores, los cuales<a name="page_280" id="page_280"></a> recibieron por encargo del José un socorro en
+metálico que les fué equitativamente repartido.</p>
+
+<p>De la Fábrica de Tabacos, pasó el monarca á visitar el museo de
+antigüedades, que estaba establecido en uno de los salones bajos del
+Alcázar, museo que se debió principalmente al célebre don Francisco de
+Bruna, y que se formó en gran parte con las estatuas y objetos sacados
+en las excavaciones de Itálica.</p>
+
+<p>Visto el museo, la comitiva regia salió de nuevo, pasando al edificio de
+la Lonja, cuya planta baja recorrió el Bonaparte, muy complacido al
+parecer y haciendo notar la semejanza que encontraba entre aquel
+edificio y los otros del tiempo de Felipe II que había visitado,
+subiendo al piso principal, donde se encontraba el Archivo de Indias.</p>
+
+<p>Pero allí tuvieron los visitantes una grave contrariedad, y fué que
+habiendo mostrado el rey deseos de ver las cartas de Hernán Cortés, de
+Pizarro, de Almagro y de los principales conquistadores de América, hubo
+que manifestarle que no se encontraban allí, pues la <i>Junta Suprema</i>, al
+acercarse los franceses, se llevó á Cádiz cuantos documentos, planos,
+cartas y papeles pudo, con objeto de salvarlos de que cayesen en poder
+de los invasores.</p>
+
+<p>José I salió con esto muy contrariado del Archivo de Indias, y aunque
+empleó parte de la tarde en recorrer algunas fábricas particulares para
+inspirar simpatías á los obreros, notósele desde luego un mal disimulado
+enojo.</p>
+
+<p>El día 9 lo terminó el rey asistiendo por la noche al teatro Principal,
+donde el Ayuntamiento había dispuesto en honor suyo una función
+extraordinaria, en la que hubo, á más de la representación de <i>La dama
+sutil</i>, cantata en elogio del rey, sainete de circunstancias y bailes
+andaluces,<a name="page_281" id="page_281"></a> que entretuvieron en extremo á la oficialidad y á las tropas
+invasoras.</p>
+
+<p>Era aquella la primera función teatral á que José asistía en Sevilla, y
+á su entrada y salida del coliseo, fué vitoreado por diversos grupos de
+afrancesados que le siguieron hasta su regreso al Alcázar.</p>
+
+<p>Estas manifestaciones dieron motivo á las cándidas líneas que la <i>Gaceta
+de Sevilla</i>, escrita por Lista, insertaba en su número del sábado 10 de
+Febrero:</p>
+
+<p>«Anoche asistió S. M. á la función que le había ofrecido la Ciudad en el
+teatro, el cual ha sido abierto al cabo de dos años que permaneció
+cerrado. Hubo una cantata, comedia, sainete y varias danzas de las
+propias del país. El teatro estaba ocupado por las personas que habían
+sido convidadas. S. M. fué recibido con entusiasmo y se mostró contento
+de los afectos que le manifestó aquel concurso numeroso y lucido. S. M.
+tuvo la bondad de hacer que el corregidor estuviese á su lado durante la
+representación; parece ha querido con esta demostración corresponder á
+la ciudad por los buenos sentimientos que le manifestaba.»</p>
+
+<p>La <i>cantata</i> que se entonó en el teatro era obra del poeta D. Manuel M.ª
+Arjona, y su autor la había escrito para que se entonase en un concierto
+ante el rey José, en Córdoba, cosa que no llegó á verificarse. De la
+letra, ya olvidada hoy, sólo copiaré los últimos versos, que decían:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«....Tal vez se mire en aterido invierno</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">gemir el campo en languidez marchita</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">sufriendo su rigor y hielo eterno.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Mas súbito Favonio el vuelo agita</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y ya al impulso de Pomona tierno</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">el orbe renovado,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">se ve de hermosas flores coronado.<a name="page_282" id="page_282"></a></span><br />
+</p>
+<p class="poem2">
+<span style="margin-left: 3em;">Así la España</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">que triste yace</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">en llanto baña</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">su hermosa faz.</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">Mas se complace</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">mas se reanima</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">y á tu presencia</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">¡oh Rey piadoso!</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">goza en reposo</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">ya la influencia</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">de la alma paz.»</span><br />
+</p>
+
+<p>A la salida del teatro, como ya dije, el rey José I fué vitoreado,
+retirándose luego á su palacio á descansar.</p>
+
+<p>Con todo lo que dejo apuntado puede enterarse el lector de estas <i>Cosas
+nuevas y viejas</i>, de cómo empleó el rey José Bonaparte el día 9 de
+Febrero de 1810, octavo de su residencia en Sevilla.<a name="page_283" id="page_283"></a></p>
+
+<h3><a name="BENEFICENCIA_INVASORA" id="BENEFICENCIA_INVASORA"></a>BENEFICENCIA INVASORA</h3>
+
+<p>El año de 1812 fué uno de los de más dura prueba y de más triste
+recordación para los sevillanos del siglo pasado.</p>
+
+<p>Dominada la ciudad por las tropas francesas desde hacía veinte y tres
+meses, y habiendo desde los comienzos de Enero recrudecido la guerra en
+toda la provincia, pronto comenzaron á sentirse los tristes efectos de
+aquella situación anormal, de manera harto lamentable y sensible á
+todos.</p>
+
+<p>El mal tiempo y los estragos del continuo batallar en los campos de la
+provincia, trajeron consigo la pérdida de las cosechas, aumentando la
+carestía de los artículos de primera necesidad hasta el punto de que en
+la capital el hambre se inició con todos sus horrores.</p>
+
+<p>«La hogaza de pan con peso de tres libras&mdash;dice Martín Villa&mdash;subió á 24
+y 30 reales: las familias acomodadas sintieron la escasez y miseria: los
+más pobres y los más desvalidos fallecían desmayados en las calles, y en
+las casas más caritativas se cuidaban de poner con aseo y alguna
+decencia, arrimados á la pared de la calle, los despojos de la cocina
+para que los indigentes pudiesen rebuscar entre ellos alguna cosa con
+que aliviar el hambre que los devoraba.»<a name="page_284" id="page_284"></a></p>
+
+<p>Imposible de atajar aquellos males por entonces, fueron en aumento con
+harta desgraciada rapidez, y en los meses de primavera de 1812, la
+población ofrecía el espectáculo más triste, como da idea un acuerdo
+capitular de 8 de Junio, en el cual se lee:</p>
+
+<p>....«Que se represente al excelentísimo señor General en jefe y á las
+demás autoridades, la imposibilidad de poder cumplir con los pedidos que
+se hacen, y que si se llevan á efecto, cree la municipalidad está muy
+próxima la <i>total ruina de esta ciudad</i>, siendo demasiado notoria la
+<i>decadencia</i> y <i>despoblación</i> que se nota con todo lo demás que se tenga
+por oportuno manifestar por los señores comisionados D. Eduardo
+Valvidares y D. Fernando de Iriarte, de quienes espera la municipalidad
+sabrán desempeñar este cargo con todo el esmero y prontitud posibles, de
+que tantas pruebas tienen dadas.» (Act. 2.ª Escribanía.)</p>
+
+<p>Las autoridades francesas seguían en tan triste situación exigiendo
+cantidades é imponiendo diferentes arbitrios sobre particulares y
+corporaciones, siendo harto censurable la conducta de los proveedores
+del ejército imperial que habían acaparado el trigo, aumentándose así
+los horrores del hambre.</p>
+
+<p>Procuraban, no obstante, los invasores, que la verdadera situación de la
+ciudad se desconociese fuera de ella, y aun se esforzaban por ocultar
+cuanto podían, aquí mismo, los estragos del mal, y así, pues, ni se
+insertaban noticias en la <i>Gaceta de Sevilla</i> sobre este punto, ni
+dejaban salir correspondencia que del daño tratase, castigando muy
+severamente á los que propagaban por cualquier medio el conocimiento de
+aquellas miserias.</p>
+
+<p>En tal situación, y viendo la urgencia de socorro que el pueblo
+necesitaba, pusieron en práctica uno que no dejó de dar algún
+resultado.<a name="page_285" id="page_285"></a></p>
+
+<p>Al efecto abrieron una suscripción casi forzosa entre las personas de
+capital, para sostener con ella dos repartos de sopa diaria, que habían
+de hacerse en los barrios más populosos y á los vecinos pobres que se
+hallaban faltos de todo alimento y tantos eran á la sazón.</p>
+
+<p>Sobre esta sopa que los invasores repartían públicamente, cayó el pueblo
+hambriento, siendo lastimoso, á decir de un contemporáneo, el cuadro que
+ofrecían los puntos donde se hacía la distribución, pues á más de dar
+clara prueba del infinito número de gente que vivía en la miseria,
+demostraba á qué menguada situación habían venido familias antes
+acomodadas, y á quienes se veía entonces acudir con sus pucheros á
+recoger aquel socorro.</p>
+
+<p>Mas la sopa de los invasores no era bastante á remediar los males, y
+entonces se fundó por iniciativa del poeta don Félix José Reinoso, que
+se había ofrecido á la causa francesa, un hospital que no dejó de
+prestar excelentes servicios.</p>
+
+<p>«La obra del hospital&mdash;ha escrito el mismo Reinoso&mdash;fué recibiendo su
+incremento á medida de sus auxilios. Las camas llegaron muy en breve al
+número de 70 en el hospital de hombres y de 85 en el de mujeres. El
+total de los enfermos fué de 703, asistidos con tal esmero, cual no es
+común en las enfermerías públicas. Además de la curación se les sirvió
+durante la convalecencia en salas separadas; y después de su salida se
+dió á todos una muy buena comida diaria por tiempo proporcionado á su
+debilidad, pero nunca menos de veinte días. Ciento ocho duró la
+hospitalidad.... Para esta empresa se abonaron 300 reales diarios por la
+tesorería de provincia, y se destinó además el capital de 106.760
+reales, valor de fincas puestas en rifa que no se ejecutó por no haberse
+despachado todos los billetes.... Gravísimas dificultades hubo que
+vencer<a name="page_286" id="page_286"></a> en aquella penuria para proporcionar estos auxilios, mas al fin
+se vencieron todas por la dichosa casualidad de no estar el mariscal
+francés en Sevilla.»</p>
+
+<p>Efectivamente, el mariscal Soult, no queriendo dar mucha publicidad á la
+situación verdadera del pueblo de Sevilla, se opuso cuando regresó á la
+ciudad á que se insertase en el periódico oficial el movimiento de
+enfermos y el estado del hospital, el cual duró hasta fines de Agosto de
+1812, en que los franceses salieron de Sevilla.</p>
+
+<p>Y esta sopa económica para el pueblo y la fundación del hospital, dan
+idea bien gráfica de lo que era la capital de Andalucía bajo la
+dominación extranjera.</p>
+
+<h3><a name="LAS_LECTURAS_PUBLICAS_DEL_CAFE_DEL_TURCO" id="LAS_LECTURAS_PUBLICAS_DEL_CAFE_DEL_TURCO"></a>LAS LECTURAS PÚBLICAS DEL CAFÉ DEL TURCO</h3>
+
+<p>La inauguración del régimen constitucional en Sevilla, en Marzo de 1820,
+trajo á la ciudad extraordinaria animación y movimiento, siendo raro el
+día en que no se desarrollaban algunos importantes sucesos, que servían
+de comidilla al público y daban margen á largos comentarios.</p>
+
+<p>Además, como los ánimos de los liberales estaban<a name="page_287" id="page_287"></a> harto exaltados y las
+noticias que á diario llegaban de los diversos puntos de la península,
+en los que se iba proclamando la Constitución, no dejaban de ser
+interesantes, se despertó en los patriotas una fiebre de conocer cuanto
+sucedía, y una manía discutidora que dió origen á la organización de
+tertulias, reuniones y sociedades, en las cuales, con más ardor si cabe
+que de 1812 á 1814, se empeñaron las más reñidas luchas.</p>
+
+<p>El café de la <i>Cabeza del Turco</i>, situado en lugar tan céntrico como la
+calle de las Sierpes, había servido ya en la primera época liberal de
+centro de los enemigos del absolutismo, y entonces volvió á ser lo
+mismo, llegando durante los tres años, á los tiempos de su mayor apogeo
+y celebridad.</p>
+
+<p>Era en 1820 dueño del café de la <i>Cabeza del Turco</i>, don Luís Tolva,
+hombre patriota, si los había, gran admirador de Riego y Quiroga, y cuya
+mujer, doña María Josefa Piñalosa, dejaba atrás á su marido, en esto de
+las ideas liberales.</p>
+
+<p>Tolva, deseando que aquel numeroso concurso que á diario llenaba el
+café, estuviese al corriente de cuanto sucedía, estableció en el local
+una especie de cátedra en la cual un ciudadano de buenos pulmones tenía
+la misión de leer por las tardes y las noches los periódicos en alta
+voz, así los que se publicaban en Sevilla, como los de la corte y otros
+de las provincias más importantes, que á todos se suscribió el buen
+Tolva, con la mejor y más sana de las intenciones.</p>
+
+<p>Para que las lecturas se hiciesen con todo orden y diesen provechosos
+frutos, don Luís Tolva redactó con gran pulso y meditación un
+<i>Reglamento</i>, que constaba de trece artículos, y el cual fué aprobado en
+14 de Abril por el jefe superior político, Moreno Daoiz.<a name="page_288" id="page_288"></a></p>
+
+<p>El original de este <i>Reglamento</i>, que poseo, da exacta idea de lo que
+eran aquellas tertulias del famoso <i>Café del Turco</i>, y ofrece una nota
+bien característica de la época en que fué redactado.</p>
+
+<p>La forma en que se hacía la lectura está bien expresada, pues en el
+artículo tercero se lee que «la pieza destinada para el efecto, es en la
+que antes estaba la mesa del billar. En ella habrá un asiento <i>algo más
+elevado que los demás</i> para el que lea los papeles, á fin de que pueda
+oirse con comodidad y los señores suscriptores tendrán asiento
+preferente alrededor, en la inmediación de aquél, pero las puertas del
+salón estarán abiertas para los demás que quieran oir las noticias.»</p>
+
+<p>Como se ve, los que querían empaparse bien de las lecturas y estar con
+desahogo abonaban una cantidad mensual, la cual era de ocho reales, con
+los que Tolva atendía al pago de las suscripciones, que llegaron á ser
+bastante numerosas.</p>
+
+<p>Y no dejaba de ser gracioso, que según el reglamento «concluída la
+lectura de cada artículo podrá cualquiera hacer las observaciones que
+guste», con lo que fácil es calcular que el salón de lectura se
+convertía en centro de las más acaloradas discusiones, que terminaban á
+veces de manera harto tumultuaria y hasta con la intervención de la
+autoridad.</p>
+
+<p>Otras veces, después de la lectura de algún artículo exaltado inserto en
+<i>La Sombra de Lacy</i>, en <i>El Argos</i>, en <i>El Grito de Riego</i>, ó en <i>El
+Zurriago</i>, y tras violentos discursos y empeñadas polémicas, todo aquel
+concurso se arrojaba á la calle y recorría varios lugares, dando vivas y
+mueras, hasta quedar rendidos.</p>
+
+<p>En el <i>Reglamento</i> se hace también constar «que si algún suscritor
+necesita enterarse más al pormenor de algunos<a name="page_289" id="page_289"></a> papeles, podía hacerlo en
+las horas restantes del día sin salir de la habitación, que el que
+quisiera suscribirse había de poner su nombre en una lista formada al
+efecto, y que el «dueño del café no lleva otro interés que proporcionar
+un entretenimiento á los señores que lo favorezcan.»</p>
+
+<p>El salón de lectura del Turco se veía siempre muy concurrido durante la
+segunda época constitucional y se dió el caso en ciertas ocasiones, que
+no estando el público conforme con las ideas de algunos artículos, con
+toda algazara arrojasen los periódicos á la letrina entre grandes
+aplausos.</p>
+
+<p>Las lecturas públicas en el <i>Turco</i> compitieron en forma y alboroto con
+las reuniones de la <i>Sociedad Patriótica</i> establecida en el exconvento
+de Regina y en ambas adquirieron relieve y notoriedad gran número de
+liberales cuya oratoria pintoresca producía siempre el mayor efecto.</p>
+
+<p>En Junio de 1823 tuvo término y desastroso fin el salón de lectura, y
+cuando el día 13 las turbas realistas saquearon el establecimiento,
+destrozaron la tribuna, quemaron el mobiliario y prendieron fuego á
+cuantos papeles liberales había allí coleccionados, los cuales tanto
+habían entusiasmado á los ardientes patriotas sevillanos.<a name="page_290" id="page_290"></a></p>
+
+<h3><a name="LAS_DAMAS_SEVILLANAS_Y_LA_BANDERA_LIBERAL" id="LAS_DAMAS_SEVILLANAS_Y_LA_BANDERA_LIBERAL"></a>LAS DAMAS SEVILLANAS Y LA BANDERA LIBERAL</h3>
+
+<p>La prudencia en unas, el temor natural en otras y la presión ejercida
+sobre todas, hizo que cuando derrocado el sistema liberal, en 1823, las
+damas sevillanas que, siguiendo nobilísimos impulsos, se habían señalado
+por sus ideas afectas á la libertad, durante la época constitucional,
+negasen aquéllos y tratasen de borrar por diversos medios cuanto pudiera
+comprometerlas con las sanguinarias autoridades absolutistas, que nada
+respetaban.</p>
+
+<p>Además los elementos reaccionarios, esos eternos perturbadores que, con
+sus demasías han provocado siempre la discordia y turbado la paz de los
+pueblos, achacándolo luego hipócrita y villanamente á las almas libres y
+honradas, trataron entonces de recobrar su influencia perdida sobre la
+mujer, obligando á algunas, como el padre Garzón hizo con una señora
+(cuyo nombre callo porque viven de ella descendientes) que, como
+penitencia por haber dado en público vivas á Riego, fuese á cierta
+parroquia de las más concurridas y que á la hora de misa mayor
+atravesase de rodillas el templo, con los brazos en cruz y como expuesta
+á la pública vergüenza por su delito...<a name="page_291" id="page_291"></a></p>
+
+<p>Mas aunque tanto y tanto se trató luego por los realistas de borrar la
+participación que el bello sexo tomó en la revolución, no pudieron hacer
+desaparecer todas las pruebas que esto probaban; así sucedió con el
+generoso acto que las más principales damas sevillanas llevaron á cabo
+en 1821 costeando y haciendo con sus propias manos una bandera que
+regalaron á los Milicianos Nacionales de nuestra ciudad, en que figuraba
+lo más florido de la juventud; como dice un autor, «dejaban las
+comodidades y el regalo de su casa para empuñar las armas en defensa de
+la libertad, sufriendo todas las penalidades y malos ratos de la vida de
+campaña.»</p>
+
+<p>Con razón ha escrito el señor Velilla en un artículo titulado <i>Liberales
+y realistas</i>, que «la mayor parte de ellas (las españolas), sin
+distinción de condiciones, se habían apasionado por la Constitución y la
+libertad, á lo menos en Andalucía, donde más arraigo tenía la causa
+liberal,» y esto puede probarse con una multitud de hechos y con nombres
+bien conocidos de esta región.</p>
+
+<p>Acogido, pues, con gran entusiasmo el proyecto de regalar las banderas á
+la <i>Milicia Nacional de Sevilla</i>, se abrió la suscripción, en la que es
+cierto que sólo se admitían señoras, formándose una lista que fué
+encabezada por doña Josefa de O Denoju, hermana del jefe superior
+político, y por doña María de los Dolores Mendieta de Carvajal, esposa
+del poeta don Tomás José González Carvajal y madre del conde del Cazal,
+á quien todos recuerdan en Sevilla.</p>
+
+<p>Esta lista, que existe original en el Archivo Municipal (<i>Escribanías de
+Cabildo</i>), lleva escrita al frente estas patrióticas palabras, que dan
+idea del espíritu que animaba á las damas liberales hispalenses:</p>
+
+<p>&mdash;<i>Si nuestros hermanos, parientes y amigos se han<a name="page_292" id="page_292"></a> apresurado á
+alistarse voluntariamente para defender la patria y sostener nuestra
+sabia constitución, á las sevillanas nos toca, poseídas de los mismos
+sentimientos, presentarles las banderas que los reuna contra sus
+enemigos y los empeñe más y más en su defensa, para cuyo patriótico fin
+se abre una suscripción para ocurrir á los gastos indispensables y cuya
+lista es la siguiente.</i></p>
+
+<p>Y á continuación seguían las firmas de las dos citadas señoras y en la
+larga lista familias tan distinguidas y conocidas como doña Francisca
+Dominé, doña María Arana de Cavaleri, condesa de Villapineda, doña María
+Teresa Núñez de Prado, condesa de Montelirio, marquesa de San Gil, doña
+María de los Dolores Gómez de Olavarrieta, doña Josefa del Aguila de
+Ureta, doña María Irureta, la marquesa de Torres, la marquesa de
+Castilleja, doña María del Rosario Ibarra y Le Roy, doña María Juana de
+Madariaga, doña Teresa Manuel de Villena y otras muchas, cuya
+enumeración habría de ocupar demasiado espacio.</p>
+
+<p>Concluidas las banderas, que eran de ricas telas y estaban bordadas con
+gran primor, fueron entregadas solemnemente á la <i>Milicia Nacional</i> de
+Sevilla, la cual las recibió con gran estima y aprecio; y cuando
+llegaron los días difíciles y tristes de 1823, en que las tropas de
+Angulema invadieron á Sevilla, y los bravos milicianos siguieron á Cádiz
+los últimos restos del gobierno constitucional, llevando consigo aquel
+monarca traidor, infame y trapacero, el emblema de unas almas libres en
+que manos cariñosas y delicadas habían trabajado ondeó en el Trocadero á
+la vista de los soldados de la <i>Santa Alianza</i>.</p>
+
+<p>Muchos de aquellos jóvenes apuestos de la milicia, no volvieron jamás á
+Sevilla, y perecieron víctimas del<a name="page_293" id="page_293"></a> furor reaccionario, derramando su
+sangre generosa en defensa de la libertad.</p>
+
+<p>Y por esto tal vez, expresando el dolor de aquella marcha que para
+algunos no tendría la alegría del regreso, una voz amante, una voz de
+mujer dulce y amorosa cantó con suspiros y lágrimas:</p>
+
+<p class="poem">
+<span style="margin-left: 3em;">«El día que se fueron</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">los milicianos,</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">aquel día mis ojos</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">no se secaron.</span><br />
+<span style="margin-left: 3em;">¡No se secaron</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">el día que se fueron</span><br />
+<span style="margin-left: 2em;">los milicianos!»</span><br />
+</p>
+
+<p><a name="page_294" id="page_294"></a></p>
+
+<h3><a name="LAS_DELICIAS" id="LAS_DELICIAS"></a>LAS DELICIAS</h3>
+
+<p>Son los jardines llamados de las Delicias gala y ornato de Sevilla, por
+su situación, sus condiciones y las bellezas que ofrecen. La fama de que
+gozan no es, á la verdad, injustificada, y con razón han sido más de una
+vez elogiados por plumas extrañas, en que no podía caber la parcialidad
+á que inclinaría el cariño de los naturales de esta tierra.</p>
+
+<p>El lugar donde se construyeron las Delicias fué en un tiempo árido
+campo, inmediato al cual estaba aquella casa de placer donde un día
+sesteó Felipe II, llamada de la <i>Bella Flor</i>, y que dió nombre al otro
+paseo de la orilla del río, que bien merece capítulo aparte.</p>
+
+<p>Ya en el siglo XVIII, y en tiempos del Asistente Dávalos, se formó una
+glorieta adornada con árboles, fuente, pirámides y asientos que fué la
+admiración de nuestros antepasados, mas aquel sitio puede decirse que no
+llegó á embellecerse por completo y á convertirse en uno de los más
+hermosos de las afueras de Sevilla, hasta los años en que ejerció el
+cargo de Asistente el célebre D. José Manuel de Arjona, á quien se
+debieron no pocas mejoras materiales de la población.<a name="page_295" id="page_295"></a></p>
+
+<p>Escogió Arjona con buen acierto aquel lugar para edificar tales
+jardines, comenzándose las obras en 1826, y dándose por terminadas en
+1829, con gran satisfacción de los sevillanos.</p>
+
+<p>El árido campo se convirtió en ameno lugar de recreo, y en él surgieron
+los copudos árboles, las calles enarenadas, las caprichosas sendas, los
+cuadros de flores, el estanque de limpias aguas, las rústicas casitas,
+los cenadores cubiertos de ramaje, las fuentes marmóreas, las estatuas,
+los jarrones, y todo aquel hermoso jardín á quien el pueblo dió el
+nombre de <i>Delicias</i>.</p>
+
+<p>Para contribuir más al embellecimiento de tal sitio, trajeron plantas
+hasta entonces no conocidas en Sevilla, las cuales se procuró cuidar con
+gran esmero, no siendo extraño que en poco tiempo la mayor parte de
+ellas sirviese para recreación de los paseantes.</p>
+
+<p>Por último se dotó de abundante agua para el riego de los nuevos
+jardines, instalándose una máquina de vapor próxima á la orilla del
+Guadalquivir y para la cual se llevó á cabo una construcción hecha al
+efecto de sencilla y sólida arquitectura, obra de don Melchor Cano. En
+las paredes púsose una lápida que conmemoraba aquellas obras y que decía
+así:</p>
+
+<p>«<i>Siendo rey don Fernando VII, pío, feliz, restaurador, don José Manuel
+de Arjona, Asistente de la ciudad, renovó los paseos antiguos: hizo
+otros nuevos; formó un plantel para la reposición de los árboles,
+construyó cañerías, puso y exornó con un templete gótico esta máquina de
+vapor para regar la alameda y los sembrados inmediatos.&mdash;Año de 1829.</i>»</p>
+
+<p>Tuvo Arjona particular predilección por aquellos jardines, que venciendo
+no pocos obstáculos, no habían levantado á su iniciativa, y cuando dejó
+el puesto de Asistente<a name="page_296" id="page_296"></a> para marchar á la corte, dejó iniciados
+diferentes proyectos para mejorarlos y aumentar su embellecimiento.</p>
+
+<p>A partir de 1835, en las Delicias se llevaron á cabo algunas reformas,
+que no nos he de detenerme en enumerar prolijamente, pero las cuales, ni
+entonces ni después han transformado en lo esencial la forma y traza que
+desde su principio tuvieron los jardines...</p>
+
+<p>Estos se ampliaron en un gran trozo que se exornó convenientemente,
+construyéndose más tarde una gruta artificial, y poco antes de la citada
+fecha trasladáronse allí no pocos bustos y estatuas de mármol, que
+estaban repartidas en algunos paseos del interior de la ciudad, como el
+del Museo, en cuyo centro se alzaba la fuente que corona la estatua del
+robusto niño, de belleza un tanto grotesca, á quien el vulgo conoce por
+el <i>niño del caracol</i>.</p>
+
+<p>Entre los citados bustos y estatuas, muchos de los cuales pertenecieron
+al antiguo palacio de Umbrete, propiedad de la Mitra hispalense, existen
+algunos de dioses de la mitología y de personajes romanos que no carecen
+de mérito artístico, y que señalaría con algún detenimiento de buen
+grado. También se colocó en el centro del estanque la estatua del
+guerrero que fundió el célebre Bartolomé Morell el siglo XVI y que
+coronó la fuente en la plaza de San Francisco.</p>
+
+<p>Durante más de medio siglo, las Delicias constituyeron el orgullo de los
+sevillanos, que fuera de los paseos del interior de la ciudad, no tenían
+jardines tan amenos y lugar tan agradable para solazarse como aquel; mas
+la moda se inclinó al inmediato paseo de la orilla del río, y entonces
+la concurrencia acudió allí á ver y ser vista dejando poco á poco la
+obligación que antes se había impuesto<a name="page_297" id="page_297"></a> de transitar por las enarenadas
+calles y bajo los llorones, naranjos y limoneros de las Delicias.</p>
+
+<p>¡Y qué grato es el pasearse por ellas en los hermosos días de la
+estación de las flores bajo un cielo purísimo, respirando la atmósfera
+embalsamada, mientras la brisa suave mece con dulce murmullo las hojas
+de los árboles!...</p>
+
+<p>Mas apesar de todas estas bellezas, las Delicias serían susceptibles hoy
+de algunas importantes mejoras, que llevadas á cabo conforme á modernos
+planes, aumentarían ciertamente los atractivos de aquellos lugares y los
+harían ser más favorecidos por el público. Quizás entonces la multitud
+que por las tardes acude á la orilla del río no pasaría indiferente ante
+las puertas del vergel levantado por el Asistente Arjona y que en otros
+días fué punto de reunión necesaria de la buena sociedad, expansión de
+femeniles bellezas y centro de la elegancia y de la moda de la capital
+de Andalucía.</p>
+
+<p>Sin embargo de todo, las Delicias tienen hoy un rival terrible, con el
+que en vano intentan competir, y que le ha disputado, sin duda con gran
+ventaja, la predilección de los sevillanos. Este rival es el Parque de
+María Luisa, el hermoso parque que la ciudad posee desde hace pocos años
+y que tan concurrido se ve así en los serenos días del invierno, como en
+las mañanas de primavera y en las tardes de verano...<a name="page_298" id="page_298"></a></p>
+
+<h3><a name="MONSIEUR_THIERS_EN_SEVILLA" id="MONSIEUR_THIERS_EN_SEVILLA"></a>MONSIEUR THIERS EN SEVILLA</h3>
+
+<p>Después de uno de los períodos más activos de su vida y cuando por todos
+los públicos cultos de Europa circulaba el anuncio de la famosa obra <i>El
+consulado y el imperio</i>, Luís Adolfo Thiers emprendió un viaje por
+diferentes naciones, siendo una las que visitó España, viniendo hasta el
+mediodía, y deteniéndose en Sevilla cerca de una semana.</p>
+
+<p>De la estancia de Mr. Thiers en la capital se conocían muy pocas
+noticias hasta que un sobrino de don Juan Nicasio Gallego tuvo la
+oportunidad de dar á luz unas cartas que poseía, cartas curiosas y que
+fueron escritas á su ilustre tío por el deán de Sevilla don Manuel López
+Cepero, á raíz del viaje del célebre historiador francés.</p>
+
+<p>Con estas cartas y con algunas referencias insertas en la Prensa de
+entonces, se puede conocer al pormenor cómo empleó el tiempo en esta
+ciudad Thiers, y cuan disgustadas dejó por cierto, de su estancia á no
+pocas personas, á quienes puso en situación bien poco airosa, y con
+quienes se condujo de manera harto original y con extraña
+despreocupación.</p>
+
+<p>El sábado 20 de Septiembre de 1845, Thiers llegó á<a name="page_299" id="page_299"></a> Sevilla en la
+Diligencia, hospedándose en la posada de Europa, establecida en la calle
+de Gallegos, y como quiera que ya de la visita tenían anuncio las
+autoridades y algunas personas de significación, acudieron éstas á
+saludarle á su alojamiento, pero se retiraron de él mohinas y
+contrariadas, cuando los de la posada les hicieron presente que el
+viajero se había retirado á su habitación, dando orden terminante de que
+á nadie en absoluto recibiría.</p>
+
+<p>Aquella noche misma, algunos de los franceses residentes en Sevilla,
+creyendo obsequiar á su compatriota, fueron á darle una serenata, pero
+parece que el ilustre diplomático no estaba tampoco para músicas y no
+dejó muy contentos á los filarmónicos.</p>
+
+<p>Famoso y tradicional es que los extranjeros que por primera vez nos
+visitan, ya por costumbre, ya porque no pueden resistir la seducción, ó
+porque tienen efectivamente gusto en ello, buscan en Andalucía más que
+otra cosa con curiosidad las costumbres y tipos populares, de los que
+tienen la mayoría las más absurdas creencias; y en este punto puede
+decirse que el grave político francés perdió toda su gravedad y se
+propuso en Sevilla echar una cana al aire, como suele decirse, y correr
+su <i>juerguecita</i>, creyendo que aquellas calaveradas no habían
+ciertamente de tener resonancia ni pasar á conocimiento de las
+generaciones siguientes.</p>
+
+<p>Así Thiers, el día después de su llegada, 21 de Septiembre, empleó sus
+horas de este modo, que cuenta López Cepero, á su amigo el autor de <i>El
+dos de Mayo</i>:</p>
+
+<p>...«Estaba dispuesta una novillada y concurrió á ella dicho personaje,
+rodeado de gente juglar y baladí, muy poco conforme á la categoría que
+se le supone, y con esta chusma pasó toda la noche en un corral de la
+calle Jimios,<a name="page_300" id="page_300"></a> entre gitanos y mujerzuelas, lo más asqueroso que se usa
+en las fiestas de candil á que sólo aun entre la canalla suele verse
+algún día de campo, estando desterrado en todo lugar y tiempo de la
+gente de mediana educación y decencia.»</p>
+
+<p>El tal corral de la calle Jimios era famoso en Sevilla, y más famoso por
+vivir en él un hombre llamado el <i>maestro</i> Félix, viejo zumbón,
+dicharachero y gitanesco, entre bailarín y <i>cantaor</i>, que tenía gran
+popularidad entre el majío y que era pájaro de cuenta por muchos
+motivos.</p>
+
+<p>Este conspicuo sujeto fué el encargado de entenderse nada menos que con
+el famoso Thiers, el cual debió pasar muy buenos ratos en su compañía y
+en el de las hembras y mozos de tronío que para festejar al francés se
+reunieron en la calle Jimios, al olor de un buen pago.</p>
+
+<p>Allí se organizó el baile y hubo vino en abundancia, durando la <i>juerga</i>
+dos ó tres días, en los cuales hubo derroche de bebida y comida é hizo
+el francés las mayores locuras, un tanto alegrete por el mosto, llegando
+á esto que, con no poco gracejo, relata el deán sevillano:</p>
+
+<p>Llevó á cabo en el baile «cosas muy ajenas, no ya de persona de tan alto
+rango, sino de todo hombre de regular educación.... Las mozuelas que
+danzaban derribaban con su pie el sombrero que Mr. Thiers tenía en la
+cabeza, y por necesidad formaban con sus piernas un ángulo recto, cuyo
+vértice se acercaba á la cara del observador, el cual, con risas y
+palmadas, aplaudía la desenvoltura, reclamando la repetición.»</p>
+
+<p>En tanto que el francés andaba entregado á aquellas diversiones, la
+gente de letras de Sevilla lo buscaba por todas partes, extrañando mucho
+y no pudiendo explicarse cómo no había parecido ni por el <i>Liceo
+filarmónico</i>, ni por<a name="page_301" id="page_301"></a> la Academia, ni por el Museo de pinturas, ni por
+los teatros, ni por las bibliotecas, ni había mostrado interés alguno en
+conocer los monumentos y las joyas de arte que en ellos se guardan.</p>
+
+<p>Y se dió el caso, que aunque lo esperaban, no fué á visitar la Catedral,
+dejando plantado á López Cepero el día 24; sólo á la mañana siguiente
+entró y salió sin ser conocido, y cuando ninguna de las preciosidades
+que en el templo se guardan pudo admirar.</p>
+
+<p>En resumen, Thiers abandonó Sevilla el viernes 26 de Septiembre,
+teniendo apenas tiempo para comer con el capitán general que lo invitó
+varias veces á su mesa, y dejando con la conducta que siguió en la
+ciudad harto enojados á los sevillanos cultos, como tan claramente se
+desprende de las citadas cartas.</p>
+
+<p>Esta fué la visita del grave historiador francés á la capital de
+Andalucía, y los <i>estudios</i> que para su famosa obra del <i>Consulado y el
+imperio</i> hizo en ella.<a name="page_302" id="page_302"></a></p>
+
+<h3><a name="LA_INAUGURACION_DEL_TEATRO_DE_SAN_FERNANDO" id="LA_INAUGURACION_DEL_TEATRO_DE_SAN_FERNANDO"></a>LA INAUGURACIÓN DEL TEATRO DE SAN FERNANDO</h3>
+
+<p>La inauguración del teatro de San Fernando fué un verdadero
+acontecimiento, y al recuerdo de aquella gran temporada de 1847-48, bien
+merece que dedique algunas líneas antes de terminar este libro.</p>
+
+<p>Fué el local que hoy ocupa el coliseo, como es sabido, hospital del
+Espíritu Santo. Este hospital existía desde muy remota fecha y en 1587
+se reunieron en él otros menores, agregándole las rentas de treinta y
+ocho de los que entonces se suprimieron, con lo que creció mucho su
+importancia, comenzando por aquel tiempo á labrar el espacioso edificio
+que ocupaba en la calle Colcheros.</p>
+
+<p>Estaba destinado el hospital para la curación de llagas y de enfermos de
+tisis, y en 1837, al reunirse todos los hospitales en el de la Sangre,
+se trasladó allí por orden de la Junta de Beneficencia, dueña entonces
+del local, que conservó la iglesia y destinó á oficinas y almacenes el
+resto del edificio.</p>
+
+<p>En 1838 celebró allí sus veladas el <i>Liceo Sevillano</i> y en 1844 he
+encontrado las primeras noticias sobre la idea de levantar en el sitio
+un teatro, en estas líneas que se<a name="page_303" id="page_303"></a> leen en el libro de actas del
+Ayuntamiento, correspondiente á la sesión de 11 de Noviembre:</p>
+
+<p>«Se dió cuenta de un oficio del Sr. Jefe Superior Político, trasladando
+la Real Orden de 2 del actual por la que S. M. concedía su real permiso
+á la <i>Junta de Beneficencia para construir un teatro en fincas de su
+propiedad</i>, para acudir al sostén de los objetos de dicho ramo, bajo el
+concepto de que haya de proceder subasta solemne. El Sr. Alcalde leyó
+con este motivo una comunicación que le había dirigido el Sr. Conde de
+Vistahermosa, contestando á otra en que S. S. le recomendaba el pronto
+éxito de este asunto y una carta particular que le acompañaba.»</p>
+
+<p>En Mayo de 1845, vendido ya el edificio por la Junta, el jefe político,
+Hezeta, ofició al Ayuntamiento invitándolo á que se suscribiese por
+algunas acciones á la empresa que se formaba en Sevilla para levantar un
+teatro en la calle de Colcheros, opinando la comisión de Hacienda según
+informe de 28 del citado mes, que la ciudad se debía suscribir por seis
+acciones, en vista de lo cual se acordó en cabildo secreto, conservar
+ciertos derechos sobre el teatro que se edificase. Con esto no se
+conformó la Sociedad, quien en 14 de Junio hizo una solicitud al
+Municipio pidiendo se revocase el acuerdo de los derechos sobre el
+coliseo, cosa que se llevó á cabo.</p>
+
+<p>Pasando por alto las diversas alternativas que sufrió la obra del nuevo
+teatro y los artífices que en ella tomaron parte y otros detalles de
+relativa curiosidad, apuntaré que, terminado el edificio, su exorno y el
+numeroso decorado, se señaló para el día 21 de Diciembre del citado año
+de 1847 la inauguración del teatro con una compañía de ópera, en que
+figuraban artistas de los que más fama gozaban entonces en el mundo del
+arte.<a name="page_304" id="page_304"></a></p>
+
+<p>En la lista de aquella compañía aparecen los siguientes cantantes:</p>
+
+<p><i>Prima donna absoluta</i>, Carlota Vittadini; <i>prima donna</i>, Luisa Cocco;
+<i>comprimaria</i>, Cuterina Persoli; <i>contralto</i>, Luisa Perzoli; <i>primer
+tenor absoluto</i>, Giovani Soliere; <i>tenor</i>, Benedecto Galliani;
+<i>comprimario</i>, Antonio Cordero; <i>primer bajo barítono</i>, Giusepe Manensi;
+<i>primer bajo</i>, Carlos Porto; <i>segundo bajo</i>, Antonio Casanova; <i>maestro
+director</i>, Vicente Schira; <i>maestro de coros</i>, Mateo Torres.</p>
+
+<p>En la citada lista se hace tambien constar que el número de coristas
+llegaría á treinta y cinco, que la orquesta la formarían cuarenta y
+cinco profesores y que el director sería don Silverio López Uria,
+maestro de música muy conocido en Sevilla entonces y compositor á veces
+de medianas piezas y zarzuelas, de las que ya nadie se acuerda.</p>
+
+<p>Antes de la inauguración del teatro se repartió profusamente por la
+ciudad un prospecto, en donde la empresa hacía presente al público lo
+necesario que era cultivar el buen teatro en esta ciudad y el deseo que
+se sentía de tener uno de la importancia del de San Fernando. En aquel
+impreso se leían estas líneas:</p>
+
+<p>«Hace tiempo que esta capital necesitaba un teatro digno de ella.
+Sevilla, que es la primera de Andalucía y la segunda de España,
+reclamaba imperiosamente un edificio de esta clase que por su belleza,
+proporciones y magnificencia pudiese contener con decoro y comodidad al
+público que asiste á estas representaciones. Con efecto, si los teatros
+han sido siempre una muestra de la cultura y civilización de los
+pueblos, forzoso es que hasta en la parte material correspondan á la
+categoría de cada ciudad, y que el mérito de las representaciones esté
+en armonía con su ilustración....» Y más adelante se decía que los<a name="page_305" id="page_305"></a>
+empresarios, «notando el afán que había en Sevilla por volver á gozar de
+las representaciones <i>líricas</i>, enviaron al extranjero, aunque fuera de
+temporada, á una persona entendida para que á cualquier precio les
+ajustara una compañía de excelentes artistas... Nada se atreven á decir
+de su mérito, por más que gocen de alta reputación en Italia, porque
+también ha de juzgarlos el público, y en estas materias es infalible.
+Sólo advierte que la rebaja en los precios de las entradas y
+localidades, no es ahora tan notable como desean, aunque mayor que hasta
+aquí, por los muchos gastos que han hecho para formar su Compañía en
+tiempo extraordinario; mas pueden asegurar al público que en la
+temporada ordinaria que comienza en la Pascua de Resurrección, serán los
+precios más cómodos...»</p>
+
+<p>En el mismo edificio y cercano á la puerta principal, se estableció un
+café llamado de Los Lombardos, en la calle del mismo nombre, café y
+billares que se abrieron al público el 19 de Diciembre.</p>
+
+<p>La noche de la inauguración del coliseo fué, como ya he dicho, el 21, y
+á ella concurrieron las autoridades, las personas más significadas,
+todos los buenos aficionados á la música y las más hermosas mujeres, que
+lucían aquella noche sus más preciadas galas.</p>
+
+<p>La ópera escogida fué <i>Los Lombardos</i>, que cantaron la Vittadini, la
+Cocco, Salieri, Galliani y Manensi.</p>
+
+<p>De lo que resultó aquella primera función dan noticias los periódicos de
+la época que entonces veían la luz en la capital, y el <i>Diario de
+Sevilla</i> hacía la más completa descripción, apurando todos los adjetivos
+y frases hechas, que ya se usaban entonces y de las que tanto se ha
+abusado después por los revisteros de teatros.</p>
+
+<p>Por cierto que un periódico que á poco se publicó,<a name="page_306" id="page_306"></a> llamado <i>La Platea</i>,
+apareció llevando en la portada una vista de la sala del coliseo grabada
+en madera, que, aunque de tosco dibujo, da idea de cómo estaba en sus
+comienzos el interior del teatro, con su gran lucerna de aceite
+pendiente del techo, sus anchas lunetas, su tertulia de señoras y su
+telón primitivo, pintado por D. Antonio Cabral Bejarano.</p>
+
+<p>No deja de parecerme de alguna curiosidad el consignar los precios del
+abono para aquella temporada, que constó de <i>sesenta</i> funciones, y que
+eran en esta forma:</p>
+
+<p><i>Palcos plateas</i>, 1.260 reales.&mdash;<i>Palcos principales</i>, 1.080.&mdash;<i>Palcos
+de tornavoz</i>, 900.&mdash;<i>Anfiteatro</i>, 200.&mdash;<i>Lunetas</i>, 200.&mdash;<i>Delanteros de
+tertulia</i>, 90.&mdash;La entrada costaba tres reales, y las noches de
+<i>estrenos de óperas ó de iluminación</i>, llegaba á una peseta.</p>
+
+<p><i>Los Lombardos</i> debieron gustar bastante al público, pues la ópera se
+representó, después del día de la inauguración, en cuantas noches hubo
+espectáculo hasta el 2 de Enero de 1848 y á la citada obra siguieron
+<i>Sonámbula</i>, <i>Atila</i>, <i>Lucrecia Borgia</i>, <i>Hernani</i> y <i>Favorita</i>.</p>
+
+<p>De todas estas, <i>Atila</i> fué la que por entonces más agradó, poniéndose
+muy en boga su partitura en Sevilla, hasta el punto que no había
+tertulia más ó menos cursi, donde no fuera de rigor cantar algún trozo
+de <i>Atila</i>, por la joven romántica ó el enamorado galán.</p>
+
+<p>Tres eran los teatros que á la sazón había abiertos en Sevilla: el
+Principal, el de la Misericordia y el de la Feria, y en ellos
+funcionaban en aquel tiempo tres compañías dramáticas, que entusiasmaban
+con <i>El terremoto de la Martinica</i>, <i>La terrible noche de un proscrito</i>,
+<i>Marta la romantina</i>, <i>El campanero de San Pablo</i>.</p>
+
+<p>Ninguno de los tres teatros sintió como el viejo Principal<a name="page_307" id="page_307"></a> la apertura
+del de San Fernando, rival desde aquel día, y rival terrible, del
+coliseo que la famosa Sciomeri había inaugurado á fines del siglo XVIII,
+y por el que habían pasado tantas alternativas prósperas y adversas.</p>
+
+<p>Y así ocurrió, en efecto; desde que se inauguró San Fernando, el
+Principal sintió los desastrosos efectos de una competencia, á la que
+más tarde tuvo que sucumbir.</p>
+
+<p>Ni de aquella primera temporada de 1847 á 1848, ni de las que inmediatas
+le siguieron, me he de ocupar aquí. Recordar sólo aquella inauguración
+del teatro de San Fernando en la noche del 21 de Diciembre de 1847, ha
+sido el propósito que me ha movido á tomar la pluma, cerrando con estas
+líneas el presente libro, donde he reunido algunos apuntes sevillanos de
+interés y curiosidad, algunas <i>Cosas nuevas y viejas</i>, cuyo conocimiento
+creo habrá entretenido á mis lectores.</p>
+
+<p><a name="page_308" id="page_308"></a></p>
+
+<p><a name="page_309" id="page_309"></a></p>
+
+<h3><a name="INDICE" id="INDICE"></a>ÍNDICE</h3>
+
+<table border="0" cellpadding="2" cellspacing="0" summary="">
+
+<tr><td colspan="2" align="right"><span style="text-decoration:underline;"><small>PÁGINAS</small></span></td></tr>
+<tr><td>Portada</td></tr>
+
+<tr><td>Dedicatoria</td></tr>
+
+<tr><td>Al que leyere...</td></tr>
+
+<tr><td>Los antiguos relojes,</td><td align="right"><a href="#page_007">7</a></td></tr>
+
+<tr><td>Cómo las gastaba un rey,</td><td align="right"><a href="#page_010">10</a></td></tr>
+
+<tr><td>Los primeros inquisidores y sus hazañas,</td><td align="right"><a href="#page_012">12</a></td></tr>
+
+<tr><td>Tradición...,</td><td align="right"><a href="#page_016">16</a></td></tr>
+
+<tr><td>El Cartujano,</td><td align="right"><a href="#page_018">18</a></td></tr>
+
+<tr><td>Antiguas fiestas de toros,</td><td align="right"><a href="#page_022">22</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las víctimas de la comunidad en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_025">25</a></td></tr>
+
+<tr><td>El Pendón Verde,</td><td align="right"><a href="#page_027">27</a></td></tr>
+
+<tr><td>Francisco Guerrero,</td><td align="right"><a href="#page_031">31</a></td></tr>
+
+<tr><td>Los esclavos de Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_036">36</a></td></tr>
+
+<tr><td>Juan de Salinas,</td><td align="right"><a href="#page_041">41</a></td></tr>
+
+<tr><td>El Arenal,</td><td align="right"><a href="#page_045">45</a></td></tr>
+
+<tr><td>Julianillo Hernández,</td><td align="right"><a href="#page_052">52</a></td></tr>
+
+<tr><td>Santa Teresa en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_055">55</a></td></tr>
+
+<tr><td>Un Ponce de León,</td><td align="right"><a href="#page_058">58</a></td></tr>
+
+<tr><td>Juan del Castillo,</td><td align="right"><a href="#page_061">61</a></td></tr>
+
+<tr><td>Un zapatero de antaño,</td><td align="right"><a href="#page_065">65</a></td></tr>
+
+<tr><td>La puerta de Triana,</td><td align="right"><a href="#page_067">67</a></td></tr>
+
+<tr><td>La Alameda de Hércules,</td><td align="right"><a href="#page_070">70</a></td></tr>
+
+<tr><td>La Hermandad de los Niños Perdidos,</td><td align="right"><a href="#page_077">77</a></td></tr>
+
+<tr><td>Don Luis Sumeño de Porras,</td><td align="right"><a href="#page_082">82</a></td></tr>
+
+<tr><td>Un arcediano y un canónico,</td><td align="right"><a href="#page_085">85</a></td></tr>
+
+<tr><td>El escocés hereje,</td><td align="right"><a href="#page_087">87</a></td></tr>
+
+<tr><td>La moza y el Asistente,</td><td align="right"><a href="#page_089">89</a></td></tr>
+
+<tr><td>El veraneo de antaño en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_093">93</a></td></tr>
+
+<tr><td>Luís de Vargas,</td><td align="right"><a href="#page_099">99</a></td></tr>
+
+<tr><td>Procesión de Vía-Crucis,</td><td align="right"><a href="#page_104">104</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las presas de la Inquisición,</td><td align="right"><a href="#page_106">106</a></td></tr>
+
+<tr><td>Ejecuciones,</td><td align="right"><a href="#page_108">108</a></td></tr>
+
+<tr><td>El Salvador,</td><td align="right"><a href="#page_113">113</a></td></tr>
+
+<tr><td>Juan de las Roelas,</td><td align="right"><a href="#page_116">116</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las dos amigas,</td><td align="right"><a href="#page_121">121</a><a name="page_310" id="page_310"></a></td></tr>
+
+<tr><td>Los valentones,</td><td align="right"><a href="#page_122">122</a></td></tr>
+
+<tr><td>El Asistente y las fruteras,</td><td align="right"><a href="#page_125">125</a></td></tr>
+
+<tr><td>Herrera el Viejo,</td><td align="right"><a href="#page_127">127</a></td></tr>
+
+<tr><td>Lope de Vega en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_132">132</a></td></tr>
+
+<tr><td>Confiteros y confiterías,</td><td align="right"><a href="#page_135">135</a></td></tr>
+
+<tr><td>Los moriscos,</td><td align="right"><a href="#page_139">139</a></td></tr>
+
+<tr><td>Caballeros de antaño,</td><td align="right"><a href="#page_142">142</a></td></tr>
+
+<tr><td>El tutor y la pupila,</td><td align="right"><a href="#page_145">145</a></td></tr>
+
+<tr><td>El incendio de «El Coliseo»,</td><td align="right"><a href="#page_147">147</a></td></tr>
+
+<tr><td>La madre Catalina y maestro Villalpando,</td><td align="right"><a href="#page_150">150</a></td></tr>
+
+<tr><td>Crueldad de un Asistente,</td><td align="right"><a href="#page_156">156</a></td></tr>
+
+<tr><td>El sastre catalán,</td><td align="right"><a href="#page_158">158</a></td></tr>
+
+<tr><td>El hermano Juan de Jesús,</td><td align="right"><a href="#page_160">160</a></td></tr>
+
+<tr><td>La mulata y la hechicera,</td><td align="right"><a href="#page_163">163</a></td></tr>
+
+<tr><td>Barrabás,</td><td align="right"><a href="#page_166">166</a></td></tr>
+
+<tr><td>Desafíos y riñas entre nobles,</td><td align="right"><a href="#page_168">168</a></td></tr>
+
+<tr><td>El prior de las Cuevas,</td><td align="right"><a href="#page_171">171</a></td></tr>
+
+<tr><td>La monja alférez,</td><td align="right"><a href="#page_174">174</a></td></tr>
+
+<tr><td>La última hazaña de un valentón,</td><td align="right"><a href="#page_177">177</a></td></tr>
+
+<tr><td>La hermosa posadera,</td><td align="right"><a href="#page_179">179</a></td></tr>
+
+<tr><td>Espejo de escribanos,</td><td align="right"><a href="#page_182">182</a></td></tr>
+
+<tr><td>El portugués Perea,</td><td align="right"><a href="#page_186">186</a></td></tr>
+
+<tr><td>El marqués de Buenavista,</td><td align="right"><a href="#page_188">188</a></td></tr>
+
+<tr><td>Un inquisidor humillado,</td><td align="right"><a href="#page_190">190</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las tapadas,</td><td align="right"><a href="#page_192">192</a></td></tr>
+
+<tr><td>El maestro Vilches,</td><td align="right"><a href="#page_196">196</a></td></tr>
+
+<tr><td>Una fuga de presos,</td><td align="right"><a href="#page_198">198</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las rondas de noche,</td><td align="right"><a href="#page_200">200</a></td></tr>
+
+<tr><td>El contador de la Contratación,</td><td align="right"><a href="#page_203">203</a></td></tr>
+
+<tr><td>Don Bernardino y su mastín,</td><td align="right"><a href="#page_205">205</a></td></tr>
+
+<tr><td>El cabildo eclesiástico y las fiestas de toros,</td><td align="right"><a href="#page_207">207</a></td></tr>
+
+<tr><td>El hijo de Murillo,</td><td align="right"><a href="#page_211">211</a></td></tr>
+
+<tr><td>La embajada japonesa,</td><td align="right"><a href="#page_214">214</a></td></tr>
+
+<tr><td>Cofrades y toros,</td><td align="right"><a href="#page_217">217</a></td></tr>
+
+<tr><td>El obispillo,</td><td align="right"><a href="#page_220">220</a></td></tr>
+
+<tr><td>Duque Cornejo,</td><td align="right"><a href="#page_222">222</a></td></tr>
+
+<tr><td>Los monederos falsos,</td><td align="right"><a href="#page_225">225</a></td></tr>
+
+<tr><td>El loco Amaro,</td><td align="right"><a href="#page_228">228</a></td></tr>
+
+<tr><td>Fray Pedro de San José,</td><td align="right"><a href="#page_232">232</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las danzas del Corpus,</td><td align="right"><a href="#page_234">234</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las procesiones del rosario,</td><td align="right"><a href="#page_238">238</a></td></tr>
+
+<tr><td>La beata Briguela,</td><td align="right"><a href="#page_243">243</a></td></tr>
+
+<tr><td>El verdugo azotado,</td><td align="right"><a href="#page_246">246</a></td></tr>
+
+<tr><td>Los hermanos del Pecado Mortal,</td><td align="right"><a href="#page_248">248</a></td></tr>
+
+<tr><td>Un partidario del archiduque de Austria,</td><td align="right"><a href="#page_251">251</a></td></tr>
+
+<tr><td>Profanación,</td><td align="right"><a href="#page_253">253</a></td></tr>
+
+<tr><td>Trajes y adornos,</td><td align="right"><a href="#page_256">256</a></td></tr>
+
+<tr><td>Toribio de Velasco,</td><td align="right"><a href="#page_260">260</a></td></tr>
+
+<tr><td>La fiesta de los sastres, </td><td align="right"><a href="#page_265">265</a></td></tr>
+
+<tr><td>Con luz.... y á oscuras,</td><td align="right"><a href="#page_268">268</a></td></tr>
+
+<tr><td>Un hospital de perros,</td><td align="right"><a href="#page_274">274</a></td></tr>
+
+<tr><td>La Rosa Pérez,</td><td align="right"><a href="#page_276">276</a></td></tr>
+
+<tr><td>Cómo empleó un día el rey José,</td><td align="right"><a href="#page_279">279</a></td></tr>
+
+<tr><td>Beneficencia invasora,</td><td align="right"><a href="#page_283">283</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las lecturas públicas en el café del Turco,</td><td align="right"><a href="#page_286">286</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las damas sevillanas y la bandera liberal,</td><td align="right"><a href="#page_290">290</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las Delicias,</td><td align="right"><a href="#page_294">294</a></td></tr>
+
+<tr><td>Mr. Thiers en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_298">298</a></td></tr>
+
+<tr><td>La inauguración del teatro de San Fernando,</td><td align="right"><a href="#page_302">302</a></td></tr>
+</table>
+
+<hr class="full" />
+
+
+
+
+
+
+
+<pre>
+
+
+
+
+
+End of the Project Gutenberg EBook of Cosas nuevas y viejas, by
+Manuel Chaves
+
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+including obsolete, old, middle-aged and new computers. It exists
+because of the efforts of hundreds of volunteers and donations from
+people in all walks of life.
+
+Volunteers and financial support to provide volunteers with the
+assistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's
+goals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will
+remain freely available for generations to come. In 2001, the Project
+Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure
+and permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations.
+To learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation
+and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4
+and the Foundation web page at http://www.pglaf.org.
+
+
+Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive
+Foundation
+
+The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit
+501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the
+state of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal
+Revenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification
+number is 64-6221541. Its 501(c)(3) letter is posted at
+http://pglaf.org/fundraising. Contributions to the Project Gutenberg
+Literary Archive Foundation are tax deductible to the full extent
+permitted by U.S. federal laws and your state's laws.
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+The Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S.
+Fairbanks, AK, 99712., but its volunteers and employees are scattered
+throughout numerous locations. Its business office is located at
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+business@pglaf.org. Email contact links and up to date contact
+information can be found at the Foundation's web site and official
+page at http://pglaf.org
+
+For additional contact information:
+ Dr. Gregory B. Newby
+ Chief Executive and Director
+ gbnewby@pglaf.org
+
+
+Section 4. Information about Donations to the Project Gutenberg
+Literary Archive Foundation
+
+Project Gutenberg-tm depends upon and cannot survive without wide
+spread public support and donations to carry out its mission of
+increasing the number of public domain and licensed works that can be
+freely distributed in machine readable form accessible by the widest
+array of equipment including outdated equipment. Many small donations
+($1 to $5,000) are particularly important to maintaining tax exempt
+status with the IRS.
+
+The Foundation is committed to complying with the laws regulating
+charities and charitable donations in all 50 states of the United
+States. Compliance requirements are not uniform and it takes a
+considerable effort, much paperwork and many fees to meet and keep up
+with these requirements. We do not solicit donations in locations
+where we have not received written confirmation of compliance. To
+SEND DONATIONS or determine the status of compliance for any
+particular state visit http://pglaf.org
+
+While we cannot and do not solicit contributions from states where we
+have not met the solicitation requirements, we know of no prohibition
+against accepting unsolicited donations from donors in such states who
+approach us with offers to donate.
+
+International donations are gratefully accepted, but we cannot make
+any statements concerning tax treatment of donations received from
+outside the United States. U.S. laws alone swamp our small staff.
+
+Please check the Project Gutenberg Web pages for current donation
+methods and addresses. Donations are accepted in a number of other
+ways including checks, online payments and credit card donations.
+To donate, please visit: http://pglaf.org/donate
+
+
+Section 5. General Information About Project Gutenberg-tm electronic
+works.
+
+Professor Michael S. Hart is the originator of the Project Gutenberg-tm
+concept of a library of electronic works that could be freely shared
+with anyone. For thirty years, he produced and distributed Project
+Gutenberg-tm eBooks with only a loose network of volunteer support.
+
+
+Project Gutenberg-tm eBooks are often created from several printed
+editions, all of which are confirmed as Public Domain in the U.S.
+unless a copyright notice is included. Thus, we do not necessarily
+keep eBooks in compliance with any particular paper edition.
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+Most people start at our Web site which has the main PG search facility:
+
+ http://www.gutenberg.org
+
+This Web site includes information about Project Gutenberg-tm,
+including how to make donations to the Project Gutenberg Literary
+Archive Foundation, how to help produce our new eBooks, and how to
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