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You may copy it, give it away or +re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included +with this eBook or online at www.gutenberg.org + + +Title: Cosas nuevas y viejas + (apuntes sevillanos) + +Author: Manuel Chaves + José Nogales + +Release Date: April 19, 2011 [EBook #35905] + +Language: Spanish + +Character set encoding: ISO-8859-1 + +*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK COSAS NUEVAS Y VIEJAS *** + + + + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This file was +produced from images generously made available by The +Internet Archive) + + + + + + + + + +Cosas nuevas y viejas + +MANUEL +CHAVES + +HISTORIA +TRADICIÓN + +DIEGO LOPEZ +1903 + + + + +OBRAS DE MANUEL CHAVES + + +_Constancia._--Novela.--Imp. de _El Cronista_.--1891.--_El +Posibilista._--1894.--Sevilla. + +_Hablar por hablar._--Colección de artículos literarios, satíricos y de +costumbres, publicados de 1890 á 1894.--_El Posibilista._--Sevilla. + +_Bocetos de una época_ (1820-1840).--Carta-prólogo de don Manuel Gómez +Imaz.--Librería de Fernando Fe.--1892.--Madrid.--Imp. de Francisco Leal, +etc. Sevilla.--Un tomo en 8.º.--270 páginas. + +_Pro-Patria._--Homenaje á los heroicos hijos de Sevilla don José +González Cuadrado y don Bernardo Palacios Malaver.--Primera edición: +Tipografía de Díaz y Carballo, etc., etc.--1893.--Segunda edición: +Tipografía de Leal y C.ª 1894.--Sevilla.--Folleto en 4.º.--Una lámina. + +_Páginas Sevillanas._--Sucesos históricos, personajes célebres, +monumentos notables, tradiciones populares, cuentos viejos, leyendas y +curiosidades.--Con una carta-prólogo de don José Gestoso y Pérez.--Imp. +de E. Rasco, etc. 1894.--Sevilla.--Un tomo en 8.º.--352 páginas. + +_Pepe-Illo._--Ensayo biográfico, histórico y bibliográfico.--Resuche, +impresor, etc., 1894.--Folleto en 8.º.--Dos láminas. + +_Una carta del rey neto_ y algunas menudencias para ilustrar un capítulo +de la historia.--Imp. de Ángel Resuche, etc., etc. +1894.--Sevilla.--Folleto en 8.º.--Con un retrato y un facsímil. + +_La Semana Santa y las Cofradías de Sevilla de 1820 á 1823._--Carta al +duque de T'Serclaes.--Imp. de E. Rasco. 1895.--Sevilla.--Cuaderno en +folio. + +_D. Bernardo Márquez de la Vega._--Memorias de la reacción +absolutista.--Imp. de _El Porvenir_, etc., etc. 1896.--Sevilla.--Folleto +en 8.º. + +_Perder el tiempo._--(Versos).-Con una carta de don Francisco Rodríguez +Marín.--Imp. de _El Porvenir_, etc 1896.--Sevilla.--Folleto en 8.º. + +_Historia y bibliografía de la prensa sevillana._--Prólogo de don +Joaquín Guichot y Parody, Cronista oficial de la ciudad.--Imp. de E. +Rasco, etc. 1896.--Sevilla.--Un tomo en folio: XLII-380 páginas. + +_Discurso de recepción_ leído ante la Academia Sevillana de Buenas +Letras el día 11 de Abril de 1899.--Tipografía, Monsalves 17: +1899.--Sevilla.--Folleto en 4.º.--82 páginas. + +_D. Mariano José de Larra (Fígaro)._--Su tiempo, su vida y sus +obras--Estudio biográfico-crítico y bio-bibliográfico.--Imp. de _La +Andalucía_. 1898-1899.--Sevilla.--Un tomo en 4.º--244 páginas. + +_Micer Francisco Imperial._--Siglo XIV.--(Apuntes +bibliográficos.)--Tipografía, Monsalves 17.--1899.--Sevilla.--Folleto en +4.º. + +_La Madre y la muerte._--Poesía escrita sobre el pensamiento de un +cuento de Hans Cristián Andersen.--Tipografía de «La Industria», etc., +1899.--Sevilla.--Folleto en 8.º. + +_El humorismo en la literatura española el siglo XIX._--Trabajo premiado +en los Juegos Florales que celebró el Ateneo de Sevilla en 25 de Abril +de 1900.--Un folleto. + +_Los teatros de Sevilla en la segunda época constitucional_ +(1820-1823).--Imprenta de F. Marta-García.--1900.--Un folleto en +8.º.--80 páginas. + +_D. Diego Ortiz de Zúñiga._--Su vida y sus obras.--(Estudio biográfico y +crítico.) Premiado en los Juegos Florales que celebró el Ateneo de +Sevilla el 4 de Mayo de 1902.--Imp. de E. Rasco, +etc.--1903.--Sevilla.--Un folleto en 4.º.--VIII-100 páginas. + +_Cosas Nuevas y Viejas._--Apuntes sevillanos.--Prólogo de don José +Nogales.--Sevilla: Tipografía, Sauceda 11.--Un volumen en 4.º. francés. + + +[Nota del transcriptor: + +En esta edición se han mantenido las convenciones ortográficas del +original, incluyendo las variadas normas de acentuación presentes en el +texto.] + + + + +COSAS NUEVAS Y VIEJAS + +MANUEL CHAVES + +Cosas nuevas +y viejas + +(APUNTES SEVILLANOS) + +PRÓLOGO DE +DON JOSÉ NOGALES + +SEVILLA +Tipografía, Sauceda 11 +1904 + + +SR. D. ENRIQUE CARREÑO + + +Mi excelente amigo: Á su bizarría, á su generosidad, se debe que estos +_Apuntes sevillanos_ salgan á la luz pública, reunidos y puestos en +orden conveniente. ¿Cómo no he de honrarme escribiendo su nombre de Vd. +en la dedicatoria de este mi nuevo libro? + +Grande, sincero y mil veces demostrado es el amor que Vd. tiene por +Sevilla, y como de cosas de esta nuestra tierra--_viejas_ unas por su +antigüedad y _nuevas_ otras, por no ser muy conocidas,--tratan las +páginas que siguen, á esto atribuyo la predilección que me manifestó por +ellas, que muy expuesto estuviera á equivocarme si á vanidad de autor +pudiera achacar otra cosa. + +Siguiendo relativo orden cronológico van esos breves artículos, que en +las columnas de _El Liberal_ gozaron un día cierto favor del público: +por eso nada he querido alterar de ellos, pues ampliándolos ó dándoles +otra forma, perderían ciertamente el carácter que tuvieron al ser +trazados y que he deseado conservar. + +La variedad de los asuntos que forman este libro, me hace sospechar que +ha de mover algo el interés del lector curioso, á quien, como á Vd., +ofrezco ya un detalle de las costumbres de nuestros antepasados, ya la +biografía de un sevillano ilustre, ya la descripción de algún monumento, +ó ya, en fin, la noticia de cualquier caso interesante, habiendo tenido +buen cuidado de basar todos mis escritos sobre auténticos documentos +originales ó sobre noticias del más autorizado origen, no ocultando +nunca, para mayor crédito, su procedencia. + +¿Qué más he de decir á Vd. en estas líneas, que ya para dedicatoria +podrán parecerle largas?.... Pongo punto y reciba una vez más la muestra +del reconocimiento y la amistad de su affmo. + +[Illustration: firma, Manuel Chaves] + +_Enero, 1904._ + + + + +Al que leyere... + + +Este es un libro que yo vi nacer: mejor dicho, que contribuí un poco á +que naciera. Por esto me juzgo ligado á él con ciertos vínculos +espirituales que me redimen de aquella virginidad de prólogos en que +hasta ahora he vivido. Ni los hice para los libros ajenos, ni los pedí +para los míos. + +Y es que, para los ajenos, creí siempre que me faltaba autoridad; y para +los míos, que me faltaba aquella cualidad excelente que tendrían que +poner de manifiesto por anticipado juício de la obra. + +Con el presente libro todo aquel propósito casi huraño ha venido á +tierra, y ya he dicho la razón. Ahora, lo que quiero decir al público es +cómo debemos alegrarnos de que lo efímero y volandero se haya fijado en +moldes estables y, como ahora se dice, definitivos. + +He aquí cómo nació este libro: en Enero de 1901 comenzó la publicación +de _El Liberal_ en Sevilla, de que fuí Director durante algunos meses, +con verdadero regocijo de mi alma. Esta satisfacción tenía dos motivos +de índole sentimental: que era _El Liberal_ y se publicaba en Sevilla. + +Al empezar, dije á Manuel Chaves:--¿Por qué no haces una sección tuya, +en que nos traigas algo de lo mucho que sabes y conoces, acomodándolo al +paladar del público numeroso y al molde especial del público moderno? + +Estas invitaciones al trabajo no se le dirijen en balde á Manuel Chaves, +uno de los espíritus trabajadores é inquietos que afirman, frente á la +_Andalucía legendaria y pasiva_, la _Andalucía productora é +inteligente_. + +Desde el segundo ó el tercer número de _El Liberal_ apareció la sección +titulada «_Cosas nuevas y viejas_». Lo que comenzó en Enero acabó en +Diciembre. Un año, día por día, servimos á los lectores la paciente +labor de Chaves, que era, burla burlando, un pedazo de historia, +fragmentaria, anecdótica, concentrada, en que había de todo: desde lo +trágico á lo exquisito; desde lo terrible á lo picaresco. + +Y esto--hay que decirlo lealmente--aun sin tener en cuenta otras +valiosas condiciones de la producción, revela una profunda cultura y un +magno esfuerzo, que supone por anticipado muchos años de trabajo +perseverante y abrumador, no recompensado sino por la estimación del +público. + +Acaso porque todos, confesándolo ó no, apreciamos en mucho aquellas +cualidades en que no abundamos, yo admiro la obra paciente é +inteligentísima de los eruditos, de los bibliógrafos, de los +escudriñadores de las fuentes vivas en nuestra literatura, en nuestra +ciencia y en nuestra historia. Y esta obra de perseverancia y sabiduría +se realiza con admirable solidaridad. Como en los esfuerzos científicos, +estos empeños literarios se enlazan, se completan, se ordenan á través +de los años y de los siglos. + +Sevilla fué siempre, y lo es ahora, un admirable taller para esta +persistente labor de sabiduría. Yo tengo ganas de decir al «gran +público», á ese público que está formado por cientos de miles de +lectores diarios, quiénes son y qué representan en la moderna cultura +española esos eruditos andaluces cuyos nombres llegaron á él á través de +las Academias, de las Corporaciones oficiales, de las referencias +volanderas de los periódicos en notas fugaces é inexpresivas. + +El círculo de lectores se va ensanchando: este es un excelente síntoma; +la Prensa, _machete en mano_, abre sendas claras y ventiladas en el +bosque enmarañado de nuestra ignorancia secular. Ella abre el camino; el +_convoy_ viene detrás. Es un error el de los que creen que la Prensa +absorbe por completo y para siempre la parte de inteligencia activa con +detrimento del más hondo y apacible saber. La Prensa abre camino, hace +lectores.... + +Uno de nuestros propósitos era ese: utilizar la Prensa como vehículo y +cargar en ella la cantidad de _cosas viejas_ que admitiese: así se irían +repartiendo. Para esto--exigencias inevitables del público--había que +escoger lo raro, lo ameno, lo interesante: aún no está el _niño grande_ +para ingerir muchas y serias dosis de paciente estudio. + +Y Manuel Chaves cumplió su encargo tan liberalmente, que con aquella +serie de _Cosas_ ha podido componer el presente volumen, ya _pasado en +autoridad de cosa juzgada_, y lo que es más, aplaudida. + +Seguramente ha de haber alguna flor fresca en el ramillete, pues Chaves +tenía materia sobrada á mano, y no es hombre que se la reserve, al +contrario de otros eruditos, que todo lo que pueden lo reservan como si +ganara réditos. Y ¡cuántas otras cosas sabrosísimas, de gran interés +literario é histórico, habrá tenido que reservar y dejar en el fondo de +los cajones, por esta ridícula meticulosidad que ahora nos ha entrado, +por esta pudibundez externa que destierra todos los desenfados del +ingenio antiguo, aunque permite toda licencia al ingenio contemporáneo! + +No podemos reproducir los felicísimos y audaces rasgos de nuestra +literatura picaresca, moralmente inofensiva, porque el donaire es +ingenuo, natural y bien encaminado, mientras corren, exquisitamente +encuadernadas, todas las alambicadas porquerías de la literatura +francesa,--que no tienen acceso en otras naciones--y esto me hace pensar +en el antiguo problema de si la moralidad será cuestión de climas... y +de lenguajes. + +Me place lo exquisito de esa literatura, aunque se acomoda mi ánimo +mejor á los sabrosos desenfados de la nuestra. + +Y es que adoro nuestras formas castizas, nuestro «modo de hacer», el +resplandor de nuestro ingenio solariego, la gracia ingenua, socarrona y +admirable de nuestros grandes escritores. Y es más: pienso en que los +señores franceses venían en los siglos XVI y XVII á buscar comedias, á +buscar Autos, á buscar novelas, á empaparse en nuestro ambiente, para +_fusilar_ nuestra producción, hacerse el paladar y revendernos la +«lengua de _Molière_» en nuestra propia salsa... + +Era una especie de combinación como la que ahora hacen con nuestros +vinos. Allá van nuestros mostos blancos, fuertes, _sensuales_, +apetecibles. Los _tiñen de negro_ con singular maestría, los perfuman, +los aderezan, los disponen con sugestivo _bouquet_, y nos los revenden +con fe de bautismo de Burdeos ó de Borgoña... Total, seis botellas que +vienen, representan el valor de una _pipa_ que va. Ni más ni menos. Son +gastos de nacionalización que nos cargan en cuenta. + +Y, ahora que recuerdo: Manuel Chaves también ha pasado la frontera y nos +lo han devuelto, con un acento de lo más tirano. En los periódicos +taurinos del Mediodía, de la Provenza, figura _Chavés_ como una +autoridad _in ré_ taurina, por aquellos folletos sobre _Pepe Illó_... y +demás documentos _del ramo_, que ha sacado á luz. Es delicioso. + +Lo que quise decir--y no es poco--es que Chaves es un escritor que pasó +la frontera, precisamente por lo castizo, por lo apegado á nuestro +riñón, por lo que tiene de _españolizado_, por sus _cosas viejas_, que +son nuestras cosas. + +Y si esto se estima en el extranjero, ¿cómo no lo habíamos de estimar en +nuestra casa! + +Sí se estima. Lo sé. He podido apreciarlo precisamente en estas _Cosas +viejas_, en cuyo nacimiento me llamo un poco á la parte. Cartas sobre +las tales _Cosas_, recordatorios, adiciones, rectificaciones, oposición, +aprobación, me daban á entender que interesaban. + +Si interesaron entonces, ¿cómo no ahora? Ahora y siempre. + +Son _Cosas_ incitantes, regocijadas ó trágicas, pero andaluzas. Juntas, +no tienen más fin que el de presentar un _estado de alma_; separadas, no +tienen más objeto que regocijar al lector ó hacerle sentir la _angustia +de lo histórico_.... + +Por uno y otro propósito, mi parabién á Manuel Chaves; mi aplauso al +conjunto de eruditos sevillanos, de grandes artistas, de pacientes +trabajadores en el orden intelectual, que han formado una de las bases +de nuestra cultura moderna. + +De Sevilla hay que hablar mucho. Pero mucho. Dios dirá. + +JOSÉ NOGALES. + +[Illustration] + + + + +LOS ANTIGUOS RELOJES + + +Tradición es, y aun lo afirman algunos historiadores autorizados, tales +como Méndez Silva y Mariana, que el primer reloj de torre que se conoció +en España lo tuvo Sevilla y que éste se instaló en 1400. + +Aquel año vino á esta ciudad el rey don Enrique III, que parece +presenció la ceremonia de colocar en la Giralda el reloj, dándose al +acto toda la importancia que merecía, como así lo señalan las crónicas. + +Construyó la campana del reloj, por encargo del arzobispo don Gonzalo de +Mena, un maestro llamado Alfon Domínguez, del cual existen diversas +memorias, constando también que el reloj y la campana quedaron +instalados en los comienzos del mes de Julio del citado año de 1400. + +Un historiador moderno, al tratar este asunto, escribe: «Que aunque se +dice de Valencia que por acuerdo del Consejo general en 16 de Julio de +1378 se encargó un reloj de torre á cierto mecánico extranjero de paso +por la ciudad, sólo consta que en 1403 y en 12 de Febrero resolvió aquel +municipio labrar una campana, y que batiesen las horas dos servidores +asalariados á este propósito.» + +Podrán estas noticias ser puestas en duda, pero respecto á que muy á los +comienzos del siglo XV existía en Sevilla un reloj de torre, hay un dato +indudable en las palabras del médico Juan de Aviñón, que en su libro +_Sevillana Medicina_, hacia 1418, dice: «Y como quiera que agora seria +grave de comer á estas horas ciertas, de aqui adelante nonserá grave por +cuanto nuestro señor el arzobispo de Sevilla, que mantenga Dios _mandó +facer un relox que ha de tañer veinticuatro badajadas_.» + +Después del reloj de la Catedral, es el más antiguo de los públicos de +Sevilla, el reloj de la torre de San Marcos, que data de 1553, y sobre +el cual existe esta noticia en un acuerdo de las actas capitulares, en +el cabildo de 22 de Agosto de 1585, donde se nombró á Francisco Ximénez +de Bustillos, mayordomo, para que hiciese aderezar los relojes de San +Marcos y San Lorenzo, «concertándole en el oficial que lo hubiese de +hacer, por lo menos que pudiese, informándose, además, de persona hábil +que se encargara de su reparo y aderezo, dando de ello cuenta á la +ciudad para que se le nombrase y señalase salario.» + +La campana del reloj de San Marcos tiene grabada una inscripción latina +que traducida al castellano, dice: + +«_Nada hay más veloz que el tiempo y para que no se malgaste, señala o +insigne Sevilla, á tus moradores las horas.--El Senado y el pueblo de +Sevilla, cuidó de construir este reloj con sus caudales, para el bien +público, el año de Cristo Salvador de 1553._» + +Antes de esta fecha, en 1576, era relojero de San Marcos y San Lorenzo +el maestro Diego Flamenco, quien percibió por el cargo de _concertar los +relojes_ 18.000 maravedís anuales, y en 1589 pruébase que el Cabildo +tenía algo abandonado atender á cargo tan importante, por el siguiente +documento inédito: + +«Juan Salado y Matías del Monte, relojeros; decimos que por mandato de +vuestra señoria tenemos encargo de concertar los relojes desta ciudad +como maestros en dicho arte los cuales habemos concertado, y gastado +nuestro dinero en aderezarlos. Y porque cada dia se ofrecen cosas que +aderezar en ellos en que es necesario gastar dinero. Y pedimos y +suplicamos a vuestra señoria atento lo susodicho nos mande librar... a +cuenta de nuestro salario porque cualquier otro maestro que los +aderezase se le había de pagar lo que gastara en ello, por estar muchas +piezas quebradas las cuales se han de nuevo y nosotros no pedimos se nos +mande librar sino por cuenta de nuestro salario y por ello... _Matias +del Monte_--_Juan Salado_».--(Escribanía de Cabildo, siglo XVI). + +La campana lleva además grabadas las armas de la ciudad y bajo ellas se +hace constar que aquel es escudo hispalense. + +En 1776 se quitó la primitiva máquina de San Marcos, estrenándose el +nuevo reloj en 13 de Junio del citado año, habiendo sido construído en +Londres por Tomás Hatton, según se lee grabado en la esfera interior, +que es de metal, encontrándose además en dicha esfera el nombre de +Eugenio Escamilla, que fué nombrado relojero del Ayuntamiento de Sevilla +en 25 de Febrero de 1789. + +El reloj de la torre de San Lorenzo fué también colocado á fines del +siglo XVI y el que actualmente existe se puso en 1853 siendo construído +por José Manuel Zugasti en Bilbao, que hizo además el de la torre de la +plaza del Altozano. + +De otros antiguos relojes de Sevilla he de recordar también el de la +Audiencia, el del Oratorio de San Felipe Neri, el del convento de los +Remedios, el de los Jerónimos, que ya no existen, el de La Cartuja y el +de San Agustín, que se estrenó en 27 de Junio de 1749. + + + + +CÓMO LAS GASTABA UN REY + + +En el viaje que en 1455 hizo á Sevilla Enrique IV, _El Impotente_, +acompañábale con su corte--dicen los autores--un número considerable de +moros principales y ricos, los cuales gozaban de gran favor con el +veleidoso monarca. + +Mandóse alojar á aquéllos en las casas de nobles y de acaudalados +sevillanos, tocando á D. Diego Sánchez de Orihuela, hospedar uno llamado +Monjarras, que era hombre joven, apuesto y de violento carácter, y el +cual hubo de enamorarse de una hija soltera que D. Diego tenía. + +Esta parece que correspondió al fin á los deseos del hijo del Profeta: +pero el bueno de Monjarras, no contento con ello, la robó de la paterna +casa y la sacó de Sevilla casi por la fuerza, y sin pararse en +melindres, como persona apasionada y de alientos que era. + +Y sucedió luego que, cuando Sánchez de Orihuela y su esposa acudieron al +Alcázar á pedir justicia al rey, éste los recibió con enojo y tuvo la +frescura de decirles que, en vez de venir á quejarse, debieran haber +guardado más á la hija: contestación villana que causó la indignación de +cuantos la oyeron. + +Mandó luego D. Enrique que nunca más volviera á su presencia la afligida +madre, y divulgadas las noticias de estos actos por la ciudad, el pueblo +se irritó muchísimo y comenzóse á reunir gente delante del Alcázar en +actitud nada pacífica; mas esto, lejos de variar la opinión del rey, le +llevó hasta querer salir á desafiar al pueblo, cosa de que le hizo +desistir el prudente consejo del conde de Benavente. + +El resultado de todo fué que Monjarras quedó sin ningún castigo, pues +ninguna diligencia se hizo contra él; que los padres quedaron sin +recibir satisfacción á su deshonor, y que el monarca procedió en aquella +ocasión de la más indigna manera: lo cual no era extraño, tratándose, +como se trataba, de un rey cuya figura es de las más antipáticas en la +historia. + + + + +LOS PRIMEROS INQUISIDORES Y SUS HAZAÑAS + + +Al año de 1480 se remonta la fundación en Sevilla del tribunal de la +Inquisición, año en que el Papa dió, á instancia de los Reyes Católicos, +la bula autorizando aquel establecimiento, y en 27 de Diciembre mandó +Fernando V á las autoridades de nuestra ciudad, que protegiesen á los +señores del Santo Oficio, que se disponían á pasar á ésta para purgar de +herejía á cuantos cogiesen por delante. + +Y en efecto, á los pocos días llegaron á Sevilla los primeros +inquisidores, que fueron el provincial fray Miguel, el vicario fray +Juan, del orden de Santo Domingo, y el doctor Medina, clérigo de San +Pedro, los cuales eran tres mozos como escogidos de intento para la +misión que se proponían llevar á cabo. + +Tan listos anduvieron éstos en sus diligencias, que el 2 de Enero de +1481 se dieron ya las primeras providencias emanadas de la Inquisición, +y las cuales eran nada menos que mandar prender á los cristianos nuevos, +amenazando también á los títulos de Castilla con la privación de ellos +si no acataban al Santo Oficio. + +Por entonces era asistente de Sevilla D. Diego de Merlo, y como este +buen señor era fervoroso devoto de las órdenes religiosas, se dispuso +con todo el peso de su autoridad, á proteger á los inquisidores, +tomándoles en mayor afecto y prestándose á ayudarlos cuanto pudiese en +sus diligencias. + +Así lo consigna un testigo contemporáneo tan autorizado como el +bachiller Andrés Bernáldez, cura de Los Palacios, el cual escribe á este +propósito en su _Crónica de los Reyes Católicos_: + +«En muy pocos días, por diversos modos y maneras, supieron (los +inquisidores) toda la verdad de la herática pravedad malvada, é +comenzaron de prender hombres é mujeres de los más culpados é +metiéronlos en San Pablo: é prendieron luego algunos de los más honrados +é de los más ricos, _Veinticuatros y Jurados, bachilleres é letrados_, é +hombres de mucho favor: á éstos prendía el Asistente, é des que esto +vieron huyeron de Sevilla muchos hombres é mujeres: y viendo que era +menester, demandaron los inquisidores el Castillo de Triana, donde se +pasaron presos, é allí ficieron su audiencia, é tenían su Fiscal, é +Alguacil é Escribano, é cuanto era necesario, é hacía proceso, según la +culpa de cada uno, é llamaban Letrados de la ciudad seglares, é á el +Provisor, al ver de los procesos é ordenar de las sentencias, porque +viesen cómo se hacía la justicia é no otra cosa: é _comenzaron de +sentenciar para quemar en fuego_, é sacaron á quemar _la primera vez_ á +Tablada seis hombres é mujeres que quemaron: é predicó Fray Alonso de +San Pablo, celoso de la fe de Jesucristo, el que más procuró en Sevilla +esta Inquisición: é él no vido más de esta quema, que luego dende á +pocos días murió de pestilencia, que entonces en la ciudad comenzaba de +andar.» + +El primer auto de fe, de condenados á las llamas, se celebró, pues, en +Sevilla el 6 de Enero de 1481 y el segundo el 26 de Marzo, en que +perecieron en la hoguera diez y siete reos, yendo tan en aumento el celo +de los inquisidores, que durante siete años fueron quemadas más de +seiscientas personas y penitenciadas unas cinco mil. + +El ya citado Bernáldez apunta en su crónica algunos de los nombres de +las personas más señaladas que aquí fueron las primeras víctimas de la +inquisición, citando entre otras al rabí Diego Susón, padre de la +célebre y hermosa judía conocida por la _Susona_, y á los acaudalados +hebreos Manuel Sauli y Bartolomé Torralva, al alcalde de la justicia +Juan Fernández Albolasia, al doctor Savariego, fraile de la Trinidad, y +á otros muchos, apuntando también «que quemaron infinidad de huesos de +los corrales de San Agustin é San Bernardo, de los confesos que allí +había enterrados sobre sí, al uso judaico.» + +El edificio que hoy ocupa la plaza de abastos de Triana, está destinada +á este uso desde 1825, y hasta 1785 ocupó aquel lugar el sombrío +castillo de San Jorge, donde estableció el tribunal la Inquisición. + +La antigüedad del castillo era grande, pues se dice que á raíz de la +reconquista lo entregó Fernando III á los Caballeros de la Orden de San +Jorge, que allí tuvieron largo tiempo su alcaide, que tenía á su cargo +la inspección del edificio. + +Establecido en él el tribunal odioso, fué teatro de las más espantosas +escenas, y hasta poco antes de su derribo, existían en los muros tres +lápidas con inscripciones latinas, las cuales recordaban los horrores +del tribunal. + +Decía así en la primera: + +«_Este santo tribunal de la Inquisición contra la perversidad de los +herejes en los reinos de España tuvo principio en Sevilla en 1481, +ocupando la silla apostólica Sixto IV, quien la concedió á instancia de +Fernando V é Isabel, que reinaban en dichos reinos. Fué el primer +inquisidor general Fr. Tomás de Torquemada, Prior del convento de Santa +Cruz de Segovia, de la orden de predicadores. ¡Quiera Dios que +permanezca hasta fin del mundo, para amparo y aumento de la fe! +Levántate, Señor, y juzga tu causa. Cógenos las zorras engañosas._» + +La segunda estaba concebida en estos términos: + +«_Año del Señor de 1481, siendo Pontífice Sixto IV y reyes de las +Españas y de las Sicilias los católicos D. Fernando y D.ª Isabel, tuvo +principio aquí el sagrado tribunal de la inquisición contra los herejes +judaizantes, donde después de la expulsión de los judíos y moros hasta +el año de 1524, en que reina el divo emperador de romanos, sucesor de +los mismos reinos por derecho materno, y siendo inquisidor general el +reverendísimo D. Alonso Manrique, arzobispo de Sevilla, VEINTE MIL +HEREJES y más abjuraron el nefando crimen de la herejía, y de todos más +de MIL obstinados en sus herejías por derecho fueron ENTREGADOS AL FUEGO +Y QUEMADOS._» + +Por último, en la tercera se leían estas palabras: + +«_Ayudando y favoreciendo los pontífices Inocencio VIII, Alejandro VI, +Pio III, Julio II, León X, Adriano VI, que, siendo cardenal de las +Españas é inquisidor general, fué ensalzado á Sumo Pontificado, y +Clemente VII, por mandado y á expensas del emperador nuestro señor, hizo +poner estos letreros el Lic. de la Cueva, dictándoles D. Diego de +Cortegana, arcediano de Sevilla. Año del Señor 1524_.» + +Estas eran las inscripciones edificantes que existían en los muros de la +Inquisición sevillana, que conviene ser recordadas como muestras de los +buenos tiempos. + + + + +TRADICIÓN... + + +La tradición toledana del Cristo de la Vega, que dió origen á la +conocida leyenda de Zorrilla, _A buen juez mejor testigo_, existe +también en Sevilla con alguna variante; así lo prueban Fray Juan de +Zalamanco en su _Merced de María Coronado_, Pedro de San Cecilio, en sus +_Anales de la Orden de los mercenarios_, Fray Juan de Mesa, Muñana y +Alonso Sánchez Gordillo. + +Más probable es que el autor de _Don Juan Tenorio_ se inspirase para su +hermosa leyenda, en este caso, que en los sucesos narrados en la +_Cántiga LXI_ de D. Alfonso y los _Castigos y documentos_ del rey D. +Sancho que cita el Sr. Picón como orígenes de _A buen juez, mejor +testigo_. + +En el archivo municipal de Sevilla existe una relación del suceso que no +deja de ser curiosa. + +Cuéntase allí, que un caballero dió palabra de casamiento á cierta dama +sevillana y noble, poniendo por testigo á la Virgen de la Merced, cuya +escultura existía en la iglesia del convento del mismo nombre. Alcanzó +por tal medio el galán los favores de la bella, pero harto quizás luego +de sus caricias, negóse á cumplir la empeñada palabra, con lo cual la +dama, que no tenía testigos del juramento dado, se le ocurrió la +original idea de poner por testigo á la imagen. + +La señora y el caballero, acompañados de un escribano y de numeroso +público, acudieron al templo donde había de verificarse el extraño +juício, consintiendo en aquella prueba el seductor, pues, como dice +Sánchez Gordillo: «Al caballero le pareció que así no le había de +convencer, porque la imagen no había de contestar por milagro.» + +Y el mismo autor añade «que llegando á la presencia de la Virgen, y +puestos los ojos en ella, le dijo la mujer:--Señora mía: Vos sois +testigo de que este hombre, invocando á vos, me dió palabra de ser mi +marido, y mediante ello me obligó.--Dicho esto, la imagen bajó la cabeza +como afirmando la verdad de lo que la mujer decia, y el caballero quedó +convencido.» + +El estupendo suceso ocurrió, por lo que afirman muy seriamente los +escritores, en 1400. La escultura se conserva hoy en el convento del +Socorro con la cabeza inclinada, según dicen, sin que se sepa que haya +vuelto á mezclarse en que los galanes cumplan su palabra ó la dejen de +cumplir.... Verdad es que milagros de este calibre no son para todos los +días. + + + + +EL CARTUJANO + + +Así es conocido, más que por su verdadero nombre de Juan de Padilla, el +poeta sevillano, autor de _El Retablo de Cristo_ y _Los doce triunfos de +los doce apóstoles_, los dos poemas alegóricos más importantes que +produjo la lengua castellana en los fines del siglo XV y principios del +XVI. + +Según las más recibidas noticias, nació Padilla en nuestra ciudad en +1468, perteneciendo su linaje á gente bien acomodada y que de antiguo +tenían su asiento y residencia en la población, debiendo desde su +primera juventud consagrarse al estudio y cultivo de las musas, pues á +la edad de veinticinco años, cantó en un poema las hazañas del famoso +don Rodrigo Ponce de León, poema titulado _Laberinto del marqués de +Cádiz_, que fué impreso en Sevilla por Ungut y Polono en 1493. + +Esta obra estaba dedicada á la duquesa de Arcos; se componía de unas +cien coplas, y según hace constar en su _Tipografía Hispalense_ don +Francisco Escudero, no existe hoy de ella ejemplar alguno. + +El _Laberinto_ es la única producción que de Juan de Padilla se conoce, +escrita siendo seglar, pues las otras salieron de su pluma cuando ya era +monje en el monasterio de la Cartuja, donde, según expresión de +Fernández Espino, «pasó su vida en el solitario claustro... consagrado +al estudio, á la contemplación del Altísimo y á ensalzar sus +maravillas.» + +De esta sosegada y pacífica existencia resulta, que la vida de nuestro +poeta tiene en verdad pocos incidentes variados y no ofrece más interés +que los de cualquier vulgar y oscuro fraile de aquellos que retirados en +sus conventos veían deslizar los años iguales y monótonos. + +Al cartujano Juan de Padilla se debe el poema _Retablo de la vida de +Cristo_, que terminó en Diciembre del año 1500, cuya lectura no resiste +hoy el más cachazudo lector y que fué obra impresa en Sevilla entrado ya +el siglo XVI. + +Diez y ocho años más tarde, y cuando fray Juan de Padilla contaba 50 de +edad, ponía término á otro poema titulado _Los doce triunfos de los doce +apóstoles_, que es la principal de sus producciones, y acerca de la cual +ha escrito el autor del _Curso histórico-crítico de la literatura +española_: + +«Donde halló Padilla libre campo á sus estudios literarios y para gloria +de Jesús mismo y de sus discípulos fué en _Los doce triunfos_. La +intención de seguir las huellas de Dante vese tan marcada en este poema, +aun más que en el _Laberinto_ de Juan de Mena. Pero el asunto del vate +cartujano dábale material más apropósito para seguir la imitación de la +_Divina Comedia_. Aunque llena también su mente de las bellezas +virgilianas, más ascético que Dante, si lo imita con frecuencia, no +escogió un gentil como éste para guía, sino á san Pablo, quien le dirige +y acompaña por los lugares en que los apóstoles ilustraron su vida con +su elocuente palabra, con sus virtudes y aun con el martirio. Conducido +siempre por san Pablo, entra en las regiones donde sufren tormento los +idólatras, los nigromantes, los hechiceros y otra multitud de réprobos, +partiendo de allí á la santa Jerusalén, mansión de los bienaventurados.» + +Como muestra del estilo del poema, copio estas estrofas sacadas al azar +del _Triunfo noveno_, no desemejante á todos las demás: + + «Yo que lo alto del cielo miraba + bien, como hace el astrónomo sabio, + cuando resguarda por el astrolabio + lo que del polo saber deseaba, + vi que de parte del _Euro_ botava + el gran _Sagitario_, con arco tirando + saeta de fuego, que pasa vibrando + los aires, y nuve que dura hallaba, + siendo la causa que crepa tronando. + + Y vi que tenía de dentro patente, + el grado primero d'aqueste centauro, + al Fi de _Latona_ con rostro de auro, + según se nos muestra contino nitente. + El gran _Ofiulco_, con él de presente, + con la _Serpiente_ yo vi que salía; + y, por el contrario, cansado caía + el can á la parte de nuestro occidente, + ya que la _Liebre_ se nos escondía. + + Aqui tiene casa por la delantera + _Júpiter_ alto por cosa preciosa; + en esta se goza y en otra reposa + poco, teniéndolo por lo trasera. + Contempla, contempla la causa primera, + me dijo mi Guía muy súbitamente; + esto perquiere la estólida gente + dando cien vueltas al polo y esfera, + que fueron criados del Omnipotente. + + Miran á veces las Exaltaciones + los Trinos y Cuartos, y más los Sextiles, + y las Conjunciones con buenos oviles, + malas hallando las oposiciones, + asi que mirando las constelaciones, + y augurantes á do no conviene; + por el contrario, su punto les viene + de lo que piensan en sus corazones, + de bien ó de mal que'lefecto contiene. + + Asi que, tú mira por lo que subsiste, + y deja la casa del sexto planeta; + verás otra muy más que perfeta + de uno que gloria muy grande se viste. + Basta que digas de como ya viste + subir por lo bajo de vuestro orizon, + este que dicen el sabio _Chiron_, + maestro _d'Archiles_, según más oiste + d'aquellos que fingen medio sermón.» etc. + +Fray Juan de Padilla falleció antes de mediar el siglo XVI; su nombre +figura con elogio en las páginas de la historia crítica de nuestra +literatura, y Sevilla, que lo tuvo por hijo, deberá siempre +consideración y respeto al nombre de este poeta, de quien sólo he +intentado trazar un ligero apunte. + + + + +ANTIGUAS FIESTAS DE TOROS + + +De las más antiguas fiestas de toros de que en Sevilla hay documentadas +noticias, son las verificadas en el año 1405 para celebrar el natalicio +del infante don Juan, hijo de don Enrique III _el Doliente_, infante que +nació en Toro en 6 de Marzo del citado año. + +Según asiento de los libros de Mayordomazgo del Archivo municipal, fecha +de 20 de Mayo de 1405, se mandó al Mayordomo Juan Martín «que comprase +ciertos toros para lidiar,» y el 10 de Noviembre se pagaron «á Miguel +André, vecino de las Cabezas de San Juan, cuatrocientos é cinquenta +maravedis que ha de aver por apreciacion que fué fecho por juramento que +tomaron por un toro que traxeron aquí á Sevilla _para lidiar por las +alegrías que Sevilla mandó fazer_ por el nacimiento de nuestro señor el +infante don Juan, fijo del Rey don Enrique, nuestro señor, que Dios +mantenga.» + +En el mismo año consta también que se abonaron el importe de otros dos +toros á Antón Martín, y el de otros á Salvador Díaz, á Lope Ruiz Galego, +de Alcalá, y á Juan Fernández, jurado, de la collación de San Juan. + +Estas reses es probable que se lidiaran en diversos días de los festejos +organizados por el natalicio del hijo del monarca castellano; y aunque +son oscuras y escasísimas las noticias que de aquellas lidias existen +para poderlas detallar en estos apuntes, he de consignar, sin embargo, +que para las tales corridas la ciudad construyó plazas y tablados frente +la Catedral y el Alcázar. + +Las fiestas de toros celebradas en la capital de Andalucía fueron muchas +durante la mayor parte del siglo XV, siendo de las más famosas las que +en 1477 y 1478 se verificaron. + +En el año primeramente citado visitaron á Sevilla los Reyes Católicos +don Fernando y doña Isabel, permaneciendo en esta ciudad hasta después +de mediar el de 1478, y en 1.º de Julio de este último, dió á luz la +reina un hijo varón (el príncipe don Juan), cuyo nacimiento se celebró +en la ciudad con públicos festejos, entre los cuales hubo fiestas de +toros, acordando la ciudad lidiar veinte, según consta en los cuadernos +sueltos de actas capitulares del Archivo municipal. + +Ya anteriormente habíanse celebrado en aquel año otras corridas de +toros, como sucedió el 23 de Abril, cumpleaños de la reina, corriéndose +ocho cornúpetos en el Alcázar, y con la asistencia de la soberana, +aunque es sabido cuánta repugnancia demostró por la lidia de reses +bravas. + +También el 24 de Junio del citado año de 1477, hubo corrida en la plaza +de San Francisco, repitiéndose otra el día de Santiago, y costando las +reses quince mil maravedís, según las cuentas que aún se conservan. + +En un folleto publicado por D. José Gestoso, con el título de _Los Reyes +Católicos en Sevilla_, en el que se insertan interesantes documentos +sobre la permanencia de los monarcas castellanos en nuestra población, +se leen los siguientes acuerdos, relativos á fiestas de toros del año +1478 con motivo del bautizo del Príncipe don Juan. + +_Mandamiento de la Ciudad á su mayordomo 23 de Diciembre de 1878_: «Et +otrosy vos mandamos que dedes e paquedes al dho. pedro diaz o al que por +el los oviere de aver 2.520 mrs. que nos acordamos e ordenamos en el +nuestro cabildo debe mandar dar de cierto gasto que por nro. mandado +fiso en facer las talanqueras é barreras para los _toros que se +corrieron por el parto de la Reyna_ nra. sra. por el batiço del señor +principe.» (Lib. Mayordomazgo.) + +--«Libramiento de 200000 mrs. por ocho toros que se tomaron _para lidiar +en el Alcazar_ Real el dia que se batiço el muy ilustre señor principe +de Castilla y dadle mas otros 596 mrs. que monto la costa que fiso facer +en las barreras e talanqueras que se ficieron para lidiar los dhos +toros» (1.º de Julio de 1478.) + +Como la índole de estos apuntes permiten entrar en largos detalles omito +el hacer mención de otros festejos á que dieron motivo la permanencia de +los Reyes Católicos en Sevilla, á más de las corridas de toros, y de +éstas baste con las noticias que dejo apuntadas, que ya más adelante +tendré ocasión de tantas otras lidias de reses no menos famosas. + + + + +LAS VÍCTIMAS DE LA COMUNIDAD EN SEVILLA + + +Historia particular y detallada tiene en los anales de Sevilla el +alzamiento de las _comunidades_ en tiempo del Emperador, alzamiento que +no dejó de tener importancia en la provincia y que en la ciudad dió +origen á sucesos como los desarrollados en Septiembre de 1520. + +En el día 17 de aquel mes fué cuando D. Juan de Figueroa, cabeza de la +sublevación con quien se entendieron los conspiradores, salió de la casa +del Duque de Arcos, y con gente armada tomó el Alcázar, rindiendo al +alcaide, que lo era don Jorge de Portugal. + +Dos días después los partidarios de la poderosa casa ducal de Medina +Sidonia, se alzaban contra los _comuneros_ triunfantes, y el capitán +Valencia de Benavides asaltaba el Alcázar, derrotaba á las fuerzas de +Figueroa y hacía á éste prisionero después de reñido combate, donde hubo +más de siete muertos y cuarenta heridos de gravedad. + +Los duques de Medina, que tan abiertos partidarios del Emperador se +mostraban, más bien por enemigos de la casa de Arcos, su rival, que por +adictos á los flamencos, saborearon su triunfo y exigieron á las +autoridades ejemplar castigo de los _comuneros_. + +Mas como la justicia andaba entonces tan menguada, no se crea que el +caballero Figueroa, brazo del alzamiento, ni los caballeros +conspiradores fueron condenados, sino que vino á descargarse el peso de +la ley sobre los que menos habían contribuido al acto, por ser débiles y +no poderosos señores. + +Así ocurrió que la justicia echó mano á un pobre hombre llamado +Francisco López Quesero, hijo del pueblo, el cual había acompañado á las +fuerzas de Figueroa que tomaron el Alcázar y estaba preso en la Cárcel +Real, sin que por su modesta posición hubiera nadie que de él se +interesara. + +A López Quesero se le dió muerte en la plaza de San Francisco el 23 de +Octubre de 1520, y fué su ejecución cruel y bárbara, pues murió ahogado +á la vista de todo el pueblo de Sevilla, como consta en la _Historia de +las Comunidades_. + +«Lleváronlo (al reo) por las calles acostumbradas, guardado por gente de +á pie y á caballo del duque de Medina Sidonia, hasta la plaza de San +Francisco. Allí lo tuvieron encima del almacén del agua, á do desque +hubo confesado le _ahogó un hombre_ que alquiló el verdugo, y desnudólo +é _hízolo cuartos_ que quedaron allí hasta la mañana siguiente. E luego +por la mañana pusieron la cabeza en la picota, un cuarto en la puerta +del Arenal, otro en la de Minjoar y el otro en la de la Carne.» + +Así pagó el infeliz López Quesero con tan cruento suplicio, mientras los +caballeros quedaron salvos, siendo también poco después que él +ejecutados otros cuantos obscuros hombres del pueblo, como partidarios +de la _comunidad_ en Sevilla, y que sólo habían sido en el alzamiento +partes muy insignificantes. + + + + +EL PENDÓN VERDE + + +Con el nombre de motín del _Pendón Verde_ relatan los historiadores de +Sevilla el que estalló en el barrio de la Feria el año 1521, y el cual +tomó grandes proporciones y llegó á amenazar seriamente á la población, +ofreciendo con él no poca semejanza, el que en el mismo barrio se +promovió en 1652. + +Largo espacio ocuparía relatando con todos los pormenores que se +conservan aquel alzamiento popular, que tuvo por origen la gran carestía +de víveres que se dejó sentir en las clases pobres, encareciéndose tanto +el pan, que el hambre imperó con todos sus horrores en los barrios bajos +de la ciudad y la situación de multitud de familias llegó á ser +verdaderamente desesperada. + +Porque hay que hacer constar que, aunque la riqueza y la opulencia de +Sevilla en los siglos XVI á XVII era grande, ésta ha sido con exceso +ponderada por los adoradores del pasado; que los documentos y las +memorias coetáneas de aquellos tiempos prueban de manera bien clara que +la abundancia, el lujo y las sobras eran sólo para el clero y para los +nobles, mientras cientos y cientos de seres vivían en la mayor miseria y +sufriendo todo género de privaciones, sin que sus lamentos fueran oídos, +ni por nadie de los que podían, se atendiese á remediar tamaños males. + +Aquel pueblo hambriento, que veía tan cerca á los poderosos arrastrando +doradas carrozas, cubiertos de joyas, luciendo ricas telas y holgando +siempre, mientras él gemía, alzóse formidable, con rugido de fiera, el +mes de Marzo de 1521, y el día 8 se rompieron ya los diques del +sufrimiento y se dispuso á ejecutar, sin que nada lo contuviese. + +Así se leen en el _Discurso de la Comunidad de Sevilla_ (1520) estas +noticias, extractadas por don Joaquín Guichot en la siguiente forma: + +«Un llamado Antón Sánchez, de oficio carpintero y vecino de la misma +Feria, se hizo cabeza de motín; y con otros sus iguales formó una Junta, +y ésta convocó, para hacer la demanda en común, á los vecinos de las +collaciones de San Gil, San Martín y otras. Nombraron una comisión de +veinte hombres para que fuesen en voz de todos, á ver al Asistente, y +otra para que se avistase con un caballero Per-Afán, que se ofreció á +conferenciar con la autoridad á fin de hallar medio de atender á la +necesidad de aquellos vecinos. Entre tanto agolpábase la gente; crecía +el bullicio, y echadas las campanas á vuelo, llenóse la plaza de la +Feria de innumerable pueblo. Alarmado el Ayuntamiento con las noticias +que le llegaban, trasladóse en cuerpo á la plaza de la Feria, donde +interrogados los cabecillas de la asonada acerca de lo que pretendían, +respondieron _¡trigo!_ á lo que contestó el Asistente, que donde lo +hubiere se lo mandaría dar. No satisfechos con esta promesa, fueron +tumultuariamente á buscarlo por toda la collación; y como lo encontrasen +en casa del jurado Alava, de su cuñado y de un _albarazado_, rompieron +las puertas y robaron todo el que hallaron.» + +Después de esto, acudieron á unirse á los amotinados de la Feria gente +de otros barrios que corrieron la ciudad enarbolando un antiguo +estandarte que en tiempo de Alfonso X se había tomado á los moros en una +batalla, y que custodiábase en el templo de Omnium Sanctorum, el cual +estandarte era de tela verde, de donde vino á tomar aquella asonada el +nombre de la del _Pendón Verde_. + +Tenía todavía el Ayuntamiento su morada en el edificio del Corral de los +Olmos, y allí acudió el pueblo en actitud amenazadora, arrojando +multitud de piedras y pidiendo pan con voces estentóreas. + +En esto intervino en el motín el poderoso marqués de la Algaba, que +trató de pacificar los inquietos ánimos, prometiendo al pueblo que sería +atendido, con lo cual se apaciguó un poco, y cuando el Asistente envió á +la Feria tropas parecieron haberse calmado los ánimos, mas tuvo la +imprudencia de mandar prender algunos vecinos diciendo que había de +ahorcarlos, y sabido esto, el día 9 se reprodujo con caracteres más +alarmantes el alboroto, como lo relata el citado extracto del _Discurso +de la Comunidad_: + +«Venida la mañana, la plebe irritada antes que intimidada, se lanzó á la +calle dando desaforados gritos de venganza, y corrió en confuso tropel +al palacio de los marqueses de la Algaba, pidiendo á estos señores el +cumplimiento de la palabra que el día antes empeñara de alcanzar el +perdón de los revoltosos. Renovósela el marqués manifestándoles que +_moriría ó les aseguraría_; para lo cual su hijo don Luís fué á +conferenciar con las autoridades. Escarmentada la plebe, no quiso fiar +de nadie, mas que de sí misma, el triunfo de lo que llamaba su razón, y +habiendo convocado el mayor número posible de gente al toque de campana, +marchó á la carrera hacia la casa de Niebla, apoderóse de ella, armóse +reciamente, sacó una bandera y piezas de artillería y fuese á dar +libertad á los presos. Tales proporciones alcanzó desde este punto el +motín, que alarmadas seriamente algunas personas de mucha significación +en la ciudad, se ofrecieron á ser medianeros entre las autoridades y la +plebe desenfrenada; extremos que no se pudieron conciliar, porque esta +última se negaba á todo lo que no fuera la inmediata libertad de los +presos, y el Asistente, enojado contra ellos, decía: _¡que por vida del +rey, que los tenía de ahorcar!_ Con esto se revolvió toda la ciudad y se +puso en punto de armas. Lo que las negociaciones no pudieron desatar, +cortaron las armas. Los plebeyos cercaron la cárcel con mucha gente +armada de espingardas, ballestas y espadas y cuatro piezas de artillería +que sacaron de la casa del duque de Medina Sidonia; rompieron puertas y +ventanas y dieron libertad á los presos.» + +Lo copiado da idea harto exacta de aquellos sucesos, que tuvieron +término al tercer día ó sea el 10 de Marzo, en que se libró una +verdadera batalla en las calles, entre el pueblo hambriento y las +autoridades y los nobles, cuyos resultados fueron funestos para los +amotinados, pues la fuerza armada los venció y en la refriega perecieron +muchos infelices de los que se habían alzado pidiendo pan. + +Los poderosos, no satisfechos con su triunfo, fueron, á más, crueles y +vengativos, pues mandaron ahorcar á muchos desgraciados bárbara é +inhumanamente.... + +¡Así eran aquellos benditos tiempos y aquellas autoridades y aquella +nobleza; mientras dominaban y oprimían con su poder, dejaban al pueblo +hambriento perecer en la miseria, y cuando éste pedía pan le ponía +cadenas y lo ahorcaba! + + + + +FRANCISCO GUERRERO + + +El nombre del famoso músico y compositor sevillano Francisco Guerrero, +no es de aquellos que han quedado, ciertamente, limitados á la localidad +y únicamente entre sus paisanos merece continuos elogios. Fuera de +Andalucía, fuera de España se ha hablado hace mucho tiempo de los +méritos de aquel hombre á quien se han dedicado frases tan entusiastas +como las que escribió el crítico francés Adrián de la Foge. + +Guerrero nació en Sevilla en Mayo de 1527, siendo su padre Gonzalo +Sánchez Guerrero, pintor aventajado, si bien algunos biógrafos confiesan +ignorar qué profesión ejercía. + +De muy niño, mostró Guerrero aptitudes para la música, recibiendo las +lecciones primeras de un su hermano Pedro, que parece era muy diestro en +el manejo de la vihuela, y más tarde, fué discípulo del maestro +Cristóbal de Morales, que de tanta fama gozó en su tiempo. + +Hacia 1545 encontrábase vacante la plaza de racionero y maestro de +capilla de la Catedral de Jaén, y Guerrero, que apesar de su juventud +había ya terminado los estudios, se presentó á hacer oposiciones á aquel +cargo, que ganó muy honrosamente, pasando á la población citada, en +donde permaneció hasta el año de 1548 en que volvió á Sevilla á ver á +sus padres. + +Entonces el Cabildo Catedral, que ya tenia conocimiento y estimaba los +méritos de Guerrero, aprovechando su estancia en Sevilla le propuso +darle una plaza de cantor, que aceptó, no volviendo á Jaén por continuar +en su ciudad natal. + +El siguiente año de 1549, Guerrero fué invitado á concurrir á las +oposiciones de Magisterio y Ración de la Catedral de Málaga, donde se +presentaron seis opositores, entre los que el músico sevillano obtuvo la +primera plaza. + +«Preparado ya para partir á Málaga--dice un biógrafo--el cabildo, que +deseaba tenerlo á toda costa y mejorar su posición, decidió que el +muestro Pedro Fernández, á quien Guerrero llamaba el _maestro de los +maestros españoles_, fuese jubilado con la mitad de la renta: que sus +funciones fuesen desempeñadas por Guerrero, que recibiría la otra mitad, +conservando al mismo tiempo su sueldo de cantor, y teniendo opción al +Magisterio con todo su sueldo á la muerte de Fernández, que no aconteció +hasta veinte y cinco años más tarde.» + +En su plaza continuó Guerrero hasta 1575, siendo por esta época ya muy +apreciado de todos los amantes de la música que entonces vivían en +Sevilla y entre los cuales los había bien inteligentes. A más las +composiciones del maestro eran ya muy numerosas, y entre ellas se +contaban dos fragmentos del _Miserere_ que había remitido á la capilla +pontificia. + +Deseaba desde hacía muchos años Guerrero hacer un viaje á Jerusalén, y +el año 1588 se le ofreció ocasión para llevarlo á cabo. El arzobispo de +Sevilla, don Rodrigo de Castro, se dispuso á pasar á Roma y llevó +consigo al maestro, que de allí pensaba dirigirse á Tierra Santa. + +Partió, pues, de Sevilla; mas como quiera que el arzobispo determinó +detenerse en Madrid algunos meses, Guerrero, con la anuencia del +prelado, salió para Italia, llegando á Génova, y luego en Venecia se +dispuso dar á las prensas muchas de sus composiciones; y encargando del +cuidado de esta impresión á Zarlino, se embarcó en un navío, que +recorrió las costas italianas, y pasando por Dalmacia, Esclavonia, +Albania y Zanthe, al fin desembarcó en Jaffa. Acompañó á Guerrero en su +viaje un discípulo muy querido suyo, y al regreso después de no pocas +vicisitudes, escribió un relato de la expedición que fué impreso en 1592 +con el título de _Viaje á Jerusalén que hizo Francisco Guerrero +Racionero y maestro de capilla de la Santa Iglesia de Sevilla_, obra de +la que se han hecho varias ediciones. + +En 1597 se cita que se publicó en Venecia una obra musical del maestro +sevillano en seis tomos, y cuyo nombre es _Molecta, Francisco Guerrero +in Hispalensi ecclesia musicorum, etc., etc._ + +A las noticias hasta ahora conocidas de la vida del maestro Guerrero, +puedo añadir otra que ofrece cierta curiosidad y que consta en los +libros de acuerdos del Cabildo Catedral de Sevilla, noticias que +galantemente me ha proporcionado el señor Gestoso. + +Según se lee en los citados acuerdos, en 1566 se concedió cierta +licencia á Guerrero, en 29 de Enero de 1578 se mandó que se le dieran +cincuenta ducados al mes, en 1582 se hace referencia á que se encontraba +en Roma, y en 1586 en cabildo de 24 de Septiembre se trató de la +jubilación del famoso músico. + +En 1588 se mandó que los libros que presentó el maestro Guerrero en +cabildo, se encuadernasen en becerro y pasaran al Archivo, acordándose +años después, en 23 de Julio de 1593, se abonasen al maestro 2.400 +reales del _libro de canto de órgano_ que había presentado. + +Dos años antes de esta fecha, en 1591, á causa de las deudas que +Guerrero había contraído en Roma, fué detenido en Sevilla, como así se +lee en el acuerdo de 21 de Agosto, en el que para tratar del asunto, se +habla del dinero «que debe de Roma, por lo que está preso y mandado +llamar para ver lo que en ello se haga y se traiga relación de lo que le +daban en tiempo de Farfán al maestro Guerrero, de más de media ración.» + +Otro documento también me ha facilitado el señor Gestoso, que figura en +su colección de autógrafos, y el cual lleva la fecha de 1569, siendo un +poder otorgado por Guerrero á dos canónigos para cobrar 261 gallinas que +le cupieron en dicho año de la ración de que gozaba en la iglesia +Catedral. + +Consagrado el artista sevillano al desempeño de su cargo y á la +composición de sus obras, querido y estimado de todos y recibiendo con +frecuencia no pocas pruebas de distinción de personas encumbradas, +falleció en la ciudad que le vío nacer el 8 de Noviembre de 1599, si +bien otros autores señalan la fecha de 1600. + +Guerrero fué sepultado en la capilla de la Antigua de la Catedral, +poniéndose por orden del Cabildo una muy laudatoria inscripción en su +sepulcro. + +Muchas son las obras musicales que dejó Guerrero, y de ella citaré las +que da noticias La Foge, que son entre otras, á más de seis misas +(1565), las impresas con los títulos _Magníficat quatuor vocum_, _Il +secondo libro di Messe_ (1584), _Il primo libro di salmi á quattro_, +_Hymnorum in Hispalensi eclesiæ tantum cani, solita, &. &._ + +Al pintor y literato Francisco Pacheco, amigo de Guerrero, se deben las +primeras noticias biográficas que del compositor sevillano se conocen. +Pacheco en su libro de los _Verdaderos retratos_, que lleva en la +portada la fecha de 1599, escribió un caluroso elogio del maestro con +noticias muy curiosas sobre su vida y de una autenticidad indudable, y á +más dibujó el retrato que allí aparece y que es de los mejores +ejecutados de la colección. + +«Francisco Guerrero--escribe su coetáneo y amigo--fué el más diestro de +su tiempo en el arte de la música; escribió de ella tanto, que +considerados los años que vivió y las obras que compuso, se hallan +muchos pliegos para cada día, y esto las de mano; su música es de +excelente sonido y agradable trabazón; compuso muchas misas, salmos, +etc.» + +A más de Pacheco, elogió también al compositor hispalense, entre otros +poetas, Vicente Espinel, quien dijo de él + + «...que si en la ciencia es más que todos diestro, + es tan grande cantor como maestro.» + +Dando todas estas opiniones á conocer que los méritos de aquel hombre no +fueron ciertamente ignorados para sus coetáneos, como con otros muchos +ha ocurrido, á quien la posteridad ha tenido luego que vindicar. + +La música de Guerrero tiene, como dice un crítico, «devoción, gravedad y +corrección», y la Catedral de Sevilla puede honrarse con haber tenido un +varón de tan relevantes méritos entre los muchos que puede citar. + +Eslava admiraba grandemente las composiciones del músico del siglo XVI, +y de él hizo repetidos elogios siempre, habiendo investigado con fortuna +sobre los pormenores de la vida del maestro á quien he dedicado un +recuerdo con estos ligeros apuntes. + + + + +LOS ESCLAVOS DE SEVILLA + + +El número de infelices esclavos berberiscos, mulatos y negros que +existían en Sevilla en los siglos XVI y XVII, era bastante considerable +y apenas había familia regularmente acomodada que no tuviese á su +servicio dos ó más de ellos, hombres, mujeres ó muchachos, entregados al +servicio doméstico, ó bien á duros trabajos manuales, con escasa +humanidad de sus amos. + +La vida de aquella gente era en extremo aflictiva y como si no fuera +poco lo que los dueños en ellos ejecutaban, las autoridades cuidaban muy +altamente de refrenar en todo cualquiera de sus expansiones. + +Curiosísimo es el bando que en 1569 hizo publicar la ciudad sobre los +esclavos, confirmando una ordenanza, cuyo documento se conserva en el +Archivo Municipal en la Colección de _Papeles Importantes_, tomo I. + +Este escrito, que es un verdadero cuadro de costumbres, revela la +situación de aquella clase infeliz, así como no deja de tener su +pincelada que retrata una sociedad acerca de la cual tanto se ha +falseado. + +Dice así el bando: + +«En la muy noble e muy leal ciudad de Seuilla, Viernes quatro días del +mes de Nouiebre, de mil e quinientos y sesenta y nueve años, estado +ayutados en las casas dl cabildo desta ciudad, según que lo han de vso y +costumbre, el muy magnífico señor Doctor Juan de Lieuana, Theniente de +Assistente, y algunos de los señores Regidores, e Jurados della, en el +dicho Cabildo, fue vista y leyda vna ordenança fecha por los señores +Fieles Executores desta ciudad, su thenor de la qual, y de lo que la +ciudad en razon dello passo, y de ciertos autos de pregones que estan al +pie de lo proveydo por la dicha ciudad es esto que se sigue: + +Por quanto en esta ciudad ay muchos negros, y negras, y moriscos, y +moriscas que son esclauos y esclauas captivas: y con las ocasiones que +ay en ellas de tauernas y bodegones se entran en ellas á comer, y beuer, +y se emborrachan, y hazen mal acondicionados, y soberuios, y borrachos, +y hazen y cometen delitos que todo redunda en daño y perjuyzio de sus +amos: por que gastan sus haziendas en librarlos de las trauesuras y +delictos que hazen, y no son en prouecho para seruir: y lo que es peor, +que como los dichos esclauos se hazen tan á vizios e viciosos con la +ocasión de las dichas tauernas e bodegones que toman y hurtan á sus +dueños dineros y ropas, hasta las mantas y aderezos de los cauallos y +mulas, y lo que hallan en sus casas y aun se estienden á hazer otros +hurtos, todo para comer y beuer en las tabernas y bodegones y los mismos +tauerneros y bodegoneros, y sus mugeres e hijas, e personas que tiene en +las tauernas y bodegones se lo compran y toman empeñado, y en prendas +del dinero que dan sobre ellas, á los dichos esclauos y esclauas por el +vino y comida que les da. Y como pasa esto entre los esclauos y el +tauernero y bodegonero, no se pueden aueriguar los dichos hurtos: e todo +ello redunda en daño y perjuycio de los señores de los dichos esclauos. +Y como cosa que toca tanto al bien, y pro comun de la republica desta +ciudad, e vecinos e moradores della, y de su tierra. Nos los fieles +Executores desta ciudad y su tierra: con acuerdo del muy magnífico señor +Licenciado Arriola, executor de la vara della. Ordenamos y mandamos que +ningún tauernero, bodegonero, ni mesonero, ni ventero, ni personas que +guisan y dan de comer en esta ciudad y su tierra, y jurisdicion, +arrabales, ni Triana, no acojan en sus casas, tauernas, ni bodegones á +los dichos esclauos ni esclauas, negros ni blancos: ni les den de comer, +ni beber en ellas publica ni secretamente, pan, ni vino, ni carne ni +otros mantenimientos algunos, sino lleuare _cédula_ del amo cuyo fuere, +diziendo que por andar á jornal el tal esclauo, o esclaua, no come en su +casa, ni sean osados de venderles pan, ni vino, ni carne, ni pescado, ni +otro mantenimiento alguno, ni compren, ni reciban dellos prendas algunas +vendidas, ni empeñadas, ni para guardarselas, aunque digan que son +suyas, ni les den pan, ni vino, ni bastimentos sobre ellas, sopena quel +tauernero, bodegonero, guisandero, y ventero, y mesonero, o persona que +tenga camas que fuere y passare contra lo contenido en esta ordenança, o +contra cosa alguna, o parte della, cayga en pena de mil marauedis y diez +dias de carzel por la primera vez, e por la segunda la pena doblada, y +sea traydo á la verguença publicamente: e por la tercera vez le sean +dados cien açotes, y sea desterrado desta ciudad y su tierra e +jurisdicio por tiepo de quatro años: y que los dichos bodegoneros, +tauerneros, mesoneros, ni venteros, y personas que dan camas, y guisan +de comer, no se puedan escusar, ni escusen que no sabian que los dichos +esclauos y esclauas eran captiuos: y que los dichos esclauos y esclauas +les dixeron que erran horros. E pedimos e supplicamos al muy Ilustre +Cabildo y regimieto desta ciudad que cofirmen y aprueuen estas ordenança +y la apregonen publicamente. Alonso Nuñez, García de León, Diego Nuñez, +don Juan de Torres Ponce de León, Joan de Almonacir escriuano...» + +En la citada fecha de 1569 fué confirmado aquel acuerdo, no tardando +luego en venir en años sucesivos, otras y otras órdenes, bandos y +disposiciones que estrechaban más la situación de los esclavos. + +Sin embargo, con ser tan penosa ésta se empeoró con el tiempo, y en el +siglo XVII, la católica majestad de Felipe IV dío orden en 1637 para +que, de todos los de Sevilla, se formase un registro y conforme á él +fueran recogidos de casa de sus amos y se llevasen á la cárcel real, de +donde pasarían luego nada menos que á remar á las galeras. + +El 22 de Abril, se pregonó en nuestra ciudad esta orden del monarca, +causando gran pánico en los esclavos, pues tan dura era y tan estrecha, +que en el pregón entraban todos los varones, _incluso los niños de +pecho_, y así fué que los desgraciados, al saberla, procuraron ocultarse +con sus mujeres é hijos, protegidos, como era natural, por los amos. + +Mandó el rey de Madrid para ejecutar la orden de aprehender á los +esclavos, á un alcalde de casa y corte, llamado don Pedro Amesqueta, el +cual era hombre que, abusando de los poderes de que estaba revestido, +ejecutó su comisión de la manera más violenta y usando de los +procedimientos más duros y arbitrarios. + +A mediados de 1637 habían ya llegado á Sevilla presos multitud de +esclavos de los pueblos de la provincia, los cuales fueron en 24 de +Agosto embarcados y conducidos á Cádiz, donde los llevó á Levante para +remar en las galeras, y otros muchos salieron de nuestra ciudad á pie, +siendo conducidos á Cartagena. + +Mas no quedó aquí ni con mucho el asunto, pues sabiendo Amesqueta que +aún era grande en Sevilla el número de esclavos ocultos por sus amos, +comenzó á echar á éstos fuertes multas para que los denunciasen, como +ocurrió á una mujer de Pilas, á quien por habérsele huido una esclava le +hicieron pagar 300 ducados, y al Veinticuatro Torres que tuvo que +aflojar 400 y verse envuelto en un proceso. + +Largo tiempo siguió la cuestión de la caza de esclavos en Sevilla, +tomando cada día más grave aspecto en todo el año de 1638, y las +_Memorias sevillanas_ dan cuenta en el 1639 de esta noticia que no deja +de ser interesante el reproducirla: + +«El Asistente hizo notificar á los dueños de los esclavos que los +entregasen para las galeras. Al principio tomaban uno de quien tenía +dos: después vino otra orden y no dejaban ninguno y prendían cuantos se +encontraban porque se escondieron todos. Esto fué á principios de Mayo +de este año de 1639, y á 18 de él _llevaron con colleras_ á embarcar +para Sanlúcar ó el Puerto, 102 esclavos, negros, mulatos y berberiscos, +con gran lástima y más de los casados, cuyas mujeres hacían mil +extremos. Después se fué apretando á los dueños de los escondidos con +penas de mil y dos mil ducados, que por no pagarlos fueron entregando +muchos y todos los llevaron.» + +Tal fué el inhumano procedimiento que aquellos piadosos varones del +siglo XVII seguían con sus esclavos, á quienes tanto maltrataban y en +contra de quienes encima levantaron mil calumnias, y condenaron á remar +en galeras, como premio á los servicios que habían prestado. + +No he de citar éstos, pero sí mencionaré el caso que registra la crónica +de un esclavo que, habiendo huído, don Pedro Amesqueta prendió á su amo +y le echó una fuerte multa, lo cual, sabido por el berberisco, que +berberisco era, se presentó voluntariamente para que su dueño fuese +puesto en libertad, acto que tanta impresión produjo, que la dura +justicia de entonces se vió obligada á usar alguna vez de la clemencia y +dejó libre al dueño, y al infeliz también le puso en libertad. + + + + +JUAN DE SALINAS + + +Hijo de Logroño han creído algunos biógrafos á este poeta sevillano, á +causa de haber residido en aquel punto durante su infancia y ser su +padre natural de la Rioja. + +Llamóse éste Pedro Fernández Salinas, fué hombre de desahogada posición +y contrajo matrimonio en Sevilla con doña María de Castro, habiendo de +este enlace cuatro hijos, entre ellos á Juan de Salinas, que vino al +mundo en la capital de Andalucía, el 24 de Diciembre de 1559. + +Viudo el padre del futuro poeta, trasladóse á Logroño llevándose consigo +á sus hijos, y Juan, en edad conveniente, comenzó sus estudios, cursando +el latín y siendo enviado más tarde á Salamanca, donde estudió cánones y +leyes, y donde se graduó al fin de doctor. + +No veía Salinas gran porvenir para él en el estado seglar y así se +decidió por el eclesiástico, haciendo un viaje á Florencia, punto en que +residía un su hermano, y á Roma, donde permaneció algún tiempo, y +consiguió del Papa una canongía en Segovia, que sirvió ya de sacerdote, +según apuntan sus biógrafos. + +Después de haber sufrido una grave enfermedad que puso en peligro su +vida, y muerto su padre, Juan de Salinas se dispuso á regresar á España, +permaneciendo cuatro años en Segovia y fijando al cabo su residencia en +Sevilla, de donde por tan largo tiempo había faltado. + +Era á la sazón arzobispo don Pedro de Castro y Quiñones, quien haciendo +aprecio de los méritos del doctor Salinas y teniéndole personalmente en +gran estima, le ofreció una canongía á la que éste renunció por causas +que se ignoran. + +Pasado algún tiempo fué nombrado visitador del arzobispado y +administrador del hospital de San Cosme y San Damián, llamado de _Las +Bubas_, cargo que el cabildo de la ciudad le concedió con general +aprobación de sus individuos. + +Amante de las bellas letras desde su primera juventud, había Salinas +cultivado la poesía con no escaso aprovechamiento, demostrando singular +facilidad para las composiciones de circunstancias en las que á veces +hizo gala de no común gracejo. + +Nunca se imprimieron reunidas, en vida del autor, sus composiciones; +pero casi todas ellas corrían manuscritas por Sevilla, dándole no escaso +renombre y haciendo que algunos de sus coetáneos les prodigasen elogios, +que ciertamente pecaban de una marcada exageración. + +Tuvo Salinas muy estrecha amistad con casi todos los eruditos y poetas +que en Sevilla vivieron en su tiempo, mereciendo citarse á Jiménez +Enciso, á Jáuregui, á don Diego Maldonado Dávila (colector después de +sus composiciones) y al famoso obispo de Bona don Juan de Sal, de quien +el autor que nos ocupamos habló en algunas de sus poesías. + +Frecuentaba también mucho Salinas el trato de la familia del analista +Ortiz de Zúñiga, de quien fué padrino de bautismo y de quien habló en +una poesía, así como de su hijo don Juan Ortiz de Zúñiga. + +Algunos trabajos en prosa se imprimieron de Salinas, entre los que cita +Gallardo el _Prólogo_ á las _Meditaciones para cada día del año_ (1602) +y la _Dedicatoria al Sermón fúnebre de la madre Dorotea_, escrito por +Alonso Sanz. + +En la vida de esta beata Dorotea, que se hizo célebre en Sevilla, +publicada por Gabriel de Aranda, se habla en varios pasajes de Juan de +Salinas, con marcado elogio, y en igual sentido se expresan otros +autores que encarecen mucho su ciencia y virtudes. + +Larga fué la vida del doctor Juan de Salinas, que llegó hasta edad de +ochenta y tres años, falleciendo el 5 de Enero de 1642, en el citado +hospital de San Cosme y San Damián, donde continuaba ejerciendo el cargo +de administrador. Salinas fué enterrado por el clero de Santa Catalina +en el convento de monjas de los Reyes. + +Como ya consigné, don Diego Maldonado y Dávila recogió y coleccionó en +un tomo las composiciones del doctor Salinas, manuscrito que poseyó +Gallardo, y del que da noticias detalladas en su bibliografía. + +También el marqués de Jerez tenía un volumen autógrafo de versos del +autor, pudiendo ser estudiados con detenimiento sus méritos en la +_Biblioteca Rivadeneyra_ y en los dos libros que con el título de +_Poesías del doctor Juan de Salinas_ publicaron los bibliófilos +andaluces en 1869. + +«En sus primeros tiempos, dice don Adolfo de Castro, fué Salinas poeta +de muy buen gusto literario, y en los últimos se convirtió en +conceptista y en todos demostró un gran ingenio, sazonado de burlas y de +gran delicadeza en la declaración de afectos amorosos.» + +En efecto, la musa de Salinas no fué dada á asuntos graves y de +elevación, luciendo principalmente en epigramas y composiciones ligeras, +algunas de las cuales tienen títulos como estos: _A un clérigo que no +quiso prestar al doctor las mulas y era muy puerco_. _A un fraile viejo, +mentiroso y falto de dientes._ _A una dama que fingiendo descuido enseñó +las ligas al doctor_, _etc._ + +En este género de versos, que prueban el espíritu, un tanto chancero, de +Salinas, es donde más lucía su ingenio, que llegó hasta componer un +poema burlesco sobre los _Ejercicios de San Ignacio_, que fué impreso +después de haber corrido por largo tiempo manuscrito con no poca +aceptación. + +Salinas, á semejanza de Pedro de Quirós y de otros poetas de la escuela +sevillana, sus contemporáneos, no dejó ninguna obra de pretensiones ni +de verdadera importancia, dedicándose á cultivar la poesía en +composiciones sueltas, la mayoría breves. + +Sus romances son muy estimables (véanse los que insertó D. Agustín +Durán) habiendo pasado por anónimos algunos de ellos y siendo otros +falsamente atribuidos á Góngora. + +Tuvo el autor objeto de estos apuntes, felicísima disposición para +versificar y un ingenio vario y ameno, siendo más dado á ensayarse en el +género festivo que no en el grave y elevado. El conceptismo deslució un +tanto el mérito de algunos de sus trabajos, pero en todos ellos aventaja +con mucho á no pocos de los que en el mismo género alcanzaron cierto +nombre. + +En resumen: Salinas es digno de ocupar un puesto entre los buenos poetas +sevillanos del siglo XVI, y con razón le tributaron elogios sus +contemporáneos y no se los ha escaseado la posteridad. + + + + +EL ARENAL + + +El largo espacio de terreno comprendido en la orilla izquierda del +Guadalquivir, desde la entrada del puente de barcas hasta la muralla que +unía la torre del Oro con la de la Plata, fué llamado desde muy antiguo +el Arenal. + +Hasta nuestros días ha llegado una antiquísima memoria de aquel lugar, +en parte del cual hizo construir don Alfonso _El Sabio_ las Atarazanas. +Hoy mismo, en uno de los muros exteriores del edificio de la Caridad, +consérvase una lápida, dentro de dos fustes de mármol rojo, en la cual, +en caracteres monacales, está en relieve una inscripción latina del +siglo XIII, que perteneció á las Atarazanas y que traducida al +castellano dice así: + +«_Séate conocida cosa, que esta casa y toda su fábrica hizo el sabio y +claro en sangre don Alonso, rey de los españoles. Fué este movido á +reservar las galeras y naves de los suyos contra las fuerzas del viento +austral, resplandeciendo en arte completo lo que antes fué Arenal +informe. En la era de 1290 (año 1152)._» + +En el siglo XVI, cuando el comercio con el Nuevo Mundo estaba para +Sevilla en su mayor apogeo y las embarcaciones de todos países llegaban +á nuestro puerto, era el Arenal sitio el más animado y bullicioso de la +ciudad y Lope de Vega, que lo conocía, dió á una de sus comedias por +título _El Arenal de Sevilla_, haciendo del lugar la siguiente +descripción que pone en boca de doña Laura y de Urbana en la escena +primera de la obra: + + --¡Famoso está el Arenal! + --¿Cómo lo deja de ser? + --No tiene á mi parecer + todo el mundo vista igual. + + Tanta galera y navío + mucho al Betis engrandece. + --Otra Sevilla parece + que está fundada en el río. + + --Como llegan á Triana + pudieran servir de puente. + --No lo he visto con más gente. + --¿Quieres que me siente, Urbana? + + --Mejor será que lleguemos + hasta la torre del Oro + y todo ese gran tesoro + que va á las Indias, veremos. + + --Como cubierto se embarca, + no mueve mis pasos tardos. + ¿De qué sirve el ver en fardos + tanta cifra y tanta marca? + + --Notable es la confusión. + --Lo que es más razón que alabes + es ver salir de estas naves + tanta diversa nación. + + Las cosas que desembarcan, + el salir y entrar en ellas + y el volver después á vellas + con otras muchas que embarcan. + + Por cuchillos el francés + mercerías y Ruán, + lleva aceite; el alemán + trae lienzo, fustán, llantés; + + carga vino de Alanís; + hierro trae el vizcaino + el cuartón, el tiro, el pino, + el indiano el ámbar gris, + + la perla, el oro, la plata, + palo de campeche, cueros, + toda esta arena es dineros. + ¡Un mundo en cifras retrata! + +En la citada comedia saca á escena Lope los tipos más característicos +que entonces frecuentaban el Arenal, y así se ven desfilar por el +teatro, tapadas, soldados, mozos de galeras, arraeces, bravos, +comerciantes, aguadores, ladrones, criados y forasteros, pudiendo +considerarse esta obra del _Fénix de los ingenios_, á más de su mérito +indiscutible, como un cuadro de costumbres sevillanas de su tiempo. + +El autor acentúa más la nota en elogio de _Arenal_ haciendo decir al +_Forastero_ en la escena IX estos versos: + + Préciese de su edificio + Zaragoza enternamente; + Segovia de su gran puente, + Toledo de su artificio; + + Barcelona del tesoro, + Valencia de su hermosura, + la corte de su ventura + y de sus almenas Toro; + + Burgos del antigua espada + del Cid por tantos escrita, + Córdoba de su Mezquita, + y de su Alhambra, Granada; + + de sus sepulcros León, + Avila del fuerte suelo, + Madrid de su hermoso cielo, + salud y buena opinión; + + y de su hermoso _Arenal_ + sólo se precia Sevilla, + que es vistosa maravilla + y una plaza universal. + +Con el transcurso de los tiempos, habiéndose alzado edificios desde la +Puerta de Triana al Postigo del Carbón, y construído de nuevo los +Malecones, se formó entre éstos y la orilla del río una alameda en la +que se plantaron cuatro filas de álamos, y que tomó el nombre de _paseo_ +del Arenal. + +Lo agradable de aquel lugar, la hermosa vista que desde él se +disfrutaba, y la animación que allí solía reinar por el movimiento del +puerto, hicieron que el paseo fuese de los predilectos del pueblo +sevillano y que disfrutara por largos años de gran boga. + +En el plano de la ciudad que mandó hacer Olavide siendo Asistente de +Sevilla, figura ya indicada la Alameda del Arenal, y lo mismo en el que +en 1788 se publicó durante el mando de Lerena, pudiendo decirse que por +entonces era aquel terreno de los más concurridos de la ciudad. + +Don Leandro Fernández de Moratín, que visitó á Sevilla por entonces, así +lo consigna, y otros escritores de la localidad hacen memoria en +diversos trabajos de lo ameno del paseo y de la multitud que á diario lo +frecuentaba. + +Por los arrecifes cruzaban por las tardes lujosas carrozas y los +modestos asientos de ladrillo se veían siempre ocupados por un público +aristocrático que lucía sus más preciadas y ricas galas. + +A la entrada del paseo se comenzó á fines del siglo XVIII á construir el +monumento llamado Triunfo de la Trinidad, que se elevó á instancias de +fray Diego José de Cádiz, y el cual monumento era obra de escasísimo +mérito, y fué derribada hacia la mitad del pasado siglo, sin haberse +llegado á terminar por completo. + +No lejos del monumento, se encontraba la _Cruz de la Charanga_, nombre +éste que también se daba á uno de los álamos, el más corpulento y que +más sobresalía entre los allí plantados, y alrededor del cual se +formaban aquellas tertulias de desocupados de que habla don José Somoza +en sus _Recuerdos_ y en el artículo _El árbol de la Charanga_, donde +dice pintando lo agradable de aquel lugar: «...A la izquierda está el +_Paseo del Arenal_, paseo siempre concurrido; á la derecha el puente de +barcas y un dilatado horizonte azul, por el que se oculta el sol en su +occidente por entre una multitud de palos y velachos de embarcaciones +ancladas.» + +Hacia 1808 se hicieron algunas reformas en el Arenal, con las que +ganaron en comodidad los paseantes, habiéndose por entonces llevado á +cabo varias obras en el puente allí inmediato, que cubría uno de los +brazos del arroyo Tagarete. + +Punto como lo era el paseo del Arenal de amplitud y gran concurrencia, +cuando los días de la invasión francesa, lo escogieron las autoridades +imperiales para llevar á cabo no pocos espectáculos públicos, con los +que procuraban distraer al pueblo. + +Allí el mariscal Soult pasó revista á las tropas, allí se quemaron +vistosos castillos de fuegos artificiales; hubo cucañas, carreras á +caballo por diestrísimos ginetes, conciertos de bandas militares, +iluminaciones y otros regocijos. + +El paseo del Arenal, cuando en 29 de Agosto de 1812 penetraron en +nuestra ciudad los soldados españoles, fué teatro de sangrientas escenas +y de verdaderos rasgos de heroísmo, y algunos días después se enterró á +la entrada del paseo el coronel inglés Alejandro Ducan, que murió +violentamente, y cuyo sepulcro fué destruido por el populacho en 1816. + +Volvieron para el paseo del Arenal días de esplendidez, transcurridos +aquellos años de la guerra, y en 1823, cuando Fernando VII visitó á +Sevilla, este monarca paseaba con gran frecuencia en carruaje por la +orilla del río, donde era objeto de no pocas manifestaciones de los +_absolutistas_. Y se dió el caso que, saliendo una tarde el rey de los +toros, á causa de haber intervenido en los desahogos de los _blancos_ +algunos constitucionales, se promovió un feroz escándalo, en el que hubo +garrotazos, carreras y no pocos heridos. + +Con motivo de otras visitas de reyes se ha adornado después de 1823 el +paseo del Arenal, alzándose en él graciosos arcos de follajes y vistosos +transparentes. + +Habiendo el Asistente Arjona derribado el murallón de la Torre del Oro y +edificádose el Salón de Cristina, comenzó el público elegante y +aristocrático á abandonar el viejo Arenal; llevado de las novedades y +atractivos que el nuevo sitio de esparcimiento y recreo le ofrecía. + +Este abandono fué en aumento después de 1834, y como quiera que por las +autoridades locales se olvidó por completo el adorno y cuido de aquella +alameda, desaparecieron de ella los antiguos árboles que le prestaban +agradable sombra, los primitivos asientos y los aguaduchos donde tan +animadas tertulias se formaban. + +Por los alrededores del Arenal se veía en los buenos tiempos del paseo +muy variados tipos y personajes callejeros, no faltando nunca por las +tardes, los _chiquillos de la candela_ que, provistos de mecha, ofrecían +lumbre á los transeúntes fumadores; los viejos que exhibían á golpe de +tambor las sorprendentes vistas de la _máquina óptica_, los vendedores +de confites, los maestros de esgrima que acudían á la palestra pública, +y para que nada faltase á aquel cuadro, era frecuente ver en los +Malecones ó frente á la Resolana de la Caridad ó al pie del Triunfo, +algunos frailes misioneros que escogían aquellos puntos para predicar, +como ocurría al célebre padre _Verita_. + +Una nota característica ha conservado hasta nuestros días y conserva +actualmente el Arenal: refiérome al mercado que allí se establece en el +mes de Diciembre y que se ve tan concurrido el día de Nochebuena y los +sucesivos de Pascua. + +Álzanse entonces, en lo que fué frondosa alameda, puestos de juguetes y +de frutas, sin que en manera alguna falten los instrumentos populares, +característicos de los citados días, siendo grande el concurso que acude +al Arenal á llevar á cabo las indispensables compras de pavos, nueces, +castañas, turrones y todos los comestibles _del ritual_. + +Para concluir, el Arenal en su aspecto más triste, ya que hemos +recorrido á la ligera su historia, es cuando el Guadalquivir se desborda +y la ciudad se ve amenazada con los peligros de las inundaciones que +tantos estragos han causado en todos los tiempos. Entonces cubren las +aguas el viejo paseo, y aquel lugar tan ameno y agradable presenta un +cuadro imponente, cuadro que no es necesario describir, pues hartas +veces lo han presenciado por desgracia los sevillanos. + +El viejo Arenal lleva hoy el nombre de Paseo de Colón, nombre que se le +dió en 1892, cuando las fiestas del centenario del descubrimiento de +América. De su pasado, de sus días de esplendor, no queda ya más que el +recuerdo. + + + + +JUANILLO HERNÁNDEZ + + +La reforma luterana que apareció en Sevilla á mediados del siglo XVI +propagóse en la ciudad de un modo rapidísimo, y tuvo infinitos adictos, +personajes, en su mayoría, de posición y de talento, como lo fueron +Rodrigo de Valer, el doctor Egidio, el doctor Constantino Ponce de la +Fuente, el prior de San Isidro del Campo, García Arias, el padre +Arellano, Ponce de León, el médico Losada, fray Casidoro de Reina, +Fernando de San Juan y otros cientos, cuya enumeración sería enojosa. + +De entre todos aquellos primeros protestantes, he de recordar á uno que +tiene no poco relieve y á quien por su actividad y el género de +propaganda á que se dedicaba, debióse singularmente la propagación de +la doctrina de Lutero. + +Llamábase Julián Hernández y se le conocía por _Julianillo_, era mozo +astuto y ardientísimo partidario de la reforma, con lo cual puede +suponerse el contacto frecuentísimo y estrecho en que estaba con todos +los iniciados. + +Bien por comisión ó bien de propia iniciación llevó Hernández á cabo una +empresa que, por ser entonces en extremo arriesgada, tal vez se confió á +él como más listo y astuto. + +Ansiaban los protestantes sevillanos poseer escritos propagadores de la +nueva doctrina, que á cientos se publicaban en Alemania y los Países +Bajos; y como la posesión de los tales libros y su introducción en +España era dificilísima, pensaban en mil modos para burlar á la +Inquisición, que tenía puesta toda su atención en la reforma para +aniquilarla. + +Julianillo Hernández partió en 1556 de Sevilla y recorrió los +principales focos del luteranismo, poniéndose en relaciones con los +principales apóstoles del protestantismo y dirigiéndose después á +Ginebra, donde residió algunos meses. + +En esta ciudad adquirió ejemplares de los libros más famosos que se +habían dado por los reformadores, y ya dueño de ellos, puso en práctica +el ingenioso medio que discurrió para introducirlos en España y traerlos +á Sevilla. + +A este efecto, disfrazóse perfectamente de arriero, y previniendo dos +grandes toneles, fabricados de intento, los llenó con los numerosos +volúmenes adquiridos, emprendiendo su viaje de regreso. + +En 1557, Julianillo Hernández llegaba á Sevilla: con su carga, había +atravesado la península entera sin que ni justicia ni persona alguna +sospechase que en aquellos dos toneles iban las armas más poderosas +contra la religión del Estado, y que tanto efecto iban á producir. + +Cuando los protestantes sevillanos tuvieron conocimiento de la llegada +de Julianillo, inmediatamente acudieron con gran cautela á ocultar el +cargamento, siendo repartidos los libros en el monasterio de San Isidro +del Campo, en casa de don Juan Ponce de León y en la de la dama doña +Isabel de Baena, ardiente protestante, en cuyo domicilio se reunían con +frecuencia los luteranos. + +Merced al ingenio de _Julianillo_, pudieron los reformadores entregarse +á las lecturas que tanto deseaban, comenzando entonces el mozo á +repartir volúmenes cautelosamente, siendo menos afortunado en esta +empresa, pues por ello vino su perdición y la de infinidad de +protestantes. + +Un ejemplar del libro titulado _Imagen del Antichristo_, lo vío una +mujer que tenía algún vago conocimiento de lo que pasaba y denunció á la +Inquisición el foco protestante, cayendo el tribunal entonces +rápidamente sobre el asunto, y en poco tiempo fueron encerrados en el +castillo de Triana más de 800 luteranos, que no tardaron en perecer en +la hoguera y en el garrote. + +Sin tiempo para ponerse á salvo, cayó _Julianillo_ también en las garras +del Santo Oficio, y después de doce meses de prisión, el 22 de Diciembre +de 1560 salió con el auto de fe, siendo quemado vivo en unión de 34 +protestantes más, entre los que se hallaban doña Ana de Rivera, doña +Francisca Ruíz, doña Francisca de Chaves, monja de Santa Isabel; María +Gómez, Leonor Núñez, sus tres hijas Elvira, Teresa y Lucía; doña +Catalina Sarmiento, doña María y doña Luisa Manuel, y fray Diego López, +fray Barnardino Valdés, fray Domingo Churruca, fray Gaspar de Porres y +fray Bernardo de San Jerónimo, de alguno de los cuales haré más +adelante especial mención. + + + + +SANTA TERESA EN SEVILLA + + +La célebre abulense doña Teresa Sánchez Cepeda, cuyos escritos místicos +son tan famosos y á quien la iglesia colocó en los altares en 1622, bajo +el nombre de Santa Teresa de Jesús, visitó durante su vida á Sevilla, +para fundar un convento en nuestra población, permaneciendo en ésta +desde el 26 de Mayo de 1575 hasta el 4 de Junio de 1576. + +Llegó, pues, el citado día la madre Teresa de Jesús, acompañada de seis +monjas, sus compañeras, instalándose provisionalmente en una modesta +casa de la calle de las Armas, en la cual estuvieron viviendo con gran +estrechez y miseria, siendo al principio socorridas por una señora +llamada doña Leonor de Valera, y más tarde por el prior de la Cartuja, +que influyó á favor de las religiosas con otras personas de algún +valimiento. + +Allí pasó la madre Teresa de Jesús algunos meses sin que pudiera, según +eran sus propósitos, adelantar «gran cosa en la fundación del convento, +y aunque contó con el apoyo de algunos que le fueron afectos y le +auxilió mucho en sus trabajos» D. Lorenzo Sánchez Cepeda, su hermano, +que á la sazón vino de Indias, costóle gran trabajo encontrar casa más +espaciosa para instalarse. + +Dió al fin la fundadora con un edificio en la calle de Pajería, hoy +Zaragoza, y á propósito de éste escribe en una de sus cartas: + +«No se pasó poco para pasarnos á ella (á la nueva casa) porque quien la +tenía no la quería dejar. Los frailes franciscos, como estaban juntos, +vinieron luego á requerirnos que en ninguna manera nos pasásemos é +ella.» + +Ya en la nueva casa, la actividad de la madre Teresa de Jesús, hizo que +se habilitase lo mejor que se pudo, contando con algunos fondos y +aumentándose la comunidad; pero entonces comenzaron á levantarse +calumnias contra la fundadora, intimándola el padre Salazar para que no +hiciese más fundaciones; y denunciándola por entonces á la Inquisición +como sospechosa de herejía, ilusiones, falsa devoción y revelaciones +imaginadas, una beata que había vivido en la recién fundada casa +religiosa, ayudada por un clérigo de quien dice fray Diego de Yepes que +era «hombre hipocondríaco, escrupuloso, ignorante y expuesto al error.» + +Siguióse el proceso contra la madre Teresa de Jesús, pasando á +interrogarla á su casa los inquisidores, llevando con gran ruído los +jueces á caballo, notarios, alguaciles y familiares, y después de largo +tiempo, la Inquisición mandó que el expediente se suspendiese, quedando, +sin embargo, la fundadora obligada á presentarse ante el tribunal de +Sevilla siempre que éste lo reclamase. + +Estando en nuestra población la célebre hija de Avila, fué retratada por +el napolitano Juan de Narduck, que había sido discípulo de Coello y que +á la sazón era religioso lego conocido con el sobrenombre de _fray Juan +de la Miseria_, conservándose hoy este retrato en el convento de +carmelitas de San José, y el cual, si no es una perfecta obra de arte, +es por lo menos, el más auténtico retrato que existe de la reformadora. + +La casa que ésta habitó en Sevilla túvola en gran estima y de ella +escribía que «no la había mejor ni mejor puesta. Paréceme que no se ha +de sentir en ella el calor. El patio parece hecho de alcorza.» + +En 27 de Mayo de 1576 celebróse en aquella casa una gran fiesta +religiosa, á la que asistió el arzobispo, fiesta que la misma fundadora +describió con muchos pormenores, y algunos días después salió de la +ciudad, dirigiéndose á Castilla, donde prosiguió sus fundaciones. + +Aquel edificio que la mística escritora habitó en Sevilla en la calle +Pajería, fué convento hasta 1588, y el año 1882 el edificio, que se +había conservado casi como estuvo en el siglo XVI, fué derribado, +colocándose después en el que se levantó sobre su área, una lápida en la +fachada que recuerda la fundación de la madre Teresa de Jesús y su +estancia en nuestra ciudad. + + + + +UN PONCE DE LEÓN + + +El noble caballero sevillano don Juan Ponce de León, hijo de don +Rodrigo, conde de Bailén, fué, como ya he indicado anteriormente, uno de +los más decididos y ardientes partidarios que la reforma luterana tuvo +en Sevilla en el siglo XVI, y predilecto discípulo del doctor Egidio. + +Su elevada posición social, su ilustración y el importante papel que +hacía en la sociedad sevillana, contribuyeron poderosamente á que su +propaganda en favor del protestantismo le diera muchos resultados, +logrando, durante bastante tiempo, que ni á las autoridades +eclesiásticas ni á las seculares trascendiera su conducta, apesar de la +actividad que éstas desplegaban para destruir y aniquilar cuanto en +Sevilla tuviera sospecha siquiera de luteranismo. + +Fué al fin descubierto en 1558, con otras muchas importantes personas, +que pagaron con sus vidas en las hogueras, y permaneció antes largos +meses preso, siendo al fin condenado por el tribunal odioso. + +La sentencia dada contra Ponce de León es un documento bastante curioso, +del cual existe una copia manuscrita en la _Colección de Papeles del +conde del Aguila_ del Archivo municipal, y de ella reproduciré la parte +más interesante, que dice así: + +«... Atentos los autos y méritos de este proceso, que dicho fiscal probó +bien y cumplidamente su acusación y querella: damos y pronunciamos su +intención por bien probada, y que el dicho don Juan Ponce de León no +probó cosa alguna que le pudiese relevar. Por ende: debemos declarar y +declaramos al dicho _Juan Ponce_, haber sido y ser _hereje, apóstata, +luterano, dogmatizador y enseñador de la dicha secta de Lutero_ y sus +secuaces: hallándose en algunos ayuntamientos y conventículos con otras +personas secretamente, á donde se trataba de la dicha maldita secta y +sus errores, en grandísima ofensa de Dios Nuestro Señor y de su Santa Fe +católica y Ley evangélica, y haber sido justo y disimulado confitente, y +que las confesiones que hizo fueron más por reservar la vida que por +salvar el alma, y por ello haber caído é incurrido en la Sentencia de +Excomunión mayor, y estar ligado de ella y en todas las otras penas en +que caen é incurren los tales herejes, luteranos, dogmatizadores y +enseñadores de nueva secta y errores que, á título de cristianos, hacen +y cometen semejantes delitos; y en confiscación y perdimiento de _todos +sus bienes_, en los cuales le condenamos y aplicamos á la Cámara y Fisco +de S. M. desde el tiempo que cometió dichos delitos á esta parte, cuya +declaración en nos reservamos. Otrosí: relajamos la persona de dicho +_Don Juan Ponce de León_ á la Justicia y Brazo seglar, y especialmente +al muy magnífico señor Licenciado Lope de León, Asistente por S. M. en +esta ciudad y á sus lugares tenientes en el dicho oficio, á los cuales +muy afectuosamente rogamos que se hagan benigna y piadosamente con el +dicho _don Juan_, y porque el delito de la heregía es tan gravísimo que +no se puede buenamente punir ni castigar en las personas que lo cometen, +y las penas se extienden á _sus descendientes_: por ende declaramos sus +_hijos y nietos_ de dicho don Juan Ponce por línea masculina sean +_inhábiles para poder tener cualquier oficio público, ó de honra, ó +beneficios eclesiásticos_, y que no pueden usar de las otras cosas +prohibidas á los hijos y nietos de los semejantes condenados así por +dicho común, Leyes y Pragmáticas de estos Reinos como por institución +del Santo Oficio, las cuales habemos aquí por expresadas: y por esta +nuestra sentencia juzgando así lo pronunciamos y mandamos en estos +escritos y por ellos.--_El Obispo de Tarazona.==El Licenciado Andrés +Gasco.==El Licenciado Carpio.==El Licenciado Juan Obando._» + +El 24 de Septiembre de 1559 se celebró el auto de fe en que salió don +Juan Ponce de León: después de relajado y entregado al brazo secular, se +le dió garrote y se consumió su cuerpo en el _Quemadero_ del prado de +San Sebastián, con otros de los más señalados protestantes sevillanos. + + + + +JUAN DEL CASTILLO + + +El haber sido el pintor sevillano Juan del Castillo maestro de artistas +que tanto renombre y gloria alcanzaron, como Murillo, Zurbarán, Alonso +Cano y Pedro de Moya, ha hecho que su nombre sea por esto citado más que +por las obras que dejó á la posteridad, dignas de elogio, ciertamente, +no pocas de ellas. + +Hermano de otro pintor también, Agustín del Castillo (1565-1626), nació +Juan en el año de 1584, siendo desde muy joven manifiesta su inclinación +por el dibujo, que aprendió bajo la dirección de Luis Fernández, en +cuyos lienzos censúrase la escasa frescura y la pobreza de colorido. + +Juan del Castillo pintó multitud de cuadros en su juventud, la mayoría +de los cuales se han perdido hoy, y que le atrajeron general estimación, +pues apartándose de las reglas que su maestro le indicara, dió un gran +paso para destacar su personalidad. + +Demostrando grandes condiciones para la enseñanza, á Castillo acudieron +no pocos discípulos, siendo su academia la que más frutos obtuvo para el +arte, de aquellas otras que tenían en sus talleres el clérigo Roelas, +Herrera _el Viejo_ y Francisco Pacheco. + +A la academia de Castillo acudió cuando contaba doce años, en 1630, +Bartolomé Murillo, llevado al estudio por cercano pariente, no faltando +algunos autores que apunten que el luego celebérrimo artista sevillano +era sobrino de su maestro. + +En abril de 1611, Castillo, vecino á la sazón del Salvador, se recibió +de hermano de la _Doctrina Cristiana_, como hombre devoto que era, +habiendo noticias de que en años después hizo un viaje á Granada, donde, +según _Arana de Varflora_, «hizo algunas pinturas y en ellas se conoce +su manera de pintar, que era fresca y pastosa.» + +Para el convento de Monte Sión ejecutó Castillo, de vuelta en su ciudad +natal, catorce lienzos, siendo este templo el que llegó á reunir más +producciones del pintor objeto de estas líneas. + +En el altar mayor dejó una _Asunción_, _La Visitación de Santa Isabel á +la Virgen_, _La Encarnación_, _El Nacimiento de Jesús_, _La Adoración de +los Reyes_, los cuatro doctores de la Iglesia, San Buenaventura y un +crucificado, y en otros retablos las imágenes de Santo Domingo, Santo +Tomás y San Vicente Ferrer. + +De estos cuadros, que permanecieron en dicho convento hasta 1810, fueron +algunos, tras bastante tiempo, llevados al Museo Provincial, donde en la +actualidad se encuentran, á más de dos medios puntos en tabla que +representan á San José y el Niño trabajando, y la muerte del mismo +santo. + +Estos citados son los más notables cuadros de Juan del Castillo, y en +los que pueden apreciarse por completo sus méritos y su estilo de +pintura, debiendo citar aquí también otras obras como las siguientes, +que conservaron varios particulares y elogió Amador de los Ríos en 1844 +cuando dió á luz su libro _Sevilla pintoresca_. + +D. Manuel López Cepero poseía una _Asunción_ y una _Sagrada Familia_; +don Pedro García, un lienzo de los _Desposorios de la Virgen_, en +figuras de tamaño natural, un _San Miguel_ y un _Ángel de la Guarda_, y +el señor Suárez de Urbina un _San Pedro_ y un _San José con Jesús_, +cuadro este último de pequeñas dimensiones. + +De otras pinturas de Juan del Castillo se han perdido no pocas, que +fueron celebradas en su tiempo y de las cuales sólo la memoria queda. + +Con su academia muy concurrida de discípulos, continuó el maestro +residiendo en Sevilla hasta 1639, año en que, por motivos que ignoro, se +trasladó á Cádiz, donde fijó su residencia. + +Allí ejecutó también algunos lienzos, pero la vida del artista tuvo +pronto término, falleciendo á mediados del año 1640, según apuntan los +más autorizados biógrafos. + +Las obras de Juan del Castillo han sido estudiadas por los críticos con +atención é imparcialidad, diciendo uno de ellos, juzgando los méritos +del artista, que apesar del estilo que en la enseñanza recibiera, +«guiado por favorable inclinación, dióse á copiar el modelo vivo y á +estudiar la realidad, con lo cual mejoró su arte y dictó provechosas +reglas, siempre más á lo tocante al dibujo que al color, á sus +discípulos.» + +En la historia de la pintura sevillana indica Castillo un gran paso de +adelanto, y puede decirse que dejó muy atrás á su hermano Agustín y aun +á su sobrino Antonio, también artista. + +Contemplando los lienzos de Juan del Castillo y viendo aquel modo de +ejecutar un tanto frío y académico, viene enseguida á la memoria la +enseñanza que dió á Murillo, resaltando al punto cómo éste nada conservó +de su maestro, y haciéndose de un estilo propio, con el cual fundó una +escuela y del que tuvo tantos fervorosos admiradores. + +El lienzo de la _Visitación_, el del _Nacimiento_ y los restantes que se +encuentran hoy en el Museo provincial, son, como ya indiqué, las +principales obras de Castillo, y aunque á ellas no dejan de poner +reparos los críticos, todos reconocen los méritos que indudablemente +tuvo su autor. + +«No podemos llamar reaccionario en arte á Castillo--escribe +Sentenach--antes bien, dejándonos arrastrar con las corrientes que se +iniciaban, abandona el neo-clasicismo: pierde, inspirado por Herrera, +algo de la tirante corrección greco-romana; observa la naturaleza y +aunque con pocas fuerzas para elevarse á grandes alturas, desvía á sus +discípulos de los senderos trillados y los encamina por el que ha de +conducirlos á nuevas y encantadas regiones.» + +Para terminar: el pintor sevillano no llegó á escalar la región +reservada á los genios; faltóle en primer lugar hondo sentimiento y +espíritu para sus obras; pero fué un artista en conjunto bien digno de +elogio por su obra general, y la dulce memoria que dejó como maestro de +Zurbarán, de Alonso Cano, de Murillo y de tantos otros hará siempre que +su nombre viva unido al de aquellos grandes hombres y la posteridad lo +respete. + + + + +UN ZAPATERO DE ANTAÑO + + +La Santa Hermandad, instituída por los Reyes Católicos con el objeto de +perseguir y castigar á los ladrones y malhechores, puede decirse que +estaba en todo su esplendor durante el siglo XVI, siendo sus individuos +muy numerosos, y como quiera que los cargos de cuadrilleros, secutores, +etc., traían consigo ciertos privilegios y fueros, eran éstos muy +solicitados. + +Para ejercer dichos cargos hacíase requisito indispensable, á más de +tener harto probada la buena conducta moral, ser persona de alguna +significancia y prestigio, pertenecer á hidalga familia y no ejercer +ciertos oficios ó cargos incompatibles con la justicia de que habían de +investirse. + +Ninguna de estas cualidades parece que tuvo en cuenta, en 1587, un +zapatero que había en Sevilla, llamado Luís Sánchez, el cual era popular +entre la gente de baja ralea, y valiéndose de resortes que supo +hábilmente tocar y de la influencia del canónigo y arcediano don Alonso +Fajardo de Villalobos, obispo titular de Esquilache, consiguió que el +Provincial de la Santa Hermandad le diese el cargo de secutor, el cual +era provechoso por las ganancias y gajes varios que traía consigo. + +Revestido el zapatero de su autoridad, comenzó á ejercerla tan ufano y +orondo; pero el hombre no contaba con la huéspeda, y ésta fué un su +enemigo llamado Juan Pérez, que se propuso amargar la satisfacción del +flamante secutor, presentando al cabildo de la ciudad un escrito contra +Sánchez, el cual no deja de ser curioso, y que por esto y por ser +inédito hasta ahora, lo copio de su original, que dice así: + +«_Muy ilustres señores._--Juan Pérez de esta ciudad, como uno del +pueblo, y para el bien público, digo que el Provincial de la Hermandad, +ha nombrado por secutor de hermandad á un hombre llamado Luis Sánchez el +cual es _hombre infame_ y es zapatero que usa dicho oficio _con delantal +delante de los pechos y golpeando con un box, llamando la gente_ y +calzando zapatos á negros y blancos y limpiándoles los pies, y además de +esto, sirve al obispo Esquilache en lo que le manda. Asimismo el dicho +Luís Sánchez, suele cometer _delitos crímenes_, especialmente el +susodicho estuvo preso en la cárcel real de esta ciudad por mandado del +alcalde Bonifacio, por haber vendido mucha cantidad de trigo, y fué +sentenciado á graves penas é destierro, que pasó la causa ante Juan de +Castro, escribano. Por todo lo cual el dicho Luís Sánchez no puede ni +debe ser recibido al dicho oficio de secutor, porque lo pretende _para +hacer cosas no debidas é cometer delitos_. Por tanto, pido y suplico á +vuestra señoría no sea admitido ni recibido al dicho oficio de secutor, +y que vuestra señoría mande dar y dé por ninguno el dicho nombramiento, +é no haber lugar de se hacer el nombramiento é en todo haga se provea lo +que más convenga á su servicio, por lo cual etc. etc.--_Juan Pérez._» +(_Archivo municipal_: Varios, _Antiguo_.) + +Esta solicitud pasó á cabildo, y habiendo tenido conocimiento de ella el +zapatero, furioso de ver cuán mal quedaba su persona, buscó á su +enemigo y le dió una monumental paliza, con lo que parece quedó +vengado... y sin que nadie le despojase del cargo de secutor, apesar de +lo de los _delitos crímenes_. + + + + +LA PUERTA DE TRIANA + + +La más notable y acabada de cuantas puertas tuvo en lo antiguo Sevilla, +fué la de Triana, cuya traza se debió, según las opiniones más +autorizadas, al notable arquitecto Juan de Herrera. Fué concluída +aquella puerta, verdaderamente monumental, á fines de 1588, derribándose +para hacerla otra primitiva que estaba á la entrada del barrio de la +Cestería. + +Constaba la puerta de Triana de un solo cuerpo de arquitectura, de +estilo dórico, y presentaba dos fachadas de gran elevación y magnífico +aspecto. A ambos lados de sus arcos, existían cuatro colosales columnas +que descansaban en sólidos pedestales y sostenían una gran cornisa, en +la que se hallaba un espacioso balcón de largo barandal, rematando el +monumento con un ático triangular adornado de pirámides. + +Sobre el balcón existía una lápida cuya inscripción latina decía lo +siguiente, según la traducción castellana de un autor, muy versado en +nuestras antigüedades: + +_Siendo poderosísimo rey de las Españas y de muchas provincias por la +parte del orbe Felipe II, el amplísimo regimiento de Sevilla juzgó deber +ser adornada esta nueva puerta de Triana, puesta en nuevo sitio, +favoreciendo la obra y asistiendo á su perfección don Juan Hurtado de +Mendoza, conde de Orgáz, superior vigilantísimo de la misma floreciente +ciudad en el año de la salud cristiana de 1588._ + +A un lado de esta puerta estaba uno de los husillos del río, cuya obra +la conmemoraba otra lápida de pomposa y larga inscripción, colocada en +1633, siendo asistente el conde de la Corzana, y sobre el arco estaba el +llamado _Castillo_, en el que se hallaban varias celdas, que servían de +prisión á los nobles y caballeros de importancia. + +Era esta puerta la más adornada en las festividades públicas; sus dos +portillos laterales eran los que más tarde se cerraban, y por su arco +principal entraron los monarcas Felipe V, en 1729; Carlos IV, en 1796; +José I, en 1810; Fernando VII, en 1823, y la reina Isabel II, en 1862. + +Cerca de la puerta se encontraba á principios del siglo XIX, en un hueco +de la pared, el célebre cafetín llamado de _Julio César_, donde se +reunía por la noche gente maleante, que tenía siempre cuentas pendientes +con la justicia. + +Las más importantes obras efectuadas en la puerta de Triana fueron las +que se llevaron á cabo en 1787, siendo Asistente don José Ábalos. +Entonces se renovaron las dos fachadas, «restituyéndose--como dice un +historiador--á sus columnas la altura que correspondía, pues antes su +basamento subía hasta el tercio de las columnas, quizá para afianzar en +él los tablones con que se calafateaba la puerta en las ocasiones de +riadas.» + +Delante del monumento se extendía el espacioso llano, donde después se +ha construído la calle de Reyes Católicos, y este lugar era en extremo +concurrido por los desocupados y paseantes, que allí acudían á tomar el +sol en invierno y á refrescarse en las noches del estío. + +La puerta de Triana, que era la más inmediata para dar acceso al puente +de barcas y al populoso barrio de la margen derecha del Guadalquivir, +era punto de gran tránsito, y por ella se veían casi siempre grupos de +viajeros, recuas de los trajinantes, coches de camino, etc., etc. + +Cerca del monumento existían dos fuentes, una de las cuales se conserva +todavía, aunque muy variada, y se construyó en 1816 por el Asistente don +Francisco Laborda y Pleyler. + +Entre muchos recuerdos históricos, que iban unidos á la puerta, +mencionaré el de la muerte del conde del Aguila en 1808, el de la +entrada de las tropas españolas en 1812 y el del general López Baño, que +en 1823 derribó á cañonazos sus hojas para salvar á la ciudad del furor +de los absolutistas. + +El monumento al fin fué derribado en 1869, sin que bastara á impedir su +destrucción, ni lo magnífico de la obra, ni los recuerdos que tenía. + + + + +LA ALAMEDA DE HÉRCULES + + +Sabido es que la construcción de este paseo se debe al Asistente don +Francisco Zapata, conde de Barajas, el cual, de un lugar tan infecto y +malsano como era aquel, que se llamaba la Laguna por ser punto donde se +estancaban las aguas, hizo un hermoso lugar de recreo y esparcimiento +para el pueblo sevillano. + +Levantado el terreno y nivelado, formadas ocho hileras de árboles hasta +el prado de Belén, y construídos cómodos asientos y bellas fuentes de +mármol, el conde de Barajas puso á la entrada del paseo dos magníficas +columnas de granito gris, que medían 8'90 metros y uno de diámetro, las +cuales es opinión general que debían pertenecer á algún templo que tuvo +Sevilla en tiempo de los romanos. + +Levantadas las columnas sobre pedestales, se pusieron, como remate de +ellas, dos estatuas, una de Hércules y otra de Julio César, las cuales +dieron nombre al paseo, que el vulgo llamó desde poco después, Alameda +de Hércules. + +En la actualidad se encuentran casi borradas las inscripciones que +entonces se grabaron en los pedestales, y aunque ya son por algunos +conocidas, creo de oportunidad copiarlas aquí. + +La inscripción de Hércules dice: + +«Al Hércules Augusto Emperador, César Carlos quinto, hijo del rey don +Filipo, nieto del rey don Fernando, viznieto del rey don Juan, piadoso, +feliz, gálico, germánico, túrcico, africano, que mucho más allá de las +columnas de Hércules, dilatada su gloria por el Nuevo Mundo, terminó su +imperio con el Océano, su fama con el Cielo. Al héroe sagrado, +meritísimo de la República cristiana, por su eterna piedad y virtud, el +Senado y pueblo de Sevilla dedicadísimo á su sagrada memoria y +majestad.» + +«Reinando en Castilla el católico y muy alto y poderoso rey don Felipe +II, y siendo asistente de esta ciudad el ilustrísimo señor conde de +Barajas, mayordomo de la reina nuestra señora: Los ilustrísimos señores, +Sevilla, mandaron hacer estas fuentes y alamedas, traer el agua de la +fuente del Arzobispo con industria, acuerdo y parecer del dicho señor +Asistente, siendo obrero mayor, el magnífico señor Juan Díaz, Jurado, +alcalde el año de MDLXXIIII.» + +En la de Julio César se contiene todo esto: + +«A don Francisco Zapata conde de Barajas, Asistente vigilantísimo de +esta Ciudad, mayordomo del rey, y amante muy equitativo de la justicia, +por haber limpiado esta antigua y abandonada laguna de las aguas +inmundas de toda la ciudad, convirtiéndola en un paseo muy extenso, +sembrado de frondosos árboles y regados con fuentes perennes, dando así +á los ciudadanos un cielo más saludable y un viento más fresco en los +ardores del estío; y por haber restituído á su antiguo origen el arroyo +de las aguas del Arzobispo, interrumpido por la antigüedad y abandonado, +trayendo sus aguas á varias calles de la Ciudad para grande consuelo del +pueblo sediento: por haber trasladado aquí las columnas de Hércules, +con un trabajo comparable á los del mismo Hércules: por haber hermoseado +la Ciudad con puertas magníficamente fabricadas y por haberla gobernado +con suma humanidad, el Senado y Pueblo de Sevilla le consagran este +monumento en testimonio de su amor y gratitud, en el año 1598.» + +«A la liberalidad del augusto Felipe segundo hijo del divino Carlos, +nieto del gran Felipe, biznieto del divino Maximiliano rebiznieto del +divino Federico, piadoso, fiel, máximo, católico, germánico, francisco, +británico, bélgico, índico, africano, túrcico en tierra y mar, emperador +invictísimo, porque con nuevos ornamentos y prerrogativas confirmados +también y dadas de nuevo ilustres leyes municipales, ha aumentado y +ennoblecido esta ciudad como á óptimo príncipe de esta romulense colonia +restaurador amabilísimo el cabildo de los sevillanos.» + +En los _Libros de Caja_ del siglo XVI, que se guardan en el Archivo +Municipal, existen multitud de asientos relativos á las obras de +construcción de la Alameda, pudiendo verse allí en detalle cuán grandes +sumas se invirtieron y cuánto interés puso el conde de Barajas en +embellecer el paseo. + +La Alameda fué durante el siglo XVII, el lugar más concurrido de Sevilla +por los paseantes y sitio predilecto de damas y galanes que allí acudían +á entregarse á sus amorosas expansiones, y con razón ha dicho un +escritor ilustre que era aquel «el terreno de la belleza y el lujo, y el +teatro del trato ameno y conciertos amorosos». + +En el siglo XVIII, haciéndose necesarias algunas reformas en el antiguo +paseo, las llevó á cabo en 1764 el asistente don Ramón Larumbe; el cual +coronó su obra levantando al final de la Alameda dos ridículas +columnas, parodia de las puestas por el conde de Barajas, las cuales +remataron en dos leoncillos de piedra, al pie de los que su señoría, +deseando perpetuar la memoria del trabajo, hizo grabar estas líneas, ya +casi borradas hoy: + +«--NO=8=DO--Reinando en España la católica magestad de don Carlos III, +siendo asistente de esta ciudad el señor don Ramón de Larumbe del orden +de Santiago, del consejo de S.M., intendente general del ejército de los +cuatro reinos de Andalucía y superintendente general de rentas, se acabó +la obra de la cañería de la fuente del Arzobispo en 28 de Enero de 1764 +y la distribución de su agua consiste en el pilar del arzobispo, la de +la fuente de Córdoba, seis pilas de esta Alameda y la de san Vicente y +de gracia al convento de esta de capuchinos, hermandad de san +Hermenegildo, san Basilio, Belen y san Francisco de Paula y se pone esta +lápida en virtud de acuerdo del ilustre cabildo de la ciudad, habiendo +sido diputado de esta obra el señor veinticuatro don Juan Alonso de Lugo +y Aranda.» + +«--NO=8=DO--Reinando etc., etc., se construyeron estas dos columnas que +coronan los leones que sostienen las reales armas y las de Sevilla. Se +hicieron los asientos, alcantarillas y terraplenes, levantándose los +pretiles de las zanjas, se pusieron los pilares para el riego, desagüe +completo de árboles de esta Alameda, todo por dirección de los señores +Asistentes, siendo diputado el señor don Gregorio de Fuentes y Veralt, +veinticuatro del Ilmo. Cabildo cuya obra costeó de los propios y +arbitrios y se acabó el año de 1765.» + +La Alameda continuó todavía durante bastante tiempo disfrutando del +favor de los sevillanos, hasta que, como dice con mucho donaire el duque +de Rivas en su bello artículo _Los Hercules_, «á la margen del +Guadalquivir, ya escombrado de mercaderes y mercaderías, apareció entre +la puerta de Triana y la Torre del Oro otra Alamedita (el Arenal), que +aunque nació enfermiza, empezó á hacer gracias cuando niña y á llamar la +atención cuando joven, hasta que desbancó ¡cosa natural! á la Alameda, +ya vetusta y provecta, y le echó á cuestas nada menos (¡ánimas +benditas!) el dictado de _Vieja_, que la desplomó.» + +Por estos tiempos hacía ya muchos años que se celebraban allí las +clásicas veladas de San Juan y San Pedro, que tan características notas +ofrecían de nuestras fiestas populares, y las cuales renuncio á +describir aquí, cómo se verificaban entonces. + +En los comienzos del siglo XIX, era ya manifiesta y patente la +decadencia del paseo cuyo aspecto era en verdad poco ameno y agradable, +pues con gran detrimento del ornato, había abandonado su cuido el +municipio. + +Entre los episodios dignos de ser recordados que tuvieron lugar en la +Alameda en los largos años de nuestras revueltas políticas, citaré un +gran banquete que allí se celebró en 1820 á las tropas de Riego, al cual +asistió el mismo general, que á la hora de los brindis leyó uno en muy +medianos versos que había escrito su hermano el canónigo don Miguel del +Riego. + +En 1823 y el triste día 13 de Junio, en que tantos excesos cometieron +las turbas absolutistas, al estallar aquella tarde el depósito de +pólvora que estaba establecido en el edificio de la Inquisición, la +Alameda ofreció un triste cuadro, pues en ella cayeron no pocos restos +humanos de los que fueron víctimas de aquella catástrofe. + +Pacífico y solitario estuvo el viejo paseo durante muchos años, hasta +que hacia 1840 y 1844 empezaron á utilizarlo ciertos elementos para +punto de sus reuniones y aún vive quien recuerda cómo allí se juntaban +por tarde y noche numerosos grupos de exaltados que leían en voz alta +_El Huracán_, _El Guirigay_ y otras publicaciones hostiles al gobierno y +aun á las instituciones, dando lugar aquellas lecturas, á que con +frecuencia se caldearan los ánimos y tuviera que intervenir la fuerza +armada, como ocurrió en diversas ocasiones. + +No fué sólo entonces la Alameda teatro de escenas semejantes, pues éstas +se repitieron en aquellos años de pronunciamiento y motines, llegando, +como en 1861 y 1873, á tomar los sucesos verdadera importancia. + +Á decir verdad, el paseo de que me voy ocupando es de los que menos +reformas han sufrido de todos los de Sevilla, pues las obras que en +diversas ocasiones se han llevado allí á cabo han sido, por lo general, +de escasa importancia, y sólo secundarias. Después de 1850 +desaparecieron las fuentes que en el centro de la Alameda existían, y +hace años se trasladó al final la pila de la Plaza de San Francisco, se +rodearon de sencilla verja los Hércules, se reformaron algunos asientos +de la entrada, intentándose plantar un jardín en ambos lados, que no +llegó á prosperar por descuido. + +Si de día era la Alameda punto por lo general sosegado y tranquilo, de +noche era peligroso por más de un concepto. + +La falta de alumbrado y vigilancia, favorecía mucho á los pájaros de +cuenta que por allí vagaban entre las sombras, siendo muy frecuente que +el incauto transeunte que por necesidad atravesaba dados ya el toque de +ánimas el paseo, se viera sorprendido por malhechores que lo maltrataban +y despojaban de cuanto llevase encima. + +A más eran aquellas tinieblas muy buscadas por _Aspasias_ y +_Proserpinas_ de barrio, que no tenían quien las molestase, siendo los +viejos árboles y los asientos, á diario, mudos testigos de escenas que +puede imaginarse el lector. + +Como punto de los más bajos de la ciudad la Alameda ha sido siempre de +los que primero se inundan, ofreciendo aquella ancha superficie de agua +un cuadro que siempre acuden á contemplar los sevillanos con cierta +curiosidad. + +No citaré la fecha de las muchas inundaciones del paseo, pero haré +mención de la riada de 1796, en que las aguas llegaron hasta cerca de +los balcones de algunas casas como indica el azulejo colocado en el +edificio que hace esquina á la calle Santa Ana, y de la de 1876, en que +se desbordó el Guadalquivir, causando grandes destrozos en todo el +barrio de San Lorenzo y en el de la Feria. + +Estas inundaciones dejan siempre al viejo paseo en estado harto +deplorable, y como quiera que pocas veces se trata de acudir como +corresponde á la reparación de los desperfectos ocasionados en la +Alameda, ofrece á los paseantes bien pocos atractivos. + +Ningún paseo como la Alameda pudiera, por su extensión y sus +condiciones, transformarse en uno de los más agradables de la ciudad, +levantando el terreno, variando por completo la antigua traza y formando +allí amenos jardines, que serían gala y ornato de la población. + +Desde hace pocos años, la Alameda se ve extraordinariamente concurrida +en las tardes y noches de estío, habiéndose establecido allí gran número +de puestos de agua, refrescos, helados, etc., alrededor de los cuales se +instalan multitud de mesas y sillas, que se ven ocupadas por la +concurrencia de trasnochadores hasta la salida de la aurora. Allí se ven +durante todas las horas de las calurosas noches, alegres grupos y +tertulias de _ellos_ y _ellas_, y se escuchan cantos flamencos, notas +de guitarras, repiqueteo de palillos, risas y vivos diálogos... + +Y aquí hago punto en este ligero bosquejo que he intentado trazar de la +Alameda Vieja que fundó el conde de Barajas, paseo el más antiguo de +Sevilla, que es el que más larga historia tiene y por el que tantas +generaciones pasadas han discurrido. + + + + +LA HERMANDAD DE LOS NIÑOS PERDIDOS + + +Si actualmente son tantos los niños y adolescentes abandonados, que en +las capitales viven entre las mayores privaciones y miserias, puede +calcularse á qué gran número llegarían éstos en los tiempos pasados, y +cuán amarga y triste sería su condición en la sociedad. + +De aquí nació aquella multitud de vagabundos, de muchachos maleantes que +acostumbrados á viciosos hábitos, y en frecuente contacto con gente +corrompida, crecían, se hacían hombres, terminando las más de las veces +su existencia en la horca ó en las galeras del rey. + +Sevilla, población importantísima, el siglo XVI, era centro en el que se +acogía un mundo de pícaros, como los que tan admirablemente retrató +Cervantes en _Rinconete y Cortadillo_, y alrededor de toda aquella +hampa, pululaban niños y mozalbetes, de quienes nadie cuidaba y á +quienes nadie procuraba apartar de tan extraviados caminos. + +Con el laudable intento de protejer á la infancia desvalida y remediar +los males de los adolescentes, reuniéronse unos cuantos hombres de buena +voluntad, y hacia el año de 1589 formaron una hermandad con el nombre +del _Santo Niño Perdido_, la cual, sin el apoyo de las autoridades, y +sosteniéndose únicamente con el dinero de los hermanos y las limosnas +que recogía, logró bien pronto prestar muy señalados servicios. + +Al efecto lograron alquilar una casa modesta, en la cual reunieron +camas, mantas y algunos muebles, nombrando por alcaldes de la cofradía á +don Andrés de Losa y don Cristóbal Pareja; tomaron un administrador, que +lo fué el clérigo don José Martín, y alquilaron para el servicio dos +criados y una mujer anciana. + +Dieron principio los hermanos á su buena obra, redactando los estatutos +de la congregación y comenzando á llevar al recién fundado instituto á +los niños que encontraban, pues según el mismo alcalde Cristóbal de Losa +decía en un documento que tengo á la vista: «...cada uno de los hermanos +andaban por las calles de noche, y si en algún portal ó en algún rincón +hallábamos algún niño desamparado del trato humano, lo llevábamos á +nuestra casa por aquella noche, dándole de cenar y regalándole, y al +otro día lo llevábamos á nuestra Casa para que allí se remediase con los +demás...» + +Añadiendo también estos párrafos que explican la misión de los hermanos: + +«Cuando veíamos alguna mujer ó hombre que andaba pidiendo limosna con +muchachos se los quitábamos, y llevábamos á la casa porque no se +quedasen toda la vida pordioseros y los poníamos con amos á su +servicio.» «Item, que cuando sabíamos que alguna niña había quedado +huérfana por haberle faltado padre ó madre y no tener de qué +sustentarse, la llevábamos á Casa y así de ordinario las había en ella +de seis y siete años y niños de dos á tres años y lo hacíamos lavar, +limpiar y envolver, teniendo para esto una mujer anciana, honrada que lo +hacía amaneciendo ellos todas las mañanas de tal suerte que era asco +llegar á ellos y asi lo lababan y limpiaban y vestian camisa limpia y si +la mujer no hiciere esto con caridad como lo hacia con ningun interés se +le podía pagar.» + +También recogían los hermanos á los mozalbetes raterillos, á los cuales +tenían algunos días sujetos, procurando corregirlos, y á unos y á otros +buscaban luego colocación con algún amo, ó les ponían á aprender algún +oficio mecánico, llegando, como la hermandad comprobó por sus libros, á +haber colocado á unos 600 muchachos durante los primeros años del +instituto. + +Así iba la hermandad siguiendo su obra meritoria y prestando señalados +servicios, cuando un día de los comienzos de 1591 se presentó en la casa +de la hermandad el veinticuatro don Juan Pérez de Guzmán y con dos ó +tres alguaciles se apoderó por fuerza de cuanto allí había, llevándose +cuarenta niños que á la sazón estaban recogidos y cargando con las +camas, las mantas y demás menaje, así como con algún trigo, cebada, +garbanzos y habas, que había sido adquirido por el administrador. + +Los niños, muchos de los cuales estaban leprosos y en situación harto +triste, fueron llevados por orden del veinticuatro á la _Casa de la +Doctrina_, quedando disuelta la Asociación, y á los pocos días el +alcalde Losa, se dirigió al Ayuntamiento con una enérgica solicitud +clamando contra el atropello que en la benéfica Asociación se había +cometido, y pidiendo que se disolvieran los niños y los objetos +secuestrados. + +Entonces empezaron los tratos y conferencias de los hermanos con los +señores del cabildo, siguiendo Losa con sus solicitudes, en una de las +cuales de 1593 decía pintando el estado en que habían quedado los +muchachos vagabundos: «Andan perdidos por las calles y plazas, y yo, +como persona que comenzó esta obra, le deseo remedio, porque veo andan +los niños de siete y ocho años desamparados, rotos y aun encueros por +los rincones y poyos de la ciudad, donde se quedan á dormir, que en este +tiempo aun los muy bien arropados y abrigados lo pasan con dificultad y +trabajo; y la semana de Pascua amaneció muerta de frío una mujer, y así +las criaturas tienen mayor peligro.» + +Poco después el cabildo nombró una comisión para que informase de si +debía constituirse de nuevo la hermandad, y en este informe se leen +párrafos como el que voy á copiar, bien curioso por cierto, y que prueba +que en aquellos benditos tiempos de prosperidad, bienandanza y riqueza, +por los que tanto suspiran los neos, la miseria revestía en las ciudades +más importantes terribles caracteres. + +«... La ciudad, calles y plazas, _están llenas_ de muchachos pequeños +que andan perdidos pidiendo limosna y muriéndose de hambre, y quedándose +á dormir por los poyos y portales _desnudos, casi encueros_ y expuestos +á muchos peligros como se ha visto algunas veces por la experiencia, que +han sucedido entre otros pícaros á quien se llegan, y otros amaneciendo +_muertos del hielo_ y así mismo se han multiplicado los ladrones porque +hay infinitos muchachos que lo son, y los clérigos de San Salvador se +quejan que después de que se quitó la casa de los niños hallan en la +iglesia detrás de los retablos muchas bolsas de las que quitan los tales +ladrones muchachos». + +Esta pincelada retrata lo que era la ciudad en los tiempos prósperos en +que tanto se ha decantado el bienestar y el desahogo de las clases +menesterosas. + +En resumen: como quiera que la comisión informó favorablemente su +dictamen, suscrito por don Bartolomé Lope de Mesa, veinticuatro, y don +Juan Farfán de los Godos, jurado, porque no sólo debía volverse á formar +la hermandad, sino ser protegida por el Ayuntamiento, designándose +caballeros del cabildo que la inspeccionasen, en sesión de 20 de Marzo +de 1593 se acordó, conforme á lo propuesto, que volviera á establecerse +la cofradía, la cual terminó en el siglo XVII, en que ya, sin que ningún +don Juan Pérez de Guzmán la hiciera desaparecer, le cogió la reducción +de hospitales que llevó á cabo el arzobispo de Sevilla. + + + + +D. LUÍS SUMEÑO DE PORRAS + + +Para lance pesado, el que le ocurrió á fines del siglo XVI en Sevilla al +teniente de asistente D. Luís Sumeño de Porras. Bien merece recordarse +en estos apuntes y he de hacerlo así, pues ofrece una gráfica nota de +aquellos tiempos. + +Al tal D. Luís tocóle para su daño hacia 1591, ser juez en una causa por +la cual fué condenado un reo, el cual tenía algunos parientes y amigos +que con gran ahinco trabajaron por librarle de la pena, sin que pudiera +conseguirlo, pues Sumeño de Porras se mostró inflexible. + +Viéndose burlados y llenos de la mayor indignación y odio hacia el juez, +acordaron vengarse, y concibieron un plan que no tardaron en llevar á +cabo. + +A principios de 1593, el tribunal de la Inquisición recibió un largo +escrito, en el cual se delataba á D. Luís como culpable del delito de +_herejía_ y _judeismo_, delito que había permanecido oculto é impune +hasta entonces, haciéndose la delación tan en forma, tan detallada y +minuciosa y con tan marcadas y expresas circunstancias, que los del +Santo Oficio tomáronla por buena, y holgándose del servicio que á la +religión iban á prestar, presentáronse en casa del teniente de +Asistente, y con gran sorpresa suya, lo arrancaron del lado de su +esposa, doña Jerónima Monardes, hija del famoso médico, y dieron con él +en las cárceles del castillo de Triana. + +Formóse rápidamente el proceso, con todos los requisitos de la ley +inquisitorial; mas como Sumeño de Porras negábase en absoluto á +confesarse autor de los crímenes que se le acusaban, fué sometido á +cruel tortura en diversas ocasiones, pero, aunque nada dijo, túvosele +por convicto y fué condenado á salir en auto público de fe y llevado +luego al Prado de San Sebastián, en donde había de ser quemado vivo. + +«Mas sucedió--escribe don José María Montero de Espinosa en su _Relación +histórica de la judería de Sevilla_--que la víspera del día en que se +había de ejecutar este espantoso y horroroso castigo venían á esta +ciudad los malvados delatores con objeto de ver la dicha escena y á +holgarse de su indigna venganza, y en una de las posadas de Alcalá de +Guadaira estaban todos en un cuarto hablando del caso, y del auto que +venían á presenciar, y unos con otros decían:--_Mañana veremos arder +aquel pícaro y le oiremos crujir los huesos_--y además proferían otras +expresiones semejantes con las cuales se jactaban y regocijaban de sus +pérfidos sentimientos, y daban á entender claramente habían sido ellos +los autores de aquel horrendo castigo, cuya conversación fué oida de +otros pasajeros que la casualidad hizo estar en el cuarto inmediato, los +que sospecharon la mucha malicia que el asunto contenía y tomando +cautelosamente las señas, nombre, casa y posada donde se dirigían, +vinieron aceleradamente y dieron cuenta al tribunal.» + +Dudaron al principio los inquisidores, temiendo que se les escapase la +presa que ya tenían tan segura, pero tantas fueron las protestas de los +que afirmaban la inocencia, que los del tribunal acordaron suspender la +ejecución de D. Luís Sumeño de Porras, y buscaron á los delatores, cuyas +señas tenían. + +Siguieron entonces largas diligencias y puesta en claro la felonía de +que había sido víctima el teniente de asistente le dieron libertad al +fin y al cabo, después de tenerle largos meses en las mazmorras +inquisitoriales, con todas las consiguientes molestias y perjuicios. + +Los falsos delatores, dicen antiguas memorias que fueron castigados, sin +que se especifique el castigo, que tal vez no fuera gran cosa, pues +entonces los delitos de delación eran cuestión de poca monta para los +inquisidores. + +Sumeño de Porras pudo al fin escapar de las garras del tribunal, ¡pero +cuántos y cuántos inocentes como él perecieron en las garras del +tribunal odioso, sin que nadie pudiera salvarlos! + + + + +UN ARCEDIANO Y UN CANÓNIGO + + +D. Diego de Ulloa, canónigo de la catedral sevillana á fines del siglo +XVI, era sobrino del cardenal arzobispo D. Rodrigo de Castro, motivo por +el cual, el hombre gozaba de gran influencia y vara alta, lo que, unido +á su carácter, un tantico orgulloso y con sus puntos de altanería, +hacíanle hombre de trato difícil y poco agradable. + +Andaba con frecuencia el señor Ulloa traspunteado con los canónigos, sus +compañeros, y aun con otras personas eclesiásticas, y una de las que con +quien no estaba muy á derechas por ciertos resentimientos, era con el +licenciado D. Alonso Alvarez Córdoba, arcediano de Niebla, varón +prudente y virtuoso, respetado y querido. + +El tal arcediano, que frecuentaba mucho la basílica, acudió á ella el 21 +de Diciembre de 1595 á practicar sus cuotidianas oraciones, y muy +contrito y devoto se hallaba arrodillado cerca del coro, mientras se +cantaban las _vísperas_, á las que asistían también gran número de +fieles, cuando héte aquí que cruzó la nave D. Diego de Ulloa, muy orondo +y llevando puesta su capa de coro. + +Lo mismo fué ver el sobrino del arzobispo al arcediano Alvarez Córdoba, +se fué para él y con mal talante le dirigió la palabra. Alzóse del suelo +D. Alonso, y allí mismo comenzó un vivo diálogo, en el que se recordaron +antiguos resentimientos, se sacaron á relucir actos por una y otra +parte y empleándose palabras impropias del lugar y de las personas que +las decían. + +De pronto montó en cólera el canónigo Ulloa, y alzando el brazo dió una +tremenda bofetada al arcediano, que súbito contestó con otra no menos +contundente y sonora, y al ruído de ellas, cuantos estaban alrededor +volvieron los rostros viendo con asombro y sorpresa á los dos +eclesiásticos que se acometían furiosamente y luchaban como jayanes á +brazo partido. + +Andaba no lejos de allí un hermano de D. Diego de Ulloa, el cual también +era canónigo, y al enterarse de la escena acudió en defensa de su +hermano, y «viendo trabada la pendencia--dice la historia--arrebató la +espada á uno de los criados que le acompañaban, y armado con ella y +seguido de los otros sus criados y de los de su hermano, que desnudaron +las suyas, se arrojó sobre el arcediano de Niebla, en cuyo auxilio +tuvieron tiempo de llegar algunas de las personas que estaban en la +iglesia, y que también espada en mano se opusieron á tan sacrílega y +brutal agresión.» + +A esto se había alborotado todo el templo, gritaban las mujeres, se +revolvían los hombres, suspendiéronse las _vísperas_, y en confuso +tropel salieron los canónigos del coro, llegando á oportuno tiempo, pues +por la fuerza se apoderaron de D. Alonso Alvarez Córdoba, que hubiera +allí mismo perecido si no lo encierran en la _tribuna del órgano_. + +Los hermanos Ulloa y sus criados fueron obligados á salir del templo, y +más tarde el señor Provisor mandó encarcelar á los primeros, siendo +conducido el arcediano de Niebla á su casa, acompañado del Deán y de un +canónigo para mayor seguridad. + +Afortunadamente, al cabo de muchos días don Alvaro y don Diego hicieron +las paces, condenándoles á una leve pena y dándoseles licencia «para ir +el día de año nuevo á la procesión donde se ganan los _recles_ (el +tiempo que se permite á los prebendados estar ausentes del coro para su +descanso y recreación) de todo el año», según se lee en el extracto de +donde tomo las noticias de este curioso suceso. + +Y por si alguno duda de su veracidad, le diré que todo él consta con más +extensión y pormenores con otros casos parecidos, en un _Informe +secreto_ que el regente de la Audiencia de Sevilla elevó al monarca +_sobre diferencias que hubo entre el Arcediano de Niebla y un sobrino +del cardenal Arzobispo de Sevilla_, del cual _informe_ existe copia, y +que lleva la fecha de 27 de Febrero de 1596. + + + + +EL ESCOCÉS HEREJE + + +Jaime Bolen era escocés y vivía en Sevilla á fines del siglo XVI +dedicado al comercio. Fué denunciado á la Inquisición como hereje de los +peores, y preso en el castillo de Triana, se le formó proceso, del cual +resultó que el tal Jaime no se contentaba con las herejías propias, que +ya era bastante, sino que hacía propaganda de ellas, como diríamos hoy, +habiendo hecho á muchos partidarios de sus opiniones. + +Bolen era hombre de carácter firme, y así, como quiera que desde que +cayó en las garras de los del Santo Oficio no pudo hacerse muchas +ilusiones de su porvenir, se propuso dar muestras de su entereza, y ni +las amenazas, ni los sermones, ni el tormento hicieron en él efecto +alguno, afirmándose con jactancia reo en las herejías de que se le +acusaba, por lo cual fué condenado á ser quemado vivo en el prado de San +Sebastián. + +Y en efecto, el día 13 de Octubre de 1596 salió en auto público de fe, +con sambenito y coroza, sin que por el camino, desde las cárceles á San +Pablo, y de allí al _Quemadero_, diese muestras de abatirse su espíritu +ni hacer caso alguno de las exhortaciones que frailes é inquisidores le +dirigieron repetidas veces. + +Llegó á la hoguera Jaime con la misma presencia de ánimo, y llamó +poderosamente la atención de la inmensa concurrencia, que el reo no +hiciera movimiento alguno ni lanzara la menor queja cuando las llamas +comenzaron á quemar sus carnes, y que apesar de su horrible muerte, ni +su rostro se alteró ni se vieron en él muestra alguna de sufrimiento +físico. + +La noche de la muerte de Jaime Bolen ocurrió un caso curioso, y fué que, +cuando las sombras envolvieron el Prado de San Sebastián, acudieron á él +tres hombres, y misteriosamente subieron al _Quemadero_ y recogieron las +cenizas de las víctimas, que depositaron con el mayor respeto en una +caja que á prevención traían, retirándose muy luego con igual cautela. + +Pero alguien debió presenciar el caso ó tener conocimiento, pues seis +días después, los ministros del Santo Oficio sorprendieron á los tres +hombres, como así lo consigna el autor de los _Sucesos de Sevilla_, +contemporáneo del caso. + +«En viernes 18 de Octubre, día de San Lucas +Evangelista--dice--prendieron á un maestro y dos marineros de un navío +inglés, porque cogieron las cenizas de Jaime Bolen, escocés hereje, +porque decían ellos que había muerto santo, porque no se movió ni dijo +mandamiento cuando lo quemaron vivo, que fué cosa de ver.» + +Los tres marineros también fueron quemados por la Inquisición, pero es +fácil suponer que nadie se ocuparía en recoger sus cenizas, que ya se +sabía lo caras que costaban. + + + + +LA MOZA Y EL ASISTENTE + + +Aunque las memorias sevillanas no han conservado su nombre, un coetáneo +dice que era muchacha bonita y muy graciosa y despejada. + +A fines del siglo XVI, esta moza estaba al servicio de unas señoras que, +aun pasando por recatadas y prudentes, recibían con sospechosa intimidad +á un señor canónigo, el cual debía ser persona de ancha conciencia y no +muy apropósito para resistir las tentaciones, pues el enemigo llevóle á +poner los ojos en la criada de las señoras, sin andarse con otros +miramientos. + +No debió la sirvienta ser muy sorda á las proposiciones del de los +hábitos, por cuanto éste prometióle, en ciertas entrevistas, que si se +ablandaba le daría cien ducados y le proporcionaría un marido que ni de +perlas. + +Cayó la inexperta moza en las garras del gavilán, pero apenas éste +satisfizo su capricho, huyó bonitamente el cuerpo, no volviendo á +cuidarse más ni de los ducados prometidos ni de la muchacha, que en vano +trató de hacerle cumplir su ofrecimiento. + +Viendo la infeliz que todo era inútil y que su desliz estaba á punto de +hacerse público en un determinado tiempo, escapó de su casa, dejó á las +señoras y luego con su crío fué á dar de moza en un mesón de los muchos +que existían en la calle de la Albóndiga. + +Allí estaba la burlada muchacha el año de 1597, cuando la noche del 15 +de Mayo, en que se hallaba en el patio de palique con varios trajinantes +y huéspedes, llamaron á la puerta con recios golpes, y abierta ésta de +pronto, penetró en el mesón nada menos que el Asistente don Pedro Arias +de Bobadilla, conde de Puñonrostro, seguido de sus alguaciles, que iba +aquella noche, como otras, de ronda visitando las casas públicas y +posadas, para limpiarlas de mala gente. + +No tardó el conde en fijarse en la linda muchacha, cuyo donaire y +gracejo no podía pasar inadvertido, y llamándola aparte le dijo estas +mismas palabras: + +--¿Qué haces tú aquí? + +--Señor, estoy sirviendo de moza. + +Y como viera el Asistente que contestaba con turbación, añadióle: + +--Mira que soy el conde de Puñonrostro y si no me cuentas la verdad +tengo que mandarte dar doscientos azotes... + +Entonces ella, viéndose en peligro, contó de pé á pá al conde su +historia con el canónigo, su nombre y señas, y las de las señoras á +quienes servía y en dónde tenía su vivienda, sin olvidar en modo alguno +de repetir lo de los doscientos ducados prometidos y pintar con negros +colores la situación en que se encontraba. + +El conde llamó al mesonero, y como éste confirmase la relación de la +joven, se despidió el Asistente diciendo que ya tomaría providencia +sobre aquel caso y se fué á seguir su ronda. + +Al día siguiente y á la hora de la siesta mandó el Asistente con gran +prisa llamar al canónigo á su casa, el cual montó en su mula, como era +costumbre, y con sus criados fué muy orondo á ver lo que se le ofrecía á +su señoría, bien ageno, por cierto, de la sorpresa que le aguardaba. + +Recibió Puñonrostro con mucha cortesía y respeto al señor canónigo, +hízolo pasar á sus habitaciones, y cuando ya estaban sentados frente á +frente, le dijo de pronto: + +--«Vuesa merced ha de saber que cierta mujer se me ha encomendado y me +ha dicho cómo vuesa merced se aprovechó de ella y que le prometió no sé +qué dinero para su casamiento y nunca se acordó vuesa merced de cumplir +la palabra que dió.» + +El canónigo quedóse al oir aquello todo confuso, pero reponiéndose +comenzó á negar muy obstinadamente y tan cerrado, que el conde hubo de +amostazarse y amenazarlo con dar cuenta del suceso al arzobispo y al +Nuncio en Madrid. + +En vista de esto, y como no había salida, contó la verdad el +eclesiástico, diciendo muy serio que por olvido y no otra cosa, había +dejado de aflojar los cien ducados, pero que los daría al punto en +cuanto llegase á su casa. + +Despidiólo el conde con la misma cortesía y le vió bajar hasta la calle; +pero allí, con gran asombro, se encontró el canónigo con que los criados +del Asistente, por orden de éste, le habían escondido la mula, con lo +cual tomó gran agravio y subió de nuevo, quejándose al de Puñonrostro de +la falta de confianza que en él se tenía. El conde le manifestó sin +rodeos que mientras no diera el dinero no había de devolverle su +cabalgadura, para que no fuese tan flaco de memoria; y al escuchar que +el señor canónigo exponía, como razón suprema, que le era imposible +atravesar á aquellas horas de la siesta las calles de Sevilla á pie y +sin criados, dijo con mucha flema el conde Asistente: + +--«No se le dé nada á vuesa merced ir con la siesta por amor de mí, que +yo, por cierto que soy tan regalado como el que más, y ando á pie con +sol y con agua, de noche y de día, y no es mucho que pase este poco de +sol hasta su casa por amor á mí.» + +Entonces, viendo el canónigo que no había arreglo y que el conde estaba +en lo firme, se fué más que de prisa á su casa y entregó corrido y +despechado los cien ducados á los criados del Asistente, el cual con +toda formalidad dió la cantidad á la seducida moza. + +De la certeza de este hecho atestigua un contemporáneo de él tan puntual +y autorizado como D. Francisco Ariño, que lo relata en su obra _Sucesos +de Sevilla_, cuyo manuscrito original existe en la Biblioteca Colombina +y fué publicado hace años por los _Bibliófilos Andaluces_. Y de que el +conde de Puñonrostro era capaz de hacer cosas como aquella atestiguan +otras muchas que llevó á cabo durante los pocos años que gobernó la +ciudad, de 1597 á 1599, y de algunas de las cuales algo diré más +adelante. + + + + +EL VERANEO DE ANTAÑO EN SEVILLA + + +De cómo veraneaban nuestros antepasados de la capital de Andalucía, +curioso es decir algo, pues detalles son estos que pintan las costumbres +de épocas cuyo conocimiento nunca deja de ofrecer interés. Hablaré, +pues, de aquellos benditos tiempos en que nadie salía de viaje y en que +la vida carecía de todas las necesidades y comodidades de hoy. + +Escriben algunos autores que don Fernando el Católico solía decir: _los +veranos se han de tener en Sevilla y los inviernos en Burgos_; y es de +suponer que esto sólo lo diría, en lo que respecta á nuestra ciudad, +refiriéndose á las comodidades de las antiguas casas con sus patios, sus +fuentes y sus pisos bajos, porque en otro respecto no creemos que dijera +ninguna gran cosa su alteza. + +La vida moderna ha modificado la fisonomía de Sevilla, que ya ha perdido +hace tiempo, en parte, aquel aspecto de población moruna, en donde las +casas estaban construídas con toda seguridad y atención para el +interior, y donde las calles estrechas y tortuosas, las lóbregas +travesías y los pesados arcos prestaban frescura y sombra á los cansados +transeuntes en los días caniculares. + +Del verano sevillano en el siglo XVI consignó Morgado algunas noticias +que no dejan de ser interesantes, y que me parece de propósito citar +aquí: + +«Los patios de las casas--dice--(que en casi todos los hay) tienen los +suelos de ladrillo raspado. Y entre la gente más curiosa, de azulejos +con sus pilares de mármol. Ponen gran cuidado en lavarlos y tenerlos +siempre muy limpios, que con esto y con las velas que les ponen por alto +no hay entrada de sol ni el calor del verano, mayormente por el regalo y +frescura de las muchas fuentes de pie de agua de los caños de Carmona, +que hay por muchas de las casas enmedio de los patios.» + +Y más adelante, hablando de las costumbres veraniegas de Sevilla y de la +saludable que de bañarse tenían sus habitantes, apunta el mismo Morgado +las siguientes líneas: + +«Usan (las mujeres) mucho los baños, como quiera que hay en Sevilla dos +casas de ellos. Los unos en la collación de San Ildefonso, junto á su +iglesia, y los otros en la collación de San Juan de la Palma, que han +permanecido en esta ciudad desde el tiempo de los moros... No pueden +entrar los hombres en estos baños entre día por ser tiempo diputado +solamente para las mujeres, ni por consiguiente mujer ninguna siendo de +noche, que los hombres la tienen toda por suya con la misma franqueza +que las mujeres tienen el día por suyo...» + +No se olvidó el autor de darnos algunos detalles de cómo estaban las +casas de baños en aquellos días de 1587, en que escribía, y así añadió +lo siguiente: + +«A las grandes salas donde se bañan salen sus caños que corren de agua +caliente y también fría. Con lo cual, y cierto ungüento que se da, +refrescan y limpian sus cuerpos sin que se extrañe en Sevilla el irse á +bañar unas y otras damas cuando no quieren ir disimuladas, por ser este +uso en ellas de tiempo inmemorial.» + +La casa de baños de San Ildefonso existió hasta 1762, época en que ya +habían desaparecido las otras dos que también pertenecían á la época +árabe y que estaban situadas la primera en la hoy calle de Aposentadores +en San Juan de la Palma, y la segunda en el lugar que ocupa la capilla +de Jesús en la calle Marqués de Tablantes, antes de los Baños. + +Si los establecimientos para remojarse los sevillanos tenían, pues, +verdadera importancia, no era menor la que tenían las vallas y cajones +que de antiguo se colocaban en el río y los cuales constituían una de +las mayores distracciones de nuestros paisanos en los meses caniculares. + +De antiguo cuidaron las autoridades de la ciudad del buen orden y +gobierno de estos baños del Guadalquivir, dando multitud de +providencias, bandos y edictos para evitar abusos, y así en los escritos +publicados por el cabildo se hacía constar que: «Aunque no es de esperar +que la gente de juicio falte á unas reglas que aspiran á su propia +seguridad y á que se observe el mejor orden de honestidad y decencia... +como hay personas que por satisfacer sus caprichos, sus vicios ó +diversiones no perdonan medio alguno, aunque sea peligroso para +conseguirlo, se castigará á éstas por la más ligera contravención.» + +Los cajones y vallas se situaban en los Humeros, en la Macarena y la +Barqueta, al pie del puente de barcas, delante del colegio de San Telmo +y en la orilla de Triana, frente al convento de los Remedios. + +En el siglo XVIII y principios del XIX, estaban designadas con toda +claridad las horas para remojarse los dos sexos, haciéndolo las mujeres +«desde la madrugada hasta las once de la mañana, los hombres hasta el +toque de oraciones, dejando los baños enteramente desocupados para que +entraran las mujeres hasta las diez de la noche.» + +No son pocos los autores que trataron en diferentes ocasiones de la +decidida afición de los sevillanos al baño, y entre ellos recordaré que +Agustín de Rojas escribía estas líneas el siglo XVII: + +«--¿Y aquella limpieza de los baños? + +--Esa es una de las cosas más peregrinas que tiene. + +--Mujer conozco yo en Sevilla que todos los sábados por la mañana ha de +ir al baño, aunque se hunda de agua el cielo. + +--Por eso se dijo: la que del baño viene hace lo que quiere. + +--Dicen que para cuando salen del baño acostumbran á llevar... una +botella con vino que es el mejor manto para aguantar el frío.» + +Si los sevillanos eran en lo antiguo dados al baño, no lo eran menos al +hielo, del cual se hacía un extraordinario consumo en la ciudad, que +poseía en Constantina gran número de pozos de nieve, suficientes para +atender al consumo público, y á más de esto no faltaban asentistas que +por su cuenta traían el hielo de otros puntos y que realizaban, por lo +general, un buen negocio, como se desprende de las noticias que he +recogido respecto á un tal Esteban Monparler, una Teresa Vilches y un +Francisco Candor, que surtieron á Sevilla por largos años del siglo XVII +y XVIII de hielo en las estaciones veraniegas. + +Vendíase por los neveros á cinco cuartos la libra de nieve, y á juzgar +por todos los indicios, aquellos sevillanos de antaño sentían más +necesidad que los actuales del consumo del hielo, y así no solamente el +vino, los refrescos y otras bebidas las helaban, sino también las +frutas, las confituras y otros diversos comestibles. + +Hasta el siglo XVII no se generalizó en Sevilla el uso del hielo, pues +en el XVI todavía no estaba muy extendida esta afición por la nieve y +las bebidas frías, como pasaba en otros puntos, y así se deduce de las +palabras que el médico sevillano Nicolás Monardes consignaba en su libro +sobre el uso de la nieve, publicado en 1571. + +«Una cosa me maravilla mucho: que siendo esta ciudad de Sevilla una de +las más insignes del mundo, en la cual siempre ha habido muchos grandes +y señores y caballeros muy principales y mucha gente noble, que no haya +habido nieve, etc., etc.» + +Las veladas que con motivo de las festividades de determinados santos se +celebraban en los diversos barrios y arrabales de la ciudad constituían +una de las mejores distracciones del veraneo, siendo famosas entre otras +las de San Antonio, las de San Juan y San Pedro, las de Santa Ana y +Santiago, la de los Angeles, la de la Virgen de los Reyes, San Roque, +San Bernardo, San Bartolomé, San Agustín y los Terceros. + +Cada una de estas veladas tenía su fisonomía característica y en casi +ninguna de ellas faltaba su procesión y rosario, arcos de follaje, +fuegos de artificio y mucho de baile, cantos, buñuelos y dulces, sin que +escaseasen tampoco las broncas y los alborotos para dar más colorido al +cuadro. + +La gente pacífica y grave, las personas sosegadas y de buenas +costumbres, huían de estos regocijos, y así, después de la comida y +después de la indispensable siesta, cuando ya el sol comenzaba á +ocultarse, salían de sus casas, limitando su distracción á pasearse por +el Arenal, la Alameda ó la Barqueta, donde no podía faltarles su ratito +de descanso en algún puesto de agua de los más acreditados, y en el +cual, por lo general, se formaba á la misma hora su poquito de tertulia. + +Allí los señores consumían su vaso de horchata ó de agua con anises y +sus gotas de nitro y al toque de Oraciones se retiraban con igual +parsimonia y tranquilidad á sus casas hasta el día siguiente en que +había de repetirse idéntico ejercicio. + +Los sevillanos de antaño, que eran gente de posibles, y á quienes no +bastaba el fresco de sus patios entoldados y sus habitaciones del piso +bajo, solían trasladarse á muchas de las fincas ó _casas de placer_ que +había en los alrededores de la ciudad, particularmente próximas á la +orilla del río, y en donde, libres de cuidados y con todo sosiego, +comían, rezaban, dormían y tomaban el fresco, respirando aire libre y +desembarazado, que les fortificaba el cuerpo y el espíritu. + +Otros, por lo general, gente joven y alegre, tampoco dejaban de salir +fuera de la población en busca de agradables brisas. Por las tardes y á +las primeras horas de la noche, siempre se veían grupos de ellos y de +ellas que dejando atrás las puertas de la ciudad se dirigían á los +melonares. + +Allí se pasaban ratos muy deliciosos, pues nunca faltaba entre raja y +raja de melón su poquito de baile y cante, desatándose las lenguas y +reinando la algazara y el regocijo. + +En las hermosas noches de luna de Agosto, bajo un cielo estrellado, +respirando el aire puro del campo, ¡qué gratas resultaban aquellas +fiestas de los melonares, y qué grato el regreso con las primeras luces +del día, navegando en ligeras barquillas que surcaban las aguas del río +tranquilas y serenas y rizadas apenas por las brisas del amanecer...! + +Casa sevillana en verano sin gazpacho, sin talla para el agua fresca, no +la había, y lo mismo el rico que el pobre consumían gran cantidad del +clásico plato andaluz y tenían en lugar preferente el tallero, donde las +alcarrazas limpias y rezumantes conservaban el agua como la propia +nieve. + +Costumbres y usos del verano antiguo sevillano han desaparecido en +mucho; únicamente queda el calor sofocante y abrumador, el sol de fuego +que abrasa y del que protestan los que no salen á veranear, como +seguramente protestarían nuestros padres y abuelos. + + + + +LUÍS DE VARGAS + + +Con harta razón se ha escrito que el famoso pintor Luís de Vargas +regeneró la escuela sevillana, pues su obra fué de las que más +influyeron en el siglo XVI en sus contemporáneos, gloria que con él +compartieron Flores y el célebre maese Pedro de Campaña. + +En Sevilla nació Luís de Vargas hacia el año de 1506, siendo hijo de un +pintor de escaso mérito llamado Juan de Vargas, cuyas obras son +desconocidas. Se dice que Diego de la Barrera fué el primer maestro que +tuvo el artista, quien, en un principio, se dedicó á pintar en sarga, y +deseando luego encontrar más ancho campo para realizar sus aspiraciones, +y para instruirse bajo la dirección de los grandes maestros del +renacimiento italiano, á la edad de veintiún años partió de Sevilla. + +En Roma se encontraba cuando el saqueo de la ciudad en 1527 por las +tropas de Borbón, y de allí se trasladó á Pisa, volviendo después á la +ciudad de los césares, en donde trabajó con verdadero entusiasmo y afán, +estudiando las maravillas artísticas. + +En Italia--ha escrito un autor--Luís de Vargas «se encontró con un arte +exhumado, con un mundo desenterrado. Aquellos mármoles desnudos, +aquellas formas tan correctas, eran un ideal que resucitaba, que se +hacía necesario, porque la Edad Media había atronado la forma, había +roto la proporción y este mal tenía que desaparecer.» + +Trabajó de continuo y lleno del mayor entusiasmo, vivió Luís de Vargas +en Italia unos 28 años, según apuntan sus biógrafos, regresando al cabo +á Sevilla, donde contrajo matrimonio. + +En su ciudad natal comenzó á trabajar Luís de Vargas, llamando bien +pronto la atención sus obras ejecutadas al óleo y al fresco, que desde +entonces tuvieron grandes apasionados é imitadores. + +A Luís de Vargas acudieron no pocos jóvenes deseosos de recibir sus +lecciones, teniendo discípulos tan aventajados como Diego de Concha, +Lucas Valdivieso, Francisco Venegas y Luís Fernández. + +Dice Pacheco en su libro de _Verdaderos retratos_, que al ver Luís de +Vargas las obras que por entonces ejecutaba en Sevilla Pedro de Campaña, +deseando perfeccionarse más en el arte, tornó á Italia, donde permaneció +dos años, al cabo de los cuales volvió á su patria, dando entonces +comienzo la época más fecunda de su vida en producciones artísticas. + +Entonces ejecutó en el templo de San Pablo el fresco de la Virgen del +Rosario (hace mucho tiempo desaparecido), el _San Miguel dominando al +demonio_ y la Virgen, que se encuentra hoy en el Museo de Louvre, y +algunos retratos notables, como el de la duquesa de Alcalá y el del +padre Contrera, que existe en la sacristía de los Cálices. + +En 1552 fundó el mercader Francisco Baena la capilla del Nacimiento en +la Catedral, pintando para el retablo Luís de Vargas ocho tablas, +representando en la principal la _Adoración de los pastores_, y en las +otras los Evangelistas, la Encarnación, la Circuncisión y la Epifanía. + +Al número de veintiocho llegaron las obras que Luís de Vargas dejó á la +Basílica sevillana, sobresaliendo de entre todas el cuadro llamado de la +_Gamba_ en la capilla de la Concepción. + +Esta tabla, verdadera joya de arte, que representa una alegoría de la +Concepción, ha sido unánimemente elogiada, y con razón dice de ella un +crítico: «Lo grandioso del dibujo, la valentía de las actitudes y la +riqueza del colorido superan á todo encarecimiento.» En el mismo retablo +se ven, pintados también por Luís de Vargas, los apóstoles San Pedro y +San Pablo, los doctores de la Iglesia y el retrato del Chantre Juan de +Medina, fundador de la capilla. + +Tuvo el artista de que vamos tratando singular acierto para el dibujo á +lápiz, y de éstos alcanzó á ver algunos Ceán Bermúdez, y fué muy +inteligente en música, tocando con habilidad y destreza el laúd. + +En la sacristía de San Lorenzo existía en 1844 una Concepción de Luís de +Vargas, y de su mano eran dos santos que estaban en un altar del +Convento de Madre de Dios, el fresco del _Juicio universal_ en el patio +de la Misericordia y los dos cuadros del retablo de Santa María la +Blanca, pintados en 1564 y representando el primero á Cristo muerto en +los brazos de la Virgen, con otras figuras, y el segundo la _Impresión +de las llagas de San Francisco_. + +El cabildo catedral pagó á Luís de Vargas en 1563, 4.000 reales por la +pintura hecha á «espaldas del Sagrario del Santísimo Sacramento» y otras +cantidades por los adornos del monumento, trabajando en los años de 1564 +y siguientes en los frescos de la Giralda, que representaban apóstoles, +evangelistas y santos patronos, cuyas pinturas se encuentran hoy casi +perdidas. + +Treinta y seis obras, todas de verdadera importancia, llegaron á +reunirse en Sevilla de Luís de Vargas, algunas de las cuales han +desaparecido ó pasado á enriquecer otros museos y colecciones. + +El famoso pintor murió en la ciudad que le vió nacer en 1568, dejando un +hijo, de quien habla con elogio Francisco Pacheco en su ya citado libro +de _Retratos_. + +No hemos de estudiar en estos apuntes la personalidad artística de Luís +de Vargas, harto juzgada por la crítica; sus obras, sin llegar al número +de las de otros de sus contemporáneos, le han señalado un puesto entre +los grandes pintores sevillanos, puesto que nadie le disputa ni le ha +escatimado. + +Verdadero reformador de la pintura, en su patria dió á conocer los +encantos y bellezas del arte italiano, seduciendo con su colorido, su +dibujo y el vigor de sus creaciones. + +Fué Vargas de dulce trato y agudo ingenio, según sus coetáneos, los +cuales encarecían sus moderadas costumbres y religiosidad, diciendo que +á solas se entregaba á muy duras penitencias y largas meditaciones. + +El pintor sevillano que con tanto entusiasmo, con tanta constancia y +amor estudió aquel espíritu riente y aquella vida exuberante del +renacimiento, no acudió sin embargo á los mitológicos asuntos, ni á los +dioses del paganismo, como tantos otros, inspirando todas sus creaciones +el sentimiento religioso de su tiempo, del que fué uno de los más +acertados intérpretes en el pincel. + +Luís de Vargas dejó un nombre ilustre y Sevilla se honra con poderlo +contar entre sus más inspirados y geniales artistas. + + + + +PROCESIÓN DE VÍA-CRUCIS + + +El marqués de Tarifa de vuelta de su viaje á Jerusalén, al comenzar las +obras de su palacio, llamado vulgarmente casa de Pilato, estableció un +_Vía-Crucis_ que, partiendo del edificio, terminaba en el monumento de +la Cruz del Campo, que en el siglo XV alzó el Asistente don Diego de +Merlo. + +Esta vía sacra fué famosa en Sevilla por las multitudes que la recorrían +durante los siglos XVI y XVII, y durante los viernes de Cuaresma, la +Semana Santa y los días 3 de Mayo, 16 de Julio y 14 de Septiembre, en +que se hacían fiestas á la Cruz, en todo el largo trayecto que media +desde la puerta de la casa de Pilato al templete de la Cruz del Campo, y +que es á algo más de 997 metros, se veían transitar procesiones, +hermandades, penitentes y numeroso pueblo. + +La primera cruz de la vía sacra era de mármol y aún se conserva en la +fachada del palacio; las otras seguían por la calle de San Esteban, +continuando á distancia conveniente, alzadas entre las filas de álamos +que se veían paralelos al antiguo acueducto conocido por Caños de +Carmona. + +Los días de recorrer la estación, acudían allí gran número de frailes +franciscanos, que eran como los encargados de regular la procesión, y +el cordón de gente serpenteaba á lo largo del camino, produciéndose más +de una vez bullicio y alborotos, que turbaban la grave seriedad del +piadoso ejercicio. + +Cubiertos los rostros y vestidos con túnicas blancas ó negras, iban +muchos penitentes, llevando á hombros pesadas cruces; otros, desnudas +las espaldas, se iban azotando con la mayor furia que era de ver: estos, +traían grillos ó esposas á las manos; aquellos se iban dando martirio +con un cilicio; y como quiera que hombres y mujeres iban rezando en voz +alta y entonando fúnebres salmodias, el cuadro presentaba en conjunto un +aspecto lúgubre y sombrío, de lo más característico de aquellos tiempos. + +Como los devotos sueltos iban también á veces hermandades, que conducían +imágenes sobre andas, y éstas hacían la estación con gran parsimonia, +regresando á la ciudad, casi siempre, después de cerrada la noche. + +A esto debiéronse no pocos escándalos y abusos, que sabido es que el +Diablo no duerme, y así sucedía con frecuencia que el regreso de los +penitentes por aquellos campos, alumbrados sólo por las hachas de cera, +era á veces tumultuoso y poco edificante, por manera que Luzbel se +complacía en tentar á la multitud que con tan piadoso fin recorría +aquellos lugares. + +En más de una ocasión las autoridades eclesiásticas y civiles tuvieron +que intervenir en tales procesiones de penitencia, á las que hubo +pícaros que acudían con fines no muy santos, aprovechándose de lo +encubierto de los rostros, la mezcla de sexos, y las obscuridades de las +noches. + +A mediados del siglo XVIII esta procesión de _Vía-Crucis_ comenzó á +decaer de visible manera por muchas y diversas causas, desapareciendo +luego muchas de las cruces que se alzaban en el camino en 1816, y otras +posteriormente, cuando ya estaba por completo en desuso la práctica de +recorrer esta famosa Vía-sacra. + +Las procesiones de penitencia á la Cruz del Campo, nota gráfica de la +España de los siglos XVI y XVII, merecían ser descritas muy al pormenor, +ya que el pincel de un artista lo trasladó al lienzo en un curioso é +interesante cuadro que conservaba en su palacio de San Telmo el duque de +Montpensier. + + + + +LAS PRESAS DE LA INQUISICIÓN + + +La actividad desplegada por el tribunal de la Fe, en Sevilla, en el +siglo XVI, excede á cuanto pueda decirse, siendo continuas las +prisiones, los tormentos y los autos, en los que casi á diario salían +innumerables víctimas acusadas de herejía luterana, de _molinistas_, de +judaizantes, de hechiceros, _iluminados_, etc. etc. + +Las cárceles del castillo de Triana estaban repletas de infelices presos +que aguardaban la muerte más ó menos próxima, siendo muchas también las +mujeres que allí gemían en los lóbregos calabozos, y las cuales, sin +consideración alguna y contra todo sentimiento de humanidad, eran +tratadas cruelmente por los negros carceleros. + +De la situación de aquellas desgraciadas, muchas de las cuales tenían +consigo á sus hijos, de cierta edad y de pecho algunos, da idea un +curiosísimo documento inédito hasta ahora, prueba irrecusable de lo que +era el tribunal de la fe. + +Este documento, que lleva la fecha de 1569, es un dato, prueba de las +_piadosas_ costumbres de entonces; es con toda su sencillez un grito de +dolor de aquellas desventuradas mujeres, á las que no sólo se privaba de +libertad, sino de alimento y de lo más necesario para la vida. + +El escrito va dirigido al Cabildo de la ciudad y dice así: + +«Ilustrísimo señor: Las que estamos en penitencia, presas en esta cárcel +perpetua del _Santo Oficio de la Inquisición_, besamos las manos de +vuestra señoría ilustrísima, y á ella humildemente suplicamos; diciendo +que nosotras somos pobres mujeres y padecemos muchas necesidades, y por +ser nuestra _miseria y pobreza tanta, no podemos mercar trigo, si no es +en el Pósito, para sustentarnos_. Suplicamos por amor de Dios Nuestro +Señor, nos mande vuestra señoría dar dicho trigo del Pósito, con nuestro +dinero, y de esta manera podremos sustentar _nuestras vidas y hijos_, y +para esto al real oficio y á la clemencia de vuestra señoría ilustrísima +imploramos para que se nos haga esta merced y limosna.--_Las mujeres +presas y reclusas en esta cárcel perpetua en penitencia._»--(Archivo +Municipal, Escribanías de Cabildo). + +Tristes reflexiones se desprenden de la lectura de este documento, al +cual cuantos comentarios pudieran hacerse resultarían pálidos. + +Algunas de aquellas infelices mujeres fueron ejecutadas poco días +después, en 1573, donde salieron en auto público 70 penitenciadas en el +mes de Enero y en 25 de Noviembre 60 reconciliadas, y siendo 20 +quemadas. + + + + +EJECUCIONES + + +Durante los siglos XVI y XVII la pena de muerte en Sevilla se practicaba +con tanta frecuencia que como dice muy bien don Aureliano Fernández +Guerra, apenas había semana en que no se llevasen á cabo una ó más +ejecuciones. + +El pueblo acudía á presenciar estos actos con gran alboroto y como cosa +corriente era el salir á ver los ahorcados, cuyos restos eran luego +llevados á la mesa del rey en Tablada, y á fin de año sus huesos se +enterraban con cierta solemnidad en el templo de San Miguel. + +Las memorias sevillanas y las notas recogidas por diligentes curiosos, +consignan entre las muchas ejecuciones algunas que por la calidad de los +reos, los delitos que cometieron y otras diversas circunstancias +salieron de lo corriente y llamaron poderosamente la atención. + +Tal ocurre con algunos que voy á recordar y que bien merece recogerse en +estos apuntes sevillanos. + +Cuatro frailes ahorcados no es caso que suele darse con frecuencia; por +esto merece citarse la fecha del 26 de Julio de 1536, en que el pueblo +hispalense presenció tal suceso. + +Fray Alonso de Badajoz, prior del convento de San Agustín; fray Andrés +de la Cruz, fray Rodrigo de Rocha, prior de Córdoba, y fray José Piloto, +doctor en teología, reuniéronse en el día 22 de Julio de 1536, y se +dirigieron en busca del Provincial de la orden agustina, fray Juan de +las Casas. + +Habían los cuatro religiosos fraguado un terrible plan contra el citado +Provincial, y, sorprendiéndolo en una de las celdas del citado convento, +le dieron muerte, sin que se pusiera en claro, apesar de las diversas +opiniones, el motivo del crimen. + +Huyeron los autores de él, procurando ocultarse; mas descubiertos y +presos en la misma Sevilla, se les degradó públicamente y fueron después +colgados de la horca de Buenavista, ante inmensa muchedumbre. + +Los cuatro frailes criminales fueron recogidos luego por los agustinos, +que depositaron sus cadáveres en las bóvedas de una capilla de la +iglesia, conservándose el enterramiento hasta los últimos tiempos en que +el templo estuvo abierto al público. + +Otra muy comentada ejecución, fué la de don Pedro Vallecillo, y que se +llevó á cabo en Marzo de 1554. + +Era don Pedro un presbítero natural de Ecija, que vivía en Sevilla y +hombre de no muy buenos instintos y peores mañas, cuyo fin fué al cabo +lamentable. + +Tenía el mal clérigo, entre otros grandes vicios, el del robo, y aunque +cometió algunos en pequeño, en el mes de Marzo de 1552 acechó á cuatro +hombres que dormían la siesta, y armado de una daga les dió muerte, +despojándolos de cuanto dinero y objetos llevaban consigo. + +Al poco tiempo fué preso, y en el manuscrito de _Efemérides sevillanas_, +de donde tomo esta noticia, se lee: + +«Al cabo de veintiún meses de prisión en el castillo de Triana, lo +degollaron y dieron garrote en el mármol de la Cuadra, y pasadas dos +horas lo enterraron en el Sagrario, acompañándole más de quinientos +clérigos y muchos religiosos de todas órdenes, y un grande +acompañamiento del cuerpo.» + +Persona principal y de noble linaje fué la que subió al patíbulo en 24 +de Enero de 1580. + +Llamábase don Fernando de Saavedra, y estaba emparentado con muchas +familias de alta posición social. + +Este don Fernando tenía una cuñada, mujer que había sido de don Sancho +Ponce, la cual gozaba de un mayorazgo que excitó en mal hora la codicia +de Saavedra. Y llegó á tanto su mal pensamiento, que mandó matar á doña +María, su cuñada, pagando á los asesinos y tomando él parte material en +el delito. + +Como persona noble que era don Fernando Saavedra, fué degollado con una +espada y su cadáver estuvo expuesto en el tablado hasta la tarde en que +se le dió enterramiento. + +Horrible fué otro crimen cometido por un berberisco y su manceba en la +persona del marido de ésta, pero el castigo no lo fué menos. Las +_Efemérides sevillanas_ que figuran en la colección de papeles del conde +del Aguila relatan con breve concisión el caso, expresándose de este +modo: + +«En 9 de Marzo de 1788 atenacearon y dieron garrote é hicieron cuartos á +un berberisco, y pusieron la mano en la esquina del Baño de la Palma y +quemaron en la chamiza, á la morisca bañera, porque ella y él (que +estaban amancebados) mataron al marido y _lo echaron á cocer_, porque no +hediese, en el caldero en que se calienta el agua; y unas mujeres, +queriendo por una ventanilla sacar una poca de agua caliente, lo vieron +muerto.» + +Por último, para terminar, citaré estas dos ejecuciones que ocurrieron +entrado ya el siglo XVII, en que tantas hubo, á alguna de las cuales, +más adelante dedicaré especial lugar. + +D. Diego de Ulloa de la Chica, presbítero y fraile carmelita que vivía +ya en Sevilla en 1590, fué expulsado de la orden por su mala conducta, +en la que, lejos de enmendarse, se aferró más y más, llegando hasta el +punto de que, impulsado por el robo, asesinó en 1622 á un vecino del +Arquillo Las Roelas, llamado don Juan González, el cual era sacerdote y +capellán de la parroquia de San Lorenzo. + +Tuvo por cómplice en su crimen á un corchete llamado Andrés, del que no +sólo se sirvió para asesinar al capellán, sino á otro hermano suyo que +con él vivía. + +Ulloa de la Chica fué degradado públicamente por el obispo auxiliar don +Juan de la Sal, y el día 20 de Mayo de 1623, fué arrastrado, ahorcándole +frente al citado arquillo de Roelas, en unión del corchete Andrés, «á +quien se le cortó la cabeza y la mano derecha, que se pusieron por +algunos días en un árbol de la vecina Alameda.» + +En 1633 y el día 15 de Julio ahorcaron y cortaron la mano derecha á un +joven hijo del carnicero de los Abades, mozo de vida licenciosa y +aficionado á lo ajeno y que, para su mal, cometió un sacrílego robo que +produjo gran escándalo. + +El erudito don Diego Ignacio de Góngora consigna el caso brevemente en +un manuscrito, y de él se viene en conocimiento de que el hijo del +carnicero, favorecido por las sombras de la noche, penetró en la iglesia +de San Roque con los más perversos instintos. + +Ya en el templo, dirigióse á uno de los altares, y cogió una custodia, +que era de plata y de gran mérito, dejando la Sagrada Forma sobre la +mesa del altar, y huyendo luego, sin ser visto de quienes pudieran +capturarlo. + +Al día siguiente, cuando fué conocido el robo, promovióse gran alboroto +en el barrio, poniéndose en aquel punto en movimiento la justicia, la +cual tuvo la suerte de dar, de allí á pocos días, con el ladrón +sacrílego, que, encerrado en la Cárcel Real, fué condenado á muerte muy +luego. + +La custodia se rescató con gran contento de los feligreses, los cuales +costearon después una solemne función religiosa de desagravios. + +El ladrón no fué solo á cometer su delito, sino que tuvo dos cómplices, +como así lo consigna Góngora, el cual dice: + +«Ayudóle en el sacrílego robo un clérigo, que había sido fraile, y una +mozuela. A ésta diéronla, el mismo día de la ejecución del reo, +doscientos azotes. El clérigo huyó, con que no lo prendieron.» + + + + +EL SALVADOR + + +Los paseos y jardines públicos de Sevilla no dejan de ofrecer materia +abundante para ocuparse de ellos, por su historia, su importancia local, +las transformaciones que han tenido y los sucesos más ó menos +interesantes que en ellos se han desarrollado. Tal ocurre, por ejemplo, +con el paseo llamado del Salvador. + +Dice Cervantes en _Rinconete y Cortadillo_: «Avisólos su adalid (el +asturiano) de los puestos donde habrían de acudir: _por la mañana á la +carnicería y á la plaza de San Salvador_...» y más adelante, añade: +«Todas estas liciones tomaron bien de memoria, y otro día bien de mañana +se plantaron _en la plaza de San Salvador_.» + +Esta era entonces centro de gran movimiento y tránsito y mercado de la +fruta, que por estar enclavado en barrio tan céntrico y rico é inmediata +á otros puntos de venta como los del pan y las pescaderías, acudía gran +concurrencia á ella y atronaban de continuo toda la collación los gritos +y el vocerío de vendedores esportilleros, mozos, criados, justicias, +etc. etc. + +En aquellos tiempos se alzaban en la plaza dos cruces, una de piedra y +otra de hierro, y desde 1574, el hospital de San Juan de Dios, que aún +existe, y la colegial del Salvador, cuyo edificio se comenzó á +reedificar en 1671. + +La plaza del Salvador era teatro con frecuencia, en el siglo XVII, de +muy variadas escenas; allí se celebraron más de una vez fiestas de toros +y cañas, para solaz de los canónigos de la Colegiata, y á las que acudía +siempre el pueblo con gran regocijo y alboroto. + +Desapareció el mercado de fruta en los años de la invasión francesa, y +entonces se construyó el paseo, habiéndose, hacia 1816, edificado la +capilla que existe en las gradas del templo del Salvador, y á la cual +trasladóse la imagen de la Virgen del Carmen, que estuvo hasta entonces +en un retablo de la calle de las Sierpes, según escriben veraces +autores. + +El paseo se construyó con regular elevación, subiendo á él por +convenientes escalinatas, plantándose en él árboles y colocándose +asientos de piedra, tal y conforme aparece en láminas de la época, como +la que figura en el libro de Alvarez Miranda, _Glorias de Sevilla_. + +Desde poco después de 1817, comenzó á celebrarse en esta plaza una +velada á la Virgen del Carmen, la cual tuvo años de no poco esplendor, +viéndose entonces adornada la capilla con vasos de colores y con +banderas y arcos el paseo, alrededor del cual se instalaban puestos de +avellanas, de turrones, de garbanzos y de los célebres alfajores que +vendían las serranas de enaguas rayadas, chaquetas de paño y sombreros +de castor. + +De estas veladas aún queda hoy algo, si bien de nota incolora, sin aquel +sabor característico, pues ya no se ven allí ni los majos decidores, ni +las majas desenvueltas, ni todos aquellos tipos sevillanos que con tanta +exactitud retrataba don José Bécquer en sus acuarelas y lienzos. + +La solemnidad del Corpus era también de gran resonancia para la plaza +del Salvador, como lo sigue siendo hoy, y desde antiguo se entolda gran +parte de ella para el tránsito de la procesión y se coloca en la puerta +del Salvador la imagen de la Virgen de las Aguas, que compartió su fama +popular con la de los Reyes, y sobre la que corren, como sabido es de +todos, las más peregrinas tradiciones. + +Días del año en que ofrece gran animación el paseo que es objeto de +estas líneas, son los de Semana Santa, pues por el recinto cruzan casi +todas las cofradías que hacen estación á la Catedral, y es de ver en +aquellas tardes y noches y en la madrugada del Viernes Santo, el aspecto +del _Salvador_ (como los sevillanos le dicen) donde se apiña la multitud +bulliciosa y poco devotamente, desarrollándose escenas que no es cosa de +detenerse en describir ni enumerar siquiera. + +Las noches de estío, esas noches de Julio y Agosto en Sevilla, en que el +calor es sofocante, acude un público bastante numeroso al paseo del +Salvador en busca de alguna agradable brisa; allí se pasa las horas +tranquilamente el desocupado, viendo á los corros de niños que juegan, á +la gente joven que pasea, á los viejos que dormitan ó á los que toman +sorbetes y refrescos en los puestos de agua, siendo aquel, campo muy +aproposito para conquistas de niñeras y criadas de servicio que +incautamente creen en las promesas de _chicucos_ domingueros y +_militares sin graduación_. + +Diversas modificaciones ha sufrido el paseo del Salvador desde que +estaba elevado y tenía sus escalinatas por los años de 1840, +desapareciendo el alto hacia 1860, y, motivado por recientes sucesos, +desaparecieron aquellos asientos de piedra que desde tiempo primitivo +tuvo, sustituyéndose por los de hierro que tiene en la actualidad y que +invitan al descanso al transeunte. + +Para concluir, diremos que el paseo del Salvador sería susceptible hoy +de algunas mejoras importantes, que contribuirían á su embellecimiento y +comodidad, para llevar á cabo las cuales, sería necesario efectuar el +derribo de algunos edificios, con lo que ganaría, ensanchándose, lugar +tan céntrico y concurrido como lo es aquél y tan predilecto de muchos +sevillanos. + + + + +JUAN DE LAS ROELAS + + +Pertenece el licenciado Roelas al número de aquellos grandes pintores +que florecieron en Sevilla en los siglos XVI y XVII, y que tanta honra +dieron á su patria y tan apreciables obras legaron á la posteridad. + +Como ocurre con otros artistas y escritores de aquellas centurias, no +son muchas las noticias biográficas que de Roelas se conservan, y +después de las que apuntaron Arana de Varflora y Ceán Bermúdez, aparte +de algunos documentos sueltos, no se han podido ampliar gran cosa, ni +han sido por cierto muchos los datos encontrados que dieran luz sobre la +vida de aquel famoso maestro, pudiéndose sólo, como lo hago, reunir +algunos detalles desperdigados en otros textos. + +Nació en la capital de Andalucía hacia 1560, y se dedicó de muy joven á +los estudios, obteniendo el grado de licenciado, y más tarde se ordenó +de sacerdote, por lo que vulgarmente es conocido por el _clérigo +Roelas_. + +Sin embargo, la verdadera profesión de aquel sevillano había de quedar +olvidada, por ser lo que, empezando en él como mera afición, vino con el +tiempo á darle legítimo renombre. + +Inclinado desde mozo al dibujo, estudió éste en su patria, siendo +discípulo de Antonio Arfián, ignorándose en qué fecha, y con el deseo de +perfeccionarse en el arte, abandonó España. + +Roelas trasladóse á Italia y allí estudió, especialmente, las obras de +Ticiano, haciendo verdaderos y notables progresos, que se pusieron bien +de manifiesto en cuantas obras llevó entonces á cabo. + +Regresó después de algunos años á Sevilla, donde ya pintaban no pocos +famosos artistas, y en 1603 obtuvo una prebenda en la capilla de +Olivares, pueblo de la provincia, y capilla que más tarde fué elevada á +colegiata, pintando allí, entre otros lienzos, dos cuadros muy notables +con asuntos de la vida de la Virgen, y en 1606 otros dos para el +convento de Santa Isabel, de Sevilla. + +En 1607 contaba ya Roelas con no pocos discípulos que se apresuraron á +recibir sus lecciones, viéndose siempre muy concurrida su academia, de +la cual salieron, andando el tiempo, pintores como Juan de Uceda +Castroverde, Varela y el gran Zurbarán. + +Pintó Roelas en 1609 el cuadro de Santiago que existe en la capilla de +la Catedral, donde llegaron á reunirse hasta ocho lienzos suyos, entre +los que se citan con elogio el retablo de la capilla de los Jácomes, +hoy muy restaurado. + +Para el convento de la Encarnación y el de san Agustín, pintó cinco +grandes cuadros y nueve para la Merced, pero casi todas estas obras son +hoy desconocidas y habían desaparecido ya de dichos templos muchas en +1844. + +Encontrábase Roelas en Madrid en 1616, y allí no pudo conseguir como +deseaba la plaza de pintor de cámara de Felipe III, que se dió á +Bartolomé Gómez, pero ejecutó diversas obras para el palacio real, que +ya no existen, pintando por aquellos años el cuadro de Moisés que hoy se +ve en el Museo del Prado, los que estaban en la Merced Calzada y una +Concepción que en 1800 existía en la Academia de San Fernando. + +En Madrid y Sevilla residió el clérigo Roelas indistintamente largas +temporadas, ejecutando para su patria obras como la _Muerte de san +Isidoro_ que existe en el altar mayor de dicho templo, el _San Pedro +libertado de la prisión_ que se encuentra en la capilla de la iglesia +del mismo nombre, el _Martirio de santa Lucía_ de la iglesia dedicada á +esta santa, y el _Martirio de san Andrés_ que estuvo en la capilla de +los Flamencos en santo Tomás y hoy se admira en el Museo provincial, +donde se guardan además una _Santa Ana con la Virgen_, un _San Ignacio_ +y una _Concepción_. + +Nueve cuadros existían en el Hospital del Cardenal hechos por Roelas, +(tales como el de la _Muerte de San Hermenegildo_ y varios martirios de +frailes) y uno en el Hospital de los _Viejos_ que desapareció el siglo +XVIII, sustituyéndose por otro lienzo de pésima ejecución y oscura mano. + +En 1624 fué Roelas nombrado canónigo de la colegiata de Olivares, á cuyo +punto se trasladó en definitiva el artista, que ya en distintas épocas +había allí residido. + +Tranquilo y sosegado y sin dejar el cultivo del arte, continuó Roelas +en Olivares, donde falleció en 23 de Abril de 1625, siendo enterrado en +aquel pueblo. + +El licenciado Juan de las Roelas es uno de los grandes maestros +sevillanos que á tan alto lugar llevaron la pintura de nuestra patria. + +Notabilísimo dibujante fué aquel hombre y así lo demostró en todas sus +obras, donde á más se admira un bellísimo colorido, que pone bien de +manifiesto la influencia que en el artista ejerció la escuela veneciana, +cuando la estudió detenidamente durante su permanencia en Italia. + +Muchos son los cuadros que se han perdido del clérigo Roelas, pues en +Sevilla llegaron á reunirse en diversos templos hasta cuarenta y siete +grandes pinturas de este artista, siendo no pocas de ellas las que +pasaron á poder de particulares, y por desgracia salieron después de +nuestra ciudad y de la península. + +Aún existen no pocas de verdadera importancia para admiración de los +inteligentes, y entre ellas merecen especial mención las que se +encuentran en el templo de la Universidad, de la _Sacra Familia_; _El +Nacimiento_ y la _Adoración de los Reyes_, en Santa Isabel; el +_Bautista_ y _Evangelista_, en San Lorenzo; _la Virgen del Rosario_, en +Santa Ana (que fué restaurado muy torpemente); _El martirio de san +Andrés_, en el Museo, el _San Pedro_ y el _Santiago_ ya citados; el de +varios santos en San Juan de la Palma, y otros que dan bien acabadas +pruebas del indiscutible mérito de su autor. + +Con razón dice de él un crítico que «fué gran artista y produjo muchas y +muy grandiosas obras, todas ellas de superior mérito». No entraré á +detenerme en ellas, particularmente, pero sí diré que cuantos críticos, +propios y extraños, se han ocupado de las obras de este autor, están +conformes en tributarle los mayores elogios. + +Pacheco, Ceán Bermúez, Arana de Varflora, Pons, Madrazo, Gestoso, etc., +etc., que analizaron con detenimiento las creaciones del clérigo-pintor, +han hecho justicia á sus méritos, que fueron reconocidos por sus +coetáneos. + +Hay en las obras de Roelas, á más del conocimiento profundo del dibujo, +un acertadísimo buen gusto para la composición de las figuras, siendo de +los artistas de su tiempo uno de los que con más exactitud copiaron de +la realidad, tan falseada por algunos con verdadero propósito. + +Roelas, trasladando al lienzo el modelo tal cual lo veían sus ojos, no +dejó por eso de imprimir un verdadero sentimiento de gran artista á sus +creaciones, en las que han podido estudiar muchos la belleza de lo real +sin acudir á lo mentido y artificioso. + +En cuanto al hombre, dejó gratísima memoria por sus bellas prendas; «la +piedad--dice Arana--formó el carácter de Roelas, y esta virtud le hizo +dar muchas limosnas y no desdeñarse de hacer pinturas gratuitamente +cuando algunos pobres se las pedían.» + +Dejó un nombre ilustre como artista y un nombre honrado como hombre: +¿qué mejor elogio puede hacerse del pintor sevillano? + + + + +LAS DOS AMIGAS + + +Los vecinos del barrio de la Feria presenciaron en Diciembre de 1574 un +espectáculo que les entretuvo bastante y fué objeto de los más sabrosos +y varios comentarios. + +A la puerta de la iglesia de Omnium Sanctorum se colocaron, de orden de +la justicia, dos altas escaleras de mano; y en cada una de ellas +pusieron á dos jóvenes y no mal parecidas mujeres, siendo también +curioso el que una de las tales estaba vestida en traje masculino con +gregüescos y calzas. + +Antes de exponer á las dos mozas á la pública vergüenza, fueron paseadas +por la ciudad montadas en dos pollinos, desnudas las espaldas y los +pechos y seguidas del verdugo, que propinó á cada una cien azotes, con +arreglo á la sentencia que se les había impuesto. + +Permanecieron encaramadas en la escalera un día entero las dos hembras, +siendo la causa de aquel castigo el hecho siguiente: + +Una de las mujeres tenía grandes ansias por cobrar un dote de 100 +ducados que le correspondía si se casaba, mas ella no demostraba ninguna +afición al casamiento, y sí muy grande al dinero y á una su _íntima +amiga_, con la cual convino un ingenioso plan que, al ser malogrado, la +puso en aquella triste situación. + +Trató con la amiga que se disfrazase con traje de varón, el cual no +debía sentarle mal, y que, como tal varón, la galanteara y pidiera en +casamiento, llevando las cosas tan adelante que, con la complicidad de +un sujeto de la curia eclesiástica, comenzaron á sacar los papeles para +ir al altar, recibir las bendiciones y cobrar los apetecidos ducados. + +En estos pasos estaban, cuando la superchería fué descubierta y +condenadas más tarde... ¡Los 100 ducados del dote se convirtieron en 100 +azotes y en pasar la vergüenza de la exhibición, si es que las dos mozas +la tenían! + + + + +LOS VALENTONES + + +Uno de los más temidos valentones que á fines del siglo XVI había en +Sevilla, donde tantos se encontraban, era Gonzalo Xeniz, cuya vida +aventurera y ladronesca pudiera ser objeto de un libro. + +Hablan de este mozo de chapa algunos autores contemporáneos, y la fama +de sus fechorías ha llegado hasta nosotros, presentándolo como tipo +acabado de aquellos bravucones que tan admirablemente pintaba Cervantes +en _Rinconete y Cortadillo_, Quevedo en el _Buscón_ y Cristóbal de +Chaves en _La cárcel de Sevilla_. + +Huyendo de las garras de la justicia andaba el ínclito Xeniz en 1595, +cuando el 26 de Julio acudió á un ventorrillo de la Puerta de la +Barqueta, en el cual se juntaron gran número de rufianes y mujeres de +vida airada á divertirse alegremente, como gente de ancha conciencia que +era. + +Allí estaba toda la taifa picaresca, comiendo, bebiendo, cantando y +entregándose á desahogos no muy honestos, cuando fué cercado el +ventorrillo por gran número de alguaciles que llevaban á la cabeza nada +menos que al Asistente de Sevilla, don Pedro Carrillo de Mendoza, conde +de Priego. + +Enterados los valentones de lo que pasaba, salieron armados á +defenderse, trabándose entonces una formal batalla en la cual Gonzalo +Xeniz, que hizo varios disparos con un pistolete, logró escaparse, +dejando burlados á los que ansiaban cogerlo. + +Pero si aquella vez estuvo afortunado, no lo estuvo en otro encuentro +que al poco tiempo tuvo, y fué preso, mandándosele á la galera de Málaga +como cabo de escuadra, de donde volvió en Agosto de 1596, siendo +entonces puesto en libertad porque al mozo no le faltaban amigos. + +Mas apenas se vió en la calle, reanudó sus fechorías, por lo cual el +conde de Priego mandó prenderle de nuevo. Y hé aquí que el 4 de Octubre +del citado año, Xeniz, viéndose en el apurado trance de que iba á ser +capturado por los alguaciles que le habían sorprendido en unión del +Asistente, disparó contra éste un pistoletazo, que por gran casualidad +no acabó con la vida del conde. + +Y aquí tuvo término la existencia del valentón, pues el 17 de Octubre de +1596 fué ahorcado en la Plaza de San Francisco, y su cadáver, hecho +cuartos, se puso en el lugar del ventorrillo de la Puerta de la +Barqueta, como consigna Ariño en los _Sucesos de Sevilla_. + +Digno émulo de Gonzalo Xeniz fué otro matón coetáneo suyo y el cual +compartió con él las hazañosas empresas, viniendo á la postre á tener +también desgraciado fin poco tiempo antes que el intrépido compañero. + +Juan García, llamado también _El Bravo de las Galeras_, era un mozo +fiero y atrevido, soldado y terror de los vecinos de Triana en 1593. + +Continuas pendencias, alborotos y escándalos promovía el bravucón y sus +amigos, y en uno de aquellos lances acudió en mal hora á poner paz un +corchete llamado Gordillo, que ya era bien conocido de García, el cual +fué lo mismo verle que arremeterle armado de una daga. + +Con ella le infirió multitud de heridas, y dejándole ya muerto, huyó á +esconderse en alguno de los rincones de Triana, donde tenía gentes que +por miedo le favorecían. + +Al poco tiempo un alcalde de corte y un alguacil acudieron á Triana con +objeto de capturar al bravo, empresa que era más difícil de lo que ellos +creían. + +Era esto el día 2 de Julio del citado año de 1593, y con motivo de la +captura se produjo en Triana un verdadero motín, que las crónicas +sevillanas registran y que apunta Ariño en su libro de _Sucesos_. + +Como quiera que la fuerza dispuesta para prender al bravucón era +insuficiente, hubo que reclamarla mayor, llegando el caso á tener que +dar el toque de rebato en la iglesia de Santa Ana, á fin de que acudiera +gente que auxiliara á la justicia. + +Con ella fué tropa y hasta el marqués de Peñafiel tuvo que intervenir +con su autoridad personalmente, llegando á tomar tales proporciones el +escándalo, que puso en alarma á Triana y á Sevilla entera: tal fué la +heróica defensa que de su persona hizo el valentón. + +Fué preso al cabo, y al siguiente día, 3 de Julio, le ahorcaron en la +orilla del río, quedando con aquella ejecución en tranquilidad muchos +vecinos de Triana, que durante largo tiempo anduvieron siempre +amenazados con los desmanes y excesos de furor del _Bravo de las +Galeras_, cuyo recuerdo duró largo tiempo entre la gente de su laya que +tanto abundaba en Sevilla en los siglos XVI y XVII. + + + + +EL ASISTENTE Y LAS FRUTERAS + + +El señor don Fernando Arias de Bobadilla, conde de Puñonrostro, fué +Asistente de la capital de Andalucía y se hizo célebre, como ya dije, +por los actos que cometió y por sus justicias, que tenía singular manera +de ejecutarlas. + +Cuéntanse de él infinitas cosas que son dignas, por cierto, de ser +recordadas, y como su autoridad era poderosa y su carácter en extremo +duro, llegó á ser el terror de la gente de los barrios, en particular +de los comerciantes y vendedores de artículos de primera necesidad. + +El año 1597, en que tomó posesión de su cargo el conde, mandó pregonar +un bando, por el cual se condenaba en la pena de doscientos azotes á los +que vendiesen los artículos á más precio que el señalado ya de antemano; +y como quiera que el cumplimiento de la orden no fué guardado ni mucho +menos como debiera, el conde empezó á llevar á cabo los castigos con +extraño rigor y sin que por un momento dejase pasar la más leve falta. + +Diariamente salían por las calles de la ciudad comerciantes montados en +burros, recibiendo los golpes de la penca, y panaderos, hortelanos, +pescaderos, carniceros, etc., etc., veíanse á cada momento sorprendidos +por la visita del conde en persona, que era implacable en sus +resoluciones. + +Llegó en éstas á la barbarie, pues como no tenía nadie que le pusiese +coto y en Madrid se le habían confirmado plenos poderes para ejercer +como _juez absoluto_, se despachaba á su gusto de una manera brutal y +cruel. + +Tal sucedió con una pobre mujer, que fué víctima de su señoría, y por un +delito harto insignificante para la pena que sufrió. + +La tal mujer tenía por las mañanas su puesto de frutas en el barrio de +la Feria, y para su desgracia el día 6 de Mayo de 1597, sorprendióla el +conde vendiendo ciruelas y cerezas á más alto precio que el señalado. + +Al punto la mandó prender y aquella misma tarde fué azotada +públicamente, llevando colgadas al cuello, para mayor vergüenza, las +frutas, pero tan tremendos resultaron los golpes que sobre la infeliz +cayeron, que enfermó de gravedad y el día 9 del mismo mes de Mayo espiró +la infeliz, según consigna el _diario_ de Ariño. + +El mismo autor añade: «Seis días después á otra mujer, porque vendía +pepinos á más de la postura, la pasearon por las calles con los pepinos +al pescuezo y le dieron doscientos azotes.» + +Como estos dos, pudiera citar infinidad de casos que prueban la manera +con que Puñonrostro hacía justicia, y lo que era en el siglo XVI un +Asistente de Sevilla. + + + + +HERRERA "EL VIEJO" + + +Las obras del pintor Francisco de Herrera, á quien generalmente se +conoce por Herrera _El Viejo_, para diferenciarlo de su hijo, del mismo +nombre y también artista, son universalmente celebradas, y el título de +su autor es de los que gozan en justicia un puesto de preferencia entre +los antiguos pintores sevillanos. + +Por otra parte, es Herrera una persona digna de estudio; en su vida hay +diversos incidentes que merecen ser recordados; y aunque estos apuntes +no permiten gran extensión, he de procurar condensar cuanto sea +necesario para dar á conocer al artista sevillano. + +Nació éste, según se cree, en 1576, y fué su maestro en el arte Luís +Fernández, que lo fué también de Pacheco, quien á la par de Herrera +aprendió el dibujo y las primeras lecciones de pintura. + +Herrera comenzó de joven á llamar la atención de las personas +inteligentes de Sevilla con sus lienzos, y se dice que los primeros que +presentó al público fueron los cuatro que figuran en el altar mayor de +la iglesia de San Martín, representando pasajes de la vida de este +santo. + +Instruído también en el grabado en cobre, ejecutó no pocos trabajos por +este procedimiento, mereciendo citarse la portada del libro publicado en +Sevilla en 1610 por Estupiñán y en el que se relatan las fiestas +llevadas á cabo para la beatificación de san Ignacio. + +Por entonces tenía taller abierto Herrera y contaba con frecuentes +encargos, habiendo hacia 1613 acudido á recibir sus lecciones don Diego +Velázquez de Silva, que á la sazón contaba catorce años, pero que pronto +tuvo que separarse de tal maestro, dicen, por la violencia de su +carácter, poco apropósito para dedicarse á la enseñanza. + +De este natural poco sufrido, huraño y dado á la cólera, vinieron no +pocos disgustos y sinsabores á Herrera, quien con frecuencia se veía +solo y sin que ninguno de los muchos jóvenes aventajados que entonces +había en Sevilla, quisiese acudir á su casa. «He oído muchas veces--dice +Ceán--decirlo á pintores viejos de Sevilla: que cuando no tenía Herrera +discípulos y esto era muy frecuente, mandaba á su criada bosquejase los +lienzos, y antes que se secasen los colores formaba él con una brocha +las figuras y ropajes.» + +Por los años á que me voy refiriendo pintó Herrera para san Agustín la +_Asunción_ y _Coronación de la Virgen_; para san Antonio dos +_Apóstoles_; para la ermita de la Encarnación en Triana, siete cuadros +con pasajes de la vida de la Virgen, obras todas que se han perdido, y +el _Triunfo de san Hermenegildo_, que estaba en el altar mayor de dicho +templo y que hoy se conserva en el Museo provincial. + +Hacia 1619 fué acusado Herrera de monedero falso, y como quiera que el +artista considerábase perdido y próximo á caer en las garras de la +justicia, huyó á buscar asilo en el convento de san Hermenegildo. + +Allí estaba cuando en 1623 visitó Sevilla Felipe IV, y se cuenta por +tradición que habiendo admirado mucho el rey el citado cuadro, que es de +gran tamaño, y en el que aparece el santo con san Leandro y san Isidoro, +preguntó quién lo había ejecutado. Presentáronle entonces á Herrera, +diciéndole cuál era su situación y los motivos por que se le perseguía. +El monarca le dejó libre, diciéndole que quien sabía ejecutar obras como +aquella, no había menester el oro ni la plata. + +Vuelto Herrera á su casa, continuó trabajando, pero siempre apartado del +trato de las gentes, siempre solitario y siempre mal humorado. + +Una nube negra pesaba sobre el alma del artista, de quien, no pudiendo +resistirlo ni aun los miembros de su familia, una su hermana, que con él +vivía, se apartó para entrar en un convento. Más tarde, su hijo +Francisco le robó mil pesos que tenía ahorrados y se huyó á Italia, +donde siguió aprendiendo la pintura, que ya había comenzado, y de donde +no regresó hasta que murió su padre. + +Ejecutó éste dos cuadros para el convento de Santa Inés, representando +la Sacra Familia y el Espíritu Santo, otro para el altar mayor del +Hospital establecido en la calle Colcheros, que se conservaba en 1836, y +el magnífico retablo del Juicio final que existe en san Bernardo y del +que dice un crítico «que es tal vez la más grandiosa obra que brotó de +sus afamados pinceles.» + +Herrera pintaba también con mucha destreza al fresco, ejecutando no +pocas obras por este procedimiento, y entre las cuales cita _Varflora_ +las ejecutadas en los conventos de la Merced y de san Pablo y san +Buenaventura. + +En 1633, pagóle el cabildo de la ciudad ciertas cantidades por la +iluminación de una estampa de san Fernando y terminó algunas pinturas +para san José, siendo en gran número los cuadros de _Bodegones_ que +hizo, los cuales estaban en poder de particulares y ya en tiempo de Ceán +habían casi todos desaparecido de Sevilla para ir á parar á los museos +extranjeros. + +En el Louvre se conserva hoy un cuadro que representa á _san Bernardo +dictando las reglas de la Orden_, que es una de las más acabadas obras +de Herrera. + +Este, muy anciano ya, marchó á Madrid en 1650, donde se estableció y +ejecutó algunas obras al fresco y no pocos grabados, impresos en +diversas obras. + +El año 1656 falleció Francisco Herrera en la córte, siendo enterrado su +cadáver en el templo de san Ginés. + +A más de los cuadros que pintó el maestro sevillano para los templos de +esta ciudad que he citado, se encuentran hoy en el Museo provincial las +siguientes obras: _Visión de san Basilio_, _dos santos de la orden +franciscana_, _Un santo obispo_, _san Gregorio_, _san Demetrio_, _san +Antonio_, _san Pedro_, _Sebaste_, _santa Dorotea_, _santa Gertrudis_, +_Un santo religioso bernardino_ y la _Apoteosis de san Hermenegildo_, ya +citada. A más existen algunos originales en poder de particulares, tales +como un _san Nicolás de Bari_, que posee el señor Gestoso y que está +ejecutado con mucha valentía. + +De las cuarenta y siete grandes obras que de la mano de Herrera había en +Sevilla hacia 1830 se han perdido muchas, pero sin duda las que quedan +son las más importantes y las más apropósito para estudiar por completo +á este artista, que fué de los primeros en apartarse de las reglas de +los antiguos maestros, ejecutando libre, espontáneamente y con +atrevimiento y valentía. + +Distinguíase poderosamente en el claro-obscuro y en el conocimiento de +la anatomía, y todas sus producciones, por la manera especial de hacer y +la rudeza de los rasgos, parece que retratan su carácter. + +De éste se ha escrito mucho, tachándosele, como ya dije, de violento y +desabrido en extremo. Tal vez por esto en vida no fué muy elogiado +Herrera de sus coetáneos que le miraron con prevención, y únicamente +Lope de Vega le dedicó algunos versos en el libro segundo de su famoso +_Laurel de Apolo_. + +Del maestro sevillano se dice que «dibujaba con cañas y manejaba el +color con gruesas brochas», teniendo singular destreza para ello, y +terminando su obra con una rapidez que pasmaba. + +Triste y abandonado, falleció el notable artista á solas con las +negruras de sus pensamientos y la melancolía de su espíritu, y si dejó á +las generaciones futuras obras hermosas, no tuvo el consuelo de que ni +sus amigos y discípulos recordasen su nombre con ternura y derramasen +lágrimas por su memoria. + + + + +LOPE DE VEGA EN SEVILLA + + +El _Fénix_ de los ingenios españoles, aquel que se alzó _con el cetro de +la monarquía cómica_, visitó á Sevilla en los primeros años del siglo +XVII, y si bien de su estancia en nuestra población no son hasta ahora +muy detalladas y completas las noticias que existen, pueden, sin +embargo, servir para dar asunto á uno de estos apuntes históricos. + +El año 1600 llegó á esta capital de Andalucía el gran poeta, que se +hallaba entonces en toda la fuerza de su juventud y con toda la lozanía +de su portentoso ingenio, y no vino solo, pues le acompañaba doña María +de Luján, hermosa mujer, con quien tenía hacía tiempo amorosas +relaciones, de las cuales eran fruto dos niñas, á la sazón de corta +edad, y de nombres Mariana y Angela. + +La amante del poeta acompañóle durante todo el tiempo de su estancia en +Sevilla, y aquí quedó, cuando Lope, en 1601, emprendió un viaje á Madrid +y Toledo para evacuar algunos negocios particulares, viaje del que no +tardó en regresar al lado de aquella mujer á quien cantaba en sus +poesías con el nombre de _Lucinda_. + +Por cierto que á su regreso corrió entre los literatos sevillanos un +soneto contra Lope, el cual algunos han atribuido á Cervantes, que á la +sazón también residía en nuestra ciudad, y cuya enemistad con el _Fénix_ +de los ingenios es bien conocida, no estando tampoco éste tardo en +atacar al autor del _Quijote_ en varios de sus escritos. + +La pluma de Lope, jamás ociosa, no podía estarlo en Sevilla, y así fué; +aquí escribió varias comedias, entre las que se cuentan _La corona +merecida_, y algunos autos, como _El hijo pródigo_ y _El viaje del +alma_, representándose durante aquellos años por las compañías de +Vergara y Villalva, algunas obras de Lope, que aunque ya conocidas en +otras partes no lo eran aún del público sevillano. + +El cuadro de costumbres que relata en _El Fénix de Sevilla_, de que ya +me ocupé, es buena prueba de que aquel gran hombre supo identificarse en +el ambiente de las costumbres sevillanas. + +Poesías escribió también Lope muchas en Sevilla, y de ellas merece +recordarse la carta que dirigió en 1603 á un amigo, y en la cual dice: + + «...Pan de Sevilla regalado y tierno, + masado con la blanca y limpia mano + de alguna que os quisiera para yerno. + Jamón presunto de español marrano + de la sierra famosa de Aracena, + á donde huyó del mundo Arias Montano. + Vino aromatizado que sin pena + beberse puede siendo de Cazalla, + y que ningún cristiano lo condena. + Agua de la Alameda en blanca talla, + ¿dejáis por el bizcocho de galera + y la zupia que embarca la canalla,» etc. etc. + +En Diciembre de 1603 terminó Lope de Vega su obra _El peregrino en su +patria_, que fué impresa en Sevilla, y de la cual tanto se han ocupado +los críticos y los biógrafos del fecundísimo autor. + +Acompañado de su amante, joven y hermosa, á quien adoraba y que +procuraba hacerle dichoso, considerado y tenido en alto aprecio por +todos y agasajado por cuantos hombres de letras había en la capital de +Andalucía, la estancia de Lope en nuestra ciudad debió serle en extremo +agradable, y de ella conservó siempre gratísimos recuerdos, como se +desprende de algunos pasajes de sus obras. + +A fines de 1604, Lope marchó de Sevilla, dirigiéndose primero á Madrid y +después á Toledo, donde tuvieron fin sus relaciones amorosas con Lucinda +(á lo menos públicamente), pues algún tiempo después, el poeta contrajo +matrimonio con doña Juana de Guardo... + +D. Cayetano Alberto de la Barrera, Hartzenbusch, Asensio, y don José +Sánchez Arjona últimamente en sus _Anales del teatro en Sevilla_, al +ilustrar la vida de Lope de Vega, se han ocupado de su estancia en +nuestra población, á la cual he dedicado un recuerdo en las anteriores +líneas, como he de hacerlo á otros hombres ilustres por cualquier +concepto que visitaron nuestra ciudad. + + + + +CONFITEROS Y CONFITERÍAS + + +Esto de la afición á los dulces ha sido cosa antigua en nuestra ciudad, +como así lo prueba la importancia que siempre tuvo el gremio de +confiteros y lo numerosos que ya en el siglo XVI eran los +establecimientos dedicados á la venta y fabricación de dulces de las +clases más variadas. + +Esto movió á no pocos de los confiteros, para mejor orden y disposición, +á nombrar examinadores del gremio y formar _ordenanzas_, las cuales +fueron aprobadas por el rey Felipe III en 20 de Mayo de 1606, el cual +encarecía la utilidad, expresando: «Nos fué hecha relación que el trato +y confituría en ella (en Sevilla) era muy grueso, por ser muy +grande..... Porque siendo las conservas y confituras, regalos de +enfermos y para personas ricas, convenía que la dicha obra fuese buena y +que fuese y se hiciese con buenos azúcares, y no echando otras mezclas, +para que se supiese y se entendiese cómo se había de hacer cada cosa, y +no se vendiesen cosas malas y falsas.....» + +Las tales _ordenanzas_ no dejan de ser curiosas y contienen algunos +detalles de interés para el conocimiento de cómo estaba constituido el +gremio, y de sus artículos hemos de dar una idea, teniendo á la vista el +texto, que consta de veintiuna disposiciones, haciendo muy +especialmente constar en la primera que de allí en adelante +«..._ninguna persona_, de cualquier estado ó condición que sea, pueda +tener tienda pública ni secreta sin que primero haya de preceder y +preceda examen de dicho oficio, el cual examen se ha de hacer ante los +veedores del dicho oficio de confiteros...» + +En las _ordenanzas_ se manda que el que tuviera tienda y no fuera +examinado, se le castigaría con multas y otras penas, que se formase un +libro con las denuncias y que en la elección de veedores se tuviese la +mayor justicia y sinceridad. + +Que ya la gente del gremio estaba en el secreto de adulterar los +confites y engañar al pueblo se ve que no era cosa nueva, pues así se +desprende de los capítulos 30 y 31, que dicen: + +«Item ordenamos que ningún oficial de confituría sea osado á mezclar la +confitura que hiciese con almidón, harina, ni otras misturas, so pena de +perdida la dicha colación y de seis mil maravedís por la _primera_ vez, +y por la _segunda_ sea privado del dicho oficio de confitero por seis +meses y no tenga más tienda, y por la _tercera_ que la justicia +ordinaria proceda á hacerle conforme la calidad y gravedad del +delito--31. Item ordenamos que los _canelones de sidra_, ó canela, +avellanas ó anís liso ó labrado, culantro liso ó labrado, almendra +pelada ó raída y entera, y piñones y grajeas, á todo esto sea y se haga +de un azúcar blanco, de arriba á bajo, sin otra mistura, so pena de dos +mil maravedís por la _primera_ vez, y por la _segunda_ pena doblada, y +por la _tercera_ vez sea perdida la dicha colación y no tenga tienda por +seis meses.» + +En los artículos 12, 13 y 14, se especifican algunas de las confituras +más en boga de entonces, con indicaciones de las materias de mejor +calidad de que habían de confeccionarse, recomendando con insistencia +«que el _azúcar rosado y los bocadillos_ sean conservados con azúcar, +fresco y blanco, y el azahar cubierto, confitado y en conserva, sea de +buen azúcar, blanco de remate, etc.» no dejando de estar especificados +otros particulares en los cuales se recomendaba el más exacto +cumplimiento. + +Estas ordenanzas de 1606 fueron posteriormente confirmadas en Febrero de +1649, en Abril de 1675 y en Septiembre de 1680, y en 1723 se imprimieron +por Francisco Sánchez Reciente, con este título: + +--_Ordenanzas de el oficio de los maestros confiteros de Sevilla y su +reinado, en virtud de cédula de su majestad y señores de su real +consejo, que se mandaron imprimir siendo veedores Bartolomé de Marchena +y Luís de Bonilla, maestros de dicho oficio_, etc. + +Las confiterías sevillanas de antaño tenían un aspecto general que no +dejaba de ser característico; en el mostrador no se exhibían los dulces +para excitar el apetito: antes por el contrario, se ocultaban los toscos +tableros, que sólo se sacaban á petición del comprador; los botes con +los almíbares y las conservas se colocaban en largas hileras en la +estantería, en cuyo testero principal no faltaban nunca una hornacina, +con una escultura religiosa ó con un cuadro devoto, ante el que ardía +cierta lamparilla de aceite, y completaban el menaje del establecimiento +dos grandes velones, una bandeja con jarro, vasos, un peso de cobre y +uno ó dos bancos toscos, en los cuales tomaban asiento y descansaban por +las tardes los amigos del dueño, que nunca dejaban de formar allí su +tertulia, más ó menos numerosa. + +En el siglo XVII hubo en Sevilla algunos confiteros que fueron célebres +por su habilidad en la confección de los dulces, y de entre ellos han +pasado á la posteridad, digámoslo así, Pedro de Libosna, Bartolomé +Gómez y Jerónimo de Barco, que no tenían competidores en las conservas, +la carne de membrillo, los mazapanes y los canelones de sidra, canela, +avellana ó anís. + +Una vez cada año, el día de San Juan Bautista, se hacía la visita de +inspección, como si dijéramos, por todos los establecimientos de +confitería, y era de ver con qué gravedad y ceremonia el teniente de +Asistente, acompañado por el escribano de cabildo, examinaba cacerolas, +calderos, medidas y moldes, se enteraba del estado de los productos y se +informaba prolijamente del personal y de su pericia para elaborar las +delicadas confituras. + +Dábase el caso alguna vez que no se encontraba tal ó cual +establecimiento con todos los requisitos que las estrechas _Ordenanzas_ +disponían y entonces ya estaba la fiesta en la casa, pues el dueño que +se veía amenazado, protestaba, tratando de atenuar la falta, y la +justicia, que era inflexible, se revestía de toda su autoridad, dando +esto lugar á escenas por demás animadas. + +Esto de ser _maestro confitero_ no era cosa á que todo el mundo podía +llegar, como por ejemplo, los esclavos, acerca de lo cual decían las +_ordenanzas_: «...Que no puede ser examinado _ningún esclavo_, so pena +de dos mil maravedís, y que le quiten la tienda, aplicada la pena, como +dicho es, y el que lo examinara sea privado del oficio perpetuo de +examinador.» + +Tenía el gremio de confiteros su hermandad de cofradía, la cual llegó en +cierta época á ser de las más ricas y que más continuo y lucido culto +sostenían, como así en papeles antiguos consta. + +No haré memoria de los muchos pleitos y litigios que durante el siglo +XVII se siguieron por el gremio, con motivo de la tasa puesta á los +dulces con otras causas, enredos que no dejaron de perjudicar á todos +los del oficio con crecidos desembolsos y competencias nada beneficiosas +y que trajeron una situación nada próspera, de la que tardó mucho en +reponerse el gremio. + + + + +LOS MORISCOS + + +La situación de los moriscos que residían en Sevilla al terminar el +siglo XVI era en verdad comprometida y en muchas ocasiones fueron +tratados con la mayor crueldad por las autoridades y por el mismo +pueblo. + +Mas como si fuesen pocos los castigos que se les imponían por la +Inquisición y por otras autoridades, en el año de 1600 se vieron +amenazados de un peligro que á todos ellos podía pesarle. + +El 16 de Mayo hiciéronse por algunos correr las voces de que los +moriscos preparaban un motín para levantarse en armas de acuerdo con los +de Córdoba, y en dicho día aparecieron en la iglesia de Santa Ana, de +Triana, y en otros puntos, pasquines dando la voz de alerta á las +autoridades, con lo cual se consiguió alarmar la ciudad, comenzando +enseguida diligencias y pesquisas en contra de los moriscos, los +cuales, en realidad, nada habían hecho, ni ningún proyecto tenían de +turbar la paz de la ciudad. + +Se efectuaron algunas prisiones, pero entonces un vecino de Triana +llamado García Montano, hombre que gozaba de crédito, alzó su voz cuando +empezaban los injustos castigos, y unido á otros cristianos acudieron al +Asistente, marqués de Montesclaros, haciéndole presente cuán sin +fundamentos eran las voces que contra los moriscos se habían levantado. + +Convencido de la verdad, el marqués publicó un bando para que los +moriscos no fueran molestados, pero apesar de su orden hubo revueltas y +alborotos, y en el mismo mes de estos sucesos fueron quemados tres de +ellos que estaban hacía algún tiempo presos en las cárceles del tribunal +de la Inquisición. + +Empeorando por días el estado de los moriscos sevillanos llegó á ser +verdaderamente aflictiva su situación más adelante: la vigilancia se +hizo más estrecha y más frecuentes los castigos, en tanto que se +acrecentaba la campaña decisiva que contra ellos elevaron los elementos +religiosos, entre los que se encontraba la del padre Juan de Ribera, +arzobispo de Valencia, patriarca de Antioquía y enemigo acérrimo de +aquella infeliz raza. + +Cedió al fin Felipe III á la opinión de la junta nombrada al efecto y en +la que se encontraba el inquisidor general, y dió aquella célebre orden +de expulsión de los moriscos del reino, impolítica y cruel medida, con +la cual se disminuyó grandemente la población de España, pues perdió un +millón de habitantes, se quitaron brazos á la agricultura y se +deshicieron multitud de familias. + +A principios de 1610 súpose en Sevilla, después de algún tiempo de +incertidumbres, que amenazaba la orden del monarca decretando la +expulsión, y con objeto de prevenir cualquier incidente que pudiera +sobrevenir, las autoridades tomaron medidas en extremo rigurosas. + +El 17 de Enero del año citado se señaló para publicar el bando con todas +las formalidades, presentando aquel día la ciudad extraordinario +movimiento por haber la medida revuelto los ánimos un poco. + +Salió el pregón del bando por la mañana á recorrer la ciudad, figurando +en la comitiva un juez especial que había venido para entender en el +asunto y, como era de costumbre, los alguaciles y el pregonero. + +Seguíanla por las calles infinidad de moriscos, que al escuchar el +pregón prorrumpieron en llantos y lamentos, siendo imposible relatar las +escenas lastimosas que se desarrollaban en los lugares donde había más +casas habitadas por familia de los infelices que eran expulsados, y así +lo da á entender estas palabras de un autor coetáneo, el cual escribe +que «fué día de gran tribulación y amargo desconsuelo para esta gente, +que, aunque malos cristianos é indicados de traición, no podían salir +sin pena de esta tierra, donde habían nacido.» + +Como la orden del rey era terminante y exigía la más inmediata ejecución +de los _moriscos_ sevillanos, viéronse en la precisión, mal de su grado, +de malbaratar los bienes que poseían, con gran provecho para los que en +la ciudad quedaban, que adquirieron á ínfimos precios cosas de gran +valor, y propiedades de importancia. + +A los pocos días de la publicación del bando comenzaron á salir de +Sevilla los _moriscos_ en gran número, siendo aquella expulsión una de +las primeras causas, que, uniéndose luego á otras de varios órdenes, +contribuyó poderosamente á la decadencia en que cayó la capital de +Andalucía al mediar el siglo XVII. + + + + +CABALLEROS DE ANTAÑO + + +El conde de Teba era mozo galán y de carácter un tanto ligero, poco dado +á meditar sus actos, y esto vino á traerle más de un lance como el que +le ocurrió en 1614 con don Rodrigo Ortiz de Zárate, caballero de los más +significados de la nobleza sevillana. + +Entró el conde en la tarde del 1.º de Febrero de dicho año en casa de +unas damas á quienes visitaba y encontró allí á don Rodrigo, que también +frecuentaba el trato de las señoras con más ó menos intimidad. + +Después de cruzar algunas palabras ambos caballeros, el conde, que aquel +día no andaba muy bien humorado, pidió al de Zárate un pistolete que +tenía y después de cogerlo súbitamente, le amenazó en serio con él, +recordándole no se sabe qué antiguos resentimientos, y luego, con ademán +un tanto brusco, le quitó la espada que llevaba de cinto, y sin andarse +con miramientos, fué hacia una ventana que en la estancia había y arrojó +por ella á la calle el acero con gran sorpresa de las damas. + +Montó en cólera don Rodrigo por aquella que reputaba gravísima ofensa y +aunque allí le detuvieran por el pronto las damas, salió de la casa +jurando y perjurando que había de matar al conde en venganza de lo de la +espada. + +No era para dudar de que estos propósitos del ofendido caballero +quedasen en tales, y así fué, que sabiéndolos algunos amigos, pusieron +el caso en conocimiento del Asistente, que lo era entonces el conde de +Palma, y éste, deseando evitar el lance, y con la esperanza de un +arreglo, mandó llamar el mismo día á su casa al conde de Teba y á don +Rodrigo de Zárate. + +Pero aquella entrevista, que con la mejor intención preparó el +Asistente, fué harto desgraciada, pues, al verse frente á frente los dos +enemigos, después de algunas frases altas, Ortiz de Zárate acometió de +pronto furiosamente al conde, y con una espada lo hirió traidora y +mortalmente, sin que pudiera impedirlo el de Palma, que por sujetar al +agresor sufrió también de éste algunos golpes. + +Los criados del Asistente acudieron al ruído de la lucha, y viendo á uno +en tierra y á su amo ensangrentado, dieron tan tremenda paliza á don +Rodrigo, que poco faltó para que allí mismo hubiera espirado. + +Este suceso, por las personas que intervinieron en él, y por las +circunstancias en que se desarrolló, fué objeto de la atención de toda +Sevilla y causó gran sorpresa á todos el saber que la madre de don +Rodrigo se querelló al Consejo diciendo nada menos que su hijo había +sido llamado á casa del Asistente para que el conde lo asesinase, y que +éste, en propia defensa, se vió obligado á herir. + +En el proceso que se formó que fué muy ruidoso y dilatado, corrieron +bien los escudos, por lo cual Ortiz de Zárate pasó, por toda pena, +desterrado á Madrid, donde murió algún tiempo después. + +Y ocurrió entonces que, al divulgarse el fallecimiento, se hizo público +un documento que había escrito y firmado de su puño don Rodrigo el día +después de haber dado muerte al de Teba, en el cual confesaba ser falsa +la suposición de haber sido llamado á engaño á casa del Asistente, +documento que él mismo ordenó que no se diese á conocer hasta ocurrir su +muerte, y en el cual se decía: + +«Yo D. Rodrigo de Zárate, por descargo de mi conciencia, digo: Que +aunque en la confesión que se me tomó dije, que el conde de Palma y +otras personas me llevaron engañosamente á matarme, con título de +amistad entre mí y el conde de Teba, y yo vine á ello. Y así fuí en +compañía del dicho conde de Palma en su coche. Y estando en su casa, y +queriendo darme satisfacciones el conde de Teba, dije yo que no era +menester. Y aguardando ocasión que estuviese descuidado, herí al conde +de Teba, porque llevaba esa intención, y por eso no había querido +satisfacciones, etc............ + +Y son testigos de esta declaración el P. Fr. Alonso Bohorques, Rector +del Colegio de San Alberto; Fr. Agustín Velázquez; el P. Fr. Miguel +Guerra, y el P. Fr. Gaspar de Cebes, del Orden de San Francisco.--Fecha +en Sevilla á 2 de Febrero de 1614.--D. Rodrigo Ortiz de Zárate.» + +Tal fué el curioso suceso que las crónicas sevillanas registran, y por +el que se ve que todos los caballeros de antaño no eran un modelo en +esto de la caballerosidad. + + + + +EL TUTOR Y LA PUPILA + + +Estaba avecindado en la villa de Utrera, á los comienzos del siglo XVII, +un caballero, de nombre don Pedro de Córdoba y Guzmán, el cual era tío y +tutor de una linda joven que en su misma casa se había educado, y la +cual tenía una fortuna á que no era cosa de hacerle ascos. + +La tal sobrina, aunque el don Pedro la tenía guardada con gran recato, +que tocaba en tiranía irritante (se ignora con qué intenciones) no lo +estuvo tanto que pudiera sustraerse á las miradas de un mancebo de buen +porte, el cual se enamoró perdidamente de la utrerana doncella, siendo, +para satisfacción suya, correspondido, y de tal correspondencia vino +luego el peor daño. + +Opúsose furiosamente el tutor al casamiento de su pupila, sin que +hubiera quien le convenciera, porque ya se sabe á qué estado de odiosa y +repugnante oposición llegan á veces padres, madres y tutores en esto de +las bodas, lo cual, visto por el fogoso galán, deseando librar á su +adorada de aquel Argel donde gemía cautiva, hizo en Sevilla las +diligencias necesarias para poderla sacar por el Juez de la Iglesia, y +corrientes los papeles volvió á Utrera en compañía del Alguacil Mayor +del Cardenal para lograr la realización de sus ansias. + +A los pocos días presentóse el galán en casa de don Pedro, con su +Alguacil, á pedir la mano de la niña, siendo recibido con toda gravedad +por el tutor, el cual díjoles, después de oirlos y con mucha flema, que +aguardase un momento, pues iba á avisar á su sobrina. + +Salió en efecto de la habitación y dirigiéndose al cuarto de la joven, +sin más palabras, sacó un puñal, y sorprendiéndola desprevenida, la +asesinó vil y cobardemente de dos puñaladas en el pecho, volviendo muy +tranquilamente á donde el galán aguardaba, á quien manifestó que su +sobrina estaba vistiéndose y no tardaría en salir y que él corría á la +calle á avisar á una señora vecina y amiga de la casa, para que fuese +testigo de la concesión de la mano que iba á hacer. + +Descubierto á los pocos momentos el crimen, don Pedro de Córdoba y +Guzmán no tardó en ser preso y traído á la cárcel real de Sevilla, +siendo condenado á muerte al poco tiempo. + +El día 2 de Marzo de 1604, el asesino fué degollado por el verdugo +Francisco Vélez en la Plaza de San Francisco, y apunta el documento +contemporáneo de donde saco esta noticia, que el interés que despertó el +caso fué extraordinario, publicándose del suceso muchos romances +populares. + + + + +EL INCENDIO DE "EL COLISEO" + + +Entre los años de triste memoria para los aficionados sevillanos al arte +de Talía lo fué él de 1620, pues en él se incendió y destruyóse por +completo el famoso _corral de el Coliseo_, donde tan célebres +representantes trabajaron y que tan favorecido era por el público de +nuestra población. + +Habíase acordado la construcción del Coliseo hacia 1601 por la ciudad, +estando á cargo de la dirección de las obras el maestro mayor Juan de +Oviedo, terminándose el edificio, que era el mejor que de su clase hasta +entonces había tenido Sevilla, en 1607, llevándose en él á cabo +importantes reformas por los años de 1614. + +La compañía de Cristóbal Ortiz y los hermanos Valencianos trabajaban á +mediados de 1620 en el Coliseo, con gran satisfacción de todos, cuando +vino á poner súbitamente término al regocijo, la catástrofe ocurrida el +jueves 25 de julio. + +Aquella tarde representábase una comedia de Andrés de Claramonte +titulada _San Onofre ó el rey de los desiertos_, la cual había obtenido +gran éxito y era muy celebrada por todos. + +Tocaba la obra á su término, á las ocho de la noche, cuando súbitamente +corrió la voz de que en el coliseo se había declarado un incendio, el +cual empezó porque una bujía prendió fuego en una de las simuladas nubes +de papel y tela. + +No se acudió á tiempo por los dependientes de la escena y con +extraordinaria rapidez levantóse la llama, que llegó hasta el techo, el +cual pronto comenzó á arder, causando el asombro, la confusión y la +angustia en el público y en los comediantes. + +Una _Relación_ contemporánea del suceso que se conserva en la Biblioteca +Colombina, y que debió ser escrita por un testigo ocular, dice al llegar +á este punto: + +«El humo, la confusión, voces y llantos, particularmente de las mujeres, +fué tan grande, que unas se arrojaban de las ventanas, otras de los +corredores y otras caían desmayadas, medio muertas; fué mucho mayor el +daño que la turbación les causó, que el que el mismo fuego les pudiera +hacer, si advertidamente y con orden fueran saliendo; pero como el miedo +de la muerte no da lugar á estos discursos, cayendo unas y tropezando +otras en las caídas, empezaron juntamente con el humo á subir al cielo +las voces y quejas de los que se ahogaban sin remedio, como las de los +que faltándoles ya las mujeres, ya los maridos, ya los hijos, ya los +parientes y amigos, juzgaban el peligro en que quedaban aunque estaban +ya fuera. No perdieron la ocasión los ladrones antes más animados de +codicia que de lástima, hubo algunos tan atrevidos que se entraron +dentro del _Corral_, antes que el fuego estuviese apoderado de todo; y +viendo las mujeres en el estado que se ha dicho, en lugar de sacarlas +del peligro, les quitaban las joyas y lo que podían; llegando la +inhumanidad á tanto, que me afirman que (la verdad tenga su lugar) +algunos las acababan de ahogar para robarlas más á su sabor, sin que á +esto pudieran dar remedio los que lo veían, cuyo peligro propio no daba +lugar á cuidar del ajeno.» + +Cuantos esfuerzos se hacían por todos para atajar el incendio resultaban +entonces inútiles: en vano trabajaban los que estaban á salvo por acudir +al remedio y en vano se echaba mano de cuantos medios se disponían +entonces en aquellos desgraciados casos. + +Desde gran distancia se veían las llamas, denotando las grandes +proporciones del incendio, y la noticia corrió rápidamente por la +ciudad, acudiendo á la calle de los Alcázares y á la Encarnación las +autoridades y multitud de personas, ya movidas por curiosidad ó por el +interés que les inspirara la suerte de los espectadores. + +El Asistente, que lo era á la sazón el conde de Peñaranda, puede decirse +que en aquellos difíciles momentos no estuvo ni tardo, ni desacertado en +sus medidas, así como los tenientes y el alguacil mayor que le +secundaron. + +«Dividieron--escribe D. José Sánchez Arjona--en dos cuadrillas, los +albañiles, peones y demás gente que acudió á prestar auxilio; la primera +dedicada á salvar las personas que había aún dentro del _corral_ y la +segunda á derribar las casas que confinaban con el coliseo, logrando +aislar y dominar el incendio que duró hasta las tres de la mañana del +día 26, no quedando en pié más que las cuatro paredes y el cuarto de la +puerta de la calle.» + +Grandes fueron las pérdidas que aquella catástrofe produjo, y en la que, +según los datos, perecieron unas veinte personas, en su mayoría mujeres +y niños pequeños, que ni tuvieron medios de ponerse en salvo, ni hubo +ocasión de acudir á tiempo en su auxilio. + +Un detalle para terminar: de los actores, según la relación, pudieron +todos librarse de las llamas, y de uno de ellos dice: «El que hacía la +figura de _San Onofre_ salió casi desnudo, con una mata de yedra por +paños menores, y los muchachos le siguieron dándole _¡Vaya!_ hasta su +casa, que estaba lejos.» + + + + +LA MADRE CATALINA Y MAESTRO VILLALPANDO + + +Escribir la historia detallada de lo que fué la secta de los +_alumbrados_ en Sevilla durante los siglos XVI y XVII, sería trazar el +más interesante cuadro que retratase con toda verdad uno de los aspectos +más gráficos de la sociedad de aquellos tiempos, que no era en verdad +modelo de virtudes, de religiosidad, y de pureza de costumbres. + +Pero como de nada sirve querer desfigurar la historia, el estudio de los +documentos, papeles y antigüedades viene á destruir la dorada leyenda, +dando á conocer con toda la realidad lo que fueron nuestros antepasados, +que vivieron en todo el esplendor de la monarquía absoluta. + +Casi á mediados del siglo XVI, la secta de los _alumbrados_, de la que +fueron fundadores dos sacerdotes, Chamizo y Alvarez, en unión de otros +varios presbíteros más, apareció en Sevilla, siendo su propagación +rapidísima; y como quiera que la Inquisición anduvo algo tardía en +intervenir en el asunto, cundió de tal modo, que beatas, frailes, +clérigos y personas relacionadas con el elemento eclesiástico, se +infestaron á cientos de la doctrina. + +Era esta una absurda mezcla de misticismo y sexualidad de superstición +fanática y despreocupación; valiéndose de lo sobrenatural para cometer +los actos de la más desenfrenada lujuria y del más refinado placer +material. + +Un autor, tan poco sospechoso como Menéndez Pelayo, ha escrito estas +líneas, explicando la herejía de los _alumbrados_. + +«La doctrina que afectaban profesar se reducía á recomendar á sus +secuaces larga oración y meditación sobre las llagas de Cristo +Crucificado, de la cual oración, hecha del modo que ellos aconsejaban, +venían á resultar _movimiento del sentido, gruesos y sensibles_, ardor +en la cara, sudor y desmayos, dolor de corazón y movimientos +libidinosos, que aquellos infames llamaban _derretirse en amor de Dios_. +Una vez alcanzado el éxtasis, el _alumbrado_ se tornaba impecable y le +era lícita toda acción cometida en tal estado... Las afiliadas de la +secta vestían de beatas con toca y sayal pardo. Andaban siempre absortas +en la supuesta contemplación, mortecinas y descoloridas, y _sentían un +ardor terrible que las quemaba_, unos saltos y ahíncos en el corazón que +las atormentaba, y una rabia y molimiento en todos sus huesos y miembros +que las tenía desatinadas y descoyuntadas..... El padre Alvarez les +certificaba que aquello era efecto y gracia del Espíritu Santo; y +llevando al último extremo la profanación y el sacrilegio, comulgaba +diariamente á sus beatas con varias hostias y partículas, diciéndoles +que _mientras más Formas, más gracia_, y que no duraba la gracia en el +alma _más de cuanto duraban las especies sacramentales_.» + +La lista de los _alumbrados_ sevillanos sería interminable, y en gran +número salían en los autos de fe, y aunque de todos en completo se +ignoran los nombres y las circunstancias de sus procesos, de muchísimos +existen noticias anteriores bien detalladas. + +Estas noticias, por las cuales se viene en conocimiento de lo que era +una parte de la población de Sevilla entonces, son en extremo curiosas y +dignas de ser recordadas, máxime cuando el mayor número de los +_alumbrados_ pertenecían al sexo bello y eran, además, jóvenes y bien +parecidas. + +No he de relatar en detalles casos de _alumbrados_ y _alumbradas_ +jóvenes, pero solo recordaré uno que produjo gran escándalo é hizo la +comidilla en la población, siendo los protagonistas del suceso la beata +carmelita Catalina de Jesús y el clérigo Juan de Villalpando. + +La tal beata era natural de Linares, y de joven tenía su residencia en +Sevilla, donde se tocó de la herejía, y el maestro Villalpando, que +había nacido en Garachino (Tenerife) llegó también de mozo á la capital +de Andalucía, trabando ambos estrecha amistad, que llegó á ser, por sus +locuras, de las más peligrosas. + +La beata y el clérigo fueron los fundadores de una congregación de +_alumbrados_, compuesta de hombres y mujeres que, hacia 1620, comenzaron +á reunirse en lugares apropósito, y en los cuales se entregaban á las +prácticas á que acostumbraban los de la secta. + +Aquellas reuniones llegaron á ser en extremo numerosas y animadas, y á +ellas asistían infinidad de personas, la mayoría embaucadas por la madre +Catalina y por el maestro, que para ello tenían, sin duda, especiales +dotes. + +Las heréticas prácticas de ellos y sus proposiciones, eran las de todos +los _alumbrados_, tales como las predicaciones contra el matrimonio; sus +diversas opiniones sobre los mandamientos, la oración y otros actos +religiosos, según consta en la relación del proceso, de la beata y el +clérigo: + +Catalina de Jesús se averiguó que «se trataba regaladamente y se +entretenía en comidas y cenas de conversación y de huelgas en el campo +con clérigos, sus devotos; y que con uno, en particular, tenía tanta +comunicación y amistad, que se estaba con ella todas las noches hasta +las diez y las once, y muchas veces solos y á oscuras, y que él tenía +llave maestra de una puerta falsa de casa de las susodichas, por donde +entraba de noche y de madrugada, y que viniendo él de fuera de Sevilla y +saliendo de predicar iba á ver á la susodicha antes de entrar en su +casa, haciéndose sospechar que no era bueno su trato: y que ella apoyaba +y encarecía mucho la santidad del dicho clérigo y de otros sus devotos +para acreditarlos; y de uno dijo que tenía oración en el sér de Dios, y +otras cosas semejantes, de que fué testificada por 149 testigos, que se +le dieron en publicación». + +El maestro Villalpando, por su parte, «había tenido de muchos años muy +particular comunicación con una beata, á quien tenía por maestra y +rendida la obediencia, á cuya casa acudía muy de ordinario de día y de +noche, hasta muy tarde, á las diez y las once, donde lo hallaban cuando +lo buscaban para salir á dar los Sacramentos á los enfermos de la +parroquia donde era cura, y muchos ratos de la noche estaba con ella sin +el menor escrúpulo á oscuras, y entraba en la dicha casa de noche y de +madrugada por una puerta falsa con llave que él tenía de ella, y que +tenía retratos de la dicha beata, unos pintados, otros de talla, en +barro, y los abonaba y encarecía, diciendo que los había hecho por +tenerla por mujer muy santa». + +Las reuniones de _alumbrados_ que la madre Catalina y el clérigo +presidían, fueron ya tan frecuentes, y las deshonestidades tantas, que +al fin y á la postre, cuando las cosas habían llegado al escándalo y +eran muchas las mujeres seducidas por ambos, la inquisición tomó cartas +en el asunto y los dos fueron presos, terminando allí y viniendo á +tierra todas sus reuniones y conventículos. + +En el proceso formado á la beata y su amigo, se pusieron en claro todos +los particulares que eran menester, y ambos, en unión de diez reos más, +salieron en el auto de fe que se celebró en San Pablo en el último día +de Febrero de 1627, y del cual se lee en la _Relación_ que existe en la +Biblioteca Colombina, reproducida por don Joaquín Guichot. + +«El deseo que el pueblo tenía de saber la resolución que se tomaba en +las causas del _Maestro Juan de Villalpando_ y de _Catalina de Jesús_, +que habían sido presos por este Santo Oficio muchos días había, lo movió +de manera que con ser este Auto particular, vino á ser el más solemne y +de mayor concurso de gente, así de la ciudad como forastera, que jamás +se ha visto en otro; pues con ser muy grande la distancia que hay desde +las casas del Santo Oficio hasta el dicho convento y la Iglesia de él, +que es de las mayores de esta ciudad, hubo gran dificultad en pasar los +presos y el acompañamiento del Santo Oficio por las calles y en entrar +en dicha Iglesia, según todo estaba ocupado de gente que se había +prevenido y tomado lugar desde la media noche.» + +La madre Catalina fué condenada á estar reclusa seis años en un convento +ú hospital, á rezar todos los días de su vida el rosario, á confesar con +quien la Inquisición le señalase y á ayunar todos los viernes, +ordenándose también «que se cogiera por edictos públicos cualesquiera +cosa de su persona ó vestidos que se hallan dado por reliquias ó +cualquier retrato suyo y todos sus escritos de molde ó de mano.» + +En cuanto al maestro Villalpando, se retractó en público de las veinte y +dos proposiciones que le fueron señaladas y se le condenó á estar preso +cuatro años en un monasterio sin poder decir misa, y á ser privado de +administrar durante su vida los sancionamientos y á pagar 200 ducados y +á hacer ciertos ejercicios religiosos.... + +Con aquellas sentencias desaparecieron de la escena los dos famosos +_alumbrados_ que tanto ruido dieron, terminando su vida obscuramente y +arrepentidos, según es de creer, de sus pasadas locuras y escándalos. + + + + +CRUELDAD DE UN ASISTENTE + + +El Asistente de Sevilla en 1621 era el conde de Peñaranda, el cual dió +pruebas de ser hombre de carácter tal, que lo retrata el siguiente +hecho, rigurosamente histórico: + +Varios muchachos de esta ciudad se encontraban reunidos entregándose á +diversos juegos, con frecuencia inocentes pero cayeron cierto día en uno +que ya no lo era tanto y fué decir que estaban formando cierta conjura +para á uno de ellos proclamarlo rey, como si esto fuera cosa que en sus +manos estuviese. + +Tuvieron conocimiento de la broma algunos alguaciles, y un día, en que +los muchachos estaban reunidos, fueron sorprendidos por la autoridad, y +aunque escaparon algunos, lograron ser siete de ellos presos, seis de +Sevilla y el último, hijo de un noble cordobés y el cual muchacho no +pasaba de 13 años. + +Enterado el conde de Peñaranda del caso, lo tomó tan á pechos, que +encausó á los jóvenes imberbes, haciendo que contra ellos se formase un +proceso formal, nada menos que como perturbadores de la tranquilidad del +reino. Y así, aceleró los trámites de una injusta causa de Estado, +despachó correos á la Corte, abultando infamemente los hechos, y la +sentencia fué condenar á muerte á los mozos, que tal era la justicia en +aquellos tiempos. + +En el mes de Enero fueron ejecutados los siete mancebos en la Plaza de +San Francisco, escribiendo D. Diego Ignacio de Góngora en el manuscrito +que está en la Colombina, estas palabras sobre el suceso, que no creo se +pondrán en duda: + +«Este hecho lo referían así mis padres y mayores que lo vieron: y decían +que había causado mucha lástima y compasión en Sevilla, porque la poca +edad de los supliciados daba prueba manifiesta del ningún fundamento y +sustancia del delito y de la acusación. Atribuyeron á rigor y suma +celeridad del Asistente, en la ejecución del castigo; mas como era +materia tan grave de suyo, y que á las voces que corrían se debía dar +cumplida satisfacción para escarmiento y ejemplo, su señoría no perdonó +diligencia ni admitió término dilatándola. Se dijo que el padre de uno +de ellos, que era muy rico, ofreció sumas considerables de dinero por el +perdón del hijo. En fin, la ejecución fué espectáculo que acongojó el +ánimo de los que la vieron.» + + + + +EL SASTRE CATALÁN + + +La historia de Cosme Sevaro, es de las más famosas que registran las +memorias sevillanas. + +Catalán era Cosme, ejercía el oficio de sastre en la calle de los +Fundidores, hoy de Hernando Colón, y estaba casado con Manuela Tablante, +hermosa hembra, la cual gustó más que de su marido de un robusto mozo +llamado José Márquez, oficial que en la tienda estaba, y como ambos eran +jóvenes y de sangre inquieta, no tardaron en entenderse muy á su sabor y +sin que nada llegase á sospechar el buen alfayate de lo que pasaba en su +misma casa. + +Hubo de descubrir éste, después de mucho tiempo, su deshonra; pero no +fué hombre de los que se dan á la justa cólera, ni menos pensó en vengar +el agravio con propia mano, sino que entabló querella ante escribano, y, +presos la Tablante y Márquez, se les condenó á la última pena en 22 de +Octubre de 1624. + +Pero muchas simpatías debían de tener los reos entre cierta gente de +Sevilla, cuando, apenas se colocó el tablado para la ejecución, un grupo +numeroso de hombres lo destruyó, y otro que se hizo enseguida fué +deshecho y quemado también la noche del 24 del citado Octubre. + +Por fin, con auxilio de la tropa, se puso un tercer tablado, y el 25 +por la mañana, después de haber tomado las autoridades grandes +precauciones, llevaron allí á los dos reos y al sastre Cosme, que debía +presenciar el castigo. + +Mas hé aquí que, cuando llegaron los amantes y estaban en el patíbulo, +comenzó á levantarse un rumor sordo en el público que llenaba la plaza y +el cual fué tomando mayores proporciones, hasta oirse por algunos sitios +la palabra perdón. + +Entonces apareció por el arco del convento de San Francisco un gran +número de frailes en procesión con velas encendidas, llevando en alto un +crucifijo, y los cuales, venciendo la resistencia de los soldados, se +abrieron paso con dificultad y subieron al tablado con priesa, +arrodillándose ante el sastre pidiéndole con sentidas expresiones que +perdonara á los culpables. + +La esposa cayó también á los pies del marido y entonces se desarrolló +una escena por demás original. + +«Clamaban--dice el manuscrito del conde del Aguila--los alaridos de la +gente porque la mujer era hermosa: cuatro de los religiosos se abrazaron +con el marido sin dejarle menear y ayudados de otros y diciendo á +grandes voces:--_Ya ha perdonado_--echaron abajo á la mujer, que dió un +salto por la escalera como una gata, y sin cesar las voces de--_Ya ha +perdonado_--fué notable el alarido y contento de todos, y se la llevaron +en volandas á San Francisco. Cosme, alzando el brazo, lo meneaba muy +depriesa, haciendo señales de que no era verdad, pero seguían las voces +de perdón y echaron en el bullicio del tablado abajo al adúltero medio +muerto y lo llevaron también á San Francisco, quedando allí Cosme +llorando.» + +El final de la historia fué que José Márquez pasó á galeras, que el +sastre catalán perdonó algunos días después á su amable costilla +haciéndola que entrara en un convento; pero Manuela Tablante, que era +mujer de empuje, escapó del convento y vivió suelta muchos años en toda +libertad para entregarse á mil amoríos en la ciudad, por los que se hizo +famosa. + +En verso y prosa se publicaron y circularon profusamente por Sevilla á +raíz del suceso multitud de _relaciones_ á cual más curiosas y de las +cuales se conservan algunas de que no he de hacer mención por lo +dilatado que resultaría este apunte y en todas ellas se encuentran +curiosos detalles sobre el nunca visto suceso de Cosme Sevaro. + + + + +EL HERMANO DE JUAN DE JESÚS + + +Andaba por Sevilla en los comienzos del siglo XVII, un sujeto á quien +todos conocían con el nombre del hermano Juan de Jesús María, el cual +iba por las calles con hábito de _tercero_ ó _ermitaño_ y con mucha +humildad y constancia pedía limosna para las huérfanas. + +Como parecía hombre pacífico y su edad era mayor de los cincuenta años, +entraba y salía fácilmente en muchas casas, siendo no despreciable la +cantidad de maravedises que diariamente reunía, de los cuales daba +pruebas que los empleaba en santos fines su aspecto de pobreza y +humildad de su pelaje. + +Así anduvo el limosnero de huérfanas durante mucho tiempo y llegó á +hacerse popular en Sevilla, sin que nadie sospechase de él que pudiera +ser otra cosa que un sano varón, temeroso de Dios.... + +Pero ¡ay! que los que no obran recto, por muy redomados é hipócritas que +sean, al fin y á la postre son descubiertas sus arterías, y esto vino á +pasarle al hermano Juan de Jesús María, á quien en 1623 la Inquisición +echó el guante y metió en prisiones, quitándole para siempre de andar +correteando por calles y plazas de limosnero de huérfanas pobres. + +Y con razón obraron entonces los de la _vela verde_, porque de +diligencia en diligencia averiguaron del hermanito las siguientes +gracias, las cuales fueron probadas todas con testigos y con los +detalles necesarios. + +Juan de Jesús María había «dicho proposiciones heréticas y blasfemias, +en particular que estaba tres veces confirmado en gracia, una por los +pecados mortales, otra por los veniales y otra por las imperfecciones; +dijo que lo bautizó la Santísima Trinidad, y que el Angel de su Guarda +era Nuestra Señora: que no tenía necesidad de la intercesión de los +Santos ni de las imágenes que eran añagazas: que Nuestro Señor le había +concedido un Jubileo como á San Francisco: que todas las personas que le +dieran limosnas para entrar dos hijas monjas no se habían de condenar: +dijo, que mientras más veces comía y bebía se sentía más bien para la +oración; que con los abrazos comunicaba á las mujeres el Espíritu y amor +de Dios, y así las abrazaba y besaba diciendo que de él no se pegaba +nada de la comunicación de las mujeres, porque estaba en el estado de la +inocencia, y que no tenía nada de la carne de Adán, etc., etc.,» +probándosele también que hacía creer á muchos que sacaba almas del +Purgatorio, que había subido al cielo nada menos y que allí lo habían +bautizado; que tenía éxtasis y que durante mucho tiempo no habían sido +otros sus propósitos que hacerse pasar por ser santo digno de ser +venerado en los altares. + +Mal año fué, con todo esto probado, para el hermano ermitaño, el año de +1624, pues el 30 de Noviembre salio en el auto público de fé celebrado +en la Plaza de San Francisco con 43 penitenciados más, siendo condenado +á sufrir cien azotes de los más enérgicos, á «reclusión perpétua en un +hospital ú convento donde no comulgase sino las Pascuas, ó para ganar +algún jubileo en artículo de la muerte.» + +Los públicos azotes los sufrió el hermano Juan de Jesús María el 12 de +Diciembre, en que paseó las calles de Sevilla, de muy distinta manera +que en otro tiempo lo había hecho, y todas estas noticias constan en el +antiguo manuscrito que existe en la Biblioteca Colombina de sucesos +sevillanos. + + + + +LA MULATA Y LA HECHICERA + + +Jerónima Jacinta era mulata, estaba casada con un sujeto de no muy +buenos antecedentes, y vivía en Sanlúcar de Barrameda en el primer +tercio del siglo XVII. + +El marido de la Jerónima, ó bien fuera porque se cansase de ella, cosa +que no tiene mucho de extraño, ó porque anduviera en pasos no muy +buenos, fué lo cierto que de la noche á la mañana se huyó de su lado y +procuró por cuantos medios pudo, que su cara mulata no volviese á tener +de él más noticias. + +Esto, naturalmente, desesperó á la mujer, que debía estar muy prendada +de su hombre, del que no le era fácil pasarse sin su compaña, por cuanto +comenzó á hacer muchas y muy activas diligencias sobre el paradero del +desenamorado esposo, y viendo que sus pesquisas no le daban resultado, +consultó á varias amigas, las cuales la informaron que para que volviese +al hogar el marido, no tenía sino que consultar con una famosa hechicera +que era especialista en tal linaje de asuntos. + +Ella se decidió bien pronto, y cuando ya estaba dispuesta á ir al antro +de la bruja, informóla otra amiga, que también era mulata, que con que +enviase á la maga una trenza de la camisa, ella se la volvería luego +con tal virtud adobada, que, practicando puntualmente lo que le fuese +ordenado, ya estaría entrando por las puertas el infiel marido. + +Entregó la Jacinta su trenza, con algún dinero que le exigieron, pues no +era cosa de dar la felicidad de balde, y recuperó á los pocos días su +trozo de camisa, mandándole á decir la bruja que con que lo quemase á +fuego muy vivo era lo suficiente para que viese cumplidos los vehementes +deseos. + +Quemóse la trenza, pero en vano esperó días y semanas el retorno del +marido, y ya desesperada, fué tanto su odio y la indignación que contra +la hechicera estalló en su pecho que, decidida, salió de Sanlúcar y +vínose á Sevilla, donde se presentó ante el tribunal de la Inquisición, +denunciando á la bruja con todos sus pelos y señales, y haciéndose los +siguientes cargos que constan en el _traslado sacado de la relación del +auto de fé celebrado el Domingo de Cuaresma última de Febrero del año de +1627_, y que no dejan de ser chistosos. + +Dijo Jerónima Jacinta "que había visto que la dicha mujer había echado +suertes tres ó cuatro veces con unos granos de cebada, echándolos en un +puchero con agua, contándolos y diciendo: _Saque, machaque, Barcebú, +Barrabás, el demonio mayor del infierno_; y que luego tomaba un Christo +poco mayor que la palma de la mano, y teniéndole sobre la misma palma, +con un cuchillo hacía unas rayas en sus mismos dedos y otras en el suelo +y en la pared, y luego las borraba soplando, y que cuando las hacía +rezaba entre sí, y que tenía un paño todo en que había un pedazo de +cabello como mostacho de hombre y la dicha mujer le dijo que aquello era +para echar suertes; y que había comprado un asno prieto por doce ducados +para darlos á los hombres; y que vendía cada migaja por ocho reales; y +que cuando echaba las suertes con la cebada, sacaba un papel donde tenía +un pedazo de ara consagrada, y que á ella le había dado un pedazo +diciendo que era buena para traer amigos.» + +La Inquisición tomó en cuenta la denuncia, y haciendo sus +averiguaciones, echó mano á la mujer de los hechizos con la intención de +poner coto á sus habilidades. + +Pero fué lo gracioso que, de tal manera se las arregló la bruja, que +dejó por embustera y falsa á la denunciadora, que no pudo por su mal +probarle nada de lo que contra ella había denunciado. + +Con esto pagó á la postre la mulata, pues la obligaron á declararse +calumniadora y salió en el ya citado auto de fe de 1627, en compañía de +otros condenados como la beata Catalina de Jesús, el clérigo Juan de +Villalpando, de quienes ya me ocupé, el esclavo Domingo Vicente, Luisa +Narváez y otros pájaros de cuenta. + +En resumen, la mulata Jacinta fué condenada á «_salir con coroza blanca, +á sufrir doscientos azotes y diez años de destierro_», siendo de suponer +que no le quedarían ganas de consultar con más brujas, ni de hacer más +averiguaciones para atraer al fementido esposo. + + + + +BARRABÁS + + +El veinticuatro de Sevilla, D. Fernando Melgarejo, hombre de alta +posición y muy conocido de todos fué de aquellos que dejan fama entre +sus contemporáneos, bien que ésta no era de las envidiables, aunque sí +muy sonada. + +Era don Fernando marido de doña Luisa Maldonado, señora formal y grave, +pero sin duda, su demasiada gravedad y rigor debieron aburrir al marido, +caso que no es raro, y puso los ojos en una hermosa y alegre sevillana +llamada doña Dorotea Sandoval, unida en el dulce lazo del matrimonio con +un sujeto cuyo nombre calla la historia, y por cierto que es gran +lástima. + +Correspondido en sus amorosas pretensiones, Melgarejo, que debía ser de +aquellos á quien inquieta poco el _qué dirán_, contando con el +beneplácito del marido de doña Dorotea, fuese á vivir con la dama +saliendo con rumbo á los gastos de la casa y no poniendo tasa en +muebles, joyas y caprichos. + +Así duró la cosa mucho tiempo, y al cabo de años, deseando cortar aquel +escándalo, que en la ciudad era público por la calidad del héroe, los +alcaldes del Crimen de la Audiencia intervinieron en el asunto, +desterrando de la ciudad á doña Dorotea, que á poco volvió +tranquilamente á seguir la antigua vida, pues la influencia de Melgarejo +era grande y su carácter pesaba mucho en autoridades y personas. + +Tenía el señor veinticuatro un natural violento, con facilidad montaba +en cólera inusitada, razón por la que era llamado por el vulgo +_Barrabás_: y así se explica que en cierta ocasión, como sorprendiera á +un mozalbete haciendo desde la ventana de una casa frontera señas á doña +Dorotea en punto en que ésta también estaba al balcón, cogió á su amante +violentamente y allí mismo dióle una monumental paliza, á la vista del +honrado marido, que mientras zurraban á su esposa le decía con mucha +flema: + +--«Amiga, ¿cuántas veces te dije que no te asomases á esa ventana; mira +que el señor don Fernando ha de venir á saberlo y ha de costarte muy +caro?»--Y dirigiéndose al iracundo veinticuatro, le repetía:--«Señor don +Fernando, prometo á usted que tiene menos culpa Dorotea de lo que le han +á usted encarecido.» + +A consecuencia de este escándalo y de otros que siguieron, la hermosa +apaleada huyó á un convento; pero el marido, haciendo presente que +estaba enferma, la sacó de él, volviendo todo al mismo estado, hasta el +16 de Junio de 1627, en que falleció doña Dorotea de Sandoval, con gran +sentimiento de Melgarejo, que dió las mayores muestras de dolor. + +Éste mandó decir misas á la difunta en todos los templos de Sevilla, +costeó gran funeral, y el 17 de Junio, que fué el entierro, lo presidió +el propio amante, asistiendo al acto los caballeros principales de +Sevilla, apesar de que todos eran tan morales y tan piadosos y devotos. + +Poco tiempo después murió también la esposa de Melgarejo, doña Luísa +Maldonado, pero de su entierro, cuando nada dicen las relaciones +antiguas, prueba que debió de no revestir la pompa y solemnidad que el +de la famosa Dorotea. + + + + +DESAFÍOS Y RIÑAS ENTRE NOBLES + + +El marqués de la Algaba, noble sevillano que en la primera mitad del +siglo XVII era muy conocido en la ciudad, tuvo un desafío con el +Asistente de la ciudad, el cual desafío fué célebre por circunstancias +diversas, y cuyo motivo fué el siguiente: + +En la casa de los jesuitas hubo una gran función religiosa á fines de +Agosto de 1628, y para asistir á ella como era propio de su rango, el +marqués de la Algaba mandó á los _ignacios_ que le colocaran en lugar +preferente del templo una gran silla con su reclinatorio y almohadas. +Mas hete aquí, que á la dicha función ocurriósele asistir también al +conde de la Puebla Asistente de la ciudad, y al ver el sillón preparado +para otro, mandólo quitar sin más miramiento, porque entendía que si él, +que era tan alta autoridad, no tenía preferencia, no debía permitir que +ningún marqués de la Algaba ni de ninguna parte la tuviera en su +presencia. + +Y aquí fué el origen del desafío, porque el marqués montó en cólera y +retó al conde, acudiendo los dos rivales á los pocos días á las +inmediaciones de la ermita de San Sebastián, donde se batieron +briosamente, mas cuando era más empeñada la lucha se rompió la espada +del Asistente, parando sus golpes el de la Algaba. + +Entonces dice un documento: + +«Acudieron amigos de ambos, mediaron y terminó la contienda. El Regente +de la Real Audiencia los procesó, prendió y dióles su respectiva casa +por cárcel, con centinelas de vista. El año siguiente (1629) el marqués +de la Algaba se libró, merced al indulto general concedido, en +celebridad del nacimiento del Príncipe Don Baltasar Cárlos.» + +Sobre este desafío se hicieron infinitos comentarios, encontrándose muy +divididas las opiniones sobre la conducta que siguieron los dos +contendientes, no siendo menos las conversaciones á que dió margen otro +suceso ocurrido poco tiempo después y en el que también intervinieron +como partes principales personas de noble abolengo. + +Del apellido Esquivel existían dos familias principales el siglo XVII, y +para distinguirlas, el vulgo añadía á sus apellidos los nombres de los +barrios donde tenían sus casas solariegas, llamando así á unos +_Esquiveles de San Vicente_ y á otros _Esquiveles de San Pedro_. Estos +últimos eran varios caballeros, los cuales encontráronse en la mañana +del 16 de Septiembre del citado año del de 1629 con un individuo, +también de calidad, y con el cual habían tenido en diversas ocasiones +disputas y rivalidades. + +El encuentro fué, ciertamente, desgraciado, pues apenas se vieron los +rivales, enzarzáronse de palabras, tirando de las espadas, y, con gran +cólera, se arremetieron briosamente; mas como quiera que los Esquiveles +eran varios, y en auxilio de ellos vinieran algunos criados, vióse el +caballero, que estaba solo, obligado á huir, arrojando el acero. + +Persiguiéronle los otros, y viendo en su huída el apurado sujeto abierta +la puerta de la iglesia de San Pedro, penetró en ella en el momento en +que un cura decía misa, arrojándose á sus pies todo afligido y lleno de +terror pánico. + +Pero los perseguidores no se detuvieron y también entraron +atropelladamente en el templo con las espadas desnudas, y hasta el pie +del altar persiguieron al enemigo sin consideraciones ni respetos +algunos, diciendo el antiguo manuscrito de efemérides sevillanas, donde +se cuenta el suceso, que «el sacerdote se quitó la casulla y echósela +encima al caballero; y apesar de esta prevención, sus contrarios le +dieron de estocadas, pasando la casulla, y lo mataron. Antes de morir +tuvo tiempo de confesar, y perdonó á los agresores, que salieron +precipitadamente de la iglesia, uno de ellos mal herido.» + +Este asesinato, que conmovió á toda la ciudad por las circunstancias que +le rodearon y las personas que en él intervinieron, no pudo ser +castigado por la justicia, pues los autores materiales del hecho +desaparecieron, tal vez protegidos por los instigadores, si bien se dijo +que todos, pobres y fugitivos, no tardaron en tener un desagradable +fin. + + + + +EL PRIOR DE LAS CUEVAS + + +El prior del monasterio de frailes cartujos de Santa María de las +Cuevas, en 1630, era un varón respetable, no sólo por su mucha ciencia +sino por sus virtudes, que al decir de todos, las poseía en alto grado, +tanto más dignas de encarecer si se tiene en cuenta que ya en el siglo +XVII no regía en aquella casa toda la rigurosa observancia de las +estrechas reglas de la orden, como lo fueron en los primeros tiempos que +siguieron á su fundación. + +Este prior tenía muy estrecha conciencia y se andaba con gran tiento y +pulso en lo del examinar detenidamente á los monjes, siendo en extremo +celoso é inflexible cuando de sus condiciones morales y conducta se +trataba. + +Por esto, algo debió observar que no fuera de su agrado ni le pareciera +conveniente, cuando se negó á dar licencia para órdenes, á un monje +llamado don Pedro Pavón, el cual de contínuo demostraba cuántos y +grandes eran los deseos que de verse con tales licencias tenía. + +Y como quiera que Pavón fuese hombre de carácter violento, y en la +negativa de su prior viese, ofuscadamente tal vez, algo de personal +enemiga, exaltóse hasta tal punto, que la mañana del 19 de Diciembre +levantóse de tan mal talante y con tan negras intenciones, que sin más +ni más se fué derecho á la celda del prior, donde éste se hallaba +tranquilamente, acompañado de un lego que le servía. + +Entró Pavón resueltamente, y casi sin hablar palabra, se precipitó sobre +el prior, y armado de un puñal lo hundió varias veces en el pecho de su +víctima, que cayó en tierra sin poder defenderse. Rápido, y presa de +insana y criminal furia, Pedro Pavón acometió enseguida al lego, que +huyó despavorido, sin que lograra, apesar de su diligencia, librarse de +una terrible puñalada que le atravesó la garganta. + +A los gritos de los heridos acudieron los frailes, quienes después de +muchos esfuerzos, consiguieron sujetar al criminal mientras otros +recogían los ensangrentados cuerpos. + +Diez y siete días después de aquel suceso (28 de Diciembre), expiró el +prior, y como el crimen había sido conocido en toda Sevilla, produciendo +la mayor sensación, fué inmenso el concurso que acudió al monasterio de +la Cartuja y á ver el funeral y entierro, al que también asistió el +Asistente, vizconde de la Corzana, y los caballeros veinticuatros, con +otras muchas personas graves y de alta significación en la ciudad. + +Y escribe don Diego Ignacio de Góngora, que al cadáver del prior le +pusieron «corona de mártir» y que el lego murió el día 30 sin que para +él hubiese lo de la corona, aunque en verdad también la merecía. + +En cuanto al criminal, aunque lo sentenciaron á ser entregado al brazo +secular para quitarle la vida, se probó que estaba loco, y lo encerraron +en el convento de San Juan, en donde se dice que murió por los años de +1678. + +Para que este succeso fuese todavía más digno de llamar la atención, +vino á unirse á él lo extraordinario del siguiente cuento que consigna +cándidamente Góngora. + +«En el convento de Miraflores, un cartujo virtuoso, que conocía al Prior +de Sevilla (sin saber lo que acá había pasado) vío que Santa Justa y +Rufina (!) presentaron en el cielo al Prior de Sevilla con una guirnalda +de flores y una rica capa carmesí, en los brazos de Nuestra Señora. Así +se ve pintado en una lámina en la hospedería alta del convento, y el +entierro en la baja.» + +Todo esto aumentó, como es consiguiente, la fama del asesinato del Prior +de las Cuevas, suceso que entretuvo por largo tiempo á las gentes, y que +bien merece consignarse, para saber como la gastaban algunos hombres del +siglo XVII, cuando los contrariaban sus superiores. + + + + +LA MONJA ALFÉREZ + + +Bien conocida es la historia de la originalísima mujer doña Catalina de +Erauso, monja en San Sebastián, que mal avenida con su sexo, se fugó del +convento en 1607, á la edad de quince años, y disfrazada de hombre, +marchó á Indias, donde siguió por mucho tiempo una vida llena de lances +y aventuras, que no es del caso recordar, sentando después plaza en el +ejército, donde por su valiente comportamiento y los muchos hechos de +armas en que tomó parte, logró el grado de alférez. Y sabido es también, +cómo fué allí descubierto su sexo y vuelta á España en 1624, donde la +fama de sus hechos y extraña historia, se divulgó bien pronto, llamando +la atención de todos, alcanzando tanto renombre, que en 1625, el rey +Felipe IV le mandó dar 800 escudos en premio de su valor y el título de +alférez, y el papa Urbano VIII le concedió especial permiso para que +durante su vida usase, como hasta allí lo había hecho, el traje +masculino. + +Esta singular mujer estuvo en Sevilla en 1630, cuando su nombre era +conocidísimo en toda la península, y aquí permaneció breve tiempo, +disponiéndose para embarcar de nuevo á América, siendo aquél su último +viaje, pues la _monja alférez_ desapareció en 1635, sin que se volviese +más á saber de ella. + +En Junio del citado año de 1635 doña Catalina de Erauso vestida con su +traje militar, paseó las calles de la capital de Andalucía, excitando la +curiosidad de todo el pueblo, y siendo recibida en las casas más +principales, donde suspendía á cuantos la escuchaban con el relato de +sus novelescas aventuras. + +El día 4 de Julio fué á la Catedral sevillana la _monja alférez_, donde +oyó misa, y cuenta un testigo que, á su entrada y salida del templo, la +rodeó la gente curiosa, que la siguió por las calles hasta su posada. + +Vivía entonces en Sevilla el celebre pintor Francisco Pacheco, y este +artista, excitada su curiosidad por aquella mujer singular, la llamó á +su estudio y le hizo un notable retrato al óleo, retrato del cual da las +siguientes noticias don José María Asensio. + +«Pacheco aprovechó su permanencia en Sevilla (la de la monja alférez) +para hacer su retrato, cuyo original, vendido, según parece, por un +comisario de guerra sevillano al coronel B. Shepeler, encargado de +negocios de Prusia en Madrid, vino á parar á poder de don José María +Ferrer, quien lo publicó en la historia de aquella mujer extraordinaria +en la edición que se hizo en París en 1829.» + +El capitán Miguel de Chazarreta, que iba de general de la flota de +Indias en 1630, se dispuso á llevar con sus tropas, á la _monja +alférez_, y según el testimonio del contador Manuel Fernández Pardo, +oficial mayor que era entonces de la Contaduría de la Casa Contratación +de Sevilla, en los libros de dicha Contaduría se sentó la cédula del rey +y el pasaje de la famosa guipuzcoana con el título de _el alférez doña +Catalina de Erauso_. + +Un antiguo escritor de curiosidades sevillanas, el ya nombrado don Diego +Ignacio de Góngora, da noticias de la estancia en Sevilla de doña +Catalina, y escribe en este punto las siguientes líneas: + +«Yo hablé con el P. Fray Nicolás de Rentería, religioso capuchino, que +murió portero en el convento de religiosos capuchinos de Sevilla, hombre +ya muy anciano, que, siendo mozo y seglar, había estado en las Indias, +en la provincia de Nueva España, el cual me dijo que había conocido á la +_monja alférez_ en Veracruz, donde tenía una recua de mulos para llevar +las ropas y mercaderías que traían la flota á Méjico y tierra adentro y +bajar la planta que embarcaban los galeones, y que había realizado mucho +caudal en este género de tráfico y ocupación.» + +Partió la _monja alférez_ de nuestra ciudad en el verano del mismo año +de 1630 con la gente del capitán Chazarreta, dejando por largo tiempo +recuerdo de su estancia en Sevilla y recuerdos en la memoria de todos de +su porte y traza, y que describe así uno de sus biógrafos: + +«Era Catalina demasiado alta como mujer, aunque no tenía la estatura ni +la presencia de un arrogante mozo. De cara no era fea ni bonita. Eran +negros, brillantes y muy abiertos sus ojos y las fatigas más que los +años alteraron pronto sus facciones. Llevaba los cabellos cortos como +los hombres, y perfumados, según la moda. Vestía á la española. Poseía +aire marcial, llevaba bien la espada y su paso era ligero y elegante. +Sólo sus manos tenían algo de femeninas, en las palmas más que en los +contornos, y su labio superior estaba cubierto de negro y ligero bozo, +que, sin ser verdadero bigote, daba un aspecto viril á su fisonomía.» + +Tal era, físicamente, aquella monja sin par, y tales las curiosas +noticias que existen de su estancia en Sevilla, donde tanto llamó la +atención de las gentes. + + + + +LA ÚLTIMA HAZAÑA DE UN VALENTÓN + + +Juan Morán era mozo de chapa, valentón de oficio, aficionado á lo ajeno +y hombre que había en su larga _carrera_ cometido tantas tropelías, que +al cabo y al fin vino á dar en que la justicia le condenase á la pena de +horca, como remate á sus numerosos delitos. + +Al efecto, el día 6 de Septiembre de 1633, reuniéronse en la Audiencia +los alcaldes de Sala, y con todas las ceremonias comenzaron la relación +de la causa del ínclito Morán, que muy contrito y arrepentido, al +parecer, escuchaba la relación de la cuenta interminable de sus +crímenes. + +Mas de pronto, acordándose el valentón de lo que había sido, y +encendiéndose su sangre toda ante la idea de que iba á morir sin honra +ni provecho, tuvo un arrebato vehementísimo, y sacando un cuchillo que +oculto llevaba, fué su primera acción acometer al alcaide de la cárcel, +Antonio Brito, que estaba más próximo, hiriéndole de una terrible +puñalada que lo derribó, y al punto, sin perder instante, cogió una +espada á otro sujeto, y armado de ella subió las gradas del estrado con +intención de asesinar á sus severos jueces. + +En la sala se produjo una confusión espantosa: todos gritaban, todos +estaban en movimiento, y los señores alcaldes, que se vieron venir sobre +ellos á Juan Morán, saltaron de sus sillones y detrás de los asientos +muy agazapados procuraron esconderse llenos de terror, pues todos se +veían ya atravesados por el acero del bravo. + +Así lo hubiese ejecutado el valentón si no da la casualidad que, ya en +el estrado, tropezase y cayese, en cuyo punto se arrojaron sobre él +alguaciles, mozos y público y le hirieron ferozmente. + +Media hora después estaba la horca levantada en la Plaza de San +Francisco y á ella fué arrastrado Juan, á quien habían cargado de +cadenas. + +Después de ejecutado el valentón se le cortó una mano, que se clavó en +la puerta de la Cárcel real, siendo este el desgraciado fin de la vida +de Juan Morán, de cuyos hechos he visto más de una antigua relación +impresa. + + + + +LA HERMOSA POSADERA + + +En la calle de Harinas existía una posada de las más acreditadas de la +ciudad y de la que era dueño un matrimonio que tenía cierto capital, +pacíficamente adquirido en el ejercicio de su comercio. + +La esposa era, según las memorias, mujer muy hermosa, y á lo que parece, +debía de estar prendada de su marido, y ser, á más, honesta y muy +cumplidora de sus deberes. + +En el año de 1633, un caballero navarro y de posición, que vino á +Sevilla á particulares asuntos, hospedóse en la posada de la calle de +Harinas, y como quiera que el tal fuese joven y de sangre inquieta, +comenzó á requebrar á la mujer del posadero, con tanta insistencia y tan +arriscado, que la mujer llegó á alarmarse, viéndose precisada á tomar +algunas medidas para defenderse del peligro que la amenazaba. + +Don Bernardo de Beamonte, que así se llamaba el caballero, era, como +buen navarro, testarudo, y la negativa de sus pretensiones amorosas le +empeñó más y más en ellas, dándose el caso de que la posadera, para +evitar encuentros y asechanzas, adoptase, como prudente medida, la de +irse por algunos días á vivir con ciertos lejanos parientes. + +Entonces don Bernardo, que no debía ya estar muy en su juicio, dedicóse +á buscarla por toda la ciudad, y así anduvo el hombre varios días +bebiendo los vientos, sin resultado alguno. Mas héte aquí que el Sábado +Santo, al pasar el enamorado por las gradas de la Catedral, vió salir de +la Basílica á la hermosa posadera, que acababa de oir la misa mayor, y +lo mismo fué verla se dirigió como un rayo á la mujer, que, asustada de +la actitud de don Bernardo, volvió á entrar en la iglesia, temiendo +algún desastre. + +Y no fueron, á la verdad, infundados sus temores, pues el caballero +acercóse á ella, volviendo á reiterar sus pretensiones con violenta y +turbada actitud, causándole tal explosión de enojo y cólera el verse, +como en otras tantas ocasiones, rechazado, que allí mismo tiró de la +daga y con ella se avanzó á la mujer, hiriéndola gravemente en el +hermoso rostro, causa de sus desazones y de sus inquietudes. + +El escándalo que á la puerta del templo se produjo fué enorme, y +aprovechando entonces la confusión de los primeros momentos, don +Bernardo huyó entre la gente, llegando á buscar asilo al convento del +Carmen, que era el recurso entonces de los que cometían un delito. + +Allí quedó oculto el navarro por unos días, sin que la justicia supiera +su paradero, ni tampoco lo conociese el marido de la posadera, que tenía +gran empeño en dar con el que tanto propósito había demostrado en +deshonrarle. + +Pero de allí á poco el esposo, fué más afortunado que los golillas, y +habiendo sabido el lugar donde don Bernardo de Beamonte se ocultaba, el +día 28 de Marzo de 1633, fuése muy disimuladamente al convento, y +habiendo conseguido llegar hasta la celda que servía de prisión al +caballero, lo encontró descansando muy descuidado, y sin andarse con más +palabras, le asesinó con un cuchillo. + +Preso el matador, fué juzgado inmediatamente, pero tales fueron las +circunstancias que en el hecho concurrían, que la justicia, el día 18 de +Abril, lo puso en libertad bajo fianza, según consta en las _Memorias_ +sevillanas de donde tomo la noticia de este suceso. + +Lo que no dicen las _Memorias_ es si el rostro de la mujer quedó muy +desfigurado con las cicatrices de las heridas que le causó su acalorado +pretendiente, á quien tan caro costó el prendarse de posadera honesta. + + + + +ESPEJO DE ESCRIBANOS + + +No hacen memoria alguna los historiadores, de un escribano del crimen de +la real Audiencia, que vivió en Sevilla hace tres siglos, y por cierto +que es gran lástima, y es imperdonable olvido, pues el tal quedó como +hombre famoso y dió mucho que hablar en la ciudad y metió en ella ruído, +teniendo que intervenir en sus asuntos el mismo rey Felipe IV y todo el +Concejo, como verá el que siga leyendo. + +Don Roque Simón era el nombre del escribano, y aunque en un principio +tenía escasa fortuna, tomó un Oficio, y apenas se vió con él, supo darse +tales trazas, empleó tales manejos y se metió con gente de tal calaña, +que llegó pronto á revestirse por sí de una autoridad con la cual llevó +á cabo los más desatinados desmanes. + +Claro que en principio tuvo por protectores á los alcaldes que le +ayudaron, pero andando el tiempo, y dicho sea de verdad, llegó el +escribano á imponerse de modo, que señores muy graves de la Audiencia le +tenían miedo y dejábanle por esto hacer cuanto le viniese en mientes, +que no era poco. + +El buen don Roque era toda una hormiguita aprovechada, y así no fué +extraño que con gran asombro de muchos le vieran en poco tiempo dueño +de fincas, con criados, caballos y lleno de grandes comodidades. + +Verdad es que para tenerlas, no reparaba en escrúpulos, y así se las +manejaba de manera harto donosa, siendo protector de rufianes y +valentones, á quienes sacaba el dinero por tenerlos al amparo de la +justicia, teniendo de su particular predilección á Juan de Barrio, +rufián célebre en Sevilla por sus tropelías, y á otros no menos +conocidos como Francisco de Espino, Francisco Bautista, Medrano y +Escamilla, siendo también muy señalada su protección á la _Garrida_ y á +María Pérez, dos mozas de chapa, regatonas de pescado en la Costanilla. + +Con otros vendedores de pescado y con los de diversos artículos, cometía +el escribano no pocos atropellos y hacíales, con amenazas, que le dieran +lo mejor que había en el mercado, como cualquier municipal de nuestros +días, y cierto viernes de Cuaresma, como no había un pescado que quería, +la emprendió á golpes con un vendedor, á quien encima mandó á la cárcel. + +Aceptada como medida de mayor aprovechamiento, andaba también el +escribano con los del contrabando y tenía con la mayor desvergüenza, una +falúa para introducir géneros en la ciudad, siendo no pocos los abusos y +desmanes que llevaba á cabo con otro compinche en el río, donde á más +impuso su autoridad á los pescadores de Triana. + +Y para que se vea cómo las gastaba Roque Simón, copiaré del manuscrito +de la _Información_, estos dos casos: + +«El verano pasado, porque el nevero que vendía en la Alameda no le +guardó nieve, fué á su casa y lo injurió con muy malas palabras y lo +hizo, por su autoridad, llevándolo á la cárcel de la audiencia, donde lo +tuvo tres días, haciéndole muchas molestias, de que hubo muy grande +nota....» + +«En la Pascua Florida, que agora pasó, porque un hombre que te trujo +unos jamones pidió dos reales por la traída, embistió con él y le dió de +bofetadas á mano abierta y de empellones y coces en el Oficio de Mateo +de Sisa.» + +Esto de abofetear á los que le parecía, era procedimiento que usaba con +frecuencia el famoso escribano del crimen, y así, en cierta ocasión la +emprendió á bofetones con un sastre en su mismo despacho; en otra con un +sillero de calle Colcheros, y con los vendedores ambulantes de la +Costanilla y el Salvador lo hacía con frecuencia, llegando en sus +valentías á hechos como éste, que da gráfica idea de lo que era el mozo, +y que para él no existía el respeto y consideración al sexo débil. + +«Iten que por maltratar á algunas personas con quien tiene enemistad, se +acompaña con los alguaciles, que rondan, tomando la administración de la +justicia por color para sus intereses, como lo hizo con _doña Gerónima +de Ledesma_, que tiene casa de posada en la calle de Bayona, y rondando +con Lorenzo López, alguacil de la Justicia, fué á su casa y la deshonró +de muy feas y afrentosas palabras, dándole muchos golpes y empellones, y +lo mismo hizo en otra ocasión con _doña Francisca de Villalobos_, +llamándola de... haciéndola presa en la cárcel, en que hay mucha nota.» + +En fin, para que nada le faltase á Roque Simón, también le daba por las +faldas y andaba siempre enzarzado en amoríos y enredos femeninos, como +así se hizo constar en su información, diciendo que «ha muchos años que +está amancebado y en pecado público, con mucha nota y escándalo, primero +con _doña Ana Tabique_, á quien ampara, y después de ella con _doña F. +de Ledesma, y siendo casado, come y duerme con ella_, y da mala vida á +su mujer muy públicamente, y por _celos de un clérigo_ lo hizo prender y +tuvo mano para que, siendo ordenado, lo llevasen con los de la leva.» + +Siguiendo su acostumbrado procedimiento, Roque Simón insultó y prendió +sin motivo alguno, en 8 de Octubre de 1636, á un panadero del Salvador, +llamado Lope Gordillo; pero aquel atropello no le salió tan bien como +todos, pues sabiéndolo el teniente mayor del Asistente, que tenía deseos +de poner ya coto al escribano, hizo prender á Roque, llegando á tanto la +osadía de amigos y compinches que la sala de alcaldes se llevó la causa. + +Entonces la ciudad recurrió al rey, que, enterado del caso, envió en 20 +de Noviembre de 1636 una provisión al regente de la Audiencia de +Sevilla, que lo era don Paulo de Arias Temprado, mandándole que abriese +inmediatamente escrupulosa _información_ sobre la vida y milagros del +famoso Roque y que se remitiera al Concejo. + +A esta _Información_, que se comenzó inmediatamente, pertenecen los +párrafos que más arriba dejo copiados, siendo gran lástima que, así como +se conserva en el Archivo Municipal (_Papeles importantes_: Tomo 3) el +documento, no le acompañen las últimas noticias de las penas que se +impusieron á Roque Simón. + +Verdad que bien pudiera haber ocurrido que, _por su buena mano_, quedase +sin castigo ó con castigo leve, que tal ocurría á veces con la justicia +de antaño. + + + + +EL PORTUGUÉS PEREA + + +Cuando ya parecían extinguidos en Sevilla los protestantes, que tanto +dieron que hacer á la Inquisición y á las justicias en el siglo XVI, +alzáronse en los comienzos del siguiente rumores de que los reformadores +intentaban de nuevo promover inquietudes, y ante el temor de que se +volviera á los días del doctor Constantino de la Fuente, de Cipriano +Valera y de Egidio, los señores del Santo Oficio abrieron el ojo y +comenzaron una persecución activísima contra cuantos pudieran, aun de +muy lejos, resultarles sospechosos de herejía luterana. + +Por este tiempo, que no era á la verdad el más apropósito, vino á la +capital de Andalucía huyendo de su patria nativa un portugués, de +apellido Perea, hombre listo, y cuyas ideas en materias religiosas no +dejaban de ser harto sospechosas. + +Perea tenía mucho de aventurero y no poco de valentón, y así fué que no +tardó en ponerse en contacto con gente de baja ralea, y bien fuera por +convicciones, bien por buscar con aquello medios de ir viviendo, +dedicóse, embozada y ocultamente, á hacer propaganda de luteranismo en +terreno que, ciertamente, no estaba preparado para que la semilla +fructificase, como antes había sucedido. + +Reunió Perea algunos adeptos, gente de poca monta, pero no tardaron en +llegar á oídos de la Inquisición los manejos del portugués, y en los +comienzos de 1636 decidieron apoderarse de su persona. + +Al efecto, una noche presentáronse los inquisidores en su casa, donde le +sorprendieron en una de las habitaciones de ella, sin que Perea hiciese +resistencia alguna; antes al contrario, con muy prudente actitud y +mesurado tono, hizo presente á los esbirros del tribunal que estaba á +disposición de ellos, rogándoles, sin embargo, que aguardasen algunos +instantes, pues tenía urgencia de evacuar una imperiosa necesidad en que +nadie podía sustituirle. + +Asintieron ellos, y Perea entró en otra estancia inmediata á la que se +encontraba, cerrando pudorosamente la puerta de ella. + +Pasaron algunos minutos y hasta un cuarto de hora, y viendo los de _la +vela verde_ que se dilataba la ausencia, y que no contestaba á las voces +que le dieron, penetraron en la habitación, viendo con sorpresa que el +pájaro había volado por una ventana que se hallaba abierta y la cual +daba á un callejón excusado y tortuoso. + +Salieron los inquisidores chasqueados y furiosos de la casa del +portugués, sin que fuera posible dar más con su persona, apesar de las +activas diligencias que se llevaron á cabo, y de los varios medios que +se pusieron en práctica. + +El 23 de Agosto de 1637, celebró la Inquisición auto de fe en San +Marcos, y en él se leyó la causa de Perea, el cual, averiguadas todas +sus heregías, era condenado á ser quemado vivo. + +Pero como el portugués no se hallaba á mano, los inquisidores tuvieron +que contentarse con quemar una estatua de cartón y paja, que lo +representaba con toda propiedad, y Góngora dice, haciendo mención de +este suceso: «Súpose más tarde que (Perea) estaba en Holanda y por eso +se quemó su estatua entre otras.» + +Y esta fué de las pocas veces que con ingenio pudo un reo burlar al +odioso tribunal, estando ya casi cogido en sus garras. + + + + +EL MARQUÉS DE BUENAVISTA + + +El marqués de Buenavista murió de manera violenta el año 1638, y las +causas de esta desgracia, que fueron en verdad curiosas, bien merecen +ser consignadas. + +Hallábase la mañana del 21 de Diciembre del citado año, en el edificio +de la Aduana, don Martín de Medina, marqués de Buenavista, presenciando +las ventas que allí se hacían, cuando, por motivo de un negocio que +estaba haciendo un sujeto llamado Francisco Ginés, enzarzóse con él de +palabras, que bien pronto subieron de punto, pues el tal marqués era, y +esto le venía de familia, colérico y nada prudente. + +Como quiera que interviniesen algunas personas en la disputa, éstas +lleváronse al señor marqués, mal de su grado, y la cosa quedó por +entonces allí, si bien no había de tardar en llegar á un funesto +extremo. + +Algunas horas después de la disputa, ocurriósele á Francisco Ginés, +acompañado de un sirviente, pasar por casa del de Buenavista en ocasión +en que éste estaba á la puerta, y lo mismo fué verlo el señor, comenzó á +insultarlo con las mismas descompuestas palabras y aun otras de más +grueso calibre, que hicieron fijar la atención de los transeuntes y +personas que por allí á la sazón discurrían. + +Escuchaba Ginés todo aquel chaparrón de insultos con cierta resignación, +limitándose á contestar alguna vez al marquesito, aconsejándole la +calma, cosa que también el criado hacía, lo cual tomó el joven caballero +á poquedad y achicamiento de ánimo, por lo que, exaltándose más y más, +llegó á levantar su espada con intención de descargarla sobre el +prudente Ginés, lo cual ya acabó con la medida de su paciencia, y +colmada con creces, se retiró á su domicilio, que no estaba muy lejos +del de su señoría; pero al llegar á este punto dejaré la palabra á un +historiador, que dice: + +«El Francisco Ginés entró en su casa y trajo su espada, y embistió con +el marqués de Buenavista, y apartándolos los que se hallaron allí, el +criado le dió una herida mortal, de la cual murió dentro de dos días ó +tres; y los agresores escaparon; y andando el tiempo, dentro de un año +se libró el Ginés y el criado se desapareció.» + +Y el mismo curioso autor contemporáneo de estos sucesos, añade, después +de haber dicho que el padre del marqués habíale afeado á su hijo la +primera disputa en la Aduana, aquella tarde del día 21 de Diciembre de +1638: + +«Los parientes del difunto, que son muchos y muy calificados, conocieron +la razón, y que su propia presunción y soberbia le quitó la vida al don +Martín de Medina, marqués de Buenavista, si ya no discurrimos que el no +haber querido desistir, habiéndose interpuesto el padre, y reprendídole +diciéndole que estaba muy soberbio y vano, le ocasionó la muerte, como +sucederá con los que no obedecen á sus padres.» + + + + +UN INQUISIDOR HUMILLADO + + +Era inquisidor mayor de Sevilla en 1638 el señor don José Ortiz de +Sotomayor, personaje campanudo, de gran coranvobis, soberbio como él +sólo y tan poseído de su persona y cargo, que se hacía servir como un +reyezuelo despótico y arbitrario. + +Este señorón andaba algo picado con el Cabildo Catedral por diversas +causas, y deseando hacer ostensión de lo que valía y de cuánto era su +poder, el día 14 de Agosto del citado año, en el cual celebrábase en la +Basílica sevillana una gran fiesta por cierta bula que había concedido +el Papa, y el templo estaba lleno de autoridades, de personajes y de +muchos fieles y _fielas_, presentóse el inquisidor á manera de +principote indio, rodeado de criados y seguido de un paje que le llevaba +la falda del traje talar. + +Esto de la falda alzada no era permitido más que al arzobispo, por lo +cual, cuando los canónigos que estaban en el Coro supieron la forma en +que el inquisidor llegaba á la puerta del templo, mandaron á decirle con +urgencia, que si quería entrar en la Catedral se dejase de que le +llevaran la cola. + +Cuando esto supo el señor Ortiz de Sotomayor, púsose colérico y envió +recado á los canónigos diciendo que con falda alzada había de entrar y +que no había más que aguantarlo, dando esto motivo á diversos recados y +dimes y diretes que casi interrumpieron toda la gravedad de la +solemnidad religiosa y dió bastante que murmurar al concurso, terminando +el incidente, por entonces, con que el hinchado inquisidor entrase en el +templo y saliese de él muy orondo y ufano, seguido del pajecito que le +llevaba la discutida falda. + +Alborotóse el cabildo eclesiástico, y no queriendo que le pusiesen el +pie delante en cuestión de tanta trascendencia, envió á Madrid un +canónigo para que trajese resolución de los altos poderes para saber á +qué ajustarse en adelante. + +Y fué lo bueno que la tal resolución vino contraria al inquisidor, pues +se decía en ella que cuando fuese á la iglesia con el tribunal podría +llevar la cola alzada, bajándola al llegar á la capilla mayor, pero que +nunca se permitiese ni esto cuando fuese solo. + +La rabia del señor don José, al conocer la nueva, fué terrible, pero no +tuvo otro medio por entonces que acatar lo mandado, terminando así esta +cuestión de faldas.... eclesiásticas. + + + + +LAS TAPADAS + + +Costumbre muy arraigada era en las mujeres españolas en los siglos XVI y +XVII salir á la calle cubiertas con mantos, y de las más afectas á ese +uso lo fueron las damas de Andalucía, y particularmente las sevillanas, +que en esto de ir tapados los rostros como en otros varios hábitos que +tenían, veíanse claros los restos de costumbres mahometanas de lejanos +días que no habían podido desechar, dado que aunque ellas no quisieran, +algo de sangre moruna por sus venas corría. + +Era el manto en las mujeres de Sevilla, prenda de gran estima é +imprescindible en multitud de ocasiones, aun para las de más elevada +posición, como dice el bachiller Luís de Peraza, que en el siglo XVI +escribía: «Las más ricas usan trajes de _mantos_ de paño fino y largos, +y de raso, y de tafetán y de sarga....» y en los comienzos de la +centuria siguiente apuntaba Alonso de Morgado en la _Historia_ de +nuestra población: «Usan (las sevillanas) vestidos muy redondos, se +precian de andar muy derechas y menudo el paso, y así las hace el buen +donaire y gallardía por todo el reino, en especial por la gracia con que +lozanean y _se tapan los rostros con los mantos y miran de un ojo_ y en +especial se precian de muy olorosas, etcétera, etcétera.» + +Prenda muy apropósito era el tupido manto para las aventuras y +galanteros, que como dijo el poeta + + «siempre el manto fué en España + tapa enredijos de amor....» + +y con harta frecuencia los autores de aquellos tiempos se lamentaban de +los lances á que el uso de tal prenda daba lugar y en los cuales había +con frecuencia tajos y cuchilladas de galanes rivales ó de burlados +esposos y amantes. + +Fundándose, pues, en graves razones que se tuvieron muy en cuenta, las +Cortes celebradas en 1586 prohibieron que las mujeres fuesen tapadas +«_por los inconvenientes que de esto resultaba_» mas como quiera que tal +prohibición poco ó nada llegó á cumplirse, Felipe II dió una +_pragmática_ en igual sentido en 1594 y Felipe III otra en 1614, que +dicho sea de paso y aunque contrariara á los monarcas y á sus justicias, +no consiguieron desterrar el uso del manto, ni mucho menos, de los +dominios españoles. + +En Sevilla, por ejemplo, fueron en vano las amonestaciones de los +Asistentes de la ciudad y las predicaciones de no pocos frailes, que +tomando muy á pecho esto de que las damas no lucieran sus lindos rostros +por calles y plazas, llamaron al manto _arma de Satanás_, _cubierta del +pecado_, etc., amenazando con el enojo de la divinidad y hasta con las +eternas penas de los profundos infiernos. + +Así las cosas subió al trono el rey Felipe IV y aunque ya se sabe que +este monarca fué muy dado á aventuras y que su reinado es el de las +comedias de _tapadas_ y _embozados_, tantas fueron las quejas que +recibió y tantas las representaciones que los cabildos de algunas +ciudades le hicieron, que el 12 de Abril de 1639 dió una pragmática con +toda la fuerza de ley votada en Cortes, la cual era de no poco rigor y +llevaba el propósito de conseguir de una vez por medio del temor á las +penas, la completa desaparición de prenda tan cara para el sexo bello +como lo era el manto. + +Así, en la dicha pragmática se leen párrafos como el siguiente, que á +título de curiosidad reproduzco y que dice así: + +«....Mandamos que en estos reinos y señoríos todas las mujeres, de +_cualquier_ estado y calidad que sean, anden descubiertos los rostros, +de manera que puedan ser vistas y conocidas, sin que en ninguna manera +puedan _tapar el rostro en todo ni en parte con mantos_, ni otra cosa, y +acerca de lo susodicho, se guarden, cumplan y ejecuten las dichas +pragmáticas y leyes con las penas en ellas contenidas y demás de los +_tres mil_ maravedís que por ellas se imponen en la _primera_ vez caigan +é incurran en _perdimiento del manto_, y de _diez mil_ maravedís +aplicados por tercias partes, y por la _segunda_ los dichos _diez mil_ +maravedís sean _veinte_ y se pueda poner pena de destierro, según la +calidad y estado de la mujer. Y por lo que contiene la infalible +ejecución y observancia de todo lo suso, mandamos que donde no hubiese +denunciador se proceda de oficio, y que ningún consejo, ni otros +tribunales, juez, ni justicia de estos reinos, puedan moderar la dicha +pena ni dejarla de ejecutar, y si lo contrario hiciesen se les hará +cargo de ello á las visitas y residencias y se les impondrán las mismas +penas que por esta ley se imponen....» + +El 26 del mencionado mes de Abril la pragmática se publicó en Sevilla +por los puntos de costumbre y con las formalidades de ordenanza. Y para +mayor circulación, y que llegase á conocimiento de todos, se imprimió +con real privilegio en el mismo año de 1639 en casa de Francisco de +Lyra, con este título: + +--_Premática en que su magestad manda que ninguna mujer ande tapada, +sino descubierto el rostro, de manera que pueda ser vista y conocida, so +las penas en ella contenidas y de las demás que tratan de lo +susodicho.... Impreso en Sevilla, etc., etc._» + +Grande disgusto tuvieron las damas hispalenses al conocer el documento, +habiendo muchas á quienes no les asustó ni lo de la multa de los veinte +mil maravedís, ni lo de la pérdida del manto, y se presentaron envueltas +en él por las calles, en las iglesias y en los corrales de _La Montería_ +y en el _Coliseo_. + +De aquí surgieron no pocos lances, y aunque algunas mujeres alegaban, +para excusarse de cumplir la pragmática, los privilegios ó fueros que +gozaban su padre y marido, viendo que tampoco este recurso les daba +resultado, y que las gentes de la justicia no andaban tardías en las +denuncias, en más de una ocasión excitaban á sus deudos y allegados para +que buscaren medios é influencias con que dejar de cumplir lo ordenado +por el rey. + +Pero durante algún tiempo nada pudieron conseguir las sevillanas en +favor de su prenda tan estimada, dándose el caso de que no pocas se +excusaban de salir con la frecuencia que antes lo hacían, por no hacerlo +en cuerpo y con el rostro descubierto, ocurriendo también que á algunos +comerciantes les quitasen las prendas que vendían, como ocurrió en 20 de +Agosto de 1639, en que, al decir de Góngora, «el teniente mayor Pedro de +Soria mandó quemar en una tienda unos guarda-infantes, con gran gusto de +los muchachos.» + +Pero campaña que la mujer emprende tarde ó temprano la gana, y así +sucedió entonces, que á cabo de algún tiempo la pragmática quedó sin +cumplimiento y volvieron á verse por las tortuosas calles de Sevilla y á +todas horas, lo mismo que antes, las misteriosas tapadas, cebo de +galanes, y que eran nota tan característica en la España de aquellos +tiempos. + + + + +EL MAESTRO VILCHES + + +El caso ocurrido con el padre, maestro Vilches, del convento de Nuestra +Señora de la Merced calzada, es digno de ser recordado, porque, en +verdad, tiene interés y curiosidad. + +Hombre muy docto en sagrada teología, versado en letras, de austero +carácter y puras costumbres, era el reverendo Vilches, por todo lo cual +estaba en el mejor concepto, no sólo entre la respetable comunidad, sino +también entre cuantos lo conocían y frecuentaban su trato. + +Por esto á todos indignó el saber en 1637, que á persona tan respetable +le hubieran robado la cantidad de 2.000 ducados en su celda, y más, +porque el autor del robo había sido un fraile lego que le servía, y el +cual desapareció súbitamente, sin que fueran de resultado alguno las +pesquisas activas que se llevaron á cabo por encontrarle. + +Así quedó la cosa, lamentando todos que varón tan respetable hubiera +sido víctima de aquella mala acción, pasando el tiempo y no volviendo á +saberse más del aprovechado lego. + +El año de 1640 llegó al convento de la Merced el padre Provincial de la +Orden y comenzó la inspección de la casa, conforme á la comisión que +traía. + +Pero mejor que yo, relata lo sucedido entonces, autor tan grave y +piadoso como el del manuscrito de _Efemérides sevillanas_, el cual dice: +«El Provincial reconoció faltaba cantidad considerable de dinero de las +arcas de la Redención, en las cuales, por supuesto, debía tener alguna +intervención el maestro Vilches. El Provincial quiso buscar el dinero en +la celda de los religiosos, haciendo escrutinio en ellas; y bien fuese +por alguna sospecha, ó por poco afecto que le tuviese, ó por dar ejemplo +para que los otros no se excusasen, ni lo sintiesen, empezó por la celda +del maestro Vilches. En ella encontró una alhacena tabicada (decían que +estaba en la misma pieza donde él dormía), hízola abrir y en ella +hallaron los huesos del fraile lego que él había muerto.» + +La sorpresa que esto produjo fué grande y el escándalo en Sevilla al +saberse el suceso subió de punto, sin que valieran cuantos medios +pusieron en práctica los frailes para impedir que se divulgara. + +El padre maestro Vilches fué preso, costando mucho trabajo la formación +de la causa, pues los religiosos se negaron á declarar ante la justicia +«_ó por política que observaban ó por precepto que les había impuesto el +prelado_» con lo cual la gente tuvo ocasión de hacer muchos y muy +variados comentarios sobre el suceso, quedando como más aclarado «que +el dinero de las Arcas de la Redención le había sacado el dicho padre +Vilches, y gastádolo, y que de ello había sido sabedor el religioso +lego; y que cautelándose no lo descubriese, lo mató, porque él riñendo +con el M. Vilches lo amenazó.» + +Y fué el fin de esta historia, que en Septiembre del año 1640 fué +condenado el padre maestro á reclusión perpetua en el convento, donde se +dice que murió muchos años después, contrito y muy arrepentido de su +fechoría. + + + + +UNA FUGA DE PRESOS + + +Don Juan de la Cruz era Alcaide de la cárcel real en 1641, cargo que +desempeñó durante no poco tiempo y el cual era bastante codiciado por +muchos, dado que en sí llevaba entonces ciertas ventajas y ganancias no +despreciables, si bien nada legales. + +Este buen Alcaide tenía por aquel año bajo su custodia un número +considerable de presos acusados del resello de moneda, los cuales eran +gente levantisca de suyo, que unída á los valentones, ladrones y demás +gentualla, traían de contínuo revuelta la prisión, célebre con grandes +escándalos y pendencias. + +Así andaban las cosas, cuando la noche del 26 de Marzo de 1642, don Juan +de la Cruz se disponía á hacer la acostumbrada ronda por las +dependencias de la cárcel para cerciorarse de la seguridad en que +quedaban los detenidos. + +Pero héte aquí que al llegar nuestro Alcaide á la _Reja grande_, con +lento paso y grave continente, muy penetrado de la seriedad de su cargo, +fué súbitamente acometido por dos de los presos, quienes á viva fuerza +le sujetaron apoderándose del manojo de llaves que tenía, sin que en +auxilio del don Juan vinieran ni corchetes ni guardias. + +Y como quiera que el golpe de mano debía estar ya preparado de tiempo +atrás y ser sabedores de él los presos todos, prodújese al punto gran +zalagarda en las salas, y en un abrir y cerrar de ojos se comenzaron á +abrir rejas y calabozos con gran estrépito y algarabía, corriendo un +grupo de más de cuarenta y tres presos hasta la puerta de la calle, por +donde salieron con alborozo, y algunos, «con grillos se fueron hasta la +Iglesia Mayor.» + +Los detenidos por el resello de monedas, hasta diecisiete, escaparon +todos, desperdigándose por la ciudad, y otras de varios delitos salieron +con ellos, sin que fuera posible nunca más echarles el guante, pues bien +procuraron huir de las garras de alguaciles y tropas. + +Al conocerse esta fuga al día siguiente, 27 de Marzo, produjóse en la +ciudad el consiguiente escándalo, viniendo á levantarse un rumor, que +fué tomando cuerpo, y el cual era que el Alcaide, D. Juan de la Cruz, no +fué tan sorprendido como parecía con aquella fuga, y que para dejarse +atropellar había recibido de antemano más de una reluciente moneda de +oro. + +Y para completar la noticia de esta fuga de presos, apuntaré que de +todos ellos «no volvieron á coger--dice un manuscrito--más de un vecino +de Castilleja, que se llamaba José Antonio, que volviendo al lugar á +matar al Alcalde que lo prendió, le volvieron á asir, y traído á la +cárcel, intentó otra vez hacer fuga, y lo ahorcaron. Era de 21 años y +tenía muertes varias y otros delitos.» + + + + +LAS RONDAS DE NOCHE + + +Frecuentes eran en verdad los lances que en las calles de Sevilla +ocurrían á las rondas por las calles, mientras el vecindario se +entregaba al reposo, y entre aquéllos merece ser recordado uno que fué +consignado por un autor contemporáneo, que existe en el manuscrito de la +colección del conde del Aguila. + +Mediado el año 1642 y obtenida la licencia correspondiente, habían +empezado á salir de ronda por las noches los Alcaldes de Crimen, á los +cuales temían con razón la gente maleante, que favorecida por las +sombras, vagaba con propósitos nada santos por el intrincado laberinto +de las callejas de nuestra población. + +Persona de tanta significación como lo era el alcalde don Leonardo +Henriquez, rondaba la noche del 14 de Agosto por el barrio de la Feria, +acompañado de sus alguaciles, y había más que mediado la noche, cuando +acertó á tropezar en su marcha con unos soldados, de lo cual vino á +surgir el lance que á unos y á otros costó bien caro. + +Eran aquellos soldados pertenecientes á una de las compañías de milicia +que por entonces se formaban en nuestra ciudad, y en ella iba un +sargento, mozo bravucón y perdonavidas, de aquellos echados para +adelante y de los que, por cuestiones de poca monta, tiraban del acero y +no se paraban nunca en las consecuencias de sus acaloramientos. + +Frente á frente el Alcalde y la tropa, mediaron algunas palabras sobre +el paso por la calle, y las que, por el tono y alcance con que se +dijeron, dieron motivo á que, sin más ni más, los alguaciles y los +soldados se acometieran, aquéllos con espadas y pistolas y éstos con las +alabardas, trabándose allí mismo singular combate. + +El sargento, todo iracundo y furioso, cargó contra el alcalde don +Leonardo Henriquez, que recibió tres estocadas, las cuales dieron con él +en tierra, siendo de consignar que apenas los alguaciles vieron caído al +alcalde y que los soldados llevaban la mayor ventaja, huyeron +precipitadamente por las callejas que encontraron más á mano, buscando +en las sombras facilidades á su fuga y desamparando cobardemente al +pobre hombre que, con desgarradores é inútiles gritos, pedía favor, +viendo su muerte próxima. + +Y así hubiera sucedido si entre los vecinos que al alboroto y pendencia +despertaron, no hubiese habido un mulato que con resolución llegó á +ponerse frente del sargento y de los soldados, rogándolos que no +rematasen al alcalde cuando ya se disponían á clavarlo con las +alabardas. + +Alborotados los de tropa, salieron en confusión de la Feria á la +Alameda, y durante todo el trayecto insultaron y apalearon á algunos +inocentes transeuntes, apedrearon varias casas y causaron varios +destrozos, dispersándose luego temerosos de las consecuencias que les +esperaban. + +Don Leonardo Henriquez debió la vida al mulato, pues, según refiere el +texto del Archivo Municipal, el tal «cójele en brazos, y metido en una +tienda donde fué conocido, lo llevaron á su casa, en coche.» + +En la Alameda fué herido el sargento, pero no pudo ser entonces +capturado, cosa que no se verificó hasta el 18 de Octubre, en que á +vuelta de muchas pesquisas y con no poca fuerza, pudo el bravo ser +reducido á prisión. + +Seis días después tuvo término y fin la vida del sargento, que murió +ahorcado en la plaza de San Francisco el 23, y aunque con él habían +caído presos varios soldados de los que tomaron parte en la refriega, +parece que éstos llegaron más tarde á conseguir la libertad. + +Tal es el suceso ocurrido á la ronda de noche en 1642, digno, por +cierto, de ser recordado entre las curiosas memorias sevillanas de otros +tiempos. + + + + +EL CONTADOR DE LA CONTRATACIÓN + + +Vivió en Sevilla un caballero, de nombre don Diego Villegas, que tenía +el cargo de Juez Contador Mayor de la Casa de Contratación, era persona +muy bien relacionada y tenía muchos y buenos amigos. + +Uno de éstos lo era don Juan Antonio Alcázar, caballero del Hábito de +Calatrava, y que ejercía en la Contratación el cargo de Juez oficial. + +En la mañana del 19 de Abril de 1643 se encontraban reunidos don Diego y +don Juan Antonio, en un aposento del domicilio del primero, cuando hé +aquí que surge una disputa entre ambos, y subiendo de tono la cosa, +encolerizóse hasta tal punto el señor Contador, que, cogiendo un puñal, +arremetió contra su amigo y de un solo golpe lo dejó cadáver. + +Entonces salió de su casa, pues nadie había presenciado el crimen, y en +la calle acertó á encontrarse á dos señores, que eran don Felipe y don +Buenaventura Alcázar, primos de la víctima, y á los cuales dijo Villegas +que había matado á un hombre y les rogaba les diesen asilo. + +Ellos, que ignoraban quién fuese la persona asesinada, lo llevaron á +ocultar al convento de San Francisco, y al divulgarse á poco el crimen, +se mandaron poner guardias en las salidas del convento, mientras el +asunto era objeto de todas las conversaciones en la ciudad y las +familias del muerto y del matador sufrían las mayores inquietudes y +zozobras. + +Quince días permaneció oculto don Diego Villegas, en una celda, y era ya +opinión de muchos que tal vez se habría fugado, cuando el día 6 de Mayo, +en las primeras horas de la noche, oyeron los frailes un gran ruido, y +acudiendo á un patio, vieron en él destrozado el cuerpo del matador de +Alcázar. + +Don Diego Villegas se había arrojado desde la ventana de su celda. + +Y el manuscrito que tengo á la vista, donde consta esta curiosa noticia, +añade «que don Diego estaba loco, y siempre lo fué, como se vió en +muchas ocasiones, y así se dió licencia para enterrarlo en sagrado.» + + + + +DON BERNARDINO Y SU MASTÍN + + +Por graves delitos cometidos en una vida inquieta y turbulenta, fué +condenado por la justicia á severísimas penas, D. Bernardino de Córdoba +y Roelas, caballero sevillano que tenía en la ciudad muchos deudos y +amigos y á más estaba emparentado con personas de significación y +categoría. + +Pasó su causa al Consejo de Cámara, comenzando entonces D. Bernardino á +poner en juego su influencia y á mover resortes, á fin de que se le +indultase y echara tierra al asunto; pero parece que, leido con +detenimiento el proceso en la Corte, pesó tanto la relación de los +delitos en los severos jueces y movióles tanto á indignación, que, lejos +de obrar benignamente, enviaron orden á Sevilla para que al punto fuera +preso el caballero, y degollado, conforme á su calidad, en la plaza de +San Francisco. + +El día 23 de Junio de 1644, el alcalde don Leonardo Henriquez, de quien +ya me he ocupado, sabiendo que don Bernardino se encontraba en el +inmediato pueblo de Castilleja, se dirigió á este punto con algunos +alguaciles para cumplir la orden de prisión, encontrando al reo muy +sosegado en su casa comiendo con su mujer y bien ajeno del peligro que +le amenazaba. + +Conocida por el caballero la misión que tenía el Alcalde, negóse desde +luego á darse á prisión muy resueltamente, trabándose vivo diálogo entre +unos y otros, al cual quiso poner término la autoridad, haciendo que los +corchetes se avanzasen á don Bernardino y lo redujeran á prisión por la +fuerza. Pero éste, que debía estar en guardia, tiró de una daga é hirió +mortalmente á Lorenzo Gómez, escribano que se hallaba presente, y luego +azuzó á un perro mastín que tenía consigo, el cual era de tan fiera +condición que, arrojándose sobre los corchetes, comenzó á dar +dentelladas á unos y á otros, produciendo graves mordeduras á todos +aquellos que habían intentado apoderarse de su amo. + +Cuando más empeñada era la lucha y más desesperadamente se resistía don +Bernardino, éste recibió un tiro por la espalda que le hizo caer sin +vida, y de allí á poco fué muerto también el fiel perro que tanto le +defendió, terminando de tan trágico modo aquella sangrienta escena. + +El manuscrito de D. Diego Ignacio de Góngora que hace mención de este +suceso, dice, refiriéndose á los incidentes ocurridos con el cadáver del +desgraciado D. Bernardino: + +«El Alcalde quiso traer á Sevilla el cuerpo de aquel malaventurado +caballero; los religiosos del convento de Descalzos franciscos, y otros +de la Orden Tercera se interpusieron para que quedase allí. Esto sabido +por el acuerdo, envió luego al alguacil mayor por el cuerpo para +degollarlo en la Plaza de San Francisco, á fin de que sirviera de +ejemplo y escarmiento; pero ya estaba enterrado, y se quedó así.» + + + + +EL CABILDO ECLESIÁSTICO Y LAS FIESTAS DE TOROS + + +En diversas ocasiones se han suscitado discusiones y polémicas sobre la +conformidad y disconformidad de la Iglesia con la fiesta de toros, y +aunque no es esta ocasión de tratar aquí esta materia, que es por cierto +harto trillada, voy á ocuparme únicamente y con la vista de auténticos +datos, de una costumbre hoy perdida por completo, cual es la de asistir +el cabildo eclesiástico á las fiestas de toros en los siglos XVI y XVII, +en que lo hacían con toda la pompa y toda la gravedad del caso, sin que +por ello perdiese nada tan elevada corporación, ni en particular sus +individuos, que eran todas personas serias y de campanillas. + +Y no solamente asistía el cabildo á los toros y las cañas, sino que de +sus fondos hacía crecidos gastos en tales fiestas, así en el adorno del +estrado que ocupaba, como en rodearse en él de ciertas comodidades y +regalarse muy cumplidamente, conforme su clase requería. + +Así, por ejemplo, en las corrídas de toros celebradas en la plaza de San +Francisco el lunes 16 de Septiembre de 1647, gastó el cabildo Catedral +294 reales y medio, siendo algunas de las partidas del tenor siguiente: + +«_De seis arrobas y una cuarta de nieve_ á 20 reales y 20 +maravedises--_De veinte y dos libras de anís, canelones y ciruelas de +Génova 100 maravedís._--_De tortas y vino, 20._» + +Las fiestas de toros que se verificaron el 5 de Febrero de 1670 fué +también presenciada por los señores canónigos y en el _Libro de veedor_ +del archivo Catedral se lee: «Asistió el Cabildo de esta Santa Iglesia +en el lugar que se le señaló, que fueron dos arcos y medio de los +balcones, en el cual sitio estuvieron muy estrechos con haber ido muchos +menos señores de los que son.... Va el Cabildo por la tarde en forma, +con bonetes, y esta vez se llevó por mandado del Cabildo dulces en esta +manera: cajas de piezas que cabían una libra, y estas atadas con +listones encarnados; y vino y hipocrás y agua de canela y agua clara, +todo en nieve; lleváronse cuatro docenas de vidrios de Venecia, tres +salvillas y tres fuentes....» etc., etc. + +En estas fiestas que se daban en honor del conde de Villaumbrosa, que +había sido nombrado presidente del Consejo de Castilla, los canónigos +obsequiaron al Asistente y mandaron arrojar á la plaza una _fuente de +dulces_, dando prueba de su generosidad y largueza. + +Igualmente las dió el cabildo eclesiástico en los toros y cañas que se +jugaron el 30 de Septiembre y el 2 de Octubre de 1673, no faltando +tampoco su asistencia á la función del 25 de Junio de 1674, en que «se +estrenaron los escaños morados que para ese efecto se hicieron, y se +puso el sitio alfombrado con las alfombras iguales y la colgadura fué de +la verde, un paño de á tres y dos de á seis y tres escudos de las armas +de la Iglesia repartidas en cuatro paños.» + +El cabildo de la colegiata del Salvador también asistía á las fiestas +de toros y en particular á la que se celebraba en la plaza delante de la +iglesia constando de ello noticias como esta que recogió Matute de +papeles de 1638: + +«El 10 de Agosto se celebraron corridas de toros en la plaza del +Salvador en obsequio de Nuestra Señora de las Aguas: estuvieron +convidados al balcón del Cabildo de dicha Colegial, el _Provisor_, _Juez +de la Iglesia_ y otros sujetos de distinción á quienes después se sirvió +un buen refresco». (_Noticias relativas á la historia de Sevilla_, +página 120). + +No he de detenerme á hacer especial mención de otras muchas fiestas de +toros y cañas, á las que, con toda pompa, concurran los señores +canónigos, haciendo sólo mención, por las noticias que existen de ellas, +de las cañas y rejones del 25 y 27 de Septiembre de 1687, y de las de +toros y cañas de 6 y 8 de Febrero de 1700, verificadas para festejar la +llegada á Sevilla del almirante de Castilla. + +Y por cierto que en esta fiesta se dobló lo de regalarse, y según el +documento que copió Collantes de Terán y dió á luz en el _Archivo +Hispalense_, en el palco de la Catedral no se consumió más que lo +siguiente: + +«Nueve garrafas de frío, tres de cada género de á treinta y seis vasos +cada una.--Ciento veinte y cinco libras de dulce muy rico, para los +señores; así los que fueran como los que dejaran de ir, y los señores +coadjutores una libra para cada uno.--Media arroba de dulce hecho en +monjas, para la fuente que el señor dean pasa al Asistente.--Arroba y +media de dulce inferior en piezas muy pequeñas también empapeladas, para +en tres fuentes echar á la plaza...--Dieciseis libras de bizcochos de +espumilla, para en cuatro fuentes repartir los señores con la bebida +antes del dulce.--Media arroba de vino hipocrás, etcétera». + +Con todo esto es seguro que se endulzarían bien el paladar sus señorías, +y no es aventurado suponer que aún sobraría algo para los pajes y la +servidumbre. + +Como se ve, pues, los capitulares eclesiásticos eran grandes aficionados +á los toros en aquellos tiempos y no dejaría de ser curioso el aspecto +que ofrecería el palco del cabildo Catedral, que era siempre de los más +lujosos, adornado de sus ricas telas y con anchos y cómodos sillones de +terciopelo y oro, en los cuales muy arrellanados los señores seguían los +incidentes de la lidia, entretenidos en sabrosa plática remojada con los +dulces y refrescos. + +Perdióse luego la costumbre de asistir el cabildo Catedral á las fiestas +de toros, que siguieron frecuentando las demás autoridades, y la verdad +que fué gran lástima, pues si hoy siguiera se evitaría que los +eclesiásticos tuviesen que ir recatándose, como lo hace el que gusta de +esta diversión. + + + + +EL HIJO DE MURILLO + + +De su matrimonio con doña Beatriz Cabrera y Sotemayor, tuvo el célebre +pintor Bartolomé Esteban Murillo tres hijos, hembra una, nacida en 1657, +y varones los otros, que vinieron al mundo en 1661 y 1663. + +El mayor de éstos llamóse Gaspar, y se bautizó en el templo de Santa +Cruz, según en la partida consta, el 22 de Octubre del citado año de +1661. De este hijo del gran artista sevillano voy á ocuparme, pues de +los otros son muy escasas las noticias que se conocen: doña Francisca +entró de monja en el convento de Madre de Dios y don Gabriel pasó á +América, donde sólo se sabe que murió muy anciano, sin otras +circunstancias. + +Don Gaspar Esteban Murillo, heredero inmediato del ilustre pintor llegó +á adquirir una buena posición en Sevilla, dejando á su muerte grata +memoria en cuantos fueron sus amigos. Muy joven, y viviendo aún su +padre, se dedicó á la carrera eclesiástica, y protegido, á lo que se +dice, por don Juan Veitia Linaje, obtuvo un beneficio en la iglesia de +Carmona, el cual disfrutaba cuando en 1682 falleció Bartolomé Esteban +Murillo, que le nombró en su testamento albacea de sus bienes, en unión +de D. Justino de Neve y de D. Pedro Villavicencio. + +Tres años después de la citada fecha, ó sea en 1685, obtenía D. Gaspar +una canongía en la catedral sevillana, de la que tomó posesión el día +1.º de Octubre, y escriben algunos autores como Ceán Bermúdez, L. +Alfonso y otros, que «por haber descuidado el cumplir con la práctica de +hacer juramento de protestación de fe en el tiempo que mandaba el +concilio, fué el novel canónigo condenado por el cabildo en 30 de Abril +de 1688 á perder los frutos de todo un año, 8.000 reales de vellón, que +se aplicarían á gastos de reparación del templo, con lo cual don Gaspar +se conformó gustoso al saber que se invertían en utilidad de las bellas +artes.» + +Hay que advertir que el hijo de Murillo fué por ellas muy apasionado, +sobre todo por la pintura, la cual aprendió teniendo tan gran maestro +como su padre, y al decir de Matute, cultivó el arte por afición, +imitando con mucho acierto el estilo del autor de sus días. + +La vida de don Gaspar deslizóse tranquila y sosegadamente en la ciudad +de Sevilla que le vió nacer, consagrado al ejercicio de su ministerio, y +rindiendo fervoroso culto á la memoria de su padre, cuyo nombre había de +ser honra y gloria de España. + +Con caracteres en extremo simpáticos aparece la figura de don Gaspar +Esteban Murillo, alma sencilla, natural bondadoso, espíritu creyente y +sincero y hombre de fe, que entre otras muy estimables cualidades, +poseía la de ser en extremo dado á las obras filantrópicas, acudiendo, +siempre que podía, al socorro de los seres verdaderamente necesitados. + +En los comienzos del año de 1709 desarrolláronse en Sevilla unas +calenturas malignas, las cuales ofrecían peligroso contagio, del que +fallecieron no pocas personas, contándose entre ellas muchos clérigos é +individuos del cabildo catedral, pues según los historiadores, atacó á +éstos con preferencia el mal por el contacto en que á diario estaban con +multitud de pobres infestados; que acudían á las gradas de la basílica y +al palacio arzobispal á recibir limosnas. + +Hirió de muerte aquella dolencia á don Gaspar Esteban Murillo, que +falleció el día 1.º de Mayo del mismo año de 1709, dejando sus bienes al +Hospital llamado de _Los Venerables_, siendo sepultado el hijo del gran +pintor en la nave de San Pablo de la Catedral, y colocándose sobre su +sepulcro una inscripción latina, que, según la traducción castellana que +da González de León, dice: + +_==«H. S. E.==D. Gaspar Esteban Murillo y Cabrera, Canónigo de esta +santa iglesia Metropolitana y Patriarcal, varón de buenas costumbres, +modesto y dotado de un alma apta para toda piedad. Liberal para con los +pobres á los que dejó herederos de sus bienes.--Murió de edad de 47 años +en el de 1709, el día 1 de Mayo.==R. Æ. D. E. D. A.»_ + +Tales son las memorias que existen de aquel varón justo, que llevó con +dignidad un nombre famoso, y que ni envidioso ni envidiado, murió con la +satisfacción de un alma honrada y con la tranquilidad del que ha +cumplido con su deber. + + + + +LA EMBAJADA JAPONESA + + +Los historiadores y analistas sevillanos han consignado todos ó casi +todos, la venida á nuestra ciudad de una embajada japonesa en 1614, que, +á la verdad, tal suceso no era frecuente ni mucho menos, y sí extraño +entonces, por lo que llamó poderosamente la atención. + +Como recuerdo de aquella visita queda hoy un interesante documento, el +cual es una carta escrita en japonés, la que fué entregada por los +embajadores al Ayuntamiento con toda solemnidad y que se custodia en el +Archivo del Municipio para interés de las personas aficionadas á las +históricas curiosidades. + +No he de detallar los diversos motivos de aquel caso, que se debió +principalmente á las gestiones que en el Japón y en el ánimo del rey de +Vojú hizo un fraile misionero hijo de Sevilla, donde había vivido en +1574, fray Luís Sotelo, el que más tarde sufrió allí cruento martirio. + +El 30 de Septiembre del citado año de 1614 el cabildo de la ciudad vióse +sorprendido con una comunicación en la cual se le ponía en conocimiento +que acababan de llegar en las flotas los representantes diplomáticos del +rey de Vojú, que se dirijían á Sevilla á ofrecer una carta al Municipio, +siguiendo luego su viaje para la corte y para Roma, donde tenian el +propósito de visitar al pontífice Pío XI. + +Como el suceso no era para menos, se apresuró el Asistente D. Diego +Sarmiento y Sotomayor, conde de Salvatierra, á llevar á cabo los +preparativos para recibir á los huéspedes dignamente y así hizo que en +el Alcázar se dispusiera lo conveniente para alojarlos y que la ciudad +saliera con toda gravedad á recibirlos cuando entraron en ella el día 23 +de Octubre. + +Llegaron, pues, los japoneses acompañados del padre Luís Sotelo, +excitando extraordinariamente la atención del pueblo, los portes y +vistosos trajes, las armas y adornos que el embajador Fraxecuera +Rocuyemon lucía y los personajes que le acompañaban. + +Dos días después de su llegada, se presentaron el embajador y su séquito +en las Casas Consistoriales, siendo recibido con ceremonia por los +veinticuatros y el Asistente, el cual recogió la carta de que era +portador Fraxecuera Rocuyemon, mediando frases de cumplido y diplomacia +entre unos y otros por medio del padre Sotelo, que hacía de intérprete. + +La carta, que iba fechada en la Corte de Tenday á 26 de Octubre de 1613, +es en extremo curiosa y en ella hay párrafos como éste dirigido á la +ciudad, según la traducción. + +«Y sabiendo la grandeza y riqueza de esa noble república, y también que +es patria del Padre Fray Luís Sotelo, de verdad he cobrado á V. S. +grande y particular amor: y la causa principal que á ello nos mueve, es +porque el primer hombre que nos enseñó en este Reino, el camino de la +verdad y la Santa Ley de Dios, es rama brotada y salida de esa generosa +raíz.» + +«....Ansí mismo recibiremos particular gusto de que V. S. encamine á +los dichos nuestros embajadores para que lleguen en paz y prosperidad á +la presencia y lugares que son dichos y los ampare con su favor, para +que nuestra pretensión é deseo mejor se efectúe, poniendo las +diligencias en ello que pareciere más á propósito. También habemos +sabido que en esa república se juntan muchos navíos de todo el mundo, y +por esa causa asisten en ella muchos pilotos y otras personas muy +diestras en la navegación. V. S. mande juntarlos, y averiguar con ellos +si es posible navegarse derechamente desde el Japón á esa Ciudad; por +qué derrotas y en qué partes ó puertos se puede llegar; enviándonos +razón de todo, para que siendo posible, nuestros navíos naveguen esa +carrera todos los años, y nuestro deseo más bien se cumpla y nuestra +amistad está más firme y comunicable. Las demás cosas las sabrá V. S. de +parte del Padre Fray Luís Sotelo, á quien nos remitimos en todo. Si algo +del gusto y servicio de V. S. se ofreciere en este Reino, avisándonos se +acudirá á ello con puntualidad.» + +Con la carta entregó el embajador al Asistente una espada de gran mérito +y valor, siendo despedido luego á la puerta del Ayuntamiento con la +misma ceremonia que había entrado. + +Cuatro ó cinco días permanecieron aún los japoneses en Sevilla, siendo +siempre seguidos por multitud de personas á todos los lugares que +visitaban, abandonando después la ciudad, de la que salieron bien +satisfechos. + +«Agasajados los embajadores--dice el señor Guichot--pasaron á la corte, +donde el rey les dió solemne audiencia y los encaminó á Roma, donde +llegaron ya muy entrado el año siguiente. A 3 de Noviembre de 1619 +recibiólos el Pontífice en Consistorio público del Sacro Colegio de los +Cardenales, con suma benignidad y agrado y de la misma manera los +despidió, con respuestas y presentes de reliquias, pinturas y otras +cosas sagradas.» + +La espada que los embajadores dejaron á la ciudad se ha perdido, pero la +carta existe, habiendo en 1882 testificado de su autenticidad, los +japoneses que en aquél año visitaron nuestra ciudad, y posteriormente, +en 1901, un catedrático de la Universidad de Yedo. + +Para terminar, diré que el padre Luís Sotelo, al volver al Japón, cayó +en manos del gobernador de Nagasaki en 1622, siendo preso y condenado á +morir quemado á fuego lento, llevándose á cabo la bárbara sentencia en +25 de Agosto de 1624. + + + + +COFRADES Y TOROS + + +Entre las muchas hermandades de cofradías que en el siglo XVII estaban +establecidas en Sevilla, se contaba la de las _Negaciones y Lágrimas de +San Pedro_, que había sido organizada por los estudiantes del Colegio de +Santa María de Jesús (Universidad), fundado por Maese Rodrigo, y que +durante algún tiempo gozó de cierta prosperidad y desahogo. + +Esta hermandad, que debió establecerse en fecha posterior á la que +señala Bermejo y Carballo en sus _Glorias religiosas de Sevilla_, +hallábase instalada en la parroquia de San Miguel, cuando solicitó en +1628 permiso del Ayuntamiento para celebrar una corrida de toros en la +Plaza del Duque, como se desprende de este documento, hasta ahora +inédito, cuyo original existe en el Archivo municipal: + +«Don Pedro Morel Alcalde de la cofradía nuevamente instituida Dolor de +las tres negaciones de san Pedro sita en la parroquial de san Miguel +desta Ciudad digo--que los hermanos de ella tenemos obligacion de hacer +en cada año una fiesta en el tiempo que determinaremos á nuestro padre +san Pedro y por ser esta la primera quisieramos hacerla más suntuosa +corriendo _unos toros sueltos_ en la plaza intitulada barrio del Duque. +Por tanto--A V. E. Pido y suplico mande concedernos y nos conceda +licencia para que podamos _correr ocho toros_ y nos dé facultad para +poder arrendar las bocas de las calles para limpieza y gastos de la +dicha plaza del Duque.--Otro sí se nos de licencia que la carne de los +dichos toros se pueda pesar en la carnecería ocho maravedís menos +conforme á la sedula de los Sres. Jurados y pido justicia. + _Don Pedro +Morel_.» + +Esta solicitud fué leída en Cabildo que presidió el Asistente conde de +la Puebla del Maestre en viernes 9 de Junio del citado año de 1628, +acordándose lo siguiente, según consta en el acta capitular de dicho día +y dice así: + +«Leí la petición de don Pedro Morel alcalde de la cofradía nuevamente +instituída dolor de las tres negociaciones de san Pedro en que dicen que +quieren hacer la fiesta y piden licencia para correr ocho toros sueltos +con atajar las calles y otras cosas que se contienen en la dicha +petición; + +Acordose de conformidad que no á lugar dar la licencia que piden para +correr los toros sueltos ni atajarse las calles ni hacer tablados y que +las partes acudan á S. S. de el señor conde asistente para que +sirviendose de dar licencia para que estos toros se corran con conteros +se sirva S. S. de mandar ser guardado la provición en el consumo de la +carne.» + +No tengo noticias de si los cofrades llegaron á realizar su propósito de +la fiesta que tenían proyectada, ni de las circunstancias que +acompañarían á ésta, dado que se llegase á celebrar; pero por los +anteriores documentos, de los que me facilitó noticia don L. Güeto, se +ve que las hermandades sevillanas eran tan aficionadas antaño como hoy á +organizar fiestas de toros para recaudar fondos con que atender á su +sostenimiento, sin que hayan cejado en sus propósitos apesar de las +muchas prohibiciones de la autoridad eclesiástica y de las negativas de +la civil, en solo este punto. + +La cofradía de las _Negaciones_ duró hasta el siglo XVIII, y Matute +consigna en sus _Anales_ esta noticia en el año 1720 y que creo +complementa el presente apunte: + +«El cabildo eclesiástico extendió sus deseos á la reforma de algunos +abusos en las procesiones de penitencia que hacían estación en la Semana +Santa y negó licencia para que saliese á la hermandad y cofradía de los +estudiantes bajo la advocación de las _Negaciones y Lágrimas de San +Pedro_. Desde el año 1691 ya sonaba como antigua esta cofradía, pues +presidía á la de Nuestra Señora de la Antigua, establecida en san Pablo; +más como solo tenía un _paso_ con la estatua de san Pedro, era necesario +que se agregase á otra, bajo cuyo estandarte cumplían su estación y +tomaban cena. No habría sido incómoda su compañía si las travesuras +juveniles no hubieran desazonado á los demás cofrades hasta el punto de +no querer admitirlos en ninguna, por lo que se unieron á los mulatos, +pues hasta los negros esquivaban la compañía de los estudiantes que al +fin dejaron de salir, pues su memoria solo llega al año 1727 en que +salieron de la iglesia de los Clérigos Menores el Jueves Santo en la +tarde.» + + + + +EL OBISPILLO + + +La antigua fiesta del _obispillo_, que los estudiantes celebraban la +víspera del día de San Nicolás de Bari, verificóse por última vez en +Sevilla en 1641, prohibiéndose á causa de los tumultos que entonces se +originaron. + +Parece que el día 5 de Diciembre de aquel año, los escolares del colegio +de Maese Rodrigo, escogieron por _obispillo_ á un estudiante nuevo, +según costumbre, el cual se llamaba Esteban Dongo, y colocándole su +mitra de papel, comenzaron en la puerta de los estudios á rendirle el +burlesco acatamiento que era uso; mas en vez de limitarse á las bromas +corrientes, se entusiasmaron demasiado, alborotando mucho y dedicándose +á recorrer las calles, en las cuales atacaban á cuantas mujeres y +hombres veían al paso, haciendo detenerse los coches y arrojando de +ellos á los que los ocupaban para que se inclinasen ante el _obispillo_. + +No se limitaron á estos desahogos, con los que ya estaba bien alborotada +la población, sino que por la tarde acudieron en gran tropel y confusión +al teatro de la Montería, y penetrando en él, arrollaron al público, +ocupando aposentos y bancos, obligando á los actores á que volviesen á +empezar la representación, que ya estaba próxima á concluir. + +Si la entrada fué tumultuosa, más lo fué la salida de los estudiantes, +pues trabaron una gran pendencia con varios caballeros, saliendo á +relucir espadas y pistoletes, resultando algunos heridos graves por +ambas partes de los contendientes. + +Estos sucesos fueron los que motivaron que la Audiencia decretase la +prohibición de la fiesta del _obispillo_. + + + + +DUQUE CORNEJO + + +El nombre del escultor Pedro Duque Cornejo y Roldán, es bien conocido de +los amantes de las artes sevillanas, pues el número de sus obras es muy +dilatado y encierran verdadero mérito. + +El año 1677 nació en Sevilla, dedicándose desde muy joven al dibujo y +siendo discípulo del famoso Pedro Roldán, con quien empezó el estudio de +la escultura, donde no tardó en hacer notables progresos. + +A poco fueron buscadas sus estatuas en Sevilla, recibiendo numerosos +encargos de obras, algunas de ellas importantes. Así fué, que al +construirse el retablo mayor del Sagrario de la Catedral en 1706, por +Jerónimo de Barbás, Duque Cornejo trabajó en su adorno, y más tarde, +hizo los ángeles y figuras de uno de los órganos de la Catedral, +construído hacia 1724. + +Dejó el artista otras obras en la basílica, y en santa Marta y san +Hermenegildo cita González de León algunas esculturas de su mano. + +En Mayo de 1725, Duque Cornejo firmó escritura para ejecutar algunas +estatuas en la Cartuja del Paular, á donde se trasladó luego, siendo muy +elogiadas las obras que allí dejó. + +Vuelto á Sevilla, siguió con afán dedicado al trabajo, y la casa del +artista, en la cual tenía su taller, situada en la calle Beatos, +collación de santa Marina, fué durante mucho tiempo frecuentada por no +pocos jóvenes amantes de la escultura, que acudían allí á tomar +lecciones del maestro. + +Treinta y ocho figuras hizo Duque Cornejo para diversos templos de +Sevilla, tales como san Pablo, san Felipe, el Salvador, san Marcos, san +Pedro y san Luís, etcétera, mereciendo especial mención las estatuas de +las mártires Justa y Rufina, las de san Antonio Abad, la Virgen del +Rosario y el Nacimiento. + +A más de éstas, pueden citarse con elogio las que trabajó en mármol para +dos altares del Sagrario y los dos soldados romanos que hizo para la +hermandad de Jesús del Silencio. + +Cuando Felipe V y su corte estuvieron en Sevilla, la reina nombró á +Duque Cornejo escultor de cámara en 1732, y al año siguiente de 1733, al +marchar el rey en el mes de Mayo, se trasladó el artista á Madrid, en +donde solicitó en vano ser nombrado escultor de cámara del monarca. + +Hizo Duque Cornejo algunas esculturas en la capital de España, y volvió +á Sevilla años después, marchando al poco tiempo á Granada, donde fué +llamado para ejecutar varias figuras y adornos en la capilla de las +Angustias. + +Duque Cornejo, á más de dedicarse á la traza de no pocos retablos, pues +tenía decidida afición á la arquitectura, á más de ejecutar pinturas +como las del monasterio de la Cartuja de las Cuevas, «tenía--dice un +autor--mucha facilidad en la invención, por lo que se conservan en +Sevilla gran numero de los dibujos que hacía para los plateros y otros +artistas, sobre papel blanco y en tinta de China, tocados de pluma». + +Terminadas sus obras en Granada, y tras una corta residencia en Sevilla, +Duque Cornejo se trasladó á Córdoba, en cuya Catedral labró la sillería +del coro y los púlpitos, con gran esmero y cuidado. + +Allí siguió residiendo el artista, que muy anciano falleció en dicha +ciudad el año 1757, según apunta Ceán Bermúdez. Duque Cornejo no fué uno +de los grandes escultores cuyo nombre se pronuncia hoy con admiración en +todas partes, pero tuvo suficientes méritos para figurar dignamente +entre sus coetáneos y aventajar á muchos de sus paisanos que por +entonces florecían. + +«En medio--escribe _Arana de Varflora_--de las extravagancias que habían +corrompido su arte en aquel tiempo, tuvo Cornejo un modo agradable y una +manera airosa que le dieron mucho crédito á sus obras.» + +Carecemos de un catálogo de éstas y no he de enumerar ni las más +conocidas en los presentes datos biográficos, apuntando de paso que +algunas se han perdido y no faltan tampoco otras que se le han atribuído +falsamente y sin gran fundamento. + +Duque Cornejo sabía con acierto dar movimiento á las figuras, y tuvo +fantasía y novedad para los adornos, aunque no siempre le resultaran +éstos del mejor gusto. + + + + +LOS MONEDEROS FALSOS + + +Suceso fué, en verdad, que llamó la atención en Sevilla, y sostuvo +durante un buen período de tiempo la atención general, el ocurrido el +año de 1681, el cual es bien digno de referirse en estos apuntes, +conforme á las noticias que de él hasta nosotros han llegado. + +Era por entonces alcalde de la Justicia don Cándido de Molina y +Sotomayor, hombre grave y que gozaba fama de severo, con quien no valían +chanzas y á quien, con razón, temía la gente maleante y cuantos tenían +cuentas pendientes con la casa de la plaza de San Francisco. + +Paseaba, pues, don Cándido el día 15 de Marzo del ya citado año de 1681 +por la Alameda de Hércules, cuando fué avisado que dos mujeres que por +allí vivían andaban cambiando monedas falsas, y lo mismo fué el tener +tal noticia, acompañado de dos alguaciles y del escribano don Jerónimo +de Parga, presentóse en la casa que le habían señalado como residencia +de las mujeres, á las cuales sorprendió, comenzando el registro del +domicilio. + +Aprovechando un momento de descuido, una de las hembras pudo huir, sin +ser vista, yendo á refugiarse al convento de San Francisco de Paula, +según después se supo, y ya bien asegurada la otra, dijo llamarse +Leonor de Silva, ser casada con un sujeto de nombre Juan Ruíz, del cual +no sabía nada hacía tres meses, pero tenía noticias de que vivía con +unas hermanas suyas en la calle del Azafrán. + +El registro en casa de la mujer dió por resultado que se le encontrasen +efectivamente una gran cantidad de reales de plata de á ocho y de á +cuatro, siendo falsas todas las monedas, las cuales se recogieron, y +para no perder tiempo, como hombre listo que era, enviada la moza á la +cárcel, corrió el alcalde de la justicia, don Cándido Molina, á la calle +Azafrán, donde pensaba encontrar al Juan Ruíz. + +Llegó el alcalde con su gente á la casa que le habían indicado, y +encontrándola cerrada, llamó á la puerta repetidas veces, saliendo á los +golpes una mujer por cierta ventanilla alta, la que dijo que allí vivía, +efectivamente, la persona que se buscaba, pero que había salido hacía +algunas horas, ignorando cuál sería la de su regreso. + +Mas aquella visita inesperada de don Cándido vino á descubrir todo el +secreto que perseguía, pues siendo aquel lugar el que servía de fábrica +para las monedas falsas encontradas á las mozas, y hallándose allí +oculto á la sazón uno de los dos monederos, don Juan Troncoso, éste, +creyéndose perdido, se dispuso á ponerse en salvo. + +Así precipitadamente, ocultó donde mejor pudo una espuerta de monedas +recién blanqueadas, tomó capa y sombrero, y, armándose de una carabina, +se arrojó por un tejado á un solar inmediato. + +Creyóse allí por un momento en salvo, pero los alguaciles de don +Cándido, que le habían visto, le intimaron á rendirse; el otro intentó +defenderse desde el solar, pero á la postre, haciéndose cargo de su +situación, saltó á la calle, y allí echóse á los pies del alcalde cuando +mandó dispararle, así como á la mujer que en la casa estaba y que +resultó ser su esposa, Ana de Córdoba. + +Preso ya aquel pájaro, no tardó el monedero Juan Ruíz en caer en las +garras de la justicia, capturándolo el mismo don Cándido Molina +Sotomayor á las pocas noches en la plazuela del Horno, después de +arriesgados trabajos. + +Encerrados en la cárcel los dos monederos, con tanta prisa se llevó la +causa, que el miércoles 16 de Abril los reos estaban ya condenados; pero +cuando fueron á leerles la sentencia, Juan Ruiz protestó iracundo y +produjo el mayor alboroto, y Troncoso enarbolando una silla, trató de +estrellarla en la cabeza del escribano, y como no pudiera hacerlo, subió +á una baranda próxima y por ella se hubiera arrojado á no sujetarle á +tiempo el cura de San Vicente y dos franciscanos que habían venido para +auxiliar á los condenados. + +El 17 de Abril mostráronse ya los reos con más sosiego, viendo que +cuantos esfuerzos hicieran resultarían inútiles, y así despidiéronse de +sus mujeres y sus hijos, se dispusieron á bien morir, sufriendo la +última pena el siguiente día 18 de Abril muy de mañana, en la misma +cárcel y no en el sitio acostumbrado. + +Los cuerpos de Ruíz y Troncoso no fueron quemados como en la sentencia +se hacía notar, sino que por instancias de la Hermandad de la Caridad se +sepultaron con cierta pompa. + +Tal fué el curioso caso de monederos falsos de Sevilla, del que existe +una puntual relación publicada á raíz del suceso y la cual lleva este +título. + +--_Segunda relación verdadera en que á la letra se contiene todo el +hecho de la causa que el licenciado don Cándido de Molina y Sotomayor, +Alcalde de la justicia de la ciudad de Sevilla, mandó escribir contra +don Juan Troncoso, de edad veintiséis años, y don Juan Ruíz, de edad de +veintisiete, por monederos y expendedores de plata falsa.--Y la +sentencia de garrote y fuego que dicho Juez dió contra los dichos reos, +y modo con que se ejecutó su muerte el día 18 de Abril de este presente +año de 1681._--Con licencia, impreso en Sevilla por Toribio López de +Haro, en las Siete Revueltas. + +Esta relación que está escrita en cinco romances, contiene detalles muy +curiosos del suceso y la conservaba en su biblioteca el marqués de Jerez +de los Caballeros. + + + + +EL LOCO AMARO + + +En el hospital de los Inocentes, situado en la calle Real de san Marcos, +casa cuya fundación debióse en 1436 á Marcos de Contreras, estuvo +albergado desde 1681 un loco natural de Arcos de la Frontera, llamado +Amaro Rodríguez, el cual llegó á hacerse célebre en Sevilla y adquirió +una singular popularidad, de tal modo, que no había persona chica ó +grande que no le conociese. + +Estribó esa fama principalmente en que dió en la manía de pronunciar +sermones, los cuales eran de lo más chistoso y disparatado que pueda +imaginarse; y como el tema naturalmente de la mayoría de ellos eran los +asuntos religiosos, tratábalos de tal manera el loco, que no había +persona que no se parase á escucharlo. + +Amaro Rodríguez tiene en su vida de cuerdo una nota dramática, pues +según las noticias que figuran al frente de sus sermones, «fué casado y +su locura provino de haber hallado á su mujer en íntima correspondencia +con un fraile, á la cual se atribuye el íntimo rigor con que les sacude +siempre que los coje por delante.» + +Comenzó Amaro á hacerse popular hacia 1657, pues como su locura era +pacífica, iba por las calles de la ciudad sermoneando á troche y moche +en donde le parecía, hasta que en 29 de Octubre de 1681 fué recogido en +la casa de Inocentes, donde con otros infelices era destinado á recoger +limosnas para el hospital diariamente por los sitios públicos, limosna +que le daba muy buen resultado á la casa, que con tal de oir los +despropósitos teológicos y los macarrónicos latinajos de don Amaro, +todos solían darle dinero. + +Iba el loco por las calles cubierta la cabeza con un bonete rojo: +decíase _predicador apostólico y canónigo de santa Catalina_; +acompañábale por lo general otro postulante, y en el lugar donde le +parecía conveniente se detenía, y ya sobre una piedra ó encaramado en +una ventana ó en otro lugar semejante alzaba el grito, no tardando en +verse rodeado de un numeroso grupo de gente desocupada y maleante, la +cual, si bien celebraba sus dichos, solía con frecuencia interrumpir los +macarrónicos latines y los panegíricos de don Amaro, que contestaba con +donosas puyas y desvergüenzas á sus interruptores, ó bien harta ya su +paciencia, salía corriendo tras alguno armado de un par de piedras ó de +un palo, sin que nunca, sin embargo, se diera el caso de agredir á +nadie. + +Las fiestas de la iglesia, los santos del día ó determinadas personas y +circunstancias del momento, servían de tema para sus discursos, y en +todos ellos había largas cuchufletas y donaires contra los frailes, que +más de una vez ellos mismos se paraban á escuchar al loco cuando lo +encontraban á su paso. + +«Todavía al cabo de más de un siglo--dice la nota del XVIII, copiada por +D. Juan Gualberto Gonzalez,--andan de boca en boca las graciosísimas +ocurrencias por los sermones esparcidos, satíricos, estravagantes ó +grotescos, con citas oportunas, aunque estupendas, de los sagrados +textos, en que se descubre un buen ingenio y el don de aproximar las +ideas que parecían más remotas, dándole ocasión las más de las veces el +mero sonido de las palabras, que interpretaba á su manera.» + +Multitud de dichos y de ingeniosidades se encuentran en tales sermones, +y en cuanto á sus sentencias, sirva esta de ejemplo: + +«En tiempo del mencionado señor ilustrísimo don Ambrosio Ignacio +Espínola y Guzmán, arzobispo de esta ciudad de Sevilla, se construyó en +su palacio una magnífica escalera de piedra de jaspe, y como Amaro iba +diariamente al palacio á procurar limosna, luego que vió concluida la +escalera subió por ella y preguntó á los pajes que estaban al paso que +cuánto había costado aquella alhaja: le dijeron una cantidad excesiva, +por oir lo que se le ocurriera á Amaro, el que respondió con gran +prontitud: + +--Muy santo debe ser su ilustrísima, pues se ha atrevido á hacer lo que +no hizo Cristo, pues el diablo le pidió á su Divina Majestad que +convirtiese las piedras en pan y su ilustrísima lo ha hecho al revés +porque el pan de las pobres lo ha convertido en piedras que sólo sirven +para obstentar la grandeza y vanidad de este mundo. Allá se haya santa +Marta con sus pollos, que en llegando el día de la cuenta, quien hubiese +gastado menos, saldrá mejor librado.» + +Amaro Rodríguez se sabe que falleció en Sevilla el 23 de Abril de 1865, +siendo su cadáver enterrado en la iglesia de san Marcos. + +La fama del loco duró mucho tiempo en Sevilla, y algunos que tuvieron la +curiosidad escribieron varios de sus chistosos sermones, los cuales se +conservan en un códice del siglo XVII, según se los escucharon y se +imprimió por la _Sociedad de Bibliófilos Andaluces_. + +Allí hay recogidos treinta y nueve sermones con algunas sentencias, y de +ellas dice una nota que prueba el efecto que causaron las peroraciones +del loco en su tiempo: + +«Los mismos inquisidores, los mismos frailes, las personas más timoratas +los leían y celebraban á solas y á coro, sin temor de caer en mal paso +de excomunión y denuncia, y he visto á algunos afectísimos á los frailes +y al Santo Oficio, llorar de risa con los despropósitos de Amaro.» + + + + +FRAY PEDRO DE SAN JOSÉ + + +Se llamó en el mundo don Pedro José Romero y en la religión fray Pedro +de san José; había nacido en Villamanrique y residía en el convento de +San Diego de Sevilla, hacia la penúltima década del siglo XVII. + +El buen fray Pedro vino á contagiarse de las herejías de Molinos y aquí +estuvo su perdición, bien que él trató de ocultar los graves pecados y +sólo con sus íntimos explayábase en sus predicaciones y en sus actos, +que eran por cierto de los más peregrinos. + +Hacia 1685 llegaron á la Inquisición los rumores de las herejías de fray +Pedro de san José, pero á fin de dar el golpe en seguro decidió +vigilarle, y como de la tal vigilancia resultó la comprobación de las +sospechas á principios de 1686, cuando más ajeno estaba el fraile +cogiéronle preso, permaneciendo en las mazmorras tres años, hasta el día +10 de Julio de 1689 en que salió en el auto de fe, celebrado en el +castillo de Triana. + +No perdieron en aquellos tres años el tiempo los del Santo Oficio en sus +averiguaciones sobre los hechos de fray Pedro, pues con tanta fortuna +llevaron sus diligencias y tan al menudo inquirieron, que no faltó paso +de _molinista_ que no descubrieran, ni acción por él cometida que +escapase á su conocimiento, de lo cual resultó un proceso tan +voluminoso, que para darle lectura en el auto de fe se redujo á los +cargos más sustanciales, y aun así y todo invirtió el secretario en +leerlo tres horas. + +Allí resultó que fray Pedro aconsejaba mal á sus hijas de confesión, á +quienes hacía creer que Jesucristo le había revelado que nada de lo que +hiciese era pecaminoso, que se había hecho profeta por dón especial, que +decía estaba destinado á ser Pontífice, y que entonces haría _apóstolas_ +á sus hijas de confesión, que habían luego de crucificarlo en la Cruz +del Campo, y que, enterrado en Tablada, resucitaría á los tres días; que +en Babilonia había nacido ya el Anticristo, que tendría de predicar por +manera harto maravillosa, con otras muchas sandeces y disparates, con +los cuales había tenido embaucados á muchos y producido grande +escándalo. + +Días antes del auto, fray Pedro de san José confesó todos sus delitos, +arrepentido de ellos muy sinceramente, y _abjuró de vehementi_, por lo +cual se libró de una muerte cierta, fulminándose contra él la sentencia, +cuya parte principal reproduzco, según la inserta en su _Relación +histórica de la judería de Sevilla_, Montero de Espinosa: + +...«Fallamos que, atento al proceso fulminado contra fray Pedro de san +José, que presente está, que le debemos declarar y declaramos por +_hereje, hipócrita, iluso, infestado del error de los alumbrados y +profeta falso_ y por haberlo sido, mandamos sea sacado de la sala de +este Santo Tribunal con sambenito de dos aspas, estando en pie dicho reo +siempre, y absuelto, se le quite; y al día siguiente sea llevado á su +convento con ministros y secretario de esta causa, y en presencia de +toda comunidad, excepto los novicios, se lea todo el dicho proceso y +sentencia y que allí _se le dé una disciplina circular_; y le privamos +para siempre de confesar y predicar y que no tenga voto activo ni +pasivo, y que salga desterrado por diez años de Sevilla, Jerez y +Villamanrique y Madrid y los lugares á éstos ocho leguas en contorno, y +que los primeros seis años esté recluso en el convento que le fuese +señalado y que allí sea enseñado del confesor que le dieren por director +de su conciencia, enseñándole la doctrina cristiana; y que todo el dicho +tiempo en los actos de comunidad tenga el último lugar de todos, y por +esta nuestra definitiva (_sentencia_), juzgando benignamente, así lo +pronunciamos y mandamos, etc., etc.» + +Hasta aquí lo que se sabe de la historia de fray Pedro de San José, que +debió darse por satisfecho de haber salido con vida de las garras +inquisistoriales. + + + + +LAS DANZAS DEL CORPUS + + +Desde muy remota fecha era costumbre en Sevilla que figurasen en la +procesión del Corpus buen número de cuadrillas de hombres y mujeres, que +caprichosamente vestidos, danzaban y tañían instrumentos, siendo los +tales danzantes de lo que más llamaba la atención del pueblo, y tan +estimados eran de éste, que en cierta ocasión que se intentaron suprimir +y modificar, se produjo un grave conflicto, como ocurrió el año de 1690, +según las crónicas relatan. + +El citado año un caballero veinticuatro, don Andrés de Herrera, hizo una +proposición á fin de que las _danzas_ se suprimiesen, no haciéndose por +lo pronto caso alguno de su escrito por el Ayuntamiento; pero el hombre +se conoce que no se dió por vencido, y ocultamente trabajó en favor de +su idea, convenciendo al Asistente y á otras personas hasta el punto de +que ocurrieran los siguientes sucesos: + +En la mañana del día del Corpus citado, que fué el 25 de Mayo, súpose +con gran sorpresa que el Arzobispo y el Asistente prohibían de golpe que +las danzas ni entrasen en la Catedral, ni fueran en la procesión, y si +acaso aparte de ella, cosa que, sabida por los comisionados de la ciudad +para organizar la fiesta, procuraron enterarse bien del hecho, y, +conociendo su certeza, no pudieron conseguir que el Asistente desistiese +del acuerdo que, sin parecer de la corporación, había tomado, por lo +cual, consultados los abogados allí mismo, apelaron á la Audiencia, que +se reunió acordándose avisar inmediatamente á la Catedral para que la +procesión no saliese hasta nueva orden. + +Entonces el Cabildo Catedral y el tribunal de la Inquisición se +dispusieron á esperar mientras en la Audiencia continuaban las +diligencias comenzadas á toda prisa, terminando éstas revocándose el +acuerdo del Asistente y mandándose que al punto fueran las danzas á la +Catedral. + +Y la importante _Relación_ coetánea del hecho, que existe manuscrita en +la Colombina, dice al llegar á este punto, tratando del alboroto +popular, que entonces se promovió: + +«El pueblo, considerando las embajadas tan continuas y rendimientos de +la Real Audiencia, y que en su puntual hora la torre no hacía la señal +para la procesión y que era llegado el medio día, se juntó todo en la +plaza de san Francisco hasta la Iglesia Mayor, entrando unos y saliendo +otros, contristados de ver se les frustraba al parecer el consuelo de +ver por las calles la procesión y llegaron todos á hacer tan diversos +como melancólicos y tristes discursos. Las religiones y eclesiásticos +regulares convocados les faltaban los discursos y clamaban á su Dios á +cuya fiesta como obligados venían á asistir. Los prudentes y timoratos, +con lágrimas, con ansia, clamaban ante la Divina Majestad pidiendo +disolviera las dificultades que se podían ofrecer. La gente popular, +unos impacientes y otros con sobrada cólera, otros no bien +intencionados, prorrumpían en melancólico y desordenado motivo que cada +uno fabricaba diversas especies sin acertar con el principal por +discurrir y no bien en todos. En lo alterado este mar populoso llegó la +noticia para que entrasen las Danzas en la iglesia; fué tal la alegría +universal que concibió el pueblo, que sin ponderación puedo asegurar que +de puro júbilo se vió á todos hacer poco menos demostraciones que las de +las mismas Danzas, á cuyo tiempo fué dado principio á salir la +procesión, y entrando en forma la Ciudad á ocupar su lugar y á oir la +misa que se le tenía prevenida mientras se va ordenando.» + +A estas líneas que dejo extractadas hay que añadir que el conflicto, +lejos de resolverse allí, tomó nuevo aspecto, pues el arzobispo se negó +entonces á prestar su concurso y á transigir con lo de las _danzas_, +enviando á decir á las corporaciones y á los religiosos, que ya estaban +formados en las gradas de la Catedral, que se dispersaran, causando +nuevo motivo de alboroto, de enojo y de sorpresa. + +No relataré minuciosamente las idas y venidas, las palabras vivas y los +comentarios que entonces entre las autoridades mediaron, y cuál serio, +formal y grave, fué el corte que tomó el asunto. + +«Los diputados de la procesión--sigo extractando de la _Relación_ y +otros prebendados acudieron á esperar las religiones, que aun no habían +salido todas. Los beneficiados, que estaban revestidos para llevar la +Custodia, con notificación de las censuras, se desnudaron, las Cruces de +las parroquias se fueron, el clero se aterró y se fué de la Iglesia, las +más de las cofradías se fueron. Vista esta confusión por todo el pueblo, +los sacristanes huyendo y las cofradías de la misma suerte, fué tal en +este punto el tropel y clamor de la voz popular, que se oyeron cosas +dignas de escribirse...» + +«No es posible poder reducir ni hay testimonio con que explicar lo que +en este trance se vió y oyó, y los milagros por la Divina Magestad, en +que á vista de tal inquietud y resolución, no permitió que hubiese otra +cosa que voces.» + +Entonces, por orden de la Audiencia, con los que aún no se habían +dispersado, la procesión siguió con la Hermandad de los Sastres, la de +san Diego, los capuchinos, los mercenarios, los agustinos y los frailes +del Carmen, asistiendo también el tribunal de la Inquisición, los +canónigos y el Asistente, que con harto despecho tuvo que concurrir +llevando delante á los de las _danzas_, motivo principal del alboroto y +los cuales bailaron durante el tránsito, como si nada hubiera ocurrido, +con general regocijo. + +Las cuatro de la tarde eran cuando la procesión regresó al templo +Catedral, terminando sin otro incidente la fiesta del Corpus de aquel +día, que dejó memoria entre los sevillanos largo tiempo. + + + + +LAS PROCESIONES DEL ROSARIO + + +Antiguas son en Sevilla las procesiones del rosario que durante las +primeras horas de la noche y por las madrugadas recorrían las calles de +la ciudad cantando oraciones, pero los historiadores señalan como la +época de que arranca el gran apogeo de tales actos religiosos, los +últimos años del siglo XVII, en que sufrieron notables reformas que +contribuyeron á su gran desarrollo. + +Don Antonio M. Espinosa y Cárcel, dice al hablar del año 1690, que +«desde este año comenzaron á salir en Sevilla los rosarios con cruz y +estandarte (ó sin-pecado) y faroles, aumentándose la devoción cada día +en los términos de grandeza y aparato que hoy (1796) se ven con +admiración de todos.» + +Fué, á creer á los analistas, el rosario de la hermandad de la Virgen de +la Alegría de san Bartolomé, el primero que salió con sus luces é +insignias, disputándose con él la antigüedad el de san Pablo, organizado +por cierto fray Pedro Martín de Ulloa, y á estos dos siguieron +rápidamente otros muchos que hicieron reformas por entonces. + +La constitución de hermandades del rosario tomó gran incremento en +escaso tiempo, y de entre ellas he de citar algunas de las principales, +como lo fueron las de la Merced, san Roque, el Pópulo, los Dolores, la +Cruz del Rodeo, los Viejos, san Acasio, san Telmo, la Virgen de los +Angeles, los Clérigos Menores, santa Ana la Pastora, san Nicolás, san +Benito y san Alberto. + +A más de éstas, había otras muchas de menos importancia, y puede decirse +que, al mediar la décima octava centuria, no existía en Sevilla iglesia, +convento, capilla, cruz ó retablo donde no estuviese formada una +hermandad, que por las noches recorría las calles, más ó menos devota y +gravemente, con sus campanillas, su cruz, su estandarte y sus grandes +faroles. + +Hacia 1732 el rosario del Sagrario empezó á competir en lucimiento con +las demás, y en 1735 comenzaron á salir de Santa Cruz los formados por +mujeres, según las noticias de Enrique Andrade, teniendo también aquel +año principio, para que nada faltase, uno de niños, al cual dió gran +impulso un fraile llamado Diego Tomás de los Ríos. + +Para que el lector calcule hasta dónde llegó esto de las hermandades de +rosarios, consignaré tan sólo que entre las de hombres, mujeres y niños +había en Sevilla 128 en 1758, como así consta en los _Anales_, y era de +ver que apenas quedaba noche del año en que no salieran tres ó más á la +calle, sin contar la más principal y numerosa, que era la que al toque +del alba salía de la capilla de las gradas de la Catedral, á la que +estaban afiliados todos los comerciantes del barrio del Sagrario y +personas de no poca significación. + +Tan excesivo número de hermandades daban origen á competencias y +rivalidades entre unas y otras, por muy varios motivos, y en particular +las de los barrios bajos, compuestas en su mayoría de gentes de armas +tomar y de mozos del brazo de hierro y de la mano airada, tenían con +frecuencia en mitad de la calle y entre las sombras de la noche agrias +disputas y pendencias, donde los devotos venían siempre á las manos, +propinándose sendos bofetones, palos y farolazos que dieron con justicia +origen á la fama legendaria que aún todavía conservan los _Rosarios de +la aurora_. + +Para aquellos nuestros abuelos, era el rosario por la noche una +distracción como otra cualquiera á falta de alguna más variada, y así se +explica que antes del devoto ejercicio y durante el tránsito menudeasen +mucho las libaciones en las tiendas de montañés, y que los hermanos +estuviesen en no pocas ocasiones muy lejos de guardar aquella compostura +y devoción que el caso reclamaba. + +Los rosarios de mujeres, sobre todo, dieron origen á no pocos excesos, +en los que más de una vez viéronse obligados á intervenir los +alguaciles, pues como no todas las hijas de Eva que á ellos concurrían +hacíanlo sólo por el rezo, y como con frecuencia los mozos de empuje se +unían á la procesión con intenciones no muy piadosas, resultaban de aquí +escenas poco edificantes. + +Las rivalidades entre los individuos de unas y otras hermandades, +llegaban á ser á veces terribles y los odios irreconciliables, aunque el +origen de todo era tan santo, y en cuantas ocasiones podían molestarse +los hermanos, las aprovechaban con creces, usando de todos los medios. + +Como anuncio de los rosarios de madrugada era la salida de los _hermanos +campanilleros_, que recorrían en las primeras horas de la noche las +calles embozados en capas, deteniéndose en determinado punto, y +entonando coplas de carácter religioso, á las cuales acompañaban con el +repiqueteo de unas campanillas de mano que llevaban al efecto. + +Estos _campanilleros_ formaban parte de las mismas hermandades del +rosario, y eran, por lo general, gente obrera, y algunos llegaban á +adquirir singular destreza en el manejo de la campanilla. + +Los sábados, generalmente, salían á la calle los _campanilleros_ por los +barrios de la Feria, de la Macarena, de san Bernardo ó de Triana, +teniendo siempre no pocos curiosos que le rodeaban cuando se detenían á +echar sus tonadas ante la puerta de alguna casa, de cuyos inquilinos +recogían buenas limosnas para el culto del rosario. + +La música de los _campanilleros_ era extraña y de un singular carácter, +pero no dejaban de ser menos curiosas las letras de sus coplas, entre +las cuales las había del tenor siguiente: + + El demonio como es tan travieso + agarró una piedra y rompió un farol, + y salieron los padres Franciscos + y lo apedrearon en el callejón. + + El _invito_ del rey san Fernando + luchando con moros, Sevilla ganó, + con el mundo en la mano derecha + y en la otra la espada y en la _otra_ el pendón. + + Un devoto por ir al rosario + por una ventana se quiso tirar, + y la Virgen María le dice: + --Detente devoto, por la puerta sal. + +Todas estas y otras muchas llevaban un estribillo, que se repetía +cientos y cientos de veces, y el cual era por este estilo: + + «Devotos, venid; + devotos, llegar, + que la Virgen María nos llama; + su santo rosario + venid á rezar.» + +Algunos cantores de los _campanilleros_ llegaron á adquirir cierta +celebridad, no sólo en la hermandad á que pertenecían, sino en todo el +barrio, principalmente en los tiempos en que más en auge estuvieron, +entablándose en no pocas ocasiones competencias muy empeñadas entre los +cantores de una parroquia y los de otra, competencias de las cuales +resultaron algunas veces disgustos y altercados. + +A fines del siglo XVIII y á la primera mitad del XIX, el tipo del +hermano campanillero era popularísimo en Sevilla y el nombre de alguno +de ellos ha pasado á la posteridad, como ocurrió con el llamado Felipe +_Batato_, de quien decía la copla: + + «Si lo llaman _pa_ ir al rosario + dice que está enfermo, que no puede ir; + si lo llaman _pa i_ á la taberna, + dice que se esperen, que se va á vestir.» + +En los primeros años del siglo XIX comenzó en Sevilla la decadencia de +los rosarios nocturnos, que después de los tres años de invasión +francesa no volvieron ya á su antiguo esplendor, y disueltas ó +extinguidas más tarde las hermandades, sólo queda como menguado recuerdo +de aquellos actos de religión, en que nuestros abuelos pasaban el +tiempo, el rosario de la aurora, que aún sale tres veces al año de la +capilla de la Angustia, en las gradas de la Catedral. + + + + +LA BEATA BRIGUELA + + +Catalina Briguela tenía por nombre y era natural del Puerto de Santa +María, donde vivió algún tiempo y en diversas temporadas en Sevilla, +población en que llegó á ser muy conocida por la gente devota y en donde +vino al fin y á la postre á sufrir mal de su grado, infamante pena y +duro castigo. + +El día 18 de Diciembre de 1695, el pueblo que acudió á la iglesia de +santa Ana de Triana, donde la Inquisición celebró auto público de fe, +vió salir á Catalina Briguela en unión de cinco mujeres y dos hombres +que por sus pecados se vieron en tan apurado trance. + +El delito de que se acusaba á la Briguela era grave, pues según resultó +de la lectura de la causa, desde la edad de siete años había la mujer +mantenido _pacto con el demonio_, edad harto temprana, que prueba cuánta +era la precocidad de la niña y cuán varios son los caprichos del Satan, +que hace diabluras como estas de escoger criaturas para echarles la +garra. + +El tribunal de la Inquisición sentenció á Briguela á sufrir doscientos +azotes por las calles de la ciudad á hacer duras penitencias por +determinado tiempo y á ocho años de destierro de los cuatro reinos de +Andalucía. + +La vida de la reo no dejaba de ofrecer incidentes curiosos, que todos se +pusieron bien en claro durante las diligencias del proceso, en el que +declararon muchas personas que juraron gravemente haber sido testigos de +cuán formal y estrecho era el pacto que tenía la reo hecho con el +diablo. + +Parece que la moza, que era beata de hábitos, no sólo se contentaba con +su pacto diablesco, sino que inducía á las jóvenes á que se entregasen á +Satanás, sin duda porque á ella le iba muy bien con aquella compaña. + +En el Puerto de Santa María y en Sevilla, María Briguela reunía en su +casa á personas adictas, y con ellas se entretenía en prácticas de +hechicerías, las cuales no se celebraron con tanto misterio que no +trascendiesen al vecindario, con gran escándalo para todos, pues el +demonio parece que tomaba parte en aquellas reuniones, no sólo para +cosas contrarias á la religión, sino para excitar á sus poseídos á las +mayores desvergüenzas y deshonestidades. + +Vivió la beata mucho tiempo de ésta tan torcida manera y sin apartarse +del mal camino, siendo muy frecuente en ella las visiones y los +transportes, los cuales le acometían con frecuencia, causando la mayor +admiración en cuantos la rodeaban y que quedaban suspensos de verla +revolverse por los suelos, dar grandes gritos, agitarse toda y sufrir +las mayores crueldades. + +Cuando volvía en conocimiento la beata, contaba cosas estupendas á sus +amigas, y relataba sus conversaciones con Luzbel, y las confidencias que +éste les hacía en las cuales trataba con la mayor llaneza de las cosas +pasadas, presentes y futuras, dejando tales relaciones con la boca +abierta á todos los incautos que las oían. + +Farsa burda era aquella en que la Briguela no dejaba de sacar provecho, +pues que siempre tenía quien la regalase, por tal de oirla. + +El año 1690 parece que vino á unirse con Catalina otra mujer que también +andaba en esto del pacto con el demonio, y no es cosa de relatar los +estragos que en algunas almas sencillas hicieron con sus malas artes y +con sus abominaciones. + +De esto vino la perdición de la ilusa, pues un pariente de cierta moza á +quien habían ganado para sus hechicerías, denunció á la Briguela al +tribunal de la Inquisición, quien la puso en sus cárceles en 1693, donde +permaneció hasta el 18 de Diciembre del citado 1695 en que salió en +santa Ana en público como lo cita Montero de Espinosa en su _Colección +de autos que llamaban de fé_. + + + + +EL VERDUGO AZOTADO + + +No siempre había de ser el verdugo el que azotase á los reos, y por eso +en cierta ocasión fué el propio verdugo el que salió á la vergüenza +pública montado en el borrico y sufriendo sobre sus espaldas los golpes +de la penca. + +Esto ocurrió en 1698 el día 10 de Octubre, y la causa del castigo fué +que el tal verdugo tenía el feo vicio de la blasfemia, costándole las +palabras gruesas que en una ocasión dijo, 200 azotes dados tan á +conciencia, que el hombre estuvo curándose largo tiempo y á punto de +perder la vida. + +El azotado verdugo se llamaba Onofre Bartola y era hombre de historia un +tanto original, que bien merece recordarse. En una ocasión prendió la +justicia á varios ladrones, y uno de ellos, hombre despejado, á lo que +se vió, suplicó con grandes instancias le concediesen la plaza de +ejecutor de la justicia, y como quiera que á la sazón ésta se hallaba +mal servida porque el verdugo andaba enfermo y achacoso, y el +solicitante, que era el propio Onofre, ofreció desempeñar el puesto por +la mitad del sueldo, le fué encomendado; pero tantas fueron las +bellaquerías y malas acciones que cometió á partir de entonces, que la +Audiencia lo condenó á cárcel perpetua, y á no salir de ella sino +cuando tenía que ejercer su triste misión, muy escoltado, y así que daba +fin de ella volvían á encerrarle. + +Parece que en la prisión, como su espíritu era inquieto y turbulento, +traía siempre revueltos á los demás presos, gente de la hería, nada +pacífica ni sosegada, y esto dió motivo á que, denunciado por blasfemo +horrendo, saliese un día por las calles de Sevilla á sufrir los +infamantes azotes; y no quedó aquí el castigo, sino que la Inquisición +lo reclamó y le hizo á fin de 1699 salir en auto público, encorozado y +con una mordaza, enviándolo luego á sufrir seis años de galeras. + +Del tiempo en que estaba preso el ínclito Onofre he encontrado la +curiosa noticia en el Archivo Municipal en la Carpeta 39 de Acuerdos +para librar de 1699 y que puede servir de dato para ilustrar la vida del +azotado verdugo: + +«En la muy noble y leal ciudad de Sevilla, en sábado 11, días del mes de +Abril de 1699, en el Cabildo que la ciudad tuvo y celebró este día en +que se juntaron sus señorías el señor marqués de Valdehermoso, Asistente +de esta ciudad y algunos de los caballeros veinticuatro y jurados según +costumbre, fué leído un memorial dado por Onofre Bartola en que dice +está ejerciendo el oficio de ejecutor de la justicia y que se halla +preso en la cárcel real, y sumamente pobre, suplica á la ciudad lo +admita por tal ejecutor, señalándole lo que es estilo y socorriéndole +por ahora con lo que la ciudad fuese servido, en que recibiría merced; y +visto por la ciudad y por su señoría el señor Asistente se acordó de +conformidad remitir el dicho memorial á los señores tenientes para que +hagan informe sobre su contenido y que al dicho Onofre Bartola se le +diesen por ahora _cien reales_ por cuenta del salario de ejecutor de la +justicia que se le hubiere de señalar, siendo á propósito para ello y +que se tenga presente en la contaduría esta libranza para cuando llegue +el caso, etc.» + +Cumpliendo en las galeras la condena que se le impuso después del auto +de fe murió Onofre Bartola, y así tuvo fin la airada vida de aquel +ejecutor de la justicia, que fué á la par reo y verdugo. + + + + +LOS HERMANOS DEL PECADO MORTAL + + +En el siglo XVIII y aun á principios del XIX, interrumpía, durante las +noches, el silencio de las calles de Sevilla, una voz lúgubre y monótona +que más de una vez despertaba á los pacíficos vecinos y llevaba el +terror á los chiquillos que descansaban en sus casas. + +Aquella voz era la de los hermanos de la _Congregación del santo celo +por la salvación de las almas y conversión de las que están en Pecado +Mortal_ (que tal era su título), hermanos que con un cepillo de madera +colgado á la cintura para las limosnas, una campanilla y una linterna, +correteaban la ciudad desapareciendo cuando las primeras luces del nuevo +día comenzaban á iluminar el cielo. + +Poco después de la _Queda_ salían los hermanos, que tenía cada uno de +ellos la misión de recorrer un barrio, del que llegaban á conocer todos +sus rincones, encrucijadas y callejas; iban por entre las sombras con +paso reposado y lento, y en determinados lugares se detenían y bajando +el embozo de la capa, con tono quejumbroso gritaban: + +--_¡Para hacer bien y decir misas por los que están en pecado mortal!_ + +A este grito agitaban la campanilla, no faltando, por lo regular, de +allí á poco, la voz de un vecino que entreabría la ventana, y al _tome +hermano_, arrojaba alguna moneda á nuestro hombre, que seguía su camino +impasible á otro y otros sitios, donde repetía su pregón y sus +campanillazos, entonando algunas veces una á manera de _saeta_, del +tenor siguiente: + + «Si en esta noche murieres, + hombre que estás en pecado + ¡considera dónde fueres!» + +La tal congregación del _Pecado mortal_, fué creada en Sevilla hacia +1723, siendo su principal organizador un librero de Marchena, +establecido en la calle Génova, el cual, en unión de otros devotos, +formaron los estatutos y reglas, estableciéndose en la iglesia del +convento de san Francisco, donde más tarde costearon una Virgen de la +Esperanza, pues á ésta y al _Cristo Coronado de Espinas_, tenían por +patronos los congregantes. + +El 9 de Abril del año de 1724 fué la primera noche en que los hermanos +del _Pecado Mortal_ salieron por las calles á recoger limosnas, y éstas +debieron darles buenos resultados, pues en pocos años llegaron á reunir +un fondo bastante considerable, el cual aplicaban, entre otros objetos, +á casar á los enamorados que vivían maritalmente, para _sacarles del +pecado_, como cándidamente escribe un autor. + +La congregación del _Pecado Mortal_, salía anualmente de misiones por +las parroquias de san Julián, san Marcos, san Ildefonso y Omnium +Sanctorum, á donde iba en procesión, y en las que sermoneaban largo y +tendido los frailes franciscanos, que se entraban y salían por las casas +de esas populosas collaciones, con el propósito de limpiar de pecado al +vecindario. + +Los hermanos que paseaban las calles para recoger las limosnas eran de +los de más ánimos y presencia, pues había que tener ambas cosas para +andar de noche por la ciudad en invierno y verano, expuestos á más de un +percance y á las varias asechanzas y lances que entonces á cada paso se +ofrecían. + +Los criminales y malhechores, los vagos y pájaros de cuenta, que vagaban +por calles y plazas, tenían en el pregón del _Pecado Mortal_ un aviso +que le daba el alto en sus fechorías, y más de una vez en el hermano un +testigo mudo de sus actos. + +Esta antipática y lúgubre figura de la campanilla y el pregón +desaparecieron por completo hace ya más de noventa años, pero la +congregación del _Pecado Mortal_ siguió y puede decirse que aún +subsiste. + +Cuando en 1840 fué derribado el convento de san Francisco, se +trasladaron los hermanos al templo de san Ildefonso, y de allí fueron +más tarde al de San Buenaventura, donde todavía y anualmente organizan +algunas misiones por los pueblos de la provincia misma, que por lo +general, pasan inadvertidas y en nada consiguen llamar la atención. + +La congregación de _El santo celo por la salvación de las almas y +conversión de los que están en pecado mortal_, fué de aquellas +instituciones religiosas que dieron una nota gráfica la España negra y á +la sociedad supersticiosa de nuestros abuelos, aunque parezca extraño y +con cierto orgullo se envanecen algunos autores de que Sevilla fué la +primera que la tuvo entre las capitalas de España. + + + + +UN PARTIDARIO DEL ARCHIDUQUE DE AUSTRIA + + +La guerra de sucesión, tan funesta para España, hizo, como sucede en +casos tales, multitud de víctimas fuera de los campos de batalla, y más +en aquella en que el número de partidarios de la causa del archiduque de +Austria era en un principio mayor que el de los Borbones. + +Esto ocurrió también en Andalucía, donde se conspiró un buen tiempo, si +bien luego tratóse de borrar las huellas de tales pasos, y siendo tal +vez no pocos de los que luego prestaron acatamiento á Felipe V, los que +promovieron y fomentaron ocultamente las conjuras. + +Uno de los individuos que en Sevilla se señaló más entre los +partidarios del archiduque fué D. Cristóbal Guerrero de Aguilar, el cual +tenía el destino de administrador de la sal, y era además uno de los más +distinguidos familiares de la Inquisición por su noble alcurnia y la +posición que ocupaba. + +Guerrero de Aguilar mezclóse en todos los manejos contra la dinastía de +Borbón, y estableció correspondencias con muchas personas significadas, +siendo durante los años 1702 y 1703 uno de los más activos agentes de la +casa de Austria. + +En los comienzos de 1704, D. Cristóbal fué preso por haberse probado que +en uno de los frecuentes viajes que por entonces hizo, había traído +varias cartas, documentos y alocuciones del famoso cardenal Cienfuegos, +los cuales estaban dirigidos á excitar los ánimos de autoridades, +comunidades y personas significadas, en contra de la nueva dinastía. + +Juzgado Guerrero de Aguilar por su delito, ninguna clemencia tuvieron +para él los jueces, condenándolo á muerte después de algún tiempo de +prisión y de haber practicado muchas y enojosas diligencias en +averiguación de los que en Sevilla parecían estar en contacto con el reo +y favorecer sus trabajos. + +El administrador de la sal fué ahorcado en la plaza uno de los primeros +días de Mayo de 1774, y en la noche de su muerte una procesión de +frailes de san Francisco subió al patíbulo, descolgó el cadáver, lo +amortajó allí mismo, y colocándolo en un féretro, después de entonar +largas salmodias, lo condujeron al convento más próximo, donde le dieron +sepultura. + +Esto fué muy comentado en la ciudad, pues de los frailes franciscanos de +la Casa Grande se decía, no sin fundamento, que eran partidarios del +Archiduque, y aun que habían enviado en diversas ocasiones ocultamente +cantidades crecidas para el sostenimiento de las tropas enemigas de la +casa de Borbón. + + + + +PROFANACIÓN + + +El día 16 de Junio de 1718, fiesta del Corpus, una vecina de la +collación de San Vicente, llamada Juana Teresa Parrado, y la cual era +criada del convento del Dulce Nombre de Jesús, robó la sagrada forma del +viril, guardándola en su pecho, y después de partirla, la colocó sobre +un altar de Jesús Nazareno. + +Esta profanación que, como es de suponer, causó gran escándalo en +Sevilla, fué consignada por algunos escritores en papeles y hojas +sueltas, y la autora del hecho fué presa y llevada á la Inquisición, +donde sufrió castigo, saliendo en auto público de fe el 10 de Diciembre +de 1719, condenándosela á doscientos azotes y á destierro, y en +desagravio de la Divinidad se hicieron luego numerosas funcionos en los +templos de Sevilla. + +Juana Parrado, según las relaciones coetáneas, no era una cualquiera +como parece, pues, tenía nada menos que pacto con el demonio, á quien +_trataba con mucha llaneza_, y me parece de verdadera curiosidad para +conocer detalles de aquella individua y del suceso que la hizo célebre, +reproducir estas líneas del manuscrito de fray José de Muñara, y que no +dejan de ser donosas. + +En ellos después de relatar el sacrilegio cuenta como fué descubierto y +da á conocer quien era la autora, en esta forma: + +«...El día siguiente (17 de Junio) subió el sacristán á renovar una +bujía de cera junto al viril y reparó faltaba la Sagrada Hostia; dió +aviso á los sacristanes y entristeciéronse las monjas y hicieron +rogativas, disponiendo se consagrase una Hostia y se colocase en el +viril para manifestar á S. M. en la misa mayor. Una religiosa llamada la +madre Espíritu Santo hizo oración con muchas lágrimas delante de una +santa imagen de Jesús Nazareno que está en un altar (_en blanco_) y vió +sobre los manteles del altar media Hostia; dió aviso y el capellán +registró el altar y halló la otra mitad de la Hostia debajo de los +manteles del mismo altar y creyendo era aquella la misma Hostia que +estuvo en el viril la puso en unas corporales y un sacerdote la consumió +en la misa. Estaba en el convento sirviendo una mujer mulata llamada +Juana Teresa Parrado, de quien las monjas tenían muchas sospechas de que +era mala cristiana y dando aviso al señor visitador que es nombrado por +el duque de Medina Sidonia para este convento por privilegio especial +del Papa, hizo sus obligaciones, y negando la dicha mulata con alguna +turbación, fué dada cuenta al señor provisor, siendo amenazada la mulata +si no confesaba la verdad, que sería castigada y atormentada, dijo que +la mañana del dicho día 17 de Junio muy temprano _el Demonio la sacó +por la reja de una tribuna y teniéndola en el aire junto al viril le +dijo sacase la Sagrada Hostia y se la entró en el seno y habiéndola +vuelto el Demonio á la tribuna había ella partido la Hostia y +arrojándola sobre el referido altar_. Los señores inquisidores formaron +autos, y vista la declaración de la mulata la llevaron á sus cárceles: +allí confesó _hacía muchos años que vivía con mucha llaneza y +familiaridad con el Demonio, el cual en forma de hombre la acariciaba y +se acostaba con ella en su cama_ (¡!) no declaró otros delitos sino los +referidos de que resultaba huir de los santos sacramentos y oir misa sin +veneración y atención.» (_Antigüedades y novedades sevillanas._) + +Juana Teresa Parrado, que tenía veinte y ocho años de edad, después de +salir en auto, que se celebró en san Pablo, como dije al principio, en +10 de Diciembre de 1719; á los comienzos del siguiente corrió las calles +de la ciudad sufriendo los doscientos azotes impuestos posando luego al +destierro, donde quizá continuara su _llaneza y familiaridad con el +Demonio_, pues como cándidamente apunta Matute en sus Anales, la +mulatita «se afirmaba que desde niña había tenido pacto con él.» + + + + +TRAJES Y ADORNOS + + +Cuando al oscurecer del día 27 de Noviembre de 1723 los vecinos de +Sevilla se disponían á recogerse en sus casas para entregarse al reposo +se vieron sorprendidos por el ruído que por varias calles promovía el +toque de trompetas y atabales, el paso de caballos y las voces de no +poco concurso que rodeaban á los ginetes. + +La causa de todo aquello era la siguiente. Por la tarde se había +recibido de Madrid un pliego conteniendo la _Pragmática sanción que su +majestad mandaba observar sobre trajes y otras cosas_, fechada en San +Ildefonso á 15 días del mismo mes, y el Asistente que lo era don Alonso +Pérez de Saavedra, marqués de la Jarosa, apenas hubo recibido el +documento, había convocado á cabildo con gran prisa, para dar cuenta de +él, y como su señoría consideraba de mucha urgencia que la orden real +llegase á conocimiento de todos, se comisionó allí mismo al marqués de +Gandul para que, aunque fuese de noche, se publicara la pragmática con +todas las solemnidades de rúbrica. + +En efecto, se organizó la comitiva para la ceremonia, figurando en ella +el teniente de Asistente don Isidoro Palomino, el pregonero Sebastian +Francisco, los alguaciles de los Veinte, los trompetas y atabales. + +El primer pregón dióse, como de costumbre, á las puertas del +Ayuntamiento, siguiendo los otros ante la Audiencia, el palacio +Arzobispal, el Alcázar, y el barrio de la Feria, siendo necesario que +algunos mozos, con antorchas, alumbrasen al pregonero, que se +desgañitaba en medio del camino por enterar al vecindario, cómo quería +Felipe V que se vistieran sus vasallos de allí en adelante. + +La tal pragmática sobre trajes, aunque reproducía algunas disposiciones +de otras, era más estrecha y tenía nuevas y grandes disposiciones que no +dejan de ser curiosas y que causaron no poco disgusto á los galanes +sevillanos, muy dados al lujo en sus trajes y personas. + +El rey prohibía que se usase más de encajes finos, cintas de plata y +oro, terciopelos rayados, etc., como no fuera con cierta moderación muy +limitada; añadía que los menestrales, barberos, labradores y especieros +no podían llevar vestidos de seda, y vedaba en absoluto que ni hombres +ni mujeres luciesen aderezos y adornos de piedras falsas, que entonces +se labraban con gran perfección, imitando á los legítimos. + +Las libreas que habían de llevar los pajes, lacayos y criados se mandaba +que fuesen del menor lujo posible, mencionándose también el número que +había de haber de éstos y sus trajes en ciertas ocasiones. + +En cuanto á las galas femeninas, decía Felipe V casi ruborizado: + +...«Por cuanto son muy de mi real desagrado las _modas escandalosas en +trajes de mujeres_ y contra la modestia y decencia que en ellos se debe +observar, ruego y encargo á todos los obispos y prelados de España que, +con celo y discreción, procuren corregir estos excesos y recurran en +caso necesario á mi Consejo, donde mando se les dé todo el auxilio +conveniente.» + +Pero no era en los trajes únicamente en lo que aquel rey disponía, sino +que, con el propósito de disminuir el número de carruajes, que debían +estorbarle, dictaba severas disposiciones contra los adornos, pinturas y +galas que solían ponerse en las carrozas, literas, calesas, estufas, +etc., no dejando de ser donoso el que señalaba las personas á quienes +estaba permitido andar en coche y las que lo tenían vedado, en esta +forma: + +...«No podrán tener coches... _los alguaciles de corte, escribanos de +provincia y número_, ni otros ningunos, ni tampoco lo han de poder tener +los _notarios, procuradores, agentes de pleitos y de negocios_, los +_recaudadores_, si no es por otro título, y tampoco lo podrán tener ni +los _mercaderes con tienda abierta, ni los de lujos, plateros, maestros +de obras_, etc.» + +En fin, para que nada faltase en que el rey interviniera, ponía tasa á +lo que á los novios les diese gana de regalar á sus prometidas, +marcándoles hasta dónde podían llegar en sus dádivas, diciendo: «por +cuanto exceso de joyas y vestidos, y otras cosas que se daban y hacen al +tiempo del desposorio... ninguna persona de cualquier estado, calidad y +condición que fuere, pueda dar ó diere á su esposa y mujer en joyas y +vestidos en causa alguna más que lo que montase la octava parte del dote +que de ella recibiese.» + +Hasta 29 artículos tenía la famosa pragmática, que se mandó cumplir con +tanto rigor, que allí se ordenaba que el que la desobedeciese tendría de +pena _por la primera vez cuatro años de presidio cerrado á África, y por +la segunda ocho años de galeras_. + +El Asistente conde de la Jarosa, que tanto se apresuró á pregonar las +órdenes reales, como antes dije, no fué menos severo en su cumplimiento, +haciendo practicar escrupulosos registros con frecuencia, y por +sastrerías, tiendas de ropas y cocheras, y sin que tuviera consideración +alguna á los intereses que perjudicaba, descargó toda su justicia sobre +obreros, artesanos y fabricantes, que respiraron con satisfacción cuando +dejó su cargo, tres años después, en 1725. + +Y para que se viera que él era el primer cumplidor de la pragmática, +como quiera que en ella se ordenaba que todas las autoridades y +justicias vistieran de negro, en el primer cabildo que la ciudad celebró +el 7 de Diciembre de 1723, se presentó todo enlutado, empuñando su vara, +y obligó á que con igual traje negro fuesen todos los caballeros, desde +el escribano Castillo hasta el último portero. + + + + +TORIBIO DE VELASCO + + +Al ocuparme en páginas anteriores de la asociación del Niño Perdido que +existió el siglo XVI, algo dije del lamentable abandono en que estaba en +la antigüedad la infancia desvalida. Las calles veíanse continuamente +llenas de muchachos que, sucios, andrajosos y hambrientos, crecían +abandonados á sus instintos, sin que ni las autoridades eclesiásticas ni +las civiles, ni otras corporaciones, se cuidasen de atender á ellos, +apesar de que de tan pingües rentas disponían. + +Aquellos infelices, de cuya educación nadie se ocupaba, vivían de la +manera más miserable, comían cuando encontraban donde robarlo, dormían +al raso, y en su infantil edad, el continuo roce con gente perversa y el +abandono de toda educación tenían harto prematuramente prostituidas sus +almas y enviciadas y torcidas sus conciencias; pues los tales +rapazuelos, que por los sitios públicos enseñaban sus miserias, podían +ser maestros en raterías, licenciados en la carrera rufianesca y carne +dispuesta para consumirse en la horca, en las galeras ó en los +presidios. + +Esto, que tanto daño venía á traer á la sociedad y que tan poco hablaba +en favor de la cultura, mal era al que debía ponerse remedio, y aunque +algunos sobre ello parasen mientes, nadie de significación llevó á la +práctica ninguna medida, y vino á partir la obra bienhechora, como +algunas veces sucede, del más débil y del que con menos medios parece +contar para llevarla á cabo. + +Y así fué entonces. Un pobre hombre, de humilde posición, sin trato +social y sin carrera alguna, de ilustración escasísima, pero de alma +buena y sensible, movido de un noble sentimiento de humanidad, solo y +sin apoyo, hízose al comenzar el siglo XVIII, el verdadero protector de +la infancia desvalida, que á los poderosos ningún interés prestaba. + +Era aquel hombre natural de la parroquia de San Pedro de Píneres, del +Concejo de Haller (obispado de Oviedo), llamábase Toribio de Velasco y +Alonso, había venido á Sevilla de joven y no tenía otro oficio que +vender por las calles añalejos, estampitas, novenas, romancillos ó +pliegos de aleluyas, con cuyas escasas ganancias atendía á su frugal +alimento y á pagar su modesto cuarto, que en una pobre casa de la calle +del Peral le servía de morada. + +Toribio de Velasco, que por andar siempre de plaza en calle, era testigo +de aquel abandono en que los infelices desvalidos yacían, comenzó á +mezclarse entre los muchachos, y con palabras dulces y persuasivas, +procuraba atraerse á los más pequeños y menos maleados, regalándoles +estampas y dulces, y haciéndoles que les prestasen ya alguna atención, y +al aire libre, recitábales la doctrina ó algunas máximas de moral de las +más sencillas. + +Así anduvo nuestro buen hombre por los años de 1720 y 24 y era muy +frecuente encontrarlo por la mañana y tarde, ya en el monte del +Baratillo, bien junto á una puerta, ó bien en medio de una plazuela +rodeado de muchachos á los cuales daba enseñanza, y tan de la confianza +de algunos fué haciéndose Toribio con paciencia y dulzura, que las horas +en que tenía costumbre de dar su lección, poníase en el extremo de una +calle ó plazoleta y allí sacaba de debajo de su capa raída y sucia una +campanilla que agitaba con fuerza, y á su toque se veían de distintas +partes acudir á los niños, que más de una vez dejaban instintivamente el +juego para rodear al pobre montañés y escuchar sus toscas palabras. + +Ni las burlas de los incorregibles ni lo penoso de la espontánea tarea, +hiciéronle flaquear, llegando á conseguir, después de muchos meses, que +varios de los muchachos fueran á su pobre casa de la calle del Peral, +con lo que ya pudo decir que había echado los cimientos á su futuro +instituto. + +Allí atrajo también á algunos hijos de vecinos pobres, y con las +limosnas que él mismo pedía, y sacrificando sus escasísimos ahorros, +pudo luego alquilar un departamento en una casa de vecindad de la +Alameda, donde en Julio de 1725 llegó á reunir, con cierto carácter de +escuela, á muchos niños, consiguiendo también comprar vestidos á 18 de +los más abandonados, los cuales se recogieron y allí pasaron las +primeras clases de enseñanza. + +Había por entonces ya cundido la noticia de la meritoria obra de Toribio +de Velasco y llegado á oídos del arzobispo y del Asistente, y entonces +una persona interesada en ello, sin dar su nombre, envió á la casa 50 +ducados, con lo que puede decirse que comenzaron sus fondos. + +Tan rápidos fueron en adelante los progresos del benéfico +establecimiento, y tanta la actividad desplegada por su fundador, que +aquél hubo de trasladarse á edificio más amplio en la calle Real de san +Marcos, al sitio de la Inquisición Vieja, y un escritor sevillano dice á +este propósito: + +«Apesar de no contar con ninguna renta, el número de niños crecía por +manera, que llegaban en el año de 1727 á ciento, por lo que fué +necesario trasladarse.... y proveerse de maestros de escribir y contar, +y aun de gramática latina, por si alguno se inclinaba al estado +eclesiástico: también se dispusieron talleres en que aprendiesen los +oficios de zapateros, sastres, polaineros, cardadores de lana y otros de +primera necesidad, de lo que, informado el rey, lo socorrió con diez mil +pesos, y además mandó á la Ciudad que le proporcionaran sitio apropósito +para que labrase casa, cuyo real decreto fué cumplido, señalándose una +bien espaciosa fuera de la puerta de Triana, como quiera que ya constaba +de ciento y cincuenta niños, cuya subsistencia se apoyaba sólo en la +caridad sevillana.» + +No llegó Toribio de Velasco á ver instalada su casa en dicho punto, pues +anciano y enfermo, murió en la tarde del día 23 de Agosto de 1730, +siendo trasladado con gran pompa su cadáver desde la calle Real de san +Marcos, al convento de san Pablo, en que fué sepultado, y en su +testamento dejó elegido sucesor de su puesto á un su compañero que le +había ayudado hasta allí, llamado Antonio Manuel Rodríguez, el cual +procuró durante el tiempo que estuvo al frente del establecimiento, +seguir las huellas del fundador. + +En 1738, no habiendo podido realizarse el proyecto del edificio en las +afueras de la puerta de Triana, se trasladó la escuela á una casa de la +Calzada á la Cruz del Campo, de donde pasó en 1776 á ocupar el edificio +de san Hermenegildo, residencia que fué de los jesuítas, donde estuvo +hasta que se trasladó en 1785 á la plaza de Pumarejo y á un espacioso +edificio, en que permaneció hasta su extinción, primero en 1823 y +completa en 1836. + +Puede decirse que, cuando el heredero de Toribio de Velasco, Antonio +Manuel, dejó la casa en 1749, comenzó á decaer tan útil establecimiento, +que desde entonces administró un eclesiástico del que dice Matute que +«de cuyo poco celo é inteligencia, resultó un lastimoso atraso, +habiéndose reducido á 50 el número de niños.... y se puede asegurar que +(el establecimiento) jamás volvió á ver los felices días de su +fundación.» + +No son muy abundantes las noticias que existen de la primitiva fundación +del hermano Toribio, y las más importantes á más de las que dan Asensio, +Collantes y los papeles del conde del Aguila, se encuentran en un libro +que vió la luz en Madrid en 1766, escrito por el padre Baca y cuyo +título es el siguiente: + +--«_Los toribios en Sevilla breve noticia de la fundación de su +hospicio, su admirable principio, sus gloriosos progresos y el infeliz +estado en que al presente se halla: su autor el M. R. P. Fr. Gabriel +Baca, de la orden de la Merced, etcétera._ La da á luz para ejemplo y +acción de gracias al Todo-Poderoso, D. Miguel Carrillo, canónigo de +aquella santa Patriarcal Iglesia, y la dedica al rey nuestro señor, como +padre el más poderoso de sus vasallos pobres y desvalidos.--Madrid, +etcétera, 1766.» + +Nada más que una confusa memoria queda hoy de aquel bienhechor de los +niños desvalidos, de aquel pobre Toribio de Velasco, que con alma +cándida y buena, llevó á cabo en nuestra ciudad una de las obras más +meritorias que pueden darse.... Sevilla no ha dedicado hasta ahora un +solo recuerdo al que hizo bien desinteresadamente; y en la población +donde tantos nombres que nada dicen se ostentan en las vías públicas, +aún no se ha ocurrido á nadie siquiera el poner á una calle el nombre de +_Toribio de Velasco_. + + + + +LA FIESTA DE LOS SASTRES + + +El gremio de sastres, que siempre ha sido muy numeroso en Sevilla, +cuando el viaje á esta ciudad de Felipe V en 1729, se propuso obsequiar +al rey, ardiendo en entusiasmo monárquico de tal modo y manera, que en +su obsequio dejase atrás cuanto en el mismo sentido pudieran hacer +otros. + +Así fué que nada se les ocurrió á los buenos alfayates que formaban la +Hermandad de san Mateo, más ingenioso que el organizar una cabalgata +alegórica con el título de _El piadoso Eneas de las Españas_, la cual +fué cosa de ver, y bien merece que me ocupe de ella, siguiendo con toda +fidelidad las relaciones contemporáneas, que por lo puntuales y +verídicas no han de prestarse á dudas. + +En la organización de tal cabalgata es seguro que exprimieron su magín +los sastres, ayudados, tal vez, por algunos de los más doctos ingenios, +logrando ser el asombro de la ciudad. + +Salió la cabalgata á ver á los reyes llevando delante el pregonero, los +ministros de la justicia y los escribanos, todos ellos vestidos con +trajes de colorines, que, á juzgar por la descripción que de ellos +conozco, aunque embobaran á las gentes sencillas, eran harto ridículos y +estrafalarios. + +Seguían á éstos nada menos que 66 sastres, precedidos de un clarinero, +vestidos de turcos, á su manera, con mucho de cintajos y medias lunas, +estandartes y escudos, donde iban escritos pésimos versos en elogio del +rey, que no había más que pedir. + +Y á los turcos seguían 40 alfayates más á caballo, y luego una cuadrilla +numerosa á pie con chupas y sombreros de plumas, y los cuales llevaban +unos tarjetones con ingeniosidades de este tenor: + + «La _aguja_, que es nuestro timbre, + despunta por esos aires + pirámides y monumentos + de _Filipo Quinto_ el grande. + + Dédalos son, no _dedales_ + nuestros blasones, pues todos + saben volar en obsequio + de nuestros reyes gloriosos. + + Para hacer á nuestros reyes + obsequio que _bien les venga_, + ha sido tan corto el tiempo + que apenas está _de prueba_. + + En obsequio de unas bodas + este gremio contribuye + al ver de estas voluntades + y coronas el _pespunte_. + + De _telas_ del corazón + este festejo tejido, + con los que en él _se han cosido + hebras_ los afectos son. + + Presto para tanta fiesta + se echaron nuestros _hilvanes_, + que para tales esfuerzos + siempre son bravos los _sastres_.» + +Por último, después de la tal cuadrilla venía el carro alegórico del +_Piadoso Eneas de las Españas_, mescolanza religiosa-mitológica-teatral, +en la que iba una figura representando á Felipe V en forma de Eneas, +otro á san Fernando y otro á la Sibila, que tenía el doble significado +de representar también á la Virgen María, para aclaración de lo cual +llevaba un tarjetón con estos versos: + + «_María_, mejor Sibila, + no á Eneas, sino á Filipo, + le muestra en Fernan tercero + de que en Lis, Leon y Castillo.» + +En el carro alegórico se mostraba también el antiguo pendón de la +hermandad de los sastres, que tenía por patrón á san Mateo, y cerraba +por último toda aquella comitiva un buen número de danzantes y cantores +que entonaban versos en loor del monarca, de la reina y de los +príncipes. + +Con gran parsimonia y lucimiento, fué recorriendo las calles de Sevilla +la alegoría del _Piadoso Eneas de las Españas_, sin que nada se opusiera +á su esplendor, siendo todo del particular agrado de Felipe V, cosa que +colmó en extremo los deseos de los alfayates, los cuales, con el fin de +que su acto quedase inmortalizado, mandaron escribir y publicaron un +folleto describiendo toda la fiesta, folleto que fué impreso el mismo +año de 1729 por la viuda de don Francisco Leefdael, y en el cual se +leían estas palabras al frente del soneto dedicatorio: + +_Al muy alto y muy poderoso monarca, árbitro de dos mundos, á Felipe V, +el animoso rey de las Españas, el gremio de sastrería de Sevilla humilde +saluda y reverente obsequia._ + +¡Lástima que el nombre del anónimo poeta, que se despachó á su gusto en +aquellas intrincadas ingeniosidades, no haya pasado á la posteridad! + + + + +CON LUZ... Y Á OSCURAS + + +Cuando las sombras de la noche se extendían sobre Sevilla en aquellos +tiempos de la Inquisición y de los monarcas absolutos, era preciso ser +hombre de más de mediano valor para atreverse á recorrer solo las +calles, la mayoría de las cuales eran estrechas, tortuosas y en las que +abundaban las lóbregas travesías, las encrucijadas sombrías y los +rincones misteriosos y los pesados arquillos de feísimo aspecto. + +Los faroles y candilejas que las hermandades solían poner en retablos y +cruces que tanto abundaban, era el único alumbrado que podía guiar al +transeúnte en aquellas tinieblas, por las que se resistían á penetrar en +no pocos barrios las rondas y las patrullas que de tiempo en tiempo +tenían obligación de recorrer sus demarcaciones. + +Los criminales, los ladrones, la gente de malísimo vivir, eran +únicamente los paseantes que desde el toque de la _Queda_ hasta ser de +día vagaban por las calles, y rara era la mañana en que en las +collaciones de la Feria, san Vicente, santa Cruz, la Macarena ó san +Pedro, no aparecía algún hombre muerto ó se tuviese noticia de alguna +casa robada ó de algún atropello bárbaro cometido entre las sombras y el +silencio. + +Dueña en absoluto era la gente maleante de la ciudad por las noches, y +únicamente en alguna gran solemnidad, se solían hasta las nueve ó las +diez iluminar las casas por el vecindario por apremiantes órdenes del +Asistente. + +Hasta el siglo XVIII no se les ocurrió á las autoridades locales la +feliz idea de que estableciendo alumbrado público, podrían evitarse +muchos desmanes que favorecidos por las sombras se cometían, y á este +efecto se ensayó el plan que ya en otras capitales se había llevado á +cabo. + +Era en 1732 Asistente interino don Manuel Torres, y á este buen señor, +así como á su inmediato sucesor, don Rodrigo Caballero Illanes, se deben +los primeros ensayos de alumbrado, pues ordenaron al vecindario que +desde las primeras horas de la noche del invierno de aquel año hasta las +doce, los vecinos colocasen en las ventanas de sus casas faroles que +disipasen de algún modo las espesas tinieblas. + +El día 15 de Octubre comenzó á cumplirse lo ordenado por las +autoridades, y es curioso el hacer constar que hubo una verdadera +oposición por parte de la gente de los barrios bajos á la novedad de +los faroles, dándose con frecuencia el caso que apenas eran encendidos +muchos de ellos, los mozos de barrio y algunos pájaros de cuenta +destruían á pedradas los cristales, volviendo á dejar las calles en +aquellas sombras que tanto favorecían sus planes. + +Así continuaron las cosas muchos años, apesar de los edictos de 1754, +1757 y 1758, siendo inútiles cuantos esfuerzos se hicieron por obligar á +respetar el alumbrado, que siguió constituído únicamente por los +farolillos que adornaban las cruces y retablos, que sostenían sus +hermandades y cofradías. + +En 1760 el Asistente, D. Ramón Larrumbe, dando una prueba de cultura, +volvió á tomar disposiciones sobre el asunto, y el día 27 de Octubre se +fijó é hizo publicar un bando en el cual se leen estos párrafos: + +«Manda el señor Asistente que todos los vecinos de esta ciudad, barrio +de Triana y sus arrabales, desde 1.º de Noviembre próximo hasta fin de +Abril del año que viene, pongan faroles en lo exterior de las casas, que +den luz á las calles y pasos públicos; lo que han de ejecutar desde +media hora después de oraciones hasta las once de la noche: pena al que +contraviniere lo mandado, de dos ducados por la primera vez, cuatro por +la segunda y ocho por la tercera, aplicándose dichas multas al ministro, +soldado ó persona que denunciare la contraversión en el todo ó parte de +lo mandado...» Y más adelante se añadía: «Que desde _las once de la +noche_ en adelante, ningún vecino de _cualquier calidad y condición que +sea_, pueda andar sin luz por las calles, llevándola por sí ó por sus +criados con linterna, farol, acha ó mechón; pena al que contravenga, +siendo persona distinguida, de seis ducados de multa con la referida +aplicación; y al que no sea de esta circunstancia se le tendrá por +persona sospechosa, y se le tendrá en la cárcel, para que averiguado su +modo de vivir, se le dé el destino correspondiente, etc., etc.» + +Por último, se acordaba que á las ocho de la noche se cerrasen todos los +bodegones, botillerías y tabernas, adoptándose otras disposiciones para +mantener el sosiego y la seguridad de la ciudad. + +Pero tales acuerdos, apesar del buen celo que el Asistente y sus +delegados tuvieran, no fueron bien cumplidos ni mucho menos como se +ordenaba, y lo del alumbrado público vino á quedar como antes durante +diez años poco más ó menos, aun habiéndose repetido los _bandos_ en 1761 +y 1766. + +En el bando de 20 de Octubre de 1770, se volvió con más energía á +encarecer la necesidad del alumbrado, por el Asistente D. Pablo de +Olavide, añadiendo esto, que da idea de cómo andaba la seguridad pública +por las noches en las calles de Sevilla: + +«Habiendo acreditado la experiencia no se había podido evitar que en +horas _extraordinarias_ transiten personas sospechosas, pues en fraude +de ellas se ha verificado encontrarse sujetos de esta clase después _de +las doce de la noche_, con la cautela de llevar luz é ir separados para +que no se les pudiese detener por las rondas: considerando su señoría +que en semejantes horas nadie sin motivo urgente debe estar fuera de sus +casas y que el mero hecho de carecer de esta legítima causa le +constituye en sospecha», se ordenaba que fueran detenidos cuantos +vecinos fuesen encontrados, como medida más expedita. + +Disposición fué esta, que se confirmó y amplió más tarde en otro bando +del mismo Olavide de 22 de Octubre de 1772, en el que se lee: «Toda +persona que se encuentre _después de dada las doce de la noche_ hasta el +primer toque del alba, que no sean sujetos conocidos, en quien desde +luego se excluye toda sospecha y que aunque lleve luz y vaya solo, no se +verifique causa legítima urgente que le precise á transitar á aquella +hora, cuya verificación (¡!) se haya de hacer en el pronto por la ronda +ó patrulla que lo aprediesen, y no acreditándose la urgencia, _se ponga +preso_ y haga justificación de su vida y costumbres para tomar la +providencia correspondiente conforme á lo que resulte...» + +Ya se ve, pues, que entre el mal alumbrado y la gente _non sancta_, era +harto arriesgado transitar por las calles en los buenos tiempos de la fe +y de las venerandas tradiciones, pudiendo decirse que apesar de +repetirse nuevos bandos sobre alumbrado en 1777 y 1779, hasta 1791 no +contó Sevilla con un verdadero servicio, gracias al Asistente Ábalos, +que, por cuenta del Ayuntamiento y cargando una contribución á los +propietarios de casas, colocó faroles en todas las calles, los cuales +faroles eran de forma adecuada y de dos mecheros, durando el alumbrado +desde 1.º de Octubre de 1792 al 24 de Junio de 1793, las noches que no +hacía luna, y terminando en el comienzo del verano. + +D. José Ábalos nada olvidó para el mejor resultado de la reforma, y á +este fin montó un cuerpo de celadores ó faroleros á los cuales ordenaba +que «los _mozos del alumbrado_ deben aderezar sus faroles diariamente, +de forma que se hallen corrientes para encenderlos á las horas +señaladas; cada uno recorrerá su partido de continuo para avivar el que +se amortigüe ó encender el que se apague con atraso. Estas maniobras las +han de hacer con actividad y prontitud: para ello y que no tenga +disculpa, han de ser mirados mientras lo ejecuten con la detención y +preferencia debida al público, á quien sirven, no deteniéndose con +pretexto alguno á que siga su ruta por las personas más privilegiadas». + +Desde los tiempos de Ábalos el alumbrado público siguió con diversas +alternativas, siendo objeto de lucro para contratistas y negocio seguro +para algunos graves señores, en perjuicio del pueblo en general, hasta +que don José Manuel Arjona, hacia 1827, lo reorganizó con muy buen +acuerdo, estableciendo los faroles triangulares sobre pescantes de +hierro. + +En 1839 tenía Sevilla mil faroles de un nuevo sistema inaugurado en 13 +de Agosto de 1836, faroles de reverbero que causaron no poca admiración +del pueblo. + +Por último, terminaré estos apuntes consignando que al establecerse el +gas, la calle de las Armas fué la primera que tuvo el nuevo alumbrado, +poniendo término á aquellos tiempos en que nuestros abuelos tenían de +noche la ciudad con luz... y á oscuras. + + + + +UN HOSPITAL DE PERROS + + +No sólo en el extranjero, y en estos nuestros tiempos de sociedades +protectoras de animales han existido hospitales y casas donde se +cuidasen con el mayor esmero á los irracionales para procurar su +conservación, tan útil á la sociedad. En Sevilla y en el siglo XVIII, +existió un hospital perruno, cosa que quizá muchos ignoren, y acerca del +cual he de escribir algunas líneas. + +Hacia fines del año 1763, comenzó á iniciarse en la raza canina de la +población una enfermedad algo extraña, la cual atacaba á los _chuchos_ +con tanta violencia, que en dos ó tres días eran muertos. + +Esto, que al principio no llamó mucho la atención, atrájola luego +poderosamente cuando en Abril y á principios de Mayo, se recrudeció de +tal manera la enfermedad, que por las mañanas aparecieron las calles de +Sevilla llenas de perros de todas castas que habían muerto durante la +noche. + +Preocupadas ya con esto las autoridades locales y temiendo que aquella +epidemia perruna fuese contagiosa y pusiese en peligro al vecindario, el +buen Asistente, que lo era á la sazón don Ramón Larrumbe, dirigióse á la +Sociedad de Medicina en 26 de Mayo, á fin de que este Cuerpo +interviniera en el asunto, y, examinando detenidamente á los canes +atacados, informase del riesgo que pudiera ofrecer á la salud pública. + +Por lo pronto el Ayuntamiento se encargó de enterrar á los perros en un +sitio determinado, extramuros de la ciudad, nombrándose también una +comisión del Cabildo que auxiliase á los doctores en sus trabajos. + +La Real Sociedad de Medicina, que había tenido su origen hacia 1697, y +cuyos estatutos fueron aprobados por el rey en 1700, estaba entonces +establecida en la calle de Levíos, y allí, en habitaciones convenientes +que dispusieron al efecto, acordó la Sociedad trasladar á los canes +enfermos, formando el hospital perruno. + +Dice Matute en sus _Anales_ que los _chuchos_ estaban allí muy +cuidadosamente asistidos y que se «separaban en los diversos +departamentos, según el grado que advertían en su enfermedad», +consignando también que para asistirlos se nombraron á seis enfermeros, +prosiguiendo en tanto los doctores sus estudios para dar con el +padecimiento y los medios de combatirlo. + +Preciso es confesar que hubo el mayor acierto, pues el plan de curación +empleado dió unos resultados excelentes, de tal modo, que las +defunciones perrunas comenzaron á disminuir con gran complacencia de los +amos, que volvían á recuperar sanos y salvos á sus mastines, pechones, +rateros, galgos y podencos, cuyas vidas habían visto en peligro. + +La epidemia desapareció á fines de Julio y Agosto por completo, +dictaminando los doctores que el mal no había sido contagioso, como se +pensó, y que fué _un catarral maligna con ofensa á los pulmones_ +(palabras de Matute), ampliándose luego todo lo ocurrido y los +caracteres de la enfermedad en el trabajo que más tarde insertó la +Sociedad de Medicina, en el tomo VI de sus _Memorias_. + +Véase cómo los sevillanos de 1764 se mostraron humanitarios con la raza +canina, hasta el punto de darla un hospital, raza tan maltratada luego, +que en 1812 se ordenó por bando, que se matasen sin contemplaciones +cuantos perros vagaban por la ciudad y que aún es víctima de los laceros +municipales, que de tan cruel persecución las hacen blanco. + + + + +LA ROSA PÉREZ + + +Una de las cómicas más aplaudidas y festejadas de los públicos de +Andalucía, á fines del siglo XVIII, era Rosa Pérez, la cual dió no poco +que hablar con sus galanteos, y tuvo gran número de ardientes +partidarios, que en más de una ocasión riñeron por ella apasionadas +disputas, tan frecuentes en aquellos tiempos entre los aficionados al +teatro. + +Tenía la actriz lindo palmito y gracia natural, con lo que, como era de +suponer, andaban por ella muchos galanes bebiendo los vientos y haciendo +no pocas locuras, algunas de las cuales fueron bastantes ruidosas, dado +que á la comedianta no le desagradaban las aventuras. + +Su repertorio era muy vario, y cuentan que se distinguía, no sólo en la +declamación, sino en el canto, para el cual poseía muy felices +condiciones, habiendo memoria de que los mayores triunfos los obtuvo por +su voz, dotada de raro atractivo. + +Dejando para los que escriban la historia del arte escénico el seguir +paso á paso la carrera artística de la Rosa Pérez, á quien sus +contemporáneos elogiaron mucho, diré sólo que esta carrera tuvo +súbitamente fin, término y acabamiento, cuando no lo esperaban, +ciertamente, los finos apasionados de la actriz, ni el público, que +tantas y tantas veces le había aplaudido al verla en escena interpretar +los más diversos papeles. + +El día 2 de Febrero de 1800, el convento de santa María la Real, de +Sevilla, vióse engalanado y lleno de concurrencia, en la que figuraban +muy señaladas personas de la ciudad, las cuales presenciaron la +profesión religiosa de la antes tan aplaudida y festejada actriz Rosa +Pérez, que se convirtió en _sor Rosa de Jesús María_. + +Los motivos que impulsaron á aquella linda mujer de no vulgar talento á +renunciar á la vida y sepultarse en las frías lobregueces de un +claustro, no es cosa que yo sepa y nada apuntaré por no alterar los +hechos con suposiciones más ó menos gratuítas; pero sí es cierto que á +la profesión de la actriz, se dió por la gente devota gran resonancia, +que los padrinos fueron de la más encumbrada nobleza y que la solemnidad +tuvo un brillo y esplendor inusitado. + +Y para que nada faltase en aquel acto, arrojáronse á los concurrentes en +diversas ocasiones, durante la función, multitud de _aleluyas_, en las +cuales un poeta anónimo, que firmaba F. M. C., quizá antiguo admirador +de la cómica, esprimió su ingenio en octavas reales, alusivas al acto, +algunas de las cuales eran del tenor de estas que á título de curiosidad +reproduzco: + + Rosa, sin duda alguna que nacistes + para aplausos: los hombres admirastes: + al mundo con tu acento sorprendistes, + y elogios de las gentes escuchastes. + Desengañada, al claustro te vinistes + y aquí el reposo con placer hallastes; + hay siempre quien te aplauda con anhelo; + antes era la tierra, ahora es el cielo. + Canta Rosa, su voz tiene pendiente + un cúmulo de humanas atracciones + zozobrando en el rápido torrente + de aplauso general y aclamaciones. + Viénese al claustro, llora penitente + y al cielo le merece aceptaciones; + Rosa, tu suerte siempre la mejoras + feliz si cantas, más feliz si lloras. + +No fué esta aplaudida comedianta de Sevilla la única que dió fin á su +carrera de tal modo: que algunas más que ella, después de lucir en las +tablas sus gracias y donaires y después de pasar lo mejor de la vida, +alegre y regocijadamente, se retiraron á descansar al convento, donde +dieron grandes muestras de virtudes. + +Porque ya se sabe: el diablo harto de carne, etcétera, etcétera.... + + + + +CÓMO EMPLEÓ UN DÍA EL REY JOSÉ + + +El 9 de Febrero de 1810 encontrábase en Sevilla el rey José I, +acompañado de su corte y sus ministros, y aquel día fué destinado por el +monarca á visitar varios edificios notables y establecimientos +industriales de la ciudad, con el sano propósito de ponerse de cierto +modo en contacto con el pueblo, y recibir de éste algunas pruebas de +afecto, de las que, á decir verdad, al llegar á la población andaba algo +necesitado. + +Así, pues, aquella mañana, después del almuerzo, José salió del Alcázar, +llevando consigo al ministro del Interior, al Intendente de la provincia +y á algunos oficiales, y á caballo se dirigió á la Fábrica de Tabacos. + +Era aquel sitio apropósito para recibir cierto homenaje popular, pues en +los distintos talleres trabajaban entonces más de mil operarios (aún no +había todavía cigarreras), y como era de suponer, ellos no habían de +permanecer mudos ante la presencia del nuevo monarca. + +Así ocurrió, en efecto; el rey recorrió con el superintendente las +amplias dependencias, donde se fabricaba el rapé, las del tabaco suelto +y las de los cigarros, siendo en todas ellas vitoreado por los +trabajadores, los cuales recibieron por encargo del José un socorro en +metálico que les fué equitativamente repartido. + +De la Fábrica de Tabacos, pasó el monarca á visitar el museo de +antigüedades, que estaba establecido en uno de los salones bajos del +Alcázar, museo que se debió principalmente al célebre don Francisco de +Bruna, y que se formó en gran parte con las estatuas y objetos sacados +en las excavaciones de Itálica. + +Visto el museo, la comitiva regia salió de nuevo, pasando al edificio de +la Lonja, cuya planta baja recorrió el Bonaparte, muy complacido al +parecer y haciendo notar la semejanza que encontraba entre aquel +edificio y los otros del tiempo de Felipe II que había visitado, +subiendo al piso principal, donde se encontraba el Archivo de Indias. + +Pero allí tuvieron los visitantes una grave contrariedad, y fué que +habiendo mostrado el rey deseos de ver las cartas de Hernán Cortés, de +Pizarro, de Almagro y de los principales conquistadores de América, hubo +que manifestarle que no se encontraban allí, pues la _Junta Suprema_, al +acercarse los franceses, se llevó á Cádiz cuantos documentos, planos, +cartas y papeles pudo, con objeto de salvarlos de que cayesen en poder +de los invasores. + +José I salió con esto muy contrariado del Archivo de Indias, y aunque +empleó parte de la tarde en recorrer algunas fábricas particulares para +inspirar simpatías á los obreros, notósele desde luego un mal disimulado +enojo. + +El día 9 lo terminó el rey asistiendo por la noche al teatro Principal, +donde el Ayuntamiento había dispuesto en honor suyo una función +extraordinaria, en la que hubo, á más de la representación de _La dama +sutil_, cantata en elogio del rey, sainete de circunstancias y bailes +andaluces, que entretuvieron en extremo á la oficialidad y á las tropas +invasoras. + +Era aquella la primera función teatral á que José asistía en Sevilla, y +á su entrada y salida del coliseo, fué vitoreado por diversos grupos de +afrancesados que le siguieron hasta su regreso al Alcázar. + +Estas manifestaciones dieron motivo á las cándidas líneas que la _Gaceta +de Sevilla_, escrita por Lista, insertaba en su número del sábado 10 de +Febrero: + +«Anoche asistió S. M. á la función que le había ofrecido la Ciudad en el +teatro, el cual ha sido abierto al cabo de dos años que permaneció +cerrado. Hubo una cantata, comedia, sainete y varias danzas de las +propias del país. El teatro estaba ocupado por las personas que habían +sido convidadas. S. M. fué recibido con entusiasmo y se mostró contento +de los afectos que le manifestó aquel concurso numeroso y lucido. S. M. +tuvo la bondad de hacer que el corregidor estuviese á su lado durante la +representación; parece ha querido con esta demostración corresponder á +la ciudad por los buenos sentimientos que le manifestaba.» + +La _cantata_ que se entonó en el teatro era obra del poeta D. Manuel M.ª +Arjona, y su autor la había escrito para que se entonase en un concierto +ante el rey José, en Córdoba, cosa que no llegó á verificarse. De la +letra, ya olvidada hoy, sólo copiaré los últimos versos, que decían: + + «....Tal vez se mire en aterido invierno + gemir el campo en languidez marchita + sufriendo su rigor y hielo eterno. + Mas súbito Favonio el vuelo agita + y ya al impulso de Pomona tierno + el orbe renovado, + se ve de hermosas flores coronado. + + Así la España + que triste yace + en llanto baña + su hermosa faz. + Mas se complace + mas se reanima + y á tu presencia + ¡oh Rey piadoso! + goza en reposo + ya la influencia + de la alma paz.» + +A la salida del teatro, como ya dije, el rey José I fué vitoreado, +retirándose luego á su palacio á descansar. + +Con todo lo que dejo apuntado puede enterarse el lector de estas _Cosas +nuevas y viejas_, de cómo empleó el rey José Bonaparte el día 9 de +Febrero de 1810, octavo de su residencia en Sevilla. + + + + +BENEFICENCIA INVASORA + + +El año de 1812 fué uno de los de más dura prueba y de más triste +recordación para los sevillanos del siglo pasado. + +Dominada la ciudad por las tropas francesas desde hacía veinte y tres +meses, y habiendo desde los comienzos de Enero recrudecido la guerra en +toda la provincia, pronto comenzaron á sentirse los tristes efectos de +aquella situación anormal, de manera harto lamentable y sensible á +todos. + +El mal tiempo y los estragos del continuo batallar en los campos de la +provincia, trajeron consigo la pérdida de las cosechas, aumentando la +carestía de los artículos de primera necesidad hasta el punto de que en +la capital el hambre se inició con todos sus horrores. + +«La hogaza de pan con peso de tres libras--dice Martín Villa--subió á 24 +y 30 reales: las familias acomodadas sintieron la escasez y miseria: los +más pobres y los más desvalidos fallecían desmayados en las calles, y en +las casas más caritativas se cuidaban de poner con aseo y alguna +decencia, arrimados á la pared de la calle, los despojos de la cocina +para que los indigentes pudiesen rebuscar entre ellos alguna cosa con +que aliviar el hambre que los devoraba.» + +Imposible de atajar aquellos males por entonces, fueron en aumento con +harta desgraciada rapidez, y en los meses de primavera de 1812, la +población ofrecía el espectáculo más triste, como da idea un acuerdo +capitular de 8 de Junio, en el cual se lee: + +....«Que se represente al excelentísimo señor General en jefe y á las +demás autoridades, la imposibilidad de poder cumplir con los pedidos que +se hacen, y que si se llevan á efecto, cree la municipalidad está muy +próxima la _total ruina de esta ciudad_, siendo demasiado notoria la +_decadencia_ y _despoblación_ que se nota con todo lo demás que se tenga +por oportuno manifestar por los señores comisionados D. Eduardo +Valvidares y D. Fernando de Iriarte, de quienes espera la municipalidad +sabrán desempeñar este cargo con todo el esmero y prontitud posibles, de +que tantas pruebas tienen dadas.» (Act. 2.ª Escribanía.) + +Las autoridades francesas seguían en tan triste situación exigiendo +cantidades é imponiendo diferentes arbitrios sobre particulares y +corporaciones, siendo harto censurable la conducta de los proveedores +del ejército imperial que habían acaparado el trigo, aumentándose así +los horrores del hambre. + +Procuraban, no obstante, los invasores, que la verdadera situación de la +ciudad se desconociese fuera de ella, y aun se esforzaban por ocultar +cuanto podían, aquí mismo, los estragos del mal, y así, pues, ni se +insertaban noticias en la _Gaceta de Sevilla_ sobre este punto, ni +dejaban salir correspondencia que del daño tratase, castigando muy +severamente á los que propagaban por cualquier medio el conocimiento de +aquellas miserias. + +En tal situación, y viendo la urgencia de socorro que el pueblo +necesitaba, pusieron en práctica uno que no dejó de dar algún +resultado. + +Al efecto abrieron una suscripción casi forzosa entre las personas de +capital, para sostener con ella dos repartos de sopa diaria, que habían +de hacerse en los barrios más populosos y á los vecinos pobres que se +hallaban faltos de todo alimento y tantos eran á la sazón. + +Sobre esta sopa que los invasores repartían públicamente, cayó el pueblo +hambriento, siendo lastimoso, á decir de un contemporáneo, el cuadro que +ofrecían los puntos donde se hacía la distribución, pues á más de dar +clara prueba del infinito número de gente que vivía en la miseria, +demostraba á qué menguada situación habían venido familias antes +acomodadas, y á quienes se veía entonces acudir con sus pucheros á +recoger aquel socorro. + +Mas la sopa de los invasores no era bastante á remediar los males, y +entonces se fundó por iniciativa del poeta don Félix José Reinoso, que +se había ofrecido á la causa francesa, un hospital que no dejó de +prestar excelentes servicios. + +«La obra del hospital--ha escrito el mismo Reinoso--fué recibiendo su +incremento á medida de sus auxilios. Las camas llegaron muy en breve al +número de 70 en el hospital de hombres y de 85 en el de mujeres. El +total de los enfermos fué de 703, asistidos con tal esmero, cual no es +común en las enfermerías públicas. Además de la curación se les sirvió +durante la convalecencia en salas separadas; y después de su salida se +dió á todos una muy buena comida diaria por tiempo proporcionado á su +debilidad, pero nunca menos de veinte días. Ciento ocho duró la +hospitalidad.... Para esta empresa se abonaron 300 reales diarios por la +tesorería de provincia, y se destinó además el capital de 106.760 +reales, valor de fincas puestas en rifa que no se ejecutó por no haberse +despachado todos los billetes.... Gravísimas dificultades hubo que +vencer en aquella penuria para proporcionar estos auxilios, mas al fin +se vencieron todas por la dichosa casualidad de no estar el mariscal +francés en Sevilla.» + +Efectivamente, el mariscal Soult, no queriendo dar mucha publicidad á la +situación verdadera del pueblo de Sevilla, se opuso cuando regresó á la +ciudad á que se insertase en el periódico oficial el movimiento de +enfermos y el estado del hospital, el cual duró hasta fines de Agosto de +1812, en que los franceses salieron de Sevilla. + +Y esta sopa económica para el pueblo y la fundación del hospital, dan +idea bien gráfica de lo que era la capital de Andalucía bajo la +dominación extranjera. + + + + +LAS LECTURAS PÚBLICAS DEL CAFÉ DEL TURCO + + +La inauguración del régimen constitucional en Sevilla, en Marzo de 1820, +trajo á la ciudad extraordinaria animación y movimiento, siendo raro el +día en que no se desarrollaban algunos importantes sucesos, que servían +de comidilla al público y daban margen á largos comentarios. + +Además, como los ánimos de los liberales estaban harto exaltados y las +noticias que á diario llegaban de los diversos puntos de la península, +en los que se iba proclamando la Constitución, no dejaban de ser +interesantes, se despertó en los patriotas una fiebre de conocer cuanto +sucedía, y una manía discutidora que dió origen á la organización de +tertulias, reuniones y sociedades, en las cuales, con más ardor si cabe +que de 1812 á 1814, se empeñaron las más reñidas luchas. + +El café de la _Cabeza del Turco_, situado en lugar tan céntrico como la +calle de las Sierpes, había servido ya en la primera época liberal de +centro de los enemigos del absolutismo, y entonces volvió á ser lo +mismo, llegando durante los tres años, á los tiempos de su mayor apogeo +y celebridad. + +Era en 1820 dueño del café de la _Cabeza del Turco_, don Luís Tolva, +hombre patriota, si los había, gran admirador de Riego y Quiroga, y cuya +mujer, doña María Josefa Piñalosa, dejaba atrás á su marido, en esto de +las ideas liberales. + +Tolva, deseando que aquel numeroso concurso que á diario llenaba el +café, estuviese al corriente de cuanto sucedía, estableció en el local +una especie de cátedra en la cual un ciudadano de buenos pulmones tenía +la misión de leer por las tardes y las noches los periódicos en alta +voz, así los que se publicaban en Sevilla, como los de la corte y otros +de las provincias más importantes, que á todos se suscribió el buen +Tolva, con la mejor y más sana de las intenciones. + +Para que las lecturas se hiciesen con todo orden y diesen provechosos +frutos, don Luís Tolva redactó con gran pulso y meditación un +_Reglamento_, que constaba de trece artículos, y el cual fué aprobado en +14 de Abril por el jefe superior político, Moreno Daoiz. + +El original de este _Reglamento_, que poseo, da exacta idea de lo que +eran aquellas tertulias del famoso _Café del Turco_, y ofrece una nota +bien característica de la época en que fué redactado. + +La forma en que se hacía la lectura está bien expresada, pues en el +artículo tercero se lee que «la pieza destinada para el efecto, es en la +que antes estaba la mesa del billar. En ella habrá un asiento _algo más +elevado que los demás_ para el que lea los papeles, á fin de que pueda +oirse con comodidad y los señores suscriptores tendrán asiento +preferente alrededor, en la inmediación de aquél, pero las puertas del +salón estarán abiertas para los demás que quieran oir las noticias.» + +Como se ve, los que querían empaparse bien de las lecturas y estar con +desahogo abonaban una cantidad mensual, la cual era de ocho reales, con +los que Tolva atendía al pago de las suscripciones, que llegaron á ser +bastante numerosas. + +Y no dejaba de ser gracioso, que según el reglamento «concluída la +lectura de cada artículo podrá cualquiera hacer las observaciones que +guste», con lo que fácil es calcular que el salón de lectura se +convertía en centro de las más acaloradas discusiones, que terminaban á +veces de manera harto tumultuaria y hasta con la intervención de la +autoridad. + +Otras veces, después de la lectura de algún artículo exaltado inserto en +_La Sombra de Lacy_, en _El Argos_, en _El Grito de Riego_, ó en _El +Zurriago_, y tras violentos discursos y empeñadas polémicas, todo aquel +concurso se arrojaba á la calle y recorría varios lugares, dando vivas y +mueras, hasta quedar rendidos. + +En el _Reglamento_ se hace también constar «que si algún suscritor +necesita enterarse más al pormenor de algunos papeles, podía hacerlo en +las horas restantes del día sin salir de la habitación, que el que +quisiera suscribirse había de poner su nombre en una lista formada al +efecto, y que el «dueño del café no lleva otro interés que proporcionar +un entretenimiento á los señores que lo favorezcan.» + +El salón de lectura del Turco se veía siempre muy concurrido durante la +segunda época constitucional y se dió el caso en ciertas ocasiones, que +no estando el público conforme con las ideas de algunos artículos, con +toda algazara arrojasen los periódicos á la letrina entre grandes +aplausos. + +Las lecturas públicas en el _Turco_ compitieron en forma y alboroto con +las reuniones de la _Sociedad Patriótica_ establecida en el exconvento +de Regina y en ambas adquirieron relieve y notoriedad gran número de +liberales cuya oratoria pintoresca producía siempre el mayor efecto. + +En Junio de 1823 tuvo término y desastroso fin el salón de lectura, y +cuando el día 13 las turbas realistas saquearon el establecimiento, +destrozaron la tribuna, quemaron el mobiliario y prendieron fuego á +cuantos papeles liberales había allí coleccionados, los cuales tanto +habían entusiasmado á los ardientes patriotas sevillanos. + + + + +LAS DAMAS SEVILLANAS Y LA BANDERA LIBERAL + + +La prudencia en unas, el temor natural en otras y la presión ejercida +sobre todas, hizo que cuando derrocado el sistema liberal, en 1823, las +damas sevillanas que, siguiendo nobilísimos impulsos, se habían señalado +por sus ideas afectas á la libertad, durante la época constitucional, +negasen aquéllos y tratasen de borrar por diversos medios cuanto pudiera +comprometerlas con las sanguinarias autoridades absolutistas, que nada +respetaban. + +Además los elementos reaccionarios, esos eternos perturbadores que, con +sus demasías han provocado siempre la discordia y turbado la paz de los +pueblos, achacándolo luego hipócrita y villanamente á las almas libres y +honradas, trataron entonces de recobrar su influencia perdida sobre la +mujer, obligando á algunas, como el padre Garzón hizo con una señora +(cuyo nombre callo porque viven de ella descendientes) que, como +penitencia por haber dado en público vivas á Riego, fuese á cierta +parroquia de las más concurridas y que á la hora de misa mayor +atravesase de rodillas el templo, con los brazos en cruz y como expuesta +á la pública vergüenza por su delito... + +Mas aunque tanto y tanto se trató luego por los realistas de borrar la +participación que el bello sexo tomó en la revolución, no pudieron hacer +desaparecer todas las pruebas que esto probaban; así sucedió con el +generoso acto que las más principales damas sevillanas llevaron á cabo +en 1821 costeando y haciendo con sus propias manos una bandera que +regalaron á los Milicianos Nacionales de nuestra ciudad, en que figuraba +lo más florido de la juventud; como dice un autor, «dejaban las +comodidades y el regalo de su casa para empuñar las armas en defensa de +la libertad, sufriendo todas las penalidades y malos ratos de la vida de +campaña.» + +Con razón ha escrito el señor Velilla en un artículo titulado _Liberales +y realistas_, que «la mayor parte de ellas (las españolas), sin +distinción de condiciones, se habían apasionado por la Constitución y la +libertad, á lo menos en Andalucía, donde más arraigo tenía la causa +liberal,» y esto puede probarse con una multitud de hechos y con nombres +bien conocidos de esta región. + +Acogido, pues, con gran entusiasmo el proyecto de regalar las banderas á +la _Milicia Nacional de Sevilla_, se abrió la suscripción, en la que es +cierto que sólo se admitían señoras, formándose una lista que fué +encabezada por doña Josefa de O Denoju, hermana del jefe superior +político, y por doña María de los Dolores Mendieta de Carvajal, esposa +del poeta don Tomás José González Carvajal y madre del conde del Cazal, +á quien todos recuerdan en Sevilla. + +Esta lista, que existe original en el Archivo Municipal (_Escribanías de +Cabildo_), lleva escrita al frente estas patrióticas palabras, que dan +idea del espíritu que animaba á las damas liberales hispalenses: + +--_Si nuestros hermanos, parientes y amigos se han apresurado á +alistarse voluntariamente para defender la patria y sostener nuestra +sabia constitución, á las sevillanas nos toca, poseídas de los mismos +sentimientos, presentarles las banderas que los reuna contra sus +enemigos y los empeñe más y más en su defensa, para cuyo patriótico fin +se abre una suscripción para ocurrir á los gastos indispensables y cuya +lista es la siguiente._ + +Y á continuación seguían las firmas de las dos citadas señoras y en la +larga lista familias tan distinguidas y conocidas como doña Francisca +Dominé, doña María Arana de Cavaleri, condesa de Villapineda, doña María +Teresa Núñez de Prado, condesa de Montelirio, marquesa de San Gil, doña +María de los Dolores Gómez de Olavarrieta, doña Josefa del Aguila de +Ureta, doña María Irureta, la marquesa de Torres, la marquesa de +Castilleja, doña María del Rosario Ibarra y Le Roy, doña María Juana de +Madariaga, doña Teresa Manuel de Villena y otras muchas, cuya +enumeración habría de ocupar demasiado espacio. + +Concluidas las banderas, que eran de ricas telas y estaban bordadas con +gran primor, fueron entregadas solemnemente á la _Milicia Nacional_ de +Sevilla, la cual las recibió con gran estima y aprecio; y cuando +llegaron los días difíciles y tristes de 1823, en que las tropas de +Angulema invadieron á Sevilla, y los bravos milicianos siguieron á Cádiz +los últimos restos del gobierno constitucional, llevando consigo aquel +monarca traidor, infame y trapacero, el emblema de unas almas libres en +que manos cariñosas y delicadas habían trabajado ondeó en el Trocadero á +la vista de los soldados de la _Santa Alianza_. + +Muchos de aquellos jóvenes apuestos de la milicia, no volvieron jamás á +Sevilla, y perecieron víctimas del furor reaccionario, derramando su +sangre generosa en defensa de la libertad. + +Y por esto tal vez, expresando el dolor de aquella marcha que para +algunos no tendría la alegría del regreso, una voz amante, una voz de +mujer dulce y amorosa cantó con suspiros y lágrimas: + + «El día que se fueron + los milicianos, + aquel día mis ojos + no se secaron. + ¡No se secaron + el día que se fueron + los milicianos!» + + + + +LAS DELICIAS + + +Son los jardines llamados de las Delicias gala y ornato de Sevilla, por +su situación, sus condiciones y las bellezas que ofrecen. La fama de que +gozan no es, á la verdad, injustificada, y con razón han sido más de una +vez elogiados por plumas extrañas, en que no podía caber la parcialidad +á que inclinaría el cariño de los naturales de esta tierra. + +El lugar donde se construyeron las Delicias fué en un tiempo árido +campo, inmediato al cual estaba aquella casa de placer donde un día +sesteó Felipe II, llamada de la _Bella Flor_, y que dió nombre al otro +paseo de la orilla del río, que bien merece capítulo aparte. + +Ya en el siglo XVIII, y en tiempos del Asistente Dávalos, se formó una +glorieta adornada con árboles, fuente, pirámides y asientos que fué la +admiración de nuestros antepasados, mas aquel sitio puede decirse que no +llegó á embellecerse por completo y á convertirse en uno de los más +hermosos de las afueras de Sevilla, hasta los años en que ejerció el +cargo de Asistente el célebre D. José Manuel de Arjona, á quien se +debieron no pocas mejoras materiales de la población. + +Escogió Arjona con buen acierto aquel lugar para edificar tales +jardines, comenzándose las obras en 1826, y dándose por terminadas en +1829, con gran satisfacción de los sevillanos. + +El árido campo se convirtió en ameno lugar de recreo, y en él surgieron +los copudos árboles, las calles enarenadas, las caprichosas sendas, los +cuadros de flores, el estanque de limpias aguas, las rústicas casitas, +los cenadores cubiertos de ramaje, las fuentes marmóreas, las estatuas, +los jarrones, y todo aquel hermoso jardín á quien el pueblo dió el +nombre de _Delicias_. + +Para contribuir más al embellecimiento de tal sitio, trajeron plantas +hasta entonces no conocidas en Sevilla, las cuales se procuró cuidar con +gran esmero, no siendo extraño que en poco tiempo la mayor parte de +ellas sirviese para recreación de los paseantes. + +Por último se dotó de abundante agua para el riego de los nuevos +jardines, instalándose una máquina de vapor próxima á la orilla del +Guadalquivir y para la cual se llevó á cabo una construcción hecha al +efecto de sencilla y sólida arquitectura, obra de don Melchor Cano. En +las paredes púsose una lápida que conmemoraba aquellas obras y que decía +así: + +«_Siendo rey don Fernando VII, pío, feliz, restaurador, don José Manuel +de Arjona, Asistente de la ciudad, renovó los paseos antiguos: hizo +otros nuevos; formó un plantel para la reposición de los árboles, +construyó cañerías, puso y exornó con un templete gótico esta máquina de +vapor para regar la alameda y los sembrados inmediatos.--Año de 1829._» + +Tuvo Arjona particular predilección por aquellos jardines, que venciendo +no pocos obstáculos, no habían levantado á su iniciativa, y cuando dejó +el puesto de Asistente para marchar á la corte, dejó iniciados +diferentes proyectos para mejorarlos y aumentar su embellecimiento. + +A partir de 1835, en las Delicias se llevaron á cabo algunas reformas, +que no nos he de detenerme en enumerar prolijamente, pero las cuales, ni +entonces ni después han transformado en lo esencial la forma y traza que +desde su principio tuvieron los jardines... + +Estos se ampliaron en un gran trozo que se exornó convenientemente, +construyéndose más tarde una gruta artificial, y poco antes de la citada +fecha trasladáronse allí no pocos bustos y estatuas de mármol, que +estaban repartidas en algunos paseos del interior de la ciudad, como el +del Museo, en cuyo centro se alzaba la fuente que corona la estatua del +robusto niño, de belleza un tanto grotesca, á quien el vulgo conoce por +el _niño del caracol_. + +Entre los citados bustos y estatuas, muchos de los cuales pertenecieron +al antiguo palacio de Umbrete, propiedad de la Mitra hispalense, existen +algunos de dioses de la mitología y de personajes romanos que no carecen +de mérito artístico, y que señalaría con algún detenimiento de buen +grado. También se colocó en el centro del estanque la estatua del +guerrero que fundió el célebre Bartolomé Morell el siglo XVI y que +coronó la fuente en la plaza de San Francisco. + +Durante más de medio siglo, las Delicias constituyeron el orgullo de los +sevillanos, que fuera de los paseos del interior de la ciudad, no tenían +jardines tan amenos y lugar tan agradable para solazarse como aquel; mas +la moda se inclinó al inmediato paseo de la orilla del río, y entonces +la concurrencia acudió allí á ver y ser vista dejando poco á poco la +obligación que antes se había impuesto de transitar por las enarenadas +calles y bajo los llorones, naranjos y limoneros de las Delicias. + +¡Y qué grato es el pasearse por ellas en los hermosos días de la +estación de las flores bajo un cielo purísimo, respirando la atmósfera +embalsamada, mientras la brisa suave mece con dulce murmullo las hojas +de los árboles!... + +Mas apesar de todas estas bellezas, las Delicias serían susceptibles hoy +de algunas importantes mejoras, que llevadas á cabo conforme á modernos +planes, aumentarían ciertamente los atractivos de aquellos lugares y los +harían ser más favorecidos por el público. Quizás entonces la multitud +que por las tardes acude á la orilla del río no pasaría indiferente ante +las puertas del vergel levantado por el Asistente Arjona y que en otros +días fué punto de reunión necesaria de la buena sociedad, expansión de +femeniles bellezas y centro de la elegancia y de la moda de la capital +de Andalucía. + +Sin embargo de todo, las Delicias tienen hoy un rival terrible, con el +que en vano intentan competir, y que le ha disputado, sin duda con gran +ventaja, la predilección de los sevillanos. Este rival es el Parque de +María Luisa, el hermoso parque que la ciudad posee desde hace pocos años +y que tan concurrido se ve así en los serenos días del invierno, como en +las mañanas de primavera y en las tardes de verano... + + + + +MONSIEUR THIERS EN SEVILLA + + +Después de uno de los períodos más activos de su vida y cuando por todos +los públicos cultos de Europa circulaba el anuncio de la famosa obra _El +consulado y el imperio_, Luís Adolfo Thiers emprendió un viaje por +diferentes naciones, siendo una las que visitó España, viniendo hasta el +mediodía, y deteniéndose en Sevilla cerca de una semana. + +De la estancia de Mr. Thiers en la capital se conocían muy pocas +noticias hasta que un sobrino de don Juan Nicasio Gallego tuvo la +oportunidad de dar á luz unas cartas que poseía, cartas curiosas y que +fueron escritas á su ilustre tío por el deán de Sevilla don Manuel López +Cepero, á raíz del viaje del célebre historiador francés. + +Con estas cartas y con algunas referencias insertas en la Prensa de +entonces, se puede conocer al pormenor cómo empleó el tiempo en esta +ciudad Thiers, y cuan disgustadas dejó por cierto, de su estancia á no +pocas personas, á quienes puso en situación bien poco airosa, y con +quienes se condujo de manera harto original y con extraña +despreocupación. + +El sábado 20 de Septiembre de 1845, Thiers llegó á Sevilla en la +Diligencia, hospedándose en la posada de Europa, establecida en la calle +de Gallegos, y como quiera que ya de la visita tenían anuncio las +autoridades y algunas personas de significación, acudieron éstas á +saludarle á su alojamiento, pero se retiraron de él mohinas y +contrariadas, cuando los de la posada les hicieron presente que el +viajero se había retirado á su habitación, dando orden terminante de que +á nadie en absoluto recibiría. + +Aquella noche misma, algunos de los franceses residentes en Sevilla, +creyendo obsequiar á su compatriota, fueron á darle una serenata, pero +parece que el ilustre diplomático no estaba tampoco para músicas y no +dejó muy contentos á los filarmónicos. + +Famoso y tradicional es que los extranjeros que por primera vez nos +visitan, ya por costumbre, ya porque no pueden resistir la seducción, ó +porque tienen efectivamente gusto en ello, buscan en Andalucía más que +otra cosa con curiosidad las costumbres y tipos populares, de los que +tienen la mayoría las más absurdas creencias; y en este punto puede +decirse que el grave político francés perdió toda su gravedad y se +propuso en Sevilla echar una cana al aire, como suele decirse, y correr +su _juerguecita_, creyendo que aquellas calaveradas no habían +ciertamente de tener resonancia ni pasar á conocimiento de las +generaciones siguientes. + +Así Thiers, el día después de su llegada, 21 de Septiembre, empleó sus +horas de este modo, que cuenta López Cepero, á su amigo el autor de _El +dos de Mayo_: + +...«Estaba dispuesta una novillada y concurrió á ella dicho personaje, +rodeado de gente juglar y baladí, muy poco conforme á la categoría que +se le supone, y con esta chusma pasó toda la noche en un corral de la +calle Jimios, entre gitanos y mujerzuelas, lo más asqueroso que se usa +en las fiestas de candil á que sólo aun entre la canalla suele verse +algún día de campo, estando desterrado en todo lugar y tiempo de la +gente de mediana educación y decencia.» + +El tal corral de la calle Jimios era famoso en Sevilla, y más famoso por +vivir en él un hombre llamado el _maestro_ Félix, viejo zumbón, +dicharachero y gitanesco, entre bailarín y _cantaor_, que tenía gran +popularidad entre el majío y que era pájaro de cuenta por muchos +motivos. + +Este conspicuo sujeto fué el encargado de entenderse nada menos que con +el famoso Thiers, el cual debió pasar muy buenos ratos en su compañía y +en el de las hembras y mozos de tronío que para festejar al francés se +reunieron en la calle Jimios, al olor de un buen pago. + +Allí se organizó el baile y hubo vino en abundancia, durando la _juerga_ +dos ó tres días, en los cuales hubo derroche de bebida y comida é hizo +el francés las mayores locuras, un tanto alegrete por el mosto, llegando +á esto que, con no poco gracejo, relata el deán sevillano: + +Llevó á cabo en el baile «cosas muy ajenas, no ya de persona de tan alto +rango, sino de todo hombre de regular educación.... Las mozuelas que +danzaban derribaban con su pie el sombrero que Mr. Thiers tenía en la +cabeza, y por necesidad formaban con sus piernas un ángulo recto, cuyo +vértice se acercaba á la cara del observador, el cual, con risas y +palmadas, aplaudía la desenvoltura, reclamando la repetición.» + +En tanto que el francés andaba entregado á aquellas diversiones, la +gente de letras de Sevilla lo buscaba por todas partes, extrañando mucho +y no pudiendo explicarse cómo no había parecido ni por el _Liceo +filarmónico_, ni por la Academia, ni por el Museo de pinturas, ni por +los teatros, ni por las bibliotecas, ni había mostrado interés alguno en +conocer los monumentos y las joyas de arte que en ellos se guardan. + +Y se dió el caso, que aunque lo esperaban, no fué á visitar la Catedral, +dejando plantado á López Cepero el día 24; sólo á la mañana siguiente +entró y salió sin ser conocido, y cuando ninguna de las preciosidades +que en el templo se guardan pudo admirar. + +En resumen, Thiers abandonó Sevilla el viernes 26 de Septiembre, +teniendo apenas tiempo para comer con el capitán general que lo invitó +varias veces á su mesa, y dejando con la conducta que siguió en la +ciudad harto enojados á los sevillanos cultos, como tan claramente se +desprende de las citadas cartas. + +Esta fué la visita del grave historiador francés á la capital de +Andalucía, y los _estudios_ que para su famosa obra del _Consulado y el +imperio_ hizo en ella. + + + + +LA INAUGURACIÓN DEL TEATRO DE SAN FERNANDO + + +La inauguración del teatro de San Fernando fué un verdadero +acontecimiento, y al recuerdo de aquella gran temporada de 1847-48, bien +merece que dedique algunas líneas antes de terminar este libro. + +Fué el local que hoy ocupa el coliseo, como es sabido, hospital del +Espíritu Santo. Este hospital existía desde muy remota fecha y en 1587 +se reunieron en él otros menores, agregándole las rentas de treinta y +ocho de los que entonces se suprimieron, con lo que creció mucho su +importancia, comenzando por aquel tiempo á labrar el espacioso edificio +que ocupaba en la calle Colcheros. + +Estaba destinado el hospital para la curación de llagas y de enfermos de +tisis, y en 1837, al reunirse todos los hospitales en el de la Sangre, +se trasladó allí por orden de la Junta de Beneficencia, dueña entonces +del local, que conservó la iglesia y destinó á oficinas y almacenes el +resto del edificio. + +En 1838 celebró allí sus veladas el _Liceo Sevillano_ y en 1844 he +encontrado las primeras noticias sobre la idea de levantar en el sitio +un teatro, en estas líneas que se leen en el libro de actas del +Ayuntamiento, correspondiente á la sesión de 11 de Noviembre: + +«Se dió cuenta de un oficio del Sr. Jefe Superior Político, trasladando +la Real Orden de 2 del actual por la que S. M. concedía su real permiso +á la _Junta de Beneficencia para construir un teatro en fincas de su +propiedad_, para acudir al sostén de los objetos de dicho ramo, bajo el +concepto de que haya de proceder subasta solemne. El Sr. Alcalde leyó +con este motivo una comunicación que le había dirigido el Sr. Conde de +Vistahermosa, contestando á otra en que S. S. le recomendaba el pronto +éxito de este asunto y una carta particular que le acompañaba.» + +En Mayo de 1845, vendido ya el edificio por la Junta, el jefe político, +Hezeta, ofició al Ayuntamiento invitándolo á que se suscribiese por +algunas acciones á la empresa que se formaba en Sevilla para levantar un +teatro en la calle de Colcheros, opinando la comisión de Hacienda según +informe de 28 del citado mes, que la ciudad se debía suscribir por seis +acciones, en vista de lo cual se acordó en cabildo secreto, conservar +ciertos derechos sobre el teatro que se edificase. Con esto no se +conformó la Sociedad, quien en 14 de Junio hizo una solicitud al +Municipio pidiendo se revocase el acuerdo de los derechos sobre el +coliseo, cosa que se llevó á cabo. + +Pasando por alto las diversas alternativas que sufrió la obra del nuevo +teatro y los artífices que en ella tomaron parte y otros detalles de +relativa curiosidad, apuntaré que, terminado el edificio, su exorno y el +numeroso decorado, se señaló para el día 21 de Diciembre del citado año +de 1847 la inauguración del teatro con una compañía de ópera, en que +figuraban artistas de los que más fama gozaban entonces en el mundo del +arte. + +En la lista de aquella compañía aparecen los siguientes cantantes: + +_Prima donna absoluta_, Carlota Vittadini; _prima donna_, Luisa Cocco; +_comprimaria_, Cuterina Persoli; _contralto_, Luisa Perzoli; _primer +tenor absoluto_, Giovani Soliere; _tenor_, Benedecto Galliani; +_comprimario_, Antonio Cordero; _primer bajo barítono_, Giusepe Manensi; +_primer bajo_, Carlos Porto; _segundo bajo_, Antonio Casanova; _maestro +director_, Vicente Schira; _maestro de coros_, Mateo Torres. + +En la citada lista se hace tambien constar que el número de coristas +llegaría á treinta y cinco, que la orquesta la formarían cuarenta y +cinco profesores y que el director sería don Silverio López Uria, +maestro de música muy conocido en Sevilla entonces y compositor á veces +de medianas piezas y zarzuelas, de las que ya nadie se acuerda. + +Antes de la inauguración del teatro se repartió profusamente por la +ciudad un prospecto, en donde la empresa hacía presente al público lo +necesario que era cultivar el buen teatro en esta ciudad y el deseo que +se sentía de tener uno de la importancia del de San Fernando. En aquel +impreso se leían estas líneas: + +«Hace tiempo que esta capital necesitaba un teatro digno de ella. +Sevilla, que es la primera de Andalucía y la segunda de España, +reclamaba imperiosamente un edificio de esta clase que por su belleza, +proporciones y magnificencia pudiese contener con decoro y comodidad al +público que asiste á estas representaciones. Con efecto, si los teatros +han sido siempre una muestra de la cultura y civilización de los +pueblos, forzoso es que hasta en la parte material correspondan á la +categoría de cada ciudad, y que el mérito de las representaciones esté +en armonía con su ilustración....» Y más adelante se decía que los +empresarios, «notando el afán que había en Sevilla por volver á gozar de +las representaciones _líricas_, enviaron al extranjero, aunque fuera de +temporada, á una persona entendida para que á cualquier precio les +ajustara una compañía de excelentes artistas... Nada se atreven á decir +de su mérito, por más que gocen de alta reputación en Italia, porque +también ha de juzgarlos el público, y en estas materias es infalible. +Sólo advierte que la rebaja en los precios de las entradas y +localidades, no es ahora tan notable como desean, aunque mayor que hasta +aquí, por los muchos gastos que han hecho para formar su Compañía en +tiempo extraordinario; mas pueden asegurar al público que en la +temporada ordinaria que comienza en la Pascua de Resurrección, serán los +precios más cómodos...» + +En el mismo edificio y cercano á la puerta principal, se estableció un +café llamado de Los Lombardos, en la calle del mismo nombre, café y +billares que se abrieron al público el 19 de Diciembre. + +La noche de la inauguración del coliseo fué, como ya he dicho, el 21, y +á ella concurrieron las autoridades, las personas más significadas, +todos los buenos aficionados á la música y las más hermosas mujeres, que +lucían aquella noche sus más preciadas galas. + +La ópera escogida fué _Los Lombardos_, que cantaron la Vittadini, la +Cocco, Salieri, Galliani y Manensi. + +De lo que resultó aquella primera función dan noticias los periódicos de +la época que entonces veían la luz en la capital, y el _Diario de +Sevilla_ hacía la más completa descripción, apurando todos los adjetivos +y frases hechas, que ya se usaban entonces y de las que tanto se ha +abusado después por los revisteros de teatros. + +Por cierto que un periódico que á poco se publicó, llamado _La Platea_, +apareció llevando en la portada una vista de la sala del coliseo grabada +en madera, que, aunque de tosco dibujo, da idea de cómo estaba en sus +comienzos el interior del teatro, con su gran lucerna de aceite +pendiente del techo, sus anchas lunetas, su tertulia de señoras y su +telón primitivo, pintado por D. Antonio Cabral Bejarano. + +No deja de parecerme de alguna curiosidad el consignar los precios del +abono para aquella temporada, que constó de _sesenta_ funciones, y que +eran en esta forma: + +_Palcos plateas_, 1.260 reales.--_Palcos principales_, 1.080.--_Palcos +de tornavoz_, 900.--_Anfiteatro_, 200.--_Lunetas_, 200.--_Delanteros de +tertulia_, 90.--La entrada costaba tres reales, y las noches de +_estrenos de óperas ó de iluminación_, llegaba á una peseta. + +_Los Lombardos_ debieron gustar bastante al público, pues la ópera se +representó, después del día de la inauguración, en cuantas noches hubo +espectáculo hasta el 2 de Enero de 1848 y á la citada obra siguieron +_Sonámbula_, _Atila_, _Lucrecia Borgia_, _Hernani_ y _Favorita_. + +De todas estas, _Atila_ fué la que por entonces más agradó, poniéndose +muy en boga su partitura en Sevilla, hasta el punto que no había +tertulia más ó menos cursi, donde no fuera de rigor cantar algún trozo +de _Atila_, por la joven romántica ó el enamorado galán. + +Tres eran los teatros que á la sazón había abiertos en Sevilla: el +Principal, el de la Misericordia y el de la Feria, y en ellos +funcionaban en aquel tiempo tres compañías dramáticas, que entusiasmaban +con _El terremoto de la Martinica_, _La terrible noche de un proscrito_, +_Marta la romantina_, _El campanero de San Pablo_. + +Ninguno de los tres teatros sintió como el viejo Principal la apertura +del de San Fernando, rival desde aquel día, y rival terrible, del +coliseo que la famosa Sciomeri había inaugurado á fines del siglo XVIII, +y por el que habían pasado tantas alternativas prósperas y adversas. + +Y así ocurrió, en efecto; desde que se inauguró San Fernando, el +Principal sintió los desastrosos efectos de una competencia, á la que +más tarde tuvo que sucumbir. + +Ni de aquella primera temporada de 1847 á 1848, ni de las que inmediatas +le siguieron, me he de ocupar aquí. Recordar sólo aquella inauguración +del teatro de San Fernando en la noche del 21 de Diciembre de 1847, ha +sido el propósito que me ha movido á tomar la pluma, cerrando con estas +líneas el presente libro, donde he reunido algunos apuntes sevillanos de +interés y curiosidad, algunas _Cosas nuevas y viejas_, cuyo conocimiento +creo habrá entretenido á mis lectores. + + + + +ÍNDICE + + + PÁGINAS +Portada + +Dedicatoria + +Al que leyere... + +Los antiguos relojes, 7 + +Cómo las gastaba un rey, 10 + +Los primeros inquisidores y sus hazañas, 12 + +Tradición..., 16 + +El Cartujano, 18 + +Antiguas fiestas de toros, 22 + +Las víctimas de la comunidad en Sevilla, 25 + +El Pendón Verde, 27 + +Francisco Guerrero, 31 + +Los esclavos de Sevilla, 36 + +Juan de Salinas, 41 + +El Arenal, 45 + +Julianillo Hernández, 52 + +Santa Teresa en Sevilla, 55 + +Un Ponce de León, 58 + +Juan del Castillo, 61 + +Un zapatero de antaño, 65 + +La puerta de Triana, 67 + +La Alameda de Hércules, 70 + +La Hermandad de los Niños Perdidos, 77 + +Don Luis Sumeño de Porras, 82 + +Un arcediano y un canónico, 85 + +El escocés hereje, 87 + +La moza y el Asistente, 89 + +El veraneo de antaño en Sevilla, 93 + +Luís de Vargas, 99 + +Procesión de Vía-Crucis, 104 + +Las presas de la Inquisición, 106 + +Ejecuciones, 108 + +El Salvador, 113 + +Juan de las Roelas, 116 + +Las dos amigas, 121 + +Los valentones, 122 + +El Asistente y las fruteras, 125 + +Herrera el Viejo, 127 + +Lope de Vega en Sevilla, 132 + +Confiteros y confiterías, 135 + +Los moriscos, 139 + +Caballeros de antaño, 142 + +El tutor y la pupila, 145 + +El incendio de «El Coliseo», 147 + +La madre Catalina y maestro Villalpando, 150 + +Crueldad de un Asistente, 156 + +El sastre catalán, 158 + +El hermano Juan de Jesús, 160 + +La mulata y la hechicera, 163 + +Barrabás, 166 + +Desafíos y riñas entre nobles, 168 + +El prior de las Cuevas, 171 + +La monja alférez, 174 + +La última hazaña de un valentón, 177 + +La hermosa posadera, 179 + +Espejo de escribanos, 182 + +El portugués Perea, 186 + +El marqués de Buenavista, 188 + +Un inquisidor humillado, 190 + +Las tapadas, 192 + +El maestro Vilches, 196 + +Una fuga de presos, 198 + +Las rondas de noche, 200 + +El contador de la Contratación, 203 + +Don Bernardino y su mastín, 205 + +El cabildo eclesiástico y las fiestas de toros, 207 + +El hijo de Murillo, 211 + +La embajada japonesa, 214 + +Cofrades y toros, 217 + +El obispillo, 220 + +Duque Cornejo, 222 + +Los monederos falsos, 225 + +El loco Amaro, 228 + +Fray Pedro de San José, 232 + +Las danzas del Corpus, 234 + +Las procesiones del rosario, 238 + +La beata Briguela, 243 + +El verdugo azotado, 246 + +Los hermanos del Pecado Mortal, 248 + +Un partidario del archiduque de Austria, 251 + +Profanación, 253 + +Trajes y adornos, 256 + +Toribio de Velasco, 260 + +La fiesta de los sastres, 265 + +Con luz.... y á oscuras, 268 + +Un hospital de perros, 274 + +La Rosa Pérez, 276 + +Cómo empleó un día el rey José, 279 + +Beneficencia invasora, 283 + +Las lecturas públicas en el café del Turco, 286 + +Las damas sevillanas y la bandera liberal, 290 + +Las Delicias, 294 + +Mr. Thiers en Sevilla, 298 + +La inauguración del teatro de San Fernando, 302 + + + + + + +End of the Project Gutenberg EBook of Cosas nuevas y viejas, by +Manuel Chaves + +*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK COSAS NUEVAS Y VIEJAS *** + +***** This file should be named 35905-8.txt or 35905-8.zip ***** +This and all associated files of various formats will be found in: + http://www.gutenberg.org/3/5/9/0/35905/ + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This file was +produced from images generously made available by The +Internet Archive) + + +Updated editions will replace the previous one--the old editions +will be renamed. + +Creating the works from public domain print editions means that no +one owns a United States copyright in these works, so the Foundation +(and you!) can copy and distribute it in the United States without +permission and without paying copyright royalties. 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It exists +because of the efforts of hundreds of volunteers and donations from +people in all walks of life. + +Volunteers and financial support to provide volunteers with the +assistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's +goals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will +remain freely available for generations to come. In 2001, the Project +Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure +and permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations. +To learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation +and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4 +and the Foundation web page at http://www.pglaf.org. + + +Section 3. 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You may copy it, give it away or +re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included +with this eBook or online at www.gutenberg.org + + +Title: Cosas nuevas y viejas + (apuntes sevillanos) + +Author: Manuel Chaves + José Nogales + +Release Date: April 19, 2011 [EBook #35905] + +Language: Spanish + +Character set encoding: ISO-8859-1 + +*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK COSAS NUEVAS Y VIEJAS *** + + + + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This file was +produced from images generously made available by The +Internet Archive) + + + + + + +</pre> + +<hr class="full" /> + +<div class="figcenter" style="width: 394px;"> +<img src="images/cover.jpg" width="394" height="550" alt="imagen de la cubierta del libro +Cosas nuevas y viejas +MANUEL CHAVES +HISTORIA TRADICIÓN +DIEGO LOPEZ +1903" title="imagen de la cubierta del libro" /> +</div> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<p class="c">OBRAS DE MANUEL CHAVES</p> + +<p><i>Constancia.</i>—Novela.—Imp. de <i>El Cronista</i>.—1891.—<i>El +Posibilista.</i>—1894.—Sevilla.</p> + +<p><i>Hablar por hablar.</i>—Colección de artículos literarios, satíricos y de +costumbres, publicados de 1890 á 1894.—<i>El Posibilista.</i>—Sevilla.</p> + +<p><i>Bocetos de una época</i> (1820-1840).—Carta-prólogo de don Manuel Gómez +Imaz.—Librería de Fernando Fe.—1892.—Madrid.—Imp. de Francisco Leal, +etc. Sevilla.—Un tomo en 8.º.—270 páginas.</p> + +<p><i>Pro-Patria.</i>—Homenaje á los heroicos hijos de Sevilla don José +González Cuadrado y don Bernardo Palacios Malaver.—Primera edición: +Tipografía de Díaz y Carballo, etc., etc.—1893.—Segunda edición: +Tipografía de Leal y C.ª 1894.—Sevilla.—Folleto en 4.º.—Una lámina.</p> + +<p><i>Páginas Sevillanas.</i>—Sucesos históricos, personajes célebres, +monumentos notables, tradiciones populares, cuentos viejos, leyendas y +curiosidades.—Con una carta-prólogo de don José Gestoso y Pérez.—Imp. +de E. Rasco, etc. 1894.—Sevilla.—Un tomo en 8.º.—352 páginas.</p> + +<p><i>Pepe-Illo.</i>—Ensayo biográfico, histórico y bibliográfico.—Resuche, +impresor, etc., 1894.—Folleto en 8.º.—Dos láminas.</p> + +<p><i>Una carta del rey neto</i> y algunas menudencias para ilustrar un capítulo +de la historia.—Imp. de Ángel Resuche, etc., etc. +1894.—Sevilla.—Folleto en 8.º.—Con un retrato y un facsímil.</p> + +<p><i>La Semana Santa y las Cofradías de Sevilla de 1820 á 1823.</i>—Carta al +duque de T'Serclaes.—Imp. de E. Rasco. 1895.—Sevilla.—Cuaderno en +folio.</p> + +<p><i>D. Bernardo Márquez de la Vega.</i>—Memorias de la reacción +absolutista.—Imp. de <i>El Porvenir</i>, etc., etc. 1896.—Sevilla.—Folleto +en 8.º.</p> + +<p><i>Perder el tiempo.</i>—(Versos).-Con una carta de don Francisco Rodríguez +Marín.—Imp. de <i>El Porvenir</i>, etc 1896.—Sevilla.—Folleto en 8.º.</p> + +<p><i>Historia y bibliografía de la prensa sevillana.</i>—Prólogo de don +Joaquín Guichot y Parody, Cronista oficial de la ciudad.—Imp. de E. +Rasco, etc. 1896.—Sevilla.—Un tomo en folio: XLII-380 páginas.</p> + +<p><i>Discurso de recepción</i> leído ante la Academia Sevillana de Buenas +Letras el día 11 de Abril de 1899.—Tipografía, Monsalves 17: +1899.—Sevilla.—Folleto en 4.º.—82 páginas.</p> + +<p><i>D. Mariano José de Larra (Fígaro).</i>—Su tiempo, su vida y sus +obras—Estudio biográfico-crítico y bio-bibliográfico.—Imp. de <i>La +Andalucía</i>. 1898-1899.—Sevilla.—Un tomo en 4.º—244 páginas.</p> + +<p><i>Micer Francisco Imperial.</i>—Siglo XIV.—(Apuntes +bibliográficos.)—Tipografía, Monsalves 17.—1899.—Sevilla.—Folleto en +4.º.</p> + +<p><i>La Madre y la muerte.</i>—Poesía escrita sobre el pensamiento de un +cuento de Hans Cristián Andersen.—Tipografía de «La Industria», etc., +1899.—Sevilla.—Folleto en 8.º.</p> + +<p><i>El humorismo en la literatura española el siglo XIX.</i>—Trabajo premiado +en los Juegos Florales que celebró el Ateneo de Sevilla en 25 de Abril +de 1900.—Un folleto.</p> + +<p><i>Los teatros de Sevilla en la segunda época constitucional</i> +(1820-1823).—Imprenta de F. Marta-García.—1900.—Un folleto en +8.º.—80 páginas.</p> + +<p><i>D. Diego Ortiz de Zúñiga.</i>—Su vida y sus obras.—(Estudio biográfico y +crítico.) Premiado en los Juegos Florales que celebró el Ateneo de +Sevilla el 4 de Mayo de 1902.—Imp. de E. Rasco, +etc.—1903.—Sevilla.—Un folleto en 4.º.—VIII-100 páginas.</p> + +<p><i>Cosas Nuevas y Viejas.</i>—Apuntes sevillanos.—Prólogo de don José +Nogales.—Sevilla: Tipografía, Sauceda 11.—Un volumen en 4.º. francés.</p> + +<p> +<br /> +</p> + +<table summary="note" border="4" cellpadding="10" style="background-color: #ccccff;"> + <tr> + <td valign="top">Nota del transcriptor: En esta edición se han mantenido las convenciones ortográficas del +original, incluyendo las variadas normas de acentuación presentes en el +texto.</td> + </tr> +</table> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<p class="cb">COSAS NUEVAS Y VIEJAS</p> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<p class="cb">MANUEL CHAVES<br /> +———</p> + +<div class="figcenter" style="width: 650px;"> +<img src="images/ill_title_2.png" width="550" height="229" alt="Cosas nuevas y viejas" title="" /> +</div> + +<p class="cb">(APUNTES SEVILLANOS)<br /> +<br /> +<small>PRÓLOGO DE</small><br /><br /> +D O N J O S É N O G A L E S</p> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<p class="cb">SEVILLA<br /> +—<br /> +Tipografía, Sauceda 11<br /> +1904</p> + +<p> +<br /> +</p> + +<table border="4" cellpadding="5" cellspacing="0" summary=""> +<tr><td align="center"><a href="#INDICE"><b>Al Índice</b></a></td></tr> +</table> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<p class="cb">SR. D. ENRIQUE CARREÑO</p> + +<p>Mi excelente amigo: Á su bizarría, á su generosidad, se debe que estos +<i>Apuntes sevillanos</i> salgan á la luz pública, reunidos y puestos en +orden conveniente. ¿Cómo no he de honrarme escribiendo su nombre de Vd. +en la dedicatoria de este mi nuevo libro?</p> + +<p>Grande, sincero y mil veces demostrado es el amor que Vd. tiene por +Sevilla, y como de cosas de esta nuestra tierra—<i>viejas</i> unas por su +antigüedad y <i>nuevas</i> otras, por no ser muy conocidas,—tratan las +páginas que siguen, á esto atribuyo la predilección que me manifestó por +ellas, que muy expuesto estuviera á equivocarme si á vanidad de autor +pudiera achacar otra cosa.</p> + +<p>Siguiendo relativo orden cronológico van esos breves artículos, que en +las columnas de <i>El Liberal</i> gozaron un día cierto favor del público: +por eso nada he querido alterar de ellos, pues ampliándolos ó dándoles +otra forma, perderían ciertamente el carácter que tuvieron al ser +trazados y que he deseado conservar.</p> + +<p>La variedad de los asuntos que forman este libro, me hace sospechar que +ha de mover algo el interés del lector curioso, á quien, como á Vd., +ofrezco ya un detalle de las costumbres de nuestros antepasados, ya la +biografía de un sevillano ilustre, ya la descripción de algún monumento, +ó ya, en fin, la noticia de cualquier caso interesante, habiendo tenido +buen cuidado de basar todos mis escritos sobre auténticos documentos +originales ó sobre noticias del más autorizado origen, no ocultando +nunca, para mayor crédito, su procedencia.</p> + +<p>¿Qué más he de decir á Vd. en estas líneas, que ya para dedicatoria +podrán parecerle largas?.... Pongo punto y reciba una vez más la muestra +del reconocimiento y la amistad de su affmo.</p> + +<div class="figcenter" style="width: 600px;"> +<img src="images/ill_signature.png" width="500" height="172" alt="firma, Manuel Chaves" title="" /> +</div> + +<p><i>Enero, 1904.</i></p> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<p><a name="page_001" id="page_001"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 212px;"> +<img src="images/ill_001.png" width="212" height="37" alt="Al que leyere..." title="Al que leyere..." /> +</div> + +<p>Este es un libro que yo vi nacer: mejor dicho, que contribuí un poco á +que naciera. Por esto me juzgo ligado á él con ciertos vínculos +espirituales que me redimen de aquella virginidad de prólogos en que +hasta ahora he vivido. Ni los hice para los libros ajenos, ni los pedí +para los míos.</p> + +<p>Y es que, para los ajenos, creí siempre que me faltaba autoridad; y para +los míos, que me faltaba aquella cualidad excelente que tendrían que +poner de manifiesto por anticipado juício de la obra.</p> + +<p>Con el presente libro todo aquel propósito casi huraño ha venido á +tierra, y ya he dicho la razón. Ahora, lo que quiero decir al público es +cómo debemos alegrarnos de que lo efímero y volandero se haya fijado en +moldes estables y, como ahora se dice, definitivos.</p> + +<p>He aquí cómo nació este libro: en Enero de 1901 comenzó la publicación +de <i>El Liberal</i> en Sevilla, de<a name="page_002" id="page_002"></a> que fuí Director durante algunos meses, +con verdadero regocijo de mi alma. Esta satisfacción tenía dos motivos +de índole sentimental: que era <i>El Liberal</i> y se publicaba en Sevilla.</p> + +<p>Al empezar, dije á Manuel Chaves:—¿Por qué no haces una sección tuya, +en que nos traigas algo de lo mucho que sabes y conoces, acomodándolo al +paladar del público numeroso y al molde especial del público moderno?</p> + +<p>Estas invitaciones al trabajo no se le dirijen en balde á Manuel Chaves, +uno de los espíritus trabajadores é inquietos que afirman, frente á la +<i>Andalucía legendaria y pasiva</i>, la <i>Andalucía productora é +inteligente</i>.</p> + +<p>Desde el segundo ó el tercer número de <i>El Liberal</i> apareció la sección +titulada «<i>Cosas nuevas y viejas</i>». Lo que comenzó en Enero acabó en +Diciembre. Un año, día por día, servimos á los lectores la paciente +labor de Chaves, que era, burla burlando, un pedazo de historia, +fragmentaria, anecdótica, concentrada, en que había de todo: desde lo +trágico á lo exquisito; desde lo terrible á lo picaresco.</p> + +<p>Y esto—hay que decirlo lealmente—aun sin tener en cuenta otras +valiosas condiciones de la producción, revela una profunda cultura y un +magno esfuerzo, que supone por anticipado muchos años de trabajo +perseverante y abrumador, no recompensado sino por la estimación del +público.</p> + +<p>Acaso porque todos, confesándolo ó no, apreciamos en mucho aquellas +cualidades en que no abundamos, yo admiro la obra paciente é +inteligentísima de los eruditos, de los bibliógrafos, de los +escudriñadores de las fuentes vivas en nuestra literatura, en<a name="page_003" id="page_003"></a> nuestra +ciencia y en nuestra historia. Y esta obra de perseverancia y sabiduría +se realiza con admirable solidaridad. Como en los esfuerzos científicos, +estos empeños literarios se enlazan, se completan, se ordenan á través +de los años y de los siglos.</p> + +<p>Sevilla fué siempre, y lo es ahora, un admirable taller para esta +persistente labor de sabiduría. Yo tengo ganas de decir al «gran +público», á ese público que está formado por cientos de miles de +lectores diarios, quiénes son y qué representan en la moderna cultura +española esos eruditos andaluces cuyos nombres llegaron á él á través de +las Academias, de las Corporaciones oficiales, de las referencias +volanderas de los periódicos en notas fugaces é inexpresivas.</p> + +<p>El círculo de lectores se va ensanchando: este es un excelente síntoma; +la Prensa, <i>machete en mano</i>, abre sendas claras y ventiladas en el +bosque enmarañado de nuestra ignorancia secular. Ella abre el camino; el +<i>convoy</i> viene detrás. Es un error el de los que creen que la Prensa +absorbe por completo y para siempre la parte de inteligencia activa con +detrimento del más hondo y apacible saber. La Prensa abre camino, hace +lectores....</p> + +<p>Uno de nuestros propósitos era ese: utilizar la Prensa como vehículo y +cargar en ella la cantidad de <i>cosas viejas</i> que admitiese: así se irían +repartiendo. Para esto—exigencias inevitables del público—había que +escoger lo raro, lo ameno, lo interesante: aún no está el <i>niño grande</i> +para ingerir muchas y serias dosis de paciente estudio.</p> + +<p>Y Manuel Chaves cumplió su encargo tan liberalmente, que con aquella +serie de <i>Cosas</i> ha podido<a name="page_004" id="page_004"></a> componer el presente volumen, ya <i>pasado en +autoridad de cosa juzgada</i>, y lo que es más, aplaudida.</p> + +<p>Seguramente ha de haber alguna flor fresca en el ramillete, pues Chaves +tenía materia sobrada á mano, y no es hombre que se la reserve, al +contrario de otros eruditos, que todo lo que pueden lo reservan como si +ganara réditos. Y ¡cuántas otras cosas sabrosísimas, de gran interés +literario é histórico, habrá tenido que reservar y dejar en el fondo de +los cajones, por esta ridícula meticulosidad que ahora nos ha entrado, +por esta pudibundez externa que destierra todos los desenfados del +ingenio antiguo, aunque permite toda licencia al ingenio contemporáneo!</p> + +<p>No podemos reproducir los felicísimos y audaces rasgos de nuestra +literatura picaresca, moralmente inofensiva, porque el donaire es +ingenuo, natural y bien encaminado, mientras corren, exquisitamente +encuadernadas, todas las alambicadas porquerías de la literatura +francesa,—que no tienen acceso en otras naciones—y esto me hace pensar +en el antiguo problema de si la moralidad será cuestión de climas... y +de lenguajes.</p> + +<p>Me place lo exquisito de esa literatura, aunque se acomoda mi ánimo +mejor á los sabrosos desenfados de la nuestra.</p> + +<p>Y es que adoro nuestras formas castizas, nuestro «modo de hacer», el +resplandor de nuestro ingenio solariego, la gracia ingenua, socarrona y +admirable de nuestros grandes escritores. Y es más: pienso en que los +señores franceses venían en los siglos XVI y XVII á buscar comedias, á +buscar Autos, á buscar novelas, á empaparse en nuestro ambiente, para +<i>fusilar</i><a name="page_005" id="page_005"></a> nuestra producción, hacerse el paladar y revendernos la +«lengua de <i>Molière</i>» en nuestra propia salsa...</p> + +<p>Era una especie de combinación como la que ahora hacen con nuestros +vinos. Allá van nuestros mostos blancos, fuertes, <i>sensuales</i>, +apetecibles. Los <i>tiñen de negro</i> con singular maestría, los perfuman, +los aderezan, los disponen con sugestivo <i>bouquet</i>, y nos los revenden +con fe de bautismo de Burdeos ó de Borgoña... Total, seis botellas que +vienen, representan el valor de una <i>pipa</i> que va. Ni más ni menos. Son +gastos de nacionalización que nos cargan en cuenta.</p> + +<p>Y, ahora que recuerdo: Manuel Chaves también ha pasado la frontera y nos +lo han devuelto, con un acento de lo más tirano. En los periódicos +taurinos del Mediodía, de la Provenza, figura <i>Chavés</i> como una +autoridad <i>in ré</i> taurina, por aquellos folletos sobre <i>Pepe Illó</i>... y +demás documentos <i>del ramo</i>, que ha sacado á luz. Es delicioso.</p> + +<p>Lo que quise decir—y no es poco—es que Chaves es un escritor que pasó +la frontera, precisamente por lo castizo, por lo apegado á nuestro +riñón, por lo que tiene de <i>españolizado</i>, por sus <i>cosas viejas</i>, que +son nuestras cosas.</p> + +<p>Y si esto se estima en el extranjero, ¿cómo no lo habíamos de estimar en +nuestra casa!</p> + +<p>Sí se estima. Lo sé. He podido apreciarlo precisamente en estas <i>Cosas +viejas</i>, en cuyo nacimiento me llamo un poco á la parte. Cartas sobre +las tales <i>Cosas</i>, recordatorios, adiciones, rectificaciones, oposición, +aprobación, me daban á entender que interesaban.<a name="page_006" id="page_006"></a></p> + +<p>Si interesaron entonces, ¿cómo no ahora? Ahora y siempre.</p> + +<p>Son <i>Cosas</i> incitantes, regocijadas ó trágicas, pero andaluzas. Juntas, +no tienen más fin que el de presentar un <i>estado de alma</i>; separadas, no +tienen más objeto que regocijar al lector ó hacerle sentir la <i>angustia +de lo histórico</i>....</p> + +<p>Por uno y otro propósito, mi parabién á Manuel Chaves; mi aplauso al +conjunto de eruditos sevillanos, de grandes artistas, de pacientes +trabajadores en el orden intelectual, que han formado una de las bases +de nuestra cultura moderna.</p> + +<p>De Sevilla hay que hablar mucho. Pero mucho. Dios dirá.</p> + +<p class="r">JOSÉ NOGALES.</p> + +<p><a name="page_007" id="page_007"></a></p> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<div class="figcenter" style="width: 398px;"> +<img src="images/ill_007.jpg" width="398" height="108" alt="barra decorativa" title="" /> +</div> + +<h3><a name="LOS_ANTIGUOS_RELOJES" id="LOS_ANTIGUOS_RELOJES"></a>LOS ANTIGUOS RELOJES</h3> + +<p>Tradición es, y aun lo afirman algunos historiadores autorizados, tales +como Méndez Silva y Mariana, que el primer reloj de torre que se conoció +en España lo tuvo Sevilla y que éste se instaló en 1400.</p> + +<p>Aquel año vino á esta ciudad el rey don Enrique III, que parece +presenció la ceremonia de colocar en la Giralda el reloj, dándose al +acto toda la importancia que merecía, como así lo señalan las crónicas.</p> + +<p>Construyó la campana del reloj, por encargo del arzobispo don Gonzalo de +Mena, un maestro llamado Alfon Domínguez, del cual existen diversas +memorias, constando también que el reloj y la campana quedaron +instalados en los comienzos del mes de Julio del citado año de 1400.</p> + +<p>Un historiador moderno, al tratar este asunto, escribe: «Que aunque se +dice de Valencia que por acuerdo del Consejo general en 16 de Julio de +1378 se encargó un reloj de torre á cierto mecánico extranjero de paso +por la ciudad, sólo consta que en 1403 y en 12 de Febrero resolvió aquel +municipio labrar una campana, y que batiesen<a name="page_008" id="page_008"></a> las horas dos servidores +asalariados á este propósito.»</p> + +<p>Podrán estas noticias ser puestas en duda, pero respecto á que muy á los +comienzos del siglo XV existía en Sevilla un reloj de torre, hay un dato +indudable en las palabras del médico Juan de Aviñón, que en su libro +<i>Sevillana Medicina</i>, hacia 1418, dice: «Y como quiera que agora seria +grave de comer á estas horas ciertas, de aqui adelante nonserá grave por +cuanto nuestro señor el arzobispo de Sevilla, que mantenga Dios <i>mandó +facer un relox que ha de tañer veinticuatro badajadas</i>.»</p> + +<p>Después del reloj de la Catedral, es el más antiguo de los públicos de +Sevilla, el reloj de la torre de San Marcos, que data de 1553, y sobre +el cual existe esta noticia en un acuerdo de las actas capitulares, en +el cabildo de 22 de Agosto de 1585, donde se nombró á Francisco Ximénez +de Bustillos, mayordomo, para que hiciese aderezar los relojes de San +Marcos y San Lorenzo, «concertándole en el oficial que lo hubiese de +hacer, por lo menos que pudiese, informándose, además, de persona hábil +que se encargara de su reparo y aderezo, dando de ello cuenta á la +ciudad para que se le nombrase y señalase salario.»</p> + +<p>La campana del reloj de San Marcos tiene grabada una inscripción latina +que traducida al castellano, dice:</p> + +<p>«<i>Nada hay más veloz que el tiempo y para que no se malgaste, señala o +insigne Sevilla, á tus moradores las horas.—El Senado y el pueblo de +Sevilla, cuidó de construir este reloj con sus caudales, para el bien +público, el año de Cristo Salvador de 1553.</i>»</p> + +<p>Antes de esta fecha, en 1576, era relojero de San Marcos y San Lorenzo +el maestro Diego Flamenco, quien percibió por el cargo de <i>concertar los +relojes</i> 18.000 maravedís anuales, y en 1589 pruébase que el Cabildo +tenía<a name="page_009" id="page_009"></a> algo abandonado atender á cargo tan importante, por el siguiente +documento inédito:</p> + +<p>«Juan Salado y Matías del Monte, relojeros; decimos que por mandato de +vuestra señoria tenemos encargo de concertar los relojes desta ciudad +como maestros en dicho arte los cuales habemos concertado, y gastado +nuestro dinero en aderezarlos. Y porque cada dia se ofrecen cosas que +aderezar en ellos en que es necesario gastar dinero. Y pedimos y +suplicamos a vuestra señoria atento lo susodicho nos mande librar... a +cuenta de nuestro salario porque cualquier otro maestro que los +aderezase se le había de pagar lo que gastara en ello, por estar muchas +piezas quebradas las cuales se han de nuevo y nosotros no pedimos se nos +mande librar sino por cuenta de nuestro salario y por ello... <i>Matias +del Monte</i>—<i>Juan Salado</i>».—(Escribanía de Cabildo, siglo XVI).</p> + +<p>La campana lleva además grabadas las armas de la ciudad y bajo ellas se +hace constar que aquel es escudo hispalense.</p> + +<p>En 1776 se quitó la primitiva máquina de San Marcos, estrenándose el +nuevo reloj en 13 de Junio del citado año, habiendo sido construído en +Londres por Tomás Hatton, según se lee grabado en la esfera interior, +que es de metal, encontrándose además en dicha esfera el nombre de +Eugenio Escamilla, que fué nombrado relojero del Ayuntamiento de Sevilla +en 25 de Febrero de 1789.</p> + +<p>El reloj de la torre de San Lorenzo fué también colocado á fines del +siglo XVI y el que actualmente existe se puso en 1853 siendo construído +por José Manuel Zugasti en Bilbao, que hizo además el de la torre de la +plaza del Altozano.</p> + +<p>De otros antiguos relojes de Sevilla he de recordar también el de la +Audiencia, el del Oratorio de San Felipe<a name="page_010" id="page_010"></a> Neri, el del convento de los +Remedios, el de los Jerónimos, que ya no existen, el de La Cartuja y el +de San Agustín, que se estrenó en 27 de Junio de 1749.</p> + +<h3><a name="COMO_LAS_GASTABA_UN_REY" id="COMO_LAS_GASTABA_UN_REY"></a>CÓMO LAS GASTABA UN REY</h3> + +<p>En el viaje que en 1455 hizo á Sevilla Enrique IV, <i>El Impotente</i>, +acompañábale con su corte—dicen los autores—un número considerable de +moros principales y ricos, los cuales gozaban de gran favor con el +veleidoso monarca.</p> + +<p>Mandóse alojar á aquéllos en las casas de nobles y de acaudalados +sevillanos, tocando á D. Diego Sánchez de Orihuela, hospedar uno llamado +Monjarras, que era hombre joven, apuesto y de violento carácter, y el +cual hubo de enamorarse de una hija soltera que D. Diego tenía.</p> + +<p>Esta parece que correspondió al fin á los deseos del hijo del Profeta: +pero el bueno de Monjarras, no contento con ello, la robó de la paterna +casa y la sacó de Sevilla<a name="page_011" id="page_011"></a> casi por la fuerza, y sin pararse en +melindres, como persona apasionada y de alientos que era.</p> + +<p>Y sucedió luego que, cuando Sánchez de Orihuela y su esposa acudieron al +Alcázar á pedir justicia al rey, éste los recibió con enojo y tuvo la +frescura de decirles que, en vez de venir á quejarse, debieran haber +guardado más á la hija: contestación villana que causó la indignación de +cuantos la oyeron.</p> + +<p>Mandó luego D. Enrique que nunca más volviera á su presencia la afligida +madre, y divulgadas las noticias de estos actos por la ciudad, el pueblo +se irritó muchísimo y comenzóse á reunir gente delante del Alcázar en +actitud nada pacífica; mas esto, lejos de variar la opinión del rey, le +llevó hasta querer salir á desafiar al pueblo, cosa de que le hizo +desistir el prudente consejo del conde de Benavente.</p> + +<p>El resultado de todo fué que Monjarras quedó sin ningún castigo, pues +ninguna diligencia se hizo contra él; que los padres quedaron sin +recibir satisfacción á su deshonor, y que el monarca procedió en aquella +ocasión de la más indigna manera: lo cual no era extraño, tratándose, +como se trataba, de un rey cuya figura es de las más antipáticas en la +historia.<a name="page_012" id="page_012"></a></p> + +<h3><a name="LOS_PRIMEROS_INQUISIDORES_Y_SUS_HAZANAS" id="LOS_PRIMEROS_INQUISIDORES_Y_SUS_HAZANAS"></a>LOS PRIMEROS INQUISIDORES<br /> +<small>Y SUS HAZAÑAS</small></h3> + +<p>Al año de 1480 se remonta la fundación en Sevilla del tribunal de la +Inquisición, año en que el Papa dió, á instancia de los Reyes Católicos, +la bula autorizando aquel establecimiento, y en 27 de Diciembre mandó +Fernando V á las autoridades de nuestra ciudad, que protegiesen á los +señores del Santo Oficio, que se disponían á pasar á ésta para purgar de +herejía á cuantos cogiesen por delante.</p> + +<p>Y en efecto, á los pocos días llegaron á Sevilla los primeros +inquisidores, que fueron el provincial fray Miguel, el vicario fray +Juan, del orden de Santo Domingo, y el doctor Medina, clérigo de San +Pedro, los cuales eran tres mozos como escogidos de intento para la +misión que se proponían llevar á cabo.</p> + +<p>Tan listos anduvieron éstos en sus diligencias, que el 2 de Enero de +1481 se dieron ya las primeras providencias emanadas de la Inquisición, +y las cuales eran nada menos que mandar prender á los cristianos nuevos, +amenazando también á los títulos de Castilla con la privación de ellos +si no acataban al Santo Oficio.</p> + +<p>Por entonces era asistente de Sevilla D. Diego de Merlo, y como este +buen señor era fervoroso devoto de las órdenes religiosas, se dispuso +con todo el peso de su autoridad, á proteger á los inquisidores, +tomándoles en<a name="page_013" id="page_013"></a> mayor afecto y prestándose á ayudarlos cuanto pudiese en +sus diligencias.</p> + +<p>Así lo consigna un testigo contemporáneo tan autorizado como el +bachiller Andrés Bernáldez, cura de Los Palacios, el cual escribe á este +propósito en su <i>Crónica de los Reyes Católicos</i>:</p> + +<p>«En muy pocos días, por diversos modos y maneras, supieron (los +inquisidores) toda la verdad de la herática pravedad malvada, é +comenzaron de prender hombres é mujeres de los más culpados é +metiéronlos en San Pablo: é prendieron luego algunos de los más honrados +é de los más ricos, <i>Veinticuatros y Jurados, bachilleres é letrados</i>, é +hombres de mucho favor: á éstos prendía el Asistente, é des que esto +vieron huyeron de Sevilla muchos hombres é mujeres: y viendo que era +menester, demandaron los inquisidores el Castillo de Triana, donde se +pasaron presos, é allí ficieron su audiencia, é tenían su Fiscal, é +Alguacil é Escribano, é cuanto era necesario, é hacía proceso, según la +culpa de cada uno, é llamaban Letrados de la ciudad seglares, é á el +Provisor, al ver de los procesos é ordenar de las sentencias, porque +viesen cómo se hacía la justicia é no otra cosa: é <i>comenzaron de +sentenciar para quemar en fuego</i>, é sacaron á quemar <i>la primera vez</i> á +Tablada seis hombres é mujeres que quemaron: é predicó Fray Alonso de +San Pablo, celoso de la fe de Jesucristo, el que más procuró en Sevilla +esta Inquisición: é él no vido más de esta quema, que luego dende á +pocos días murió de pestilencia, que entonces en la ciudad comenzaba de +andar.»</p> + +<p>El primer auto de fe, de condenados á las llamas, se celebró, pues, en +Sevilla el 6 de Enero de 1481 y el segundo el 26 de Marzo, en que +perecieron en la hoguera diez y siete reos, yendo tan en aumento el celo +de<a name="page_014" id="page_014"></a> los inquisidores, que durante siete años fueron quemadas más de +seiscientas personas y penitenciadas unas cinco mil.</p> + +<p>El ya citado Bernáldez apunta en su crónica algunos de los nombres de +las personas más señaladas que aquí fueron las primeras víctimas de la +inquisición, citando entre otras al rabí Diego Susón, padre de la +célebre y hermosa judía conocida por la <i>Susona</i>, y á los acaudalados +hebreos Manuel Sauli y Bartolomé Torralva, al alcalde de la justicia +Juan Fernández Albolasia, al doctor Savariego, fraile de la Trinidad, y +á otros muchos, apuntando también «que quemaron infinidad de huesos de +los corrales de San Agustin é San Bernardo, de los confesos que allí +había enterrados sobre sí, al uso judaico.»</p> + +<p>El edificio que hoy ocupa la plaza de abastos de Triana, está destinada +á este uso desde 1825, y hasta 1785 ocupó aquel lugar el sombrío +castillo de San Jorge, donde estableció el tribunal la Inquisición.</p> + +<p>La antigüedad del castillo era grande, pues se dice que á raíz de la +reconquista lo entregó Fernando III á los Caballeros de la Orden de San +Jorge, que allí tuvieron largo tiempo su alcaide, que tenía á su cargo +la inspección del edificio.</p> + +<p>Establecido en él el tribunal odioso, fué teatro de las más espantosas +escenas, y hasta poco antes de su derribo, existían en los muros tres +lápidas con inscripciones latinas, las cuales recordaban los horrores +del tribunal.</p> + +<p>Decía así en la primera:</p> + +<p>«<i>Este santo tribunal de la Inquisición contra la perversidad de los +herejes en los reinos de España tuvo principio en Sevilla en 1481, +ocupando la silla apostólica Sixto IV, quien la concedió á instancia de +Fernando V é Isabel, que reinaban en dichos reinos. Fué el primer +inquisidor general<a name="page_015" id="page_015"></a> Fr. Tomás de Torquemada, Prior del convento de Santa +Cruz de Segovia, de la orden de predicadores. ¡Quiera Dios que +permanezca hasta fin del mundo, para amparo y aumento de la fe! +Levántate, Señor, y juzga tu causa. Cógenos las zorras engañosas.</i>»</p> + +<p>La segunda estaba concebida en estos términos:</p> + +<p>«<i>Año del Señor de 1481, siendo Pontífice Sixto IV y reyes de las +Españas y de las Sicilias los católicos D. Fernando y D.ª Isabel, tuvo +principio aquí el sagrado tribunal de la inquisición contra los herejes +judaizantes, donde después de la expulsión de los judíos y moros hasta +el año de 1524, en que reina el divo emperador de romanos, sucesor de +los mismos reinos por derecho materno, y siendo inquisidor general el +reverendísimo D. Alonso Manrique, arzobispo de Sevilla, <small>VEINTE MIL +HEREJES</small> y más abjuraron el nefando crimen de la herejía, y de todos más +de <small>MIL</small> obstinados en sus herejías por derecho fueron <small>ENTREGADOS AL FUEGO +Y QUEMADOS</small>.</i>»</p> + +<p>Por último, en la tercera se leían estas palabras:</p> + +<p>«<i>Ayudando y favoreciendo los pontífices Inocencio VIII, Alejandro VI, +Pio III, Julio II, León X, Adriano VI, que, siendo cardenal de las +Españas é inquisidor general, fué ensalzado á Sumo Pontificado, y +Clemente VII, por mandado y á expensas del emperador nuestro señor, hizo +poner estos letreros el Lic. de la Cueva, dictándoles D. Diego de +Cortegana, arcediano de Sevilla. Año del Señor 1524</i>.»</p> + +<p>Estas eran las inscripciones edificantes que existían en los muros de la +Inquisición sevillana, que conviene ser recordadas como muestras de los +buenos tiempos.<a name="page_016" id="page_016"></a></p> + +<h3><a name="TRADICION" id="TRADICION"></a>TRADICIÓN...</h3> + +<p>La tradición toledana del Cristo de la Vega, que dió origen á la +conocida leyenda de Zorrilla, <i>A buen juez mejor testigo</i>, existe +también en Sevilla con alguna variante; así lo prueban Fray Juan de +Zalamanco en su <i>Merced de María Coronado</i>, Pedro de San Cecilio, en sus +<i>Anales de la Orden de los mercenarios</i>, Fray Juan de Mesa, Muñana y +Alonso Sánchez Gordillo.</p> + +<p>Más probable es que el autor de <i>Don Juan Tenorio</i> se inspirase para su +hermosa leyenda, en este caso, que en los sucesos narrados en la +<i>Cántiga LXI</i> de D. Alfonso y los <i>Castigos y documentos</i> del rey D. +Sancho que cita el Sr. Picón como orígenes de <i>A buen juez, mejor +testigo</i>.</p> + +<p>En el archivo municipal de Sevilla existe una relación del suceso que no +deja de ser curiosa.</p> + +<p>Cuéntase allí, que un caballero dió palabra de casamiento á cierta dama +sevillana y noble, poniendo por testigo á la Virgen de la Merced, cuya +escultura existía en la iglesia del convento del mismo nombre. Alcanzó +por tal medio el galán los favores de la bella, pero harto quizás luego +de sus caricias, negóse á cumplir la empeñada palabra, con lo cual la +dama, que no tenía testigos del juramento dado, se le ocurrió la +original idea de poner por testigo á la imagen.</p> + +<p>La señora y el caballero, acompañados de un escribano<a name="page_017" id="page_017"></a> y de numeroso +público, acudieron al templo donde había de verificarse el extraño +juício, consintiendo en aquella prueba el seductor, pues, como dice +Sánchez Gordillo: «Al caballero le pareció que así no le había de +convencer, porque la imagen no había de contestar por milagro.»</p> + +<p>Y el mismo autor añade «que llegando á la presencia de la Virgen, y +puestos los ojos en ella, le dijo la mujer:—Señora mía: Vos sois +testigo de que este hombre, invocando á vos, me dió palabra de ser mi +marido, y mediante ello me obligó.—Dicho esto, la imagen bajó la cabeza +como afirmando la verdad de lo que la mujer decia, y el caballero quedó +convencido.»</p> + +<p>El estupendo suceso ocurrió, por lo que afirman muy seriamente los +escritores, en 1400. La escultura se conserva hoy en el convento del +Socorro con la cabeza inclinada, según dicen, sin que se sepa que haya +vuelto á mezclarse en que los galanes cumplan su palabra ó la dejen de +cumplir.... Verdad es que milagros de este calibre no son para todos los +días.<a name="page_018" id="page_018"></a></p> + +<h3><a name="EL_CARTUJANO" id="EL_CARTUJANO"></a>EL CARTUJANO</h3> + +<p>Así es conocido, más que por su verdadero nombre de Juan de Padilla, el +poeta sevillano, autor de <i>El Retablo de Cristo</i> y <i>Los doce triunfos de +los doce apóstoles</i>, los dos poemas alegóricos más importantes que +produjo la lengua castellana en los fines del siglo XV y principios del +XVI.</p> + +<p>Según las más recibidas noticias, nació Padilla en nuestra ciudad en +1468, perteneciendo su linaje á gente bien acomodada y que de antiguo +tenían su asiento y residencia en la población, debiendo desde su +primera juventud consagrarse al estudio y cultivo de las musas, pues á +la edad de veinticinco años, cantó en un poema las hazañas del famoso +don Rodrigo Ponce de León, poema titulado <i>Laberinto del marqués de +Cádiz</i>, que fué impreso en Sevilla por Ungut y Polono en 1493.</p> + +<p>Esta obra estaba dedicada á la duquesa de Arcos; se componía de unas +cien coplas, y según hace constar en su <i>Tipografía Hispalense</i> don +Francisco Escudero, no existe hoy de ella ejemplar alguno.</p> + +<p>El <i>Laberinto</i> es la única producción que de Juan de Padilla se conoce, +escrita siendo seglar, pues las otras salieron de su pluma cuando ya era +monje en el monasterio de la Cartuja, donde, según expresión de +Fernández Espino, «pasó su vida en el solitario claustro... consagrado<a name="page_019" id="page_019"></a> +al estudio, á la contemplación del Altísimo y á ensalzar sus +maravillas.»</p> + +<p>De esta sosegada y pacífica existencia resulta, que la vida de nuestro +poeta tiene en verdad pocos incidentes variados y no ofrece más interés +que los de cualquier vulgar y oscuro fraile de aquellos que retirados en +sus conventos veían deslizar los años iguales y monótonos.</p> + +<p>Al cartujano Juan de Padilla se debe el poema <i>Retablo de la vida de +Cristo</i>, que terminó en Diciembre del año 1500, cuya lectura no resiste +hoy el más cachazudo lector y que fué obra impresa en Sevilla entrado ya +el siglo XVI.</p> + +<p>Diez y ocho años más tarde, y cuando fray Juan de Padilla contaba 50 de +edad, ponía término á otro poema titulado <i>Los doce triunfos de los doce +apóstoles</i>, que es la principal de sus producciones, y acerca de la cual +ha escrito el autor del <i>Curso histórico-crítico de la literatura +española</i>:</p> + +<p>«Donde halló Padilla libre campo á sus estudios literarios y para gloria +de Jesús mismo y de sus discípulos fué en <i>Los doce triunfos</i>. La +intención de seguir las huellas de Dante vese tan marcada en este poema, +aun más que en el <i>Laberinto</i> de Juan de Mena. Pero el asunto del vate +cartujano dábale material más apropósito para seguir la imitación de la +<i>Divina Comedia</i>. Aunque llena también su mente de las bellezas +virgilianas, más ascético que Dante, si lo imita con frecuencia, no +escogió un gentil como éste para guía, sino á san Pablo, quien le dirige +y acompaña por los lugares en que los apóstoles ilustraron su vida con +su elocuente palabra, con sus virtudes y aun con el martirio. Conducido +siempre por san Pablo, entra en las regiones donde sufren tormento los +idólatras, los nigromantes, los hechiceros y otra multitud de réprobos,<a name="page_020" id="page_020"></a> +partiendo de allí á la santa Jerusalén, mansión de los bienaventurados.»</p> + +<p>Como muestra del estilo del poema, copio estas estrofas sacadas al azar +del <i>Triunfo noveno</i>, no desemejante á todos las demás:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«Yo que lo alto del cielo miraba</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">bien, como hace el astrónomo sabio,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">cuando resguarda por el astrolabio</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">lo que del polo saber deseaba,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">vi que de parte del <i>Euro</i> botava</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">el gran <i>Sagitario</i>, con arco tirando</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">saeta de fuego, que pasa vibrando</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">los aires, y nuve que dura hallaba,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">siendo la causa que crepa tronando.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Y vi que tenía de dentro patente,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">el grado primero d'aqueste centauro,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">al Fi de <i>Latona</i> con rostro de auro,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">según se nos muestra contino nitente.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">El gran <i>Ofiulco</i>, con él de presente,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">con la <i>Serpiente</i> yo vi que salía;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y, por el contrario, cansado caía</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">el can á la parte de nuestro occidente,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ya que la <i>Liebre</i> se nos escondía.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Aqui tiene casa por la delantera</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;"><i>Júpiter</i> alto por cosa preciosa;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">en esta se goza y en otra reposa</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">poco, teniéndolo por lo trasera.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Contempla, contempla la causa primera,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">me dijo mi Guía muy súbitamente;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">esto perquiere la estólida gente</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">dando cien vueltas al polo y esfera,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">que fueron criados del Omnipotente.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Miran á veces las Exaltaciones</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">los Trinos y Cuartos, y más los Sextiles,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y las Conjunciones con buenos oviles,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">malas hallando las oposiciones,<a name="page_021" id="page_021"></a></span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">asi que mirando las constelaciones,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y augurantes á do no conviene;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">por el contrario, su punto les viene</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de lo que piensan en sus corazones,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de bien ó de mal que'lefecto contiene.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Asi que, tú mira por lo que subsiste,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y deja la casa del sexto planeta;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">verás otra muy más que perfeta</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de uno que gloria muy grande se viste.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Basta que digas de como ya viste</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">subir por lo bajo de vuestro orizon,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">este que dicen el sabio <i>Chiron</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">maestro <i>d'Archiles</i>, según más oiste</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">d'aquellos que fingen medio sermón.» etc.</span><br /> +</p> + +<p>Fray Juan de Padilla falleció antes de mediar el siglo XVI; su nombre +figura con elogio en las páginas de la historia crítica de nuestra +literatura, y Sevilla, que lo tuvo por hijo, deberá siempre +consideración y respeto al nombre de este poeta, de quien sólo he +intentado trazar un ligero apunte.<a name="page_022" id="page_022"></a></p> + +<h3><a name="ANTIGUAS_FIESTAS_DE_TOROS" id="ANTIGUAS_FIESTAS_DE_TOROS"></a>ANTIGUAS FIESTAS DE TOROS</h3> + +<p>De las más antiguas fiestas de toros de que en Sevilla hay documentadas +noticias, son las verificadas en el año 1405 para celebrar el natalicio +del infante don Juan, hijo de don Enrique III <i>el Doliente</i>, infante que +nació en Toro en 6 de Marzo del citado año.</p> + +<p>Según asiento de los libros de Mayordomazgo del Archivo municipal, fecha +de 20 de Mayo de 1405, se mandó al Mayordomo Juan Martín «que comprase +ciertos toros para lidiar,» y el 10 de Noviembre se pagaron «á Miguel +André, vecino de las Cabezas de San Juan, cuatrocientos é cinquenta +maravedis que ha de aver por apreciacion que fué fecho por juramento que +tomaron por un toro que traxeron aquí á Sevilla <i>para lidiar por las +alegrías que Sevilla mandó fazer</i> por el nacimiento de nuestro señor el +infante don Juan, fijo del Rey don Enrique, nuestro señor, que Dios +mantenga.»</p> + +<p>En el mismo año consta también que se abonaron el importe de otros dos +toros á Antón Martín, y el de otros á Salvador Díaz, á Lope Ruiz Galego, +de Alcalá, y á Juan Fernández, jurado, de la collación de San Juan.</p> + +<p>Estas reses es probable que se lidiaran en diversos días de los festejos +organizados por el natalicio del hijo del monarca castellano; y aunque +son oscuras y escasísimas las noticias que de aquellas lidias existen +para poderlas<a name="page_023" id="page_023"></a> detallar en estos apuntes, he de consignar, sin embargo, +que para las tales corridas la ciudad construyó plazas y tablados frente +la Catedral y el Alcázar.</p> + +<p>Las fiestas de toros celebradas en la capital de Andalucía fueron muchas +durante la mayor parte del siglo XV, siendo de las más famosas las que +en 1477 y 1478 se verificaron.</p> + +<p>En el año primeramente citado visitaron á Sevilla los Reyes Católicos +don Fernando y doña Isabel, permaneciendo en esta ciudad hasta después +de mediar el de 1478, y en 1.º de Julio de este último, dió á luz la +reina un hijo varón (el príncipe don Juan), cuyo nacimiento se celebró +en la ciudad con públicos festejos, entre los cuales hubo fiestas de +toros, acordando la ciudad lidiar veinte, según consta en los cuadernos +sueltos de actas capitulares del Archivo municipal.</p> + +<p>Ya anteriormente habíanse celebrado en aquel año otras corridas de +toros, como sucedió el 23 de Abril, cumpleaños de la reina, corriéndose +ocho cornúpetos en el Alcázar, y con la asistencia de la soberana, +aunque es sabido cuánta repugnancia demostró por la lidia de reses +bravas.</p> + +<p>También el 24 de Junio del citado año de 1477, hubo corrida en la plaza +de San Francisco, repitiéndose otra el día de Santiago, y costando las +reses quince mil maravedís, según las cuentas que aún se conservan.</p> + +<p>En un folleto publicado por D. José Gestoso, con el título de <i>Los Reyes +Católicos en Sevilla</i>, en el que se insertan interesantes documentos +sobre la permanencia de los monarcas castellanos en nuestra población, +se leen los siguientes acuerdos, relativos á fiestas de toros del año +1478 con motivo del bautizo del Príncipe don Juan.</p> + +<p><i>Mandamiento de la Ciudad á su mayordomo 23 de Diciembre<a name="page_024" id="page_024"></a> de 1878</i>: «Et +otrosy vos mandamos que dedes e paquedes al dho. pedro diaz o al que por +el los oviere de aver 2.520 mrs. que nos acordamos e ordenamos en el +nuestro cabildo debe mandar dar de cierto gasto que por nro. mandado +fiso en facer las talanqueras é barreras para los <i>toros que se +corrieron por el parto de la Reyna</i> nra. sra. por el batiço del señor +principe.» (Lib. Mayordomazgo.)</p> + +<p>—«Libramiento de 200000 mrs. por ocho toros que se tomaron <i>para lidiar +en el Alcazar</i> Real el dia que se batiço el muy ilustre señor principe +de Castilla y dadle mas otros 596 mrs. que monto la costa que fiso facer +en las barreras e talanqueras que se ficieron para lidiar los dhos +toros» (1.º de Julio de 1478.)</p> + +<p>Como la índole de estos apuntes permiten entrar en largos detalles omito +el hacer mención de otros festejos á que dieron motivo la permanencia de +los Reyes Católicos en Sevilla, á más de las corridas de toros, y de +éstas baste con las noticias que dejo apuntadas, que ya más adelante +tendré ocasión de tantas otras lidias de reses no menos famosas.<a name="page_025" id="page_025"></a></p> + +<h3><a name="LAS_VICTIMAS_DE_LA_COMUNIDAD_EN_SEVILLA" id="LAS_VICTIMAS_DE_LA_COMUNIDAD_EN_SEVILLA"></a>LAS VÍCTIMAS DE LA COMUNIDAD<br /> +<small>EN SEVILLA</small></h3> + +<p>Historia particular y detallada tiene en los anales de Sevilla el +alzamiento de las <i>comunidades</i> en tiempo del Emperador, alzamiento que +no dejó de tener importancia en la provincia y que en la ciudad dió +origen á sucesos como los desarrollados en Septiembre de 1520.</p> + +<p>En el día 17 de aquel mes fué cuando D. Juan de Figueroa, cabeza de la +sublevación con quien se entendieron los conspiradores, salió de la casa +del Duque de Arcos, y con gente armada tomó el Alcázar, rindiendo al +alcaide, que lo era don Jorge de Portugal.</p> + +<p>Dos días después los partidarios de la poderosa casa ducal de Medina +Sidonia, se alzaban contra los <i>comuneros</i> triunfantes, y el capitán +Valencia de Benavides asaltaba el Alcázar, derrotaba á las fuerzas de +Figueroa y hacía á éste prisionero después de reñido combate, donde hubo +más de siete muertos y cuarenta heridos de gravedad.</p> + +<p>Los duques de Medina, que tan abiertos partidarios del Emperador se +mostraban, más bien por enemigos de la casa de Arcos, su rival, que por +adictos á los flamencos, saborearon su triunfo y exigieron á las +autoridades ejemplar castigo de los <i>comuneros</i>.</p> + +<p>Mas como la justicia andaba entonces tan menguada,<a name="page_026" id="page_026"></a> no se crea que el +caballero Figueroa, brazo del alzamiento, ni los caballeros +conspiradores fueron condenados, sino que vino á descargarse el peso de +la ley sobre los que menos habían contribuido al acto, por ser débiles y +no poderosos señores.</p> + +<p>Así ocurrió que la justicia echó mano á un pobre hombre llamado +Francisco López Quesero, hijo del pueblo, el cual había acompañado á las +fuerzas de Figueroa que tomaron el Alcázar y estaba preso en la Cárcel +Real, sin que por su modesta posición hubiera nadie que de él se +interesara.</p> + +<p>A López Quesero se le dió muerte en la plaza de San Francisco el 23 de +Octubre de 1520, y fué su ejecución cruel y bárbara, pues murió ahogado +á la vista de todo el pueblo de Sevilla, como consta en la <i>Historia de +las Comunidades</i>.</p> + +<p>«Lleváronlo (al reo) por las calles acostumbradas, guardado por gente de +á pie y á caballo del duque de Medina Sidonia, hasta la plaza de San +Francisco. Allí lo tuvieron encima del almacén del agua, á do desque +hubo confesado le <i>ahogó un hombre</i> que alquiló el verdugo, y desnudólo +é <i>hízolo cuartos</i> que quedaron allí hasta la mañana siguiente. E luego +por la mañana pusieron la cabeza en la picota, un cuarto en la puerta +del Arenal, otro en la de Minjoar y el otro en la de la Carne.»</p> + +<p>Así pagó el infeliz López Quesero con tan cruento suplicio, mientras los +caballeros quedaron salvos, siendo también poco después que él +ejecutados otros cuantos obscuros hombres del pueblo, como partidarios +de la <i>comunidad</i> en Sevilla, y que sólo habían sido en el alzamiento +partes muy insignificantes.<a name="page_027" id="page_027"></a></p> + +<h3><a name="EL_PENDON_VERDE" id="EL_PENDON_VERDE"></a>EL PENDÓN VERDE</h3> + +<p>Con el nombre de motín del <i>Pendón Verde</i> relatan los historiadores de +Sevilla el que estalló en el barrio de la Feria el año 1521, y el cual +tomó grandes proporciones y llegó á amenazar seriamente á la población, +ofreciendo con él no poca semejanza, el que en el mismo barrio se +promovió en 1652.</p> + +<p>Largo espacio ocuparía relatando con todos los pormenores que se +conservan aquel alzamiento popular, que tuvo por origen la gran carestía +de víveres que se dejó sentir en las clases pobres, encareciéndose tanto +el pan, que el hambre imperó con todos sus horrores en los barrios bajos +de la ciudad y la situación de multitud de familias llegó á ser +verdaderamente desesperada.</p> + +<p>Porque hay que hacer constar que, aunque la riqueza y la opulencia de +Sevilla en los siglos XVI á XVII era grande, ésta ha sido con exceso +ponderada por los adoradores del pasado; que los documentos y las +memorias coetáneas de aquellos tiempos prueban de manera bien clara que +la abundancia, el lujo y las sobras eran sólo para el clero y para los +nobles, mientras cientos y cientos de seres vivían en la mayor miseria y +sufriendo todo género de privaciones, sin que sus lamentos fueran oídos, +ni por nadie de los que podían, se atendiese á remediar tamaños males.<a name="page_028" id="page_028"></a></p> + +<p>Aquel pueblo hambriento, que veía tan cerca á los poderosos arrastrando +doradas carrozas, cubiertos de joyas, luciendo ricas telas y holgando +siempre, mientras él gemía, alzóse formidable, con rugido de fiera, el +mes de Marzo de 1521, y el día 8 se rompieron ya los diques del +sufrimiento y se dispuso á ejecutar, sin que nada lo contuviese.</p> + +<p>Así se leen en el <i>Discurso de la Comunidad de Sevilla</i> (1520) estas +noticias, extractadas por don Joaquín Guichot en la siguiente forma:</p> + +<p>«Un llamado Antón Sánchez, de oficio carpintero y vecino de la misma +Feria, se hizo cabeza de motín; y con otros sus iguales formó una Junta, +y ésta convocó, para hacer la demanda en común, á los vecinos de las +collaciones de San Gil, San Martín y otras. Nombraron una comisión de +veinte hombres para que fuesen en voz de todos, á ver al Asistente, y +otra para que se avistase con un caballero Per-Afán, que se ofreció á +conferenciar con la autoridad á fin de hallar medio de atender á la +necesidad de aquellos vecinos. Entre tanto agolpábase la gente; crecía +el bullicio, y echadas las campanas á vuelo, llenóse la plaza de la +Feria de innumerable pueblo. Alarmado el Ayuntamiento con las noticias +que le llegaban, trasladóse en cuerpo á la plaza de la Feria, donde +interrogados los cabecillas de la asonada acerca de lo que pretendían, +respondieron <i>¡trigo!</i> á lo que contestó el Asistente, que donde lo +hubiere se lo mandaría dar. No satisfechos con esta promesa, fueron +tumultuariamente á buscarlo por toda la collación; y como lo encontrasen +en casa del jurado Alava, de su cuñado y de un <i>albarazado</i>, rompieron +las puertas y robaron todo el que hallaron.»</p> + +<p>Después de esto, acudieron á unirse á los amotinados de la Feria gente +de otros barrios que corrieron la ciudad<a name="page_029" id="page_029"></a> enarbolando un antiguo +estandarte que en tiempo de Alfonso X se había tomado á los moros en una +batalla, y que custodiábase en el templo de Omnium Sanctorum, el cual +estandarte era de tela verde, de donde vino á tomar aquella asonada el +nombre de la del <i>Pendón Verde</i>.</p> + +<p>Tenía todavía el Ayuntamiento su morada en el edificio del Corral de los +Olmos, y allí acudió el pueblo en actitud amenazadora, arrojando +multitud de piedras y pidiendo pan con voces estentóreas.</p> + +<p>En esto intervino en el motín el poderoso marqués de la Algaba, que +trató de pacificar los inquietos ánimos, prometiendo al pueblo que sería +atendido, con lo cual se apaciguó un poco, y cuando el Asistente envió á +la Feria tropas parecieron haberse calmado los ánimos, mas tuvo la +imprudencia de mandar prender algunos vecinos diciendo que había de +ahorcarlos, y sabido esto, el día 9 se reprodujo con caracteres más +alarmantes el alboroto, como lo relata el citado extracto del <i>Discurso +de la Comunidad</i>:</p> + +<p>«Venida la mañana, la plebe irritada antes que intimidada, se lanzó á la +calle dando desaforados gritos de venganza, y corrió en confuso tropel +al palacio de los marqueses de la Algaba, pidiendo á estos señores el +cumplimiento de la palabra que el día antes empeñara de alcanzar el +perdón de los revoltosos. Renovósela el marqués manifestándoles que +<i>moriría ó les aseguraría</i>; para lo cual su hijo don Luís fué á +conferenciar con las autoridades. Escarmentada la plebe, no quiso fiar +de nadie, mas que de sí misma, el triunfo de lo que llamaba su razón, y +habiendo convocado el mayor número posible de gente al toque de campana, +marchó á la carrera hacia la casa de Niebla, apoderóse de ella, armóse +reciamente, sacó una bandera y piezas de artillería y fuese á dar +libertad<a name="page_030" id="page_030"></a> á los presos. Tales proporciones alcanzó desde este punto el +motín, que alarmadas seriamente algunas personas de mucha significación +en la ciudad, se ofrecieron á ser medianeros entre las autoridades y la +plebe desenfrenada; extremos que no se pudieron conciliar, porque esta +última se negaba á todo lo que no fuera la inmediata libertad de los +presos, y el Asistente, enojado contra ellos, decía: <i>¡que por vida del +rey, que los tenía de ahorcar!</i> Con esto se revolvió toda la ciudad y se +puso en punto de armas. Lo que las negociaciones no pudieron desatar, +cortaron las armas. Los plebeyos cercaron la cárcel con mucha gente +armada de espingardas, ballestas y espadas y cuatro piezas de artillería +que sacaron de la casa del duque de Medina Sidonia; rompieron puertas y +ventanas y dieron libertad á los presos.»</p> + +<p>Lo copiado da idea harto exacta de aquellos sucesos, que tuvieron +término al tercer día ó sea el 10 de Marzo, en que se libró una +verdadera batalla en las calles, entre el pueblo hambriento y las +autoridades y los nobles, cuyos resultados fueron funestos para los +amotinados, pues la fuerza armada los venció y en la refriega perecieron +muchos infelices de los que se habían alzado pidiendo pan.</p> + +<p>Los poderosos, no satisfechos con su triunfo, fueron, á más, crueles y +vengativos, pues mandaron ahorcar á muchos desgraciados bárbara é +inhumanamente....</p> + +<p>¡Así eran aquellos benditos tiempos y aquellas autoridades y aquella +nobleza; mientras dominaban y oprimían con su poder, dejaban al pueblo +hambriento perecer en la miseria, y cuando éste pedía pan le ponía +cadenas y lo ahorcaba!<a name="page_031" id="page_031"></a></p> + +<h3><a name="FRANCISCO_GUERRERO" id="FRANCISCO_GUERRERO"></a>FRANCISCO GUERRERO</h3> + +<p>El nombre del famoso músico y compositor sevillano Francisco Guerrero, +no es de aquellos que han quedado, ciertamente, limitados á la localidad +y únicamente entre sus paisanos merece continuos elogios. Fuera de +Andalucía, fuera de España se ha hablado hace mucho tiempo de los +méritos de aquel hombre á quien se han dedicado frases tan entusiastas +como las que escribió el crítico francés Adrián de la Foge.</p> + +<p>Guerrero nació en Sevilla en Mayo de 1527, siendo su padre Gonzalo +Sánchez Guerrero, pintor aventajado, si bien algunos biógrafos confiesan +ignorar qué profesión ejercía.</p> + +<p>De muy niño, mostró Guerrero aptitudes para la música, recibiendo las +lecciones primeras de un su hermano Pedro, que parece era muy diestro en +el manejo de la vihuela, y más tarde, fué discípulo del maestro +Cristóbal de Morales, que de tanta fama gozó en su tiempo.</p> + +<p>Hacia 1545 encontrábase vacante la plaza de racionero y maestro de +capilla de la Catedral de Jaén, y Guerrero, que apesar de su juventud +había ya terminado los estudios, se presentó á hacer oposiciones á aquel +cargo, que ganó muy honrosamente, pasando á la población citada, en +donde permaneció hasta el año de 1548 en que volvió á Sevilla á ver á +sus padres.<a name="page_032" id="page_032"></a></p> + +<p>Entonces el Cabildo Catedral, que ya tenia conocimiento y estimaba los +méritos de Guerrero, aprovechando su estancia en Sevilla le propuso +darle una plaza de cantor, que aceptó, no volviendo á Jaén por continuar +en su ciudad natal.</p> + +<p>El siguiente año de 1549, Guerrero fué invitado á concurrir á las +oposiciones de Magisterio y Ración de la Catedral de Málaga, donde se +presentaron seis opositores, entre los que el músico sevillano obtuvo la +primera plaza.</p> + +<p>«Preparado ya para partir á Málaga—dice un biógrafo—el cabildo, que +deseaba tenerlo á toda costa y mejorar su posición, decidió que el +muestro Pedro Fernández, á quien Guerrero llamaba el <i>maestro de los +maestros españoles</i>, fuese jubilado con la mitad de la renta: que sus +funciones fuesen desempeñadas por Guerrero, que recibiría la otra mitad, +conservando al mismo tiempo su sueldo de cantor, y teniendo opción al +Magisterio con todo su sueldo á la muerte de Fernández, que no aconteció +hasta veinte y cinco años más tarde.»</p> + +<p>En su plaza continuó Guerrero hasta 1575, siendo por esta época ya muy +apreciado de todos los amantes de la música que entonces vivían en +Sevilla y entre los cuales los había bien inteligentes. A más las +composiciones del maestro eran ya muy numerosas, y entre ellas se +contaban dos fragmentos del <i>Miserere</i> que había remitido á la capilla +pontificia.</p> + +<p>Deseaba desde hacía muchos años Guerrero hacer un viaje á Jerusalén, y +el año 1588 se le ofreció ocasión para llevarlo á cabo. El arzobispo de +Sevilla, don Rodrigo de Castro, se dispuso á pasar á Roma y llevó +consigo al maestro, que de allí pensaba dirigirse á Tierra Santa.</p> + +<p>Partió, pues, de Sevilla; mas como quiera que el arzobispo determinó +detenerse en Madrid algunos meses, Guerrero,<a name="page_033" id="page_033"></a> con la anuencia del +prelado, salió para Italia, llegando á Génova, y luego en Venecia se +dispuso dar á las prensas muchas de sus composiciones; y encargando del +cuidado de esta impresión á Zarlino, se embarcó en un navío, que +recorrió las costas italianas, y pasando por Dalmacia, Esclavonia, +Albania y Zanthe, al fin desembarcó en Jaffa. Acompañó á Guerrero en su +viaje un discípulo muy querido suyo, y al regreso después de no pocas +vicisitudes, escribió un relato de la expedición que fué impreso en 1592 +con el título de <i>Viaje á Jerusalén que hizo Francisco Guerrero +Racionero y maestro de capilla de la Santa Iglesia de Sevilla</i>, obra de +la que se han hecho varias ediciones.</p> + +<p>En 1597 se cita que se publicó en Venecia una obra musical del maestro +sevillano en seis tomos, y cuyo nombre es <i>Molecta, Francisco Guerrero +in Hispalensi ecclesia musicorum, etc., etc.</i></p> + +<p>A las noticias hasta ahora conocidas de la vida del maestro Guerrero, +puedo añadir otra que ofrece cierta curiosidad y que consta en los +libros de acuerdos del Cabildo Catedral de Sevilla, noticias que +galantemente me ha proporcionado el señor Gestoso.</p> + +<p>Según se lee en los citados acuerdos, en 1566 se concedió cierta +licencia á Guerrero, en 29 de Enero de 1578 se mandó que se le dieran +cincuenta ducados al mes, en 1582 se hace referencia á que se encontraba +en Roma, y en 1586 en cabildo de 24 de Septiembre se trató de la +jubilación del famoso músico.</p> + +<p>En 1588 se mandó que los libros que presentó el maestro Guerrero en +cabildo, se encuadernasen en becerro y pasaran al Archivo, acordándose +años después, en 23 de Julio de 1593, se abonasen al maestro 2.400 +reales del <i>libro de canto de órgano</i> que había presentado.<a name="page_034" id="page_034"></a></p> + +<p>Dos años antes de esta fecha, en 1591, á causa de las deudas que +Guerrero había contraído en Roma, fué detenido en Sevilla, como así se +lee en el acuerdo de 21 de Agosto, en el que para tratar del asunto, se +habla del dinero «que debe de Roma, por lo que está preso y mandado +llamar para ver lo que en ello se haga y se traiga relación de lo que le +daban en tiempo de Farfán al maestro Guerrero, de más de media ración.»</p> + +<p>Otro documento también me ha facilitado el señor Gestoso, que figura en +su colección de autógrafos, y el cual lleva la fecha de 1569, siendo un +poder otorgado por Guerrero á dos canónigos para cobrar 261 gallinas que +le cupieron en dicho año de la ración de que gozaba en la iglesia +Catedral.</p> + +<p>Consagrado el artista sevillano al desempeño de su cargo y á la +composición de sus obras, querido y estimado de todos y recibiendo con +frecuencia no pocas pruebas de distinción de personas encumbradas, +falleció en la ciudad que le vío nacer el 8 de Noviembre de 1599, si +bien otros autores señalan la fecha de 1600.</p> + +<p>Guerrero fué sepultado en la capilla de la Antigua de la Catedral, +poniéndose por orden del Cabildo una muy laudatoria inscripción en su +sepulcro.</p> + +<p>Muchas son las obras musicales que dejó Guerrero, y de ella citaré las +que da noticias La Foge, que son entre otras, á más de seis misas +(1565), las impresas con los títulos <i>Magníficat quatuor vocum</i>, <i>Il +secondo libro di Messe</i> (1584), <i>Il primo libro di salmi á quattro</i>, +<i>Hymnorum in Hispalensi eclesiæ tantum cani, solita, &. &.</i></p> + +<p>Al pintor y literato Francisco Pacheco, amigo de Guerrero, se deben las +primeras noticias biográficas que del compositor sevillano se conocen. +Pacheco en su libro de los <i>Verdaderos retratos</i>, que lleva en la +portada la fecha<a name="page_035" id="page_035"></a> de 1599, escribió un caluroso elogio del maestro con +noticias muy curiosas sobre su vida y de una autenticidad indudable, y á +más dibujó el retrato que allí aparece y que es de los mejores +ejecutados de la colección.</p> + +<p>«Francisco Guerrero—escribe su coetáneo y amigo—fué el más diestro de +su tiempo en el arte de la música; escribió de ella tanto, que +considerados los años que vivió y las obras que compuso, se hallan +muchos pliegos para cada día, y esto las de mano; su música es de +excelente sonido y agradable trabazón; compuso muchas misas, salmos, +etc.»</p> + +<p>A más de Pacheco, elogió también al compositor hispalense, entre otros +poetas, Vicente Espinel, quien dijo de él</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 2em;">«...que si en la ciencia es más que todos diestro,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">es tan grande cantor como maestro.»</span><br /> +</p> + +<p>Dando todas estas opiniones á conocer que los méritos de aquel hombre no +fueron ciertamente ignorados para sus coetáneos, como con otros muchos +ha ocurrido, á quien la posteridad ha tenido luego que vindicar.</p> + +<p>La música de Guerrero tiene, como dice un crítico, «devoción, gravedad y +corrección», y la Catedral de Sevilla puede honrarse con haber tenido un +varón de tan relevantes méritos entre los muchos que puede citar.</p> + +<p>Eslava admiraba grandemente las composiciones del músico del siglo XVI, +y de él hizo repetidos elogios siempre, habiendo investigado con fortuna +sobre los pormenores de la vida del maestro á quien he dedicado un +recuerdo con estos ligeros apuntes.<a name="page_036" id="page_036"></a></p> + +<h3><a name="LOS_ESCLAVOS_DE_SEVILLA" id="LOS_ESCLAVOS_DE_SEVILLA"></a>LOS ESCLAVOS DE SEVILLA</h3> + +<p>El número de infelices esclavos berberiscos, mulatos y negros que +existían en Sevilla en los siglos XVI y XVII, era bastante considerable +y apenas había familia regularmente acomodada que no tuviese á su +servicio dos ó más de ellos, hombres, mujeres ó muchachos, entregados al +servicio doméstico, ó bien á duros trabajos manuales, con escasa +humanidad de sus amos.</p> + +<p>La vida de aquella gente era en extremo aflictiva y como si no fuera +poco lo que los dueños en ellos ejecutaban, las autoridades cuidaban muy +altamente de refrenar en todo cualquiera de sus expansiones.</p> + +<p>Curiosísimo es el bando que en 1569 hizo publicar la ciudad sobre los +esclavos, confirmando una ordenanza, cuyo documento se conserva en el +Archivo Municipal en la Colección de <i>Papeles Importantes</i>, tomo I.</p> + +<p>Este escrito, que es un verdadero cuadro de costumbres, revela la +situación de aquella clase infeliz, así como no deja de tener su +pincelada que retrata una sociedad acerca de la cual tanto se ha +falseado.</p> + +<p>Dice así el bando:</p> + +<p>«En la muy noble e muy leal ciudad de Seuilla, Viernes quatro días del +mes de Nouiebre, de mil e quinientos y sesenta y nueve años, estado +ayutados en las casas dl cabildo desta ciudad, según que lo han de vso y +costumbre,<a name="page_037" id="page_037"></a> el muy magnífico señor Doctor Juan de Lieuana, Theniente de +Assistente, y algunos de los señores Regidores, e Jurados della, en el +dicho Cabildo, fue vista y leyda vna ordenança fecha por los señores +Fieles Executores desta ciudad, su thenor de la qual, y de lo que la +ciudad en razon dello passo, y de ciertos autos de pregones que estan al +pie de lo proveydo por la dicha ciudad es esto que se sigue:</p> + +<p>Por quanto en esta ciudad ay muchos negros, y negras, y moriscos, y +moriscas que son esclauos y esclauas captivas: y con las ocasiones que +ay en ellas de tauernas y bodegones se entran en ellas á comer, y beuer, +y se emborrachan, y hazen mal acondicionados, y soberuios, y borrachos, +y hazen y cometen delitos que todo redunda en daño y perjuyzio de sus +amos: por que gastan sus haziendas en librarlos de las trauesuras y +delictos que hazen, y no son en prouecho para seruir: y lo que es peor, +que como los dichos esclauos se hazen tan á vizios e viciosos con la +ocasión de las dichas tauernas e bodegones que toman y hurtan á sus +dueños dineros y ropas, hasta las mantas y aderezos de los cauallos y +mulas, y lo que hallan en sus casas y aun se estienden á hazer otros +hurtos, todo para comer y beuer en las tabernas y bodegones y los mismos +tauerneros y bodegoneros, y sus mugeres e hijas, e personas que tiene en +las tauernas y bodegones se lo compran y toman empeñado, y en prendas +del dinero que dan sobre ellas, á los dichos esclauos y esclauas por el +vino y comida que les da. Y como pasa esto entre los esclauos y el +tauernero y bodegonero, no se pueden aueriguar los dichos hurtos: e todo +ello redunda en daño y perjuycio de los señores de los dichos esclauos. +Y como cosa que toca tanto al bien, y pro comun de la republica desta +ciudad, e vecinos e moradores della, y de su tierra.<a name="page_038" id="page_038"></a> Nos los fieles +Executores desta ciudad y su tierra: con acuerdo del muy magnífico señor +Licenciado Arriola, executor de la vara della. Ordenamos y mandamos que +ningún tauernero, bodegonero, ni mesonero, ni ventero, ni personas que +guisan y dan de comer en esta ciudad y su tierra, y jurisdicion, +arrabales, ni Triana, no acojan en sus casas, tauernas, ni bodegones á +los dichos esclauos ni esclauas, negros ni blancos: ni les den de comer, +ni beber en ellas publica ni secretamente, pan, ni vino, ni carne ni +otros mantenimientos algunos, sino lleuare <i>cédula</i> del amo cuyo fuere, +diziendo que por andar á jornal el tal esclauo, o esclaua, no come en su +casa, ni sean osados de venderles pan, ni vino, ni carne, ni pescado, ni +otro mantenimiento alguno, ni compren, ni reciban dellos prendas algunas +vendidas, ni empeñadas, ni para guardarselas, aunque digan que son +suyas, ni les den pan, ni vino, ni bastimentos sobre ellas, sopena quel +tauernero, bodegonero, guisandero, y ventero, y mesonero, o persona que +tenga camas que fuere y passare contra lo contenido en esta ordenança, o +contra cosa alguna, o parte della, cayga en pena de mil marauedis y diez +dias de carzel por la primera vez, e por la segunda la pena doblada, y +sea traydo á la verguença publicamente: e por la tercera vez le sean +dados cien açotes, y sea desterrado desta ciudad y su tierra e +jurisdicio por tiepo de quatro años: y que los dichos bodegoneros, +tauerneros, mesoneros, ni venteros, y personas que dan camas, y guisan +de comer, no se puedan escusar, ni escusen que no sabian que los dichos +esclauos y esclauas eran captiuos: y que los dichos esclauos y esclauas +les dixeron que erran horros. E pedimos e supplicamos al muy Ilustre +Cabildo y regimieto desta ciudad que cofirmen y aprueuen estas ordenança +y la apregonen publicamente. Alonso Nuñez, García de León, Diego Nuñez,<a name="page_039" id="page_039"></a> +don Juan de Torres Ponce de León, Joan de Almonacir escriuano...»</p> + +<p>En la citada fecha de 1569 fué confirmado aquel acuerdo, no tardando +luego en venir en años sucesivos, otras y otras órdenes, bandos y +disposiciones que estrechaban más la situación de los esclavos.</p> + +<p>Sin embargo, con ser tan penosa ésta se empeoró con el tiempo, y en el +siglo XVII, la católica majestad de Felipe IV dío orden en 1637 para +que, de todos los de Sevilla, se formase un registro y conforme á él +fueran recogidos de casa de sus amos y se llevasen á la cárcel real, de +donde pasarían luego nada menos que á remar á las galeras.</p> + +<p>El 22 de Abril, se pregonó en nuestra ciudad esta orden del monarca, +causando gran pánico en los esclavos, pues tan dura era y tan estrecha, +que en el pregón entraban todos los varones, <i>incluso los niños de +pecho</i>, y así fué que los desgraciados, al saberla, procuraron ocultarse +con sus mujeres é hijos, protegidos, como era natural, por los amos.</p> + +<p>Mandó el rey de Madrid para ejecutar la orden de aprehender á los +esclavos, á un alcalde de casa y corte, llamado don Pedro Amesqueta, el +cual era hombre que, abusando de los poderes de que estaba revestido, +ejecutó su comisión de la manera más violenta y usando de los +procedimientos más duros y arbitrarios.</p> + +<p>A mediados de 1637 habían ya llegado á Sevilla presos multitud de +esclavos de los pueblos de la provincia, los cuales fueron en 24 de +Agosto embarcados y conducidos á Cádiz, donde los llevó á Levante para +remar en las galeras, y otros muchos salieron de nuestra ciudad á pie, +siendo conducidos á Cartagena.</p> + +<p>Mas no quedó aquí ni con mucho el asunto, pues sabiendo<a name="page_040" id="page_040"></a> Amesqueta que +aún era grande en Sevilla el número de esclavos ocultos por sus amos, +comenzó á echar á éstos fuertes multas para que los denunciasen, como +ocurrió á una mujer de Pilas, á quien por habérsele huido una esclava le +hicieron pagar 300 ducados, y al Veinticuatro Torres que tuvo que +aflojar 400 y verse envuelto en un proceso.</p> + +<p>Largo tiempo siguió la cuestión de la caza de esclavos en Sevilla, +tomando cada día más grave aspecto en todo el año de 1638, y las +<i>Memorias sevillanas</i> dan cuenta en el 1639 de esta noticia que no deja +de ser interesante el reproducirla:</p> + +<p>«El Asistente hizo notificar á los dueños de los esclavos que los +entregasen para las galeras. Al principio tomaban uno de quien tenía +dos: después vino otra orden y no dejaban ninguno y prendían cuantos se +encontraban porque se escondieron todos. Esto fué á principios de Mayo +de este año de 1639, y á 18 de él <i>llevaron con colleras</i> á embarcar +para Sanlúcar ó el Puerto, 102 esclavos, negros, mulatos y berberiscos, +con gran lástima y más de los casados, cuyas mujeres hacían mil +extremos. Después se fué apretando á los dueños de los escondidos con +penas de mil y dos mil ducados, que por no pagarlos fueron entregando +muchos y todos los llevaron.»</p> + +<p>Tal fué el inhumano procedimiento que aquellos piadosos varones del +siglo XVII seguían con sus esclavos, á quienes tanto maltrataban y en +contra de quienes encima levantaron mil calumnias, y condenaron á remar +en galeras, como premio á los servicios que habían prestado.</p> + +<p>No he de citar éstos, pero sí mencionaré el caso que registra la crónica +de un esclavo que, habiendo huído, don Pedro Amesqueta prendió á su amo +y le echó una fuerte multa, lo cual, sabido por el berberisco, que +berberisco<a name="page_041" id="page_041"></a> era, se presentó voluntariamente para que su dueño fuese +puesto en libertad, acto que tanta impresión produjo, que la dura +justicia de entonces se vió obligada á usar alguna vez de la clemencia y +dejó libre al dueño, y al infeliz también le puso en libertad.</p> + +<h3><a name="JUAN_DE_SALINAS" id="JUAN_DE_SALINAS"></a>JUAN DE SALINAS</h3> + +<p>Hijo de Logroño han creído algunos biógrafos á este poeta sevillano, á +causa de haber residido en aquel punto durante su infancia y ser su +padre natural de la Rioja.</p> + +<p>Llamóse éste Pedro Fernández Salinas, fué hombre de desahogada posición +y contrajo matrimonio en Sevilla con doña María de Castro, habiendo de +este enlace cuatro hijos, entre ellos á Juan de Salinas, que vino al +mundo en la capital de Andalucía, el 24 de Diciembre de 1559.</p> + +<p>Viudo el padre del futuro poeta, trasladóse á Logroño llevándose consigo +á sus hijos, y Juan, en edad conveniente, comenzó sus estudios, cursando +el latín y siendo enviado más tarde á Salamanca, donde estudió cánones y +leyes, y donde se graduó al fin de doctor.</p> + +<p>No veía Salinas gran porvenir para él en el estado seglar<a name="page_042" id="page_042"></a> y así se +decidió por el eclesiástico, haciendo un viaje á Florencia, punto en que +residía un su hermano, y á Roma, donde permaneció algún tiempo, y +consiguió del Papa una canongía en Segovia, que sirvió ya de sacerdote, +según apuntan sus biógrafos.</p> + +<p>Después de haber sufrido una grave enfermedad que puso en peligro su +vida, y muerto su padre, Juan de Salinas se dispuso á regresar á España, +permaneciendo cuatro años en Segovia y fijando al cabo su residencia en +Sevilla, de donde por tan largo tiempo había faltado.</p> + +<p>Era á la sazón arzobispo don Pedro de Castro y Quiñones, quien haciendo +aprecio de los méritos del doctor Salinas y teniéndole personalmente en +gran estima, le ofreció una canongía á la que éste renunció por causas +que se ignoran.</p> + +<p>Pasado algún tiempo fué nombrado visitador del arzobispado y +administrador del hospital de San Cosme y San Damián, llamado de <i>Las +Bubas</i>, cargo que el cabildo de la ciudad le concedió con general +aprobación de sus individuos.</p> + +<p>Amante de las bellas letras desde su primera juventud, había Salinas +cultivado la poesía con no escaso aprovechamiento, demostrando singular +facilidad para las composiciones de circunstancias en las que á veces +hizo gala de no común gracejo.</p> + +<p>Nunca se imprimieron reunidas, en vida del autor, sus composiciones; +pero casi todas ellas corrían manuscritas por Sevilla, dándole no escaso +renombre y haciendo que algunos de sus coetáneos les prodigasen elogios, +que ciertamente pecaban de una marcada exageración.</p> + +<p>Tuvo Salinas muy estrecha amistad con casi todos los eruditos y poetas +que en Sevilla vivieron en su tiempo, mereciendo citarse á Jiménez +Enciso, á Jáuregui, á don<a name="page_043" id="page_043"></a> Diego Maldonado Dávila (colector después de +sus composiciones) y al famoso obispo de Bona don Juan de Sal, de quien +el autor que nos ocupamos habló en algunas de sus poesías.</p> + +<p>Frecuentaba también mucho Salinas el trato de la familia del analista +Ortiz de Zúñiga, de quien fué padrino de bautismo y de quien habló en +una poesía, así como de su hijo don Juan Ortiz de Zúñiga.</p> + +<p>Algunos trabajos en prosa se imprimieron de Salinas, entre los que cita +Gallardo el <i>Prólogo</i> á las <i>Meditaciones para cada día del año</i> (1602) +y la <i>Dedicatoria al Sermón fúnebre de la madre Dorotea</i>, escrito por +Alonso Sanz.</p> + +<p>En la vida de esta beata Dorotea, que se hizo célebre en Sevilla, +publicada por Gabriel de Aranda, se habla en varios pasajes de Juan de +Salinas, con marcado elogio, y en igual sentido se expresan otros +autores que encarecen mucho su ciencia y virtudes.</p> + +<p>Larga fué la vida del doctor Juan de Salinas, que llegó hasta edad de +ochenta y tres años, falleciendo el 5 de Enero de 1642, en el citado +hospital de San Cosme y San Damián, donde continuaba ejerciendo el cargo +de administrador. Salinas fué enterrado por el clero de Santa Catalina +en el convento de monjas de los Reyes.</p> + +<p>Como ya consigné, don Diego Maldonado y Dávila recogió y coleccionó en +un tomo las composiciones del doctor Salinas, manuscrito que poseyó +Gallardo, y del que da noticias detalladas en su bibliografía.</p> + +<p>También el marqués de Jerez tenía un volumen autógrafo de versos del +autor, pudiendo ser estudiados con detenimiento sus méritos en la +<i>Biblioteca Rivadeneyra</i> y en los dos libros que con el título de +<i>Poesías del doctor Juan de Salinas</i> publicaron los bibliófilos +andaluces en 1869.<a name="page_044" id="page_044"></a></p> + +<p>«En sus primeros tiempos, dice don Adolfo de Castro, fué Salinas poeta +de muy buen gusto literario, y en los últimos se convirtió en +conceptista y en todos demostró un gran ingenio, sazonado de burlas y de +gran delicadeza en la declaración de afectos amorosos.»</p> + +<p>En efecto, la musa de Salinas no fué dada á asuntos graves y de +elevación, luciendo principalmente en epigramas y composiciones ligeras, +algunas de las cuales tienen títulos como estos: <i>A un clérigo que no +quiso prestar al doctor las mulas y era muy puerco</i>. <i>A un fraile viejo, +mentiroso y falto de dientes.</i> <i>A una dama que fingiendo descuido enseñó +las ligas al doctor</i>, <i>etc.</i></p> + +<p>En este género de versos, que prueban el espíritu, un tanto chancero, de +Salinas, es donde más lucía su ingenio, que llegó hasta componer un +poema burlesco sobre los <i>Ejercicios de San Ignacio</i>, que fué impreso +después de haber corrido por largo tiempo manuscrito con no poca +aceptación.</p> + +<p>Salinas, á semejanza de Pedro de Quirós y de otros poetas de la escuela +sevillana, sus contemporáneos, no dejó ninguna obra de pretensiones ni +de verdadera importancia, dedicándose á cultivar la poesía en +composiciones sueltas, la mayoría breves.</p> + +<p>Sus romances son muy estimables (véanse los que insertó D. Agustín +Durán) habiendo pasado por anónimos algunos de ellos y siendo otros +falsamente atribuidos á Góngora.</p> + +<p>Tuvo el autor objeto de estos apuntes, felicísima disposición para +versificar y un ingenio vario y ameno, siendo más dado á ensayarse en el +género festivo que no en el grave y elevado. El conceptismo deslució un +tanto el mérito de algunos de sus trabajos, pero en todos ellos aventaja +con mucho á no pocos de los que en el mismo género alcanzaron cierto +nombre.<a name="page_045" id="page_045"></a></p> + +<p>En resumen: Salinas es digno de ocupar un puesto entre los buenos poetas +sevillanos del siglo XVI, y con razón le tributaron elogios sus +contemporáneos y no se los ha escaseado la posteridad.</p> + +<h3><a name="EL_ARENAL" id="EL_ARENAL"></a>EL ARENAL</h3> + +<p>El largo espacio de terreno comprendido en la orilla izquierda del +Guadalquivir, desde la entrada del puente de barcas hasta la muralla que +unía la torre del Oro con la de la Plata, fué llamado desde muy antiguo +el Arenal.</p> + +<p>Hasta nuestros días ha llegado una antiquísima memoria de aquel lugar, +en parte del cual hizo construir don Alfonso <i>El Sabio</i> las Atarazanas. +Hoy mismo, en uno de los muros exteriores del edificio de la Caridad, +consérvase una lápida, dentro de dos fustes de mármol rojo, en la cual, +en caracteres monacales, está en relieve una inscripción latina del +siglo XIII, que perteneció á las Atarazanas y que traducida al +castellano dice así:</p> + +<p>«<i>Séate conocida cosa, que esta casa y toda su fábrica hizo el sabio y +claro en sangre don Alonso, rey de los españoles. Fué este movido á +reservar las galeras y naves de los<a name="page_046" id="page_046"></a> suyos contra las fuerzas del viento +austral, resplandeciendo en arte completo lo que antes fué Arenal +informe. En la era de 1290 (año 1152).</i>»</p> + +<p>En el siglo XVI, cuando el comercio con el Nuevo Mundo estaba para +Sevilla en su mayor apogeo y las embarcaciones de todos países llegaban +á nuestro puerto, era el Arenal sitio el más animado y bullicioso de la +ciudad y Lope de Vega, que lo conocía, dió á una de sus comedias por +título <i>El Arenal de Sevilla</i>, haciendo del lugar la siguiente +descripción que pone en boca de doña Laura y de Urbana en la escena +primera de la obra:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">—¡Famoso está el Arenal!</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">—¿Cómo lo deja de ser?</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">—No tiene á mi parecer</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">todo el mundo vista igual.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Tanta galera y navío</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">mucho al Betis engrandece.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">—Otra Sevilla parece</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">que está fundada en el río.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">—Como llegan á Triana</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">pudieran servir de puente.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">—No lo he visto con más gente.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">—¿Quieres que me siente, Urbana?</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">—Mejor será que lleguemos</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">hasta la torre del Oro</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y todo ese gran tesoro</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">que va á las Indias, veremos.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">—Como cubierto se embarca,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">no mueve mis pasos tardos.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">¿De qué sirve el ver en fardos</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">tanta cifra y tanta marca?</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">—Notable es la confusión.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">—Lo que es más razón que alabes</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">es ver salir de estas naves</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">tanta diversa nación.<a name="page_047" id="page_047"></a></span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Las cosas que desembarcan,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">el salir y entrar en ellas</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y el volver después á vellas</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">con otras muchas que embarcan.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Por cuchillos el francés</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">mercerías y Ruán,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">lleva aceite; el alemán</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">trae lienzo, fustán, llantés;</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">carga vino de Alanís;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">hierro trae el vizcaino</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">el cuartón, el tiro, el pino,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">el indiano el ámbar gris,</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">la perla, el oro, la plata,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">palo de campeche, cueros,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">toda esta arena es dineros.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">¡Un mundo en cifras retrata!</span><br /> +</p> + +<p>En la citada comedia saca á escena Lope los tipos más característicos +que entonces frecuentaban el Arenal, y así se ven desfilar por el +teatro, tapadas, soldados, mozos de galeras, arraeces, bravos, +comerciantes, aguadores, ladrones, criados y forasteros, pudiendo +considerarse esta obra del <i>Fénix de los ingenios</i>, á más de su mérito +indiscutible, como un cuadro de costumbres sevillanas de su tiempo.</p> + +<p>El autor acentúa más la nota en elogio de <i>Arenal</i> haciendo decir al +<i>Forastero</i> en la escena IX estos versos:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">Préciese de su edificio</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Zaragoza enternamente;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Segovia de su gran puente,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Toledo de su artificio;</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Barcelona del tesoro,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Valencia de su hermosura,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">la corte de su ventura</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y de sus almenas Toro;<a name="page_048" id="page_048"></a></span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Burgos del antigua espada</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">del Cid por tantos escrita,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Córdoba de su Mezquita,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y de su Alhambra, Granada;</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">de sus sepulcros León,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Avila del fuerte suelo,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Madrid de su hermoso cielo,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">salud y buena opinión;</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">y de su hermoso <i>Arenal</i></span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">sólo se precia Sevilla,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">que es vistosa maravilla</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y una plaza universal.</span><br /> +</p> + +<p>Con el transcurso de los tiempos, habiéndose alzado edificios desde la +Puerta de Triana al Postigo del Carbón, y construído de nuevo los +Malecones, se formó entre éstos y la orilla del río una alameda en la +que se plantaron cuatro filas de álamos, y que tomó el nombre de <i>paseo</i> +del Arenal.</p> + +<p>Lo agradable de aquel lugar, la hermosa vista que desde él se +disfrutaba, y la animación que allí solía reinar por el movimiento del +puerto, hicieron que el paseo fuese de los predilectos del pueblo +sevillano y que disfrutara por largos años de gran boga.</p> + +<p>En el plano de la ciudad que mandó hacer Olavide siendo Asistente de +Sevilla, figura ya indicada la Alameda del Arenal, y lo mismo en el que +en 1788 se publicó durante el mando de Lerena, pudiendo decirse que por +entonces era aquel terreno de los más concurridos de la ciudad.</p> + +<p>Don Leandro Fernández de Moratín, que visitó á Sevilla por entonces, así +lo consigna, y otros escritores de la localidad hacen memoria en +diversos trabajos de lo ameno del paseo y de la multitud que á diario lo +frecuentaba.<a name="page_049" id="page_049"></a></p> + +<p>Por los arrecifes cruzaban por las tardes lujosas carrozas y los +modestos asientos de ladrillo se veían siempre ocupados por un público +aristocrático que lucía sus más preciadas y ricas galas.</p> + +<p>A la entrada del paseo se comenzó á fines del siglo XVIII á construir el +monumento llamado Triunfo de la Trinidad, que se elevó á instancias de +fray Diego José de Cádiz, y el cual monumento era obra de escasísimo +mérito, y fué derribada hacia la mitad del pasado siglo, sin haberse +llegado á terminar por completo.</p> + +<p>No lejos del monumento, se encontraba la <i>Cruz de la Charanga</i>, nombre +éste que también se daba á uno de los álamos, el más corpulento y que +más sobresalía entre los allí plantados, y alrededor del cual se +formaban aquellas tertulias de desocupados de que habla don José Somoza +en sus <i>Recuerdos</i> y en el artículo <i>El árbol de la Charanga</i>, donde +dice pintando lo agradable de aquel lugar: «...A la izquierda está el +<i>Paseo del Arenal</i>, paseo siempre concurrido; á la derecha el puente de +barcas y un dilatado horizonte azul, por el que se oculta el sol en su +occidente por entre una multitud de palos y velachos de embarcaciones +ancladas.»</p> + +<p>Hacia 1808 se hicieron algunas reformas en el Arenal, con las que +ganaron en comodidad los paseantes, habiéndose por entonces llevado á +cabo varias obras en el puente allí inmediato, que cubría uno de los +brazos del arroyo Tagarete.</p> + +<p>Punto como lo era el paseo del Arenal de amplitud y gran concurrencia, +cuando los días de la invasión francesa, lo escogieron las autoridades +imperiales para llevar á cabo no pocos espectáculos públicos, con los +que procuraban distraer al pueblo.</p> + +<p>Allí el mariscal Soult pasó revista á las tropas, allí se<a name="page_050" id="page_050"></a> quemaron +vistosos castillos de fuegos artificiales; hubo cucañas, carreras á +caballo por diestrísimos ginetes, conciertos de bandas militares, +iluminaciones y otros regocijos.</p> + +<p>El paseo del Arenal, cuando en 29 de Agosto de 1812 penetraron en +nuestra ciudad los soldados españoles, fué teatro de sangrientas escenas +y de verdaderos rasgos de heroísmo, y algunos días después se enterró á +la entrada del paseo el coronel inglés Alejandro Ducan, que murió +violentamente, y cuyo sepulcro fué destruido por el populacho en 1816.</p> + +<p>Volvieron para el paseo del Arenal días de esplendidez, transcurridos +aquellos años de la guerra, y en 1823, cuando Fernando VII visitó á +Sevilla, este monarca paseaba con gran frecuencia en carruaje por la +orilla del río, donde era objeto de no pocas manifestaciones de los +<i>absolutistas</i>. Y se dió el caso que, saliendo una tarde el rey de los +toros, á causa de haber intervenido en los desahogos de los <i>blancos</i> +algunos constitucionales, se promovió un feroz escándalo, en el que hubo +garrotazos, carreras y no pocos heridos.</p> + +<p>Con motivo de otras visitas de reyes se ha adornado después de 1823 el +paseo del Arenal, alzándose en él graciosos arcos de follajes y vistosos +transparentes.</p> + +<p>Habiendo el Asistente Arjona derribado el murallón de la Torre del Oro y +edificádose el Salón de Cristina, comenzó el público elegante y +aristocrático á abandonar el viejo Arenal; llevado de las novedades y +atractivos que el nuevo sitio de esparcimiento y recreo le ofrecía.</p> + +<p>Este abandono fué en aumento después de 1834, y como quiera que por las +autoridades locales se olvidó por completo el adorno y cuido de aquella +alameda, desaparecieron de ella los antiguos árboles que le prestaban +agradable<a name="page_051" id="page_051"></a> sombra, los primitivos asientos y los aguaduchos donde tan +animadas tertulias se formaban.</p> + +<p>Por los alrededores del Arenal se veía en los buenos tiempos del paseo +muy variados tipos y personajes callejeros, no faltando nunca por las +tardes, los <i>chiquillos de la candela</i> que, provistos de mecha, ofrecían +lumbre á los transeúntes fumadores; los viejos que exhibían á golpe de +tambor las sorprendentes vistas de la <i>máquina óptica</i>, los vendedores +de confites, los maestros de esgrima que acudían á la palestra pública, +y para que nada faltase á aquel cuadro, era frecuente ver en los +Malecones ó frente á la Resolana de la Caridad ó al pie del Triunfo, +algunos frailes misioneros que escogían aquellos puntos para predicar, +como ocurría al célebre padre <i>Verita</i>.</p> + +<p>Una nota característica ha conservado hasta nuestros días y conserva +actualmente el Arenal: refiérome al mercado que allí se establece en el +mes de Diciembre y que se ve tan concurrido el día de Nochebuena y los +sucesivos de Pascua.</p> + +<p>Álzanse entonces, en lo que fué frondosa alameda, puestos de juguetes y +de frutas, sin que en manera alguna falten los instrumentos populares, +característicos de los citados días, siendo grande el concurso que acude +al Arenal á llevar á cabo las indispensables compras de pavos, nueces, +castañas, turrones y todos los comestibles <i>del ritual</i>.</p> + +<p>Para concluir, el Arenal en su aspecto más triste, ya que hemos +recorrido á la ligera su historia, es cuando el Guadalquivir se desborda +y la ciudad se ve amenazada con los peligros de las inundaciones que +tantos estragos han causado en todos los tiempos. Entonces cubren las +aguas el viejo paseo, y aquel lugar tan ameno y agradable presenta un +cuadro imponente, cuadro que no es necesario<a name="page_052" id="page_052"></a> describir, pues hartas +veces lo han presenciado por desgracia los sevillanos.</p> + +<p>El viejo Arenal lleva hoy el nombre de Paseo de Colón, nombre que se le +dió en 1892, cuando las fiestas del centenario del descubrimiento de +América. De su pasado, de sus días de esplendor, no queda ya más que el +recuerdo.</p> + +<h3><a name="JUANILLO_HERNANDEZ" id="JUANILLO_HERNANDEZ"></a>JUANILLO HERNÁNDEZ</h3> + +<p>La reforma luterana que apareció en Sevilla á mediados del siglo XVI +propagóse en la ciudad de un modo rapidísimo, y tuvo infinitos adictos, +personajes, en su mayoría, de posición y de talento, como lo fueron +Rodrigo de Valer, el doctor Egidio, el doctor Constantino Ponce de la +Fuente, el prior de San Isidro del Campo, García Arias, el padre +Arellano, Ponce de León, el médico Losada, fray Casidoro de Reina, +Fernando de San Juan y otros cientos, cuya enumeración sería enojosa.</p> + +<p>De entre todos aquellos primeros protestantes, he de recordar á uno que +tiene no poco relieve y á quien por su actividad y el género de +propaganda á que se dedicaba,<a name="page_053" id="page_053"></a> debióse singularmente la propagación de +la doctrina de Lutero.</p> + +<p>Llamábase Julián Hernández y se le conocía por <i>Julianillo</i>, era mozo +astuto y ardientísimo partidario de la reforma, con lo cual puede +suponerse el contacto frecuentísimo y estrecho en que estaba con todos +los iniciados.</p> + +<p>Bien por comisión ó bien de propia iniciación llevó Hernández á cabo una +empresa que, por ser entonces en extremo arriesgada, tal vez se confió á +él como más listo y astuto.</p> + +<p>Ansiaban los protestantes sevillanos poseer escritos propagadores de la +nueva doctrina, que á cientos se publicaban en Alemania y los Países +Bajos; y como la posesión de los tales libros y su introducción en +España era dificilísima, pensaban en mil modos para burlar á la +Inquisición, que tenía puesta toda su atención en la reforma para +aniquilarla.</p> + +<p>Julianillo Hernández partió en 1556 de Sevilla y recorrió los +principales focos del luteranismo, poniéndose en relaciones con los +principales apóstoles del protestantismo y dirigiéndose después á +Ginebra, donde residió algunos meses.</p> + +<p>En esta ciudad adquirió ejemplares de los libros más famosos que se +habían dado por los reformadores, y ya dueño de ellos, puso en práctica +el ingenioso medio que discurrió para introducirlos en España y traerlos +á Sevilla.</p> + +<p>A este efecto, disfrazóse perfectamente de arriero, y previniendo dos +grandes toneles, fabricados de intento, los llenó con los numerosos +volúmenes adquiridos, emprendiendo su viaje de regreso.</p> + +<p>En 1557, Julianillo Hernández llegaba á Sevilla: con su carga, había +atravesado la península entera sin que ni justicia ni persona alguna +sospechase que en aquellos dos<a name="page_054" id="page_054"></a> toneles iban las armas más poderosas +contra la religión del Estado, y que tanto efecto iban á producir.</p> + +<p>Cuando los protestantes sevillanos tuvieron conocimiento de la llegada +de Julianillo, inmediatamente acudieron con gran cautela á ocultar el +cargamento, siendo repartidos los libros en el monasterio de San Isidro +del Campo, en casa de don Juan Ponce de León y en la de la dama doña +Isabel de Baena, ardiente protestante, en cuyo domicilio se reunían con +frecuencia los luteranos.</p> + +<p>Merced al ingenio de <i>Julianillo</i>, pudieron los reformadores entregarse +á las lecturas que tanto deseaban, comenzando entonces el mozo á +repartir volúmenes cautelosamente, siendo menos afortunado en esta +empresa, pues por ello vino su perdición y la de infinidad de +protestantes.</p> + +<p>Un ejemplar del libro titulado <i>Imagen del Antichristo</i>, lo vío una +mujer que tenía algún vago conocimiento de lo que pasaba y denunció á la +Inquisición el foco protestante, cayendo el tribunal entonces +rápidamente sobre el asunto, y en poco tiempo fueron encerrados en el +castillo de Triana más de 800 luteranos, que no tardaron en perecer en +la hoguera y en el garrote.</p> + +<p>Sin tiempo para ponerse á salvo, cayó <i>Julianillo</i> también en las garras +del Santo Oficio, y después de doce meses de prisión, el 22 de Diciembre +de 1560 salió con el auto de fe, siendo quemado vivo en unión de 34 +protestantes más, entre los que se hallaban doña Ana de Rivera, doña +Francisca Ruíz, doña Francisca de Chaves, monja de Santa Isabel; María +Gómez, Leonor Núñez, sus tres hijas Elvira, Teresa y Lucía; doña +Catalina Sarmiento, doña María y doña Luisa Manuel, y fray Diego López, +fray Barnardino Valdés, fray Domingo Churruca, fray Gaspar de Porres y +fray Bernardo de San Jerónimo,<a name="page_055" id="page_055"></a> de alguno de los cuales haré más +adelante especial mención.</p> + +<h3><a name="SANTA_TERESA_EN_SEVILLA" id="SANTA_TERESA_EN_SEVILLA"></a>SANTA TERESA EN SEVILLA</h3> + +<p>La célebre abulense doña Teresa Sánchez Cepeda, cuyos escritos místicos +son tan famosos y á quien la iglesia colocó en los altares en 1622, bajo +el nombre de Santa Teresa de Jesús, visitó durante su vida á Sevilla, +para fundar un convento en nuestra población, permaneciendo en ésta +desde el 26 de Mayo de 1575 hasta el 4 de Junio de 1576.</p> + +<p>Llegó, pues, el citado día la madre Teresa de Jesús, acompañada de seis +monjas, sus compañeras, instalándose provisionalmente en una modesta +casa de la calle de las Armas, en la cual estuvieron viviendo con gran +estrechez y miseria, siendo al principio socorridas por una señora +llamada doña Leonor de Valera, y más tarde por el prior de la Cartuja, +que influyó á favor de las religiosas con otras personas de algún +valimiento.</p> + +<p>Allí pasó la madre Teresa de Jesús algunos meses sin que pudiera, según +eran sus propósitos, adelantar «gran<a name="page_056" id="page_056"></a> cosa en la fundación del convento, +y aunque contó con el apoyo de algunos que le fueron afectos y le +auxilió mucho en sus trabajos» D. Lorenzo Sánchez Cepeda, su hermano, +que á la sazón vino de Indias, costóle gran trabajo encontrar casa más +espaciosa para instalarse.</p> + +<p>Dió al fin la fundadora con un edificio en la calle de Pajería, hoy +Zaragoza, y á propósito de éste escribe en una de sus cartas:</p> + +<p>«No se pasó poco para pasarnos á ella (á la nueva casa) porque quien la +tenía no la quería dejar. Los frailes franciscos, como estaban juntos, +vinieron luego á requerirnos que en ninguna manera nos pasásemos é +ella.»</p> + +<p>Ya en la nueva casa, la actividad de la madre Teresa de Jesús, hizo que +se habilitase lo mejor que se pudo, contando con algunos fondos y +aumentándose la comunidad; pero entonces comenzaron á levantarse +calumnias contra la fundadora, intimándola el padre Salazar para que no +hiciese más fundaciones; y denunciándola por entonces á la Inquisición +como sospechosa de herejía, ilusiones, falsa devoción y revelaciones +imaginadas, una beata que había vivido en la recién fundada casa +religiosa, ayudada por un clérigo de quien dice fray Diego de Yepes que +era «hombre hipocondríaco, escrupuloso, ignorante y expuesto al error.»</p> + +<p>Siguióse el proceso contra la madre Teresa de Jesús, pasando á +interrogarla á su casa los inquisidores, llevando con gran ruído los +jueces á caballo, notarios, alguaciles y familiares, y después de largo +tiempo, la Inquisición mandó que el expediente se suspendiese, quedando, +sin embargo, la fundadora obligada á presentarse ante el tribunal de +Sevilla siempre que éste lo reclamase.</p> + +<p>Estando en nuestra población la célebre hija de Avila, fué retratada por +el napolitano Juan de Narduck, que había<a name="page_057" id="page_057"></a> sido discípulo de Coello y que +á la sazón era religioso lego conocido con el sobrenombre de <i>fray Juan +de la Miseria</i>, conservándose hoy este retrato en el convento de +carmelitas de San José, y el cual, si no es una perfecta obra de arte, +es por lo menos, el más auténtico retrato que existe de la reformadora.</p> + +<p>La casa que ésta habitó en Sevilla túvola en gran estima y de ella +escribía que «no la había mejor ni mejor puesta. Paréceme que no se ha +de sentir en ella el calor. El patio parece hecho de alcorza.»</p> + +<p>En 27 de Mayo de 1576 celebróse en aquella casa una gran fiesta +religiosa, á la que asistió el arzobispo, fiesta que la misma fundadora +describió con muchos pormenores, y algunos días después salió de la +ciudad, dirigiéndose á Castilla, donde prosiguió sus fundaciones.</p> + +<p>Aquel edificio que la mística escritora habitó en Sevilla en la calle +Pajería, fué convento hasta 1588, y el año 1882 el edificio, que se +había conservado casi como estuvo en el siglo XVI, fué derribado, +colocándose después en el que se levantó sobre su área, una lápida en la +fachada que recuerda la fundación de la madre Teresa de Jesús y su +estancia en nuestra ciudad.<a name="page_058" id="page_058"></a></p> + +<h3><a name="UN_PONCE_DE_LEON" id="UN_PONCE_DE_LEON"></a>UN PONCE DE LEÓN</h3> + +<p>El noble caballero sevillano don Juan Ponce de León, hijo de don +Rodrigo, conde de Bailén, fué, como ya he indicado anteriormente, uno de +los más decididos y ardientes partidarios que la reforma luterana tuvo +en Sevilla en el siglo XVI, y predilecto discípulo del doctor Egidio.</p> + +<p>Su elevada posición social, su ilustración y el importante papel que +hacía en la sociedad sevillana, contribuyeron poderosamente á que su +propaganda en favor del protestantismo le diera muchos resultados, +logrando, durante bastante tiempo, que ni á las autoridades +eclesiásticas ni á las seculares trascendiera su conducta, apesar de la +actividad que éstas desplegaban para destruir y aniquilar cuanto en +Sevilla tuviera sospecha siquiera de luteranismo.</p> + +<p>Fué al fin descubierto en 1558, con otras muchas importantes personas, +que pagaron con sus vidas en las hogueras, y permaneció antes largos +meses preso, siendo al fin condenado por el tribunal odioso.</p> + +<p>La sentencia dada contra Ponce de León es un documento bastante curioso, +del cual existe una copia manuscrita en la <i>Colección de Papeles del +conde del Aguila</i> del Archivo municipal, y de ella reproduciré la parte +más interesante, que dice así:<a name="page_059" id="page_059"></a></p> + +<p>«... Atentos los autos y méritos de este proceso, que dicho fiscal probó +bien y cumplidamente su acusación y querella: damos y pronunciamos su +intención por bien probada, y que el dicho don Juan Ponce de León no +probó cosa alguna que le pudiese relevar. Por ende: debemos declarar y +declaramos al dicho <i>Juan Ponce</i>, haber sido y ser <i>hereje, apóstata, +luterano, dogmatizador y enseñador de la dicha secta de Lutero</i> y sus +secuaces: hallándose en algunos ayuntamientos y conventículos con otras +personas secretamente, á donde se trataba de la dicha maldita secta y +sus errores, en grandísima ofensa de Dios Nuestro Señor y de su Santa Fe +católica y Ley evangélica, y haber sido justo y disimulado confitente, y +que las confesiones que hizo fueron más por reservar la vida que por +salvar el alma, y por ello haber caído é incurrido en la Sentencia de +Excomunión mayor, y estar ligado de ella y en todas las otras penas en +que caen é incurren los tales herejes, luteranos, dogmatizadores y +enseñadores de nueva secta y errores que, á título de cristianos, hacen +y cometen semejantes delitos; y en confiscación y perdimiento de <i>todos +sus bienes</i>, en los cuales le condenamos y aplicamos á la Cámara y Fisco +de S. M. desde el tiempo que cometió dichos delitos á esta parte, cuya +declaración en nos reservamos. Otrosí: relajamos la persona de dicho +<i>Don Juan Ponce de León</i> á la Justicia y Brazo seglar, y especialmente +al muy magnífico señor Licenciado Lope de León, Asistente por S. M. en +esta ciudad y á sus lugares tenientes en el dicho oficio, á los cuales +muy afectuosamente rogamos que se hagan benigna y piadosamente con el +dicho <i>don Juan</i>, y porque el delito de la heregía es tan gravísimo que +no se puede buenamente punir ni castigar en las personas que lo cometen, +y las penas se extienden á <i>sus descendientes</i>: por ende declaramos sus +<i>hijos y nietos</i> de dicho<a name="page_060" id="page_060"></a> don Juan Ponce por línea masculina sean +<i>inhábiles para poder tener cualquier oficio público, ó de honra, ó +beneficios eclesiásticos</i>, y que no pueden usar de las otras cosas +prohibidas á los hijos y nietos de los semejantes condenados así por +dicho común, Leyes y Pragmáticas de estos Reinos como por institución +del Santo Oficio, las cuales habemos aquí por expresadas: y por esta +nuestra sentencia juzgando así lo pronunciamos y mandamos en estos +escritos y por ellos.—<i>El Obispo de Tarazona.==El Licenciado Andrés +Gasco.==El Licenciado Carpio.==El Licenciado Juan Obando.</i>»</p> + +<p>El 24 de Septiembre de 1559 se celebró el auto de fe en que salió don +Juan Ponce de León: después de relajado y entregado al brazo secular, se +le dió garrote y se consumió su cuerpo en el <i>Quemadero</i> del prado de +San Sebastián, con otros de los más señalados protestantes sevillanos.<a name="page_061" id="page_061"></a></p> + +<h3><a name="JUAN_DEL_CASTILLO" id="JUAN_DEL_CASTILLO"></a>JUAN DEL CASTILLO</h3> + +<p>El haber sido el pintor sevillano Juan del Castillo maestro de artistas +que tanto renombre y gloria alcanzaron, como Murillo, Zurbarán, Alonso +Cano y Pedro de Moya, ha hecho que su nombre sea por esto citado más que +por las obras que dejó á la posteridad, dignas de elogio, ciertamente, +no pocas de ellas.</p> + +<p>Hermano de otro pintor también, Agustín del Castillo (1565-1626), nació +Juan en el año de 1584, siendo desde muy joven manifiesta su inclinación +por el dibujo, que aprendió bajo la dirección de Luis Fernández, en +cuyos lienzos censúrase la escasa frescura y la pobreza de colorido.</p> + +<p>Juan del Castillo pintó multitud de cuadros en su juventud, la mayoría +de los cuales se han perdido hoy, y que le atrajeron general estimación, +pues apartándose de las reglas que su maestro le indicara, dió un gran +paso para destacar su personalidad.</p> + +<p>Demostrando grandes condiciones para la enseñanza, á Castillo acudieron +no pocos discípulos, siendo su academia la que más frutos obtuvo para el +arte, de aquellas otras que tenían en sus talleres el clérigo Roelas, +Herrera <i>el Viejo</i> y Francisco Pacheco.</p> + +<p><a name="page_062" id="page_062"></a>A la academia de Castillo acudió cuando contaba doce años, en 1630, +Bartolomé Murillo, llevado al estudio por cercano pariente, no faltando +algunos autores que apunten que el luego celebérrimo artista sevillano +era sobrino de su maestro.</p> + +<p>En abril de 1611, Castillo, vecino á la sazón del Salvador, se recibió +de hermano de la <i>Doctrina Cristiana</i>, como hombre devoto que era, +habiendo noticias de que en años después hizo un viaje á Granada, donde, +según <i>Arana de Varflora</i>, «hizo algunas pinturas y en ellas se conoce +su manera de pintar, que era fresca y pastosa.»</p> + +<p>Para el convento de Monte Sión ejecutó Castillo, de vuelta en su ciudad +natal, catorce lienzos, siendo este templo el que llegó á reunir más +producciones del pintor objeto de estas líneas.</p> + +<p>En el altar mayor dejó una <i>Asunción</i>, <i>La Visitación de Santa Isabel á +la Virgen</i>, <i>La Encarnación</i>, <i>El Nacimiento de Jesús</i>, <i>La Adoración de +los Reyes</i>, los cuatro doctores de la Iglesia, San Buenaventura y un +crucificado, y en otros retablos las imágenes de Santo Domingo, Santo +Tomás y San Vicente Ferrer.</p> + +<p>De estos cuadros, que permanecieron en dicho convento hasta 1810, fueron +algunos, tras bastante tiempo, llevados al Museo Provincial, donde en la +actualidad se encuentran, á más de dos medios puntos en tabla que +representan á San José y el Niño trabajando, y la muerte del mismo +santo.</p> + +<p>Estos citados son los más notables cuadros de Juan del Castillo, y en +los que pueden apreciarse por completo sus méritos y su estilo de +pintura, debiendo citar aquí también otras obras como las siguientes, +que conservaron varios particulares y elogió Amador de los Ríos en 1844 +cuando dió á luz su libro <i>Sevilla pintoresca</i>.</p> + +<p><a name="page_063" id="page_063"></a>D. Manuel López Cepero poseía una <i>Asunción</i> y una <i>Sagrada Familia</i>; +don Pedro García, un lienzo de los <i>Desposorios de la Virgen</i>, en +figuras de tamaño natural, un <i>San Miguel</i> y un <i>Ángel de la Guarda</i>, y +el señor Suárez de Urbina un <i>San Pedro</i> y un <i>San José con Jesús</i>, +cuadro este último de pequeñas dimensiones.</p> + +<p>De otras pinturas de Juan del Castillo se han perdido no pocas, que +fueron celebradas en su tiempo y de las cuales sólo la memoria queda.</p> + +<p>Con su academia muy concurrida de discípulos, continuó el maestro +residiendo en Sevilla hasta 1639, año en que, por motivos que ignoro, se +trasladó á Cádiz, donde fijó su residencia.</p> + +<p>Allí ejecutó también algunos lienzos, pero la vida del artista tuvo +pronto término, falleciendo á mediados del año 1640, según apuntan los +más autorizados biógrafos.</p> + +<p>Las obras de Juan del Castillo han sido estudiadas por los críticos con +atención é imparcialidad, diciendo uno de ellos, juzgando los méritos +del artista, que apesar del estilo que en la enseñanza recibiera, +«guiado por favorable inclinación, dióse á copiar el modelo vivo y á +estudiar la realidad, con lo cual mejoró su arte y dictó provechosas +reglas, siempre más á lo tocante al dibujo que al color, á sus +discípulos.»</p> + +<p>En la historia de la pintura sevillana indica Castillo un gran paso de +adelanto, y puede decirse que dejó muy atrás á su hermano Agustín y aun +á su sobrino Antonio, también artista.</p> + +<p>Contemplando los lienzos de Juan del Castillo y viendo aquel modo de +ejecutar un tanto frío y académico, viene enseguida á la memoria la +enseñanza que dió á Murillo, resaltando al punto cómo éste nada conservó +de su maestro, y haciéndose de un estilo propio, con el cual<a name="page_064" id="page_064"></a> fundó una +escuela y del que tuvo tantos fervorosos admiradores.</p> + +<p>El lienzo de la <i>Visitación</i>, el del <i>Nacimiento</i> y los restantes que se +encuentran hoy en el Museo provincial, son, como ya indiqué, las +principales obras de Castillo, y aunque á ellas no dejan de poner +reparos los críticos, todos reconocen los méritos que indudablemente +tuvo su autor.</p> + +<p>«No podemos llamar reaccionario en arte á Castillo—escribe +Sentenach—antes bien, dejándonos arrastrar con las corrientes que se +iniciaban, abandona el neo-clasicismo: pierde, inspirado por Herrera, +algo de la tirante corrección greco-romana; observa la naturaleza y +aunque con pocas fuerzas para elevarse á grandes alturas, desvía á sus +discípulos de los senderos trillados y los encamina por el que ha de +conducirlos á nuevas y encantadas regiones.»</p> + +<p>Para terminar: el pintor sevillano no llegó á escalar la región +reservada á los genios; faltóle en primer lugar hondo sentimiento y +espíritu para sus obras; pero fué un artista en conjunto bien digno de +elogio por su obra general, y la dulce memoria que dejó como maestro de +Zurbarán, de Alonso Cano, de Murillo y de tantos otros hará siempre que +su nombre viva unido al de aquellos grandes hombres y la posteridad lo +respete.<a name="page_065" id="page_065"></a></p> + +<h3><a name="UN_ZAPATERO_DE_ANTANO" id="UN_ZAPATERO_DE_ANTANO"></a>UN ZAPATERO DE ANTAÑO</h3> + +<p>La Santa Hermandad, instituída por los Reyes Católicos con el objeto de +perseguir y castigar á los ladrones y malhechores, puede decirse que +estaba en todo su esplendor durante el siglo XVI, siendo sus individuos +muy numerosos, y como quiera que los cargos de cuadrilleros, secutores, +etc., traían consigo ciertos privilegios y fueros, eran éstos muy +solicitados.</p> + +<p>Para ejercer dichos cargos hacíase requisito indispensable, á más de +tener harto probada la buena conducta moral, ser persona de alguna +significancia y prestigio, pertenecer á hidalga familia y no ejercer +ciertos oficios ó cargos incompatibles con la justicia de que habían de +investirse.</p> + +<p>Ninguna de estas cualidades parece que tuvo en cuenta, en 1587, un +zapatero que había en Sevilla, llamado Luís Sánchez, el cual era popular +entre la gente de baja ralea, y valiéndose de resortes que supo +hábilmente tocar y de la influencia del canónigo y arcediano don Alonso +Fajardo de Villalobos, obispo titular de Esquilache, consiguió que el +Provincial de la Santa Hermandad le diese el cargo de secutor, el cual +era provechoso por las ganancias y gajes varios que traía consigo.</p> + +<p>Revestido el zapatero de su autoridad, comenzó á ejercerla<a name="page_066" id="page_066"></a> tan ufano y +orondo; pero el hombre no contaba con la huéspeda, y ésta fué un su +enemigo llamado Juan Pérez, que se propuso amargar la satisfacción del +flamante secutor, presentando al cabildo de la ciudad un escrito contra +Sánchez, el cual no deja de ser curioso, y que por esto y por ser +inédito hasta ahora, lo copio de su original, que dice así:</p> + +<p>«<i>Muy ilustres señores.</i>—Juan Pérez de esta ciudad, como uno del +pueblo, y para el bien público, digo que el Provincial de la Hermandad, +ha nombrado por secutor de hermandad á un hombre llamado Luis Sánchez el +cual es <i>hombre infame</i> y es zapatero que usa dicho oficio <i>con delantal +delante de los pechos y golpeando con un box, llamando la gente</i> y +calzando zapatos á negros y blancos y limpiándoles los pies, y además de +esto, sirve al obispo Esquilache en lo que le manda. Asimismo el dicho +Luís Sánchez, suele cometer <i>delitos crímenes</i>, especialmente el +susodicho estuvo preso en la cárcel real de esta ciudad por mandado del +alcalde Bonifacio, por haber vendido mucha cantidad de trigo, y fué +sentenciado á graves penas é destierro, que pasó la causa ante Juan de +Castro, escribano. Por todo lo cual el dicho Luís Sánchez no puede ni +debe ser recibido al dicho oficio de secutor, porque lo pretende <i>para +hacer cosas no debidas é cometer delitos</i>. Por tanto, pido y suplico á +vuestra señoría no sea admitido ni recibido al dicho oficio de secutor, +y que vuestra señoría mande dar y dé por ninguno el dicho nombramiento, +é no haber lugar de se hacer el nombramiento é en todo haga se provea lo +que más convenga á su servicio, por lo cual etc. etc.—<i>Juan Pérez.</i>» +(<i>Archivo municipal</i>: Varios, <i>Antiguo</i>.)</p> + +<p>Esta solicitud pasó á cabildo, y habiendo tenido conocimiento de ella el +zapatero, furioso de ver cuán mal<a name="page_067" id="page_067"></a> quedaba su persona, buscó á su +enemigo y le dió una monumental paliza, con lo que parece quedó +vengado... y sin que nadie le despojase del cargo de secutor, apesar de +lo de los <i>delitos crímenes</i>.</p> + +<h3><a name="LA_PUERTA_DE_TRIANA" id="LA_PUERTA_DE_TRIANA"></a>LA PUERTA DE TRIANA</h3> + +<p>La más notable y acabada de cuantas puertas tuvo en lo antiguo Sevilla, +fué la de Triana, cuya traza se debió, según las opiniones más +autorizadas, al notable arquitecto Juan de Herrera. Fué concluída +aquella puerta, verdaderamente monumental, á fines de 1588, derribándose +para hacerla otra primitiva que estaba á la entrada del barrio de la +Cestería.</p> + +<p>Constaba la puerta de Triana de un solo cuerpo de arquitectura, de +estilo dórico, y presentaba dos fachadas de gran elevación y magnífico +aspecto. A ambos lados de sus arcos, existían cuatro colosales columnas +que descansaban en sólidos pedestales y sostenían una gran cornisa, en +la que se hallaba un espacioso balcón de largo barandal, rematando el +monumento con un ático triangular adornado de pirámides.<a name="page_068" id="page_068"></a></p> + +<p>Sobre el balcón existía una lápida cuya inscripción latina decía lo +siguiente, según la traducción castellana de un autor, muy versado en +nuestras antigüedades:</p> + +<p><i>Siendo poderosísimo rey de las Españas y de muchas provincias por la +parte del orbe Felipe II, el amplísimo regimiento de Sevilla juzgó deber +ser adornada esta nueva puerta de Triana, puesta en nuevo sitio, +favoreciendo la obra y asistiendo á su perfección don Juan Hurtado de +Mendoza, conde de Orgáz, superior vigilantísimo de la misma floreciente +ciudad en el año de la salud cristiana de 1588.</i></p> + +<p>A un lado de esta puerta estaba uno de los husillos del río, cuya obra +la conmemoraba otra lápida de pomposa y larga inscripción, colocada en +1633, siendo asistente el conde de la Corzana, y sobre el arco estaba el +llamado <i>Castillo</i>, en el que se hallaban varias celdas, que servían de +prisión á los nobles y caballeros de importancia.</p> + +<p>Era esta puerta la más adornada en las festividades públicas; sus dos +portillos laterales eran los que más tarde se cerraban, y por su arco +principal entraron los monarcas Felipe V, en 1729; Carlos IV, en 1796; +José I, en 1810; Fernando VII, en 1823, y la reina Isabel II, en 1862.</p> + +<p>Cerca de la puerta se encontraba á principios del siglo XIX, en un hueco +de la pared, el célebre cafetín llamado de <i>Julio César</i>, donde se +reunía por la noche gente maleante, que tenía siempre cuentas pendientes +con la justicia.</p> + +<p>Las más importantes obras efectuadas en la puerta de Triana fueron las +que se llevaron á cabo en 1787, siendo Asistente don José Ábalos. +Entonces se renovaron las dos fachadas, «restituyéndose—como dice un +historiador<a name="page_069" id="page_069"></a>—á sus columnas la altura que correspondía, pues antes su +basamento subía hasta el tercio de las columnas, quizá para afianzar en +él los tablones con que se calafateaba la puerta en las ocasiones de +riadas.»</p> + +<p>Delante del monumento se extendía el espacioso llano, donde después se +ha construído la calle de Reyes Católicos, y este lugar era en extremo +concurrido por los desocupados y paseantes, que allí acudían á tomar el +sol en invierno y á refrescarse en las noches del estío.</p> + +<p>La puerta de Triana, que era la más inmediata para dar acceso al puente +de barcas y al populoso barrio de la margen derecha del Guadalquivir, +era punto de gran tránsito, y por ella se veían casi siempre grupos de +viajeros, recuas de los trajinantes, coches de camino, etc., etc.</p> + +<p>Cerca del monumento existían dos fuentes, una de las cuales se conserva +todavía, aunque muy variada, y se construyó en 1816 por el Asistente don +Francisco Laborda y Pleyler.</p> + +<p>Entre muchos recuerdos históricos, que iban unidos á la puerta, +mencionaré el de la muerte del conde del Aguila en 1808, el de la +entrada de las tropas españolas en 1812 y el del general López Baño, que +en 1823 derribó á cañonazos sus hojas para salvar á la ciudad del furor +de los absolutistas.</p> + +<p>El monumento al fin fué derribado en 1869, sin que bastara á impedir su +destrucción, ni lo magnífico de la obra, ni los recuerdos que tenía.<a name="page_070" id="page_070"></a></p> + +<h3><a name="LA_ALAMEDA_DE_HERCULES" id="LA_ALAMEDA_DE_HERCULES"></a>LA ALAMEDA DE HÉRCULES</h3> + +<p>Sabido es que la construcción de este paseo se debe al Asistente don +Francisco Zapata, conde de Barajas, el cual, de un lugar tan infecto y +malsano como era aquel, que se llamaba la Laguna por ser punto donde se +estancaban las aguas, hizo un hermoso lugar de recreo y esparcimiento +para el pueblo sevillano.</p> + +<p>Levantado el terreno y nivelado, formadas ocho hileras de árboles hasta +el prado de Belén, y construídos cómodos asientos y bellas fuentes de +mármol, el conde de Barajas puso á la entrada del paseo dos magníficas +columnas de granito gris, que medían 8'90 metros y uno de diámetro, las +cuales es opinión general que debían pertenecer á algún templo que tuvo +Sevilla en tiempo de los romanos.</p> + +<p>Levantadas las columnas sobre pedestales, se pusieron, como remate de +ellas, dos estatuas, una de Hércules y otra de Julio César, las cuales +dieron nombre al paseo, que el vulgo llamó desde poco después, Alameda +de Hércules.</p> + +<p>En la actualidad se encuentran casi borradas las inscripciones que +entonces se grabaron en los pedestales, y aunque ya son por algunos +conocidas, creo de oportunidad copiarlas aquí.<a name="page_071" id="page_071"></a></p> + +<p>La inscripción de Hércules dice:</p> + +<p>«Al Hércules Augusto Emperador, César Carlos quinto, hijo del rey don +Filipo, nieto del rey don Fernando, viznieto del rey don Juan, piadoso, +feliz, gálico, germánico, túrcico, africano, que mucho más allá de las +columnas de Hércules, dilatada su gloria por el Nuevo Mundo, terminó su +imperio con el Océano, su fama con el Cielo. Al héroe sagrado, +meritísimo de la República cristiana, por su eterna piedad y virtud, el +Senado y pueblo de Sevilla dedicadísimo á su sagrada memoria y +majestad.»</p> + +<p>«Reinando en Castilla el católico y muy alto y poderoso rey don Felipe +II, y siendo asistente de esta ciudad el ilustrísimo señor conde de +Barajas, mayordomo de la reina nuestra señora: Los ilustrísimos señores, +Sevilla, mandaron hacer estas fuentes y alamedas, traer el agua de la +fuente del Arzobispo con industria, acuerdo y parecer del dicho señor +Asistente, siendo obrero mayor, el magnífico señor Juan Díaz, Jurado, +alcalde el año de MDLXXIIII.»</p> + +<p>En la de Julio César se contiene todo esto:</p> + +<p>«A don Francisco Zapata conde de Barajas, Asistente vigilantísimo de +esta Ciudad, mayordomo del rey, y amante muy equitativo de la justicia, +por haber limpiado esta antigua y abandonada laguna de las aguas +inmundas de toda la ciudad, convirtiéndola en un paseo muy extenso, +sembrado de frondosos árboles y regados con fuentes perennes, dando así +á los ciudadanos un cielo más saludable y un viento más fresco en los +ardores del estío; y por haber restituído á su antiguo origen el arroyo +de las aguas del Arzobispo, interrumpido por la antigüedad y abandonado, +trayendo sus aguas á varias calles de la Ciudad para grande consuelo del +pueblo sediento: por<a name="page_072" id="page_072"></a> haber trasladado aquí las columnas de Hércules, +con un trabajo comparable á los del mismo Hércules: por haber hermoseado +la Ciudad con puertas magníficamente fabricadas y por haberla gobernado +con suma humanidad, el Senado y Pueblo de Sevilla le consagran este +monumento en testimonio de su amor y gratitud, en el año 1598.»</p> + +<p>«A la liberalidad del augusto Felipe segundo hijo del divino Carlos, +nieto del gran Felipe, biznieto del divino Maximiliano rebiznieto del +divino Federico, piadoso, fiel, máximo, católico, germánico, francisco, +británico, bélgico, índico, africano, túrcico en tierra y mar, emperador +invictísimo, porque con nuevos ornamentos y prerrogativas confirmados +también y dadas de nuevo ilustres leyes municipales, ha aumentado y +ennoblecido esta ciudad como á óptimo príncipe de esta romulense colonia +restaurador amabilísimo el cabildo de los sevillanos.»</p> + +<p>En los <i>Libros de Caja</i> del siglo XVI, que se guardan en el Archivo +Municipal, existen multitud de asientos relativos á las obras de +construcción de la Alameda, pudiendo verse allí en detalle cuán grandes +sumas se invirtieron y cuánto interés puso el conde de Barajas en +embellecer el paseo.</p> + +<p>La Alameda fué durante el siglo XVII, el lugar más concurrido de Sevilla +por los paseantes y sitio predilecto de damas y galanes que allí acudían +á entregarse á sus amorosas expansiones, y con razón ha dicho un +escritor ilustre que era aquel «el terreno de la belleza y el lujo, y el +teatro del trato ameno y conciertos amorosos».</p> + +<p>En el siglo XVIII, haciéndose necesarias algunas reformas en el antiguo +paseo, las llevó á cabo en 1764 el asistente don Ramón Larumbe; el cual +coronó su obra levantando al final de la Alameda dos ridículas +columnas,<a name="page_073" id="page_073"></a> parodia de las puestas por el conde de Barajas, las cuales +remataron en dos leoncillos de piedra, al pie de los que su señoría, +deseando perpetuar la memoria del trabajo, hizo grabar estas líneas, ya +casi borradas hoy:</p> + +<p>«—<small>NO<b>8</b>DO</small>—Reinando en España la católica magestad de don Carlos III, +siendo asistente de esta ciudad el señor don Ramón de Larumbe del orden +de Santiago, del consejo de S.M., intendente general del ejército de los +cuatro reinos de Andalucía y superintendente general de rentas, se acabó +la obra de la cañería de la fuente del Arzobispo en 28 de Enero de 1764 +y la distribución de su agua consiste en el pilar del arzobispo, la de +la fuente de Córdoba, seis pilas de esta Alameda y la de san Vicente y +de gracia al convento de esta de capuchinos, hermandad de san +Hermenegildo, san Basilio, Belen y san Francisco de Paula y se pone esta +lápida en virtud de acuerdo del ilustre cabildo de la ciudad, habiendo +sido diputado de esta obra el señor veinticuatro don Juan Alonso de Lugo +y Aranda.»</p> + +<p>«—<small>NO<b>8</b>DO</small>—Reinando etc., etc., se construyeron estas dos columnas que +coronan los leones que sostienen las reales armas y las de Sevilla. Se +hicieron los asientos, alcantarillas y terraplenes, levantándose los +pretiles de las zanjas, se pusieron los pilares para el riego, desagüe +completo de árboles de esta Alameda, todo por dirección de los señores +Asistentes, siendo diputado el señor don Gregorio de Fuentes y Veralt, +veinticuatro del Ilmo. Cabildo cuya obra costeó de los propios y +arbitrios y se acabó el año de 1765.»</p> + +<p>La Alameda continuó todavía durante bastante tiempo disfrutando del +favor de los sevillanos, hasta que, como dice con mucho donaire el duque +de Rivas en su bello artículo <i>Los Hercules</i>, «á la margen del +Guadalquivir, ya<a name="page_074" id="page_074"></a> escombrado de mercaderes y mercaderías, apareció entre +la puerta de Triana y la Torre del Oro otra Alamedita (el Arenal), que +aunque nació enfermiza, empezó á hacer gracias cuando niña y á llamar la +atención cuando joven, hasta que desbancó ¡cosa natural! á la Alameda, +ya vetusta y provecta, y le echó á cuestas nada menos (¡ánimas +benditas!) el dictado de <i>Vieja</i>, que la desplomó.»</p> + +<p>Por estos tiempos hacía ya muchos años que se celebraban allí las +clásicas veladas de San Juan y San Pedro, que tan características notas +ofrecían de nuestras fiestas populares, y las cuales renuncio á +describir aquí, cómo se verificaban entonces.</p> + +<p>En los comienzos del siglo XIX, era ya manifiesta y patente la +decadencia del paseo cuyo aspecto era en verdad poco ameno y agradable, +pues con gran detrimento del ornato, había abandonado su cuido el +municipio.</p> + +<p>Entre los episodios dignos de ser recordados que tuvieron lugar en la +Alameda en los largos años de nuestras revueltas políticas, citaré un +gran banquete que allí se celebró en 1820 á las tropas de Riego, al cual +asistió el mismo general, que á la hora de los brindis leyó uno en muy +medianos versos que había escrito su hermano el canónigo don Miguel del +Riego.</p> + +<p>En 1823 y el triste día 13 de Junio, en que tantos excesos cometieron +las turbas absolutistas, al estallar aquella tarde el depósito de +pólvora que estaba establecido en el edificio de la Inquisición, la +Alameda ofreció un triste cuadro, pues en ella cayeron no pocos restos +humanos de los que fueron víctimas de aquella catástrofe.</p> + +<p>Pacífico y solitario estuvo el viejo paseo durante muchos años, hasta +que hacia 1840 y 1844 empezaron á utilizarlo ciertos elementos para +punto de sus reuniones y aún vive quien recuerda cómo allí se juntaban +por tarde<a name="page_075" id="page_075"></a> y noche numerosos grupos de exaltados que leían en voz alta +<i>El Huracán</i>, <i>El Guirigay</i> y otras publicaciones hostiles al gobierno y +aun á las instituciones, dando lugar aquellas lecturas, á que con +frecuencia se caldearan los ánimos y tuviera que intervenir la fuerza +armada, como ocurrió en diversas ocasiones.</p> + +<p>No fué sólo entonces la Alameda teatro de escenas semejantes, pues éstas +se repitieron en aquellos años de pronunciamiento y motines, llegando, +como en 1861 y 1873, á tomar los sucesos verdadera importancia.</p> + +<p>Á decir verdad, el paseo de que me voy ocupando es de los que menos +reformas han sufrido de todos los de Sevilla, pues las obras que en +diversas ocasiones se han llevado allí á cabo han sido, por lo general, +de escasa importancia, y sólo secundarias. Después de 1850 +desaparecieron las fuentes que en el centro de la Alameda existían, y +hace años se trasladó al final la pila de la Plaza de San Francisco, se +rodearon de sencilla verja los Hércules, se reformaron algunos asientos +de la entrada, intentándose plantar un jardín en ambos lados, que no +llegó á prosperar por descuido.</p> + +<p>Si de día era la Alameda punto por lo general sosegado y tranquilo, de +noche era peligroso por más de un concepto.</p> + +<p>La falta de alumbrado y vigilancia, favorecía mucho á los pájaros de +cuenta que por allí vagaban entre las sombras, siendo muy frecuente que +el incauto transeunte que por necesidad atravesaba dados ya el toque de +ánimas el paseo, se viera sorprendido por malhechores que lo maltrataban +y despojaban de cuanto llevase encima.</p> + +<p>A más eran aquellas tinieblas muy buscadas por <i>Aspasias</i> y +<i>Proserpinas</i> de barrio, que no tenían quien las molestase, siendo los +viejos árboles y los asientos, á diario,<a name="page_076" id="page_076"></a> mudos testigos de escenas que +puede imaginarse el lector.</p> + +<p>Como punto de los más bajos de la ciudad la Alameda ha sido siempre de +los que primero se inundan, ofreciendo aquella ancha superficie de agua +un cuadro que siempre acuden á contemplar los sevillanos con cierta +curiosidad.</p> + +<p>No citaré la fecha de las muchas inundaciones del paseo, pero haré +mención de la riada de 1796, en que las aguas llegaron hasta cerca de +los balcones de algunas casas como indica el azulejo colocado en el +edificio que hace esquina á la calle Santa Ana, y de la de 1876, en que +se desbordó el Guadalquivir, causando grandes destrozos en todo el +barrio de San Lorenzo y en el de la Feria.</p> + +<p>Estas inundaciones dejan siempre al viejo paseo en estado harto +deplorable, y como quiera que pocas veces se trata de acudir como +corresponde á la reparación de los desperfectos ocasionados en la +Alameda, ofrece á los paseantes bien pocos atractivos.</p> + +<p>Ningún paseo como la Alameda pudiera, por su extensión y sus +condiciones, transformarse en uno de los más agradables de la ciudad, +levantando el terreno, variando por completo la antigua traza y formando +allí amenos jardines, que serían gala y ornato de la población.</p> + +<p>Desde hace pocos años, la Alameda se ve extraordinariamente concurrida +en las tardes y noches de estío, habiéndose establecido allí gran número +de puestos de agua, refrescos, helados, etc., alrededor de los cuales se +instalan multitud de mesas y sillas, que se ven ocupadas por la +concurrencia de trasnochadores hasta la salida de la aurora. Allí se ven +durante todas las horas de las calurosas noches, alegres grupos y +tertulias de <i>ellos</i> y <i>ellas</i>, y se<a name="page_077" id="page_077"></a> escuchan cantos flamencos, notas +de guitarras, repiqueteo de palillos, risas y vivos diálogos...</p> + +<p>Y aquí hago punto en este ligero bosquejo que he intentado trazar de la +Alameda Vieja que fundó el conde de Barajas, paseo el más antiguo de +Sevilla, que es el que más larga historia tiene y por el que tantas +generaciones pasadas han discurrido.</p> + +<h3><a name="LA_HERMANDAD_DE_LOS_NINOS_PERDIDOS" id="LA_HERMANDAD_DE_LOS_NINOS_PERDIDOS"></a>LA HERMANDAD DE LOS NIÑOS PERDIDOS</h3> + +<p>Si actualmente son tantos los niños y adolescentes abandonados, que en +las capitales viven entre las mayores privaciones y miserias, puede +calcularse á qué gran número llegarían éstos en los tiempos pasados, y +cuán amarga y triste sería su condición en la sociedad.</p> + +<p>De aquí nació aquella multitud de vagabundos, de muchachos maleantes que +acostumbrados á viciosos hábitos, y en frecuente contacto con gente +corrompida, crecían, se hacían hombres, terminando las más de las veces +su existencia en la horca ó en las galeras del rey.</p> + +<p>Sevilla, población importantísima, el siglo XVI, era centro en el que se +acogía un mundo de pícaros, como los<a name="page_078" id="page_078"></a> que tan admirablemente retrató +Cervantes en <i>Rinconete y Cortadillo</i>, y alrededor de toda aquella +hampa, pululaban niños y mozalbetes, de quienes nadie cuidaba y á +quienes nadie procuraba apartar de tan extraviados caminos.</p> + +<p>Con el laudable intento de protejer á la infancia desvalida y remediar +los males de los adolescentes, reuniéronse unos cuantos hombres de buena +voluntad, y hacia el año de 1589 formaron una hermandad con el nombre +del <i>Santo Niño Perdido</i>, la cual, sin el apoyo de las autoridades, y +sosteniéndose únicamente con el dinero de los hermanos y las limosnas +que recogía, logró bien pronto prestar muy señalados servicios.</p> + +<p>Al efecto lograron alquilar una casa modesta, en la cual reunieron +camas, mantas y algunos muebles, nombrando por alcaldes de la cofradía á +don Andrés de Losa y don Cristóbal Pareja; tomaron un administrador, que +lo fué el clérigo don José Martín, y alquilaron para el servicio dos +criados y una mujer anciana.</p> + +<p>Dieron principio los hermanos á su buena obra, redactando los estatutos +de la congregación y comenzando á llevar al recién fundado instituto á +los niños que encontraban, pues según el mismo alcalde Cristóbal de Losa +decía en un documento que tengo á la vista: «...cada uno de los hermanos +andaban por las calles de noche, y si en algún portal ó en algún rincón +hallábamos algún niño desamparado del trato humano, lo llevábamos á +nuestra casa por aquella noche, dándole de cenar y regalándole, y al +otro día lo llevábamos á nuestra Casa para que allí se remediase con los +demás...»</p> + +<p>Añadiendo también estos párrafos que explican la misión de los hermanos:</p> + +<p>«Cuando veíamos alguna mujer ó hombre que andaba pidiendo limosna con +muchachos se los quitábamos, y llevábamos<a name="page_079" id="page_079"></a> á la casa porque no se +quedasen toda la vida pordioseros y los poníamos con amos á su +servicio.» «Item, que cuando sabíamos que alguna niña había quedado +huérfana por haberle faltado padre ó madre y no tener de qué +sustentarse, la llevábamos á Casa y así de ordinario las había en ella +de seis y siete años y niños de dos á tres años y lo hacíamos lavar, +limpiar y envolver, teniendo para esto una mujer anciana, honrada que lo +hacía amaneciendo ellos todas las mañanas de tal suerte que era asco +llegar á ellos y asi lo lababan y limpiaban y vestian camisa limpia y si +la mujer no hiciere esto con caridad como lo hacia con ningun interés se +le podía pagar.»</p> + +<p>También recogían los hermanos á los mozalbetes raterillos, á los cuales +tenían algunos días sujetos, procurando corregirlos, y á unos y á otros +buscaban luego colocación con algún amo, ó les ponían á aprender algún +oficio mecánico, llegando, como la hermandad comprobó por sus libros, á +haber colocado á unos 600 muchachos durante los primeros años del +instituto.</p> + +<p>Así iba la hermandad siguiendo su obra meritoria y prestando señalados +servicios, cuando un día de los comienzos de 1591 se presentó en la casa +de la hermandad el veinticuatro don Juan Pérez de Guzmán y con dos ó +tres alguaciles se apoderó por fuerza de cuanto allí había, llevándose +cuarenta niños que á la sazón estaban recogidos y cargando con las +camas, las mantas y demás menaje, así como con algún trigo, cebada, +garbanzos y habas, que había sido adquirido por el administrador.</p> + +<p>Los niños, muchos de los cuales estaban leprosos y en situación harto +triste, fueron llevados por orden del veinticuatro á la <i>Casa de la +Doctrina</i>, quedando disuelta la Asociación, y á los pocos días el +alcalde Losa, se dirigió al Ayuntamiento con una enérgica solicitud +clamando contra<a name="page_080" id="page_080"></a> el atropello que en la benéfica Asociación se había +cometido, y pidiendo que se disolvieran los niños y los objetos +secuestrados.</p> + +<p>Entonces empezaron los tratos y conferencias de los hermanos con los +señores del cabildo, siguiendo Losa con sus solicitudes, en una de las +cuales de 1593 decía pintando el estado en que habían quedado los +muchachos vagabundos: «Andan perdidos por las calles y plazas, y yo, +como persona que comenzó esta obra, le deseo remedio, porque veo andan +los niños de siete y ocho años desamparados, rotos y aun encueros por +los rincones y poyos de la ciudad, donde se quedan á dormir, que en este +tiempo aun los muy bien arropados y abrigados lo pasan con dificultad y +trabajo; y la semana de Pascua amaneció muerta de frío una mujer, y así +las criaturas tienen mayor peligro.»</p> + +<p>Poco después el cabildo nombró una comisión para que informase de si +debía constituirse de nuevo la hermandad, y en este informe se leen +párrafos como el que voy á copiar, bien curioso por cierto, y que prueba +que en aquellos benditos tiempos de prosperidad, bienandanza y riqueza, +por los que tanto suspiran los neos, la miseria revestía en las ciudades +más importantes terribles caracteres.</p> + +<p>«... La ciudad, calles y plazas, <i>están llenas</i> de muchachos pequeños +que andan perdidos pidiendo limosna y muriéndose de hambre, y quedándose +á dormir por los poyos y portales <i>desnudos, casi encueros</i> y expuestos +á muchos peligros como se ha visto algunas veces por la experiencia, que +han sucedido entre otros pícaros á quien se llegan, y otros amaneciendo +<i>muertos del hielo</i> y así mismo se han multiplicado los ladrones porque +hay infinitos muchachos que lo son, y los clérigos de San Salvador se +quejan<a name="page_081" id="page_081"></a> que después de que se quitó la casa de los niños hallan en la +iglesia detrás de los retablos muchas bolsas de las que quitan los tales +ladrones muchachos».</p> + +<p>Esta pincelada retrata lo que era la ciudad en los tiempos prósperos en +que tanto se ha decantado el bienestar y el desahogo de las clases +menesterosas.</p> + +<p>En resumen: como quiera que la comisión informó favorablemente su +dictamen, suscrito por don Bartolomé Lope de Mesa, veinticuatro, y don +Juan Farfán de los Godos, jurado, porque no sólo debía volverse á formar +la hermandad, sino ser protegida por el Ayuntamiento, designándose +caballeros del cabildo que la inspeccionasen, en sesión de 20 de Marzo +de 1593 se acordó, conforme á lo propuesto, que volviera á establecerse +la cofradía, la cual terminó en el siglo XVII, en que ya, sin que ningún +don Juan Pérez de Guzmán la hiciera desaparecer, le cogió la reducción +de hospitales que llevó á cabo el arzobispo de Sevilla.<a name="page_082" id="page_082"></a></p> + +<h3><a name="D_LUIS_SUMENO_DE_PORRAS" id="D_LUIS_SUMENO_DE_PORRAS"></a>D. LUÍS SUMEÑO DE PORRAS</h3> + +<p>Para lance pesado, el que le ocurrió á fines del siglo XVI en Sevilla al +teniente de asistente D. Luís Sumeño de Porras. Bien merece recordarse +en estos apuntes y he de hacerlo así, pues ofrece una gráfica nota de +aquellos tiempos.</p> + +<p>Al tal D. Luís tocóle para su daño hacia 1591, ser juez en una causa por +la cual fué condenado un reo, el cual tenía algunos parientes y amigos +que con gran ahinco trabajaron por librarle de la pena, sin que pudiera +conseguirlo, pues Sumeño de Porras se mostró inflexible.</p> + +<p>Viéndose burlados y llenos de la mayor indignación y odio hacia el juez, +acordaron vengarse, y concibieron un plan que no tardaron en llevar á +cabo.</p> + +<p>A principios de 1593, el tribunal de la Inquisición recibió un largo +escrito, en el cual se delataba á D. Luís como culpable del delito de +<i>herejía</i> y <i>judeismo</i>, delito que había permanecido oculto é impune +hasta entonces, haciéndose la delación tan en forma, tan detallada y +minuciosa y con tan marcadas y expresas circunstancias, que los del +Santo Oficio tomáronla por buena, y holgándose del servicio que á la +religión iban á prestar, presentáronse<a name="page_083" id="page_083"></a> en casa del teniente de +Asistente, y con gran sorpresa suya, lo arrancaron del lado de su +esposa, doña Jerónima Monardes, hija del famoso médico, y dieron con él +en las cárceles del castillo de Triana.</p> + +<p>Formóse rápidamente el proceso, con todos los requisitos de la ley +inquisitorial; mas como Sumeño de Porras negábase en absoluto á +confesarse autor de los crímenes que se le acusaban, fué sometido á +cruel tortura en diversas ocasiones, pero, aunque nada dijo, túvosele +por convicto y fué condenado á salir en auto público de fe y llevado +luego al Prado de San Sebastián, en donde había de ser quemado vivo.</p> + +<p>«Mas sucedió—escribe don José María Montero de Espinosa en su <i>Relación +histórica de la judería de Sevilla</i>—que la víspera del día en que se +había de ejecutar este espantoso y horroroso castigo venían á esta +ciudad los malvados delatores con objeto de ver la dicha escena y á +holgarse de su indigna venganza, y en una de las posadas de Alcalá de +Guadaira estaban todos en un cuarto hablando del caso, y del auto que +venían á presenciar, y unos con otros decían:—<i>Mañana veremos arder +aquel pícaro y le oiremos crujir los huesos</i>—y además proferían otras +expresiones semejantes con las cuales se jactaban y regocijaban de sus +pérfidos sentimientos, y daban á entender claramente habían sido ellos +los autores de aquel horrendo castigo, cuya conversación fué oida de +otros pasajeros que la casualidad hizo estar en el cuarto inmediato, los +que sospecharon la mucha malicia que el asunto contenía y tomando +cautelosamente las señas, nombre, casa y posada donde se dirigían, +vinieron aceleradamente y dieron cuenta al tribunal.»</p> + +<p>Dudaron al principio los inquisidores, temiendo que se les escapase la +presa que ya tenían tan segura, pero<a name="page_084" id="page_084"></a> tantas fueron las protestas de los +que afirmaban la inocencia, que los del tribunal acordaron suspender la +ejecución de D. Luís Sumeño de Porras, y buscaron á los delatores, cuyas +señas tenían.</p> + +<p>Siguieron entonces largas diligencias y puesta en claro la felonía de +que había sido víctima el teniente de asistente le dieron libertad al +fin y al cabo, después de tenerle largos meses en las mazmorras +inquisitoriales, con todas las consiguientes molestias y perjuicios.</p> + +<p>Los falsos delatores, dicen antiguas memorias que fueron castigados, sin +que se especifique el castigo, que tal vez no fuera gran cosa, pues +entonces los delitos de delación eran cuestión de poca monta para los +inquisidores.</p> + +<p>Sumeño de Porras pudo al fin escapar de las garras del tribunal, ¡pero +cuántos y cuántos inocentes como él perecieron en las garras del +tribunal odioso, sin que nadie pudiera salvarlos!<a name="page_085" id="page_085"></a></p> + +<h3><a name="UN_ARCEDIANO_Y_UN_CANONIGO" id="UN_ARCEDIANO_Y_UN_CANONIGO"></a>UN ARCEDIANO Y UN CANÓNIGO</h3> + +<p>D. Diego de Ulloa, canónigo de la catedral sevillana á fines del siglo +XVI, era sobrino del cardenal arzobispo D. Rodrigo de Castro, motivo por +el cual, el hombre gozaba de gran influencia y vara alta, lo que, unido +á su carácter, un tantico orgulloso y con sus puntos de altanería, +hacíanle hombre de trato difícil y poco agradable.</p> + +<p>Andaba con frecuencia el señor Ulloa traspunteado con los canónigos, sus +compañeros, y aun con otras personas eclesiásticas, y una de las que con +quien no estaba muy á derechas por ciertos resentimientos, era con el +licenciado D. Alonso Alvarez Córdoba, arcediano de Niebla, varón +prudente y virtuoso, respetado y querido.</p> + +<p>El tal arcediano, que frecuentaba mucho la basílica, acudió á ella el 21 +de Diciembre de 1595 á practicar sus cuotidianas oraciones, y muy +contrito y devoto se hallaba arrodillado cerca del coro, mientras se +cantaban las <i>vísperas</i>, á las que asistían también gran número de +fieles, cuando héte aquí que cruzó la nave D. Diego de Ulloa, muy orondo +y llevando puesta su capa de coro.</p> + +<p>Lo mismo fué ver el sobrino del arzobispo al arcediano Alvarez Córdoba, +se fué para él y con mal talante le dirigió la palabra. Alzóse del suelo +D. Alonso, y allí mismo comenzó un vivo diálogo, en el que se recordaron +antiguos<a name="page_086" id="page_086"></a> resentimientos, se sacaron á relucir actos por una y otra +parte y empleándose palabras impropias del lugar y de las personas que +las decían.</p> + +<p>De pronto montó en cólera el canónigo Ulloa, y alzando el brazo dió una +tremenda bofetada al arcediano, que súbito contestó con otra no menos +contundente y sonora, y al ruído de ellas, cuantos estaban alrededor +volvieron los rostros viendo con asombro y sorpresa á los dos +eclesiásticos que se acometían furiosamente y luchaban como jayanes á +brazo partido.</p> + +<p>Andaba no lejos de allí un hermano de D. Diego de Ulloa, el cual también +era canónigo, y al enterarse de la escena acudió en defensa de su +hermano, y «viendo trabada la pendencia—dice la historia—arrebató la +espada á uno de los criados que le acompañaban, y armado con ella y +seguido de los otros sus criados y de los de su hermano, que desnudaron +las suyas, se arrojó sobre el arcediano de Niebla, en cuyo auxilio +tuvieron tiempo de llegar algunas de las personas que estaban en la +iglesia, y que también espada en mano se opusieron á tan sacrílega y +brutal agresión.»</p> + +<p>A esto se había alborotado todo el templo, gritaban las mujeres, se +revolvían los hombres, suspendiéronse las <i>vísperas</i>, y en confuso +tropel salieron los canónigos del coro, llegando á oportuno tiempo, pues +por la fuerza se apoderaron de D. Alonso Alvarez Córdoba, que hubiera +allí mismo perecido si no lo encierran en la <i>tribuna del órgano</i>.</p> + +<p>Los hermanos Ulloa y sus criados fueron obligados á salir del templo, y +más tarde el señor Provisor mandó encarcelar á los primeros, siendo +conducido el arcediano de Niebla á su casa, acompañado del Deán y de un +canónigo para mayor seguridad.<a name="page_087" id="page_087"></a></p> + +<p>Afortunadamente, al cabo de muchos días don Alvaro y don Diego hicieron +las paces, condenándoles á una leve pena y dándoseles licencia «para ir +el día de año nuevo á la procesión donde se ganan los <i>recles</i> (el +tiempo que se permite á los prebendados estar ausentes del coro para su +descanso y recreación) de todo el año», según se lee en el extracto de +donde tomo las noticias de este curioso suceso.</p> + +<p>Y por si alguno duda de su veracidad, le diré que todo él consta con más +extensión y pormenores con otros casos parecidos, en un <i>Informe +secreto</i> que el regente de la Audiencia de Sevilla elevó al monarca +<i>sobre diferencias que hubo entre el Arcediano de Niebla y un sobrino +del cardenal Arzobispo de Sevilla</i>, del cual <i>informe</i> existe copia, y +que lleva la fecha de 27 de Febrero de 1596.</p> + +<h3><a name="EL_ESCOCES_HEREJE" id="EL_ESCOCES_HEREJE"></a>EL ESCOCÉS HEREJE</h3> + +<p>Jaime Bolen era escocés y vivía en Sevilla á fines del siglo XVI +dedicado al comercio. Fué denunciado á la Inquisición como hereje de los +peores, y preso en el castillo de Triana, se le formó proceso, del cual +resultó que el tal Jaime no se contentaba con las herejías propias, que +ya<a name="page_088" id="page_088"></a> era bastante, sino que hacía propaganda de ellas, como diríamos hoy, +habiendo hecho á muchos partidarios de sus opiniones.</p> + +<p>Bolen era hombre de carácter firme, y así, como quiera que desde que +cayó en las garras de los del Santo Oficio no pudo hacerse muchas +ilusiones de su porvenir, se propuso dar muestras de su entereza, y ni +las amenazas, ni los sermones, ni el tormento hicieron en él efecto +alguno, afirmándose con jactancia reo en las herejías de que se le +acusaba, por lo cual fué condenado á ser quemado vivo en el prado de San +Sebastián.</p> + +<p>Y en efecto, el día 13 de Octubre de 1596 salió en auto público de fe, +con sambenito y coroza, sin que por el camino, desde las cárceles á San +Pablo, y de allí al <i>Quemadero</i>, diese muestras de abatirse su espíritu +ni hacer caso alguno de las exhortaciones que frailes é inquisidores le +dirigieron repetidas veces.</p> + +<p>Llegó á la hoguera Jaime con la misma presencia de ánimo, y llamó +poderosamente la atención de la inmensa concurrencia, que el reo no +hiciera movimiento alguno ni lanzara la menor queja cuando las llamas +comenzaron á quemar sus carnes, y que apesar de su horrible muerte, ni +su rostro se alteró ni se vieron en él muestra alguna de sufrimiento +físico.</p> + +<p>La noche de la muerte de Jaime Bolen ocurrió un caso curioso, y fué que, +cuando las sombras envolvieron el Prado de San Sebastián, acudieron á él +tres hombres, y misteriosamente subieron al <i>Quemadero</i> y recogieron las +cenizas de las víctimas, que depositaron con el mayor respeto en una +caja que á prevención traían, retirándose muy luego con igual cautela.</p> + +<p>Pero alguien debió presenciar el caso ó tener conocimiento, pues seis +días después, los ministros del Santo<a name="page_089" id="page_089"></a> Oficio sorprendieron á los tres +hombres, como así lo consigna el autor de los <i>Sucesos de Sevilla</i>, +contemporáneo del caso.</p> + +<p>«En viernes 18 de Octubre, día de San Lucas +Evangelista—dice—prendieron á un maestro y dos marineros de un navío +inglés, porque cogieron las cenizas de Jaime Bolen, escocés hereje, +porque decían ellos que había muerto santo, porque no se movió ni dijo +mandamiento cuando lo quemaron vivo, que fué cosa de ver.»</p> + +<p>Los tres marineros también fueron quemados por la Inquisición, pero es +fácil suponer que nadie se ocuparía en recoger sus cenizas, que ya se +sabía lo caras que costaban.</p> + +<h3><a name="LA_MOZA_Y_EL_ASISTENTE" id="LA_MOZA_Y_EL_ASISTENTE"></a>LA MOZA Y EL ASISTENTE</h3> + +<p>Aunque las memorias sevillanas no han conservado su nombre, un coetáneo +dice que era muchacha bonita y muy graciosa y despejada.</p> + +<p>A fines del siglo XVI, esta moza estaba al servicio de unas señoras que, +aun pasando por recatadas y prudentes, recibían con sospechosa intimidad +á un señor canónigo, el cual debía ser persona de ancha conciencia y no +muy<a name="page_090" id="page_090"></a> apropósito para resistir las tentaciones, pues el enemigo llevóle á +poner los ojos en la criada de las señoras, sin andarse con otros +miramientos.</p> + +<p>No debió la sirvienta ser muy sorda á las proposiciones del de los +hábitos, por cuanto éste prometióle, en ciertas entrevistas, que si se +ablandaba le daría cien ducados y le proporcionaría un marido que ni de +perlas.</p> + +<p>Cayó la inexperta moza en las garras del gavilán, pero apenas éste +satisfizo su capricho, huyó bonitamente el cuerpo, no volviendo á +cuidarse más ni de los ducados prometidos ni de la muchacha, que en vano +trató de hacerle cumplir su ofrecimiento.</p> + +<p>Viendo la infeliz que todo era inútil y que su desliz estaba á punto de +hacerse público en un determinado tiempo, escapó de su casa, dejó á las +señoras y luego con su crío fué á dar de moza en un mesón de los muchos +que existían en la calle de la Albóndiga.</p> + +<p>Allí estaba la burlada muchacha el año de 1597, cuando la noche del 15 +de Mayo, en que se hallaba en el patio de palique con varios trajinantes +y huéspedes, llamaron á la puerta con recios golpes, y abierta ésta de +pronto, penetró en el mesón nada menos que el Asistente don Pedro Arias +de Bobadilla, conde de Puñonrostro, seguido de sus alguaciles, que iba +aquella noche, como otras, de ronda visitando las casas públicas y +posadas, para limpiarlas de mala gente.</p> + +<p>No tardó el conde en fijarse en la linda muchacha, cuyo donaire y +gracejo no podía pasar inadvertido, y llamándola aparte le dijo estas +mismas palabras:</p> + +<p>—¿Qué haces tú aquí?</p> + +<p>—Señor, estoy sirviendo de moza.</p> + +<p>Y como viera el Asistente que contestaba con turbación, añadióle:<a name="page_091" id="page_091"></a></p> + +<p>—Mira que soy el conde de Puñonrostro y si no me cuentas la verdad +tengo que mandarte dar doscientos azotes...</p> + +<p>Entonces ella, viéndose en peligro, contó de pé á pá al conde su +historia con el canónigo, su nombre y señas, y las de las señoras á +quienes servía y en dónde tenía su vivienda, sin olvidar en modo alguno +de repetir lo de los doscientos ducados prometidos y pintar con negros +colores la situación en que se encontraba.</p> + +<p>El conde llamó al mesonero, y como éste confirmase la relación de la +joven, se despidió el Asistente diciendo que ya tomaría providencia +sobre aquel caso y se fué á seguir su ronda.</p> + +<p>Al día siguiente y á la hora de la siesta mandó el Asistente con gran +prisa llamar al canónigo á su casa, el cual montó en su mula, como era +costumbre, y con sus criados fué muy orondo á ver lo que se le ofrecía á +su señoría, bien ageno, por cierto, de la sorpresa que le aguardaba.</p> + +<p>Recibió Puñonrostro con mucha cortesía y respeto al señor canónigo, +hízolo pasar á sus habitaciones, y cuando ya estaban sentados frente á +frente, le dijo de pronto:</p> + +<p>—«Vuesa merced ha de saber que cierta mujer se me ha encomendado y me +ha dicho cómo vuesa merced se aprovechó de ella y que le prometió no sé +qué dinero para su casamiento y nunca se acordó vuesa merced de cumplir +la palabra que dió.»</p> + +<p>El canónigo quedóse al oir aquello todo confuso, pero reponiéndose +comenzó á negar muy obstinadamente y tan cerrado, que el conde hubo de +amostazarse y amenazarlo con dar cuenta del suceso al arzobispo y al +Nuncio en Madrid.</p> + +<p>En vista de esto, y como no había salida, contó la verdad<a name="page_092" id="page_092"></a> el +eclesiástico, diciendo muy serio que por olvido y no otra cosa, había +dejado de aflojar los cien ducados, pero que los daría al punto en +cuanto llegase á su casa.</p> + +<p>Despidiólo el conde con la misma cortesía y le vió bajar hasta la calle; +pero allí, con gran asombro, se encontró el canónigo con que los criados +del Asistente, por orden de éste, le habían escondido la mula, con lo +cual tomó gran agravio y subió de nuevo, quejándose al de Puñonrostro de +la falta de confianza que en él se tenía. El conde le manifestó sin +rodeos que mientras no diera el dinero no había de devolverle su +cabalgadura, para que no fuese tan flaco de memoria; y al escuchar que +el señor canónigo exponía, como razón suprema, que le era imposible +atravesar á aquellas horas de la siesta las calles de Sevilla á pie y +sin criados, dijo con mucha flema el conde Asistente:</p> + +<p>—«No se le dé nada á vuesa merced ir con la siesta por amor de mí, que +yo, por cierto que soy tan regalado como el que más, y ando á pie con +sol y con agua, de noche y de día, y no es mucho que pase este poco de +sol hasta su casa por amor á mí.»</p> + +<p>Entonces, viendo el canónigo que no había arreglo y que el conde estaba +en lo firme, se fué más que de prisa á su casa y entregó corrido y +despechado los cien ducados á los criados del Asistente, el cual con +toda formalidad dió la cantidad á la seducida moza.</p> + +<p>De la certeza de este hecho atestigua un contemporáneo de él tan puntual +y autorizado como D. Francisco Ariño, que lo relata en su obra <i>Sucesos +de Sevilla</i>, cuyo manuscrito original existe en la Biblioteca Colombina +y fué publicado hace años por los <i>Bibliófilos Andaluces</i>. Y de que el +conde de Puñonrostro era capaz de hacer cosas como aquella atestiguan +otras muchas que llevó á cabo<a name="page_093" id="page_093"></a> durante los pocos años que gobernó la +ciudad, de 1597 á 1599, y de algunas de las cuales algo diré más +adelante.</p> + +<h3><a name="EL_VERANEO_DE_ANTANO_EN_SEVILLA" id="EL_VERANEO_DE_ANTANO_EN_SEVILLA"></a>EL VERANEO DE ANTAÑO EN SEVILLA</h3> + +<p>De cómo veraneaban nuestros antepasados de la capital de Andalucía, +curioso es decir algo, pues detalles son estos que pintan las costumbres +de épocas cuyo conocimiento nunca deja de ofrecer interés. Hablaré, +pues, de aquellos benditos tiempos en que nadie salía de viaje y en que +la vida carecía de todas las necesidades y comodidades de hoy.</p> + +<p>Escriben algunos autores que don Fernando el Católico solía decir: <i>los +veranos se han de tener en Sevilla y los inviernos en Burgos</i>; y es de +suponer que esto sólo lo diría, en lo que respecta á nuestra ciudad, +refiriéndose á las comodidades de las antiguas casas con sus patios, sus +fuentes y sus pisos bajos, porque en otro respecto no creemos que dijera +ninguna gran cosa su alteza.</p> + +<p>La vida moderna ha modificado la fisonomía de Sevilla, que ya ha perdido +hace tiempo, en parte, aquel aspecto de población moruna, en donde las +casas estaban construídas<a name="page_094" id="page_094"></a> con toda seguridad y atención para el +interior, y donde las calles estrechas y tortuosas, las lóbregas +travesías y los pesados arcos prestaban frescura y sombra á los cansados +transeuntes en los días caniculares.</p> + +<p>Del verano sevillano en el siglo XVI consignó Morgado algunas noticias +que no dejan de ser interesantes, y que me parece de propósito citar +aquí:</p> + +<p>«Los patios de las casas—dice—(que en casi todos los hay) tienen los +suelos de ladrillo raspado. Y entre la gente más curiosa, de azulejos +con sus pilares de mármol. Ponen gran cuidado en lavarlos y tenerlos +siempre muy limpios, que con esto y con las velas que les ponen por alto +no hay entrada de sol ni el calor del verano, mayormente por el regalo y +frescura de las muchas fuentes de pie de agua de los caños de Carmona, +que hay por muchas de las casas enmedio de los patios.»</p> + +<p>Y más adelante, hablando de las costumbres veraniegas de Sevilla y de la +saludable que de bañarse tenían sus habitantes, apunta el mismo Morgado +las siguientes líneas:</p> + +<p>«Usan (las mujeres) mucho los baños, como quiera que hay en Sevilla dos +casas de ellos. Los unos en la collación de San Ildefonso, junto á su +iglesia, y los otros en la collación de San Juan de la Palma, que han +permanecido en esta ciudad desde el tiempo de los moros... No pueden +entrar los hombres en estos baños entre día por ser tiempo diputado +solamente para las mujeres, ni por consiguiente mujer ninguna siendo de +noche, que los hombres la tienen toda por suya con la misma franqueza +que las mujeres tienen el día por suyo...»</p> + +<p>No se olvidó el autor de darnos algunos detalles de cómo estaban las +casas de baños en aquellos días de 1587, en que escribía, y así añadió +lo siguiente:<a name="page_095" id="page_095"></a></p> + +<p>«A las grandes salas donde se bañan salen sus caños que corren de agua +caliente y también fría. Con lo cual, y cierto ungüento que se da, +refrescan y limpian sus cuerpos sin que se extrañe en Sevilla el irse á +bañar unas y otras damas cuando no quieren ir disimuladas, por ser este +uso en ellas de tiempo inmemorial.»</p> + +<p>La casa de baños de San Ildefonso existió hasta 1762, época en que ya +habían desaparecido las otras dos que también pertenecían á la época +árabe y que estaban situadas la primera en la hoy calle de Aposentadores +en San Juan de la Palma, y la segunda en el lugar que ocupa la capilla +de Jesús en la calle Marqués de Tablantes, antes de los Baños.</p> + +<p>Si los establecimientos para remojarse los sevillanos tenían, pues, +verdadera importancia, no era menor la que tenían las vallas y cajones +que de antiguo se colocaban en el río y los cuales constituían una de +las mayores distracciones de nuestros paisanos en los meses caniculares.</p> + +<p>De antiguo cuidaron las autoridades de la ciudad del buen orden y +gobierno de estos baños del Guadalquivir, dando multitud de +providencias, bandos y edictos para evitar abusos, y así en los escritos +publicados por el cabildo se hacía constar que: «Aunque no es de esperar +que la gente de juicio falte á unas reglas que aspiran á su propia +seguridad y á que se observe el mejor orden de honestidad y decencia... +como hay personas que por satisfacer sus caprichos, sus vicios ó +diversiones no perdonan medio alguno, aunque sea peligroso para +conseguirlo, se castigará á éstas por la más ligera contravención.»</p> + +<p>Los cajones y vallas se situaban en los Humeros, en la Macarena y la +Barqueta, al pie del puente de barcas, delante del colegio de San Telmo +y en la orilla de Triana, frente al convento de los Remedios.<a name="page_096" id="page_096"></a></p> + +<p>En el siglo XVIII y principios del XIX, estaban designadas con toda +claridad las horas para remojarse los dos sexos, haciéndolo las mujeres +«desde la madrugada hasta las once de la mañana, los hombres hasta el +toque de oraciones, dejando los baños enteramente desocupados para que +entraran las mujeres hasta las diez de la noche.»</p> + +<p>No son pocos los autores que trataron en diferentes ocasiones de la +decidida afición de los sevillanos al baño, y entre ellos recordaré que +Agustín de Rojas escribía estas líneas el siglo XVII:</p> + +<p>«—¿Y aquella limpieza de los baños?</p> + +<p>—Esa es una de las cosas más peregrinas que tiene.</p> + +<p>—Mujer conozco yo en Sevilla que todos los sábados por la mañana ha de +ir al baño, aunque se hunda de agua el cielo.</p> + +<p>—Por eso se dijo: la que del baño viene hace lo que quiere.</p> + +<p>—Dicen que para cuando salen del baño acostumbran á llevar... una +botella con vino que es el mejor manto para aguantar el frío.»</p> + +<p>Si los sevillanos eran en lo antiguo dados al baño, no lo eran menos al +hielo, del cual se hacía un extraordinario consumo en la ciudad, que +poseía en Constantina gran número de pozos de nieve, suficientes para +atender al consumo público, y á más de esto no faltaban asentistas que +por su cuenta traían el hielo de otros puntos y que realizaban, por lo +general, un buen negocio, como se desprende de las noticias que he +recogido respecto á un tal Esteban Monparler, una Teresa Vilches y un +Francisco Candor, que surtieron á Sevilla por largos años del siglo XVII +y XVIII de hielo en las estaciones veraniegas.<a name="page_097" id="page_097"></a></p> + +<p>Vendíase por los neveros á cinco cuartos la libra de nieve, y á juzgar +por todos los indicios, aquellos sevillanos de antaño sentían más +necesidad que los actuales del consumo del hielo, y así no solamente el +vino, los refrescos y otras bebidas las helaban, sino también las +frutas, las confituras y otros diversos comestibles.</p> + +<p>Hasta el siglo XVII no se generalizó en Sevilla el uso del hielo, pues +en el XVI todavía no estaba muy extendida esta afición por la nieve y +las bebidas frías, como pasaba en otros puntos, y así se deduce de las +palabras que el médico sevillano Nicolás Monardes consignaba en su libro +sobre el uso de la nieve, publicado en 1571.</p> + +<p>«Una cosa me maravilla mucho: que siendo esta ciudad de Sevilla una de +las más insignes del mundo, en la cual siempre ha habido muchos grandes +y señores y caballeros muy principales y mucha gente noble, que no haya +habido nieve, etc., etc.»</p> + +<p>Las veladas que con motivo de las festividades de determinados santos se +celebraban en los diversos barrios y arrabales de la ciudad constituían +una de las mejores distracciones del veraneo, siendo famosas entre otras +las de San Antonio, las de San Juan y San Pedro, las de Santa Ana y +Santiago, la de los Angeles, la de la Virgen de los Reyes, San Roque, +San Bernardo, San Bartolomé, San Agustín y los Terceros.</p> + +<p>Cada una de estas veladas tenía su fisonomía característica y en casi +ninguna de ellas faltaba su procesión y rosario, arcos de follaje, +fuegos de artificio y mucho de baile, cantos, buñuelos y dulces, sin que +escaseasen tampoco las broncas y los alborotos para dar más colorido al +cuadro.</p> + +<p>La gente pacífica y grave, las personas sosegadas y de buenas +costumbres, huían de estos regocijos, y así, después<a name="page_098" id="page_098"></a> de la comida y +después de la indispensable siesta, cuando ya el sol comenzaba á +ocultarse, salían de sus casas, limitando su distracción á pasearse por +el Arenal, la Alameda ó la Barqueta, donde no podía faltarles su ratito +de descanso en algún puesto de agua de los más acreditados, y en el +cual, por lo general, se formaba á la misma hora su poquito de tertulia.</p> + +<p>Allí los señores consumían su vaso de horchata ó de agua con anises y +sus gotas de nitro y al toque de Oraciones se retiraban con igual +parsimonia y tranquilidad á sus casas hasta el día siguiente en que +había de repetirse idéntico ejercicio.</p> + +<p>Los sevillanos de antaño, que eran gente de posibles, y á quienes no +bastaba el fresco de sus patios entoldados y sus habitaciones del piso +bajo, solían trasladarse á muchas de las fincas ó <i>casas de placer</i> que +había en los alrededores de la ciudad, particularmente próximas á la +orilla del río, y en donde, libres de cuidados y con todo sosiego, +comían, rezaban, dormían y tomaban el fresco, respirando aire libre y +desembarazado, que les fortificaba el cuerpo y el espíritu.</p> + +<p>Otros, por lo general, gente joven y alegre, tampoco dejaban de salir +fuera de la población en busca de agradables brisas. Por las tardes y á +las primeras horas de la noche, siempre se veían grupos de ellos y de +ellas que dejando atrás las puertas de la ciudad se dirigían á los +melonares.</p> + +<p>Allí se pasaban ratos muy deliciosos, pues nunca faltaba entre raja y +raja de melón su poquito de baile y cante, desatándose las lenguas y +reinando la algazara y el regocijo.</p> + +<p>En las hermosas noches de luna de Agosto, bajo un cielo estrellado, +respirando el aire puro del campo, ¡qué<a name="page_099" id="page_099"></a> gratas resultaban aquellas +fiestas de los melonares, y qué grato el regreso con las primeras luces +del día, navegando en ligeras barquillas que surcaban las aguas del río +tranquilas y serenas y rizadas apenas por las brisas del amanecer...!</p> + +<p>Casa sevillana en verano sin gazpacho, sin talla para el agua fresca, no +la había, y lo mismo el rico que el pobre consumían gran cantidad del +clásico plato andaluz y tenían en lugar preferente el tallero, donde las +alcarrazas limpias y rezumantes conservaban el agua como la propia +nieve.</p> + +<p>Costumbres y usos del verano antiguo sevillano han desaparecido en +mucho; únicamente queda el calor sofocante y abrumador, el sol de fuego +que abrasa y del que protestan los que no salen á veranear, como +seguramente protestarían nuestros padres y abuelos.</p> + +<h3><a name="LUIS_DE_VARGAS" id="LUIS_DE_VARGAS"></a>LUÍS DE VARGAS</h3> + +<p>Con harta razón se ha escrito que el famoso pintor Luís de Vargas +regeneró la escuela sevillana, pues su obra fué de las que más +influyeron en el siglo XVI en sus contemporáneos, gloria que con él +compartieron Flores y el célebre maese Pedro de Campaña.<a name="page_100" id="page_100"></a></p> + +<p>En Sevilla nació Luís de Vargas hacia el año de 1506, siendo hijo de un +pintor de escaso mérito llamado Juan de Vargas, cuyas obras son +desconocidas. Se dice que Diego de la Barrera fué el primer maestro que +tuvo el artista, quien, en un principio, se dedicó á pintar en sarga, y +deseando luego encontrar más ancho campo para realizar sus aspiraciones, +y para instruirse bajo la dirección de los grandes maestros del +renacimiento italiano, á la edad de veintiún años partió de Sevilla.</p> + +<p>En Roma se encontraba cuando el saqueo de la ciudad en 1527 por las +tropas de Borbón, y de allí se trasladó á Pisa, volviendo después á la +ciudad de los césares, en donde trabajó con verdadero entusiasmo y afán, +estudiando las maravillas artísticas.</p> + +<p>En Italia—ha escrito un autor—Luís de Vargas «se encontró con un arte +exhumado, con un mundo desenterrado. Aquellos mármoles desnudos, +aquellas formas tan correctas, eran un ideal que resucitaba, que se +hacía necesario, porque la Edad Media había atronado la forma, había +roto la proporción y este mal tenía que desaparecer.»</p> + +<p>Trabajó de continuo y lleno del mayor entusiasmo, vivió Luís de Vargas +en Italia unos 28 años, según apuntan sus biógrafos, regresando al cabo +á Sevilla, donde contrajo matrimonio.</p> + +<p>En su ciudad natal comenzó á trabajar Luís de Vargas, llamando bien +pronto la atención sus obras ejecutadas al óleo y al fresco, que desde +entonces tuvieron grandes apasionados é imitadores.</p> + +<p>A Luís de Vargas acudieron no pocos jóvenes deseosos de recibir sus +lecciones, teniendo discípulos tan aventajados como Diego de Concha, +Lucas Valdivieso, Francisco Venegas y Luís Fernández.<a name="page_101" id="page_101"></a></p> + +<p>Dice Pacheco en su libro de <i>Verdaderos retratos</i>, que al ver Luís de +Vargas las obras que por entonces ejecutaba en Sevilla Pedro de Campaña, +deseando perfeccionarse más en el arte, tornó á Italia, donde permaneció +dos años, al cabo de los cuales volvió á su patria, dando entonces +comienzo la época más fecunda de su vida en producciones artísticas.</p> + +<p>Entonces ejecutó en el templo de San Pablo el fresco de la Virgen del +Rosario (hace mucho tiempo desaparecido), el <i>San Miguel dominando al +demonio</i> y la Virgen, que se encuentra hoy en el Museo de Louvre, y +algunos retratos notables, como el de la duquesa de Alcalá y el del +padre Contrera, que existe en la sacristía de los Cálices.</p> + +<p>En 1552 fundó el mercader Francisco Baena la capilla del Nacimiento en +la Catedral, pintando para el retablo Luís de Vargas ocho tablas, +representando en la principal la <i>Adoración de los pastores</i>, y en las +otras los Evangelistas, la Encarnación, la Circuncisión y la Epifanía.</p> + +<p>Al número de veintiocho llegaron las obras que Luís de Vargas dejó á la +Basílica sevillana, sobresaliendo de entre todas el cuadro llamado de la +<i>Gamba</i> en la capilla de la Concepción.</p> + +<p>Esta tabla, verdadera joya de arte, que representa una alegoría de la +Concepción, ha sido unánimemente elogiada, y con razón dice de ella un +crítico: «Lo grandioso del dibujo, la valentía de las actitudes y la +riqueza del colorido superan á todo encarecimiento.» En el mismo retablo +se ven, pintados también por Luís de Vargas, los apóstoles San Pedro y +San Pablo, los doctores de la Iglesia y el retrato del Chantre Juan de +Medina, fundador de la capilla.</p> + +<p>Tuvo el artista de que vamos tratando singular acierto<a name="page_102" id="page_102"></a> para el dibujo á +lápiz, y de éstos alcanzó á ver algunos Ceán Bermúdez, y fué muy +inteligente en música, tocando con habilidad y destreza el laúd.</p> + +<p>En la sacristía de San Lorenzo existía en 1844 una Concepción de Luís de +Vargas, y de su mano eran dos santos que estaban en un altar del +Convento de Madre de Dios, el fresco del <i>Juicio universal</i> en el patio +de la Misericordia y los dos cuadros del retablo de Santa María la +Blanca, pintados en 1564 y representando el primero á Cristo muerto en +los brazos de la Virgen, con otras figuras, y el segundo la <i>Impresión +de las llagas de San Francisco</i>.</p> + +<p>El cabildo catedral pagó á Luís de Vargas en 1563, 4.000 reales por la +pintura hecha á «espaldas del Sagrario del Santísimo Sacramento» y otras +cantidades por los adornos del monumento, trabajando en los años de 1564 +y siguientes en los frescos de la Giralda, que representaban apóstoles, +evangelistas y santos patronos, cuyas pinturas se encuentran hoy casi +perdidas.</p> + +<p>Treinta y seis obras, todas de verdadera importancia, llegaron á +reunirse en Sevilla de Luís de Vargas, algunas de las cuales han +desaparecido ó pasado á enriquecer otros museos y colecciones.</p> + +<p>El famoso pintor murió en la ciudad que le vió nacer en 1568, dejando un +hijo, de quien habla con elogio Francisco Pacheco en su ya citado libro +de <i>Retratos</i>.</p> + +<p>No hemos de estudiar en estos apuntes la personalidad artística de Luís +de Vargas, harto juzgada por la crítica; sus obras, sin llegar al número +de las de otros de sus contemporáneos, le han señalado un puesto entre +los grandes pintores sevillanos, puesto que nadie le disputa ni le ha +escatimado.</p> + +<p>Verdadero reformador de la pintura, en su patria dió<a name="page_103" id="page_103"></a> á conocer los +encantos y bellezas del arte italiano, seduciendo con su colorido, su +dibujo y el vigor de sus creaciones.</p> + +<p>Fué Vargas de dulce trato y agudo ingenio, según sus coetáneos, los +cuales encarecían sus moderadas costumbres y religiosidad, diciendo que +á solas se entregaba á muy duras penitencias y largas meditaciones.</p> + +<p>El pintor sevillano que con tanto entusiasmo, con tanta constancia y +amor estudió aquel espíritu riente y aquella vida exuberante del +renacimiento, no acudió sin embargo á los mitológicos asuntos, ni á los +dioses del paganismo, como tantos otros, inspirando todas sus creaciones +el sentimiento religioso de su tiempo, del que fué uno de los más +acertados intérpretes en el pincel.</p> + +<p>Luís de Vargas dejó un nombre ilustre y Sevilla se honra con poderlo +contar entre sus más inspirados y geniales artistas.<a name="page_104" id="page_104"></a></p> + +<h3><a name="PROCESION_DE_VIA-CRUCIS" id="PROCESION_DE_VIA-CRUCIS"></a>PROCESIÓN DE VÍA-CRUCIS</h3> + +<p>El marqués de Tarifa de vuelta de su viaje á Jerusalén, al comenzar las +obras de su palacio, llamado vulgarmente casa de Pilato, estableció un +<i>Vía-Crucis</i> que, partiendo del edificio, terminaba en el monumento de +la Cruz del Campo, que en el siglo XV alzó el Asistente don Diego de +Merlo.</p> + +<p>Esta vía sacra fué famosa en Sevilla por las multitudes que la recorrían +durante los siglos XVI y XVII, y durante los viernes de Cuaresma, la +Semana Santa y los días 3 de Mayo, 16 de Julio y 14 de Septiembre, en +que se hacían fiestas á la Cruz, en todo el largo trayecto que media +desde la puerta de la casa de Pilato al templete de la Cruz del Campo, y +que es á algo más de 997 metros, se veían transitar procesiones, +hermandades, penitentes y numeroso pueblo.</p> + +<p>La primera cruz de la vía sacra era de mármol y aún se conserva en la +fachada del palacio; las otras seguían por la calle de San Esteban, +continuando á distancia conveniente, alzadas entre las filas de álamos +que se veían paralelos al antiguo acueducto conocido por Caños de +Carmona.</p> + +<p>Los días de recorrer la estación, acudían allí gran número de frailes +franciscanos, que eran como los encargados<a name="page_105" id="page_105"></a> de regular la procesión, y +el cordón de gente serpenteaba á lo largo del camino, produciéndose más +de una vez bullicio y alborotos, que turbaban la grave seriedad del +piadoso ejercicio.</p> + +<p>Cubiertos los rostros y vestidos con túnicas blancas ó negras, iban +muchos penitentes, llevando á hombros pesadas cruces; otros, desnudas +las espaldas, se iban azotando con la mayor furia que era de ver: estos, +traían grillos ó esposas á las manos; aquellos se iban dando martirio +con un cilicio; y como quiera que hombres y mujeres iban rezando en voz +alta y entonando fúnebres salmodias, el cuadro presentaba en conjunto un +aspecto lúgubre y sombrío, de lo más característico de aquellos tiempos.</p> + +<p>Como los devotos sueltos iban también á veces hermandades, que conducían +imágenes sobre andas, y éstas hacían la estación con gran parsimonia, +regresando á la ciudad, casi siempre, después de cerrada la noche.</p> + +<p>A esto debiéronse no pocos escándalos y abusos, que sabido es que el +Diablo no duerme, y así sucedía con frecuencia que el regreso de los +penitentes por aquellos campos, alumbrados sólo por las hachas de cera, +era á veces tumultuoso y poco edificante, por manera que Luzbel se +complacía en tentar á la multitud que con tan piadoso fin recorría +aquellos lugares.</p> + +<p>En más de una ocasión las autoridades eclesiásticas y civiles tuvieron +que intervenir en tales procesiones de penitencia, á las que hubo +pícaros que acudían con fines no muy santos, aprovechándose de lo +encubierto de los rostros, la mezcla de sexos, y las obscuridades de las +noches.</p> + +<p>A mediados del siglo XVIII esta procesión de <i>Vía-Crucis</i> comenzó á +decaer de visible manera por muchas y diversas causas, desapareciendo +luego muchas de las cruces<a name="page_106" id="page_106"></a> que se alzaban en el camino en 1816, y otras +posteriormente, cuando ya estaba por completo en desuso la práctica de +recorrer esta famosa Vía-sacra.</p> + +<p>Las procesiones de penitencia á la Cruz del Campo, nota gráfica de la +España de los siglos XVI y XVII, merecían ser descritas muy al pormenor, +ya que el pincel de un artista lo trasladó al lienzo en un curioso é +interesante cuadro que conservaba en su palacio de San Telmo el duque de +Montpensier.</p> + +<h3><a name="LAS_PRESAS_DE_LA_INQUISICION" id="LAS_PRESAS_DE_LA_INQUISICION"></a>LAS PRESAS DE LA INQUISICIÓN</h3> + +<p>La actividad desplegada por el tribunal de la Fe, en Sevilla, en el +siglo XVI, excede á cuanto pueda decirse, siendo continuas las +prisiones, los tormentos y los autos, en los que casi á diario salían +innumerables víctimas acusadas de herejía luterana, de <i>molinistas</i>, de +judaizantes, de hechiceros, <i>iluminados</i>, etc. etc.</p> + +<p>Las cárceles del castillo de Triana estaban repletas de infelices presos +que aguardaban la muerte más ó menos próxima, siendo muchas también las +mujeres que allí gemían en los lóbregos calabozos, y las cuales, sin +consideración<a name="page_107" id="page_107"></a> alguna y contra todo sentimiento de humanidad, eran +tratadas cruelmente por los negros carceleros.</p> + +<p>De la situación de aquellas desgraciadas, muchas de las cuales tenían +consigo á sus hijos, de cierta edad y de pecho algunos, da idea un +curiosísimo documento inédito hasta ahora, prueba irrecusable de lo que +era el tribunal de la fe.</p> + +<p>Este documento, que lleva la fecha de 1569, es un dato, prueba de las +<i>piadosas</i> costumbres de entonces; es con toda su sencillez un grito de +dolor de aquellas desventuradas mujeres, á las que no sólo se privaba de +libertad, sino de alimento y de lo más necesario para la vida.</p> + +<p>El escrito va dirigido al Cabildo de la ciudad y dice así:</p> + +<p>«Ilustrísimo señor: Las que estamos en penitencia, presas en esta cárcel +perpetua del <i>Santo Oficio de la Inquisición</i>, besamos las manos de +vuestra señoría ilustrísima, y á ella humildemente suplicamos; diciendo +que nosotras somos pobres mujeres y padecemos muchas necesidades, y por +ser nuestra <i>miseria y pobreza tanta, no podemos mercar trigo, si no es +en el Pósito, para sustentarnos</i>. Suplicamos por amor de Dios Nuestro +Señor, nos mande vuestra señoría dar dicho trigo del Pósito, con nuestro +dinero, y de esta manera podremos sustentar <i>nuestras vidas y hijos</i>, y +para esto al real oficio y á la clemencia de vuestra señoría ilustrísima +imploramos para que se nos haga esta merced y limosna.—<i>Las mujeres +presas y reclusas en esta cárcel perpetua en penitencia.</i>»—(Archivo +Municipal, Escribanías de Cabildo).</p> + +<p>Tristes reflexiones se desprenden de la lectura de este documento, al +cual cuantos comentarios pudieran hacerse resultarían pálidos.<a name="page_108" id="page_108"></a></p> + +<p>Algunas de aquellas infelices mujeres fueron ejecutadas poco días +después, en 1573, donde salieron en auto público 70 penitenciadas en el +mes de Enero y en 25 de Noviembre 60 reconciliadas, y siendo 20 +quemadas.</p> + +<h3><a name="EJECUCIONES" id="EJECUCIONES"></a>EJECUCIONES</h3> + +<p>Durante los siglos XVI y XVII la pena de muerte en Sevilla se practicaba +con tanta frecuencia que como dice muy bien don Aureliano Fernández +Guerra, apenas había semana en que no se llevasen á cabo una ó más +ejecuciones.</p> + +<p>El pueblo acudía á presenciar estos actos con gran alboroto y como cosa +corriente era el salir á ver los ahorcados, cuyos restos eran luego +llevados á la mesa del rey en Tablada, y á fin de año sus huesos se +enterraban con cierta solemnidad en el templo de San Miguel.</p> + +<p>Las memorias sevillanas y las notas recogidas por diligentes curiosos, +consignan entre las muchas ejecuciones algunas que por la calidad de los +reos, los delitos que cometieron y otras diversas circunstancias +salieron de lo corriente y llamaron poderosamente la atención.<a name="page_109" id="page_109"></a></p> + +<p>Tal ocurre con algunos que voy á recordar y que bien merece recogerse en +estos apuntes sevillanos.</p> + +<p>Cuatro frailes ahorcados no es caso que suele darse con frecuencia; por +esto merece citarse la fecha del 26 de Julio de 1536, en que el pueblo +hispalense presenció tal suceso.</p> + +<p>Fray Alonso de Badajoz, prior del convento de San Agustín; fray Andrés +de la Cruz, fray Rodrigo de Rocha, prior de Córdoba, y fray José Piloto, +doctor en teología, reuniéronse en el día 22 de Julio de 1536, y se +dirigieron en busca del Provincial de la orden agustina, fray Juan de +las Casas.</p> + +<p>Habían los cuatro religiosos fraguado un terrible plan contra el citado +Provincial, y, sorprendiéndolo en una de las celdas del citado convento, +le dieron muerte, sin que se pusiera en claro, apesar de las diversas +opiniones, el motivo del crimen.</p> + +<p>Huyeron los autores de él, procurando ocultarse; mas descubiertos y +presos en la misma Sevilla, se les degradó públicamente y fueron después +colgados de la horca de Buenavista, ante inmensa muchedumbre.</p> + +<p>Los cuatro frailes criminales fueron recogidos luego por los agustinos, +que depositaron sus cadáveres en las bóvedas de una capilla de la +iglesia, conservándose el enterramiento hasta los últimos tiempos en que +el templo estuvo abierto al público.</p> + +<p>Otra muy comentada ejecución, fué la de don Pedro Vallecillo, y que se +llevó á cabo en Marzo de 1554.</p> + +<p>Era don Pedro un presbítero natural de Ecija, que vivía en Sevilla y +hombre de no muy buenos instintos y peores mañas, cuyo fin fué al cabo +lamentable.</p> + +<p>Tenía el mal clérigo, entre otros grandes vicios, el del robo, y aunque +cometió algunos en pequeño, en el mes<a name="page_110" id="page_110"></a> de Marzo de 1552 acechó á cuatro +hombres que dormían la siesta, y armado de una daga les dió muerte, +despojándolos de cuanto dinero y objetos llevaban consigo.</p> + +<p>Al poco tiempo fué preso, y en el manuscrito de <i>Efemérides sevillanas</i>, +de donde tomo esta noticia, se lee:</p> + +<p>«Al cabo de veintiún meses de prisión en el castillo de Triana, lo +degollaron y dieron garrote en el mármol de la Cuadra, y pasadas dos +horas lo enterraron en el Sagrario, acompañándole más de quinientos +clérigos y muchos religiosos de todas órdenes, y un grande +acompañamiento del cuerpo.»</p> + +<p>Persona principal y de noble linaje fué la que subió al patíbulo en 24 +de Enero de 1580.</p> + +<p>Llamábase don Fernando de Saavedra, y estaba emparentado con muchas +familias de alta posición social.</p> + +<p>Este don Fernando tenía una cuñada, mujer que había sido de don Sancho +Ponce, la cual gozaba de un mayorazgo que excitó en mal hora la codicia +de Saavedra. Y llegó á tanto su mal pensamiento, que mandó matar á doña +María, su cuñada, pagando á los asesinos y tomando él parte material en +el delito.</p> + +<p>Como persona noble que era don Fernando Saavedra, fué degollado con una +espada y su cadáver estuvo expuesto en el tablado hasta la tarde en que +se le dió enterramiento.</p> + +<p>Horrible fué otro crimen cometido por un berberisco y su manceba en la +persona del marido de ésta, pero el castigo no lo fué menos. Las +<i>Efemérides sevillanas</i> que figuran en la colección de papeles del conde +del Aguila relatan con breve concisión el caso, expresándose de este +modo:</p> + +<p>«En 9 de Marzo de 1788 atenacearon y dieron garrote é hicieron cuartos á +un berberisco, y pusieron la mano en la esquina del Baño de la Palma y +quemaron en la<a name="page_111" id="page_111"></a> chamiza, á la morisca bañera, porque ella y él (que +estaban amancebados) mataron al marido y <i>lo echaron á cocer</i>, porque no +hediese, en el caldero en que se calienta el agua; y unas mujeres, +queriendo por una ventanilla sacar una poca de agua caliente, lo vieron +muerto.»</p> + +<p>Por último, para terminar, citaré estas dos ejecuciones que ocurrieron +entrado ya el siglo XVII, en que tantas hubo, á alguna de las cuales, +más adelante dedicaré especial lugar.</p> + +<p>D. Diego de Ulloa de la Chica, presbítero y fraile carmelita que vivía +ya en Sevilla en 1590, fué expulsado de la orden por su mala conducta, +en la que, lejos de enmendarse, se aferró más y más, llegando hasta el +punto de que, impulsado por el robo, asesinó en 1622 á un vecino del +Arquillo Las Roelas, llamado don Juan González, el cual era sacerdote y +capellán de la parroquia de San Lorenzo.</p> + +<p>Tuvo por cómplice en su crimen á un corchete llamado Andrés, del que no +sólo se sirvió para asesinar al capellán, sino á otro hermano suyo que +con él vivía.</p> + +<p>Ulloa de la Chica fué degradado públicamente por el obispo auxiliar don +Juan de la Sal, y el día 20 de Mayo de 1623, fué arrastrado, ahorcándole +frente al citado arquillo de Roelas, en unión del corchete Andrés, «á +quien se le cortó la cabeza y la mano derecha, que se pusieron por +algunos días en un árbol de la vecina Alameda.»</p> + +<p>En 1633 y el día 15 de Julio ahorcaron y cortaron la mano derecha á un +joven hijo del carnicero de los Abades, mozo de vida licenciosa y +aficionado á lo ajeno y que, para su mal, cometió un sacrílego robo que +produjo gran escándalo.</p> + +<p>El erudito don Diego Ignacio de Góngora consigna el caso brevemente en +un manuscrito, y de él se viene en<a name="page_112" id="page_112"></a> conocimiento de que el hijo del +carnicero, favorecido por las sombras de la noche, penetró en la iglesia +de San Roque con los más perversos instintos.</p> + +<p>Ya en el templo, dirigióse á uno de los altares, y cogió una custodia, +que era de plata y de gran mérito, dejando la Sagrada Forma sobre la +mesa del altar, y huyendo luego, sin ser visto de quienes pudieran +capturarlo.</p> + +<p>Al día siguiente, cuando fué conocido el robo, promovióse gran alboroto +en el barrio, poniéndose en aquel punto en movimiento la justicia, la +cual tuvo la suerte de dar, de allí á pocos días, con el ladrón +sacrílego, que, encerrado en la Cárcel Real, fué condenado á muerte muy +luego.</p> + +<p>La custodia se rescató con gran contento de los feligreses, los cuales +costearon después una solemne función religiosa de desagravios.</p> + +<p>El ladrón no fué solo á cometer su delito, sino que tuvo dos cómplices, +como así lo consigna Góngora, el cual dice:</p> + +<p>«Ayudóle en el sacrílego robo un clérigo, que había sido fraile, y una +mozuela. A ésta diéronla, el mismo día de la ejecución del reo, +doscientos azotes. El clérigo huyó, con que no lo prendieron.»<a name="page_113" id="page_113"></a></p> + +<h3><a name="EL_SALVADOR" id="EL_SALVADOR"></a>EL SALVADOR</h3> + +<p>Los paseos y jardines públicos de Sevilla no dejan de ofrecer materia +abundante para ocuparse de ellos, por su historia, su importancia local, +las transformaciones que han tenido y los sucesos más ó menos +interesantes que en ellos se han desarrollado. Tal ocurre, por ejemplo, +con el paseo llamado del Salvador.</p> + +<p>Dice Cervantes en <i>Rinconete y Cortadillo</i>: «Avisólos su adalid (el +asturiano) de los puestos donde habrían de acudir: <i>por la mañana á la +carnicería y á la plaza de San Salvador</i>...» y más adelante, añade: +«Todas estas liciones tomaron bien de memoria, y otro día bien de mañana +se plantaron <i>en la plaza de San Salvador</i>.»</p> + +<p>Esta era entonces centro de gran movimiento y tránsito y mercado de la +fruta, que por estar enclavado en barrio tan céntrico y rico é inmediata +á otros puntos de venta como los del pan y las pescaderías, acudía gran +concurrencia á ella y atronaban de continuo toda la collación los gritos +y el vocerío de vendedores esportilleros, mozos, criados, justicias, +etc. etc.</p> + +<p>En aquellos tiempos se alzaban en la plaza dos cruces, una de piedra y +otra de hierro, y desde 1574, el hospital de San Juan de Dios, que aún +existe, y la colegial del Salvador, cuyo edificio se comenzó á +reedificar en 1671.<a name="page_114" id="page_114"></a></p> + +<p>La plaza del Salvador era teatro con frecuencia, en el siglo XVII, de +muy variadas escenas; allí se celebraron más de una vez fiestas de toros +y cañas, para solaz de los canónigos de la Colegiata, y á las que acudía +siempre el pueblo con gran regocijo y alboroto.</p> + +<p>Desapareció el mercado de fruta en los años de la invasión francesa, y +entonces se construyó el paseo, habiéndose, hacia 1816, edificado la +capilla que existe en las gradas del templo del Salvador, y á la cual +trasladóse la imagen de la Virgen del Carmen, que estuvo hasta entonces +en un retablo de la calle de las Sierpes, según escriben veraces +autores.</p> + +<p>El paseo se construyó con regular elevación, subiendo á él por +convenientes escalinatas, plantándose en él árboles y colocándose +asientos de piedra, tal y conforme aparece en láminas de la época, como +la que figura en el libro de Alvarez Miranda, <i>Glorias de Sevilla</i>.</p> + +<p>Desde poco después de 1817, comenzó á celebrarse en esta plaza una +velada á la Virgen del Carmen, la cual tuvo años de no poco esplendor, +viéndose entonces adornada la capilla con vasos de colores y con +banderas y arcos el paseo, alrededor del cual se instalaban puestos de +avellanas, de turrones, de garbanzos y de los célebres alfajores que +vendían las serranas de enaguas rayadas, chaquetas de paño y sombreros +de castor.</p> + +<p>De estas veladas aún queda hoy algo, si bien de nota incolora, sin aquel +sabor característico, pues ya no se ven allí ni los majos decidores, ni +las majas desenvueltas, ni todos aquellos tipos sevillanos que con tanta +exactitud retrataba don José Bécquer en sus acuarelas y lienzos.</p> + +<p>La solemnidad del Corpus era también de gran resonancia para la plaza +del Salvador, como lo sigue siendo hoy, y desde antiguo se entolda gran +parte de ella para<a name="page_115" id="page_115"></a> el tránsito de la procesión y se coloca en la puerta +del Salvador la imagen de la Virgen de las Aguas, que compartió su fama +popular con la de los Reyes, y sobre la que corren, como sabido es de +todos, las más peregrinas tradiciones.</p> + +<p>Días del año en que ofrece gran animación el paseo que es objeto de +estas líneas, son los de Semana Santa, pues por el recinto cruzan casi +todas las cofradías que hacen estación á la Catedral, y es de ver en +aquellas tardes y noches y en la madrugada del Viernes Santo, el aspecto +del <i>Salvador</i> (como los sevillanos le dicen) donde se apiña la multitud +bulliciosa y poco devotamente, desarrollándose escenas que no es cosa de +detenerse en describir ni enumerar siquiera.</p> + +<p>Las noches de estío, esas noches de Julio y Agosto en Sevilla, en que el +calor es sofocante, acude un público bastante numeroso al paseo del +Salvador en busca de alguna agradable brisa; allí se pasa las horas +tranquilamente el desocupado, viendo á los corros de niños que juegan, á +la gente joven que pasea, á los viejos que dormitan ó á los que toman +sorbetes y refrescos en los puestos de agua, siendo aquel, campo muy +aproposito para conquistas de niñeras y criadas de servicio que +incautamente creen en las promesas de <i>chicucos</i> domingueros y +<i>militares sin graduación</i>.</p> + +<p>Diversas modificaciones ha sufrido el paseo del Salvador desde que +estaba elevado y tenía sus escalinatas por los años de 1840, +desapareciendo el alto hacia 1860, y, motivado por recientes sucesos, +desaparecieron aquellos asientos de piedra que desde tiempo primitivo +tuvo, sustituyéndose por los de hierro que tiene en la actualidad y que +invitan al descanso al transeunte.</p> + +<p>Para concluir, diremos que el paseo del Salvador sería<a name="page_116" id="page_116"></a> susceptible hoy +de algunas mejoras importantes, que contribuirían á su embellecimiento y +comodidad, para llevar á cabo las cuales, sería necesario efectuar el +derribo de algunos edificios, con lo que ganaría, ensanchándose, lugar +tan céntrico y concurrido como lo es aquél y tan predilecto de muchos +sevillanos.</p> + +<h3><a name="JUAN_DE_LAS_ROELAS" id="JUAN_DE_LAS_ROELAS"></a>JUAN DE LAS ROELAS</h3> + +<p>Pertenece el licenciado Roelas al número de aquellos grandes pintores +que florecieron en Sevilla en los siglos XVI y XVII, y que tanta honra +dieron á su patria y tan apreciables obras legaron á la posteridad.</p> + +<p>Como ocurre con otros artistas y escritores de aquellas centurias, no +son muchas las noticias biográficas que de Roelas se conservan, y +después de las que apuntaron Arana de Varflora y Ceán Bermúdez, aparte +de algunos documentos sueltos, no se han podido ampliar gran cosa, ni +han sido por cierto muchos los datos encontrados que dieran luz sobre la +vida de aquel famoso maestro, pudiéndose sólo, como lo hago, reunir +algunos detalles desperdigados en otros textos.<a name="page_117" id="page_117"></a></p> + +<p>Nació en la capital de Andalucía hacia 1560, y se dedicó de muy joven á +los estudios, obteniendo el grado de licenciado, y más tarde se ordenó +de sacerdote, por lo que vulgarmente es conocido por el <i>clérigo +Roelas</i>.</p> + +<p>Sin embargo, la verdadera profesión de aquel sevillano había de quedar +olvidada, por ser lo que, empezando en él como mera afición, vino con el +tiempo á darle legítimo renombre.</p> + +<p>Inclinado desde mozo al dibujo, estudió éste en su patria, siendo +discípulo de Antonio Arfián, ignorándose en qué fecha, y con el deseo de +perfeccionarse en el arte, abandonó España.</p> + +<p>Roelas trasladóse á Italia y allí estudió, especialmente, las obras de +Ticiano, haciendo verdaderos y notables progresos, que se pusieron bien +de manifiesto en cuantas obras llevó entonces á cabo.</p> + +<p>Regresó después de algunos años á Sevilla, donde ya pintaban no pocos +famosos artistas, y en 1603 obtuvo una prebenda en la capilla de +Olivares, pueblo de la provincia, y capilla que más tarde fué elevada á +colegiata, pintando allí, entre otros lienzos, dos cuadros muy notables +con asuntos de la vida de la Virgen, y en 1606 otros dos para el +convento de Santa Isabel, de Sevilla.</p> + +<p>En 1607 contaba ya Roelas con no pocos discípulos que se apresuraron á +recibir sus lecciones, viéndose siempre muy concurrida su academia, de +la cual salieron, andando el tiempo, pintores como Juan de Uceda +Castroverde, Varela y el gran Zurbarán.</p> + +<p>Pintó Roelas en 1609 el cuadro de Santiago que existe en la capilla de +la Catedral, donde llegaron á reunirse hasta ocho lienzos suyos, entre +los que se citan con elogio <a name="page_118" id="page_118"></a>el retablo de la capilla de los Jácomes, +hoy muy restaurado.</p> + +<p>Para el convento de la Encarnación y el de san Agustín, pintó cinco +grandes cuadros y nueve para la Merced, pero casi todas estas obras son +hoy desconocidas y habían desaparecido ya de dichos templos muchas en +1844.</p> + +<p>Encontrábase Roelas en Madrid en 1616, y allí no pudo conseguir como +deseaba la plaza de pintor de cámara de Felipe III, que se dió á +Bartolomé Gómez, pero ejecutó diversas obras para el palacio real, que +ya no existen, pintando por aquellos años el cuadro de Moisés que hoy se +ve en el Museo del Prado, los que estaban en la Merced Calzada y una +Concepción que en 1800 existía en la Academia de San Fernando.</p> + +<p>En Madrid y Sevilla residió el clérigo Roelas indistintamente largas +temporadas, ejecutando para su patria obras como la <i>Muerte de san +Isidoro</i> que existe en el altar mayor de dicho templo, el <i>San Pedro +libertado de la prisión</i> que se encuentra en la capilla de la iglesia +del mismo nombre, el <i>Martirio de santa Lucía</i> de la iglesia dedicada á +esta santa, y el <i>Martirio de san Andrés</i> que estuvo en la capilla de +los Flamencos en santo Tomás y hoy se admira en el Museo provincial, +donde se guardan además una <i>Santa Ana con la Virgen</i>, un <i>San Ignacio</i> +y una <i>Concepción</i>.</p> + +<p>Nueve cuadros existían en el Hospital del Cardenal hechos por Roelas, +(tales como el de la <i>Muerte de San Hermenegildo</i> y varios martirios de +frailes) y uno en el Hospital de los <i>Viejos</i> que desapareció el siglo +XVIII, sustituyéndose por otro lienzo de pésima ejecución y oscura mano.</p> + +<p>En 1624 fué Roelas nombrado canónigo de la colegiata de Olivares, á cuyo +punto se trasladó en definitiva el artista, que ya en distintas épocas +había allí residido.</p> + +<p>Tranquilo y sosegado y sin dejar el cultivo del arte,<a name="page_119" id="page_119"></a> continuó Roelas +en Olivares, donde falleció en 23 de Abril de 1625, siendo enterrado en +aquel pueblo.</p> + +<p>El licenciado Juan de las Roelas es uno de los grandes maestros +sevillanos que á tan alto lugar llevaron la pintura de nuestra patria.</p> + +<p>Notabilísimo dibujante fué aquel hombre y así lo demostró en todas sus +obras, donde á más se admira un bellísimo colorido, que pone bien de +manifiesto la influencia que en el artista ejerció la escuela veneciana, +cuando la estudió detenidamente durante su permanencia en Italia.</p> + +<p>Muchos son los cuadros que se han perdido del clérigo Roelas, pues en +Sevilla llegaron á reunirse en diversos templos hasta cuarenta y siete +grandes pinturas de este artista, siendo no pocas de ellas las que +pasaron á poder de particulares, y por desgracia salieron después de +nuestra ciudad y de la península.</p> + +<p>Aún existen no pocas de verdadera importancia para admiración de los +inteligentes, y entre ellas merecen especial mención las que se +encuentran en el templo de la Universidad, de la <i>Sacra Familia</i>; <i>El +Nacimiento</i> y la <i>Adoración de los Reyes</i>, en Santa Isabel; el +<i>Bautista</i> y <i>Evangelista</i>, en San Lorenzo; <i>la Virgen del Rosario</i>, en +Santa Ana (que fué restaurado muy torpemente); <i>El martirio de san +Andrés</i>, en el Museo, el <i>San Pedro</i> y el <i>Santiago</i> ya citados; el de +varios santos en San Juan de la Palma, y otros que dan bien acabadas +pruebas del indiscutible mérito de su autor.</p> + +<p>Con razón dice de él un crítico que «fué gran artista y produjo muchas y +muy grandiosas obras, todas ellas de superior mérito». No entraré á +detenerme en ellas, particularmente, pero sí diré que cuantos críticos, +propios y<a name="page_120" id="page_120"></a> extraños, se han ocupado de las obras de este autor, están +conformes en tributarle los mayores elogios.</p> + +<p>Pacheco, Ceán Bermúez, Arana de Varflora, Pons, Madrazo, Gestoso, etc., +etc., que analizaron con detenimiento las creaciones del clérigo-pintor, +han hecho justicia á sus méritos, que fueron reconocidos por sus +coetáneos.</p> + +<p>Hay en las obras de Roelas, á más del conocimiento profundo del dibujo, +un acertadísimo buen gusto para la composición de las figuras, siendo de +los artistas de su tiempo uno de los que con más exactitud copiaron de +la realidad, tan falseada por algunos con verdadero propósito.</p> + +<p>Roelas, trasladando al lienzo el modelo tal cual lo veían sus ojos, no +dejó por eso de imprimir un verdadero sentimiento de gran artista á sus +creaciones, en las que han podido estudiar muchos la belleza de lo real +sin acudir á lo mentido y artificioso.</p> + +<p>En cuanto al hombre, dejó gratísima memoria por sus bellas prendas; «la +piedad—dice Arana—formó el carácter de Roelas, y esta virtud le hizo +dar muchas limosnas y no desdeñarse de hacer pinturas gratuitamente +cuando algunos pobres se las pedían.»</p> + +<p>Dejó un nombre ilustre como artista y un nombre honrado como hombre: +¿qué mejor elogio puede hacerse del pintor sevillano?<a name="page_121" id="page_121"></a></p> + +<h3><a name="LAS_DOS_AMIGAS" id="LAS_DOS_AMIGAS"></a>LAS DOS AMIGAS</h3> + +<p>Los vecinos del barrio de la Feria presenciaron en Diciembre de 1574 un +espectáculo que les entretuvo bastante y fué objeto de los más sabrosos +y varios comentarios.</p> + +<p>A la puerta de la iglesia de Omnium Sanctorum se colocaron, de orden de +la justicia, dos altas escaleras de mano; y en cada una de ellas +pusieron á dos jóvenes y no mal parecidas mujeres, siendo también +curioso el que una de las tales estaba vestida en traje masculino con +gregüescos y calzas.</p> + +<p>Antes de exponer á las dos mozas á la pública vergüenza, fueron paseadas +por la ciudad montadas en dos pollinos, desnudas las espaldas y los +pechos y seguidas del verdugo, que propinó á cada una cien azotes, con +arreglo á la sentencia que se les había impuesto.</p> + +<p>Permanecieron encaramadas en la escalera un día entero las dos hembras, +siendo la causa de aquel castigo el hecho siguiente:</p> + +<p>Una de las mujeres tenía grandes ansias por cobrar un dote de 100 +ducados que le correspondía si se casaba, mas ella no demostraba ninguna +afición al casamiento, y sí muy grande al dinero y á una su <i>íntima +amiga</i>, con la cual convino un ingenioso plan que, al ser malogrado, la +puso en aquella triste situación.<a name="page_122" id="page_122"></a></p> + +<p>Trató con la amiga que se disfrazase con traje de varón, el cual no +debía sentarle mal, y que, como tal varón, la galanteara y pidiera en +casamiento, llevando las cosas tan adelante que, con la complicidad de +un sujeto de la curia eclesiástica, comenzaron á sacar los papeles para +ir al altar, recibir las bendiciones y cobrar los apetecidos ducados.</p> + +<p>En estos pasos estaban, cuando la superchería fué descubierta y +condenadas más tarde... ¡Los 100 ducados del dote se convirtieron en 100 +azotes y en pasar la vergüenza de la exhibición, si es que las dos mozas +la tenían!</p> + +<h3><a name="LOS_VALENTONES" id="LOS_VALENTONES"></a>LOS VALENTONES</h3> + +<p>Uno de los más temidos valentones que á fines del siglo XVI había en +Sevilla, donde tantos se encontraban, era Gonzalo Xeniz, cuya vida +aventurera y ladronesca pudiera ser objeto de un libro.</p> + +<p>Hablan de este mozo de chapa algunos autores contemporáneos, y la fama +de sus fechorías ha llegado hasta nosotros, presentándolo como tipo +acabado de aquellos bravucones que tan admirablemente pintaba Cervantes<a name="page_123" id="page_123"></a> +en <i>Rinconete y Cortadillo</i>, Quevedo en el <i>Buscón</i> y Cristóbal de +Chaves en <i>La cárcel de Sevilla</i>.</p> + +<p>Huyendo de las garras de la justicia andaba el ínclito Xeniz en 1595, +cuando el 26 de Julio acudió á un ventorrillo de la Puerta de la +Barqueta, en el cual se juntaron gran número de rufianes y mujeres de +vida airada á divertirse alegremente, como gente de ancha conciencia que +era.</p> + +<p>Allí estaba toda la taifa picaresca, comiendo, bebiendo, cantando y +entregándose á desahogos no muy honestos, cuando fué cercado el +ventorrillo por gran número de alguaciles que llevaban á la cabeza nada +menos que al Asistente de Sevilla, don Pedro Carrillo de Mendoza, conde +de Priego.</p> + +<p>Enterados los valentones de lo que pasaba, salieron armados á +defenderse, trabándose entonces una formal batalla en la cual Gonzalo +Xeniz, que hizo varios disparos con un pistolete, logró escaparse, +dejando burlados á los que ansiaban cogerlo.</p> + +<p>Pero si aquella vez estuvo afortunado, no lo estuvo en otro encuentro +que al poco tiempo tuvo, y fué preso, mandándosele á la galera de Málaga +como cabo de escuadra, de donde volvió en Agosto de 1596, siendo +entonces puesto en libertad porque al mozo no le faltaban amigos.</p> + +<p>Mas apenas se vió en la calle, reanudó sus fechorías, por lo cual el +conde de Priego mandó prenderle de nuevo. Y hé aquí que el 4 de Octubre +del citado año, Xeniz, viéndose en el apurado trance de que iba á ser +capturado por los alguaciles que le habían sorprendido en unión del +Asistente, disparó contra éste un pistoletazo, que por gran casualidad +no acabó con la vida del conde.</p> + +<p>Y aquí tuvo término la existencia del valentón, pues el 17 de Octubre de +1596 fué ahorcado en la Plaza de<a name="page_124" id="page_124"></a> San Francisco, y su cadáver, hecho +cuartos, se puso en el lugar del ventorrillo de la Puerta de la +Barqueta, como consigna Ariño en los <i>Sucesos de Sevilla</i>.</p> + +<p>Digno émulo de Gonzalo Xeniz fué otro matón coetáneo suyo y el cual +compartió con él las hazañosas empresas, viniendo á la postre á tener +también desgraciado fin poco tiempo antes que el intrépido compañero.</p> + +<p>Juan García, llamado también <i>El Bravo de las Galeras</i>, era un mozo +fiero y atrevido, soldado y terror de los vecinos de Triana en 1593.</p> + +<p>Continuas pendencias, alborotos y escándalos promovía el bravucón y sus +amigos, y en uno de aquellos lances acudió en mal hora á poner paz un +corchete llamado Gordillo, que ya era bien conocido de García, el cual +fué lo mismo verle que arremeterle armado de una daga.</p> + +<p>Con ella le infirió multitud de heridas, y dejándole ya muerto, huyó á +esconderse en alguno de los rincones de Triana, donde tenía gentes que +por miedo le favorecían.</p> + +<p>Al poco tiempo un alcalde de corte y un alguacil acudieron á Triana con +objeto de capturar al bravo, empresa que era más difícil de lo que ellos +creían.</p> + +<p>Era esto el día 2 de Julio del citado año de 1593, y con motivo de la +captura se produjo en Triana un verdadero motín, que las crónicas +sevillanas registran y que apunta Ariño en su libro de <i>Sucesos</i>.</p> + +<p>Como quiera que la fuerza dispuesta para prender al bravucón era +insuficiente, hubo que reclamarla mayor, llegando el caso á tener que +dar el toque de rebato en la iglesia de Santa Ana, á fin de que acudiera +gente que auxiliara á la justicia.</p> + +<p>Con ella fué tropa y hasta el marqués de Peñafiel tuvo que intervenir +con su autoridad personalmente, llegando<a name="page_125" id="page_125"></a> á tomar tales proporciones el +escándalo, que puso en alarma á Triana y á Sevilla entera: tal fué la +heróica defensa que de su persona hizo el valentón.</p> + +<p>Fué preso al cabo, y al siguiente día, 3 de Julio, le ahorcaron en la +orilla del río, quedando con aquella ejecución en tranquilidad muchos +vecinos de Triana, que durante largo tiempo anduvieron siempre +amenazados con los desmanes y excesos de furor del <i>Bravo de las +Galeras</i>, cuyo recuerdo duró largo tiempo entre la gente de su laya que +tanto abundaba en Sevilla en los siglos XVI y XVII.</p> + +<h3><a name="EL_ASISTENTE_Y_LAS_FRUTERAS" id="EL_ASISTENTE_Y_LAS_FRUTERAS"></a>EL ASISTENTE Y LAS FRUTERAS</h3> + +<p>El señor don Fernando Arias de Bobadilla, conde de Puñonrostro, fué +Asistente de la capital de Andalucía y se hizo célebre, como ya dije, +por los actos que cometió y por sus justicias, que tenía singular manera +de ejecutarlas.</p> + +<p>Cuéntanse de él infinitas cosas que son dignas, por cierto, de ser +recordadas, y como su autoridad era poderosa y su carácter en extremo +duro, llegó á ser el terror<a name="page_126" id="page_126"></a> de la gente de los barrios, en particular +de los comerciantes y vendedores de artículos de primera necesidad.</p> + +<p>El año 1597, en que tomó posesión de su cargo el conde, mandó pregonar +un bando, por el cual se condenaba en la pena de doscientos azotes á los +que vendiesen los artículos á más precio que el señalado ya de antemano; +y como quiera que el cumplimiento de la orden no fué guardado ni mucho +menos como debiera, el conde empezó á llevar á cabo los castigos con +extraño rigor y sin que por un momento dejase pasar la más leve falta.</p> + +<p>Diariamente salían por las calles de la ciudad comerciantes montados en +burros, recibiendo los golpes de la penca, y panaderos, hortelanos, +pescaderos, carniceros, etc., etc., veíanse á cada momento sorprendidos +por la visita del conde en persona, que era implacable en sus +resoluciones.</p> + +<p>Llegó en éstas á la barbarie, pues como no tenía nadie que le pusiese +coto y en Madrid se le habían confirmado plenos poderes para ejercer +como <i>juez absoluto</i>, se despachaba á su gusto de una manera brutal y +cruel.</p> + +<p>Tal sucedió con una pobre mujer, que fué víctima de su señoría, y por un +delito harto insignificante para la pena que sufrió.</p> + +<p>La tal mujer tenía por las mañanas su puesto de frutas en el barrio de +la Feria, y para su desgracia el día 6 de Mayo de 1597, sorprendióla el +conde vendiendo ciruelas y cerezas á más alto precio que el señalado.</p> + +<p>Al punto la mandó prender y aquella misma tarde fué azotada +públicamente, llevando colgadas al cuello, para mayor vergüenza, las +frutas, pero tan tremendos resultaron los golpes que sobre la infeliz +cayeron, que enfermó de gravedad y el día 9 del mismo mes de Mayo espiró +la infeliz, según consigna el <i>diario</i> de Ariño.<a name="page_127" id="page_127"></a></p> + +<p>El mismo autor añade: «Seis días después á otra mujer, porque vendía +pepinos á más de la postura, la pasearon por las calles con los pepinos +al pescuezo y le dieron doscientos azotes.»</p> + +<p>Como estos dos, pudiera citar infinidad de casos que prueban la manera +con que Puñonrostro hacía justicia, y lo que era en el siglo XVI un +Asistente de Sevilla.</p> + +<h3><a name="HERRERA_EL_VIEJO" id="HERRERA_EL_VIEJO"></a>HERRERA "EL VIEJO"</h3> + +<p>Las obras del pintor Francisco de Herrera, á quien generalmente se +conoce por Herrera <i>El Viejo</i>, para diferenciarlo de su hijo, del mismo +nombre y también artista, son universalmente celebradas, y el título de +su autor es de los que gozan en justicia un puesto de preferencia entre +los antiguos pintores sevillanos.</p> + +<p>Por otra parte, es Herrera una persona digna de estudio; en su vida hay +diversos incidentes que merecen ser recordados; y aunque estos apuntes +no permiten gran extensión, he de procurar condensar cuanto sea +necesario para dar á conocer al artista sevillano.</p> + +<p>Nació éste, según se cree, en 1576, y fué su maestro<a name="page_128" id="page_128"></a> en el arte Luís +Fernández, que lo fué también de Pacheco, quien á la par de Herrera +aprendió el dibujo y las primeras lecciones de pintura.</p> + +<p>Herrera comenzó de joven á llamar la atención de las personas +inteligentes de Sevilla con sus lienzos, y se dice que los primeros que +presentó al público fueron los cuatro que figuran en el altar mayor de +la iglesia de San Martín, representando pasajes de la vida de este +santo.</p> + +<p>Instruído también en el grabado en cobre, ejecutó no pocos trabajos por +este procedimiento, mereciendo citarse la portada del libro publicado en +Sevilla en 1610 por Estupiñán y en el que se relatan las fiestas +llevadas á cabo para la beatificación de san Ignacio.</p> + +<p>Por entonces tenía taller abierto Herrera y contaba con frecuentes +encargos, habiendo hacia 1613 acudido á recibir sus lecciones don Diego +Velázquez de Silva, que á la sazón contaba catorce años, pero que pronto +tuvo que separarse de tal maestro, dicen, por la violencia de su +carácter, poco apropósito para dedicarse á la enseñanza.</p> + +<p>De este natural poco sufrido, huraño y dado á la cólera, vinieron no +pocos disgustos y sinsabores á Herrera, quien con frecuencia se veía +solo y sin que ninguno de los muchos jóvenes aventajados que entonces +había en Sevilla, quisiese acudir á su casa. «He oído muchas veces—dice +Ceán—decirlo á pintores viejos de Sevilla: que cuando no tenía Herrera +discípulos y esto era muy frecuente, mandaba á su criada bosquejase los +lienzos, y antes que se secasen los colores formaba él con una brocha +las figuras y ropajes.»</p> + +<p>Por los años á que me voy refiriendo pintó Herrera para san Agustín la +<i>Asunción</i> y <i>Coronación de la Virgen</i>; para san Antonio dos +<i>Apóstoles</i>; para la ermita de<a name="page_129" id="page_129"></a> la Encarnación en Triana, siete cuadros +con pasajes de la vida de la Virgen, obras todas que se han perdido, y +el <i>Triunfo de san Hermenegildo</i>, que estaba en el altar mayor de dicho +templo y que hoy se conserva en el Museo provincial.</p> + +<p>Hacia 1619 fué acusado Herrera de monedero falso, y como quiera que el +artista considerábase perdido y próximo á caer en las garras de la +justicia, huyó á buscar asilo en el convento de san Hermenegildo.</p> + +<p>Allí estaba cuando en 1623 visitó Sevilla Felipe IV, y se cuenta por +tradición que habiendo admirado mucho el rey el citado cuadro, que es de +gran tamaño, y en el que aparece el santo con san Leandro y san Isidoro, +preguntó quién lo había ejecutado. Presentáronle entonces á Herrera, +diciéndole cuál era su situación y los motivos por que se le perseguía. +El monarca le dejó libre, diciéndole que quien sabía ejecutar obras como +aquella, no había menester el oro ni la plata.</p> + +<p>Vuelto Herrera á su casa, continuó trabajando, pero siempre apartado del +trato de las gentes, siempre solitario y siempre mal humorado.</p> + +<p>Una nube negra pesaba sobre el alma del artista, de quien, no pudiendo +resistirlo ni aun los miembros de su familia, una su hermana, que con él +vivía, se apartó para entrar en un convento. Más tarde, su hijo +Francisco le robó mil pesos que tenía ahorrados y se huyó á Italia, +donde siguió aprendiendo la pintura, que ya había comenzado, y de donde +no regresó hasta que murió su padre.</p> + +<p>Ejecutó éste dos cuadros para el convento de Santa Inés, representando +la Sacra Familia y el Espíritu Santo, otro para el altar mayor del +Hospital establecido en la calle Colcheros, que se conservaba en 1836, y +el magnífico<a name="page_130" id="page_130"></a> retablo del Juicio final que existe en san Bernardo y del +que dice un crítico «que es tal vez la más grandiosa obra que brotó de +sus afamados pinceles.»</p> + +<p>Herrera pintaba también con mucha destreza al fresco, ejecutando no +pocas obras por este procedimiento, y entre las cuales cita <i>Varflora</i> +las ejecutadas en los conventos de la Merced y de san Pablo y san +Buenaventura.</p> + +<p>En 1633, pagóle el cabildo de la ciudad ciertas cantidades por la +iluminación de una estampa de san Fernando y terminó algunas pinturas +para san José, siendo en gran número los cuadros de <i>Bodegones</i> que +hizo, los cuales estaban en poder de particulares y ya en tiempo de Ceán +habían casi todos desaparecido de Sevilla para ir á parar á los museos +extranjeros.</p> + +<p>En el Louvre se conserva hoy un cuadro que representa á <i>san Bernardo +dictando las reglas de la Orden</i>, que es una de las más acabadas obras +de Herrera.</p> + +<p>Este, muy anciano ya, marchó á Madrid en 1650, donde se estableció y +ejecutó algunas obras al fresco y no pocos grabados, impresos en +diversas obras.</p> + +<p>El año 1656 falleció Francisco Herrera en la córte, siendo enterrado su +cadáver en el templo de san Ginés.</p> + +<p>A más de los cuadros que pintó el maestro sevillano para los templos de +esta ciudad que he citado, se encuentran hoy en el Museo provincial las +siguientes obras: <i>Visión de san Basilio</i>, <i>dos santos de la orden +franciscana</i>, <i>Un santo obispo</i>, <i>san Gregorio</i>, <i>san Demetrio</i>, <i>san +Antonio</i>, <i>san Pedro</i>, <i>Sebaste</i>, <i>santa Dorotea</i>, <i>santa Gertrudis</i>, +<i>Un santo religioso bernardino</i> y la <i>Apoteosis de san Hermenegildo</i>, ya +citada. A más existen algunos originales en poder de particulares, tales +como un <i>san Nicolás de Bari</i>, que posee el señor Gestoso y que está +ejecutado con mucha valentía.<a name="page_131" id="page_131"></a></p> + +<p>De las cuarenta y siete grandes obras que de la mano de Herrera había en +Sevilla hacia 1830 se han perdido muchas, pero sin duda las que quedan +son las más importantes y las más apropósito para estudiar por completo +á este artista, que fué de los primeros en apartarse de las reglas de +los antiguos maestros, ejecutando libre, espontáneamente y con +atrevimiento y valentía.</p> + +<p>Distinguíase poderosamente en el claro-obscuro y en el conocimiento de +la anatomía, y todas sus producciones, por la manera especial de hacer y +la rudeza de los rasgos, parece que retratan su carácter.</p> + +<p>De éste se ha escrito mucho, tachándosele, como ya dije, de violento y +desabrido en extremo. Tal vez por esto en vida no fué muy elogiado +Herrera de sus coetáneos que le miraron con prevención, y únicamente +Lope de Vega le dedicó algunos versos en el libro segundo de su famoso +<i>Laurel de Apolo</i>.</p> + +<p>Del maestro sevillano se dice que «dibujaba con cañas y manejaba el +color con gruesas brochas», teniendo singular destreza para ello, y +terminando su obra con una rapidez que pasmaba.</p> + +<p>Triste y abandonado, falleció el notable artista á solas con las +negruras de sus pensamientos y la melancolía de su espíritu, y si dejó á +las generaciones futuras obras hermosas, no tuvo el consuelo de que ni +sus amigos y discípulos recordasen su nombre con ternura y derramasen +lágrimas por su memoria.<a name="page_132" id="page_132"></a></p> + +<h3><a name="LOPE_DE_VEGA_EN_SEVILLA" id="LOPE_DE_VEGA_EN_SEVILLA"></a>LOPE DE VEGA EN SEVILLA</h3> + +<p>El <i>Fénix</i> de los ingenios españoles, aquel que se alzó <i>con el cetro de +la monarquía cómica</i>, visitó á Sevilla en los primeros años del siglo +XVII, y si bien de su estancia en nuestra población no son hasta ahora +muy detalladas y completas las noticias que existen, pueden, sin +embargo, servir para dar asunto á uno de estos apuntes históricos.</p> + +<p>El año 1600 llegó á esta capital de Andalucía el gran poeta, que se +hallaba entonces en toda la fuerza de su juventud y con toda la lozanía +de su portentoso ingenio, y no vino solo, pues le acompañaba doña María +de Luján, hermosa mujer, con quien tenía hacía tiempo amorosas +relaciones, de las cuales eran fruto dos niñas, á la sazón de corta +edad, y de nombres Mariana y Angela.</p> + +<p>La amante del poeta acompañóle durante todo el tiempo de su estancia en +Sevilla, y aquí quedó, cuando Lope, en 1601, emprendió un viaje á Madrid +y Toledo para evacuar algunos negocios particulares, viaje del que no +tardó en regresar al lado de aquella mujer á quien cantaba en sus +poesías con el nombre de <i>Lucinda</i>.</p> + +<p>Por cierto que á su regreso corrió entre los literatos sevillanos un +soneto contra Lope, el cual algunos han atribuido á Cervantes, que á la +sazón también residía en nuestra ciudad, y cuya enemistad con el <i>Fénix</i> +de los ingenios<a name="page_133" id="page_133"></a> es bien conocida, no estando tampoco éste tardo en +atacar al autor del <i>Quijote</i> en varios de sus escritos.</p> + +<p>La pluma de Lope, jamás ociosa, no podía estarlo en Sevilla, y así fué; +aquí escribió varias comedias, entre las que se cuentan <i>La corona +merecida</i>, y algunos autos, como <i>El hijo pródigo</i> y <i>El viaje del +alma</i>, representándose durante aquellos años por las compañías de +Vergara y Villalva, algunas obras de Lope, que aunque ya conocidas en +otras partes no lo eran aún del público sevillano.</p> + +<p>El cuadro de costumbres que relata en <i>El Fénix de Sevilla</i>, de que ya +me ocupé, es buena prueba de que aquel gran hombre supo identificarse en +el ambiente de las costumbres sevillanas.</p> + +<p>Poesías escribió también Lope muchas en Sevilla, y de ellas merece +recordarse la carta que dirigió en 1603 á un amigo, y en la cual dice:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«...Pan de Sevilla regalado y tierno,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">masado con la blanca y limpia mano</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de alguna que os quisiera para yerno.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Jamón presunto de español marrano</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de la sierra famosa de Aracena,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">á donde huyó del mundo Arias Montano.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Vino aromatizado que sin pena</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">beberse puede siendo de Cazalla,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y que ningún cristiano lo condena.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Agua de la Alameda en blanca talla,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">¿dejáis por el bizcocho de galera</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y la zupia que embarca la canalla,» etc. etc.</span><br /> +</p> + +<p>En Diciembre de 1603 terminó Lope de Vega su obra <i>El peregrino en su +patria</i>, que fué impresa en Sevilla, y de la cual tanto se han ocupado +los críticos y los biógrafos del fecundísimo autor.</p> + +<p>Acompañado de su amante, joven y hermosa, á quien<a name="page_134" id="page_134"></a> adoraba y que +procuraba hacerle dichoso, considerado y tenido en alto aprecio por +todos y agasajado por cuantos hombres de letras había en la capital de +Andalucía, la estancia de Lope en nuestra ciudad debió serle en extremo +agradable, y de ella conservó siempre gratísimos recuerdos, como se +desprende de algunos pasajes de sus obras.</p> + +<p>A fines de 1604, Lope marchó de Sevilla, dirigiéndose primero á Madrid y +después á Toledo, donde tuvieron fin sus relaciones amorosas con Lucinda +(á lo menos públicamente), pues algún tiempo después, el poeta contrajo +matrimonio con doña Juana de Guardo...</p> + +<p>D. Cayetano Alberto de la Barrera, Hartzenbusch, Asensio, y don José +Sánchez Arjona últimamente en sus <i>Anales del teatro en Sevilla</i>, al +ilustrar la vida de Lope de Vega, se han ocupado de su estancia en +nuestra población, á la cual he dedicado un recuerdo en las anteriores +líneas, como he de hacerlo á otros hombres ilustres por cualquier +concepto que visitaron nuestra ciudad.<a name="page_135" id="page_135"></a></p> + +<h3><a name="CONFITEROS_Y_CONFITERIAS" id="CONFITEROS_Y_CONFITERIAS"></a>CONFITEROS Y CONFITERÍAS</h3> + +<p>Esto de la afición á los dulces ha sido cosa antigua en nuestra ciudad, +como así lo prueba la importancia que siempre tuvo el gremio de +confiteros y lo numerosos que ya en el siglo XVI eran los +establecimientos dedicados á la venta y fabricación de dulces de las +clases más variadas.</p> + +<p>Esto movió á no pocos de los confiteros, para mejor orden y disposición, +á nombrar examinadores del gremio y formar <i>ordenanzas</i>, las cuales +fueron aprobadas por el rey Felipe III en 20 de Mayo de 1606, el cual +encarecía la utilidad, expresando: «Nos fué hecha relación que el trato +y confituría en ella (en Sevilla) era muy grueso, por ser muy +grande..... Porque siendo las conservas y confituras, regalos de +enfermos y para personas ricas, convenía que la dicha obra fuese buena y +que fuese y se hiciese con buenos azúcares, y no echando otras mezclas, +para que se supiese y se entendiese cómo se había de hacer cada cosa, y +no se vendiesen cosas malas y falsas.....»</p> + +<p>Las tales <i>ordenanzas</i> no dejan de ser curiosas y contienen algunos +detalles de interés para el conocimiento de cómo estaba constituido el +gremio, y de sus artículos hemos de dar una idea, teniendo á la vista el +texto, que consta de veintiuna disposiciones, haciendo muy +especialmente<a name="page_136" id="page_136"></a> constar en la primera que de allí en adelante +«...<i>ninguna persona</i>, de cualquier estado ó condición que sea, pueda +tener tienda pública ni secreta sin que primero haya de preceder y +preceda examen de dicho oficio, el cual examen se ha de hacer ante los +veedores del dicho oficio de confiteros...»</p> + +<p>En las <i>ordenanzas</i> se manda que el que tuviera tienda y no fuera +examinado, se le castigaría con multas y otras penas, que se formase un +libro con las denuncias y que en la elección de veedores se tuviese la +mayor justicia y sinceridad.</p> + +<p>Que ya la gente del gremio estaba en el secreto de adulterar los +confites y engañar al pueblo se ve que no era cosa nueva, pues así se +desprende de los capítulos 30 y 31, que dicen:</p> + +<p>«Item ordenamos que ningún oficial de confituría sea osado á mezclar la +confitura que hiciese con almidón, harina, ni otras misturas, so pena de +perdida la dicha colación y de seis mil maravedís por la <i>primera</i> vez, +y por la <i>segunda</i> sea privado del dicho oficio de confitero por seis +meses y no tenga más tienda, y por la <i>tercera</i> que la justicia +ordinaria proceda á hacerle conforme la calidad y gravedad del +delito—31. Item ordenamos que los <i>canelones de sidra</i>, ó canela, +avellanas ó anís liso ó labrado, culantro liso ó labrado, almendra +pelada ó raída y entera, y piñones y grajeas, á todo esto sea y se haga +de un azúcar blanco, de arriba á bajo, sin otra mistura, so pena de dos +mil maravedís por la <i>primera</i> vez, y por la <i>segunda</i> pena doblada, y +por la <i>tercera</i> vez sea perdida la dicha colación y no tenga tienda por +seis meses.»</p> + +<p>En los artículos 12, 13 y 14, se especifican algunas de las confituras +más en boga de entonces, con indicaciones de las materias de mejor +calidad de que habían de confeccionarse,<a name="page_137" id="page_137"></a> recomendando con insistencia +«que el <i>azúcar rosado y los bocadillos</i> sean conservados con azúcar, +fresco y blanco, y el azahar cubierto, confitado y en conserva, sea de +buen azúcar, blanco de remate, etc.» no dejando de estar especificados +otros particulares en los cuales se recomendaba el más exacto +cumplimiento.</p> + +<p>Estas ordenanzas de 1606 fueron posteriormente confirmadas en Febrero de +1649, en Abril de 1675 y en Septiembre de 1680, y en 1723 se imprimieron +por Francisco Sánchez Reciente, con este título:</p> + +<p>—<i>Ordenanzas de el oficio de los maestros confiteros de Sevilla y su +reinado, en virtud de cédula de su majestad y señores de su real +consejo, que se mandaron imprimir siendo veedores Bartolomé de Marchena +y Luís de Bonilla, maestros de dicho oficio</i>, etc.</p> + +<p>Las confiterías sevillanas de antaño tenían un aspecto general que no +dejaba de ser característico; en el mostrador no se exhibían los dulces +para excitar el apetito: antes por el contrario, se ocultaban los toscos +tableros, que sólo se sacaban á petición del comprador; los botes con +los almíbares y las conservas se colocaban en largas hileras en la +estantería, en cuyo testero principal no faltaban nunca una hornacina, +con una escultura religiosa ó con un cuadro devoto, ante el que ardía +cierta lamparilla de aceite, y completaban el menaje del establecimiento +dos grandes velones, una bandeja con jarro, vasos, un peso de cobre y +uno ó dos bancos toscos, en los cuales tomaban asiento y descansaban por +las tardes los amigos del dueño, que nunca dejaban de formar allí su +tertulia, más ó menos numerosa.</p> + +<p>En el siglo XVII hubo en Sevilla algunos confiteros que fueron célebres +por su habilidad en la confección de los dulces, y de entre ellos han +pasado á la posteridad,<a name="page_138" id="page_138"></a> digámoslo así, Pedro de Libosna, Bartolomé +Gómez y Jerónimo de Barco, que no tenían competidores en las conservas, +la carne de membrillo, los mazapanes y los canelones de sidra, canela, +avellana ó anís.</p> + +<p>Una vez cada año, el día de San Juan Bautista, se hacía la visita de +inspección, como si dijéramos, por todos los establecimientos de +confitería, y era de ver con qué gravedad y ceremonia el teniente de +Asistente, acompañado por el escribano de cabildo, examinaba cacerolas, +calderos, medidas y moldes, se enteraba del estado de los productos y se +informaba prolijamente del personal y de su pericia para elaborar las +delicadas confituras.</p> + +<p>Dábase el caso alguna vez que no se encontraba tal ó cual +establecimiento con todos los requisitos que las estrechas <i>Ordenanzas</i> +disponían y entonces ya estaba la fiesta en la casa, pues el dueño que +se veía amenazado, protestaba, tratando de atenuar la falta, y la +justicia, que era inflexible, se revestía de toda su autoridad, dando +esto lugar á escenas por demás animadas.</p> + +<p>Esto de ser <i>maestro confitero</i> no era cosa á que todo el mundo podía +llegar, como por ejemplo, los esclavos, acerca de lo cual decían las +<i>ordenanzas</i>: «...Que no puede ser examinado <i>ningún esclavo</i>, so pena +de dos mil maravedís, y que le quiten la tienda, aplicada la pena, como +dicho es, y el que lo examinara sea privado del oficio perpetuo de +examinador.»</p> + +<p>Tenía el gremio de confiteros su hermandad de cofradía, la cual llegó en +cierta época á ser de las más ricas y que más continuo y lucido culto +sostenían, como así en papeles antiguos consta.</p> + +<p>No haré memoria de los muchos pleitos y litigios que durante el siglo +XVII se siguieron por el gremio, con motivo de la tasa puesta á los +dulces con otras causas, enredos<a name="page_139" id="page_139"></a> que no dejaron de perjudicar á todos +los del oficio con crecidos desembolsos y competencias nada beneficiosas +y que trajeron una situación nada próspera, de la que tardó mucho en +reponerse el gremio.</p> + +<h3><a name="LOS_MORISCOS" id="LOS_MORISCOS"></a>LOS MORISCOS</h3> + +<p>La situación de los moriscos que residían en Sevilla al terminar el +siglo XVI era en verdad comprometida y en muchas ocasiones fueron +tratados con la mayor crueldad por las autoridades y por el mismo +pueblo.</p> + +<p>Mas como si fuesen pocos los castigos que se les imponían por la +Inquisición y por otras autoridades, en el año de 1600 se vieron +amenazados de un peligro que á todos ellos podía pesarle.</p> + +<p>El 16 de Mayo hiciéronse por algunos correr las voces de que los +moriscos preparaban un motín para levantarse en armas de acuerdo con los +de Córdoba, y en dicho día aparecieron en la iglesia de Santa Ana, de +Triana, y en otros puntos, pasquines dando la voz de alerta á las +autoridades, con lo cual se consiguió alarmar la ciudad, comenzando +enseguida diligencias y pesquisas en contra de<a name="page_140" id="page_140"></a> los moriscos, los +cuales, en realidad, nada habían hecho, ni ningún proyecto tenían de +turbar la paz de la ciudad.</p> + +<p>Se efectuaron algunas prisiones, pero entonces un vecino de Triana +llamado García Montano, hombre que gozaba de crédito, alzó su voz cuando +empezaban los injustos castigos, y unido á otros cristianos acudieron al +Asistente, marqués de Montesclaros, haciéndole presente cuán sin +fundamentos eran las voces que contra los moriscos se habían levantado.</p> + +<p>Convencido de la verdad, el marqués publicó un bando para que los +moriscos no fueran molestados, pero apesar de su orden hubo revueltas y +alborotos, y en el mismo mes de estos sucesos fueron quemados tres de +ellos que estaban hacía algún tiempo presos en las cárceles del tribunal +de la Inquisición.</p> + +<p>Empeorando por días el estado de los moriscos sevillanos llegó á ser +verdaderamente aflictiva su situación más adelante: la vigilancia se +hizo más estrecha y más frecuentes los castigos, en tanto que se +acrecentaba la campaña decisiva que contra ellos elevaron los elementos +religiosos, entre los que se encontraba la del padre Juan de Ribera, +arzobispo de Valencia, patriarca de Antioquía y enemigo acérrimo de +aquella infeliz raza.</p> + +<p>Cedió al fin Felipe III á la opinión de la junta nombrada al efecto y en +la que se encontraba el inquisidor general, y dió aquella célebre orden +de expulsión de los moriscos del reino, impolítica y cruel medida, con +la cual se disminuyó grandemente la población de España, pues perdió un +millón de habitantes, se quitaron brazos á la agricultura y se +deshicieron multitud de familias.</p> + +<p>A principios de 1610 súpose en Sevilla, después de algún tiempo de +incertidumbres, que amenazaba la orden<a name="page_141" id="page_141"></a> del monarca decretando la +expulsión, y con objeto de prevenir cualquier incidente que pudiera +sobrevenir, las autoridades tomaron medidas en extremo rigurosas.</p> + +<p>El 17 de Enero del año citado se señaló para publicar el bando con todas +las formalidades, presentando aquel día la ciudad extraordinario +movimiento por haber la medida revuelto los ánimos un poco.</p> + +<p>Salió el pregón del bando por la mañana á recorrer la ciudad, figurando +en la comitiva un juez especial que había venido para entender en el +asunto y, como era de costumbre, los alguaciles y el pregonero.</p> + +<p>Seguíanla por las calles infinidad de moriscos, que al escuchar el +pregón prorrumpieron en llantos y lamentos, siendo imposible relatar las +escenas lastimosas que se desarrollaban en los lugares donde había más +casas habitadas por familia de los infelices que eran expulsados, y así +lo da á entender estas palabras de un autor coetáneo, el cual escribe +que «fué día de gran tribulación y amargo desconsuelo para esta gente, +que, aunque malos cristianos é indicados de traición, no podían salir +sin pena de esta tierra, donde habían nacido.»</p> + +<p>Como la orden del rey era terminante y exigía la más inmediata ejecución +de los <i>moriscos</i> sevillanos, viéronse en la precisión, mal de su grado, +de malbaratar los bienes que poseían, con gran provecho para los que en +la ciudad quedaban, que adquirieron á ínfimos precios cosas de gran +valor, y propiedades de importancia.</p> + +<p>A los pocos días de la publicación del bando comenzaron á salir de +Sevilla los <i>moriscos</i> en gran número, siendo aquella expulsión una de +las primeras causas, que, uniéndose luego á otras de varios órdenes, +contribuyó poderosamente á la decadencia en que cayó la capital de +Andalucía al mediar el siglo XVII.<a name="page_142" id="page_142"></a></p> + +<h3><a name="CABALLEROS_DE_ANTANO" id="CABALLEROS_DE_ANTANO"></a>CABALLEROS DE ANTAÑO</h3> + +<p>El conde de Teba era mozo galán y de carácter un tanto ligero, poco dado +á meditar sus actos, y esto vino á traerle más de un lance como el que +le ocurrió en 1614 con don Rodrigo Ortiz de Zárate, caballero de los más +significados de la nobleza sevillana.</p> + +<p>Entró el conde en la tarde del 1.º de Febrero de dicho año en casa de +unas damas á quienes visitaba y encontró allí á don Rodrigo, que también +frecuentaba el trato de las señoras con más ó menos intimidad.</p> + +<p>Después de cruzar algunas palabras ambos caballeros, el conde, que aquel +día no andaba muy bien humorado, pidió al de Zárate un pistolete que +tenía y después de cogerlo súbitamente, le amenazó en serio con él, +recordándole no se sabe qué antiguos resentimientos, y luego, con ademán +un tanto brusco, le quitó la espada que llevaba de cinto, y sin andarse +con miramientos, fué hacia una ventana que en la estancia había y arrojó +por ella á la calle el acero con gran sorpresa de las damas.</p> + +<p>Montó en cólera don Rodrigo por aquella que reputaba gravísima ofensa y +aunque allí le detuvieran por el pronto las damas, salió de la casa +jurando y perjurando que había de matar al conde en venganza de lo de la +espada.<a name="page_143" id="page_143"></a></p> + +<p>No era para dudar de que estos propósitos del ofendido caballero +quedasen en tales, y así fué, que sabiéndolos algunos amigos, pusieron +el caso en conocimiento del Asistente, que lo era entonces el conde de +Palma, y éste, deseando evitar el lance, y con la esperanza de un +arreglo, mandó llamar el mismo día á su casa al conde de Teba y á don +Rodrigo de Zárate.</p> + +<p>Pero aquella entrevista, que con la mejor intención preparó el +Asistente, fué harto desgraciada, pues, al verse frente á frente los dos +enemigos, después de algunas frases altas, Ortiz de Zárate acometió de +pronto furiosamente al conde, y con una espada lo hirió traidora y +mortalmente, sin que pudiera impedirlo el de Palma, que por sujetar al +agresor sufrió también de éste algunos golpes.</p> + +<p>Los criados del Asistente acudieron al ruído de la lucha, y viendo á uno +en tierra y á su amo ensangrentado, dieron tan tremenda paliza á don +Rodrigo, que poco faltó para que allí mismo hubiera espirado.</p> + +<p>Este suceso, por las personas que intervinieron en él, y por las +circunstancias en que se desarrolló, fué objeto de la atención de toda +Sevilla y causó gran sorpresa á todos el saber que la madre de don +Rodrigo se querelló al Consejo diciendo nada menos que su hijo había +sido llamado á casa del Asistente para que el conde lo asesinase, y que +éste, en propia defensa, se vió obligado á herir.</p> + +<p>En el proceso que se formó que fué muy ruidoso y dilatado, corrieron +bien los escudos, por lo cual Ortiz de Zárate pasó, por toda pena, +desterrado á Madrid, donde murió algún tiempo después.</p> + +<p>Y ocurrió entonces que, al divulgarse el fallecimiento, se hizo público +un documento que había escrito y firmado de su puño don Rodrigo el día +después de haber dado<a name="page_144" id="page_144"></a> muerte al de Teba, en el cual confesaba ser falsa +la suposición de haber sido llamado á engaño á casa del Asistente, +documento que él mismo ordenó que no se diese á conocer hasta ocurrir su +muerte, y en el cual se decía:</p> + +<p>«Yo D. Rodrigo de Zárate, por descargo de mi conciencia, digo: Que +aunque en la confesión que se me tomó dije, que el conde de Palma y +otras personas me llevaron engañosamente á matarme, con título de +amistad entre mí y el conde de Teba, y yo vine á ello. Y así fuí en +compañía del dicho conde de Palma en su coche. Y estando en su casa, y +queriendo darme satisfacciones el conde de Teba, dije yo que no era +menester. Y aguardando ocasión que estuviese descuidado, herí al conde +de Teba, porque llevaba esa intención, y por eso no había querido +satisfacciones, etc............</p> + +<p>Y son testigos de esta declaración el P. Fr. Alonso Bohorques, Rector +del Colegio de San Alberto; Fr. Agustín Velázquez; el P. Fr. Miguel +Guerra, y el P. Fr. Gaspar de Cebes, del Orden de San Francisco.—Fecha +en Sevilla á 2 de Febrero de 1614.—D. Rodrigo Ortiz de Zárate.»</p> + +<p>Tal fué el curioso suceso que las crónicas sevillanas registran, y por +el que se ve que todos los caballeros de antaño no eran un modelo en +esto de la caballerosidad.<a name="page_145" id="page_145"></a></p> + +<h3><a name="EL_TUTOR_Y_LA_PUPILA" id="EL_TUTOR_Y_LA_PUPILA"></a>EL TUTOR Y LA PUPILA</h3> + +<p>Estaba avecindado en la villa de Utrera, á los comienzos del siglo XVII, +un caballero, de nombre don Pedro de Córdoba y Guzmán, el cual era tío y +tutor de una linda joven que en su misma casa se había educado, y la +cual tenía una fortuna á que no era cosa de hacerle ascos.</p> + +<p>La tal sobrina, aunque el don Pedro la tenía guardada con gran recato, +que tocaba en tiranía irritante (se ignora con qué intenciones) no lo +estuvo tanto que pudiera sustraerse á las miradas de un mancebo de buen +porte, el cual se enamoró perdidamente de la utrerana doncella, siendo, +para satisfacción suya, correspondido, y de tal correspondencia vino +luego el peor daño.</p> + +<p>Opúsose furiosamente el tutor al casamiento de su pupila, sin que +hubiera quien le convenciera, porque ya se sabe á qué estado de odiosa y +repugnante oposición llegan á veces padres, madres y tutores en esto de +las bodas, lo cual, visto por el fogoso galán, deseando librar á su +adorada de aquel Argel donde gemía cautiva, hizo en Sevilla las +diligencias necesarias para poderla sacar por el Juez de la Iglesia, y +corrientes los papeles volvió á Utrera en compañía del Alguacil Mayor +del Cardenal para lograr la realización de sus ansias.</p> + +<p>A los pocos días presentóse el galán en casa de don<a name="page_146" id="page_146"></a> Pedro, con su +Alguacil, á pedir la mano de la niña, siendo recibido con toda gravedad +por el tutor, el cual díjoles, después de oirlos y con mucha flema, que +aguardase un momento, pues iba á avisar á su sobrina.</p> + +<p>Salió en efecto de la habitación y dirigiéndose al cuarto de la joven, +sin más palabras, sacó un puñal, y sorprendiéndola desprevenida, la +asesinó vil y cobardemente de dos puñaladas en el pecho, volviendo muy +tranquilamente á donde el galán aguardaba, á quien manifestó que su +sobrina estaba vistiéndose y no tardaría en salir y que él corría á la +calle á avisar á una señora vecina y amiga de la casa, para que fuese +testigo de la concesión de la mano que iba á hacer.</p> + +<p>Descubierto á los pocos momentos el crimen, don Pedro de Córdoba y +Guzmán no tardó en ser preso y traído á la cárcel real de Sevilla, +siendo condenado á muerte al poco tiempo.</p> + +<p>El día 2 de Marzo de 1604, el asesino fué degollado por el verdugo +Francisco Vélez en la Plaza de San Francisco, y apunta el documento +contemporáneo de donde saco esta noticia, que el interés que despertó el +caso fué extraordinario, publicándose del suceso muchos romances +populares.<a name="page_147" id="page_147"></a></p> + +<h3><a name="EL_INCENDIO_DE_EL_COLISEO" id="EL_INCENDIO_DE_EL_COLISEO"></a>EL INCENDIO DE "EL COLISEO"</h3> + +<p>Entre los años de triste memoria para los aficionados sevillanos al arte +de Talía lo fué él de 1620, pues en él se incendió y destruyóse por +completo el famoso <i>corral de el Coliseo</i>, donde tan célebres +representantes trabajaron y que tan favorecido era por el público de +nuestra población.</p> + +<p>Habíase acordado la construcción del Coliseo hacia 1601 por la ciudad, +estando á cargo de la dirección de las obras el maestro mayor Juan de +Oviedo, terminándose el edificio, que era el mejor que de su clase hasta +entonces había tenido Sevilla, en 1607, llevándose en él á cabo +importantes reformas por los años de 1614.</p> + +<p>La compañía de Cristóbal Ortiz y los hermanos Valencianos trabajaban á +mediados de 1620 en el Coliseo, con gran satisfacción de todos, cuando +vino á poner súbitamente término al regocijo, la catástrofe ocurrida el +jueves 25 de julio.</p> + +<p>Aquella tarde representábase una comedia de Andrés de Claramonte +titulada <i>San Onofre ó el rey de los desiertos</i>, la cual había obtenido +gran éxito y era muy celebrada por todos.</p> + +<p>Tocaba la obra á su término, á las ocho de la noche, cuando súbitamente +corrió la voz de que en el coliseo se<a name="page_148" id="page_148"></a> había declarado un incendio, el +cual empezó porque una bujía prendió fuego en una de las simuladas nubes +de papel y tela.</p> + +<p>No se acudió á tiempo por los dependientes de la escena y con +extraordinaria rapidez levantóse la llama, que llegó hasta el techo, el +cual pronto comenzó á arder, causando el asombro, la confusión y la +angustia en el público y en los comediantes.</p> + +<p>Una <i>Relación</i> contemporánea del suceso que se conserva en la Biblioteca +Colombina, y que debió ser escrita por un testigo ocular, dice al llegar +á este punto:</p> + +<p>«El humo, la confusión, voces y llantos, particularmente de las mujeres, +fué tan grande, que unas se arrojaban de las ventanas, otras de los +corredores y otras caían desmayadas, medio muertas; fué mucho mayor el +daño que la turbación les causó, que el que el mismo fuego les pudiera +hacer, si advertidamente y con orden fueran saliendo; pero como el miedo +de la muerte no da lugar á estos discursos, cayendo unas y tropezando +otras en las caídas, empezaron juntamente con el humo á subir al cielo +las voces y quejas de los que se ahogaban sin remedio, como las de los +que faltándoles ya las mujeres, ya los maridos, ya los hijos, ya los +parientes y amigos, juzgaban el peligro en que quedaban aunque estaban +ya fuera. No perdieron la ocasión los ladrones antes más animados de +codicia que de lástima, hubo algunos tan atrevidos que se entraron +dentro del <i>Corral</i>, antes que el fuego estuviese apoderado de todo; y +viendo las mujeres en el estado que se ha dicho, en lugar de sacarlas +del peligro, les quitaban las joyas y lo que podían; llegando la +inhumanidad á tanto, que me afirman que (la verdad tenga su lugar) +algunos las acababan de ahogar para robarlas más á su sabor, sin que á +esto pudieran dar remedio<a name="page_149" id="page_149"></a> los que lo veían, cuyo peligro propio no daba +lugar á cuidar del ajeno.»</p> + +<p>Cuantos esfuerzos se hacían por todos para atajar el incendio resultaban +entonces inútiles: en vano trabajaban los que estaban á salvo por acudir +al remedio y en vano se echaba mano de cuantos medios se disponían +entonces en aquellos desgraciados casos.</p> + +<p>Desde gran distancia se veían las llamas, denotando las grandes +proporciones del incendio, y la noticia corrió rápidamente por la +ciudad, acudiendo á la calle de los Alcázares y á la Encarnación las +autoridades y multitud de personas, ya movidas por curiosidad ó por el +interés que les inspirara la suerte de los espectadores.</p> + +<p>El Asistente, que lo era á la sazón el conde de Peñaranda, puede decirse +que en aquellos difíciles momentos no estuvo ni tardo, ni desacertado en +sus medidas, así como los tenientes y el alguacil mayor que le +secundaron.</p> + +<p>«Dividieron—escribe D. José Sánchez Arjona—en dos cuadrillas, los +albañiles, peones y demás gente que acudió á prestar auxilio; la primera +dedicada á salvar las personas que había aún dentro del <i>corral</i> y la +segunda á derribar las casas que confinaban con el coliseo, logrando +aislar y dominar el incendio que duró hasta las tres de la mañana del +día 26, no quedando en pié más que las cuatro paredes y el cuarto de la +puerta de la calle.»</p> + +<p>Grandes fueron las pérdidas que aquella catástrofe produjo, y en la que, +según los datos, perecieron unas veinte personas, en su mayoría mujeres +y niños pequeños, que ni tuvieron medios de ponerse en salvo, ni hubo +ocasión de acudir á tiempo en su auxilio.</p> + +<p>Un detalle para terminar: de los actores, según la relación, pudieron +todos librarse de las llamas, y de uno de<a name="page_150" id="page_150"></a> ellos dice: «El que hacía la +figura de <i>San Onofre</i> salió casi desnudo, con una mata de yedra por +paños menores, y los muchachos le siguieron dándole <i>¡Vaya!</i> hasta su +casa, que estaba lejos.»</p> + +<h3><a name="LA_MADRE_CATALINA_Y_MAESTRO_VILLALPANDO" id="LA_MADRE_CATALINA_Y_MAESTRO_VILLALPANDO"></a>LA MADRE CATALINA<br /> +<span style="margin-left: 6em;">Y MAESTRO VILLALPANDO</span></h3> + +<p>Escribir la historia detallada de lo que fué la secta de los +<i>alumbrados</i> en Sevilla durante los siglos XVI y XVII, sería trazar el +más interesante cuadro que retratase con toda verdad uno de los aspectos +más gráficos de la sociedad de aquellos tiempos, que no era en verdad +modelo de virtudes, de religiosidad, y de pureza de costumbres.</p> + +<p>Pero como de nada sirve querer desfigurar la historia, el estudio de los +documentos, papeles y antigüedades viene á destruir la dorada leyenda, +dando á conocer con toda la realidad lo que fueron nuestros antepasados, +que vivieron en todo el esplendor de la monarquía absoluta.</p> + +<p>Casi á mediados del siglo XVI, la secta de los <i>alumbrados<a name="page_151" id="page_151"></a></i>, de la que +fueron fundadores dos sacerdotes, Chamizo y Alvarez, en unión de otros +varios presbíteros más, apareció en Sevilla, siendo su propagación +rapidísima; y como quiera que la Inquisición anduvo algo tardía en +intervenir en el asunto, cundió de tal modo, que beatas, frailes, +clérigos y personas relacionadas con el elemento eclesiástico, se +infestaron á cientos de la doctrina.</p> + +<p>Era esta una absurda mezcla de misticismo y sexualidad de superstición +fanática y despreocupación; valiéndose de lo sobrenatural para cometer +los actos de la más desenfrenada lujuria y del más refinado placer +material.</p> + +<p>Un autor, tan poco sospechoso como Menéndez Pelayo, ha escrito estas +líneas, explicando la herejía de los <i>alumbrados</i>.</p> + +<p>«La doctrina que afectaban profesar se reducía á recomendar á sus +secuaces larga oración y meditación sobre las llagas de Cristo +Crucificado, de la cual oración, hecha del modo que ellos aconsejaban, +venían á resultar <i>movimiento del sentido, gruesos y sensibles</i>, ardor +en la cara, sudor y desmayos, dolor de corazón y movimientos +libidinosos, que aquellos infames llamaban <i>derretirse en amor de Dios</i>. +Una vez alcanzado el éxtasis, el <i>alumbrado</i> se tornaba impecable y le +era lícita toda acción cometida en tal estado... Las afiliadas de la +secta vestían de beatas con toca y sayal pardo. Andaban siempre absortas +en la supuesta contemplación, mortecinas y descoloridas, y <i>sentían un +ardor terrible que las quemaba</i>, unos saltos y ahíncos en el corazón que +las atormentaba, y una rabia y molimiento en todos sus huesos y miembros +que las tenía desatinadas y descoyuntadas..... El padre Alvarez les +certificaba que aquello era efecto y gracia del Espíritu Santo; y +llevando al último extremo la profanación y el sacrilegio, comulgaba +diariamente á sus beatas con varias hostias<a name="page_152" id="page_152"></a> y partículas, diciéndoles +que <i>mientras más Formas, más gracia</i>, y que no duraba la gracia en el +alma <i>más de cuanto duraban las especies sacramentales</i>.»</p> + +<p>La lista de los <i>alumbrados</i> sevillanos sería interminable, y en gran +número salían en los autos de fe, y aunque de todos en completo se +ignoran los nombres y las circunstancias de sus procesos, de muchísimos +existen noticias anteriores bien detalladas.</p> + +<p>Estas noticias, por las cuales se viene en conocimiento de lo que era +una parte de la población de Sevilla entonces, son en extremo curiosas y +dignas de ser recordadas, máxime cuando el mayor número de los +<i>alumbrados</i> pertenecían al sexo bello y eran, además, jóvenes y bien +parecidas.</p> + +<p>No he de relatar en detalles casos de <i>alumbrados</i> y <i>alumbradas</i> +jóvenes, pero solo recordaré uno que produjo gran escándalo é hizo la +comidilla en la población, siendo los protagonistas del suceso la beata +carmelita Catalina de Jesús y el clérigo Juan de Villalpando.</p> + +<p>La tal beata era natural de Linares, y de joven tenía su residencia en +Sevilla, donde se tocó de la herejía, y el maestro Villalpando, que +había nacido en Garachino (Tenerife) llegó también de mozo á la capital +de Andalucía, trabando ambos estrecha amistad, que llegó á ser, por sus +locuras, de las más peligrosas.</p> + +<p>La beata y el clérigo fueron los fundadores de una congregación de +<i>alumbrados</i>, compuesta de hombres y mujeres que, hacia 1620, comenzaron +á reunirse en lugares apropósito, y en los cuales se entregaban á las +prácticas á que acostumbraban los de la secta.</p> + +<p>Aquellas reuniones llegaron á ser en extremo numerosas y animadas, y á +ellas asistían infinidad de personas, la mayoría embaucadas por la madre +Catalina y por<a name="page_153" id="page_153"></a> el maestro, que para ello tenían, sin duda, especiales +dotes.</p> + +<p>Las heréticas prácticas de ellos y sus proposiciones, eran las de todos +los <i>alumbrados</i>, tales como las predicaciones contra el matrimonio; sus +diversas opiniones sobre los mandamientos, la oración y otros actos +religiosos, según consta en la relación del proceso, de la beata y el +clérigo:</p> + +<p>Catalina de Jesús se averiguó que «se trataba regaladamente y se +entretenía en comidas y cenas de conversación y de huelgas en el campo +con clérigos, sus devotos; y que con uno, en particular, tenía tanta +comunicación y amistad, que se estaba con ella todas las noches hasta +las diez y las once, y muchas veces solos y á oscuras, y que él tenía +llave maestra de una puerta falsa de casa de las susodichas, por donde +entraba de noche y de madrugada, y que viniendo él de fuera de Sevilla y +saliendo de predicar iba á ver á la susodicha antes de entrar en su +casa, haciéndose sospechar que no era bueno su trato: y que ella apoyaba +y encarecía mucho la santidad del dicho clérigo y de otros sus devotos +para acreditarlos; y de uno dijo que tenía oración en el sér de Dios, y +otras cosas semejantes, de que fué testificada por 149 testigos, que se +le dieron en publicación».</p> + +<p>El maestro Villalpando, por su parte, «había tenido de muchos años muy +particular comunicación con una beata, á quien tenía por maestra y +rendida la obediencia, á cuya casa acudía muy de ordinario de día y de +noche, hasta muy tarde, á las diez y las once, donde lo hallaban cuando +lo buscaban para salir á dar los Sacramentos á los enfermos de la +parroquia donde era cura, y muchos ratos de la noche estaba con ella sin +el menor escrúpulo á oscuras, y entraba en la dicha casa de noche y de +madrugada<a name="page_154" id="page_154"></a> por una puerta falsa con llave que él tenía de ella, y que +tenía retratos de la dicha beata, unos pintados, otros de talla, en +barro, y los abonaba y encarecía, diciendo que los había hecho por +tenerla por mujer muy santa».</p> + +<p>Las reuniones de <i>alumbrados</i> que la madre Catalina y el clérigo +presidían, fueron ya tan frecuentes, y las deshonestidades tantas, que +al fin y á la postre, cuando las cosas habían llegado al escándalo y +eran muchas las mujeres seducidas por ambos, la inquisición tomó cartas +en el asunto y los dos fueron presos, terminando allí y viniendo á +tierra todas sus reuniones y conventículos.</p> + +<p>En el proceso formado á la beata y su amigo, se pusieron en claro todos +los particulares que eran menester, y ambos, en unión de diez reos más, +salieron en el auto de fe que se celebró en San Pablo en el último día +de Febrero de 1627, y del cual se lee en la <i>Relación</i> que existe en la +Biblioteca Colombina, reproducida por don Joaquín Guichot.</p> + +<p>«El deseo que el pueblo tenía de saber la resolución que se tomaba en +las causas del <i>Maestro Juan de Villalpando</i> y de <i>Catalina de Jesús</i>, +que habían sido presos por este Santo Oficio muchos días había, lo movió +de manera que con ser este Auto particular, vino á ser el más solemne y +de mayor concurso de gente, así de la ciudad como forastera, que jamás +se ha visto en otro; pues con ser muy grande la distancia que hay desde +las casas del Santo Oficio hasta el dicho convento y la Iglesia de él, +que es de las mayores de esta ciudad, hubo gran dificultad en pasar los +presos y el acompañamiento del Santo Oficio por las calles y en entrar +en dicha Iglesia, según todo estaba ocupado de gente que se había +prevenido y tomado lugar desde la media noche.»<a name="page_155" id="page_155"></a></p> + +<p>La madre Catalina fué condenada á estar reclusa seis años en un convento +ú hospital, á rezar todos los días de su vida el rosario, á confesar con +quien la Inquisición le señalase y á ayunar todos los viernes, +ordenándose también «que se cogiera por edictos públicos cualesquiera +cosa de su persona ó vestidos que se hallan dado por reliquias ó +cualquier retrato suyo y todos sus escritos de molde ó de mano.»</p> + +<p>En cuanto al maestro Villalpando, se retractó en público de las veinte y +dos proposiciones que le fueron señaladas y se le condenó á estar preso +cuatro años en un monasterio sin poder decir misa, y á ser privado de +administrar durante su vida los sancionamientos y á pagar 200 ducados y +á hacer ciertos ejercicios religiosos....</p> + +<p>Con aquellas sentencias desaparecieron de la escena los dos famosos +<i>alumbrados</i> que tanto ruido dieron, terminando su vida obscuramente y +arrepentidos, según es de creer, de sus pasadas locuras y escándalos.<a name="page_156" id="page_156"></a></p> + +<h3><a name="CRUELDAD_DE_UN_ASISTENTE" id="CRUELDAD_DE_UN_ASISTENTE"></a>CRUELDAD DE UN ASISTENTE</h3> + +<p>El Asistente de Sevilla en 1621 era el conde de Peñaranda, el cual dió +pruebas de ser hombre de carácter tal, que lo retrata el siguiente +hecho, rigurosamente histórico:</p> + +<p>Varios muchachos de esta ciudad se encontraban reunidos entregándose á +diversos juegos, con frecuencia inocentes pero cayeron cierto día en uno +que ya no lo era tanto y fué decir que estaban formando cierta conjura +para á uno de ellos proclamarlo rey, como si esto fuera cosa que en sus +manos estuviese.</p> + +<p>Tuvieron conocimiento de la broma algunos alguaciles, y un día, en que +los muchachos estaban reunidos, fueron sorprendidos por la autoridad, y +aunque escaparon algunos, lograron ser siete de ellos presos, seis de +Sevilla y el último, hijo de un noble cordobés y el cual muchacho no +pasaba de 13 años.</p> + +<p>Enterado el conde de Peñaranda del caso, lo tomó tan á pechos, que +encausó á los jóvenes imberbes, haciendo que contra ellos se formase un +proceso formal, nada menos que como perturbadores de la tranquilidad del +reino. Y así, aceleró los trámites de una injusta causa de Estado, +despachó correos á la Corte, abultando infamemente los hechos, y la +sentencia fué<a name="page_157" id="page_157"></a> condenar á muerte á los mozos, que tal era la justicia en +aquellos tiempos.</p> + +<p>En el mes de Enero fueron ejecutados los siete mancebos en la Plaza de +San Francisco, escribiendo D. Diego Ignacio de Góngora en el manuscrito +que está en la Colombina, estas palabras sobre el suceso, que no creo se +pondrán en duda:</p> + +<p>«Este hecho lo referían así mis padres y mayores que lo vieron: y decían +que había causado mucha lástima y compasión en Sevilla, porque la poca +edad de los supliciados daba prueba manifiesta del ningún fundamento y +sustancia del delito y de la acusación. Atribuyeron á rigor y suma +celeridad del Asistente, en la ejecución del castigo; mas como era +materia tan grave de suyo, y que á las voces que corrían se debía dar +cumplida satisfacción para escarmiento y ejemplo, su señoría no perdonó +diligencia ni admitió término dilatándola. Se dijo que el padre de uno +de ellos, que era muy rico, ofreció sumas considerables de dinero por el +perdón del hijo. En fin, la ejecución fué espectáculo que acongojó el +ánimo de los que la vieron.»<a name="page_158" id="page_158"></a></p> + +<h3><a name="EL_SASTRE_CATALAN" id="EL_SASTRE_CATALAN"></a>EL SASTRE CATALÁN</h3> + +<p>La historia de Cosme Sevaro, es de las más famosas que registran las +memorias sevillanas.</p> + +<p>Catalán era Cosme, ejercía el oficio de sastre en la calle de los +Fundidores, hoy de Hernando Colón, y estaba casado con Manuela Tablante, +hermosa hembra, la cual gustó más que de su marido de un robusto mozo +llamado José Márquez, oficial que en la tienda estaba, y como ambos eran +jóvenes y de sangre inquieta, no tardaron en entenderse muy á su sabor y +sin que nada llegase á sospechar el buen alfayate de lo que pasaba en su +misma casa.</p> + +<p>Hubo de descubrir éste, después de mucho tiempo, su deshonra; pero no +fué hombre de los que se dan á la justa cólera, ni menos pensó en vengar +el agravio con propia mano, sino que entabló querella ante escribano, y, +presos la Tablante y Márquez, se les condenó á la última pena en 22 de +Octubre de 1624.</p> + +<p>Pero muchas simpatías debían de tener los reos entre cierta gente de +Sevilla, cuando, apenas se colocó el tablado para la ejecución, un grupo +numeroso de hombres lo destruyó, y otro que se hizo enseguida fué +deshecho y quemado también la noche del 24 del citado Octubre.</p> + +<p>Por fin, con auxilio de la tropa, se puso un tercer<a name="page_159" id="page_159"></a> tablado, y el 25 +por la mañana, después de haber tomado las autoridades grandes +precauciones, llevaron allí á los dos reos y al sastre Cosme, que debía +presenciar el castigo.</p> + +<p>Mas hé aquí que, cuando llegaron los amantes y estaban en el patíbulo, +comenzó á levantarse un rumor sordo en el público que llenaba la plaza y +el cual fué tomando mayores proporciones, hasta oirse por algunos sitios +la palabra perdón.</p> + +<p>Entonces apareció por el arco del convento de San Francisco un gran +número de frailes en procesión con velas encendidas, llevando en alto un +crucifijo, y los cuales, venciendo la resistencia de los soldados, se +abrieron paso con dificultad y subieron al tablado con priesa, +arrodillándose ante el sastre pidiéndole con sentidas expresiones que +perdonara á los culpables.</p> + +<p>La esposa cayó también á los pies del marido y entonces se desarrolló +una escena por demás original.</p> + +<p>«Clamaban—dice el manuscrito del conde del Aguila—los alaridos de la +gente porque la mujer era hermosa: cuatro de los religiosos se abrazaron +con el marido sin dejarle menear y ayudados de otros y diciendo á +grandes voces:—<i>Ya ha perdonado</i>—echaron abajo á la mujer, que dió un +salto por la escalera como una gata, y sin cesar las voces de—<i>Ya ha +perdonado</i>—fué notable el alarido y contento de todos, y se la llevaron +en volandas á San Francisco. Cosme, alzando el brazo, lo meneaba muy +depriesa, haciendo señales de que no era verdad, pero seguían las voces +de perdón y echaron en el bullicio del tablado abajo al adúltero medio +muerto y lo llevaron también á San Francisco, quedando allí Cosme +llorando.»</p> + +<p>El final de la historia fué que José Márquez pasó á<a name="page_160" id="page_160"></a> galeras, que el +sastre catalán perdonó algunos días después á su amable costilla +haciéndola que entrara en un convento; pero Manuela Tablante, que era +mujer de empuje, escapó del convento y vivió suelta muchos años en toda +libertad para entregarse á mil amoríos en la ciudad, por los que se hizo +famosa.</p> + +<p>En verso y prosa se publicaron y circularon profusamente por Sevilla á +raíz del suceso multitud de <i>relaciones</i> á cual más curiosas y de las +cuales se conservan algunas de que no he de hacer mención por lo +dilatado que resultaría este apunte y en todas ellas se encuentran +curiosos detalles sobre el nunca visto suceso de Cosme Sevaro.</p> + +<h3><a name="EL_HERMANO_DE_JUAN_DE_JESUS" id="EL_HERMANO_DE_JUAN_DE_JESUS"></a>EL HERMANO DE JUAN DE JESÚS</h3> + +<p>Andaba por Sevilla en los comienzos del siglo XVII, un sujeto á quien +todos conocían con el nombre del hermano Juan de Jesús María, el cual +iba por las calles con hábito de <i>tercero</i> ó <i>ermitaño</i> y con mucha +humildad y constancia pedía limosna para las huérfanas.</p> + +<p>Como parecía hombre pacífico y su edad era mayor de los cincuenta años, +entraba y salía fácilmente en muchas<a name="page_161" id="page_161"></a> casas, siendo no despreciable la +cantidad de maravedises que diariamente reunía, de los cuales daba +pruebas que los empleaba en santos fines su aspecto de pobreza y +humildad de su pelaje.</p> + +<p>Así anduvo el limosnero de huérfanas durante mucho tiempo y llegó á +hacerse popular en Sevilla, sin que nadie sospechase de él que pudiera +ser otra cosa que un sano varón, temeroso de Dios....</p> + +<p>Pero ¡ay! que los que no obran recto, por muy redomados é hipócritas que +sean, al fin y á la postre son descubiertas sus arterías, y esto vino á +pasarle al hermano Juan de Jesús María, á quien en 1623 la Inquisición +echó el guante y metió en prisiones, quitándole para siempre de andar +correteando por calles y plazas de limosnero de huérfanas pobres.</p> + +<p>Y con razón obraron entonces los de la <i>vela verde</i>, porque de +diligencia en diligencia averiguaron del hermanito las siguientes +gracias, las cuales fueron probadas todas con testigos y con los +detalles necesarios.</p> + +<p>Juan de Jesús María había «dicho proposiciones heréticas y blasfemias, +en particular que estaba tres veces confirmado en gracia, una por los +pecados mortales, otra por los veniales y otra por las imperfecciones; +dijo que lo bautizó la Santísima Trinidad, y que el Angel de su Guarda +era Nuestra Señora: que no tenía necesidad de la intercesión de los +Santos ni de las imágenes que eran añagazas: que Nuestro Señor le había +concedido un Jubileo como á San Francisco: que todas las personas que le +dieran limosnas para entrar dos hijas monjas no se habían de condenar: +dijo, que mientras más veces comía y bebía se sentía más bien para la +oración; que con los abrazos comunicaba á las mujeres el Espíritu y amor +de Dios, y así las abrazaba y besaba diciendo que de él no se<a name="page_162" id="page_162"></a> pegaba +nada de la comunicación de las mujeres, porque estaba en el estado de la +inocencia, y que no tenía nada de la carne de Adán, etc., etc.,» +probándosele también que hacía creer á muchos que sacaba almas del +Purgatorio, que había subido al cielo nada menos y que allí lo habían +bautizado; que tenía éxtasis y que durante mucho tiempo no habían sido +otros sus propósitos que hacerse pasar por ser santo digno de ser +venerado en los altares.</p> + +<p>Mal año fué, con todo esto probado, para el hermano ermitaño, el año de +1624, pues el 30 de Noviembre salio en el auto público de fé celebrado +en la Plaza de San Francisco con 43 penitenciados más, siendo condenado +á sufrir cien azotes de los más enérgicos, á «reclusión perpétua en un +hospital ú convento donde no comulgase sino las Pascuas, ó para ganar +algún jubileo en artículo de la muerte.»</p> + +<p>Los públicos azotes los sufrió el hermano Juan de Jesús María el 12 de +Diciembre, en que paseó las calles de Sevilla, de muy distinta manera +que en otro tiempo lo había hecho, y todas estas noticias constan en el +antiguo manuscrito que existe en la Biblioteca Colombina de sucesos +sevillanos.<a name="page_163" id="page_163"></a></p> + +<h3><a name="LA_MULATA_Y_LA_HECHICERA" id="LA_MULATA_Y_LA_HECHICERA"></a>LA MULATA Y LA HECHICERA</h3> + +<p>Jerónima Jacinta era mulata, estaba casada con un sujeto de no muy +buenos antecedentes, y vivía en Sanlúcar de Barrameda en el primer +tercio del siglo XVII.</p> + +<p>El marido de la Jerónima, ó bien fuera porque se cansase de ella, cosa +que no tiene mucho de extraño, ó porque anduviera en pasos no muy +buenos, fué lo cierto que de la noche á la mañana se huyó de su lado y +procuró por cuantos medios pudo, que su cara mulata no volviese á tener +de él más noticias.</p> + +<p>Esto, naturalmente, desesperó á la mujer, que debía estar muy prendada +de su hombre, del que no le era fácil pasarse sin su compaña, por cuanto +comenzó á hacer muchas y muy activas diligencias sobre el paradero del +desenamorado esposo, y viendo que sus pesquisas no le daban resultado, +consultó á varias amigas, las cuales la informaron que para que volviese +al hogar el marido, no tenía sino que consultar con una famosa hechicera +que era especialista en tal linaje de asuntos.</p> + +<p>Ella se decidió bien pronto, y cuando ya estaba dispuesta á ir al antro +de la bruja, informóla otra amiga, que también era mulata, que con que +enviase á la maga una trenza de la camisa, ella se la volvería luego<a name="page_164" id="page_164"></a> +con tal virtud adobada, que, practicando puntualmente lo que le fuese +ordenado, ya estaría entrando por las puertas el infiel marido.</p> + +<p>Entregó la Jacinta su trenza, con algún dinero que le exigieron, pues no +era cosa de dar la felicidad de balde, y recuperó á los pocos días su +trozo de camisa, mandándole á decir la bruja que con que lo quemase á +fuego muy vivo era lo suficiente para que viese cumplidos los vehementes +deseos.</p> + +<p>Quemóse la trenza, pero en vano esperó días y semanas el retorno del +marido, y ya desesperada, fué tanto su odio y la indignación que contra +la hechicera estalló en su pecho que, decidida, salió de Sanlúcar y +vínose á Sevilla, donde se presentó ante el tribunal de la Inquisición, +denunciando á la bruja con todos sus pelos y señales, y haciéndose los +siguientes cargos que constan en el <i>traslado sacado de la relación del +auto de fé celebrado el Domingo de Cuaresma última de Febrero del año de +1627</i>, y que no dejan de ser chistosos.</p> + +<p>Dijo Jerónima Jacinta "que había visto que la dicha mujer había echado +suertes tres ó cuatro veces con unos granos de cebada, echándolos en un +puchero con agua, contándolos y diciendo: <i>Saque, machaque, Barcebú, +Barrabás, el demonio mayor del infierno</i>; y que luego tomaba un Christo +poco mayor que la palma de la mano, y teniéndole sobre la misma palma, +con un cuchillo hacía unas rayas en sus mismos dedos y otras en el suelo +y en la pared, y luego las borraba soplando, y que cuando las hacía +rezaba entre sí, y que tenía un paño todo en que había un pedazo de +cabello como mostacho de hombre y la dicha mujer le dijo que aquello era +para echar suertes; y que había comprado un asno prieto por doce ducados +para<a name="page_165" id="page_165"></a> darlos á los hombres; y que vendía cada migaja por ocho reales; y +que cuando echaba las suertes con la cebada, sacaba un papel donde tenía +un pedazo de ara consagrada, y que á ella le había dado un pedazo +diciendo que era buena para traer amigos.»</p> + +<p>La Inquisición tomó en cuenta la denuncia, y haciendo sus +averiguaciones, echó mano á la mujer de los hechizos con la intención de +poner coto á sus habilidades.</p> + +<p>Pero fué lo gracioso que, de tal manera se las arregló la bruja, que +dejó por embustera y falsa á la denunciadora, que no pudo por su mal +probarle nada de lo que contra ella había denunciado.</p> + +<p>Con esto pagó á la postre la mulata, pues la obligaron á declararse +calumniadora y salió en el ya citado auto de fe de 1627, en compañía de +otros condenados como la beata Catalina de Jesús, el clérigo Juan de +Villalpando, de quienes ya me ocupé, el esclavo Domingo Vicente, Luisa +Narváez y otros pájaros de cuenta.</p> + +<p>En resumen, la mulata Jacinta fué condenada á «<i>salir con coroza blanca, +á sufrir doscientos azotes y diez años de destierro</i>», siendo de suponer +que no le quedarían ganas de consultar con más brujas, ni de hacer más +averiguaciones para atraer al fementido esposo.<a name="page_166" id="page_166"></a></p> + +<h3><a name="BARRABAS" id="BARRABAS"></a>BARRABÁS</h3> + +<p>El veinticuatro de Sevilla, D. Fernando Melgarejo, hombre de alta +posición y muy conocido de todos fué de aquellos que dejan fama entre +sus contemporáneos, bien que ésta no era de las envidiables, aunque sí +muy sonada.</p> + +<p>Era don Fernando marido de doña Luisa Maldonado, señora formal y grave, +pero sin duda, su demasiada gravedad y rigor debieron aburrir al marido, +caso que no es raro, y puso los ojos en una hermosa y alegre sevillana +llamada doña Dorotea Sandoval, unida en el dulce lazo del matrimonio con +un sujeto cuyo nombre calla la historia, y por cierto que es gran +lástima.</p> + +<p>Correspondido en sus amorosas pretensiones, Melgarejo, que debía ser de +aquellos á quien inquieta poco el <i>qué dirán</i>, contando con el +beneplácito del marido de doña Dorotea, fuese á vivir con la dama +saliendo con rumbo á los gastos de la casa y no poniendo tasa en +muebles, joyas y caprichos.</p> + +<p>Así duró la cosa mucho tiempo, y al cabo de años, deseando cortar aquel +escándalo, que en la ciudad era público por la calidad del héroe, los +alcaldes del Crimen de la Audiencia intervinieron en el asunto, +desterrando de la<a name="page_167" id="page_167"></a> ciudad á doña Dorotea, que á poco volvió +tranquilamente á seguir la antigua vida, pues la influencia de Melgarejo +era grande y su carácter pesaba mucho en autoridades y personas.</p> + +<p>Tenía el señor veinticuatro un natural violento, con facilidad montaba +en cólera inusitada, razón por la que era llamado por el vulgo +<i>Barrabás</i>: y así se explica que en cierta ocasión, como sorprendiera á +un mozalbete haciendo desde la ventana de una casa frontera señas á doña +Dorotea en punto en que ésta también estaba al balcón, cogió á su amante +violentamente y allí mismo dióle una monumental paliza, á la vista del +honrado marido, que mientras zurraban á su esposa le decía con mucha +flema:</p> + +<p>—«Amiga, ¿cuántas veces te dije que no te asomases á esa ventana; mira +que el señor don Fernando ha de venir á saberlo y ha de costarte muy +caro?»—Y dirigiéndose al iracundo veinticuatro, le repetía:—«Señor don +Fernando, prometo á usted que tiene menos culpa Dorotea de lo que le han +á usted encarecido.»</p> + +<p>A consecuencia de este escándalo y de otros que siguieron, la hermosa +apaleada huyó á un convento; pero el marido, haciendo presente que +estaba enferma, la sacó de él, volviendo todo al mismo estado, hasta el +16 de Junio de 1627, en que falleció doña Dorotea de Sandoval, con gran +sentimiento de Melgarejo, que dió las mayores muestras de dolor.</p> + +<p>Éste mandó decir misas á la difunta en todos los templos de Sevilla, +costeó gran funeral, y el 17 de Junio, que fué el entierro, lo presidió +el propio amante, asistiendo al acto los caballeros principales de +Sevilla, apesar de que todos eran tan morales y tan piadosos y devotos.<a name="page_168" id="page_168"></a></p> + +<p>Poco tiempo después murió también la esposa de Melgarejo, doña Luísa +Maldonado, pero de su entierro, cuando nada dicen las relaciones +antiguas, prueba que debió de no revestir la pompa y solemnidad que el +de la famosa Dorotea.</p> + +<h3><a name="DESAFIOS_Y_RINAS_ENTRE_NOBLES" id="DESAFIOS_Y_RINAS_ENTRE_NOBLES"></a>DESAFÍOS Y RIÑAS ENTRE NOBLES</h3> + +<p>El marqués de la Algaba, noble sevillano que en la primera mitad del +siglo XVII era muy conocido en la ciudad, tuvo un desafío con el +Asistente de la ciudad, el cual desafío fué célebre por circunstancias +diversas, y cuyo motivo fué el siguiente:</p> + +<p>En la casa de los jesuitas hubo una gran función religiosa á fines de +Agosto de 1628, y para asistir á ella como era propio de su rango, el +marqués de la Algaba mandó á los <i>ignacios</i> que le colocaran en lugar +preferente del templo una gran silla con su reclinatorio y almohadas. +Mas hete aquí, que á la dicha función ocurriósele asistir<a name="page_169" id="page_169"></a> también al +conde de la Puebla Asistente de la ciudad, y al ver el sillón preparado +para otro, mandólo quitar sin más miramiento, porque entendía que si él, +que era tan alta autoridad, no tenía preferencia, no debía permitir que +ningún marqués de la Algaba ni de ninguna parte la tuviera en su +presencia.</p> + +<p>Y aquí fué el origen del desafío, porque el marqués montó en cólera y +retó al conde, acudiendo los dos rivales á los pocos días á las +inmediaciones de la ermita de San Sebastián, donde se batieron +briosamente, mas cuando era más empeñada la lucha se rompió la espada +del Asistente, parando sus golpes el de la Algaba.</p> + +<p>Entonces dice un documento:</p> + +<p>«Acudieron amigos de ambos, mediaron y terminó la contienda. El Regente +de la Real Audiencia los procesó, prendió y dióles su respectiva casa +por cárcel, con centinelas de vista. El año siguiente (1629) el marqués +de la Algaba se libró, merced al indulto general concedido, en +celebridad del nacimiento del Príncipe Don Baltasar Cárlos.»</p> + +<p>Sobre este desafío se hicieron infinitos comentarios, encontrándose muy +divididas las opiniones sobre la conducta que siguieron los dos +contendientes, no siendo menos las conversaciones á que dió margen otro +suceso ocurrido poco tiempo después y en el que también intervinieron +como partes principales personas de noble abolengo.</p> + +<p>Del apellido Esquivel existían dos familias principales el siglo XVII, y +para distinguirlas, el vulgo añadía á sus apellidos los nombres de los +barrios donde tenían sus casas solariegas, llamando así á unos +<i>Esquiveles de San Vicente</i> y á otros <i>Esquiveles de San Pedro</i>. Estos<a name="page_170" id="page_170"></a> +últimos eran varios caballeros, los cuales encontráronse en la mañana +del 16 de Septiembre del citado año del de 1629 con un individuo, +también de calidad, y con el cual habían tenido en diversas ocasiones +disputas y rivalidades.</p> + +<p>El encuentro fué, ciertamente, desgraciado, pues apenas se vieron los +rivales, enzarzáronse de palabras, tirando de las espadas, y, con gran +cólera, se arremetieron briosamente; mas como quiera que los Esquiveles +eran varios, y en auxilio de ellos vinieran algunos criados, vióse el +caballero, que estaba solo, obligado á huir, arrojando el acero.</p> + +<p>Persiguiéronle los otros, y viendo en su huída el apurado sujeto abierta +la puerta de la iglesia de San Pedro, penetró en ella en el momento en +que un cura decía misa, arrojándose á sus pies todo afligido y lleno de +terror pánico.</p> + +<p>Pero los perseguidores no se detuvieron y también entraron +atropelladamente en el templo con las espadas desnudas, y hasta el pie +del altar persiguieron al enemigo sin consideraciones ni respetos +algunos, diciendo el antiguo manuscrito de efemérides sevillanas, donde +se cuenta el suceso, que «el sacerdote se quitó la casulla y echósela +encima al caballero; y apesar de esta prevención, sus contrarios le +dieron de estocadas, pasando la casulla, y lo mataron. Antes de morir +tuvo tiempo de confesar, y perdonó á los agresores, que salieron +precipitadamente de la iglesia, uno de ellos mal herido.»</p> + +<p>Este asesinato, que conmovió á toda la ciudad por las circunstancias que +le rodearon y las personas que en él intervinieron, no pudo ser +castigado por la justicia, pues los autores materiales del hecho +desaparecieron, tal vez protegidos por los instigadores, si bien se dijo +que todos,<a name="page_171" id="page_171"></a> pobres y fugitivos, no tardaron en tener un desagradable +fin.</p> + +<h3><a name="EL_PRIOR_DE_LAS_CUEVAS" id="EL_PRIOR_DE_LAS_CUEVAS"></a>EL PRIOR DE LAS CUEVAS</h3> + +<p>El prior del monasterio de frailes cartujos de Santa María de las +Cuevas, en 1630, era un varón respetable, no sólo por su mucha ciencia +sino por sus virtudes, que al decir de todos, las poseía en alto grado, +tanto más dignas de encarecer si se tiene en cuenta que ya en el siglo +XVII no regía en aquella casa toda la rigurosa observancia de las +estrechas reglas de la orden, como lo fueron en los primeros tiempos que +siguieron á su fundación.</p> + +<p>Este prior tenía muy estrecha conciencia y se andaba con gran tiento y +pulso en lo del examinar detenidamente á los monjes, siendo en extremo +celoso é inflexible cuando de sus condiciones morales y conducta se +trataba.</p> + +<p>Por esto, algo debió observar que no fuera de su agrado ni le pareciera +conveniente, cuando se negó á dar licencia para órdenes, á un monje +llamado don Pedro<a name="page_172" id="page_172"></a> Pavón, el cual de contínuo demostraba cuántos y +grandes eran los deseos que de verse con tales licencias tenía.</p> + +<p>Y como quiera que Pavón fuese hombre de carácter violento, y en la +negativa de su prior viese, ofuscadamente tal vez, algo de personal +enemiga, exaltóse hasta tal punto, que la mañana del 19 de Diciembre +levantóse de tan mal talante y con tan negras intenciones, que sin más +ni más se fué derecho á la celda del prior, donde éste se hallaba +tranquilamente, acompañado de un lego que le servía.</p> + +<p>Entró Pavón resueltamente, y casi sin hablar palabra, se precipitó sobre +el prior, y armado de un puñal lo hundió varias veces en el pecho de su +víctima, que cayó en tierra sin poder defenderse. Rápido, y presa de +insana y criminal furia, Pedro Pavón acometió enseguida al lego, que +huyó despavorido, sin que lograra, apesar de su diligencia, librarse de +una terrible puñalada que le atravesó la garganta.</p> + +<p>A los gritos de los heridos acudieron los frailes, quienes después de +muchos esfuerzos, consiguieron sujetar al criminal mientras otros +recogían los ensangrentados cuerpos.</p> + +<p>Diez y siete días después de aquel suceso (28 de Diciembre), expiró el +prior, y como el crimen había sido conocido en toda Sevilla, produciendo +la mayor sensación, fué inmenso el concurso que acudió al monasterio de +la Cartuja y á ver el funeral y entierro, al que también asistió el +Asistente, vizconde de la Corzana, y los caballeros veinticuatros, con +otras muchas personas graves y de alta significación en la ciudad.</p> + +<p>Y escribe don Diego Ignacio de Góngora, que al cadáver del prior le +pusieron «corona de mártir» y que el<a name="page_173" id="page_173"></a> lego murió el día 30 sin que para +él hubiese lo de la corona, aunque en verdad también la merecía.</p> + +<p>En cuanto al criminal, aunque lo sentenciaron á ser entregado al brazo +secular para quitarle la vida, se probó que estaba loco, y lo encerraron +en el convento de San Juan, en donde se dice que murió por los años de +1678.</p> + +<p>Para que este succeso fuese todavía más digno de llamar la atención, +vino á unirse á él lo extraordinario del siguiente cuento que consigna +cándidamente Góngora.</p> + +<p>«En el convento de Miraflores, un cartujo virtuoso, que conocía al Prior +de Sevilla (sin saber lo que acá había pasado) vío que Santa Justa y +Rufina (!) presentaron en el cielo al Prior de Sevilla con una guirnalda +de flores y una rica capa carmesí, en los brazos de Nuestra Señora. Así +se ve pintado en una lámina en la hospedería alta del convento, y el +entierro en la baja.»</p> + +<p>Todo esto aumentó, como es consiguiente, la fama del asesinato del Prior +de las Cuevas, suceso que entretuvo por largo tiempo á las gentes, y que +bien merece consignarse, para saber como la gastaban algunos hombres del +siglo XVII, cuando los contrariaban sus superiores.<a name="page_174" id="page_174"></a></p> + +<h3><a name="LA_MONJA_ALFEREZ" id="LA_MONJA_ALFEREZ"></a>LA MONJA ALFÉREZ</h3> + +<p>Bien conocida es la historia de la originalísima mujer doña Catalina de +Erauso, monja en San Sebastián, que mal avenida con su sexo, se fugó del +convento en 1607, á la edad de quince años, y disfrazada de hombre, +marchó á Indias, donde siguió por mucho tiempo una vida llena de lances +y aventuras, que no es del caso recordar, sentando después plaza en el +ejército, donde por su valiente comportamiento y los muchos hechos de +armas en que tomó parte, logró el grado de alférez. Y sabido es también, +cómo fué allí descubierto su sexo y vuelta á España en 1624, donde la +fama de sus hechos y extraña historia, se divulgó bien pronto, llamando +la atención de todos, alcanzando tanto renombre, que en 1625, el rey +Felipe IV le mandó dar 800 escudos en premio de su valor y el título de +alférez, y el papa Urbano VIII le concedió especial permiso para que +durante su vida usase, como hasta allí lo había hecho, el traje +masculino.</p> + +<p>Esta singular mujer estuvo en Sevilla en 1630, cuando su nombre era +conocidísimo en toda la península, y aquí permaneció breve tiempo, +disponiéndose para embarcar de nuevo á América, siendo aquél su último +viaje, pues la <i>monja alférez</i> desapareció en 1635, sin que se volviese +más á saber de ella.<a name="page_175" id="page_175"></a></p> + +<p>En Junio del citado año de 1635 doña Catalina de Erauso vestida con su +traje militar, paseó las calles de la capital de Andalucía, excitando la +curiosidad de todo el pueblo, y siendo recibida en las casas más +principales, donde suspendía á cuantos la escuchaban con el relato de +sus novelescas aventuras.</p> + +<p>El día 4 de Julio fué á la Catedral sevillana la <i>monja alférez</i>, donde +oyó misa, y cuenta un testigo que, á su entrada y salida del templo, la +rodeó la gente curiosa, que la siguió por las calles hasta su posada.</p> + +<p>Vivía entonces en Sevilla el celebre pintor Francisco Pacheco, y este +artista, excitada su curiosidad por aquella mujer singular, la llamó á +su estudio y le hizo un notable retrato al óleo, retrato del cual da las +siguientes noticias don José María Asensio.</p> + +<p>«Pacheco aprovechó su permanencia en Sevilla (la de la monja alférez) +para hacer su retrato, cuyo original, vendido, según parece, por un +comisario de guerra sevillano al coronel B. Shepeler, encargado de +negocios de Prusia en Madrid, vino á parar á poder de don José María +Ferrer, quien lo publicó en la historia de aquella mujer extraordinaria +en la edición que se hizo en París en 1829.»</p> + +<p>El capitán Miguel de Chazarreta, que iba de general de la flota de +Indias en 1630, se dispuso á llevar con sus tropas, á la <i>monja +alférez</i>, y según el testimonio del contador Manuel Fernández Pardo, +oficial mayor que era entonces de la Contaduría de la Casa Contratación +de Sevilla, en los libros de dicha Contaduría se sentó la cédula del rey +y el pasaje de la famosa guipuzcoana con el título de <i>el alférez doña +Catalina de Erauso</i>.</p> + +<p>Un antiguo escritor de curiosidades sevillanas, el ya nombrado don Diego +Ignacio de Góngora, da noticias<a name="page_176" id="page_176"></a> de la estancia en Sevilla de doña +Catalina, y escribe en este punto las siguientes líneas:</p> + +<p>«Yo hablé con el P. Fray Nicolás de Rentería, religioso capuchino, que +murió portero en el convento de religiosos capuchinos de Sevilla, hombre +ya muy anciano, que, siendo mozo y seglar, había estado en las Indias, +en la provincia de Nueva España, el cual me dijo que había conocido á la +<i>monja alférez</i> en Veracruz, donde tenía una recua de mulos para llevar +las ropas y mercaderías que traían la flota á Méjico y tierra adentro y +bajar la planta que embarcaban los galeones, y que había realizado mucho +caudal en este género de tráfico y ocupación.»</p> + +<p>Partió la <i>monja alférez</i> de nuestra ciudad en el verano del mismo año +de 1630 con la gente del capitán Chazarreta, dejando por largo tiempo +recuerdo de su estancia en Sevilla y recuerdos en la memoria de todos de +su porte y traza, y que describe así uno de sus biógrafos:</p> + +<p>«Era Catalina demasiado alta como mujer, aunque no tenía la estatura ni +la presencia de un arrogante mozo. De cara no era fea ni bonita. Eran +negros, brillantes y muy abiertos sus ojos y las fatigas más que los +años alteraron pronto sus facciones. Llevaba los cabellos cortos como +los hombres, y perfumados, según la moda. Vestía á la española. Poseía +aire marcial, llevaba bien la espada y su paso era ligero y elegante. +Sólo sus manos tenían algo de femeninas, en las palmas más que en los +contornos, y su labio superior estaba cubierto de negro y ligero bozo, +que, sin ser verdadero bigote, daba un aspecto viril á su fisonomía.»</p> + +<p>Tal era, físicamente, aquella monja sin par, y tales las curiosas +noticias que existen de su estancia en Sevilla, donde tanto llamó la +atención de las gentes.<a name="page_177" id="page_177"></a></p> + +<h3><a name="LA_ULTIMA_HAZANA_DE_UN_VALENTON" id="LA_ULTIMA_HAZANA_DE_UN_VALENTON"></a>LA ÚLTIMA HAZAÑA DE UN VALENTÓN</h3> + +<p>Juan Morán era mozo de chapa, valentón de oficio, aficionado á lo ajeno +y hombre que había en su larga <i>carrera</i> cometido tantas tropelías, que +al cabo y al fin vino á dar en que la justicia le condenase á la pena de +horca, como remate á sus numerosos delitos.</p> + +<p>Al efecto, el día 6 de Septiembre de 1633, reuniéronse en la Audiencia +los alcaldes de Sala, y con todas las ceremonias comenzaron la relación +de la causa del ínclito Morán, que muy contrito y arrepentido, al +parecer, escuchaba la relación de la cuenta interminable de sus +crímenes.</p> + +<p>Mas de pronto, acordándose el valentón de lo que había sido, y +encendiéndose su sangre toda ante la idea de que iba á morir sin honra +ni provecho, tuvo un arrebato vehementísimo, y sacando un cuchillo que +oculto llevaba, fué su primera acción acometer al alcaide de la cárcel, +Antonio Brito, que estaba más próximo, hiriéndole de una terrible +puñalada que lo derribó, y al punto, sin perder instante, cogió una +espada á otro sujeto, y armado de ella subió las gradas del estrado con +intención de asesinar á sus severos jueces.<a name="page_178" id="page_178"></a></p> + +<p>En la sala se produjo una confusión espantosa: todos gritaban, todos +estaban en movimiento, y los señores alcaldes, que se vieron venir sobre +ellos á Juan Morán, saltaron de sus sillones y detrás de los asientos +muy agazapados procuraron esconderse llenos de terror, pues todos se +veían ya atravesados por el acero del bravo.</p> + +<p>Así lo hubiese ejecutado el valentón si no da la casualidad que, ya en +el estrado, tropezase y cayese, en cuyo punto se arrojaron sobre él +alguaciles, mozos y público y le hirieron ferozmente.</p> + +<p>Media hora después estaba la horca levantada en la Plaza de San +Francisco y á ella fué arrastrado Juan, á quien habían cargado de +cadenas.</p> + +<p>Después de ejecutado el valentón se le cortó una mano, que se clavó en +la puerta de la Cárcel real, siendo este el desgraciado fin de la vida +de Juan Morán, de cuyos hechos he visto más de una antigua relación +impresa.<a name="page_179" id="page_179"></a></p> + +<h3><a name="LA_HERMOSA_POSADERA" id="LA_HERMOSA_POSADERA"></a>LA HERMOSA POSADERA</h3> + +<p>En la calle de Harinas existía una posada de las más acreditadas de la +ciudad y de la que era dueño un matrimonio que tenía cierto capital, +pacíficamente adquirido en el ejercicio de su comercio.</p> + +<p>La esposa era, según las memorias, mujer muy hermosa, y á lo que parece, +debía de estar prendada de su marido, y ser, á más, honesta y muy +cumplidora de sus deberes.</p> + +<p>En el año de 1633, un caballero navarro y de posición, que vino á +Sevilla á particulares asuntos, hospedóse en la posada de la calle de +Harinas, y como quiera que el tal fuese joven y de sangre inquieta, +comenzó á requebrar á la mujer del posadero, con tanta insistencia y tan +arriscado, que la mujer llegó á alarmarse, viéndose precisada á tomar +algunas medidas para defenderse del peligro que la amenazaba.</p> + +<p>Don Bernardo de Beamonte, que así se llamaba el caballero, era, como +buen navarro, testarudo, y la negativa de sus pretensiones amorosas le +empeñó más y más en ellas, dándose el caso de que la posadera, para +evitar encuentros<a name="page_180" id="page_180"></a> y asechanzas, adoptase, como prudente medida, la de +irse por algunos días á vivir con ciertos lejanos parientes.</p> + +<p>Entonces don Bernardo, que no debía ya estar muy en su juicio, dedicóse +á buscarla por toda la ciudad, y así anduvo el hombre varios días +bebiendo los vientos, sin resultado alguno. Mas héte aquí que el Sábado +Santo, al pasar el enamorado por las gradas de la Catedral, vió salir de +la Basílica á la hermosa posadera, que acababa de oir la misa mayor, y +lo mismo fué verla se dirigió como un rayo á la mujer, que, asustada de +la actitud de don Bernardo, volvió á entrar en la iglesia, temiendo +algún desastre.</p> + +<p>Y no fueron, á la verdad, infundados sus temores, pues el caballero +acercóse á ella, volviendo á reiterar sus pretensiones con violenta y +turbada actitud, causándole tal explosión de enojo y cólera el verse, +como en otras tantas ocasiones, rechazado, que allí mismo tiró de la +daga y con ella se avanzó á la mujer, hiriéndola gravemente en el +hermoso rostro, causa de sus desazones y de sus inquietudes.</p> + +<p>El escándalo que á la puerta del templo se produjo fué enorme, y +aprovechando entonces la confusión de los primeros momentos, don +Bernardo huyó entre la gente, llegando á buscar asilo al convento del +Carmen, que era el recurso entonces de los que cometían un delito.</p> + +<p>Allí quedó oculto el navarro por unos días, sin que la justicia supiera +su paradero, ni tampoco lo conociese el marido de la posadera, que tenía +gran empeño en dar con el que tanto propósito había demostrado en +deshonrarle.</p> + +<p>Pero de allí á poco el esposo, fué más afortunado que<a name="page_181" id="page_181"></a> los golillas, y +habiendo sabido el lugar donde don Bernardo de Beamonte se ocultaba, el +día 28 de Marzo de 1633, fuése muy disimuladamente al convento, y +habiendo conseguido llegar hasta la celda que servía de prisión al +caballero, lo encontró descansando muy descuidado, y sin andarse con más +palabras, le asesinó con un cuchillo.</p> + +<p>Preso el matador, fué juzgado inmediatamente, pero tales fueron las +circunstancias que en el hecho concurrían, que la justicia, el día 18 de +Abril, lo puso en libertad bajo fianza, según consta en las <i>Memorias</i> +sevillanas de donde tomo la noticia de este suceso.</p> + +<p>Lo que no dicen las <i>Memorias</i> es si el rostro de la mujer quedó muy +desfigurado con las cicatrices de las heridas que le causó su acalorado +pretendiente, á quien tan caro costó el prendarse de posadera honesta.<a name="page_182" id="page_182"></a></p> + +<h3><a name="ESPEJO_DE_ESCRIBANOS" id="ESPEJO_DE_ESCRIBANOS"></a>ESPEJO DE ESCRIBANOS</h3> + +<p>No hacen memoria alguna los historiadores, de un escribano del crimen de +la real Audiencia, que vivió en Sevilla hace tres siglos, y por cierto +que es gran lástima, y es imperdonable olvido, pues el tal quedó como +hombre famoso y dió mucho que hablar en la ciudad y metió en ella ruído, +teniendo que intervenir en sus asuntos el mismo rey Felipe IV y todo el +Concejo, como verá el que siga leyendo.</p> + +<p>Don Roque Simón era el nombre del escribano, y aunque en un principio +tenía escasa fortuna, tomó un Oficio, y apenas se vió con él, supo darse +tales trazas, empleó tales manejos y se metió con gente de tal calaña, +que llegó pronto á revestirse por sí de una autoridad con la cual llevó +á cabo los más desatinados desmanes.</p> + +<p>Claro que en principio tuvo por protectores á los alcaldes que le +ayudaron, pero andando el tiempo, y dicho sea de verdad, llegó el +escribano á imponerse de modo, que señores muy graves de la Audiencia le +tenían miedo y dejábanle por esto hacer cuanto le viniese en mientes, +que no era poco.</p> + +<p>El buen don Roque era toda una hormiguita aprovechada, y así no fué +extraño que con gran asombro de<a name="page_183" id="page_183"></a> muchos le vieran en poco tiempo dueño +de fincas, con criados, caballos y lleno de grandes comodidades.</p> + +<p>Verdad es que para tenerlas, no reparaba en escrúpulos, y así se las +manejaba de manera harto donosa, siendo protector de rufianes y +valentones, á quienes sacaba el dinero por tenerlos al amparo de la +justicia, teniendo de su particular predilección á Juan de Barrio, +rufián célebre en Sevilla por sus tropelías, y á otros no menos +conocidos como Francisco de Espino, Francisco Bautista, Medrano y +Escamilla, siendo también muy señalada su protección á la <i>Garrida</i> y á +María Pérez, dos mozas de chapa, regatonas de pescado en la Costanilla.</p> + +<p>Con otros vendedores de pescado y con los de diversos artículos, cometía +el escribano no pocos atropellos y hacíales, con amenazas, que le dieran +lo mejor que había en el mercado, como cualquier municipal de nuestros +días, y cierto viernes de Cuaresma, como no había un pescado que quería, +la emprendió á golpes con un vendedor, á quien encima mandó á la cárcel.</p> + +<p>Aceptada como medida de mayor aprovechamiento, andaba también el +escribano con los del contrabando y tenía con la mayor desvergüenza, una +falúa para introducir géneros en la ciudad, siendo no pocos los abusos y +desmanes que llevaba á cabo con otro compinche en el río, donde á más +impuso su autoridad á los pescadores de Triana.</p> + +<p>Y para que se vea cómo las gastaba Roque Simón, copiaré del manuscrito +de la <i>Información</i>, estos dos casos:</p> + +<p>«El verano pasado, porque el nevero que vendía en la Alameda no le +guardó nieve, fué á su casa y lo injurió con muy malas palabras y lo +hizo, por su autoridad, llevándolo á la cárcel de la audiencia, donde lo +tuvo tres<a name="page_184" id="page_184"></a> días, haciéndole muchas molestias, de que hubo muy grande +nota....»</p> + +<p>«En la Pascua Florida, que agora pasó, porque un hombre que te trujo +unos jamones pidió dos reales por la traída, embistió con él y le dió de +bofetadas á mano abierta y de empellones y coces en el Oficio de Mateo +de Sisa.»</p> + +<p>Esto de abofetear á los que le parecía, era procedimiento que usaba con +frecuencia el famoso escribano del crimen, y así, en cierta ocasión la +emprendió á bofetones con un sastre en su mismo despacho; en otra con un +sillero de calle Colcheros, y con los vendedores ambulantes de la +Costanilla y el Salvador lo hacía con frecuencia, llegando en sus +valentías á hechos como éste, que da gráfica idea de lo que era el mozo, +y que para él no existía el respeto y consideración al sexo débil.</p> + +<p>«Iten que por maltratar á algunas personas con quien tiene enemistad, se +acompaña con los alguaciles, que rondan, tomando la administración de la +justicia por color para sus intereses, como lo hizo con <i>doña Gerónima +de Ledesma</i>, que tiene casa de posada en la calle de Bayona, y rondando +con Lorenzo López, alguacil de la Justicia, fué á su casa y la deshonró +de muy feas y afrentosas palabras, dándole muchos golpes y empellones, y +lo mismo hizo en otra ocasión con <i>doña Francisca de Villalobos</i>, +llamándola de... haciéndola presa en la cárcel, en que hay mucha nota.»</p> + +<p>En fin, para que nada le faltase á Roque Simón, también le daba por las +faldas y andaba siempre enzarzado en amoríos y enredos femeninos, como +así se hizo constar en su información, diciendo que «ha muchos años que +está amancebado y en pecado público, con mucha nota y escándalo, primero +con <i>doña Ana Tabique</i>, á quien ampara,<a name="page_185" id="page_185"></a> y después de ella con <i>doña F. +de Ledesma, y siendo casado, come y duerme con ella</i>, y da mala vida á +su mujer muy públicamente, y por <i>celos de un clérigo</i> lo hizo prender y +tuvo mano para que, siendo ordenado, lo llevasen con los de la leva.»</p> + +<p>Siguiendo su acostumbrado procedimiento, Roque Simón insultó y prendió +sin motivo alguno, en 8 de Octubre de 1636, á un panadero del Salvador, +llamado Lope Gordillo; pero aquel atropello no le salió tan bien como +todos, pues sabiéndolo el teniente mayor del Asistente, que tenía deseos +de poner ya coto al escribano, hizo prender á Roque, llegando á tanto la +osadía de amigos y compinches que la sala de alcaldes se llevó la causa.</p> + +<p>Entonces la ciudad recurrió al rey, que, enterado del caso, envió en 20 +de Noviembre de 1636 una provisión al regente de la Audiencia de +Sevilla, que lo era don Paulo de Arias Temprado, mandándole que abriese +inmediatamente escrupulosa <i>información</i> sobre la vida y milagros del +famoso Roque y que se remitiera al Concejo.</p> + +<p>A esta <i>Información</i>, que se comenzó inmediatamente, pertenecen los +párrafos que más arriba dejo copiados, siendo gran lástima que, así como +se conserva en el Archivo Municipal (<i>Papeles importantes</i>: Tomo 3) el +documento, no le acompañen las últimas noticias de las penas que se +impusieron á Roque Simón.</p> + +<p>Verdad que bien pudiera haber ocurrido que, <i>por su buena mano</i>, quedase +sin castigo ó con castigo leve, que tal ocurría á veces con la justicia +de antaño.<a name="page_186" id="page_186"></a></p> + +<h3><a name="EL_PORTUGUES_PEREA" id="EL_PORTUGUES_PEREA"></a>EL PORTUGUÉS PEREA</h3> + +<p>Cuando ya parecían extinguidos en Sevilla los protestantes, que tanto +dieron que hacer á la Inquisición y á las justicias en el siglo XVI, +alzáronse en los comienzos del siguiente rumores de que los reformadores +intentaban de nuevo promover inquietudes, y ante el temor de que se +volviera á los días del doctor Constantino de la Fuente, de Cipriano +Valera y de Egidio, los señores del Santo Oficio abrieron el ojo y +comenzaron una persecución activísima contra cuantos pudieran, aun de +muy lejos, resultarles sospechosos de herejía luterana.</p> + +<p>Por este tiempo, que no era á la verdad el más apropósito, vino á la +capital de Andalucía huyendo de su patria nativa un portugués, de +apellido Perea, hombre listo, y cuyas ideas en materias religiosas no +dejaban de ser harto sospechosas.</p> + +<p>Perea tenía mucho de aventurero y no poco de valentón, y así fué que no +tardó en ponerse en contacto con gente de baja ralea, y bien fuera por +convicciones, bien por buscar con aquello medios de ir viviendo, +dedicóse, embozada y ocultamente, á hacer propaganda de luteranismo en +terreno que, ciertamente, no estaba preparado para que la semilla +fructificase, como antes había sucedido.</p> + +<p>Reunió Perea algunos adeptos, gente de poca monta,<a name="page_187" id="page_187"></a> pero no tardaron en +llegar á oídos de la Inquisición los manejos del portugués, y en los +comienzos de 1636 decidieron apoderarse de su persona.</p> + +<p>Al efecto, una noche presentáronse los inquisidores en su casa, donde le +sorprendieron en una de las habitaciones de ella, sin que Perea hiciese +resistencia alguna; antes al contrario, con muy prudente actitud y +mesurado tono, hizo presente á los esbirros del tribunal que estaba á +disposición de ellos, rogándoles, sin embargo, que aguardasen algunos +instantes, pues tenía urgencia de evacuar una imperiosa necesidad en que +nadie podía sustituirle.</p> + +<p>Asintieron ellos, y Perea entró en otra estancia inmediata á la que se +encontraba, cerrando pudorosamente la puerta de ella.</p> + +<p>Pasaron algunos minutos y hasta un cuarto de hora, y viendo los de <i>la +vela verde</i> que se dilataba la ausencia, y que no contestaba á las voces +que le dieron, penetraron en la habitación, viendo con sorpresa que el +pájaro había volado por una ventana que se hallaba abierta y la cual +daba á un callejón excusado y tortuoso.</p> + +<p>Salieron los inquisidores chasqueados y furiosos de la casa del +portugués, sin que fuera posible dar más con su persona, apesar de las +activas diligencias que se llevaron á cabo, y de los varios medios que +se pusieron en práctica.</p> + +<p>El 23 de Agosto de 1637, celebró la Inquisición auto de fe en San +Marcos, y en él se leyó la causa de Perea, el cual, averiguadas todas +sus heregías, era condenado á ser quemado vivo.</p> + +<p>Pero como el portugués no se hallaba á mano, los inquisidores tuvieron +que contentarse con quemar una estatua de cartón y paja, que lo +representaba con toda propiedad, y Góngora dice, haciendo mención de +este<a name="page_188" id="page_188"></a> suceso: «Súpose más tarde que (Perea) estaba en Holanda y por eso +se quemó su estatua entre otras.»</p> + +<p>Y esta fué de las pocas veces que con ingenio pudo un reo burlar al +odioso tribunal, estando ya casi cogido en sus garras.</p> + +<h3><a name="EL_MARQUES_DE_BUENAVISTA" id="EL_MARQUES_DE_BUENAVISTA"></a>EL MARQUÉS DE BUENAVISTA</h3> + +<p>El marqués de Buenavista murió de manera violenta el año 1638, y las +causas de esta desgracia, que fueron en verdad curiosas, bien merecen +ser consignadas.</p> + +<p>Hallábase la mañana del 21 de Diciembre del citado año, en el edificio +de la Aduana, don Martín de Medina, marqués de Buenavista, presenciando +las ventas que allí se hacían, cuando, por motivo de un negocio que +estaba haciendo un sujeto llamado Francisco Ginés, enzarzóse con él de +palabras, que bien pronto subieron de punto, pues el tal marqués era, y +esto le venía de familia, colérico y nada prudente.</p> + +<p>Como quiera que interviniesen algunas personas en la disputa, éstas +lleváronse al señor marqués, mal de su<a name="page_189" id="page_189"></a> grado, y la cosa quedó por +entonces allí, si bien no había de tardar en llegar á un funesto +extremo.</p> + +<p>Algunas horas después de la disputa, ocurriósele á Francisco Ginés, +acompañado de un sirviente, pasar por casa del de Buenavista en ocasión +en que éste estaba á la puerta, y lo mismo fué verlo el señor, comenzó á +insultarlo con las mismas descompuestas palabras y aun otras de más +grueso calibre, que hicieron fijar la atención de los transeuntes y +personas que por allí á la sazón discurrían.</p> + +<p>Escuchaba Ginés todo aquel chaparrón de insultos con cierta resignación, +limitándose á contestar alguna vez al marquesito, aconsejándole la +calma, cosa que también el criado hacía, lo cual tomó el joven caballero +á poquedad y achicamiento de ánimo, por lo que, exaltándose más y más, +llegó á levantar su espada con intención de descargarla sobre el +prudente Ginés, lo cual ya acabó con la medida de su paciencia, y +colmada con creces, se retiró á su domicilio, que no estaba muy lejos +del de su señoría; pero al llegar á este punto dejaré la palabra á un +historiador, que dice:</p> + +<p>«El Francisco Ginés entró en su casa y trajo su espada, y embistió con +el marqués de Buenavista, y apartándolos los que se hallaron allí, el +criado le dió una herida mortal, de la cual murió dentro de dos días ó +tres; y los agresores escaparon; y andando el tiempo, dentro de un año +se libró el Ginés y el criado se desapareció.»</p> + +<p>Y el mismo curioso autor contemporáneo de estos sucesos, añade, después +de haber dicho que el padre del marqués habíale afeado á su hijo la +primera disputa en la Aduana, aquella tarde del día 21 de Diciembre de +1638:</p> + +<p>«Los parientes del difunto, que son muchos y muy calificados, conocieron +la razón, y que su propia presunción<a name="page_190" id="page_190"></a> y soberbia le quitó la vida al don +Martín de Medina, marqués de Buenavista, si ya no discurrimos que el no +haber querido desistir, habiéndose interpuesto el padre, y reprendídole +diciéndole que estaba muy soberbio y vano, le ocasionó la muerte, como +sucederá con los que no obedecen á sus padres.»</p> + +<h3><a name="UN_INQUISIDOR_HUMILLADO" id="UN_INQUISIDOR_HUMILLADO"></a>UN INQUISIDOR HUMILLADO</h3> + +<p>Era inquisidor mayor de Sevilla en 1638 el señor don José Ortiz de +Sotomayor, personaje campanudo, de gran coranvobis, soberbio como él +sólo y tan poseído de su persona y cargo, que se hacía servir como un +reyezuelo despótico y arbitrario.</p> + +<p>Este señorón andaba algo picado con el Cabildo Catedral por diversas +causas, y deseando hacer ostensión de lo que valía y de cuánto era su +poder, el día 14 de Agosto del citado año, en el cual celebrábase en la +Basílica sevillana una gran fiesta por cierta bula que había concedido +el Papa, y el templo estaba lleno de autoridades, de personajes y de +muchos fieles y <i>fielas</i>, presentóse el inquisidor<a name="page_191" id="page_191"></a> á manera de +principote indio, rodeado de criados y seguido de un paje que le llevaba +la falda del traje talar.</p> + +<p>Esto de la falda alzada no era permitido más que al arzobispo, por lo +cual, cuando los canónigos que estaban en el Coro supieron la forma en +que el inquisidor llegaba á la puerta del templo, mandaron á decirle con +urgencia, que si quería entrar en la Catedral se dejase de que le +llevaran la cola.</p> + +<p>Cuando esto supo el señor Ortiz de Sotomayor, púsose colérico y envió +recado á los canónigos diciendo que con falda alzada había de entrar y +que no había más que aguantarlo, dando esto motivo á diversos recados y +dimes y diretes que casi interrumpieron toda la gravedad de la +solemnidad religiosa y dió bastante que murmurar al concurso, terminando +el incidente, por entonces, con que el hinchado inquisidor entrase en el +templo y saliese de él muy orondo y ufano, seguido del pajecito que le +llevaba la discutida falda.</p> + +<p>Alborotóse el cabildo eclesiástico, y no queriendo que le pusiesen el +pie delante en cuestión de tanta trascendencia, envió á Madrid un +canónigo para que trajese resolución de los altos poderes para saber á +qué ajustarse en adelante.</p> + +<p>Y fué lo bueno que la tal resolución vino contraria al inquisidor, pues +se decía en ella que cuando fuese á la iglesia con el tribunal podría +llevar la cola alzada, bajándola al llegar á la capilla mayor, pero que +nunca se permitiese ni esto cuando fuese solo.</p> + +<p>La rabia del señor don José, al conocer la nueva, fué terrible, pero no +tuvo otro medio por entonces que acatar lo mandado, terminando así esta +cuestión de faldas.... eclesiásticas.<a name="page_192" id="page_192"></a></p> + +<h3><a name="LAS_TAPADAS" id="LAS_TAPADAS"></a>LAS TAPADAS</h3> + +<p>Costumbre muy arraigada era en las mujeres españolas en los siglos XVI y +XVII salir á la calle cubiertas con mantos, y de las más afectas á ese +uso lo fueron las damas de Andalucía, y particularmente las sevillanas, +que en esto de ir tapados los rostros como en otros varios hábitos que +tenían, veíanse claros los restos de costumbres mahometanas de lejanos +días que no habían podido desechar, dado que aunque ellas no quisieran, +algo de sangre moruna por sus venas corría.</p> + +<p>Era el manto en las mujeres de Sevilla, prenda de gran estima é +imprescindible en multitud de ocasiones, aun para las de más elevada +posición, como dice el bachiller Luís de Peraza, que en el siglo XVI +escribía: «Las más ricas usan trajes de <i>mantos</i> de paño fino y largos, +y de raso, y de tafetán y de sarga....» y en los comienzos de la +centuria siguiente apuntaba Alonso de Morgado en la <i>Historia</i> de +nuestra población: «Usan (las sevillanas) vestidos muy redondos, se +precian de andar muy derechas y menudo el paso, y así las hace el buen +donaire y gallardía por todo el reino, en especial por la gracia con que +lozanean y <i>se tapan los rostros con los mantos y miran de un ojo</i> y en +especial se precian de muy olorosas, etcétera, etcétera.»<a name="page_193" id="page_193"></a></p> + +<p>Prenda muy apropósito era el tupido manto para las aventuras y +galanteros, que como dijo el poeta</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«siempre el manto fué en España</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">tapa enredijos de amor....»</span><br /> +</p> + +<p class="nind">y con harta frecuencia los autores de aquellos tiempos se lamentaban de +los lances á que el uso de tal prenda daba lugar y en los cuales había +con frecuencia tajos y cuchilladas de galanes rivales ó de burlados +esposos y amantes.</p> + +<p>Fundándose, pues, en graves razones que se tuvieron muy en cuenta, las +Cortes celebradas en 1586 prohibieron que las mujeres fuesen tapadas +«<i>por los inconvenientes que de esto resultaba</i>» mas como quiera que tal +prohibición poco ó nada llegó á cumplirse, Felipe II dió una +<i>pragmática</i> en igual sentido en 1594 y Felipe III otra en 1614, que +dicho sea de paso y aunque contrariara á los monarcas y á sus justicias, +no consiguieron desterrar el uso del manto, ni mucho menos, de los +dominios españoles.</p> + +<p>En Sevilla, por ejemplo, fueron en vano las amonestaciones de los +Asistentes de la ciudad y las predicaciones de no pocos frailes, que +tomando muy á pecho esto de que las damas no lucieran sus lindos rostros +por calles y plazas, llamaron al manto <i>arma de Satanás</i>, <i>cubierta del +pecado</i>, etc., amenazando con el enojo de la divinidad y hasta con las +eternas penas de los profundos infiernos.</p> + +<p>Así las cosas subió al trono el rey Felipe IV y aunque ya se sabe que +este monarca fué muy dado á aventuras y que su reinado es el de las +comedias de <i>tapadas</i> y <i>embozados</i>, tantas fueron las quejas que +recibió y tantas las representaciones que los cabildos de algunas +ciudades le hicieron, que el 12 de Abril de 1639 dió una pragmática con +toda la fuerza de ley votada en Cortes, la cual<a name="page_194" id="page_194"></a> era de no poco rigor y +llevaba el propósito de conseguir de una vez por medio del temor á las +penas, la completa desaparición de prenda tan cara para el sexo bello +como lo era el manto.</p> + +<p>Así, en la dicha pragmática se leen párrafos como el siguiente, que á +título de curiosidad reproduzco y que dice así:</p> + +<p>«....Mandamos que en estos reinos y señoríos todas las mujeres, de +<i>cualquier</i> estado y calidad que sean, anden descubiertos los rostros, +de manera que puedan ser vistas y conocidas, sin que en ninguna manera +puedan <i>tapar el rostro en todo ni en parte con mantos</i>, ni otra cosa, y +acerca de lo susodicho, se guarden, cumplan y ejecuten las dichas +pragmáticas y leyes con las penas en ellas contenidas y demás de los +<i>tres mil</i> maravedís que por ellas se imponen en la <i>primera</i> vez caigan +é incurran en <i>perdimiento del manto</i>, y de <i>diez mil</i> maravedís +aplicados por tercias partes, y por la <i>segunda</i> los dichos <i>diez mil</i> +maravedís sean <i>veinte</i> y se pueda poner pena de destierro, según la +calidad y estado de la mujer. Y por lo que contiene la infalible +ejecución y observancia de todo lo suso, mandamos que donde no hubiese +denunciador se proceda de oficio, y que ningún consejo, ni otros +tribunales, juez, ni justicia de estos reinos, puedan moderar la dicha +pena ni dejarla de ejecutar, y si lo contrario hiciesen se les hará +cargo de ello á las visitas y residencias y se les impondrán las mismas +penas que por esta ley se imponen....»</p> + +<p>El 26 del mencionado mes de Abril la pragmática se publicó en Sevilla +por los puntos de costumbre y con las formalidades de ordenanza. Y para +mayor circulación, y que llegase á conocimiento de todos, se imprimió +con real privilegio en el mismo año de 1639 en casa de Francisco de +Lyra, con este título:<a name="page_195" id="page_195"></a></p> + +<p>—<i>Premática en que su magestad manda que ninguna mujer ande tapada, +sino descubierto el rostro, de manera que pueda ser vista y conocida, so +las penas en ella contenidas y de las demás que tratan de lo +susodicho.... Impreso en Sevilla, etc., etc.</i>»</p> + +<p>Grande disgusto tuvieron las damas hispalenses al conocer el documento, +habiendo muchas á quienes no les asustó ni lo de la multa de los veinte +mil maravedís, ni lo de la pérdida del manto, y se presentaron envueltas +en él por las calles, en las iglesias y en los corrales de <i>La Montería</i> +y en el <i>Coliseo</i>.</p> + +<p>De aquí surgieron no pocos lances, y aunque algunas mujeres alegaban, +para excusarse de cumplir la pragmática, los privilegios ó fueros que +gozaban su padre y marido, viendo que tampoco este recurso les daba +resultado, y que las gentes de la justicia no andaban tardías en las +denuncias, en más de una ocasión excitaban á sus deudos y allegados para +que buscaren medios é influencias con que dejar de cumplir lo ordenado +por el rey.</p> + +<p>Pero durante algún tiempo nada pudieron conseguir las sevillanas en +favor de su prenda tan estimada, dándose el caso de que no pocas se +excusaban de salir con la frecuencia que antes lo hacían, por no hacerlo +en cuerpo y con el rostro descubierto, ocurriendo también que á algunos +comerciantes les quitasen las prendas que vendían, como ocurrió en 20 de +Agosto de 1639, en que, al decir de Góngora, «el teniente mayor Pedro de +Soria mandó quemar en una tienda unos guarda-infantes, con gran gusto de +los muchachos.»</p> + +<p>Pero campaña que la mujer emprende tarde ó temprano la gana, y así +sucedió entonces, que á cabo de algún tiempo la pragmática quedó sin +cumplimiento y volvieron á verse por las tortuosas calles de Sevilla y á +todas<a name="page_196" id="page_196"></a> horas, lo mismo que antes, las misteriosas tapadas, cebo de +galanes, y que eran nota tan característica en la España de aquellos +tiempos.</p> + +<h3><a name="EL_MAESTRO_VILCHES" id="EL_MAESTRO_VILCHES"></a>EL MAESTRO VILCHES</h3> + +<p>El caso ocurrido con el padre, maestro Vilches, del convento de Nuestra +Señora de la Merced calzada, es digno de ser recordado, porque, en +verdad, tiene interés y curiosidad.</p> + +<p>Hombre muy docto en sagrada teología, versado en letras, de austero +carácter y puras costumbres, era el reverendo Vilches, por todo lo cual +estaba en el mejor concepto, no sólo entre la respetable comunidad, sino +también entre cuantos lo conocían y frecuentaban su trato.</p> + +<p>Por esto á todos indignó el saber en 1637, que á persona tan respetable +le hubieran robado la cantidad de 2.000 ducados en su celda, y más, +porque el autor del robo había sido un fraile lego que le servía, y el +cual desapareció súbitamente, sin que fueran de resultado alguno<a name="page_197" id="page_197"></a> las +pesquisas activas que se llevaron á cabo por encontrarle.</p> + +<p>Así quedó la cosa, lamentando todos que varón tan respetable hubiera +sido víctima de aquella mala acción, pasando el tiempo y no volviendo á +saberse más del aprovechado lego.</p> + +<p>El año de 1640 llegó al convento de la Merced el padre Provincial de la +Orden y comenzó la inspección de la casa, conforme á la comisión que +traía.</p> + +<p>Pero mejor que yo, relata lo sucedido entonces, autor tan grave y +piadoso como el del manuscrito de <i>Efemérides sevillanas</i>, el cual dice: +«El Provincial reconoció faltaba cantidad considerable de dinero de las +arcas de la Redención, en las cuales, por supuesto, debía tener alguna +intervención el maestro Vilches. El Provincial quiso buscar el dinero en +la celda de los religiosos, haciendo escrutinio en ellas; y bien fuese +por alguna sospecha, ó por poco afecto que le tuviese, ó por dar ejemplo +para que los otros no se excusasen, ni lo sintiesen, empezó por la celda +del maestro Vilches. En ella encontró una alhacena tabicada (decían que +estaba en la misma pieza donde él dormía), hízola abrir y en ella +hallaron los huesos del fraile lego que él había muerto.»</p> + +<p>La sorpresa que esto produjo fué grande y el escándalo en Sevilla al +saberse el suceso subió de punto, sin que valieran cuantos medios +pusieron en práctica los frailes para impedir que se divulgara.</p> + +<p>El padre maestro Vilches fué preso, costando mucho trabajo la formación +de la causa, pues los religiosos se negaron á declarar ante la justicia +«<i>ó por política que observaban ó por precepto que les había impuesto el +prelado</i>» con lo cual la gente tuvo ocasión de hacer muchos y muy +variados comentarios sobre el suceso, quedando como<a name="page_198" id="page_198"></a> más aclarado «que +el dinero de las Arcas de la Redención le había sacado el dicho padre +Vilches, y gastádolo, y que de ello había sido sabedor el religioso +lego; y que cautelándose no lo descubriese, lo mató, porque él riñendo +con el M. Vilches lo amenazó.»</p> + +<p>Y fué el fin de esta historia, que en Septiembre del año 1640 fué +condenado el padre maestro á reclusión perpetua en el convento, donde se +dice que murió muchos años después, contrito y muy arrepentido de su +fechoría.</p> + +<h3><a name="UNA_FUGA_DE_PRESOS" id="UNA_FUGA_DE_PRESOS"></a>UNA FUGA DE PRESOS</h3> + +<p>Don Juan de la Cruz era Alcaide de la cárcel real en 1641, cargo que +desempeñó durante no poco tiempo y el cual era bastante codiciado por +muchos, dado que en sí llevaba entonces ciertas ventajas y ganancias no +despreciables, si bien nada legales.</p> + +<p>Este buen Alcaide tenía por aquel año bajo su custodia un número +considerable de presos acusados del resello de moneda, los cuales eran +gente levantisca de suyo, que unída á los valentones, ladrones y demás +gentualla,<a name="page_199" id="page_199"></a> traían de contínuo revuelta la prisión, célebre con grandes +escándalos y pendencias.</p> + +<p>Así andaban las cosas, cuando la noche del 26 de Marzo de 1642, don Juan +de la Cruz se disponía á hacer la acostumbrada ronda por las +dependencias de la cárcel para cerciorarse de la seguridad en que +quedaban los detenidos.</p> + +<p>Pero héte aquí que al llegar nuestro Alcaide á la <i>Reja grande</i>, con +lento paso y grave continente, muy penetrado de la seriedad de su cargo, +fué súbitamente acometido por dos de los presos, quienes á viva fuerza +le sujetaron apoderándose del manojo de llaves que tenía, sin que en +auxilio del don Juan vinieran ni corchetes ni guardias.</p> + +<p>Y como quiera que el golpe de mano debía estar ya preparado de tiempo +atrás y ser sabedores de él los presos todos, prodújese al punto gran +zalagarda en las salas, y en un abrir y cerrar de ojos se comenzaron á +abrir rejas y calabozos con gran estrépito y algarabía, corriendo un +grupo de más de cuarenta y tres presos hasta la puerta de la calle, por +donde salieron con alborozo, y algunos, «con grillos se fueron hasta la +Iglesia Mayor.»</p> + +<p>Los detenidos por el resello de monedas, hasta diecisiete, escaparon +todos, desperdigándose por la ciudad, y otras de varios delitos salieron +con ellos, sin que fuera posible nunca más echarles el guante, pues bien +procuraron huir de las garras de alguaciles y tropas.</p> + +<p>Al conocerse esta fuga al día siguiente, 27 de Marzo, produjóse en la +ciudad el consiguiente escándalo, viniendo á levantarse un rumor, que +fué tomando cuerpo, y el cual era que el Alcaide, D. Juan de la Cruz, no +fué tan sorprendido como parecía con aquella fuga, y que para dejarse +atropellar había recibido de antemano más de una reluciente moneda de +oro.<a name="page_200" id="page_200"></a></p> + +<p>Y para completar la noticia de esta fuga de presos, apuntaré que de +todos ellos «no volvieron á coger—dice un manuscrito—más de un vecino +de Castilleja, que se llamaba José Antonio, que volviendo al lugar á +matar al Alcalde que lo prendió, le volvieron á asir, y traído á la +cárcel, intentó otra vez hacer fuga, y lo ahorcaron. Era de 21 años y +tenía muertes varias y otros delitos.»</p> + +<h3><a name="LAS_RONDAS_DE_NOCHE" id="LAS_RONDAS_DE_NOCHE"></a>LAS RONDAS DE NOCHE</h3> + +<p>Frecuentes eran en verdad los lances que en las calles de Sevilla +ocurrían á las rondas por las calles, mientras el vecindario se +entregaba al reposo, y entre aquéllos merece ser recordado uno que fué +consignado por un autor contemporáneo, que existe en el manuscrito de la +colección del conde del Aguila.</p> + +<p>Mediado el año 1642 y obtenida la licencia correspondiente, habían +empezado á salir de ronda por las noches los Alcaldes de Crimen, á los +cuales temían con razón la gente maleante, que favorecida por las +sombras, vagaba con propósitos nada santos por el intrincado laberinto +de las callejas de nuestra población.<a name="page_201" id="page_201"></a></p> + +<p>Persona de tanta significación como lo era el alcalde don Leonardo +Henriquez, rondaba la noche del 14 de Agosto por el barrio de la Feria, +acompañado de sus alguaciles, y había más que mediado la noche, cuando +acertó á tropezar en su marcha con unos soldados, de lo cual vino á +surgir el lance que á unos y á otros costó bien caro.</p> + +<p>Eran aquellos soldados pertenecientes á una de las compañías de milicia +que por entonces se formaban en nuestra ciudad, y en ella iba un +sargento, mozo bravucón y perdonavidas, de aquellos echados para +adelante y de los que, por cuestiones de poca monta, tiraban del acero y +no se paraban nunca en las consecuencias de sus acaloramientos.</p> + +<p>Frente á frente el Alcalde y la tropa, mediaron algunas palabras sobre +el paso por la calle, y las que, por el tono y alcance con que se +dijeron, dieron motivo á que, sin más ni más, los alguaciles y los +soldados se acometieran, aquéllos con espadas y pistolas y éstos con las +alabardas, trabándose allí mismo singular combate.</p> + +<p>El sargento, todo iracundo y furioso, cargó contra el alcalde don +Leonardo Henriquez, que recibió tres estocadas, las cuales dieron con él +en tierra, siendo de consignar que apenas los alguaciles vieron caído al +alcalde y que los soldados llevaban la mayor ventaja, huyeron +precipitadamente por las callejas que encontraron más á mano, buscando +en las sombras facilidades á su fuga y desamparando cobardemente al +pobre hombre que, con desgarradores é inútiles gritos, pedía favor, +viendo su muerte próxima.</p> + +<p>Y así hubiera sucedido si entre los vecinos que al alboroto y pendencia +despertaron, no hubiese habido un mulato que con resolución llegó á +ponerse frente del sargento<a name="page_202" id="page_202"></a> y de los soldados, rogándolos que no +rematasen al alcalde cuando ya se disponían á clavarlo con las +alabardas.</p> + +<p>Alborotados los de tropa, salieron en confusión de la Feria á la +Alameda, y durante todo el trayecto insultaron y apalearon á algunos +inocentes transeuntes, apedrearon varias casas y causaron varios +destrozos, dispersándose luego temerosos de las consecuencias que les +esperaban.</p> + +<p>Don Leonardo Henriquez debió la vida al mulato, pues, según refiere el +texto del Archivo Municipal, el tal «cójele en brazos, y metido en una +tienda donde fué conocido, lo llevaron á su casa, en coche.»</p> + +<p>En la Alameda fué herido el sargento, pero no pudo ser entonces +capturado, cosa que no se verificó hasta el 18 de Octubre, en que á +vuelta de muchas pesquisas y con no poca fuerza, pudo el bravo ser +reducido á prisión.</p> + +<p>Seis días después tuvo término y fin la vida del sargento, que murió +ahorcado en la plaza de San Francisco el 23, y aunque con él habían +caído presos varios soldados de los que tomaron parte en la refriega, +parece que éstos llegaron más tarde á conseguir la libertad.</p> + +<p>Tal es el suceso ocurrido á la ronda de noche en 1642, digno, por +cierto, de ser recordado entre las curiosas memorias sevillanas de otros +tiempos.<a name="page_203" id="page_203"></a></p> + +<h3><a name="EL_CONTADOR_DE_LA_CONTRATACION" id="EL_CONTADOR_DE_LA_CONTRATACION"></a>EL CONTADOR DE LA CONTRATACIÓN</h3> + +<p>Vivió en Sevilla un caballero, de nombre don Diego Villegas, que tenía +el cargo de Juez Contador Mayor de la Casa de Contratación, era persona +muy bien relacionada y tenía muchos y buenos amigos.</p> + +<p>Uno de éstos lo era don Juan Antonio Alcázar, caballero del Hábito de +Calatrava, y que ejercía en la Contratación el cargo de Juez oficial.</p> + +<p>En la mañana del 19 de Abril de 1643 se encontraban reunidos don Diego y +don Juan Antonio, en un aposento del domicilio del primero, cuando hé +aquí que surge una disputa entre ambos, y subiendo de tono la cosa, +encolerizóse hasta tal punto el señor Contador, que, cogiendo un puñal, +arremetió contra su amigo y de un solo golpe lo dejó cadáver.</p> + +<p>Entonces salió de su casa, pues nadie había presenciado el crimen, y en +la calle acertó á encontrarse á dos señores, que eran don Felipe y don +Buenaventura Alcázar, primos de la víctima, y á los cuales dijo Villegas +que había matado á un hombre y les rogaba les diesen asilo.</p> + +<p>Ellos, que ignoraban quién fuese la persona asesinada, lo llevaron á +ocultar al convento de San Francisco, y al<a name="page_204" id="page_204"></a> divulgarse á poco el crimen, +se mandaron poner guardias en las salidas del convento, mientras el +asunto era objeto de todas las conversaciones en la ciudad y las +familias del muerto y del matador sufrían las mayores inquietudes y +zozobras.</p> + +<p>Quince días permaneció oculto don Diego Villegas, en una celda, y era ya +opinión de muchos que tal vez se habría fugado, cuando el día 6 de Mayo, +en las primeras horas de la noche, oyeron los frailes un gran ruido, y +acudiendo á un patio, vieron en él destrozado el cuerpo del matador de +Alcázar.</p> + +<p>Don Diego Villegas se había arrojado desde la ventana de su celda.</p> + +<p>Y el manuscrito que tengo á la vista, donde consta esta curiosa noticia, +añade «que don Diego estaba loco, y siempre lo fué, como se vió en +muchas ocasiones, y así se dió licencia para enterrarlo en sagrado.»<a name="page_205" id="page_205"></a></p> + +<h3><a name="DON_BERNARDINO_Y_SU_MASTIN" id="DON_BERNARDINO_Y_SU_MASTIN"></a>DON BERNARDINO Y SU MASTÍN</h3> + +<p>Por graves delitos cometidos en una vida inquieta y turbulenta, fué +condenado por la justicia á severísimas penas, D. Bernardino de Córdoba +y Roelas, caballero sevillano que tenía en la ciudad muchos deudos y +amigos y á más estaba emparentado con personas de significación y +categoría.</p> + +<p>Pasó su causa al Consejo de Cámara, comenzando entonces D. Bernardino á +poner en juego su influencia y á mover resortes, á fin de que se le +indultase y echara tierra al asunto; pero parece que, leido con +detenimiento el proceso en la Corte, pesó tanto la relación de los +delitos en los severos jueces y movióles tanto á indignación, que, lejos +de obrar benignamente, enviaron orden á Sevilla para que al punto fuera +preso el caballero, y degollado, conforme á su calidad, en la plaza de +San Francisco.</p> + +<p>El día 23 de Junio de 1644, el alcalde don Leonardo Henriquez, de quien +ya me he ocupado, sabiendo que don Bernardino se encontraba en el +inmediato pueblo de Castilleja, se dirigió á este punto con algunos +alguaciles para cumplir la orden de prisión, encontrando al reo muy +sosegado en su casa comiendo con su mujer y bien ajeno del peligro que +le amenazaba.<a name="page_206" id="page_206"></a></p> + +<p>Conocida por el caballero la misión que tenía el Alcalde, negóse desde +luego á darse á prisión muy resueltamente, trabándose vivo diálogo entre +unos y otros, al cual quiso poner término la autoridad, haciendo que los +corchetes se avanzasen á don Bernardino y lo redujeran á prisión por la +fuerza. Pero éste, que debía estar en guardia, tiró de una daga é hirió +mortalmente á Lorenzo Gómez, escribano que se hallaba presente, y luego +azuzó á un perro mastín que tenía consigo, el cual era de tan fiera +condición que, arrojándose sobre los corchetes, comenzó á dar +dentelladas á unos y á otros, produciendo graves mordeduras á todos +aquellos que habían intentado apoderarse de su amo.</p> + +<p>Cuando más empeñada era la lucha y más desesperadamente se resistía don +Bernardino, éste recibió un tiro por la espalda que le hizo caer sin +vida, y de allí á poco fué muerto también el fiel perro que tanto le +defendió, terminando de tan trágico modo aquella sangrienta escena.</p> + +<p>El manuscrito de D. Diego Ignacio de Góngora que hace mención de este +suceso, dice, refiriéndose á los incidentes ocurridos con el cadáver del +desgraciado D. Bernardino:</p> + +<p>«El Alcalde quiso traer á Sevilla el cuerpo de aquel malaventurado +caballero; los religiosos del convento de Descalzos franciscos, y otros +de la Orden Tercera se interpusieron para que quedase allí. Esto sabido +por el acuerdo, envió luego al alguacil mayor por el cuerpo para +degollarlo en la Plaza de San Francisco, á fin de que sirviera de +ejemplo y escarmiento; pero ya estaba enterrado, y se quedó así.»<a name="page_207" id="page_207"></a></p> + +<h3><a name="EL_CABILDO_ECLESIASTICO_Y_LAS_FIESTAS_DE_TOROS" id="EL_CABILDO_ECLESIASTICO_Y_LAS_FIESTAS_DE_TOROS"></a>EL CABILDO ECLESIÁSTICO Y LAS FIESTAS DE TOROS</h3> + +<p>En diversas ocasiones se han suscitado discusiones y polémicas sobre la +conformidad y disconformidad de la Iglesia con la fiesta de toros, y +aunque no es esta ocasión de tratar aquí esta materia, que es por cierto +harto trillada, voy á ocuparme únicamente y con la vista de auténticos +datos, de una costumbre hoy perdida por completo, cual es la de asistir +el cabildo eclesiástico á las fiestas de toros en los siglos XVI y XVII, +en que lo hacían con toda la pompa y toda la gravedad del caso, sin que +por ello perdiese nada tan elevada corporación, ni en particular sus +individuos, que eran todas personas serias y de campanillas.</p> + +<p>Y no solamente asistía el cabildo á los toros y las cañas, sino que de +sus fondos hacía crecidos gastos en tales fiestas, así en el adorno del +estrado que ocupaba, como en rodearse en él de ciertas comodidades y +regalarse muy cumplidamente, conforme su clase requería.</p> + +<p>Así, por ejemplo, en las corrídas de toros celebradas en la plaza de San +Francisco el lunes 16 de Septiembre<a name="page_208" id="page_208"></a> de 1647, gastó el cabildo Catedral +294 reales y medio, siendo algunas de las partidas del tenor siguiente:</p> + +<p>«<i>De seis arrobas y una cuarta de nieve</i> á 20 reales y 20 +maravedises—<i>De veinte y dos libras de anís, canelones y ciruelas de +Génova 100 maravedís.</i>—<i>De tortas y vino, 20.</i>»</p> + +<p>Las fiestas de toros que se verificaron el 5 de Febrero de 1670 fué +también presenciada por los señores canónigos y en el <i>Libro de veedor</i> +del archivo Catedral se lee: «Asistió el Cabildo de esta Santa Iglesia +en el lugar que se le señaló, que fueron dos arcos y medio de los +balcones, en el cual sitio estuvieron muy estrechos con haber ido muchos +menos señores de los que son.... Va el Cabildo por la tarde en forma, +con bonetes, y esta vez se llevó por mandado del Cabildo dulces en esta +manera: cajas de piezas que cabían una libra, y estas atadas con +listones encarnados; y vino y hipocrás y agua de canela y agua clara, +todo en nieve; lleváronse cuatro docenas de vidrios de Venecia, tres +salvillas y tres fuentes....» etc., etc.</p> + +<p>En estas fiestas que se daban en honor del conde de Villaumbrosa, que +había sido nombrado presidente del Consejo de Castilla, los canónigos +obsequiaron al Asistente y mandaron arrojar á la plaza una <i>fuente de +dulces</i>, dando prueba de su generosidad y largueza.</p> + +<p>Igualmente las dió el cabildo eclesiástico en los toros y cañas que se +jugaron el 30 de Septiembre y el 2 de Octubre de 1673, no faltando +tampoco su asistencia á la función del 25 de Junio de 1674, en que «se +estrenaron los escaños morados que para ese efecto se hicieron, y se +puso el sitio alfombrado con las alfombras iguales y la colgadura fué de +la verde, un paño de á tres y dos de á seis y tres escudos de las armas +de la Iglesia repartidas en cuatro paños.»</p> + +<p>El cabildo de la colegiata del Salvador también asistía<a name="page_209" id="page_209"></a> á las fiestas +de toros y en particular á la que se celebraba en la plaza delante de la +iglesia constando de ello noticias como esta que recogió Matute de +papeles de 1638:</p> + +<p>«El 10 de Agosto se celebraron corridas de toros en la plaza del +Salvador en obsequio de Nuestra Señora de las Aguas: estuvieron +convidados al balcón del Cabildo de dicha Colegial, el <i>Provisor</i>, <i>Juez +de la Iglesia</i> y otros sujetos de distinción á quienes después se sirvió +un buen refresco». (<i>Noticias relativas á la historia de Sevilla</i>, +página 120).</p> + +<p>No he de detenerme á hacer especial mención de otras muchas fiestas de +toros y cañas, á las que, con toda pompa, concurran los señores +canónigos, haciendo sólo mención, por las noticias que existen de ellas, +de las cañas y rejones del 25 y 27 de Septiembre de 1687, y de las de +toros y cañas de 6 y 8 de Febrero de 1700, verificadas para festejar la +llegada á Sevilla del almirante de Castilla.</p> + +<p>Y por cierto que en esta fiesta se dobló lo de regalarse, y según el +documento que copió Collantes de Terán y dió á luz en el <i>Archivo +Hispalense</i>, en el palco de la Catedral no se consumió más que lo +siguiente:</p> + +<p>«Nueve garrafas de frío, tres de cada género de á treinta y seis vasos +cada una.—Ciento veinte y cinco libras de dulce muy rico, para los +señores; así los que fueran como los que dejaran de ir, y los señores +coadjutores una libra para cada uno.—Media arroba de dulce hecho en +monjas, para la fuente que el señor dean pasa al Asistente.—Arroba y +media de dulce inferior en piezas muy pequeñas también empapeladas, para +en tres fuentes echar á la plaza...—Dieciseis libras de bizcochos de +espumilla, para en cuatro fuentes repartir los señores con la bebida +antes del dulce.—Media arroba de vino hipocrás, etcétera».<a name="page_210" id="page_210"></a></p> + +<p>Con todo esto es seguro que se endulzarían bien el paladar sus señorías, +y no es aventurado suponer que aún sobraría algo para los pajes y la +servidumbre.</p> + +<p>Como se ve, pues, los capitulares eclesiásticos eran grandes aficionados +á los toros en aquellos tiempos y no dejaría de ser curioso el aspecto +que ofrecería el palco del cabildo Catedral, que era siempre de los más +lujosos, adornado de sus ricas telas y con anchos y cómodos sillones de +terciopelo y oro, en los cuales muy arrellanados los señores seguían los +incidentes de la lidia, entretenidos en sabrosa plática remojada con los +dulces y refrescos.</p> + +<p>Perdióse luego la costumbre de asistir el cabildo Catedral á las fiestas +de toros, que siguieron frecuentando las demás autoridades, y la verdad +que fué gran lástima, pues si hoy siguiera se evitaría que los +eclesiásticos tuviesen que ir recatándose, como lo hace el que gusta de +esta diversión.<a name="page_211" id="page_211"></a></p> + +<h3><a name="EL_HIJO_DE_MURILLO" id="EL_HIJO_DE_MURILLO"></a>EL HIJO DE MURILLO</h3> + +<p>De su matrimonio con doña Beatriz Cabrera y Sotemayor, tuvo el célebre +pintor Bartolomé Esteban Murillo tres hijos, hembra una, nacida en 1657, +y varones los otros, que vinieron al mundo en 1661 y 1663.</p> + +<p>El mayor de éstos llamóse Gaspar, y se bautizó en el templo de Santa +Cruz, según en la partida consta, el 22 de Octubre del citado año de +1661. De este hijo del gran artista sevillano voy á ocuparme, pues de +los otros son muy escasas las noticias que se conocen: doña Francisca +entró de monja en el convento de Madre de Dios y don Gabriel pasó á +América, donde sólo se sabe que murió muy anciano, sin otras +circunstancias.</p> + +<p>Don Gaspar Esteban Murillo, heredero inmediato del ilustre pintor llegó +á adquirir una buena posición en Sevilla, dejando á su muerte grata +memoria en cuantos fueron sus amigos. Muy joven, y viviendo aún su +padre, se dedicó á la carrera eclesiástica, y protegido, á lo que se +dice, por don Juan Veitia Linaje, obtuvo un beneficio en la iglesia de +Carmona, el cual disfrutaba cuando en 1682 falleció Bartolomé Esteban +Murillo, que le nombró en su testamento albacea de sus bienes, en unión +de D. Justino de Neve y de D. Pedro Villavicencio.<a name="page_212" id="page_212"></a></p> + +<p>Tres años después de la citada fecha, ó sea en 1685, obtenía D. Gaspar +una canongía en la catedral sevillana, de la que tomó posesión el día +1.º de Octubre, y escriben algunos autores como Ceán Bermúdez, L. +Alfonso y otros, que «por haber descuidado el cumplir con la práctica de +hacer juramento de protestación de fe en el tiempo que mandaba el +concilio, fué el novel canónigo condenado por el cabildo en 30 de Abril +de 1688 á perder los frutos de todo un año, 8.000 reales de vellón, que +se aplicarían á gastos de reparación del templo, con lo cual don Gaspar +se conformó gustoso al saber que se invertían en utilidad de las bellas +artes.»</p> + +<p>Hay que advertir que el hijo de Murillo fué por ellas muy apasionado, +sobre todo por la pintura, la cual aprendió teniendo tan gran maestro +como su padre, y al decir de Matute, cultivó el arte por afición, +imitando con mucho acierto el estilo del autor de sus días.</p> + +<p>La vida de don Gaspar deslizóse tranquila y sosegadamente en la ciudad +de Sevilla que le vió nacer, consagrado al ejercicio de su ministerio, y +rindiendo fervoroso culto á la memoria de su padre, cuyo nombre había de +ser honra y gloria de España.</p> + +<p>Con caracteres en extremo simpáticos aparece la figura de don Gaspar +Esteban Murillo, alma sencilla, natural bondadoso, espíritu creyente y +sincero y hombre de fe, que entre otras muy estimables cualidades, +poseía la de ser en extremo dado á las obras filantrópicas, acudiendo, +siempre que podía, al socorro de los seres verdaderamente necesitados.</p> + +<p>En los comienzos del año de 1709 desarrolláronse en Sevilla unas +calenturas malignas, las cuales ofrecían peligroso contagio, del que +fallecieron no pocas personas, contándose entre ellas muchos clérigos é +individuos del cabildo<a name="page_213" id="page_213"></a> catedral, pues según los historiadores, atacó á +éstos con preferencia el mal por el contacto en que á diario estaban con +multitud de pobres infestados; que acudían á las gradas de la basílica y +al palacio arzobispal á recibir limosnas.</p> + +<p>Hirió de muerte aquella dolencia á don Gaspar Esteban Murillo, que +falleció el día 1.º de Mayo del mismo año de 1709, dejando sus bienes al +Hospital llamado de <i>Los Venerables</i>, siendo sepultado el hijo del gran +pintor en la nave de San Pablo de la Catedral, y colocándose sobre su +sepulcro una inscripción latina, que, según la traducción castellana que +da González de León, dice:</p> + +<p><i>==«H. S. E.==D. Gaspar Esteban Murillo y Cabrera, Canónigo de esta +santa iglesia Metropolitana y Patriarcal, varón de buenas costumbres, +modesto y dotado de un alma apta para toda piedad. Liberal para con los +pobres á los que dejó herederos de sus bienes.—Murió de edad de 47 años +en el de 1709, el día 1 de Mayo.==R. Æ. D. E. D. A.»</i></p> + +<p>Tales son las memorias que existen de aquel varón justo, que llevó con +dignidad un nombre famoso, y que ni envidioso ni envidiado, murió con la +satisfacción de un alma honrada y con la tranquilidad del que ha +cumplido con su deber.<a name="page_214" id="page_214"></a></p> + +<h3><a name="LA_EMBAJADA_JAPONESA" id="LA_EMBAJADA_JAPONESA"></a>LA EMBAJADA JAPONESA</h3> + +<p>Los historiadores y analistas sevillanos han consignado todos ó casi +todos, la venida á nuestra ciudad de una embajada japonesa en 1614, que, +á la verdad, tal suceso no era frecuente ni mucho menos, y sí extraño +entonces, por lo que llamó poderosamente la atención.</p> + +<p>Como recuerdo de aquella visita queda hoy un interesante documento, el +cual es una carta escrita en japonés, la que fué entregada por los +embajadores al Ayuntamiento con toda solemnidad y que se custodia en el +Archivo del Municipio para interés de las personas aficionadas á las +históricas curiosidades.</p> + +<p>No he de detallar los diversos motivos de aquel caso, que se debió +principalmente á las gestiones que en el Japón y en el ánimo del rey de +Vojú hizo un fraile misionero hijo de Sevilla, donde había vivido en +1574, fray Luís Sotelo, el que más tarde sufrió allí cruento martirio.</p> + +<p>El 30 de Septiembre del citado año de 1614 el cabildo de la ciudad vióse +sorprendido con una comunicación en la cual se le ponía en conocimiento +que acababan de llegar en las flotas los representantes diplomáticos del +rey de Vojú, que se dirijían á Sevilla á ofrecer una carta al Municipio, +siguiendo luego su viaje para la corte y<a name="page_215" id="page_215"></a> para Roma, donde tenian el +propósito de visitar al pontífice Pío XI.</p> + +<p>Como el suceso no era para menos, se apresuró el Asistente D. Diego +Sarmiento y Sotomayor, conde de Salvatierra, á llevar á cabo los +preparativos para recibir á los huéspedes dignamente y así hizo que en +el Alcázar se dispusiera lo conveniente para alojarlos y que la ciudad +saliera con toda gravedad á recibirlos cuando entraron en ella el día 23 +de Octubre.</p> + +<p>Llegaron, pues, los japoneses acompañados del padre Luís Sotelo, +excitando extraordinariamente la atención del pueblo, los portes y +vistosos trajes, las armas y adornos que el embajador Fraxecuera +Rocuyemon lucía y los personajes que le acompañaban.</p> + +<p>Dos días después de su llegada, se presentaron el embajador y su séquito +en las Casas Consistoriales, siendo recibido con ceremonia por los +veinticuatros y el Asistente, el cual recogió la carta de que era +portador Fraxecuera Rocuyemon, mediando frases de cumplido y diplomacia +entre unos y otros por medio del padre Sotelo, que hacía de intérprete.</p> + +<p>La carta, que iba fechada en la Corte de Tenday á 26 de Octubre de 1613, +es en extremo curiosa y en ella hay párrafos como éste dirigido á la +ciudad, según la traducción.</p> + +<p>«Y sabiendo la grandeza y riqueza de esa noble república, y también que +es patria del Padre Fray Luís Sotelo, de verdad he cobrado á V. S. +grande y particular amor: y la causa principal que á ello nos mueve, es +porque el primer hombre que nos enseñó en este Reino, el camino de la +verdad y la Santa Ley de Dios, es rama brotada y salida de esa generosa +raíz.»</p> + +<p>«....Ansí mismo recibiremos particular gusto de que<a name="page_216" id="page_216"></a> V. S. encamine á +los dichos nuestros embajadores para que lleguen en paz y prosperidad á +la presencia y lugares que son dichos y los ampare con su favor, para +que nuestra pretensión é deseo mejor se efectúe, poniendo las +diligencias en ello que pareciere más á propósito. También habemos +sabido que en esa república se juntan muchos navíos de todo el mundo, y +por esa causa asisten en ella muchos pilotos y otras personas muy +diestras en la navegación. V. S. mande juntarlos, y averiguar con ellos +si es posible navegarse derechamente desde el Japón á esa Ciudad; por +qué derrotas y en qué partes ó puertos se puede llegar; enviándonos +razón de todo, para que siendo posible, nuestros navíos naveguen esa +carrera todos los años, y nuestro deseo más bien se cumpla y nuestra +amistad está más firme y comunicable. Las demás cosas las sabrá V. S. de +parte del Padre Fray Luís Sotelo, á quien nos remitimos en todo. Si algo +del gusto y servicio de V. S. se ofreciere en este Reino, avisándonos se +acudirá á ello con puntualidad.»</p> + +<p>Con la carta entregó el embajador al Asistente una espada de gran mérito +y valor, siendo despedido luego á la puerta del Ayuntamiento con la +misma ceremonia que había entrado.</p> + +<p>Cuatro ó cinco días permanecieron aún los japoneses en Sevilla, siendo +siempre seguidos por multitud de personas á todos los lugares que +visitaban, abandonando después la ciudad, de la que salieron bien +satisfechos.</p> + +<p>«Agasajados los embajadores—dice el señor Guichot—pasaron á la corte, +donde el rey les dió solemne audiencia y los encaminó á Roma, donde +llegaron ya muy entrado el año siguiente. A 3 de Noviembre de 1619 +recibiólos el Pontífice en Consistorio público del Sacro Colegio de los +Cardenales, con suma benignidad y agrado y<a name="page_217" id="page_217"></a> de la misma manera los +despidió, con respuestas y presentes de reliquias, pinturas y otras +cosas sagradas.»</p> + +<p>La espada que los embajadores dejaron á la ciudad se ha perdido, pero la +carta existe, habiendo en 1882 testificado de su autenticidad, los +japoneses que en aquél año visitaron nuestra ciudad, y posteriormente, +en 1901, un catedrático de la Universidad de Yedo.</p> + +<p>Para terminar, diré que el padre Luís Sotelo, al volver al Japón, cayó +en manos del gobernador de Nagasaki en 1622, siendo preso y condenado á +morir quemado á fuego lento, llevándose á cabo la bárbara sentencia en +25 de Agosto de 1624.</p> + +<h3><a name="COFRADES_Y_TOROS" id="COFRADES_Y_TOROS"></a>COFRADES Y TOROS</h3> + +<p>Entre las muchas hermandades de cofradías que en el siglo XVII estaban +establecidas en Sevilla, se contaba la de las <i>Negaciones y Lágrimas de +San Pedro</i>, que había sido organizada por los estudiantes del Colegio de +Santa María de Jesús (Universidad), fundado por Maese Rodrigo, y que +durante algún tiempo gozó de cierta prosperidad y desahogo.<a name="page_218" id="page_218"></a></p> + +<p>Esta hermandad, que debió establecerse en fecha posterior á la que +señala Bermejo y Carballo en sus <i>Glorias religiosas de Sevilla</i>, +hallábase instalada en la parroquia de San Miguel, cuando solicitó en +1628 permiso del Ayuntamiento para celebrar una corrida de toros en la +Plaza del Duque, como se desprende de este documento, hasta ahora +inédito, cuyo original existe en el Archivo municipal:</p> + +<p>«Don Pedro Morel Alcalde de la cofradía nuevamente instituida Dolor de +las tres negaciones de san Pedro sita en la parroquial de san Miguel +desta Ciudad digo—que los hermanos de ella tenemos obligacion de hacer +en cada año una fiesta en el tiempo que determinaremos á nuestro padre +san Pedro y por ser esta la primera quisieramos hacerla más suntuosa +corriendo <i>unos toros sueltos</i> en la plaza intitulada barrio del Duque. +Por tanto—A V. E. Pido y suplico mande concedernos y nos conceda +licencia para que podamos <i>correr ocho toros</i> y nos dé facultad para +poder arrendar las bocas de las calles para limpieza y gastos de la +dicha plaza del Duque.—Otro sí se nos de licencia que la carne de los +dichos toros se pueda pesar en la carnecería ocho maravedís menos +conforme á la sedula de los Sres. Jurados y pido justicia. † <i>Don Pedro Morel</i>.»</p> + +<p>Esta solicitud fué leída en Cabildo que presidió el Asistente conde de +la Puebla del Maestre en viernes 9 de Junio del citado año de 1628, +acordándose lo siguiente, según consta en el acta capitular de dicho día +y dice así:</p> + +<p>«Leí la petición de don Pedro Morel alcalde de la cofradía nuevamente +instituída dolor de las tres negociaciones de san Pedro en que dicen que +quieren hacer la fiesta y piden licencia para correr ocho toros sueltos +con atajar<a name="page_219" id="page_219"></a> las calles y otras cosas que se contienen en la dicha +petición;</p> + +<p>Acordose de conformidad que no á lugar dar la licencia que piden para +correr los toros sueltos ni atajarse las calles ni hacer tablados y que +las partes acudan á S. S. de el señor conde asistente para que +sirviendose de dar licencia para que estos toros se corran con conteros +se sirva S. S. de mandar ser guardado la provición en el consumo de la +carne.»</p> + +<p>No tengo noticias de si los cofrades llegaron á realizar su propósito de +la fiesta que tenían proyectada, ni de las circunstancias que +acompañarían á ésta, dado que se llegase á celebrar; pero por los +anteriores documentos, de los que me facilitó noticia don L. Güeto, se +ve que las hermandades sevillanas eran tan aficionadas antaño como hoy á +organizar fiestas de toros para recaudar fondos con que atender á su +sostenimiento, sin que hayan cejado en sus propósitos apesar de las +muchas prohibiciones de la autoridad eclesiástica y de las negativas de +la civil, en solo este punto.</p> + +<p>La cofradía de las <i>Negaciones</i> duró hasta el siglo XVIII, y Matute +consigna en sus <i>Anales</i> esta noticia en el año 1720 y que creo +complementa el presente apunte:</p> + +<p>«El cabildo eclesiástico extendió sus deseos á la reforma de algunos +abusos en las procesiones de penitencia que hacían estación en la Semana +Santa y negó licencia para que saliese á la hermandad y cofradía de los +estudiantes bajo la advocación de las <i>Negaciones y Lágrimas de San +Pedro</i>. Desde el año 1691 ya sonaba como antigua esta cofradía, pues +presidía á la de Nuestra Señora de la Antigua, establecida en san Pablo; +más como solo tenía un <i>paso</i> con la estatua de san Pedro, era necesario +que se agregase á otra, bajo cuyo estandarte cumplían<a name="page_220" id="page_220"></a> su estación y +tomaban cena. No habría sido incómoda su compañía si las travesuras +juveniles no hubieran desazonado á los demás cofrades hasta el punto de +no querer admitirlos en ninguna, por lo que se unieron á los mulatos, +pues hasta los negros esquivaban la compañía de los estudiantes que al +fin dejaron de salir, pues su memoria solo llega al año 1727 en que +salieron de la iglesia de los Clérigos Menores el Jueves Santo en la +tarde.»</p> + +<h3><a name="EL_OBISPILLO" id="EL_OBISPILLO"></a>EL OBISPILLO</h3> + +<p>La antigua fiesta del <i>obispillo</i>, que los estudiantes celebraban la +víspera del día de San Nicolás de Bari, verificóse por última vez en +Sevilla en 1641, prohibiéndose á causa de los tumultos que entonces se +originaron.</p> + +<p>Parece que el día 5 de Diciembre de aquel año, los escolares del colegio +de Maese Rodrigo, escogieron por <i>obispillo</i> á un estudiante nuevo, +según costumbre, el cual se llamaba Esteban Dongo, y colocándole su +mitra de papel, comenzaron en la puerta de los estudios á rendirle el +burlesco acatamiento que era uso; mas en vez de limitarse á las bromas +corrientes, se entusiasmaron demasiado,<a name="page_221" id="page_221"></a> alborotando mucho y dedicándose +á recorrer las calles, en las cuales atacaban á cuantas mujeres y +hombres veían al paso, haciendo detenerse los coches y arrojando de +ellos á los que los ocupaban para que se inclinasen ante el <i>obispillo</i>.</p> + +<p>No se limitaron á estos desahogos, con los que ya estaba bien alborotada +la población, sino que por la tarde acudieron en gran tropel y confusión +al teatro de la Montería, y penetrando en él, arrollaron al público, +ocupando aposentos y bancos, obligando á los actores á que volviesen á +empezar la representación, que ya estaba próxima á concluir.</p> + +<p>Si la entrada fué tumultuosa, más lo fué la salida de los estudiantes, +pues trabaron una gran pendencia con varios caballeros, saliendo á +relucir espadas y pistoletes, resultando algunos heridos graves por +ambas partes de los contendientes.</p> + +<p>Estos sucesos fueron los que motivaron que la Audiencia decretase la +prohibición de la fiesta del <i>obispillo</i>.<a name="page_222" id="page_222"></a></p> + +<h3><a name="DUQUE_CORNEJO" id="DUQUE_CORNEJO"></a>DUQUE CORNEJO</h3> + +<p>El nombre del escultor Pedro Duque Cornejo y Roldán, es bien conocido de +los amantes de las artes sevillanas, pues el número de sus obras es muy +dilatado y encierran verdadero mérito.</p> + +<p>El año 1677 nació en Sevilla, dedicándose desde muy joven al dibujo y +siendo discípulo del famoso Pedro Roldán, con quien empezó el estudio de +la escultura, donde no tardó en hacer notables progresos.</p> + +<p>A poco fueron buscadas sus estatuas en Sevilla, recibiendo numerosos +encargos de obras, algunas de ellas importantes. Así fué, que al +construirse el retablo mayor del Sagrario de la Catedral en 1706, por +Jerónimo de Barbás, Duque Cornejo trabajó en su adorno, y más tarde, +hizo los ángeles y figuras de uno de los órganos de la Catedral, +construído hacia 1724.</p> + +<p>Dejó el artista otras obras en la basílica, y en santa Marta y san +Hermenegildo cita González de León algunas esculturas de su mano.</p> + +<p>En Mayo de 1725, Duque Cornejo firmó escritura para ejecutar algunas +estatuas en la Cartuja del Paular, á donde se trasladó luego, siendo muy +elogiadas las obras que allí dejó.<a name="page_223" id="page_223"></a></p> + +<p>Vuelto á Sevilla, siguió con afán dedicado al trabajo, y la casa del +artista, en la cual tenía su taller, situada en la calle Beatos, +collación de santa Marina, fué durante mucho tiempo frecuentada por no +pocos jóvenes amantes de la escultura, que acudían allí á tomar +lecciones del maestro.</p> + +<p>Treinta y ocho figuras hizo Duque Cornejo para diversos templos de +Sevilla, tales como san Pablo, san Felipe, el Salvador, san Marcos, san +Pedro y san Luís, etcétera, mereciendo especial mención las estatuas de +las mártires Justa y Rufina, las de san Antonio Abad, la Virgen del +Rosario y el Nacimiento.</p> + +<p>A más de éstas, pueden citarse con elogio las que trabajó en mármol para +dos altares del Sagrario y los dos soldados romanos que hizo para la +hermandad de Jesús del Silencio.</p> + +<p>Cuando Felipe V y su corte estuvieron en Sevilla, la reina nombró á +Duque Cornejo escultor de cámara en 1732, y al año siguiente de 1733, al +marchar el rey en el mes de Mayo, se trasladó el artista á Madrid, en +donde solicitó en vano ser nombrado escultor de cámara del monarca.</p> + +<p>Hizo Duque Cornejo algunas esculturas en la capital de España, y volvió +á Sevilla años después, marchando al poco tiempo á Granada, donde fué +llamado para ejecutar varias figuras y adornos en la capilla de las +Angustias.</p> + +<p>Duque Cornejo, á más de dedicarse á la traza de no pocos retablos, pues +tenía decidida afición á la arquitectura, á más de ejecutar pinturas +como las del monasterio de la Cartuja de las Cuevas, «tenía—dice un +autor—mucha facilidad en la invención, por lo que se conservan en +Sevilla gran numero de los dibujos que hacía para los plateros<a name="page_224" id="page_224"></a> y otros +artistas, sobre papel blanco y en tinta de China, tocados de pluma».</p> + +<p>Terminadas sus obras en Granada, y tras una corta residencia en Sevilla, +Duque Cornejo se trasladó á Córdoba, en cuya Catedral labró la sillería +del coro y los púlpitos, con gran esmero y cuidado.</p> + +<p>Allí siguió residiendo el artista, que muy anciano falleció en dicha +ciudad el año 1757, según apunta Ceán Bermúdez. Duque Cornejo no fué uno +de los grandes escultores cuyo nombre se pronuncia hoy con admiración en +todas partes, pero tuvo suficientes méritos para figurar dignamente +entre sus coetáneos y aventajar á muchos de sus paisanos que por +entonces florecían.</p> + +<p>«En medio—escribe <i>Arana de Varflora</i>—de las extravagancias que habían +corrompido su arte en aquel tiempo, tuvo Cornejo un modo agradable y una +manera airosa que le dieron mucho crédito á sus obras.»</p> + +<p>Carecemos de un catálogo de éstas y no he de enumerar ni las más +conocidas en los presentes datos biográficos, apuntando de paso que +algunas se han perdido y no faltan tampoco otras que se le han atribuído +falsamente y sin gran fundamento.</p> + +<p>Duque Cornejo sabía con acierto dar movimiento á las figuras, y tuvo +fantasía y novedad para los adornos, aunque no siempre le resultaran +éstos del mejor gusto.<a name="page_225" id="page_225"></a></p> + +<h3><a name="LOS_MONEDEROS_FALSOS" id="LOS_MONEDEROS_FALSOS"></a>LOS MONEDEROS FALSOS</h3> + +<p>Suceso fué, en verdad, que llamó la atención en Sevilla, y sostuvo +durante un buen período de tiempo la atención general, el ocurrido el +año de 1681, el cual es bien digno de referirse en estos apuntes, +conforme á las noticias que de él hasta nosotros han llegado.</p> + +<p>Era por entonces alcalde de la Justicia don Cándido de Molina y +Sotomayor, hombre grave y que gozaba fama de severo, con quien no valían +chanzas y á quien, con razón, temía la gente maleante y cuantos tenían +cuentas pendientes con la casa de la plaza de San Francisco.</p> + +<p>Paseaba, pues, don Cándido el día 15 de Marzo del ya citado año de 1681 +por la Alameda de Hércules, cuando fué avisado que dos mujeres que por +allí vivían andaban cambiando monedas falsas, y lo mismo fué el tener +tal noticia, acompañado de dos alguaciles y del escribano don Jerónimo +de Parga, presentóse en la casa que le habían señalado como residencia +de las mujeres, á las cuales sorprendió, comenzando el registro del +domicilio.</p> + +<p>Aprovechando un momento de descuido, una de las hembras pudo huir, sin +ser vista, yendo á refugiarse al convento de San Francisco de Paula, +según después se<a name="page_226" id="page_226"></a> supo, y ya bien asegurada la otra, dijo llamarse +Leonor de Silva, ser casada con un sujeto de nombre Juan Ruíz, del cual +no sabía nada hacía tres meses, pero tenía noticias de que vivía con +unas hermanas suyas en la calle del Azafrán.</p> + +<p>El registro en casa de la mujer dió por resultado que se le encontrasen +efectivamente una gran cantidad de reales de plata de á ocho y de á +cuatro, siendo falsas todas las monedas, las cuales se recogieron, y +para no perder tiempo, como hombre listo que era, enviada la moza á la +cárcel, corrió el alcalde de la justicia, don Cándido Molina, á la calle +Azafrán, donde pensaba encontrar al Juan Ruíz.</p> + +<p>Llegó el alcalde con su gente á la casa que le habían indicado, y +encontrándola cerrada, llamó á la puerta repetidas veces, saliendo á los +golpes una mujer por cierta ventanilla alta, la que dijo que allí vivía, +efectivamente, la persona que se buscaba, pero que había salido hacía +algunas horas, ignorando cuál sería la de su regreso.</p> + +<p>Mas aquella visita inesperada de don Cándido vino á descubrir todo el +secreto que perseguía, pues siendo aquel lugar el que servía de fábrica +para las monedas falsas encontradas á las mozas, y hallándose allí +oculto á la sazón uno de los dos monederos, don Juan Troncoso, éste, +creyéndose perdido, se dispuso á ponerse en salvo.</p> + +<p>Así precipitadamente, ocultó donde mejor pudo una espuerta de monedas +recién blanqueadas, tomó capa y sombrero, y, armándose de una carabina, +se arrojó por un tejado á un solar inmediato.</p> + +<p>Creyóse allí por un momento en salvo, pero los alguaciles de don +Cándido, que le habían visto, le intimaron á<a name="page_227" id="page_227"></a> rendirse; el otro intentó +defenderse desde el solar, pero á la postre, haciéndose cargo de su +situación, saltó á la calle, y allí echóse á los pies del alcalde cuando +mandó dispararle, así como á la mujer que en la casa estaba y que +resultó ser su esposa, Ana de Córdoba.</p> + +<p>Preso ya aquel pájaro, no tardó el monedero Juan Ruíz en caer en las +garras de la justicia, capturándolo el mismo don Cándido Molina +Sotomayor á las pocas noches en la plazuela del Horno, después de +arriesgados trabajos.</p> + +<p>Encerrados en la cárcel los dos monederos, con tanta prisa se llevó la +causa, que el miércoles 16 de Abril los reos estaban ya condenados; pero +cuando fueron á leerles la sentencia, Juan Ruiz protestó iracundo y +produjo el mayor alboroto, y Troncoso enarbolando una silla, trató de +estrellarla en la cabeza del escribano, y como no pudiera hacerlo, subió +á una baranda próxima y por ella se hubiera arrojado á no sujetarle á +tiempo el cura de San Vicente y dos franciscanos que habían venido para +auxiliar á los condenados.</p> + +<p>El 17 de Abril mostráronse ya los reos con más sosiego, viendo que +cuantos esfuerzos hicieran resultarían inútiles, y así despidiéronse de +sus mujeres y sus hijos, se dispusieron á bien morir, sufriendo la +última pena el siguiente día 18 de Abril muy de mañana, en la misma +cárcel y no en el sitio acostumbrado.</p> + +<p>Los cuerpos de Ruíz y Troncoso no fueron quemados como en la sentencia +se hacía notar, sino que por instancias de la Hermandad de la Caridad se +sepultaron con cierta pompa.</p> + +<p>Tal fué el curioso caso de monederos falsos de Sevilla, del que existe +una puntual relación publicada á raíz del suceso y la cual lleva este +título.<a name="page_228" id="page_228"></a></p> + +<p>—<i>Segunda relación verdadera en que á la letra se contiene todo el +hecho de la causa que el licenciado don Cándido de Molina y Sotomayor, +Alcalde de la justicia de la ciudad de Sevilla, mandó escribir contra +don Juan Troncoso, de edad veintiséis años, y don Juan Ruíz, de edad de +veintisiete, por monederos y expendedores de plata falsa.—Y la +sentencia de garrote y fuego que dicho Juez dió contra los dichos reos, +y modo con que se ejecutó su muerte el día 18 de Abril de este presente +año de 1681.</i>—Con licencia, impreso en Sevilla por Toribio López de +Haro, en las Siete Revueltas.</p> + +<p>Esta relación que está escrita en cinco romances, contiene detalles muy +curiosos del suceso y la conservaba en su biblioteca el marqués de Jerez +de los Caballeros.</p> + +<h3><a name="EL_LOCO_AMARO" id="EL_LOCO_AMARO"></a>EL LOCO AMARO</h3> + +<p>En el hospital de los Inocentes, situado en la calle Real de san Marcos, +casa cuya fundación debióse en 1436 á Marcos de Contreras, estuvo +albergado desde 1681 un loco natural de Arcos de la Frontera, llamado +Amaro Rodríguez, el cual llegó á hacerse célebre en Sevilla y adquirió<a name="page_229" id="page_229"></a> +una singular popularidad, de tal modo, que no había persona chica ó +grande que no le conociese.</p> + +<p>Estribó esa fama principalmente en que dió en la manía de pronunciar +sermones, los cuales eran de lo más chistoso y disparatado que pueda +imaginarse; y como el tema naturalmente de la mayoría de ellos eran los +asuntos religiosos, tratábalos de tal manera el loco, que no había +persona que no se parase á escucharlo.</p> + +<p>Amaro Rodríguez tiene en su vida de cuerdo una nota dramática, pues +según las noticias que figuran al frente de sus sermones, «fué casado y +su locura provino de haber hallado á su mujer en íntima correspondencia +con un fraile, á la cual se atribuye el íntimo rigor con que les sacude +siempre que los coje por delante.»</p> + +<p>Comenzó Amaro á hacerse popular hacia 1657, pues como su locura era +pacífica, iba por las calles de la ciudad sermoneando á troche y moche +en donde le parecía, hasta que en 29 de Octubre de 1681 fué recogido en +la casa de Inocentes, donde con otros infelices era destinado á recoger +limosnas para el hospital diariamente por los sitios públicos, limosna +que le daba muy buen resultado á la casa, que con tal de oir los +despropósitos teológicos y los macarrónicos latinajos de don Amaro, +todos solían darle dinero.</p> + +<p>Iba el loco por las calles cubierta la cabeza con un bonete rojo: +decíase <i>predicador apostólico y canónigo de santa Catalina</i>; +acompañábale por lo general otro postulante, y en el lugar donde le +parecía conveniente se detenía, y ya sobre una piedra ó encaramado en +una ventana ó en otro lugar semejante alzaba el grito, no tardando en +verse rodeado de un numeroso grupo de gente desocupada y maleante, la +cual, si bien celebraba sus dichos, solía con frecuencia interrumpir los +macarrónicos latines<a name="page_230" id="page_230"></a> y los panegíricos de don Amaro, que contestaba con +donosas puyas y desvergüenzas á sus interruptores, ó bien harta ya su +paciencia, salía corriendo tras alguno armado de un par de piedras ó de +un palo, sin que nunca, sin embargo, se diera el caso de agredir á +nadie.</p> + +<p>Las fiestas de la iglesia, los santos del día ó determinadas personas y +circunstancias del momento, servían de tema para sus discursos, y en +todos ellos había largas cuchufletas y donaires contra los frailes, que +más de una vez ellos mismos se paraban á escuchar al loco cuando lo +encontraban á su paso.</p> + +<p>«Todavía al cabo de más de un siglo—dice la nota del XVIII, copiada por +D. Juan Gualberto Gonzalez,—andan de boca en boca las graciosísimas +ocurrencias por los sermones esparcidos, satíricos, estravagantes ó +grotescos, con citas oportunas, aunque estupendas, de los sagrados +textos, en que se descubre un buen ingenio y el don de aproximar las +ideas que parecían más remotas, dándole ocasión las más de las veces el +mero sonido de las palabras, que interpretaba á su manera.»</p> + +<p>Multitud de dichos y de ingeniosidades se encuentran en tales sermones, +y en cuanto á sus sentencias, sirva esta de ejemplo:</p> + +<p>«En tiempo del mencionado señor ilustrísimo don Ambrosio Ignacio +Espínola y Guzmán, arzobispo de esta ciudad de Sevilla, se construyó en +su palacio una magnífica escalera de piedra de jaspe, y como Amaro iba +diariamente al palacio á procurar limosna, luego que vió concluida la +escalera subió por ella y preguntó á los pajes que estaban al paso que +cuánto había costado aquella alhaja: le dijeron una cantidad excesiva, +por oir lo que se le ocurriera á Amaro, el que respondió con gran +prontitud:<a name="page_231" id="page_231"></a></p> + +<p>—Muy santo debe ser su ilustrísima, pues se ha atrevido á hacer lo que +no hizo Cristo, pues el diablo le pidió á su Divina Majestad que +convirtiese las piedras en pan y su ilustrísima lo ha hecho al revés +porque el pan de las pobres lo ha convertido en piedras que sólo sirven +para obstentar la grandeza y vanidad de este mundo. Allá se haya santa +Marta con sus pollos, que en llegando el día de la cuenta, quien hubiese +gastado menos, saldrá mejor librado.»</p> + +<p>Amaro Rodríguez se sabe que falleció en Sevilla el 23 de Abril de 1865, +siendo su cadáver enterrado en la iglesia de san Marcos.</p> + +<p>La fama del loco duró mucho tiempo en Sevilla, y algunos que tuvieron la +curiosidad escribieron varios de sus chistosos sermones, los cuales se +conservan en un códice del siglo XVII, según se los escucharon y se +imprimió por la <i>Sociedad de Bibliófilos Andaluces</i>.</p> + +<p>Allí hay recogidos treinta y nueve sermones con algunas sentencias, y de +ellas dice una nota que prueba el efecto que causaron las peroraciones +del loco en su tiempo:</p> + +<p>«Los mismos inquisidores, los mismos frailes, las personas más timoratas +los leían y celebraban á solas y á coro, sin temor de caer en mal paso +de excomunión y denuncia, y he visto á algunos afectísimos á los frailes +y al Santo Oficio, llorar de risa con los despropósitos de Amaro.»<a name="page_232" id="page_232"></a></p> + +<h3><a name="FRAY_PEDRO_DE_SAN_JOSE" id="FRAY_PEDRO_DE_SAN_JOSE"></a>FRAY PEDRO DE SAN JOSÉ</h3> + +<p>Se llamó en el mundo don Pedro José Romero y en la religión fray Pedro +de san José; había nacido en Villamanrique y residía en el convento de +San Diego de Sevilla, hacia la penúltima década del siglo XVII.</p> + +<p>El buen fray Pedro vino á contagiarse de las herejías de Molinos y aquí +estuvo su perdición, bien que él trató de ocultar los graves pecados y +sólo con sus íntimos explayábase en sus predicaciones y en sus actos, +que eran por cierto de los más peregrinos.</p> + +<p>Hacia 1685 llegaron á la Inquisición los rumores de las herejías de fray +Pedro de san José, pero á fin de dar el golpe en seguro decidió +vigilarle, y como de la tal vigilancia resultó la comprobación de las +sospechas á principios de 1686, cuando más ajeno estaba el fraile +cogiéronle preso, permaneciendo en las mazmorras tres años, hasta el día +10 de Julio de 1689 en que salió en el auto de fe, celebrado en el +castillo de Triana.</p> + +<p>No perdieron en aquellos tres años el tiempo los del Santo Oficio en sus +averiguaciones sobre los hechos de fray Pedro, pues con tanta fortuna +llevaron sus diligencias y tan al menudo inquirieron, que no faltó paso +de <i>molinista</i> que no descubrieran, ni acción por él cometida<a name="page_233" id="page_233"></a> que +escapase á su conocimiento, de lo cual resultó un proceso tan +voluminoso, que para darle lectura en el auto de fe se redujo á los +cargos más sustanciales, y aun así y todo invirtió el secretario en +leerlo tres horas.</p> + +<p>Allí resultó que fray Pedro aconsejaba mal á sus hijas de confesión, á +quienes hacía creer que Jesucristo le había revelado que nada de lo que +hiciese era pecaminoso, que se había hecho profeta por dón especial, que +decía estaba destinado á ser Pontífice, y que entonces haría <i>apóstolas</i> +á sus hijas de confesión, que habían luego de crucificarlo en la Cruz +del Campo, y que, enterrado en Tablada, resucitaría á los tres días; que +en Babilonia había nacido ya el Anticristo, que tendría de predicar por +manera harto maravillosa, con otras muchas sandeces y disparates, con +los cuales había tenido embaucados á muchos y producido grande +escándalo.</p> + +<p>Días antes del auto, fray Pedro de san José confesó todos sus delitos, +arrepentido de ellos muy sinceramente, y <i>abjuró de vehementi</i>, por lo +cual se libró de una muerte cierta, fulminándose contra él la sentencia, +cuya parte principal reproduzco, según la inserta en su <i>Relación +histórica de la judería de Sevilla</i>, Montero de Espinosa:</p> + +<p>...«Fallamos que, atento al proceso fulminado contra fray Pedro de san +José, que presente está, que le debemos declarar y declaramos por +<i>hereje, hipócrita, iluso, infestado del error de los alumbrados y +profeta falso</i> y por haberlo sido, mandamos sea sacado de la sala de +este Santo Tribunal con sambenito de dos aspas, estando en pie dicho reo +siempre, y absuelto, se le quite; y al día siguiente sea llevado á su +convento con ministros y secretario de esta causa, y en presencia de +toda comunidad, excepto los novicios, se lea todo el dicho proceso y +sentencia y que allí <i>se le dé una disciplina circular</i>; y le privamos<a name="page_234" id="page_234"></a> +para siempre de confesar y predicar y que no tenga voto activo ni +pasivo, y que salga desterrado por diez años de Sevilla, Jerez y +Villamanrique y Madrid y los lugares á éstos ocho leguas en contorno, y +que los primeros seis años esté recluso en el convento que le fuese +señalado y que allí sea enseñado del confesor que le dieren por director +de su conciencia, enseñándole la doctrina cristiana; y que todo el dicho +tiempo en los actos de comunidad tenga el último lugar de todos, y por +esta nuestra definitiva (<i>sentencia</i>), juzgando benignamente, así lo +pronunciamos y mandamos, etc., etc.»</p> + +<p>Hasta aquí lo que se sabe de la historia de fray Pedro de San José, que +debió darse por satisfecho de haber salido con vida de las garras +inquisistoriales.</p> + +<h3><a name="LAS_DANZAS_DEL_CORPUS" id="LAS_DANZAS_DEL_CORPUS"></a>LAS DANZAS DEL CORPUS</h3> + +<p>Desde muy remota fecha era costumbre en Sevilla que figurasen en la +procesión del Corpus buen número de cuadrillas de hombres y mujeres, que +caprichosamente vestidos, danzaban y tañían instrumentos, siendo los +tales danzantes de lo que más llamaba la atención del<a name="page_235" id="page_235"></a> pueblo, y tan +estimados eran de éste, que en cierta ocasión que se intentaron suprimir +y modificar, se produjo un grave conflicto, como ocurrió el año de 1690, +según las crónicas relatan.</p> + +<p>El citado año un caballero veinticuatro, don Andrés de Herrera, hizo una +proposición á fin de que las <i>danzas</i> se suprimiesen, no haciéndose por +lo pronto caso alguno de su escrito por el Ayuntamiento; pero el hombre +se conoce que no se dió por vencido, y ocultamente trabajó en favor de +su idea, convenciendo al Asistente y á otras personas hasta el punto de +que ocurrieran los siguientes sucesos:</p> + +<p>En la mañana del día del Corpus citado, que fué el 25 de Mayo, súpose +con gran sorpresa que el Arzobispo y el Asistente prohibían de golpe que +las danzas ni entrasen en la Catedral, ni fueran en la procesión, y si +acaso aparte de ella, cosa que, sabida por los comisionados de la ciudad +para organizar la fiesta, procuraron enterarse bien del hecho, y, +conociendo su certeza, no pudieron conseguir que el Asistente desistiese +del acuerdo que, sin parecer de la corporación, había tomado, por lo +cual, consultados los abogados allí mismo, apelaron á la Audiencia, que +se reunió acordándose avisar inmediatamente á la Catedral para que la +procesión no saliese hasta nueva orden.</p> + +<p>Entonces el Cabildo Catedral y el tribunal de la Inquisición se +dispusieron á esperar mientras en la Audiencia continuaban las +diligencias comenzadas á toda prisa, terminando éstas revocándose el +acuerdo del Asistente y mandándose que al punto fueran las danzas á la +Catedral.</p> + +<p>Y la importante <i>Relación</i> coetánea del hecho, que existe manuscrita en +la Colombina, dice al llegar á este punto, tratando del alboroto +popular, que entonces se promovió:<a name="page_236" id="page_236"></a></p> + +<p>«El pueblo, considerando las embajadas tan continuas y rendimientos de +la Real Audiencia, y que en su puntual hora la torre no hacía la señal +para la procesión y que era llegado el medio día, se juntó todo en la +plaza de san Francisco hasta la Iglesia Mayor, entrando unos y saliendo +otros, contristados de ver se les frustraba al parecer el consuelo de +ver por las calles la procesión y llegaron todos á hacer tan diversos +como melancólicos y tristes discursos. Las religiones y eclesiásticos +regulares convocados les faltaban los discursos y clamaban á su Dios á +cuya fiesta como obligados venían á asistir. Los prudentes y timoratos, +con lágrimas, con ansia, clamaban ante la Divina Majestad pidiendo +disolviera las dificultades que se podían ofrecer. La gente popular, +unos impacientes y otros con sobrada cólera, otros no bien +intencionados, prorrumpían en melancólico y desordenado motivo que cada +uno fabricaba diversas especies sin acertar con el principal por +discurrir y no bien en todos. En lo alterado este mar populoso llegó la +noticia para que entrasen las Danzas en la iglesia; fué tal la alegría +universal que concibió el pueblo, que sin ponderación puedo asegurar que +de puro júbilo se vió á todos hacer poco menos demostraciones que las de +las mismas Danzas, á cuyo tiempo fué dado principio á salir la +procesión, y entrando en forma la Ciudad á ocupar su lugar y á oir la +misa que se le tenía prevenida mientras se va ordenando.»</p> + +<p>A estas líneas que dejo extractadas hay que añadir que el conflicto, +lejos de resolverse allí, tomó nuevo aspecto, pues el arzobispo se negó +entonces á prestar su concurso y á transigir con lo de las <i>danzas</i>, +enviando á decir á las corporaciones y á los religiosos, que ya estaban +formados en las gradas de la Catedral, que se dispersaran, causando +nuevo motivo de alboroto, de enojo y de sorpresa.<a name="page_237" id="page_237"></a></p> + +<p>No relataré minuciosamente las idas y venidas, las palabras vivas y los +comentarios que entonces entre las autoridades mediaron, y cuál serio, +formal y grave, fué el corte que tomó el asunto.</p> + +<p>«Los diputados de la procesión—sigo extractando de la <i>Relación</i> y +otros prebendados acudieron á esperar las religiones, que aun no habían +salido todas. Los beneficiados, que estaban revestidos para llevar la +Custodia, con notificación de las censuras, se desnudaron, las Cruces de +las parroquias se fueron, el clero se aterró y se fué de la Iglesia, las +más de las cofradías se fueron. Vista esta confusión por todo el pueblo, +los sacristanes huyendo y las cofradías de la misma suerte, fué tal en +este punto el tropel y clamor de la voz popular, que se oyeron cosas +dignas de escribirse...»</p> + +<p>«No es posible poder reducir ni hay testimonio con que explicar lo que +en este trance se vió y oyó, y los milagros por la Divina Magestad, en +que á vista de tal inquietud y resolución, no permitió que hubiese otra +cosa que voces.»</p> + +<p>Entonces, por orden de la Audiencia, con los que aún no se habían +dispersado, la procesión siguió con la Hermandad de los Sastres, la de +san Diego, los capuchinos, los mercenarios, los agustinos y los frailes +del Carmen, asistiendo también el tribunal de la Inquisición, los +canónigos y el Asistente, que con harto despecho tuvo que concurrir +llevando delante á los de las <i>danzas</i>, motivo principal del alboroto y +los cuales bailaron durante el tránsito, como si nada hubiera ocurrido, +con general regocijo.</p> + +<p>Las cuatro de la tarde eran cuando la procesión regresó al templo +Catedral, terminando sin otro incidente la fiesta del Corpus de aquel +día, que dejó memoria entre los sevillanos largo tiempo.<a name="page_238" id="page_238"></a></p> + +<h3><a name="LAS_PROCESIONES_DEL_ROSARIO" id="LAS_PROCESIONES_DEL_ROSARIO"></a>LAS PROCESIONES DEL ROSARIO</h3> + +<p>Antiguas son en Sevilla las procesiones del rosario que durante las +primeras horas de la noche y por las madrugadas recorrían las calles de +la ciudad cantando oraciones, pero los historiadores señalan como la +época de que arranca el gran apogeo de tales actos religiosos, los +últimos años del siglo XVII, en que sufrieron notables reformas que +contribuyeron á su gran desarrollo.</p> + +<p>Don Antonio M. Espinosa y Cárcel, dice al hablar del año 1690, que +«desde este año comenzaron á salir en Sevilla los rosarios con cruz y +estandarte (ó sin-pecado) y faroles, aumentándose la devoción cada día +en los términos de grandeza y aparato que hoy (1796) se ven con +admiración de todos.»</p> + +<p>Fué, á creer á los analistas, el rosario de la hermandad de la Virgen de +la Alegría de san Bartolomé, el primero que salió con sus luces é +insignias, disputándose con él la antigüedad el de san Pablo, organizado +por cierto fray Pedro Martín de Ulloa, y á estos dos siguieron +rápidamente otros muchos que hicieron reformas por entonces.</p> + +<p>La constitución de hermandades del rosario tomó gran incremento en +escaso tiempo, y de entre ellas he de<a name="page_239" id="page_239"></a> citar algunas de las principales, +como lo fueron las de la Merced, san Roque, el Pópulo, los Dolores, la +Cruz del Rodeo, los Viejos, san Acasio, san Telmo, la Virgen de los +Angeles, los Clérigos Menores, santa Ana la Pastora, san Nicolás, san +Benito y san Alberto.</p> + +<p>A más de éstas, había otras muchas de menos importancia, y puede decirse +que, al mediar la décima octava centuria, no existía en Sevilla iglesia, +convento, capilla, cruz ó retablo donde no estuviese formada una +hermandad, que por las noches recorría las calles, más ó menos devota y +gravemente, con sus campanillas, su cruz, su estandarte y sus grandes +faroles.</p> + +<p>Hacia 1732 el rosario del Sagrario empezó á competir en lucimiento con +las demás, y en 1735 comenzaron á salir de Santa Cruz los formados por +mujeres, según las noticias de Enrique Andrade, teniendo también aquel +año principio, para que nada faltase, uno de niños, al cual dió gran +impulso un fraile llamado Diego Tomás de los Ríos.</p> + +<p>Para que el lector calcule hasta dónde llegó esto de las hermandades de +rosarios, consignaré tan sólo que entre las de hombres, mujeres y niños +había en Sevilla 128 en 1758, como así consta en los <i>Anales</i>, y era de +ver que apenas quedaba noche del año en que no salieran tres ó más á la +calle, sin contar la más principal y numerosa, que era la que al toque +del alba salía de la capilla de las gradas de la Catedral, á la que +estaban afiliados todos los comerciantes del barrio del Sagrario y +personas de no poca significación.</p> + +<p>Tan excesivo número de hermandades daban origen á competencias y +rivalidades entre unas y otras, por muy varios motivos, y en particular +las de los barrios bajos, compuestas en su mayoría de gentes de armas +tomar y<a name="page_240" id="page_240"></a> de mozos del brazo de hierro y de la mano airada, tenían con +frecuencia en mitad de la calle y entre las sombras de la noche agrias +disputas y pendencias, donde los devotos venían siempre á las manos, +propinándose sendos bofetones, palos y farolazos que dieron con justicia +origen á la fama legendaria que aún todavía conservan los <i>Rosarios de +la aurora</i>.</p> + +<p>Para aquellos nuestros abuelos, era el rosario por la noche una +distracción como otra cualquiera á falta de alguna más variada, y así se +explica que antes del devoto ejercicio y durante el tránsito menudeasen +mucho las libaciones en las tiendas de montañés, y que los hermanos +estuviesen en no pocas ocasiones muy lejos de guardar aquella compostura +y devoción que el caso reclamaba.</p> + +<p>Los rosarios de mujeres, sobre todo, dieron origen á no pocos excesos, +en los que más de una vez viéronse obligados á intervenir los +alguaciles, pues como no todas las hijas de Eva que á ellos concurrían +hacíanlo sólo por el rezo, y como con frecuencia los mozos de empuje se +unían á la procesión con intenciones no muy piadosas, resultaban de aquí +escenas poco edificantes.</p> + +<p>Las rivalidades entre los individuos de unas y otras hermandades, +llegaban á ser á veces terribles y los odios irreconciliables, aunque el +origen de todo era tan santo, y en cuantas ocasiones podían molestarse +los hermanos, las aprovechaban con creces, usando de todos los medios.</p> + +<p>Como anuncio de los rosarios de madrugada era la salida de los <i>hermanos +campanilleros</i>, que recorrían en las primeras horas de la noche las +calles embozados en capas, deteniéndose en determinado punto, y +entonando coplas de carácter religioso, á las cuales acompañaban<a name="page_241" id="page_241"></a> con el +repiqueteo de unas campanillas de mano que llevaban al efecto.</p> + +<p>Estos <i>campanilleros</i> formaban parte de las mismas hermandades del +rosario, y eran, por lo general, gente obrera, y algunos llegaban á +adquirir singular destreza en el manejo de la campanilla.</p> + +<p>Los sábados, generalmente, salían á la calle los <i>campanilleros</i> por los +barrios de la Feria, de la Macarena, de san Bernardo ó de Triana, +teniendo siempre no pocos curiosos que le rodeaban cuando se detenían á +echar sus tonadas ante la puerta de alguna casa, de cuyos inquilinos +recogían buenas limosnas para el culto del rosario.</p> + +<p>La música de los <i>campanilleros</i> era extraña y de un singular carácter, +pero no dejaban de ser menos curiosas las letras de sus coplas, entre +las cuales las había del tenor siguiente:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">El demonio como es tan travieso</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">agarró una piedra y rompió un farol,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y salieron los padres Franciscos</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y lo apedrearon en el callejón.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">El <i>invito</i> del rey san Fernando</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">luchando con moros, Sevilla ganó,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">con el mundo en la mano derecha</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y en la otra la espada y en la <i>otra</i> el pendón.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Un devoto por ir al rosario</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">por una ventana se quiso tirar,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y la Virgen María le dice:</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">—Detente devoto, por la puerta sal.</span><br /> +</p> + +<p>Todas estas y otras muchas llevaban un estribillo, que se repetía +cientos y cientos de veces, y el cual era por este estilo:<a name="page_242" id="page_242"></a></p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 4em;">«Devotos, venid;</span><br /> +<span style="margin-left: 3em;">devotos, llegar,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">que la Virgen María nos llama;</span><br /> +<span style="margin-left: 3em;">su santo rosario</span><br /> +<span style="margin-left: 3em;">venid á rezar.»</span><br /> +</p> + +<p>Algunos cantores de los <i>campanilleros</i> llegaron á adquirir cierta +celebridad, no sólo en la hermandad á que pertenecían, sino en todo el +barrio, principalmente en los tiempos en que más en auge estuvieron, +entablándose en no pocas ocasiones competencias muy empeñadas entre los +cantores de una parroquia y los de otra, competencias de las cuales +resultaron algunas veces disgustos y altercados.</p> + +<p>A fines del siglo XVIII y á la primera mitad del XIX, el tipo del +hermano campanillero era popularísimo en Sevilla y el nombre de alguno +de ellos ha pasado á la posteridad, como ocurrió con el llamado Felipe +<i>Batato</i>, de quien decía la copla:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«Si lo llaman <i>pa</i> ir al rosario</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">dice que está enfermo, que no puede ir;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">si lo llaman <i>pa i</i> á la taberna,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">dice que se esperen, que se va á vestir.»</span><br /> +</p> + +<p>En los primeros años del siglo XIX comenzó en Sevilla la decadencia de +los rosarios nocturnos, que después de los tres años de invasión +francesa no volvieron ya á su antiguo esplendor, y disueltas ó +extinguidas más tarde las hermandades, sólo queda como menguado recuerdo +de aquellos actos de religión, en que nuestros abuelos pasaban el +tiempo, el rosario de la aurora, que aún sale tres veces al año de la +capilla de la Angustia, en las gradas de la Catedral.<a name="page_243" id="page_243"></a></p> + +<h3><a name="LA_BEATA_BRIGUELA" id="LA_BEATA_BRIGUELA"></a>LA BEATA BRIGUELA</h3> + +<p>Catalina Briguela tenía por nombre y era natural del Puerto de Santa +María, donde vivió algún tiempo y en diversas temporadas en Sevilla, +población en que llegó á ser muy conocida por la gente devota y en donde +vino al fin y á la postre á sufrir mal de su grado, infamante pena y +duro castigo.</p> + +<p>El día 18 de Diciembre de 1695, el pueblo que acudió á la iglesia de +santa Ana de Triana, donde la Inquisición celebró auto público de fe, +vió salir á Catalina Briguela en unión de cinco mujeres y dos hombres +que por sus pecados se vieron en tan apurado trance.</p> + +<p>El delito de que se acusaba á la Briguela era grave, pues según resultó +de la lectura de la causa, desde la edad de siete años había la mujer +mantenido <i>pacto con el demonio</i>, edad harto temprana, que prueba cuánta +era la precocidad de la niña y cuán varios son los caprichos del Satan, +que hace diabluras como estas de escoger criaturas para echarles la +garra.</p> + +<p>El tribunal de la Inquisición sentenció á Briguela á sufrir doscientos +azotes por las calles de la ciudad á hacer<a name="page_244" id="page_244"></a> duras penitencias por +determinado tiempo y á ocho años de destierro de los cuatro reinos de +Andalucía.</p> + +<p>La vida de la reo no dejaba de ofrecer incidentes curiosos, que todos se +pusieron bien en claro durante las diligencias del proceso, en el que +declararon muchas personas que juraron gravemente haber sido testigos de +cuán formal y estrecho era el pacto que tenía la reo hecho con el +diablo.</p> + +<p>Parece que la moza, que era beata de hábitos, no sólo se contentaba con +su pacto diablesco, sino que inducía á las jóvenes á que se entregasen á +Satanás, sin duda porque á ella le iba muy bien con aquella compaña.</p> + +<p>En el Puerto de Santa María y en Sevilla, María Briguela reunía en su +casa á personas adictas, y con ellas se entretenía en prácticas de +hechicerías, las cuales no se celebraron con tanto misterio que no +trascendiesen al vecindario, con gran escándalo para todos, pues el +demonio parece que tomaba parte en aquellas reuniones, no sólo para +cosas contrarias á la religión, sino para excitar á sus poseídos á las +mayores desvergüenzas y deshonestidades.</p> + +<p>Vivió la beata mucho tiempo de ésta tan torcida manera y sin apartarse +del mal camino, siendo muy frecuente en ella las visiones y los +transportes, los cuales le acometían con frecuencia, causando la mayor +admiración en cuantos la rodeaban y que quedaban suspensos de verla +revolverse por los suelos, dar grandes gritos, agitarse toda y sufrir +las mayores crueldades.</p> + +<p>Cuando volvía en conocimiento la beata, contaba cosas estupendas á sus +amigas, y relataba sus conversaciones con Luzbel, y las confidencias que +éste les hacía en las cuales trataba con la mayor llaneza de las cosas +pasadas,<a name="page_245" id="page_245"></a> presentes y futuras, dejando tales relaciones con la boca +abierta á todos los incautos que las oían.</p> + +<p>Farsa burda era aquella en que la Briguela no dejaba de sacar provecho, +pues que siempre tenía quien la regalase, por tal de oirla.</p> + +<p>El año 1690 parece que vino á unirse con Catalina otra mujer que también +andaba en esto del pacto con el demonio, y no es cosa de relatar los +estragos que en algunas almas sencillas hicieron con sus malas artes y +con sus abominaciones.</p> + +<p>De esto vino la perdición de la ilusa, pues un pariente de cierta moza á +quien habían ganado para sus hechicerías, denunció á la Briguela al +tribunal de la Inquisición, quien la puso en sus cárceles en 1693, donde +permaneció hasta el 18 de Diciembre del citado 1695 en que salió en +santa Ana en público como lo cita Montero de Espinosa en su <i>Colección +de autos que llamaban de fé</i>.<a name="page_246" id="page_246"></a></p> + +<h3><a name="EL_VERDUGO_AZOTADO" id="EL_VERDUGO_AZOTADO"></a>EL VERDUGO AZOTADO</h3> + +<p>No siempre había de ser el verdugo el que azotase á los reos, y por eso +en cierta ocasión fué el propio verdugo el que salió á la vergüenza +pública montado en el borrico y sufriendo sobre sus espaldas los golpes +de la penca.</p> + +<p>Esto ocurrió en 1698 el día 10 de Octubre, y la causa del castigo fué +que el tal verdugo tenía el feo vicio de la blasfemia, costándole las +palabras gruesas que en una ocasión dijo, 200 azotes dados tan á +conciencia, que el hombre estuvo curándose largo tiempo y á punto de +perder la vida.</p> + +<p>El azotado verdugo se llamaba Onofre Bartola y era hombre de historia un +tanto original, que bien merece recordarse. En una ocasión prendió la +justicia á varios ladrones, y uno de ellos, hombre despejado, á lo que +se vió, suplicó con grandes instancias le concediesen la plaza de +ejecutor de la justicia, y como quiera que á la sazón ésta se hallaba +mal servida porque el verdugo andaba enfermo y achacoso, y el +solicitante, que era el propio Onofre, ofreció desempeñar el puesto por +la mitad del sueldo, le fué encomendado; pero tantas fueron las +bellaquerías y malas acciones que cometió á partir de entonces, que la +Audiencia lo condenó á cárcel perpetua, y á no salir de<a name="page_247" id="page_247"></a> ella sino +cuando tenía que ejercer su triste misión, muy escoltado, y así que daba +fin de ella volvían á encerrarle.</p> + +<p>Parece que en la prisión, como su espíritu era inquieto y turbulento, +traía siempre revueltos á los demás presos, gente de la hería, nada +pacífica ni sosegada, y esto dió motivo á que, denunciado por blasfemo +horrendo, saliese un día por las calles de Sevilla á sufrir los +infamantes azotes; y no quedó aquí el castigo, sino que la Inquisición +lo reclamó y le hizo á fin de 1699 salir en auto público, encorozado y +con una mordaza, enviándolo luego á sufrir seis años de galeras.</p> + +<p>Del tiempo en que estaba preso el ínclito Onofre he encontrado la +curiosa noticia en el Archivo Municipal en la Carpeta 39 de Acuerdos +para librar de 1699 y que puede servir de dato para ilustrar la vida del +azotado verdugo:</p> + +<p>«En la muy noble y leal ciudad de Sevilla, en sábado 11, días del mes de +Abril de 1699, en el Cabildo que la ciudad tuvo y celebró este día en +que se juntaron sus señorías el señor marqués de Valdehermoso, Asistente +de esta ciudad y algunos de los caballeros veinticuatro y jurados según +costumbre, fué leído un memorial dado por Onofre Bartola en que dice +está ejerciendo el oficio de ejecutor de la justicia y que se halla +preso en la cárcel real, y sumamente pobre, suplica á la ciudad lo +admita por tal ejecutor, señalándole lo que es estilo y socorriéndole +por ahora con lo que la ciudad fuese servido, en que recibiría merced; y +visto por la ciudad y por su señoría el señor Asistente se acordó de +conformidad remitir el dicho memorial á los señores tenientes para que +hagan informe sobre su contenido y que al dicho Onofre Bartola se le +diesen por ahora <i>cien reales</i> por cuenta del salario de ejecutor de la +justicia que se le hubiere de señalar, siendo á propósito<a name="page_248" id="page_248"></a> para ello y +que se tenga presente en la contaduría esta libranza para cuando llegue +el caso, etc.»</p> + +<p>Cumpliendo en las galeras la condena que se le impuso después del auto +de fe murió Onofre Bartola, y así tuvo fin la airada vida de aquel +ejecutor de la justicia, que fué á la par reo y verdugo.</p> + +<h3><a name="LOS_HERMANOS_DEL_PECADO_MORTAL" id="LOS_HERMANOS_DEL_PECADO_MORTAL"></a>LOS HERMANOS DEL PECADO MORTAL</h3> + +<p>En el siglo XVIII y aun á principios del XIX, interrumpía, durante las +noches, el silencio de las calles de Sevilla, una voz lúgubre y monótona +que más de una vez despertaba á los pacíficos vecinos y llevaba el +terror á los chiquillos que descansaban en sus casas.</p> + +<p>Aquella voz era la de los hermanos de la <i>Congregación del santo celo +por la salvación de las almas y conversión de las que están en Pecado +Mortal</i> (que tal era su título), hermanos que con un cepillo de madera +colgado á la cintura para las limosnas, una campanilla y una linterna, +correteaban la ciudad desapareciendo cuando las primeras luces del nuevo +día comenzaban á iluminar el cielo.<a name="page_249" id="page_249"></a></p> + +<p>Poco después de la <i>Queda</i> salían los hermanos, que tenía cada uno de +ellos la misión de recorrer un barrio, del que llegaban á conocer todos +sus rincones, encrucijadas y callejas; iban por entre las sombras con +paso reposado y lento, y en determinados lugares se detenían y bajando +el embozo de la capa, con tono quejumbroso gritaban:</p> + +<p>—<i>¡Para hacer bien y decir misas por los que están en pecado mortal!</i></p> + +<p>A este grito agitaban la campanilla, no faltando, por lo regular, de +allí á poco, la voz de un vecino que entreabría la ventana, y al <i>tome +hermano</i>, arrojaba alguna moneda á nuestro hombre, que seguía su camino +impasible á otro y otros sitios, donde repetía su pregón y sus +campanillazos, entonando algunas veces una á manera de <i>saeta</i>, del +tenor siguiente:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«Si en esta noche murieres,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">hombre que estás en pecado</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">¡considera dónde fueres!»</span><br /> +</p> + +<p>La tal congregación del <i>Pecado mortal</i>, fué creada en Sevilla hacia +1723, siendo su principal organizador un librero de Marchena, +establecido en la calle Génova, el cual, en unión de otros devotos, +formaron los estatutos y reglas, estableciéndose en la iglesia del +convento de san Francisco, donde más tarde costearon una Virgen de la +Esperanza, pues á ésta y al <i>Cristo Coronado de Espinas</i>, tenían por +patronos los congregantes.</p> + +<p>El 9 de Abril del año de 1724 fué la primera noche en que los hermanos +del <i>Pecado Mortal</i> salieron por las calles á recoger limosnas, y éstas +debieron darles buenos resultados, pues en pocos años llegaron á reunir +un fondo bastante considerable, el cual aplicaban, entre otros objetos, +á casar á los enamorados que vivían maritalmente,<a name="page_250" id="page_250"></a> para <i>sacarles del +pecado</i>, como cándidamente escribe un autor.</p> + +<p>La congregación del <i>Pecado Mortal</i>, salía anualmente de misiones por +las parroquias de san Julián, san Marcos, san Ildefonso y Omnium +Sanctorum, á donde iba en procesión, y en las que sermoneaban largo y +tendido los frailes franciscanos, que se entraban y salían por las casas +de esas populosas collaciones, con el propósito de limpiar de pecado al +vecindario.</p> + +<p>Los hermanos que paseaban las calles para recoger las limosnas eran de +los de más ánimos y presencia, pues había que tener ambas cosas para +andar de noche por la ciudad en invierno y verano, expuestos á más de un +percance y á las varias asechanzas y lances que entonces á cada paso se +ofrecían.</p> + +<p>Los criminales y malhechores, los vagos y pájaros de cuenta, que vagaban +por calles y plazas, tenían en el pregón del <i>Pecado Mortal</i> un aviso +que le daba el alto en sus fechorías, y más de una vez en el hermano un +testigo mudo de sus actos.</p> + +<p>Esta antipática y lúgubre figura de la campanilla y el pregón +desaparecieron por completo hace ya más de noventa años, pero la +congregación del <i>Pecado Mortal</i> siguió y puede decirse que aún +subsiste.</p> + +<p>Cuando en 1840 fué derribado el convento de san Francisco, se +trasladaron los hermanos al templo de san Ildefonso, y de allí fueron +más tarde al de San Buenaventura, donde todavía y anualmente organizan +algunas misiones por los pueblos de la provincia misma, que por lo +general, pasan inadvertidas y en nada consiguen llamar la atención.</p> + +<p>La congregación de <i>El santo celo por la salvación de las almas y +conversión de los que están en pecado mortal</i>, fué<a name="page_251" id="page_251"></a> de aquellas +instituciones religiosas que dieron una nota gráfica la España negra y á +la sociedad supersticiosa de nuestros abuelos, aunque parezca extraño y +con cierto orgullo se envanecen algunos autores de que Sevilla fué la +primera que la tuvo entre las capitalas de España.</p> + +<h3><a name="UN_PARTIDARIO_DEL_ARCHIDUQUE_DE_AUSTRIA" id="UN_PARTIDARIO_DEL_ARCHIDUQUE_DE_AUSTRIA"></a>UN PARTIDARIO DEL ARCHIDUQUE DE AUSTRIA</h3> + +<p>La guerra de sucesión, tan funesta para España, hizo, como sucede en +casos tales, multitud de víctimas fuera de los campos de batalla, y más +en aquella en que el número de partidarios de la causa del archiduque de +Austria era en un principio mayor que el de los Borbones.</p> + +<p>Esto ocurrió también en Andalucía, donde se conspiró un buen tiempo, si +bien luego tratóse de borrar las huellas de tales pasos, y siendo tal +vez no pocos de los que luego prestaron acatamiento á Felipe V, los que +promovieron y fomentaron ocultamente las conjuras.</p> + +<p>Uno de los individuos que en Sevilla se señaló más<a name="page_252" id="page_252"></a> entre los +partidarios del archiduque fué D. Cristóbal Guerrero de Aguilar, el cual +tenía el destino de administrador de la sal, y era además uno de los más +distinguidos familiares de la Inquisición por su noble alcurnia y la +posición que ocupaba.</p> + +<p>Guerrero de Aguilar mezclóse en todos los manejos contra la dinastía de +Borbón, y estableció correspondencias con muchas personas significadas, +siendo durante los años 1702 y 1703 uno de los más activos agentes de la +casa de Austria.</p> + +<p>En los comienzos de 1704, D. Cristóbal fué preso por haberse probado que +en uno de los frecuentes viajes que por entonces hizo, había traído +varias cartas, documentos y alocuciones del famoso cardenal Cienfuegos, +los cuales estaban dirigidos á excitar los ánimos de autoridades, +comunidades y personas significadas, en contra de la nueva dinastía.</p> + +<p>Juzgado Guerrero de Aguilar por su delito, ninguna clemencia tuvieron +para él los jueces, condenándolo á muerte después de algún tiempo de +prisión y de haber practicado muchas y enojosas diligencias en +averiguación de los que en Sevilla parecían estar en contacto con el reo +y favorecer sus trabajos.</p> + +<p>El administrador de la sal fué ahorcado en la plaza uno de los primeros +días de Mayo de 1774, y en la noche de su muerte una procesión de +frailes de san Francisco subió al patíbulo, descolgó el cadáver, lo +amortajó allí mismo, y colocándolo en un féretro, después de entonar +largas salmodias, lo condujeron al convento más próximo, donde le dieron +sepultura.</p> + +<p>Esto fué muy comentado en la ciudad, pues de los frailes franciscanos de +la Casa Grande se decía, no sin fundamento, que eran partidarios del +Archiduque, y aun<a name="page_253" id="page_253"></a> que habían enviado en diversas ocasiones ocultamente +cantidades crecidas para el sostenimiento de las tropas enemigas de la +casa de Borbón.</p> + +<h3><a name="PROFANACION" id="PROFANACION"></a>PROFANACIÓN</h3> + +<p>El día 16 de Junio de 1718, fiesta del Corpus, una vecina de la +collación de San Vicente, llamada Juana Teresa Parrado, y la cual era +criada del convento del Dulce Nombre de Jesús, robó la sagrada forma del +viril, guardándola en su pecho, y después de partirla, la colocó sobre +un altar de Jesús Nazareno.</p> + +<p>Esta profanación que, como es de suponer, causó gran escándalo en +Sevilla, fué consignada por algunos escritores en papeles y hojas +sueltas, y la autora del hecho fué presa y llevada á la Inquisición, +donde sufrió castigo, saliendo en auto público de fe el 10 de Diciembre +de 1719, condenándosela á doscientos azotes y á destierro, y en +desagravio de la Divinidad se hicieron luego numerosas funcionos en los +templos de Sevilla.<a name="page_254" id="page_254"></a></p> + +<p>Juana Parrado, según las relaciones coetáneas, no era una cualquiera +como parece, pues, tenía nada menos que pacto con el demonio, á quien +<i>trataba con mucha llaneza</i>, y me parece de verdadera curiosidad para +conocer detalles de aquella individua y del suceso que la hizo célebre, +reproducir estas líneas del manuscrito de fray José de Muñara, y que no +dejan de ser donosas.</p> + +<p>En ellos después de relatar el sacrilegio cuenta como fué descubierto y +da á conocer quien era la autora, en esta forma:</p> + +<p>«...El día siguiente (17 de Junio) subió el sacristán á renovar una +bujía de cera junto al viril y reparó faltaba la Sagrada Hostia; dió +aviso á los sacristanes y entristeciéronse las monjas y hicieron +rogativas, disponiendo se consagrase una Hostia y se colocase en el +viril para manifestar á S. M. en la misa mayor. Una religiosa llamada la +madre Espíritu Santo hizo oración con muchas lágrimas delante de una +santa imagen de Jesús Nazareno que está en un altar (<i>en blanco</i>) y vió +sobre los manteles del altar media Hostia; dió aviso y el capellán +registró el altar y halló la otra mitad de la Hostia debajo de los +manteles del mismo altar y creyendo era aquella la misma Hostia que +estuvo en el viril la puso en unas corporales y un sacerdote la consumió +en la misa. Estaba en el convento sirviendo una mujer mulata llamada +Juana Teresa Parrado, de quien las monjas tenían muchas sospechas de que +era mala cristiana y dando aviso al señor visitador que es nombrado por +el duque de Medina Sidonia para este convento por privilegio especial +del Papa, hizo sus obligaciones, y negando la dicha mulata con alguna +turbación, fué dada cuenta al señor provisor, siendo amenazada la mulata +si no confesaba la verdad, que sería castigada y atormentada, dijo que +la mañana del<a name="page_255" id="page_255"></a> dicho día 17 de Junio muy temprano <i>el Demonio la sacó +por la reja de una tribuna y teniéndola en el aire junto al viril le +dijo sacase la Sagrada Hostia y se la entró en el seno y habiéndola +vuelto el Demonio á la tribuna había ella partido la Hostia y +arrojándola sobre el referido altar</i>. Los señores inquisidores formaron +autos, y vista la declaración de la mulata la llevaron á sus cárceles: +allí confesó <i>hacía muchos años que vivía con mucha llaneza y +familiaridad con el Demonio, el cual en forma de hombre la acariciaba y +se acostaba con ella en su cama</i> (¡!) no declaró otros delitos sino los +referidos de que resultaba huir de los santos sacramentos y oir misa sin +veneración y atención.» (<i>Antigüedades y novedades sevillanas.</i>)</p> + +<p>Juana Teresa Parrado, que tenía veinte y ocho años de edad, después de +salir en auto, que se celebró en san Pablo, como dije al principio, en +10 de Diciembre de 1719; á los comienzos del siguiente corrió las calles +de la ciudad sufriendo los doscientos azotes impuestos posando luego al +destierro, donde quizá continuara su <i>llaneza y familiaridad con el +Demonio</i>, pues como cándidamente apunta Matute en sus Anales, la +mulatita «se afirmaba que desde niña había tenido pacto con él.»<a name="page_256" id="page_256"></a></p> + +<h3><a name="TRAJES_Y_ADORNOS" id="TRAJES_Y_ADORNOS"></a>TRAJES Y ADORNOS</h3> + +<p>Cuando al oscurecer del día 27 de Noviembre de 1723 los vecinos de +Sevilla se disponían á recogerse en sus casas para entregarse al reposo +se vieron sorprendidos por el ruído que por varias calles promovía el +toque de trompetas y atabales, el paso de caballos y las voces de no +poco concurso que rodeaban á los ginetes.</p> + +<p>La causa de todo aquello era la siguiente. Por la tarde se había +recibido de Madrid un pliego conteniendo la <i>Pragmática sanción que su +majestad mandaba observar sobre trajes y otras cosas</i>, fechada en San +Ildefonso á 15 días del mismo mes, y el Asistente que lo era don Alonso +Pérez de Saavedra, marqués de la Jarosa, apenas hubo recibido el +documento, había convocado á cabildo con gran prisa, para dar cuenta de +él, y como su señoría consideraba de mucha urgencia que la orden real +llegase á conocimiento de todos, se comisionó allí mismo al marqués de +Gandul para que, aunque fuese de noche, se publicara la pragmática con +todas las solemnidades de rúbrica.</p> + +<p>En efecto, se organizó la comitiva para la ceremonia, figurando en ella +el teniente de Asistente don Isidoro<a name="page_257" id="page_257"></a> Palomino, el pregonero Sebastian +Francisco, los alguaciles de los Veinte, los trompetas y atabales.</p> + +<p>El primer pregón dióse, como de costumbre, á las puertas del +Ayuntamiento, siguiendo los otros ante la Audiencia, el palacio +Arzobispal, el Alcázar, y el barrio de la Feria, siendo necesario que +algunos mozos, con antorchas, alumbrasen al pregonero, que se +desgañitaba en medio del camino por enterar al vecindario, cómo quería +Felipe V que se vistieran sus vasallos de allí en adelante.</p> + +<p>La tal pragmática sobre trajes, aunque reproducía algunas disposiciones +de otras, era más estrecha y tenía nuevas y grandes disposiciones que no +dejan de ser curiosas y que causaron no poco disgusto á los galanes +sevillanos, muy dados al lujo en sus trajes y personas.</p> + +<p>El rey prohibía que se usase más de encajes finos, cintas de plata y +oro, terciopelos rayados, etc., como no fuera con cierta moderación muy +limitada; añadía que los menestrales, barberos, labradores y especieros +no podían llevar vestidos de seda, y vedaba en absoluto que ni hombres +ni mujeres luciesen aderezos y adornos de piedras falsas, que entonces +se labraban con gran perfección, imitando á los legítimos.</p> + +<p>Las libreas que habían de llevar los pajes, lacayos y criados se mandaba +que fuesen del menor lujo posible, mencionándose también el número que +había de haber de éstos y sus trajes en ciertas ocasiones.</p> + +<p>En cuanto á las galas femeninas, decía Felipe V casi ruborizado:</p> + +<p>...«Por cuanto son muy de mi real desagrado las <i>modas escandalosas en +trajes de mujeres</i> y contra la modestia y decencia que en ellos se debe +observar, ruego y encargo á todos los obispos y prelados de España que, +con<a name="page_258" id="page_258"></a> celo y discreción, procuren corregir estos excesos y recurran en +caso necesario á mi Consejo, donde mando se les dé todo el auxilio +conveniente.»</p> + +<p>Pero no era en los trajes únicamente en lo que aquel rey disponía, sino +que, con el propósito de disminuir el número de carruajes, que debían +estorbarle, dictaba severas disposiciones contra los adornos, pinturas y +galas que solían ponerse en las carrozas, literas, calesas, estufas, +etc., no dejando de ser donoso el que señalaba las personas á quienes +estaba permitido andar en coche y las que lo tenían vedado, en esta +forma:</p> + +<p>...«No podrán tener coches... <i>los alguaciles de corte, escribanos de +provincia y número</i>, ni otros ningunos, ni tampoco lo han de poder tener +los <i>notarios, procuradores, agentes de pleitos y de negocios</i>, los +<i>recaudadores</i>, si no es por otro título, y tampoco lo podrán tener ni +los <i>mercaderes con tienda abierta, ni los de lujos, plateros, maestros +de obras</i>, etc.»</p> + +<p>En fin, para que nada faltase en que el rey interviniera, ponía tasa á +lo que á los novios les diese gana de regalar á sus prometidas, +marcándoles hasta dónde podían llegar en sus dádivas, diciendo: «por +cuanto exceso de joyas y vestidos, y otras cosas que se daban y hacen al +tiempo del desposorio... ninguna persona de cualquier estado, calidad y +condición que fuere, pueda dar ó diere á su esposa y mujer en joyas y +vestidos en causa alguna más que lo que montase la octava parte del dote +que de ella recibiese.»</p> + +<p>Hasta 29 artículos tenía la famosa pragmática, que se mandó cumplir con +tanto rigor, que allí se ordenaba que el que la desobedeciese tendría de +pena <i>por la primera vez cuatro años de presidio cerrado á África, y por +la segunda ocho años de galeras</i>.<a name="page_259" id="page_259"></a></p> + +<p>El Asistente conde de la Jarosa, que tanto se apresuró á pregonar las +órdenes reales, como antes dije, no fué menos severo en su cumplimiento, +haciendo practicar escrupulosos registros con frecuencia, y por +sastrerías, tiendas de ropas y cocheras, y sin que tuviera consideración +alguna á los intereses que perjudicaba, descargó toda su justicia sobre +obreros, artesanos y fabricantes, que respiraron con satisfacción cuando +dejó su cargo, tres años después, en 1725.</p> + +<p>Y para que se viera que él era el primer cumplidor de la pragmática, +como quiera que en ella se ordenaba que todas las autoridades y +justicias vistieran de negro, en el primer cabildo que la ciudad celebró +el 7 de Diciembre de 1723, se presentó todo enlutado, empuñando su vara, +y obligó á que con igual traje negro fuesen todos los caballeros, desde +el escribano Castillo hasta el último portero.<a name="page_260" id="page_260"></a></p> + +<h3><a name="TORIBIO_DE_VELASCO" id="TORIBIO_DE_VELASCO"></a>TORIBIO DE VELASCO</h3> + +<p>Al ocuparme en páginas anteriores de la asociación del Niño Perdido que +existió el siglo XVI, algo dije del lamentable abandono en que estaba en +la antigüedad la infancia desvalida. Las calles veíanse continuamente +llenas de muchachos que, sucios, andrajosos y hambrientos, crecían +abandonados á sus instintos, sin que ni las autoridades eclesiásticas ni +las civiles, ni otras corporaciones, se cuidasen de atender á ellos, +apesar de que de tan pingües rentas disponían.</p> + +<p>Aquellos infelices, de cuya educación nadie se ocupaba, vivían de la +manera más miserable, comían cuando encontraban donde robarlo, dormían +al raso, y en su infantil edad, el continuo roce con gente perversa y el +abandono de toda educación tenían harto prematuramente prostituidas sus +almas y enviciadas y torcidas sus conciencias; pues los tales +rapazuelos, que por los sitios públicos enseñaban sus miserias, podían +ser maestros en raterías, licenciados en la carrera rufianesca y carne +dispuesta para consumirse en la horca, en las galeras ó en los +presidios.</p> + +<p>Esto, que tanto daño venía á traer á la sociedad y<a name="page_261" id="page_261"></a> que tan poco hablaba +en favor de la cultura, mal era al que debía ponerse remedio, y aunque +algunos sobre ello parasen mientes, nadie de significación llevó á la +práctica ninguna medida, y vino á partir la obra bienhechora, como +algunas veces sucede, del más débil y del que con menos medios parece +contar para llevarla á cabo.</p> + +<p>Y así fué entonces. Un pobre hombre, de humilde posición, sin trato +social y sin carrera alguna, de ilustración escasísima, pero de alma +buena y sensible, movido de un noble sentimiento de humanidad, solo y +sin apoyo, hízose al comenzar el siglo XVIII, el verdadero protector de +la infancia desvalida, que á los poderosos ningún interés prestaba.</p> + +<p>Era aquel hombre natural de la parroquia de San Pedro de Píneres, del +Concejo de Haller (obispado de Oviedo), llamábase Toribio de Velasco y +Alonso, había venido á Sevilla de joven y no tenía otro oficio que +vender por las calles añalejos, estampitas, novenas, romancillos ó +pliegos de aleluyas, con cuyas escasas ganancias atendía á su frugal +alimento y á pagar su modesto cuarto, que en una pobre casa de la calle +del Peral le servía de morada.</p> + +<p>Toribio de Velasco, que por andar siempre de plaza en calle, era testigo +de aquel abandono en que los infelices desvalidos yacían, comenzó á +mezclarse entre los muchachos, y con palabras dulces y persuasivas, +procuraba atraerse á los más pequeños y menos maleados, regalándoles +estampas y dulces, y haciéndoles que les prestasen ya alguna atención, y +al aire libre, recitábales la doctrina ó algunas máximas de moral de las +más sencillas.</p> + +<p>Así anduvo nuestro buen hombre por los años de 1720 y 24 y era muy +frecuente encontrarlo por la mañana<a name="page_262" id="page_262"></a> y tarde, ya en el monte del +Baratillo, bien junto á una puerta, ó bien en medio de una plazuela +rodeado de muchachos á los cuales daba enseñanza, y tan de la confianza +de algunos fué haciéndose Toribio con paciencia y dulzura, que las horas +en que tenía costumbre de dar su lección, poníase en el extremo de una +calle ó plazoleta y allí sacaba de debajo de su capa raída y sucia una +campanilla que agitaba con fuerza, y á su toque se veían de distintas +partes acudir á los niños, que más de una vez dejaban instintivamente el +juego para rodear al pobre montañés y escuchar sus toscas palabras.</p> + +<p>Ni las burlas de los incorregibles ni lo penoso de la espontánea tarea, +hiciéronle flaquear, llegando á conseguir, después de muchos meses, que +varios de los muchachos fueran á su pobre casa de la calle del Peral, +con lo que ya pudo decir que había echado los cimientos á su futuro +instituto.</p> + +<p>Allí atrajo también á algunos hijos de vecinos pobres, y con las +limosnas que él mismo pedía, y sacrificando sus escasísimos ahorros, +pudo luego alquilar un departamento en una casa de vecindad de la +Alameda, donde en Julio de 1725 llegó á reunir, con cierto carácter de +escuela, á muchos niños, consiguiendo también comprar vestidos á 18 de +los más abandonados, los cuales se recogieron y allí pasaron las +primeras clases de enseñanza.</p> + +<p>Había por entonces ya cundido la noticia de la meritoria obra de Toribio +de Velasco y llegado á oídos del arzobispo y del Asistente, y entonces +una persona interesada en ello, sin dar su nombre, envió á la casa 50 +ducados, con lo que puede decirse que comenzaron sus fondos.</p> + +<p>Tan rápidos fueron en adelante los progresos del benéfico +establecimiento, y tanta la actividad desplegada<a name="page_263" id="page_263"></a> por su fundador, que +aquél hubo de trasladarse á edificio más amplio en la calle Real de san +Marcos, al sitio de la Inquisición Vieja, y un escritor sevillano dice á +este propósito:</p> + +<p>«Apesar de no contar con ninguna renta, el número de niños crecía por +manera, que llegaban en el año de 1727 á ciento, por lo que fué +necesario trasladarse.... y proveerse de maestros de escribir y contar, +y aun de gramática latina, por si alguno se inclinaba al estado +eclesiástico: también se dispusieron talleres en que aprendiesen los +oficios de zapateros, sastres, polaineros, cardadores de lana y otros de +primera necesidad, de lo que, informado el rey, lo socorrió con diez mil +pesos, y además mandó á la Ciudad que le proporcionaran sitio apropósito +para que labrase casa, cuyo real decreto fué cumplido, señalándose una +bien espaciosa fuera de la puerta de Triana, como quiera que ya constaba +de ciento y cincuenta niños, cuya subsistencia se apoyaba sólo en la +caridad sevillana.»</p> + +<p>No llegó Toribio de Velasco á ver instalada su casa en dicho punto, pues +anciano y enfermo, murió en la tarde del día 23 de Agosto de 1730, +siendo trasladado con gran pompa su cadáver desde la calle Real de san +Marcos, al convento de san Pablo, en que fué sepultado, y en su +testamento dejó elegido sucesor de su puesto á un su compañero que le +había ayudado hasta allí, llamado Antonio Manuel Rodríguez, el cual +procuró durante el tiempo que estuvo al frente del establecimiento, +seguir las huellas del fundador.</p> + +<p>En 1738, no habiendo podido realizarse el proyecto del edificio en las +afueras de la puerta de Triana, se trasladó la escuela á una casa de la +Calzada á la Cruz del Campo, de donde pasó en 1776 á ocupar el edificio +de san Hermenegildo,<a name="page_264" id="page_264"></a> residencia que fué de los jesuítas, donde estuvo +hasta que se trasladó en 1785 á la plaza de Pumarejo y á un espacioso +edificio, en que permaneció hasta su extinción, primero en 1823 y +completa en 1836.</p> + +<p>Puede decirse que, cuando el heredero de Toribio de Velasco, Antonio +Manuel, dejó la casa en 1749, comenzó á decaer tan útil establecimiento, +que desde entonces administró un eclesiástico del que dice Matute que +«de cuyo poco celo é inteligencia, resultó un lastimoso atraso, +habiéndose reducido á 50 el número de niños.... y se puede asegurar que +(el establecimiento) jamás volvió á ver los felices días de su +fundación.»</p> + +<p>No son muy abundantes las noticias que existen de la primitiva fundación +del hermano Toribio, y las más importantes á más de las que dan Asensio, +Collantes y los papeles del conde del Aguila, se encuentran en un libro +que vió la luz en Madrid en 1766, escrito por el padre Baca y cuyo +título es el siguiente:</p> + +<p>—«<i>Los toribios en Sevilla breve noticia de la fundación de su +hospicio, su admirable principio, sus gloriosos progresos y el infeliz +estado en que al presente se halla: su autor el M. R. P. Fr. Gabriel +Baca, de la orden de la Merced, etcétera.</i> La da á luz para ejemplo y +acción de gracias al Todo-Poderoso, D. Miguel Carrillo, canónigo de +aquella santa Patriarcal Iglesia, y la dedica al rey nuestro señor, como +padre el más poderoso de sus vasallos pobres y desvalidos.—Madrid, +etcétera, 1766.»</p> + +<p>Nada más que una confusa memoria queda hoy de aquel bienhechor de los +niños desvalidos, de aquel pobre Toribio de Velasco, que con alma +cándida y buena, llevó á cabo en nuestra ciudad una de las obras más +meritorias que pueden darse.... Sevilla no ha dedicado hasta ahora un +solo recuerdo al que hizo bien desinteresadamente; y<a name="page_265" id="page_265"></a> en la población +donde tantos nombres que nada dicen se ostentan en las vías públicas, +aún no se ha ocurrido á nadie siquiera el poner á una calle el nombre de +<i>Toribio de Velasco</i>.</p> + +<h3><a name="LA_FIESTA_DE_LOS_SASTRES" id="LA_FIESTA_DE_LOS_SASTRES"></a>LA FIESTA DE LOS SASTRES</h3> + +<p>El gremio de sastres, que siempre ha sido muy numeroso en Sevilla, +cuando el viaje á esta ciudad de Felipe V en 1729, se propuso obsequiar +al rey, ardiendo en entusiasmo monárquico de tal modo y manera, que en +su obsequio dejase atrás cuanto en el mismo sentido pudieran hacer +otros.</p> + +<p>Así fué que nada se les ocurrió á los buenos alfayates que formaban la +Hermandad de san Mateo, más ingenioso que el organizar una cabalgata +alegórica con el título de <i>El piadoso Eneas de las Españas</i>, la cual +fué cosa de ver, y bien merece que me ocupe de ella, siguiendo con toda +fidelidad las relaciones contemporáneas, que por lo puntuales y +verídicas no han de prestarse á dudas.</p> + +<p>En la organización de tal cabalgata es seguro que exprimieron su magín +los sastres, ayudados, tal vez, por<a name="page_266" id="page_266"></a> algunos de los más doctos ingenios, +logrando ser el asombro de la ciudad.</p> + +<p>Salió la cabalgata á ver á los reyes llevando delante el pregonero, los +ministros de la justicia y los escribanos, todos ellos vestidos con +trajes de colorines, que, á juzgar por la descripción que de ellos +conozco, aunque embobaran á las gentes sencillas, eran harto ridículos y +estrafalarios.</p> + +<p>Seguían á éstos nada menos que 66 sastres, precedidos de un clarinero, +vestidos de turcos, á su manera, con mucho de cintajos y medias lunas, +estandartes y escudos, donde iban escritos pésimos versos en elogio del +rey, que no había más que pedir.</p> + +<p>Y á los turcos seguían 40 alfayates más á caballo, y luego una cuadrilla +numerosa á pie con chupas y sombreros de plumas, y los cuales llevaban +unos tarjetones con ingeniosidades de este tenor:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«La <i>aguja</i>, que es nuestro timbre,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">despunta por esos aires</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">pirámides y monumentos</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de <i>Filipo Quinto</i> el grande.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Dédalos son, no <i>dedales</i></span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">nuestros blasones, pues todos</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">saben volar en obsequio</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de nuestros reyes gloriosos.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Para hacer á nuestros reyes</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">obsequio que <i>bien les venga</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ha sido tan corto el tiempo</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">que apenas está <i>de prueba</i>.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">En obsequio de unas bodas</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">este gremio contribuye</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">al ver de estas voluntades</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y coronas el <i>pespunte</i>.<a name="page_267" id="page_267"></a></span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">De <i>telas</i> del corazón</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">este festejo tejido,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">con los que en él <i>se han cosido</i></span><br /> +<span style="margin-left: 2em;"><i>hebras</i> los afectos son.</span><br /> +<br /> +<span style="margin-left: 3em;">Presto para tanta fiesta</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">se echaron nuestros <i>hilvanes</i>,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">que para tales esfuerzos</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">siempre son bravos los <i>sastres</i>.»</span><br /> +</p> + +<p>Por último, después de la tal cuadrilla venía el carro alegórico del +<i>Piadoso Eneas de las Españas</i>, mescolanza religiosa-mitológica-teatral, +en la que iba una figura representando á Felipe V en forma de Eneas, +otro á san Fernando y otro á la Sibila, que tenía el doble significado +de representar también á la Virgen María, para aclaración de lo cual +llevaba un tarjetón con estos versos:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«<i>María</i>, mejor Sibila,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">no á Eneas, sino á Filipo,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">le muestra en Fernan tercero</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de que en Lis, Leon y Castillo.»</span><br /> +</p> + +<p>En el carro alegórico se mostraba también el antiguo pendón de la +hermandad de los sastres, que tenía por patrón á san Mateo, y cerraba +por último toda aquella comitiva un buen número de danzantes y cantores +que entonaban versos en loor del monarca, de la reina y de los +príncipes.</p> + +<p>Con gran parsimonia y lucimiento, fué recorriendo las calles de Sevilla +la alegoría del <i>Piadoso Eneas de las Españas</i>, sin que nada se opusiera +á su esplendor, siendo todo del particular agrado de Felipe V, cosa que +colmó en extremo los deseos de los alfayates, los cuales, con el fin de +que su acto quedase inmortalizado, mandaron escribir y publicaron un +folleto describiendo toda la fiesta, folleto que fué impreso el mismo +año de 1729 por la viuda<a name="page_268" id="page_268"></a> de don Francisco Leefdael, y en el cual se +leían estas palabras al frente del soneto dedicatorio:</p> + +<p><i>Al muy alto y muy poderoso monarca, árbitro de dos mundos, á Felipe V, +el animoso rey de las Españas, el gremio de sastrería de Sevilla humilde +saluda y reverente obsequia.</i></p> + +<p>¡Lástima que el nombre del anónimo poeta, que se despachó á su gusto en +aquellas intrincadas ingeniosidades, no haya pasado á la posteridad!</p> + +<h3><a name="CON_LUZ_Y_A_OSCURAS" id="CON_LUZ_Y_A_OSCURAS"></a>CON LUZ... Y Á OSCURAS</h3> + +<p>Cuando las sombras de la noche se extendían sobre Sevilla en aquellos +tiempos de la Inquisición y de los monarcas absolutos, era preciso ser +hombre de más de mediano valor para atreverse á recorrer solo las +calles, la mayoría de las cuales eran estrechas, tortuosas y en las que +abundaban las lóbregas travesías, las encrucijadas sombrías y los +rincones misteriosos y los pesados arquillos de feísimo aspecto.</p> + +<p>Los faroles y candilejas que las hermandades solían poner en retablos y +cruces que tanto abundaban, era el<a name="page_269" id="page_269"></a> único alumbrado que podía guiar al +transeúnte en aquellas tinieblas, por las que se resistían á penetrar en +no pocos barrios las rondas y las patrullas que de tiempo en tiempo +tenían obligación de recorrer sus demarcaciones.</p> + +<p>Los criminales, los ladrones, la gente de malísimo vivir, eran +únicamente los paseantes que desde el toque de la <i>Queda</i> hasta ser de +día vagaban por las calles, y rara era la mañana en que en las +collaciones de la Feria, san Vicente, santa Cruz, la Macarena ó san +Pedro, no aparecía algún hombre muerto ó se tuviese noticia de alguna +casa robada ó de algún atropello bárbaro cometido entre las sombras y el +silencio.</p> + +<p>Dueña en absoluto era la gente maleante de la ciudad por las noches, y +únicamente en alguna gran solemnidad, se solían hasta las nueve ó las +diez iluminar las casas por el vecindario por apremiantes órdenes del +Asistente.</p> + +<p>Hasta el siglo XVIII no se les ocurrió á las autoridades locales la +feliz idea de que estableciendo alumbrado público, podrían evitarse +muchos desmanes que favorecidos por las sombras se cometían, y á este +efecto se ensayó el plan que ya en otras capitales se había llevado á +cabo.</p> + +<p>Era en 1732 Asistente interino don Manuel Torres, y á este buen señor, +así como á su inmediato sucesor, don Rodrigo Caballero Illanes, se deben +los primeros ensayos de alumbrado, pues ordenaron al vecindario que +desde las primeras horas de la noche del invierno de aquel año hasta las +doce, los vecinos colocasen en las ventanas de sus casas faroles que +disipasen de algún modo las espesas tinieblas.</p> + +<p>El día 15 de Octubre comenzó á cumplirse lo ordenado por las +autoridades, y es curioso el hacer constar que hubo una verdadera +oposición por parte de la gente de los<a name="page_270" id="page_270"></a> barrios bajos á la novedad de +los faroles, dándose con frecuencia el caso que apenas eran encendidos +muchos de ellos, los mozos de barrio y algunos pájaros de cuenta +destruían á pedradas los cristales, volviendo á dejar las calles en +aquellas sombras que tanto favorecían sus planes.</p> + +<p>Así continuaron las cosas muchos años, apesar de los edictos de 1754, +1757 y 1758, siendo inútiles cuantos esfuerzos se hicieron por obligar á +respetar el alumbrado, que siguió constituído únicamente por los +farolillos que adornaban las cruces y retablos, que sostenían sus +hermandades y cofradías.</p> + +<p>En 1760 el Asistente, D. Ramón Larrumbe, dando una prueba de cultura, +volvió á tomar disposiciones sobre el asunto, y el día 27 de Octubre se +fijó é hizo publicar un bando en el cual se leen estos párrafos:</p> + +<p>«Manda el señor Asistente que todos los vecinos de esta ciudad, barrio +de Triana y sus arrabales, desde 1.º de Noviembre próximo hasta fin de +Abril del año que viene, pongan faroles en lo exterior de las casas, que +den luz á las calles y pasos públicos; lo que han de ejecutar desde +media hora después de oraciones hasta las once de la noche: pena al que +contraviniere lo mandado, de dos ducados por la primera vez, cuatro por +la segunda y ocho por la tercera, aplicándose dichas multas al ministro, +soldado ó persona que denunciare la contraversión en el todo ó parte de +lo mandado...» Y más adelante se añadía: «Que desde <i>las once de la +noche</i> en adelante, ningún vecino de <i>cualquier calidad y condición que +sea</i>, pueda andar sin luz por las calles, llevándola por sí ó por sus +criados con linterna, farol, acha ó mechón; pena al que contravenga, +siendo persona distinguida, de seis ducados de multa con la referida +aplicación; y al que no sea de esta<a name="page_271" id="page_271"></a> circunstancia se le tendrá por +persona sospechosa, y se le tendrá en la cárcel, para que averiguado su +modo de vivir, se le dé el destino correspondiente, etc., etc.»</p> + +<p>Por último, se acordaba que á las ocho de la noche se cerrasen todos los +bodegones, botillerías y tabernas, adoptándose otras disposiciones para +mantener el sosiego y la seguridad de la ciudad.</p> + +<p>Pero tales acuerdos, apesar del buen celo que el Asistente y sus +delegados tuvieran, no fueron bien cumplidos ni mucho menos como se +ordenaba, y lo del alumbrado público vino á quedar como antes durante +diez años poco más ó menos, aun habiéndose repetido los <i>bandos</i> en 1761 +y 1766.</p> + +<p>En el bando de 20 de Octubre de 1770, se volvió con más energía á +encarecer la necesidad del alumbrado, por el Asistente D. Pablo de +Olavide, añadiendo esto, que da idea de cómo andaba la seguridad pública +por las noches en las calles de Sevilla:</p> + +<p>«Habiendo acreditado la experiencia no se había podido evitar que en +horas <i>extraordinarias</i> transiten personas sospechosas, pues en fraude +de ellas se ha verificado encontrarse sujetos de esta clase después <i>de +las doce de la noche</i>, con la cautela de llevar luz é ir separados para +que no se les pudiese detener por las rondas: considerando su señoría +que en semejantes horas nadie sin motivo urgente debe estar fuera de sus +casas y que el mero hecho de carecer de esta legítima causa le +constituye en sospecha», se ordenaba que fueran detenidos cuantos +vecinos fuesen encontrados, como medida más expedita.</p> + +<p>Disposición fué esta, que se confirmó y amplió más tarde en otro bando +del mismo Olavide de 22 de Octubre de 1772, en el que se lee: «Toda +persona que se encuentre <i>después de dada las doce de la noche</i> hasta el +primer toque<a name="page_272" id="page_272"></a> del alba, que no sean sujetos conocidos, en quien desde +luego se excluye toda sospecha y que aunque lleve luz y vaya solo, no se +verifique causa legítima urgente que le precise á transitar á aquella +hora, cuya verificación (¡!) se haya de hacer en el pronto por la ronda +ó patrulla que lo aprediesen, y no acreditándose la urgencia, <i>se ponga +preso</i> y haga justificación de su vida y costumbres para tomar la +providencia correspondiente conforme á lo que resulte...»</p> + +<p>Ya se ve, pues, que entre el mal alumbrado y la gente <i>non sancta</i>, era +harto arriesgado transitar por las calles en los buenos tiempos de la fe +y de las venerandas tradiciones, pudiendo decirse que apesar de +repetirse nuevos bandos sobre alumbrado en 1777 y 1779, hasta 1791 no +contó Sevilla con un verdadero servicio, gracias al Asistente Ábalos, +que, por cuenta del Ayuntamiento y cargando una contribución á los +propietarios de casas, colocó faroles en todas las calles, los cuales +faroles eran de forma adecuada y de dos mecheros, durando el alumbrado +desde 1.º de Octubre de 1792 al 24 de Junio de 1793, las noches que no +hacía luna, y terminando en el comienzo del verano.</p> + +<p>D. José Ábalos nada olvidó para el mejor resultado de la reforma, y á +este fin montó un cuerpo de celadores ó faroleros á los cuales ordenaba +que «los <i>mozos del alumbrado</i> deben aderezar sus faroles diariamente, +de forma que se hallen corrientes para encenderlos á las horas +señaladas; cada uno recorrerá su partido de continuo para avivar el que +se amortigüe ó encender el que se apague con atraso. Estas maniobras las +han de hacer con actividad y prontitud: para ello y que no tenga +disculpa, han de ser mirados mientras lo ejecuten con la detención y +preferencia debida al público, á quien sirven, no deteniéndose<a name="page_273" id="page_273"></a> con +pretexto alguno á que siga su ruta por las personas más privilegiadas».</p> + +<p>Desde los tiempos de Ábalos el alumbrado público siguió con diversas +alternativas, siendo objeto de lucro para contratistas y negocio seguro +para algunos graves señores, en perjuicio del pueblo en general, hasta +que don José Manuel Arjona, hacia 1827, lo reorganizó con muy buen +acuerdo, estableciendo los faroles triangulares sobre pescantes de +hierro.</p> + +<p>En 1839 tenía Sevilla mil faroles de un nuevo sistema inaugurado en 13 +de Agosto de 1836, faroles de reverbero que causaron no poca admiración +del pueblo.</p> + +<p>Por último, terminaré estos apuntes consignando que al establecerse el +gas, la calle de las Armas fué la primera que tuvo el nuevo alumbrado, +poniendo término á aquellos tiempos en que nuestros abuelos tenían de +noche la ciudad con luz... y á oscuras.<a name="page_274" id="page_274"></a></p> + +<h3><a name="UN_HOSPITAL_DE_PERROS" id="UN_HOSPITAL_DE_PERROS"></a>UN HOSPITAL DE PERROS</h3> + +<p>No sólo en el extranjero, y en estos nuestros tiempos de sociedades +protectoras de animales han existido hospitales y casas donde se +cuidasen con el mayor esmero á los irracionales para procurar su +conservación, tan útil á la sociedad. En Sevilla y en el siglo XVIII, +existió un hospital perruno, cosa que quizá muchos ignoren, y acerca del +cual he de escribir algunas líneas.</p> + +<p>Hacia fines del año 1763, comenzó á iniciarse en la raza canina de la +población una enfermedad algo extraña, la cual atacaba á los <i>chuchos</i> +con tanta violencia, que en dos ó tres días eran muertos.</p> + +<p>Esto, que al principio no llamó mucho la atención, atrájola luego +poderosamente cuando en Abril y á principios de Mayo, se recrudeció de +tal manera la enfermedad, que por las mañanas aparecieron las calles de +Sevilla llenas de perros de todas castas que habían muerto durante la +noche.</p> + +<p>Preocupadas ya con esto las autoridades locales y temiendo que aquella +epidemia perruna fuese contagiosa y pusiese en peligro al vecindario, el +buen Asistente, que lo era á la sazón don Ramón Larrumbe, dirigióse á la +Sociedad de Medicina en 26 de Mayo, á fin de que este<a name="page_275" id="page_275"></a> Cuerpo +interviniera en el asunto, y, examinando detenidamente á los canes +atacados, informase del riesgo que pudiera ofrecer á la salud pública.</p> + +<p>Por lo pronto el Ayuntamiento se encargó de enterrar á los perros en un +sitio determinado, extramuros de la ciudad, nombrándose también una +comisión del Cabildo que auxiliase á los doctores en sus trabajos.</p> + +<p>La Real Sociedad de Medicina, que había tenido su origen hacia 1697, y +cuyos estatutos fueron aprobados por el rey en 1700, estaba entonces +establecida en la calle de Levíos, y allí, en habitaciones convenientes +que dispusieron al efecto, acordó la Sociedad trasladar á los canes +enfermos, formando el hospital perruno.</p> + +<p>Dice Matute en sus <i>Anales</i> que los <i>chuchos</i> estaban allí muy +cuidadosamente asistidos y que se «separaban en los diversos +departamentos, según el grado que advertían en su enfermedad», +consignando también que para asistirlos se nombraron á seis enfermeros, +prosiguiendo en tanto los doctores sus estudios para dar con el +padecimiento y los medios de combatirlo.</p> + +<p>Preciso es confesar que hubo el mayor acierto, pues el plan de curación +empleado dió unos resultados excelentes, de tal modo, que las +defunciones perrunas comenzaron á disminuir con gran complacencia de los +amos, que volvían á recuperar sanos y salvos á sus mastines, pechones, +rateros, galgos y podencos, cuyas vidas habían visto en peligro.</p> + +<p>La epidemia desapareció á fines de Julio y Agosto por completo, +dictaminando los doctores que el mal no había sido contagioso, como se +pensó, y que fué <i>un catarral maligna con ofensa á los pulmones</i> +(palabras de Matute), ampliándose luego todo lo ocurrido y los +caracteres de la enfermedad en el trabajo que más tarde insertó la<a name="page_276" id="page_276"></a> +Sociedad de Medicina, en el tomo VI de sus <i>Memorias</i>.</p> + +<p>Véase cómo los sevillanos de 1764 se mostraron humanitarios con la raza +canina, hasta el punto de darla un hospital, raza tan maltratada luego, +que en 1812 se ordenó por bando, que se matasen sin contemplaciones +cuantos perros vagaban por la ciudad y que aún es víctima de los laceros +municipales, que de tan cruel persecución las hacen blanco.</p> + +<h3><a name="LA_ROSA_PEREZ" id="LA_ROSA_PEREZ"></a>LA ROSA PÉREZ</h3> + +<p>Una de las cómicas más aplaudidas y festejadas de los públicos de +Andalucía, á fines del siglo XVIII, era Rosa Pérez, la cual dió no poco +que hablar con sus galanteos, y tuvo gran número de ardientes +partidarios, que en más de una ocasión riñeron por ella apasionadas +disputas, tan frecuentes en aquellos tiempos entre los aficionados al +teatro.</p> + +<p>Tenía la actriz lindo palmito y gracia natural, con lo que, como era de +suponer, andaban por ella muchos galanes bebiendo los vientos y haciendo +no pocas locuras,<a name="page_277" id="page_277"></a> algunas de las cuales fueron bastantes ruidosas, dado +que á la comedianta no le desagradaban las aventuras.</p> + +<p>Su repertorio era muy vario, y cuentan que se distinguía, no sólo en la +declamación, sino en el canto, para el cual poseía muy felices +condiciones, habiendo memoria de que los mayores triunfos los obtuvo por +su voz, dotada de raro atractivo.</p> + +<p>Dejando para los que escriban la historia del arte escénico el seguir +paso á paso la carrera artística de la Rosa Pérez, á quien sus +contemporáneos elogiaron mucho, diré sólo que esta carrera tuvo +súbitamente fin, término y acabamiento, cuando no lo esperaban, +ciertamente, los finos apasionados de la actriz, ni el público, que +tantas y tantas veces le había aplaudido al verla en escena interpretar +los más diversos papeles.</p> + +<p>El día 2 de Febrero de 1800, el convento de santa María la Real, de +Sevilla, vióse engalanado y lleno de concurrencia, en la que figuraban +muy señaladas personas de la ciudad, las cuales presenciaron la +profesión religiosa de la antes tan aplaudida y festejada actriz Rosa +Pérez, que se convirtió en <i>sor Rosa de Jesús María</i>.</p> + +<p>Los motivos que impulsaron á aquella linda mujer de no vulgar talento á +renunciar á la vida y sepultarse en las frías lobregueces de un +claustro, no es cosa que yo sepa y nada apuntaré por no alterar los +hechos con suposiciones más ó menos gratuítas; pero sí es cierto que á +la profesión de la actriz, se dió por la gente devota gran resonancia, +que los padrinos fueron de la más encumbrada nobleza y que la solemnidad +tuvo un brillo y esplendor inusitado.</p> + +<p>Y para que nada faltase en aquel acto, arrojáronse á los concurrentes en +diversas ocasiones, durante la función, multitud de <i>aleluyas</i>, en las +cuales un poeta anónimo,<a name="page_278" id="page_278"></a> que firmaba F. M. C., quizá antiguo admirador +de la cómica, esprimió su ingenio en octavas reales, alusivas al acto, +algunas de las cuales eran del tenor de estas que á título de curiosidad +reproduzco:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">Rosa, sin duda alguna que nacistes</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">para aplausos: los hombres admirastes:</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">al mundo con tu acento sorprendistes,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y elogios de las gentes escuchastes.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Desengañada, al claustro te vinistes</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y aquí el reposo con placer hallastes;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">hay siempre quien te aplauda con anhelo;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">antes era la tierra, ahora es el cielo.</span><br /> +<span style="margin-left: 3em;">Canta Rosa, su voz tiene pendiente</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">un cúmulo de humanas atracciones</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">zozobrando en el rápido torrente</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de aplauso general y aclamaciones.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Viénese al claustro, llora penitente</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y al cielo le merece aceptaciones;</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Rosa, tu suerte siempre la mejoras</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">feliz si cantas, más feliz si lloras.</span><br /> +</p> + +<p>No fué esta aplaudida comedianta de Sevilla la única que dió fin á su +carrera de tal modo: que algunas más que ella, después de lucir en las +tablas sus gracias y donaires y después de pasar lo mejor de la vida, +alegre y regocijadamente, se retiraron á descansar al convento, donde +dieron grandes muestras de virtudes.</p> + +<p>Porque ya se sabe: el diablo harto de carne, etcétera, etcétera....<a name="page_279" id="page_279"></a></p> + +<h3><a name="COMO_EMPLEO_UN_DIA_EL_REY_JOSE" id="COMO_EMPLEO_UN_DIA_EL_REY_JOSE"></a>CÓMO EMPLEÓ UN DÍA EL REY JOSÉ</h3> + +<p>El 9 de Febrero de 1810 encontrábase en Sevilla el rey José I, +acompañado de su corte y sus ministros, y aquel día fué destinado por el +monarca á visitar varios edificios notables y establecimientos +industriales de la ciudad, con el sano propósito de ponerse de cierto +modo en contacto con el pueblo, y recibir de éste algunas pruebas de +afecto, de las que, á decir verdad, al llegar á la población andaba algo +necesitado.</p> + +<p>Así, pues, aquella mañana, después del almuerzo, José salió del Alcázar, +llevando consigo al ministro del Interior, al Intendente de la provincia +y á algunos oficiales, y á caballo se dirigió á la Fábrica de Tabacos.</p> + +<p>Era aquel sitio apropósito para recibir cierto homenaje popular, pues en +los distintos talleres trabajaban entonces más de mil operarios (aún no +había todavía cigarreras), y como era de suponer, ellos no habían de +permanecer mudos ante la presencia del nuevo monarca.</p> + +<p>Así ocurrió, en efecto; el rey recorrió con el superintendente las +amplias dependencias, donde se fabricaba el rapé, las del tabaco suelto +y las de los cigarros, siendo en todas ellas vitoreado por los +trabajadores, los cuales<a name="page_280" id="page_280"></a> recibieron por encargo del José un socorro en +metálico que les fué equitativamente repartido.</p> + +<p>De la Fábrica de Tabacos, pasó el monarca á visitar el museo de +antigüedades, que estaba establecido en uno de los salones bajos del +Alcázar, museo que se debió principalmente al célebre don Francisco de +Bruna, y que se formó en gran parte con las estatuas y objetos sacados +en las excavaciones de Itálica.</p> + +<p>Visto el museo, la comitiva regia salió de nuevo, pasando al edificio de +la Lonja, cuya planta baja recorrió el Bonaparte, muy complacido al +parecer y haciendo notar la semejanza que encontraba entre aquel +edificio y los otros del tiempo de Felipe II que había visitado, +subiendo al piso principal, donde se encontraba el Archivo de Indias.</p> + +<p>Pero allí tuvieron los visitantes una grave contrariedad, y fué que +habiendo mostrado el rey deseos de ver las cartas de Hernán Cortés, de +Pizarro, de Almagro y de los principales conquistadores de América, hubo +que manifestarle que no se encontraban allí, pues la <i>Junta Suprema</i>, al +acercarse los franceses, se llevó á Cádiz cuantos documentos, planos, +cartas y papeles pudo, con objeto de salvarlos de que cayesen en poder +de los invasores.</p> + +<p>José I salió con esto muy contrariado del Archivo de Indias, y aunque +empleó parte de la tarde en recorrer algunas fábricas particulares para +inspirar simpatías á los obreros, notósele desde luego un mal disimulado +enojo.</p> + +<p>El día 9 lo terminó el rey asistiendo por la noche al teatro Principal, +donde el Ayuntamiento había dispuesto en honor suyo una función +extraordinaria, en la que hubo, á más de la representación de <i>La dama +sutil</i>, cantata en elogio del rey, sainete de circunstancias y bailes +andaluces,<a name="page_281" id="page_281"></a> que entretuvieron en extremo á la oficialidad y á las tropas +invasoras.</p> + +<p>Era aquella la primera función teatral á que José asistía en Sevilla, y +á su entrada y salida del coliseo, fué vitoreado por diversos grupos de +afrancesados que le siguieron hasta su regreso al Alcázar.</p> + +<p>Estas manifestaciones dieron motivo á las cándidas líneas que la <i>Gaceta +de Sevilla</i>, escrita por Lista, insertaba en su número del sábado 10 de +Febrero:</p> + +<p>«Anoche asistió S. M. á la función que le había ofrecido la Ciudad en el +teatro, el cual ha sido abierto al cabo de dos años que permaneció +cerrado. Hubo una cantata, comedia, sainete y varias danzas de las +propias del país. El teatro estaba ocupado por las personas que habían +sido convidadas. S. M. fué recibido con entusiasmo y se mostró contento +de los afectos que le manifestó aquel concurso numeroso y lucido. S. M. +tuvo la bondad de hacer que el corregidor estuviese á su lado durante la +representación; parece ha querido con esta demostración corresponder á +la ciudad por los buenos sentimientos que le manifestaba.»</p> + +<p>La <i>cantata</i> que se entonó en el teatro era obra del poeta D. Manuel M.ª +Arjona, y su autor la había escrito para que se entonase en un concierto +ante el rey José, en Córdoba, cosa que no llegó á verificarse. De la +letra, ya olvidada hoy, sólo copiaré los últimos versos, que decían:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«....Tal vez se mire en aterido invierno</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">gemir el campo en languidez marchita</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">sufriendo su rigor y hielo eterno.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Mas súbito Favonio el vuelo agita</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y ya al impulso de Pomona tierno</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">el orbe renovado,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">se ve de hermosas flores coronado.<a name="page_282" id="page_282"></a></span><br /> +</p> +<p class="poem2"> +<span style="margin-left: 3em;">Así la España</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">que triste yace</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">en llanto baña</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">su hermosa faz.</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">Mas se complace</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">mas se reanima</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">y á tu presencia</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">¡oh Rey piadoso!</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">goza en reposo</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">ya la influencia</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">de la alma paz.»</span><br /> +</p> + +<p>A la salida del teatro, como ya dije, el rey José I fué vitoreado, +retirándose luego á su palacio á descansar.</p> + +<p>Con todo lo que dejo apuntado puede enterarse el lector de estas <i>Cosas +nuevas y viejas</i>, de cómo empleó el rey José Bonaparte el día 9 de +Febrero de 1810, octavo de su residencia en Sevilla.<a name="page_283" id="page_283"></a></p> + +<h3><a name="BENEFICENCIA_INVASORA" id="BENEFICENCIA_INVASORA"></a>BENEFICENCIA INVASORA</h3> + +<p>El año de 1812 fué uno de los de más dura prueba y de más triste +recordación para los sevillanos del siglo pasado.</p> + +<p>Dominada la ciudad por las tropas francesas desde hacía veinte y tres +meses, y habiendo desde los comienzos de Enero recrudecido la guerra en +toda la provincia, pronto comenzaron á sentirse los tristes efectos de +aquella situación anormal, de manera harto lamentable y sensible á +todos.</p> + +<p>El mal tiempo y los estragos del continuo batallar en los campos de la +provincia, trajeron consigo la pérdida de las cosechas, aumentando la +carestía de los artículos de primera necesidad hasta el punto de que en +la capital el hambre se inició con todos sus horrores.</p> + +<p>«La hogaza de pan con peso de tres libras—dice Martín Villa—subió á 24 +y 30 reales: las familias acomodadas sintieron la escasez y miseria: los +más pobres y los más desvalidos fallecían desmayados en las calles, y en +las casas más caritativas se cuidaban de poner con aseo y alguna +decencia, arrimados á la pared de la calle, los despojos de la cocina +para que los indigentes pudiesen rebuscar entre ellos alguna cosa con +que aliviar el hambre que los devoraba.»<a name="page_284" id="page_284"></a></p> + +<p>Imposible de atajar aquellos males por entonces, fueron en aumento con +harta desgraciada rapidez, y en los meses de primavera de 1812, la +población ofrecía el espectáculo más triste, como da idea un acuerdo +capitular de 8 de Junio, en el cual se lee:</p> + +<p>....«Que se represente al excelentísimo señor General en jefe y á las +demás autoridades, la imposibilidad de poder cumplir con los pedidos que +se hacen, y que si se llevan á efecto, cree la municipalidad está muy +próxima la <i>total ruina de esta ciudad</i>, siendo demasiado notoria la +<i>decadencia</i> y <i>despoblación</i> que se nota con todo lo demás que se tenga +por oportuno manifestar por los señores comisionados D. Eduardo +Valvidares y D. Fernando de Iriarte, de quienes espera la municipalidad +sabrán desempeñar este cargo con todo el esmero y prontitud posibles, de +que tantas pruebas tienen dadas.» (Act. 2.ª Escribanía.)</p> + +<p>Las autoridades francesas seguían en tan triste situación exigiendo +cantidades é imponiendo diferentes arbitrios sobre particulares y +corporaciones, siendo harto censurable la conducta de los proveedores +del ejército imperial que habían acaparado el trigo, aumentándose así +los horrores del hambre.</p> + +<p>Procuraban, no obstante, los invasores, que la verdadera situación de la +ciudad se desconociese fuera de ella, y aun se esforzaban por ocultar +cuanto podían, aquí mismo, los estragos del mal, y así, pues, ni se +insertaban noticias en la <i>Gaceta de Sevilla</i> sobre este punto, ni +dejaban salir correspondencia que del daño tratase, castigando muy +severamente á los que propagaban por cualquier medio el conocimiento de +aquellas miserias.</p> + +<p>En tal situación, y viendo la urgencia de socorro que el pueblo +necesitaba, pusieron en práctica uno que no dejó de dar algún +resultado.<a name="page_285" id="page_285"></a></p> + +<p>Al efecto abrieron una suscripción casi forzosa entre las personas de +capital, para sostener con ella dos repartos de sopa diaria, que habían +de hacerse en los barrios más populosos y á los vecinos pobres que se +hallaban faltos de todo alimento y tantos eran á la sazón.</p> + +<p>Sobre esta sopa que los invasores repartían públicamente, cayó el pueblo +hambriento, siendo lastimoso, á decir de un contemporáneo, el cuadro que +ofrecían los puntos donde se hacía la distribución, pues á más de dar +clara prueba del infinito número de gente que vivía en la miseria, +demostraba á qué menguada situación habían venido familias antes +acomodadas, y á quienes se veía entonces acudir con sus pucheros á +recoger aquel socorro.</p> + +<p>Mas la sopa de los invasores no era bastante á remediar los males, y +entonces se fundó por iniciativa del poeta don Félix José Reinoso, que +se había ofrecido á la causa francesa, un hospital que no dejó de +prestar excelentes servicios.</p> + +<p>«La obra del hospital—ha escrito el mismo Reinoso—fué recibiendo su +incremento á medida de sus auxilios. Las camas llegaron muy en breve al +número de 70 en el hospital de hombres y de 85 en el de mujeres. El +total de los enfermos fué de 703, asistidos con tal esmero, cual no es +común en las enfermerías públicas. Además de la curación se les sirvió +durante la convalecencia en salas separadas; y después de su salida se +dió á todos una muy buena comida diaria por tiempo proporcionado á su +debilidad, pero nunca menos de veinte días. Ciento ocho duró la +hospitalidad.... Para esta empresa se abonaron 300 reales diarios por la +tesorería de provincia, y se destinó además el capital de 106.760 +reales, valor de fincas puestas en rifa que no se ejecutó por no haberse +despachado todos los billetes.... Gravísimas dificultades hubo que +vencer<a name="page_286" id="page_286"></a> en aquella penuria para proporcionar estos auxilios, mas al fin +se vencieron todas por la dichosa casualidad de no estar el mariscal +francés en Sevilla.»</p> + +<p>Efectivamente, el mariscal Soult, no queriendo dar mucha publicidad á la +situación verdadera del pueblo de Sevilla, se opuso cuando regresó á la +ciudad á que se insertase en el periódico oficial el movimiento de +enfermos y el estado del hospital, el cual duró hasta fines de Agosto de +1812, en que los franceses salieron de Sevilla.</p> + +<p>Y esta sopa económica para el pueblo y la fundación del hospital, dan +idea bien gráfica de lo que era la capital de Andalucía bajo la +dominación extranjera.</p> + +<h3><a name="LAS_LECTURAS_PUBLICAS_DEL_CAFE_DEL_TURCO" id="LAS_LECTURAS_PUBLICAS_DEL_CAFE_DEL_TURCO"></a>LAS LECTURAS PÚBLICAS DEL CAFÉ DEL TURCO</h3> + +<p>La inauguración del régimen constitucional en Sevilla, en Marzo de 1820, +trajo á la ciudad extraordinaria animación y movimiento, siendo raro el +día en que no se desarrollaban algunos importantes sucesos, que servían +de comidilla al público y daban margen á largos comentarios.</p> + +<p>Además, como los ánimos de los liberales estaban<a name="page_287" id="page_287"></a> harto exaltados y las +noticias que á diario llegaban de los diversos puntos de la península, +en los que se iba proclamando la Constitución, no dejaban de ser +interesantes, se despertó en los patriotas una fiebre de conocer cuanto +sucedía, y una manía discutidora que dió origen á la organización de +tertulias, reuniones y sociedades, en las cuales, con más ardor si cabe +que de 1812 á 1814, se empeñaron las más reñidas luchas.</p> + +<p>El café de la <i>Cabeza del Turco</i>, situado en lugar tan céntrico como la +calle de las Sierpes, había servido ya en la primera época liberal de +centro de los enemigos del absolutismo, y entonces volvió á ser lo +mismo, llegando durante los tres años, á los tiempos de su mayor apogeo +y celebridad.</p> + +<p>Era en 1820 dueño del café de la <i>Cabeza del Turco</i>, don Luís Tolva, +hombre patriota, si los había, gran admirador de Riego y Quiroga, y cuya +mujer, doña María Josefa Piñalosa, dejaba atrás á su marido, en esto de +las ideas liberales.</p> + +<p>Tolva, deseando que aquel numeroso concurso que á diario llenaba el +café, estuviese al corriente de cuanto sucedía, estableció en el local +una especie de cátedra en la cual un ciudadano de buenos pulmones tenía +la misión de leer por las tardes y las noches los periódicos en alta +voz, así los que se publicaban en Sevilla, como los de la corte y otros +de las provincias más importantes, que á todos se suscribió el buen +Tolva, con la mejor y más sana de las intenciones.</p> + +<p>Para que las lecturas se hiciesen con todo orden y diesen provechosos +frutos, don Luís Tolva redactó con gran pulso y meditación un +<i>Reglamento</i>, que constaba de trece artículos, y el cual fué aprobado en +14 de Abril por el jefe superior político, Moreno Daoiz.<a name="page_288" id="page_288"></a></p> + +<p>El original de este <i>Reglamento</i>, que poseo, da exacta idea de lo que +eran aquellas tertulias del famoso <i>Café del Turco</i>, y ofrece una nota +bien característica de la época en que fué redactado.</p> + +<p>La forma en que se hacía la lectura está bien expresada, pues en el +artículo tercero se lee que «la pieza destinada para el efecto, es en la +que antes estaba la mesa del billar. En ella habrá un asiento <i>algo más +elevado que los demás</i> para el que lea los papeles, á fin de que pueda +oirse con comodidad y los señores suscriptores tendrán asiento +preferente alrededor, en la inmediación de aquél, pero las puertas del +salón estarán abiertas para los demás que quieran oir las noticias.»</p> + +<p>Como se ve, los que querían empaparse bien de las lecturas y estar con +desahogo abonaban una cantidad mensual, la cual era de ocho reales, con +los que Tolva atendía al pago de las suscripciones, que llegaron á ser +bastante numerosas.</p> + +<p>Y no dejaba de ser gracioso, que según el reglamento «concluída la +lectura de cada artículo podrá cualquiera hacer las observaciones que +guste», con lo que fácil es calcular que el salón de lectura se +convertía en centro de las más acaloradas discusiones, que terminaban á +veces de manera harto tumultuaria y hasta con la intervención de la +autoridad.</p> + +<p>Otras veces, después de la lectura de algún artículo exaltado inserto en +<i>La Sombra de Lacy</i>, en <i>El Argos</i>, en <i>El Grito de Riego</i>, ó en <i>El +Zurriago</i>, y tras violentos discursos y empeñadas polémicas, todo aquel +concurso se arrojaba á la calle y recorría varios lugares, dando vivas y +mueras, hasta quedar rendidos.</p> + +<p>En el <i>Reglamento</i> se hace también constar «que si algún suscritor +necesita enterarse más al pormenor de algunos<a name="page_289" id="page_289"></a> papeles, podía hacerlo en +las horas restantes del día sin salir de la habitación, que el que +quisiera suscribirse había de poner su nombre en una lista formada al +efecto, y que el «dueño del café no lleva otro interés que proporcionar +un entretenimiento á los señores que lo favorezcan.»</p> + +<p>El salón de lectura del Turco se veía siempre muy concurrido durante la +segunda época constitucional y se dió el caso en ciertas ocasiones, que +no estando el público conforme con las ideas de algunos artículos, con +toda algazara arrojasen los periódicos á la letrina entre grandes +aplausos.</p> + +<p>Las lecturas públicas en el <i>Turco</i> compitieron en forma y alboroto con +las reuniones de la <i>Sociedad Patriótica</i> establecida en el exconvento +de Regina y en ambas adquirieron relieve y notoriedad gran número de +liberales cuya oratoria pintoresca producía siempre el mayor efecto.</p> + +<p>En Junio de 1823 tuvo término y desastroso fin el salón de lectura, y +cuando el día 13 las turbas realistas saquearon el establecimiento, +destrozaron la tribuna, quemaron el mobiliario y prendieron fuego á +cuantos papeles liberales había allí coleccionados, los cuales tanto +habían entusiasmado á los ardientes patriotas sevillanos.<a name="page_290" id="page_290"></a></p> + +<h3><a name="LAS_DAMAS_SEVILLANAS_Y_LA_BANDERA_LIBERAL" id="LAS_DAMAS_SEVILLANAS_Y_LA_BANDERA_LIBERAL"></a>LAS DAMAS SEVILLANAS Y LA BANDERA LIBERAL</h3> + +<p>La prudencia en unas, el temor natural en otras y la presión ejercida +sobre todas, hizo que cuando derrocado el sistema liberal, en 1823, las +damas sevillanas que, siguiendo nobilísimos impulsos, se habían señalado +por sus ideas afectas á la libertad, durante la época constitucional, +negasen aquéllos y tratasen de borrar por diversos medios cuanto pudiera +comprometerlas con las sanguinarias autoridades absolutistas, que nada +respetaban.</p> + +<p>Además los elementos reaccionarios, esos eternos perturbadores que, con +sus demasías han provocado siempre la discordia y turbado la paz de los +pueblos, achacándolo luego hipócrita y villanamente á las almas libres y +honradas, trataron entonces de recobrar su influencia perdida sobre la +mujer, obligando á algunas, como el padre Garzón hizo con una señora +(cuyo nombre callo porque viven de ella descendientes) que, como +penitencia por haber dado en público vivas á Riego, fuese á cierta +parroquia de las más concurridas y que á la hora de misa mayor +atravesase de rodillas el templo, con los brazos en cruz y como expuesta +á la pública vergüenza por su delito...<a name="page_291" id="page_291"></a></p> + +<p>Mas aunque tanto y tanto se trató luego por los realistas de borrar la +participación que el bello sexo tomó en la revolución, no pudieron hacer +desaparecer todas las pruebas que esto probaban; así sucedió con el +generoso acto que las más principales damas sevillanas llevaron á cabo +en 1821 costeando y haciendo con sus propias manos una bandera que +regalaron á los Milicianos Nacionales de nuestra ciudad, en que figuraba +lo más florido de la juventud; como dice un autor, «dejaban las +comodidades y el regalo de su casa para empuñar las armas en defensa de +la libertad, sufriendo todas las penalidades y malos ratos de la vida de +campaña.»</p> + +<p>Con razón ha escrito el señor Velilla en un artículo titulado <i>Liberales +y realistas</i>, que «la mayor parte de ellas (las españolas), sin +distinción de condiciones, se habían apasionado por la Constitución y la +libertad, á lo menos en Andalucía, donde más arraigo tenía la causa +liberal,» y esto puede probarse con una multitud de hechos y con nombres +bien conocidos de esta región.</p> + +<p>Acogido, pues, con gran entusiasmo el proyecto de regalar las banderas á +la <i>Milicia Nacional de Sevilla</i>, se abrió la suscripción, en la que es +cierto que sólo se admitían señoras, formándose una lista que fué +encabezada por doña Josefa de O Denoju, hermana del jefe superior +político, y por doña María de los Dolores Mendieta de Carvajal, esposa +del poeta don Tomás José González Carvajal y madre del conde del Cazal, +á quien todos recuerdan en Sevilla.</p> + +<p>Esta lista, que existe original en el Archivo Municipal (<i>Escribanías de +Cabildo</i>), lleva escrita al frente estas patrióticas palabras, que dan +idea del espíritu que animaba á las damas liberales hispalenses:</p> + +<p>—<i>Si nuestros hermanos, parientes y amigos se han<a name="page_292" id="page_292"></a> apresurado á +alistarse voluntariamente para defender la patria y sostener nuestra +sabia constitución, á las sevillanas nos toca, poseídas de los mismos +sentimientos, presentarles las banderas que los reuna contra sus +enemigos y los empeñe más y más en su defensa, para cuyo patriótico fin +se abre una suscripción para ocurrir á los gastos indispensables y cuya +lista es la siguiente.</i></p> + +<p>Y á continuación seguían las firmas de las dos citadas señoras y en la +larga lista familias tan distinguidas y conocidas como doña Francisca +Dominé, doña María Arana de Cavaleri, condesa de Villapineda, doña María +Teresa Núñez de Prado, condesa de Montelirio, marquesa de San Gil, doña +María de los Dolores Gómez de Olavarrieta, doña Josefa del Aguila de +Ureta, doña María Irureta, la marquesa de Torres, la marquesa de +Castilleja, doña María del Rosario Ibarra y Le Roy, doña María Juana de +Madariaga, doña Teresa Manuel de Villena y otras muchas, cuya +enumeración habría de ocupar demasiado espacio.</p> + +<p>Concluidas las banderas, que eran de ricas telas y estaban bordadas con +gran primor, fueron entregadas solemnemente á la <i>Milicia Nacional</i> de +Sevilla, la cual las recibió con gran estima y aprecio; y cuando +llegaron los días difíciles y tristes de 1823, en que las tropas de +Angulema invadieron á Sevilla, y los bravos milicianos siguieron á Cádiz +los últimos restos del gobierno constitucional, llevando consigo aquel +monarca traidor, infame y trapacero, el emblema de unas almas libres en +que manos cariñosas y delicadas habían trabajado ondeó en el Trocadero á +la vista de los soldados de la <i>Santa Alianza</i>.</p> + +<p>Muchos de aquellos jóvenes apuestos de la milicia, no volvieron jamás á +Sevilla, y perecieron víctimas del<a name="page_293" id="page_293"></a> furor reaccionario, derramando su +sangre generosa en defensa de la libertad.</p> + +<p>Y por esto tal vez, expresando el dolor de aquella marcha que para +algunos no tendría la alegría del regreso, una voz amante, una voz de +mujer dulce y amorosa cantó con suspiros y lágrimas:</p> + +<p class="poem"> +<span style="margin-left: 3em;">«El día que se fueron</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">los milicianos,</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">aquel día mis ojos</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">no se secaron.</span><br /> +<span style="margin-left: 3em;">¡No se secaron</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">el día que se fueron</span><br /> +<span style="margin-left: 2em;">los milicianos!»</span><br /> +</p> + +<p><a name="page_294" id="page_294"></a></p> + +<h3><a name="LAS_DELICIAS" id="LAS_DELICIAS"></a>LAS DELICIAS</h3> + +<p>Son los jardines llamados de las Delicias gala y ornato de Sevilla, por +su situación, sus condiciones y las bellezas que ofrecen. La fama de que +gozan no es, á la verdad, injustificada, y con razón han sido más de una +vez elogiados por plumas extrañas, en que no podía caber la parcialidad +á que inclinaría el cariño de los naturales de esta tierra.</p> + +<p>El lugar donde se construyeron las Delicias fué en un tiempo árido +campo, inmediato al cual estaba aquella casa de placer donde un día +sesteó Felipe II, llamada de la <i>Bella Flor</i>, y que dió nombre al otro +paseo de la orilla del río, que bien merece capítulo aparte.</p> + +<p>Ya en el siglo XVIII, y en tiempos del Asistente Dávalos, se formó una +glorieta adornada con árboles, fuente, pirámides y asientos que fué la +admiración de nuestros antepasados, mas aquel sitio puede decirse que no +llegó á embellecerse por completo y á convertirse en uno de los más +hermosos de las afueras de Sevilla, hasta los años en que ejerció el +cargo de Asistente el célebre D. José Manuel de Arjona, á quien se +debieron no pocas mejoras materiales de la población.<a name="page_295" id="page_295"></a></p> + +<p>Escogió Arjona con buen acierto aquel lugar para edificar tales +jardines, comenzándose las obras en 1826, y dándose por terminadas en +1829, con gran satisfacción de los sevillanos.</p> + +<p>El árido campo se convirtió en ameno lugar de recreo, y en él surgieron +los copudos árboles, las calles enarenadas, las caprichosas sendas, los +cuadros de flores, el estanque de limpias aguas, las rústicas casitas, +los cenadores cubiertos de ramaje, las fuentes marmóreas, las estatuas, +los jarrones, y todo aquel hermoso jardín á quien el pueblo dió el +nombre de <i>Delicias</i>.</p> + +<p>Para contribuir más al embellecimiento de tal sitio, trajeron plantas +hasta entonces no conocidas en Sevilla, las cuales se procuró cuidar con +gran esmero, no siendo extraño que en poco tiempo la mayor parte de +ellas sirviese para recreación de los paseantes.</p> + +<p>Por último se dotó de abundante agua para el riego de los nuevos +jardines, instalándose una máquina de vapor próxima á la orilla del +Guadalquivir y para la cual se llevó á cabo una construcción hecha al +efecto de sencilla y sólida arquitectura, obra de don Melchor Cano. En +las paredes púsose una lápida que conmemoraba aquellas obras y que decía +así:</p> + +<p>«<i>Siendo rey don Fernando VII, pío, feliz, restaurador, don José Manuel +de Arjona, Asistente de la ciudad, renovó los paseos antiguos: hizo +otros nuevos; formó un plantel para la reposición de los árboles, +construyó cañerías, puso y exornó con un templete gótico esta máquina de +vapor para regar la alameda y los sembrados inmediatos.—Año de 1829.</i>»</p> + +<p>Tuvo Arjona particular predilección por aquellos jardines, que venciendo +no pocos obstáculos, no habían levantado á su iniciativa, y cuando dejó +el puesto de Asistente<a name="page_296" id="page_296"></a> para marchar á la corte, dejó iniciados +diferentes proyectos para mejorarlos y aumentar su embellecimiento.</p> + +<p>A partir de 1835, en las Delicias se llevaron á cabo algunas reformas, +que no nos he de detenerme en enumerar prolijamente, pero las cuales, ni +entonces ni después han transformado en lo esencial la forma y traza que +desde su principio tuvieron los jardines...</p> + +<p>Estos se ampliaron en un gran trozo que se exornó convenientemente, +construyéndose más tarde una gruta artificial, y poco antes de la citada +fecha trasladáronse allí no pocos bustos y estatuas de mármol, que +estaban repartidas en algunos paseos del interior de la ciudad, como el +del Museo, en cuyo centro se alzaba la fuente que corona la estatua del +robusto niño, de belleza un tanto grotesca, á quien el vulgo conoce por +el <i>niño del caracol</i>.</p> + +<p>Entre los citados bustos y estatuas, muchos de los cuales pertenecieron +al antiguo palacio de Umbrete, propiedad de la Mitra hispalense, existen +algunos de dioses de la mitología y de personajes romanos que no carecen +de mérito artístico, y que señalaría con algún detenimiento de buen +grado. También se colocó en el centro del estanque la estatua del +guerrero que fundió el célebre Bartolomé Morell el siglo XVI y que +coronó la fuente en la plaza de San Francisco.</p> + +<p>Durante más de medio siglo, las Delicias constituyeron el orgullo de los +sevillanos, que fuera de los paseos del interior de la ciudad, no tenían +jardines tan amenos y lugar tan agradable para solazarse como aquel; mas +la moda se inclinó al inmediato paseo de la orilla del río, y entonces +la concurrencia acudió allí á ver y ser vista dejando poco á poco la +obligación que antes se había impuesto<a name="page_297" id="page_297"></a> de transitar por las enarenadas +calles y bajo los llorones, naranjos y limoneros de las Delicias.</p> + +<p>¡Y qué grato es el pasearse por ellas en los hermosos días de la +estación de las flores bajo un cielo purísimo, respirando la atmósfera +embalsamada, mientras la brisa suave mece con dulce murmullo las hojas +de los árboles!...</p> + +<p>Mas apesar de todas estas bellezas, las Delicias serían susceptibles hoy +de algunas importantes mejoras, que llevadas á cabo conforme á modernos +planes, aumentarían ciertamente los atractivos de aquellos lugares y los +harían ser más favorecidos por el público. Quizás entonces la multitud +que por las tardes acude á la orilla del río no pasaría indiferente ante +las puertas del vergel levantado por el Asistente Arjona y que en otros +días fué punto de reunión necesaria de la buena sociedad, expansión de +femeniles bellezas y centro de la elegancia y de la moda de la capital +de Andalucía.</p> + +<p>Sin embargo de todo, las Delicias tienen hoy un rival terrible, con el +que en vano intentan competir, y que le ha disputado, sin duda con gran +ventaja, la predilección de los sevillanos. Este rival es el Parque de +María Luisa, el hermoso parque que la ciudad posee desde hace pocos años +y que tan concurrido se ve así en los serenos días del invierno, como en +las mañanas de primavera y en las tardes de verano...<a name="page_298" id="page_298"></a></p> + +<h3><a name="MONSIEUR_THIERS_EN_SEVILLA" id="MONSIEUR_THIERS_EN_SEVILLA"></a>MONSIEUR THIERS EN SEVILLA</h3> + +<p>Después de uno de los períodos más activos de su vida y cuando por todos +los públicos cultos de Europa circulaba el anuncio de la famosa obra <i>El +consulado y el imperio</i>, Luís Adolfo Thiers emprendió un viaje por +diferentes naciones, siendo una las que visitó España, viniendo hasta el +mediodía, y deteniéndose en Sevilla cerca de una semana.</p> + +<p>De la estancia de Mr. Thiers en la capital se conocían muy pocas +noticias hasta que un sobrino de don Juan Nicasio Gallego tuvo la +oportunidad de dar á luz unas cartas que poseía, cartas curiosas y que +fueron escritas á su ilustre tío por el deán de Sevilla don Manuel López +Cepero, á raíz del viaje del célebre historiador francés.</p> + +<p>Con estas cartas y con algunas referencias insertas en la Prensa de +entonces, se puede conocer al pormenor cómo empleó el tiempo en esta +ciudad Thiers, y cuan disgustadas dejó por cierto, de su estancia á no +pocas personas, á quienes puso en situación bien poco airosa, y con +quienes se condujo de manera harto original y con extraña +despreocupación.</p> + +<p>El sábado 20 de Septiembre de 1845, Thiers llegó á<a name="page_299" id="page_299"></a> Sevilla en la +Diligencia, hospedándose en la posada de Europa, establecida en la calle +de Gallegos, y como quiera que ya de la visita tenían anuncio las +autoridades y algunas personas de significación, acudieron éstas á +saludarle á su alojamiento, pero se retiraron de él mohinas y +contrariadas, cuando los de la posada les hicieron presente que el +viajero se había retirado á su habitación, dando orden terminante de que +á nadie en absoluto recibiría.</p> + +<p>Aquella noche misma, algunos de los franceses residentes en Sevilla, +creyendo obsequiar á su compatriota, fueron á darle una serenata, pero +parece que el ilustre diplomático no estaba tampoco para músicas y no +dejó muy contentos á los filarmónicos.</p> + +<p>Famoso y tradicional es que los extranjeros que por primera vez nos +visitan, ya por costumbre, ya porque no pueden resistir la seducción, ó +porque tienen efectivamente gusto en ello, buscan en Andalucía más que +otra cosa con curiosidad las costumbres y tipos populares, de los que +tienen la mayoría las más absurdas creencias; y en este punto puede +decirse que el grave político francés perdió toda su gravedad y se +propuso en Sevilla echar una cana al aire, como suele decirse, y correr +su <i>juerguecita</i>, creyendo que aquellas calaveradas no habían +ciertamente de tener resonancia ni pasar á conocimiento de las +generaciones siguientes.</p> + +<p>Así Thiers, el día después de su llegada, 21 de Septiembre, empleó sus +horas de este modo, que cuenta López Cepero, á su amigo el autor de <i>El +dos de Mayo</i>:</p> + +<p>...«Estaba dispuesta una novillada y concurrió á ella dicho personaje, +rodeado de gente juglar y baladí, muy poco conforme á la categoría que +se le supone, y con esta chusma pasó toda la noche en un corral de la +calle Jimios,<a name="page_300" id="page_300"></a> entre gitanos y mujerzuelas, lo más asqueroso que se usa +en las fiestas de candil á que sólo aun entre la canalla suele verse +algún día de campo, estando desterrado en todo lugar y tiempo de la +gente de mediana educación y decencia.»</p> + +<p>El tal corral de la calle Jimios era famoso en Sevilla, y más famoso por +vivir en él un hombre llamado el <i>maestro</i> Félix, viejo zumbón, +dicharachero y gitanesco, entre bailarín y <i>cantaor</i>, que tenía gran +popularidad entre el majío y que era pájaro de cuenta por muchos +motivos.</p> + +<p>Este conspicuo sujeto fué el encargado de entenderse nada menos que con +el famoso Thiers, el cual debió pasar muy buenos ratos en su compañía y +en el de las hembras y mozos de tronío que para festejar al francés se +reunieron en la calle Jimios, al olor de un buen pago.</p> + +<p>Allí se organizó el baile y hubo vino en abundancia, durando la <i>juerga</i> +dos ó tres días, en los cuales hubo derroche de bebida y comida é hizo +el francés las mayores locuras, un tanto alegrete por el mosto, llegando +á esto que, con no poco gracejo, relata el deán sevillano:</p> + +<p>Llevó á cabo en el baile «cosas muy ajenas, no ya de persona de tan alto +rango, sino de todo hombre de regular educación.... Las mozuelas que +danzaban derribaban con su pie el sombrero que Mr. Thiers tenía en la +cabeza, y por necesidad formaban con sus piernas un ángulo recto, cuyo +vértice se acercaba á la cara del observador, el cual, con risas y +palmadas, aplaudía la desenvoltura, reclamando la repetición.»</p> + +<p>En tanto que el francés andaba entregado á aquellas diversiones, la +gente de letras de Sevilla lo buscaba por todas partes, extrañando mucho +y no pudiendo explicarse cómo no había parecido ni por el <i>Liceo +filarmónico</i>, ni por<a name="page_301" id="page_301"></a> la Academia, ni por el Museo de pinturas, ni por +los teatros, ni por las bibliotecas, ni había mostrado interés alguno en +conocer los monumentos y las joyas de arte que en ellos se guardan.</p> + +<p>Y se dió el caso, que aunque lo esperaban, no fué á visitar la Catedral, +dejando plantado á López Cepero el día 24; sólo á la mañana siguiente +entró y salió sin ser conocido, y cuando ninguna de las preciosidades +que en el templo se guardan pudo admirar.</p> + +<p>En resumen, Thiers abandonó Sevilla el viernes 26 de Septiembre, +teniendo apenas tiempo para comer con el capitán general que lo invitó +varias veces á su mesa, y dejando con la conducta que siguió en la +ciudad harto enojados á los sevillanos cultos, como tan claramente se +desprende de las citadas cartas.</p> + +<p>Esta fué la visita del grave historiador francés á la capital de +Andalucía, y los <i>estudios</i> que para su famosa obra del <i>Consulado y el +imperio</i> hizo en ella.<a name="page_302" id="page_302"></a></p> + +<h3><a name="LA_INAUGURACION_DEL_TEATRO_DE_SAN_FERNANDO" id="LA_INAUGURACION_DEL_TEATRO_DE_SAN_FERNANDO"></a>LA INAUGURACIÓN DEL TEATRO DE SAN FERNANDO</h3> + +<p>La inauguración del teatro de San Fernando fué un verdadero +acontecimiento, y al recuerdo de aquella gran temporada de 1847-48, bien +merece que dedique algunas líneas antes de terminar este libro.</p> + +<p>Fué el local que hoy ocupa el coliseo, como es sabido, hospital del +Espíritu Santo. Este hospital existía desde muy remota fecha y en 1587 +se reunieron en él otros menores, agregándole las rentas de treinta y +ocho de los que entonces se suprimieron, con lo que creció mucho su +importancia, comenzando por aquel tiempo á labrar el espacioso edificio +que ocupaba en la calle Colcheros.</p> + +<p>Estaba destinado el hospital para la curación de llagas y de enfermos de +tisis, y en 1837, al reunirse todos los hospitales en el de la Sangre, +se trasladó allí por orden de la Junta de Beneficencia, dueña entonces +del local, que conservó la iglesia y destinó á oficinas y almacenes el +resto del edificio.</p> + +<p>En 1838 celebró allí sus veladas el <i>Liceo Sevillano</i> y en 1844 he +encontrado las primeras noticias sobre la idea de levantar en el sitio +un teatro, en estas líneas que se<a name="page_303" id="page_303"></a> leen en el libro de actas del +Ayuntamiento, correspondiente á la sesión de 11 de Noviembre:</p> + +<p>«Se dió cuenta de un oficio del Sr. Jefe Superior Político, trasladando +la Real Orden de 2 del actual por la que S. M. concedía su real permiso +á la <i>Junta de Beneficencia para construir un teatro en fincas de su +propiedad</i>, para acudir al sostén de los objetos de dicho ramo, bajo el +concepto de que haya de proceder subasta solemne. El Sr. Alcalde leyó +con este motivo una comunicación que le había dirigido el Sr. Conde de +Vistahermosa, contestando á otra en que S. S. le recomendaba el pronto +éxito de este asunto y una carta particular que le acompañaba.»</p> + +<p>En Mayo de 1845, vendido ya el edificio por la Junta, el jefe político, +Hezeta, ofició al Ayuntamiento invitándolo á que se suscribiese por +algunas acciones á la empresa que se formaba en Sevilla para levantar un +teatro en la calle de Colcheros, opinando la comisión de Hacienda según +informe de 28 del citado mes, que la ciudad se debía suscribir por seis +acciones, en vista de lo cual se acordó en cabildo secreto, conservar +ciertos derechos sobre el teatro que se edificase. Con esto no se +conformó la Sociedad, quien en 14 de Junio hizo una solicitud al +Municipio pidiendo se revocase el acuerdo de los derechos sobre el +coliseo, cosa que se llevó á cabo.</p> + +<p>Pasando por alto las diversas alternativas que sufrió la obra del nuevo +teatro y los artífices que en ella tomaron parte y otros detalles de +relativa curiosidad, apuntaré que, terminado el edificio, su exorno y el +numeroso decorado, se señaló para el día 21 de Diciembre del citado año +de 1847 la inauguración del teatro con una compañía de ópera, en que +figuraban artistas de los que más fama gozaban entonces en el mundo del +arte.<a name="page_304" id="page_304"></a></p> + +<p>En la lista de aquella compañía aparecen los siguientes cantantes:</p> + +<p><i>Prima donna absoluta</i>, Carlota Vittadini; <i>prima donna</i>, Luisa Cocco; +<i>comprimaria</i>, Cuterina Persoli; <i>contralto</i>, Luisa Perzoli; <i>primer +tenor absoluto</i>, Giovani Soliere; <i>tenor</i>, Benedecto Galliani; +<i>comprimario</i>, Antonio Cordero; <i>primer bajo barítono</i>, Giusepe Manensi; +<i>primer bajo</i>, Carlos Porto; <i>segundo bajo</i>, Antonio Casanova; <i>maestro +director</i>, Vicente Schira; <i>maestro de coros</i>, Mateo Torres.</p> + +<p>En la citada lista se hace tambien constar que el número de coristas +llegaría á treinta y cinco, que la orquesta la formarían cuarenta y +cinco profesores y que el director sería don Silverio López Uria, +maestro de música muy conocido en Sevilla entonces y compositor á veces +de medianas piezas y zarzuelas, de las que ya nadie se acuerda.</p> + +<p>Antes de la inauguración del teatro se repartió profusamente por la +ciudad un prospecto, en donde la empresa hacía presente al público lo +necesario que era cultivar el buen teatro en esta ciudad y el deseo que +se sentía de tener uno de la importancia del de San Fernando. En aquel +impreso se leían estas líneas:</p> + +<p>«Hace tiempo que esta capital necesitaba un teatro digno de ella. +Sevilla, que es la primera de Andalucía y la segunda de España, +reclamaba imperiosamente un edificio de esta clase que por su belleza, +proporciones y magnificencia pudiese contener con decoro y comodidad al +público que asiste á estas representaciones. Con efecto, si los teatros +han sido siempre una muestra de la cultura y civilización de los +pueblos, forzoso es que hasta en la parte material correspondan á la +categoría de cada ciudad, y que el mérito de las representaciones esté +en armonía con su ilustración....» Y más adelante se decía que los<a name="page_305" id="page_305"></a> +empresarios, «notando el afán que había en Sevilla por volver á gozar de +las representaciones <i>líricas</i>, enviaron al extranjero, aunque fuera de +temporada, á una persona entendida para que á cualquier precio les +ajustara una compañía de excelentes artistas... Nada se atreven á decir +de su mérito, por más que gocen de alta reputación en Italia, porque +también ha de juzgarlos el público, y en estas materias es infalible. +Sólo advierte que la rebaja en los precios de las entradas y +localidades, no es ahora tan notable como desean, aunque mayor que hasta +aquí, por los muchos gastos que han hecho para formar su Compañía en +tiempo extraordinario; mas pueden asegurar al público que en la +temporada ordinaria que comienza en la Pascua de Resurrección, serán los +precios más cómodos...»</p> + +<p>En el mismo edificio y cercano á la puerta principal, se estableció un +café llamado de Los Lombardos, en la calle del mismo nombre, café y +billares que se abrieron al público el 19 de Diciembre.</p> + +<p>La noche de la inauguración del coliseo fué, como ya he dicho, el 21, y +á ella concurrieron las autoridades, las personas más significadas, +todos los buenos aficionados á la música y las más hermosas mujeres, que +lucían aquella noche sus más preciadas galas.</p> + +<p>La ópera escogida fué <i>Los Lombardos</i>, que cantaron la Vittadini, la +Cocco, Salieri, Galliani y Manensi.</p> + +<p>De lo que resultó aquella primera función dan noticias los periódicos de +la época que entonces veían la luz en la capital, y el <i>Diario de +Sevilla</i> hacía la más completa descripción, apurando todos los adjetivos +y frases hechas, que ya se usaban entonces y de las que tanto se ha +abusado después por los revisteros de teatros.</p> + +<p>Por cierto que un periódico que á poco se publicó,<a name="page_306" id="page_306"></a> llamado <i>La Platea</i>, +apareció llevando en la portada una vista de la sala del coliseo grabada +en madera, que, aunque de tosco dibujo, da idea de cómo estaba en sus +comienzos el interior del teatro, con su gran lucerna de aceite +pendiente del techo, sus anchas lunetas, su tertulia de señoras y su +telón primitivo, pintado por D. Antonio Cabral Bejarano.</p> + +<p>No deja de parecerme de alguna curiosidad el consignar los precios del +abono para aquella temporada, que constó de <i>sesenta</i> funciones, y que +eran en esta forma:</p> + +<p><i>Palcos plateas</i>, 1.260 reales.—<i>Palcos principales</i>, 1.080.—<i>Palcos +de tornavoz</i>, 900.—<i>Anfiteatro</i>, 200.—<i>Lunetas</i>, 200.—<i>Delanteros de +tertulia</i>, 90.—La entrada costaba tres reales, y las noches de +<i>estrenos de óperas ó de iluminación</i>, llegaba á una peseta.</p> + +<p><i>Los Lombardos</i> debieron gustar bastante al público, pues la ópera se +representó, después del día de la inauguración, en cuantas noches hubo +espectáculo hasta el 2 de Enero de 1848 y á la citada obra siguieron +<i>Sonámbula</i>, <i>Atila</i>, <i>Lucrecia Borgia</i>, <i>Hernani</i> y <i>Favorita</i>.</p> + +<p>De todas estas, <i>Atila</i> fué la que por entonces más agradó, poniéndose +muy en boga su partitura en Sevilla, hasta el punto que no había +tertulia más ó menos cursi, donde no fuera de rigor cantar algún trozo +de <i>Atila</i>, por la joven romántica ó el enamorado galán.</p> + +<p>Tres eran los teatros que á la sazón había abiertos en Sevilla: el +Principal, el de la Misericordia y el de la Feria, y en ellos +funcionaban en aquel tiempo tres compañías dramáticas, que entusiasmaban +con <i>El terremoto de la Martinica</i>, <i>La terrible noche de un proscrito</i>, +<i>Marta la romantina</i>, <i>El campanero de San Pablo</i>.</p> + +<p>Ninguno de los tres teatros sintió como el viejo Principal<a name="page_307" id="page_307"></a> la apertura +del de San Fernando, rival desde aquel día, y rival terrible, del +coliseo que la famosa Sciomeri había inaugurado á fines del siglo XVIII, +y por el que habían pasado tantas alternativas prósperas y adversas.</p> + +<p>Y así ocurrió, en efecto; desde que se inauguró San Fernando, el +Principal sintió los desastrosos efectos de una competencia, á la que +más tarde tuvo que sucumbir.</p> + +<p>Ni de aquella primera temporada de 1847 á 1848, ni de las que inmediatas +le siguieron, me he de ocupar aquí. Recordar sólo aquella inauguración +del teatro de San Fernando en la noche del 21 de Diciembre de 1847, ha +sido el propósito que me ha movido á tomar la pluma, cerrando con estas +líneas el presente libro, donde he reunido algunos apuntes sevillanos de +interés y curiosidad, algunas <i>Cosas nuevas y viejas</i>, cuyo conocimiento +creo habrá entretenido á mis lectores.</p> + +<p><a name="page_308" id="page_308"></a></p> + +<p><a name="page_309" id="page_309"></a></p> + +<h3><a name="INDICE" id="INDICE"></a>ÍNDICE</h3> + +<table border="0" cellpadding="2" cellspacing="0" summary=""> + +<tr><td colspan="2" align="right"><span style="text-decoration:underline;"><small>PÁGINAS</small></span></td></tr> +<tr><td>Portada</td></tr> + +<tr><td>Dedicatoria</td></tr> + +<tr><td>Al que leyere...</td></tr> + +<tr><td>Los antiguos relojes,</td><td align="right"><a href="#page_007">7</a></td></tr> + +<tr><td>Cómo las gastaba un rey,</td><td align="right"><a href="#page_010">10</a></td></tr> + +<tr><td>Los primeros inquisidores y sus hazañas,</td><td align="right"><a href="#page_012">12</a></td></tr> + +<tr><td>Tradición...,</td><td align="right"><a href="#page_016">16</a></td></tr> + +<tr><td>El Cartujano,</td><td align="right"><a href="#page_018">18</a></td></tr> + +<tr><td>Antiguas fiestas de toros,</td><td align="right"><a href="#page_022">22</a></td></tr> + +<tr><td>Las víctimas de la comunidad en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_025">25</a></td></tr> + +<tr><td>El Pendón Verde,</td><td align="right"><a href="#page_027">27</a></td></tr> + +<tr><td>Francisco Guerrero,</td><td align="right"><a href="#page_031">31</a></td></tr> + +<tr><td>Los esclavos de Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_036">36</a></td></tr> + +<tr><td>Juan de Salinas,</td><td align="right"><a href="#page_041">41</a></td></tr> + +<tr><td>El Arenal,</td><td align="right"><a href="#page_045">45</a></td></tr> + +<tr><td>Julianillo Hernández,</td><td align="right"><a href="#page_052">52</a></td></tr> + +<tr><td>Santa Teresa en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_055">55</a></td></tr> + +<tr><td>Un Ponce de León,</td><td align="right"><a href="#page_058">58</a></td></tr> + +<tr><td>Juan del Castillo,</td><td align="right"><a href="#page_061">61</a></td></tr> + +<tr><td>Un zapatero de antaño,</td><td align="right"><a href="#page_065">65</a></td></tr> + +<tr><td>La puerta de Triana,</td><td align="right"><a href="#page_067">67</a></td></tr> + +<tr><td>La Alameda de Hércules,</td><td align="right"><a href="#page_070">70</a></td></tr> + +<tr><td>La Hermandad de los Niños Perdidos,</td><td align="right"><a href="#page_077">77</a></td></tr> + +<tr><td>Don Luis Sumeño de Porras,</td><td align="right"><a href="#page_082">82</a></td></tr> + +<tr><td>Un arcediano y un canónico,</td><td align="right"><a href="#page_085">85</a></td></tr> + +<tr><td>El escocés hereje,</td><td align="right"><a href="#page_087">87</a></td></tr> + +<tr><td>La moza y el Asistente,</td><td align="right"><a href="#page_089">89</a></td></tr> + +<tr><td>El veraneo de antaño en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_093">93</a></td></tr> + +<tr><td>Luís de Vargas,</td><td align="right"><a href="#page_099">99</a></td></tr> + +<tr><td>Procesión de Vía-Crucis,</td><td align="right"><a href="#page_104">104</a></td></tr> + +<tr><td>Las presas de la Inquisición,</td><td align="right"><a href="#page_106">106</a></td></tr> + +<tr><td>Ejecuciones,</td><td align="right"><a href="#page_108">108</a></td></tr> + +<tr><td>El Salvador,</td><td align="right"><a href="#page_113">113</a></td></tr> + +<tr><td>Juan de las Roelas,</td><td align="right"><a href="#page_116">116</a></td></tr> + +<tr><td>Las dos amigas,</td><td align="right"><a href="#page_121">121</a><a name="page_310" id="page_310"></a></td></tr> + +<tr><td>Los valentones,</td><td align="right"><a href="#page_122">122</a></td></tr> + +<tr><td>El Asistente y las fruteras,</td><td align="right"><a href="#page_125">125</a></td></tr> + +<tr><td>Herrera el Viejo,</td><td align="right"><a href="#page_127">127</a></td></tr> + +<tr><td>Lope de Vega en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_132">132</a></td></tr> + +<tr><td>Confiteros y confiterías,</td><td align="right"><a href="#page_135">135</a></td></tr> + +<tr><td>Los moriscos,</td><td align="right"><a href="#page_139">139</a></td></tr> + +<tr><td>Caballeros de antaño,</td><td align="right"><a href="#page_142">142</a></td></tr> + +<tr><td>El tutor y la pupila,</td><td align="right"><a href="#page_145">145</a></td></tr> + +<tr><td>El incendio de «El Coliseo»,</td><td align="right"><a href="#page_147">147</a></td></tr> + +<tr><td>La madre Catalina y maestro Villalpando,</td><td align="right"><a href="#page_150">150</a></td></tr> + +<tr><td>Crueldad de un Asistente,</td><td align="right"><a href="#page_156">156</a></td></tr> + +<tr><td>El sastre catalán,</td><td align="right"><a href="#page_158">158</a></td></tr> + +<tr><td>El hermano Juan de Jesús,</td><td align="right"><a href="#page_160">160</a></td></tr> + +<tr><td>La mulata y la hechicera,</td><td align="right"><a href="#page_163">163</a></td></tr> + +<tr><td>Barrabás,</td><td align="right"><a href="#page_166">166</a></td></tr> + +<tr><td>Desafíos y riñas entre nobles,</td><td align="right"><a href="#page_168">168</a></td></tr> + +<tr><td>El prior de las Cuevas,</td><td align="right"><a href="#page_171">171</a></td></tr> + +<tr><td>La monja alférez,</td><td align="right"><a href="#page_174">174</a></td></tr> + +<tr><td>La última hazaña de un valentón,</td><td align="right"><a href="#page_177">177</a></td></tr> + +<tr><td>La hermosa posadera,</td><td align="right"><a href="#page_179">179</a></td></tr> + +<tr><td>Espejo de escribanos,</td><td align="right"><a href="#page_182">182</a></td></tr> + +<tr><td>El portugués Perea,</td><td align="right"><a href="#page_186">186</a></td></tr> + +<tr><td>El marqués de Buenavista,</td><td align="right"><a href="#page_188">188</a></td></tr> + +<tr><td>Un inquisidor humillado,</td><td align="right"><a href="#page_190">190</a></td></tr> + +<tr><td>Las tapadas,</td><td align="right"><a href="#page_192">192</a></td></tr> + +<tr><td>El maestro Vilches,</td><td align="right"><a href="#page_196">196</a></td></tr> + +<tr><td>Una fuga de presos,</td><td align="right"><a href="#page_198">198</a></td></tr> + +<tr><td>Las rondas de noche,</td><td align="right"><a href="#page_200">200</a></td></tr> + +<tr><td>El contador de la Contratación,</td><td align="right"><a href="#page_203">203</a></td></tr> + +<tr><td>Don Bernardino y su mastín,</td><td align="right"><a href="#page_205">205</a></td></tr> + +<tr><td>El cabildo eclesiástico y las fiestas de toros,</td><td align="right"><a href="#page_207">207</a></td></tr> + +<tr><td>El hijo de Murillo,</td><td align="right"><a href="#page_211">211</a></td></tr> + +<tr><td>La embajada japonesa,</td><td align="right"><a href="#page_214">214</a></td></tr> + +<tr><td>Cofrades y toros,</td><td align="right"><a href="#page_217">217</a></td></tr> + +<tr><td>El obispillo,</td><td align="right"><a href="#page_220">220</a></td></tr> + +<tr><td>Duque Cornejo,</td><td align="right"><a href="#page_222">222</a></td></tr> + +<tr><td>Los monederos falsos,</td><td align="right"><a href="#page_225">225</a></td></tr> + +<tr><td>El loco Amaro,</td><td align="right"><a href="#page_228">228</a></td></tr> + +<tr><td>Fray Pedro de San José,</td><td align="right"><a href="#page_232">232</a></td></tr> + +<tr><td>Las danzas del Corpus,</td><td align="right"><a href="#page_234">234</a></td></tr> + +<tr><td>Las procesiones del rosario,</td><td align="right"><a href="#page_238">238</a></td></tr> + +<tr><td>La beata Briguela,</td><td align="right"><a href="#page_243">243</a></td></tr> + +<tr><td>El verdugo azotado,</td><td align="right"><a href="#page_246">246</a></td></tr> + +<tr><td>Los hermanos del Pecado Mortal,</td><td align="right"><a href="#page_248">248</a></td></tr> + +<tr><td>Un partidario del archiduque de Austria,</td><td align="right"><a href="#page_251">251</a></td></tr> + +<tr><td>Profanación,</td><td align="right"><a href="#page_253">253</a></td></tr> + +<tr><td>Trajes y adornos,</td><td align="right"><a href="#page_256">256</a></td></tr> + +<tr><td>Toribio de Velasco,</td><td align="right"><a href="#page_260">260</a></td></tr> + +<tr><td>La fiesta de los sastres, </td><td align="right"><a href="#page_265">265</a></td></tr> + +<tr><td>Con luz.... y á oscuras,</td><td align="right"><a href="#page_268">268</a></td></tr> + +<tr><td>Un hospital de perros,</td><td align="right"><a href="#page_274">274</a></td></tr> + +<tr><td>La Rosa Pérez,</td><td align="right"><a href="#page_276">276</a></td></tr> + +<tr><td>Cómo empleó un día el rey José,</td><td align="right"><a href="#page_279">279</a></td></tr> + +<tr><td>Beneficencia invasora,</td><td align="right"><a href="#page_283">283</a></td></tr> + +<tr><td>Las lecturas públicas en el café del Turco,</td><td align="right"><a href="#page_286">286</a></td></tr> + +<tr><td>Las damas sevillanas y la bandera liberal,</td><td align="right"><a href="#page_290">290</a></td></tr> + +<tr><td>Las Delicias,</td><td align="right"><a href="#page_294">294</a></td></tr> + +<tr><td>Mr. Thiers en Sevilla,</td><td align="right"><a href="#page_298">298</a></td></tr> + +<tr><td>La inauguración del teatro de San Fernando,</td><td align="right"><a href="#page_302">302</a></td></tr> +</table> + +<hr class="full" /> + + + + + + + +<pre> + + + + + +End of the Project Gutenberg EBook of Cosas nuevas y viejas, by +Manuel Chaves + +*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK COSAS NUEVAS Y VIEJAS *** + +***** This file should be named 35905-h.htm or 35905-h.zip ***** +This and all associated files of various formats will be found in: + http://www.gutenberg.org/3/5/9/0/35905/ + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at http://www.pgdp.net (This file was +produced from images generously made available by The +Internet Archive) + + +Updated editions will replace the previous one--the old editions +will be renamed. + +Creating the works from public domain print editions means that no +one owns a United States copyright in these works, so the Foundation +(and you!) can copy and distribute it in the United States without +permission and without paying copyright royalties. Special rules, +set forth in the General Terms of Use part of this license, apply to +copying and distributing Project Gutenberg-tm electronic works to +protect the PROJECT GUTENBERG-tm concept and trademark. Project +Gutenberg is a registered trademark, and may not be used if you +charge for the eBooks, unless you receive specific permission. If you +do not charge anything for copies of this eBook, complying with the +rules is very easy. You may use this eBook for nearly any purpose +such as creation of derivative works, reports, performances and +research. They may be modified and printed and given away--you may do +practically ANYTHING with public domain eBooks. Redistribution is +subject to the trademark license, especially commercial +redistribution. + + + +*** START: FULL LICENSE *** + +THE FULL PROJECT GUTENBERG LICENSE +PLEASE READ THIS BEFORE YOU DISTRIBUTE OR USE THIS WORK + +To protect the Project Gutenberg-tm mission of promoting the free +distribution of electronic works, by using or distributing this work +(or any other work associated in any way with the phrase "Project +Gutenberg"), you agree to comply with all the terms of the Full Project +Gutenberg-tm License (available with this file or online at +http://gutenberg.org/license). + + +Section 1. General Terms of Use and Redistributing Project Gutenberg-tm +electronic works + +1.A. By reading or using any part of this Project Gutenberg-tm +electronic work, you indicate that you have read, understand, agree to +and accept all the terms of this license and intellectual property +(trademark/copyright) agreement. If you do not agree to abide by all +the terms of this agreement, you must cease using and return or destroy +all copies of Project Gutenberg-tm electronic works in your possession. +If you paid a fee for obtaining a copy of or access to a Project +Gutenberg-tm electronic work and you do not agree to be bound by the +terms of this agreement, you may obtain a refund from the person or +entity to whom you paid the fee as set forth in paragraph 1.E.8. + +1.B. "Project Gutenberg" is a registered trademark. It may only be +used on or associated in any way with an electronic work by people who +agree to be bound by the terms of this agreement. There are a few +things that you can do with most Project Gutenberg-tm electronic works +even without complying with the full terms of this agreement. See +paragraph 1.C below. There are a lot of things you can do with Project +Gutenberg-tm electronic works if you follow the terms of this agreement +and help preserve free future access to Project Gutenberg-tm electronic +works. See paragraph 1.E below. + +1.C. The Project Gutenberg Literary Archive Foundation ("the Foundation" +or PGLAF), owns a compilation copyright in the collection of Project +Gutenberg-tm electronic works. Nearly all the individual works in the +collection are in the public domain in the United States. If an +individual work is in the public domain in the United States and you are +located in the United States, we do not claim a right to prevent you from +copying, distributing, performing, displaying or creating derivative +works based on the work as long as all references to Project Gutenberg +are removed. 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INDEMNITY - You agree to indemnify and hold the Foundation, the +trademark owner, any agent or employee of the Foundation, anyone +providing copies of Project Gutenberg-tm electronic works in accordance +with this agreement, and any volunteers associated with the production, +promotion and distribution of Project Gutenberg-tm electronic works, +harmless from all liability, costs and expenses, including legal fees, +that arise directly or indirectly from any of the following which you do +or cause to occur: (a) distribution of this or any Project Gutenberg-tm +work, (b) alteration, modification, or additions or deletions to any +Project Gutenberg-tm work, and (c) any Defect you cause. + + +Section 2. Information about the Mission of Project Gutenberg-tm + +Project Gutenberg-tm is synonymous with the free distribution of +electronic works in formats readable by the widest variety of computers +including obsolete, old, middle-aged and new computers. It exists +because of the efforts of hundreds of volunteers and donations from +people in all walks of life. + +Volunteers and financial support to provide volunteers with the +assistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's +goals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will +remain freely available for generations to come. In 2001, the Project +Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure +and permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations. +To learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation +and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4 +and the Foundation web page at http://www.pglaf.org. + + +Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive +Foundation + +The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit +501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the +state of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal +Revenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification +number is 64-6221541. Its 501(c)(3) letter is posted at +http://pglaf.org/fundraising. Contributions to the Project Gutenberg +Literary Archive Foundation are tax deductible to the full extent +permitted by U.S. federal laws and your state's laws. + +The Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S. +Fairbanks, AK, 99712., but its volunteers and employees are scattered +throughout numerous locations. Its business office is located at +809 North 1500 West, Salt Lake City, UT 84116, (801) 596-1887, email +business@pglaf.org. Email contact links and up to date contact +information can be found at the Foundation's web site and official +page at http://pglaf.org + +For additional contact information: + Dr. Gregory B. Newby + Chief Executive and Director + gbnewby@pglaf.org + + +Section 4. Information about Donations to the Project Gutenberg +Literary Archive Foundation + +Project Gutenberg-tm depends upon and cannot survive without wide +spread public support and donations to carry out its mission of +increasing the number of public domain and licensed works that can be +freely distributed in machine readable form accessible by the widest +array of equipment including outdated equipment. Many small donations +($1 to $5,000) are particularly important to maintaining tax exempt +status with the IRS. + +The Foundation is committed to complying with the laws regulating +charities and charitable donations in all 50 states of the United +States. 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Donations are accepted in a number of other +ways including checks, online payments and credit card donations. +To donate, please visit: http://pglaf.org/donate + + +Section 5. General Information About Project Gutenberg-tm electronic +works. + +Professor Michael S. Hart is the originator of the Project Gutenberg-tm +concept of a library of electronic works that could be freely shared +with anyone. For thirty years, he produced and distributed Project +Gutenberg-tm eBooks with only a loose network of volunteer support. + + +Project Gutenberg-tm eBooks are often created from several printed +editions, all of which are confirmed as Public Domain in the U.S. +unless a copyright notice is included. Thus, we do not necessarily +keep eBooks in compliance with any particular paper edition. + + +Most people start at our Web site which has the main PG search facility: + + http://www.gutenberg.org + +This Web site includes information about Project Gutenberg-tm, +including how to make donations to the Project Gutenberg Literary +Archive Foundation, how to help produce our new eBooks, and how to +subscribe to our email newsletter to hear about new eBooks. + + +</pre> + +</body> +</html> diff --git a/35905-h/images/cover.jpg b/35905-h/images/cover.jpg Binary files differnew file mode 100644 index 0000000..527a759 --- /dev/null +++ b/35905-h/images/cover.jpg diff --git a/35905-h/images/ill_001.png b/35905-h/images/ill_001.png Binary files differnew file mode 100644 index 0000000..d453df7 --- /dev/null +++ b/35905-h/images/ill_001.png diff --git a/35905-h/images/ill_007.jpg b/35905-h/images/ill_007.jpg Binary files differnew file mode 100644 index 0000000..f0d45de --- /dev/null +++ b/35905-h/images/ill_007.jpg diff --git a/35905-h/images/ill_signature.png b/35905-h/images/ill_signature.png Binary files differnew file mode 100644 index 0000000..c3c4891 --- /dev/null +++ b/35905-h/images/ill_signature.png diff --git a/35905-h/images/ill_title_2.png b/35905-h/images/ill_title_2.png Binary files differnew file mode 100644 index 0000000..7af73e1 --- /dev/null +++ b/35905-h/images/ill_title_2.png diff --git a/LICENSE.txt b/LICENSE.txt new file mode 100644 index 0000000..6312041 --- /dev/null +++ b/LICENSE.txt @@ -0,0 +1,11 @@ +This eBook, including all associated images, markup, improvements, +metadata, and any other content or labor, has been confirmed to be +in the PUBLIC DOMAIN IN THE UNITED STATES. + +Procedures for determining public domain status are described in +the "Copyright How-To" at https://www.gutenberg.org. + +No investigation has been made concerning possible copyrights in +jurisdictions other than the United States. 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