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| author | Roger Frank <rfrank@pglaf.org> | 2025-10-14 20:04:40 -0700 |
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diff --git a/.gitattributes b/.gitattributes new file mode 100644 index 0000000..6833f05 --- /dev/null +++ b/.gitattributes @@ -0,0 +1,3 @@ +* text=auto +*.txt text +*.md text diff --git a/35882-0.txt b/35882-0.txt new file mode 100644 index 0000000..3341b1c --- /dev/null +++ b/35882-0.txt @@ -0,0 +1,8776 @@ +The Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera + +This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with +almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or +re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included +with this eBook or online at www.gutenberg.org + + +Title: A vuela pluma + colección de artículos literarios y políticos + +Author: Juan Valera + +Release Date: April 16, 2011 [EBook #35882] + +Language: Spanish + +Character set encoding: UTF-8 + +*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA *** + + + + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net) + + + + + + + + + +A VUELA PLUMA + +OBRAS DEL MISMO AUTOR + + + Pepita Jiménez; un vol. en 8.º, Ptas. 3. + Doña Luz; un vol. en 8.º, 3. + El comendador Mendoza; un vol. en 8.º, 3. + Algo de todo; un vol. en 12.º, 2,50. + Las ilusiones del doctor Faustino; dos vols. en 12.º, 5. + Pasarse de listo; un vol. en 12.º, 2,50. + La buena fama; un vol. en 16.º con grabados, 2,50. + El hechicero. El bermejino prehistórico. Las salamandras azules; + un vol. en 16.º con grabados, 2,50. + Dafnis y Cloe (traducción del griego); un vol. en 12.º, 3. + Estudios críticos; tres vols. en 12.º, 9. + Disertaciones y juicios literarios; dos vols. en 12.º, 6. + Cuentos y diálogos; un vol. en 12.º, 2,50. + Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia; + tres volúmenes en 12.º, 9. + Tentativas dramáticas; un vol. en 12.º, 2,50. + Canciones, romances y poemas; un vol. en 12.º, 5. + Cuentos, diálogos y fantasías; un vol. en 12.º, 5. + Nuevos estudios críticos; un vol. en 12.º, 5. + Cartas americanas (primera serie); un vol. en 12.º, 1. + Nuevas cartas americanas (segunda serie); un vol. en 8.º, 3. + Pequeñeces... Currita Albornoz al P. Luis Coloma; un folleto en 8.º, 1. + Las mujeres y las Academias, cuestión social inocente; + un folleto en 8.º, 1. + Ventura de la Vega, biografía y estudio crítico; + un vol. en 8.º con el retrato del biografiado, 1. + Juanita la larga; un vol. en 8.º, 3,50. + Genio y figura...; un vol. en 8.º, 3. + + + + +JUAN VALERA + +A VUELA PLUMA + +COLECCIÓN DE + +ARTÍCULOS LITERARIOS Y POLÍTICOS + +MADRID +LIBRERÍA DE FERNANDO FÉ +_Carrera, de San Jerónimo, 2_ + +1897 + +Es propiedad del autor.--Derechos reservados. + + + + +PRÓLOGO + + +Impreso ya este libro y reunidos en él no pocos artículos, se me ofrecen +dificultades que conviene allanar antes de que el libro salga á luz +pública. Ponerle título es la menor de todas y ya la considero allanada. +_A vuela pluma_ es título tan significativo como propio. Ora excitado yo +á dar mi parecer sobre flamantes producciones literarias, ora movido é +inspirado por los tristes acontecimientos políticos de nuestros días, he +escrito y esparcido, por revistas y periódicos diarios, lo que aquí va +reunido. No porque soy escéptico, sino porque soy modesto, aunque me +contradiga atribuyéndome tan buena cualidad, nada pretendí enseñar al +escribirlos en cada uno de los siguientes artículos, ni nada pretendo +ahora enseñar al reunirlos en un volumen. Y no porque yo crea que no +haya verdades que enseñar, sino porque carezco de fe bastante en mi +propio saber y en mi autoridad y competencia para empuñar la férula y +revestirme de la toga y demás insignias del magisterio. No es, pues, +para enseñanza de mis lectores, para lo que publico este libro. + +Si he de confesar la verdad tampoco han acudido mis amigos, admiradores +y parciales, aconsejándome y casi impulsándome con la violencia de sus +ruegos para que le publique, según ocurre con frecuencia á otros autores +más que yo dichosos. Este libro, inútil para la enseñanza, para la cual +candorosamente le desautorizo, se publica sin que nadie me lo pida ni se +empeñe en ello, por mi espontánea y libérrima voluntad y por mi +iniciativa. ¿Qué fin me llevo al publicarle? Alguna explicación acerca +de esto me considero obligado á dar á los lectores. + +Todo autor, por frío y desamorado que sea, consagra á cuanto escribe, +aunque lo estime en poco, un amor semejante al que tienen los padres á +sus hijos, á quienes aman aunque sean feos y no bonitos, enfermizos y no +robustos, tontos y no discretos. Y dado en mí, como se da, este amor, +harto se comprende mi deseo de que no queden mis hijos espirituales +anegados en un inmenso piélago de papeles donde se perderían sin duda y +nadie volvería á acordarse de ellos. La unión da fuerza, y yo los reuno +para ver si de esta suerte se sostienen y sobrenadan y llegan sin +hundirse y sin ser arrebatados por la corriente del río del olvido al +pequeño y seguro puerto del poco numeroso público, cuyas simpatías he +logrado captarme. + +Si este público nada aprende leyéndome, bien puede ser que se entretenga +apaciblemente con mi lectura y que divierta el espíritu de penosos y +graves cuidados. Bien puede ser también que el favorable aspecto bajo el +cual veo yo dichos y hechos, y que mi confianza en los destinos de la +patria y en el mejor término y desenlace para los conflictos y apuros en +que se encuentra hoy, agraden y consuelen á quien me lea, con lo cual me +daré yo por bien pagado y justificaré razonablemente el haber reunido +estas obrillas que los críticos severos y los que no me quieran bien +calificarán por lo menos de insignificantes. + +Tienen con todo una muy importante significación, que no mengua sino +crece, aunque se suponga trivial y vulgarísimo cuanto se dice en ellas. +Yo soy, sin duda, quien lo dice; pero, por lo mismo que lo dicho es +vulgar, quien lo piensa y lo siente es una no pequeña parte del público, +de la cual vengo así á convertirme en órgano, representante y heraldo. + +Al presente, está muy en moda, en literatura, el reunir documentos +humanos. Valga, pues, este libro, si no vale para nada más, como reunión +de tales documentos. Yo expreso lo que en él se expresa; pero conmigo lo +piensan y lo sienten muchos miles de semejantes y de compatriotas míos. +Por donde mi libro deja de ser insignificante, se transforma en docente +ó en documental y merece ser publicado y hasta leído. Creo, por último, +que, si al escribirle he desechado toda preocupación interesada y le he +escrito con buena fe, candorosa y sencilla, alguien me leerá con gusto, +si no con provecho, y esto me basta. + +[Illustration] + + + + +DISONANCIAS Y ARMONÍAS +DE LA MORAL Y DE LA ESTÉTICA + +I + + +_Al Sr. D. Salvador Riada._ + +Mi querido amigo: Mucho siento tener que decir á usted que Monte-Cristo, +que oye turbio y que, además, suele distraerse, hubo de engañarse, y tal +vez engañó á usted, sin la menor malicia, cuando le aseguró que me había +parecido muy bien el _Himno á la carne_. Ni bien ni mal podía parecerme +una obra que yo aún no conocía. Acaso al hablarme Monte-Cristo, yo, que +también me distraigo, dije algo, como acostumbro, en alabanza del +talento poético de usted, que tan claro me parece, y él lo aplicó al +_Himno_ de que me hablaba, y que yo no podía alabar por serme entonces +desconocido. + +Ahora, que ya le conozco, creo de mi deber dar á usted con toda +sinceridad y franqueza la opinión que me pide. + +Muchísimo hay que decir, y he de decirlo, aunque incurra en la nota de +pesado. + +No obstante la pesadez y el desaliño con que irá escrita mi carta, yo +consiento en que usted haga de ella lo que guste: ó guardarla para sí, ó +rasgarla, ó dejar que el público la lea. + +Desde luego el título de _Himno_ me desagrada. Un himno es un himno, y +catorce sonetos son catorce sonetos. Además, el ir dirigidos _á la +carne_ presupone cierta trascendencia teológica ó filosófica que los +sonetos apenas tienen. + +Los enemigos del alma son tres: mundo, demonio y carne. Y fuerza es +confesar que todos los hombres, salvo raras y dichosas excepciones, +estamos empecatadillos y entonamos himnos en loor de uno de estos tres +enemigos, cuando no de los tres á un tiempo; pero debe notarse que, ó +bien no caemos, por extraviados ó ilusos, en que hacemos semejante +elogio, ó bien aparentamos no caer, envolviendo nuestro consciente +propósito en delicada hipocresía. El elogiar con premeditación á tales +enemigos implica un descaro que repugna á las creencias religiosas de la +gran mayoría de los españoles, los cuales son, ó se supone que son +católicos. + +Ya se entiende que, partidario yo del arte por el arte, he de prescindir +y prescindo de toda religión positiva y de toda moral que en ella se +funde, para juzgar una composición poética. De lo que es difícil +prescindir es de la moral universal que coincide con la belleza +artística, y de algunas conveniencias sociales, que son ineludible +requisito para que esa belleza artística se produzca sin que lo estorbe +la disonancia entre la obra del poeta y las costumbres, los usos, y +hasta, si se quiere, las preocupaciones y los disimulos de la sociedad +en que el poeta vive. + +Aún voy más allá en el _quidlibet audendi_. Supongo que el poeta se +rebela contra esos usos, costumbres y creencias, porque los considera +malos ó tontos. No por eso he de escandalizarme. Antes bien, aplaudiré +al poeta como poeta, si impugna con primor y con brío lo que yo crea más +santo, aunque yo, pongo por caso, como católico, considere que él, como +impío, acabará, en castigo de sus bien rimadas blasfemias, por arder +eternamente en lo más profundo del infierno. + +Así me sucede con el _Himno á Satanás_, de Carducci. Sin dejar de creer +en todo lo que enseña la Doctrina cristiana, los hombres, en mi sentir, +pueden haber inventado ó descubierto la pólvora, la imprenta, la +brújula, el pararrayos, el telégrafo, el teléfono, la fotografía, la +mecánica celeste y la terrestre, las estrellas más remotas, los +microbios y el protoplasma: pero, si algún poeta entiende de buena fe +que Dios se oponía á que inventásemos y descubriésemos todas esas cosas, +que quizá hagan la vida menos aburrida y amarga, y que con auxilio del +diablo las hemos inventado y descubierto, mejorando y sublimando nuestra +condición, yo le aplaudo si compone un himno á diablo tan benéfico, á +quien llama él Satanás porque se le antoja, y á quien seguiré llamando +energía y luz interior que pone Dios en el alma, hecha á su imagen y +semejanza. + +En análogo sentido comprendo yo que se componga un _Himno á la carne_, +el cual me guste tanto ó más que el _Himno al demonio_ de Carducci. Si +entendemos por carne la sustancia organizada y viviente de que se vale +el Artífice supremo para revestir de forma sensible su idea, haciendo +patente la hermosura, ya por operación de naturaleza, ya por +intervención de la voluntad y del entendimiento humanos, que pulen, +acicalan y asean lo que naturaleza preparó y dispuso cual primitivo +bosquejo, declaro que el _Himno á la carne_ me parece muy bien, +prescindiendo del título, porque ni las nubes nacaradas, ni la cándida +luna, ni el sol, ni las flores, ni los verdes bosques, ni los lozanos +verjeles, ni nada de cuanto he visto y veo por esos mundos, es más +hermoso que una mujer aseada y hermosa. Y es ello tan indiscutible que, +para expresar materialmente los más altos objetos, potencias y virtudes, +les damos forma de mujer. Y así la fama, la patria, la religión, la +ciencia, la filosofía, la justicia, la fe, la caridad y la esperanza, se +representan como otras tantas guapísimas señoras. + +Pero su himno de usted (sigamos llamándole himno), no se mete en tales +honduras. Mejor sería apellidarle himno á la Pepa, á la Juana ó á la +Francisca, de cuya carne gusta usted. La generalización filosófica ó +teológica sólo está en el epígrafe. + +Y lo peor que yo noto (admirando más la inspiración y la habilidad +poéticas, que no faltan á usted aun errando el camino) es que usted +analiza y resta en vez de sintetizar y añadir, al ir ponderando sus +deleites amorosos. Pues qué, ¿no es más que la carne lo que enamora á +usted en su innominada querida? Nunca ni el más materialista de los +poetas gentiles, sustrajo tanto del amor los elementos no materiales, +que le idealizan y hermosean, y le redujo al mero concepto de la +lascivia, como si fuera amor de perros ó de gatos. Y como usted no hace +la sustracción y el despojo por vehemencia afrodisiaca, sino por +preocupación de escuela ultra-naturalista, los versos, ni siquiera +resultan fervorosos de libertinaje, sino fríos, afectados y +artificiosos, con refinamientos de sensualidad enfermiza, que apela á +espejos y á otras diabólicas travesuras. Parece lascivia de viejo, y, +por consiguiente, falsa, pues usted es mozo. + +Prescribe Horacio que no se hagan ciertas cosas delante del pueblo: + + _Nec filias coram populo Medea trucidet:_ + +y lo que Horacio prescribe para lo trágico debe aplicarse á lo erótico +también. No conviene introducir al pueblo en la alcoba ni imitar al rey +de Lidia con Giges. Contra esto peca usted, no pasando de ligero, sino +deteniéndose en pormenores con exceso de morosa delectación. No cae +usted en que ciertos actos tienen mucho de grotescos, si no van +acompañados de misterioso recato. Y esto, no porque seamos cristianos, +sino en la risueña religión gentílica, en que, según usted asegura, +Citerea prevalece. Así es de advertir que los poetas más libertinos de +la docta gentilidad nos dejaban á la puerta de la cámara nupcial, si +trataban el asunto por lo serio. Sólo cuando querían hacer reir lo +describían todo. El cisne venusino dice desvergonzadamente los estímulos +de que se valía la vieja berrionda, mientras que de Glícera sólo nos +dice que le aguarda en estancia perfumada; y él va á verla, invocando á +Venus para que le acompañe y traiga consigo al Amor. + + «Trae al muchacho ardiente, + y á las Gracias, la ropa desceñida, + y á Mercurio elocuente, + y de ninfas seguida + la Juventud sin tí no apetecida»; + +pero, en cuanto Horacio entra á ver á Glícera, con todo este cortejo, +nos da con la puerta en los hocicos, y acaba la oda, sin que nos cante +ni nos deje ver lo que pasa dentro. Ya nos lo presumimos. + +Lo antiestético del goce de amor, patentizado por el arte y descrito con +circunstancias menudas, se ve hasta en los poemas más primitivos. Sube +Juno á la cumbre del Gárgaro, adornada con el cinto de Venus, que la +hace irresistible: + + «... allí el deseo, + allí la dulce persuasión estaba, + que á los más cuerdos la prudencia roba.» + +Júpiter pierde la suya, requiebra á Juno y quiere al punto gozarla; pero +antes, él y ella se envuelven en nubes doradas y densísimas, que ningún +Dios ni el Sol omnividente traspasa, y que Homero cuida bien de no +traspasar, respetando el pudor y el decoro de la dichosa é inmortal +pareja. + +El tálamo de los dioses, el de los héroes, y aun el de cualquier hombre +que se respeta, han de estar rodeados de impenetrable misterio. La +prueba más evidente por donde Penélope reconoce á Ulises, es porque éste +le describe su tálamo, que sólo él había visto entre los varones todos. + +El espíritu de usted es recto por naturaleza y está sano: pero yo +advierto en el _Himno_ insanos extravíos y disparatadas disonancias. No +extrañe usted que lo atribuya á la vaga lección de malos libros +franceses, de los que están de moda, de cuyo pesimismo, naturalismo +falso y caprichosa impiedad, se hace usted eco. Usted, de por sí, sería +como Dios manda. + +Supone usted que la religión de Cristo condena la carne, y luego dice +usted para sí: pues voy á glorificar la carne, rebelándome contra la +religión de Cristo. Parte usted de un error, fundado en el doble sentido +de la palabra _carne_. Sin presumir de teólogo, sino como hombre de +mundo, lego y profano, aunque no olvidado del Padre Ripalda, que aprendí +en la escuela, digo que no tiene usted razón. La carne, considerada como +enemigo del alma, es la concupiscencia, es el vicio, es la lujuria, que +toda religión, no sólo la de Cristo, condena. Pero la carne, el cuerpo +humano, considerado como obra de Dios, ¿dónde está condenado? El Verbo +se hizo carne, y con cuerpo humano subió al cielo. Todos, según nuestra +fe, hemos de resucitar con carne, y los cuerpos de los bienaventurados +han de ser muy hermosos y gloriosos. Lo primero que manda Dios al hombre +y á la mujer es que crezcan, se multipliquen y llenen la tierra. ¿Cómo, +pues, ha de suponerse que Dios condena el amor sexual cuando ordena que +nos multipliquemos? El ascetismo, la vida penitente, la virginidad como +la más perfecta condición, no son tampoco exclusivos ideales cristianos. +En todas las demás religiones se da algo semejante. En la gentílica, por +ejemplo, hubo coribantes y vestales. + +Lo que exigen la religión cristiana, y toda religión moral, y hasta sin +religión y sin moral, la estética y el decoro, es el recato. En la +naturaleza de las cosas está que sea cómica, y no seriamente bella, la +exhibición ó la representación del abrazo amoroso, más ó menos apretado. +Si el cínico Crates se une en público con Hiparca, á pesar de la +licenciosa libertad de Atenas, los pilluelos de la calle le silban y +escarnecen. Sólo en Otahiti, cuando llega allí el capitán Cook, se toma +por lo serio el hacer en público tales actos como ceremonia religiosa. + +Fuera de estos casos rarísimos, lo general es que el sigilo y el secreto +presidan á los amores. Júpiter, aunque era tan desaforado y tan +propenso á ponerse el mundo por montera, satisfaciendo su regalado +gusto, elige para unirse á la ninfa Maya, haciéndola madre del dios de +la elocuencia, inventor de la lira, alma de la danza, una noche +obscurísima y un antro nemoroso y esquivo; y aun todavía, para ocultar +mejor su unión á los dioses y á los hombres, les infunde antes dulce +sueño. Jano bifronte, no menos precavido y púdico, cuando se propone dar +ser á los briosos primitivos pueblos de Italia, se une á la gigantesca +ninfa Camesena, en la desierta cumbre del Apenino, y circunda el agreste +y amplio tálamo de tenebrosas tempestades. + +En resolución, ya que sería cuento de nunca acabar el ir citando sucesos +semejantes de hombres y dioses, yo vuelvo á prescindir de religión y de +moral: no echo sermón, aunque ya estamos en Cuaresma; pero tratándose de +arte, ¿cómo prescindir de lo artístico? No es artístico el describir +prolijamente los placeres de la alcoba. + +Admirable es la belleza del cuerpo humano. En otros mundos, sujeta la +materia á otras condiciones y con otra conformación los sentidos, ¿quién +sabe cómo podrá ser la aparición sensible de la belleza? Esto es lo +relativo. Pero la esencial y sustancial belleza que se nos revela en el +Apolo de Belvedere y en la Venus de Milo, es la belleza absoluta. Todo +entendimiento, capaz de comprenderla, aunque venga del más extraño y +lejano mundo de cuantos pueblan el éter, lo reconocerá y lo proclamará +como nosotros. + +Si imaginamos vivos, y no de mármol, sino de carne, á la Venus y al +Apolo, hombres y mujeres los contemplarán con pasmo y se podrán enamorar +de ellos; pero sería grosero no ver en tanta animada hermosura sino un +instrumento de material deleite. Habría en ello algo de profanación +sacrílega, no ya en virtud de la religión del espíritu, sino del respeto +hasta religioso que la materia misma, tan bien organizada, debe +infundir. + +Ya usted notará que, en realidad, yo no voy contra usted en lo que digo. +Voy contra la escuela mal llamada naturalista, que le pervierte y +extravía. Si usted no valiese ya mucho y si no prometiese más de lo que +ya vale, no me mostraría yo severo. + +Demos por seguro que no hay bien, ventura, ni goce mayor que el de los +amores; pero ¿todo bien, todo goce es para referido ó representado +estéticamente por lo sublime? Esta es la cuestión. Este es el error del +naturalismo; error que se ve más claro aún en las desventuras que en las +venturas. Sobre la muerte de un amigo, sobre la ruina de la patria, +sobre los suplicios y trabajos de un apóstol, está bien escribir +elegías. Pero desventuras son, y no menores, que se le pudran las +narices al Dr. Pangloss, que á otro le dé tiña y se le caiga el pelo, +que á otro le sobrevenga una debilidad en las encías y escupa los +dientes y que á otro le ocurra cada tres días una indigestión molesta y +apestosa, y sin embargo, ¿son estos percances á propósito para componer +versos elegíacos? Nosotros, en la vida real, nos compadeceremos en +extremo del paciente, aunque sólo sea prójimo, y no amigo ó deudo; pero +si hablamos en verso heroico de lo que acontece, haremos reir en vez de +llorar. + +Es indudable que hay desventuras y venturas, triunfos y derrotas, +dolores y placeres grandísimos que en la vida real se lamentan ó se +celebran; pero sobre los cuales hay que pasar con rapidez en la +representación artística, si no queremos hacer reir con ellos. + +Así, Ariosto, por ejemplo, no sería por su afición á lo moral y á lo +decente, sino por estas reglas de estética, más ó menos reflexiva ó +irreflexivamente percibidas, por lo que no cuenta con circunstancias +íntimas lo que pasa entre Angélica y Medoro; pero cuando quiere dar en +lo grotesco y provocar á risa, lo cuenta todo sin aprensión. Así, en el +caso del viejo nigromántico ó mágico que adormece con sus malas artes á +la hermosísima dama y la tiene á su talante. El chiste está en que el +nigromántico, con toda su magia, si bien adormece á la dama, no atina á +despertar en él ó á resucitar algo que hacía años dormía ó estaba +muerto, y se lleva un chasco feroz, quedando en salvo la honestidad y +entereza de la dama, con apacible risa y júbilo de los lectores. Si el +Ariosto hubiera tratado el suceso trágicamente, lo hubiera errado. + +Yo no recuerdo haber leído escena tan viva como la del nigromántico, +referida con épica dignidad y que produzca efecto, sino una en _El +Bernardo_ de Valbuena; pero esto se explica, porque va todo acompañado +de un poderoso elemento fantástico que lo dignifica, lo hace simbólico y +hasta le da un valor moral. Hablo del tremendo lance de Ferragut con la +hechicera Arleta. El héroe penetra en el maravilloso palacio tan +estupendamente rico. La gallarda, joven y elegante princesa le recibe á +solas y se entrega. Una sola lámpara de extraña luz ilumina la estancia, +y sobre todos los objetos derrama encantados resplandores. Pero cuando +la luz de la lámpara oscila, la portentosa beldad de la princesa se +confunde; los perfiles, las sombras, los colores, todo se altera y se +combina por tal arte, que Ferragut se asusta y cree tener un vestiglo +entre sus brazos. Vuelve la luz á arder sin oscilación y la princesa +recobra sus admirables atractivos. La luz, al fin, se apaga, y Ferragut +se encuentra en inmunda caverna y entre los brazos de horrible y +asquerosa vieja, cuya fealdad abominable ve á la luz de la luna, y cuyos +secos brazos y cuyas manos, á modo de garras, le retienen sin dejarle +escapar. + +Dirá usted acaso que en sus sonetos hay algo parecido á la moral de la +fábula de la hechicera Arleta; que de ello dan prueba las cuatro últimas +palabras del último soneto _¡Que tétrica es la vida!_ Pero yo, en honor +de la verdad, no descubro dicho sentimiento en usted, y si le descubro, +es expresado débilmente y como ahogado en los pormenores que preceden á +las dichas cuatro palabras. + +No hay en el himno nada semejante á lo que hay en casi todos los poetas +libertinos ó epicúreos de todos los tiempos; aquel sentimiento terrible +que asalta el ánimo de ellos en medio de sus deleites; que hace exclamar +á Lucrecio: + + _...Medio de fonte leporum_ + _Surgit amari aliquid quod in ipsis floribus angat;_ + +que mueve á Catulo, entre los brazos de Lesbia, cubriéndola de besos, en +noches consagradas al amor, á pensar en aquella perpetua noche que +tenemos que dormir todos, + + _Nox est perpetua una dormienda;_ + +y que lleva á Musset á hallar en el fondo del vaso de los placeres el +hastío que le mata, á Lamartine á suspirar por el amor ideal que no +tiene nombre ni objeto en la tierra, y á Espronceda á pedir un bien, una +gloria que él imagina, y que en el mundo no existe, y á desesperarse +porque palpa la realidad, odia la vida, y sólo cree en la paz del +sepulcro. + +No hay en el himno esta contraposición entre el placer ruin é incompleto +de la tierra y la infinita aspiración del alma; pero hay algo más +tétrico; algo que se deplora en todos los _naturalistas_, ya escriban en +prosa, ya en verso: lo mismo en Zola que en Rollinat. + +La pintura minuciosa, vehemente y sobrado material de la pasión, +convierte su fisiología en patología; hace pensar, no en robustez y +energía, sino en desequilibrio de facultades, en el hospital ó en el +manicomio. + +No ya el amor de un hombre y de una mujer, ambos de carne y hueso, sino +el amor de un santo ó de una santa hacia Dios, resulta enfermedad; caso +de neurosis, hiperestesia, ninfomanía ó satiriasis más ó menos +alambicada. + +La cuestión queda discutida de sobra. No me hubiera detenido tanto si, +por una parte, no estimase mucho el ingenio de usted y no sintiese sus +extravíos, y si, por otra parte, no viese yo en estos extravíos el +resultado de malas teorías estéticas, y de una escuela de moda que es +menester combatir. + +Sólo añadiré ahora algunas explicaciones sobre la acusación implícita en +la dedicatoria autógrafa que pone usted al ejemplar del _Himno á la +carne_ que me ha destinado. No sin intención viene este ejemplar para el +traductor de _Dafnis y Cloe_. ¿Quiere usted dar á entender que quien ha +traducido aquella novela debe aplaudir el _Himno á la carne_? + +La consecuencia está mal sacada. Aun suponiendo que _Dafnis y Cloe_ +tenga cuantas faltas yo censuro, no se ha de inferir que por haber yo +cometido esas faltas no las pueda y deba reconocer como tales. Malo es +ser pecador, pero es pésimo jactarse del pecado y procurar que se tome +como primor y acierto. + +La diferencia, sin embargo, es grandísima. _Dafnis y Cloe_ viven hace +catorce ó quince siglos; son paganos, están en cierto campo ideal, +pastoril y primitivo. No choca el que se desnuden, como cuando se +desnudan un caballero y una dama de ahora, quitándose la levita, +pantalones, corsé, etc. En fin; es otra cosa. + +El naturalismo de la novela es, además, enteramente contrario al de los +sonetos de usted. Hay en el naturalismo de _Dafnis y Cloe_ una condición +sobrenatural ó fantástica que cambia su condición. El dios Amor, el dios +Pan y las Ninfas, por no interrumpida serie de milagros, conservan +inocentes á los dos partorcillos, hacen que se amen, los dotan de +hermosura más que humana, que no marchitan las inclemencias del cielo: +ni los vientos, ni el sol, ni el calor, ni el frío. + +La descripción poetizada de las alternadas estaciones del año, de la +rustiqueza selvática y de una imaginaria vida pastoril de color de rosa, +y que no se da en el mundo real, prestan á todo el cuadro, y aun á las +más vivas escenas, cierto velo ó esfumino aéreo que no las hace tan +_shocking_. Y, por último, aunque se funde el amor de Dafnis y Cloe en +la material hermosura de ambos, en su contemplación, y hasta en el deseo +de lograr su posesión por completo, todavía, á par de este deseo, hay +una amistad, un afecto entrañable, una terneza pura en ambos +pastorcillos, que evitan el que sea su amor mera lascivia, y que le +purifican y realzan. + +Recuerde usted que Dafnis aprende al cabo cuál es el verdadero fin de +amor, y, á pesar de su pasión, se domina por temor de lastimar á Cloe, y +no la hace suya hasta después de la boda. + +En suma, y para no cansar, yo no me defiendo de haber traducido el libro +de Longo, aunque en Francia le tradujo un obispo. Quiero suponer, ó +quiero afirmar y confesar que hice mal. Valgámonos de un símil. Sea como +si yo expusiera al público esculturas lascivas; pero de esto á exponerme +yo mismo como actor, me parece que dista mucho. + +Por último, se ha de notar que la novela de _Dafnis y Cloe_ no quiere +ser seriamente sublime, sino que, por cierta malicia candorosa y cierta +amañada inocencia, propende á difundir regocijo en quien lee, lo cual +podrá ser censurable por el lado de la moral, pero no es antiestético, +que es de lo que aquí tratamos. + +Si usted, en otro tono más ligero, risueño y jocoso, hubiera escrito +catorce sonetos, catorce veces más verdes aún, como yo soy viejo +pecador, y nada tengo de misionero, respecto á la moral y á la decencia +me hubiera callado; pero en punto á estética, hubiera echado á usted mi +absolución, y, si los sonetos alegraban las pajarillas, hubiera +concedido á usted indulgencia plenaria y hasta hubiera aplaudido. + + +II + +Mi querido amigo: La cariñosa carta de usted me mueve á escribirle de +nuevo, y no poco. + +Si usted no hubiese escrito ya en verso y en prosa muchas cosas buenas, +y si usted no diese esperanzas fundadísimas de escribir otras mil +infinitamente mejores que los catorce sonetos, tendría usted razón en +decir que yo le mataba. Pero si usted escribe bien, y si ha de escribir +mejor, y si ha de ser, pues no creo que me engañe la simpatía, uno de +nuestros más fecundos y amenos ingenios, ¿qué importa que yo hable mal +de los catorce sonetos compuestos por usted en algunas horas de +extravío? + +Yo, aunque sea repetirlo por tercera ó cuarta vez, no voy contra los +catorce sonetos, sino contra la mala teoría estética que, nublando el +claro entendimiento de usted, se los ha inspirado. + +Yo reparo, tal vez por demás, en el pro y en el contra de cuanto digo, y +nada afirmo con aquella decisión que se impone. De aquí que me acusen de +escéptico. Fácil me sería pasar por dogmático, si prescindiese yo de lo +que me dicta la conciencia; pero, como no prescindo, soy ó paso por +escéptico, á fuerza de ser concienzudo. + +Digo esto, porque al censurar los catorce sonetos de usted, me han +asaltado en tropel no pocas dudas y dificultades que deseo exponer aquí, +aunque no logre resolverlas y todas se queden en pie. + +Necesito, además, escribir esta segunda carta para disculparme de no +rasgar la primera; porque, después de la longánima docilidad con que se +somete usted á mi censura, tal vez acerba, y me la paga en alabanzas, +parece ruindad en mí el que mi censura se haga pública, y el que, siendo +yo, por lo común, indulgente y hasta lisonjero con los extraños é +indiferentes, me extreme por la severidad con usted, á quien cuento +entre mis mejores amigos. + +Válgame para explicación de mi conducta que la indulgencia debe recaer +sobre el _non plus ultra_ de lo que produce cada uno. No hay que podar +el quejigo, porque, á pesar de la poda, siempre dará bellotas ásperas y +no dulces almendras. De mal árbol no se espere fruto sazonado y sabroso. +Y así, siguiendo esta comparación de los frutos, y convirtiendo +imaginariamente cada soneto de usted, pongo por caso, en un melocotón, +yo entiendo que usted debe darlos mejores, y que aun los catorce, de que +tratamos aquí, serían exquisitos, si el moscardón ó avechucho del +_naturalismo_, que vaga por el aire, no hubiera clavado en ellos el +aguijón y depositado allí venenosos huevecillos que se convierten en +gusanos y podredumbre. Lo que hago, pues, es osear el avechucho para que +no inficione otros nuevos frutos. + +Dada ya á usted la satisfacción que le debo, voy á decir algo acerca de +las dudas y dificultades. + +Y es la primera duda la de si seré yo tan crudo censor de los sonetos +porque la vejez me infunde aborrecimiento al Amor: pero la duda se +disipa pronto, y creo que mi profundo respeto y mi ardiente devoción al +Amor son los que me inspiran. + +Los catorce sonetos rebajan las obras de esta deidad á mera función +fisiológica, y el brío de las descripciones no las eleva, sino que les +presta ciertos visos de patología, que, á más de hacerlas bajas, las +hace insanas. + +Es cierto que lo contrario debe de ser peligroso y seductor; pero +consuela y no deprime. Trae Byron, en el _Don Juan_, una jocosa diatriba +contra Platón, echándole la culpa de las pecaminosas relaciones de su +héroe con doña Julia. Yo mismo, aunque disto mucho de ir tan lejos como +Byron en la malicia anti-platónica, me pasmo y veo con más incredulidad +que fe los anchos límites que pone, verbi gracia, el conde Baltasar +Castiglione al platonismo puro. + +El beso en la boca, según él, es todo espiritual: es ayuntamiento de +almas, en prueba de lo cual se alegan muy sutiles razones que no me +convencen. Ni vale para ello la grave autoridad del mismo Platón, de +quien nos cuenta el Conde que, divinamente enamorado y besando á su +amiga, sintió una vez que el alma se le vino á los dientes para salirse +del cuerpo. + +Á tales accidentes confieso que debemos dar explicación menos +metafísica; mas no por eso debemos quitar del amor todo lo metafísico, +trascendente y divino. El amor nuestro se iguala entonces al de los +animales. Los refinamientos, las elegancias, los materiales primores de +que le rodeamos, le quitan naturalidad y no le añaden belleza. Y la +exageración y violencia del sentir, en vez de magnificarle y +corroborarle, le ponen enfermo y le dan un aspecto diabólico, delirante +y lúgubre. Se diría que las pasiones y operaciones de nuestro ser se +resisten á ser atribuídas y sujetas á leyes físicas sólo, y así, al +apartar del efecto toda causa ó influjo divino, se le atribuímos +infernal ó endemoniado. + +No llega usted á este punto del satanismo, y más vale así. Se queda +usted en menos de la mitad del camino, y por usted lo celebro. + +En cuanto á los catorce sonetos, serían estéticamente mejores si fuesen +satánicos. + +Yo comprendo á Baudelaire, y en cierto modo le admiro, aunque me +disgusta. En su inspiración depravada, sombría y terrible, hay algo de +verdad, aunque exagerada por la farsa tenaz que él mismo se impuso para +ser más original, para asustar al linaje humano y para contristar y +meter en un puño el corazón de cada burgués honrado y sencillote, en +cuyas manos cayesen sus _Flores del mal_. Pero usted no pretende hacer +el bu, ni pasar por originalísimo, siendo raro y extravagante. De ello +me alegro, aunque los catorce sonetos, por falta de una intención, si +perversa, decidida, se queden en el limbo, y no suban al cielo, ni bajen +al infierno. + +Dice Fóscolo que el Petrarca cubrió con un velo candidísimo al Amor, que +andaba desnudo por Grecia y en Roma, y así le volvió al regazo de Venus +Urania. Desde entonces, acaso desde antes, no se puede hablar seriamente +del Amor, trayéndole á la tierra, prohibiéndole recordar su cielo, y +arrancándole la vestidura. Cuando esto se hace, resulta el sacrilegio, +que no se motiva ni funda bien, á no seguir el poeta las huellas de +Baudelaire, y entregarse al diablo. + +Y ahora ocurre otra duda. ¿Cómo es que hay versos eróticos, harto libres +y desenvueltos, que el moralista, aunque no sea muy rígido, sin +apelación condena, que toda señora ó señorita bien criada no puede oir +sin enojarse y ruborizarse, y que, sin embargo, nos gustan mucho á los +profanos? Sírvanme de ejemplo no pocas canciones de Béranger. Yo presumo +que esto consiste en el tono. El refrán lo dice: _C'est le ton qui fait +la chanson_. La alegría, la ligereza, el aire improvisado é irreflexivo +lo disculpa todo. Se diría que estos poetas, alegres y desenfadados, +dejan tranquilo en su cielo al Amor primordial y unigénito, y, si toman +de él varias prendas, es para adornar á los Amorcillos terrestres, hijos +de las ninfas, con los cuales no disuenan las libertades y la carencia +de misterios. + +De esta suerte, y no con tono heróico y pomposo, la Estética no repugna, +aunque la Moral frunza las cejas, que el poeta, velando un poco, no +parándose en pormenores, y dejando entender mucho por medio de rodeos y +dobles sentidos, nos cuente ó nos cante algunas travesuras. Harto sé que +la eutropelia del P. Boneta no permite tanto; pero yo confieso que lo +permite la mía. Entiéndase, con todo, que para que estéticamente +gustemos de versos así los mismos profanos, es menester que un dejo del +verdadero amor, de ternura y de otros bellos sentimientos, difunda en el +cuadro que el poeta nos trace algunos resplandores de la luz del cielo. +Catulo amaba á Lesbia con el alma, _plus quam se atque suos amavit +omnes_, y lo recuerda y lo confiesa hasta cuando ya Lesbia le es infiel; +y lo mismo acontece á Béranger con Liseta, hasta cuando le dice, al +verla con tantas galas, que ya no es Liseta y que no debe llevar aquel +nombre. Á pesar de la regocijada liviandad de ambos poetas, no es la +carne sólo lo que los enamora. + +Infiero yo de cuanto va dicho la necesidad, moral y estética, de que en +toda poesía de amores intervengan cielo y tierra y concurran lo +espiritual y corpóreo; esto último velado por el pudor, sobre todo +cuando se quiere que sean grave el tono y elevado el estilo. + +Se cita mucho la definición que del orador da Quintiliano. Dice que ha +de ser _vir bonus dicendi peritus_; pero se ignora ó no se recuerda que +los griegos exigieron antes para el poeta, como requisito +indispensable, la misma calidad de ser varón excelente. Acaso +Quintiliano no hizo más que ampliar la exigencia de los griegos y +comprender en ella á los oradores. Como quiera que sea, es lo cierto que +la poesía, aun para los que seguimos la doctrina del arte por el arte, +no es, en el más lato sentido, independiente de la moral. No se pone á +su servicio ni la toma como fin, porque su fin está en ella: pero la +poesía, siguiendo desembarazada y libre por su camino, si es de buena +ley y de alto vuelo, al llegar á su término, tiene que parar en la moral +más perfecta y pura que se concibe en la época en que el poeta vive, á +no ser que éste, lleno de aliento profético, suba más alto y columbre y +revele más bellos ideales. Esto significa la excelencia moral que los +griegos requerían en el poeta, aunque careciese de aquella voluntad +perpetua y constante que constituye la virtud práctica en todos los +actos de la vida, ó aunque no fuese ni héroe ni santo. + +Infiero yo de lo expuesto que el amor entre hombre y mujer, cuando no es +sólo material, no va contra la moral, sino que ésta le sanciona. La +poesía ha hecho de él su principal asunto, así en cantos líricos como en +narraciones, desde las edades más remotas hasta nuestros días. + +Es más: la poesía erótica es tan bella, entendida y realizada así, que, +lejos de condenarla, la religión, por severa y espiritual que sea, ha +solido valerse de sus frases vehementes y de sus acentos apasionados, +para expresar los éxtasis y arrobos místicos, y los más sublimes +misterios, aspiraciones y raptos del alma hacia lo infinito y lo eterno. +Testimonio de esto da, en la antigua India, aquella égloga bellísima en +que Yayadeva pinta los amores de la gentil pastora Radha y del Dios +Crishna, que toma la figura del pastor Govinda para enamorarla: y no +menos brillante testimonio da entre nosotros _El Cantar de los +cantares_, donde los terrenales amores de Salomón y de la Sulamita +vienen á sublimarse y á convertirse en los de Cristo con la Iglesia, y +en los del alma con su Hacedor. + +Tenemos, pues, la poesía erótica, siempre que se guarde en ella el +debido decoro y no se la prive del elemento espiritual, no sólo +tolerada, no sólo permitida, sino hasta canonizada. No ya con +significación mística como San Juan de la Cruz, sino dirigiéndose á +mujeres, que fueron ó que se supone que fueron de carne, varones +piadosos, como Fr. Luis de León y Fr. Diego González, han compuesto +versos amorosos. + +Lo mejor es seguir tan buenos ejemplos. Sólo se oponen á que los sigamos +la última moda de París, el afán de singularizarnos y el temor de ser +como cualquiera otro, tomando la senda trillada y empleándonos en +asuntos que se imaginan agotados ya, y sobre los cuales nada puede +decirse si no repetimos lo que otros dijeron. + +Crea usted que este temor es vano. No busque usted la originalidad, y +ella vendrá á buscarle. Sea usted natural y espontáneo, y pondrá usted +en cuanto escriba el sello de su persona, y será sana y limpiamente +original, sin darse á todos los diablos y sin caer en las demencias +fúnebres que en Francia se usan. + +Inagotable fábrica y rico emporio de ideas es París. Necesario y bueno +es tomar de allí lo que conviene; pero haya tino y juiciosa elección en +lo que se tome. + +Cierta poesía no es ya erótica, sino crapulosa y nauseabunda. Entre las +causas que concurren á dar ser á esta poesía, además de las ya +mencionadas, entra una vanidad pueril de que el poeta no se da cuenta á +veces. Figurémonos al poeta en París. Su prurito será acaso que, en el +fondo de la provincia de donde ha venido, le tengan por un picaruelo, +sibarita alambicado, que logra venturas superfinas, ni soñadas en su +lugar. Además, todo francés hace sin querer _la reclame_. En París se +confeccionan los mejores guisos y se hacen los más graciosos vestidos y +sombreros para mujeres; es menester, por consiguiente, que también se +crea y se divulgue que en París se entiende mejor el amor y se le +condimenta con aliños más picantes y especierías más ricas y exóticas. +Con este señuelo, tal vez, no pocos individuos acaudalados de naciones, +que en Francia se tienen entre el vulgo por semi-bárbaras, vendrán á +París, ya que no á estudiar en la Sorbona, á aprender pornografía en los +colegios de la nueva Babilonia. + +No acuso yo á ningún autor francés de que lleve tal intención; pero la +lectura de sus libros produce el mismo efecto que si la llevara. Nos +fingimos por acá, y por muchas otras tierras, un París encantado, donde, +si va uno con dinero, se pasea en los jardines de Armida, desembarca en +la isla de los amores de Camoens, y penetra en el propio paraíso de +Mahoma. + +Si el mal se detuviese en esto, yo me callaría; pero el mal no se +detiene. Los poetas crapulosos, como Baudelaire y Rollinat, se hartan y +se hastían de sus goces; sienten aspiraciones infinitas, hundidos ya en +el fango, y después de haber renegado de Dios; y aquí te quiero +escopeta. Cada uno de ellos parece un energúmeno. Sus versos son +pesadillas de un ascetismo bastardo y sin esperanza. Obsesos por el +demonio del remordimiento y por otros demonios más feos y tiznados, +rompen en maldiciones y blasfemias inauditas. Ya nos aseguran que no hay +crimen que no sean capaces de perpetrar, ya se encomiendan devotamente á +Lucifer, ya aseguran que quieren imitar á Cristo, si bien suponiendo que +lo que Cristo prescribe y recomienda con el ejemplo es que nos matemos. +La muerte es la única redención posible. Además, ellos entienden que +deben matarse en castigo de sus culpas. + + _¡Va, que la mort soit ton refuge!_ + _à l'exemple du Rédempteur,_ + _ose à la fois être le juge,_ + _la victime et l'éxécuteur._ + +La situación es tremenda, y empezando por versos de amor materialista +puro, como los catorce sonetos, se viene á caer en ella, más tarde ó +más temprano, á no desviarse pronto del mal camino. + +Las visiones de Baudelaire y de Rollinat espeluznan y descomponen el +estómago; dan horror y asco: es menester ser valientes y robustos para +resistirlas sin vomitar ó sin caer desmayado. Los suplicios más feroces +que ve Dante en su _Infierno_, las abominaciones y espantos de los más +ascéticos libros cristianos, como _Gritos del infierno_, _Estragos de la +lujuria_, y otros así, son niñerias y amenidades, si se comparan con lo +que Baudelaire refiere cuando él mismo se ve ahorcado, podrido y +hediondo, entre una nube de murciélagos y de grajos que le sacan los +ojos á mordiscos y picotazos y se le comen por do más pecado habia, y +con lo que cuenta Rollinat de aquel gato celoso, que yo sospecho que era +un demonio familiar, el cual araña y destroza á su amiga en sitios tan +sensibles y ocultos. + +Si tamañas desventuras se tomasen por lo serio, sería cosa de deshacerse +en un mar de lágrimas, de morirse de pena y de terror entre convulsiones +horribles, y de aborrecer toda vida, y más que ninguna la +sardanapalesca, á que se entregaron estos vates ilustres, y cuyos +funestos resultados estamos tocando. + +Por dicha, yo me consuelo y tranquilizo con sospechar que, tanto en el +_sardanapaleo_ como en el lloriqueo, tanto en las culpas como en los +castigos, hay abundancia de filfa y camelo. Ni se divierte uno tanto +como dice, ni suele exclamar de corazón _¡qué tétrica es la vida!_ +después de haberse divertido. En ambos extremos hay ponderación +jactanciosa: _pose y blague_. Lo peor es el pesimismo. Si se adopta para +hacer efecto y darse charol, no tiene perdón de Dios. ¿Por qué en odas, +en elegías, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotes +de filosofía, hemos de angustiar á los mortales y quedarnos tan frescos? + +Todos, aunque seamos optimistas, tenemos ratos, y días y semanas de mal +humor, de tristeza y de abatimiento. Así estaba yo, poco ha, cuando +escribía á un amigo diplomático extranjero, á quien quiero mucho, una +melancólica carta. Él me contestó, consolándome con discretísimos +razonamientos, algunos de los cuales vienen tan á pelo aquí, que voy á +citarlos en el propio idioma en que están escritos, abusando quizá de la +confianza y rompiendo el sigilo de la correspondencia. + +«¿A quoi vous sert votre optimisme? (me dice). Notre maître le Docteur +Pangloss restait ferme dans la doctrine après des accidents bien +autrement facheux et malgré le cadeau dont l'avait gratifié Paquette et +dont vous connaissez la généalogie. ¿L'optimisme ne servirait-il à rien? +On serait tenté de le croire en voyant que les pessimistes sont en +general de fort bons vivants, qui s'arrangent une existence très +agréable et qui sont très peu pressés de sortir de cette création +manquée. Leur chagrin est tout en rimes ou en livres de philosophie, qui +n'ont pas d'influence sur leur conduite journalière. Schopenhauer +n'avait pas l'air de s'ennuyer, si j'en crois ceux qui l'ont connu. +Boudha lui même est mort d'indigestion, ce qui peut faire douter de son +ascétisme et de son mépris des choses créées. ¿Si nous faisions comme +eux et si nous prenions le monde comm'il est, réunissant ainsi les +avantages des deux systèmes?» + +Estas palabras de mi docto amigo me sugieren una idea luminosa y +salutífera. Seamos optimistas y pesimistas alternativamente. Las cosas, +aunque no crea uno en el determinismo feroz que nos arrastra al vicio y +hasta al crimen, y aunque no vea uno siempre desolación y dolor en torno +suyo, no están por eso todo lo bien que sería de desear. Confesémoslo, +pero no nos aflijamos demasiado ni menos aflijamos á los demás hombres +con nuestros quejidos y aullos. Conviene, pues, para esto, que nuestro +pesimismo, en vez de ser trágico, sea chistoso y cómico; como el +pesimismo de Voltaire, que en el _Cándido_ hace que nos desternillemos +de risa, ó, mejor aún, como el de Cervantes, más gracioso todavía en el +_Quijote_, y lleno de dulzura y de cristiana resignación, sin chispa de +hiél ni de impiedad ni de odio. + +Y si, en el día de hoy, sin salir de España, quiere usted hallar un +modelo acabado de este pesimismo para reir, búsquele en los escritos, en +prosa y verso, de Miguel de los Santos Álvarez, y singularmente en +algunas octavas del poema _María_. El pesimismo se expresa en ellas con +tanto chiste y gracejo, que regocija, en vez de desesperar, y hasta se +le antoja á quien lee ó recita aquellas blasfemias, no ya que él debe +perdonarlas _propter elegantiam sermonis_, sino que hasta la Soberana +Potestad, á quien se dirigen, en vez de castigarlas, las celebra y las +ríe, como ríe y celebra la madre cariñosa y benigna al niño pequeñuelo y +mimado, si la insulta por que no le da, para que no le hagan daño, las +chucherías y golosinas que le pide. + +En resolución, y para terminar, en las poesías amorosas mezcle usted +algo del cielo con la tierra, á fin de no hallar _tétrica la vida_ +cuando está en lo más florido de sus años, y en lo demás procure usted +no caer en el pesimismo, y si cae en él, témplele y endúlcele con la +risa resignada y con la burla sin acíbar de Cervantes y del antiguo +amigo de Espronceda. De esta suerte, ya que no los censores graves; los +que no lo son ni tienen autoridad para serlo, en lo amoroso perdonarán á +usted las verduras, y en lo pesimista las injurias contra la +Providencia, cuyos designios y planes, que ignoramos y debemos acatar, +tal vez brillan justificados después de tales ataques. + +Y con esto termino, augurando á usted rica cosecha de laureles si sigue +mi consejo, y reiterándole que soy su afectísimo amigo. + +[Illustration] + + + + +COLECCIÓN +DE +MANUSCRITOS Y OTRAS ANTIGÜEDADES DE EGIPTO +PERTENECIENTES AL ARCHIDUQUE RANIERO + + +No pocos escritores han dado ya noticia de esta rica y curiosa +colección, pero nunca hasta ahora se había expuesto toda ella al +público. + +A fin de que cualquiera logre enterarse algo de los objetos que la +componen, de su mérito y de su rareza, acaba de publicarse, en esta +ciudad de Viena, un precioso catálogo ilustrado. + +Como los objetos son muchos miles, no es posible que todos estén +estudiados y descritos en el catálogo. Este, no obstante, es un tomo en +cuarto mayor, de 292 páginas, letra muy metida, con veinte láminas y +noventa imágenes y facsímiles intercalados en el texto, y contiene la +descripción de más de mil cuatrocientos objetos. + +Lejos de ser todos de la misma época, es tan varia su antigüedad, que el +origen de algunos se remonta catorce siglos antes de Cristo, mientras +que los más modernos son del siglo XIV de la Era cristiana. Todo ello es +visible y claro documento de la civilización, no interrumpida por +espacio de 2700 años, en el país que riega y fecunda el Nilo. + +Como dicha civilización ha adoptado, en el transcurso de los siglos, +diversas creencias religiosas, distintos usos, leyes y costumbres y +diferentes idiomas en que manifestarse, los objetos, aunque hallados +casi todos en el mismo lugar, varían en extremo. Sólo por la lengua ó +escritura de los manuscritos pueden éstos clasificarse en hieráticos, +demóticos, cópticos, griegos, latinos, arábigos y péhlvicos, ó sea en la +lengua oficial de los persas en tiempo de los Sasanidas. + +Los últimos vienen á demostrar con evidencia que á principios del siglo +VII de nuestra Era, el Egipto fué conquistado por Cosroes II, y que la +dominación persa en aquel país se extendió hasta la Nubia. + +Por la materia en que los documentos de la colección están escritos, +también hay notable diversidad. Lo que más abunda es el papiro, desde +los tiempos de Ransés II, el Sesostris de las historias clásicas. Siguen +los escritos en papiro, después de la conquista de Alejandro Magno, en +el periodo helénico de los Ptolomeos, durante la dominación romana y en +la época bizantina. + +Cuando los árabes se apoderaron del Egipto, la civilización no se +eclipsó ni retrocedió, y el cultivo de la planta de que se saca el +papiro y la fabricación del papiro tomaron mayor incremento, +proporcionando al Egipto prosperidad y riqueza. Las más importantes +fábricas estaban en Wasima y en Bura, cerca de Damieta, desde donde se +enviaba esta mercancía á los más distantes y opuestos mercados: á Roma, +á Constantinopla, á Bagdad, y á Córdoba. + +En la colección del archiduque Raniero hay papiros escritos en lengua +arábiga, desde la conquista muslímica, en el siglo VII, hasta bien +entrado el siglo X; los hay del tiempo de los primeros sucesores del +Profeta, y de las dinastías de los Omiadas, Abasidas y Tulunidas. + +En el siglo X, ó tal vez antes, se había ya extendido por el Asia +occidental y había penetrado hasta el Egipto mismo un poderoso rival del +papiro que había pronto de vencerle y dar con él por tierra. Era este +rival el papel de trapo. A lo que parece, el papel se conocía y usaba en +China desde la edad más remota. Los árabes le importaron en Occidente. +La época de este gran acontecimiento ha venido á fijarse, poco ha, con +maravillosa exactitud. Se marca el día, el mes y el año en que fué. Fué +el 7 de Julio del año 751 de la Era cristiana. Los anales arábigos y los +chinos están contextes en esto. Kao-Hsien-fa, general de Corea, fué +vencido por los árabes, que llevaban por auxiliares á los turcomanos, +cerca de una ciudad llamada Kangli, en la orilla del río Tharâz. Los +vencedores traspasaron las fronteras mismas del Celeste Imperio +persiguiendo á los chinos, y les hicieron muchos prisioneros. Entre +ellos había, por feliz casualidad, algunos que tenían por oficio hacer +papel. Fueron éstos llevados á Samarkanda, donde pronto empezaron á +ejercer su industria. Los productos de ella se difundieron, desde +Samarkanda, por el Occidente de Asia, por Africa y por Europa. Si tardó +casi dos siglos en vulgarizarse el papel y en vencer al papiro, fué +porque los primeros fabricantes sólo de algodón sabían hacerle, y les +faltaba, ó bien abundaba poco, la primera materia. Al cabo vino á +inventarse el hacer el papel de trapos viejos, y pronto entonces se +trasplantó esta industria á otros puntos. La segunda fábrica, de que +hace mención la historia, se estableció en Bagdad el año de 795, +reinando el califa Harun-al-Raschid. No tardó mucho, probablemente, en +haber también fábricas de papel en Damasco, y desde allí el papel empezó +á conocerse en Europa, tomando el nombre de _Charta Damascena_. + +En Egipto, los árabes emplearon ya el papel desde el siglo IX, y en la +colección del archiduque Raniero se ven escritos en esta materia, +empezando desde dicha época y continuando durante las dinastías de los +Ichschidas, Fatimidas, Aijubidas y Mamelukos. + +Y lo más singular, y acaso una de las cosas que dan más precio á esta +colección, es que, no sólo hay manuscritos en papel, sino que +evidentemente hay también papeles, grabados ó impresos, que datan del +siglo X. Los árabes no se limitaron á traer el papel desde la China, si +no que, por lo visto, trajeron también el arte de la imprenta antes de +que Gutenberg le inventase. Ya se entiende que esto excita la curiosidad +y el asombro, pero en manera alguna disminuye la gloria de Gutenberg, +como no quita á Colón la gloria de haber descubierto la América el +descubrimiento muy anterior y harto infecundo de los islandeses. + +Como quiera que sea, en la colección del Archiduque hay no pocos papeles +impresos, completamente como los imprimían los chinos, y que son de +mediados del siglo X. + +El papel manuscrito es en la colección, según es natural, más antiguo +que el impreso. + +El primero, por orden cronológico, entre los estudiados ya, es una +carta, en cuya dirección escrita en el respaldo se lee la fecha +correspondiente al año 873 de nuestra Era. Hay después un fragmento de +contrato del año 909. La colección, además de papiros y papeles, +contiene escritos en madera, en barro, en telas, en tablas de cera, en +metal y en varias clases de pergaminos de vaca, de carnero, de becerro y +de antílope, que eran los más estimados. + +El conocimiento del arte de escribir y de todos los recados y sustancias +con y en que se escribe se puede adquirir visitando esta colección, que +viene á ser una serie de monumentos de su historia. Y no es el menos +notable un cesto, de paja y cáñamo entrelazados, donde hay tres paletas +de madera muy dura, en que se frotaba la pastilla ó barra de tinta +sólida, humedeciéndola, para que, desleída, sirviese. En cada paleta +hay huecos en que se envainaban las cañas ó plumas, de las que se +conservan tres. Cesto, _cálamos_ y paletas, que aún tienen tinta +endurecida, son de mil doscientos años antes de Cristo, si hemos de dar +fe á los inteligentes y al testimonio de un papiro con escritura +hierática, que estaba unido á dichos objetos. + +Como se ve, todos ellos forman un tesoro de imponderable valor para el +anticuario, y están ahora expuestos al público en cinco salones del +Museo austriaco de artes é industria. + +Lo más importante lo descubrió y trajo á Viena el señor Teodoro Graf, de +quien, en 1884, lo adquirió el Archiduque. + +El tesoro procede de diversos puntos, por ejemplo, de Al-Uschmunein, la +antigua Hermópolis; pero el fondo principal se ha encontrado cerca de +Medina-al-Fayun, no lejos del lago Moeris, entre las ruinas de la ciudad +de Schet, llamada por los griegos Crocodilópolis ó Ciudad del Cocodrilo, +porque allí era adorado el dios Sobk, cuya cabeza era como la de dicho +animal. Schet se llamó más tarde Arsinoe, en honor de la segunda reina +de este nombre, hija de Ptolomeo I. + +El libro, de que vamos extractando todas estas noticias, se titula _Guía +de la Exposición_; está impreso en la imprenta Imperial y Real de la +Corte y del Estado, y ha sido compuesto por tres principales autores. En +lo egipcio ha trabajado el Sr. J. Krall; en lo greco-latino el Sr. K. +Wessely, y en lo arábigo el Sr. J. Karabacek, de quien es también la +Introducción de la obra. + +Como yo no acierto á escribir nunca con el conveniente disimulo ó +hipocresía, que alguien llama pudor literario, y, sin poderlo remediar, +impongo al público en mis secretos como si el público estuviese formado +de amigos íntimos, no he de ocultar aquí los sentimientos y +pensamientos, acaso abominables y vitandos, que acuden á mi alma ó en +ella se despiertan, al visitar la referida Exposición ó al hojear el +libro que la describe. ¿Hubiera perdido algo el linaje humano con que +todos estos papiros y papeles se hubiesen perdido sin llegar hasta +nosotros ó con que nunca el Sr. Graf los hubiese descubierto? Sin duda +que suministran datos importantes y fehacientes, que aclaran no pocos +puntos históricos, y esto es una gran cosa; pero proporciona tanta +fatiga el estudiarlos, descifrarlos y traducirlos, que no sé si el +resultado obtenido compensará nunca la fatiga. Si yo no fuese tan +aficionado á saber, si mi afán de enterarme de todo no fuese tan vivo, +me importaría poco que se descubriese, cada día, un cúmulo de +manuscritos como el que posee y exhibe el Archiduque: pero yo quiero +saberlo todo, y como el tiempo me falta, y la vista me va faltando +también, y sé poquísimos idiomas, se apoderan de mi espíritu la +inquietud, el mal humor, algo como miedo de acometer un trabajo nuevo y +algo como envidia de aquellos para quien apenas es trabajo sino deleite +el investigar tales escritos y poner en claro lo que dicen. Entonces me +explico y casi aplaudo la supuesta ó verdadera conducta del califa Omar, +del Licenciado Barrientes, del Cardenal Cisneros, del arzobispo +Zumárraga, y de otros de quienes se cuenta que han quemado manuscritos. +La gente los denigra y los saca á la vergüenza como insensatos +fanáticos, pero yo tal vez los miro como heróicos dechados de caridad +desagradecida. Por fortuna, pronto desecho esta extraviada manera de +pensar y de sentir; y pues hay manuscritos, aspiro á saber lo que dicen +y hasta á informar un poco de su contenido á los que sean más ignorantes +ó menos estudiosos que yo, y algunos habrá. + +Hasta ahora sólo he hablado de lo material: del papiro, del papel, del +pergamino, de la tinta y de las paletas en que se desleía la tinta, allá +en tiempo de los Faraones anteriores á Moisés. Veamos ahora algo de lo +que los manuscritos contienen. + +Lo primero que se piensa es que son una mina de donde cualquiera autor +de novelas históricas pudiera tomar el legitimo _color local_, ó mejor +dicho _temporal_, para los sucesos que relatase. Acaso no quede acto de +la vida de un municipio y de las relaciones y tratos entre sus +habitantes del que no se encuentre algún testimonio en la colección del +Archiduque. Se diría que hay en esta colección cuanto se custodiaba en +las escribanías de Arsinoe y en el archivo de su Ayuntamiento: contratos +de matrimonio, partes de defunción, recibos de contribuciones, pagarés, +escrituras de compra, venta y arrendamiento, etcétera, etc. Todo es +peregrino por la lengua en que se expresa, y porque nos parece que pasa +á nuestra vista y que hemos ido retrocediendo veinte ó treinta siglos +contra la corriente de los sucesos que vuelven á mostrarse como +presentes; pero, en lo esencial, aunque un poquito más negros y más +feos, apenas hay casos que no sean idénticos á los de ahora: tributos +enormes, gente que se resiste á pagar ó no puede, poco dinero, usura, +miseria en el pueblo bajo, y en los empleos públicos filtraciones é +irregularidades. + +Ejemplo notable de esto ofrece el manuscrito núm. 272, del siglo III de +Cristo, donde hay actas del Ayuntamiento de Hermópolis Magna. La ciudad +era espléndida; tenía por patrono á Mercurio Trimegisto, inventor de las +letras y de las ciencias; y los templos de dicho Dios, de Apolo, de la +Fortuna, de Serapis y de las Ninfas, eran de gran belleza. Sus colosales +ruinas pasman aún al viajero. + +Aquel municipio era autónomo, y los encargados por elección de +gobernarle se titulaban el Ilustrísimo Concejo. Los negocios de que +habia que tratar se los repartían los concejales, y como los negocios +eran muchos y varios, es también muy variado el contenido de las actas. +Así, refieren éstas que dos regidores, Dioscórides y Sarapamón, se +apoderaron de las llaves del pósito, y sustrajeron de allí y vendieron +muchísimo trigo y cebada, toda la provisión de lentejas, y más de cien +_artabos_ de vino de arroz. No contentos con esto, hicieron otras +muchas defraudaciones. De aquí largos y acaloradísimos debates en las +Casas Consistoriales, para ver cómo había de reponerse la pérdida, pues, +á lo que se infiere, ni Sarapamón, ni Dioscórides tenían _talentos_, ni +_minas_, ni dracmas, ni óbolos, ni _calcos_, ni _sólidos_ (que eran las +monedas que entonces corrían), porque todo lo habían liquidado. + +Dejemos nosotros en paz á los señores Sarapamón y Dioscórides, ya que no +es posible que devuelvan de lo sustraído ni una lenteja, y procedamos +cronológicamente en este rápido recuento. + +Las conjeturas y los ensueños, no sólo deben de estar permitidos, sino +que suelen ser muy divertidos. Imagine cada cual lo que se le antoje: +ponga en la hundida Atlántida, en las regiones hiperbóreas, más allá de +las Montañas Rifeas, y hasta en la Lemuria, si le parece bien, un foco +primitivo de civilización; lo cierto, lo demostrado es que la +civilización más antigua es la de Egipto. Hace cerca de seis mil años +que el Egipto está civilizado. Monumentos hay, en aquella tierra +portentosa, á los que se atribuyen más de cinco mil años de edad, cuya +perfección y magnificencia no han sido después superadas. Cualquiera de +ellos da muestra de que ya se conocía la escritura. La más antigua, la +monumental y lapidaria, es la hieroglifica, que siguió empleándose hasta +el reinado del emperador Decio. + +De la escritura hieroglífica había nacido la hierática, que se usó para +escribir en los papiros y que no era más que la simplificación de los +setecientos signos de que la escritura hieroglífica se componía. + +En el mismo cesto, donde estaba el recado de escribir de que hemos +hablado, se halló el más bello y bien conservado escrito hierático de la +colección archiducal. Se supone, pues, que es de la misma época, ó sea +de 1200 años antes de Cristo. + +Contiene, en forma de carta dirigida por un señor Pibesa á un señor +Amenofis, una descripción poética de la ciudad de Pi-Ransés, de la que +no queda rastro y sobre cuya posición discuten los egiptólogos, aunque +convienen todos en que era la residencia favorita de Ransés II; tal vez +algo á modo de un Aranjuez ó un Escorial de entonces. Según la +descripción, había allí hermosos palacios; toda comodidad, deleite y +regalo; bien cultivadas huertas, donde se cosechaban granadas, manzanas +é higos; sembrados fértiles, estanques llenos de peces, mucha miel y +vino más dulce y más aromático todavía. + +Otro escrito hierático de la colección, adornado con viñetas y muy +extenso, es el _Litro de los muertos_ de Taruma, sacerdotisa de Ptah. +Una de las viñetas representa el juicio de los muertos, y otra la momia +de la mencionada sacerdotisa, extendida en el lecho mortuorio, que tiene +forma de esfinge, sobre todo lo cual se alza volando el alma, bajo la +apariencia de un pájaro. Este _Libro de los muertos_ es, como otros que +del mismo género se conservan, una serie de oraciones ó salmos, con que +se proveía á los difuntos para que luchasen contra los tenebrosos +poderes del Amente ó Infierno, los venciesen, y pudiesen volver á las +regiones de la luz. + +Los escritos demóticos son pocos en la colección, al menos los +descifrados hasta ahora. Aunque se llaman _demóticos_, ó sea populares, +son, á lo que parece, harto difíciles de leer, á causa de las +abreviaturas y enlaces y de lo cursivo de las letras. En tiempo de los +Ptolomeos fué el mayor florecimiento de este género de literatura, cuyo +más brillante fruto es la _Historia de Xamris y Neferchoptah_. En la +colección del Archiduque hay, en escritura demótica, conjuros para +evocar á Osiris, á Chu, dios del Oriente, y á Amón, dios del Mediodía. + +La magia y la teurgia eran ciencias muy cultivadas en Egipto, y con cuyo +auxilio se atraía á la luna desde el cielo, se aprendía el lenguaje de +los pájaros, se transformaban las varas en serpientes y se hacían otra +multitud de milagros. Las fórmulas, por cuya virtud se hacían, estaban +custodiadas en los colegios sacerdotales y en los Palacios de los +Faraones. Los profanos ó no iniciados no podían valerse de estas +fórmulas, ni poseerlas escritas, sin exponerse á muy severos castigos. +Hasta el mismo Faraón, si tenía el antojo de hacer algún milagro +valiéndose de las tales fórmulas, se exponía á que el cielo le castigase +enviando á su reino las más espantosas plagas. Así, pues, los conjuros +demóticos que en la colección se ven, deben de ser una divulgación +sacrilega, plebeya é incompleta, de la alta y noble ciencia de los +sacerdotes y príncipes. + +Posee también la colección extraordinaria cantidad de escritos cópticos +(pasan de 4.000), en papiros, pergaminos y otras materias. A pesar de la +influencia cristiana, tan poderosa en esta literatura, que consta +principalmente de traducciones de textos griegos de la Biblia y de los +Santos Padres, la afición á la magia persiste aún, y hay no pocos +conjuros y fórmulas que servían de amuletos. Entre ellos se ven +combinaciones de palabras, que forman lo que, para diversión y +adivinanza, ha estado últimamente en moda con el nombre de _cuadrado de +letras_. Así, por ejemplo: + + s a t o r + a r e p o + t e n e t + o p e r a + r o t a s + +y este otro, hecho con palabras y letras griegas: + + α λ φ α + λ ε ω ν + φ ω ν η + α ν η ρ + +En la lengua cóptica se contaban muchos dialectos y habían entrado +palabras extrañas, ya del griego, ya del latín, ya del árabe. Se +empleaba el alfabeto griego, con la adición de algunos signos para +expresar sonidos que con las letras griegas no podían expresarse. + +Paciencia será menester para descifrar los cuatro mil manuscritos +cópticos de que hemos hablado, y de los cuales sólo una vigésima parte +explica el Catálogo. Hay cartas particulares y de negocios, cuentas, +recibos, vidas de santos, la epístola del rey Abgar de Edesa á +Jesucristo, y la contestación de éste, homilías, plegarias y evocaciones +de varios linajes de seres sobrenaturales; del demonio Tamsari, del gran +querubín Asaror, de los espíritus de los patriarcas Adán, Noé y +Matusalén, y del ángel Chrufos. + +Posible es que de tamaño caos, después de estudiar mucho y devanarse los +sesos, saquen los sabios alguna luz para la historia de las +supersticiones, ritos, doctrinas, cultura y modos de vivir, en los +tiempos más obscuros, sobre todo para la Europa latina, ó sea desde el +siglo V al X. + +En la sala segunda están expuestos los manuscritos griegos, que son los +más lujosos, elegantes y de mejor gusto artístico. Los hay con dibujos y +letras de varios colores, y de plata y de oro. Todos son enrollados y no +en la forma moderna del libro. También estos manuscritos son los más +interesantes para la historia, porque, ya son ejemplo único ó casi único +de algo, ó ya dilucidan puntos obscuros, que á la mayoría de la gente no +les importan nada, pero que llenan de entusiasmo á los historiadores y +arqueólogos y hacen que prorrumpan en el _eureka_ de Arquímedes. +Brillante ejemplo del primer caso presta el pedazo de papiro señalado +con el número 531, donde se lee un coro del _Orestes_ de Eurípides, con +la música con que se cantaba, y también con la música instrumental del +acompañamiento. Este papiro es casi contemporáneo del nacimiento de +Jesucristo: debe de tener mil novecientos años de antigüedad. + +Yo no sé en qué consiste, ni me parece que el Sr. Wessely lo explica, +pero lo cierto es, que, fuera de este coro con música y quizá de algún +otro papiro, conteniendo amuletos, conjuros ó fragmentos literarios y +sin fecha cierta, no hay entre todos los papiros griegos descritos uno +solo anterior á la Era cristiana. Los más antiguos son de fines del +primer siglo de dicha Era, esto es, cuando ya la dominación helénica y +su cultura y sus letras prevalecían en Egipto hacía cuatrocientos años. + +Desde el de 83 hasta el de 735 ó dígase mucho después de la conquista de +Egipto por los árabes, que tuvo lugar en 642, hay papiros griegos en la +colección del Archiduque. La cultura helénica persistió después de dicha +conquista. En todo, duró en Egipto más de mil años. + +Las noticias de la vida pública y privada que contienen estos papiros, +son en extremo curiosas y pueden producir al que las recoja una +abundante cosecha de datos para la historia y para las ciencias +auxiliares de ella, como la cronología, la lingüística, la arqueología y +la economía social. Así, v. gr.: un papiro de la colección es el único +documento escrito del reinado de noventa días de los emperadores Pupieno +y Balbino. En otro papiro se declaran los títulos de la reina de +Palmira, Zenobia, y de su hijo, que reinó á par de ella, y que se +llamaba y titulaba Aurelio Septimio Vabalato Atenodoro, _vir +clarissimus, Rex, Imperator, dux Romanorum_. Otros papiros dan muestra +de la decadencia literaria, de la corrupción que se fué introduciendo en +el idioma, del mayor número de extravagancias, supersticiones y +tristezas que conturbaron los espíritus, de la poderosa reorganización +del imperio por Diocleciano y Constantino, del triunfo de la religión +cristiana, y de la vergüenza de la universal bancarrota del Estado y del +rebajamiento en la ley de la moneda. + +Todo esto lo ve sin duda pasar ante sus ojos, como si estuviera viviendo +entonces, el que sabe leer los papiros y los lee. A veces conoce, no ya +la vida de una sola persona, sino la historia de toda la familia y de +sus bienes de fortuna durante algunas generaciones. En un contrato de +compra y venta en el año de 268, vemos á la rica y joven viuda Priscila +comprando una bonita esclava en la flor de su edad, y pagando por ella +cinco mil dracmas. Como ya la muchacha había pertenecido á un oficial de +caballería, llamado Aurelio Coluto, no es muy de creer que su inocencia +inmaculada entrase por mucho en tan subido precio. La señora Priscila +debía de ser caprichosa y vivir con lujo y aparato. Su hermosa casa +estaba en la _Calle del Castillo del Occidente_, en la ciudad de +Hermópolis. Pero no hay bien ni mal que dure cien años. La señora +Priscila tenía un hijo llamado Aurelio Nicon Aniceto, que fué del +Ayuntamiento, y que no sabemos cómo administraría la fortuna comunal, +pero sí que administró tan mal la propia, que tuvo que empeñarse y hasta +que hipotecar la casa de la _Calle del Castillo del Occidente_. Tomó +prestados sobre esta hipoteca: primero, cuatro mil doscientos dracmas; +al año siguiente, mil quinientos más; otro año después, mil doscientos, +y todavía otros mil quinientos dracmas, un año más tarde. El resultado +natural fué que tuvo que vender la casa, poco tiempo después, á la +señora Aurelia Serapias, hija de Trimoros, de quien yo sospecho que era +un usurero terrible. La señora Aurelia Serapias había de parecerse mucho +á su padre, y sólo dió por la casa tres mil dracmas sobre lo que ya +había prestado. Es casi seguro que la casa estaría apreciada, en número +redondo, en dos talentos, ó sea doce mil dracmas; de suerte que, al dar +los tres mil y cobrarse lo prestado, la señora Aurelia Serapias todavía +tuvo un beneficio de seiscientos dracmas lo menos. + +Raros son los papiros que no contienen noticias lastimosas; pero, al +fin, algunas hay alegres también. Pondré por caso la certificación, +expedida por un juez de los juegos olímpicos, de que Horión ha alcanzado +la victoria y ha sido coronado á son de trompetas. La certificación es +del tiempo del emperador Galieno y se dirige al Ayuntamiento de +Hermópolis para que honre, como debe, al referido Horión, natural de +dicha ciudad. A los vencedores en los juegos se les concedían no pocos +privilegios y distinciones, exención de ciertos tributos y hasta +pensiones, á veces. + +La serie de documentos es larga, y sería prolijo, para un artículo, +detenerse más en dar cuenta de ellos. Los que más abundan son los +contratos entre particulares y los escritos relativos al cobro de las +contribuciones, las cuales eran en dinero, en toda clase de cereales, +viandas y frutos, y hasta en equipo para los militares. La corrupción de +los que recaudaban, las vejaciones que imponían, el susto que les +entraba cuando había visita de inspección, y la creciente pobreza y +opresión del pueblo, todo se refleja en los papiros como en un espejo. +La sociedad hubo de hacerse tan insufrible para la mayoría de los +hombres, que se comprende la manía que se apoderó de muchos de huir de +las ciudades y de retirarse á los yermos á hacer vida de anacoretas. + +El pueblo egipcio debía de estar cada día más humillado por sus +sucesivos dominadores, de todos los cuales iban quedando descendientes +con privilegios como hombres de raza superior, formando colonias +militares y constituyendo, á modo de un ejército de reserva, para +sostener el gobierno central, primero de los Ptolomeos, y después de los +Césares. En los papiros se ven á cada instante las huellas de estas +clases privilegiadas. Ellas acaso ayudarían á las legiones romanas para +defender el Egipto, aunque en vano, primero contra los persas, y contra +los árabes después. + +La dominación persa no hubo de durar más de dos ó tres años. Sin +embargo, la colección del Archiduque Raniero encierra centenares de +documentos que atestiguan esta dominación, la cual terminó sin duda en +tiempo del emperador Heraclio. + +De los manuscritos péhlvis no da la guía de la Exposición traducción ni +cuenta, disculpándose los autores con la dificultad que ofrece la +inteligencia de este idioma, del cual, según se hablaba en tiempo de los +Sasanidas, afirman que sólo quedan algunas monedas é inscripciones en +piedra que puedan haber servido para prepararse á interpretar los recién +descubiertos manuscritos, que hoy posee el Archiduque, y son, á lo que +parece, los únicos en su género. + +Entiéndase que yo hablo como profano y que no acierto á decidir si el +péhlvi en que están escritos los papiros de la colección archiducal es +otra lengua distinta de aquella en que está escrita parte del +Zendavesta, ó si hay algún libro sagrado escrito en un péhlvi menos +antiguo, ya del tiempo de los Aquemenides, ya del tiempo de los +Arsacidas, ya del de los Sasanidas mismos. En este último caso, dicho +libro podría servir, como escrito en idéntico idioma, para traducir los +manuscritos persas del Archiduque. + +La parte de los manuscritos latinos es muy pequeña en el Catálogo. El +latín era en todo el Imperio romano el idioma de las leyes y de la +milicia; pero, en Egipto, para la administración, el comercio y los +contratos, se empleaba el griego. Así es que hay pocos manuscritos +latinos y casi todos de asuntos militares. + +Es de lamentar que entre tanto manuscrito del largo, del milenario +período greco-latino, apenas se haya descubierto nada que tenga valor +estético, salvo el pedazo del coro de _Orestes_, con su música. Lo más +notable, después de dicho coro, es un fragmento del prólogo de un drama +de Epicarmo, titulado _Ulises explorador_, donde el astuto héroe se +disfraza de mendigo y penetra en Troya para averiguar lo que allí pasa. +Hay asimismo dos hojas de pergamino de un discurso de Esquines +impugnando á Demóstenes. El discurso fué pronunciado 330 años antes de +Cristo; y el pergamino de que hablamos es del siglo V de nuestra Era. +Hay, por último, dos antífonas del siglo IV, y pedazos de las Escrituras +Sagradas y de varios Evangelios no canónicos. + +La conquista de Egipto por los árabes, en 642, fué para el pueblo +conquistado una felicidad, aunque efímera. Los árabes fueron recibidos +por los coptos como simpáticos vengadores y libertadores. No eran como +los bárbaros que habían acabado con la dominación romana en Europa, sino +un pueblo de cierta cultura sencilla, primitiva y patriarcal, cultura +que contaba siglos de duración y que en no pocos de sus rasgos tenía +bondad y aun delicado refinamiento. Como los árabes venían además, en +corto número, ni querían, ni podían, ni necesitaban oprimir demasiado, +luego que pasaba el primer choque de la invasión y de la guerra. Amrú, +en otro tiempo mercader de cueros y de especias, y luego general del +califa Omar, invadió el Egipto y se apoderó de aquella región fértil y +dilatada, con un pequeño ejército de tres mil á cuatro mil hombres bien +disciplinados. Por una corta capitación anual podía cada habitante vivir +tranquilo en su casa, con su familia, su religión y sus leyes. Amrú, +lejos de quemar la Biblioteca de Alejandría, protegió las artes, la +industria y el comercio, é hizo que el Egipto volviese á florecer. + +Los papiros que describe el Catálogo dan repetidos testimonios de esta +benéfica suavidad de la conquista musulmana. Los aficionados á ensalzar +el islamismo hallarán aquí nuevas pruebas de que, si bien los árabes no +fueron un pueblo inventor, fueron conservadores de las ciencias, +aficionados á ellas, y vehículo é intermedio de las invenciones, ideas y +civilización de otros pueblos. + +Durante algunos siglos, tal vez se pudo imaginar que la luz del saber +iba á extinguirse entre los pueblos cristianos y á resplandecer entre +los muslimes, y que éstos llevaban la delantera en el camino del +progreso: pero, en el seno tenebroso de la barbarie europea, en medio de +las ruinas del Imperio de Occidente, de donde surgieron nuevos Estados, +compuestos de una inerme y abyecta grey, oprimida por una casta +superior, ignorante y belicosa, había gérmenes tan fecundos, que de +ellos brotó esta civilización más alta, que dura aún, que ha llegado á +maravilloso desenvolvimiento, y que es de esperar que ya nunca muera, á +pesar de las extrañas enfermedades que suelen atacarla cuando más se +ufana y se engríe con sus triunfos y su gloria. Las naciones muslímicas, +entre tanto, han descendido muy por bajo del nivel que en su origen +tenían y se han sumido en la barbarie. Como no nos incumbe aquí explicar +las causas de todo esto, nos limitamos á decir que en los manuscritos +del Archiduque hay abundancia de datos que pueden valer para explicarlo, +y que, por consiguiente, dichos manuscritos no importan sólo á la +historia de Egipto, sino á la historia de la civilización del linaje +humano. + +Acaso se pruebe por ellos que no duró mucho la mejor condición del +pueblo bajo el dominio musulmán. La población decrece en los sucesivos +censos, aunque puede atribuirse á que no pocos coptós se hacen sectarios +del Islam; la opresión y los malos tratos van aumentando contra los que +no reniegan; y los tributos cunden y se agrandan poco á poco, hasta el +punto de echar de menos los peores días del imperio bizantino. + +De todos modos, la cuestión es complicada y no debe decidirse de plano. +La rica colección de documentos, que posee el Archiduque, es un arsenal +que suministra armas para defender cualquiera tesis. Lo que desde luego +puede afirmarse es que, en aquellos siglos, ninguna horda, tribu ó +nación hacía ni hubiera hecho conquista tan benigna como las de los +árabes. Los dieciocho preciosos documentos, de que el Catálogo da +cuenta, contemporáneos de la conquista, y sólo posteriores los más en +doce ó catorce años á la muerte de Mahoma, manifiestan la bondad y la +moderación de los conquistadores. En cambio, otros documentos de época +posterior se pueden aducir, como prueba de la dureza de la dominación +muslímica, al menos contra los cristianos. A veces los sellaban en la +mano con un hierro candente, y á los que no llevaban este sello los +solían castigar con azotes, y hasta con la muerte. Bien es verdad que +los coptos se rebelaron en varias ocasiones, y ya la rebelión sofocada, +fueron reducidos muchos á la condición de esclavos, pudiendo acaso +decirse en defensa de los muslimes que en los pueblos de la Cristiandad +hubo hasta muy tarde la cruel costumbre de sellar á los esclavos de la +misma suerte, no en la mano, sino en la cara. + +Al lado de esta y otras huellas de ferocidad, hay también documentos, de +los que da cuenta el catálogo, en que conviene celebrar ciertas +elegancias, primores y hasta ternuras que parecen propias de las más +cultas edades. Citaré, por ejemplo, el fragmento de una carta de amor, +escrita en el siglo IX, donde el amador ausente se considera tan herido +en el corazón y en el alma, que va á morir de mal de ausencia. Es además +muy interesante la postdata de esta carta sentimental, ya que por ella +se ve que fue confiada á una paloma mensajera. En el siglo IX estaba, +pues, establecido este modo de correo, y es probable que, no sólo el +gobierno, sino los particulares, hubieran podido valerse de él. De +trecho en trecho había estaciones ó palomares, á cada uno de los cuales +llegaba con cada carta una paloma que á él pertenecía: los empleados +allí confiaban la misma carta á otra paloma, que la llevaba hasta la +próxima estación, y así sucesivamente llegaba la carta á su destino. De +esta manera, sin duda, el califa recibía nuevas de cuanto iba ocurriendo +en sus extensos dominios. Tal vez estas nuevas se ponían en conocimiento +del público. Como prueba de que los particulares se valían del mismo +medio de comunicación, puede aducirse, en los tiempos más antiguos, un +papiro ó pergamino finísimo destinado al efecto, y más tarde, unas +hojitas de papel, que se llamaba _de pájaro_, y que venía á tener seis +centímetros de ancho y nueve de largo. + +En suma, la colección de manuscritos del Archiduque, en su parte +arábiga, da á conocer ya mucho la vida, usos y costumbres de los +muslimes en los siglos medios; aclara bastantes puntos oscuros, corrige +no pocos errores históricos, y ofrece aún vasto y apenas explorado +campo, primero al estudio de los arabistas, y después á las +consideraciones, comentarios y consecuencias que pueden y deben sacar +los historiadores y los filósofos. + +Yo me he limitado á dar de todo la más superficial noticia. Para +terminar, recomiendo ahora á mis lectores, si alguno tengo que sea +curioso y entendido en estos asuntos, que, ya que no pueda ver la +Exposición, compre el catálogo y le lea. Con esto sabrá algo, pero no lo +sabrá todo. El catálogo es una fuente ó, si se quiere, un río de +conocimiento; pero los objetos no catalogados ni descritos aún son la +mar. Me aseguran que pasan de cien mil. Todos los días anuncian los +periódicos de aquí interpretaciones ó explicaciones de nuevos +manuscritos. Anteayer mismo trajeron que se habían descifrado un himno +demótico al Dios Soknopaios, compuesto por su propio sacerdote y escrito +en un rollo de papiro de más de un metro de largo, y dos ó tres +capítulos de la obra de Xenofonte, titulada _Helénica_, donde trata de +los últimos casos de la guerra del Peloponeso. + +Sólo Dios sabe lo que se descubrirá todavía; y como será cuento de nunca +acabar, no debe ser censurado que en cierto modo acabe yo este articulo +sin que, en realidad, acabe ni haya motivo para que acabe. + +[Illustration] + + + + +DE LOS AUTORES PORTUGUESES + +QUE ESCRIBIERON EN CASTELLANO[1] + + +Durante no breve tiempo, la atención del público inteligente, y, sobre +todo, de las pocas personas que leen en España, se fijó con tal ahinco y +con tan candorosa admiración en el movimiento intelectual de Francia, y +quizá de algún otro país de los que en el día se consideran al frente de +la civilización de Europa, que descuidamos mucho el conocimiento de +nuestros autores, y aun llegamos á mirarlos con desdén, más ó menos +encubierto. + +[1] _Catálogo razonado, biográfico y bibliográfico, de los +autores portugueses que escribieron tn castellano_, por D. Domingo +García Pérez, Doctor en Medicina y Cirujía, antiguo Diputado de la +nación portuguesa por la ciudad de Setubal.--Madrid, 1890. + +De aquí sin duda el escaso cultivo que hemos dado á nuestra historia +literaria, de la cual no tenemos aún tratado de conveniente extensión y +escrito por un español en nuestro propio idioma; Amador de los Ríos dejó +en el punto más interesante su grande obra, y lo menos malo completo que +tenemos hasta hoy, prescindiendo de la frialdad y pobre sentir de las +bellezas, es el libro del anglo-americano Jorge Tiknor. + +Recientemente, acaso desde ñnes del primer tercio de este siglo, el amor +propio nacional nos ha estimulado, y la afición á las letras patrias se +ha despertado en España, al menos en el pequeño circulo de los que +gustan de libros y no se emplean enteramente en las interminables +discusiones políticas. + +Nuestros antiguos libros, ó circulaban en ediciones detestables, que +arredraban á los tibios y no consentían que los leyesen, ó se habían +hecho raros, cayendo los ejemplares que aún quedaban en poder de +bibliófilos, que hacían de ellos misterioso tesoro, estimando á menudo +con perversa crítica, cada libro, más por su rareza que por su valor +literario. + +En esta situación, empezó á publicarse en 1847 ó 1848 la _Biblioteca de +autores españoles_, de Rivadeneyra, la cual hizo un gran servicio, +divulgando el saber de nuestra literatura y procurando que este saber +pudiese ser algo más que somero, sin convertirse en ciencia oculta, de +la que sólo entienden los iniciados. + +Desde entonces, así los que compusieron los prólogos, introducciones y +notas á los varios autores que publicó Rivadeneyra, como otros eruditos +que tal vez han venido después, y entre los que descuellan Menéndez y +Pelayo, Adolfo de Castro, Laverde y Canalejas, han ido juzgando y +estimando en lo que se debe nuestra amena literatura, poesía lírica y +épica, novelas y teatro, y hasta nuestros historiadores, filósofos y +demás hombres de ciencia. + +Aún queda bastante que hacer en este punto de la crítica, y es harto +difícil ponerse en el medio razonable para no desdeñar demasiado ni +encomiar tampoco sin medida lo que no lo merece. El segundo escollo es +el más peligroso de los dos. Quien en él se coloca, en vez de ganarse +las voluntades y de fomentar la afición á los antiguos libros españoles, +infunde al vulgo, á la gente de mundo semi-ilustrada, miedo y hasta +repugnancia, no falta de fundamento, porque si alguien lee un libro que +el crítico le ponderó como un primor, lleno de ingenio y de gracia, oro +de Tíbar de poesía, etc., y se aburre leyéndole y le halla tonto é +inaguantable, creerá que con todos los demás libros que le pondere el +crítico le sucederá lo mismo, y no leerá ninguno, y tendrá vehementes +sospechas de que no es muy divertida la antigua literatura española. + +Harto sabemos todos que la moda, las ideas del tiempo en que se vive, el +chiste de fecha reciente, es lo que el vulgo literario penetra bien y +aquello en que se complace. De lo pasado suele penetrar poco, y no se +divierte ni se interesa por ello; pero, en otros países, no son los +hombres tan rebeldes á toda férula como en España; no tienen tanto el +valor de sus opiniones, y reconocen las autoridades y las acatan y se +someten. Aquí no. Un inglés irá á oir un drama de Shakespeare, y +bostezará y se fastidiará de muerte, pero no se atreverá á decir que el +drama es malo; antes bien, le declarará maravilloso y estupendo: +mientras que todo español, y más aún toda española, si va al teatro y se +fastidia ó se duerme con Tirso ó con Lope, dirá desenfadadamente que +Lope y Tirso nada valen. La otra noche, por ejemplo, representaron aquí, +en uno de nuestros mejores teatros, una comedia de Molière, traducida +por Moratín, y el público, que era de lo más selecto de esta coronada +villa, echó á rodar sin el menor escrúpulo la gloria del gran dramaturgo +francés y de nuestro egregio poeta clásico, y salió casi unánime +sentenciando que era estúpida la tal comedia. + +El critico y el historiador de nuestra literatura deben tener presente +todo esto para no excitar con sus alabanzas á la lectura de libros que +no merezcan ser leídos, pero tampoco deben escatimar el encomio á todo +libro ó trabajo que sea digno de él, aunque la generalidad del público +no sepa apreciarle. + +La lectura de libros antiguos, aun de puro pasatiempo, requiere cierto +aparato de erudición y bastante fantasía, discreta é ilustrada, para +trasladarse en espíritu á la edad en que cada autor escribió, y +comprenderle y sentir con él como su contemporáneo, juzgándole después +sin pasión y volviendo, al hacer el oficio de juez, á vivir en la edad +en que ahora vivimos. + +Sólo así se podrá componer al cabo una historia completa de nuestra +literatura ó de nuestra cultura en general, donde se tase su valor, ya +absoluto, ya con relación á la cultura de Alemania, Italia, Francia é +Inglaterra, que son los cuatro pueblos que con los de esta Península han +estado alternativa ó simultáneamente á la cabeza de la civilización del +mundo, desde que empezó la historia moderna hasta hoy. + +En España podemos jactarnos de la cantidad de lo que se ha escrito. +Somos ricos en obras. No hay una sola lengua literaria, sino tres: la +castellana, la portuguesa y la catalana. Y en cada una de estas tres +lenguas, sobre todo en las dos primeras, ha habido un enjambre de +fecundísimos autores. Pero como muchos catalanes y muchísimos +portugueses han escrito en castellano, la literatura castellana, aunque +sólo fuese por esto, sería la más rica de las tres. + +Aún nos queda mucho por hacer á fin de lograr una cosa con la que yo +sueño: una literatura selecta española: una bibliotequita, por ejemplo, +de cuarenta ó cincuenta volúmenes, chiquitos, elegantes y primorosos, +donde se reuniese lo mejor de nuestra inmensa riqueza intelectual; +bibliotequita que leyesen las damas sin fatiga y hasta con gusto, y que +ellas pudiesen tener en sus habitaciones, al lado ó en lugar de los +autores franceses que leen ahora cuando algo leen. + +Esta selección atinada no se ha hecho bien aún. Hay motivos, que sería +prolijo exponer aquí y que la dificultan. De ello proviene que las +letras en España son menos populares y divulgadas que en otros países; y +que pasado el momento de la moda, si llega durante su vida á estar de +moda un autor, todo cuanto se ha escrito se hunde en el más profundo +olvido para el público, y sólo permanece para los eruditos, casi como si +fuera una reconditez. De ello proviene también algo de muy lamentable ó +de muy risible, según el humor con que se considere: un divorcio casi +completo entre lo literario y lo ameno ó interesante, sobre todo en el +teatro, que es por donde el vulgo, que apenas lee, penetra en el +santuario de las letras. A menudo se oye decir á la salida de los +teatros--la comedia no tiene sentido común, pero me ha interesado ó me +ha divertido:--ó bien,--mucho me ha fastidiado el drama, pero confieso +que tiene mérito literario y _¡qué buen verso!_--Lo cual da malísima +idea de autores y de público, porque razonablemente no se concibe que lo +absurdo divierta ó interese, ni menos aún que tenga _buen verso_ ni +mérito literario lo fastidioso. + +De todo lo dicho se infiere que debemos propender á que salgan en España +las letras amenas del apartamiento en que viven, con respecto á la +generalidad del público, y lo que es más de sentir, con respecto á lo +que ahora llaman _high life_, en cuyos centros rara vez se ve un libro +en castellano. + +Alguna culpa tienen de esto los bibliófilos. No pocos de los libros que +publican en ediciones elegantes, que jamás ó rara vez tuvieron en +España los autores que todo el mundo debiera leer sin aburrirse, son +libros que valen por su rareza, y no valen nada en cuanto dejan de ser +raros; libros que suele no ver sino por el forro el curioso ó vanidoso +que los compra, pudiendo afirmarse que de los trescientos ó +cuatrocientos ejemplares de que consta la tirada, las dos terceras +partes quedan con las hojas unidas sin que llegue á separarlas la +plegadera. + +Mi espíritu muy inclinado á las contradicciones, si bien más aparentes +que reales, me ha llevado á decir cuanto va dicho, sobrado extensamente +si se mira al objeto que hoy me mueve á escribir, y me lleva en seguida +á añadir algo que parece diametralmente opuesto. Y lo parece aunque no +lo es, porque, á fin de llegar á la clasificación y selección deseada, á +que tengamos bien determinadas nuestras obras maestras, y á que salgan, +digámoslo así, de entre el ingente cúmulo de cuanto se ha escrito, para +que el vulgo las admire, importa que ese ingente cúmulo se forme todo y +venga á ser conocido, al menos por los que especialmente se dedican al +estudio. + +En este sentido, sin salvedad ninguna y con toda el alma, es menester +declarar que son altamente beneméritos de la patria y de la cultura +castiza, Gallardo, Estébanez Calderón, Gayangos, Durán, Barrera y +Leirado, Sancho Rayón, Zarco del Valle, Valmar, Cañete, los dos +Fernández-Guerra y algunos otros. + +El autor del libro de que voy aquí á dar cuenta, ha venido á colocarse +á no poca altura, en compañía de tan ilustres críticos y eruditos. + +Aunque D. Domingo García Pérez es portugués de nación, pasó su primera +mocedad en Granada, y estudió en el colegio del Sacro-Monte, donde fué +compañero de los Fernández-Guerra, y donde, sin duda, tuvo por maestros +á D. Juan de Cueto y á D. Baltasar Lirola, quienes hubieron de +inspirarle su buen gusto en literatura y su amor á la de Castilla y al +idioma de Castilla. Dan prueba de ello el estilo fácil y castellano +castizo con que su libro está escrito; la gran copia de noticias +curiosas é interesantes que el libro contiene sobre la vida y las obras, +de quinientos ó seiscientos autores, y la multitud de composiciones, muy +raras ó inéditas, que en sus páginas encierra. + +Sin duda el Sr. García Pérez debe bastante, como él mismo confiesa, á +trabajos anteriores de los críticos eruditos castellanos que mencionamos +ya, y también á los trabajos de algunos egregios portugueses, como +Barbosa, Inocencio de Silva y Costa Silva; pero es de admirar lo mucho +enteramente nuevo con que ha sabido enriquecer su obra. + +Ésta sigue el orden alfabético por los apellidos de los autores, que nos +atreveremos aquí á distinguir y á clasificar. + +Unos son celebérrimos en Portugal; son los principes de las letras de +aquel pueblo. Lo que han escrito en portugués casi siempre vale ó +importa más que lo que han escrito en castellano. En este número pueden +ponerse Camoens, Gil Vicente, Bernardín Riveiro, Mousinho de Quevedo, el +P. Vieira y dos condes y una condesa de Ericeira. Otros son tan ilustres +y tan dignos de serlo en Portugal como en Castilla; así, por ejemplo, Sa +de Miranda. Otros, aunque portugueses, alcanzan más gloria y nombradía +por sus escritos en castellano, y se cuentan entre nuestros clásicos, +como Jorge de Montemayor, Gregorio Silvestre y D. Francisco de Melo. Y +otros que, si menos gloriosos, son en España muy conocidos por su +laboriosidad fecunda, como Faría y Souza. + +Es muy grande el número de dramaturgos portugueses que, sobre todo, bajo +el dominio de los tres Felipes, escribieron en castellano sus comedias. +El más ilustre fué Matos Fragoso. Síguenle dos Pachecos, Cayetano Souza +Brandao y otros varios, entre ellos algunas poetisas. De todos trae +García Pérez noticias biográficas y bibliográficas en abundancia. + +Más interesante, y casi siempre más nuevo, suele ser lo que nos enseña +el Sr. García Pérez sobre otros portugueses que también escribieron en +castellano, y son célebres por su ciencia, por sus hazañas, por sus +peregrinaciones ó por el brillante papel que representaron en la +historia de la Península, y aun de todo el mundo, interviniendo en +nuestros descubrimientos, colonizaciones, misiones y conquistas. Así el +infante D. Pedro; García de Santisteban, compañero del Infante y +narrador de sus viajes por las _siete partidas del mundo_; el gran +Fernán Méndez Pinto, cuya veracidad se va limpiando de sospecha conforme +se conocen mejor el Asia Central y el extremo Oriente; Pedro Texeira, +que nos describió la Persia; el eminente geómetra y cosmógrafo Pedro +Núñez; el astrónomo Silva Freire y bastantes misioneros y médicos, +escritores y á menudo peregrinos, que nos han informado de la fauna, de +la flora y de las lenguas, usos, religión y costumbres de tierras y +naciones remotas. + +No pequeña parte del libro del Sr. García Pérez la ocupa otro linaje de +escritores, que por su casta y creencias se pueden agrupar, y cuyos +escritos y vidas eran hasta ahora muy poco ó nada conocidos, á no ser +por sujetos de mucha erudición ó muy consagrados á un estudio especial. +Hablo de la multitad de judíos portugueses, que huyendo de la +Inquisición fueron casi todos á refugiarse á Amsterdam y en otras +ciudades de Holanda y Francia, donde escribieron en castellano poesías, +novela, filosofía, religión, política y otras ciencias. En esta cuenta, +si bien alguno pueda tenerse por español, como Miguel de Barrios, que +nació en Montilla, aunque de origen portugués, pone nuestro autor á +Manasés ben Israel, á los Abarbanel y Abohab, á Baruch Nehemias, á David +Neto, á Isaac Orovio de Castro, á Samuel Silva, á Moisés Pinto Delgado, +á Abraham Pizarro, á Abraham Ferreira, á Antonio Henríquez Gómez, y á no +pocos más, mostrando notable diligencia en los informes que da de las +varias andanzas y de los escritos de cada uno de ellos. + +Algunos artículos del _Catálogo_ del Sr. García Pérez tienen +extraordinaria extensión y retratan hábilmente la condición moral y la +vida del personaje á que se refieren. Entre estos artículos merece +mencionarse aquí el del famoso conde de Villamediana, poetizado por su +trágica muerte y por los bellos romances históricos del duque de Rivas. +La circunstancia de haber nacido el Conde en Lisboa, por haber ido allí +sus padres cuando Felipe II se coronó rey de Portugal, hace que el Sr. +García Pérez le incluya en su catálogo. De su vida y de sus escritos +inéditos publicó, pocos años ha, un libro interesante el Sr. Cotarelo y +Mori. El asesinato del Conde hace ganar á éste alguna simpatía; pero +justo es declarar que, si la venganza fué criminal é infame, casi puede +calificarse de merecida. Villamediana abusó de su ingenio, que le tuvo +sin duda, aunque estragado por el mal gusto, la pedantería y la carencia +de sentido moral, y abusó de su riqueza, de su posición, de sus bríos y +de otras buenas prendas personales, para ser procaz y satírico, +pendenciero, vicioso y con las mujeres violento y desenfrenado. Su lance +con la marquesa del Valle, que fue su amiga, y á quien, por celos, +arrancó las joyas que le había dado, desgarrándole el vestido, +abofeteándola y magullándola hasta el punto de que aquella dama estuvo á +la muerte, es acción tan brutal que no tiene perdón, fuesen las que +fuesen las traiciones é infidelidades de la víctima. Y no contento +Villamediana con el material ultraje, volvió á ofender á la dama +hiriéndola en el alma y pisoteando su honra en un romance que hizo +circular, y donde la acusa de que el caudal de él no bastó á saciar la +codicia de ella, y donde, aludiendo al glorioso Hernán Cortés, de quien +procedía el título de la Marquesa, dice á ésta jugando del vocablo: + + _De la herencia de Cortés,_ + _Que en herencia te cabia,_ + _Heredas ser cortesana,_ + _Repudias la cortesia._ + +De otro singular personaje nos informa también muy detenidamente el Sr. +García Pérez, prometiéndonos casi la publicación de un curioso +manuscrito que de él posee. Es una relación circunstanciada de lo que +vió, observó é hizo el autor, durante algunos meses del año de 1605, que +estuvo pretendiendo en Valladolid, donde residía entonces la corte. Por +lo que se puede presumir de las muestras que he visto de esta obra, hay +en ella mucho chiste y gracejo, si bien combinado con el deplorable mal +gusto, el enmarañado y pedantesco culteranismo, la impertinente +erudición y el abuso de los retruécanos. Aunque el autor, que se llamaba +Tomé Pinheiro da Veiga, natural de Coimbra, logró el empleo que +pretendía, no parece que salió muy prendado de Valladolid, ni bastante +agradecido, para no decir mil horrores de todo. Su relación, no +obstante, debe ser animado retrato de la alta sociedad española de +entonces. A ser el retrato fiel, dicha alta sociedad quedaría muy +malparada. Triste es tener que confesar que la corrupción había de ser +grande; pero algo ha de atribuirse también á la mordaz maledicencia de +que se hacía gala, y á cierto odio contra Castilla, que siempre ha +solido brotar con lastimosa lozanía en las almas de algunos habitantes +de las diversas regiones de esta Península. Los españoles, ó para que la +voz sea más comprensiva, sin anfibología, los _iberos_, solemos ser muy +biliosos y con frecuencia murmuramos de los propios más que de los +extraños. El Sr. García Pérez inserta en su libro unas quintillas +tremendas de Pinheiro da Veiga, por donde ya se puede comprender el tono +y carácter maleantes y desvergonzados de la prosa. Si damos crédito á +las quintillas, no había en Valladolid, en 1605, señora que no fuese una +perdida, ni galán que no fuese un tunante. + +En el _Catálogo_ hay para todos los gustos. Si Pinheiro da Veiga es todo +sal y pimienta, ó, si se quiere, hiel y vinagre, otro autor y poeta, +llamado Simón García del Brito, es todo almíbar en punto de caramelo. +También estuvo éste en la corte de las Españas, pero sin duda fué menos +afortunado. No logró empleo ni tuvo buena ventura, y hubo de volverse á +su lugar lusitano. Retirado allí, escribió muy lindos versos +sentimentales, llenos de _saudades_ de una dama, con quien tuvo en +Madrid relaciones amorosas. Estos versos son naturales, sencillos, y se +recomiendan por cierta delicada ternura y profundidad verdadera de +afecto, poco comunes en los poetas peninsulares de aquella edad. + +En suma: el libro del Sr. García Pérez es digno por todos estilos del +buen informe que la. Real Academia Española dió sobre él y en cuya +virtud el Gobierno le ha hecho imprimir á sus expensas. Es un +complemento necesario para la historia de nuestras letras y de nuestro +idioma castellano. + +[Illustration] + + + + +LOS JESUITAS DE PUERTAS ADENTRO Ó UN BARRIDO HACIA FUERA EN LA COMPAÑÍA +DE JESÚS + + +No hace muchos días que, con el título que antecede y sin nombre de +autor, salió á luz un libro en extremo interesante por el asunto de que +trata y de agradabilísima lectura por el ingenio, la gracia, la fecunda +vena satírica y el estilo castizo y magistral con que está redactado. +Sin que se adviertan mucho el esfuerzo y la afectación, el libro no +parece escrito en el lenguaje vulgar y corriente de ahora, sino como un +autor clásico de la edad de oro de nuestra literatura hubiera podido +escribirle. + +Aunque no hubiesen llegado á mi noticia por diversos caminos claros +indicios de quién es el autor del libro, creo que de seguro hubiera yo +adivinado el nombre del autor; pero como él entró en el palenque y +combate con la visera calada, yo no quiero ser ni seré quien le quite la +visera y descubra su rostro y su nombre. Diré, sin embargo, que es, en +mi sentir, persona apasionada, movida por quejas justas, y que deja +notar en cuanto afirma cierto enojo harto motivado, que tal vez le +impulsa á ir más allá de lo merecido en la reprobación y en la censura. + +Como yo en este punto, remedando al historiador romano, puedo decir de +los jesuítas que no los conozco _nec beneficio, nec injuria_, trataré +aquí del libro y daré sobre él y sobre la Compañía mi opinión imparcial, +movido por el aliciente que tiene para mí la materia, y exponiéndome á +no agradar á nadie, ni á los jesuítas, ni al autor incógnito. + +Como el primer fundamento de las acusaciones es la supuesta carencia de +humildad cristiana que hay en los jesuítas, empezaré por hablar de la +humildad y de la manera en que yo la entiendo. + +Bueno y santo es ser humilde, no rebajar á nadie para realzarse á si +propio, y reconocer nuestra condición miserable y pecadora, sobre todo +cuando pensamos en Dios y en sus perfecciones infinitas, y cuando, +encendidas ya en amor de Dios nuestras almas, volvemos los ojos hacia +las criaturas que son obra de Dios y á quienes por amor de Él amamos, +procurando, en vez de rebajarlas, poner en ellas un reflejo, un +destello, un trasunto de las mencionadas perfecciones divinas. Así, por +virtud de este procedimiento mental, el buen cristiano ensalza y encomia +á cuantos seres le rodean y se muestra lleno de candorosa indulgencia +para con todos ellos, siendo sólo severo consigo mismo y reconociendo y +confesando los propios defectos, pecados y vicios. Esto, á mi ver, es la +humildad cristiana. Pero si miramos el caso de otra manera y con más +hondo mirar, yo creo que el cristianismo, en vez de hacernos humildes y +abyectos, según no pocos impíos le acusan, eleva los espíritus y los +corazones y los enorgullece, magnifica y endiosa. ¿Qué razón ni motivo +tiene el buen cristiano para humillarse después de exclamar con San +Agustín: _gran cosa es el hombre, hecho á imagen y semejanza de Dios_? Y +no sólo su alma sino su cuerpo tiene mucho de digno y no poco de sagrado +cuando se considera como templo del espíritu, cuando se piensa que el +mismo Verbo divino, no sólo se unió á un alma humana, por inefable y +sublime misterio, sino también á un cuerpo de hombre de la condición y +forma de nuestro cuerpo, deificando así hasta cierto punto nuestra doble +naturaleza, y dándole para término de sus aspiraciones y para blanco de +sus esperanzas la misma perfección de Dios. Es extraño, aunque se +comprende y se admira, que sea, con pequeñísima diferencia, el fin que +propuso el demonio del orgullo á nuestros primeros padres casi idéntico +al consejo ó más bien al precepto principal que nos dio Cristo en el +Sermón de la Montaña. Si coméis del fruto del árbol prohibido, seréis +como dioses, dijo la serpiente. Y Cristo dijo: _Sed perfectos como es +perfecto vuestro Padre que está en el cielo_. + +El error, pues, está en el camino que hay que seguir para llegar á la +perfección, pero no en aspirar á ella. Y ciertamente quien aspira á ser +perfecto como Dios, no se comprende que pueda ser humilde, á no ser en +el primer sentido arriba expresado. + +Y si descendemos de las alturas teológicas y pensamos en esto de la +humildad ó de la soberbia, mundanamente y en la práctica, yo no me +explico tampoco cómo el muy humilde, á no ser exterior su humildad, +confundiéndose con la buena crianza y con la afable dulzura, acierte á +hacer cosa de provecho y á ser útil para algo. Lo primero es tener +confianza en el propio valer y contar con que no han de fallecernos las +fuerzas y el ánimo. El individuo ó la colectividad que acomete grandes +empresas y que tiene elevados propósitos y miras, no puede menos de +tener también el inevitable orgullo ó sea la creencia de que es capaz de +dar cima á aquellas empresas y de realizar aquellos propósitos, claro +está que contando siempre con el auxilio divino, lo cual será muy +piadoso, pero, francamente y en realidad, no es humilde. La humildad +existirá acaso con relación al Omnipotente, mas para todo lo que hay, y +no es Dios, no entiendo yo qué humildad cabe en la firme esperanza de +que Dios ha de ayudarnos á fin de que se logre y se cumpla lo que +queremos. + +Partiendo de las anteriores consideraciones, entiendo yo que el autor de +que hablo acusa con poca razón á los jesuítas de no ser humildes, sino +orgullosos. Nada más natural, en mi sentir, que creer la mejor del mundo +la sociedad ó compañía á que pertenecemos. Todavía, si el acaso, si +circunstancias independientes de nuestra voluntad ó si una providencial +disposición nos colocase entre ésta ó entre aquella gente, podría +parecer soberbia de nuestra parte el considerar como la mejor del mundo +á la gente entre la cual estuviésemos colocados. Y con todo, aun así, +más suele aplaudirse que vituperarse este modo de sentir y de pensar. Yo +no soy español, por ejemplo, porque lo he querido, sino porque el cielo +ha dispuesto que lo sea, y, sin embargo, no pocas personas celebran y +muchas disculpan el elevado concepto que tengo yo de los españoles. Y si +esto es así en una sociedad en donde yo no entro voluntariamente, ¿cómo +ha de poder censurarse el altísimo concepto que forme cualquiera de la +sociedad ó compañía en cuyas filas se alista por voluntad propia? Nadie +ama sino bajo el concepto de bueno; todos buscan y procuran lo mejor; y +el hombre honrado que se asocia con otros hombres, no sólo es discupable +que crea, sino que debe creer que la tal asociación es la mejor del +mundo, y que los fines á que se ordena y endereza son por todo extremo +excelentes. + +Justo es, pues, y sobre justo inevitable, que todo jesuíta, y más aún +mientras mayores sean su candor y su buena fe, esté persuadido de que la +Compañía de Jesús es la mejor del mundo, de que no hay virtud ni ciencia +que en ella no resida y de que proceden de ella y procederán muchos +bienes para el linaje humano. + +No creer lo antedicho y hacerse, sin embargo, jesuíta, presupondría +falta de discreción ó razones y motivos egoístas y bajos en quien tal +hiciese. Alistarse en las filas del jesuitismo sin creer en su superior +condición, sólo se explicaría entonces por la gana de tener una posición +ó una carrera, de buscarse un modo de vivir, de ingeniarse ó de +industriarse en suma. Y aun así, aun en esta bajeza, la predilección +precedería á la elección, y todavía, sin elevarse sobre tan bajos +motivos, ó carecería de juicio el que se hiciese jesuíta, ó consideraría +que el serlo era mejor profesión ó carrera que todas las otras que +hubiera podido seguir. + +Por consiguiente no hay pecado, ni falta, ni defecto en la voluntad de +los jesuítas cuando forman de la Compañía á que pertenecen un concepto +sublime. Esto no se opone á que en dicho concepto haya error ó +exageración del entendimiento. + +Apartando de mi espíritu toda prevención apasionada, no considerando el +asunto ni como católico, ni como sectario de ninguna otra doctrina +religiosa, aceptando por un momento la más completa indiferencia en +punto á religión, hablando y decidiendo en virtud de un criterio +librepensador y racionalista, yo, lejos de condenar la Compañía de +Jesús, me siento irresistiblemente inclinado á glorificarla y á dar por +seguro que honra en extremo á España que entre nosotros naciese su +fundador, cuya obra pasmosa me parece que importó muchísimo en la +historía del linaje humano, haciendo de Ignacio de Loyola, no sólo el +digno rival de Lulero, sino el personaje que se le sobrepone y le +eclipsa. Se diría que cuando la Reforma parecía que iba á extenderse +como voraz incendio por todo el mundo civilizado, y ya que no á +extinguir á empequeñecer la cristiandad católica, Dios suscitó para ésta +un campeón poderoso, cuyas huestes combatieron sin descanso la herejía y +la vencieron á menudo en Europa, mientras que al mismo tiempo extendían +la fe católica por el resto del mundo, ganando para ella más almas en +países remotos y en inexploradas regiones que las que en Europa había +perdido por culpa de Lutero y de los otros heresiarcas del siglo XVI. + +En la Compañía hay que admirar el feliz consorcio del pensamiento y de +la acción, de lo práctico y de lo especulativo. Fue un ejército +conquistador, sin más armas que la palabra, que se extendió por el mundo +con extraña rapidez, avasallándole y dominándole. Si contemplamos en +espíritu al fundador glorioso en el momento de su muerte, nos parece á +modo de un Alejandro incruento. Sus dominios se han dilatado ya sobre +toda la redondez de la tierra. La Compañía tiene casas y colegios, gran +poder é influjo en Castilla, en Portugal, en Alemania, en Francia y en +las Indias Orientales y Occidentales. Bien puede sin vanidad ni soberbia +exclamar el Padre Rivadeneyra que al mismo tiempo que Martín Lutero +«quitaba la obediencia á la Iglesia Romana y hacía gente para combatirla +con todas sus fuerzas, levantaba Dios á este santo capitán para que +allegase soldados por todo el mundo y resistiese con obras y con +palabras á la herética doctrina.» + +Y no hay sólo en el P. Ignacio el espíritu conservador, sino también el +de reforma y el de progreso. «Todos sus pensamientos y cuidados, dice el +ya citado biógrafo, tiraban al blanco de conservar en la parte sana ó de +restaurar en la caída, por sí y por los suyos, la sinceridad y limpieza +de nuestra fe.» Todavía hay otra idea elevadísima, si no desconocida y +seguida en otros institutos religiosos, por ninguna observada y seguida +con más firmeza y perseverancia que por la Compañía de Jesús: la idea y +el propósito de divulgar las ciencias, las letras y toda cultura, +haciendo de ellas y del progreso humano preciosos y dignos auxiliares de +la religión. + +Con notable injusticia se acusa á la Compañía de que aniquila las +voluntades y nivela y pone trabas á los entendimientos con los firmes y +duros lazos de su obediencia ciega. No puede haber acusación menos +razonable. Jamás se ha formado una sociedad con el intento de producir +_genios_. El genio es una virtud ó un poder que tiene algo de +sobrehumano, y que aparece individualmente en el espíritu de este ó +aquel hombre cuando Dios ó la naturaleza así lo decretan. Y este genio, +virtud ó poder, ni hay sociedad que le cree ni tampoco hay sociedad que +le destruya. Es además harto arbitrario y vago el determinar ó medir la +altura que ha de tener un hombre para ser genio y no ser medianía. No +seré yo quien clasifique y coloque entre las medianías ó entre los +genios á muchísimos Padres de la Compañía de Jesús; pero sí me atrevo á +asegurar que, durante los tres siglos XVI, XVII y XVIII, hasta después +de su extinción bajo el pontificado de Clemente XIV, figura en ella una +brillantísima serie de varones admirables por la acción, como +predicadores, viajeros, mártires heróicos y exploradores atrevidos de +países incógnitos y bárbaros, y una lucidísima cohorte de hombres +eminentes en ciencias y en letras, descollando entre ellos muchísimos +españoles, por lo cual, estando España hoy tan decaída, no goza acaso el +nombre de ellos de toda la fama y el alto aplauso que merecen. + +Para infundir en la mente de mis lectores un elevadísimo concepto y para +entonar un himno en alabanza de la Compañía de Jesús, no he de ir yo á +buscar frases y datos en libros escritos por jesuítas, ni en +disertaciones é historias de católicos fervorosos y hasta fanáticos, +sino que tomaré los datos y frases en un autor inglés, criado en el +protestantismo y librepensador más tarde: en el famoso historiador y +_ensayista_ lord Macaulay. Harto merece ser traducido todo lo que él +dice de los jesuítas y de su fundador; pero, á fin de no ser prolijo, me +limitaré á traducir algunos trozos. «Ignacio de Loyola en la gran +reacción católica tuvo la misma parte que Lutero en el gran movimiento +del protestantismo. Pobre, obscuro, sin protector, sin recomendaciones, +entró en Roma, donde hoy dos regios templos, ricos en pinturas y en +mármoles y jaspes, conmemoran sus grandes servicios á la Iglesia; donde +su imagen está esculpida en plata maciza; donde sus huesos, en una urna +cubierta de joyas, se ven colocados ante el altar de Dios. Su actividad +y su celo vencieron todas las oposiciones, y bajo su mando el orden de +los jesuítas empezó á existir y creció rápidamente hasta el colmo de sus +gigantescos poderes. Con qué vehemencia, con qué política, con qué +exacta disciplina, con qué valor indomable, con qué abnegación, con qué +olvido de los más queridos lazos de amistad y parentesco, con qué +intensa y firme devoción á un fin único, con qué poco escrupulosa +laxitud y versatilidad en la elección de los medios riñeron los jesuítas +la batalla de su Iglesia, está escrito en cada página de los anales de +Europa, durante muchas generaciones. En el Orden de Jesús se concentró +la quinta esencia del espíritu católico: la historia del Orden de Jesús +es la historia de la gran reacción del catolicismo. Este Orden se +apoderó de todos los medios y fuerzas con que se dirige y manda el +espíritu del pueblo: del pulpito, de la prensa, del confesionario y de +las academias. Donde predicaba el jesuíta, la iglesia era pequeña para +el auditorio. Su nombre en la primera página aseguraba la circulación de +un libro. A los pies del jesuíta la juventud de la nobleza y de la clase +media era guiada desde la niñez á la edad viril y desde los primeros +rudimentos hasta la filosofía. La literatura y la ciencia, que parecían +haberse asociado con los infieles y con los herejes, volvieron á ser las +aliadas de la ortodoxía. Dominante ya en el Sur de Europa, la grande +Orden se extendió pronto, conquistando y para conquistar. A despecho de +Océanos y desiertos, de hambre y peste, de espías y leyes penales, de +calabozos y torturas y de los más espantosos suplicios, los jesuítas +penetraban, bajo cualquier disfraz, en todos los países; como maestros, +como médicos y como siervos; arguyendo, instruyendo, consolando, +cautivando los corazones de la juventud, animando el valor de los +tímidos, presentando el Crucifijo ante los ojos del moribundo. El orbe +antiguo no fué bastante extenso para la extraña actividad de los +jesuítas. Ellos invadieron todas las regiones que los grandes y +recientes descubrimientos marítimos habían abierto al emprendedor genio +de Europa. Los jesuítas aparecían en las profundidades de las minas del +Perú, en los mercados de esclavos de Africa, en las costas de las islas +de las Especias y en los observatorios de la China; y hacían prosélitos +y conversiones en países adonde ni la avaricia ni la curiosidad habían +tentado aún á sus compatricios para que penetrasen; y predicaban y +disputaban en idiomas de los que ningún otro natural de nuestro +Occidente entendía palabra.» + +Cuando la Reforma se levantó contra la Iglesia católica, el clero +secular y regular, aun en la misma Roma, estaba corrompido y viciado y +hasta lleno de descreimiento: «sólo el Orden de los jesuítas, añade +nuestro historiador, pudo mostrar muchos hombres no inferiores en +sinceridad, constancia, valor y austeridad de vida á los apóstoles de la +Reforma». A los jesuítas, pues, á su poder persuasivo y al influjo de su +palabra, se debió en gran parte la restauración y reverdecimiento en el +seno de la Iglesia católica de aquel hondo sentir religioso y de aquella +«extraña energía que eleva á los hombres sobre el amor del deleite y el +miedo de la pena; que transforma el sacrificio en gloria y que trueca la +muerte en principio de más alta y dichosa vida». + +Declara asimismo Macaulay que el prodigioso cambio, que el triunfo +inesperado del catolicismo sobre el protestantismo se debió en gran +parte á los jesuítas y á la profunda política con que Roma supo valerse +de ellos. «Cincuenta años después de la separación de Lutero, el +catolicismo apenas podía sostenerse en las costas del Mediterráneo: cien +años después apenas podía el protestantismo mantenerse en las orillas +del Báltico. Grandes talentos y grandes virtudes se desplegaron por +ambas partes en esta tremenda lucha. La victoria se declaró al fin en +favor de la Iglesia romana. Al expirar el siglo XVI, la vemos triunfante +y dominante en Francia, en Bélgica, en Baviera, en Bohemia, en Austria, +en Polonia y en Hungría. El protestantismo en los siglos que han venido +después no ha podido reconquistar lo que perdió entonces.» Y añade +Macaulay: «He insistido detenidamente sobre este punto, porque creo que +de las muchas causas á las que debió la Iglesia de Roma su salvación y +su triunfo al terminar el siglo XVI, la causa principal fué la profunda +política con que dicha iglesia se aprovechó del _fanatismo_ de personas +tales como San Ignacio y Santa Teresa.» + +Es muy de notar que esto que Macaulay, con su criterio protestante ó +racionalista, _fanatismo_, podrá ser llamado así por el brio y la +intensidad con que se sintió y se pensó, pero tanto el sentimiento como +el pensamiento, analizados, examinados y juzgados hasta por un hombre +descreído del siglo XIX, fueron, en el siglo XVI, permitánsenos las +palabras, más razonables y más progresistas que cuanto Lulero, Calvino y +los otros apóstoles de la reforma pensaron, sintieron y dijeron. No fué +el misticismo español de entonces huraño, egoísta y meramente +contemplativo, aspirando á elevarse y á unirse con Dios para aniquilarse +allí confundiéndose en la esencia infinita y desvaneciéndose en un +perpetuo _nirvana_. El amor de Dios y la aspiración á unirse con él, +según mil veces lo explican nuestros místicos, fueron una preparación y +habilitación de las almas para que obrasen luego, en la vida terrenal, +inauditos prodigios de amor al prójimo, y para que diesen cima á casi +sobrehumanas empresas. Las almas, según dichos místicos, cuando ardían +en el fuego del amor divino y derretidas por la fuerza de este fuego se +diría que se identificaban con Dios, eran como la espada que parece +fuego en la fragua, de donde sale después con más fino temple y con +superior aptitud para ejercer sus funciones. Lo místico y lo +contemplativo en los jesuítas no fué el fin, sino el medio para +apercibirse á la acción y cobrar fuerzas y virtud mayores con que +alcanzar en ella la victoria. Y no fué la victoria en favor sólo del +catolicismo, sino también para conservar ó restaurar el lazo ó principio +unificante de la civilización europea, que los protestantes habían roto; +para hacer que triunfase dicha civilización, amenazada por nueva +barbarie, y para salvar la libertad y el valor y mérito de nuestras +obras, casi negados por el fatalismo cruel y pesimista con que los +protestantes denigraban y hacían odiosa á la divinidad y esclavizaban á +la humana naturaleza, sacrificándola en aras de una _predestinación_ y +de una _gracia_, caprichosas y ciegas. + +Nadie podrá acusar de jesuítico al célebre y malogrado historiador y +polígrafo Oliveira Martins, y, sin embargo, en este punto que tocamos +ahora, ensalza como nadie á los jesuítas, haciendo que la gloria de +ellos y su triunfo en el Concilio de Trento aparezcan acaso como el +mayor triunfo y como la más espléndida gloria de la civilización ibérica +en el siglo XVI. «Los protestantes, dice Oliveira Martins, no excluyen +las buenas obras; pero no es el mérito de ellas el que redime: es +únicamente el mérito de Cristo, independiente del hombre. Esta doctrina, +añade, es la condenación del hombre y de su actividad, de su voluntad, +de la fuerza íntima que constituye su vida. Condenando al hombre, los +protestantes condenan el mundo: transfiguran la realidad y conducen á +los abismos de la esclavitud trascendente. En cambio, la doctrina de los +jesuítas Salmerón y Lainez, vencedora en Trento, diviniza al mundo y al +hombre, revelando y haciendo resplandecer la justicia de Dios en la fe +del hombre y en sus buenas obras, cuyos méritos elevan á la gracia. El +genio español, añade Oliveira Martins, fué, pues, por la boca elocuente +de Lainez y de Salmerón, el defensor de la cultura humana, deteniendo á +Europa en la pendiente de una predestinación fatalista.» + +Debo observar que yo no cito aquí á Oliveira Martins como quien cita á +un padre de la Iglesia; que en asunto tan difícil como la conciliación +de la gracia y del libre albedrío, no le doy autoridad alguna; y que no +hago á los jesuítas pelagianos, ó semi-pelagianos, para ponderar lo que +valían. Sólo afirmo que, sin incurrir en error contra la fe, porque ni +el molinismo, ni menos su mitigación por el congruismo de Suárez, fueron +nunca calificados de heréticos, los jesuítas defendieron y sostuvieron +la libertad del hombre, sin salir fuera del circulo de la creencia +católica, y en cuestión la más oscura y difícil de la teología, y aun de +todo pensar filosófico, por donde será siempro para teólogos y filósofos +manantial y semillero de disputas hasta la consumación de los siglos. No +quiero seguir ponderando aquí y recapitulando todo lo que en alabanza de +los jesuítas puede decirse y se ha dicho hasta la extinción de la Orden +en el siglo pasado. Las acusaciones lanzadas contra ellos y la multitud +de enemigos acérrimos que tuvieron, primero entre los protestantes, +después entre los jansenistas, y, por último, entre los librepensadores, +redundan en cierto modo en elogio de los jesuítas, ya que prueban el +extraordinario poder y la importancia que tenían. El mérito de ellos, no +obstante, tiene que ser reconocido hasta por sus mayores contrarios, si +se precian de candorosos é imparciales. Así, por ejemplo, Mosheim dice: +«El candor y la imparcialidad me obligan á confesar que los adversarios +de los jesuítas, al mostrar la torpeza y negrura de varias de sus +máximas y opiniones, han ido más allá de lo que debían, y han exagerado +las cosas para abrir más extenso campo á su celo y á su elocuencia. +Fácil me sería probarlo con ejemplos sacados de las doctrinas de la +_probabilidad_ y de la _restricción mental_, imputadas como un crimen á +los jesuítas; pero esto me apartaría demasiadodemi asunto. Observaré +sólo que en la disputa se han atribuido á los jesuítas principios que +sus enemigos sacan por inducción de la doctrina de ellos, sin que ellos +los confiesen; que no siempre han interpretado sus términos y sus +expresiones en el verdadero sentido, y que nos han presentado las +consecuencias de su sistema de una manera parcial, que no está de +acuerdo con la equidad exacta.» + +Esta confesión de Mosheim en favor de los jesuítas los honra mucho, +porque es uno de sus más declarados enemigos, y porque sin nombrarlas +censura de parcialidad y de más ó menos inconsciente falsía las +encomiadas _Provinciales_ de Blas Pascal, obra que, según muchos +afirman, ha hecho más daño á los jesuítas que la indignación de los +soberanos y que todas las calamidades que han caído después sobre su +Orden. + +No he de dilatarme yo más, defendiéndola aquí. No ataca ni condena su +pasado el autor incógnito del libro de que doy cuenta. Sólo añadiré, +para terminar, que nadie puede pretender, ni los más fervorosos +jesuítas, que la Compañía estuvo exenta de faltas y que todos sus +individuos, que se contaban por miles, fueron unos santos, sin pecado y +sin vicio, hasta la extinción de la Compañía en 1773. + +Al caer entonces los jesuítas cayeron como los héroes de una noble +tragedia, donde toda la simpatía y el aplauso fué para las víctimas, y +la reprobación, en los más elevados espíritus, para los tiranos y +opresores; para Pombal, para la Pompadour, para Tanucci y para el conde +de Aranda. Las alabanzas de la Orden extinguida se renovaron ó surgieron +entonces, derramándose sobre ella como sobre fúnebre monumento un +diluvio de flores. Los más eminentes personajes de Europa, aun entre los +no católicos, habían celebrado ó celebraron á los jesuítas: Enrique IV +de Francia, Catalina II de Rusia, Rousseau, Diderot, Leibnitz, Lessing, +Herder y mil otros. + +Voltaire dice de ellos: «Tienen escritores de un mérito raro, sabios, +hombres elocuentes y _genios_.» D'Alembert: «Los jesuítas se han +empleado con éxito en todos los géneros: elocuencia, historia, +antigüedades, geometría y literatura profunda y agradable. Apenas hay +disciplina en que no cuenten ellos hombres de primer orden.» + +Federico el Grande de Prusia, escribía á Voltaire: «Esta Orden ha dado á +Francia hombres del _genio_ más elevado.» + +Después de suprimida la Compañía, los jesuítas, arrojados impíamente de +todos los dominios españoles y refugiados en Italia, se esmeraron en dar +clarísimo testimonio y brillantes muestras de su valer, redundando así +cuanto hicieron en mayor vergüenza y descrédito de sus perseguidores y +en alta honra de España, su patria. + +Jamás, desde la toma de Constantinopla por los turcos y la venida á +Italia de los sabios griegos, había penetrado en aquella península +hueste más lucida y docta de extranjeros fugitivos. La historia +científica y literaria de los ex jesuítas españoles, que por toda Italia +se difundieron, carece todavía de un historiador digno. De esperar es +que lo sea con el tiempo el erudito y elegante escritor D. Marcelino +Menéndez y Pelayo. Entre tanto, no faltan eruditos italianos que se +ocupen con amor en este asunto. Recientemente la Real Academia de +Ciencias de Turín ha publicado sobre él una hermosa memoria, debida al +saber y talento del doctor Victorio Cian. Al dar cuenta de esta memoria +el ya citado Menéndez y Pelayo, en el número de Enero último de la +_Revista critica de historia y literatura_, amplifica y esclarece las +noticias del Doctor Cian con no pocas más que demuestran la importancia +y el valer de aquellos nuestros ilustres compatriotas. Los Padres +Andrés, Arteaga, Eximeno y Masdeu son elogiados por el Dr. Cian según su +mérito; pero en cambio, sólo hace rápida mención de Hervás y Panduro, +creador de una nueva ciencia: la filología comparativa; del Padre Juan +Bautista Gener, autor de los seis primeros tomos de una enciclopedia +teológica, que implica la renovación de los estudios eclesiásticos; del +Padre Tomás Serrano, elegante y sabio humanista; del gramático Garcés, +cuyo libro del _Vigor y elegancia de la lengua castellana_ se lee aún +con fruto; del Padre Aponte, egregio helenista, maestro del cardenal +Mezzofanti; del insigne historiador de Méjico Clavijero; del naturalista +chileno Molina; de Landival, cuya _Rusticatio Mexicana_ es uno de los +más curiosos poemas de la latinidad moderna, hasta por lo original y +exótico del asunto, y de Márquez, tan benemérito, por sus libros, de la +arqueología romana y de la historia de la arquitectura. + +Aunque el Dr. Cian diga poco ó nada sobre los mencionados escritores, +todavía basta con los que celebra para hacer que se forme elevadísimo +concepto de los jesuítas españoles emigrados en Italia y de cuanto +trabajaron y escribieron desde 1767 hasta 1814. Acrecientan la elevación +de este concepto, las nobles palabras con que el Dr. Cian termina y +resume su memoria: «Aquellos hombres--dice--arrojados de su patria, +obligados á vivir entre las desconfianzas, las envidias, los rencores +antiguos y recientes, en país extranjero, guardan celosamente el culto +de la patria en su corazón, y al mismo tiempo se enlazan en afectuosa +amistad con algunos de los nuestros y de los mejores, estudian y adoptan +é ilustran la lengua y la literatura del país que les ha dado +hospitalidad; pero cuando ven que algún italiano quiere lanzar la más +leve sombra sobre el honor literario de España, se levantan con fiereza +caballeresca, propia de su raza, y no temen defenderse, y pasar muchas +veces de la defensa á la ofensa vigorosa y audaz... No podemos menos de +sentir una admiración profunda por estos emigrados que en tan breve +período de años respondieron tranquilos y altivos, con la mejor de las +venganzas, á las injurias de la fortuna, á las persecuciones, á los +odios de los hombres que pretendían extinguirlos; y se levantaron y se +purificaron á los ojos de la historia, á nuestros propios ojos, á los +ojos de aquellos mismos que creían y aspiraban á verlos aniquilados para +siempre. Su producción múltiple, varia y á veces profunda y original, es +un fenómeno singularísimo. En vano se buscaría en la historia de las +literaturas europeas otro fenómeno semejante de _colonización +literaria_; violenta, forzada en sus causas y en los medios con que fué +realizada; espontánea, duradera y digna en sus complejas +manifestaciones; útil y gloriosa para aquellos colonos, dotados de +extraordinaria flexibilidad y gran virtud asimiladora; no ingloriosa +para la madre patria que los desterraba; ventajosa y honorífica para la +nueva patria latina que los acogía en su seno hospitalario.» + +Harto reconocerá el lector por lo expuesto hasta aquí que yo soy un +admirador fervoroso y sincero de la antigua Compañía de Jesús; pero esto +no se opone á que yo dé crédito é importancia á las tremendas +acusaciones que lanza contra la Compañía el autor anónimo, cuyo libro me +induce á escribir este articulo. + +No recuerdo quien dijo, tal vez fué Cervantes, que las segundas partes +nunca fueron buenas; y yo confieso que me siento inclinado á aplicar el +dicho á la Compañía de Jesús restaurada, desde 1814 hasta ahora. + +La primera revolución francesa, con tantos horrores y tanta sangre y +dando por último resultado á un déspota que sin propósito fijo, +civilizador y humano, mantiene durante años la confusión y la guerra en +Europa; la propensión del pensamiento filosófico hacia el pesimismo y +hacia el más grosero ateísmo y la aparición ó la mayor difusión y el más +hondo arraigo de espantosas doctrinas que, no sólo tiran á subvertir el +organismo social, sino á arrancar de cuajo los fundamentos en que el +orden actual se sostiene, han apocado acaso, con la repugnancia y el +terror que inspiran, el espíritu religioso de muchos individuos é +instituciones, y entre éstas la de los jesuítas sin duda. Lo cierto es +que ya no son como eran antes. A mi ver, ya no pueden decir: _sint ut +sunt, aut non sint_. Ya son otros de lo que eran. Antes, al defender la +fe católica, de que se hicieron y fueron maravillosos adalides, se +pusieron en el camino del progreso, á la cabeza de la humanidad, +levantando el lábaro y apareciendo casi, así por el amor de la religión +como por el amor de la ciencia, semejantes á la columna de fuego que +guió en el desierto á los israelitas durante la noche. + +Hoy, por el contrario, faltos de fe los jesuítas y engañados por el +pesimismo, imaginan sin duda que la civilización ha descarrilado, que se +ha extraviado, saliendo de la senda que debía seguir, y en vez de +ponerse delante y servir de guía, se han puesto á la zaga y hacen todos +los posibles esfuerzos porque ceje y retroceda hacia un punto absurdo y +fantástico que jamás existió y con el que ellos sueñan. De aquí que todo +progreso, toda elevada cultura, todo pensamiento sano de libertad y de +mejoras, sea tildado por ellos de _liberalismo_ y aborrecido de muerte. +Esto es peor que carecer de un ideal, es tener un ideal falso é +inasequible por ser contrario á las ideas y á las esperanzas de la +porción más activa, inteligente y hábil de la novísima sociedad humana. + +En esta situación, sin verdadero entusiasmo, porque reacción tan +disparatada no puede inspirarle, no es extraño que los jesuítas modernos +tengan todas las flaquezas y pequeñeces é incurran en cuantos vicios y +pecados el autor anónimo les imputa en su iracunda y despiadada sátira. + +Todo lo que el autor anónimo nos declara que hay ahora de malo en la +Compañía, pudo existir y existió probablemente en ella, hasta cierto +punto, desde su origen. No era posible que entre millares de hombres, +formando una asociación poderosísima, no se albergasen la ambición, la +codicia, el apetito de deleites y regalos y otras mundanas pasiones; +pero entonces era tan elevado el propósito, era tan generoso y fecundo +el pensamiento capital que informaba á la Compañía, y era tan numerosa y +refulgente la falange de sus héroes, de sus santos, de sus exploradores, +de sus sabios y de sus mártires, que deslumbraba con su resplandor y no +dejaba ver lo vicioso y lo malo que había en la Compañía y que es tan +inherente y propio y tan difícil de extirpar por completo de nuestra +decaída naturaleza. + +Es asimismo de recelar que el jesuitismo moderno, si bien fustiga con +sobrada acritud los vicios del día, se haya dejado, sin sentirlo, +inficionar por algunos de ellos, y en particular por los que afean más +ahora á las clases medias y elevadas de la sociedad, con las que los +jesuítas tratan y alternan frecuentemente. La afición, pues, al regalo, +á la pompa, á ciertos refinamientos y elegancias y al dinero que lo +proporciona todo, no deja de ser natural que se haya infiltrado en las +almas de los decaídos sucesores de Francisco Javier, de Francisco de +Borja, y de tantos y tantos gloriosos misioneros, confesores y mártires +de la fe de Cristo. + +Cuantos hechos, anécdotas y casos refiere el autor incógnito para +rebajar y humillar á los jesuítas del día, tienen traza de verdaderos y +dejan harto mal parados á los Padres. Referidos con notable primor de +estilo, desenfado y gracia, entretienen tanto ó más que una novela +picaresca. Así los dos capítulos _Cuestión de cuartos_ y _Los dineros +del sacristán_, nos pintan á los Padres sedientos de oro y valiéndose +para adquirirle de mil medios poco decorosos; de la usura, del agio y de +la adulación para con los ricos, á fin de conseguir de ellos donaciones +y herencias: y nos los pintan al mismo tiempo manirrotos, despilfarrados +y faltos de juicio, de buen gusto y de previsión, para gastar, ó más +bien para derrochar estas poco bien adquiridas riquezas. En el capítulo +_El Politiqueo_ aparecen los Padres como facciosos, excitadores á guerra +civil y tan partidarios de D. Carlos, que cantaban el _Te Deum_ cuando +ocurría algún suceso funesto para las armas de España, v. gr.: la muerte +del caballeroso y heróico marqués del Duero. + +Para no fatigar á los que me lean no seguiré extractando aquí el inmenso +cúmulo de acusaciones que lanza contra los jesuítas el autor anónimo. +Recomendaré, sin embargo, la lectura del capítulo _El Mujerío_, porque +tiene muchísimo chiste. Sobre todo en cuanto se refiere á las relaciones +espirituales de los Padres con las duquesas, marquesas y condesitas, y +en la descripción que hace de la devoción elegante, del misticismo +cómodo y de la religiosidad _high life_ y á la moda. + +Todo esto, no obstante, por más que sea digno de reprobación y deba ser +condenado en este, en aquel ó en el otro individuo, tal vez afecte menos +á la Compañía en general de lo que el autor anónimo imagina y pretende. +En una asociación tan numerosa y que alcanza extraordinario influjo y +crédito, es difícil, es casi imposible evitar que algunos, que tal vez +muchos de los que á la asociación pertenecen, no se prevalgan de ese +influjo y de ese crédito para lograr provechos y ventajas materiales. Y +por otra parte, el despilfarro de esos provechos, casi siempre en cosas +deleitables para la colectividad ó que satisfacen y lisonjean su +orgullo, prueba que no hay grande egoísmo en el individuo que los ha +logrado, é inclina á creer que la codicia jesuítica más que viciosa es +poco juiciosa. + +En mi sentir, pues, los capítulos de mayores culpas del libro del autor +anónimo contra los jesuítas, son los dos que se titulan: _De ciencia y +tantidad_, _la mitad de la mitad_. + +Ni en ciencia, ni en literatura ni en artes, llegan hoy los jesuítas de +España á lo que fueron en lo pasado. Quedan además muy por bajo del +nivel de los escritores seglares y de los escritores del clero y de los +otros institutos religiosos. La fama al menos no hace resonar mucho sus +nombres ni difunde su gloria. + +En este punto, sin embargo, y si hemos de dar crédito al autor anónimo y +no tildar de exageración sus alabanzas, él las prodiga de tal suerte al +P. Juan José Urraburu, que le coloca muy por encima de todos los +filósofos, pensadores y escritores aficionados á la filosofía que ha +habido en nuestra nación en el siglo presente. No he de negar yo que +sean muy estimables las obras filosóficas de Balmes, del P. Zeferino +González, de D. Manuel Orti y Lara, de Sanz del Rio y de la turba de sus +prosélitos; pero de ninguno de ellos se podría afirmar sin exagerada +benevolencia lo que el autor anónimo afirma de la obra filosófica del P. +Juan José Urraburu, declarando que es notabilísima, que hace honor á +España, y que debe contarse entre las mejores, si ya no es la mejor +publicada en Europa, después de la restauración filosófica pregonada por +León XIII. Es cierto que el autor anónimo limita luego la alabanza, +considerando la obra del P. Urraburu como mera exposición de la sana +filosofía escolástica. Pero aun así, la alabanza es muy grande, si la +tal exposición es completa y si es la mejor que se ha hecho en Europa, +comparando bien la antigua filosofía que expone, con todos los +ulteriores sistemas, y sacándola ilesa de los ataques, y victoriosa y +colocada por cima de todos. + +Fuera de los méritos de este P. Urraburu, del que confieso ingenuamente +que ni había oído hablar, poco ó nada hay que el autor anónimo celebre y +estime en algo, en el movimiento intelectual de los jesuítas. Y la +verdad es que ninguno de sus escritos ha alcanzado en España la +popularidad y el aplauso que las obras de otros escritores +pertenecientes al clero. No tienen poetas como Mosén Jacinto Verdaguer; +ni ardientes y fervorosos polemistas como D. Miguel Sánchez; ni +entusiastas y candorosos moralizadores, de fecunda inspiración popular, +como el excelente P. Claret, harto injustamente ridiculizado por la +pasión política y por la ligereza de liberales y librepensadores. + +La revista _El Mensajero del Corazón de Jesús_, está, según el autor +anónimo, muy por bajo de _La Ciudad de Dios_, de los Padres Agustinos. Y +lo que más desgracia dicha revista ó _Mensajero_, siempre, según nuestro +autor, son las novelas y cuentecitos que allí se insertan, «donde +hierven tales osadías de ideas y tales arrojamientos de frases y de +palabras, y donde se refieren lances y percances tan crudos y poco +decentes y situaciones tan escandalosas, que muchos padres de familia, +luego que recibían el tal _Mensajero_, le escondían con cuidado para que +no le leyesen sus hijas». + +Son más de extrañar estas libertades si se atiende, según afirma el +autor anónimo, á que los Padres jesuítas de España han censurado al +Cardenal Wiseman por su _Fabiola_ y al inocentísimo Fernán Caballero por +varias de sus novelas, y á que (¡apenas parece creíble!), en un gran +colegio de la Compañía celebraron una muy devota procesión y quemaron +muchos libros por impíos, liberales y poco decentes, entre ellos _El +Quijote_. + +El autor anónimo niega también historiadores á la moderna Compañía de +Jesús en España. + +En lo que toca á ciencias naturales, no tienen nada de que jactarse. No +sólo, dice, «no pueden presentar una obra como la del Agustino P. Blanco +sobre la flora de Filipinas, pero ni un observador de la naturaleza como +el escolapio Padre Ainza». + +En mi sentir, hay un punto sobre el cual no vierte bastante luz el autor +anónimo, ni nos habilita, fiándonos de lo que dice, para dar una +sentencia adversa ó favorable. Es este punto la virtud ó capacidad +docente de los Padres de la Compañía. Sobre ello, por lo tanto, no +daremos nuestra opinión, pero sí diremos que la del público en general +es muy favorable á los Padres, y lo prueban la multitud de colegios que +tienen, su prosperidad, y el empeño con que muchas personas, hasta +opuestas al jesuitismo, liberales y librepensadoras, envían á sus hijos +á los colegios de los jesuítas para que allí se eduquen. Y no puede +negarse que el buen éxito de los jesuítas en este ministerio de la +enseñanza de la juventud produce y puede producir los mejores efectos, +aunque no sea más que despertando la emulación y excitando el celo de +otros establecimientos pedagógicos, ya, por ejemplo de los Institutos +oficiales y laicos, ya de otras Ordenes religiosas ó clericales +congregaciones. Los Padres Augustinos, sin duda, se esmerarán más en sus +enseñanzas para competir con los Padres de la Compañía y vencerlos, si +pueden. Y es probable, que, contemplando la prosperidad y crédito de los +jesuítas como cuerpo docente, los canónigos del Sacro Monte se hayan +animado y resuelto á ampliar los estudios de su colegio, convirtiéndole +en Universidad católica, donde ya se enseña la jurisprudencia y donde se +aspira y se quiere enseñar (como complemento y corona de las asignaturas +de teología), griego, hebreo y árabe y otras lenguas orientales, así +como muchas ciencias profanas y muchas teorías y descubrimientos +novísimos, á fin de ponerlos en armonía con la Religión revelada y de +que valgan para su sostén y concurran á su triunfo en vez de parecer, +como parecen, un ariete en manos de los incrédulos. + +Concretándome ahora al examen del libro del autor anónimo, y expresando +aquí sobre él mi parecer franco y sincero; diré, para concluir, aunque +me acusen como han sido acusados con frecuencia los jesuítas de tener la +manga muy ancha, que los pecados y vicios que saca á la vergüenza el +autor anónimo, si bien sería de desear que no los hubiese, no me mueven +tanto á condenar la Compañía, compuesta de seres humanos, entre los +cuales no puede menos de haber bastantes pecadores, como la carencia del +espíritu elevado, amplio, civilizador y progresivo que la inspiró en +mejores días. Volver á informarse de este espíritu es, en mi sentir, lo +que la Compañía necesita, y no las mejoras y modificaciones de sus +institutos, que el autor anónimo propone, manifestando deseo de que la +Iglesia las adopte y establezca. + +No va por un lado el espíritu del siglo y no va por el lado opuesto el +espíritu de la verdadera Religión. Ambos caminan y deben caminar unidos +á fin de que la mente y el corazón de los hombres se eleven á superiores +esferas. Cristo no enseñó cuanto hay que saber, sino que dejó mucho, aun +en las cosas más esenciales, para que los hombres lo averiguasen y lo +enseñasen con el transcurso del tiempo. El adelanto, el desenvolvimiento +de la metafísica y de toda doctrina social, política y hasta ética, no +está reñido con la revelación, que no fué ni pudo ser de una vez, sino +que, en cierto modo y altamente aceptada, es progresiva. Las mismas +palabras del Redentor lo declaran: _Adhuc multa habeo vobis dicere, sed +non potesti portare modo_. Lo que entonces no dijo Cristo, porque no +hubieran acertado á entenderle; lo que, aun después de descender sobre +los apóstoles las lenguas de fuego, cuando estaban congregados en el +Cenáculo, no quiere ó no puede revelar San Pablo, constituye la ulterior +revelación, y presta, digámoslo así, una flexibilidad sublime á nuestro +dogma religioso, que le hace capaz de contener dentro de sí, sin +romperse ni quebrantarse, toda civilización futura, por grande y +maravillosa que sea. + +Yo entiendo, pues, que la mejor reforma que pudieran adoptar los +jesuítas sería la de inspirarse en tan sublime y fundamental pensamiento +que, sin salir fuera de las vías católicas y sin cobardes +condescendencias y transacciones con incrédulos é infieles, hiciese +posible la aspiración de Jaime Freeman Clarke al terminar su obra sobre +las _Diez grandes Religiones_, y al proclamar la cristiana como la +religión definitiva é imperecedera del humano linaje: que no se amengüe +la libertad del espíritu; que no se acepte con ceguedad lo que +contradiga al sentido común; que no se achique ó mutile la ciencia por +miedo de que triunfe de la fe; que ningún placer inocente, que ninguna +natural alegría de la vida y que nada de cuanto hay de hermoso en la +literatura, en el arte, en la sociedad y en el hogar doméstico, sea +sacrificado; sino que todos los hombres vengan á Jesús y hallen en Él el +medio más poderoso de elevarse hasta su Eterno Padre y la revelación más +cumplida de perdón, paz, esperanza y vida eterna, indispensable para el +desarrollo perfecto y completísimo de nuestro ser humano. + +En los jesuítas hay en nuestro tiempo una limitación y una estrechez de +miras harto contrarias á las susodichas aspiraciones. Se olvidan de que +la letra mata y el espíritu vivifica, y se olvidan de que el espíritu de +verdad hará resplandecer toda verdad ante los ojos de los que le +siguen. + +[Illustration] + + + + +SOBRE DOS TREMENDAS ACUSACIONES + +CONTRA ESPAÑA, DEL ANGLO-AMERICANO DRAPER + + _Influencia del elemento indígena en la cultura de los moros del + reino de Granada_, por D. Francisco Javier Simonet. _¿Shall Cuba be + free?_ (Artículo de Clarence King, en la revista de Nueva York _The + Forum_.) + + +El librito cuyo titulo va en el epígrafe contiene en pocas páginas +bastantes datos y mucha doctrina; mas, no sólo por esto, sino por las +ideas que sugiere y por los comentarios de que puede ser objeto, ha +llamado mi atención y me ha movido á llamar también sobre él, si puedo, +la atención del público. + +El Sr. Simonet, autor del librito, es un arabista de reconocido mérito, +de grande ilustración y catedrático en Granada de la lengua del Yemen. +Ha publicado ya varios libros en que muestra su mucho saber. Uno de +ellos ha sido premiado por la Real Academia Española, y otro ha sido +premiado por la Real Academia de la Historia. + +La obra de que nosotros vamos á hablar es menos fundamental y profunda: +es una obra de divulgación. Y si bien trata de sucesos, pasados ya hace +siglos, tiene, en nuestro sentir, un interés de actualidad. + +En las naciones extranjeras abundan los escritores desapasionados y +juiciosos, de quienes no podemos quejarnos; pero no escasean tampoco los +escritores violentos, ciegos de furor, fanáticos con el fanatismo que +hoy se estila, y tan acérrimos enemigos de España, que no hay crimen, +maldad é infamia que no atribuyan á nuestra nación, infiriendo de ahí +que la postración y decadencia en que hoy estamos es un justo castigo de +Dios, y, si no cree en Dios el que de esta suerte quiere requebrarnos, +una ineludible consecuencia de las leyes fatales, impuestas no se sabe +por quién, que dirigen y ordenan la marcha de la humanidad á través de +los siglos. + +Con algunos autores tenemos cierta disculpa, ya que para ellos no hay +responsabilidad ni libre albedrío. Todo ó casi todo depende del medio +ambiente. Y si nosotros somos crueles, codiciosos, traicioneros, y sobre +todo temerosos de Dios, que, según Buckle, es la peor de las cualidades, +todo ello consiste en que en España no hay lluvias regulares sino +feroces tormentas y prolongadas sequías, y además tal multitud de +terremotos, que nos tienen siempre con el alma en un hilo y con el +corazón en un puño y producen en nosotros la crueldad y la intolerancia +religiosas. + +En prueba de que no exagero y de que no pueden ser más atroces las +injurias que nos dirigen algunos escritores, cuyas obras se traducen al +castellano, teniendo acaso nuestro público el mal gusto de estimarlas y +la candidez de creer lo que dicen, citaré al célebre catedrático de la +Universidad de Nueva York, Juan Guillermo Draper, el cual, en su +_Historia del desenvolvimiento intelectual de Europa_, asegura que +España, en justo castigo de sus espantosos crímenes, está hoy convertida +en un horrible esqueleto entre las naciones vivas, y añade Draper: «si +este justo castigo no hubiera caído sobre España, los hombres hubieran +ciertamente dicho: «no hay retribución: no hay Dios.» Por donde se ve +que es un bien y no un mal el que este pobre país esté muy perdido, +porque mientras peor estemos, mayores y más luminosas serán las pruebas +de la existencia de Dios y de su justicia. Largo es, muy largo, el +capítulo de culpas que Draper nos echa á cuestas; pero las dos culpas +más enormes, son las de haber destruido por completo, ó casi por +completo, dos civilizaciones; la oriental y la occidental. + +La primera de estas dos acusaciones no es tan ridicula como la segunda, +de que hablaremos después, mas no por eso es menos falsa. + +Indudablemente, los árabes, antes del Islam, poseían cierta extraña +cultura, en algunos puntos patriarcal y propia de pueblos nómadas y +pastores; en otros puntos, como por ejemplo en la poesía, hasta +refinada. Cuando entusiasmados por las predicaciones de su profeta, se +arrojaron á conquistar el mundo, no se puede decir que fuesen bárbaros. +Tal vez por no serlo y por hallarse muchos países vejados, humillados y +oprimidos por razas conquistadoras y por gobiernos despóticos, les fue +fácil conquistarlos. Tal vez fueron recibidos como libertadores en +algunos países, ó el pueblo al menos se sometió con docilidad á su yugo, +no hallándole más pesado que el que antes sufría. Así se explica, por +ejemplo, que cuatro ó cinco mil muslimes conquistasen el Egipto. Así se +explica que no muchos más hiciesen la conquista de España. En poco +tiempo se extendió el imperio musulmán desde la India y las fronteras de +la China hasta el Mediodía de Francia, salvando los Pirineos. Los +árabes, sin embargo, no eran muchos, y arrastraron en su expansión, +valiéndose de ellas para triunfar, á hordas bárbaras ó semi-salvajes, +como los habitantes del Norte de Africa, mauritanos, bereberes, ó como +queramos llamarlos. En España se llamaron y se llaman moros. Sin duda +por cada árabe de los que vinieron á la conquista de España, bien se +puede suponer que hubo un centenar de moros. Y esto en el principio, +mientras España estuvo sometida al califato de Oriente, y también, así +durante la independencia de la España musulmana del mencionado califato, +como desde la fundación del de Córdoba hasta su desmembración y ruina +después de la muerte de Almanzor. La multitud de reyezuelos que +surgieron de la ruina del califato, cuando no eran renegados españoles, +eran moros y no árabes. Y, por último, en la época de las dos primeras +grandes invasiones africanas, la de los almoravides y la de los +almohades, que en España prevalecieron y duraron, el elemento arábigo +entró por muy poco. Los invasores y dominadores de España fueron +africanos bárbaros, que no pudieron traer ni trajeron ningún principio +civilizador á nuestra Península. Aquí fue donde se domesticaron y +civilizaron algo, sometiéndose sin sentirlo los vencedores á la superior +inteligencia y saber de los vencidos y al influjo que de esto nace. + +Los árabes mismos no poseían, al extenderse por el mundo y al apoderarse +de España, una civilización superior y propia. Tuvieron, sí, el mérito +de no destruir la civilización de los países que ocuparon: de aceptar y +de recibir en cada región algo de lo que allí se sabía, ya conservándolo +para que no se olvidase ó se perdiese, ya siendo como vehículo para +llevarlo de una región en otra. Esta buena cualidad, que no fue sólo +tolerancia, sino curiosidad simpática y afición respetuosa al saber de +los vencidos, valió de tal suerte que, durante algunos siglos, acaso +hasta después de las últimas cruzadas, pudo creerse que el mundo +musulmán era más culto que el mundo católico, y los espíritus +superficiales pudieron esperar ó temer que el islamismo en Asia, en el +norte de Africa y en España, arrebatase al cristianismo europeo la +bandera del progreso y la antorcha de la cultura. Casi todo este brillo, +sin embargo, y esta aparente superioridad en algunos momentos +históricos, se debieron en todas partes, y más que en ninguna en España, +á la civilización de los vencidos, á veces respetada, por lo cual +merecen los vencedores elogio, á veces viva y retoñando y reverdeciendo +siempre, sin que pudieran los vencedores arrancarla de cuajo, á pesar de +los esfuerzos que hicieron, y al fin sometiéndose á ella. + +En suma, no es posible descubrir en toda la cultura hispano-muslímica +cosa alguna de valer que haya surgido en Arabia ó en Africa, entre +alarbes y moros, y que desde allí haya venido á España. A mi ver, cuanta +alabanza se quiera dar á la cultura muslímica española, es alabanza que +se da á los españoles mahometanos, y no á moros ni á árabes que viniesen +de fuera trayéndonos ciencias, artes ó industrias que aquí no existiesen +ó que aquí no tuviesen origen. + +Por lo demás, yo creo que en la prosperidad y en la grandeza de los +estados ó reinos musulmanes que hubo en España, entran por mucho la +ponderación y la jactancia de los historiadores. Entra también por algo +la manía de no pocos críticos y pensadores modernos, de encarecer ó +ensalzar demasiado cosas que, si bien son bellas ó buenas, no merecen +tan ponderativos encarecimientos. + +Apenas hay gran pueblo, de los que más han figurado en la historia, que +no haya dejado más hermoso y brillante rastro de sí que los árabes en +sus monumentos. + +Se supone, y no he de negar que es suposición muy poética, que la +cultura arábiga, no sé si en España sólo ó también en otros países, +depende ó está ligada á una estrella que los griegos llamaron Canopo y +los árabes Sohail. Esta estrella brilló, siglos ha, muy alto sobre el +horizonte de España. En el día, á causa de la precisión de los +equinoccios, apenas se levanta poco más de un grado sobre el horizonte +de Cádiz. Cuando Sohail desaparezca de nuestro cielo, desaparecerán +también y serán ruinas y escombros los monumentos del arte arábigo que +en España quedan. + +Esperemos que este vaticinio astronómico no se cumpla, para lo cual +importa que haya restauradores artistas como el Sr. Contreras, y que +nuestros ministros de Fomento no escatimen los recursos, no ya para +conservar lo que aún existe, sino para restaurar lo que se halla +lastimosamente medio destruido. Así, por ejemplo, yo no me contento con +que la Alhambra se conserve, sino que, si de mí dependiese, haría +restaurar las dos torres de las Infantas y de la Cautiva, cada una de +las cuales es, ó, mejor dicho, ha sido, y puede volver á ser, una +primorosa filigrana: un palacio ó casa real de la Alhambra en miniatura. + +Acaso como arquitectos es como los árabes son, ó han sido, más +originales. ¿Pero quién negará que su arquitectura tiene escasa majestad +y solidez, y que se distingue y es digna de elogio, más que por nada, +por las menudencias y prolijidades del ornato? + +El edificio más grandioso que de la época muslímica queda en España es +la catedral de Córdoba; la antigua mezquita de Abderraman. Pero en aquel +bosque de columnas que forman las diecinueve naves ó calles, ¿hay +muchas columnas que sean arábicas? ¿No ve, hasta el más profano, que +todas ó casi todas, son de templos cristianos ó gentílicos, de la época +romana ó de la época visigótica, arruinados y despojados por los +muslimes para edificar y hermosear su templo? Este templo, á decir +verdad, no me entusiasma tanto como á otros, en cuyo entusiasmo me +parece advertir no poco de extravagancia. Hasta figurándome la mezquita +integra, en todo su esplendor, sin templo cristiano en su centro y tal +como estaba en la época de los Abderramanes, sin la pared que la limita +ahora hacia el patio de los Naranjos, y dejándose ver desde él toda la +longitud de las diecinueve calles, alumbradas por lámparas de plata y +oro, y hasta figurándome además en todo su esplendor y belleza los +primorosos mosaicos, alicatados y dibujos de la capilla del Mihrab, yo +hallo, y he de confesarlo aquí, aunque se pongan las manos en la cabeza +los que me lean, que me parece más hermoso, más digno, más artístico el +templo cristiano que se levanta ahora en medio de la mezquita y que +tantas y tantas personas lamentan el que allí se haya levantado. Para mi +gusto, no ya el templo en su totalidad, sino alguno de sus pormenores, +como por ejemplo, la sillería del coro, vale más que el Mihrab con todos +sus arabescos y que cuantos primores, labrados con prolijidad bárbara, +contiene y contuvo la mezquita en su época más brillante. + +No discuto aquí si hubiera sido ó no mejor edificar en cualquiera otra +parte el templo cristiano y dejar la mezquita integra y tal como estaba. +Falta de sentido arqueológico y de buena critica de bellas artes puede +afirmarse que hubo en esto; pero, ¿en el siglo XVI, hubiera habido en +cualquiera otra nación de Europa un amor más fino á la arqueología, y un +juicio más claro sobre el valer artístico é histórico de un monumento, +que hubieran impedido, sobreponiéndose al sentimiento religioso, la +construcción de un templo cristiano en el centro de la mezquita? Si por +una parte, algo de la mezquita se destruía, ¿cómo negar por otra que hay +no poco de poético y de sublime en la idea realizada de levantar en +medio del más espléndido santuario del islamismo y del arte oriental +otro magnífico santuario, según el gusto europeo, más adecuado al culto +y glorificación del Dios trino y uno? + +No negaré yo la gracia y el encanto de algunas construcciones arábigas. + +Si los árabes produjeron algo original, fue en arquitectura, aunque tal +vez tomasen mucho del arte bizantino y de la arquitectura de la India y +de la Persia y de otras regiones que invadieron ó conquistaron. + +Aun así es de notar y de deplorar la vida efímera é inconsistente de los +monumentos arábigos. La estrella Sohail no se había ocultado aún bajo el +horizonte de España, y ya no había en Córdoba ni huellas de los palacios +de los califas; Medina-Azahara se había desvanecido; los alcázares y +jardines de Almotamid en Sevilla, de Almotacín en Almería, y de otros +reyezuelos elegantes y sibaríticos, se diría que se los había tragado la +tierra. De ellos no queda una columna en pie; ni huella, ni rastro. +Todavía en Grecia, en Sicilia y en Italia, están erguidos y casi +completos monumentos del arte helénico, anteriores de seis ó siete +siglos á la Era cristiana; en Egipto, en la India y en la Persia y en +otras tierras del centro de Asia, subsisten pasmosas obras que dan +testimonio del poder arquitectónico de pueblos que fueron grandes hace +miles de años, mientras que de los árabes, sobre todo en España y de la +mejor época, apenas queda nada. El mismo alcázar de Sevilla, más que +moro, es mudejar, y honra más el buen gusto del caprichoso y popular +tirano D. Pedro de Castilla, que la elegancia del rey poeta Almotamid, ó +la magnificencia de su tremendo padre, que adornaba sus jardines y las +puertas de su alcázar con las cortadas cabezas de sus enemigos. + +Los encomiadores de los tiempos muslímicos en España ponderan más aún, y +no menos superficialmente, el gran florecimiento y prosperidad á que la +agricultura había llegado entonces. Para las irrigaciones, sobre todo, +no tienen más que alabanzas. Hay quien imagina que España en tiempo de +los moros era toda ella una florida, amena y fructífera huerta, que los +cristianos luego hemos marchitado y destruido. Nada más falso que este +aserto. Bastante digno de encomio hicieron los moros (ó, mejor dicho, +los españoles musulmanes, pues no hay razón para que fuesen moros ó +para que nosotros así los llamemos), á fin de cultivar, regar bien y +hacer productiva la tierra, especialmente en Valencia, Alicante, Murcia +y Granada; pero cuando se estudia bien este asunto, se ve que los +cristianos hicieron más y mejor para el mismo fin después de la +conquista, así en grandiosas y útiles obras hidráulicas, como en leyes y +reglamentos para organizar sabiamente el regadío. D. Jaime I en Aragón y +D. Alfonso el Sabio en Castilla, aunque no tuvieran más que este mérito, +gozarían de inmortal popularidad y serían gloriosos y benditos. Pero hay +más aún: los más colosales trabajos realizados para el riego, trabajos +que pasman por su solidez y magnificencia, son de las épocas en que se +supone á España sumergida en las tinieblas horrorosas de un brutal +fanatismo; son del reinado de Felipe II, bajo cuya protección y por cuya +excitación se construyeron los admirables diques y pantanos de Alicante, +de Elche y de Almansa, ó son del tiempo de Carlos III, bajo cuya +protección y por cuya excitación se hicieron los de Lorca. + +En artes y letras es mayor desatino sostener que los moros importaran +nada en nuestro país, ni influyesen, salvo un poco en la arquitectura, +en el desenvolvimiento intelectual de los españoles. De escultura y +pintura no hay que hablar, pues, aunque, á veces, faltando á los +preceptos de su religión, esculpiesen y pintasen algo, lo por ellos +pintado y esculpido fué grosero y rudo. Así lo atestiguan las esculturas +y las pinturas que en la Alhambra se conservan. Poesía dramática no +tuvieron nunca. Algo de poesía épica ó narrativa puede decirse qué +tuvieron, si bien no tuvieron nada que, ni remotamente, pudiera +compararse, no digamos ya al antiquísimo poema del Cid, pero ni á las +leyendas de santos de Gonzalo de Berceo. De aquí se infiere que nuestra +gran literatura nacional trilingüe, castellana, catalana y portuguesa, +nació ó retoñó en estos idiomas vernáculos, de su antigua raíz y tronco +cristianos y latinos: raíz y tronco firmemente plantados en nuestro +suelo. Y si algo de fuera, si algo extraño vino á ayudar ó á fomentar el +reverdecimiento de esta literatura, vino de Francia y de Italia, y no de +la morería. Por el contrario, yo creo que debe y puede sostenerse que la +pompa oriental, las galas y primores, á veces excesivos, y cierta +redundancia que en nuestra poesía y en nuestra elocuencia se notan +frecuentemente, y aun se censuran, son ya sobras ó defectos que de muy +antiguo tuvieron los españoles, y por los cuales fueron motejados en +Roma Lucano, Séneca y otros prosistas, oradores y poetas de nuestra +patria. + +En las poesías escritas en lengua arábiga por españoles y en España, +aunque durante la dominación muslímica, no hallo difícil percibir, á +través de la forma clásica tomada de la antigua poesía del Yemen y de la +imitación de los verdaderos poetas árabes más famosos y celebrados, +algo, y no poco, en el sentir y en el pensar, nacido en corazones y +espíritus españoles, y que casi de seguro no hubiera nacido jamás en el +alma de un moro de Africa ó de un beduino de Arabia. Este orientalismo +es tan español y tan poco oriental, que á raíz de la última reconquista +se manifiesta esplendorosamente en prosa y en verso en nuestra +literatura española y nace del concepto fantástico, transfigurado y +hermoso, que la mente de los vencedores crea y forma de las costumbres, +usos, pasiones y cultura del pueblo á quien ha vencido. De aquí la +novela caballeresca, la ficción graciosa de Ginés Pérez de Hita. Y de +aquí la multitud de preciosos romances moriscos y el tinte +imaginariamente oriental que engalana tantas de nuestras obras poéticas, +desde los mismos romances moriscos que incluye en sus _Guerras Civiles_ +el mencionado Ginés Pérez de Hita, hasta los admirables romances de +Góngora y de D. Nicolás Moratín, hasta el arabismo cordobés del duque de +Rivas en _El moro expósito_, y hasta los esplendores y ensueños +orientales del valenciano Arolas y del instintivo y popularmente +iluminado poeta Zorrilla en su leyenda de _Alhamar_ y en otras +composiciones y fragmentos. Casi todo esto contiene un arabismo ú +orientalismo hechicero y de color de rosa, tan creado por nosotros, que +bien se puede asegurar que no hay árabe ni moro que, aunque se le +tradujera en su lengua, entendiese palabra de ello. + +¿Ni cómo habían de entender las quintas esencias y los refinamientos +amorosos y místicos que gastan los poetas y algunos de sus héroes, y +los discreteos, delicadezas y finuras de sus galanes y de sus damas? + +No voy á dilucidar aquí si algunas poesías compuestas en España, aunque +en lengua arábiga y por muslimes españoles, pudieron ejercer influjo en +la poesía castellana; si los cristianos conocían dichas poesías +arábigas; si varios romances, como el de _la pérdida de Valencia_, +fueron traducidos ó imitados del árabe; si el arcipreste de Hita, ya en +el fondo, ya en la forma, imitó cantares moriscos; y si la elegía de +Abul-Beka de Ronda, en su primera parte, fué uno de los modelos que tuvo +presente Jorge Manrique cuando compuso sus admirables coplas. Lo que +sostengo es, que, en todo caso, fué cortísimo el influjo é +insignificante la imitación. Schack, por más esfuerzos que hace, tiene +que convenir en que los cristianos españoles conocieron poco la poesía +arábigo-hispana y la imitaron menos, y tiene que convenir también en que +esa poesía arábigo-hispana, más ó menos conocida é imitada, apenas tenía +ya de arábiga sino la lengua en que estaba escrita. + +Pasando ahora de las letras á la ciencia, empezaré por decir que no me +incumbe estimar aquí y tasar en su valor la de los árabes; pero sí +procuraré, aunque sea compendiosa y someramente, hacer tres importantes +afirmaciones. Es la primera la de que España, cuando la conquista +muslímica, tenía su ciencia propia, de la que dan testimonio clarísimo +no pocos escritores y sabios, descollando entre todos San Isidoro de +Sevilla, y que esta ciencia, á pesar de las persecuciones y tiranías de +los conquistadores, continuó luciendo entre los muzárabes ó pueblo +cristiano vencido, y dió altas muestras de sí en el abad Sansón, en San +Eulogio y en Alvaro de Córdoba. Es la segunda que los árabes y los moros +no eran sabios cuando vinieron á España, ni trajeron sabios consigo, de +suerte que los sabios y la sabiduría que hubo más tarde entre ellos, no +deben tenerse por arábigas sino por españolas. Tan español es Averroes +como Séneca, como Luis Vives ó como Domingo de Soto. Y es la tercera +que, lejos de destruir los cristianos españoles la ciencia mucha ó poca +de los españoles muslimes, la protegieron, la fomentaron, se +aprovecharon de ella y la difundieron por toda Europa. En este punto, +más que en ningún otro, la acusación de Draper no puede menos de +atribuirse á mala fe, á ligereza ó á supina ignorancia. + +Otro pueblo, además de los árabes y de los moros, hubo en España durante +toda la Edad Media, el cual, por su larga permanencia entre nosotros +(tal vez, en parte, desde antes de la venida de los romanos), no podía +ser mirado en España como forastero, sino como indígena. Era este pueblo +el israelita, que valió, importó é influyó más que los muslimes en la +civilización del mundo, floreciendo y mostrando tal actividad en España +por su saber, que bien podemos jactarnos de ello como de una gloria. +Maimónides, Ibn Gebirol, los Ben Ezrra, Jehuda-Leví de Toledo y otros +muchos filósofos, doctores y poetas nos pertenecen, como por ejemplo, +Mendelshon ó Enrique Heine pertenecen á Alemania. + +Llamemos ahora, para acomodarnos á la manera vulgar de expresarse, +ciencia arábigo-judaica á toda esta ciencia que floreció en España entre +los españoles que siguieron la ley de Moisés ó la ley de Mahoma. ¿Qué +fundamento hay para asegurar, como asegura Draper, que los cristianos +españoles la destruyeron? + +Los rabinos ilustres, los filósofos y los doctores musulmanes, arrojados +de Andalucía por el fanatismo de los almohades, tuvieron franca acogida +y lograron protección generosa en las cortes de los reyes de Aragón y +Castilla. Así, las célebres escuelas de Lucena y de Córdoba vinieron á +trasladarse á Barcelona y á Toledo. Ansiosos de difundir por el mundo +esta ciencia arábigo-judaica, ya en la primera mitad del siglo XII, el +arzobispo toledano D. Raimundo y sus amigos y clientes hicieron +traducir, tradujeron y dieron á conocer á Francia y á otras naciones +cristianas las obras y doctrinas de Al-kendi, Alfarabi, Avicena, +Avicebrón y otros autores. Sin duda, Domingo Gundisalvo y Juan de +Sevilla fueron los iniciadores y divulgadores primeros de la filosofía y +del saber semíticos en la Europa de la Edad Media. + +Ernesto Renán nos reconoce este mérito y nos concede por ello su nada +sospechosa alabanza, diciendo: «La introducción de los textos árabes en +los estudios occidentales divide la historia científica y filosófica de +la Edad Media en dos épocas enteramente distintas, y el honor de esta +tentativa, que había de tener tan decisivo influjo en la suerte de +Europa, corresponde á Raimundo, arzobispo de Toledo y gran canciller de +Castilla.» + +Claro está que muy fácilmente y con erudición de segunda mano, tomada de +varios autores españoles, entre los cuales sobresalen Menéndez y Pelayo +y Amador de los Ríos, pudiera yo extenderme aquí y convertir en libro +este artículo para demostrar hasta la evidencia que todo el saber +arábigo-judaico de España fue propio de los españoles, y que éstos, no +sólo le crearon, sino que le divulgaron por toda Europa. + +El librito del Sr. Simonet, que da lugar á las consideraciones que hemos +expuesto, las confirma con gran copia de erudición y con multitud de +datos y de hechos, algunos de los cuales citaré en este escrito, +tomándolos al azar ó prefiriéndolos por más curiosos. Muladíes ó +españoles de puro origen, bien probado, ya por documentos históricos, ya +por sus propios nombres de mal disimulada etimología latina ó +peninsular, fueron: «Abdelmelic-ben-Hagib el Asolamí, Ali Ibn-Hazm, el +célebre Ibn Thofail, el insigne botánico malagueño Ihn-Albaithar, el +distinguido gramático Abdalah-Ben-Vivax, el poeta y naturalista Abú +Otzman Ibn Loyon, los literatos y poetas Ibn Corral é Ibn Xalvator ó +Salvador, y hasta el egriego filósofo Ibn Badja ó Pace (desfigurado el +ablativo latino) á quien conocieron los filósofos escolásticos de la +Edad Media con el nombre de Avenpace.» En conclusión (para terminar en +este punto mi artículo, como termina el señor Simonet el libro de que +trato), de los testimonios que hemos alegado se infiere que, ni al +elemento arábigo, ni al berberisco, sino al indígena, se debe, en su +mayor parte, el esplendor literario y artístico del califato cordobés y +del antiguo reino nazarita. Y por si acaso nuestras razones parecieren +poco fuertes, ó inspiradas tal vez por el sentimiento patrio, +concluiremos apoyándolas en la autoridad de un crítico extranjero muy +competente, del alemán Guillermo Lubke, que en su celebrado _Ensayo +sobre la historia del arte_ se expresa así: «Si el arte árabe se +desarrolló en España con más perfección que en los otros países +_islamizados_, se debe sin duda á las relaciones íntimas de moros y +cristianos, en las cuales, éstos comunicaron á aquéllos algo de lo +noble, amable y caballeresco que resplandece en todos los ramos de su +civilización, ciencias, arte y poesía.» + +Saltemos ahora de la llamada civilización oriental á la occidental, que, +según Draper, también hemos destruido. Esta civilización, que Draper +afirma que era superior á la civilización española del siglo XV, es la +americana precolombina. + +Imposible parece que se diga de buena fe tamaño disparate. ¡Qué diantre +de civilización había en América antes de su descubrimiento! Por casi +todas partes era completo el salvajismo. Menos en el Perú, no creo que +en región alguna hubiese animales domésticos. Había en varias tribus +conocimientos elementales de agricultura, pero en las demás se vivía de +la pesca y de la caza, ó los hombres se comían unos á otros. Los +sacrificios humanos exigían millares de víctimas. El perpetuo estado de +guerra y los vicios nefandos destruían la población é impedían su +aumento. En Méjico, que era el imperio más civilizado, no habían +descubierto aún que con un líquido combustible y con una torcida se +podían alumbrar de noche, y la pasaban á oscuras por falta de candiles. +Los jeroglíficos en embrión de aztecas, yucatecos y otros pueblos del +centro de América (aun dando por supuesto que los más significativos y +mejor pintados no son posteriores á la venida de la gente española y no +son obra de indios industriados y medio civilizados ya por nosotros), á +más de ser casi ininteligibles, dejan entrever una cultura harto +inferior á la de los antiguos imperios del centro de Asia más de mil +años antes de Cristo. Si algo hubo de más valor en la antigua +civilización americana, había decaído y se había corrompido ó degradado +antes de llegar los españoles. Poco ó nada tuvimos que destruir nosotros +que no fuera perverso y abominable. En cambio llevamos á América nuestra +propia cultura europea y cristiana, y llevamos el café, la caña de +azúcar, el caballo, la vaca, el carnero, el trigo, las frutas exquisitas +de Europa y de Asia, y otras mil cosas excelentes que por allí no había. + +Se nos acusa de haber procedido con crueldad y codicia y de haber +sometido á duros trabajos y atormentado con atroces castigos á la +población india, hasta el extremo de mermarla y aun de hacerla +desaparecer en algunas regiones. No seré yo quien defienda á todos los +aventureros españoles de entonces, admirables y gloriosos por su +inteligencia y por sus bríos, pero que distan mucho de valer para +modelos de santidad, y que tal vez, como vulgarmente se dice, eran lo +peor de cada casa. Si hubieran sido aventureros ingleses, franceses ó +alemanes los que á fines del siglo XV hubieran ido á América, ¿se +hubieran conducido con más humanidad que los españoles? ¿Fueron más +mansos y amorosos con los indios los alemanes á quienes el emperador +Carlos V concedió que se estableciesen y se extendiesen por las que hoy +son repúblicas de Venezuela y Colombia? ¿Se condujo más afable y +dulcemente, no ya con los indios, sino con los mismos españoles +establecidos en América, el enjambre de piratas, corsarios y +filibusteros que en diferentes épocas fueron allí contra nosotros? + +Los hombres de guerra y de aventuras en todos tiempos, y más aún en el +siglo XVI, no han pecado por lo cariñosos y suaves; y en dicha época +había dos corrientes de sentimientos y de ideas que endurecían más sus +entrañas: el fanatismo religioso de la Edad Media persistente aún, y el +renacimiento pagano, que, al traernos las elegancias y los primores, las +artes y las letras de la clásica antigüedad, nos trajo también no poco +de su corrupción, de sus vicios, de sus pasiones sensuales y de su sed +de deleites y bienes de fortuna. Muchos de estos defectos no podían +menos de tenerlos los aventureros audaces que envió España á América; +pero la misma España no los tenía. ¿Pueden ser más filantrópicas que lo +que son las leyes de Indias? ¿Se mostraron nunca nuestros legisladores +crueles ni faltos de caridad para con los pueblos salvajes ó +semi-salvajes á quienes civilizamos y cristianizamos? ¿Ha habido nunca +pueblo de más _católico_ corazón que el pueblo español? Y digo +_católico_ en el más lato sentido de la palabra, envolviendo en ella el +significado que tienen hoy las palabras _cosmopolitismo_ y +_humanitarismo_. Fr. Bartolomé de las Casas no fué el único defensor de +los indios; fué acaso el más vehemente y atrabiliario; pero antes y +después de él hubo multitud de santos misioneros y de almas piadosas que +defendieron y protegieron á los indios, y desde luego los consideraron +iguales á ellos, y á veces superiores, cuando por su nacimiento, por la +autoridad de que gozaban ó por el respeto que les tenían los de su +casta, eran superiores en su tierra. No sería tan grande la tiranía y la +opresión de España cuando, no sólo igualó al pueblo indio con el pueblo +español, sino que dió cartas y títulos de nobleza á los indios que se +distinguían ó eran ya nobles entre los suyos. Todavía, por ejemplo, es +grande de España y duque, y goza de una pensión cuantiosa entre +nosotros, el sucesor de Moctezuma. + +Y últimamente, con motivo del centenario del descubrimiento de América, +la ilustre duquesa de Alba, ha sacado del archivo de su casa y ha +publicado un tomo voluminoso, donde se contienen multitud de títulos de +nobleza, escudos de armas y honrosos privilegios concedidos por los +monarcas españoles á muchos señores indios á raíz de la conquista. + +En cuanto al pueblo, yo creo, y tengo por seguro, que se puede demostrar +que en muchas de las tierras descubiertas y ocupadas por los españoles +en América, los indios, en vez de perder, ganaron en ser conquistados. +Aun durante la misma conquista, por mucha importancia que se dé á la +superioridad de nuestra caballería, de las armas de fuego y de la +pericia militar, no se comprende cómo unos pocos españoles pudieron +vencer y sujetar con crueldades á grandes muchedumbres y á poderosos +imperios. Esto se comprende mejor, entendido como debe entenderse: +asegurando que los españoles triunfaron porque fueron allí como +libertadores, y ganaron en muchas partes la voluntad y el auxilio de los +indios mal contentos, los cuales lograron sacudir así la tiranía más +espantosa. Es probable que en Otumba hubiese del lado de Hernán Cortés +tantos indios como en el ejército contrario. Y no sin razón nos +auxiliaron, porque salieron ganando en todo. «Antes, como dice Gomara, +pechaban el tercio de lo que cogían y si no pagaban eran reducidos á la +esclavitud ó sacrificados á los ídolos; servían como bestias de carga y +no había año en que no muriesen sacrificados á millares por sus +fanáticos sacerdotes». Después de la conquista, añade Gomara, «son +señores de lo que tienen con tanta libertad que les daña. Pagan tan +pocos tributos que viven holgando. Venden bien y mucho las obras y las +manos. Nadie los fuerza á llevar cargas ni á trabajar. Viven bajo la +jurisdicción de sus antiguos señores, y si éstos faltan, los indios se +eligen señor nuevo y el rey de España confirma la elección. Así que, +nadie piense que les quitasen los señoríos, las haciendas y la libertad, +sino que Dios les hizo merced en ser de españoles, que los +cristianizaron, y que los tratan y que los tienen ni más ni menos que +digo. Diéronles bestias de carga para que no se carguen, y de lana para +que se vistan; y de carne para que coman, ca que les faltaba. +Mostráronles el uso del hierro y del candil, con que mejoran la vida. +Hanles dado moneda para que sepan lo que compran y venden, lo que deben +y lo que tienen. Hanles enseñado latín y ciencias, que vale más que +cuanta plata y oro les tomaron. Porque con letras son verdaderamente +hombres, y de la plata no se aprovechan mucho ni todos. Así que libraron +bien en ser conquistados». + +Yo entiendo que la cándida y sencilla apología que acabo de citar, basta +para prueba de cuán benéfico fué para los indios el triunfo de España +sobre ellos. Dicha sencilla y cándida apología vale más que las +declamaciones pomposas. Los hechos posteriores la confirman plenamente. +Desde el Norte de Méjico hasta el extremo Sur de Chile y de la República +Argentina, sería fácil demostrar que en el día de hoy hay más indios +que hubo nunca y son más felices, mejores y más civilizados que jamás lo +fueron; que bajo el dominio de España los indios que se distinguían ó lo +merecían podían ser cuanto se podía ser entonces en España; generales, +arzobispos, duques, marqueses, y presidentes de tribunales; y que ahora +pueden ser, y son á veces, presidentes de las Repúblicas. En los Estados +Unidos tal vez habrán sido más humanos con los indios. Pero yo no he +visto indios muy en auge en los Estados Unidos, ni que alguno de ellos +figure entre los personajes importantes, que por su riqueza, por su +posición ó por su saber, influyen ni remotamente en el gobierno de la +nación. Tal vez los indios de los Estados Unidos estén acorralados como +en España solemos tener toros bravos en una dehesa ó jabalíes en un +coto, mientras que los indios de las tierras que España y Portugal +ocuparon, ya presiden las Repúblicas como jefes supremos, ya brillan +como oradores en las asambleas legislativas, ya mandan ejércitos, ya +recorren como diplomáticos las cortes de Europa, ya ganan fama y +aplausos escribiendo en la lengua del pueblo que los conquistó elegantes +é inspiradas poesías é interesantes libros en prosa, cuyo valer y mérito +somos los primeros en reconocer nosotros los españoles, no +escatimándoles la alabanza, sino complaciéndonos en darla, acaso y á +veces más allá de lo justo. + +Las tremendas acusaciones de Draper contra España están puestas en su +libro con mero intento teórico, á fin de que en su ramplona filosofía +de la historia figuremos nosotros como un pueblo precito, y á fin de +que, en el drama cuya acción es el desenvolvimiento de la inteligencia +humana y el paso de la edad de la fe á la edad de la razón, haga España +el papel más odioso. Pero en el día se renuevan y se exacerban estas +acusaciones, no ya para filosofar, mas ó menos burdamente, sino para +sacar muy duras consecuencias prácticas contra nosotros. En los Estados +Unidos escriben hoy muchos para denigrarnos como Draper escribía, siendo +lo más gracioso que todo lo que dicen contra nosotros es con el fin de +ensalzar á los cubanos y de afirmar que deben ser independientes y +libres. Acaso el más feroz de estos escritores anti-españoles sea un +cierto Sr. Clarence King, que ha publicado en la revista _The Forum_ un +articulo titulado _¿Ha de ser Cuba libre?_ Un amigo mío anglo-americano +me envió hace un mes dicho artículo, excitándome á que le contestase y +hasta brindándome con que insertaría mi contestación en una revista de +su tierra. + +Las acusaciones del Sr. Clarence King, son menos razonables aún que las +de Draper; pero como llevan el propósito de excitar en los Estados +Unidos el odio y el desprecio contra España y de favorecer á los +rebeldes de Cuba, auxiliándolos y declarándolos beligerantes, creo que +algo conviene decir contestando al Sr. Clarence King, aunque la defensa +que haga yo de España sea ligera, desenfadada y de broma, ya que el +articulo del Sr. Clarence King no merece refutación más seria y +detenida. Lo que diga yo sobre él será como remate y complemento de la +impugnación que la salida de tono y los anatemas de Draper contra España +me han inspirado. + +Empezando ahora por contestar á la acusación que nos dirige el Sr. +Clarence King de haber exterminado la población india de Cuba, que llega +á suponer se elevaba á un millón de almas, diré que parece imposible que +con seriedad se insinúe, ya que no se afirme, semejante disparate. Si á +nosotros, fundándose en él, se nos dice: ¿Qué habéis hecho de ese millón +de almas? ¿Caín, que has hecho de tu hermano?, con la misma razón +podemos suponer nosotros que, en la inmensa extensión de territorio +ocupado hoy por la gran república, había lo menos cuarenta millones de +indios, y preguntar luego con voz fatídica: ¡Caínes! ¿qué habéis hecho +de ellos? + +De todos modos, á mí no parecería razonable dirigirme á los ingleses +pidiéndoles cuenta de esos indios que han desaparecido. Se la pediría en +todo caso á los que se han apoderado de sus bienes después de matarlos y +viven hoy en el territorio que ellos tranquilamente poseían. Porque es +absurdo é irracional, suponiendo que gente de casta española mató á un +millón de indios para apoderarse de Cuba, simpatizar con los herederos y +con los que se aprovechan aún de la matanza y del robo, y condenar por +ese robo y por esa matanza á los españoles de por acá, que desde el +descubrimiento y la conquista de América hasta hoy no han hecho más que +predicar y legislar en favor de los indios. + +Es cosa de risa citar á Hatuei, que dijo que preferiría ir al infierno á +ir al cielo con los españoles, para aplaudir á los descendientes de esos +españoles porque se rebelan contra otros españoles, que no sacaron el +menor provecho de la muerte de Hatuei ni le hicieron el menor agravio. +Todo lo que dice el Sr. Clarence King acerca de esto vendría muy á +propósito si hubiese aún en Cuba descendientes de Hatuei y de sus indios +que apellidasen libertad y que pugnasen por arrojar de Cuba á los +españoles intrusos, lo mismo á Weyler, que á Maceo ó que á Máximo Gómez. + +Otra no menos chistosa acusación del Sr. Clarence King contra nosotros +se funda en la esclavitud de los negros; sosteniendo que, acostumbrados +nosotros á mandar esclavos, no sabemos mandar hombres libres. No parece, +al leer esto, sino que en los Estados Unidos no hubo esclavitud nunca. +Dice también el articulista que España se vió _forzada_ á dar libertad á +sus negros ¿Y quién le hizo tal fuerza? España dió la libertad de grado +y con gusto. Y los propietarios de los negros no se opusieron con las +armas á esta libertad, si bien en Cuba era el darla más difícil, más +perjudicial económicamente y más peligroso que en los Estados Unidos, +aunque no fuese más que porque en Cuba la población negra era tan +numerosa como la blanca. No fué, pues, en España, fué en los Estados +Unidos, ó al menos en mucha parte de ellos, donde se vieron _forzados_ +á dar dicha libertad; donde tuvieron que tragarla á regañadientes, y +donde al que la dió, al libertador glorioso, no faltó quien en premio le +matase de un tiro. + +Por lo demás, la compasión hacia los negros esclavos acaso se pudiese +probar que ha sido más tardía que en nuestra raza en la raza +anglo-sajona, que bastante tiempo ha sido _negrera_, y donde aún, en el +presente siglo, se inventan teorías tan filantrópicas y consoladoras, +como la de Malthus y la del _Struggle for life_. + +No en el día en que los españoles estamos harto abatidos, sino en los +momentos ó en los siglos en que preponderábamos en el mundo, se le +ocurrió á ningún español, que tuviera séquito y que valiera algo, el +considerarse de una raza superior á las demás razas humanas, y el +despreciarlas y humillarlas. Ni cuando el Gran Capitán se enseñoreó de +Italia arrojando á los franceses; ni después de Lepanto, de San Quintín +y de Pavía; ni cuando en Trento prevalecieron nuestros teólogos y +reformando la iglesia oponían fuerte valladar al protestantismo y +trataban de conservar la virtud que informaba y que unía la civilización +europea; ni cuando desde principios del siglo XV, con tenacidad +admirable y con fe constante, agrandábamos experimentalmente el concepto +de las cosas creadas, circunnavegando el planeta, cruzando mares +incógnitos y tenebrosos y descubriendo nuevos mundos y nuevos cielos, +jamás hemos menospreciado á las otras naciones ni las hemos tratado con +insolente orgullo, ni las hemos insultado como en el día se nos insulta. + +A la verdad, ni ahora ni nunca habrá un solo español que rebaje la +gloria de Lincoln; todos ensalzaremos esa gloria, pero alguna, aunque +sea menor, nos toca colectivamente, porque dimos de buena voluntad y no +por fuerza libertad á los esclavos negros de Cuba; y alguna gloria +también, anterior y á mi ver más clara y con algo de divino, nos toca +por haber sido de nuestra raza santos varonescomo Alonso de Sandoval y +Pedro Claver, que hicieron por los negros, en un siglo en que aún se +ignoraba hasta el nombre de filantropía, movidos de caridad cristiana, +obras maravillosas por amor de Dios y de los negros de Africa. + +Supone el Sr. Clarence King que en el carácter español (ya se entiende +que en el de los españoles peninsulares, pues en el de los cubanos, +sobre todo si son rebeldes, ha de haber habido una transformación +dichosa), supone, digo, que en nuestro carácter persiste, en combinación +diabólica, la crueldad pagana de Roma, reforzada y sublimada con feroz +intensidad por la Inquisición. De aquí resulta que el más blando y +humano de nosotros es un Calígula-Torquemada. Y que á fin de evitar que +sigamos haciendo atrocidades contra los pobrecitos é inofensivos +insurrectos, los Estados Unidos tienen el deber moral de reconocer la +beligerancia de dichos señores que no talan, ni incendian, ni saquean, +ni cometen atrocidad alguna. + +Lo de la Inquisición es una cantaleta que nos están dando los +extranjeros desde hace mucho tiempo, y que nos tiene ya tan aburridos, +que casi justifica que algunos españoles se pongan fuera de sí y en +apariencia se vuelvan locos, aunque sean sujetos de mucha madurez y +juicio. Así es que, sin duda por chiste y para lucir la agudeza de su +ingenio, alguien defienda la Inquisición todavía, como por ejemplo, lo +hace con mucha gracia el catedrático D. Juan Manuel Orti y Lara, el cual +llega á exclamar: «¡Oh dichosas cadenas del Santo Oficio, que tan +fuertemente sujetaban al monstruo de la herejía, que no le dejaban +libertad alguna para impedir á los ingenios españoles el vuelo que +tomaron desde las alturas de la fe por las regiones del saber y de la +poesía!» + +Claro está que el monstruo de la herejía, que hoy anda suelto en España +sin que la Inquisición le encadene, no impide al Sr. Orti y Lara que +vuele por donde se le antoje y hasta que haga la apología de la +Inquisición. Pero yo no quiero ni puedo hacerla, y convendré con el +señor Clarence King en que la Inquisición era una infernal maquinaria +muy á propósito para atormentar y matar á la gente. En lo que no +convengo con el Sr. Clarence King, sacando una consecuencia opuesta á la +suya y muy favorable á los españoles, es en que nosotros, poseedores de +la maquinaria susodicha, hayamos atormentado y asesinado jurídicamente á +más personas que las atormentadas y asesinadas jurídicamente en no pocas +naciones extranjeras, donde tal vez y sin tal vez no hubo Inquisición +nunca. Jamás la Inquisición de España se regaló ajusticiando víctimas +tan ilustres como Servet, Vanini y Bruno. Jamás la Inquisición de España +condenó, sino que aplaudió, defendió y ensalzó á Copérnico, á Galileo y +á otros sabios, á quienes en tierra donde no había Inquisición +condenaban. Y en lo tocante á la muchedumbre de gente menuda, quemada, +ahorcada ó muerta por otros medios á manos del fanatismo religioso, nada +tienen que envidiarnos los pueblos más cultos que en el día hay en +Europa. Sólo de brujos y brujas, si hemos de creer á Michelet, en +Tréveris quemaron siete mil; pocos menos en Tolosa de Francia; en +Ginebra quinientos en tres meses; en Wurtzburgo, ochocientos de una sola +hornada, y mil quinientos en Bamberg. Convengamos en que jamás hubo en +España tan espléndidas y colosales chamusquinas. Y es lo más chistoso, +si yo no recuerdo mal (porque no doy ahora para comprobarlo con una +Historia de los Estados Unidos que contenga el periodo colonial), que en +esos Estados se quemaron y se ajusticiaron también brujos y brujas con +profusión pasmosa. Por donde yo me inclino á sospechar que en toda la +América, dominada por España durante los sigos XVI y XVII, no hizo la +Inquisición tantas víctimas, contando judíos, mahometanos, y herejes +relapsos y hechiceros de todo linaje, como las víctimas que por sólo el +delito de brujería fueron sacrificadas en los Estados Unidos cuando aún +eran colonias. + +Otra de las razones que tiene el Sr. Clarence King para desear que Cuba +no sea española, es que Cuba es un paraíso muy fecundo y que en otras +manos más trabajadoras y hábiles produciría mucho más. Este argumento, +no obstante, no vale nada en favor de los cubanos. Es probable, es casi +seguro que si los dejásemos en libertad, Cuba no prosperaría más de lo +que hoy prospera. Si prevaleciesen los negros, Cuba sería como Haití, y +si prevaleciesen los blancos y mulatos, Cuba sería como es Santo +Domingo. Los cubanos, que de buena fe y de corazón estén con los +rebeldes, si quieren entrever y columbrar el porvenir que siga á su +triunfo, bien pueden mirarse en el citado espejo. Harto lo comprenderá +el señor Clarence King, coincidiendo con mi parecer; pero por cierta +púdica delicadeza no deja ver el fondo de su pensamiento. El fondo de su +pensamiento es que Cuba llegue á ser una estrella más en la bandera de +su patria. Adiós entonces idioma, casta, sangre y linaje españoles en la +Isla. En ella, al cabo de veinte ó treinta años ó de menos, no se +hablaría más que inglés. Todo hombre de origen español desaparecería de +la Isla más pronto que desaparecieron los indios cuando se apoderaron de +la Isla los españoles. + +¿Pero qué mal, qué daño, qué terribles ofensas hemos hecho los españoles +de la Península á los españoles de Cuba, para que á ser unos con +nosotros prefieran algo á modo de suicidio colectivo? + +Nada prueba menos que el exceso de prueba. Figurémonos que el Sr. +Clarence King tiene razón; que los españoles no sabemos gobernarnos; +que nuestra administración es absurda y corrompida. Con esto no probará +sino una cosa: que si los cubanos toman muy á pecho su desgobierno, no +deben separarse de España, sino separarse de ellos mismos y ser otros de +los que son, y convertirse, por ejemplo, en _yankees_. ¿En una nación +tan democrática como es y ha sido siempre la nuestra, qué diferencia +puede haber ni hubo nunca entre un español de Cuba ó un español, v. gr., +de Málaga, de Loja ó de Logroño? ¿Los que alternan, en España, en el +poder, con turno más ó menos pacifico, los Narváez, los Cánovas y los +Sagastas, ¿no pudieron ser cubanos? ¿Qué inferioridad hemos supuesto +nunca, ni por ley ni por costumbre, que exista entre un español de por +acá y un español de por allá? La igualdad más perfecta entre todos los +españoles de la Península y de Ultramar ha sido proclamada siempre en +leyes, pragmáticas, ordenanzas y decretos. Felipe II la proclamó +solemnemente con palabras citadas por el mismo Sr. Clarence King. Si +esta unidad legal existió bajo un poder absoluto, lo mismo era para los +peninsulares que para los cubanos, y estos últimos no podían pretender +entonces ser más libres que nosotros. Pero no bien hubo en España una +Constitución liberal, en 1812, la Asamblea que formó esta Constitución +declaró, adoptando la elevada idea de Felipe II, que la nación española +es el conjunto de todos los españoles de ambos hemisferios. Las +libertades de que desde entonces debieron gozar los peninsulares las +debieron gozar también los cubanos. No fué culpa nuestra que Fernando +VII, el Deseado, diese al traste con todas esas libertades, no bien +volvió á España en 1814. Renacieron dichas libertades en 1820, en +virtud, por desgracia, de un motín militar, que puede considerarse como +el pronunciamiento inicial en la larga serie de pronunciamientos que +después ha habido. Y menos culpa nuestra es aún que, en 1823, así los +peninsulares como los cubanos, perdiésemos de nuevo las mencionadas +libertades, por obra de los cien mil hijos de San Luis, sostenidos +moralmente por la Santa Alianza, ó sea por Rusia, Prusia y Austria, con +el beneplácito sin duda de la libre Inglaterra. + +De cuantas crueldades y tiranías y de cuantas muestras de grosero, +torcido y falso celo religioso hizo y dió entonces un partido fanático +por el afán de extinguir en España la civilización moderna y de +retroceder á una edad de ignorancia y barbarie, que jamás existió y fué +completamente soñada, más culpa que dicho partido fanático y servil +tuvieron la Santa Alianza, los franceses que ejecutaron sus órdenes y +casi toda Europa, abrumando con su peso al pueblo español y desatando +las manos de Fernando VII para que, en premio de haber peleado por su +trono, cargase á este pueblo de cadenas. Pero aun así, justo es confesar +que los cubanos fueron los que menos padecieron, si es que algo +padecieron, de este último absolutismo de los diez años. + +Una prueba más de que no son los españoles peninsulares tan culpables +de este absolutismo de los diez años, sino de que nos le impusieron las +más poderosas naciones de Europa, es que desde que en 1834 hubo en +España un gobierno liberal, los gobiernos de esas naciones se negaron á +reconocerle, le volvieron la espalda y favorecieron al pretendiente, rey +de los fanáticos y serviles. El nuevo orden de cosas no fue reconocido +en España, por Prusia y Austria hasta después de la revolución de 1848, +y por Rusia hasta 1857. + +Y como yo no quiero condenar á nadie en más de lo justo, y menos á +naciones tan ilustres como Rusia, Prusia y Austria, ni quiero tampoco +injuriar al partido absolutista español, diré que alguna explicación y +hasta disculpa tuvieron el odio y el terror de ellos á las modernas +libertades, ya que tanto glorificaban, como el Sr. Clarence King, la +primera Revolución francesa. Por pasmosos que hubiesen sido sus triunfos +guerreros, no bastaban á atenuar las atrocidades de Dantón, Marat y +Robespierre, y los espantos del _Terror_ y de la guillotina; y fue lo +peor que todo ello tuviese por resultado un gran genio militar sin duda, +pero á la vez un déspota, que humilló y ensangrentó la Europa entera, +sin que el más hábil y sutil profesor de filosofía de la historia pueda +descubrir, fuera de la ambición personal, del prurito de elevar á la +familia y á los amigos, y del afán del predominio de un pueblo sobre los +otros, propósitos y fines altos y providenciales, parecidos á los que +más ó menos conscientemente tuvieron Alejandro y César. + +Será pensamiento mío, que tal vez escandalice á muchas personas, pero +que ahora se me ocurre y no puedo menos de expresarle: la primera +Revolución francesa, en vez de acelerar el advenimiento de la libertad +verdadera y los progresos del linaje humano, vino á atajarlos, +poniéndoles, como obstáculo que tienen que saltar en su curso, el miedo +y la repugnancia que los desórdenes y crímenes de la Revolución +inspiraron. + +Como quiera que ello sea, pues sería muy largo discutirlo aquí, vuelvo á +la cuestión de Cuba. Hoy que tenemos libertad, los cubanos la tienen +también como nosotros. Sus senadores y sus diputados toman asiento en +nuestras Cortes. Allí defienden sus intereses, allí piden reformas, allí +concurren á legislar con los demás representantes del pueblo, y aun son +más considerados y atendidos. Nunca, pues, la rebelión ha sido menos +justificada que en el día por motivos políticos. + +¿Lo será acaso por motivos económicos? Menos aún. Los cubanos no pagan +tanta contribución como nosotros. Apenas pagan contribución territorial. +Pagan en las aduanas. Y si algún empleado de los que van de la +Península, se enriquece por allá, bien puede afirmarse que no es á costa +sino con beneficio de ellos, favoreciendo el contrabando. + +En lo tocante á la solicitud con que el gobierno de la metrópoli procura +el fomento de la producción agrícola, de la industria y del comercio de +Cuba, se llega á un extremo casi increíble. En prueba de ello, baste +citar el Tratado que los señores Foster y Albacete negociaron en +Madrid, siendo Presidente de la República el Sr. Arthur, y que el Sr. +Cleveland, no bien entró en la Casa Blanca, retiró sin consentir que se +ratificase. Si el Tratado hubiese sido ratificado, los azúcares de Cuba +hubieran ido á la gran República libres ó casi libres de derechos, y de +la misma manera hubieran sido recibidas en Cuba las harinas, las carnes +y muchos productos de la industria anglo-americana. Inútil es ponderar +la prosperidad y el auge que esto hubiera traído á la perla de las +Antillas. Para lograr este fin, hubiéramos sacrificado nosotros con buen +ánimo la agricultura de Castilla, cuyas harinas no hubieran podido +resistir la competencia, el comercio de Santander, bastante de la +industria catalana y no cortos intereses de nuestra marina mercante. + +Alguna queja tengan acaso los cubanos de que, á fin de proteger la +industria azucarera peninsular, se grave con demasiado derecho de +introducción la azúcar de Cuba; pero el fundamento de esta queja es +aparente cuando se considera el corto consumo que España puede hacer y +hace de azúcar, en comparación de lo que totalmente produce la Isla, que +por otra parte cuenta con más ricos, favorables y cercanos mercados. + +Dice el Sr. Clarence King, que por codicia, por la riqueza que de la +Isla sacamos, y por lo que esperamos sacar, nos resistimos á que sea +independiente y libre. A mi ver, nada hay más falso; y creo que de los +dieciocho millones que hay de españoles, sólo no pensarán como yo mil ó +dos mil á lo más. Todos sabemos que en los cuatrocientos años que hace +ya que poseemos á Cuba, sólo durante quince ó veinte ha habido sobrantes +en las Cajas de Ultramar. En los otros trescientos ochenta y tantos +años, Cuba no nos ha valido sino gastos, sacrificios y desazones. ¿Pues +entonces--dirá el Sr. Clarence King--por qué España no abandona á Cuba? +La pregunta equivale á la que pudiera hacerse á una buena madre, cuya +hija mimada no le trajese más que gastos, si se le aconsejara que la +dejase en plena libertad para que ella se ingeniase y buscase quien con +más lujo la mantuviera. Conservar á Cuba no es para nosotros cosa de +provecho, sino punto de honra de que España no puede prescindir. + +La nación que ha descubierto, colonizado, cristianizado y civilizado á +América, tiene más derecho que ninguna á ser y á llamarse americana, aun +dentro de las doctrinas de Monroe, y tiene el deber sagrado é ineludible +de sostener este derecho con razones y con armas, hasta donde sus +fuerzas alcancen y mientras su sangre, su dinero y su crédito no se +agoten. + +No se comprenden los argumentos que se puedan alegar en los Estados +Unidos para proclamar la beligerancia de los insurrectos cubanos y para +excitar acaso á otras potencias á que también la declaren. No hubiera +habido menos motivo para pedir ó declarar hace años la beligerancia del +Tempranillo, del Chato de Benamejí ó de los Botijas. No se conducen +mejor Máximo Gómez y su cuadrilla ni atinan con más habilidad á +escabullirse de sus perseguidores. Las diferencias que hay son +favorables á aquellos antiguos bandidos de la Península, porque no eran +incendiarios, y porque, cuando se acogían á indulto, cumplían como +caballeros y no volvían á las andadas, engañando y burlando á los que +los habían indultado. + +En la pasada guerra civil cubana, el conde de Valmaseda, ofendido de +estas villanías con que era burlada y pagada la generosidad española, +dió un bando, no he de negar que harto violento; pero esto no basta para +justificar la nota dirigida por el Sr. Fish, secretario de Estado, al +ministro de España en la gran república. + +Esta nota es una dura reprimenda hecha en nombre de la civilización +cristiana y de la humanidad, por alguien que debió de creerse, sin el +menor interés, representante y Encargado de Negocios de dicha +civilización y aun del linaje humano, y con autoridad para dirigirse á +nosotros como á un subordinado suyo. Fueran las que fueran las faltas +cometidas por el conde de Valmaseda, el Sr. Fish cometió al dirigir la +nota un atentado contra la soberanía, la autonomía y el decoro de +España, cuyo ministro, si su gobierno no hubiera sido tan débil y le +hubiera prestado apoyo, lo menos que hubiera debido hacer es devolver la +nota sin contestación, dándola por no recibida, como alguna otra nota, +menos insolente y soberbia, se devolvió en Madrid á un ministro +anglo-americano. + +Ahora, por fortuna, si de algo han pecado el noble general Martínez +Campos y los demás jefes y autoridades de España en Cuba, ha sido de +lenidad, de espíritu de conciliación y de generosa confianza. Repito, +pues, que no se comprenden los argumentos que pueden alegarse en los +Estados Unidos para declarar la beligerancia de los insurrectos cubanos +y para excitar á otras potencias á que la declaren. + +Ni el gobierno español ni sus agentes han cometido ni cometerán en Cuba +crueldad alguna. Aunque los foragidos que están asolando el llamado, por +el Sr. Clarence King, fecundo paraíso, no merecen que las potencias +cultas de Europa los amparen ó los protejan, no contra nuestra saña, +sino contra nuestra justicia, yo espero que ésta se temple y mitigue con +la mayor misericordia; mas no por eso acierto á explicarme que á los +cabecillas rebeldes, á los principales al menos y á los que no tienen +siquiera la excusa de ser cubanos y de estar cegados por un mal +entendido amor á la patria, se les perdone si llegan á caer en poder de +nuestros soldados. Justo y necesario será algún saludable escarmiento. + +Difícil es, cuando no imposible, descubrir el motivo de queja que, en +nación tan grande y generosa como los Estados Unidos, pueda haber contra +España, bastante á mover á mucha parte de su ilustrada prensa periódica, +al Sr. Clarence King y á una respetable comisión de senadores, á que +pidan, valiéndose de mil injurias contra España, que el gobierno de la +gran república declare beligerantes á los insurrectos, procure que +otras potencias también los declaren, y garantice así la impunidad de +todos ellos para el día en que depongan las armas, cansados de andar á +salto de mata y de perpetrar toda clase de delitos. Por el contrario, +España es quien puede quejarse por no pocos motivos: porque la acogida y +el favor que reciben en aquel país los ingratos y rebeldes hijos de +España excede sobremanera á la más franca hospitalidad, y porque bien +puede recelarse que excitado por ellos el gobierno anglo-americano ha +mostrado con frecuencia cierto prurito de vejarnos y lastimarnos. + +Hay una, en mi sentir, detestable costumbre, fundada en torcidos +principios de Derecho internacional, que prevalece en todas las naciones +cultas, y no lo negamos, también en España. Hablo de la exagerada +obligación en que se creen los gobiernos de proteger á sus súbditos en +país extraño y de pedir, hasta con amenazas, que reciban indemnización +de perjuicios que se les causen ó pérdidas que tengan. + +Los gobiernos, movidos por la opinión pública, extraviada ó violenta, +reclaman, tal vez sin mucha gana y por cumplir, pero reclaman, y suelen +nacer de las reclamaciones, tirantez, enfriamiento de amistad y hasta +conflictos. Y es lo más deplorable, que cuando la potencia que reclama +es fuerte, humilla á la débil, en ocasiones la atrepella y casi siempre +le saca el dinero. Y en cambio, cuando es más débil la potencia +reclamante, en vez de salir airosa, es desdeñada en su reclamación, y +su súbdito ofendido se queda burlado en vez de lograr ser indemnizado. + +Cuando por cualquiera circunstancia se equilibran las fuerzas de las +potencias reclamante y reclamada, suelen originarse hasta guerras, +aunque para declararlas se busque ó se invente otro fundamento. Así, por +ejemplo, si bien se rastrea y aun se escarba hasta llegar á la raíz de +algunas expediciones belicosas, se verá que nacen de reclamaciones poco +atendidas de particulares. Probablemente, si Francia y España no +hubieran reclamado algo en balde para súbditos suyos, tal vez nunca +hubieran tenido la ocurrencia de favorecer en Méjico á un partido +monárquico y un tanto aristocrático y de ir allí á levantar el trono, +que pagó más tarde muy caro un príncipe egregio y bondadoso. Tampoco sin +reclamaciones hubiera habido guerra del Pacifico, ni bombardeo de +Valparaíso y del Callao. + +Cuando la nación de quien se reclama es débil, sin duda que no hay +guerra, pero suele haber violencia y atropello. Así, pocos años ha (y +prescindo de todo disimulo diplomático) Italia contra Colombia. + +Véase, pues, con cuánta imparcialidad reconozco que apenas hay potencia, +incluso España, que no adolezca de esta manía de reclamar exageradamente +en favor de sus súbditos, establecidos ó de paso, en país extranjero, +aunque cristiano y civilizado como aquel de que son naturales. A mi ver, +sería bueno y provechoso decidir en el primer gran Congreso diplomático +que haya, que esa protección del súbdito en país extranjero no la +ejerza ninguna potencia cristiana y culta, sino cuando dicho súbdito +vaya á vivir á un país bárbaro ó resida en él, y que, si reside en un +país culto y cristiano, como el país de que procede, se someta á las +leyes, usos y costumbres del país de su nueva residencia, sufra las +molestias y se exponga á los peligros que allí sufren ó á que allí se +exponen los demás, y reclame contra cualquier agravio ó daño, no por la +vía diplomática, sino por los medios y recursos que le preste la +legislación del país adonde voluntariamente ha ido. + +Así se evitarían muchos males. Así se evitaría que, en ocasiones, en vez +de ser una ventura que venga un extranjero, con capital ó con +inteligencia ó con ambas cosas, á un país pobre y débil, sea una +calamidad ó un ominoso preludio de vejámenes y sobresaltos, y así se +evitaría que el extranjero que pasa de un país débil á un país fuerte +sea desatendido y acuda en balde, en cualquier reclamación, á su +legación, á su cónsul ó directamente á su gobierno. + +Hasta hoy no se ha pensado en esta reforma del Derecho internacional, +que ligeramente dejo indicada. No clamo, pues, contra la costumbre +protectora. No protesto del uso, sino del abuso. Y lo que más lamento es +que en los Estados Unidos se haya sutilizado y alambicado tanto el uso ó +el abuso, que no reclaman sólo en favor de legítimos, castizos y nativos +anglo-americanos, sino en favor de cualquier cubano rebelde que se va á +la gran república huyendo de la autoridad española por delitos políticos +que su nueva patria adoptiva no considera como tales. Han procedido de +aquí muchas reclamaciones, que hemos satisfecho con longanimidad +lastimosa, por donde los rebeldes, al ver la protección triunfante que +se les otorga y la condescendencia con que España la acepta y paga, +desdeñan á España y reciben alicientes y estímulos para rebelarse contra +ella. + +A despecho de tanta dificultad, entre las cuales, como se ve, cuentan +por algo las que los Estados Unidos nos suscitan, todavía espera la +mayoría de los españoles, y yo con ella, que Cuba, por ahora, _no ha de +ser libre_, como el Sr. Clarence King ansía y propone. Esperemos que +Cuba siga siendo libre, pero española, como la metrópoli desea, pero +tenga por seguro el Sr. Clarence King que, si por desgracia y lo que +Dios no permita, se agotasen nuestros recursos y tuviésemos que +abandonar la gran Antilla, no hay español peninsular que sueñe por +espíritu vengativo con que aquello se vuelva ó _yankee_ ó _merienda de +negros_. Por cima del patriotismo y más allá del patriotismo, vive y +alienta en nosotros el amor de casta ó de raza. Ojalá, primero, que Cuba +siga siendo española; pero si Cuba deja de serlo, ojalá que sea pronto, +para gloria y satisfacción de la antigua madre patria, una gran +república cultísima y floreciente. Entonces, Máximo Gómez, por ejemplo, +á quien ahora fusilaríamos ó ahorcaríamos sin escrúpulo y para cumplir +con una penosa obligación, brillaría con aplauso nuestro, á la altura de +los egregios libertadores; podría ponerse al nivel de Simón Bolívar y de +Jorge Washington y tener estatuas y monumentos como los que ellos +tienen. Lo malo es que bien se puede apostar uno contra mil á que ese +estado de florecimiento y de grandeza no llegará para Cuba, ni en muchos +siglos, si prematuramente y con marcada y notoria ingratitud, lograra +separarse ahora de la metrópoli. Queden, pues, tranquilos los +anglo-americanos y los hispano-americanos, y no recelen, que ni á Jorge +Washington ni á Simón Bolívar le suscite el cielo ó el destino un rival +de gloria. + +[Illustration] + + + + +LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA ESPAÑA + + +Desde que empezó la funesta guerra de Cuba hasta el día de hoy, en medio +de los enormes disgustos y cuidados que nos afligen, algo hay que +celebrar, sirviéndonos de consuelo y dándonos esperanza de un éxito +dichoso. + +Celebremos pues, en primer lugar, el acendrado y generoso patriotismo +del pueblo español que, por una causa que no puede traernos provecho, +pero en la que está interesada la honra nacional, sufre con resignación +y hasta con gusto los grandes sacrificios de sangre y de dinero que se +le han impuesto y que se le impondrán en lo futuro. Y celebremos además, +prescindiendo de todo interés de partido, la enérgica y atinada +actividad con que el general Azcárraga, ministro de la Guerra, ha +logrado enviar á la grande Antilla, con extraordinaria rapidez, los +hombres y los recursos que allí se requieren, para que la rebelión pueda +ser sofocada. + +Poco propicia ha sido hasta ahora la fortuna á nuestros generales, +cuando consideramos la magnitud de los medios que la nación y su +Gobierno les suministran; pero España no debe ni puede censurarlos, +antes conviene que los elogie y aun los bendiga porque no desesperan de +la salud de la patria. + +De un general pueden exigirse valor, serenidad, autoridad y pericia en +las cosas militares. Lo que no puede exigirse, no siendo lícito culpar á +nadie de que le falte, es aquella inspiración maravillosa que el genio +de la guerra infunde á veces en el alma de los grandes capitanes y por +cuya virtud obtienen triunfos que todas las ciencias bélicas y las +estrategias más profundas jamás explican. En Gonzalo de Córdoba y en +Hernán Cortés, por ejemplo, hay un no sé qué de sobrenatural que nos +pasma y con lo que sería delirio contar para todas las ocasiones. + +En la ocasión presente y desistiendo de exigir como obligación ó como +deber las inspiraciones ó los milagros del genio, nuestros generales, +antes Martínez Campos y ahora Weyler, merecen aprobación y aun aplauso. +Los justifica, sobre todo, la destreza del enemigo para rehuir el +combate, escapar á la persecución y escabullirse y esconderse. En la +gran extensión de la isla, en sus bosques y ciénagas, en lo quebrado y +áspero del terreno á veces y en lo insalubre y mortífero de aquel clima +para los europeos, encuentran apoyo los insurrectos, y nuestros soldados +obstáculos harto difíciles de superar. Si recordamos que en la primera +mitad de este siglo hubo en Andalucía foragidos como el Tempranillo, el +Chato de Benamejí, el Cojo de Encinas Reales, Navarro y Caparrota, y que +teniendo cada cual una cuadrilla de diez ó doce hombres á lo más, en +campo raso, donde, si á veces el terreno es quebrado, no hay selvas +tupidas ni lugares pantanosos, todavía burlaron las persecuciones y se +sustrajeron durante largos años á las batidas que dió el poder público +para cazarlos, no debemos extrañar que, á pesar de nuestro valeroso y +valiente ejército, recorran la isla Antonio Maceo, Máximo Gómez y otros +malhechores, con disfraz de patriotas, y que talen, incendien y saqueen +sin que se haya logrado aún capturarlos é imponerles el castigo que +merecen. + +La disculpa del poco éxito alcanzado hasta ahora no puede tener +fundamento más sólido ni más claro. + +En cambio son dignos de omnímodas alabanzas, singularmente en el general +Martínez Campos, el noble patriotismo y la suprema abnegación con que +fué á Cuba, exponiéndose en una lucha sin gloria á la mengua ó á la +pérdida de su crédito, que ya no podía ser mayor. Y no menos alabanza +piden la lenidad, la dulzura y el espíritu de conciliación con que el +general Martínez Campos, durante todo el tiempo que ha mandado en la +isla, ha tratado á los diferentes partidos políticos que en ella hay, +sin excluir á los que llenos de imperdonable ingratitud hacia la +metrópoli y ciegos por ambición ó por falso y torcido amor al suelo +natal, anhelan y buscan la separación de Cuba y de España. + +A pesar de esta conducta circunspecta y humana del general Martínez +Campos, en nada desmentida hasta el día por su sucesor el general +Weyler, y á pesar de que los insurrectos no tienen residencia fija ni +guarida permanente, sino que andan á salto de mata, más que como +soldados como ladrones, ha ocurrido lo que á nadie sorprende, porque se +preveía; pero lo que á toda persona honrada y juiciosa escandaliza y +aturde. El Senado anglo-americano, después de larga discusión, en que +muchos de sus más notables individuos se han desatado en groserísimas +injurias contra España, ha estimulado y autorizado al presidente +Cleveland para que, en el momento que considere más oportuno, declare la +beligerancia de los insurrectos. + +Durísimo, feroz es el ultraje que el Senado anglo-americano ha hecho á +España y que la Cámara de representantes de la misma República casi por +unanimidad ha confirmado luego; pero aunque los periódicos más +acreditados de la Península miran con calma la ofensa que hemos recibido +y recomiendan al pueblo español prudencia y sufrimiento, todavía quiero +yo, valga por lo que valga y hasta donde mi voz pueda ser oída, +recomendar prudencia y sufrimientos mayores. + +Es innegable que en la resolución que se ha tomado y en los motivos que +se han alegado para tomarla se nos ha hecho el insulto más sangriento +que hacer se puede. Un sujeto cualquiera, medianamente celoso de su +honra, ofendido así por otro sujeto, quedaría afrentado, humillado y +escarnecido si no pidiese y buscase la venganza en un duelo á muerte. +Pero ¿qué paridad hay entre lo que sucede y debe suceder cuando se trata +de particulares y lo que sucede y debe suceder entre dos potencias +soberanas? + +Los padrinos de los particulares desafiados, cumpliendo con las leyes +del honor y del duelo, no consienten que nadie riña en él con ventaja, +ni uno contra cuatro, ni con mejores ni más poderosas armas éste que el +otro, sino que todo lo equilibran procurando la posible igualdad de +fuerzas ó de destreza y de probabilidades del triunfo. Muy bueno y +deseable sería que no hubiese riñas sino paz entre los hombres; pero ya +que hay riñas, es laudable y extraordinario progreso el desafío bien +ordenado entre particulares. Por el contrario, la guerra entre naciones, +á pesar de cuanto han ganado los usos y costumbres, y á pesar de los +decantados progresos del derecho de gentes, sigue siendo casi tan +desordenada y salvaje como en los tiempos antiguos, por más que esto se +vele ó disimule con refinamientos hipócritas. Una nación, aislada como +lo está España, con menos de la cuarta parte de habitantes que tienen +los Estados Unidos y con muchísimos menos recursos pecuniarios para +comprar ó fabricar los costosísimos medios de destrucción que hoy se +emplean, incurriría en un heroico delirio y cometería un acto de +inaudita temeridad en provocar á dichos Estados, pidiéndoles, con +sobrada energía, satisfacción de una injuria, que, en mi sentir, se +puede por ahora disimular sin desdoro. Obvias son las razones que tengo +para aconsejar este prudente disimulo, por parte de los poderes +públicos, se entiende, y quedando á salvo la lengua y la pluma de cada +ciudadano español, para devolver con creces agravio por agravio y para +desahogarse hasta quedar satisfecho y pagado. + +Entiendo con esto que un desahogo particular, con el motivo de que vamos +tratando, es disculpable, aunque á poco ó á nada conduzca: pero +cualquiera manifestación colectiva en ofensa y en odio de la gran +República Norteamericana sería hoy por todos estilos perjudicial y +contraproducente, y nos quitaría mucha parte de la razón, de que debemos +cargarnos. Veo, pues, con verdadero contento la circunspección y el +juicio con que casi todos los periódicos de España aconsejan al pueblo +que se abstenga de tales manifestaciones, y la prudente energía con que +el Gobierno se apercibe á prevenirlas ó á reprimirlas. + +Pero yo aún voy más allá en excitar al Gobierno á la longanimidad y á la +paciencia. Creo que el Gobierno no debe siquiera pedir por la vía +diplomática satisfacción al gobierno de Washington por las groseras +injurias y calumnias que han lanzado contra España varios senadores +desde el Capitolio de Washington. + +Hay que tener en cuenta que en aquella gran República no suelen ser los +_politicians_ las gentes más estimadas, mejor educadas y más sensatas: +que por allí no se guardan en las discusiones públicas el mismo decoro y +la misma cortesía que en los Parlamentos europeos, y que en el estilo y +hasta en los modales se advierte cierta selvática rudeza, por influjo +acaso del medio ambiente, por cierto atavismo, no transmitido por +generación como el pecado original, sino por el aire que en aquellos +círculos políticos se respira. Cuando en los escaños de un Cuerpo +colegislador se masca tabaco, se colocan los pies más altos que la +cabeza, y cada senador se entretiene con un cuchillito y un tarugo de +madera en llenar el suelo de virutas, no es de extrañar que se digan y +se aplaudan las mayores ferocidades, como si oradores y oyentes +estuviesen tomados del vino. + +No prueba esto, ni mucho menos, que la mayoría de aquella gran nación +piense y sienta como sus apasionados _politicians_; antes es de esperar +que esa mayoría, si con quejas violentas no la solevantamos nosotros y +no nos enajenamos su voluntad, proteste, al ver nuestra serenidad y +nuestra cordura, contra los agravios que los senadores nos han inferido +y dé con su protesta el conveniente vigor y el indispensable apoyo al +presidente Sr. Cleveland, para que él proteste también sin que nosotros +lo pidamos ó lo exijamos y para que no se prevalga de la insinuación y +del permiso con que le excitan y facultan á reconocer la beligerancia. + +Claro está que el Gobierno español debe estar prevenido para todo +evento, sin que ninguno por peligroso que sea, le sorprenda ó le +asuste; pero, al mismo tiempo, nos atrevemos á recomendarle placidez y +calma. + +Aun suponiendo al Sr. Cleveland amigo de España ó amigo al menos de la +justicia, no comprendo qué nos propondríamos lograr si de oficio pidiera +satisfacción nuestro Gobierno de las injurias que nos han dirigido los +senadores. Inútilmente pondríamos al Sr. Cleveland en el mayor apuro, ya +que él no tiene fuerza para castigar á los senadores que se han +insolentado contra nosotros ni para moverlos á que se retracten y canten +la palinodia. Lo más que el Presidente podría hacer, sacrificando acaso +un poco de su popularidad é indisponiéndose con los senadores para estar +fino y amable con nosotros, sería decir que deploraba que nos hubiesen +injuriado. Tal función de desagravios es tan triste y tan incompleta que +lo mejor es que no la haya. Lo mejor es que el Gobierno español no +aspire á que el Sr. Cleveland declare que nos tiene algo á modo de +lástima. + +En suma, á pesar de las ofensas que se nos han hecho hasta ahora en el +Senado, y á pesar de que yo doy por seguro que no han sido menores las +que se nos han hecho en el Congreso, yo creo que el Gobierno de la +nación española no debe darse por entendido, ni considerarse herido de +semejantes ofensas, ni formular contra ellas en documento oficial la +queja más mínima. Esta queja sería una confesión de que nos han tocado y +maltratado, sería poner á la nación española al nivel de sus +detractores, sería confesar que los tiros de éstos han subido muy alto y +han tenido fuerza para atravesar el escudo del soberano desprecio con +que España debe desdeñarlos. + +España, prescindiendo de la resolución que en pos de los insultos puede +venir, arrastrándonos fatalmente á una guerra sangrienta y ruinosa, y +considerando sólo los insultos, conviene que los juzgue y condene con +las palabras mismas del gran poeta inglés: _«Tales told by idiots, full +of sound and fury, signifying nothing»._ + +En los momentos difíciles en que se halla en el día la nación española, +es antipatriótico todo espíritu de oposición contra el Gobierno. Debemos +desear que acierte, y para su acierto debemos coadyuvar en la medida de +nuestras fuerzas, sin poner el menor estorbo y sin apelar á la censura +ni mostrar disgustos sino en casos extremos. A fin de no precipitar al +Gobierno á un rompimiento prematuro con los Estados Unidos, lo primero +que importa comprender es que no se debe ligeramente pensar que el honor +de España está ofendido y comprometido por aquello y en aquello por lo +que no puede estarlo. Válganos una comparación para aclarar este +concepto. Si un solo hombre se viese acometido por cuatro ó por más +locos furiosos, mejor armados y con mayores medios de defensa y de +ofensa, y los cuatro le insultasen, y además quisiesen con amenazas +intervenir en los negocios de él y hasta disponer y apoderarse de su +hacienda, el hombre así atacado lo primero que haría sería prescindir +de los insultos y procurar pidiendo auxilio y por todos los medios +rechazar las injustas pretensiones y exigencias de sus poderosos +agresores. En último resultado, si permaneciese solo y nadie acudiese en +su ayuda, lo noble y lo heroico sería combatir él solo contra los cuatro +hasta vencerlos ó morir; pero también sería delirio, y vanidad y +pundonor mal entendido el combatir solo y desde luego sin intentar que +alguien viniese en nombre de la equidad y de la justicia á poner á raya +á su enemigo y á evitar la desigual é injusta contienda con que su +enemigo le amenazaba si no cedía ó se humillaba á su capricho, á su +soberbia y á su codicia acaso. + +Quiero significar con esto que, á mi ver, el Gobierno español, sin +dirigir la menor queja al de Washington, en lenguaje tan templado y +circunspecto como firme, en nota circular dirigida á las principales +naciones de Europa, debe escribir una protesta contra la resolución +tomada por el Senado y por el Congreso de los Estados Unidos, +demostrando con razonamientos y autoridades y citas que los mencionados +Cuerpos Colegisladores han infringido el derecho de gentes al declarar +beligerantes á unos foragidos, han faltado á las buenas relaciones de +amistad con España fomentando y favoreciendo el espíritu de rebelión de +algunos cubanos, y han desconocido la autonomía y soberanía de España +osando amenazarla con intervenir en sus interiores asuntos y excitándola +á que se desprenda de gran parte de su territorio y de la población que +hay en él, lo cual es todo suyo legítimamente desde hace cuatro siglos. + +Yo no puedo creer que Francia, Inglaterra, Alemania y otras grandes +potencias de Europa dejen de darnos la razón: no se pongan de nuestro +lado á fin de impedir que violentamente se nos veje y se nos quiera +despojar de lo que poseemos, amenazándonos con una guerra injusta y +harto poco gloriosa para el que con ella nos amenaza, confiado en la +descomunal superioridad de sus fuerzas en hombres y en dinero. + +Durante siglos España ha demostrado su valor, y bien puede ahora, sin +recelar que la acusen de pusilánime, llegar al último extremo de la +prudencia y de la cordura y pedir apoyo y favor contra un enemigo +reconocidamente más fuerte que ella y que trata de abusar de su fuerza. +Asimismo es muy humano y muy conveniente á la civilización evitar hasta +donde sea posible la efusión de sangre, los estragos, la paralización +del comercio y las grandes pérdidas de riqueza que una guerra trae +consigo. Nadie nos podría zaherir por esquivar esta guerra, dejando á +salvo nuestra independiente soberanía y conservando, sin acudir á las +armas y merced al apoyo de grandes potencias, la integridad de nuestro +territorio. + +Enorme desventura sería si después de dar este paso nadie nos acudiese y +permaneciésemos tan aislados como estamos ahora. Para entonces es para +cuando conviene tener nuestra energía como contenida y represada y +hacer brioso alarde de ella con viril serenidad, arrostrando todos los +peligros, confiando en Dios y en nuestro derecho, y combatiendo solos +contra los Estados Unidos, aunque fuesen mil veces más poderosos de lo +que son, sin desesperar del triunfo, ó sin hacerle pagar muy caro al +menos. + +Lo pasado ya no tiene remedio. De lo pasado no debiera hablarse si no +encerrara una lección y un escarmiento para el porvenir. + +Menester es confesarlo. En el aislamiento de España hay de nuestra parte +no pequeña culpa. Cuantos gobiernos y cuantos partidos han estado en +España en el poder, desde hace muchos años, han propendido al +aislamiento, movidos por una prudencia mal entendida y por un concepto +equivocado y mezquino de la importancia y del valer de la nación cuyos +destinos dirigían. Deberes hay que España no puede desatender y hay +aspiraciones y propósitos que el alma de la nación no puede ahogar en su +centro, aunque se esfuerce por ahogarlos. Son los deberes la +conservación de las Antillas y de los archipiélagos que poseemos en el +Pacífico. Nuestras aspiraciones, providencial ó fatalmente impuestas por +nuestra misma historia, están en que nadie sin contar con nosotros +domine en Marruecos; en estrechar cada vez más nuestras relaciones con +los portugueses; y en conservar, ya que los lazos políticos están rotos, +la unidad de civilización, de idioma y de casta entre esta península y +las que fueron sus colonias y hoy son repúblicas independientes, +procurando y anhelando, con poco menos ahinco é interés que nuestra +prosperidad y auge los de las repúblicas hispano-americanas, hacia las +cuáles nos inclina un orgullo paternal que no quisiéramos ver abatido y +burlado. + +Con tales propósitos y miras, el retraimiento de España es imposible: el +afán de sus gobernantes de no exponerla lanzándola en aventuras, la ha +expuesto más dejándola sola. Hasta nuestro desmesurado proteccionismo ha +contribuído á enajenarnos la voluntad ó á entibiar al menos el afecto +que pudieran sentir por nosotros algunas potencias de primer orden. No +nos ha valido para estímulo el ejemplo de otras naciones, que buscando +alianzas y aventurando algo han alcanzado bienes que parecían +inasequibles y como delirios de un ensueño. Así el Piamonte, vencido y +ruinosamente multado, después de Novara, ha venido á lograr lo que en +balde se pretendía desde hace siglos: la unidad de Italia, sólo +momentáneamente lograda bajo el cetro del rey bárbaro Teodorico. +Austria, para tener apoyo y alianza, se ha unido en estrecha amistad con +los dos pueblos que más la han agraviado: con los italianos, que han +conseguido arrebatarle el Milanesado y el Véneto, y con los prusianos, +que la vencieron y la despojaron de la hegemonía en Alemania. Francia +misma, desechando antiguas enemistades, busca con fina y constante +solicitud la amistad de los rusos y los lisonjea y los encomia, poniendo +de moda hasta las rarezas y excentricidades de sus escritores. Tal vez +España sea la única nación que por el afán de no comprometerse ha +esquivado toda amistad y se ha quedado sola. Si sigue así, si nadie +acude á sostenerla, escarmentará al verse en tan cruel abandono. + +Por fortuna, aun sin contar con alianzas que no hemos buscado y con +simpatías que no hemos procurado crear ni fomentar, todavía nos queda +alguna esperanza de que las grandes potencias de Europa se pongan de +nuestro lado, vuelvan por nosotros y hagan respetar nuestro derecho. +Sería extraño que sufriese en silencio el presuntuoso descaro con que +los diputados y senadores _yankees_ se constituyen en tribunal del +humano linaje, en hierofantes de la filantropía y la cultura, reprobando +y anatematizando la conducta de una nación soberana en su gobierno +interior, sometiéndola á su fallo y tratando de imponerle castigos +infamantes, de desmembrarla á su antojo y de despojarla de parte de sus +bienes. Todavía es más odiosa y ridícula esta pretensión al notar que se +apoya en la necia doctrina de Monroe. ¿Qué significa racionalmente que +América ha de ser para los americanos? ¿Dónde están los americanos á +quienes América en todo caso pertenece? Los que han dejado vivos los +_yankees_ están acorralados como toros bravos en una dehesa ó como +jabalíes en un coto. Fuera de esto, América es y seguirá siendo, durante +muchos siglos, de los europeos. La religión, la ciencia, la cultura, los +idiomas en que se habla y se escribe, todo es allí de Europa. Si ha +habido allí algunos historiadores ilustres, algunos poetas inspirados, +y tal cual mediano pensador, en inglés, en portugués ó en español han +escrito; si algo han inventado, no ha sido lo bastante, ni para torcer +el rumbo, ni para acelerar el paso y aumentar el vigor y la firmeza con +que la humanidad sigue su marcha progresiva elevándose á superiores +esferas. Todo cuanto los _yankees_ han pensado, inventado ó escrito, +podrá ser un brillante apéndice; pero no es más que un apéndice de la +civilización inglesa. Será una cola muy lucida, pero no es más que la +cola. El núcleo, el foco, el centro luminoso, el primer móvil, cuanto +ilumina y mueve aún á la humanidad en su camino, está en Europa y no ha +pasado á América ni es de temer que pase. La antorcha del saber y de la +inteligencia, la férula del magisterio, el timón de la nave, el cetro de +la soberanía mental están en Europa desde hace tres mil años. + +Ni los persas, ni los cartagineses, ni los árabes, ni los tártaros, ni +los turcos, lograron arrebatárnoslos en sus ingentes y tremendas +expansiones. Es, pues, cosa de risa el prurito de los _yankees_, su mal +disimulado deseo de arrebatárnoslos ahora. Y si no pretenden esto, si no +aspiran sino á un nuevo divorcio entre ambos hemisferios ¿qué significa +la doctrina de Monroe? Todavía en las Repúblicas hispano-americanas, si +la suerte les hubiera sido más favorable y si no estuvieran tan +abatidas, la doctrina de Monroe tendría explicación, tendría fundamento +justificado. Allí hay un elemento indígena: allí hay americanos de +verdad. Hasta de la mezcla de la sangre española con la sangre india, +se podría suponer que ha nacido y que se desenvolverá una raza distinta +y acaso superior á la europea. ¿Pero en los Estados Unidos hay algo más +que el suelo que sea americano? ¿Qué significa pues la manoseada frase +«para los americanos América?» ¿Con qué razón, con qué derecho, á no ser +por la fuerza cuando la tengan, tratarán los _yankees_ de echar de +América primero á España, y después á Inglaterra, á Francia, á Holanda y +á Dinamarca, que son tan americanas como los _yankees_ y han merecido y +merecen más aplauso y gratitud de América, porque la han colonizado, +civilizado y cristianizado, implantando en ella todo el saber, toda la +virtud y todos los gérmenes de poder y de grandeza de que los _yankees_ +andan ahora tan orgullosos? + +Al redactar este escrito me dejo llevar por un impulso involuntario, +reconociendo lo poco que importa mi protesta y lo débil que es este +alarde de patriotismo al lado de los que hacen y seguirán haciendo +muchos generosos y nobles españoles, como, por ejemplo, los que residen +en Méjico, y en la Península el sabio Obispo de Oviedo y el noble +Marqués de Comillas. Avergonzado por ellos de mi insignificancia, he +vacilado, durante algunos días, en dar á la estampa este escrito. + +Igualmente me han hecho vacilar el respeto y el afecto que profeso aún á +la nación anglo-americana, á pesar de las injurias de que sus +representantes nos han colmado, porque yo no quisiera por ningún +estilo, al devolver á dichos representantes agravio por agravio, que +alguien imaginase que yo trataba de ofender á su nación aunque por ser +nosotros calumniados y engañada ella por vulgares prejuicios que han +difundido y difunden rastreros escritores, estuviésemos empeñados en una +lucha que no tiene razón de ser. Estos rastreros escritores se han +complacido en pintarnos á los ojos del vulgo de sus compatricios como +una nación de fanáticos y de malvados. Casi les hacen creer que tenemos +Inquisición todavía y que hemos asesinado jurídicamente, cuando la +tuvimos, centenares y centenares de hombres. Se han callado muy bien, ó +por mala fe ó por ignorancia, que en cualquiera de las naciones más +cultas y urbanas de Europa, y sin tener Inquisición, se han cometido más +crueldades, se han elevado más cadalsos, se han encendido más hogueras, +y ha hecho más víctimas que en España la superstición religiosa. En +Inglaterra, metrópoli de los Estados Unidos, cuentan autores ingleses +sobre treinta mil brujos y brujas ajusticiados; víctimas del fanatismo +han perecido allí reyes y reinas, y mártires tan gloriosos como Tomás +Moro. + +Lutero, Calvino y Knox sólo pedían libertad religiosa cuando estaban en +minoría. En Escocia aún se quemaban brujas en el siglo pasado. Y en los +mismos Estados Unidos, sólo en Salem (Massachusetts), se han cometido +más atrocidades y asesinatos jurídicos, únicamente á causa de la +brujería, que por causa ó pretexto de religión cometió el Santo Oficio +en toda la América entonces española desde Texas y California hasta el +estrecho de Magallanes. + +Yo no creo que los mulatos rebeldes y los negros cimarrones de Cuba +despierten profundas simpatías en el alma de los legisladores _yankees_, +ni que les den esperanza de que, declarados ya independientes, formen +una República superior á la de Haïti, y contribuyan más que nosotros al +progreso y al bienestar del linaje humano y al florecimiento y auge de +la agricultura, de la industria y del comercio. Para mí, pues, es +evidente que no por amor de ellos, sino por odio á nosotros, ambas +Asambleas de la Unión los protegen. Y este odio, que deploro, es el que +yo quisiera ver disipado. Tengo por innegable que en ningún corazón +español, á pesar de los ultrajes recibidos, existe tal odio. Sin él, y +sólo por necesidad, iremos á la pelea, si se nos acosa: si se nos pone, +como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared. Doloroso será +entonces tener que pelear contra un pueblo, en quien no podemos menos de +admirar excelentes prendas y elevados impulsos, enteramente contrarios á +los que le exciten á esta injusta contienda. + +Lo que yo admiro más en los Estados Unidos, hasta por el candor juvenil +y casi infantil del sentimiento, es su prurito de acometer portentosas y +difíciles empresas y de ver si logran sobrepujar en todo á los europeos. +Hay en Europa casas de siete pisos, pues los _yankees_ las construyen +de catorce; hay en Europa monumentos altísimos, pues los _yankees_ los +construyen cincuenta codos más altos; hay en Europa regios alcázares, +cuya base se extiende sobre centenares de metros cuadrados, pues los +_yankees_ harán que se extiendan sobre millares de metros cuadrados sus +alcázares republicanos. Todo en América ha de ser más alto y más grande +que en Europa. ¿No está, por consiguiente, en contradicción con este +empeño de superioridad; con el _Excelsior_, tan hermosamente cantado por +un poeta _yankee_ y tomado como lema y santo y seña de su nación, el +querer intimidar con amenazas y fieros á una nación que se cree débil, +para fomentar la rebelión de gente á quien no es posible que se estime y +para atropellar legítimos derechos? El mismo Presidente Cleveland y todo +el pueblo anglo-americano debieran protestar, sin que nadie abogase por +nosotros, contra los arrebatos violentos y ciegos de que se han dejado +llevar sus Cuerpos Colegisladores. + +Hubo en los Estados Unidos, y hay aún, porque supongo que vive, un +cierto coronel Ingersoll que quiso, en su especialidad, como otros +compatriotas suyos, ir más allá que todos los europeos. Era su +especialidad un terrible aborrecimiento á Dios y un decidido empeño de +expulsarle del universo, á fin que libre del despotismo divino fuese más +dichoso el humano linaje. Para esta expulsión de Dios alegaba el coronel +la crueldad con que Dios castiga en el infierno á los pecadores. Decía +él que si su mujer, un tío suyo ó cualquiera de sus camaradas, +estuviese sufriendo las penas eternas, y él estuviese en el cielo, le +diría á Dios cuatro frescas y se iría también al infierno con su gente. +Pero á esto se me ocurre objetar: ¿no sería mejor y más prudente en vez +de pelearse con Dios, insultarle y llamarle tirano, creer que es bueno y +hasta que todo eso de las penas eternas puede ser una calumnia que le +han levantado á Dios en las Edades Tenebrosas, como el coronel Ingersoll +las llama? Pues aplíquese el cuento al caso presente, y en vez de querer +arrojarnos de Cuba y de insultarnos por lo crueles que somos, +reconózcase y confiésese que no hay tal crueldad de nuestra parte, sino +exagerada blandura con los mambises depredadores é incendiarios. Esto +sería lo razonable y lo justo: que el coronel Ingersoll dejase á Dios en +paz en el cielo y se contentase con poner las peras á cuarto á Moisés y +con demostrar que no supo tanta química y tanta geología como él sabe, y +que sus compatricios nos dejasen á nosotros en paz en Cuba, reconociendo +que la hemos de cuidar mejor que los insurrectos si llegan á ser +independientes, aunque no acertemos á hacer de Cuba el Paraíso que +harían de ella los _yankees_, más sabios que nosotros en artes mecánicas +y mejor iluminados y obsesos por los genios del comercio y de la +industria. + +En suma, yo tengo cierta vaga esperanza, y pido fervorosamente al cielo +que se realice, de que las grandes potencias de Europa, que forman +tácita confederación para dirigir y ordenar la marcha civilizadora de +nuestra especie, no contemplen con indiferencia la atroz iniquidad de +que pretenden las Cámaras anglo-americanas hacernos blanco y objeto. +Hasta confío aún en que la masa del pueblo de la Unión vuelva en sí, +retroceda del camino por que quieren lanzarla, se llene de honrados +escrúpulos, y vea y note cuanto hay de cobarde, de ruín y alevoso, en +querer aprovecharse para humillarnos de nuestra verdadera ó aparente +postración y de los disturbios que nos abruman. Yo no me atrevo á creer +que ese pueblo, hoy en toda la lozanía, crecimiento y vigor de su +mocedad, pretenda lucirse haciendo el feo papel de sacudir la coz del +asno contra el león que juzga moribundo. Por todo esto, es tan posible +como deseable que el conflicto que se ha promovido no acabe por +estallar, con horroroso estrago, como bomba de dinamita, sino que se +quiebre y se desvanezca en el aire como ténue bola de jabón y de agua. + +En vista de lo que queda expuesto, apenas es creíble que Inglaterra, +Francia y las demás naciones de Europa que en América tienen colonias se +crucen de brazos, y sólo por la culpa de que somos débiles, ó de que +consideran que somos débiles, dejen sin chistar y sin mostrar el menor +enojo que los Estados Unidos nos insulten, nos vejen y nos despojen. + +Pongámonos, sin embargo, en lo peor. Demos ya por seguro que nadie acude +á nuestro lado y que sin freno que los contenga, los _yankees_ persisten +en sus exigencias y en su furia. Aun así, yo afirmo que debemos +pasarnos de modestos, de pacíficos y de prudentes. El límite de nuestro +sufrimiento debe ser el último límite. El Gobierno español, con paternal +cuidado y amoroso desvelo, debe evitar cuanto sea posible los crueles +sacrificios de vidas y de haciendas á que una guerra desigual nos +obligue; pero llegados ya al último límite, nos conviene entender que es +consejo y no precepto evangélico aquello de que: si te piden la capa da +también la túnica. No, no debemos dar ni túnica ni capa; no debemos +entregar á la codicia ó á la soberbia de los _yankees_ ni un palmo de +terreno en la isla de Cuba; ni debemos tampoco continuar pagándoles +tributos como por virtud de injustas y arbitrarias reclamaciones de +indemnización nos los han hecho pagar durante muchos años, humillándonos +al pagarlos. Antes de sufrir tanto oprobio y tan honda caída, +desvanecidas ya todas las esperanzas de paz honrosa, declaremos la +guerra á los Estados Unidos, hagámosla con valor, y aunque nuestro +triunfo definitivo parezca milagro, confiemos y creamos en que la era de +los milagros no pasó todavía. + +¿Quién sabe si el sacudimiento terrible que tendrá que producir esta +guerra no será una crisis saludable que nos levante de la postración en +que estamos y nos coloque de nuevo entré las grandes naciones del mundo? +Unidos todos en un esfuerzo común, olvidaremos nuestras divisiones de +partidos, nuestras rencillas políticas y nuestros desventurados +regionalismos. No seremos republicanos, ni carlistas; canovistas, ni +sagastinos; pero seremos ministeriales todos; y no nos jactaremos de ser +aragoneses, catalanes, castellanos ó vascos, porque todos seremos +españoles. + +Nuestro ejército, lejos de lamentar la guerra, se alegrará de que, +merced á la guerra, podrá luchar con alguien que dé la cara, que no sean +foragidos que huyen y se esconden, y en cuyo vencimiento se puede +alcanzar alguna gloria. Nuestros generales, por último, se alegrarán más +aún, porque tendrán ocasión de mostrar lo que valen, en vez de jugar al +escondite con enemigos que se ocultan y de sacrificar á sus soldados, no +por exponerlos á las balas de esos enemigos y á sus celadas y sorpresas, +sino por las inclemencias y las fiebres de un clima mortífero para +ellos. + +Aunque soy optimista, aunque no pierdo nunca la esperanza, aunque creo +que ahora tienen los españoles el mismo gran ser que tuvieron á fines +del siglo XV y durante todo el siglo XVI, cuando fué el apogeo de su +gloria, si bien no temo la guerra, tampoco la deseo. No tienen la culpa +los ciudadanos de los Estados Unidos en general de la soberbia +disparatada, de la ignorancia y de la codicia de sus representantes y de +sus senadores. Y yo, sin poderlo remediar, no excluyo de mi amor por el +linaje humano al pueblo de los Estados Unidos, donde hubo y hay hombres +y cosas que me son simpáticos: elegantes é inspirados poetas como +Longfellow, Russel-Lowell y Whitier; algunos pensadores, si poco +originales, discretos é ingeniosos como Emerson, imitador de Tomás +Carlysle; varios historiadores, aunque poco profundos, amenos y +agradables de leer, salvo cuando tratan de sus propios asuntos, porque +entonces suelen ser más pesados que el plomo; varios divertidos +novelistas, y sobre todo, hombres de tan aguda inventiva que ya brillan +como Edison, empleando la electricidad en no pocos útiles y pasmosos +artificios, ya producen la máquina de coser, que siempre que la +contemplo me deja embobado. Yo admiro además la belleza, el talento y la +refinada cultura de las mujeres anglo-americanas, las cuales son la más +preciosa y segura garantía de que si se llevase á su práctica huraña la +doctrina de Monroe y se volviese á establecer el divorcio entre el +antiguo y el nuevo mundo, no volverían los habitadores del último á +andar vestidos de plumas y de pieles, á sacrificar seres humanos á los +ídolos y á comerse unos á otros. Yo admiro el salto del Niágara, la +riqueza y prosperidad de los Estados Unidos, la magnificencia y +esplendor de sus grandes ciudades, como Nueva York, Boston y Filadelfia; +la facilidad y comodidad con que por allí se viaja en ferrocarril, y lo +amables y hospitalarios que son los _yankees_ con los extranjeros cuando +el amor propio no los ciega y cuando no se les pone en la cabeza que los +extranjeros les son muy inferiores, porque entonces suelen ser harto +poco amorosos y son muy desprovistos de caridad. Díganlo si no los +pobres chinos, harto duramente zurrados porque trabajan por muy corto +salario. Para no cansar, lo que es yo, á pesar de los insultos que nos +han inferido, celebraría en el alma que nos reconciliásemos, nos +estimásemos en más, y acabásemos por querernos bien en vez de venir á +las manos. + +Pero si esto no es decorosamente posible ¿qué le hemos de hacer? Pecho +al agua y adelante. No hay mal que por bien no venga. Casi estoy por +decir que de todos modos saldremos gananciosos. Si somos vencidos, +perderemos pronto á Cuba sin aburrirnos y cansarnos durante tres ó +cuatro años en perseguir á nuestros enemigos trashumantes, contra los +cuales, en vez de enviar soldados, debiéramos enviar perros y hurones. Y +si salimos vencedores, que todo es posible con el favor del cielo, donde +aún conserva y cuida Santiago su caballo blanco y sus armas, entonces se +corregirán muchísimo los _yankees_, porque se les bajará el orgullo que +es su mayor falta; y yo, aunque estoy abrumado por las enfermedades y +los años, me regocijaré al contemplar á los _yankees_ más apacibles y +benignos, menos duros é insolentes con nosotros, renegando de su +tontería de doctrina de Monroe, y alargándonos sin rencor y como Dios +manda la mano de amigos. + +Entonces cantaría yo un magnífico _Te Deum_ allá en el fondo de mi alma, +y exclamaría remedando al viejo Simeón: _Nunc dimittis servum tuum +Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei salutare +tuum_. + +[Illustration] + + + + +QUEJAS DE LOS REBELDES DE CUBA + + +Don Rafael María Merchán es uno de los escritores de más saber y talento +que hay en el día en la América española. No he de negarle yo esta +alabanza, porque él sea tan descastado y tan acérrimo enemigo. + +Años há, me envió un libro suyo titulado _Estudios críticos_. Yo le +celebré en mis _Cartas americanas_. Después creo que tuvimos cierta +polémica y que el Sr. Merchán escribió un folleto contra varias de mis +afirmaciones. + +Desde entonces hasta hoy, ni yo he hablado al público del Sr. Merchán, +ni supongo que él ha hablado de mí; pero ni yo le he olvidado ni él me +ha olvidado tampoco. Para probarlo me acaba de hacer la fineza, que le +agradezco, de remitirme desde Bogotá, donde reside, la obra reciente, de +250 páginas, titulada: _Cuba. Justificación de su guerra de +independencia_. + +La obra es curiosísima y tan llena de interés en la actualidad, que bien +merece se dé noticia de ella. Voy, pues, á hacerlo, si _El Liberal_, +hospitalaria y bondadosamente, inserta mi escrito en sus páginas de tan +popular y difundida lectura. + +Tan enfurecido está el Sr. Merchán contra España y tan deseoso de +sacudir su yugo, que con tal de que sea libre Cuba, aplaude á los que +incendian sus sembrados y plantíos y arrasan sus cortijadas indefensas, +lamentando sólo que no hayan podido hasta ahora incendiar también sus +ciudades y convertir toda la isla en espantoso yermo. Para hacer +patentes la heroicidad, el primor y la conveniencia de tamaña +destrucción, aduce el Sr. Merchán multitud de ejemplos históricos, desde +Sagunto y Numancia hasta la fecha. Y para dar más vigor á su apología, +cita una octava de la _Lamentación de Byron_, de Núñez de Arce, donde el +poeta aconseja á los griegos que talen é incendien y lo conviertan todo +en ruinas con tal de libertarse de los turcos. Hay, sin embargo, una +distinción que hacer, y de no pequeña importancia. Los griegos iban +contra los turcos, gente de muy distinta raza, civilización y creencias +religiosas; y los griegos, cuya historia es gloriosísima y antigua, como +del pueblo iniciador de la cultura humana, creador del arte, de las +letras y de las ciencias de Europa, trataban de romper las cadenas con +que los humillaba otro pueblo, rudo y bárbaro, venido del Norte del +Asia, y de harto menos nobles historia y origen. ¿Qué tiene que ver +esto con los españoles y los cubanos, ya que los últimos, si no son +españoles ó negros, no son nada? En el porvenir podrán ser todo lo que +anhelen y sueñen: por el invencible amor á mi raza deseo yo que sus +sueños no sean absurdos, sino que se realicen; pero lo que es ahora, ó +no son nada, ó son españoles, ó son negros. Hay además otra notable +diferencia, que se apoya en el dicho vulgar de que cada uno hace de su +capa un sayo. Heróicos, sublimes, son el desprendimiento y el sacrificio +de los que destruyen su propia hacienda, como hicieron los numantinos; +pero cuando alguien destruye ó quema lo que no le pertenece ó se queda +con ello sin quemarlo ni destruirlo, no tiene traza de héroe, sino de +bandido. + +Veamos ahora los argumentos de que se vale el Sr. Merchán y la multitud +de crímenes que atribuye á los españoles peninsulares para justificar y +aun glorificar á los rebeldes de Cuba y para calificar de +indispensables, de nobilísimas y de santas sus fechorías. + +Hablaré primero de las acusaciones más generales y vagas que lanza +contra nosotros el señor Merchán, y pasaré luego á las más concretas. + +Según él, todo español que va á América podrá conseguir cuanto desee, +menos una cosa: tener hijos españoles. Si fuese verdadera la afirmación, +que por dicha no lo es, toda la malquerencia, todo el odio y todo el +desdén que supone el Sr. Merchán que los españoles peninsulares tenemos +á los españoles criollos, estarían, hasta cierto punto, fundados. Don +Marcelino Menéndez y Pelayo hubiera podido entonces decir sin rencor, +hablando de América, en su obra titulada _Ciencia española, que la +ingratitud y la deslealtad son fruta propia de aquella tierra_. El mismo +Sr. Merchán da la prueba de tan aventurado aserto cuando asegura que no +hay español que pueda engendrar en América un hijo que no reniegue de su +casta y que no se rebele contra la nación á que pertenece. Por dicha el +Sr. Merchán se equivoca, y también se equivocó el señor Menéndez y +Pelayo, y yo lo reconozco, aunque disculpo la última equivocación, +enmendada ya. El Sr. Menéndez incurrió en ella siendo muy joven é +inexperto todavía. + +Por parte de los españoles peninsulares no hay odio, ni desdén, ni +sombra de enojo contra los hispano-americanos. Ni uno solo de los casos +que aduce el Sr. Merchán tienen el menor valor. + +Don Antonio de Trueba, al apellidar á Bolívar _El Libertador_, dice: +Nombre que uso por cuenta ajena y no en manera alguna por la propia. Y +yo afirmo que, sin desdén ni odio, el Sr. Trueba hizo muy bien en no +llamar por su cuenta _Libertador_ á Bolívar. Los españoles peninsulares, +sin menospreciarnos ni ofendernos, podremos llamar á Bolívar gran +capitán, héroe, eminente político, ilustre y valeroso personaje; en +suma, todo lo que se quiera menos _Libertador_, porque esto sería +confesar y creer lo que no creemos; que nosotros somos unos tiranos +inícuos de quienes conviene libertarse. + +La señora doña Soledad Acosta de Samper fué en España tan obsequiada y +celebrada como ella se merece; pero, no contenta con esto, todavía se +queja (en su _Viaje á España_) de que no pongamos por las nubes á +Bolívar, y de que no nos entusiasmemos con él. Pues si Bolívar nos +venció, ¿cómo quiere la señora doña Soledad que nos entusiasmemos? ¿No +hay hasta crueldad en exigirnos semejante entusiasmo y abnegación tan +dolorosa? Fuera de esta cruda mortificación de amor propio que el Sr. +Merchán y la señora doña Soledad Acosta pretenden imponernos para probar +que los amamos, yo aseguro que siempre hemos dado á los +hispano-americanos las mayores pruebas de estimación y de cariño. Y esto +desde los tiempos más antiguos hasta el día de hoy. Americano era +Alarcón, y no hay español que no le cuente entre nuestros grandes y +gloriosos poetas dramáticos; casi, y tal vez sin casi, al nivel de Lope, +de Calderón y de Tirso. Americana era doña Gertrudis Gómez de +Avellaneda, y figura en España como la primera de nuestras poetisas +líricas desde que empezó á escribirse en lengua española hasta el día. Y +la poetisa que la sigue, y que tendríamos por la primera, si la +Avellaneda no hubiera nacido, es sor Juana Inés de la Cruz, también +americana. + +No perjudicó ni estorbó su calidad de americanos ni á Gorostiza, ni á +Ventura de la Vega, ni á Rafael María Baralt, ni á José Heriberto García +de Quevedo, para ser entre nosotros altamente encomiados, aplaudidos y +honrados con puestos y cargos importantes. Por eminentes hombres de +Estado y popularisimos caudillos han pasado en España otros varones +ilustres, nacidos también en América. Valga para ejemplo el marqués del +Duero. + +Cuantos personajes se han distinguido en la América española por su +saber, por su ingenio, ó por sus hazañas, desde que la América española +se declaró independiente, han sido en España tan celebrados y queridos +como en la República misma donde ellos nacieron. Así D. Andrés Bello, á +quien admiramos como filólogo y como autor de Derecho internacional, y +cuyos hermosos y elegantes versos nos sabemos de memoria; y así D. +Rufino Cuervo, cuyo Diccionario calificamos de trabajo maravilloso. No +nos duele, sino que nos encantamos y nos ufanamos en poder admirar con +fundamento las poesías de ambos Caros, de Mármol, de Andrade, de +Obligado, de Restrepo, de Oyuela, de Ruben Darío y de algunos otros. + +El buen gusto y la justicia no consienten que nuestra admiración se +difunda mucho más. Y, francamente, nos parece hasta cómica la censura +dirigida contra la _Antología de poetas hispano-americanos_ del Sr. +Menéndez y Pelayo, porque no incluya en ella, desdeñándolos, á no sé +cuántos poetas de primera magnitud. Imposible parece que el Sr. Menéndez +y Pelayo, que es tan erudito, no tuviese la menor noticia de esos +grandes poetas. Y si los conocía, es inverosímil que no insertase en su +colección ninguna de sus obras, cuando ha insertado en ellas, con +indulgencia pasmosa, tantísimo verso insignificante y menos que mediano. +El empeño de agradar á nuestros hermanos de América y el afán de mostrar +que sabe mucho, disculpan al Sr. Menéndez y Pelayo; pero, hablando con +franqueza, su _Antología_ hubiera valido más, si en vez de constar de +cuatro gruesos tomos hubiera constado sólo de dos, y aun de uno: su +_Antología_ se asemeja á los libros proféticos que la Sibila de Cumas +vendió á Tarquino el Antiguo. Primero eran nueve y Tarquino no los quiso +comprar; luego la Sibila los redujo á seis, y Tarquino no los compró +tampoco; y por último, la Sibila los redujo á tres y pidió por ellos +tres veces más de lo que por los nueve había pedido. Tarquino los compró +entonces. Y es de suponer que si la Sibila los hubiera reducido á uno +solo, Tarquino hubiera dado por él más dinero. _Mutatis mutandis_ lo +propio puede decirse de la _Antología_ del Sr. Menéndez y Pelayo. + +En lo expuesto hasta aquí, no creo yo que haya razón suficiente para que +los rebeldes de Cuba nos hagan la guerra á sangre y fuego, poniéndonos +en idéntica situación en que Dionisio, tirano de Siracusa, puso á un +filósofo crítico que había en su corte. Como el filósofo no gustó de los +versos del tirano, éste le trató muy mal; se apiadó luego de él y le +sacó del calabozo en que le tenía encerrado; le leyó, por último, otros +versos suyos, y entonces dijo el filósofo: que me vuelvan á encerrar en +el calabozo. Aplíquese el cuento y conste que si la guerra civil +cubana, cuya terminación fervorosamente deseamos, hubiese de terminar +aplaudiendo nosotros muchos versos de por allí, un involuntario é +indomable espíritu crítico nos forzaría á exclamar: que nos vuelvan al +calabozo; que siga la guerra; _signa canant_, suenen las trompetas, como +dijo Augusto á Fulvia cuando le amenazó con la guerra civil, si +amorosamente no se le rendía. + +Basta ya por hoy. Otro día hablaré de otras razones menos disparatadas +que alega el señor Merchán en favor de la guerra de Cuba. + + +II + +Ciencia exacta es la estadística. Yo no lo niego. Lo único que me +atreveré á decir es que siempre que de estadística se trata, acude á mi +memoria este cuentecillo. + +De vuelta á su lugar cierto joven estudiante, muy atiborrado de doctrina +y con el entendimiento más aguzado que punta de lezna, quiso lucirse +mientras almorzaba con su padre y su madre. De un par de huevos pasados +por agua, que había en un plato, escondió uno con ligereza. Luego +preguntó á su padre.--¿Cuántos huevos hay en el plato?--El padre +contestó:--Uno. El estudiante puso en el plato el otro, que tenia en la +mano, diciendo:--¿Y ahora, cuántos hay?--El padre volvió á +contestar:--Dos.--Pues entonces--replicó el estudiante--dos que hay +ahora y uno que había, antes, suman tres. Luego son tres huevos los que +hay en el plato. El padre se maravilló mucho del saber de su hijo, se +quedó atortolado y no atinó á desenredarse del sofisma. El sentido de la +vista le persuadía de que allí no había más que dos huevos; pero la +dialéctica especulativa y profunda le inclinaba á afirmar que había +tres. La madre decidió al fin la cuestión prácticamente. Puso un huevo +en el plato de su marido para que se le comiera: tomó otro huevo para +ella, y dijo á su sabio vastago:--El tercero, cómetele tú. + +Tercer huevo es casi siempre el _superávit_ de los presupuestos y no +corta porción de las rentas y recursos de los particulares y de los +Estados. + +Traigo esto al propósito de que recibamos con escepticismo prudente +todos los datos estadísticos que el Sr. Merchán presenta para demostrar +cuánto produce á España la isla de Cuba. + +Según muchos políticos y estadistas españoles, entre los cuales cita el +Sr. Merchán á D. Francisco Silvela, en un discurso que pronunció en el +Congreso el 12 de Febrero del año pasado, Cuba, desde hace tiempo, es +una carga para España. + +Contra esto se encoleriza extraordinariamente el Sr. Merchán y siente +herida su vanidad de cubano. Según él, Cuba nos produce tanto, que el +día en que la perdamos, casi todos los españoles nos moriremos de hambre +ó poco menos. Por interés y no por punto de honra, anhelamos, pues, +conservar á Cuba. El Sr. Merchán no quiere comprender ó no comprende, +que, hasta prescindiendo del interés y del punto de honra, la +conservación de la grande Antilla nos importa mucho. Su pérdida no +podría menos de dolernos, como duele á cualquiera que le saquen una +muela picada, aunque la muela para nada le sirva. De aquí que tratemos +de empastarla ó de orificarla, y procuremos resistir á los _sacamuelas_ +de los Estados Unidos, que desean su extracción y tienen ya preparado el +gatillo. + +Pero vamos á la estadística del Sr. Merchán. + +Confiesa que, desde 1868, no vienen á España sobrantes de Ultramar. Los +insurrectos de Yara, dice con júbilo, cerraron este vasto desagüe. +Veamos ahora la enorme cantidad de millones que, según el Sr. Merchán, +viene á España por otros conductos. + +Según él y según el Sr. Dolz, á quien cita, nuestros empleados en +aquellas aduanas defraudan al Tesoro, y sin duda envían á España cada +año la friolera de ocho millones de pesos fuertes. Sea, digo yo: pero, +como no se puede creer que los mercaderes y contrabandistas de Cuba +lleven la tontería hasta el extremo de concurrir en balde y de balde á +este robo, dando á los empleados lo que debieran dar al Tesoro, fuerza +es afirmar que, si dan á los empleados ocho millones se quedan ellos con +doce, ó siquiera con otros ocho, para que el robo sea á medias. Yo me +resisto á creer que el comercio de exportación y de importación dé en +Cuba para tan desaforado latrocinio. Aceptemos, no obstante, que el +resguardo y los vistas ciegos envían á España los ocho millones. + +En todo lo demás que pone el Sr. Merchán como rendimiento de Cuba á +España, es evidente que el Sr. Merchán delira. + +Cuba, dice, exporta cada año para España seis millones de pesos fuertes +en frutos, que pagan por derecho de importación tanto como valen. Supone +luego que estos seis millones, que salen del bolsillo de los +peninsulares que quieren regalarse con frutos ultramarinos, son también +tributo ó dádiva que Cuba nos envía; y suma catorce millones. + +El estanco del tabaco rinde diecinueve, según manifestó recientemente el +director de la Compañía Arrendataria, D. Eleuterio Delgado. Aunque no se +comprende por qué, el Sr. Merchán se los aplica también á Cuba y ya +tenemos que Cuba nos produce treinta y tres millones. + +España manda á Cuba cada año, en mercancías, por valor de veinticinco; +pero como de allí vienen seis, la balanza de comercio sólo da en nuestro +favor diecinueve. Y como si todas las mercancías que enviamos á Cuba no +valiesen un pito y fuesen una basura grandísima, que nosotros hiciésemos +tragar y pagar por fuerza á los infelices y tiranizados cubanos, el Sr. +Merchán pone también estos diecinueve millones en la cuenta de lo que +Cuba nos tributa, haciéndola subir á cincuenta y dos millones de pesos +anuales. Tal es la renta clara y paladina que da Cuba á España. La renta +misteriosa y oculta es inmensa, según el Sr. Merchán. Los empleados, +los comerciantes peninsulares, todos cuantos van de España á Cuba no se +cansan jamás de enviar dinero de Cuba á España. + +En su afán de ponderar lo que cuesta á Cuba el ser española, pone y suma +el Sr. Merchán los sueldos principales del alto clero y de los +funcionarios militares y civiles; pero no logra elevarse en esta suma +por cima de doscientos mil duros. Y no se para tampoco á considerar que +si Cuba llegase á ser República independiente, no había de suprimir al +arzobispo, al obispo, á la clerecía, á los empleados todos, y hasta se +había de quedar acéfala y sin presidente. Ya saldría á los cubanos +bastante más caro que les sale ahora todo el aparato administrativo. Y +esto sin meternos á vaticinar ni á recelar que en Cuba pudiera haber +presidentes, como los ha habido en otros puntos de América, que han +tenido para estrujar al pueblo y sacarle el jugo tanta pujanza como la +prensa hidráulica más poderosa. Con todas las violencias tiránicas, con +todas las ferocidades de cuantos virreyes, gobernadores y capitanes +generales ha enviado España á América, desde el reinado de Felipe II +hasta hoy, si pudiéramos ponerlas en un alambique y destilar la quinta +esencia de ellas, créame el Sr. Merchán, no sacaríamos un espíritu +equivalente al del tirano Rosas, pongo por caso. + +Es el Sr. Merchán, ó aparenta ser, contrario á la anexión de Cuba á los +Estados Unidos. No puede, por consiguiente, alegar, en contra de lo que +él llama _profecías siniestras_, el florecimiento y prosperidad de Cuba +si llega á ser un Estado más de la Unión. El Sr. Merchán no aspira al +suicidio colectivo como raza. Espera y pretende que Cuba continúe siendo +_latina_, que es el epíteto que gustan de darse ahora muchos +hispano-americanos, para no llamarse españoles. Todos han de ser +_latinos_, aunque no hayan pasado del _quis, quæ, quod vel quid_. + +El odio á España del Sr. Merchán y de otros insurgentes es tan feroz y +desapiadado, que más que la prosperidad y auge de Cuba, harto +problemáticos si llega á ser independiente, los encanta y seduce la +tremenda ruina en donde, según ellos, se hundirá España si perdemos +aquella ísla. Como si fuera tan malo cuanto en la Península se produce, +que nadie quisiese comprarlo sino por fuerza, entienden que, separada +Cuba de España, no tendremos á quien vender. Los diecisiete y medio +millones de españoles peninsulares, asegura el Sr. Merchán que estamos +_amenazados de miseria y de muerte si perdemos la clientela forzada de +1.200.000 blancos y 400.000 negros_ sus compatriotas. + +Por lo visto, entra también en el plan de los insurrectos el despojar á +los españoles penínsulares de las propiedades territoriales que en Cuba +tienen, y hasta el expulsarlos de allí. «Toda esta población--decía en +1869 _La Voz de Cuba_, en artículo que el Sr. Merchán reproduce y +celebra--vivirá errante y miserable en el mundo.» + +Para que tal cosa no suceda, para defender á esa población, á la que +tenemos obligación de defender; para conservar la integridad de nuestro +territorio, para que la nación española no sea de nuevo mutilada, y no +porque Cuba nos produzca todos esos millones fantásticos, deseamos +conservar á Cuba, y es de esperar que la conservemos. Los diecisiete +millones y medio de españoles peninsulares, salvo muy pocos, no temen +perder el mercado para su industria, y perder el fomento de su comercio +y de su marina mercante, si llegasen á perder la perla de las Antillas. +No nos faltaría entonces sitio y gente á donde enviar nuestros productos +y nuestros barcos. La pérdida de Cuba nos traería, sin duda, +perturbación, mas no por la utilidad que Cuba nos trae ó nos ha traído +nunca. Si atendiésemos solo á esta utilidad, apenas habría español que +no estuviese deseando que nos quedásemos sin Cuba. + +No tendría entonces que decir el Sr. Merchán, citando los arrogantes +versos de Núñez de Arce, y dirigiéndose á Cuba: + + «Y si ser grande y respetada quieres, + de tí no más la salvación esperes.» + +Consejo que Cuba, ó mejor dicho, los rebeldes en armas no siguen, porque +solos ni se hubieran rebelado, ni persistirían en la rebelión, que los +_yankees_ atizan, fomentan, patrocinan y pagan para echar de allí al +cabo, no sólo á nosotros los españoles, sino también á todos los +_latinos_, sin excluir al Sr. Merchán, que regresaría por corto tiempo á +su patria y que tendría que volverse á Bogotá, porque en Cuba, +_yankeeficada_, le mirarían como mueble incómodo é inútil y no le harían +caso. No le valdría la adulación con que proclama la omnipotencia de los +Estados Unidos. + +Si quisieran apoderarse de Cuba, dice, «¿quién se opondría? ¿Inglaterra? +El Leopardo puede aceptar luchas con el Águila, pero no la provoca á +ellas. ¿Francia? Mientras no arregle cuentas con Alemania, evitará +contiendas con otras naciones fuertes y civilizadas. ¿Alemania, Rusia? +No tienen intereses coloniales en América; y Rusia, de desenvainar la +espada, lo haría á favor de su antigua amiga la Unión Americana. En +cuanto á una coalición de las grandes potencias, los Estados Unidos no +la temen. Recuérdese cómo desbarataron la Santa Alianza con un Mensaje +de Monroe». + +¿Tendrá razón el Sr. Merchán y lo podrán todo los Estados Unidos? ¿Se +atreverán á intervenir en Cuba y á intentar despojarnos de cuanto allí +legítimamente poseemos, sin que por impotencia ó por imprevisor egoísmo +se interponga en nuestro favor ninguna grande potencia europea? Entonces +sí que no será á Cuba, sino á España, á quien tenga que decir el poeta, +y esperemos en Dios que sea oído: + + Y si ser grande y respetada quieres, + de tí no más la salvación esperes. + + +III + +Algo arrepentido estoy de haber tomado por asunto de un escrito mío el +libro del Sr. Merchán. Hay muchísimo que decir sobre él, y yo me canso, +y, lo que es peor, temo cansar á mis lectores. Sin embargo, como ya +emprendí la tarea, no quiero dejarla sin terminar, si bien procuraré ser +muy conciso. + +Lo más grave de que el Sr. Merchán acusa á España, es de su corrupción +administrativa en Cuba. Nada hay que decir contra los datos que aduce. +Todos están tomados de discursos, informes, folletos y Memorias, +suscriptos por los señores Romero Robledo, Moret, marqués de la Vega de +Armijo, Balaguer, Doltz, general Pando, general Salamanca y bastantes +otros hombres políticos peninsulares de la primera importancia. + +No quiero entrar en pormenores, porque son cansados y además harto feos. +Convengo, pues, con el Sr. Merchán en que en Cuba la corrupción +administrativa es deplorable: es un mal que requiere pronto y enérgico +remedio. ¿Pero le hallará la rebelión, si triunfa y establece en Cuba +una República independiente? Lo dudo, y no digo rotundamente lo niego, +porque no me precio de profeta, porque mi optimismo no tiene limites y +porque no he perdido la fe en lo sobrenatural y milagroso. + +Mal hemos administrado á Cuba en el siglo presente; pero lícito es +presumir que los cubanos _libres_ la administrarían mil veces peor. +Libres son y constituídas están en Repúblicas todas nuestras antiguas +colonias en el continente americano. ¿Hay alguna de ellas que desde que +conquistó su libertad hasta hoy haya sido mejor administrada que Cuba? +Esto es lo primero que sería necesario demostrar. + +Yo reconozco desde luego que el desarrollo del comercio, de la industria +y de la riqueza en general, mil ingeniosas invenciones y los más fáciles +medios de comunicación entre las gentes han hecho progresar y han +llevado como á remolque hasta á los pueblos más atrasados. Pero estas +causas debieran influir más en los pueblos libres que en pueblos como el +de Cuba, que gime aún bajo el abominable yugo de España. Cuba, no +obstante, apenas tenia á principios de siglo más población que 400.000 +almas. Hoy pasa la población de Cuba de 1.600.000. La población, pues, +está cuadruplicada, sin que á esto contribuyan, ni la abolida trata de +negros, ni una gran corriente de emigración europea ó asiática. La +riqueza y el bienestar han aumentado también, á pesar de las guerras +civiles. No estarán, pues, tan oprimidos y miserables los cubanos, +cuando así crecen y prosperan. ¿Crecen en la misma proporción en las +Repúblicas hispano-americanas, las gentes, el bienestar y la riqueza? + +Ya he dicho que no he de negar yo la corrupción administrativa de Cuba, +para cuya prueba aduce el Sr. Merchán tanto testigo; pero tenga por +cierto que, si fuese tal como él la pondera, Cuba no hubiera prosperado. +La extraordinaria fecundidad de su suelo no hubiera podido prevalecer +contra la rapacidad que en los peninsulares supone el Sr. Merchán. Si de +los cuatro siglos que hace que poseemos á Cuba hubiéramos sacado de ella +y enviado á España durante cuarenta años siquiera, á diez años por +siglo, la mitad no más de lo que anualmente robamos á Cuba, ó sean +veinticinco millones de pesos fuertes y esto sin contar las remesas +misteriosas é infinitas que hacen los peninsulares, tendríamos que, en +poco tiempo, habrían ingresado de Cuba en España nada menos que mil +millones de pesos fuertes. ¿En qué Pozo Airón, en qué sumidero, en qué +insondable abismo ha venido á precipitarse y á hundirse este Misisipí, +este Amazonas de oro? ¿Dónde están los palacios, las soberbias quintas, +los hadados jardines, el lujo _sardanapálico_ y los sibaríticos deleites +de los peninsulares que trajeron de Cuba todo ese dinero? ¿Dónde están +los templos, los obeliscos y las pirámides que hemos levantado con el +áureo vellocino de nuestra Colcos? Ambas Castillas están pobres y +desoladas. Los palacios de los peninsulares enriquecidos en Cuba son más +difíciles de hallar que los de Dulcinea. Y no hay monumento de algún +valer que no se haya erigido con dinero nuestro y no cubano. Para que +sea más evidente la prueba, los monumentos más nobles y grandiosos, +hasta son anteriores al descubrimiento de América, y por consiguiente, +de Cuba; los muros ciclópeos y las ingentes torres y arcos triunfales de +Avila; las catedrales, como las de Burgos y Toledo, y los alcázares, +como el de Segovia. + +América no ha enriquecido, ha empobrecido y despoblado á España. España, +en su gloriosa expansión, no se dilató por el mundo para saquearle y +para traer á la Península los despojos ópimos, sino para difundir por +doquiera su cultura, su religión, su idioma y sus artes. Si en la misma +Italia, maestra de ellas, cuando en Italia dominamos, levantamos +templos, castillos y palacios, erigimos monumentos y fundamos obras +piadosas, hospicios y colegios, como de ello dan testimonio Napóles, +Palermo, Mesina, Bolonia y otras ciudades, sin excluir á la misma Roma, +¿qué no haríamos y qué no hicimos en América, donde en resumidas cuentas +no había nada, ó si había algo, respondía á un estado incompletísimo é +inicial de cultura, como podría ser el del centro del Asia, tres ó +cuatro siglos antes de que saliese Abraham de su patria, Ur de los +caldeos? + +Desengáñese el Sr. Merchán; la nación española poco ó nada ha traido de +Cuba que no haya pagado con creces; nada debe á Cuba. Cuba es quien se +lo debe todo á España; salvo lo que da la Naturaleza en su estado +primitivo y selvático. Por eso, aunque el Sr. Merchán se enoje, tiene +España razón para llamar ingratos á sus rebeldes hijos de Cuba. ¿Qué +habrá quitado España para enriquecerse á Maceo, á Máximo Gómez ó á +Quintín Banderas? + +En cuanto á los fraudes y depredaciones de nuestros empleados, no poco +hay también que objetar. Mucho crédito, por ejemplo, merece D. Eduardo +Dolz; pero ¿acaso no puede equivocarse ó exagerar involuntariamente? En +los últimos veinticinco años, afirma que nuestros empleados han +defraudado, en las aduanas de Cuba, doscientos millones de pesos +fuertes. Supongamos que es exacta la cantidad, y ya es mucho suponer. +Todavía no es posible la suposición de que sean tan necios los +mercaderes y contrabandistas cubanos que hayan tenido el capricho +irracional de dar á los empleados los doscientos millones, en vez de +darlos al Tesoro. Lo probable sería que, en este hurto hecho al Tesoro, +saliesen ganando los comerciantes y contrabandistas ciento cuarenta +millones y que los empleados se contentasen con sesenta y con enviarlos +á España. Pero como estos sesenta millones no lucen ni parecen por aquí, +yo me atrevo á presumir que son fantásticos. En España no abundan tanto +los ricos que no nos sean todos conocidos y que no sepamos de dónde ha +salido y cómo se ha formado el caudal de cada uno. Seguro estoy de que +sigilosamente y al oído, para no delatar á nadie, sin suficientes +pruebas, no nos declara, ni el más zahorí en estos asuntos, dónde están +veinte millones siquiera, el tercio de los sesenta que de Cuba han de +haber venido á la Península. Los doscientos millones, pues, ó no se le +quitaron al Tesoro ó casi todos ellos se quedaron en Cuba. + +Pretende el Sr. Merchán, apoyado en las delaciones que aquí mismo hemos +hecho, que todos estos empleados que van á Cuba á defraudar la Hacienda +pública, tienen, entre los más altos personajes políticos, sendos +padrinos á quienes pagan tributo. Poco aprovecha á dichos padrinos +riqueza tan mal adquirida. Por eso me inclino yo á creer que los más +criminales han de haber recibido muy poco; y que los medianamente +criminales han de haber recibido algunos cajoncillos de cigarros puros, +pinas en conserva y pasta de guayaba, con ó sin tropezones. Lo cierto es +que yo he conocido y conozco gran multitud de nuestros personajes +políticos. Los que son ricos sabemos perfectamente de dónde procede su +riqueza. Y los pobres, que forman la mayoría, contándose entre ellos no +pocos que han sido ministros de Ultramar, me atrevo á sostener que no +han tomado un céntimo de peseta al hacerse el reparto de los doscientos +millones de pesos fuertes. A algunos, cuyos nombres pudiera citar y á +quienes traté y visité hasta que murieron, fue menester venderles los +libros y las ropas para poder enterrarlos. + +En suma; por donde quiera que yo lo miro, no noto en España esa horrible +corrupción que el Sr. Merchán nos achaca, y que en todo caso no sería +igual, ni con mucho, á la que de otras grandes naciones, como Francia é +Italia, nos dejan presumir escándalos recientes, y como la que de los +propios Estados Unidos por mil indicios también se presume. + +Yo infiero de todo, empezando por conceder que en la administración de +Cuba hay desórden y despilfarro, necesitados de enmienda, ó que la +corrupción no es tan enorme como se dice, ó que son cubanos interesados +y poco escrupulosos los que la fomentan, más en detrimento del Tesoro de +la Metrópoli que en detrimento de la prosperidad de la isla. + +La rebelión, por consiguiente, no queda así justificada. Los saqueos y +los incendios perpetrados por los rebeldes no remediarán nada, ni +contribuirán á la prosperidad de Cuba. Y contribuirán aún mucho menos, +si los Estados Unidos, según ya se prevé, nos exigen indemnización por +esos saqueos y esos incendios, que sin el favor y aliento que dan á los +rebeldes, no se perpetrarían, y si el Gobierno español tiene la +debilidad de someterse y de pagar. Esperemos, aunque se resista y no +pague, que no haya violencia ni guerra internacional. Y en todo caso, +aunque esa guerra sobreviniese y aunque nos fuese adversa la fortuna, +siempre sería preferible á la humillación y á la ignominia; y sobre +todo, si la ignominia y la humillación resultasen inútiles y al cabo +hubiese guerra, á no ser que resignadamente nos dejásemos despojar de +todo. + +[Illustration] + + + + +LAS ALIANZAS + + + _Sr. Director de El Liberal._ + +Mi distinguido amigo: Al leer lo que dice _La Época_ sobre política +internacional, siento ciertos escrúpulos de haber contribuído, con el +folleto que publiqué pocos días ha, á promover la cuestión de alianzas, +que muchos periódicos tratan ahora. Esto me induce á comentar lo que ya +dije, á fin de que, sino tiene usted inconveniente, me favorezca +publicando esta carta, aunque impugne luego su contenido. + +Lamentábame yo de que España, en la presente ocasión de apuros y +peligros, estuviese aislada: pero mi lamento no implicaba oposición á +determinado partido ú hombre político. No iba contra nadie: iba contra +todos. Y por otra parte, como los aliados y los amigos no se buscan ni +se ganan en el momento en que se necesitan, sino que se tienen á +prevención y de antemano, también estuvo muy lejos de mi mente, y lo +hubiera estado, aunque mi insignificancia no lo estorbase, el aconsejar +al Gobierno actual que buscara depriesa y corriendo lo que antes de él, +desde hace ya medio siglo, nadie había buscado. + +Limitada así la intención que tuve al hablar de alianzas, sigo +sosteniendo, sin que _La Época_ me convenza de lo contrario, que las +alianzas son buenas y que sin alianzas nada útil é importante se ha +conseguido en el mundo, desde que Hiran y Salomón se aliaron, hasta el +día de hoy. Cuando Salomón, que era sapientísimo, buscaba alianzas, no +será el buscarlas tan gran disparate. Sin la que contrajo, ni él hubiera +construído el admirable templo de Jerusalén, ni desde Aziongaber hubiera +enviado á Ofir sus naves para que volviesen cargadas de marfil y +sándalo, oro y perlas, perfumes, especias, papagayos y otros mil +primores. Y prescindiendo de ejemplos vetustos, hay uno muy reciente que +muestra cuán fecundas en bienes son las alianzas urdidas con arte. Si +consideramos lo que ha ganado el Piamonte desde Novara hasta el día, nos +asombramos como del milagro más pasmoso. El pequeño sacrificio de enviar +cuarenta mil hombres á Crimea, y más tarde el sacrificio algo mayor de +ayudar á Prusia y de sufrir por mar una derrota en Lysa y por tierra +otra en Custozza, han valido al Piamonte, primero el Milanesado y +después el Véneto; que nadie se oponga á que arroje de Sicilia, de +Nápoles, de Toscana y de otros Estados á sus soberanos legítimos; que, á +pesar del enojo de muchos millones de católicos, despoje al Papa de su +poder temporal, y que constituya la unidad de Italia, que parecía sueño. +Pedir más sería gollería; sería imitar á aquel monarca aprovechadísimo +que pedía y alcanzaba tantas cosas por medio de su hijo, casado con el +hada Parabanú, hermana del rey de los genios, que el rey de los genios +se hartó al verle tan exigente y pedigüeño, y le aplastó descargando +sobre él su tremenda clava. La habilidad, por grande que sea, tiene su +limite, sobre todo cuando no hay en ella magia ó hechizo. Y magia sería, +si por virtud de la triple alianza diese Italia también cima y dichoso +remate á sus tal vez prematuras empresas en remotos países. + +La de Saavedra Fajardo, que cita _La Época_, y el texto latino de cierta +fábula de Fedro, que todos sabemos, lo único que prueban es que +cualquier obra de alguna transcendencia, como no se haga bien, lo mejor +es que no se haga. Sin duda que hay peligro en aventurarse, pero quien +no se aventura no pasa la mar. + +Nosotros, los españoles, desde hace años pecamos de desconfiados y +formamos de nosotros mismos muy pobre concepto. Pensamos y decimos sin +ironía ni broma algo parecido á lo que por chiste oí yo decir una vez al +Sr. D. Antonio Cánovas con general regocijo de cuantos le escuchaban. +Decía que él se había venido de Málaga huyendo porque allí todos le +engañaban ó trataban de engañarle. España, con la mayor formalidad, está +diciendo y haciendo lo mismo: huye del trato y familiaridad de todas las +potencias de Europa por temor de que la engañen. + +Mientras más lo recapacito, mejor noto que la desconfianza que nos +arrastra al retraimiento y al separatismo está en nosotros muy arraigada +y conviene librarnos de ella. Por esta desconfianza echamos á los judíos +y á los moriscos; por esta desconfianza se rompió nuestra unión con +Portugal, y al romperla perdió Portugal lo mejor de su imperio en la +India; por esta desconfianza estuvo á punto de separarse de nosotros +Cataluña; en parte, por esta desconfianza se han emancipado +prematuramente todas las colonias españolas del continente americano; y +por esta desconfianza brotan hoy ominosos chispazos de regionalismo, ya +en la misma Cataluña, ya en las provincias vascongadas, ya en Galicia. + +Claro está que los negros y mulatos de la clase más ruda y humilde que +hay en Cuba entre los rebeldes, están allí por merodear; que los +aventureros de países extraños están para ganar importancia y dinero en +la contienda; y que algunos ambiciosos, nacidos en la propia tierra, +están porque sueñan con ser ministros ó presidentes de la República +futura; pero si hay cubanos de arraigo y buena fé que conspiren ó luchen +contra España y anhelen la independencia de Cuba, esa desconfianza +secular, ese vicio inveterado del separatismo, es quien los mueve. Y es +tan pernicioso para ellos el movimiento, que si España no logra pararle, +los llevará al suicidio colectivo, ó á gemir bajo el yugo de un +presidente ó de un emperador negro ó á la desaparición en la isla, de su +lengua y de su casta, cuando toda, si triunfan, sea _yankee_, dentro de +poco. + +A fin de impedirlo, sacrifica hoy España sus hombres y su dinero. Y no +es el interés quien la impulsa, sino una obligación sagrada. No podemos +consentir en que retroceda á la barbarie lo que durante cuatro siglos +hemos cuidado con amor y cultivado con esmero, ni podemos consentir en +que desaparezcan de Cuba los hombres de nuestra lengua y casta, por +ingratos y discolos que sean, para que se extiendan y dominen en ella +los anglo-americanos. + +De esperar es que nos saquen airosos de este empeño la constancia +patriótica de la nación y el valor de nuestros soldados. De esperar es +que se evite el conflicto con los Estados Unidos, donde, aunque +proclamen la beligerancia, tal vez no se atrevan á intervenir á mano +armada en favor de los insurrectos. Y de esperar es, en último extremo, +que si los Estados Unidos intervienen, contra razón y derecho, se +interpongan las grandes potencias europeas y no permitan, ó una guerra +injusta y terrible, ó el violento despojo de lo que nos pertenece, +apoderándose la gran República de la llave del seno mexicano, por donde +ha de abrir el camino que ponga en comunicación los dos grandes mares. +Tales son las esperanzas que podemos tener. Con ellas debemos +contentarnos, aunque no sean muy seguras. Ya no es tiempo de buscar +alianzas. Solos estamos en el gran conflicto, y con nuestra propia +energía tendremos que salir de él, si en los Estados Unidos no ceden, +pues al cabo la mayoría de aquel pueblo no es como Shermann, Mórgan y +Mills, ó si las grandes potencias europeas, movidas por el propio +interés, no nos prestan apoyo. + +Pero si España hubiese contado con amistades y alianzas y no hubiese +estado tan sola, no hubiera tenido que aguardar hasta el último extremo; +hubiera inspirado más respeto en Washington, y no hubiera tenido que +ceder á tantas humillantes é injustas reclamaciones y que pagar tanta +indemnización con longanimidad lastimosa y que sufrir con paciencia +tanto vejamen y tantos vituperios de senadores y diputados _yankees_. +Estos, de seguro, jamás se hubieran atrevido á despotricarse tan +ferozmente si España hubiese estado más enlazada y sostenida en el +concierto de las naciones civilizadas de Europa. + +En mi sentir, pues, las alianzas no solo son convenientes, sino +indispensables para España, que tiene aún, y no puede menos de tener, +tanto que conservar y tanto á que aspirar, si no se arroja en el surco y +se declara muerta y prescinde de su historia. + +_La Época_ citaba contra las alianzas á Saavedra Fajardo. Yo citaré en +favor de ellas á otro político de más fuste y recámara: al propio +Nicolás Machiavelli. Precisamente en el capítulo XXI, donde explica cómo +se ha de gobernar un príncipe para conquistar reputación, y donde hace +tan hermoso elogio de Fernando de Aragón, marido de Isabel la Católica, +á quien declara _por fama y por gloria el primer rey entre los +cristianos_, se decide en favor de las alianzas, diciendo que un +príncipe no es estimado sino cuando es verdadero amigo ó verdadero +enemigo; que el descubrirse es más útil que el quedarse neutral, y que +el príncipe irresoluto, cuando, por huir compromisos y peligros, sigue +el camino de la neutralidad, las más veces se hunde en vergonzosa ruina, +teniendo que salir de la neutralidad por fuerza y no de grado. + +Como ya he dicho que las alianzas convienen y hasta son indispensables, +quisiera decir también de qué suerte me parece que deben buscarse y +celebrarse; pero como hoy me he extendido mucho, lo dejo para otro día, +si no fatigo á los lectores de _El Liberal_ con nueva carta. + + +II + +_Sr. Director de El Liberal._ + +Mi distinguido amigo: En cuestión de alianzas tal vez sería lo mejor, +después de afirmar que convienen, abstenerse de decir con quién y cómo. +Los usos diplomáticos prescriben no hablar de tales conciertos hasta +después de ya celebrados. Pero, á pesar de todo, me parece que no hay +imprudencia ni falta de sigilo en que alguien, como yo, que está +alejadísimo del poder público y de todo centro oficial, y que no +compromete á nadie ni se compromete, diga sobre el asunto lo que se le +antoje. Lo que yo pienso decir, además, no puede ofender á ninguna +nación. Y no porque yo me valga de rodeos y perífrasis, sino porque +quizás á causa de mi optimismo y de mi indulgencia afectuosa, apenas +condeno á nadie y hallo disculpa para todo. + +Triste cosa es que, al llegar casi á su término el siglo XIX, llamado de +las luces, la humanidad haya adelantado tan poco, moral y políticamente, +que, en el mismo centro de su más alta civilización, todos los hombres +capaces de empuñar las armas anden cargados con ellas, haciendo el +ejercicio, reuniendo con grandes gastos los más eficaces medios de +destrucción, aprendiendo á matar y perdiendo en maniobras, revistas y +paradas el tiempo que pudieran emplear en divertirse ó en producir cosas +útiles y agradables, y teniéndose de continuo unos á otros en jaque y +alerta; pero esto no tiene remedio y no hay para qué censurarlo. + +Muy costosa es la paz armada, pero más costosa y terrible sería una +nueva guerra europea. Dios quiera, pues, que no la haya, y que, pasando +años, se harten las grandes potencias de consumir dinero y de convertir +á todos sus ciudadanos en soldados, y se decidan á deponer las armas. + +Por ahora, y sabe Dios hasta cuándo, la amenaza de guerra es constante, +y en vez de ser segura la paz en la tierra á los hombres de buena +voluntad, estamos amenazados siempre de una estupenda y colosal +conflagración belicosa, en que luchen por un lado Alemania, Austria é +Italia, y por otro Francia, tal vez auxiliada por Rusia. + +Si por desgracia llegara este caso ¿qué le convendría hacer á España? +Los alemanes no nos han hecho ni bien ni mal; de los italianos no +tenemos agravios que vengar y los queremos bien, salvo algunas damas +elegantes y devotas y cierto número de católicos muy fervorosos, que +desean que se lleve el diablo aquella monarquía para que recobre el +Padre Santo su poder temporal, y con Austria estuvimos unidos por lazos +dinásticos en la mejor época de nuestra historia, hemos vuelto á estarlo +en el día, y aun yo creo posible y conveniente que se aumenten estos +lazos. Nada tendríamos que ganar con hacer la guerra á la Triple +Alianza; pero como también sería duro pelear contra nuestros simpáticos +vecinos los franceses, amables difundidores por el mundo de las letras +amenas y de las artes elegantes y deleitosas, lo mejor y lo más cómodo +sería permanecer neutrales, á pesar de lo que he citado de Machiavelli. +Este gran político hablaba en muy distintas circunstancias, para muy +otra edad del mundo, y siempre con la mira de libertar á Italia de los +que él llamaba bárbaros, cuyo yugo le apestaba, sin que hubiese +atrocidad, crimen ni peligrosa aventura á que para sacudir aquel +hediondo yugo no excitase él á su _Príncipe_. + +Nosotros tenemos también que sacudir algo á modo de yugo, que no me +atrevo á condenar ni por de bárbaros ni por hediondo; pero que sí +calificaré de pesado y de vergonzoso, y que nos convertirá en +Nación-Job, si hemos de seguir sufriéndole. Ya se entiende que este +yugo es el que en Cuba nos imponen los _yankees_, porque sin el favor, +amparo y aliento que dan á los que se rebelan, y sin la mengua de +autoridad que nos causan, y sin el descrédito que vierten sobre +nosotros, pidiéndonos cuenta de todo, como si fueran nuestros jueces, y +sin la facilidad con que convierten en ciudadanos de su gran República á +nuestros más acérrimos enemigos, renegados de su casta, obligándonos á +darles dinero en vez de fusilarlos ó de enviarlos á presidio, es casi +seguro que en Cuba no habría insurrección y es seguro que no sería ni +con mucho tan importante y duradera como es hoy. Lo milagroso es que en +vista de las ventajas que ofrece á los insurrectos la descarada +protección de los Estados Unidos, no acudan á Cuba á combatirnos todos +los aventureros sin patria y toda la gente perdida que hay en el mundo. + +No creo yo, sin embargo, que el mejor camino para libertarnos del yugo +mencionado sería salir de la neutralidad en una posible guerra europea. +La neutralidad nos conviene; pero, á fin de que sea respetada y no se +encierre en egoísmo estéril, importaría concertarnos, para este fin +solo, con alguna gran potencia que no estuviese comprometida ni en favor +de Francia ni en favor de Alemania. Este nuevo grupo, de que pudiéramos +formar parte, no sólo nos valdría para que nos respetasen durante la +guerra, sino tal vez para contribuir á la conservación ó restauración de +la paz, y no sólo nos valdría para que el vencedor no nos atase al +carro de su triunfo, sino también para concurrir á moderar las +exigencias del que hubiese obtenido la victoria, y á restablecer, en lo +posible, el equilibrio de las fuerzas. + +Otro es el camino que para remediar el mal estado de nuestras relaciones +con la gran República nos hubiese convenido ó nos conviene seguir: haber +buscado á tiempo aliados y amigos ó buscarlos en lo venidero, si ahora, +sola y abandonada como está España, logra conjurar la tormenta ó salir +de ella salva. + +Lo que nos pasa con los Estados Unidos, á cuya independencia y formación +contribuímos un poco, se parece á la más desventurada aventura de Simbad +el Marino, que aupó sobre sus hombros al endiablado vejete para que +cogiera los frutos en los hermosos árboles de su fértil isla, y el +vejete endiablado no quería luego apearse, y seguía montado en Simbad, +insultándole y procurando ahogarle para mostrar su agradecimiento. + +A fin de quitarnos de encima tan insufrible carga, ¿no hubiera sido +conveniente, ó no lo sería en lo futuro, ganar la voluntad de las +primeras potencias coloniales de Europa, celebrar tratos y concertarse +de algún modo con ellas? Cualquiera promesa, cualquiera sacrificio que +hiciésemos, sería mucho menor que los sacrificios que estamos haciendo +hoy y que tendremos que hacer en adelante. + +A un concierto, á un Tratado de alianza, exclusivamente para asuntos +coloniales ó de Ultramar, no creo yo que se negasen, si se negociaba +bien, ni Francia, ni Inglaterra, ni Holanda. España ha sido la primera +nación colonizadora del mundo; todavía, á pesar de su decadencia, es la +tercera ó la cuarta, y no la desdeñarían como inútil peso, y de algo +podría servir á sus más poderosos aliados, que también pueden hallarse +en ocasiones de empeño y de peligro, y necesitar entonces ó al menos +tener por provechoso el auxilio nuestro. + +Si no lo recuerdo mal, de algo valió España á los franceses no hace +mucho tiempo, cuando, para vengar á nuestros misioneros mártires, +ayudamos gratis y con las armas á crear una Francia amarilla en el +extremo Oriente. ¿Quién duda de que aún podríamos servir y valer á +franceses, ingleses y holandeses, en otras semejantes empresas ó en +casos y lances de mayor importancia, sobre todo si ellos nos ayudaban á +quitarnos de encima el ingrato estorbo de que hemos hablado y que tan +sin piedad y tan sin conciencia nos abruma? + +Tendría esto además la ventaja de que los _politicians_ extraviados y +los senadores _farwestinos_ y _cincinatescos_, al vernos en tan buena +compañía, arrojasen de sus cerebros el feísimo y bellaco concepto que +los _sabios_ y _catedráticos yankees_ les han hecho formar de España, +considerándola, por su afición á las corridas de toros y al Santo +Oficio, Nación Calígula-Torquemada, como la llama Clarence King, y, por +haber destruido, según Draper, no sé cuántas civilizaciones, podrido +esqueleto entre las naciones vivas y prueba terrible de la justicia de +Dios, que no quiere dejar sin ejemplar castigo nuestras ferocidades y +nuestros crímenes. + +En fin, tal vez lograríamos así que no apareciese España á los ojos de +los _yankees_ como un tirano difunto, en el que se pueden cebar sin gran +peligro, ó como un tirano cachazudo y sufrido, semejante á los tiranos +de las tragedias de Alfieri, que están, durante los cinco actos, oyendo +y aguantando las más desaforadas desvergüenzas, si bien acaban por +perder los estribos y por hacer una barrabasada. Tal vez así se +conseguiría también que no se le antojase en Washington á ningún senador +remedar á Catón Censorino y, en vez de llevar higos en un pliegue de la +toga y de exclamar _delenda est Carthago_, llevar en un faldón de la +levita azúcar mascabada ó catite, y exclamar: _delenda est Hispania_. + +Y aquí pongo término á esta prolija carta, prometiendo no escribir la +tercera, pues basta con lo dicho. + +[Illustration] + + + + +TEATRO LIBRE + + + _Sr. Director de Los Lunes de El Imparcial._ + +Muy señor mío y amigo: Me pide usted mi parecer sobre si conviene que +haya un _Teatro libre_ é _independiente_, y sobre varios puntos que con +esta primera cuestión se relacionan. + +Muchísimo tengo yo que decir, pero, como usted me excita á ser breve por +el poco espacio de que se puede disponer en el periódico, sólo diré algo +de lo mucho que se me ocurre, y procuraré decirlo en compendio. + +A mi ver, en España el teatro tiene toda la libertad y toda la +independencia que necesita. Yo aplaudo que las tenga, pero no comprendo +ni pido más. + +Los límites de la libertad mencionada son principalmente dos, que en +manera alguna deseo yo que se traspasen. Uno de ellos es el que señalan +la moral, la decencia y el decoro. Fija y traza el otro límite el gusto +del público, contra el cual es inútil y peligrosa la lucha. El público +paga y oye, aplaude ó silba, y en los espectáculos es juez inapelable, y +árbitro soberano. En novelas, en poesía lírica, en libros de filosofía, +de historia y de otros asuntos, puede un autor prescindir de la +corrupción literaria de su tiempo, de la rudeza y del corto saber de sus +contemporáneos y de sus tonterías y extravagancias, y componer su obra +para un público eterno; para que la posteridad la aplauda, haciéndole +justicia: para que gente más instruída y estéticamente mejor educada le +comprenda y le admire, allá en los siglos que están por venir, ó bien +para que en el día un cortísimo número de personas discretas, refinadas +y doctas, se deleiten leyéndole y saboreando todos los primores de fondo +y de forma que hay en su producción literaria, convirtiéndola para el +vulgo profano en _el libro de los siete sellos_. + +El autor dramático, y en esto se parece al orador, no puede, ni debe ser +así. Es menester que su espíritu esté en intima y constante comunicación +con el espíritu de un público numeroso: que él y dicho público se +comprendan y se compenetren. Sólo de esta suerte puede haber autores +dramáticos. Los que de otra suerte escriban, podrán ser todo lo que +quieran menos tales autores. + +Infiérese de lo expuesto que la libertad del teatro tiene por limite la +voluntad y el entendimiento del vulgo. Ya más allá no sería libertad +sino delirio. Yo no me explico que se funde un _Teatro libre_ para ir +más allá. Si el público tiene un gusto exquisito y un entendimiento +cultivado y un juicio seguro, no hay teatro en Madrid, ni en toda +España, que no sea libre é independiente y que no tenga completa +seguridad de ganar honra y provecho, dando las más atrevidas +representaciones, y, siendo éstas buenas, más aplausos y más dinero +ganará mientras más originales sean, y más inauditas y más fuera de los +caminos trillados. + +Justo es advertir que el prurito de originalidad, el engreimiento necio +del que cree pensar y decir cosas profundas, y la manía de reformarlo +todo y de resolver en cuatro coplas los más obscuros problemas sociales, +religiosos ó políticos pueden seducir á los autores dramáticos que tal +vez no han estudiado ni meditado nada que los habilite para la +resolución de semejantes problemas, y pueden llevarlos á componer un +tejido de vulgaridades y zanguangadas, á crear caracteres falsos y á +imaginar una acción absurda y sin interés, que sea como el hilo donde +ensarten sus insulsos é inaguantables sermones. Después, si el público +se aburre de oírlos y no los aguanta, el autor dirá tal vez que el +público es atrasado é indocto. Y si el público los aguanta y los +aplaude, por aquello de que + + _Un sot trouve toujours un plus sot qui l'admire,_ + +el mal será mayor; pero en ninguno de ambos casos veo yo que el teatro +libre é independiente que trata de fundarse valga como remedio. + +Por otra parte, yo noto inmenso cúmulo de dificultades para la creación +del _teatro libre_, en mi sentir inútil. Mas bien le comprendo como +_teatro normal_ ó como _teatro modelo_ que como _teatro libre_. El +_teatro libre_, en virtud de su misma libertad, buscará por todos los +caminos modo de agradar y de entusiasmar al público y de obtener de él +aplausos y entradas. Así son el Teatro Español, la Comedia, Lara, Apolo +y la Zarzuela. Todos, á mi ver, son teatros libres. No se puede pedir +mayor libertad sin incurrir en desatino. + +Luego lo que quiere fundarse no es un teatro libre, sino un teatro +_normal_ ó _modelo_, donde se procure ilustrar al público, aguzar su +facultad estética, abrir para él nuevos horizontes y moverle á que +aplauda, ya antiguas obras maestras que hoy desdeña ú olvida, ya nuevas +obras, vaciadas en moldes nunca empleados hasta el día. + +A fin de que este teatro, y permítaseme lo pomposo de la frase, +cumpliese con su misión, sería indispensable que tuviese una junta +directiva. Y como esta junta tendría su criterio y querría y debería +imponerle, resultaría que el _teatro libre_ sería el menos libre de +todos los teatros. + +Supongamos que ya existe, y supongamos también que yo soy un autor +dramático que aspira á darse á conocer y ofrece una obra suya. Las +empresas de la mayor parte de los teatros deben considerarse como +meramente mercantiles. Si rechazan la obra que yo presento, no habrá en +ello, literariamente, ni agravio, ni sentencia, ora sea injusta, ora +justa, que me desaliente ó humille. Las empresas no fallan +literariamente contra mi obra, sólo dicen, con acierto ó sin él, que no +es aquello lo que pide el mercado y que no deben aceptarlo, porque no +tendrá buena salida y será mal negocio. Pero si en el teatro, mal +llamado libre, que trata de fundarse, la junta directiva desecha mi +obra, al desecharla, aunque afirme que no es tal su intención, +literariamente me condena, empezando por someterme á un tribunal +literario y á preceptos y reglas en cuya virtud ese tribunal juzga y +sentencia. + +Es, pues, evidente que el tal _teatro libre_ será el menos libre de +todos; será un alto magisterio, un tribunal supremo, un directorio +iniciador y propagador del buen gusto en lo tocante á poesía dramática; +en fin, será todo lo que se quiera menos un teatro libre. Los teatros +libres son los que ahora hay. + +Lo dicho hasta aquí contra el falso teatro libre no impide que desee yo, +como el que más, que tengamos en Madrid un _teatro modelo_, con cuantas +condiciones y requisitos sean convenientes para representar bien toda +clase de dramas. + +Antes de explicar de qué suerte me alegraría yo de que se fundase este +teatro, voy á hacer algunas declaraciones. + +Primeramente, yo no creo que la producción dramática española en el día +sea inferior, ni por calidad ni por cantidad, á la de ninguna otra +nación del mundo. Sólo Francia compite con nosotros, y en sentir de +muchos, aunque no en el mío, nos vence. + +Es la segunda declaración que ningún género de trabajo literario está en +España mejor retribuido que el del dramaturgo. Y por esto, y por +entender yo que para que una literatura sea espontánea y natural, +importa que sólo tenga al público por Mecenas, ni pido ni quiero +protección y auxilio del Gobierno para los que escriben dramas. + +Es la tercera declaración que nuestros actores no me parecen tan malos +como asegura la gente, llevada de la manía, hoy muy en moda, de rebajar +y hasta de denigrar todo lo nuestro, como si fuésemos la nación más +desventurada y más decaída de la tierra. + +Poseyendo, pues, como sin duda poseemos, autores y actores, lo que +principalmente nos falta es una empresa que pague sin tacañería ni +apuros á los artistas y hasta asegure su porvenir y la materialidad de +un teatro muy elegante, lujoso y rico en decoraciones, trajes y +maquinaria. Si un príncipe poderoso, si un banquero ó si varios +capitalistas, ó si una compañía por acciones, fundase este teatro, yo +doy por cierto que merecerían aplauso y gratitud de la patria y que no +perderían su dinero, porque, si bien no hay mucho en España, la gente es +espléndida, gusta de divertirse, y el teatro modelo, ó de lujo, ó como +queramos llamarle, estaría lleno siempre. + +Como tengo aún muchísimo que decir sobre este asunto y usted recomienda +la brevedad, y yo no atino con ella, he guardado esta carta, escrita +desde hace días, sin atreverme á enviarsela á usted y casi desistiendo +ya de enviársela. Ahora estoy de otro humor y se la envío, en la +inteligencia de que la carta tendrá cola, ó mejor dicho, será como +cereza en la que se enredan otras por el cabo y la siguen. A esta carta +seguirán otras dos. Si á pesar de la inevitable condición que pongo no +teme usted que yo peque de prolijo, inserte mi carta en su apreciable +periódico y crea que se lo agradeceré. + + +II + +Muy Sr. mío y amigo: Ya dije á V. que no quiero ni comprendo el teatro +libre ó sea más libre que los teatros que hay ahora en España. Esto no +se opone á que yo quiera y desee un teatro normal ó modelo. Y como dicho +teatro ha de estar en algún punto y no le hemos de fundar en Ovejo, en +Churriana ó en la Madroñera, lo natural y razonable será fundarle en +Madrid, sin hacer caso de la ruin y disparatada envidia del +regionalismo. + +Aquí se me ocurre algo que me atrevo á llamar antinomia y que no puede +menos de motivar una digresión inevitable aunque prolija. Ojalá que no +sea cansada. Mil y mil veces he sostenido que la literatura, sobre todo +la amena, si ha de ser natural y espontánea y no artificiosa y criada en +invernáculo, conviene que sólo tenga por Mecenas al público que la lea, +la pague, la comprenda y la inspire. Nada de protección por parte de +principes y de gobiernos para novelistas y poetas. Alfieri compuso un +elocuente y hermoso libro sosteniendo esta tesis y yo le he aprobado y +aplaudido. Pero aquí surge la antinomia. Trataré de explicarla. + +Yo creo á pie juntillas en el progreso indefinido. El término ideal de +este progreso es, en mi concepto, individualista. + +El linaje humano, constituido en sociedad, puede adelantar tanto en el +camino de la perfección que casi ó sin casi no necesite gobierno. En la +meta de su carrera triunfante coloco yo, en mis sueños dorados, una +pacífica y deliciosa anarquía. El interés de los particulares, la +iniciativa y los bríos de asociaciones libres procurarán hacer y +conservar caminos y canales, llevar las cartas, cuidar de telégrafos, de +teléfonos y de cuanto más tarde se invente, y fundar y sostener escuelas +donde cada cual enseñe lo que más verdadero, útil ó bonito le parezca. +Y, como progresaremos tanto que los hombres, según determina la +Constitución de 1812, serán todos justos y benéficos, los tribunales y +los jueces estarán de sobra. El orden público será tan primoroso é +inalterable que no será menester fuerza armada que le conserve. Y como +las naciones no seguirán amenazándose y tratando de saquearse unas á +otras, sobrevendrá la paz perpetua y se suprimirán el ejército y la +marina nacional, tan costosos en el día. De aquí que el gobierno no +servirá para nada, y los pueblos, por evolución y no por revolución, +pacífica y no tumultuosamente, los obligarán á que se jubilen. Tal es +el risueño porvenir que yo me finjo, pero no he de negar qué está muy +remoto. Todo es relativo, según decia D. Hermógenes. Los sabios modernos +dan millones de años de existencia á este mundo en que vivimos. La vida, +el _protoplasma_, la _monera_, ó como queramos llamarlo, apareció +también mucho tiempo ha. Y el hombre, valiéndose ya de la palabra, con +organización social, y hasta fundando reinos, imperios y repúblicas, +vive, si hemos de creer á sabios profundos, hace veintiséis mil años. +Por aquel entonces, afirma Rodier, como si lo hubiera visto, que los +arios se disputaron, se dispersaron y se dividieron en indios, iranios y +otros pueblos, de quienes proceden las más nobles naciones de Europa. + +Aceptado lo dicho, resulta que la humanidad es ya muy vieja, y con todo, +yo he leido en un libro de otro sabio más profundo aún, esta sentencia +que me ha dejado turulato: + +_La humanidad, considerada en su vida colectiva, no ha nacido aún._ + +El sabio echa después sus cuentas, se mete en muy ingeniosas honduras, y +averigua, determina y declara la época en que la humanidad empezará á +nacer. Será, sobre poco más ó menos, dentro de catorce mil y seiscientos +años. Me parece que en período tan amplio bien puedo yo estirar y +extender con holgura mis esperanzas hasta su completísimo logro en la +anarquía de que he hablado. Suponiendo ahora que con el andar de los +siglos subimos á tan gloriosa cumbre y alcanzamos tamaña ventura, +todavia no me explico que, suprimidos los gobiernos según son y se +conciben hoy, no haya y persistan órganos directores de esa humanidad +colectiva que nace y de cada una de las diferentes naciones, que han de +permanecer separadas y distintas, á fin de que la monotonía y la +uniformidad no aburran á los hombres y no los impulse á ahorcarse. + +Imaginémonos llegados á la perfección en cuanto cabe en lo humano. No +necesitaremos gobierno que ampare y reprima porque la paz y la seguridad +serán completas, ni que nos haga ferrocarriles, carreteras y otros +medios de comunicación más ingeniosos que en lo venidero se inventen, +porque nosotros lo haremos, ni que procure nuestro bienestar material, +porque le procuraremos nosotros, ni que nos enseñe en sus escuelas +públicas, porque cada uno de nosotros enseñará y aprenderá lo que se le +antoje. + +Y sin embargo, hasta dentro de esta soñada perfección, sería ineludible +el órgano de que hemos hablado: un gobierno por otro estilo, pero al fin +un gobierno. Compongámosle, pues, de un Gran Metafísico, como en la +Ciudad del Sol de Campanella, el cual convendría que fuese un rey +hereditario, separado secularmente del vulgo, para que tuviese majestad +y careciese de una larga parentela ordinaria ó cursi, y asesorado este +rey ó gran metafísico de un consejo ó asamblea de varones doctos +elegidos por el pueblo. + +El ministerio ú oficio de este supremo directorio había de ser ordenar +las manifestaciones del espíritu colectivo, sin el cual la nación se +desmenuzaría y no sería nación, sino conjunto material, inarmónico y +deforme de individuos que en lo tocante á la comunión de los espíritus +quedarían aislados, y no con vida sino con muerte colectiva. + +Infiérese de todo que, hasta en un ideal inasequible ó sólo asequible +dentro de ciento cuarenta y seis siglos, y ya por dicha desgobernados +los hombres en cuanto importa á su interés material, no podrían menos de +tener un directorio que diese unidad y que ordenase las apariciones, +epifanías ó muestras constantes del Genio de la nación, que no muere ni +puede morir sin que la nación muera. Por consiguiente, el órgano, +vicario ó delegado de este Genio, exento ya de cuidados materiales, sin +armas para defenderse y ofender, sólo se emplearía en las cosas del +espíritu y éstas serían de dos clases esencialísimas. + +Claro está que yo, que soy tan fervoroso amante de la libertad y tan +firme creyente en ella, no puedo suponer que entonces no la tuviese +completa cada individuo para pensar y decir de Dios lo que mejor le +pareciese y para adorarle y darle culto á su manera. Pero la religión es +de dos modos. Por uno de ellos, más profundo y más íntimo, pero menos +solemne, cada alma humana se pone en relación con su Hacedor y le busca, +y tal vez le halla y hasta consigue unirse con él por inefable +misterio. Por el otro modo, más solemne y excelso, y en mi sentir +ineludible, porque sin él lo más grandioso y bello de la existencia +desaparecería, la muchedumbre de los seres humanos concordes todos, y +por bajo de ella cada nación separadamente, deben adorar á Dios y tener +su culto, sus sacerdotes, sus templos y sus ceremonias y pompas +religiosas. + +Aun supuesta la religión católica ó cosmopolita, será, valiéndonos del +símil de un gran poeta, como la luz, que suscita diferentes colores en +los diferentes objetos en que se posa. De aquí que la religión, aun +siendo universal y única en su esencia, ha de tener en cada pueblo +aspecto distinto en los accidentes y en la forma. + +Importa, pues, aunque lleguemos á la perfecta anarquía de mi sueño, que +haya una religión del Estado en que aparezcan y den razón de sí la idea +y el sentimiento colectivos del Genio nacional, y que haya una dirección +para esto, dirección nacional que deberá ponerse y conservarse en +perfecta concordancia con el centro directivo y superior religioso, en +lo que tiene la religión de universal ó de católica. + +Y vea Vd. por donde, hasta realizada ya mi deliciosa anarquía, dejo yo +en pie ó reconstituyo sobre más hondas bases y firmes cimientos uno á +modo de ministerio de cultos, con Concordatos y todo, y hasta con un +seminario ó Universidad católica central, donde se enseñe +fundamentalmente la teología del Genio nacional, las creencias +religiosas, metafísicas y morales del espíritu colectivo. + +La otra epifanía ó manifestación constante y gloriosa del Genio de la +nación es el arte. Y del arte, el teatro es lo más sintético y acabado. +En él concurren y presiden Apolo y todo el coro de las Musas. La Poesía +se alza en el centro como reina, y en torno de ella, acatándola, +sirviéndola y cuidando de su ornato y alto decoro, han de estar la +Música, la Danza, la Pintura, la Arquitectura y la Indumentaria. + +Si es menester que la nación, como nación, rinda culto á la verdad, que +en su más alto punto es la religiosa, también es menester que rinda +culto, colectivo y unánime, á la belleza, la cual, allá en lo sumo, es +atributo divino. Así, pues, aun en mi anarquía, es ineludible otro +ministerio al lado del de cultos: el ministerio del teatro y de las +otras pompas, espectáculos, procesiones y ceremonias nacionales +profanas. + +Ahora bien; cuando sin gobierno material, sino ya sólo con una sombra de +gobierno ó con gobierno-espíritu, requiere la misma esencia de nuestro +ser colectivo humano que haya un teatro que el Estado sostenga, no veo +yo contradicción, á pesar de todo mi individualismo, en que, en esta +época atrasadísima en que vivimos, haya también un teatro que el Estado +sostenga y que sea el teatro normal ó modelo. Es cierto que pudiera +fundarle y sostenerle un príncipe rico ó una asociación de capitalistas, +pero mejor y más digno es que lo sostenga el Estado. + +Ya veremos por qué y cómo. + +Perdóneme Vd. que sea tan difuso. + + +III + +Muy señor mío y distinguido amigo: Ya anuncié á Vd. que tenia yo +muchísimo que decir sobre la cuestión del llamado _Teatro libre_. No +extrañe, pues, que le dirija esta tercera carta, procurando que sea la +última, si bien acaso no lo consiga. No una serie de breves artículos, +sino una obra en dos ó tres gruesos tomos pudiera escribirse sobre la +cuestión mencionada. + +Cada cual tiene su modo de discurrir, y yo también tengo el mío. Suele +éste consistir en presentar, de antemano, extremándolos, los argumentos +más poderosos que contra mi tesis pueden dirigirse, y en decir luego, +_si licet in parvis magnis exemplibus uti_, lo que dicen que dijo +Galileo: _e pur sí muove_. + +De aquí, sin duda, que el ingenioso y agudo _Clarín_, lisonjeándome +mucho con sus generosas alabanzas, haya impugnado, no mi tesis, sino los +argumentos que previamente presenté yo en contra de ella, á fin de +saltar luego por cima y desbaratarla. Fueron á modo de obstáculos que yo +mismo puse para hacer más lucida la carrera y que tuviese saltos y todo. +_Clarín_ ha removido ó allanado los obstáculos. Dios se lo pague. Así mi +carrera será por lo llano: si menos lucida, más fácil. + +El teatro, repito, es hoy, libre en España, y no puede ni debe serlo +más. Lo que importa, por consiguiente, es establecer un teatro _normal_ +ó _modelo_. _Clarín_ mismo se ha encargado de refutar no pocos de los +argumentos que se ofrecen en contra. Estoy de acuerdo con él: mejor es +someterse al fallo de una junta directiva compuesta de los más +entendidos y reputados literatos, que no al capricho de un empresario, +tal vez ignorante, y tal vez sujeto al influjo de envidiosos y +aduladores que, hasta por no dar la cara, pueden dar, sin temor ni +escrúpulo, muy malos consejos. + +Con el beneplácito y auxilio de _Clarín_, establezco el teatro _normal_ +ó _modelo_, y le establezco _en principio_, para lo cual nuestra +voluntad basta y sobra, sin que tengamos necesidad de dinero, ó de lo +que en cierto lenguaje picaresco se llama _caballo blanco_. + +A pesar de mi radical individualismo, he tratado de demostrar y creo +haber demostrado que, hasta después de llegar á la deliciosa anarquía, +término ideal de la perfección humana, conviene que persista algo á modo +de gobierno, el cual dirija y ordene las manifestaciones ó _epifanías_ +del Genio colectivo: que persistan un ministerio del culto y otro del +teatro y demás ceremonias, pompas y fiestas nacionales profanas. Así, +sin contradicción con mi individualismo, afirmo yo que el teatro +_normal_ ó _modelo_, debe hoy, con más razón que dentro de ciento +cuarenta y seis siglos, cuando la humanidad colectiva nazca, ser +sostenido por el Estado. Que le sostengan uno ó varios particulares +ricos es menos plausible, menos posible y menos decoroso. Es menos +plausible porque el particular ó los particulares se propondrán ganar +dinero, como cada hijo de vecino, y entonces el teatro _normal_ ó +_modelo_ no lo será en realidad, sino será un teatro, peor ó mejor, +_libre_, aunque sujeto á una empresa particular como las demás que hay +ahora. En el día no cabe esperar que salgan á relucir magnates, +príncipes, ediles rumbosos, como los que hubo en lo antiguo, que se +gastaban millones de sestercios, ya para divertir y entusiasmar á la +plebe con espléndidos espectáculos, ya para erigir grandiosos monumentos +y hermosear á su patria, como hicieron Heredes Atico y otros. ¡Buenos +andan los ediles de ahora para descolgarse con semejantes bizarrías! Y +si bien se mira, hasta los ediles de otros tiempos no solían ser +desinteresados cuando se descolgaban con ellas, porque, ó se parecían á +aquel señor Robres del epigrama, que hizo á los pobres antes de hacer el +hospital, ó bien derrochaban el dinero para satisfacer la ambición, +ganándose el favor de la muchedumbre y comprando sus votos. + +Es poco plausible y es casi imposible que un particular ó varios +sostengan el teatro _normal_, porque debe ser sostenido con +desprendimiento y sin que piense ganar dinero ni nada quien gaste su +dinero sosteniéndole. Y es además menos decoroso que le sostengan +particulares, porque el pueblo no ha menester, en el día, esta á modo +de limosna. Decidamos en virtud de todo lo dicho, que sea el Estado +quien le sostenga, esto es, la nación ó el pueblo mismo. La junta +directiva y los actores, en vez de ser los asalariados de un particular, +recibirán su salario de Estado, ó sea del pueblo, lo cual, á mi ver, es +más digno y honroso. + +No recuerdo bien lo que dice _Clarín_ de que no quiere ó de que no pide +lujo. Entendámonos. Si por lujo se entiende lo que yo entiendo, yo le +quiero y le requiero. Y si ahora no le pido es porque sería pedir +cotufas en el golfo, y porque con esta picara guerra de Cuba no está la +Magdalena para tafetanes. Pero supongamos, y Dios nos oiga, que ya se +acabó la guerra de Cuba y que volvemos á tener prosperidad y +bienandanza. Esto supuesto, ya me tienen Vds. pidiendo el teatro +_normal_ ó _modelo_, sostenido por el Estado, no para ganar, sino para +perder anualmente, aunque el teatro esté todas las noches de bote en +bote, un millón de pesetas que iguale los ingresos con los gastos. + +El emperador de Austria, caballero muy cabal, de gusto delicado, con +cuantiosas rentas propias, edil á la antigua sin ambicionar ya nada, y +si no Herodes hebreo, porque gusta de los niños y no los mata, nuevo +Herodes Atico, porque hermosea á Viena con monumentos magníficos, dicen +que se gasta en el teatro más de 500.000 florines al año, lo cual sube +por cima del referido millón de pesetas. + +¿Por qué, no el monarca, que como particular dista bastante de ser tan +rico, sino el Estado cuando salga de guerras y de apuros, no ha de +imitar aquí al emperador munífico de que voy hablando? + +En pocas cosas podría emplearse el dinero con mayor beneficio del buen +gusto, de la general ilustración y de la cultura. + +No es feo el teatro del Príncipe. Por esto, porque recuerda grandes +triunfos literarios y artísticos, y por otras mil razones, debe +conservarse, cuidarse y tenerle abierto siempre que se pueda, con buena +compañía. ¿Pero en la nación que se jacta, sin pecar de vanidosa, de +poseer la más rica, original y sublime literatura dramática, sin que se +le adelanten Grecia, Inglaterra y Francia, á pesar de Esquilo, +Eurípides, Sófocles y Menandro, y á pesar de Shakespeare, Corneille, +Racine y Molière, es bastante monumento nacional de esta gloria, es +digno templo de nuestra Melpómene y de nuestra Talia el antiguo y +modesto Corral de la Pacheca, por muy corregido, repintado y revocado +que le pongamos? + +Lo primero, por consiguiente, había de ser erigir para teatro _normal y +modelo_ un edificio grande y hermoso donde se luciesen el arquitecto de +más mérito y fama y nuestros más valientes escultores en las estatuas y +relieves que adornasen y magnificasen la fachada, los peristilos, los +anchos pórticos y las empinadas acroteras. Ya se entiende que este +edificio había de estar aislado, no empotrado entre casas como los +pobres teatros que ahora tenemos, salvo el teatro Real, tan +abominablemente feo en lo exterior, que harto bien merece estar +empotrado. + +En fin, yo quisiera en Madrid un nuevo teatro Español, que fuese al +teatro alemán de Viena (Hofburgtheater) lo que, en proporción +geométrica, es la literatura dramática española á la literatura +dramática alemana. + +Construído ya el teatro, sería menester dotarle de toda la maquinaria, +decoraciones, trajes y demás riquezas y esplendores que en el de Viena +hay y se lucen. + +Luego debería formarse una buena compañía de actores, igual y armónica, +digámoslo así; esto es, que no hubiese uno ó dos actores buenos y hasta +excelentes, siendo los demás malos ó medianos; sino que todos ellos +compusiesen un bien concertado conjunto, y que asimismo no repugnase +ninguno representar un papel que le pareciese de poca importancia ó +lucimiento, sino que se sometiese al director y á su severa disciplina. +De esta suerte saldrían bien representados todos los dramas, y el bueno +parecería mejor, y el no muy bueno parecería tolerable. + +Otra cosa de que importaría muchísimo que cuidase la junta directiva es +de que el personal fuese muy guapo, en particular las mujeres. La +educación estética de un pueblo no se forma ni se mejora, sino se +corrompe y se vicia, manifestándole lo feo, lo inelegante, lo canijo, lo +estropeado, lo ruin y lo plebeyo de la figura humana. Así como la +naturaleza influye en el arte, ya que Fidias y Praxiteles no hubieran +esculpido las maravillosas imágenes de Júpiter, Minerva y Venus, si no +hubieran tenido modelos de gran valer, así el arte influye en la +naturaleza, porque las mujeres y los hombres, que contemplan lo bello en +las representaciones artísticas, se enriquecen la imaginación, é +influyendo esto en todo el organismo vital, hace que nazcan chiquillas y +chiquillos preciosos. Está probado que, desde el siglo de Pericles en +adelante, las mujeres griegas, á fuerza de contemplar las obras maestras +de la escultura y de la pintura, vinieron á ser mucho más hermosas que +en los siglos anteriores: Y yo he leído también, en autores muy +formales, que esas aéreas, aristocráticas y semi-divinas imágenes de +mujer, que en los libros de Keepsake nos deleitan, no son copia de las +Ladies y de las Misses más celebradas, sino son como norma ó pauta á la +que esas Misses y esas Ladies se han ajustado, y son como molde en que, +trascendiendo de lo espiritual á lo físico, las han fundido sus madres. + +El entendimiento elevado, la no común habilidad, y sobre todo el genio +del artista, no equivalen, sino valen más que la hermosura. Esa +portentosa luz interior del espíritu se difunde por todo el cuerpo y le +ilumina y hermosea. Claro está, por consiguiente, que en los actores y +actrices principales no tendrá la junta directiva que investigar y +probar si hay ó no corporal belleza. La dicha investigación, la prueba y +el cuidado se ordenan sólo para las figurantas, coristas y otra gente +de segundo ó de tercer orden. + +Digo esto no en tono de broma, sino con la mayor gravedad. Lo demostraré +con un ejemplo. + +En el Hofburgtheater de Viena, se representa el _Fausto_ (primera y +segunda parte) con todas sus fantasmagorías y con todas sus magias: +hasta con el _Prólogo en el cielo_. Allí, en medio de sonrosadas y +luminosas nubes, se adelantan los tres arcángeles, Miguel, Rafael y +Gabriel, y declaman, al compás de una música verdaderamente celestial, +aquel elocuentísimo himno en alabanza del Criador y en alabanza del +Universo, su obra, la cual sigue hoy tan perfecta como en el día en que +fué creada. Los tres arcángeles son tres muchachas altas, esbeltas, +airosas y tan ligera como elegantemente vestidas. Yo aseguro que parecen +de verdad los tres arcángeles, con alas refulgentes, con áureos yelmos y +con fulmíneas espadas. Pero si fueran tres hembras de formas +exuberantes, paticortas y cabezudas, ¿cómo habían de parecer arcángeles? +Desde el comienzo se pondría en ridículo el poema de Goethe, y se haría +del empíreo la más ruin y bellaca caricatura. Es indispensable, pues, +que sean guapas las actrices de tercer orden. Y aquí debo advertir que +no basta para esto el cuidado de la junta directiva. Es menester también +que los españoles desechen la propensión que tienen, _more turquesco_, á +retirar del teatro á toda mujer guapa, aunque sea casándose con ella y +muy santamente. Yo doy por seguro que rara vez, ó que nunca se le +ocurre á un alemán, por enamorado que esté, incurrir en rapto y +secuestro tan perjudiciales á la estética y á las artes todas, antes +bien se engríe de que la muchedumbre contemple y admire desde lejos lo +que él más de cerca y con mayor intimidad acaso contempla y admira. + +Es indudable, á mi ver, que si los citados tres arcángeles fuesen tres +princesas ó reinas, más ó menos morganáticas, seguirían saliendo á las +tablas con beneplácito y satisfacción de sus principes ó reyes. + +Me voy extendiendo demasiado. ¡Pero hay tanto de que hablar en estos +asuntos teatrales!... En fin, yo pido disculpa, y termino esta carta +pidiendo también permiso para escribir otra que será definitivamente la +última. + + +IV + +Muy señor mío y distinguido amigo: Me he engolfado tanto en el asunto +del teatro que no sé cómo podré salir de él tan pronto como deseo. + +A semejanza de Platón, Tomás Moro y otros, que construyen una ciudad +ideal, me he lanzado yo, en esfera mucho más chica, á forjar una á modo +de utopía teatral dramática ó más bien escénica. + +Ya tenemos, cuando no en realidad, imaginariamente, edificio para el +teatro; la mejor compañía posible hoy en España, y un abundante, lujoso +y escogido material de trajes, muebles, armas y decoraciones. + +Para custodia de las cosas materiales, para llevar la cuenta de gastos y +de ingresos, y para cuanto es meramente económico y administrativo, +establezcamos una oficina dependiente del ministerio de Fomento. + +Pronta ya la máquina, démosle cuerda y que eche á andar en la dirección +que conviene. Mas como para darle cuerda y dirigirla son menester una +voluntad y una inteligencia, concedámoslas á la junta directiva que á +este fin creemos. + +Harto conozco que voy á disgustar á muchos lectores, que en no pocos voy +á suscitar contra mí el desdén ó el enojo. Diré, no obstante, mi leal +parecer sobre la composición y constitución de la Junta. La compondrán +dos académicos de la Real Academia Española, elegidos por sus +compañeros; uno de la sección de música de la Academia de Bellas Artes; +otro elegido por las secciones de artes del dibujo que hay en la misma +Academia; otro elegido por la Academia de la Historia entre sus +individuos de número; y, por último, el primer actor del teatro que ya +hemos creado. + +Estos seis vocales, legalmente, no han de importar ni valer más unos que +otros, aunque cada cual tenga su especial cuidado y oficio. Para +presidir la Junta, no quiero decir de repente lo que pienso yo, á fin de +que no den un brinco de espanto los que me lean. + +Considérese que en España hay, desde hace tiempo, un lamentable +divorcio entre las artes y las letras castizas y propias de nuestro +suelo y la gente que ha visto y corrido más mundo y que parece más culta +y que es ó debiera ser más distinguida y elegante. El bello sexo, sobre +todo, y más aún el de la _high-life_, nos es contrario. + +Grosero é injusto sería decir con Iriarte: + + Las mujeres que ahora no despuntan, + como en siglos pasados, por discretas, + si en el teatro público se juntan, + aplauden cuando más al tramoyista, + oyen tal cual chuscada del sainete, + y sirve lo demás de sonsonete, + mientras que están haciendo una conquista. + +Nada; no digamos semejante blasfemia, pero reconozcamos que hay sobrado +desprecio por lo nacional é inclinación decidida y admiración exagerada +hacia lo extranjero. Se deploran la cancamurria y los hípidos de +nuestros actores y, sin caer en la cuenta, parecen deliciosos el +inaguantable martilleo de los actores franceses, su remilgada afectación +y el continuo subrayar de palabras y frases á fin de que las agudezas +sutiles penetren bien en las mentes obtusas del auditorio, lo cual hasta +llega á ser ofensivo, ya que presupone tontería en el público y la +necesidad de un embudo y de un cazo de bayeta para que trague lo más +dificultoso y enmarañado. + +Y no es solo contra los actores, sino también contra los autores este +desprecio. Ignoran los usos y costumbres de la buena sociedad; cuando la +describen se equivocan del modo más deplorable. En fin, todo son +_cursis_. + +Lo que llaman en Francia _alta comedia_ no es posible entre nosotros. En +cambio las obras dramáticas de Sardou y de Dumas hijo, que tratan de +pintar el mundo elegante de París, enamoran, pasman y hechizan á no +pocas de nuestras damas. No advierten que aquellos discreteos y _tiquis +miquis_ suelen estar confeccionados con una más honda y radical +_cursería_. Con relación á la nuestra es como el aguardiente con +relación al vino. _Francillon_ y _Le monde où l'on s'ennuie_, por +ejemplo, son de una cursería pasada por alambique; obras de insufrible +afectación, y como entre la moral y la estética hay lazos muy estrechos, +obras también de moralidad extravagante y corrompida, por lo mismo que +tratan de ser docentes y de corregir las costumbres. + +No poco podría yo decir sobre todo esto, pero no tengo espacio. +Saltemos, pues, y volvamos á la Junta directiva. Yo aspiro á la perfecta +conciliación de nuestra sociedad elegante y de nuestra literatura +castiza. Conviene para ello que sea elegante el teatro cuando represente +elegancias, y que no se extralimite, ni propagando doctrinas +antisociales, ni con sátiras personales y rudas, ni con demasiadas +verduras y escabrosidades. Así, pues, y repito que yo estoy fantaseando +una utopía, si de mi dependiera, yo elegiría á una dama discreta é +ilustrada para presidenta del _teatro normal ó modelo_. Estoy seguro de +que ella velaría para que lo poco decente, lo indecoroso, lo falsamente +sentimental y lo inelegante y afectado se desterrasen del teatro modelo, +único que no sería libre, pues yo dejaría á los otros en la completa +libertad de que gozan ahora, si bien con la esperanza de que por influjo +del teatro modelo habían de corregirse y mejorarse. + +No se infiera de lo expuesto que yo propenda á que nuestro _teatro +modelo_ sea, según dicen los franceses, con frase hecha, _honnête mais +embêtant_. Nada menos que eso; yo gusto del regocijo y del desenfado, +con tal de que no traspasen los límites del decoro. + +Por esto, por otras razones expuestas ya y por otras muchas que sería +prolijo exponer aquí, vendría como de molde una dama discreta para +presidenta de la Junta. + +De cada cinco funciones había de haber una cuyo producto líquido se +consagrase á establecimientos de beneficencia. Buena falta hacen en +España. Dos años y medio he pasado últimamente en Viena, y ni en calles, +ni en paseos, ni en parte alguna, me ha pedido nadie limosna. + +Claro está que el teatro ideal que voy formando es todo lo contrario del +teatro libre, y mucho menos es _teatro protesta_. Yo no niego la razón á +_Clarín_; protestando contra el mal gusto, se consigue á veces que +triunfe el bueno. Moratín le hizo triunfar protestando contra Comella; +pero no es esto lo que ordinariamente sucede, y todo protestantismo es +muy peligroso. El Estado no puede menos de ser conservador. Así como si +tiene una religión es porque la cree verdadera, así debe tener también +fe en su buen gusto, pero sin alentar á los que buscan en literatura +peligrosas novedades. Queden para eso los teatros libres, si se atreven +á tanto y les da por convertirse en _teatro protesta_. + +Lo que se llama genio es prenda muy rara, y el afán de hacer creer que +le tienen deslumbra y extravía á no pocos incautos y presuntuosos, y los +induce á producir disparatadas monstruosidades. Absurdo sería que +creásemos el teatro modelo para apadrinarlas. Si cabe comparar lo +sagrado con lo profano, sería esto tan ridiculo como si el Estado +erigiese un magnifico templo y ensayase en él la religión de Brahma, de +Buda, de Zoroastro ó de cualquier profeta flamante, á ver si el pueblo +la prefería al catolicismo y se convertía. + +Si en la religión hay herejes, en las artes también los hay. Queden en +libertad: no los persigamos, pero no los protejamos tampoco. + +Recuerdo haber visto en Bruselas una Exposición de pintura y escultura +hecha por _artistas libres_, que protestaban furiosos, en nombre del +progreso y del arte del porvenir, contra el arte oficial, ordinario y +trillado. Aseguro que no soñaba yo con ver ni he visto jamás delirios +más estupendos, pintados y esculpidos, ni más abominables creaciones. Y +cuenta que, en medio de su extravío, no podía negarse original y +distinguido talento á no pocos de aquellos _artistas libres_. + +Prescindo de la ilación y procedo á brincos y con aparente incoherencia +para que esta carta sea la última, y no escribir una docena. + +La Junta directiva había de renovarse cada dos años. + +Los vocales tendrían sueldo ó dietas. No comprendo que nadie trabaje de +balde, humillando ó haciendo competencia invencible al que necesita +vivir de su trabajo. Al que no lo necesitase nadie le impediría gastar +su sueldo en obras de misericordia ó regalar al teatro mismo, para +adorno de sus galerías y salones de descanso, bustos y pinturas que +representasen á nuestros mejores dramaturgos, actores y actrices. + +Las funciones del _teatro modelo_ habrían de dividirse por igual en tres +clases: una sería de composiciones dramáticas de antiguos autores cuyas +obras fuesen ya del dominio público; otra sería de composiciones de +autores, vivos ó muertos, de cuyas obras conservasen la propiedad ellos, +sus herederos ó sus editores; y otra, por último, de composiciones +inéditas. Tendríamos, pues, que sólo el tercio de las representaciones +de nuestro teatro sería para los estrenos. Así la Junta directiva podría +mostrarse severa y aceptar sólo obras excelentes ó que ella juzgase +tales. En los teatros libres se daría la protesta ó la apelación al +juicio público, aceptando las obras desechadas, obras, por otra parte, +que, al no ser aceptadas por nuestro teatro, no recibirían agravio, ya +que nuestro teatro no podría ser bastante para muchos estrenos. + +En nuestro teatro no habría de hacerse jamás la en mi sentir absurda +distinción del _género chico_ y del género no chico. Lo bueno no es +chico nunca. Hay no pocos sainetes que valen más que multitud de dramas +y de tragedias en cinco actos. Nada es más difícil, más envidiable y más +precioso que hacer reir con burlas y chistes urbanos sin desvergüenza y +sin chocarrería. + +Por esto quisiera yo que volviésemos á la antigua usanza, y que, á no +ser un drama extremadamente largo, concluyese toda función con su +correspondiente divertido sainete. + +En la indumentaria convendría tener el mayor esmero. No sólo los trajes, +las armas, el peinado y demás adornos de las personas, sino también los +edificios y los muebles habrían de ajustarse siempre con la posible +exactitud á la época y al país en que se desenvolviese la acción +dramática. Únicamente podrían quedar exceptuados de esta regla algunos +dramas antiguos en que hay algo de fantástico y de ideal en el lugar y +en el tiempo. Pase v. gr. que en _El desdén con el desden_ no salgan los +actores vestidos con trajes de la Edad Media, de cuando había soberanos +independientes en Provenza y en Cataluña, sino que salgan vestidos +anacrónicamente con trajes del siglo XVI ó del siglo XVII. + +Mi indulgencia, no obstante, no llega hasta el extremo de aprobar lo que +he visto en Alemania, donde el lacayo, gracioso y agudo, que aconseja el +desdén para vencer el desdén de doña Diana, sale vestido como Fígaro en +_El Barbero de Sevilla_, como un majo de Goya. Esto me parece tan +extravagante como lo que he oído decir que acontecía hace un siglo entre +nosotros, cuando, al ponerse en escena _El maestro de Alejandro_, salía +Aristóteles vestido de abate, con casaca, chupa, espadín, zapato de +hebilla y capita veneciana. + +No pocos de nuestros antiguos dramas son tan anacrónicos que apenas +sería posible ponerlos en escena con trajes de la época en que pasa la +acción. Si no recuerdo mal, en _La venganza de Tamar_, de Tirso, hay +damas tapadas, lacayos, mercaderes, genoveses, calle Mayor y todo lo que +había en Madrid en tiempo de Felipe III ó de Felipe IV. ¿Cómo, pues, +poner en escena _La venganza de Tamar_ con los trajes que se usaban en +vida del Rey Profeta? En cambio, yo juzgo conveniente representar _El +mágico prodigioso_ con los trajes, edificios y muebles +bizantino-orientales que se usaban en Antioquía en los primeros siglos +de la era cristiana, y no, como he visto representar en Madrid este +drama, con trajes del siglo XVI ó del siglo XVII. + +Aun en la representación de los sainetes y entremeses pondría yo no +menor cuidado en la indumentaria. Un entremés de Cervantes se +representaría con trajes del tiempo de Cervantes, y un sainete de D. +Ramón de la Cruz con los trajes que los majos y las manolas gastaban +cuando vivía y los retrataba tan á lo vivo aquel escritor ingenioso. + +Otro uso antiguo, desde hace años casi perdido, resucitaría yo en +nuestro teatro: el indispensable intermedio de _baile nacional_ entre el +drama y el sainete. + +El arte de la danza es importantísimo y serio. Los antiguos le +estimaban como lazo de unión y como centro de todas las artes del +espíritu, que llamaban música en su más lato sentido, y de todos los +ejercicios corporales, que llamaban gimnástica. La danza además era +ensalzada por su complexidad; porque en ella se combinan el sonido y la +forma, el dibujo y la melodía, lo plástico y lo aéreo. El rey David no +creía perder su dignidad por ir bailando delante del Arca. Los +coribantes descendían bailando de la cumbre del Ida, las ménades con sus +tirsos bailaban en el Citerón, y los profetas de Israel, en impetuoso +coro, descendían bailando del Carmelo. No bailaban menos devota y +desaforadamente los _salios_ de Roma. Danzas sagradas ó hieráticas ha +habido en todas las épocas y civilizaciones. Todavía, al son de las +castañuelas, bailan los seises en la catedral de Sevilla. + +No pretendo yo que canonicemos y santifiquemos la danza, pero es un +dolor que nuestra danza nacional vaya perdiendo cada día más su carácter +propio y castizo ó bien que se avillane, se corrompa y se haga más +grotesca, chula y gitana. Ya se bastardea con lo que toma y remeda de +las danzas francesas é italianas, ya se corrompe y se impurifica con +esto que no sé por qué llaman flamenco. Yo recuerdo todavía con +retrospectiva admiración á cierto bailador llamado Ruiz, y á su +gallarda, bella, modosa y noble hija Conchita. ¡Qué majestad, qué +decoro, qué distinción y qué gracia cuando ambos bailaban juntos el +bolero! No es dable danza más aristocrática. Parecían príncipes ó +grandes señores. Y aquello era al mismo tiempo español puro y neto. ¿Por +qué pues, no hemos de regenerar nuestra danza, hoy pervertida? + +Interminable sería el seguir exponiendo aquí todo lo bueno que podría +realizar nuestro teatro. Fúndese, si alguna vez hay dinero, paz y humor +para fundarle, y ya entonces daré yo los consejos que dejo en el tintero +ahora por no pecar de prolijo. + +Sólo diré para concluir que en el teatro, durante la representación, +deben amortiguarse las luces y quedar el público en misteriosa penumbra, +á fin de que la luz y la atención se fijen en la escena: que una vez el +telón descorrido, deben cesar las conversaciones y deben abstenerse las +damas y los caballeritos de flirteos ó coqueteos: y que terminada la +representación, debe haber mucha luz para que las mujeres muestren su +hermosura y sus galas. Por último, los entreactos, sin ser tan largos +como ahora suelen ser, no deben ser tan cortos como en Alemania, donde +no hay tiempo para ver y hablar á las damas bien vestidas y guapas, ni +para discurrir sobre el drama que se está viendo, de todo lo cual +resulta, á pesar del primor y lujo del espectáculo, algo de apresurado, +y de poco ameno que contradice el título de diversiones públicas con que +calificamos las del teatro. + +Y aquí pongo punto final, deseoso de no haber acabado también con la +paciencia de los lectores. + +[Illustration] + + + + +FINES DEL ARTE + +FUERA DEL ARTE + + +Siempre fuí yo partidario del arte puro; de que no haya en él otro fin +ni propósito que la creación de la belleza; dar pasatiempo, solaz y +alegría al espíritu y elevarle á esferas superiores por la contemplación +de lo ideal y de lo que se acerca á lo perfecto, cuando logra revestirse +de forma material ó bien expresarse por medio de signos, como son los +tonos y la palabra hablada ó escrita. + +De aquí que yo, en obras de amena literatura, y especialmente en dramas +y novelas, guste poquísimo de la tesis, y menos aún de lo que llaman +Zola y sus parciales _documentos humanos_. A mi ver, tales documentos +deben coleccionarse en Tratados de estadística y en Memorias de +hospitales, presidios, cárceles y manicomios. Y lo que es las tesis, +cualquiera que tenga el antojo de demostrar alguna ó de inculcar y +difundir doctrinas morales, sociales, políticas ó religiosas, lo mejor +es que desista para ello de ser novelista ó dramaturgo, y componga +Tratados científicos, disertaciones, homilías ó peroratas. + +No he de negar yo por esto que, en todas las edades del mundo y en todas +las naciones cultas, la mayoría de los autores de obras de +entretenimiento se han propuesto al escribirlas no sólo entretener, sino +también enseñar. La novela y el drama han sido para ellos docentes. Así +en la teoría como en la práctica han calificado de lecciones morales +todo cuanto han escrito, y al escribir han puesto la mira y se han +dirigido á un punto completamente fuera del arte. + +Este hecho, sin embargo, sólo probará una cosa: que el afán de enseñar +fué lo que movió al autor á escribir; mas no que lo escrito valga por lo +que enseña, importe por la verdad que contiene, sino por la gracia, el +chiste y la hermosura que crea y luce. + +El más claro y luminoso ejemplo de lo que digo nos le ofrece Cervantes +en el _Quijote_. Fué su propósito censurar los libros de caballería y +hacerlos aborrecibles. Y, á la verdad, si se hubiera limitado á dar en +el blanco, si sólo hubiese sido certero y si su ingenio no hubiera +volado muy por cima del objeto á que por reflexión quería dirigirse, +Cervantes sólo hubiera escrito un libro que ya no leería casi nadie y no +el libro inmortal que leerán y releerán siempre todas las personas de +buen gusto, ya en lengua castellana, si la saben, ya en cualquiera otra +lengua en que se traduzca medianamente. + +Persisto, pues, en creer y en afirmar que el propósito de la novela y +del drama, y lo más substancial que debe haber en ellos, no es la +enseñanza, no es la demostración reflexiva. + +El poeta, no obstante (y llamo poeta á quien escribe novelas y dramas, +aunque los escriba en prosa), pone ó debe poner en cuanto escribe toda +su alma. Y como esta alma no ha de ser vulgar, adocenada ó vacia, sino +que ha de estar rica de ideas, de doctrinas y de sentimientos elevados, +y han de encerrarse en ella los obscuros enigmas que piden explicación y +los temerosos y hondos problemas que se presentan á la humanidad para +que los resuelva; todo esto, que está contenido en el alma del autor ó +del poeta, aparecerá también y se reflejará en su obra, donde él pone +toda su alma. + +De las consideraciones que acabo de exponer y que á menudo se ofrecen á +mi mente, nace, y yo lo confieso con sinceridad, una contradicción +evidentísima: la negación y la afirmación de lo mismo: lo que ahora +llaman una antinomia. + +Afirmo, primero, que el arte ha de ser sólo por el arte, y afirmo en +seguida que el arte, sobre todo cuando es la palabra el medio que emplea +para producir la hermosura, contiene en sí y pone, en toda obra suya de +algún valer, cuantos problemas y enigmas estimulan la actividad del +entendimiento humano, moviéndole á negar ó afirmar y á pronunciarse en +uno ó en otro sentido. + +Me consuela de mi contradicción y me mueve á creer que no debo ser +censurado por escéptico, sino aplaudido por sincero, el notar que la +contradicción mencionada no está sólo en mi, sino también en todos los +espíritus. + +El arte debe ser por el arte. El poeta no debe proponerse la +demostración de ninguna tesis: no debe enseñar, sino deleitar. Y, sin +embargo, no hay novela ni drama de algún valer donde el poeta no quiera +resolver problemas sociales, morales, políticos ó religiosos. Y no hay +novela ni drama de algún valer, por lo mismo que es más numeroso y +apasionado el público que los oye ó los lee, que no sea vehículo mil +veces más eficaz que cualquiera otro libro para propagar doctrinas y +para divulgar y difundir novedades, que ya extravían á la gente, ya +vuelven á traerla al buen camino. + +El poeta se propone á veces demostrar algo: á veces sólo se propone +divertir ó entusiasmar: pero, acaso cuando menos conciencia tiene y +menos propósito lleva de ser docente, es cuando enseña más, ya que, +poniendo el alma en su obra, pone también los enigmas y los problemas +que en ella hay y los descifra ó los resuelve á su modo. + +A fin de explicar este influjo de las obras literarias, ejercido en +ocasiones sin propósito y hasta contra la voluntad del autor, se ha +inventado una palabra, para mi gusto nada bonita, pero muy gráfica. La +novela y el drama que en alto grado son así, se llaman _tendenciosos_. + +¿Cómo negar, por ejemplo, que son _tendenciosas_ las novelas de Pereda, +que lo son también las de Pérez Galdós, que es _tendencioso_ el _Juan +José_ de Dicenta, y que _Los domadores_ de Selles son _tendenciosos_? + +Lo que yo no quiero desentrañar aquí es la tendencia de cada una de +estas obras, y mucho menos cuál tendencia es buena y cuál es mala. + +La intención puede ser distinta y hasta opuesta á la tendencia. Dramas ó +novelas hay (y no malos, sino buenos y escritos por autores de +grandísimo talento), que pueden producir y que producen en el público un +efecto enteramente contrario al que el autor se propone. El público +suele ser caprichoso y suele interpretar las obras literarias, en lo +tocante á la tendencia, de una manera imprevista para el autor y aun +para los críticos más agudos. Una misma persona, según la edad que tiene +y la instrucción que posee, al leer un cuento ó al ver un drama, puede y +suele juzgarlo de muy distinta manera. Valgan en prueba de esto los +_Viajes de Guliver_ de Jonatán Swift. Los leemos cuando niños y nos +divierten como cuento amenísimo, lleno de pasmosas aventuras. Y si los +volvemos á leer en la edad madura, notamos en ellos amarga sátira, negra +melancolía y desconsolador pesimismo. ¿Qué es lo que fundamentalmente +había en el alma y en la intención de Swift? No quiero entrar en tales +honduras. Voy sencillamente á dar cuenta aquí de dos dramas, +representados ahora con grande aplauso en los teatros de Alemania y +fruto del ingenio de dos famosos autores: Gerardo Hauptmann y Adolfo +Wilbrandt. No trataré de desentrañar la intención de ninguno de los dos, +ni los haré responsables de nada. Compararé sus obras con flores +hermosas de las que alguien, acaso, extraiga saludable bálsamo y de las +que alguien también acaso extraiga mortífera y dolorosa ponzoña. Lo que +no se puede negar, es que ambos dramas están inspirados por ideas y +doctrinas muy en moda ahora. No acierto á decidir si el público +candoroso, los jóvenes sin malicia y las señoritas inocentes, que +asisten á la representación de estos dramas, se dejan ó no influir por +las doctrinas perversas que los han inspirado, ó si sólo ven en ellos un +brillante juego de la fantasía ó bien una leyenda en acción, llena de +piedad y de creencias consoladoras. + +A mi ver, el fenómeno es tan curioso, que merece detención y estudio. +_Hannele_ es el título del drama de Hauptmann. Cabe interpretarle como +una leyenda llena de fe religiosa ó como la expresión del pesimismo más +ateo y desesperado. Parte del público entiende lo primero, pero otra +parte se inclina á ver en el drama lo segundo. Hannele es una niña +enfermiza y nerviosa que apenas tiene quince años. Huérfana de madre, +vive en poder de su padrastro, menestral rudo y feroz, borracho casi +siempre, que maltrata de palabra y obra á la niña, le da mal de comer y +la obliga á trabajar de continuo. Hannele llega al extremo de la +desesperación, y en horroroso delirio se arroja á un estanque, buscando +la muerte. El maestro de escuela, inteligente, bondadoso, joven y +guapo, y que siente por la muchacha muy tierna simpatía, la saca del +agua y la lleva casi exánime, tiritando con el frío de la calentura, á +cierta casa de vecindad de gente pobre, donde ponen á la ñiña en un +mezquino camistrajo y vienen el médico á visitarla y una Hermana de la +Caridad á cuidar de ella. Toda la acción del drama es la agonía de la +niña moribunda. Las visiones de su cerebro salen fuera de él, toman +forma y cuerpo y se presentan al público en la escena, merced á la +poderosa imaginación del dramaturgo y á la habilidad del tramoyista, de +los pintores y de los sastres. + +El tirano padrastro aparece aún, en aquel sueño, para atormentar á +Hannele. A la Hermana de la Caridad le brotan alas y se convierte en +ángel de la guarda. El ángel negro de la muerte sobreviene luego para +poner término á la existencia de aquella desventurada. Entonces todas +sus más poéticas aspiraciones, todos sus afectos más puros y hasta sus +naturales apetitos, nunca satisfechos, de goces materiales, de bienestar +y de reposo, y todas sus esperanzas, se cumplen y se logran de un modo +ilusorio, en el delirio que precede á la muerte. La madre de Hannele +viene á consolarla, como si fuera una santa; el maestro de escuela, que +había inspirado á Hannele un delicadísimo amor de adolescente, se +convierte en Jesucristo, como para darle la mano de esposo; matizados y +luminosos coros de ángeles cantan melodiosamente muy lindas canciones, +ofreciendo á Hannele toda clase de regalos y de cosas exquisitas, +suculentos manjares y hasta confites. La misma vanidad de la criatura, +que empieza á ser mujer, es profusamente lisonjeada. El Príncipe le +envía sus emisarios y servidores, y la calzan con preciosos zapatitos, +como á la Cenicienta, y la coronan de flores y la adornan con ricas +vestiduras de desposada, y la atavían por tal arte que parece hermosa y +gallarda. La colocan luego en un resplandeciente lecho de cristal, que +ya parece féretro, ya tálamo. Y por último, se abre una senda ó escala, +inundada de luz y cubierta de flores, y el maestro de escuela, +convertido en Jesucristo, toma de la mano á Hannele y se la lleva al +cielo, caminando en triunfo con ella, bajo arcos de verdura que forman +dos hileras de ángeles, cruzando los ramos de palmera que sostienen en +sus blancas manos. + +Al cabo cesa la música, los resplandores se extinguen; la visión +celestial se disipa. Vuelve á aparecer la inmunda casa de los pobres y +el angosto lecho en que Hannele está postrada. Entra el médico en +escena; mira á la muchacha y dice: ¡Está muerta! Así acaba el drama. + +Yo me preguntaba cuando le ví y me pregunto hoy: ¿Es culpa del autor ó +es culpa de la perversa interpretación que yo doy á su obra? + +Sea lo que sea, la impresión que yo recibí fue muy triste. Yo entendí +que el autor pinta la vida como abominable para la mayoría de los seres +humanos, sin más esperanza de reposo que la muerte y sin más consuelo ni +premio que la incoherente fantasmagoría, suscitada por la fiebre, y +donde se barajan, en disparatada confusión, los cuentos y consejas +vulgares, lo sobrenatural que sabemos por el catecismo, y los bienes y +goces que forja la imaginación, cuando la vanidad, el instinto amoroso y +hasta el hambre no satisfecha la estimulan. + +A mi ver, en el drama del Sr. Hauptmann no quedan, con mayor realidad +objetiva que el cuento de la Cenicienta, todas las esperanzas +ultramundanas y todas las más altas verdades religiosas. + +Otro día analizaré el otro drama que he citado, que se titula _El +maestro de Palmira_, y que aún me parece más extraordinario. + +[Illustration] + +[Illustration] + + + + +EL MAESTRO DE PALMIRA + + +Al escribir Tirso y Calderón _El condenado por desconfiado_ y _La +devoción de la Cruz_, en todo lo sobrenatural que allí se representa, +pusieron la realidad más evidente. Los altos designios de Dios figuran +muy por cima de los ensueños que forjan ó pueden forjar los personajes +de ambos dramas. Ningún ser sobrehumano aparece y ningún milagro se +realiza como ilusión de la mente, entre las sombras de un delirio +febril, sino á la luz meridiana, bajo cielo despejado y sin nubes. Así +las ninfas y los genios se aparecían á los héroes griegos en las edades +divinas. Así los ángeles, _in ipso fervore diei_, visitaban y hablaban á +los antiguos patriarcas. + +Sin duda, la falta de fe y la corrupción del siglo presente provocan el +desdén hacia nosotros de todos los espíritus puros de más limpia y noble +naturaleza; sin duda que ahora, como al declinar el paganismo decía el +poeta gentil, puede decir también el poeta cristiano: + + _Quare nec tales dignantur visere cœtûs._ + _Nec se contingi patiuntur lumine claro._ + +Catulo, en su tiempo, en la vida real, hallaba á los hombres indignos +del milagro; mas no por eso desterraba el milagro de la poesía: toda la +narración que termina con los dos versos que cito, es una larga serie de +milagros. En Hannele el Sr. Hauptmann, más cruel que Catulo, no se +contenta con desterrar el milagro de la vida real, sino que le destierra +también de la poesía, ó le trueca en pesadilla de agonizante. + +Si gran parte del público candoroso no cae en la cuenta de tamaña +crueldad, y si el poeta mismo no tuvo la intención de ser tan cruel, son +puntos que importa poco dilucidar, teniendo como tenemos el +convencimiento de que la crueldad está en la obra. Y la crueldad pone +grima. En mi sentir, valdría más perder por completo toda esperanza que +fundarla en las visiones que acompañan á la enfermedad y que preceden á +la muerte. + +Y aún es más extraño y más deplorable que, al negar en el día lo +maravilloso que consuela y que eleva los corazones, no suele buscarse lo +llano y lo sencillo, sino otro maravilloso, que quiere limitarse á ser +natural, y que es desconsolador y mil veces más enmarañado que todas las +teologías y que todas las mitologías. Negar la realidad objetiva de +muchas cosas y convertirlas en productos de nuestro cerebro y de +nuestros nervios sobreexcitados no deja de ser inexplicable maravilla. +Es convertir nuestro cerebro en organillo que toca diversas sonatas, +según el registro que se toca, y en linterna mágica, con movimiento y +todo, como la que se ha inventado recientemente, con auxilio de la +fotografía, que proyecta escenas, personajes y lances, con la diferencia +de que los de la linterna fueron y ya no son, y los de nuestro cerebro +acaso no fueron, ni son, ni serán nunca. + +Recuerdo á este propósito á cierto singularísimo personaje que conocí en +mi mocedad, estando yo en la capital del Brasil. Era un mago ó sabio +ambulante. Peregrinaba con una hermosa profetisa de Nueva York, que era +su mujer ó cosa parecida, y que, magnetizada por el mago, decía mil +cosas estupendas que él le sugería. Aunque él era español, y tenía +apellido y nombre bastante vulgares, había adoptado los misteriosos +nombre y apellido de Hadado Calpe. Su ciencia ó su arte principal se +titulaba la _funi-fantasmagoría_, sobre la cual había escrito un libro +muy grueso. Se fundaba esta ciencia ó arte en que el hombre es el +verdadero microcosmo. En su masa encefálica reside la mónada +representativa donde están en cifra toda la Naturaleza y cuanto hay ó +puede haber más allá: lo existente y lo posible. Había inventado este +mago varias pociones que excitaban y movían la tal mónada á desenvolver +y á sacar á relucir ya esto, ya aquello de cuanto en ella había +envuelto. Poseía el mago un copioso botiquín de estas pociones, y eran +las más prodigiosas el elixir diabólico, con el cual se iba al aquelarre +y al infierno, se oía la misa negra y se conversaba con los demonios y +con los precitos; el elixir místico-celestial, con el cual se veía el +cielo cristiano con todos sus purísimos deleites; y el elixir +heróico-afrodisíaco, por cuya virtud se lograba el favor de las huríes y +se gozaban los placeres del paraíso de Mahoma. Ninguno de los elixires, +con todo, hacía el menor efecto, si de antemano no era poderosamente +sobreexcitada la médula espinal, valiéndose para ello de la +_funi-fantasmagórica_, nombre que él daba á una horca primorosa é +ingeniosísima, de la que se escapaba á tiempo sin morir y donde el +ahorcado realizaba por estilo fantástico los ideales todos. + +Hannele, en vez de ahorcarse, se remoja. Todo es equivalente, salvo que +Hannele no toma antes ningún elixir; se remoja sin precaución y muere. + +Pero no divaguemos y digamos algo del maestro de Palmira, que, en punto +á extravagancia, echa á Hannele la zancadilla. + +El drama de Adolfo Wilbrandt parece fundado en el budismo esotérico, que +hoy priva y está en moda bajo el nombre de teosofía. + +Palmira, después que el emperador Aureliano venció á la gran Zenobia, +decayó de su prosperidad y grandeza; pero tuvo un hijo, llamado Apeles, +que ansió y consiguió restaurarla en su antiguo florecimiento. Apeles +fué á la vez gran guerrero y gran artista. A la cabeza de sus +compatricios y ayudando á las Legiones de Roma, venció á los persas, que +habían acudido á apoderarse de su ciudad natal. Luego la hermoseó con +templos y palacios espléndidos y con casi inexpugnables fortalezas. Tal +fue el maestro de Palmira. + +Al volver victorioso de los persas y antes de entrar triunfante en la +ciudad, tuvo en el desierto un raro coloquio con dos genios: el de la +vida y el de la muerte: y logró la inmortalidad, ó al menos una +prolongadísima duración de la existencia propia. + +En la misma mágica gruta donde Apeles consigue este don, y en el momento +en que le consigue, aparece una virgen cristiana, la cual, impulsada por +una voz intima, va á Palmira á predicar el Evangelio. Sedienta de +martirio, le predica con generosa imprudencia, insulta á los dioses +gentiles, irrita á la plebe, y la plebe la mata en medio de las calles, +á pesar de que Apeles la defiende. Sucede esto en tiempo de Diocleciano, +cuando la persecución contra el cristianismo era más dura. + +Cualquiera creería que la mencionada joven, virgen y mártir gloriosa de +la fe de Cristo, se debería ir derecha al cielo; pero nada menos que +eso. En el segundo acto (más de veinte años después) Zoe, llamándose +Febe, aparece, como una de las _heteras_, _cocottes_ ó _suripantas_ más +elegantes, seductoras y traviesas de Roma. Apeles, por quien no pasan +días y que ha estado en Roma una buena temporada, se la trae de allí y +la instala en su casa, á pesar de su virtuosísima y severa madre, que +vive todavía. La casa de Apeles es un perpetuo holgorio; mucho festín, +mucha francachela y mucho brindis. Todos sus amigos, enamorados de +Febe, le echan piropos, y ella predica sobre placeres con éxito +favorable y no con el mal con que predicó el cristianismo cuando era +Zoe. Febe, no obstante, se aburre en aquella remota población y suspira +por Roma. Sucede en esto que Apeles, que era muy orgulloso, se pelea con +el gobernador, se queda pobre y se aflige al ver que su madre se va á +morir de rabia por tener á Febe en casa. Corre, por último, la voz de +que las autoridades consideran que la permanencia de Febe en la +población causa escándalo y mal ejemplo y que se proponen expulsarla. +Febe entonces dice para sí: pues me echaré yo antes de que me echen, y +se larga con un señor Septimio, que es muy rico y que se la lleva á +Roma. + +Háganse ustedes cargo del furor de Apeles. Cae el telón. + +Al empezar el tercer acto, han transcurrido unos cuarenta años. El alma +de Zoe ó de Febe, alma comodín que se adapta á todos los palos como la +espada y el basto en el tresillo, ha tenido ya tiempo de transmigrar y +se halla infundida en el cuerpo de una grave matrona, severa y llena de +virtudes, mujer legítima de Apeles. Pérsida es su nombre. Y Apeles y +Pérsida tienen una hija casadera, llamada Trifena, la cual está +enamorada y quiere casarse con un gallardo joven que sigue la religión +pagana. Reina Constantino y el cristianismo está triunfante. Apeles es +siempre gentil, pero Pérsida es fervorosa cristiana. Su hermano y los +amigos de su hermano son sacerdotes celosísimos que entusiasman al +pueblo y que llenan de remordimientos el alma de Pérsida, porque no +logra convertir á su marido ni se decide á separarse de él. Todo este +acto, que no estará, pero que parece compuesto en odio de la religión +cristiana, no se puede negar que tiene interés vivísimo y admirable +movimiento escénico. + +La señora Estela Hohenfels, elegantísima, simpática y eminente actriz, +que representa el papel de Zoe, de Febe y de Pérsida, en el Teatro +Imperial de Viena, da al drama de Wilbrandt gran realce y poderoso +atractivo. + +Todo se complica de un modo tremendo. El presbítero, hermano de Pérsida, +se ha apoderado de Trifena, no quiere que se case con un pagano y se +empeña en que se consagre en los altares y en que viva entre las +vírgenes del Señor. Trifena logra escapar y busca amparo entre los +brazos de su padre. Amotinado el pueblo cristiano y guiado por el clero +fanático, viene en busca de Trifena y quiere llevársela. + +Pérsida tiene espantosa lucha en el fondo de su alma, donde combaten por +un lado el amor á su marido y por otro los más ardientes sentimientos +religiosos. Vencen éstos por último, y Apeles se ve abandonado de +Pérsida como lo fué de Febe. Ayudado, no obstante, por su yerno futuro, +por el padre de su yerno, y más que nada por su casi inmortalidad y por +su valor indomable, se abre camino por entre la muchedumbre furiosa, y +salva á su hija, abandonando la patria y buscando refugio entre los +persas. Así termina el tercer acto. + +Al empezar el cuarto, han pasado ya bastantes años. Juliano el apóstata +está en el trono. Su mayor empeño es acabar con el cristianismo y +restablecer el culto de los dioses. Antes quiere que reverdezcan con más +vigor que nunca los laureles del imperio romano. Con poderoso ejército +ha ido contra Ctesifon, ha pasado el Tigris y ha alcanzado una gran +victoria sobre las huestes de Sapor, el Rey Sasanida. + +Entre tanto, Apeles, que apenas envejece, vive en el desierto, en un +oasis, cerca de Palmira. Pérsida, Trifena y el marido de Trifena, +murieron tiempo há. Sólo acompañan á Apeles su consuegro y el nieto que +de Trifena ambos han tenido. Este nieto es ya un joven gallardo y +brioso, que se parece mucho á Zoe, á Febe y á su abuela Pérsida, y que +está representado lindamente por la señora Estela Hohenfels, la cual se +luce de veras en este drama, representando en cada acto un papel +distinto. + +Apeles empieza ya á caer en la cuenta, cavila sobre la metempsícosis de +Pitágoras y de los indios, y sospecha que el alma de Zoe, de Febe y de +Pérsida, era la misma y que ahora está encarnada en su nieto. + +Si he decir la verdad, esto me repugna más que nada. Pase porque el alma +trasmigre de cuerpo en cuerpo y cambie de condición, de creencias y de +carácter, según el cuerpo en que está y según el medio ambiente. Pero +que el alma cambie de sexo lo tengo por abominable. Dante y Petrarca +bramarían de cólera si topasen, en cualquiera vida ulterior, con Beatriz +y con Laura, convertidas en caballeritos, aunque fueran sus nietos. + +Sea como sea, no nos detengamos en reflexiones y acabemos á escape. + +El nieto de Apeles, que es un furibundo pagano, entra en una conjuración +para restablecer en Palmira la idolatría. Apeles sabe á tiempo su +propósito, y como no puede disuadirle de que vaya á la ciudad, le +acompaña. + +En mala hora para los gentiles llega la noticia de la retirada +desastrosa del ejército romano y de la muerte del heróico emperador. Los +cristianos cobran entonces mayores bríos. En las calles y plazas de +Palmira se traba sangrienta y reñida batalla. Quedan en ella vencidos +los gentiles y muere el nieto de Apeles. + +Este, que ha ido vagando por diversos climas y regiones sin poder morir, +llevando en la frente el signo de la vida, como Caín y el judío errante, +aparece de nuevo en Palmira, en el quinto y último acto. El genio de la +muerte, Pausanias, el que hace cesar todos los cuidados y dolores, le +había aparecido á Apeles en los momentos solemnes de los actos +anteriores, para arrebatarle las prendas más queridas. Pausanias sale +ahora de entre las ruinas. Apeles le pide la muerte, y Pausanias le dice +que él no puede morir. Todo muere ó ha muerto, sin embargo, en torno +suyo. Palmira está ya casi desierta. Los terremotos y las guerras han +derribado sus templos y sus palacios. Los bárbaros invaden por todas +partes el imperio y desbaratan ó arrollan las legiones de Roma. La +antigua civilización se hunde con el imperio. + +Todavía hay en Palmira algunos gentiles que coronan de flores los +sepulcros, y que, en aquel día, que es la fiesta de Adonis, cantan el +himno de la muerte y de la resurrección, himno que Apeles ha cantado mil +veces y que su nieto cantó poco antes de morir: + +«Así lo quiere el eterno Zeus: tú debes descender bajo la tierra +florida, y besar á la sombría Perséfone ¡oh hermoso Adonis! Al volver la +primavera, cuando corran murmurando las fuentes, tú, llorado ahora, +resucitarás alegre y besarás á la áurea Afrodite, ¡oh hermoso Adonis!» + +La vida es un mal insufrible si no la interrumpe la muerte. Es menester +volver á ella bajo nuevas formas y en nuevos tiempos. No basta una vida, +por larga que sea, para alcanzar el complemento de nuestro ser. Es +inevitable el frió beso de Perséfone para surgir alegre en otra verde +primavera y recibir los besos de la áurea Afrodite. Tal es la enseñanza +del drama. + +Su desenlace es patético. + +En Palmira hay una santa mujer llamada Zenobia, portento de caridad, +consuelo y amparo de los afligidos y menesterosos. Apeles la ve. Y ella +le reconoce y él reconoce en ella á Zoe, á Febe, á Pérsida y á su nieto. +Zenobia hace entonces la mayor obra de caridad que jamás ha hecho. +Apeles se postra de hinojos á sus plantas, y ella pone la mano en la +frente y borra el signo fatídico que le retiene en la vida. El Genio de +la muerte, Pausanias, el apaciguador ó libertador de los cuidados, acude +entonces, se interpone entre Apeles y Zenobia, y Apeles muere. + +Así es, en resumen, uno de los más celebrados dramas del moderno teatro +alemán. + +Yo diré, para concluir, que es divertido verle y leerle: que es más +divertido aún admirar á la señora Estela Hohenfels en sus cinco papeles; +pero que, en lo tocante á enseñanza, lo mejor es no sacar ninguna de +este drama. Si creyésemos que se saca de él enseñanza, tendríamos que +imitar á Platón y desterrar á los poetas de nuestra República. Por +dicha, los poetas no valen por lo que dicen, sino por la elegancia, +primor y entusiasmo con que lo dicen. Leopardi es ateo, y está +desesperado de no tener Dios; Manzoni es un progresista católico; +Carducci celebra á Satanás, aborrece á Cristo y cree que el mundo +prospera porque el cristianismo acaba; Quintana es un volteriano que +pone como hoja de peregil á Felipe II; el duque de Frías se deshace en +elogios del rey prudente, y muchos de nuestros poetas mejores, aunque, +como Espronceda, sean progresistas en prosa, se lamentan en verso de la +_funesta manía de pensar_ y entienden que Dios los castiga porque han +querido averiguar muchas cosas que son inaveriguables. En suma; cada +poeta se va por su camino y sustenta opinión diversa y contraria á la +de los otros. Lo que importa es que la sustenten bien y con brío. +Entonces los aplaudimos á todos y cada uno de los que aplauden se queda +con la opinión que tenia, si no es un tonto y si no hace como los que se +mataban después de leer el _Werther_ de Goethe. Precisamente Goethe le +escribió para no matarse y como desahogo. + +[Illustration] + + + + +LAS RAREZAS DEL «FAUSTO» + + +En cualquiera punto de este planeta en que vivimos, en la prolongación +de los tiempos pasados, según lo que por la historia se sabe y también +en los tiempos futuros, hasta donde nuestra previsión alcanza, todo ser +humano tiene y tendrá no poco que sufrir, gran multitud de cosas en que +ejercitar su paciencia, mil peligros que arrostrar empleando su valor, y +no corto número de adversidades y disgustos para desplegar y lucir su +santa resignación y su conformidad cristiana, compitiendo con Job y +hasta venciéndole. + +Para consuelo ó alivio de tantas penas nuestro ingenio ha sido fecundo +en sutiles y discretas invenciones. Y la mejor de todas es, á mi ver, la +poesía narrativa ó dramática. + +Las contrariedades menudas y los males pequeños que nacen con frecuencia +de la tontería de los hombres ó de las mujeres, representados luego por +el poeta en una novela ó en un drama, pierden y deben perder casi toda +su amargura; remediándola ó suavizandola con inocentes ó benignas burlas +y ahogándola en risa. + +Y cuando los males son grandes y terribles, todavía es más discreta y +bienhechora la invención que los remedia ó los consuela. El poeta, en la +novela ó en el drama trágico, debe representar estos casos con +verosimilitud y fidelidad tan extrañas y hábiles, que en vez de +producirnos el mal rato, el ataque de nervios ó los sentimientos penosos +que nos producirían dichos casos si fuesen reales, nos produzcan un +exquisito y espiritual deleite que llaman estético. + +Tal era y tal debe ser, desde muy antiguo, el fin noble y redentor del +arte. + +Aristóteles llamaba á esto la purificación de las pasiones, es á saber: +que el terror y la compasión, que en la vida real son tan dolorosos y +aflictivos, gracias al encanto divino de la poesía, se convierten en el +drama y en el poema narrativo en placer delicado, porque el terror +entonces no nos enerva ni nos humilla, y porque entonces son dulces las +lágrimas. + +¿Cómo he de negar yo el maravilloso talento de muchos autores del día, +extranjeros y nacionales? Lejos de negarle, le reconozco y le admiro; +pero me quejo de ellos y los censuro y los encuentro más fotógrafos que +poetas, porque faltan al precepto aristotélico, que es, en mi sentir, el +fin del arte, y porque pintan las miserias y desventuras humanas con tan +minuciosa exactitud y con tan científico, experimental y poco poético +detenimiento, que se diría que sus libros, en vez de ser de pasatiempo y +de recreo, vienen á reemplazar los silicios, las disciplinas y otros +medios á propósito para mortificarse y hacer vida penitente. + +La diferencia está en que con los medios antiguos se ganaba el cielo, y +con la lectura de estos libros ó con el espectáculo de estos dramas no +se gana nada. + +Aunque á mi no me cabe en la cabeza que los dramas y novelas así +escritos puedan y deban considerarse como _documentos humanos_, como +materiales y ripios, con los cuales ha de construirse la ciencia social +del porvenir, todavía concedo que el que crea en el valor de tales +documentos los reuna y confeccione, atormentándonos con ellos. La letra +con sangre entra. Pero lo que no concedo es que esté bien que los +documentos sean falsos: que se ponga tragedia donde no hay motivo de +tragedia: y que, habiendo tanto infortunio dialécticamente producido, se +creen infortunios infundados y disparatados como una pesadilla. + +Cuanto queda expuesto se me ha ocurrido recientemente con ocasión de +haber oído el _Fausto_, de Göethe, casi de seguida, primero en dos +óperas, ambas de muy hermosa música, y después en los dos magníficos +dramas, representados ambos con aparato y lujo portentosos, en el teatro +imperial y palatino de la gran ciudad de Viena. + +Se cuenta que D. Ventura de la Vega, agobiado ya por las enfermedades y +previendo su próxima muerte, llamó un día á sus hijos para confiarles, +antes de morir, un misterioso secreto, cuya pesadumbre le abrumaba el +alma. Después de recomendarles el sigilo, que ellos han roto, pecado de +que creo debemos absolverlos, aquel padre cariñoso les confesó que el +Dante le aburría. + +A mí no me aburre Göethe. Si me aburriese, no andaría con tapujos, ni lo +confesaría sólo _in articulo mortis_ y en lo hondo de mi casa; pero +aunque soy fervoroso admirador de aquel glorioso poeta, que era además +gran sabio y sutil y razonable filósofo, y aunque le he elogiado +pomposamente en varios escritos míos, me sucede ahora que, echando á un +lado el prestigio mágico de su estilo, como quien descorre un velo que +disimula los defectos y realza las bellezas, he descubierto en el Fausto +rarezas tan chocantes, que temo que se me agrien ó se me pudran en lo +interior del alma si no las digo y me desahogo. + +Poniendo, pues, á un lado y en salvo mi extraordinaria admiración por +Göethe, voy á decir aquí algunas de estas rarezas. + +En primer lugar, me pasma y me enoja que el Dios de Göethe tenga el +capricho, en su conversación con el diablo, de presentar á Fausto como +un segundo Job, como un modelo de varón justo, aunque débil y sujeto á +error como todo el que aspira. + +Verdaderamente, si en la segunda mitad del siglo XV, en que la humanidad +dió cima á tan altas empresas, no hubo hombre mejor que Fausto, es +menester confesar que la humanidad no vale un pito. + +Pero no es esto lo más singular; lo más singular es que Fausto, á quien +el poeta nos presenta en las primeras escenas como un sabio de +extraordinaria magnitud, resulta luego un tontiloco. + +Tengamos la manga ancha. Disculpemos á Fausto por su desesperación al +verse viejo, pobre, desatendido, á pesar de su mucha sabiduría, habiendo +gozado poquísimo y en resumidas cuentas sin saber nada á punto fijo +después de haberse quemado las cejas estudiando día y noche sin +divertirse, sin holgarse y sin echar una canita al aire. Disculpémosle +también del conato de suicidio, y disculpémosle, por último, aunque se +escandalicen mis lectores, de que haga un pacto con el diablo y le firme +con la sangre de sus venas. + +Harto se entiende que el diablo, que no es estúpido y que debía estar ya +escarmentado, celebra este pacto por si topa, como si dijéramos, +sabiendo que se expone á quedar burlado y estafado, y á que Fausto por +intercesión de algún santo ó santa que abogue por él, se largue al cielo +y deje al diablo con un palmo de narices. Casos por el estilo habían +ocurrido ya y debían estar consignados en los archivos y anales del +infierno. Así, por ejemplo el del monje Teófilo, y el de Cipriano, +mágico prodigioso de Antioquía. + +Para un sujeto travieso y listo, fundado en la tontería del diablo y +envalentonado con tan curiosos precedentes, un pacto con el diablo ha +de ser una ganga de la que debe sacar mil provechos y ventajas. Aquí +entra, en mi sentir, la inexplicable tontería, el idiotismo perverso del +Fausto de Göethe, sobre todo en lo más humano y menos simbólico, en la +primera parte, en sus amores con Margarita. + +No digo yo un caballero particular cualquiera, que no haya estudiado +libro alguno y que se caiga de tonto, sino el propio Pedro Urdemalas no +lo hace peor que Fausto lo hizo. + +Remozado ya, elegante y guapo, apasionado y discreto, ¿qué necesidad +tenía de joyas para enamorar á Margarita? ¿No deslustraba con esto el +carácter de su querida, haciéndola aparecer tan comprada como enamorada? +A no dudarlo, el regalo de las joyas afea y empequeñece el principio de +aquellos amores. + +Se ve luego que Margarita, sin que nadie la vigile ni la acompañe, va +sola donde quiere. En el jardín de Marta juega al escondite con su +amigo, y sin duda en cualquiera otro sitio, todavía más cómodo, podía +estar con él á solas todo el tiempo que quisiera hasta hartarse. ¿Qué +lujo de perversidad, sin razón que la justifique, no hay, pues, en el +empeño de Fausto y Margarita de estar juntos por la noche al lado de la +madre de ella, en lo cual hasta hay mucho de repugnante y de asqueroso? + +Y crece de punto la perversidad, cuando Margarita, la candorosa y +angelical Margarita, excitada por Fausto, y á fin de que su mamá no se +despierte, la atiborra de bromuro de potasio, de opio, de láudano y de +otros potingues narcóticos, hasta que acaba por matarla. + +A veces se diría que Fausto quiere á Margarita. A veces se diría que no +la quiere y que es un ingrato y un galopín de siete suelas. Su +insensatez incoherente no se presta á clara interpretación. + +Convertido en músico, su diablo lacayo va con Fausto á dar serenata á +Margarita; y Fausto tiene la impiedad y la poquísima vergüenza de que su +diablo lacayo insulte con indecentísimas coplas á la pobre muchacha por +la falta que ha cometido en amarle y en consentir en ser suya. Ahora +viene lo mejor. Margarita tiene un hermano, soldado, valiente y +espadachín y muy celoso de su honra, aunque no era menester serlo mucho +para enojarse contra el doctor Fausto, que estaba alborotando la calle y +á todos los vecinos con aquella retahila de sucios improperios puestos +en solfa. + +Nada más natural que la decisión que toma Valentín de pinchar al doctor +Fausto como quien pincha á una rata. + +Yo convengo en que nadie gusta de que le pinchen así; pero hay medios de +evitarlo, sobre todo, cuando se encuentra con el demonio, más ingeniosos +y decentes que los que Fausto emplea. Él sabía poco ó nada de esgrima, y +distaba mucho de pensar como San Buenaventura, que dice que cuando +alguien nos acomete con una espada desnuda debemos dejarnos matar y no +matarle, porque sería cruel, matando á nuestro adversario, enviarle al +infierno, mientras que si él nos mata, y nosotros nos resignamos á +morir, nos iremos derechitos al cielo; pero, sin imitar á San +Buenaventura, bien pudo hacer Fausto que el diablo se llevara á Valentín +en volandas ó valerse de otro medio cualquiera para no asesinar infame y +traidoramente al hermano de su amiga. + +Después del asesinato de Valentín, Fausto se queda tan fresco, y para +distraerse, se larga al aquelarre á bailar un fandango con varios brujas +jóvenes, + + _altas de pechos y ademán brioso._ + +Margarita, entretanto, ha acudido con muchas comadres del barrio y otra +gente desocupada, á ver morir á Valentín, que le echa un largo discurso, +llamándola _metze, coram pópulo_, por si alguien no se había enterado. + +Después de tantas catástrofes, muerta la madre á fuerza de dormir, +Valentín asesinado, y deshonrada ella públicamente por las cancioncillas +del diablo-músico lacayo de su amigo y por el discurso moral de su +hermano moribundo, poco tiene que perder y nada tiene que ocultar +Margarita. No se comprende, pues, la determinación que toma de matar á +su hijo, arrojándole al agua. Haría tan mala obra en un momento de +enajenación mental; pero Fausto debió preverlo, y en vez de ir á retozar +con las brujas, poner á Margarita en una buena casa, cuidarla y darle +bien de comer, y separar al niño de su lado para que no hubiese aquel +estropicio que después hubo. + +El diablo no le valió sino para hacer sandeces; ni siquiera se le +ocurrió á Fausto que aquella bruja joven, con quien bailó en el +aquelarre y la hermosura de cuyos pechos celebra en una copla muy +galante, hubiera podido servir de nodriza para su hijo, ya que no +quisiese él bajar al seno de las Madres para traer desde allí á la misma +cabra Amaltea, nodriza de Júpiter. + +Pero nada; el imbécil de Fausto no celebró pacto con el demonio, sino +para cometer delitos inútiles é incurrir en más simplezas que el propio +D. Simplicio Bobadilla y Majaderano. + +Prescindo ahora de la segunda parte ó tragedia de Fausto. Todo allí es +fantasmagoría: todo está lleno de enigmas filosóficos y de veladas +enseñanzas. + +Fausto apenas es allí ser humano: es un símbolo, es como el héroe +epónimo de la sociedad y de la edad modernas; lo cual no quita que en la +primera parte, en lo que se asemeja más á la vida real, Fausto, sea, si +no un malvado, un imbécil. + +Y sin embargo, ¿en qué consiste que Fausto y Margarita interesen y +enamoren tanto á las almas sensibles y hasta á las niñas honradas, que +de seguro no harían todas las atrocidades que hizo Margarita de +envenenar á su madre y de matar á su hijo? + +Por hoy no sé en qué consiste esto. Otro día trataré de averiguarlo. + +[Illustration] + + + + +LA MORAL EN EL ARTE + + +Mi amigo D. Miguel Moya me pide que escriba sobre el asunto que el +epígrafe declara. Yo deseo complacerle; pero lo considero harto difícil. +El asunto es tan complicado que, para tratarle bien, sería menester +escribir un par de volúmenes y no un artículo breve. Mucho aumentaría la +extensión del escrito si me empeñase en decir, además de lo que á mí se +me ocurre, lo que se ha ocurrido á los otros desde Platón y Aristóteles +hasta Hegel, Gioberti, Pictet y demás autores novísimos. Los escondo, +pues, á todos y hasta procuro olvidarlos, y voy á decir aquí, sin +atender á nadie, y en cifra y resumen, lo primero que acuda á mi mente, +ora sea creación suya, ora sea reminiscencia de lo que he leído. + +La Naturaleza, ó dígase cuanto hay de sensible y de inteligible, cuanto +se ve, se columbra ó se imagina, cuanto cabe en el pensamiento humano, +y este mismo pensamiento, todo atrae nuestra atención, nos solicita para +que lo contemplemos, lo fijemos con orden y método en nuestra memoria, y +hasta procuremos averiguar sus causas y el término, fin y propósito +hacia donde se dirige y encamina. Tal parece ser el primer empleo del +hombre. Llamémosle _teoría_. Su fruto ó resultado debe ser la verdad. Su +exposición metódica es la _Ciencia_. + +Pero el hombre no es un ser meramente pasivo y contemplativo. No está en +el mundo sólo para asistir al espectáculo, gozar de él y aplaudirle, +sino que, á más de ser espectador, ha de ser actor. No le basta con +formar conceptos, sino que necesita realizar acciones. De aquí que +además de la _teoría_ haya la _práctica_. Y como nuestras acciones deben +enderezarse á no perturbar el orden natural de las cosas, sino á +conservarle y á mejorarle, resulta que el fin de la práctica ha de ser +el bien, y el conjunto de reglas y leyes para que el bien se logre es la +Moral en su más amplio sentido. + +Todavía tiene el hombre otro tercer empleo no menos digno y elevado. Ora +consideremos el Universo, ó sea el conjunto de todas las cosas, como +substancia eterna con poder inmanente para desenvolverse y manifestarse +en apariencias distintas, ora como creación de una voluntad y de una +inteligencia soberanas, el hombre, por un estímulo irresistible que hay +en él, y por los bríos y por la virtud que producen ese estímulo, se +siente movido á mejorar y adaptar las cosas ya existentes, sacando de +ellas algo nuevo, ya para su propia utilidad, ya para su propio deleite. +De aquí proviene lo que en su más amplio significado debemos llamar +_Poesía_. + +Claro está que en este significado amplio, poesía es toda operación por +la cual el hombre añade algo á lo natural para hacerlo más útil, más +agradable ó más hermoso. Si la mente humana, si el espíritu no se +incluyese como parte de la Naturaleza, bien podría decirse que toda obra +del espíritu, transformando ó modificando las cosas naturales, era obra +sobrenatural, ya que sobre la Naturaleza venía á ponerse. + +En la anterior concepción vastísima de la _poesía_, que á fin de que no +choque demasiado á los que les coja muy de nuevas, declararé aquí que es +de Aristóteles, entran todas las artes humanas, desde la del zapatero y +la del cocinero, hasta las del escultor, el músico, el pintor y el vate +más inspirado. + +Tenemos, pues, _teoría_, _práctica_ y _poesía_; y como derivación de las +tres facultades, _ciencia_, _moral_ y _arte_. En estas tres esferas de +actividad hay compenetración, cuando no nos elevamos á grande altura. +Entonces casi se puede decir que lo útil es el fin y el punto de mira de +las tres facultades que se prestan mutuo auxilio. La ciencia, por +ejemplo, es útil y presta auxilio á todas las artes, y ya el +conocimiento de los astros puede servir para la navegación ó la +agricultura, ya el conocimiento de las propiedades químicas de los +cuerpos, para preparar medicamentos, para guisar ó para curtir pieles. +La moral, dentro de su más rastrero concepto, no traspasa tampoco los +límites de lo útil, no aspira sino á lo conveniente; rara vez va más +allá de aquello que la prudencia mundana requiere, según puede notarse +en las antiguas fábulas y en los refranes. Y el arte, por último, se +encierra también en lo útil ó en lo materialmente deleitable; +empleándose en vestirnos, en calzarnos, en darnos habitaciones cómodas, +y, en suma, en nuestro material bienestar y regalo. + +Por el contrario, no bien la ciencia, la moral y el arte alcanzan cierta +elevación, dejan de prestarse auxilio, se hacen independientes, ponen y +buscan su fin en ellos mismos, y adquieren, digámoslo así, una +inutilidad sublime. Dejan de ser serviles y son liberales. La ciencia +entonces busca, y tal vez halla, la verdad, meditando desinteresadamente +y tratando de descubrir los más hondos arcanos, sin el menor propósito +de que el descubrimiento valga luego para nada que no sea la +satisfacción misma que de poseer la verdad se origina. De igual suerte +la moral elevada, si no prescinde, echa á un lado y pone como en segundo +término todas las ventajas que pueda ocasionar ó causar el ejercerla, y +tiene por único, ó al menos por principal objeto, la satisfacción +semidivina de obrar el bien con la más completa independencia de toda +mira interesada, así en esta vida como en la otra, así para el individuo +como para la colectividad de cuantos son los seres humanos. Y la poesía, +por último, deja ya de atender á lo útil: no teje, ni guisa, ni edifica +viviendas; ni trata siquiera de moralizar ni de enseñar verdades, sino +que poniendo en ella misma su fin, aunque nada deseche y se valga de +todo, tanto de lo creado cuanto de lo increado, tanto de lo real cuanto +de lo ideal, como elementos y materia de lo que produce, no tira á +producir sino la belleza y no anhela infundir en los ánimos más que el +puro y desinteresado sentimiento que nace de verla y de admirarla. Esto +es lo que se llama el arte por el arte. + +Ha de entenderse, con todo, que los tres separados caminos por donde va +el espiritu humano no siguen en divergencia constante y separándose +siempre hasta lo infinito, sino que al cabo convergen y vienen á +coincidir en un centro ó foco único de perfección absoluta, donde la +verdad, el bien y la belleza carecen de distinción substantiva, y son +calidades, potencias y atributos de un solo sujeto. Por donde +considerada la ciencia en lo sumo de su elevación, es igualmente buena y +hermosa, y la moral es la misma verdad y la misma poesía, así como la +poesía no puede menos de ser entonces el celestial y purísimo resplandor +de la verdad y del bien absolutos. Mirada, pues, la poesía desde su +punto más elevado, basta decir que es poesía para afirmar implícitamente +que es verdadera y buena, así como toda alta moral y toda ciencia +superior y profunda son poéticas en el mayor grado. + +Las contradicciones que en lo que afirmamos pueden notarse, provienen de +un error de quien las nota y en realidad no existen, estribando sólo el +error en algo de incompleto ó de deficiente, que importa tener en +cuenta. Supongamos que tal cual sistema filosófico, ora las mónadas y la +armonía preestablecida de Leibnitz, ora el idealismo de Schelling, ora +el proceso de la idea de Hegel, nos parecen poco conformes á la verdad y +hasta desatinos y blasfemias, mas no por eso dejaremos de ver en ellos +maravillosa poesía, así porque contienen parte de la verdad en medio de +sus extravíos, como porque es tan poética y tan hermosa la verdad, que +vierte torrentes de poesía y de hermosura sobre quien por las vías más +encumbradas la busca aunque no la halle. + +De idéntica manera toda poesía perfecta, hasta donde la perfección cabe +en lo humano, es verdadera y moral, contiene verdad y bien, está en +plena concordancia con la moral y con la ciencia. Y á mi ver, dicha +concordancia aparecerá con tanta mayor claridad y brillantez, cuanto +menor sea el propósito del poeta de sostener una tesis, de dar lecciones +de moral ó de enseñar científicamente esto ó aquéllo. + +Lo que verdaderamente importa para que el poeta sea buen poeta, es que +sea sincero y no se empeñe en engañarnos. + +Su engaño no prevalecerá ni valdrá de nada para las personas de buen +gusto, las cuales no podrán aguantar su obra y la tildarán de falsa y +embustera. Y por el contrario, siempre que el poeta es sincero y dice lo +que siente, con sencillez y sin afectación, ó no es verdadero y +legítimo poeta, ó tiene que ser bueno moralmente, resplandeciendo la +bondad moral en su poesía. + +Antes de que definiese Quintiliano al orador _varón bueno, perito en +decir_, ya habían declarado los autores griegos que no era posible ser +buen poeta sin ser varón bueno antes. El héroe y el santo tienen +perpetua y constante voluntad de bien. El poeta sólo es menester que la +tenga cuando escribe. De aquí que moralmente el poeta es muy inferior al +héroe y al santo, aunque por otras prendas de su espíritu valga más que +ellos. + +Como quiera que sea, el primer precepto de toda arte poética debiera ser +esta discreta frase de Maese Pedro: _Muchacho, no te encumbres, que toda +afectación es mala._ + +En mi sentir, tan perverso y tan insufrible es Baudelaire componiendo su +letanía diabólica y otras lindezas de las _Flores del Mal_, como no +pocos poetas, que andan por ahí presumiendo de religiosos y de +moralistas, y que escriben, sin pizca de verdadero sentimiento, odas á +Dios, á la virtud y á la vida monástica, ó narraciones y dramas de +severa moralidad aparente, cuyos personajes no pueden menos de ser +contrahechos, monstruosos, cursis, y como en la vida real no se estilan +ni se estilaron nunca. En cambio, en todo poeta sincero, si es verdadero +poeta, resplandece la bondad y se manifiesta en la belleza que ha +creado. Y cuando se examina y analiza cuidadosamente, se nota que la +belleza que admiramos está en la expresión y manifestación de la +bondad, y no en los errores y en los extravíos que por otra parte puede +poner el poeta en su obra y tener en sí, como los tiene todo ser humano. +De aquí que admiremos á Leopardi, no por su ateísmo y desesperación +pesimista, sino por su anhelo ferviente de bondad suprema, por su +aspiración á lo divino, que él cree irrealizable. De aquí que admiremos +en Carducci, hasta en la oda á Satanás, no el extravagante capricho de +llamar Satanás al libre espíritu humano, sino el vehemente amor con que +canta el poeta las conquistas de ese espíritu y sus triunfos y victorias +sobre el mundo visible, para mejorar nuestra condición, ennoblecer +nuestro destino y hacer más digna y más feliz la vida humana. Y de aquí, +por último, que en Whittier y en Manzoni admiremos la profunda fe +cristiana, la caridad viva y la consoladora esperanza con que ensalzan +al ser divino, y su santa religión, que es el Lábaro, en pos del cual +piensan que han de elevarse á las más radiantes esferas de +bienaventuranza para los hombres, cumpliéndose así los inexcrutables +designios del Altísimo y su divina voluntad, en la tierra y en el cielo. + +No hay, pues, ni puede haber discrepancia, á no ser superficial, entre +la moral y la estética, entre el bien y la hermosura. Lo bueno y lo +hermoso coinciden al llegar á cierta altura y se confunden en uno. Y +como, á mi ver, la sinceridad es requisito indispensable en toda poesía +que merezca tal nombre, esta misma poesía da testimonio fehaciente del +valer moral del poeta. Pongamos por caso uno de los libros más sinceros +y espontáneos que se han escrito: el _Quijote_. El alma hermosísima de +Miguel de Cervantes se retrata en este libro como en claro y limpio +espejo, probando, contra todos los documentos que pudieran hallarse, +producirse é interpretarse en contra, que Miguel de Cervantes era un +_varón bueno_. + +Para terminar, bajando de las elevaciones metafísicas, viniendo á lo +llano y á lo pedestre y juzgando el asunto con el mero sentido común, yo +me inclino á creer que es pedantería inocente la afirmación de que el +teatro sea escuela de costumbres ó de que se enseñe moral en novelas, +comedias, sainetes y otras obras de mero pasatiempo. Sin duda que estas +obras deben ser morales. Con el pretexto de divertir, no estaría bien +que un novelista ó un dramaturgo recomendase ó disculpase el robo, el +asesinato y el adulterio. Pero esto no quiere decir que su obra ha de +ser docente, sino que no debe ser perversa ni indecente. Harto bien se +nota que los preceptos de moral aplicados al arte nada tienen de +exclusivos: no implican la relación entre la moral y la estética. Son +los mismos preceptos que se impone toda persona bien educada cuando va +de visita, de tertulia ó de paseo. El novelista ó el dramaturgo no +enseña más que el paseante ó el tertuliano. La buena educación y el +decoro se les presuponen. Sólo hay una diferencia: que el que escribe +suele en todos tiempos usar de mayor libertad de lenguaje que el que va +de visita. De seguro que, no ahora, cuando en Inglaterra todo parece +_shocking_, pero ni en tiempo de Shakespeare se lamentaría en la buena +sociedad ninguna señorita como se lamenta Julieta diciendo: + + _...I'll to my wedding-bed;_ + _¡And death, not Romeo, take my maidenhead!_ + +Mil veces más crudo aún es el modo brutal con que, en la tragedia de +Otelo, Yago da á Brabancio la noticia de que se ha fugado Desdémona: + + _--Your daughter and the Moor are now making_ _the beast with two + backs._ + +Y aquí termino y no digo más, porque sería prolijo é interminable decir +todo cuanto el asunto sugiere. + +[Illustration] + + + + +EL REGIONALISMO FILOLÓGICO EN GALICIA + + +Días ha que escribí y publiqué en la _Revista Critica de Historia y +Literatura_ un extenso artículo sobre el libro del padre Blanco García, +que trata de las literaturas regionales de España y de las literaturas +hispano-americanas en el siglo XIX. + +En tono muy cortés, pero mostrándose enojado y quejoso, el Sr. M. +Murguía, en el número del 15 del corriente de _La Voz de Galicia_, +periódico de la Coruña, ha insertado contra mí un apasionado escrito en +defensa de las letras gallegas, que supone que yo menosprecio. + +Me desagradan las polémicas y las rehuyo siempre que puedo. No voy, +pues, á entablar polémica con el Sr. Murguía. Previamente estoy +convencido de que ni yo lograré traerle á mi opinión ni él logrará +llevarme á la suya. Disputando, sólo conseguiríamos fatigar al público +con nuestra disputa. No puedo, sin embargo, resistir al deseo de +aprovechar esta ocasión para explicar, si me bastan pocas palabras, lo +que pienso sobre lenguas, dialectos, regionalismo, nacionalidades y +varios otros puntos que forman el proceso de este negocio. La materia es +tan vasta, que apenas podré tocarla sino de paso, ó mejor diré, al +vuelo, posándome sólo en las cimas ó picos más salientes. + +Contra el precepto de Horacio, empezaré _ab ovo_. + +Todos somos unos. Todos somos hijos de Adán y hermanos por consiguiente. +Pero ocurrió lo de la Torre de Babel y los hombres se dispersaron. Unos +se largaron por un lado, otros se largaron por otro, y se formaron muy +diversas tribus, razas ó castas. A España vinieron sucesivamente +atlantes, iberos primitivos, proto-escitas, fenicios, celtas, griegos, +cartagineses, romanos, godos, alanos, suevos, vándalos, judíos, árabes, +sirios, persas, eslavos, berberiscos, normandos y hasta negros de más +allá del Sahara. Sobre poco más ó menos, en los demás países ha sucedido +lo mismo. Y es seguro que si estas mezclas de gentes, distintas y hasta +contrarias, no hubieran llegado nunca á amalgamarse, adoptando las +mismas leyes, sometiéndose al mismo gobierno, haciéndose solidarias de +los triunfos y de los reveses, de las pérdidas y de las ganancias, y de +las glorias y de las vergüenzas comunes, jamás hubiera llegado á haber +lo que se llama una nación. Hubiera habido expresiones geográficas: +Francia, Italia, Inglaterra y Alemania; pero no hubiera habido nación +francesa, ni inglesa, ni alemana, ni italiana. + +Ha habido nacionalidad y la hay, porque en un momento dichoso ha llegado +á lograrse y á cogerse el fruto de un trabajo y de un cultivo de siglos +y entonces la nación se ha constituído. Harto sé yo que todo lo que nace +muere. Que si los individuos no son inmortales, tampoco lo son las +naciones; y que España, como cualquiera otra colectividad, puede +descuartizarse, desmoronarse y persistir sólo como expresión geográfica. +Esperemos que esto no ocurra en muchísimos siglos. Yo no soy profeta, y +aunque lo fuese, en vez de remedar á Jeremías, remedaría á los profetas +alegres, ó sería el primero de ellos, si antes no los hubo. + +No he de negar por esto que, si bien dentro de ciertos límites juiciosos +me hechizan, me deleitan y hasta me arrancan aplausos las literaturas +regionales, sobre todo cuando son cándidas, espontáneas y sencillas, +todavía me asustan y me afligen cuando se convierten en tema y vienen á +extralimitarse. Entonces me parecen síntomas de decadencia y ruina: +entonces me parecen amenaza de disolución nacional, si bien confío +siempre en la Providencia y espero que la amenaza no se cumpla, que lo +ominoso ó fatídico salga fallido, que la enfermedad pase y que la nación +persista sana, salva y una. + +Cuando un pueblo tiene ser propio y grande, cuando su historia es +gloriosa, cuando ha influido profundamente en los destinos del género +humano, así por el pensamiento como por la acción, este pueblo no muere, +vive, tiene siete vidas como los gatos: nadie le arranca la vida ni á +tres ni á trescientos tirones. Puede perder todas sus conquistas; los +continentes y las islas, por donde en los días de su mayor auge y +expansión logró dilatarse, pueden dejar de ser suyos; puede hundirse el +Estado que le da unidad política; y hasta puede ser invadido y dominado +por el extranjero el suelo natal, la cuna misma de ese pueblo; mas no +por eso el pueblo muere. Vivirá acaso, durante siglos, vida latente y +obscura, pero vuelve al fin á recobrar la vida luminosa y clara. El +idioma propio es el talismán donde va escrito el conjuro para lograr +esta á modo de resurrección. Grecia resucitó hablando en griego. Si el +pueblo griego hubiera tenido seis ó siete idiomas diferentes, jamás +hubiera resucitado. Es más; si hubiera tenido seis ó siete idiomas +diferentes, no dialectos ó modos, sino idiomas con pretensiones de +literarios y nacionales, no hubiera extendido su cultura desde la +Bactriana hasta las Galias: por todo el litoral de Asia, Africa y Europa +en el Mediterráneo, y por todas sus islas. Y si el dialecto toscano no +se hubiese convertido en lengua italiana, venciendo y obscureciendo á +los demás dialectos que en Italia se hablaban, y que se hablaban en +Estados poderosísimos, ricos y conquistadores, como lo fué, por ejemplo, +Venecia, Italia no hubiera realizado jamás el sueño de Maquiavelo y de +sus más eminentes patriotas y hombres políticos: no hubiera vuelto á +tener la unidad que sólo tuvo bajo el rey bárbaro Teodorico. + +Yo quiero suponer que en España, no sólo no hubo unidad de Estado, sino +que ni unidad de nación hubo hasta fines del siglo XV. Supongo, además, +ó doy por cierto, pues sobre esto no disputo, que antes no hubo +verdaderamente españoles, sino portugueses, gallegos, castellanos, +aragoneses y catalanes. También es evidente que hasta fines del siglo XV +había en España tres lenguas literarias y nacionales. Eran estas tres +lenguas la castellana, la catalana y la portuguesa ó gallega, ya que el +mismo Sr. Murguía confiesa que el gallego y el portugués fueron lo mismo +hasta entonces. Ni _Las Cantigas_ del Rey Sabio, ni cuantos versos hay +en los Cancioneros del rey Don Dionis, de Resende, etc., podrían +atribuirse por las palabras y las frases mismas á poetas de Portugal ó +de Galicia. Por el habla, por lo que dejó escrito, tan gallego es el +infante Don Pedro, como es portugués Macías el enamorado. Hay más aún: +esa lengua galaico-portuguesa, tal vez no fué escrita sólo por +portugueses y gallegos, sino también por trovadores de toda España, que +la consideraban como lengua elegante y más propia que el castellano para +la poesía lírica y de la corte. + +Quiso, no obstante, la suerte ó sea el orden providencial ó fatal que +llevan los sucesos históricos, que el idioma de Castilla prevaleciese: +que, aun antes de llegar á la unidad de que he hablado, presentase los +títulos de su hegemonía y de su imperio, como son el _Poema del Cid_, +los versos del arcipreste de Hita, _Las Partidas_, la _Crónica general_ +y _El Conde Lucanor_; y que, después de formada la unidad, corroborase +su imperio con otros títulos soberanos: con el _Amadis_, con _La +Celestina_, con Garcilaso y Herrera, con ambos Luises, con Cervantes, +con historiadores como Mariana y con nuestro, fecundísimo y rico +Romancero y con nuestro original y maravilloso teatro. Esta lengua no se +limitó á presentar dichos títulos, sino que también se difundió por el +mundo, llevada en triunfo bajo el amparo del estandarte de Castilla, por +el inmenso continente recién descubierto, por las remotas islas del mar +del Sur, y aun por las naciones de Europa, que reconocían entonces, ya +que no nuestro imperio, nuestra preeminencia. + +No pretenderé yo, á pesar de lo expuesto, que debieron morir y no +resucitar nunca la lengua catalana y la lengua portuguesa. Portugal +persistió y persiste como nación. Su historia, muy parecida á la de +España, no es menos grande. Su literatura, proporcionalmente, he de +conceder que es original y rica como la nuestra, y que tiene su carácter +propio y sello nacional que la distingue. + +De la lengua y de la literatura catalanas no se puede decir tanto ni con +mucho; pero al cabo, bastante puede alegarse en pró de su resurrección ó +renacimiento presente. + +Pero vamos... hablando con franqueza, aunque se enojen un poquito el Sr. +Murguía y otros literatos gallegos: ¿hay paridad entre el dialecto de +Galicia y la lengua nacional que hablan los portugueses y que hablan +además en América diez ú once millones de hombres, en una extensión de +territorio casi tan grande como Europa? Si hasta el siglo XV los +gallegos hablaron y escribieron como los portugueses, lo natural sería, +si no quieren hablar y escribir en castellano, que escriban ahora +también en portugués. Esto sería volver con fidelidad á la lengua +antigua, sin que esta vuelta ó atavismo impidiese que se siguiera +cultivando el dialecto, como dialecto. Sin duda en Venecia, en Milán, en +Nápoles y en Sicilia, se hablan y se escriben cuatro dialectos +distintos, pero con cierta modestia, reconociendo todos cuantos así +escriben sin excluir v. gr. al gran poeta lírico Meli y al chistosísimo, +fecundo é ingenioso dramaturgo Altavilla, que escriben en un dialecto +vulgar, y que no hay más que una lengua nacional y de toda Italia, que +es la lengua toscana, que ya debe llamarse italiana, así como la +castellana debe llamarse española. + +Pues qué, ¿no hay distintos dialectos en Alemania, en Inglaterra y en +Francia? A nadie se le antoja por eso convertir en lengua nacional +ninguno de estos dialectos. + +Acaso se me cite el imperio austriaco; pero Austria no es nación sino +conjunto de naciones. A buen seguro que los alemanes, súbditos del +emperador de Austria, dejen de hablar en alemán y dejen de tener esta +lengua por nacional y propia de ellos. Claro está que los polacos, +aunque ya no hay Polonia, siguen hablando en polaco; los húngaros, en +húngaro; los tchecos, en tcheco; los croatas en croata, y los rumanos, +en rumano; ¿pero qué tiene que ver esto con lo que en España sucede? En +todo caso, podría comprenderse que así como los rumanos, súbditos del +emperador de Austria, hablan y escriben la misma lengua del vecino reino +independiente de Rumania, así los gallegos, ciudadanos españoles, se +dedicasen, por amor y patriotismo _atávicos_, á escribir como lengua +nacional y literaria la portuguesa. Pero ni aun así se comprende; porque +los rumanos de Austria son un pueblo como anexionado y sometido y unido +artificialmente á otros pueblos de muy distinto origen, mientras que los +gallegos, como los asturianos, forman el núcleo, y el germen, y la raíz, +de donde ha brotado esta gran nación. ¿Cómo reniegan ahora de ella, al +menos en apariencia, y propenden, si no á irse literariamente con los +portugueses, á separarse por el habla, vehículo y expresión del +pensamiento, y á formar rancho aparte, permítaseme lo vulgar en virtud +de lo gráfico de la expresión? + +No sé si he atinado á explicar en este lígero articulo lo que hubiera +requerido larga serie de ellos para quedar bien explicado; pero, como +quiera que sea, harto se entiende que yo no desdeño á los poetas y +prosistas que hubo, hay y puede haber en dialecto gallego; que celebro +el regionalismo filológico dentro de ciertos límites puramente +provinciales; pero que deploro la exageración que puede ponernos en una +lastimosa pendiente de desmoronamiento nacional ó de cierto separatismo. +Ni se me diga que la tal propensión á que se hablen muchos idiomas +proviene de un movimiento progresivo. Por lo común sucede lo contrario. +Cuando las grandes naciones y cuando las grandes razas decaen ó se +hunden, es cuando pierden el idioma común y salen hablando distintos +idiomas. La Torre de Babel representa simbólicamente este lastimoso +fenómeno. + +[Illustration] + + + + +LA OBRA PÓSTUMA + +DE JUAN MONTALVO + + +¿Quién es este Juan Montalvo?--dirán no pocos de los que vayan á +leerme.--Pues bien, les contestaré: Juan Montalvo fué natural de una de +las Repúblicas que en la América del Sur nacieron de nuestras colonias. +Él mismo se llama semibárbaro, y es de los más cultos é ilustrados +escritores que ha habido en nuestros días. + +No digo yo que nos esté bien adular á los hispano-americanos, suponiendo +que sus poetas y sus prosistas valen más de lo que valen. ¿Pero será +mejor mostrarnos con ellos severísimos críticos, empuñar la férula, +esgrimir la disciplina ó la palmeta y censurarlos y castigarlos +duramente? Hay cierta crítica menuda que hace mucha gracia al público +envidioso, que es muy fácil de ejercer, y por cuya virtud, ó mejor diré, +por cuyo vicio, puede probarse, al menos en apariencia, que Garcilaso y +Fray Luis de León fueron unos plagiarios y además unos ignorantes, que +no sabían sintáxis, ni prosodia, ni nada, y que tenían orejas de asno, +como el rey Midas. En una palabra; con el método analítico que hoy se +emplea, con cuatro chuscadas y con un poquito de mala fe, nada más llano +que demostrar que el propio Homero era un mentecato. + +Por otra parte, yo no comprendo qué ventaja pueda traer una censura muy +feroz de los autores, aunque sean malos. En ningún oficio, menester ó +profesión, se ofende menos á Dios y al prójimo y se causan menos daños á +la república que escribiendo versos flojos y llenos de ripios ó prosa +desmazalada y tonta. Con las producciones del espíritu suele ocurrir lo +contrario que con las producciones materiales. La cizaña puede ahogar el +trigo y no habrá buena cosecha si el haza no se escarda y no se limpia +de mala hierba con el almocafre, mientras que, por el contrario, casi es +indispensable que el espíritu humano produzca millares de cosas pequeñas +y deformes, para que brote de entre ellas una que sea hermosísima y +grande, predestinada por su valer á vida inmortal y gloriosa. Un mal +médico mata á sus enfermos, un mal arquitecto tal vez construya +edificios que se hunden con estrago espantoso, un mal zapatero nos +estropea los pies, un mal sastre nos afea con sus trajes ridículos, un +mal cocinero nos envenena ó nos mata de hambre, un mal político causa la +miseria y el descrédito de su nación, y un mal general expone sin plan y +sin objeto la vida de sus soldados y aun llega á causar el +empobrecimiento, el oprobio y la ruina del Estado á quien sirve. Pero un +buen señor, si tiene la manía de componer malos versos ó de escribir en +prosa cualquier tontería, ¿me quieren ustedes decir qué daño hace á +nadie? Con no leer lo que ha escrito, él y nosotros quedamos despachados +y en paz. No hay razón para ensalzar á los escritores hispano-americanos +sin justo motivo, pero menos hay razón para denigrarlos. + +El Juan Montalvo, que me sugiere estas reflexiones, lo dice: los +hispano-americanos son para los españoles carne de su carne y huesos de +sus huesos. Todo cuanto contra ellos digamos, hasta cierto punto, nos +cae encima. + +Harto estoy ya de oir decir que el porvenir del mundo es de la raza +anglo-sajona, la cual en América da clara muestra de que entiende de +todo, de que vale para todo y de que sabe gobernarse, mientras que la +raza española, ibérica, latina ó como nos convenga llamarla, ofrece muy +triste espectaculo, y da, por todo el Nuevo Mundo, y claro está también +que por el antiguo, lastimoso testimonio de su incapacidad y +desgobierno. Sube el _yankee_ á la cima de la montaña y el +hispano-americano se queda al pie, rezagado y en situación miserable; +pero no se cuenta, al decir esto, con no pocos factores, empezando por +la fortuna, que no puede negarse que existe, entendiéndose por fortuna, +la serie y el enlace de los casos, dispuestos y ordenados por ley +providencial ó fatal, que ya se sustraen á la previsión humana, ó ya, +aunque no se sustraigan, ni la más firme voluntad de los hombres, ni su +más profundo saber, ni su más poderosa inteligencia desvían del camino +que siguen, así como no evita el eclipse el astrónomo que le pronostica. +Valga además, en defensa de nuestra raza, otra razón que nadie tildará +de metafísica ni de alambicada. El _yankee_ ha subido á la altura, +porque sin asomo de piedad, y para ir más ligero, ha dejado tras de sí +todo lo que le estorbaba, mientras que el hispano-americano sube con +dificultad, porque va cargado con el indio, á quien considera como á su +hermano y como á su igual, uniendo con él sangre, vida y destino. La +empresa, pues, del hispano-americano es mil veces más árdua; ha de +tardar mucho más tiempo en llevarse á cabo; pero no es imposible que se +logre. Y si algún día se lograse, ¿cómo negar que sería también mil +veces más humana, más generosa y más digna de alabanza? + +Volvamos á Juan Montalvo y evitemos las digresiones. + +Poco sé de la vida de este escritor. Ecuatoriano de nacimiento, murió en +París, creo que muy joven aún. Ignoro si era de pura sangre española ó +si corría mezclada por sus venas la sangre del español con la del indio. +Su saber era variado, hondo y extenso; su ingenio, original y agudísimo; +su modo de sentir, universal ó cosmopolita; su espíritu se había +alimentado con deleite y había digerido y convertido en substancia +propia la flor del pensamiento de los antiguos griegos y latinos y de +los modernos ingleses, franceses y españoles. Nadie, con todo, se +jactará, fundadamente, de ser más español que él por el espíritu y por +su primera manifestación sensible, la palabra. + +Tal vez sea, en nuestra época, un colombiano, Rufino Cuervo, quien sabe +teórica y gramaticalmente más lengua española. Pero, sin duda, quien la +maneja con más castiza abundancia de vocablos, frases y giros, y quien +la escribe con más primor y limpieza, como quien borda rico dechado, es, +á mi ver, este para nosotros extranjero y acaso semi-indio. + +Su adoración, su entusiasmo por la lengua y la literatura de Castilla, +corren parejas con el conocimiento que de ellas tiene, cuya extensión no +pondero, pero cuya intensidad es incomparable. Nadie con más fervor ni +con más tino que Montalvo elogia, en mi sentir, la lengua castellana y +las obras maestras que en esta lengua se han escrito. + +Montalvo tiene, como todos los americanos, latinos y no latinos, una +calidad buena, si bien por su exageración peca á veces de sobrado +cándida y aun llega á prestarse á la burla; la manía de imitar á los +europeos, superándolos y eclipsándolos. Cuando esta cualidad va +acompañada, como en Montalvo, de grandísimo respeto hacia los bien +entendidos y mejor sentidos modelos, la cualidad es simpática y llega á +producir obras de mérito. Lejos de poner solución de continuidad, +conserva unida la civilización europea con la transplantada al Nuevo +Mundo; y cuanto en el Nuevo Mundo se cria, sin dejar de ser propio de su +suelo, parece como mugrón robusto ó como retoño que se nutre aún de la +savia que viene de Europa, aunque en tierra virgen y más fértil +reverdezca con mayor lozanía, extienda más sus ramas y haga brotar en +ellas más flores y más frutos. + +En las obras principales y mejores de Montalvo se advierte la mencionada +cualidad. Enamorado del modelo, le imita y anhela superarle, pero +respetándole y amándole siempre. + +Así, en _Los Siete Tratados_ no habrá quien no note la imitación de +Miguel de Montaigne y el amor que á Montalvo inspira; y así en _El +espectador_, se advierte que Montalvo, prendado de Addison, propende á +imitarle hasta en el nombre ó título de su obra. Pero en Montalvo había +tanto ser propio y un sentir y un pensar tan profundamente arraigados en +el alma, que todo ello sale con ímpetu y se pone en la imitación de tal +suerte, que la imitación es muy distinta de lo imitado, ya que la +informa otro espíritu nuevo y muy distinto. De este modo, sin que yo +pretenda igualar las producciones al compararlas, fray Luis de León +imita á Horacio en _La vida del campo_, y compone una oda que Horacio ni +siquiera entendería, si sabiendo bien el español resucitase. + +Todo el anterior preámbulo y más aún necesitaría y emplearía yo, si no +fuese monstruosidad convertir en preámbulo todo este artículo, que por +fuerza ha de ser muy breve, para preparar á mis lectores y para impedir +que se asusten, cuando, permítaseme lo vulgar de la frase, llegue el +trueno gordo; la revelación del título y del asunto de la obra póstuma +de Juan Montalvo: la aclaración de las palabras que me sirven de +epígrafe. + +Juan Montalvo encabeza su obra postuma con una elocuentísima +introducción. Nada mejor pensado, ni mejor escrito, ni más entusiasta á +par que juicioso, ni más esmaltado de sentencias metafísicas, estéticas +y morales, puede, en mi sentir, escribirse en elogio del príncipe de +nuestros ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra, á quien coloca Montalvo +entre los mayores que ha habido en el mundo, y á cuyo _Quijote_ sólo +pone por cima la _Biblia_ y la _Iliada_. Y ahora llega por fin el trueno +gordo. El título de la obra póstuma es el siguiente: _Capítulos que se +olvidaron á Cervantes. Ensayo de imitación de un libro inimitable_. + +Y en efecto, Juan Montalvo escribe y sus herederos ó sus admiradores y +paisanos dan á la estampa, en Bezanson, en 1895, aunque el libro no ha +llegado hasta ahora á nuestras manos, nada menos que sesenta capítulos +añadidos al _Quijote_. Acaso el autor, en vida, no se hubiera atrevido á +publicarlos. Acaso no pretendió nunca rivalizar con Cervantes. Acaso el +extremo de su amor y de su admiración le hizo incurrir en esta á modo de +locura. Nada menos parecido á Cervantes que Juan Montalvo; uno, todo +espontaneidad, sencillez y alta inspiración, á menudo casi +inconsciente; otro, todo reflexión, artificio y doctrina. El libro de +Montalvo, no obstante, es la obra de un hombre de gran talento, del más +atildado prosista que en estos últimos tiempos ha escrito en lengua +castellana, y de un hombre, por último, de imaginación briosa y rica. Su +libro merece ser examinado y juzgado, pero no caben en este articulo ni +el examen ni el fallo. Quédense, pues, para otro día, si alguien muestra +curiosidad por conocerlos. + +[Illustration] + + + +EL PAÍS DE LA CASTAÑETA + + +Hará ya seis meses estuvo en Madrid un anglo-americano, llamado H. C. +Chatfield-Taylor. Un amigo mío me le presentó y trajo á mi casa, donde +tuve el gusto de conocerle. Me pareció sujeto amable, discreto é +ilustrado, y muy entusiasta de nuestro país. Pronto volvió al suyo dicho +señor, escribió un libro sobre España, le imprimió en Chicago, +exornándole con bor nitas estampas, y tuvo la bondad de enviarme un +ejemplar, que recibí hace pocos días. Confieso que el título del libro +me desagradó bastante. El libro se titula _El país de la castañeta_ (The +Land of the Castanet). Ya en el título hay una ofensa. Es como si un +español escribiese un libro sobre los Estados Unidos, y sin acordarse de +Washington, de Franklin, de Lincoln, de Grant, de Emerson, de Poe, de +Edison, de Chaning, de Whittier y de otros muchos ilustres personajes; +de sus nobles y hermosas mujeres, de sus grandes ciudades, de sus +monumentos, de su riqueza, de su prosperidad, de las bellezas naturales +de su territorio, de la anchura del Hudson y del Misisipí, y del salto +del Niágara, recordase sólo la abundancia de cerdos que se crían y se +matan en Chicago y titulase su libro _El país del cerdo_. + +A menudo el Sr. Taylor nos acusa en su libro de orgullosos. Yo no creo +que lo somos ni que lo hemos sido nunca; mas no por eso nuestra humildad +ha de llegar hasta el extremo de resignarnos á creer que el objeto que +más nos caracteriza y distingue de las otras naciones del mundo es la +castañeta. + +Hace muchos años, cuando el rey de Sajonia, que había sido partidario de +D. Carlos, reconoció por reina á Isabel II, mandó á esta corte á un +elegante y rico enviado extraordinario, llamado el barón Fabrice. Trajo +este señor consigo á un hábil cocinero, que además era literato, y que +al volver á su tierra compuso un libro de sus impresiones de viaje en +España, y le tituló _Puchero_. Nadie entre nosotros podía ver la menor +ofensa en este título. Para una persona cuyo principal oficio y arte es +la cocina, el puchero no puede menos de ser la idea capital y como el +centro en cuyos alrededores se agrupan las demás cosas. De la misma +suerte, si el Sr. Taylor hubiera sido bailarín, la castañeta hubiera +sido también, naturalmente, el núcleo de sus impresiones, la piedra +angular de todo el caramillo de ideas que sobre España formase; pero +como yo no creo que el señor Taylor sea bailarín de oficio, hallo raro +que califique á España de _país de la castañeta_, por más que en España +las castañetas ó castañuelas se toquen desde muy antiguo, según lo +atestigua Marcial en sus versos en elogio de Teletusa, que las +repiqueteaba de lo lindo al gusto de Cádiz; por más que un docto fraile +inventase y escribiese una ciencia nueva titulada Crotalogía ó ciencia +de las castañuelas, y por más que mi ingenioso y erudito amigo D. +Francisco Asenjo Barbieri, que en paz descanse, escribiese también un +curioso discurso sobre tan alegre instrumento. + +Hecho ya este inevitable reparo, no he de negar que el libro del Sr. +Taylor es de muy amena lectura, contiene muchas noticias, y á veces +encomia hasta con entusiasmo á no pocas personas y bastantes cosas de +España. Da, por ejemplo, justos y atinados elogios á varios de los más +notables de nuestros políticos y literatos, como Castelar, Moret, +Echegaray, Emilia Pardo Bazán, Cánovas y Sagasta. Del conjunto del libro +se infiere que el Sr. Taylor desea sernos favorable; pero á pesar suyo +el prisma engañoso del protestante y del _yankee_, al través del cual +nos mira, hace que á menudo, ya nos calumnie y nos injurie involuntaria +y candorosamente, ya lance sobre nosotros ó contra nosotros profecías, +agüeros y juicios, á mi ver, disparatados. + +Dice, por ejemplo, que nosotros, en nuestro orgullo, tenemos peor +opinión de los _yankees_ que los _yankees_ de nosotros. Lo único que se +ha hecho en España es contestar con algunas injurias, que yo encuentro +de pésimo gusto, á las de un gusto mil y mil veces más depravado y +ruín, que nos han dirigido y que nos dirigen de continuo senadores, +diputados, escritores graves, ó que pretenden serlo, y periodistas de la +Gran República. Si fuésemos á contestar á los _yankees_ con suma igual +de injurias á las que les debemos, nos pareceríamos á dos enjambres de +verduleras que se ponen como hoja de perejil, con el Atlántico de por +medio. Y las injurias de los escritores de los Estados Unidos contra +nosotros no son de ahora, con ocasión de la guerra de Cuba, sino que +vienen de muy atrás. Sólo Guillermo Draper ha dicho más ferocidades +contra España y ha mostrado más profundo aborrecimiento contra nosotros +que el que podrían atesorar todos los españoles juntos, si se decidiesen +á denigrar, á escarnecer y á insultar á los anglo americanos. + +El mismo Taylor, que pretende, que desea, que aspira de buena fe á hacer +nuestra apología, ya desde el segundo renglón de su libro nos califica +de indolentes y de crueles. La acusación de fanatismo y de superstición +que el Sr. Taylor lanza á menudo contra nosotros casi no nos ofende, y, +de puro poco razonable y fundada, nos parece chistosa. Si fuésemos á +hacer la estadística de los ajusticiados, quemados y asesinados por +motivos religiosos, de fijo que resultaría, á pesar de Torquemada y de +todos los inquisidores, doble ó triple número que en nuestra cuenta en +la cuenta de la sentimental y piadosísima raza anglo-sajona. + +En lo tocante á superstición, declaro que no me explico que nos acuse de +ella ningún cristiano de distinta iglesia que la católica. Libre es todo +hombre de aceptar y creer por completo lo dogmático de nuestra religión, +ó sólo una parte, modificándola algo ó no modificándola; pero desde el +momento en que se cree una parte, no hay razón ni motivo para llamar +supersticioso al que lo cree todo. Cuando dijo Sancho que no bien él y +su amo se remontaron al cielo, se apeó él de Clavileño y se puso á jugar +con las _siete cabrillas_, Don Quijote tuvo sobrada razón en decirle que +no se allanaría á creer en su jugueteo con las estrellas, si Sancho no +creía tampoco en nada de lo que contó que en la cueva de Montesinos le +había pasado. Para un impío racionalista, tan absurdos son los retozos +de Sancho con las Pléyades, como la conversación y los lances del +hidalgo manchego con Montesinos, Durandarte y Belerma. ¿Por qué, para un +espíritu religioso, han de ser fanáticos el doctor eximio Suarez, el +glorioso Ignacio de Loyola, Melchor Cano y Domingo de Soto, y han de ser +unas criaturas muy juiciosas y razonables Wiclef, Knox, Lutero y +Calvino? O todos igualmente locos y fanáticos, ó todos igualmente dignos +de consideración y respeto. + +Otra terrible manía del Sr. Taylor es la que muestra contra las corridas +de toros, á las que fué no obstante y se divirtió viéndolas. Lo que es +yo, gusto tan poco de dichas corridas, que nunca voy á presenciarlas, +como no he ido en los Estados Unidos á divertirme en ver á dos +ciudadanos romperse á puñetazos el esternón y las quijadas para deleite +de los cultos espectadores; mas no por eso diré que mientras entre los +_yankees_ se estilen tales juegos, no será posible que se civilicen y +seguirán siendo bárbaros y feroces. El Sr. Taylor declara en cambio que +nosotros sólo porque toleramos las corridas de toros, somos _incapaces +de civilización_ en su más alto sentido. + +Diré, por último, que el Sr. Taylor, que varias veces nos acusa de +crueles, es cruelísimo con el pueblo español cuando le compara á un +hidalgo empobrecido y casi hambriento, que lleno de vanidad y por seguir +alternando con otros hidalgos ricos, es manirroto y despilfarrado, gasta +más de lo que tiene y va derecho á la más espantosa ruina. Pues qué, +¿entiende el Sr. Taylor que sea vanidad y despilfarro que procuremos +conservar, aun á costa de los mayores sacrificios, una isla que nos +pertenece, y donde nadie ó pocos se sublevarían si desde los Estados +Unidos no los alentasen y no les enviasen armas y dinero? Cuba es +nuestra propiedad legítima, y no es vanidad ni soberbia nuestro empeño +en conservarla. Cuba es, además, como la prenda y el testimonio visible +y monumental de que este pueblo de la _castañeta_ fué el que descubrió +el Nuevo Mundo é implantó en él las artes y la civilización de Europa. + +Aunque nosotros no negamos que en comparación de los Estados Unidos +somos muy pobres, todavía nos parece duro que á cada paso se nos eche +en cara nuestra pobreza y la vanidad ridícula con que se supone que +tratamos de disimularla. Las señoras, dice el Sr. Taylor, van á paseo en +coche elegantemente vestidas de medio cuerpo arriba, y de medio cuerpo +abajo muy andrajosas, cubriendo con una manta aquella miseria. Por +lucirse, andar en coche y tener palco en el Real, se tratan muy mal en +casa, la cual suele estar inconfortable y mal amueblada. En invierno se +mueren de frío, y en todas las estaciones remedan al camaleón, +alimentándose casi del aire. + +El Sr. Taylor deja entrever con insistencia su recelo de que en España +se come poco y mal, de modo que nosotros para agasajar á los extranjeros +no los convidamos nunca á comer, limitándonos á hacerles muchas +cortesías. Nos cuenta, sin embargo, contradiciéndose, que el Sr. don +Emilio Castelar le dió un almuerzo suculentísimo, en el que se sirvieron +diecisiete platos, sin contar los postres, que serían, probablemente, +cuarenta ó cincuenta, todo ello, para que no se atragantase, remojado +con los mejores vinos españoles. Pues qué ¿quería más el Sr. Taylor? +También se contradice al hablar de los clubs ó casinos. En algunos +pasajes de su libro afirma que no somos un pueblo _clubable_, y califica +de mezquinos y pobres nuestros clubs, y lamenta que se sostengan por el +juego. Y en contra de lo dicho, afirma en otros pasajes, por ejemplo, +que el Casino de Córdoba es grandioso, y ensalza el Ateneo de Madrid, +que al fin es un casino donde no se juega, encomiando su rica y selecta +biblioteca, su gran salón de sesiones y sus cátedras, donde personas +sabias y elocuentes enseñan diversas ciencias y facultades. + +Sobre la _high-life_ de Madrid y sobre las damas de la suprema +elegancia, el Sr. Taylor está algo satírico; pero en manera alguna +singularmente ofensivo, ya que los vicios y faltas que halla en la +_smart set_ madrileña le parecen menores que los de la _smart set_ +neoyorquina. Como yo en este punto tengo la manga mucho más ancha que el +señor Taylor, absuelvo de casi todas sus culpas, sin imponerles la menor +penitencia, tanto á las damas elegantes de Madrid, como á las de los +Estados Unidos, que me parecieron guapísimas, discretas y divertidas, +durante los dos años que pasé en aquella tierra. Mi indulgencia es +fenomenal para con las señoras. Apenas hay rareza que yo no les perdone; +hasta perdono á algunas de nuestras damas elegantes que, según observa +el Sr. Taylor, aunque no sepan hablar inglés, pronuncien con acento +inglés el castellano, apretando mucho los dientes, desde que pasaron una +semana en Londres. Este acento inglés es ya más distinguido y más _chic_ +que la erre nasal ó gangosa que otras damas emplean á fin de parecer +educadas en _París de Francia_. + +La clase media, sigue el Sr. Taylor, es ignorante, grosera y sucia. +Supone enorme distancia, un abismo, entre nuestra nobleza y el pueblo. +No sé cómo ha podido notar esto en el país más democrático del mundo, +que es España. El señor Taylor acusa á cada paso de ignorantes á los +españoles. No se comprende cómo el poco tiempo que ha estado aquí le ha +bastado para examinarnos de todas las asignaturas y darnos calabazas. +Los mahometanos y los judíos, esos sí que eran sabios; pero hicimos la +barbaridad de expulsarlos. + +No cabe en este breve escrito contestar á las censuras del Sr. Taylor. +Nos limitaremos á contraponerle las siguientes afirmaciones: + +Que durante toda la Edad Media la España cristiana fué el pueblo más +tolerante de toda la cristiandad: + +Que cuando venían cruzados á ayudarnos en la Reconquista, era menester +echarlos ó luchar contra ellos, para que no matasen ni robasen á todos +los judíos y mahometanos, faltando á los pactos y á la fe jurada: + +Que la sabiduría muslímica y rabínica y sus filósofos y doctores, en vez +de ser perseguidos por los monarcas cristianos de España, hallaron con +frecuencia en sus cortes protección y refugio contra las fanáticas +persecuciones, ya de algunos califas de Córdoba, ya de los almoravides y +almohades, en la época de las tremendas invasiones africanas: + +Y en fin: que esa sabiduría se difundió y se dió á conocer en el resto +de Europa por medio de los cristianos españoles, arzobispos, obispos y +sacerdotes casi siempre, que tradujeron, comentaron y explicaron los +textos arábigos y hebráicos. + +Pero salgamos de las honduras en que nos hemos metido, y terminemos +este artículo, que va siendo ya sobrado largo, afirmando que el libro +del Sr. Taylor es muy agradable de leer, á pesar de los defectillos que +hemos notado, y que, si procuramos no ser vidriosos, reconoceremos que +cuanto el Sr. Taylor dice contra nosotros, proviene de prejuicios +difíciles de arrancar del alma de un extranjero, pero que en el fondo el +señor Taylor ó nos encomia ó procura encomiarnos, y en casi todas las +páginas de su libro muestra hacia nosotros muy sincera y fervorosa +simpatía. + +[Illustration] + + + + +SOBRE LA ANTOLOGIA + +DE POETAS LÍRICOS CASTELLANOS + +DE DON MARCELINO MENÉNDEZ Y PELAYO + + +Distraída la atención de la gente hacia los tristes acontecimientos +políticos que van sucediéndose, poco ó nada interesan los trabajos +literarios de nuestros días. De comedias, novelas y otros libros de +entretenimiento, suele hablar la crítica en los periódicos. De libros +eruditos, si tratan de cosas que pasaron mucho tiempo há, los periódicos +no suelen decir nada ni tienen espacio ni vagar para ello. Y, sin +embargo, además de que se aquieta y satisface la curiosidad con saber +las cosas antiguas, el recordarlas ó el saberlas mejor, cuando nos las +explica un varón docto y discreto, nos sugiere multitud de pensamientos +y nos excita á proponer, ya que no á resolver, dudas, enigmas y +problemas que tienen aplicación inmediata á las cosas de ahora. + +Digo esto á propósito del último libro del señor Menéndez y Pelayo (Tomo +VI de la _Antología de poetas líricos castellanos_), donde el autor, en +más de 400 páginas, nos presenta un cuadro completo de la cultura y de +la grandeza de España en tiempo de los Reyes Católicos, á fines del +siglo XV y principios del XVI. + +Hablando con desenfadada franqueza, yo creo inferiores á lo que hoy se +escribe todas las producciones literarias de aquella edad, salvo tres, +cuya resonancia y fama en las naciones extranjeras, y cuyo influjo en la +cultura general no tiene traza de adquirir ni podemos presumir ni +esperar que adquiera ninguna de nuestras producciones contemporáneas. +Son estas tres obras que exceptúo _La Celestina_, las _Coplas_ de Jorge +Manrique, y _El Amadis_, en su última forma definitiva. + +No seré yo de aquellos á quienes condena el Sr. Menéndez, porque +desechan sin leerlos y como malos é insufribles todos los versos del +_Cancionero general_ de Castillo y los que encierra el de Resende, +escritos en castellano; pero no puedo persuadirme de que haya en dichos +versos algo que se levante sobre el nivel de lo mediano, y que divierta +é interese hoy, si bien debe leerse y estudiarse, ya que sobre +costumbres, usos, pasiones, aventuras y casos de aquella época gloriosa, +enseña no poco que no enseñan las crónicas ni las historias, y ya que es +además muestra y dechado del lenguaje y estilo de Castilla en los +momentos de su mayor expansión y florecimiento políticos. + +Tal vez logre el Sr. Menéndez, cuando hable de Juan del Encina, á quien +califica del mayor poeta en aquel período y de D. Pedro Manuel de Urrea, +que sobresale entre los aragoneses, infundirnos, al analizar y criticar +sus obras, un concepto más elevado de nuestra inspiración poética de +entonces. Yo dudo de que lo consiga, y no acierto á explicarme el poco +valer de la poesía de entonces por falta ó culpa del instrumento; porque +la lengua no estaba hecha ni el buen gusto formado. Cuando en aquella +lengua se escribieron las _Coplas_ de Jorge Manrique, bien pudieron +escribirse otras muchas de igual mérito. Y no atribuyo tampoco mi +cortísimo entusiasmo por aquella antigua poesía española á que para +entenderla y sentirla bien, importa trasladarse en espíritu á la edad en +que se compuso. Si es difícil trasladarse en espíritu á principios del +siglo XVI sin salir de España, más lo es volar á Grecia ó á Italia no +pocos siglos antes, y no por eso dejo de atreverme á decir que +comprendo, estimo y admiro á Píndaro, á Horacio, á Virgilio, á Dante y +al Petrarca. El no admirar, por consiguiente, á los poetas de los +Cancioneros, debe de consistir, y no hallo otra razón por más vueltas +que le doy, en que distan mucho de ser admirables. + +En cambio, en la vida del más insignificante de ellos, en sus lances de +amor y fortuna, hay más poesía, más chiste, más amenidad ó más +sublimidad, que en todo el fárrago de sus canciones, glosas y +villancicos. + +Resulta de esto que (y sigo hablando con franqueza) apenas hay criatura +humana, á no ser muy sabia, que aguante de seguida seis páginas de +lectura de los versos publicados hasta ahora en la _Antología_ del Sr. +Menéndez, cuyos prólogos en cambio son encantadores y se leen con mayor +interés y deleite que la más ingeniosa y apasionada novela. Por dicha, +los prólogos son extensísimos, y son tan pocos los versos, que casi no +parecen sino un pretexto para escribir los prólogos. Los retratos y +biografías de Antón de Montoro, de los Manriques, de Alvarez Gato, de +Pedro Guillén de Segovia, de Sánchez de Badajoz, de Diego de San Pedro y +de otros trovadores, están hechos de mano maestra, y aún es más hermosa +y tiene mayores atractivos la brillante pintura que hace el Sr. Menéndez +de la renovación social, del desenvolvimiento político, de la +organización y pujanza, de los bríos que casi de repente se muestran en +Aragón y en Castilla unidos, y del salto milagroso, porque, á mi ver es +inexplicable, con que una nación, presa de las discordias civiles, rota +y desbaratada, y al parecer, pobre y débil, se alza de súbito á ser la +envidia y la admiración de los demás pueblos de Europa, amenazándolos +con su hegemonía y haciendo que el sueño de una monarquía universal, en +no remoto porvenir, no fuese completo delirio. + +¿Cuál fué la causa de tamaña transformación y de tan improvisado +crecimiento? No puede ser más lastimoso el cuadro que los doctores +Villalobos y Francisco Ortiz, que Hernando del Pulgar y que otros +escritores de aquella época hacen de la situación de Castilla. Era un +caos horrible, de donde la sacaron á ser una gran nación la fuerte mano +de la Reina Católica y el genio militar y político de su marido. El +remedio que emplearon para curar el mal y trocarle en robustez sana y +fecunda no fué menos horrible. En nuestra edad más piadosa y humana, +apenas se concibe rigor tan cruel, y aún se pone en duda que fuese +indispensable en aquella edad de hierro. Las fortalezas y castillos se +derrumbaban y arrasaban por docenas; los malhechores, bandidos y tiranos +soberbios, que habían infestado y devastado el país, eran ajusticiados á +miles. Para apaciguar el reino--dice el doctor Villalobos--se hacían +muchas carnicerías de hombres y se cortaban pies y manos y espaldas y +cabezas. + +Encarecidísimas son las alabanzas que, ya al rey D. Fernando, ya á la +reina doña Isabel, dan los más egregios escritores y pensadores de su +tiempo. Machiavelli alaba al Rey Católico, príncipe nuevo que, de rey +débil, ha llegado á ser el primer rey de los cristianos, que sujetó y +domó á los barones y magnates, que creó una milicia invencible, que +arrojó de su reino á los _marranos_, ejemplo raro y admirable; y que +asaltó el Africa, hizo la empresa de Italia y venció á Francia, urdiendo +siempre cosas grandes para tener suspensos y admirados á sus súbditos, +sin darles ocasión ni reposo para que se rebelasen. + +El conde Baltasar Castiglione es más galante y dedica á la reina todas +sus alabanzas. Según él, ni en su tiempo ni en siglos atrás hubo en el +mundo rey ó príncipe que merezca ser comparado con doña Isabel la +Católica. Su fama se extendía por todas partes, y los que con ella +vivieron y vieron por sus mismos ojos sus maravillas afirman haber esta +fama procedido totalmente de la virtud de ella y de sus grandes hechos. +En sus días ningún bueno se quejó de ser poco remunerado, ni se jactó +ningún malo de no ser demasiadamente castigado; de donde nació tenelle +los pueblos un extremo acatamiento, mezcla de amor y miedo. Y +prosiguiendo en la misma alabanza, casi con las mismas frases, aunque +abreviando, se pone aquí como la alabanza mayor que los mismos grandes, +á quienes la reina despojó y domó, le quedaron aficionados en todo +extremo y la sirvieron rendidos, de suerte que todos los hombres +señalados y famosos que hubo en España fueron como _hechos por ella_, y +de ser hechos por ella se envanecían. Así el Gran Capitán, el cual se +preciaba de esto más que de todas sus victorias y más que de sus +excelentes hazañas, en paz y en guerra, por las cuales quedan por bajo +de él en grandeza de ánimo, en saber y en toda virtud, los príncipes, +héroes y monarcas de aquellos días. + +A pesar del valer innegable y extraordinario de los soberanos consortes, +de su energía subida de punto, de las _terríficas y espantables +anatomías_ que hicieron y de las sabias leyes que promulgaron, repito +que no acierto á explicarme la aparición poderosa y preeminente de +España entre las demás naciones, si el germen de su grandeza no hubiera +estado latente, pero vivo y pronto á brotar, en las entrañas del pueblo +todo. Mucho puede hacer un soberano, un hombre de genio, y, si no de +genio de buena intención, al frente de un pueblo y dirigiendo sus +destinos; mas para esto es menester que el pueblo se preste, le ayude y +tenga conciencia de lo que puede y vale. Claro está que ni por el brío, +ni por la virtud militar y política, debe ni remotamente compararse +Carlos III con los Reyes Católicos, pero los iguala, y, prescindiendo +del adelanto moral que han traído los siglos, les lleva no corta ventaja +en buena intención, en dulce amor á los súbditos y en benigna blandura, +á pesar de la tiránica expulsión de los jesuítas, y, sin embargo, todo +lo que hizo Carlos III tuvo algo de inconsistente y de efímero, +volviendo á caer España en su anterior abatimiento, del cual, salvo el +glorioso paréntesis de la Guerra de la Independencia, no se ha levantado +todavía. + +Infiero yo de todo lo dicho y de lo que callo, porque no cabe en un +artículo breve, que la historia es tan divertida como poco docente ó +dígase que enseña poco. Enseña cómo fueron las cosas, pero no por qué +fueron. Después de leer mucha historia y de divertirme leyéndola me +inclino yo á decir como los historiadores mahometanos: «Alabado sea el +poderoso Alá que da el poderío á quien quiere y á quien quiere se le +quita.» Esta es la manera, no sólo más piadosa, sino más cómoda y fácil +de explicárselo todo. De otra manera nada se explica. ¿En qué consiste +que estuviese España tan alta en tiempo de los Reyes Católicos y que +esté tan baja ahora? ¿Valen menos los hombres del día? No lo sé; pero me +inclino á creer que no. A nuestros hombres del tiempo de los Reyes +Católicos y de sus sucesores inmediatos, lord Macaulay los ensalza hasta +el punto de convertirlos en semidioses; Grecia y Roma no tuvieron +varones más insignes. En cambio, nuestros hombres del día acaso inspiran +desdén y lástima, no sólo á los lores, sino á los yankees. ¿No dependerá +esto, más que del mérito diferente de unos y de otros, de los caprichos +de la ciega fortuna? ¿Son más tontos ó menos valerosos los españoles del +siglo XIX que los de los siglos XV y XVI? ¿Está la inferioridad en la +poca fe religiosa del día? Conjeturo que no, al leer todas las +irrespetuosas blasfemias de que se valían entonces para elogiar á las +damas á quienes servían, ó para adular á los poderosos. Antón de +Montoro, por ejemplo, dice á la reina Católica: + + Alta reina soberana, + Si antes nasciérades vos + Que la hija de Santa Ana, + En vos el hijo de Dios + Recibiera carne humana. + +Ni menos consiste nuestra inferioridad de ahora en que seamos menos +codiciosos, menos envidiosos y menos viciosos que nuestros padres. Los +documentos de los siglos XV y XVI dan testimonio fehaciente de lo +contrario. El desenfreno de las costumbres y la falta de pudor habían +llegado á su colmo. Díganlo la _C... comedia_, _El pleito del manto_ y +las obscenísimas comedias _Serafina y Tebaida_, todo lo cual circulaba +libremente, sin que los padres de familia se escandalizasen y sin que la +Inquisición hiciese alto en ello. + +Dice Tomás Campanella, en su libro _De monarchia hispanica_, que en los +siglos bárbaros prevalecieron los pueblos rudos del Norte y tuvieron el +imperio; pero que cuando llegaron á valer más la astucia y la maña que +la fuerza, inventadas la imprenta y la artillería, _rerum summa rediit +ad hispanos_, por ser hombres más listos, ingeniosos y astutos. +Aceptando esta explicación, he cavilado yo á veces, para explicarme +nuestra decadencia, que tal vez la industria y los esfuerzos del trabajo +manual han vuelto á colocar algo á modo de fuerza material aunque +refinada sobre el más alto valer de las espirituales energías. Acaso +provenga de este para nosotros lisonjero supuesto, que Espada haya +decaído tanto. Si así fuese, podríamos añadir una parte y una excelencia +más al famoso libro del Padre Peñalosa, titulado _Cinco excelencias del +español que destruyen á España_. No quiero, pues, en serio, atribuir á +tal causa nuestra pasada excelsitud y nuestro hundimiento presente. Y +tampoco quiero atribuirlo á lo que ahora llamaríamos medidas de +gobierno, ya que las más celebradas y admiradas en lo antiguo, por los +que entonces escribieron, nos repugnan hoy y á menudo nos parecen +feroces y vitandas atrocidades. Ni lo atribuyo, por último, á material +flaqueza ó falta de recursos, ya que, aun atendido el universal progreso +de población, bienestar y productos de toda clase, no es tan pobre ni +tan flaca la nación que, sin exhalar casi una queja, envía 150.000 +soldados á Cuba y piensa en enviar otros 50.000 dentro de poco. + +Vaya usted á ver, pues, en qué consiste nuestra decadencia. Averígüelo +Vargas. ¿Por qué pudo celebrar el antiguo poeta y hoy no puede celebrar +el moderno + + A aquellos capitanes, + en la sublime rueda colocados + por quien los alemanes, + el fiero cuello atados, + y los franceses van domesticados? + +Hoy no acertamos á atar el fiero cuello á Máximo Gómez ni á domesticar +al mulato cimarrón Maceo. ¿En qué estriba la diferencia? Lo ignoro. Pero +de la ignorancia misma nace una esperanza consoladora. Hay en todo algo +de misterioso que induce á no tener por absurdos los cambios más +radicales. Los españoles son los mismos de siempre. Dios lo puede todo. +Sus designios son inexcrutables. Y ya que nada de transcendental +saquemos en claro del último libro del Sr. Menéndez, sino unas cuantas +horas agradabilísimas leyéndole, pongamos nuestra confianza en Dios, y +en la justicia, y en el valer de España, y exclamemos para terminar: + + _Causa jubet melior superos sperare secundos._ + +[Illustration] + + + + +MÉRITO Y FORTUNA + + +Hace pocos días recibí carta de mi excelente amigo el doctor D. Juan +Fastenrath. Entre otras cosas me dice que en Alemania van á celebrar el +centenario de D. Manuel Bretón de los Herreros y que el gran duque de +Sajonia Weimar hará que en el teatro de su corte se represente una +comedia, tal vez _Muérete... y verás_, de aquel fecundo y ameno poeta, +el 19 de Diciembre próximo, al cumplirse el siglo de su nacimiento. + +Lleno de patriótica satisfacción ví yo esta prueba del alto aprecio con +que en algunos países de Europa miran á los ingenios españoles +contemporáneos. + +Aguó, no obstante, y hasta acibaró mi contento, la injusta severidad con +que un autor inglés de mucha fama, que por acaso estaba yo entonces +leyendo, juzga y condena á la España del día. En su estudio sobre Santa +Teresa dice el Sr. Froude: «Las revoluciones siguen á las revoluciones +en la Península Ibérica, hunden al pueblo en la miseria y esterilizan +el suelo; pero en estos últimos tiempos, no han producido un solo +personaje como aquéllos cuyos nombres forman parte de la historia +europea. Sólo han producido aventureros militares y oradores de +_elocuencia transcendente_; pero ningún Cid, ningún Gran Capitán, ningún +Alba, ningún Cortés, ningún Pizarro. El progresista de nuestra edad +necesita subir mucho si ha de elevarse al nivel antiguo.» + +La verdad es que acerca de la España actual hay en el mundo muy +desfavorables opiniones. Todavía somos estimados y ensalzados por +nuestros artistas. Nuestros poetas líricos, tan buenos, en lo que va de +siglo, como los de cualquiera otro país, son desconocidos en los países +extranjeros. Algunas de nuestras novelas, aunque pocas, han sido +traducidas en varias lenguas. Y algo de nuestro teatro moderno ha sido +traducido y aplaudido también, sobre todo en Alemania y en Inglaterra. +Acaso á _El drama nuevo_, de Tamayo, sea á lo que debemos el mayor +triunfo. Ha pasado el Atlántico, y puesto en inglés, ha embelesado al +público de los Estados Unidos. + +En mi sentir, no obstante, el movimiento presente del ingenio español se +estima fuera de España en muchísimo menos de lo que vale. Sin duda +consiste esto en que Francia, que para todos los pueblos civilizados +hace el papel de divulgadora y que además se interpone entre nosotros y +los demás pueblos, dista mucho de sernos favorable. Y no lo es porque en +Francia nos quieran mal ni porque falten en Francia personas eruditas +que conozcan tan bien ó mejor que nosotros nuestra historia, nuestra +lengua y nuestra cultura, sino porque la generalidad de los franceses +está tan engreída, y no sin razón, si cabe razón en el engreimiento, que +casi no puede concebir que, desde los principios del siglo XVIII hasta +ahora, se haya hecho en España más que remedarlos ó permanecer en la +barbarie ó corrupción mental en que habíamos ó se supone que habíamos +caído. + +En este error nos cabe gran parte de culpa. Nosotros mismos nos hemos +empeñado en probar que murió el antiguo pensamiento español castizo, y +que desde Luzán en adelante Francia nos ha inspirado y nos ha pulido. + +Nada más falso si discurrimos sobre ello con tino y reposo. El +escepticismo del siglo pasado: su pobre filosofía sin metafísica; sus +ideas y sentimientos, nobles aunque maleados por excesiva declamación, +sobre filantropía, igualdad, libertad y progreso, todo esto fué el +espíritu de una época en la historia de Europa, ó si se quiere, de todo +el género humano; pero en Francia resonó con mayor estruendo y +hermosura, primero en sus escritores, y en su revolución más tarde. +¿Cómo había de sustraerse España al influjo de lo que aquellos +escritores dijeron y de lo que la revolución hizo? Hasta podía +considerarlo como el eco de su propio pensar y sentir, escrito primero, +y luego actuado. Aun así, yo entiendo que el influjo de Francia fué +menor en España que en las demás naciones. Y en lo tocante á las reglas +del arte, á la forma, á lo meramente literario, apenas merece tenerse en +cuenta. Así como Parini, Alfieri, Monti, Fóscolo y Pindemonte nada deben +á la imitación francesa, los poetas de las escuelas de Sevilla y +Salamanca, ambos Moratines en lo lírico y épico, Quintana, Gallego y el +duque de Frías nada le deben tampoco. Hasta en la poesía dramática, aun +cuando queríamos sujetarnos á las reglas venidas de Francia, éramos +originales, castizos y, permítaseme la expresión, de pura sangre +española. Tan original, tan inspirado y tan propio de su nación y de su +época, es D. Ramón de la Cruz como Lope ó como Tirso. + +Froude puede decir lo que se le antoje, pero, en literatura al menos, no +veo yo por qué los nombres del mencionado sainetero, los de los grandes +poetas líricos que hemos citado, y los de bastantes otros más recientes +que pudiéramos citar, han de excluirse de la historia de Europa y no han +de poder figurar al lado de los nombres de Byron, Moore, Shelley y +Burns. + +A menudo cavilo y hago examen de conciencia para ver si me ciega ó no el +amor propio nacional y siempre resulta de mi examen que dicho amor +propio no me ciega. La mayor parte de los españoles, y yo con ellos, +pecamos en el día por todo lo contrario. Cada cual propende á figurarse, +poniéndose él á un lado como excepción rara y punto menos que única, que +por acá, intelectual y moralmente, todo está muy rebajado. La +maledicencia, la más acerba censura, y la sátira más cruel se +manifiestan en nuestras conversaciones y escritos y son lo que más +agrada y se aplaude. + +Como yo soy y quiero seguir siendo optimista, contra viento y marea, ni +siquiera censuro esta furia de descontento y de censura. Afirman los que +han navegado mucho que nunca, en medio de las más espantosas +tempestades, perdían la esperanza de salvación mientras oían á la gente +de á bordo lanzar votos y reniegos, blasfemias y maldiciones; y que sólo +empezaban á perder la esperanza cuando veían á la gente de á bordo, +resignada y contrita, rezar y no jurar y decirse ternuras en vez de +improperios. + +Por este lado, pues, y como prueba de que queremos luchar contra la +borrasca y vencerla, estoy por decir que me parece bien y útil que nos +denostemos y nos humillemos unos á otros hasta no poder más; pero hoy +quiero yo discurrir serenamente, como si no hubiera tempestad, sino +calma, sin resignación y sin furia, y ver si puedo fundar en algo un +razonable _sursum corda_. + +Válganme para ello así lo que he aprendido por la lectura como lo que he +visto en los muchos años que he peregrinado y vivido en extraños países. +No es mi intento ofender á nadie, pero he de hablar con entera +franqueza. La ironía con que elogia Froude la elocuencia transcendente +de nuestros oradores es injusta á todas luces. De sobra hay en +cualquiera otro país oradores tan huecos, tan palabreros, tan difusos y +tan ampulosos como los que en España puedan ser más tildados de tener +dichos defectos. Lo que no hay de sobra en parte alguna es la facilidad, +el primor, la elegancia y el arrebato poderoso de no pocos de nuestros +oradores. Y en cuanto á la capacidad política que da muestra de sí en la +acción y no en la palabra, creo que debemos hacer un distingo. + +Claro está, y cómo negarlo, que España está pobre; que materialmente se +halla más atrasada que Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda, Alemania, +los Estados Unidos, y tal vez algunos otros países; que es menos +poderosa que Rusia; que ha perdido inmensos territorios en el Nuevo +Mundo; que ha sido trabajada desde hace casi cien años por incesantes +discordias civiles, y que en los momentos solemnes en que vivimos ahora +se halla abrumada de grandes calamidades y amenazada de otras acaso +mayores. ¿Pero la causa de esto, digámoslo sin rodeos ni disimulos, es +que los españoles del día son más inhábiles, menos enérgicos, menos +probos y menos entusiastas que los de otras edades para nosotros más +dichosas? Esto es lo que yo niego. Puedo ver y veo nuestra decadencia; +puedo recelar y prever nuestra ruina; pero no creo llano y fácil +explicar la causa. Fuera de España, en América y en Europa, hasta donde +yo he podido experimentar, no he visto que la gente del pueblo sea menos +torpe, ni menos floja, ni menos ruda que en España. Y en cuanto á los +sujetos eminentes, directores y gobernadores de los Estados, ya me +guardaré yo muy bien de decir lo que dijo cierto lord inglés cuando +envió á viajar á su hijo: anda, hijo mío, y pásmate al ver qué casta de +hombres gobiernan el mundo. Yo disto mucho de ser tan severo como el +citado lord (Chesterfield, si la memoria no me engaña); pero no he +tropezado en ninguna de las capitales y cortes que he recorrido, y he de +declararlo aquí aunque sean odiosas las comparaciones, con ministros, +jefes de partido, gobernadores y hombres de Estado, cuya grandeza haya +transformado en mi imaginación á los de España en unos pobrecitos +pigmeos. Confieso que no he conocido á Cavour ni á Bismarck, que son los +que, en estos últimos sesenta años, han hecho más grandes cosas; pero he +conocido á muy ilustres varones, dirigiendo la política de florecientes +Imperios, Repúblicas y Monarquías, y, acaso por falta de sonda mental, +no he sondeado el abismo que los separa de nuestros infortunados +corifeos políticos, abismo en cuyas por mí inexplicadas honduras han de +residir la agudeza, el tino y la sabiduría que hacen que todo les salga +bien, mientras que todo por aquí nos sale mal por carecer de esas +prendas. + +Me induce á sospechar cuanto dejo expuesto que no siempre la postración +ó el encumbramiento de las naciones depende del valor del conjunto de +sus ciudadanos y del mérito extraordinario de los hombres que las +dirigen. Por mucho entran el valor y el mérito; pero hay otro factor +importante, y es la fortuna. Bien sé que no hay fortuna para Dios: todo +está previsto y ordenado por Él; mas para los hombres, ¿cómo negar que +hay fortuna? ¿Quién prevé todos los casos adversos y prósperos? Y aunque +se prevean, aunque se señale en un cuadro del porvenir el curso que han +de llevar los sucesos, ¿depende por completo de la voluntad humana el +variar ese curso? Imaginemos el político más maravillosamente previsor, +y todavía podrá ser como el astrónomo que anuncia la aparición de un +cometa y no le detiene, que anuncia un eclipse y no le evita; ó como el +médico que pronostica los estragos de una tisis galopante y la próxima +muerte del enfermo y no sabe curarle. + +Yo doy, pues, por seguro que así en el encumbramiento y prosperidad de +los pueblos como en su decadencia y ruina, si entra por algo el mérito y +el valer, entra por algo ó por mucho también lo que llama acaso la gente +irreflexiva, lo que atribuye la gente piadosa á la voluntad del Altísimo +ó lo que ciertos impíos y sutiles metafísicos sostienen que depende del +orden inalterable en que los casos se suceden ó del encadenamiento y +evolución de la idea en la historia humana. + +Como quiera que ello sea, hay venturas y desventuras, triunfos y +reveses, hundimientos y exaltaciones que no provienen del mérito de los +individuos ó de los pueblos, sino que están por cima de las voluntades y +de los entendimientos humanos. + +Y afirmándolo así, yo me pregunto: ¿qué es lo que conviene más, entender +que las causas de nuestros males no son sólo por nuestra culpa ó +entender que estamos mal porque somos incapaces y porque no valemos lo +que nuestros padres ó lo que nuestros abuelos valían? Lo que es yo, +desde luego me inclino á que es más útil entender lo primero. En ninguno +de los dos casos, yo, como optimista, veo el mal sin remedio. Una +nación, lo mismo que un individuo, aunque esté decaída y degradada, +puede corregirse, hacer penitencia, sufrir la dura disciplina del +infortunio, regenerarse al cabo y volver á ser grande; pero esta +transformación dichosa será muy lenta y tardía. Habrá que cambiar para +ello el ser de todos los ciudadanos y el de la República; pero, si el +mal proviene de las circunstancias, las circunstancias pueden cambiar +porque Dios ó el destino quiere que cambien, y la transformación +entonces será rápida é inesperada. Para mí, por ejemplo, es evidente que +los españoles de los últimos años del reinado de Enrique IV de Castilla +no eran peores, tal vez eran los mismos los que tenían disuelto y +estragado todo el país, que los que en tiempos de los Reyes Católicos +conquistaron el reino de Granada, descubrieron un Nuevo Mundo, arrojaron +de Italia á los franceses y lograron dar á su patria el primado ó la +hegemonía entre todas las naciones de Europa. + +Lo importante, pues, es que no perdamos la confianza y el aprecio de +nosotros mismos. Bueno es renegar y rabiar y acusarnos unos á otros de +incapaces, probando así que no estamos resignados ni echados en el +surco; pero mejor es no creer que la incapacidad y el rebajamiento son +generales y única causa de nuestra ruina. Si creyésemos esto estaría +perdido todo; pero si creemos, como yo creo y quiero creer, que los +españoles de ahora están forjados del mismo metal y tienen el mismo +temple de que fueron forjados y que tuvieron el Cid, el Gran Capitán, el +duque de Alba, Cortés y Pizarro, no hay nada perdido. + +Y como para mí es evidente que nuestros poetas, artistas, oradores y +escritores del día no desmerecen de los que tuvimos en otras edades ni +tampoco están por bajo del nivel de los que florecen hoy en las otras +naciones del mundo; y como para mí también es evidente, diga lo que diga +el Sr. Froude, que, á pesar de tantas revoluciones estériles, la tierra +de España no está más seca ni desolada que en tiempo de los Reyes +Católicos ó del emperador Carlos V; doy por seguro que ni los políticos +ni los adalides dichosos han de faltarnos, y que si no perdemos la +confianza y la esperanza, ha de pasar pronto la mala hora y ha de sernos +al cabo propicia la fortuna, con tal de que no la neguemos echándonos +toda la culpa, y con tal de que no se lo atribuyamos todo para +disculparnos ó para cruzarnos de brazos. + +[Illustration] + + + + +FE EN LA PATRIA + + +Mi padre y multitud de parientes mios por todos los cuatro costados han +servido desde muy antiguo en la Marina española. Renegaría yo de mi +casta si denigrase á los marinos. Pero con todo eso declaro que me +sublevan y enojan los que pretenden poner á los marinos y á los +militares de tierra por cima de toda censura de los paisanos, fundándose +en que ignoramos sus artes. Razón tuvo Apeles de desdeñar el juicio del +menestral, diciéndole: _zapatero á tus zapatos_; pero el zapatero no +podía en cambio recusar á Apeles como juez de su calzado, ya que Apeles, +si no sabía hacerle, tenía que pagarle, gastarle y andar con él +cómodamente. Quiero decir con esto que, en todo caso, el artista y el +poeta podrían rebelarse contra la censura. Con no mirar sus cuadros ó +con no oir ó leer sus versos se remedia todo el mal que causan. No +sucede lo mismo con aquellas profesiones de las que depende la grandeza +ó la ruina de los Estados, la vida de muchos hombres y la hacienda de +todos, desde el gran capitalista, al que tiene que vivir de un salario +mezquino. + +De aquí que la censura que cae sobre el militar y el marino sea lícita, +natural é inevitable. Y como á veces estimula, hasta conviene, si no es +muy disparatada, dura y descompuesta. Arquímedes sabía mucho y era muy +ingenioso. Si le hubiesen dado palanca y punto de apoyo hubiera movido +al mundo. Y sin embargo, si cuando inventaba mil artificios pasmosos +para defender á Siracusa se hubieran burlado de él los periodistas de +entonces, diciéndole mil cuchufletas y poniéndole en caricatura, aquel +varón tan sabio se hubiera atolondrado, se hubiera hecho un lío y no +hubiera dado pie con bola dudando él mismo del resultado de su ciencia; +resultado que, por virtud de previas disposiciones y á pesar de temores +y dudas, hubiera al fin naturalmente sobrevenido. Así, el fruto del +árbol que se cultiva con esmero, cuando llega á su madurez y no le coge +la tímida diestra del hortelano, cae en la tierra por virtud de su +propio peso. Así también se puede explicar que el crucero _Princesa de +Asturias_ se botase al agua no bien la ocasión fué propicia. Si no +hubiese estado bien construído ó bien puesto sobre la grada ó sobre lo +que conviene que se ponga, de fijo que no se hubiera lanzado al mar, tan +gallarda y primorosamente. + +Las comparaciones para ser exactas y luminosas, han de entenderse bien. +Racionalmente considerado el asunto, la flauta no sonó por casualidad. +Si no hubiera estado hábilmente hecha no hubieran logrado hacerla sonar +los resoplidos más poderosos. + +La verdad es que por lo que más pecamos ahora los españoles todos, es +por el menosprecio de nosotros mismos, por una humildad que nos deprime, +y por una exagerada admiración de lo extranjero. Nos parecemos al que +oyó decir á un inglés que en cierto salón algo obscuro de la Alhambra +convendría que hubiese una claraboya; y para imitar al inglés, pidió +también una claraboya para el palacio de Carlos V, que nunca tuvo techo. +O bien nos parecemos á aquel caballero de Nápoles que sostenía que si la +Gruta _azul_ estuviese en Francia le habrían abierto grandísima entrada, +sin pensar que con mayor abertura hubiera desaparecido todo el +maravilloso encanto de la gruta, casi únicamente iluminada por los rayos +del sol que surgen refractados del seno azul del mar diáfano. + +Mucho depende de la aptitud de los hombres; pero mucho depende también +de la buena ó mala ventura. No atribuyamos todo lo próspero á la +habilidad. En las victorias de Alejandro y de César la ventura hubo de +entrar por algo. Suponer que entró por todo sería ruín envidia. De ella +pudiéramos acusar á Felipe II, si dijo como se cuenta al saber la +victoria de Lepanto, _mucho ha aventurado D. Juan_: pero la magnanimidad +del mismo monarca se manifiesta cuando atribuye á los elementos +desencadenados, y no al poder de sus enemigos ni á la torpeza de sus +generales, la pérdida de la Armada invencible. Los cartagineses solían +maltratar y hasta crucificar á sus generales cuando no vencían. +Preferible es el aliento generoso del Senado de Roma que da gracias al +Cónsul Varrón por que después de Cannas no desespera de la salud de la +patria. + +Menester es tener confianza en nosotros mismos. Entonces vencerán en +tierra los militares y en el mar harán maravillas nuestros marinos. De +su arrojo siempre han dado y siguen dando pruebas, y no sería justo +creer que por el entendimiento y la inspiración estén por bajo de los +hombres de otros países. Creer esto equivaldría á creer que en nuestro +país ha degenerado la especie humana, porque no ha de suponerse que +tengan los uniformes la deplorable virtud de entorpecer y de incapacitar +á quienes los visten. + +Tengamos confianza y el cielo nos será propicio. Sin los rezos de Moisés +y sin los milagros que por su intercesión hizo Dios, Josué no hubiera +vencido; la profetisa Débora no hubiera entonado su himno triunfal, si +las inteligencias que mueven los astros no hubieran bajado á combatir en +favor de su pueblo; en mil batallas han tomado parte los dioses del +Olimpo para favorecer á los hijos de Grecia; y los Dióscuros abandonando +el refulgente alcázar que tienen en el cielo, y donde hospedan al sol en +los más hermosos días de cada año, han peleado en solemnes ocasiones por +la grandeza de Roma. Todo ello entendido á la letra, podrá ser ilusión ó +sueño vano; pero, como figura, expresa enérgicamente la virtud +taumatúrgica de la fe que tienen los hombres en el genio superior y en +los altos destinos del pueblo á que pertenecen: fe dominadora de los +númenes, que los evoca, los atrae y se los gana para aliados y para +amigos. Así nosotros, en mejores días, cuando tuvimos mayor fe en lo que +valemos, trajimos del cielo á Santiago y, montado en un caballo blanco, +le hicimos matar moros é indios, cosa harto ajena de su profesión y +ejercicio durante su vida mortal. + +Si nos obstinamos y persistimos en nuestra humildad, en recelar que +hemos degenerado y que no somos ya lo que fuimos, ni Santiago ni nadie +acudirá á socorrernos y jamás conseguiremos la victoria. Desde que Tubal +vino á España, desde que en España reinaron los Geriones hasta el día de +hoy, no hemos tenido un general que haya reunido bajo su mando 200.000 +combatientes. Y todavía en nuestro siglo, á pesar de tanta prosperidad, +industria y riqueza no ha habido nación alguna, por rica y grande que +sea, que envíe por mar á regiones remotas ejército tan numeroso como el +que hemos enviado á Cuba. Pero si nos empeñamos en creer punto menos que +invencibles á los mulatos y negros insurrectos y en que se acabó ya la +sustancia de que en España se forjaron en otras edades los ilustres +guerreros, ni el Gran Capitán que resucitase y fuese por allí atinaría +con una inspiración dichosa, ni haría algo de provecho, mientras que con +fe tal vez bastaría un clérigo como el licenciado Pedro Lagasca, ya que +no se puede suponer que ni Maceo ni Máximo Gómez valgan más que Gonzalo +Pizarro. + +De estas incoherentes cavilaciones infiero yo que si nuestro triunfo se +retardase demasiado, así en el mar del Sur como en el golfo de Méjico, +culpa sería de nuestra falta de fe, que seguiría enajenándonos la +protección del cielo: pero que si como es de esperar vencemos pronto, +sin duda que al cielo, ó á la suerte para el que no crea en su influjo, +deberemos el triunfo en primer lugar; pero también le deberemos al valor +de nuestro ejército de mar y tierra y á la habilidad é inspiración de +sus jefes. Y aunque esto último, aunque la habilidad y la inspiración se +negasen, siempre quedarían como factores de la victoria, sobre el valor +de soldados y marinos, el sufrimiento y la constancia de la nación, que +al enviarlos sacrifica heróicamente y murmurando harto poco su sangre y +su dinero. + +[Illustration] + + + + +LA PAZ DESEADA + + +Grandísimo mi deseo de complacer á mi amigo D. Miguel Moya, escribiendo +algo sobre la Nochebuena y la guerra de Cuba para un número +extraordinario de _El Liberal_; pero mientras más cavilo, menos cosas se +me ocurren. Sólo acuden á mi memoria y pronuncian mis labios las +hermosas palabras que en boca de los ángeles oyeron los pastores: +_Gloria á Dios en las alturas y paz en la tierra á los hombres de buena +voluntad_. Paz anhelamos todos, y ahora que la Nochebuena se aproxima, +debemos repetir la exclamación angélica, pidiendo paz al cielo. Y no +sólo porque con la guerra exponemos á las enfermedades y á la muerte á +lo más lozano de la juventud española y nos exponemos nosotros á la +miseria, sino también porque con la duración de la guerra, á par de la +vida de muchos de nuestros hermanos, y á par del dinero y hasta de la +esperanza de ganarle que vamos perdiendo, es de recelar que perdamos +también la paciencia, el juicio y el corto ingenio que Dios haya tenido +la bondad de darnos. + +Aun prescindiendo de todos los enormes males que la guerra trae consigo, +sólo porque no se volviese á hablar de tan trillado, sobado y fastidioso +asunto, debiéramos rezar para impetrar del Altísimo que la guerra +terminase, aunque fuera por virtud de un milagro, como el de la botadura +del _Princesa de Asturias_. + +En suma; yo no sé ya qué decir sobre la guerra, y lo que es sobre la +Nochebuena, con decir _gloria á Dios en las alturas y paz en la tierra á +los hombres de buena voluntad_, está dicho todo. Pero esto no es cuento, +ni artículo, ni composición poética inédita, y por consiguiente, si no +digo más, me quedaré con el disgusto de no complacer al Sr. D. Miguel +Moya. + +Sólo veo un medio de salir de mi apuro: referir aquí con brevedad y +tino, si soy capaz de tanto, la discusión que acaban de tener en mi casa +dos señores que han venido á visitarme, y por dicha se han hallado +juntos en ella. Es el uno, D. Valentín León y Bravo, capitán de +caballería retirado, y el otro, el hábil diplomático D. Prudencio +Medrano y Cordero, retirado también, ó dígase jubilado. Ambos desean la +paz con el mismo fervor que yo; pero la buscan por muy diverso camino. +Suponen cada uno de ellos que, si se hubiera seguido el que él traza, ya +gozaríamos de la paz en esta Nochebuena, y así nosotros en la Península, +como nuestro valiente ejército en Cuba, la celebraríamos +regocijadamente, después de haber oído la Misa del Gallo, con +suculentas cenas, en que consumiríamos multitud de pavos, que desde su +patria de origen, y no menor, multitud de jamones, que desde Chicago y +desde otros lugares de la Unión, donde abundan los cerdos, nos enviarían +de presente Cullon, Morgan, Sherman y algunos senadores más. + +Baste de introducción y empiece el diálogo. El arrogante D. Valentín +habló primero y dijo: + +--Vamos, hombre; confiese usted que no hemos debido sufrir tantas +ofensas y amenazas de intervenir con las armas en nuestras discordias +civiles; jactanciosa seguridad de acogotarnos en un dos por tres, +derrotando nuestro ejército y echando á pique nuestra flota; y envío +incesante de aplausos á los insurrectos, de insultos feroces á los +leales, y de armas, municiones, dinero, víveres y toda clase de auxilios +á los que devastan, incendian, saquean y destruyen la riqueza de Cuba, +para pedirnos luego indemnización por los mismos estragos y ruinas, que +sin el favor de los _yankees_ jamás se hubieran causado. Crea usted, que +lo que hubiera convenido y lo que todo esto hubiera merecido, es que +nosotros hubiéramos imitado á Agatocles. + +--¿Y quién fué ese caballero?--preguntó don Prudencio. + +--Pues Agatocles--contestó D. Valentín--fué un célebre tirano de +Siracusa, con quien se condujeron los cartagineses sobre poco más ó +menos, como los _yankees_ con nosotros. Pero Agatocles se hartó de +sufrirlos, embarcó 5.000 soldados en unas cuantas naves, cruzó el mar +con ellos burlando la vigilancia de la poderosa escuadra enemiga, y +desembarcó en el territorio de la gran República: para verse obligado á +vencer ó á morir, destruyó los barcos en que había venido, como hicieron +más tarde el renegado cordobés Abu Hafaz en Creta, los catalanes en +Galípoli y Hernán Cortés en México; entró á saco en muchas ciudades +púnicas, y aun estuvo á punto de apoderarse de la capital. ¿Por qué no +habíamos de haber nosotros declarado la guerra á los _yankees_, pasado +en un periquete con más de 100.000 combatientes desde Cuba á la tierra +de ellos y quizás llegado hasta el Capitolio de Washington, arrojando de +allí á culatazos á los senadores y yendo luego, por la _avenida_ de +Pensylvania, hasta donde está el Palacio del Tesoro todo lleno de dinero +y apuntalado para que no se hunda, aliviarle de aquel peso, y plantarnos +por último en la Casa Blanca, que está á tres pasos de allí, y hacer á +Cleveland cautivo? + +--Todo eso--replicó D. Prudencio--me parecería muy bien si para dejarme +frío no acudiese á mi mente esta frase proverbial: tú que no puedes, +llévame á cuestas. No bastan doscientos mil soldados para acorralar y +domar á los mulatos y negros cimarrones, y sueña usted con que basten +cien mil para llegar al Capitolio de la Gran República. Créame usted: lo +digo con gran dolor, pero es menester decirlo; _consumatun est_. +Menester es que nos resignemos y nos achiquemos. Cuba no nos ha +producido nunca una peseta. Cada una de las que ha podido traerse de +allí algún empleado poco limpio, nos ha costado mil pesetas al conjunto +de los demás peninsulares y nos cuesta además y nos costará muchas +lágrimas. ¿Qué mejor venganza podemos tomar de los cubanos rebeldes que +concederles la libertad por que combaten? Una vez Cuba libre, Cuba se +volvería _merienda de negros_. + +--Pues para que no se vuelva _merienda de negros_ debemos seguir +combatiendo en la Grande Antilla--dijo entonces D. Valentín.--Los +cubanos, ni con mucho, son todos rebeldes, y tenemos el deber de +defenderlos de los foragidos y de salvarlos de la rapacidad y de la +insolencia tiránica de los aventureros que quieren apoderarse de la +isla. Contra estos aventureros y aun contra todo el poder de los +_yankees_ que los protegen debemos luchar, ya que es inevitable la +lucha. + +--Confieso--dijo entonces D. Prudencio--que me hace bastante fuerza eso +de que no debemos abandonar á los cubanos fieles y pacíficos. Por eso +vacilo yo. Si no fuera por eso no vacilaría en afirmar que para que +hubiésemos tenido paz en la Nochebuena, que se acerca á grandes pasos, +hubiéramos debido, en vez de imitar las locuras del Sr. Agatocles, hacer +lo que yo me sé. + +--¿Y qué es lo que usted se sabe? ¿Acaso plantear las reformas ya +votadas, concederlas mayores aún y hasta llegar á la autonomía para que +depusiesen las armas los insurrectos? ¿No vé usted que ellos achacarían +á debilidad actos tan generosos, se ensoberbecerían más, pedirían +independencia ó muerte, y antes que darse á nosotros se darían al +diablo? + +--Pues dáos al diablo, les diría yo--contestó D. Prudencio.--Lo que es +por mí ya serían independientes con una condición: con la condición de +que cargasen con el pago de la deuda de Cuba. Aunque se elevase á +cuatrocientos millones de pesos fuertes, todavía sería muchísimo menos +de lo que Cuba nos ha costado en los cuatrocientos años que la hemos +poseído, sin duda por nuestra desgracia, pero también por nuestra +gloria, como monumento y espléndido recuerdo del hecho más brillante y +transcendental de nuestra historia y aun de la historia de todo el +linaje humano. + +--También digo yo--exclamó D. Valentín--lo mismo que decía usted hace +poco cuando me oyó hablar de la imitación de Agatocles: _todo eso me +parecería muy bien si para dejarme frío no acudiese á mi mente esta +frase proverbial: tú que no puedes, llévame á cuestas_. ¿Cómo quiere +usted que paguen nada los cubanos libres? Lo menos durante dos siglos, +sobrevendría allí con la libertad la más estupenda anarquía. Aquello +sería el Puerto de Arrebatacapas. + +La isla libre no valdría por lo pronto ni produciría un ochavo. Mal +andamos nosotros de dinero, pero todavía los acreedores se fiarían más +de nosotros. Yo doy por cierto que si Cuba se comprometiese á pagar, los +acreedores no aceptarían la sustitución y exigirían que España les +pagase. + +--Eso tiene remedio--dijo D. Prudencio.--Mal hemos hecho con no haber +contraído alianza ninguna, con estar aislados y sin apoyo entre las +grandes potencias europeas; pero esto no mitiga la acusación de egoísmo +y hasta de imprevisora flaqueza que podemos lanzar contra ellas, +viéndolas inertes y tranquilas sufrir que los Estados Unidos, sin razón +y sin derecho, nos traten como nos tratan, fiados en su poder y en su +riqueza é imaginándonos débiles, pobres y solos. Como quiera que sea, +repito que el mal tiene remedio. Yo se le daría con mi grande habilidad +diplomática, si no estuviese ya jubilado: conseguiría que los Estados +Unidos, tan filantrópicos y tan fervorosos amantes de la libertad de +Cuba, garantizasen el pago de su deuda, y aun la pagasen, mientras Cuba +no pudiese pagarla. Hasta sería esto poderoso estímulo para que ellos +procurasen y aun lograsen la prosperidad de Cuba, con la cual crecería +la fama póstuma de Antonio Maceo hasta la altura de la de Jorge +Washington y de la de Simón Bolívar. Todo depende del éxito final del +nuevo Estado que se funda. + +Cuando se cansaron de hablar mis dos visitantes, me preguntaron mi +parecer. Yo, con todas las perífrases cultas que me inspiró la cortesía, +les dí á entender que los pareceres de ellos se me antojaban igualmente +disparatados y que era menester buscar un término medio. + +--¿Y quién le busca?--dijeron ambos. + +--Todos--contesté yo--pero nadie le ha encontrado todavía. Esperemos que +Dios, con su infinita bondad y misericordia, suscite pronto en Cuba un +caudillo, sea quien sea, que logre estar no menos acertado como general +en jefe, que Cirujeda como comandante, y todo terminará pronto y bien, +sin imitar á Agatocles, y sin imitar tampoco al cura de Gavia. Cuando +veamos aparecer este caudillo, no habrá viejo en toda España que no haga +el papel de Simeón y que no le remede diciendo: _Nunc dimittis servum +tuum Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei +salutare tuum_: pero ni los viejos podremos hacer el papel de Simeones +en la próxima Nochebuena, ni los mozos podrán gozar de la paz deseada. +Contentémonos con la esperanza de tener esta paz en la Nochebuena de +1897. + +[Illustration] + + + + +LA MEDIACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS + + +Voy á decir mi humilde parecer sobre el importante asunto de que _El +Liberal_ trata hoy, y voy á decirle con sinceridad, con llaneza y hasta +con cierto candor, que la generalidad de las gentes considerará poco +diplomático: pero mi diplomacia pasó ya, y agua pasada no mueve molino. + +Cuba, en mi sentir, nada nos ha valido en los cuatrocientos años que +hace desde que nos apoderamos de ella. Las riquezas que algunos +españoles traen ó pueden traer desde allí á nuestra Península, no +aumentan más nuestro caudal que las alhajas y juguetes que hallan en un +balcón los niños aumentan el caudal del honrado padre de familia que los +puso allí de antemano el día de Reyes para que sus niños los tomen, ó +que las liebres y perdices, que caza alguien en un coto, aumentan el +caudal del propietario del coto, que para llevar y sustentar allí dichas +liebres y dichas perdices, ha gastado mil y mil veces más de lo que +ellas valen. + +Económicamente, pues, nada nos vale nuestro dominio en Cuba. + +¿Es cuestión de honra conservarla? Frase es ésta llena de pompa y de +peligro, que sería mejor no emplear. + +Claro está que nos convendría y nos agradaría que el Dios Término de +España no hubiera retrocedido y no retrocediese nunca. Pero si las leyes +providenciales ó fatales, por cuya virtud se ordenan los acontecimientos +humanos, hacen que el Dios Término retroceda, no por eso España ha de +creer menoscabada su honra. Antes pudiera salir del mal el bien, y +acrecentarse la honra de España, si, por ejemplo, las dieciséis ó +diecisiete Repúblicas que han nacido de su seno, llegasen á estar +florecientes y poderosas. + +¿Es cuestión de integridad de nuestro territorio? También sobre esto hay +mucho que decir y no poco que distinguir. Harto menguada estaría ya +dicha integridad, si la hubieran constituído lo mejor del continente +americano, la Sicilia, la Cerdeña, el Portugal con todas sus posesiones, +y tantos otros Estados, provincias y países como nos han pertenecido y +ya no nos pertenecen. + +Infiero yo de aquí que nuestro dominio en Cuba no es cuestión de +utilidad, ni de honra, ni de integridad de la Patria. + +¿Pero significa esto que sea poco importante la conservación de Cuba? +Tan lejos estoy de pensarlo, que creo dicha conservación +importantísima. El que la conservemos es para nosotros cuestión de +categoría, de elevación, de rango entre las naciones de Europa. Es +también cuestión de decoro nobiliario. Cuba, dominada por España, parece +como título, custodiado en nuestro poder, de que descubrimos y +civilizamos el Nuevo Mundo. + +Por esto, todo buen español debe considerar como gran desventura la +pérdida para nosotros de aquella hermosa isla. Por esto, con general +aplauso y excitación de toda España, han ido á Cuba 200.000 soldados. +Por esto la nación se desprende de sus bienes, gasta su dinero, se +empeña, y arrostra con resignación valerosa la pobreza, á fin de +mantener en Cuba á esos soldados, y por medio de ellos su indiscutible +soberanía. + +Por desgracia, los que contra ella se rebelan, lejos de dar la cara, +huyen y se esconden, prolongando así indefinidamente la guerra, los +gastos y los sacrificios, y haciendo morir, mil veces más que en los +combates, por las enfermedades, la flor de nuestra juventud generosa. + +Yo no discuto aquí si es ó no posible, á menos de un milagro, de una +ventura casual ó de una inspiración dichosa, acorralar á los rebeldes, +vencerlos y darles pronto el merecido castigo. Tal vez sea esto +dificilísimo. + +Sabido es lo mucho que dura este linaje de guerras. Catorce años duró la +de Viriato. Y sin buscar ejemplo tan ilustre, el rey absoluto de España +tuvo que tratar de potencia á potencia con el Tempranillo, con los +Botijas y con otros bandoleros, porque no pudo vencerlos con las armas. + +Como quiera que sea, la situación en Cuba del general en jefe es harto +penosa. El pueblo que permanece allí fiel á la Madre Patria y el +Ejército que le obedece, bien pueden proclamarle _mejor que Trajano_, +pero no _más feliz que Augusto_. Bien pueden, para realzar su crédito y +levantar su autoridad, reunirse en Junta y colmarle de vítores y +aplausos; pero tan entusiasta patriotismo recordará involuntariamente el +del Senado romano cuando, después de la batalla de Cannas, dió +fervorosas gracias al cónsul Varrón porque no había desesperado de la +salud de la patria. + +Yo no quiero desesperar, ni desespero tampoco. La paz, sin embargo, me +parece en extremo deseable, y la acción diplomática conveniente, ya que +á pesar del indiscutible valor y del pasmoso sufrimiento de nuestros +soldados, no bastan las armas. + +¿Cómo _debe_ ser, ó cómo _puede_ ser esta acción diplomática, dado que +la haya? Una cosa es el _debe_ y otra el _puede_. Aristóteles pone muy +bien en claro la diferencia. Por ella, dice aquel sabio, es la poesía +mil veces más filosófica que la historia. La historia expone lo que es y +la poesía expone lo que debe ser. Hagamos poesía por un momento. +Hablemos de lo que debiera ser y no es, por desgracia. + +La nación de los Estados Unidos, tal vez á pesar de su gobierno, que no +puede evitarlo, mantiene la insurrección en Cuba. Sin el favor y +auxilio que le dá, sin las armas, dinero, hombres y fuerza moral que le +suministra, es evidente para todo el mundo que la insurrección estaría +ya sofocada; que hubiera sido mil veces menos fuerte; que tal vez no +hubiera ocurrido. El proceder, pues, contra nosotros de la nación +anglo-americana (aunque disculpemos á su gobierno) es el más odioso +abuso de fuerza que imaginarse puede. Una protesta enérgica contra él +por parte de España sería sublime delirio. España está lejos de Cuba y +la Unión está cerca, y España es cuatro veces menos populosa que la +Unión y cien veces menos rica. Algo, no obstante, podría perder la gran +República, si entre ella y España sobreviniese un conflicto bélico. La +justicia está de nuestro lado, y + + _l' antico valore_ + _Negl' ispanici cor non é ancor morto._ + +Vamos ahora á declarar aquí lo que _debiera_ ser, aunque no tengo la +menor esperanza de que sea, para evitar el abominable abuso de fuerza de +que hablo ó el conflicto que presupongo, si perdida nuestra paciencia, +superior á la de Job, nuestro ánimo no desfallece. + +La acción diplomática debieran ejercerla las grandes potencias de +Europa, y singularmente las que tienen posesiones en América, á fin de +que el gobierno anglo-americano emplee medios suficientes para evitar +que su pueblo fomente la insurrección en Cuba, faltando á la justicia, á +la verdadera civilización y al Derecho de gentes. La insurrección +terminaría en seguida si esto se lograse. Pero esto es poesía: es lo que +debe ser, pero no lo que será. Las grandes potencias de Europa seguirán +dejando á España en completo abandono. + +¿Qué recurso nos queda, sin acudir al más arrogante y peligroso de los +extremos? Pues el recurso que nos queda es disimular los insultos +agravios y aceptar los buenos oficios del gobierno de los Estados +Unidos, si dicho gobierno los ofrece. + +Rara y muy poco airosa sería para nosotros esta mediación; pero es tan +grande nuestro deseo de paz, que hasta cierto punto nos conviene pasar +por todo. + +Explicaré ahora la limitación que vá contenida en la frase _hasta cierto +punto_. Para mí, la limitación no puede ser más clara. Si el gobierno de +los Estados Unidos mediase y lograse que depusiesen las armas los +insurrectos y se pacificase la isla, esto había de ser sin exigirnos la +menor promesa de reformas interiores, de cambios en la gobernación de la +isla, de nada que modificase allí las relaciones entre gobernantes y +gobernados, y de cuyo cumplimiento quedase implícitamente como garante +el gobierno de los Estados Unidos. Esto equivaldría á despojarnos +vergonzosamente de la soberanía de la isla ó á conservar en ella una +soberanía desmedrada y dependiente de la gran República, á cuya +fiscalización constante estaríamos sometidos, y á quien acudiría siempre +en queja cualquier cubano díscolo que se creyese lastimado ó que +supusiese que no se le cumplía lo prometido. Sin duda, se me dirá: ¿qué +provecho, qué ventaja sacará el gobierno de los Estados Unidos, de +mediar para que los rebeldes se rindan á discreción y sin que España les +prometa nada? A tal pregunta respondería yo: + +Si alguien cree ó espera todavía en España, que podemos tener en Cuba un +millón y seiscientos mil conciudadanos para que compren productos de la +Península á mucho más elevado precio que pueden comprar productos +semejantes importados de otros países, menester es, en mi opinión, que +renieguen de tal creencia y que desistan de tal esperanza. Y no supone +lo dicho la anulación del comercio entre Cuba y España. El del Brasil, +por ejemplo, con el reino de Portugal, es ahora mil y mil veces más +activo y fructífero para los portugueses que cuando el Brasil era +colonia. + +Con facilidad se comprenderá ya lo que, sin desdoro nuestro y sin mengua +de nuestra soberanía, pudiéramos dar á los Estados Unidos, si, por +mediación de su gobierno, Cuba se pacificase. En virtud de un Tratado +pudiéramos darles la más amplia libertad de comercio en aquella porción +de nuestro territorio. El galardón sería espléndido y Cuba también +aumentaría pasmosamente su riqueza, si pudiese comprar más baratos la +harina y otros alimentos, é importar en la Gran República sus azúcares, +su café y su tabaco, libres ó casi libres de derechos. + +En cuanto á las libertades políticas y administrativas, ya las concederá +España generosamente, sin que nadie le imponga de antemano la obligación +de concederlas. + +Sólo de esta suerte aceptaría yo la acción diplomática ó digase la +mediación de los Estados Unidos. + + + + +ÍNDICE + + +Prólogo v + +Disonancias y armonías de la moral y de la +estética 1 + +Colección de manuscritos y otras antigüedades +de Egipto pertenecientes al archiduque +Raniero 31 + +De los autores portugueses que escribieron +castellano 57 + +Los jesuítas de puertas adentro, ó un barrido +hacia fuera en la Compañía de Jesús 71 + +Sobre dos tremendas acusaciones contra España, +del anglo-americano Draper 103 + +Los Estados Unidos contra España 149 + +Quejas de los rebeldes de Cuba 175 + +Las alianzas 197 + +Teatro libre 211 + +Fines del arte fuera del arte 243 + +El maestro de Palmira 253 + +Las rarezas del _Fausto_ 265 + +La moral en el arte 275 + +El regionalismo filológico en Galicia 285 + +La obra póstuma de Juan Montalvo 295 + +El país de la castañeta 303 + +Sobre la antología de poetas líricos castellanos, +de D. Marcelino Menéndez y Pelayo 313 + +Mérito y fortuna 323 + +Fe en la patria 333 + +La paz deseada 339 + +La mediación de los Estados Unidos 347 + + + + + + + +End of the Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera + +*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA *** + +***** This file should be named 35882-0.txt or 35882-0.zip ***** +This and all associated files of various formats will be found in: + http://www.gutenberg.org/3/5/8/8/35882/ + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net) + + +Updated editions will replace the previous one--the old editions +will be renamed. + +Creating the works from public domain print editions means that no +one owns a United States copyright in these works, so the Foundation +(and you!) can copy and distribute it in the United States without +permission and without paying copyright royalties. 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You may copy it, give it away or +re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included +with this eBook or online at www.gutenberg.org + + +Title: A vuela pluma + coleccin de artculos literarios y polticos + +Author: Juan Valera + +Release Date: April 16, 2011 [EBook #35882] + +Language: Spanish + +Character set encoding: ISO-8859-1 + +*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA *** + + + + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net) + + + + + + + + + +A VUELA PLUMA + +OBRAS DEL MISMO AUTOR + + + Pepita Jimnez; un vol. en 8., Ptas. 3. + Doa Luz; un vol. en 8., 3. + El comendador Mendoza; un vol. en 8., 3. + Algo de todo; un vol. en 12., 2,50. + Las ilusiones del doctor Faustino; dos vols. en 12., 5. + Pasarse de listo; un vol. en 12., 2,50. + La buena fama; un vol. en 16. con grabados, 2,50. + El hechicero. El bermejino prehistrico. Las salamandras azules; + un vol. en 16. con grabados, 2,50. + Dafnis y Cloe (traduccin del griego); un vol. en 12., 3. + Estudios crticos; tres vols. en 12., 9. + Disertaciones y juicios literarios; dos vols. en 12., 6. + Cuentos y dilogos; un vol. en 12., 2,50. + Poesa y arte de los rabes en Espaa y Sicilia; + tres volmenes en 12., 9. + Tentativas dramticas; un vol. en 12., 2,50. + Canciones, romances y poemas; un vol. en 12., 5. + Cuentos, dilogos y fantasas; un vol. en 12., 5. + Nuevos estudios crticos; un vol. en 12., 5. + Cartas americanas (primera serie); un vol. en 12., 1. + Nuevas cartas americanas (segunda serie); un vol. en 8., 3. + Pequeeces... Currita Albornoz al P. Luis Coloma; un folleto en 8., 1. + Las mujeres y las Academias, cuestin social inocente; + un folleto en 8., 1. + Ventura de la Vega, biografa y estudio crtico; + un vol. en 8. con el retrato del biografiado, 1. + Juanita la larga; un vol. en 8., 3,50. + Genio y figura...; un vol. en 8., 3. + + + + +JUAN VALERA + +A VUELA PLUMA + +COLECCIN DE + +ARTCULOS LITERARIOS Y POLTICOS + +MADRID +LIBRERA DE FERNANDO F +_Carrera, de San Jernimo, 2_ + +1897 + +Es propiedad del autor.--Derechos reservados. + + + + +PRLOGO + + +Impreso ya este libro y reunidos en l no pocos artculos, se me ofrecen +dificultades que conviene allanar antes de que el libro salga luz +pblica. Ponerle ttulo es la menor de todas y ya la considero allanada. +_A vuela pluma_ es ttulo tan significativo como propio. Ora excitado yo + dar mi parecer sobre flamantes producciones literarias, ora movido +inspirado por los tristes acontecimientos polticos de nuestros das, he +escrito y esparcido, por revistas y peridicos diarios, lo que aqu va +reunido. No porque soy escptico, sino porque soy modesto, aunque me +contradiga atribuyndome tan buena cualidad, nada pretend ensear al +escribirlos en cada uno de los siguientes artculos, ni nada pretendo +ahora ensear al reunirlos en un volumen. Y no porque yo crea que no +haya verdades que ensear, sino porque carezco de fe bastante en mi +propio saber y en mi autoridad y competencia para empuar la frula y +revestirme de la toga y dems insignias del magisterio. No es, pues, +para enseanza de mis lectores, para lo que publico este libro. + +Si he de confesar la verdad tampoco han acudido mis amigos, admiradores +y parciales, aconsejndome y casi impulsndome con la violencia de sus +ruegos para que le publique, segn ocurre con frecuencia otros autores +ms que yo dichosos. Este libro, intil para la enseanza, para la cual +candorosamente le desautorizo, se publica sin que nadie me lo pida ni se +empee en ello, por mi espontnea y librrima voluntad y por mi +iniciativa. Qu fin me llevo al publicarle? Alguna explicacin acerca +de esto me considero obligado dar los lectores. + +Todo autor, por fro y desamorado que sea, consagra cuanto escribe, +aunque lo estime en poco, un amor semejante al que tienen los padres +sus hijos, quienes aman aunque sean feos y no bonitos, enfermizos y no +robustos, tontos y no discretos. Y dado en m, como se da, este amor, +harto se comprende mi deseo de que no queden mis hijos espirituales +anegados en un inmenso pilago de papeles donde se perderan sin duda y +nadie volvera acordarse de ellos. La unin da fuerza, y yo los reuno +para ver si de esta suerte se sostienen y sobrenadan y llegan sin +hundirse y sin ser arrebatados por la corriente del ro del olvido al +pequeo y seguro puerto del poco numeroso pblico, cuyas simpatas he +logrado captarme. + +Si este pblico nada aprende leyndome, bien puede ser que se entretenga +apaciblemente con mi lectura y que divierta el espritu de penosos y +graves cuidados. Bien puede ser tambin que el favorable aspecto bajo el +cual veo yo dichos y hechos, y que mi confianza en los destinos de la +patria y en el mejor trmino y desenlace para los conflictos y apuros en +que se encuentra hoy, agraden y consuelen quien me lea, con lo cual me +dar yo por bien pagado y justificar razonablemente el haber reunido +estas obrillas que los crticos severos y los que no me quieran bien +calificarn por lo menos de insignificantes. + +Tienen con todo una muy importante significacin, que no mengua sino +crece, aunque se suponga trivial y vulgarsimo cuanto se dice en ellas. +Yo soy, sin duda, quien lo dice; pero, por lo mismo que lo dicho es +vulgar, quien lo piensa y lo siente es una no pequea parte del pblico, +de la cual vengo as convertirme en rgano, representante y heraldo. + +Al presente, est muy en moda, en literatura, el reunir documentos +humanos. Valga, pues, este libro, si no vale para nada ms, como reunin +de tales documentos. Yo expreso lo que en l se expresa; pero conmigo lo +piensan y lo sienten muchos miles de semejantes y de compatriotas mos. +Por donde mi libro deja de ser insignificante, se transforma en docente + en documental y merece ser publicado y hasta ledo. Creo, por ltimo, +que, si al escribirle he desechado toda preocupacin interesada y le he +escrito con buena fe, candorosa y sencilla, alguien me leer con gusto, +si no con provecho, y esto me basta. + +[Illustration] + + + + +DISONANCIAS Y ARMONAS +DE LA MORAL Y DE LA ESTTICA + +I + + +_Al Sr. D. Salvador Riada._ + +Mi querido amigo: Mucho siento tener que decir usted que Monte-Cristo, +que oye turbio y que, adems, suele distraerse, hubo de engaarse, y tal +vez enga usted, sin la menor malicia, cuando le asegur que me haba +parecido muy bien el _Himno la carne_. Ni bien ni mal poda parecerme +una obra que yo an no conoca. Acaso al hablarme Monte-Cristo, yo, que +tambin me distraigo, dije algo, como acostumbro, en alabanza del +talento potico de usted, que tan claro me parece, y l lo aplic al +_Himno_ de que me hablaba, y que yo no poda alabar por serme entonces +desconocido. + +Ahora, que ya le conozco, creo de mi deber dar usted con toda +sinceridad y franqueza la opinin que me pide. + +Muchsimo hay que decir, y he de decirlo, aunque incurra en la nota de +pesado. + +No obstante la pesadez y el desalio con que ir escrita mi carta, yo +consiento en que usted haga de ella lo que guste: guardarla para s, +rasgarla, dejar que el pblico la lea. + +Desde luego el ttulo de _Himno_ me desagrada. Un himno es un himno, y +catorce sonetos son catorce sonetos. Adems, el ir dirigidos _ la +carne_ presupone cierta trascendencia teolgica filosfica que los +sonetos apenas tienen. + +Los enemigos del alma son tres: mundo, demonio y carne. Y fuerza es +confesar que todos los hombres, salvo raras y dichosas excepciones, +estamos empecatadillos y entonamos himnos en loor de uno de estos tres +enemigos, cuando no de los tres un tiempo; pero debe notarse que, +bien no caemos, por extraviados ilusos, en que hacemos semejante +elogio, bien aparentamos no caer, envolviendo nuestro consciente +propsito en delicada hipocresa. El elogiar con premeditacin tales +enemigos implica un descaro que repugna las creencias religiosas de la +gran mayora de los espaoles, los cuales son, se supone que son +catlicos. + +Ya se entiende que, partidario yo del arte por el arte, he de prescindir +y prescindo de toda religin positiva y de toda moral que en ella se +funde, para juzgar una composicin potica. De lo que es difcil +prescindir es de la moral universal que coincide con la belleza +artstica, y de algunas conveniencias sociales, que son ineludible +requisito para que esa belleza artstica se produzca sin que lo estorbe +la disonancia entre la obra del poeta y las costumbres, los usos, y +hasta, si se quiere, las preocupaciones y los disimulos de la sociedad +en que el poeta vive. + +An voy ms all en el _quidlibet audendi_. Supongo que el poeta se +rebela contra esos usos, costumbres y creencias, porque los considera +malos tontos. No por eso he de escandalizarme. Antes bien, aplaudir +al poeta como poeta, si impugna con primor y con bro lo que yo crea ms +santo, aunque yo, pongo por caso, como catlico, considere que l, como +impo, acabar, en castigo de sus bien rimadas blasfemias, por arder +eternamente en lo ms profundo del infierno. + +As me sucede con el _Himno Satans_, de Carducci. Sin dejar de creer +en todo lo que ensea la Doctrina cristiana, los hombres, en mi sentir, +pueden haber inventado descubierto la plvora, la imprenta, la +brjula, el pararrayos, el telgrafo, el telfono, la fotografa, la +mecnica celeste y la terrestre, las estrellas ms remotas, los +microbios y el protoplasma: pero, si algn poeta entiende de buena fe +que Dios se opona que inventsemos y descubrisemos todas esas cosas, +que quiz hagan la vida menos aburrida y amarga, y que con auxilio del +diablo las hemos inventado y descubierto, mejorando y sublimando nuestra +condicin, yo le aplaudo si compone un himno diablo tan benfico, +quien llama l Satans porque se le antoja, y quien seguir llamando +energa y luz interior que pone Dios en el alma, hecha su imagen y +semejanza. + +En anlogo sentido comprendo yo que se componga un _Himno la carne_, +el cual me guste tanto ms que el _Himno al demonio_ de Carducci. Si +entendemos por carne la sustancia organizada y viviente de que se vale +el Artfice supremo para revestir de forma sensible su idea, haciendo +patente la hermosura, ya por operacin de naturaleza, ya por +intervencin de la voluntad y del entendimiento humanos, que pulen, +acicalan y asean lo que naturaleza prepar y dispuso cual primitivo +bosquejo, declaro que el _Himno la carne_ me parece muy bien, +prescindiendo del ttulo, porque ni las nubes nacaradas, ni la cndida +luna, ni el sol, ni las flores, ni los verdes bosques, ni los lozanos +verjeles, ni nada de cuanto he visto y veo por esos mundos, es ms +hermoso que una mujer aseada y hermosa. Y es ello tan indiscutible que, +para expresar materialmente los ms altos objetos, potencias y virtudes, +les damos forma de mujer. Y as la fama, la patria, la religin, la +ciencia, la filosofa, la justicia, la fe, la caridad y la esperanza, se +representan como otras tantas guapsimas seoras. + +Pero su himno de usted (sigamos llamndole himno), no se mete en tales +honduras. Mejor sera apellidarle himno la Pepa, la Juana la +Francisca, de cuya carne gusta usted. La generalizacin filosfica +teolgica slo est en el epgrafe. + +Y lo peor que yo noto (admirando ms la inspiracin y la habilidad +poticas, que no faltan usted aun errando el camino) es que usted +analiza y resta en vez de sintetizar y aadir, al ir ponderando sus +deleites amorosos. Pues qu, no es ms que la carne lo que enamora +usted en su innominada querida? Nunca ni el ms materialista de los +poetas gentiles, sustrajo tanto del amor los elementos no materiales, +que le idealizan y hermosean, y le redujo al mero concepto de la +lascivia, como si fuera amor de perros de gatos. Y como usted no hace +la sustraccin y el despojo por vehemencia afrodisiaca, sino por +preocupacin de escuela ultra-naturalista, los versos, ni siquiera +resultan fervorosos de libertinaje, sino fros, afectados y +artificiosos, con refinamientos de sensualidad enfermiza, que apela +espejos y otras diablicas travesuras. Parece lascivia de viejo, y, +por consiguiente, falsa, pues usted es mozo. + +Prescribe Horacio que no se hagan ciertas cosas delante del pueblo: + + _Nec filias coram populo Medea trucidet:_ + +y lo que Horacio prescribe para lo trgico debe aplicarse lo ertico +tambin. No conviene introducir al pueblo en la alcoba ni imitar al rey +de Lidia con Giges. Contra esto peca usted, no pasando de ligero, sino +detenindose en pormenores con exceso de morosa delectacin. No cae +usted en que ciertos actos tienen mucho de grotescos, si no van +acompaados de misterioso recato. Y esto, no porque seamos cristianos, +sino en la risuea religin gentlica, en que, segn usted asegura, +Citerea prevalece. As es de advertir que los poetas ms libertinos de +la docta gentilidad nos dejaban la puerta de la cmara nupcial, si +trataban el asunto por lo serio. Slo cuando queran hacer reir lo +describan todo. El cisne venusino dice desvergonzadamente los estmulos +de que se vala la vieja berrionda, mientras que de Glcera slo nos +dice que le aguarda en estancia perfumada; y l va verla, invocando +Venus para que le acompae y traiga consigo al Amor. + + Trae al muchacho ardiente, + y las Gracias, la ropa desceida, + y Mercurio elocuente, + y de ninfas seguida + la Juventud sin t no apetecida; + +pero, en cuanto Horacio entra ver Glcera, con todo este cortejo, +nos da con la puerta en los hocicos, y acaba la oda, sin que nos cante +ni nos deje ver lo que pasa dentro. Ya nos lo presumimos. + +Lo antiesttico del goce de amor, patentizado por el arte y descrito con +circunstancias menudas, se ve hasta en los poemas ms primitivos. Sube +Juno la cumbre del Grgaro, adornada con el cinto de Venus, que la +hace irresistible: + + ... all el deseo, + all la dulce persuasin estaba, + que los ms cuerdos la prudencia roba. + +Jpiter pierde la suya, requiebra Juno y quiere al punto gozarla; pero +antes, l y ella se envuelven en nubes doradas y denssimas, que ningn +Dios ni el Sol omnividente traspasa, y que Homero cuida bien de no +traspasar, respetando el pudor y el decoro de la dichosa inmortal +pareja. + +El tlamo de los dioses, el de los hroes, y aun el de cualquier hombre +que se respeta, han de estar rodeados de impenetrable misterio. La +prueba ms evidente por donde Penlope reconoce Ulises, es porque ste +le describe su tlamo, que slo l haba visto entre los varones todos. + +El espritu de usted es recto por naturaleza y est sano: pero yo +advierto en el _Himno_ insanos extravos y disparatadas disonancias. No +extrae usted que lo atribuya la vaga leccin de malos libros +franceses, de los que estn de moda, de cuyo pesimismo, naturalismo +falso y caprichosa impiedad, se hace usted eco. Usted, de por s, sera +como Dios manda. + +Supone usted que la religin de Cristo condena la carne, y luego dice +usted para s: pues voy glorificar la carne, rebelndome contra la +religin de Cristo. Parte usted de un error, fundado en el doble sentido +de la palabra _carne_. Sin presumir de telogo, sino como hombre de +mundo, lego y profano, aunque no olvidado del Padre Ripalda, que aprend +en la escuela, digo que no tiene usted razn. La carne, considerada como +enemigo del alma, es la concupiscencia, es el vicio, es la lujuria, que +toda religin, no slo la de Cristo, condena. Pero la carne, el cuerpo +humano, considerado como obra de Dios, dnde est condenado? El Verbo +se hizo carne, y con cuerpo humano subi al cielo. Todos, segn nuestra +fe, hemos de resucitar con carne, y los cuerpos de los bienaventurados +han de ser muy hermosos y gloriosos. Lo primero que manda Dios al hombre +y la mujer es que crezcan, se multipliquen y llenen la tierra. Cmo, +pues, ha de suponerse que Dios condena el amor sexual cuando ordena que +nos multipliquemos? El ascetismo, la vida penitente, la virginidad como +la ms perfecta condicin, no son tampoco exclusivos ideales cristianos. +En todas las dems religiones se da algo semejante. En la gentlica, por +ejemplo, hubo coribantes y vestales. + +Lo que exigen la religin cristiana, y toda religin moral, y hasta sin +religin y sin moral, la esttica y el decoro, es el recato. En la +naturaleza de las cosas est que sea cmica, y no seriamente bella, la +exhibicin la representacin del abrazo amoroso, ms menos apretado. +Si el cnico Crates se une en pblico con Hiparca, pesar de la +licenciosa libertad de Atenas, los pilluelos de la calle le silban y +escarnecen. Slo en Otahiti, cuando llega all el capitn Cook, se toma +por lo serio el hacer en pblico tales actos como ceremonia religiosa. + +Fuera de estos casos rarsimos, lo general es que el sigilo y el secreto +presidan los amores. Jpiter, aunque era tan desaforado y tan +propenso ponerse el mundo por montera, satisfaciendo su regalado +gusto, elige para unirse la ninfa Maya, hacindola madre del dios de +la elocuencia, inventor de la lira, alma de la danza, una noche +obscursima y un antro nemoroso y esquivo; y aun todava, para ocultar +mejor su unin los dioses y los hombres, les infunde antes dulce +sueo. Jano bifronte, no menos precavido y pdico, cuando se propone dar +ser los briosos primitivos pueblos de Italia, se une la gigantesca +ninfa Camesena, en la desierta cumbre del Apenino, y circunda el agreste +y amplio tlamo de tenebrosas tempestades. + +En resolucin, ya que sera cuento de nunca acabar el ir citando sucesos +semejantes de hombres y dioses, yo vuelvo prescindir de religin y de +moral: no echo sermn, aunque ya estamos en Cuaresma; pero tratndose de +arte, cmo prescindir de lo artstico? No es artstico el describir +prolijamente los placeres de la alcoba. + +Admirable es la belleza del cuerpo humano. En otros mundos, sujeta la +materia otras condiciones y con otra conformacin los sentidos, quin +sabe cmo podr ser la aparicin sensible de la belleza? Esto es lo +relativo. Pero la esencial y sustancial belleza que se nos revela en el +Apolo de Belvedere y en la Venus de Milo, es la belleza absoluta. Todo +entendimiento, capaz de comprenderla, aunque venga del ms extrao y +lejano mundo de cuantos pueblan el ter, lo reconocer y lo proclamar +como nosotros. + +Si imaginamos vivos, y no de mrmol, sino de carne, la Venus y al +Apolo, hombres y mujeres los contemplarn con pasmo y se podrn enamorar +de ellos; pero sera grosero no ver en tanta animada hermosura sino un +instrumento de material deleite. Habra en ello algo de profanacin +sacrlega, no ya en virtud de la religin del espritu, sino del respeto +hasta religioso que la materia misma, tan bien organizada, debe +infundir. + +Ya usted notar que, en realidad, yo no voy contra usted en lo que digo. +Voy contra la escuela mal llamada naturalista, que le pervierte y +extrava. Si usted no valiese ya mucho y si no prometiese ms de lo que +ya vale, no me mostrara yo severo. + +Demos por seguro que no hay bien, ventura, ni goce mayor que el de los +amores; pero todo bien, todo goce es para referido representado +estticamente por lo sublime? Esta es la cuestin. Este es el error del +naturalismo; error que se ve ms claro an en las desventuras que en las +venturas. Sobre la muerte de un amigo, sobre la ruina de la patria, +sobre los suplicios y trabajos de un apstol, est bien escribir +elegas. Pero desventuras son, y no menores, que se le pudran las +narices al Dr. Pangloss, que otro le d tia y se le caiga el pelo, +que otro le sobrevenga una debilidad en las encas y escupa los +dientes y que otro le ocurra cada tres das una indigestin molesta y +apestosa, y sin embargo, son estos percances propsito para componer +versos elegacos? Nosotros, en la vida real, nos compadeceremos en +extremo del paciente, aunque slo sea prjimo, y no amigo deudo; pero +si hablamos en verso heroico de lo que acontece, haremos reir en vez de +llorar. + +Es indudable que hay desventuras y venturas, triunfos y derrotas, +dolores y placeres grandsimos que en la vida real se lamentan se +celebran; pero sobre los cuales hay que pasar con rapidez en la +representacin artstica, si no queremos hacer reir con ellos. + +As, Ariosto, por ejemplo, no sera por su aficin lo moral y lo +decente, sino por estas reglas de esttica, ms menos reflexiva +irreflexivamente percibidas, por lo que no cuenta con circunstancias +ntimas lo que pasa entre Anglica y Medoro; pero cuando quiere dar en +lo grotesco y provocar risa, lo cuenta todo sin aprensin. As, en el +caso del viejo nigromntico mgico que adormece con sus malas artes +la hermossima dama y la tiene su talante. El chiste est en que el +nigromntico, con toda su magia, si bien adormece la dama, no atina +despertar en l resucitar algo que haca aos dorma estaba +muerto, y se lleva un chasco feroz, quedando en salvo la honestidad y +entereza de la dama, con apacible risa y jbilo de los lectores. Si el +Ariosto hubiera tratado el suceso trgicamente, lo hubiera errado. + +Yo no recuerdo haber ledo escena tan viva como la del nigromntico, +referida con pica dignidad y que produzca efecto, sino una en _El +Bernardo_ de Valbuena; pero esto se explica, porque va todo acompaado +de un poderoso elemento fantstico que lo dignifica, lo hace simblico y +hasta le da un valor moral. Hablo del tremendo lance de Ferragut con la +hechicera Arleta. El hroe penetra en el maravilloso palacio tan +estupendamente rico. La gallarda, joven y elegante princesa le recibe +solas y se entrega. Una sola lmpara de extraa luz ilumina la estancia, +y sobre todos los objetos derrama encantados resplandores. Pero cuando +la luz de la lmpara oscila, la portentosa beldad de la princesa se +confunde; los perfiles, las sombras, los colores, todo se altera y se +combina por tal arte, que Ferragut se asusta y cree tener un vestiglo +entre sus brazos. Vuelve la luz arder sin oscilacin y la princesa +recobra sus admirables atractivos. La luz, al fin, se apaga, y Ferragut +se encuentra en inmunda caverna y entre los brazos de horrible y +asquerosa vieja, cuya fealdad abominable ve la luz de la luna, y cuyos +secos brazos y cuyas manos, modo de garras, le retienen sin dejarle +escapar. + +Dir usted acaso que en sus sonetos hay algo parecido la moral de la +fbula de la hechicera Arleta; que de ello dan prueba las cuatro ltimas +palabras del ltimo soneto _Que ttrica es la vida!_ Pero yo, en honor +de la verdad, no descubro dicho sentimiento en usted, y si le descubro, +es expresado dbilmente y como ahogado en los pormenores que preceden +las dichas cuatro palabras. + +No hay en el himno nada semejante lo que hay en casi todos los poetas +libertinos epicreos de todos los tiempos; aquel sentimiento terrible +que asalta el nimo de ellos en medio de sus deleites; que hace exclamar + Lucrecio: + + _...Medio de fonte leporum_ + _Surgit amari aliquid quod in ipsis floribus angat;_ + +que mueve Catulo, entre los brazos de Lesbia, cubrindola de besos, en +noches consagradas al amor, pensar en aquella perpetua noche que +tenemos que dormir todos, + + _Nox est perpetua una dormienda;_ + +y que lleva Musset hallar en el fondo del vaso de los placeres el +hasto que le mata, Lamartine suspirar por el amor ideal que no +tiene nombre ni objeto en la tierra, y Espronceda pedir un bien, una +gloria que l imagina, y que en el mundo no existe, y desesperarse +porque palpa la realidad, odia la vida, y slo cree en la paz del +sepulcro. + +No hay en el himno esta contraposicin entre el placer ruin incompleto +de la tierra y la infinita aspiracin del alma; pero hay algo ms +ttrico; algo que se deplora en todos los _naturalistas_, ya escriban en +prosa, ya en verso: lo mismo en Zola que en Rollinat. + +La pintura minuciosa, vehemente y sobrado material de la pasin, +convierte su fisiologa en patologa; hace pensar, no en robustez y +energa, sino en desequilibrio de facultades, en el hospital en el +manicomio. + +No ya el amor de un hombre y de una mujer, ambos de carne y hueso, sino +el amor de un santo de una santa hacia Dios, resulta enfermedad; caso +de neurosis, hiperestesia, ninfomana satiriasis ms menos +alambicada. + +La cuestin queda discutida de sobra. No me hubiera detenido tanto si, +por una parte, no estimase mucho el ingenio de usted y no sintiese sus +extravos, y si, por otra parte, no viese yo en estos extravos el +resultado de malas teoras estticas, y de una escuela de moda que es +menester combatir. + +Slo aadir ahora algunas explicaciones sobre la acusacin implcita en +la dedicatoria autgrafa que pone usted al ejemplar del _Himno la +carne_ que me ha destinado. No sin intencin viene este ejemplar para el +traductor de _Dafnis y Cloe_. Quiere usted dar entender que quien ha +traducido aquella novela debe aplaudir el _Himno la carne_? + +La consecuencia est mal sacada. Aun suponiendo que _Dafnis y Cloe_ +tenga cuantas faltas yo censuro, no se ha de inferir que por haber yo +cometido esas faltas no las pueda y deba reconocer como tales. Malo es +ser pecador, pero es psimo jactarse del pecado y procurar que se tome +como primor y acierto. + +La diferencia, sin embargo, es grandsima. _Dafnis y Cloe_ viven hace +catorce quince siglos; son paganos, estn en cierto campo ideal, +pastoril y primitivo. No choca el que se desnuden, como cuando se +desnudan un caballero y una dama de ahora, quitndose la levita, +pantalones, cors, etc. En fin; es otra cosa. + +El naturalismo de la novela es, adems, enteramente contrario al de los +sonetos de usted. Hay en el naturalismo de _Dafnis y Cloe_ una condicin +sobrenatural fantstica que cambia su condicin. El dios Amor, el dios +Pan y las Ninfas, por no interrumpida serie de milagros, conservan +inocentes los dos partorcillos, hacen que se amen, los dotan de +hermosura ms que humana, que no marchitan las inclemencias del cielo: +ni los vientos, ni el sol, ni el calor, ni el fro. + +La descripcin poetizada de las alternadas estaciones del ao, de la +rustiqueza selvtica y de una imaginaria vida pastoril de color de rosa, +y que no se da en el mundo real, prestan todo el cuadro, y aun las +ms vivas escenas, cierto velo esfumino areo que no las hace tan +_shocking_. Y, por ltimo, aunque se funde el amor de Dafnis y Cloe en +la material hermosura de ambos, en su contemplacin, y hasta en el deseo +de lograr su posesin por completo, todava, par de este deseo, hay +una amistad, un afecto entraable, una terneza pura en ambos +pastorcillos, que evitan el que sea su amor mera lascivia, y que le +purifican y realzan. + +Recuerde usted que Dafnis aprende al cabo cul es el verdadero fin de +amor, y, pesar de su pasin, se domina por temor de lastimar Cloe, y +no la hace suya hasta despus de la boda. + +En suma, y para no cansar, yo no me defiendo de haber traducido el libro +de Longo, aunque en Francia le tradujo un obispo. Quiero suponer, +quiero afirmar y confesar que hice mal. Valgmonos de un smil. Sea como +si yo expusiera al pblico esculturas lascivas; pero de esto exponerme +yo mismo como actor, me parece que dista mucho. + +Por ltimo, se ha de notar que la novela de _Dafnis y Cloe_ no quiere +ser seriamente sublime, sino que, por cierta malicia candorosa y cierta +amaada inocencia, propende difundir regocijo en quien lee, lo cual +podr ser censurable por el lado de la moral, pero no es antiesttico, +que es de lo que aqu tratamos. + +Si usted, en otro tono ms ligero, risueo y jocoso, hubiera escrito +catorce sonetos, catorce veces ms verdes an, como yo soy viejo +pecador, y nada tengo de misionero, respecto la moral y la decencia +me hubiera callado; pero en punto esttica, hubiera echado usted mi +absolucin, y, si los sonetos alegraban las pajarillas, hubiera +concedido usted indulgencia plenaria y hasta hubiera aplaudido. + + +II + +Mi querido amigo: La cariosa carta de usted me mueve escribirle de +nuevo, y no poco. + +Si usted no hubiese escrito ya en verso y en prosa muchas cosas buenas, +y si usted no diese esperanzas fundadsimas de escribir otras mil +infinitamente mejores que los catorce sonetos, tendra usted razn en +decir que yo le mataba. Pero si usted escribe bien, y si ha de escribir +mejor, y si ha de ser, pues no creo que me engae la simpata, uno de +nuestros ms fecundos y amenos ingenios, qu importa que yo hable mal +de los catorce sonetos compuestos por usted en algunas horas de +extravo? + +Yo, aunque sea repetirlo por tercera cuarta vez, no voy contra los +catorce sonetos, sino contra la mala teora esttica que, nublando el +claro entendimiento de usted, se los ha inspirado. + +Yo reparo, tal vez por dems, en el pro y en el contra de cuanto digo, y +nada afirmo con aquella decisin que se impone. De aqu que me acusen de +escptico. Fcil me sera pasar por dogmtico, si prescindiese yo de lo +que me dicta la conciencia; pero, como no prescindo, soy paso por +escptico, fuerza de ser concienzudo. + +Digo esto, porque al censurar los catorce sonetos de usted, me han +asaltado en tropel no pocas dudas y dificultades que deseo exponer aqu, +aunque no logre resolverlas y todas se queden en pie. + +Necesito, adems, escribir esta segunda carta para disculparme de no +rasgar la primera; porque, despus de la longnima docilidad con que se +somete usted mi censura, tal vez acerba, y me la paga en alabanzas, +parece ruindad en m el que mi censura se haga pblica, y el que, siendo +yo, por lo comn, indulgente y hasta lisonjero con los extraos +indiferentes, me extreme por la severidad con usted, quien cuento +entre mis mejores amigos. + +Vlgame para explicacin de mi conducta que la indulgencia debe recaer +sobre el _non plus ultra_ de lo que produce cada uno. No hay que podar +el quejigo, porque, pesar de la poda, siempre dar bellotas speras y +no dulces almendras. De mal rbol no se espere fruto sazonado y sabroso. +Y as, siguiendo esta comparacin de los frutos, y convirtiendo +imaginariamente cada soneto de usted, pongo por caso, en un melocotn, +yo entiendo que usted debe darlos mejores, y que aun los catorce, de que +tratamos aqu, seran exquisitos, si el moscardn avechucho del +_naturalismo_, que vaga por el aire, no hubiera clavado en ellos el +aguijn y depositado all venenosos huevecillos que se convierten en +gusanos y podredumbre. Lo que hago, pues, es osear el avechucho para que +no inficione otros nuevos frutos. + +Dada ya usted la satisfaccin que le debo, voy decir algo acerca de +las dudas y dificultades. + +Y es la primera duda la de si ser yo tan crudo censor de los sonetos +porque la vejez me infunde aborrecimiento al Amor: pero la duda se +disipa pronto, y creo que mi profundo respeto y mi ardiente devocin al +Amor son los que me inspiran. + +Los catorce sonetos rebajan las obras de esta deidad mera funcin +fisiolgica, y el bro de las descripciones no las eleva, sino que les +presta ciertos visos de patologa, que, ms de hacerlas bajas, las +hace insanas. + +Es cierto que lo contrario debe de ser peligroso y seductor; pero +consuela y no deprime. Trae Byron, en el _Don Juan_, una jocosa diatriba +contra Platn, echndole la culpa de las pecaminosas relaciones de su +hroe con doa Julia. Yo mismo, aunque disto mucho de ir tan lejos como +Byron en la malicia anti-platnica, me pasmo y veo con ms incredulidad +que fe los anchos lmites que pone, verbi gracia, el conde Baltasar +Castiglione al platonismo puro. + +El beso en la boca, segn l, es todo espiritual: es ayuntamiento de +almas, en prueba de lo cual se alegan muy sutiles razones que no me +convencen. Ni vale para ello la grave autoridad del mismo Platn, de +quien nos cuenta el Conde que, divinamente enamorado y besando su +amiga, sinti una vez que el alma se le vino los dientes para salirse +del cuerpo. + + tales accidentes confieso que debemos dar explicacin menos +metafsica; mas no por eso debemos quitar del amor todo lo metafsico, +trascendente y divino. El amor nuestro se iguala entonces al de los +animales. Los refinamientos, las elegancias, los materiales primores de +que le rodeamos, le quitan naturalidad y no le aaden belleza. Y la +exageracin y violencia del sentir, en vez de magnificarle y +corroborarle, le ponen enfermo y le dan un aspecto diablico, delirante +y lgubre. Se dira que las pasiones y operaciones de nuestro ser se +resisten ser atribudas y sujetas leyes fsicas slo, y as, al +apartar del efecto toda causa influjo divino, se le atribumos +infernal endemoniado. + +No llega usted este punto del satanismo, y ms vale as. Se queda +usted en menos de la mitad del camino, y por usted lo celebro. + +En cuanto los catorce sonetos, seran estticamente mejores si fuesen +satnicos. + +Yo comprendo Baudelaire, y en cierto modo le admiro, aunque me +disgusta. En su inspiracin depravada, sombra y terrible, hay algo de +verdad, aunque exagerada por la farsa tenaz que l mismo se impuso para +ser ms original, para asustar al linaje humano y para contristar y +meter en un puo el corazn de cada burgus honrado y sencillote, en +cuyas manos cayesen sus _Flores del mal_. Pero usted no pretende hacer +el bu, ni pasar por originalsimo, siendo raro y extravagante. De ello +me alegro, aunque los catorce sonetos, por falta de una intencin, si +perversa, decidida, se queden en el limbo, y no suban al cielo, ni bajen +al infierno. + +Dice Fscolo que el Petrarca cubri con un velo candidsimo al Amor, que +andaba desnudo por Grecia y en Roma, y as le volvi al regazo de Venus +Urania. Desde entonces, acaso desde antes, no se puede hablar seriamente +del Amor, trayndole la tierra, prohibindole recordar su cielo, y +arrancndole la vestidura. Cuando esto se hace, resulta el sacrilegio, +que no se motiva ni funda bien, no seguir el poeta las huellas de +Baudelaire, y entregarse al diablo. + +Y ahora ocurre otra duda. Cmo es que hay versos erticos, harto libres +y desenvueltos, que el moralista, aunque no sea muy rgido, sin +apelacin condena, que toda seora seorita bien criada no puede oir +sin enojarse y ruborizarse, y que, sin embargo, nos gustan mucho los +profanos? Srvanme de ejemplo no pocas canciones de Branger. Yo presumo +que esto consiste en el tono. El refrn lo dice: _C'est le ton qui fait +la chanson_. La alegra, la ligereza, el aire improvisado irreflexivo +lo disculpa todo. Se dira que estos poetas, alegres y desenfadados, +dejan tranquilo en su cielo al Amor primordial y unignito, y, si toman +de l varias prendas, es para adornar los Amorcillos terrestres, hijos +de las ninfas, con los cuales no disuenan las libertades y la carencia +de misterios. + +De esta suerte, y no con tono herico y pomposo, la Esttica no repugna, +aunque la Moral frunza las cejas, que el poeta, velando un poco, no +parndose en pormenores, y dejando entender mucho por medio de rodeos y +dobles sentidos, nos cuente nos cante algunas travesuras. Harto s que +la eutropelia del P. Boneta no permite tanto; pero yo confieso que lo +permite la ma. Entindase, con todo, que para que estticamente +gustemos de versos as los mismos profanos, es menester que un dejo del +verdadero amor, de ternura y de otros bellos sentimientos, difunda en el +cuadro que el poeta nos trace algunos resplandores de la luz del cielo. +Catulo amaba Lesbia con el alma, _plus quam se atque suos amavit +omnes_, y lo recuerda y lo confiesa hasta cuando ya Lesbia le es infiel; +y lo mismo acontece Branger con Liseta, hasta cuando le dice, al +verla con tantas galas, que ya no es Liseta y que no debe llevar aquel +nombre. pesar de la regocijada liviandad de ambos poetas, no es la +carne slo lo que los enamora. + +Infiero yo de cuanto va dicho la necesidad, moral y esttica, de que en +toda poesa de amores intervengan cielo y tierra y concurran lo +espiritual y corpreo; esto ltimo velado por el pudor, sobre todo +cuando se quiere que sean grave el tono y elevado el estilo. + +Se cita mucho la definicin que del orador da Quintiliano. Dice que ha +de ser _vir bonus dicendi peritus_; pero se ignora no se recuerda que +los griegos exigieron antes para el poeta, como requisito +indispensable, la misma calidad de ser varn excelente. Acaso +Quintiliano no hizo ms que ampliar la exigencia de los griegos y +comprender en ella los oradores. Como quiera que sea, es lo cierto que +la poesa, aun para los que seguimos la doctrina del arte por el arte, +no es, en el ms lato sentido, independiente de la moral. No se pone +su servicio ni la toma como fin, porque su fin est en ella: pero la +poesa, siguiendo desembarazada y libre por su camino, si es de buena +ley y de alto vuelo, al llegar su trmino, tiene que parar en la moral +ms perfecta y pura que se concibe en la poca en que el poeta vive, +no ser que ste, lleno de aliento proftico, suba ms alto y columbre y +revele ms bellos ideales. Esto significa la excelencia moral que los +griegos requeran en el poeta, aunque careciese de aquella voluntad +perpetua y constante que constituye la virtud prctica en todos los +actos de la vida, aunque no fuese ni hroe ni santo. + +Infiero yo de lo expuesto que el amor entre hombre y mujer, cuando no es +slo material, no va contra la moral, sino que sta le sanciona. La +poesa ha hecho de l su principal asunto, as en cantos lricos como en +narraciones, desde las edades ms remotas hasta nuestros das. + +Es ms: la poesa ertica es tan bella, entendida y realizada as, que, +lejos de condenarla, la religin, por severa y espiritual que sea, ha +solido valerse de sus frases vehementes y de sus acentos apasionados, +para expresar los xtasis y arrobos msticos, y los ms sublimes +misterios, aspiraciones y raptos del alma hacia lo infinito y lo eterno. +Testimonio de esto da, en la antigua India, aquella gloga bellsima en +que Yayadeva pinta los amores de la gentil pastora Radha y del Dios +Crishna, que toma la figura del pastor Govinda para enamorarla: y no +menos brillante testimonio da entre nosotros _El Cantar de los +cantares_, donde los terrenales amores de Salomn y de la Sulamita +vienen sublimarse y convertirse en los de Cristo con la Iglesia, y +en los del alma con su Hacedor. + +Tenemos, pues, la poesa ertica, siempre que se guarde en ella el +debido decoro y no se la prive del elemento espiritual, no slo +tolerada, no slo permitida, sino hasta canonizada. No ya con +significacin mstica como San Juan de la Cruz, sino dirigindose +mujeres, que fueron que se supone que fueron de carne, varones +piadosos, como Fr. Luis de Len y Fr. Diego Gonzlez, han compuesto +versos amorosos. + +Lo mejor es seguir tan buenos ejemplos. Slo se oponen que los sigamos +la ltima moda de Pars, el afn de singularizarnos y el temor de ser +como cualquiera otro, tomando la senda trillada y emplendonos en +asuntos que se imaginan agotados ya, y sobre los cuales nada puede +decirse si no repetimos lo que otros dijeron. + +Crea usted que este temor es vano. No busque usted la originalidad, y +ella vendr buscarle. Sea usted natural y espontneo, y pondr usted +en cuanto escriba el sello de su persona, y ser sana y limpiamente +original, sin darse todos los diablos y sin caer en las demencias +fnebres que en Francia se usan. + +Inagotable fbrica y rico emporio de ideas es Pars. Necesario y bueno +es tomar de all lo que conviene; pero haya tino y juiciosa eleccin en +lo que se tome. + +Cierta poesa no es ya ertica, sino crapulosa y nauseabunda. Entre las +causas que concurren dar ser esta poesa, adems de las ya +mencionadas, entra una vanidad pueril de que el poeta no se da cuenta +veces. Figurmonos al poeta en Pars. Su prurito ser acaso que, en el +fondo de la provincia de donde ha venido, le tengan por un picaruelo, +sibarita alambicado, que logra venturas superfinas, ni soadas en su +lugar. Adems, todo francs hace sin querer _la reclame_. En Pars se +confeccionan los mejores guisos y se hacen los ms graciosos vestidos y +sombreros para mujeres; es menester, por consiguiente, que tambin se +crea y se divulgue que en Pars se entiende mejor el amor y se le +condimenta con alios ms picantes y especieras ms ricas y exticas. +Con este seuelo, tal vez, no pocos individuos acaudalados de naciones, +que en Francia se tienen entre el vulgo por semi-brbaras, vendrn +Pars, ya que no estudiar en la Sorbona, aprender pornografa en los +colegios de la nueva Babilonia. + +No acuso yo ningn autor francs de que lleve tal intencin; pero la +lectura de sus libros produce el mismo efecto que si la llevara. Nos +fingimos por ac, y por muchas otras tierras, un Pars encantado, donde, +si va uno con dinero, se pasea en los jardines de Armida, desembarca en +la isla de los amores de Camoens, y penetra en el propio paraso de +Mahoma. + +Si el mal se detuviese en esto, yo me callara; pero el mal no se +detiene. Los poetas crapulosos, como Baudelaire y Rollinat, se hartan y +se hastan de sus goces; sienten aspiraciones infinitas, hundidos ya en +el fango, y despus de haber renegado de Dios; y aqu te quiero +escopeta. Cada uno de ellos parece un energmeno. Sus versos son +pesadillas de un ascetismo bastardo y sin esperanza. Obsesos por el +demonio del remordimiento y por otros demonios ms feos y tiznados, +rompen en maldiciones y blasfemias inauditas. Ya nos aseguran que no hay +crimen que no sean capaces de perpetrar, ya se encomiendan devotamente +Lucifer, ya aseguran que quieren imitar Cristo, si bien suponiendo que +lo que Cristo prescribe y recomienda con el ejemplo es que nos matemos. +La muerte es la nica redencin posible. Adems, ellos entienden que +deben matarse en castigo de sus culpas. + + _Va, que la mort soit ton refuge!_ + _ l'exemple du Rdempteur,_ + _ose la fois tre le juge,_ + _la victime et l'xcuteur._ + +La situacin es tremenda, y empezando por versos de amor materialista +puro, como los catorce sonetos, se viene caer en ella, ms tarde +ms temprano, no desviarse pronto del mal camino. + +Las visiones de Baudelaire y de Rollinat espeluznan y descomponen el +estmago; dan horror y asco: es menester ser valientes y robustos para +resistirlas sin vomitar sin caer desmayado. Los suplicios ms feroces +que ve Dante en su _Infierno_, las abominaciones y espantos de los ms +ascticos libros cristianos, como _Gritos del infierno_, _Estragos de la +lujuria_, y otros as, son nierias y amenidades, si se comparan con lo +que Baudelaire refiere cuando l mismo se ve ahorcado, podrido y +hediondo, entre una nube de murcilagos y de grajos que le sacan los +ojos mordiscos y picotazos y se le comen por do ms pecado habia, y +con lo que cuenta Rollinat de aquel gato celoso, que yo sospecho que era +un demonio familiar, el cual araa y destroza su amiga en sitios tan +sensibles y ocultos. + +Si tamaas desventuras se tomasen por lo serio, sera cosa de deshacerse +en un mar de lgrimas, de morirse de pena y de terror entre convulsiones +horribles, y de aborrecer toda vida, y ms que ninguna la +sardanapalesca, que se entregaron estos vates ilustres, y cuyos +funestos resultados estamos tocando. + +Por dicha, yo me consuelo y tranquilizo con sospechar que, tanto en el +_sardanapaleo_ como en el lloriqueo, tanto en las culpas como en los +castigos, hay abundancia de filfa y camelo. Ni se divierte uno tanto +como dice, ni suele exclamar de corazn _qu ttrica es la vida!_ +despus de haberse divertido. En ambos extremos hay ponderacin +jactanciosa: _pose y blague_. Lo peor es el pesimismo. Si se adopta para +hacer efecto y darse charol, no tiene perdn de Dios. Por qu en odas, +en elegas, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotes +de filosofa, hemos de angustiar los mortales y quedarnos tan frescos? + +Todos, aunque seamos optimistas, tenemos ratos, y das y semanas de mal +humor, de tristeza y de abatimiento. As estaba yo, poco ha, cuando +escriba un amigo diplomtico extranjero, quien quiero mucho, una +melanclica carta. l me contest, consolndome con discretsimos +razonamientos, algunos de los cuales vienen tan pelo aqu, que voy +citarlos en el propio idioma en que estn escritos, abusando quiz de la +confianza y rompiendo el sigilo de la correspondencia. + +A quoi vous sert votre optimisme? (me dice). Notre matre le Docteur +Pangloss restait ferme dans la doctrine aprs des accidents bien +autrement facheux et malgr le cadeau dont l'avait gratifi Paquette et +dont vous connaissez la gnalogie. L'optimisme ne servirait-il rien? +On serait tent de le croire en voyant que les pessimistes sont en +general de fort bons vivants, qui s'arrangent une existence trs +agrable et qui sont trs peu presss de sortir de cette cration +manque. Leur chagrin est tout en rimes ou en livres de philosophie, qui +n'ont pas d'influence sur leur conduite journalire. Schopenhauer +n'avait pas l'air de s'ennuyer, si j'en crois ceux qui l'ont connu. +Boudha lui mme est mort d'indigestion, ce qui peut faire douter de son +asctisme et de son mpris des choses cres. Si nous faisions comme +eux et si nous prenions le monde comm'il est, runissant ainsi les +avantages des deux systmes? + +Estas palabras de mi docto amigo me sugieren una idea luminosa y +salutfera. Seamos optimistas y pesimistas alternativamente. Las cosas, +aunque no crea uno en el determinismo feroz que nos arrastra al vicio y +hasta al crimen, y aunque no vea uno siempre desolacin y dolor en torno +suyo, no estn por eso todo lo bien que sera de desear. Confesmoslo, +pero no nos aflijamos demasiado ni menos aflijamos los dems hombres +con nuestros quejidos y aullos. Conviene, pues, para esto, que nuestro +pesimismo, en vez de ser trgico, sea chistoso y cmico; como el +pesimismo de Voltaire, que en el _Cndido_ hace que nos desternillemos +de risa, , mejor an, como el de Cervantes, ms gracioso todava en el +_Quijote_, y lleno de dulzura y de cristiana resignacin, sin chispa de +hil ni de impiedad ni de odio. + +Y si, en el da de hoy, sin salir de Espaa, quiere usted hallar un +modelo acabado de este pesimismo para reir, bsquele en los escritos, en +prosa y verso, de Miguel de los Santos lvarez, y singularmente en +algunas octavas del poema _Mara_. El pesimismo se expresa en ellas con +tanto chiste y gracejo, que regocija, en vez de desesperar, y hasta se +le antoja quien lee recita aquellas blasfemias, no ya que l debe +perdonarlas _propter elegantiam sermonis_, sino que hasta la Soberana +Potestad, quien se dirigen, en vez de castigarlas, las celebra y las +re, como re y celebra la madre cariosa y benigna al nio pequeuelo y +mimado, si la insulta por que no le da, para que no le hagan dao, las +chucheras y golosinas que le pide. + +En resolucin, y para terminar, en las poesas amorosas mezcle usted +algo del cielo con la tierra, fin de no hallar _ttrica la vida_ +cuando est en lo ms florido de sus aos, y en lo dems procure usted +no caer en el pesimismo, y si cae en l, tmplele y endlcele con la +risa resignada y con la burla sin acbar de Cervantes y del antiguo +amigo de Espronceda. De esta suerte, ya que no los censores graves; los +que no lo son ni tienen autoridad para serlo, en lo amoroso perdonarn +usted las verduras, y en lo pesimista las injurias contra la +Providencia, cuyos designios y planes, que ignoramos y debemos acatar, +tal vez brillan justificados despus de tales ataques. + +Y con esto termino, augurando usted rica cosecha de laureles si sigue +mi consejo, y reiterndole que soy su afectsimo amigo. + +[Illustration] + + + + +COLECCIN +DE +MANUSCRITOS Y OTRAS ANTIGEDADES DE EGIPTO +PERTENECIENTES AL ARCHIDUQUE RANIERO + + +No pocos escritores han dado ya noticia de esta rica y curiosa +coleccin, pero nunca hasta ahora se haba expuesto toda ella al +pblico. + +A fin de que cualquiera logre enterarse algo de los objetos que la +componen, de su mrito y de su rareza, acaba de publicarse, en esta +ciudad de Viena, un precioso catlogo ilustrado. + +Como los objetos son muchos miles, no es posible que todos estn +estudiados y descritos en el catlogo. Este, no obstante, es un tomo en +cuarto mayor, de 292 pginas, letra muy metida, con veinte lminas y +noventa imgenes y facsmiles intercalados en el texto, y contiene la +descripcin de ms de mil cuatrocientos objetos. + +Lejos de ser todos de la misma poca, es tan varia su antigedad, que el +origen de algunos se remonta catorce siglos antes de Cristo, mientras +que los ms modernos son del siglo XIV de la Era cristiana. Todo ello es +visible y claro documento de la civilizacin, no interrumpida por +espacio de 2700 aos, en el pas que riega y fecunda el Nilo. + +Como dicha civilizacin ha adoptado, en el transcurso de los siglos, +diversas creencias religiosas, distintos usos, leyes y costumbres y +diferentes idiomas en que manifestarse, los objetos, aunque hallados +casi todos en el mismo lugar, varan en extremo. Slo por la lengua +escritura de los manuscritos pueden stos clasificarse en hierticos, +demticos, cpticos, griegos, latinos, arbigos y phlvicos, sea en la +lengua oficial de los persas en tiempo de los Sasanidas. + +Los ltimos vienen demostrar con evidencia que principios del siglo +VII de nuestra Era, el Egipto fu conquistado por Cosroes II, y que la +dominacin persa en aquel pas se extendi hasta la Nubia. + +Por la materia en que los documentos de la coleccin estn escritos, +tambin hay notable diversidad. Lo que ms abunda es el papiro, desde +los tiempos de Ranss II, el Sesostris de las historias clsicas. Siguen +los escritos en papiro, despus de la conquista de Alejandro Magno, en +el periodo helnico de los Ptolomeos, durante la dominacin romana y en +la poca bizantina. + +Cuando los rabes se apoderaron del Egipto, la civilizacin no se +eclips ni retrocedi, y el cultivo de la planta de que se saca el +papiro y la fabricacin del papiro tomaron mayor incremento, +proporcionando al Egipto prosperidad y riqueza. Las ms importantes +fbricas estaban en Wasima y en Bura, cerca de Damieta, desde donde se +enviaba esta mercanca los ms distantes y opuestos mercados: Roma, + Constantinopla, Bagdad, y Crdoba. + +En la coleccin del archiduque Raniero hay papiros escritos en lengua +arbiga, desde la conquista muslmica, en el siglo VII, hasta bien +entrado el siglo X; los hay del tiempo de los primeros sucesores del +Profeta, y de las dinastas de los Omiadas, Abasidas y Tulunidas. + +En el siglo X, tal vez antes, se haba ya extendido por el Asia +occidental y haba penetrado hasta el Egipto mismo un poderoso rival del +papiro que haba pronto de vencerle y dar con l por tierra. Era este +rival el papel de trapo. A lo que parece, el papel se conoca y usaba en +China desde la edad ms remota. Los rabes le importaron en Occidente. +La poca de este gran acontecimiento ha venido fijarse, poco ha, con +maravillosa exactitud. Se marca el da, el mes y el ao en que fu. Fu +el 7 de Julio del ao 751 de la Era cristiana. Los anales arbigos y los +chinos estn contextes en esto. Kao-Hsien-fa, general de Corea, fu +vencido por los rabes, que llevaban por auxiliares los turcomanos, +cerca de una ciudad llamada Kangli, en la orilla del ro Tharz. Los +vencedores traspasaron las fronteras mismas del Celeste Imperio +persiguiendo los chinos, y les hicieron muchos prisioneros. Entre +ellos haba, por feliz casualidad, algunos que tenan por oficio hacer +papel. Fueron stos llevados Samarkanda, donde pronto empezaron +ejercer su industria. Los productos de ella se difundieron, desde +Samarkanda, por el Occidente de Asia, por Africa y por Europa. Si tard +casi dos siglos en vulgarizarse el papel y en vencer al papiro, fu +porque los primeros fabricantes slo de algodn saban hacerle, y les +faltaba, bien abundaba poco, la primera materia. Al cabo vino +inventarse el hacer el papel de trapos viejos, y pronto entonces se +trasplant esta industria otros puntos. La segunda fbrica, de que +hace mencin la historia, se estableci en Bagdad el ao de 795, +reinando el califa Harun-al-Raschid. No tard mucho, probablemente, en +haber tambin fbricas de papel en Damasco, y desde all el papel empez + conocerse en Europa, tomando el nombre de _Charta Damascena_. + +En Egipto, los rabes emplearon ya el papel desde el siglo IX, y en la +coleccin del archiduque Raniero se ven escritos en esta materia, +empezando desde dicha poca y continuando durante las dinastas de los +Ichschidas, Fatimidas, Aijubidas y Mamelukos. + +Y lo ms singular, y acaso una de las cosas que dan ms precio esta +coleccin, es que, no slo hay manuscritos en papel, sino que +evidentemente hay tambin papeles, grabados impresos, que datan del +siglo X. Los rabes no se limitaron traer el papel desde la China, si +no que, por lo visto, trajeron tambin el arte de la imprenta antes de +que Gutenberg le inventase. Ya se entiende que esto excita la curiosidad +y el asombro, pero en manera alguna disminuye la gloria de Gutenberg, +como no quita Coln la gloria de haber descubierto la Amrica el +descubrimiento muy anterior y harto infecundo de los islandeses. + +Como quiera que sea, en la coleccin del Archiduque hay no pocos papeles +impresos, completamente como los impriman los chinos, y que son de +mediados del siglo X. + +El papel manuscrito es en la coleccin, segn es natural, ms antiguo +que el impreso. + +El primero, por orden cronolgico, entre los estudiados ya, es una +carta, en cuya direccin escrita en el respaldo se lee la fecha +correspondiente al ao 873 de nuestra Era. Hay despus un fragmento de +contrato del ao 909. La coleccin, adems de papiros y papeles, +contiene escritos en madera, en barro, en telas, en tablas de cera, en +metal y en varias clases de pergaminos de vaca, de carnero, de becerro y +de antlope, que eran los ms estimados. + +El conocimiento del arte de escribir y de todos los recados y sustancias +con y en que se escribe se puede adquirir visitando esta coleccin, que +viene ser una serie de monumentos de su historia. Y no es el menos +notable un cesto, de paja y camo entrelazados, donde hay tres paletas +de madera muy dura, en que se frotaba la pastilla barra de tinta +slida, humedecindola, para que, desleda, sirviese. En cada paleta +hay huecos en que se envainaban las caas plumas, de las que se +conservan tres. Cesto, _clamos_ y paletas, que an tienen tinta +endurecida, son de mil doscientos aos antes de Cristo, si hemos de dar +fe los inteligentes y al testimonio de un papiro con escritura +hiertica, que estaba unido dichos objetos. + +Como se ve, todos ellos forman un tesoro de imponderable valor para el +anticuario, y estn ahora expuestos al pblico en cinco salones del +Museo austriaco de artes industria. + +Lo ms importante lo descubri y trajo Viena el seor Teodoro Graf, de +quien, en 1884, lo adquiri el Archiduque. + +El tesoro procede de diversos puntos, por ejemplo, de Al-Uschmunein, la +antigua Hermpolis; pero el fondo principal se ha encontrado cerca de +Medina-al-Fayun, no lejos del lago Moeris, entre las ruinas de la ciudad +de Schet, llamada por los griegos Crocodilpolis Ciudad del Cocodrilo, +porque all era adorado el dios Sobk, cuya cabeza era como la de dicho +animal. Schet se llam ms tarde Arsinoe, en honor de la segunda reina +de este nombre, hija de Ptolomeo I. + +El libro, de que vamos extractando todas estas noticias, se titula _Gua +de la Exposicin_; est impreso en la imprenta Imperial y Real de la +Corte y del Estado, y ha sido compuesto por tres principales autores. En +lo egipcio ha trabajado el Sr. J. Krall; en lo greco-latino el Sr. K. +Wessely, y en lo arbigo el Sr. J. Karabacek, de quien es tambin la +Introduccin de la obra. + +Como yo no acierto escribir nunca con el conveniente disimulo +hipocresa, que alguien llama pudor literario, y, sin poderlo remediar, +impongo al pblico en mis secretos como si el pblico estuviese formado +de amigos ntimos, no he de ocultar aqu los sentimientos y +pensamientos, acaso abominables y vitandos, que acuden mi alma en +ella se despiertan, al visitar la referida Exposicin al hojear el +libro que la describe. Hubiera perdido algo el linaje humano con que +todos estos papiros y papeles se hubiesen perdido sin llegar hasta +nosotros con que nunca el Sr. Graf los hubiese descubierto? Sin duda +que suministran datos importantes y fehacientes, que aclaran no pocos +puntos histricos, y esto es una gran cosa; pero proporciona tanta +fatiga el estudiarlos, descifrarlos y traducirlos, que no s si el +resultado obtenido compensar nunca la fatiga. Si yo no fuese tan +aficionado saber, si mi afn de enterarme de todo no fuese tan vivo, +me importara poco que se descubriese, cada da, un cmulo de +manuscritos como el que posee y exhibe el Archiduque: pero yo quiero +saberlo todo, y como el tiempo me falta, y la vista me va faltando +tambin, y s poqusimos idiomas, se apoderan de mi espritu la +inquietud, el mal humor, algo como miedo de acometer un trabajo nuevo y +algo como envidia de aquellos para quien apenas es trabajo sino deleite +el investigar tales escritos y poner en claro lo que dicen. Entonces me +explico y casi aplaudo la supuesta verdadera conducta del califa Omar, +del Licenciado Barrientes, del Cardenal Cisneros, del arzobispo +Zumrraga, y de otros de quienes se cuenta que han quemado manuscritos. +La gente los denigra y los saca la vergenza como insensatos +fanticos, pero yo tal vez los miro como hericos dechados de caridad +desagradecida. Por fortuna, pronto desecho esta extraviada manera de +pensar y de sentir; y pues hay manuscritos, aspiro saber lo que dicen +y hasta informar un poco de su contenido los que sean ms ignorantes + menos estudiosos que yo, y algunos habr. + +Hasta ahora slo he hablado de lo material: del papiro, del papel, del +pergamino, de la tinta y de las paletas en que se deslea la tinta, all +en tiempo de los Faraones anteriores Moiss. Veamos ahora algo de lo +que los manuscritos contienen. + +Lo primero que se piensa es que son una mina de donde cualquiera autor +de novelas histricas pudiera tomar el legitimo _color local_, mejor +dicho _temporal_, para los sucesos que relatase. Acaso no quede acto de +la vida de un municipio y de las relaciones y tratos entre sus +habitantes del que no se encuentre algn testimonio en la coleccin del +Archiduque. Se dira que hay en esta coleccin cuanto se custodiaba en +las escribanas de Arsinoe y en el archivo de su Ayuntamiento: contratos +de matrimonio, partes de defuncin, recibos de contribuciones, pagars, +escrituras de compra, venta y arrendamiento, etctera, etc. Todo es +peregrino por la lengua en que se expresa, y porque nos parece que pasa + nuestra vista y que hemos ido retrocediendo veinte treinta siglos +contra la corriente de los sucesos que vuelven mostrarse como +presentes; pero, en lo esencial, aunque un poquito ms negros y ms +feos, apenas hay casos que no sean idnticos los de ahora: tributos +enormes, gente que se resiste pagar no puede, poco dinero, usura, +miseria en el pueblo bajo, y en los empleos pblicos filtraciones +irregularidades. + +Ejemplo notable de esto ofrece el manuscrito nm. 272, del siglo III de +Cristo, donde hay actas del Ayuntamiento de Hermpolis Magna. La ciudad +era esplndida; tena por patrono Mercurio Trimegisto, inventor de las +letras y de las ciencias; y los templos de dicho Dios, de Apolo, de la +Fortuna, de Serapis y de las Ninfas, eran de gran belleza. Sus colosales +ruinas pasman an al viajero. + +Aquel municipio era autnomo, y los encargados por eleccin de +gobernarle se titulaban el Ilustrsimo Concejo. Los negocios de que +habia que tratar se los repartan los concejales, y como los negocios +eran muchos y varios, es tambin muy variado el contenido de las actas. +As, refieren stas que dos regidores, Dioscrides y Sarapamn, se +apoderaron de las llaves del psito, y sustrajeron de all y vendieron +muchsimo trigo y cebada, toda la provisin de lentejas, y ms de cien +_artabos_ de vino de arroz. No contentos con esto, hicieron otras +muchas defraudaciones. De aqu largos y acaloradsimos debates en las +Casas Consistoriales, para ver cmo haba de reponerse la prdida, pues, + lo que se infiere, ni Sarapamn, ni Dioscrides tenan _talentos_, ni +_minas_, ni dracmas, ni bolos, ni _calcos_, ni _slidos_ (que eran las +monedas que entonces corran), porque todo lo haban liquidado. + +Dejemos nosotros en paz los seores Sarapamn y Dioscrides, ya que no +es posible que devuelvan de lo sustrado ni una lenteja, y procedamos +cronolgicamente en este rpido recuento. + +Las conjeturas y los ensueos, no slo deben de estar permitidos, sino +que suelen ser muy divertidos. Imagine cada cual lo que se le antoje: +ponga en la hundida Atlntida, en las regiones hiperbreas, ms all de +las Montaas Rifeas, y hasta en la Lemuria, si le parece bien, un foco +primitivo de civilizacin; lo cierto, lo demostrado es que la +civilizacin ms antigua es la de Egipto. Hace cerca de seis mil aos +que el Egipto est civilizado. Monumentos hay, en aquella tierra +portentosa, los que se atribuyen ms de cinco mil aos de edad, cuya +perfeccin y magnificencia no han sido despus superadas. Cualquiera de +ellos da muestra de que ya se conoca la escritura. La ms antigua, la +monumental y lapidaria, es la hieroglifica, que sigui emplendose hasta +el reinado del emperador Decio. + +De la escritura hieroglfica haba nacido la hiertica, que se us para +escribir en los papiros y que no era ms que la simplificacin de los +setecientos signos de que la escritura hieroglfica se compona. + +En el mismo cesto, donde estaba el recado de escribir de que hemos +hablado, se hall el ms bello y bien conservado escrito hiertico de la +coleccin archiducal. Se supone, pues, que es de la misma poca, sea +de 1200 aos antes de Cristo. + +Contiene, en forma de carta dirigida por un seor Pibesa un seor +Amenofis, una descripcin potica de la ciudad de Pi-Ranss, de la que +no queda rastro y sobre cuya posicin discuten los egiptlogos, aunque +convienen todos en que era la residencia favorita de Ranss II; tal vez +algo modo de un Aranjuez un Escorial de entonces. Segn la +descripcin, haba all hermosos palacios; toda comodidad, deleite y +regalo; bien cultivadas huertas, donde se cosechaban granadas, manzanas + higos; sembrados frtiles, estanques llenos de peces, mucha miel y +vino ms dulce y ms aromtico todava. + +Otro escrito hiertico de la coleccin, adornado con vietas y muy +extenso, es el _Litro de los muertos_ de Taruma, sacerdotisa de Ptah. +Una de las vietas representa el juicio de los muertos, y otra la momia +de la mencionada sacerdotisa, extendida en el lecho mortuorio, que tiene +forma de esfinge, sobre todo lo cual se alza volando el alma, bajo la +apariencia de un pjaro. Este _Libro de los muertos_ es, como otros que +del mismo gnero se conservan, una serie de oraciones salmos, con que +se provea los difuntos para que luchasen contra los tenebrosos +poderes del Amente Infierno, los venciesen, y pudiesen volver las +regiones de la luz. + +Los escritos demticos son pocos en la coleccin, al menos los +descifrados hasta ahora. Aunque se llaman _demticos_, sea populares, +son, lo que parece, harto difciles de leer, causa de las +abreviaturas y enlaces y de lo cursivo de las letras. En tiempo de los +Ptolomeos fu el mayor florecimiento de este gnero de literatura, cuyo +ms brillante fruto es la _Historia de Xamris y Neferchoptah_. En la +coleccin del Archiduque hay, en escritura demtica, conjuros para +evocar Osiris, Chu, dios del Oriente, y Amn, dios del Medioda. + +La magia y la teurgia eran ciencias muy cultivadas en Egipto, y con cuyo +auxilio se atraa la luna desde el cielo, se aprenda el lenguaje de +los pjaros, se transformaban las varas en serpientes y se hacan otra +multitud de milagros. Las frmulas, por cuya virtud se hacan, estaban +custodiadas en los colegios sacerdotales y en los Palacios de los +Faraones. Los profanos no iniciados no podan valerse de estas +frmulas, ni poseerlas escritas, sin exponerse muy severos castigos. +Hasta el mismo Faran, si tena el antojo de hacer algn milagro +valindose de las tales frmulas, se expona que el cielo le castigase +enviando su reino las ms espantosas plagas. As, pues, los conjuros +demticos que en la coleccin se ven, deben de ser una divulgacin +sacrilega, plebeya incompleta, de la alta y noble ciencia de los +sacerdotes y prncipes. + +Posee tambin la coleccin extraordinaria cantidad de escritos cpticos +(pasan de 4.000), en papiros, pergaminos y otras materias. A pesar de la +influencia cristiana, tan poderosa en esta literatura, que consta +principalmente de traducciones de textos griegos de la Biblia y de los +Santos Padres, la aficin la magia persiste an, y hay no pocos +conjuros y frmulas que servan de amuletos. Entre ellos se ven +combinaciones de palabras, que forman lo que, para diversin y +adivinanza, ha estado ltimamente en moda con el nombre de _cuadrado de +letras_. As, por ejemplo: + + s a t o r + a r e p o + t e n e t + o p e r a + r o t a s + +y este otro, hecho con palabras y letras griegas: + +[Greek: a l ph a + l e n + ph n + a l r] + +En la lengua cptica se contaban muchos dialectos y haban entrado +palabras extraas, ya del griego, ya del latn, ya del rabe. Se +empleaba el alfabeto griego, con la adicin de algunos signos para +expresar sonidos que con las letras griegas no podan expresarse. + +Paciencia ser menester para descifrar los cuatro mil manuscritos +cpticos de que hemos hablado, y de los cuales slo una vigsima parte +explica el Catlogo. Hay cartas particulares y de negocios, cuentas, +recibos, vidas de santos, la epstola del rey Abgar de Edesa +Jesucristo, y la contestacin de ste, homilas, plegarias y evocaciones +de varios linajes de seres sobrenaturales; del demonio Tamsari, del gran +querubn Asaror, de los espritus de los patriarcas Adn, No y +Matusaln, y del ngel Chrufos. + +Posible es que de tamao caos, despus de estudiar mucho y devanarse los +sesos, saquen los sabios alguna luz para la historia de las +supersticiones, ritos, doctrinas, cultura y modos de vivir, en los +tiempos ms obscuros, sobre todo para la Europa latina, sea desde el +siglo V al X. + +En la sala segunda estn expuestos los manuscritos griegos, que son los +ms lujosos, elegantes y de mejor gusto artstico. Los hay con dibujos y +letras de varios colores, y de plata y de oro. Todos son enrollados y no +en la forma moderna del libro. Tambin estos manuscritos son los ms +interesantes para la historia, porque, ya son ejemplo nico casi nico +de algo, ya dilucidan puntos obscuros, que la mayora de la gente no +les importan nada, pero que llenan de entusiasmo los historiadores y +arquelogos y hacen que prorrumpan en el _eureka_ de Arqumedes. +Brillante ejemplo del primer caso presta el pedazo de papiro sealado +con el nmero 531, donde se lee un coro del _Orestes_ de Eurpides, con +la msica con que se cantaba, y tambin con la msica instrumental del +acompaamiento. Este papiro es casi contemporneo del nacimiento de +Jesucristo: debe de tener mil novecientos aos de antigedad. + +Yo no s en qu consiste, ni me parece que el Sr. Wessely lo explica, +pero lo cierto es, que, fuera de este coro con msica y quiz de algn +otro papiro, conteniendo amuletos, conjuros fragmentos literarios y +sin fecha cierta, no hay entre todos los papiros griegos descritos uno +solo anterior la Era cristiana. Los ms antiguos son de fines del +primer siglo de dicha Era, esto es, cuando ya la dominacin helnica y +su cultura y sus letras prevalecan en Egipto haca cuatrocientos aos. + +Desde el de 83 hasta el de 735 dgase mucho despus de la conquista de +Egipto por los rabes, que tuvo lugar en 642, hay papiros griegos en la +coleccin del Archiduque. La cultura helnica persisti despus de dicha +conquista. En todo, dur en Egipto ms de mil aos. + +Las noticias de la vida pblica y privada que contienen estos papiros, +son en extremo curiosas y pueden producir al que las recoja una +abundante cosecha de datos para la historia y para las ciencias +auxiliares de ella, como la cronologa, la lingstica, la arqueologa y +la economa social. As, v. gr.: un papiro de la coleccin es el nico +documento escrito del reinado de noventa das de los emperadores Pupieno +y Balbino. En otro papiro se declaran los ttulos de la reina de +Palmira, Zenobia, y de su hijo, que rein par de ella, y que se +llamaba y titulaba Aurelio Septimio Vabalato Atenodoro, _vir +clarissimus, Rex, Imperator, dux Romanorum_. Otros papiros dan muestra +de la decadencia literaria, de la corrupcin que se fu introduciendo en +el idioma, del mayor nmero de extravagancias, supersticiones y +tristezas que conturbaron los espritus, de la poderosa reorganizacin +del imperio por Diocleciano y Constantino, del triunfo de la religin +cristiana, y de la vergenza de la universal bancarrota del Estado y del +rebajamiento en la ley de la moneda. + +Todo esto lo ve sin duda pasar ante sus ojos, como si estuviera viviendo +entonces, el que sabe leer los papiros y los lee. A veces conoce, no ya +la vida de una sola persona, sino la historia de toda la familia y de +sus bienes de fortuna durante algunas generaciones. En un contrato de +compra y venta en el ao de 268, vemos la rica y joven viuda Priscila +comprando una bonita esclava en la flor de su edad, y pagando por ella +cinco mil dracmas. Como ya la muchacha haba pertenecido un oficial de +caballera, llamado Aurelio Coluto, no es muy de creer que su inocencia +inmaculada entrase por mucho en tan subido precio. La seora Priscila +deba de ser caprichosa y vivir con lujo y aparato. Su hermosa casa +estaba en la _Calle del Castillo del Occidente_, en la ciudad de +Hermpolis. Pero no hay bien ni mal que dure cien aos. La seora +Priscila tena un hijo llamado Aurelio Nicon Aniceto, que fu del +Ayuntamiento, y que no sabemos cmo administrara la fortuna comunal, +pero s que administr tan mal la propia, que tuvo que empearse y hasta +que hipotecar la casa de la _Calle del Castillo del Occidente_. Tom +prestados sobre esta hipoteca: primero, cuatro mil doscientos dracmas; +al ao siguiente, mil quinientos ms; otro ao despus, mil doscientos, +y todava otros mil quinientos dracmas, un ao ms tarde. El resultado +natural fu que tuvo que vender la casa, poco tiempo despus, la +seora Aurelia Serapias, hija de Trimoros, de quien yo sospecho que era +un usurero terrible. La seora Aurelia Serapias haba de parecerse mucho + su padre, y slo di por la casa tres mil dracmas sobre lo que ya +haba prestado. Es casi seguro que la casa estara apreciada, en nmero +redondo, en dos talentos, sea doce mil dracmas; de suerte que, al dar +los tres mil y cobrarse lo prestado, la seora Aurelia Serapias todava +tuvo un beneficio de seiscientos dracmas lo menos. + +Raros son los papiros que no contienen noticias lastimosas; pero, al +fin, algunas hay alegres tambin. Pondr por caso la certificacin, +expedida por un juez de los juegos olmpicos, de que Horin ha alcanzado +la victoria y ha sido coronado son de trompetas. La certificacin es +del tiempo del emperador Galieno y se dirige al Ayuntamiento de +Hermpolis para que honre, como debe, al referido Horin, natural de +dicha ciudad. A los vencedores en los juegos se les concedan no pocos +privilegios y distinciones, exencin de ciertos tributos y hasta +pensiones, veces. + +La serie de documentos es larga, y sera prolijo, para un artculo, +detenerse ms en dar cuenta de ellos. Los que ms abundan son los +contratos entre particulares y los escritos relativos al cobro de las +contribuciones, las cuales eran en dinero, en toda clase de cereales, +viandas y frutos, y hasta en equipo para los militares. La corrupcin de +los que recaudaban, las vejaciones que imponan, el susto que les +entraba cuando haba visita de inspeccin, y la creciente pobreza y +opresin del pueblo, todo se refleja en los papiros como en un espejo. +La sociedad hubo de hacerse tan insufrible para la mayora de los +hombres, que se comprende la mana que se apoder de muchos de huir de +las ciudades y de retirarse los yermos hacer vida de anacoretas. + +El pueblo egipcio deba de estar cada da ms humillado por sus +sucesivos dominadores, de todos los cuales iban quedando descendientes +con privilegios como hombres de raza superior, formando colonias +militares y constituyendo, modo de un ejrcito de reserva, para +sostener el gobierno central, primero de los Ptolomeos, y despus de los +Csares. En los papiros se ven cada instante las huellas de estas +clases privilegiadas. Ellas acaso ayudaran las legiones romanas para +defender el Egipto, aunque en vano, primero contra los persas, y contra +los rabes despus. + +La dominacin persa no hubo de durar ms de dos tres aos. Sin +embargo, la coleccin del Archiduque Raniero encierra centenares de +documentos que atestiguan esta dominacin, la cual termin sin duda en +tiempo del emperador Heraclio. + +De los manuscritos phlvis no da la gua de la Exposicin traduccin ni +cuenta, disculpndose los autores con la dificultad que ofrece la +inteligencia de este idioma, del cual, segn se hablaba en tiempo de los +Sasanidas, afirman que slo quedan algunas monedas inscripciones en +piedra que puedan haber servido para prepararse interpretar los recin +descubiertos manuscritos, que hoy posee el Archiduque, y son, lo que +parece, los nicos en su gnero. + +Entindase que yo hablo como profano y que no acierto decidir si el +phlvi en que estn escritos los papiros de la coleccin archiducal es +otra lengua distinta de aquella en que est escrita parte del +Zendavesta, si hay algn libro sagrado escrito en un phlvi menos +antiguo, ya del tiempo de los Aquemenides, ya del tiempo de los +Arsacidas, ya del de los Sasanidas mismos. En este ltimo caso, dicho +libro podra servir, como escrito en idntico idioma, para traducir los +manuscritos persas del Archiduque. + +La parte de los manuscritos latinos es muy pequea en el Catlogo. El +latn era en todo el Imperio romano el idioma de las leyes y de la +milicia; pero, en Egipto, para la administracin, el comercio y los +contratos, se empleaba el griego. As es que hay pocos manuscritos +latinos y casi todos de asuntos militares. + +Es de lamentar que entre tanto manuscrito del largo, del milenario +perodo greco-latino, apenas se haya descubierto nada que tenga valor +esttico, salvo el pedazo del coro de _Orestes_, con su msica. Lo ms +notable, despus de dicho coro, es un fragmento del prlogo de un drama +de Epicarmo, titulado _Ulises explorador_, donde el astuto hroe se +disfraza de mendigo y penetra en Troya para averiguar lo que all pasa. +Hay asimismo dos hojas de pergamino de un discurso de Esquines +impugnando Demstenes. El discurso fu pronunciado 330 aos antes de +Cristo; y el pergamino de que hablamos es del siglo V de nuestra Era. +Hay, por ltimo, dos antfonas del siglo IV, y pedazos de las Escrituras +Sagradas y de varios Evangelios no cannicos. + +La conquista de Egipto por los rabes, en 642, fu para el pueblo +conquistado una felicidad, aunque efmera. Los rabes fueron recibidos +por los coptos como simpticos vengadores y libertadores. No eran como +los brbaros que haban acabado con la dominacin romana en Europa, sino +un pueblo de cierta cultura sencilla, primitiva y patriarcal, cultura +que contaba siglos de duracin y que en no pocos de sus rasgos tena +bondad y aun delicado refinamiento. Como los rabes venan adems, en +corto nmero, ni queran, ni podan, ni necesitaban oprimir demasiado, +luego que pasaba el primer choque de la invasin y de la guerra. Amr, +en otro tiempo mercader de cueros y de especias, y luego general del +califa Omar, invadi el Egipto y se apoder de aquella regin frtil y +dilatada, con un pequeo ejrcito de tres mil cuatro mil hombres bien +disciplinados. Por una corta capitacin anual poda cada habitante vivir +tranquilo en su casa, con su familia, su religin y sus leyes. Amr, +lejos de quemar la Biblioteca de Alejandra, protegi las artes, la +industria y el comercio, hizo que el Egipto volviese florecer. + +Los papiros que describe el Catlogo dan repetidos testimonios de esta +benfica suavidad de la conquista musulmana. Los aficionados ensalzar +el islamismo hallarn aqu nuevas pruebas de que, si bien los rabes no +fueron un pueblo inventor, fueron conservadores de las ciencias, +aficionados ellas, y vehculo intermedio de las invenciones, ideas y +civilizacin de otros pueblos. + +Durante algunos siglos, tal vez se pudo imaginar que la luz del saber +iba extinguirse entre los pueblos cristianos y resplandecer entre +los muslimes, y que stos llevaban la delantera en el camino del +progreso: pero, en el seno tenebroso de la barbarie europea, en medio de +las ruinas del Imperio de Occidente, de donde surgieron nuevos Estados, +compuestos de una inerme y abyecta grey, oprimida por una casta +superior, ignorante y belicosa, haba grmenes tan fecundos, que de +ellos brot esta civilizacin ms alta, que dura an, que ha llegado +maravilloso desenvolvimiento, y que es de esperar que ya nunca muera, +pesar de las extraas enfermedades que suelen atacarla cuando ms se +ufana y se engre con sus triunfos y su gloria. Las naciones muslmicas, +entre tanto, han descendido muy por bajo del nivel que en su origen +tenan y se han sumido en la barbarie. Como no nos incumbe aqu explicar +las causas de todo esto, nos limitamos decir que en los manuscritos +del Archiduque hay abundancia de datos que pueden valer para explicarlo, +y que, por consiguiente, dichos manuscritos no importan slo la +historia de Egipto, sino la historia de la civilizacin del linaje +humano. + +Acaso se pruebe por ellos que no dur mucho la mejor condicin del +pueblo bajo el dominio musulmn. La poblacin decrece en los sucesivos +censos, aunque puede atribuirse que no pocos copts se hacen sectarios +del Islam; la opresin y los malos tratos van aumentando contra los que +no reniegan; y los tributos cunden y se agrandan poco poco, hasta el +punto de echar de menos los peores das del imperio bizantino. + +De todos modos, la cuestin es complicada y no debe decidirse de plano. +La rica coleccin de documentos, que posee el Archiduque, es un arsenal +que suministra armas para defender cualquiera tesis. Lo que desde luego +puede afirmarse es que, en aquellos siglos, ninguna horda, tribu +nacin haca ni hubiera hecho conquista tan benigna como las de los +rabes. Los dieciocho preciosos documentos, de que el Catlogo da +cuenta, contemporneos de la conquista, y slo posteriores los ms en +doce catorce aos la muerte de Mahoma, manifiestan la bondad y la +moderacin de los conquistadores. En cambio, otros documentos de poca +posterior se pueden aducir, como prueba de la dureza de la dominacin +muslmica, al menos contra los cristianos. A veces los sellaban en la +mano con un hierro candente, y los que no llevaban este sello los +solan castigar con azotes, y hasta con la muerte. Bien es verdad que +los coptos se rebelaron en varias ocasiones, y ya la rebelin sofocada, +fueron reducidos muchos la condicin de esclavos, pudiendo acaso +decirse en defensa de los muslimes que en los pueblos de la Cristiandad +hubo hasta muy tarde la cruel costumbre de sellar los esclavos de la +misma suerte, no en la mano, sino en la cara. + +Al lado de esta y otras huellas de ferocidad, hay tambin documentos, de +los que da cuenta el catlogo, en que conviene celebrar ciertas +elegancias, primores y hasta ternuras que parecen propias de las ms +cultas edades. Citar, por ejemplo, el fragmento de una carta de amor, +escrita en el siglo IX, donde el amador ausente se considera tan herido +en el corazn y en el alma, que va morir de mal de ausencia. Es adems +muy interesante la postdata de esta carta sentimental, ya que por ella +se ve que fue confiada una paloma mensajera. En el siglo IX estaba, +pues, establecido este modo de correo, y es probable que, no slo el +gobierno, sino los particulares, hubieran podido valerse de l. De +trecho en trecho haba estaciones palomares, cada uno de los cuales +llegaba con cada carta una paloma que l perteneca: los empleados +all confiaban la misma carta otra paloma, que la llevaba hasta la +prxima estacin, y as sucesivamente llegaba la carta su destino. De +esta manera, sin duda, el califa reciba nuevas de cuanto iba ocurriendo +en sus extensos dominios. Tal vez estas nuevas se ponan en conocimiento +del pblico. Como prueba de que los particulares se valan del mismo +medio de comunicacin, puede aducirse, en los tiempos ms antiguos, un +papiro pergamino finsimo destinado al efecto, y ms tarde, unas +hojitas de papel, que se llamaba _de pjaro_, y que vena tener seis +centmetros de ancho y nueve de largo. + +En suma, la coleccin de manuscritos del Archiduque, en su parte +arbiga, da conocer ya mucho la vida, usos y costumbres de los +muslimes en los siglos medios; aclara bastantes puntos oscuros, corrige +no pocos errores histricos, y ofrece an vasto y apenas explorado +campo, primero al estudio de los arabistas, y despus las +consideraciones, comentarios y consecuencias que pueden y deben sacar +los historiadores y los filsofos. + +Yo me he limitado dar de todo la ms superficial noticia. Para +terminar, recomiendo ahora mis lectores, si alguno tengo que sea +curioso y entendido en estos asuntos, que, ya que no pueda ver la +Exposicin, compre el catlogo y le lea. Con esto sabr algo, pero no lo +sabr todo. El catlogo es una fuente , si se quiere, un ro de +conocimiento; pero los objetos no catalogados ni descritos an son la +mar. Me aseguran que pasan de cien mil. Todos los das anuncian los +peridicos de aqu interpretaciones explicaciones de nuevos +manuscritos. Anteayer mismo trajeron que se haban descifrado un himno +demtico al Dios Soknopaios, compuesto por su propio sacerdote y escrito +en un rollo de papiro de ms de un metro de largo, y dos tres +captulos de la obra de Xenofonte, titulada _Helnica_, donde trata de +los ltimos casos de la guerra del Peloponeso. + +Slo Dios sabe lo que se descubrir todava; y como ser cuento de nunca +acabar, no debe ser censurado que en cierto modo acabe yo este articulo +sin que, en realidad, acabe ni haya motivo para que acabe. + +[Illustration] + + + + +DE LOS AUTORES PORTUGUESES + +QUE ESCRIBIERON EN CASTELLANO[1] + + +Durante no breve tiempo, la atencin del pblico inteligente, y, sobre +todo, de las pocas personas que leen en Espaa, se fij con tal ahinco y +con tan candorosa admiracin en el movimiento intelectual de Francia, y +quiz de algn otro pas de los que en el da se consideran al frente de +la civilizacin de Europa, que descuidamos mucho el conocimiento de +nuestros autores, y aun llegamos mirarlos con desdn, ms menos +encubierto. + +[1] _Catlogo razonado, biogrfico y bibliogrfico, de los +autores portugueses que escribieron tn castellano_, por D. Domingo +Garca Prez, Doctor en Medicina y Ciruja, antiguo Diputado de la +nacin portuguesa por la ciudad de Setubal.--Madrid, 1890. + +De aqu sin duda el escaso cultivo que hemos dado nuestra historia +literaria, de la cual no tenemos an tratado de conveniente extensin y +escrito por un espaol en nuestro propio idioma; Amador de los Ros dej +en el punto ms interesante su grande obra, y lo menos malo completo que +tenemos hasta hoy, prescindiendo de la frialdad y pobre sentir de las +bellezas, es el libro del anglo-americano Jorge Tiknor. + +Recientemente, acaso desde nes del primer tercio de este siglo, el amor +propio nacional nos ha estimulado, y la aficin las letras patrias se +ha despertado en Espaa, al menos en el pequeo circulo de los que +gustan de libros y no se emplean enteramente en las interminables +discusiones polticas. + +Nuestros antiguos libros, circulaban en ediciones detestables, que +arredraban los tibios y no consentan que los leyesen, se haban +hecho raros, cayendo los ejemplares que an quedaban en poder de +biblifilos, que hacan de ellos misterioso tesoro, estimando menudo +con perversa crtica, cada libro, ms por su rareza que por su valor +literario. + +En esta situacin, empez publicarse en 1847 1848 la _Biblioteca de +autores espaoles_, de Rivadeneyra, la cual hizo un gran servicio, +divulgando el saber de nuestra literatura y procurando que este saber +pudiese ser algo ms que somero, sin convertirse en ciencia oculta, de +la que slo entienden los iniciados. + +Desde entonces, as los que compusieron los prlogos, introducciones y +notas los varios autores que public Rivadeneyra, como otros eruditos +que tal vez han venido despus, y entre los que descuellan Menndez y +Pelayo, Adolfo de Castro, Laverde y Canalejas, han ido juzgando y +estimando en lo que se debe nuestra amena literatura, poesa lrica y +pica, novelas y teatro, y hasta nuestros historiadores, filsofos y +dems hombres de ciencia. + +An queda bastante que hacer en este punto de la crtica, y es harto +difcil ponerse en el medio razonable para no desdear demasiado ni +encomiar tampoco sin medida lo que no lo merece. El segundo escollo es +el ms peligroso de los dos. Quien en l se coloca, en vez de ganarse +las voluntades y de fomentar la aficin los antiguos libros espaoles, +infunde al vulgo, la gente de mundo semi-ilustrada, miedo y hasta +repugnancia, no falta de fundamento, porque si alguien lee un libro que +el crtico le ponder como un primor, lleno de ingenio y de gracia, oro +de Tbar de poesa, etc., y se aburre leyndole y le halla tonto +inaguantable, creer que con todos los dems libros que le pondere el +crtico le suceder lo mismo, y no leer ninguno, y tendr vehementes +sospechas de que no es muy divertida la antigua literatura espaola. + +Harto sabemos todos que la moda, las ideas del tiempo en que se vive, el +chiste de fecha reciente, es lo que el vulgo literario penetra bien y +aquello en que se complace. De lo pasado suele penetrar poco, y no se +divierte ni se interesa por ello; pero, en otros pases, no son los +hombres tan rebeldes toda frula como en Espaa; no tienen tanto el +valor de sus opiniones, y reconocen las autoridades y las acatan y se +someten. Aqu no. Un ingls ir oir un drama de Shakespeare, y +bostezar y se fastidiar de muerte, pero no se atrever decir que el +drama es malo; antes bien, le declarar maravilloso y estupendo: +mientras que todo espaol, y ms an toda espaola, si va al teatro y se +fastidia se duerme con Tirso con Lope, dir desenfadadamente que +Lope y Tirso nada valen. La otra noche, por ejemplo, representaron aqu, +en uno de nuestros mejores teatros, una comedia de Molire, traducida +por Moratn, y el pblico, que era de lo ms selecto de esta coronada +villa, ech rodar sin el menor escrpulo la gloria del gran dramaturgo +francs y de nuestro egregio poeta clsico, y sali casi unnime +sentenciando que era estpida la tal comedia. + +El critico y el historiador de nuestra literatura deben tener presente +todo esto para no excitar con sus alabanzas la lectura de libros que +no merezcan ser ledos, pero tampoco deben escatimar el encomio todo +libro trabajo que sea digno de l, aunque la generalidad del pblico +no sepa apreciarle. + +La lectura de libros antiguos, aun de puro pasatiempo, requiere cierto +aparato de erudicin y bastante fantasa, discreta ilustrada, para +trasladarse en espritu la edad en que cada autor escribi, y +comprenderle y sentir con l como su contemporneo, juzgndole despus +sin pasin y volviendo, al hacer el oficio de juez, vivir en la edad +en que ahora vivimos. + +Slo as se podr componer al cabo una historia completa de nuestra +literatura de nuestra cultura en general, donde se tase su valor, ya +absoluto, ya con relacin la cultura de Alemania, Italia, Francia +Inglaterra, que son los cuatro pueblos que con los de esta Pennsula han +estado alternativa simultneamente la cabeza de la civilizacin del +mundo, desde que empez la historia moderna hasta hoy. + +En Espaa podemos jactarnos de la cantidad de lo que se ha escrito. +Somos ricos en obras. No hay una sola lengua literaria, sino tres: la +castellana, la portuguesa y la catalana. Y en cada una de estas tres +lenguas, sobre todo en las dos primeras, ha habido un enjambre de +fecundsimos autores. Pero como muchos catalanes y muchsimos +portugueses han escrito en castellano, la literatura castellana, aunque +slo fuese por esto, sera la ms rica de las tres. + +An nos queda mucho por hacer fin de lograr una cosa con la que yo +sueo: una literatura selecta espaola: una bibliotequita, por ejemplo, +de cuarenta cincuenta volmenes, chiquitos, elegantes y primorosos, +donde se reuniese lo mejor de nuestra inmensa riqueza intelectual; +bibliotequita que leyesen las damas sin fatiga y hasta con gusto, y que +ellas pudiesen tener en sus habitaciones, al lado en lugar de los +autores franceses que leen ahora cuando algo leen. + +Esta seleccin atinada no se ha hecho bien an. Hay motivos, que sera +prolijo exponer aqu y que la dificultan. De ello proviene que las +letras en Espaa son menos populares y divulgadas que en otros pases; y +que pasado el momento de la moda, si llega durante su vida estar de +moda un autor, todo cuanto se ha escrito se hunde en el ms profundo +olvido para el pblico, y slo permanece para los eruditos, casi como si +fuera una reconditez. De ello proviene tambin algo de muy lamentable +de muy risible, segn el humor con que se considere: un divorcio casi +completo entre lo literario y lo ameno interesante, sobre todo en el +teatro, que es por donde el vulgo, que apenas lee, penetra en el +santuario de las letras. A menudo se oye decir la salida de los +teatros--la comedia no tiene sentido comn, pero me ha interesado me +ha divertido:-- bien,--mucho me ha fastidiado el drama, pero confieso +que tiene mrito literario y _qu buen verso!_--Lo cual da malsima +idea de autores y de pblico, porque razonablemente no se concibe que lo +absurdo divierta interese, ni menos an que tenga _buen verso_ ni +mrito literario lo fastidioso. + +De todo lo dicho se infiere que debemos propender que salgan en Espaa +las letras amenas del apartamiento en que viven, con respecto la +generalidad del pblico, y lo que es ms de sentir, con respecto lo +que ahora llaman _high life_, en cuyos centros rara vez se ve un libro +en castellano. + +Alguna culpa tienen de esto los biblifilos. No pocos de los libros que +publican en ediciones elegantes, que jams rara vez tuvieron en +Espaa los autores que todo el mundo debiera leer sin aburrirse, son +libros que valen por su rareza, y no valen nada en cuanto dejan de ser +raros; libros que suele no ver sino por el forro el curioso vanidoso +que los compra, pudiendo afirmarse que de los trescientos +cuatrocientos ejemplares de que consta la tirada, las dos terceras +partes quedan con las hojas unidas sin que llegue separarlas la +plegadera. + +Mi espritu muy inclinado las contradicciones, si bien ms aparentes +que reales, me ha llevado decir cuanto va dicho, sobrado extensamente +si se mira al objeto que hoy me mueve escribir, y me lleva en seguida + aadir algo que parece diametralmente opuesto. Y lo parece aunque no +lo es, porque, fin de llegar la clasificacin y seleccin deseada, +que tengamos bien determinadas nuestras obras maestras, y que salgan, +digmoslo as, de entre el ingente cmulo de cuanto se ha escrito, para +que el vulgo las admire, importa que ese ingente cmulo se forme todo y +venga ser conocido, al menos por los que especialmente se dedican al +estudio. + +En este sentido, sin salvedad ninguna y con toda el alma, es menester +declarar que son altamente benemritos de la patria y de la cultura +castiza, Gallardo, Estbanez Caldern, Gayangos, Durn, Barrera y +Leirado, Sancho Rayn, Zarco del Valle, Valmar, Caete, los dos +Fernndez-Guerra y algunos otros. + +El autor del libro de que voy aqu dar cuenta, ha venido colocarse + no poca altura, en compaa de tan ilustres crticos y eruditos. + +Aunque D. Domingo Garca Prez es portugus de nacin, pas su primera +mocedad en Granada, y estudi en el colegio del Sacro-Monte, donde fu +compaero de los Fernndez-Guerra, y donde, sin duda, tuvo por maestros + D. Juan de Cueto y D. Baltasar Lirola, quienes hubieron de +inspirarle su buen gusto en literatura y su amor la de Castilla y al +idioma de Castilla. Dan prueba de ello el estilo fcil y castellano +castizo con que su libro est escrito; la gran copia de noticias +curiosas interesantes que el libro contiene sobre la vida y las obras, +de quinientos seiscientos autores, y la multitud de composiciones, muy +raras inditas, que en sus pginas encierra. + +Sin duda el Sr. Garca Prez debe bastante, como l mismo confiesa, +trabajos anteriores de los crticos eruditos castellanos que mencionamos +ya, y tambin los trabajos de algunos egregios portugueses, como +Barbosa, Inocencio de Silva y Costa Silva; pero es de admirar lo mucho +enteramente nuevo con que ha sabido enriquecer su obra. + +sta sigue el orden alfabtico por los apellidos de los autores, que nos +atreveremos aqu distinguir y clasificar. + +Unos son celebrrimos en Portugal; son los principes de las letras de +aquel pueblo. Lo que han escrito en portugus casi siempre vale +importa ms que lo que han escrito en castellano. En este nmero pueden +ponerse Camoens, Gil Vicente, Bernardn Riveiro, Mousinho de Quevedo, el +P. Vieira y dos condes y una condesa de Ericeira. Otros son tan ilustres +y tan dignos de serlo en Portugal como en Castilla; as, por ejemplo, Sa +de Miranda. Otros, aunque portugueses, alcanzan ms gloria y nombrada +por sus escritos en castellano, y se cuentan entre nuestros clsicos, +como Jorge de Montemayor, Gregorio Silvestre y D. Francisco de Melo. Y +otros que, si menos gloriosos, son en Espaa muy conocidos por su +laboriosidad fecunda, como Fara y Souza. + +Es muy grande el nmero de dramaturgos portugueses que, sobre todo, bajo +el dominio de los tres Felipes, escribieron en castellano sus comedias. +El ms ilustre fu Matos Fragoso. Sguenle dos Pachecos, Cayetano Souza +Brandao y otros varios, entre ellos algunas poetisas. De todos trae +Garca Prez noticias biogrficas y bibliogrficas en abundancia. + +Ms interesante, y casi siempre ms nuevo, suele ser lo que nos ensea +el Sr. Garca Prez sobre otros portugueses que tambin escribieron en +castellano, y son clebres por su ciencia, por sus hazaas, por sus +peregrinaciones por el brillante papel que representaron en la +historia de la Pennsula, y aun de todo el mundo, interviniendo en +nuestros descubrimientos, colonizaciones, misiones y conquistas. As el +infante D. Pedro; Garca de Santisteban, compaero del Infante y +narrador de sus viajes por las _siete partidas del mundo_; el gran +Fernn Mndez Pinto, cuya veracidad se va limpiando de sospecha conforme +se conocen mejor el Asia Central y el extremo Oriente; Pedro Texeira, +que nos describi la Persia; el eminente gemetra y cosmgrafo Pedro +Nez; el astrnomo Silva Freire y bastantes misioneros y mdicos, +escritores y menudo peregrinos, que nos han informado de la fauna, de +la flora y de las lenguas, usos, religin y costumbres de tierras y +naciones remotas. + +No pequea parte del libro del Sr. Garca Prez la ocupa otro linaje de +escritores, que por su casta y creencias se pueden agrupar, y cuyos +escritos y vidas eran hasta ahora muy poco nada conocidos, no ser +por sujetos de mucha erudicin muy consagrados un estudio especial. +Hablo de la multitad de judos portugueses, que huyendo de la +Inquisicin fueron casi todos refugiarse Amsterdam y en otras +ciudades de Holanda y Francia, donde escribieron en castellano poesas, +novela, filosofa, religin, poltica y otras ciencias. En esta cuenta, +si bien alguno pueda tenerse por espaol, como Miguel de Barrios, que +naci en Montilla, aunque de origen portugus, pone nuestro autor +Manass ben Israel, los Abarbanel y Abohab, Baruch Nehemias, David +Neto, Isaac Orovio de Castro, Samuel Silva, Moiss Pinto Delgado, + Abraham Pizarro, Abraham Ferreira, Antonio Henrquez Gmez, y no +pocos ms, mostrando notable diligencia en los informes que da de las +varias andanzas y de los escritos de cada uno de ellos. + +Algunos artculos del _Catlogo_ del Sr. Garca Prez tienen +extraordinaria extensin y retratan hbilmente la condicin moral y la +vida del personaje que se refieren. Entre estos artculos merece +mencionarse aqu el del famoso conde de Villamediana, poetizado por su +trgica muerte y por los bellos romances histricos del duque de Rivas. +La circunstancia de haber nacido el Conde en Lisboa, por haber ido all +sus padres cuando Felipe II se coron rey de Portugal, hace que el Sr. +Garca Prez le incluya en su catlogo. De su vida y de sus escritos +inditos public, pocos aos ha, un libro interesante el Sr. Cotarelo y +Mori. El asesinato del Conde hace ganar ste alguna simpata; pero +justo es declarar que, si la venganza fu criminal infame, casi puede +calificarse de merecida. Villamediana abus de su ingenio, que le tuvo +sin duda, aunque estragado por el mal gusto, la pedantera y la carencia +de sentido moral, y abus de su riqueza, de su posicin, de sus bros y +de otras buenas prendas personales, para ser procaz y satrico, +pendenciero, vicioso y con las mujeres violento y desenfrenado. Su lance +con la marquesa del Valle, que fue su amiga, y quien, por celos, +arranc las joyas que le haba dado, desgarrndole el vestido, +abofetendola y magullndola hasta el punto de que aquella dama estuvo +la muerte, es accin tan brutal que no tiene perdn, fuesen las que +fuesen las traiciones infidelidades de la vctima. Y no contento +Villamediana con el material ultraje, volvi ofender la dama +hirindola en el alma y pisoteando su honra en un romance que hizo +circular, y donde la acusa de que el caudal de l no bast saciar la +codicia de ella, y donde, aludiendo al glorioso Hernn Corts, de quien +proceda el ttulo de la Marquesa, dice sta jugando del vocablo: + + _De la herencia de Corts,_ + _Que en herencia te cabia,_ + _Heredas ser cortesana,_ + _Repudias la cortesia._ + +De otro singular personaje nos informa tambin muy detenidamente el Sr. +Garca Prez, prometindonos casi la publicacin de un curioso +manuscrito que de l posee. Es una relacin circunstanciada de lo que +vi, observ hizo el autor, durante algunos meses del ao de 1605, que +estuvo pretendiendo en Valladolid, donde resida entonces la corte. Por +lo que se puede presumir de las muestras que he visto de esta obra, hay +en ella mucho chiste y gracejo, si bien combinado con el deplorable mal +gusto, el enmaraado y pedantesco culteranismo, la impertinente +erudicin y el abuso de los retrucanos. Aunque el autor, que se llamaba +Tom Pinheiro da Veiga, natural de Coimbra, logr el empleo que +pretenda, no parece que sali muy prendado de Valladolid, ni bastante +agradecido, para no decir mil horrores de todo. Su relacin, no +obstante, debe ser animado retrato de la alta sociedad espaola de +entonces. A ser el retrato fiel, dicha alta sociedad quedara muy +malparada. Triste es tener que confesar que la corrupcin haba de ser +grande; pero algo ha de atribuirse tambin la mordaz maledicencia de +que se haca gala, y cierto odio contra Castilla, que siempre ha +solido brotar con lastimosa lozana en las almas de algunos habitantes +de las diversas regiones de esta Pennsula. Los espaoles, para que la +voz sea ms comprensiva, sin anfibologa, los _iberos_, solemos ser muy +biliosos y con frecuencia murmuramos de los propios ms que de los +extraos. El Sr. Garca Prez inserta en su libro unas quintillas +tremendas de Pinheiro da Veiga, por donde ya se puede comprender el tono +y carcter maleantes y desvergonzados de la prosa. Si damos crdito +las quintillas, no haba en Valladolid, en 1605, seora que no fuese una +perdida, ni galn que no fuese un tunante. + +En el _Catlogo_ hay para todos los gustos. Si Pinheiro da Veiga es todo +sal y pimienta, , si se quiere, hiel y vinagre, otro autor y poeta, +llamado Simn Garca del Brito, es todo almbar en punto de caramelo. +Tambin estuvo ste en la corte de las Espaas, pero sin duda fu menos +afortunado. No logr empleo ni tuvo buena ventura, y hubo de volverse +su lugar lusitano. Retirado all, escribi muy lindos versos +sentimentales, llenos de _saudades_ de una dama, con quien tuvo en +Madrid relaciones amorosas. Estos versos son naturales, sencillos, y se +recomiendan por cierta delicada ternura y profundidad verdadera de +afecto, poco comunes en los poetas peninsulares de aquella edad. + +En suma: el libro del Sr. Garca Prez es digno por todos estilos del +buen informe que la. Real Academia Espaola di sobre l y en cuya +virtud el Gobierno le ha hecho imprimir sus expensas. Es un +complemento necesario para la historia de nuestras letras y de nuestro +idioma castellano. + +[Illustration] + + + + +LOS JESUITAS DE PUERTAS ADENTRO UN BARRIDO HACIA FUERA EN LA COMPAA +DE JESS + + +No hace muchos das que, con el ttulo que antecede y sin nombre de +autor, sali luz un libro en extremo interesante por el asunto de que +trata y de agradabilsima lectura por el ingenio, la gracia, la fecunda +vena satrica y el estilo castizo y magistral con que est redactado. +Sin que se adviertan mucho el esfuerzo y la afectacin, el libro no +parece escrito en el lenguaje vulgar y corriente de ahora, sino como un +autor clsico de la edad de oro de nuestra literatura hubiera podido +escribirle. + +Aunque no hubiesen llegado mi noticia por diversos caminos claros +indicios de quin es el autor del libro, creo que de seguro hubiera yo +adivinado el nombre del autor; pero como l entr en el palenque y +combate con la visera calada, yo no quiero ser ni ser quien le quite la +visera y descubra su rostro y su nombre. Dir, sin embargo, que es, en +mi sentir, persona apasionada, movida por quejas justas, y que deja +notar en cuanto afirma cierto enojo harto motivado, que tal vez le +impulsa ir ms all de lo merecido en la reprobacin y en la censura. + +Como yo en este punto, remedando al historiador romano, puedo decir de +los jesutas que no los conozco _nec beneficio, nec injuria_, tratar +aqu del libro y dar sobre l y sobre la Compaa mi opinin imparcial, +movido por el aliciente que tiene para m la materia, y exponindome +no agradar nadie, ni los jesutas, ni al autor incgnito. + +Como el primer fundamento de las acusaciones es la supuesta carencia de +humildad cristiana que hay en los jesutas, empezar por hablar de la +humildad y de la manera en que yo la entiendo. + +Bueno y santo es ser humilde, no rebajar nadie para realzarse si +propio, y reconocer nuestra condicin miserable y pecadora, sobre todo +cuando pensamos en Dios y en sus perfecciones infinitas, y cuando, +encendidas ya en amor de Dios nuestras almas, volvemos los ojos hacia +las criaturas que son obra de Dios y quienes por amor de l amamos, +procurando, en vez de rebajarlas, poner en ellas un reflejo, un +destello, un trasunto de las mencionadas perfecciones divinas. As, por +virtud de este procedimiento mental, el buen cristiano ensalza y encomia + cuantos seres le rodean y se muestra lleno de candorosa indulgencia +para con todos ellos, siendo slo severo consigo mismo y reconociendo y +confesando los propios defectos, pecados y vicios. Esto, mi ver, es la +humildad cristiana. Pero si miramos el caso de otra manera y con ms +hondo mirar, yo creo que el cristianismo, en vez de hacernos humildes y +abyectos, segn no pocos impos le acusan, eleva los espritus y los +corazones y los enorgullece, magnifica y endiosa. Qu razn ni motivo +tiene el buen cristiano para humillarse despus de exclamar con San +Agustn: _gran cosa es el hombre, hecho imagen y semejanza de Dios_? Y +no slo su alma sino su cuerpo tiene mucho de digno y no poco de sagrado +cuando se considera como templo del espritu, cuando se piensa que el +mismo Verbo divino, no slo se uni un alma humana, por inefable y +sublime misterio, sino tambin un cuerpo de hombre de la condicin y +forma de nuestro cuerpo, deificando as hasta cierto punto nuestra doble +naturaleza, y dndole para trmino de sus aspiraciones y para blanco de +sus esperanzas la misma perfeccin de Dios. Es extrao, aunque se +comprende y se admira, que sea, con pequesima diferencia, el fin que +propuso el demonio del orgullo nuestros primeros padres casi idntico +al consejo ms bien al precepto principal que nos dio Cristo en el +Sermn de la Montaa. Si comis del fruto del rbol prohibido, seris +como dioses, dijo la serpiente. Y Cristo dijo: _Sed perfectos como es +perfecto vuestro Padre que est en el cielo_. + +El error, pues, est en el camino que hay que seguir para llegar la +perfeccin, pero no en aspirar ella. Y ciertamente quien aspira ser +perfecto como Dios, no se comprende que pueda ser humilde, no ser en +el primer sentido arriba expresado. + +Y si descendemos de las alturas teolgicas y pensamos en esto de la +humildad de la soberbia, mundanamente y en la prctica, yo no me +explico tampoco cmo el muy humilde, no ser exterior su humildad, +confundindose con la buena crianza y con la afable dulzura, acierte +hacer cosa de provecho y ser til para algo. Lo primero es tener +confianza en el propio valer y contar con que no han de fallecernos las +fuerzas y el nimo. El individuo la colectividad que acomete grandes +empresas y que tiene elevados propsitos y miras, no puede menos de +tener tambin el inevitable orgullo sea la creencia de que es capaz de +dar cima aquellas empresas y de realizar aquellos propsitos, claro +est que contando siempre con el auxilio divino, lo cual ser muy +piadoso, pero, francamente y en realidad, no es humilde. La humildad +existir acaso con relacin al Omnipotente, mas para todo lo que hay, y +no es Dios, no entiendo yo qu humildad cabe en la firme esperanza de +que Dios ha de ayudarnos fin de que se logre y se cumpla lo que +queremos. + +Partiendo de las anteriores consideraciones, entiendo yo que el autor de +que hablo acusa con poca razn los jesutas de no ser humildes, sino +orgullosos. Nada ms natural, en mi sentir, que creer la mejor del mundo +la sociedad compaa que pertenecemos. Todava, si el acaso, si +circunstancias independientes de nuestra voluntad si una providencial +disposicin nos colocase entre sta entre aquella gente, podra +parecer soberbia de nuestra parte el considerar como la mejor del mundo + la gente entre la cual estuvisemos colocados. Y con todo, aun as, +ms suele aplaudirse que vituperarse este modo de sentir y de pensar. Yo +no soy espaol, por ejemplo, porque lo he querido, sino porque el cielo +ha dispuesto que lo sea, y, sin embargo, no pocas personas celebran y +muchas disculpan el elevado concepto que tengo yo de los espaoles. Y si +esto es as en una sociedad en donde yo no entro voluntariamente, cmo +ha de poder censurarse el altsimo concepto que forme cualquiera de la +sociedad compaa en cuyas filas se alista por voluntad propia? Nadie +ama sino bajo el concepto de bueno; todos buscan y procuran lo mejor; y +el hombre honrado que se asocia con otros hombres, no slo es discupable +que crea, sino que debe creer que la tal asociacin es la mejor del +mundo, y que los fines que se ordena y endereza son por todo extremo +excelentes. + +Justo es, pues, y sobre justo inevitable, que todo jesuta, y ms an +mientras mayores sean su candor y su buena fe, est persuadido de que la +Compaa de Jess es la mejor del mundo, de que no hay virtud ni ciencia +que en ella no resida y de que proceden de ella y procedern muchos +bienes para el linaje humano. + +No creer lo antedicho y hacerse, sin embargo, jesuta, presupondra +falta de discrecin razones y motivos egostas y bajos en quien tal +hiciese. Alistarse en las filas del jesuitismo sin creer en su superior +condicin, slo se explicara entonces por la gana de tener una posicin + una carrera, de buscarse un modo de vivir, de ingeniarse de +industriarse en suma. Y aun as, aun en esta bajeza, la predileccin +precedera la eleccin, y todava, sin elevarse sobre tan bajos +motivos, carecera de juicio el que se hiciese jesuta, considerara +que el serlo era mejor profesin carrera que todas las otras que +hubiera podido seguir. + +Por consiguiente no hay pecado, ni falta, ni defecto en la voluntad de +los jesutas cuando forman de la Compaa que pertenecen un concepto +sublime. Esto no se opone que en dicho concepto haya error +exageracin del entendimiento. + +Apartando de mi espritu toda prevencin apasionada, no considerando el +asunto ni como catlico, ni como sectario de ninguna otra doctrina +religiosa, aceptando por un momento la ms completa indiferencia en +punto religin, hablando y decidiendo en virtud de un criterio +librepensador y racionalista, yo, lejos de condenar la Compaa de +Jess, me siento irresistiblemente inclinado glorificarla y dar por +seguro que honra en extremo Espaa que entre nosotros naciese su +fundador, cuya obra pasmosa me parece que import muchsimo en la +histora del linaje humano, haciendo de Ignacio de Loyola, no slo el +digno rival de Lulero, sino el personaje que se le sobrepone y le +eclipsa. Se dira que cuando la Reforma pareca que iba extenderse +como voraz incendio por todo el mundo civilizado, y ya que no +extinguir empequeecer la cristiandad catlica, Dios suscit para sta +un campen poderoso, cuyas huestes combatieron sin descanso la hereja y +la vencieron menudo en Europa, mientras que al mismo tiempo extendan +la fe catlica por el resto del mundo, ganando para ella ms almas en +pases remotos y en inexploradas regiones que las que en Europa haba +perdido por culpa de Lutero y de los otros heresiarcas del siglo XVI. + +En la Compaa hay que admirar el feliz consorcio del pensamiento y de +la accin, de lo prctico y de lo especulativo. Fue un ejrcito +conquistador, sin ms armas que la palabra, que se extendi por el mundo +con extraa rapidez, avasallndole y dominndole. Si contemplamos en +espritu al fundador glorioso en el momento de su muerte, nos parece +modo de un Alejandro incruento. Sus dominios se han dilatado ya sobre +toda la redondez de la tierra. La Compaa tiene casas y colegios, gran +poder influjo en Castilla, en Portugal, en Alemania, en Francia y en +las Indias Orientales y Occidentales. Bien puede sin vanidad ni soberbia +exclamar el Padre Rivadeneyra que al mismo tiempo que Martn Lutero +quitaba la obediencia la Iglesia Romana y haca gente para combatirla +con todas sus fuerzas, levantaba Dios este santo capitn para que +allegase soldados por todo el mundo y resistiese con obras y con +palabras la hertica doctrina. + +Y no hay slo en el P. Ignacio el espritu conservador, sino tambin el +de reforma y el de progreso. Todos sus pensamientos y cuidados, dice el +ya citado bigrafo, tiraban al blanco de conservar en la parte sana de +restaurar en la cada, por s y por los suyos, la sinceridad y limpieza +de nuestra fe. Todava hay otra idea elevadsima, si no desconocida y +seguida en otros institutos religiosos, por ninguna observada y seguida +con ms firmeza y perseverancia que por la Compaa de Jess: la idea y +el propsito de divulgar las ciencias, las letras y toda cultura, +haciendo de ellas y del progreso humano preciosos y dignos auxiliares de +la religin. + +Con notable injusticia se acusa la Compaa de que aniquila las +voluntades y nivela y pone trabas los entendimientos con los firmes y +duros lazos de su obediencia ciega. No puede haber acusacin menos +razonable. Jams se ha formado una sociedad con el intento de producir +_genios_. El genio es una virtud un poder que tiene algo de +sobrehumano, y que aparece individualmente en el espritu de este +aquel hombre cuando Dios la naturaleza as lo decretan. Y este genio, +virtud poder, ni hay sociedad que le cree ni tampoco hay sociedad que +le destruya. Es adems harto arbitrario y vago el determinar medir la +altura que ha de tener un hombre para ser genio y no ser mediana. No +ser yo quien clasifique y coloque entre las medianas entre los +genios muchsimos Padres de la Compaa de Jess; pero s me atrevo +asegurar que, durante los tres siglos XVI, XVII y XVIII, hasta despus +de su extincin bajo el pontificado de Clemente XIV, figura en ella una +brillantsima serie de varones admirables por la accin, como +predicadores, viajeros, mrtires hericos y exploradores atrevidos de +pases incgnitos y brbaros, y una lucidsima cohorte de hombres +eminentes en ciencias y en letras, descollando entre ellos muchsimos +espaoles, por lo cual, estando Espaa hoy tan decada, no goza acaso el +nombre de ellos de toda la fama y el alto aplauso que merecen. + +Para infundir en la mente de mis lectores un elevadsimo concepto y para +entonar un himno en alabanza de la Compaa de Jess, no he de ir yo +buscar frases y datos en libros escritos por jesutas, ni en +disertaciones historias de catlicos fervorosos y hasta fanticos, +sino que tomar los datos y frases en un autor ingls, criado en el +protestantismo y librepensador ms tarde: en el famoso historiador y +_ensayista_ lord Macaulay. Harto merece ser traducido todo lo que l +dice de los jesutas y de su fundador; pero, fin de no ser prolijo, me +limitar traducir algunos trozos. Ignacio de Loyola en la gran +reaccin catlica tuvo la misma parte que Lutero en el gran movimiento +del protestantismo. Pobre, obscuro, sin protector, sin recomendaciones, +entr en Roma, donde hoy dos regios templos, ricos en pinturas y en +mrmoles y jaspes, conmemoran sus grandes servicios la Iglesia; donde +su imagen est esculpida en plata maciza; donde sus huesos, en una urna +cubierta de joyas, se ven colocados ante el altar de Dios. Su actividad +y su celo vencieron todas las oposiciones, y bajo su mando el orden de +los jesutas empez existir y creci rpidamente hasta el colmo de sus +gigantescos poderes. Con qu vehemencia, con qu poltica, con qu +exacta disciplina, con qu valor indomable, con qu abnegacin, con qu +olvido de los ms queridos lazos de amistad y parentesco, con qu +intensa y firme devocin un fin nico, con qu poco escrupulosa +laxitud y versatilidad en la eleccin de los medios rieron los jesutas +la batalla de su Iglesia, est escrito en cada pgina de los anales de +Europa, durante muchas generaciones. En el Orden de Jess se concentr +la quinta esencia del espritu catlico: la historia del Orden de Jess +es la historia de la gran reaccin del catolicismo. Este Orden se +apoder de todos los medios y fuerzas con que se dirige y manda el +espritu del pueblo: del pulpito, de la prensa, del confesionario y de +las academias. Donde predicaba el jesuta, la iglesia era pequea para +el auditorio. Su nombre en la primera pgina aseguraba la circulacin de +un libro. A los pies del jesuta la juventud de la nobleza y de la clase +media era guiada desde la niez la edad viril y desde los primeros +rudimentos hasta la filosofa. La literatura y la ciencia, que parecan +haberse asociado con los infieles y con los herejes, volvieron ser las +aliadas de la ortodoxa. Dominante ya en el Sur de Europa, la grande +Orden se extendi pronto, conquistando y para conquistar. A despecho de +Ocanos y desiertos, de hambre y peste, de espas y leyes penales, de +calabozos y torturas y de los ms espantosos suplicios, los jesutas +penetraban, bajo cualquier disfraz, en todos los pases; como maestros, +como mdicos y como siervos; arguyendo, instruyendo, consolando, +cautivando los corazones de la juventud, animando el valor de los +tmidos, presentando el Crucifijo ante los ojos del moribundo. El orbe +antiguo no fu bastante extenso para la extraa actividad de los +jesutas. Ellos invadieron todas las regiones que los grandes y +recientes descubrimientos martimos haban abierto al emprendedor genio +de Europa. Los jesutas aparecan en las profundidades de las minas del +Per, en los mercados de esclavos de Africa, en las costas de las islas +de las Especias y en los observatorios de la China; y hacan proslitos +y conversiones en pases adonde ni la avaricia ni la curiosidad haban +tentado an sus compatricios para que penetrasen; y predicaban y +disputaban en idiomas de los que ningn otro natural de nuestro +Occidente entenda palabra. + +Cuando la Reforma se levant contra la Iglesia catlica, el clero +secular y regular, aun en la misma Roma, estaba corrompido y viciado y +hasta lleno de descreimiento: slo el Orden de los jesutas, aade +nuestro historiador, pudo mostrar muchos hombres no inferiores en +sinceridad, constancia, valor y austeridad de vida los apstoles de la +Reforma. A los jesutas, pues, su poder persuasivo y al influjo de su +palabra, se debi en gran parte la restauracin y reverdecimiento en el +seno de la Iglesia catlica de aquel hondo sentir religioso y de aquella +extraa energa que eleva los hombres sobre el amor del deleite y el +miedo de la pena; que transforma el sacrificio en gloria y que trueca la +muerte en principio de ms alta y dichosa vida. + +Declara asimismo Macaulay que el prodigioso cambio, que el triunfo +inesperado del catolicismo sobre el protestantismo se debi en gran +parte los jesutas y la profunda poltica con que Roma supo valerse +de ellos. Cincuenta aos despus de la separacin de Lutero, el +catolicismo apenas poda sostenerse en las costas del Mediterrneo: cien +aos despus apenas poda el protestantismo mantenerse en las orillas +del Bltico. Grandes talentos y grandes virtudes se desplegaron por +ambas partes en esta tremenda lucha. La victoria se declar al fin en +favor de la Iglesia romana. Al expirar el siglo XVI, la vemos triunfante +y dominante en Francia, en Blgica, en Baviera, en Bohemia, en Austria, +en Polonia y en Hungra. El protestantismo en los siglos que han venido +despus no ha podido reconquistar lo que perdi entonces. Y aade +Macaulay: He insistido detenidamente sobre este punto, porque creo que +de las muchas causas las que debi la Iglesia de Roma su salvacin y +su triunfo al terminar el siglo XVI, la causa principal fu la profunda +poltica con que dicha iglesia se aprovech del _fanatismo_ de personas +tales como San Ignacio y Santa Teresa. + +Es muy de notar que esto que Macaulay, con su criterio protestante +racionalista, _fanatismo_, podr ser llamado as por el brio y la +intensidad con que se sinti y se pens, pero tanto el sentimiento como +el pensamiento, analizados, examinados y juzgados hasta por un hombre +descredo del siglo XIX, fueron, en el siglo XVI, permitnsenos las +palabras, ms razonables y ms progresistas que cuanto Lulero, Calvino y +los otros apstoles de la reforma pensaron, sintieron y dijeron. No fu +el misticismo espaol de entonces hurao, egosta y meramente +contemplativo, aspirando elevarse y unirse con Dios para aniquilarse +all confundindose en la esencia infinita y desvanecindose en un +perpetuo _nirvana_. El amor de Dios y la aspiracin unirse con l, +segn mil veces lo explican nuestros msticos, fueron una preparacin y +habilitacin de las almas para que obrasen luego, en la vida terrenal, +inauditos prodigios de amor al prjimo, y para que diesen cima casi +sobrehumanas empresas. Las almas, segn dichos msticos, cuando ardan +en el fuego del amor divino y derretidas por la fuerza de este fuego se +dira que se identificaban con Dios, eran como la espada que parece +fuego en la fragua, de donde sale despus con ms fino temple y con +superior aptitud para ejercer sus funciones. Lo mstico y lo +contemplativo en los jesutas no fu el fin, sino el medio para +apercibirse la accin y cobrar fuerzas y virtud mayores con que +alcanzar en ella la victoria. Y no fu la victoria en favor slo del +catolicismo, sino tambin para conservar restaurar el lazo principio +unificante de la civilizacin europea, que los protestantes haban roto; +para hacer que triunfase dicha civilizacin, amenazada por nueva +barbarie, y para salvar la libertad y el valor y mrito de nuestras +obras, casi negados por el fatalismo cruel y pesimista con que los +protestantes denigraban y hacan odiosa la divinidad y esclavizaban +la humana naturaleza, sacrificndola en aras de una _predestinacin_ y +de una _gracia_, caprichosas y ciegas. + +Nadie podr acusar de jesutico al clebre y malogrado historiador y +polgrafo Oliveira Martins, y, sin embargo, en este punto que tocamos +ahora, ensalza como nadie los jesutas, haciendo que la gloria de +ellos y su triunfo en el Concilio de Trento aparezcan acaso como el +mayor triunfo y como la ms esplndida gloria de la civilizacin ibrica +en el siglo XVI. Los protestantes, dice Oliveira Martins, no excluyen +las buenas obras; pero no es el mrito de ellas el que redime: es +nicamente el mrito de Cristo, independiente del hombre. Esta doctrina, +aade, es la condenacin del hombre y de su actividad, de su voluntad, +de la fuerza ntima que constituye su vida. Condenando al hombre, los +protestantes condenan el mundo: transfiguran la realidad y conducen +los abismos de la esclavitud trascendente. En cambio, la doctrina de los +jesutas Salmern y Lainez, vencedora en Trento, diviniza al mundo y al +hombre, revelando y haciendo resplandecer la justicia de Dios en la fe +del hombre y en sus buenas obras, cuyos mritos elevan la gracia. El +genio espaol, aade Oliveira Martins, fu, pues, por la boca elocuente +de Lainez y de Salmern, el defensor de la cultura humana, deteniendo +Europa en la pendiente de una predestinacin fatalista. + +Debo observar que yo no cito aqu Oliveira Martins como quien cita +un padre de la Iglesia; que en asunto tan difcil como la conciliacin +de la gracia y del libre albedro, no le doy autoridad alguna; y que no +hago los jesutas pelagianos, semi-pelagianos, para ponderar lo que +valan. Slo afirmo que, sin incurrir en error contra la fe, porque ni +el molinismo, ni menos su mitigacin por el congruismo de Surez, fueron +nunca calificados de herticos, los jesutas defendieron y sostuvieron +la libertad del hombre, sin salir fuera del circulo de la creencia +catlica, y en cuestin la ms oscura y difcil de la teologa, y aun de +todo pensar filosfico, por donde ser siempro para telogos y filsofos +manantial y semillero de disputas hasta la consumacin de los siglos. No +quiero seguir ponderando aqu y recapitulando todo lo que en alabanza de +los jesutas puede decirse y se ha dicho hasta la extincin de la Orden +en el siglo pasado. Las acusaciones lanzadas contra ellos y la multitud +de enemigos acrrimos que tuvieron, primero entre los protestantes, +despus entre los jansenistas, y, por ltimo, entre los librepensadores, +redundan en cierto modo en elogio de los jesutas, ya que prueban el +extraordinario poder y la importancia que tenan. El mrito de ellos, no +obstante, tiene que ser reconocido hasta por sus mayores contrarios, si +se precian de candorosos imparciales. As, por ejemplo, Mosheim dice: +El candor y la imparcialidad me obligan confesar que los adversarios +de los jesutas, al mostrar la torpeza y negrura de varias de sus +mximas y opiniones, han ido ms all de lo que deban, y han exagerado +las cosas para abrir ms extenso campo su celo y su elocuencia. +Fcil me sera probarlo con ejemplos sacados de las doctrinas de la +_probabilidad_ y de la _restriccin mental_, imputadas como un crimen +los jesutas; pero esto me apartara demasiadodemi asunto. Observar +slo que en la disputa se han atribuido los jesutas principios que +sus enemigos sacan por induccin de la doctrina de ellos, sin que ellos +los confiesen; que no siempre han interpretado sus trminos y sus +expresiones en el verdadero sentido, y que nos han presentado las +consecuencias de su sistema de una manera parcial, que no est de +acuerdo con la equidad exacta. + +Esta confesin de Mosheim en favor de los jesutas los honra mucho, +porque es uno de sus ms declarados enemigos, y porque sin nombrarlas +censura de parcialidad y de ms menos inconsciente falsa las +encomiadas _Provinciales_ de Blas Pascal, obra que, segn muchos +afirman, ha hecho ms dao los jesutas que la indignacin de los +soberanos y que todas las calamidades que han cado despus sobre su +Orden. + +No he de dilatarme yo ms, defendindola aqu. No ataca ni condena su +pasado el autor incgnito del libro de que doy cuenta. Slo aadir, +para terminar, que nadie puede pretender, ni los ms fervorosos +jesutas, que la Compaa estuvo exenta de faltas y que todos sus +individuos, que se contaban por miles, fueron unos santos, sin pecado y +sin vicio, hasta la extincin de la Compaa en 1773. + +Al caer entonces los jesutas cayeron como los hroes de una noble +tragedia, donde toda la simpata y el aplauso fu para las vctimas, y +la reprobacin, en los ms elevados espritus, para los tiranos y +opresores; para Pombal, para la Pompadour, para Tanucci y para el conde +de Aranda. Las alabanzas de la Orden extinguida se renovaron surgieron +entonces, derramndose sobre ella como sobre fnebre monumento un +diluvio de flores. Los ms eminentes personajes de Europa, aun entre los +no catlicos, haban celebrado celebraron los jesutas: Enrique IV +de Francia, Catalina II de Rusia, Rousseau, Diderot, Leibnitz, Lessing, +Herder y mil otros. + +Voltaire dice de ellos: Tienen escritores de un mrito raro, sabios, +hombres elocuentes y _genios_. D'Alembert: Los jesutas se han +empleado con xito en todos los gneros: elocuencia, historia, +antigedades, geometra y literatura profunda y agradable. Apenas hay +disciplina en que no cuenten ellos hombres de primer orden. + +Federico el Grande de Prusia, escriba Voltaire: Esta Orden ha dado +Francia hombres del _genio_ ms elevado. + +Despus de suprimida la Compaa, los jesutas, arrojados impamente de +todos los dominios espaoles y refugiados en Italia, se esmeraron en dar +clarsimo testimonio y brillantes muestras de su valer, redundando as +cuanto hicieron en mayor vergenza y descrdito de sus perseguidores y +en alta honra de Espaa, su patria. + +Jams, desde la toma de Constantinopla por los turcos y la venida +Italia de los sabios griegos, haba penetrado en aquella pennsula +hueste ms lucida y docta de extranjeros fugitivos. La historia +cientfica y literaria de los ex jesutas espaoles, que por toda Italia +se difundieron, carece todava de un historiador digno. De esperar es +que lo sea con el tiempo el erudito y elegante escritor D. Marcelino +Menndez y Pelayo. Entre tanto, no faltan eruditos italianos que se +ocupen con amor en este asunto. Recientemente la Real Academia de +Ciencias de Turn ha publicado sobre l una hermosa memoria, debida al +saber y talento del doctor Victorio Cian. Al dar cuenta de esta memoria +el ya citado Menndez y Pelayo, en el nmero de Enero ltimo de la +_Revista critica de historia y literatura_, amplifica y esclarece las +noticias del Doctor Cian con no pocas ms que demuestran la importancia +y el valer de aquellos nuestros ilustres compatriotas. Los Padres +Andrs, Arteaga, Eximeno y Masdeu son elogiados por el Dr. Cian segn su +mrito; pero en cambio, slo hace rpida mencin de Hervs y Panduro, +creador de una nueva ciencia: la filologa comparativa; del Padre Juan +Bautista Gener, autor de los seis primeros tomos de una enciclopedia +teolgica, que implica la renovacin de los estudios eclesisticos; del +Padre Toms Serrano, elegante y sabio humanista; del gramtico Garcs, +cuyo libro del _Vigor y elegancia de la lengua castellana_ se lee an +con fruto; del Padre Aponte, egregio helenista, maestro del cardenal +Mezzofanti; del insigne historiador de Mjico Clavijero; del naturalista +chileno Molina; de Landival, cuya _Rusticatio Mexicana_ es uno de los +ms curiosos poemas de la latinidad moderna, hasta por lo original y +extico del asunto, y de Mrquez, tan benemrito, por sus libros, de la +arqueologa romana y de la historia de la arquitectura. + +Aunque el Dr. Cian diga poco nada sobre los mencionados escritores, +todava basta con los que celebra para hacer que se forme elevadsimo +concepto de los jesutas espaoles emigrados en Italia y de cuanto +trabajaron y escribieron desde 1767 hasta 1814. Acrecientan la elevacin +de este concepto, las nobles palabras con que el Dr. Cian termina y +resume su memoria: Aquellos hombres--dice--arrojados de su patria, +obligados vivir entre las desconfianzas, las envidias, los rencores +antiguos y recientes, en pas extranjero, guardan celosamente el culto +de la patria en su corazn, y al mismo tiempo se enlazan en afectuosa +amistad con algunos de los nuestros y de los mejores, estudian y adoptan + ilustran la lengua y la literatura del pas que les ha dado +hospitalidad; pero cuando ven que algn italiano quiere lanzar la ms +leve sombra sobre el honor literario de Espaa, se levantan con fiereza +caballeresca, propia de su raza, y no temen defenderse, y pasar muchas +veces de la defensa la ofensa vigorosa y audaz... No podemos menos de +sentir una admiracin profunda por estos emigrados que en tan breve +perodo de aos respondieron tranquilos y altivos, con la mejor de las +venganzas, las injurias de la fortuna, las persecuciones, los +odios de los hombres que pretendan extinguirlos; y se levantaron y se +purificaron los ojos de la historia, nuestros propios ojos, los +ojos de aquellos mismos que crean y aspiraban verlos aniquilados para +siempre. Su produccin mltiple, varia y veces profunda y original, es +un fenmeno singularsimo. En vano se buscara en la historia de las +literaturas europeas otro fenmeno semejante de _colonizacin +literaria_; violenta, forzada en sus causas y en los medios con que fu +realizada; espontnea, duradera y digna en sus complejas +manifestaciones; til y gloriosa para aquellos colonos, dotados de +extraordinaria flexibilidad y gran virtud asimiladora; no ingloriosa +para la madre patria que los desterraba; ventajosa y honorfica para la +nueva patria latina que los acoga en su seno hospitalario. + +Harto reconocer el lector por lo expuesto hasta aqu que yo soy un +admirador fervoroso y sincero de la antigua Compaa de Jess; pero esto +no se opone que yo d crdito importancia las tremendas +acusaciones que lanza contra la Compaa el autor annimo, cuyo libro me +induce escribir este articulo. + +No recuerdo quien dijo, tal vez fu Cervantes, que las segundas partes +nunca fueron buenas; y yo confieso que me siento inclinado aplicar el +dicho la Compaa de Jess restaurada, desde 1814 hasta ahora. + +La primera revolucin francesa, con tantos horrores y tanta sangre y +dando por ltimo resultado un dspota que sin propsito fijo, +civilizador y humano, mantiene durante aos la confusin y la guerra en +Europa; la propensin del pensamiento filosfico hacia el pesimismo y +hacia el ms grosero atesmo y la aparicin la mayor difusin y el ms +hondo arraigo de espantosas doctrinas que, no slo tiran subvertir el +organismo social, sino arrancar de cuajo los fundamentos en que el +orden actual se sostiene, han apocado acaso, con la repugnancia y el +terror que inspiran, el espritu religioso de muchos individuos +instituciones, y entre stas la de los jesutas sin duda. Lo cierto es +que ya no son como eran antes. A mi ver, ya no pueden decir: _sint ut +sunt, aut non sint_. Ya son otros de lo que eran. Antes, al defender la +fe catlica, de que se hicieron y fueron maravillosos adalides, se +pusieron en el camino del progreso, la cabeza de la humanidad, +levantando el lbaro y apareciendo casi, as por el amor de la religin +como por el amor de la ciencia, semejantes la columna de fuego que +gui en el desierto los israelitas durante la noche. + +Hoy, por el contrario, faltos de fe los jesutas y engaados por el +pesimismo, imaginan sin duda que la civilizacin ha descarrilado, que se +ha extraviado, saliendo de la senda que deba seguir, y en vez de +ponerse delante y servir de gua, se han puesto la zaga y hacen todos +los posibles esfuerzos porque ceje y retroceda hacia un punto absurdo y +fantstico que jams existi y con el que ellos suean. De aqu que todo +progreso, toda elevada cultura, todo pensamiento sano de libertad y de +mejoras, sea tildado por ellos de _liberalismo_ y aborrecido de muerte. +Esto es peor que carecer de un ideal, es tener un ideal falso +inasequible por ser contrario las ideas y las esperanzas de la +porcin ms activa, inteligente y hbil de la novsima sociedad humana. + +En esta situacin, sin verdadero entusiasmo, porque reaccin tan +disparatada no puede inspirarle, no es extrao que los jesutas modernos +tengan todas las flaquezas y pequeeces incurran en cuantos vicios y +pecados el autor annimo les imputa en su iracunda y despiadada stira. + +Todo lo que el autor annimo nos declara que hay ahora de malo en la +Compaa, pudo existir y existi probablemente en ella, hasta cierto +punto, desde su origen. No era posible que entre millares de hombres, +formando una asociacin poderossima, no se albergasen la ambicin, la +codicia, el apetito de deleites y regalos y otras mundanas pasiones; +pero entonces era tan elevado el propsito, era tan generoso y fecundo +el pensamiento capital que informaba la Compaa, y era tan numerosa y +refulgente la falange de sus hroes, de sus santos, de sus exploradores, +de sus sabios y de sus mrtires, que deslumbraba con su resplandor y no +dejaba ver lo vicioso y lo malo que haba en la Compaa y que es tan +inherente y propio y tan difcil de extirpar por completo de nuestra +decada naturaleza. + +Es asimismo de recelar que el jesuitismo moderno, si bien fustiga con +sobrada acritud los vicios del da, se haya dejado, sin sentirlo, +inficionar por algunos de ellos, y en particular por los que afean ms +ahora las clases medias y elevadas de la sociedad, con las que los +jesutas tratan y alternan frecuentemente. La aficin, pues, al regalo, + la pompa, ciertos refinamientos y elegancias y al dinero que lo +proporciona todo, no deja de ser natural que se haya infiltrado en las +almas de los decados sucesores de Francisco Javier, de Francisco de +Borja, y de tantos y tantos gloriosos misioneros, confesores y mrtires +de la fe de Cristo. + +Cuantos hechos, ancdotas y casos refiere el autor incgnito para +rebajar y humillar los jesutas del da, tienen traza de verdaderos y +dejan harto mal parados los Padres. Referidos con notable primor de +estilo, desenfado y gracia, entretienen tanto ms que una novela +picaresca. As los dos captulos _Cuestin de cuartos_ y _Los dineros +del sacristn_, nos pintan los Padres sedientos de oro y valindose +para adquirirle de mil medios poco decorosos; de la usura, del agio y de +la adulacin para con los ricos, fin de conseguir de ellos donaciones +y herencias: y nos los pintan al mismo tiempo manirrotos, despilfarrados +y faltos de juicio, de buen gusto y de previsin, para gastar, ms +bien para derrochar estas poco bien adquiridas riquezas. En el captulo +_El Politiqueo_ aparecen los Padres como facciosos, excitadores guerra +civil y tan partidarios de D. Carlos, que cantaban el _Te Deum_ cuando +ocurra algn suceso funesto para las armas de Espaa, v. gr.: la muerte +del caballeroso y herico marqus del Duero. + +Para no fatigar los que me lean no seguir extractando aqu el inmenso +cmulo de acusaciones que lanza contra los jesutas el autor annimo. +Recomendar, sin embargo, la lectura del captulo _El Mujero_, porque +tiene muchsimo chiste. Sobre todo en cuanto se refiere las relaciones +espirituales de los Padres con las duquesas, marquesas y condesitas, y +en la descripcin que hace de la devocin elegante, del misticismo +cmodo y de la religiosidad _high life_ y la moda. + +Todo esto, no obstante, por ms que sea digno de reprobacin y deba ser +condenado en este, en aquel en el otro individuo, tal vez afecte menos + la Compaa en general de lo que el autor annimo imagina y pretende. +En una asociacin tan numerosa y que alcanza extraordinario influjo y +crdito, es difcil, es casi imposible evitar que algunos, que tal vez +muchos de los que la asociacin pertenecen, no se prevalgan de ese +influjo y de ese crdito para lograr provechos y ventajas materiales. Y +por otra parte, el despilfarro de esos provechos, casi siempre en cosas +deleitables para la colectividad que satisfacen y lisonjean su +orgullo, prueba que no hay grande egosmo en el individuo que los ha +logrado, inclina creer que la codicia jesutica ms que viciosa es +poco juiciosa. + +En mi sentir, pues, los captulos de mayores culpas del libro del autor +annimo contra los jesutas, son los dos que se titulan: _De ciencia y +tantidad_, _la mitad de la mitad_. + +Ni en ciencia, ni en literatura ni en artes, llegan hoy los jesutas de +Espaa lo que fueron en lo pasado. Quedan adems muy por bajo del +nivel de los escritores seglares y de los escritores del clero y de los +otros institutos religiosos. La fama al menos no hace resonar mucho sus +nombres ni difunde su gloria. + +En este punto, sin embargo, y si hemos de dar crdito al autor annimo y +no tildar de exageracin sus alabanzas, l las prodiga de tal suerte al +P. Juan Jos Urraburu, que le coloca muy por encima de todos los +filsofos, pensadores y escritores aficionados la filosofa que ha +habido en nuestra nacin en el siglo presente. No he de negar yo que +sean muy estimables las obras filosficas de Balmes, del P. Zeferino +Gonzlez, de D. Manuel Orti y Lara, de Sanz del Rio y de la turba de sus +proslitos; pero de ninguno de ellos se podra afirmar sin exagerada +benevolencia lo que el autor annimo afirma de la obra filosfica del P. +Juan Jos Urraburu, declarando que es notabilsima, que hace honor +Espaa, y que debe contarse entre las mejores, si ya no es la mejor +publicada en Europa, despus de la restauracin filosfica pregonada por +Len XIII. Es cierto que el autor annimo limita luego la alabanza, +considerando la obra del P. Urraburu como mera exposicin de la sana +filosofa escolstica. Pero aun as, la alabanza es muy grande, si la +tal exposicin es completa y si es la mejor que se ha hecho en Europa, +comparando bien la antigua filosofa que expone, con todos los +ulteriores sistemas, y sacndola ilesa de los ataques, y victoriosa y +colocada por cima de todos. + +Fuera de los mritos de este P. Urraburu, del que confieso ingenuamente +que ni haba odo hablar, poco nada hay que el autor annimo celebre y +estime en algo, en el movimiento intelectual de los jesutas. Y la +verdad es que ninguno de sus escritos ha alcanzado en Espaa la +popularidad y el aplauso que las obras de otros escritores +pertenecientes al clero. No tienen poetas como Mosn Jacinto Verdaguer; +ni ardientes y fervorosos polemistas como D. Miguel Snchez; ni +entusiastas y candorosos moralizadores, de fecunda inspiracin popular, +como el excelente P. Claret, harto injustamente ridiculizado por la +pasin poltica y por la ligereza de liberales y librepensadores. + +La revista _El Mensajero del Corazn de Jess_, est, segn el autor +annimo, muy por bajo de _La Ciudad de Dios_, de los Padres Agustinos. Y +lo que ms desgracia dicha revista _Mensajero_, siempre, segn nuestro +autor, son las novelas y cuentecitos que all se insertan, donde +hierven tales osadas de ideas y tales arrojamientos de frases y de +palabras, y donde se refieren lances y percances tan crudos y poco +decentes y situaciones tan escandalosas, que muchos padres de familia, +luego que reciban el tal _Mensajero_, le escondan con cuidado para que +no le leyesen sus hijas. + +Son ms de extraar estas libertades si se atiende, segn afirma el +autor annimo, que los Padres jesutas de Espaa han censurado al +Cardenal Wiseman por su _Fabiola_ y al inocentsimo Fernn Caballero por +varias de sus novelas, y que (apenas parece creble!), en un gran +colegio de la Compaa celebraron una muy devota procesin y quemaron +muchos libros por impos, liberales y poco decentes, entre ellos _El +Quijote_. + +El autor annimo niega tambin historiadores la moderna Compaa de +Jess en Espaa. + +En lo que toca ciencias naturales, no tienen nada de que jactarse. No +slo, dice, no pueden presentar una obra como la del Agustino P. Blanco +sobre la flora de Filipinas, pero ni un observador de la naturaleza como +el escolapio Padre Ainza. + +En mi sentir, hay un punto sobre el cual no vierte bastante luz el autor +annimo, ni nos habilita, findonos de lo que dice, para dar una +sentencia adversa favorable. Es este punto la virtud capacidad +docente de los Padres de la Compaa. Sobre ello, por lo tanto, no +daremos nuestra opinin, pero s diremos que la del pblico en general +es muy favorable los Padres, y lo prueban la multitud de colegios que +tienen, su prosperidad, y el empeo con que muchas personas, hasta +opuestas al jesuitismo, liberales y librepensadoras, envan sus hijos + los colegios de los jesutas para que all se eduquen. Y no puede +negarse que el buen xito de los jesutas en este ministerio de la +enseanza de la juventud produce y puede producir los mejores efectos, +aunque no sea ms que despertando la emulacin y excitando el celo de +otros establecimientos pedaggicos, ya, por ejemplo de los Institutos +oficiales y laicos, ya de otras Ordenes religiosas clericales +congregaciones. Los Padres Augustinos, sin duda, se esmerarn ms en sus +enseanzas para competir con los Padres de la Compaa y vencerlos, si +pueden. Y es probable, que, contemplando la prosperidad y crdito de los +jesutas como cuerpo docente, los cannigos del Sacro Monte se hayan +animado y resuelto ampliar los estudios de su colegio, convirtindole +en Universidad catlica, donde ya se ensea la jurisprudencia y donde se +aspira y se quiere ensear (como complemento y corona de las asignaturas +de teologa), griego, hebreo y rabe y otras lenguas orientales, as +como muchas ciencias profanas y muchas teoras y descubrimientos +novsimos, fin de ponerlos en armona con la Religin revelada y de +que valgan para su sostn y concurran su triunfo en vez de parecer, +como parecen, un ariete en manos de los incrdulos. + +Concretndome ahora al examen del libro del autor annimo, y expresando +aqu sobre l mi parecer franco y sincero; dir, para concluir, aunque +me acusen como han sido acusados con frecuencia los jesutas de tener la +manga muy ancha, que los pecados y vicios que saca la vergenza el +autor annimo, si bien sera de desear que no los hubiese, no me mueven +tanto condenar la Compaa, compuesta de seres humanos, entre los +cuales no puede menos de haber bastantes pecadores, como la carencia del +espritu elevado, amplio, civilizador y progresivo que la inspir en +mejores das. Volver informarse de este espritu es, en mi sentir, lo +que la Compaa necesita, y no las mejoras y modificaciones de sus +institutos, que el autor annimo propone, manifestando deseo de que la +Iglesia las adopte y establezca. + +No va por un lado el espritu del siglo y no va por el lado opuesto el +espritu de la verdadera Religin. Ambos caminan y deben caminar unidos + fin de que la mente y el corazn de los hombres se eleven superiores +esferas. Cristo no ense cuanto hay que saber, sino que dej mucho, aun +en las cosas ms esenciales, para que los hombres lo averiguasen y lo +enseasen con el transcurso del tiempo. El adelanto, el desenvolvimiento +de la metafsica y de toda doctrina social, poltica y hasta tica, no +est reido con la revelacin, que no fu ni pudo ser de una vez, sino +que, en cierto modo y altamente aceptada, es progresiva. Las mismas +palabras del Redentor lo declaran: _Adhuc multa habeo vobis dicere, sed +non potesti portare modo_. Lo que entonces no dijo Cristo, porque no +hubieran acertado entenderle; lo que, aun despus de descender sobre +los apstoles las lenguas de fuego, cuando estaban congregados en el +Cenculo, no quiere no puede revelar San Pablo, constituye la ulterior +revelacin, y presta, digmoslo as, una flexibilidad sublime nuestro +dogma religioso, que le hace capaz de contener dentro de s, sin +romperse ni quebrantarse, toda civilizacin futura, por grande y +maravillosa que sea. + +Yo entiendo, pues, que la mejor reforma que pudieran adoptar los +jesutas sera la de inspirarse en tan sublime y fundamental pensamiento +que, sin salir fuera de las vas catlicas y sin cobardes +condescendencias y transacciones con incrdulos infieles, hiciese +posible la aspiracin de Jaime Freeman Clarke al terminar su obra sobre +las _Diez grandes Religiones_, y al proclamar la cristiana como la +religin definitiva imperecedera del humano linaje: que no se amenge +la libertad del espritu; que no se acepte con ceguedad lo que +contradiga al sentido comn; que no se achique mutile la ciencia por +miedo de que triunfe de la fe; que ningn placer inocente, que ninguna +natural alegra de la vida y que nada de cuanto hay de hermoso en la +literatura, en el arte, en la sociedad y en el hogar domstico, sea +sacrificado; sino que todos los hombres vengan Jess y hallen en l el +medio ms poderoso de elevarse hasta su Eterno Padre y la revelacin ms +cumplida de perdn, paz, esperanza y vida eterna, indispensable para el +desarrollo perfecto y completsimo de nuestro ser humano. + +En los jesutas hay en nuestro tiempo una limitacin y una estrechez de +miras harto contrarias las susodichas aspiraciones. Se olvidan de que +la letra mata y el espritu vivifica, y se olvidan de que el espritu de +verdad har resplandecer toda verdad ante los ojos de los que le +siguen. + +[Illustration] + + + + +SOBRE DOS TREMENDAS ACUSACIONES + +CONTRA ESPAA, DEL ANGLO-AMERICANO DRAPER + + _Influencia del elemento indgena en la cultura de los moros del + reino de Granada_, por D. Francisco Javier Simonet. _Shall Cuba be + free?_ (Artculo de Clarence King, en la revista de Nueva York _The + Forum_.) + + +El librito cuyo titulo va en el epgrafe contiene en pocas pginas +bastantes datos y mucha doctrina; mas, no slo por esto, sino por las +ideas que sugiere y por los comentarios de que puede ser objeto, ha +llamado mi atencin y me ha movido llamar tambin sobre l, si puedo, +la atencin del pblico. + +El Sr. Simonet, autor del librito, es un arabista de reconocido mrito, +de grande ilustracin y catedrtico en Granada de la lengua del Yemen. +Ha publicado ya varios libros en que muestra su mucho saber. Uno de +ellos ha sido premiado por la Real Academia Espaola, y otro ha sido +premiado por la Real Academia de la Historia. + +La obra de que nosotros vamos hablar es menos fundamental y profunda: +es una obra de divulgacin. Y si bien trata de sucesos, pasados ya hace +siglos, tiene, en nuestro sentir, un inters de actualidad. + +En las naciones extranjeras abundan los escritores desapasionados y +juiciosos, de quienes no podemos quejarnos; pero no escasean tampoco los +escritores violentos, ciegos de furor, fanticos con el fanatismo que +hoy se estila, y tan acrrimos enemigos de Espaa, que no hay crimen, +maldad infamia que no atribuyan nuestra nacin, infiriendo de ah +que la postracin y decadencia en que hoy estamos es un justo castigo de +Dios, y, si no cree en Dios el que de esta suerte quiere requebrarnos, +una ineludible consecuencia de las leyes fatales, impuestas no se sabe +por quin, que dirigen y ordenan la marcha de la humanidad travs de +los siglos. + +Con algunos autores tenemos cierta disculpa, ya que para ellos no hay +responsabilidad ni libre albedro. Todo casi todo depende del medio +ambiente. Y si nosotros somos crueles, codiciosos, traicioneros, y sobre +todo temerosos de Dios, que, segn Buckle, es la peor de las cualidades, +todo ello consiste en que en Espaa no hay lluvias regulares sino +feroces tormentas y prolongadas sequas, y adems tal multitud de +terremotos, que nos tienen siempre con el alma en un hilo y con el +corazn en un puo y producen en nosotros la crueldad y la intolerancia +religiosas. + +En prueba de que no exagero y de que no pueden ser ms atroces las +injurias que nos dirigen algunos escritores, cuyas obras se traducen al +castellano, teniendo acaso nuestro pblico el mal gusto de estimarlas y +la candidez de creer lo que dicen, citar al clebre catedrtico de la +Universidad de Nueva York, Juan Guillermo Draper, el cual, en su +_Historia del desenvolvimiento intelectual de Europa_, asegura que +Espaa, en justo castigo de sus espantosos crmenes, est hoy convertida +en un horrible esqueleto entre las naciones vivas, y aade Draper: si +este justo castigo no hubiera cado sobre Espaa, los hombres hubieran +ciertamente dicho: no hay retribucin: no hay Dios. Por donde se ve +que es un bien y no un mal el que este pobre pas est muy perdido, +porque mientras peor estemos, mayores y ms luminosas sern las pruebas +de la existencia de Dios y de su justicia. Largo es, muy largo, el +captulo de culpas que Draper nos echa cuestas; pero las dos culpas +ms enormes, son las de haber destruido por completo, casi por +completo, dos civilizaciones; la oriental y la occidental. + +La primera de estas dos acusaciones no es tan ridicula como la segunda, +de que hablaremos despus, mas no por eso es menos falsa. + +Indudablemente, los rabes, antes del Islam, posean cierta extraa +cultura, en algunos puntos patriarcal y propia de pueblos nmadas y +pastores; en otros puntos, como por ejemplo en la poesa, hasta +refinada. Cuando entusiasmados por las predicaciones de su profeta, se +arrojaron conquistar el mundo, no se puede decir que fuesen brbaros. +Tal vez por no serlo y por hallarse muchos pases vejados, humillados y +oprimidos por razas conquistadoras y por gobiernos despticos, les fue +fcil conquistarlos. Tal vez fueron recibidos como libertadores en +algunos pases, el pueblo al menos se someti con docilidad su yugo, +no hallndole ms pesado que el que antes sufra. As se explica, por +ejemplo, que cuatro cinco mil muslimes conquistasen el Egipto. As se +explica que no muchos ms hiciesen la conquista de Espaa. En poco +tiempo se extendi el imperio musulmn desde la India y las fronteras de +la China hasta el Medioda de Francia, salvando los Pirineos. Los +rabes, sin embargo, no eran muchos, y arrastraron en su expansin, +valindose de ellas para triunfar, hordas brbaras semi-salvajes, +como los habitantes del Norte de Africa, mauritanos, bereberes, como +queramos llamarlos. En Espaa se llamaron y se llaman moros. Sin duda +por cada rabe de los que vinieron la conquista de Espaa, bien se +puede suponer que hubo un centenar de moros. Y esto en el principio, +mientras Espaa estuvo sometida al califato de Oriente, y tambin, as +durante la independencia de la Espaa musulmana del mencionado califato, +como desde la fundacin del de Crdoba hasta su desmembracin y ruina +despus de la muerte de Almanzor. La multitud de reyezuelos que +surgieron de la ruina del califato, cuando no eran renegados espaoles, +eran moros y no rabes. Y, por ltimo, en la poca de las dos primeras +grandes invasiones africanas, la de los almoravides y la de los +almohades, que en Espaa prevalecieron y duraron, el elemento arbigo +entr por muy poco. Los invasores y dominadores de Espaa fueron +africanos brbaros, que no pudieron traer ni trajeron ningn principio +civilizador nuestra Pennsula. Aqu fue donde se domesticaron y +civilizaron algo, sometindose sin sentirlo los vencedores la superior +inteligencia y saber de los vencidos y al influjo que de esto nace. + +Los rabes mismos no posean, al extenderse por el mundo y al apoderarse +de Espaa, una civilizacin superior y propia. Tuvieron, s, el mrito +de no destruir la civilizacin de los pases que ocuparon: de aceptar y +de recibir en cada regin algo de lo que all se saba, ya conservndolo +para que no se olvidase se perdiese, ya siendo como vehculo para +llevarlo de una regin en otra. Esta buena cualidad, que no fue slo +tolerancia, sino curiosidad simptica y aficin respetuosa al saber de +los vencidos, vali de tal suerte que, durante algunos siglos, acaso +hasta despus de las ltimas cruzadas, pudo creerse que el mundo +musulmn era ms culto que el mundo catlico, y los espritus +superficiales pudieron esperar temer que el islamismo en Asia, en el +norte de Africa y en Espaa, arrebatase al cristianismo europeo la +bandera del progreso y la antorcha de la cultura. Casi todo este brillo, +sin embargo, y esta aparente superioridad en algunos momentos +histricos, se debieron en todas partes, y ms que en ninguna en Espaa, + la civilizacin de los vencidos, veces respetada, por lo cual +merecen los vencedores elogio, veces viva y retoando y reverdeciendo +siempre, sin que pudieran los vencedores arrancarla de cuajo, pesar de +los esfuerzos que hicieron, y al fin sometindose ella. + +En suma, no es posible descubrir en toda la cultura hispano-muslmica +cosa alguna de valer que haya surgido en Arabia en Africa, entre +alarbes y moros, y que desde all haya venido Espaa. A mi ver, cuanta +alabanza se quiera dar la cultura muslmica espaola, es alabanza que +se da los espaoles mahometanos, y no moros ni rabes que viniesen +de fuera trayndonos ciencias, artes industrias que aqu no existiesen + que aqu no tuviesen origen. + +Por lo dems, yo creo que en la prosperidad y en la grandeza de los +estados reinos musulmanes que hubo en Espaa, entran por mucho la +ponderacin y la jactancia de los historiadores. Entra tambin por algo +la mana de no pocos crticos y pensadores modernos, de encarecer +ensalzar demasiado cosas que, si bien son bellas buenas, no merecen +tan ponderativos encarecimientos. + +Apenas hay gran pueblo, de los que ms han figurado en la historia, que +no haya dejado ms hermoso y brillante rastro de s que los rabes en +sus monumentos. + +Se supone, y no he de negar que es suposicin muy potica, que la +cultura arbiga, no s si en Espaa slo tambin en otros pases, +depende est ligada una estrella que los griegos llamaron Canopo y +los rabes Sohail. Esta estrella brill, siglos ha, muy alto sobre el +horizonte de Espaa. En el da, causa de la precisin de los +equinoccios, apenas se levanta poco ms de un grado sobre el horizonte +de Cdiz. Cuando Sohail desaparezca de nuestro cielo, desaparecern +tambin y sern ruinas y escombros los monumentos del arte arbigo que +en Espaa quedan. + +Esperemos que este vaticinio astronmico no se cumpla, para lo cual +importa que haya restauradores artistas como el Sr. Contreras, y que +nuestros ministros de Fomento no escatimen los recursos, no ya para +conservar lo que an existe, sino para restaurar lo que se halla +lastimosamente medio destruido. As, por ejemplo, yo no me contento con +que la Alhambra se conserve, sino que, si de m dependiese, hara +restaurar las dos torres de las Infantas y de la Cautiva, cada una de +las cuales es, , mejor dicho, ha sido, y puede volver ser, una +primorosa filigrana: un palacio casa real de la Alhambra en miniatura. + +Acaso como arquitectos es como los rabes son, han sido, ms +originales. Pero quin negar que su arquitectura tiene escasa majestad +y solidez, y que se distingue y es digna de elogio, ms que por nada, +por las menudencias y prolijidades del ornato? + +El edificio ms grandioso que de la poca muslmica queda en Espaa es +la catedral de Crdoba; la antigua mezquita de Abderraman. Pero en aquel +bosque de columnas que forman las diecinueve naves calles, hay +muchas columnas que sean arbicas? No ve, hasta el ms profano, que +todas casi todas, son de templos cristianos gentlicos, de la poca +romana de la poca visigtica, arruinados y despojados por los +muslimes para edificar y hermosear su templo? Este templo, decir +verdad, no me entusiasma tanto como otros, en cuyo entusiasmo me +parece advertir no poco de extravagancia. Hasta figurndome la mezquita +integra, en todo su esplendor, sin templo cristiano en su centro y tal +como estaba en la poca de los Abderramanes, sin la pared que la limita +ahora hacia el patio de los Naranjos, y dejndose ver desde l toda la +longitud de las diecinueve calles, alumbradas por lmparas de plata y +oro, y hasta figurndome adems en todo su esplendor y belleza los +primorosos mosaicos, alicatados y dibujos de la capilla del Mihrab, yo +hallo, y he de confesarlo aqu, aunque se pongan las manos en la cabeza +los que me lean, que me parece ms hermoso, ms digno, ms artstico el +templo cristiano que se levanta ahora en medio de la mezquita y que +tantas y tantas personas lamentan el que all se haya levantado. Para mi +gusto, no ya el templo en su totalidad, sino alguno de sus pormenores, +como por ejemplo, la sillera del coro, vale ms que el Mihrab con todos +sus arabescos y que cuantos primores, labrados con prolijidad brbara, +contiene y contuvo la mezquita en su poca ms brillante. + +No discuto aqu si hubiera sido no mejor edificar en cualquiera otra +parte el templo cristiano y dejar la mezquita integra y tal como estaba. +Falta de sentido arqueolgico y de buena critica de bellas artes puede +afirmarse que hubo en esto; pero, en el siglo XVI, hubiera habido en +cualquiera otra nacin de Europa un amor ms fino la arqueologa, y un +juicio ms claro sobre el valer artstico histrico de un monumento, +que hubieran impedido, sobreponindose al sentimiento religioso, la +construccin de un templo cristiano en el centro de la mezquita? Si por +una parte, algo de la mezquita se destrua, cmo negar por otra que hay +no poco de potico y de sublime en la idea realizada de levantar en +medio del ms esplndido santuario del islamismo y del arte oriental +otro magnfico santuario, segn el gusto europeo, ms adecuado al culto +y glorificacin del Dios trino y uno? + +No negar yo la gracia y el encanto de algunas construcciones arbigas. + +Si los rabes produjeron algo original, fue en arquitectura, aunque tal +vez tomasen mucho del arte bizantino y de la arquitectura de la India y +de la Persia y de otras regiones que invadieron conquistaron. + +Aun as es de notar y de deplorar la vida efmera inconsistente de los +monumentos arbigos. La estrella Sohail no se haba ocultado an bajo el +horizonte de Espaa, y ya no haba en Crdoba ni huellas de los palacios +de los califas; Medina-Azahara se haba desvanecido; los alczares y +jardines de Almotamid en Sevilla, de Almotacn en Almera, y de otros +reyezuelos elegantes y sibarticos, se dira que se los haba tragado la +tierra. De ellos no queda una columna en pie; ni huella, ni rastro. +Todava en Grecia, en Sicilia y en Italia, estn erguidos y casi +completos monumentos del arte helnico, anteriores de seis siete +siglos la Era cristiana; en Egipto, en la India y en la Persia y en +otras tierras del centro de Asia, subsisten pasmosas obras que dan +testimonio del poder arquitectnico de pueblos que fueron grandes hace +miles de aos, mientras que de los rabes, sobre todo en Espaa y de la +mejor poca, apenas queda nada. El mismo alczar de Sevilla, ms que +moro, es mudejar, y honra ms el buen gusto del caprichoso y popular +tirano D. Pedro de Castilla, que la elegancia del rey poeta Almotamid, +la magnificencia de su tremendo padre, que adornaba sus jardines y las +puertas de su alczar con las cortadas cabezas de sus enemigos. + +Los encomiadores de los tiempos muslmicos en Espaa ponderan ms an, y +no menos superficialmente, el gran florecimiento y prosperidad que la +agricultura haba llegado entonces. Para las irrigaciones, sobre todo, +no tienen ms que alabanzas. Hay quien imagina que Espaa en tiempo de +los moros era toda ella una florida, amena y fructfera huerta, que los +cristianos luego hemos marchitado y destruido. Nada ms falso que este +aserto. Bastante digno de encomio hicieron los moros (, mejor dicho, +los espaoles musulmanes, pues no hay razn para que fuesen moros +para que nosotros as los llamemos), fin de cultivar, regar bien y +hacer productiva la tierra, especialmente en Valencia, Alicante, Murcia +y Granada; pero cuando se estudia bien este asunto, se ve que los +cristianos hicieron ms y mejor para el mismo fin despus de la +conquista, as en grandiosas y tiles obras hidrulicas, como en leyes y +reglamentos para organizar sabiamente el regado. D. Jaime I en Aragn y +D. Alfonso el Sabio en Castilla, aunque no tuvieran ms que este mrito, +gozaran de inmortal popularidad y seran gloriosos y benditos. Pero hay +ms an: los ms colosales trabajos realizados para el riego, trabajos +que pasman por su solidez y magnificencia, son de las pocas en que se +supone Espaa sumergida en las tinieblas horrorosas de un brutal +fanatismo; son del reinado de Felipe II, bajo cuya proteccin y por cuya +excitacin se construyeron los admirables diques y pantanos de Alicante, +de Elche y de Almansa, son del tiempo de Carlos III, bajo cuya +proteccin y por cuya excitacin se hicieron los de Lorca. + +En artes y letras es mayor desatino sostener que los moros importaran +nada en nuestro pas, ni influyesen, salvo un poco en la arquitectura, +en el desenvolvimiento intelectual de los espaoles. De escultura y +pintura no hay que hablar, pues, aunque, veces, faltando los +preceptos de su religin, esculpiesen y pintasen algo, lo por ellos +pintado y esculpido fu grosero y rudo. As lo atestiguan las esculturas +y las pinturas que en la Alhambra se conservan. Poesa dramtica no +tuvieron nunca. Algo de poesa pica narrativa puede decirse qu +tuvieron, si bien no tuvieron nada que, ni remotamente, pudiera +compararse, no digamos ya al antiqusimo poema del Cid, pero ni las +leyendas de santos de Gonzalo de Berceo. De aqu se infiere que nuestra +gran literatura nacional trilinge, castellana, catalana y portuguesa, +naci reto en estos idiomas vernculos, de su antigua raz y tronco +cristianos y latinos: raz y tronco firmemente plantados en nuestro +suelo. Y si algo de fuera, si algo extrao vino ayudar fomentar el +reverdecimiento de esta literatura, vino de Francia y de Italia, y no de +la morera. Por el contrario, yo creo que debe y puede sostenerse que la +pompa oriental, las galas y primores, veces excesivos, y cierta +redundancia que en nuestra poesa y en nuestra elocuencia se notan +frecuentemente, y aun se censuran, son ya sobras defectos que de muy +antiguo tuvieron los espaoles, y por los cuales fueron motejados en +Roma Lucano, Sneca y otros prosistas, oradores y poetas de nuestra +patria. + +En las poesas escritas en lengua arbiga por espaoles y en Espaa, +aunque durante la dominacin muslmica, no hallo difcil percibir, +travs de la forma clsica tomada de la antigua poesa del Yemen y de la +imitacin de los verdaderos poetas rabes ms famosos y celebrados, +algo, y no poco, en el sentir y en el pensar, nacido en corazones y +espritus espaoles, y que casi de seguro no hubiera nacido jams en el +alma de un moro de Africa de un beduino de Arabia. Este orientalismo +es tan espaol y tan poco oriental, que raz de la ltima reconquista +se manifiesta esplendorosamente en prosa y en verso en nuestra +literatura espaola y nace del concepto fantstico, transfigurado y +hermoso, que la mente de los vencedores crea y forma de las costumbres, +usos, pasiones y cultura del pueblo quien ha vencido. De aqu la +novela caballeresca, la ficcin graciosa de Gins Prez de Hita. Y de +aqu la multitud de preciosos romances moriscos y el tinte +imaginariamente oriental que engalana tantas de nuestras obras poticas, +desde los mismos romances moriscos que incluye en sus _Guerras Civiles_ +el mencionado Gins Prez de Hita, hasta los admirables romances de +Gngora y de D. Nicols Moratn, hasta el arabismo cordobs del duque de +Rivas en _El moro expsito_, y hasta los esplendores y ensueos +orientales del valenciano Arolas y del instintivo y popularmente +iluminado poeta Zorrilla en su leyenda de _Alhamar_ y en otras +composiciones y fragmentos. Casi todo esto contiene un arabismo +orientalismo hechicero y de color de rosa, tan creado por nosotros, que +bien se puede asegurar que no hay rabe ni moro que, aunque se le +tradujera en su lengua, entendiese palabra de ello. + +Ni cmo haban de entender las quintas esencias y los refinamientos +amorosos y msticos que gastan los poetas y algunos de sus hroes, y +los discreteos, delicadezas y finuras de sus galanes y de sus damas? + +No voy dilucidar aqu si algunas poesas compuestas en Espaa, aunque +en lengua arbiga y por muslimes espaoles, pudieron ejercer influjo en +la poesa castellana; si los cristianos conocan dichas poesas +arbigas; si varios romances, como el de _la prdida de Valencia_, +fueron traducidos imitados del rabe; si el arcipreste de Hita, ya en +el fondo, ya en la forma, imit cantares moriscos; y si la elega de +Abul-Beka de Ronda, en su primera parte, fu uno de los modelos que tuvo +presente Jorge Manrique cuando compuso sus admirables coplas. Lo que +sostengo es, que, en todo caso, fu cortsimo el influjo +insignificante la imitacin. Schack, por ms esfuerzos que hace, tiene +que convenir en que los cristianos espaoles conocieron poco la poesa +arbigo-hispana y la imitaron menos, y tiene que convenir tambin en que +esa poesa arbigo-hispana, ms menos conocida imitada, apenas tena +ya de arbiga sino la lengua en que estaba escrita. + +Pasando ahora de las letras la ciencia, empezar por decir que no me +incumbe estimar aqu y tasar en su valor la de los rabes; pero s +procurar, aunque sea compendiosa y someramente, hacer tres importantes +afirmaciones. Es la primera la de que Espaa, cuando la conquista +muslmica, tena su ciencia propia, de la que dan testimonio clarsimo +no pocos escritores y sabios, descollando entre todos San Isidoro de +Sevilla, y que esta ciencia, pesar de las persecuciones y tiranas de +los conquistadores, continu luciendo entre los muzrabes pueblo +cristiano vencido, y di altas muestras de s en el abad Sansn, en San +Eulogio y en Alvaro de Crdoba. Es la segunda que los rabes y los moros +no eran sabios cuando vinieron Espaa, ni trajeron sabios consigo, de +suerte que los sabios y la sabidura que hubo ms tarde entre ellos, no +deben tenerse por arbigas sino por espaolas. Tan espaol es Averroes +como Sneca, como Luis Vives como Domingo de Soto. Y es la tercera +que, lejos de destruir los cristianos espaoles la ciencia mucha poca +de los espaoles muslimes, la protegieron, la fomentaron, se +aprovecharon de ella y la difundieron por toda Europa. En este punto, +ms que en ningn otro, la acusacin de Draper no puede menos de +atribuirse mala fe, ligereza supina ignorancia. + +Otro pueblo, adems de los rabes y de los moros, hubo en Espaa durante +toda la Edad Media, el cual, por su larga permanencia entre nosotros +(tal vez, en parte, desde antes de la venida de los romanos), no poda +ser mirado en Espaa como forastero, sino como indgena. Era este pueblo +el israelita, que vali, import influy ms que los muslimes en la +civilizacin del mundo, floreciendo y mostrando tal actividad en Espaa +por su saber, que bien podemos jactarnos de ello como de una gloria. +Maimnides, Ibn Gebirol, los Ben Ezrra, Jehuda-Lev de Toledo y otros +muchos filsofos, doctores y poetas nos pertenecen, como por ejemplo, +Mendelshon Enrique Heine pertenecen Alemania. + +Llamemos ahora, para acomodarnos la manera vulgar de expresarse, +ciencia arbigo-judaica toda esta ciencia que floreci en Espaa entre +los espaoles que siguieron la ley de Moiss la ley de Mahoma. Qu +fundamento hay para asegurar, como asegura Draper, que los cristianos +espaoles la destruyeron? + +Los rabinos ilustres, los filsofos y los doctores musulmanes, arrojados +de Andaluca por el fanatismo de los almohades, tuvieron franca acogida +y lograron proteccin generosa en las cortes de los reyes de Aragn y +Castilla. As, las clebres escuelas de Lucena y de Crdoba vinieron +trasladarse Barcelona y Toledo. Ansiosos de difundir por el mundo +esta ciencia arbigo-judaica, ya en la primera mitad del siglo XII, el +arzobispo toledano D. Raimundo y sus amigos y clientes hicieron +traducir, tradujeron y dieron conocer Francia y otras naciones +cristianas las obras y doctrinas de Al-kendi, Alfarabi, Avicena, +Avicebrn y otros autores. Sin duda, Domingo Gundisalvo y Juan de +Sevilla fueron los iniciadores y divulgadores primeros de la filosofa y +del saber semticos en la Europa de la Edad Media. + +Ernesto Renn nos reconoce este mrito y nos concede por ello su nada +sospechosa alabanza, diciendo: La introduccin de los textos rabes en +los estudios occidentales divide la historia cientfica y filosfica de +la Edad Media en dos pocas enteramente distintas, y el honor de esta +tentativa, que haba de tener tan decisivo influjo en la suerte de +Europa, corresponde Raimundo, arzobispo de Toledo y gran canciller de +Castilla. + +Claro est que muy fcilmente y con erudicin de segunda mano, tomada de +varios autores espaoles, entre los cuales sobresalen Menndez y Pelayo +y Amador de los Ros, pudiera yo extenderme aqu y convertir en libro +este artculo para demostrar hasta la evidencia que todo el saber +arbigo-judaico de Espaa fue propio de los espaoles, y que stos, no +slo le crearon, sino que le divulgaron por toda Europa. + +El librito del Sr. Simonet, que da lugar las consideraciones que hemos +expuesto, las confirma con gran copia de erudicin y con multitud de +datos y de hechos, algunos de los cuales citar en este escrito, +tomndolos al azar prefirindolos por ms curiosos. Mulades +espaoles de puro origen, bien probado, ya por documentos histricos, ya +por sus propios nombres de mal disimulada etimologa latina +peninsular, fueron: Abdelmelic-ben-Hagib el Asolam, Ali Ibn-Hazm, el +clebre Ibn Thofail, el insigne botnico malagueo Ihn-Albaithar, el +distinguido gramtico Abdalah-Ben-Vivax, el poeta y naturalista Ab +Otzman Ibn Loyon, los literatos y poetas Ibn Corral Ibn Xalvator +Salvador, y hasta el egriego filsofo Ibn Badja Pace (desfigurado el +ablativo latino) quien conocieron los filsofos escolsticos de la +Edad Media con el nombre de Avenpace. En conclusin (para terminar en +este punto mi artculo, como termina el seor Simonet el libro de que +trato), de los testimonios que hemos alegado se infiere que, ni al +elemento arbigo, ni al berberisco, sino al indgena, se debe, en su +mayor parte, el esplendor literario y artstico del califato cordobs y +del antiguo reino nazarita. Y por si acaso nuestras razones parecieren +poco fuertes, inspiradas tal vez por el sentimiento patrio, +concluiremos apoyndolas en la autoridad de un crtico extranjero muy +competente, del alemn Guillermo Lubke, que en su celebrado _Ensayo +sobre la historia del arte_ se expresa as: Si el arte rabe se +desarroll en Espaa con ms perfeccin que en los otros pases +_islamizados_, se debe sin duda las relaciones ntimas de moros y +cristianos, en las cuales, stos comunicaron aqullos algo de lo +noble, amable y caballeresco que resplandece en todos los ramos de su +civilizacin, ciencias, arte y poesa. + +Saltemos ahora de la llamada civilizacin oriental la occidental, que, +segn Draper, tambin hemos destruido. Esta civilizacin, que Draper +afirma que era superior la civilizacin espaola del siglo XV, es la +americana precolombina. + +Imposible parece que se diga de buena fe tamao disparate. Qu diantre +de civilizacin haba en Amrica antes de su descubrimiento! Por casi +todas partes era completo el salvajismo. Menos en el Per, no creo que +en regin alguna hubiese animales domsticos. Haba en varias tribus +conocimientos elementales de agricultura, pero en las dems se viva de +la pesca y de la caza, los hombres se coman unos otros. Los +sacrificios humanos exigan millares de vctimas. El perpetuo estado de +guerra y los vicios nefandos destruan la poblacin impedan su +aumento. En Mjico, que era el imperio ms civilizado, no haban +descubierto an que con un lquido combustible y con una torcida se +podan alumbrar de noche, y la pasaban oscuras por falta de candiles. +Los jeroglficos en embrin de aztecas, yucatecos y otros pueblos del +centro de Amrica (aun dando por supuesto que los ms significativos y +mejor pintados no son posteriores la venida de la gente espaola y no +son obra de indios industriados y medio civilizados ya por nosotros), +ms de ser casi ininteligibles, dejan entrever una cultura harto +inferior la de los antiguos imperios del centro de Asia ms de mil +aos antes de Cristo. Si algo hubo de ms valor en la antigua +civilizacin americana, haba decado y se haba corrompido degradado +antes de llegar los espaoles. Poco nada tuvimos que destruir nosotros +que no fuera perverso y abominable. En cambio llevamos Amrica nuestra +propia cultura europea y cristiana, y llevamos el caf, la caa de +azcar, el caballo, la vaca, el carnero, el trigo, las frutas exquisitas +de Europa y de Asia, y otras mil cosas excelentes que por all no haba. + +Se nos acusa de haber procedido con crueldad y codicia y de haber +sometido duros trabajos y atormentado con atroces castigos la +poblacin india, hasta el extremo de mermarla y aun de hacerla +desaparecer en algunas regiones. No ser yo quien defienda todos los +aventureros espaoles de entonces, admirables y gloriosos por su +inteligencia y por sus bros, pero que distan mucho de valer para +modelos de santidad, y que tal vez, como vulgarmente se dice, eran lo +peor de cada casa. Si hubieran sido aventureros ingleses, franceses +alemanes los que fines del siglo XV hubieran ido Amrica, se +hubieran conducido con ms humanidad que los espaoles? Fueron ms +mansos y amorosos con los indios los alemanes quienes el emperador +Carlos V concedi que se estableciesen y se extendiesen por las que hoy +son repblicas de Venezuela y Colombia? Se condujo ms afable y +dulcemente, no ya con los indios, sino con los mismos espaoles +establecidos en Amrica, el enjambre de piratas, corsarios y +filibusteros que en diferentes pocas fueron all contra nosotros? + +Los hombres de guerra y de aventuras en todos tiempos, y ms an en el +siglo XVI, no han pecado por lo cariosos y suaves; y en dicha poca +haba dos corrientes de sentimientos y de ideas que endurecan ms sus +entraas: el fanatismo religioso de la Edad Media persistente an, y el +renacimiento pagano, que, al traernos las elegancias y los primores, las +artes y las letras de la clsica antigedad, nos trajo tambin no poco +de su corrupcin, de sus vicios, de sus pasiones sensuales y de su sed +de deleites y bienes de fortuna. Muchos de estos defectos no podan +menos de tenerlos los aventureros audaces que envi Espaa Amrica; +pero la misma Espaa no los tena. Pueden ser ms filantrpicas que lo +que son las leyes de Indias? Se mostraron nunca nuestros legisladores +crueles ni faltos de caridad para con los pueblos salvajes +semi-salvajes quienes civilizamos y cristianizamos? Ha habido nunca +pueblo de ms _catlico_ corazn que el pueblo espaol? Y digo +_catlico_ en el ms lato sentido de la palabra, envolviendo en ella el +significado que tienen hoy las palabras _cosmopolitismo_ y +_humanitarismo_. Fr. Bartolom de las Casas no fu el nico defensor de +los indios; fu acaso el ms vehemente y atrabiliario; pero antes y +despus de l hubo multitud de santos misioneros y de almas piadosas que +defendieron y protegieron los indios, y desde luego los consideraron +iguales ellos, y veces superiores, cuando por su nacimiento, por la +autoridad de que gozaban por el respeto que les tenan los de su +casta, eran superiores en su tierra. No sera tan grande la tirana y la +opresin de Espaa cuando, no slo igual al pueblo indio con el pueblo +espaol, sino que di cartas y ttulos de nobleza los indios que se +distinguan eran ya nobles entre los suyos. Todava, por ejemplo, es +grande de Espaa y duque, y goza de una pensin cuantiosa entre +nosotros, el sucesor de Moctezuma. + +Y ltimamente, con motivo del centenario del descubrimiento de Amrica, +la ilustre duquesa de Alba, ha sacado del archivo de su casa y ha +publicado un tomo voluminoso, donde se contienen multitud de ttulos de +nobleza, escudos de armas y honrosos privilegios concedidos por los +monarcas espaoles muchos seores indios raz de la conquista. + +En cuanto al pueblo, yo creo, y tengo por seguro, que se puede demostrar +que en muchas de las tierras descubiertas y ocupadas por los espaoles +en Amrica, los indios, en vez de perder, ganaron en ser conquistados. +Aun durante la misma conquista, por mucha importancia que se d la +superioridad de nuestra caballera, de las armas de fuego y de la +pericia militar, no se comprende cmo unos pocos espaoles pudieron +vencer y sujetar con crueldades grandes muchedumbres y poderosos +imperios. Esto se comprende mejor, entendido como debe entenderse: +asegurando que los espaoles triunfaron porque fueron all como +libertadores, y ganaron en muchas partes la voluntad y el auxilio de los +indios mal contentos, los cuales lograron sacudir as la tirana ms +espantosa. Es probable que en Otumba hubiese del lado de Hernn Corts +tantos indios como en el ejrcito contrario. Y no sin razn nos +auxiliaron, porque salieron ganando en todo. Antes, como dice Gomara, +pechaban el tercio de lo que cogan y si no pagaban eran reducidos la +esclavitud sacrificados los dolos; servan como bestias de carga y +no haba ao en que no muriesen sacrificados millares por sus +fanticos sacerdotes. Despus de la conquista, aade Gomara, son +seores de lo que tienen con tanta libertad que les daa. Pagan tan +pocos tributos que viven holgando. Venden bien y mucho las obras y las +manos. Nadie los fuerza llevar cargas ni trabajar. Viven bajo la +jurisdiccin de sus antiguos seores, y si stos faltan, los indios se +eligen seor nuevo y el rey de Espaa confirma la eleccin. As que, +nadie piense que les quitasen los seoros, las haciendas y la libertad, +sino que Dios les hizo merced en ser de espaoles, que los +cristianizaron, y que los tratan y que los tienen ni ms ni menos que +digo. Dironles bestias de carga para que no se carguen, y de lana para +que se vistan; y de carne para que coman, ca que les faltaba. +Mostrronles el uso del hierro y del candil, con que mejoran la vida. +Hanles dado moneda para que sepan lo que compran y venden, lo que deben +y lo que tienen. Hanles enseado latn y ciencias, que vale ms que +cuanta plata y oro les tomaron. Porque con letras son verdaderamente +hombres, y de la plata no se aprovechan mucho ni todos. As que libraron +bien en ser conquistados. + +Yo entiendo que la cndida y sencilla apologa que acabo de citar, basta +para prueba de cun benfico fu para los indios el triunfo de Espaa +sobre ellos. Dicha sencilla y cndida apologa vale ms que las +declamaciones pomposas. Los hechos posteriores la confirman plenamente. +Desde el Norte de Mjico hasta el extremo Sur de Chile y de la Repblica +Argentina, sera fcil demostrar que en el da de hoy hay ms indios +que hubo nunca y son ms felices, mejores y ms civilizados que jams lo +fueron; que bajo el dominio de Espaa los indios que se distinguan lo +merecan podan ser cuanto se poda ser entonces en Espaa; generales, +arzobispos, duques, marqueses, y presidentes de tribunales; y que ahora +pueden ser, y son veces, presidentes de las Repblicas. En los Estados +Unidos tal vez habrn sido ms humanos con los indios. Pero yo no he +visto indios muy en auge en los Estados Unidos, ni que alguno de ellos +figure entre los personajes importantes, que por su riqueza, por su +posicin por su saber, influyen ni remotamente en el gobierno de la +nacin. Tal vez los indios de los Estados Unidos estn acorralados como +en Espaa solemos tener toros bravos en una dehesa jabales en un +coto, mientras que los indios de las tierras que Espaa y Portugal +ocuparon, ya presiden las Repblicas como jefes supremos, ya brillan +como oradores en las asambleas legislativas, ya mandan ejrcitos, ya +recorren como diplomticos las cortes de Europa, ya ganan fama y +aplausos escribiendo en la lengua del pueblo que los conquist elegantes + inspiradas poesas interesantes libros en prosa, cuyo valer y mrito +somos los primeros en reconocer nosotros los espaoles, no +escatimndoles la alabanza, sino complacindonos en darla, acaso y +veces ms all de lo justo. + +Las tremendas acusaciones de Draper contra Espaa estn puestas en su +libro con mero intento terico, fin de que en su ramplona filosofa +de la historia figuremos nosotros como un pueblo precito, y fin de +que, en el drama cuya accin es el desenvolvimiento de la inteligencia +humana y el paso de la edad de la fe la edad de la razn, haga Espaa +el papel ms odioso. Pero en el da se renuevan y se exacerban estas +acusaciones, no ya para filosofar, mas menos burdamente, sino para +sacar muy duras consecuencias prcticas contra nosotros. En los Estados +Unidos escriben hoy muchos para denigrarnos como Draper escriba, siendo +lo ms gracioso que todo lo que dicen contra nosotros es con el fin de +ensalzar los cubanos y de afirmar que deben ser independientes y +libres. Acaso el ms feroz de estos escritores anti-espaoles sea un +cierto Sr. Clarence King, que ha publicado en la revista _The Forum_ un +articulo titulado _Ha de ser Cuba libre?_ Un amigo mo anglo-americano +me envi hace un mes dicho artculo, excitndome que le contestase y +hasta brindndome con que insertara mi contestacin en una revista de +su tierra. + +Las acusaciones del Sr. Clarence King, son menos razonables an que las +de Draper; pero como llevan el propsito de excitar en los Estados +Unidos el odio y el desprecio contra Espaa y de favorecer los +rebeldes de Cuba, auxilindolos y declarndolos beligerantes, creo que +algo conviene decir contestando al Sr. Clarence King, aunque la defensa +que haga yo de Espaa sea ligera, desenfadada y de broma, ya que el +articulo del Sr. Clarence King no merece refutacin ms seria y +detenida. Lo que diga yo sobre l ser como remate y complemento de la +impugnacin que la salida de tono y los anatemas de Draper contra Espaa +me han inspirado. + +Empezando ahora por contestar la acusacin que nos dirige el Sr. +Clarence King de haber exterminado la poblacin india de Cuba, que llega + suponer se elevaba un milln de almas, dir que parece imposible que +con seriedad se insine, ya que no se afirme, semejante disparate. Si +nosotros, fundndose en l, se nos dice: Qu habis hecho de ese milln +de almas? Can, que has hecho de tu hermano?, con la misma razn +podemos suponer nosotros que, en la inmensa extensin de territorio +ocupado hoy por la gran repblica, haba lo menos cuarenta millones de +indios, y preguntar luego con voz fatdica: Canes! qu habis hecho +de ellos? + +De todos modos, m no parecera razonable dirigirme los ingleses +pidindoles cuenta de esos indios que han desaparecido. Se la pedira en +todo caso los que se han apoderado de sus bienes despus de matarlos y +viven hoy en el territorio que ellos tranquilamente posean. Porque es +absurdo irracional, suponiendo que gente de casta espaola mat un +milln de indios para apoderarse de Cuba, simpatizar con los herederos y +con los que se aprovechan an de la matanza y del robo, y condenar por +ese robo y por esa matanza los espaoles de por ac, que desde el +descubrimiento y la conquista de Amrica hasta hoy no han hecho ms que +predicar y legislar en favor de los indios. + +Es cosa de risa citar Hatuei, que dijo que preferira ir al infierno +ir al cielo con los espaoles, para aplaudir los descendientes de esos +espaoles porque se rebelan contra otros espaoles, que no sacaron el +menor provecho de la muerte de Hatuei ni le hicieron el menor agravio. +Todo lo que dice el Sr. Clarence King acerca de esto vendra muy +propsito si hubiese an en Cuba descendientes de Hatuei y de sus indios +que apellidasen libertad y que pugnasen por arrojar de Cuba los +espaoles intrusos, lo mismo Weyler, que Maceo que Mximo Gmez. + +Otra no menos chistosa acusacin del Sr. Clarence King contra nosotros +se funda en la esclavitud de los negros; sosteniendo que, acostumbrados +nosotros mandar esclavos, no sabemos mandar hombres libres. No parece, +al leer esto, sino que en los Estados Unidos no hubo esclavitud nunca. +Dice tambin el articulista que Espaa se vi _forzada_ dar libertad +sus negros Y quin le hizo tal fuerza? Espaa di la libertad de grado +y con gusto. Y los propietarios de los negros no se opusieron con las +armas esta libertad, si bien en Cuba era el darla ms difcil, ms +perjudicial econmicamente y ms peligroso que en los Estados Unidos, +aunque no fuese ms que porque en Cuba la poblacin negra era tan +numerosa como la blanca. No fu, pues, en Espaa, fu en los Estados +Unidos, al menos en mucha parte de ellos, donde se vieron _forzados_ + dar dicha libertad; donde tuvieron que tragarla regaadientes, y +donde al que la di, al libertador glorioso, no falt quien en premio le +matase de un tiro. + +Por lo dems, la compasin hacia los negros esclavos acaso se pudiese +probar que ha sido ms tarda que en nuestra raza en la raza +anglo-sajona, que bastante tiempo ha sido _negrera_, y donde an, en el +presente siglo, se inventan teoras tan filantrpicas y consoladoras, +como la de Malthus y la del _Struggle for life_. + +No en el da en que los espaoles estamos harto abatidos, sino en los +momentos en los siglos en que preponderbamos en el mundo, se le +ocurri ningn espaol, que tuviera squito y que valiera algo, el +considerarse de una raza superior las dems razas humanas, y el +despreciarlas y humillarlas. Ni cuando el Gran Capitn se enseore de +Italia arrojando los franceses; ni despus de Lepanto, de San Quintn +y de Pava; ni cuando en Trento prevalecieron nuestros telogos y +reformando la iglesia oponan fuerte valladar al protestantismo y +trataban de conservar la virtud que informaba y que una la civilizacin +europea; ni cuando desde principios del siglo XV, con tenacidad +admirable y con fe constante, agrandbamos experimentalmente el concepto +de las cosas creadas, circunnavegando el planeta, cruzando mares +incgnitos y tenebrosos y descubriendo nuevos mundos y nuevos cielos, +jams hemos menospreciado las otras naciones ni las hemos tratado con +insolente orgullo, ni las hemos insultado como en el da se nos insulta. + +A la verdad, ni ahora ni nunca habr un solo espaol que rebaje la +gloria de Lincoln; todos ensalzaremos esa gloria, pero alguna, aunque +sea menor, nos toca colectivamente, porque dimos de buena voluntad y no +por fuerza libertad los esclavos negros de Cuba; y alguna gloria +tambin, anterior y mi ver ms clara y con algo de divino, nos toca +por haber sido de nuestra raza santos varonescomo Alonso de Sandoval y +Pedro Claver, que hicieron por los negros, en un siglo en que an se +ignoraba hasta el nombre de filantropa, movidos de caridad cristiana, +obras maravillosas por amor de Dios y de los negros de Africa. + +Supone el Sr. Clarence King que en el carcter espaol (ya se entiende +que en el de los espaoles peninsulares, pues en el de los cubanos, +sobre todo si son rebeldes, ha de haber habido una transformacin +dichosa), supone, digo, que en nuestro carcter persiste, en combinacin +diablica, la crueldad pagana de Roma, reforzada y sublimada con feroz +intensidad por la Inquisicin. De aqu resulta que el ms blando y +humano de nosotros es un Calgula-Torquemada. Y que fin de evitar que +sigamos haciendo atrocidades contra los pobrecitos inofensivos +insurrectos, los Estados Unidos tienen el deber moral de reconocer la +beligerancia de dichos seores que no talan, ni incendian, ni saquean, +ni cometen atrocidad alguna. + +Lo de la Inquisicin es una cantaleta que nos estn dando los +extranjeros desde hace mucho tiempo, y que nos tiene ya tan aburridos, +que casi justifica que algunos espaoles se pongan fuera de s y en +apariencia se vuelvan locos, aunque sean sujetos de mucha madurez y +juicio. As es que, sin duda por chiste y para lucir la agudeza de su +ingenio, alguien defienda la Inquisicin todava, como por ejemplo, lo +hace con mucha gracia el catedrtico D. Juan Manuel Orti y Lara, el cual +llega exclamar: Oh dichosas cadenas del Santo Oficio, que tan +fuertemente sujetaban al monstruo de la hereja, que no le dejaban +libertad alguna para impedir los ingenios espaoles el vuelo que +tomaron desde las alturas de la fe por las regiones del saber y de la +poesa! + +Claro est que el monstruo de la hereja, que hoy anda suelto en Espaa +sin que la Inquisicin le encadene, no impide al Sr. Orti y Lara que +vuele por donde se le antoje y hasta que haga la apologa de la +Inquisicin. Pero yo no quiero ni puedo hacerla, y convendr con el +seor Clarence King en que la Inquisicin era una infernal maquinaria +muy propsito para atormentar y matar la gente. En lo que no +convengo con el Sr. Clarence King, sacando una consecuencia opuesta la +suya y muy favorable los espaoles, es en que nosotros, poseedores de +la maquinaria susodicha, hayamos atormentado y asesinado jurdicamente +ms personas que las atormentadas y asesinadas jurdicamente en no pocas +naciones extranjeras, donde tal vez y sin tal vez no hubo Inquisicin +nunca. Jams la Inquisicin de Espaa se regal ajusticiando vctimas +tan ilustres como Servet, Vanini y Bruno. Jams la Inquisicin de Espaa +conden, sino que aplaudi, defendi y ensalz Coprnico, Galileo y + otros sabios, quienes en tierra donde no haba Inquisicin +condenaban. Y en lo tocante la muchedumbre de gente menuda, quemada, +ahorcada muerta por otros medios manos del fanatismo religioso, nada +tienen que envidiarnos los pueblos ms cultos que en el da hay en +Europa. Slo de brujos y brujas, si hemos de creer Michelet, en +Trveris quemaron siete mil; pocos menos en Tolosa de Francia; en +Ginebra quinientos en tres meses; en Wurtzburgo, ochocientos de una sola +hornada, y mil quinientos en Bamberg. Convengamos en que jams hubo en +Espaa tan esplndidas y colosales chamusquinas. Y es lo ms chistoso, +si yo no recuerdo mal (porque no doy ahora para comprobarlo con una +Historia de los Estados Unidos que contenga el periodo colonial), que en +esos Estados se quemaron y se ajusticiaron tambin brujos y brujas con +profusin pasmosa. Por donde yo me inclino sospechar que en toda la +Amrica, dominada por Espaa durante los sigos XVI y XVII, no hizo la +Inquisicin tantas vctimas, contando judos, mahometanos, y herejes +relapsos y hechiceros de todo linaje, como las vctimas que por slo el +delito de brujera fueron sacrificadas en los Estados Unidos cuando an +eran colonias. + +Otra de las razones que tiene el Sr. Clarence King para desear que Cuba +no sea espaola, es que Cuba es un paraso muy fecundo y que en otras +manos ms trabajadoras y hbiles producira mucho ms. Este argumento, +no obstante, no vale nada en favor de los cubanos. Es probable, es casi +seguro que si los dejsemos en libertad, Cuba no prosperara ms de lo +que hoy prospera. Si prevaleciesen los negros, Cuba sera como Hait, y +si prevaleciesen los blancos y mulatos, Cuba sera como es Santo +Domingo. Los cubanos, que de buena fe y de corazn estn con los +rebeldes, si quieren entrever y columbrar el porvenir que siga su +triunfo, bien pueden mirarse en el citado espejo. Harto lo comprender +el seor Clarence King, coincidiendo con mi parecer; pero por cierta +pdica delicadeza no deja ver el fondo de su pensamiento. El fondo de su +pensamiento es que Cuba llegue ser una estrella ms en la bandera de +su patria. Adis entonces idioma, casta, sangre y linaje espaoles en la +Isla. En ella, al cabo de veinte treinta aos de menos, no se +hablara ms que ingls. Todo hombre de origen espaol desaparecera de +la Isla ms pronto que desaparecieron los indios cuando se apoderaron de +la Isla los espaoles. + +Pero qu mal, qu dao, qu terribles ofensas hemos hecho los espaoles +de la Pennsula los espaoles de Cuba, para que ser unos con +nosotros prefieran algo modo de suicidio colectivo? + +Nada prueba menos que el exceso de prueba. Figurmonos que el Sr. +Clarence King tiene razn; que los espaoles no sabemos gobernarnos; +que nuestra administracin es absurda y corrompida. Con esto no probar +sino una cosa: que si los cubanos toman muy pecho su desgobierno, no +deben separarse de Espaa, sino separarse de ellos mismos y ser otros de +los que son, y convertirse, por ejemplo, en _yankees_. En una nacin +tan democrtica como es y ha sido siempre la nuestra, qu diferencia +puede haber ni hubo nunca entre un espaol de Cuba un espaol, v. gr., +de Mlaga, de Loja de Logroo? Los que alternan, en Espaa, en el +poder, con turno ms menos pacifico, los Narvez, los Cnovas y los +Sagastas, no pudieron ser cubanos? Qu inferioridad hemos supuesto +nunca, ni por ley ni por costumbre, que exista entre un espaol de por +ac y un espaol de por all? La igualdad ms perfecta entre todos los +espaoles de la Pennsula y de Ultramar ha sido proclamada siempre en +leyes, pragmticas, ordenanzas y decretos. Felipe II la proclam +solemnemente con palabras citadas por el mismo Sr. Clarence King. Si +esta unidad legal existi bajo un poder absoluto, lo mismo era para los +peninsulares que para los cubanos, y estos ltimos no podan pretender +entonces ser ms libres que nosotros. Pero no bien hubo en Espaa una +Constitucin liberal, en 1812, la Asamblea que form esta Constitucin +declar, adoptando la elevada idea de Felipe II, que la nacin espaola +es el conjunto de todos los espaoles de ambos hemisferios. Las +libertades de que desde entonces debieron gozar los peninsulares las +debieron gozar tambin los cubanos. No fu culpa nuestra que Fernando +VII, el Deseado, diese al traste con todas esas libertades, no bien +volvi Espaa en 1814. Renacieron dichas libertades en 1820, en +virtud, por desgracia, de un motn militar, que puede considerarse como +el pronunciamiento inicial en la larga serie de pronunciamientos que +despus ha habido. Y menos culpa nuestra es an que, en 1823, as los +peninsulares como los cubanos, perdisemos de nuevo las mencionadas +libertades, por obra de los cien mil hijos de San Luis, sostenidos +moralmente por la Santa Alianza, sea por Rusia, Prusia y Austria, con +el beneplcito sin duda de la libre Inglaterra. + +De cuantas crueldades y tiranas y de cuantas muestras de grosero, +torcido y falso celo religioso hizo y di entonces un partido fantico +por el afn de extinguir en Espaa la civilizacin moderna y de +retroceder una edad de ignorancia y barbarie, que jams existi y fu +completamente soada, ms culpa que dicho partido fantico y servil +tuvieron la Santa Alianza, los franceses que ejecutaron sus rdenes y +casi toda Europa, abrumando con su peso al pueblo espaol y desatando +las manos de Fernando VII para que, en premio de haber peleado por su +trono, cargase este pueblo de cadenas. Pero aun as, justo es confesar +que los cubanos fueron los que menos padecieron, si es que algo +padecieron, de este ltimo absolutismo de los diez aos. + +Una prueba ms de que no son los espaoles peninsulares tan culpables +de este absolutismo de los diez aos, sino de que nos le impusieron las +ms poderosas naciones de Europa, es que desde que en 1834 hubo en +Espaa un gobierno liberal, los gobiernos de esas naciones se negaron +reconocerle, le volvieron la espalda y favorecieron al pretendiente, rey +de los fanticos y serviles. El nuevo orden de cosas no fue reconocido +en Espaa, por Prusia y Austria hasta despus de la revolucin de 1848, +y por Rusia hasta 1857. + +Y como yo no quiero condenar nadie en ms de lo justo, y menos +naciones tan ilustres como Rusia, Prusia y Austria, ni quiero tampoco +injuriar al partido absolutista espaol, dir que alguna explicacin y +hasta disculpa tuvieron el odio y el terror de ellos las modernas +libertades, ya que tanto glorificaban, como el Sr. Clarence King, la +primera Revolucin francesa. Por pasmosos que hubiesen sido sus triunfos +guerreros, no bastaban atenuar las atrocidades de Dantn, Marat y +Robespierre, y los espantos del _Terror_ y de la guillotina; y fue lo +peor que todo ello tuviese por resultado un gran genio militar sin duda, +pero la vez un dspota, que humill y ensangrent la Europa entera, +sin que el ms hbil y sutil profesor de filosofa de la historia pueda +descubrir, fuera de la ambicin personal, del prurito de elevar la +familia y los amigos, y del afn del predominio de un pueblo sobre los +otros, propsitos y fines altos y providenciales, parecidos los que +ms menos conscientemente tuvieron Alejandro y Csar. + +Ser pensamiento mo, que tal vez escandalice muchas personas, pero +que ahora se me ocurre y no puedo menos de expresarle: la primera +Revolucin francesa, en vez de acelerar el advenimiento de la libertad +verdadera y los progresos del linaje humano, vino atajarlos, +ponindoles, como obstculo que tienen que saltar en su curso, el miedo +y la repugnancia que los desrdenes y crmenes de la Revolucin +inspiraron. + +Como quiera que ello sea, pues sera muy largo discutirlo aqu, vuelvo +la cuestin de Cuba. Hoy que tenemos libertad, los cubanos la tienen +tambin como nosotros. Sus senadores y sus diputados toman asiento en +nuestras Cortes. All defienden sus intereses, all piden reformas, all +concurren legislar con los dems representantes del pueblo, y aun son +ms considerados y atendidos. Nunca, pues, la rebelin ha sido menos +justificada que en el da por motivos polticos. + +Lo ser acaso por motivos econmicos? Menos an. Los cubanos no pagan +tanta contribucin como nosotros. Apenas pagan contribucin territorial. +Pagan en las aduanas. Y si algn empleado de los que van de la +Pennsula, se enriquece por all, bien puede afirmarse que no es costa +sino con beneficio de ellos, favoreciendo el contrabando. + +En lo tocante la solicitud con que el gobierno de la metrpoli procura +el fomento de la produccin agrcola, de la industria y del comercio de +Cuba, se llega un extremo casi increble. En prueba de ello, baste +citar el Tratado que los seores Foster y Albacete negociaron en +Madrid, siendo Presidente de la Repblica el Sr. Arthur, y que el Sr. +Cleveland, no bien entr en la Casa Blanca, retir sin consentir que se +ratificase. Si el Tratado hubiese sido ratificado, los azcares de Cuba +hubieran ido la gran Repblica libres casi libres de derechos, y de +la misma manera hubieran sido recibidas en Cuba las harinas, las carnes +y muchos productos de la industria anglo-americana. Intil es ponderar +la prosperidad y el auge que esto hubiera trado la perla de las +Antillas. Para lograr este fin, hubiramos sacrificado nosotros con buen +nimo la agricultura de Castilla, cuyas harinas no hubieran podido +resistir la competencia, el comercio de Santander, bastante de la +industria catalana y no cortos intereses de nuestra marina mercante. + +Alguna queja tengan acaso los cubanos de que, fin de proteger la +industria azucarera peninsular, se grave con demasiado derecho de +introduccin la azcar de Cuba; pero el fundamento de esta queja es +aparente cuando se considera el corto consumo que Espaa puede hacer y +hace de azcar, en comparacin de lo que totalmente produce la Isla, que +por otra parte cuenta con ms ricos, favorables y cercanos mercados. + +Dice el Sr. Clarence King, que por codicia, por la riqueza que de la +Isla sacamos, y por lo que esperamos sacar, nos resistimos que sea +independiente y libre. A mi ver, nada hay ms falso; y creo que de los +dieciocho millones que hay de espaoles, slo no pensarn como yo mil +dos mil lo ms. Todos sabemos que en los cuatrocientos aos que hace +ya que poseemos Cuba, slo durante quince veinte ha habido sobrantes +en las Cajas de Ultramar. En los otros trescientos ochenta y tantos +aos, Cuba no nos ha valido sino gastos, sacrificios y desazones. Pues +entonces--dir el Sr. Clarence King--por qu Espaa no abandona Cuba? +La pregunta equivale la que pudiera hacerse una buena madre, cuya +hija mimada no le trajese ms que gastos, si se le aconsejara que la +dejase en plena libertad para que ella se ingeniase y buscase quien con +ms lujo la mantuviera. Conservar Cuba no es para nosotros cosa de +provecho, sino punto de honra de que Espaa no puede prescindir. + +La nacin que ha descubierto, colonizado, cristianizado y civilizado +Amrica, tiene ms derecho que ninguna ser y llamarse americana, aun +dentro de las doctrinas de Monroe, y tiene el deber sagrado ineludible +de sostener este derecho con razones y con armas, hasta donde sus +fuerzas alcancen y mientras su sangre, su dinero y su crdito no se +agoten. + +No se comprenden los argumentos que se puedan alegar en los Estados +Unidos para proclamar la beligerancia de los insurrectos cubanos y para +excitar acaso otras potencias que tambin la declaren. No hubiera +habido menos motivo para pedir declarar hace aos la beligerancia del +Tempranillo, del Chato de Benamej de los Botijas. No se conducen +mejor Mximo Gmez y su cuadrilla ni atinan con ms habilidad +escabullirse de sus perseguidores. Las diferencias que hay son +favorables aquellos antiguos bandidos de la Pennsula, porque no eran +incendiarios, y porque, cuando se acogan indulto, cumplan como +caballeros y no volvan las andadas, engaando y burlando los que +los haban indultado. + +En la pasada guerra civil cubana, el conde de Valmaseda, ofendido de +estas villanas con que era burlada y pagada la generosidad espaola, +di un bando, no he de negar que harto violento; pero esto no basta para +justificar la nota dirigida por el Sr. Fish, secretario de Estado, al +ministro de Espaa en la gran repblica. + +Esta nota es una dura reprimenda hecha en nombre de la civilizacin +cristiana y de la humanidad, por alguien que debi de creerse, sin el +menor inters, representante y Encargado de Negocios de dicha +civilizacin y aun del linaje humano, y con autoridad para dirigirse +nosotros como un subordinado suyo. Fueran las que fueran las faltas +cometidas por el conde de Valmaseda, el Sr. Fish cometi al dirigir la +nota un atentado contra la soberana, la autonoma y el decoro de +Espaa, cuyo ministro, si su gobierno no hubiera sido tan dbil y le +hubiera prestado apoyo, lo menos que hubiera debido hacer es devolver la +nota sin contestacin, dndola por no recibida, como alguna otra nota, +menos insolente y soberbia, se devolvi en Madrid un ministro +anglo-americano. + +Ahora, por fortuna, si de algo han pecado el noble general Martnez +Campos y los dems jefes y autoridades de Espaa en Cuba, ha sido de +lenidad, de espritu de conciliacin y de generosa confianza. Repito, +pues, que no se comprenden los argumentos que pueden alegarse en los +Estados Unidos para declarar la beligerancia de los insurrectos cubanos +y para excitar otras potencias que la declaren. + +Ni el gobierno espaol ni sus agentes han cometido ni cometern en Cuba +crueldad alguna. Aunque los foragidos que estn asolando el llamado, por +el Sr. Clarence King, fecundo paraso, no merecen que las potencias +cultas de Europa los amparen los protejan, no contra nuestra saa, +sino contra nuestra justicia, yo espero que sta se temple y mitigue con +la mayor misericordia; mas no por eso acierto explicarme que los +cabecillas rebeldes, los principales al menos y los que no tienen +siquiera la excusa de ser cubanos y de estar cegados por un mal +entendido amor la patria, se les perdone si llegan caer en poder de +nuestros soldados. Justo y necesario ser algn saludable escarmiento. + +Difcil es, cuando no imposible, descubrir el motivo de queja que, en +nacin tan grande y generosa como los Estados Unidos, pueda haber contra +Espaa, bastante mover mucha parte de su ilustrada prensa peridica, +al Sr. Clarence King y una respetable comisin de senadores, que +pidan, valindose de mil injurias contra Espaa, que el gobierno de la +gran repblica declare beligerantes los insurrectos, procure que +otras potencias tambin los declaren, y garantice as la impunidad de +todos ellos para el da en que depongan las armas, cansados de andar +salto de mata y de perpetrar toda clase de delitos. Por el contrario, +Espaa es quien puede quejarse por no pocos motivos: porque la acogida y +el favor que reciben en aquel pas los ingratos y rebeldes hijos de +Espaa excede sobremanera la ms franca hospitalidad, y porque bien +puede recelarse que excitado por ellos el gobierno anglo-americano ha +mostrado con frecuencia cierto prurito de vejarnos y lastimarnos. + +Hay una, en mi sentir, detestable costumbre, fundada en torcidos +principios de Derecho internacional, que prevalece en todas las naciones +cultas, y no lo negamos, tambin en Espaa. Hablo de la exagerada +obligacin en que se creen los gobiernos de proteger sus sbditos en +pas extrao y de pedir, hasta con amenazas, que reciban indemnizacin +de perjuicios que se les causen prdidas que tengan. + +Los gobiernos, movidos por la opinin pblica, extraviada violenta, +reclaman, tal vez sin mucha gana y por cumplir, pero reclaman, y suelen +nacer de las reclamaciones, tirantez, enfriamiento de amistad y hasta +conflictos. Y es lo ms deplorable, que cuando la potencia que reclama +es fuerte, humilla la dbil, en ocasiones la atrepella y casi siempre +le saca el dinero. Y en cambio, cuando es ms dbil la potencia +reclamante, en vez de salir airosa, es desdeada en su reclamacin, y +su sbdito ofendido se queda burlado en vez de lograr ser indemnizado. + +Cuando por cualquiera circunstancia se equilibran las fuerzas de las +potencias reclamante y reclamada, suelen originarse hasta guerras, +aunque para declararlas se busque se invente otro fundamento. As, por +ejemplo, si bien se rastrea y aun se escarba hasta llegar la raz de +algunas expediciones belicosas, se ver que nacen de reclamaciones poco +atendidas de particulares. Probablemente, si Francia y Espaa no +hubieran reclamado algo en balde para sbditos suyos, tal vez nunca +hubieran tenido la ocurrencia de favorecer en Mjico un partido +monrquico y un tanto aristocrtico y de ir all levantar el trono, +que pag ms tarde muy caro un prncipe egregio y bondadoso. Tampoco sin +reclamaciones hubiera habido guerra del Pacifico, ni bombardeo de +Valparaso y del Callao. + +Cuando la nacin de quien se reclama es dbil, sin duda que no hay +guerra, pero suele haber violencia y atropello. As, pocos aos ha (y +prescindo de todo disimulo diplomtico) Italia contra Colombia. + +Vase, pues, con cunta imparcialidad reconozco que apenas hay potencia, +incluso Espaa, que no adolezca de esta mana de reclamar exageradamente +en favor de sus sbditos, establecidos de paso, en pas extranjero, +aunque cristiano y civilizado como aquel de que son naturales. A mi ver, +sera bueno y provechoso decidir en el primer gran Congreso diplomtico +que haya, que esa proteccin del sbdito en pas extranjero no la +ejerza ninguna potencia cristiana y culta, sino cuando dicho sbdito +vaya vivir un pas brbaro resida en l, y que, si reside en un +pas culto y cristiano, como el pas de que procede, se someta las +leyes, usos y costumbres del pas de su nueva residencia, sufra las +molestias y se exponga los peligros que all sufren que all se +exponen los dems, y reclame contra cualquier agravio dao, no por la +va diplomtica, sino por los medios y recursos que le preste la +legislacin del pas adonde voluntariamente ha ido. + +As se evitaran muchos males. As se evitara que, en ocasiones, en vez +de ser una ventura que venga un extranjero, con capital con +inteligencia con ambas cosas, un pas pobre y dbil, sea una +calamidad un ominoso preludio de vejmenes y sobresaltos, y as se +evitara que el extranjero que pasa de un pas dbil un pas fuerte +sea desatendido y acuda en balde, en cualquier reclamacin, su +legacin, su cnsul directamente su gobierno. + +Hasta hoy no se ha pensado en esta reforma del Derecho internacional, +que ligeramente dejo indicada. No clamo, pues, contra la costumbre +protectora. No protesto del uso, sino del abuso. Y lo que ms lamento es +que en los Estados Unidos se haya sutilizado y alambicado tanto el uso +el abuso, que no reclaman slo en favor de legtimos, castizos y nativos +anglo-americanos, sino en favor de cualquier cubano rebelde que se va +la gran repblica huyendo de la autoridad espaola por delitos polticos +que su nueva patria adoptiva no considera como tales. Han procedido de +aqu muchas reclamaciones, que hemos satisfecho con longanimidad +lastimosa, por donde los rebeldes, al ver la proteccin triunfante que +se les otorga y la condescendencia con que Espaa la acepta y paga, +desdean Espaa y reciben alicientes y estmulos para rebelarse contra +ella. + +A despecho de tanta dificultad, entre las cuales, como se ve, cuentan +por algo las que los Estados Unidos nos suscitan, todava espera la +mayora de los espaoles, y yo con ella, que Cuba, por ahora, _no ha de +ser libre_, como el Sr. Clarence King ansa y propone. Esperemos que +Cuba siga siendo libre, pero espaola, como la metrpoli desea, pero +tenga por seguro el Sr. Clarence King que, si por desgracia y lo que +Dios no permita, se agotasen nuestros recursos y tuvisemos que +abandonar la gran Antilla, no hay espaol peninsular que suee por +espritu vengativo con que aquello se vuelva _yankee_ _merienda de +negros_. Por cima del patriotismo y ms all del patriotismo, vive y +alienta en nosotros el amor de casta de raza. Ojal, primero, que Cuba +siga siendo espaola; pero si Cuba deja de serlo, ojal que sea pronto, +para gloria y satisfaccin de la antigua madre patria, una gran +repblica cultsima y floreciente. Entonces, Mximo Gmez, por ejemplo, + quien ahora fusilaramos ahorcaramos sin escrpulo y para cumplir +con una penosa obligacin, brillara con aplauso nuestro, la altura de +los egregios libertadores; podra ponerse al nivel de Simn Bolvar y de +Jorge Washington y tener estatuas y monumentos como los que ellos +tienen. Lo malo es que bien se puede apostar uno contra mil que ese +estado de florecimiento y de grandeza no llegar para Cuba, ni en muchos +siglos, si prematuramente y con marcada y notoria ingratitud, lograra +separarse ahora de la metrpoli. Queden, pues, tranquilos los +anglo-americanos y los hispano-americanos, y no recelen, que ni Jorge +Washington ni Simn Bolvar le suscite el cielo el destino un rival +de gloria. + +[Illustration] + + + + +LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA ESPAA + + +Desde que empez la funesta guerra de Cuba hasta el da de hoy, en medio +de los enormes disgustos y cuidados que nos afligen, algo hay que +celebrar, sirvindonos de consuelo y dndonos esperanza de un xito +dichoso. + +Celebremos pues, en primer lugar, el acendrado y generoso patriotismo +del pueblo espaol que, por una causa que no puede traernos provecho, +pero en la que est interesada la honra nacional, sufre con resignacin +y hasta con gusto los grandes sacrificios de sangre y de dinero que se +le han impuesto y que se le impondrn en lo futuro. Y celebremos adems, +prescindiendo de todo inters de partido, la enrgica y atinada +actividad con que el general Azcrraga, ministro de la Guerra, ha +logrado enviar la grande Antilla, con extraordinaria rapidez, los +hombres y los recursos que all se requieren, para que la rebelin pueda +ser sofocada. + +Poco propicia ha sido hasta ahora la fortuna nuestros generales, +cuando consideramos la magnitud de los medios que la nacin y su +Gobierno les suministran; pero Espaa no debe ni puede censurarlos, +antes conviene que los elogie y aun los bendiga porque no desesperan de +la salud de la patria. + +De un general pueden exigirse valor, serenidad, autoridad y pericia en +las cosas militares. Lo que no puede exigirse, no siendo lcito culpar +nadie de que le falte, es aquella inspiracin maravillosa que el genio +de la guerra infunde veces en el alma de los grandes capitanes y por +cuya virtud obtienen triunfos que todas las ciencias blicas y las +estrategias ms profundas jams explican. En Gonzalo de Crdoba y en +Hernn Corts, por ejemplo, hay un no s qu de sobrenatural que nos +pasma y con lo que sera delirio contar para todas las ocasiones. + +En la ocasin presente y desistiendo de exigir como obligacin como +deber las inspiraciones los milagros del genio, nuestros generales, +antes Martnez Campos y ahora Weyler, merecen aprobacin y aun aplauso. +Los justifica, sobre todo, la destreza del enemigo para rehuir el +combate, escapar la persecucin y escabullirse y esconderse. En la +gran extensin de la isla, en sus bosques y cinagas, en lo quebrado y +spero del terreno veces y en lo insalubre y mortfero de aquel clima +para los europeos, encuentran apoyo los insurrectos, y nuestros soldados +obstculos harto difciles de superar. Si recordamos que en la primera +mitad de este siglo hubo en Andaluca foragidos como el Tempranillo, el +Chato de Benamej, el Cojo de Encinas Reales, Navarro y Caparrota, y que +teniendo cada cual una cuadrilla de diez doce hombres lo ms, en +campo raso, donde, si veces el terreno es quebrado, no hay selvas +tupidas ni lugares pantanosos, todava burlaron las persecuciones y se +sustrajeron durante largos aos las batidas que di el poder pblico +para cazarlos, no debemos extraar que, pesar de nuestro valeroso y +valiente ejrcito, recorran la isla Antonio Maceo, Mximo Gmez y otros +malhechores, con disfraz de patriotas, y que talen, incendien y saqueen +sin que se haya logrado an capturarlos imponerles el castigo que +merecen. + +La disculpa del poco xito alcanzado hasta ahora no puede tener +fundamento ms slido ni ms claro. + +En cambio son dignos de omnmodas alabanzas, singularmente en el general +Martnez Campos, el noble patriotismo y la suprema abnegacin con que +fu Cuba, exponindose en una lucha sin gloria la mengua la +prdida de su crdito, que ya no poda ser mayor. Y no menos alabanza +piden la lenidad, la dulzura y el espritu de conciliacin con que el +general Martnez Campos, durante todo el tiempo que ha mandado en la +isla, ha tratado los diferentes partidos polticos que en ella hay, +sin excluir los que llenos de imperdonable ingratitud hacia la +metrpoli y ciegos por ambicin por falso y torcido amor al suelo +natal, anhelan y buscan la separacin de Cuba y de Espaa. + +A pesar de esta conducta circunspecta y humana del general Martnez +Campos, en nada desmentida hasta el da por su sucesor el general +Weyler, y pesar de que los insurrectos no tienen residencia fija ni +guarida permanente, sino que andan salto de mata, ms que como +soldados como ladrones, ha ocurrido lo que nadie sorprende, porque se +prevea; pero lo que toda persona honrada y juiciosa escandaliza y +aturde. El Senado anglo-americano, despus de larga discusin, en que +muchos de sus ms notables individuos se han desatado en grosersimas +injurias contra Espaa, ha estimulado y autorizado al presidente +Cleveland para que, en el momento que considere ms oportuno, declare la +beligerancia de los insurrectos. + +Dursimo, feroz es el ultraje que el Senado anglo-americano ha hecho +Espaa y que la Cmara de representantes de la misma Repblica casi por +unanimidad ha confirmado luego; pero aunque los peridicos ms +acreditados de la Pennsula miran con calma la ofensa que hemos recibido +y recomiendan al pueblo espaol prudencia y sufrimiento, todava quiero +yo, valga por lo que valga y hasta donde mi voz pueda ser oda, +recomendar prudencia y sufrimientos mayores. + +Es innegable que en la resolucin que se ha tomado y en los motivos que +se han alegado para tomarla se nos ha hecho el insulto ms sangriento +que hacer se puede. Un sujeto cualquiera, medianamente celoso de su +honra, ofendido as por otro sujeto, quedara afrentado, humillado y +escarnecido si no pidiese y buscase la venganza en un duelo muerte. +Pero qu paridad hay entre lo que sucede y debe suceder cuando se trata +de particulares y lo que sucede y debe suceder entre dos potencias +soberanas? + +Los padrinos de los particulares desafiados, cumpliendo con las leyes +del honor y del duelo, no consienten que nadie ria en l con ventaja, +ni uno contra cuatro, ni con mejores ni ms poderosas armas ste que el +otro, sino que todo lo equilibran procurando la posible igualdad de +fuerzas de destreza y de probabilidades del triunfo. Muy bueno y +deseable sera que no hubiese rias sino paz entre los hombres; pero ya +que hay rias, es laudable y extraordinario progreso el desafo bien +ordenado entre particulares. Por el contrario, la guerra entre naciones, + pesar de cuanto han ganado los usos y costumbres, y pesar de los +decantados progresos del derecho de gentes, sigue siendo casi tan +desordenada y salvaje como en los tiempos antiguos, por ms que esto se +vele disimule con refinamientos hipcritas. Una nacin, aislada como +lo est Espaa, con menos de la cuarta parte de habitantes que tienen +los Estados Unidos y con muchsimos menos recursos pecuniarios para +comprar fabricar los costossimos medios de destruccin que hoy se +emplean, incurrira en un heroico delirio y cometera un acto de +inaudita temeridad en provocar dichos Estados, pidindoles, con +sobrada energa, satisfaccin de una injuria, que, en mi sentir, se +puede por ahora disimular sin desdoro. Obvias son las razones que tengo +para aconsejar este prudente disimulo, por parte de los poderes +pblicos, se entiende, y quedando salvo la lengua y la pluma de cada +ciudadano espaol, para devolver con creces agravio por agravio y para +desahogarse hasta quedar satisfecho y pagado. + +Entiendo con esto que un desahogo particular, con el motivo de que vamos +tratando, es disculpable, aunque poco nada conduzca: pero +cualquiera manifestacin colectiva en ofensa y en odio de la gran +Repblica Norteamericana sera hoy por todos estilos perjudicial y +contraproducente, y nos quitara mucha parte de la razn, de que debemos +cargarnos. Veo, pues, con verdadero contento la circunspeccin y el +juicio con que casi todos los peridicos de Espaa aconsejan al pueblo +que se abstenga de tales manifestaciones, y la prudente energa con que +el Gobierno se apercibe prevenirlas reprimirlas. + +Pero yo an voy ms all en excitar al Gobierno la longanimidad y la +paciencia. Creo que el Gobierno no debe siquiera pedir por la va +diplomtica satisfaccin al gobierno de Washington por las groseras +injurias y calumnias que han lanzado contra Espaa varios senadores +desde el Capitolio de Washington. + +Hay que tener en cuenta que en aquella gran Repblica no suelen ser los +_politicians_ las gentes ms estimadas, mejor educadas y ms sensatas: +que por all no se guardan en las discusiones pblicas el mismo decoro y +la misma cortesa que en los Parlamentos europeos, y que en el estilo y +hasta en los modales se advierte cierta selvtica rudeza, por influjo +acaso del medio ambiente, por cierto atavismo, no transmitido por +generacin como el pecado original, sino por el aire que en aquellos +crculos polticos se respira. Cuando en los escaos de un Cuerpo +colegislador se masca tabaco, se colocan los pies ms altos que la +cabeza, y cada senador se entretiene con un cuchillito y un tarugo de +madera en llenar el suelo de virutas, no es de extraar que se digan y +se aplaudan las mayores ferocidades, como si oradores y oyentes +estuviesen tomados del vino. + +No prueba esto, ni mucho menos, que la mayora de aquella gran nacin +piense y sienta como sus apasionados _politicians_; antes es de esperar +que esa mayora, si con quejas violentas no la solevantamos nosotros y +no nos enajenamos su voluntad, proteste, al ver nuestra serenidad y +nuestra cordura, contra los agravios que los senadores nos han inferido +y d con su protesta el conveniente vigor y el indispensable apoyo al +presidente Sr. Cleveland, para que l proteste tambin sin que nosotros +lo pidamos lo exijamos y para que no se prevalga de la insinuacin y +del permiso con que le excitan y facultan reconocer la beligerancia. + +Claro est que el Gobierno espaol debe estar prevenido para todo +evento, sin que ninguno por peligroso que sea, le sorprenda le +asuste; pero, al mismo tiempo, nos atrevemos recomendarle placidez y +calma. + +Aun suponiendo al Sr. Cleveland amigo de Espaa amigo al menos de la +justicia, no comprendo qu nos propondramos lograr si de oficio pidiera +satisfaccin nuestro Gobierno de las injurias que nos han dirigido los +senadores. Intilmente pondramos al Sr. Cleveland en el mayor apuro, ya +que l no tiene fuerza para castigar los senadores que se han +insolentado contra nosotros ni para moverlos que se retracten y canten +la palinodia. Lo ms que el Presidente podra hacer, sacrificando acaso +un poco de su popularidad indisponindose con los senadores para estar +fino y amable con nosotros, sera decir que deploraba que nos hubiesen +injuriado. Tal funcin de desagravios es tan triste y tan incompleta que +lo mejor es que no la haya. Lo mejor es que el Gobierno espaol no +aspire que el Sr. Cleveland declare que nos tiene algo modo de +lstima. + +En suma, pesar de las ofensas que se nos han hecho hasta ahora en el +Senado, y pesar de que yo doy por seguro que no han sido menores las +que se nos han hecho en el Congreso, yo creo que el Gobierno de la +nacin espaola no debe darse por entendido, ni considerarse herido de +semejantes ofensas, ni formular contra ellas en documento oficial la +queja ms mnima. Esta queja sera una confesin de que nos han tocado y +maltratado, sera poner la nacin espaola al nivel de sus +detractores, sera confesar que los tiros de stos han subido muy alto y +han tenido fuerza para atravesar el escudo del soberano desprecio con +que Espaa debe desdearlos. + +Espaa, prescindiendo de la resolucin que en pos de los insultos puede +venir, arrastrndonos fatalmente una guerra sangrienta y ruinosa, y +considerando slo los insultos, conviene que los juzgue y condene con +las palabras mismas del gran poeta ingls: _Tales told by idiots, full +of sound and fury, signifying nothing._ + +En los momentos difciles en que se halla en el da la nacin espaola, +es antipatritico todo espritu de oposicin contra el Gobierno. Debemos +desear que acierte, y para su acierto debemos coadyuvar en la medida de +nuestras fuerzas, sin poner el menor estorbo y sin apelar la censura +ni mostrar disgustos sino en casos extremos. A fin de no precipitar al +Gobierno un rompimiento prematuro con los Estados Unidos, lo primero +que importa comprender es que no se debe ligeramente pensar que el honor +de Espaa est ofendido y comprometido por aquello y en aquello por lo +que no puede estarlo. Vlganos una comparacin para aclarar este +concepto. Si un solo hombre se viese acometido por cuatro por ms +locos furiosos, mejor armados y con mayores medios de defensa y de +ofensa, y los cuatro le insultasen, y adems quisiesen con amenazas +intervenir en los negocios de l y hasta disponer y apoderarse de su +hacienda, el hombre as atacado lo primero que hara sera prescindir +de los insultos y procurar pidiendo auxilio y por todos los medios +rechazar las injustas pretensiones y exigencias de sus poderosos +agresores. En ltimo resultado, si permaneciese solo y nadie acudiese en +su ayuda, lo noble y lo heroico sera combatir l solo contra los cuatro +hasta vencerlos morir; pero tambin sera delirio, y vanidad y +pundonor mal entendido el combatir solo y desde luego sin intentar que +alguien viniese en nombre de la equidad y de la justicia poner raya + su enemigo y evitar la desigual injusta contienda con que su +enemigo le amenazaba si no ceda se humillaba su capricho, su +soberbia y su codicia acaso. + +Quiero significar con esto que, mi ver, el Gobierno espaol, sin +dirigir la menor queja al de Washington, en lenguaje tan templado y +circunspecto como firme, en nota circular dirigida las principales +naciones de Europa, debe escribir una protesta contra la resolucin +tomada por el Senado y por el Congreso de los Estados Unidos, +demostrando con razonamientos y autoridades y citas que los mencionados +Cuerpos Colegisladores han infringido el derecho de gentes al declarar +beligerantes unos foragidos, han faltado las buenas relaciones de +amistad con Espaa fomentando y favoreciendo el espritu de rebelin de +algunos cubanos, y han desconocido la autonoma y soberana de Espaa +osando amenazarla con intervenir en sus interiores asuntos y excitndola + que se desprenda de gran parte de su territorio y de la poblacin que +hay en l, lo cual es todo suyo legtimamente desde hace cuatro siglos. + +Yo no puedo creer que Francia, Inglaterra, Alemania y otras grandes +potencias de Europa dejen de darnos la razn: no se pongan de nuestro +lado fin de impedir que violentamente se nos veje y se nos quiera +despojar de lo que poseemos, amenazndonos con una guerra injusta y +harto poco gloriosa para el que con ella nos amenaza, confiado en la +descomunal superioridad de sus fuerzas en hombres y en dinero. + +Durante siglos Espaa ha demostrado su valor, y bien puede ahora, sin +recelar que la acusen de pusilnime, llegar al ltimo extremo de la +prudencia y de la cordura y pedir apoyo y favor contra un enemigo +reconocidamente ms fuerte que ella y que trata de abusar de su fuerza. +Asimismo es muy humano y muy conveniente la civilizacin evitar hasta +donde sea posible la efusin de sangre, los estragos, la paralizacin +del comercio y las grandes prdidas de riqueza que una guerra trae +consigo. Nadie nos podra zaherir por esquivar esta guerra, dejando +salvo nuestra independiente soberana y conservando, sin acudir las +armas y merced al apoyo de grandes potencias, la integridad de nuestro +territorio. + +Enorme desventura sera si despus de dar este paso nadie nos acudiese y +permanecisemos tan aislados como estamos ahora. Para entonces es para +cuando conviene tener nuestra energa como contenida y represada y +hacer brioso alarde de ella con viril serenidad, arrostrando todos los +peligros, confiando en Dios y en nuestro derecho, y combatiendo solos +contra los Estados Unidos, aunque fuesen mil veces ms poderosos de lo +que son, sin desesperar del triunfo, sin hacerle pagar muy caro al +menos. + +Lo pasado ya no tiene remedio. De lo pasado no debiera hablarse si no +encerrara una leccin y un escarmiento para el porvenir. + +Menester es confesarlo. En el aislamiento de Espaa hay de nuestra parte +no pequea culpa. Cuantos gobiernos y cuantos partidos han estado en +Espaa en el poder, desde hace muchos aos, han propendido al +aislamiento, movidos por una prudencia mal entendida y por un concepto +equivocado y mezquino de la importancia y del valer de la nacin cuyos +destinos dirigan. Deberes hay que Espaa no puede desatender y hay +aspiraciones y propsitos que el alma de la nacin no puede ahogar en su +centro, aunque se esfuerce por ahogarlos. Son los deberes la +conservacin de las Antillas y de los archipilagos que poseemos en el +Pacfico. Nuestras aspiraciones, providencial fatalmente impuestas por +nuestra misma historia, estn en que nadie sin contar con nosotros +domine en Marruecos; en estrechar cada vez ms nuestras relaciones con +los portugueses; y en conservar, ya que los lazos polticos estn rotos, +la unidad de civilizacin, de idioma y de casta entre esta pennsula y +las que fueron sus colonias y hoy son repblicas independientes, +procurando y anhelando, con poco menos ahinco inters que nuestra +prosperidad y auge los de las repblicas hispano-americanas, hacia las +cules nos inclina un orgullo paternal que no quisiramos ver abatido y +burlado. + +Con tales propsitos y miras, el retraimiento de Espaa es imposible: el +afn de sus gobernantes de no exponerla lanzndola en aventuras, la ha +expuesto ms dejndola sola. Hasta nuestro desmesurado proteccionismo ha +contribudo enajenarnos la voluntad entibiar al menos el afecto +que pudieran sentir por nosotros algunas potencias de primer orden. No +nos ha valido para estmulo el ejemplo de otras naciones, que buscando +alianzas y aventurando algo han alcanzado bienes que parecan +inasequibles y como delirios de un ensueo. As el Piamonte, vencido y +ruinosamente multado, despus de Novara, ha venido lograr lo que en +balde se pretenda desde hace siglos: la unidad de Italia, slo +momentneamente lograda bajo el cetro del rey brbaro Teodorico. +Austria, para tener apoyo y alianza, se ha unido en estrecha amistad con +los dos pueblos que ms la han agraviado: con los italianos, que han +conseguido arrebatarle el Milanesado y el Vneto, y con los prusianos, +que la vencieron y la despojaron de la hegemona en Alemania. Francia +misma, desechando antiguas enemistades, busca con fina y constante +solicitud la amistad de los rusos y los lisonjea y los encomia, poniendo +de moda hasta las rarezas y excentricidades de sus escritores. Tal vez +Espaa sea la nica nacin que por el afn de no comprometerse ha +esquivado toda amistad y se ha quedado sola. Si sigue as, si nadie +acude sostenerla, escarmentar al verse en tan cruel abandono. + +Por fortuna, aun sin contar con alianzas que no hemos buscado y con +simpatas que no hemos procurado crear ni fomentar, todava nos queda +alguna esperanza de que las grandes potencias de Europa se pongan de +nuestro lado, vuelvan por nosotros y hagan respetar nuestro derecho. +Sera extrao que sufriese en silencio el presuntuoso descaro con que +los diputados y senadores _yankees_ se constituyen en tribunal del +humano linaje, en hierofantes de la filantropa y la cultura, reprobando +y anatematizando la conducta de una nacin soberana en su gobierno +interior, sometindola su fallo y tratando de imponerle castigos +infamantes, de desmembrarla su antojo y de despojarla de parte de sus +bienes. Todava es ms odiosa y ridcula esta pretensin al notar que se +apoya en la necia doctrina de Monroe. Qu significa racionalmente que +Amrica ha de ser para los americanos? Dnde estn los americanos +quienes Amrica en todo caso pertenece? Los que han dejado vivos los +_yankees_ estn acorralados como toros bravos en una dehesa como +jabales en un coto. Fuera de esto, Amrica es y seguir siendo, durante +muchos siglos, de los europeos. La religin, la ciencia, la cultura, los +idiomas en que se habla y se escribe, todo es all de Europa. Si ha +habido all algunos historiadores ilustres, algunos poetas inspirados, +y tal cual mediano pensador, en ingls, en portugus en espaol han +escrito; si algo han inventado, no ha sido lo bastante, ni para torcer +el rumbo, ni para acelerar el paso y aumentar el vigor y la firmeza con +que la humanidad sigue su marcha progresiva elevndose superiores +esferas. Todo cuanto los _yankees_ han pensado, inventado escrito, +podr ser un brillante apndice; pero no es ms que un apndice de la +civilizacin inglesa. Ser una cola muy lucida, pero no es ms que la +cola. El ncleo, el foco, el centro luminoso, el primer mvil, cuanto +ilumina y mueve an la humanidad en su camino, est en Europa y no ha +pasado Amrica ni es de temer que pase. La antorcha del saber y de la +inteligencia, la frula del magisterio, el timn de la nave, el cetro de +la soberana mental estn en Europa desde hace tres mil aos. + +Ni los persas, ni los cartagineses, ni los rabes, ni los trtaros, ni +los turcos, lograron arrebatrnoslos en sus ingentes y tremendas +expansiones. Es, pues, cosa de risa el prurito de los _yankees_, su mal +disimulado deseo de arrebatrnoslos ahora. Y si no pretenden esto, si no +aspiran sino un nuevo divorcio entre ambos hemisferios qu significa +la doctrina de Monroe? Todava en las Repblicas hispano-americanas, si +la suerte les hubiera sido ms favorable y si no estuvieran tan +abatidas, la doctrina de Monroe tendra explicacin, tendra fundamento +justificado. All hay un elemento indgena: all hay americanos de +verdad. Hasta de la mezcla de la sangre espaola con la sangre india, +se podra suponer que ha nacido y que se desenvolver una raza distinta +y acaso superior la europea. Pero en los Estados Unidos hay algo ms +que el suelo que sea americano? Qu significa pues la manoseada frase +para los americanos Amrica? Con qu razn, con qu derecho, no ser +por la fuerza cuando la tengan, tratarn los _yankees_ de echar de +Amrica primero Espaa, y despus Inglaterra, Francia, Holanda y + Dinamarca, que son tan americanas como los _yankees_ y han merecido y +merecen ms aplauso y gratitud de Amrica, porque la han colonizado, +civilizado y cristianizado, implantando en ella todo el saber, toda la +virtud y todos los grmenes de poder y de grandeza de que los _yankees_ +andan ahora tan orgullosos? + +Al redactar este escrito me dejo llevar por un impulso involuntario, +reconociendo lo poco que importa mi protesta y lo dbil que es este +alarde de patriotismo al lado de los que hacen y seguirn haciendo +muchos generosos y nobles espaoles, como, por ejemplo, los que residen +en Mjico, y en la Pennsula el sabio Obispo de Oviedo y el noble +Marqus de Comillas. Avergonzado por ellos de mi insignificancia, he +vacilado, durante algunos das, en dar la estampa este escrito. + +Igualmente me han hecho vacilar el respeto y el afecto que profeso an +la nacin anglo-americana, pesar de las injurias de que sus +representantes nos han colmado, porque yo no quisiera por ningn +estilo, al devolver dichos representantes agravio por agravio, que +alguien imaginase que yo trataba de ofender su nacin aunque por ser +nosotros calumniados y engaada ella por vulgares prejuicios que han +difundido y difunden rastreros escritores, estuvisemos empeados en una +lucha que no tiene razn de ser. Estos rastreros escritores se han +complacido en pintarnos los ojos del vulgo de sus compatricios como +una nacin de fanticos y de malvados. Casi les hacen creer que tenemos +Inquisicin todava y que hemos asesinado jurdicamente, cuando la +tuvimos, centenares y centenares de hombres. Se han callado muy bien, +por mala fe por ignorancia, que en cualquiera de las naciones ms +cultas y urbanas de Europa, y sin tener Inquisicin, se han cometido ms +crueldades, se han elevado ms cadalsos, se han encendido ms hogueras, +y ha hecho ms vctimas que en Espaa la supersticin religiosa. En +Inglaterra, metrpoli de los Estados Unidos, cuentan autores ingleses +sobre treinta mil brujos y brujas ajusticiados; vctimas del fanatismo +han perecido all reyes y reinas, y mrtires tan gloriosos como Toms +Moro. + +Lutero, Calvino y Knox slo pedan libertad religiosa cuando estaban en +minora. En Escocia an se quemaban brujas en el siglo pasado. Y en los +mismos Estados Unidos, slo en Salem (Massachusetts), se han cometido +ms atrocidades y asesinatos jurdicos, nicamente causa de la +brujera, que por causa pretexto de religin cometi el Santo Oficio +en toda la Amrica entonces espaola desde Texas y California hasta el +estrecho de Magallanes. + +Yo no creo que los mulatos rebeldes y los negros cimarrones de Cuba +despierten profundas simpatas en el alma de los legisladores _yankees_, +ni que les den esperanza de que, declarados ya independientes, formen +una Repblica superior la de Hati, y contribuyan ms que nosotros al +progreso y al bienestar del linaje humano y al florecimiento y auge de +la agricultura, de la industria y del comercio. Para m, pues, es +evidente que no por amor de ellos, sino por odio nosotros, ambas +Asambleas de la Unin los protegen. Y este odio, que deploro, es el que +yo quisiera ver disipado. Tengo por innegable que en ningn corazn +espaol, pesar de los ultrajes recibidos, existe tal odio. Sin l, y +slo por necesidad, iremos la pelea, si se nos acosa: si se nos pone, +como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared. Doloroso ser +entonces tener que pelear contra un pueblo, en quien no podemos menos de +admirar excelentes prendas y elevados impulsos, enteramente contrarios +los que le exciten esta injusta contienda. + +Lo que yo admiro ms en los Estados Unidos, hasta por el candor juvenil +y casi infantil del sentimiento, es su prurito de acometer portentosas y +difciles empresas y de ver si logran sobrepujar en todo los europeos. +Hay en Europa casas de siete pisos, pues los _yankees_ las construyen +de catorce; hay en Europa monumentos altsimos, pues los _yankees_ los +construyen cincuenta codos ms altos; hay en Europa regios alczares, +cuya base se extiende sobre centenares de metros cuadrados, pues los +_yankees_ harn que se extiendan sobre millares de metros cuadrados sus +alczares republicanos. Todo en Amrica ha de ser ms alto y ms grande +que en Europa. No est, por consiguiente, en contradiccin con este +empeo de superioridad; con el _Excelsior_, tan hermosamente cantado por +un poeta _yankee_ y tomado como lema y santo y sea de su nacin, el +querer intimidar con amenazas y fieros una nacin que se cree dbil, +para fomentar la rebelin de gente quien no es posible que se estime y +para atropellar legtimos derechos? El mismo Presidente Cleveland y todo +el pueblo anglo-americano debieran protestar, sin que nadie abogase por +nosotros, contra los arrebatos violentos y ciegos de que se han dejado +llevar sus Cuerpos Colegisladores. + +Hubo en los Estados Unidos, y hay an, porque supongo que vive, un +cierto coronel Ingersoll que quiso, en su especialidad, como otros +compatriotas suyos, ir ms all que todos los europeos. Era su +especialidad un terrible aborrecimiento Dios y un decidido empeo de +expulsarle del universo, fin que libre del despotismo divino fuese ms +dichoso el humano linaje. Para esta expulsin de Dios alegaba el coronel +la crueldad con que Dios castiga en el infierno los pecadores. Deca +l que si su mujer, un to suyo cualquiera de sus camaradas, +estuviese sufriendo las penas eternas, y l estuviese en el cielo, le +dira Dios cuatro frescas y se ira tambin al infierno con su gente. +Pero esto se me ocurre objetar: no sera mejor y ms prudente en vez +de pelearse con Dios, insultarle y llamarle tirano, creer que es bueno y +hasta que todo eso de las penas eternas puede ser una calumnia que le +han levantado Dios en las Edades Tenebrosas, como el coronel Ingersoll +las llama? Pues aplquese el cuento al caso presente, y en vez de querer +arrojarnos de Cuba y de insultarnos por lo crueles que somos, +reconzcase y confisese que no hay tal crueldad de nuestra parte, sino +exagerada blandura con los mambises depredadores incendiarios. Esto +sera lo razonable y lo justo: que el coronel Ingersoll dejase Dios en +paz en el cielo y se contentase con poner las peras cuarto Moiss y +con demostrar que no supo tanta qumica y tanta geologa como l sabe, y +que sus compatricios nos dejasen nosotros en paz en Cuba, reconociendo +que la hemos de cuidar mejor que los insurrectos si llegan ser +independientes, aunque no acertemos hacer de Cuba el Paraso que +haran de ella los _yankees_, ms sabios que nosotros en artes mecnicas +y mejor iluminados y obsesos por los genios del comercio y de la +industria. + +En suma, yo tengo cierta vaga esperanza, y pido fervorosamente al cielo +que se realice, de que las grandes potencias de Europa, que forman +tcita confederacin para dirigir y ordenar la marcha civilizadora de +nuestra especie, no contemplen con indiferencia la atroz iniquidad de +que pretenden las Cmaras anglo-americanas hacernos blanco y objeto. +Hasta confo an en que la masa del pueblo de la Unin vuelva en s, +retroceda del camino por que quieren lanzarla, se llene de honrados +escrpulos, y vea y note cuanto hay de cobarde, de run y alevoso, en +querer aprovecharse para humillarnos de nuestra verdadera aparente +postracin y de los disturbios que nos abruman. Yo no me atrevo creer +que ese pueblo, hoy en toda la lozana, crecimiento y vigor de su +mocedad, pretenda lucirse haciendo el feo papel de sacudir la coz del +asno contra el len que juzga moribundo. Por todo esto, es tan posible +como deseable que el conflicto que se ha promovido no acabe por +estallar, con horroroso estrago, como bomba de dinamita, sino que se +quiebre y se desvanezca en el aire como tnue bola de jabn y de agua. + +En vista de lo que queda expuesto, apenas es creble que Inglaterra, +Francia y las dems naciones de Europa que en Amrica tienen colonias se +crucen de brazos, y slo por la culpa de que somos dbiles, de que +consideran que somos dbiles, dejen sin chistar y sin mostrar el menor +enojo que los Estados Unidos nos insulten, nos vejen y nos despojen. + +Pongmonos, sin embargo, en lo peor. Demos ya por seguro que nadie acude + nuestro lado y que sin freno que los contenga, los _yankees_ persisten +en sus exigencias y en su furia. Aun as, yo afirmo que debemos +pasarnos de modestos, de pacficos y de prudentes. El lmite de nuestro +sufrimiento debe ser el ltimo lmite. El Gobierno espaol, con paternal +cuidado y amoroso desvelo, debe evitar cuanto sea posible los crueles +sacrificios de vidas y de haciendas que una guerra desigual nos +obligue; pero llegados ya al ltimo lmite, nos conviene entender que es +consejo y no precepto evanglico aquello de que: si te piden la capa da +tambin la tnica. No, no debemos dar ni tnica ni capa; no debemos +entregar la codicia la soberbia de los _yankees_ ni un palmo de +terreno en la isla de Cuba; ni debemos tampoco continuar pagndoles +tributos como por virtud de injustas y arbitrarias reclamaciones de +indemnizacin nos los han hecho pagar durante muchos aos, humillndonos +al pagarlos. Antes de sufrir tanto oprobio y tan honda cada, +desvanecidas ya todas las esperanzas de paz honrosa, declaremos la +guerra los Estados Unidos, hagmosla con valor, y aunque nuestro +triunfo definitivo parezca milagro, confiemos y creamos en que la era de +los milagros no pas todava. + +Quin sabe si el sacudimiento terrible que tendr que producir esta +guerra no ser una crisis saludable que nos levante de la postracin en +que estamos y nos coloque de nuevo entr las grandes naciones del mundo? +Unidos todos en un esfuerzo comn, olvidaremos nuestras divisiones de +partidos, nuestras rencillas polticas y nuestros desventurados +regionalismos. No seremos republicanos, ni carlistas; canovistas, ni +sagastinos; pero seremos ministeriales todos; y no nos jactaremos de ser +aragoneses, catalanes, castellanos vascos, porque todos seremos +espaoles. + +Nuestro ejrcito, lejos de lamentar la guerra, se alegrar de que, +merced la guerra, podr luchar con alguien que d la cara, que no sean +foragidos que huyen y se esconden, y en cuyo vencimiento se puede +alcanzar alguna gloria. Nuestros generales, por ltimo, se alegrarn ms +an, porque tendrn ocasin de mostrar lo que valen, en vez de jugar al +escondite con enemigos que se ocultan y de sacrificar sus soldados, no +por exponerlos las balas de esos enemigos y sus celadas y sorpresas, +sino por las inclemencias y las fiebres de un clima mortfero para +ellos. + +Aunque soy optimista, aunque no pierdo nunca la esperanza, aunque creo +que ahora tienen los espaoles el mismo gran ser que tuvieron fines +del siglo XV y durante todo el siglo XVI, cuando fu el apogeo de su +gloria, si bien no temo la guerra, tampoco la deseo. No tienen la culpa +los ciudadanos de los Estados Unidos en general de la soberbia +disparatada, de la ignorancia y de la codicia de sus representantes y de +sus senadores. Y yo, sin poderlo remediar, no excluyo de mi amor por el +linaje humano al pueblo de los Estados Unidos, donde hubo y hay hombres +y cosas que me son simpticos: elegantes inspirados poetas como +Longfellow, Russel-Lowell y Whitier; algunos pensadores, si poco +originales, discretos ingeniosos como Emerson, imitador de Toms +Carlysle; varios historiadores, aunque poco profundos, amenos y +agradables de leer, salvo cuando tratan de sus propios asuntos, porque +entonces suelen ser ms pesados que el plomo; varios divertidos +novelistas, y sobre todo, hombres de tan aguda inventiva que ya brillan +como Edison, empleando la electricidad en no pocos tiles y pasmosos +artificios, ya producen la mquina de coser, que siempre que la +contemplo me deja embobado. Yo admiro adems la belleza, el talento y la +refinada cultura de las mujeres anglo-americanas, las cuales son la ms +preciosa y segura garanta de que si se llevase su prctica huraa la +doctrina de Monroe y se volviese establecer el divorcio entre el +antiguo y el nuevo mundo, no volveran los habitadores del ltimo +andar vestidos de plumas y de pieles, sacrificar seres humanos los +dolos y comerse unos otros. Yo admiro el salto del Nigara, la +riqueza y prosperidad de los Estados Unidos, la magnificencia y +esplendor de sus grandes ciudades, como Nueva York, Boston y Filadelfia; +la facilidad y comodidad con que por all se viaja en ferrocarril, y lo +amables y hospitalarios que son los _yankees_ con los extranjeros cuando +el amor propio no los ciega y cuando no se les pone en la cabeza que los +extranjeros les son muy inferiores, porque entonces suelen ser harto +poco amorosos y son muy desprovistos de caridad. Dganlo si no los +pobres chinos, harto duramente zurrados porque trabajan por muy corto +salario. Para no cansar, lo que es yo, pesar de los insultos que nos +han inferido, celebrara en el alma que nos reconcilisemos, nos +estimsemos en ms, y acabsemos por querernos bien en vez de venir +las manos. + +Pero si esto no es decorosamente posible qu le hemos de hacer? Pecho +al agua y adelante. No hay mal que por bien no venga. Casi estoy por +decir que de todos modos saldremos gananciosos. Si somos vencidos, +perderemos pronto Cuba sin aburrirnos y cansarnos durante tres +cuatro aos en perseguir nuestros enemigos trashumantes, contra los +cuales, en vez de enviar soldados, debiramos enviar perros y hurones. Y +si salimos vencedores, que todo es posible con el favor del cielo, donde +an conserva y cuida Santiago su caballo blanco y sus armas, entonces se +corregirn muchsimo los _yankees_, porque se les bajar el orgullo que +es su mayor falta; y yo, aunque estoy abrumado por las enfermedades y +los aos, me regocijar al contemplar los _yankees_ ms apacibles y +benignos, menos duros insolentes con nosotros, renegando de su +tontera de doctrina de Monroe, y alargndonos sin rencor y como Dios +manda la mano de amigos. + +Entonces cantara yo un magnfico _Te Deum_ all en el fondo de mi alma, +y exclamara remedando al viejo Simen: _Nunc dimittis servum tuum +Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei salutare +tuum_. + +[Illustration] + + + + +QUEJAS DE LOS REBELDES DE CUBA + + +Don Rafael Mara Merchn es uno de los escritores de ms saber y talento +que hay en el da en la Amrica espaola. No he de negarle yo esta +alabanza, porque l sea tan descastado y tan acrrimo enemigo. + +Aos h, me envi un libro suyo titulado _Estudios crticos_. Yo le +celebr en mis _Cartas americanas_. Despus creo que tuvimos cierta +polmica y que el Sr. Merchn escribi un folleto contra varias de mis +afirmaciones. + +Desde entonces hasta hoy, ni yo he hablado al pblico del Sr. Merchn, +ni supongo que l ha hablado de m; pero ni yo le he olvidado ni l me +ha olvidado tampoco. Para probarlo me acaba de hacer la fineza, que le +agradezco, de remitirme desde Bogot, donde reside, la obra reciente, de +250 pginas, titulada: _Cuba. Justificacin de su guerra de +independencia_. + +La obra es curiossima y tan llena de inters en la actualidad, que bien +merece se d noticia de ella. Voy, pues, hacerlo, si _El Liberal_, +hospitalaria y bondadosamente, inserta mi escrito en sus pginas de tan +popular y difundida lectura. + +Tan enfurecido est el Sr. Merchn contra Espaa y tan deseoso de +sacudir su yugo, que con tal de que sea libre Cuba, aplaude los que +incendian sus sembrados y plantos y arrasan sus cortijadas indefensas, +lamentando slo que no hayan podido hasta ahora incendiar tambin sus +ciudades y convertir toda la isla en espantoso yermo. Para hacer +patentes la heroicidad, el primor y la conveniencia de tamaa +destruccin, aduce el Sr. Merchn multitud de ejemplos histricos, desde +Sagunto y Numancia hasta la fecha. Y para dar ms vigor su apologa, +cita una octava de la _Lamentacin de Byron_, de Nez de Arce, donde el +poeta aconseja los griegos que talen incendien y lo conviertan todo +en ruinas con tal de libertarse de los turcos. Hay, sin embargo, una +distincin que hacer, y de no pequea importancia. Los griegos iban +contra los turcos, gente de muy distinta raza, civilizacin y creencias +religiosas; y los griegos, cuya historia es gloriossima y antigua, como +del pueblo iniciador de la cultura humana, creador del arte, de las +letras y de las ciencias de Europa, trataban de romper las cadenas con +que los humillaba otro pueblo, rudo y brbaro, venido del Norte del +Asia, y de harto menos nobles historia y origen. Qu tiene que ver +esto con los espaoles y los cubanos, ya que los ltimos, si no son +espaoles negros, no son nada? En el porvenir podrn ser todo lo que +anhelen y sueen: por el invencible amor mi raza deseo yo que sus +sueos no sean absurdos, sino que se realicen; pero lo que es ahora, +no son nada, son espaoles, son negros. Hay adems otra notable +diferencia, que se apoya en el dicho vulgar de que cada uno hace de su +capa un sayo. Hericos, sublimes, son el desprendimiento y el sacrificio +de los que destruyen su propia hacienda, como hicieron los numantinos; +pero cuando alguien destruye quema lo que no le pertenece se queda +con ello sin quemarlo ni destruirlo, no tiene traza de hroe, sino de +bandido. + +Veamos ahora los argumentos de que se vale el Sr. Merchn y la multitud +de crmenes que atribuye los espaoles peninsulares para justificar y +aun glorificar los rebeldes de Cuba y para calificar de +indispensables, de nobilsimas y de santas sus fechoras. + +Hablar primero de las acusaciones ms generales y vagas que lanza +contra nosotros el seor Merchn, y pasar luego las ms concretas. + +Segn l, todo espaol que va Amrica podr conseguir cuanto desee, +menos una cosa: tener hijos espaoles. Si fuese verdadera la afirmacin, +que por dicha no lo es, toda la malquerencia, todo el odio y todo el +desdn que supone el Sr. Merchn que los espaoles peninsulares tenemos + los espaoles criollos, estaran, hasta cierto punto, fundados. Don +Marcelino Menndez y Pelayo hubiera podido entonces decir sin rencor, +hablando de Amrica, en su obra titulada _Ciencia espaola, que la +ingratitud y la deslealtad son fruta propia de aquella tierra_. El mismo +Sr. Merchn da la prueba de tan aventurado aserto cuando asegura que no +hay espaol que pueda engendrar en Amrica un hijo que no reniegue de su +casta y que no se rebele contra la nacin que pertenece. Por dicha el +Sr. Merchn se equivoca, y tambin se equivoc el seor Menndez y +Pelayo, y yo lo reconozco, aunque disculpo la ltima equivocacin, +enmendada ya. El Sr. Menndez incurri en ella siendo muy joven +inexperto todava. + +Por parte de los espaoles peninsulares no hay odio, ni desdn, ni +sombra de enojo contra los hispano-americanos. Ni uno solo de los casos +que aduce el Sr. Merchn tienen el menor valor. + +Don Antonio de Trueba, al apellidar Bolvar _El Libertador_, dice: +Nombre que uso por cuenta ajena y no en manera alguna por la propia. Y +yo afirmo que, sin desdn ni odio, el Sr. Trueba hizo muy bien en no +llamar por su cuenta _Libertador_ Bolvar. Los espaoles peninsulares, +sin menospreciarnos ni ofendernos, podremos llamar Bolvar gran +capitn, hroe, eminente poltico, ilustre y valeroso personaje; en +suma, todo lo que se quiera menos _Libertador_, porque esto sera +confesar y creer lo que no creemos; que nosotros somos unos tiranos +incuos de quienes conviene libertarse. + +La seora doa Soledad Acosta de Samper fu en Espaa tan obsequiada y +celebrada como ella se merece; pero, no contenta con esto, todava se +queja (en su _Viaje Espaa_) de que no pongamos por las nubes +Bolvar, y de que no nos entusiasmemos con l. Pues si Bolvar nos +venci, cmo quiere la seora doa Soledad que nos entusiasmemos? No +hay hasta crueldad en exigirnos semejante entusiasmo y abnegacin tan +dolorosa? Fuera de esta cruda mortificacin de amor propio que el Sr. +Merchn y la seora doa Soledad Acosta pretenden imponernos para probar +que los amamos, yo aseguro que siempre hemos dado los +hispano-americanos las mayores pruebas de estimacin y de cario. Y esto +desde los tiempos ms antiguos hasta el da de hoy. Americano era +Alarcn, y no hay espaol que no le cuente entre nuestros grandes y +gloriosos poetas dramticos; casi, y tal vez sin casi, al nivel de Lope, +de Caldern y de Tirso. Americana era doa Gertrudis Gmez de +Avellaneda, y figura en Espaa como la primera de nuestras poetisas +lricas desde que empez escribirse en lengua espaola hasta el da. Y +la poetisa que la sigue, y que tendramos por la primera, si la +Avellaneda no hubiera nacido, es sor Juana Ins de la Cruz, tambin +americana. + +No perjudic ni estorb su calidad de americanos ni Gorostiza, ni +Ventura de la Vega, ni Rafael Mara Baralt, ni Jos Heriberto Garca +de Quevedo, para ser entre nosotros altamente encomiados, aplaudidos y +honrados con puestos y cargos importantes. Por eminentes hombres de +Estado y popularisimos caudillos han pasado en Espaa otros varones +ilustres, nacidos tambin en Amrica. Valga para ejemplo el marqus del +Duero. + +Cuantos personajes se han distinguido en la Amrica espaola por su +saber, por su ingenio, por sus hazaas, desde que la Amrica espaola +se declar independiente, han sido en Espaa tan celebrados y queridos +como en la Repblica misma donde ellos nacieron. As D. Andrs Bello, +quien admiramos como fillogo y como autor de Derecho internacional, y +cuyos hermosos y elegantes versos nos sabemos de memoria; y as D. +Rufino Cuervo, cuyo Diccionario calificamos de trabajo maravilloso. No +nos duele, sino que nos encantamos y nos ufanamos en poder admirar con +fundamento las poesas de ambos Caros, de Mrmol, de Andrade, de +Obligado, de Restrepo, de Oyuela, de Ruben Daro y de algunos otros. + +El buen gusto y la justicia no consienten que nuestra admiracin se +difunda mucho ms. Y, francamente, nos parece hasta cmica la censura +dirigida contra la _Antologa de poetas hispano-americanos_ del Sr. +Menndez y Pelayo, porque no incluya en ella, desdendolos, no s +cuntos poetas de primera magnitud. Imposible parece que el Sr. Menndez +y Pelayo, que es tan erudito, no tuviese la menor noticia de esos +grandes poetas. Y si los conoca, es inverosmil que no insertase en su +coleccin ninguna de sus obras, cuando ha insertado en ellas, con +indulgencia pasmosa, tantsimo verso insignificante y menos que mediano. +El empeo de agradar nuestros hermanos de Amrica y el afn de mostrar +que sabe mucho, disculpan al Sr. Menndez y Pelayo; pero, hablando con +franqueza, su _Antologa_ hubiera valido ms, si en vez de constar de +cuatro gruesos tomos hubiera constado slo de dos, y aun de uno: su +_Antologa_ se asemeja los libros profticos que la Sibila de Cumas +vendi Tarquino el Antiguo. Primero eran nueve y Tarquino no los quiso +comprar; luego la Sibila los redujo seis, y Tarquino no los compr +tampoco; y por ltimo, la Sibila los redujo tres y pidi por ellos +tres veces ms de lo que por los nueve haba pedido. Tarquino los compr +entonces. Y es de suponer que si la Sibila los hubiera reducido uno +solo, Tarquino hubiera dado por l ms dinero. _Mutatis mutandis_ lo +propio puede decirse de la _Antologa_ del Sr. Menndez y Pelayo. + +En lo expuesto hasta aqu, no creo yo que haya razn suficiente para que +los rebeldes de Cuba nos hagan la guerra sangre y fuego, ponindonos +en idntica situacin en que Dionisio, tirano de Siracusa, puso un +filsofo crtico que haba en su corte. Como el filsofo no gust de los +versos del tirano, ste le trat muy mal; se apiad luego de l y le +sac del calabozo en que le tena encerrado; le ley, por ltimo, otros +versos suyos, y entonces dijo el filsofo: que me vuelvan encerrar en +el calabozo. Aplquese el cuento y conste que si la guerra civil +cubana, cuya terminacin fervorosamente deseamos, hubiese de terminar +aplaudiendo nosotros muchos versos de por all, un involuntario +indomable espritu crtico nos forzara exclamar: que nos vuelvan al +calabozo; que siga la guerra; _signa canant_, suenen las trompetas, como +dijo Augusto Fulvia cuando le amenaz con la guerra civil, si +amorosamente no se le renda. + +Basta ya por hoy. Otro da hablar de otras razones menos disparatadas +que alega el seor Merchn en favor de la guerra de Cuba. + + +II + +Ciencia exacta es la estadstica. Yo no lo niego. Lo nico que me +atrever decir es que siempre que de estadstica se trata, acude mi +memoria este cuentecillo. + +De vuelta su lugar cierto joven estudiante, muy atiborrado de doctrina +y con el entendimiento ms aguzado que punta de lezna, quiso lucirse +mientras almorzaba con su padre y su madre. De un par de huevos pasados +por agua, que haba en un plato, escondi uno con ligereza. Luego +pregunt su padre.--Cuntos huevos hay en el plato?--El padre +contest:--Uno. El estudiante puso en el plato el otro, que tenia en la +mano, diciendo:--Y ahora, cuntos hay?--El padre volvi +contestar:--Dos.--Pues entonces--replic el estudiante--dos que hay +ahora y uno que haba, antes, suman tres. Luego son tres huevos los que +hay en el plato. El padre se maravill mucho del saber de su hijo, se +qued atortolado y no atin desenredarse del sofisma. El sentido de la +vista le persuada de que all no haba ms que dos huevos; pero la +dialctica especulativa y profunda le inclinaba afirmar que haba +tres. La madre decidi al fin la cuestin prcticamente. Puso un huevo +en el plato de su marido para que se le comiera: tom otro huevo para +ella, y dijo su sabio vastago:--El tercero, cmetele t. + +Tercer huevo es casi siempre el _supervit_ de los presupuestos y no +corta porcin de las rentas y recursos de los particulares y de los +Estados. + +Traigo esto al propsito de que recibamos con escepticismo prudente +todos los datos estadsticos que el Sr. Merchn presenta para demostrar +cunto produce Espaa la isla de Cuba. + +Segn muchos polticos y estadistas espaoles, entre los cuales cita el +Sr. Merchn D. Francisco Silvela, en un discurso que pronunci en el +Congreso el 12 de Febrero del ao pasado, Cuba, desde hace tiempo, es +una carga para Espaa. + +Contra esto se encoleriza extraordinariamente el Sr. Merchn y siente +herida su vanidad de cubano. Segn l, Cuba nos produce tanto, que el +da en que la perdamos, casi todos los espaoles nos moriremos de hambre + poco menos. Por inters y no por punto de honra, anhelamos, pues, +conservar Cuba. El Sr. Merchn no quiere comprender no comprende, +que, hasta prescindiendo del inters y del punto de honra, la +conservacin de la grande Antilla nos importa mucho. Su prdida no +podra menos de dolernos, como duele cualquiera que le saquen una +muela picada, aunque la muela para nada le sirva. De aqu que tratemos +de empastarla de orificarla, y procuremos resistir los _sacamuelas_ +de los Estados Unidos, que desean su extraccin y tienen ya preparado el +gatillo. + +Pero vamos la estadstica del Sr. Merchn. + +Confiesa que, desde 1868, no vienen Espaa sobrantes de Ultramar. Los +insurrectos de Yara, dice con jbilo, cerraron este vasto desage. +Veamos ahora la enorme cantidad de millones que, segn el Sr. Merchn, +viene Espaa por otros conductos. + +Segn l y segn el Sr. Dolz, quien cita, nuestros empleados en +aquellas aduanas defraudan al Tesoro, y sin duda envan Espaa cada +ao la friolera de ocho millones de pesos fuertes. Sea, digo yo: pero, +como no se puede creer que los mercaderes y contrabandistas de Cuba +lleven la tontera hasta el extremo de concurrir en balde y de balde +este robo, dando los empleados lo que debieran dar al Tesoro, fuerza +es afirmar que, si dan los empleados ocho millones se quedan ellos con +doce, siquiera con otros ocho, para que el robo sea medias. Yo me +resisto creer que el comercio de exportacin y de importacin d en +Cuba para tan desaforado latrocinio. Aceptemos, no obstante, que el +resguardo y los vistas ciegos envan Espaa los ocho millones. + +En todo lo dems que pone el Sr. Merchn como rendimiento de Cuba +Espaa, es evidente que el Sr. Merchn delira. + +Cuba, dice, exporta cada ao para Espaa seis millones de pesos fuertes +en frutos, que pagan por derecho de importacin tanto como valen. Supone +luego que estos seis millones, que salen del bolsillo de los +peninsulares que quieren regalarse con frutos ultramarinos, son tambin +tributo ddiva que Cuba nos enva; y suma catorce millones. + +El estanco del tabaco rinde diecinueve, segn manifest recientemente el +director de la Compaa Arrendataria, D. Eleuterio Delgado. Aunque no se +comprende por qu, el Sr. Merchn se los aplica tambin Cuba y ya +tenemos que Cuba nos produce treinta y tres millones. + +Espaa manda Cuba cada ao, en mercancas, por valor de veinticinco; +pero como de all vienen seis, la balanza de comercio slo da en nuestro +favor diecinueve. Y como si todas las mercancas que enviamos Cuba no +valiesen un pito y fuesen una basura grandsima, que nosotros hicisemos +tragar y pagar por fuerza los infelices y tiranizados cubanos, el Sr. +Merchn pone tambin estos diecinueve millones en la cuenta de lo que +Cuba nos tributa, hacindola subir cincuenta y dos millones de pesos +anuales. Tal es la renta clara y paladina que da Cuba Espaa. La renta +misteriosa y oculta es inmensa, segn el Sr. Merchn. Los empleados, +los comerciantes peninsulares, todos cuantos van de Espaa Cuba no se +cansan jams de enviar dinero de Cuba Espaa. + +En su afn de ponderar lo que cuesta Cuba el ser espaola, pone y suma +el Sr. Merchn los sueldos principales del alto clero y de los +funcionarios militares y civiles; pero no logra elevarse en esta suma +por cima de doscientos mil duros. Y no se para tampoco considerar que +si Cuba llegase ser Repblica independiente, no haba de suprimir al +arzobispo, al obispo, la clereca, los empleados todos, y hasta se +haba de quedar acfala y sin presidente. Ya saldra los cubanos +bastante ms caro que les sale ahora todo el aparato administrativo. Y +esto sin meternos vaticinar ni recelar que en Cuba pudiera haber +presidentes, como los ha habido en otros puntos de Amrica, que han +tenido para estrujar al pueblo y sacarle el jugo tanta pujanza como la +prensa hidrulica ms poderosa. Con todas las violencias tirnicas, con +todas las ferocidades de cuantos virreyes, gobernadores y capitanes +generales ha enviado Espaa Amrica, desde el reinado de Felipe II +hasta hoy, si pudiramos ponerlas en un alambique y destilar la quinta +esencia de ellas, crame el Sr. Merchn, no sacaramos un espritu +equivalente al del tirano Rosas, pongo por caso. + +Es el Sr. Merchn, aparenta ser, contrario la anexin de Cuba los +Estados Unidos. No puede, por consiguiente, alegar, en contra de lo que +l llama _profecas siniestras_, el florecimiento y prosperidad de Cuba +si llega ser un Estado ms de la Unin. El Sr. Merchn no aspira al +suicidio colectivo como raza. Espera y pretende que Cuba contine siendo +_latina_, que es el epteto que gustan de darse ahora muchos +hispano-americanos, para no llamarse espaoles. Todos han de ser +_latinos_, aunque no hayan pasado del _quis, qu, quod vel quid_. + +El odio Espaa del Sr. Merchn y de otros insurgentes es tan feroz y +desapiadado, que ms que la prosperidad y auge de Cuba, harto +problemticos si llega ser independiente, los encanta y seduce la +tremenda ruina en donde, segn ellos, se hundir Espaa si perdemos +aquella sla. Como si fuera tan malo cuanto en la Pennsula se produce, +que nadie quisiese comprarlo sino por fuerza, entienden que, separada +Cuba de Espaa, no tendremos quien vender. Los diecisiete y medio +millones de espaoles peninsulares, asegura el Sr. Merchn que estamos +_amenazados de miseria y de muerte si perdemos la clientela forzada de +1.200.000 blancos y 400.000 negros_ sus compatriotas. + +Por lo visto, entra tambin en el plan de los insurrectos el despojar +los espaoles pennsulares de las propiedades territoriales que en Cuba +tienen, y hasta el expulsarlos de all. Toda esta poblacin--deca en +1869 _La Voz de Cuba_, en artculo que el Sr. Merchn reproduce y +celebra--vivir errante y miserable en el mundo. + +Para que tal cosa no suceda, para defender esa poblacin, la que +tenemos obligacin de defender; para conservar la integridad de nuestro +territorio, para que la nacin espaola no sea de nuevo mutilada, y no +porque Cuba nos produzca todos esos millones fantsticos, deseamos +conservar Cuba, y es de esperar que la conservemos. Los diecisiete +millones y medio de espaoles peninsulares, salvo muy pocos, no temen +perder el mercado para su industria, y perder el fomento de su comercio +y de su marina mercante, si llegasen perder la perla de las Antillas. +No nos faltara entonces sitio y gente donde enviar nuestros productos +y nuestros barcos. La prdida de Cuba nos traera, sin duda, +perturbacin, mas no por la utilidad que Cuba nos trae nos ha trado +nunca. Si atendisemos solo esta utilidad, apenas habra espaol que +no estuviese deseando que nos quedsemos sin Cuba. + +No tendra entonces que decir el Sr. Merchn, citando los arrogantes +versos de Nez de Arce, y dirigindose Cuba: + + Y si ser grande y respetada quieres, + de t no ms la salvacin esperes. + +Consejo que Cuba, mejor dicho, los rebeldes en armas no siguen, porque +solos ni se hubieran rebelado, ni persistiran en la rebelin, que los +_yankees_ atizan, fomentan, patrocinan y pagan para echar de all al +cabo, no slo nosotros los espaoles, sino tambin todos los +_latinos_, sin excluir al Sr. Merchn, que regresara por corto tiempo +su patria y que tendra que volverse Bogot, porque en Cuba, +_yankeeficada_, le miraran como mueble incmodo intil y no le haran +caso. No le valdra la adulacin con que proclama la omnipotencia de los +Estados Unidos. + +Si quisieran apoderarse de Cuba, dice, quin se opondra? Inglaterra? +El Leopardo puede aceptar luchas con el guila, pero no la provoca +ellas. Francia? Mientras no arregle cuentas con Alemania, evitar +contiendas con otras naciones fuertes y civilizadas. Alemania, Rusia? +No tienen intereses coloniales en Amrica; y Rusia, de desenvainar la +espada, lo hara favor de su antigua amiga la Unin Americana. En +cuanto una coalicin de las grandes potencias, los Estados Unidos no +la temen. Recurdese cmo desbarataron la Santa Alianza con un Mensaje +de Monroe. + +Tendr razn el Sr. Merchn y lo podrn todo los Estados Unidos? Se +atrevern intervenir en Cuba y intentar despojarnos de cuanto all +legtimamente poseemos, sin que por impotencia por imprevisor egosmo +se interponga en nuestro favor ninguna grande potencia europea? Entonces +s que no ser Cuba, sino Espaa, quien tenga que decir el poeta, +y esperemos en Dios que sea odo: + + Y si ser grande y respetada quieres, + de t no ms la salvacin esperes. + + +III + +Algo arrepentido estoy de haber tomado por asunto de un escrito mo el +libro del Sr. Merchn. Hay muchsimo que decir sobre l, y yo me canso, +y, lo que es peor, temo cansar mis lectores. Sin embargo, como ya +emprend la tarea, no quiero dejarla sin terminar, si bien procurar ser +muy conciso. + +Lo ms grave de que el Sr. Merchn acusa Espaa, es de su corrupcin +administrativa en Cuba. Nada hay que decir contra los datos que aduce. +Todos estn tomados de discursos, informes, folletos y Memorias, +suscriptos por los seores Romero Robledo, Moret, marqus de la Vega de +Armijo, Balaguer, Doltz, general Pando, general Salamanca y bastantes +otros hombres polticos peninsulares de la primera importancia. + +No quiero entrar en pormenores, porque son cansados y adems harto feos. +Convengo, pues, con el Sr. Merchn en que en Cuba la corrupcin +administrativa es deplorable: es un mal que requiere pronto y enrgico +remedio. Pero le hallar la rebelin, si triunfa y establece en Cuba +una Repblica independiente? Lo dudo, y no digo rotundamente lo niego, +porque no me precio de profeta, porque mi optimismo no tiene limites y +porque no he perdido la fe en lo sobrenatural y milagroso. + +Mal hemos administrado Cuba en el siglo presente; pero lcito es +presumir que los cubanos _libres_ la administraran mil veces peor. +Libres son y constitudas estn en Repblicas todas nuestras antiguas +colonias en el continente americano. Hay alguna de ellas que desde que +conquist su libertad hasta hoy haya sido mejor administrada que Cuba? +Esto es lo primero que sera necesario demostrar. + +Yo reconozco desde luego que el desarrollo del comercio, de la industria +y de la riqueza en general, mil ingeniosas invenciones y los ms fciles +medios de comunicacin entre las gentes han hecho progresar y han +llevado como remolque hasta los pueblos ms atrasados. Pero estas +causas debieran influir ms en los pueblos libres que en pueblos como el +de Cuba, que gime an bajo el abominable yugo de Espaa. Cuba, no +obstante, apenas tenia principios de siglo ms poblacin que 400.000 +almas. Hoy pasa la poblacin de Cuba de 1.600.000. La poblacin, pues, +est cuadruplicada, sin que esto contribuyan, ni la abolida trata de +negros, ni una gran corriente de emigracin europea asitica. La +riqueza y el bienestar han aumentado tambin, pesar de las guerras +civiles. No estarn, pues, tan oprimidos y miserables los cubanos, +cuando as crecen y prosperan. Crecen en la misma proporcin en las +Repblicas hispano-americanas, las gentes, el bienestar y la riqueza? + +Ya he dicho que no he de negar yo la corrupcin administrativa de Cuba, +para cuya prueba aduce el Sr. Merchn tanto testigo; pero tenga por +cierto que, si fuese tal como l la pondera, Cuba no hubiera prosperado. +La extraordinaria fecundidad de su suelo no hubiera podido prevalecer +contra la rapacidad que en los peninsulares supone el Sr. Merchn. Si de +los cuatro siglos que hace que poseemos Cuba hubiramos sacado de ella +y enviado Espaa durante cuarenta aos siquiera, diez aos por +siglo, la mitad no ms de lo que anualmente robamos Cuba, sean +veinticinco millones de pesos fuertes y esto sin contar las remesas +misteriosas infinitas que hacen los peninsulares, tendramos que, en +poco tiempo, habran ingresado de Cuba en Espaa nada menos que mil +millones de pesos fuertes. En qu Pozo Airn, en qu sumidero, en qu +insondable abismo ha venido precipitarse y hundirse este Misisip, +este Amazonas de oro? Dnde estn los palacios, las soberbias quintas, +los hadados jardines, el lujo _sardanaplico_ y los sibarticos deleites +de los peninsulares que trajeron de Cuba todo ese dinero? Dnde estn +los templos, los obeliscos y las pirmides que hemos levantado con el +ureo vellocino de nuestra Colcos? Ambas Castillas estn pobres y +desoladas. Los palacios de los peninsulares enriquecidos en Cuba son ms +difciles de hallar que los de Dulcinea. Y no hay monumento de algn +valer que no se haya erigido con dinero nuestro y no cubano. Para que +sea ms evidente la prueba, los monumentos ms nobles y grandiosos, +hasta son anteriores al descubrimiento de Amrica, y por consiguiente, +de Cuba; los muros ciclpeos y las ingentes torres y arcos triunfales de +Avila; las catedrales, como las de Burgos y Toledo, y los alczares, +como el de Segovia. + +Amrica no ha enriquecido, ha empobrecido y despoblado Espaa. Espaa, +en su gloriosa expansin, no se dilat por el mundo para saquearle y +para traer la Pennsula los despojos pimos, sino para difundir por +doquiera su cultura, su religin, su idioma y sus artes. Si en la misma +Italia, maestra de ellas, cuando en Italia dominamos, levantamos +templos, castillos y palacios, erigimos monumentos y fundamos obras +piadosas, hospicios y colegios, como de ello dan testimonio Naples, +Palermo, Mesina, Bolonia y otras ciudades, sin excluir la misma Roma, +qu no haramos y qu no hicimos en Amrica, donde en resumidas cuentas +no haba nada, si haba algo, responda un estado incompletsimo +inicial de cultura, como podra ser el del centro del Asia, tres +cuatro siglos antes de que saliese Abraham de su patria, Ur de los +caldeos? + +Desengese el Sr. Merchn; la nacin espaola poco nada ha traido de +Cuba que no haya pagado con creces; nada debe Cuba. Cuba es quien se +lo debe todo Espaa; salvo lo que da la Naturaleza en su estado +primitivo y selvtico. Por eso, aunque el Sr. Merchn se enoje, tiene +Espaa razn para llamar ingratos sus rebeldes hijos de Cuba. Qu +habr quitado Espaa para enriquecerse Maceo, Mximo Gmez +Quintn Banderas? + +En cuanto los fraudes y depredaciones de nuestros empleados, no poco +hay tambin que objetar. Mucho crdito, por ejemplo, merece D. Eduardo +Dolz; pero acaso no puede equivocarse exagerar involuntariamente? En +los ltimos veinticinco aos, afirma que nuestros empleados han +defraudado, en las aduanas de Cuba, doscientos millones de pesos +fuertes. Supongamos que es exacta la cantidad, y ya es mucho suponer. +Todava no es posible la suposicin de que sean tan necios los +mercaderes y contrabandistas cubanos que hayan tenido el capricho +irracional de dar los empleados los doscientos millones, en vez de +darlos al Tesoro. Lo probable sera que, en este hurto hecho al Tesoro, +saliesen ganando los comerciantes y contrabandistas ciento cuarenta +millones y que los empleados se contentasen con sesenta y con enviarlos + Espaa. Pero como estos sesenta millones no lucen ni parecen por aqu, +yo me atrevo presumir que son fantsticos. En Espaa no abundan tanto +los ricos que no nos sean todos conocidos y que no sepamos de dnde ha +salido y cmo se ha formado el caudal de cada uno. Seguro estoy de que +sigilosamente y al odo, para no delatar nadie, sin suficientes +pruebas, no nos declara, ni el ms zahor en estos asuntos, dnde estn +veinte millones siquiera, el tercio de los sesenta que de Cuba han de +haber venido la Pennsula. Los doscientos millones, pues, no se le +quitaron al Tesoro casi todos ellos se quedaron en Cuba. + +Pretende el Sr. Merchn, apoyado en las delaciones que aqu mismo hemos +hecho, que todos estos empleados que van Cuba defraudar la Hacienda +pblica, tienen, entre los ms altos personajes polticos, sendos +padrinos quienes pagan tributo. Poco aprovecha dichos padrinos +riqueza tan mal adquirida. Por eso me inclino yo creer que los ms +criminales han de haber recibido muy poco; y que los medianamente +criminales han de haber recibido algunos cajoncillos de cigarros puros, +pinas en conserva y pasta de guayaba, con sin tropezones. Lo cierto es +que yo he conocido y conozco gran multitud de nuestros personajes +polticos. Los que son ricos sabemos perfectamente de dnde procede su +riqueza. Y los pobres, que forman la mayora, contndose entre ellos no +pocos que han sido ministros de Ultramar, me atrevo sostener que no +han tomado un cntimo de peseta al hacerse el reparto de los doscientos +millones de pesos fuertes. A algunos, cuyos nombres pudiera citar y +quienes trat y visit hasta que murieron, fue menester venderles los +libros y las ropas para poder enterrarlos. + +En suma; por donde quiera que yo lo miro, no noto en Espaa esa horrible +corrupcin que el Sr. Merchn nos achaca, y que en todo caso no sera +igual, ni con mucho, la que de otras grandes naciones, como Francia +Italia, nos dejan presumir escndalos recientes, y como la que de los +propios Estados Unidos por mil indicios tambin se presume. + +Yo infiero de todo, empezando por conceder que en la administracin de +Cuba hay desrden y despilfarro, necesitados de enmienda, que la +corrupcin no es tan enorme como se dice, que son cubanos interesados +y poco escrupulosos los que la fomentan, ms en detrimento del Tesoro de +la Metrpoli que en detrimento de la prosperidad de la isla. + +La rebelin, por consiguiente, no queda as justificada. Los saqueos y +los incendios perpetrados por los rebeldes no remediarn nada, ni +contribuirn la prosperidad de Cuba. Y contribuirn an mucho menos, +si los Estados Unidos, segn ya se prev, nos exigen indemnizacin por +esos saqueos y esos incendios, que sin el favor y aliento que dan los +rebeldes, no se perpetraran, y si el Gobierno espaol tiene la +debilidad de someterse y de pagar. Esperemos, aunque se resista y no +pague, que no haya violencia ni guerra internacional. Y en todo caso, +aunque esa guerra sobreviniese y aunque nos fuese adversa la fortuna, +siempre sera preferible la humillacin y la ignominia; y sobre +todo, si la ignominia y la humillacin resultasen intiles y al cabo +hubiese guerra, no ser que resignadamente nos dejsemos despojar de +todo. + +[Illustration] + + + + +LAS ALIANZAS + + + _Sr. Director de El Liberal._ + +Mi distinguido amigo: Al leer lo que dice _La poca_ sobre poltica +internacional, siento ciertos escrpulos de haber contribudo, con el +folleto que publiqu pocos das ha, promover la cuestin de alianzas, +que muchos peridicos tratan ahora. Esto me induce comentar lo que ya +dije, fin de que, sino tiene usted inconveniente, me favorezca +publicando esta carta, aunque impugne luego su contenido. + +Lamentbame yo de que Espaa, en la presente ocasin de apuros y +peligros, estuviese aislada: pero mi lamento no implicaba oposicin +determinado partido hombre poltico. No iba contra nadie: iba contra +todos. Y por otra parte, como los aliados y los amigos no se buscan ni +se ganan en el momento en que se necesitan, sino que se tienen +prevencin y de antemano, tambin estuvo muy lejos de mi mente, y lo +hubiera estado, aunque mi insignificancia no lo estorbase, el aconsejar +al Gobierno actual que buscara depriesa y corriendo lo que antes de l, +desde hace ya medio siglo, nadie haba buscado. + +Limitada as la intencin que tuve al hablar de alianzas, sigo +sosteniendo, sin que _La poca_ me convenza de lo contrario, que las +alianzas son buenas y que sin alianzas nada til importante se ha +conseguido en el mundo, desde que Hiran y Salomn se aliaron, hasta el +da de hoy. Cuando Salomn, que era sapientsimo, buscaba alianzas, no +ser el buscarlas tan gran disparate. Sin la que contrajo, ni l hubiera +construdo el admirable templo de Jerusaln, ni desde Aziongaber hubiera +enviado Ofir sus naves para que volviesen cargadas de marfil y +sndalo, oro y perlas, perfumes, especias, papagayos y otros mil +primores. Y prescindiendo de ejemplos vetustos, hay uno muy reciente que +muestra cun fecundas en bienes son las alianzas urdidas con arte. Si +consideramos lo que ha ganado el Piamonte desde Novara hasta el da, nos +asombramos como del milagro ms pasmoso. El pequeo sacrificio de enviar +cuarenta mil hombres Crimea, y ms tarde el sacrificio algo mayor de +ayudar Prusia y de sufrir por mar una derrota en Lysa y por tierra +otra en Custozza, han valido al Piamonte, primero el Milanesado y +despus el Vneto; que nadie se oponga que arroje de Sicilia, de +Npoles, de Toscana y de otros Estados sus soberanos legtimos; que, +pesar del enojo de muchos millones de catlicos, despoje al Papa de su +poder temporal, y que constituya la unidad de Italia, que pareca sueo. +Pedir ms sera gollera; sera imitar aquel monarca aprovechadsimo +que peda y alcanzaba tantas cosas por medio de su hijo, casado con el +hada Paraban, hermana del rey de los genios, que el rey de los genios +se hart al verle tan exigente y pedigeo, y le aplast descargando +sobre l su tremenda clava. La habilidad, por grande que sea, tiene su +limite, sobre todo cuando no hay en ella magia hechizo. Y magia sera, +si por virtud de la triple alianza diese Italia tambin cima y dichoso +remate sus tal vez prematuras empresas en remotos pases. + +La de Saavedra Fajardo, que cita _La poca_, y el texto latino de cierta +fbula de Fedro, que todos sabemos, lo nico que prueban es que +cualquier obra de alguna transcendencia, como no se haga bien, lo mejor +es que no se haga. Sin duda que hay peligro en aventurarse, pero quien +no se aventura no pasa la mar. + +Nosotros, los espaoles, desde hace aos pecamos de desconfiados y +formamos de nosotros mismos muy pobre concepto. Pensamos y decimos sin +irona ni broma algo parecido lo que por chiste o yo decir una vez al +Sr. D. Antonio Cnovas con general regocijo de cuantos le escuchaban. +Deca que l se haba venido de Mlaga huyendo porque all todos le +engaaban trataban de engaarle. Espaa, con la mayor formalidad, est +diciendo y haciendo lo mismo: huye del trato y familiaridad de todas las +potencias de Europa por temor de que la engaen. + +Mientras ms lo recapacito, mejor noto que la desconfianza que nos +arrastra al retraimiento y al separatismo est en nosotros muy arraigada +y conviene librarnos de ella. Por esta desconfianza echamos los judos +y los moriscos; por esta desconfianza se rompi nuestra unin con +Portugal, y al romperla perdi Portugal lo mejor de su imperio en la +India; por esta desconfianza estuvo punto de separarse de nosotros +Catalua; en parte, por esta desconfianza se han emancipado +prematuramente todas las colonias espaolas del continente americano; y +por esta desconfianza brotan hoy ominosos chispazos de regionalismo, ya +en la misma Catalua, ya en las provincias vascongadas, ya en Galicia. + +Claro est que los negros y mulatos de la clase ms ruda y humilde que +hay en Cuba entre los rebeldes, estn all por merodear; que los +aventureros de pases extraos estn para ganar importancia y dinero en +la contienda; y que algunos ambiciosos, nacidos en la propia tierra, +estn porque suean con ser ministros presidentes de la Repblica +futura; pero si hay cubanos de arraigo y buena f que conspiren luchen +contra Espaa y anhelen la independencia de Cuba, esa desconfianza +secular, ese vicio inveterado del separatismo, es quien los mueve. Y es +tan pernicioso para ellos el movimiento, que si Espaa no logra pararle, +los llevar al suicidio colectivo, gemir bajo el yugo de un +presidente de un emperador negro la desaparicin en la isla, de su +lengua y de su casta, cuando toda, si triunfan, sea _yankee_, dentro de +poco. + +A fin de impedirlo, sacrifica hoy Espaa sus hombres y su dinero. Y no +es el inters quien la impulsa, sino una obligacin sagrada. No podemos +consentir en que retroceda la barbarie lo que durante cuatro siglos +hemos cuidado con amor y cultivado con esmero, ni podemos consentir en +que desaparezcan de Cuba los hombres de nuestra lengua y casta, por +ingratos y discolos que sean, para que se extiendan y dominen en ella +los anglo-americanos. + +De esperar es que nos saquen airosos de este empeo la constancia +patritica de la nacin y el valor de nuestros soldados. De esperar es +que se evite el conflicto con los Estados Unidos, donde, aunque +proclamen la beligerancia, tal vez no se atrevan intervenir mano +armada en favor de los insurrectos. Y de esperar es, en ltimo extremo, +que si los Estados Unidos intervienen, contra razn y derecho, se +interpongan las grandes potencias europeas y no permitan, una guerra +injusta y terrible, el violento despojo de lo que nos pertenece, +apoderndose la gran Repblica de la llave del seno mexicano, por donde +ha de abrir el camino que ponga en comunicacin los dos grandes mares. +Tales son las esperanzas que podemos tener. Con ellas debemos +contentarnos, aunque no sean muy seguras. Ya no es tiempo de buscar +alianzas. Solos estamos en el gran conflicto, y con nuestra propia +energa tendremos que salir de l, si en los Estados Unidos no ceden, +pues al cabo la mayora de aquel pueblo no es como Shermann, Mrgan y +Mills, si las grandes potencias europeas, movidas por el propio +inters, no nos prestan apoyo. + +Pero si Espaa hubiese contado con amistades y alianzas y no hubiese +estado tan sola, no hubiera tenido que aguardar hasta el ltimo extremo; +hubiera inspirado ms respeto en Washington, y no hubiera tenido que +ceder tantas humillantes injustas reclamaciones y que pagar tanta +indemnizacin con longanimidad lastimosa y que sufrir con paciencia +tanto vejamen y tantos vituperios de senadores y diputados _yankees_. +Estos, de seguro, jams se hubieran atrevido despotricarse tan +ferozmente si Espaa hubiese estado ms enlazada y sostenida en el +concierto de las naciones civilizadas de Europa. + +En mi sentir, pues, las alianzas no solo son convenientes, sino +indispensables para Espaa, que tiene an, y no puede menos de tener, +tanto que conservar y tanto que aspirar, si no se arroja en el surco y +se declara muerta y prescinde de su historia. + +_La poca_ citaba contra las alianzas Saavedra Fajardo. Yo citar en +favor de ellas otro poltico de ms fuste y recmara: al propio +Nicols Machiavelli. Precisamente en el captulo XXI, donde explica cmo +se ha de gobernar un prncipe para conquistar reputacin, y donde hace +tan hermoso elogio de Fernando de Aragn, marido de Isabel la Catlica, + quien declara _por fama y por gloria el primer rey entre los +cristianos_, se decide en favor de las alianzas, diciendo que un +prncipe no es estimado sino cuando es verdadero amigo verdadero +enemigo; que el descubrirse es ms til que el quedarse neutral, y que +el prncipe irresoluto, cuando, por huir compromisos y peligros, sigue +el camino de la neutralidad, las ms veces se hunde en vergonzosa ruina, +teniendo que salir de la neutralidad por fuerza y no de grado. + +Como ya he dicho que las alianzas convienen y hasta son indispensables, +quisiera decir tambin de qu suerte me parece que deben buscarse y +celebrarse; pero como hoy me he extendido mucho, lo dejo para otro da, +si no fatigo los lectores de _El Liberal_ con nueva carta. + + +II + +_Sr. Director de El Liberal._ + +Mi distinguido amigo: En cuestin de alianzas tal vez sera lo mejor, +despus de afirmar que convienen, abstenerse de decir con quin y cmo. +Los usos diplomticos prescriben no hablar de tales conciertos hasta +despus de ya celebrados. Pero, pesar de todo, me parece que no hay +imprudencia ni falta de sigilo en que alguien, como yo, que est +alejadsimo del poder pblico y de todo centro oficial, y que no +compromete nadie ni se compromete, diga sobre el asunto lo que se le +antoje. Lo que yo pienso decir, adems, no puede ofender ninguna +nacin. Y no porque yo me valga de rodeos y perfrasis, sino porque +quizs causa de mi optimismo y de mi indulgencia afectuosa, apenas +condeno nadie y hallo disculpa para todo. + +Triste cosa es que, al llegar casi su trmino el siglo XIX, llamado de +las luces, la humanidad haya adelantado tan poco, moral y polticamente, +que, en el mismo centro de su ms alta civilizacin, todos los hombres +capaces de empuar las armas anden cargados con ellas, haciendo el +ejercicio, reuniendo con grandes gastos los ms eficaces medios de +destruccin, aprendiendo matar y perdiendo en maniobras, revistas y +paradas el tiempo que pudieran emplear en divertirse en producir cosas +tiles y agradables, y tenindose de continuo unos otros en jaque y +alerta; pero esto no tiene remedio y no hay para qu censurarlo. + +Muy costosa es la paz armada, pero ms costosa y terrible sera una +nueva guerra europea. Dios quiera, pues, que no la haya, y que, pasando +aos, se harten las grandes potencias de consumir dinero y de convertir + todos sus ciudadanos en soldados, y se decidan deponer las armas. + +Por ahora, y sabe Dios hasta cundo, la amenaza de guerra es constante, +y en vez de ser segura la paz en la tierra los hombres de buena +voluntad, estamos amenazados siempre de una estupenda y colosal +conflagracin belicosa, en que luchen por un lado Alemania, Austria +Italia, y por otro Francia, tal vez auxiliada por Rusia. + +Si por desgracia llegara este caso qu le convendra hacer Espaa? +Los alemanes no nos han hecho ni bien ni mal; de los italianos no +tenemos agravios que vengar y los queremos bien, salvo algunas damas +elegantes y devotas y cierto nmero de catlicos muy fervorosos, que +desean que se lleve el diablo aquella monarqua para que recobre el +Padre Santo su poder temporal, y con Austria estuvimos unidos por lazos +dinsticos en la mejor poca de nuestra historia, hemos vuelto estarlo +en el da, y aun yo creo posible y conveniente que se aumenten estos +lazos. Nada tendramos que ganar con hacer la guerra la Triple +Alianza; pero como tambin sera duro pelear contra nuestros simpticos +vecinos los franceses, amables difundidores por el mundo de las letras +amenas y de las artes elegantes y deleitosas, lo mejor y lo ms cmodo +sera permanecer neutrales, pesar de lo que he citado de Machiavelli. +Este gran poltico hablaba en muy distintas circunstancias, para muy +otra edad del mundo, y siempre con la mira de libertar Italia de los +que l llamaba brbaros, cuyo yugo le apestaba, sin que hubiese +atrocidad, crimen ni peligrosa aventura que para sacudir aquel +hediondo yugo no excitase l su _Prncipe_. + +Nosotros tenemos tambin que sacudir algo modo de yugo, que no me +atrevo condenar ni por de brbaros ni por hediondo; pero que s +calificar de pesado y de vergonzoso, y que nos convertir en +Nacin-Job, si hemos de seguir sufrindole. Ya se entiende que este +yugo es el que en Cuba nos imponen los _yankees_, porque sin el favor, +amparo y aliento que dan los que se rebelan, y sin la mengua de +autoridad que nos causan, y sin el descrdito que vierten sobre +nosotros, pidindonos cuenta de todo, como si fueran nuestros jueces, y +sin la facilidad con que convierten en ciudadanos de su gran Repblica +nuestros ms acrrimos enemigos, renegados de su casta, obligndonos +darles dinero en vez de fusilarlos de enviarlos presidio, es casi +seguro que en Cuba no habra insurreccin y es seguro que no sera ni +con mucho tan importante y duradera como es hoy. Lo milagroso es que en +vista de las ventajas que ofrece los insurrectos la descarada +proteccin de los Estados Unidos, no acudan Cuba combatirnos todos +los aventureros sin patria y toda la gente perdida que hay en el mundo. + +No creo yo, sin embargo, que el mejor camino para libertarnos del yugo +mencionado sera salir de la neutralidad en una posible guerra europea. +La neutralidad nos conviene; pero, fin de que sea respetada y no se +encierre en egosmo estril, importara concertarnos, para este fin +solo, con alguna gran potencia que no estuviese comprometida ni en favor +de Francia ni en favor de Alemania. Este nuevo grupo, de que pudiramos +formar parte, no slo nos valdra para que nos respetasen durante la +guerra, sino tal vez para contribuir la conservacin restauracin de +la paz, y no slo nos valdra para que el vencedor no nos atase al +carro de su triunfo, sino tambin para concurrir moderar las +exigencias del que hubiese obtenido la victoria, y restablecer, en lo +posible, el equilibrio de las fuerzas. + +Otro es el camino que para remediar el mal estado de nuestras relaciones +con la gran Repblica nos hubiese convenido nos conviene seguir: haber +buscado tiempo aliados y amigos buscarlos en lo venidero, si ahora, +sola y abandonada como est Espaa, logra conjurar la tormenta salir +de ella salva. + +Lo que nos pasa con los Estados Unidos, cuya independencia y formacin +contribumos un poco, se parece la ms desventurada aventura de Simbad +el Marino, que aup sobre sus hombros al endiablado vejete para que +cogiera los frutos en los hermosos rboles de su frtil isla, y el +vejete endiablado no quera luego apearse, y segua montado en Simbad, +insultndole y procurando ahogarle para mostrar su agradecimiento. + +A fin de quitarnos de encima tan insufrible carga, no hubiera sido +conveniente, no lo sera en lo futuro, ganar la voluntad de las +primeras potencias coloniales de Europa, celebrar tratos y concertarse +de algn modo con ellas? Cualquiera promesa, cualquiera sacrificio que +hicisemos, sera mucho menor que los sacrificios que estamos haciendo +hoy y que tendremos que hacer en adelante. + +A un concierto, un Tratado de alianza, exclusivamente para asuntos +coloniales de Ultramar, no creo yo que se negasen, si se negociaba +bien, ni Francia, ni Inglaterra, ni Holanda. Espaa ha sido la primera +nacin colonizadora del mundo; todava, pesar de su decadencia, es la +tercera la cuarta, y no la desdearan como intil peso, y de algo +podra servir sus ms poderosos aliados, que tambin pueden hallarse +en ocasiones de empeo y de peligro, y necesitar entonces al menos +tener por provechoso el auxilio nuestro. + +Si no lo recuerdo mal, de algo vali Espaa los franceses no hace +mucho tiempo, cuando, para vengar nuestros misioneros mrtires, +ayudamos gratis y con las armas crear una Francia amarilla en el +extremo Oriente. Quin duda de que an podramos servir y valer +franceses, ingleses y holandeses, en otras semejantes empresas en +casos y lances de mayor importancia, sobre todo si ellos nos ayudaban +quitarnos de encima el ingrato estorbo de que hemos hablado y que tan +sin piedad y tan sin conciencia nos abruma? + +Tendra esto adems la ventaja de que los _politicians_ extraviados y +los senadores _farwestinos_ y _cincinatescos_, al vernos en tan buena +compaa, arrojasen de sus cerebros el fesimo y bellaco concepto que +los _sabios_ y _catedrticos yankees_ les han hecho formar de Espaa, +considerndola, por su aficin las corridas de toros y al Santo +Oficio, Nacin Calgula-Torquemada, como la llama Clarence King, y, por +haber destruido, segn Draper, no s cuntas civilizaciones, podrido +esqueleto entre las naciones vivas y prueba terrible de la justicia de +Dios, que no quiere dejar sin ejemplar castigo nuestras ferocidades y +nuestros crmenes. + +En fin, tal vez lograramos as que no apareciese Espaa los ojos de +los _yankees_ como un tirano difunto, en el que se pueden cebar sin gran +peligro, como un tirano cachazudo y sufrido, semejante los tiranos +de las tragedias de Alfieri, que estn, durante los cinco actos, oyendo +y aguantando las ms desaforadas desvergenzas, si bien acaban por +perder los estribos y por hacer una barrabasada. Tal vez as se +conseguira tambin que no se le antojase en Washington ningn senador +remedar Catn Censorino y, en vez de llevar higos en un pliegue de la +toga y de exclamar _delenda est Carthago_, llevar en un faldn de la +levita azcar mascabada catite, y exclamar: _delenda est Hispania_. + +Y aqu pongo trmino esta prolija carta, prometiendo no escribir la +tercera, pues basta con lo dicho. + +[Illustration] + + + + +TEATRO LIBRE + + + _Sr. Director de Los Lunes de El Imparcial._ + +Muy seor mo y amigo: Me pide usted mi parecer sobre si conviene que +haya un _Teatro libre_ _independiente_, y sobre varios puntos que con +esta primera cuestin se relacionan. + +Muchsimo tengo yo que decir, pero, como usted me excita ser breve por +el poco espacio de que se puede disponer en el peridico, slo dir algo +de lo mucho que se me ocurre, y procurar decirlo en compendio. + +A mi ver, en Espaa el teatro tiene toda la libertad y toda la +independencia que necesita. Yo aplaudo que las tenga, pero no comprendo +ni pido ms. + +Los lmites de la libertad mencionada son principalmente dos, que en +manera alguna deseo yo que se traspasen. Uno de ellos es el que sealan +la moral, la decencia y el decoro. Fija y traza el otro lmite el gusto +del pblico, contra el cual es intil y peligrosa la lucha. El pblico +paga y oye, aplaude silba, y en los espectculos es juez inapelable, y +rbitro soberano. En novelas, en poesa lrica, en libros de filosofa, +de historia y de otros asuntos, puede un autor prescindir de la +corrupcin literaria de su tiempo, de la rudeza y del corto saber de sus +contemporneos y de sus tonteras y extravagancias, y componer su obra +para un pblico eterno; para que la posteridad la aplauda, hacindole +justicia: para que gente ms instruda y estticamente mejor educada le +comprenda y le admire, all en los siglos que estn por venir, bien +para que en el da un cortsimo nmero de personas discretas, refinadas +y doctas, se deleiten leyndole y saboreando todos los primores de fondo +y de forma que hay en su produccin literaria, convirtindola para el +vulgo profano en _el libro de los siete sellos_. + +El autor dramtico, y en esto se parece al orador, no puede, ni debe ser +as. Es menester que su espritu est en intima y constante comunicacin +con el espritu de un pblico numeroso: que l y dicho pblico se +comprendan y se compenetren. Slo de esta suerte puede haber autores +dramticos. Los que de otra suerte escriban, podrn ser todo lo que +quieran menos tales autores. + +Infirese de lo expuesto que la libertad del teatro tiene por limite la +voluntad y el entendimiento del vulgo. Ya ms all no sera libertad +sino delirio. Yo no me explico que se funde un _Teatro libre_ para ir +ms all. Si el pblico tiene un gusto exquisito y un entendimiento +cultivado y un juicio seguro, no hay teatro en Madrid, ni en toda +Espaa, que no sea libre independiente y que no tenga completa +seguridad de ganar honra y provecho, dando las ms atrevidas +representaciones, y, siendo stas buenas, ms aplausos y ms dinero +ganar mientras ms originales sean, y ms inauditas y ms fuera de los +caminos trillados. + +Justo es advertir que el prurito de originalidad, el engreimiento necio +del que cree pensar y decir cosas profundas, y la mana de reformarlo +todo y de resolver en cuatro coplas los ms obscuros problemas sociales, +religiosos polticos pueden seducir los autores dramticos que tal +vez no han estudiado ni meditado nada que los habilite para la +resolucin de semejantes problemas, y pueden llevarlos componer un +tejido de vulgaridades y zanguangadas, crear caracteres falsos y +imaginar una accin absurda y sin inters, que sea como el hilo donde +ensarten sus insulsos inaguantables sermones. Despus, si el pblico +se aburre de orlos y no los aguanta, el autor dir tal vez que el +pblico es atrasado indocto. Y si el pblico los aguanta y los +aplaude, por aquello de que + + _Un sot trouve toujours un plus sot qui l'admire,_ + +el mal ser mayor; pero en ninguno de ambos casos veo yo que el teatro +libre independiente que trata de fundarse valga como remedio. + +Por otra parte, yo noto inmenso cmulo de dificultades para la creacin +del _teatro libre_, en mi sentir intil. Mas bien le comprendo como +_teatro normal_ como _teatro modelo_ que como _teatro libre_. El +_teatro libre_, en virtud de su misma libertad, buscar por todos los +caminos modo de agradar y de entusiasmar al pblico y de obtener de l +aplausos y entradas. As son el Teatro Espaol, la Comedia, Lara, Apolo +y la Zarzuela. Todos, mi ver, son teatros libres. No se puede pedir +mayor libertad sin incurrir en desatino. + +Luego lo que quiere fundarse no es un teatro libre, sino un teatro +_normal_ _modelo_, donde se procure ilustrar al pblico, aguzar su +facultad esttica, abrir para l nuevos horizontes y moverle que +aplauda, ya antiguas obras maestras que hoy desdea olvida, ya nuevas +obras, vaciadas en moldes nunca empleados hasta el da. + +A fin de que este teatro, y permtaseme lo pomposo de la frase, +cumpliese con su misin, sera indispensable que tuviese una junta +directiva. Y como esta junta tendra su criterio y querra y debera +imponerle, resultara que el _teatro libre_ sera el menos libre de +todos los teatros. + +Supongamos que ya existe, y supongamos tambin que yo soy un autor +dramtico que aspira darse conocer y ofrece una obra suya. Las +empresas de la mayor parte de los teatros deben considerarse como +meramente mercantiles. Si rechazan la obra que yo presento, no habr en +ello, literariamente, ni agravio, ni sentencia, ora sea injusta, ora +justa, que me desaliente humille. Las empresas no fallan +literariamente contra mi obra, slo dicen, con acierto sin l, que no +es aquello lo que pide el mercado y que no deben aceptarlo, porque no +tendr buena salida y ser mal negocio. Pero si en el teatro, mal +llamado libre, que trata de fundarse, la junta directiva desecha mi +obra, al desecharla, aunque afirme que no es tal su intencin, +literariamente me condena, empezando por someterme un tribunal +literario y preceptos y reglas en cuya virtud ese tribunal juzga y +sentencia. + +Es, pues, evidente que el tal _teatro libre_ ser el menos libre de +todos; ser un alto magisterio, un tribunal supremo, un directorio +iniciador y propagador del buen gusto en lo tocante poesa dramtica; +en fin, ser todo lo que se quiera menos un teatro libre. Los teatros +libres son los que ahora hay. + +Lo dicho hasta aqu contra el falso teatro libre no impide que desee yo, +como el que ms, que tengamos en Madrid un _teatro modelo_, con cuantas +condiciones y requisitos sean convenientes para representar bien toda +clase de dramas. + +Antes de explicar de qu suerte me alegrara yo de que se fundase este +teatro, voy hacer algunas declaraciones. + +Primeramente, yo no creo que la produccin dramtica espaola en el da +sea inferior, ni por calidad ni por cantidad, la de ninguna otra +nacin del mundo. Slo Francia compite con nosotros, y en sentir de +muchos, aunque no en el mo, nos vence. + +Es la segunda declaracin que ningn gnero de trabajo literario est en +Espaa mejor retribuido que el del dramaturgo. Y por esto, y por +entender yo que para que una literatura sea espontnea y natural, +importa que slo tenga al pblico por Mecenas, ni pido ni quiero +proteccin y auxilio del Gobierno para los que escriben dramas. + +Es la tercera declaracin que nuestros actores no me parecen tan malos +como asegura la gente, llevada de la mana, hoy muy en moda, de rebajar +y hasta de denigrar todo lo nuestro, como si fusemos la nacin ms +desventurada y ms decada de la tierra. + +Poseyendo, pues, como sin duda poseemos, autores y actores, lo que +principalmente nos falta es una empresa que pague sin tacaera ni +apuros los artistas y hasta asegure su porvenir y la materialidad de +un teatro muy elegante, lujoso y rico en decoraciones, trajes y +maquinaria. Si un prncipe poderoso, si un banquero si varios +capitalistas, si una compaa por acciones, fundase este teatro, yo +doy por cierto que mereceran aplauso y gratitud de la patria y que no +perderan su dinero, porque, si bien no hay mucho en Espaa, la gente es +esplndida, gusta de divertirse, y el teatro modelo, de lujo, como +queramos llamarle, estara lleno siempre. + +Como tengo an muchsimo que decir sobre este asunto y usted recomienda +la brevedad, y yo no atino con ella, he guardado esta carta, escrita +desde hace das, sin atreverme enviarsela usted y casi desistiendo +ya de envirsela. Ahora estoy de otro humor y se la envo, en la +inteligencia de que la carta tendr cola, mejor dicho, ser como +cereza en la que se enredan otras por el cabo y la siguen. A esta carta +seguirn otras dos. Si pesar de la inevitable condicin que pongo no +teme usted que yo peque de prolijo, inserte mi carta en su apreciable +peridico y crea que se lo agradecer. + + +II + +Muy Sr. mo y amigo: Ya dije V. que no quiero ni comprendo el teatro +libre sea ms libre que los teatros que hay ahora en Espaa. Esto no +se opone que yo quiera y desee un teatro normal modelo. Y como dicho +teatro ha de estar en algn punto y no le hemos de fundar en Ovejo, en +Churriana en la Madroera, lo natural y razonable ser fundarle en +Madrid, sin hacer caso de la ruin y disparatada envidia del +regionalismo. + +Aqu se me ocurre algo que me atrevo llamar antinomia y que no puede +menos de motivar una digresin inevitable aunque prolija. Ojal que no +sea cansada. Mil y mil veces he sostenido que la literatura, sobre todo +la amena, si ha de ser natural y espontnea y no artificiosa y criada en +invernculo, conviene que slo tenga por Mecenas al pblico que la lea, +la pague, la comprenda y la inspire. Nada de proteccin por parte de +principes y de gobiernos para novelistas y poetas. Alfieri compuso un +elocuente y hermoso libro sosteniendo esta tesis y yo le he aprobado y +aplaudido. Pero aqu surge la antinomia. Tratar de explicarla. + +Yo creo pie juntillas en el progreso indefinido. El trmino ideal de +este progreso es, en mi concepto, individualista. + +El linaje humano, constituido en sociedad, puede adelantar tanto en el +camino de la perfeccin que casi sin casi no necesite gobierno. En la +meta de su carrera triunfante coloco yo, en mis sueos dorados, una +pacfica y deliciosa anarqua. El inters de los particulares, la +iniciativa y los bros de asociaciones libres procurarn hacer y +conservar caminos y canales, llevar las cartas, cuidar de telgrafos, de +telfonos y de cuanto ms tarde se invente, y fundar y sostener escuelas +donde cada cual ensee lo que ms verdadero, til bonito le parezca. +Y, como progresaremos tanto que los hombres, segn determina la +Constitucin de 1812, sern todos justos y benficos, los tribunales y +los jueces estarn de sobra. El orden pblico ser tan primoroso +inalterable que no ser menester fuerza armada que le conserve. Y como +las naciones no seguirn amenazndose y tratando de saquearse unas +otras, sobrevendr la paz perpetua y se suprimirn el ejrcito y la +marina nacional, tan costosos en el da. De aqu que el gobierno no +servir para nada, y los pueblos, por evolucin y no por revolucin, +pacfica y no tumultuosamente, los obligarn que se jubilen. Tal es +el risueo porvenir que yo me finjo, pero no he de negar qu est muy +remoto. Todo es relativo, segn decia D. Hermgenes. Los sabios modernos +dan millones de aos de existencia este mundo en que vivimos. La vida, +el _protoplasma_, la _monera_, como queramos llamarlo, apareci +tambin mucho tiempo ha. Y el hombre, valindose ya de la palabra, con +organizacin social, y hasta fundando reinos, imperios y repblicas, +vive, si hemos de creer sabios profundos, hace veintisis mil aos. +Por aquel entonces, afirma Rodier, como si lo hubiera visto, que los +arios se disputaron, se dispersaron y se dividieron en indios, iranios y +otros pueblos, de quienes proceden las ms nobles naciones de Europa. + +Aceptado lo dicho, resulta que la humanidad es ya muy vieja, y con todo, +yo he leido en un libro de otro sabio ms profundo an, esta sentencia +que me ha dejado turulato: + +_La humanidad, considerada en su vida colectiva, no ha nacido an._ + +El sabio echa despus sus cuentas, se mete en muy ingeniosas honduras, y +averigua, determina y declara la poca en que la humanidad empezar +nacer. Ser, sobre poco ms menos, dentro de catorce mil y seiscientos +aos. Me parece que en perodo tan amplio bien puedo yo estirar y +extender con holgura mis esperanzas hasta su completsimo logro en la +anarqua de que he hablado. Suponiendo ahora que con el andar de los +siglos subimos tan gloriosa cumbre y alcanzamos tamaa ventura, +todavia no me explico que, suprimidos los gobiernos segn son y se +conciben hoy, no haya y persistan rganos directores de esa humanidad +colectiva que nace y de cada una de las diferentes naciones, que han de +permanecer separadas y distintas, fin de que la monotona y la +uniformidad no aburran los hombres y no los impulse ahorcarse. + +Imaginmonos llegados la perfeccin en cuanto cabe en lo humano. No +necesitaremos gobierno que ampare y reprima porque la paz y la seguridad +sern completas, ni que nos haga ferrocarriles, carreteras y otros +medios de comunicacin ms ingeniosos que en lo venidero se inventen, +porque nosotros lo haremos, ni que procure nuestro bienestar material, +porque le procuraremos nosotros, ni que nos ensee en sus escuelas +pblicas, porque cada uno de nosotros ensear y aprender lo que se le +antoje. + +Y sin embargo, hasta dentro de esta soada perfeccin, sera ineludible +el rgano de que hemos hablado: un gobierno por otro estilo, pero al fin +un gobierno. Compongmosle, pues, de un Gran Metafsico, como en la +Ciudad del Sol de Campanella, el cual convendra que fuese un rey +hereditario, separado secularmente del vulgo, para que tuviese majestad +y careciese de una larga parentela ordinaria cursi, y asesorado este +rey gran metafsico de un consejo asamblea de varones doctos +elegidos por el pueblo. + +El ministerio oficio de este supremo directorio haba de ser ordenar +las manifestaciones del espritu colectivo, sin el cual la nacin se +desmenuzara y no sera nacin, sino conjunto material, inarmnico y +deforme de individuos que en lo tocante la comunin de los espritus +quedaran aislados, y no con vida sino con muerte colectiva. + +Infirese de todo que, hasta en un ideal inasequible slo asequible +dentro de ciento cuarenta y seis siglos, y ya por dicha desgobernados +los hombres en cuanto importa su inters material, no podran menos de +tener un directorio que diese unidad y que ordenase las apariciones, +epifanas muestras constantes del Genio de la nacin, que no muere ni +puede morir sin que la nacin muera. Por consiguiente, el rgano, +vicario delegado de este Genio, exento ya de cuidados materiales, sin +armas para defenderse y ofender, slo se empleara en las cosas del +espritu y stas seran de dos clases esencialsimas. + +Claro est que yo, que soy tan fervoroso amante de la libertad y tan +firme creyente en ella, no puedo suponer que entonces no la tuviese +completa cada individuo para pensar y decir de Dios lo que mejor le +pareciese y para adorarle y darle culto su manera. Pero la religin es +de dos modos. Por uno de ellos, ms profundo y ms ntimo, pero menos +solemne, cada alma humana se pone en relacin con su Hacedor y le busca, +y tal vez le halla y hasta consigue unirse con l por inefable +misterio. Por el otro modo, ms solemne y excelso, y en mi sentir +ineludible, porque sin l lo ms grandioso y bello de la existencia +desaparecera, la muchedumbre de los seres humanos concordes todos, y +por bajo de ella cada nacin separadamente, deben adorar Dios y tener +su culto, sus sacerdotes, sus templos y sus ceremonias y pompas +religiosas. + +Aun supuesta la religin catlica cosmopolita, ser, valindonos del +smil de un gran poeta, como la luz, que suscita diferentes colores en +los diferentes objetos en que se posa. De aqu que la religin, aun +siendo universal y nica en su esencia, ha de tener en cada pueblo +aspecto distinto en los accidentes y en la forma. + +Importa, pues, aunque lleguemos la perfecta anarqua de mi sueo, que +haya una religin del Estado en que aparezcan y den razn de s la idea +y el sentimiento colectivos del Genio nacional, y que haya una direccin +para esto, direccin nacional que deber ponerse y conservarse en +perfecta concordancia con el centro directivo y superior religioso, en +lo que tiene la religin de universal de catlica. + +Y vea Vd. por donde, hasta realizada ya mi deliciosa anarqua, dejo yo +en pie reconstituyo sobre ms hondas bases y firmes cimientos uno +modo de ministerio de cultos, con Concordatos y todo, y hasta con un +seminario Universidad catlica central, donde se ensee +fundamentalmente la teologa del Genio nacional, las creencias +religiosas, metafsicas y morales del espritu colectivo. + +La otra epifana manifestacin constante y gloriosa del Genio de la +nacin es el arte. Y del arte, el teatro es lo ms sinttico y acabado. +En l concurren y presiden Apolo y todo el coro de las Musas. La Poesa +se alza en el centro como reina, y en torno de ella, acatndola, +sirvindola y cuidando de su ornato y alto decoro, han de estar la +Msica, la Danza, la Pintura, la Arquitectura y la Indumentaria. + +Si es menester que la nacin, como nacin, rinda culto la verdad, que +en su ms alto punto es la religiosa, tambin es menester que rinda +culto, colectivo y unnime, la belleza, la cual, all en lo sumo, es +atributo divino. As, pues, aun en mi anarqua, es ineludible otro +ministerio al lado del de cultos: el ministerio del teatro y de las +otras pompas, espectculos, procesiones y ceremonias nacionales +profanas. + +Ahora bien; cuando sin gobierno material, sino ya slo con una sombra de +gobierno con gobierno-espritu, requiere la misma esencia de nuestro +ser colectivo humano que haya un teatro que el Estado sostenga, no veo +yo contradiccin, pesar de todo mi individualismo, en que, en esta +poca atrasadsima en que vivimos, haya tambin un teatro que el Estado +sostenga y que sea el teatro normal modelo. Es cierto que pudiera +fundarle y sostenerle un prncipe rico una asociacin de capitalistas, +pero mejor y ms digno es que lo sostenga el Estado. + +Ya veremos por qu y cmo. + +Perdneme Vd. que sea tan difuso. + + +III + +Muy seor mo y distinguido amigo: Ya anunci Vd. que tenia yo +muchsimo que decir sobre la cuestin del llamado _Teatro libre_. No +extrae, pues, que le dirija esta tercera carta, procurando que sea la +ltima, si bien acaso no lo consiga. No una serie de breves artculos, +sino una obra en dos tres gruesos tomos pudiera escribirse sobre la +cuestin mencionada. + +Cada cual tiene su modo de discurrir, y yo tambin tengo el mo. Suele +ste consistir en presentar, de antemano, extremndolos, los argumentos +ms poderosos que contra mi tesis pueden dirigirse, y en decir luego, +_si licet in parvis magnis exemplibus uti_, lo que dicen que dijo +Galileo: _e pur s muove_. + +De aqu, sin duda, que el ingenioso y agudo _Clarn_, lisonjendome +mucho con sus generosas alabanzas, haya impugnado, no mi tesis, sino los +argumentos que previamente present yo en contra de ella, fin de +saltar luego por cima y desbaratarla. Fueron modo de obstculos que yo +mismo puse para hacer ms lucida la carrera y que tuviese saltos y todo. +_Clarn_ ha removido allanado los obstculos. Dios se lo pague. As mi +carrera ser por lo llano: si menos lucida, ms fcil. + +El teatro, repito, es hoy, libre en Espaa, y no puede ni debe serlo +ms. Lo que importa, por consiguiente, es establecer un teatro _normal_ + _modelo_. _Clarn_ mismo se ha encargado de refutar no pocos de los +argumentos que se ofrecen en contra. Estoy de acuerdo con l: mejor es +someterse al fallo de una junta directiva compuesta de los ms +entendidos y reputados literatos, que no al capricho de un empresario, +tal vez ignorante, y tal vez sujeto al influjo de envidiosos y +aduladores que, hasta por no dar la cara, pueden dar, sin temor ni +escrpulo, muy malos consejos. + +Con el beneplcito y auxilio de _Clarn_, establezco el teatro _normal_ + _modelo_, y le establezco _en principio_, para lo cual nuestra +voluntad basta y sobra, sin que tengamos necesidad de dinero, de lo +que en cierto lenguaje picaresco se llama _caballo blanco_. + +A pesar de mi radical individualismo, he tratado de demostrar y creo +haber demostrado que, hasta despus de llegar la deliciosa anarqua, +trmino ideal de la perfeccin humana, conviene que persista algo modo +de gobierno, el cual dirija y ordene las manifestaciones _epifanas_ +del Genio colectivo: que persistan un ministerio del culto y otro del +teatro y dems ceremonias, pompas y fiestas nacionales profanas. As, +sin contradiccin con mi individualismo, afirmo yo que el teatro +_normal_ _modelo_, debe hoy, con ms razn que dentro de ciento +cuarenta y seis siglos, cuando la humanidad colectiva nazca, ser +sostenido por el Estado. Que le sostengan uno varios particulares +ricos es menos plausible, menos posible y menos decoroso. Es menos +plausible porque el particular los particulares se propondrn ganar +dinero, como cada hijo de vecino, y entonces el teatro _normal_ +_modelo_ no lo ser en realidad, sino ser un teatro, peor mejor, +_libre_, aunque sujeto una empresa particular como las dems que hay +ahora. En el da no cabe esperar que salgan relucir magnates, +prncipes, ediles rumbosos, como los que hubo en lo antiguo, que se +gastaban millones de sestercios, ya para divertir y entusiasmar la +plebe con esplndidos espectculos, ya para erigir grandiosos monumentos +y hermosear su patria, como hicieron Heredes Atico y otros. Buenos +andan los ediles de ahora para descolgarse con semejantes bizarras! Y +si bien se mira, hasta los ediles de otros tiempos no solan ser +desinteresados cuando se descolgaban con ellas, porque, se parecan +aquel seor Robres del epigrama, que hizo los pobres antes de hacer el +hospital, bien derrochaban el dinero para satisfacer la ambicin, +ganndose el favor de la muchedumbre y comprando sus votos. + +Es poco plausible y es casi imposible que un particular varios +sostengan el teatro _normal_, porque debe ser sostenido con +desprendimiento y sin que piense ganar dinero ni nada quien gaste su +dinero sostenindole. Y es adems menos decoroso que le sostengan +particulares, porque el pueblo no ha menester, en el da, esta modo +de limosna. Decidamos en virtud de todo lo dicho, que sea el Estado +quien le sostenga, esto es, la nacin el pueblo mismo. La junta +directiva y los actores, en vez de ser los asalariados de un particular, +recibirn su salario de Estado, sea del pueblo, lo cual, mi ver, es +ms digno y honroso. + +No recuerdo bien lo que dice _Clarn_ de que no quiere de que no pide +lujo. Entendmonos. Si por lujo se entiende lo que yo entiendo, yo le +quiero y le requiero. Y si ahora no le pido es porque sera pedir +cotufas en el golfo, y porque con esta picara guerra de Cuba no est la +Magdalena para tafetanes. Pero supongamos, y Dios nos oiga, que ya se +acab la guerra de Cuba y que volvemos tener prosperidad y +bienandanza. Esto supuesto, ya me tienen Vds. pidiendo el teatro +_normal_ _modelo_, sostenido por el Estado, no para ganar, sino para +perder anualmente, aunque el teatro est todas las noches de bote en +bote, un milln de pesetas que iguale los ingresos con los gastos. + +El emperador de Austria, caballero muy cabal, de gusto delicado, con +cuantiosas rentas propias, edil la antigua sin ambicionar ya nada, y +si no Herodes hebreo, porque gusta de los nios y no los mata, nuevo +Herodes Atico, porque hermosea Viena con monumentos magnficos, dicen +que se gasta en el teatro ms de 500.000 florines al ao, lo cual sube +por cima del referido milln de pesetas. + +Por qu, no el monarca, que como particular dista bastante de ser tan +rico, sino el Estado cuando salga de guerras y de apuros, no ha de +imitar aqu al emperador munfico de que voy hablando? + +En pocas cosas podra emplearse el dinero con mayor beneficio del buen +gusto, de la general ilustracin y de la cultura. + +No es feo el teatro del Prncipe. Por esto, porque recuerda grandes +triunfos literarios y artsticos, y por otras mil razones, debe +conservarse, cuidarse y tenerle abierto siempre que se pueda, con buena +compaa. Pero en la nacin que se jacta, sin pecar de vanidosa, de +poseer la ms rica, original y sublime literatura dramtica, sin que se +le adelanten Grecia, Inglaterra y Francia, pesar de Esquilo, +Eurpides, Sfocles y Menandro, y pesar de Shakespeare, Corneille, +Racine y Molire, es bastante monumento nacional de esta gloria, es +digno templo de nuestra Melpmene y de nuestra Talia el antiguo y +modesto Corral de la Pacheca, por muy corregido, repintado y revocado +que le pongamos? + +Lo primero, por consiguiente, haba de ser erigir para teatro _normal y +modelo_ un edificio grande y hermoso donde se luciesen el arquitecto de +ms mrito y fama y nuestros ms valientes escultores en las estatuas y +relieves que adornasen y magnificasen la fachada, los peristilos, los +anchos prticos y las empinadas acroteras. Ya se entiende que este +edificio haba de estar aislado, no empotrado entre casas como los +pobres teatros que ahora tenemos, salvo el teatro Real, tan +abominablemente feo en lo exterior, que harto bien merece estar +empotrado. + +En fin, yo quisiera en Madrid un nuevo teatro Espaol, que fuese al +teatro alemn de Viena (Hofburgtheater) lo que, en proporcin +geomtrica, es la literatura dramtica espaola la literatura +dramtica alemana. + +Construdo ya el teatro, sera menester dotarle de toda la maquinaria, +decoraciones, trajes y dems riquezas y esplendores que en el de Viena +hay y se lucen. + +Luego debera formarse una buena compaa de actores, igual y armnica, +digmoslo as; esto es, que no hubiese uno dos actores buenos y hasta +excelentes, siendo los dems malos medianos; sino que todos ellos +compusiesen un bien concertado conjunto, y que asimismo no repugnase +ninguno representar un papel que le pareciese de poca importancia +lucimiento, sino que se sometiese al director y su severa disciplina. +De esta suerte saldran bien representados todos los dramas, y el bueno +parecera mejor, y el no muy bueno parecera tolerable. + +Otra cosa de que importara muchsimo que cuidase la junta directiva es +de que el personal fuese muy guapo, en particular las mujeres. La +educacin esttica de un pueblo no se forma ni se mejora, sino se +corrompe y se vicia, manifestndole lo feo, lo inelegante, lo canijo, lo +estropeado, lo ruin y lo plebeyo de la figura humana. As como la +naturaleza influye en el arte, ya que Fidias y Praxiteles no hubieran +esculpido las maravillosas imgenes de Jpiter, Minerva y Venus, si no +hubieran tenido modelos de gran valer, as el arte influye en la +naturaleza, porque las mujeres y los hombres, que contemplan lo bello en +las representaciones artsticas, se enriquecen la imaginacin, +influyendo esto en todo el organismo vital, hace que nazcan chiquillas y +chiquillos preciosos. Est probado que, desde el siglo de Pericles en +adelante, las mujeres griegas, fuerza de contemplar las obras maestras +de la escultura y de la pintura, vinieron ser mucho ms hermosas que +en los siglos anteriores: Y yo he ledo tambin, en autores muy +formales, que esas areas, aristocrticas y semi-divinas imgenes de +mujer, que en los libros de Keepsake nos deleitan, no son copia de las +Ladies y de las Misses ms celebradas, sino son como norma pauta la +que esas Misses y esas Ladies se han ajustado, y son como molde en que, +trascendiendo de lo espiritual lo fsico, las han fundido sus madres. + +El entendimiento elevado, la no comn habilidad, y sobre todo el genio +del artista, no equivalen, sino valen ms que la hermosura. Esa +portentosa luz interior del espritu se difunde por todo el cuerpo y le +ilumina y hermosea. Claro est, por consiguiente, que en los actores y +actrices principales no tendr la junta directiva que investigar y +probar si hay no corporal belleza. La dicha investigacin, la prueba y +el cuidado se ordenan slo para las figurantas, coristas y otra gente +de segundo de tercer orden. + +Digo esto no en tono de broma, sino con la mayor gravedad. Lo demostrar +con un ejemplo. + +En el Hofburgtheater de Viena, se representa el _Fausto_ (primera y +segunda parte) con todas sus fantasmagoras y con todas sus magias: +hasta con el _Prlogo en el cielo_. All, en medio de sonrosadas y +luminosas nubes, se adelantan los tres arcngeles, Miguel, Rafael y +Gabriel, y declaman, al comps de una msica verdaderamente celestial, +aquel elocuentsimo himno en alabanza del Criador y en alabanza del +Universo, su obra, la cual sigue hoy tan perfecta como en el da en que +fu creada. Los tres arcngeles son tres muchachas altas, esbeltas, +airosas y tan ligera como elegantemente vestidas. Yo aseguro que parecen +de verdad los tres arcngeles, con alas refulgentes, con ureos yelmos y +con fulmneas espadas. Pero si fueran tres hembras de formas +exuberantes, paticortas y cabezudas, cmo haban de parecer arcngeles? +Desde el comienzo se pondra en ridculo el poema de Goethe, y se hara +del empreo la ms ruin y bellaca caricatura. Es indispensable, pues, +que sean guapas las actrices de tercer orden. Y aqu debo advertir que +no basta para esto el cuidado de la junta directiva. Es menester tambin +que los espaoles desechen la propensin que tienen, _more turquesco_, +retirar del teatro toda mujer guapa, aunque sea casndose con ella y +muy santamente. Yo doy por seguro que rara vez, que nunca se le +ocurre un alemn, por enamorado que est, incurrir en rapto y +secuestro tan perjudiciales la esttica y las artes todas, antes +bien se engre de que la muchedumbre contemple y admire desde lejos lo +que l ms de cerca y con mayor intimidad acaso contempla y admira. + +Es indudable, mi ver, que si los citados tres arcngeles fuesen tres +princesas reinas, ms menos morganticas, seguiran saliendo las +tablas con beneplcito y satisfaccin de sus principes reyes. + +Me voy extendiendo demasiado. Pero hay tanto de que hablar en estos +asuntos teatrales!... En fin, yo pido disculpa, y termino esta carta +pidiendo tambin permiso para escribir otra que ser definitivamente la +ltima. + + +IV + +Muy seor mo y distinguido amigo: Me he engolfado tanto en el asunto +del teatro que no s cmo podr salir de l tan pronto como deseo. + +A semejanza de Platn, Toms Moro y otros, que construyen una ciudad +ideal, me he lanzado yo, en esfera mucho ms chica, forjar una modo +de utopa teatral dramtica ms bien escnica. + +Ya tenemos, cuando no en realidad, imaginariamente, edificio para el +teatro; la mejor compaa posible hoy en Espaa, y un abundante, lujoso +y escogido material de trajes, muebles, armas y decoraciones. + +Para custodia de las cosas materiales, para llevar la cuenta de gastos y +de ingresos, y para cuanto es meramente econmico y administrativo, +establezcamos una oficina dependiente del ministerio de Fomento. + +Pronta ya la mquina, dmosle cuerda y que eche andar en la direccin +que conviene. Mas como para darle cuerda y dirigirla son menester una +voluntad y una inteligencia, concedmoslas la junta directiva que +este fin creemos. + +Harto conozco que voy disgustar muchos lectores, que en no pocos voy + suscitar contra m el desdn el enojo. Dir, no obstante, mi leal +parecer sobre la composicin y constitucin de la Junta. La compondrn +dos acadmicos de la Real Academia Espaola, elegidos por sus +compaeros; uno de la seccin de msica de la Academia de Bellas Artes; +otro elegido por las secciones de artes del dibujo que hay en la misma +Academia; otro elegido por la Academia de la Historia entre sus +individuos de nmero; y, por ltimo, el primer actor del teatro que ya +hemos creado. + +Estos seis vocales, legalmente, no han de importar ni valer ms unos que +otros, aunque cada cual tenga su especial cuidado y oficio. Para +presidir la Junta, no quiero decir de repente lo que pienso yo, fin de +que no den un brinco de espanto los que me lean. + +Considrese que en Espaa hay, desde hace tiempo, un lamentable +divorcio entre las artes y las letras castizas y propias de nuestro +suelo y la gente que ha visto y corrido ms mundo y que parece ms culta +y que es debiera ser ms distinguida y elegante. El bello sexo, sobre +todo, y ms an el de la _high-life_, nos es contrario. + +Grosero injusto sera decir con Iriarte: + + Las mujeres que ahora no despuntan, + como en siglos pasados, por discretas, + si en el teatro pblico se juntan, + aplauden cuando ms al tramoyista, + oyen tal cual chuscada del sainete, + y sirve lo dems de sonsonete, + mientras que estn haciendo una conquista. + +Nada; no digamos semejante blasfemia, pero reconozcamos que hay sobrado +desprecio por lo nacional inclinacin decidida y admiracin exagerada +hacia lo extranjero. Se deploran la cancamurria y los hpidos de +nuestros actores y, sin caer en la cuenta, parecen deliciosos el +inaguantable martilleo de los actores franceses, su remilgada afectacin +y el continuo subrayar de palabras y frases fin de que las agudezas +sutiles penetren bien en las mentes obtusas del auditorio, lo cual hasta +llega ser ofensivo, ya que presupone tontera en el pblico y la +necesidad de un embudo y de un cazo de bayeta para que trague lo ms +dificultoso y enmaraado. + +Y no es solo contra los actores, sino tambin contra los autores este +desprecio. Ignoran los usos y costumbres de la buena sociedad; cuando la +describen se equivocan del modo ms deplorable. En fin, todo son +_cursis_. + +Lo que llaman en Francia _alta comedia_ no es posible entre nosotros. En +cambio las obras dramticas de Sardou y de Dumas hijo, que tratan de +pintar el mundo elegante de Pars, enamoran, pasman y hechizan no +pocas de nuestras damas. No advierten que aquellos discreteos y _tiquis +miquis_ suelen estar confeccionados con una ms honda y radical +_cursera_. Con relacin la nuestra es como el aguardiente con +relacin al vino. _Francillon_ y _Le monde o l'on s'ennuie_, por +ejemplo, son de una cursera pasada por alambique; obras de insufrible +afectacin, y como entre la moral y la esttica hay lazos muy estrechos, +obras tambin de moralidad extravagante y corrompida, por lo mismo que +tratan de ser docentes y de corregir las costumbres. + +No poco podra yo decir sobre todo esto, pero no tengo espacio. +Saltemos, pues, y volvamos la Junta directiva. Yo aspiro la perfecta +conciliacin de nuestra sociedad elegante y de nuestra literatura +castiza. Conviene para ello que sea elegante el teatro cuando represente +elegancias, y que no se extralimite, ni propagando doctrinas +antisociales, ni con stiras personales y rudas, ni con demasiadas +verduras y escabrosidades. As, pues, y repito que yo estoy fantaseando +una utopa, si de mi dependiera, yo elegira una dama discreta +ilustrada para presidenta del _teatro normal modelo_. Estoy seguro de +que ella velara para que lo poco decente, lo indecoroso, lo falsamente +sentimental y lo inelegante y afectado se desterrasen del teatro modelo, +nico que no sera libre, pues yo dejara los otros en la completa +libertad de que gozan ahora, si bien con la esperanza de que por influjo +del teatro modelo haban de corregirse y mejorarse. + +No se infiera de lo expuesto que yo propenda que nuestro _teatro +modelo_ sea, segn dicen los franceses, con frase hecha, _honnte mais +embtant_. Nada menos que eso; yo gusto del regocijo y del desenfado, +con tal de que no traspasen los lmites del decoro. + +Por esto, por otras razones expuestas ya y por otras muchas que sera +prolijo exponer aqu, vendra como de molde una dama discreta para +presidenta de la Junta. + +De cada cinco funciones haba de haber una cuyo producto lquido se +consagrase establecimientos de beneficencia. Buena falta hacen en +Espaa. Dos aos y medio he pasado ltimamente en Viena, y ni en calles, +ni en paseos, ni en parte alguna, me ha pedido nadie limosna. + +Claro est que el teatro ideal que voy formando es todo lo contrario del +teatro libre, y mucho menos es _teatro protesta_. Yo no niego la razn +_Clarn_; protestando contra el mal gusto, se consigue veces que +triunfe el bueno. Moratn le hizo triunfar protestando contra Comella; +pero no es esto lo que ordinariamente sucede, y todo protestantismo es +muy peligroso. El Estado no puede menos de ser conservador. As como si +tiene una religin es porque la cree verdadera, as debe tener tambin +fe en su buen gusto, pero sin alentar los que buscan en literatura +peligrosas novedades. Queden para eso los teatros libres, si se atreven + tanto y les da por convertirse en _teatro protesta_. + +Lo que se llama genio es prenda muy rara, y el afn de hacer creer que +le tienen deslumbra y extrava no pocos incautos y presuntuosos, y los +induce producir disparatadas monstruosidades. Absurdo sera que +cresemos el teatro modelo para apadrinarlas. Si cabe comparar lo +sagrado con lo profano, sera esto tan ridiculo como si el Estado +erigiese un magnifico templo y ensayase en l la religin de Brahma, de +Buda, de Zoroastro de cualquier profeta flamante, ver si el pueblo +la prefera al catolicismo y se converta. + +Si en la religin hay herejes, en las artes tambin los hay. Queden en +libertad: no los persigamos, pero no los protejamos tampoco. + +Recuerdo haber visto en Bruselas una Exposicin de pintura y escultura +hecha por _artistas libres_, que protestaban furiosos, en nombre del +progreso y del arte del porvenir, contra el arte oficial, ordinario y +trillado. Aseguro que no soaba yo con ver ni he visto jams delirios +ms estupendos, pintados y esculpidos, ni ms abominables creaciones. Y +cuenta que, en medio de su extravo, no poda negarse original y +distinguido talento no pocos de aquellos _artistas libres_. + +Prescindo de la ilacin y procedo brincos y con aparente incoherencia +para que esta carta sea la ltima, y no escribir una docena. + +La Junta directiva haba de renovarse cada dos aos. + +Los vocales tendran sueldo dietas. No comprendo que nadie trabaje de +balde, humillando haciendo competencia invencible al que necesita +vivir de su trabajo. Al que no lo necesitase nadie le impedira gastar +su sueldo en obras de misericordia regalar al teatro mismo, para +adorno de sus galeras y salones de descanso, bustos y pinturas que +representasen nuestros mejores dramaturgos, actores y actrices. + +Las funciones del _teatro modelo_ habran de dividirse por igual en tres +clases: una sera de composiciones dramticas de antiguos autores cuyas +obras fuesen ya del dominio pblico; otra sera de composiciones de +autores, vivos muertos, de cuyas obras conservasen la propiedad ellos, +sus herederos sus editores; y otra, por ltimo, de composiciones +inditas. Tendramos, pues, que slo el tercio de las representaciones +de nuestro teatro sera para los estrenos. As la Junta directiva podra +mostrarse severa y aceptar slo obras excelentes que ella juzgase +tales. En los teatros libres se dara la protesta la apelacin al +juicio pblico, aceptando las obras desechadas, obras, por otra parte, +que, al no ser aceptadas por nuestro teatro, no recibiran agravio, ya +que nuestro teatro no podra ser bastante para muchos estrenos. + +En nuestro teatro no habra de hacerse jams la en mi sentir absurda +distincin del _gnero chico_ y del gnero no chico. Lo bueno no es +chico nunca. Hay no pocos sainetes que valen ms que multitud de dramas +y de tragedias en cinco actos. Nada es ms difcil, ms envidiable y ms +precioso que hacer reir con burlas y chistes urbanos sin desvergenza y +sin chocarrera. + +Por esto quisiera yo que volvisemos la antigua usanza, y que, no +ser un drama extremadamente largo, concluyese toda funcin con su +correspondiente divertido sainete. + +En la indumentaria convendra tener el mayor esmero. No slo los trajes, +las armas, el peinado y dems adornos de las personas, sino tambin los +edificios y los muebles habran de ajustarse siempre con la posible +exactitud la poca y al pas en que se desenvolviese la accin +dramtica. nicamente podran quedar exceptuados de esta regla algunos +dramas antiguos en que hay algo de fantstico y de ideal en el lugar y +en el tiempo. Pase v. gr. que en _El desdn con el desden_ no salgan los +actores vestidos con trajes de la Edad Media, de cuando haba soberanos +independientes en Provenza y en Catalua, sino que salgan vestidos +anacrnicamente con trajes del siglo XVI del siglo XVII. + +Mi indulgencia, no obstante, no llega hasta el extremo de aprobar lo que +he visto en Alemania, donde el lacayo, gracioso y agudo, que aconseja el +desdn para vencer el desdn de doa Diana, sale vestido como Fgaro en +_El Barbero de Sevilla_, como un majo de Goya. Esto me parece tan +extravagante como lo que he odo decir que aconteca hace un siglo entre +nosotros, cuando, al ponerse en escena _El maestro de Alejandro_, sala +Aristteles vestido de abate, con casaca, chupa, espadn, zapato de +hebilla y capita veneciana. + +No pocos de nuestros antiguos dramas son tan anacrnicos que apenas +sera posible ponerlos en escena con trajes de la poca en que pasa la +accin. Si no recuerdo mal, en _La venganza de Tamar_, de Tirso, hay +damas tapadas, lacayos, mercaderes, genoveses, calle Mayor y todo lo que +haba en Madrid en tiempo de Felipe III de Felipe IV. Cmo, pues, +poner en escena _La venganza de Tamar_ con los trajes que se usaban en +vida del Rey Profeta? En cambio, yo juzgo conveniente representar _El +mgico prodigioso_ con los trajes, edificios y muebles +bizantino-orientales que se usaban en Antioqua en los primeros siglos +de la era cristiana, y no, como he visto representar en Madrid este +drama, con trajes del siglo XVI del siglo XVII. + +Aun en la representacin de los sainetes y entremeses pondra yo no +menor cuidado en la indumentaria. Un entrems de Cervantes se +representara con trajes del tiempo de Cervantes, y un sainete de D. +Ramn de la Cruz con los trajes que los majos y las manolas gastaban +cuando viva y los retrataba tan lo vivo aquel escritor ingenioso. + +Otro uso antiguo, desde hace aos casi perdido, resucitara yo en +nuestro teatro: el indispensable intermedio de _baile nacional_ entre el +drama y el sainete. + +El arte de la danza es importantsimo y serio. Los antiguos le +estimaban como lazo de unin y como centro de todas las artes del +espritu, que llamaban msica en su ms lato sentido, y de todos los +ejercicios corporales, que llamaban gimnstica. La danza adems era +ensalzada por su complexidad; porque en ella se combinan el sonido y la +forma, el dibujo y la meloda, lo plstico y lo areo. El rey David no +crea perder su dignidad por ir bailando delante del Arca. Los +coribantes descendan bailando de la cumbre del Ida, las mnades con sus +tirsos bailaban en el Citern, y los profetas de Israel, en impetuoso +coro, descendan bailando del Carmelo. No bailaban menos devota y +desaforadamente los _salios_ de Roma. Danzas sagradas hierticas ha +habido en todas las pocas y civilizaciones. Todava, al son de las +castauelas, bailan los seises en la catedral de Sevilla. + +No pretendo yo que canonicemos y santifiquemos la danza, pero es un +dolor que nuestra danza nacional vaya perdiendo cada da ms su carcter +propio y castizo bien que se avillane, se corrompa y se haga ms +grotesca, chula y gitana. Ya se bastardea con lo que toma y remeda de +las danzas francesas italianas, ya se corrompe y se impurifica con +esto que no s por qu llaman flamenco. Yo recuerdo todava con +retrospectiva admiracin cierto bailador llamado Ruiz, y su +gallarda, bella, modosa y noble hija Conchita. Qu majestad, qu +decoro, qu distincin y qu gracia cuando ambos bailaban juntos el +bolero! No es dable danza ms aristocrtica. Parecan prncipes +grandes seores. Y aquello era al mismo tiempo espaol puro y neto. Por +qu pues, no hemos de regenerar nuestra danza, hoy pervertida? + +Interminable sera el seguir exponiendo aqu todo lo bueno que podra +realizar nuestro teatro. Fndese, si alguna vez hay dinero, paz y humor +para fundarle, y ya entonces dar yo los consejos que dejo en el tintero +ahora por no pecar de prolijo. + +Slo dir para concluir que en el teatro, durante la representacin, +deben amortiguarse las luces y quedar el pblico en misteriosa penumbra, + fin de que la luz y la atencin se fijen en la escena: que una vez el +teln descorrido, deben cesar las conversaciones y deben abstenerse las +damas y los caballeritos de flirteos coqueteos: y que terminada la +representacin, debe haber mucha luz para que las mujeres muestren su +hermosura y sus galas. Por ltimo, los entreactos, sin ser tan largos +como ahora suelen ser, no deben ser tan cortos como en Alemania, donde +no hay tiempo para ver y hablar las damas bien vestidas y guapas, ni +para discurrir sobre el drama que se est viendo, de todo lo cual +resulta, pesar del primor y lujo del espectculo, algo de apresurado, +y de poco ameno que contradice el ttulo de diversiones pblicas con que +calificamos las del teatro. + +Y aqu pongo punto final, deseoso de no haber acabado tambin con la +paciencia de los lectores. + +[Illustration] + + + + +FINES DEL ARTE + +FUERA DEL ARTE + + +Siempre fu yo partidario del arte puro; de que no haya en l otro fin +ni propsito que la creacin de la belleza; dar pasatiempo, solaz y +alegra al espritu y elevarle esferas superiores por la contemplacin +de lo ideal y de lo que se acerca lo perfecto, cuando logra revestirse +de forma material bien expresarse por medio de signos, como son los +tonos y la palabra hablada escrita. + +De aqu que yo, en obras de amena literatura, y especialmente en dramas +y novelas, guste poqusimo de la tesis, y menos an de lo que llaman +Zola y sus parciales _documentos humanos_. A mi ver, tales documentos +deben coleccionarse en Tratados de estadstica y en Memorias de +hospitales, presidios, crceles y manicomios. Y lo que es las tesis, +cualquiera que tenga el antojo de demostrar alguna de inculcar y +difundir doctrinas morales, sociales, polticas religiosas, lo mejor +es que desista para ello de ser novelista dramaturgo, y componga +Tratados cientficos, disertaciones, homilas peroratas. + +No he de negar yo por esto que, en todas las edades del mundo y en todas +las naciones cultas, la mayora de los autores de obras de +entretenimiento se han propuesto al escribirlas no slo entretener, sino +tambin ensear. La novela y el drama han sido para ellos docentes. As +en la teora como en la prctica han calificado de lecciones morales +todo cuanto han escrito, y al escribir han puesto la mira y se han +dirigido un punto completamente fuera del arte. + +Este hecho, sin embargo, slo probar una cosa: que el afn de ensear +fu lo que movi al autor escribir; mas no que lo escrito valga por lo +que ensea, importe por la verdad que contiene, sino por la gracia, el +chiste y la hermosura que crea y luce. + +El ms claro y luminoso ejemplo de lo que digo nos le ofrece Cervantes +en el _Quijote_. Fu su propsito censurar los libros de caballera y +hacerlos aborrecibles. Y, la verdad, si se hubiera limitado dar en +el blanco, si slo hubiese sido certero y si su ingenio no hubiera +volado muy por cima del objeto que por reflexin quera dirigirse, +Cervantes slo hubiera escrito un libro que ya no leera casi nadie y no +el libro inmortal que leern y releern siempre todas las personas de +buen gusto, ya en lengua castellana, si la saben, ya en cualquiera otra +lengua en que se traduzca medianamente. + +Persisto, pues, en creer y en afirmar que el propsito de la novela y +del drama, y lo ms substancial que debe haber en ellos, no es la +enseanza, no es la demostracin reflexiva. + +El poeta, no obstante (y llamo poeta quien escribe novelas y dramas, +aunque los escriba en prosa), pone debe poner en cuanto escribe toda +su alma. Y como esta alma no ha de ser vulgar, adocenada vacia, sino +que ha de estar rica de ideas, de doctrinas y de sentimientos elevados, +y han de encerrarse en ella los obscuros enigmas que piden explicacin y +los temerosos y hondos problemas que se presentan la humanidad para +que los resuelva; todo esto, que est contenido en el alma del autor +del poeta, aparecer tambin y se reflejar en su obra, donde l pone +toda su alma. + +De las consideraciones que acabo de exponer y que menudo se ofrecen +mi mente, nace, y yo lo confieso con sinceridad, una contradiccin +evidentsima: la negacin y la afirmacin de lo mismo: lo que ahora +llaman una antinomia. + +Afirmo, primero, que el arte ha de ser slo por el arte, y afirmo en +seguida que el arte, sobre todo cuando es la palabra el medio que emplea +para producir la hermosura, contiene en s y pone, en toda obra suya de +algn valer, cuantos problemas y enigmas estimulan la actividad del +entendimiento humano, movindole negar afirmar y pronunciarse en +uno en otro sentido. + +Me consuela de mi contradiccin y me mueve creer que no debo ser +censurado por escptico, sino aplaudido por sincero, el notar que la +contradiccin mencionada no est slo en mi, sino tambin en todos los +espritus. + +El arte debe ser por el arte. El poeta no debe proponerse la +demostracin de ninguna tesis: no debe ensear, sino deleitar. Y, sin +embargo, no hay novela ni drama de algn valer donde el poeta no quiera +resolver problemas sociales, morales, polticos religiosos. Y no hay +novela ni drama de algn valer, por lo mismo que es ms numeroso y +apasionado el pblico que los oye los lee, que no sea vehculo mil +veces ms eficaz que cualquiera otro libro para propagar doctrinas y +para divulgar y difundir novedades, que ya extravan la gente, ya +vuelven traerla al buen camino. + +El poeta se propone veces demostrar algo: veces slo se propone +divertir entusiasmar: pero, acaso cuando menos conciencia tiene y +menos propsito lleva de ser docente, es cuando ensea ms, ya que, +poniendo el alma en su obra, pone tambin los enigmas y los problemas +que en ella hay y los descifra los resuelve su modo. + +A fin de explicar este influjo de las obras literarias, ejercido en +ocasiones sin propsito y hasta contra la voluntad del autor, se ha +inventado una palabra, para mi gusto nada bonita, pero muy grfica. La +novela y el drama que en alto grado son as, se llaman _tendenciosos_. + +Cmo negar, por ejemplo, que son _tendenciosas_ las novelas de Pereda, +que lo son tambin las de Prez Galds, que es _tendencioso_ el _Juan +Jos_ de Dicenta, y que _Los domadores_ de Selles son _tendenciosos_? + +Lo que yo no quiero desentraar aqu es la tendencia de cada una de +estas obras, y mucho menos cul tendencia es buena y cul es mala. + +La intencin puede ser distinta y hasta opuesta la tendencia. Dramas +novelas hay (y no malos, sino buenos y escritos por autores de +grandsimo talento), que pueden producir y que producen en el pblico un +efecto enteramente contrario al que el autor se propone. El pblico +suele ser caprichoso y suele interpretar las obras literarias, en lo +tocante la tendencia, de una manera imprevista para el autor y aun +para los crticos ms agudos. Una misma persona, segn la edad que tiene +y la instruccin que posee, al leer un cuento al ver un drama, puede y +suele juzgarlo de muy distinta manera. Valgan en prueba de esto los +_Viajes de Guliver_ de Jonatn Swift. Los leemos cuando nios y nos +divierten como cuento amensimo, lleno de pasmosas aventuras. Y si los +volvemos leer en la edad madura, notamos en ellos amarga stira, negra +melancola y desconsolador pesimismo. Qu es lo que fundamentalmente +haba en el alma y en la intencin de Swift? No quiero entrar en tales +honduras. Voy sencillamente dar cuenta aqu de dos dramas, +representados ahora con grande aplauso en los teatros de Alemania y +fruto del ingenio de dos famosos autores: Gerardo Hauptmann y Adolfo +Wilbrandt. No tratar de desentraar la intencin de ninguno de los dos, +ni los har responsables de nada. Comparar sus obras con flores +hermosas de las que alguien, acaso, extraiga saludable blsamo y de las +que alguien tambin acaso extraiga mortfera y dolorosa ponzoa. Lo que +no se puede negar, es que ambos dramas estn inspirados por ideas y +doctrinas muy en moda ahora. No acierto decidir si el pblico +candoroso, los jvenes sin malicia y las seoritas inocentes, que +asisten la representacin de estos dramas, se dejan no influir por +las doctrinas perversas que los han inspirado, si slo ven en ellos un +brillante juego de la fantasa bien una leyenda en accin, llena de +piedad y de creencias consoladoras. + +A mi ver, el fenmeno es tan curioso, que merece detencin y estudio. +_Hannele_ es el ttulo del drama de Hauptmann. Cabe interpretarle como +una leyenda llena de fe religiosa como la expresin del pesimismo ms +ateo y desesperado. Parte del pblico entiende lo primero, pero otra +parte se inclina ver en el drama lo segundo. Hannele es una nia +enfermiza y nerviosa que apenas tiene quince aos. Hurfana de madre, +vive en poder de su padrastro, menestral rudo y feroz, borracho casi +siempre, que maltrata de palabra y obra la nia, le da mal de comer y +la obliga trabajar de continuo. Hannele llega al extremo de la +desesperacin, y en horroroso delirio se arroja un estanque, buscando +la muerte. El maestro de escuela, inteligente, bondadoso, joven y +guapo, y que siente por la muchacha muy tierna simpata, la saca del +agua y la lleva casi exnime, tiritando con el fro de la calentura, +cierta casa de vecindad de gente pobre, donde ponen la ia en un +mezquino camistrajo y vienen el mdico visitarla y una Hermana de la +Caridad cuidar de ella. Toda la accin del drama es la agona de la +nia moribunda. Las visiones de su cerebro salen fuera de l, toman +forma y cuerpo y se presentan al pblico en la escena, merced la +poderosa imaginacin del dramaturgo y la habilidad del tramoyista, de +los pintores y de los sastres. + +El tirano padrastro aparece an, en aquel sueo, para atormentar +Hannele. A la Hermana de la Caridad le brotan alas y se convierte en +ngel de la guarda. El ngel negro de la muerte sobreviene luego para +poner trmino la existencia de aquella desventurada. Entonces todas +sus ms poticas aspiraciones, todos sus afectos ms puros y hasta sus +naturales apetitos, nunca satisfechos, de goces materiales, de bienestar +y de reposo, y todas sus esperanzas, se cumplen y se logran de un modo +ilusorio, en el delirio que precede la muerte. La madre de Hannele +viene consolarla, como si fuera una santa; el maestro de escuela, que +haba inspirado Hannele un delicadsimo amor de adolescente, se +convierte en Jesucristo, como para darle la mano de esposo; matizados y +luminosos coros de ngeles cantan melodiosamente muy lindas canciones, +ofreciendo Hannele toda clase de regalos y de cosas exquisitas, +suculentos manjares y hasta confites. La misma vanidad de la criatura, +que empieza ser mujer, es profusamente lisonjeada. El Prncipe le +enva sus emisarios y servidores, y la calzan con preciosos zapatitos, +como la Cenicienta, y la coronan de flores y la adornan con ricas +vestiduras de desposada, y la atavan por tal arte que parece hermosa y +gallarda. La colocan luego en un resplandeciente lecho de cristal, que +ya parece fretro, ya tlamo. Y por ltimo, se abre una senda escala, +inundada de luz y cubierta de flores, y el maestro de escuela, +convertido en Jesucristo, toma de la mano Hannele y se la lleva al +cielo, caminando en triunfo con ella, bajo arcos de verdura que forman +dos hileras de ngeles, cruzando los ramos de palmera que sostienen en +sus blancas manos. + +Al cabo cesa la msica, los resplandores se extinguen; la visin +celestial se disipa. Vuelve aparecer la inmunda casa de los pobres y +el angosto lecho en que Hannele est postrada. Entra el mdico en +escena; mira la muchacha y dice: Est muerta! As acaba el drama. + +Yo me preguntaba cuando le v y me pregunto hoy: Es culpa del autor +es culpa de la perversa interpretacin que yo doy su obra? + +Sea lo que sea, la impresin que yo recib fue muy triste. Yo entend +que el autor pinta la vida como abominable para la mayora de los seres +humanos, sin ms esperanza de reposo que la muerte y sin ms consuelo ni +premio que la incoherente fantasmagora, suscitada por la fiebre, y +donde se barajan, en disparatada confusin, los cuentos y consejas +vulgares, lo sobrenatural que sabemos por el catecismo, y los bienes y +goces que forja la imaginacin, cuando la vanidad, el instinto amoroso y +hasta el hambre no satisfecha la estimulan. + +A mi ver, en el drama del Sr. Hauptmann no quedan, con mayor realidad +objetiva que el cuento de la Cenicienta, todas las esperanzas +ultramundanas y todas las ms altas verdades religiosas. + +Otro da analizar el otro drama que he citado, que se titula _El +maestro de Palmira_, y que an me parece ms extraordinario. + +[Illustration] + +[Illustration] + + + + +EL MAESTRO DE PALMIRA + + +Al escribir Tirso y Caldern _El condenado por desconfiado_ y _La +devocin de la Cruz_, en todo lo sobrenatural que all se representa, +pusieron la realidad ms evidente. Los altos designios de Dios figuran +muy por cima de los ensueos que forjan pueden forjar los personajes +de ambos dramas. Ningn ser sobrehumano aparece y ningn milagro se +realiza como ilusin de la mente, entre las sombras de un delirio +febril, sino la luz meridiana, bajo cielo despejado y sin nubes. As +las ninfas y los genios se aparecan los hroes griegos en las edades +divinas. As los ngeles, _in ipso fervore diei_, visitaban y hablaban +los antiguos patriarcas. + +Sin duda, la falta de fe y la corrupcin del siglo presente provocan el +desdn hacia nosotros de todos los espritus puros de ms limpia y noble +naturaleza; sin duda que ahora, como al declinar el paganismo deca el +poeta gentil, puede decir tambin el poeta cristiano: + + _Quare nec tales dignantur visere coets._ + _Nec se contingi patiuntur lumine claro._ + +Catulo, en su tiempo, en la vida real, hallaba los hombres indignos +del milagro; mas no por eso desterraba el milagro de la poesa: toda la +narracin que termina con los dos versos que cito, es una larga serie de +milagros. En Hannele el Sr. Hauptmann, ms cruel que Catulo, no se +contenta con desterrar el milagro de la vida real, sino que le destierra +tambin de la poesa, le trueca en pesadilla de agonizante. + +Si gran parte del pblico candoroso no cae en la cuenta de tamaa +crueldad, y si el poeta mismo no tuvo la intencin de ser tan cruel, son +puntos que importa poco dilucidar, teniendo como tenemos el +convencimiento de que la crueldad est en la obra. Y la crueldad pone +grima. En mi sentir, valdra ms perder por completo toda esperanza que +fundarla en las visiones que acompaan la enfermedad y que preceden +la muerte. + +Y an es ms extrao y ms deplorable que, al negar en el da lo +maravilloso que consuela y que eleva los corazones, no suele buscarse lo +llano y lo sencillo, sino otro maravilloso, que quiere limitarse ser +natural, y que es desconsolador y mil veces ms enmaraado que todas las +teologas y que todas las mitologas. Negar la realidad objetiva de +muchas cosas y convertirlas en productos de nuestro cerebro y de +nuestros nervios sobreexcitados no deja de ser inexplicable maravilla. +Es convertir nuestro cerebro en organillo que toca diversas sonatas, +segn el registro que se toca, y en linterna mgica, con movimiento y +todo, como la que se ha inventado recientemente, con auxilio de la +fotografa, que proyecta escenas, personajes y lances, con la diferencia +de que los de la linterna fueron y ya no son, y los de nuestro cerebro +acaso no fueron, ni son, ni sern nunca. + +Recuerdo este propsito cierto singularsimo personaje que conoc en +mi mocedad, estando yo en la capital del Brasil. Era un mago sabio +ambulante. Peregrinaba con una hermosa profetisa de Nueva York, que era +su mujer cosa parecida, y que, magnetizada por el mago, deca mil +cosas estupendas que l le sugera. Aunque l era espaol, y tena +apellido y nombre bastante vulgares, haba adoptado los misteriosos +nombre y apellido de Hadado Calpe. Su ciencia su arte principal se +titulaba la _funi-fantasmagora_, sobre la cual haba escrito un libro +muy grueso. Se fundaba esta ciencia arte en que el hombre es el +verdadero microcosmo. En su masa enceflica reside la mnada +representativa donde estn en cifra toda la Naturaleza y cuanto hay +puede haber ms all: lo existente y lo posible. Haba inventado este +mago varias pociones que excitaban y movan la tal mnada desenvolver +y sacar relucir ya esto, ya aquello de cuanto en ella haba +envuelto. Posea el mago un copioso botiqun de estas pociones, y eran +las ms prodigiosas el elixir diablico, con el cual se iba al aquelarre +y al infierno, se oa la misa negra y se conversaba con los demonios y +con los precitos; el elixir mstico-celestial, con el cual se vea el +cielo cristiano con todos sus pursimos deleites; y el elixir +herico-afrodisaco, por cuya virtud se lograba el favor de las hures y +se gozaban los placeres del paraso de Mahoma. Ninguno de los elixires, +con todo, haca el menor efecto, si de antemano no era poderosamente +sobreexcitada la mdula espinal, valindose para ello de la +_funi-fantasmagrica_, nombre que l daba una horca primorosa +ingeniossima, de la que se escapaba tiempo sin morir y donde el +ahorcado realizaba por estilo fantstico los ideales todos. + +Hannele, en vez de ahorcarse, se remoja. Todo es equivalente, salvo que +Hannele no toma antes ningn elixir; se remoja sin precaucin y muere. + +Pero no divaguemos y digamos algo del maestro de Palmira, que, en punto + extravagancia, echa Hannele la zancadilla. + +El drama de Adolfo Wilbrandt parece fundado en el budismo esotrico, que +hoy priva y est en moda bajo el nombre de teosofa. + +Palmira, despus que el emperador Aureliano venci la gran Zenobia, +decay de su prosperidad y grandeza; pero tuvo un hijo, llamado Apeles, +que ansi y consigui restaurarla en su antiguo florecimiento. Apeles +fu la vez gran guerrero y gran artista. A la cabeza de sus +compatricios y ayudando las Legiones de Roma, venci los persas, que +haban acudido apoderarse de su ciudad natal. Luego la hermose con +templos y palacios esplndidos y con casi inexpugnables fortalezas. Tal +fue el maestro de Palmira. + +Al volver victorioso de los persas y antes de entrar triunfante en la +ciudad, tuvo en el desierto un raro coloquio con dos genios: el de la +vida y el de la muerte: y logr la inmortalidad, al menos una +prolongadsima duracin de la existencia propia. + +En la misma mgica gruta donde Apeles consigue este don, y en el momento +en que le consigue, aparece una virgen cristiana, la cual, impulsada por +una voz intima, va Palmira predicar el Evangelio. Sedienta de +martirio, le predica con generosa imprudencia, insulta los dioses +gentiles, irrita la plebe, y la plebe la mata en medio de las calles, + pesar de que Apeles la defiende. Sucede esto en tiempo de Diocleciano, +cuando la persecucin contra el cristianismo era ms dura. + +Cualquiera creera que la mencionada joven, virgen y mrtir gloriosa de +la fe de Cristo, se debera ir derecha al cielo; pero nada menos que +eso. En el segundo acto (ms de veinte aos despus) Zoe, llamndose +Febe, aparece, como una de las _heteras_, _cocottes_ _suripantas_ ms +elegantes, seductoras y traviesas de Roma. Apeles, por quien no pasan +das y que ha estado en Roma una buena temporada, se la trae de all y +la instala en su casa, pesar de su virtuossima y severa madre, que +vive todava. La casa de Apeles es un perpetuo holgorio; mucho festn, +mucha francachela y mucho brindis. Todos sus amigos, enamorados de +Febe, le echan piropos, y ella predica sobre placeres con xito +favorable y no con el mal con que predic el cristianismo cuando era +Zoe. Febe, no obstante, se aburre en aquella remota poblacin y suspira +por Roma. Sucede en esto que Apeles, que era muy orgulloso, se pelea con +el gobernador, se queda pobre y se aflige al ver que su madre se va +morir de rabia por tener Febe en casa. Corre, por ltimo, la voz de +que las autoridades consideran que la permanencia de Febe en la +poblacin causa escndalo y mal ejemplo y que se proponen expulsarla. +Febe entonces dice para s: pues me echar yo antes de que me echen, y +se larga con un seor Septimio, que es muy rico y que se la lleva +Roma. + +Hganse ustedes cargo del furor de Apeles. Cae el teln. + +Al empezar el tercer acto, han transcurrido unos cuarenta aos. El alma +de Zoe de Febe, alma comodn que se adapta todos los palos como la +espada y el basto en el tresillo, ha tenido ya tiempo de transmigrar y +se halla infundida en el cuerpo de una grave matrona, severa y llena de +virtudes, mujer legtima de Apeles. Prsida es su nombre. Y Apeles y +Prsida tienen una hija casadera, llamada Trifena, la cual est +enamorada y quiere casarse con un gallardo joven que sigue la religin +pagana. Reina Constantino y el cristianismo est triunfante. Apeles es +siempre gentil, pero Prsida es fervorosa cristiana. Su hermano y los +amigos de su hermano son sacerdotes celossimos que entusiasman al +pueblo y que llenan de remordimientos el alma de Prsida, porque no +logra convertir su marido ni se decide separarse de l. Todo este +acto, que no estar, pero que parece compuesto en odio de la religin +cristiana, no se puede negar que tiene inters vivsimo y admirable +movimiento escnico. + +La seora Estela Hohenfels, elegantsima, simptica y eminente actriz, +que representa el papel de Zoe, de Febe y de Prsida, en el Teatro +Imperial de Viena, da al drama de Wilbrandt gran realce y poderoso +atractivo. + +Todo se complica de un modo tremendo. El presbtero, hermano de Prsida, +se ha apoderado de Trifena, no quiere que se case con un pagano y se +empea en que se consagre en los altares y en que viva entre las +vrgenes del Seor. Trifena logra escapar y busca amparo entre los +brazos de su padre. Amotinado el pueblo cristiano y guiado por el clero +fantico, viene en busca de Trifena y quiere llevrsela. + +Prsida tiene espantosa lucha en el fondo de su alma, donde combaten por +un lado el amor su marido y por otro los ms ardientes sentimientos +religiosos. Vencen stos por ltimo, y Apeles se ve abandonado de +Prsida como lo fu de Febe. Ayudado, no obstante, por su yerno futuro, +por el padre de su yerno, y ms que nada por su casi inmortalidad y por +su valor indomable, se abre camino por entre la muchedumbre furiosa, y +salva su hija, abandonando la patria y buscando refugio entre los +persas. As termina el tercer acto. + +Al empezar el cuarto, han pasado ya bastantes aos. Juliano el apstata +est en el trono. Su mayor empeo es acabar con el cristianismo y +restablecer el culto de los dioses. Antes quiere que reverdezcan con ms +vigor que nunca los laureles del imperio romano. Con poderoso ejrcito +ha ido contra Ctesifon, ha pasado el Tigris y ha alcanzado una gran +victoria sobre las huestes de Sapor, el Rey Sasanida. + +Entre tanto, Apeles, que apenas envejece, vive en el desierto, en un +oasis, cerca de Palmira. Prsida, Trifena y el marido de Trifena, +murieron tiempo h. Slo acompaan Apeles su consuegro y el nieto que +de Trifena ambos han tenido. Este nieto es ya un joven gallardo y +brioso, que se parece mucho Zoe, Febe y su abuela Prsida, y que +est representado lindamente por la seora Estela Hohenfels, la cual se +luce de veras en este drama, representando en cada acto un papel +distinto. + +Apeles empieza ya caer en la cuenta, cavila sobre la metempscosis de +Pitgoras y de los indios, y sospecha que el alma de Zoe, de Febe y de +Prsida, era la misma y que ahora est encarnada en su nieto. + +Si he decir la verdad, esto me repugna ms que nada. Pase porque el alma +trasmigre de cuerpo en cuerpo y cambie de condicin, de creencias y de +carcter, segn el cuerpo en que est y segn el medio ambiente. Pero +que el alma cambie de sexo lo tengo por abominable. Dante y Petrarca +bramaran de clera si topasen, en cualquiera vida ulterior, con Beatriz +y con Laura, convertidas en caballeritos, aunque fueran sus nietos. + +Sea como sea, no nos detengamos en reflexiones y acabemos escape. + +El nieto de Apeles, que es un furibundo pagano, entra en una conjuracin +para restablecer en Palmira la idolatra. Apeles sabe tiempo su +propsito, y como no puede disuadirle de que vaya la ciudad, le +acompaa. + +En mala hora para los gentiles llega la noticia de la retirada +desastrosa del ejrcito romano y de la muerte del herico emperador. Los +cristianos cobran entonces mayores bros. En las calles y plazas de +Palmira se traba sangrienta y reida batalla. Quedan en ella vencidos +los gentiles y muere el nieto de Apeles. + +Este, que ha ido vagando por diversos climas y regiones sin poder morir, +llevando en la frente el signo de la vida, como Can y el judo errante, +aparece de nuevo en Palmira, en el quinto y ltimo acto. El genio de la +muerte, Pausanias, el que hace cesar todos los cuidados y dolores, le +haba aparecido Apeles en los momentos solemnes de los actos +anteriores, para arrebatarle las prendas ms queridas. Pausanias sale +ahora de entre las ruinas. Apeles le pide la muerte, y Pausanias le dice +que l no puede morir. Todo muere ha muerto, sin embargo, en torno +suyo. Palmira est ya casi desierta. Los terremotos y las guerras han +derribado sus templos y sus palacios. Los brbaros invaden por todas +partes el imperio y desbaratan arrollan las legiones de Roma. La +antigua civilizacin se hunde con el imperio. + +Todava hay en Palmira algunos gentiles que coronan de flores los +sepulcros, y que, en aquel da, que es la fiesta de Adonis, cantan el +himno de la muerte y de la resurreccin, himno que Apeles ha cantado mil +veces y que su nieto cant poco antes de morir: + +As lo quiere el eterno Zeus: t debes descender bajo la tierra +florida, y besar la sombra Persfone oh hermoso Adonis! Al volver la +primavera, cuando corran murmurando las fuentes, t, llorado ahora, +resucitars alegre y besars la urea Afrodite, oh hermoso Adonis! + +La vida es un mal insufrible si no la interrumpe la muerte. Es menester +volver ella bajo nuevas formas y en nuevos tiempos. No basta una vida, +por larga que sea, para alcanzar el complemento de nuestro ser. Es +inevitable el fri beso de Persfone para surgir alegre en otra verde +primavera y recibir los besos de la urea Afrodite. Tal es la enseanza +del drama. + +Su desenlace es pattico. + +En Palmira hay una santa mujer llamada Zenobia, portento de caridad, +consuelo y amparo de los afligidos y menesterosos. Apeles la ve. Y ella +le reconoce y l reconoce en ella Zoe, Febe, Prsida y su nieto. +Zenobia hace entonces la mayor obra de caridad que jams ha hecho. +Apeles se postra de hinojos sus plantas, y ella pone la mano en la +frente y borra el signo fatdico que le retiene en la vida. El Genio de +la muerte, Pausanias, el apaciguador libertador de los cuidados, acude +entonces, se interpone entre Apeles y Zenobia, y Apeles muere. + +As es, en resumen, uno de los ms celebrados dramas del moderno teatro +alemn. + +Yo dir, para concluir, que es divertido verle y leerle: que es ms +divertido an admirar la seora Estela Hohenfels en sus cinco papeles; +pero que, en lo tocante enseanza, lo mejor es no sacar ninguna de +este drama. Si creysemos que se saca de l enseanza, tendramos que +imitar Platn y desterrar los poetas de nuestra Repblica. Por +dicha, los poetas no valen por lo que dicen, sino por la elegancia, +primor y entusiasmo con que lo dicen. Leopardi es ateo, y est +desesperado de no tener Dios; Manzoni es un progresista catlico; +Carducci celebra Satans, aborrece Cristo y cree que el mundo +prospera porque el cristianismo acaba; Quintana es un volteriano que +pone como hoja de peregil Felipe II; el duque de Fras se deshace en +elogios del rey prudente, y muchos de nuestros poetas mejores, aunque, +como Espronceda, sean progresistas en prosa, se lamentan en verso de la +_funesta mana de pensar_ y entienden que Dios los castiga porque han +querido averiguar muchas cosas que son inaveriguables. En suma; cada +poeta se va por su camino y sustenta opinin diversa y contraria la +de los otros. Lo que importa es que la sustenten bien y con bro. +Entonces los aplaudimos todos y cada uno de los que aplauden se queda +con la opinin que tenia, si no es un tonto y si no hace como los que se +mataban despus de leer el _Werther_ de Goethe. Precisamente Goethe le +escribi para no matarse y como desahogo. + +[Illustration] + + + + +LAS RAREZAS DEL FAUSTO + + +En cualquiera punto de este planeta en que vivimos, en la prolongacin +de los tiempos pasados, segn lo que por la historia se sabe y tambin +en los tiempos futuros, hasta donde nuestra previsin alcanza, todo ser +humano tiene y tendr no poco que sufrir, gran multitud de cosas en que +ejercitar su paciencia, mil peligros que arrostrar empleando su valor, y +no corto nmero de adversidades y disgustos para desplegar y lucir su +santa resignacin y su conformidad cristiana, compitiendo con Job y +hasta vencindole. + +Para consuelo alivio de tantas penas nuestro ingenio ha sido fecundo +en sutiles y discretas invenciones. Y la mejor de todas es, mi ver, la +poesa narrativa dramtica. + +Las contrariedades menudas y los males pequeos que nacen con frecuencia +de la tontera de los hombres de las mujeres, representados luego por +el poeta en una novela en un drama, pierden y deben perder casi toda +su amargura; remedindola suavizandola con inocentes benignas burlas +y ahogndola en risa. + +Y cuando los males son grandes y terribles, todava es ms discreta y +bienhechora la invencin que los remedia los consuela. El poeta, en la +novela en el drama trgico, debe representar estos casos con +verosimilitud y fidelidad tan extraas y hbiles, que en vez de +producirnos el mal rato, el ataque de nervios los sentimientos penosos +que nos produciran dichos casos si fuesen reales, nos produzcan un +exquisito y espiritual deleite que llaman esttico. + +Tal era y tal debe ser, desde muy antiguo, el fin noble y redentor del +arte. + +Aristteles llamaba esto la purificacin de las pasiones, es saber: +que el terror y la compasin, que en la vida real son tan dolorosos y +aflictivos, gracias al encanto divino de la poesa, se convierten en el +drama y en el poema narrativo en placer delicado, porque el terror +entonces no nos enerva ni nos humilla, y porque entonces son dulces las +lgrimas. + +Cmo he de negar yo el maravilloso talento de muchos autores del da, +extranjeros y nacionales? Lejos de negarle, le reconozco y le admiro; +pero me quejo de ellos y los censuro y los encuentro ms fotgrafos que +poetas, porque faltan al precepto aristotlico, que es, en mi sentir, el +fin del arte, y porque pintan las miserias y desventuras humanas con tan +minuciosa exactitud y con tan cientfico, experimental y poco potico +detenimiento, que se dira que sus libros, en vez de ser de pasatiempo y +de recreo, vienen reemplazar los silicios, las disciplinas y otros +medios propsito para mortificarse y hacer vida penitente. + +La diferencia est en que con los medios antiguos se ganaba el cielo, y +con la lectura de estos libros con el espectculo de estos dramas no +se gana nada. + +Aunque mi no me cabe en la cabeza que los dramas y novelas as +escritos puedan y deban considerarse como _documentos humanos_, como +materiales y ripios, con los cuales ha de construirse la ciencia social +del porvenir, todava concedo que el que crea en el valor de tales +documentos los reuna y confeccione, atormentndonos con ellos. La letra +con sangre entra. Pero lo que no concedo es que est bien que los +documentos sean falsos: que se ponga tragedia donde no hay motivo de +tragedia: y que, habiendo tanto infortunio dialcticamente producido, se +creen infortunios infundados y disparatados como una pesadilla. + +Cuanto queda expuesto se me ha ocurrido recientemente con ocasin de +haber odo el _Fausto_, de Gethe, casi de seguida, primero en dos +peras, ambas de muy hermosa msica, y despus en los dos magnficos +dramas, representados ambos con aparato y lujo portentosos, en el teatro +imperial y palatino de la gran ciudad de Viena. + +Se cuenta que D. Ventura de la Vega, agobiado ya por las enfermedades y +previendo su prxima muerte, llam un da sus hijos para confiarles, +antes de morir, un misterioso secreto, cuya pesadumbre le abrumaba el +alma. Despus de recomendarles el sigilo, que ellos han roto, pecado de +que creo debemos absolverlos, aquel padre carioso les confes que el +Dante le aburra. + +A m no me aburre Gethe. Si me aburriese, no andara con tapujos, ni lo +confesara slo _in articulo mortis_ y en lo hondo de mi casa; pero +aunque soy fervoroso admirador de aquel glorioso poeta, que era adems +gran sabio y sutil y razonable filsofo, y aunque le he elogiado +pomposamente en varios escritos mos, me sucede ahora que, echando un +lado el prestigio mgico de su estilo, como quien descorre un velo que +disimula los defectos y realza las bellezas, he descubierto en el Fausto +rarezas tan chocantes, que temo que se me agrien se me pudran en lo +interior del alma si no las digo y me desahogo. + +Poniendo, pues, un lado y en salvo mi extraordinaria admiracin por +Gethe, voy decir aqu algunas de estas rarezas. + +En primer lugar, me pasma y me enoja que el Dios de Gethe tenga el +capricho, en su conversacin con el diablo, de presentar Fausto como +un segundo Job, como un modelo de varn justo, aunque dbil y sujeto +error como todo el que aspira. + +Verdaderamente, si en la segunda mitad del siglo XV, en que la humanidad +di cima tan altas empresas, no hubo hombre mejor que Fausto, es +menester confesar que la humanidad no vale un pito. + +Pero no es esto lo ms singular; lo ms singular es que Fausto, quien +el poeta nos presenta en las primeras escenas como un sabio de +extraordinaria magnitud, resulta luego un tontiloco. + +Tengamos la manga ancha. Disculpemos Fausto por su desesperacin al +verse viejo, pobre, desatendido, pesar de su mucha sabidura, habiendo +gozado poqusimo y en resumidas cuentas sin saber nada punto fijo +despus de haberse quemado las cejas estudiando da y noche sin +divertirse, sin holgarse y sin echar una canita al aire. Disculpmosle +tambin del conato de suicidio, y disculpmosle, por ltimo, aunque se +escandalicen mis lectores, de que haga un pacto con el diablo y le firme +con la sangre de sus venas. + +Harto se entiende que el diablo, que no es estpido y que deba estar ya +escarmentado, celebra este pacto por si topa, como si dijramos, +sabiendo que se expone quedar burlado y estafado, y que Fausto por +intercesin de algn santo santa que abogue por l, se largue al cielo +y deje al diablo con un palmo de narices. Casos por el estilo haban +ocurrido ya y deban estar consignados en los archivos y anales del +infierno. As, por ejemplo el del monje Tefilo, y el de Cipriano, +mgico prodigioso de Antioqua. + +Para un sujeto travieso y listo, fundado en la tontera del diablo y +envalentonado con tan curiosos precedentes, un pacto con el diablo ha +de ser una ganga de la que debe sacar mil provechos y ventajas. Aqu +entra, en mi sentir, la inexplicable tontera, el idiotismo perverso del +Fausto de Gethe, sobre todo en lo ms humano y menos simblico, en la +primera parte, en sus amores con Margarita. + +No digo yo un caballero particular cualquiera, que no haya estudiado +libro alguno y que se caiga de tonto, sino el propio Pedro Urdemalas no +lo hace peor que Fausto lo hizo. + +Remozado ya, elegante y guapo, apasionado y discreto, qu necesidad +tena de joyas para enamorar Margarita? No deslustraba con esto el +carcter de su querida, hacindola aparecer tan comprada como enamorada? +A no dudarlo, el regalo de las joyas afea y empequeece el principio de +aquellos amores. + +Se ve luego que Margarita, sin que nadie la vigile ni la acompae, va +sola donde quiere. En el jardn de Marta juega al escondite con su +amigo, y sin duda en cualquiera otro sitio, todava ms cmodo, poda +estar con l solas todo el tiempo que quisiera hasta hartarse. Qu +lujo de perversidad, sin razn que la justifique, no hay, pues, en el +empeo de Fausto y Margarita de estar juntos por la noche al lado de la +madre de ella, en lo cual hasta hay mucho de repugnante y de asqueroso? + +Y crece de punto la perversidad, cuando Margarita, la candorosa y +angelical Margarita, excitada por Fausto, y fin de que su mam no se +despierte, la atiborra de bromuro de potasio, de opio, de ludano y de +otros potingues narcticos, hasta que acaba por matarla. + +A veces se dira que Fausto quiere Margarita. A veces se dira que no +la quiere y que es un ingrato y un galopn de siete suelas. Su +insensatez incoherente no se presta clara interpretacin. + +Convertido en msico, su diablo lacayo va con Fausto dar serenata +Margarita; y Fausto tiene la impiedad y la poqusima vergenza de que su +diablo lacayo insulte con indecentsimas coplas la pobre muchacha por +la falta que ha cometido en amarle y en consentir en ser suya. Ahora +viene lo mejor. Margarita tiene un hermano, soldado, valiente y +espadachn y muy celoso de su honra, aunque no era menester serlo mucho +para enojarse contra el doctor Fausto, que estaba alborotando la calle y + todos los vecinos con aquella retahila de sucios improperios puestos +en solfa. + +Nada ms natural que la decisin que toma Valentn de pinchar al doctor +Fausto como quien pincha una rata. + +Yo convengo en que nadie gusta de que le pinchen as; pero hay medios de +evitarlo, sobre todo, cuando se encuentra con el demonio, ms ingeniosos +y decentes que los que Fausto emplea. l saba poco nada de esgrima, y +distaba mucho de pensar como San Buenaventura, que dice que cuando +alguien nos acomete con una espada desnuda debemos dejarnos matar y no +matarle, porque sera cruel, matando nuestro adversario, enviarle al +infierno, mientras que si l nos mata, y nosotros nos resignamos +morir, nos iremos derechitos al cielo; pero, sin imitar San +Buenaventura, bien pudo hacer Fausto que el diablo se llevara Valentn +en volandas valerse de otro medio cualquiera para no asesinar infame y +traidoramente al hermano de su amiga. + +Despus del asesinato de Valentn, Fausto se queda tan fresco, y para +distraerse, se larga al aquelarre bailar un fandango con varios brujas +jvenes, + + _altas de pechos y ademn brioso._ + +Margarita, entretanto, ha acudido con muchas comadres del barrio y otra +gente desocupada, ver morir Valentn, que le echa un largo discurso, +llamndola _metze, coram ppulo_, por si alguien no se haba enterado. + +Despus de tantas catstrofes, muerta la madre fuerza de dormir, +Valentn asesinado, y deshonrada ella pblicamente por las cancioncillas +del diablo-msico lacayo de su amigo y por el discurso moral de su +hermano moribundo, poco tiene que perder y nada tiene que ocultar +Margarita. No se comprende, pues, la determinacin que toma de matar +su hijo, arrojndole al agua. Hara tan mala obra en un momento de +enajenacin mental; pero Fausto debi preverlo, y en vez de ir retozar +con las brujas, poner Margarita en una buena casa, cuidarla y darle +bien de comer, y separar al nio de su lado para que no hubiese aquel +estropicio que despus hubo. + +El diablo no le vali sino para hacer sandeces; ni siquiera se le +ocurri Fausto que aquella bruja joven, con quien bail en el +aquelarre y la hermosura de cuyos pechos celebra en una copla muy +galante, hubiera podido servir de nodriza para su hijo, ya que no +quisiese l bajar al seno de las Madres para traer desde all la misma +cabra Amaltea, nodriza de Jpiter. + +Pero nada; el imbcil de Fausto no celebr pacto con el demonio, sino +para cometer delitos intiles incurrir en ms simplezas que el propio +D. Simplicio Bobadilla y Majaderano. + +Prescindo ahora de la segunda parte tragedia de Fausto. Todo all es +fantasmagora: todo est lleno de enigmas filosficos y de veladas +enseanzas. + +Fausto apenas es all ser humano: es un smbolo, es como el hroe +epnimo de la sociedad y de la edad modernas; lo cual no quita que en la +primera parte, en lo que se asemeja ms la vida real, Fausto, sea, si +no un malvado, un imbcil. + +Y sin embargo, en qu consiste que Fausto y Margarita interesen y +enamoren tanto las almas sensibles y hasta las nias honradas, que +de seguro no haran todas las atrocidades que hizo Margarita de +envenenar su madre y de matar su hijo? + +Por hoy no s en qu consiste esto. Otro da tratar de averiguarlo. + +[Illustration] + + + + +LA MORAL EN EL ARTE + + +Mi amigo D. Miguel Moya me pide que escriba sobre el asunto que el +epgrafe declara. Yo deseo complacerle; pero lo considero harto difcil. +El asunto es tan complicado que, para tratarle bien, sera menester +escribir un par de volmenes y no un artculo breve. Mucho aumentara la +extensin del escrito si me empease en decir, adems de lo que m se +me ocurre, lo que se ha ocurrido los otros desde Platn y Aristteles +hasta Hegel, Gioberti, Pictet y dems autores novsimos. Los escondo, +pues, todos y hasta procuro olvidarlos, y voy decir aqu, sin +atender nadie, y en cifra y resumen, lo primero que acuda mi mente, +ora sea creacin suya, ora sea reminiscencia de lo que he ledo. + +La Naturaleza, dgase cuanto hay de sensible y de inteligible, cuanto +se ve, se columbra se imagina, cuanto cabe en el pensamiento humano, +y este mismo pensamiento, todo atrae nuestra atencin, nos solicita para +que lo contemplemos, lo fijemos con orden y mtodo en nuestra memoria, y +hasta procuremos averiguar sus causas y el trmino, fin y propsito +hacia donde se dirige y encamina. Tal parece ser el primer empleo del +hombre. Llammosle _teora_. Su fruto resultado debe ser la verdad. Su +exposicin metdica es la _Ciencia_. + +Pero el hombre no es un ser meramente pasivo y contemplativo. No est en +el mundo slo para asistir al espectculo, gozar de l y aplaudirle, +sino que, ms de ser espectador, ha de ser actor. No le basta con +formar conceptos, sino que necesita realizar acciones. De aqu que +adems de la _teora_ haya la _prctica_. Y como nuestras acciones deben +enderezarse no perturbar el orden natural de las cosas, sino +conservarle y mejorarle, resulta que el fin de la prctica ha de ser +el bien, y el conjunto de reglas y leyes para que el bien se logre es la +Moral en su ms amplio sentido. + +Todava tiene el hombre otro tercer empleo no menos digno y elevado. Ora +consideremos el Universo, sea el conjunto de todas las cosas, como +substancia eterna con poder inmanente para desenvolverse y manifestarse +en apariencias distintas, ora como creacin de una voluntad y de una +inteligencia soberanas, el hombre, por un estmulo irresistible que hay +en l, y por los bros y por la virtud que producen ese estmulo, se +siente movido mejorar y adaptar las cosas ya existentes, sacando de +ellas algo nuevo, ya para su propia utilidad, ya para su propio deleite. +De aqu proviene lo que en su ms amplio significado debemos llamar +_Poesa_. + +Claro est que en este significado amplio, poesa es toda operacin por +la cual el hombre aade algo lo natural para hacerlo ms til, ms +agradable ms hermoso. Si la mente humana, si el espritu no se +incluyese como parte de la Naturaleza, bien podra decirse que toda obra +del espritu, transformando modificando las cosas naturales, era obra +sobrenatural, ya que sobre la Naturaleza vena ponerse. + +En la anterior concepcin vastsima de la _poesa_, que fin de que no +choque demasiado los que les coja muy de nuevas, declarar aqu que es +de Aristteles, entran todas las artes humanas, desde la del zapatero y +la del cocinero, hasta las del escultor, el msico, el pintor y el vate +ms inspirado. + +Tenemos, pues, _teora_, _prctica_ y _poesa_; y como derivacin de las +tres facultades, _ciencia_, _moral_ y _arte_. En estas tres esferas de +actividad hay compenetracin, cuando no nos elevamos grande altura. +Entonces casi se puede decir que lo til es el fin y el punto de mira de +las tres facultades que se prestan mutuo auxilio. La ciencia, por +ejemplo, es til y presta auxilio todas las artes, y ya el +conocimiento de los astros puede servir para la navegacin la +agricultura, ya el conocimiento de las propiedades qumicas de los +cuerpos, para preparar medicamentos, para guisar para curtir pieles. +La moral, dentro de su ms rastrero concepto, no traspasa tampoco los +lmites de lo til, no aspira sino lo conveniente; rara vez va ms +all de aquello que la prudencia mundana requiere, segn puede notarse +en las antiguas fbulas y en los refranes. Y el arte, por ltimo, se +encierra tambin en lo til en lo materialmente deleitable; +emplendose en vestirnos, en calzarnos, en darnos habitaciones cmodas, +y, en suma, en nuestro material bienestar y regalo. + +Por el contrario, no bien la ciencia, la moral y el arte alcanzan cierta +elevacin, dejan de prestarse auxilio, se hacen independientes, ponen y +buscan su fin en ellos mismos, y adquieren, digmoslo as, una +inutilidad sublime. Dejan de ser serviles y son liberales. La ciencia +entonces busca, y tal vez halla, la verdad, meditando desinteresadamente +y tratando de descubrir los ms hondos arcanos, sin el menor propsito +de que el descubrimiento valga luego para nada que no sea la +satisfaccin misma que de poseer la verdad se origina. De igual suerte +la moral elevada, si no prescinde, echa un lado y pone como en segundo +trmino todas las ventajas que pueda ocasionar causar el ejercerla, y +tiene por nico, al menos por principal objeto, la satisfaccin +semidivina de obrar el bien con la ms completa independencia de toda +mira interesada, as en esta vida como en la otra, as para el individuo +como para la colectividad de cuantos son los seres humanos. Y la poesa, +por ltimo, deja ya de atender lo til: no teje, ni guisa, ni edifica +viviendas; ni trata siquiera de moralizar ni de ensear verdades, sino +que poniendo en ella misma su fin, aunque nada deseche y se valga de +todo, tanto de lo creado cuanto de lo increado, tanto de lo real cuanto +de lo ideal, como elementos y materia de lo que produce, no tira +producir sino la belleza y no anhela infundir en los nimos ms que el +puro y desinteresado sentimiento que nace de verla y de admirarla. Esto +es lo que se llama el arte por el arte. + +Ha de entenderse, con todo, que los tres separados caminos por donde va +el espiritu humano no siguen en divergencia constante y separndose +siempre hasta lo infinito, sino que al cabo convergen y vienen +coincidir en un centro foco nico de perfeccin absoluta, donde la +verdad, el bien y la belleza carecen de distincin substantiva, y son +calidades, potencias y atributos de un solo sujeto. Por donde +considerada la ciencia en lo sumo de su elevacin, es igualmente buena y +hermosa, y la moral es la misma verdad y la misma poesa, as como la +poesa no puede menos de ser entonces el celestial y pursimo resplandor +de la verdad y del bien absolutos. Mirada, pues, la poesa desde su +punto ms elevado, basta decir que es poesa para afirmar implcitamente +que es verdadera y buena, as como toda alta moral y toda ciencia +superior y profunda son poticas en el mayor grado. + +Las contradicciones que en lo que afirmamos pueden notarse, provienen de +un error de quien las nota y en realidad no existen, estribando slo el +error en algo de incompleto de deficiente, que importa tener en +cuenta. Supongamos que tal cual sistema filosfico, ora las mnadas y la +armona preestablecida de Leibnitz, ora el idealismo de Schelling, ora +el proceso de la idea de Hegel, nos parecen poco conformes la verdad y +hasta desatinos y blasfemias, mas no por eso dejaremos de ver en ellos +maravillosa poesa, as porque contienen parte de la verdad en medio de +sus extravos, como porque es tan potica y tan hermosa la verdad, que +vierte torrentes de poesa y de hermosura sobre quien por las vas ms +encumbradas la busca aunque no la halle. + +De idntica manera toda poesa perfecta, hasta donde la perfeccin cabe +en lo humano, es verdadera y moral, contiene verdad y bien, est en +plena concordancia con la moral y con la ciencia. Y mi ver, dicha +concordancia aparecer con tanta mayor claridad y brillantez, cuanto +menor sea el propsito del poeta de sostener una tesis, de dar lecciones +de moral de ensear cientficamente esto aqullo. + +Lo que verdaderamente importa para que el poeta sea buen poeta, es que +sea sincero y no se empee en engaarnos. + +Su engao no prevalecer ni valdr de nada para las personas de buen +gusto, las cuales no podrn aguantar su obra y la tildarn de falsa y +embustera. Y por el contrario, siempre que el poeta es sincero y dice lo +que siente, con sencillez y sin afectacin, no es verdadero y +legtimo poeta, tiene que ser bueno moralmente, resplandeciendo la +bondad moral en su poesa. + +Antes de que definiese Quintiliano al orador _varn bueno, perito en +decir_, ya haban declarado los autores griegos que no era posible ser +buen poeta sin ser varn bueno antes. El hroe y el santo tienen +perpetua y constante voluntad de bien. El poeta slo es menester que la +tenga cuando escribe. De aqu que moralmente el poeta es muy inferior al +hroe y al santo, aunque por otras prendas de su espritu valga ms que +ellos. + +Como quiera que sea, el primer precepto de toda arte potica debiera ser +esta discreta frase de Maese Pedro: _Muchacho, no te encumbres, que toda +afectacin es mala._ + +En mi sentir, tan perverso y tan insufrible es Baudelaire componiendo su +letana diablica y otras lindezas de las _Flores del Mal_, como no +pocos poetas, que andan por ah presumiendo de religiosos y de +moralistas, y que escriben, sin pizca de verdadero sentimiento, odas +Dios, la virtud y la vida monstica, narraciones y dramas de +severa moralidad aparente, cuyos personajes no pueden menos de ser +contrahechos, monstruosos, cursis, y como en la vida real no se estilan +ni se estilaron nunca. En cambio, en todo poeta sincero, si es verdadero +poeta, resplandece la bondad y se manifiesta en la belleza que ha +creado. Y cuando se examina y analiza cuidadosamente, se nota que la +belleza que admiramos est en la expresin y manifestacin de la +bondad, y no en los errores y en los extravos que por otra parte puede +poner el poeta en su obra y tener en s, como los tiene todo ser humano. +De aqu que admiremos Leopardi, no por su atesmo y desesperacin +pesimista, sino por su anhelo ferviente de bondad suprema, por su +aspiracin lo divino, que l cree irrealizable. De aqu que admiremos +en Carducci, hasta en la oda Satans, no el extravagante capricho de +llamar Satans al libre espritu humano, sino el vehemente amor con que +canta el poeta las conquistas de ese espritu y sus triunfos y victorias +sobre el mundo visible, para mejorar nuestra condicin, ennoblecer +nuestro destino y hacer ms digna y ms feliz la vida humana. Y de aqu, +por ltimo, que en Whittier y en Manzoni admiremos la profunda fe +cristiana, la caridad viva y la consoladora esperanza con que ensalzan +al ser divino, y su santa religin, que es el Lbaro, en pos del cual +piensan que han de elevarse las ms radiantes esferas de +bienaventuranza para los hombres, cumplindose as los inexcrutables +designios del Altsimo y su divina voluntad, en la tierra y en el cielo. + +No hay, pues, ni puede haber discrepancia, no ser superficial, entre +la moral y la esttica, entre el bien y la hermosura. Lo bueno y lo +hermoso coinciden al llegar cierta altura y se confunden en uno. Y +como, mi ver, la sinceridad es requisito indispensable en toda poesa +que merezca tal nombre, esta misma poesa da testimonio fehaciente del +valer moral del poeta. Pongamos por caso uno de los libros ms sinceros +y espontneos que se han escrito: el _Quijote_. El alma hermossima de +Miguel de Cervantes se retrata en este libro como en claro y limpio +espejo, probando, contra todos los documentos que pudieran hallarse, +producirse interpretarse en contra, que Miguel de Cervantes era un +_varn bueno_. + +Para terminar, bajando de las elevaciones metafsicas, viniendo lo +llano y lo pedestre y juzgando el asunto con el mero sentido comn, yo +me inclino creer que es pedantera inocente la afirmacin de que el +teatro sea escuela de costumbres de que se ensee moral en novelas, +comedias, sainetes y otras obras de mero pasatiempo. Sin duda que estas +obras deben ser morales. Con el pretexto de divertir, no estara bien +que un novelista un dramaturgo recomendase disculpase el robo, el +asesinato y el adulterio. Pero esto no quiere decir que su obra ha de +ser docente, sino que no debe ser perversa ni indecente. Harto bien se +nota que los preceptos de moral aplicados al arte nada tienen de +exclusivos: no implican la relacin entre la moral y la esttica. Son +los mismos preceptos que se impone toda persona bien educada cuando va +de visita, de tertulia de paseo. El novelista el dramaturgo no +ensea ms que el paseante el tertuliano. La buena educacin y el +decoro se les presuponen. Slo hay una diferencia: que el que escribe +suele en todos tiempos usar de mayor libertad de lenguaje que el que va +de visita. De seguro que, no ahora, cuando en Inglaterra todo parece +_shocking_, pero ni en tiempo de Shakespeare se lamentara en la buena +sociedad ninguna seorita como se lamenta Julieta diciendo: + + _...I'll to my wedding-bed;_ + _And death, not Romeo, take my maidenhead!_ + +Mil veces ms crudo an es el modo brutal con que, en la tragedia de +Otelo, Yago da Brabancio la noticia de que se ha fugado Desdmona: + + _--Your daughter and the Moor are now making_ _the beast with two + backs._ + +Y aqu termino y no digo ms, porque sera prolijo interminable decir +todo cuanto el asunto sugiere. + +[Illustration] + + + + +EL REGIONALISMO FILOLGICO EN GALICIA + + +Das ha que escrib y publiqu en la _Revista Critica de Historia y +Literatura_ un extenso artculo sobre el libro del padre Blanco Garca, +que trata de las literaturas regionales de Espaa y de las literaturas +hispano-americanas en el siglo XIX. + +En tono muy corts, pero mostrndose enojado y quejoso, el Sr. M. +Murgua, en el nmero del 15 del corriente de _La Voz de Galicia_, +peridico de la Corua, ha insertado contra m un apasionado escrito en +defensa de las letras gallegas, que supone que yo menosprecio. + +Me desagradan las polmicas y las rehuyo siempre que puedo. No voy, +pues, entablar polmica con el Sr. Murgua. Previamente estoy +convencido de que ni yo lograr traerle mi opinin ni l lograr +llevarme la suya. Disputando, slo conseguiramos fatigar al pblico +con nuestra disputa. No puedo, sin embargo, resistir al deseo de +aprovechar esta ocasin para explicar, si me bastan pocas palabras, lo +que pienso sobre lenguas, dialectos, regionalismo, nacionalidades y +varios otros puntos que forman el proceso de este negocio. La materia es +tan vasta, que apenas podr tocarla sino de paso, mejor dir, al +vuelo, posndome slo en las cimas picos ms salientes. + +Contra el precepto de Horacio, empezar _ab ovo_. + +Todos somos unos. Todos somos hijos de Adn y hermanos por consiguiente. +Pero ocurri lo de la Torre de Babel y los hombres se dispersaron. Unos +se largaron por un lado, otros se largaron por otro, y se formaron muy +diversas tribus, razas castas. A Espaa vinieron sucesivamente +atlantes, iberos primitivos, proto-escitas, fenicios, celtas, griegos, +cartagineses, romanos, godos, alanos, suevos, vndalos, judos, rabes, +sirios, persas, eslavos, berberiscos, normandos y hasta negros de ms +all del Sahara. Sobre poco ms menos, en los dems pases ha sucedido +lo mismo. Y es seguro que si estas mezclas de gentes, distintas y hasta +contrarias, no hubieran llegado nunca amalgamarse, adoptando las +mismas leyes, sometindose al mismo gobierno, hacindose solidarias de +los triunfos y de los reveses, de las prdidas y de las ganancias, y de +las glorias y de las vergenzas comunes, jams hubiera llegado haber +lo que se llama una nacin. Hubiera habido expresiones geogrficas: +Francia, Italia, Inglaterra y Alemania; pero no hubiera habido nacin +francesa, ni inglesa, ni alemana, ni italiana. + +Ha habido nacionalidad y la hay, porque en un momento dichoso ha llegado + lograrse y cogerse el fruto de un trabajo y de un cultivo de siglos +y entonces la nacin se ha constitudo. Harto s yo que todo lo que nace +muere. Que si los individuos no son inmortales, tampoco lo son las +naciones; y que Espaa, como cualquiera otra colectividad, puede +descuartizarse, desmoronarse y persistir slo como expresin geogrfica. +Esperemos que esto no ocurra en muchsimos siglos. Yo no soy profeta, y +aunque lo fuese, en vez de remedar Jeremas, remedara los profetas +alegres, sera el primero de ellos, si antes no los hubo. + +No he de negar por esto que, si bien dentro de ciertos lmites juiciosos +me hechizan, me deleitan y hasta me arrancan aplausos las literaturas +regionales, sobre todo cuando son cndidas, espontneas y sencillas, +todava me asustan y me afligen cuando se convierten en tema y vienen +extralimitarse. Entonces me parecen sntomas de decadencia y ruina: +entonces me parecen amenaza de disolucin nacional, si bien confo +siempre en la Providencia y espero que la amenaza no se cumpla, que lo +ominoso fatdico salga fallido, que la enfermedad pase y que la nacin +persista sana, salva y una. + +Cuando un pueblo tiene ser propio y grande, cuando su historia es +gloriosa, cuando ha influido profundamente en los destinos del gnero +humano, as por el pensamiento como por la accin, este pueblo no muere, +vive, tiene siete vidas como los gatos: nadie le arranca la vida ni +tres ni trescientos tirones. Puede perder todas sus conquistas; los +continentes y las islas, por donde en los das de su mayor auge y +expansin logr dilatarse, pueden dejar de ser suyos; puede hundirse el +Estado que le da unidad poltica; y hasta puede ser invadido y dominado +por el extranjero el suelo natal, la cuna misma de ese pueblo; mas no +por eso el pueblo muere. Vivir acaso, durante siglos, vida latente y +obscura, pero vuelve al fin recobrar la vida luminosa y clara. El +idioma propio es el talismn donde va escrito el conjuro para lograr +esta modo de resurreccin. Grecia resucit hablando en griego. Si el +pueblo griego hubiera tenido seis siete idiomas diferentes, jams +hubiera resucitado. Es ms; si hubiera tenido seis siete idiomas +diferentes, no dialectos modos, sino idiomas con pretensiones de +literarios y nacionales, no hubiera extendido su cultura desde la +Bactriana hasta las Galias: por todo el litoral de Asia, Africa y Europa +en el Mediterrneo, y por todas sus islas. Y si el dialecto toscano no +se hubiese convertido en lengua italiana, venciendo y obscureciendo +los dems dialectos que en Italia se hablaban, y que se hablaban en +Estados poderossimos, ricos y conquistadores, como lo fu, por ejemplo, +Venecia, Italia no hubiera realizado jams el sueo de Maquiavelo y de +sus ms eminentes patriotas y hombres polticos: no hubiera vuelto +tener la unidad que slo tuvo bajo el rey brbaro Teodorico. + +Yo quiero suponer que en Espaa, no slo no hubo unidad de Estado, sino +que ni unidad de nacin hubo hasta fines del siglo XV. Supongo, adems, + doy por cierto, pues sobre esto no disputo, que antes no hubo +verdaderamente espaoles, sino portugueses, gallegos, castellanos, +aragoneses y catalanes. Tambin es evidente que hasta fines del siglo XV +haba en Espaa tres lenguas literarias y nacionales. Eran estas tres +lenguas la castellana, la catalana y la portuguesa gallega, ya que el +mismo Sr. Murgua confiesa que el gallego y el portugus fueron lo mismo +hasta entonces. Ni _Las Cantigas_ del Rey Sabio, ni cuantos versos hay +en los Cancioneros del rey Don Dionis, de Resende, etc., podran +atribuirse por las palabras y las frases mismas poetas de Portugal +de Galicia. Por el habla, por lo que dej escrito, tan gallego es el +infante Don Pedro, como es portugus Macas el enamorado. Hay ms an: +esa lengua galaico-portuguesa, tal vez no fu escrita slo por +portugueses y gallegos, sino tambin por trovadores de toda Espaa, que +la consideraban como lengua elegante y ms propia que el castellano para +la poesa lrica y de la corte. + +Quiso, no obstante, la suerte sea el orden providencial fatal que +llevan los sucesos histricos, que el idioma de Castilla prevaleciese: +que, aun antes de llegar la unidad de que he hablado, presentase los +ttulos de su hegemona y de su imperio, como son el _Poema del Cid_, +los versos del arcipreste de Hita, _Las Partidas_, la _Crnica general_ +y _El Conde Lucanor_; y que, despus de formada la unidad, corroborase +su imperio con otros ttulos soberanos: con el _Amadis_, con _La +Celestina_, con Garcilaso y Herrera, con ambos Luises, con Cervantes, +con historiadores como Mariana y con nuestro, fecundsimo y rico +Romancero y con nuestro original y maravilloso teatro. Esta lengua no se +limit presentar dichos ttulos, sino que tambin se difundi por el +mundo, llevada en triunfo bajo el amparo del estandarte de Castilla, por +el inmenso continente recin descubierto, por las remotas islas del mar +del Sur, y aun por las naciones de Europa, que reconocan entonces, ya +que no nuestro imperio, nuestra preeminencia. + +No pretender yo, pesar de lo expuesto, que debieron morir y no +resucitar nunca la lengua catalana y la lengua portuguesa. Portugal +persisti y persiste como nacin. Su historia, muy parecida la de +Espaa, no es menos grande. Su literatura, proporcionalmente, he de +conceder que es original y rica como la nuestra, y que tiene su carcter +propio y sello nacional que la distingue. + +De la lengua y de la literatura catalanas no se puede decir tanto ni con +mucho; pero al cabo, bastante puede alegarse en pr de su resurreccin +renacimiento presente. + +Pero vamos... hablando con franqueza, aunque se enojen un poquito el Sr. +Murgua y otros literatos gallegos: hay paridad entre el dialecto de +Galicia y la lengua nacional que hablan los portugueses y que hablan +adems en Amrica diez once millones de hombres, en una extensin de +territorio casi tan grande como Europa? Si hasta el siglo XV los +gallegos hablaron y escribieron como los portugueses, lo natural sera, +si no quieren hablar y escribir en castellano, que escriban ahora +tambin en portugus. Esto sera volver con fidelidad la lengua +antigua, sin que esta vuelta atavismo impidiese que se siguiera +cultivando el dialecto, como dialecto. Sin duda en Venecia, en Miln, en +Npoles y en Sicilia, se hablan y se escriben cuatro dialectos +distintos, pero con cierta modestia, reconociendo todos cuantos as +escriben sin excluir v. gr. al gran poeta lrico Meli y al chistossimo, +fecundo ingenioso dramaturgo Altavilla, que escriben en un dialecto +vulgar, y que no hay ms que una lengua nacional y de toda Italia, que +es la lengua toscana, que ya debe llamarse italiana, as como la +castellana debe llamarse espaola. + +Pues qu, no hay distintos dialectos en Alemania, en Inglaterra y en +Francia? A nadie se le antoja por eso convertir en lengua nacional +ninguno de estos dialectos. + +Acaso se me cite el imperio austriaco; pero Austria no es nacin sino +conjunto de naciones. A buen seguro que los alemanes, sbditos del +emperador de Austria, dejen de hablar en alemn y dejen de tener esta +lengua por nacional y propia de ellos. Claro est que los polacos, +aunque ya no hay Polonia, siguen hablando en polaco; los hngaros, en +hngaro; los tchecos, en tcheco; los croatas en croata, y los rumanos, +en rumano; pero qu tiene que ver esto con lo que en Espaa sucede? En +todo caso, podra comprenderse que as como los rumanos, sbditos del +emperador de Austria, hablan y escriben la misma lengua del vecino reino +independiente de Rumania, as los gallegos, ciudadanos espaoles, se +dedicasen, por amor y patriotismo _atvicos_, escribir como lengua +nacional y literaria la portuguesa. Pero ni aun as se comprende; porque +los rumanos de Austria son un pueblo como anexionado y sometido y unido +artificialmente otros pueblos de muy distinto origen, mientras que los +gallegos, como los asturianos, forman el ncleo, y el germen, y la raz, +de donde ha brotado esta gran nacin. Cmo reniegan ahora de ella, al +menos en apariencia, y propenden, si no irse literariamente con los +portugueses, separarse por el habla, vehculo y expresin del +pensamiento, y formar rancho aparte, permtaseme lo vulgar en virtud +de lo grfico de la expresin? + +No s si he atinado explicar en este lgero articulo lo que hubiera +requerido larga serie de ellos para quedar bien explicado; pero, como +quiera que sea, harto se entiende que yo no desdeo los poetas y +prosistas que hubo, hay y puede haber en dialecto gallego; que celebro +el regionalismo filolgico dentro de ciertos lmites puramente +provinciales; pero que deploro la exageracin que puede ponernos en una +lastimosa pendiente de desmoronamiento nacional de cierto separatismo. +Ni se me diga que la tal propensin que se hablen muchos idiomas +proviene de un movimiento progresivo. Por lo comn sucede lo contrario. +Cuando las grandes naciones y cuando las grandes razas decaen se +hunden, es cuando pierden el idioma comn y salen hablando distintos +idiomas. La Torre de Babel representa simblicamente este lastimoso +fenmeno. + +[Illustration] + + + + +LA OBRA PSTUMA + +DE JUAN MONTALVO + + +Quin es este Juan Montalvo?--dirn no pocos de los que vayan +leerme.--Pues bien, les contestar: Juan Montalvo fu natural de una de +las Repblicas que en la Amrica del Sur nacieron de nuestras colonias. +l mismo se llama semibrbaro, y es de los ms cultos ilustrados +escritores que ha habido en nuestros das. + +No digo yo que nos est bien adular los hispano-americanos, suponiendo +que sus poetas y sus prosistas valen ms de lo que valen. Pero ser +mejor mostrarnos con ellos seversimos crticos, empuar la frula, +esgrimir la disciplina la palmeta y censurarlos y castigarlos +duramente? Hay cierta crtica menuda que hace mucha gracia al pblico +envidioso, que es muy fcil de ejercer, y por cuya virtud, mejor dir, +por cuyo vicio, puede probarse, al menos en apariencia, que Garcilaso y +Fray Luis de Len fueron unos plagiarios y adems unos ignorantes, que +no saban sintxis, ni prosodia, ni nada, y que tenan orejas de asno, +como el rey Midas. En una palabra; con el mtodo analtico que hoy se +emplea, con cuatro chuscadas y con un poquito de mala fe, nada ms llano +que demostrar que el propio Homero era un mentecato. + +Por otra parte, yo no comprendo qu ventaja pueda traer una censura muy +feroz de los autores, aunque sean malos. En ningn oficio, menester +profesin, se ofende menos Dios y al prjimo y se causan menos daos +la repblica que escribiendo versos flojos y llenos de ripios prosa +desmazalada y tonta. Con las producciones del espritu suele ocurrir lo +contrario que con las producciones materiales. La cizaa puede ahogar el +trigo y no habr buena cosecha si el haza no se escarda y no se limpia +de mala hierba con el almocafre, mientras que, por el contrario, casi es +indispensable que el espritu humano produzca millares de cosas pequeas +y deformes, para que brote de entre ellas una que sea hermossima y +grande, predestinada por su valer vida inmortal y gloriosa. Un mal +mdico mata sus enfermos, un mal arquitecto tal vez construya +edificios que se hunden con estrago espantoso, un mal zapatero nos +estropea los pies, un mal sastre nos afea con sus trajes ridculos, un +mal cocinero nos envenena nos mata de hambre, un mal poltico causa la +miseria y el descrdito de su nacin, y un mal general expone sin plan y +sin objeto la vida de sus soldados y aun llega causar el +empobrecimiento, el oprobio y la ruina del Estado quien sirve. Pero un +buen seor, si tiene la mana de componer malos versos de escribir en +prosa cualquier tontera, me quieren ustedes decir qu dao hace +nadie? Con no leer lo que ha escrito, l y nosotros quedamos despachados +y en paz. No hay razn para ensalzar los escritores hispano-americanos +sin justo motivo, pero menos hay razn para denigrarlos. + +El Juan Montalvo, que me sugiere estas reflexiones, lo dice: los +hispano-americanos son para los espaoles carne de su carne y huesos de +sus huesos. Todo cuanto contra ellos digamos, hasta cierto punto, nos +cae encima. + +Harto estoy ya de oir decir que el porvenir del mundo es de la raza +anglo-sajona, la cual en Amrica da clara muestra de que entiende de +todo, de que vale para todo y de que sabe gobernarse, mientras que la +raza espaola, ibrica, latina como nos convenga llamarla, ofrece muy +triste espectaculo, y da, por todo el Nuevo Mundo, y claro est tambin +que por el antiguo, lastimoso testimonio de su incapacidad y +desgobierno. Sube el _yankee_ la cima de la montaa y el +hispano-americano se queda al pie, rezagado y en situacin miserable; +pero no se cuenta, al decir esto, con no pocos factores, empezando por +la fortuna, que no puede negarse que existe, entendindose por fortuna, +la serie y el enlace de los casos, dispuestos y ordenados por ley +providencial fatal, que ya se sustraen la previsin humana, ya, +aunque no se sustraigan, ni la ms firme voluntad de los hombres, ni su +ms profundo saber, ni su ms poderosa inteligencia desvan del camino +que siguen, as como no evita el eclipse el astrnomo que le pronostica. +Valga adems, en defensa de nuestra raza, otra razn que nadie tildar +de metafsica ni de alambicada. El _yankee_ ha subido la altura, +porque sin asomo de piedad, y para ir ms ligero, ha dejado tras de s +todo lo que le estorbaba, mientras que el hispano-americano sube con +dificultad, porque va cargado con el indio, quien considera como su +hermano y como su igual, uniendo con l sangre, vida y destino. La +empresa, pues, del hispano-americano es mil veces ms rdua; ha de +tardar mucho ms tiempo en llevarse cabo; pero no es imposible que se +logre. Y si algn da se lograse, cmo negar que sera tambin mil +veces ms humana, ms generosa y ms digna de alabanza? + +Volvamos Juan Montalvo y evitemos las digresiones. + +Poco s de la vida de este escritor. Ecuatoriano de nacimiento, muri en +Pars, creo que muy joven an. Ignoro si era de pura sangre espaola +si corra mezclada por sus venas la sangre del espaol con la del indio. +Su saber era variado, hondo y extenso; su ingenio, original y agudsimo; +su modo de sentir, universal cosmopolita; su espritu se haba +alimentado con deleite y haba digerido y convertido en substancia +propia la flor del pensamiento de los antiguos griegos y latinos y de +los modernos ingleses, franceses y espaoles. Nadie, con todo, se +jactar, fundadamente, de ser ms espaol que l por el espritu y por +su primera manifestacin sensible, la palabra. + +Tal vez sea, en nuestra poca, un colombiano, Rufino Cuervo, quien sabe +terica y gramaticalmente ms lengua espaola. Pero, sin duda, quien la +maneja con ms castiza abundancia de vocablos, frases y giros, y quien +la escribe con ms primor y limpieza, como quien borda rico dechado, es, + mi ver, este para nosotros extranjero y acaso semi-indio. + +Su adoracin, su entusiasmo por la lengua y la literatura de Castilla, +corren parejas con el conocimiento que de ellas tiene, cuya extensin no +pondero, pero cuya intensidad es incomparable. Nadie con ms fervor ni +con ms tino que Montalvo elogia, en mi sentir, la lengua castellana y +las obras maestras que en esta lengua se han escrito. + +Montalvo tiene, como todos los americanos, latinos y no latinos, una +calidad buena, si bien por su exageracin peca veces de sobrado +cndida y aun llega prestarse la burla; la mana de imitar los +europeos, superndolos y eclipsndolos. Cuando esta cualidad va +acompaada, como en Montalvo, de grandsimo respeto hacia los bien +entendidos y mejor sentidos modelos, la cualidad es simptica y llega +producir obras de mrito. Lejos de poner solucin de continuidad, +conserva unida la civilizacin europea con la transplantada al Nuevo +Mundo; y cuanto en el Nuevo Mundo se cria, sin dejar de ser propio de su +suelo, parece como mugrn robusto como retoo que se nutre an de la +savia que viene de Europa, aunque en tierra virgen y ms frtil +reverdezca con mayor lozana, extienda ms sus ramas y haga brotar en +ellas ms flores y ms frutos. + +En las obras principales y mejores de Montalvo se advierte la mencionada +cualidad. Enamorado del modelo, le imita y anhela superarle, pero +respetndole y amndole siempre. + +As, en _Los Siete Tratados_ no habr quien no note la imitacin de +Miguel de Montaigne y el amor que Montalvo inspira; y as en _El +espectador_, se advierte que Montalvo, prendado de Addison, propende +imitarle hasta en el nombre ttulo de su obra. Pero en Montalvo haba +tanto ser propio y un sentir y un pensar tan profundamente arraigados en +el alma, que todo ello sale con mpetu y se pone en la imitacin de tal +suerte, que la imitacin es muy distinta de lo imitado, ya que la +informa otro espritu nuevo y muy distinto. De este modo, sin que yo +pretenda igualar las producciones al compararlas, fray Luis de Len +imita Horacio en _La vida del campo_, y compone una oda que Horacio ni +siquiera entendera, si sabiendo bien el espaol resucitase. + +Todo el anterior prembulo y ms an necesitara y empleara yo, si no +fuese monstruosidad convertir en prembulo todo este artculo, que por +fuerza ha de ser muy breve, para preparar mis lectores y para impedir +que se asusten, cuando, permtaseme lo vulgar de la frase, llegue el +trueno gordo; la revelacin del ttulo y del asunto de la obra pstuma +de Juan Montalvo: la aclaracin de las palabras que me sirven de +epgrafe. + +Juan Montalvo encabeza su obra postuma con una elocuentsima +introduccin. Nada mejor pensado, ni mejor escrito, ni ms entusiasta +par que juicioso, ni ms esmaltado de sentencias metafsicas, estticas +y morales, puede, en mi sentir, escribirse en elogio del prncipe de +nuestros ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra, quien coloca Montalvo +entre los mayores que ha habido en el mundo, y cuyo _Quijote_ slo +pone por cima la _Biblia_ y la _Iliada_. Y ahora llega por fin el trueno +gordo. El ttulo de la obra pstuma es el siguiente: _Captulos que se +olvidaron Cervantes. Ensayo de imitacin de un libro inimitable_. + +Y en efecto, Juan Montalvo escribe y sus herederos sus admiradores y +paisanos dan la estampa, en Bezanson, en 1895, aunque el libro no ha +llegado hasta ahora nuestras manos, nada menos que sesenta captulos +aadidos al _Quijote_. Acaso el autor, en vida, no se hubiera atrevido +publicarlos. Acaso no pretendi nunca rivalizar con Cervantes. Acaso el +extremo de su amor y de su admiracin le hizo incurrir en esta modo de +locura. Nada menos parecido Cervantes que Juan Montalvo; uno, todo +espontaneidad, sencillez y alta inspiracin, menudo casi +inconsciente; otro, todo reflexin, artificio y doctrina. El libro de +Montalvo, no obstante, es la obra de un hombre de gran talento, del ms +atildado prosista que en estos ltimos tiempos ha escrito en lengua +castellana, y de un hombre, por ltimo, de imaginacin briosa y rica. Su +libro merece ser examinado y juzgado, pero no caben en este articulo ni +el examen ni el fallo. Qudense, pues, para otro da, si alguien muestra +curiosidad por conocerlos. + +[Illustration] + + + +EL PAS DE LA CASTAETA + + +Har ya seis meses estuvo en Madrid un anglo-americano, llamado H. C. +Chatfield-Taylor. Un amigo mo me le present y trajo mi casa, donde +tuve el gusto de conocerle. Me pareci sujeto amable, discreto +ilustrado, y muy entusiasta de nuestro pas. Pronto volvi al suyo dicho +seor, escribi un libro sobre Espaa, le imprimi en Chicago, +exornndole con bor nitas estampas, y tuvo la bondad de enviarme un +ejemplar, que recib hace pocos das. Confieso que el ttulo del libro +me desagrad bastante. El libro se titula _El pas de la castaeta_ (The +Land of the Castanet). Ya en el ttulo hay una ofensa. Es como si un +espaol escribiese un libro sobre los Estados Unidos, y sin acordarse de +Washington, de Franklin, de Lincoln, de Grant, de Emerson, de Poe, de +Edison, de Chaning, de Whittier y de otros muchos ilustres personajes; +de sus nobles y hermosas mujeres, de sus grandes ciudades, de sus +monumentos, de su riqueza, de su prosperidad, de las bellezas naturales +de su territorio, de la anchura del Hudson y del Misisip, y del salto +del Nigara, recordase slo la abundancia de cerdos que se cran y se +matan en Chicago y titulase su libro _El pas del cerdo_. + +A menudo el Sr. Taylor nos acusa en su libro de orgullosos. Yo no creo +que lo somos ni que lo hemos sido nunca; mas no por eso nuestra humildad +ha de llegar hasta el extremo de resignarnos creer que el objeto que +ms nos caracteriza y distingue de las otras naciones del mundo es la +castaeta. + +Hace muchos aos, cuando el rey de Sajonia, que haba sido partidario de +D. Carlos, reconoci por reina Isabel II, mand esta corte un +elegante y rico enviado extraordinario, llamado el barn Fabrice. Trajo +este seor consigo un hbil cocinero, que adems era literato, y que +al volver su tierra compuso un libro de sus impresiones de viaje en +Espaa, y le titul _Puchero_. Nadie entre nosotros poda ver la menor +ofensa en este ttulo. Para una persona cuyo principal oficio y arte es +la cocina, el puchero no puede menos de ser la idea capital y como el +centro en cuyos alrededores se agrupan las dems cosas. De la misma +suerte, si el Sr. Taylor hubiera sido bailarn, la castaeta hubiera +sido tambin, naturalmente, el ncleo de sus impresiones, la piedra +angular de todo el caramillo de ideas que sobre Espaa formase; pero +como yo no creo que el seor Taylor sea bailarn de oficio, hallo raro +que califique Espaa de _pas de la castaeta_, por ms que en Espaa +las castaetas castauelas se toquen desde muy antiguo, segn lo +atestigua Marcial en sus versos en elogio de Teletusa, que las +repiqueteaba de lo lindo al gusto de Cdiz; por ms que un docto fraile +inventase y escribiese una ciencia nueva titulada Crotaloga ciencia +de las castauelas, y por ms que mi ingenioso y erudito amigo D. +Francisco Asenjo Barbieri, que en paz descanse, escribiese tambin un +curioso discurso sobre tan alegre instrumento. + +Hecho ya este inevitable reparo, no he de negar que el libro del Sr. +Taylor es de muy amena lectura, contiene muchas noticias, y veces +encomia hasta con entusiasmo no pocas personas y bastantes cosas de +Espaa. Da, por ejemplo, justos y atinados elogios varios de los ms +notables de nuestros polticos y literatos, como Castelar, Moret, +Echegaray, Emilia Pardo Bazn, Cnovas y Sagasta. Del conjunto del libro +se infiere que el Sr. Taylor desea sernos favorable; pero pesar suyo +el prisma engaoso del protestante y del _yankee_, al travs del cual +nos mira, hace que menudo, ya nos calumnie y nos injurie involuntaria +y candorosamente, ya lance sobre nosotros contra nosotros profecas, +ageros y juicios, mi ver, disparatados. + +Dice, por ejemplo, que nosotros, en nuestro orgullo, tenemos peor +opinin de los _yankees_ que los _yankees_ de nosotros. Lo nico que se +ha hecho en Espaa es contestar con algunas injurias, que yo encuentro +de psimo gusto, las de un gusto mil y mil veces ms depravado y +run, que nos han dirigido y que nos dirigen de continuo senadores, +diputados, escritores graves, que pretenden serlo, y periodistas de la +Gran Repblica. Si fusemos contestar los _yankees_ con suma igual +de injurias las que les debemos, nos pareceramos dos enjambres de +verduleras que se ponen como hoja de perejil, con el Atlntico de por +medio. Y las injurias de los escritores de los Estados Unidos contra +nosotros no son de ahora, con ocasin de la guerra de Cuba, sino que +vienen de muy atrs. Slo Guillermo Draper ha dicho ms ferocidades +contra Espaa y ha mostrado ms profundo aborrecimiento contra nosotros +que el que podran atesorar todos los espaoles juntos, si se decidiesen + denigrar, escarnecer y insultar los anglo americanos. + +El mismo Taylor, que pretende, que desea, que aspira de buena fe hacer +nuestra apologa, ya desde el segundo rengln de su libro nos califica +de indolentes y de crueles. La acusacin de fanatismo y de supersticin +que el Sr. Taylor lanza menudo contra nosotros casi no nos ofende, y, +de puro poco razonable y fundada, nos parece chistosa. Si fusemos +hacer la estadstica de los ajusticiados, quemados y asesinados por +motivos religiosos, de fijo que resultara, pesar de Torquemada y de +todos los inquisidores, doble triple nmero que en nuestra cuenta en +la cuenta de la sentimental y piadossima raza anglo-sajona. + +En lo tocante supersticin, declaro que no me explico que nos acuse de +ella ningn cristiano de distinta iglesia que la catlica. Libre es todo +hombre de aceptar y creer por completo lo dogmtico de nuestra religin, + slo una parte, modificndola algo no modificndola; pero desde el +momento en que se cree una parte, no hay razn ni motivo para llamar +supersticioso al que lo cree todo. Cuando dijo Sancho que no bien l y +su amo se remontaron al cielo, se ape l de Clavileo y se puso jugar +con las _siete cabrillas_, Don Quijote tuvo sobrada razn en decirle que +no se allanara creer en su jugueteo con las estrellas, si Sancho no +crea tampoco en nada de lo que cont que en la cueva de Montesinos le +haba pasado. Para un impo racionalista, tan absurdos son los retozos +de Sancho con las Plyades, como la conversacin y los lances del +hidalgo manchego con Montesinos, Durandarte y Belerma. Por qu, para un +espritu religioso, han de ser fanticos el doctor eximio Suarez, el +glorioso Ignacio de Loyola, Melchor Cano y Domingo de Soto, y han de ser +unas criaturas muy juiciosas y razonables Wiclef, Knox, Lutero y +Calvino? O todos igualmente locos y fanticos, todos igualmente dignos +de consideracin y respeto. + +Otra terrible mana del Sr. Taylor es la que muestra contra las corridas +de toros, las que fu no obstante y se divirti vindolas. Lo que es +yo, gusto tan poco de dichas corridas, que nunca voy presenciarlas, +como no he ido en los Estados Unidos divertirme en ver dos +ciudadanos romperse puetazos el esternn y las quijadas para deleite +de los cultos espectadores; mas no por eso dir que mientras entre los +_yankees_ se estilen tales juegos, no ser posible que se civilicen y +seguirn siendo brbaros y feroces. El Sr. Taylor declara en cambio que +nosotros slo porque toleramos las corridas de toros, somos _incapaces +de civilizacin_ en su ms alto sentido. + +Dir, por ltimo, que el Sr. Taylor, que varias veces nos acusa de +crueles, es cruelsimo con el pueblo espaol cuando le compara un +hidalgo empobrecido y casi hambriento, que lleno de vanidad y por seguir +alternando con otros hidalgos ricos, es manirroto y despilfarrado, gasta +ms de lo que tiene y va derecho la ms espantosa ruina. Pues qu, +entiende el Sr. Taylor que sea vanidad y despilfarro que procuremos +conservar, aun costa de los mayores sacrificios, una isla que nos +pertenece, y donde nadie pocos se sublevaran si desde los Estados +Unidos no los alentasen y no les enviasen armas y dinero? Cuba es +nuestra propiedad legtima, y no es vanidad ni soberbia nuestro empeo +en conservarla. Cuba es, adems, como la prenda y el testimonio visible +y monumental de que este pueblo de la _castaeta_ fu el que descubri +el Nuevo Mundo implant en l las artes y la civilizacin de Europa. + +Aunque nosotros no negamos que en comparacin de los Estados Unidos +somos muy pobres, todava nos parece duro que cada paso se nos eche +en cara nuestra pobreza y la vanidad ridcula con que se supone que +tratamos de disimularla. Las seoras, dice el Sr. Taylor, van paseo en +coche elegantemente vestidas de medio cuerpo arriba, y de medio cuerpo +abajo muy andrajosas, cubriendo con una manta aquella miseria. Por +lucirse, andar en coche y tener palco en el Real, se tratan muy mal en +casa, la cual suele estar inconfortable y mal amueblada. En invierno se +mueren de fro, y en todas las estaciones remedan al camalen, +alimentndose casi del aire. + +El Sr. Taylor deja entrever con insistencia su recelo de que en Espaa +se come poco y mal, de modo que nosotros para agasajar los extranjeros +no los convidamos nunca comer, limitndonos hacerles muchas +cortesas. Nos cuenta, sin embargo, contradicindose, que el Sr. don +Emilio Castelar le di un almuerzo suculentsimo, en el que se sirvieron +diecisiete platos, sin contar los postres, que seran, probablemente, +cuarenta cincuenta, todo ello, para que no se atragantase, remojado +con los mejores vinos espaoles. Pues qu quera ms el Sr. Taylor? +Tambin se contradice al hablar de los clubs casinos. En algunos +pasajes de su libro afirma que no somos un pueblo _clubable_, y califica +de mezquinos y pobres nuestros clubs, y lamenta que se sostengan por el +juego. Y en contra de lo dicho, afirma en otros pasajes, por ejemplo, +que el Casino de Crdoba es grandioso, y ensalza el Ateneo de Madrid, +que al fin es un casino donde no se juega, encomiando su rica y selecta +biblioteca, su gran saln de sesiones y sus ctedras, donde personas +sabias y elocuentes ensean diversas ciencias y facultades. + +Sobre la _high-life_ de Madrid y sobre las damas de la suprema +elegancia, el Sr. Taylor est algo satrico; pero en manera alguna +singularmente ofensivo, ya que los vicios y faltas que halla en la +_smart set_ madrilea le parecen menores que los de la _smart set_ +neoyorquina. Como yo en este punto tengo la manga mucho ms ancha que el +seor Taylor, absuelvo de casi todas sus culpas, sin imponerles la menor +penitencia, tanto las damas elegantes de Madrid, como las de los +Estados Unidos, que me parecieron guapsimas, discretas y divertidas, +durante los dos aos que pas en aquella tierra. Mi indulgencia es +fenomenal para con las seoras. Apenas hay rareza que yo no les perdone; +hasta perdono algunas de nuestras damas elegantes que, segn observa +el Sr. Taylor, aunque no sepan hablar ingls, pronuncien con acento +ingls el castellano, apretando mucho los dientes, desde que pasaron una +semana en Londres. Este acento ingls es ya ms distinguido y ms _chic_ +que la erre nasal gangosa que otras damas emplean fin de parecer +educadas en _Pars de Francia_. + +La clase media, sigue el Sr. Taylor, es ignorante, grosera y sucia. +Supone enorme distancia, un abismo, entre nuestra nobleza y el pueblo. +No s cmo ha podido notar esto en el pas ms democrtico del mundo, +que es Espaa. El seor Taylor acusa cada paso de ignorantes los +espaoles. No se comprende cmo el poco tiempo que ha estado aqu le ha +bastado para examinarnos de todas las asignaturas y darnos calabazas. +Los mahometanos y los judos, esos s que eran sabios; pero hicimos la +barbaridad de expulsarlos. + +No cabe en este breve escrito contestar las censuras del Sr. Taylor. +Nos limitaremos contraponerle las siguientes afirmaciones: + +Que durante toda la Edad Media la Espaa cristiana fu el pueblo ms +tolerante de toda la cristiandad: + +Que cuando venan cruzados ayudarnos en la Reconquista, era menester +echarlos luchar contra ellos, para que no matasen ni robasen todos +los judos y mahometanos, faltando los pactos y la fe jurada: + +Que la sabidura muslmica y rabnica y sus filsofos y doctores, en vez +de ser perseguidos por los monarcas cristianos de Espaa, hallaron con +frecuencia en sus cortes proteccin y refugio contra las fanticas +persecuciones, ya de algunos califas de Crdoba, ya de los almoravides y +almohades, en la poca de las tremendas invasiones africanas: + +Y en fin: que esa sabidura se difundi y se di conocer en el resto +de Europa por medio de los cristianos espaoles, arzobispos, obispos y +sacerdotes casi siempre, que tradujeron, comentaron y explicaron los +textos arbigos y hebricos. + +Pero salgamos de las honduras en que nos hemos metido, y terminemos +este artculo, que va siendo ya sobrado largo, afirmando que el libro +del Sr. Taylor es muy agradable de leer, pesar de los defectillos que +hemos notado, y que, si procuramos no ser vidriosos, reconoceremos que +cuanto el Sr. Taylor dice contra nosotros, proviene de prejuicios +difciles de arrancar del alma de un extranjero, pero que en el fondo el +seor Taylor nos encomia procura encomiarnos, y en casi todas las +pginas de su libro muestra hacia nosotros muy sincera y fervorosa +simpata. + +[Illustration] + + + + +SOBRE LA ANTOLOGIA + +DE POETAS LRICOS CASTELLANOS + +DE DON MARCELINO MENNDEZ Y PELAYO + + +Distrada la atencin de la gente hacia los tristes acontecimientos +polticos que van sucedindose, poco nada interesan los trabajos +literarios de nuestros das. De comedias, novelas y otros libros de +entretenimiento, suele hablar la crtica en los peridicos. De libros +eruditos, si tratan de cosas que pasaron mucho tiempo h, los peridicos +no suelen decir nada ni tienen espacio ni vagar para ello. Y, sin +embargo, adems de que se aquieta y satisface la curiosidad con saber +las cosas antiguas, el recordarlas el saberlas mejor, cuando nos las +explica un varn docto y discreto, nos sugiere multitud de pensamientos +y nos excita proponer, ya que no resolver, dudas, enigmas y +problemas que tienen aplicacin inmediata las cosas de ahora. + +Digo esto propsito del ltimo libro del seor Menndez y Pelayo (Tomo +VI de la _Antologa de poetas lricos castellanos_), donde el autor, en +ms de 400 pginas, nos presenta un cuadro completo de la cultura y de +la grandeza de Espaa en tiempo de los Reyes Catlicos, fines del +siglo XV y principios del XVI. + +Hablando con desenfadada franqueza, yo creo inferiores lo que hoy se +escribe todas las producciones literarias de aquella edad, salvo tres, +cuya resonancia y fama en las naciones extranjeras, y cuyo influjo en la +cultura general no tiene traza de adquirir ni podemos presumir ni +esperar que adquiera ninguna de nuestras producciones contemporneas. +Son estas tres obras que excepto _La Celestina_, las _Coplas_ de Jorge +Manrique, y _El Amadis_, en su ltima forma definitiva. + +No ser yo de aquellos quienes condena el Sr. Menndez, porque +desechan sin leerlos y como malos insufribles todos los versos del +_Cancionero general_ de Castillo y los que encierra el de Resende, +escritos en castellano; pero no puedo persuadirme de que haya en dichos +versos algo que se levante sobre el nivel de lo mediano, y que divierta + interese hoy, si bien debe leerse y estudiarse, ya que sobre +costumbres, usos, pasiones, aventuras y casos de aquella poca gloriosa, +ensea no poco que no ensean las crnicas ni las historias, y ya que es +adems muestra y dechado del lenguaje y estilo de Castilla en los +momentos de su mayor expansin y florecimiento polticos. + +Tal vez logre el Sr. Menndez, cuando hable de Juan del Encina, quien +califica del mayor poeta en aquel perodo y de D. Pedro Manuel de Urrea, +que sobresale entre los aragoneses, infundirnos, al analizar y criticar +sus obras, un concepto ms elevado de nuestra inspiracin potica de +entonces. Yo dudo de que lo consiga, y no acierto explicarme el poco +valer de la poesa de entonces por falta culpa del instrumento; porque +la lengua no estaba hecha ni el buen gusto formado. Cuando en aquella +lengua se escribieron las _Coplas_ de Jorge Manrique, bien pudieron +escribirse otras muchas de igual mrito. Y no atribuyo tampoco mi +cortsimo entusiasmo por aquella antigua poesa espaola que para +entenderla y sentirla bien, importa trasladarse en espritu la edad en +que se compuso. Si es difcil trasladarse en espritu principios del +siglo XVI sin salir de Espaa, ms lo es volar Grecia Italia no +pocos siglos antes, y no por eso dejo de atreverme decir que +comprendo, estimo y admiro Pndaro, Horacio, Virgilio, Dante y +al Petrarca. El no admirar, por consiguiente, los poetas de los +Cancioneros, debe de consistir, y no hallo otra razn por ms vueltas +que le doy, en que distan mucho de ser admirables. + +En cambio, en la vida del ms insignificante de ellos, en sus lances de +amor y fortuna, hay ms poesa, ms chiste, ms amenidad ms +sublimidad, que en todo el frrago de sus canciones, glosas y +villancicos. + +Resulta de esto que (y sigo hablando con franqueza) apenas hay criatura +humana, no ser muy sabia, que aguante de seguida seis pginas de +lectura de los versos publicados hasta ahora en la _Antologa_ del Sr. +Menndez, cuyos prlogos en cambio son encantadores y se leen con mayor +inters y deleite que la ms ingeniosa y apasionada novela. Por dicha, +los prlogos son extenssimos, y son tan pocos los versos, que casi no +parecen sino un pretexto para escribir los prlogos. Los retratos y +biografas de Antn de Montoro, de los Manriques, de Alvarez Gato, de +Pedro Guilln de Segovia, de Snchez de Badajoz, de Diego de San Pedro y +de otros trovadores, estn hechos de mano maestra, y an es ms hermosa +y tiene mayores atractivos la brillante pintura que hace el Sr. Menndez +de la renovacin social, del desenvolvimiento poltico, de la +organizacin y pujanza, de los bros que casi de repente se muestran en +Aragn y en Castilla unidos, y del salto milagroso, porque, mi ver es +inexplicable, con que una nacin, presa de las discordias civiles, rota +y desbaratada, y al parecer, pobre y dbil, se alza de sbito ser la +envidia y la admiracin de los dems pueblos de Europa, amenazndolos +con su hegemona y haciendo que el sueo de una monarqua universal, en +no remoto porvenir, no fuese completo delirio. + +Cul fu la causa de tamaa transformacin y de tan improvisado +crecimiento? No puede ser ms lastimoso el cuadro que los doctores +Villalobos y Francisco Ortiz, que Hernando del Pulgar y que otros +escritores de aquella poca hacen de la situacin de Castilla. Era un +caos horrible, de donde la sacaron ser una gran nacin la fuerte mano +de la Reina Catlica y el genio militar y poltico de su marido. El +remedio que emplearon para curar el mal y trocarle en robustez sana y +fecunda no fu menos horrible. En nuestra edad ms piadosa y humana, +apenas se concibe rigor tan cruel, y an se pone en duda que fuese +indispensable en aquella edad de hierro. Las fortalezas y castillos se +derrumbaban y arrasaban por docenas; los malhechores, bandidos y tiranos +soberbios, que haban infestado y devastado el pas, eran ajusticiados +miles. Para apaciguar el reino--dice el doctor Villalobos--se hacan +muchas carniceras de hombres y se cortaban pies y manos y espaldas y +cabezas. + +Encarecidsimas son las alabanzas que, ya al rey D. Fernando, ya la +reina doa Isabel, dan los ms egregios escritores y pensadores de su +tiempo. Machiavelli alaba al Rey Catlico, prncipe nuevo que, de rey +dbil, ha llegado ser el primer rey de los cristianos, que sujet y +dom los barones y magnates, que cre una milicia invencible, que +arroj de su reino los _marranos_, ejemplo raro y admirable; y que +asalt el Africa, hizo la empresa de Italia y venci Francia, urdiendo +siempre cosas grandes para tener suspensos y admirados sus sbditos, +sin darles ocasin ni reposo para que se rebelasen. + +El conde Baltasar Castiglione es ms galante y dedica la reina todas +sus alabanzas. Segn l, ni en su tiempo ni en siglos atrs hubo en el +mundo rey prncipe que merezca ser comparado con doa Isabel la +Catlica. Su fama se extenda por todas partes, y los que con ella +vivieron y vieron por sus mismos ojos sus maravillas afirman haber esta +fama procedido totalmente de la virtud de ella y de sus grandes hechos. +En sus das ningn bueno se quej de ser poco remunerado, ni se jact +ningn malo de no ser demasiadamente castigado; de donde naci tenelle +los pueblos un extremo acatamiento, mezcla de amor y miedo. Y +prosiguiendo en la misma alabanza, casi con las mismas frases, aunque +abreviando, se pone aqu como la alabanza mayor que los mismos grandes, + quienes la reina despoj y dom, le quedaron aficionados en todo +extremo y la sirvieron rendidos, de suerte que todos los hombres +sealados y famosos que hubo en Espaa fueron como _hechos por ella_, y +de ser hechos por ella se envanecan. As el Gran Capitn, el cual se +preciaba de esto ms que de todas sus victorias y ms que de sus +excelentes hazaas, en paz y en guerra, por las cuales quedan por bajo +de l en grandeza de nimo, en saber y en toda virtud, los prncipes, +hroes y monarcas de aquellos das. + +A pesar del valer innegable y extraordinario de los soberanos consortes, +de su energa subida de punto, de las _terrficas y espantables +anatomas_ que hicieron y de las sabias leyes que promulgaron, repito +que no acierto explicarme la aparicin poderosa y preeminente de +Espaa entre las dems naciones, si el germen de su grandeza no hubiera +estado latente, pero vivo y pronto brotar, en las entraas del pueblo +todo. Mucho puede hacer un soberano, un hombre de genio, y, si no de +genio de buena intencin, al frente de un pueblo y dirigiendo sus +destinos; mas para esto es menester que el pueblo se preste, le ayude y +tenga conciencia de lo que puede y vale. Claro est que ni por el bro, +ni por la virtud militar y poltica, debe ni remotamente compararse +Carlos III con los Reyes Catlicos, pero los iguala, y, prescindiendo +del adelanto moral que han trado los siglos, les lleva no corta ventaja +en buena intencin, en dulce amor los sbditos y en benigna blandura, + pesar de la tirnica expulsin de los jesutas, y, sin embargo, todo +lo que hizo Carlos III tuvo algo de inconsistente y de efmero, +volviendo caer Espaa en su anterior abatimiento, del cual, salvo el +glorioso parntesis de la Guerra de la Independencia, no se ha levantado +todava. + +Infiero yo de todo lo dicho y de lo que callo, porque no cabe en un +artculo breve, que la historia es tan divertida como poco docente +dgase que ensea poco. Ensea cmo fueron las cosas, pero no por qu +fueron. Despus de leer mucha historia y de divertirme leyndola me +inclino yo decir como los historiadores mahometanos: Alabado sea el +poderoso Al que da el podero quien quiere y quien quiere se le +quita. Esta es la manera, no slo ms piadosa, sino ms cmoda y fcil +de explicrselo todo. De otra manera nada se explica. En qu consiste +que estuviese Espaa tan alta en tiempo de los Reyes Catlicos y que +est tan baja ahora? Valen menos los hombres del da? No lo s; pero me +inclino creer que no. A nuestros hombres del tiempo de los Reyes +Catlicos y de sus sucesores inmediatos, lord Macaulay los ensalza hasta +el punto de convertirlos en semidioses; Grecia y Roma no tuvieron +varones ms insignes. En cambio, nuestros hombres del da acaso inspiran +desdn y lstima, no slo los lores, sino los yankees. No depender +esto, ms que del mrito diferente de unos y de otros, de los caprichos +de la ciega fortuna? Son ms tontos menos valerosos los espaoles del +siglo XIX que los de los siglos XV y XVI? Est la inferioridad en la +poca fe religiosa del da? Conjeturo que no, al leer todas las +irrespetuosas blasfemias de que se valan entonces para elogiar las +damas quienes servan, para adular los poderosos. Antn de +Montoro, por ejemplo, dice la reina Catlica: + + Alta reina soberana, + Si antes nascirades vos + Que la hija de Santa Ana, + En vos el hijo de Dios + Recibiera carne humana. + +Ni menos consiste nuestra inferioridad de ahora en que seamos menos +codiciosos, menos envidiosos y menos viciosos que nuestros padres. Los +documentos de los siglos XV y XVI dan testimonio fehaciente de lo +contrario. El desenfreno de las costumbres y la falta de pudor haban +llegado su colmo. Dganlo la _C... comedia_, _El pleito del manto_ y +las obscensimas comedias _Serafina y Tebaida_, todo lo cual circulaba +libremente, sin que los padres de familia se escandalizasen y sin que la +Inquisicin hiciese alto en ello. + +Dice Toms Campanella, en su libro _De monarchia hispanica_, que en los +siglos brbaros prevalecieron los pueblos rudos del Norte y tuvieron el +imperio; pero que cuando llegaron valer ms la astucia y la maa que +la fuerza, inventadas la imprenta y la artillera, _rerum summa rediit +ad hispanos_, por ser hombres ms listos, ingeniosos y astutos. +Aceptando esta explicacin, he cavilado yo veces, para explicarme +nuestra decadencia, que tal vez la industria y los esfuerzos del trabajo +manual han vuelto colocar algo modo de fuerza material aunque +refinada sobre el ms alto valer de las espirituales energas. Acaso +provenga de este para nosotros lisonjero supuesto, que Espada haya +decado tanto. Si as fuese, podramos aadir una parte y una excelencia +ms al famoso libro del Padre Pealosa, titulado _Cinco excelencias del +espaol que destruyen Espaa_. No quiero, pues, en serio, atribuir +tal causa nuestra pasada excelsitud y nuestro hundimiento presente. Y +tampoco quiero atribuirlo lo que ahora llamaramos medidas de +gobierno, ya que las ms celebradas y admiradas en lo antiguo, por los +que entonces escribieron, nos repugnan hoy y menudo nos parecen +feroces y vitandas atrocidades. Ni lo atribuyo, por ltimo, material +flaqueza falta de recursos, ya que, aun atendido el universal progreso +de poblacin, bienestar y productos de toda clase, no es tan pobre ni +tan flaca la nacin que, sin exhalar casi una queja, enva 150.000 +soldados Cuba y piensa en enviar otros 50.000 dentro de poco. + +Vaya usted ver, pues, en qu consiste nuestra decadencia. Avergelo +Vargas. Por qu pudo celebrar el antiguo poeta y hoy no puede celebrar +el moderno + + A aquellos capitanes, + en la sublime rueda colocados + por quien los alemanes, + el fiero cuello atados, + y los franceses van domesticados? + +Hoy no acertamos atar el fiero cuello Mximo Gmez ni domesticar +al mulato cimarrn Maceo. En qu estriba la diferencia? Lo ignoro. Pero +de la ignorancia misma nace una esperanza consoladora. Hay en todo algo +de misterioso que induce no tener por absurdos los cambios ms +radicales. Los espaoles son los mismos de siempre. Dios lo puede todo. +Sus designios son inexcrutables. Y ya que nada de transcendental +saquemos en claro del ltimo libro del Sr. Menndez, sino unas cuantas +horas agradabilsimas leyndole, pongamos nuestra confianza en Dios, y +en la justicia, y en el valer de Espaa, y exclamemos para terminar: + + _Causa jubet melior superos sperare secundos._ + +[Illustration] + + + + +MRITO Y FORTUNA + + +Hace pocos das recib carta de mi excelente amigo el doctor D. Juan +Fastenrath. Entre otras cosas me dice que en Alemania van celebrar el +centenario de D. Manuel Bretn de los Herreros y que el gran duque de +Sajonia Weimar har que en el teatro de su corte se represente una +comedia, tal vez _Murete... y vers_, de aquel fecundo y ameno poeta, +el 19 de Diciembre prximo, al cumplirse el siglo de su nacimiento. + +Lleno de patritica satisfaccin v yo esta prueba del alto aprecio con +que en algunos pases de Europa miran los ingenios espaoles +contemporneos. + +Agu, no obstante, y hasta acibar mi contento, la injusta severidad con +que un autor ingls de mucha fama, que por acaso estaba yo entonces +leyendo, juzga y condena la Espaa del da. En su estudio sobre Santa +Teresa dice el Sr. Froude: Las revoluciones siguen las revoluciones +en la Pennsula Ibrica, hunden al pueblo en la miseria y esterilizan +el suelo; pero en estos ltimos tiempos, no han producido un solo +personaje como aqullos cuyos nombres forman parte de la historia +europea. Slo han producido aventureros militares y oradores de +_elocuencia transcendente_; pero ningn Cid, ningn Gran Capitn, ningn +Alba, ningn Corts, ningn Pizarro. El progresista de nuestra edad +necesita subir mucho si ha de elevarse al nivel antiguo. + +La verdad es que acerca de la Espaa actual hay en el mundo muy +desfavorables opiniones. Todava somos estimados y ensalzados por +nuestros artistas. Nuestros poetas lricos, tan buenos, en lo que va de +siglo, como los de cualquiera otro pas, son desconocidos en los pases +extranjeros. Algunas de nuestras novelas, aunque pocas, han sido +traducidas en varias lenguas. Y algo de nuestro teatro moderno ha sido +traducido y aplaudido tambin, sobre todo en Alemania y en Inglaterra. +Acaso _El drama nuevo_, de Tamayo, sea lo que debemos el mayor +triunfo. Ha pasado el Atlntico, y puesto en ingls, ha embelesado al +pblico de los Estados Unidos. + +En mi sentir, no obstante, el movimiento presente del ingenio espaol se +estima fuera de Espaa en muchsimo menos de lo que vale. Sin duda +consiste esto en que Francia, que para todos los pueblos civilizados +hace el papel de divulgadora y que adems se interpone entre nosotros y +los dems pueblos, dista mucho de sernos favorable. Y no lo es porque en +Francia nos quieran mal ni porque falten en Francia personas eruditas +que conozcan tan bien mejor que nosotros nuestra historia, nuestra +lengua y nuestra cultura, sino porque la generalidad de los franceses +est tan engreda, y no sin razn, si cabe razn en el engreimiento, que +casi no puede concebir que, desde los principios del siglo XVIII hasta +ahora, se haya hecho en Espaa ms que remedarlos permanecer en la +barbarie corrupcin mental en que habamos se supone que habamos +cado. + +En este error nos cabe gran parte de culpa. Nosotros mismos nos hemos +empeado en probar que muri el antiguo pensamiento espaol castizo, y +que desde Luzn en adelante Francia nos ha inspirado y nos ha pulido. + +Nada ms falso si discurrimos sobre ello con tino y reposo. El +escepticismo del siglo pasado: su pobre filosofa sin metafsica; sus +ideas y sentimientos, nobles aunque maleados por excesiva declamacin, +sobre filantropa, igualdad, libertad y progreso, todo esto fu el +espritu de una poca en la historia de Europa, si se quiere, de todo +el gnero humano; pero en Francia reson con mayor estruendo y +hermosura, primero en sus escritores, y en su revolucin ms tarde. +Cmo haba de sustraerse Espaa al influjo de lo que aquellos +escritores dijeron y de lo que la revolucin hizo? Hasta poda +considerarlo como el eco de su propio pensar y sentir, escrito primero, +y luego actuado. Aun as, yo entiendo que el influjo de Francia fu +menor en Espaa que en las dems naciones. Y en lo tocante las reglas +del arte, la forma, lo meramente literario, apenas merece tenerse en +cuenta. As como Parini, Alfieri, Monti, Fscolo y Pindemonte nada deben + la imitacin francesa, los poetas de las escuelas de Sevilla y +Salamanca, ambos Moratines en lo lrico y pico, Quintana, Gallego y el +duque de Fras nada le deben tampoco. Hasta en la poesa dramtica, aun +cuando queramos sujetarnos las reglas venidas de Francia, ramos +originales, castizos y, permtaseme la expresin, de pura sangre +espaola. Tan original, tan inspirado y tan propio de su nacin y de su +poca, es D. Ramn de la Cruz como Lope como Tirso. + +Froude puede decir lo que se le antoje, pero, en literatura al menos, no +veo yo por qu los nombres del mencionado sainetero, los de los grandes +poetas lricos que hemos citado, y los de bastantes otros ms recientes +que pudiramos citar, han de excluirse de la historia de Europa y no han +de poder figurar al lado de los nombres de Byron, Moore, Shelley y +Burns. + +A menudo cavilo y hago examen de conciencia para ver si me ciega no el +amor propio nacional y siempre resulta de mi examen que dicho amor +propio no me ciega. La mayor parte de los espaoles, y yo con ellos, +pecamos en el da por todo lo contrario. Cada cual propende figurarse, +ponindose l un lado como excepcin rara y punto menos que nica, que +por ac, intelectual y moralmente, todo est muy rebajado. La +maledicencia, la ms acerba censura, y la stira ms cruel se +manifiestan en nuestras conversaciones y escritos y son lo que ms +agrada y se aplaude. + +Como yo soy y quiero seguir siendo optimista, contra viento y marea, ni +siquiera censuro esta furia de descontento y de censura. Afirman los que +han navegado mucho que nunca, en medio de las ms espantosas +tempestades, perdan la esperanza de salvacin mientras oan la gente +de bordo lanzar votos y reniegos, blasfemias y maldiciones; y que slo +empezaban perder la esperanza cuando vean la gente de bordo, +resignada y contrita, rezar y no jurar y decirse ternuras en vez de +improperios. + +Por este lado, pues, y como prueba de que queremos luchar contra la +borrasca y vencerla, estoy por decir que me parece bien y til que nos +denostemos y nos humillemos unos otros hasta no poder ms; pero hoy +quiero yo discurrir serenamente, como si no hubiera tempestad, sino +calma, sin resignacin y sin furia, y ver si puedo fundar en algo un +razonable _sursum corda_. + +Vlganme para ello as lo que he aprendido por la lectura como lo que he +visto en los muchos aos que he peregrinado y vivido en extraos pases. +No es mi intento ofender nadie, pero he de hablar con entera +franqueza. La irona con que elogia Froude la elocuencia transcendente +de nuestros oradores es injusta todas luces. De sobra hay en +cualquiera otro pas oradores tan huecos, tan palabreros, tan difusos y +tan ampulosos como los que en Espaa puedan ser ms tildados de tener +dichos defectos. Lo que no hay de sobra en parte alguna es la facilidad, +el primor, la elegancia y el arrebato poderoso de no pocos de nuestros +oradores. Y en cuanto la capacidad poltica que da muestra de s en la +accin y no en la palabra, creo que debemos hacer un distingo. + +Claro est, y cmo negarlo, que Espaa est pobre; que materialmente se +halla ms atrasada que Francia, Inglaterra, Blgica, Holanda, Alemania, +los Estados Unidos, y tal vez algunos otros pases; que es menos +poderosa que Rusia; que ha perdido inmensos territorios en el Nuevo +Mundo; que ha sido trabajada desde hace casi cien aos por incesantes +discordias civiles, y que en los momentos solemnes en que vivimos ahora +se halla abrumada de grandes calamidades y amenazada de otras acaso +mayores. Pero la causa de esto, digmoslo sin rodeos ni disimulos, es +que los espaoles del da son ms inhbiles, menos enrgicos, menos +probos y menos entusiastas que los de otras edades para nosotros ms +dichosas? Esto es lo que yo niego. Puedo ver y veo nuestra decadencia; +puedo recelar y prever nuestra ruina; pero no creo llano y fcil +explicar la causa. Fuera de Espaa, en Amrica y en Europa, hasta donde +yo he podido experimentar, no he visto que la gente del pueblo sea menos +torpe, ni menos floja, ni menos ruda que en Espaa. Y en cuanto los +sujetos eminentes, directores y gobernadores de los Estados, ya me +guardar yo muy bien de decir lo que dijo cierto lord ingls cuando +envi viajar su hijo: anda, hijo mo, y psmate al ver qu casta de +hombres gobiernan el mundo. Yo disto mucho de ser tan severo como el +citado lord (Chesterfield, si la memoria no me engaa); pero no he +tropezado en ninguna de las capitales y cortes que he recorrido, y he de +declararlo aqu aunque sean odiosas las comparaciones, con ministros, +jefes de partido, gobernadores y hombres de Estado, cuya grandeza haya +transformado en mi imaginacin los de Espaa en unos pobrecitos +pigmeos. Confieso que no he conocido Cavour ni Bismarck, que son los +que, en estos ltimos sesenta aos, han hecho ms grandes cosas; pero he +conocido muy ilustres varones, dirigiendo la poltica de florecientes +Imperios, Repblicas y Monarquas, y, acaso por falta de sonda mental, +no he sondeado el abismo que los separa de nuestros infortunados +corifeos polticos, abismo en cuyas por m inexplicadas honduras han de +residir la agudeza, el tino y la sabidura que hacen que todo les salga +bien, mientras que todo por aqu nos sale mal por carecer de esas +prendas. + +Me induce sospechar cuanto dejo expuesto que no siempre la postracin + el encumbramiento de las naciones depende del valor del conjunto de +sus ciudadanos y del mrito extraordinario de los hombres que las +dirigen. Por mucho entran el valor y el mrito; pero hay otro factor +importante, y es la fortuna. Bien s que no hay fortuna para Dios: todo +est previsto y ordenado por l; mas para los hombres, cmo negar que +hay fortuna? Quin prev todos los casos adversos y prsperos? Y aunque +se prevean, aunque se seale en un cuadro del porvenir el curso que han +de llevar los sucesos, depende por completo de la voluntad humana el +variar ese curso? Imaginemos el poltico ms maravillosamente previsor, +y todava podr ser como el astrnomo que anuncia la aparicin de un +cometa y no le detiene, que anuncia un eclipse y no le evita; como el +mdico que pronostica los estragos de una tisis galopante y la prxima +muerte del enfermo y no sabe curarle. + +Yo doy, pues, por seguro que as en el encumbramiento y prosperidad de +los pueblos como en su decadencia y ruina, si entra por algo el mrito y +el valer, entra por algo por mucho tambin lo que llama acaso la gente +irreflexiva, lo que atribuye la gente piadosa la voluntad del Altsimo + lo que ciertos impos y sutiles metafsicos sostienen que depende del +orden inalterable en que los casos se suceden del encadenamiento y +evolucin de la idea en la historia humana. + +Como quiera que ello sea, hay venturas y desventuras, triunfos y +reveses, hundimientos y exaltaciones que no provienen del mrito de los +individuos de los pueblos, sino que estn por cima de las voluntades y +de los entendimientos humanos. + +Y afirmndolo as, yo me pregunto: qu es lo que conviene ms, entender +que las causas de nuestros males no son slo por nuestra culpa +entender que estamos mal porque somos incapaces y porque no valemos lo +que nuestros padres lo que nuestros abuelos valan? Lo que es yo, +desde luego me inclino que es ms til entender lo primero. En ninguno +de los dos casos, yo, como optimista, veo el mal sin remedio. Una +nacin, lo mismo que un individuo, aunque est decada y degradada, +puede corregirse, hacer penitencia, sufrir la dura disciplina del +infortunio, regenerarse al cabo y volver ser grande; pero esta +transformacin dichosa ser muy lenta y tarda. Habr que cambiar para +ello el ser de todos los ciudadanos y el de la Repblica; pero, si el +mal proviene de las circunstancias, las circunstancias pueden cambiar +porque Dios el destino quiere que cambien, y la transformacin +entonces ser rpida inesperada. Para m, por ejemplo, es evidente que +los espaoles de los ltimos aos del reinado de Enrique IV de Castilla +no eran peores, tal vez eran los mismos los que tenan disuelto y +estragado todo el pas, que los que en tiempos de los Reyes Catlicos +conquistaron el reino de Granada, descubrieron un Nuevo Mundo, arrojaron +de Italia los franceses y lograron dar su patria el primado la +hegemona entre todas las naciones de Europa. + +Lo importante, pues, es que no perdamos la confianza y el aprecio de +nosotros mismos. Bueno es renegar y rabiar y acusarnos unos otros de +incapaces, probando as que no estamos resignados ni echados en el +surco; pero mejor es no creer que la incapacidad y el rebajamiento son +generales y nica causa de nuestra ruina. Si creysemos esto estara +perdido todo; pero si creemos, como yo creo y quiero creer, que los +espaoles de ahora estn forjados del mismo metal y tienen el mismo +temple de que fueron forjados y que tuvieron el Cid, el Gran Capitn, el +duque de Alba, Corts y Pizarro, no hay nada perdido. + +Y como para m es evidente que nuestros poetas, artistas, oradores y +escritores del da no desmerecen de los que tuvimos en otras edades ni +tampoco estn por bajo del nivel de los que florecen hoy en las otras +naciones del mundo; y como para m tambin es evidente, diga lo que diga +el Sr. Froude, que, pesar de tantas revoluciones estriles, la tierra +de Espaa no est ms seca ni desolada que en tiempo de los Reyes +Catlicos del emperador Carlos V; doy por seguro que ni los polticos +ni los adalides dichosos han de faltarnos, y que si no perdemos la +confianza y la esperanza, ha de pasar pronto la mala hora y ha de sernos +al cabo propicia la fortuna, con tal de que no la neguemos echndonos +toda la culpa, y con tal de que no se lo atribuyamos todo para +disculparnos para cruzarnos de brazos. + +[Illustration] + + + + +FE EN LA PATRIA + + +Mi padre y multitud de parientes mios por todos los cuatro costados han +servido desde muy antiguo en la Marina espaola. Renegara yo de mi +casta si denigrase los marinos. Pero con todo eso declaro que me +sublevan y enojan los que pretenden poner los marinos y los +militares de tierra por cima de toda censura de los paisanos, fundndose +en que ignoramos sus artes. Razn tuvo Apeles de desdear el juicio del +menestral, dicindole: _zapatero tus zapatos_; pero el zapatero no +poda en cambio recusar Apeles como juez de su calzado, ya que Apeles, +si no saba hacerle, tena que pagarle, gastarle y andar con l +cmodamente. Quiero decir con esto que, en todo caso, el artista y el +poeta podran rebelarse contra la censura. Con no mirar sus cuadros +con no oir leer sus versos se remedia todo el mal que causan. No +sucede lo mismo con aquellas profesiones de las que depende la grandeza + la ruina de los Estados, la vida de muchos hombres y la hacienda de +todos, desde el gran capitalista, al que tiene que vivir de un salario +mezquino. + +De aqu que la censura que cae sobre el militar y el marino sea lcita, +natural inevitable. Y como veces estimula, hasta conviene, si no es +muy disparatada, dura y descompuesta. Arqumedes saba mucho y era muy +ingenioso. Si le hubiesen dado palanca y punto de apoyo hubiera movido +al mundo. Y sin embargo, si cuando inventaba mil artificios pasmosos +para defender Siracusa se hubieran burlado de l los periodistas de +entonces, dicindole mil cuchufletas y ponindole en caricatura, aquel +varn tan sabio se hubiera atolondrado, se hubiera hecho un lo y no +hubiera dado pie con bola dudando l mismo del resultado de su ciencia; +resultado que, por virtud de previas disposiciones y pesar de temores +y dudas, hubiera al fin naturalmente sobrevenido. As, el fruto del +rbol que se cultiva con esmero, cuando llega su madurez y no le coge +la tmida diestra del hortelano, cae en la tierra por virtud de su +propio peso. As tambin se puede explicar que el crucero _Princesa de +Asturias_ se botase al agua no bien la ocasin fu propicia. Si no +hubiese estado bien construdo bien puesto sobre la grada sobre lo +que conviene que se ponga, de fijo que no se hubiera lanzado al mar, tan +gallarda y primorosamente. + +Las comparaciones para ser exactas y luminosas, han de entenderse bien. +Racionalmente considerado el asunto, la flauta no son por casualidad. +Si no hubiera estado hbilmente hecha no hubieran logrado hacerla sonar +los resoplidos ms poderosos. + +La verdad es que por lo que ms pecamos ahora los espaoles todos, es +por el menosprecio de nosotros mismos, por una humildad que nos deprime, +y por una exagerada admiracin de lo extranjero. Nos parecemos al que +oy decir un ingls que en cierto saln algo obscuro de la Alhambra +convendra que hubiese una claraboya; y para imitar al ingls, pidi +tambin una claraboya para el palacio de Carlos V, que nunca tuvo techo. +O bien nos parecemos aquel caballero de Npoles que sostena que si la +Gruta _azul_ estuviese en Francia le habran abierto grandsima entrada, +sin pensar que con mayor abertura hubiera desaparecido todo el +maravilloso encanto de la gruta, casi nicamente iluminada por los rayos +del sol que surgen refractados del seno azul del mar difano. + +Mucho depende de la aptitud de los hombres; pero mucho depende tambin +de la buena mala ventura. No atribuyamos todo lo prspero la +habilidad. En las victorias de Alejandro y de Csar la ventura hubo de +entrar por algo. Suponer que entr por todo sera run envidia. De ella +pudiramos acusar Felipe II, si dijo como se cuenta al saber la +victoria de Lepanto, _mucho ha aventurado D. Juan_: pero la magnanimidad +del mismo monarca se manifiesta cuando atribuye los elementos +desencadenados, y no al poder de sus enemigos ni la torpeza de sus +generales, la prdida de la Armada invencible. Los cartagineses solan +maltratar y hasta crucificar sus generales cuando no vencan. +Preferible es el aliento generoso del Senado de Roma que da gracias al +Cnsul Varrn por que despus de Cannas no desespera de la salud de la +patria. + +Menester es tener confianza en nosotros mismos. Entonces vencern en +tierra los militares y en el mar harn maravillas nuestros marinos. De +su arrojo siempre han dado y siguen dando pruebas, y no sera justo +creer que por el entendimiento y la inspiracin estn por bajo de los +hombres de otros pases. Creer esto equivaldra creer que en nuestro +pas ha degenerado la especie humana, porque no ha de suponerse que +tengan los uniformes la deplorable virtud de entorpecer y de incapacitar + quienes los visten. + +Tengamos confianza y el cielo nos ser propicio. Sin los rezos de Moiss +y sin los milagros que por su intercesin hizo Dios, Josu no hubiera +vencido; la profetisa Dbora no hubiera entonado su himno triunfal, si +las inteligencias que mueven los astros no hubieran bajado combatir en +favor de su pueblo; en mil batallas han tomado parte los dioses del +Olimpo para favorecer los hijos de Grecia; y los Discuros abandonando +el refulgente alczar que tienen en el cielo, y donde hospedan al sol en +los ms hermosos das de cada ao, han peleado en solemnes ocasiones por +la grandeza de Roma. Todo ello entendido la letra, podr ser ilusin +sueo vano; pero, como figura, expresa enrgicamente la virtud +taumatrgica de la fe que tienen los hombres en el genio superior y en +los altos destinos del pueblo que pertenecen: fe dominadora de los +nmenes, que los evoca, los atrae y se los gana para aliados y para +amigos. As nosotros, en mejores das, cuando tuvimos mayor fe en lo que +valemos, trajimos del cielo Santiago y, montado en un caballo blanco, +le hicimos matar moros indios, cosa harto ajena de su profesin y +ejercicio durante su vida mortal. + +Si nos obstinamos y persistimos en nuestra humildad, en recelar que +hemos degenerado y que no somos ya lo que fuimos, ni Santiago ni nadie +acudir socorrernos y jams conseguiremos la victoria. Desde que Tubal +vino Espaa, desde que en Espaa reinaron los Geriones hasta el da de +hoy, no hemos tenido un general que haya reunido bajo su mando 200.000 +combatientes. Y todava en nuestro siglo, pesar de tanta prosperidad, +industria y riqueza no ha habido nacin alguna, por rica y grande que +sea, que enve por mar regiones remotas ejrcito tan numeroso como el +que hemos enviado Cuba. Pero si nos empeamos en creer punto menos que +invencibles los mulatos y negros insurrectos y en que se acab ya la +sustancia de que en Espaa se forjaron en otras edades los ilustres +guerreros, ni el Gran Capitn que resucitase y fuese por all atinara +con una inspiracin dichosa, ni hara algo de provecho, mientras que con +fe tal vez bastara un clrigo como el licenciado Pedro Lagasca, ya que +no se puede suponer que ni Maceo ni Mximo Gmez valgan ms que Gonzalo +Pizarro. + +De estas incoherentes cavilaciones infiero yo que si nuestro triunfo se +retardase demasiado, as en el mar del Sur como en el golfo de Mjico, +culpa sera de nuestra falta de fe, que seguira enajenndonos la +proteccin del cielo: pero que si como es de esperar vencemos pronto, +sin duda que al cielo, la suerte para el que no crea en su influjo, +deberemos el triunfo en primer lugar; pero tambin le deberemos al valor +de nuestro ejrcito de mar y tierra y la habilidad inspiracin de +sus jefes. Y aunque esto ltimo, aunque la habilidad y la inspiracin se +negasen, siempre quedaran como factores de la victoria, sobre el valor +de soldados y marinos, el sufrimiento y la constancia de la nacin, que +al enviarlos sacrifica hericamente y murmurando harto poco su sangre y +su dinero. + +[Illustration] + + + + +LA PAZ DESEADA + + +Grandsimo mi deseo de complacer mi amigo D. Miguel Moya, escribiendo +algo sobre la Nochebuena y la guerra de Cuba para un nmero +extraordinario de _El Liberal_; pero mientras ms cavilo, menos cosas se +me ocurren. Slo acuden mi memoria y pronuncian mis labios las +hermosas palabras que en boca de los ngeles oyeron los pastores: +_Gloria Dios en las alturas y paz en la tierra los hombres de buena +voluntad_. Paz anhelamos todos, y ahora que la Nochebuena se aproxima, +debemos repetir la exclamacin anglica, pidiendo paz al cielo. Y no +slo porque con la guerra exponemos las enfermedades y la muerte +lo ms lozano de la juventud espaola y nos exponemos nosotros la +miseria, sino tambin porque con la duracin de la guerra, par de la +vida de muchos de nuestros hermanos, y par del dinero y hasta de la +esperanza de ganarle que vamos perdiendo, es de recelar que perdamos +tambin la paciencia, el juicio y el corto ingenio que Dios haya tenido +la bondad de darnos. + +Aun prescindiendo de todos los enormes males que la guerra trae consigo, +slo porque no se volviese hablar de tan trillado, sobado y fastidioso +asunto, debiramos rezar para impetrar del Altsimo que la guerra +terminase, aunque fuera por virtud de un milagro, como el de la botadura +del _Princesa de Asturias_. + +En suma; yo no s ya qu decir sobre la guerra, y lo que es sobre la +Nochebuena, con decir _gloria Dios en las alturas y paz en la tierra +los hombres de buena voluntad_, est dicho todo. Pero esto no es cuento, +ni artculo, ni composicin potica indita, y por consiguiente, si no +digo ms, me quedar con el disgusto de no complacer al Sr. D. Miguel +Moya. + +Slo veo un medio de salir de mi apuro: referir aqu con brevedad y +tino, si soy capaz de tanto, la discusin que acaban de tener en mi casa +dos seores que han venido visitarme, y por dicha se han hallado +juntos en ella. Es el uno, D. Valentn Len y Bravo, capitn de +caballera retirado, y el otro, el hbil diplomtico D. Prudencio +Medrano y Cordero, retirado tambin, dgase jubilado. Ambos desean la +paz con el mismo fervor que yo; pero la buscan por muy diverso camino. +Suponen cada uno de ellos que, si se hubiera seguido el que l traza, ya +gozaramos de la paz en esta Nochebuena, y as nosotros en la Pennsula, +como nuestro valiente ejrcito en Cuba, la celebraramos +regocijadamente, despus de haber odo la Misa del Gallo, con +suculentas cenas, en que consumiramos multitud de pavos, que desde su +patria de origen, y no menor, multitud de jamones, que desde Chicago y +desde otros lugares de la Unin, donde abundan los cerdos, nos enviaran +de presente Cullon, Morgan, Sherman y algunos senadores ms. + +Baste de introduccin y empiece el dilogo. El arrogante D. Valentn +habl primero y dijo: + +--Vamos, hombre; confiese usted que no hemos debido sufrir tantas +ofensas y amenazas de intervenir con las armas en nuestras discordias +civiles; jactanciosa seguridad de acogotarnos en un dos por tres, +derrotando nuestro ejrcito y echando pique nuestra flota; y envo +incesante de aplausos los insurrectos, de insultos feroces los +leales, y de armas, municiones, dinero, vveres y toda clase de auxilios + los que devastan, incendian, saquean y destruyen la riqueza de Cuba, +para pedirnos luego indemnizacin por los mismos estragos y ruinas, que +sin el favor de los _yankees_ jams se hubieran causado. Crea usted, que +lo que hubiera convenido y lo que todo esto hubiera merecido, es que +nosotros hubiramos imitado Agatocles. + +--Y quin fu ese caballero?--pregunt don Prudencio. + +--Pues Agatocles--contest D. Valentn--fu un clebre tirano de +Siracusa, con quien se condujeron los cartagineses sobre poco ms +menos, como los _yankees_ con nosotros. Pero Agatocles se hart de +sufrirlos, embarc 5.000 soldados en unas cuantas naves, cruz el mar +con ellos burlando la vigilancia de la poderosa escuadra enemiga, y +desembarc en el territorio de la gran Repblica: para verse obligado +vencer morir, destruy los barcos en que haba venido, como hicieron +ms tarde el renegado cordobs Abu Hafaz en Creta, los catalanes en +Galpoli y Hernn Corts en Mxico; entr saco en muchas ciudades +pnicas, y aun estuvo punto de apoderarse de la capital. Por qu no +habamos de haber nosotros declarado la guerra los _yankees_, pasado +en un periquete con ms de 100.000 combatientes desde Cuba la tierra +de ellos y quizs llegado hasta el Capitolio de Washington, arrojando de +all culatazos los senadores y yendo luego, por la _avenida_ de +Pensylvania, hasta donde est el Palacio del Tesoro todo lleno de dinero +y apuntalado para que no se hunda, aliviarle de aquel peso, y plantarnos +por ltimo en la Casa Blanca, que est tres pasos de all, y hacer +Cleveland cautivo? + +--Todo eso--replic D. Prudencio--me parecera muy bien si para dejarme +fro no acudiese mi mente esta frase proverbial: t que no puedes, +llvame cuestas. No bastan doscientos mil soldados para acorralar y +domar los mulatos y negros cimarrones, y suea usted con que basten +cien mil para llegar al Capitolio de la Gran Repblica. Crame usted: lo +digo con gran dolor, pero es menester decirlo; _consumatun est_. +Menester es que nos resignemos y nos achiquemos. Cuba no nos ha +producido nunca una peseta. Cada una de las que ha podido traerse de +all algn empleado poco limpio, nos ha costado mil pesetas al conjunto +de los dems peninsulares y nos cuesta adems y nos costar muchas +lgrimas. Qu mejor venganza podemos tomar de los cubanos rebeldes que +concederles la libertad por que combaten? Una vez Cuba libre, Cuba se +volvera _merienda de negros_. + +--Pues para que no se vuelva _merienda de negros_ debemos seguir +combatiendo en la Grande Antilla--dijo entonces D. Valentn.--Los +cubanos, ni con mucho, son todos rebeldes, y tenemos el deber de +defenderlos de los foragidos y de salvarlos de la rapacidad y de la +insolencia tirnica de los aventureros que quieren apoderarse de la +isla. Contra estos aventureros y aun contra todo el poder de los +_yankees_ que los protegen debemos luchar, ya que es inevitable la +lucha. + +--Confieso--dijo entonces D. Prudencio--que me hace bastante fuerza eso +de que no debemos abandonar los cubanos fieles y pacficos. Por eso +vacilo yo. Si no fuera por eso no vacilara en afirmar que para que +hubisemos tenido paz en la Nochebuena, que se acerca grandes pasos, +hubiramos debido, en vez de imitar las locuras del Sr. Agatocles, hacer +lo que yo me s. + +--Y qu es lo que usted se sabe? Acaso plantear las reformas ya +votadas, concederlas mayores an y hasta llegar la autonoma para que +depusiesen las armas los insurrectos? No v usted que ellos achacaran + debilidad actos tan generosos, se ensoberbeceran ms, pediran +independencia muerte, y antes que darse nosotros se daran al +diablo? + +--Pues dos al diablo, les dira yo--contest D. Prudencio.--Lo que es +por m ya seran independientes con una condicin: con la condicin de +que cargasen con el pago de la deuda de Cuba. Aunque se elevase +cuatrocientos millones de pesos fuertes, todava sera muchsimo menos +de lo que Cuba nos ha costado en los cuatrocientos aos que la hemos +posedo, sin duda por nuestra desgracia, pero tambin por nuestra +gloria, como monumento y esplndido recuerdo del hecho ms brillante y +transcendental de nuestra historia y aun de la historia de todo el +linaje humano. + +--Tambin digo yo--exclam D. Valentn--lo mismo que deca usted hace +poco cuando me oy hablar de la imitacin de Agatocles: _todo eso me +parecera muy bien si para dejarme fro no acudiese mi mente esta +frase proverbial: t que no puedes, llvame cuestas_. Cmo quiere +usted que paguen nada los cubanos libres? Lo menos durante dos siglos, +sobrevendra all con la libertad la ms estupenda anarqua. Aquello +sera el Puerto de Arrebatacapas. + +La isla libre no valdra por lo pronto ni producira un ochavo. Mal +andamos nosotros de dinero, pero todava los acreedores se fiaran ms +de nosotros. Yo doy por cierto que si Cuba se comprometiese pagar, los +acreedores no aceptaran la sustitucin y exigiran que Espaa les +pagase. + +--Eso tiene remedio--dijo D. Prudencio.--Mal hemos hecho con no haber +contrado alianza ninguna, con estar aislados y sin apoyo entre las +grandes potencias europeas; pero esto no mitiga la acusacin de egosmo +y hasta de imprevisora flaqueza que podemos lanzar contra ellas, +vindolas inertes y tranquilas sufrir que los Estados Unidos, sin razn +y sin derecho, nos traten como nos tratan, fiados en su poder y en su +riqueza imaginndonos dbiles, pobres y solos. Como quiera que sea, +repito que el mal tiene remedio. Yo se le dara con mi grande habilidad +diplomtica, si no estuviese ya jubilado: conseguira que los Estados +Unidos, tan filantrpicos y tan fervorosos amantes de la libertad de +Cuba, garantizasen el pago de su deuda, y aun la pagasen, mientras Cuba +no pudiese pagarla. Hasta sera esto poderoso estmulo para que ellos +procurasen y aun lograsen la prosperidad de Cuba, con la cual crecera +la fama pstuma de Antonio Maceo hasta la altura de la de Jorge +Washington y de la de Simn Bolvar. Todo depende del xito final del +nuevo Estado que se funda. + +Cuando se cansaron de hablar mis dos visitantes, me preguntaron mi +parecer. Yo, con todas las perfrases cultas que me inspir la cortesa, +les d entender que los pareceres de ellos se me antojaban igualmente +disparatados y que era menester buscar un trmino medio. + +--Y quin le busca?--dijeron ambos. + +--Todos--contest yo--pero nadie le ha encontrado todava. Esperemos que +Dios, con su infinita bondad y misericordia, suscite pronto en Cuba un +caudillo, sea quien sea, que logre estar no menos acertado como general +en jefe, que Cirujeda como comandante, y todo terminar pronto y bien, +sin imitar Agatocles, y sin imitar tampoco al cura de Gavia. Cuando +veamos aparecer este caudillo, no habr viejo en toda Espaa que no haga +el papel de Simen y que no le remede diciendo: _Nunc dimittis servum +tuum Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei +salutare tuum_: pero ni los viejos podremos hacer el papel de Simeones +en la prxima Nochebuena, ni los mozos podrn gozar de la paz deseada. +Contentmonos con la esperanza de tener esta paz en la Nochebuena de +1897. + +[Illustration] + + + + +LA MEDIACIN DE LOS ESTADOS UNIDOS + + +Voy decir mi humilde parecer sobre el importante asunto de que _El +Liberal_ trata hoy, y voy decirle con sinceridad, con llaneza y hasta +con cierto candor, que la generalidad de las gentes considerar poco +diplomtico: pero mi diplomacia pas ya, y agua pasada no mueve molino. + +Cuba, en mi sentir, nada nos ha valido en los cuatrocientos aos que +hace desde que nos apoderamos de ella. Las riquezas que algunos +espaoles traen pueden traer desde all nuestra Pennsula, no +aumentan ms nuestro caudal que las alhajas y juguetes que hallan en un +balcn los nios aumentan el caudal del honrado padre de familia que los +puso all de antemano el da de Reyes para que sus nios los tomen, +que las liebres y perdices, que caza alguien en un coto, aumentan el +caudal del propietario del coto, que para llevar y sustentar all dichas +liebres y dichas perdices, ha gastado mil y mil veces ms de lo que +ellas valen. + +Econmicamente, pues, nada nos vale nuestro dominio en Cuba. + +Es cuestin de honra conservarla? Frase es sta llena de pompa y de +peligro, que sera mejor no emplear. + +Claro est que nos convendra y nos agradara que el Dios Trmino de +Espaa no hubiera retrocedido y no retrocediese nunca. Pero si las leyes +providenciales fatales, por cuya virtud se ordenan los acontecimientos +humanos, hacen que el Dios Trmino retroceda, no por eso Espaa ha de +creer menoscabada su honra. Antes pudiera salir del mal el bien, y +acrecentarse la honra de Espaa, si, por ejemplo, las diecisis +diecisiete Repblicas que han nacido de su seno, llegasen estar +florecientes y poderosas. + +Es cuestin de integridad de nuestro territorio? Tambin sobre esto hay +mucho que decir y no poco que distinguir. Harto menguada estara ya +dicha integridad, si la hubieran constitudo lo mejor del continente +americano, la Sicilia, la Cerdea, el Portugal con todas sus posesiones, +y tantos otros Estados, provincias y pases como nos han pertenecido y +ya no nos pertenecen. + +Infiero yo de aqu que nuestro dominio en Cuba no es cuestin de +utilidad, ni de honra, ni de integridad de la Patria. + +Pero significa esto que sea poco importante la conservacin de Cuba? +Tan lejos estoy de pensarlo, que creo dicha conservacin +importantsima. El que la conservemos es para nosotros cuestin de +categora, de elevacin, de rango entre las naciones de Europa. Es +tambin cuestin de decoro nobiliario. Cuba, dominada por Espaa, parece +como ttulo, custodiado en nuestro poder, de que descubrimos y +civilizamos el Nuevo Mundo. + +Por esto, todo buen espaol debe considerar como gran desventura la +prdida para nosotros de aquella hermosa isla. Por esto, con general +aplauso y excitacin de toda Espaa, han ido Cuba 200.000 soldados. +Por esto la nacin se desprende de sus bienes, gasta su dinero, se +empea, y arrostra con resignacin valerosa la pobreza, fin de +mantener en Cuba esos soldados, y por medio de ellos su indiscutible +soberana. + +Por desgracia, los que contra ella se rebelan, lejos de dar la cara, +huyen y se esconden, prolongando as indefinidamente la guerra, los +gastos y los sacrificios, y haciendo morir, mil veces ms que en los +combates, por las enfermedades, la flor de nuestra juventud generosa. + +Yo no discuto aqu si es no posible, menos de un milagro, de una +ventura casual de una inspiracin dichosa, acorralar los rebeldes, +vencerlos y darles pronto el merecido castigo. Tal vez sea esto +dificilsimo. + +Sabido es lo mucho que dura este linaje de guerras. Catorce aos dur la +de Viriato. Y sin buscar ejemplo tan ilustre, el rey absoluto de Espaa +tuvo que tratar de potencia potencia con el Tempranillo, con los +Botijas y con otros bandoleros, porque no pudo vencerlos con las armas. + +Como quiera que sea, la situacin en Cuba del general en jefe es harto +penosa. El pueblo que permanece all fiel la Madre Patria y el +Ejrcito que le obedece, bien pueden proclamarle _mejor que Trajano_, +pero no _ms feliz que Augusto_. Bien pueden, para realzar su crdito y +levantar su autoridad, reunirse en Junta y colmarle de vtores y +aplausos; pero tan entusiasta patriotismo recordar involuntariamente el +del Senado romano cuando, despus de la batalla de Cannas, di +fervorosas gracias al cnsul Varrn porque no haba desesperado de la +salud de la patria. + +Yo no quiero desesperar, ni desespero tampoco. La paz, sin embargo, me +parece en extremo deseable, y la accin diplomtica conveniente, ya que + pesar del indiscutible valor y del pasmoso sufrimiento de nuestros +soldados, no bastan las armas. + +Cmo _debe_ ser, cmo _puede_ ser esta accin diplomtica, dado que +la haya? Una cosa es el _debe_ y otra el _puede_. Aristteles pone muy +bien en claro la diferencia. Por ella, dice aquel sabio, es la poesa +mil veces ms filosfica que la historia. La historia expone lo que es y +la poesa expone lo que debe ser. Hagamos poesa por un momento. +Hablemos de lo que debiera ser y no es, por desgracia. + +La nacin de los Estados Unidos, tal vez pesar de su gobierno, que no +puede evitarlo, mantiene la insurreccin en Cuba. Sin el favor y +auxilio que le d, sin las armas, dinero, hombres y fuerza moral que le +suministra, es evidente para todo el mundo que la insurreccin estara +ya sofocada; que hubiera sido mil veces menos fuerte; que tal vez no +hubiera ocurrido. El proceder, pues, contra nosotros de la nacin +anglo-americana (aunque disculpemos su gobierno) es el ms odioso +abuso de fuerza que imaginarse puede. Una protesta enrgica contra l +por parte de Espaa sera sublime delirio. Espaa est lejos de Cuba y +la Unin est cerca, y Espaa es cuatro veces menos populosa que la +Unin y cien veces menos rica. Algo, no obstante, podra perder la gran +Repblica, si entre ella y Espaa sobreviniese un conflicto blico. La +justicia est de nuestro lado, y + + _l' antico valore_ + _Negl' ispanici cor non ancor morto._ + +Vamos ahora declarar aqu lo que _debiera_ ser, aunque no tengo la +menor esperanza de que sea, para evitar el abominable abuso de fuerza de +que hablo el conflicto que presupongo, si perdida nuestra paciencia, +superior la de Job, nuestro nimo no desfallece. + +La accin diplomtica debieran ejercerla las grandes potencias de +Europa, y singularmente las que tienen posesiones en Amrica, fin de +que el gobierno anglo-americano emplee medios suficientes para evitar +que su pueblo fomente la insurreccin en Cuba, faltando la justicia, +la verdadera civilizacin y al Derecho de gentes. La insurreccin +terminara en seguida si esto se lograse. Pero esto es poesa: es lo que +debe ser, pero no lo que ser. Las grandes potencias de Europa seguirn +dejando Espaa en completo abandono. + +Qu recurso nos queda, sin acudir al ms arrogante y peligroso de los +extremos? Pues el recurso que nos queda es disimular los insultos +agravios y aceptar los buenos oficios del gobierno de los Estados +Unidos, si dicho gobierno los ofrece. + +Rara y muy poco airosa sera para nosotros esta mediacin; pero es tan +grande nuestro deseo de paz, que hasta cierto punto nos conviene pasar +por todo. + +Explicar ahora la limitacin que v contenida en la frase _hasta cierto +punto_. Para m, la limitacin no puede ser ms clara. Si el gobierno de +los Estados Unidos mediase y lograse que depusiesen las armas los +insurrectos y se pacificase la isla, esto haba de ser sin exigirnos la +menor promesa de reformas interiores, de cambios en la gobernacin de la +isla, de nada que modificase all las relaciones entre gobernantes y +gobernados, y de cuyo cumplimiento quedase implcitamente como garante +el gobierno de los Estados Unidos. Esto equivaldra despojarnos +vergonzosamente de la soberana de la isla conservar en ella una +soberana desmedrada y dependiente de la gran Repblica, cuya +fiscalizacin constante estaramos sometidos, y quien acudira siempre +en queja cualquier cubano dscolo que se creyese lastimado que +supusiese que no se le cumpla lo prometido. Sin duda, se me dir: qu +provecho, qu ventaja sacar el gobierno de los Estados Unidos, de +mediar para que los rebeldes se rindan discrecin y sin que Espaa les +prometa nada? A tal pregunta respondera yo: + +Si alguien cree espera todava en Espaa, que podemos tener en Cuba un +milln y seiscientos mil conciudadanos para que compren productos de la +Pennsula mucho ms elevado precio que pueden comprar productos +semejantes importados de otros pases, menester es, en mi opinin, que +renieguen de tal creencia y que desistan de tal esperanza. Y no supone +lo dicho la anulacin del comercio entre Cuba y Espaa. El del Brasil, +por ejemplo, con el reino de Portugal, es ahora mil y mil veces ms +activo y fructfero para los portugueses que cuando el Brasil era +colonia. + +Con facilidad se comprender ya lo que, sin desdoro nuestro y sin mengua +de nuestra soberana, pudiramos dar los Estados Unidos, si, por +mediacin de su gobierno, Cuba se pacificase. En virtud de un Tratado +pudiramos darles la ms amplia libertad de comercio en aquella porcin +de nuestro territorio. El galardn sera esplndido y Cuba tambin +aumentara pasmosamente su riqueza, si pudiese comprar ms baratos la +harina y otros alimentos, importar en la Gran Repblica sus azcares, +su caf y su tabaco, libres casi libres de derechos. + +En cuanto las libertades polticas y administrativas, ya las conceder +Espaa generosamente, sin que nadie le imponga de antemano la obligacin +de concederlas. + +Slo de esta suerte aceptara yo la accin diplomtica digase la +mediacin de los Estados Unidos. + + + + +NDICE + + +Prlogo v + +Disonancias y armonas de la moral y de la +esttica 1 + +Coleccin de manuscritos y otras antigedades +de Egipto pertenecientes al archiduque +Raniero 31 + +De los autores portugueses que escribieron +castellano 57 + +Los jesutas de puertas adentro, un barrido +hacia fuera en la Compaa de Jess 71 + +Sobre dos tremendas acusaciones contra Espaa, +del anglo-americano Draper 103 + +Los Estados Unidos contra Espaa 149 + +Quejas de los rebeldes de Cuba 175 + +Las alianzas 197 + +Teatro libre 211 + +Fines del arte fuera del arte 243 + +El maestro de Palmira 253 + +Las rarezas del _Fausto_ 265 + +La moral en el arte 275 + +El regionalismo filolgico en Galicia 285 + +La obra pstuma de Juan Montalvo 295 + +El pas de la castaeta 303 + +Sobre la antologa de poetas lricos castellanos, +de D. Marcelino Menndez y Pelayo 313 + +Mrito y fortuna 323 + +Fe en la patria 333 + +La paz deseada 339 + +La mediacin de los Estados Unidos 347 + + + + + + + +End of the Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera + +*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA *** + +***** This file should be named 35882-8.txt or 35882-8.zip ***** +This and all associated files of various formats will be found in: + http://www.gutenberg.org/3/5/8/8/35882/ + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net) + + +Updated editions will replace the previous one--the old editions +will be renamed. + +Creating the works from public domain print editions means that no +one owns a United States copyright in these works, so the Foundation +(and you!) can copy and distribute it in the United States without +permission and without paying copyright royalties. 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You may copy it, give it away or +re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included +with this eBook or online at www.gutenberg.org + + +Title: A vuela pluma + coleccin de artculos literarios y polticos + +Author: Juan Valera + +Release Date: April 16, 2011 [EBook #35882] + +Language: Spanish + +Character set encoding: ISO-8859-1 + +*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA *** + + + + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net) + + + + + + +</pre> + +<hr class="full" /> + +<h1>A VUELA PLUMA</h1> + +<p class="cbs">OBRAS DEL MISMO AUTOR</p> + +<p class="cb">——</p> + +<table border="0" cellpadding="1" cellspacing="0" summary=""> +<tr><td align="left">Pepita Jimnez; un vol. en 8., Ptas. 3.</td></tr> +<tr><td align="left">Doa Luz; un vol. en 8., 3.</td></tr> +<tr><td align="left">El comendador Mendoza; un vol. en 8., 3.</td></tr> +<tr><td align="left">Algo de todo; un vol. en 12., 2,50.</td></tr> +<tr><td align="left">Las ilusiones del doctor Faustino; dos vols. en 12., 5.</td></tr> +<tr><td align="left">Pasarse de listo; un vol. en 12., 2,50.</td></tr> +<tr><td align="left">La buena fama; un vol. en 16. con grabados, 2,50.</td></tr> +<tr><td align="left">El hechicero. El bermejino prehistrico. Las salamandras azules; un vol. en 16. con grabados, 2,50.</td></tr> +<tr><td align="left">Dafnis y Cloe (traduccin del griego); un vol. en 12., 3.</td></tr> +<tr><td align="left">Estudios crticos; tres vols. en 12., 9.</td></tr> +<tr><td align="left">Disertaciones y juicios literarios; dos vols. en 12., 6.</td></tr> +<tr><td align="left">Cuentos y dilogos; un vol. en 12., 2,50.</td></tr> +<tr><td align="left">Poesa y arte de los rabes en Espaa y Sicilia; tres volmenes en 12., 9.</td></tr> +<tr><td align="left">Tentativas dramticas; un vol. en 12., 2,50.</td></tr> +<tr><td align="left">Canciones, romances y poemas; un vol. en 12., 5.</td></tr> +<tr><td align="left">Cuentos, dilogos y fantasas; un vol. en 12., 5.</td></tr> +<tr><td align="left">Nuevos estudios crticos; un vol. en 12., 5.</td></tr> +<tr><td align="left">Cartas americanas (primera serie); un vol. en 12., 1.</td></tr> +<tr><td align="left">Nuevas cartas americanas (segunda serie); un vol. en 8., 3.</td></tr> +<tr><td align="left">Pequeeces... Currita Albornoz al P. Luis Coloma; un folleto en 8., 1.</td></tr> +<tr><td align="left">Las mujeres y las Academias, cuestin social inocente; un folleto en 8., 1.</td></tr> +<tr><td align="left">Ventura de la Vega, biografa y estudio crtico; un vol. en 8. con el retrato del biografiado, 1.</td></tr> +<tr><td align="left">Juanita la larga; un vol. en 8., 3,50.</td></tr> +<tr><td align="left">Genio y figura...; un vol. en 8., 3.</td></tr> +</table> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<p class="cb">JUAN VALERA</p> + +<p class="cbl">/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\</p> + +<h1>A VUELA PLUMA</h1> + +<p class="cb"><small>COLECCIN DE</small></p> + +<p> +<br /> +</p> + +<p class="cbs">ARTCULOS LITERARIOS Y POLTICOS</p> + +<p> +<br /> +</p> + +<div class="figcenter" style="width: 150px;"> +<img src="images/ill_title.png" width="150" height="28" alt="colophon" title="" /> +</div> + +<p> +<br /> +</p> + +<p class="cb">MADRID<br /> +LIBRERA DE FERNANDO F<br /> +<i>Carrera, de San Jernimo, 2</i><br /> +——<br /> +1897</p> + +<p> +<br /> +<br /> +<br /> +</p> + +<p class="c">——<br /> +<small>Es propiedad del autor.—Derechos reservados.</small><br /> +——</p> + +<p> +<br /> +</p> + +<table border="4" cellpadding="5" cellspacing="0" summary=""> +<tr><td align="center"><a href="#INDICE">AL NDICE</a></td></tr> +</table> + +<p><a name="page_v" id="page_v"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 384px;"> +<a href="images/illpg_va.png"> +<img src="images/illpg_va_sml.png" width="384" height="69" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="PROLOGO" id="PROLOGO"></a>PRLOGO</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">IMPRESO ya este libro y reunidos en l no pocos artculos, se me ofrecen +dificultades que conviene allanar antes de que el libro salga luz +pblica. Ponerle ttulo es la menor de todas y ya la considero allanada. +<i>A vuela pluma</i> es ttulo tan significativo como propio. Ora excitado yo + dar mi parecer sobre flamantes producciones literarias, ora movido +inspirado por los tristes acontecimientos polticos de nuestros das, he +escrito y esparcido, por revistas y peridicos diarios, lo que aqu va +reunido. No porque soy escptico, sino porque soy modesto, aunque me +contradiga atribuyndome tan buena cualidad, nada pretend ensear al +escribirlos en cada uno de los siguientes artculos, ni nada pretendo +ahora ensear al reunirlos en un volumen. Y no porque yo crea que no +haya verdades que ensear, sino porque carezco de fe bastante en mi +propio saber y en mi autoridad y competencia para empuar la frula y +revestirme de la toga y dems insignias del magisterio. No es, pues, +para enseanza de mis lectores, para lo que publico este libro.</p> + +<p>Si he de confesar la verdad tampoco han acudido mis amigos, admiradores +y parciales, aconsejndome y casi impulsndome con la violencia de sus +ruegos para que le publique, segn ocurre con frecuencia otros autores +ms que yo dichosos. Este libro, intil para la enseanza, para la cual +candorosamente le desautorizo, se publica sin que nadie me lo pida ni se +empee en ello, por mi espontnea y librrima voluntad y por mi +iniciativa. Qu fin me llevo al publicarle? Alguna explicacin acerca +de esto me considero obligado dar los lectores.</p> + +<p>Todo autor, por fro y desamorado que sea, consagra cuanto escribe, +aunque lo estime en poco, un amor semejante al que tienen los padres +sus hijos, quienes aman aunque sean feos y no bonitos, enfermizos y no +robustos, tontos y no discretos. Y dado en m, como se da, este amor, +harto se comprende mi deseo de que no queden mis hijos espirituales +anegados en un inmenso pilago de papeles donde se perderan sin duda y +nadie volvera acordarse de ellos. La unin da fuerza, y yo los reuno +para ver si de esta suerte se sostienen y sobrenadan y llegan sin +hundirse y sin ser arrebatados por la corriente del ro del olvido al +pequeo y seguro puerto del poco numeroso pblico, cuyas simpatas he +logrado captarme.</p> + +<p>Si este pblico nada aprende leyndome, bien puede ser que se entretenga +apaciblemente con mi lectura y que divierta el espritu de penosos y +graves cuidados. Bien puede ser tambin que el favorable aspecto bajo el +cual veo yo dichos y hechos, y que mi confianza en los destinos de la +patria y en el mejor trmino y desenlace para los conflictos y apuros en +que se encuentra hoy, agraden y consuelen quien me lea, con lo cual me +dar yo por bien pagado y justificar razonablemente el haber reunido +estas obrillas que los crticos severos y los que no me quieran bien +calificarn por lo menos de insignificantes.</p> + +<p>Tienen con todo una muy importante significacin, que no mengua sino +crece, aunque se suponga trivial y vulgarsimo cuanto se dice en ellas. +Yo soy, sin duda, quien lo dice; pero, por lo mismo que lo dicho es +vulgar, quien lo piensa y lo siente es una no pequea parte del pblico, +de la cual vengo as convertirme en rgano, representante y heraldo.</p> + +<p>Al presente, est muy en moda, en literatura, el reunir documentos +humanos. Valga, pues, este libro, si no vale para nada ms, como reunin +de tales documentos. Yo expreso lo que en l se expresa; pero conmigo lo +piensan y lo sienten muchos miles de semejantes y de compatriotas mos. +Por donde mi libro deja de ser insignificante, se transforma en docente + en documental y merece ser publicado y hasta ledo. Creo, por ltimo, +que, si al escribirle he desechado toda preocupacin interesada y le he +escrito con buena fe, candorosa y sencilla, alguien me leer con gusto, +si no con provecho, y esto me basta.<a name="page_001" id="page_001"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 450px;"> +<a href="images/illpg_001a.png"> +<img src="images/illpg_001a_sml.png" width="420" height="99" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3> +DISONANCIAS Y ARMONAS<br /> +DE LA MORAL Y DE LA ESTTICA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<h4>I</h4> + +<p class="r"><i>Al Sr. D. Salvador Riada.</i></p> + +<p class="nind">MI querido amigo: Mucho siento tener que decir usted que Monte-Cristo, +que oye turbio y que, adems, suele distraerse, hubo de engaarse, y tal +vez enga usted, sin la menor malicia, cuando le asegur que me haba +parecido muy bien el <i>Himno la carne</i>. Ni bien ni mal poda parecerme +una obra que yo an no conoca. Acaso al hablarme Monte-Cristo, yo, que +tambin me distraigo, dije algo, como acostumbro, en alabanza del +talento potico de usted, que tan claro me parece, y l lo aplic al +<i>Himno</i> de que me hablaba, y que yo no poda alabar por serme entonces +desconocido.</p> + +<p>Ahora, que ya le conozco, creo de mi deber dar usted con toda +sinceridad y franqueza la opinin que me pide.<a name="page_002" id="page_002"></a></p> + +<p>Muchsimo hay que decir, y he de decirlo, aunque incurra en la nota de +pesado.</p> + +<p>No obstante la pesadez y el desalio con que ir escrita mi carta, yo +consiento en que usted haga de ella lo que guste: guardarla para s, +rasgarla, dejar que el pblico la lea.</p> + +<p>Desde luego el ttulo de <i>Himno</i> me desagrada. Un himno es un himno, y +catorce sonetos son catorce sonetos. Adems, el ir dirigidos <i> la +carne</i> presupone cierta trascendencia teolgica filosfica que los +sonetos apenas tienen.</p> + +<p>Los enemigos del alma son tres: mundo, demonio y carne. Y fuerza es +confesar que todos los hombres, salvo raras y dichosas excepciones, +estamos empecatadillos y entonamos himnos en loor de uno de estos tres +enemigos, cuando no de los tres un tiempo; pero debe notarse que, +bien no caemos, por extraviados ilusos, en que hacemos semejante +elogio, bien aparentamos no caer, envolviendo nuestro consciente +propsito en delicada hipocresa. El elogiar con premeditacin tales +enemigos implica un descaro que repugna las creencias religiosas de la +gran mayora de los espaoles, los cuales son, se supone que son +catlicos.</p> + +<p>Ya se entiende que, partidario yo del arte por el arte, he de prescindir +y prescindo de toda religin positiva y de toda moral que en ella se +funde, para juzgar una composicin potica. De lo que es difcil +prescindir es de la moral universal que coincide con la belleza +artstica, y de algunas conveniencias sociales, que son ineludible<a name="page_003" id="page_003"></a> +requisito para que esa belleza artstica se produzca sin que lo estorbe +la disonancia entre la obra del poeta y las costumbres, los usos, y +hasta, si se quiere, las preocupaciones y los disimulos de la sociedad +en que el poeta vive.</p> + +<p>An voy ms all en el <i>quidlibet audendi</i>. Supongo que el poeta se +rebela contra esos usos, costumbres y creencias, porque los considera +malos tontos. No por eso he de escandalizarme. Antes bien, aplaudir +al poeta como poeta, si impugna con primor y con bro lo que yo crea ms +santo, aunque yo, pongo por caso, como catlico, considere que l, como +impo, acabar, en castigo de sus bien rimadas blasfemias, por arder +eternamente en lo ms profundo del infierno.</p> + +<p>As me sucede con el <i>Himno Satans</i>, de Carducci. Sin dejar de creer +en todo lo que ensea la Doctrina cristiana, los hombres, en mi sentir, +pueden haber inventado descubierto la plvora, la imprenta, la +brjula, el pararrayos, el telgrafo, el telfono, la fotografa, la +mecnica celeste y la terrestre, las estrellas ms remotas, los +microbios y el protoplasma: pero, si algn poeta entiende de buena fe +que Dios se opona que inventsemos y descubrisemos todas esas cosas, +que quiz hagan la vida menos aburrida y amarga, y que con auxilio del +diablo las hemos inventado y descubierto, mejorando y sublimando nuestra +condicin, yo le aplaudo si compone un himno diablo tan benfico, +quien llama l Satans porque se le antoja, y quien seguir llamando +energa y luz interior<a name="page_004" id="page_004"></a> que pone Dios en el alma, hecha su imagen y +semejanza.</p> + +<p>En anlogo sentido comprendo yo que se componga un <i>Himno la carne</i>, +el cual me guste tanto ms que el <i>Himno al demonio</i> de Carducci. Si +entendemos por carne la sustancia organizada y viviente de que se vale +el Artfice supremo para revestir de forma sensible su idea, haciendo +patente la hermosura, ya por operacin de naturaleza, ya por +intervencin de la voluntad y del entendimiento humanos, que pulen, +acicalan y asean lo que naturaleza prepar y dispuso cual primitivo +bosquejo, declaro que el <i>Himno la carne</i> me parece muy bien, +prescindiendo del ttulo, porque ni las nubes nacaradas, ni la cndida +luna, ni el sol, ni las flores, ni los verdes bosques, ni los lozanos +verjeles, ni nada de cuanto he visto y veo por esos mundos, es ms +hermoso que una mujer aseada y hermosa. Y es ello tan indiscutible que, +para expresar materialmente los ms altos objetos, potencias y virtudes, +les damos forma de mujer. Y as la fama, la patria, la religin, la +ciencia, la filosofa, la justicia, la fe, la caridad y la esperanza, se +representan como otras tantas guapsimas seoras.</p> + +<p>Pero su himno de usted (sigamos llamndole himno), no se mete en tales +honduras. Mejor sera apellidarle himno la Pepa, la Juana la +Francisca, de cuya carne gusta usted. La generalizacin filosfica +teolgica slo est en el epgrafe.<a name="page_005" id="page_005"></a></p> + +<p>Y lo peor que yo noto (admirando ms la inspiracin y la habilidad +poticas, que no faltan usted aun errando el camino) es que usted +analiza y resta en vez de sintetizar y aadir, al ir ponderando sus +deleites amorosos. Pues qu, no es ms que la carne lo que enamora +usted en su innominada querida? Nunca ni el ms materialista de los +poetas gentiles, sustrajo tanto del amor los elementos no materiales, +que le idealizan y hermosean, y le redujo al mero concepto de la +lascivia, como si fuera amor de perros de gatos. Y como usted no hace +la sustraccin y el despojo por vehemencia afrodisiaca, sino por +preocupacin de escuela ultra-naturalista, los versos, ni siquiera +resultan fervorosos de libertinaje, sino fros, afectados y +artificiosos, con refinamientos de sensualidad enfermiza, que apela +espejos y otras diablicas travesuras. Parece lascivia de viejo, y, +por consiguiente, falsa, pues usted es mozo.</p> + +<p>Prescribe Horacio que no se hagan ciertas cosas delante del pueblo:</p> + +<p class="c"><i>Nec filias coram populo Medea trucidet:</i></p> + +<p class="nind">y lo que Horacio prescribe para lo trgico debe aplicarse lo ertico +tambin. No conviene introducir al pueblo en la alcoba ni imitar al rey +de Lidia con Giges. Contra esto peca usted, no pasando de ligero, sino +detenindose en pormenores con exceso de morosa delectacin. No cae +usted en que ciertos actos tienen mucho de grotescos, si no van +acompaados de misterioso recato.<a name="page_006" id="page_006"></a> Y esto, no porque seamos cristianos, +sino en la risuea religin gentlica, en que, segn usted asegura, +Citerea prevalece. As es de advertir que los poetas ms libertinos de +la docta gentilidad nos dejaban la puerta de la cmara nupcial, si +trataban el asunto por lo serio. Slo cuando queran hacer reir lo +describan todo. El cisne venusino dice desvergonzadamente los estmulos +de que se vala la vieja berrionda, mientras que de Glcera slo nos +dice que le aguarda en estancia perfumada; y l va verla, invocando +Venus para que le acompae y traiga consigo al Amor.</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left">Trae al muchacho ardiente,</td></tr> +<tr><td align="left">y las Gracias, la ropa desceida,</td></tr> +<tr><td align="left">y Mercurio elocuente,</td></tr> +<tr><td align="left">y de ninfas seguida</td></tr> +<tr><td align="left">la Juventud sin t no apetecida;</td></tr> +</table> + +<p class="nind">pero, en cuanto Horacio entra ver Glcera, con todo este cortejo, +nos da con la puerta en los hocicos, y acaba la oda, sin que nos cante +ni nos deje ver lo que pasa dentro. Ya nos lo presumimos.</p> + +<p>Lo antiesttico del goce de amor, patentizado por el arte y descrito con +circunstancias menudas, se ve hasta en los poemas ms primitivos. Sube +Juno la cumbre del Grgaro, adornada con el cinto de Venus, que la +hace irresistible:</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left">... all el deseo,</td></tr> +<tr><td align="left">all la dulce persuasin estaba,</td></tr> +<tr><td align="left">que los ms cuerdos la prudencia roba.</td></tr> +</table> + +<p><a name="page_007" id="page_007"></a></p> + +<p>Jpiter pierde la suya, requiebra Juno y quiere al punto gozarla; pero +antes, l y ella se envuelven en nubes doradas y denssimas, que ningn +Dios ni el Sol omnividente traspasa, y que Homero cuida bien de no +traspasar, respetando el pudor y el decoro de la dichosa inmortal +pareja.</p> + +<p>El tlamo de los dioses, el de los hroes, y aun el de cualquier hombre +que se respeta, han de estar rodeados de impenetrable misterio. La +prueba ms evidente por donde Penlope reconoce Ulises, es porque ste +le describe su tlamo, que slo l haba visto entre los varones todos.</p> + +<p>El espritu de usted es recto por naturaleza y est sano: pero yo +advierto en el <i>Himno</i> insanos extravos y disparatadas disonancias. No +extrae usted que lo atribuya la vaga leccin de malos libros +franceses, de los que estn de moda, de cuyo pesimismo, naturalismo +falso y caprichosa impiedad, se hace usted eco. Usted, de por s, sera +como Dios manda.</p> + +<p>Supone usted que la religin de Cristo condena la carne, y luego dice +usted para s: pues voy glorificar la carne, rebelndome contra la +religin de Cristo. Parte usted de un error, fundado en el doble sentido +de la palabra <i>carne</i>. Sin presumir de telogo, sino como hombre de +mundo, lego y profano, aunque no olvidado del Padre Ripalda, que aprend +en la escuela, digo que no tiene usted razn. La carne, considerada como +enemigo del alma, es la concupiscencia,<a name="page_008" id="page_008"></a> es el vicio, es la lujuria, que +toda religin, no slo la de Cristo, condena. Pero la carne, el cuerpo +humano, considerado como obra de Dios, dnde est condenado? El Verbo +se hizo carne, y con cuerpo humano subi al cielo. Todos, segn nuestra +fe, hemos de resucitar con carne, y los cuerpos de los bienaventurados +han de ser muy hermosos y gloriosos. Lo primero que manda Dios al hombre +y la mujer es que crezcan, se multipliquen y llenen la tierra. Cmo, +pues, ha de suponerse que Dios condena el amor sexual cuando ordena que +nos multipliquemos? El ascetismo, la vida penitente, la virginidad como +la ms perfecta condicin, no son tampoco exclusivos ideales cristianos. +En todas las dems religiones se da algo semejante. En la gentlica, por +ejemplo, hubo coribantes y vestales.</p> + +<p>Lo que exigen la religin cristiana, y toda religin moral, y hasta sin +religin y sin moral, la esttica y el decoro, es el recato. En la +naturaleza de las cosas est que sea cmica, y no seriamente bella, la +exhibicin la representacin del abrazo amoroso, ms menos apretado. +Si el cnico Crates se une en pblico con Hiparca, pesar de la +licenciosa libertad de Atenas, los pilluelos de la calle le silban y +escarnecen. Slo en Otahiti, cuando llega all el capitn Cook, se toma +por lo serio el hacer en pblico tales actos como ceremonia religiosa.</p> + +<p>Fuera de estos casos rarsimos, lo general es que el sigilo y el secreto +presidan los amores. Jpiter, aunque era tan desaforado y tan +propenso<a name="page_009" id="page_009"></a> ponerse el mundo por montera, satisfaciendo su regalado +gusto, elige para unirse la ninfa Maya, hacindola madre del dios de +la elocuencia, inventor de la lira, alma de la danza, una noche +obscursima y un antro nemoroso y esquivo; y aun todava, para ocultar +mejor su unin los dioses y los hombres, les infunde antes dulce +sueo. Jano bifronte, no menos precavido y pdico, cuando se propone dar +ser los briosos primitivos pueblos de Italia, se une la gigantesca +ninfa Camesena, en la desierta cumbre del Apenino, y circunda el agreste +y amplio tlamo de tenebrosas tempestades.</p> + +<p>En resolucin, ya que sera cuento de nunca acabar el ir citando sucesos +semejantes de hombres y dioses, yo vuelvo prescindir de religin y de +moral: no echo sermn, aunque ya estamos en Cuaresma; pero tratndose de +arte, cmo prescindir de lo artstico? No es artstico el describir +prolijamente los placeres de la alcoba.</p> + +<p>Admirable es la belleza del cuerpo humano. En otros mundos, sujeta la +materia otras condiciones y con otra conformacin los sentidos, quin +sabe cmo podr ser la aparicin sensible de la belleza? Esto es lo +relativo. Pero la esencial y sustancial belleza que se nos revela en el +Apolo de Belvedere y en la Venus de Milo, es la belleza absoluta. Todo +entendimiento, capaz de comprenderla, aunque venga del ms extrao y +lejano mundo de cuantos pueblan el ter, lo reconocer y lo proclamar +como nosotros.</p> + +<p>Si imaginamos vivos, y no de mrmol, sino de<a name="page_010" id="page_010"></a> carne, la Venus y al +Apolo, hombres y mujeres los contemplarn con pasmo y se podrn enamorar +de ellos; pero sera grosero no ver en tanta animada hermosura sino un +instrumento de material deleite. Habra en ello algo de profanacin +sacrlega, no ya en virtud de la religin del espritu, sino del respeto +hasta religioso que la materia misma, tan bien organizada, debe +infundir.</p> + +<p>Ya usted notar que, en realidad, yo no voy contra usted en lo que digo. +Voy contra la escuela mal llamada naturalista, que le pervierte y +extrava. Si usted no valiese ya mucho y si no prometiese ms de lo que +ya vale, no me mostrara yo severo.</p> + +<p>Demos por seguro que no hay bien, ventura, ni goce mayor que el de los +amores; pero todo bien, todo goce es para referido representado +estticamente por lo sublime? Esta es la cuestin. Este es el error del +naturalismo; error que se ve ms claro an en las desventuras que en las +venturas. Sobre la muerte de un amigo, sobre la ruina de la patria, +sobre los suplicios y trabajos de un apstol, est bien escribir +elegas. Pero desventuras son, y no menores, que se le pudran las +narices al Dr. Pangloss, que otro le d tia y se le caiga el pelo, +que otro le sobrevenga una debilidad en las encas y escupa los +dientes y que otro le ocurra cada tres das una indigestin molesta y +apestosa, y sin embargo, son estos percances propsito para componer +versos elegacos? Nosotros, en la vida<a name="page_011" id="page_011"></a> real, nos compadeceremos en +extremo del paciente, aunque slo sea prjimo, y no amigo deudo; pero +si hablamos en verso heroico de lo que acontece, haremos reir en vez de +llorar.</p> + +<p>Es indudable que hay desventuras y venturas, triunfos y derrotas, +dolores y placeres grandsimos que en la vida real se lamentan se +celebran; pero sobre los cuales hay que pasar con rapidez en la +representacin artstica, si no queremos hacer reir con ellos.</p> + +<p>As, Ariosto, por ejemplo, no sera por su aficin lo moral y lo +decente, sino por estas reglas de esttica, ms menos reflexiva +irreflexivamente percibidas, por lo que no cuenta con circunstancias +ntimas lo que pasa entre Anglica y Medoro; pero cuando quiere dar en +lo grotesco y provocar risa, lo cuenta todo sin aprensin. As, en el +caso del viejo nigromntico mgico que adormece con sus malas artes +la hermossima dama y la tiene su talante. El chiste est en que el +nigromntico, con toda su magia, si bien adormece la dama, no atina +despertar en l resucitar algo que haca aos dorma estaba +muerto, y se lleva un chasco feroz, quedando en salvo la honestidad y +entereza de la dama, con apacible risa y jbilo de los lectores. Si el +Ariosto hubiera tratado el suceso trgicamente, lo hubiera errado.</p> + +<p>Yo no recuerdo haber ledo escena tan viva como la del nigromntico, +referida con pica dignidad y que produzca efecto, sino una en <i>El +Bernardo</i> de Valbuena; pero esto se explica,<a name="page_012" id="page_012"></a> porque va todo acompaado +de un poderoso elemento fantstico que lo dignifica, lo hace simblico y +hasta le da un valor moral. Hablo del tremendo lance de Ferragut con la +hechicera Arleta. El hroe penetra en el maravilloso palacio tan +estupendamente rico. La gallarda, joven y elegante princesa le recibe +solas y se entrega. Una sola lmpara de extraa luz ilumina la estancia, +y sobre todos los objetos derrama encantados resplandores. Pero cuando +la luz de la lmpara oscila, la portentosa beldad de la princesa se +confunde; los perfiles, las sombras, los colores, todo se altera y se +combina por tal arte, que Ferragut se asusta y cree tener un vestiglo +entre sus brazos. Vuelve la luz arder sin oscilacin y la princesa +recobra sus admirables atractivos. La luz, al fin, se apaga, y Ferragut +se encuentra en inmunda caverna y entre los brazos de horrible y +asquerosa vieja, cuya fealdad abominable ve la luz de la luna, y cuyos +secos brazos y cuyas manos, modo de garras, le retienen sin dejarle +escapar.</p> + +<p>Dir usted acaso que en sus sonetos hay algo parecido la moral de la +fbula de la hechicera Arleta; que de ello dan prueba las cuatro ltimas +palabras del ltimo soneto <i>Que ttrica es la vida!</i> Pero yo, en honor +de la verdad, no descubro dicho sentimiento en usted, y si le descubro, +es expresado dbilmente y como ahogado en los pormenores que preceden +las dichas cuatro palabras.</p> + +<p>No hay en el himno nada semejante lo que<a name="page_013" id="page_013"></a> hay en casi todos los poetas +libertinos epicreos de todos los tiempos; aquel sentimiento terrible +que asalta el nimo de ellos en medio de sus deleites; que hace exclamar + Lucrecio:</p> + +<p class="c"><i>...Medio de fonte leporum</i><br /> +<i>Surgit amari aliquid quod in ipsis floribus angat;</i></p> + +<p class="nind">que mueve Catulo, entre los brazos de Lesbia, cubrindola de besos, en +noches consagradas al amor, pensar en aquella perpetua noche que +tenemos que dormir todos,</p> + +<p class="c"><i>Nox est perpetua una dormienda;</i></p> + +<p class="nind">y que lleva Musset hallar en el fondo del vaso de los placeres el +hasto que le mata, Lamartine suspirar por el amor ideal que no +tiene nombre ni objeto en la tierra, y Espronceda pedir un bien, una +gloria que l imagina, y que en el mundo no existe, y desesperarse +porque palpa la realidad, odia la vida, y slo cree en la paz del +sepulcro.</p> + +<p>No hay en el himno esta contraposicin entre el placer ruin incompleto +de la tierra y la infinita aspiracin del alma; pero hay algo ms +ttrico; algo que se deplora en todos los <i>naturalistas</i>, ya escriban en +prosa, ya en verso: lo mismo en Zola que en Rollinat.</p> + +<p>La pintura minuciosa, vehemente y sobrado material de la pasin, +convierte su fisiologa en patologa; hace pensar, no en robustez y +energa, sino en desequilibrio de facultades, en el hospital en el +manicomio.<a name="page_014" id="page_014"></a></p> + +<p>No ya el amor de un hombre y de una mujer, ambos de carne y hueso, sino +el amor de un santo de una santa hacia Dios, resulta enfermedad; caso +de neurosis, hiperestesia, ninfomana satiriasis ms menos +alambicada.</p> + +<p>La cuestin queda discutida de sobra. No me hubiera detenido tanto si, +por una parte, no estimase mucho el ingenio de usted y no sintiese sus +extravos, y si, por otra parte, no viese yo en estos extravos el +resultado de malas teoras estticas, y de una escuela de moda que es +menester combatir.</p> + +<p>Slo aadir ahora algunas explicaciones sobre la acusacin implcita en +la dedicatoria autgrafa que pone usted al ejemplar del <i>Himno la +carne</i> que me ha destinado. No sin intencin viene este ejemplar para el +traductor de <i>Dafnis y Cloe</i>. Quiere usted dar entender que quien ha +traducido aquella novela debe aplaudir el <i>Himno la carne</i>?</p> + +<p>La consecuencia est mal sacada. Aun suponiendo que <i>Dafnis y Cloe</i> +tenga cuantas faltas yo censuro, no se ha de inferir que por haber yo +cometido esas faltas no las pueda y deba reconocer como tales. Malo es +ser pecador, pero es psimo jactarse del pecado y procurar que se tome +como primor y acierto.</p> + +<p>La diferencia, sin embargo, es grandsima. <i>Dafnis y Cloe</i> viven hace +catorce quince siglos; son paganos, estn en cierto campo ideal, +pastoril y primitivo. No choca el que se desnuden, como cuando se +desnudan un caballero y una<a name="page_015" id="page_015"></a> dama de ahora, quitndose la levita, +pantalones, cors, etc. En fin; es otra cosa.</p> + +<p>El naturalismo de la novela es, adems, enteramente contrario al de los +sonetos de usted. Hay en el naturalismo de <i>Dafnis y Cloe</i> una condicin +sobrenatural fantstica que cambia su condicin. El dios Amor, el dios +Pan y las Ninfas, por no interrumpida serie de milagros, conservan +inocentes los dos partorcillos, hacen que se amen, los dotan de +hermosura ms que humana, que no marchitan las inclemencias del cielo: +ni los vientos, ni el sol, ni el calor, ni el fro.</p> + +<p>La descripcin poetizada de las alternadas estaciones del ao, de la +rustiqueza selvtica y de una imaginaria vida pastoril de color de rosa, +y que no se da en el mundo real, prestan todo el cuadro, y aun las +ms vivas escenas, cierto velo esfumino areo que no las hace tan +<i>shocking</i>. Y, por ltimo, aunque se funde el amor de Dafnis y Cloe en +la material hermosura de ambos, en su contemplacin, y hasta en el deseo +de lograr su posesin por completo, todava, par de este deseo, hay +una amistad, un afecto entraable, una terneza pura en ambos +pastorcillos, que evitan el que sea su amor mera lascivia, y que le +purifican y realzan.</p> + +<p>Recuerde usted que Dafnis aprende al cabo cul es el verdadero fin de +amor, y, pesar de su pasin, se domina por temor de lastimar Cloe, y +no la hace suya hasta despus de la boda.<a name="page_016" id="page_016"></a></p> + +<p>En suma, y para no cansar, yo no me defiendo de haber traducido el libro +de Longo, aunque en Francia le tradujo un obispo. Quiero suponer, +quiero afirmar y confesar que hice mal. Valgmonos de un smil. Sea como +si yo expusiera al pblico esculturas lascivas; pero de esto exponerme +yo mismo como actor, me parece que dista mucho.</p> + +<p>Por ltimo, se ha de notar que la novela de <i>Dafnis y Cloe</i> no quiere +ser seriamente sublime, sino que, por cierta malicia candorosa y cierta +amaada inocencia, propende difundir regocijo en quien lee, lo cual +podr ser censurable por el lado de la moral, pero no es antiesttico, +que es de lo que aqu tratamos.</p> + +<p>Si usted, en otro tono ms ligero, risueo y jocoso, hubiera escrito +catorce sonetos, catorce veces ms verdes an, como yo soy viejo +pecador, y nada tengo de misionero, respecto la moral y la decencia +me hubiera callado; pero en punto esttica, hubiera echado usted mi +absolucin, y, si los sonetos alegraban las pajarillas, hubiera +concedido usted indulgencia plenaria y hasta hubiera aplaudido.<a name="page_017" id="page_017"></a></p> + +<h4>II</h4> + +<p>Mi querido amigo: La cariosa carta de usted me mueve escribirle de +nuevo, y no poco.</p> + +<p>Si usted no hubiese escrito ya en verso y en prosa muchas cosas buenas, +y si usted no diese esperanzas fundadsimas de escribir otras mil +infinitamente mejores que los catorce sonetos, tendra usted razn en +decir que yo le mataba. Pero si usted escribe bien, y si ha de escribir +mejor, y si ha de ser, pues no creo que me engae la simpata, uno de +nuestros ms fecundos y amenos ingenios, qu importa que yo hable mal +de los catorce sonetos compuestos por usted en algunas horas de +extravo?</p> + +<p>Yo, aunque sea repetirlo por tercera cuarta vez, no voy contra los +catorce sonetos, sino contra la mala teora esttica que, nublando el +claro entendimiento de usted, se los ha inspirado.</p> + +<p>Yo reparo, tal vez por dems, en el pro y en el contra de cuanto digo, y +nada afirmo con aquella decisin que se impone. De aqu que me acusen de +escptico. Fcil me sera pasar por dogmtico,<a name="page_018" id="page_018"></a> si prescindiese yo de lo +que me dicta la conciencia; pero, como no prescindo, soy paso por +escptico, fuerza de ser concienzudo.</p> + +<p>Digo esto, porque al censurar los catorce sonetos de usted, me han +asaltado en tropel no pocas dudas y dificultades que deseo exponer aqu, +aunque no logre resolverlas y todas se queden en pie.</p> + +<p>Necesito, adems, escribir esta segunda carta para disculparme de no +rasgar la primera; porque, despus de la longnima docilidad con que se +somete usted mi censura, tal vez acerba, y me la paga en alabanzas, +parece ruindad en m el que mi censura se haga pblica, y el que, siendo +yo, por lo comn, indulgente y hasta lisonjero con los extraos +indiferentes, me extreme por la severidad con usted, quien cuento +entre mis mejores amigos.</p> + +<p>Vlgame para explicacin de mi conducta que la indulgencia debe recaer +sobre el <i>non plus ultra</i> de lo que produce cada uno. No hay que podar +el quejigo, porque, pesar de la poda, siempre dar bellotas speras y +no dulces almendras. De mal rbol no se espere fruto sazonado y sabroso. +Y as, siguiendo esta comparacin de los frutos, y convirtiendo +imaginariamente cada soneto de usted, pongo por caso, en un melocotn, +yo entiendo que usted debe darlos mejores, y que aun los catorce, de que +tratamos aqu, seran exquisitos, si el moscardn avechucho del +<i>naturalismo</i>, que vaga por el aire, no hubiera clavado en ellos el +aguijn y depositado all venenosos huevecillos<a name="page_019" id="page_019"></a> que se convierten en +gusanos y podredumbre. Lo que hago, pues, es osear el avechucho para que +no inficione otros nuevos frutos.</p> + +<p>Dada ya usted la satisfaccin que le debo, voy decir algo acerca de +las dudas y dificultades.</p> + +<p>Y es la primera duda la de si ser yo tan crudo censor de los sonetos +porque la vejez me infunde aborrecimiento al Amor: pero la duda se +disipa pronto, y creo que mi profundo respeto y mi ardiente devocin al +Amor son los que me inspiran.</p> + +<p>Los catorce sonetos rebajan las obras de esta deidad mera funcin +fisiolgica, y el bro de las descripciones no las eleva, sino que les +presta ciertos visos de patologa, que, ms de hacerlas bajas, las +hace insanas.</p> + +<p>Es cierto que lo contrario debe de ser peligroso y seductor; pero +consuela y no deprime. Trae Byron, en el <i>Don Juan</i>, una jocosa diatriba +contra Platn, echndole la culpa de las pecaminosas relaciones de su +hroe con doa Julia. Yo mismo, aunque disto mucho de ir tan lejos como +Byron en la malicia anti-platnica, me pasmo y veo con ms incredulidad +que fe los anchos lmites que pone, verbi gracia, el conde Baltasar +Castiglione al platonismo puro.</p> + +<p>El beso en la boca, segn l, es todo espiritual: es ayuntamiento de +almas, en prueba de lo cual se alegan muy sutiles razones que no me +convencen. Ni vale para ello la grave autoridad del mismo Platn, de +quien nos cuenta el Conde<a name="page_020" id="page_020"></a> que, divinamente enamorado y besando su +amiga, sinti una vez que el alma se le vino los dientes para salirse +del cuerpo.</p> + +<p> tales accidentes confieso que debemos dar explicacin menos +metafsica; mas no por eso debemos quitar del amor todo lo metafsico, +trascendente y divino. El amor nuestro se iguala entonces al de los +animales. Los refinamientos, las elegancias, los materiales primores de +que le rodeamos, le quitan naturalidad y no le aaden belleza. Y la +exageracin y violencia del sentir, en vez de magnificarle y +corroborarle, le ponen enfermo y le dan un aspecto diablico, delirante +y lgubre. Se dira que las pasiones y operaciones de nuestro ser se +resisten ser atribudas y sujetas leyes fsicas slo, y as, al +apartar del efecto toda causa influjo divino, se le atribumos +infernal endemoniado.</p> + +<p>No llega usted este punto del satanismo, y ms vale as. Se queda +usted en menos de la mitad del camino, y por usted lo celebro.</p> + +<p>En cuanto los catorce sonetos, seran estticamente mejores si fuesen +satnicos.</p> + +<p>Yo comprendo Baudelaire, y en cierto modo le admiro, aunque me +disgusta. En su inspiracin depravada, sombra y terrible, hay algo de +verdad, aunque exagerada por la farsa tenaz que l mismo se impuso para +ser ms original, para asustar al linaje humano y para contristar y +meter en un puo el corazn de cada burgus honrado y sencillote, en +cuyas manos cayesen sus <i>Flores del mal</i>. Pero usted no pretende hacer<a name="page_021" id="page_021"></a> +el bu, ni pasar por originalsimo, siendo raro y extravagante. De ello +me alegro, aunque los catorce sonetos, por falta de una intencin, si +perversa, decidida, se queden en el limbo, y no suban al cielo, ni bajen +al infierno.</p> + +<p>Dice Fscolo que el Petrarca cubri con un velo candidsimo al Amor, que +andaba desnudo por Grecia y en Roma, y as le volvi al regazo de Venus +Urania. Desde entonces, acaso desde antes, no se puede hablar seriamente +del Amor, trayndole la tierra, prohibindole recordar su cielo, y +arrancndole la vestidura. Cuando esto se hace, resulta el sacrilegio, +que no se motiva ni funda bien, no seguir el poeta las huellas de +Baudelaire, y entregarse al diablo.</p> + +<p>Y ahora ocurre otra duda. Cmo es que hay versos erticos, harto libres +y desenvueltos, que el moralista, aunque no sea muy rgido, sin +apelacin condena, que toda seora seorita bien criada no puede oir +sin enojarse y ruborizarse, y que, sin embargo, nos gustan mucho los +profanos? Srvanme de ejemplo no pocas canciones de Branger. Yo presumo +que esto consiste en el tono. El refrn lo dice: <i>C'est le ton qui fait +la chanson</i>. La alegra, la ligereza, el aire improvisado irreflexivo +lo disculpa todo. Se dira que estos poetas, alegres y desenfadados, +dejan tranquilo en su cielo al Amor primordial y unignito, y, si toman +de l varias prendas, es para adornar los Amorcillos terrestres, hijos +de las ninfas, con los cuales no disuenan las libertades y la carencia +de misterios.<a name="page_022" id="page_022"></a></p> + +<p>De esta suerte, y no con tono herico y pomposo, la Esttica no repugna, +aunque la Moral frunza las cejas, que el poeta, velando un poco, no +parndose en pormenores, y dejando entender mucho por medio de rodeos y +dobles sentidos, nos cuente nos cante algunas travesuras. Harto s que +la eutropelia del P. Boneta no permite tanto; pero yo confieso que lo +permite la ma. Entindase, con todo, que para que estticamente +gustemos de versos as los mismos profanos, es menester que un dejo del +verdadero amor, de ternura y de otros bellos sentimientos, difunda en el +cuadro que el poeta nos trace algunos resplandores de la luz del cielo. +Catulo amaba Lesbia con el alma, <i>plus quam se atque suos amavit +omnes</i>, y lo recuerda y lo confiesa hasta cuando ya Lesbia le es infiel; +y lo mismo acontece Branger con Liseta, hasta cuando le dice, al +verla con tantas galas, que ya no es Liseta y que no debe llevar aquel +nombre. pesar de la regocijada liviandad de ambos poetas, no es la +carne slo lo que los enamora.</p> + +<p>Infiero yo de cuanto va dicho la necesidad, moral y esttica, de que en +toda poesa de amores intervengan cielo y tierra y concurran lo +espiritual y corpreo; esto ltimo velado por el pudor, sobre todo +cuando se quiere que sean grave el tono y elevado el estilo.</p> + +<p>Se cita mucho la definicin que del orador da Quintiliano. Dice que ha +de ser <i>vir bonus dicendi peritus</i>; pero se ignora no se recuerda que +los griegos exigieron antes para el poeta, como requisito<a name="page_023" id="page_023"></a> +indispensable, la misma calidad de ser varn excelente. Acaso +Quintiliano no hizo ms que ampliar la exigencia de los griegos y +comprender en ella los oradores. Como quiera que sea, es lo cierto que +la poesa, aun para los que seguimos la doctrina del arte por el arte, +no es, en el ms lato sentido, independiente de la moral. No se pone +su servicio ni la toma como fin, porque su fin est en ella: pero la +poesa, siguiendo desembarazada y libre por su camino, si es de buena +ley y de alto vuelo, al llegar su trmino, tiene que parar en la moral +ms perfecta y pura que se concibe en la poca en que el poeta vive, +no ser que ste, lleno de aliento proftico, suba ms alto y columbre y +revele ms bellos ideales. Esto significa la excelencia moral que los +griegos requeran en el poeta, aunque careciese de aquella voluntad +perpetua y constante que constituye la virtud prctica en todos los +actos de la vida, aunque no fuese ni hroe ni santo.</p> + +<p>Infiero yo de lo expuesto que el amor entre hombre y mujer, cuando no es +slo material, no va contra la moral, sino que sta le sanciona. La +poesa ha hecho de l su principal asunto, as en cantos lricos como en +narraciones, desde las edades ms remotas hasta nuestros das.</p> + +<p>Es ms: la poesa ertica es tan bella, entendida y realizada as, que, +lejos de condenarla, la religin, por severa y espiritual que sea, ha +solido valerse de sus frases vehementes y de sus acentos apasionados, +para expresar los xtasis y<a name="page_024" id="page_024"></a> arrobos msticos, y los ms sublimes +misterios, aspiraciones y raptos del alma hacia lo infinito y lo eterno. +Testimonio de esto da, en la antigua India, aquella gloga bellsima en +que Yayadeva pinta los amores de la gentil pastora Radha y del Dios +Crishna, que toma la figura del pastor Govinda para enamorarla: y no +menos brillante testimonio da entre nosotros <i>El Cantar de los +cantares</i>, donde los terrenales amores de Salomn y de la Sulamita +vienen sublimarse y convertirse en los de Cristo con la Iglesia, y +en los del alma con su Hacedor.</p> + +<p>Tenemos, pues, la poesa ertica, siempre que se guarde en ella el +debido decoro y no se la prive del elemento espiritual, no slo +tolerada, no slo permitida, sino hasta canonizada. No ya con +significacin mstica como San Juan de la Cruz, sino dirigindose +mujeres, que fueron que se supone que fueron de carne, varones +piadosos, como Fr. Luis de Len y Fr. Diego Gonzlez, han compuesto +versos amorosos.</p> + +<p>Lo mejor es seguir tan buenos ejemplos. Slo se oponen que los sigamos +la ltima moda de Pars, el afn de singularizarnos y el temor de ser +como cualquiera otro, tomando la senda trillada y emplendonos en +asuntos que se imaginan agotados ya, y sobre los cuales nada puede +decirse si no repetimos lo que otros dijeron.</p> + +<p>Crea usted que este temor es vano. No busque usted la originalidad, y +ella vendr buscarle. Sea usted natural y espontneo, y pondr usted +en cuanto escriba el sello de su persona, y<a name="page_025" id="page_025"></a> ser sana y limpiamente +original, sin darse todos los diablos y sin caer en las demencias +fnebres que en Francia se usan.</p> + +<p>Inagotable fbrica y rico emporio de ideas es Pars. Necesario y bueno +es tomar de all lo que conviene; pero haya tino y juiciosa eleccin en +lo que se tome.</p> + +<p>Cierta poesa no es ya ertica, sino crapulosa y nauseabunda. Entre las +causas que concurren dar ser esta poesa, adems de las ya +mencionadas, entra una vanidad pueril de que el poeta no se da cuenta +veces. Figurmonos al poeta en Pars. Su prurito ser acaso que, en el +fondo de la provincia de donde ha venido, le tengan por un picaruelo, +sibarita alambicado, que logra venturas superfinas, ni soadas en su +lugar. Adems, todo francs hace sin querer <i>la reclame</i>. En Pars se +confeccionan los mejores guisos y se hacen los ms graciosos vestidos y +sombreros para mujeres; es menester, por consiguiente, que tambin se +crea y se divulgue que en Pars se entiende mejor el amor y se le +condimenta con alios ms picantes y especieras ms ricas y exticas. +Con este seuelo, tal vez, no pocos individuos acaudalados de naciones, +que en Francia se tienen entre el vulgo por semi-brbaras, vendrn +Pars, ya que no estudiar en la Sorbona, aprender pornografa en los +colegios de la nueva Babilonia.</p> + +<p>No acuso yo ningn autor francs de que lleve tal intencin; pero la +lectura de sus libros produce el mismo efecto que si la llevara. Nos<a name="page_026" id="page_026"></a> +fingimos por ac, y por muchas otras tierras, un Pars encantado, donde, +si va uno con dinero, se pasea en los jardines de Armida, desembarca en +la isla de los amores de Camoens, y penetra en el propio paraso de +Mahoma.</p> + +<p>Si el mal se detuviese en esto, yo me callara; pero el mal no se +detiene. Los poetas crapulosos, como Baudelaire y Rollinat, se hartan y +se hastan de sus goces; sienten aspiraciones infinitas, hundidos ya en +el fango, y despus de haber renegado de Dios; y aqu te quiero +escopeta. Cada uno de ellos parece un energmeno. Sus versos son +pesadillas de un ascetismo bastardo y sin esperanza. Obsesos por el +demonio del remordimiento y por otros demonios ms feos y tiznados, +rompen en maldiciones y blasfemias inauditas. Ya nos aseguran que no hay +crimen que no sean capaces de perpetrar, ya se encomiendan devotamente +Lucifer, ya aseguran que quieren imitar Cristo, si bien suponiendo que +lo que Cristo prescribe y recomienda con el ejemplo es que nos matemos. +La muerte es la nica redencin posible. Adems, ellos entienden que +deben matarse en castigo de sus culpas.</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary=""> +<tr><td align="left"><i> Va, que la mort soit ton refuge!</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i> l'exemple du Rdempteur,</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i>ose la fois tre le juge,</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i>la victime et l'xcuteur.</i></td></tr> +</table> + +<p>La situacin es tremenda, y empezando por versos de amor materialista +puro, como los catorce sonetos, se viene caer en ella, ms tarde<a name="page_027" id="page_027"></a> +ms temprano, no desviarse pronto del mal camino.</p> + +<p>Las visiones de Baudelaire y de Rollinat espeluznan y descomponen el +estmago; dan horror y asco: es menester ser valientes y robustos para +resistirlas sin vomitar sin caer desmayado. Los suplicios ms feroces +que ve Dante en su <i>Infierno</i>, las abominaciones y espantos de los ms +ascticos libros cristianos, como <i>Gritos del infierno</i>, <i>Estragos de la +lujuria</i>, y otros as, son nierias y amenidades, si se comparan con lo +que Baudelaire refiere cuando l mismo se ve ahorcado, podrido y +hediondo, entre una nube de murcilagos y de grajos que le sacan los +ojos mordiscos y picotazos y se le comen por do ms pecado habia, y +con lo que cuenta Rollinat de aquel gato celoso, que yo sospecho que era +un demonio familiar, el cual araa y destroza su amiga en sitios tan +sensibles y ocultos.</p> + +<p>Si tamaas desventuras se tomasen por lo serio, sera cosa de deshacerse +en un mar de lgrimas, de morirse de pena y de terror entre convulsiones +horribles, y de aborrecer toda vida, y ms que ninguna la +sardanapalesca, que se entregaron estos vates ilustres, y cuyos +funestos resultados estamos tocando.</p> + +<p>Por dicha, yo me consuelo y tranquilizo con sospechar que, tanto en el +<i>sardanapaleo</i> como en el lloriqueo, tanto en las culpas como en los +castigos, hay abundancia de filfa y camelo. Ni se divierte uno tanto +como dice, ni suele exclamar de corazn <i>qu ttrica es la vida!</i> +despus de haberse<a name="page_028" id="page_028"></a> divertido. En ambos extremos hay ponderacin +jactanciosa: <i>pose y blague</i>. Lo peor es el pesimismo. Si se adopta para +hacer efecto y darse charol, no tiene perdn de Dios. Por qu en odas, +en elegas, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotes +de filosofa, hemos de angustiar los mortales y quedarnos tan frescos?</p> + +<p>Todos, aunque seamos optimistas, tenemos ratos, y das y semanas de mal +humor, de tristeza y de abatimiento. As estaba yo, poco ha, cuando +escriba un amigo diplomtico extranjero, quien quiero mucho, una +melanclica carta. l me contest, consolndome con discretsimos +razonamientos, algunos de los cuales vienen tan pelo aqu, que voy +citarlos en el propio idioma en que estn escritos, abusando quiz de la +confianza y rompiendo el sigilo de la correspondencia.</p> + +<p>A quoi vous sert votre optimisme? (me dice). Notre matre le Docteur +Pangloss restait ferme dans la doctrine aprs des accidents bien +autrement facheux et malgr le cadeau dont l'avait gratifi Paquette et +dont vous connaissez la gnalogie. L'optimisme ne servirait-il rien? +On serait tent de le croire en voyant que les pessimistes sont en +general de fort bons vivants, qui s'arrangent une existence trs +agrable et qui sont trs peu presss de sortir de cette cration +manque. Leur chagrin est tout en rimes ou en livres de philosophie, qui +n'ont pas d'influence sur leur conduite journalire. Schopenhauer<a name="page_029" id="page_029"></a> +n'avait pas l'air de s'ennuyer, si j'en crois ceux qui l'ont connu. +Boudha lui mme est mort d'indigestion, ce qui peut faire douter de son +asctisme et de son mpris des choses cres. Si nous faisions comme +eux et si nous prenions le monde comm'il est, runissant ainsi les +avantages des deux systmes?</p> + +<p>Estas palabras de mi docto amigo me sugieren una idea luminosa y +salutfera. Seamos optimistas y pesimistas alternativamente. Las cosas, +aunque no crea uno en el determinismo feroz que nos arrastra al vicio y +hasta al crimen, y aunque no vea uno siempre desolacin y dolor en torno +suyo, no estn por eso todo lo bien que sera de desear. Confesmoslo, +pero no nos aflijamos demasiado ni menos aflijamos los dems hombres +con nuestros quejidos y aullos. Conviene, pues, para esto, que nuestro +pesimismo, en vez de ser trgico, sea chistoso y cmico; como el +pesimismo de Voltaire, que en el <i>Cndido</i> hace que nos desternillemos +de risa, , mejor an, como el de Cervantes, ms gracioso todava en el +<i>Quijote</i>, y lleno de dulzura y de cristiana resignacin, sin chispa de +hil ni de impiedad ni de odio.</p> + +<p>Y si, en el da de hoy, sin salir de Espaa, quiere usted hallar un +modelo acabado de este pesimismo para reir, bsquele en los escritos, en +prosa y verso, de Miguel de los Santos lvarez, y singularmente en +algunas octavas del poema <i>Mara</i>. El pesimismo se expresa en ellas con +tanto chiste y gracejo, que regocija, en vez de<a name="page_030" id="page_030"></a> desesperar, y hasta se +le antoja quien lee recita aquellas blasfemias, no ya que l debe +perdonarlas <i>propter elegantiam sermonis</i>, sino que hasta la Soberana +Potestad, quien se dirigen, en vez de castigarlas, las celebra y las +re, como re y celebra la madre cariosa y benigna al nio pequeuelo y +mimado, si la insulta por que no le da, para que no le hagan dao, las +chucheras y golosinas que le pide.</p> + +<p>En resolucin, y para terminar, en las poesas amorosas mezcle usted +algo del cielo con la tierra, fin de no hallar <i>ttrica la vida</i> +cuando est en lo ms florido de sus aos, y en lo dems procure usted +no caer en el pesimismo, y si cae en l, tmplele y endlcele con la +risa resignada y con la burla sin acbar de Cervantes y del antiguo +amigo de Espronceda. De esta suerte, ya que no los censores graves; los +que no lo son ni tienen autoridad para serlo, en lo amoroso perdonarn +usted las verduras, y en lo pesimista las injurias contra la +Providencia, cuyos designios y planes, que ignoramos y debemos acatar, +tal vez brillan justificados despus de tales ataques.</p> + +<p>Y con esto termino, augurando usted rica cosecha de laureles si sigue +mi consejo, y reiterndole que soy su afectsimo amigo.<a name="page_031" id="page_031"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 433px;"> +<a href="images/illpg_031a.png"> +<img src="images/illpg_031a_sml.png" width="433" height="92" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3> +COLECCIN<br /> +DE<br /> +MANUSCRITOS Y OTRAS ANTIGEDADES DE EGIPTO<br /> +PERTENECIENTES AL ARCHIDUQUE RANIERO<br /> +</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">NO pocos escritores han dado ya noticia de esta rica y curiosa +coleccin, pero nunca hasta ahora se haba expuesto toda ella al +pblico.</p> + +<p>A fin de que cualquiera logre enterarse algo de los objetos que la +componen, de su mrito y de su rareza, acaba de publicarse, en esta +ciudad de Viena, un precioso catlogo ilustrado.</p> + +<p>Como los objetos son muchos miles, no es posible que todos estn +estudiados y descritos en el catlogo. Este, no obstante, es un tomo en +cuarto mayor, de 292 pginas, letra muy metida, con veinte lminas y +noventa imgenes y facsmiles intercalados en el texto, y contiene la +descripcin de ms de mil cuatrocientos objetos.</p> + +<p>Lejos de ser todos de la misma poca, es tan varia su antigedad, que el +origen de algunos se<a name="page_032" id="page_032"></a> remonta catorce siglos antes de Cristo, mientras +que los ms modernos son del siglo <span class="smcap">XIV</span> de la Era cristiana. Todo ello es +visible y claro documento de la civilizacin, no interrumpida por +espacio de 2700 aos, en el pas que riega y fecunda el Nilo.</p> + +<p>Como dicha civilizacin ha adoptado, en el transcurso de los siglos, +diversas creencias religiosas, distintos usos, leyes y costumbres y +diferentes idiomas en que manifestarse, los objetos, aunque hallados +casi todos en el mismo lugar, varan en extremo. Slo por la lengua +escritura de los manuscritos pueden stos clasificarse en hierticos, +demticos, cpticos, griegos, latinos, arbigos y phlvicos, sea en la +lengua oficial de los persas en tiempo de los Sasanidas.</p> + +<p>Los ltimos vienen demostrar con evidencia que principios del siglo +<span class="smcap">VII</span> de nuestra Era, el Egipto fu conquistado por Cosroes II, y que la +dominacin persa en aquel pas se extendi hasta la Nubia.</p> + +<p>Por la materia en que los documentos de la coleccin estn escritos, +tambin hay notable diversidad. Lo que ms abunda es el papiro, desde +los tiempos de Ranss II, el Sesostris de las historias clsicas. Siguen +los escritos en papiro, despus de la conquista de Alejandro Magno, en +el periodo helnico de los Ptolomeos, durante la dominacin romana y en +la poca bizantina.</p> + +<p>Cuando los rabes se apoderaron del Egipto, la civilizacin no se +eclips ni retrocedi, y el cultivo de la planta de que se saca el +papiro y la<a name="page_033" id="page_033"></a> fabricacin del papiro tomaron mayor incremento, +proporcionando al Egipto prosperidad y riqueza. Las ms importantes +fbricas estaban en Wasima y en Bura, cerca de Damieta, desde donde se +enviaba esta mercanca los ms distantes y opuestos mercados: Roma, + Constantinopla, Bagdad, y Crdoba.</p> + +<p>En la coleccin del archiduque Raniero hay papiros escritos en lengua +arbiga, desde la conquista muslmica, en el siglo <span class="smcap">VII</span>, hasta bien +entrado el siglo <span class="smcap">X</span>; los hay del tiempo de los primeros sucesores del +Profeta, y de las dinastas de los Omiadas, Abasidas y Tulunidas.</p> + +<p>En el siglo <span class="smcap">X</span>, tal vez antes, se haba ya extendido por el Asia +occidental y haba penetrado hasta el Egipto mismo un poderoso rival del +papiro que haba pronto de vencerle y dar con l por tierra. Era este +rival el papel de trapo. A lo que parece, el papel se conoca y usaba en +China desde la edad ms remota. Los rabes le importaron en Occidente. +La poca de este gran acontecimiento ha venido fijarse, poco ha, con +maravillosa exactitud. Se marca el da, el mes y el ao en que fu. Fu +el 7 de Julio del ao 751 de la Era cristiana. Los anales arbigos y los +chinos estn contextes en esto. Kao-Hsien-fa, general de Corea, fu +vencido por los rabes, que llevaban por auxiliares los turcomanos, +cerca de una ciudad llamada Kangli, en la orilla del ro Tharz. Los +vencedores traspasaron las fronteras mismas del Celeste Imperio +persiguiendo los chinos, y les hicieron muchos prisioneros.<a name="page_034" id="page_034"></a> Entre +ellos haba, por feliz casualidad, algunos que tenan por oficio hacer +papel. Fueron stos llevados Samarkanda, donde pronto empezaron +ejercer su industria. Los productos de ella se difundieron, desde +Samarkanda, por el Occidente de Asia, por Africa y por Europa. Si tard +casi dos siglos en vulgarizarse el papel y en vencer al papiro, fu +porque los primeros fabricantes slo de algodn saban hacerle, y les +faltaba, bien abundaba poco, la primera materia. Al cabo vino +inventarse el hacer el papel de trapos viejos, y pronto entonces se +trasplant esta industria otros puntos. La segunda fbrica, de que +hace mencin la historia, se estableci en Bagdad el ao de 795, +reinando el califa Harun-al-Raschid. No tard mucho, probablemente, en +haber tambin fbricas de papel en Damasco, y desde all el papel empez + conocerse en Europa, tomando el nombre de <i>Charta Damascena</i>.</p> + +<p>En Egipto, los rabes emplearon ya el papel desde el siglo <span class="smcap">IX</span>, y en la +coleccin del archiduque Raniero se ven escritos en esta materia, +empezando desde dicha poca y continuando durante las dinastas de los +Ichschidas, Fatimidas, Aijubidas y Mamelukos.</p> + +<p>Y lo ms singular, y acaso una de las cosas que dan ms precio esta +coleccin, es que, no slo hay manuscritos en papel, sino que +evidentemente hay tambin papeles, grabados impresos, que datan del +siglo <span class="smcap">X</span>. Los rabes no se limitaron traer el papel desde la China, si +no<a name="page_035" id="page_035"></a> que, por lo visto, trajeron tambin el arte de la imprenta antes de +que Gutenberg le inventase. Ya se entiende que esto excita la curiosidad +y el asombro, pero en manera alguna disminuye la gloria de Gutenberg, +como no quita Coln la gloria de haber descubierto la Amrica el +descubrimiento muy anterior y harto infecundo de los islandeses.</p> + +<p>Como quiera que sea, en la coleccin del Archiduque hay no pocos papeles +impresos, completamente como los impriman los chinos, y que son de +mediados del siglo <span class="smcap">X</span>.</p> + +<p>El papel manuscrito es en la coleccin, segn es natural, ms antiguo +que el impreso.</p> + +<p>El primero, por orden cronolgico, entre los estudiados ya, es una +carta, en cuya direccin escrita en el respaldo se lee la fecha +correspondiente al ao 873 de nuestra Era. Hay despus un fragmento de +contrato del ao 909. La coleccin, adems de papiros y papeles, +contiene escritos en madera, en barro, en telas, en tablas de cera, en +metal y en varias clases de pergaminos de vaca, de carnero, de becerro y +de antlope, que eran los ms estimados.</p> + +<p>El conocimiento del arte de escribir y de todos los recados y sustancias +con y en que se escribe se puede adquirir visitando esta coleccin, que +viene ser una serie de monumentos de su historia. Y no es el menos +notable un cesto, de paja y camo entrelazados, donde hay tres paletas +de madera muy dura, en que se frotaba la pastilla barra de tinta +slida, humedecindola,<a name="page_036" id="page_036"></a> para que, desleda, sirviese. En cada paleta +hay huecos en que se envainaban las caas plumas, de las que se +conservan tres. Cesto, <i>clamos</i> y paletas, que an tienen tinta +endurecida, son de mil doscientos aos antes de Cristo, si hemos de dar +fe los inteligentes y al testimonio de un papiro con escritura +hiertica, que estaba unido dichos objetos.</p> + +<p>Como se ve, todos ellos forman un tesoro de imponderable valor para el +anticuario, y estn ahora expuestos al pblico en cinco salones del +Museo austriaco de artes industria.</p> + +<p>Lo ms importante lo descubri y trajo Viena el seor Teodoro Graf, de +quien, en 1884, lo adquiri el Archiduque.</p> + +<p>El tesoro procede de diversos puntos, por ejemplo, de Al-Uschmunein, la +antigua Hermpolis; pero el fondo principal se ha encontrado cerca de +Medina-al-Fayun, no lejos del lago Moeris, entre las ruinas de la ciudad +de Schet, llamada por los griegos Crocodilpolis Ciudad del Cocodrilo, +porque all era adorado el dios Sobk, cuya cabeza era como la de dicho +animal. Schet se llam ms tarde Arsinoe, en honor de la segunda reina +de este nombre, hija de Ptolomeo I.</p> + +<p>El libro, de que vamos extractando todas estas noticias, se titula <i>Gua +de la Exposicin</i>; est impreso en la imprenta Imperial y Real de la +Corte y del Estado, y ha sido compuesto por tres principales autores. En +lo egipcio ha trabajado el Sr. J. Krall; en lo greco-latino el Sr. K. +Wessely,<a name="page_037" id="page_037"></a> y en lo arbigo el Sr. J. Karabacek, de quien es tambin la +Introduccin de la obra.</p> + +<p>Como yo no acierto escribir nunca con el conveniente disimulo +hipocresa, que alguien llama pudor literario, y, sin poderlo remediar, +impongo al pblico en mis secretos como si el pblico estuviese formado +de amigos ntimos, no he de ocultar aqu los sentimientos y +pensamientos, acaso abominables y vitandos, que acuden mi alma en +ella se despiertan, al visitar la referida Exposicin al hojear el +libro que la describe. Hubiera perdido algo el linaje humano con que +todos estos papiros y papeles se hubiesen perdido sin llegar hasta +nosotros con que nunca el Sr. Graf los hubiese descubierto? Sin duda +que suministran datos importantes y fehacientes, que aclaran no pocos +puntos histricos, y esto es una gran cosa; pero proporciona tanta +fatiga el estudiarlos, descifrarlos y traducirlos, que no s si el +resultado obtenido compensar nunca la fatiga. Si yo no fuese tan +aficionado saber, si mi afn de enterarme de todo no fuese tan vivo, +me importara poco que se descubriese, cada da, un cmulo de +manuscritos como el que posee y exhibe el Archiduque: pero yo quiero +saberlo todo, y como el tiempo me falta, y la vista me va faltando +tambin, y s poqusimos idiomas, se apoderan de mi espritu la +inquietud, el mal humor, algo como miedo de acometer un trabajo nuevo y +algo como envidia de aquellos para quien apenas es trabajo sino deleite +el investigar tales escritos y poner en claro lo que<a name="page_038" id="page_038"></a> dicen. Entonces me +explico y casi aplaudo la supuesta verdadera conducta del califa Omar, +del Licenciado Barrientes, del Cardenal Cisneros, del arzobispo +Zumrraga, y de otros de quienes se cuenta que han quemado manuscritos. +La gente los denigra y los saca la vergenza como insensatos +fanticos, pero yo tal vez los miro como hericos dechados de caridad +desagradecida. Por fortuna, pronto desecho esta extraviada manera de +pensar y de sentir; y pues hay manuscritos, aspiro saber lo que dicen +y hasta informar un poco de su contenido los que sean ms ignorantes + menos estudiosos que yo, y algunos habr.</p> + +<p>Hasta ahora slo he hablado de lo material: del papiro, del papel, del +pergamino, de la tinta y de las paletas en que se deslea la tinta, all +en tiempo de los Faraones anteriores Moiss. Veamos ahora algo de lo +que los manuscritos contienen.</p> + +<p>Lo primero que se piensa es que son una mina de donde cualquiera autor +de novelas histricas pudiera tomar el legitimo <i>color local</i>, mejor +dicho <i>temporal</i>, para los sucesos que relatase. Acaso no quede acto de +la vida de un municipio y de las relaciones y tratos entre sus +habitantes del que no se encuentre algn testimonio en la coleccin del +Archiduque. Se dira que hay en esta coleccin cuanto se custodiaba en +las escribanas de Arsinoe y en el archivo de su Ayuntamiento: contratos +de matrimonio, partes de defuncin, recibos de contribuciones, pagars, +escrituras<a name="page_039" id="page_039"></a> de compra, venta y arrendamiento, etctera, etc. Todo es +peregrino por la lengua en que se expresa, y porque nos parece que pasa + nuestra vista y que hemos ido retrocediendo veinte treinta siglos +contra la corriente de los sucesos que vuelven mostrarse como +presentes; pero, en lo esencial, aunque un poquito ms negros y ms +feos, apenas hay casos que no sean idnticos los de ahora: tributos +enormes, gente que se resiste pagar no puede, poco dinero, usura, +miseria en el pueblo bajo, y en los empleos pblicos filtraciones +irregularidades.</p> + +<p>Ejemplo notable de esto ofrece el manuscrito nm. 272, del siglo <span class="smcap">iii</span> de +Cristo, donde hay actas del Ayuntamiento de Hermpolis Magna. La ciudad +era esplndida; tena por patrono Mercurio Trimegisto, inventor de las +letras y de las ciencias; y los templos de dicho Dios, de Apolo, de la +Fortuna, de Serapis y de las Ninfas, eran de gran belleza. Sus colosales +ruinas pasman an al viajero.</p> + +<p>Aquel municipio era autnomo, y los encargados por eleccin de +gobernarle se titulaban el Ilustrsimo Concejo. Los negocios de que +habia que tratar se los repartan los concejales, y como los negocios +eran muchos y varios, es tambin muy variado el contenido de las actas. +As, refieren stas que dos regidores, Dioscrides y Sarapamn, se +apoderaron de las llaves del psito, y sustrajeron de all y vendieron +muchsimo trigo y cebada, toda la provisin de lentejas, y ms de cien +<i>artabos</i> de vino de arroz. No contentos<a name="page_040" id="page_040"></a> con esto, hicieron otras +muchas defraudaciones. De aqu largos y acaloradsimos debates en las +Casas Consistoriales, para ver cmo haba de reponerse la prdida, pues, + lo que se infiere, ni Sarapamn, ni Dioscrides tenan <i>talentos</i>, ni +<i>minas</i>, ni dracmas, ni bolos, ni <i>calcos</i>, ni <i>slidos</i> (que eran las +monedas que entonces corran), porque todo lo haban liquidado.</p> + +<p>Dejemos nosotros en paz los seores Sarapamn y Dioscrides, ya que no +es posible que devuelvan de lo sustrado ni una lenteja, y procedamos +cronolgicamente en este rpido recuento.</p> + +<p>Las conjeturas y los ensueos, no slo deben de estar permitidos, sino +que suelen ser muy divertidos. Imagine cada cual lo que se le antoje: +ponga en la hundida Atlntida, en las regiones hiperbreas, ms all de +las Montaas Rifeas, y hasta en la Lemuria, si le parece bien, un foco +primitivo de civilizacin; lo cierto, lo demostrado es que la +civilizacin ms antigua es la de Egipto. Hace cerca de seis mil aos +que el Egipto est civilizado. Monumentos hay, en aquella tierra +portentosa, los que se atribuyen ms de cinco mil aos de edad, cuya +perfeccin y magnificencia no han sido despus superadas. Cualquiera de +ellos da muestra de que ya se conoca la escritura. La ms antigua, la +monumental y lapidaria, es la hieroglifica, que sigui emplendose hasta +el reinado del emperador Decio.</p> + +<p>De la escritura hieroglfica haba nacido la hiertica, que se us para +escribir en los papiros<a name="page_041" id="page_041"></a> y que no era ms que la simplificacin de los +setecientos signos de que la escritura hieroglfica se compona.</p> + +<p>En el mismo cesto, donde estaba el recado de escribir de que hemos +hablado, se hall el ms bello y bien conservado escrito hiertico de la +coleccin archiducal. Se supone, pues, que es de la misma poca, sea +de 1200 aos antes de Cristo.</p> + +<p>Contiene, en forma de carta dirigida por un seor Pibesa un seor +Amenofis, una descripcin potica de la ciudad de Pi-Ranss, de la que +no queda rastro y sobre cuya posicin discuten los egiptlogos, aunque +convienen todos en que era la residencia favorita de Ranss II; tal vez +algo modo de un Aranjuez un Escorial de entonces. Segn la +descripcin, haba all hermosos palacios; toda comodidad, deleite y +regalo; bien cultivadas huertas, donde se cosechaban granadas, manzanas + higos; sembrados frtiles, estanques llenos de peces, mucha miel y +vino ms dulce y ms aromtico todava.</p> + +<p>Otro escrito hiertico de la coleccin, adornado con vietas y muy +extenso, es el <i>Litro de los muertos</i> de Taruma, sacerdotisa de Ptah. +Una de las vietas representa el juicio de los muertos, y otra la momia +de la mencionada sacerdotisa, extendida en el lecho mortuorio, que tiene +forma de esfinge, sobre todo lo cual se alza volando el alma, bajo la +apariencia de un pjaro. Este <i>Libro de los muertos</i> es, como otros que +del mismo gnero se conservan, una serie de oraciones<a name="page_042" id="page_042"></a> salmos, con que +se provea los difuntos para que luchasen contra los tenebrosos +poderes del Amente Infierno, los venciesen, y pudiesen volver las +regiones de la luz.</p> + +<p>Los escritos demticos son pocos en la coleccin, al menos los +descifrados hasta ahora. Aunque se llaman <i>demticos</i>, sea populares, +son, lo que parece, harto difciles de leer, causa de las +abreviaturas y enlaces y de lo cursivo de las letras. En tiempo de los +Ptolomeos fu el mayor florecimiento de este gnero de literatura, cuyo +ms brillante fruto es la <i>Historia de Xamris y Neferchoptah</i>. En la +coleccin del Archiduque hay, en escritura demtica, conjuros para +evocar Osiris, Chu, dios del Oriente, y Amn, dios del Medioda.</p> + +<p>La magia y la teurgia eran ciencias muy cultivadas en Egipto, y con cuyo +auxilio se atraa la luna desde el cielo, se aprenda el lenguaje de +los pjaros, se transformaban las varas en serpientes y se hacan otra +multitud de milagros. Las frmulas, por cuya virtud se hacan, estaban +custodiadas en los colegios sacerdotales y en los Palacios de los +Faraones. Los profanos no iniciados no podan valerse de estas +frmulas, ni poseerlas escritas, sin exponerse muy severos castigos. +Hasta el mismo Faran, si tena el antojo de hacer algn milagro +valindose de las tales frmulas, se expona que el cielo le castigase +enviando su reino las ms espantosas plagas. As, pues, los conjuros +demticos que en la coleccin se ven, deben de ser una divulgacin<a name="page_043" id="page_043"></a> +sacrilega, plebeya incompleta, de la alta y noble ciencia de los +sacerdotes y prncipes.</p> + +<p>Posee tambin la coleccin extraordinaria cantidad de escritos cpticos +(pasan de 4.000), en papiros, pergaminos y otras materias. A pesar de la +influencia cristiana, tan poderosa en esta literatura, que consta +principalmente de traducciones de textos griegos de la Biblia y de los +Santos Padres, la aficin la magia persiste an, y hay no pocos +conjuros y frmulas que servan de amuletos. Entre ellos se ven +combinaciones de palabras, que forman lo que, para diversin y +adivinanza, ha estado ltimamente en moda con el nombre de <i>cuadrado de +letras</i>. As, por ejemplo:</p> + +<table border="0" cellpadding="4" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left">s</td><td align="left">a</td><td align="left">t</td><td align="left">o</td><td align="left">r</td></tr> +<tr><td align="left">a</td><td align="left">r</td><td align="left">e</td><td align="left">p</td><td align="left">o</td></tr> +<tr><td align="left">t</td><td align="left">e</td><td align="left">n</td><td align="left">e</td><td align="left">t</td></tr> +<tr><td align="left">o</td><td align="left">p</td><td align="left">e</td><td align="left">r</td><td align="left">a</td></tr> +<tr><td align="left">r</td><td align="left">o</td><td align="left">t</td><td align="left">a</td><td align="left">s</td></tr> +</table> + +<p class="nind">y este otro, hecho con palabras y letras griegas:</p> + +<table border="0" cellpadding="4" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left">α</td><td align="left">λ</td><td align="left">φ</td><td align="left">α</td></tr> +<tr><td align="left">λ</td><td align="left">ε</td><td align="left">ω</td><td align="left">ν</td></tr> +<tr><td align="left">φ</td><td align="left">ω</td><td align="left">ν</td><td align="left">η</td></tr> +<tr><td align="left">α</td><td align="left">ν</td><td align="left">η</td><td align="left">ρ</td></tr> +</table> + +<p>En la lengua cptica se contaban muchos dialectos y haban entrado +palabras extraas, ya del griego, ya del latn, ya del rabe. Se +empleaba el alfabeto griego, con la adicin de algunos signos para +expresar sonidos que con las letras griegas no podan expresarse.</p> + +<p>Paciencia ser menester para descifrar los cuatro<a name="page_044" id="page_044"></a> mil manuscritos +cpticos de que hemos hablado, y de los cuales slo una vigsima parte +explica el Catlogo. Hay cartas particulares y de negocios, cuentas, +recibos, vidas de santos, la epstola del rey Abgar de Edesa +Jesucristo, y la contestacin de ste, homilas, plegarias y evocaciones +de varios linajes de seres sobrenaturales; del demonio Tamsari, del gran +querubn Asaror, de los espritus de los patriarcas Adn, No y +Matusaln, y del ngel Chrufos.</p> + +<p>Posible es que de tamao caos, despus de estudiar mucho y devanarse los +sesos, saquen los sabios alguna luz para la historia de las +supersticiones, ritos, doctrinas, cultura y modos de vivir, en los +tiempos ms obscuros, sobre todo para la Europa latina, sea desde el +siglo <span class="smcap">v</span> al <span class="smcap">x</span>.</p> + +<p>En la sala segunda estn expuestos los manuscritos griegos, que son los +ms lujosos, elegantes y de mejor gusto artstico. Los hay con dibujos y +letras de varios colores, y de plata y de oro. Todos son enrollados y no +en la forma moderna del libro. Tambin estos manuscritos son los ms +interesantes para la historia, porque, ya son ejemplo nico casi nico +de algo, ya dilucidan puntos obscuros, que la mayora de la gente no +les importan nada, pero que llenan de entusiasmo los historiadores y +arquelogos y hacen que prorrumpan en el <i>eureka</i> de Arqumedes. +Brillante ejemplo del primer caso presta el pedazo de papiro sealado +con el nmero 531, donde se lee un coro del <i>Orestes</i> de Eurpides, con +la msica con que se cantaba, y tambin con la msica instrumental<a name="page_045" id="page_045"></a> del +acompaamiento. Este papiro es casi contemporneo del nacimiento de +Jesucristo: debe de tener mil novecientos aos de antigedad.</p> + +<p>Yo no s en qu consiste, ni me parece que el Sr. Wessely lo explica, +pero lo cierto es, que, fuera de este coro con msica y quiz de algn +otro papiro, conteniendo amuletos, conjuros fragmentos literarios y +sin fecha cierta, no hay entre todos los papiros griegos descritos uno +solo anterior la Era cristiana. Los ms antiguos son de fines del +primer siglo de dicha Era, esto es, cuando ya la dominacin helnica y +su cultura y sus letras prevalecan en Egipto haca cuatrocientos aos.</p> + +<p>Desde el de 83 hasta el de 735 dgase mucho despus de la conquista de +Egipto por los rabes, que tuvo lugar en 642, hay papiros griegos en la +coleccin del Archiduque. La cultura helnica persisti despus de dicha +conquista. En todo, dur en Egipto ms de mil aos.</p> + +<p>Las noticias de la vida pblica y privada que contienen estos papiros, +son en extremo curiosas y pueden producir al que las recoja una +abundante cosecha de datos para la historia y para las ciencias +auxiliares de ella, como la cronologa, la lingstica, la arqueologa y +la economa social. As, v. gr.: un papiro de la coleccin es el nico +documento escrito del reinado de noventa das de los emperadores Pupieno +y Balbino. En otro papiro se declaran los ttulos de la reina de +Palmira, Zenobia, y de su hijo, que rein par<a name="page_046" id="page_046"></a> de ella, y que se +llamaba y titulaba Aurelio Septimio Vabalato Atenodoro, <i>vir +clarissimus, Rex, Imperator, dux Romanorum</i>. Otros papiros dan muestra +de la decadencia literaria, de la corrupcin que se fu introduciendo en +el idioma, del mayor nmero de extravagancias, supersticiones y +tristezas que conturbaron los espritus, de la poderosa reorganizacin +del imperio por Diocleciano y Constantino, del triunfo de la religin +cristiana, y de la vergenza de la universal bancarrota del Estado y del +rebajamiento en la ley de la moneda.</p> + +<p>Todo esto lo ve sin duda pasar ante sus ojos, como si estuviera viviendo +entonces, el que sabe leer los papiros y los lee. A veces conoce, no ya +la vida de una sola persona, sino la historia de toda la familia y de +sus bienes de fortuna durante algunas generaciones. En un contrato de +compra y venta en el ao de 268, vemos la rica y joven viuda Priscila +comprando una bonita esclava en la flor de su edad, y pagando por ella +cinco mil dracmas. Como ya la muchacha haba pertenecido un oficial de +caballera, llamado Aurelio Coluto, no es muy de creer que su inocencia +inmaculada entrase por mucho en tan subido precio. La seora Priscila +deba de ser caprichosa y vivir con lujo y aparato. Su hermosa casa +estaba en la <i>Calle del Castillo del Occidente</i>, en la ciudad de +Hermpolis. Pero no hay bien ni mal que dure cien aos. La seora +Priscila tena un hijo llamado Aurelio Nicon Aniceto, que fu del +Ayuntamiento, y que no sabemos cmo<a name="page_047" id="page_047"></a> administrara la fortuna comunal, +pero s que administr tan mal la propia, que tuvo que empearse y hasta +que hipotecar la casa de la <i>Calle del Castillo del Occidente</i>. Tom +prestados sobre esta hipoteca: primero, cuatro mil doscientos dracmas; +al ao siguiente, mil quinientos ms; otro ao despus, mil doscientos, +y todava otros mil quinientos dracmas, un ao ms tarde. El resultado +natural fu que tuvo que vender la casa, poco tiempo despus, la +seora Aurelia Serapias, hija de Trimoros, de quien yo sospecho que era +un usurero terrible. La seora Aurelia Serapias haba de parecerse mucho + su padre, y slo di por la casa tres mil dracmas sobre lo que ya +haba prestado. Es casi seguro que la casa estara apreciada, en nmero +redondo, en dos talentos, sea doce mil dracmas; de suerte que, al dar +los tres mil y cobrarse lo prestado, la seora Aurelia Serapias todava +tuvo un beneficio de seiscientos dracmas lo menos.</p> + +<p>Raros son los papiros que no contienen noticias lastimosas; pero, al +fin, algunas hay alegres tambin. Pondr por caso la certificacin, +expedida por un juez de los juegos olmpicos, de que Horin ha alcanzado +la victoria y ha sido coronado son de trompetas. La certificacin es +del tiempo del emperador Galieno y se dirige al Ayuntamiento de +Hermpolis para que honre, como debe, al referido Horin, natural de +dicha ciudad. A los vencedores en los juegos se les concedan no pocos +privilegios y distinciones, exencin de ciertos tributos y hasta +pensiones, veces.<a name="page_048" id="page_048"></a></p> + +<p>La serie de documentos es larga, y sera prolijo, para un artculo, +detenerse ms en dar cuenta de ellos. Los que ms abundan son los +contratos entre particulares y los escritos relativos al cobro de las +contribuciones, las cuales eran en dinero, en toda clase de cereales, +viandas y frutos, y hasta en equipo para los militares. La corrupcin de +los que recaudaban, las vejaciones que imponan, el susto que les +entraba cuando haba visita de inspeccin, y la creciente pobreza y +opresin del pueblo, todo se refleja en los papiros como en un espejo. +La sociedad hubo de hacerse tan insufrible para la mayora de los +hombres, que se comprende la mana que se apoder de muchos de huir de +las ciudades y de retirarse los yermos hacer vida de anacoretas.</p> + +<p>El pueblo egipcio deba de estar cada da ms humillado por sus +sucesivos dominadores, de todos los cuales iban quedando descendientes +con privilegios como hombres de raza superior, formando colonias +militares y constituyendo, modo de un ejrcito de reserva, para +sostener el gobierno central, primero de los Ptolomeos, y despus de los +Csares. En los papiros se ven cada instante las huellas de estas +clases privilegiadas. Ellas acaso ayudaran las legiones romanas para +defender el Egipto, aunque en vano, primero contra los persas, y contra +los rabes despus.</p> + +<p>La dominacin persa no hubo de durar ms de dos tres aos. Sin +embargo, la coleccin del<a name="page_049" id="page_049"></a> Archiduque Raniero encierra centenares de +documentos que atestiguan esta dominacin, la cual termin sin duda en +tiempo del emperador Heraclio.</p> + +<p>De los manuscritos phlvis no da la gua de la Exposicin traduccin ni +cuenta, disculpndose los autores con la dificultad que ofrece la +inteligencia de este idioma, del cual, segn se hablaba en tiempo de los +Sasanidas, afirman que slo quedan algunas monedas inscripciones en +piedra que puedan haber servido para prepararse interpretar los recin +descubiertos manuscritos, que hoy posee el Archiduque, y son, lo que +parece, los nicos en su gnero.</p> + +<p>Entindase que yo hablo como profano y que no acierto decidir si el +phlvi en que estn escritos los papiros de la coleccin archiducal es +otra lengua distinta de aquella en que est escrita parte del +Zendavesta, si hay algn libro sagrado escrito en un phlvi menos +antiguo, ya del tiempo de los Aquemenides, ya del tiempo de los +Arsacidas, ya del de los Sasanidas mismos. En este ltimo caso, dicho +libro podra servir, como escrito en idntico idioma, para traducir los +manuscritos persas del Archiduque.</p> + +<p>La parte de los manuscritos latinos es muy pequea en el Catlogo. El +latn era en todo el Imperio romano el idioma de las leyes y de la +milicia; pero, en Egipto, para la administracin, el comercio y los +contratos, se empleaba el griego. As es que hay pocos manuscritos +latinos y casi todos de asuntos militares.<a name="page_050" id="page_050"></a></p> + +<p>Es de lamentar que entre tanto manuscrito del largo, del milenario +perodo greco-latino, apenas se haya descubierto nada que tenga valor +esttico, salvo el pedazo del coro de <i>Orestes</i>, con su msica. Lo ms +notable, despus de dicho coro, es un fragmento del prlogo de un drama +de Epicarmo, titulado <i>Ulises explorador</i>, donde el astuto hroe se +disfraza de mendigo y penetra en Troya para averiguar lo que all pasa. +Hay asimismo dos hojas de pergamino de un discurso de Esquines +impugnando Demstenes. El discurso fu pronunciado 330 aos antes de +Cristo; y el pergamino de que hablamos es del siglo <span class="smcap">v</span> de nuestra Era. +Hay, por ltimo, dos antfonas del siglo <span class="smcap">iv</span>, y pedazos de las Escrituras +Sagradas y de varios Evangelios no cannicos.</p> + +<p>La conquista de Egipto por los rabes, en 642, fu para el pueblo +conquistado una felicidad, aunque efmera. Los rabes fueron recibidos +por los coptos como simpticos vengadores y libertadores. No eran como +los brbaros que haban acabado con la dominacin romana en Europa, sino +un pueblo de cierta cultura sencilla, primitiva y patriarcal, cultura +que contaba siglos de duracin y que en no pocos de sus rasgos tena +bondad y aun delicado refinamiento. Como los rabes venan adems, en +corto nmero, ni queran, ni podan, ni necesitaban oprimir demasiado, +luego que pasaba el primer choque de la invasin y de la guerra. Amr, +en otro tiempo mercader de cueros y de especias, y luego general<a name="page_051" id="page_051"></a> del +califa Omar, invadi el Egipto y se apoder de aquella regin frtil y +dilatada, con un pequeo ejrcito de tres mil cuatro mil hombres bien +disciplinados. Por una corta capitacin anual poda cada habitante vivir +tranquilo en su casa, con su familia, su religin y sus leyes. Amr, +lejos de quemar la Biblioteca de Alejandra, protegi las artes, la +industria y el comercio, hizo que el Egipto volviese florecer.</p> + +<p>Los papiros que describe el Catlogo dan repetidos testimonios de esta +benfica suavidad de la conquista musulmana. Los aficionados ensalzar +el islamismo hallarn aqu nuevas pruebas de que, si bien los rabes no +fueron un pueblo inventor, fueron conservadores de las ciencias, +aficionados ellas, y vehculo intermedio de las invenciones, ideas y +civilizacin de otros pueblos.</p> + +<p>Durante algunos siglos, tal vez se pudo imaginar que la luz del saber +iba extinguirse entre los pueblos cristianos y resplandecer entre +los muslimes, y que stos llevaban la delantera en el camino del +progreso: pero, en el seno tenebroso de la barbarie europea, en medio de +las ruinas del Imperio de Occidente, de donde surgieron nuevos Estados, +compuestos de una inerme y abyecta grey, oprimida por una casta +superior, ignorante y belicosa, haba grmenes tan fecundos, que de +ellos brot esta civilizacin ms alta, que dura an, que ha llegado +maravilloso desenvolvimiento, y que es de esperar que ya nunca muera, +pesar de las extraas enfermedades que<a name="page_052" id="page_052"></a> suelen atacarla cuando ms se +ufana y se engre con sus triunfos y su gloria. Las naciones muslmicas, +entre tanto, han descendido muy por bajo del nivel que en su origen +tenan y se han sumido en la barbarie. Como no nos incumbe aqu explicar +las causas de todo esto, nos limitamos decir que en los manuscritos +del Archiduque hay abundancia de datos que pueden valer para explicarlo, +y que, por consiguiente, dichos manuscritos no importan slo la +historia de Egipto, sino la historia de la civilizacin del linaje +humano.</p> + +<p>Acaso se pruebe por ellos que no dur mucho la mejor condicin del +pueblo bajo el dominio musulmn. La poblacin decrece en los sucesivos +censos, aunque puede atribuirse que no pocos copts se hacen sectarios +del Islam; la opresin y los malos tratos van aumentando contra los que +no reniegan; y los tributos cunden y se agrandan poco poco, hasta el +punto de echar de menos los peores das del imperio bizantino.</p> + +<p>De todos modos, la cuestin es complicada y no debe decidirse de plano. +La rica coleccin de documentos, que posee el Archiduque, es un arsenal +que suministra armas para defender cualquiera tesis. Lo que desde luego +puede afirmarse es que, en aquellos siglos, ninguna horda, tribu +nacin haca ni hubiera hecho conquista tan benigna como las de los +rabes. Los dieciocho preciosos documentos, de que el Catlogo da +cuenta, contemporneos de la conquista, y<a name="page_053" id="page_053"></a> slo posteriores los ms en +doce catorce aos la muerte de Mahoma, manifiestan la bondad y la +moderacin de los conquistadores. En cambio, otros documentos de poca +posterior se pueden aducir, como prueba de la dureza de la dominacin +muslmica, al menos contra los cristianos. A veces los sellaban en la +mano con un hierro candente, y los que no llevaban este sello los +solan castigar con azotes, y hasta con la muerte. Bien es verdad que +los coptos se rebelaron en varias ocasiones, y ya la rebelin sofocada, +fueron reducidos muchos la condicin de esclavos, pudiendo acaso +decirse en defensa de los muslimes que en los pueblos de la Cristiandad +hubo hasta muy tarde la cruel costumbre de sellar los esclavos de la +misma suerte, no en la mano, sino en la cara.</p> + +<p>Al lado de esta y otras huellas de ferocidad, hay tambin documentos, de +los que da cuenta el catlogo, en que conviene celebrar ciertas +elegancias, primores y hasta ternuras que parecen propias de las ms +cultas edades. Citar, por ejemplo, el fragmento de una carta de amor, +escrita en el siglo <span class="smcap">ix</span>, donde el amador ausente se considera tan herido +en el corazn y en el alma, que va morir de mal de ausencia. Es adems +muy interesante la postdata de esta carta sentimental, ya que por ella +se ve que fue confiada una paloma mensajera. En el siglo <span class="smcap">ix</span> estaba, +pues, establecido este modo de correo, y es probable que, no slo el +gobierno, sino los particulares, hubieran podido valerse de l. De +trecho<a name="page_054" id="page_054"></a> en trecho haba estaciones palomares, cada uno de los cuales +llegaba con cada carta una paloma que l perteneca: los empleados +all confiaban la misma carta otra paloma, que la llevaba hasta la +prxima estacin, y as sucesivamente llegaba la carta su destino. De +esta manera, sin duda, el califa reciba nuevas de cuanto iba ocurriendo +en sus extensos dominios. Tal vez estas nuevas se ponan en conocimiento +del pblico. Como prueba de que los particulares se valan del mismo +medio de comunicacin, puede aducirse, en los tiempos ms antiguos, un +papiro pergamino finsimo destinado al efecto, y ms tarde, unas +hojitas de papel, que se llamaba <i>de pjaro</i>, y que vena tener seis +centmetros de ancho y nueve de largo.</p> + +<p>En suma, la coleccin de manuscritos del Archiduque, en su parte +arbiga, da conocer ya mucho la vida, usos y costumbres de los +muslimes en los siglos medios; aclara bastantes puntos oscuros, corrige +no pocos errores histricos, y ofrece an vasto y apenas explorado +campo, primero al estudio de los arabistas, y despus las +consideraciones, comentarios y consecuencias que pueden y deben sacar +los historiadores y los filsofos.</p> + +<p>Yo me he limitado dar de todo la ms superficial noticia. Para +terminar, recomiendo ahora mis lectores, si alguno tengo que sea +curioso y entendido en estos asuntos, que, ya que no pueda ver la +Exposicin, compre el catlogo y le lea. Con esto sabr algo, pero no lo +sabr todo.<a name="page_055" id="page_055"></a> El catlogo es una fuente , si se quiere, un ro de +conocimiento; pero los objetos no catalogados ni descritos an son la +mar. Me aseguran que pasan de cien mil. Todos los das anuncian los +peridicos de aqu interpretaciones explicaciones de nuevos +manuscritos. Anteayer mismo trajeron que se haban descifrado un himno +demtico al Dios Soknopaios, compuesto por su propio sacerdote y escrito +en un rollo de papiro de ms de un metro de largo, y dos tres +captulos de la obra de Xenofonte, titulada <i>Helnica</i>, donde trata de +los ltimos casos de la guerra del Peloponeso.</p> + +<p>Slo Dios sabe lo que se descubrir todava; y como ser cuento de nunca +acabar, no debe ser censurado que en cierto modo acabe yo este articulo +sin que, en realidad, acabe ni haya motivo para que acabe.</p> + +<p><a name="page_056" id="page_056"></a></p> + +<p><a name="page_057" id="page_057"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 431px;"> +<a href="images/illpg_057a.png"> +<img src="images/illpg_057a_sml.png" width="431" height="105" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="DE_LOS_AUTORES_PORTUGUESES" id="DE_LOS_AUTORES_PORTUGUESES"></a>DE LOS AUTORES PORTUGUESES<br /><br /> +QUE ESCRIBIERON EN CASTELLANO<a name="FNanchor_1_1" id="FNanchor_1_1"></a><a href="#Footnote_1_1" class="fnanchor">[1]</a></h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">DURANTE no breve tiempo, la atencin del pblico inteligente, y, sobre +todo, de las pocas personas que leen en Espaa, se fij con tal ahinco y +con tan candorosa admiracin en el movimiento intelectual de Francia, y +quiz de algn otro pas de los que en el da se consideran al frente de +la civilizacin de Europa, que descuidamos mucho el conocimiento de +nuestros autores, y aun llegamos mirarlos con desdn, ms menos +encubierto.</p> + +<div class="footnote"><p><a name="Footnote_1_1" id="Footnote_1_1"></a><a href="#FNanchor_1_1"><span class="label">[1]</span></a> <i>Catlogo razonado, biogrfico y bibliogrfico, de los +autores portugueses que escribieron tn castellano</i>, por D. Domingo +Garca Prez, Doctor en Medicina y Ciruja, antiguo Diputado de la +nacin portuguesa por la ciudad de Setubal.—Madrid, 1890.</p></div> + +<p>De aqu sin duda el escaso cultivo que hemos dado nuestra historia +literaria, de la cual no tenemos an tratado de conveniente extensin<a name="page_058" id="page_058"></a> y +escrito por un espaol en nuestro propio idioma; Amador de los Ros dej +en el punto ms interesante su grande obra, y lo menos malo completo que +tenemos hasta hoy, prescindiendo de la frialdad y pobre sentir de las +bellezas, es el libro del anglo-americano Jorge Tiknor.</p> + +<p>Recientemente, acaso desde nes del primer tercio de este siglo, el amor +propio nacional nos ha estimulado, y la aficin las letras patrias se +ha despertado en Espaa, al menos en el pequeo circulo de los que +gustan de libros y no se emplean enteramente en las interminables +discusiones polticas.</p> + +<p>Nuestros antiguos libros, circulaban en ediciones detestables, que +arredraban los tibios y no consentan que los leyesen, se haban +hecho raros, cayendo los ejemplares que an quedaban en poder de +biblifilos, que hacan de ellos misterioso tesoro, estimando menudo +con perversa crtica, cada libro, ms por su rareza que por su valor +literario.</p> + +<p>En esta situacin, empez publicarse en 1847 1848 la <i>Biblioteca de +autores espaoles</i>, de Rivadeneyra, la cual hizo un gran servicio, +divulgando el saber de nuestra literatura y procurando que este saber +pudiese ser algo ms que somero, sin convertirse en ciencia oculta, de +la que slo entienden los iniciados.</p> + +<p>Desde entonces, as los que compusieron los prlogos, introducciones y +notas los varios autores que public Rivadeneyra, como otros eruditos +que tal vez han venido despus, y entre<a name="page_059" id="page_059"></a> los que descuellan Menndez y +Pelayo, Adolfo de Castro, Laverde y Canalejas, han ido juzgando y +estimando en lo que se debe nuestra amena literatura, poesa lrica y +pica, novelas y teatro, y hasta nuestros historiadores, filsofos y +dems hombres de ciencia.</p> + +<p>An queda bastante que hacer en este punto de la crtica, y es harto +difcil ponerse en el medio razonable para no desdear demasiado ni +encomiar tampoco sin medida lo que no lo merece. El segundo escollo es +el ms peligroso de los dos. Quien en l se coloca, en vez de ganarse +las voluntades y de fomentar la aficin los antiguos libros espaoles, +infunde al vulgo, la gente de mundo semi-ilustrada, miedo y hasta +repugnancia, no falta de fundamento, porque si alguien lee un libro que +el crtico le ponder como un primor, lleno de ingenio y de gracia, oro +de Tbar de poesa, etc., y se aburre leyndole y le halla tonto +inaguantable, creer que con todos los dems libros que le pondere el +crtico le suceder lo mismo, y no leer ninguno, y tendr vehementes +sospechas de que no es muy divertida la antigua literatura espaola.</p> + +<p>Harto sabemos todos que la moda, las ideas del tiempo en que se vive, el +chiste de fecha reciente, es lo que el vulgo literario penetra bien y +aquello en que se complace. De lo pasado suele penetrar poco, y no se +divierte ni se interesa por ello; pero, en otros pases, no son los +hombres tan rebeldes toda frula como en Espaa; no tienen tanto el +valor de sus opiniones, y reconocen<a name="page_060" id="page_060"></a> las autoridades y las acatan y se +someten. Aqu no. Un ingls ir oir un drama de Shakespeare, y +bostezar y se fastidiar de muerte, pero no se atrever decir que el +drama es malo; antes bien, le declarar maravilloso y estupendo: +mientras que todo espaol, y ms an toda espaola, si va al teatro y se +fastidia se duerme con Tirso con Lope, dir desenfadadamente que +Lope y Tirso nada valen. La otra noche, por ejemplo, representaron aqu, +en uno de nuestros mejores teatros, una comedia de Molire, traducida +por Moratn, y el pblico, que era de lo ms selecto de esta coronada +villa, ech rodar sin el menor escrpulo la gloria del gran dramaturgo +francs y de nuestro egregio poeta clsico, y sali casi unnime +sentenciando que era estpida la tal comedia.</p> + +<p>El critico y el historiador de nuestra literatura deben tener presente +todo esto para no excitar con sus alabanzas la lectura de libros que +no merezcan ser ledos, pero tampoco deben escatimar el encomio todo +libro trabajo que sea digno de l, aunque la generalidad del pblico +no sepa apreciarle.</p> + +<p>La lectura de libros antiguos, aun de puro pasatiempo, requiere cierto +aparato de erudicin y bastante fantasa, discreta ilustrada, para +trasladarse en espritu la edad en que cada autor escribi, y +comprenderle y sentir con l como su contemporneo, juzgndole despus +sin pasin y volviendo, al hacer el oficio de juez, vivir en la edad +en que ahora vivimos.<a name="page_061" id="page_061"></a></p> + +<p>Slo as se podr componer al cabo una historia completa de nuestra +literatura de nuestra cultura en general, donde se tase su valor, ya +absoluto, ya con relacin la cultura de Alemania, Italia, Francia +Inglaterra, que son los cuatro pueblos que con los de esta Pennsula han +estado alternativa simultneamente la cabeza de la civilizacin del +mundo, desde que empez la historia moderna hasta hoy.</p> + +<p>En Espaa podemos jactarnos de la cantidad de lo que se ha escrito. +Somos ricos en obras. No hay una sola lengua literaria, sino tres: la +castellana, la portuguesa y la catalana. Y en cada una de estas tres +lenguas, sobre todo en las dos primeras, ha habido un enjambre de +fecundsimos autores. Pero como muchos catalanes y muchsimos +portugueses han escrito en castellano, la literatura castellana, aunque +slo fuese por esto, sera la ms rica de las tres.</p> + +<p>An nos queda mucho por hacer fin de lograr una cosa con la que yo +sueo: una literatura selecta espaola: una bibliotequita, por ejemplo, +de cuarenta cincuenta volmenes, chiquitos, elegantes y primorosos, +donde se reuniese lo mejor de nuestra inmensa riqueza intelectual; +bibliotequita que leyesen las damas sin fatiga y hasta con gusto, y que +ellas pudiesen tener en sus habitaciones, al lado en lugar de los +autores franceses que leen ahora cuando algo leen.</p> + +<p>Esta seleccin atinada no se ha hecho bien an. Hay motivos, que sera +prolijo exponer aqu y que la dificultan. De ello proviene que<a name="page_062" id="page_062"></a> las +letras en Espaa son menos populares y divulgadas que en otros pases; y +que pasado el momento de la moda, si llega durante su vida estar de +moda un autor, todo cuanto se ha escrito se hunde en el ms profundo +olvido para el pblico, y slo permanece para los eruditos, casi como si +fuera una reconditez. De ello proviene tambin algo de muy lamentable +de muy risible, segn el humor con que se considere: un divorcio casi +completo entre lo literario y lo ameno interesante, sobre todo en el +teatro, que es por donde el vulgo, que apenas lee, penetra en el +santuario de las letras. A menudo se oye decir la salida de los +teatros—la comedia no tiene sentido comn, pero me ha interesado me +ha divertido:— bien,—mucho me ha fastidiado el drama, pero confieso +que tiene mrito literario y <i>qu buen verso!</i>—Lo cual da malsima +idea de autores y de pblico, porque razonablemente no se concibe que lo +absurdo divierta interese, ni menos an que tenga <i>buen verso</i> ni +mrito literario lo fastidioso.</p> + +<p>De todo lo dicho se infiere que debemos propender que salgan en Espaa +las letras amenas del apartamiento en que viven, con respecto la +generalidad del pblico, y lo que es ms de sentir, con respecto lo +que ahora llaman <i>high life</i>, en cuyos centros rara vez se ve un libro +en castellano.</p> + +<p>Alguna culpa tienen de esto los biblifilos. No pocos de los libros que +publican en ediciones elegantes, que jams rara vez tuvieron en +Espaa<a name="page_063" id="page_063"></a> los autores que todo el mundo debiera leer sin aburrirse, son +libros que valen por su rareza, y no valen nada en cuanto dejan de ser +raros; libros que suele no ver sino por el forro el curioso vanidoso +que los compra, pudiendo afirmarse que de los trescientos +cuatrocientos ejemplares de que consta la tirada, las dos terceras +partes quedan con las hojas unidas sin que llegue separarlas la +plegadera.</p> + +<p>Mi espritu muy inclinado las contradicciones, si bien ms aparentes +que reales, me ha llevado decir cuanto va dicho, sobrado extensamente +si se mira al objeto que hoy me mueve escribir, y me lleva en seguida + aadir algo que parece diametralmente opuesto. Y lo parece aunque no +lo es, porque, fin de llegar la clasificacin y seleccin deseada, +que tengamos bien determinadas nuestras obras maestras, y que salgan, +digmoslo as, de entre el ingente cmulo de cuanto se ha escrito, para +que el vulgo las admire, importa que ese ingente cmulo se forme todo y +venga ser conocido, al menos por los que especialmente se dedican al +estudio.</p> + +<p>En este sentido, sin salvedad ninguna y con toda el alma, es menester +declarar que son altamente benemritos de la patria y de la cultura +castiza, Gallardo, Estbanez Caldern, Gayangos, Durn, Barrera y +Leirado, Sancho Rayn, Zarco del Valle, Valmar, Caete, los dos +Fernndez-Guerra y algunos otros.</p> + +<p>El autor del libro de que voy aqu dar cuenta,<a name="page_064" id="page_064"></a> ha venido colocarse + no poca altura, en compaa de tan ilustres crticos y eruditos.</p> + +<p>Aunque D. Domingo Garca Prez es portugus de nacin, pas su primera +mocedad en Granada, y estudi en el colegio del Sacro-Monte, donde fu +compaero de los Fernndez-Guerra, y donde, sin duda, tuvo por maestros + D. Juan de Cueto y D. Baltasar Lirola, quienes hubieron de +inspirarle su buen gusto en literatura y su amor la de Castilla y al +idioma de Castilla. Dan prueba de ello el estilo fcil y castellano +castizo con que su libro est escrito; la gran copia de noticias +curiosas interesantes que el libro contiene sobre la vida y las obras, +de quinientos seiscientos autores, y la multitud de composiciones, muy +raras inditas, que en sus pginas encierra.</p> + +<p>Sin duda el Sr. Garca Prez debe bastante, como l mismo confiesa, +trabajos anteriores de los crticos eruditos castellanos que mencionamos +ya, y tambin los trabajos de algunos egregios portugueses, como +Barbosa, Inocencio de Silva y Costa Silva; pero es de admirar lo mucho +enteramente nuevo con que ha sabido enriquecer su obra.</p> + +<p>sta sigue el orden alfabtico por los apellidos de los autores, que nos +atreveremos aqu distinguir y clasificar.</p> + +<p>Unos son celebrrimos en Portugal; son los principes de las letras de +aquel pueblo. Lo que han escrito en portugus casi siempre vale +importa ms que lo que han escrito en castellano.<a name="page_065" id="page_065"></a> En este nmero pueden +ponerse Camoens, Gil Vicente, Bernardn Riveiro, Mousinho de Quevedo, el +P. Vieira y dos condes y una condesa de Ericeira. Otros son tan ilustres +y tan dignos de serlo en Portugal como en Castilla; as, por ejemplo, Sa +de Miranda. Otros, aunque portugueses, alcanzan ms gloria y nombrada +por sus escritos en castellano, y se cuentan entre nuestros clsicos, +como Jorge de Montemayor, Gregorio Silvestre y D. Francisco de Melo. Y +otros que, si menos gloriosos, son en Espaa muy conocidos por su +laboriosidad fecunda, como Fara y Souza.</p> + +<p>Es muy grande el nmero de dramaturgos portugueses que, sobre todo, bajo +el dominio de los tres Felipes, escribieron en castellano sus comedias. +El ms ilustre fu Matos Fragoso. Sguenle dos Pachecos, Cayetano Souza +Brandao y otros varios, entre ellos algunas poetisas. De todos trae +Garca Prez noticias biogrficas y bibliogrficas en abundancia.</p> + +<p>Ms interesante, y casi siempre ms nuevo, suele ser lo que nos ensea +el Sr. Garca Prez sobre otros portugueses que tambin escribieron en +castellano, y son clebres por su ciencia, por sus hazaas, por sus +peregrinaciones por el brillante papel que representaron en la +historia de la Pennsula, y aun de todo el mundo, interviniendo en +nuestros descubrimientos, colonizaciones, misiones y conquistas. As el +infante D. Pedro; Garca de Santisteban, compaero del Infante y +narrador de sus viajes por las <i>siete partidas<a name="page_066" id="page_066"></a> del mundo</i>; el gran +Fernn Mndez Pinto, cuya veracidad se va limpiando de sospecha conforme +se conocen mejor el Asia Central y el extremo Oriente; Pedro Texeira, +que nos describi la Persia; el eminente gemetra y cosmgrafo Pedro +Nez; el astrnomo Silva Freire y bastantes misioneros y mdicos, +escritores y menudo peregrinos, que nos han informado de la fauna, de +la flora y de las lenguas, usos, religin y costumbres de tierras y +naciones remotas.</p> + +<p>No pequea parte del libro del Sr. Garca Prez la ocupa otro linaje de +escritores, que por su casta y creencias se pueden agrupar, y cuyos +escritos y vidas eran hasta ahora muy poco nada conocidos, no ser +por sujetos de mucha erudicin muy consagrados un estudio especial. +Hablo de la multitad de judos portugueses, que huyendo de la +Inquisicin fueron casi todos refugiarse Amsterdam y en otras +ciudades de Holanda y Francia, donde escribieron en castellano poesas, +novela, filosofa, religin, poltica y otras ciencias. En esta cuenta, +si bien alguno pueda tenerse por espaol, como Miguel de Barrios, que +naci en Montilla, aunque de origen portugus, pone nuestro autor +Manass ben Israel, los Abarbanel y Abohab, Baruch Nehemias, David +Neto, Isaac Orovio de Castro, Samuel Silva, Moiss Pinto Delgado, + Abraham Pizarro, Abraham Ferreira, Antonio Henrquez Gmez, y no +pocos ms, mostrando notable diligencia en los informes que da<a name="page_067" id="page_067"></a> de las +varias andanzas y de los escritos de cada uno de ellos.</p> + +<p>Algunos artculos del <i>Catlogo</i> del Sr. Garca Prez tienen +extraordinaria extensin y retratan hbilmente la condicin moral y la +vida del personaje que se refieren. Entre estos artculos merece +mencionarse aqu el del famoso conde de Villamediana, poetizado por su +trgica muerte y por los bellos romances histricos del duque de Rivas. +La circunstancia de haber nacido el Conde en Lisboa, por haber ido all +sus padres cuando Felipe II se coron rey de Portugal, hace que el Sr. +Garca Prez le incluya en su catlogo. De su vida y de sus escritos +inditos public, pocos aos ha, un libro interesante el Sr. Cotarelo y +Mori. El asesinato del Conde hace ganar ste alguna simpata; pero +justo es declarar que, si la venganza fu criminal infame, casi puede +calificarse de merecida. Villamediana abus de su ingenio, que le tuvo +sin duda, aunque estragado por el mal gusto, la pedantera y la carencia +de sentido moral, y abus de su riqueza, de su posicin, de sus bros y +de otras buenas prendas personales, para ser procaz y satrico, +pendenciero, vicioso y con las mujeres violento y desenfrenado. Su lance +con la marquesa del Valle, que fue su amiga, y quien, por celos, +arranc las joyas que le haba dado, desgarrndole el vestido, +abofetendola y magullndola hasta el punto de que aquella dama estuvo +la muerte, es accin tan brutal que no tiene perdn, fuesen las que +fuesen las traiciones<a name="page_068" id="page_068"></a> infidelidades de la vctima. Y no contento +Villamediana con el material ultraje, volvi ofender la dama +hirindola en el alma y pisoteando su honra en un romance que hizo +circular, y donde la acusa de que el caudal de l no bast saciar la +codicia de ella, y donde, aludiendo al glorioso Hernn Corts, de quien +proceda el ttulo de la Marquesa, dice sta jugando del vocablo:</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary=""> +<tr><td align="left"><i>De la herencia de Corts,</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i>Que en herencia te cabia,</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i>Heredas ser cortesana,</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i>Repudias la cortesia.</i></td></tr> +</table> + +<p>De otro singular personaje nos informa tambin muy detenidamente el Sr. +Garca Prez, prometindonos casi la publicacin de un curioso +manuscrito que de l posee. Es una relacin circunstanciada de lo que +vi, observ hizo el autor, durante algunos meses del ao de 1605, que +estuvo pretendiendo en Valladolid, donde resida entonces la corte. Por +lo que se puede presumir de las muestras que he visto de esta obra, hay +en ella mucho chiste y gracejo, si bien combinado con el deplorable mal +gusto, el enmaraado y pedantesco culteranismo, la impertinente +erudicin y el abuso de los retrucanos. Aunque el autor, que se llamaba +Tom Pinheiro da Veiga, natural de Coimbra, logr el empleo que +pretenda, no parece que sali muy prendado de Valladolid, ni bastante +agradecido, para no decir mil horrores de todo. Su relacin, no +obstante,<a name="page_069" id="page_069"></a> debe ser animado retrato de la alta sociedad espaola de +entonces. A ser el retrato fiel, dicha alta sociedad quedara muy +malparada. Triste es tener que confesar que la corrupcin haba de ser +grande; pero algo ha de atribuirse tambin la mordaz maledicencia de +que se haca gala, y cierto odio contra Castilla, que siempre ha +solido brotar con lastimosa lozana en las almas de algunos habitantes +de las diversas regiones de esta Pennsula. Los espaoles, para que la +voz sea ms comprensiva, sin anfibologa, los <i>iberos</i>, solemos ser muy +biliosos y con frecuencia murmuramos de los propios ms que de los +extraos. El Sr. Garca Prez inserta en su libro unas quintillas +tremendas de Pinheiro da Veiga, por donde ya se puede comprender el tono +y carcter maleantes y desvergonzados de la prosa. Si damos crdito +las quintillas, no haba en Valladolid, en 1605, seora que no fuese una +perdida, ni galn que no fuese un tunante.</p> + +<p>En el <i>Catlogo</i> hay para todos los gustos. Si Pinheiro da Veiga es todo +sal y pimienta, , si se quiere, hiel y vinagre, otro autor y poeta, +llamado Simn Garca del Brito, es todo almbar en punto de caramelo. +Tambin estuvo ste en la corte de las Espaas, pero sin duda fu menos +afortunado. No logr empleo ni tuvo buena ventura, y hubo de volverse +su lugar lusitano. Retirado all, escribi muy lindos versos +sentimentales, llenos de <i>saudades</i> de una dama, con quien tuvo en +Madrid relaciones amorosas. Estos<a name="page_070" id="page_070"></a> versos son naturales, sencillos, y se +recomiendan por cierta delicada ternura y profundidad verdadera de +afecto, poco comunes en los poetas peninsulares de aquella edad.</p> + +<p>En suma: el libro del Sr. Garca Prez es digno por todos estilos del +buen informe que la. Real Academia Espaola di sobre l y en cuya +virtud el Gobierno le ha hecho imprimir sus expensas. Es un +complemento necesario para la historia de nuestras letras y de nuestro +idioma castellano.<a name="page_071" id="page_071"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 380px;"> +<a href="images/illpg_071a.png"> +<img src="images/illpg_071a_sml.png" width="380" height="72" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="LOS_JESUITAS_DE_PUERTAS_ADENTRO_O_UN_BARRIDO_HACIA_FUERA_EN_LA_COMPANIA" id="LOS_JESUITAS_DE_PUERTAS_ADENTRO_O_UN_BARRIDO_HACIA_FUERA_EN_LA_COMPANIA"></a>LOS JESUITAS DE PUERTAS ADENTRO<br /> + UN BARRIDO HACIA FUERA EN LA COMPAA<br /> +DE JESS</h3> + +<p class="nind">NO hace muchos das que, con el ttulo que antecede y sin nombre de +autor, sali luz un libro en extremo interesante por el asunto de que +trata y de agradabilsima lectura por el ingenio, la gracia, la fecunda +vena satrica y el estilo castizo y magistral con que est redactado. +Sin que se adviertan mucho el esfuerzo y la afectacin, el libro no +parece escrito en el lenguaje vulgar y corriente de ahora, sino como un +autor clsico de la edad de oro de nuestra literatura hubiera podido +escribirle.</p> + +<p>Aunque no hubiesen llegado mi noticia por diversos caminos claros +indicios de quin es el autor del libro, creo que de seguro hubiera yo +adivinado el nombre del autor; pero como l entr en el palenque y +combate con la visera calada, yo no quiero ser ni ser quien le quite la +visera y descubra su rostro y su nombre. Dir, sin embargo, que es, en +mi sentir, persona apasionada,<a name="page_072" id="page_072"></a> movida por quejas justas, y que deja +notar en cuanto afirma cierto enojo harto motivado, que tal vez le +impulsa ir ms all de lo merecido en la reprobacin y en la censura.</p> + +<p>Como yo en este punto, remedando al historiador romano, puedo decir de +los jesutas que no los conozco <i>nec beneficio, nec injuria</i>, tratar +aqu del libro y dar sobre l y sobre la Compaa mi opinin imparcial, +movido por el aliciente que tiene para m la materia, y exponindome +no agradar nadie, ni los jesutas, ni al autor incgnito.</p> + +<p>Como el primer fundamento de las acusaciones es la supuesta carencia de +humildad cristiana que hay en los jesutas, empezar por hablar de la +humildad y de la manera en que yo la entiendo.</p> + +<p>Bueno y santo es ser humilde, no rebajar nadie para realzarse si +propio, y reconocer nuestra condicin miserable y pecadora, sobre todo +cuando pensamos en Dios y en sus perfecciones infinitas, y cuando, +encendidas ya en amor de Dios nuestras almas, volvemos los ojos hacia +las criaturas que son obra de Dios y quienes por amor de l amamos, +procurando, en vez de rebajarlas, poner en ellas un reflejo, un +destello, un trasunto de las mencionadas perfecciones divinas. As, por +virtud de este procedimiento mental, el buen cristiano ensalza y encomia + cuantos seres le rodean y se muestra lleno de candorosa indulgencia +para con todos ellos, siendo slo severo consigo mismo y reconociendo y<a name="page_073" id="page_073"></a> +confesando los propios defectos, pecados y vicios. Esto, mi ver, es la +humildad cristiana. Pero si miramos el caso de otra manera y con ms +hondo mirar, yo creo que el cristianismo, en vez de hacernos humildes y +abyectos, segn no pocos impos le acusan, eleva los espritus y los +corazones y los enorgullece, magnifica y endiosa. Qu razn ni motivo +tiene el buen cristiano para humillarse despus de exclamar con San +Agustn: <i>gran cosa es el hombre, hecho imagen y semejanza de Dios</i>? Y +no slo su alma sino su cuerpo tiene mucho de digno y no poco de sagrado +cuando se considera como templo del espritu, cuando se piensa que el +mismo Verbo divino, no slo se uni un alma humana, por inefable y +sublime misterio, sino tambin un cuerpo de hombre de la condicin y +forma de nuestro cuerpo, deificando as hasta cierto punto nuestra doble +naturaleza, y dndole para trmino de sus aspiraciones y para blanco de +sus esperanzas la misma perfeccin de Dios. Es extrao, aunque se +comprende y se admira, que sea, con pequesima diferencia, el fin que +propuso el demonio del orgullo nuestros primeros padres casi idntico +al consejo ms bien al precepto principal que nos dio Cristo en el +Sermn de la Montaa. Si comis del fruto del rbol prohibido, seris +como dioses, dijo la serpiente. Y Cristo dijo: <i>Sed perfectos como es +perfecto vuestro Padre que est en el cielo</i>.</p> + +<p>El error, pues, est en el camino que hay que seguir para llegar la +perfeccin, pero no en<a name="page_074" id="page_074"></a> aspirar ella. Y ciertamente quien aspira ser +perfecto como Dios, no se comprende que pueda ser humilde, no ser en +el primer sentido arriba expresado.</p> + +<p>Y si descendemos de las alturas teolgicas y pensamos en esto de la +humildad de la soberbia, mundanamente y en la prctica, yo no me +explico tampoco cmo el muy humilde, no ser exterior su humildad, +confundindose con la buena crianza y con la afable dulzura, acierte +hacer cosa de provecho y ser til para algo. Lo primero es tener +confianza en el propio valer y contar con que no han de fallecernos las +fuerzas y el nimo. El individuo la colectividad que acomete grandes +empresas y que tiene elevados propsitos y miras, no puede menos de +tener tambin el inevitable orgullo sea la creencia de que es capaz de +dar cima aquellas empresas y de realizar aquellos propsitos, claro +est que contando siempre con el auxilio divino, lo cual ser muy +piadoso, pero, francamente y en realidad, no es humilde. La humildad +existir acaso con relacin al Omnipotente, mas para todo lo que hay, y +no es Dios, no entiendo yo qu humildad cabe en la firme esperanza de +que Dios ha de ayudarnos fin de que se logre y se cumpla lo que +queremos.</p> + +<p>Partiendo de las anteriores consideraciones, entiendo yo que el autor de +que hablo acusa con poca razn los jesutas de no ser humildes, sino +orgullosos. Nada ms natural, en mi sentir, que creer la mejor del mundo +la sociedad compaa<a name="page_075" id="page_075"></a> que pertenecemos. Todava, si el acaso, si +circunstancias independientes de nuestra voluntad si una providencial +disposicin nos colocase entre sta entre aquella gente, podra +parecer soberbia de nuestra parte el considerar como la mejor del mundo + la gente entre la cual estuvisemos colocados. Y con todo, aun as, +ms suele aplaudirse que vituperarse este modo de sentir y de pensar. Yo +no soy espaol, por ejemplo, porque lo he querido, sino porque el cielo +ha dispuesto que lo sea, y, sin embargo, no pocas personas celebran y +muchas disculpan el elevado concepto que tengo yo de los espaoles. Y si +esto es as en una sociedad en donde yo no entro voluntariamente, cmo +ha de poder censurarse el altsimo concepto que forme cualquiera de la +sociedad compaa en cuyas filas se alista por voluntad propia? Nadie +ama sino bajo el concepto de bueno; todos buscan y procuran lo mejor; y +el hombre honrado que se asocia con otros hombres, no slo es discupable +que crea, sino que debe creer que la tal asociacin es la mejor del +mundo, y que los fines que se ordena y endereza son por todo extremo +excelentes.</p> + +<p>Justo es, pues, y sobre justo inevitable, que todo jesuta, y ms an +mientras mayores sean su candor y su buena fe, est persuadido de que la +Compaa de Jess es la mejor del mundo, de que no hay virtud ni ciencia +que en ella no resida y de que proceden de ella y procedern muchos +bienes para el linaje humano.<a name="page_076" id="page_076"></a></p> + +<p>No creer lo antedicho y hacerse, sin embargo, jesuta, presupondra +falta de discrecin razones y motivos egostas y bajos en quien tal +hiciese. Alistarse en las filas del jesuitismo sin creer en su superior +condicin, slo se explicara entonces por la gana de tener una posicin + una carrera, de buscarse un modo de vivir, de ingeniarse de +industriarse en suma. Y aun as, aun en esta bajeza, la predileccin +precedera la eleccin, y todava, sin elevarse sobre tan bajos +motivos, carecera de juicio el que se hiciese jesuta, considerara +que el serlo era mejor profesin carrera que todas las otras que +hubiera podido seguir.</p> + +<p>Por consiguiente no hay pecado, ni falta, ni defecto en la voluntad de +los jesutas cuando forman de la Compaa que pertenecen un concepto +sublime. Esto no se opone que en dicho concepto haya error +exageracin del entendimiento.</p> + +<p>Apartando de mi espritu toda prevencin apasionada, no considerando el +asunto ni como catlico, ni como sectario de ninguna otra doctrina +religiosa, aceptando por un momento la ms completa indiferencia en +punto religin, hablando y decidiendo en virtud de un criterio +librepensador y racionalista, yo, lejos de condenar la Compaa de +Jess, me siento irresistiblemente inclinado glorificarla y dar por +seguro que honra en extremo Espaa que entre nosotros naciese su +fundador, cuya obra pasmosa me parece que import muchsimo en la +histora<a name="page_077" id="page_077"></a> del linaje humano, haciendo de Ignacio de Loyola, no slo el +digno rival de Lulero, sino el personaje que se le sobrepone y le +eclipsa. Se dira que cuando la Reforma pareca que iba extenderse +como voraz incendio por todo el mundo civilizado, y ya que no +extinguir empequeecer la cristiandad catlica, Dios suscit para sta +un campen poderoso, cuyas huestes combatieron sin descanso la hereja y +la vencieron menudo en Europa, mientras que al mismo tiempo extendan +la fe catlica por el resto del mundo, ganando para ella ms almas en +pases remotos y en inexploradas regiones que las que en Europa haba +perdido por culpa de Lutero y de los otros heresiarcas del siglo <span class="smcap">xvi</span>.</p> + +<p>En la Compaa hay que admirar el feliz consorcio del pensamiento y de +la accin, de lo prctico y de lo especulativo. Fue un ejrcito +conquistador, sin ms armas que la palabra, que se extendi por el mundo +con extraa rapidez, avasallndole y dominndole. Si contemplamos en +espritu al fundador glorioso en el momento de su muerte, nos parece +modo de un Alejandro incruento. Sus dominios se han dilatado ya sobre +toda la redondez de la tierra. La Compaa tiene casas y colegios, gran +poder influjo en Castilla, en Portugal, en Alemania, en Francia y en +las Indias Orientales y Occidentales. Bien puede sin vanidad ni soberbia +exclamar el Padre Rivadeneyra que al mismo tiempo que Martn Lutero +quitaba la obediencia la Iglesia Romana y haca gente para combatirla +con todas<a name="page_078" id="page_078"></a> sus fuerzas, levantaba Dios este santo capitn para que +allegase soldados por todo el mundo y resistiese con obras y con +palabras la hertica doctrina.</p> + +<p>Y no hay slo en el P. Ignacio el espritu conservador, sino tambin el +de reforma y el de progreso. Todos sus pensamientos y cuidados, dice el +ya citado bigrafo, tiraban al blanco de conservar en la parte sana de +restaurar en la cada, por s y por los suyos, la sinceridad y limpieza +de nuestra fe. Todava hay otra idea elevadsima, si no desconocida y +seguida en otros institutos religiosos, por ninguna observada y seguida +con ms firmeza y perseverancia que por la Compaa de Jess: la idea y +el propsito de divulgar las ciencias, las letras y toda cultura, +haciendo de ellas y del progreso humano preciosos y dignos auxiliares de +la religin.</p> + +<p>Con notable injusticia se acusa la Compaa de que aniquila las +voluntades y nivela y pone trabas los entendimientos con los firmes y +duros lazos de su obediencia ciega. No puede haber acusacin menos +razonable. Jams se ha formado una sociedad con el intento de producir +<i>genios</i>. El genio es una virtud un poder que tiene algo de +sobrehumano, y que aparece individualmente en el espritu de este +aquel hombre cuando Dios la naturaleza as lo decretan. Y este genio, +virtud poder, ni hay sociedad que le cree ni tampoco hay sociedad que +le destruya. Es adems harto arbitrario y vago el determinar medir la +altura que ha de tener un hombre para<a name="page_079" id="page_079"></a> ser genio y no ser mediana. No +ser yo quien clasifique y coloque entre las medianas entre los +genios muchsimos Padres de la Compaa de Jess; pero s me atrevo +asegurar que, durante los tres siglos <span class="smcap">xvi</span>, <span class="smcap">xvii</span> y <span class="smcap">xviii</span>, hasta despus +de su extincin bajo el pontificado de Clemente XIV, figura en ella una +brillantsima serie de varones admirables por la accin, como +predicadores, viajeros, mrtires hericos y exploradores atrevidos de +pases incgnitos y brbaros, y una lucidsima cohorte de hombres +eminentes en ciencias y en letras, descollando entre ellos muchsimos +espaoles, por lo cual, estando Espaa hoy tan decada, no goza acaso el +nombre de ellos de toda la fama y el alto aplauso que merecen.</p> + +<p>Para infundir en la mente de mis lectores un elevadsimo concepto y para +entonar un himno en alabanza de la Compaa de Jess, no he de ir yo +buscar frases y datos en libros escritos por jesutas, ni en +disertaciones historias de catlicos fervorosos y hasta fanticos, +sino que tomar los datos y frases en un autor ingls, criado en el +protestantismo y librepensador ms tarde: en el famoso historiador y +<i>ensayista</i> lord Macaulay. Harto merece ser traducido todo lo que l +dice de los jesutas y de su fundador; pero, fin de no ser prolijo, me +limitar traducir algunos trozos. Ignacio de Loyola en la gran +reaccin catlica tuvo la misma parte que Lutero en el gran movimiento +del protestantismo. Pobre, obscuro, sin protector, sin recomendaciones,<a name="page_080" id="page_080"></a> +entr en Roma, donde hoy dos regios templos, ricos en pinturas y en +mrmoles y jaspes, conmemoran sus grandes servicios la Iglesia; donde +su imagen est esculpida en plata maciza; donde sus huesos, en una urna +cubierta de joyas, se ven colocados ante el altar de Dios. Su actividad +y su celo vencieron todas las oposiciones, y bajo su mando el orden de +los jesutas empez existir y creci rpidamente hasta el colmo de sus +gigantescos poderes. Con qu vehemencia, con qu poltica, con qu +exacta disciplina, con qu valor indomable, con qu abnegacin, con qu +olvido de los ms queridos lazos de amistad y parentesco, con qu +intensa y firme devocin un fin nico, con qu poco escrupulosa +laxitud y versatilidad en la eleccin de los medios rieron los jesutas +la batalla de su Iglesia, est escrito en cada pgina de los anales de +Europa, durante muchas generaciones. En el Orden de Jess se concentr +la quinta esencia del espritu catlico: la historia del Orden de Jess +es la historia de la gran reaccin del catolicismo. Este Orden se +apoder de todos los medios y fuerzas con que se dirige y manda el +espritu del pueblo: del pulpito, de la prensa, del confesionario y de +las academias. Donde predicaba el jesuta, la iglesia era pequea para +el auditorio. Su nombre en la primera pgina aseguraba la circulacin de +un libro. A los pies del jesuta la juventud de la nobleza y de la clase +media era guiada desde la niez la edad viril y desde los primeros +rudimentos hasta<a name="page_081" id="page_081"></a> la filosofa. La literatura y la ciencia, que parecan +haberse asociado con los infieles y con los herejes, volvieron ser las +aliadas de la ortodoxa. Dominante ya en el Sur de Europa, la grande +Orden se extendi pronto, conquistando y para conquistar. A despecho de +Ocanos y desiertos, de hambre y peste, de espas y leyes penales, de +calabozos y torturas y de los ms espantosos suplicios, los jesutas +penetraban, bajo cualquier disfraz, en todos los pases; como maestros, +como mdicos y como siervos; arguyendo, instruyendo, consolando, +cautivando los corazones de la juventud, animando el valor de los +tmidos, presentando el Crucifijo ante los ojos del moribundo. El orbe +antiguo no fu bastante extenso para la extraa actividad de los +jesutas. Ellos invadieron todas las regiones que los grandes y +recientes descubrimientos martimos haban abierto al emprendedor genio +de Europa. Los jesutas aparecan en las profundidades de las minas del +Per, en los mercados de esclavos de Africa, en las costas de las islas +de las Especias y en los observatorios de la China; y hacan proslitos +y conversiones en pases adonde ni la avaricia ni la curiosidad haban +tentado an sus compatricios para que penetrasen; y predicaban y +disputaban en idiomas de los que ningn otro natural de nuestro +Occidente entenda palabra.</p> + +<p>Cuando la Reforma se levant contra la Iglesia catlica, el clero +secular y regular, aun en la misma Roma, estaba corrompido y viciado y +hasta<a name="page_082" id="page_082"></a> lleno de descreimiento: slo el Orden de los jesutas, aade +nuestro historiador, pudo mostrar muchos hombres no inferiores en +sinceridad, constancia, valor y austeridad de vida los apstoles de la +Reforma. A los jesutas, pues, su poder persuasivo y al influjo de su +palabra, se debi en gran parte la restauracin y reverdecimiento en el +seno de la Iglesia catlica de aquel hondo sentir religioso y de aquella +extraa energa que eleva los hombres sobre el amor del deleite y el +miedo de la pena; que transforma el sacrificio en gloria y que trueca la +muerte en principio de ms alta y dichosa vida.</p> + +<p>Declara asimismo Macaulay que el prodigioso cambio, que el triunfo +inesperado del catolicismo sobre el protestantismo se debi en gran +parte los jesutas y la profunda poltica con que Roma supo valerse +de ellos. Cincuenta aos despus de la separacin de Lutero, el +catolicismo apenas poda sostenerse en las costas del Mediterrneo: cien +aos despus apenas poda el protestantismo mantenerse en las orillas +del Bltico. Grandes talentos y grandes virtudes se desplegaron por +ambas partes en esta tremenda lucha. La victoria se declar al fin en +favor de la Iglesia romana. Al expirar el siglo <span class="smcap">xvi</span>, la vemos triunfante +y dominante en Francia, en Blgica, en Baviera, en Bohemia, en Austria, +en Polonia y en Hungra. El protestantismo en los siglos que han venido +despus no ha podido reconquistar lo que perdi entonces. Y aade +Macaulay:<a name="page_083" id="page_083"></a> He insistido detenidamente sobre este punto, porque creo que +de las muchas causas las que debi la Iglesia de Roma su salvacin y +su triunfo al terminar el siglo <span class="smcap">xvi</span>, la causa principal fu la profunda +poltica con que dicha iglesia se aprovech del <i>fanatismo</i> de personas +tales como San Ignacio y Santa Teresa.</p> + +<p>Es muy de notar que esto que Macaulay, con su criterio protestante +racionalista, <i>fanatismo</i>, podr ser llamado as por el brio y la +intensidad con que se sinti y se pens, pero tanto el sentimiento como +el pensamiento, analizados, examinados y juzgados hasta por un hombre +descredo del siglo <span class="smcap">xix</span>, fueron, en el siglo <span class="smcap">xvi</span>, permitnsenos las +palabras, ms razonables y ms progresistas que cuanto Lulero, Calvino y +los otros apstoles de la reforma pensaron, sintieron y dijeron. No fu +el misticismo espaol de entonces hurao, egosta y meramente +contemplativo, aspirando elevarse y unirse con Dios para aniquilarse +all confundindose en la esencia infinita y desvanecindose en un +perpetuo <i>nirvana</i>. El amor de Dios y la aspiracin unirse con l, +segn mil veces lo explican nuestros msticos, fueron una preparacin y +habilitacin de las almas para que obrasen luego, en la vida terrenal, +inauditos prodigios de amor al prjimo, y para que diesen cima casi +sobrehumanas empresas. Las almas, segn dichos msticos, cuando ardan +en el fuego del amor divino y derretidas por la fuerza de este fuego se +dira que se identificaban con Dios, eran como la espada<a name="page_084" id="page_084"></a> que parece +fuego en la fragua, de donde sale despus con ms fino temple y con +superior aptitud para ejercer sus funciones. Lo mstico y lo +contemplativo en los jesutas no fu el fin, sino el medio para +apercibirse la accin y cobrar fuerzas y virtud mayores con que +alcanzar en ella la victoria. Y no fu la victoria en favor slo del +catolicismo, sino tambin para conservar restaurar el lazo principio +unificante de la civilizacin europea, que los protestantes haban roto; +para hacer que triunfase dicha civilizacin, amenazada por nueva +barbarie, y para salvar la libertad y el valor y mrito de nuestras +obras, casi negados por el fatalismo cruel y pesimista con que los +protestantes denigraban y hacan odiosa la divinidad y esclavizaban +la humana naturaleza, sacrificndola en aras de una <i>predestinacin</i> y +de una <i>gracia</i>, caprichosas y ciegas.</p> + +<p>Nadie podr acusar de jesutico al clebre y malogrado historiador y +polgrafo Oliveira Martins, y, sin embargo, en este punto que tocamos +ahora, ensalza como nadie los jesutas, haciendo que la gloria de +ellos y su triunfo en el Concilio de Trento aparezcan acaso como el +mayor triunfo y como la ms esplndida gloria de la civilizacin ibrica +en el siglo <span class="smcap">xvi</span>. Los protestantes, dice Oliveira Martins, no excluyen +las buenas obras; pero no es el mrito de ellas el que redime: es +nicamente el mrito de Cristo, independiente del hombre. Esta doctrina, +aade, es la condenacin del hombre y de su actividad, de su voluntad, +de la fuerza ntima que constituye<a name="page_085" id="page_085"></a> su vida. Condenando al hombre, los +protestantes condenan el mundo: transfiguran la realidad y conducen +los abismos de la esclavitud trascendente. En cambio, la doctrina de los +jesutas Salmern y Lainez, vencedora en Trento, diviniza al mundo y al +hombre, revelando y haciendo resplandecer la justicia de Dios en la fe +del hombre y en sus buenas obras, cuyos mritos elevan la gracia. El +genio espaol, aade Oliveira Martins, fu, pues, por la boca elocuente +de Lainez y de Salmern, el defensor de la cultura humana, deteniendo +Europa en la pendiente de una predestinacin fatalista.</p> + +<p>Debo observar que yo no cito aqu Oliveira Martins como quien cita +un padre de la Iglesia; que en asunto tan difcil como la conciliacin +de la gracia y del libre albedro, no le doy autoridad alguna; y que no +hago los jesutas pelagianos, semi-pelagianos, para ponderar lo que +valan. Slo afirmo que, sin incurrir en error contra la fe, porque ni +el molinismo, ni menos su mitigacin por el congruismo de Surez, fueron +nunca calificados de herticos, los jesutas defendieron y sostuvieron +la libertad del hombre, sin salir fuera del circulo de la creencia +catlica, y en cuestin la ms oscura y difcil de la teologa, y aun de +todo pensar filosfico, por donde ser siempro para telogos y filsofos +manantial y semillero de disputas hasta la consumacin de los siglos. No +quiero seguir ponderando aqu y recapitulando todo lo que en alabanza de +los jesutas puede decirse y se ha dicho hasta la<a name="page_086" id="page_086"></a> extincin de la Orden +en el siglo pasado. Las acusaciones lanzadas contra ellos y la multitud +de enemigos acrrimos que tuvieron, primero entre los protestantes, +despus entre los jansenistas, y, por ltimo, entre los librepensadores, +redundan en cierto modo en elogio de los jesutas, ya que prueban el +extraordinario poder y la importancia que tenan. El mrito de ellos, no +obstante, tiene que ser reconocido hasta por sus mayores contrarios, si +se precian de candorosos imparciales. As, por ejemplo, Mosheim dice: +El candor y la imparcialidad me obligan confesar que los adversarios +de los jesutas, al mostrar la torpeza y negrura de varias de sus +mximas y opiniones, han ido ms all de lo que deban, y han exagerado +las cosas para abrir ms extenso campo su celo y su elocuencia. +Fcil me sera probarlo con ejemplos sacados de las doctrinas de la +<i>probabilidad</i> y de la <i>restriccin mental</i>, imputadas como un crimen +los jesutas; pero esto me apartara demasiadodemi asunto. Observar +slo que en la disputa se han atribuido los jesutas principios que +sus enemigos sacan por induccin de la doctrina de ellos, sin que ellos +los confiesen; que no siempre han interpretado sus trminos y sus +expresiones en el verdadero sentido, y que nos han presentado las +consecuencias de su sistema de una manera parcial, que no est de +acuerdo con la equidad exacta.</p> + +<p>Esta confesin de Mosheim en favor de los jesutas los honra mucho, +porque es uno de sus ms declarados enemigos, y porque sin nombrarlas<a name="page_087" id="page_087"></a> +censura de parcialidad y de ms menos inconsciente falsa las +encomiadas <i>Provinciales</i> de Blas Pascal, obra que, segn muchos +afirman, ha hecho ms dao los jesutas que la indignacin de los +soberanos y que todas las calamidades que han cado despus sobre su +Orden.</p> + +<p>No he de dilatarme yo ms, defendindola aqu. No ataca ni condena su +pasado el autor incgnito del libro de que doy cuenta. Slo aadir, +para terminar, que nadie puede pretender, ni los ms fervorosos +jesutas, que la Compaa estuvo exenta de faltas y que todos sus +individuos, que se contaban por miles, fueron unos santos, sin pecado y +sin vicio, hasta la extincin de la Compaa en 1773.</p> + +<p>Al caer entonces los jesutas cayeron como los hroes de una noble +tragedia, donde toda la simpata y el aplauso fu para las vctimas, y +la reprobacin, en los ms elevados espritus, para los tiranos y +opresores; para Pombal, para la Pompadour, para Tanucci y para el conde +de Aranda. Las alabanzas de la Orden extinguida se renovaron surgieron +entonces, derramndose sobre ella como sobre fnebre monumento un +diluvio de flores. Los ms eminentes personajes de Europa, aun entre los +no catlicos, haban celebrado celebraron los jesutas: Enrique IV +de Francia, Catalina II de Rusia, Rousseau, Diderot, Leibnitz, Lessing, +Herder y mil otros.</p> + +<p>Voltaire dice de ellos: Tienen escritores de un mrito raro, sabios, +hombres elocuentes y <i>genios<a name="page_088" id="page_088"></a></i>. D'Alembert: Los jesutas se han +empleado con xito en todos los gneros: elocuencia, historia, +antigedades, geometra y literatura profunda y agradable. Apenas hay +disciplina en que no cuenten ellos hombres de primer orden.</p> + +<p>Federico el Grande de Prusia, escriba Voltaire: Esta Orden ha dado +Francia hombres del <i>genio</i> ms elevado.</p> + +<p>Despus de suprimida la Compaa, los jesutas, arrojados impamente de +todos los dominios espaoles y refugiados en Italia, se esmeraron en dar +clarsimo testimonio y brillantes muestras de su valer, redundando as +cuanto hicieron en mayor vergenza y descrdito de sus perseguidores y +en alta honra de Espaa, su patria.</p> + +<p>Jams, desde la toma de Constantinopla por los turcos y la venida +Italia de los sabios griegos, haba penetrado en aquella pennsula +hueste ms lucida y docta de extranjeros fugitivos. La historia +cientfica y literaria de los ex jesutas espaoles, que por toda Italia +se difundieron, carece todava de un historiador digno. De esperar es +que lo sea con el tiempo el erudito y elegante escritor D. Marcelino +Menndez y Pelayo. Entre tanto, no faltan eruditos italianos que se +ocupen con amor en este asunto. Recientemente la Real Academia de +Ciencias de Turn ha publicado sobre l una hermosa memoria, debida al +saber y talento del doctor Victorio Cian. Al dar cuenta de esta memoria +el ya citado Menndez y Pelayo, en el nmero de Enero ltimo de la +<i>Revista critica de historia y literatura<a name="page_089" id="page_089"></a></i>, amplifica y esclarece las +noticias del Doctor Cian con no pocas ms que demuestran la importancia +y el valer de aquellos nuestros ilustres compatriotas. Los Padres +Andrs, Arteaga, Eximeno y Masdeu son elogiados por el Dr. Cian segn su +mrito; pero en cambio, slo hace rpida mencin de Hervs y Panduro, +creador de una nueva ciencia: la filologa comparativa; del Padre Juan +Bautista Gener, autor de los seis primeros tomos de una enciclopedia +teolgica, que implica la renovacin de los estudios eclesisticos; del +Padre Toms Serrano, elegante y sabio humanista; del gramtico Garcs, +cuyo libro del <i>Vigor y elegancia de la lengua castellana</i> se lee an +con fruto; del Padre Aponte, egregio helenista, maestro del cardenal +Mezzofanti; del insigne historiador de Mjico Clavijero; del naturalista +chileno Molina; de Landival, cuya <i>Rusticatio Mexicana</i> es uno de los +ms curiosos poemas de la latinidad moderna, hasta por lo original y +extico del asunto, y de Mrquez, tan benemrito, por sus libros, de la +arqueologa romana y de la historia de la arquitectura.</p> + +<p>Aunque el Dr. Cian diga poco nada sobre los mencionados escritores, +todava basta con los que celebra para hacer que se forme elevadsimo +concepto de los jesutas espaoles emigrados en Italia y de cuanto +trabajaron y escribieron desde 1767 hasta 1814. Acrecientan la elevacin +de este concepto, las nobles palabras con que el Dr. Cian termina y +resume su memoria: Aquellos hombres—dice—arrojados de<a name="page_090" id="page_090"></a> su patria, +obligados vivir entre las desconfianzas, las envidias, los rencores +antiguos y recientes, en pas extranjero, guardan celosamente el culto +de la patria en su corazn, y al mismo tiempo se enlazan en afectuosa +amistad con algunos de los nuestros y de los mejores, estudian y adoptan + ilustran la lengua y la literatura del pas que les ha dado +hospitalidad; pero cuando ven que algn italiano quiere lanzar la ms +leve sombra sobre el honor literario de Espaa, se levantan con fiereza +caballeresca, propia de su raza, y no temen defenderse, y pasar muchas +veces de la defensa la ofensa vigorosa y audaz... No podemos menos de +sentir una admiracin profunda por estos emigrados que en tan breve +perodo de aos respondieron tranquilos y altivos, con la mejor de las +venganzas, las injurias de la fortuna, las persecuciones, los +odios de los hombres que pretendan extinguirlos; y se levantaron y se +purificaron los ojos de la historia, nuestros propios ojos, los +ojos de aquellos mismos que crean y aspiraban verlos aniquilados para +siempre. Su produccin mltiple, varia y veces profunda y original, es +un fenmeno singularsimo. En vano se buscara en la historia de las +literaturas europeas otro fenmeno semejante de <i>colonizacin +literaria</i>; violenta, forzada en sus causas y en los medios con que fu +realizada; espontnea, duradera y digna en sus complejas +manifestaciones; til y gloriosa para aquellos colonos, dotados de +extraordinaria flexibilidad y gran virtud asimiladora;<a name="page_091" id="page_091"></a> no ingloriosa +para la madre patria que los desterraba; ventajosa y honorfica para la +nueva patria latina que los acoga en su seno hospitalario.</p> + +<p>Harto reconocer el lector por lo expuesto hasta aqu que yo soy un +admirador fervoroso y sincero de la antigua Compaa de Jess; pero esto +no se opone que yo d crdito importancia las tremendas +acusaciones que lanza contra la Compaa el autor annimo, cuyo libro me +induce escribir este articulo.</p> + +<p>No recuerdo quien dijo, tal vez fu Cervantes, que las segundas partes +nunca fueron buenas; y yo confieso que me siento inclinado aplicar el +dicho la Compaa de Jess restaurada, desde 1814 hasta ahora.</p> + +<p>La primera revolucin francesa, con tantos horrores y tanta sangre y +dando por ltimo resultado un dspota que sin propsito fijo, +civilizador y humano, mantiene durante aos la confusin y la guerra en +Europa; la propensin del pensamiento filosfico hacia el pesimismo y +hacia el ms grosero atesmo y la aparicin la mayor difusin y el ms +hondo arraigo de espantosas doctrinas que, no slo tiran subvertir el +organismo social, sino arrancar de cuajo los fundamentos en que el +orden actual se sostiene, han apocado acaso, con la repugnancia y el +terror que inspiran, el espritu religioso de muchos individuos +instituciones, y entre stas la de los jesutas sin duda. Lo cierto es +que ya no son como eran antes. A mi ver, ya no pueden<a name="page_092" id="page_092"></a> decir: <i>sint ut +sunt, aut non sint</i>. Ya son otros de lo que eran. Antes, al defender la +fe catlica, de que se hicieron y fueron maravillosos adalides, se +pusieron en el camino del progreso, la cabeza de la humanidad, +levantando el lbaro y apareciendo casi, as por el amor de la religin +como por el amor de la ciencia, semejantes la columna de fuego que +gui en el desierto los israelitas durante la noche.</p> + +<p>Hoy, por el contrario, faltos de fe los jesutas y engaados por el +pesimismo, imaginan sin duda que la civilizacin ha descarrilado, que se +ha extraviado, saliendo de la senda que deba seguir, y en vez de +ponerse delante y servir de gua, se han puesto la zaga y hacen todos +los posibles esfuerzos porque ceje y retroceda hacia un punto absurdo y +fantstico que jams existi y con el que ellos suean. De aqu que todo +progreso, toda elevada cultura, todo pensamiento sano de libertad y de +mejoras, sea tildado por ellos de <i>liberalismo</i> y aborrecido de muerte. +Esto es peor que carecer de un ideal, es tener un ideal falso +inasequible por ser contrario las ideas y las esperanzas de la +porcin ms activa, inteligente y hbil de la novsima sociedad humana.</p> + +<p>En esta situacin, sin verdadero entusiasmo, porque reaccin tan +disparatada no puede inspirarle, no es extrao que los jesutas modernos +tengan todas las flaquezas y pequeeces incurran en cuantos vicios y +pecados el autor annimo les imputa en su iracunda y despiadada stira.<a name="page_093" id="page_093"></a></p> + +<p>Todo lo que el autor annimo nos declara que hay ahora de malo en la +Compaa, pudo existir y existi probablemente en ella, hasta cierto +punto, desde su origen. No era posible que entre millares de hombres, +formando una asociacin poderossima, no se albergasen la ambicin, la +codicia, el apetito de deleites y regalos y otras mundanas pasiones; +pero entonces era tan elevado el propsito, era tan generoso y fecundo +el pensamiento capital que informaba la Compaa, y era tan numerosa y +refulgente la falange de sus hroes, de sus santos, de sus exploradores, +de sus sabios y de sus mrtires, que deslumbraba con su resplandor y no +dejaba ver lo vicioso y lo malo que haba en la Compaa y que es tan +inherente y propio y tan difcil de extirpar por completo de nuestra +decada naturaleza.</p> + +<p>Es asimismo de recelar que el jesuitismo moderno, si bien fustiga con +sobrada acritud los vicios del da, se haya dejado, sin sentirlo, +inficionar por algunos de ellos, y en particular por los que afean ms +ahora las clases medias y elevadas de la sociedad, con las que los +jesutas tratan y alternan frecuentemente. La aficin, pues, al regalo, + la pompa, ciertos refinamientos y elegancias y al dinero que lo +proporciona todo, no deja de ser natural que se haya infiltrado en las +almas de los decados sucesores de Francisco Javier, de Francisco de +Borja, y de tantos y tantos gloriosos misioneros, confesores y mrtires +de la fe de Cristo.<a name="page_094" id="page_094"></a></p> + +<p>Cuantos hechos, ancdotas y casos refiere el autor incgnito para +rebajar y humillar los jesutas del da, tienen traza de verdaderos y +dejan harto mal parados los Padres. Referidos con notable primor de +estilo, desenfado y gracia, entretienen tanto ms que una novela +picaresca. As los dos captulos <i>Cuestin de cuartos</i> y <i>Los dineros +del sacristn</i>, nos pintan los Padres sedientos de oro y valindose +para adquirirle de mil medios poco decorosos; de la usura, del agio y de +la adulacin para con los ricos, fin de conseguir de ellos donaciones +y herencias: y nos los pintan al mismo tiempo manirrotos, despilfarrados +y faltos de juicio, de buen gusto y de previsin, para gastar, ms +bien para derrochar estas poco bien adquiridas riquezas. En el captulo +<i>El Politiqueo</i> aparecen los Padres como facciosos, excitadores guerra +civil y tan partidarios de D. Carlos, que cantaban el <i>Te Deum</i> cuando +ocurra algn suceso funesto para las armas de Espaa, v. gr.: la muerte +del caballeroso y herico marqus del Duero.</p> + +<p>Para no fatigar los que me lean no seguir extractando aqu el inmenso +cmulo de acusaciones que lanza contra los jesutas el autor annimo. +Recomendar, sin embargo, la lectura del captulo <i>El Mujero</i>, porque +tiene muchsimo chiste. Sobre todo en cuanto se refiere las relaciones +espirituales de los Padres con las duquesas, marquesas y condesitas, y +en la descripcin que hace de la devocin elegante, del misticismo +cmodo y de la religiosidad <i>high life</i> y la moda.<a name="page_095" id="page_095"></a></p> + +<p>Todo esto, no obstante, por ms que sea digno de reprobacin y deba ser +condenado en este, en aquel en el otro individuo, tal vez afecte menos + la Compaa en general de lo que el autor annimo imagina y pretende. +En una asociacin tan numerosa y que alcanza extraordinario influjo y +crdito, es difcil, es casi imposible evitar que algunos, que tal vez +muchos de los que la asociacin pertenecen, no se prevalgan de ese +influjo y de ese crdito para lograr provechos y ventajas materiales. Y +por otra parte, el despilfarro de esos provechos, casi siempre en cosas +deleitables para la colectividad que satisfacen y lisonjean su +orgullo, prueba que no hay grande egosmo en el individuo que los ha +logrado, inclina creer que la codicia jesutica ms que viciosa es +poco juiciosa.</p> + +<p>En mi sentir, pues, los captulos de mayores culpas del libro del autor +annimo contra los jesutas, son los dos que se titulan: <i>De ciencia y +tantidad</i>, <i>la mitad de la mitad</i>.</p> + +<p>Ni en ciencia, ni en literatura ni en artes, llegan hoy los jesutas de +Espaa lo que fueron en lo pasado. Quedan adems muy por bajo del +nivel de los escritores seglares y de los escritores del clero y de los +otros institutos religiosos. La fama al menos no hace resonar mucho sus +nombres ni difunde su gloria.</p> + +<p>En este punto, sin embargo, y si hemos de dar crdito al autor annimo y +no tildar de exageracin sus alabanzas, l las prodiga de tal suerte al +P. Juan Jos Urraburu, que le coloca<a name="page_096" id="page_096"></a> muy por encima de todos los +filsofos, pensadores y escritores aficionados la filosofa que ha +habido en nuestra nacin en el siglo presente. No he de negar yo que +sean muy estimables las obras filosficas de Balmes, del P. Zeferino +Gonzlez, de D. Manuel Orti y Lara, de Sanz del Rio y de la turba de sus +proslitos; pero de ninguno de ellos se podra afirmar sin exagerada +benevolencia lo que el autor annimo afirma de la obra filosfica del P. +Juan Jos Urraburu, declarando que es notabilsima, que hace honor +Espaa, y que debe contarse entre las mejores, si ya no es la mejor +publicada en Europa, despus de la restauracin filosfica pregonada por +Len XIII. Es cierto que el autor annimo limita luego la alabanza, +considerando la obra del P. Urraburu como mera exposicin de la sana +filosofa escolstica. Pero aun as, la alabanza es muy grande, si la +tal exposicin es completa y si es la mejor que se ha hecho en Europa, +comparando bien la antigua filosofa que expone, con todos los +ulteriores sistemas, y sacndola ilesa de los ataques, y victoriosa y +colocada por cima de todos.</p> + +<p>Fuera de los mritos de este P. Urraburu, del que confieso ingenuamente +que ni haba odo hablar, poco nada hay que el autor annimo celebre y +estime en algo, en el movimiento intelectual de los jesutas. Y la +verdad es que ninguno de sus escritos ha alcanzado en Espaa la +popularidad y el aplauso que las obras de otros escritores +pertenecientes al clero. No tienen poetas<a name="page_097" id="page_097"></a> como Mosn Jacinto Verdaguer; +ni ardientes y fervorosos polemistas como D. Miguel Snchez; ni +entusiastas y candorosos moralizadores, de fecunda inspiracin popular, +como el excelente P. Claret, harto injustamente ridiculizado por la +pasin poltica y por la ligereza de liberales y librepensadores.</p> + +<p>La revista <i>El Mensajero del Corazn de Jess</i>, est, segn el autor +annimo, muy por bajo de <i>La Ciudad de Dios</i>, de los Padres Agustinos. Y +lo que ms desgracia dicha revista <i>Mensajero</i>, siempre, segn nuestro +autor, son las novelas y cuentecitos que all se insertan, donde +hierven tales osadas de ideas y tales arrojamientos de frases y de +palabras, y donde se refieren lances y percances tan crudos y poco +decentes y situaciones tan escandalosas, que muchos padres de familia, +luego que reciban el tal <i>Mensajero</i>, le escondan con cuidado para que +no le leyesen sus hijas.</p> + +<p>Son ms de extraar estas libertades si se atiende, segn afirma el +autor annimo, que los Padres jesutas de Espaa han censurado al +Cardenal Wiseman por su <i>Fabiola</i> y al inocentsimo Fernn Caballero por +varias de sus novelas, y que (apenas parece creble!), en un gran +colegio de la Compaa celebraron una muy devota procesin y quemaron +muchos libros por impos, liberales y poco decentes, entre ellos <i>El +Quijote</i>.</p> + +<p>El autor annimo niega tambin historiadores la moderna Compaa de +Jess en Espaa.</p> + +<p>En lo que toca ciencias naturales, no tienen<a name="page_098" id="page_098"></a> nada de que jactarse. No +slo, dice, no pueden presentar una obra como la del Agustino P. Blanco +sobre la flora de Filipinas, pero ni un observador de la naturaleza como +el escolapio Padre Ainza.</p> + +<p>En mi sentir, hay un punto sobre el cual no vierte bastante luz el autor +annimo, ni nos habilita, findonos de lo que dice, para dar una +sentencia adversa favorable. Es este punto la virtud capacidad +docente de los Padres de la Compaa. Sobre ello, por lo tanto, no +daremos nuestra opinin, pero s diremos que la del pblico en general +es muy favorable los Padres, y lo prueban la multitud de colegios que +tienen, su prosperidad, y el empeo con que muchas personas, hasta +opuestas al jesuitismo, liberales y librepensadoras, envan sus hijos + los colegios de los jesutas para que all se eduquen. Y no puede +negarse que el buen xito de los jesutas en este ministerio de la +enseanza de la juventud produce y puede producir los mejores efectos, +aunque no sea ms que despertando la emulacin y excitando el celo de +otros establecimientos pedaggicos, ya, por ejemplo de los Institutos +oficiales y laicos, ya de otras Ordenes religiosas clericales +congregaciones. Los Padres Augustinos, sin duda, se esmerarn ms en sus +enseanzas para competir con los Padres de la Compaa y vencerlos, si +pueden. Y es probable, que, contemplando la prosperidad y crdito de los +jesutas como cuerpo docente, los cannigos del Sacro Monte se hayan +animado y resuelto <a name="page_099" id="page_099"></a> ampliar los estudios de su colegio, convirtindole +en Universidad catlica, donde ya se ensea la jurisprudencia y donde se +aspira y se quiere ensear (como complemento y corona de las asignaturas +de teologa), griego, hebreo y rabe y otras lenguas orientales, as +como muchas ciencias profanas y muchas teoras y descubrimientos +novsimos, fin de ponerlos en armona con la Religin revelada y de +que valgan para su sostn y concurran su triunfo en vez de parecer, +como parecen, un ariete en manos de los incrdulos.</p> + +<p>Concretndome ahora al examen del libro del autor annimo, y expresando +aqu sobre l mi parecer franco y sincero; dir, para concluir, aunque +me acusen como han sido acusados con frecuencia los jesutas de tener la +manga muy ancha, que los pecados y vicios que saca la vergenza el +autor annimo, si bien sera de desear que no los hubiese, no me mueven +tanto condenar la Compaa, compuesta de seres humanos, entre los +cuales no puede menos de haber bastantes pecadores, como la carencia del +espritu elevado, amplio, civilizador y progresivo que la inspir en +mejores das. Volver informarse de este espritu es, en mi sentir, lo +que la Compaa necesita, y no las mejoras y modificaciones de sus +institutos, que el autor annimo propone, manifestando deseo de que la +Iglesia las adopte y establezca.</p> + +<p>No va por un lado el espritu del siglo y no va por el lado opuesto el +espritu de la verdadera<a name="page_100" id="page_100"></a> Religin. Ambos caminan y deben caminar unidos + fin de que la mente y el corazn de los hombres se eleven superiores +esferas. Cristo no ense cuanto hay que saber, sino que dej mucho, aun +en las cosas ms esenciales, para que los hombres lo averiguasen y lo +enseasen con el transcurso del tiempo. El adelanto, el desenvolvimiento +de la metafsica y de toda doctrina social, poltica y hasta tica, no +est reido con la revelacin, que no fu ni pudo ser de una vez, sino +que, en cierto modo y altamente aceptada, es progresiva. Las mismas +palabras del Redentor lo declaran: <i>Adhuc multa habeo vobis dicere, sed +non potesti portare modo</i>. Lo que entonces no dijo Cristo, porque no +hubieran acertado entenderle; lo que, aun despus de descender sobre +los apstoles las lenguas de fuego, cuando estaban congregados en el +Cenculo, no quiere no puede revelar San Pablo, constituye la ulterior +revelacin, y presta, digmoslo as, una flexibilidad sublime nuestro +dogma religioso, que le hace capaz de contener dentro de s, sin +romperse ni quebrantarse, toda civilizacin futura, por grande y +maravillosa que sea.</p> + +<p>Yo entiendo, pues, que la mejor reforma que pudieran adoptar los +jesutas sera la de inspirarse en tan sublime y fundamental pensamiento +que, sin salir fuera de las vas catlicas y sin cobardes +condescendencias y transacciones con incrdulos infieles, hiciese +posible la aspiracin de Jaime Freeman Clarke al terminar su obra sobre +las <i>Diez grandes Religiones</i>, y al proclamar<a name="page_101" id="page_101"></a> la cristiana como la +religin definitiva imperecedera del humano linaje: que no se amenge +la libertad del espritu; que no se acepte con ceguedad lo que +contradiga al sentido comn; que no se achique mutile la ciencia por +miedo de que triunfe de la fe; que ningn placer inocente, que ninguna +natural alegra de la vida y que nada de cuanto hay de hermoso en la +literatura, en el arte, en la sociedad y en el hogar domstico, sea +sacrificado; sino que todos los hombres vengan Jess y hallen en l el +medio ms poderoso de elevarse hasta su Eterno Padre y la revelacin ms +cumplida de perdn, paz, esperanza y vida eterna, indispensable para el +desarrollo perfecto y completsimo de nuestro ser humano.</p> + +<p>En los jesutas hay en nuestro tiempo una limitacin y una estrechez de +miras harto contrarias las susodichas aspiraciones. Se olvidan de que +la letra mata y el espritu vivifica, y se olvidan de que el espritu de +verdad har resplandecer toda verdad ante los ojos de los que le +siguen.</p> + +<p><a name="page_102" id="page_102"></a></p> + +<p><a name="page_103" id="page_103"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 427px;"> +<a href="images/illpg_103a.png"> +<img src="images/illpg_103a_sml.png" width="427" height="102" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="SOBRE_DOS_TREMENDAS_ACUSACIONES" id="SOBRE_DOS_TREMENDAS_ACUSACIONES"></a>SOBRE DOS TREMENDAS ACUSACIONES<br /><br /> +CONTRA ESPAA, DEL ANGLO-AMERICANO DRAPER</h3> + +<div class="blockquot"><p class="nind"><i>Influencia del elemento indgena en la cultura de los moros del +reino de Granada</i>, por D. Francisco Javier Simonet. <i>Shall Cuba be +free?</i> (Artculo de Clarence King, en la revista de Nueva York <i>The +Forum</i>.)</p></div> + +<p class="nind">El librito cuyo titulo va en el epgrafe contiene en pocas pginas +bastantes datos y mucha doctrina; mas, no slo por esto, sino por las +ideas que sugiere y por los comentarios de que puede ser objeto, ha +llamado mi atencin y me ha movido llamar tambin sobre l, si puedo, +la atencin del pblico.</p> + +<p>El Sr. Simonet, autor del librito, es un arabista de reconocido mrito, +de grande ilustracin y catedrtico en Granada de la lengua del Yemen. +Ha publicado ya varios libros en que muestra su mucho saber. Uno de +ellos ha sido premiado por la Real Academia Espaola, y otro ha sido +premiado por la Real Academia de la Historia.</p> + +<p>La obra de que nosotros vamos hablar es menos fundamental y profunda: +es una obra de<a name="page_104" id="page_104"></a> divulgacin. Y si bien trata de sucesos, pasados ya hace +siglos, tiene, en nuestro sentir, un inters de actualidad.</p> + +<p>En las naciones extranjeras abundan los escritores desapasionados y +juiciosos, de quienes no podemos quejarnos; pero no escasean tampoco los +escritores violentos, ciegos de furor, fanticos con el fanatismo que +hoy se estila, y tan acrrimos enemigos de Espaa, que no hay crimen, +maldad infamia que no atribuyan nuestra nacin, infiriendo de ah +que la postracin y decadencia en que hoy estamos es un justo castigo de +Dios, y, si no cree en Dios el que de esta suerte quiere requebrarnos, +una ineludible consecuencia de las leyes fatales, impuestas no se sabe +por quin, que dirigen y ordenan la marcha de la humanidad travs de +los siglos.</p> + +<p>Con algunos autores tenemos cierta disculpa, ya que para ellos no hay +responsabilidad ni libre albedro. Todo casi todo depende del medio +ambiente. Y si nosotros somos crueles, codiciosos, traicioneros, y sobre +todo temerosos de Dios, que, segn Buckle, es la peor de las cualidades, +todo ello consiste en que en Espaa no hay lluvias regulares sino +feroces tormentas y prolongadas sequas, y adems tal multitud de +terremotos, que nos tienen siempre con el alma en un hilo y con el +corazn en un puo y producen en nosotros la crueldad y la intolerancia +religiosas.</p> + +<p>En prueba de que no exagero y de que no pueden ser ms atroces las +injurias que nos dirigen algunos escritores, cuyas obras se traducen<a name="page_105" id="page_105"></a> al +castellano, teniendo acaso nuestro pblico el mal gusto de estimarlas y +la candidez de creer lo que dicen, citar al clebre catedrtico de la +Universidad de Nueva York, Juan Guillermo Draper, el cual, en su +<i>Historia del desenvolvimiento intelectual de Europa</i>, asegura que +Espaa, en justo castigo de sus espantosos crmenes, est hoy convertida +en un horrible esqueleto entre las naciones vivas, y aade Draper: si +este justo castigo no hubiera cado sobre Espaa, los hombres hubieran +ciertamente dicho: no hay retribucin: no hay Dios. Por donde se ve +que es un bien y no un mal el que este pobre pas est muy perdido, +porque mientras peor estemos, mayores y ms luminosas sern las pruebas +de la existencia de Dios y de su justicia. Largo es, muy largo, el +captulo de culpas que Draper nos echa cuestas; pero las dos culpas +ms enormes, son las de haber destruido por completo, casi por +completo, dos civilizaciones; la oriental y la occidental.</p> + +<p>La primera de estas dos acusaciones no es tan ridicula como la segunda, +de que hablaremos despus, mas no por eso es menos falsa.</p> + +<p>Indudablemente, los rabes, antes del Islam, posean cierta extraa +cultura, en algunos puntos patriarcal y propia de pueblos nmadas y +pastores; en otros puntos, como por ejemplo en la poesa, hasta +refinada. Cuando entusiasmados por las predicaciones de su profeta, se +arrojaron conquistar el mundo, no se puede decir que fuesen brbaros. +Tal vez por no serlo y por hallarse<a name="page_106" id="page_106"></a> muchos pases vejados, humillados y +oprimidos por razas conquistadoras y por gobiernos despticos, les fue +fcil conquistarlos. Tal vez fueron recibidos como libertadores en +algunos pases, el pueblo al menos se someti con docilidad su yugo, +no hallndole ms pesado que el que antes sufra. As se explica, por +ejemplo, que cuatro cinco mil muslimes conquistasen el Egipto. As se +explica que no muchos ms hiciesen la conquista de Espaa. En poco +tiempo se extendi el imperio musulmn desde la India y las fronteras de +la China hasta el Medioda de Francia, salvando los Pirineos. Los +rabes, sin embargo, no eran muchos, y arrastraron en su expansin, +valindose de ellas para triunfar, hordas brbaras semi-salvajes, +como los habitantes del Norte de Africa, mauritanos, bereberes, como +queramos llamarlos. En Espaa se llamaron y se llaman moros. Sin duda +por cada rabe de los que vinieron la conquista de Espaa, bien se +puede suponer que hubo un centenar de moros. Y esto en el principio, +mientras Espaa estuvo sometida al califato de Oriente, y tambin, as +durante la independencia de la Espaa musulmana del mencionado califato, +como desde la fundacin del de Crdoba hasta su desmembracin y ruina +despus de la muerte de Almanzor. La multitud de reyezuelos que +surgieron de la ruina del califato, cuando no eran renegados espaoles, +eran moros y no rabes. Y, por ltimo, en la poca de las dos primeras +grandes invasiones africanas, la de los almoravides<a name="page_107" id="page_107"></a> y la de los +almohades, que en Espaa prevalecieron y duraron, el elemento arbigo +entr por muy poco. Los invasores y dominadores de Espaa fueron +africanos brbaros, que no pudieron traer ni trajeron ningn principio +civilizador nuestra Pennsula. Aqu fue donde se domesticaron y +civilizaron algo, sometindose sin sentirlo los vencedores la superior +inteligencia y saber de los vencidos y al influjo que de esto nace.</p> + +<p>Los rabes mismos no posean, al extenderse por el mundo y al apoderarse +de Espaa, una civilizacin superior y propia. Tuvieron, s, el mrito +de no destruir la civilizacin de los pases que ocuparon: de aceptar y +de recibir en cada regin algo de lo que all se saba, ya conservndolo +para que no se olvidase se perdiese, ya siendo como vehculo para +llevarlo de una regin en otra. Esta buena cualidad, que no fue slo +tolerancia, sino curiosidad simptica y aficin respetuosa al saber de +los vencidos, vali de tal suerte que, durante algunos siglos, acaso +hasta despus de las ltimas cruzadas, pudo creerse que el mundo +musulmn era ms culto que el mundo catlico, y los espritus +superficiales pudieron esperar temer que el islamismo en Asia, en el +norte de Africa y en Espaa, arrebatase al cristianismo europeo la +bandera del progreso y la antorcha de la cultura. Casi todo este brillo, +sin embargo, y esta aparente superioridad en algunos momentos +histricos, se debieron en todas partes, y ms que en ninguna en Espaa, + la civilizacin de los vencidos, veces respetada,<a name="page_108" id="page_108"></a> por lo cual +merecen los vencedores elogio, veces viva y retoando y reverdeciendo +siempre, sin que pudieran los vencedores arrancarla de cuajo, pesar de +los esfuerzos que hicieron, y al fin sometindose ella.</p> + +<p>En suma, no es posible descubrir en toda la cultura hispano-muslmica +cosa alguna de valer que haya surgido en Arabia en Africa, entre +alarbes y moros, y que desde all haya venido Espaa. A mi ver, cuanta +alabanza se quiera dar la cultura muslmica espaola, es alabanza que +se da los espaoles mahometanos, y no moros ni rabes que viniesen +de fuera trayndonos ciencias, artes industrias que aqu no existiesen + que aqu no tuviesen origen.</p> + +<p>Por lo dems, yo creo que en la prosperidad y en la grandeza de los +estados reinos musulmanes que hubo en Espaa, entran por mucho la +ponderacin y la jactancia de los historiadores. Entra tambin por algo +la mana de no pocos crticos y pensadores modernos, de encarecer +ensalzar demasiado cosas que, si bien son bellas buenas, no merecen +tan ponderativos encarecimientos.</p> + +<p>Apenas hay gran pueblo, de los que ms han figurado en la historia, que +no haya dejado ms hermoso y brillante rastro de s que los rabes en +sus monumentos.</p> + +<p>Se supone, y no he de negar que es suposicin muy potica, que la +cultura arbiga, no s si en Espaa slo tambin en otros pases, +depende est ligada una estrella que los griegos<a name="page_109" id="page_109"></a> llamaron Canopo y +los rabes Sohail. Esta estrella brill, siglos ha, muy alto sobre el +horizonte de Espaa. En el da, causa de la precisin de los +equinoccios, apenas se levanta poco ms de un grado sobre el horizonte +de Cdiz. Cuando Sohail desaparezca de nuestro cielo, desaparecern +tambin y sern ruinas y escombros los monumentos del arte arbigo que +en Espaa quedan.</p> + +<p>Esperemos que este vaticinio astronmico no se cumpla, para lo cual +importa que haya restauradores artistas como el Sr. Contreras, y que +nuestros ministros de Fomento no escatimen los recursos, no ya para +conservar lo que an existe, sino para restaurar lo que se halla +lastimosamente medio destruido. As, por ejemplo, yo no me contento con +que la Alhambra se conserve, sino que, si de m dependiese, hara +restaurar las dos torres de las Infantas y de la Cautiva, cada una de +las cuales es, , mejor dicho, ha sido, y puede volver ser, una +primorosa filigrana: un palacio casa real de la Alhambra en miniatura.</p> + +<p>Acaso como arquitectos es como los rabes son, han sido, ms +originales. Pero quin negar que su arquitectura tiene escasa majestad +y solidez, y que se distingue y es digna de elogio, ms que por nada, +por las menudencias y prolijidades del ornato?</p> + +<p>El edificio ms grandioso que de la poca muslmica queda en Espaa es +la catedral de Crdoba; la antigua mezquita de Abderraman. Pero en aquel +bosque de columnas que forman<a name="page_110" id="page_110"></a> las diecinueve naves calles, hay +muchas columnas que sean arbicas? No ve, hasta el ms profano, que +todas casi todas, son de templos cristianos gentlicos, de la poca +romana de la poca visigtica, arruinados y despojados por los +muslimes para edificar y hermosear su templo? Este templo, decir +verdad, no me entusiasma tanto como otros, en cuyo entusiasmo me +parece advertir no poco de extravagancia. Hasta figurndome la mezquita +integra, en todo su esplendor, sin templo cristiano en su centro y tal +como estaba en la poca de los Abderramanes, sin la pared que la limita +ahora hacia el patio de los Naranjos, y dejndose ver desde l toda la +longitud de las diecinueve calles, alumbradas por lmparas de plata y +oro, y hasta figurndome adems en todo su esplendor y belleza los +primorosos mosaicos, alicatados y dibujos de la capilla del Mihrab, yo +hallo, y he de confesarlo aqu, aunque se pongan las manos en la cabeza +los que me lean, que me parece ms hermoso, ms digno, ms artstico el +templo cristiano que se levanta ahora en medio de la mezquita y que +tantas y tantas personas lamentan el que all se haya levantado. Para mi +gusto, no ya el templo en su totalidad, sino alguno de sus pormenores, +como por ejemplo, la sillera del coro, vale ms que el Mihrab con todos +sus arabescos y que cuantos primores, labrados con prolijidad brbara, +contiene y contuvo la mezquita en su poca ms brillante.</p> + +<p>No discuto aqu si hubiera sido no mejor<a name="page_111" id="page_111"></a> edificar en cualquiera otra +parte el templo cristiano y dejar la mezquita integra y tal como estaba. +Falta de sentido arqueolgico y de buena critica de bellas artes puede +afirmarse que hubo en esto; pero, en el siglo <span class="smcap">xvi</span>, hubiera habido en +cualquiera otra nacin de Europa un amor ms fino la arqueologa, y un +juicio ms claro sobre el valer artstico histrico de un monumento, +que hubieran impedido, sobreponindose al sentimiento religioso, la +construccin de un templo cristiano en el centro de la mezquita? Si por +una parte, algo de la mezquita se destrua, cmo negar por otra que hay +no poco de potico y de sublime en la idea realizada de levantar en +medio del ms esplndido santuario del islamismo y del arte oriental +otro magnfico santuario, segn el gusto europeo, ms adecuado al culto +y glorificacin del Dios trino y uno?</p> + +<p>No negar yo la gracia y el encanto de algunas construcciones arbigas.</p> + +<p>Si los rabes produjeron algo original, fue en arquitectura, aunque tal +vez tomasen mucho del arte bizantino y de la arquitectura de la India y +de la Persia y de otras regiones que invadieron conquistaron.</p> + +<p>Aun as es de notar y de deplorar la vida efmera inconsistente de los +monumentos arbigos. La estrella Sohail no se haba ocultado an bajo el +horizonte de Espaa, y ya no haba en Crdoba ni huellas de los palacios +de los califas; Medina-Azahara se haba desvanecido; los alczares y +jardines de Almotamid en Sevilla, de Almotacn<a name="page_112" id="page_112"></a> en Almera, y de otros +reyezuelos elegantes y sibarticos, se dira que se los haba tragado la +tierra. De ellos no queda una columna en pie; ni huella, ni rastro. +Todava en Grecia, en Sicilia y en Italia, estn erguidos y casi +completos monumentos del arte helnico, anteriores de seis siete +siglos la Era cristiana; en Egipto, en la India y en la Persia y en +otras tierras del centro de Asia, subsisten pasmosas obras que dan +testimonio del poder arquitectnico de pueblos que fueron grandes hace +miles de aos, mientras que de los rabes, sobre todo en Espaa y de la +mejor poca, apenas queda nada. El mismo alczar de Sevilla, ms que +moro, es mudejar, y honra ms el buen gusto del caprichoso y popular +tirano D. Pedro de Castilla, que la elegancia del rey poeta Almotamid, +la magnificencia de su tremendo padre, que adornaba sus jardines y las +puertas de su alczar con las cortadas cabezas de sus enemigos.</p> + +<p>Los encomiadores de los tiempos muslmicos en Espaa ponderan ms an, y +no menos superficialmente, el gran florecimiento y prosperidad que la +agricultura haba llegado entonces. Para las irrigaciones, sobre todo, +no tienen ms que alabanzas. Hay quien imagina que Espaa en tiempo de +los moros era toda ella una florida, amena y fructfera huerta, que los +cristianos luego hemos marchitado y destruido. Nada ms falso que este +aserto. Bastante digno de encomio hicieron los moros (, mejor dicho, +los espaoles musulmanes, pues no hay razn para que fuesen<a name="page_113" id="page_113"></a> moros +para que nosotros as los llamemos), fin de cultivar, regar bien y +hacer productiva la tierra, especialmente en Valencia, Alicante, Murcia +y Granada; pero cuando se estudia bien este asunto, se ve que los +cristianos hicieron ms y mejor para el mismo fin despus de la +conquista, as en grandiosas y tiles obras hidrulicas, como en leyes y +reglamentos para organizar sabiamente el regado. D. Jaime I en Aragn y +D. Alfonso el Sabio en Castilla, aunque no tuvieran ms que este mrito, +gozaran de inmortal popularidad y seran gloriosos y benditos. Pero hay +ms an: los ms colosales trabajos realizados para el riego, trabajos +que pasman por su solidez y magnificencia, son de las pocas en que se +supone Espaa sumergida en las tinieblas horrorosas de un brutal +fanatismo; son del reinado de Felipe II, bajo cuya proteccin y por cuya +excitacin se construyeron los admirables diques y pantanos de Alicante, +de Elche y de Almansa, son del tiempo de Carlos III, bajo cuya +proteccin y por cuya excitacin se hicieron los de Lorca.</p> + +<p>En artes y letras es mayor desatino sostener que los moros importaran +nada en nuestro pas, ni influyesen, salvo un poco en la arquitectura, +en el desenvolvimiento intelectual de los espaoles. De escultura y +pintura no hay que hablar, pues, aunque, veces, faltando los +preceptos de su religin, esculpiesen y pintasen algo, lo por ellos +pintado y esculpido fu grosero y rudo. As lo atestiguan las esculturas +y las pinturas<a name="page_114" id="page_114"></a> que en la Alhambra se conservan. Poesa dramtica no +tuvieron nunca. Algo de poesa pica narrativa puede decirse qu +tuvieron, si bien no tuvieron nada que, ni remotamente, pudiera +compararse, no digamos ya al antiqusimo poema del Cid, pero ni las +leyendas de santos de Gonzalo de Berceo. De aqu se infiere que nuestra +gran literatura nacional trilinge, castellana, catalana y portuguesa, +naci reto en estos idiomas vernculos, de su antigua raz y tronco +cristianos y latinos: raz y tronco firmemente plantados en nuestro +suelo. Y si algo de fuera, si algo extrao vino ayudar fomentar el +reverdecimiento de esta literatura, vino de Francia y de Italia, y no de +la morera. Por el contrario, yo creo que debe y puede sostenerse que la +pompa oriental, las galas y primores, veces excesivos, y cierta +redundancia que en nuestra poesa y en nuestra elocuencia se notan +frecuentemente, y aun se censuran, son ya sobras defectos que de muy +antiguo tuvieron los espaoles, y por los cuales fueron motejados en +Roma Lucano, Sneca y otros prosistas, oradores y poetas de nuestra +patria.</p> + +<p>En las poesas escritas en lengua arbiga por espaoles y en Espaa, +aunque durante la dominacin muslmica, no hallo difcil percibir, +travs de la forma clsica tomada de la antigua poesa del Yemen y de la +imitacin de los verdaderos poetas rabes ms famosos y celebrados, +algo, y no poco, en el sentir y en el pensar, nacido en corazones y +espritus espaoles, y que<a name="page_115" id="page_115"></a> casi de seguro no hubiera nacido jams en el +alma de un moro de Africa de un beduino de Arabia. Este orientalismo +es tan espaol y tan poco oriental, que raz de la ltima reconquista +se manifiesta esplendorosamente en prosa y en verso en nuestra +literatura espaola y nace del concepto fantstico, transfigurado y +hermoso, que la mente de los vencedores crea y forma de las costumbres, +usos, pasiones y cultura del pueblo quien ha vencido. De aqu la +novela caballeresca, la ficcin graciosa de Gins Prez de Hita. Y de +aqu la multitud de preciosos romances moriscos y el tinte +imaginariamente oriental que engalana tantas de nuestras obras poticas, +desde los mismos romances moriscos que incluye en sus <i>Guerras Civiles</i> +el mencionado Gins Prez de Hita, hasta los admirables romances de +Gngora y de D. Nicols Moratn, hasta el arabismo cordobs del duque de +Rivas en <i>El moro expsito</i>, y hasta los esplendores y ensueos +orientales del valenciano Arolas y del instintivo y popularmente +iluminado poeta Zorrilla en su leyenda de <i>Alhamar</i> y en otras +composiciones y fragmentos. Casi todo esto contiene un arabismo +orientalismo hechicero y de color de rosa, tan creado por nosotros, que +bien se puede asegurar que no hay rabe ni moro que, aunque se le +tradujera en su lengua, entendiese palabra de ello.</p> + +<p>Ni cmo haban de entender las quintas esencias y los refinamientos +amorosos y msticos que gastan los poetas y algunos de sus hroes, y +los<a name="page_116" id="page_116"></a> discreteos, delicadezas y finuras de sus galanes y de sus damas?</p> + +<p>No voy dilucidar aqu si algunas poesas compuestas en Espaa, aunque +en lengua arbiga y por muslimes espaoles, pudieron ejercer influjo en +la poesa castellana; si los cristianos conocan dichas poesas +arbigas; si varios romances, como el de <i>la prdida de Valencia</i>, +fueron traducidos imitados del rabe; si el arcipreste de Hita, ya en +el fondo, ya en la forma, imit cantares moriscos; y si la elega de +Abul-Beka de Ronda, en su primera parte, fu uno de los modelos que tuvo +presente Jorge Manrique cuando compuso sus admirables coplas. Lo que +sostengo es, que, en todo caso, fu cortsimo el influjo +insignificante la imitacin. Schack, por ms esfuerzos que hace, tiene +que convenir en que los cristianos espaoles conocieron poco la poesa +arbigo-hispana y la imitaron menos, y tiene que convenir tambin en que +esa poesa arbigo-hispana, ms menos conocida imitada, apenas tena +ya de arbiga sino la lengua en que estaba escrita.</p> + +<p>Pasando ahora de las letras la ciencia, empezar por decir que no me +incumbe estimar aqu y tasar en su valor la de los rabes; pero s +procurar, aunque sea compendiosa y someramente, hacer tres importantes +afirmaciones. Es la primera la de que Espaa, cuando la conquista +muslmica, tena su ciencia propia, de la que dan testimonio clarsimo +no pocos escritores y sabios, descollando entre todos San Isidoro de +Sevilla,<a name="page_117" id="page_117"></a> y que esta ciencia, pesar de las persecuciones y tiranas de +los conquistadores, continu luciendo entre los muzrabes pueblo +cristiano vencido, y di altas muestras de s en el abad Sansn, en San +Eulogio y en Alvaro de Crdoba. Es la segunda que los rabes y los moros +no eran sabios cuando vinieron Espaa, ni trajeron sabios consigo, de +suerte que los sabios y la sabidura que hubo ms tarde entre ellos, no +deben tenerse por arbigas sino por espaolas. Tan espaol es Averroes +como Sneca, como Luis Vives como Domingo de Soto. Y es la tercera +que, lejos de destruir los cristianos espaoles la ciencia mucha poca +de los espaoles muslimes, la protegieron, la fomentaron, se +aprovecharon de ella y la difundieron por toda Europa. En este punto, +ms que en ningn otro, la acusacin de Draper no puede menos de +atribuirse mala fe, ligereza supina ignorancia.</p> + +<p>Otro pueblo, adems de los rabes y de los moros, hubo en Espaa durante +toda la Edad Media, el cual, por su larga permanencia entre nosotros +(tal vez, en parte, desde antes de la venida de los romanos), no poda +ser mirado en Espaa como forastero, sino como indgena. Era este pueblo +el israelita, que vali, import influy ms que los muslimes en la +civilizacin del mundo, floreciendo y mostrando tal actividad en Espaa +por su saber, que bien podemos jactarnos de ello como de una gloria. +Maimnides, Ibn Gebirol, los Ben Ezrra, Jehuda-Lev de Toledo y otros +muchos filsofos, doctores y poetas nos pertenecen,<a name="page_118" id="page_118"></a> como por ejemplo, +Mendelshon Enrique Heine pertenecen Alemania.</p> + +<p>Llamemos ahora, para acomodarnos la manera vulgar de expresarse, +ciencia arbigo-judaica toda esta ciencia que floreci en Espaa entre +los espaoles que siguieron la ley de Moiss la ley de Mahoma. Qu +fundamento hay para asegurar, como asegura Draper, que los cristianos +espaoles la destruyeron?</p> + +<p>Los rabinos ilustres, los filsofos y los doctores musulmanes, arrojados +de Andaluca por el fanatismo de los almohades, tuvieron franca acogida +y lograron proteccin generosa en las cortes de los reyes de Aragn y +Castilla. As, las clebres escuelas de Lucena y de Crdoba vinieron +trasladarse Barcelona y Toledo. Ansiosos de difundir por el mundo +esta ciencia arbigo-judaica, ya en la primera mitad del siglo <span class="smcap">xii</span>, el +arzobispo toledano D. Raimundo y sus amigos y clientes hicieron +traducir, tradujeron y dieron conocer Francia y otras naciones +cristianas las obras y doctrinas de Al-kendi, Alfarabi, Avicena, +Avicebrn y otros autores. Sin duda, Domingo Gundisalvo y Juan de +Sevilla fueron los iniciadores y divulgadores primeros de la filosofa y +del saber semticos en la Europa de la Edad Media.</p> + +<p>Ernesto Renn nos reconoce este mrito y nos concede por ello su nada +sospechosa alabanza, diciendo: La introduccin de los textos rabes en +los estudios occidentales divide la historia cientfica y filosfica de +la Edad Media en<a name="page_119" id="page_119"></a> dos pocas enteramente distintas, y el honor de esta +tentativa, que haba de tener tan decisivo influjo en la suerte de +Europa, corresponde Raimundo, arzobispo de Toledo y gran canciller de +Castilla.</p> + +<p>Claro est que muy fcilmente y con erudicin de segunda mano, tomada de +varios autores espaoles, entre los cuales sobresalen Menndez y Pelayo +y Amador de los Ros, pudiera yo extenderme aqu y convertir en libro +este artculo para demostrar hasta la evidencia que todo el saber +arbigo-judaico de Espaa fue propio de los espaoles, y que stos, no +slo le crearon, sino que le divulgaron por toda Europa.</p> + +<p>El librito del Sr. Simonet, que da lugar las consideraciones que hemos +expuesto, las confirma con gran copia de erudicin y con multitud de +datos y de hechos, algunos de los cuales citar en este escrito, +tomndolos al azar prefirindolos por ms curiosos. Mulades +espaoles de puro origen, bien probado, ya por documentos histricos, ya +por sus propios nombres de mal disimulada etimologa latina +peninsular, fueron: Abdelmelic-ben-Hagib el Asolam, Ali Ibn-Hazm, el +clebre Ibn Thofail, el insigne botnico malagueo Ihn-Albaithar, el +distinguido gramtico Abdalah-Ben-Vivax, el poeta y naturalista Ab +Otzman Ibn Loyon, los literatos y poetas Ibn Corral Ibn Xalvator +Salvador, y hasta el egriego filsofo Ibn Badja Pace (desfigurado el +ablativo latino) quien conocieron los filsofos escolsticos de la +Edad Media con el nombre<a name="page_120" id="page_120"></a> de Avenpace. En conclusin (para terminar en +este punto mi artculo, como termina el seor Simonet el libro de que +trato), de los testimonios que hemos alegado se infiere que, ni al +elemento arbigo, ni al berberisco, sino al indgena, se debe, en su +mayor parte, el esplendor literario y artstico del califato cordobs y +del antiguo reino nazarita. Y por si acaso nuestras razones parecieren +poco fuertes, inspiradas tal vez por el sentimiento patrio, +concluiremos apoyndolas en la autoridad de un crtico extranjero muy +competente, del alemn Guillermo Lubke, que en su celebrado <i>Ensayo +sobre la historia del arte</i> se expresa as: Si el arte rabe se +desarroll en Espaa con ms perfeccin que en los otros pases +<i>islamizados</i>, se debe sin duda las relaciones ntimas de moros y +cristianos, en las cuales, stos comunicaron aqullos algo de lo +noble, amable y caballeresco que resplandece en todos los ramos de su +civilizacin, ciencias, arte y poesa.</p> + +<p>Saltemos ahora de la llamada civilizacin oriental la occidental, que, +segn Draper, tambin hemos destruido. Esta civilizacin, que Draper +afirma que era superior la civilizacin espaola del siglo <span class="smcap">xv</span>, es la +americana precolombina.</p> + +<p>Imposible parece que se diga de buena fe tamao disparate. Qu diantre +de civilizacin haba en Amrica antes de su descubrimiento! Por casi +todas partes era completo el salvajismo. Menos en el Per, no creo que +en regin alguna<a name="page_121" id="page_121"></a> hubiese animales domsticos. Haba en varias tribus +conocimientos elementales de agricultura, pero en las dems se viva de +la pesca y de la caza, los hombres se coman unos otros. Los +sacrificios humanos exigan millares de vctimas. El perpetuo estado de +guerra y los vicios nefandos destruan la poblacin impedan su +aumento. En Mjico, que era el imperio ms civilizado, no haban +descubierto an que con un lquido combustible y con una torcida se +podan alumbrar de noche, y la pasaban oscuras por falta de candiles. +Los jeroglficos en embrin de aztecas, yucatecos y otros pueblos del +centro de Amrica (aun dando por supuesto que los ms significativos y +mejor pintados no son posteriores la venida de la gente espaola y no +son obra de indios industriados y medio civilizados ya por nosotros), +ms de ser casi ininteligibles, dejan entrever una cultura harto +inferior la de los antiguos imperios del centro de Asia ms de mil +aos antes de Cristo. Si algo hubo de ms valor en la antigua +civilizacin americana, haba decado y se haba corrompido degradado +antes de llegar los espaoles. Poco nada tuvimos que destruir nosotros +que no fuera perverso y abominable. En cambio llevamos Amrica nuestra +propia cultura europea y cristiana, y llevamos el caf, la caa de +azcar, el caballo, la vaca, el carnero, el trigo, las frutas exquisitas +de Europa y de Asia, y otras mil cosas excelentes que por all no haba.</p> + +<p>Se nos acusa de haber procedido con crueldad<a name="page_122" id="page_122"></a> y codicia y de haber +sometido duros trabajos y atormentado con atroces castigos la +poblacin india, hasta el extremo de mermarla y aun de hacerla +desaparecer en algunas regiones. No ser yo quien defienda todos los +aventureros espaoles de entonces, admirables y gloriosos por su +inteligencia y por sus bros, pero que distan mucho de valer para +modelos de santidad, y que tal vez, como vulgarmente se dice, eran lo +peor de cada casa. Si hubieran sido aventureros ingleses, franceses +alemanes los que fines del siglo <span class="smcap">xv</span> hubieran ido Amrica, se +hubieran conducido con ms humanidad que los espaoles? Fueron ms +mansos y amorosos con los indios los alemanes quienes el emperador +Carlos V concedi que se estableciesen y se extendiesen por las que hoy +son repblicas de Venezuela y Colombia? Se condujo ms afable y +dulcemente, no ya con los indios, sino con los mismos espaoles +establecidos en Amrica, el enjambre de piratas, corsarios y +filibusteros que en diferentes pocas fueron all contra nosotros?</p> + +<p>Los hombres de guerra y de aventuras en todos tiempos, y ms an en el +siglo <span class="smcap">xvi</span>, no han pecado por lo cariosos y suaves; y en dicha poca +haba dos corrientes de sentimientos y de ideas que endurecan ms sus +entraas: el fanatismo religioso de la Edad Media persistente an, y el +renacimiento pagano, que, al traernos las elegancias y los primores, las +artes y las letras de la clsica antigedad, nos trajo tambin no poco +de su corrupcin, de sus vicios, de sus<a name="page_123" id="page_123"></a> pasiones sensuales y de su sed +de deleites y bienes de fortuna. Muchos de estos defectos no podan +menos de tenerlos los aventureros audaces que envi Espaa Amrica; +pero la misma Espaa no los tena. Pueden ser ms filantrpicas que lo +que son las leyes de Indias? Se mostraron nunca nuestros legisladores +crueles ni faltos de caridad para con los pueblos salvajes +semi-salvajes quienes civilizamos y cristianizamos? Ha habido nunca +pueblo de ms <i>catlico</i> corazn que el pueblo espaol? Y digo +<i>catlico</i> en el ms lato sentido de la palabra, envolviendo en ella el +significado que tienen hoy las palabras <i>cosmopolitismo</i> y +<i>humanitarismo</i>. Fr. Bartolom de las Casas no fu el nico defensor de +los indios; fu acaso el ms vehemente y atrabiliario; pero antes y +despus de l hubo multitud de santos misioneros y de almas piadosas que +defendieron y protegieron los indios, y desde luego los consideraron +iguales ellos, y veces superiores, cuando por su nacimiento, por la +autoridad de que gozaban por el respeto que les tenan los de su +casta, eran superiores en su tierra. No sera tan grande la tirana y la +opresin de Espaa cuando, no slo igual al pueblo indio con el pueblo +espaol, sino que di cartas y ttulos de nobleza los indios que se +distinguan eran ya nobles entre los suyos. Todava, por ejemplo, es +grande de Espaa y duque, y goza de una pensin cuantiosa entre +nosotros, el sucesor de Moctezuma.</p> + +<p>Y ltimamente, con motivo del centenario<a name="page_124" id="page_124"></a> del descubrimiento de Amrica, +la ilustre duquesa de Alba, ha sacado del archivo de su casa y ha +publicado un tomo voluminoso, donde se contienen multitud de ttulos de +nobleza, escudos de armas y honrosos privilegios concedidos por los +monarcas espaoles muchos seores indios raz de la conquista.</p> + +<p>En cuanto al pueblo, yo creo, y tengo por seguro, que se puede demostrar +que en muchas de las tierras descubiertas y ocupadas por los espaoles +en Amrica, los indios, en vez de perder, ganaron en ser conquistados. +Aun durante la misma conquista, por mucha importancia que se d la +superioridad de nuestra caballera, de las armas de fuego y de la +pericia militar, no se comprende cmo unos pocos espaoles pudieron +vencer y sujetar con crueldades grandes muchedumbres y poderosos +imperios. Esto se comprende mejor, entendido como debe entenderse: +asegurando que los espaoles triunfaron porque fueron all como +libertadores, y ganaron en muchas partes la voluntad y el auxilio de los +indios mal contentos, los cuales lograron sacudir as la tirana ms +espantosa. Es probable que en Otumba hubiese del lado de Hernn Corts +tantos indios como en el ejrcito contrario. Y no sin razn nos +auxiliaron, porque salieron ganando en todo. Antes, como dice Gomara, +pechaban el tercio de lo que cogan y si no pagaban eran reducidos la +esclavitud sacrificados los dolos; servan como bestias de carga y +no haba ao en que no muriesen sacrificados millares<a name="page_125" id="page_125"></a> por sus +fanticos sacerdotes. Despus de la conquista, aade Gomara, son +seores de lo que tienen con tanta libertad que les daa. Pagan tan +pocos tributos que viven holgando. Venden bien y mucho las obras y las +manos. Nadie los fuerza llevar cargas ni trabajar. Viven bajo la +jurisdiccin de sus antiguos seores, y si stos faltan, los indios se +eligen seor nuevo y el rey de Espaa confirma la eleccin. As que, +nadie piense que les quitasen los seoros, las haciendas y la libertad, +sino que Dios les hizo merced en ser de espaoles, que los +cristianizaron, y que los tratan y que los tienen ni ms ni menos que +digo. Dironles bestias de carga para que no se carguen, y de lana para +que se vistan; y de carne para que coman, ca que les faltaba. +Mostrronles el uso del hierro y del candil, con que mejoran la vida. +Hanles dado moneda para que sepan lo que compran y venden, lo que deben +y lo que tienen. Hanles enseado latn y ciencias, que vale ms que +cuanta plata y oro les tomaron. Porque con letras son verdaderamente +hombres, y de la plata no se aprovechan mucho ni todos. As que libraron +bien en ser conquistados.</p> + +<p>Yo entiendo que la cndida y sencilla apologa que acabo de citar, basta +para prueba de cun benfico fu para los indios el triunfo de Espaa +sobre ellos. Dicha sencilla y cndida apologa vale ms que las +declamaciones pomposas. Los hechos posteriores la confirman plenamente. +Desde el Norte de Mjico hasta el extremo Sur de Chile y de la Repblica +Argentina, sera fcil demostrar<a name="page_126" id="page_126"></a> que en el da de hoy hay ms indios +que hubo nunca y son ms felices, mejores y ms civilizados que jams lo +fueron; que bajo el dominio de Espaa los indios que se distinguan lo +merecan podan ser cuanto se poda ser entonces en Espaa; generales, +arzobispos, duques, marqueses, y presidentes de tribunales; y que ahora +pueden ser, y son veces, presidentes de las Repblicas. En los Estados +Unidos tal vez habrn sido ms humanos con los indios. Pero yo no he +visto indios muy en auge en los Estados Unidos, ni que alguno de ellos +figure entre los personajes importantes, que por su riqueza, por su +posicin por su saber, influyen ni remotamente en el gobierno de la +nacin. Tal vez los indios de los Estados Unidos estn acorralados como +en Espaa solemos tener toros bravos en una dehesa jabales en un +coto, mientras que los indios de las tierras que Espaa y Portugal +ocuparon, ya presiden las Repblicas como jefes supremos, ya brillan +como oradores en las asambleas legislativas, ya mandan ejrcitos, ya +recorren como diplomticos las cortes de Europa, ya ganan fama y +aplausos escribiendo en la lengua del pueblo que los conquist elegantes + inspiradas poesas interesantes libros en prosa, cuyo valer y mrito +somos los primeros en reconocer nosotros los espaoles, no +escatimndoles la alabanza, sino complacindonos en darla, acaso y +veces ms all de lo justo.</p> + +<p>Las tremendas acusaciones de Draper contra Espaa estn puestas en su +libro con mero intento<a name="page_127" id="page_127"></a> terico, fin de que en su ramplona filosofa +de la historia figuremos nosotros como un pueblo precito, y fin de +que, en el drama cuya accin es el desenvolvimiento de la inteligencia +humana y el paso de la edad de la fe la edad de la razn, haga Espaa +el papel ms odioso. Pero en el da se renuevan y se exacerban estas +acusaciones, no ya para filosofar, mas menos burdamente, sino para +sacar muy duras consecuencias prcticas contra nosotros. En los Estados +Unidos escriben hoy muchos para denigrarnos como Draper escriba, siendo +lo ms gracioso que todo lo que dicen contra nosotros es con el fin de +ensalzar los cubanos y de afirmar que deben ser independientes y +libres. Acaso el ms feroz de estos escritores anti-espaoles sea un +cierto Sr. Clarence King, que ha publicado en la revista <i>The Forum</i> un +articulo titulado <i>Ha de ser Cuba libre?</i> Un amigo mo anglo-americano +me envi hace un mes dicho artculo, excitndome que le contestase y +hasta brindndome con que insertara mi contestacin en una revista de +su tierra.</p> + +<p>Las acusaciones del Sr. Clarence King, son menos razonables an que las +de Draper; pero como llevan el propsito de excitar en los Estados +Unidos el odio y el desprecio contra Espaa y de favorecer los +rebeldes de Cuba, auxilindolos y declarndolos beligerantes, creo que +algo conviene decir contestando al Sr. Clarence King, aunque la defensa +que haga yo de Espaa sea ligera, desenfadada y de broma, ya que el +articulo<a name="page_128" id="page_128"></a> del Sr. Clarence King no merece refutacin ms seria y +detenida. Lo que diga yo sobre l ser como remate y complemento de la +impugnacin que la salida de tono y los anatemas de Draper contra Espaa +me han inspirado.</p> + +<p>Empezando ahora por contestar la acusacin que nos dirige el Sr. +Clarence King de haber exterminado la poblacin india de Cuba, que llega + suponer se elevaba un milln de almas, dir que parece imposible que +con seriedad se insine, ya que no se afirme, semejante disparate. Si +nosotros, fundndose en l, se nos dice: Qu habis hecho de ese milln +de almas? Can, que has hecho de tu hermano?, con la misma razn +podemos suponer nosotros que, en la inmensa extensin de territorio +ocupado hoy por la gran repblica, haba lo menos cuarenta millones de +indios, y preguntar luego con voz fatdica: Canes! qu habis hecho +de ellos?</p> + +<p>De todos modos, m no parecera razonable dirigirme los ingleses +pidindoles cuenta de esos indios que han desaparecido. Se la pedira en +todo caso los que se han apoderado de sus bienes despus de matarlos y +viven hoy en el territorio que ellos tranquilamente posean. Porque es +absurdo irracional, suponiendo que gente de casta espaola mat un +milln de indios para apoderarse de Cuba, simpatizar con los herederos y +con los que se aprovechan an de la matanza y del robo, y condenar por +ese robo y por esa matanza los espaoles de por ac, que desde el +descubrimiento y la conquista de Amrica<a name="page_129" id="page_129"></a> hasta hoy no han hecho ms que +predicar y legislar en favor de los indios.</p> + +<p>Es cosa de risa citar Hatuei, que dijo que preferira ir al infierno +ir al cielo con los espaoles, para aplaudir los descendientes de esos +espaoles porque se rebelan contra otros espaoles, que no sacaron el +menor provecho de la muerte de Hatuei ni le hicieron el menor agravio. +Todo lo que dice el Sr. Clarence King acerca de esto vendra muy +propsito si hubiese an en Cuba descendientes de Hatuei y de sus indios +que apellidasen libertad y que pugnasen por arrojar de Cuba los +espaoles intrusos, lo mismo Weyler, que Maceo que Mximo Gmez.</p> + +<p>Otra no menos chistosa acusacin del Sr. Clarence King contra nosotros +se funda en la esclavitud de los negros; sosteniendo que, acostumbrados +nosotros mandar esclavos, no sabemos mandar hombres libres. No parece, +al leer esto, sino que en los Estados Unidos no hubo esclavitud nunca. +Dice tambin el articulista que Espaa se vi <i>forzada</i> dar libertad +sus negros Y quin le hizo tal fuerza? Espaa di la libertad de grado +y con gusto. Y los propietarios de los negros no se opusieron con las +armas esta libertad, si bien en Cuba era el darla ms difcil, ms +perjudicial econmicamente y ms peligroso que en los Estados Unidos, +aunque no fuese ms que porque en Cuba la poblacin negra era tan +numerosa como la blanca. No fu, pues, en Espaa, fu en los Estados +Unidos, al menos<a name="page_130" id="page_130"></a> en mucha parte de ellos, donde se vieron <i>forzados</i> + dar dicha libertad; donde tuvieron que tragarla regaadientes, y +donde al que la di, al libertador glorioso, no falt quien en premio le +matase de un tiro.</p> + +<p>Por lo dems, la compasin hacia los negros esclavos acaso se pudiese +probar que ha sido ms tarda que en nuestra raza en la raza +anglo-sajona, que bastante tiempo ha sido <i>negrera</i>, y donde an, en el +presente siglo, se inventan teoras tan filantrpicas y consoladoras, +como la de Malthus y la del <i>Struggle for life</i>.</p> + +<p>No en el da en que los espaoles estamos harto abatidos, sino en los +momentos en los siglos en que preponderbamos en el mundo, se le +ocurri ningn espaol, que tuviera squito y que valiera algo, el +considerarse de una raza superior las dems razas humanas, y el +despreciarlas y humillarlas. Ni cuando el Gran Capitn se enseore de +Italia arrojando los franceses; ni despus de Lepanto, de San Quintn +y de Pava; ni cuando en Trento prevalecieron nuestros telogos y +reformando la iglesia oponan fuerte valladar al protestantismo y +trataban de conservar la virtud que informaba y que una la civilizacin +europea; ni cuando desde principios del siglo <span class="smcap">xv</span>, con tenacidad +admirable y con fe constante, agrandbamos experimentalmente el concepto +de las cosas creadas, circunnavegando el planeta, cruzando mares +incgnitos y tenebrosos y descubriendo nuevos mundos y nuevos cielos, +jams hemos menospreciado las otras naciones<a name="page_131" id="page_131"></a> ni las hemos tratado con +insolente orgullo, ni las hemos insultado como en el da se nos insulta.</p> + +<p>A la verdad, ni ahora ni nunca habr un solo espaol que rebaje la +gloria de Lincoln; todos ensalzaremos esa gloria, pero alguna, aunque +sea menor, nos toca colectivamente, porque dimos de buena voluntad y no +por fuerza libertad los esclavos negros de Cuba; y alguna gloria +tambin, anterior y mi ver ms clara y con algo de divino, nos toca +por haber sido de nuestra raza santos varonescomo Alonso de Sandoval y +Pedro Claver, que hicieron por los negros, en un siglo en que an se +ignoraba hasta el nombre de filantropa, movidos de caridad cristiana, +obras maravillosas por amor de Dios y de los negros de Africa.</p> + +<p>Supone el Sr. Clarence King que en el carcter espaol (ya se entiende +que en el de los espaoles peninsulares, pues en el de los cubanos, +sobre todo si son rebeldes, ha de haber habido una transformacin +dichosa), supone, digo, que en nuestro carcter persiste, en combinacin +diablica, la crueldad pagana de Roma, reforzada y sublimada con feroz +intensidad por la Inquisicin. De aqu resulta que el ms blando y +humano de nosotros es un Calgula-Torquemada. Y que fin de evitar que +sigamos haciendo atrocidades contra los pobrecitos inofensivos +insurrectos, los Estados Unidos tienen el deber moral de reconocer la +beligerancia de dichos seores que no talan, ni incendian, ni saquean, +ni cometen atrocidad alguna.<a name="page_132" id="page_132"></a></p> + +<p>Lo de la Inquisicin es una cantaleta que nos estn dando los +extranjeros desde hace mucho tiempo, y que nos tiene ya tan aburridos, +que casi justifica que algunos espaoles se pongan fuera de s y en +apariencia se vuelvan locos, aunque sean sujetos de mucha madurez y +juicio. As es que, sin duda por chiste y para lucir la agudeza de su +ingenio, alguien defienda la Inquisicin todava, como por ejemplo, lo +hace con mucha gracia el catedrtico D. Juan Manuel Orti y Lara, el cual +llega exclamar: Oh dichosas cadenas del Santo Oficio, que tan +fuertemente sujetaban al monstruo de la hereja, que no le dejaban +libertad alguna para impedir los ingenios espaoles el vuelo que +tomaron desde las alturas de la fe por las regiones del saber y de la +poesa!</p> + +<p>Claro est que el monstruo de la hereja, que hoy anda suelto en Espaa +sin que la Inquisicin le encadene, no impide al Sr. Orti y Lara que +vuele por donde se le antoje y hasta que haga la apologa de la +Inquisicin. Pero yo no quiero ni puedo hacerla, y convendr con el +seor Clarence King en que la Inquisicin era una infernal maquinaria +muy propsito para atormentar y matar la gente. En lo que no +convengo con el Sr. Clarence King, sacando una consecuencia opuesta la +suya y muy favorable los espaoles, es en que nosotros, poseedores de +la maquinaria susodicha, hayamos atormentado y asesinado jurdicamente +ms personas que las atormentadas y asesinadas jurdicamente en no pocas +naciones extranjeras, donde<a name="page_133" id="page_133"></a> tal vez y sin tal vez no hubo Inquisicin +nunca. Jams la Inquisicin de Espaa se regal ajusticiando vctimas +tan ilustres como Servet, Vanini y Bruno. Jams la Inquisicin de Espaa +conden, sino que aplaudi, defendi y ensalz Coprnico, Galileo y + otros sabios, quienes en tierra donde no haba Inquisicin +condenaban. Y en lo tocante la muchedumbre de gente menuda, quemada, +ahorcada muerta por otros medios manos del fanatismo religioso, nada +tienen que envidiarnos los pueblos ms cultos que en el da hay en +Europa. Slo de brujos y brujas, si hemos de creer Michelet, en +Trveris quemaron siete mil; pocos menos en Tolosa de Francia; en +Ginebra quinientos en tres meses; en Wurtzburgo, ochocientos de una sola +hornada, y mil quinientos en Bamberg. Convengamos en que jams hubo en +Espaa tan esplndidas y colosales chamusquinas. Y es lo ms chistoso, +si yo no recuerdo mal (porque no doy ahora para comprobarlo con una +Historia de los Estados Unidos que contenga el periodo colonial), que en +esos Estados se quemaron y se ajusticiaron tambin brujos y brujas con +profusin pasmosa. Por donde yo me inclino sospechar que en toda la +Amrica, dominada por Espaa durante los sigos <span class="smcap">xvi</span> y <span class="smcap">xvii</span>, no hizo la +Inquisicin tantas vctimas, contando judos, mahometanos, y herejes +relapsos y hechiceros de todo linaje, como las vctimas que por slo el +delito de brujera fueron sacrificadas en los Estados Unidos cuando an +eran colonias.<a name="page_134" id="page_134"></a></p> + +<p>Otra de las razones que tiene el Sr. Clarence King para desear que Cuba +no sea espaola, es que Cuba es un paraso muy fecundo y que en otras +manos ms trabajadoras y hbiles producira mucho ms. Este argumento, +no obstante, no vale nada en favor de los cubanos. Es probable, es casi +seguro que si los dejsemos en libertad, Cuba no prosperara ms de lo +que hoy prospera. Si prevaleciesen los negros, Cuba sera como Hait, y +si prevaleciesen los blancos y mulatos, Cuba sera como es Santo +Domingo. Los cubanos, que de buena fe y de corazn estn con los +rebeldes, si quieren entrever y columbrar el porvenir que siga su +triunfo, bien pueden mirarse en el citado espejo. Harto lo comprender +el seor Clarence King, coincidiendo con mi parecer; pero por cierta +pdica delicadeza no deja ver el fondo de su pensamiento. El fondo de su +pensamiento es que Cuba llegue ser una estrella ms en la bandera de +su patria. Adis entonces idioma, casta, sangre y linaje espaoles en la +Isla. En ella, al cabo de veinte treinta aos de menos, no se +hablara ms que ingls. Todo hombre de origen espaol desaparecera de +la Isla ms pronto que desaparecieron los indios cuando se apoderaron de +la Isla los espaoles.</p> + +<p>Pero qu mal, qu dao, qu terribles ofensas hemos hecho los espaoles +de la Pennsula los espaoles de Cuba, para que ser unos con +nosotros prefieran algo modo de suicidio colectivo?</p> + +<p>Nada prueba menos que el exceso de prueba. Figurmonos que el Sr. +Clarence King tiene razn;<a name="page_135" id="page_135"></a> que los espaoles no sabemos gobernarnos; +que nuestra administracin es absurda y corrompida. Con esto no probar +sino una cosa: que si los cubanos toman muy pecho su desgobierno, no +deben separarse de Espaa, sino separarse de ellos mismos y ser otros de +los que son, y convertirse, por ejemplo, en <i>yankees</i>. En una nacin +tan democrtica como es y ha sido siempre la nuestra, qu diferencia +puede haber ni hubo nunca entre un espaol de Cuba un espaol, v. gr., +de Mlaga, de Loja de Logroo? Los que alternan, en Espaa, en el +poder, con turno ms menos pacifico, los Narvez, los Cnovas y los +Sagastas, no pudieron ser cubanos? Qu inferioridad hemos supuesto +nunca, ni por ley ni por costumbre, que exista entre un espaol de por +ac y un espaol de por all? La igualdad ms perfecta entre todos los +espaoles de la Pennsula y de Ultramar ha sido proclamada siempre en +leyes, pragmticas, ordenanzas y decretos. Felipe II la proclam +solemnemente con palabras citadas por el mismo Sr. Clarence King. Si +esta unidad legal existi bajo un poder absoluto, lo mismo era para los +peninsulares que para los cubanos, y estos ltimos no podan pretender +entonces ser ms libres que nosotros. Pero no bien hubo en Espaa una +Constitucin liberal, en 1812, la Asamblea que form esta Constitucin +declar, adoptando la elevada idea de Felipe II, que la nacin espaola +es el conjunto de todos los espaoles de ambos hemisferios. Las +libertades de que desde entonces debieron gozar los peninsulares<a name="page_136" id="page_136"></a> las +debieron gozar tambin los cubanos. No fu culpa nuestra que Fernando +VII, el Deseado, diese al traste con todas esas libertades, no bien +volvi Espaa en 1814. Renacieron dichas libertades en 1820, en +virtud, por desgracia, de un motn militar, que puede considerarse como +el pronunciamiento inicial en la larga serie de pronunciamientos que +despus ha habido. Y menos culpa nuestra es an que, en 1823, as los +peninsulares como los cubanos, perdisemos de nuevo las mencionadas +libertades, por obra de los cien mil hijos de San Luis, sostenidos +moralmente por la Santa Alianza, sea por Rusia, Prusia y Austria, con +el beneplcito sin duda de la libre Inglaterra.</p> + +<p>De cuantas crueldades y tiranas y de cuantas muestras de grosero, +torcido y falso celo religioso hizo y di entonces un partido fantico +por el afn de extinguir en Espaa la civilizacin moderna y de +retroceder una edad de ignorancia y barbarie, que jams existi y fu +completamente soada, ms culpa que dicho partido fantico y servil +tuvieron la Santa Alianza, los franceses que ejecutaron sus rdenes y +casi toda Europa, abrumando con su peso al pueblo espaol y desatando +las manos de Fernando VII para que, en premio de haber peleado por su +trono, cargase este pueblo de cadenas. Pero aun as, justo es confesar +que los cubanos fueron los que menos padecieron, si es que algo +padecieron, de este ltimo absolutismo de los diez aos.</p> + +<p>Una prueba ms de que no son los espaoles<a name="page_137" id="page_137"></a> peninsulares tan culpables +de este absolutismo de los diez aos, sino de que nos le impusieron las +ms poderosas naciones de Europa, es que desde que en 1834 hubo en +Espaa un gobierno liberal, los gobiernos de esas naciones se negaron +reconocerle, le volvieron la espalda y favorecieron al pretendiente, rey +de los fanticos y serviles. El nuevo orden de cosas no fue reconocido +en Espaa, por Prusia y Austria hasta despus de la revolucin de 1848, +y por Rusia hasta 1857.</p> + +<p>Y como yo no quiero condenar nadie en ms de lo justo, y menos +naciones tan ilustres como Rusia, Prusia y Austria, ni quiero tampoco +injuriar al partido absolutista espaol, dir que alguna explicacin y +hasta disculpa tuvieron el odio y el terror de ellos las modernas +libertades, ya que tanto glorificaban, como el Sr. Clarence King, la +primera Revolucin francesa. Por pasmosos que hubiesen sido sus triunfos +guerreros, no bastaban atenuar las atrocidades de Dantn, Marat y +Robespierre, y los espantos del <i>Terror</i> y de la guillotina; y fue lo +peor que todo ello tuviese por resultado un gran genio militar sin duda, +pero la vez un dspota, que humill y ensangrent la Europa entera, +sin que el ms hbil y sutil profesor de filosofa de la historia pueda +descubrir, fuera de la ambicin personal, del prurito de elevar la +familia y los amigos, y del afn del predominio de un pueblo sobre los +otros, propsitos y fines altos y providenciales, parecidos los que +ms menos conscientemente tuvieron Alejandro y Csar.<a name="page_138" id="page_138"></a></p> + +<p>Ser pensamiento mo, que tal vez escandalice muchas personas, pero +que ahora se me ocurre y no puedo menos de expresarle: la primera +Revolucin francesa, en vez de acelerar el advenimiento de la libertad +verdadera y los progresos del linaje humano, vino atajarlos, +ponindoles, como obstculo que tienen que saltar en su curso, el miedo +y la repugnancia que los desrdenes y crmenes de la Revolucin +inspiraron.</p> + +<p>Como quiera que ello sea, pues sera muy largo discutirlo aqu, vuelvo +la cuestin de Cuba. Hoy que tenemos libertad, los cubanos la tienen +tambin como nosotros. Sus senadores y sus diputados toman asiento en +nuestras Cortes. All defienden sus intereses, all piden reformas, all +concurren legislar con los dems representantes del pueblo, y aun son +ms considerados y atendidos. Nunca, pues, la rebelin ha sido menos +justificada que en el da por motivos polticos.</p> + +<p>Lo ser acaso por motivos econmicos? Menos an. Los cubanos no pagan +tanta contribucin como nosotros. Apenas pagan contribucin territorial. +Pagan en las aduanas. Y si algn empleado de los que van de la +Pennsula, se enriquece por all, bien puede afirmarse que no es costa +sino con beneficio de ellos, favoreciendo el contrabando.</p> + +<p>En lo tocante la solicitud con que el gobierno de la metrpoli procura +el fomento de la produccin agrcola, de la industria y del comercio de +Cuba, se llega un extremo casi increble. En prueba de ello, baste +citar el Tratado que los seores<a name="page_139" id="page_139"></a> Foster y Albacete negociaron en +Madrid, siendo Presidente de la Repblica el Sr. Arthur, y que el Sr. +Cleveland, no bien entr en la Casa Blanca, retir sin consentir que se +ratificase. Si el Tratado hubiese sido ratificado, los azcares de Cuba +hubieran ido la gran Repblica libres casi libres de derechos, y de +la misma manera hubieran sido recibidas en Cuba las harinas, las carnes +y muchos productos de la industria anglo-americana. Intil es ponderar +la prosperidad y el auge que esto hubiera trado la perla de las +Antillas. Para lograr este fin, hubiramos sacrificado nosotros con buen +nimo la agricultura de Castilla, cuyas harinas no hubieran podido +resistir la competencia, el comercio de Santander, bastante de la +industria catalana y no cortos intereses de nuestra marina mercante.</p> + +<p>Alguna queja tengan acaso los cubanos de que, fin de proteger la +industria azucarera peninsular, se grave con demasiado derecho de +introduccin la azcar de Cuba; pero el fundamento de esta queja es +aparente cuando se considera el corto consumo que Espaa puede hacer y +hace de azcar, en comparacin de lo que totalmente produce la Isla, que +por otra parte cuenta con ms ricos, favorables y cercanos mercados.</p> + +<p>Dice el Sr. Clarence King, que por codicia, por la riqueza que de la +Isla sacamos, y por lo que esperamos sacar, nos resistimos que sea +independiente y libre. A mi ver, nada hay ms falso; y creo que de los +dieciocho millones que hay de espaoles, slo no pensarn como yo mil<a name="page_140" id="page_140"></a> +dos mil lo ms. Todos sabemos que en los cuatrocientos aos que hace +ya que poseemos Cuba, slo durante quince veinte ha habido sobrantes +en las Cajas de Ultramar. En los otros trescientos ochenta y tantos +aos, Cuba no nos ha valido sino gastos, sacrificios y desazones. Pues +entonces—dir el Sr. Clarence King—por qu Espaa no abandona Cuba? +La pregunta equivale la que pudiera hacerse una buena madre, cuya +hija mimada no le trajese ms que gastos, si se le aconsejara que la +dejase en plena libertad para que ella se ingeniase y buscase quien con +ms lujo la mantuviera. Conservar Cuba no es para nosotros cosa de +provecho, sino punto de honra de que Espaa no puede prescindir.</p> + +<p>La nacin que ha descubierto, colonizado, cristianizado y civilizado +Amrica, tiene ms derecho que ninguna ser y llamarse americana, aun +dentro de las doctrinas de Monroe, y tiene el deber sagrado ineludible +de sostener este derecho con razones y con armas, hasta donde sus +fuerzas alcancen y mientras su sangre, su dinero y su crdito no se +agoten.</p> + +<p>No se comprenden los argumentos que se puedan alegar en los Estados +Unidos para proclamar la beligerancia de los insurrectos cubanos y para +excitar acaso otras potencias que tambin la declaren. No hubiera +habido menos motivo para pedir declarar hace aos la beligerancia del +Tempranillo, del Chato de Benamej de los Botijas. No se conducen +mejor Mximo Gmez<a name="page_141" id="page_141"></a> y su cuadrilla ni atinan con ms habilidad +escabullirse de sus perseguidores. Las diferencias que hay son +favorables aquellos antiguos bandidos de la Pennsula, porque no eran +incendiarios, y porque, cuando se acogan indulto, cumplan como +caballeros y no volvan las andadas, engaando y burlando los que +los haban indultado.</p> + +<p>En la pasada guerra civil cubana, el conde de Valmaseda, ofendido de +estas villanas con que era burlada y pagada la generosidad espaola, +di un bando, no he de negar que harto violento; pero esto no basta para +justificar la nota dirigida por el Sr. Fish, secretario de Estado, al +ministro de Espaa en la gran repblica.</p> + +<p>Esta nota es una dura reprimenda hecha en nombre de la civilizacin +cristiana y de la humanidad, por alguien que debi de creerse, sin el +menor inters, representante y Encargado de Negocios de dicha +civilizacin y aun del linaje humano, y con autoridad para dirigirse +nosotros como un subordinado suyo. Fueran las que fueran las faltas +cometidas por el conde de Valmaseda, el Sr. Fish cometi al dirigir la +nota un atentado contra la soberana, la autonoma y el decoro de +Espaa, cuyo ministro, si su gobierno no hubiera sido tan dbil y le +hubiera prestado apoyo, lo menos que hubiera debido hacer es devolver la +nota sin contestacin, dndola por no recibida, como alguna otra nota, +menos insolente y soberbia, se devolvi en Madrid un ministro +anglo-americano.<a name="page_142" id="page_142"></a></p> + +<p>Ahora, por fortuna, si de algo han pecado el noble general Martnez +Campos y los dems jefes y autoridades de Espaa en Cuba, ha sido de +lenidad, de espritu de conciliacin y de generosa confianza. Repito, +pues, que no se comprenden los argumentos que pueden alegarse en los +Estados Unidos para declarar la beligerancia de los insurrectos cubanos +y para excitar otras potencias que la declaren.</p> + +<p>Ni el gobierno espaol ni sus agentes han cometido ni cometern en Cuba +crueldad alguna. Aunque los foragidos que estn asolando el llamado, por +el Sr. Clarence King, fecundo paraso, no merecen que las potencias +cultas de Europa los amparen los protejan, no contra nuestra saa, +sino contra nuestra justicia, yo espero que sta se temple y mitigue con +la mayor misericordia; mas no por eso acierto explicarme que los +cabecillas rebeldes, los principales al menos y los que no tienen +siquiera la excusa de ser cubanos y de estar cegados por un mal +entendido amor la patria, se les perdone si llegan caer en poder de +nuestros soldados. Justo y necesario ser algn saludable escarmiento.</p> + +<p>Difcil es, cuando no imposible, descubrir el motivo de queja que, en +nacin tan grande y generosa como los Estados Unidos, pueda haber contra +Espaa, bastante mover mucha parte de su ilustrada prensa peridica, +al Sr. Clarence King y una respetable comisin de senadores, que +pidan, valindose de mil injurias contra Espaa, que el gobierno de la +gran repblica declare<a name="page_143" id="page_143"></a> beligerantes los insurrectos, procure que +otras potencias tambin los declaren, y garantice as la impunidad de +todos ellos para el da en que depongan las armas, cansados de andar +salto de mata y de perpetrar toda clase de delitos. Por el contrario, +Espaa es quien puede quejarse por no pocos motivos: porque la acogida y +el favor que reciben en aquel pas los ingratos y rebeldes hijos de +Espaa excede sobremanera la ms franca hospitalidad, y porque bien +puede recelarse que excitado por ellos el gobierno anglo-americano ha +mostrado con frecuencia cierto prurito de vejarnos y lastimarnos.</p> + +<p>Hay una, en mi sentir, detestable costumbre, fundada en torcidos +principios de Derecho internacional, que prevalece en todas las naciones +cultas, y no lo negamos, tambin en Espaa. Hablo de la exagerada +obligacin en que se creen los gobiernos de proteger sus sbditos en +pas extrao y de pedir, hasta con amenazas, que reciban indemnizacin +de perjuicios que se les causen prdidas que tengan.</p> + +<p>Los gobiernos, movidos por la opinin pblica, extraviada violenta, +reclaman, tal vez sin mucha gana y por cumplir, pero reclaman, y suelen +nacer de las reclamaciones, tirantez, enfriamiento de amistad y hasta +conflictos. Y es lo ms deplorable, que cuando la potencia que reclama +es fuerte, humilla la dbil, en ocasiones la atrepella y casi siempre +le saca el dinero. Y en cambio, cuando es ms dbil la potencia +reclamante, en vez de salir airosa, es desdeada<a name="page_144" id="page_144"></a> en su reclamacin, y +su sbdito ofendido se queda burlado en vez de lograr ser indemnizado.</p> + +<p>Cuando por cualquiera circunstancia se equilibran las fuerzas de las +potencias reclamante y reclamada, suelen originarse hasta guerras, +aunque para declararlas se busque se invente otro fundamento. As, por +ejemplo, si bien se rastrea y aun se escarba hasta llegar la raz de +algunas expediciones belicosas, se ver que nacen de reclamaciones poco +atendidas de particulares. Probablemente, si Francia y Espaa no +hubieran reclamado algo en balde para sbditos suyos, tal vez nunca +hubieran tenido la ocurrencia de favorecer en Mjico un partido +monrquico y un tanto aristocrtico y de ir all levantar el trono, +que pag ms tarde muy caro un prncipe egregio y bondadoso. Tampoco sin +reclamaciones hubiera habido guerra del Pacifico, ni bombardeo de +Valparaso y del Callao.</p> + +<p>Cuando la nacin de quien se reclama es dbil, sin duda que no hay +guerra, pero suele haber violencia y atropello. As, pocos aos ha (y +prescindo de todo disimulo diplomtico) Italia contra Colombia.</p> + +<p>Vase, pues, con cunta imparcialidad reconozco que apenas hay potencia, +incluso Espaa, que no adolezca de esta mana de reclamar exageradamente +en favor de sus sbditos, establecidos de paso, en pas extranjero, +aunque cristiano y civilizado como aquel de que son naturales. A mi ver, +sera bueno y provechoso decidir en el primer gran Congreso diplomtico +que haya,<a name="page_145" id="page_145"></a> que esa proteccin del sbdito en pas extranjero no la +ejerza ninguna potencia cristiana y culta, sino cuando dicho sbdito +vaya vivir un pas brbaro resida en l, y que, si reside en un +pas culto y cristiano, como el pas de que procede, se someta las +leyes, usos y costumbres del pas de su nueva residencia, sufra las +molestias y se exponga los peligros que all sufren que all se +exponen los dems, y reclame contra cualquier agravio dao, no por la +va diplomtica, sino por los medios y recursos que le preste la +legislacin del pas adonde voluntariamente ha ido.</p> + +<p>As se evitaran muchos males. As se evitara que, en ocasiones, en vez +de ser una ventura que venga un extranjero, con capital con +inteligencia con ambas cosas, un pas pobre y dbil, sea una +calamidad un ominoso preludio de vejmenes y sobresaltos, y as se +evitara que el extranjero que pasa de un pas dbil un pas fuerte +sea desatendido y acuda en balde, en cualquier reclamacin, su +legacin, su cnsul directamente su gobierno.</p> + +<p>Hasta hoy no se ha pensado en esta reforma del Derecho internacional, +que ligeramente dejo indicada. No clamo, pues, contra la costumbre +protectora. No protesto del uso, sino del abuso. Y lo que ms lamento es +que en los Estados Unidos se haya sutilizado y alambicado tanto el uso +el abuso, que no reclaman slo en favor de legtimos, castizos y nativos +anglo-americanos, sino en favor de cualquier cubano rebelde que<a name="page_146" id="page_146"></a> se va +la gran repblica huyendo de la autoridad espaola por delitos polticos +que su nueva patria adoptiva no considera como tales. Han procedido de +aqu muchas reclamaciones, que hemos satisfecho con longanimidad +lastimosa, por donde los rebeldes, al ver la proteccin triunfante que +se les otorga y la condescendencia con que Espaa la acepta y paga, +desdean Espaa y reciben alicientes y estmulos para rebelarse contra +ella.</p> + +<p>A despecho de tanta dificultad, entre las cuales, como se ve, cuentan +por algo las que los Estados Unidos nos suscitan, todava espera la +mayora de los espaoles, y yo con ella, que Cuba, por ahora, <i>no ha de +ser libre</i>, como el Sr. Clarence King ansa y propone. Esperemos que +Cuba siga siendo libre, pero espaola, como la metrpoli desea, pero +tenga por seguro el Sr. Clarence King que, si por desgracia y lo que +Dios no permita, se agotasen nuestros recursos y tuvisemos que +abandonar la gran Antilla, no hay espaol peninsular que suee por +espritu vengativo con que aquello se vuelva <i>yankee</i> <i>merienda de +negros</i>. Por cima del patriotismo y ms all del patriotismo, vive y +alienta en nosotros el amor de casta de raza. Ojal, primero, que Cuba +siga siendo espaola; pero si Cuba deja de serlo, ojal que sea pronto, +para gloria y satisfaccin de la antigua madre patria, una gran +repblica cultsima y floreciente. Entonces, Mximo Gmez, por ejemplo, + quien ahora fusilaramos ahorcaramos sin escrpulo y para cumplir<a name="page_147" id="page_147"></a> +con una penosa obligacin, brillara con aplauso nuestro, la altura de +los egregios libertadores; podra ponerse al nivel de Simn Bolvar y de +Jorge Washington y tener estatuas y monumentos como los que ellos +tienen. Lo malo es que bien se puede apostar uno contra mil que ese +estado de florecimiento y de grandeza no llegar para Cuba, ni en muchos +siglos, si prematuramente y con marcada y notoria ingratitud, lograra +separarse ahora de la metrpoli. Queden, pues, tranquilos los +anglo-americanos y los hispano-americanos, y no recelen, que ni Jorge +Washington ni Simn Bolvar le suscite el cielo el destino un rival +de gloria.</p> + +<p><a name="page_148" id="page_148"></a></p> + +<p><a name="page_149" id="page_149"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 428px;"> +<a href="images/illpg_149a.png"> +<img src="images/illpg_149a_sml.png" width="428" height="97" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="LOS_ESTADOS_UNIDOS_CONTRA_ESPANA" id="LOS_ESTADOS_UNIDOS_CONTRA_ESPANA"></a>LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA ESPAA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">DESDE que empez la funesta guerra de Cuba hasta el da de hoy, en medio +de los enormes disgustos y cuidados que nos afligen, algo hay que +celebrar, sirvindonos de consuelo y dndonos esperanza de un xito +dichoso.</p> + +<p>Celebremos pues, en primer lugar, el acendrado y generoso patriotismo +del pueblo espaol que, por una causa que no puede traernos provecho, +pero en la que est interesada la honra nacional, sufre con resignacin +y hasta con gusto los grandes sacrificios de sangre y de dinero que se +le han impuesto y que se le impondrn en lo futuro. Y celebremos adems, +prescindiendo de todo inters de partido, la enrgica y atinada +actividad con que el general Azcrraga, ministro de la Guerra, ha +logrado enviar la grande Antilla, con extraordinaria rapidez, los +hombres y los recursos que all se requieren, para que la rebelin pueda +ser sofocada.<a name="page_150" id="page_150"></a></p> + +<p>Poco propicia ha sido hasta ahora la fortuna nuestros generales, +cuando consideramos la magnitud de los medios que la nacin y su +Gobierno les suministran; pero Espaa no debe ni puede censurarlos, +antes conviene que los elogie y aun los bendiga porque no desesperan de +la salud de la patria.</p> + +<p>De un general pueden exigirse valor, serenidad, autoridad y pericia en +las cosas militares. Lo que no puede exigirse, no siendo lcito culpar +nadie de que le falte, es aquella inspiracin maravillosa que el genio +de la guerra infunde veces en el alma de los grandes capitanes y por +cuya virtud obtienen triunfos que todas las ciencias blicas y las +estrategias ms profundas jams explican. En Gonzalo de Crdoba y en +Hernn Corts, por ejemplo, hay un no s qu de sobrenatural que nos +pasma y con lo que sera delirio contar para todas las ocasiones.</p> + +<p>En la ocasin presente y desistiendo de exigir como obligacin como +deber las inspiraciones los milagros del genio, nuestros generales, +antes Martnez Campos y ahora Weyler, merecen aprobacin y aun aplauso. +Los justifica, sobre todo, la destreza del enemigo para rehuir el +combate, escapar la persecucin y escabullirse y esconderse. En la +gran extensin de la isla, en sus bosques y cinagas, en lo quebrado y +spero del terreno veces y en lo insalubre y mortfero de aquel clima +para los europeos, encuentran apoyo los insurrectos, y nuestros soldados +obstculos harto difciles de superar. Si recordamos<a name="page_151" id="page_151"></a> que en la primera +mitad de este siglo hubo en Andaluca foragidos como el Tempranillo, el +Chato de Benamej, el Cojo de Encinas Reales, Navarro y Caparrota, y que +teniendo cada cual una cuadrilla de diez doce hombres lo ms, en +campo raso, donde, si veces el terreno es quebrado, no hay selvas +tupidas ni lugares pantanosos, todava burlaron las persecuciones y se +sustrajeron durante largos aos las batidas que di el poder pblico +para cazarlos, no debemos extraar que, pesar de nuestro valeroso y +valiente ejrcito, recorran la isla Antonio Maceo, Mximo Gmez y otros +malhechores, con disfraz de patriotas, y que talen, incendien y saqueen +sin que se haya logrado an capturarlos imponerles el castigo que +merecen.</p> + +<p>La disculpa del poco xito alcanzado hasta ahora no puede tener +fundamento ms slido ni ms claro.</p> + +<p>En cambio son dignos de omnmodas alabanzas, singularmente en el general +Martnez Campos, el noble patriotismo y la suprema abnegacin con que +fu Cuba, exponindose en una lucha sin gloria la mengua la +prdida de su crdito, que ya no poda ser mayor. Y no menos alabanza +piden la lenidad, la dulzura y el espritu de conciliacin con que el +general Martnez Campos, durante todo el tiempo que ha mandado en la +isla, ha tratado los diferentes partidos polticos que en ella hay, +sin excluir los que llenos de imperdonable ingratitud hacia la +metrpoli y ciegos por ambicin por falso y torcido<a name="page_152" id="page_152"></a> amor al suelo +natal, anhelan y buscan la separacin de Cuba y de Espaa.</p> + +<p>A pesar de esta conducta circunspecta y humana del general Martnez +Campos, en nada desmentida hasta el da por su sucesor el general +Weyler, y pesar de que los insurrectos no tienen residencia fija ni +guarida permanente, sino que andan salto de mata, ms que como +soldados como ladrones, ha ocurrido lo que nadie sorprende, porque se +prevea; pero lo que toda persona honrada y juiciosa escandaliza y +aturde. El Senado anglo-americano, despus de larga discusin, en que +muchos de sus ms notables individuos se han desatado en grosersimas +injurias contra Espaa, ha estimulado y autorizado al presidente +Cleveland para que, en el momento que considere ms oportuno, declare la +beligerancia de los insurrectos.</p> + +<p>Dursimo, feroz es el ultraje que el Senado anglo-americano ha hecho +Espaa y que la Cmara de representantes de la misma Repblica casi por +unanimidad ha confirmado luego; pero aunque los peridicos ms +acreditados de la Pennsula miran con calma la ofensa que hemos recibido +y recomiendan al pueblo espaol prudencia y sufrimiento, todava quiero +yo, valga por lo que valga y hasta donde mi voz pueda ser oda, +recomendar prudencia y sufrimientos mayores.</p> + +<p>Es innegable que en la resolucin que se ha tomado y en los motivos que +se han alegado para tomarla se nos ha hecho el insulto ms sangriento<a name="page_153" id="page_153"></a> +que hacer se puede. Un sujeto cualquiera, medianamente celoso de su +honra, ofendido as por otro sujeto, quedara afrentado, humillado y +escarnecido si no pidiese y buscase la venganza en un duelo muerte. +Pero qu paridad hay entre lo que sucede y debe suceder cuando se trata +de particulares y lo que sucede y debe suceder entre dos potencias +soberanas?</p> + +<p>Los padrinos de los particulares desafiados, cumpliendo con las leyes +del honor y del duelo, no consienten que nadie ria en l con ventaja, +ni uno contra cuatro, ni con mejores ni ms poderosas armas ste que el +otro, sino que todo lo equilibran procurando la posible igualdad de +fuerzas de destreza y de probabilidades del triunfo. Muy bueno y +deseable sera que no hubiese rias sino paz entre los hombres; pero ya +que hay rias, es laudable y extraordinario progreso el desafo bien +ordenado entre particulares. Por el contrario, la guerra entre naciones, + pesar de cuanto han ganado los usos y costumbres, y pesar de los +decantados progresos del derecho de gentes, sigue siendo casi tan +desordenada y salvaje como en los tiempos antiguos, por ms que esto se +vele disimule con refinamientos hipcritas. Una nacin, aislada como +lo est Espaa, con menos de la cuarta parte de habitantes que tienen +los Estados Unidos y con muchsimos menos recursos pecuniarios para +comprar fabricar los costossimos medios de destruccin que hoy se +emplean, incurrira en un heroico delirio y cometera un acto de +inaudita<a name="page_154" id="page_154"></a> temeridad en provocar dichos Estados, pidindoles, con +sobrada energa, satisfaccin de una injuria, que, en mi sentir, se +puede por ahora disimular sin desdoro. Obvias son las razones que tengo +para aconsejar este prudente disimulo, por parte de los poderes +pblicos, se entiende, y quedando salvo la lengua y la pluma de cada +ciudadano espaol, para devolver con creces agravio por agravio y para +desahogarse hasta quedar satisfecho y pagado.</p> + +<p>Entiendo con esto que un desahogo particular, con el motivo de que vamos +tratando, es disculpable, aunque poco nada conduzca: pero +cualquiera manifestacin colectiva en ofensa y en odio de la gran +Repblica Norteamericana sera hoy por todos estilos perjudicial y +contraproducente, y nos quitara mucha parte de la razn, de que debemos +cargarnos. Veo, pues, con verdadero contento la circunspeccin y el +juicio con que casi todos los peridicos de Espaa aconsejan al pueblo +que se abstenga de tales manifestaciones, y la prudente energa con que +el Gobierno se apercibe prevenirlas reprimirlas.</p> + +<p>Pero yo an voy ms all en excitar al Gobierno la longanimidad y la +paciencia. Creo que el Gobierno no debe siquiera pedir por la va +diplomtica satisfaccin al gobierno de Washington por las groseras +injurias y calumnias que han lanzado contra Espaa varios senadores +desde el Capitolio de Washington.</p> + +<p>Hay que tener en cuenta que en aquella gran Repblica no suelen ser los +<i>politicians</i> las gentes<a name="page_155" id="page_155"></a> ms estimadas, mejor educadas y ms sensatas: +que por all no se guardan en las discusiones pblicas el mismo decoro y +la misma cortesa que en los Parlamentos europeos, y que en el estilo y +hasta en los modales se advierte cierta selvtica rudeza, por influjo +acaso del medio ambiente, por cierto atavismo, no transmitido por +generacin como el pecado original, sino por el aire que en aquellos +crculos polticos se respira. Cuando en los escaos de un Cuerpo +colegislador se masca tabaco, se colocan los pies ms altos que la +cabeza, y cada senador se entretiene con un cuchillito y un tarugo de +madera en llenar el suelo de virutas, no es de extraar que se digan y +se aplaudan las mayores ferocidades, como si oradores y oyentes +estuviesen tomados del vino.</p> + +<p>No prueba esto, ni mucho menos, que la mayora de aquella gran nacin +piense y sienta como sus apasionados <i>politicians</i>; antes es de esperar +que esa mayora, si con quejas violentas no la solevantamos nosotros y +no nos enajenamos su voluntad, proteste, al ver nuestra serenidad y +nuestra cordura, contra los agravios que los senadores nos han inferido +y d con su protesta el conveniente vigor y el indispensable apoyo al +presidente Sr. Cleveland, para que l proteste tambin sin que nosotros +lo pidamos lo exijamos y para que no se prevalga de la insinuacin y +del permiso con que le excitan y facultan reconocer la beligerancia.</p> + +<p>Claro est que el Gobierno espaol debe estar prevenido para todo +evento, sin que ninguno<a name="page_156" id="page_156"></a> por peligroso que sea, le sorprenda le +asuste; pero, al mismo tiempo, nos atrevemos recomendarle placidez y +calma.</p> + +<p>Aun suponiendo al Sr. Cleveland amigo de Espaa amigo al menos de la +justicia, no comprendo qu nos propondramos lograr si de oficio pidiera +satisfaccin nuestro Gobierno de las injurias que nos han dirigido los +senadores. Intilmente pondramos al Sr. Cleveland en el mayor apuro, ya +que l no tiene fuerza para castigar los senadores que se han +insolentado contra nosotros ni para moverlos que se retracten y canten +la palinodia. Lo ms que el Presidente podra hacer, sacrificando acaso +un poco de su popularidad indisponindose con los senadores para estar +fino y amable con nosotros, sera decir que deploraba que nos hubiesen +injuriado. Tal funcin de desagravios es tan triste y tan incompleta que +lo mejor es que no la haya. Lo mejor es que el Gobierno espaol no +aspire que el Sr. Cleveland declare que nos tiene algo modo de +lstima.</p> + +<p>En suma, pesar de las ofensas que se nos han hecho hasta ahora en el +Senado, y pesar de que yo doy por seguro que no han sido menores las +que se nos han hecho en el Congreso, yo creo que el Gobierno de la +nacin espaola no debe darse por entendido, ni considerarse herido de +semejantes ofensas, ni formular contra ellas en documento oficial la +queja ms mnima. Esta queja sera una confesin de que nos han tocado y +maltratado, sera poner la nacin espaola<a name="page_157" id="page_157"></a> al nivel de sus +detractores, sera confesar que los tiros de stos han subido muy alto y +han tenido fuerza para atravesar el escudo del soberano desprecio con +que Espaa debe desdearlos.</p> + +<p>Espaa, prescindiendo de la resolucin que en pos de los insultos puede +venir, arrastrndonos fatalmente una guerra sangrienta y ruinosa, y +considerando slo los insultos, conviene que los juzgue y condene con +las palabras mismas del gran poeta ingls: <i>Tales told by idiots, full +of sound and fury, signifying nothing.</i></p> + +<p>En los momentos difciles en que se halla en el da la nacin espaola, +es antipatritico todo espritu de oposicin contra el Gobierno. Debemos +desear que acierte, y para su acierto debemos coadyuvar en la medida de +nuestras fuerzas, sin poner el menor estorbo y sin apelar la censura +ni mostrar disgustos sino en casos extremos. A fin de no precipitar al +Gobierno un rompimiento prematuro con los Estados Unidos, lo primero +que importa comprender es que no se debe ligeramente pensar que el honor +de Espaa est ofendido y comprometido por aquello y en aquello por lo +que no puede estarlo. Vlganos una comparacin para aclarar este +concepto. Si un solo hombre se viese acometido por cuatro por ms +locos furiosos, mejor armados y con mayores medios de defensa y de +ofensa, y los cuatro le insultasen, y adems quisiesen con amenazas +intervenir en los negocios de l y hasta disponer y apoderarse de su +hacienda, el hombre as atacado lo primero que hara sera prescindir<a name="page_158" id="page_158"></a> +de los insultos y procurar pidiendo auxilio y por todos los medios +rechazar las injustas pretensiones y exigencias de sus poderosos +agresores. En ltimo resultado, si permaneciese solo y nadie acudiese en +su ayuda, lo noble y lo heroico sera combatir l solo contra los cuatro +hasta vencerlos morir; pero tambin sera delirio, y vanidad y +pundonor mal entendido el combatir solo y desde luego sin intentar que +alguien viniese en nombre de la equidad y de la justicia poner raya + su enemigo y evitar la desigual injusta contienda con que su +enemigo le amenazaba si no ceda se humillaba su capricho, su +soberbia y su codicia acaso.</p> + +<p>Quiero significar con esto que, mi ver, el Gobierno espaol, sin +dirigir la menor queja al de Washington, en lenguaje tan templado y +circunspecto como firme, en nota circular dirigida las principales +naciones de Europa, debe escribir una protesta contra la resolucin +tomada por el Senado y por el Congreso de los Estados Unidos, +demostrando con razonamientos y autoridades y citas que los mencionados +Cuerpos Colegisladores han infringido el derecho de gentes al declarar +beligerantes unos foragidos, han faltado las buenas relaciones de +amistad con Espaa fomentando y favoreciendo el espritu de rebelin de +algunos cubanos, y han desconocido la autonoma y soberana de Espaa +osando amenazarla con intervenir en sus interiores asuntos y excitndola + que se desprenda de gran parte de su territorio y de la poblacin que +hay<a name="page_159" id="page_159"></a> en l, lo cual es todo suyo legtimamente desde hace cuatro siglos.</p> + +<p>Yo no puedo creer que Francia, Inglaterra, Alemania y otras grandes +potencias de Europa dejen de darnos la razn: no se pongan de nuestro +lado fin de impedir que violentamente se nos veje y se nos quiera +despojar de lo que poseemos, amenazndonos con una guerra injusta y +harto poco gloriosa para el que con ella nos amenaza, confiado en la +descomunal superioridad de sus fuerzas en hombres y en dinero.</p> + +<p>Durante siglos Espaa ha demostrado su valor, y bien puede ahora, sin +recelar que la acusen de pusilnime, llegar al ltimo extremo de la +prudencia y de la cordura y pedir apoyo y favor contra un enemigo +reconocidamente ms fuerte que ella y que trata de abusar de su fuerza. +Asimismo es muy humano y muy conveniente la civilizacin evitar hasta +donde sea posible la efusin de sangre, los estragos, la paralizacin +del comercio y las grandes prdidas de riqueza que una guerra trae +consigo. Nadie nos podra zaherir por esquivar esta guerra, dejando +salvo nuestra independiente soberana y conservando, sin acudir las +armas y merced al apoyo de grandes potencias, la integridad de nuestro +territorio.</p> + +<p>Enorme desventura sera si despus de dar este paso nadie nos acudiese y +permanecisemos tan aislados como estamos ahora. Para entonces es para +cuando conviene tener nuestra energa como contenida y represada y +hacer<a name="page_160" id="page_160"></a> brioso alarde de ella con viril serenidad, arrostrando todos los +peligros, confiando en Dios y en nuestro derecho, y combatiendo solos +contra los Estados Unidos, aunque fuesen mil veces ms poderosos de lo +que son, sin desesperar del triunfo, sin hacerle pagar muy caro al +menos.</p> + +<p>Lo pasado ya no tiene remedio. De lo pasado no debiera hablarse si no +encerrara una leccin y un escarmiento para el porvenir.</p> + +<p>Menester es confesarlo. En el aislamiento de Espaa hay de nuestra parte +no pequea culpa. Cuantos gobiernos y cuantos partidos han estado en +Espaa en el poder, desde hace muchos aos, han propendido al +aislamiento, movidos por una prudencia mal entendida y por un concepto +equivocado y mezquino de la importancia y del valer de la nacin cuyos +destinos dirigan. Deberes hay que Espaa no puede desatender y hay +aspiraciones y propsitos que el alma de la nacin no puede ahogar en su +centro, aunque se esfuerce por ahogarlos. Son los deberes la +conservacin de las Antillas y de los archipilagos que poseemos en el +Pacfico. Nuestras aspiraciones, providencial fatalmente impuestas por +nuestra misma historia, estn en que nadie sin contar con nosotros +domine en Marruecos; en estrechar cada vez ms nuestras relaciones con +los portugueses; y en conservar, ya que los lazos polticos estn rotos, +la unidad de civilizacin, de idioma y de casta entre esta pennsula y +las que fueron sus colonias y hoy son repblicas independientes, +procurando y anhelando,<a name="page_161" id="page_161"></a> con poco menos ahinco inters que nuestra +prosperidad y auge los de las repblicas hispano-americanas, hacia las +cules nos inclina un orgullo paternal que no quisiramos ver abatido y +burlado.</p> + +<p>Con tales propsitos y miras, el retraimiento de Espaa es imposible: el +afn de sus gobernantes de no exponerla lanzndola en aventuras, la ha +expuesto ms dejndola sola. Hasta nuestro desmesurado proteccionismo ha +contribudo enajenarnos la voluntad entibiar al menos el afecto +que pudieran sentir por nosotros algunas potencias de primer orden. No +nos ha valido para estmulo el ejemplo de otras naciones, que buscando +alianzas y aventurando algo han alcanzado bienes que parecan +inasequibles y como delirios de un ensueo. As el Piamonte, vencido y +ruinosamente multado, despus de Novara, ha venido lograr lo que en +balde se pretenda desde hace siglos: la unidad de Italia, slo +momentneamente lograda bajo el cetro del rey brbaro Teodorico. +Austria, para tener apoyo y alianza, se ha unido en estrecha amistad con +los dos pueblos que ms la han agraviado: con los italianos, que han +conseguido arrebatarle el Milanesado y el Vneto, y con los prusianos, +que la vencieron y la despojaron de la hegemona en Alemania. Francia +misma, desechando antiguas enemistades, busca con fina y constante +solicitud la amistad de los rusos y los lisonjea y los encomia, poniendo +de moda hasta las rarezas y excentricidades de sus escritores. Tal vez +Espaa<a name="page_162" id="page_162"></a> sea la nica nacin que por el afn de no comprometerse ha +esquivado toda amistad y se ha quedado sola. Si sigue as, si nadie +acude sostenerla, escarmentar al verse en tan cruel abandono.</p> + +<p>Por fortuna, aun sin contar con alianzas que no hemos buscado y con +simpatas que no hemos procurado crear ni fomentar, todava nos queda +alguna esperanza de que las grandes potencias de Europa se pongan de +nuestro lado, vuelvan por nosotros y hagan respetar nuestro derecho. +Sera extrao que sufriese en silencio el presuntuoso descaro con que +los diputados y senadores <i>yankees</i> se constituyen en tribunal del +humano linaje, en hierofantes de la filantropa y la cultura, reprobando +y anatematizando la conducta de una nacin soberana en su gobierno +interior, sometindola su fallo y tratando de imponerle castigos +infamantes, de desmembrarla su antojo y de despojarla de parte de sus +bienes. Todava es ms odiosa y ridcula esta pretensin al notar que se +apoya en la necia doctrina de Monroe. Qu significa racionalmente que +Amrica ha de ser para los americanos? Dnde estn los americanos +quienes Amrica en todo caso pertenece? Los que han dejado vivos los +<i>yankees</i> estn acorralados como toros bravos en una dehesa como +jabales en un coto. Fuera de esto, Amrica es y seguir siendo, durante +muchos siglos, de los europeos. La religin, la ciencia, la cultura, los +idiomas en que se habla y se escribe, todo es all de Europa. Si ha +habido<a name="page_163" id="page_163"></a> all algunos historiadores ilustres, algunos poetas inspirados, +y tal cual mediano pensador, en ingls, en portugus en espaol han +escrito; si algo han inventado, no ha sido lo bastante, ni para torcer +el rumbo, ni para acelerar el paso y aumentar el vigor y la firmeza con +que la humanidad sigue su marcha progresiva elevndose superiores +esferas. Todo cuanto los <i>yankees</i> han pensado, inventado escrito, +podr ser un brillante apndice; pero no es ms que un apndice de la +civilizacin inglesa. Ser una cola muy lucida, pero no es ms que la +cola. El ncleo, el foco, el centro luminoso, el primer mvil, cuanto +ilumina y mueve an la humanidad en su camino, est en Europa y no ha +pasado Amrica ni es de temer que pase. La antorcha del saber y de la +inteligencia, la frula del magisterio, el timn de la nave, el cetro de +la soberana mental estn en Europa desde hace tres mil aos.</p> + +<p>Ni los persas, ni los cartagineses, ni los rabes, ni los trtaros, ni +los turcos, lograron arrebatrnoslos en sus ingentes y tremendas +expansiones. Es, pues, cosa de risa el prurito de los <i>yankees</i>, su mal +disimulado deseo de arrebatrnoslos ahora. Y si no pretenden esto, si no +aspiran sino un nuevo divorcio entre ambos hemisferios qu significa +la doctrina de Monroe? Todava en las Repblicas hispano-americanas, si +la suerte les hubiera sido ms favorable y si no estuvieran tan +abatidas, la doctrina de Monroe tendra explicacin, tendra fundamento +justificado. All hay un elemento indgena: all hay americanos de +verdad.<a name="page_164" id="page_164"></a> Hasta de la mezcla de la sangre espaola con la sangre india, +se podra suponer que ha nacido y que se desenvolver una raza distinta +y acaso superior la europea. Pero en los Estados Unidos hay algo ms +que el suelo que sea americano? Qu significa pues la manoseada frase +para los americanos Amrica? Con qu razn, con qu derecho, no ser +por la fuerza cuando la tengan, tratarn los <i>yankees</i> de echar de +Amrica primero Espaa, y despus Inglaterra, Francia, Holanda y + Dinamarca, que son tan americanas como los <i>yankees</i> y han merecido y +merecen ms aplauso y gratitud de Amrica, porque la han colonizado, +civilizado y cristianizado, implantando en ella todo el saber, toda la +virtud y todos los grmenes de poder y de grandeza de que los <i>yankees</i> +andan ahora tan orgullosos?</p> + +<p>Al redactar este escrito me dejo llevar por un impulso involuntario, +reconociendo lo poco que importa mi protesta y lo dbil que es este +alarde de patriotismo al lado de los que hacen y seguirn haciendo +muchos generosos y nobles espaoles, como, por ejemplo, los que residen +en Mjico, y en la Pennsula el sabio Obispo de Oviedo y el noble +Marqus de Comillas. Avergonzado por ellos de mi insignificancia, he +vacilado, durante algunos das, en dar la estampa este escrito.</p> + +<p>Igualmente me han hecho vacilar el respeto y el afecto que profeso an +la nacin anglo-americana, pesar de las injurias de que sus +representantes<a name="page_165" id="page_165"></a> nos han colmado, porque yo no quisiera por ningn +estilo, al devolver dichos representantes agravio por agravio, que +alguien imaginase que yo trataba de ofender su nacin aunque por ser +nosotros calumniados y engaada ella por vulgares prejuicios que han +difundido y difunden rastreros escritores, estuvisemos empeados en una +lucha que no tiene razn de ser. Estos rastreros escritores se han +complacido en pintarnos los ojos del vulgo de sus compatricios como +una nacin de fanticos y de malvados. Casi les hacen creer que tenemos +Inquisicin todava y que hemos asesinado jurdicamente, cuando la +tuvimos, centenares y centenares de hombres. Se han callado muy bien, +por mala fe por ignorancia, que en cualquiera de las naciones ms +cultas y urbanas de Europa, y sin tener Inquisicin, se han cometido ms +crueldades, se han elevado ms cadalsos, se han encendido ms hogueras, +y ha hecho ms vctimas que en Espaa la supersticin religiosa. En +Inglaterra, metrpoli de los Estados Unidos, cuentan autores ingleses +sobre treinta mil brujos y brujas ajusticiados; vctimas del fanatismo +han perecido all reyes y reinas, y mrtires tan gloriosos como Toms +Moro.</p> + +<p>Lutero, Calvino y Knox slo pedan libertad religiosa cuando estaban en +minora. En Escocia an se quemaban brujas en el siglo pasado. Y en los +mismos Estados Unidos, slo en Salem (Massachusetts), se han cometido +ms atrocidades y asesinatos jurdicos, nicamente causa de la<a name="page_166" id="page_166"></a> +brujera, que por causa pretexto de religin cometi el Santo Oficio +en toda la Amrica entonces espaola desde Texas y California hasta el +estrecho de Magallanes.</p> + +<p>Yo no creo que los mulatos rebeldes y los negros cimarrones de Cuba +despierten profundas simpatas en el alma de los legisladores <i>yankees</i>, +ni que les den esperanza de que, declarados ya independientes, formen +una Repblica superior la de Hati, y contribuyan ms que nosotros al +progreso y al bienestar del linaje humano y al florecimiento y auge de +la agricultura, de la industria y del comercio. Para m, pues, es +evidente que no por amor de ellos, sino por odio nosotros, ambas +Asambleas de la Unin los protegen. Y este odio, que deploro, es el que +yo quisiera ver disipado. Tengo por innegable que en ningn corazn +espaol, pesar de los ultrajes recibidos, existe tal odio. Sin l, y +slo por necesidad, iremos la pelea, si se nos acosa: si se nos pone, +como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared. Doloroso ser +entonces tener que pelear contra un pueblo, en quien no podemos menos de +admirar excelentes prendas y elevados impulsos, enteramente contrarios +los que le exciten esta injusta contienda.</p> + +<p>Lo que yo admiro ms en los Estados Unidos, hasta por el candor juvenil +y casi infantil del sentimiento, es su prurito de acometer portentosas y +difciles empresas y de ver si logran sobrepujar en todo los europeos. +Hay en Europa casas de siete pisos, pues los <i>yankees</i> las construyen<a name="page_167" id="page_167"></a> +de catorce; hay en Europa monumentos altsimos, pues los <i>yankees</i> los +construyen cincuenta codos ms altos; hay en Europa regios alczares, +cuya base se extiende sobre centenares de metros cuadrados, pues los +<i>yankees</i> harn que se extiendan sobre millares de metros cuadrados sus +alczares republicanos. Todo en Amrica ha de ser ms alto y ms grande +que en Europa. No est, por consiguiente, en contradiccin con este +empeo de superioridad; con el <i>Excelsior</i>, tan hermosamente cantado por +un poeta <i>yankee</i> y tomado como lema y santo y sea de su nacin, el +querer intimidar con amenazas y fieros una nacin que se cree dbil, +para fomentar la rebelin de gente quien no es posible que se estime y +para atropellar legtimos derechos? El mismo Presidente Cleveland y todo +el pueblo anglo-americano debieran protestar, sin que nadie abogase por +nosotros, contra los arrebatos violentos y ciegos de que se han dejado +llevar sus Cuerpos Colegisladores.</p> + +<p>Hubo en los Estados Unidos, y hay an, porque supongo que vive, un +cierto coronel Ingersoll que quiso, en su especialidad, como otros +compatriotas suyos, ir ms all que todos los europeos. Era su +especialidad un terrible aborrecimiento Dios y un decidido empeo de +expulsarle del universo, fin que libre del despotismo divino fuese ms +dichoso el humano linaje. Para esta expulsin de Dios alegaba el coronel +la crueldad con que Dios castiga en el infierno los pecadores. Deca +l que si su mujer, un to suyo <a name="page_168" id="page_168"></a> cualquiera de sus camaradas, +estuviese sufriendo las penas eternas, y l estuviese en el cielo, le +dira Dios cuatro frescas y se ira tambin al infierno con su gente. +Pero esto se me ocurre objetar: no sera mejor y ms prudente en vez +de pelearse con Dios, insultarle y llamarle tirano, creer que es bueno y +hasta que todo eso de las penas eternas puede ser una calumnia que le +han levantado Dios en las Edades Tenebrosas, como el coronel Ingersoll +las llama? Pues aplquese el cuento al caso presente, y en vez de querer +arrojarnos de Cuba y de insultarnos por lo crueles que somos, +reconzcase y confisese que no hay tal crueldad de nuestra parte, sino +exagerada blandura con los mambises depredadores incendiarios. Esto +sera lo razonable y lo justo: que el coronel Ingersoll dejase Dios en +paz en el cielo y se contentase con poner las peras cuarto Moiss y +con demostrar que no supo tanta qumica y tanta geologa como l sabe, y +que sus compatricios nos dejasen nosotros en paz en Cuba, reconociendo +que la hemos de cuidar mejor que los insurrectos si llegan ser +independientes, aunque no acertemos hacer de Cuba el Paraso que +haran de ella los <i>yankees</i>, ms sabios que nosotros en artes mecnicas +y mejor iluminados y obsesos por los genios del comercio y de la +industria.</p> + +<p>En suma, yo tengo cierta vaga esperanza, y pido fervorosamente al cielo +que se realice, de que las grandes potencias de Europa, que forman +tcita confederacin para dirigir y ordenar<a name="page_169" id="page_169"></a> la marcha civilizadora de +nuestra especie, no contemplen con indiferencia la atroz iniquidad de +que pretenden las Cmaras anglo-americanas hacernos blanco y objeto. +Hasta confo an en que la masa del pueblo de la Unin vuelva en s, +retroceda del camino por que quieren lanzarla, se llene de honrados +escrpulos, y vea y note cuanto hay de cobarde, de run y alevoso, en +querer aprovecharse para humillarnos de nuestra verdadera aparente +postracin y de los disturbios que nos abruman. Yo no me atrevo creer +que ese pueblo, hoy en toda la lozana, crecimiento y vigor de su +mocedad, pretenda lucirse haciendo el feo papel de sacudir la coz del +asno contra el len que juzga moribundo. Por todo esto, es tan posible +como deseable que el conflicto que se ha promovido no acabe por +estallar, con horroroso estrago, como bomba de dinamita, sino que se +quiebre y se desvanezca en el aire como tnue bola de jabn y de agua.</p> + +<p>En vista de lo que queda expuesto, apenas es creble que Inglaterra, +Francia y las dems naciones de Europa que en Amrica tienen colonias se +crucen de brazos, y slo por la culpa de que somos dbiles, de que +consideran que somos dbiles, dejen sin chistar y sin mostrar el menor +enojo que los Estados Unidos nos insulten, nos vejen y nos despojen.</p> + +<p>Pongmonos, sin embargo, en lo peor. Demos ya por seguro que nadie acude + nuestro lado y que sin freno que los contenga, los <i>yankees</i> persisten +en sus exigencias y en su furia.<a name="page_170" id="page_170"></a> Aun as, yo afirmo que debemos +pasarnos de modestos, de pacficos y de prudentes. El lmite de nuestro +sufrimiento debe ser el ltimo lmite. El Gobierno espaol, con paternal +cuidado y amoroso desvelo, debe evitar cuanto sea posible los crueles +sacrificios de vidas y de haciendas que una guerra desigual nos +obligue; pero llegados ya al ltimo lmite, nos conviene entender que es +consejo y no precepto evanglico aquello de que: si te piden la capa da +tambin la tnica. No, no debemos dar ni tnica ni capa; no debemos +entregar la codicia la soberbia de los <i>yankees</i> ni un palmo de +terreno en la isla de Cuba; ni debemos tampoco continuar pagndoles +tributos como por virtud de injustas y arbitrarias reclamaciones de +indemnizacin nos los han hecho pagar durante muchos aos, humillndonos +al pagarlos. Antes de sufrir tanto oprobio y tan honda cada, +desvanecidas ya todas las esperanzas de paz honrosa, declaremos la +guerra los Estados Unidos, hagmosla con valor, y aunque nuestro +triunfo definitivo parezca milagro, confiemos y creamos en que la era de +los milagros no pas todava.</p> + +<p>Quin sabe si el sacudimiento terrible que tendr que producir esta +guerra no ser una crisis saludable que nos levante de la postracin en +que estamos y nos coloque de nuevo entr las grandes naciones del mundo? +Unidos todos en un esfuerzo comn, olvidaremos nuestras divisiones de +partidos, nuestras rencillas polticas y nuestros desventurados +regionalismos. No<a name="page_171" id="page_171"></a> seremos republicanos, ni carlistas; canovistas, ni +sagastinos; pero seremos ministeriales todos; y no nos jactaremos de ser +aragoneses, catalanes, castellanos vascos, porque todos seremos +espaoles.</p> + +<p>Nuestro ejrcito, lejos de lamentar la guerra, se alegrar de que, +merced la guerra, podr luchar con alguien que d la cara, que no sean +foragidos que huyen y se esconden, y en cuyo vencimiento se puede +alcanzar alguna gloria. Nuestros generales, por ltimo, se alegrarn ms +an, porque tendrn ocasin de mostrar lo que valen, en vez de jugar al +escondite con enemigos que se ocultan y de sacrificar sus soldados, no +por exponerlos las balas de esos enemigos y sus celadas y sorpresas, +sino por las inclemencias y las fiebres de un clima mortfero para +ellos.</p> + +<p>Aunque soy optimista, aunque no pierdo nunca la esperanza, aunque creo +que ahora tienen los espaoles el mismo gran ser que tuvieron fines +del siglo <span class="smcap">XV</span> y durante todo el siglo <span class="smcap">XVI</span>, cuando fu el apogeo de su +gloria, si bien no temo la guerra, tampoco la deseo. No tienen la culpa +los ciudadanos de los Estados Unidos en general de la soberbia +disparatada, de la ignorancia y de la codicia de sus representantes y de +sus senadores. Y yo, sin poderlo remediar, no excluyo de mi amor por el +linaje humano al pueblo de los Estados Unidos, donde hubo y hay hombres +y cosas que me son simpticos: elegantes inspirados poetas como +Longfellow,<a name="page_172" id="page_172"></a> Russel-Lowell y Whitier; algunos pensadores, si poco +originales, discretos ingeniosos como Emerson, imitador de Toms +Carlysle; varios historiadores, aunque poco profundos, amenos y +agradables de leer, salvo cuando tratan de sus propios asuntos, porque +entonces suelen ser ms pesados que el plomo; varios divertidos +novelistas, y sobre todo, hombres de tan aguda inventiva que ya brillan +como Edison, empleando la electricidad en no pocos tiles y pasmosos +artificios, ya producen la mquina de coser, que siempre que la +contemplo me deja embobado. Yo admiro adems la belleza, el talento y la +refinada cultura de las mujeres anglo-americanas, las cuales son la ms +preciosa y segura garanta de que si se llevase su prctica huraa la +doctrina de Monroe y se volviese establecer el divorcio entre el +antiguo y el nuevo mundo, no volveran los habitadores del ltimo +andar vestidos de plumas y de pieles, sacrificar seres humanos los +dolos y comerse unos otros. Yo admiro el salto del Nigara, la +riqueza y prosperidad de los Estados Unidos, la magnificencia y +esplendor de sus grandes ciudades, como Nueva York, Boston y Filadelfia; +la facilidad y comodidad con que por all se viaja en ferrocarril, y lo +amables y hospitalarios que son los <i>yankees</i> con los extranjeros cuando +el amor propio no los ciega y cuando no se les pone en la cabeza que los +extranjeros les son muy inferiores, porque entonces suelen ser harto +poco amorosos y son muy desprovistos de caridad.<a name="page_173" id="page_173"></a> Dganlo si no los +pobres chinos, harto duramente zurrados porque trabajan por muy corto +salario. Para no cansar, lo que es yo, pesar de los insultos que nos +han inferido, celebrara en el alma que nos reconcilisemos, nos +estimsemos en ms, y acabsemos por querernos bien en vez de venir +las manos.</p> + +<p>Pero si esto no es decorosamente posible qu le hemos de hacer? Pecho +al agua y adelante. No hay mal que por bien no venga. Casi estoy por +decir que de todos modos saldremos gananciosos. Si somos vencidos, +perderemos pronto Cuba sin aburrirnos y cansarnos durante tres +cuatro aos en perseguir nuestros enemigos trashumantes, contra los +cuales, en vez de enviar soldados, debiramos enviar perros y hurones. Y +si salimos vencedores, que todo es posible con el favor del cielo, donde +an conserva y cuida Santiago su caballo blanco y sus armas, entonces se +corregirn muchsimo los <i>yankees</i>, porque se les bajar el orgullo que +es su mayor falta; y yo, aunque estoy abrumado por las enfermedades y +los aos, me regocijar al contemplar los <i>yankees</i> ms apacibles y +benignos, menos duros insolentes con nosotros, renegando de su +tontera de doctrina de Monroe, y alargndonos sin rencor y como Dios +manda la mano de amigos.</p> + +<p>Entonces cantara yo un magnfico <i>Te Deum</i> all en el fondo de mi alma, +y exclamara remedando al viejo Simen: <i>Nunc dimittis servum tuum +Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei salutare +tuum</i>.</p> + +<p><a name="page_174" id="page_174"></a></p> + +<p><a name="page_175" id="page_175"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 414px;"> +<a href="images/illpg_175a.png"> +<img src="images/illpg_175a_sml.png" width="414" height="99" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="QUEJAS_DE_LOS_REBELDES_DE_CUBA" id="QUEJAS_DE_LOS_REBELDES_DE_CUBA"></a>QUEJAS DE LOS REBELDES<br /> +DE CUBA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">DON Rafael Mara Merchn es uno de los escritores de ms saber y talento +que hay en el da en la Amrica espaola. No he de negarle yo esta +alabanza, porque l sea tan descastado y tan acrrimo enemigo.</p> + +<p>Aos h, me envi un libro suyo titulado <i>Estudios crticos</i>. Yo le +celebr en mis <i>Cartas americanas</i>. Despus creo que tuvimos cierta +polmica y que el Sr. Merchn escribi un folleto contra varias de mis +afirmaciones.</p> + +<p>Desde entonces hasta hoy, ni yo he hablado al pblico del Sr. Merchn, +ni supongo que l ha hablado de m; pero ni yo le he olvidado ni l me +ha olvidado tampoco. Para probarlo me acaba de hacer la fineza, que le +agradezco, de remitirme desde Bogot, donde reside, la obra reciente, de +250 pginas, titulada: <i>Cuba. Justificacin de su guerra de +independencia</i>.<a name="page_176" id="page_176"></a></p> + +<p>La obra es curiossima y tan llena de inters en la actualidad, que bien +merece se d noticia de ella. Voy, pues, hacerlo, si <i>El Liberal</i>, +hospitalaria y bondadosamente, inserta mi escrito en sus pginas de tan +popular y difundida lectura.</p> + +<p>Tan enfurecido est el Sr. Merchn contra Espaa y tan deseoso de +sacudir su yugo, que con tal de que sea libre Cuba, aplaude los que +incendian sus sembrados y plantos y arrasan sus cortijadas indefensas, +lamentando slo que no hayan podido hasta ahora incendiar tambin sus +ciudades y convertir toda la isla en espantoso yermo. Para hacer +patentes la heroicidad, el primor y la conveniencia de tamaa +destruccin, aduce el Sr. Merchn multitud de ejemplos histricos, desde +Sagunto y Numancia hasta la fecha. Y para dar ms vigor su apologa, +cita una octava de la <i>Lamentacin de Byron</i>, de Nez de Arce, donde el +poeta aconseja los griegos que talen incendien y lo conviertan todo +en ruinas con tal de libertarse de los turcos. Hay, sin embargo, una +distincin que hacer, y de no pequea importancia. Los griegos iban +contra los turcos, gente de muy distinta raza, civilizacin y creencias +religiosas; y los griegos, cuya historia es gloriossima y antigua, como +del pueblo iniciador de la cultura humana, creador del arte, de las +letras y de las ciencias de Europa, trataban de romper las cadenas con +que los humillaba otro pueblo, rudo y brbaro, venido del Norte del +Asia, y de harto menos nobles historia y origen.<a name="page_177" id="page_177"></a> Qu tiene que ver +esto con los espaoles y los cubanos, ya que los ltimos, si no son +espaoles negros, no son nada? En el porvenir podrn ser todo lo que +anhelen y sueen: por el invencible amor mi raza deseo yo que sus +sueos no sean absurdos, sino que se realicen; pero lo que es ahora, +no son nada, son espaoles, son negros. Hay adems otra notable +diferencia, que se apoya en el dicho vulgar de que cada uno hace de su +capa un sayo. Hericos, sublimes, son el desprendimiento y el sacrificio +de los que destruyen su propia hacienda, como hicieron los numantinos; +pero cuando alguien destruye quema lo que no le pertenece se queda +con ello sin quemarlo ni destruirlo, no tiene traza de hroe, sino de +bandido.</p> + +<p>Veamos ahora los argumentos de que se vale el Sr. Merchn y la multitud +de crmenes que atribuye los espaoles peninsulares para justificar y +aun glorificar los rebeldes de Cuba y para calificar de +indispensables, de nobilsimas y de santas sus fechoras.</p> + +<p>Hablar primero de las acusaciones ms generales y vagas que lanza +contra nosotros el seor Merchn, y pasar luego las ms concretas.</p> + +<p>Segn l, todo espaol que va Amrica podr conseguir cuanto desee, +menos una cosa: tener hijos espaoles. Si fuese verdadera la afirmacin, +que por dicha no lo es, toda la malquerencia, todo el odio y todo el +desdn que supone el Sr. Merchn que los espaoles peninsulares tenemos + los espaoles criollos, estaran,<a name="page_178" id="page_178"></a> hasta cierto punto, fundados. Don +Marcelino Menndez y Pelayo hubiera podido entonces decir sin rencor, +hablando de Amrica, en su obra titulada <i>Ciencia espaola, que la +ingratitud y la deslealtad son fruta propia de aquella tierra</i>. El mismo +Sr. Merchn da la prueba de tan aventurado aserto cuando asegura que no +hay espaol que pueda engendrar en Amrica un hijo que no reniegue de su +casta y que no se rebele contra la nacin que pertenece. Por dicha el +Sr. Merchn se equivoca, y tambin se equivoc el seor Menndez y +Pelayo, y yo lo reconozco, aunque disculpo la ltima equivocacin, +enmendada ya. El Sr. Menndez incurri en ella siendo muy joven +inexperto todava.</p> + +<p>Por parte de los espaoles peninsulares no hay odio, ni desdn, ni +sombra de enojo contra los hispano-americanos. Ni uno solo de los casos +que aduce el Sr. Merchn tienen el menor valor.</p> + +<p>Don Antonio de Trueba, al apellidar Bolvar <i>El Libertador</i>, dice: +Nombre que uso por cuenta ajena y no en manera alguna por la propia. Y +yo afirmo que, sin desdn ni odio, el Sr. Trueba hizo muy bien en no +llamar por su cuenta <i>Libertador</i> Bolvar. Los espaoles peninsulares, +sin menospreciarnos ni ofendernos, podremos llamar Bolvar gran +capitn, hroe, eminente poltico, ilustre y valeroso personaje; en +suma, todo lo que se quiera menos <i>Libertador</i>, porque esto sera +confesar y creer lo que no creemos; que nosotros somos unos tiranos +incuos de quienes conviene libertarse.<a name="page_179" id="page_179"></a></p> + +<p>La seora doa Soledad Acosta de Samper fu en Espaa tan obsequiada y +celebrada como ella se merece; pero, no contenta con esto, todava se +queja (en su <i>Viaje Espaa</i>) de que no pongamos por las nubes +Bolvar, y de que no nos entusiasmemos con l. Pues si Bolvar nos +venci, cmo quiere la seora doa Soledad que nos entusiasmemos? No +hay hasta crueldad en exigirnos semejante entusiasmo y abnegacin tan +dolorosa? Fuera de esta cruda mortificacin de amor propio que el Sr. +Merchn y la seora doa Soledad Acosta pretenden imponernos para probar +que los amamos, yo aseguro que siempre hemos dado los +hispano-americanos las mayores pruebas de estimacin y de cario. Y esto +desde los tiempos ms antiguos hasta el da de hoy. Americano era +Alarcn, y no hay espaol que no le cuente entre nuestros grandes y +gloriosos poetas dramticos; casi, y tal vez sin casi, al nivel de Lope, +de Caldern y de Tirso. Americana era doa Gertrudis Gmez de +Avellaneda, y figura en Espaa como la primera de nuestras poetisas +lricas desde que empez escribirse en lengua espaola hasta el da. Y +la poetisa que la sigue, y que tendramos por la primera, si la +Avellaneda no hubiera nacido, es sor Juana Ins de la Cruz, tambin +americana.</p> + +<p>No perjudic ni estorb su calidad de americanos ni Gorostiza, ni +Ventura de la Vega, ni Rafael Mara Baralt, ni Jos Heriberto Garca +de Quevedo, para ser entre nosotros altamente encomiados, aplaudidos y +honrados con<a name="page_180" id="page_180"></a> puestos y cargos importantes. Por eminentes hombres de +Estado y popularisimos caudillos han pasado en Espaa otros varones +ilustres, nacidos tambin en Amrica. Valga para ejemplo el marqus del +Duero.</p> + +<p>Cuantos personajes se han distinguido en la Amrica espaola por su +saber, por su ingenio, por sus hazaas, desde que la Amrica espaola +se declar independiente, han sido en Espaa tan celebrados y queridos +como en la Repblica misma donde ellos nacieron. As D. Andrs Bello, +quien admiramos como fillogo y como autor de Derecho internacional, y +cuyos hermosos y elegantes versos nos sabemos de memoria; y as D. +Rufino Cuervo, cuyo Diccionario calificamos de trabajo maravilloso. No +nos duele, sino que nos encantamos y nos ufanamos en poder admirar con +fundamento las poesas de ambos Caros, de Mrmol, de Andrade, de +Obligado, de Restrepo, de Oyuela, de Ruben Daro y de algunos otros.</p> + +<p>El buen gusto y la justicia no consienten que nuestra admiracin se +difunda mucho ms. Y, francamente, nos parece hasta cmica la censura +dirigida contra la <i>Antologa de poetas hispano-americanos</i> del Sr. +Menndez y Pelayo, porque no incluya en ella, desdendolos, no s +cuntos poetas de primera magnitud. Imposible parece que el Sr. Menndez +y Pelayo, que es tan erudito, no tuviese la menor noticia de esos +grandes poetas. Y si los conoca, es inverosmil que no insertase en su +coleccin ninguna de sus obras,<a name="page_181" id="page_181"></a> cuando ha insertado en ellas, con +indulgencia pasmosa, tantsimo verso insignificante y menos que mediano. +El empeo de agradar nuestros hermanos de Amrica y el afn de mostrar +que sabe mucho, disculpan al Sr. Menndez y Pelayo; pero, hablando con +franqueza, su <i>Antologa</i> hubiera valido ms, si en vez de constar de +cuatro gruesos tomos hubiera constado slo de dos, y aun de uno: su +<i>Antologa</i> se asemeja los libros profticos que la Sibila de Cumas +vendi Tarquino el Antiguo. Primero eran nueve y Tarquino no los quiso +comprar; luego la Sibila los redujo seis, y Tarquino no los compr +tampoco; y por ltimo, la Sibila los redujo tres y pidi por ellos +tres veces ms de lo que por los nueve haba pedido. Tarquino los compr +entonces. Y es de suponer que si la Sibila los hubiera reducido uno +solo, Tarquino hubiera dado por l ms dinero. <i>Mutatis mutandis</i> lo +propio puede decirse de la <i>Antologa</i> del Sr. Menndez y Pelayo.</p> + +<p>En lo expuesto hasta aqu, no creo yo que haya razn suficiente para que +los rebeldes de Cuba nos hagan la guerra sangre y fuego, ponindonos +en idntica situacin en que Dionisio, tirano de Siracusa, puso un +filsofo crtico que haba en su corte. Como el filsofo no gust de los +versos del tirano, ste le trat muy mal; se apiad luego de l y le +sac del calabozo en que le tena encerrado; le ley, por ltimo, otros +versos suyos, y entonces dijo el filsofo: que me vuelvan encerrar en +el calabozo. Aplquese el<a name="page_182" id="page_182"></a> cuento y conste que si la guerra civil +cubana, cuya terminacin fervorosamente deseamos, hubiese de terminar +aplaudiendo nosotros muchos versos de por all, un involuntario +indomable espritu crtico nos forzara exclamar: que nos vuelvan al +calabozo; que siga la guerra; <i>signa canant</i>, suenen las trompetas, como +dijo Augusto Fulvia cuando le amenaz con la guerra civil, si +amorosamente no se le renda.</p> + +<p>Basta ya por hoy. Otro da hablar de otras razones menos disparatadas +que alega el seor Merchn en favor de la guerra de Cuba.</p> + +<h4>II</h4> + +<p>Ciencia exacta es la estadstica. Yo no lo niego. Lo nico que me +atrever decir es que siempre que de estadstica se trata, acude mi +memoria este cuentecillo.</p> + +<p>De vuelta su lugar cierto joven estudiante, muy atiborrado de doctrina +y con el entendimiento ms aguzado que punta de lezna, quiso lucirse +mientras almorzaba con su padre y su madre. De un par de huevos pasados +por agua, que haba en un plato, escondi uno con ligereza. Luego +pregunt su padre.—Cuntos huevos hay en el plato?—El padre +contest:—Uno. El estudiante puso en el plato el otro, que tenia en la +mano, diciendo:—Y ahora, cuntos hay?—El padre volvi +contestar:—Dos.—Pues entonces—replic el estudiante—dos que hay +ahora<a name="page_183" id="page_183"></a> y uno que haba, antes, suman tres. Luego son tres huevos los que +hay en el plato. El padre se maravill mucho del saber de su hijo, se +qued atortolado y no atin desenredarse del sofisma. El sentido de la +vista le persuada de que all no haba ms que dos huevos; pero la +dialctica especulativa y profunda le inclinaba afirmar que haba +tres. La madre decidi al fin la cuestin prcticamente. Puso un huevo +en el plato de su marido para que se le comiera: tom otro huevo para +ella, y dijo su sabio vastago:—El tercero, cmetele t.</p> + +<p>Tercer huevo es casi siempre el <i>supervit</i> de los presupuestos y no +corta porcin de las rentas y recursos de los particulares y de los +Estados.</p> + +<p>Traigo esto al propsito de que recibamos con escepticismo prudente +todos los datos estadsticos que el Sr. Merchn presenta para demostrar +cunto produce Espaa la isla de Cuba.</p> + +<p>Segn muchos polticos y estadistas espaoles, entre los cuales cita el +Sr. Merchn D. Francisco Silvela, en un discurso que pronunci en el +Congreso el 12 de Febrero del ao pasado, Cuba, desde hace tiempo, es +una carga para Espaa.</p> + +<p>Contra esto se encoleriza extraordinariamente el Sr. Merchn y siente +herida su vanidad de cubano. Segn l, Cuba nos produce tanto, que el +da en que la perdamos, casi todos los espaoles nos moriremos de hambre + poco menos. Por inters y no por punto de honra, anhelamos, pues, +conservar Cuba. El Sr. Merchn no quiere<a name="page_184" id="page_184"></a> comprender no comprende, +que, hasta prescindiendo del inters y del punto de honra, la +conservacin de la grande Antilla nos importa mucho. Su prdida no +podra menos de dolernos, como duele cualquiera que le saquen una +muela picada, aunque la muela para nada le sirva. De aqu que tratemos +de empastarla de orificarla, y procuremos resistir los <i>sacamuelas</i> +de los Estados Unidos, que desean su extraccin y tienen ya preparado el +gatillo.</p> + +<p>Pero vamos la estadstica del Sr. Merchn.</p> + +<p>Confiesa que, desde 1868, no vienen Espaa sobrantes de Ultramar. Los +insurrectos de Yara, dice con jbilo, cerraron este vasto desage. +Veamos ahora la enorme cantidad de millones que, segn el Sr. Merchn, +viene Espaa por otros conductos.</p> + +<p>Segn l y segn el Sr. Dolz, quien cita, nuestros empleados en +aquellas aduanas defraudan al Tesoro, y sin duda envan Espaa cada +ao la friolera de ocho millones de pesos fuertes. Sea, digo yo: pero, +como no se puede creer que los mercaderes y contrabandistas de Cuba +lleven la tontera hasta el extremo de concurrir en balde y de balde +este robo, dando los empleados lo que debieran dar al Tesoro, fuerza +es afirmar que, si dan los empleados ocho millones se quedan ellos con +doce, siquiera con otros ocho, para que el robo sea medias. Yo me +resisto creer que el comercio de exportacin y de importacin d en +Cuba para tan desaforado latrocinio. Aceptemos, no obstante, que<a name="page_185" id="page_185"></a> el +resguardo y los vistas ciegos envan Espaa los ocho millones.</p> + +<p>En todo lo dems que pone el Sr. Merchn como rendimiento de Cuba +Espaa, es evidente que el Sr. Merchn delira.</p> + +<p>Cuba, dice, exporta cada ao para Espaa seis millones de pesos fuertes +en frutos, que pagan por derecho de importacin tanto como valen. Supone +luego que estos seis millones, que salen del bolsillo de los +peninsulares que quieren regalarse con frutos ultramarinos, son tambin +tributo ddiva que Cuba nos enva; y suma catorce millones.</p> + +<p>El estanco del tabaco rinde diecinueve, segn manifest recientemente el +director de la Compaa Arrendataria, D. Eleuterio Delgado. Aunque no se +comprende por qu, el Sr. Merchn se los aplica tambin Cuba y ya +tenemos que Cuba nos produce treinta y tres millones.</p> + +<p>Espaa manda Cuba cada ao, en mercancas, por valor de veinticinco; +pero como de all vienen seis, la balanza de comercio slo da en nuestro +favor diecinueve. Y como si todas las mercancas que enviamos Cuba no +valiesen un pito y fuesen una basura grandsima, que nosotros hicisemos +tragar y pagar por fuerza los infelices y tiranizados cubanos, el Sr. +Merchn pone tambin estos diecinueve millones en la cuenta de lo que +Cuba nos tributa, hacindola subir cincuenta y dos millones de pesos +anuales. Tal es la renta clara y paladina que da Cuba Espaa. La renta +misteriosa y oculta es inmensa,<a name="page_186" id="page_186"></a> segn el Sr. Merchn. Los empleados, +los comerciantes peninsulares, todos cuantos van de Espaa Cuba no se +cansan jams de enviar dinero de Cuba Espaa.</p> + +<p>En su afn de ponderar lo que cuesta Cuba el ser espaola, pone y suma +el Sr. Merchn los sueldos principales del alto clero y de los +funcionarios militares y civiles; pero no logra elevarse en esta suma +por cima de doscientos mil duros. Y no se para tampoco considerar que +si Cuba llegase ser Repblica independiente, no haba de suprimir al +arzobispo, al obispo, la clereca, los empleados todos, y hasta se +haba de quedar acfala y sin presidente. Ya saldra los cubanos +bastante ms caro que les sale ahora todo el aparato administrativo. Y +esto sin meternos vaticinar ni recelar que en Cuba pudiera haber +presidentes, como los ha habido en otros puntos de Amrica, que han +tenido para estrujar al pueblo y sacarle el jugo tanta pujanza como la +prensa hidrulica ms poderosa. Con todas las violencias tirnicas, con +todas las ferocidades de cuantos virreyes, gobernadores y capitanes +generales ha enviado Espaa Amrica, desde el reinado de Felipe II +hasta hoy, si pudiramos ponerlas en un alambique y destilar la quinta +esencia de ellas, crame el Sr. Merchn, no sacaramos un espritu +equivalente al del tirano Rosas, pongo por caso.</p> + +<p>Es el Sr. Merchn, aparenta ser, contrario la anexin de Cuba los +Estados Unidos. No puede, por consiguiente, alegar, en contra de lo<a name="page_187" id="page_187"></a> que +l llama <i>profecas siniestras</i>, el florecimiento y prosperidad de Cuba +si llega ser un Estado ms de la Unin. El Sr. Merchn no aspira al +suicidio colectivo como raza. Espera y pretende que Cuba contine siendo +<i>latina</i>, que es el epteto que gustan de darse ahora muchos +hispano-americanos, para no llamarse espaoles. Todos han de ser +<i>latinos</i>, aunque no hayan pasado del <i>quis, qu, quod vel quid</i>.</p> + +<p>El odio Espaa del Sr. Merchn y de otros insurgentes es tan feroz y +desapiadado, que ms que la prosperidad y auge de Cuba, harto +problemticos si llega ser independiente, los encanta y seduce la +tremenda ruina en donde, segn ellos, se hundir Espaa si perdemos +aquella sla. Como si fuera tan malo cuanto en la Pennsula se produce, +que nadie quisiese comprarlo sino por fuerza, entienden que, separada +Cuba de Espaa, no tendremos quien vender. Los diecisiete y medio +millones de espaoles peninsulares, asegura el Sr. Merchn que estamos +<i>amenazados de miseria y de muerte si perdemos la clientela forzada de +1.200.000 blancos y 400.000 negros</i> sus compatriotas.</p> + +<p>Por lo visto, entra tambin en el plan de los insurrectos el despojar +los espaoles pennsulares de las propiedades territoriales que en Cuba +tienen, y hasta el expulsarlos de all. Toda esta poblacin—deca en +1869 <i>La Voz de Cuba</i>, en artculo que el Sr. Merchn reproduce y +celebra—vivir errante y miserable en el mundo.</p> + +<p>Para que tal cosa no suceda, para defender <a name="page_188" id="page_188"></a> esa poblacin, la que +tenemos obligacin de defender; para conservar la integridad de nuestro +territorio, para que la nacin espaola no sea de nuevo mutilada, y no +porque Cuba nos produzca todos esos millones fantsticos, deseamos +conservar Cuba, y es de esperar que la conservemos. Los diecisiete +millones y medio de espaoles peninsulares, salvo muy pocos, no temen +perder el mercado para su industria, y perder el fomento de su comercio +y de su marina mercante, si llegasen perder la perla de las Antillas. +No nos faltara entonces sitio y gente donde enviar nuestros productos +y nuestros barcos. La prdida de Cuba nos traera, sin duda, +perturbacin, mas no por la utilidad que Cuba nos trae nos ha trado +nunca. Si atendisemos solo esta utilidad, apenas habra espaol que +no estuviese deseando que nos quedsemos sin Cuba.</p> + +<p>No tendra entonces que decir el Sr. Merchn, citando los arrogantes +versos de Nez de Arce, y dirigindose Cuba:</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left"> Y si ser grande y respetada quieres,</td></tr> +<tr><td align="left">de t no ms la salvacin esperes.</td></tr> +</table> + +<p>Consejo que Cuba, mejor dicho, los rebeldes en armas no siguen, porque +solos ni se hubieran rebelado, ni persistiran en la rebelin, que los +<i>yankees</i> atizan, fomentan, patrocinan y pagan para echar de all al +cabo, no slo nosotros los espaoles, sino tambin todos los +<i>latinos</i>, sin excluir al Sr. Merchn, que regresara por corto tiempo +su patria y que tendra que volverse <a name="page_189" id="page_189"></a> Bogot, porque en Cuba, +<i>yankeeficada</i>, le miraran como mueble incmodo intil y no le haran +caso. No le valdra la adulacin con que proclama la omnipotencia de los +Estados Unidos.</p> + +<p>Si quisieran apoderarse de Cuba, dice, quin se opondra? Inglaterra? +El Leopardo puede aceptar luchas con el guila, pero no la provoca +ellas. Francia? Mientras no arregle cuentas con Alemania, evitar +contiendas con otras naciones fuertes y civilizadas. Alemania, Rusia? +No tienen intereses coloniales en Amrica; y Rusia, de desenvainar la +espada, lo hara favor de su antigua amiga la Unin Americana. En +cuanto una coalicin de las grandes potencias, los Estados Unidos no +la temen. Recurdese cmo desbarataron la Santa Alianza con un Mensaje +de Monroe.</p> + +<p>Tendr razn el Sr. Merchn y lo podrn todo los Estados Unidos? Se +atrevern intervenir en Cuba y intentar despojarnos de cuanto all +legtimamente poseemos, sin que por impotencia por imprevisor egosmo +se interponga en nuestro favor ninguna grande potencia europea? Entonces +s que no ser Cuba, sino Espaa, quien tenga que decir el poeta, +y esperemos en Dios que sea odo:</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left"> Y si ser grande y respetada quieres,</td></tr> +<tr><td align="left">de t no ms la salvacin esperes.</td></tr> +</table> + +<p><a name="page_190" id="page_190"></a></p> + +<h4>III</h4> + +<p>Algo arrepentido estoy de haber tomado por asunto de un escrito mo el +libro del Sr. Merchn. Hay muchsimo que decir sobre l, y yo me canso, +y, lo que es peor, temo cansar mis lectores. Sin embargo, como ya +emprend la tarea, no quiero dejarla sin terminar, si bien procurar ser +muy conciso.</p> + +<p>Lo ms grave de que el Sr. Merchn acusa Espaa, es de su corrupcin +administrativa en Cuba. Nada hay que decir contra los datos que aduce. +Todos estn tomados de discursos, informes, folletos y Memorias, +suscriptos por los seores Romero Robledo, Moret, marqus de la Vega de +Armijo, Balaguer, Doltz, general Pando, general Salamanca y bastantes +otros hombres polticos peninsulares de la primera importancia.</p> + +<p>No quiero entrar en pormenores, porque son cansados y adems harto feos. +Convengo, pues, con el Sr. Merchn en que en Cuba la corrupcin +administrativa es deplorable: es un mal que requiere pronto y enrgico +remedio. Pero le hallar la rebelin, si triunfa y establece en Cuba +una Repblica independiente? Lo dudo, y no digo rotundamente lo niego, +porque no me precio de profeta, porque mi optimismo no tiene limites y +porque no he perdido la fe en lo sobrenatural y milagroso.<a name="page_191" id="page_191"></a></p> + +<p>Mal hemos administrado Cuba en el siglo presente; pero lcito es +presumir que los cubanos <i>libres</i> la administraran mil veces peor. +Libres son y constitudas estn en Repblicas todas nuestras antiguas +colonias en el continente americano. Hay alguna de ellas que desde que +conquist su libertad hasta hoy haya sido mejor administrada que Cuba? +Esto es lo primero que sera necesario demostrar.</p> + +<p>Yo reconozco desde luego que el desarrollo del comercio, de la industria +y de la riqueza en general, mil ingeniosas invenciones y los ms fciles +medios de comunicacin entre las gentes han hecho progresar y han +llevado como remolque hasta los pueblos ms atrasados. Pero estas +causas debieran influir ms en los pueblos libres que en pueblos como el +de Cuba, que gime an bajo el abominable yugo de Espaa. Cuba, no +obstante, apenas tenia principios de siglo ms poblacin que 400.000 +almas. Hoy pasa la poblacin de Cuba de 1.600.000. La poblacin, pues, +est cuadruplicada, sin que esto contribuyan, ni la abolida trata de +negros, ni una gran corriente de emigracin europea asitica. La +riqueza y el bienestar han aumentado tambin, pesar de las guerras +civiles. No estarn, pues, tan oprimidos y miserables los cubanos, +cuando as crecen y prosperan. Crecen en la misma proporcin en las +Repblicas hispano-americanas, las gentes, el bienestar y la riqueza?</p> + +<p>Ya he dicho que no he de negar yo la corrupcin administrativa de Cuba, +para cuya prueba<a name="page_192" id="page_192"></a> aduce el Sr. Merchn tanto testigo; pero tenga por +cierto que, si fuese tal como l la pondera, Cuba no hubiera prosperado. +La extraordinaria fecundidad de su suelo no hubiera podido prevalecer +contra la rapacidad que en los peninsulares supone el Sr. Merchn. Si de +los cuatro siglos que hace que poseemos Cuba hubiramos sacado de ella +y enviado Espaa durante cuarenta aos siquiera, diez aos por +siglo, la mitad no ms de lo que anualmente robamos Cuba, sean +veinticinco millones de pesos fuertes y esto sin contar las remesas +misteriosas infinitas que hacen los peninsulares, tendramos que, en +poco tiempo, habran ingresado de Cuba en Espaa nada menos que mil +millones de pesos fuertes. En qu Pozo Airn, en qu sumidero, en qu +insondable abismo ha venido precipitarse y hundirse este Misisip, +este Amazonas de oro? Dnde estn los palacios, las soberbias quintas, +los hadados jardines, el lujo <i>sardanaplico</i> y los sibarticos deleites +de los peninsulares que trajeron de Cuba todo ese dinero? Dnde estn +los templos, los obeliscos y las pirmides que hemos levantado con el +ureo vellocino de nuestra Colcos? Ambas Castillas estn pobres y +desoladas. Los palacios de los peninsulares enriquecidos en Cuba son ms +difciles de hallar que los de Dulcinea. Y no hay monumento de algn +valer que no se haya erigido con dinero nuestro y no cubano. Para que +sea ms evidente la prueba, los monumentos ms nobles y grandiosos, +hasta son anteriores al descubrimiento de<a name="page_193" id="page_193"></a> Amrica, y por consiguiente, +de Cuba; los muros ciclpeos y las ingentes torres y arcos triunfales de +Avila; las catedrales, como las de Burgos y Toledo, y los alczares, +como el de Segovia.</p> + +<p>Amrica no ha enriquecido, ha empobrecido y despoblado Espaa. Espaa, +en su gloriosa expansin, no se dilat por el mundo para saquearle y +para traer la Pennsula los despojos pimos, sino para difundir por +doquiera su cultura, su religin, su idioma y sus artes. Si en la misma +Italia, maestra de ellas, cuando en Italia dominamos, levantamos +templos, castillos y palacios, erigimos monumentos y fundamos obras +piadosas, hospicios y colegios, como de ello dan testimonio Naples, +Palermo, Mesina, Bolonia y otras ciudades, sin excluir la misma Roma, +qu no haramos y qu no hicimos en Amrica, donde en resumidas cuentas +no haba nada, si haba algo, responda un estado incompletsimo +inicial de cultura, como podra ser el del centro del Asia, tres +cuatro siglos antes de que saliese Abraham de su patria, Ur de los +caldeos?</p> + +<p>Desengese el Sr. Merchn; la nacin espaola poco nada ha traido de +Cuba que no haya pagado con creces; nada debe Cuba. Cuba es quien se +lo debe todo Espaa; salvo lo que da la Naturaleza en su estado +primitivo y selvtico. Por eso, aunque el Sr. Merchn se enoje, tiene +Espaa razn para llamar ingratos sus rebeldes hijos de Cuba. Qu +habr quitado Espaa para enriquecerse Maceo, Mximo Gmez +Quintn Banderas?<a name="page_194" id="page_194"></a></p> + +<p>En cuanto los fraudes y depredaciones de nuestros empleados, no poco +hay tambin que objetar. Mucho crdito, por ejemplo, merece D. Eduardo +Dolz; pero acaso no puede equivocarse exagerar involuntariamente? En +los ltimos veinticinco aos, afirma que nuestros empleados han +defraudado, en las aduanas de Cuba, doscientos millones de pesos +fuertes. Supongamos que es exacta la cantidad, y ya es mucho suponer. +Todava no es posible la suposicin de que sean tan necios los +mercaderes y contrabandistas cubanos que hayan tenido el capricho +irracional de dar los empleados los doscientos millones, en vez de +darlos al Tesoro. Lo probable sera que, en este hurto hecho al Tesoro, +saliesen ganando los comerciantes y contrabandistas ciento cuarenta +millones y que los empleados se contentasen con sesenta y con enviarlos + Espaa. Pero como estos sesenta millones no lucen ni parecen por aqu, +yo me atrevo presumir que son fantsticos. En Espaa no abundan tanto +los ricos que no nos sean todos conocidos y que no sepamos de dnde ha +salido y cmo se ha formado el caudal de cada uno. Seguro estoy de que +sigilosamente y al odo, para no delatar nadie, sin suficientes +pruebas, no nos declara, ni el ms zahor en estos asuntos, dnde estn +veinte millones siquiera, el tercio de los sesenta que de Cuba han de +haber venido la Pennsula. Los doscientos millones, pues, no se le +quitaron al Tesoro casi todos ellos se quedaron en Cuba.</p> + +<p>Pretende el Sr. Merchn, apoyado en las delaciones<a name="page_195" id="page_195"></a> que aqu mismo hemos +hecho, que todos estos empleados que van Cuba defraudar la Hacienda +pblica, tienen, entre los ms altos personajes polticos, sendos +padrinos quienes pagan tributo. Poco aprovecha dichos padrinos +riqueza tan mal adquirida. Por eso me inclino yo creer que los ms +criminales han de haber recibido muy poco; y que los medianamente +criminales han de haber recibido algunos cajoncillos de cigarros puros, +pinas en conserva y pasta de guayaba, con sin tropezones. Lo cierto es +que yo he conocido y conozco gran multitud de nuestros personajes +polticos. Los que son ricos sabemos perfectamente de dnde procede su +riqueza. Y los pobres, que forman la mayora, contndose entre ellos no +pocos que han sido ministros de Ultramar, me atrevo sostener que no +han tomado un cntimo de peseta al hacerse el reparto de los doscientos +millones de pesos fuertes. A algunos, cuyos nombres pudiera citar y +quienes trat y visit hasta que murieron, fue menester venderles los +libros y las ropas para poder enterrarlos.</p> + +<p>En suma; por donde quiera que yo lo miro, no noto en Espaa esa horrible +corrupcin que el Sr. Merchn nos achaca, y que en todo caso no sera +igual, ni con mucho, la que de otras grandes naciones, como Francia +Italia, nos dejan presumir escndalos recientes, y como la que de los +propios Estados Unidos por mil indicios tambin se presume.</p> + +<p>Yo infiero de todo, empezando por conceder<a name="page_196" id="page_196"></a> que en la administracin de +Cuba hay desrden y despilfarro, necesitados de enmienda, que la +corrupcin no es tan enorme como se dice, que son cubanos interesados +y poco escrupulosos los que la fomentan, ms en detrimento del Tesoro de +la Metrpoli que en detrimento de la prosperidad de la isla.</p> + +<p>La rebelin, por consiguiente, no queda as justificada. Los saqueos y +los incendios perpetrados por los rebeldes no remediarn nada, ni +contribuirn la prosperidad de Cuba. Y contribuirn an mucho menos, +si los Estados Unidos, segn ya se prev, nos exigen indemnizacin por +esos saqueos y esos incendios, que sin el favor y aliento que dan los +rebeldes, no se perpetraran, y si el Gobierno espaol tiene la +debilidad de someterse y de pagar. Esperemos, aunque se resista y no +pague, que no haya violencia ni guerra internacional. Y en todo caso, +aunque esa guerra sobreviniese y aunque nos fuese adversa la fortuna, +siempre sera preferible la humillacin y la ignominia; y sobre +todo, si la ignominia y la humillacin resultasen intiles y al cabo +hubiese guerra, no ser que resignadamente nos dejsemos despojar de +todo.<a name="page_197" id="page_197"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 381px;"> +<a href="images/illpg_197a.png"> +<img src="images/illpg_197a_sml.png" width="381" height="75" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="LAS_ALIANZAS" id="LAS_ALIANZAS"></a>LAS ALIANZAS</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="r"><i>Sr. Director de El Liberal.</i></p> + +<p class="nind">MI distinguido amigo: Al leer lo que dice <i>La poca</i> sobre poltica +internacional, siento ciertos escrpulos de haber contribudo, con el +folleto que publiqu pocos das ha, promover la cuestin de alianzas, +que muchos peridicos tratan ahora. Esto me induce comentar lo que ya +dije, fin de que, sino tiene usted inconveniente, me favorezca +publicando esta carta, aunque impugne luego su contenido.</p> + +<p>Lamentbame yo de que Espaa, en la presente ocasin de apuros y +peligros, estuviese aislada: pero mi lamento no implicaba oposicin +determinado partido hombre poltico. No iba contra nadie: iba contra +todos. Y por otra parte, como los aliados y los amigos no se buscan ni +se ganan en el momento en que se necesitan, sino que se tienen +prevencin y de antemano, tambin estuvo muy lejos de mi mente, y lo +hubiera estado, aunque mi insignificancia no lo estorbase, el aconsejar +al Gobierno actual que<a name="page_198" id="page_198"></a> buscara depriesa y corriendo lo que antes de l, +desde hace ya medio siglo, nadie haba buscado.</p> + +<p>Limitada as la intencin que tuve al hablar de alianzas, sigo +sosteniendo, sin que <i>La poca</i> me convenza de lo contrario, que las +alianzas son buenas y que sin alianzas nada til importante se ha +conseguido en el mundo, desde que Hiran y Salomn se aliaron, hasta el +da de hoy. Cuando Salomn, que era sapientsimo, buscaba alianzas, no +ser el buscarlas tan gran disparate. Sin la que contrajo, ni l hubiera +construdo el admirable templo de Jerusaln, ni desde Aziongaber hubiera +enviado Ofir sus naves para que volviesen cargadas de marfil y +sndalo, oro y perlas, perfumes, especias, papagayos y otros mil +primores. Y prescindiendo de ejemplos vetustos, hay uno muy reciente que +muestra cun fecundas en bienes son las alianzas urdidas con arte. Si +consideramos lo que ha ganado el Piamonte desde Novara hasta el da, nos +asombramos como del milagro ms pasmoso. El pequeo sacrificio de enviar +cuarenta mil hombres Crimea, y ms tarde el sacrificio algo mayor de +ayudar Prusia y de sufrir por mar una derrota en Lysa y por tierra +otra en Custozza, han valido al Piamonte, primero el Milanesado y +despus el Vneto; que nadie se oponga que arroje de Sicilia, de +Npoles, de Toscana y de otros Estados sus soberanos legtimos; que, +pesar del enojo de muchos millones de catlicos, despoje al Papa de su +poder temporal, y que constituya la unidad de Italia, que pareca sueo. +Pedir ms<a name="page_199" id="page_199"></a> sera gollera; sera imitar aquel monarca aprovechadsimo +que peda y alcanzaba tantas cosas por medio de su hijo, casado con el +hada Paraban, hermana del rey de los genios, que el rey de los genios +se hart al verle tan exigente y pedigeo, y le aplast descargando +sobre l su tremenda clava. La habilidad, por grande que sea, tiene su +limite, sobre todo cuando no hay en ella magia hechizo. Y magia sera, +si por virtud de la triple alianza diese Italia tambin cima y dichoso +remate sus tal vez prematuras empresas en remotos pases.</p> + +<p>La de Saavedra Fajardo, que cita <i>La poca</i>, y el texto latino de cierta +fbula de Fedro, que todos sabemos, lo nico que prueban es que +cualquier obra de alguna transcendencia, como no se haga bien, lo mejor +es que no se haga. Sin duda que hay peligro en aventurarse, pero quien +no se aventura no pasa la mar.</p> + +<p>Nosotros, los espaoles, desde hace aos pecamos de desconfiados y +formamos de nosotros mismos muy pobre concepto. Pensamos y decimos sin +irona ni broma algo parecido lo que por chiste o yo decir una vez al +Sr. D. Antonio Cnovas con general regocijo de cuantos le escuchaban. +Deca que l se haba venido de Mlaga huyendo porque all todos le +engaaban trataban de engaarle. Espaa, con la mayor formalidad, est +diciendo y haciendo lo mismo: huye del trato y familiaridad de todas las +potencias de Europa por temor de que la engaen.</p> + +<p>Mientras ms lo recapacito, mejor noto que la<a name="page_200" id="page_200"></a> desconfianza que nos +arrastra al retraimiento y al separatismo est en nosotros muy arraigada +y conviene librarnos de ella. Por esta desconfianza echamos los judos +y los moriscos; por esta desconfianza se rompi nuestra unin con +Portugal, y al romperla perdi Portugal lo mejor de su imperio en la +India; por esta desconfianza estuvo punto de separarse de nosotros +Catalua; en parte, por esta desconfianza se han emancipado +prematuramente todas las colonias espaolas del continente americano; y +por esta desconfianza brotan hoy ominosos chispazos de regionalismo, ya +en la misma Catalua, ya en las provincias vascongadas, ya en Galicia.</p> + +<p>Claro est que los negros y mulatos de la clase ms ruda y humilde que +hay en Cuba entre los rebeldes, estn all por merodear; que los +aventureros de pases extraos estn para ganar importancia y dinero en +la contienda; y que algunos ambiciosos, nacidos en la propia tierra, +estn porque suean con ser ministros presidentes de la Repblica +futura; pero si hay cubanos de arraigo y buena f que conspiren luchen +contra Espaa y anhelen la independencia de Cuba, esa desconfianza +secular, ese vicio inveterado del separatismo, es quien los mueve. Y es +tan pernicioso para ellos el movimiento, que si Espaa no logra pararle, +los llevar al suicidio colectivo, gemir bajo el yugo de un +presidente de un emperador negro la desaparicin en la isla, de su +lengua y de su casta, cuando toda, si triunfan, sea <i>yankee</i>, dentro de +poco.<a name="page_201" id="page_201"></a></p> + +<p>A fin de impedirlo, sacrifica hoy Espaa sus hombres y su dinero. Y no +es el inters quien la impulsa, sino una obligacin sagrada. No podemos +consentir en que retroceda la barbarie lo que durante cuatro siglos +hemos cuidado con amor y cultivado con esmero, ni podemos consentir en +que desaparezcan de Cuba los hombres de nuestra lengua y casta, por +ingratos y discolos que sean, para que se extiendan y dominen en ella +los anglo-americanos.</p> + +<p>De esperar es que nos saquen airosos de este empeo la constancia +patritica de la nacin y el valor de nuestros soldados. De esperar es +que se evite el conflicto con los Estados Unidos, donde, aunque +proclamen la beligerancia, tal vez no se atrevan intervenir mano +armada en favor de los insurrectos. Y de esperar es, en ltimo extremo, +que si los Estados Unidos intervienen, contra razn y derecho, se +interpongan las grandes potencias europeas y no permitan, una guerra +injusta y terrible, el violento despojo de lo que nos pertenece, +apoderndose la gran Repblica de la llave del seno mexicano, por donde +ha de abrir el camino que ponga en comunicacin los dos grandes mares. +Tales son las esperanzas que podemos tener. Con ellas debemos +contentarnos, aunque no sean muy seguras. Ya no es tiempo de buscar +alianzas. Solos estamos en el gran conflicto, y con nuestra propia +energa tendremos que salir de l, si en los Estados Unidos no ceden, +pues al cabo la mayora de aquel pueblo no es como<a name="page_202" id="page_202"></a> Shermann, Mrgan y +Mills, si las grandes potencias europeas, movidas por el propio +inters, no nos prestan apoyo.</p> + +<p>Pero si Espaa hubiese contado con amistades y alianzas y no hubiese +estado tan sola, no hubiera tenido que aguardar hasta el ltimo extremo; +hubiera inspirado ms respeto en Washington, y no hubiera tenido que +ceder tantas humillantes injustas reclamaciones y que pagar tanta +indemnizacin con longanimidad lastimosa y que sufrir con paciencia +tanto vejamen y tantos vituperios de senadores y diputados <i>yankees</i>. +Estos, de seguro, jams se hubieran atrevido despotricarse tan +ferozmente si Espaa hubiese estado ms enlazada y sostenida en el +concierto de las naciones civilizadas de Europa.</p> + +<p>En mi sentir, pues, las alianzas no solo son convenientes, sino +indispensables para Espaa, que tiene an, y no puede menos de tener, +tanto que conservar y tanto que aspirar, si no se arroja en el surco y +se declara muerta y prescinde de su historia.</p> + +<p><i>La poca</i> citaba contra las alianzas Saavedra Fajardo. Yo citar en +favor de ellas otro poltico de ms fuste y recmara: al propio +Nicols Machiavelli. Precisamente en el captulo XXI, donde explica cmo +se ha de gobernar un prncipe para conquistar reputacin, y donde hace +tan hermoso elogio de Fernando de Aragn, marido de Isabel la Catlica, + quien declara <i>por fama y por gloria el primer rey entre los +cristianos</i>, se decide en favor de las alianzas, diciendo que<a name="page_203" id="page_203"></a> un +prncipe no es estimado sino cuando es verdadero amigo verdadero +enemigo; que el descubrirse es ms til que el quedarse neutral, y que +el prncipe irresoluto, cuando, por huir compromisos y peligros, sigue +el camino de la neutralidad, las ms veces se hunde en vergonzosa ruina, +teniendo que salir de la neutralidad por fuerza y no de grado.</p> + +<p>Como ya he dicho que las alianzas convienen y hasta son indispensables, +quisiera decir tambin de qu suerte me parece que deben buscarse y +celebrarse; pero como hoy me he extendido mucho, lo dejo para otro da, +si no fatigo los lectores de <i>El Liberal</i> con nueva carta.</p> + +<h4>II</h4> + +<p class="r"><i>Sr. Director de El Liberal.</i></p> + +<p>Mi distinguido amigo: En cuestin de alianzas tal vez sera lo mejor, +despus de afirmar que convienen, abstenerse de decir con quin y cmo. +Los usos diplomticos prescriben no hablar de tales conciertos hasta +despus de ya celebrados. Pero, pesar de todo, me parece que no hay +imprudencia ni falta de sigilo en que alguien, como yo, que est +alejadsimo del poder pblico y de todo centro oficial, y que no +compromete nadie ni se compromete, diga sobre el asunto lo que se le +antoje. Lo que yo pienso decir, adems, no puede ofender ninguna +nacin. Y no porque yo me valga de rodeos y perfrasis,<a name="page_204" id="page_204"></a> sino porque +quizs causa de mi optimismo y de mi indulgencia afectuosa, apenas +condeno nadie y hallo disculpa para todo.</p> + +<p>Triste cosa es que, al llegar casi su trmino el siglo <span class="smcap">xix</span>, llamado de +las luces, la humanidad haya adelantado tan poco, moral y polticamente, +que, en el mismo centro de su ms alta civilizacin, todos los hombres +capaces de empuar las armas anden cargados con ellas, haciendo el +ejercicio, reuniendo con grandes gastos los ms eficaces medios de +destruccin, aprendiendo matar y perdiendo en maniobras, revistas y +paradas el tiempo que pudieran emplear en divertirse en producir cosas +tiles y agradables, y tenindose de continuo unos otros en jaque y +alerta; pero esto no tiene remedio y no hay para qu censurarlo.</p> + +<p>Muy costosa es la paz armada, pero ms costosa y terrible sera una +nueva guerra europea. Dios quiera, pues, que no la haya, y que, pasando +aos, se harten las grandes potencias de consumir dinero y de convertir + todos sus ciudadanos en soldados, y se decidan deponer las armas.</p> + +<p>Por ahora, y sabe Dios hasta cundo, la amenaza de guerra es constante, +y en vez de ser segura la paz en la tierra los hombres de buena +voluntad, estamos amenazados siempre de una estupenda y colosal +conflagracin belicosa, en que luchen por un lado Alemania, Austria +Italia, y por otro Francia, tal vez auxiliada por Rusia.<a name="page_205" id="page_205"></a></p> + +<p>Si por desgracia llegara este caso qu le convendra hacer Espaa? +Los alemanes no nos han hecho ni bien ni mal; de los italianos no +tenemos agravios que vengar y los queremos bien, salvo algunas damas +elegantes y devotas y cierto nmero de catlicos muy fervorosos, que +desean que se lleve el diablo aquella monarqua para que recobre el +Padre Santo su poder temporal, y con Austria estuvimos unidos por lazos +dinsticos en la mejor poca de nuestra historia, hemos vuelto estarlo +en el da, y aun yo creo posible y conveniente que se aumenten estos +lazos. Nada tendramos que ganar con hacer la guerra la Triple +Alianza; pero como tambin sera duro pelear contra nuestros simpticos +vecinos los franceses, amables difundidores por el mundo de las letras +amenas y de las artes elegantes y deleitosas, lo mejor y lo ms cmodo +sera permanecer neutrales, pesar de lo que he citado de Machiavelli. +Este gran poltico hablaba en muy distintas circunstancias, para muy +otra edad del mundo, y siempre con la mira de libertar Italia de los +que l llamaba brbaros, cuyo yugo le apestaba, sin que hubiese +atrocidad, crimen ni peligrosa aventura que para sacudir aquel +hediondo yugo no excitase l su <i>Prncipe</i>.</p> + +<p>Nosotros tenemos tambin que sacudir algo modo de yugo, que no me +atrevo condenar ni por de brbaros ni por hediondo; pero que s +calificar de pesado y de vergonzoso, y que nos convertir en +Nacin-Job, si hemos de seguir<a name="page_206" id="page_206"></a> sufrindole. Ya se entiende que este +yugo es el que en Cuba nos imponen los <i>yankees</i>, porque sin el favor, +amparo y aliento que dan los que se rebelan, y sin la mengua de +autoridad que nos causan, y sin el descrdito que vierten sobre +nosotros, pidindonos cuenta de todo, como si fueran nuestros jueces, y +sin la facilidad con que convierten en ciudadanos de su gran Repblica +nuestros ms acrrimos enemigos, renegados de su casta, obligndonos +darles dinero en vez de fusilarlos de enviarlos presidio, es casi +seguro que en Cuba no habra insurreccin y es seguro que no sera ni +con mucho tan importante y duradera como es hoy. Lo milagroso es que en +vista de las ventajas que ofrece los insurrectos la descarada +proteccin de los Estados Unidos, no acudan Cuba combatirnos todos +los aventureros sin patria y toda la gente perdida que hay en el mundo.</p> + +<p>No creo yo, sin embargo, que el mejor camino para libertarnos del yugo +mencionado sera salir de la neutralidad en una posible guerra europea. +La neutralidad nos conviene; pero, fin de que sea respetada y no se +encierre en egosmo estril, importara concertarnos, para este fin +solo, con alguna gran potencia que no estuviese comprometida ni en favor +de Francia ni en favor de Alemania. Este nuevo grupo, de que pudiramos +formar parte, no slo nos valdra para que nos respetasen durante la +guerra, sino tal vez para contribuir la conservacin restauracin de +la paz, y no slo nos valdra para<a name="page_207" id="page_207"></a> que el vencedor no nos atase al +carro de su triunfo, sino tambin para concurrir moderar las +exigencias del que hubiese obtenido la victoria, y restablecer, en lo +posible, el equilibrio de las fuerzas.</p> + +<p>Otro es el camino que para remediar el mal estado de nuestras relaciones +con la gran Repblica nos hubiese convenido nos conviene seguir: haber +buscado tiempo aliados y amigos buscarlos en lo venidero, si ahora, +sola y abandonada como est Espaa, logra conjurar la tormenta salir +de ella salva.</p> + +<p>Lo que nos pasa con los Estados Unidos, cuya independencia y formacin +contribumos un poco, se parece la ms desventurada aventura de Simbad +el Marino, que aup sobre sus hombros al endiablado vejete para que +cogiera los frutos en los hermosos rboles de su frtil isla, y el +vejete endiablado no quera luego apearse, y segua montado en Simbad, +insultndole y procurando ahogarle para mostrar su agradecimiento.</p> + +<p>A fin de quitarnos de encima tan insufrible carga, no hubiera sido +conveniente, no lo sera en lo futuro, ganar la voluntad de las +primeras potencias coloniales de Europa, celebrar tratos y concertarse +de algn modo con ellas? Cualquiera promesa, cualquiera sacrificio que +hicisemos, sera mucho menor que los sacrificios que estamos haciendo +hoy y que tendremos que hacer en adelante.</p> + +<p>A un concierto, un Tratado de alianza, exclusivamente<a name="page_208" id="page_208"></a> para asuntos +coloniales de Ultramar, no creo yo que se negasen, si se negociaba +bien, ni Francia, ni Inglaterra, ni Holanda. Espaa ha sido la primera +nacin colonizadora del mundo; todava, pesar de su decadencia, es la +tercera la cuarta, y no la desdearan como intil peso, y de algo +podra servir sus ms poderosos aliados, que tambin pueden hallarse +en ocasiones de empeo y de peligro, y necesitar entonces al menos +tener por provechoso el auxilio nuestro.</p> + +<p>Si no lo recuerdo mal, de algo vali Espaa los franceses no hace +mucho tiempo, cuando, para vengar nuestros misioneros mrtires, +ayudamos gratis y con las armas crear una Francia amarilla en el +extremo Oriente. Quin duda de que an podramos servir y valer +franceses, ingleses y holandeses, en otras semejantes empresas en +casos y lances de mayor importancia, sobre todo si ellos nos ayudaban +quitarnos de encima el ingrato estorbo de que hemos hablado y que tan +sin piedad y tan sin conciencia nos abruma?</p> + +<p>Tendra esto adems la ventaja de que los <i>politicians</i> extraviados y +los senadores <i>farwestinos</i> y <i>cincinatescos</i>, al vernos en tan buena +compaa, arrojasen de sus cerebros el fesimo y bellaco concepto que +los <i>sabios</i> y <i>catedrticos yankees</i> les han hecho formar de Espaa, +considerndola, por su aficin las corridas de toros y al Santo +Oficio, Nacin Calgula-Torquemada, como la llama Clarence King, y, por +haber destruido, segn<a name="page_209" id="page_209"></a> Draper, no s cuntas civilizaciones, podrido +esqueleto entre las naciones vivas y prueba terrible de la justicia de +Dios, que no quiere dejar sin ejemplar castigo nuestras ferocidades y +nuestros crmenes.</p> + +<p>En fin, tal vez lograramos as que no apareciese Espaa los ojos de +los <i>yankees</i> como un tirano difunto, en el que se pueden cebar sin gran +peligro, como un tirano cachazudo y sufrido, semejante los tiranos +de las tragedias de Alfieri, que estn, durante los cinco actos, oyendo +y aguantando las ms desaforadas desvergenzas, si bien acaban por +perder los estribos y por hacer una barrabasada. Tal vez as se +conseguira tambin que no se le antojase en Washington ningn senador +remedar Catn Censorino y, en vez de llevar higos en un pliegue de la +toga y de exclamar <i>delenda est Carthago</i>, llevar en un faldn de la +levita azcar mascabada catite, y exclamar: <i>delenda est Hispania</i>.</p> + +<p>Y aqu pongo trmino esta prolija carta, prometiendo no escribir la +tercera, pues basta con lo dicho.</p> + +<p><a name="page_210" id="page_210"></a></p> + +<p><a name="page_211" id="page_211"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 385px;"> +<a href="images/illpg_211a.png"> +<img src="images/illpg_211a_sml.png" width="385" height="89" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="TEATRO_LIBRE" id="TEATRO_LIBRE"></a>TEATRO LIBRE</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="r"><i>Sr. Director de Los Lunes de El Imparcial.</i></p> + +<p class="nind">MUY seor mo y amigo: Me pide usted mi parecer sobre si conviene que +haya un <i>Teatro libre</i> <i>independiente</i>, y sobre varios puntos que con +esta primera cuestin se relacionan.</p> + +<p>Muchsimo tengo yo que decir, pero, como usted me excita ser breve por +el poco espacio de que se puede disponer en el peridico, slo dir algo +de lo mucho que se me ocurre, y procurar decirlo en compendio.</p> + +<p>A mi ver, en Espaa el teatro tiene toda la libertad y toda la +independencia que necesita. Yo aplaudo que las tenga, pero no comprendo +ni pido ms.</p> + +<p>Los lmites de la libertad mencionada son principalmente dos, que en +manera alguna deseo yo que se traspasen. Uno de ellos es el que sealan +la moral, la decencia y el decoro. Fija y traza el otro lmite el gusto +del pblico, contra<a name="page_212" id="page_212"></a> el cual es intil y peligrosa la lucha. El pblico +paga y oye, aplaude silba, y en los espectculos es juez inapelable, y +rbitro soberano. En novelas, en poesa lrica, en libros de filosofa, +de historia y de otros asuntos, puede un autor prescindir de la +corrupcin literaria de su tiempo, de la rudeza y del corto saber de sus +contemporneos y de sus tonteras y extravagancias, y componer su obra +para un pblico eterno; para que la posteridad la aplauda, hacindole +justicia: para que gente ms instruda y estticamente mejor educada le +comprenda y le admire, all en los siglos que estn por venir, bien +para que en el da un cortsimo nmero de personas discretas, refinadas +y doctas, se deleiten leyndole y saboreando todos los primores de fondo +y de forma que hay en su produccin literaria, convirtindola para el +vulgo profano en <i>el libro de los siete sellos</i>.</p> + +<p>El autor dramtico, y en esto se parece al orador, no puede, ni debe ser +as. Es menester que su espritu est en intima y constante comunicacin +con el espritu de un pblico numeroso: que l y dicho pblico se +comprendan y se compenetren. Slo de esta suerte puede haber autores +dramticos. Los que de otra suerte escriban, podrn ser todo lo que +quieran menos tales autores.</p> + +<p>Infirese de lo expuesto que la libertad del teatro tiene por limite la +voluntad y el entendimiento del vulgo. Ya ms all no sera libertad +sino delirio. Yo no me explico que se funde un<a name="page_213" id="page_213"></a> <i>Teatro libre</i> para ir +ms all. Si el pblico tiene un gusto exquisito y un entendimiento +cultivado y un juicio seguro, no hay teatro en Madrid, ni en toda +Espaa, que no sea libre independiente y que no tenga completa +seguridad de ganar honra y provecho, dando las ms atrevidas +representaciones, y, siendo stas buenas, ms aplausos y ms dinero +ganar mientras ms originales sean, y ms inauditas y ms fuera de los +caminos trillados.</p> + +<p>Justo es advertir que el prurito de originalidad, el engreimiento necio +del que cree pensar y decir cosas profundas, y la mana de reformarlo +todo y de resolver en cuatro coplas los ms obscuros problemas sociales, +religiosos polticos pueden seducir los autores dramticos que tal +vez no han estudiado ni meditado nada que los habilite para la +resolucin de semejantes problemas, y pueden llevarlos componer un +tejido de vulgaridades y zanguangadas, crear caracteres falsos y +imaginar una accin absurda y sin inters, que sea como el hilo donde +ensarten sus insulsos inaguantables sermones. Despus, si el pblico +se aburre de orlos y no los aguanta, el autor dir tal vez que el +pblico es atrasado indocto. Y si el pblico los aguanta y los +aplaude, por aquello de que</p> + +<p class="c"><i>Un sot trouve toujours un plus sot qui l'admire,</i></p> + +<p class="nind">el mal ser mayor; pero en ninguno de ambos casos veo yo que el teatro +libre independiente que trata de fundarse valga como remedio.<a name="page_214" id="page_214"></a></p> + +<p>Por otra parte, yo noto inmenso cmulo de dificultades para la creacin +del <i>teatro libre</i>, en mi sentir intil. Mas bien le comprendo como +<i>teatro normal</i> como <i>teatro modelo</i> que como <i>teatro libre</i>. El +<i>teatro libre</i>, en virtud de su misma libertad, buscar por todos los +caminos modo de agradar y de entusiasmar al pblico y de obtener de l +aplausos y entradas. As son el Teatro Espaol, la Comedia, Lara, Apolo +y la Zarzuela. Todos, mi ver, son teatros libres. No se puede pedir +mayor libertad sin incurrir en desatino.</p> + +<p>Luego lo que quiere fundarse no es un teatro libre, sino un teatro +<i>normal</i> <i>modelo</i>, donde se procure ilustrar al pblico, aguzar su +facultad esttica, abrir para l nuevos horizontes y moverle que +aplauda, ya antiguas obras maestras que hoy desdea olvida, ya nuevas +obras, vaciadas en moldes nunca empleados hasta el da.</p> + +<p>A fin de que este teatro, y permtaseme lo pomposo de la frase, +cumpliese con su misin, sera indispensable que tuviese una junta +directiva. Y como esta junta tendra su criterio y querra y debera +imponerle, resultara que el <i>teatro libre</i> sera el menos libre de +todos los teatros.</p> + +<p>Supongamos que ya existe, y supongamos tambin que yo soy un autor +dramtico que aspira darse conocer y ofrece una obra suya. Las +empresas de la mayor parte de los teatros deben considerarse como +meramente mercantiles. Si rechazan la obra que yo presento, no habr en +ello, literariamente, ni agravio, ni sentencia, ora sea injusta, ora +justa, que me desaliente humille.<a name="page_215" id="page_215"></a> Las empresas no fallan +literariamente contra mi obra, slo dicen, con acierto sin l, que no +es aquello lo que pide el mercado y que no deben aceptarlo, porque no +tendr buena salida y ser mal negocio. Pero si en el teatro, mal +llamado libre, que trata de fundarse, la junta directiva desecha mi +obra, al desecharla, aunque afirme que no es tal su intencin, +literariamente me condena, empezando por someterme un tribunal +literario y preceptos y reglas en cuya virtud ese tribunal juzga y +sentencia.</p> + +<p>Es, pues, evidente que el tal <i>teatro libre</i> ser el menos libre de +todos; ser un alto magisterio, un tribunal supremo, un directorio +iniciador y propagador del buen gusto en lo tocante poesa dramtica; +en fin, ser todo lo que se quiera menos un teatro libre. Los teatros +libres son los que ahora hay.</p> + +<p>Lo dicho hasta aqu contra el falso teatro libre no impide que desee yo, +como el que ms, que tengamos en Madrid un <i>teatro modelo</i>, con cuantas +condiciones y requisitos sean convenientes para representar bien toda +clase de dramas.</p> + +<p>Antes de explicar de qu suerte me alegrara yo de que se fundase este +teatro, voy hacer algunas declaraciones.</p> + +<p>Primeramente, yo no creo que la produccin dramtica espaola en el da +sea inferior, ni por calidad ni por cantidad, la de ninguna otra +nacin del mundo. Slo Francia compite con nosotros, y en sentir de +muchos, aunque no en el mo, nos vence.<a name="page_216" id="page_216"></a></p> + +<p>Es la segunda declaracin que ningn gnero de trabajo literario est en +Espaa mejor retribuido que el del dramaturgo. Y por esto, y por +entender yo que para que una literatura sea espontnea y natural, +importa que slo tenga al pblico por Mecenas, ni pido ni quiero +proteccin y auxilio del Gobierno para los que escriben dramas.</p> + +<p>Es la tercera declaracin que nuestros actores no me parecen tan malos +como asegura la gente, llevada de la mana, hoy muy en moda, de rebajar +y hasta de denigrar todo lo nuestro, como si fusemos la nacin ms +desventurada y ms decada de la tierra.</p> + +<p>Poseyendo, pues, como sin duda poseemos, autores y actores, lo que +principalmente nos falta es una empresa que pague sin tacaera ni +apuros los artistas y hasta asegure su porvenir y la materialidad de +un teatro muy elegante, lujoso y rico en decoraciones, trajes y +maquinaria. Si un prncipe poderoso, si un banquero si varios +capitalistas, si una compaa por acciones, fundase este teatro, yo +doy por cierto que mereceran aplauso y gratitud de la patria y que no +perderan su dinero, porque, si bien no hay mucho en Espaa, la gente es +esplndida, gusta de divertirse, y el teatro modelo, de lujo, como +queramos llamarle, estara lleno siempre.</p> + +<p>Como tengo an muchsimo que decir sobre este asunto y usted recomienda +la brevedad, y yo no atino con ella, he guardado esta carta, escrita +desde hace das, sin atreverme enviarsela<a name="page_217" id="page_217"></a> usted y casi desistiendo +ya de envirsela. Ahora estoy de otro humor y se la envo, en la +inteligencia de que la carta tendr cola, mejor dicho, ser como +cereza en la que se enredan otras por el cabo y la siguen. A esta carta +seguirn otras dos. Si pesar de la inevitable condicin que pongo no +teme usted que yo peque de prolijo, inserte mi carta en su apreciable +peridico y crea que se lo agradecer.</p> + +<h4>II</h4> + +<p>Muy Sr. mo y amigo: Ya dije V. que no quiero ni comprendo el teatro +libre sea ms libre que los teatros que hay ahora en Espaa. Esto no +se opone que yo quiera y desee un teatro normal modelo. Y como dicho +teatro ha de estar en algn punto y no le hemos de fundar en Ovejo, en +Churriana en la Madroera, lo natural y razonable ser fundarle en +Madrid, sin hacer caso de la ruin y disparatada envidia del +regionalismo.</p> + +<p>Aqu se me ocurre algo que me atrevo llamar antinomia y que no puede +menos de motivar una digresin inevitable aunque prolija. Ojal que no +sea cansada. Mil y mil veces he sostenido que la literatura, sobre todo +la amena, si ha de ser natural y espontnea y no artificiosa y criada en +invernculo, conviene que slo tenga por Mecenas al pblico que la lea, +la pague, la comprenda y la inspire. Nada de proteccin por<a name="page_218" id="page_218"></a> parte de +principes y de gobiernos para novelistas y poetas. Alfieri compuso un +elocuente y hermoso libro sosteniendo esta tesis y yo le he aprobado y +aplaudido. Pero aqu surge la antinomia. Tratar de explicarla.</p> + +<p>Yo creo pie juntillas en el progreso indefinido. El trmino ideal de +este progreso es, en mi concepto, individualista.</p> + +<p>El linaje humano, constituido en sociedad, puede adelantar tanto en el +camino de la perfeccin que casi sin casi no necesite gobierno. En la +meta de su carrera triunfante coloco yo, en mis sueos dorados, una +pacfica y deliciosa anarqua. El inters de los particulares, la +iniciativa y los bros de asociaciones libres procurarn hacer y +conservar caminos y canales, llevar las cartas, cuidar de telgrafos, de +telfonos y de cuanto ms tarde se invente, y fundar y sostener escuelas +donde cada cual ensee lo que ms verdadero, til bonito le parezca. +Y, como progresaremos tanto que los hombres, segn determina la +Constitucin de 1812, sern todos justos y benficos, los tribunales y +los jueces estarn de sobra. El orden pblico ser tan primoroso +inalterable que no ser menester fuerza armada que le conserve. Y como +las naciones no seguirn amenazndose y tratando de saquearse unas +otras, sobrevendr la paz perpetua y se suprimirn el ejrcito y la +marina nacional, tan costosos en el da. De aqu que el gobierno no +servir para nada, y los pueblos, por evolucin y no por revolucin, +pacfica<a name="page_219" id="page_219"></a> y no tumultuosamente, los obligarn que se jubilen. Tal es +el risueo porvenir que yo me finjo, pero no he de negar qu est muy +remoto. Todo es relativo, segn decia D. Hermgenes. Los sabios modernos +dan millones de aos de existencia este mundo en que vivimos. La vida, +el <i>protoplasma</i>, la <i>monera</i>, como queramos llamarlo, apareci +tambin mucho tiempo ha. Y el hombre, valindose ya de la palabra, con +organizacin social, y hasta fundando reinos, imperios y repblicas, +vive, si hemos de creer sabios profundos, hace veintisis mil aos. +Por aquel entonces, afirma Rodier, como si lo hubiera visto, que los +arios se disputaron, se dispersaron y se dividieron en indios, iranios y +otros pueblos, de quienes proceden las ms nobles naciones de Europa.</p> + +<p>Aceptado lo dicho, resulta que la humanidad es ya muy vieja, y con todo, +yo he leido en un libro de otro sabio ms profundo an, esta sentencia +que me ha dejado turulato:</p> + +<p><i>La humanidad, considerada en su vida colectiva, no ha nacido an.</i></p> + +<p>El sabio echa despus sus cuentas, se mete en muy ingeniosas honduras, y +averigua, determina y declara la poca en que la humanidad empezar +nacer. Ser, sobre poco ms menos, dentro de catorce mil y seiscientos +aos. Me parece que en perodo tan amplio bien puedo yo estirar y +extender con holgura mis esperanzas hasta su completsimo logro en la +anarqua de que he hablado. Suponiendo ahora que con el andar de<a name="page_220" id="page_220"></a> los +siglos subimos tan gloriosa cumbre y alcanzamos tamaa ventura, +todavia no me explico que, suprimidos los gobiernos segn son y se +conciben hoy, no haya y persistan rganos directores de esa humanidad +colectiva que nace y de cada una de las diferentes naciones, que han de +permanecer separadas y distintas, fin de que la monotona y la +uniformidad no aburran los hombres y no los impulse ahorcarse.</p> + +<p>Imaginmonos llegados la perfeccin en cuanto cabe en lo humano. No +necesitaremos gobierno que ampare y reprima porque la paz y la seguridad +sern completas, ni que nos haga ferrocarriles, carreteras y otros +medios de comunicacin ms ingeniosos que en lo venidero se inventen, +porque nosotros lo haremos, ni que procure nuestro bienestar material, +porque le procuraremos nosotros, ni que nos ensee en sus escuelas +pblicas, porque cada uno de nosotros ensear y aprender lo que se le +antoje.</p> + +<p>Y sin embargo, hasta dentro de esta soada perfeccin, sera ineludible +el rgano de que hemos hablado: un gobierno por otro estilo, pero al fin +un gobierno. Compongmosle, pues, de un Gran Metafsico, como en la +Ciudad del Sol de Campanella, el cual convendra que fuese un rey +hereditario, separado secularmente del vulgo, para que tuviese majestad +y careciese de una larga parentela ordinaria cursi, y asesorado este +rey gran metafsico de un consejo asamblea de varones doctos +elegidos por el pueblo.<a name="page_221" id="page_221"></a></p> + +<p>El ministerio oficio de este supremo directorio haba de ser ordenar +las manifestaciones del espritu colectivo, sin el cual la nacin se +desmenuzara y no sera nacin, sino conjunto material, inarmnico y +deforme de individuos que en lo tocante la comunin de los espritus +quedaran aislados, y no con vida sino con muerte colectiva.</p> + +<p>Infirese de todo que, hasta en un ideal inasequible slo asequible +dentro de ciento cuarenta y seis siglos, y ya por dicha desgobernados +los hombres en cuanto importa su inters material, no podran menos de +tener un directorio que diese unidad y que ordenase las apariciones, +epifanas muestras constantes del Genio de la nacin, que no muere ni +puede morir sin que la nacin muera. Por consiguiente, el rgano, +vicario delegado de este Genio, exento ya de cuidados materiales, sin +armas para defenderse y ofender, slo se empleara en las cosas del +espritu y stas seran de dos clases esencialsimas.</p> + +<p>Claro est que yo, que soy tan fervoroso amante de la libertad y tan +firme creyente en ella, no puedo suponer que entonces no la tuviese +completa cada individuo para pensar y decir de Dios lo que mejor le +pareciese y para adorarle y darle culto su manera. Pero la religin es +de dos modos. Por uno de ellos, ms profundo y ms ntimo, pero menos +solemne, cada alma humana se pone en relacin con su Hacedor y le busca, +y tal vez le halla y hasta consigue unirse<a name="page_222" id="page_222"></a> con l por inefable +misterio. Por el otro modo, ms solemne y excelso, y en mi sentir +ineludible, porque sin l lo ms grandioso y bello de la existencia +desaparecera, la muchedumbre de los seres humanos concordes todos, y +por bajo de ella cada nacin separadamente, deben adorar Dios y tener +su culto, sus sacerdotes, sus templos y sus ceremonias y pompas +religiosas.</p> + +<p>Aun supuesta la religin catlica cosmopolita, ser, valindonos del +smil de un gran poeta, como la luz, que suscita diferentes colores en +los diferentes objetos en que se posa. De aqu que la religin, aun +siendo universal y nica en su esencia, ha de tener en cada pueblo +aspecto distinto en los accidentes y en la forma.</p> + +<p>Importa, pues, aunque lleguemos la perfecta anarqua de mi sueo, que +haya una religin del Estado en que aparezcan y den razn de s la idea +y el sentimiento colectivos del Genio nacional, y que haya una direccin +para esto, direccin nacional que deber ponerse y conservarse en +perfecta concordancia con el centro directivo y superior religioso, en +lo que tiene la religin de universal de catlica.</p> + +<p>Y vea Vd. por donde, hasta realizada ya mi deliciosa anarqua, dejo yo +en pie reconstituyo sobre ms hondas bases y firmes cimientos uno +modo de ministerio de cultos, con Concordatos y todo, y hasta con un +seminario Universidad catlica central, donde se ensee +fundamentalmente la teologa del Genio nacional, las<a name="page_223" id="page_223"></a> creencias +religiosas, metafsicas y morales del espritu colectivo.</p> + +<p>La otra epifana manifestacin constante y gloriosa del Genio de la +nacin es el arte. Y del arte, el teatro es lo ms sinttico y acabado. +En l concurren y presiden Apolo y todo el coro de las Musas. La Poesa +se alza en el centro como reina, y en torno de ella, acatndola, +sirvindola y cuidando de su ornato y alto decoro, han de estar la +Msica, la Danza, la Pintura, la Arquitectura y la Indumentaria.</p> + +<p>Si es menester que la nacin, como nacin, rinda culto la verdad, que +en su ms alto punto es la religiosa, tambin es menester que rinda +culto, colectivo y unnime, la belleza, la cual, all en lo sumo, es +atributo divino. As, pues, aun en mi anarqua, es ineludible otro +ministerio al lado del de cultos: el ministerio del teatro y de las +otras pompas, espectculos, procesiones y ceremonias nacionales +profanas.</p> + +<p>Ahora bien; cuando sin gobierno material, sino ya slo con una sombra de +gobierno con gobierno-espritu, requiere la misma esencia de nuestro +ser colectivo humano que haya un teatro que el Estado sostenga, no veo +yo contradiccin, pesar de todo mi individualismo, en que, en esta +poca atrasadsima en que vivimos, haya tambin un teatro que el Estado +sostenga y que sea el teatro normal modelo. Es cierto que pudiera +fundarle y sostenerle un prncipe rico una asociacin de capitalistas, +pero mejor y ms digno es que lo sostenga el Estado.<a name="page_224" id="page_224"></a></p> + +<p>Ya veremos por qu y cmo.</p> + +<p>Perdneme Vd. que sea tan difuso.</p> + +<h4>III</h4> + +<p>Muy seor mo y distinguido amigo: Ya anunci Vd. que tenia yo +muchsimo que decir sobre la cuestin del llamado <i>Teatro libre</i>. No +extrae, pues, que le dirija esta tercera carta, procurando que sea la +ltima, si bien acaso no lo consiga. No una serie de breves artculos, +sino una obra en dos tres gruesos tomos pudiera escribirse sobre la +cuestin mencionada.</p> + +<p>Cada cual tiene su modo de discurrir, y yo tambin tengo el mo. Suele +ste consistir en presentar, de antemano, extremndolos, los argumentos +ms poderosos que contra mi tesis pueden dirigirse, y en decir luego, +<i>si licet in parvis magnis exemplibus uti</i>, lo que dicen que dijo +Galileo: <i>e pur s muove</i>.</p> + +<p>De aqu, sin duda, que el ingenioso y agudo <i>Clarn</i>, lisonjendome +mucho con sus generosas alabanzas, haya impugnado, no mi tesis, sino los +argumentos que previamente present yo en contra de ella, fin de +saltar luego por cima y desbaratarla. Fueron modo de obstculos que yo +mismo puse para hacer ms lucida la carrera y que tuviese saltos y todo. +<i>Clarn</i> ha removido allanado los obstculos. Dios se lo pague. As mi +carrera ser por lo llano: si menos lucida, ms fcil.<a name="page_225" id="page_225"></a></p> + +<p>El teatro, repito, es hoy, libre en Espaa, y no puede ni debe serlo +ms. Lo que importa, por consiguiente, es establecer un teatro <i>normal</i> + <i>modelo</i>. <i>Clarn</i> mismo se ha encargado de refutar no pocos de los +argumentos que se ofrecen en contra. Estoy de acuerdo con l: mejor es +someterse al fallo de una junta directiva compuesta de los ms +entendidos y reputados literatos, que no al capricho de un empresario, +tal vez ignorante, y tal vez sujeto al influjo de envidiosos y +aduladores que, hasta por no dar la cara, pueden dar, sin temor ni +escrpulo, muy malos consejos.</p> + +<p>Con el beneplcito y auxilio de <i>Clarn</i>, establezco el teatro <i>normal</i> + <i>modelo</i>, y le establezco <i>en principio</i>, para lo cual nuestra +voluntad basta y sobra, sin que tengamos necesidad de dinero, de lo +que en cierto lenguaje picaresco se llama <i>caballo blanco</i>.</p> + +<p>A pesar de mi radical individualismo, he tratado de demostrar y creo +haber demostrado que, hasta despus de llegar la deliciosa anarqua, +trmino ideal de la perfeccin humana, conviene que persista algo modo +de gobierno, el cual dirija y ordene las manifestaciones <i>epifanas</i> +del Genio colectivo: que persistan un ministerio del culto y otro del +teatro y dems ceremonias, pompas y fiestas nacionales profanas. As, +sin contradiccin con mi individualismo, afirmo yo que el teatro +<i>normal</i> <i>modelo</i>, debe hoy, con ms razn que dentro de ciento +cuarenta y seis siglos, cuando la humanidad colectiva<a name="page_226" id="page_226"></a> nazca, ser +sostenido por el Estado. Que le sostengan uno varios particulares +ricos es menos plausible, menos posible y menos decoroso. Es menos +plausible porque el particular los particulares se propondrn ganar +dinero, como cada hijo de vecino, y entonces el teatro <i>normal</i> +<i>modelo</i> no lo ser en realidad, sino ser un teatro, peor mejor, +<i>libre</i>, aunque sujeto una empresa particular como las dems que hay +ahora. En el da no cabe esperar que salgan relucir magnates, +prncipes, ediles rumbosos, como los que hubo en lo antiguo, que se +gastaban millones de sestercios, ya para divertir y entusiasmar la +plebe con esplndidos espectculos, ya para erigir grandiosos monumentos +y hermosear su patria, como hicieron Heredes Atico y otros. Buenos +andan los ediles de ahora para descolgarse con semejantes bizarras! Y +si bien se mira, hasta los ediles de otros tiempos no solan ser +desinteresados cuando se descolgaban con ellas, porque, se parecan +aquel seor Robres del epigrama, que hizo los pobres antes de hacer el +hospital, bien derrochaban el dinero para satisfacer la ambicin, +ganndose el favor de la muchedumbre y comprando sus votos.</p> + +<p>Es poco plausible y es casi imposible que un particular varios +sostengan el teatro <i>normal</i>, porque debe ser sostenido con +desprendimiento y sin que piense ganar dinero ni nada quien gaste su +dinero sostenindole. Y es adems menos decoroso que le sostengan +particulares, porque el pueblo no ha menester, en el da, esta <a name="page_227" id="page_227"></a> modo +de limosna. Decidamos en virtud de todo lo dicho, que sea el Estado +quien le sostenga, esto es, la nacin el pueblo mismo. La junta +directiva y los actores, en vez de ser los asalariados de un particular, +recibirn su salario de Estado, sea del pueblo, lo cual, mi ver, es +ms digno y honroso.</p> + +<p>No recuerdo bien lo que dice <i>Clarn</i> de que no quiere de que no pide +lujo. Entendmonos. Si por lujo se entiende lo que yo entiendo, yo le +quiero y le requiero. Y si ahora no le pido es porque sera pedir +cotufas en el golfo, y porque con esta picara guerra de Cuba no est la +Magdalena para tafetanes. Pero supongamos, y Dios nos oiga, que ya se +acab la guerra de Cuba y que volvemos tener prosperidad y +bienandanza. Esto supuesto, ya me tienen Vds. pidiendo el teatro +<i>normal</i> <i>modelo</i>, sostenido por el Estado, no para ganar, sino para +perder anualmente, aunque el teatro est todas las noches de bote en +bote, un milln de pesetas que iguale los ingresos con los gastos.</p> + +<p>El emperador de Austria, caballero muy cabal, de gusto delicado, con +cuantiosas rentas propias, edil la antigua sin ambicionar ya nada, y +si no Herodes hebreo, porque gusta de los nios y no los mata, nuevo +Herodes Atico, porque hermosea Viena con monumentos magnficos, dicen +que se gasta en el teatro ms de 500.000 florines al ao, lo cual sube +por cima del referido milln de pesetas.</p> + +<p>Por qu, no el monarca, que como particular<a name="page_228" id="page_228"></a> dista bastante de ser tan +rico, sino el Estado cuando salga de guerras y de apuros, no ha de +imitar aqu al emperador munfico de que voy hablando?</p> + +<p>En pocas cosas podra emplearse el dinero con mayor beneficio del buen +gusto, de la general ilustracin y de la cultura.</p> + +<p>No es feo el teatro del Prncipe. Por esto, porque recuerda grandes +triunfos literarios y artsticos, y por otras mil razones, debe +conservarse, cuidarse y tenerle abierto siempre que se pueda, con buena +compaa. Pero en la nacin que se jacta, sin pecar de vanidosa, de +poseer la ms rica, original y sublime literatura dramtica, sin que se +le adelanten Grecia, Inglaterra y Francia, pesar de Esquilo, +Eurpides, Sfocles y Menandro, y pesar de Shakespeare, Corneille, +Racine y Molire, es bastante monumento nacional de esta gloria, es +digno templo de nuestra Melpmene y de nuestra Talia el antiguo y +modesto Corral de la Pacheca, por muy corregido, repintado y revocado +que le pongamos?</p> + +<p>Lo primero, por consiguiente, haba de ser erigir para teatro <i>normal y +modelo</i> un edificio grande y hermoso donde se luciesen el arquitecto de +ms mrito y fama y nuestros ms valientes escultores en las estatuas y +relieves que adornasen y magnificasen la fachada, los peristilos, los +anchos prticos y las empinadas acroteras. Ya se entiende que este +edificio haba de estar aislado, no empotrado entre casas como los<a name="page_229" id="page_229"></a> +pobres teatros que ahora tenemos, salvo el teatro Real, tan +abominablemente feo en lo exterior, que harto bien merece estar +empotrado.</p> + +<p>En fin, yo quisiera en Madrid un nuevo teatro Espaol, que fuese al +teatro alemn de Viena (Hofburgtheater) lo que, en proporcin +geomtrica, es la literatura dramtica espaola la literatura +dramtica alemana.</p> + +<p>Construdo ya el teatro, sera menester dotarle de toda la maquinaria, +decoraciones, trajes y dems riquezas y esplendores que en el de Viena +hay y se lucen.</p> + +<p>Luego debera formarse una buena compaa de actores, igual y armnica, +digmoslo as; esto es, que no hubiese uno dos actores buenos y hasta +excelentes, siendo los dems malos medianos; sino que todos ellos +compusiesen un bien concertado conjunto, y que asimismo no repugnase +ninguno representar un papel que le pareciese de poca importancia +lucimiento, sino que se sometiese al director y su severa disciplina. +De esta suerte saldran bien representados todos los dramas, y el bueno +parecera mejor, y el no muy bueno parecera tolerable.</p> + +<p>Otra cosa de que importara muchsimo que cuidase la junta directiva es +de que el personal fuese muy guapo, en particular las mujeres. La +educacin esttica de un pueblo no se forma ni se mejora, sino se +corrompe y se vicia, manifestndole lo feo, lo inelegante, lo canijo, lo +estropeado, lo ruin y lo plebeyo de la figura humana. As como la +naturaleza influye en el arte,<a name="page_230" id="page_230"></a> ya que Fidias y Praxiteles no hubieran +esculpido las maravillosas imgenes de Jpiter, Minerva y Venus, si no +hubieran tenido modelos de gran valer, as el arte influye en la +naturaleza, porque las mujeres y los hombres, que contemplan lo bello en +las representaciones artsticas, se enriquecen la imaginacin, +influyendo esto en todo el organismo vital, hace que nazcan chiquillas y +chiquillos preciosos. Est probado que, desde el siglo de Pericles en +adelante, las mujeres griegas, fuerza de contemplar las obras maestras +de la escultura y de la pintura, vinieron ser mucho ms hermosas que +en los siglos anteriores: Y yo he ledo tambin, en autores muy +formales, que esas areas, aristocrticas y semi-divinas imgenes de +mujer, que en los libros de Keepsake nos deleitan, no son copia de las +Ladies y de las Misses ms celebradas, sino son como norma pauta la +que esas Misses y esas Ladies se han ajustado, y son como molde en que, +trascendiendo de lo espiritual lo fsico, las han fundido sus madres.</p> + +<p>El entendimiento elevado, la no comn habilidad, y sobre todo el genio +del artista, no equivalen, sino valen ms que la hermosura. Esa +portentosa luz interior del espritu se difunde por todo el cuerpo y le +ilumina y hermosea. Claro est, por consiguiente, que en los actores y +actrices principales no tendr la junta directiva que investigar y +probar si hay no corporal belleza. La dicha investigacin, la prueba y +el cuidado se ordenan slo para las figurantas, coristas<a name="page_231" id="page_231"></a> y otra gente +de segundo de tercer orden.</p> + +<p>Digo esto no en tono de broma, sino con la mayor gravedad. Lo demostrar +con un ejemplo.</p> + +<p>En el Hofburgtheater de Viena, se representa el <i>Fausto</i> (primera y +segunda parte) con todas sus fantasmagoras y con todas sus magias: +hasta con el <i>Prlogo en el cielo</i>. All, en medio de sonrosadas y +luminosas nubes, se adelantan los tres arcngeles, Miguel, Rafael y +Gabriel, y declaman, al comps de una msica verdaderamente celestial, +aquel elocuentsimo himno en alabanza del Criador y en alabanza del +Universo, su obra, la cual sigue hoy tan perfecta como en el da en que +fu creada. Los tres arcngeles son tres muchachas altas, esbeltas, +airosas y tan ligera como elegantemente vestidas. Yo aseguro que parecen +de verdad los tres arcngeles, con alas refulgentes, con ureos yelmos y +con fulmneas espadas. Pero si fueran tres hembras de formas +exuberantes, paticortas y cabezudas, cmo haban de parecer arcngeles? +Desde el comienzo se pondra en ridculo el poema de Goethe, y se hara +del empreo la ms ruin y bellaca caricatura. Es indispensable, pues, +que sean guapas las actrices de tercer orden. Y aqu debo advertir que +no basta para esto el cuidado de la junta directiva. Es menester tambin +que los espaoles desechen la propensin que tienen, <i>more turquesco</i>, +retirar del teatro toda mujer guapa, aunque sea casndose con ella y +muy santamente. Yo doy por seguro que rara vez, que nunca<a name="page_232" id="page_232"></a> se le +ocurre un alemn, por enamorado que est, incurrir en rapto y +secuestro tan perjudiciales la esttica y las artes todas, antes +bien se engre de que la muchedumbre contemple y admire desde lejos lo +que l ms de cerca y con mayor intimidad acaso contempla y admira.</p> + +<p>Es indudable, mi ver, que si los citados tres arcngeles fuesen tres +princesas reinas, ms menos morganticas, seguiran saliendo las +tablas con beneplcito y satisfaccin de sus principes reyes.</p> + +<p>Me voy extendiendo demasiado. Pero hay tanto de que hablar en estos +asuntos teatrales!... En fin, yo pido disculpa, y termino esta carta +pidiendo tambin permiso para escribir otra que ser definitivamente la +ltima.</p> + +<h4>IV</h4> + +<p>Muy seor mo y distinguido amigo: Me he engolfado tanto en el asunto +del teatro que no s cmo podr salir de l tan pronto como deseo.</p> + +<p>A semejanza de Platn, Toms Moro y otros, que construyen una ciudad +ideal, me he lanzado yo, en esfera mucho ms chica, forjar una modo +de utopa teatral dramtica ms bien escnica.</p> + +<p>Ya tenemos, cuando no en realidad, imaginariamente, edificio para el +teatro; la mejor compaa posible hoy en Espaa, y un abundante,<a name="page_233" id="page_233"></a> lujoso +y escogido material de trajes, muebles, armas y decoraciones.</p> + +<p>Para custodia de las cosas materiales, para llevar la cuenta de gastos y +de ingresos, y para cuanto es meramente econmico y administrativo, +establezcamos una oficina dependiente del ministerio de Fomento.</p> + +<p>Pronta ya la mquina, dmosle cuerda y que eche andar en la direccin +que conviene. Mas como para darle cuerda y dirigirla son menester una +voluntad y una inteligencia, concedmoslas la junta directiva que +este fin creemos.</p> + +<p>Harto conozco que voy disgustar muchos lectores, que en no pocos voy + suscitar contra m el desdn el enojo. Dir, no obstante, mi leal +parecer sobre la composicin y constitucin de la Junta. La compondrn +dos acadmicos de la Real Academia Espaola, elegidos por sus +compaeros; uno de la seccin de msica de la Academia de Bellas Artes; +otro elegido por las secciones de artes del dibujo que hay en la misma +Academia; otro elegido por la Academia de la Historia entre sus +individuos de nmero; y, por ltimo, el primer actor del teatro que ya +hemos creado.</p> + +<p>Estos seis vocales, legalmente, no han de importar ni valer ms unos que +otros, aunque cada cual tenga su especial cuidado y oficio. Para +presidir la Junta, no quiero decir de repente lo que pienso yo, fin de +que no den un brinco de espanto los que me lean.</p> + +<p>Considrese que en Espaa hay, desde hace<a name="page_234" id="page_234"></a> tiempo, un lamentable +divorcio entre las artes y las letras castizas y propias de nuestro +suelo y la gente que ha visto y corrido ms mundo y que parece ms culta +y que es debiera ser ms distinguida y elegante. El bello sexo, sobre +todo, y ms an el de la <i>high-life</i>, nos es contrario.</p> + +<p>Grosero injusto sera decir con Iriarte:</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left"> Las mujeres que ahora no despuntan,</td></tr> +<tr><td align="left">como en siglos pasados, por discretas,</td></tr> +<tr><td align="left">si en el teatro pblico se juntan,</td></tr> +<tr><td align="left">aplauden cuando ms al tramoyista,</td></tr> +<tr><td align="left">oyen tal cual chuscada del sainete,</td></tr> +<tr><td align="left">y sirve lo dems de sonsonete,</td></tr> +<tr><td align="left">mientras que estn haciendo una conquista.</td></tr> +</table> + +<p>Nada; no digamos semejante blasfemia, pero reconozcamos que hay sobrado +desprecio por lo nacional inclinacin decidida y admiracin exagerada +hacia lo extranjero. Se deploran la cancamurria y los hpidos de +nuestros actores y, sin caer en la cuenta, parecen deliciosos el +inaguantable martilleo de los actores franceses, su remilgada afectacin +y el continuo subrayar de palabras y frases fin de que las agudezas +sutiles penetren bien en las mentes obtusas del auditorio, lo cual hasta +llega ser ofensivo, ya que presupone tontera en el pblico y la +necesidad de un embudo y de un cazo de bayeta para que trague lo ms +dificultoso y enmaraado.</p> + +<p>Y no es solo contra los actores, sino tambin contra los autores este +desprecio. Ignoran los usos y costumbres de la buena sociedad; cuando la +describen se equivocan del modo ms deplorable. En fin, todo son +<i>cursis</i>.<a name="page_235" id="page_235"></a></p> + +<p>Lo que llaman en Francia <i>alta comedia</i> no es posible entre nosotros. En +cambio las obras dramticas de Sardou y de Dumas hijo, que tratan de +pintar el mundo elegante de Pars, enamoran, pasman y hechizan no +pocas de nuestras damas. No advierten que aquellos discreteos y <i>tiquis +miquis</i> suelen estar confeccionados con una ms honda y radical +<i>cursera</i>. Con relacin la nuestra es como el aguardiente con +relacin al vino. <i>Francillon</i> y <i>Le monde o l'on s'ennuie</i>, por +ejemplo, son de una cursera pasada por alambique; obras de insufrible +afectacin, y como entre la moral y la esttica hay lazos muy estrechos, +obras tambin de moralidad extravagante y corrompida, por lo mismo que +tratan de ser docentes y de corregir las costumbres.</p> + +<p>No poco podra yo decir sobre todo esto, pero no tengo espacio. +Saltemos, pues, y volvamos la Junta directiva. Yo aspiro la perfecta +conciliacin de nuestra sociedad elegante y de nuestra literatura +castiza. Conviene para ello que sea elegante el teatro cuando represente +elegancias, y que no se extralimite, ni propagando doctrinas +antisociales, ni con stiras personales y rudas, ni con demasiadas +verduras y escabrosidades. As, pues, y repito que yo estoy fantaseando +una utopa, si de mi dependiera, yo elegira una dama discreta +ilustrada para presidenta del <i>teatro normal modelo</i>. Estoy seguro de +que ella velara para que lo poco decente, lo indecoroso, lo falsamente +sentimental y lo inelegante y afectado se desterrasen del teatro modelo, +nico que no<a name="page_236" id="page_236"></a> sera libre, pues yo dejara los otros en la completa +libertad de que gozan ahora, si bien con la esperanza de que por influjo +del teatro modelo haban de corregirse y mejorarse.</p> + +<p>No se infiera de lo expuesto que yo propenda que nuestro <i>teatro +modelo</i> sea, segn dicen los franceses, con frase hecha, <i>honnte mais +embtant</i>. Nada menos que eso; yo gusto del regocijo y del desenfado, +con tal de que no traspasen los lmites del decoro.</p> + +<p>Por esto, por otras razones expuestas ya y por otras muchas que sera +prolijo exponer aqu, vendra como de molde una dama discreta para +presidenta de la Junta.</p> + +<p>De cada cinco funciones haba de haber una cuyo producto lquido se +consagrase establecimientos de beneficencia. Buena falta hacen en +Espaa. Dos aos y medio he pasado ltimamente en Viena, y ni en calles, +ni en paseos, ni en parte alguna, me ha pedido nadie limosna.</p> + +<p>Claro est que el teatro ideal que voy formando es todo lo contrario del +teatro libre, y mucho menos es <i>teatro protesta</i>. Yo no niego la razn +<i>Clarn</i>; protestando contra el mal gusto, se consigue veces que +triunfe el bueno. Moratn le hizo triunfar protestando contra Comella; +pero no es esto lo que ordinariamente sucede, y todo protestantismo es +muy peligroso. El Estado no puede menos de ser conservador. As como si +tiene una religin es porque la cree verdadera, as debe tener tambin +fe en su buen gusto, pero sin alentar los que buscan en literatura +peligrosas<a name="page_237" id="page_237"></a> novedades. Queden para eso los teatros libres, si se atreven + tanto y les da por convertirse en <i>teatro protesta</i>.</p> + +<p>Lo que se llama genio es prenda muy rara, y el afn de hacer creer que +le tienen deslumbra y extrava no pocos incautos y presuntuosos, y los +induce producir disparatadas monstruosidades. Absurdo sera que +cresemos el teatro modelo para apadrinarlas. Si cabe comparar lo +sagrado con lo profano, sera esto tan ridiculo como si el Estado +erigiese un magnifico templo y ensayase en l la religin de Brahma, de +Buda, de Zoroastro de cualquier profeta flamante, ver si el pueblo +la prefera al catolicismo y se converta.</p> + +<p>Si en la religin hay herejes, en las artes tambin los hay. Queden en +libertad: no los persigamos, pero no los protejamos tampoco.</p> + +<p>Recuerdo haber visto en Bruselas una Exposicin de pintura y escultura +hecha por <i>artistas libres</i>, que protestaban furiosos, en nombre del +progreso y del arte del porvenir, contra el arte oficial, ordinario y +trillado. Aseguro que no soaba yo con ver ni he visto jams delirios +ms estupendos, pintados y esculpidos, ni ms abominables creaciones. Y +cuenta que, en medio de su extravo, no poda negarse original y +distinguido talento no pocos de aquellos <i>artistas libres</i>.</p> + +<p>Prescindo de la ilacin y procedo brincos y con aparente incoherencia +para que esta carta sea la ltima, y no escribir una docena.<a name="page_238" id="page_238"></a></p> + +<p>La Junta directiva haba de renovarse cada dos aos.</p> + +<p>Los vocales tendran sueldo dietas. No comprendo que nadie trabaje de +balde, humillando haciendo competencia invencible al que necesita +vivir de su trabajo. Al que no lo necesitase nadie le impedira gastar +su sueldo en obras de misericordia regalar al teatro mismo, para +adorno de sus galeras y salones de descanso, bustos y pinturas que +representasen nuestros mejores dramaturgos, actores y actrices.</p> + +<p>Las funciones del <i>teatro modelo</i> habran de dividirse por igual en tres +clases: una sera de composiciones dramticas de antiguos autores cuyas +obras fuesen ya del dominio pblico; otra sera de composiciones de +autores, vivos muertos, de cuyas obras conservasen la propiedad ellos, +sus herederos sus editores; y otra, por ltimo, de composiciones +inditas. Tendramos, pues, que slo el tercio de las representaciones +de nuestro teatro sera para los estrenos. As la Junta directiva podra +mostrarse severa y aceptar slo obras excelentes que ella juzgase +tales. En los teatros libres se dara la protesta la apelacin al +juicio pblico, aceptando las obras desechadas, obras, por otra parte, +que, al no ser aceptadas por nuestro teatro, no recibiran agravio, ya +que nuestro teatro no podra ser bastante para muchos estrenos.</p> + +<p>En nuestro teatro no habra de hacerse jams la en mi sentir absurda +distincin del <i>gnero chico</i> y del gnero no chico. Lo bueno no es +chico<a name="page_239" id="page_239"></a> nunca. Hay no pocos sainetes que valen ms que multitud de dramas +y de tragedias en cinco actos. Nada es ms difcil, ms envidiable y ms +precioso que hacer reir con burlas y chistes urbanos sin desvergenza y +sin chocarrera.</p> + +<p>Por esto quisiera yo que volvisemos la antigua usanza, y que, no +ser un drama extremadamente largo, concluyese toda funcin con su +correspondiente divertido sainete.</p> + +<p>En la indumentaria convendra tener el mayor esmero. No slo los trajes, +las armas, el peinado y dems adornos de las personas, sino tambin los +edificios y los muebles habran de ajustarse siempre con la posible +exactitud la poca y al pas en que se desenvolviese la accin +dramtica. nicamente podran quedar exceptuados de esta regla algunos +dramas antiguos en que hay algo de fantstico y de ideal en el lugar y +en el tiempo. Pase v. gr. que en <i>El desdn con el desden</i> no salgan los +actores vestidos con trajes de la Edad Media, de cuando haba soberanos +independientes en Provenza y en Catalua, sino que salgan vestidos +anacrnicamente con trajes del siglo <span class="smcap">xvi</span> del siglo <span class="smcap">xvii</span>.</p> + +<p>Mi indulgencia, no obstante, no llega hasta el extremo de aprobar lo que +he visto en Alemania, donde el lacayo, gracioso y agudo, que aconseja el +desdn para vencer el desdn de doa Diana, sale vestido como Fgaro en +<i>El Barbero de Sevilla</i>, como un majo de Goya. Esto me parece tan +extravagante como lo que he odo decir que aconteca hace un siglo entre +nosotros, cuando,<a name="page_240" id="page_240"></a> al ponerse en escena <i>El maestro de Alejandro</i>, sala +Aristteles vestido de abate, con casaca, chupa, espadn, zapato de +hebilla y capita veneciana.</p> + +<p>No pocos de nuestros antiguos dramas son tan anacrnicos que apenas +sera posible ponerlos en escena con trajes de la poca en que pasa la +accin. Si no recuerdo mal, en <i>La venganza de Tamar</i>, de Tirso, hay +damas tapadas, lacayos, mercaderes, genoveses, calle Mayor y todo lo que +haba en Madrid en tiempo de Felipe III de Felipe IV. Cmo, pues, +poner en escena <i>La venganza de Tamar</i> con los trajes que se usaban en +vida del Rey Profeta? En cambio, yo juzgo conveniente representar <i>El +mgico prodigioso</i> con los trajes, edificios y muebles +bizantino-orientales que se usaban en Antioqua en los primeros siglos +de la era cristiana, y no, como he visto representar en Madrid este +drama, con trajes del siglo <span class="smcap">xvi</span> del siglo <span class="smcap">xvii</span>.</p> + +<p>Aun en la representacin de los sainetes y entremeses pondra yo no +menor cuidado en la indumentaria. Un entrems de Cervantes se +representara con trajes del tiempo de Cervantes, y un sainete de D. +Ramn de la Cruz con los trajes que los majos y las manolas gastaban +cuando viva y los retrataba tan lo vivo aquel escritor ingenioso.</p> + +<p>Otro uso antiguo, desde hace aos casi perdido, resucitara yo en +nuestro teatro: el indispensable intermedio de <i>baile nacional</i> entre el +drama y el sainete.</p> + +<p>El arte de la danza es importantsimo y serio.<a name="page_241" id="page_241"></a> Los antiguos le +estimaban como lazo de unin y como centro de todas las artes del +espritu, que llamaban msica en su ms lato sentido, y de todos los +ejercicios corporales, que llamaban gimnstica. La danza adems era +ensalzada por su complexidad; porque en ella se combinan el sonido y la +forma, el dibujo y la meloda, lo plstico y lo areo. El rey David no +crea perder su dignidad por ir bailando delante del Arca. Los +coribantes descendan bailando de la cumbre del Ida, las mnades con sus +tirsos bailaban en el Citern, y los profetas de Israel, en impetuoso +coro, descendan bailando del Carmelo. No bailaban menos devota y +desaforadamente los <i>salios</i> de Roma. Danzas sagradas hierticas ha +habido en todas las pocas y civilizaciones. Todava, al son de las +castauelas, bailan los seises en la catedral de Sevilla.</p> + +<p>No pretendo yo que canonicemos y santifiquemos la danza, pero es un +dolor que nuestra danza nacional vaya perdiendo cada da ms su carcter +propio y castizo bien que se avillane, se corrompa y se haga ms +grotesca, chula y gitana. Ya se bastardea con lo que toma y remeda de +las danzas francesas italianas, ya se corrompe y se impurifica con +esto que no s por qu llaman flamenco. Yo recuerdo todava con +retrospectiva admiracin cierto bailador llamado Ruiz, y su +gallarda, bella, modosa y noble hija Conchita. Qu majestad, qu +decoro, qu distincin y qu gracia cuando ambos bailaban juntos el +bolero! No es dable danza ms aristocrtica. Parecan<a name="page_242" id="page_242"></a> prncipes +grandes seores. Y aquello era al mismo tiempo espaol puro y neto. Por +qu pues, no hemos de regenerar nuestra danza, hoy pervertida?</p> + +<p>Interminable sera el seguir exponiendo aqu todo lo bueno que podra +realizar nuestro teatro. Fndese, si alguna vez hay dinero, paz y humor +para fundarle, y ya entonces dar yo los consejos que dejo en el tintero +ahora por no pecar de prolijo.</p> + +<p>Slo dir para concluir que en el teatro, durante la representacin, +deben amortiguarse las luces y quedar el pblico en misteriosa penumbra, + fin de que la luz y la atencin se fijen en la escena: que una vez el +teln descorrido, deben cesar las conversaciones y deben abstenerse las +damas y los caballeritos de flirteos coqueteos: y que terminada la +representacin, debe haber mucha luz para que las mujeres muestren su +hermosura y sus galas. Por ltimo, los entreactos, sin ser tan largos +como ahora suelen ser, no deben ser tan cortos como en Alemania, donde +no hay tiempo para ver y hablar las damas bien vestidas y guapas, ni +para discurrir sobre el drama que se est viendo, de todo lo cual +resulta, pesar del primor y lujo del espectculo, algo de apresurado, +y de poco ameno que contradice el ttulo de diversiones pblicas con que +calificamos las del teatro.</p> + +<p>Y aqu pongo punto final, deseoso de no haber acabado tambin con la +paciencia de los lectores.<a name="page_243" id="page_243"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 383px;"> +<a href="images/illpg_243a.png"> +<img src="images/illpg_243a_sml.png" width="383" height="79" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="FINES_DEL_ARTE" id="FINES_DEL_ARTE"></a>FINES DEL ARTE<br /><br /> +FUERA DEL ARTE</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">SIEMPRE fu yo partidario del arte puro; de que no haya en l otro fin +ni propsito que la creacin de la belleza; dar pasatiempo, solaz y +alegra al espritu y elevarle esferas superiores por la contemplacin +de lo ideal y de lo que se acerca lo perfecto, cuando logra revestirse +de forma material bien expresarse por medio de signos, como son los +tonos y la palabra hablada escrita.</p> + +<p>De aqu que yo, en obras de amena literatura, y especialmente en dramas +y novelas, guste poqusimo de la tesis, y menos an de lo que llaman +Zola y sus parciales <i>documentos humanos</i>. A mi ver, tales documentos +deben coleccionarse en Tratados de estadstica y en Memorias de +hospitales, presidios, crceles y manicomios. Y lo que es las tesis, +cualquiera que tenga el antojo de demostrar alguna de inculcar y +difundir doctrinas morales, sociales, polticas religiosas,<a name="page_244" id="page_244"></a> lo mejor +es que desista para ello de ser novelista dramaturgo, y componga +Tratados cientficos, disertaciones, homilas peroratas.</p> + +<p>No he de negar yo por esto que, en todas las edades del mundo y en todas +las naciones cultas, la mayora de los autores de obras de +entretenimiento se han propuesto al escribirlas no slo entretener, sino +tambin ensear. La novela y el drama han sido para ellos docentes. As +en la teora como en la prctica han calificado de lecciones morales +todo cuanto han escrito, y al escribir han puesto la mira y se han +dirigido un punto completamente fuera del arte.</p> + +<p>Este hecho, sin embargo, slo probar una cosa: que el afn de ensear +fu lo que movi al autor escribir; mas no que lo escrito valga por lo +que ensea, importe por la verdad que contiene, sino por la gracia, el +chiste y la hermosura que crea y luce.</p> + +<p>El ms claro y luminoso ejemplo de lo que digo nos le ofrece Cervantes +en el <i>Quijote</i>. Fu su propsito censurar los libros de caballera y +hacerlos aborrecibles. Y, la verdad, si se hubiera limitado dar en +el blanco, si slo hubiese sido certero y si su ingenio no hubiera +volado muy por cima del objeto que por reflexin quera dirigirse, +Cervantes slo hubiera escrito un libro que ya no leera casi nadie y no +el libro inmortal que leern y releern siempre todas las personas de +buen gusto, ya en lengua castellana, si la saben, ya en cualquiera otra +lengua en que se traduzca medianamente.<a name="page_245" id="page_245"></a></p> + +<p>Persisto, pues, en creer y en afirmar que el propsito de la novela y +del drama, y lo ms substancial que debe haber en ellos, no es la +enseanza, no es la demostracin reflexiva.</p> + +<p>El poeta, no obstante (y llamo poeta quien escribe novelas y dramas, +aunque los escriba en prosa), pone debe poner en cuanto escribe toda +su alma. Y como esta alma no ha de ser vulgar, adocenada vacia, sino +que ha de estar rica de ideas, de doctrinas y de sentimientos elevados, +y han de encerrarse en ella los obscuros enigmas que piden explicacin y +los temerosos y hondos problemas que se presentan la humanidad para +que los resuelva; todo esto, que est contenido en el alma del autor +del poeta, aparecer tambin y se reflejar en su obra, donde l pone +toda su alma.</p> + +<p>De las consideraciones que acabo de exponer y que menudo se ofrecen +mi mente, nace, y yo lo confieso con sinceridad, una contradiccin +evidentsima: la negacin y la afirmacin de lo mismo: lo que ahora +llaman una antinomia.</p> + +<p>Afirmo, primero, que el arte ha de ser slo por el arte, y afirmo en +seguida que el arte, sobre todo cuando es la palabra el medio que emplea +para producir la hermosura, contiene en s y pone, en toda obra suya de +algn valer, cuantos problemas y enigmas estimulan la actividad del +entendimiento humano, movindole negar afirmar y pronunciarse en +uno en otro sentido.</p> + +<p>Me consuela de mi contradiccin y me mueve<a name="page_246" id="page_246"></a> creer que no debo ser +censurado por escptico, sino aplaudido por sincero, el notar que la +contradiccin mencionada no est slo en mi, sino tambin en todos los +espritus.</p> + +<p>El arte debe ser por el arte. El poeta no debe proponerse la +demostracin de ninguna tesis: no debe ensear, sino deleitar. Y, sin +embargo, no hay novela ni drama de algn valer donde el poeta no quiera +resolver problemas sociales, morales, polticos religiosos. Y no hay +novela ni drama de algn valer, por lo mismo que es ms numeroso y +apasionado el pblico que los oye los lee, que no sea vehculo mil +veces ms eficaz que cualquiera otro libro para propagar doctrinas y +para divulgar y difundir novedades, que ya extravan la gente, ya +vuelven traerla al buen camino.</p> + +<p>El poeta se propone veces demostrar algo: veces slo se propone +divertir entusiasmar: pero, acaso cuando menos conciencia tiene y +menos propsito lleva de ser docente, es cuando ensea ms, ya que, +poniendo el alma en su obra, pone tambin los enigmas y los problemas +que en ella hay y los descifra los resuelve su modo.</p> + +<p>A fin de explicar este influjo de las obras literarias, ejercido en +ocasiones sin propsito y hasta contra la voluntad del autor, se ha +inventado una palabra, para mi gusto nada bonita, pero muy grfica. La +novela y el drama que en alto grado son as, se llaman <i>tendenciosos</i>.</p> + +<p>Cmo negar, por ejemplo, que son <i>tendenciosas<a name="page_247" id="page_247"></a></i> las novelas de Pereda, +que lo son tambin las de Prez Galds, que es <i>tendencioso</i> el <i>Juan +Jos</i> de Dicenta, y que <i>Los domadores</i> de Selles son <i>tendenciosos</i>?</p> + +<p>Lo que yo no quiero desentraar aqu es la tendencia de cada una de +estas obras, y mucho menos cul tendencia es buena y cul es mala.</p> + +<p>La intencin puede ser distinta y hasta opuesta la tendencia. Dramas +novelas hay (y no malos, sino buenos y escritos por autores de +grandsimo talento), que pueden producir y que producen en el pblico un +efecto enteramente contrario al que el autor se propone. El pblico +suele ser caprichoso y suele interpretar las obras literarias, en lo +tocante la tendencia, de una manera imprevista para el autor y aun +para los crticos ms agudos. Una misma persona, segn la edad que tiene +y la instruccin que posee, al leer un cuento al ver un drama, puede y +suele juzgarlo de muy distinta manera. Valgan en prueba de esto los +<i>Viajes de Guliver</i> de Jonatn Swift. Los leemos cuando nios y nos +divierten como cuento amensimo, lleno de pasmosas aventuras. Y si los +volvemos leer en la edad madura, notamos en ellos amarga stira, negra +melancola y desconsolador pesimismo. Qu es lo que fundamentalmente +haba en el alma y en la intencin de Swift? No quiero entrar en tales +honduras. Voy sencillamente dar cuenta aqu de dos dramas, +representados ahora con grande aplauso en los teatros de Alemania y +fruto del ingenio de dos famosos autores: Gerardo<a name="page_248" id="page_248"></a> Hauptmann y Adolfo +Wilbrandt. No tratar de desentraar la intencin de ninguno de los dos, +ni los har responsables de nada. Comparar sus obras con flores +hermosas de las que alguien, acaso, extraiga saludable blsamo y de las +que alguien tambin acaso extraiga mortfera y dolorosa ponzoa. Lo que +no se puede negar, es que ambos dramas estn inspirados por ideas y +doctrinas muy en moda ahora. No acierto decidir si el pblico +candoroso, los jvenes sin malicia y las seoritas inocentes, que +asisten la representacin de estos dramas, se dejan no influir por +las doctrinas perversas que los han inspirado, si slo ven en ellos un +brillante juego de la fantasa bien una leyenda en accin, llena de +piedad y de creencias consoladoras.</p> + +<p>A mi ver, el fenmeno es tan curioso, que merece detencin y estudio. +<i>Hannele</i> es el ttulo del drama de Hauptmann. Cabe interpretarle como +una leyenda llena de fe religiosa como la expresin del pesimismo ms +ateo y desesperado. Parte del pblico entiende lo primero, pero otra +parte se inclina ver en el drama lo segundo. Hannele es una nia +enfermiza y nerviosa que apenas tiene quince aos. Hurfana de madre, +vive en poder de su padrastro, menestral rudo y feroz, borracho casi +siempre, que maltrata de palabra y obra la nia, le da mal de comer y +la obliga trabajar de continuo. Hannele llega al extremo de la +desesperacin, y en horroroso delirio se arroja un estanque, buscando +la muerte. El maestro de escuela, inteligente,<a name="page_249" id="page_249"></a> bondadoso, joven y +guapo, y que siente por la muchacha muy tierna simpata, la saca del +agua y la lleva casi exnime, tiritando con el fro de la calentura, +cierta casa de vecindad de gente pobre, donde ponen la ia en un +mezquino camistrajo y vienen el mdico visitarla y una Hermana de la +Caridad cuidar de ella. Toda la accin del drama es la agona de la +nia moribunda. Las visiones de su cerebro salen fuera de l, toman +forma y cuerpo y se presentan al pblico en la escena, merced la +poderosa imaginacin del dramaturgo y la habilidad del tramoyista, de +los pintores y de los sastres.</p> + +<p>El tirano padrastro aparece an, en aquel sueo, para atormentar +Hannele. A la Hermana de la Caridad le brotan alas y se convierte en +ngel de la guarda. El ngel negro de la muerte sobreviene luego para +poner trmino la existencia de aquella desventurada. Entonces todas +sus ms poticas aspiraciones, todos sus afectos ms puros y hasta sus +naturales apetitos, nunca satisfechos, de goces materiales, de bienestar +y de reposo, y todas sus esperanzas, se cumplen y se logran de un modo +ilusorio, en el delirio que precede la muerte. La madre de Hannele +viene consolarla, como si fuera una santa; el maestro de escuela, que +haba inspirado Hannele un delicadsimo amor de adolescente, se +convierte en Jesucristo, como para darle la mano de esposo; matizados y +luminosos coros de ngeles cantan melodiosamente muy lindas canciones, +ofreciendo Hannele toda clase de regalos<a name="page_250" id="page_250"></a> y de cosas exquisitas, +suculentos manjares y hasta confites. La misma vanidad de la criatura, +que empieza ser mujer, es profusamente lisonjeada. El Prncipe le +enva sus emisarios y servidores, y la calzan con preciosos zapatitos, +como la Cenicienta, y la coronan de flores y la adornan con ricas +vestiduras de desposada, y la atavan por tal arte que parece hermosa y +gallarda. La colocan luego en un resplandeciente lecho de cristal, que +ya parece fretro, ya tlamo. Y por ltimo, se abre una senda escala, +inundada de luz y cubierta de flores, y el maestro de escuela, +convertido en Jesucristo, toma de la mano Hannele y se la lleva al +cielo, caminando en triunfo con ella, bajo arcos de verdura que forman +dos hileras de ngeles, cruzando los ramos de palmera que sostienen en +sus blancas manos.</p> + +<p>Al cabo cesa la msica, los resplandores se extinguen; la visin +celestial se disipa. Vuelve aparecer la inmunda casa de los pobres y +el angosto lecho en que Hannele est postrada. Entra el mdico en +escena; mira la muchacha y dice: Est muerta! As acaba el drama.</p> + +<p>Yo me preguntaba cuando le v y me pregunto hoy: Es culpa del autor +es culpa de la perversa interpretacin que yo doy su obra?</p> + +<p>Sea lo que sea, la impresin que yo recib fue muy triste. Yo entend +que el autor pinta la vida como abominable para la mayora de los seres +humanos, sin ms esperanza de reposo que la muerte y sin ms consuelo ni +premio que la<a name="page_251" id="page_251"></a> incoherente fantasmagora, suscitada por la fiebre, y +donde se barajan, en disparatada confusin, los cuentos y consejas +vulgares, lo sobrenatural que sabemos por el catecismo, y los bienes y +goces que forja la imaginacin, cuando la vanidad, el instinto amoroso y +hasta el hambre no satisfecha la estimulan.</p> + +<p>A mi ver, en el drama del Sr. Hauptmann no quedan, con mayor realidad +objetiva que el cuento de la Cenicienta, todas las esperanzas +ultramundanas y todas las ms altas verdades religiosas.</p> + +<p>Otro da analizar el otro drama que he citado, que se titula <i>El +maestro de Palmira</i>, y que an me parece ms extraordinario.</p> + +<div class="figcenter1" style="width: 120px;"> +<img src="images/illpg_251.png" width="120" height="165" alt="decoracion" title="decoracion" /> +</div> + +<p><a name="page_252" id="page_252"></a></p> + +<p><a name="page_253" id="page_253"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 367px;"> +<a href="images/illpg_253a.png"> +<img src="images/illpg_253a_sml.png" width="367" height="84" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="EL_MAESTRO_DE_PALMIRA" id="EL_MAESTRO_DE_PALMIRA"></a>EL MAESTRO DE PALMIRA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">AL escribir Tirso y Caldern <i>El condenado por desconfiado</i> y <i>La +devocin de la Cruz</i>, en todo lo sobrenatural que all se representa, +pusieron la realidad ms evidente. Los altos designios de Dios figuran +muy por cima de los ensueos que forjan pueden forjar los personajes +de ambos dramas. Ningn ser sobrehumano aparece y ningn milagro se +realiza como ilusin de la mente, entre las sombras de un delirio +febril, sino la luz meridiana, bajo cielo despejado y sin nubes. As +las ninfas y los genios se aparecan los hroes griegos en las edades +divinas. As los ngeles, <i>in ipso fervore diei</i>, visitaban y hablaban +los antiguos patriarcas.</p> + +<p>Sin duda, la falta de fe y la corrupcin del siglo presente provocan el +desdn hacia nosotros de todos los espritus puros de ms limpia y noble +naturaleza; sin duda que ahora, como al declinar el paganismo deca el +poeta gentil, puede decir tambin el poeta cristiano:<a name="page_254" id="page_254"></a></p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left"><i>Quare nec tales dignantur visere cœts.</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i>Nec se contingi patiuntur lumine claro.</i></td></tr> +</table> + +<p>Catulo, en su tiempo, en la vida real, hallaba los hombres indignos +del milagro; mas no por eso desterraba el milagro de la poesa: toda la +narracin que termina con los dos versos que cito, es una larga serie de +milagros. En Hannele el Sr. Hauptmann, ms cruel que Catulo, no se +contenta con desterrar el milagro de la vida real, sino que le destierra +tambin de la poesa, le trueca en pesadilla de agonizante.</p> + +<p>Si gran parte del pblico candoroso no cae en la cuenta de tamaa +crueldad, y si el poeta mismo no tuvo la intencin de ser tan cruel, son +puntos que importa poco dilucidar, teniendo como tenemos el +convencimiento de que la crueldad est en la obra. Y la crueldad pone +grima. En mi sentir, valdra ms perder por completo toda esperanza que +fundarla en las visiones que acompaan la enfermedad y que preceden +la muerte.</p> + +<p>Y an es ms extrao y ms deplorable que, al negar en el da lo +maravilloso que consuela y que eleva los corazones, no suele buscarse lo +llano y lo sencillo, sino otro maravilloso, que quiere limitarse ser +natural, y que es desconsolador y mil veces ms enmaraado que todas las +teologas y que todas las mitologas. Negar la realidad objetiva de +muchas cosas y convertirlas en productos de nuestro cerebro y de +nuestros nervios sobreexcitados no deja de ser inexplicable maravilla. +Es convertir nuestro cerebro<a name="page_255" id="page_255"></a> en organillo que toca diversas sonatas, +segn el registro que se toca, y en linterna mgica, con movimiento y +todo, como la que se ha inventado recientemente, con auxilio de la +fotografa, que proyecta escenas, personajes y lances, con la diferencia +de que los de la linterna fueron y ya no son, y los de nuestro cerebro +acaso no fueron, ni son, ni sern nunca.</p> + +<p>Recuerdo este propsito cierto singularsimo personaje que conoc en +mi mocedad, estando yo en la capital del Brasil. Era un mago sabio +ambulante. Peregrinaba con una hermosa profetisa de Nueva York, que era +su mujer cosa parecida, y que, magnetizada por el mago, deca mil +cosas estupendas que l le sugera. Aunque l era espaol, y tena +apellido y nombre bastante vulgares, haba adoptado los misteriosos +nombre y apellido de Hadado Calpe. Su ciencia su arte principal se +titulaba la <i>funi-fantasmagora</i>, sobre la cual haba escrito un libro +muy grueso. Se fundaba esta ciencia arte en que el hombre es el +verdadero microcosmo. En su masa enceflica reside la mnada +representativa donde estn en cifra toda la Naturaleza y cuanto hay +puede haber ms all: lo existente y lo posible. Haba inventado este +mago varias pociones que excitaban y movan la tal mnada desenvolver +y sacar relucir ya esto, ya aquello de cuanto en ella haba +envuelto. Posea el mago un copioso botiqun de estas pociones, y eran +las ms prodigiosas el elixir diablico, con el cual se iba al aquelarre +y al infierno, se oa la<a name="page_256" id="page_256"></a> misa negra y se conversaba con los demonios y +con los precitos; el elixir mstico-celestial, con el cual se vea el +cielo cristiano con todos sus pursimos deleites; y el elixir +herico-afrodisaco, por cuya virtud se lograba el favor de las hures y +se gozaban los placeres del paraso de Mahoma. Ninguno de los elixires, +con todo, haca el menor efecto, si de antemano no era poderosamente +sobreexcitada la mdula espinal, valindose para ello de la +<i>funi-fantasmagrica</i>, nombre que l daba una horca primorosa +ingeniossima, de la que se escapaba tiempo sin morir y donde el +ahorcado realizaba por estilo fantstico los ideales todos.</p> + +<p>Hannele, en vez de ahorcarse, se remoja. Todo es equivalente, salvo que +Hannele no toma antes ningn elixir; se remoja sin precaucin y muere.</p> + +<p>Pero no divaguemos y digamos algo del maestro de Palmira, que, en punto + extravagancia, echa Hannele la zancadilla.</p> + +<p>El drama de Adolfo Wilbrandt parece fundado en el budismo esotrico, que +hoy priva y est en moda bajo el nombre de teosofa.</p> + +<p>Palmira, despus que el emperador Aureliano venci la gran Zenobia, +decay de su prosperidad y grandeza; pero tuvo un hijo, llamado Apeles, +que ansi y consigui restaurarla en su antiguo florecimiento. Apeles +fu la vez gran guerrero y gran artista. A la cabeza de sus +compatricios y ayudando las Legiones de Roma, venci los persas, que +haban acudido apoderarse de su ciudad natal. Luego la hermose<a name="page_257" id="page_257"></a> con +templos y palacios esplndidos y con casi inexpugnables fortalezas. Tal +fue el maestro de Palmira.</p> + +<p>Al volver victorioso de los persas y antes de entrar triunfante en la +ciudad, tuvo en el desierto un raro coloquio con dos genios: el de la +vida y el de la muerte: y logr la inmortalidad, al menos una +prolongadsima duracin de la existencia propia.</p> + +<p>En la misma mgica gruta donde Apeles consigue este don, y en el momento +en que le consigue, aparece una virgen cristiana, la cual, impulsada por +una voz intima, va Palmira predicar el Evangelio. Sedienta de +martirio, le predica con generosa imprudencia, insulta los dioses +gentiles, irrita la plebe, y la plebe la mata en medio de las calles, + pesar de que Apeles la defiende. Sucede esto en tiempo de Diocleciano, +cuando la persecucin contra el cristianismo era ms dura.</p> + +<p>Cualquiera creera que la mencionada joven, virgen y mrtir gloriosa de +la fe de Cristo, se debera ir derecha al cielo; pero nada menos que +eso. En el segundo acto (ms de veinte aos despus) Zoe, llamndose +Febe, aparece, como una de las <i>heteras</i>, <i>cocottes</i> <i>suripantas</i> ms +elegantes, seductoras y traviesas de Roma. Apeles, por quien no pasan +das y que ha estado en Roma una buena temporada, se la trae de all y +la instala en su casa, pesar de su virtuossima y severa madre, que +vive todava. La casa de Apeles es un perpetuo holgorio; mucho festn, +mucha<a name="page_258" id="page_258"></a> francachela y mucho brindis. Todos sus amigos, enamorados de +Febe, le echan piropos, y ella predica sobre placeres con xito +favorable y no con el mal con que predic el cristianismo cuando era +Zoe. Febe, no obstante, se aburre en aquella remota poblacin y suspira +por Roma. Sucede en esto que Apeles, que era muy orgulloso, se pelea con +el gobernador, se queda pobre y se aflige al ver que su madre se va +morir de rabia por tener Febe en casa. Corre, por ltimo, la voz de +que las autoridades consideran que la permanencia de Febe en la +poblacin causa escndalo y mal ejemplo y que se proponen expulsarla. +Febe entonces dice para s: pues me echar yo antes de que me echen, y +se larga con un seor Septimio, que es muy rico y que se la lleva +Roma.</p> + +<p>Hganse ustedes cargo del furor de Apeles. Cae el teln.</p> + +<p>Al empezar el tercer acto, han transcurrido unos cuarenta aos. El alma +de Zoe de Febe, alma comodn que se adapta todos los palos como la +espada y el basto en el tresillo, ha tenido ya tiempo de transmigrar y +se halla infundida en el cuerpo de una grave matrona, severa y llena de +virtudes, mujer legtima de Apeles. Prsida es su nombre. Y Apeles y +Prsida tienen una hija casadera, llamada Trifena, la cual est +enamorada y quiere casarse con un gallardo joven que sigue la religin +pagana. Reina Constantino y el cristianismo est triunfante. Apeles es +siempre gentil, pero Prsida es fervorosa<a name="page_259" id="page_259"></a> cristiana. Su hermano y los +amigos de su hermano son sacerdotes celossimos que entusiasman al +pueblo y que llenan de remordimientos el alma de Prsida, porque no +logra convertir su marido ni se decide separarse de l. Todo este +acto, que no estar, pero que parece compuesto en odio de la religin +cristiana, no se puede negar que tiene inters vivsimo y admirable +movimiento escnico.</p> + +<p>La seora Estela Hohenfels, elegantsima, simptica y eminente actriz, +que representa el papel de Zoe, de Febe y de Prsida, en el Teatro +Imperial de Viena, da al drama de Wilbrandt gran realce y poderoso +atractivo.</p> + +<p>Todo se complica de un modo tremendo. El presbtero, hermano de Prsida, +se ha apoderado de Trifena, no quiere que se case con un pagano y se +empea en que se consagre en los altares y en que viva entre las +vrgenes del Seor. Trifena logra escapar y busca amparo entre los +brazos de su padre. Amotinado el pueblo cristiano y guiado por el clero +fantico, viene en busca de Trifena y quiere llevrsela.</p> + +<p>Prsida tiene espantosa lucha en el fondo de su alma, donde combaten por +un lado el amor su marido y por otro los ms ardientes sentimientos +religiosos. Vencen stos por ltimo, y Apeles se ve abandonado de +Prsida como lo fu de Febe. Ayudado, no obstante, por su yerno futuro, +por el padre de su yerno, y ms que nada por su casi inmortalidad y por +su valor indomable, se abre camino por entre la muchedumbre<a name="page_260" id="page_260"></a> furiosa, y +salva su hija, abandonando la patria y buscando refugio entre los +persas. As termina el tercer acto.</p> + +<p>Al empezar el cuarto, han pasado ya bastantes aos. Juliano el apstata +est en el trono. Su mayor empeo es acabar con el cristianismo y +restablecer el culto de los dioses. Antes quiere que reverdezcan con ms +vigor que nunca los laureles del imperio romano. Con poderoso ejrcito +ha ido contra Ctesifon, ha pasado el Tigris y ha alcanzado una gran +victoria sobre las huestes de Sapor, el Rey Sasanida.</p> + +<p>Entre tanto, Apeles, que apenas envejece, vive en el desierto, en un +oasis, cerca de Palmira. Prsida, Trifena y el marido de Trifena, +murieron tiempo h. Slo acompaan Apeles su consuegro y el nieto que +de Trifena ambos han tenido. Este nieto es ya un joven gallardo y +brioso, que se parece mucho Zoe, Febe y su abuela Prsida, y que +est representado lindamente por la seora Estela Hohenfels, la cual se +luce de veras en este drama, representando en cada acto un papel +distinto.</p> + +<p>Apeles empieza ya caer en la cuenta, cavila sobre la metempscosis de +Pitgoras y de los indios, y sospecha que el alma de Zoe, de Febe y de +Prsida, era la misma y que ahora est encarnada en su nieto.</p> + +<p>Si he decir la verdad, esto me repugna ms que nada. Pase porque el alma +trasmigre de cuerpo en cuerpo y cambie de condicin, de creencias y de +carcter, segn el cuerpo en que<a name="page_261" id="page_261"></a> est y segn el medio ambiente. Pero +que el alma cambie de sexo lo tengo por abominable. Dante y Petrarca +bramaran de clera si topasen, en cualquiera vida ulterior, con Beatriz +y con Laura, convertidas en caballeritos, aunque fueran sus nietos.</p> + +<p>Sea como sea, no nos detengamos en reflexiones y acabemos escape.</p> + +<p>El nieto de Apeles, que es un furibundo pagano, entra en una conjuracin +para restablecer en Palmira la idolatra. Apeles sabe tiempo su +propsito, y como no puede disuadirle de que vaya la ciudad, le +acompaa.</p> + +<p>En mala hora para los gentiles llega la noticia de la retirada +desastrosa del ejrcito romano y de la muerte del herico emperador. Los +cristianos cobran entonces mayores bros. En las calles y plazas de +Palmira se traba sangrienta y reida batalla. Quedan en ella vencidos +los gentiles y muere el nieto de Apeles.</p> + +<p>Este, que ha ido vagando por diversos climas y regiones sin poder morir, +llevando en la frente el signo de la vida, como Can y el judo errante, +aparece de nuevo en Palmira, en el quinto y ltimo acto. El genio de la +muerte, Pausanias, el que hace cesar todos los cuidados y dolores, le +haba aparecido Apeles en los momentos solemnes de los actos +anteriores, para arrebatarle las prendas ms queridas. Pausanias sale +ahora de entre las ruinas. Apeles le pide la muerte, y Pausanias le dice +que l no puede morir. Todo muere ha muerto, sin embargo, en torno +suyo.<a name="page_262" id="page_262"></a> Palmira est ya casi desierta. Los terremotos y las guerras han +derribado sus templos y sus palacios. Los brbaros invaden por todas +partes el imperio y desbaratan arrollan las legiones de Roma. La +antigua civilizacin se hunde con el imperio.</p> + +<p>Todava hay en Palmira algunos gentiles que coronan de flores los +sepulcros, y que, en aquel da, que es la fiesta de Adonis, cantan el +himno de la muerte y de la resurreccin, himno que Apeles ha cantado mil +veces y que su nieto cant poco antes de morir:</p> + +<p>As lo quiere el eterno Zeus: t debes descender bajo la tierra +florida, y besar la sombra Persfone oh hermoso Adonis! Al volver la +primavera, cuando corran murmurando las fuentes, t, llorado ahora, +resucitars alegre y besars la urea Afrodite, oh hermoso Adonis!</p> + +<p>La vida es un mal insufrible si no la interrumpe la muerte. Es menester +volver ella bajo nuevas formas y en nuevos tiempos. No basta una vida, +por larga que sea, para alcanzar el complemento de nuestro ser. Es +inevitable el fri beso de Persfone para surgir alegre en otra verde +primavera y recibir los besos de la urea Afrodite. Tal es la enseanza +del drama.</p> + +<p>Su desenlace es pattico.</p> + +<p>En Palmira hay una santa mujer llamada Zenobia, portento de caridad, +consuelo y amparo de los afligidos y menesterosos. Apeles la ve. Y ella +le reconoce y l reconoce en ella Zoe, Febe, Prsida y su nieto. +Zenobia hace entonces<a name="page_263" id="page_263"></a> la mayor obra de caridad que jams ha hecho. +Apeles se postra de hinojos sus plantas, y ella pone la mano en la +frente y borra el signo fatdico que le retiene en la vida. El Genio de +la muerte, Pausanias, el apaciguador libertador de los cuidados, acude +entonces, se interpone entre Apeles y Zenobia, y Apeles muere.</p> + +<p>As es, en resumen, uno de los ms celebrados dramas del moderno teatro +alemn.</p> + +<p>Yo dir, para concluir, que es divertido verle y leerle: que es ms +divertido an admirar la seora Estela Hohenfels en sus cinco papeles; +pero que, en lo tocante enseanza, lo mejor es no sacar ninguna de +este drama. Si creysemos que se saca de l enseanza, tendramos que +imitar Platn y desterrar los poetas de nuestra Repblica. Por +dicha, los poetas no valen por lo que dicen, sino por la elegancia, +primor y entusiasmo con que lo dicen. Leopardi es ateo, y est +desesperado de no tener Dios; Manzoni es un progresista catlico; +Carducci celebra Satans, aborrece Cristo y cree que el mundo +prospera porque el cristianismo acaba; Quintana es un volteriano que +pone como hoja de peregil Felipe II; el duque de Fras se deshace en +elogios del rey prudente, y muchos de nuestros poetas mejores, aunque, +como Espronceda, sean progresistas en prosa, se lamentan en verso de la +<i>funesta mana de pensar</i> y entienden que Dios los castiga porque han +querido averiguar muchas cosas que son inaveriguables. En suma; cada +poeta se va por su camino y sustenta opinin diversa<a name="page_264" id="page_264"></a> y contraria la +de los otros. Lo que importa es que la sustenten bien y con bro. +Entonces los aplaudimos todos y cada uno de los que aplauden se queda +con la opinin que tenia, si no es un tonto y si no hace como los que se +mataban despus de leer el <i>Werther</i> de Goethe. Precisamente Goethe le +escribi para no matarse y como desahogo.<a name="page_265" id="page_265"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 401px;"> +<a href="images/illpg_265a.png"> +<img src="images/illpg_265a_sml.png" width="401" height="75" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="LAS_RAREZAS_DEL_FAUSTO" id="LAS_RAREZAS_DEL_FAUSTO"></a>LAS RAREZAS DEL FAUSTO</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">EN cualquiera punto de este planeta en que vivimos, en la prolongacin +de los tiempos pasados, segn lo que por la historia se sabe y tambin +en los tiempos futuros, hasta donde nuestra previsin alcanza, todo ser +humano tiene y tendr no poco que sufrir, gran multitud de cosas en que +ejercitar su paciencia, mil peligros que arrostrar empleando su valor, y +no corto nmero de adversidades y disgustos para desplegar y lucir su +santa resignacin y su conformidad cristiana, compitiendo con Job y +hasta vencindole.</p> + +<p>Para consuelo alivio de tantas penas nuestro ingenio ha sido fecundo +en sutiles y discretas invenciones. Y la mejor de todas es, mi ver, la +poesa narrativa dramtica.</p> + +<p>Las contrariedades menudas y los males pequeos que nacen con frecuencia +de la tontera de los hombres de las mujeres, representados luego por +el poeta en una novela en un drama,<a name="page_266" id="page_266"></a> pierden y deben perder casi toda +su amargura; remedindola suavizandola con inocentes benignas burlas +y ahogndola en risa.</p> + +<p>Y cuando los males son grandes y terribles, todava es ms discreta y +bienhechora la invencin que los remedia los consuela. El poeta, en la +novela en el drama trgico, debe representar estos casos con +verosimilitud y fidelidad tan extraas y hbiles, que en vez de +producirnos el mal rato, el ataque de nervios los sentimientos penosos +que nos produciran dichos casos si fuesen reales, nos produzcan un +exquisito y espiritual deleite que llaman esttico.</p> + +<p>Tal era y tal debe ser, desde muy antiguo, el fin noble y redentor del +arte.</p> + +<p>Aristteles llamaba esto la purificacin de las pasiones, es saber: +que el terror y la compasin, que en la vida real son tan dolorosos y +aflictivos, gracias al encanto divino de la poesa, se convierten en el +drama y en el poema narrativo en placer delicado, porque el terror +entonces no nos enerva ni nos humilla, y porque entonces son dulces las +lgrimas.</p> + +<p>Cmo he de negar yo el maravilloso talento de muchos autores del da, +extranjeros y nacionales? Lejos de negarle, le reconozco y le admiro; +pero me quejo de ellos y los censuro y los encuentro ms fotgrafos que +poetas, porque faltan al precepto aristotlico, que es, en mi sentir, el +fin del arte, y porque pintan las miserias y desventuras humanas con tan +minuciosa exactitud y con tan cientfico, experimental y poco<a name="page_267" id="page_267"></a> potico +detenimiento, que se dira que sus libros, en vez de ser de pasatiempo y +de recreo, vienen reemplazar los silicios, las disciplinas y otros +medios propsito para mortificarse y hacer vida penitente.</p> + +<p>La diferencia est en que con los medios antiguos se ganaba el cielo, y +con la lectura de estos libros con el espectculo de estos dramas no +se gana nada.</p> + +<p>Aunque mi no me cabe en la cabeza que los dramas y novelas as +escritos puedan y deban considerarse como <i>documentos humanos</i>, como +materiales y ripios, con los cuales ha de construirse la ciencia social +del porvenir, todava concedo que el que crea en el valor de tales +documentos los reuna y confeccione, atormentndonos con ellos. La letra +con sangre entra. Pero lo que no concedo es que est bien que los +documentos sean falsos: que se ponga tragedia donde no hay motivo de +tragedia: y que, habiendo tanto infortunio dialcticamente producido, se +creen infortunios infundados y disparatados como una pesadilla.</p> + +<p>Cuanto queda expuesto se me ha ocurrido recientemente con ocasin de +haber odo el <i>Fausto</i>, de Gethe, casi de seguida, primero en dos +peras, ambas de muy hermosa msica, y despus en los dos magnficos +dramas, representados ambos con aparato y lujo portentosos, en el teatro +imperial y palatino de la gran ciudad de Viena.</p> + +<p>Se cuenta que D. Ventura de la Vega, agobiado<a name="page_268" id="page_268"></a> ya por las enfermedades y +previendo su prxima muerte, llam un da sus hijos para confiarles, +antes de morir, un misterioso secreto, cuya pesadumbre le abrumaba el +alma. Despus de recomendarles el sigilo, que ellos han roto, pecado de +que creo debemos absolverlos, aquel padre carioso les confes que el +Dante le aburra.</p> + +<p>A m no me aburre Gethe. Si me aburriese, no andara con tapujos, ni lo +confesara slo <i>in articulo mortis</i> y en lo hondo de mi casa; pero +aunque soy fervoroso admirador de aquel glorioso poeta, que era adems +gran sabio y sutil y razonable filsofo, y aunque le he elogiado +pomposamente en varios escritos mos, me sucede ahora que, echando un +lado el prestigio mgico de su estilo, como quien descorre un velo que +disimula los defectos y realza las bellezas, he descubierto en el Fausto +rarezas tan chocantes, que temo que se me agrien se me pudran en lo +interior del alma si no las digo y me desahogo.</p> + +<p>Poniendo, pues, un lado y en salvo mi extraordinaria admiracin por +Gethe, voy decir aqu algunas de estas rarezas.</p> + +<p>En primer lugar, me pasma y me enoja que el Dios de Gethe tenga el +capricho, en su conversacin con el diablo, de presentar Fausto como +un segundo Job, como un modelo de varn justo, aunque dbil y sujeto +error como todo el que aspira.</p> + +<p>Verdaderamente, si en la segunda mitad del siglo <span class="smcap">xv</span>, en que la humanidad +di cima tan altas empresas, no hubo hombre mejor que Fausto,<a name="page_269" id="page_269"></a> es +menester confesar que la humanidad no vale un pito.</p> + +<p>Pero no es esto lo ms singular; lo ms singular es que Fausto, quien +el poeta nos presenta en las primeras escenas como un sabio de +extraordinaria magnitud, resulta luego un tontiloco.</p> + +<p>Tengamos la manga ancha. Disculpemos Fausto por su desesperacin al +verse viejo, pobre, desatendido, pesar de su mucha sabidura, habiendo +gozado poqusimo y en resumidas cuentas sin saber nada punto fijo +despus de haberse quemado las cejas estudiando da y noche sin +divertirse, sin holgarse y sin echar una canita al aire. Disculpmosle +tambin del conato de suicidio, y disculpmosle, por ltimo, aunque se +escandalicen mis lectores, de que haga un pacto con el diablo y le firme +con la sangre de sus venas.</p> + +<p>Harto se entiende que el diablo, que no es estpido y que deba estar ya +escarmentado, celebra este pacto por si topa, como si dijramos, +sabiendo que se expone quedar burlado y estafado, y que Fausto por +intercesin de algn santo santa que abogue por l, se largue al cielo +y deje al diablo con un palmo de narices. Casos por el estilo haban +ocurrido ya y deban estar consignados en los archivos y anales del +infierno. As, por ejemplo el del monje Tefilo, y el de Cipriano, +mgico prodigioso de Antioqua.</p> + +<p>Para un sujeto travieso y listo, fundado en la tontera del diablo y +envalentonado con tan curiosos<a name="page_270" id="page_270"></a> precedentes, un pacto con el diablo ha +de ser una ganga de la que debe sacar mil provechos y ventajas. Aqu +entra, en mi sentir, la inexplicable tontera, el idiotismo perverso del +Fausto de Gethe, sobre todo en lo ms humano y menos simblico, en la +primera parte, en sus amores con Margarita.</p> + +<p>No digo yo un caballero particular cualquiera, que no haya estudiado +libro alguno y que se caiga de tonto, sino el propio Pedro Urdemalas no +lo hace peor que Fausto lo hizo.</p> + +<p>Remozado ya, elegante y guapo, apasionado y discreto, qu necesidad +tena de joyas para enamorar Margarita? No deslustraba con esto el +carcter de su querida, hacindola aparecer tan comprada como enamorada? +A no dudarlo, el regalo de las joyas afea y empequeece el principio de +aquellos amores.</p> + +<p>Se ve luego que Margarita, sin que nadie la vigile ni la acompae, va +sola donde quiere. En el jardn de Marta juega al escondite con su +amigo, y sin duda en cualquiera otro sitio, todava ms cmodo, poda +estar con l solas todo el tiempo que quisiera hasta hartarse. Qu +lujo de perversidad, sin razn que la justifique, no hay, pues, en el +empeo de Fausto y Margarita de estar juntos por la noche al lado de la +madre de ella, en lo cual hasta hay mucho de repugnante y de asqueroso?</p> + +<p>Y crece de punto la perversidad, cuando Margarita, la candorosa y +angelical Margarita, excitada por Fausto, y fin de que su mam no se<a name="page_271" id="page_271"></a> +despierte, la atiborra de bromuro de potasio, de opio, de ludano y de +otros potingues narcticos, hasta que acaba por matarla.</p> + +<p>A veces se dira que Fausto quiere Margarita. A veces se dira que no +la quiere y que es un ingrato y un galopn de siete suelas. Su +insensatez incoherente no se presta clara interpretacin.</p> + +<p>Convertido en msico, su diablo lacayo va con Fausto dar serenata +Margarita; y Fausto tiene la impiedad y la poqusima vergenza de que su +diablo lacayo insulte con indecentsimas coplas la pobre muchacha por +la falta que ha cometido en amarle y en consentir en ser suya. Ahora +viene lo mejor. Margarita tiene un hermano, soldado, valiente y +espadachn y muy celoso de su honra, aunque no era menester serlo mucho +para enojarse contra el doctor Fausto, que estaba alborotando la calle y + todos los vecinos con aquella retahila de sucios improperios puestos +en solfa.</p> + +<p>Nada ms natural que la decisin que toma Valentn de pinchar al doctor +Fausto como quien pincha una rata.</p> + +<p>Yo convengo en que nadie gusta de que le pinchen as; pero hay medios de +evitarlo, sobre todo, cuando se encuentra con el demonio, ms ingeniosos +y decentes que los que Fausto emplea. l saba poco nada de esgrima, y +distaba mucho de pensar como San Buenaventura, que dice que cuando +alguien nos acomete con una espada desnuda debemos dejarnos matar y no +matarle, porque sera cruel, matando nuestro<a name="page_272" id="page_272"></a> adversario, enviarle al +infierno, mientras que si l nos mata, y nosotros nos resignamos +morir, nos iremos derechitos al cielo; pero, sin imitar San +Buenaventura, bien pudo hacer Fausto que el diablo se llevara Valentn +en volandas valerse de otro medio cualquiera para no asesinar infame y +traidoramente al hermano de su amiga.</p> + +<p>Despus del asesinato de Valentn, Fausto se queda tan fresco, y para +distraerse, se larga al aquelarre bailar un fandango con varios brujas +jvenes,</p> + +<p class="c"><i>altas de pechos y ademn brioso.</i></p> + +<p class="nind">Margarita, entretanto, ha acudido con muchas comadres del barrio y otra +gente desocupada, ver morir Valentn, que le echa un largo discurso, +llamndola <i>metze, coram ppulo</i>, por si alguien no se haba enterado.</p> + +<p>Despus de tantas catstrofes, muerta la madre fuerza de dormir, +Valentn asesinado, y deshonrada ella pblicamente por las cancioncillas +del diablo-msico lacayo de su amigo y por el discurso moral de su +hermano moribundo, poco tiene que perder y nada tiene que ocultar +Margarita. No se comprende, pues, la determinacin que toma de matar +su hijo, arrojndole al agua. Hara tan mala obra en un momento de +enajenacin mental; pero Fausto debi preverlo, y en vez de ir retozar +con las brujas, poner Margarita en una buena casa, cuidarla y darle +bien de comer, y separar al nio de su lado para que no hubiese aquel +estropicio que despus hubo.</p> + +<p>El diablo no le vali sino para hacer sandeces;<a name="page_273" id="page_273"></a> ni siquiera se le +ocurri Fausto que aquella bruja joven, con quien bail en el +aquelarre y la hermosura de cuyos pechos celebra en una copla muy +galante, hubiera podido servir de nodriza para su hijo, ya que no +quisiese l bajar al seno de las Madres para traer desde all la misma +cabra Amaltea, nodriza de Jpiter.</p> + +<p>Pero nada; el imbcil de Fausto no celebr pacto con el demonio, sino +para cometer delitos intiles incurrir en ms simplezas que el propio +D. Simplicio Bobadilla y Majaderano.</p> + +<p>Prescindo ahora de la segunda parte tragedia de Fausto. Todo all es +fantasmagora: todo est lleno de enigmas filosficos y de veladas +enseanzas.</p> + +<p>Fausto apenas es all ser humano: es un smbolo, es como el hroe +epnimo de la sociedad y de la edad modernas; lo cual no quita que en la +primera parte, en lo que se asemeja ms la vida real, Fausto, sea, si +no un malvado, un imbcil.</p> + +<p>Y sin embargo, en qu consiste que Fausto y Margarita interesen y +enamoren tanto las almas sensibles y hasta las nias honradas, que +de seguro no haran todas las atrocidades que hizo Margarita de +envenenar su madre y de matar su hijo?</p> + +<p>Por hoy no s en qu consiste esto. Otro da tratar de averiguarlo.</p> + +<p><a name="page_274" id="page_274"></a></p> + +<p><a name="page_275" id="page_275"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 380px;"> +<a href="images/illpg_275a.png"> +<img src="images/illpg_275a_sml.png" width="380" height="76" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="LA_MORAL_EN_EL_ARTE" id="LA_MORAL_EN_EL_ARTE"></a>LA MORAL EN EL ARTE</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">MI amigo D. Miguel Moya me pide que escriba sobre el asunto que el +epgrafe declara. Yo deseo complacerle; pero lo considero harto difcil. +El asunto es tan complicado que, para tratarle bien, sera menester +escribir un par de volmenes y no un artculo breve. Mucho aumentara la +extensin del escrito si me empease en decir, adems de lo que m se +me ocurre, lo que se ha ocurrido los otros desde Platn y Aristteles +hasta Hegel, Gioberti, Pictet y dems autores novsimos. Los escondo, +pues, todos y hasta procuro olvidarlos, y voy decir aqu, sin +atender nadie, y en cifra y resumen, lo primero que acuda mi mente, +ora sea creacin suya, ora sea reminiscencia de lo que he ledo.</p> + +<p>La Naturaleza, dgase cuanto hay de sensible y de inteligible, cuanto +se ve, se columbra se imagina, cuanto cabe en el pensamiento humano,<a name="page_276" id="page_276"></a> +y este mismo pensamiento, todo atrae nuestra atencin, nos solicita para +que lo contemplemos, lo fijemos con orden y mtodo en nuestra memoria, y +hasta procuremos averiguar sus causas y el trmino, fin y propsito +hacia donde se dirige y encamina. Tal parece ser el primer empleo del +hombre. Llammosle <i>teora</i>. Su fruto resultado debe ser la verdad. Su +exposicin metdica es la <i>Ciencia</i>.</p> + +<p>Pero el hombre no es un ser meramente pasivo y contemplativo. No est en +el mundo slo para asistir al espectculo, gozar de l y aplaudirle, +sino que, ms de ser espectador, ha de ser actor. No le basta con +formar conceptos, sino que necesita realizar acciones. De aqu que +adems de la <i>teora</i> haya la <i>prctica</i>. Y como nuestras acciones deben +enderezarse no perturbar el orden natural de las cosas, sino +conservarle y mejorarle, resulta que el fin de la prctica ha de ser +el bien, y el conjunto de reglas y leyes para que el bien se logre es la +Moral en su ms amplio sentido.</p> + +<p>Todava tiene el hombre otro tercer empleo no menos digno y elevado. Ora +consideremos el Universo, sea el conjunto de todas las cosas, como +substancia eterna con poder inmanente para desenvolverse y manifestarse +en apariencias distintas, ora como creacin de una voluntad y de una +inteligencia soberanas, el hombre, por un estmulo irresistible que hay +en l, y por los bros y por la virtud que producen ese estmulo, se +siente movido mejorar y adaptar las cosas ya<a name="page_277" id="page_277"></a> existentes, sacando de +ellas algo nuevo, ya para su propia utilidad, ya para su propio deleite. +De aqu proviene lo que en su ms amplio significado debemos llamar +<i>Poesa</i>.</p> + +<p>Claro est que en este significado amplio, poesa es toda operacin por +la cual el hombre aade algo lo natural para hacerlo ms til, ms +agradable ms hermoso. Si la mente humana, si el espritu no se +incluyese como parte de la Naturaleza, bien podra decirse que toda obra +del espritu, transformando modificando las cosas naturales, era obra +sobrenatural, ya que sobre la Naturaleza vena ponerse.</p> + +<p>En la anterior concepcin vastsima de la <i>poesa</i>, que fin de que no +choque demasiado los que les coja muy de nuevas, declarar aqu que es +de Aristteles, entran todas las artes humanas, desde la del zapatero y +la del cocinero, hasta las del escultor, el msico, el pintor y el vate +ms inspirado.</p> + +<p>Tenemos, pues, <i>teora</i>, <i>prctica</i> y <i>poesa</i>; y como derivacin de las +tres facultades, <i>ciencia</i>, <i>moral</i> y <i>arte</i>. En estas tres esferas de +actividad hay compenetracin, cuando no nos elevamos grande altura. +Entonces casi se puede decir que lo til es el fin y el punto de mira de +las tres facultades que se prestan mutuo auxilio. La ciencia, por +ejemplo, es til y presta auxilio todas las artes, y ya el +conocimiento de los astros puede servir para la navegacin la +agricultura, ya el conocimiento de las propiedades qumicas de los +cuerpos, para preparar medicamentos, para guisar <a name="page_278" id="page_278"></a> para curtir pieles. +La moral, dentro de su ms rastrero concepto, no traspasa tampoco los +lmites de lo til, no aspira sino lo conveniente; rara vez va ms +all de aquello que la prudencia mundana requiere, segn puede notarse +en las antiguas fbulas y en los refranes. Y el arte, por ltimo, se +encierra tambin en lo til en lo materialmente deleitable; +emplendose en vestirnos, en calzarnos, en darnos habitaciones cmodas, +y, en suma, en nuestro material bienestar y regalo.</p> + +<p>Por el contrario, no bien la ciencia, la moral y el arte alcanzan cierta +elevacin, dejan de prestarse auxilio, se hacen independientes, ponen y +buscan su fin en ellos mismos, y adquieren, digmoslo as, una +inutilidad sublime. Dejan de ser serviles y son liberales. La ciencia +entonces busca, y tal vez halla, la verdad, meditando desinteresadamente +y tratando de descubrir los ms hondos arcanos, sin el menor propsito +de que el descubrimiento valga luego para nada que no sea la +satisfaccin misma que de poseer la verdad se origina. De igual suerte +la moral elevada, si no prescinde, echa un lado y pone como en segundo +trmino todas las ventajas que pueda ocasionar causar el ejercerla, y +tiene por nico, al menos por principal objeto, la satisfaccin +semidivina de obrar el bien con la ms completa independencia de toda +mira interesada, as en esta vida como en la otra, as para el individuo +como para la colectividad de cuantos son los seres humanos. Y la poesa, +por ltimo, deja ya de atender<a name="page_279" id="page_279"></a> lo til: no teje, ni guisa, ni edifica +viviendas; ni trata siquiera de moralizar ni de ensear verdades, sino +que poniendo en ella misma su fin, aunque nada deseche y se valga de +todo, tanto de lo creado cuanto de lo increado, tanto de lo real cuanto +de lo ideal, como elementos y materia de lo que produce, no tira +producir sino la belleza y no anhela infundir en los nimos ms que el +puro y desinteresado sentimiento que nace de verla y de admirarla. Esto +es lo que se llama el arte por el arte.</p> + +<p>Ha de entenderse, con todo, que los tres separados caminos por donde va +el espiritu humano no siguen en divergencia constante y separndose +siempre hasta lo infinito, sino que al cabo convergen y vienen +coincidir en un centro foco nico de perfeccin absoluta, donde la +verdad, el bien y la belleza carecen de distincin substantiva, y son +calidades, potencias y atributos de un solo sujeto. Por donde +considerada la ciencia en lo sumo de su elevacin, es igualmente buena y +hermosa, y la moral es la misma verdad y la misma poesa, as como la +poesa no puede menos de ser entonces el celestial y pursimo resplandor +de la verdad y del bien absolutos. Mirada, pues, la poesa desde su +punto ms elevado, basta decir que es poesa para afirmar implcitamente +que es verdadera y buena, as como toda alta moral y toda ciencia +superior y profunda son poticas en el mayor grado.</p> + +<p>Las contradicciones que en lo que afirmamos pueden notarse, provienen de +un error de quien<a name="page_280" id="page_280"></a> las nota y en realidad no existen, estribando slo el +error en algo de incompleto de deficiente, que importa tener en +cuenta. Supongamos que tal cual sistema filosfico, ora las mnadas y la +armona preestablecida de Leibnitz, ora el idealismo de Schelling, ora +el proceso de la idea de Hegel, nos parecen poco conformes la verdad y +hasta desatinos y blasfemias, mas no por eso dejaremos de ver en ellos +maravillosa poesa, as porque contienen parte de la verdad en medio de +sus extravos, como porque es tan potica y tan hermosa la verdad, que +vierte torrentes de poesa y de hermosura sobre quien por las vas ms +encumbradas la busca aunque no la halle.</p> + +<p>De idntica manera toda poesa perfecta, hasta donde la perfeccin cabe +en lo humano, es verdadera y moral, contiene verdad y bien, est en +plena concordancia con la moral y con la ciencia. Y mi ver, dicha +concordancia aparecer con tanta mayor claridad y brillantez, cuanto +menor sea el propsito del poeta de sostener una tesis, de dar lecciones +de moral de ensear cientficamente esto aqullo.</p> + +<p>Lo que verdaderamente importa para que el poeta sea buen poeta, es que +sea sincero y no se empee en engaarnos.</p> + +<p>Su engao no prevalecer ni valdr de nada para las personas de buen +gusto, las cuales no podrn aguantar su obra y la tildarn de falsa y +embustera. Y por el contrario, siempre que el poeta es sincero y dice lo +que siente, con sencillez y sin afectacin, no es verdadero y +legtimo<a name="page_281" id="page_281"></a> poeta, tiene que ser bueno moralmente, resplandeciendo la +bondad moral en su poesa.</p> + +<p>Antes de que definiese Quintiliano al orador <i>varn bueno, perito en +decir</i>, ya haban declarado los autores griegos que no era posible ser +buen poeta sin ser varn bueno antes. El hroe y el santo tienen +perpetua y constante voluntad de bien. El poeta slo es menester que la +tenga cuando escribe. De aqu que moralmente el poeta es muy inferior al +hroe y al santo, aunque por otras prendas de su espritu valga ms que +ellos.</p> + +<p>Como quiera que sea, el primer precepto de toda arte potica debiera ser +esta discreta frase de Maese Pedro: <i>Muchacho, no te encumbres, que toda +afectacin es mala.</i></p> + +<p>En mi sentir, tan perverso y tan insufrible es Baudelaire componiendo su +letana diablica y otras lindezas de las <i>Flores del Mal</i>, como no +pocos poetas, que andan por ah presumiendo de religiosos y de +moralistas, y que escriben, sin pizca de verdadero sentimiento, odas +Dios, la virtud y la vida monstica, narraciones y dramas de +severa moralidad aparente, cuyos personajes no pueden menos de ser +contrahechos, monstruosos, cursis, y como en la vida real no se estilan +ni se estilaron nunca. En cambio, en todo poeta sincero, si es verdadero +poeta, resplandece la bondad y se manifiesta en la belleza que ha +creado. Y cuando se examina y analiza cuidadosamente, se nota que la +belleza que admiramos est en la expresin y manifestacin de la +bondad,<a name="page_282" id="page_282"></a> y no en los errores y en los extravos que por otra parte puede +poner el poeta en su obra y tener en s, como los tiene todo ser humano. +De aqu que admiremos Leopardi, no por su atesmo y desesperacin +pesimista, sino por su anhelo ferviente de bondad suprema, por su +aspiracin lo divino, que l cree irrealizable. De aqu que admiremos +en Carducci, hasta en la oda Satans, no el extravagante capricho de +llamar Satans al libre espritu humano, sino el vehemente amor con que +canta el poeta las conquistas de ese espritu y sus triunfos y victorias +sobre el mundo visible, para mejorar nuestra condicin, ennoblecer +nuestro destino y hacer ms digna y ms feliz la vida humana. Y de aqu, +por ltimo, que en Whittier y en Manzoni admiremos la profunda fe +cristiana, la caridad viva y la consoladora esperanza con que ensalzan +al ser divino, y su santa religin, que es el Lbaro, en pos del cual +piensan que han de elevarse las ms radiantes esferas de +bienaventuranza para los hombres, cumplindose as los inexcrutables +designios del Altsimo y su divina voluntad, en la tierra y en el cielo.</p> + +<p>No hay, pues, ni puede haber discrepancia, no ser superficial, entre +la moral y la esttica, entre el bien y la hermosura. Lo bueno y lo +hermoso coinciden al llegar cierta altura y se confunden en uno. Y +como, mi ver, la sinceridad es requisito indispensable en toda poesa +que merezca tal nombre, esta misma poesa da testimonio fehaciente del +valer moral del poeta. Pongamos<a name="page_283" id="page_283"></a> por caso uno de los libros ms sinceros +y espontneos que se han escrito: el <i>Quijote</i>. El alma hermossima de +Miguel de Cervantes se retrata en este libro como en claro y limpio +espejo, probando, contra todos los documentos que pudieran hallarse, +producirse interpretarse en contra, que Miguel de Cervantes era un +<i>varn bueno</i>.</p> + +<p>Para terminar, bajando de las elevaciones metafsicas, viniendo lo +llano y lo pedestre y juzgando el asunto con el mero sentido comn, yo +me inclino creer que es pedantera inocente la afirmacin de que el +teatro sea escuela de costumbres de que se ensee moral en novelas, +comedias, sainetes y otras obras de mero pasatiempo. Sin duda que estas +obras deben ser morales. Con el pretexto de divertir, no estara bien +que un novelista un dramaturgo recomendase disculpase el robo, el +asesinato y el adulterio. Pero esto no quiere decir que su obra ha de +ser docente, sino que no debe ser perversa ni indecente. Harto bien se +nota que los preceptos de moral aplicados al arte nada tienen de +exclusivos: no implican la relacin entre la moral y la esttica. Son +los mismos preceptos que se impone toda persona bien educada cuando va +de visita, de tertulia de paseo. El novelista el dramaturgo no +ensea ms que el paseante el tertuliano. La buena educacin y el +decoro se les presuponen. Slo hay una diferencia: que el que escribe +suele en todos tiempos usar de mayor libertad de lenguaje que el que va +de visita.<a name="page_284" id="page_284"></a> De seguro que, no ahora, cuando en Inglaterra todo parece +<i>shocking</i>, pero ni en tiempo de Shakespeare se lamentara en la buena +sociedad ninguna seorita como se lamenta Julieta diciendo:</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left"><i>...I'll to my wedding-bed;</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i>And death, not Romeo, take my maidenhead!</i></td></tr> +</table> + +<p>Mil veces ms crudo an es el modo brutal con que, en la tragedia de +Otelo, Yago da Brabancio la noticia de que se ha fugado Desdmona:</p> + +<p class="c"><i>—Your daughter and the Moor are now making</i> <i>the beast with two +backs.</i></p> + +<p>Y aqu termino y no digo ms, porque sera prolijo interminable decir +todo cuanto el asunto sugiere.<a name="page_285" id="page_285"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 367px;"> +<a href="images/illpg_253a.png"> +<img src="images/illpg_253a_sml.png" width="367" height="84" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="EL_REGIONALISMO_FILOLOGICO_EN_GALICIA" id="EL_REGIONALISMO_FILOLOGICO_EN_GALICIA"></a>EL REGIONALISMO FILOLGICO EN GALICIA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">DAS ha que escrib y publiqu en la <i>Revista Critica de Historia y +Literatura</i> un extenso artculo sobre el libro del padre Blanco Garca, +que trata de las literaturas regionales de Espaa y de las literaturas +hispano-americanas en el siglo <span class="smcap">xix</span>.</p> + +<p>En tono muy corts, pero mostrndose enojado y quejoso, el Sr. M. +Murgua, en el nmero del 15 del corriente de <i>La Voz de Galicia</i>, +peridico de la Corua, ha insertado contra m un apasionado escrito en +defensa de las letras gallegas, que supone que yo menosprecio.</p> + +<p>Me desagradan las polmicas y las rehuyo siempre que puedo. No voy, +pues, entablar polmica con el Sr. Murgua. Previamente estoy +convencido de que ni yo lograr traerle mi opinin ni l lograr +llevarme la suya. Disputando, slo conseguiramos fatigar al pblico +con nuestra disputa. No puedo, sin embargo, resistir<a name="page_286" id="page_286"></a> al deseo de +aprovechar esta ocasin para explicar, si me bastan pocas palabras, lo +que pienso sobre lenguas, dialectos, regionalismo, nacionalidades y +varios otros puntos que forman el proceso de este negocio. La materia es +tan vasta, que apenas podr tocarla sino de paso, mejor dir, al +vuelo, posndome slo en las cimas picos ms salientes.</p> + +<p>Contra el precepto de Horacio, empezar <i>ab ovo</i>.</p> + +<p>Todos somos unos. Todos somos hijos de Adn y hermanos por consiguiente. +Pero ocurri lo de la Torre de Babel y los hombres se dispersaron. Unos +se largaron por un lado, otros se largaron por otro, y se formaron muy +diversas tribus, razas castas. A Espaa vinieron sucesivamente +atlantes, iberos primitivos, proto-escitas, fenicios, celtas, griegos, +cartagineses, romanos, godos, alanos, suevos, vndalos, judos, rabes, +sirios, persas, eslavos, berberiscos, normandos y hasta negros de ms +all del Sahara. Sobre poco ms menos, en los dems pases ha sucedido +lo mismo. Y es seguro que si estas mezclas de gentes, distintas y hasta +contrarias, no hubieran llegado nunca amalgamarse, adoptando las +mismas leyes, sometindose al mismo gobierno, hacindose solidarias de +los triunfos y de los reveses, de las prdidas y de las ganancias, y de +las glorias y de las vergenzas comunes, jams hubiera llegado haber +lo que se llama una nacin. Hubiera habido expresiones geogrficas: +Francia, Italia, Inglaterra y Alemania;<a name="page_287" id="page_287"></a> pero no hubiera habido nacin +francesa, ni inglesa, ni alemana, ni italiana.</p> + +<p>Ha habido nacionalidad y la hay, porque en un momento dichoso ha llegado + lograrse y cogerse el fruto de un trabajo y de un cultivo de siglos +y entonces la nacin se ha constitudo. Harto s yo que todo lo que nace +muere. Que si los individuos no son inmortales, tampoco lo son las +naciones; y que Espaa, como cualquiera otra colectividad, puede +descuartizarse, desmoronarse y persistir slo como expresin geogrfica. +Esperemos que esto no ocurra en muchsimos siglos. Yo no soy profeta, y +aunque lo fuese, en vez de remedar Jeremas, remedara los profetas +alegres, sera el primero de ellos, si antes no los hubo.</p> + +<p>No he de negar por esto que, si bien dentro de ciertos lmites juiciosos +me hechizan, me deleitan y hasta me arrancan aplausos las literaturas +regionales, sobre todo cuando son cndidas, espontneas y sencillas, +todava me asustan y me afligen cuando se convierten en tema y vienen +extralimitarse. Entonces me parecen sntomas de decadencia y ruina: +entonces me parecen amenaza de disolucin nacional, si bien confo +siempre en la Providencia y espero que la amenaza no se cumpla, que lo +ominoso fatdico salga fallido, que la enfermedad pase y que la nacin +persista sana, salva y una.</p> + +<p>Cuando un pueblo tiene ser propio y grande, cuando su historia es +gloriosa, cuando ha influido profundamente en los destinos del gnero<a name="page_288" id="page_288"></a> +humano, as por el pensamiento como por la accin, este pueblo no muere, +vive, tiene siete vidas como los gatos: nadie le arranca la vida ni +tres ni trescientos tirones. Puede perder todas sus conquistas; los +continentes y las islas, por donde en los das de su mayor auge y +expansin logr dilatarse, pueden dejar de ser suyos; puede hundirse el +Estado que le da unidad poltica; y hasta puede ser invadido y dominado +por el extranjero el suelo natal, la cuna misma de ese pueblo; mas no +por eso el pueblo muere. Vivir acaso, durante siglos, vida latente y +obscura, pero vuelve al fin recobrar la vida luminosa y clara. El +idioma propio es el talismn donde va escrito el conjuro para lograr +esta modo de resurreccin. Grecia resucit hablando en griego. Si el +pueblo griego hubiera tenido seis siete idiomas diferentes, jams +hubiera resucitado. Es ms; si hubiera tenido seis siete idiomas +diferentes, no dialectos modos, sino idiomas con pretensiones de +literarios y nacionales, no hubiera extendido su cultura desde la +Bactriana hasta las Galias: por todo el litoral de Asia, Africa y Europa +en el Mediterrneo, y por todas sus islas. Y si el dialecto toscano no +se hubiese convertido en lengua italiana, venciendo y obscureciendo +los dems dialectos que en Italia se hablaban, y que se hablaban en +Estados poderossimos, ricos y conquistadores, como lo fu, por ejemplo, +Venecia, Italia no hubiera realizado jams el sueo de Maquiavelo y de +sus ms eminentes patriotas y hombres polticos: no hubiera<a name="page_289" id="page_289"></a> vuelto +tener la unidad que slo tuvo bajo el rey brbaro Teodorico.</p> + +<p>Yo quiero suponer que en Espaa, no slo no hubo unidad de Estado, sino +que ni unidad de nacin hubo hasta fines del siglo <span class="smcap">xv</span>. Supongo, adems, + doy por cierto, pues sobre esto no disputo, que antes no hubo +verdaderamente espaoles, sino portugueses, gallegos, castellanos, +aragoneses y catalanes. Tambin es evidente que hasta fines del siglo <span class="smcap">xv</span> +haba en Espaa tres lenguas literarias y nacionales. Eran estas tres +lenguas la castellana, la catalana y la portuguesa gallega, ya que el +mismo Sr. Murgua confiesa que el gallego y el portugus fueron lo mismo +hasta entonces. Ni <i>Las Cantigas</i> del Rey Sabio, ni cuantos versos hay +en los Cancioneros del rey Don Dionis, de Resende, etc., podran +atribuirse por las palabras y las frases mismas poetas de Portugal +de Galicia. Por el habla, por lo que dej escrito, tan gallego es el +infante Don Pedro, como es portugus Macas el enamorado. Hay ms an: +esa lengua galaico-portuguesa, tal vez no fu escrita slo por +portugueses y gallegos, sino tambin por trovadores de toda Espaa, que +la consideraban como lengua elegante y ms propia que el castellano para +la poesa lrica y de la corte.</p> + +<p>Quiso, no obstante, la suerte sea el orden providencial fatal que +llevan los sucesos histricos, que el idioma de Castilla prevaleciese: +que, aun antes de llegar la unidad de que he hablado, presentase los +ttulos de su hegemona y de<a name="page_290" id="page_290"></a> su imperio, como son el <i>Poema del Cid</i>, +los versos del arcipreste de Hita, <i>Las Partidas</i>, la <i>Crnica general</i> +y <i>El Conde Lucanor</i>; y que, despus de formada la unidad, corroborase +su imperio con otros ttulos soberanos: con el <i>Amadis</i>, con <i>La +Celestina</i>, con Garcilaso y Herrera, con ambos Luises, con Cervantes, +con historiadores como Mariana y con nuestro, fecundsimo y rico +Romancero y con nuestro original y maravilloso teatro. Esta lengua no se +limit presentar dichos ttulos, sino que tambin se difundi por el +mundo, llevada en triunfo bajo el amparo del estandarte de Castilla, por +el inmenso continente recin descubierto, por las remotas islas del mar +del Sur, y aun por las naciones de Europa, que reconocan entonces, ya +que no nuestro imperio, nuestra preeminencia.</p> + +<p>No pretender yo, pesar de lo expuesto, que debieron morir y no +resucitar nunca la lengua catalana y la lengua portuguesa. Portugal +persisti y persiste como nacin. Su historia, muy parecida la de +Espaa, no es menos grande. Su literatura, proporcionalmente, he de +conceder que es original y rica como la nuestra, y que tiene su carcter +propio y sello nacional que la distingue.</p> + +<p>De la lengua y de la literatura catalanas no se puede decir tanto ni con +mucho; pero al cabo, bastante puede alegarse en pr de su resurreccin +renacimiento presente.</p> + +<p>Pero vamos... hablando con franqueza, aunque se enojen un poquito el Sr. +Murgua y otros literatos<a name="page_291" id="page_291"></a> gallegos: hay paridad entre el dialecto de +Galicia y la lengua nacional que hablan los portugueses y que hablan +adems en Amrica diez once millones de hombres, en una extensin de +territorio casi tan grande como Europa? Si hasta el siglo <span class="smcap">xv</span> los +gallegos hablaron y escribieron como los portugueses, lo natural sera, +si no quieren hablar y escribir en castellano, que escriban ahora +tambin en portugus. Esto sera volver con fidelidad la lengua +antigua, sin que esta vuelta atavismo impidiese que se siguiera +cultivando el dialecto, como dialecto. Sin duda en Venecia, en Miln, en +Npoles y en Sicilia, se hablan y se escriben cuatro dialectos +distintos, pero con cierta modestia, reconociendo todos cuantos as +escriben sin excluir v. gr. al gran poeta lrico Meli y al chistossimo, +fecundo ingenioso dramaturgo Altavilla, que escriben en un dialecto +vulgar, y que no hay ms que una lengua nacional y de toda Italia, que +es la lengua toscana, que ya debe llamarse italiana, as como la +castellana debe llamarse espaola.</p> + +<p>Pues qu, no hay distintos dialectos en Alemania, en Inglaterra y en +Francia? A nadie se le antoja por eso convertir en lengua nacional +ninguno de estos dialectos.</p> + +<p>Acaso se me cite el imperio austriaco; pero Austria no es nacin sino +conjunto de naciones. A buen seguro que los alemanes, sbditos del +emperador de Austria, dejen de hablar en alemn y dejen de tener esta +lengua por nacional y propia de ellos. Claro est que los polacos, +aunque<a name="page_292" id="page_292"></a> ya no hay Polonia, siguen hablando en polaco; los hngaros, en +hngaro; los tchecos, en tcheco; los croatas en croata, y los rumanos, +en rumano; pero qu tiene que ver esto con lo que en Espaa sucede? En +todo caso, podra comprenderse que as como los rumanos, sbditos del +emperador de Austria, hablan y escriben la misma lengua del vecino reino +independiente de Rumania, as los gallegos, ciudadanos espaoles, se +dedicasen, por amor y patriotismo <i>atvicos</i>, escribir como lengua +nacional y literaria la portuguesa. Pero ni aun as se comprende; porque +los rumanos de Austria son un pueblo como anexionado y sometido y unido +artificialmente otros pueblos de muy distinto origen, mientras que los +gallegos, como los asturianos, forman el ncleo, y el germen, y la raz, +de donde ha brotado esta gran nacin. Cmo reniegan ahora de ella, al +menos en apariencia, y propenden, si no irse literariamente con los +portugueses, separarse por el habla, vehculo y expresin del +pensamiento, y formar rancho aparte, permtaseme lo vulgar en virtud +de lo grfico de la expresin?</p> + +<p>No s si he atinado explicar en este lgero articulo lo que hubiera +requerido larga serie de ellos para quedar bien explicado; pero, como +quiera que sea, harto se entiende que yo no desdeo los poetas y +prosistas que hubo, hay y puede haber en dialecto gallego; que celebro +el regionalismo filolgico dentro de ciertos lmites puramente +provinciales; pero que deploro la exageracin<a name="page_293" id="page_293"></a> que puede ponernos en una +lastimosa pendiente de desmoronamiento nacional de cierto separatismo. +Ni se me diga que la tal propensin que se hablen muchos idiomas +proviene de un movimiento progresivo. Por lo comn sucede lo contrario. +Cuando las grandes naciones y cuando las grandes razas decaen se +hunden, es cuando pierden el idioma comn y salen hablando distintos +idiomas. La Torre de Babel representa simblicamente este lastimoso +fenmeno.</p> + +<p><a name="page_294" id="page_294"></a></p> + +<p><a name="page_295" id="page_295"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 354px;"> +<a href="images/illpg_295a.png"> +<img src="images/illpg_295a_sml.png" width="354" height="78" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="LA_OBRA_POSTUMA" id="LA_OBRA_POSTUMA"></a>LA OBRA PSTUMA<br /><br /> +DE JUAN MONTALVO</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">QUIN es este Juan Montalvo?—dirn no pocos de los que vayan +leerme.—Pues bien, les contestar: Juan Montalvo fu natural de una de +las Repblicas que en la Amrica del Sur nacieron de nuestras colonias. +l mismo se llama semibrbaro, y es de los ms cultos ilustrados +escritores que ha habido en nuestros das.</p> + +<p>No digo yo que nos est bien adular los hispano-americanos, suponiendo +que sus poetas y sus prosistas valen ms de lo que valen. Pero ser +mejor mostrarnos con ellos seversimos crticos, empuar la frula, +esgrimir la disciplina la palmeta y censurarlos y castigarlos +duramente? Hay cierta crtica menuda que hace mucha gracia al pblico +envidioso, que es muy fcil de ejercer, y por cuya virtud, mejor dir, +por cuyo vicio, puede probarse, al menos en apariencia, que Garcilaso y +Fray Luis de Len fueron<a name="page_296" id="page_296"></a> unos plagiarios y adems unos ignorantes, que +no saban sintxis, ni prosodia, ni nada, y que tenan orejas de asno, +como el rey Midas. En una palabra; con el mtodo analtico que hoy se +emplea, con cuatro chuscadas y con un poquito de mala fe, nada ms llano +que demostrar que el propio Homero era un mentecato.</p> + +<p>Por otra parte, yo no comprendo qu ventaja pueda traer una censura muy +feroz de los autores, aunque sean malos. En ningn oficio, menester +profesin, se ofende menos Dios y al prjimo y se causan menos daos +la repblica que escribiendo versos flojos y llenos de ripios prosa +desmazalada y tonta. Con las producciones del espritu suele ocurrir lo +contrario que con las producciones materiales. La cizaa puede ahogar el +trigo y no habr buena cosecha si el haza no se escarda y no se limpia +de mala hierba con el almocafre, mientras que, por el contrario, casi es +indispensable que el espritu humano produzca millares de cosas pequeas +y deformes, para que brote de entre ellas una que sea hermossima y +grande, predestinada por su valer vida inmortal y gloriosa. Un mal +mdico mata sus enfermos, un mal arquitecto tal vez construya +edificios que se hunden con estrago espantoso, un mal zapatero nos +estropea los pies, un mal sastre nos afea con sus trajes ridculos, un +mal cocinero nos envenena nos mata de hambre, un mal poltico causa la +miseria y el descrdito de su nacin, y un mal general expone sin plan y +sin objeto la vida de sus soldados<a name="page_297" id="page_297"></a> y aun llega causar el +empobrecimiento, el oprobio y la ruina del Estado quien sirve. Pero un +buen seor, si tiene la mana de componer malos versos de escribir en +prosa cualquier tontera, me quieren ustedes decir qu dao hace +nadie? Con no leer lo que ha escrito, l y nosotros quedamos despachados +y en paz. No hay razn para ensalzar los escritores hispano-americanos +sin justo motivo, pero menos hay razn para denigrarlos.</p> + +<p>El Juan Montalvo, que me sugiere estas reflexiones, lo dice: los +hispano-americanos son para los espaoles carne de su carne y huesos de +sus huesos. Todo cuanto contra ellos digamos, hasta cierto punto, nos +cae encima.</p> + +<p>Harto estoy ya de oir decir que el porvenir del mundo es de la raza +anglo-sajona, la cual en Amrica da clara muestra de que entiende de +todo, de que vale para todo y de que sabe gobernarse, mientras que la +raza espaola, ibrica, latina como nos convenga llamarla, ofrece muy +triste espectaculo, y da, por todo el Nuevo Mundo, y claro est tambin +que por el antiguo, lastimoso testimonio de su incapacidad y +desgobierno. Sube el <i>yankee</i> la cima de la montaa y el +hispano-americano se queda al pie, rezagado y en situacin miserable; +pero no se cuenta, al decir esto, con no pocos factores, empezando por +la fortuna, que no puede negarse que existe, entendindose por fortuna, +la serie y el enlace de los casos, dispuestos y ordenados por ley +providencial fatal, que ya se sustraen la previsin<a name="page_298" id="page_298"></a> humana, ya, +aunque no se sustraigan, ni la ms firme voluntad de los hombres, ni su +ms profundo saber, ni su ms poderosa inteligencia desvan del camino +que siguen, as como no evita el eclipse el astrnomo que le pronostica. +Valga adems, en defensa de nuestra raza, otra razn que nadie tildar +de metafsica ni de alambicada. El <i>yankee</i> ha subido la altura, +porque sin asomo de piedad, y para ir ms ligero, ha dejado tras de s +todo lo que le estorbaba, mientras que el hispano-americano sube con +dificultad, porque va cargado con el indio, quien considera como su +hermano y como su igual, uniendo con l sangre, vida y destino. La +empresa, pues, del hispano-americano es mil veces ms rdua; ha de +tardar mucho ms tiempo en llevarse cabo; pero no es imposible que se +logre. Y si algn da se lograse, cmo negar que sera tambin mil +veces ms humana, ms generosa y ms digna de alabanza?</p> + +<p>Volvamos Juan Montalvo y evitemos las digresiones.</p> + +<p>Poco s de la vida de este escritor. Ecuatoriano de nacimiento, muri en +Pars, creo que muy joven an. Ignoro si era de pura sangre espaola +si corra mezclada por sus venas la sangre del espaol con la del indio. +Su saber era variado, hondo y extenso; su ingenio, original y agudsimo; +su modo de sentir, universal cosmopolita; su espritu se haba +alimentado con deleite y haba digerido y convertido en substancia +propia la flor del pensamiento de los antiguos griegos<a name="page_299" id="page_299"></a> y latinos y de +los modernos ingleses, franceses y espaoles. Nadie, con todo, se +jactar, fundadamente, de ser ms espaol que l por el espritu y por +su primera manifestacin sensible, la palabra.</p> + +<p>Tal vez sea, en nuestra poca, un colombiano, Rufino Cuervo, quien sabe +terica y gramaticalmente ms lengua espaola. Pero, sin duda, quien la +maneja con ms castiza abundancia de vocablos, frases y giros, y quien +la escribe con ms primor y limpieza, como quien borda rico dechado, es, + mi ver, este para nosotros extranjero y acaso semi-indio.</p> + +<p>Su adoracin, su entusiasmo por la lengua y la literatura de Castilla, +corren parejas con el conocimiento que de ellas tiene, cuya extensin no +pondero, pero cuya intensidad es incomparable. Nadie con ms fervor ni +con ms tino que Montalvo elogia, en mi sentir, la lengua castellana y +las obras maestras que en esta lengua se han escrito.</p> + +<p>Montalvo tiene, como todos los americanos, latinos y no latinos, una +calidad buena, si bien por su exageracin peca veces de sobrado +cndida y aun llega prestarse la burla; la mana de imitar los +europeos, superndolos y eclipsndolos. Cuando esta cualidad va +acompaada, como en Montalvo, de grandsimo respeto hacia los bien +entendidos y mejor sentidos modelos, la cualidad es simptica y llega +producir obras de mrito. Lejos de poner solucin de continuidad, +conserva unida la civilizacin europea con<a name="page_300" id="page_300"></a> la transplantada al Nuevo +Mundo; y cuanto en el Nuevo Mundo se cria, sin dejar de ser propio de su +suelo, parece como mugrn robusto como retoo que se nutre an de la +savia que viene de Europa, aunque en tierra virgen y ms frtil +reverdezca con mayor lozana, extienda ms sus ramas y haga brotar en +ellas ms flores y ms frutos.</p> + +<p>En las obras principales y mejores de Montalvo se advierte la mencionada +cualidad. Enamorado del modelo, le imita y anhela superarle, pero +respetndole y amndole siempre.</p> + +<p>As, en <i>Los Siete Tratados</i> no habr quien no note la imitacin de +Miguel de Montaigne y el amor que Montalvo inspira; y as en <i>El +espectador</i>, se advierte que Montalvo, prendado de Addison, propende +imitarle hasta en el nombre ttulo de su obra. Pero en Montalvo haba +tanto ser propio y un sentir y un pensar tan profundamente arraigados en +el alma, que todo ello sale con mpetu y se pone en la imitacin de tal +suerte, que la imitacin es muy distinta de lo imitado, ya que la +informa otro espritu nuevo y muy distinto. De este modo, sin que yo +pretenda igualar las producciones al compararlas, fray Luis de Len +imita Horacio en <i>La vida del campo</i>, y compone una oda que Horacio ni +siquiera entendera, si sabiendo bien el espaol resucitase.</p> + +<p>Todo el anterior prembulo y ms an necesitara y empleara yo, si no +fuese monstruosidad convertir en prembulo todo este artculo, que<a name="page_301" id="page_301"></a> por +fuerza ha de ser muy breve, para preparar mis lectores y para impedir +que se asusten, cuando, permtaseme lo vulgar de la frase, llegue el +trueno gordo; la revelacin del ttulo y del asunto de la obra pstuma +de Juan Montalvo: la aclaracin de las palabras que me sirven de +epgrafe.</p> + +<p>Juan Montalvo encabeza su obra postuma con una elocuentsima +introduccin. Nada mejor pensado, ni mejor escrito, ni ms entusiasta +par que juicioso, ni ms esmaltado de sentencias metafsicas, estticas +y morales, puede, en mi sentir, escribirse en elogio del prncipe de +nuestros ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra, quien coloca Montalvo +entre los mayores que ha habido en el mundo, y cuyo <i>Quijote</i> slo +pone por cima la <i>Biblia</i> y la <i>Iliada</i>. Y ahora llega por fin el trueno +gordo. El ttulo de la obra pstuma es el siguiente: <i>Captulos que se +olvidaron Cervantes. Ensayo de imitacin de un libro inimitable</i>.</p> + +<p>Y en efecto, Juan Montalvo escribe y sus herederos sus admiradores y +paisanos dan la estampa, en Bezanson, en 1895, aunque el libro no ha +llegado hasta ahora nuestras manos, nada menos que sesenta captulos +aadidos al <i>Quijote</i>. Acaso el autor, en vida, no se hubiera atrevido +publicarlos. Acaso no pretendi nunca rivalizar con Cervantes. Acaso el +extremo de su amor y de su admiracin le hizo incurrir en esta modo de +locura. Nada menos parecido Cervantes que Juan Montalvo; uno, todo +espontaneidad,<a name="page_302" id="page_302"></a> sencillez y alta inspiracin, menudo casi +inconsciente; otro, todo reflexin, artificio y doctrina. El libro de +Montalvo, no obstante, es la obra de un hombre de gran talento, del ms +atildado prosista que en estos ltimos tiempos ha escrito en lengua +castellana, y de un hombre, por ltimo, de imaginacin briosa y rica. Su +libro merece ser examinado y juzgado, pero no caben en este articulo ni +el examen ni el fallo. Qudense, pues, para otro da, si alguien muestra +curiosidad por conocerlos.<a name="page_303" id="page_303"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 386px;"> +<a href="images/illpg_303a.png"> +<img src="images/illpg_303a_sml.png" width="386" height="71" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3>EL PAS DE LA CASTAETA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">HAR ya seis meses estuvo en Madrid un anglo-americano, llamado H. C. +Chatfield-Taylor. Un amigo mo me le present y trajo mi casa, donde +tuve el gusto de conocerle. Me pareci sujeto amable, discreto +ilustrado, y muy entusiasta de nuestro pas. Pronto volvi al suyo dicho +seor, escribi un libro sobre Espaa, le imprimi en Chicago, +exornndole con bor nitas estampas, y tuvo la bondad de enviarme un +ejemplar, que recib hace pocos das. Confieso que el ttulo del libro +me desagrad bastante. El libro se titula <i>El pas de la castaeta</i> (The +Land of the Castanet). Ya en el ttulo hay una ofensa. Es como si un +espaol escribiese un libro sobre los Estados Unidos, y sin acordarse de +Washington, de Franklin, de Lincoln, de Grant, de Emerson, de Poe, de +Edison, de Chaning, de Whittier y de otros muchos ilustres personajes; +de sus nobles y hermosas mujeres, de sus grandes ciudades, de sus +monumentos, de su riqueza, de su<a name="page_304" id="page_304"></a> prosperidad, de las bellezas naturales +de su territorio, de la anchura del Hudson y del Misisip, y del salto +del Nigara, recordase slo la abundancia de cerdos que se cran y se +matan en Chicago y titulase su libro <i>El pas del cerdo</i>.</p> + +<p>A menudo el Sr. Taylor nos acusa en su libro de orgullosos. Yo no creo +que lo somos ni que lo hemos sido nunca; mas no por eso nuestra humildad +ha de llegar hasta el extremo de resignarnos creer que el objeto que +ms nos caracteriza y distingue de las otras naciones del mundo es la +castaeta.</p> + +<p>Hace muchos aos, cuando el rey de Sajonia, que haba sido partidario de +D. Carlos, reconoci por reina Isabel II, mand esta corte un +elegante y rico enviado extraordinario, llamado el barn Fabrice. Trajo +este seor consigo un hbil cocinero, que adems era literato, y que +al volver su tierra compuso un libro de sus impresiones de viaje en +Espaa, y le titul <i>Puchero</i>. Nadie entre nosotros poda ver la menor +ofensa en este ttulo. Para una persona cuyo principal oficio y arte es +la cocina, el puchero no puede menos de ser la idea capital y como el +centro en cuyos alrededores se agrupan las dems cosas. De la misma +suerte, si el Sr. Taylor hubiera sido bailarn, la castaeta hubiera +sido tambin, naturalmente, el ncleo de sus impresiones, la piedra +angular de todo el caramillo de ideas que sobre Espaa formase; pero +como yo no creo que el seor Taylor sea bailarn de oficio, hallo raro +que califique Espaa de <i>pas de la<a name="page_305" id="page_305"></a> castaeta</i>, por ms que en Espaa +las castaetas castauelas se toquen desde muy antiguo, segn lo +atestigua Marcial en sus versos en elogio de Teletusa, que las +repiqueteaba de lo lindo al gusto de Cdiz; por ms que un docto fraile +inventase y escribiese una ciencia nueva titulada Crotaloga ciencia +de las castauelas, y por ms que mi ingenioso y erudito amigo D. +Francisco Asenjo Barbieri, que en paz descanse, escribiese tambin un +curioso discurso sobre tan alegre instrumento.</p> + +<p>Hecho ya este inevitable reparo, no he de negar que el libro del Sr. +Taylor es de muy amena lectura, contiene muchas noticias, y veces +encomia hasta con entusiasmo no pocas personas y bastantes cosas de +Espaa. Da, por ejemplo, justos y atinados elogios varios de los ms +notables de nuestros polticos y literatos, como Castelar, Moret, +Echegaray, Emilia Pardo Bazn, Cnovas y Sagasta. Del conjunto del libro +se infiere que el Sr. Taylor desea sernos favorable; pero pesar suyo +el prisma engaoso del protestante y del <i>yankee</i>, al travs del cual +nos mira, hace que menudo, ya nos calumnie y nos injurie involuntaria +y candorosamente, ya lance sobre nosotros contra nosotros profecas, +ageros y juicios, mi ver, disparatados.</p> + +<p>Dice, por ejemplo, que nosotros, en nuestro orgullo, tenemos peor +opinin de los <i>yankees</i> que los <i>yankees</i> de nosotros. Lo nico que se +ha hecho en Espaa es contestar con algunas injurias, que yo encuentro +de psimo gusto, las de<a name="page_306" id="page_306"></a> un gusto mil y mil veces ms depravado y +run, que nos han dirigido y que nos dirigen de continuo senadores, +diputados, escritores graves, que pretenden serlo, y periodistas de la +Gran Repblica. Si fusemos contestar los <i>yankees</i> con suma igual +de injurias las que les debemos, nos pareceramos dos enjambres de +verduleras que se ponen como hoja de perejil, con el Atlntico de por +medio. Y las injurias de los escritores de los Estados Unidos contra +nosotros no son de ahora, con ocasin de la guerra de Cuba, sino que +vienen de muy atrs. Slo Guillermo Draper ha dicho ms ferocidades +contra Espaa y ha mostrado ms profundo aborrecimiento contra nosotros +que el que podran atesorar todos los espaoles juntos, si se decidiesen + denigrar, escarnecer y insultar los anglo americanos.</p> + +<p>El mismo Taylor, que pretende, que desea, que aspira de buena fe hacer +nuestra apologa, ya desde el segundo rengln de su libro nos califica +de indolentes y de crueles. La acusacin de fanatismo y de supersticin +que el Sr. Taylor lanza menudo contra nosotros casi no nos ofende, y, +de puro poco razonable y fundada, nos parece chistosa. Si fusemos +hacer la estadstica de los ajusticiados, quemados y asesinados por +motivos religiosos, de fijo que resultara, pesar de Torquemada y de +todos los inquisidores, doble triple nmero que en nuestra cuenta en +la cuenta de la sentimental y piadossima raza anglo-sajona.<a name="page_307" id="page_307"></a></p> + +<p>En lo tocante supersticin, declaro que no me explico que nos acuse de +ella ningn cristiano de distinta iglesia que la catlica. Libre es todo +hombre de aceptar y creer por completo lo dogmtico de nuestra religin, + slo una parte, modificndola algo no modificndola; pero desde el +momento en que se cree una parte, no hay razn ni motivo para llamar +supersticioso al que lo cree todo. Cuando dijo Sancho que no bien l y +su amo se remontaron al cielo, se ape l de Clavileo y se puso jugar +con las <i>siete cabrillas</i>, Don Quijote tuvo sobrada razn en decirle que +no se allanara creer en su jugueteo con las estrellas, si Sancho no +crea tampoco en nada de lo que cont que en la cueva de Montesinos le +haba pasado. Para un impo racionalista, tan absurdos son los retozos +de Sancho con las Plyades, como la conversacin y los lances del +hidalgo manchego con Montesinos, Durandarte y Belerma. Por qu, para un +espritu religioso, han de ser fanticos el doctor eximio Suarez, el +glorioso Ignacio de Loyola, Melchor Cano y Domingo de Soto, y han de ser +unas criaturas muy juiciosas y razonables Wiclef, Knox, Lutero y +Calvino? O todos igualmente locos y fanticos, todos igualmente dignos +de consideracin y respeto.</p> + +<p>Otra terrible mana del Sr. Taylor es la que muestra contra las corridas +de toros, las que fu no obstante y se divirti vindolas. Lo que es +yo, gusto tan poco de dichas corridas, que nunca voy presenciarlas, +como no he ido en los Estados Unidos divertirme en ver dos<a name="page_308" id="page_308"></a> +ciudadanos romperse puetazos el esternn y las quijadas para deleite +de los cultos espectadores; mas no por eso dir que mientras entre los +<i>yankees</i> se estilen tales juegos, no ser posible que se civilicen y +seguirn siendo brbaros y feroces. El Sr. Taylor declara en cambio que +nosotros slo porque toleramos las corridas de toros, somos <i>incapaces +de civilizacin</i> en su ms alto sentido.</p> + +<p>Dir, por ltimo, que el Sr. Taylor, que varias veces nos acusa de +crueles, es cruelsimo con el pueblo espaol cuando le compara un +hidalgo empobrecido y casi hambriento, que lleno de vanidad y por seguir +alternando con otros hidalgos ricos, es manirroto y despilfarrado, gasta +ms de lo que tiene y va derecho la ms espantosa ruina. Pues qu, +entiende el Sr. Taylor que sea vanidad y despilfarro que procuremos +conservar, aun costa de los mayores sacrificios, una isla que nos +pertenece, y donde nadie pocos se sublevaran si desde los Estados +Unidos no los alentasen y no les enviasen armas y dinero? Cuba es +nuestra propiedad legtima, y no es vanidad ni soberbia nuestro empeo +en conservarla. Cuba es, adems, como la prenda y el testimonio visible +y monumental de que este pueblo de la <i>castaeta</i> fu el que descubri +el Nuevo Mundo implant en l las artes y la civilizacin de Europa.</p> + +<p>Aunque nosotros no negamos que en comparacin de los Estados Unidos +somos muy pobres, todava nos parece duro que cada paso se nos<a name="page_309" id="page_309"></a> eche +en cara nuestra pobreza y la vanidad ridcula con que se supone que +tratamos de disimularla. Las seoras, dice el Sr. Taylor, van paseo en +coche elegantemente vestidas de medio cuerpo arriba, y de medio cuerpo +abajo muy andrajosas, cubriendo con una manta aquella miseria. Por +lucirse, andar en coche y tener palco en el Real, se tratan muy mal en +casa, la cual suele estar inconfortable y mal amueblada. En invierno se +mueren de fro, y en todas las estaciones remedan al camalen, +alimentndose casi del aire.</p> + +<p>El Sr. Taylor deja entrever con insistencia su recelo de que en Espaa +se come poco y mal, de modo que nosotros para agasajar los extranjeros +no los convidamos nunca comer, limitndonos hacerles muchas +cortesas. Nos cuenta, sin embargo, contradicindose, que el Sr. don +Emilio Castelar le di un almuerzo suculentsimo, en el que se sirvieron +diecisiete platos, sin contar los postres, que seran, probablemente, +cuarenta cincuenta, todo ello, para que no se atragantase, remojado +con los mejores vinos espaoles. Pues qu quera ms el Sr. Taylor? +Tambin se contradice al hablar de los clubs casinos. En algunos +pasajes de su libro afirma que no somos un pueblo <i>clubable</i>, y califica +de mezquinos y pobres nuestros clubs, y lamenta que se sostengan por el +juego. Y en contra de lo dicho, afirma en otros pasajes, por ejemplo, +que el Casino de Crdoba es grandioso, y ensalza el Ateneo de Madrid, +que al fin es un casino donde<a name="page_310" id="page_310"></a> no se juega, encomiando su rica y selecta +biblioteca, su gran saln de sesiones y sus ctedras, donde personas +sabias y elocuentes ensean diversas ciencias y facultades.</p> + +<p>Sobre la <i>high-life</i> de Madrid y sobre las damas de la suprema +elegancia, el Sr. Taylor est algo satrico; pero en manera alguna +singularmente ofensivo, ya que los vicios y faltas que halla en la +<i>smart set</i> madrilea le parecen menores que los de la <i>smart set</i> +neoyorquina. Como yo en este punto tengo la manga mucho ms ancha que el +seor Taylor, absuelvo de casi todas sus culpas, sin imponerles la menor +penitencia, tanto las damas elegantes de Madrid, como las de los +Estados Unidos, que me parecieron guapsimas, discretas y divertidas, +durante los dos aos que pas en aquella tierra. Mi indulgencia es +fenomenal para con las seoras. Apenas hay rareza que yo no les perdone; +hasta perdono algunas de nuestras damas elegantes que, segn observa +el Sr. Taylor, aunque no sepan hablar ingls, pronuncien con acento +ingls el castellano, apretando mucho los dientes, desde que pasaron una +semana en Londres. Este acento ingls es ya ms distinguido y ms <i>chic</i> +que la erre nasal gangosa que otras damas emplean fin de parecer +educadas en <i>Pars de Francia</i>.</p> + +<p>La clase media, sigue el Sr. Taylor, es ignorante, grosera y sucia. +Supone enorme distancia, un abismo, entre nuestra nobleza y el pueblo. +No s cmo ha podido notar esto en el pas ms democrtico del mundo, +que es Espaa. El seor<a name="page_311" id="page_311"></a> Taylor acusa cada paso de ignorantes los +espaoles. No se comprende cmo el poco tiempo que ha estado aqu le ha +bastado para examinarnos de todas las asignaturas y darnos calabazas. +Los mahometanos y los judos, esos s que eran sabios; pero hicimos la +barbaridad de expulsarlos.</p> + +<p>No cabe en este breve escrito contestar las censuras del Sr. Taylor. +Nos limitaremos contraponerle las siguientes afirmaciones:</p> + +<p>Que durante toda la Edad Media la Espaa cristiana fu el pueblo ms +tolerante de toda la cristiandad:</p> + +<p>Que cuando venan cruzados ayudarnos en la Reconquista, era menester +echarlos luchar contra ellos, para que no matasen ni robasen todos +los judos y mahometanos, faltando los pactos y la fe jurada:</p> + +<p>Que la sabidura muslmica y rabnica y sus filsofos y doctores, en vez +de ser perseguidos por los monarcas cristianos de Espaa, hallaron con +frecuencia en sus cortes proteccin y refugio contra las fanticas +persecuciones, ya de algunos califas de Crdoba, ya de los almoravides y +almohades, en la poca de las tremendas invasiones africanas:</p> + +<p>Y en fin: que esa sabidura se difundi y se di conocer en el resto +de Europa por medio de los cristianos espaoles, arzobispos, obispos y +sacerdotes casi siempre, que tradujeron, comentaron y explicaron los +textos arbigos y hebricos.</p> + +<p>Pero salgamos de las honduras en que nos hemos<a name="page_312" id="page_312"></a> metido, y terminemos +este artculo, que va siendo ya sobrado largo, afirmando que el libro +del Sr. Taylor es muy agradable de leer, pesar de los defectillos que +hemos notado, y que, si procuramos no ser vidriosos, reconoceremos que +cuanto el Sr. Taylor dice contra nosotros, proviene de prejuicios +difciles de arrancar del alma de un extranjero, pero que en el fondo el +seor Taylor nos encomia procura encomiarnos, y en casi todas las +pginas de su libro muestra hacia nosotros muy sincera y fervorosa +simpata.<a name="page_313" id="page_313"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 375px;"> +<a href="images/illpg_313a.png"> +<img src="images/illpg_313a_sml.png" width="375" height="80" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="SOBRE_LA_ANTOLOGIA" id="SOBRE_LA_ANTOLOGIA"></a>SOBRE LA ANTOLOGIA<br /><br /> +DE POETAS LRICOS CASTELLANOS<br /><br /> +<small>DE DON MARCELINO MENNDEZ Y PELAYO</small></h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">DISTRADA la atencin de la gente hacia los tristes acontecimientos +polticos que van sucedindose, poco nada interesan los trabajos +literarios de nuestros das. De comedias, novelas y otros libros de +entretenimiento, suele hablar la crtica en los peridicos. De libros +eruditos, si tratan de cosas que pasaron mucho tiempo h, los peridicos +no suelen decir nada ni tienen espacio ni vagar para ello. Y, sin +embargo, adems de que se aquieta y satisface la curiosidad con saber +las cosas antiguas, el recordarlas el saberlas mejor, cuando nos las +explica un varn docto y discreto, nos sugiere multitud de pensamientos +y nos excita proponer, ya que no resolver, dudas, enigmas y +problemas que tienen aplicacin inmediata las cosas de ahora.</p> + +<p>Digo esto propsito del ltimo libro del seor Menndez y Pelayo (Tomo +VI de la <i>Antologa<a name="page_314" id="page_314"></a> de poetas lricos castellanos</i>), donde el autor, en +ms de 400 pginas, nos presenta un cuadro completo de la cultura y de +la grandeza de Espaa en tiempo de los Reyes Catlicos, fines del +siglo <span class="smcap">xv</span> y principios del <span class="smcap">xvi</span>.</p> + +<p>Hablando con desenfadada franqueza, yo creo inferiores lo que hoy se +escribe todas las producciones literarias de aquella edad, salvo tres, +cuya resonancia y fama en las naciones extranjeras, y cuyo influjo en la +cultura general no tiene traza de adquirir ni podemos presumir ni +esperar que adquiera ninguna de nuestras producciones contemporneas. +Son estas tres obras que excepto <i>La Celestina</i>, las <i>Coplas</i> de Jorge +Manrique, y <i>El Amadis</i>, en su ltima forma definitiva.</p> + +<p>No ser yo de aquellos quienes condena el Sr. Menndez, porque +desechan sin leerlos y como malos insufribles todos los versos del +<i>Cancionero general</i> de Castillo y los que encierra el de Resende, +escritos en castellano; pero no puedo persuadirme de que haya en dichos +versos algo que se levante sobre el nivel de lo mediano, y que divierta + interese hoy, si bien debe leerse y estudiarse, ya que sobre +costumbres, usos, pasiones, aventuras y casos de aquella poca gloriosa, +ensea no poco que no ensean las crnicas ni las historias, y ya que es +adems muestra y dechado del lenguaje y estilo de Castilla en los +momentos de su mayor expansin y florecimiento polticos.</p> + +<p>Tal vez logre el Sr. Menndez, cuando hable<a name="page_315" id="page_315"></a> de Juan del Encina, quien +califica del mayor poeta en aquel perodo y de D. Pedro Manuel de Urrea, +que sobresale entre los aragoneses, infundirnos, al analizar y criticar +sus obras, un concepto ms elevado de nuestra inspiracin potica de +entonces. Yo dudo de que lo consiga, y no acierto explicarme el poco +valer de la poesa de entonces por falta culpa del instrumento; porque +la lengua no estaba hecha ni el buen gusto formado. Cuando en aquella +lengua se escribieron las <i>Coplas</i> de Jorge Manrique, bien pudieron +escribirse otras muchas de igual mrito. Y no atribuyo tampoco mi +cortsimo entusiasmo por aquella antigua poesa espaola que para +entenderla y sentirla bien, importa trasladarse en espritu la edad en +que se compuso. Si es difcil trasladarse en espritu principios del +siglo <span class="smcap">xvi</span> sin salir de Espaa, ms lo es volar Grecia Italia no +pocos siglos antes, y no por eso dejo de atreverme decir que +comprendo, estimo y admiro Pndaro, Horacio, Virgilio, Dante y +al Petrarca. El no admirar, por consiguiente, los poetas de los +Cancioneros, debe de consistir, y no hallo otra razn por ms vueltas +que le doy, en que distan mucho de ser admirables.</p> + +<p>En cambio, en la vida del ms insignificante de ellos, en sus lances de +amor y fortuna, hay ms poesa, ms chiste, ms amenidad ms +sublimidad, que en todo el frrago de sus canciones, glosas y +villancicos.</p> + +<p>Resulta de esto que (y sigo hablando con<a name="page_316" id="page_316"></a> franqueza) apenas hay criatura +humana, no ser muy sabia, que aguante de seguida seis pginas de +lectura de los versos publicados hasta ahora en la <i>Antologa</i> del Sr. +Menndez, cuyos prlogos en cambio son encantadores y se leen con mayor +inters y deleite que la ms ingeniosa y apasionada novela. Por dicha, +los prlogos son extenssimos, y son tan pocos los versos, que casi no +parecen sino un pretexto para escribir los prlogos. Los retratos y +biografas de Antn de Montoro, de los Manriques, de Alvarez Gato, de +Pedro Guilln de Segovia, de Snchez de Badajoz, de Diego de San Pedro y +de otros trovadores, estn hechos de mano maestra, y an es ms hermosa +y tiene mayores atractivos la brillante pintura que hace el Sr. Menndez +de la renovacin social, del desenvolvimiento poltico, de la +organizacin y pujanza, de los bros que casi de repente se muestran en +Aragn y en Castilla unidos, y del salto milagroso, porque, mi ver es +inexplicable, con que una nacin, presa de las discordias civiles, rota +y desbaratada, y al parecer, pobre y dbil, se alza de sbito ser la +envidia y la admiracin de los dems pueblos de Europa, amenazndolos +con su hegemona y haciendo que el sueo de una monarqua universal, en +no remoto porvenir, no fuese completo delirio.</p> + +<p>Cul fu la causa de tamaa transformacin y de tan improvisado +crecimiento? No puede ser ms lastimoso el cuadro que los doctores +Villalobos y Francisco Ortiz, que Hernando del<a name="page_317" id="page_317"></a> Pulgar y que otros +escritores de aquella poca hacen de la situacin de Castilla. Era un +caos horrible, de donde la sacaron ser una gran nacin la fuerte mano +de la Reina Catlica y el genio militar y poltico de su marido. El +remedio que emplearon para curar el mal y trocarle en robustez sana y +fecunda no fu menos horrible. En nuestra edad ms piadosa y humana, +apenas se concibe rigor tan cruel, y an se pone en duda que fuese +indispensable en aquella edad de hierro. Las fortalezas y castillos se +derrumbaban y arrasaban por docenas; los malhechores, bandidos y tiranos +soberbios, que haban infestado y devastado el pas, eran ajusticiados +miles. Para apaciguar el reino—dice el doctor Villalobos—se hacan +muchas carniceras de hombres y se cortaban pies y manos y espaldas y +cabezas.</p> + +<p>Encarecidsimas son las alabanzas que, ya al rey D. Fernando, ya la +reina doa Isabel, dan los ms egregios escritores y pensadores de su +tiempo. Machiavelli alaba al Rey Catlico, prncipe nuevo que, de rey +dbil, ha llegado ser el primer rey de los cristianos, que sujet y +dom los barones y magnates, que cre una milicia invencible, que +arroj de su reino los <i>marranos</i>, ejemplo raro y admirable; y que +asalt el Africa, hizo la empresa de Italia y venci Francia, urdiendo +siempre cosas grandes para tener suspensos y admirados sus sbditos, +sin darles ocasin ni reposo para que se rebelasen.</p> + +<p>El conde Baltasar Castiglione es ms galante y dedica la reina todas +sus alabanzas. Segn l,<a name="page_318" id="page_318"></a> ni en su tiempo ni en siglos atrs hubo en el +mundo rey prncipe que merezca ser comparado con doa Isabel la +Catlica. Su fama se extenda por todas partes, y los que con ella +vivieron y vieron por sus mismos ojos sus maravillas afirman haber esta +fama procedido totalmente de la virtud de ella y de sus grandes hechos. +En sus das ningn bueno se quej de ser poco remunerado, ni se jact +ningn malo de no ser demasiadamente castigado; de donde naci tenelle +los pueblos un extremo acatamiento, mezcla de amor y miedo. Y +prosiguiendo en la misma alabanza, casi con las mismas frases, aunque +abreviando, se pone aqu como la alabanza mayor que los mismos grandes, + quienes la reina despoj y dom, le quedaron aficionados en todo +extremo y la sirvieron rendidos, de suerte que todos los hombres +sealados y famosos que hubo en Espaa fueron como <i>hechos por ella</i>, y +de ser hechos por ella se envanecan. As el Gran Capitn, el cual se +preciaba de esto ms que de todas sus victorias y ms que de sus +excelentes hazaas, en paz y en guerra, por las cuales quedan por bajo +de l en grandeza de nimo, en saber y en toda virtud, los prncipes, +hroes y monarcas de aquellos das.</p> + +<p>A pesar del valer innegable y extraordinario de los soberanos consortes, +de su energa subida de punto, de las <i>terrficas y espantables +anatomas</i> que hicieron y de las sabias leyes que promulgaron, repito +que no acierto explicarme la aparicin poderosa y preeminente de +Espaa entre<a name="page_319" id="page_319"></a> las dems naciones, si el germen de su grandeza no hubiera +estado latente, pero vivo y pronto brotar, en las entraas del pueblo +todo. Mucho puede hacer un soberano, un hombre de genio, y, si no de +genio de buena intencin, al frente de un pueblo y dirigiendo sus +destinos; mas para esto es menester que el pueblo se preste, le ayude y +tenga conciencia de lo que puede y vale. Claro est que ni por el bro, +ni por la virtud militar y poltica, debe ni remotamente compararse +Carlos III con los Reyes Catlicos, pero los iguala, y, prescindiendo +del adelanto moral que han trado los siglos, les lleva no corta ventaja +en buena intencin, en dulce amor los sbditos y en benigna blandura, + pesar de la tirnica expulsin de los jesutas, y, sin embargo, todo +lo que hizo Carlos III tuvo algo de inconsistente y de efmero, +volviendo caer Espaa en su anterior abatimiento, del cual, salvo el +glorioso parntesis de la Guerra de la Independencia, no se ha levantado +todava.</p> + +<p>Infiero yo de todo lo dicho y de lo que callo, porque no cabe en un +artculo breve, que la historia es tan divertida como poco docente +dgase que ensea poco. Ensea cmo fueron las cosas, pero no por qu +fueron. Despus de leer mucha historia y de divertirme leyndola me +inclino yo decir como los historiadores mahometanos: Alabado sea el +poderoso Al que da el podero quien quiere y quien quiere se le +quita. Esta es la manera, no slo ms piadosa, sino ms cmoda y fcil +de explicrselo todo. De<a name="page_320" id="page_320"></a> otra manera nada se explica. En qu consiste +que estuviese Espaa tan alta en tiempo de los Reyes Catlicos y que +est tan baja ahora? Valen menos los hombres del da? No lo s; pero me +inclino creer que no. A nuestros hombres del tiempo de los Reyes +Catlicos y de sus sucesores inmediatos, lord Macaulay los ensalza hasta +el punto de convertirlos en semidioses; Grecia y Roma no tuvieron +varones ms insignes. En cambio, nuestros hombres del da acaso inspiran +desdn y lstima, no slo los lores, sino los yankees. No depender +esto, ms que del mrito diferente de unos y de otros, de los caprichos +de la ciega fortuna? Son ms tontos menos valerosos los espaoles del +siglo <span class="smcap">XIX</span> que los de los siglos <span class="smcap">XV</span> y <span class="smcap">XVI</span>? Est la inferioridad en la +poca fe religiosa del da? Conjeturo que no, al leer todas las +irrespetuosas blasfemias de que se valan entonces para elogiar las +damas quienes servan, para adular los poderosos. Antn de +Montoro, por ejemplo, dice la reina Catlica:</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left"><span style="margin-left: 1em;">Alta reina soberana,</span></td></tr> +<tr><td align="left">Si antes nascirades vos</td></tr> +<tr><td align="left">Que la hija de Santa Ana,</td></tr> +<tr><td align="left">En vos el hijo de Dios</td></tr> +<tr><td align="left">Recibiera carne humana.</td></tr> +</table> + +<p>Ni menos consiste nuestra inferioridad de ahora en que seamos menos +codiciosos, menos envidiosos y menos viciosos que nuestros padres. Los +documentos de los siglos <span class="smcap">XV</span> y <span class="smcap">XVI</span> dan testimonio fehaciente de lo +contrario. El desenfreno<a name="page_321" id="page_321"></a> de las costumbres y la falta de pudor haban +llegado su colmo. Dganlo la <i>C... comedia</i>, <i>El pleito del manto</i> y +las obscensimas comedias <i>Serafina y Tebaida</i>, todo lo cual circulaba +libremente, sin que los padres de familia se escandalizasen y sin que la +Inquisicin hiciese alto en ello.</p> + +<p>Dice Toms Campanella, en su libro <i>De monarchia hispanica</i>, que en los +siglos brbaros prevalecieron los pueblos rudos del Norte y tuvieron el +imperio; pero que cuando llegaron valer ms la astucia y la maa que +la fuerza, inventadas la imprenta y la artillera, <i>rerum summa rediit +ad hispanos</i>, por ser hombres ms listos, ingeniosos y astutos. +Aceptando esta explicacin, he cavilado yo veces, para explicarme +nuestra decadencia, que tal vez la industria y los esfuerzos del trabajo +manual han vuelto colocar algo modo de fuerza material aunque +refinada sobre el ms alto valer de las espirituales energas. Acaso +provenga de este para nosotros lisonjero supuesto, que Espada haya +decado tanto. Si as fuese, podramos aadir una parte y una excelencia +ms al famoso libro del Padre Pealosa, titulado <i>Cinco excelencias del +espaol que destruyen Espaa</i>. No quiero, pues, en serio, atribuir +tal causa nuestra pasada excelsitud y nuestro hundimiento presente. Y +tampoco quiero atribuirlo lo que ahora llamaramos medidas de +gobierno, ya que las ms celebradas y admiradas en lo antiguo, por los +que entonces escribieron, nos repugnan hoy y menudo nos parecen +feroces y vitandas atrocidades. Ni lo atribuyo, por<a name="page_322" id="page_322"></a> ltimo, material +flaqueza falta de recursos, ya que, aun atendido el universal progreso +de poblacin, bienestar y productos de toda clase, no es tan pobre ni +tan flaca la nacin que, sin exhalar casi una queja, enva 150.000 +soldados Cuba y piensa en enviar otros 50.000 dentro de poco.</p> + +<p>Vaya usted ver, pues, en qu consiste nuestra decadencia. Avergelo +Vargas. Por qu pudo celebrar el antiguo poeta y hoy no puede celebrar +el moderno</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left"> A aquellos capitanes,</td></tr> +<tr><td align="left">en la sublime rueda colocados</td></tr> +<tr><td align="left">por quien los alemanes,</td></tr> +<tr><td align="left">el fiero cuello atados,</td></tr> +<tr><td align="left">y los franceses van domesticados?</td></tr> +</table> + +<p>Hoy no acertamos atar el fiero cuello Mximo Gmez ni domesticar +al mulato cimarrn Maceo. En qu estriba la diferencia? Lo ignoro. Pero +de la ignorancia misma nace una esperanza consoladora. Hay en todo algo +de misterioso que induce no tener por absurdos los cambios ms +radicales. Los espaoles son los mismos de siempre. Dios lo puede todo. +Sus designios son inexcrutables. Y ya que nada de transcendental +saquemos en claro del ltimo libro del Sr. Menndez, sino unas cuantas +horas agradabilsimas leyndole, pongamos nuestra confianza en Dios, y +en la justicia, y en el valer de Espaa, y exclamemos para terminar:</p> + +<p class="c"><i>Causa jubet melior superos sperare secundos.</i></p> + +<p><a name="page_323" id="page_323"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 371px;"> +<a href="images/illpg_323a.png"> +<img src="images/illpg_323a_sml.png" width="371" height="75" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="MERITO_Y_FORTUNA" id="MERITO_Y_FORTUNA"></a>MRITO Y FORTUNA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">HACE pocos das recib carta de mi excelente amigo el doctor D. Juan +Fastenrath. Entre otras cosas me dice que en Alemania van celebrar el +centenario de D. Manuel Bretn de los Herreros y que el gran duque de +Sajonia Weimar har que en el teatro de su corte se represente una +comedia, tal vez <i>Murete... y vers</i>, de aquel fecundo y ameno poeta, +el 19 de Diciembre prximo, al cumplirse el siglo de su nacimiento.</p> + +<p>Lleno de patritica satisfaccin v yo esta prueba del alto aprecio con +que en algunos pases de Europa miran los ingenios espaoles +contemporneos.</p> + +<p>Agu, no obstante, y hasta acibar mi contento, la injusta severidad con +que un autor ingls de mucha fama, que por acaso estaba yo entonces +leyendo, juzga y condena la Espaa del da. En su estudio sobre Santa +Teresa dice el Sr. Froude: Las revoluciones siguen las revoluciones +en la Pennsula Ibrica, hunden al pueblo en la<a name="page_324" id="page_324"></a> miseria y esterilizan +el suelo; pero en estos ltimos tiempos, no han producido un solo +personaje como aqullos cuyos nombres forman parte de la historia +europea. Slo han producido aventureros militares y oradores de +<i>elocuencia transcendente</i>; pero ningn Cid, ningn Gran Capitn, ningn +Alba, ningn Corts, ningn Pizarro. El progresista de nuestra edad +necesita subir mucho si ha de elevarse al nivel antiguo.</p> + +<p>La verdad es que acerca de la Espaa actual hay en el mundo muy +desfavorables opiniones. Todava somos estimados y ensalzados por +nuestros artistas. Nuestros poetas lricos, tan buenos, en lo que va de +siglo, como los de cualquiera otro pas, son desconocidos en los pases +extranjeros. Algunas de nuestras novelas, aunque pocas, han sido +traducidas en varias lenguas. Y algo de nuestro teatro moderno ha sido +traducido y aplaudido tambin, sobre todo en Alemania y en Inglaterra. +Acaso <i>El drama nuevo</i>, de Tamayo, sea lo que debemos el mayor +triunfo. Ha pasado el Atlntico, y puesto en ingls, ha embelesado al +pblico de los Estados Unidos.</p> + +<p>En mi sentir, no obstante, el movimiento presente del ingenio espaol se +estima fuera de Espaa en muchsimo menos de lo que vale. Sin duda +consiste esto en que Francia, que para todos los pueblos civilizados +hace el papel de divulgadora y que adems se interpone entre nosotros y +los dems pueblos, dista mucho de sernos favorable. Y no lo es porque en +Francia nos quieran mal ni porque falten en Francia personas<a name="page_325" id="page_325"></a> eruditas +que conozcan tan bien mejor que nosotros nuestra historia, nuestra +lengua y nuestra cultura, sino porque la generalidad de los franceses +est tan engreda, y no sin razn, si cabe razn en el engreimiento, que +casi no puede concebir que, desde los principios del siglo <span class="smcap">xviii</span> hasta +ahora, se haya hecho en Espaa ms que remedarlos permanecer en la +barbarie corrupcin mental en que habamos se supone que habamos +cado.</p> + +<p>En este error nos cabe gran parte de culpa. Nosotros mismos nos hemos +empeado en probar que muri el antiguo pensamiento espaol castizo, y +que desde Luzn en adelante Francia nos ha inspirado y nos ha pulido.</p> + +<p>Nada ms falso si discurrimos sobre ello con tino y reposo. El +escepticismo del siglo pasado: su pobre filosofa sin metafsica; sus +ideas y sentimientos, nobles aunque maleados por excesiva declamacin, +sobre filantropa, igualdad, libertad y progreso, todo esto fu el +espritu de una poca en la historia de Europa, si se quiere, de todo +el gnero humano; pero en Francia reson con mayor estruendo y +hermosura, primero en sus escritores, y en su revolucin ms tarde. +Cmo haba de sustraerse Espaa al influjo de lo que aquellos +escritores dijeron y de lo que la revolucin hizo? Hasta poda +considerarlo como el eco de su propio pensar y sentir, escrito primero, +y luego actuado. Aun as, yo entiendo que el influjo de Francia fu +menor en Espaa que en las dems naciones. Y en lo tocante las reglas<a name="page_326" id="page_326"></a> +del arte, la forma, lo meramente literario, apenas merece tenerse en +cuenta. As como Parini, Alfieri, Monti, Fscolo y Pindemonte nada deben + la imitacin francesa, los poetas de las escuelas de Sevilla y +Salamanca, ambos Moratines en lo lrico y pico, Quintana, Gallego y el +duque de Fras nada le deben tampoco. Hasta en la poesa dramtica, aun +cuando queramos sujetarnos las reglas venidas de Francia, ramos +originales, castizos y, permtaseme la expresin, de pura sangre +espaola. Tan original, tan inspirado y tan propio de su nacin y de su +poca, es D. Ramn de la Cruz como Lope como Tirso.</p> + +<p>Froude puede decir lo que se le antoje, pero, en literatura al menos, no +veo yo por qu los nombres del mencionado sainetero, los de los grandes +poetas lricos que hemos citado, y los de bastantes otros ms recientes +que pudiramos citar, han de excluirse de la historia de Europa y no han +de poder figurar al lado de los nombres de Byron, Moore, Shelley y +Burns.</p> + +<p>A menudo cavilo y hago examen de conciencia para ver si me ciega no el +amor propio nacional y siempre resulta de mi examen que dicho amor +propio no me ciega. La mayor parte de los espaoles, y yo con ellos, +pecamos en el da por todo lo contrario. Cada cual propende figurarse, +ponindose l un lado como excepcin rara y punto menos que nica, que +por ac, intelectual y moralmente, todo est muy rebajado. La +maledicencia, la ms acerba censura, y la<a name="page_327" id="page_327"></a> stira ms cruel se +manifiestan en nuestras conversaciones y escritos y son lo que ms +agrada y se aplaude.</p> + +<p>Como yo soy y quiero seguir siendo optimista, contra viento y marea, ni +siquiera censuro esta furia de descontento y de censura. Afirman los que +han navegado mucho que nunca, en medio de las ms espantosas +tempestades, perdan la esperanza de salvacin mientras oan la gente +de bordo lanzar votos y reniegos, blasfemias y maldiciones; y que slo +empezaban perder la esperanza cuando vean la gente de bordo, +resignada y contrita, rezar y no jurar y decirse ternuras en vez de +improperios.</p> + +<p>Por este lado, pues, y como prueba de que queremos luchar contra la +borrasca y vencerla, estoy por decir que me parece bien y til que nos +denostemos y nos humillemos unos otros hasta no poder ms; pero hoy +quiero yo discurrir serenamente, como si no hubiera tempestad, sino +calma, sin resignacin y sin furia, y ver si puedo fundar en algo un +razonable <i>sursum corda</i>.</p> + +<p>Vlganme para ello as lo que he aprendido por la lectura como lo que he +visto en los muchos aos que he peregrinado y vivido en extraos pases. +No es mi intento ofender nadie, pero he de hablar con entera +franqueza. La irona con que elogia Froude la elocuencia transcendente +de nuestros oradores es injusta todas luces. De sobra hay en +cualquiera otro pas oradores tan huecos, tan palabreros, tan difusos y<a name="page_328" id="page_328"></a> +tan ampulosos como los que en Espaa puedan ser ms tildados de tener +dichos defectos. Lo que no hay de sobra en parte alguna es la facilidad, +el primor, la elegancia y el arrebato poderoso de no pocos de nuestros +oradores. Y en cuanto la capacidad poltica que da muestra de s en la +accin y no en la palabra, creo que debemos hacer un distingo.</p> + +<p>Claro est, y cmo negarlo, que Espaa est pobre; que materialmente se +halla ms atrasada que Francia, Inglaterra, Blgica, Holanda, Alemania, +los Estados Unidos, y tal vez algunos otros pases; que es menos +poderosa que Rusia; que ha perdido inmensos territorios en el Nuevo +Mundo; que ha sido trabajada desde hace casi cien aos por incesantes +discordias civiles, y que en los momentos solemnes en que vivimos ahora +se halla abrumada de grandes calamidades y amenazada de otras acaso +mayores. Pero la causa de esto, digmoslo sin rodeos ni disimulos, es +que los espaoles del da son ms inhbiles, menos enrgicos, menos +probos y menos entusiastas que los de otras edades para nosotros ms +dichosas? Esto es lo que yo niego. Puedo ver y veo nuestra decadencia; +puedo recelar y prever nuestra ruina; pero no creo llano y fcil +explicar la causa. Fuera de Espaa, en Amrica y en Europa, hasta donde +yo he podido experimentar, no he visto que la gente del pueblo sea menos +torpe, ni menos floja, ni menos ruda que en Espaa. Y en cuanto los +sujetos eminentes, directores y gobernadores de los Estados, ya me +guardar<a name="page_329" id="page_329"></a> yo muy bien de decir lo que dijo cierto lord ingls cuando +envi viajar su hijo: anda, hijo mo, y psmate al ver qu casta de +hombres gobiernan el mundo. Yo disto mucho de ser tan severo como el +citado lord (Chesterfield, si la memoria no me engaa); pero no he +tropezado en ninguna de las capitales y cortes que he recorrido, y he de +declararlo aqu aunque sean odiosas las comparaciones, con ministros, +jefes de partido, gobernadores y hombres de Estado, cuya grandeza haya +transformado en mi imaginacin los de Espaa en unos pobrecitos +pigmeos. Confieso que no he conocido Cavour ni Bismarck, que son los +que, en estos ltimos sesenta aos, han hecho ms grandes cosas; pero he +conocido muy ilustres varones, dirigiendo la poltica de florecientes +Imperios, Repblicas y Monarquas, y, acaso por falta de sonda mental, +no he sondeado el abismo que los separa de nuestros infortunados +corifeos polticos, abismo en cuyas por m inexplicadas honduras han de +residir la agudeza, el tino y la sabidura que hacen que todo les salga +bien, mientras que todo por aqu nos sale mal por carecer de esas +prendas.</p> + +<p>Me induce sospechar cuanto dejo expuesto que no siempre la postracin + el encumbramiento de las naciones depende del valor del conjunto de +sus ciudadanos y del mrito extraordinario de los hombres que las +dirigen. Por mucho entran el valor y el mrito; pero hay otro factor +importante, y es la fortuna. Bien s que no hay fortuna para Dios: todo +est previsto y ordenado<a name="page_330" id="page_330"></a> por l; mas para los hombres, cmo negar que +hay fortuna? Quin prev todos los casos adversos y prsperos? Y aunque +se prevean, aunque se seale en un cuadro del porvenir el curso que han +de llevar los sucesos, depende por completo de la voluntad humana el +variar ese curso? Imaginemos el poltico ms maravillosamente previsor, +y todava podr ser como el astrnomo que anuncia la aparicin de un +cometa y no le detiene, que anuncia un eclipse y no le evita; como el +mdico que pronostica los estragos de una tisis galopante y la prxima +muerte del enfermo y no sabe curarle.</p> + +<p>Yo doy, pues, por seguro que as en el encumbramiento y prosperidad de +los pueblos como en su decadencia y ruina, si entra por algo el mrito y +el valer, entra por algo por mucho tambin lo que llama acaso la gente +irreflexiva, lo que atribuye la gente piadosa la voluntad del Altsimo + lo que ciertos impos y sutiles metafsicos sostienen que depende del +orden inalterable en que los casos se suceden del encadenamiento y +evolucin de la idea en la historia humana.</p> + +<p>Como quiera que ello sea, hay venturas y desventuras, triunfos y +reveses, hundimientos y exaltaciones que no provienen del mrito de los +individuos de los pueblos, sino que estn por cima de las voluntades y +de los entendimientos humanos.</p> + +<p>Y afirmndolo as, yo me pregunto: qu es lo que conviene ms, entender +que las causas de<a name="page_331" id="page_331"></a> nuestros males no son slo por nuestra culpa +entender que estamos mal porque somos incapaces y porque no valemos lo +que nuestros padres lo que nuestros abuelos valan? Lo que es yo, +desde luego me inclino que es ms til entender lo primero. En ninguno +de los dos casos, yo, como optimista, veo el mal sin remedio. Una +nacin, lo mismo que un individuo, aunque est decada y degradada, +puede corregirse, hacer penitencia, sufrir la dura disciplina del +infortunio, regenerarse al cabo y volver ser grande; pero esta +transformacin dichosa ser muy lenta y tarda. Habr que cambiar para +ello el ser de todos los ciudadanos y el de la Repblica; pero, si el +mal proviene de las circunstancias, las circunstancias pueden cambiar +porque Dios el destino quiere que cambien, y la transformacin +entonces ser rpida inesperada. Para m, por ejemplo, es evidente que +los espaoles de los ltimos aos del reinado de Enrique IV de Castilla +no eran peores, tal vez eran los mismos los que tenan disuelto y +estragado todo el pas, que los que en tiempos de los Reyes Catlicos +conquistaron el reino de Granada, descubrieron un Nuevo Mundo, arrojaron +de Italia los franceses y lograron dar su patria el primado la +hegemona entre todas las naciones de Europa.</p> + +<p>Lo importante, pues, es que no perdamos la confianza y el aprecio de +nosotros mismos. Bueno es renegar y rabiar y acusarnos unos otros de +incapaces, probando as que no estamos resignados ni echados en el +surco; pero mejor es<a name="page_332" id="page_332"></a> no creer que la incapacidad y el rebajamiento son +generales y nica causa de nuestra ruina. Si creysemos esto estara +perdido todo; pero si creemos, como yo creo y quiero creer, que los +espaoles de ahora estn forjados del mismo metal y tienen el mismo +temple de que fueron forjados y que tuvieron el Cid, el Gran Capitn, el +duque de Alba, Corts y Pizarro, no hay nada perdido.</p> + +<p>Y como para m es evidente que nuestros poetas, artistas, oradores y +escritores del da no desmerecen de los que tuvimos en otras edades ni +tampoco estn por bajo del nivel de los que florecen hoy en las otras +naciones del mundo; y como para m tambin es evidente, diga lo que diga +el Sr. Froude, que, pesar de tantas revoluciones estriles, la tierra +de Espaa no est ms seca ni desolada que en tiempo de los Reyes +Catlicos del emperador Carlos V; doy por seguro que ni los polticos +ni los adalides dichosos han de faltarnos, y que si no perdemos la +confianza y la esperanza, ha de pasar pronto la mala hora y ha de sernos +al cabo propicia la fortuna, con tal de que no la neguemos echndonos +toda la culpa, y con tal de que no se lo atribuyamos todo para +disculparnos para cruzarnos de brazos.<a name="page_333" id="page_333"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 356px;"> +<a href="images/illpg_333a.png"> +<img src="images/illpg_333a_sml.png" width="356" height="79" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="FE_EN_LA_PATRIA" id="FE_EN_LA_PATRIA"></a>FE EN LA PATRIA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">MI padre y multitud de parientes mios por todos los cuatro costados han +servido desde muy antiguo en la Marina espaola. Renegara yo de mi +casta si denigrase los marinos. Pero con todo eso declaro que me +sublevan y enojan los que pretenden poner los marinos y los +militares de tierra por cima de toda censura de los paisanos, fundndose +en que ignoramos sus artes. Razn tuvo Apeles de desdear el juicio del +menestral, dicindole: <i>zapatero tus zapatos</i>; pero el zapatero no +poda en cambio recusar Apeles como juez de su calzado, ya que Apeles, +si no saba hacerle, tena que pagarle, gastarle y andar con l +cmodamente. Quiero decir con esto que, en todo caso, el artista y el +poeta podran rebelarse contra la censura. Con no mirar sus cuadros +con no oir leer sus versos se remedia todo el mal que causan. No +sucede lo mismo con aquellas profesiones de las que depende la grandeza + la ruina de los Estados, la vida de muchos hombres y la hacienda de +todos, desde<a name="page_334" id="page_334"></a> el gran capitalista, al que tiene que vivir de un salario +mezquino.</p> + +<p>De aqu que la censura que cae sobre el militar y el marino sea lcita, +natural inevitable. Y como veces estimula, hasta conviene, si no es +muy disparatada, dura y descompuesta. Arqumedes saba mucho y era muy +ingenioso. Si le hubiesen dado palanca y punto de apoyo hubiera movido +al mundo. Y sin embargo, si cuando inventaba mil artificios pasmosos +para defender Siracusa se hubieran burlado de l los periodistas de +entonces, dicindole mil cuchufletas y ponindole en caricatura, aquel +varn tan sabio se hubiera atolondrado, se hubiera hecho un lo y no +hubiera dado pie con bola dudando l mismo del resultado de su ciencia; +resultado que, por virtud de previas disposiciones y pesar de temores +y dudas, hubiera al fin naturalmente sobrevenido. As, el fruto del +rbol que se cultiva con esmero, cuando llega su madurez y no le coge +la tmida diestra del hortelano, cae en la tierra por virtud de su +propio peso. As tambin se puede explicar que el crucero <i>Princesa de +Asturias</i> se botase al agua no bien la ocasin fu propicia. Si no +hubiese estado bien construdo bien puesto sobre la grada sobre lo +que conviene que se ponga, de fijo que no se hubiera lanzado al mar, tan +gallarda y primorosamente.</p> + +<p>Las comparaciones para ser exactas y luminosas, han de entenderse bien. +Racionalmente considerado el asunto, la flauta no son por casualidad. +Si no hubiera estado hbilmente hecha no<a name="page_335" id="page_335"></a> hubieran logrado hacerla sonar +los resoplidos ms poderosos.</p> + +<p>La verdad es que por lo que ms pecamos ahora los espaoles todos, es +por el menosprecio de nosotros mismos, por una humildad que nos deprime, +y por una exagerada admiracin de lo extranjero. Nos parecemos al que +oy decir un ingls que en cierto saln algo obscuro de la Alhambra +convendra que hubiese una claraboya; y para imitar al ingls, pidi +tambin una claraboya para el palacio de Carlos V, que nunca tuvo techo. +O bien nos parecemos aquel caballero de Npoles que sostena que si la +Gruta <i>azul</i> estuviese en Francia le habran abierto grandsima entrada, +sin pensar que con mayor abertura hubiera desaparecido todo el +maravilloso encanto de la gruta, casi nicamente iluminada por los rayos +del sol que surgen refractados del seno azul del mar difano.</p> + +<p>Mucho depende de la aptitud de los hombres; pero mucho depende tambin +de la buena mala ventura. No atribuyamos todo lo prspero la +habilidad. En las victorias de Alejandro y de Csar la ventura hubo de +entrar por algo. Suponer que entr por todo sera run envidia. De ella +pudiramos acusar Felipe II, si dijo como se cuenta al saber la +victoria de Lepanto, <i>mucho ha aventurado D. Juan</i>: pero la magnanimidad +del mismo monarca se manifiesta cuando atribuye los elementos +desencadenados, y no al poder de sus enemigos ni la torpeza de sus +generales, la prdida de la Armada invencible. Los cartagineses<a name="page_336" id="page_336"></a> solan +maltratar y hasta crucificar sus generales cuando no vencan. +Preferible es el aliento generoso del Senado de Roma que da gracias al +Cnsul Varrn por que despus de Cannas no desespera de la salud de la +patria.</p> + +<p>Menester es tener confianza en nosotros mismos. Entonces vencern en +tierra los militares y en el mar harn maravillas nuestros marinos. De +su arrojo siempre han dado y siguen dando pruebas, y no sera justo +creer que por el entendimiento y la inspiracin estn por bajo de los +hombres de otros pases. Creer esto equivaldra creer que en nuestro +pas ha degenerado la especie humana, porque no ha de suponerse que +tengan los uniformes la deplorable virtud de entorpecer y de incapacitar + quienes los visten.</p> + +<p>Tengamos confianza y el cielo nos ser propicio. Sin los rezos de Moiss +y sin los milagros que por su intercesin hizo Dios, Josu no hubiera +vencido; la profetisa Dbora no hubiera entonado su himno triunfal, si +las inteligencias que mueven los astros no hubieran bajado combatir en +favor de su pueblo; en mil batallas han tomado parte los dioses del +Olimpo para favorecer los hijos de Grecia; y los Discuros abandonando +el refulgente alczar que tienen en el cielo, y donde hospedan al sol en +los ms hermosos das de cada ao, han peleado en solemnes ocasiones por +la grandeza de Roma. Todo ello entendido la letra, podr ser ilusin +sueo vano; pero, como figura, expresa enrgicamente la virtud +taumatrgica de la fe que tienen<a name="page_337" id="page_337"></a> los hombres en el genio superior y en +los altos destinos del pueblo que pertenecen: fe dominadora de los +nmenes, que los evoca, los atrae y se los gana para aliados y para +amigos. As nosotros, en mejores das, cuando tuvimos mayor fe en lo que +valemos, trajimos del cielo Santiago y, montado en un caballo blanco, +le hicimos matar moros indios, cosa harto ajena de su profesin y +ejercicio durante su vida mortal.</p> + +<p>Si nos obstinamos y persistimos en nuestra humildad, en recelar que +hemos degenerado y que no somos ya lo que fuimos, ni Santiago ni nadie +acudir socorrernos y jams conseguiremos la victoria. Desde que Tubal +vino Espaa, desde que en Espaa reinaron los Geriones hasta el da de +hoy, no hemos tenido un general que haya reunido bajo su mando 200.000 +combatientes. Y todava en nuestro siglo, pesar de tanta prosperidad, +industria y riqueza no ha habido nacin alguna, por rica y grande que +sea, que enve por mar regiones remotas ejrcito tan numeroso como el +que hemos enviado Cuba. Pero si nos empeamos en creer punto menos que +invencibles los mulatos y negros insurrectos y en que se acab ya la +sustancia de que en Espaa se forjaron en otras edades los ilustres +guerreros, ni el Gran Capitn que resucitase y fuese por all atinara +con una inspiracin dichosa, ni hara algo de provecho, mientras que con +fe tal vez bastara un clrigo como el licenciado Pedro Lagasca, ya que +no se puede<a name="page_338" id="page_338"></a> suponer que ni Maceo ni Mximo Gmez valgan ms que Gonzalo +Pizarro.</p> + +<p>De estas incoherentes cavilaciones infiero yo que si nuestro triunfo se +retardase demasiado, as en el mar del Sur como en el golfo de Mjico, +culpa sera de nuestra falta de fe, que seguira enajenndonos la +proteccin del cielo: pero que si como es de esperar vencemos pronto, +sin duda que al cielo, la suerte para el que no crea en su influjo, +deberemos el triunfo en primer lugar; pero tambin le deberemos al valor +de nuestro ejrcito de mar y tierra y la habilidad inspiracin de +sus jefes. Y aunque esto ltimo, aunque la habilidad y la inspiracin se +negasen, siempre quedaran como factores de la victoria, sobre el valor +de soldados y marinos, el sufrimiento y la constancia de la nacin, que +al enviarlos sacrifica hericamente y murmurando harto poco su sangre y +su dinero.<a name="page_339" id="page_339"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 372px;"> +<a href="images/illpg_339a.png"> +<img src="images/illpg_339a_sml.png" width="372" height="74" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="LA_PAZ_DESEADA" id="LA_PAZ_DESEADA"></a>LA PAZ DESEADA</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">GRANDSIMO mi deseo de complacer mi amigo D. Miguel Moya, escribiendo +algo sobre la Nochebuena y la guerra de Cuba para un nmero +extraordinario de <i>El Liberal</i>; pero mientras ms cavilo, menos cosas se +me ocurren. Slo acuden mi memoria y pronuncian mis labios las +hermosas palabras que en boca de los ngeles oyeron los pastores: +<i>Gloria Dios en las alturas y paz en la tierra los hombres de buena +voluntad</i>. Paz anhelamos todos, y ahora que la Nochebuena se aproxima, +debemos repetir la exclamacin anglica, pidiendo paz al cielo. Y no +slo porque con la guerra exponemos las enfermedades y la muerte +lo ms lozano de la juventud espaola y nos exponemos nosotros la +miseria, sino tambin porque con la duracin de la guerra, par de la +vida de muchos de nuestros hermanos, y par del dinero y hasta de la +esperanza de ganarle que vamos perdiendo, es de recelar que perdamos +tambin la paciencia,<a name="page_340" id="page_340"></a> el juicio y el corto ingenio que Dios haya tenido +la bondad de darnos.</p> + +<p>Aun prescindiendo de todos los enormes males que la guerra trae consigo, +slo porque no se volviese hablar de tan trillado, sobado y fastidioso +asunto, debiramos rezar para impetrar del Altsimo que la guerra +terminase, aunque fuera por virtud de un milagro, como el de la botadura +del <i>Princesa de Asturias</i>.</p> + +<p>En suma; yo no s ya qu decir sobre la guerra, y lo que es sobre la +Nochebuena, con decir <i>gloria Dios en las alturas y paz en la tierra +los hombres de buena voluntad</i>, est dicho todo. Pero esto no es cuento, +ni artculo, ni composicin potica indita, y por consiguiente, si no +digo ms, me quedar con el disgusto de no complacer al Sr. D. Miguel +Moya.</p> + +<p>Slo veo un medio de salir de mi apuro: referir aqu con brevedad y +tino, si soy capaz de tanto, la discusin que acaban de tener en mi casa +dos seores que han venido visitarme, y por dicha se han hallado +juntos en ella. Es el uno, D. Valentn Len y Bravo, capitn de +caballera retirado, y el otro, el hbil diplomtico D. Prudencio +Medrano y Cordero, retirado tambin, dgase jubilado. Ambos desean la +paz con el mismo fervor que yo; pero la buscan por muy diverso camino. +Suponen cada uno de ellos que, si se hubiera seguido el que l traza, ya +gozaramos de la paz en esta Nochebuena, y as nosotros en la Pennsula, +como nuestro valiente ejrcito en Cuba, la celebraramos +regocijadamente, despus<a name="page_341" id="page_341"></a> de haber odo la Misa del Gallo, con +suculentas cenas, en que consumiramos multitud de pavos, que desde su +patria de origen, y no menor, multitud de jamones, que desde Chicago y +desde otros lugares de la Unin, donde abundan los cerdos, nos enviaran +de presente Cullon, Morgan, Sherman y algunos senadores ms.</p> + +<p>Baste de introduccin y empiece el dilogo. El arrogante D. Valentn +habl primero y dijo:</p> + +<p>—Vamos, hombre; confiese usted que no hemos debido sufrir tantas +ofensas y amenazas de intervenir con las armas en nuestras discordias +civiles; jactanciosa seguridad de acogotarnos en un dos por tres, +derrotando nuestro ejrcito y echando pique nuestra flota; y envo +incesante de aplausos los insurrectos, de insultos feroces los +leales, y de armas, municiones, dinero, vveres y toda clase de auxilios + los que devastan, incendian, saquean y destruyen la riqueza de Cuba, +para pedirnos luego indemnizacin por los mismos estragos y ruinas, que +sin el favor de los <i>yankees</i> jams se hubieran causado. Crea usted, que +lo que hubiera convenido y lo que todo esto hubiera merecido, es que +nosotros hubiramos imitado Agatocles.</p> + +<p>—Y quin fu ese caballero?—pregunt don Prudencio.</p> + +<p>—Pues Agatocles—contest D. Valentn—fu un clebre tirano de +Siracusa, con quien se condujeron los cartagineses sobre poco ms +menos, como los <i>yankees</i> con nosotros. Pero Agatocles se hart de +sufrirlos, embarc 5.000 soldados<a name="page_342" id="page_342"></a> en unas cuantas naves, cruz el mar +con ellos burlando la vigilancia de la poderosa escuadra enemiga, y +desembarc en el territorio de la gran Repblica: para verse obligado +vencer morir, destruy los barcos en que haba venido, como hicieron +ms tarde el renegado cordobs Abu Hafaz en Creta, los catalanes en +Galpoli y Hernn Corts en Mxico; entr saco en muchas ciudades +pnicas, y aun estuvo punto de apoderarse de la capital. Por qu no +habamos de haber nosotros declarado la guerra los <i>yankees</i>, pasado +en un periquete con ms de 100.000 combatientes desde Cuba la tierra +de ellos y quizs llegado hasta el Capitolio de Washington, arrojando de +all culatazos los senadores y yendo luego, por la <i>avenida</i> de +Pensylvania, hasta donde est el Palacio del Tesoro todo lleno de dinero +y apuntalado para que no se hunda, aliviarle de aquel peso, y plantarnos +por ltimo en la Casa Blanca, que est tres pasos de all, y hacer +Cleveland cautivo?</p> + +<p>—Todo eso—replic D. Prudencio—me parecera muy bien si para dejarme +fro no acudiese mi mente esta frase proverbial: t que no puedes, +llvame cuestas. No bastan doscientos mil soldados para acorralar y +domar los mulatos y negros cimarrones, y suea usted con que basten +cien mil para llegar al Capitolio de la Gran Repblica. Crame usted: lo +digo con gran dolor, pero es menester decirlo; <i>consumatun est</i>. +Menester es que nos resignemos y nos achiquemos. Cuba no nos ha +producido nunca una peseta.<a name="page_343" id="page_343"></a> Cada una de las que ha podido traerse de +all algn empleado poco limpio, nos ha costado mil pesetas al conjunto +de los dems peninsulares y nos cuesta adems y nos costar muchas +lgrimas. Qu mejor venganza podemos tomar de los cubanos rebeldes que +concederles la libertad por que combaten? Una vez Cuba libre, Cuba se +volvera <i>merienda de negros</i>.</p> + +<p>—Pues para que no se vuelva <i>merienda de negros</i> debemos seguir +combatiendo en la Grande Antilla—dijo entonces D. Valentn.—Los +cubanos, ni con mucho, son todos rebeldes, y tenemos el deber de +defenderlos de los foragidos y de salvarlos de la rapacidad y de la +insolencia tirnica de los aventureros que quieren apoderarse de la +isla. Contra estos aventureros y aun contra todo el poder de los +<i>yankees</i> que los protegen debemos luchar, ya que es inevitable la +lucha.</p> + +<p>—Confieso—dijo entonces D. Prudencio—que me hace bastante fuerza eso +de que no debemos abandonar los cubanos fieles y pacficos. Por eso +vacilo yo. Si no fuera por eso no vacilara en afirmar que para que +hubisemos tenido paz en la Nochebuena, que se acerca grandes pasos, +hubiramos debido, en vez de imitar las locuras del Sr. Agatocles, hacer +lo que yo me s.</p> + +<p>—Y qu es lo que usted se sabe? Acaso plantear las reformas ya +votadas, concederlas mayores an y hasta llegar la autonoma para que +depusiesen las armas los insurrectos? No v usted que ellos achacaran + debilidad actos tan generosos,<a name="page_344" id="page_344"></a> se ensoberbeceran ms, pediran +independencia muerte, y antes que darse nosotros se daran al +diablo?</p> + +<p>—Pues dos al diablo, les dira yo—contest D. Prudencio.—Lo que es +por m ya seran independientes con una condicin: con la condicin de +que cargasen con el pago de la deuda de Cuba. Aunque se elevase +cuatrocientos millones de pesos fuertes, todava sera muchsimo menos +de lo que Cuba nos ha costado en los cuatrocientos aos que la hemos +posedo, sin duda por nuestra desgracia, pero tambin por nuestra +gloria, como monumento y esplndido recuerdo del hecho ms brillante y +transcendental de nuestra historia y aun de la historia de todo el +linaje humano.</p> + +<p>—Tambin digo yo—exclam D. Valentn—lo mismo que deca usted hace +poco cuando me oy hablar de la imitacin de Agatocles: <i>todo eso me +parecera muy bien si para dejarme fro no acudiese mi mente esta +frase proverbial: t que no puedes, llvame cuestas</i>. Cmo quiere +usted que paguen nada los cubanos libres? Lo menos durante dos siglos, +sobrevendra all con la libertad la ms estupenda anarqua. Aquello +sera el Puerto de Arrebatacapas.</p> + +<p>La isla libre no valdra por lo pronto ni producira un ochavo. Mal +andamos nosotros de dinero, pero todava los acreedores se fiaran ms +de nosotros. Yo doy por cierto que si Cuba se comprometiese pagar, los +acreedores no aceptaran la sustitucin y exigiran que Espaa les +pagase.<a name="page_345" id="page_345"></a></p> + +<p>—Eso tiene remedio—dijo D. Prudencio.—Mal hemos hecho con no haber +contrado alianza ninguna, con estar aislados y sin apoyo entre las +grandes potencias europeas; pero esto no mitiga la acusacin de egosmo +y hasta de imprevisora flaqueza que podemos lanzar contra ellas, +vindolas inertes y tranquilas sufrir que los Estados Unidos, sin razn +y sin derecho, nos traten como nos tratan, fiados en su poder y en su +riqueza imaginndonos dbiles, pobres y solos. Como quiera que sea, +repito que el mal tiene remedio. Yo se le dara con mi grande habilidad +diplomtica, si no estuviese ya jubilado: conseguira que los Estados +Unidos, tan filantrpicos y tan fervorosos amantes de la libertad de +Cuba, garantizasen el pago de su deuda, y aun la pagasen, mientras Cuba +no pudiese pagarla. Hasta sera esto poderoso estmulo para que ellos +procurasen y aun lograsen la prosperidad de Cuba, con la cual crecera +la fama pstuma de Antonio Maceo hasta la altura de la de Jorge +Washington y de la de Simn Bolvar. Todo depende del xito final del +nuevo Estado que se funda.</p> + +<p>Cuando se cansaron de hablar mis dos visitantes, me preguntaron mi +parecer. Yo, con todas las perfrases cultas que me inspir la cortesa, +les d entender que los pareceres de ellos se me antojaban igualmente +disparatados y que era menester buscar un trmino medio.</p> + +<p>—Y quin le busca?—dijeron ambos.</p> + +<p>—Todos—contest yo—pero nadie le ha encontrado todava. Esperemos que +Dios, con su<a name="page_346" id="page_346"></a> infinita bondad y misericordia, suscite pronto en Cuba un +caudillo, sea quien sea, que logre estar no menos acertado como general +en jefe, que Cirujeda como comandante, y todo terminar pronto y bien, +sin imitar Agatocles, y sin imitar tampoco al cura de Gavia. Cuando +veamos aparecer este caudillo, no habr viejo en toda Espaa que no haga +el papel de Simen y que no le remede diciendo: <i>Nunc dimittis servum +tuum Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei +salutare tuum</i>: pero ni los viejos podremos hacer el papel de Simeones +en la prxima Nochebuena, ni los mozos podrn gozar de la paz deseada. +Contentmonos con la esperanza de tener esta paz en la Nochebuena de +1897.<a name="page_347" id="page_347"></a></p> + +<div class="figcenter" style="width: 367px;"> +<a href="images/illpg_347a.png"> +<img src="images/illpg_347a_sml.png" width="367" height="86" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a> +</div> + +<h3><a name="LA_MEDIACION_DE_LOS_ESTADOS_UNIDOS" id="LA_MEDIACION_DE_LOS_ESTADOS_UNIDOS"></a>LA MEDIACIN DE LOS ESTADOS UNIDOS</h3> + +<p class="c">——</p> + +<p class="nind">VOY decir mi humilde parecer sobre el importante asunto de que <i>El +Liberal</i> trata hoy, y voy decirle con sinceridad, con llaneza y hasta +con cierto candor, que la generalidad de las gentes considerar poco +diplomtico: pero mi diplomacia pas ya, y agua pasada no mueve molino.</p> + +<p>Cuba, en mi sentir, nada nos ha valido en los cuatrocientos aos que +hace desde que nos apoderamos de ella. Las riquezas que algunos +espaoles traen pueden traer desde all nuestra Pennsula, no +aumentan ms nuestro caudal que las alhajas y juguetes que hallan en un +balcn los nios aumentan el caudal del honrado padre de familia que los +puso all de antemano el da de Reyes para que sus nios los tomen, +que las liebres y perdices, que caza alguien en un coto, aumentan el +caudal del propietario del coto, que para llevar y sustentar all dichas +liebres y dichas<a name="page_348" id="page_348"></a> perdices, ha gastado mil y mil veces ms de lo que +ellas valen.</p> + +<p>Econmicamente, pues, nada nos vale nuestro dominio en Cuba.</p> + +<p>Es cuestin de honra conservarla? Frase es sta llena de pompa y de +peligro, que sera mejor no emplear.</p> + +<p>Claro est que nos convendra y nos agradara que el Dios Trmino de +Espaa no hubiera retrocedido y no retrocediese nunca. Pero si las leyes +providenciales fatales, por cuya virtud se ordenan los acontecimientos +humanos, hacen que el Dios Trmino retroceda, no por eso Espaa ha de +creer menoscabada su honra. Antes pudiera salir del mal el bien, y +acrecentarse la honra de Espaa, si, por ejemplo, las diecisis +diecisiete Repblicas que han nacido de su seno, llegasen estar +florecientes y poderosas.</p> + +<p>Es cuestin de integridad de nuestro territorio? Tambin sobre esto hay +mucho que decir y no poco que distinguir. Harto menguada estara ya +dicha integridad, si la hubieran constitudo lo mejor del continente +americano, la Sicilia, la Cerdea, el Portugal con todas sus posesiones, +y tantos otros Estados, provincias y pases como nos han pertenecido y +ya no nos pertenecen.</p> + +<p>Infiero yo de aqu que nuestro dominio en Cuba no es cuestin de +utilidad, ni de honra, ni de integridad de la Patria.</p> + +<p>Pero significa esto que sea poco importante la conservacin de Cuba? +Tan lejos estoy de pensarlo, que creo dicha conservacin +importantsima.<a name="page_349" id="page_349"></a> El que la conservemos es para nosotros cuestin de +categora, de elevacin, de rango entre las naciones de Europa. Es +tambin cuestin de decoro nobiliario. Cuba, dominada por Espaa, parece +como ttulo, custodiado en nuestro poder, de que descubrimos y +civilizamos el Nuevo Mundo.</p> + +<p>Por esto, todo buen espaol debe considerar como gran desventura la +prdida para nosotros de aquella hermosa isla. Por esto, con general +aplauso y excitacin de toda Espaa, han ido Cuba 200.000 soldados. +Por esto la nacin se desprende de sus bienes, gasta su dinero, se +empea, y arrostra con resignacin valerosa la pobreza, fin de +mantener en Cuba esos soldados, y por medio de ellos su indiscutible +soberana.</p> + +<p>Por desgracia, los que contra ella se rebelan, lejos de dar la cara, +huyen y se esconden, prolongando as indefinidamente la guerra, los +gastos y los sacrificios, y haciendo morir, mil veces ms que en los +combates, por las enfermedades, la flor de nuestra juventud generosa.</p> + +<p>Yo no discuto aqu si es no posible, menos de un milagro, de una +ventura casual de una inspiracin dichosa, acorralar los rebeldes, +vencerlos y darles pronto el merecido castigo. Tal vez sea esto +dificilsimo.</p> + +<p>Sabido es lo mucho que dura este linaje de guerras. Catorce aos dur la +de Viriato. Y sin buscar ejemplo tan ilustre, el rey absoluto de Espaa +tuvo que tratar de potencia potencia con el Tempranillo, con los +Botijas y con<a name="page_350" id="page_350"></a> otros bandoleros, porque no pudo vencerlos con las armas.</p> + +<p>Como quiera que sea, la situacin en Cuba del general en jefe es harto +penosa. El pueblo que permanece all fiel la Madre Patria y el +Ejrcito que le obedece, bien pueden proclamarle <i>mejor que Trajano</i>, +pero no <i>ms feliz que Augusto</i>. Bien pueden, para realzar su crdito y +levantar su autoridad, reunirse en Junta y colmarle de vtores y +aplausos; pero tan entusiasta patriotismo recordar involuntariamente el +del Senado romano cuando, despus de la batalla de Cannas, di +fervorosas gracias al cnsul Varrn porque no haba desesperado de la +salud de la patria.</p> + +<p>Yo no quiero desesperar, ni desespero tampoco. La paz, sin embargo, me +parece en extremo deseable, y la accin diplomtica conveniente, ya que + pesar del indiscutible valor y del pasmoso sufrimiento de nuestros +soldados, no bastan las armas.</p> + +<p>Cmo <i>debe</i> ser, cmo <i>puede</i> ser esta accin diplomtica, dado que +la haya? Una cosa es el <i>debe</i> y otra el <i>puede</i>. Aristteles pone muy +bien en claro la diferencia. Por ella, dice aquel sabio, es la poesa +mil veces ms filosfica que la historia. La historia expone lo que es y +la poesa expone lo que debe ser. Hagamos poesa por un momento. +Hablemos de lo que debiera ser y no es, por desgracia.</p> + +<p>La nacin de los Estados Unidos, tal vez pesar de su gobierno, que no +puede evitarlo, mantiene la insurreccin en Cuba. Sin el favor y +auxilio<a name="page_351" id="page_351"></a> que le d, sin las armas, dinero, hombres y fuerza moral que le +suministra, es evidente para todo el mundo que la insurreccin estara +ya sofocada; que hubiera sido mil veces menos fuerte; que tal vez no +hubiera ocurrido. El proceder, pues, contra nosotros de la nacin +anglo-americana (aunque disculpemos su gobierno) es el ms odioso +abuso de fuerza que imaginarse puede. Una protesta enrgica contra l +por parte de Espaa sera sublime delirio. Espaa est lejos de Cuba y +la Unin est cerca, y Espaa es cuatro veces menos populosa que la +Unin y cien veces menos rica. Algo, no obstante, podra perder la gran +Repblica, si entre ella y Espaa sobreviniese un conflicto blico. La +justicia est de nuestro lado, y</p> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia"> +<tr><td align="left"><i>l' antico valore</i></td></tr> +<tr><td align="left"><i>Negl' ispanici cor non ancor morto.</i></td></tr> +</table> + +<p>Vamos ahora declarar aqu lo que <i>debiera</i> ser, aunque no tengo la +menor esperanza de que sea, para evitar el abominable abuso de fuerza de +que hablo el conflicto que presupongo, si perdida nuestra paciencia, +superior la de Job, nuestro nimo no desfallece.</p> + +<p>La accin diplomtica debieran ejercerla las grandes potencias de +Europa, y singularmente las que tienen posesiones en Amrica, fin de +que el gobierno anglo-americano emplee medios suficientes para evitar +que su pueblo fomente la insurreccin en Cuba, faltando la justicia, +la verdadera civilizacin y al Derecho de gentes.<a name="page_352" id="page_352"></a> La insurreccin +terminara en seguida si esto se lograse. Pero esto es poesa: es lo que +debe ser, pero no lo que ser. Las grandes potencias de Europa seguirn +dejando Espaa en completo abandono.</p> + +<p>Qu recurso nos queda, sin acudir al ms arrogante y peligroso de los +extremos? Pues el recurso que nos queda es disimular los insultos +agravios y aceptar los buenos oficios del gobierno de los Estados +Unidos, si dicho gobierno los ofrece.</p> + +<p>Rara y muy poco airosa sera para nosotros esta mediacin; pero es tan +grande nuestro deseo de paz, que hasta cierto punto nos conviene pasar +por todo.</p> + +<p>Explicar ahora la limitacin que v contenida en la frase <i>hasta cierto +punto</i>. Para m, la limitacin no puede ser ms clara. Si el gobierno de +los Estados Unidos mediase y lograse que depusiesen las armas los +insurrectos y se pacificase la isla, esto haba de ser sin exigirnos la +menor promesa de reformas interiores, de cambios en la gobernacin de la +isla, de nada que modificase all las relaciones entre gobernantes y +gobernados, y de cuyo cumplimiento quedase implcitamente como garante +el gobierno de los Estados Unidos. Esto equivaldra despojarnos +vergonzosamente de la soberana de la isla conservar en ella una +soberana desmedrada y dependiente de la gran Repblica, cuya +fiscalizacin constante estaramos sometidos, y quien acudira siempre +en queja cualquier cubano<a name="page_353" id="page_353"></a> dscolo que se creyese lastimado que +supusiese que no se le cumpla lo prometido. Sin duda, se me dir: qu +provecho, qu ventaja sacar el gobierno de los Estados Unidos, de +mediar para que los rebeldes se rindan discrecin y sin que Espaa les +prometa nada? A tal pregunta respondera yo:</p> + +<p>Si alguien cree espera todava en Espaa, que podemos tener en Cuba un +milln y seiscientos mil conciudadanos para que compren productos de la +Pennsula mucho ms elevado precio que pueden comprar productos +semejantes importados de otros pases, menester es, en mi opinin, que +renieguen de tal creencia y que desistan de tal esperanza. Y no supone +lo dicho la anulacin del comercio entre Cuba y Espaa. El del Brasil, +por ejemplo, con el reino de Portugal, es ahora mil y mil veces ms +activo y fructfero para los portugueses que cuando el Brasil era +colonia.</p> + +<p>Con facilidad se comprender ya lo que, sin desdoro nuestro y sin mengua +de nuestra soberana, pudiramos dar los Estados Unidos, si, por +mediacin de su gobierno, Cuba se pacificase. En virtud de un Tratado +pudiramos darles la ms amplia libertad de comercio en aquella porcin +de nuestro territorio. El galardn sera esplndido y Cuba tambin +aumentara pasmosamente su riqueza, si pudiese comprar ms baratos la +harina y otros alimentos, importar en la Gran Repblica sus azcares, +su caf y su tabaco, libres casi libres de derechos.<a name="page_354" id="page_354"></a></p> + +<p>En cuanto las libertades polticas y administrativas, ya las conceder +Espaa generosamente, sin que nadie le imponga de antemano la obligacin +de concederlas.</p> + +<p>Slo de esta suerte aceptara yo la accin diplomtica digase la +mediacin de los Estados Unidos.<a name="page_355" id="page_355"></a></p> + +<p> +<br /> +</p> + +<h3><a name="INDICE" id="INDICE"></a>NDICE</h3> + +<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary=""> +<tr><td colspan="2" align="right"><span style="text-decoration:underline;">Pgs</span></td></tr> +<tr><td>Prlogo</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_v">v</a></td></tr> + +<tr><td>Disonancias y armonas de la moral y de la +esttica</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_001">1</a></td></tr> + +<tr><td>Coleccin de manuscritos y otras antigedades +de Egipto pertenecientes al archiduque +Raniero</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_031">31</a></td></tr> + +<tr><td>De los autores portugueses que escribieron +castellano</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_057">57</a></td></tr> + +<tr><td>Los jesutas de puertas adentro, un barrido +hacia fuera en la Compaa de Jess</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_071">71</a></td></tr> + +<tr><td>Sobre dos tremendas acusaciones contra Espaa, +del anglo-americano Draper</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_103">103</a></td></tr> + +<tr><td>Los Estados Unidos contra Espaa</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_149">149</a></td></tr> + +<tr><td>Quejas de los rebeldes de Cuba</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_175">175</a></td></tr> + +<tr><td>Las alianzas</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_197">197</a></td></tr> + +<tr><td>Teatro libre</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_211">211</a></td></tr> + +<tr><td>Fines del arte fuera del arte</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_243">243</a></td></tr> + +<tr><td>El maestro de Palmira</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_253">253</a></td></tr> + +<tr><td>Las rarezas del <i>Fausto</i></td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_265">265</a></td></tr> + +<tr><td>La moral en el arte</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_275">275</a></td></tr> + +<tr><td>El regionalismo filolgico en Galicia</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_285">285</a></td></tr> + +<tr><td>La obra pstuma de Juan Montalvo</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_295">295</a></td></tr> + +<tr><td>El pas de la castaeta</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_303">303</a></td></tr> + +<tr><td>Sobre la antologa de poetas lricos castellanos, de D. Marcelino Menndez y Pelayo</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_313">313</a></td></tr> + +<tr><td>Mrito y fortuna</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_323">323</a></td></tr> + +<tr><td>Fe en la patria</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_333">333</a></td></tr> + +<tr><td>La paz deseada</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_339">339</a></td></tr> + +<tr><td>La mediacin de los Estados Unidos</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_347">347</a></td></tr> + +</table> + +<hr class="full" /> + + + + + + + +<pre> + + + + + +End of the Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera + +*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA *** + +***** This file should be named 35882-h.htm or 35882-h.zip ***** +This and all associated files of various formats will be found in: + http://www.gutenberg.org/3/5/8/8/35882/ + +Produced by Chuck Greif and the Online Distributed +Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net) + + +Updated editions will replace the previous one--the old editions +will be renamed. + +Creating the works from public domain print editions means that no +one owns a United States copyright in these works, so the Foundation +(and you!) can copy and distribute it in the United States without +permission and without paying copyright royalties. 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It exists +because of the efforts of hundreds of volunteers and donations from +people in all walks of life. + +Volunteers and financial support to provide volunteers with the +assistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's +goals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will +remain freely available for generations to come. In 2001, the Project +Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure +and permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations. +To learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation +and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4 +and the Foundation web page at http://www.pglaf.org. + + +Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive +Foundation + +The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit +501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the +state of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal +Revenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification +number is 64-6221541. Its 501(c)(3) letter is posted at +http://pglaf.org/fundraising. Contributions to the Project Gutenberg +Literary Archive Foundation are tax deductible to the full extent +permitted by U.S. federal laws and your state's laws. + +The Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S. +Fairbanks, AK, 99712., but its volunteers and employees are scattered +throughout numerous locations. Its business office is located at +809 North 1500 West, Salt Lake City, UT 84116, (801) 596-1887, email +business@pglaf.org. Email contact links and up to date contact +information can be found at the Foundation's web site and official +page at http://pglaf.org + +For additional contact information: + Dr. Gregory B. Newby + Chief Executive and Director + gbnewby@pglaf.org + + +Section 4. Information about Donations to the Project Gutenberg +Literary Archive Foundation + +Project Gutenberg-tm depends upon and cannot survive without wide +spread public support and donations to carry out its mission of +increasing the number of public domain and licensed works that can be +freely distributed in machine readable form accessible by the widest +array of equipment including outdated equipment. Many small donations +($1 to $5,000) are particularly important to maintaining tax exempt +status with the IRS. + +The Foundation is committed to complying with the laws regulating +charities and charitable donations in all 50 states of the United +States. 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Donations are accepted in a number of other +ways including checks, online payments and credit card donations. +To donate, please visit: http://pglaf.org/donate + + +Section 5. General Information About Project Gutenberg-tm electronic +works. + +Professor Michael S. Hart is the originator of the Project Gutenberg-tm +concept of a library of electronic works that could be freely shared +with anyone. For thirty years, he produced and distributed Project +Gutenberg-tm eBooks with only a loose network of volunteer support. + + +Project Gutenberg-tm eBooks are often created from several printed +editions, all of which are confirmed as Public Domain in the U.S. +unless a copyright notice is included. Thus, we do not necessarily +keep eBooks in compliance with any particular paper edition. + + +Most people start at our Web site which has the main PG search facility: + + http://www.gutenberg.org + +This Web site includes information about Project Gutenberg-tm, +including how to make donations to the Project Gutenberg Literary +Archive Foundation, how to help produce our new eBooks, and how to +subscribe to our email newsletter to hear about new eBooks. + + +</pre> + +</body> +</html> diff --git a/35882-h/images/ill_title.png b/35882-h/images/ill_title.png Binary files differnew file mode 100644 index 0000000..d9b7514 --- /dev/null +++ b/35882-h/images/ill_title.png diff --git a/35882-h/images/illpg_001a.png b/35882-h/images/illpg_001a.png Binary files differnew file mode 100644 index 0000000..2b2b5d7 --- /dev/null +++ b/35882-h/images/illpg_001a.png diff --git a/35882-h/images/illpg_001a_sml.png b/35882-h/images/illpg_001a_sml.png Binary files differnew file mode 100644 index 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