summaryrefslogtreecommitdiff
diff options
context:
space:
mode:
authorRoger Frank <rfrank@pglaf.org>2025-10-14 20:04:40 -0700
committerRoger Frank <rfrank@pglaf.org>2025-10-14 20:04:40 -0700
commit399882529501eeadb061908a67308f446ff37973 (patch)
tree12aa8fb1130c533277448749ee426c8da09d7b48
initial commit of ebook 35882HEADmain
-rw-r--r--.gitattributes3
-rw-r--r--35882-0.txt8776
-rw-r--r--35882-0.zipbin0 -> 204920 bytes
-rw-r--r--35882-8.txt8776
-rw-r--r--35882-8.zipbin0 -> 202804 bytes
-rw-r--r--35882-h.zipbin0 -> 854321 bytes
-rw-r--r--35882-h/35882-h.htm8975
-rw-r--r--35882-h/images/ill_title.pngbin0 -> 626 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_001a.pngbin0 -> 45272 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_001a_sml.pngbin0 -> 14480 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_031a.pngbin0 -> 45695 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_031a_sml.pngbin0 -> 14563 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_057a.pngbin0 -> 48511 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_057a_sml.pngbin0 -> 15573 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_071a.pngbin0 -> 5848 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_071a_sml.pngbin0 -> 6181 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_103a.pngbin0 -> 50938 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_103a_sml.pngbin0 -> 15916 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_149a.pngbin0 -> 45555 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_149a_sml.pngbin0 -> 14105 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_175a.pngbin0 -> 52072 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_175a_sml.pngbin0 -> 15261 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_197a.pngbin0 -> 6049 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_197a_sml.pngbin0 -> 4760 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_211a.pngbin0 -> 40048 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_211a_sml.pngbin0 -> 12661 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_243a.pngbin0 -> 5233 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_243a_sml.pngbin0 -> 5912 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_251.pngbin0 -> 1211 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_253a.pngbin0 -> 25479 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_253a_sml.pngbin0 -> 8637 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_265a.pngbin0 -> 5965 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_265a_sml.pngbin0 -> 6126 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_275a.pngbin0 -> 5347 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_275a_sml.pngbin0 -> 4179 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_295a.pngbin0 -> 5167 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_295a_sml.pngbin0 -> 3973 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_303a.pngbin0 -> 5346 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_303a_sml.pngbin0 -> 5476 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_313a.pngbin0 -> 5328 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_313a_sml.pngbin0 -> 6049 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_323a.pngbin0 -> 5331 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_323a_sml.pngbin0 -> 6458 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_333a.pngbin0 -> 5102 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_333a_sml.pngbin0 -> 3968 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_339a.pngbin0 -> 5197 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_339a_sml.pngbin0 -> 5892 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_347a.pngbin0 -> 26690 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_347a_sml.pngbin0 -> 9094 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_va.pngbin0 -> 6386 bytes
-rw-r--r--35882-h/images/illpg_va_sml.pngbin0 -> 7852 bytes
-rw-r--r--LICENSE.txt11
-rw-r--r--README.md2
53 files changed, 26543 insertions, 0 deletions
diff --git a/.gitattributes b/.gitattributes
new file mode 100644
index 0000000..6833f05
--- /dev/null
+++ b/.gitattributes
@@ -0,0 +1,3 @@
+* text=auto
+*.txt text
+*.md text
diff --git a/35882-0.txt b/35882-0.txt
new file mode 100644
index 0000000..3341b1c
--- /dev/null
+++ b/35882-0.txt
@@ -0,0 +1,8776 @@
+The Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera
+
+This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with
+almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or
+re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
+with this eBook or online at www.gutenberg.org
+
+
+Title: A vuela pluma
+ colección de artículos literarios y políticos
+
+Author: Juan Valera
+
+Release Date: April 16, 2011 [EBook #35882]
+
+Language: Spanish
+
+Character set encoding: UTF-8
+
+*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA ***
+
+
+
+
+Produced by Chuck Greif and the Online Distributed
+Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net)
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+A VUELA PLUMA
+
+OBRAS DEL MISMO AUTOR
+
+
+ Pepita Jiménez; un vol. en 8.º, Ptas. 3.
+ Doña Luz; un vol. en 8.º, 3.
+ El comendador Mendoza; un vol. en 8.º, 3.
+ Algo de todo; un vol. en 12.º, 2,50.
+ Las ilusiones del doctor Faustino; dos vols. en 12.º, 5.
+ Pasarse de listo; un vol. en 12.º, 2,50.
+ La buena fama; un vol. en 16.º con grabados, 2,50.
+ El hechicero. El bermejino prehistórico. Las salamandras azules;
+ un vol. en 16.º con grabados, 2,50.
+ Dafnis y Cloe (traducción del griego); un vol. en 12.º, 3.
+ Estudios críticos; tres vols. en 12.º, 9.
+ Disertaciones y juicios literarios; dos vols. en 12.º, 6.
+ Cuentos y diálogos; un vol. en 12.º, 2,50.
+ Poesía y arte de los árabes en España y Sicilia;
+ tres volúmenes en 12.º, 9.
+ Tentativas dramáticas; un vol. en 12.º, 2,50.
+ Canciones, romances y poemas; un vol. en 12.º, 5.
+ Cuentos, diálogos y fantasías; un vol. en 12.º, 5.
+ Nuevos estudios críticos; un vol. en 12.º, 5.
+ Cartas americanas (primera serie); un vol. en 12.º, 1.
+ Nuevas cartas americanas (segunda serie); un vol. en 8.º, 3.
+ Pequeñeces... Currita Albornoz al P. Luis Coloma; un folleto en 8.º, 1.
+ Las mujeres y las Academias, cuestión social inocente;
+ un folleto en 8.º, 1.
+ Ventura de la Vega, biografía y estudio crítico;
+ un vol. en 8.º con el retrato del biografiado, 1.
+ Juanita la larga; un vol. en 8.º, 3,50.
+ Genio y figura...; un vol. en 8.º, 3.
+
+
+
+
+JUAN VALERA
+
+A VUELA PLUMA
+
+COLECCIÓN DE
+
+ARTÍCULOS LITERARIOS Y POLÍTICOS
+
+MADRID
+LIBRERÍA DE FERNANDO FÉ
+_Carrera, de San Jerónimo, 2_
+
+1897
+
+Es propiedad del autor.--Derechos reservados.
+
+
+
+
+PRÓLOGO
+
+
+Impreso ya este libro y reunidos en él no pocos artículos, se me ofrecen
+dificultades que conviene allanar antes de que el libro salga á luz
+pública. Ponerle título es la menor de todas y ya la considero allanada.
+_A vuela pluma_ es título tan significativo como propio. Ora excitado yo
+á dar mi parecer sobre flamantes producciones literarias, ora movido é
+inspirado por los tristes acontecimientos políticos de nuestros días, he
+escrito y esparcido, por revistas y periódicos diarios, lo que aquí va
+reunido. No porque soy escéptico, sino porque soy modesto, aunque me
+contradiga atribuyéndome tan buena cualidad, nada pretendí enseñar al
+escribirlos en cada uno de los siguientes artículos, ni nada pretendo
+ahora enseñar al reunirlos en un volumen. Y no porque yo crea que no
+haya verdades que enseñar, sino porque carezco de fe bastante en mi
+propio saber y en mi autoridad y competencia para empuñar la férula y
+revestirme de la toga y demás insignias del magisterio. No es, pues,
+para enseñanza de mis lectores, para lo que publico este libro.
+
+Si he de confesar la verdad tampoco han acudido mis amigos, admiradores
+y parciales, aconsejándome y casi impulsándome con la violencia de sus
+ruegos para que le publique, según ocurre con frecuencia á otros autores
+más que yo dichosos. Este libro, inútil para la enseñanza, para la cual
+candorosamente le desautorizo, se publica sin que nadie me lo pida ni se
+empeñe en ello, por mi espontánea y libérrima voluntad y por mi
+iniciativa. ¿Qué fin me llevo al publicarle? Alguna explicación acerca
+de esto me considero obligado á dar á los lectores.
+
+Todo autor, por frío y desamorado que sea, consagra á cuanto escribe,
+aunque lo estime en poco, un amor semejante al que tienen los padres á
+sus hijos, á quienes aman aunque sean feos y no bonitos, enfermizos y no
+robustos, tontos y no discretos. Y dado en mí, como se da, este amor,
+harto se comprende mi deseo de que no queden mis hijos espirituales
+anegados en un inmenso piélago de papeles donde se perderían sin duda y
+nadie volvería á acordarse de ellos. La unión da fuerza, y yo los reuno
+para ver si de esta suerte se sostienen y sobrenadan y llegan sin
+hundirse y sin ser arrebatados por la corriente del río del olvido al
+pequeño y seguro puerto del poco numeroso público, cuyas simpatías he
+logrado captarme.
+
+Si este público nada aprende leyéndome, bien puede ser que se entretenga
+apaciblemente con mi lectura y que divierta el espíritu de penosos y
+graves cuidados. Bien puede ser también que el favorable aspecto bajo el
+cual veo yo dichos y hechos, y que mi confianza en los destinos de la
+patria y en el mejor término y desenlace para los conflictos y apuros en
+que se encuentra hoy, agraden y consuelen á quien me lea, con lo cual me
+daré yo por bien pagado y justificaré razonablemente el haber reunido
+estas obrillas que los críticos severos y los que no me quieran bien
+calificarán por lo menos de insignificantes.
+
+Tienen con todo una muy importante significación, que no mengua sino
+crece, aunque se suponga trivial y vulgarísimo cuanto se dice en ellas.
+Yo soy, sin duda, quien lo dice; pero, por lo mismo que lo dicho es
+vulgar, quien lo piensa y lo siente es una no pequeña parte del público,
+de la cual vengo así á convertirme en órgano, representante y heraldo.
+
+Al presente, está muy en moda, en literatura, el reunir documentos
+humanos. Valga, pues, este libro, si no vale para nada más, como reunión
+de tales documentos. Yo expreso lo que en él se expresa; pero conmigo lo
+piensan y lo sienten muchos miles de semejantes y de compatriotas míos.
+Por donde mi libro deja de ser insignificante, se transforma en docente
+ó en documental y merece ser publicado y hasta leído. Creo, por último,
+que, si al escribirle he desechado toda preocupación interesada y le he
+escrito con buena fe, candorosa y sencilla, alguien me leerá con gusto,
+si no con provecho, y esto me basta.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+DISONANCIAS Y ARMONÍAS
+DE LA MORAL Y DE LA ESTÉTICA
+
+I
+
+
+_Al Sr. D. Salvador Riada._
+
+Mi querido amigo: Mucho siento tener que decir á usted que Monte-Cristo,
+que oye turbio y que, además, suele distraerse, hubo de engañarse, y tal
+vez engañó á usted, sin la menor malicia, cuando le aseguró que me había
+parecido muy bien el _Himno á la carne_. Ni bien ni mal podía parecerme
+una obra que yo aún no conocía. Acaso al hablarme Monte-Cristo, yo, que
+también me distraigo, dije algo, como acostumbro, en alabanza del
+talento poético de usted, que tan claro me parece, y él lo aplicó al
+_Himno_ de que me hablaba, y que yo no podía alabar por serme entonces
+desconocido.
+
+Ahora, que ya le conozco, creo de mi deber dar á usted con toda
+sinceridad y franqueza la opinión que me pide.
+
+Muchísimo hay que decir, y he de decirlo, aunque incurra en la nota de
+pesado.
+
+No obstante la pesadez y el desaliño con que irá escrita mi carta, yo
+consiento en que usted haga de ella lo que guste: ó guardarla para sí, ó
+rasgarla, ó dejar que el público la lea.
+
+Desde luego el título de _Himno_ me desagrada. Un himno es un himno, y
+catorce sonetos son catorce sonetos. Además, el ir dirigidos _á la
+carne_ presupone cierta trascendencia teológica ó filosófica que los
+sonetos apenas tienen.
+
+Los enemigos del alma son tres: mundo, demonio y carne. Y fuerza es
+confesar que todos los hombres, salvo raras y dichosas excepciones,
+estamos empecatadillos y entonamos himnos en loor de uno de estos tres
+enemigos, cuando no de los tres á un tiempo; pero debe notarse que, ó
+bien no caemos, por extraviados ó ilusos, en que hacemos semejante
+elogio, ó bien aparentamos no caer, envolviendo nuestro consciente
+propósito en delicada hipocresía. El elogiar con premeditación á tales
+enemigos implica un descaro que repugna á las creencias religiosas de la
+gran mayoría de los españoles, los cuales son, ó se supone que son
+católicos.
+
+Ya se entiende que, partidario yo del arte por el arte, he de prescindir
+y prescindo de toda religión positiva y de toda moral que en ella se
+funde, para juzgar una composición poética. De lo que es difícil
+prescindir es de la moral universal que coincide con la belleza
+artística, y de algunas conveniencias sociales, que son ineludible
+requisito para que esa belleza artística se produzca sin que lo estorbe
+la disonancia entre la obra del poeta y las costumbres, los usos, y
+hasta, si se quiere, las preocupaciones y los disimulos de la sociedad
+en que el poeta vive.
+
+Aún voy más allá en el _quidlibet audendi_. Supongo que el poeta se
+rebela contra esos usos, costumbres y creencias, porque los considera
+malos ó tontos. No por eso he de escandalizarme. Antes bien, aplaudiré
+al poeta como poeta, si impugna con primor y con brío lo que yo crea más
+santo, aunque yo, pongo por caso, como católico, considere que él, como
+impío, acabará, en castigo de sus bien rimadas blasfemias, por arder
+eternamente en lo más profundo del infierno.
+
+Así me sucede con el _Himno á Satanás_, de Carducci. Sin dejar de creer
+en todo lo que enseña la Doctrina cristiana, los hombres, en mi sentir,
+pueden haber inventado ó descubierto la pólvora, la imprenta, la
+brújula, el pararrayos, el telégrafo, el teléfono, la fotografía, la
+mecánica celeste y la terrestre, las estrellas más remotas, los
+microbios y el protoplasma: pero, si algún poeta entiende de buena fe
+que Dios se oponía á que inventásemos y descubriésemos todas esas cosas,
+que quizá hagan la vida menos aburrida y amarga, y que con auxilio del
+diablo las hemos inventado y descubierto, mejorando y sublimando nuestra
+condición, yo le aplaudo si compone un himno á diablo tan benéfico, á
+quien llama él Satanás porque se le antoja, y á quien seguiré llamando
+energía y luz interior que pone Dios en el alma, hecha á su imagen y
+semejanza.
+
+En análogo sentido comprendo yo que se componga un _Himno á la carne_,
+el cual me guste tanto ó más que el _Himno al demonio_ de Carducci. Si
+entendemos por carne la sustancia organizada y viviente de que se vale
+el Artífice supremo para revestir de forma sensible su idea, haciendo
+patente la hermosura, ya por operación de naturaleza, ya por
+intervención de la voluntad y del entendimiento humanos, que pulen,
+acicalan y asean lo que naturaleza preparó y dispuso cual primitivo
+bosquejo, declaro que el _Himno á la carne_ me parece muy bien,
+prescindiendo del título, porque ni las nubes nacaradas, ni la cándida
+luna, ni el sol, ni las flores, ni los verdes bosques, ni los lozanos
+verjeles, ni nada de cuanto he visto y veo por esos mundos, es más
+hermoso que una mujer aseada y hermosa. Y es ello tan indiscutible que,
+para expresar materialmente los más altos objetos, potencias y virtudes,
+les damos forma de mujer. Y así la fama, la patria, la religión, la
+ciencia, la filosofía, la justicia, la fe, la caridad y la esperanza, se
+representan como otras tantas guapísimas señoras.
+
+Pero su himno de usted (sigamos llamándole himno), no se mete en tales
+honduras. Mejor sería apellidarle himno á la Pepa, á la Juana ó á la
+Francisca, de cuya carne gusta usted. La generalización filosófica ó
+teológica sólo está en el epígrafe.
+
+Y lo peor que yo noto (admirando más la inspiración y la habilidad
+poéticas, que no faltan á usted aun errando el camino) es que usted
+analiza y resta en vez de sintetizar y añadir, al ir ponderando sus
+deleites amorosos. Pues qué, ¿no es más que la carne lo que enamora á
+usted en su innominada querida? Nunca ni el más materialista de los
+poetas gentiles, sustrajo tanto del amor los elementos no materiales,
+que le idealizan y hermosean, y le redujo al mero concepto de la
+lascivia, como si fuera amor de perros ó de gatos. Y como usted no hace
+la sustracción y el despojo por vehemencia afrodisiaca, sino por
+preocupación de escuela ultra-naturalista, los versos, ni siquiera
+resultan fervorosos de libertinaje, sino fríos, afectados y
+artificiosos, con refinamientos de sensualidad enfermiza, que apela á
+espejos y á otras diabólicas travesuras. Parece lascivia de viejo, y,
+por consiguiente, falsa, pues usted es mozo.
+
+Prescribe Horacio que no se hagan ciertas cosas delante del pueblo:
+
+ _Nec filias coram populo Medea trucidet:_
+
+y lo que Horacio prescribe para lo trágico debe aplicarse á lo erótico
+también. No conviene introducir al pueblo en la alcoba ni imitar al rey
+de Lidia con Giges. Contra esto peca usted, no pasando de ligero, sino
+deteniéndose en pormenores con exceso de morosa delectación. No cae
+usted en que ciertos actos tienen mucho de grotescos, si no van
+acompañados de misterioso recato. Y esto, no porque seamos cristianos,
+sino en la risueña religión gentílica, en que, según usted asegura,
+Citerea prevalece. Así es de advertir que los poetas más libertinos de
+la docta gentilidad nos dejaban á la puerta de la cámara nupcial, si
+trataban el asunto por lo serio. Sólo cuando querían hacer reir lo
+describían todo. El cisne venusino dice desvergonzadamente los estímulos
+de que se valía la vieja berrionda, mientras que de Glícera sólo nos
+dice que le aguarda en estancia perfumada; y él va á verla, invocando á
+Venus para que le acompañe y traiga consigo al Amor.
+
+ «Trae al muchacho ardiente,
+ y á las Gracias, la ropa desceñida,
+ y á Mercurio elocuente,
+ y de ninfas seguida
+ la Juventud sin tí no apetecida»;
+
+pero, en cuanto Horacio entra á ver á Glícera, con todo este cortejo,
+nos da con la puerta en los hocicos, y acaba la oda, sin que nos cante
+ni nos deje ver lo que pasa dentro. Ya nos lo presumimos.
+
+Lo antiestético del goce de amor, patentizado por el arte y descrito con
+circunstancias menudas, se ve hasta en los poemas más primitivos. Sube
+Juno á la cumbre del Gárgaro, adornada con el cinto de Venus, que la
+hace irresistible:
+
+ «... allí el deseo,
+ allí la dulce persuasión estaba,
+ que á los más cuerdos la prudencia roba.»
+
+Júpiter pierde la suya, requiebra á Juno y quiere al punto gozarla; pero
+antes, él y ella se envuelven en nubes doradas y densísimas, que ningún
+Dios ni el Sol omnividente traspasa, y que Homero cuida bien de no
+traspasar, respetando el pudor y el decoro de la dichosa é inmortal
+pareja.
+
+El tálamo de los dioses, el de los héroes, y aun el de cualquier hombre
+que se respeta, han de estar rodeados de impenetrable misterio. La
+prueba más evidente por donde Penélope reconoce á Ulises, es porque éste
+le describe su tálamo, que sólo él había visto entre los varones todos.
+
+El espíritu de usted es recto por naturaleza y está sano: pero yo
+advierto en el _Himno_ insanos extravíos y disparatadas disonancias. No
+extrañe usted que lo atribuya á la vaga lección de malos libros
+franceses, de los que están de moda, de cuyo pesimismo, naturalismo
+falso y caprichosa impiedad, se hace usted eco. Usted, de por sí, sería
+como Dios manda.
+
+Supone usted que la religión de Cristo condena la carne, y luego dice
+usted para sí: pues voy á glorificar la carne, rebelándome contra la
+religión de Cristo. Parte usted de un error, fundado en el doble sentido
+de la palabra _carne_. Sin presumir de teólogo, sino como hombre de
+mundo, lego y profano, aunque no olvidado del Padre Ripalda, que aprendí
+en la escuela, digo que no tiene usted razón. La carne, considerada como
+enemigo del alma, es la concupiscencia, es el vicio, es la lujuria, que
+toda religión, no sólo la de Cristo, condena. Pero la carne, el cuerpo
+humano, considerado como obra de Dios, ¿dónde está condenado? El Verbo
+se hizo carne, y con cuerpo humano subió al cielo. Todos, según nuestra
+fe, hemos de resucitar con carne, y los cuerpos de los bienaventurados
+han de ser muy hermosos y gloriosos. Lo primero que manda Dios al hombre
+y á la mujer es que crezcan, se multipliquen y llenen la tierra. ¿Cómo,
+pues, ha de suponerse que Dios condena el amor sexual cuando ordena que
+nos multipliquemos? El ascetismo, la vida penitente, la virginidad como
+la más perfecta condición, no son tampoco exclusivos ideales cristianos.
+En todas las demás religiones se da algo semejante. En la gentílica, por
+ejemplo, hubo coribantes y vestales.
+
+Lo que exigen la religión cristiana, y toda religión moral, y hasta sin
+religión y sin moral, la estética y el decoro, es el recato. En la
+naturaleza de las cosas está que sea cómica, y no seriamente bella, la
+exhibición ó la representación del abrazo amoroso, más ó menos apretado.
+Si el cínico Crates se une en público con Hiparca, á pesar de la
+licenciosa libertad de Atenas, los pilluelos de la calle le silban y
+escarnecen. Sólo en Otahiti, cuando llega allí el capitán Cook, se toma
+por lo serio el hacer en público tales actos como ceremonia religiosa.
+
+Fuera de estos casos rarísimos, lo general es que el sigilo y el secreto
+presidan á los amores. Júpiter, aunque era tan desaforado y tan
+propenso á ponerse el mundo por montera, satisfaciendo su regalado
+gusto, elige para unirse á la ninfa Maya, haciéndola madre del dios de
+la elocuencia, inventor de la lira, alma de la danza, una noche
+obscurísima y un antro nemoroso y esquivo; y aun todavía, para ocultar
+mejor su unión á los dioses y á los hombres, les infunde antes dulce
+sueño. Jano bifronte, no menos precavido y púdico, cuando se propone dar
+ser á los briosos primitivos pueblos de Italia, se une á la gigantesca
+ninfa Camesena, en la desierta cumbre del Apenino, y circunda el agreste
+y amplio tálamo de tenebrosas tempestades.
+
+En resolución, ya que sería cuento de nunca acabar el ir citando sucesos
+semejantes de hombres y dioses, yo vuelvo á prescindir de religión y de
+moral: no echo sermón, aunque ya estamos en Cuaresma; pero tratándose de
+arte, ¿cómo prescindir de lo artístico? No es artístico el describir
+prolijamente los placeres de la alcoba.
+
+Admirable es la belleza del cuerpo humano. En otros mundos, sujeta la
+materia á otras condiciones y con otra conformación los sentidos, ¿quién
+sabe cómo podrá ser la aparición sensible de la belleza? Esto es lo
+relativo. Pero la esencial y sustancial belleza que se nos revela en el
+Apolo de Belvedere y en la Venus de Milo, es la belleza absoluta. Todo
+entendimiento, capaz de comprenderla, aunque venga del más extraño y
+lejano mundo de cuantos pueblan el éter, lo reconocerá y lo proclamará
+como nosotros.
+
+Si imaginamos vivos, y no de mármol, sino de carne, á la Venus y al
+Apolo, hombres y mujeres los contemplarán con pasmo y se podrán enamorar
+de ellos; pero sería grosero no ver en tanta animada hermosura sino un
+instrumento de material deleite. Habría en ello algo de profanación
+sacrílega, no ya en virtud de la religión del espíritu, sino del respeto
+hasta religioso que la materia misma, tan bien organizada, debe
+infundir.
+
+Ya usted notará que, en realidad, yo no voy contra usted en lo que digo.
+Voy contra la escuela mal llamada naturalista, que le pervierte y
+extravía. Si usted no valiese ya mucho y si no prometiese más de lo que
+ya vale, no me mostraría yo severo.
+
+Demos por seguro que no hay bien, ventura, ni goce mayor que el de los
+amores; pero ¿todo bien, todo goce es para referido ó representado
+estéticamente por lo sublime? Esta es la cuestión. Este es el error del
+naturalismo; error que se ve más claro aún en las desventuras que en las
+venturas. Sobre la muerte de un amigo, sobre la ruina de la patria,
+sobre los suplicios y trabajos de un apóstol, está bien escribir
+elegías. Pero desventuras son, y no menores, que se le pudran las
+narices al Dr. Pangloss, que á otro le dé tiña y se le caiga el pelo,
+que á otro le sobrevenga una debilidad en las encías y escupa los
+dientes y que á otro le ocurra cada tres días una indigestión molesta y
+apestosa, y sin embargo, ¿son estos percances á propósito para componer
+versos elegíacos? Nosotros, en la vida real, nos compadeceremos en
+extremo del paciente, aunque sólo sea prójimo, y no amigo ó deudo; pero
+si hablamos en verso heroico de lo que acontece, haremos reir en vez de
+llorar.
+
+Es indudable que hay desventuras y venturas, triunfos y derrotas,
+dolores y placeres grandísimos que en la vida real se lamentan ó se
+celebran; pero sobre los cuales hay que pasar con rapidez en la
+representación artística, si no queremos hacer reir con ellos.
+
+Así, Ariosto, por ejemplo, no sería por su afición á lo moral y á lo
+decente, sino por estas reglas de estética, más ó menos reflexiva ó
+irreflexivamente percibidas, por lo que no cuenta con circunstancias
+íntimas lo que pasa entre Angélica y Medoro; pero cuando quiere dar en
+lo grotesco y provocar á risa, lo cuenta todo sin aprensión. Así, en el
+caso del viejo nigromántico ó mágico que adormece con sus malas artes á
+la hermosísima dama y la tiene á su talante. El chiste está en que el
+nigromántico, con toda su magia, si bien adormece á la dama, no atina á
+despertar en él ó á resucitar algo que hacía años dormía ó estaba
+muerto, y se lleva un chasco feroz, quedando en salvo la honestidad y
+entereza de la dama, con apacible risa y júbilo de los lectores. Si el
+Ariosto hubiera tratado el suceso trágicamente, lo hubiera errado.
+
+Yo no recuerdo haber leído escena tan viva como la del nigromántico,
+referida con épica dignidad y que produzca efecto, sino una en _El
+Bernardo_ de Valbuena; pero esto se explica, porque va todo acompañado
+de un poderoso elemento fantástico que lo dignifica, lo hace simbólico y
+hasta le da un valor moral. Hablo del tremendo lance de Ferragut con la
+hechicera Arleta. El héroe penetra en el maravilloso palacio tan
+estupendamente rico. La gallarda, joven y elegante princesa le recibe á
+solas y se entrega. Una sola lámpara de extraña luz ilumina la estancia,
+y sobre todos los objetos derrama encantados resplandores. Pero cuando
+la luz de la lámpara oscila, la portentosa beldad de la princesa se
+confunde; los perfiles, las sombras, los colores, todo se altera y se
+combina por tal arte, que Ferragut se asusta y cree tener un vestiglo
+entre sus brazos. Vuelve la luz á arder sin oscilación y la princesa
+recobra sus admirables atractivos. La luz, al fin, se apaga, y Ferragut
+se encuentra en inmunda caverna y entre los brazos de horrible y
+asquerosa vieja, cuya fealdad abominable ve á la luz de la luna, y cuyos
+secos brazos y cuyas manos, á modo de garras, le retienen sin dejarle
+escapar.
+
+Dirá usted acaso que en sus sonetos hay algo parecido á la moral de la
+fábula de la hechicera Arleta; que de ello dan prueba las cuatro últimas
+palabras del último soneto _¡Que tétrica es la vida!_ Pero yo, en honor
+de la verdad, no descubro dicho sentimiento en usted, y si le descubro,
+es expresado débilmente y como ahogado en los pormenores que preceden á
+las dichas cuatro palabras.
+
+No hay en el himno nada semejante á lo que hay en casi todos los poetas
+libertinos ó epicúreos de todos los tiempos; aquel sentimiento terrible
+que asalta el ánimo de ellos en medio de sus deleites; que hace exclamar
+á Lucrecio:
+
+ _...Medio de fonte leporum_
+ _Surgit amari aliquid quod in ipsis floribus angat;_
+
+que mueve á Catulo, entre los brazos de Lesbia, cubriéndola de besos, en
+noches consagradas al amor, á pensar en aquella perpetua noche que
+tenemos que dormir todos,
+
+ _Nox est perpetua una dormienda;_
+
+y que lleva á Musset á hallar en el fondo del vaso de los placeres el
+hastío que le mata, á Lamartine á suspirar por el amor ideal que no
+tiene nombre ni objeto en la tierra, y á Espronceda á pedir un bien, una
+gloria que él imagina, y que en el mundo no existe, y á desesperarse
+porque palpa la realidad, odia la vida, y sólo cree en la paz del
+sepulcro.
+
+No hay en el himno esta contraposición entre el placer ruin é incompleto
+de la tierra y la infinita aspiración del alma; pero hay algo más
+tétrico; algo que se deplora en todos los _naturalistas_, ya escriban en
+prosa, ya en verso: lo mismo en Zola que en Rollinat.
+
+La pintura minuciosa, vehemente y sobrado material de la pasión,
+convierte su fisiología en patología; hace pensar, no en robustez y
+energía, sino en desequilibrio de facultades, en el hospital ó en el
+manicomio.
+
+No ya el amor de un hombre y de una mujer, ambos de carne y hueso, sino
+el amor de un santo ó de una santa hacia Dios, resulta enfermedad; caso
+de neurosis, hiperestesia, ninfomanía ó satiriasis más ó menos
+alambicada.
+
+La cuestión queda discutida de sobra. No me hubiera detenido tanto si,
+por una parte, no estimase mucho el ingenio de usted y no sintiese sus
+extravíos, y si, por otra parte, no viese yo en estos extravíos el
+resultado de malas teorías estéticas, y de una escuela de moda que es
+menester combatir.
+
+Sólo añadiré ahora algunas explicaciones sobre la acusación implícita en
+la dedicatoria autógrafa que pone usted al ejemplar del _Himno á la
+carne_ que me ha destinado. No sin intención viene este ejemplar para el
+traductor de _Dafnis y Cloe_. ¿Quiere usted dar á entender que quien ha
+traducido aquella novela debe aplaudir el _Himno á la carne_?
+
+La consecuencia está mal sacada. Aun suponiendo que _Dafnis y Cloe_
+tenga cuantas faltas yo censuro, no se ha de inferir que por haber yo
+cometido esas faltas no las pueda y deba reconocer como tales. Malo es
+ser pecador, pero es pésimo jactarse del pecado y procurar que se tome
+como primor y acierto.
+
+La diferencia, sin embargo, es grandísima. _Dafnis y Cloe_ viven hace
+catorce ó quince siglos; son paganos, están en cierto campo ideal,
+pastoril y primitivo. No choca el que se desnuden, como cuando se
+desnudan un caballero y una dama de ahora, quitándose la levita,
+pantalones, corsé, etc. En fin; es otra cosa.
+
+El naturalismo de la novela es, además, enteramente contrario al de los
+sonetos de usted. Hay en el naturalismo de _Dafnis y Cloe_ una condición
+sobrenatural ó fantástica que cambia su condición. El dios Amor, el dios
+Pan y las Ninfas, por no interrumpida serie de milagros, conservan
+inocentes á los dos partorcillos, hacen que se amen, los dotan de
+hermosura más que humana, que no marchitan las inclemencias del cielo:
+ni los vientos, ni el sol, ni el calor, ni el frío.
+
+La descripción poetizada de las alternadas estaciones del año, de la
+rustiqueza selvática y de una imaginaria vida pastoril de color de rosa,
+y que no se da en el mundo real, prestan á todo el cuadro, y aun á las
+más vivas escenas, cierto velo ó esfumino aéreo que no las hace tan
+_shocking_. Y, por último, aunque se funde el amor de Dafnis y Cloe en
+la material hermosura de ambos, en su contemplación, y hasta en el deseo
+de lograr su posesión por completo, todavía, á par de este deseo, hay
+una amistad, un afecto entrañable, una terneza pura en ambos
+pastorcillos, que evitan el que sea su amor mera lascivia, y que le
+purifican y realzan.
+
+Recuerde usted que Dafnis aprende al cabo cuál es el verdadero fin de
+amor, y, á pesar de su pasión, se domina por temor de lastimar á Cloe, y
+no la hace suya hasta después de la boda.
+
+En suma, y para no cansar, yo no me defiendo de haber traducido el libro
+de Longo, aunque en Francia le tradujo un obispo. Quiero suponer, ó
+quiero afirmar y confesar que hice mal. Valgámonos de un símil. Sea como
+si yo expusiera al público esculturas lascivas; pero de esto á exponerme
+yo mismo como actor, me parece que dista mucho.
+
+Por último, se ha de notar que la novela de _Dafnis y Cloe_ no quiere
+ser seriamente sublime, sino que, por cierta malicia candorosa y cierta
+amañada inocencia, propende á difundir regocijo en quien lee, lo cual
+podrá ser censurable por el lado de la moral, pero no es antiestético,
+que es de lo que aquí tratamos.
+
+Si usted, en otro tono más ligero, risueño y jocoso, hubiera escrito
+catorce sonetos, catorce veces más verdes aún, como yo soy viejo
+pecador, y nada tengo de misionero, respecto á la moral y á la decencia
+me hubiera callado; pero en punto á estética, hubiera echado á usted mi
+absolución, y, si los sonetos alegraban las pajarillas, hubiera
+concedido á usted indulgencia plenaria y hasta hubiera aplaudido.
+
+
+II
+
+Mi querido amigo: La cariñosa carta de usted me mueve á escribirle de
+nuevo, y no poco.
+
+Si usted no hubiese escrito ya en verso y en prosa muchas cosas buenas,
+y si usted no diese esperanzas fundadísimas de escribir otras mil
+infinitamente mejores que los catorce sonetos, tendría usted razón en
+decir que yo le mataba. Pero si usted escribe bien, y si ha de escribir
+mejor, y si ha de ser, pues no creo que me engañe la simpatía, uno de
+nuestros más fecundos y amenos ingenios, ¿qué importa que yo hable mal
+de los catorce sonetos compuestos por usted en algunas horas de
+extravío?
+
+Yo, aunque sea repetirlo por tercera ó cuarta vez, no voy contra los
+catorce sonetos, sino contra la mala teoría estética que, nublando el
+claro entendimiento de usted, se los ha inspirado.
+
+Yo reparo, tal vez por demás, en el pro y en el contra de cuanto digo, y
+nada afirmo con aquella decisión que se impone. De aquí que me acusen de
+escéptico. Fácil me sería pasar por dogmático, si prescindiese yo de lo
+que me dicta la conciencia; pero, como no prescindo, soy ó paso por
+escéptico, á fuerza de ser concienzudo.
+
+Digo esto, porque al censurar los catorce sonetos de usted, me han
+asaltado en tropel no pocas dudas y dificultades que deseo exponer aquí,
+aunque no logre resolverlas y todas se queden en pie.
+
+Necesito, además, escribir esta segunda carta para disculparme de no
+rasgar la primera; porque, después de la longánima docilidad con que se
+somete usted á mi censura, tal vez acerba, y me la paga en alabanzas,
+parece ruindad en mí el que mi censura se haga pública, y el que, siendo
+yo, por lo común, indulgente y hasta lisonjero con los extraños é
+indiferentes, me extreme por la severidad con usted, á quien cuento
+entre mis mejores amigos.
+
+Válgame para explicación de mi conducta que la indulgencia debe recaer
+sobre el _non plus ultra_ de lo que produce cada uno. No hay que podar
+el quejigo, porque, á pesar de la poda, siempre dará bellotas ásperas y
+no dulces almendras. De mal árbol no se espere fruto sazonado y sabroso.
+Y así, siguiendo esta comparación de los frutos, y convirtiendo
+imaginariamente cada soneto de usted, pongo por caso, en un melocotón,
+yo entiendo que usted debe darlos mejores, y que aun los catorce, de que
+tratamos aquí, serían exquisitos, si el moscardón ó avechucho del
+_naturalismo_, que vaga por el aire, no hubiera clavado en ellos el
+aguijón y depositado allí venenosos huevecillos que se convierten en
+gusanos y podredumbre. Lo que hago, pues, es osear el avechucho para que
+no inficione otros nuevos frutos.
+
+Dada ya á usted la satisfacción que le debo, voy á decir algo acerca de
+las dudas y dificultades.
+
+Y es la primera duda la de si seré yo tan crudo censor de los sonetos
+porque la vejez me infunde aborrecimiento al Amor: pero la duda se
+disipa pronto, y creo que mi profundo respeto y mi ardiente devoción al
+Amor son los que me inspiran.
+
+Los catorce sonetos rebajan las obras de esta deidad á mera función
+fisiológica, y el brío de las descripciones no las eleva, sino que les
+presta ciertos visos de patología, que, á más de hacerlas bajas, las
+hace insanas.
+
+Es cierto que lo contrario debe de ser peligroso y seductor; pero
+consuela y no deprime. Trae Byron, en el _Don Juan_, una jocosa diatriba
+contra Platón, echándole la culpa de las pecaminosas relaciones de su
+héroe con doña Julia. Yo mismo, aunque disto mucho de ir tan lejos como
+Byron en la malicia anti-platónica, me pasmo y veo con más incredulidad
+que fe los anchos límites que pone, verbi gracia, el conde Baltasar
+Castiglione al platonismo puro.
+
+El beso en la boca, según él, es todo espiritual: es ayuntamiento de
+almas, en prueba de lo cual se alegan muy sutiles razones que no me
+convencen. Ni vale para ello la grave autoridad del mismo Platón, de
+quien nos cuenta el Conde que, divinamente enamorado y besando á su
+amiga, sintió una vez que el alma se le vino á los dientes para salirse
+del cuerpo.
+
+Á tales accidentes confieso que debemos dar explicación menos
+metafísica; mas no por eso debemos quitar del amor todo lo metafísico,
+trascendente y divino. El amor nuestro se iguala entonces al de los
+animales. Los refinamientos, las elegancias, los materiales primores de
+que le rodeamos, le quitan naturalidad y no le añaden belleza. Y la
+exageración y violencia del sentir, en vez de magnificarle y
+corroborarle, le ponen enfermo y le dan un aspecto diabólico, delirante
+y lúgubre. Se diría que las pasiones y operaciones de nuestro ser se
+resisten á ser atribuídas y sujetas á leyes físicas sólo, y así, al
+apartar del efecto toda causa ó influjo divino, se le atribuímos
+infernal ó endemoniado.
+
+No llega usted á este punto del satanismo, y más vale así. Se queda
+usted en menos de la mitad del camino, y por usted lo celebro.
+
+En cuanto á los catorce sonetos, serían estéticamente mejores si fuesen
+satánicos.
+
+Yo comprendo á Baudelaire, y en cierto modo le admiro, aunque me
+disgusta. En su inspiración depravada, sombría y terrible, hay algo de
+verdad, aunque exagerada por la farsa tenaz que él mismo se impuso para
+ser más original, para asustar al linaje humano y para contristar y
+meter en un puño el corazón de cada burgués honrado y sencillote, en
+cuyas manos cayesen sus _Flores del mal_. Pero usted no pretende hacer
+el bu, ni pasar por originalísimo, siendo raro y extravagante. De ello
+me alegro, aunque los catorce sonetos, por falta de una intención, si
+perversa, decidida, se queden en el limbo, y no suban al cielo, ni bajen
+al infierno.
+
+Dice Fóscolo que el Petrarca cubrió con un velo candidísimo al Amor, que
+andaba desnudo por Grecia y en Roma, y así le volvió al regazo de Venus
+Urania. Desde entonces, acaso desde antes, no se puede hablar seriamente
+del Amor, trayéndole á la tierra, prohibiéndole recordar su cielo, y
+arrancándole la vestidura. Cuando esto se hace, resulta el sacrilegio,
+que no se motiva ni funda bien, á no seguir el poeta las huellas de
+Baudelaire, y entregarse al diablo.
+
+Y ahora ocurre otra duda. ¿Cómo es que hay versos eróticos, harto libres
+y desenvueltos, que el moralista, aunque no sea muy rígido, sin
+apelación condena, que toda señora ó señorita bien criada no puede oir
+sin enojarse y ruborizarse, y que, sin embargo, nos gustan mucho á los
+profanos? Sírvanme de ejemplo no pocas canciones de Béranger. Yo presumo
+que esto consiste en el tono. El refrán lo dice: _C'est le ton qui fait
+la chanson_. La alegría, la ligereza, el aire improvisado é irreflexivo
+lo disculpa todo. Se diría que estos poetas, alegres y desenfadados,
+dejan tranquilo en su cielo al Amor primordial y unigénito, y, si toman
+de él varias prendas, es para adornar á los Amorcillos terrestres, hijos
+de las ninfas, con los cuales no disuenan las libertades y la carencia
+de misterios.
+
+De esta suerte, y no con tono heróico y pomposo, la Estética no repugna,
+aunque la Moral frunza las cejas, que el poeta, velando un poco, no
+parándose en pormenores, y dejando entender mucho por medio de rodeos y
+dobles sentidos, nos cuente ó nos cante algunas travesuras. Harto sé que
+la eutropelia del P. Boneta no permite tanto; pero yo confieso que lo
+permite la mía. Entiéndase, con todo, que para que estéticamente
+gustemos de versos así los mismos profanos, es menester que un dejo del
+verdadero amor, de ternura y de otros bellos sentimientos, difunda en el
+cuadro que el poeta nos trace algunos resplandores de la luz del cielo.
+Catulo amaba á Lesbia con el alma, _plus quam se atque suos amavit
+omnes_, y lo recuerda y lo confiesa hasta cuando ya Lesbia le es infiel;
+y lo mismo acontece á Béranger con Liseta, hasta cuando le dice, al
+verla con tantas galas, que ya no es Liseta y que no debe llevar aquel
+nombre. Á pesar de la regocijada liviandad de ambos poetas, no es la
+carne sólo lo que los enamora.
+
+Infiero yo de cuanto va dicho la necesidad, moral y estética, de que en
+toda poesía de amores intervengan cielo y tierra y concurran lo
+espiritual y corpóreo; esto último velado por el pudor, sobre todo
+cuando se quiere que sean grave el tono y elevado el estilo.
+
+Se cita mucho la definición que del orador da Quintiliano. Dice que ha
+de ser _vir bonus dicendi peritus_; pero se ignora ó no se recuerda que
+los griegos exigieron antes para el poeta, como requisito
+indispensable, la misma calidad de ser varón excelente. Acaso
+Quintiliano no hizo más que ampliar la exigencia de los griegos y
+comprender en ella á los oradores. Como quiera que sea, es lo cierto que
+la poesía, aun para los que seguimos la doctrina del arte por el arte,
+no es, en el más lato sentido, independiente de la moral. No se pone á
+su servicio ni la toma como fin, porque su fin está en ella: pero la
+poesía, siguiendo desembarazada y libre por su camino, si es de buena
+ley y de alto vuelo, al llegar á su término, tiene que parar en la moral
+más perfecta y pura que se concibe en la época en que el poeta vive, á
+no ser que éste, lleno de aliento profético, suba más alto y columbre y
+revele más bellos ideales. Esto significa la excelencia moral que los
+griegos requerían en el poeta, aunque careciese de aquella voluntad
+perpetua y constante que constituye la virtud práctica en todos los
+actos de la vida, ó aunque no fuese ni héroe ni santo.
+
+Infiero yo de lo expuesto que el amor entre hombre y mujer, cuando no es
+sólo material, no va contra la moral, sino que ésta le sanciona. La
+poesía ha hecho de él su principal asunto, así en cantos líricos como en
+narraciones, desde las edades más remotas hasta nuestros días.
+
+Es más: la poesía erótica es tan bella, entendida y realizada así, que,
+lejos de condenarla, la religión, por severa y espiritual que sea, ha
+solido valerse de sus frases vehementes y de sus acentos apasionados,
+para expresar los éxtasis y arrobos místicos, y los más sublimes
+misterios, aspiraciones y raptos del alma hacia lo infinito y lo eterno.
+Testimonio de esto da, en la antigua India, aquella égloga bellísima en
+que Yayadeva pinta los amores de la gentil pastora Radha y del Dios
+Crishna, que toma la figura del pastor Govinda para enamorarla: y no
+menos brillante testimonio da entre nosotros _El Cantar de los
+cantares_, donde los terrenales amores de Salomón y de la Sulamita
+vienen á sublimarse y á convertirse en los de Cristo con la Iglesia, y
+en los del alma con su Hacedor.
+
+Tenemos, pues, la poesía erótica, siempre que se guarde en ella el
+debido decoro y no se la prive del elemento espiritual, no sólo
+tolerada, no sólo permitida, sino hasta canonizada. No ya con
+significación mística como San Juan de la Cruz, sino dirigiéndose á
+mujeres, que fueron ó que se supone que fueron de carne, varones
+piadosos, como Fr. Luis de León y Fr. Diego González, han compuesto
+versos amorosos.
+
+Lo mejor es seguir tan buenos ejemplos. Sólo se oponen á que los sigamos
+la última moda de París, el afán de singularizarnos y el temor de ser
+como cualquiera otro, tomando la senda trillada y empleándonos en
+asuntos que se imaginan agotados ya, y sobre los cuales nada puede
+decirse si no repetimos lo que otros dijeron.
+
+Crea usted que este temor es vano. No busque usted la originalidad, y
+ella vendrá á buscarle. Sea usted natural y espontáneo, y pondrá usted
+en cuanto escriba el sello de su persona, y será sana y limpiamente
+original, sin darse á todos los diablos y sin caer en las demencias
+fúnebres que en Francia se usan.
+
+Inagotable fábrica y rico emporio de ideas es París. Necesario y bueno
+es tomar de allí lo que conviene; pero haya tino y juiciosa elección en
+lo que se tome.
+
+Cierta poesía no es ya erótica, sino crapulosa y nauseabunda. Entre las
+causas que concurren á dar ser á esta poesía, además de las ya
+mencionadas, entra una vanidad pueril de que el poeta no se da cuenta á
+veces. Figurémonos al poeta en París. Su prurito será acaso que, en el
+fondo de la provincia de donde ha venido, le tengan por un picaruelo,
+sibarita alambicado, que logra venturas superfinas, ni soñadas en su
+lugar. Además, todo francés hace sin querer _la reclame_. En París se
+confeccionan los mejores guisos y se hacen los más graciosos vestidos y
+sombreros para mujeres; es menester, por consiguiente, que también se
+crea y se divulgue que en París se entiende mejor el amor y se le
+condimenta con aliños más picantes y especierías más ricas y exóticas.
+Con este señuelo, tal vez, no pocos individuos acaudalados de naciones,
+que en Francia se tienen entre el vulgo por semi-bárbaras, vendrán á
+París, ya que no á estudiar en la Sorbona, á aprender pornografía en los
+colegios de la nueva Babilonia.
+
+No acuso yo á ningún autor francés de que lleve tal intención; pero la
+lectura de sus libros produce el mismo efecto que si la llevara. Nos
+fingimos por acá, y por muchas otras tierras, un París encantado, donde,
+si va uno con dinero, se pasea en los jardines de Armida, desembarca en
+la isla de los amores de Camoens, y penetra en el propio paraíso de
+Mahoma.
+
+Si el mal se detuviese en esto, yo me callaría; pero el mal no se
+detiene. Los poetas crapulosos, como Baudelaire y Rollinat, se hartan y
+se hastían de sus goces; sienten aspiraciones infinitas, hundidos ya en
+el fango, y después de haber renegado de Dios; y aquí te quiero
+escopeta. Cada uno de ellos parece un energúmeno. Sus versos son
+pesadillas de un ascetismo bastardo y sin esperanza. Obsesos por el
+demonio del remordimiento y por otros demonios más feos y tiznados,
+rompen en maldiciones y blasfemias inauditas. Ya nos aseguran que no hay
+crimen que no sean capaces de perpetrar, ya se encomiendan devotamente á
+Lucifer, ya aseguran que quieren imitar á Cristo, si bien suponiendo que
+lo que Cristo prescribe y recomienda con el ejemplo es que nos matemos.
+La muerte es la única redención posible. Además, ellos entienden que
+deben matarse en castigo de sus culpas.
+
+ _¡Va, que la mort soit ton refuge!_
+ _à l'exemple du Rédempteur,_
+ _ose à la fois être le juge,_
+ _la victime et l'éxécuteur._
+
+La situación es tremenda, y empezando por versos de amor materialista
+puro, como los catorce sonetos, se viene á caer en ella, más tarde ó
+más temprano, á no desviarse pronto del mal camino.
+
+Las visiones de Baudelaire y de Rollinat espeluznan y descomponen el
+estómago; dan horror y asco: es menester ser valientes y robustos para
+resistirlas sin vomitar ó sin caer desmayado. Los suplicios más feroces
+que ve Dante en su _Infierno_, las abominaciones y espantos de los más
+ascéticos libros cristianos, como _Gritos del infierno_, _Estragos de la
+lujuria_, y otros así, son niñerias y amenidades, si se comparan con lo
+que Baudelaire refiere cuando él mismo se ve ahorcado, podrido y
+hediondo, entre una nube de murciélagos y de grajos que le sacan los
+ojos á mordiscos y picotazos y se le comen por do más pecado habia, y
+con lo que cuenta Rollinat de aquel gato celoso, que yo sospecho que era
+un demonio familiar, el cual araña y destroza á su amiga en sitios tan
+sensibles y ocultos.
+
+Si tamañas desventuras se tomasen por lo serio, sería cosa de deshacerse
+en un mar de lágrimas, de morirse de pena y de terror entre convulsiones
+horribles, y de aborrecer toda vida, y más que ninguna la
+sardanapalesca, á que se entregaron estos vates ilustres, y cuyos
+funestos resultados estamos tocando.
+
+Por dicha, yo me consuelo y tranquilizo con sospechar que, tanto en el
+_sardanapaleo_ como en el lloriqueo, tanto en las culpas como en los
+castigos, hay abundancia de filfa y camelo. Ni se divierte uno tanto
+como dice, ni suele exclamar de corazón _¡qué tétrica es la vida!_
+después de haberse divertido. En ambos extremos hay ponderación
+jactanciosa: _pose y blague_. Lo peor es el pesimismo. Si se adopta para
+hacer efecto y darse charol, no tiene perdón de Dios. ¿Por qué en odas,
+en elegías, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotes
+de filosofía, hemos de angustiar á los mortales y quedarnos tan frescos?
+
+Todos, aunque seamos optimistas, tenemos ratos, y días y semanas de mal
+humor, de tristeza y de abatimiento. Así estaba yo, poco ha, cuando
+escribía á un amigo diplomático extranjero, á quien quiero mucho, una
+melancólica carta. Él me contestó, consolándome con discretísimos
+razonamientos, algunos de los cuales vienen tan á pelo aquí, que voy á
+citarlos en el propio idioma en que están escritos, abusando quizá de la
+confianza y rompiendo el sigilo de la correspondencia.
+
+«¿A quoi vous sert votre optimisme? (me dice). Notre maître le Docteur
+Pangloss restait ferme dans la doctrine après des accidents bien
+autrement facheux et malgré le cadeau dont l'avait gratifié Paquette et
+dont vous connaissez la généalogie. ¿L'optimisme ne servirait-il à rien?
+On serait tenté de le croire en voyant que les pessimistes sont en
+general de fort bons vivants, qui s'arrangent une existence très
+agréable et qui sont très peu pressés de sortir de cette création
+manquée. Leur chagrin est tout en rimes ou en livres de philosophie, qui
+n'ont pas d'influence sur leur conduite journalière. Schopenhauer
+n'avait pas l'air de s'ennuyer, si j'en crois ceux qui l'ont connu.
+Boudha lui même est mort d'indigestion, ce qui peut faire douter de son
+ascétisme et de son mépris des choses créées. ¿Si nous faisions comme
+eux et si nous prenions le monde comm'il est, réunissant ainsi les
+avantages des deux systèmes?»
+
+Estas palabras de mi docto amigo me sugieren una idea luminosa y
+salutífera. Seamos optimistas y pesimistas alternativamente. Las cosas,
+aunque no crea uno en el determinismo feroz que nos arrastra al vicio y
+hasta al crimen, y aunque no vea uno siempre desolación y dolor en torno
+suyo, no están por eso todo lo bien que sería de desear. Confesémoslo,
+pero no nos aflijamos demasiado ni menos aflijamos á los demás hombres
+con nuestros quejidos y aullos. Conviene, pues, para esto, que nuestro
+pesimismo, en vez de ser trágico, sea chistoso y cómico; como el
+pesimismo de Voltaire, que en el _Cándido_ hace que nos desternillemos
+de risa, ó, mejor aún, como el de Cervantes, más gracioso todavía en el
+_Quijote_, y lleno de dulzura y de cristiana resignación, sin chispa de
+hiél ni de impiedad ni de odio.
+
+Y si, en el día de hoy, sin salir de España, quiere usted hallar un
+modelo acabado de este pesimismo para reir, búsquele en los escritos, en
+prosa y verso, de Miguel de los Santos Álvarez, y singularmente en
+algunas octavas del poema _María_. El pesimismo se expresa en ellas con
+tanto chiste y gracejo, que regocija, en vez de desesperar, y hasta se
+le antoja á quien lee ó recita aquellas blasfemias, no ya que él debe
+perdonarlas _propter elegantiam sermonis_, sino que hasta la Soberana
+Potestad, á quien se dirigen, en vez de castigarlas, las celebra y las
+ríe, como ríe y celebra la madre cariñosa y benigna al niño pequeñuelo y
+mimado, si la insulta por que no le da, para que no le hagan daño, las
+chucherías y golosinas que le pide.
+
+En resolución, y para terminar, en las poesías amorosas mezcle usted
+algo del cielo con la tierra, á fin de no hallar _tétrica la vida_
+cuando está en lo más florido de sus años, y en lo demás procure usted
+no caer en el pesimismo, y si cae en él, témplele y endúlcele con la
+risa resignada y con la burla sin acíbar de Cervantes y del antiguo
+amigo de Espronceda. De esta suerte, ya que no los censores graves; los
+que no lo son ni tienen autoridad para serlo, en lo amoroso perdonarán á
+usted las verduras, y en lo pesimista las injurias contra la
+Providencia, cuyos designios y planes, que ignoramos y debemos acatar,
+tal vez brillan justificados después de tales ataques.
+
+Y con esto termino, augurando á usted rica cosecha de laureles si sigue
+mi consejo, y reiterándole que soy su afectísimo amigo.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+COLECCIÓN
+DE
+MANUSCRITOS Y OTRAS ANTIGÜEDADES DE EGIPTO
+PERTENECIENTES AL ARCHIDUQUE RANIERO
+
+
+No pocos escritores han dado ya noticia de esta rica y curiosa
+colección, pero nunca hasta ahora se había expuesto toda ella al
+público.
+
+A fin de que cualquiera logre enterarse algo de los objetos que la
+componen, de su mérito y de su rareza, acaba de publicarse, en esta
+ciudad de Viena, un precioso catálogo ilustrado.
+
+Como los objetos son muchos miles, no es posible que todos estén
+estudiados y descritos en el catálogo. Este, no obstante, es un tomo en
+cuarto mayor, de 292 páginas, letra muy metida, con veinte láminas y
+noventa imágenes y facsímiles intercalados en el texto, y contiene la
+descripción de más de mil cuatrocientos objetos.
+
+Lejos de ser todos de la misma época, es tan varia su antigüedad, que el
+origen de algunos se remonta catorce siglos antes de Cristo, mientras
+que los más modernos son del siglo XIV de la Era cristiana. Todo ello es
+visible y claro documento de la civilización, no interrumpida por
+espacio de 2700 años, en el país que riega y fecunda el Nilo.
+
+Como dicha civilización ha adoptado, en el transcurso de los siglos,
+diversas creencias religiosas, distintos usos, leyes y costumbres y
+diferentes idiomas en que manifestarse, los objetos, aunque hallados
+casi todos en el mismo lugar, varían en extremo. Sólo por la lengua ó
+escritura de los manuscritos pueden éstos clasificarse en hieráticos,
+demóticos, cópticos, griegos, latinos, arábigos y péhlvicos, ó sea en la
+lengua oficial de los persas en tiempo de los Sasanidas.
+
+Los últimos vienen á demostrar con evidencia que á principios del siglo
+VII de nuestra Era, el Egipto fué conquistado por Cosroes II, y que la
+dominación persa en aquel país se extendió hasta la Nubia.
+
+Por la materia en que los documentos de la colección están escritos,
+también hay notable diversidad. Lo que más abunda es el papiro, desde
+los tiempos de Ransés II, el Sesostris de las historias clásicas. Siguen
+los escritos en papiro, después de la conquista de Alejandro Magno, en
+el periodo helénico de los Ptolomeos, durante la dominación romana y en
+la época bizantina.
+
+Cuando los árabes se apoderaron del Egipto, la civilización no se
+eclipsó ni retrocedió, y el cultivo de la planta de que se saca el
+papiro y la fabricación del papiro tomaron mayor incremento,
+proporcionando al Egipto prosperidad y riqueza. Las más importantes
+fábricas estaban en Wasima y en Bura, cerca de Damieta, desde donde se
+enviaba esta mercancía á los más distantes y opuestos mercados: á Roma,
+á Constantinopla, á Bagdad, y á Córdoba.
+
+En la colección del archiduque Raniero hay papiros escritos en lengua
+arábiga, desde la conquista muslímica, en el siglo VII, hasta bien
+entrado el siglo X; los hay del tiempo de los primeros sucesores del
+Profeta, y de las dinastías de los Omiadas, Abasidas y Tulunidas.
+
+En el siglo X, ó tal vez antes, se había ya extendido por el Asia
+occidental y había penetrado hasta el Egipto mismo un poderoso rival del
+papiro que había pronto de vencerle y dar con él por tierra. Era este
+rival el papel de trapo. A lo que parece, el papel se conocía y usaba en
+China desde la edad más remota. Los árabes le importaron en Occidente.
+La época de este gran acontecimiento ha venido á fijarse, poco ha, con
+maravillosa exactitud. Se marca el día, el mes y el año en que fué. Fué
+el 7 de Julio del año 751 de la Era cristiana. Los anales arábigos y los
+chinos están contextes en esto. Kao-Hsien-fa, general de Corea, fué
+vencido por los árabes, que llevaban por auxiliares á los turcomanos,
+cerca de una ciudad llamada Kangli, en la orilla del río Tharâz. Los
+vencedores traspasaron las fronteras mismas del Celeste Imperio
+persiguiendo á los chinos, y les hicieron muchos prisioneros. Entre
+ellos había, por feliz casualidad, algunos que tenían por oficio hacer
+papel. Fueron éstos llevados á Samarkanda, donde pronto empezaron á
+ejercer su industria. Los productos de ella se difundieron, desde
+Samarkanda, por el Occidente de Asia, por Africa y por Europa. Si tardó
+casi dos siglos en vulgarizarse el papel y en vencer al papiro, fué
+porque los primeros fabricantes sólo de algodón sabían hacerle, y les
+faltaba, ó bien abundaba poco, la primera materia. Al cabo vino á
+inventarse el hacer el papel de trapos viejos, y pronto entonces se
+trasplantó esta industria á otros puntos. La segunda fábrica, de que
+hace mención la historia, se estableció en Bagdad el año de 795,
+reinando el califa Harun-al-Raschid. No tardó mucho, probablemente, en
+haber también fábricas de papel en Damasco, y desde allí el papel empezó
+á conocerse en Europa, tomando el nombre de _Charta Damascena_.
+
+En Egipto, los árabes emplearon ya el papel desde el siglo IX, y en la
+colección del archiduque Raniero se ven escritos en esta materia,
+empezando desde dicha época y continuando durante las dinastías de los
+Ichschidas, Fatimidas, Aijubidas y Mamelukos.
+
+Y lo más singular, y acaso una de las cosas que dan más precio á esta
+colección, es que, no sólo hay manuscritos en papel, sino que
+evidentemente hay también papeles, grabados ó impresos, que datan del
+siglo X. Los árabes no se limitaron á traer el papel desde la China, si
+no que, por lo visto, trajeron también el arte de la imprenta antes de
+que Gutenberg le inventase. Ya se entiende que esto excita la curiosidad
+y el asombro, pero en manera alguna disminuye la gloria de Gutenberg,
+como no quita á Colón la gloria de haber descubierto la América el
+descubrimiento muy anterior y harto infecundo de los islandeses.
+
+Como quiera que sea, en la colección del Archiduque hay no pocos papeles
+impresos, completamente como los imprimían los chinos, y que son de
+mediados del siglo X.
+
+El papel manuscrito es en la colección, según es natural, más antiguo
+que el impreso.
+
+El primero, por orden cronológico, entre los estudiados ya, es una
+carta, en cuya dirección escrita en el respaldo se lee la fecha
+correspondiente al año 873 de nuestra Era. Hay después un fragmento de
+contrato del año 909. La colección, además de papiros y papeles,
+contiene escritos en madera, en barro, en telas, en tablas de cera, en
+metal y en varias clases de pergaminos de vaca, de carnero, de becerro y
+de antílope, que eran los más estimados.
+
+El conocimiento del arte de escribir y de todos los recados y sustancias
+con y en que se escribe se puede adquirir visitando esta colección, que
+viene á ser una serie de monumentos de su historia. Y no es el menos
+notable un cesto, de paja y cáñamo entrelazados, donde hay tres paletas
+de madera muy dura, en que se frotaba la pastilla ó barra de tinta
+sólida, humedeciéndola, para que, desleída, sirviese. En cada paleta
+hay huecos en que se envainaban las cañas ó plumas, de las que se
+conservan tres. Cesto, _cálamos_ y paletas, que aún tienen tinta
+endurecida, son de mil doscientos años antes de Cristo, si hemos de dar
+fe á los inteligentes y al testimonio de un papiro con escritura
+hierática, que estaba unido á dichos objetos.
+
+Como se ve, todos ellos forman un tesoro de imponderable valor para el
+anticuario, y están ahora expuestos al público en cinco salones del
+Museo austriaco de artes é industria.
+
+Lo más importante lo descubrió y trajo á Viena el señor Teodoro Graf, de
+quien, en 1884, lo adquirió el Archiduque.
+
+El tesoro procede de diversos puntos, por ejemplo, de Al-Uschmunein, la
+antigua Hermópolis; pero el fondo principal se ha encontrado cerca de
+Medina-al-Fayun, no lejos del lago Moeris, entre las ruinas de la ciudad
+de Schet, llamada por los griegos Crocodilópolis ó Ciudad del Cocodrilo,
+porque allí era adorado el dios Sobk, cuya cabeza era como la de dicho
+animal. Schet se llamó más tarde Arsinoe, en honor de la segunda reina
+de este nombre, hija de Ptolomeo I.
+
+El libro, de que vamos extractando todas estas noticias, se titula _Guía
+de la Exposición_; está impreso en la imprenta Imperial y Real de la
+Corte y del Estado, y ha sido compuesto por tres principales autores. En
+lo egipcio ha trabajado el Sr. J. Krall; en lo greco-latino el Sr. K.
+Wessely, y en lo arábigo el Sr. J. Karabacek, de quien es también la
+Introducción de la obra.
+
+Como yo no acierto á escribir nunca con el conveniente disimulo ó
+hipocresía, que alguien llama pudor literario, y, sin poderlo remediar,
+impongo al público en mis secretos como si el público estuviese formado
+de amigos íntimos, no he de ocultar aquí los sentimientos y
+pensamientos, acaso abominables y vitandos, que acuden á mi alma ó en
+ella se despiertan, al visitar la referida Exposición ó al hojear el
+libro que la describe. ¿Hubiera perdido algo el linaje humano con que
+todos estos papiros y papeles se hubiesen perdido sin llegar hasta
+nosotros ó con que nunca el Sr. Graf los hubiese descubierto? Sin duda
+que suministran datos importantes y fehacientes, que aclaran no pocos
+puntos históricos, y esto es una gran cosa; pero proporciona tanta
+fatiga el estudiarlos, descifrarlos y traducirlos, que no sé si el
+resultado obtenido compensará nunca la fatiga. Si yo no fuese tan
+aficionado á saber, si mi afán de enterarme de todo no fuese tan vivo,
+me importaría poco que se descubriese, cada día, un cúmulo de
+manuscritos como el que posee y exhibe el Archiduque: pero yo quiero
+saberlo todo, y como el tiempo me falta, y la vista me va faltando
+también, y sé poquísimos idiomas, se apoderan de mi espíritu la
+inquietud, el mal humor, algo como miedo de acometer un trabajo nuevo y
+algo como envidia de aquellos para quien apenas es trabajo sino deleite
+el investigar tales escritos y poner en claro lo que dicen. Entonces me
+explico y casi aplaudo la supuesta ó verdadera conducta del califa Omar,
+del Licenciado Barrientes, del Cardenal Cisneros, del arzobispo
+Zumárraga, y de otros de quienes se cuenta que han quemado manuscritos.
+La gente los denigra y los saca á la vergüenza como insensatos
+fanáticos, pero yo tal vez los miro como heróicos dechados de caridad
+desagradecida. Por fortuna, pronto desecho esta extraviada manera de
+pensar y de sentir; y pues hay manuscritos, aspiro á saber lo que dicen
+y hasta á informar un poco de su contenido á los que sean más ignorantes
+ó menos estudiosos que yo, y algunos habrá.
+
+Hasta ahora sólo he hablado de lo material: del papiro, del papel, del
+pergamino, de la tinta y de las paletas en que se desleía la tinta, allá
+en tiempo de los Faraones anteriores á Moisés. Veamos ahora algo de lo
+que los manuscritos contienen.
+
+Lo primero que se piensa es que son una mina de donde cualquiera autor
+de novelas históricas pudiera tomar el legitimo _color local_, ó mejor
+dicho _temporal_, para los sucesos que relatase. Acaso no quede acto de
+la vida de un municipio y de las relaciones y tratos entre sus
+habitantes del que no se encuentre algún testimonio en la colección del
+Archiduque. Se diría que hay en esta colección cuanto se custodiaba en
+las escribanías de Arsinoe y en el archivo de su Ayuntamiento: contratos
+de matrimonio, partes de defunción, recibos de contribuciones, pagarés,
+escrituras de compra, venta y arrendamiento, etcétera, etc. Todo es
+peregrino por la lengua en que se expresa, y porque nos parece que pasa
+á nuestra vista y que hemos ido retrocediendo veinte ó treinta siglos
+contra la corriente de los sucesos que vuelven á mostrarse como
+presentes; pero, en lo esencial, aunque un poquito más negros y más
+feos, apenas hay casos que no sean idénticos á los de ahora: tributos
+enormes, gente que se resiste á pagar ó no puede, poco dinero, usura,
+miseria en el pueblo bajo, y en los empleos públicos filtraciones é
+irregularidades.
+
+Ejemplo notable de esto ofrece el manuscrito núm. 272, del siglo III de
+Cristo, donde hay actas del Ayuntamiento de Hermópolis Magna. La ciudad
+era espléndida; tenía por patrono á Mercurio Trimegisto, inventor de las
+letras y de las ciencias; y los templos de dicho Dios, de Apolo, de la
+Fortuna, de Serapis y de las Ninfas, eran de gran belleza. Sus colosales
+ruinas pasman aún al viajero.
+
+Aquel municipio era autónomo, y los encargados por elección de
+gobernarle se titulaban el Ilustrísimo Concejo. Los negocios de que
+habia que tratar se los repartían los concejales, y como los negocios
+eran muchos y varios, es también muy variado el contenido de las actas.
+Así, refieren éstas que dos regidores, Dioscórides y Sarapamón, se
+apoderaron de las llaves del pósito, y sustrajeron de allí y vendieron
+muchísimo trigo y cebada, toda la provisión de lentejas, y más de cien
+_artabos_ de vino de arroz. No contentos con esto, hicieron otras
+muchas defraudaciones. De aquí largos y acaloradísimos debates en las
+Casas Consistoriales, para ver cómo había de reponerse la pérdida, pues,
+á lo que se infiere, ni Sarapamón, ni Dioscórides tenían _talentos_, ni
+_minas_, ni dracmas, ni óbolos, ni _calcos_, ni _sólidos_ (que eran las
+monedas que entonces corrían), porque todo lo habían liquidado.
+
+Dejemos nosotros en paz á los señores Sarapamón y Dioscórides, ya que no
+es posible que devuelvan de lo sustraído ni una lenteja, y procedamos
+cronológicamente en este rápido recuento.
+
+Las conjeturas y los ensueños, no sólo deben de estar permitidos, sino
+que suelen ser muy divertidos. Imagine cada cual lo que se le antoje:
+ponga en la hundida Atlántida, en las regiones hiperbóreas, más allá de
+las Montañas Rifeas, y hasta en la Lemuria, si le parece bien, un foco
+primitivo de civilización; lo cierto, lo demostrado es que la
+civilización más antigua es la de Egipto. Hace cerca de seis mil años
+que el Egipto está civilizado. Monumentos hay, en aquella tierra
+portentosa, á los que se atribuyen más de cinco mil años de edad, cuya
+perfección y magnificencia no han sido después superadas. Cualquiera de
+ellos da muestra de que ya se conocía la escritura. La más antigua, la
+monumental y lapidaria, es la hieroglifica, que siguió empleándose hasta
+el reinado del emperador Decio.
+
+De la escritura hieroglífica había nacido la hierática, que se usó para
+escribir en los papiros y que no era más que la simplificación de los
+setecientos signos de que la escritura hieroglífica se componía.
+
+En el mismo cesto, donde estaba el recado de escribir de que hemos
+hablado, se halló el más bello y bien conservado escrito hierático de la
+colección archiducal. Se supone, pues, que es de la misma época, ó sea
+de 1200 años antes de Cristo.
+
+Contiene, en forma de carta dirigida por un señor Pibesa á un señor
+Amenofis, una descripción poética de la ciudad de Pi-Ransés, de la que
+no queda rastro y sobre cuya posición discuten los egiptólogos, aunque
+convienen todos en que era la residencia favorita de Ransés II; tal vez
+algo á modo de un Aranjuez ó un Escorial de entonces. Según la
+descripción, había allí hermosos palacios; toda comodidad, deleite y
+regalo; bien cultivadas huertas, donde se cosechaban granadas, manzanas
+é higos; sembrados fértiles, estanques llenos de peces, mucha miel y
+vino más dulce y más aromático todavía.
+
+Otro escrito hierático de la colección, adornado con viñetas y muy
+extenso, es el _Litro de los muertos_ de Taruma, sacerdotisa de Ptah.
+Una de las viñetas representa el juicio de los muertos, y otra la momia
+de la mencionada sacerdotisa, extendida en el lecho mortuorio, que tiene
+forma de esfinge, sobre todo lo cual se alza volando el alma, bajo la
+apariencia de un pájaro. Este _Libro de los muertos_ es, como otros que
+del mismo género se conservan, una serie de oraciones ó salmos, con que
+se proveía á los difuntos para que luchasen contra los tenebrosos
+poderes del Amente ó Infierno, los venciesen, y pudiesen volver á las
+regiones de la luz.
+
+Los escritos demóticos son pocos en la colección, al menos los
+descifrados hasta ahora. Aunque se llaman _demóticos_, ó sea populares,
+son, á lo que parece, harto difíciles de leer, á causa de las
+abreviaturas y enlaces y de lo cursivo de las letras. En tiempo de los
+Ptolomeos fué el mayor florecimiento de este género de literatura, cuyo
+más brillante fruto es la _Historia de Xamris y Neferchoptah_. En la
+colección del Archiduque hay, en escritura demótica, conjuros para
+evocar á Osiris, á Chu, dios del Oriente, y á Amón, dios del Mediodía.
+
+La magia y la teurgia eran ciencias muy cultivadas en Egipto, y con cuyo
+auxilio se atraía á la luna desde el cielo, se aprendía el lenguaje de
+los pájaros, se transformaban las varas en serpientes y se hacían otra
+multitud de milagros. Las fórmulas, por cuya virtud se hacían, estaban
+custodiadas en los colegios sacerdotales y en los Palacios de los
+Faraones. Los profanos ó no iniciados no podían valerse de estas
+fórmulas, ni poseerlas escritas, sin exponerse á muy severos castigos.
+Hasta el mismo Faraón, si tenía el antojo de hacer algún milagro
+valiéndose de las tales fórmulas, se exponía á que el cielo le castigase
+enviando á su reino las más espantosas plagas. Así, pues, los conjuros
+demóticos que en la colección se ven, deben de ser una divulgación
+sacrilega, plebeya é incompleta, de la alta y noble ciencia de los
+sacerdotes y príncipes.
+
+Posee también la colección extraordinaria cantidad de escritos cópticos
+(pasan de 4.000), en papiros, pergaminos y otras materias. A pesar de la
+influencia cristiana, tan poderosa en esta literatura, que consta
+principalmente de traducciones de textos griegos de la Biblia y de los
+Santos Padres, la afición á la magia persiste aún, y hay no pocos
+conjuros y fórmulas que servían de amuletos. Entre ellos se ven
+combinaciones de palabras, que forman lo que, para diversión y
+adivinanza, ha estado últimamente en moda con el nombre de _cuadrado de
+letras_. Así, por ejemplo:
+
+ s a t o r
+ a r e p o
+ t e n e t
+ o p e r a
+ r o t a s
+
+y este otro, hecho con palabras y letras griegas:
+
+ α λ φ α
+ λ ε ω ν
+ φ ω ν η
+ α ν η ρ
+
+En la lengua cóptica se contaban muchos dialectos y habían entrado
+palabras extrañas, ya del griego, ya del latín, ya del árabe. Se
+empleaba el alfabeto griego, con la adición de algunos signos para
+expresar sonidos que con las letras griegas no podían expresarse.
+
+Paciencia será menester para descifrar los cuatro mil manuscritos
+cópticos de que hemos hablado, y de los cuales sólo una vigésima parte
+explica el Catálogo. Hay cartas particulares y de negocios, cuentas,
+recibos, vidas de santos, la epístola del rey Abgar de Edesa á
+Jesucristo, y la contestación de éste, homilías, plegarias y evocaciones
+de varios linajes de seres sobrenaturales; del demonio Tamsari, del gran
+querubín Asaror, de los espíritus de los patriarcas Adán, Noé y
+Matusalén, y del ángel Chrufos.
+
+Posible es que de tamaño caos, después de estudiar mucho y devanarse los
+sesos, saquen los sabios alguna luz para la historia de las
+supersticiones, ritos, doctrinas, cultura y modos de vivir, en los
+tiempos más obscuros, sobre todo para la Europa latina, ó sea desde el
+siglo V al X.
+
+En la sala segunda están expuestos los manuscritos griegos, que son los
+más lujosos, elegantes y de mejor gusto artístico. Los hay con dibujos y
+letras de varios colores, y de plata y de oro. Todos son enrollados y no
+en la forma moderna del libro. También estos manuscritos son los más
+interesantes para la historia, porque, ya son ejemplo único ó casi único
+de algo, ó ya dilucidan puntos obscuros, que á la mayoría de la gente no
+les importan nada, pero que llenan de entusiasmo á los historiadores y
+arqueólogos y hacen que prorrumpan en el _eureka_ de Arquímedes.
+Brillante ejemplo del primer caso presta el pedazo de papiro señalado
+con el número 531, donde se lee un coro del _Orestes_ de Eurípides, con
+la música con que se cantaba, y también con la música instrumental del
+acompañamiento. Este papiro es casi contemporáneo del nacimiento de
+Jesucristo: debe de tener mil novecientos años de antigüedad.
+
+Yo no sé en qué consiste, ni me parece que el Sr. Wessely lo explica,
+pero lo cierto es, que, fuera de este coro con música y quizá de algún
+otro papiro, conteniendo amuletos, conjuros ó fragmentos literarios y
+sin fecha cierta, no hay entre todos los papiros griegos descritos uno
+solo anterior á la Era cristiana. Los más antiguos son de fines del
+primer siglo de dicha Era, esto es, cuando ya la dominación helénica y
+su cultura y sus letras prevalecían en Egipto hacía cuatrocientos años.
+
+Desde el de 83 hasta el de 735 ó dígase mucho después de la conquista de
+Egipto por los árabes, que tuvo lugar en 642, hay papiros griegos en la
+colección del Archiduque. La cultura helénica persistió después de dicha
+conquista. En todo, duró en Egipto más de mil años.
+
+Las noticias de la vida pública y privada que contienen estos papiros,
+son en extremo curiosas y pueden producir al que las recoja una
+abundante cosecha de datos para la historia y para las ciencias
+auxiliares de ella, como la cronología, la lingüística, la arqueología y
+la economía social. Así, v. gr.: un papiro de la colección es el único
+documento escrito del reinado de noventa días de los emperadores Pupieno
+y Balbino. En otro papiro se declaran los títulos de la reina de
+Palmira, Zenobia, y de su hijo, que reinó á par de ella, y que se
+llamaba y titulaba Aurelio Septimio Vabalato Atenodoro, _vir
+clarissimus, Rex, Imperator, dux Romanorum_. Otros papiros dan muestra
+de la decadencia literaria, de la corrupción que se fué introduciendo en
+el idioma, del mayor número de extravagancias, supersticiones y
+tristezas que conturbaron los espíritus, de la poderosa reorganización
+del imperio por Diocleciano y Constantino, del triunfo de la religión
+cristiana, y de la vergüenza de la universal bancarrota del Estado y del
+rebajamiento en la ley de la moneda.
+
+Todo esto lo ve sin duda pasar ante sus ojos, como si estuviera viviendo
+entonces, el que sabe leer los papiros y los lee. A veces conoce, no ya
+la vida de una sola persona, sino la historia de toda la familia y de
+sus bienes de fortuna durante algunas generaciones. En un contrato de
+compra y venta en el año de 268, vemos á la rica y joven viuda Priscila
+comprando una bonita esclava en la flor de su edad, y pagando por ella
+cinco mil dracmas. Como ya la muchacha había pertenecido á un oficial de
+caballería, llamado Aurelio Coluto, no es muy de creer que su inocencia
+inmaculada entrase por mucho en tan subido precio. La señora Priscila
+debía de ser caprichosa y vivir con lujo y aparato. Su hermosa casa
+estaba en la _Calle del Castillo del Occidente_, en la ciudad de
+Hermópolis. Pero no hay bien ni mal que dure cien años. La señora
+Priscila tenía un hijo llamado Aurelio Nicon Aniceto, que fué del
+Ayuntamiento, y que no sabemos cómo administraría la fortuna comunal,
+pero sí que administró tan mal la propia, que tuvo que empeñarse y hasta
+que hipotecar la casa de la _Calle del Castillo del Occidente_. Tomó
+prestados sobre esta hipoteca: primero, cuatro mil doscientos dracmas;
+al año siguiente, mil quinientos más; otro año después, mil doscientos,
+y todavía otros mil quinientos dracmas, un año más tarde. El resultado
+natural fué que tuvo que vender la casa, poco tiempo después, á la
+señora Aurelia Serapias, hija de Trimoros, de quien yo sospecho que era
+un usurero terrible. La señora Aurelia Serapias había de parecerse mucho
+á su padre, y sólo dió por la casa tres mil dracmas sobre lo que ya
+había prestado. Es casi seguro que la casa estaría apreciada, en número
+redondo, en dos talentos, ó sea doce mil dracmas; de suerte que, al dar
+los tres mil y cobrarse lo prestado, la señora Aurelia Serapias todavía
+tuvo un beneficio de seiscientos dracmas lo menos.
+
+Raros son los papiros que no contienen noticias lastimosas; pero, al
+fin, algunas hay alegres también. Pondré por caso la certificación,
+expedida por un juez de los juegos olímpicos, de que Horión ha alcanzado
+la victoria y ha sido coronado á son de trompetas. La certificación es
+del tiempo del emperador Galieno y se dirige al Ayuntamiento de
+Hermópolis para que honre, como debe, al referido Horión, natural de
+dicha ciudad. A los vencedores en los juegos se les concedían no pocos
+privilegios y distinciones, exención de ciertos tributos y hasta
+pensiones, á veces.
+
+La serie de documentos es larga, y sería prolijo, para un artículo,
+detenerse más en dar cuenta de ellos. Los que más abundan son los
+contratos entre particulares y los escritos relativos al cobro de las
+contribuciones, las cuales eran en dinero, en toda clase de cereales,
+viandas y frutos, y hasta en equipo para los militares. La corrupción de
+los que recaudaban, las vejaciones que imponían, el susto que les
+entraba cuando había visita de inspección, y la creciente pobreza y
+opresión del pueblo, todo se refleja en los papiros como en un espejo.
+La sociedad hubo de hacerse tan insufrible para la mayoría de los
+hombres, que se comprende la manía que se apoderó de muchos de huir de
+las ciudades y de retirarse á los yermos á hacer vida de anacoretas.
+
+El pueblo egipcio debía de estar cada día más humillado por sus
+sucesivos dominadores, de todos los cuales iban quedando descendientes
+con privilegios como hombres de raza superior, formando colonias
+militares y constituyendo, á modo de un ejército de reserva, para
+sostener el gobierno central, primero de los Ptolomeos, y después de los
+Césares. En los papiros se ven á cada instante las huellas de estas
+clases privilegiadas. Ellas acaso ayudarían á las legiones romanas para
+defender el Egipto, aunque en vano, primero contra los persas, y contra
+los árabes después.
+
+La dominación persa no hubo de durar más de dos ó tres años. Sin
+embargo, la colección del Archiduque Raniero encierra centenares de
+documentos que atestiguan esta dominación, la cual terminó sin duda en
+tiempo del emperador Heraclio.
+
+De los manuscritos péhlvis no da la guía de la Exposición traducción ni
+cuenta, disculpándose los autores con la dificultad que ofrece la
+inteligencia de este idioma, del cual, según se hablaba en tiempo de los
+Sasanidas, afirman que sólo quedan algunas monedas é inscripciones en
+piedra que puedan haber servido para prepararse á interpretar los recién
+descubiertos manuscritos, que hoy posee el Archiduque, y son, á lo que
+parece, los únicos en su género.
+
+Entiéndase que yo hablo como profano y que no acierto á decidir si el
+péhlvi en que están escritos los papiros de la colección archiducal es
+otra lengua distinta de aquella en que está escrita parte del
+Zendavesta, ó si hay algún libro sagrado escrito en un péhlvi menos
+antiguo, ya del tiempo de los Aquemenides, ya del tiempo de los
+Arsacidas, ya del de los Sasanidas mismos. En este último caso, dicho
+libro podría servir, como escrito en idéntico idioma, para traducir los
+manuscritos persas del Archiduque.
+
+La parte de los manuscritos latinos es muy pequeña en el Catálogo. El
+latín era en todo el Imperio romano el idioma de las leyes y de la
+milicia; pero, en Egipto, para la administración, el comercio y los
+contratos, se empleaba el griego. Así es que hay pocos manuscritos
+latinos y casi todos de asuntos militares.
+
+Es de lamentar que entre tanto manuscrito del largo, del milenario
+período greco-latino, apenas se haya descubierto nada que tenga valor
+estético, salvo el pedazo del coro de _Orestes_, con su música. Lo más
+notable, después de dicho coro, es un fragmento del prólogo de un drama
+de Epicarmo, titulado _Ulises explorador_, donde el astuto héroe se
+disfraza de mendigo y penetra en Troya para averiguar lo que allí pasa.
+Hay asimismo dos hojas de pergamino de un discurso de Esquines
+impugnando á Demóstenes. El discurso fué pronunciado 330 años antes de
+Cristo; y el pergamino de que hablamos es del siglo V de nuestra Era.
+Hay, por último, dos antífonas del siglo IV, y pedazos de las Escrituras
+Sagradas y de varios Evangelios no canónicos.
+
+La conquista de Egipto por los árabes, en 642, fué para el pueblo
+conquistado una felicidad, aunque efímera. Los árabes fueron recibidos
+por los coptos como simpáticos vengadores y libertadores. No eran como
+los bárbaros que habían acabado con la dominación romana en Europa, sino
+un pueblo de cierta cultura sencilla, primitiva y patriarcal, cultura
+que contaba siglos de duración y que en no pocos de sus rasgos tenía
+bondad y aun delicado refinamiento. Como los árabes venían además, en
+corto número, ni querían, ni podían, ni necesitaban oprimir demasiado,
+luego que pasaba el primer choque de la invasión y de la guerra. Amrú,
+en otro tiempo mercader de cueros y de especias, y luego general del
+califa Omar, invadió el Egipto y se apoderó de aquella región fértil y
+dilatada, con un pequeño ejército de tres mil á cuatro mil hombres bien
+disciplinados. Por una corta capitación anual podía cada habitante vivir
+tranquilo en su casa, con su familia, su religión y sus leyes. Amrú,
+lejos de quemar la Biblioteca de Alejandría, protegió las artes, la
+industria y el comercio, é hizo que el Egipto volviese á florecer.
+
+Los papiros que describe el Catálogo dan repetidos testimonios de esta
+benéfica suavidad de la conquista musulmana. Los aficionados á ensalzar
+el islamismo hallarán aquí nuevas pruebas de que, si bien los árabes no
+fueron un pueblo inventor, fueron conservadores de las ciencias,
+aficionados á ellas, y vehículo é intermedio de las invenciones, ideas y
+civilización de otros pueblos.
+
+Durante algunos siglos, tal vez se pudo imaginar que la luz del saber
+iba á extinguirse entre los pueblos cristianos y á resplandecer entre
+los muslimes, y que éstos llevaban la delantera en el camino del
+progreso: pero, en el seno tenebroso de la barbarie europea, en medio de
+las ruinas del Imperio de Occidente, de donde surgieron nuevos Estados,
+compuestos de una inerme y abyecta grey, oprimida por una casta
+superior, ignorante y belicosa, había gérmenes tan fecundos, que de
+ellos brotó esta civilización más alta, que dura aún, que ha llegado á
+maravilloso desenvolvimiento, y que es de esperar que ya nunca muera, á
+pesar de las extrañas enfermedades que suelen atacarla cuando más se
+ufana y se engríe con sus triunfos y su gloria. Las naciones muslímicas,
+entre tanto, han descendido muy por bajo del nivel que en su origen
+tenían y se han sumido en la barbarie. Como no nos incumbe aquí explicar
+las causas de todo esto, nos limitamos á decir que en los manuscritos
+del Archiduque hay abundancia de datos que pueden valer para explicarlo,
+y que, por consiguiente, dichos manuscritos no importan sólo á la
+historia de Egipto, sino á la historia de la civilización del linaje
+humano.
+
+Acaso se pruebe por ellos que no duró mucho la mejor condición del
+pueblo bajo el dominio musulmán. La población decrece en los sucesivos
+censos, aunque puede atribuirse á que no pocos coptós se hacen sectarios
+del Islam; la opresión y los malos tratos van aumentando contra los que
+no reniegan; y los tributos cunden y se agrandan poco á poco, hasta el
+punto de echar de menos los peores días del imperio bizantino.
+
+De todos modos, la cuestión es complicada y no debe decidirse de plano.
+La rica colección de documentos, que posee el Archiduque, es un arsenal
+que suministra armas para defender cualquiera tesis. Lo que desde luego
+puede afirmarse es que, en aquellos siglos, ninguna horda, tribu ó
+nación hacía ni hubiera hecho conquista tan benigna como las de los
+árabes. Los dieciocho preciosos documentos, de que el Catálogo da
+cuenta, contemporáneos de la conquista, y sólo posteriores los más en
+doce ó catorce años á la muerte de Mahoma, manifiestan la bondad y la
+moderación de los conquistadores. En cambio, otros documentos de época
+posterior se pueden aducir, como prueba de la dureza de la dominación
+muslímica, al menos contra los cristianos. A veces los sellaban en la
+mano con un hierro candente, y á los que no llevaban este sello los
+solían castigar con azotes, y hasta con la muerte. Bien es verdad que
+los coptos se rebelaron en varias ocasiones, y ya la rebelión sofocada,
+fueron reducidos muchos á la condición de esclavos, pudiendo acaso
+decirse en defensa de los muslimes que en los pueblos de la Cristiandad
+hubo hasta muy tarde la cruel costumbre de sellar á los esclavos de la
+misma suerte, no en la mano, sino en la cara.
+
+Al lado de esta y otras huellas de ferocidad, hay también documentos, de
+los que da cuenta el catálogo, en que conviene celebrar ciertas
+elegancias, primores y hasta ternuras que parecen propias de las más
+cultas edades. Citaré, por ejemplo, el fragmento de una carta de amor,
+escrita en el siglo IX, donde el amador ausente se considera tan herido
+en el corazón y en el alma, que va á morir de mal de ausencia. Es además
+muy interesante la postdata de esta carta sentimental, ya que por ella
+se ve que fue confiada á una paloma mensajera. En el siglo IX estaba,
+pues, establecido este modo de correo, y es probable que, no sólo el
+gobierno, sino los particulares, hubieran podido valerse de él. De
+trecho en trecho había estaciones ó palomares, á cada uno de los cuales
+llegaba con cada carta una paloma que á él pertenecía: los empleados
+allí confiaban la misma carta á otra paloma, que la llevaba hasta la
+próxima estación, y así sucesivamente llegaba la carta á su destino. De
+esta manera, sin duda, el califa recibía nuevas de cuanto iba ocurriendo
+en sus extensos dominios. Tal vez estas nuevas se ponían en conocimiento
+del público. Como prueba de que los particulares se valían del mismo
+medio de comunicación, puede aducirse, en los tiempos más antiguos, un
+papiro ó pergamino finísimo destinado al efecto, y más tarde, unas
+hojitas de papel, que se llamaba _de pájaro_, y que venía á tener seis
+centímetros de ancho y nueve de largo.
+
+En suma, la colección de manuscritos del Archiduque, en su parte
+arábiga, da á conocer ya mucho la vida, usos y costumbres de los
+muslimes en los siglos medios; aclara bastantes puntos oscuros, corrige
+no pocos errores históricos, y ofrece aún vasto y apenas explorado
+campo, primero al estudio de los arabistas, y después á las
+consideraciones, comentarios y consecuencias que pueden y deben sacar
+los historiadores y los filósofos.
+
+Yo me he limitado á dar de todo la más superficial noticia. Para
+terminar, recomiendo ahora á mis lectores, si alguno tengo que sea
+curioso y entendido en estos asuntos, que, ya que no pueda ver la
+Exposición, compre el catálogo y le lea. Con esto sabrá algo, pero no lo
+sabrá todo. El catálogo es una fuente ó, si se quiere, un río de
+conocimiento; pero los objetos no catalogados ni descritos aún son la
+mar. Me aseguran que pasan de cien mil. Todos los días anuncian los
+periódicos de aquí interpretaciones ó explicaciones de nuevos
+manuscritos. Anteayer mismo trajeron que se habían descifrado un himno
+demótico al Dios Soknopaios, compuesto por su propio sacerdote y escrito
+en un rollo de papiro de más de un metro de largo, y dos ó tres
+capítulos de la obra de Xenofonte, titulada _Helénica_, donde trata de
+los últimos casos de la guerra del Peloponeso.
+
+Sólo Dios sabe lo que se descubrirá todavía; y como será cuento de nunca
+acabar, no debe ser censurado que en cierto modo acabe yo este articulo
+sin que, en realidad, acabe ni haya motivo para que acabe.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+DE LOS AUTORES PORTUGUESES
+
+QUE ESCRIBIERON EN CASTELLANO[1]
+
+
+Durante no breve tiempo, la atención del público inteligente, y, sobre
+todo, de las pocas personas que leen en España, se fijó con tal ahinco y
+con tan candorosa admiración en el movimiento intelectual de Francia, y
+quizá de algún otro país de los que en el día se consideran al frente de
+la civilización de Europa, que descuidamos mucho el conocimiento de
+nuestros autores, y aun llegamos á mirarlos con desdén, más ó menos
+encubierto.
+
+[1] _Catálogo razonado, biográfico y bibliográfico, de los
+autores portugueses que escribieron tn castellano_, por D. Domingo
+García Pérez, Doctor en Medicina y Cirujía, antiguo Diputado de la
+nación portuguesa por la ciudad de Setubal.--Madrid, 1890.
+
+De aquí sin duda el escaso cultivo que hemos dado á nuestra historia
+literaria, de la cual no tenemos aún tratado de conveniente extensión y
+escrito por un español en nuestro propio idioma; Amador de los Ríos dejó
+en el punto más interesante su grande obra, y lo menos malo completo que
+tenemos hasta hoy, prescindiendo de la frialdad y pobre sentir de las
+bellezas, es el libro del anglo-americano Jorge Tiknor.
+
+Recientemente, acaso desde ñnes del primer tercio de este siglo, el amor
+propio nacional nos ha estimulado, y la afición á las letras patrias se
+ha despertado en España, al menos en el pequeño circulo de los que
+gustan de libros y no se emplean enteramente en las interminables
+discusiones políticas.
+
+Nuestros antiguos libros, ó circulaban en ediciones detestables, que
+arredraban á los tibios y no consentían que los leyesen, ó se habían
+hecho raros, cayendo los ejemplares que aún quedaban en poder de
+bibliófilos, que hacían de ellos misterioso tesoro, estimando á menudo
+con perversa crítica, cada libro, más por su rareza que por su valor
+literario.
+
+En esta situación, empezó á publicarse en 1847 ó 1848 la _Biblioteca de
+autores españoles_, de Rivadeneyra, la cual hizo un gran servicio,
+divulgando el saber de nuestra literatura y procurando que este saber
+pudiese ser algo más que somero, sin convertirse en ciencia oculta, de
+la que sólo entienden los iniciados.
+
+Desde entonces, así los que compusieron los prólogos, introducciones y
+notas á los varios autores que publicó Rivadeneyra, como otros eruditos
+que tal vez han venido después, y entre los que descuellan Menéndez y
+Pelayo, Adolfo de Castro, Laverde y Canalejas, han ido juzgando y
+estimando en lo que se debe nuestra amena literatura, poesía lírica y
+épica, novelas y teatro, y hasta nuestros historiadores, filósofos y
+demás hombres de ciencia.
+
+Aún queda bastante que hacer en este punto de la crítica, y es harto
+difícil ponerse en el medio razonable para no desdeñar demasiado ni
+encomiar tampoco sin medida lo que no lo merece. El segundo escollo es
+el más peligroso de los dos. Quien en él se coloca, en vez de ganarse
+las voluntades y de fomentar la afición á los antiguos libros españoles,
+infunde al vulgo, á la gente de mundo semi-ilustrada, miedo y hasta
+repugnancia, no falta de fundamento, porque si alguien lee un libro que
+el crítico le ponderó como un primor, lleno de ingenio y de gracia, oro
+de Tíbar de poesía, etc., y se aburre leyéndole y le halla tonto é
+inaguantable, creerá que con todos los demás libros que le pondere el
+crítico le sucederá lo mismo, y no leerá ninguno, y tendrá vehementes
+sospechas de que no es muy divertida la antigua literatura española.
+
+Harto sabemos todos que la moda, las ideas del tiempo en que se vive, el
+chiste de fecha reciente, es lo que el vulgo literario penetra bien y
+aquello en que se complace. De lo pasado suele penetrar poco, y no se
+divierte ni se interesa por ello; pero, en otros países, no son los
+hombres tan rebeldes á toda férula como en España; no tienen tanto el
+valor de sus opiniones, y reconocen las autoridades y las acatan y se
+someten. Aquí no. Un inglés irá á oir un drama de Shakespeare, y
+bostezará y se fastidiará de muerte, pero no se atreverá á decir que el
+drama es malo; antes bien, le declarará maravilloso y estupendo:
+mientras que todo español, y más aún toda española, si va al teatro y se
+fastidia ó se duerme con Tirso ó con Lope, dirá desenfadadamente que
+Lope y Tirso nada valen. La otra noche, por ejemplo, representaron aquí,
+en uno de nuestros mejores teatros, una comedia de Molière, traducida
+por Moratín, y el público, que era de lo más selecto de esta coronada
+villa, echó á rodar sin el menor escrúpulo la gloria del gran dramaturgo
+francés y de nuestro egregio poeta clásico, y salió casi unánime
+sentenciando que era estúpida la tal comedia.
+
+El critico y el historiador de nuestra literatura deben tener presente
+todo esto para no excitar con sus alabanzas á la lectura de libros que
+no merezcan ser leídos, pero tampoco deben escatimar el encomio á todo
+libro ó trabajo que sea digno de él, aunque la generalidad del público
+no sepa apreciarle.
+
+La lectura de libros antiguos, aun de puro pasatiempo, requiere cierto
+aparato de erudición y bastante fantasía, discreta é ilustrada, para
+trasladarse en espíritu á la edad en que cada autor escribió, y
+comprenderle y sentir con él como su contemporáneo, juzgándole después
+sin pasión y volviendo, al hacer el oficio de juez, á vivir en la edad
+en que ahora vivimos.
+
+Sólo así se podrá componer al cabo una historia completa de nuestra
+literatura ó de nuestra cultura en general, donde se tase su valor, ya
+absoluto, ya con relación á la cultura de Alemania, Italia, Francia é
+Inglaterra, que son los cuatro pueblos que con los de esta Península han
+estado alternativa ó simultáneamente á la cabeza de la civilización del
+mundo, desde que empezó la historia moderna hasta hoy.
+
+En España podemos jactarnos de la cantidad de lo que se ha escrito.
+Somos ricos en obras. No hay una sola lengua literaria, sino tres: la
+castellana, la portuguesa y la catalana. Y en cada una de estas tres
+lenguas, sobre todo en las dos primeras, ha habido un enjambre de
+fecundísimos autores. Pero como muchos catalanes y muchísimos
+portugueses han escrito en castellano, la literatura castellana, aunque
+sólo fuese por esto, sería la más rica de las tres.
+
+Aún nos queda mucho por hacer á fin de lograr una cosa con la que yo
+sueño: una literatura selecta española: una bibliotequita, por ejemplo,
+de cuarenta ó cincuenta volúmenes, chiquitos, elegantes y primorosos,
+donde se reuniese lo mejor de nuestra inmensa riqueza intelectual;
+bibliotequita que leyesen las damas sin fatiga y hasta con gusto, y que
+ellas pudiesen tener en sus habitaciones, al lado ó en lugar de los
+autores franceses que leen ahora cuando algo leen.
+
+Esta selección atinada no se ha hecho bien aún. Hay motivos, que sería
+prolijo exponer aquí y que la dificultan. De ello proviene que las
+letras en España son menos populares y divulgadas que en otros países; y
+que pasado el momento de la moda, si llega durante su vida á estar de
+moda un autor, todo cuanto se ha escrito se hunde en el más profundo
+olvido para el público, y sólo permanece para los eruditos, casi como si
+fuera una reconditez. De ello proviene también algo de muy lamentable ó
+de muy risible, según el humor con que se considere: un divorcio casi
+completo entre lo literario y lo ameno ó interesante, sobre todo en el
+teatro, que es por donde el vulgo, que apenas lee, penetra en el
+santuario de las letras. A menudo se oye decir á la salida de los
+teatros--la comedia no tiene sentido común, pero me ha interesado ó me
+ha divertido:--ó bien,--mucho me ha fastidiado el drama, pero confieso
+que tiene mérito literario y _¡qué buen verso!_--Lo cual da malísima
+idea de autores y de público, porque razonablemente no se concibe que lo
+absurdo divierta ó interese, ni menos aún que tenga _buen verso_ ni
+mérito literario lo fastidioso.
+
+De todo lo dicho se infiere que debemos propender á que salgan en España
+las letras amenas del apartamiento en que viven, con respecto á la
+generalidad del público, y lo que es más de sentir, con respecto á lo
+que ahora llaman _high life_, en cuyos centros rara vez se ve un libro
+en castellano.
+
+Alguna culpa tienen de esto los bibliófilos. No pocos de los libros que
+publican en ediciones elegantes, que jamás ó rara vez tuvieron en
+España los autores que todo el mundo debiera leer sin aburrirse, son
+libros que valen por su rareza, y no valen nada en cuanto dejan de ser
+raros; libros que suele no ver sino por el forro el curioso ó vanidoso
+que los compra, pudiendo afirmarse que de los trescientos ó
+cuatrocientos ejemplares de que consta la tirada, las dos terceras
+partes quedan con las hojas unidas sin que llegue á separarlas la
+plegadera.
+
+Mi espíritu muy inclinado á las contradicciones, si bien más aparentes
+que reales, me ha llevado á decir cuanto va dicho, sobrado extensamente
+si se mira al objeto que hoy me mueve á escribir, y me lleva en seguida
+á añadir algo que parece diametralmente opuesto. Y lo parece aunque no
+lo es, porque, á fin de llegar á la clasificación y selección deseada, á
+que tengamos bien determinadas nuestras obras maestras, y á que salgan,
+digámoslo así, de entre el ingente cúmulo de cuanto se ha escrito, para
+que el vulgo las admire, importa que ese ingente cúmulo se forme todo y
+venga á ser conocido, al menos por los que especialmente se dedican al
+estudio.
+
+En este sentido, sin salvedad ninguna y con toda el alma, es menester
+declarar que son altamente beneméritos de la patria y de la cultura
+castiza, Gallardo, Estébanez Calderón, Gayangos, Durán, Barrera y
+Leirado, Sancho Rayón, Zarco del Valle, Valmar, Cañete, los dos
+Fernández-Guerra y algunos otros.
+
+El autor del libro de que voy aquí á dar cuenta, ha venido á colocarse
+á no poca altura, en compañía de tan ilustres críticos y eruditos.
+
+Aunque D. Domingo García Pérez es portugués de nación, pasó su primera
+mocedad en Granada, y estudió en el colegio del Sacro-Monte, donde fué
+compañero de los Fernández-Guerra, y donde, sin duda, tuvo por maestros
+á D. Juan de Cueto y á D. Baltasar Lirola, quienes hubieron de
+inspirarle su buen gusto en literatura y su amor á la de Castilla y al
+idioma de Castilla. Dan prueba de ello el estilo fácil y castellano
+castizo con que su libro está escrito; la gran copia de noticias
+curiosas é interesantes que el libro contiene sobre la vida y las obras,
+de quinientos ó seiscientos autores, y la multitud de composiciones, muy
+raras ó inéditas, que en sus páginas encierra.
+
+Sin duda el Sr. García Pérez debe bastante, como él mismo confiesa, á
+trabajos anteriores de los críticos eruditos castellanos que mencionamos
+ya, y también á los trabajos de algunos egregios portugueses, como
+Barbosa, Inocencio de Silva y Costa Silva; pero es de admirar lo mucho
+enteramente nuevo con que ha sabido enriquecer su obra.
+
+Ésta sigue el orden alfabético por los apellidos de los autores, que nos
+atreveremos aquí á distinguir y á clasificar.
+
+Unos son celebérrimos en Portugal; son los principes de las letras de
+aquel pueblo. Lo que han escrito en portugués casi siempre vale ó
+importa más que lo que han escrito en castellano. En este número pueden
+ponerse Camoens, Gil Vicente, Bernardín Riveiro, Mousinho de Quevedo, el
+P. Vieira y dos condes y una condesa de Ericeira. Otros son tan ilustres
+y tan dignos de serlo en Portugal como en Castilla; así, por ejemplo, Sa
+de Miranda. Otros, aunque portugueses, alcanzan más gloria y nombradía
+por sus escritos en castellano, y se cuentan entre nuestros clásicos,
+como Jorge de Montemayor, Gregorio Silvestre y D. Francisco de Melo. Y
+otros que, si menos gloriosos, son en España muy conocidos por su
+laboriosidad fecunda, como Faría y Souza.
+
+Es muy grande el número de dramaturgos portugueses que, sobre todo, bajo
+el dominio de los tres Felipes, escribieron en castellano sus comedias.
+El más ilustre fué Matos Fragoso. Síguenle dos Pachecos, Cayetano Souza
+Brandao y otros varios, entre ellos algunas poetisas. De todos trae
+García Pérez noticias biográficas y bibliográficas en abundancia.
+
+Más interesante, y casi siempre más nuevo, suele ser lo que nos enseña
+el Sr. García Pérez sobre otros portugueses que también escribieron en
+castellano, y son célebres por su ciencia, por sus hazañas, por sus
+peregrinaciones ó por el brillante papel que representaron en la
+historia de la Península, y aun de todo el mundo, interviniendo en
+nuestros descubrimientos, colonizaciones, misiones y conquistas. Así el
+infante D. Pedro; García de Santisteban, compañero del Infante y
+narrador de sus viajes por las _siete partidas del mundo_; el gran
+Fernán Méndez Pinto, cuya veracidad se va limpiando de sospecha conforme
+se conocen mejor el Asia Central y el extremo Oriente; Pedro Texeira,
+que nos describió la Persia; el eminente geómetra y cosmógrafo Pedro
+Núñez; el astrónomo Silva Freire y bastantes misioneros y médicos,
+escritores y á menudo peregrinos, que nos han informado de la fauna, de
+la flora y de las lenguas, usos, religión y costumbres de tierras y
+naciones remotas.
+
+No pequeña parte del libro del Sr. García Pérez la ocupa otro linaje de
+escritores, que por su casta y creencias se pueden agrupar, y cuyos
+escritos y vidas eran hasta ahora muy poco ó nada conocidos, á no ser
+por sujetos de mucha erudición ó muy consagrados á un estudio especial.
+Hablo de la multitad de judíos portugueses, que huyendo de la
+Inquisición fueron casi todos á refugiarse á Amsterdam y en otras
+ciudades de Holanda y Francia, donde escribieron en castellano poesías,
+novela, filosofía, religión, política y otras ciencias. En esta cuenta,
+si bien alguno pueda tenerse por español, como Miguel de Barrios, que
+nació en Montilla, aunque de origen portugués, pone nuestro autor á
+Manasés ben Israel, á los Abarbanel y Abohab, á Baruch Nehemias, á David
+Neto, á Isaac Orovio de Castro, á Samuel Silva, á Moisés Pinto Delgado,
+á Abraham Pizarro, á Abraham Ferreira, á Antonio Henríquez Gómez, y á no
+pocos más, mostrando notable diligencia en los informes que da de las
+varias andanzas y de los escritos de cada uno de ellos.
+
+Algunos artículos del _Catálogo_ del Sr. García Pérez tienen
+extraordinaria extensión y retratan hábilmente la condición moral y la
+vida del personaje á que se refieren. Entre estos artículos merece
+mencionarse aquí el del famoso conde de Villamediana, poetizado por su
+trágica muerte y por los bellos romances históricos del duque de Rivas.
+La circunstancia de haber nacido el Conde en Lisboa, por haber ido allí
+sus padres cuando Felipe II se coronó rey de Portugal, hace que el Sr.
+García Pérez le incluya en su catálogo. De su vida y de sus escritos
+inéditos publicó, pocos años ha, un libro interesante el Sr. Cotarelo y
+Mori. El asesinato del Conde hace ganar á éste alguna simpatía; pero
+justo es declarar que, si la venganza fué criminal é infame, casi puede
+calificarse de merecida. Villamediana abusó de su ingenio, que le tuvo
+sin duda, aunque estragado por el mal gusto, la pedantería y la carencia
+de sentido moral, y abusó de su riqueza, de su posición, de sus bríos y
+de otras buenas prendas personales, para ser procaz y satírico,
+pendenciero, vicioso y con las mujeres violento y desenfrenado. Su lance
+con la marquesa del Valle, que fue su amiga, y á quien, por celos,
+arrancó las joyas que le había dado, desgarrándole el vestido,
+abofeteándola y magullándola hasta el punto de que aquella dama estuvo á
+la muerte, es acción tan brutal que no tiene perdón, fuesen las que
+fuesen las traiciones é infidelidades de la víctima. Y no contento
+Villamediana con el material ultraje, volvió á ofender á la dama
+hiriéndola en el alma y pisoteando su honra en un romance que hizo
+circular, y donde la acusa de que el caudal de él no bastó á saciar la
+codicia de ella, y donde, aludiendo al glorioso Hernán Cortés, de quien
+procedía el título de la Marquesa, dice á ésta jugando del vocablo:
+
+ _De la herencia de Cortés,_
+ _Que en herencia te cabia,_
+ _Heredas ser cortesana,_
+ _Repudias la cortesia._
+
+De otro singular personaje nos informa también muy detenidamente el Sr.
+García Pérez, prometiéndonos casi la publicación de un curioso
+manuscrito que de él posee. Es una relación circunstanciada de lo que
+vió, observó é hizo el autor, durante algunos meses del año de 1605, que
+estuvo pretendiendo en Valladolid, donde residía entonces la corte. Por
+lo que se puede presumir de las muestras que he visto de esta obra, hay
+en ella mucho chiste y gracejo, si bien combinado con el deplorable mal
+gusto, el enmarañado y pedantesco culteranismo, la impertinente
+erudición y el abuso de los retruécanos. Aunque el autor, que se llamaba
+Tomé Pinheiro da Veiga, natural de Coimbra, logró el empleo que
+pretendía, no parece que salió muy prendado de Valladolid, ni bastante
+agradecido, para no decir mil horrores de todo. Su relación, no
+obstante, debe ser animado retrato de la alta sociedad española de
+entonces. A ser el retrato fiel, dicha alta sociedad quedaría muy
+malparada. Triste es tener que confesar que la corrupción había de ser
+grande; pero algo ha de atribuirse también á la mordaz maledicencia de
+que se hacía gala, y á cierto odio contra Castilla, que siempre ha
+solido brotar con lastimosa lozanía en las almas de algunos habitantes
+de las diversas regiones de esta Península. Los españoles, ó para que la
+voz sea más comprensiva, sin anfibología, los _iberos_, solemos ser muy
+biliosos y con frecuencia murmuramos de los propios más que de los
+extraños. El Sr. García Pérez inserta en su libro unas quintillas
+tremendas de Pinheiro da Veiga, por donde ya se puede comprender el tono
+y carácter maleantes y desvergonzados de la prosa. Si damos crédito á
+las quintillas, no había en Valladolid, en 1605, señora que no fuese una
+perdida, ni galán que no fuese un tunante.
+
+En el _Catálogo_ hay para todos los gustos. Si Pinheiro da Veiga es todo
+sal y pimienta, ó, si se quiere, hiel y vinagre, otro autor y poeta,
+llamado Simón García del Brito, es todo almíbar en punto de caramelo.
+También estuvo éste en la corte de las Españas, pero sin duda fué menos
+afortunado. No logró empleo ni tuvo buena ventura, y hubo de volverse á
+su lugar lusitano. Retirado allí, escribió muy lindos versos
+sentimentales, llenos de _saudades_ de una dama, con quien tuvo en
+Madrid relaciones amorosas. Estos versos son naturales, sencillos, y se
+recomiendan por cierta delicada ternura y profundidad verdadera de
+afecto, poco comunes en los poetas peninsulares de aquella edad.
+
+En suma: el libro del Sr. García Pérez es digno por todos estilos del
+buen informe que la. Real Academia Española dió sobre él y en cuya
+virtud el Gobierno le ha hecho imprimir á sus expensas. Es un
+complemento necesario para la historia de nuestras letras y de nuestro
+idioma castellano.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LOS JESUITAS DE PUERTAS ADENTRO Ó UN BARRIDO HACIA FUERA EN LA COMPAÑÍA
+DE JESÚS
+
+
+No hace muchos días que, con el título que antecede y sin nombre de
+autor, salió á luz un libro en extremo interesante por el asunto de que
+trata y de agradabilísima lectura por el ingenio, la gracia, la fecunda
+vena satírica y el estilo castizo y magistral con que está redactado.
+Sin que se adviertan mucho el esfuerzo y la afectación, el libro no
+parece escrito en el lenguaje vulgar y corriente de ahora, sino como un
+autor clásico de la edad de oro de nuestra literatura hubiera podido
+escribirle.
+
+Aunque no hubiesen llegado á mi noticia por diversos caminos claros
+indicios de quién es el autor del libro, creo que de seguro hubiera yo
+adivinado el nombre del autor; pero como él entró en el palenque y
+combate con la visera calada, yo no quiero ser ni seré quien le quite la
+visera y descubra su rostro y su nombre. Diré, sin embargo, que es, en
+mi sentir, persona apasionada, movida por quejas justas, y que deja
+notar en cuanto afirma cierto enojo harto motivado, que tal vez le
+impulsa á ir más allá de lo merecido en la reprobación y en la censura.
+
+Como yo en este punto, remedando al historiador romano, puedo decir de
+los jesuítas que no los conozco _nec beneficio, nec injuria_, trataré
+aquí del libro y daré sobre él y sobre la Compañía mi opinión imparcial,
+movido por el aliciente que tiene para mí la materia, y exponiéndome á
+no agradar á nadie, ni á los jesuítas, ni al autor incógnito.
+
+Como el primer fundamento de las acusaciones es la supuesta carencia de
+humildad cristiana que hay en los jesuítas, empezaré por hablar de la
+humildad y de la manera en que yo la entiendo.
+
+Bueno y santo es ser humilde, no rebajar á nadie para realzarse á si
+propio, y reconocer nuestra condición miserable y pecadora, sobre todo
+cuando pensamos en Dios y en sus perfecciones infinitas, y cuando,
+encendidas ya en amor de Dios nuestras almas, volvemos los ojos hacia
+las criaturas que son obra de Dios y á quienes por amor de Él amamos,
+procurando, en vez de rebajarlas, poner en ellas un reflejo, un
+destello, un trasunto de las mencionadas perfecciones divinas. Así, por
+virtud de este procedimiento mental, el buen cristiano ensalza y encomia
+á cuantos seres le rodean y se muestra lleno de candorosa indulgencia
+para con todos ellos, siendo sólo severo consigo mismo y reconociendo y
+confesando los propios defectos, pecados y vicios. Esto, á mi ver, es la
+humildad cristiana. Pero si miramos el caso de otra manera y con más
+hondo mirar, yo creo que el cristianismo, en vez de hacernos humildes y
+abyectos, según no pocos impíos le acusan, eleva los espíritus y los
+corazones y los enorgullece, magnifica y endiosa. ¿Qué razón ni motivo
+tiene el buen cristiano para humillarse después de exclamar con San
+Agustín: _gran cosa es el hombre, hecho á imagen y semejanza de Dios_? Y
+no sólo su alma sino su cuerpo tiene mucho de digno y no poco de sagrado
+cuando se considera como templo del espíritu, cuando se piensa que el
+mismo Verbo divino, no sólo se unió á un alma humana, por inefable y
+sublime misterio, sino también á un cuerpo de hombre de la condición y
+forma de nuestro cuerpo, deificando así hasta cierto punto nuestra doble
+naturaleza, y dándole para término de sus aspiraciones y para blanco de
+sus esperanzas la misma perfección de Dios. Es extraño, aunque se
+comprende y se admira, que sea, con pequeñísima diferencia, el fin que
+propuso el demonio del orgullo á nuestros primeros padres casi idéntico
+al consejo ó más bien al precepto principal que nos dio Cristo en el
+Sermón de la Montaña. Si coméis del fruto del árbol prohibido, seréis
+como dioses, dijo la serpiente. Y Cristo dijo: _Sed perfectos como es
+perfecto vuestro Padre que está en el cielo_.
+
+El error, pues, está en el camino que hay que seguir para llegar á la
+perfección, pero no en aspirar á ella. Y ciertamente quien aspira á ser
+perfecto como Dios, no se comprende que pueda ser humilde, á no ser en
+el primer sentido arriba expresado.
+
+Y si descendemos de las alturas teológicas y pensamos en esto de la
+humildad ó de la soberbia, mundanamente y en la práctica, yo no me
+explico tampoco cómo el muy humilde, á no ser exterior su humildad,
+confundiéndose con la buena crianza y con la afable dulzura, acierte á
+hacer cosa de provecho y á ser útil para algo. Lo primero es tener
+confianza en el propio valer y contar con que no han de fallecernos las
+fuerzas y el ánimo. El individuo ó la colectividad que acomete grandes
+empresas y que tiene elevados propósitos y miras, no puede menos de
+tener también el inevitable orgullo ó sea la creencia de que es capaz de
+dar cima á aquellas empresas y de realizar aquellos propósitos, claro
+está que contando siempre con el auxilio divino, lo cual será muy
+piadoso, pero, francamente y en realidad, no es humilde. La humildad
+existirá acaso con relación al Omnipotente, mas para todo lo que hay, y
+no es Dios, no entiendo yo qué humildad cabe en la firme esperanza de
+que Dios ha de ayudarnos á fin de que se logre y se cumpla lo que
+queremos.
+
+Partiendo de las anteriores consideraciones, entiendo yo que el autor de
+que hablo acusa con poca razón á los jesuítas de no ser humildes, sino
+orgullosos. Nada más natural, en mi sentir, que creer la mejor del mundo
+la sociedad ó compañía á que pertenecemos. Todavía, si el acaso, si
+circunstancias independientes de nuestra voluntad ó si una providencial
+disposición nos colocase entre ésta ó entre aquella gente, podría
+parecer soberbia de nuestra parte el considerar como la mejor del mundo
+á la gente entre la cual estuviésemos colocados. Y con todo, aun así,
+más suele aplaudirse que vituperarse este modo de sentir y de pensar. Yo
+no soy español, por ejemplo, porque lo he querido, sino porque el cielo
+ha dispuesto que lo sea, y, sin embargo, no pocas personas celebran y
+muchas disculpan el elevado concepto que tengo yo de los españoles. Y si
+esto es así en una sociedad en donde yo no entro voluntariamente, ¿cómo
+ha de poder censurarse el altísimo concepto que forme cualquiera de la
+sociedad ó compañía en cuyas filas se alista por voluntad propia? Nadie
+ama sino bajo el concepto de bueno; todos buscan y procuran lo mejor; y
+el hombre honrado que se asocia con otros hombres, no sólo es discupable
+que crea, sino que debe creer que la tal asociación es la mejor del
+mundo, y que los fines á que se ordena y endereza son por todo extremo
+excelentes.
+
+Justo es, pues, y sobre justo inevitable, que todo jesuíta, y más aún
+mientras mayores sean su candor y su buena fe, esté persuadido de que la
+Compañía de Jesús es la mejor del mundo, de que no hay virtud ni ciencia
+que en ella no resida y de que proceden de ella y procederán muchos
+bienes para el linaje humano.
+
+No creer lo antedicho y hacerse, sin embargo, jesuíta, presupondría
+falta de discreción ó razones y motivos egoístas y bajos en quien tal
+hiciese. Alistarse en las filas del jesuitismo sin creer en su superior
+condición, sólo se explicaría entonces por la gana de tener una posición
+ó una carrera, de buscarse un modo de vivir, de ingeniarse ó de
+industriarse en suma. Y aun así, aun en esta bajeza, la predilección
+precedería á la elección, y todavía, sin elevarse sobre tan bajos
+motivos, ó carecería de juicio el que se hiciese jesuíta, ó consideraría
+que el serlo era mejor profesión ó carrera que todas las otras que
+hubiera podido seguir.
+
+Por consiguiente no hay pecado, ni falta, ni defecto en la voluntad de
+los jesuítas cuando forman de la Compañía á que pertenecen un concepto
+sublime. Esto no se opone á que en dicho concepto haya error ó
+exageración del entendimiento.
+
+Apartando de mi espíritu toda prevención apasionada, no considerando el
+asunto ni como católico, ni como sectario de ninguna otra doctrina
+religiosa, aceptando por un momento la más completa indiferencia en
+punto á religión, hablando y decidiendo en virtud de un criterio
+librepensador y racionalista, yo, lejos de condenar la Compañía de
+Jesús, me siento irresistiblemente inclinado á glorificarla y á dar por
+seguro que honra en extremo á España que entre nosotros naciese su
+fundador, cuya obra pasmosa me parece que importó muchísimo en la
+historía del linaje humano, haciendo de Ignacio de Loyola, no sólo el
+digno rival de Lulero, sino el personaje que se le sobrepone y le
+eclipsa. Se diría que cuando la Reforma parecía que iba á extenderse
+como voraz incendio por todo el mundo civilizado, y ya que no á
+extinguir á empequeñecer la cristiandad católica, Dios suscitó para ésta
+un campeón poderoso, cuyas huestes combatieron sin descanso la herejía y
+la vencieron á menudo en Europa, mientras que al mismo tiempo extendían
+la fe católica por el resto del mundo, ganando para ella más almas en
+países remotos y en inexploradas regiones que las que en Europa había
+perdido por culpa de Lutero y de los otros heresiarcas del siglo XVI.
+
+En la Compañía hay que admirar el feliz consorcio del pensamiento y de
+la acción, de lo práctico y de lo especulativo. Fue un ejército
+conquistador, sin más armas que la palabra, que se extendió por el mundo
+con extraña rapidez, avasallándole y dominándole. Si contemplamos en
+espíritu al fundador glorioso en el momento de su muerte, nos parece á
+modo de un Alejandro incruento. Sus dominios se han dilatado ya sobre
+toda la redondez de la tierra. La Compañía tiene casas y colegios, gran
+poder é influjo en Castilla, en Portugal, en Alemania, en Francia y en
+las Indias Orientales y Occidentales. Bien puede sin vanidad ni soberbia
+exclamar el Padre Rivadeneyra que al mismo tiempo que Martín Lutero
+«quitaba la obediencia á la Iglesia Romana y hacía gente para combatirla
+con todas sus fuerzas, levantaba Dios á este santo capitán para que
+allegase soldados por todo el mundo y resistiese con obras y con
+palabras á la herética doctrina.»
+
+Y no hay sólo en el P. Ignacio el espíritu conservador, sino también el
+de reforma y el de progreso. «Todos sus pensamientos y cuidados, dice el
+ya citado biógrafo, tiraban al blanco de conservar en la parte sana ó de
+restaurar en la caída, por sí y por los suyos, la sinceridad y limpieza
+de nuestra fe.» Todavía hay otra idea elevadísima, si no desconocida y
+seguida en otros institutos religiosos, por ninguna observada y seguida
+con más firmeza y perseverancia que por la Compañía de Jesús: la idea y
+el propósito de divulgar las ciencias, las letras y toda cultura,
+haciendo de ellas y del progreso humano preciosos y dignos auxiliares de
+la religión.
+
+Con notable injusticia se acusa á la Compañía de que aniquila las
+voluntades y nivela y pone trabas á los entendimientos con los firmes y
+duros lazos de su obediencia ciega. No puede haber acusación menos
+razonable. Jamás se ha formado una sociedad con el intento de producir
+_genios_. El genio es una virtud ó un poder que tiene algo de
+sobrehumano, y que aparece individualmente en el espíritu de este ó
+aquel hombre cuando Dios ó la naturaleza así lo decretan. Y este genio,
+virtud ó poder, ni hay sociedad que le cree ni tampoco hay sociedad que
+le destruya. Es además harto arbitrario y vago el determinar ó medir la
+altura que ha de tener un hombre para ser genio y no ser medianía. No
+seré yo quien clasifique y coloque entre las medianías ó entre los
+genios á muchísimos Padres de la Compañía de Jesús; pero sí me atrevo á
+asegurar que, durante los tres siglos XVI, XVII y XVIII, hasta después
+de su extinción bajo el pontificado de Clemente XIV, figura en ella una
+brillantísima serie de varones admirables por la acción, como
+predicadores, viajeros, mártires heróicos y exploradores atrevidos de
+países incógnitos y bárbaros, y una lucidísima cohorte de hombres
+eminentes en ciencias y en letras, descollando entre ellos muchísimos
+españoles, por lo cual, estando España hoy tan decaída, no goza acaso el
+nombre de ellos de toda la fama y el alto aplauso que merecen.
+
+Para infundir en la mente de mis lectores un elevadísimo concepto y para
+entonar un himno en alabanza de la Compañía de Jesús, no he de ir yo á
+buscar frases y datos en libros escritos por jesuítas, ni en
+disertaciones é historias de católicos fervorosos y hasta fanáticos,
+sino que tomaré los datos y frases en un autor inglés, criado en el
+protestantismo y librepensador más tarde: en el famoso historiador y
+_ensayista_ lord Macaulay. Harto merece ser traducido todo lo que él
+dice de los jesuítas y de su fundador; pero, á fin de no ser prolijo, me
+limitaré á traducir algunos trozos. «Ignacio de Loyola en la gran
+reacción católica tuvo la misma parte que Lutero en el gran movimiento
+del protestantismo. Pobre, obscuro, sin protector, sin recomendaciones,
+entró en Roma, donde hoy dos regios templos, ricos en pinturas y en
+mármoles y jaspes, conmemoran sus grandes servicios á la Iglesia; donde
+su imagen está esculpida en plata maciza; donde sus huesos, en una urna
+cubierta de joyas, se ven colocados ante el altar de Dios. Su actividad
+y su celo vencieron todas las oposiciones, y bajo su mando el orden de
+los jesuítas empezó á existir y creció rápidamente hasta el colmo de sus
+gigantescos poderes. Con qué vehemencia, con qué política, con qué
+exacta disciplina, con qué valor indomable, con qué abnegación, con qué
+olvido de los más queridos lazos de amistad y parentesco, con qué
+intensa y firme devoción á un fin único, con qué poco escrupulosa
+laxitud y versatilidad en la elección de los medios riñeron los jesuítas
+la batalla de su Iglesia, está escrito en cada página de los anales de
+Europa, durante muchas generaciones. En el Orden de Jesús se concentró
+la quinta esencia del espíritu católico: la historia del Orden de Jesús
+es la historia de la gran reacción del catolicismo. Este Orden se
+apoderó de todos los medios y fuerzas con que se dirige y manda el
+espíritu del pueblo: del pulpito, de la prensa, del confesionario y de
+las academias. Donde predicaba el jesuíta, la iglesia era pequeña para
+el auditorio. Su nombre en la primera página aseguraba la circulación de
+un libro. A los pies del jesuíta la juventud de la nobleza y de la clase
+media era guiada desde la niñez á la edad viril y desde los primeros
+rudimentos hasta la filosofía. La literatura y la ciencia, que parecían
+haberse asociado con los infieles y con los herejes, volvieron á ser las
+aliadas de la ortodoxía. Dominante ya en el Sur de Europa, la grande
+Orden se extendió pronto, conquistando y para conquistar. A despecho de
+Océanos y desiertos, de hambre y peste, de espías y leyes penales, de
+calabozos y torturas y de los más espantosos suplicios, los jesuítas
+penetraban, bajo cualquier disfraz, en todos los países; como maestros,
+como médicos y como siervos; arguyendo, instruyendo, consolando,
+cautivando los corazones de la juventud, animando el valor de los
+tímidos, presentando el Crucifijo ante los ojos del moribundo. El orbe
+antiguo no fué bastante extenso para la extraña actividad de los
+jesuítas. Ellos invadieron todas las regiones que los grandes y
+recientes descubrimientos marítimos habían abierto al emprendedor genio
+de Europa. Los jesuítas aparecían en las profundidades de las minas del
+Perú, en los mercados de esclavos de Africa, en las costas de las islas
+de las Especias y en los observatorios de la China; y hacían prosélitos
+y conversiones en países adonde ni la avaricia ni la curiosidad habían
+tentado aún á sus compatricios para que penetrasen; y predicaban y
+disputaban en idiomas de los que ningún otro natural de nuestro
+Occidente entendía palabra.»
+
+Cuando la Reforma se levantó contra la Iglesia católica, el clero
+secular y regular, aun en la misma Roma, estaba corrompido y viciado y
+hasta lleno de descreimiento: «sólo el Orden de los jesuítas, añade
+nuestro historiador, pudo mostrar muchos hombres no inferiores en
+sinceridad, constancia, valor y austeridad de vida á los apóstoles de la
+Reforma». A los jesuítas, pues, á su poder persuasivo y al influjo de su
+palabra, se debió en gran parte la restauración y reverdecimiento en el
+seno de la Iglesia católica de aquel hondo sentir religioso y de aquella
+«extraña energía que eleva á los hombres sobre el amor del deleite y el
+miedo de la pena; que transforma el sacrificio en gloria y que trueca la
+muerte en principio de más alta y dichosa vida».
+
+Declara asimismo Macaulay que el prodigioso cambio, que el triunfo
+inesperado del catolicismo sobre el protestantismo se debió en gran
+parte á los jesuítas y á la profunda política con que Roma supo valerse
+de ellos. «Cincuenta años después de la separación de Lutero, el
+catolicismo apenas podía sostenerse en las costas del Mediterráneo: cien
+años después apenas podía el protestantismo mantenerse en las orillas
+del Báltico. Grandes talentos y grandes virtudes se desplegaron por
+ambas partes en esta tremenda lucha. La victoria se declaró al fin en
+favor de la Iglesia romana. Al expirar el siglo XVI, la vemos triunfante
+y dominante en Francia, en Bélgica, en Baviera, en Bohemia, en Austria,
+en Polonia y en Hungría. El protestantismo en los siglos que han venido
+después no ha podido reconquistar lo que perdió entonces.» Y añade
+Macaulay: «He insistido detenidamente sobre este punto, porque creo que
+de las muchas causas á las que debió la Iglesia de Roma su salvación y
+su triunfo al terminar el siglo XVI, la causa principal fué la profunda
+política con que dicha iglesia se aprovechó del _fanatismo_ de personas
+tales como San Ignacio y Santa Teresa.»
+
+Es muy de notar que esto que Macaulay, con su criterio protestante ó
+racionalista, _fanatismo_, podrá ser llamado así por el brio y la
+intensidad con que se sintió y se pensó, pero tanto el sentimiento como
+el pensamiento, analizados, examinados y juzgados hasta por un hombre
+descreído del siglo XIX, fueron, en el siglo XVI, permitánsenos las
+palabras, más razonables y más progresistas que cuanto Lulero, Calvino y
+los otros apóstoles de la reforma pensaron, sintieron y dijeron. No fué
+el misticismo español de entonces huraño, egoísta y meramente
+contemplativo, aspirando á elevarse y á unirse con Dios para aniquilarse
+allí confundiéndose en la esencia infinita y desvaneciéndose en un
+perpetuo _nirvana_. El amor de Dios y la aspiración á unirse con él,
+según mil veces lo explican nuestros místicos, fueron una preparación y
+habilitación de las almas para que obrasen luego, en la vida terrenal,
+inauditos prodigios de amor al prójimo, y para que diesen cima á casi
+sobrehumanas empresas. Las almas, según dichos místicos, cuando ardían
+en el fuego del amor divino y derretidas por la fuerza de este fuego se
+diría que se identificaban con Dios, eran como la espada que parece
+fuego en la fragua, de donde sale después con más fino temple y con
+superior aptitud para ejercer sus funciones. Lo místico y lo
+contemplativo en los jesuítas no fué el fin, sino el medio para
+apercibirse á la acción y cobrar fuerzas y virtud mayores con que
+alcanzar en ella la victoria. Y no fué la victoria en favor sólo del
+catolicismo, sino también para conservar ó restaurar el lazo ó principio
+unificante de la civilización europea, que los protestantes habían roto;
+para hacer que triunfase dicha civilización, amenazada por nueva
+barbarie, y para salvar la libertad y el valor y mérito de nuestras
+obras, casi negados por el fatalismo cruel y pesimista con que los
+protestantes denigraban y hacían odiosa á la divinidad y esclavizaban á
+la humana naturaleza, sacrificándola en aras de una _predestinación_ y
+de una _gracia_, caprichosas y ciegas.
+
+Nadie podrá acusar de jesuítico al célebre y malogrado historiador y
+polígrafo Oliveira Martins, y, sin embargo, en este punto que tocamos
+ahora, ensalza como nadie á los jesuítas, haciendo que la gloria de
+ellos y su triunfo en el Concilio de Trento aparezcan acaso como el
+mayor triunfo y como la más espléndida gloria de la civilización ibérica
+en el siglo XVI. «Los protestantes, dice Oliveira Martins, no excluyen
+las buenas obras; pero no es el mérito de ellas el que redime: es
+únicamente el mérito de Cristo, independiente del hombre. Esta doctrina,
+añade, es la condenación del hombre y de su actividad, de su voluntad,
+de la fuerza íntima que constituye su vida. Condenando al hombre, los
+protestantes condenan el mundo: transfiguran la realidad y conducen á
+los abismos de la esclavitud trascendente. En cambio, la doctrina de los
+jesuítas Salmerón y Lainez, vencedora en Trento, diviniza al mundo y al
+hombre, revelando y haciendo resplandecer la justicia de Dios en la fe
+del hombre y en sus buenas obras, cuyos méritos elevan á la gracia. El
+genio español, añade Oliveira Martins, fué, pues, por la boca elocuente
+de Lainez y de Salmerón, el defensor de la cultura humana, deteniendo á
+Europa en la pendiente de una predestinación fatalista.»
+
+Debo observar que yo no cito aquí á Oliveira Martins como quien cita á
+un padre de la Iglesia; que en asunto tan difícil como la conciliación
+de la gracia y del libre albedrío, no le doy autoridad alguna; y que no
+hago á los jesuítas pelagianos, ó semi-pelagianos, para ponderar lo que
+valían. Sólo afirmo que, sin incurrir en error contra la fe, porque ni
+el molinismo, ni menos su mitigación por el congruismo de Suárez, fueron
+nunca calificados de heréticos, los jesuítas defendieron y sostuvieron
+la libertad del hombre, sin salir fuera del circulo de la creencia
+católica, y en cuestión la más oscura y difícil de la teología, y aun de
+todo pensar filosófico, por donde será siempro para teólogos y filósofos
+manantial y semillero de disputas hasta la consumación de los siglos. No
+quiero seguir ponderando aquí y recapitulando todo lo que en alabanza de
+los jesuítas puede decirse y se ha dicho hasta la extinción de la Orden
+en el siglo pasado. Las acusaciones lanzadas contra ellos y la multitud
+de enemigos acérrimos que tuvieron, primero entre los protestantes,
+después entre los jansenistas, y, por último, entre los librepensadores,
+redundan en cierto modo en elogio de los jesuítas, ya que prueban el
+extraordinario poder y la importancia que tenían. El mérito de ellos, no
+obstante, tiene que ser reconocido hasta por sus mayores contrarios, si
+se precian de candorosos é imparciales. Así, por ejemplo, Mosheim dice:
+«El candor y la imparcialidad me obligan á confesar que los adversarios
+de los jesuítas, al mostrar la torpeza y negrura de varias de sus
+máximas y opiniones, han ido más allá de lo que debían, y han exagerado
+las cosas para abrir más extenso campo á su celo y á su elocuencia.
+Fácil me sería probarlo con ejemplos sacados de las doctrinas de la
+_probabilidad_ y de la _restricción mental_, imputadas como un crimen á
+los jesuítas; pero esto me apartaría demasiadodemi asunto. Observaré
+sólo que en la disputa se han atribuido á los jesuítas principios que
+sus enemigos sacan por inducción de la doctrina de ellos, sin que ellos
+los confiesen; que no siempre han interpretado sus términos y sus
+expresiones en el verdadero sentido, y que nos han presentado las
+consecuencias de su sistema de una manera parcial, que no está de
+acuerdo con la equidad exacta.»
+
+Esta confesión de Mosheim en favor de los jesuítas los honra mucho,
+porque es uno de sus más declarados enemigos, y porque sin nombrarlas
+censura de parcialidad y de más ó menos inconsciente falsía las
+encomiadas _Provinciales_ de Blas Pascal, obra que, según muchos
+afirman, ha hecho más daño á los jesuítas que la indignación de los
+soberanos y que todas las calamidades que han caído después sobre su
+Orden.
+
+No he de dilatarme yo más, defendiéndola aquí. No ataca ni condena su
+pasado el autor incógnito del libro de que doy cuenta. Sólo añadiré,
+para terminar, que nadie puede pretender, ni los más fervorosos
+jesuítas, que la Compañía estuvo exenta de faltas y que todos sus
+individuos, que se contaban por miles, fueron unos santos, sin pecado y
+sin vicio, hasta la extinción de la Compañía en 1773.
+
+Al caer entonces los jesuítas cayeron como los héroes de una noble
+tragedia, donde toda la simpatía y el aplauso fué para las víctimas, y
+la reprobación, en los más elevados espíritus, para los tiranos y
+opresores; para Pombal, para la Pompadour, para Tanucci y para el conde
+de Aranda. Las alabanzas de la Orden extinguida se renovaron ó surgieron
+entonces, derramándose sobre ella como sobre fúnebre monumento un
+diluvio de flores. Los más eminentes personajes de Europa, aun entre los
+no católicos, habían celebrado ó celebraron á los jesuítas: Enrique IV
+de Francia, Catalina II de Rusia, Rousseau, Diderot, Leibnitz, Lessing,
+Herder y mil otros.
+
+Voltaire dice de ellos: «Tienen escritores de un mérito raro, sabios,
+hombres elocuentes y _genios_.» D'Alembert: «Los jesuítas se han
+empleado con éxito en todos los géneros: elocuencia, historia,
+antigüedades, geometría y literatura profunda y agradable. Apenas hay
+disciplina en que no cuenten ellos hombres de primer orden.»
+
+Federico el Grande de Prusia, escribía á Voltaire: «Esta Orden ha dado á
+Francia hombres del _genio_ más elevado.»
+
+Después de suprimida la Compañía, los jesuítas, arrojados impíamente de
+todos los dominios españoles y refugiados en Italia, se esmeraron en dar
+clarísimo testimonio y brillantes muestras de su valer, redundando así
+cuanto hicieron en mayor vergüenza y descrédito de sus perseguidores y
+en alta honra de España, su patria.
+
+Jamás, desde la toma de Constantinopla por los turcos y la venida á
+Italia de los sabios griegos, había penetrado en aquella península
+hueste más lucida y docta de extranjeros fugitivos. La historia
+científica y literaria de los ex jesuítas españoles, que por toda Italia
+se difundieron, carece todavía de un historiador digno. De esperar es
+que lo sea con el tiempo el erudito y elegante escritor D. Marcelino
+Menéndez y Pelayo. Entre tanto, no faltan eruditos italianos que se
+ocupen con amor en este asunto. Recientemente la Real Academia de
+Ciencias de Turín ha publicado sobre él una hermosa memoria, debida al
+saber y talento del doctor Victorio Cian. Al dar cuenta de esta memoria
+el ya citado Menéndez y Pelayo, en el número de Enero último de la
+_Revista critica de historia y literatura_, amplifica y esclarece las
+noticias del Doctor Cian con no pocas más que demuestran la importancia
+y el valer de aquellos nuestros ilustres compatriotas. Los Padres
+Andrés, Arteaga, Eximeno y Masdeu son elogiados por el Dr. Cian según su
+mérito; pero en cambio, sólo hace rápida mención de Hervás y Panduro,
+creador de una nueva ciencia: la filología comparativa; del Padre Juan
+Bautista Gener, autor de los seis primeros tomos de una enciclopedia
+teológica, que implica la renovación de los estudios eclesiásticos; del
+Padre Tomás Serrano, elegante y sabio humanista; del gramático Garcés,
+cuyo libro del _Vigor y elegancia de la lengua castellana_ se lee aún
+con fruto; del Padre Aponte, egregio helenista, maestro del cardenal
+Mezzofanti; del insigne historiador de Méjico Clavijero; del naturalista
+chileno Molina; de Landival, cuya _Rusticatio Mexicana_ es uno de los
+más curiosos poemas de la latinidad moderna, hasta por lo original y
+exótico del asunto, y de Márquez, tan benemérito, por sus libros, de la
+arqueología romana y de la historia de la arquitectura.
+
+Aunque el Dr. Cian diga poco ó nada sobre los mencionados escritores,
+todavía basta con los que celebra para hacer que se forme elevadísimo
+concepto de los jesuítas españoles emigrados en Italia y de cuanto
+trabajaron y escribieron desde 1767 hasta 1814. Acrecientan la elevación
+de este concepto, las nobles palabras con que el Dr. Cian termina y
+resume su memoria: «Aquellos hombres--dice--arrojados de su patria,
+obligados á vivir entre las desconfianzas, las envidias, los rencores
+antiguos y recientes, en país extranjero, guardan celosamente el culto
+de la patria en su corazón, y al mismo tiempo se enlazan en afectuosa
+amistad con algunos de los nuestros y de los mejores, estudian y adoptan
+é ilustran la lengua y la literatura del país que les ha dado
+hospitalidad; pero cuando ven que algún italiano quiere lanzar la más
+leve sombra sobre el honor literario de España, se levantan con fiereza
+caballeresca, propia de su raza, y no temen defenderse, y pasar muchas
+veces de la defensa á la ofensa vigorosa y audaz... No podemos menos de
+sentir una admiración profunda por estos emigrados que en tan breve
+período de años respondieron tranquilos y altivos, con la mejor de las
+venganzas, á las injurias de la fortuna, á las persecuciones, á los
+odios de los hombres que pretendían extinguirlos; y se levantaron y se
+purificaron á los ojos de la historia, á nuestros propios ojos, á los
+ojos de aquellos mismos que creían y aspiraban á verlos aniquilados para
+siempre. Su producción múltiple, varia y á veces profunda y original, es
+un fenómeno singularísimo. En vano se buscaría en la historia de las
+literaturas europeas otro fenómeno semejante de _colonización
+literaria_; violenta, forzada en sus causas y en los medios con que fué
+realizada; espontánea, duradera y digna en sus complejas
+manifestaciones; útil y gloriosa para aquellos colonos, dotados de
+extraordinaria flexibilidad y gran virtud asimiladora; no ingloriosa
+para la madre patria que los desterraba; ventajosa y honorífica para la
+nueva patria latina que los acogía en su seno hospitalario.»
+
+Harto reconocerá el lector por lo expuesto hasta aquí que yo soy un
+admirador fervoroso y sincero de la antigua Compañía de Jesús; pero esto
+no se opone á que yo dé crédito é importancia á las tremendas
+acusaciones que lanza contra la Compañía el autor anónimo, cuyo libro me
+induce á escribir este articulo.
+
+No recuerdo quien dijo, tal vez fué Cervantes, que las segundas partes
+nunca fueron buenas; y yo confieso que me siento inclinado á aplicar el
+dicho á la Compañía de Jesús restaurada, desde 1814 hasta ahora.
+
+La primera revolución francesa, con tantos horrores y tanta sangre y
+dando por último resultado á un déspota que sin propósito fijo,
+civilizador y humano, mantiene durante años la confusión y la guerra en
+Europa; la propensión del pensamiento filosófico hacia el pesimismo y
+hacia el más grosero ateísmo y la aparición ó la mayor difusión y el más
+hondo arraigo de espantosas doctrinas que, no sólo tiran á subvertir el
+organismo social, sino á arrancar de cuajo los fundamentos en que el
+orden actual se sostiene, han apocado acaso, con la repugnancia y el
+terror que inspiran, el espíritu religioso de muchos individuos é
+instituciones, y entre éstas la de los jesuítas sin duda. Lo cierto es
+que ya no son como eran antes. A mi ver, ya no pueden decir: _sint ut
+sunt, aut non sint_. Ya son otros de lo que eran. Antes, al defender la
+fe católica, de que se hicieron y fueron maravillosos adalides, se
+pusieron en el camino del progreso, á la cabeza de la humanidad,
+levantando el lábaro y apareciendo casi, así por el amor de la religión
+como por el amor de la ciencia, semejantes á la columna de fuego que
+guió en el desierto á los israelitas durante la noche.
+
+Hoy, por el contrario, faltos de fe los jesuítas y engañados por el
+pesimismo, imaginan sin duda que la civilización ha descarrilado, que se
+ha extraviado, saliendo de la senda que debía seguir, y en vez de
+ponerse delante y servir de guía, se han puesto á la zaga y hacen todos
+los posibles esfuerzos porque ceje y retroceda hacia un punto absurdo y
+fantástico que jamás existió y con el que ellos sueñan. De aquí que todo
+progreso, toda elevada cultura, todo pensamiento sano de libertad y de
+mejoras, sea tildado por ellos de _liberalismo_ y aborrecido de muerte.
+Esto es peor que carecer de un ideal, es tener un ideal falso é
+inasequible por ser contrario á las ideas y á las esperanzas de la
+porción más activa, inteligente y hábil de la novísima sociedad humana.
+
+En esta situación, sin verdadero entusiasmo, porque reacción tan
+disparatada no puede inspirarle, no es extraño que los jesuítas modernos
+tengan todas las flaquezas y pequeñeces é incurran en cuantos vicios y
+pecados el autor anónimo les imputa en su iracunda y despiadada sátira.
+
+Todo lo que el autor anónimo nos declara que hay ahora de malo en la
+Compañía, pudo existir y existió probablemente en ella, hasta cierto
+punto, desde su origen. No era posible que entre millares de hombres,
+formando una asociación poderosísima, no se albergasen la ambición, la
+codicia, el apetito de deleites y regalos y otras mundanas pasiones;
+pero entonces era tan elevado el propósito, era tan generoso y fecundo
+el pensamiento capital que informaba á la Compañía, y era tan numerosa y
+refulgente la falange de sus héroes, de sus santos, de sus exploradores,
+de sus sabios y de sus mártires, que deslumbraba con su resplandor y no
+dejaba ver lo vicioso y lo malo que había en la Compañía y que es tan
+inherente y propio y tan difícil de extirpar por completo de nuestra
+decaída naturaleza.
+
+Es asimismo de recelar que el jesuitismo moderno, si bien fustiga con
+sobrada acritud los vicios del día, se haya dejado, sin sentirlo,
+inficionar por algunos de ellos, y en particular por los que afean más
+ahora á las clases medias y elevadas de la sociedad, con las que los
+jesuítas tratan y alternan frecuentemente. La afición, pues, al regalo,
+á la pompa, á ciertos refinamientos y elegancias y al dinero que lo
+proporciona todo, no deja de ser natural que se haya infiltrado en las
+almas de los decaídos sucesores de Francisco Javier, de Francisco de
+Borja, y de tantos y tantos gloriosos misioneros, confesores y mártires
+de la fe de Cristo.
+
+Cuantos hechos, anécdotas y casos refiere el autor incógnito para
+rebajar y humillar á los jesuítas del día, tienen traza de verdaderos y
+dejan harto mal parados á los Padres. Referidos con notable primor de
+estilo, desenfado y gracia, entretienen tanto ó más que una novela
+picaresca. Así los dos capítulos _Cuestión de cuartos_ y _Los dineros
+del sacristán_, nos pintan á los Padres sedientos de oro y valiéndose
+para adquirirle de mil medios poco decorosos; de la usura, del agio y de
+la adulación para con los ricos, á fin de conseguir de ellos donaciones
+y herencias: y nos los pintan al mismo tiempo manirrotos, despilfarrados
+y faltos de juicio, de buen gusto y de previsión, para gastar, ó más
+bien para derrochar estas poco bien adquiridas riquezas. En el capítulo
+_El Politiqueo_ aparecen los Padres como facciosos, excitadores á guerra
+civil y tan partidarios de D. Carlos, que cantaban el _Te Deum_ cuando
+ocurría algún suceso funesto para las armas de España, v. gr.: la muerte
+del caballeroso y heróico marqués del Duero.
+
+Para no fatigar á los que me lean no seguiré extractando aquí el inmenso
+cúmulo de acusaciones que lanza contra los jesuítas el autor anónimo.
+Recomendaré, sin embargo, la lectura del capítulo _El Mujerío_, porque
+tiene muchísimo chiste. Sobre todo en cuanto se refiere á las relaciones
+espirituales de los Padres con las duquesas, marquesas y condesitas, y
+en la descripción que hace de la devoción elegante, del misticismo
+cómodo y de la religiosidad _high life_ y á la moda.
+
+Todo esto, no obstante, por más que sea digno de reprobación y deba ser
+condenado en este, en aquel ó en el otro individuo, tal vez afecte menos
+á la Compañía en general de lo que el autor anónimo imagina y pretende.
+En una asociación tan numerosa y que alcanza extraordinario influjo y
+crédito, es difícil, es casi imposible evitar que algunos, que tal vez
+muchos de los que á la asociación pertenecen, no se prevalgan de ese
+influjo y de ese crédito para lograr provechos y ventajas materiales. Y
+por otra parte, el despilfarro de esos provechos, casi siempre en cosas
+deleitables para la colectividad ó que satisfacen y lisonjean su
+orgullo, prueba que no hay grande egoísmo en el individuo que los ha
+logrado, é inclina á creer que la codicia jesuítica más que viciosa es
+poco juiciosa.
+
+En mi sentir, pues, los capítulos de mayores culpas del libro del autor
+anónimo contra los jesuítas, son los dos que se titulan: _De ciencia y
+tantidad_, _la mitad de la mitad_.
+
+Ni en ciencia, ni en literatura ni en artes, llegan hoy los jesuítas de
+España á lo que fueron en lo pasado. Quedan además muy por bajo del
+nivel de los escritores seglares y de los escritores del clero y de los
+otros institutos religiosos. La fama al menos no hace resonar mucho sus
+nombres ni difunde su gloria.
+
+En este punto, sin embargo, y si hemos de dar crédito al autor anónimo y
+no tildar de exageración sus alabanzas, él las prodiga de tal suerte al
+P. Juan José Urraburu, que le coloca muy por encima de todos los
+filósofos, pensadores y escritores aficionados á la filosofía que ha
+habido en nuestra nación en el siglo presente. No he de negar yo que
+sean muy estimables las obras filosóficas de Balmes, del P. Zeferino
+González, de D. Manuel Orti y Lara, de Sanz del Rio y de la turba de sus
+prosélitos; pero de ninguno de ellos se podría afirmar sin exagerada
+benevolencia lo que el autor anónimo afirma de la obra filosófica del P.
+Juan José Urraburu, declarando que es notabilísima, que hace honor á
+España, y que debe contarse entre las mejores, si ya no es la mejor
+publicada en Europa, después de la restauración filosófica pregonada por
+León XIII. Es cierto que el autor anónimo limita luego la alabanza,
+considerando la obra del P. Urraburu como mera exposición de la sana
+filosofía escolástica. Pero aun así, la alabanza es muy grande, si la
+tal exposición es completa y si es la mejor que se ha hecho en Europa,
+comparando bien la antigua filosofía que expone, con todos los
+ulteriores sistemas, y sacándola ilesa de los ataques, y victoriosa y
+colocada por cima de todos.
+
+Fuera de los méritos de este P. Urraburu, del que confieso ingenuamente
+que ni había oído hablar, poco ó nada hay que el autor anónimo celebre y
+estime en algo, en el movimiento intelectual de los jesuítas. Y la
+verdad es que ninguno de sus escritos ha alcanzado en España la
+popularidad y el aplauso que las obras de otros escritores
+pertenecientes al clero. No tienen poetas como Mosén Jacinto Verdaguer;
+ni ardientes y fervorosos polemistas como D. Miguel Sánchez; ni
+entusiastas y candorosos moralizadores, de fecunda inspiración popular,
+como el excelente P. Claret, harto injustamente ridiculizado por la
+pasión política y por la ligereza de liberales y librepensadores.
+
+La revista _El Mensajero del Corazón de Jesús_, está, según el autor
+anónimo, muy por bajo de _La Ciudad de Dios_, de los Padres Agustinos. Y
+lo que más desgracia dicha revista ó _Mensajero_, siempre, según nuestro
+autor, son las novelas y cuentecitos que allí se insertan, «donde
+hierven tales osadías de ideas y tales arrojamientos de frases y de
+palabras, y donde se refieren lances y percances tan crudos y poco
+decentes y situaciones tan escandalosas, que muchos padres de familia,
+luego que recibían el tal _Mensajero_, le escondían con cuidado para que
+no le leyesen sus hijas».
+
+Son más de extrañar estas libertades si se atiende, según afirma el
+autor anónimo, á que los Padres jesuítas de España han censurado al
+Cardenal Wiseman por su _Fabiola_ y al inocentísimo Fernán Caballero por
+varias de sus novelas, y á que (¡apenas parece creíble!), en un gran
+colegio de la Compañía celebraron una muy devota procesión y quemaron
+muchos libros por impíos, liberales y poco decentes, entre ellos _El
+Quijote_.
+
+El autor anónimo niega también historiadores á la moderna Compañía de
+Jesús en España.
+
+En lo que toca á ciencias naturales, no tienen nada de que jactarse. No
+sólo, dice, «no pueden presentar una obra como la del Agustino P. Blanco
+sobre la flora de Filipinas, pero ni un observador de la naturaleza como
+el escolapio Padre Ainza».
+
+En mi sentir, hay un punto sobre el cual no vierte bastante luz el autor
+anónimo, ni nos habilita, fiándonos de lo que dice, para dar una
+sentencia adversa ó favorable. Es este punto la virtud ó capacidad
+docente de los Padres de la Compañía. Sobre ello, por lo tanto, no
+daremos nuestra opinión, pero sí diremos que la del público en general
+es muy favorable á los Padres, y lo prueban la multitud de colegios que
+tienen, su prosperidad, y el empeño con que muchas personas, hasta
+opuestas al jesuitismo, liberales y librepensadoras, envían á sus hijos
+á los colegios de los jesuítas para que allí se eduquen. Y no puede
+negarse que el buen éxito de los jesuítas en este ministerio de la
+enseñanza de la juventud produce y puede producir los mejores efectos,
+aunque no sea más que despertando la emulación y excitando el celo de
+otros establecimientos pedagógicos, ya, por ejemplo de los Institutos
+oficiales y laicos, ya de otras Ordenes religiosas ó clericales
+congregaciones. Los Padres Augustinos, sin duda, se esmerarán más en sus
+enseñanzas para competir con los Padres de la Compañía y vencerlos, si
+pueden. Y es probable, que, contemplando la prosperidad y crédito de los
+jesuítas como cuerpo docente, los canónigos del Sacro Monte se hayan
+animado y resuelto á ampliar los estudios de su colegio, convirtiéndole
+en Universidad católica, donde ya se enseña la jurisprudencia y donde se
+aspira y se quiere enseñar (como complemento y corona de las asignaturas
+de teología), griego, hebreo y árabe y otras lenguas orientales, así
+como muchas ciencias profanas y muchas teorías y descubrimientos
+novísimos, á fin de ponerlos en armonía con la Religión revelada y de
+que valgan para su sostén y concurran á su triunfo en vez de parecer,
+como parecen, un ariete en manos de los incrédulos.
+
+Concretándome ahora al examen del libro del autor anónimo, y expresando
+aquí sobre él mi parecer franco y sincero; diré, para concluir, aunque
+me acusen como han sido acusados con frecuencia los jesuítas de tener la
+manga muy ancha, que los pecados y vicios que saca á la vergüenza el
+autor anónimo, si bien sería de desear que no los hubiese, no me mueven
+tanto á condenar la Compañía, compuesta de seres humanos, entre los
+cuales no puede menos de haber bastantes pecadores, como la carencia del
+espíritu elevado, amplio, civilizador y progresivo que la inspiró en
+mejores días. Volver á informarse de este espíritu es, en mi sentir, lo
+que la Compañía necesita, y no las mejoras y modificaciones de sus
+institutos, que el autor anónimo propone, manifestando deseo de que la
+Iglesia las adopte y establezca.
+
+No va por un lado el espíritu del siglo y no va por el lado opuesto el
+espíritu de la verdadera Religión. Ambos caminan y deben caminar unidos
+á fin de que la mente y el corazón de los hombres se eleven á superiores
+esferas. Cristo no enseñó cuanto hay que saber, sino que dejó mucho, aun
+en las cosas más esenciales, para que los hombres lo averiguasen y lo
+enseñasen con el transcurso del tiempo. El adelanto, el desenvolvimiento
+de la metafísica y de toda doctrina social, política y hasta ética, no
+está reñido con la revelación, que no fué ni pudo ser de una vez, sino
+que, en cierto modo y altamente aceptada, es progresiva. Las mismas
+palabras del Redentor lo declaran: _Adhuc multa habeo vobis dicere, sed
+non potesti portare modo_. Lo que entonces no dijo Cristo, porque no
+hubieran acertado á entenderle; lo que, aun después de descender sobre
+los apóstoles las lenguas de fuego, cuando estaban congregados en el
+Cenáculo, no quiere ó no puede revelar San Pablo, constituye la ulterior
+revelación, y presta, digámoslo así, una flexibilidad sublime á nuestro
+dogma religioso, que le hace capaz de contener dentro de sí, sin
+romperse ni quebrantarse, toda civilización futura, por grande y
+maravillosa que sea.
+
+Yo entiendo, pues, que la mejor reforma que pudieran adoptar los
+jesuítas sería la de inspirarse en tan sublime y fundamental pensamiento
+que, sin salir fuera de las vías católicas y sin cobardes
+condescendencias y transacciones con incrédulos é infieles, hiciese
+posible la aspiración de Jaime Freeman Clarke al terminar su obra sobre
+las _Diez grandes Religiones_, y al proclamar la cristiana como la
+religión definitiva é imperecedera del humano linaje: que no se amengüe
+la libertad del espíritu; que no se acepte con ceguedad lo que
+contradiga al sentido común; que no se achique ó mutile la ciencia por
+miedo de que triunfe de la fe; que ningún placer inocente, que ninguna
+natural alegría de la vida y que nada de cuanto hay de hermoso en la
+literatura, en el arte, en la sociedad y en el hogar doméstico, sea
+sacrificado; sino que todos los hombres vengan á Jesús y hallen en Él el
+medio más poderoso de elevarse hasta su Eterno Padre y la revelación más
+cumplida de perdón, paz, esperanza y vida eterna, indispensable para el
+desarrollo perfecto y completísimo de nuestro ser humano.
+
+En los jesuítas hay en nuestro tiempo una limitación y una estrechez de
+miras harto contrarias á las susodichas aspiraciones. Se olvidan de que
+la letra mata y el espíritu vivifica, y se olvidan de que el espíritu de
+verdad hará resplandecer toda verdad ante los ojos de los que le
+siguen.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+SOBRE DOS TREMENDAS ACUSACIONES
+
+CONTRA ESPAÑA, DEL ANGLO-AMERICANO DRAPER
+
+ _Influencia del elemento indígena en la cultura de los moros del
+ reino de Granada_, por D. Francisco Javier Simonet. _¿Shall Cuba be
+ free?_ (Artículo de Clarence King, en la revista de Nueva York _The
+ Forum_.)
+
+
+El librito cuyo titulo va en el epígrafe contiene en pocas páginas
+bastantes datos y mucha doctrina; mas, no sólo por esto, sino por las
+ideas que sugiere y por los comentarios de que puede ser objeto, ha
+llamado mi atención y me ha movido á llamar también sobre él, si puedo,
+la atención del público.
+
+El Sr. Simonet, autor del librito, es un arabista de reconocido mérito,
+de grande ilustración y catedrático en Granada de la lengua del Yemen.
+Ha publicado ya varios libros en que muestra su mucho saber. Uno de
+ellos ha sido premiado por la Real Academia Española, y otro ha sido
+premiado por la Real Academia de la Historia.
+
+La obra de que nosotros vamos á hablar es menos fundamental y profunda:
+es una obra de divulgación. Y si bien trata de sucesos, pasados ya hace
+siglos, tiene, en nuestro sentir, un interés de actualidad.
+
+En las naciones extranjeras abundan los escritores desapasionados y
+juiciosos, de quienes no podemos quejarnos; pero no escasean tampoco los
+escritores violentos, ciegos de furor, fanáticos con el fanatismo que
+hoy se estila, y tan acérrimos enemigos de España, que no hay crimen,
+maldad é infamia que no atribuyan á nuestra nación, infiriendo de ahí
+que la postración y decadencia en que hoy estamos es un justo castigo de
+Dios, y, si no cree en Dios el que de esta suerte quiere requebrarnos,
+una ineludible consecuencia de las leyes fatales, impuestas no se sabe
+por quién, que dirigen y ordenan la marcha de la humanidad á través de
+los siglos.
+
+Con algunos autores tenemos cierta disculpa, ya que para ellos no hay
+responsabilidad ni libre albedrío. Todo ó casi todo depende del medio
+ambiente. Y si nosotros somos crueles, codiciosos, traicioneros, y sobre
+todo temerosos de Dios, que, según Buckle, es la peor de las cualidades,
+todo ello consiste en que en España no hay lluvias regulares sino
+feroces tormentas y prolongadas sequías, y además tal multitud de
+terremotos, que nos tienen siempre con el alma en un hilo y con el
+corazón en un puño y producen en nosotros la crueldad y la intolerancia
+religiosas.
+
+En prueba de que no exagero y de que no pueden ser más atroces las
+injurias que nos dirigen algunos escritores, cuyas obras se traducen al
+castellano, teniendo acaso nuestro público el mal gusto de estimarlas y
+la candidez de creer lo que dicen, citaré al célebre catedrático de la
+Universidad de Nueva York, Juan Guillermo Draper, el cual, en su
+_Historia del desenvolvimiento intelectual de Europa_, asegura que
+España, en justo castigo de sus espantosos crímenes, está hoy convertida
+en un horrible esqueleto entre las naciones vivas, y añade Draper: «si
+este justo castigo no hubiera caído sobre España, los hombres hubieran
+ciertamente dicho: «no hay retribución: no hay Dios.» Por donde se ve
+que es un bien y no un mal el que este pobre país esté muy perdido,
+porque mientras peor estemos, mayores y más luminosas serán las pruebas
+de la existencia de Dios y de su justicia. Largo es, muy largo, el
+capítulo de culpas que Draper nos echa á cuestas; pero las dos culpas
+más enormes, son las de haber destruido por completo, ó casi por
+completo, dos civilizaciones; la oriental y la occidental.
+
+La primera de estas dos acusaciones no es tan ridicula como la segunda,
+de que hablaremos después, mas no por eso es menos falsa.
+
+Indudablemente, los árabes, antes del Islam, poseían cierta extraña
+cultura, en algunos puntos patriarcal y propia de pueblos nómadas y
+pastores; en otros puntos, como por ejemplo en la poesía, hasta
+refinada. Cuando entusiasmados por las predicaciones de su profeta, se
+arrojaron á conquistar el mundo, no se puede decir que fuesen bárbaros.
+Tal vez por no serlo y por hallarse muchos países vejados, humillados y
+oprimidos por razas conquistadoras y por gobiernos despóticos, les fue
+fácil conquistarlos. Tal vez fueron recibidos como libertadores en
+algunos países, ó el pueblo al menos se sometió con docilidad á su yugo,
+no hallándole más pesado que el que antes sufría. Así se explica, por
+ejemplo, que cuatro ó cinco mil muslimes conquistasen el Egipto. Así se
+explica que no muchos más hiciesen la conquista de España. En poco
+tiempo se extendió el imperio musulmán desde la India y las fronteras de
+la China hasta el Mediodía de Francia, salvando los Pirineos. Los
+árabes, sin embargo, no eran muchos, y arrastraron en su expansión,
+valiéndose de ellas para triunfar, á hordas bárbaras ó semi-salvajes,
+como los habitantes del Norte de Africa, mauritanos, bereberes, ó como
+queramos llamarlos. En España se llamaron y se llaman moros. Sin duda
+por cada árabe de los que vinieron á la conquista de España, bien se
+puede suponer que hubo un centenar de moros. Y esto en el principio,
+mientras España estuvo sometida al califato de Oriente, y también, así
+durante la independencia de la España musulmana del mencionado califato,
+como desde la fundación del de Córdoba hasta su desmembración y ruina
+después de la muerte de Almanzor. La multitud de reyezuelos que
+surgieron de la ruina del califato, cuando no eran renegados españoles,
+eran moros y no árabes. Y, por último, en la época de las dos primeras
+grandes invasiones africanas, la de los almoravides y la de los
+almohades, que en España prevalecieron y duraron, el elemento arábigo
+entró por muy poco. Los invasores y dominadores de España fueron
+africanos bárbaros, que no pudieron traer ni trajeron ningún principio
+civilizador á nuestra Península. Aquí fue donde se domesticaron y
+civilizaron algo, sometiéndose sin sentirlo los vencedores á la superior
+inteligencia y saber de los vencidos y al influjo que de esto nace.
+
+Los árabes mismos no poseían, al extenderse por el mundo y al apoderarse
+de España, una civilización superior y propia. Tuvieron, sí, el mérito
+de no destruir la civilización de los países que ocuparon: de aceptar y
+de recibir en cada región algo de lo que allí se sabía, ya conservándolo
+para que no se olvidase ó se perdiese, ya siendo como vehículo para
+llevarlo de una región en otra. Esta buena cualidad, que no fue sólo
+tolerancia, sino curiosidad simpática y afición respetuosa al saber de
+los vencidos, valió de tal suerte que, durante algunos siglos, acaso
+hasta después de las últimas cruzadas, pudo creerse que el mundo
+musulmán era más culto que el mundo católico, y los espíritus
+superficiales pudieron esperar ó temer que el islamismo en Asia, en el
+norte de Africa y en España, arrebatase al cristianismo europeo la
+bandera del progreso y la antorcha de la cultura. Casi todo este brillo,
+sin embargo, y esta aparente superioridad en algunos momentos
+históricos, se debieron en todas partes, y más que en ninguna en España,
+á la civilización de los vencidos, á veces respetada, por lo cual
+merecen los vencedores elogio, á veces viva y retoñando y reverdeciendo
+siempre, sin que pudieran los vencedores arrancarla de cuajo, á pesar de
+los esfuerzos que hicieron, y al fin sometiéndose á ella.
+
+En suma, no es posible descubrir en toda la cultura hispano-muslímica
+cosa alguna de valer que haya surgido en Arabia ó en Africa, entre
+alarbes y moros, y que desde allí haya venido á España. A mi ver, cuanta
+alabanza se quiera dar á la cultura muslímica española, es alabanza que
+se da á los españoles mahometanos, y no á moros ni á árabes que viniesen
+de fuera trayéndonos ciencias, artes ó industrias que aquí no existiesen
+ó que aquí no tuviesen origen.
+
+Por lo demás, yo creo que en la prosperidad y en la grandeza de los
+estados ó reinos musulmanes que hubo en España, entran por mucho la
+ponderación y la jactancia de los historiadores. Entra también por algo
+la manía de no pocos críticos y pensadores modernos, de encarecer ó
+ensalzar demasiado cosas que, si bien son bellas ó buenas, no merecen
+tan ponderativos encarecimientos.
+
+Apenas hay gran pueblo, de los que más han figurado en la historia, que
+no haya dejado más hermoso y brillante rastro de sí que los árabes en
+sus monumentos.
+
+Se supone, y no he de negar que es suposición muy poética, que la
+cultura arábiga, no sé si en España sólo ó también en otros países,
+depende ó está ligada á una estrella que los griegos llamaron Canopo y
+los árabes Sohail. Esta estrella brilló, siglos ha, muy alto sobre el
+horizonte de España. En el día, á causa de la precisión de los
+equinoccios, apenas se levanta poco más de un grado sobre el horizonte
+de Cádiz. Cuando Sohail desaparezca de nuestro cielo, desaparecerán
+también y serán ruinas y escombros los monumentos del arte arábigo que
+en España quedan.
+
+Esperemos que este vaticinio astronómico no se cumpla, para lo cual
+importa que haya restauradores artistas como el Sr. Contreras, y que
+nuestros ministros de Fomento no escatimen los recursos, no ya para
+conservar lo que aún existe, sino para restaurar lo que se halla
+lastimosamente medio destruido. Así, por ejemplo, yo no me contento con
+que la Alhambra se conserve, sino que, si de mí dependiese, haría
+restaurar las dos torres de las Infantas y de la Cautiva, cada una de
+las cuales es, ó, mejor dicho, ha sido, y puede volver á ser, una
+primorosa filigrana: un palacio ó casa real de la Alhambra en miniatura.
+
+Acaso como arquitectos es como los árabes son, ó han sido, más
+originales. ¿Pero quién negará que su arquitectura tiene escasa majestad
+y solidez, y que se distingue y es digna de elogio, más que por nada,
+por las menudencias y prolijidades del ornato?
+
+El edificio más grandioso que de la época muslímica queda en España es
+la catedral de Córdoba; la antigua mezquita de Abderraman. Pero en aquel
+bosque de columnas que forman las diecinueve naves ó calles, ¿hay
+muchas columnas que sean arábicas? ¿No ve, hasta el más profano, que
+todas ó casi todas, son de templos cristianos ó gentílicos, de la época
+romana ó de la época visigótica, arruinados y despojados por los
+muslimes para edificar y hermosear su templo? Este templo, á decir
+verdad, no me entusiasma tanto como á otros, en cuyo entusiasmo me
+parece advertir no poco de extravagancia. Hasta figurándome la mezquita
+integra, en todo su esplendor, sin templo cristiano en su centro y tal
+como estaba en la época de los Abderramanes, sin la pared que la limita
+ahora hacia el patio de los Naranjos, y dejándose ver desde él toda la
+longitud de las diecinueve calles, alumbradas por lámparas de plata y
+oro, y hasta figurándome además en todo su esplendor y belleza los
+primorosos mosaicos, alicatados y dibujos de la capilla del Mihrab, yo
+hallo, y he de confesarlo aquí, aunque se pongan las manos en la cabeza
+los que me lean, que me parece más hermoso, más digno, más artístico el
+templo cristiano que se levanta ahora en medio de la mezquita y que
+tantas y tantas personas lamentan el que allí se haya levantado. Para mi
+gusto, no ya el templo en su totalidad, sino alguno de sus pormenores,
+como por ejemplo, la sillería del coro, vale más que el Mihrab con todos
+sus arabescos y que cuantos primores, labrados con prolijidad bárbara,
+contiene y contuvo la mezquita en su época más brillante.
+
+No discuto aquí si hubiera sido ó no mejor edificar en cualquiera otra
+parte el templo cristiano y dejar la mezquita integra y tal como estaba.
+Falta de sentido arqueológico y de buena critica de bellas artes puede
+afirmarse que hubo en esto; pero, ¿en el siglo XVI, hubiera habido en
+cualquiera otra nación de Europa un amor más fino á la arqueología, y un
+juicio más claro sobre el valer artístico é histórico de un monumento,
+que hubieran impedido, sobreponiéndose al sentimiento religioso, la
+construcción de un templo cristiano en el centro de la mezquita? Si por
+una parte, algo de la mezquita se destruía, ¿cómo negar por otra que hay
+no poco de poético y de sublime en la idea realizada de levantar en
+medio del más espléndido santuario del islamismo y del arte oriental
+otro magnífico santuario, según el gusto europeo, más adecuado al culto
+y glorificación del Dios trino y uno?
+
+No negaré yo la gracia y el encanto de algunas construcciones arábigas.
+
+Si los árabes produjeron algo original, fue en arquitectura, aunque tal
+vez tomasen mucho del arte bizantino y de la arquitectura de la India y
+de la Persia y de otras regiones que invadieron ó conquistaron.
+
+Aun así es de notar y de deplorar la vida efímera é inconsistente de los
+monumentos arábigos. La estrella Sohail no se había ocultado aún bajo el
+horizonte de España, y ya no había en Córdoba ni huellas de los palacios
+de los califas; Medina-Azahara se había desvanecido; los alcázares y
+jardines de Almotamid en Sevilla, de Almotacín en Almería, y de otros
+reyezuelos elegantes y sibaríticos, se diría que se los había tragado la
+tierra. De ellos no queda una columna en pie; ni huella, ni rastro.
+Todavía en Grecia, en Sicilia y en Italia, están erguidos y casi
+completos monumentos del arte helénico, anteriores de seis ó siete
+siglos á la Era cristiana; en Egipto, en la India y en la Persia y en
+otras tierras del centro de Asia, subsisten pasmosas obras que dan
+testimonio del poder arquitectónico de pueblos que fueron grandes hace
+miles de años, mientras que de los árabes, sobre todo en España y de la
+mejor época, apenas queda nada. El mismo alcázar de Sevilla, más que
+moro, es mudejar, y honra más el buen gusto del caprichoso y popular
+tirano D. Pedro de Castilla, que la elegancia del rey poeta Almotamid, ó
+la magnificencia de su tremendo padre, que adornaba sus jardines y las
+puertas de su alcázar con las cortadas cabezas de sus enemigos.
+
+Los encomiadores de los tiempos muslímicos en España ponderan más aún, y
+no menos superficialmente, el gran florecimiento y prosperidad á que la
+agricultura había llegado entonces. Para las irrigaciones, sobre todo,
+no tienen más que alabanzas. Hay quien imagina que España en tiempo de
+los moros era toda ella una florida, amena y fructífera huerta, que los
+cristianos luego hemos marchitado y destruido. Nada más falso que este
+aserto. Bastante digno de encomio hicieron los moros (ó, mejor dicho,
+los españoles musulmanes, pues no hay razón para que fuesen moros ó
+para que nosotros así los llamemos), á fin de cultivar, regar bien y
+hacer productiva la tierra, especialmente en Valencia, Alicante, Murcia
+y Granada; pero cuando se estudia bien este asunto, se ve que los
+cristianos hicieron más y mejor para el mismo fin después de la
+conquista, así en grandiosas y útiles obras hidráulicas, como en leyes y
+reglamentos para organizar sabiamente el regadío. D. Jaime I en Aragón y
+D. Alfonso el Sabio en Castilla, aunque no tuvieran más que este mérito,
+gozarían de inmortal popularidad y serían gloriosos y benditos. Pero hay
+más aún: los más colosales trabajos realizados para el riego, trabajos
+que pasman por su solidez y magnificencia, son de las épocas en que se
+supone á España sumergida en las tinieblas horrorosas de un brutal
+fanatismo; son del reinado de Felipe II, bajo cuya protección y por cuya
+excitación se construyeron los admirables diques y pantanos de Alicante,
+de Elche y de Almansa, ó son del tiempo de Carlos III, bajo cuya
+protección y por cuya excitación se hicieron los de Lorca.
+
+En artes y letras es mayor desatino sostener que los moros importaran
+nada en nuestro país, ni influyesen, salvo un poco en la arquitectura,
+en el desenvolvimiento intelectual de los españoles. De escultura y
+pintura no hay que hablar, pues, aunque, á veces, faltando á los
+preceptos de su religión, esculpiesen y pintasen algo, lo por ellos
+pintado y esculpido fué grosero y rudo. Así lo atestiguan las esculturas
+y las pinturas que en la Alhambra se conservan. Poesía dramática no
+tuvieron nunca. Algo de poesía épica ó narrativa puede decirse qué
+tuvieron, si bien no tuvieron nada que, ni remotamente, pudiera
+compararse, no digamos ya al antiquísimo poema del Cid, pero ni á las
+leyendas de santos de Gonzalo de Berceo. De aquí se infiere que nuestra
+gran literatura nacional trilingüe, castellana, catalana y portuguesa,
+nació ó retoñó en estos idiomas vernáculos, de su antigua raíz y tronco
+cristianos y latinos: raíz y tronco firmemente plantados en nuestro
+suelo. Y si algo de fuera, si algo extraño vino á ayudar ó á fomentar el
+reverdecimiento de esta literatura, vino de Francia y de Italia, y no de
+la morería. Por el contrario, yo creo que debe y puede sostenerse que la
+pompa oriental, las galas y primores, á veces excesivos, y cierta
+redundancia que en nuestra poesía y en nuestra elocuencia se notan
+frecuentemente, y aun se censuran, son ya sobras ó defectos que de muy
+antiguo tuvieron los españoles, y por los cuales fueron motejados en
+Roma Lucano, Séneca y otros prosistas, oradores y poetas de nuestra
+patria.
+
+En las poesías escritas en lengua arábiga por españoles y en España,
+aunque durante la dominación muslímica, no hallo difícil percibir, á
+través de la forma clásica tomada de la antigua poesía del Yemen y de la
+imitación de los verdaderos poetas árabes más famosos y celebrados,
+algo, y no poco, en el sentir y en el pensar, nacido en corazones y
+espíritus españoles, y que casi de seguro no hubiera nacido jamás en el
+alma de un moro de Africa ó de un beduino de Arabia. Este orientalismo
+es tan español y tan poco oriental, que á raíz de la última reconquista
+se manifiesta esplendorosamente en prosa y en verso en nuestra
+literatura española y nace del concepto fantástico, transfigurado y
+hermoso, que la mente de los vencedores crea y forma de las costumbres,
+usos, pasiones y cultura del pueblo á quien ha vencido. De aquí la
+novela caballeresca, la ficción graciosa de Ginés Pérez de Hita. Y de
+aquí la multitud de preciosos romances moriscos y el tinte
+imaginariamente oriental que engalana tantas de nuestras obras poéticas,
+desde los mismos romances moriscos que incluye en sus _Guerras Civiles_
+el mencionado Ginés Pérez de Hita, hasta los admirables romances de
+Góngora y de D. Nicolás Moratín, hasta el arabismo cordobés del duque de
+Rivas en _El moro expósito_, y hasta los esplendores y ensueños
+orientales del valenciano Arolas y del instintivo y popularmente
+iluminado poeta Zorrilla en su leyenda de _Alhamar_ y en otras
+composiciones y fragmentos. Casi todo esto contiene un arabismo ú
+orientalismo hechicero y de color de rosa, tan creado por nosotros, que
+bien se puede asegurar que no hay árabe ni moro que, aunque se le
+tradujera en su lengua, entendiese palabra de ello.
+
+¿Ni cómo habían de entender las quintas esencias y los refinamientos
+amorosos y místicos que gastan los poetas y algunos de sus héroes, y
+los discreteos, delicadezas y finuras de sus galanes y de sus damas?
+
+No voy á dilucidar aquí si algunas poesías compuestas en España, aunque
+en lengua arábiga y por muslimes españoles, pudieron ejercer influjo en
+la poesía castellana; si los cristianos conocían dichas poesías
+arábigas; si varios romances, como el de _la pérdida de Valencia_,
+fueron traducidos ó imitados del árabe; si el arcipreste de Hita, ya en
+el fondo, ya en la forma, imitó cantares moriscos; y si la elegía de
+Abul-Beka de Ronda, en su primera parte, fué uno de los modelos que tuvo
+presente Jorge Manrique cuando compuso sus admirables coplas. Lo que
+sostengo es, que, en todo caso, fué cortísimo el influjo é
+insignificante la imitación. Schack, por más esfuerzos que hace, tiene
+que convenir en que los cristianos españoles conocieron poco la poesía
+arábigo-hispana y la imitaron menos, y tiene que convenir también en que
+esa poesía arábigo-hispana, más ó menos conocida é imitada, apenas tenía
+ya de arábiga sino la lengua en que estaba escrita.
+
+Pasando ahora de las letras á la ciencia, empezaré por decir que no me
+incumbe estimar aquí y tasar en su valor la de los árabes; pero sí
+procuraré, aunque sea compendiosa y someramente, hacer tres importantes
+afirmaciones. Es la primera la de que España, cuando la conquista
+muslímica, tenía su ciencia propia, de la que dan testimonio clarísimo
+no pocos escritores y sabios, descollando entre todos San Isidoro de
+Sevilla, y que esta ciencia, á pesar de las persecuciones y tiranías de
+los conquistadores, continuó luciendo entre los muzárabes ó pueblo
+cristiano vencido, y dió altas muestras de sí en el abad Sansón, en San
+Eulogio y en Alvaro de Córdoba. Es la segunda que los árabes y los moros
+no eran sabios cuando vinieron á España, ni trajeron sabios consigo, de
+suerte que los sabios y la sabiduría que hubo más tarde entre ellos, no
+deben tenerse por arábigas sino por españolas. Tan español es Averroes
+como Séneca, como Luis Vives ó como Domingo de Soto. Y es la tercera
+que, lejos de destruir los cristianos españoles la ciencia mucha ó poca
+de los españoles muslimes, la protegieron, la fomentaron, se
+aprovecharon de ella y la difundieron por toda Europa. En este punto,
+más que en ningún otro, la acusación de Draper no puede menos de
+atribuirse á mala fe, á ligereza ó á supina ignorancia.
+
+Otro pueblo, además de los árabes y de los moros, hubo en España durante
+toda la Edad Media, el cual, por su larga permanencia entre nosotros
+(tal vez, en parte, desde antes de la venida de los romanos), no podía
+ser mirado en España como forastero, sino como indígena. Era este pueblo
+el israelita, que valió, importó é influyó más que los muslimes en la
+civilización del mundo, floreciendo y mostrando tal actividad en España
+por su saber, que bien podemos jactarnos de ello como de una gloria.
+Maimónides, Ibn Gebirol, los Ben Ezrra, Jehuda-Leví de Toledo y otros
+muchos filósofos, doctores y poetas nos pertenecen, como por ejemplo,
+Mendelshon ó Enrique Heine pertenecen á Alemania.
+
+Llamemos ahora, para acomodarnos á la manera vulgar de expresarse,
+ciencia arábigo-judaica á toda esta ciencia que floreció en España entre
+los españoles que siguieron la ley de Moisés ó la ley de Mahoma. ¿Qué
+fundamento hay para asegurar, como asegura Draper, que los cristianos
+españoles la destruyeron?
+
+Los rabinos ilustres, los filósofos y los doctores musulmanes, arrojados
+de Andalucía por el fanatismo de los almohades, tuvieron franca acogida
+y lograron protección generosa en las cortes de los reyes de Aragón y
+Castilla. Así, las célebres escuelas de Lucena y de Córdoba vinieron á
+trasladarse á Barcelona y á Toledo. Ansiosos de difundir por el mundo
+esta ciencia arábigo-judaica, ya en la primera mitad del siglo XII, el
+arzobispo toledano D. Raimundo y sus amigos y clientes hicieron
+traducir, tradujeron y dieron á conocer á Francia y á otras naciones
+cristianas las obras y doctrinas de Al-kendi, Alfarabi, Avicena,
+Avicebrón y otros autores. Sin duda, Domingo Gundisalvo y Juan de
+Sevilla fueron los iniciadores y divulgadores primeros de la filosofía y
+del saber semíticos en la Europa de la Edad Media.
+
+Ernesto Renán nos reconoce este mérito y nos concede por ello su nada
+sospechosa alabanza, diciendo: «La introducción de los textos árabes en
+los estudios occidentales divide la historia científica y filosófica de
+la Edad Media en dos épocas enteramente distintas, y el honor de esta
+tentativa, que había de tener tan decisivo influjo en la suerte de
+Europa, corresponde á Raimundo, arzobispo de Toledo y gran canciller de
+Castilla.»
+
+Claro está que muy fácilmente y con erudición de segunda mano, tomada de
+varios autores españoles, entre los cuales sobresalen Menéndez y Pelayo
+y Amador de los Ríos, pudiera yo extenderme aquí y convertir en libro
+este artículo para demostrar hasta la evidencia que todo el saber
+arábigo-judaico de España fue propio de los españoles, y que éstos, no
+sólo le crearon, sino que le divulgaron por toda Europa.
+
+El librito del Sr. Simonet, que da lugar á las consideraciones que hemos
+expuesto, las confirma con gran copia de erudición y con multitud de
+datos y de hechos, algunos de los cuales citaré en este escrito,
+tomándolos al azar ó prefiriéndolos por más curiosos. Muladíes ó
+españoles de puro origen, bien probado, ya por documentos históricos, ya
+por sus propios nombres de mal disimulada etimología latina ó
+peninsular, fueron: «Abdelmelic-ben-Hagib el Asolamí, Ali Ibn-Hazm, el
+célebre Ibn Thofail, el insigne botánico malagueño Ihn-Albaithar, el
+distinguido gramático Abdalah-Ben-Vivax, el poeta y naturalista Abú
+Otzman Ibn Loyon, los literatos y poetas Ibn Corral é Ibn Xalvator ó
+Salvador, y hasta el egriego filósofo Ibn Badja ó Pace (desfigurado el
+ablativo latino) á quien conocieron los filósofos escolásticos de la
+Edad Media con el nombre de Avenpace.» En conclusión (para terminar en
+este punto mi artículo, como termina el señor Simonet el libro de que
+trato), de los testimonios que hemos alegado se infiere que, ni al
+elemento arábigo, ni al berberisco, sino al indígena, se debe, en su
+mayor parte, el esplendor literario y artístico del califato cordobés y
+del antiguo reino nazarita. Y por si acaso nuestras razones parecieren
+poco fuertes, ó inspiradas tal vez por el sentimiento patrio,
+concluiremos apoyándolas en la autoridad de un crítico extranjero muy
+competente, del alemán Guillermo Lubke, que en su celebrado _Ensayo
+sobre la historia del arte_ se expresa así: «Si el arte árabe se
+desarrolló en España con más perfección que en los otros países
+_islamizados_, se debe sin duda á las relaciones íntimas de moros y
+cristianos, en las cuales, éstos comunicaron á aquéllos algo de lo
+noble, amable y caballeresco que resplandece en todos los ramos de su
+civilización, ciencias, arte y poesía.»
+
+Saltemos ahora de la llamada civilización oriental á la occidental, que,
+según Draper, también hemos destruido. Esta civilización, que Draper
+afirma que era superior á la civilización española del siglo XV, es la
+americana precolombina.
+
+Imposible parece que se diga de buena fe tamaño disparate. ¡Qué diantre
+de civilización había en América antes de su descubrimiento! Por casi
+todas partes era completo el salvajismo. Menos en el Perú, no creo que
+en región alguna hubiese animales domésticos. Había en varias tribus
+conocimientos elementales de agricultura, pero en las demás se vivía de
+la pesca y de la caza, ó los hombres se comían unos á otros. Los
+sacrificios humanos exigían millares de víctimas. El perpetuo estado de
+guerra y los vicios nefandos destruían la población é impedían su
+aumento. En Méjico, que era el imperio más civilizado, no habían
+descubierto aún que con un líquido combustible y con una torcida se
+podían alumbrar de noche, y la pasaban á oscuras por falta de candiles.
+Los jeroglíficos en embrión de aztecas, yucatecos y otros pueblos del
+centro de América (aun dando por supuesto que los más significativos y
+mejor pintados no son posteriores á la venida de la gente española y no
+son obra de indios industriados y medio civilizados ya por nosotros), á
+más de ser casi ininteligibles, dejan entrever una cultura harto
+inferior á la de los antiguos imperios del centro de Asia más de mil
+años antes de Cristo. Si algo hubo de más valor en la antigua
+civilización americana, había decaído y se había corrompido ó degradado
+antes de llegar los españoles. Poco ó nada tuvimos que destruir nosotros
+que no fuera perverso y abominable. En cambio llevamos á América nuestra
+propia cultura europea y cristiana, y llevamos el café, la caña de
+azúcar, el caballo, la vaca, el carnero, el trigo, las frutas exquisitas
+de Europa y de Asia, y otras mil cosas excelentes que por allí no había.
+
+Se nos acusa de haber procedido con crueldad y codicia y de haber
+sometido á duros trabajos y atormentado con atroces castigos á la
+población india, hasta el extremo de mermarla y aun de hacerla
+desaparecer en algunas regiones. No seré yo quien defienda á todos los
+aventureros españoles de entonces, admirables y gloriosos por su
+inteligencia y por sus bríos, pero que distan mucho de valer para
+modelos de santidad, y que tal vez, como vulgarmente se dice, eran lo
+peor de cada casa. Si hubieran sido aventureros ingleses, franceses ó
+alemanes los que á fines del siglo XV hubieran ido á América, ¿se
+hubieran conducido con más humanidad que los españoles? ¿Fueron más
+mansos y amorosos con los indios los alemanes á quienes el emperador
+Carlos V concedió que se estableciesen y se extendiesen por las que hoy
+son repúblicas de Venezuela y Colombia? ¿Se condujo más afable y
+dulcemente, no ya con los indios, sino con los mismos españoles
+establecidos en América, el enjambre de piratas, corsarios y
+filibusteros que en diferentes épocas fueron allí contra nosotros?
+
+Los hombres de guerra y de aventuras en todos tiempos, y más aún en el
+siglo XVI, no han pecado por lo cariñosos y suaves; y en dicha época
+había dos corrientes de sentimientos y de ideas que endurecían más sus
+entrañas: el fanatismo religioso de la Edad Media persistente aún, y el
+renacimiento pagano, que, al traernos las elegancias y los primores, las
+artes y las letras de la clásica antigüedad, nos trajo también no poco
+de su corrupción, de sus vicios, de sus pasiones sensuales y de su sed
+de deleites y bienes de fortuna. Muchos de estos defectos no podían
+menos de tenerlos los aventureros audaces que envió España á América;
+pero la misma España no los tenía. ¿Pueden ser más filantrópicas que lo
+que son las leyes de Indias? ¿Se mostraron nunca nuestros legisladores
+crueles ni faltos de caridad para con los pueblos salvajes ó
+semi-salvajes á quienes civilizamos y cristianizamos? ¿Ha habido nunca
+pueblo de más _católico_ corazón que el pueblo español? Y digo
+_católico_ en el más lato sentido de la palabra, envolviendo en ella el
+significado que tienen hoy las palabras _cosmopolitismo_ y
+_humanitarismo_. Fr. Bartolomé de las Casas no fué el único defensor de
+los indios; fué acaso el más vehemente y atrabiliario; pero antes y
+después de él hubo multitud de santos misioneros y de almas piadosas que
+defendieron y protegieron á los indios, y desde luego los consideraron
+iguales á ellos, y á veces superiores, cuando por su nacimiento, por la
+autoridad de que gozaban ó por el respeto que les tenían los de su
+casta, eran superiores en su tierra. No sería tan grande la tiranía y la
+opresión de España cuando, no sólo igualó al pueblo indio con el pueblo
+español, sino que dió cartas y títulos de nobleza á los indios que se
+distinguían ó eran ya nobles entre los suyos. Todavía, por ejemplo, es
+grande de España y duque, y goza de una pensión cuantiosa entre
+nosotros, el sucesor de Moctezuma.
+
+Y últimamente, con motivo del centenario del descubrimiento de América,
+la ilustre duquesa de Alba, ha sacado del archivo de su casa y ha
+publicado un tomo voluminoso, donde se contienen multitud de títulos de
+nobleza, escudos de armas y honrosos privilegios concedidos por los
+monarcas españoles á muchos señores indios á raíz de la conquista.
+
+En cuanto al pueblo, yo creo, y tengo por seguro, que se puede demostrar
+que en muchas de las tierras descubiertas y ocupadas por los españoles
+en América, los indios, en vez de perder, ganaron en ser conquistados.
+Aun durante la misma conquista, por mucha importancia que se dé á la
+superioridad de nuestra caballería, de las armas de fuego y de la
+pericia militar, no se comprende cómo unos pocos españoles pudieron
+vencer y sujetar con crueldades á grandes muchedumbres y á poderosos
+imperios. Esto se comprende mejor, entendido como debe entenderse:
+asegurando que los españoles triunfaron porque fueron allí como
+libertadores, y ganaron en muchas partes la voluntad y el auxilio de los
+indios mal contentos, los cuales lograron sacudir así la tiranía más
+espantosa. Es probable que en Otumba hubiese del lado de Hernán Cortés
+tantos indios como en el ejército contrario. Y no sin razón nos
+auxiliaron, porque salieron ganando en todo. «Antes, como dice Gomara,
+pechaban el tercio de lo que cogían y si no pagaban eran reducidos á la
+esclavitud ó sacrificados á los ídolos; servían como bestias de carga y
+no había año en que no muriesen sacrificados á millares por sus
+fanáticos sacerdotes». Después de la conquista, añade Gomara, «son
+señores de lo que tienen con tanta libertad que les daña. Pagan tan
+pocos tributos que viven holgando. Venden bien y mucho las obras y las
+manos. Nadie los fuerza á llevar cargas ni á trabajar. Viven bajo la
+jurisdicción de sus antiguos señores, y si éstos faltan, los indios se
+eligen señor nuevo y el rey de España confirma la elección. Así que,
+nadie piense que les quitasen los señoríos, las haciendas y la libertad,
+sino que Dios les hizo merced en ser de españoles, que los
+cristianizaron, y que los tratan y que los tienen ni más ni menos que
+digo. Diéronles bestias de carga para que no se carguen, y de lana para
+que se vistan; y de carne para que coman, ca que les faltaba.
+Mostráronles el uso del hierro y del candil, con que mejoran la vida.
+Hanles dado moneda para que sepan lo que compran y venden, lo que deben
+y lo que tienen. Hanles enseñado latín y ciencias, que vale más que
+cuanta plata y oro les tomaron. Porque con letras son verdaderamente
+hombres, y de la plata no se aprovechan mucho ni todos. Así que libraron
+bien en ser conquistados».
+
+Yo entiendo que la cándida y sencilla apología que acabo de citar, basta
+para prueba de cuán benéfico fué para los indios el triunfo de España
+sobre ellos. Dicha sencilla y cándida apología vale más que las
+declamaciones pomposas. Los hechos posteriores la confirman plenamente.
+Desde el Norte de Méjico hasta el extremo Sur de Chile y de la República
+Argentina, sería fácil demostrar que en el día de hoy hay más indios
+que hubo nunca y son más felices, mejores y más civilizados que jamás lo
+fueron; que bajo el dominio de España los indios que se distinguían ó lo
+merecían podían ser cuanto se podía ser entonces en España; generales,
+arzobispos, duques, marqueses, y presidentes de tribunales; y que ahora
+pueden ser, y son á veces, presidentes de las Repúblicas. En los Estados
+Unidos tal vez habrán sido más humanos con los indios. Pero yo no he
+visto indios muy en auge en los Estados Unidos, ni que alguno de ellos
+figure entre los personajes importantes, que por su riqueza, por su
+posición ó por su saber, influyen ni remotamente en el gobierno de la
+nación. Tal vez los indios de los Estados Unidos estén acorralados como
+en España solemos tener toros bravos en una dehesa ó jabalíes en un
+coto, mientras que los indios de las tierras que España y Portugal
+ocuparon, ya presiden las Repúblicas como jefes supremos, ya brillan
+como oradores en las asambleas legislativas, ya mandan ejércitos, ya
+recorren como diplomáticos las cortes de Europa, ya ganan fama y
+aplausos escribiendo en la lengua del pueblo que los conquistó elegantes
+é inspiradas poesías é interesantes libros en prosa, cuyo valer y mérito
+somos los primeros en reconocer nosotros los españoles, no
+escatimándoles la alabanza, sino complaciéndonos en darla, acaso y á
+veces más allá de lo justo.
+
+Las tremendas acusaciones de Draper contra España están puestas en su
+libro con mero intento teórico, á fin de que en su ramplona filosofía
+de la historia figuremos nosotros como un pueblo precito, y á fin de
+que, en el drama cuya acción es el desenvolvimiento de la inteligencia
+humana y el paso de la edad de la fe á la edad de la razón, haga España
+el papel más odioso. Pero en el día se renuevan y se exacerban estas
+acusaciones, no ya para filosofar, mas ó menos burdamente, sino para
+sacar muy duras consecuencias prácticas contra nosotros. En los Estados
+Unidos escriben hoy muchos para denigrarnos como Draper escribía, siendo
+lo más gracioso que todo lo que dicen contra nosotros es con el fin de
+ensalzar á los cubanos y de afirmar que deben ser independientes y
+libres. Acaso el más feroz de estos escritores anti-españoles sea un
+cierto Sr. Clarence King, que ha publicado en la revista _The Forum_ un
+articulo titulado _¿Ha de ser Cuba libre?_ Un amigo mío anglo-americano
+me envió hace un mes dicho artículo, excitándome á que le contestase y
+hasta brindándome con que insertaría mi contestación en una revista de
+su tierra.
+
+Las acusaciones del Sr. Clarence King, son menos razonables aún que las
+de Draper; pero como llevan el propósito de excitar en los Estados
+Unidos el odio y el desprecio contra España y de favorecer á los
+rebeldes de Cuba, auxiliándolos y declarándolos beligerantes, creo que
+algo conviene decir contestando al Sr. Clarence King, aunque la defensa
+que haga yo de España sea ligera, desenfadada y de broma, ya que el
+articulo del Sr. Clarence King no merece refutación más seria y
+detenida. Lo que diga yo sobre él será como remate y complemento de la
+impugnación que la salida de tono y los anatemas de Draper contra España
+me han inspirado.
+
+Empezando ahora por contestar á la acusación que nos dirige el Sr.
+Clarence King de haber exterminado la población india de Cuba, que llega
+á suponer se elevaba á un millón de almas, diré que parece imposible que
+con seriedad se insinúe, ya que no se afirme, semejante disparate. Si á
+nosotros, fundándose en él, se nos dice: ¿Qué habéis hecho de ese millón
+de almas? ¿Caín, que has hecho de tu hermano?, con la misma razón
+podemos suponer nosotros que, en la inmensa extensión de territorio
+ocupado hoy por la gran república, había lo menos cuarenta millones de
+indios, y preguntar luego con voz fatídica: ¡Caínes! ¿qué habéis hecho
+de ellos?
+
+De todos modos, á mí no parecería razonable dirigirme á los ingleses
+pidiéndoles cuenta de esos indios que han desaparecido. Se la pediría en
+todo caso á los que se han apoderado de sus bienes después de matarlos y
+viven hoy en el territorio que ellos tranquilamente poseían. Porque es
+absurdo é irracional, suponiendo que gente de casta española mató á un
+millón de indios para apoderarse de Cuba, simpatizar con los herederos y
+con los que se aprovechan aún de la matanza y del robo, y condenar por
+ese robo y por esa matanza á los españoles de por acá, que desde el
+descubrimiento y la conquista de América hasta hoy no han hecho más que
+predicar y legislar en favor de los indios.
+
+Es cosa de risa citar á Hatuei, que dijo que preferiría ir al infierno á
+ir al cielo con los españoles, para aplaudir á los descendientes de esos
+españoles porque se rebelan contra otros españoles, que no sacaron el
+menor provecho de la muerte de Hatuei ni le hicieron el menor agravio.
+Todo lo que dice el Sr. Clarence King acerca de esto vendría muy á
+propósito si hubiese aún en Cuba descendientes de Hatuei y de sus indios
+que apellidasen libertad y que pugnasen por arrojar de Cuba á los
+españoles intrusos, lo mismo á Weyler, que á Maceo ó que á Máximo Gómez.
+
+Otra no menos chistosa acusación del Sr. Clarence King contra nosotros
+se funda en la esclavitud de los negros; sosteniendo que, acostumbrados
+nosotros á mandar esclavos, no sabemos mandar hombres libres. No parece,
+al leer esto, sino que en los Estados Unidos no hubo esclavitud nunca.
+Dice también el articulista que España se vió _forzada_ á dar libertad á
+sus negros ¿Y quién le hizo tal fuerza? España dió la libertad de grado
+y con gusto. Y los propietarios de los negros no se opusieron con las
+armas á esta libertad, si bien en Cuba era el darla más difícil, más
+perjudicial económicamente y más peligroso que en los Estados Unidos,
+aunque no fuese más que porque en Cuba la población negra era tan
+numerosa como la blanca. No fué, pues, en España, fué en los Estados
+Unidos, ó al menos en mucha parte de ellos, donde se vieron _forzados_
+á dar dicha libertad; donde tuvieron que tragarla á regañadientes, y
+donde al que la dió, al libertador glorioso, no faltó quien en premio le
+matase de un tiro.
+
+Por lo demás, la compasión hacia los negros esclavos acaso se pudiese
+probar que ha sido más tardía que en nuestra raza en la raza
+anglo-sajona, que bastante tiempo ha sido _negrera_, y donde aún, en el
+presente siglo, se inventan teorías tan filantrópicas y consoladoras,
+como la de Malthus y la del _Struggle for life_.
+
+No en el día en que los españoles estamos harto abatidos, sino en los
+momentos ó en los siglos en que preponderábamos en el mundo, se le
+ocurrió á ningún español, que tuviera séquito y que valiera algo, el
+considerarse de una raza superior á las demás razas humanas, y el
+despreciarlas y humillarlas. Ni cuando el Gran Capitán se enseñoreó de
+Italia arrojando á los franceses; ni después de Lepanto, de San Quintín
+y de Pavía; ni cuando en Trento prevalecieron nuestros teólogos y
+reformando la iglesia oponían fuerte valladar al protestantismo y
+trataban de conservar la virtud que informaba y que unía la civilización
+europea; ni cuando desde principios del siglo XV, con tenacidad
+admirable y con fe constante, agrandábamos experimentalmente el concepto
+de las cosas creadas, circunnavegando el planeta, cruzando mares
+incógnitos y tenebrosos y descubriendo nuevos mundos y nuevos cielos,
+jamás hemos menospreciado á las otras naciones ni las hemos tratado con
+insolente orgullo, ni las hemos insultado como en el día se nos insulta.
+
+A la verdad, ni ahora ni nunca habrá un solo español que rebaje la
+gloria de Lincoln; todos ensalzaremos esa gloria, pero alguna, aunque
+sea menor, nos toca colectivamente, porque dimos de buena voluntad y no
+por fuerza libertad á los esclavos negros de Cuba; y alguna gloria
+también, anterior y á mi ver más clara y con algo de divino, nos toca
+por haber sido de nuestra raza santos varonescomo Alonso de Sandoval y
+Pedro Claver, que hicieron por los negros, en un siglo en que aún se
+ignoraba hasta el nombre de filantropía, movidos de caridad cristiana,
+obras maravillosas por amor de Dios y de los negros de Africa.
+
+Supone el Sr. Clarence King que en el carácter español (ya se entiende
+que en el de los españoles peninsulares, pues en el de los cubanos,
+sobre todo si son rebeldes, ha de haber habido una transformación
+dichosa), supone, digo, que en nuestro carácter persiste, en combinación
+diabólica, la crueldad pagana de Roma, reforzada y sublimada con feroz
+intensidad por la Inquisición. De aquí resulta que el más blando y
+humano de nosotros es un Calígula-Torquemada. Y que á fin de evitar que
+sigamos haciendo atrocidades contra los pobrecitos é inofensivos
+insurrectos, los Estados Unidos tienen el deber moral de reconocer la
+beligerancia de dichos señores que no talan, ni incendian, ni saquean,
+ni cometen atrocidad alguna.
+
+Lo de la Inquisición es una cantaleta que nos están dando los
+extranjeros desde hace mucho tiempo, y que nos tiene ya tan aburridos,
+que casi justifica que algunos españoles se pongan fuera de sí y en
+apariencia se vuelvan locos, aunque sean sujetos de mucha madurez y
+juicio. Así es que, sin duda por chiste y para lucir la agudeza de su
+ingenio, alguien defienda la Inquisición todavía, como por ejemplo, lo
+hace con mucha gracia el catedrático D. Juan Manuel Orti y Lara, el cual
+llega á exclamar: «¡Oh dichosas cadenas del Santo Oficio, que tan
+fuertemente sujetaban al monstruo de la herejía, que no le dejaban
+libertad alguna para impedir á los ingenios españoles el vuelo que
+tomaron desde las alturas de la fe por las regiones del saber y de la
+poesía!»
+
+Claro está que el monstruo de la herejía, que hoy anda suelto en España
+sin que la Inquisición le encadene, no impide al Sr. Orti y Lara que
+vuele por donde se le antoje y hasta que haga la apología de la
+Inquisición. Pero yo no quiero ni puedo hacerla, y convendré con el
+señor Clarence King en que la Inquisición era una infernal maquinaria
+muy á propósito para atormentar y matar á la gente. En lo que no
+convengo con el Sr. Clarence King, sacando una consecuencia opuesta á la
+suya y muy favorable á los españoles, es en que nosotros, poseedores de
+la maquinaria susodicha, hayamos atormentado y asesinado jurídicamente á
+más personas que las atormentadas y asesinadas jurídicamente en no pocas
+naciones extranjeras, donde tal vez y sin tal vez no hubo Inquisición
+nunca. Jamás la Inquisición de España se regaló ajusticiando víctimas
+tan ilustres como Servet, Vanini y Bruno. Jamás la Inquisición de España
+condenó, sino que aplaudió, defendió y ensalzó á Copérnico, á Galileo y
+á otros sabios, á quienes en tierra donde no había Inquisición
+condenaban. Y en lo tocante á la muchedumbre de gente menuda, quemada,
+ahorcada ó muerta por otros medios á manos del fanatismo religioso, nada
+tienen que envidiarnos los pueblos más cultos que en el día hay en
+Europa. Sólo de brujos y brujas, si hemos de creer á Michelet, en
+Tréveris quemaron siete mil; pocos menos en Tolosa de Francia; en
+Ginebra quinientos en tres meses; en Wurtzburgo, ochocientos de una sola
+hornada, y mil quinientos en Bamberg. Convengamos en que jamás hubo en
+España tan espléndidas y colosales chamusquinas. Y es lo más chistoso,
+si yo no recuerdo mal (porque no doy ahora para comprobarlo con una
+Historia de los Estados Unidos que contenga el periodo colonial), que en
+esos Estados se quemaron y se ajusticiaron también brujos y brujas con
+profusión pasmosa. Por donde yo me inclino á sospechar que en toda la
+América, dominada por España durante los sigos XVI y XVII, no hizo la
+Inquisición tantas víctimas, contando judíos, mahometanos, y herejes
+relapsos y hechiceros de todo linaje, como las víctimas que por sólo el
+delito de brujería fueron sacrificadas en los Estados Unidos cuando aún
+eran colonias.
+
+Otra de las razones que tiene el Sr. Clarence King para desear que Cuba
+no sea española, es que Cuba es un paraíso muy fecundo y que en otras
+manos más trabajadoras y hábiles produciría mucho más. Este argumento,
+no obstante, no vale nada en favor de los cubanos. Es probable, es casi
+seguro que si los dejásemos en libertad, Cuba no prosperaría más de lo
+que hoy prospera. Si prevaleciesen los negros, Cuba sería como Haití, y
+si prevaleciesen los blancos y mulatos, Cuba sería como es Santo
+Domingo. Los cubanos, que de buena fe y de corazón estén con los
+rebeldes, si quieren entrever y columbrar el porvenir que siga á su
+triunfo, bien pueden mirarse en el citado espejo. Harto lo comprenderá
+el señor Clarence King, coincidiendo con mi parecer; pero por cierta
+púdica delicadeza no deja ver el fondo de su pensamiento. El fondo de su
+pensamiento es que Cuba llegue á ser una estrella más en la bandera de
+su patria. Adiós entonces idioma, casta, sangre y linaje españoles en la
+Isla. En ella, al cabo de veinte ó treinta años ó de menos, no se
+hablaría más que inglés. Todo hombre de origen español desaparecería de
+la Isla más pronto que desaparecieron los indios cuando se apoderaron de
+la Isla los españoles.
+
+¿Pero qué mal, qué daño, qué terribles ofensas hemos hecho los españoles
+de la Península á los españoles de Cuba, para que á ser unos con
+nosotros prefieran algo á modo de suicidio colectivo?
+
+Nada prueba menos que el exceso de prueba. Figurémonos que el Sr.
+Clarence King tiene razón; que los españoles no sabemos gobernarnos;
+que nuestra administración es absurda y corrompida. Con esto no probará
+sino una cosa: que si los cubanos toman muy á pecho su desgobierno, no
+deben separarse de España, sino separarse de ellos mismos y ser otros de
+los que son, y convertirse, por ejemplo, en _yankees_. ¿En una nación
+tan democrática como es y ha sido siempre la nuestra, qué diferencia
+puede haber ni hubo nunca entre un español de Cuba ó un español, v. gr.,
+de Málaga, de Loja ó de Logroño? ¿Los que alternan, en España, en el
+poder, con turno más ó menos pacifico, los Narváez, los Cánovas y los
+Sagastas, ¿no pudieron ser cubanos? ¿Qué inferioridad hemos supuesto
+nunca, ni por ley ni por costumbre, que exista entre un español de por
+acá y un español de por allá? La igualdad más perfecta entre todos los
+españoles de la Península y de Ultramar ha sido proclamada siempre en
+leyes, pragmáticas, ordenanzas y decretos. Felipe II la proclamó
+solemnemente con palabras citadas por el mismo Sr. Clarence King. Si
+esta unidad legal existió bajo un poder absoluto, lo mismo era para los
+peninsulares que para los cubanos, y estos últimos no podían pretender
+entonces ser más libres que nosotros. Pero no bien hubo en España una
+Constitución liberal, en 1812, la Asamblea que formó esta Constitución
+declaró, adoptando la elevada idea de Felipe II, que la nación española
+es el conjunto de todos los españoles de ambos hemisferios. Las
+libertades de que desde entonces debieron gozar los peninsulares las
+debieron gozar también los cubanos. No fué culpa nuestra que Fernando
+VII, el Deseado, diese al traste con todas esas libertades, no bien
+volvió á España en 1814. Renacieron dichas libertades en 1820, en
+virtud, por desgracia, de un motín militar, que puede considerarse como
+el pronunciamiento inicial en la larga serie de pronunciamientos que
+después ha habido. Y menos culpa nuestra es aún que, en 1823, así los
+peninsulares como los cubanos, perdiésemos de nuevo las mencionadas
+libertades, por obra de los cien mil hijos de San Luis, sostenidos
+moralmente por la Santa Alianza, ó sea por Rusia, Prusia y Austria, con
+el beneplácito sin duda de la libre Inglaterra.
+
+De cuantas crueldades y tiranías y de cuantas muestras de grosero,
+torcido y falso celo religioso hizo y dió entonces un partido fanático
+por el afán de extinguir en España la civilización moderna y de
+retroceder á una edad de ignorancia y barbarie, que jamás existió y fué
+completamente soñada, más culpa que dicho partido fanático y servil
+tuvieron la Santa Alianza, los franceses que ejecutaron sus órdenes y
+casi toda Europa, abrumando con su peso al pueblo español y desatando
+las manos de Fernando VII para que, en premio de haber peleado por su
+trono, cargase á este pueblo de cadenas. Pero aun así, justo es confesar
+que los cubanos fueron los que menos padecieron, si es que algo
+padecieron, de este último absolutismo de los diez años.
+
+Una prueba más de que no son los españoles peninsulares tan culpables
+de este absolutismo de los diez años, sino de que nos le impusieron las
+más poderosas naciones de Europa, es que desde que en 1834 hubo en
+España un gobierno liberal, los gobiernos de esas naciones se negaron á
+reconocerle, le volvieron la espalda y favorecieron al pretendiente, rey
+de los fanáticos y serviles. El nuevo orden de cosas no fue reconocido
+en España, por Prusia y Austria hasta después de la revolución de 1848,
+y por Rusia hasta 1857.
+
+Y como yo no quiero condenar á nadie en más de lo justo, y menos á
+naciones tan ilustres como Rusia, Prusia y Austria, ni quiero tampoco
+injuriar al partido absolutista español, diré que alguna explicación y
+hasta disculpa tuvieron el odio y el terror de ellos á las modernas
+libertades, ya que tanto glorificaban, como el Sr. Clarence King, la
+primera Revolución francesa. Por pasmosos que hubiesen sido sus triunfos
+guerreros, no bastaban á atenuar las atrocidades de Dantón, Marat y
+Robespierre, y los espantos del _Terror_ y de la guillotina; y fue lo
+peor que todo ello tuviese por resultado un gran genio militar sin duda,
+pero á la vez un déspota, que humilló y ensangrentó la Europa entera,
+sin que el más hábil y sutil profesor de filosofía de la historia pueda
+descubrir, fuera de la ambición personal, del prurito de elevar á la
+familia y á los amigos, y del afán del predominio de un pueblo sobre los
+otros, propósitos y fines altos y providenciales, parecidos á los que
+más ó menos conscientemente tuvieron Alejandro y César.
+
+Será pensamiento mío, que tal vez escandalice á muchas personas, pero
+que ahora se me ocurre y no puedo menos de expresarle: la primera
+Revolución francesa, en vez de acelerar el advenimiento de la libertad
+verdadera y los progresos del linaje humano, vino á atajarlos,
+poniéndoles, como obstáculo que tienen que saltar en su curso, el miedo
+y la repugnancia que los desórdenes y crímenes de la Revolución
+inspiraron.
+
+Como quiera que ello sea, pues sería muy largo discutirlo aquí, vuelvo á
+la cuestión de Cuba. Hoy que tenemos libertad, los cubanos la tienen
+también como nosotros. Sus senadores y sus diputados toman asiento en
+nuestras Cortes. Allí defienden sus intereses, allí piden reformas, allí
+concurren á legislar con los demás representantes del pueblo, y aun son
+más considerados y atendidos. Nunca, pues, la rebelión ha sido menos
+justificada que en el día por motivos políticos.
+
+¿Lo será acaso por motivos económicos? Menos aún. Los cubanos no pagan
+tanta contribución como nosotros. Apenas pagan contribución territorial.
+Pagan en las aduanas. Y si algún empleado de los que van de la
+Península, se enriquece por allá, bien puede afirmarse que no es á costa
+sino con beneficio de ellos, favoreciendo el contrabando.
+
+En lo tocante á la solicitud con que el gobierno de la metrópoli procura
+el fomento de la producción agrícola, de la industria y del comercio de
+Cuba, se llega á un extremo casi increíble. En prueba de ello, baste
+citar el Tratado que los señores Foster y Albacete negociaron en
+Madrid, siendo Presidente de la República el Sr. Arthur, y que el Sr.
+Cleveland, no bien entró en la Casa Blanca, retiró sin consentir que se
+ratificase. Si el Tratado hubiese sido ratificado, los azúcares de Cuba
+hubieran ido á la gran República libres ó casi libres de derechos, y de
+la misma manera hubieran sido recibidas en Cuba las harinas, las carnes
+y muchos productos de la industria anglo-americana. Inútil es ponderar
+la prosperidad y el auge que esto hubiera traído á la perla de las
+Antillas. Para lograr este fin, hubiéramos sacrificado nosotros con buen
+ánimo la agricultura de Castilla, cuyas harinas no hubieran podido
+resistir la competencia, el comercio de Santander, bastante de la
+industria catalana y no cortos intereses de nuestra marina mercante.
+
+Alguna queja tengan acaso los cubanos de que, á fin de proteger la
+industria azucarera peninsular, se grave con demasiado derecho de
+introducción la azúcar de Cuba; pero el fundamento de esta queja es
+aparente cuando se considera el corto consumo que España puede hacer y
+hace de azúcar, en comparación de lo que totalmente produce la Isla, que
+por otra parte cuenta con más ricos, favorables y cercanos mercados.
+
+Dice el Sr. Clarence King, que por codicia, por la riqueza que de la
+Isla sacamos, y por lo que esperamos sacar, nos resistimos á que sea
+independiente y libre. A mi ver, nada hay más falso; y creo que de los
+dieciocho millones que hay de españoles, sólo no pensarán como yo mil ó
+dos mil á lo más. Todos sabemos que en los cuatrocientos años que hace
+ya que poseemos á Cuba, sólo durante quince ó veinte ha habido sobrantes
+en las Cajas de Ultramar. En los otros trescientos ochenta y tantos
+años, Cuba no nos ha valido sino gastos, sacrificios y desazones. ¿Pues
+entonces--dirá el Sr. Clarence King--por qué España no abandona á Cuba?
+La pregunta equivale á la que pudiera hacerse á una buena madre, cuya
+hija mimada no le trajese más que gastos, si se le aconsejara que la
+dejase en plena libertad para que ella se ingeniase y buscase quien con
+más lujo la mantuviera. Conservar á Cuba no es para nosotros cosa de
+provecho, sino punto de honra de que España no puede prescindir.
+
+La nación que ha descubierto, colonizado, cristianizado y civilizado á
+América, tiene más derecho que ninguna á ser y á llamarse americana, aun
+dentro de las doctrinas de Monroe, y tiene el deber sagrado é ineludible
+de sostener este derecho con razones y con armas, hasta donde sus
+fuerzas alcancen y mientras su sangre, su dinero y su crédito no se
+agoten.
+
+No se comprenden los argumentos que se puedan alegar en los Estados
+Unidos para proclamar la beligerancia de los insurrectos cubanos y para
+excitar acaso á otras potencias á que también la declaren. No hubiera
+habido menos motivo para pedir ó declarar hace años la beligerancia del
+Tempranillo, del Chato de Benamejí ó de los Botijas. No se conducen
+mejor Máximo Gómez y su cuadrilla ni atinan con más habilidad á
+escabullirse de sus perseguidores. Las diferencias que hay son
+favorables á aquellos antiguos bandidos de la Península, porque no eran
+incendiarios, y porque, cuando se acogían á indulto, cumplían como
+caballeros y no volvían á las andadas, engañando y burlando á los que
+los habían indultado.
+
+En la pasada guerra civil cubana, el conde de Valmaseda, ofendido de
+estas villanías con que era burlada y pagada la generosidad española,
+dió un bando, no he de negar que harto violento; pero esto no basta para
+justificar la nota dirigida por el Sr. Fish, secretario de Estado, al
+ministro de España en la gran república.
+
+Esta nota es una dura reprimenda hecha en nombre de la civilización
+cristiana y de la humanidad, por alguien que debió de creerse, sin el
+menor interés, representante y Encargado de Negocios de dicha
+civilización y aun del linaje humano, y con autoridad para dirigirse á
+nosotros como á un subordinado suyo. Fueran las que fueran las faltas
+cometidas por el conde de Valmaseda, el Sr. Fish cometió al dirigir la
+nota un atentado contra la soberanía, la autonomía y el decoro de
+España, cuyo ministro, si su gobierno no hubiera sido tan débil y le
+hubiera prestado apoyo, lo menos que hubiera debido hacer es devolver la
+nota sin contestación, dándola por no recibida, como alguna otra nota,
+menos insolente y soberbia, se devolvió en Madrid á un ministro
+anglo-americano.
+
+Ahora, por fortuna, si de algo han pecado el noble general Martínez
+Campos y los demás jefes y autoridades de España en Cuba, ha sido de
+lenidad, de espíritu de conciliación y de generosa confianza. Repito,
+pues, que no se comprenden los argumentos que pueden alegarse en los
+Estados Unidos para declarar la beligerancia de los insurrectos cubanos
+y para excitar á otras potencias á que la declaren.
+
+Ni el gobierno español ni sus agentes han cometido ni cometerán en Cuba
+crueldad alguna. Aunque los foragidos que están asolando el llamado, por
+el Sr. Clarence King, fecundo paraíso, no merecen que las potencias
+cultas de Europa los amparen ó los protejan, no contra nuestra saña,
+sino contra nuestra justicia, yo espero que ésta se temple y mitigue con
+la mayor misericordia; mas no por eso acierto á explicarme que á los
+cabecillas rebeldes, á los principales al menos y á los que no tienen
+siquiera la excusa de ser cubanos y de estar cegados por un mal
+entendido amor á la patria, se les perdone si llegan á caer en poder de
+nuestros soldados. Justo y necesario será algún saludable escarmiento.
+
+Difícil es, cuando no imposible, descubrir el motivo de queja que, en
+nación tan grande y generosa como los Estados Unidos, pueda haber contra
+España, bastante á mover á mucha parte de su ilustrada prensa periódica,
+al Sr. Clarence King y á una respetable comisión de senadores, á que
+pidan, valiéndose de mil injurias contra España, que el gobierno de la
+gran república declare beligerantes á los insurrectos, procure que
+otras potencias también los declaren, y garantice así la impunidad de
+todos ellos para el día en que depongan las armas, cansados de andar á
+salto de mata y de perpetrar toda clase de delitos. Por el contrario,
+España es quien puede quejarse por no pocos motivos: porque la acogida y
+el favor que reciben en aquel país los ingratos y rebeldes hijos de
+España excede sobremanera á la más franca hospitalidad, y porque bien
+puede recelarse que excitado por ellos el gobierno anglo-americano ha
+mostrado con frecuencia cierto prurito de vejarnos y lastimarnos.
+
+Hay una, en mi sentir, detestable costumbre, fundada en torcidos
+principios de Derecho internacional, que prevalece en todas las naciones
+cultas, y no lo negamos, también en España. Hablo de la exagerada
+obligación en que se creen los gobiernos de proteger á sus súbditos en
+país extraño y de pedir, hasta con amenazas, que reciban indemnización
+de perjuicios que se les causen ó pérdidas que tengan.
+
+Los gobiernos, movidos por la opinión pública, extraviada ó violenta,
+reclaman, tal vez sin mucha gana y por cumplir, pero reclaman, y suelen
+nacer de las reclamaciones, tirantez, enfriamiento de amistad y hasta
+conflictos. Y es lo más deplorable, que cuando la potencia que reclama
+es fuerte, humilla á la débil, en ocasiones la atrepella y casi siempre
+le saca el dinero. Y en cambio, cuando es más débil la potencia
+reclamante, en vez de salir airosa, es desdeñada en su reclamación, y
+su súbdito ofendido se queda burlado en vez de lograr ser indemnizado.
+
+Cuando por cualquiera circunstancia se equilibran las fuerzas de las
+potencias reclamante y reclamada, suelen originarse hasta guerras,
+aunque para declararlas se busque ó se invente otro fundamento. Así, por
+ejemplo, si bien se rastrea y aun se escarba hasta llegar á la raíz de
+algunas expediciones belicosas, se verá que nacen de reclamaciones poco
+atendidas de particulares. Probablemente, si Francia y España no
+hubieran reclamado algo en balde para súbditos suyos, tal vez nunca
+hubieran tenido la ocurrencia de favorecer en Méjico á un partido
+monárquico y un tanto aristocrático y de ir allí á levantar el trono,
+que pagó más tarde muy caro un príncipe egregio y bondadoso. Tampoco sin
+reclamaciones hubiera habido guerra del Pacifico, ni bombardeo de
+Valparaíso y del Callao.
+
+Cuando la nación de quien se reclama es débil, sin duda que no hay
+guerra, pero suele haber violencia y atropello. Así, pocos años ha (y
+prescindo de todo disimulo diplomático) Italia contra Colombia.
+
+Véase, pues, con cuánta imparcialidad reconozco que apenas hay potencia,
+incluso España, que no adolezca de esta manía de reclamar exageradamente
+en favor de sus súbditos, establecidos ó de paso, en país extranjero,
+aunque cristiano y civilizado como aquel de que son naturales. A mi ver,
+sería bueno y provechoso decidir en el primer gran Congreso diplomático
+que haya, que esa protección del súbdito en país extranjero no la
+ejerza ninguna potencia cristiana y culta, sino cuando dicho súbdito
+vaya á vivir á un país bárbaro ó resida en él, y que, si reside en un
+país culto y cristiano, como el país de que procede, se someta á las
+leyes, usos y costumbres del país de su nueva residencia, sufra las
+molestias y se exponga á los peligros que allí sufren ó á que allí se
+exponen los demás, y reclame contra cualquier agravio ó daño, no por la
+vía diplomática, sino por los medios y recursos que le preste la
+legislación del país adonde voluntariamente ha ido.
+
+Así se evitarían muchos males. Así se evitaría que, en ocasiones, en vez
+de ser una ventura que venga un extranjero, con capital ó con
+inteligencia ó con ambas cosas, á un país pobre y débil, sea una
+calamidad ó un ominoso preludio de vejámenes y sobresaltos, y así se
+evitaría que el extranjero que pasa de un país débil á un país fuerte
+sea desatendido y acuda en balde, en cualquier reclamación, á su
+legación, á su cónsul ó directamente á su gobierno.
+
+Hasta hoy no se ha pensado en esta reforma del Derecho internacional,
+que ligeramente dejo indicada. No clamo, pues, contra la costumbre
+protectora. No protesto del uso, sino del abuso. Y lo que más lamento es
+que en los Estados Unidos se haya sutilizado y alambicado tanto el uso ó
+el abuso, que no reclaman sólo en favor de legítimos, castizos y nativos
+anglo-americanos, sino en favor de cualquier cubano rebelde que se va á
+la gran república huyendo de la autoridad española por delitos políticos
+que su nueva patria adoptiva no considera como tales. Han procedido de
+aquí muchas reclamaciones, que hemos satisfecho con longanimidad
+lastimosa, por donde los rebeldes, al ver la protección triunfante que
+se les otorga y la condescendencia con que España la acepta y paga,
+desdeñan á España y reciben alicientes y estímulos para rebelarse contra
+ella.
+
+A despecho de tanta dificultad, entre las cuales, como se ve, cuentan
+por algo las que los Estados Unidos nos suscitan, todavía espera la
+mayoría de los españoles, y yo con ella, que Cuba, por ahora, _no ha de
+ser libre_, como el Sr. Clarence King ansía y propone. Esperemos que
+Cuba siga siendo libre, pero española, como la metrópoli desea, pero
+tenga por seguro el Sr. Clarence King que, si por desgracia y lo que
+Dios no permita, se agotasen nuestros recursos y tuviésemos que
+abandonar la gran Antilla, no hay español peninsular que sueñe por
+espíritu vengativo con que aquello se vuelva ó _yankee_ ó _merienda de
+negros_. Por cima del patriotismo y más allá del patriotismo, vive y
+alienta en nosotros el amor de casta ó de raza. Ojalá, primero, que Cuba
+siga siendo española; pero si Cuba deja de serlo, ojalá que sea pronto,
+para gloria y satisfacción de la antigua madre patria, una gran
+república cultísima y floreciente. Entonces, Máximo Gómez, por ejemplo,
+á quien ahora fusilaríamos ó ahorcaríamos sin escrúpulo y para cumplir
+con una penosa obligación, brillaría con aplauso nuestro, á la altura de
+los egregios libertadores; podría ponerse al nivel de Simón Bolívar y de
+Jorge Washington y tener estatuas y monumentos como los que ellos
+tienen. Lo malo es que bien se puede apostar uno contra mil á que ese
+estado de florecimiento y de grandeza no llegará para Cuba, ni en muchos
+siglos, si prematuramente y con marcada y notoria ingratitud, lograra
+separarse ahora de la metrópoli. Queden, pues, tranquilos los
+anglo-americanos y los hispano-americanos, y no recelen, que ni á Jorge
+Washington ni á Simón Bolívar le suscite el cielo ó el destino un rival
+de gloria.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA ESPAÑA
+
+
+Desde que empezó la funesta guerra de Cuba hasta el día de hoy, en medio
+de los enormes disgustos y cuidados que nos afligen, algo hay que
+celebrar, sirviéndonos de consuelo y dándonos esperanza de un éxito
+dichoso.
+
+Celebremos pues, en primer lugar, el acendrado y generoso patriotismo
+del pueblo español que, por una causa que no puede traernos provecho,
+pero en la que está interesada la honra nacional, sufre con resignación
+y hasta con gusto los grandes sacrificios de sangre y de dinero que se
+le han impuesto y que se le impondrán en lo futuro. Y celebremos además,
+prescindiendo de todo interés de partido, la enérgica y atinada
+actividad con que el general Azcárraga, ministro de la Guerra, ha
+logrado enviar á la grande Antilla, con extraordinaria rapidez, los
+hombres y los recursos que allí se requieren, para que la rebelión pueda
+ser sofocada.
+
+Poco propicia ha sido hasta ahora la fortuna á nuestros generales,
+cuando consideramos la magnitud de los medios que la nación y su
+Gobierno les suministran; pero España no debe ni puede censurarlos,
+antes conviene que los elogie y aun los bendiga porque no desesperan de
+la salud de la patria.
+
+De un general pueden exigirse valor, serenidad, autoridad y pericia en
+las cosas militares. Lo que no puede exigirse, no siendo lícito culpar á
+nadie de que le falte, es aquella inspiración maravillosa que el genio
+de la guerra infunde á veces en el alma de los grandes capitanes y por
+cuya virtud obtienen triunfos que todas las ciencias bélicas y las
+estrategias más profundas jamás explican. En Gonzalo de Córdoba y en
+Hernán Cortés, por ejemplo, hay un no sé qué de sobrenatural que nos
+pasma y con lo que sería delirio contar para todas las ocasiones.
+
+En la ocasión presente y desistiendo de exigir como obligación ó como
+deber las inspiraciones ó los milagros del genio, nuestros generales,
+antes Martínez Campos y ahora Weyler, merecen aprobación y aun aplauso.
+Los justifica, sobre todo, la destreza del enemigo para rehuir el
+combate, escapar á la persecución y escabullirse y esconderse. En la
+gran extensión de la isla, en sus bosques y ciénagas, en lo quebrado y
+áspero del terreno á veces y en lo insalubre y mortífero de aquel clima
+para los europeos, encuentran apoyo los insurrectos, y nuestros soldados
+obstáculos harto difíciles de superar. Si recordamos que en la primera
+mitad de este siglo hubo en Andalucía foragidos como el Tempranillo, el
+Chato de Benamejí, el Cojo de Encinas Reales, Navarro y Caparrota, y que
+teniendo cada cual una cuadrilla de diez ó doce hombres á lo más, en
+campo raso, donde, si á veces el terreno es quebrado, no hay selvas
+tupidas ni lugares pantanosos, todavía burlaron las persecuciones y se
+sustrajeron durante largos años á las batidas que dió el poder público
+para cazarlos, no debemos extrañar que, á pesar de nuestro valeroso y
+valiente ejército, recorran la isla Antonio Maceo, Máximo Gómez y otros
+malhechores, con disfraz de patriotas, y que talen, incendien y saqueen
+sin que se haya logrado aún capturarlos é imponerles el castigo que
+merecen.
+
+La disculpa del poco éxito alcanzado hasta ahora no puede tener
+fundamento más sólido ni más claro.
+
+En cambio son dignos de omnímodas alabanzas, singularmente en el general
+Martínez Campos, el noble patriotismo y la suprema abnegación con que
+fué á Cuba, exponiéndose en una lucha sin gloria á la mengua ó á la
+pérdida de su crédito, que ya no podía ser mayor. Y no menos alabanza
+piden la lenidad, la dulzura y el espíritu de conciliación con que el
+general Martínez Campos, durante todo el tiempo que ha mandado en la
+isla, ha tratado á los diferentes partidos políticos que en ella hay,
+sin excluir á los que llenos de imperdonable ingratitud hacia la
+metrópoli y ciegos por ambición ó por falso y torcido amor al suelo
+natal, anhelan y buscan la separación de Cuba y de España.
+
+A pesar de esta conducta circunspecta y humana del general Martínez
+Campos, en nada desmentida hasta el día por su sucesor el general
+Weyler, y á pesar de que los insurrectos no tienen residencia fija ni
+guarida permanente, sino que andan á salto de mata, más que como
+soldados como ladrones, ha ocurrido lo que á nadie sorprende, porque se
+preveía; pero lo que á toda persona honrada y juiciosa escandaliza y
+aturde. El Senado anglo-americano, después de larga discusión, en que
+muchos de sus más notables individuos se han desatado en groserísimas
+injurias contra España, ha estimulado y autorizado al presidente
+Cleveland para que, en el momento que considere más oportuno, declare la
+beligerancia de los insurrectos.
+
+Durísimo, feroz es el ultraje que el Senado anglo-americano ha hecho á
+España y que la Cámara de representantes de la misma República casi por
+unanimidad ha confirmado luego; pero aunque los periódicos más
+acreditados de la Península miran con calma la ofensa que hemos recibido
+y recomiendan al pueblo español prudencia y sufrimiento, todavía quiero
+yo, valga por lo que valga y hasta donde mi voz pueda ser oída,
+recomendar prudencia y sufrimientos mayores.
+
+Es innegable que en la resolución que se ha tomado y en los motivos que
+se han alegado para tomarla se nos ha hecho el insulto más sangriento
+que hacer se puede. Un sujeto cualquiera, medianamente celoso de su
+honra, ofendido así por otro sujeto, quedaría afrentado, humillado y
+escarnecido si no pidiese y buscase la venganza en un duelo á muerte.
+Pero ¿qué paridad hay entre lo que sucede y debe suceder cuando se trata
+de particulares y lo que sucede y debe suceder entre dos potencias
+soberanas?
+
+Los padrinos de los particulares desafiados, cumpliendo con las leyes
+del honor y del duelo, no consienten que nadie riña en él con ventaja,
+ni uno contra cuatro, ni con mejores ni más poderosas armas éste que el
+otro, sino que todo lo equilibran procurando la posible igualdad de
+fuerzas ó de destreza y de probabilidades del triunfo. Muy bueno y
+deseable sería que no hubiese riñas sino paz entre los hombres; pero ya
+que hay riñas, es laudable y extraordinario progreso el desafío bien
+ordenado entre particulares. Por el contrario, la guerra entre naciones,
+á pesar de cuanto han ganado los usos y costumbres, y á pesar de los
+decantados progresos del derecho de gentes, sigue siendo casi tan
+desordenada y salvaje como en los tiempos antiguos, por más que esto se
+vele ó disimule con refinamientos hipócritas. Una nación, aislada como
+lo está España, con menos de la cuarta parte de habitantes que tienen
+los Estados Unidos y con muchísimos menos recursos pecuniarios para
+comprar ó fabricar los costosísimos medios de destrucción que hoy se
+emplean, incurriría en un heroico delirio y cometería un acto de
+inaudita temeridad en provocar á dichos Estados, pidiéndoles, con
+sobrada energía, satisfacción de una injuria, que, en mi sentir, se
+puede por ahora disimular sin desdoro. Obvias son las razones que tengo
+para aconsejar este prudente disimulo, por parte de los poderes
+públicos, se entiende, y quedando á salvo la lengua y la pluma de cada
+ciudadano español, para devolver con creces agravio por agravio y para
+desahogarse hasta quedar satisfecho y pagado.
+
+Entiendo con esto que un desahogo particular, con el motivo de que vamos
+tratando, es disculpable, aunque á poco ó á nada conduzca: pero
+cualquiera manifestación colectiva en ofensa y en odio de la gran
+República Norteamericana sería hoy por todos estilos perjudicial y
+contraproducente, y nos quitaría mucha parte de la razón, de que debemos
+cargarnos. Veo, pues, con verdadero contento la circunspección y el
+juicio con que casi todos los periódicos de España aconsejan al pueblo
+que se abstenga de tales manifestaciones, y la prudente energía con que
+el Gobierno se apercibe á prevenirlas ó á reprimirlas.
+
+Pero yo aún voy más allá en excitar al Gobierno á la longanimidad y á la
+paciencia. Creo que el Gobierno no debe siquiera pedir por la vía
+diplomática satisfacción al gobierno de Washington por las groseras
+injurias y calumnias que han lanzado contra España varios senadores
+desde el Capitolio de Washington.
+
+Hay que tener en cuenta que en aquella gran República no suelen ser los
+_politicians_ las gentes más estimadas, mejor educadas y más sensatas:
+que por allí no se guardan en las discusiones públicas el mismo decoro y
+la misma cortesía que en los Parlamentos europeos, y que en el estilo y
+hasta en los modales se advierte cierta selvática rudeza, por influjo
+acaso del medio ambiente, por cierto atavismo, no transmitido por
+generación como el pecado original, sino por el aire que en aquellos
+círculos políticos se respira. Cuando en los escaños de un Cuerpo
+colegislador se masca tabaco, se colocan los pies más altos que la
+cabeza, y cada senador se entretiene con un cuchillito y un tarugo de
+madera en llenar el suelo de virutas, no es de extrañar que se digan y
+se aplaudan las mayores ferocidades, como si oradores y oyentes
+estuviesen tomados del vino.
+
+No prueba esto, ni mucho menos, que la mayoría de aquella gran nación
+piense y sienta como sus apasionados _politicians_; antes es de esperar
+que esa mayoría, si con quejas violentas no la solevantamos nosotros y
+no nos enajenamos su voluntad, proteste, al ver nuestra serenidad y
+nuestra cordura, contra los agravios que los senadores nos han inferido
+y dé con su protesta el conveniente vigor y el indispensable apoyo al
+presidente Sr. Cleveland, para que él proteste también sin que nosotros
+lo pidamos ó lo exijamos y para que no se prevalga de la insinuación y
+del permiso con que le excitan y facultan á reconocer la beligerancia.
+
+Claro está que el Gobierno español debe estar prevenido para todo
+evento, sin que ninguno por peligroso que sea, le sorprenda ó le
+asuste; pero, al mismo tiempo, nos atrevemos á recomendarle placidez y
+calma.
+
+Aun suponiendo al Sr. Cleveland amigo de España ó amigo al menos de la
+justicia, no comprendo qué nos propondríamos lograr si de oficio pidiera
+satisfacción nuestro Gobierno de las injurias que nos han dirigido los
+senadores. Inútilmente pondríamos al Sr. Cleveland en el mayor apuro, ya
+que él no tiene fuerza para castigar á los senadores que se han
+insolentado contra nosotros ni para moverlos á que se retracten y canten
+la palinodia. Lo más que el Presidente podría hacer, sacrificando acaso
+un poco de su popularidad é indisponiéndose con los senadores para estar
+fino y amable con nosotros, sería decir que deploraba que nos hubiesen
+injuriado. Tal función de desagravios es tan triste y tan incompleta que
+lo mejor es que no la haya. Lo mejor es que el Gobierno español no
+aspire á que el Sr. Cleveland declare que nos tiene algo á modo de
+lástima.
+
+En suma, á pesar de las ofensas que se nos han hecho hasta ahora en el
+Senado, y á pesar de que yo doy por seguro que no han sido menores las
+que se nos han hecho en el Congreso, yo creo que el Gobierno de la
+nación española no debe darse por entendido, ni considerarse herido de
+semejantes ofensas, ni formular contra ellas en documento oficial la
+queja más mínima. Esta queja sería una confesión de que nos han tocado y
+maltratado, sería poner á la nación española al nivel de sus
+detractores, sería confesar que los tiros de éstos han subido muy alto y
+han tenido fuerza para atravesar el escudo del soberano desprecio con
+que España debe desdeñarlos.
+
+España, prescindiendo de la resolución que en pos de los insultos puede
+venir, arrastrándonos fatalmente á una guerra sangrienta y ruinosa, y
+considerando sólo los insultos, conviene que los juzgue y condene con
+las palabras mismas del gran poeta inglés: _«Tales told by idiots, full
+of sound and fury, signifying nothing»._
+
+En los momentos difíciles en que se halla en el día la nación española,
+es antipatriótico todo espíritu de oposición contra el Gobierno. Debemos
+desear que acierte, y para su acierto debemos coadyuvar en la medida de
+nuestras fuerzas, sin poner el menor estorbo y sin apelar á la censura
+ni mostrar disgustos sino en casos extremos. A fin de no precipitar al
+Gobierno á un rompimiento prematuro con los Estados Unidos, lo primero
+que importa comprender es que no se debe ligeramente pensar que el honor
+de España está ofendido y comprometido por aquello y en aquello por lo
+que no puede estarlo. Válganos una comparación para aclarar este
+concepto. Si un solo hombre se viese acometido por cuatro ó por más
+locos furiosos, mejor armados y con mayores medios de defensa y de
+ofensa, y los cuatro le insultasen, y además quisiesen con amenazas
+intervenir en los negocios de él y hasta disponer y apoderarse de su
+hacienda, el hombre así atacado lo primero que haría sería prescindir
+de los insultos y procurar pidiendo auxilio y por todos los medios
+rechazar las injustas pretensiones y exigencias de sus poderosos
+agresores. En último resultado, si permaneciese solo y nadie acudiese en
+su ayuda, lo noble y lo heroico sería combatir él solo contra los cuatro
+hasta vencerlos ó morir; pero también sería delirio, y vanidad y
+pundonor mal entendido el combatir solo y desde luego sin intentar que
+alguien viniese en nombre de la equidad y de la justicia á poner á raya
+á su enemigo y á evitar la desigual é injusta contienda con que su
+enemigo le amenazaba si no cedía ó se humillaba á su capricho, á su
+soberbia y á su codicia acaso.
+
+Quiero significar con esto que, á mi ver, el Gobierno español, sin
+dirigir la menor queja al de Washington, en lenguaje tan templado y
+circunspecto como firme, en nota circular dirigida á las principales
+naciones de Europa, debe escribir una protesta contra la resolución
+tomada por el Senado y por el Congreso de los Estados Unidos,
+demostrando con razonamientos y autoridades y citas que los mencionados
+Cuerpos Colegisladores han infringido el derecho de gentes al declarar
+beligerantes á unos foragidos, han faltado á las buenas relaciones de
+amistad con España fomentando y favoreciendo el espíritu de rebelión de
+algunos cubanos, y han desconocido la autonomía y soberanía de España
+osando amenazarla con intervenir en sus interiores asuntos y excitándola
+á que se desprenda de gran parte de su territorio y de la población que
+hay en él, lo cual es todo suyo legítimamente desde hace cuatro siglos.
+
+Yo no puedo creer que Francia, Inglaterra, Alemania y otras grandes
+potencias de Europa dejen de darnos la razón: no se pongan de nuestro
+lado á fin de impedir que violentamente se nos veje y se nos quiera
+despojar de lo que poseemos, amenazándonos con una guerra injusta y
+harto poco gloriosa para el que con ella nos amenaza, confiado en la
+descomunal superioridad de sus fuerzas en hombres y en dinero.
+
+Durante siglos España ha demostrado su valor, y bien puede ahora, sin
+recelar que la acusen de pusilánime, llegar al último extremo de la
+prudencia y de la cordura y pedir apoyo y favor contra un enemigo
+reconocidamente más fuerte que ella y que trata de abusar de su fuerza.
+Asimismo es muy humano y muy conveniente á la civilización evitar hasta
+donde sea posible la efusión de sangre, los estragos, la paralización
+del comercio y las grandes pérdidas de riqueza que una guerra trae
+consigo. Nadie nos podría zaherir por esquivar esta guerra, dejando á
+salvo nuestra independiente soberanía y conservando, sin acudir á las
+armas y merced al apoyo de grandes potencias, la integridad de nuestro
+territorio.
+
+Enorme desventura sería si después de dar este paso nadie nos acudiese y
+permaneciésemos tan aislados como estamos ahora. Para entonces es para
+cuando conviene tener nuestra energía como contenida y represada y
+hacer brioso alarde de ella con viril serenidad, arrostrando todos los
+peligros, confiando en Dios y en nuestro derecho, y combatiendo solos
+contra los Estados Unidos, aunque fuesen mil veces más poderosos de lo
+que son, sin desesperar del triunfo, ó sin hacerle pagar muy caro al
+menos.
+
+Lo pasado ya no tiene remedio. De lo pasado no debiera hablarse si no
+encerrara una lección y un escarmiento para el porvenir.
+
+Menester es confesarlo. En el aislamiento de España hay de nuestra parte
+no pequeña culpa. Cuantos gobiernos y cuantos partidos han estado en
+España en el poder, desde hace muchos años, han propendido al
+aislamiento, movidos por una prudencia mal entendida y por un concepto
+equivocado y mezquino de la importancia y del valer de la nación cuyos
+destinos dirigían. Deberes hay que España no puede desatender y hay
+aspiraciones y propósitos que el alma de la nación no puede ahogar en su
+centro, aunque se esfuerce por ahogarlos. Son los deberes la
+conservación de las Antillas y de los archipiélagos que poseemos en el
+Pacífico. Nuestras aspiraciones, providencial ó fatalmente impuestas por
+nuestra misma historia, están en que nadie sin contar con nosotros
+domine en Marruecos; en estrechar cada vez más nuestras relaciones con
+los portugueses; y en conservar, ya que los lazos políticos están rotos,
+la unidad de civilización, de idioma y de casta entre esta península y
+las que fueron sus colonias y hoy son repúblicas independientes,
+procurando y anhelando, con poco menos ahinco é interés que nuestra
+prosperidad y auge los de las repúblicas hispano-americanas, hacia las
+cuáles nos inclina un orgullo paternal que no quisiéramos ver abatido y
+burlado.
+
+Con tales propósitos y miras, el retraimiento de España es imposible: el
+afán de sus gobernantes de no exponerla lanzándola en aventuras, la ha
+expuesto más dejándola sola. Hasta nuestro desmesurado proteccionismo ha
+contribuído á enajenarnos la voluntad ó á entibiar al menos el afecto
+que pudieran sentir por nosotros algunas potencias de primer orden. No
+nos ha valido para estímulo el ejemplo de otras naciones, que buscando
+alianzas y aventurando algo han alcanzado bienes que parecían
+inasequibles y como delirios de un ensueño. Así el Piamonte, vencido y
+ruinosamente multado, después de Novara, ha venido á lograr lo que en
+balde se pretendía desde hace siglos: la unidad de Italia, sólo
+momentáneamente lograda bajo el cetro del rey bárbaro Teodorico.
+Austria, para tener apoyo y alianza, se ha unido en estrecha amistad con
+los dos pueblos que más la han agraviado: con los italianos, que han
+conseguido arrebatarle el Milanesado y el Véneto, y con los prusianos,
+que la vencieron y la despojaron de la hegemonía en Alemania. Francia
+misma, desechando antiguas enemistades, busca con fina y constante
+solicitud la amistad de los rusos y los lisonjea y los encomia, poniendo
+de moda hasta las rarezas y excentricidades de sus escritores. Tal vez
+España sea la única nación que por el afán de no comprometerse ha
+esquivado toda amistad y se ha quedado sola. Si sigue así, si nadie
+acude á sostenerla, escarmentará al verse en tan cruel abandono.
+
+Por fortuna, aun sin contar con alianzas que no hemos buscado y con
+simpatías que no hemos procurado crear ni fomentar, todavía nos queda
+alguna esperanza de que las grandes potencias de Europa se pongan de
+nuestro lado, vuelvan por nosotros y hagan respetar nuestro derecho.
+Sería extraño que sufriese en silencio el presuntuoso descaro con que
+los diputados y senadores _yankees_ se constituyen en tribunal del
+humano linaje, en hierofantes de la filantropía y la cultura, reprobando
+y anatematizando la conducta de una nación soberana en su gobierno
+interior, sometiéndola á su fallo y tratando de imponerle castigos
+infamantes, de desmembrarla á su antojo y de despojarla de parte de sus
+bienes. Todavía es más odiosa y ridícula esta pretensión al notar que se
+apoya en la necia doctrina de Monroe. ¿Qué significa racionalmente que
+América ha de ser para los americanos? ¿Dónde están los americanos á
+quienes América en todo caso pertenece? Los que han dejado vivos los
+_yankees_ están acorralados como toros bravos en una dehesa ó como
+jabalíes en un coto. Fuera de esto, América es y seguirá siendo, durante
+muchos siglos, de los europeos. La religión, la ciencia, la cultura, los
+idiomas en que se habla y se escribe, todo es allí de Europa. Si ha
+habido allí algunos historiadores ilustres, algunos poetas inspirados,
+y tal cual mediano pensador, en inglés, en portugués ó en español han
+escrito; si algo han inventado, no ha sido lo bastante, ni para torcer
+el rumbo, ni para acelerar el paso y aumentar el vigor y la firmeza con
+que la humanidad sigue su marcha progresiva elevándose á superiores
+esferas. Todo cuanto los _yankees_ han pensado, inventado ó escrito,
+podrá ser un brillante apéndice; pero no es más que un apéndice de la
+civilización inglesa. Será una cola muy lucida, pero no es más que la
+cola. El núcleo, el foco, el centro luminoso, el primer móvil, cuanto
+ilumina y mueve aún á la humanidad en su camino, está en Europa y no ha
+pasado á América ni es de temer que pase. La antorcha del saber y de la
+inteligencia, la férula del magisterio, el timón de la nave, el cetro de
+la soberanía mental están en Europa desde hace tres mil años.
+
+Ni los persas, ni los cartagineses, ni los árabes, ni los tártaros, ni
+los turcos, lograron arrebatárnoslos en sus ingentes y tremendas
+expansiones. Es, pues, cosa de risa el prurito de los _yankees_, su mal
+disimulado deseo de arrebatárnoslos ahora. Y si no pretenden esto, si no
+aspiran sino á un nuevo divorcio entre ambos hemisferios ¿qué significa
+la doctrina de Monroe? Todavía en las Repúblicas hispano-americanas, si
+la suerte les hubiera sido más favorable y si no estuvieran tan
+abatidas, la doctrina de Monroe tendría explicación, tendría fundamento
+justificado. Allí hay un elemento indígena: allí hay americanos de
+verdad. Hasta de la mezcla de la sangre española con la sangre india,
+se podría suponer que ha nacido y que se desenvolverá una raza distinta
+y acaso superior á la europea. ¿Pero en los Estados Unidos hay algo más
+que el suelo que sea americano? ¿Qué significa pues la manoseada frase
+«para los americanos América?» ¿Con qué razón, con qué derecho, á no ser
+por la fuerza cuando la tengan, tratarán los _yankees_ de echar de
+América primero á España, y después á Inglaterra, á Francia, á Holanda y
+á Dinamarca, que son tan americanas como los _yankees_ y han merecido y
+merecen más aplauso y gratitud de América, porque la han colonizado,
+civilizado y cristianizado, implantando en ella todo el saber, toda la
+virtud y todos los gérmenes de poder y de grandeza de que los _yankees_
+andan ahora tan orgullosos?
+
+Al redactar este escrito me dejo llevar por un impulso involuntario,
+reconociendo lo poco que importa mi protesta y lo débil que es este
+alarde de patriotismo al lado de los que hacen y seguirán haciendo
+muchos generosos y nobles españoles, como, por ejemplo, los que residen
+en Méjico, y en la Península el sabio Obispo de Oviedo y el noble
+Marqués de Comillas. Avergonzado por ellos de mi insignificancia, he
+vacilado, durante algunos días, en dar á la estampa este escrito.
+
+Igualmente me han hecho vacilar el respeto y el afecto que profeso aún á
+la nación anglo-americana, á pesar de las injurias de que sus
+representantes nos han colmado, porque yo no quisiera por ningún
+estilo, al devolver á dichos representantes agravio por agravio, que
+alguien imaginase que yo trataba de ofender á su nación aunque por ser
+nosotros calumniados y engañada ella por vulgares prejuicios que han
+difundido y difunden rastreros escritores, estuviésemos empeñados en una
+lucha que no tiene razón de ser. Estos rastreros escritores se han
+complacido en pintarnos á los ojos del vulgo de sus compatricios como
+una nación de fanáticos y de malvados. Casi les hacen creer que tenemos
+Inquisición todavía y que hemos asesinado jurídicamente, cuando la
+tuvimos, centenares y centenares de hombres. Se han callado muy bien, ó
+por mala fe ó por ignorancia, que en cualquiera de las naciones más
+cultas y urbanas de Europa, y sin tener Inquisición, se han cometido más
+crueldades, se han elevado más cadalsos, se han encendido más hogueras,
+y ha hecho más víctimas que en España la superstición religiosa. En
+Inglaterra, metrópoli de los Estados Unidos, cuentan autores ingleses
+sobre treinta mil brujos y brujas ajusticiados; víctimas del fanatismo
+han perecido allí reyes y reinas, y mártires tan gloriosos como Tomás
+Moro.
+
+Lutero, Calvino y Knox sólo pedían libertad religiosa cuando estaban en
+minoría. En Escocia aún se quemaban brujas en el siglo pasado. Y en los
+mismos Estados Unidos, sólo en Salem (Massachusetts), se han cometido
+más atrocidades y asesinatos jurídicos, únicamente á causa de la
+brujería, que por causa ó pretexto de religión cometió el Santo Oficio
+en toda la América entonces española desde Texas y California hasta el
+estrecho de Magallanes.
+
+Yo no creo que los mulatos rebeldes y los negros cimarrones de Cuba
+despierten profundas simpatías en el alma de los legisladores _yankees_,
+ni que les den esperanza de que, declarados ya independientes, formen
+una República superior á la de Haïti, y contribuyan más que nosotros al
+progreso y al bienestar del linaje humano y al florecimiento y auge de
+la agricultura, de la industria y del comercio. Para mí, pues, es
+evidente que no por amor de ellos, sino por odio á nosotros, ambas
+Asambleas de la Unión los protegen. Y este odio, que deploro, es el que
+yo quisiera ver disipado. Tengo por innegable que en ningún corazón
+español, á pesar de los ultrajes recibidos, existe tal odio. Sin él, y
+sólo por necesidad, iremos á la pelea, si se nos acosa: si se nos pone,
+como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared. Doloroso será
+entonces tener que pelear contra un pueblo, en quien no podemos menos de
+admirar excelentes prendas y elevados impulsos, enteramente contrarios á
+los que le exciten á esta injusta contienda.
+
+Lo que yo admiro más en los Estados Unidos, hasta por el candor juvenil
+y casi infantil del sentimiento, es su prurito de acometer portentosas y
+difíciles empresas y de ver si logran sobrepujar en todo á los europeos.
+Hay en Europa casas de siete pisos, pues los _yankees_ las construyen
+de catorce; hay en Europa monumentos altísimos, pues los _yankees_ los
+construyen cincuenta codos más altos; hay en Europa regios alcázares,
+cuya base se extiende sobre centenares de metros cuadrados, pues los
+_yankees_ harán que se extiendan sobre millares de metros cuadrados sus
+alcázares republicanos. Todo en América ha de ser más alto y más grande
+que en Europa. ¿No está, por consiguiente, en contradicción con este
+empeño de superioridad; con el _Excelsior_, tan hermosamente cantado por
+un poeta _yankee_ y tomado como lema y santo y seña de su nación, el
+querer intimidar con amenazas y fieros á una nación que se cree débil,
+para fomentar la rebelión de gente á quien no es posible que se estime y
+para atropellar legítimos derechos? El mismo Presidente Cleveland y todo
+el pueblo anglo-americano debieran protestar, sin que nadie abogase por
+nosotros, contra los arrebatos violentos y ciegos de que se han dejado
+llevar sus Cuerpos Colegisladores.
+
+Hubo en los Estados Unidos, y hay aún, porque supongo que vive, un
+cierto coronel Ingersoll que quiso, en su especialidad, como otros
+compatriotas suyos, ir más allá que todos los europeos. Era su
+especialidad un terrible aborrecimiento á Dios y un decidido empeño de
+expulsarle del universo, á fin que libre del despotismo divino fuese más
+dichoso el humano linaje. Para esta expulsión de Dios alegaba el coronel
+la crueldad con que Dios castiga en el infierno á los pecadores. Decía
+él que si su mujer, un tío suyo ó cualquiera de sus camaradas,
+estuviese sufriendo las penas eternas, y él estuviese en el cielo, le
+diría á Dios cuatro frescas y se iría también al infierno con su gente.
+Pero á esto se me ocurre objetar: ¿no sería mejor y más prudente en vez
+de pelearse con Dios, insultarle y llamarle tirano, creer que es bueno y
+hasta que todo eso de las penas eternas puede ser una calumnia que le
+han levantado á Dios en las Edades Tenebrosas, como el coronel Ingersoll
+las llama? Pues aplíquese el cuento al caso presente, y en vez de querer
+arrojarnos de Cuba y de insultarnos por lo crueles que somos,
+reconózcase y confiésese que no hay tal crueldad de nuestra parte, sino
+exagerada blandura con los mambises depredadores é incendiarios. Esto
+sería lo razonable y lo justo: que el coronel Ingersoll dejase á Dios en
+paz en el cielo y se contentase con poner las peras á cuarto á Moisés y
+con demostrar que no supo tanta química y tanta geología como él sabe, y
+que sus compatricios nos dejasen á nosotros en paz en Cuba, reconociendo
+que la hemos de cuidar mejor que los insurrectos si llegan á ser
+independientes, aunque no acertemos á hacer de Cuba el Paraíso que
+harían de ella los _yankees_, más sabios que nosotros en artes mecánicas
+y mejor iluminados y obsesos por los genios del comercio y de la
+industria.
+
+En suma, yo tengo cierta vaga esperanza, y pido fervorosamente al cielo
+que se realice, de que las grandes potencias de Europa, que forman
+tácita confederación para dirigir y ordenar la marcha civilizadora de
+nuestra especie, no contemplen con indiferencia la atroz iniquidad de
+que pretenden las Cámaras anglo-americanas hacernos blanco y objeto.
+Hasta confío aún en que la masa del pueblo de la Unión vuelva en sí,
+retroceda del camino por que quieren lanzarla, se llene de honrados
+escrúpulos, y vea y note cuanto hay de cobarde, de ruín y alevoso, en
+querer aprovecharse para humillarnos de nuestra verdadera ó aparente
+postración y de los disturbios que nos abruman. Yo no me atrevo á creer
+que ese pueblo, hoy en toda la lozanía, crecimiento y vigor de su
+mocedad, pretenda lucirse haciendo el feo papel de sacudir la coz del
+asno contra el león que juzga moribundo. Por todo esto, es tan posible
+como deseable que el conflicto que se ha promovido no acabe por
+estallar, con horroroso estrago, como bomba de dinamita, sino que se
+quiebre y se desvanezca en el aire como ténue bola de jabón y de agua.
+
+En vista de lo que queda expuesto, apenas es creíble que Inglaterra,
+Francia y las demás naciones de Europa que en América tienen colonias se
+crucen de brazos, y sólo por la culpa de que somos débiles, ó de que
+consideran que somos débiles, dejen sin chistar y sin mostrar el menor
+enojo que los Estados Unidos nos insulten, nos vejen y nos despojen.
+
+Pongámonos, sin embargo, en lo peor. Demos ya por seguro que nadie acude
+á nuestro lado y que sin freno que los contenga, los _yankees_ persisten
+en sus exigencias y en su furia. Aun así, yo afirmo que debemos
+pasarnos de modestos, de pacíficos y de prudentes. El límite de nuestro
+sufrimiento debe ser el último límite. El Gobierno español, con paternal
+cuidado y amoroso desvelo, debe evitar cuanto sea posible los crueles
+sacrificios de vidas y de haciendas á que una guerra desigual nos
+obligue; pero llegados ya al último límite, nos conviene entender que es
+consejo y no precepto evangélico aquello de que: si te piden la capa da
+también la túnica. No, no debemos dar ni túnica ni capa; no debemos
+entregar á la codicia ó á la soberbia de los _yankees_ ni un palmo de
+terreno en la isla de Cuba; ni debemos tampoco continuar pagándoles
+tributos como por virtud de injustas y arbitrarias reclamaciones de
+indemnización nos los han hecho pagar durante muchos años, humillándonos
+al pagarlos. Antes de sufrir tanto oprobio y tan honda caída,
+desvanecidas ya todas las esperanzas de paz honrosa, declaremos la
+guerra á los Estados Unidos, hagámosla con valor, y aunque nuestro
+triunfo definitivo parezca milagro, confiemos y creamos en que la era de
+los milagros no pasó todavía.
+
+¿Quién sabe si el sacudimiento terrible que tendrá que producir esta
+guerra no será una crisis saludable que nos levante de la postración en
+que estamos y nos coloque de nuevo entré las grandes naciones del mundo?
+Unidos todos en un esfuerzo común, olvidaremos nuestras divisiones de
+partidos, nuestras rencillas políticas y nuestros desventurados
+regionalismos. No seremos republicanos, ni carlistas; canovistas, ni
+sagastinos; pero seremos ministeriales todos; y no nos jactaremos de ser
+aragoneses, catalanes, castellanos ó vascos, porque todos seremos
+españoles.
+
+Nuestro ejército, lejos de lamentar la guerra, se alegrará de que,
+merced á la guerra, podrá luchar con alguien que dé la cara, que no sean
+foragidos que huyen y se esconden, y en cuyo vencimiento se puede
+alcanzar alguna gloria. Nuestros generales, por último, se alegrarán más
+aún, porque tendrán ocasión de mostrar lo que valen, en vez de jugar al
+escondite con enemigos que se ocultan y de sacrificar á sus soldados, no
+por exponerlos á las balas de esos enemigos y á sus celadas y sorpresas,
+sino por las inclemencias y las fiebres de un clima mortífero para
+ellos.
+
+Aunque soy optimista, aunque no pierdo nunca la esperanza, aunque creo
+que ahora tienen los españoles el mismo gran ser que tuvieron á fines
+del siglo XV y durante todo el siglo XVI, cuando fué el apogeo de su
+gloria, si bien no temo la guerra, tampoco la deseo. No tienen la culpa
+los ciudadanos de los Estados Unidos en general de la soberbia
+disparatada, de la ignorancia y de la codicia de sus representantes y de
+sus senadores. Y yo, sin poderlo remediar, no excluyo de mi amor por el
+linaje humano al pueblo de los Estados Unidos, donde hubo y hay hombres
+y cosas que me son simpáticos: elegantes é inspirados poetas como
+Longfellow, Russel-Lowell y Whitier; algunos pensadores, si poco
+originales, discretos é ingeniosos como Emerson, imitador de Tomás
+Carlysle; varios historiadores, aunque poco profundos, amenos y
+agradables de leer, salvo cuando tratan de sus propios asuntos, porque
+entonces suelen ser más pesados que el plomo; varios divertidos
+novelistas, y sobre todo, hombres de tan aguda inventiva que ya brillan
+como Edison, empleando la electricidad en no pocos útiles y pasmosos
+artificios, ya producen la máquina de coser, que siempre que la
+contemplo me deja embobado. Yo admiro además la belleza, el talento y la
+refinada cultura de las mujeres anglo-americanas, las cuales son la más
+preciosa y segura garantía de que si se llevase á su práctica huraña la
+doctrina de Monroe y se volviese á establecer el divorcio entre el
+antiguo y el nuevo mundo, no volverían los habitadores del último á
+andar vestidos de plumas y de pieles, á sacrificar seres humanos á los
+ídolos y á comerse unos á otros. Yo admiro el salto del Niágara, la
+riqueza y prosperidad de los Estados Unidos, la magnificencia y
+esplendor de sus grandes ciudades, como Nueva York, Boston y Filadelfia;
+la facilidad y comodidad con que por allí se viaja en ferrocarril, y lo
+amables y hospitalarios que son los _yankees_ con los extranjeros cuando
+el amor propio no los ciega y cuando no se les pone en la cabeza que los
+extranjeros les son muy inferiores, porque entonces suelen ser harto
+poco amorosos y son muy desprovistos de caridad. Díganlo si no los
+pobres chinos, harto duramente zurrados porque trabajan por muy corto
+salario. Para no cansar, lo que es yo, á pesar de los insultos que nos
+han inferido, celebraría en el alma que nos reconciliásemos, nos
+estimásemos en más, y acabásemos por querernos bien en vez de venir á
+las manos.
+
+Pero si esto no es decorosamente posible ¿qué le hemos de hacer? Pecho
+al agua y adelante. No hay mal que por bien no venga. Casi estoy por
+decir que de todos modos saldremos gananciosos. Si somos vencidos,
+perderemos pronto á Cuba sin aburrirnos y cansarnos durante tres ó
+cuatro años en perseguir á nuestros enemigos trashumantes, contra los
+cuales, en vez de enviar soldados, debiéramos enviar perros y hurones. Y
+si salimos vencedores, que todo es posible con el favor del cielo, donde
+aún conserva y cuida Santiago su caballo blanco y sus armas, entonces se
+corregirán muchísimo los _yankees_, porque se les bajará el orgullo que
+es su mayor falta; y yo, aunque estoy abrumado por las enfermedades y
+los años, me regocijaré al contemplar á los _yankees_ más apacibles y
+benignos, menos duros é insolentes con nosotros, renegando de su
+tontería de doctrina de Monroe, y alargándonos sin rencor y como Dios
+manda la mano de amigos.
+
+Entonces cantaría yo un magnífico _Te Deum_ allá en el fondo de mi alma,
+y exclamaría remedando al viejo Simeón: _Nunc dimittis servum tuum
+Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei salutare
+tuum_.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+QUEJAS DE LOS REBELDES DE CUBA
+
+
+Don Rafael María Merchán es uno de los escritores de más saber y talento
+que hay en el día en la América española. No he de negarle yo esta
+alabanza, porque él sea tan descastado y tan acérrimo enemigo.
+
+Años há, me envió un libro suyo titulado _Estudios críticos_. Yo le
+celebré en mis _Cartas americanas_. Después creo que tuvimos cierta
+polémica y que el Sr. Merchán escribió un folleto contra varias de mis
+afirmaciones.
+
+Desde entonces hasta hoy, ni yo he hablado al público del Sr. Merchán,
+ni supongo que él ha hablado de mí; pero ni yo le he olvidado ni él me
+ha olvidado tampoco. Para probarlo me acaba de hacer la fineza, que le
+agradezco, de remitirme desde Bogotá, donde reside, la obra reciente, de
+250 páginas, titulada: _Cuba. Justificación de su guerra de
+independencia_.
+
+La obra es curiosísima y tan llena de interés en la actualidad, que bien
+merece se dé noticia de ella. Voy, pues, á hacerlo, si _El Liberal_,
+hospitalaria y bondadosamente, inserta mi escrito en sus páginas de tan
+popular y difundida lectura.
+
+Tan enfurecido está el Sr. Merchán contra España y tan deseoso de
+sacudir su yugo, que con tal de que sea libre Cuba, aplaude á los que
+incendian sus sembrados y plantíos y arrasan sus cortijadas indefensas,
+lamentando sólo que no hayan podido hasta ahora incendiar también sus
+ciudades y convertir toda la isla en espantoso yermo. Para hacer
+patentes la heroicidad, el primor y la conveniencia de tamaña
+destrucción, aduce el Sr. Merchán multitud de ejemplos históricos, desde
+Sagunto y Numancia hasta la fecha. Y para dar más vigor á su apología,
+cita una octava de la _Lamentación de Byron_, de Núñez de Arce, donde el
+poeta aconseja á los griegos que talen é incendien y lo conviertan todo
+en ruinas con tal de libertarse de los turcos. Hay, sin embargo, una
+distinción que hacer, y de no pequeña importancia. Los griegos iban
+contra los turcos, gente de muy distinta raza, civilización y creencias
+religiosas; y los griegos, cuya historia es gloriosísima y antigua, como
+del pueblo iniciador de la cultura humana, creador del arte, de las
+letras y de las ciencias de Europa, trataban de romper las cadenas con
+que los humillaba otro pueblo, rudo y bárbaro, venido del Norte del
+Asia, y de harto menos nobles historia y origen. ¿Qué tiene que ver
+esto con los españoles y los cubanos, ya que los últimos, si no son
+españoles ó negros, no son nada? En el porvenir podrán ser todo lo que
+anhelen y sueñen: por el invencible amor á mi raza deseo yo que sus
+sueños no sean absurdos, sino que se realicen; pero lo que es ahora, ó
+no son nada, ó son españoles, ó son negros. Hay además otra notable
+diferencia, que se apoya en el dicho vulgar de que cada uno hace de su
+capa un sayo. Heróicos, sublimes, son el desprendimiento y el sacrificio
+de los que destruyen su propia hacienda, como hicieron los numantinos;
+pero cuando alguien destruye ó quema lo que no le pertenece ó se queda
+con ello sin quemarlo ni destruirlo, no tiene traza de héroe, sino de
+bandido.
+
+Veamos ahora los argumentos de que se vale el Sr. Merchán y la multitud
+de crímenes que atribuye á los españoles peninsulares para justificar y
+aun glorificar á los rebeldes de Cuba y para calificar de
+indispensables, de nobilísimas y de santas sus fechorías.
+
+Hablaré primero de las acusaciones más generales y vagas que lanza
+contra nosotros el señor Merchán, y pasaré luego á las más concretas.
+
+Según él, todo español que va á América podrá conseguir cuanto desee,
+menos una cosa: tener hijos españoles. Si fuese verdadera la afirmación,
+que por dicha no lo es, toda la malquerencia, todo el odio y todo el
+desdén que supone el Sr. Merchán que los españoles peninsulares tenemos
+á los españoles criollos, estarían, hasta cierto punto, fundados. Don
+Marcelino Menéndez y Pelayo hubiera podido entonces decir sin rencor,
+hablando de América, en su obra titulada _Ciencia española, que la
+ingratitud y la deslealtad son fruta propia de aquella tierra_. El mismo
+Sr. Merchán da la prueba de tan aventurado aserto cuando asegura que no
+hay español que pueda engendrar en América un hijo que no reniegue de su
+casta y que no se rebele contra la nación á que pertenece. Por dicha el
+Sr. Merchán se equivoca, y también se equivocó el señor Menéndez y
+Pelayo, y yo lo reconozco, aunque disculpo la última equivocación,
+enmendada ya. El Sr. Menéndez incurrió en ella siendo muy joven é
+inexperto todavía.
+
+Por parte de los españoles peninsulares no hay odio, ni desdén, ni
+sombra de enojo contra los hispano-americanos. Ni uno solo de los casos
+que aduce el Sr. Merchán tienen el menor valor.
+
+Don Antonio de Trueba, al apellidar á Bolívar _El Libertador_, dice:
+Nombre que uso por cuenta ajena y no en manera alguna por la propia. Y
+yo afirmo que, sin desdén ni odio, el Sr. Trueba hizo muy bien en no
+llamar por su cuenta _Libertador_ á Bolívar. Los españoles peninsulares,
+sin menospreciarnos ni ofendernos, podremos llamar á Bolívar gran
+capitán, héroe, eminente político, ilustre y valeroso personaje; en
+suma, todo lo que se quiera menos _Libertador_, porque esto sería
+confesar y creer lo que no creemos; que nosotros somos unos tiranos
+inícuos de quienes conviene libertarse.
+
+La señora doña Soledad Acosta de Samper fué en España tan obsequiada y
+celebrada como ella se merece; pero, no contenta con esto, todavía se
+queja (en su _Viaje á España_) de que no pongamos por las nubes á
+Bolívar, y de que no nos entusiasmemos con él. Pues si Bolívar nos
+venció, ¿cómo quiere la señora doña Soledad que nos entusiasmemos? ¿No
+hay hasta crueldad en exigirnos semejante entusiasmo y abnegación tan
+dolorosa? Fuera de esta cruda mortificación de amor propio que el Sr.
+Merchán y la señora doña Soledad Acosta pretenden imponernos para probar
+que los amamos, yo aseguro que siempre hemos dado á los
+hispano-americanos las mayores pruebas de estimación y de cariño. Y esto
+desde los tiempos más antiguos hasta el día de hoy. Americano era
+Alarcón, y no hay español que no le cuente entre nuestros grandes y
+gloriosos poetas dramáticos; casi, y tal vez sin casi, al nivel de Lope,
+de Calderón y de Tirso. Americana era doña Gertrudis Gómez de
+Avellaneda, y figura en España como la primera de nuestras poetisas
+líricas desde que empezó á escribirse en lengua española hasta el día. Y
+la poetisa que la sigue, y que tendríamos por la primera, si la
+Avellaneda no hubiera nacido, es sor Juana Inés de la Cruz, también
+americana.
+
+No perjudicó ni estorbó su calidad de americanos ni á Gorostiza, ni á
+Ventura de la Vega, ni á Rafael María Baralt, ni á José Heriberto García
+de Quevedo, para ser entre nosotros altamente encomiados, aplaudidos y
+honrados con puestos y cargos importantes. Por eminentes hombres de
+Estado y popularisimos caudillos han pasado en España otros varones
+ilustres, nacidos también en América. Valga para ejemplo el marqués del
+Duero.
+
+Cuantos personajes se han distinguido en la América española por su
+saber, por su ingenio, ó por sus hazañas, desde que la América española
+se declaró independiente, han sido en España tan celebrados y queridos
+como en la República misma donde ellos nacieron. Así D. Andrés Bello, á
+quien admiramos como filólogo y como autor de Derecho internacional, y
+cuyos hermosos y elegantes versos nos sabemos de memoria; y así D.
+Rufino Cuervo, cuyo Diccionario calificamos de trabajo maravilloso. No
+nos duele, sino que nos encantamos y nos ufanamos en poder admirar con
+fundamento las poesías de ambos Caros, de Mármol, de Andrade, de
+Obligado, de Restrepo, de Oyuela, de Ruben Darío y de algunos otros.
+
+El buen gusto y la justicia no consienten que nuestra admiración se
+difunda mucho más. Y, francamente, nos parece hasta cómica la censura
+dirigida contra la _Antología de poetas hispano-americanos_ del Sr.
+Menéndez y Pelayo, porque no incluya en ella, desdeñándolos, á no sé
+cuántos poetas de primera magnitud. Imposible parece que el Sr. Menéndez
+y Pelayo, que es tan erudito, no tuviese la menor noticia de esos
+grandes poetas. Y si los conocía, es inverosímil que no insertase en su
+colección ninguna de sus obras, cuando ha insertado en ellas, con
+indulgencia pasmosa, tantísimo verso insignificante y menos que mediano.
+El empeño de agradar á nuestros hermanos de América y el afán de mostrar
+que sabe mucho, disculpan al Sr. Menéndez y Pelayo; pero, hablando con
+franqueza, su _Antología_ hubiera valido más, si en vez de constar de
+cuatro gruesos tomos hubiera constado sólo de dos, y aun de uno: su
+_Antología_ se asemeja á los libros proféticos que la Sibila de Cumas
+vendió á Tarquino el Antiguo. Primero eran nueve y Tarquino no los quiso
+comprar; luego la Sibila los redujo á seis, y Tarquino no los compró
+tampoco; y por último, la Sibila los redujo á tres y pidió por ellos
+tres veces más de lo que por los nueve había pedido. Tarquino los compró
+entonces. Y es de suponer que si la Sibila los hubiera reducido á uno
+solo, Tarquino hubiera dado por él más dinero. _Mutatis mutandis_ lo
+propio puede decirse de la _Antología_ del Sr. Menéndez y Pelayo.
+
+En lo expuesto hasta aquí, no creo yo que haya razón suficiente para que
+los rebeldes de Cuba nos hagan la guerra á sangre y fuego, poniéndonos
+en idéntica situación en que Dionisio, tirano de Siracusa, puso á un
+filósofo crítico que había en su corte. Como el filósofo no gustó de los
+versos del tirano, éste le trató muy mal; se apiadó luego de él y le
+sacó del calabozo en que le tenía encerrado; le leyó, por último, otros
+versos suyos, y entonces dijo el filósofo: que me vuelvan á encerrar en
+el calabozo. Aplíquese el cuento y conste que si la guerra civil
+cubana, cuya terminación fervorosamente deseamos, hubiese de terminar
+aplaudiendo nosotros muchos versos de por allí, un involuntario é
+indomable espíritu crítico nos forzaría á exclamar: que nos vuelvan al
+calabozo; que siga la guerra; _signa canant_, suenen las trompetas, como
+dijo Augusto á Fulvia cuando le amenazó con la guerra civil, si
+amorosamente no se le rendía.
+
+Basta ya por hoy. Otro día hablaré de otras razones menos disparatadas
+que alega el señor Merchán en favor de la guerra de Cuba.
+
+
+II
+
+Ciencia exacta es la estadística. Yo no lo niego. Lo único que me
+atreveré á decir es que siempre que de estadística se trata, acude á mi
+memoria este cuentecillo.
+
+De vuelta á su lugar cierto joven estudiante, muy atiborrado de doctrina
+y con el entendimiento más aguzado que punta de lezna, quiso lucirse
+mientras almorzaba con su padre y su madre. De un par de huevos pasados
+por agua, que había en un plato, escondió uno con ligereza. Luego
+preguntó á su padre.--¿Cuántos huevos hay en el plato?--El padre
+contestó:--Uno. El estudiante puso en el plato el otro, que tenia en la
+mano, diciendo:--¿Y ahora, cuántos hay?--El padre volvió á
+contestar:--Dos.--Pues entonces--replicó el estudiante--dos que hay
+ahora y uno que había, antes, suman tres. Luego son tres huevos los que
+hay en el plato. El padre se maravilló mucho del saber de su hijo, se
+quedó atortolado y no atinó á desenredarse del sofisma. El sentido de la
+vista le persuadía de que allí no había más que dos huevos; pero la
+dialéctica especulativa y profunda le inclinaba á afirmar que había
+tres. La madre decidió al fin la cuestión prácticamente. Puso un huevo
+en el plato de su marido para que se le comiera: tomó otro huevo para
+ella, y dijo á su sabio vastago:--El tercero, cómetele tú.
+
+Tercer huevo es casi siempre el _superávit_ de los presupuestos y no
+corta porción de las rentas y recursos de los particulares y de los
+Estados.
+
+Traigo esto al propósito de que recibamos con escepticismo prudente
+todos los datos estadísticos que el Sr. Merchán presenta para demostrar
+cuánto produce á España la isla de Cuba.
+
+Según muchos políticos y estadistas españoles, entre los cuales cita el
+Sr. Merchán á D. Francisco Silvela, en un discurso que pronunció en el
+Congreso el 12 de Febrero del año pasado, Cuba, desde hace tiempo, es
+una carga para España.
+
+Contra esto se encoleriza extraordinariamente el Sr. Merchán y siente
+herida su vanidad de cubano. Según él, Cuba nos produce tanto, que el
+día en que la perdamos, casi todos los españoles nos moriremos de hambre
+ó poco menos. Por interés y no por punto de honra, anhelamos, pues,
+conservar á Cuba. El Sr. Merchán no quiere comprender ó no comprende,
+que, hasta prescindiendo del interés y del punto de honra, la
+conservación de la grande Antilla nos importa mucho. Su pérdida no
+podría menos de dolernos, como duele á cualquiera que le saquen una
+muela picada, aunque la muela para nada le sirva. De aquí que tratemos
+de empastarla ó de orificarla, y procuremos resistir á los _sacamuelas_
+de los Estados Unidos, que desean su extracción y tienen ya preparado el
+gatillo.
+
+Pero vamos á la estadística del Sr. Merchán.
+
+Confiesa que, desde 1868, no vienen á España sobrantes de Ultramar. Los
+insurrectos de Yara, dice con júbilo, cerraron este vasto desagüe.
+Veamos ahora la enorme cantidad de millones que, según el Sr. Merchán,
+viene á España por otros conductos.
+
+Según él y según el Sr. Dolz, á quien cita, nuestros empleados en
+aquellas aduanas defraudan al Tesoro, y sin duda envían á España cada
+año la friolera de ocho millones de pesos fuertes. Sea, digo yo: pero,
+como no se puede creer que los mercaderes y contrabandistas de Cuba
+lleven la tontería hasta el extremo de concurrir en balde y de balde á
+este robo, dando á los empleados lo que debieran dar al Tesoro, fuerza
+es afirmar que, si dan á los empleados ocho millones se quedan ellos con
+doce, ó siquiera con otros ocho, para que el robo sea á medias. Yo me
+resisto á creer que el comercio de exportación y de importación dé en
+Cuba para tan desaforado latrocinio. Aceptemos, no obstante, que el
+resguardo y los vistas ciegos envían á España los ocho millones.
+
+En todo lo demás que pone el Sr. Merchán como rendimiento de Cuba á
+España, es evidente que el Sr. Merchán delira.
+
+Cuba, dice, exporta cada año para España seis millones de pesos fuertes
+en frutos, que pagan por derecho de importación tanto como valen. Supone
+luego que estos seis millones, que salen del bolsillo de los
+peninsulares que quieren regalarse con frutos ultramarinos, son también
+tributo ó dádiva que Cuba nos envía; y suma catorce millones.
+
+El estanco del tabaco rinde diecinueve, según manifestó recientemente el
+director de la Compañía Arrendataria, D. Eleuterio Delgado. Aunque no se
+comprende por qué, el Sr. Merchán se los aplica también á Cuba y ya
+tenemos que Cuba nos produce treinta y tres millones.
+
+España manda á Cuba cada año, en mercancías, por valor de veinticinco;
+pero como de allí vienen seis, la balanza de comercio sólo da en nuestro
+favor diecinueve. Y como si todas las mercancías que enviamos á Cuba no
+valiesen un pito y fuesen una basura grandísima, que nosotros hiciésemos
+tragar y pagar por fuerza á los infelices y tiranizados cubanos, el Sr.
+Merchán pone también estos diecinueve millones en la cuenta de lo que
+Cuba nos tributa, haciéndola subir á cincuenta y dos millones de pesos
+anuales. Tal es la renta clara y paladina que da Cuba á España. La renta
+misteriosa y oculta es inmensa, según el Sr. Merchán. Los empleados,
+los comerciantes peninsulares, todos cuantos van de España á Cuba no se
+cansan jamás de enviar dinero de Cuba á España.
+
+En su afán de ponderar lo que cuesta á Cuba el ser española, pone y suma
+el Sr. Merchán los sueldos principales del alto clero y de los
+funcionarios militares y civiles; pero no logra elevarse en esta suma
+por cima de doscientos mil duros. Y no se para tampoco á considerar que
+si Cuba llegase á ser República independiente, no había de suprimir al
+arzobispo, al obispo, á la clerecía, á los empleados todos, y hasta se
+había de quedar acéfala y sin presidente. Ya saldría á los cubanos
+bastante más caro que les sale ahora todo el aparato administrativo. Y
+esto sin meternos á vaticinar ni á recelar que en Cuba pudiera haber
+presidentes, como los ha habido en otros puntos de América, que han
+tenido para estrujar al pueblo y sacarle el jugo tanta pujanza como la
+prensa hidráulica más poderosa. Con todas las violencias tiránicas, con
+todas las ferocidades de cuantos virreyes, gobernadores y capitanes
+generales ha enviado España á América, desde el reinado de Felipe II
+hasta hoy, si pudiéramos ponerlas en un alambique y destilar la quinta
+esencia de ellas, créame el Sr. Merchán, no sacaríamos un espíritu
+equivalente al del tirano Rosas, pongo por caso.
+
+Es el Sr. Merchán, ó aparenta ser, contrario á la anexión de Cuba á los
+Estados Unidos. No puede, por consiguiente, alegar, en contra de lo que
+él llama _profecías siniestras_, el florecimiento y prosperidad de Cuba
+si llega á ser un Estado más de la Unión. El Sr. Merchán no aspira al
+suicidio colectivo como raza. Espera y pretende que Cuba continúe siendo
+_latina_, que es el epíteto que gustan de darse ahora muchos
+hispano-americanos, para no llamarse españoles. Todos han de ser
+_latinos_, aunque no hayan pasado del _quis, quæ, quod vel quid_.
+
+El odio á España del Sr. Merchán y de otros insurgentes es tan feroz y
+desapiadado, que más que la prosperidad y auge de Cuba, harto
+problemáticos si llega á ser independiente, los encanta y seduce la
+tremenda ruina en donde, según ellos, se hundirá España si perdemos
+aquella ísla. Como si fuera tan malo cuanto en la Península se produce,
+que nadie quisiese comprarlo sino por fuerza, entienden que, separada
+Cuba de España, no tendremos á quien vender. Los diecisiete y medio
+millones de españoles peninsulares, asegura el Sr. Merchán que estamos
+_amenazados de miseria y de muerte si perdemos la clientela forzada de
+1.200.000 blancos y 400.000 negros_ sus compatriotas.
+
+Por lo visto, entra también en el plan de los insurrectos el despojar á
+los españoles penínsulares de las propiedades territoriales que en Cuba
+tienen, y hasta el expulsarlos de allí. «Toda esta población--decía en
+1869 _La Voz de Cuba_, en artículo que el Sr. Merchán reproduce y
+celebra--vivirá errante y miserable en el mundo.»
+
+Para que tal cosa no suceda, para defender á esa población, á la que
+tenemos obligación de defender; para conservar la integridad de nuestro
+territorio, para que la nación española no sea de nuevo mutilada, y no
+porque Cuba nos produzca todos esos millones fantásticos, deseamos
+conservar á Cuba, y es de esperar que la conservemos. Los diecisiete
+millones y medio de españoles peninsulares, salvo muy pocos, no temen
+perder el mercado para su industria, y perder el fomento de su comercio
+y de su marina mercante, si llegasen á perder la perla de las Antillas.
+No nos faltaría entonces sitio y gente á donde enviar nuestros productos
+y nuestros barcos. La pérdida de Cuba nos traería, sin duda,
+perturbación, mas no por la utilidad que Cuba nos trae ó nos ha traído
+nunca. Si atendiésemos solo á esta utilidad, apenas habría español que
+no estuviese deseando que nos quedásemos sin Cuba.
+
+No tendría entonces que decir el Sr. Merchán, citando los arrogantes
+versos de Núñez de Arce, y dirigiéndose á Cuba:
+
+ «Y si ser grande y respetada quieres,
+ de tí no más la salvación esperes.»
+
+Consejo que Cuba, ó mejor dicho, los rebeldes en armas no siguen, porque
+solos ni se hubieran rebelado, ni persistirían en la rebelión, que los
+_yankees_ atizan, fomentan, patrocinan y pagan para echar de allí al
+cabo, no sólo á nosotros los españoles, sino también á todos los
+_latinos_, sin excluir al Sr. Merchán, que regresaría por corto tiempo á
+su patria y que tendría que volverse á Bogotá, porque en Cuba,
+_yankeeficada_, le mirarían como mueble incómodo é inútil y no le harían
+caso. No le valdría la adulación con que proclama la omnipotencia de los
+Estados Unidos.
+
+Si quisieran apoderarse de Cuba, dice, «¿quién se opondría? ¿Inglaterra?
+El Leopardo puede aceptar luchas con el Águila, pero no la provoca á
+ellas. ¿Francia? Mientras no arregle cuentas con Alemania, evitará
+contiendas con otras naciones fuertes y civilizadas. ¿Alemania, Rusia?
+No tienen intereses coloniales en América; y Rusia, de desenvainar la
+espada, lo haría á favor de su antigua amiga la Unión Americana. En
+cuanto á una coalición de las grandes potencias, los Estados Unidos no
+la temen. Recuérdese cómo desbarataron la Santa Alianza con un Mensaje
+de Monroe».
+
+¿Tendrá razón el Sr. Merchán y lo podrán todo los Estados Unidos? ¿Se
+atreverán á intervenir en Cuba y á intentar despojarnos de cuanto allí
+legítimamente poseemos, sin que por impotencia ó por imprevisor egoísmo
+se interponga en nuestro favor ninguna grande potencia europea? Entonces
+sí que no será á Cuba, sino á España, á quien tenga que decir el poeta,
+y esperemos en Dios que sea oído:
+
+ Y si ser grande y respetada quieres,
+ de tí no más la salvación esperes.
+
+
+III
+
+Algo arrepentido estoy de haber tomado por asunto de un escrito mío el
+libro del Sr. Merchán. Hay muchísimo que decir sobre él, y yo me canso,
+y, lo que es peor, temo cansar á mis lectores. Sin embargo, como ya
+emprendí la tarea, no quiero dejarla sin terminar, si bien procuraré ser
+muy conciso.
+
+Lo más grave de que el Sr. Merchán acusa á España, es de su corrupción
+administrativa en Cuba. Nada hay que decir contra los datos que aduce.
+Todos están tomados de discursos, informes, folletos y Memorias,
+suscriptos por los señores Romero Robledo, Moret, marqués de la Vega de
+Armijo, Balaguer, Doltz, general Pando, general Salamanca y bastantes
+otros hombres políticos peninsulares de la primera importancia.
+
+No quiero entrar en pormenores, porque son cansados y además harto feos.
+Convengo, pues, con el Sr. Merchán en que en Cuba la corrupción
+administrativa es deplorable: es un mal que requiere pronto y enérgico
+remedio. ¿Pero le hallará la rebelión, si triunfa y establece en Cuba
+una República independiente? Lo dudo, y no digo rotundamente lo niego,
+porque no me precio de profeta, porque mi optimismo no tiene limites y
+porque no he perdido la fe en lo sobrenatural y milagroso.
+
+Mal hemos administrado á Cuba en el siglo presente; pero lícito es
+presumir que los cubanos _libres_ la administrarían mil veces peor.
+Libres son y constituídas están en Repúblicas todas nuestras antiguas
+colonias en el continente americano. ¿Hay alguna de ellas que desde que
+conquistó su libertad hasta hoy haya sido mejor administrada que Cuba?
+Esto es lo primero que sería necesario demostrar.
+
+Yo reconozco desde luego que el desarrollo del comercio, de la industria
+y de la riqueza en general, mil ingeniosas invenciones y los más fáciles
+medios de comunicación entre las gentes han hecho progresar y han
+llevado como á remolque hasta á los pueblos más atrasados. Pero estas
+causas debieran influir más en los pueblos libres que en pueblos como el
+de Cuba, que gime aún bajo el abominable yugo de España. Cuba, no
+obstante, apenas tenia á principios de siglo más población que 400.000
+almas. Hoy pasa la población de Cuba de 1.600.000. La población, pues,
+está cuadruplicada, sin que á esto contribuyan, ni la abolida trata de
+negros, ni una gran corriente de emigración europea ó asiática. La
+riqueza y el bienestar han aumentado también, á pesar de las guerras
+civiles. No estarán, pues, tan oprimidos y miserables los cubanos,
+cuando así crecen y prosperan. ¿Crecen en la misma proporción en las
+Repúblicas hispano-americanas, las gentes, el bienestar y la riqueza?
+
+Ya he dicho que no he de negar yo la corrupción administrativa de Cuba,
+para cuya prueba aduce el Sr. Merchán tanto testigo; pero tenga por
+cierto que, si fuese tal como él la pondera, Cuba no hubiera prosperado.
+La extraordinaria fecundidad de su suelo no hubiera podido prevalecer
+contra la rapacidad que en los peninsulares supone el Sr. Merchán. Si de
+los cuatro siglos que hace que poseemos á Cuba hubiéramos sacado de ella
+y enviado á España durante cuarenta años siquiera, á diez años por
+siglo, la mitad no más de lo que anualmente robamos á Cuba, ó sean
+veinticinco millones de pesos fuertes y esto sin contar las remesas
+misteriosas é infinitas que hacen los peninsulares, tendríamos que, en
+poco tiempo, habrían ingresado de Cuba en España nada menos que mil
+millones de pesos fuertes. ¿En qué Pozo Airón, en qué sumidero, en qué
+insondable abismo ha venido á precipitarse y á hundirse este Misisipí,
+este Amazonas de oro? ¿Dónde están los palacios, las soberbias quintas,
+los hadados jardines, el lujo _sardanapálico_ y los sibaríticos deleites
+de los peninsulares que trajeron de Cuba todo ese dinero? ¿Dónde están
+los templos, los obeliscos y las pirámides que hemos levantado con el
+áureo vellocino de nuestra Colcos? Ambas Castillas están pobres y
+desoladas. Los palacios de los peninsulares enriquecidos en Cuba son más
+difíciles de hallar que los de Dulcinea. Y no hay monumento de algún
+valer que no se haya erigido con dinero nuestro y no cubano. Para que
+sea más evidente la prueba, los monumentos más nobles y grandiosos,
+hasta son anteriores al descubrimiento de América, y por consiguiente,
+de Cuba; los muros ciclópeos y las ingentes torres y arcos triunfales de
+Avila; las catedrales, como las de Burgos y Toledo, y los alcázares,
+como el de Segovia.
+
+América no ha enriquecido, ha empobrecido y despoblado á España. España,
+en su gloriosa expansión, no se dilató por el mundo para saquearle y
+para traer á la Península los despojos ópimos, sino para difundir por
+doquiera su cultura, su religión, su idioma y sus artes. Si en la misma
+Italia, maestra de ellas, cuando en Italia dominamos, levantamos
+templos, castillos y palacios, erigimos monumentos y fundamos obras
+piadosas, hospicios y colegios, como de ello dan testimonio Napóles,
+Palermo, Mesina, Bolonia y otras ciudades, sin excluir á la misma Roma,
+¿qué no haríamos y qué no hicimos en América, donde en resumidas cuentas
+no había nada, ó si había algo, respondía á un estado incompletísimo é
+inicial de cultura, como podría ser el del centro del Asia, tres ó
+cuatro siglos antes de que saliese Abraham de su patria, Ur de los
+caldeos?
+
+Desengáñese el Sr. Merchán; la nación española poco ó nada ha traido de
+Cuba que no haya pagado con creces; nada debe á Cuba. Cuba es quien se
+lo debe todo á España; salvo lo que da la Naturaleza en su estado
+primitivo y selvático. Por eso, aunque el Sr. Merchán se enoje, tiene
+España razón para llamar ingratos á sus rebeldes hijos de Cuba. ¿Qué
+habrá quitado España para enriquecerse á Maceo, á Máximo Gómez ó á
+Quintín Banderas?
+
+En cuanto á los fraudes y depredaciones de nuestros empleados, no poco
+hay también que objetar. Mucho crédito, por ejemplo, merece D. Eduardo
+Dolz; pero ¿acaso no puede equivocarse ó exagerar involuntariamente? En
+los últimos veinticinco años, afirma que nuestros empleados han
+defraudado, en las aduanas de Cuba, doscientos millones de pesos
+fuertes. Supongamos que es exacta la cantidad, y ya es mucho suponer.
+Todavía no es posible la suposición de que sean tan necios los
+mercaderes y contrabandistas cubanos que hayan tenido el capricho
+irracional de dar á los empleados los doscientos millones, en vez de
+darlos al Tesoro. Lo probable sería que, en este hurto hecho al Tesoro,
+saliesen ganando los comerciantes y contrabandistas ciento cuarenta
+millones y que los empleados se contentasen con sesenta y con enviarlos
+á España. Pero como estos sesenta millones no lucen ni parecen por aquí,
+yo me atrevo á presumir que son fantásticos. En España no abundan tanto
+los ricos que no nos sean todos conocidos y que no sepamos de dónde ha
+salido y cómo se ha formado el caudal de cada uno. Seguro estoy de que
+sigilosamente y al oído, para no delatar á nadie, sin suficientes
+pruebas, no nos declara, ni el más zahorí en estos asuntos, dónde están
+veinte millones siquiera, el tercio de los sesenta que de Cuba han de
+haber venido á la Península. Los doscientos millones, pues, ó no se le
+quitaron al Tesoro ó casi todos ellos se quedaron en Cuba.
+
+Pretende el Sr. Merchán, apoyado en las delaciones que aquí mismo hemos
+hecho, que todos estos empleados que van á Cuba á defraudar la Hacienda
+pública, tienen, entre los más altos personajes políticos, sendos
+padrinos á quienes pagan tributo. Poco aprovecha á dichos padrinos
+riqueza tan mal adquirida. Por eso me inclino yo á creer que los más
+criminales han de haber recibido muy poco; y que los medianamente
+criminales han de haber recibido algunos cajoncillos de cigarros puros,
+pinas en conserva y pasta de guayaba, con ó sin tropezones. Lo cierto es
+que yo he conocido y conozco gran multitud de nuestros personajes
+políticos. Los que son ricos sabemos perfectamente de dónde procede su
+riqueza. Y los pobres, que forman la mayoría, contándose entre ellos no
+pocos que han sido ministros de Ultramar, me atrevo á sostener que no
+han tomado un céntimo de peseta al hacerse el reparto de los doscientos
+millones de pesos fuertes. A algunos, cuyos nombres pudiera citar y á
+quienes traté y visité hasta que murieron, fue menester venderles los
+libros y las ropas para poder enterrarlos.
+
+En suma; por donde quiera que yo lo miro, no noto en España esa horrible
+corrupción que el Sr. Merchán nos achaca, y que en todo caso no sería
+igual, ni con mucho, á la que de otras grandes naciones, como Francia é
+Italia, nos dejan presumir escándalos recientes, y como la que de los
+propios Estados Unidos por mil indicios también se presume.
+
+Yo infiero de todo, empezando por conceder que en la administración de
+Cuba hay desórden y despilfarro, necesitados de enmienda, ó que la
+corrupción no es tan enorme como se dice, ó que son cubanos interesados
+y poco escrupulosos los que la fomentan, más en detrimento del Tesoro de
+la Metrópoli que en detrimento de la prosperidad de la isla.
+
+La rebelión, por consiguiente, no queda así justificada. Los saqueos y
+los incendios perpetrados por los rebeldes no remediarán nada, ni
+contribuirán á la prosperidad de Cuba. Y contribuirán aún mucho menos,
+si los Estados Unidos, según ya se prevé, nos exigen indemnización por
+esos saqueos y esos incendios, que sin el favor y aliento que dan á los
+rebeldes, no se perpetrarían, y si el Gobierno español tiene la
+debilidad de someterse y de pagar. Esperemos, aunque se resista y no
+pague, que no haya violencia ni guerra internacional. Y en todo caso,
+aunque esa guerra sobreviniese y aunque nos fuese adversa la fortuna,
+siempre sería preferible á la humillación y á la ignominia; y sobre
+todo, si la ignominia y la humillación resultasen inútiles y al cabo
+hubiese guerra, á no ser que resignadamente nos dejásemos despojar de
+todo.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LAS ALIANZAS
+
+
+ _Sr. Director de El Liberal._
+
+Mi distinguido amigo: Al leer lo que dice _La Época_ sobre política
+internacional, siento ciertos escrúpulos de haber contribuído, con el
+folleto que publiqué pocos días ha, á promover la cuestión de alianzas,
+que muchos periódicos tratan ahora. Esto me induce á comentar lo que ya
+dije, á fin de que, sino tiene usted inconveniente, me favorezca
+publicando esta carta, aunque impugne luego su contenido.
+
+Lamentábame yo de que España, en la presente ocasión de apuros y
+peligros, estuviese aislada: pero mi lamento no implicaba oposición á
+determinado partido ú hombre político. No iba contra nadie: iba contra
+todos. Y por otra parte, como los aliados y los amigos no se buscan ni
+se ganan en el momento en que se necesitan, sino que se tienen á
+prevención y de antemano, también estuvo muy lejos de mi mente, y lo
+hubiera estado, aunque mi insignificancia no lo estorbase, el aconsejar
+al Gobierno actual que buscara depriesa y corriendo lo que antes de él,
+desde hace ya medio siglo, nadie había buscado.
+
+Limitada así la intención que tuve al hablar de alianzas, sigo
+sosteniendo, sin que _La Época_ me convenza de lo contrario, que las
+alianzas son buenas y que sin alianzas nada útil é importante se ha
+conseguido en el mundo, desde que Hiran y Salomón se aliaron, hasta el
+día de hoy. Cuando Salomón, que era sapientísimo, buscaba alianzas, no
+será el buscarlas tan gran disparate. Sin la que contrajo, ni él hubiera
+construído el admirable templo de Jerusalén, ni desde Aziongaber hubiera
+enviado á Ofir sus naves para que volviesen cargadas de marfil y
+sándalo, oro y perlas, perfumes, especias, papagayos y otros mil
+primores. Y prescindiendo de ejemplos vetustos, hay uno muy reciente que
+muestra cuán fecundas en bienes son las alianzas urdidas con arte. Si
+consideramos lo que ha ganado el Piamonte desde Novara hasta el día, nos
+asombramos como del milagro más pasmoso. El pequeño sacrificio de enviar
+cuarenta mil hombres á Crimea, y más tarde el sacrificio algo mayor de
+ayudar á Prusia y de sufrir por mar una derrota en Lysa y por tierra
+otra en Custozza, han valido al Piamonte, primero el Milanesado y
+después el Véneto; que nadie se oponga á que arroje de Sicilia, de
+Nápoles, de Toscana y de otros Estados á sus soberanos legítimos; que, á
+pesar del enojo de muchos millones de católicos, despoje al Papa de su
+poder temporal, y que constituya la unidad de Italia, que parecía sueño.
+Pedir más sería gollería; sería imitar á aquel monarca aprovechadísimo
+que pedía y alcanzaba tantas cosas por medio de su hijo, casado con el
+hada Parabanú, hermana del rey de los genios, que el rey de los genios
+se hartó al verle tan exigente y pedigüeño, y le aplastó descargando
+sobre él su tremenda clava. La habilidad, por grande que sea, tiene su
+limite, sobre todo cuando no hay en ella magia ó hechizo. Y magia sería,
+si por virtud de la triple alianza diese Italia también cima y dichoso
+remate á sus tal vez prematuras empresas en remotos países.
+
+La de Saavedra Fajardo, que cita _La Época_, y el texto latino de cierta
+fábula de Fedro, que todos sabemos, lo único que prueban es que
+cualquier obra de alguna transcendencia, como no se haga bien, lo mejor
+es que no se haga. Sin duda que hay peligro en aventurarse, pero quien
+no se aventura no pasa la mar.
+
+Nosotros, los españoles, desde hace años pecamos de desconfiados y
+formamos de nosotros mismos muy pobre concepto. Pensamos y decimos sin
+ironía ni broma algo parecido á lo que por chiste oí yo decir una vez al
+Sr. D. Antonio Cánovas con general regocijo de cuantos le escuchaban.
+Decía que él se había venido de Málaga huyendo porque allí todos le
+engañaban ó trataban de engañarle. España, con la mayor formalidad, está
+diciendo y haciendo lo mismo: huye del trato y familiaridad de todas las
+potencias de Europa por temor de que la engañen.
+
+Mientras más lo recapacito, mejor noto que la desconfianza que nos
+arrastra al retraimiento y al separatismo está en nosotros muy arraigada
+y conviene librarnos de ella. Por esta desconfianza echamos á los judíos
+y á los moriscos; por esta desconfianza se rompió nuestra unión con
+Portugal, y al romperla perdió Portugal lo mejor de su imperio en la
+India; por esta desconfianza estuvo á punto de separarse de nosotros
+Cataluña; en parte, por esta desconfianza se han emancipado
+prematuramente todas las colonias españolas del continente americano; y
+por esta desconfianza brotan hoy ominosos chispazos de regionalismo, ya
+en la misma Cataluña, ya en las provincias vascongadas, ya en Galicia.
+
+Claro está que los negros y mulatos de la clase más ruda y humilde que
+hay en Cuba entre los rebeldes, están allí por merodear; que los
+aventureros de países extraños están para ganar importancia y dinero en
+la contienda; y que algunos ambiciosos, nacidos en la propia tierra,
+están porque sueñan con ser ministros ó presidentes de la República
+futura; pero si hay cubanos de arraigo y buena fé que conspiren ó luchen
+contra España y anhelen la independencia de Cuba, esa desconfianza
+secular, ese vicio inveterado del separatismo, es quien los mueve. Y es
+tan pernicioso para ellos el movimiento, que si España no logra pararle,
+los llevará al suicidio colectivo, ó á gemir bajo el yugo de un
+presidente ó de un emperador negro ó á la desaparición en la isla, de su
+lengua y de su casta, cuando toda, si triunfan, sea _yankee_, dentro de
+poco.
+
+A fin de impedirlo, sacrifica hoy España sus hombres y su dinero. Y no
+es el interés quien la impulsa, sino una obligación sagrada. No podemos
+consentir en que retroceda á la barbarie lo que durante cuatro siglos
+hemos cuidado con amor y cultivado con esmero, ni podemos consentir en
+que desaparezcan de Cuba los hombres de nuestra lengua y casta, por
+ingratos y discolos que sean, para que se extiendan y dominen en ella
+los anglo-americanos.
+
+De esperar es que nos saquen airosos de este empeño la constancia
+patriótica de la nación y el valor de nuestros soldados. De esperar es
+que se evite el conflicto con los Estados Unidos, donde, aunque
+proclamen la beligerancia, tal vez no se atrevan á intervenir á mano
+armada en favor de los insurrectos. Y de esperar es, en último extremo,
+que si los Estados Unidos intervienen, contra razón y derecho, se
+interpongan las grandes potencias europeas y no permitan, ó una guerra
+injusta y terrible, ó el violento despojo de lo que nos pertenece,
+apoderándose la gran República de la llave del seno mexicano, por donde
+ha de abrir el camino que ponga en comunicación los dos grandes mares.
+Tales son las esperanzas que podemos tener. Con ellas debemos
+contentarnos, aunque no sean muy seguras. Ya no es tiempo de buscar
+alianzas. Solos estamos en el gran conflicto, y con nuestra propia
+energía tendremos que salir de él, si en los Estados Unidos no ceden,
+pues al cabo la mayoría de aquel pueblo no es como Shermann, Mórgan y
+Mills, ó si las grandes potencias europeas, movidas por el propio
+interés, no nos prestan apoyo.
+
+Pero si España hubiese contado con amistades y alianzas y no hubiese
+estado tan sola, no hubiera tenido que aguardar hasta el último extremo;
+hubiera inspirado más respeto en Washington, y no hubiera tenido que
+ceder á tantas humillantes é injustas reclamaciones y que pagar tanta
+indemnización con longanimidad lastimosa y que sufrir con paciencia
+tanto vejamen y tantos vituperios de senadores y diputados _yankees_.
+Estos, de seguro, jamás se hubieran atrevido á despotricarse tan
+ferozmente si España hubiese estado más enlazada y sostenida en el
+concierto de las naciones civilizadas de Europa.
+
+En mi sentir, pues, las alianzas no solo son convenientes, sino
+indispensables para España, que tiene aún, y no puede menos de tener,
+tanto que conservar y tanto á que aspirar, si no se arroja en el surco y
+se declara muerta y prescinde de su historia.
+
+_La Época_ citaba contra las alianzas á Saavedra Fajardo. Yo citaré en
+favor de ellas á otro político de más fuste y recámara: al propio
+Nicolás Machiavelli. Precisamente en el capítulo XXI, donde explica cómo
+se ha de gobernar un príncipe para conquistar reputación, y donde hace
+tan hermoso elogio de Fernando de Aragón, marido de Isabel la Católica,
+á quien declara _por fama y por gloria el primer rey entre los
+cristianos_, se decide en favor de las alianzas, diciendo que un
+príncipe no es estimado sino cuando es verdadero amigo ó verdadero
+enemigo; que el descubrirse es más útil que el quedarse neutral, y que
+el príncipe irresoluto, cuando, por huir compromisos y peligros, sigue
+el camino de la neutralidad, las más veces se hunde en vergonzosa ruina,
+teniendo que salir de la neutralidad por fuerza y no de grado.
+
+Como ya he dicho que las alianzas convienen y hasta son indispensables,
+quisiera decir también de qué suerte me parece que deben buscarse y
+celebrarse; pero como hoy me he extendido mucho, lo dejo para otro día,
+si no fatigo á los lectores de _El Liberal_ con nueva carta.
+
+
+II
+
+_Sr. Director de El Liberal._
+
+Mi distinguido amigo: En cuestión de alianzas tal vez sería lo mejor,
+después de afirmar que convienen, abstenerse de decir con quién y cómo.
+Los usos diplomáticos prescriben no hablar de tales conciertos hasta
+después de ya celebrados. Pero, á pesar de todo, me parece que no hay
+imprudencia ni falta de sigilo en que alguien, como yo, que está
+alejadísimo del poder público y de todo centro oficial, y que no
+compromete á nadie ni se compromete, diga sobre el asunto lo que se le
+antoje. Lo que yo pienso decir, además, no puede ofender á ninguna
+nación. Y no porque yo me valga de rodeos y perífrasis, sino porque
+quizás á causa de mi optimismo y de mi indulgencia afectuosa, apenas
+condeno á nadie y hallo disculpa para todo.
+
+Triste cosa es que, al llegar casi á su término el siglo XIX, llamado de
+las luces, la humanidad haya adelantado tan poco, moral y políticamente,
+que, en el mismo centro de su más alta civilización, todos los hombres
+capaces de empuñar las armas anden cargados con ellas, haciendo el
+ejercicio, reuniendo con grandes gastos los más eficaces medios de
+destrucción, aprendiendo á matar y perdiendo en maniobras, revistas y
+paradas el tiempo que pudieran emplear en divertirse ó en producir cosas
+útiles y agradables, y teniéndose de continuo unos á otros en jaque y
+alerta; pero esto no tiene remedio y no hay para qué censurarlo.
+
+Muy costosa es la paz armada, pero más costosa y terrible sería una
+nueva guerra europea. Dios quiera, pues, que no la haya, y que, pasando
+años, se harten las grandes potencias de consumir dinero y de convertir
+á todos sus ciudadanos en soldados, y se decidan á deponer las armas.
+
+Por ahora, y sabe Dios hasta cuándo, la amenaza de guerra es constante,
+y en vez de ser segura la paz en la tierra á los hombres de buena
+voluntad, estamos amenazados siempre de una estupenda y colosal
+conflagración belicosa, en que luchen por un lado Alemania, Austria é
+Italia, y por otro Francia, tal vez auxiliada por Rusia.
+
+Si por desgracia llegara este caso ¿qué le convendría hacer á España?
+Los alemanes no nos han hecho ni bien ni mal; de los italianos no
+tenemos agravios que vengar y los queremos bien, salvo algunas damas
+elegantes y devotas y cierto número de católicos muy fervorosos, que
+desean que se lleve el diablo aquella monarquía para que recobre el
+Padre Santo su poder temporal, y con Austria estuvimos unidos por lazos
+dinásticos en la mejor época de nuestra historia, hemos vuelto á estarlo
+en el día, y aun yo creo posible y conveniente que se aumenten estos
+lazos. Nada tendríamos que ganar con hacer la guerra á la Triple
+Alianza; pero como también sería duro pelear contra nuestros simpáticos
+vecinos los franceses, amables difundidores por el mundo de las letras
+amenas y de las artes elegantes y deleitosas, lo mejor y lo más cómodo
+sería permanecer neutrales, á pesar de lo que he citado de Machiavelli.
+Este gran político hablaba en muy distintas circunstancias, para muy
+otra edad del mundo, y siempre con la mira de libertar á Italia de los
+que él llamaba bárbaros, cuyo yugo le apestaba, sin que hubiese
+atrocidad, crimen ni peligrosa aventura á que para sacudir aquel
+hediondo yugo no excitase él á su _Príncipe_.
+
+Nosotros tenemos también que sacudir algo á modo de yugo, que no me
+atrevo á condenar ni por de bárbaros ni por hediondo; pero que sí
+calificaré de pesado y de vergonzoso, y que nos convertirá en
+Nación-Job, si hemos de seguir sufriéndole. Ya se entiende que este
+yugo es el que en Cuba nos imponen los _yankees_, porque sin el favor,
+amparo y aliento que dan á los que se rebelan, y sin la mengua de
+autoridad que nos causan, y sin el descrédito que vierten sobre
+nosotros, pidiéndonos cuenta de todo, como si fueran nuestros jueces, y
+sin la facilidad con que convierten en ciudadanos de su gran República á
+nuestros más acérrimos enemigos, renegados de su casta, obligándonos á
+darles dinero en vez de fusilarlos ó de enviarlos á presidio, es casi
+seguro que en Cuba no habría insurrección y es seguro que no sería ni
+con mucho tan importante y duradera como es hoy. Lo milagroso es que en
+vista de las ventajas que ofrece á los insurrectos la descarada
+protección de los Estados Unidos, no acudan á Cuba á combatirnos todos
+los aventureros sin patria y toda la gente perdida que hay en el mundo.
+
+No creo yo, sin embargo, que el mejor camino para libertarnos del yugo
+mencionado sería salir de la neutralidad en una posible guerra europea.
+La neutralidad nos conviene; pero, á fin de que sea respetada y no se
+encierre en egoísmo estéril, importaría concertarnos, para este fin
+solo, con alguna gran potencia que no estuviese comprometida ni en favor
+de Francia ni en favor de Alemania. Este nuevo grupo, de que pudiéramos
+formar parte, no sólo nos valdría para que nos respetasen durante la
+guerra, sino tal vez para contribuir á la conservación ó restauración de
+la paz, y no sólo nos valdría para que el vencedor no nos atase al
+carro de su triunfo, sino también para concurrir á moderar las
+exigencias del que hubiese obtenido la victoria, y á restablecer, en lo
+posible, el equilibrio de las fuerzas.
+
+Otro es el camino que para remediar el mal estado de nuestras relaciones
+con la gran República nos hubiese convenido ó nos conviene seguir: haber
+buscado á tiempo aliados y amigos ó buscarlos en lo venidero, si ahora,
+sola y abandonada como está España, logra conjurar la tormenta ó salir
+de ella salva.
+
+Lo que nos pasa con los Estados Unidos, á cuya independencia y formación
+contribuímos un poco, se parece á la más desventurada aventura de Simbad
+el Marino, que aupó sobre sus hombros al endiablado vejete para que
+cogiera los frutos en los hermosos árboles de su fértil isla, y el
+vejete endiablado no quería luego apearse, y seguía montado en Simbad,
+insultándole y procurando ahogarle para mostrar su agradecimiento.
+
+A fin de quitarnos de encima tan insufrible carga, ¿no hubiera sido
+conveniente, ó no lo sería en lo futuro, ganar la voluntad de las
+primeras potencias coloniales de Europa, celebrar tratos y concertarse
+de algún modo con ellas? Cualquiera promesa, cualquiera sacrificio que
+hiciésemos, sería mucho menor que los sacrificios que estamos haciendo
+hoy y que tendremos que hacer en adelante.
+
+A un concierto, á un Tratado de alianza, exclusivamente para asuntos
+coloniales ó de Ultramar, no creo yo que se negasen, si se negociaba
+bien, ni Francia, ni Inglaterra, ni Holanda. España ha sido la primera
+nación colonizadora del mundo; todavía, á pesar de su decadencia, es la
+tercera ó la cuarta, y no la desdeñarían como inútil peso, y de algo
+podría servir á sus más poderosos aliados, que también pueden hallarse
+en ocasiones de empeño y de peligro, y necesitar entonces ó al menos
+tener por provechoso el auxilio nuestro.
+
+Si no lo recuerdo mal, de algo valió España á los franceses no hace
+mucho tiempo, cuando, para vengar á nuestros misioneros mártires,
+ayudamos gratis y con las armas á crear una Francia amarilla en el
+extremo Oriente. ¿Quién duda de que aún podríamos servir y valer á
+franceses, ingleses y holandeses, en otras semejantes empresas ó en
+casos y lances de mayor importancia, sobre todo si ellos nos ayudaban á
+quitarnos de encima el ingrato estorbo de que hemos hablado y que tan
+sin piedad y tan sin conciencia nos abruma?
+
+Tendría esto además la ventaja de que los _politicians_ extraviados y
+los senadores _farwestinos_ y _cincinatescos_, al vernos en tan buena
+compañía, arrojasen de sus cerebros el feísimo y bellaco concepto que
+los _sabios_ y _catedráticos yankees_ les han hecho formar de España,
+considerándola, por su afición á las corridas de toros y al Santo
+Oficio, Nación Calígula-Torquemada, como la llama Clarence King, y, por
+haber destruido, según Draper, no sé cuántas civilizaciones, podrido
+esqueleto entre las naciones vivas y prueba terrible de la justicia de
+Dios, que no quiere dejar sin ejemplar castigo nuestras ferocidades y
+nuestros crímenes.
+
+En fin, tal vez lograríamos así que no apareciese España á los ojos de
+los _yankees_ como un tirano difunto, en el que se pueden cebar sin gran
+peligro, ó como un tirano cachazudo y sufrido, semejante á los tiranos
+de las tragedias de Alfieri, que están, durante los cinco actos, oyendo
+y aguantando las más desaforadas desvergüenzas, si bien acaban por
+perder los estribos y por hacer una barrabasada. Tal vez así se
+conseguiría también que no se le antojase en Washington á ningún senador
+remedar á Catón Censorino y, en vez de llevar higos en un pliegue de la
+toga y de exclamar _delenda est Carthago_, llevar en un faldón de la
+levita azúcar mascabada ó catite, y exclamar: _delenda est Hispania_.
+
+Y aquí pongo término á esta prolija carta, prometiendo no escribir la
+tercera, pues basta con lo dicho.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+TEATRO LIBRE
+
+
+ _Sr. Director de Los Lunes de El Imparcial._
+
+Muy señor mío y amigo: Me pide usted mi parecer sobre si conviene que
+haya un _Teatro libre_ é _independiente_, y sobre varios puntos que con
+esta primera cuestión se relacionan.
+
+Muchísimo tengo yo que decir, pero, como usted me excita á ser breve por
+el poco espacio de que se puede disponer en el periódico, sólo diré algo
+de lo mucho que se me ocurre, y procuraré decirlo en compendio.
+
+A mi ver, en España el teatro tiene toda la libertad y toda la
+independencia que necesita. Yo aplaudo que las tenga, pero no comprendo
+ni pido más.
+
+Los límites de la libertad mencionada son principalmente dos, que en
+manera alguna deseo yo que se traspasen. Uno de ellos es el que señalan
+la moral, la decencia y el decoro. Fija y traza el otro límite el gusto
+del público, contra el cual es inútil y peligrosa la lucha. El público
+paga y oye, aplaude ó silba, y en los espectáculos es juez inapelable, y
+árbitro soberano. En novelas, en poesía lírica, en libros de filosofía,
+de historia y de otros asuntos, puede un autor prescindir de la
+corrupción literaria de su tiempo, de la rudeza y del corto saber de sus
+contemporáneos y de sus tonterías y extravagancias, y componer su obra
+para un público eterno; para que la posteridad la aplauda, haciéndole
+justicia: para que gente más instruída y estéticamente mejor educada le
+comprenda y le admire, allá en los siglos que están por venir, ó bien
+para que en el día un cortísimo número de personas discretas, refinadas
+y doctas, se deleiten leyéndole y saboreando todos los primores de fondo
+y de forma que hay en su producción literaria, convirtiéndola para el
+vulgo profano en _el libro de los siete sellos_.
+
+El autor dramático, y en esto se parece al orador, no puede, ni debe ser
+así. Es menester que su espíritu esté en intima y constante comunicación
+con el espíritu de un público numeroso: que él y dicho público se
+comprendan y se compenetren. Sólo de esta suerte puede haber autores
+dramáticos. Los que de otra suerte escriban, podrán ser todo lo que
+quieran menos tales autores.
+
+Infiérese de lo expuesto que la libertad del teatro tiene por limite la
+voluntad y el entendimiento del vulgo. Ya más allá no sería libertad
+sino delirio. Yo no me explico que se funde un _Teatro libre_ para ir
+más allá. Si el público tiene un gusto exquisito y un entendimiento
+cultivado y un juicio seguro, no hay teatro en Madrid, ni en toda
+España, que no sea libre é independiente y que no tenga completa
+seguridad de ganar honra y provecho, dando las más atrevidas
+representaciones, y, siendo éstas buenas, más aplausos y más dinero
+ganará mientras más originales sean, y más inauditas y más fuera de los
+caminos trillados.
+
+Justo es advertir que el prurito de originalidad, el engreimiento necio
+del que cree pensar y decir cosas profundas, y la manía de reformarlo
+todo y de resolver en cuatro coplas los más obscuros problemas sociales,
+religiosos ó políticos pueden seducir á los autores dramáticos que tal
+vez no han estudiado ni meditado nada que los habilite para la
+resolución de semejantes problemas, y pueden llevarlos á componer un
+tejido de vulgaridades y zanguangadas, á crear caracteres falsos y á
+imaginar una acción absurda y sin interés, que sea como el hilo donde
+ensarten sus insulsos é inaguantables sermones. Después, si el público
+se aburre de oírlos y no los aguanta, el autor dirá tal vez que el
+público es atrasado é indocto. Y si el público los aguanta y los
+aplaude, por aquello de que
+
+ _Un sot trouve toujours un plus sot qui l'admire,_
+
+el mal será mayor; pero en ninguno de ambos casos veo yo que el teatro
+libre é independiente que trata de fundarse valga como remedio.
+
+Por otra parte, yo noto inmenso cúmulo de dificultades para la creación
+del _teatro libre_, en mi sentir inútil. Mas bien le comprendo como
+_teatro normal_ ó como _teatro modelo_ que como _teatro libre_. El
+_teatro libre_, en virtud de su misma libertad, buscará por todos los
+caminos modo de agradar y de entusiasmar al público y de obtener de él
+aplausos y entradas. Así son el Teatro Español, la Comedia, Lara, Apolo
+y la Zarzuela. Todos, á mi ver, son teatros libres. No se puede pedir
+mayor libertad sin incurrir en desatino.
+
+Luego lo que quiere fundarse no es un teatro libre, sino un teatro
+_normal_ ó _modelo_, donde se procure ilustrar al público, aguzar su
+facultad estética, abrir para él nuevos horizontes y moverle á que
+aplauda, ya antiguas obras maestras que hoy desdeña ú olvida, ya nuevas
+obras, vaciadas en moldes nunca empleados hasta el día.
+
+A fin de que este teatro, y permítaseme lo pomposo de la frase,
+cumpliese con su misión, sería indispensable que tuviese una junta
+directiva. Y como esta junta tendría su criterio y querría y debería
+imponerle, resultaría que el _teatro libre_ sería el menos libre de
+todos los teatros.
+
+Supongamos que ya existe, y supongamos también que yo soy un autor
+dramático que aspira á darse á conocer y ofrece una obra suya. Las
+empresas de la mayor parte de los teatros deben considerarse como
+meramente mercantiles. Si rechazan la obra que yo presento, no habrá en
+ello, literariamente, ni agravio, ni sentencia, ora sea injusta, ora
+justa, que me desaliente ó humille. Las empresas no fallan
+literariamente contra mi obra, sólo dicen, con acierto ó sin él, que no
+es aquello lo que pide el mercado y que no deben aceptarlo, porque no
+tendrá buena salida y será mal negocio. Pero si en el teatro, mal
+llamado libre, que trata de fundarse, la junta directiva desecha mi
+obra, al desecharla, aunque afirme que no es tal su intención,
+literariamente me condena, empezando por someterme á un tribunal
+literario y á preceptos y reglas en cuya virtud ese tribunal juzga y
+sentencia.
+
+Es, pues, evidente que el tal _teatro libre_ será el menos libre de
+todos; será un alto magisterio, un tribunal supremo, un directorio
+iniciador y propagador del buen gusto en lo tocante á poesía dramática;
+en fin, será todo lo que se quiera menos un teatro libre. Los teatros
+libres son los que ahora hay.
+
+Lo dicho hasta aquí contra el falso teatro libre no impide que desee yo,
+como el que más, que tengamos en Madrid un _teatro modelo_, con cuantas
+condiciones y requisitos sean convenientes para representar bien toda
+clase de dramas.
+
+Antes de explicar de qué suerte me alegraría yo de que se fundase este
+teatro, voy á hacer algunas declaraciones.
+
+Primeramente, yo no creo que la producción dramática española en el día
+sea inferior, ni por calidad ni por cantidad, á la de ninguna otra
+nación del mundo. Sólo Francia compite con nosotros, y en sentir de
+muchos, aunque no en el mío, nos vence.
+
+Es la segunda declaración que ningún género de trabajo literario está en
+España mejor retribuido que el del dramaturgo. Y por esto, y por
+entender yo que para que una literatura sea espontánea y natural,
+importa que sólo tenga al público por Mecenas, ni pido ni quiero
+protección y auxilio del Gobierno para los que escriben dramas.
+
+Es la tercera declaración que nuestros actores no me parecen tan malos
+como asegura la gente, llevada de la manía, hoy muy en moda, de rebajar
+y hasta de denigrar todo lo nuestro, como si fuésemos la nación más
+desventurada y más decaída de la tierra.
+
+Poseyendo, pues, como sin duda poseemos, autores y actores, lo que
+principalmente nos falta es una empresa que pague sin tacañería ni
+apuros á los artistas y hasta asegure su porvenir y la materialidad de
+un teatro muy elegante, lujoso y rico en decoraciones, trajes y
+maquinaria. Si un príncipe poderoso, si un banquero ó si varios
+capitalistas, ó si una compañía por acciones, fundase este teatro, yo
+doy por cierto que merecerían aplauso y gratitud de la patria y que no
+perderían su dinero, porque, si bien no hay mucho en España, la gente es
+espléndida, gusta de divertirse, y el teatro modelo, ó de lujo, ó como
+queramos llamarle, estaría lleno siempre.
+
+Como tengo aún muchísimo que decir sobre este asunto y usted recomienda
+la brevedad, y yo no atino con ella, he guardado esta carta, escrita
+desde hace días, sin atreverme á enviarsela á usted y casi desistiendo
+ya de enviársela. Ahora estoy de otro humor y se la envío, en la
+inteligencia de que la carta tendrá cola, ó mejor dicho, será como
+cereza en la que se enredan otras por el cabo y la siguen. A esta carta
+seguirán otras dos. Si á pesar de la inevitable condición que pongo no
+teme usted que yo peque de prolijo, inserte mi carta en su apreciable
+periódico y crea que se lo agradeceré.
+
+
+II
+
+Muy Sr. mío y amigo: Ya dije á V. que no quiero ni comprendo el teatro
+libre ó sea más libre que los teatros que hay ahora en España. Esto no
+se opone á que yo quiera y desee un teatro normal ó modelo. Y como dicho
+teatro ha de estar en algún punto y no le hemos de fundar en Ovejo, en
+Churriana ó en la Madroñera, lo natural y razonable será fundarle en
+Madrid, sin hacer caso de la ruin y disparatada envidia del
+regionalismo.
+
+Aquí se me ocurre algo que me atrevo á llamar antinomia y que no puede
+menos de motivar una digresión inevitable aunque prolija. Ojalá que no
+sea cansada. Mil y mil veces he sostenido que la literatura, sobre todo
+la amena, si ha de ser natural y espontánea y no artificiosa y criada en
+invernáculo, conviene que sólo tenga por Mecenas al público que la lea,
+la pague, la comprenda y la inspire. Nada de protección por parte de
+principes y de gobiernos para novelistas y poetas. Alfieri compuso un
+elocuente y hermoso libro sosteniendo esta tesis y yo le he aprobado y
+aplaudido. Pero aquí surge la antinomia. Trataré de explicarla.
+
+Yo creo á pie juntillas en el progreso indefinido. El término ideal de
+este progreso es, en mi concepto, individualista.
+
+El linaje humano, constituido en sociedad, puede adelantar tanto en el
+camino de la perfección que casi ó sin casi no necesite gobierno. En la
+meta de su carrera triunfante coloco yo, en mis sueños dorados, una
+pacífica y deliciosa anarquía. El interés de los particulares, la
+iniciativa y los bríos de asociaciones libres procurarán hacer y
+conservar caminos y canales, llevar las cartas, cuidar de telégrafos, de
+teléfonos y de cuanto más tarde se invente, y fundar y sostener escuelas
+donde cada cual enseñe lo que más verdadero, útil ó bonito le parezca.
+Y, como progresaremos tanto que los hombres, según determina la
+Constitución de 1812, serán todos justos y benéficos, los tribunales y
+los jueces estarán de sobra. El orden público será tan primoroso é
+inalterable que no será menester fuerza armada que le conserve. Y como
+las naciones no seguirán amenazándose y tratando de saquearse unas á
+otras, sobrevendrá la paz perpetua y se suprimirán el ejército y la
+marina nacional, tan costosos en el día. De aquí que el gobierno no
+servirá para nada, y los pueblos, por evolución y no por revolución,
+pacífica y no tumultuosamente, los obligarán á que se jubilen. Tal es
+el risueño porvenir que yo me finjo, pero no he de negar qué está muy
+remoto. Todo es relativo, según decia D. Hermógenes. Los sabios modernos
+dan millones de años de existencia á este mundo en que vivimos. La vida,
+el _protoplasma_, la _monera_, ó como queramos llamarlo, apareció
+también mucho tiempo ha. Y el hombre, valiéndose ya de la palabra, con
+organización social, y hasta fundando reinos, imperios y repúblicas,
+vive, si hemos de creer á sabios profundos, hace veintiséis mil años.
+Por aquel entonces, afirma Rodier, como si lo hubiera visto, que los
+arios se disputaron, se dispersaron y se dividieron en indios, iranios y
+otros pueblos, de quienes proceden las más nobles naciones de Europa.
+
+Aceptado lo dicho, resulta que la humanidad es ya muy vieja, y con todo,
+yo he leido en un libro de otro sabio más profundo aún, esta sentencia
+que me ha dejado turulato:
+
+_La humanidad, considerada en su vida colectiva, no ha nacido aún._
+
+El sabio echa después sus cuentas, se mete en muy ingeniosas honduras, y
+averigua, determina y declara la época en que la humanidad empezará á
+nacer. Será, sobre poco más ó menos, dentro de catorce mil y seiscientos
+años. Me parece que en período tan amplio bien puedo yo estirar y
+extender con holgura mis esperanzas hasta su completísimo logro en la
+anarquía de que he hablado. Suponiendo ahora que con el andar de los
+siglos subimos á tan gloriosa cumbre y alcanzamos tamaña ventura,
+todavia no me explico que, suprimidos los gobiernos según son y se
+conciben hoy, no haya y persistan órganos directores de esa humanidad
+colectiva que nace y de cada una de las diferentes naciones, que han de
+permanecer separadas y distintas, á fin de que la monotonía y la
+uniformidad no aburran á los hombres y no los impulse á ahorcarse.
+
+Imaginémonos llegados á la perfección en cuanto cabe en lo humano. No
+necesitaremos gobierno que ampare y reprima porque la paz y la seguridad
+serán completas, ni que nos haga ferrocarriles, carreteras y otros
+medios de comunicación más ingeniosos que en lo venidero se inventen,
+porque nosotros lo haremos, ni que procure nuestro bienestar material,
+porque le procuraremos nosotros, ni que nos enseñe en sus escuelas
+públicas, porque cada uno de nosotros enseñará y aprenderá lo que se le
+antoje.
+
+Y sin embargo, hasta dentro de esta soñada perfección, sería ineludible
+el órgano de que hemos hablado: un gobierno por otro estilo, pero al fin
+un gobierno. Compongámosle, pues, de un Gran Metafísico, como en la
+Ciudad del Sol de Campanella, el cual convendría que fuese un rey
+hereditario, separado secularmente del vulgo, para que tuviese majestad
+y careciese de una larga parentela ordinaria ó cursi, y asesorado este
+rey ó gran metafísico de un consejo ó asamblea de varones doctos
+elegidos por el pueblo.
+
+El ministerio ú oficio de este supremo directorio había de ser ordenar
+las manifestaciones del espíritu colectivo, sin el cual la nación se
+desmenuzaría y no sería nación, sino conjunto material, inarmónico y
+deforme de individuos que en lo tocante á la comunión de los espíritus
+quedarían aislados, y no con vida sino con muerte colectiva.
+
+Infiérese de todo que, hasta en un ideal inasequible ó sólo asequible
+dentro de ciento cuarenta y seis siglos, y ya por dicha desgobernados
+los hombres en cuanto importa á su interés material, no podrían menos de
+tener un directorio que diese unidad y que ordenase las apariciones,
+epifanías ó muestras constantes del Genio de la nación, que no muere ni
+puede morir sin que la nación muera. Por consiguiente, el órgano,
+vicario ó delegado de este Genio, exento ya de cuidados materiales, sin
+armas para defenderse y ofender, sólo se emplearía en las cosas del
+espíritu y éstas serían de dos clases esencialísimas.
+
+Claro está que yo, que soy tan fervoroso amante de la libertad y tan
+firme creyente en ella, no puedo suponer que entonces no la tuviese
+completa cada individuo para pensar y decir de Dios lo que mejor le
+pareciese y para adorarle y darle culto á su manera. Pero la religión es
+de dos modos. Por uno de ellos, más profundo y más íntimo, pero menos
+solemne, cada alma humana se pone en relación con su Hacedor y le busca,
+y tal vez le halla y hasta consigue unirse con él por inefable
+misterio. Por el otro modo, más solemne y excelso, y en mi sentir
+ineludible, porque sin él lo más grandioso y bello de la existencia
+desaparecería, la muchedumbre de los seres humanos concordes todos, y
+por bajo de ella cada nación separadamente, deben adorar á Dios y tener
+su culto, sus sacerdotes, sus templos y sus ceremonias y pompas
+religiosas.
+
+Aun supuesta la religión católica ó cosmopolita, será, valiéndonos del
+símil de un gran poeta, como la luz, que suscita diferentes colores en
+los diferentes objetos en que se posa. De aquí que la religión, aun
+siendo universal y única en su esencia, ha de tener en cada pueblo
+aspecto distinto en los accidentes y en la forma.
+
+Importa, pues, aunque lleguemos á la perfecta anarquía de mi sueño, que
+haya una religión del Estado en que aparezcan y den razón de sí la idea
+y el sentimiento colectivos del Genio nacional, y que haya una dirección
+para esto, dirección nacional que deberá ponerse y conservarse en
+perfecta concordancia con el centro directivo y superior religioso, en
+lo que tiene la religión de universal ó de católica.
+
+Y vea Vd. por donde, hasta realizada ya mi deliciosa anarquía, dejo yo
+en pie ó reconstituyo sobre más hondas bases y firmes cimientos uno á
+modo de ministerio de cultos, con Concordatos y todo, y hasta con un
+seminario ó Universidad católica central, donde se enseñe
+fundamentalmente la teología del Genio nacional, las creencias
+religiosas, metafísicas y morales del espíritu colectivo.
+
+La otra epifanía ó manifestación constante y gloriosa del Genio de la
+nación es el arte. Y del arte, el teatro es lo más sintético y acabado.
+En él concurren y presiden Apolo y todo el coro de las Musas. La Poesía
+se alza en el centro como reina, y en torno de ella, acatándola,
+sirviéndola y cuidando de su ornato y alto decoro, han de estar la
+Música, la Danza, la Pintura, la Arquitectura y la Indumentaria.
+
+Si es menester que la nación, como nación, rinda culto á la verdad, que
+en su más alto punto es la religiosa, también es menester que rinda
+culto, colectivo y unánime, á la belleza, la cual, allá en lo sumo, es
+atributo divino. Así, pues, aun en mi anarquía, es ineludible otro
+ministerio al lado del de cultos: el ministerio del teatro y de las
+otras pompas, espectáculos, procesiones y ceremonias nacionales
+profanas.
+
+Ahora bien; cuando sin gobierno material, sino ya sólo con una sombra de
+gobierno ó con gobierno-espíritu, requiere la misma esencia de nuestro
+ser colectivo humano que haya un teatro que el Estado sostenga, no veo
+yo contradicción, á pesar de todo mi individualismo, en que, en esta
+época atrasadísima en que vivimos, haya también un teatro que el Estado
+sostenga y que sea el teatro normal ó modelo. Es cierto que pudiera
+fundarle y sostenerle un príncipe rico ó una asociación de capitalistas,
+pero mejor y más digno es que lo sostenga el Estado.
+
+Ya veremos por qué y cómo.
+
+Perdóneme Vd. que sea tan difuso.
+
+
+III
+
+Muy señor mío y distinguido amigo: Ya anuncié á Vd. que tenia yo
+muchísimo que decir sobre la cuestión del llamado _Teatro libre_. No
+extrañe, pues, que le dirija esta tercera carta, procurando que sea la
+última, si bien acaso no lo consiga. No una serie de breves artículos,
+sino una obra en dos ó tres gruesos tomos pudiera escribirse sobre la
+cuestión mencionada.
+
+Cada cual tiene su modo de discurrir, y yo también tengo el mío. Suele
+éste consistir en presentar, de antemano, extremándolos, los argumentos
+más poderosos que contra mi tesis pueden dirigirse, y en decir luego,
+_si licet in parvis magnis exemplibus uti_, lo que dicen que dijo
+Galileo: _e pur sí muove_.
+
+De aquí, sin duda, que el ingenioso y agudo _Clarín_, lisonjeándome
+mucho con sus generosas alabanzas, haya impugnado, no mi tesis, sino los
+argumentos que previamente presenté yo en contra de ella, á fin de
+saltar luego por cima y desbaratarla. Fueron á modo de obstáculos que yo
+mismo puse para hacer más lucida la carrera y que tuviese saltos y todo.
+_Clarín_ ha removido ó allanado los obstáculos. Dios se lo pague. Así mi
+carrera será por lo llano: si menos lucida, más fácil.
+
+El teatro, repito, es hoy, libre en España, y no puede ni debe serlo
+más. Lo que importa, por consiguiente, es establecer un teatro _normal_
+ó _modelo_. _Clarín_ mismo se ha encargado de refutar no pocos de los
+argumentos que se ofrecen en contra. Estoy de acuerdo con él: mejor es
+someterse al fallo de una junta directiva compuesta de los más
+entendidos y reputados literatos, que no al capricho de un empresario,
+tal vez ignorante, y tal vez sujeto al influjo de envidiosos y
+aduladores que, hasta por no dar la cara, pueden dar, sin temor ni
+escrúpulo, muy malos consejos.
+
+Con el beneplácito y auxilio de _Clarín_, establezco el teatro _normal_
+ó _modelo_, y le establezco _en principio_, para lo cual nuestra
+voluntad basta y sobra, sin que tengamos necesidad de dinero, ó de lo
+que en cierto lenguaje picaresco se llama _caballo blanco_.
+
+A pesar de mi radical individualismo, he tratado de demostrar y creo
+haber demostrado que, hasta después de llegar á la deliciosa anarquía,
+término ideal de la perfección humana, conviene que persista algo á modo
+de gobierno, el cual dirija y ordene las manifestaciones ó _epifanías_
+del Genio colectivo: que persistan un ministerio del culto y otro del
+teatro y demás ceremonias, pompas y fiestas nacionales profanas. Así,
+sin contradicción con mi individualismo, afirmo yo que el teatro
+_normal_ ó _modelo_, debe hoy, con más razón que dentro de ciento
+cuarenta y seis siglos, cuando la humanidad colectiva nazca, ser
+sostenido por el Estado. Que le sostengan uno ó varios particulares
+ricos es menos plausible, menos posible y menos decoroso. Es menos
+plausible porque el particular ó los particulares se propondrán ganar
+dinero, como cada hijo de vecino, y entonces el teatro _normal_ ó
+_modelo_ no lo será en realidad, sino será un teatro, peor ó mejor,
+_libre_, aunque sujeto á una empresa particular como las demás que hay
+ahora. En el día no cabe esperar que salgan á relucir magnates,
+príncipes, ediles rumbosos, como los que hubo en lo antiguo, que se
+gastaban millones de sestercios, ya para divertir y entusiasmar á la
+plebe con espléndidos espectáculos, ya para erigir grandiosos monumentos
+y hermosear á su patria, como hicieron Heredes Atico y otros. ¡Buenos
+andan los ediles de ahora para descolgarse con semejantes bizarrías! Y
+si bien se mira, hasta los ediles de otros tiempos no solían ser
+desinteresados cuando se descolgaban con ellas, porque, ó se parecían á
+aquel señor Robres del epigrama, que hizo á los pobres antes de hacer el
+hospital, ó bien derrochaban el dinero para satisfacer la ambición,
+ganándose el favor de la muchedumbre y comprando sus votos.
+
+Es poco plausible y es casi imposible que un particular ó varios
+sostengan el teatro _normal_, porque debe ser sostenido con
+desprendimiento y sin que piense ganar dinero ni nada quien gaste su
+dinero sosteniéndole. Y es además menos decoroso que le sostengan
+particulares, porque el pueblo no ha menester, en el día, esta á modo
+de limosna. Decidamos en virtud de todo lo dicho, que sea el Estado
+quien le sostenga, esto es, la nación ó el pueblo mismo. La junta
+directiva y los actores, en vez de ser los asalariados de un particular,
+recibirán su salario de Estado, ó sea del pueblo, lo cual, á mi ver, es
+más digno y honroso.
+
+No recuerdo bien lo que dice _Clarín_ de que no quiere ó de que no pide
+lujo. Entendámonos. Si por lujo se entiende lo que yo entiendo, yo le
+quiero y le requiero. Y si ahora no le pido es porque sería pedir
+cotufas en el golfo, y porque con esta picara guerra de Cuba no está la
+Magdalena para tafetanes. Pero supongamos, y Dios nos oiga, que ya se
+acabó la guerra de Cuba y que volvemos á tener prosperidad y
+bienandanza. Esto supuesto, ya me tienen Vds. pidiendo el teatro
+_normal_ ó _modelo_, sostenido por el Estado, no para ganar, sino para
+perder anualmente, aunque el teatro esté todas las noches de bote en
+bote, un millón de pesetas que iguale los ingresos con los gastos.
+
+El emperador de Austria, caballero muy cabal, de gusto delicado, con
+cuantiosas rentas propias, edil á la antigua sin ambicionar ya nada, y
+si no Herodes hebreo, porque gusta de los niños y no los mata, nuevo
+Herodes Atico, porque hermosea á Viena con monumentos magníficos, dicen
+que se gasta en el teatro más de 500.000 florines al año, lo cual sube
+por cima del referido millón de pesetas.
+
+¿Por qué, no el monarca, que como particular dista bastante de ser tan
+rico, sino el Estado cuando salga de guerras y de apuros, no ha de
+imitar aquí al emperador munífico de que voy hablando?
+
+En pocas cosas podría emplearse el dinero con mayor beneficio del buen
+gusto, de la general ilustración y de la cultura.
+
+No es feo el teatro del Príncipe. Por esto, porque recuerda grandes
+triunfos literarios y artísticos, y por otras mil razones, debe
+conservarse, cuidarse y tenerle abierto siempre que se pueda, con buena
+compañía. ¿Pero en la nación que se jacta, sin pecar de vanidosa, de
+poseer la más rica, original y sublime literatura dramática, sin que se
+le adelanten Grecia, Inglaterra y Francia, á pesar de Esquilo,
+Eurípides, Sófocles y Menandro, y á pesar de Shakespeare, Corneille,
+Racine y Molière, es bastante monumento nacional de esta gloria, es
+digno templo de nuestra Melpómene y de nuestra Talia el antiguo y
+modesto Corral de la Pacheca, por muy corregido, repintado y revocado
+que le pongamos?
+
+Lo primero, por consiguiente, había de ser erigir para teatro _normal y
+modelo_ un edificio grande y hermoso donde se luciesen el arquitecto de
+más mérito y fama y nuestros más valientes escultores en las estatuas y
+relieves que adornasen y magnificasen la fachada, los peristilos, los
+anchos pórticos y las empinadas acroteras. Ya se entiende que este
+edificio había de estar aislado, no empotrado entre casas como los
+pobres teatros que ahora tenemos, salvo el teatro Real, tan
+abominablemente feo en lo exterior, que harto bien merece estar
+empotrado.
+
+En fin, yo quisiera en Madrid un nuevo teatro Español, que fuese al
+teatro alemán de Viena (Hofburgtheater) lo que, en proporción
+geométrica, es la literatura dramática española á la literatura
+dramática alemana.
+
+Construído ya el teatro, sería menester dotarle de toda la maquinaria,
+decoraciones, trajes y demás riquezas y esplendores que en el de Viena
+hay y se lucen.
+
+Luego debería formarse una buena compañía de actores, igual y armónica,
+digámoslo así; esto es, que no hubiese uno ó dos actores buenos y hasta
+excelentes, siendo los demás malos ó medianos; sino que todos ellos
+compusiesen un bien concertado conjunto, y que asimismo no repugnase
+ninguno representar un papel que le pareciese de poca importancia ó
+lucimiento, sino que se sometiese al director y á su severa disciplina.
+De esta suerte saldrían bien representados todos los dramas, y el bueno
+parecería mejor, y el no muy bueno parecería tolerable.
+
+Otra cosa de que importaría muchísimo que cuidase la junta directiva es
+de que el personal fuese muy guapo, en particular las mujeres. La
+educación estética de un pueblo no se forma ni se mejora, sino se
+corrompe y se vicia, manifestándole lo feo, lo inelegante, lo canijo, lo
+estropeado, lo ruin y lo plebeyo de la figura humana. Así como la
+naturaleza influye en el arte, ya que Fidias y Praxiteles no hubieran
+esculpido las maravillosas imágenes de Júpiter, Minerva y Venus, si no
+hubieran tenido modelos de gran valer, así el arte influye en la
+naturaleza, porque las mujeres y los hombres, que contemplan lo bello en
+las representaciones artísticas, se enriquecen la imaginación, é
+influyendo esto en todo el organismo vital, hace que nazcan chiquillas y
+chiquillos preciosos. Está probado que, desde el siglo de Pericles en
+adelante, las mujeres griegas, á fuerza de contemplar las obras maestras
+de la escultura y de la pintura, vinieron á ser mucho más hermosas que
+en los siglos anteriores: Y yo he leído también, en autores muy
+formales, que esas aéreas, aristocráticas y semi-divinas imágenes de
+mujer, que en los libros de Keepsake nos deleitan, no son copia de las
+Ladies y de las Misses más celebradas, sino son como norma ó pauta á la
+que esas Misses y esas Ladies se han ajustado, y son como molde en que,
+trascendiendo de lo espiritual á lo físico, las han fundido sus madres.
+
+El entendimiento elevado, la no común habilidad, y sobre todo el genio
+del artista, no equivalen, sino valen más que la hermosura. Esa
+portentosa luz interior del espíritu se difunde por todo el cuerpo y le
+ilumina y hermosea. Claro está, por consiguiente, que en los actores y
+actrices principales no tendrá la junta directiva que investigar y
+probar si hay ó no corporal belleza. La dicha investigación, la prueba y
+el cuidado se ordenan sólo para las figurantas, coristas y otra gente
+de segundo ó de tercer orden.
+
+Digo esto no en tono de broma, sino con la mayor gravedad. Lo demostraré
+con un ejemplo.
+
+En el Hofburgtheater de Viena, se representa el _Fausto_ (primera y
+segunda parte) con todas sus fantasmagorías y con todas sus magias:
+hasta con el _Prólogo en el cielo_. Allí, en medio de sonrosadas y
+luminosas nubes, se adelantan los tres arcángeles, Miguel, Rafael y
+Gabriel, y declaman, al compás de una música verdaderamente celestial,
+aquel elocuentísimo himno en alabanza del Criador y en alabanza del
+Universo, su obra, la cual sigue hoy tan perfecta como en el día en que
+fué creada. Los tres arcángeles son tres muchachas altas, esbeltas,
+airosas y tan ligera como elegantemente vestidas. Yo aseguro que parecen
+de verdad los tres arcángeles, con alas refulgentes, con áureos yelmos y
+con fulmíneas espadas. Pero si fueran tres hembras de formas
+exuberantes, paticortas y cabezudas, ¿cómo habían de parecer arcángeles?
+Desde el comienzo se pondría en ridículo el poema de Goethe, y se haría
+del empíreo la más ruin y bellaca caricatura. Es indispensable, pues,
+que sean guapas las actrices de tercer orden. Y aquí debo advertir que
+no basta para esto el cuidado de la junta directiva. Es menester también
+que los españoles desechen la propensión que tienen, _more turquesco_, á
+retirar del teatro á toda mujer guapa, aunque sea casándose con ella y
+muy santamente. Yo doy por seguro que rara vez, ó que nunca se le
+ocurre á un alemán, por enamorado que esté, incurrir en rapto y
+secuestro tan perjudiciales á la estética y á las artes todas, antes
+bien se engríe de que la muchedumbre contemple y admire desde lejos lo
+que él más de cerca y con mayor intimidad acaso contempla y admira.
+
+Es indudable, á mi ver, que si los citados tres arcángeles fuesen tres
+princesas ó reinas, más ó menos morganáticas, seguirían saliendo á las
+tablas con beneplácito y satisfacción de sus principes ó reyes.
+
+Me voy extendiendo demasiado. ¡Pero hay tanto de que hablar en estos
+asuntos teatrales!... En fin, yo pido disculpa, y termino esta carta
+pidiendo también permiso para escribir otra que será definitivamente la
+última.
+
+
+IV
+
+Muy señor mío y distinguido amigo: Me he engolfado tanto en el asunto
+del teatro que no sé cómo podré salir de él tan pronto como deseo.
+
+A semejanza de Platón, Tomás Moro y otros, que construyen una ciudad
+ideal, me he lanzado yo, en esfera mucho más chica, á forjar una á modo
+de utopía teatral dramática ó más bien escénica.
+
+Ya tenemos, cuando no en realidad, imaginariamente, edificio para el
+teatro; la mejor compañía posible hoy en España, y un abundante, lujoso
+y escogido material de trajes, muebles, armas y decoraciones.
+
+Para custodia de las cosas materiales, para llevar la cuenta de gastos y
+de ingresos, y para cuanto es meramente económico y administrativo,
+establezcamos una oficina dependiente del ministerio de Fomento.
+
+Pronta ya la máquina, démosle cuerda y que eche á andar en la dirección
+que conviene. Mas como para darle cuerda y dirigirla son menester una
+voluntad y una inteligencia, concedámoslas á la junta directiva que á
+este fin creemos.
+
+Harto conozco que voy á disgustar á muchos lectores, que en no pocos voy
+á suscitar contra mí el desdén ó el enojo. Diré, no obstante, mi leal
+parecer sobre la composición y constitución de la Junta. La compondrán
+dos académicos de la Real Academia Española, elegidos por sus
+compañeros; uno de la sección de música de la Academia de Bellas Artes;
+otro elegido por las secciones de artes del dibujo que hay en la misma
+Academia; otro elegido por la Academia de la Historia entre sus
+individuos de número; y, por último, el primer actor del teatro que ya
+hemos creado.
+
+Estos seis vocales, legalmente, no han de importar ni valer más unos que
+otros, aunque cada cual tenga su especial cuidado y oficio. Para
+presidir la Junta, no quiero decir de repente lo que pienso yo, á fin de
+que no den un brinco de espanto los que me lean.
+
+Considérese que en España hay, desde hace tiempo, un lamentable
+divorcio entre las artes y las letras castizas y propias de nuestro
+suelo y la gente que ha visto y corrido más mundo y que parece más culta
+y que es ó debiera ser más distinguida y elegante. El bello sexo, sobre
+todo, y más aún el de la _high-life_, nos es contrario.
+
+Grosero é injusto sería decir con Iriarte:
+
+ Las mujeres que ahora no despuntan,
+ como en siglos pasados, por discretas,
+ si en el teatro público se juntan,
+ aplauden cuando más al tramoyista,
+ oyen tal cual chuscada del sainete,
+ y sirve lo demás de sonsonete,
+ mientras que están haciendo una conquista.
+
+Nada; no digamos semejante blasfemia, pero reconozcamos que hay sobrado
+desprecio por lo nacional é inclinación decidida y admiración exagerada
+hacia lo extranjero. Se deploran la cancamurria y los hípidos de
+nuestros actores y, sin caer en la cuenta, parecen deliciosos el
+inaguantable martilleo de los actores franceses, su remilgada afectación
+y el continuo subrayar de palabras y frases á fin de que las agudezas
+sutiles penetren bien en las mentes obtusas del auditorio, lo cual hasta
+llega á ser ofensivo, ya que presupone tontería en el público y la
+necesidad de un embudo y de un cazo de bayeta para que trague lo más
+dificultoso y enmarañado.
+
+Y no es solo contra los actores, sino también contra los autores este
+desprecio. Ignoran los usos y costumbres de la buena sociedad; cuando la
+describen se equivocan del modo más deplorable. En fin, todo son
+_cursis_.
+
+Lo que llaman en Francia _alta comedia_ no es posible entre nosotros. En
+cambio las obras dramáticas de Sardou y de Dumas hijo, que tratan de
+pintar el mundo elegante de París, enamoran, pasman y hechizan á no
+pocas de nuestras damas. No advierten que aquellos discreteos y _tiquis
+miquis_ suelen estar confeccionados con una más honda y radical
+_cursería_. Con relación á la nuestra es como el aguardiente con
+relación al vino. _Francillon_ y _Le monde où l'on s'ennuie_, por
+ejemplo, son de una cursería pasada por alambique; obras de insufrible
+afectación, y como entre la moral y la estética hay lazos muy estrechos,
+obras también de moralidad extravagante y corrompida, por lo mismo que
+tratan de ser docentes y de corregir las costumbres.
+
+No poco podría yo decir sobre todo esto, pero no tengo espacio.
+Saltemos, pues, y volvamos á la Junta directiva. Yo aspiro á la perfecta
+conciliación de nuestra sociedad elegante y de nuestra literatura
+castiza. Conviene para ello que sea elegante el teatro cuando represente
+elegancias, y que no se extralimite, ni propagando doctrinas
+antisociales, ni con sátiras personales y rudas, ni con demasiadas
+verduras y escabrosidades. Así, pues, y repito que yo estoy fantaseando
+una utopía, si de mi dependiera, yo elegiría á una dama discreta é
+ilustrada para presidenta del _teatro normal ó modelo_. Estoy seguro de
+que ella velaría para que lo poco decente, lo indecoroso, lo falsamente
+sentimental y lo inelegante y afectado se desterrasen del teatro modelo,
+único que no sería libre, pues yo dejaría á los otros en la completa
+libertad de que gozan ahora, si bien con la esperanza de que por influjo
+del teatro modelo habían de corregirse y mejorarse.
+
+No se infiera de lo expuesto que yo propenda á que nuestro _teatro
+modelo_ sea, según dicen los franceses, con frase hecha, _honnête mais
+embêtant_. Nada menos que eso; yo gusto del regocijo y del desenfado,
+con tal de que no traspasen los límites del decoro.
+
+Por esto, por otras razones expuestas ya y por otras muchas que sería
+prolijo exponer aquí, vendría como de molde una dama discreta para
+presidenta de la Junta.
+
+De cada cinco funciones había de haber una cuyo producto líquido se
+consagrase á establecimientos de beneficencia. Buena falta hacen en
+España. Dos años y medio he pasado últimamente en Viena, y ni en calles,
+ni en paseos, ni en parte alguna, me ha pedido nadie limosna.
+
+Claro está que el teatro ideal que voy formando es todo lo contrario del
+teatro libre, y mucho menos es _teatro protesta_. Yo no niego la razón á
+_Clarín_; protestando contra el mal gusto, se consigue á veces que
+triunfe el bueno. Moratín le hizo triunfar protestando contra Comella;
+pero no es esto lo que ordinariamente sucede, y todo protestantismo es
+muy peligroso. El Estado no puede menos de ser conservador. Así como si
+tiene una religión es porque la cree verdadera, así debe tener también
+fe en su buen gusto, pero sin alentar á los que buscan en literatura
+peligrosas novedades. Queden para eso los teatros libres, si se atreven
+á tanto y les da por convertirse en _teatro protesta_.
+
+Lo que se llama genio es prenda muy rara, y el afán de hacer creer que
+le tienen deslumbra y extravía á no pocos incautos y presuntuosos, y los
+induce á producir disparatadas monstruosidades. Absurdo sería que
+creásemos el teatro modelo para apadrinarlas. Si cabe comparar lo
+sagrado con lo profano, sería esto tan ridiculo como si el Estado
+erigiese un magnifico templo y ensayase en él la religión de Brahma, de
+Buda, de Zoroastro ó de cualquier profeta flamante, á ver si el pueblo
+la prefería al catolicismo y se convertía.
+
+Si en la religión hay herejes, en las artes también los hay. Queden en
+libertad: no los persigamos, pero no los protejamos tampoco.
+
+Recuerdo haber visto en Bruselas una Exposición de pintura y escultura
+hecha por _artistas libres_, que protestaban furiosos, en nombre del
+progreso y del arte del porvenir, contra el arte oficial, ordinario y
+trillado. Aseguro que no soñaba yo con ver ni he visto jamás delirios
+más estupendos, pintados y esculpidos, ni más abominables creaciones. Y
+cuenta que, en medio de su extravío, no podía negarse original y
+distinguido talento á no pocos de aquellos _artistas libres_.
+
+Prescindo de la ilación y procedo á brincos y con aparente incoherencia
+para que esta carta sea la última, y no escribir una docena.
+
+La Junta directiva había de renovarse cada dos años.
+
+Los vocales tendrían sueldo ó dietas. No comprendo que nadie trabaje de
+balde, humillando ó haciendo competencia invencible al que necesita
+vivir de su trabajo. Al que no lo necesitase nadie le impediría gastar
+su sueldo en obras de misericordia ó regalar al teatro mismo, para
+adorno de sus galerías y salones de descanso, bustos y pinturas que
+representasen á nuestros mejores dramaturgos, actores y actrices.
+
+Las funciones del _teatro modelo_ habrían de dividirse por igual en tres
+clases: una sería de composiciones dramáticas de antiguos autores cuyas
+obras fuesen ya del dominio público; otra sería de composiciones de
+autores, vivos ó muertos, de cuyas obras conservasen la propiedad ellos,
+sus herederos ó sus editores; y otra, por último, de composiciones
+inéditas. Tendríamos, pues, que sólo el tercio de las representaciones
+de nuestro teatro sería para los estrenos. Así la Junta directiva podría
+mostrarse severa y aceptar sólo obras excelentes ó que ella juzgase
+tales. En los teatros libres se daría la protesta ó la apelación al
+juicio público, aceptando las obras desechadas, obras, por otra parte,
+que, al no ser aceptadas por nuestro teatro, no recibirían agravio, ya
+que nuestro teatro no podría ser bastante para muchos estrenos.
+
+En nuestro teatro no habría de hacerse jamás la en mi sentir absurda
+distinción del _género chico_ y del género no chico. Lo bueno no es
+chico nunca. Hay no pocos sainetes que valen más que multitud de dramas
+y de tragedias en cinco actos. Nada es más difícil, más envidiable y más
+precioso que hacer reir con burlas y chistes urbanos sin desvergüenza y
+sin chocarrería.
+
+Por esto quisiera yo que volviésemos á la antigua usanza, y que, á no
+ser un drama extremadamente largo, concluyese toda función con su
+correspondiente divertido sainete.
+
+En la indumentaria convendría tener el mayor esmero. No sólo los trajes,
+las armas, el peinado y demás adornos de las personas, sino también los
+edificios y los muebles habrían de ajustarse siempre con la posible
+exactitud á la época y al país en que se desenvolviese la acción
+dramática. Únicamente podrían quedar exceptuados de esta regla algunos
+dramas antiguos en que hay algo de fantástico y de ideal en el lugar y
+en el tiempo. Pase v. gr. que en _El desdén con el desden_ no salgan los
+actores vestidos con trajes de la Edad Media, de cuando había soberanos
+independientes en Provenza y en Cataluña, sino que salgan vestidos
+anacrónicamente con trajes del siglo XVI ó del siglo XVII.
+
+Mi indulgencia, no obstante, no llega hasta el extremo de aprobar lo que
+he visto en Alemania, donde el lacayo, gracioso y agudo, que aconseja el
+desdén para vencer el desdén de doña Diana, sale vestido como Fígaro en
+_El Barbero de Sevilla_, como un majo de Goya. Esto me parece tan
+extravagante como lo que he oído decir que acontecía hace un siglo entre
+nosotros, cuando, al ponerse en escena _El maestro de Alejandro_, salía
+Aristóteles vestido de abate, con casaca, chupa, espadín, zapato de
+hebilla y capita veneciana.
+
+No pocos de nuestros antiguos dramas son tan anacrónicos que apenas
+sería posible ponerlos en escena con trajes de la época en que pasa la
+acción. Si no recuerdo mal, en _La venganza de Tamar_, de Tirso, hay
+damas tapadas, lacayos, mercaderes, genoveses, calle Mayor y todo lo que
+había en Madrid en tiempo de Felipe III ó de Felipe IV. ¿Cómo, pues,
+poner en escena _La venganza de Tamar_ con los trajes que se usaban en
+vida del Rey Profeta? En cambio, yo juzgo conveniente representar _El
+mágico prodigioso_ con los trajes, edificios y muebles
+bizantino-orientales que se usaban en Antioquía en los primeros siglos
+de la era cristiana, y no, como he visto representar en Madrid este
+drama, con trajes del siglo XVI ó del siglo XVII.
+
+Aun en la representación de los sainetes y entremeses pondría yo no
+menor cuidado en la indumentaria. Un entremés de Cervantes se
+representaría con trajes del tiempo de Cervantes, y un sainete de D.
+Ramón de la Cruz con los trajes que los majos y las manolas gastaban
+cuando vivía y los retrataba tan á lo vivo aquel escritor ingenioso.
+
+Otro uso antiguo, desde hace años casi perdido, resucitaría yo en
+nuestro teatro: el indispensable intermedio de _baile nacional_ entre el
+drama y el sainete.
+
+El arte de la danza es importantísimo y serio. Los antiguos le
+estimaban como lazo de unión y como centro de todas las artes del
+espíritu, que llamaban música en su más lato sentido, y de todos los
+ejercicios corporales, que llamaban gimnástica. La danza además era
+ensalzada por su complexidad; porque en ella se combinan el sonido y la
+forma, el dibujo y la melodía, lo plástico y lo aéreo. El rey David no
+creía perder su dignidad por ir bailando delante del Arca. Los
+coribantes descendían bailando de la cumbre del Ida, las ménades con sus
+tirsos bailaban en el Citerón, y los profetas de Israel, en impetuoso
+coro, descendían bailando del Carmelo. No bailaban menos devota y
+desaforadamente los _salios_ de Roma. Danzas sagradas ó hieráticas ha
+habido en todas las épocas y civilizaciones. Todavía, al son de las
+castañuelas, bailan los seises en la catedral de Sevilla.
+
+No pretendo yo que canonicemos y santifiquemos la danza, pero es un
+dolor que nuestra danza nacional vaya perdiendo cada día más su carácter
+propio y castizo ó bien que se avillane, se corrompa y se haga más
+grotesca, chula y gitana. Ya se bastardea con lo que toma y remeda de
+las danzas francesas é italianas, ya se corrompe y se impurifica con
+esto que no sé por qué llaman flamenco. Yo recuerdo todavía con
+retrospectiva admiración á cierto bailador llamado Ruiz, y á su
+gallarda, bella, modosa y noble hija Conchita. ¡Qué majestad, qué
+decoro, qué distinción y qué gracia cuando ambos bailaban juntos el
+bolero! No es dable danza más aristocrática. Parecían príncipes ó
+grandes señores. Y aquello era al mismo tiempo español puro y neto. ¿Por
+qué pues, no hemos de regenerar nuestra danza, hoy pervertida?
+
+Interminable sería el seguir exponiendo aquí todo lo bueno que podría
+realizar nuestro teatro. Fúndese, si alguna vez hay dinero, paz y humor
+para fundarle, y ya entonces daré yo los consejos que dejo en el tintero
+ahora por no pecar de prolijo.
+
+Sólo diré para concluir que en el teatro, durante la representación,
+deben amortiguarse las luces y quedar el público en misteriosa penumbra,
+á fin de que la luz y la atención se fijen en la escena: que una vez el
+telón descorrido, deben cesar las conversaciones y deben abstenerse las
+damas y los caballeritos de flirteos ó coqueteos: y que terminada la
+representación, debe haber mucha luz para que las mujeres muestren su
+hermosura y sus galas. Por último, los entreactos, sin ser tan largos
+como ahora suelen ser, no deben ser tan cortos como en Alemania, donde
+no hay tiempo para ver y hablar á las damas bien vestidas y guapas, ni
+para discurrir sobre el drama que se está viendo, de todo lo cual
+resulta, á pesar del primor y lujo del espectáculo, algo de apresurado,
+y de poco ameno que contradice el título de diversiones públicas con que
+calificamos las del teatro.
+
+Y aquí pongo punto final, deseoso de no haber acabado también con la
+paciencia de los lectores.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+FINES DEL ARTE
+
+FUERA DEL ARTE
+
+
+Siempre fuí yo partidario del arte puro; de que no haya en él otro fin
+ni propósito que la creación de la belleza; dar pasatiempo, solaz y
+alegría al espíritu y elevarle á esferas superiores por la contemplación
+de lo ideal y de lo que se acerca á lo perfecto, cuando logra revestirse
+de forma material ó bien expresarse por medio de signos, como son los
+tonos y la palabra hablada ó escrita.
+
+De aquí que yo, en obras de amena literatura, y especialmente en dramas
+y novelas, guste poquísimo de la tesis, y menos aún de lo que llaman
+Zola y sus parciales _documentos humanos_. A mi ver, tales documentos
+deben coleccionarse en Tratados de estadística y en Memorias de
+hospitales, presidios, cárceles y manicomios. Y lo que es las tesis,
+cualquiera que tenga el antojo de demostrar alguna ó de inculcar y
+difundir doctrinas morales, sociales, políticas ó religiosas, lo mejor
+es que desista para ello de ser novelista ó dramaturgo, y componga
+Tratados científicos, disertaciones, homilías ó peroratas.
+
+No he de negar yo por esto que, en todas las edades del mundo y en todas
+las naciones cultas, la mayoría de los autores de obras de
+entretenimiento se han propuesto al escribirlas no sólo entretener, sino
+también enseñar. La novela y el drama han sido para ellos docentes. Así
+en la teoría como en la práctica han calificado de lecciones morales
+todo cuanto han escrito, y al escribir han puesto la mira y se han
+dirigido á un punto completamente fuera del arte.
+
+Este hecho, sin embargo, sólo probará una cosa: que el afán de enseñar
+fué lo que movió al autor á escribir; mas no que lo escrito valga por lo
+que enseña, importe por la verdad que contiene, sino por la gracia, el
+chiste y la hermosura que crea y luce.
+
+El más claro y luminoso ejemplo de lo que digo nos le ofrece Cervantes
+en el _Quijote_. Fué su propósito censurar los libros de caballería y
+hacerlos aborrecibles. Y, á la verdad, si se hubiera limitado á dar en
+el blanco, si sólo hubiese sido certero y si su ingenio no hubiera
+volado muy por cima del objeto á que por reflexión quería dirigirse,
+Cervantes sólo hubiera escrito un libro que ya no leería casi nadie y no
+el libro inmortal que leerán y releerán siempre todas las personas de
+buen gusto, ya en lengua castellana, si la saben, ya en cualquiera otra
+lengua en que se traduzca medianamente.
+
+Persisto, pues, en creer y en afirmar que el propósito de la novela y
+del drama, y lo más substancial que debe haber en ellos, no es la
+enseñanza, no es la demostración reflexiva.
+
+El poeta, no obstante (y llamo poeta á quien escribe novelas y dramas,
+aunque los escriba en prosa), pone ó debe poner en cuanto escribe toda
+su alma. Y como esta alma no ha de ser vulgar, adocenada ó vacia, sino
+que ha de estar rica de ideas, de doctrinas y de sentimientos elevados,
+y han de encerrarse en ella los obscuros enigmas que piden explicación y
+los temerosos y hondos problemas que se presentan á la humanidad para
+que los resuelva; todo esto, que está contenido en el alma del autor ó
+del poeta, aparecerá también y se reflejará en su obra, donde él pone
+toda su alma.
+
+De las consideraciones que acabo de exponer y que á menudo se ofrecen á
+mi mente, nace, y yo lo confieso con sinceridad, una contradicción
+evidentísima: la negación y la afirmación de lo mismo: lo que ahora
+llaman una antinomia.
+
+Afirmo, primero, que el arte ha de ser sólo por el arte, y afirmo en
+seguida que el arte, sobre todo cuando es la palabra el medio que emplea
+para producir la hermosura, contiene en sí y pone, en toda obra suya de
+algún valer, cuantos problemas y enigmas estimulan la actividad del
+entendimiento humano, moviéndole á negar ó afirmar y á pronunciarse en
+uno ó en otro sentido.
+
+Me consuela de mi contradicción y me mueve á creer que no debo ser
+censurado por escéptico, sino aplaudido por sincero, el notar que la
+contradicción mencionada no está sólo en mi, sino también en todos los
+espíritus.
+
+El arte debe ser por el arte. El poeta no debe proponerse la
+demostración de ninguna tesis: no debe enseñar, sino deleitar. Y, sin
+embargo, no hay novela ni drama de algún valer donde el poeta no quiera
+resolver problemas sociales, morales, políticos ó religiosos. Y no hay
+novela ni drama de algún valer, por lo mismo que es más numeroso y
+apasionado el público que los oye ó los lee, que no sea vehículo mil
+veces más eficaz que cualquiera otro libro para propagar doctrinas y
+para divulgar y difundir novedades, que ya extravían á la gente, ya
+vuelven á traerla al buen camino.
+
+El poeta se propone á veces demostrar algo: á veces sólo se propone
+divertir ó entusiasmar: pero, acaso cuando menos conciencia tiene y
+menos propósito lleva de ser docente, es cuando enseña más, ya que,
+poniendo el alma en su obra, pone también los enigmas y los problemas
+que en ella hay y los descifra ó los resuelve á su modo.
+
+A fin de explicar este influjo de las obras literarias, ejercido en
+ocasiones sin propósito y hasta contra la voluntad del autor, se ha
+inventado una palabra, para mi gusto nada bonita, pero muy gráfica. La
+novela y el drama que en alto grado son así, se llaman _tendenciosos_.
+
+¿Cómo negar, por ejemplo, que son _tendenciosas_ las novelas de Pereda,
+que lo son también las de Pérez Galdós, que es _tendencioso_ el _Juan
+José_ de Dicenta, y que _Los domadores_ de Selles son _tendenciosos_?
+
+Lo que yo no quiero desentrañar aquí es la tendencia de cada una de
+estas obras, y mucho menos cuál tendencia es buena y cuál es mala.
+
+La intención puede ser distinta y hasta opuesta á la tendencia. Dramas ó
+novelas hay (y no malos, sino buenos y escritos por autores de
+grandísimo talento), que pueden producir y que producen en el público un
+efecto enteramente contrario al que el autor se propone. El público
+suele ser caprichoso y suele interpretar las obras literarias, en lo
+tocante á la tendencia, de una manera imprevista para el autor y aun
+para los críticos más agudos. Una misma persona, según la edad que tiene
+y la instrucción que posee, al leer un cuento ó al ver un drama, puede y
+suele juzgarlo de muy distinta manera. Valgan en prueba de esto los
+_Viajes de Guliver_ de Jonatán Swift. Los leemos cuando niños y nos
+divierten como cuento amenísimo, lleno de pasmosas aventuras. Y si los
+volvemos á leer en la edad madura, notamos en ellos amarga sátira, negra
+melancolía y desconsolador pesimismo. ¿Qué es lo que fundamentalmente
+había en el alma y en la intención de Swift? No quiero entrar en tales
+honduras. Voy sencillamente á dar cuenta aquí de dos dramas,
+representados ahora con grande aplauso en los teatros de Alemania y
+fruto del ingenio de dos famosos autores: Gerardo Hauptmann y Adolfo
+Wilbrandt. No trataré de desentrañar la intención de ninguno de los dos,
+ni los haré responsables de nada. Compararé sus obras con flores
+hermosas de las que alguien, acaso, extraiga saludable bálsamo y de las
+que alguien también acaso extraiga mortífera y dolorosa ponzoña. Lo que
+no se puede negar, es que ambos dramas están inspirados por ideas y
+doctrinas muy en moda ahora. No acierto á decidir si el público
+candoroso, los jóvenes sin malicia y las señoritas inocentes, que
+asisten á la representación de estos dramas, se dejan ó no influir por
+las doctrinas perversas que los han inspirado, ó si sólo ven en ellos un
+brillante juego de la fantasía ó bien una leyenda en acción, llena de
+piedad y de creencias consoladoras.
+
+A mi ver, el fenómeno es tan curioso, que merece detención y estudio.
+_Hannele_ es el título del drama de Hauptmann. Cabe interpretarle como
+una leyenda llena de fe religiosa ó como la expresión del pesimismo más
+ateo y desesperado. Parte del público entiende lo primero, pero otra
+parte se inclina á ver en el drama lo segundo. Hannele es una niña
+enfermiza y nerviosa que apenas tiene quince años. Huérfana de madre,
+vive en poder de su padrastro, menestral rudo y feroz, borracho casi
+siempre, que maltrata de palabra y obra á la niña, le da mal de comer y
+la obliga á trabajar de continuo. Hannele llega al extremo de la
+desesperación, y en horroroso delirio se arroja á un estanque, buscando
+la muerte. El maestro de escuela, inteligente, bondadoso, joven y
+guapo, y que siente por la muchacha muy tierna simpatía, la saca del
+agua y la lleva casi exánime, tiritando con el frío de la calentura, á
+cierta casa de vecindad de gente pobre, donde ponen á la ñiña en un
+mezquino camistrajo y vienen el médico á visitarla y una Hermana de la
+Caridad á cuidar de ella. Toda la acción del drama es la agonía de la
+niña moribunda. Las visiones de su cerebro salen fuera de él, toman
+forma y cuerpo y se presentan al público en la escena, merced á la
+poderosa imaginación del dramaturgo y á la habilidad del tramoyista, de
+los pintores y de los sastres.
+
+El tirano padrastro aparece aún, en aquel sueño, para atormentar á
+Hannele. A la Hermana de la Caridad le brotan alas y se convierte en
+ángel de la guarda. El ángel negro de la muerte sobreviene luego para
+poner término á la existencia de aquella desventurada. Entonces todas
+sus más poéticas aspiraciones, todos sus afectos más puros y hasta sus
+naturales apetitos, nunca satisfechos, de goces materiales, de bienestar
+y de reposo, y todas sus esperanzas, se cumplen y se logran de un modo
+ilusorio, en el delirio que precede á la muerte. La madre de Hannele
+viene á consolarla, como si fuera una santa; el maestro de escuela, que
+había inspirado á Hannele un delicadísimo amor de adolescente, se
+convierte en Jesucristo, como para darle la mano de esposo; matizados y
+luminosos coros de ángeles cantan melodiosamente muy lindas canciones,
+ofreciendo á Hannele toda clase de regalos y de cosas exquisitas,
+suculentos manjares y hasta confites. La misma vanidad de la criatura,
+que empieza á ser mujer, es profusamente lisonjeada. El Príncipe le
+envía sus emisarios y servidores, y la calzan con preciosos zapatitos,
+como á la Cenicienta, y la coronan de flores y la adornan con ricas
+vestiduras de desposada, y la atavían por tal arte que parece hermosa y
+gallarda. La colocan luego en un resplandeciente lecho de cristal, que
+ya parece féretro, ya tálamo. Y por último, se abre una senda ó escala,
+inundada de luz y cubierta de flores, y el maestro de escuela,
+convertido en Jesucristo, toma de la mano á Hannele y se la lleva al
+cielo, caminando en triunfo con ella, bajo arcos de verdura que forman
+dos hileras de ángeles, cruzando los ramos de palmera que sostienen en
+sus blancas manos.
+
+Al cabo cesa la música, los resplandores se extinguen; la visión
+celestial se disipa. Vuelve á aparecer la inmunda casa de los pobres y
+el angosto lecho en que Hannele está postrada. Entra el médico en
+escena; mira á la muchacha y dice: ¡Está muerta! Así acaba el drama.
+
+Yo me preguntaba cuando le ví y me pregunto hoy: ¿Es culpa del autor ó
+es culpa de la perversa interpretación que yo doy á su obra?
+
+Sea lo que sea, la impresión que yo recibí fue muy triste. Yo entendí
+que el autor pinta la vida como abominable para la mayoría de los seres
+humanos, sin más esperanza de reposo que la muerte y sin más consuelo ni
+premio que la incoherente fantasmagoría, suscitada por la fiebre, y
+donde se barajan, en disparatada confusión, los cuentos y consejas
+vulgares, lo sobrenatural que sabemos por el catecismo, y los bienes y
+goces que forja la imaginación, cuando la vanidad, el instinto amoroso y
+hasta el hambre no satisfecha la estimulan.
+
+A mi ver, en el drama del Sr. Hauptmann no quedan, con mayor realidad
+objetiva que el cuento de la Cenicienta, todas las esperanzas
+ultramundanas y todas las más altas verdades religiosas.
+
+Otro día analizaré el otro drama que he citado, que se titula _El
+maestro de Palmira_, y que aún me parece más extraordinario.
+
+[Illustration]
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+EL MAESTRO DE PALMIRA
+
+
+Al escribir Tirso y Calderón _El condenado por desconfiado_ y _La
+devoción de la Cruz_, en todo lo sobrenatural que allí se representa,
+pusieron la realidad más evidente. Los altos designios de Dios figuran
+muy por cima de los ensueños que forjan ó pueden forjar los personajes
+de ambos dramas. Ningún ser sobrehumano aparece y ningún milagro se
+realiza como ilusión de la mente, entre las sombras de un delirio
+febril, sino á la luz meridiana, bajo cielo despejado y sin nubes. Así
+las ninfas y los genios se aparecían á los héroes griegos en las edades
+divinas. Así los ángeles, _in ipso fervore diei_, visitaban y hablaban á
+los antiguos patriarcas.
+
+Sin duda, la falta de fe y la corrupción del siglo presente provocan el
+desdén hacia nosotros de todos los espíritus puros de más limpia y noble
+naturaleza; sin duda que ahora, como al declinar el paganismo decía el
+poeta gentil, puede decir también el poeta cristiano:
+
+ _Quare nec tales dignantur visere cœtûs._
+ _Nec se contingi patiuntur lumine claro._
+
+Catulo, en su tiempo, en la vida real, hallaba á los hombres indignos
+del milagro; mas no por eso desterraba el milagro de la poesía: toda la
+narración que termina con los dos versos que cito, es una larga serie de
+milagros. En Hannele el Sr. Hauptmann, más cruel que Catulo, no se
+contenta con desterrar el milagro de la vida real, sino que le destierra
+también de la poesía, ó le trueca en pesadilla de agonizante.
+
+Si gran parte del público candoroso no cae en la cuenta de tamaña
+crueldad, y si el poeta mismo no tuvo la intención de ser tan cruel, son
+puntos que importa poco dilucidar, teniendo como tenemos el
+convencimiento de que la crueldad está en la obra. Y la crueldad pone
+grima. En mi sentir, valdría más perder por completo toda esperanza que
+fundarla en las visiones que acompañan á la enfermedad y que preceden á
+la muerte.
+
+Y aún es más extraño y más deplorable que, al negar en el día lo
+maravilloso que consuela y que eleva los corazones, no suele buscarse lo
+llano y lo sencillo, sino otro maravilloso, que quiere limitarse á ser
+natural, y que es desconsolador y mil veces más enmarañado que todas las
+teologías y que todas las mitologías. Negar la realidad objetiva de
+muchas cosas y convertirlas en productos de nuestro cerebro y de
+nuestros nervios sobreexcitados no deja de ser inexplicable maravilla.
+Es convertir nuestro cerebro en organillo que toca diversas sonatas,
+según el registro que se toca, y en linterna mágica, con movimiento y
+todo, como la que se ha inventado recientemente, con auxilio de la
+fotografía, que proyecta escenas, personajes y lances, con la diferencia
+de que los de la linterna fueron y ya no son, y los de nuestro cerebro
+acaso no fueron, ni son, ni serán nunca.
+
+Recuerdo á este propósito á cierto singularísimo personaje que conocí en
+mi mocedad, estando yo en la capital del Brasil. Era un mago ó sabio
+ambulante. Peregrinaba con una hermosa profetisa de Nueva York, que era
+su mujer ó cosa parecida, y que, magnetizada por el mago, decía mil
+cosas estupendas que él le sugería. Aunque él era español, y tenía
+apellido y nombre bastante vulgares, había adoptado los misteriosos
+nombre y apellido de Hadado Calpe. Su ciencia ó su arte principal se
+titulaba la _funi-fantasmagoría_, sobre la cual había escrito un libro
+muy grueso. Se fundaba esta ciencia ó arte en que el hombre es el
+verdadero microcosmo. En su masa encefálica reside la mónada
+representativa donde están en cifra toda la Naturaleza y cuanto hay ó
+puede haber más allá: lo existente y lo posible. Había inventado este
+mago varias pociones que excitaban y movían la tal mónada á desenvolver
+y á sacar á relucir ya esto, ya aquello de cuanto en ella había
+envuelto. Poseía el mago un copioso botiquín de estas pociones, y eran
+las más prodigiosas el elixir diabólico, con el cual se iba al aquelarre
+y al infierno, se oía la misa negra y se conversaba con los demonios y
+con los precitos; el elixir místico-celestial, con el cual se veía el
+cielo cristiano con todos sus purísimos deleites; y el elixir
+heróico-afrodisíaco, por cuya virtud se lograba el favor de las huríes y
+se gozaban los placeres del paraíso de Mahoma. Ninguno de los elixires,
+con todo, hacía el menor efecto, si de antemano no era poderosamente
+sobreexcitada la médula espinal, valiéndose para ello de la
+_funi-fantasmagórica_, nombre que él daba á una horca primorosa é
+ingeniosísima, de la que se escapaba á tiempo sin morir y donde el
+ahorcado realizaba por estilo fantástico los ideales todos.
+
+Hannele, en vez de ahorcarse, se remoja. Todo es equivalente, salvo que
+Hannele no toma antes ningún elixir; se remoja sin precaución y muere.
+
+Pero no divaguemos y digamos algo del maestro de Palmira, que, en punto
+á extravagancia, echa á Hannele la zancadilla.
+
+El drama de Adolfo Wilbrandt parece fundado en el budismo esotérico, que
+hoy priva y está en moda bajo el nombre de teosofía.
+
+Palmira, después que el emperador Aureliano venció á la gran Zenobia,
+decayó de su prosperidad y grandeza; pero tuvo un hijo, llamado Apeles,
+que ansió y consiguió restaurarla en su antiguo florecimiento. Apeles
+fué á la vez gran guerrero y gran artista. A la cabeza de sus
+compatricios y ayudando á las Legiones de Roma, venció á los persas, que
+habían acudido á apoderarse de su ciudad natal. Luego la hermoseó con
+templos y palacios espléndidos y con casi inexpugnables fortalezas. Tal
+fue el maestro de Palmira.
+
+Al volver victorioso de los persas y antes de entrar triunfante en la
+ciudad, tuvo en el desierto un raro coloquio con dos genios: el de la
+vida y el de la muerte: y logró la inmortalidad, ó al menos una
+prolongadísima duración de la existencia propia.
+
+En la misma mágica gruta donde Apeles consigue este don, y en el momento
+en que le consigue, aparece una virgen cristiana, la cual, impulsada por
+una voz intima, va á Palmira á predicar el Evangelio. Sedienta de
+martirio, le predica con generosa imprudencia, insulta á los dioses
+gentiles, irrita á la plebe, y la plebe la mata en medio de las calles,
+á pesar de que Apeles la defiende. Sucede esto en tiempo de Diocleciano,
+cuando la persecución contra el cristianismo era más dura.
+
+Cualquiera creería que la mencionada joven, virgen y mártir gloriosa de
+la fe de Cristo, se debería ir derecha al cielo; pero nada menos que
+eso. En el segundo acto (más de veinte años después) Zoe, llamándose
+Febe, aparece, como una de las _heteras_, _cocottes_ ó _suripantas_ más
+elegantes, seductoras y traviesas de Roma. Apeles, por quien no pasan
+días y que ha estado en Roma una buena temporada, se la trae de allí y
+la instala en su casa, á pesar de su virtuosísima y severa madre, que
+vive todavía. La casa de Apeles es un perpetuo holgorio; mucho festín,
+mucha francachela y mucho brindis. Todos sus amigos, enamorados de
+Febe, le echan piropos, y ella predica sobre placeres con éxito
+favorable y no con el mal con que predicó el cristianismo cuando era
+Zoe. Febe, no obstante, se aburre en aquella remota población y suspira
+por Roma. Sucede en esto que Apeles, que era muy orgulloso, se pelea con
+el gobernador, se queda pobre y se aflige al ver que su madre se va á
+morir de rabia por tener á Febe en casa. Corre, por último, la voz de
+que las autoridades consideran que la permanencia de Febe en la
+población causa escándalo y mal ejemplo y que se proponen expulsarla.
+Febe entonces dice para sí: pues me echaré yo antes de que me echen, y
+se larga con un señor Septimio, que es muy rico y que se la lleva á
+Roma.
+
+Háganse ustedes cargo del furor de Apeles. Cae el telón.
+
+Al empezar el tercer acto, han transcurrido unos cuarenta años. El alma
+de Zoe ó de Febe, alma comodín que se adapta á todos los palos como la
+espada y el basto en el tresillo, ha tenido ya tiempo de transmigrar y
+se halla infundida en el cuerpo de una grave matrona, severa y llena de
+virtudes, mujer legítima de Apeles. Pérsida es su nombre. Y Apeles y
+Pérsida tienen una hija casadera, llamada Trifena, la cual está
+enamorada y quiere casarse con un gallardo joven que sigue la religión
+pagana. Reina Constantino y el cristianismo está triunfante. Apeles es
+siempre gentil, pero Pérsida es fervorosa cristiana. Su hermano y los
+amigos de su hermano son sacerdotes celosísimos que entusiasman al
+pueblo y que llenan de remordimientos el alma de Pérsida, porque no
+logra convertir á su marido ni se decide á separarse de él. Todo este
+acto, que no estará, pero que parece compuesto en odio de la religión
+cristiana, no se puede negar que tiene interés vivísimo y admirable
+movimiento escénico.
+
+La señora Estela Hohenfels, elegantísima, simpática y eminente actriz,
+que representa el papel de Zoe, de Febe y de Pérsida, en el Teatro
+Imperial de Viena, da al drama de Wilbrandt gran realce y poderoso
+atractivo.
+
+Todo se complica de un modo tremendo. El presbítero, hermano de Pérsida,
+se ha apoderado de Trifena, no quiere que se case con un pagano y se
+empeña en que se consagre en los altares y en que viva entre las
+vírgenes del Señor. Trifena logra escapar y busca amparo entre los
+brazos de su padre. Amotinado el pueblo cristiano y guiado por el clero
+fanático, viene en busca de Trifena y quiere llevársela.
+
+Pérsida tiene espantosa lucha en el fondo de su alma, donde combaten por
+un lado el amor á su marido y por otro los más ardientes sentimientos
+religiosos. Vencen éstos por último, y Apeles se ve abandonado de
+Pérsida como lo fué de Febe. Ayudado, no obstante, por su yerno futuro,
+por el padre de su yerno, y más que nada por su casi inmortalidad y por
+su valor indomable, se abre camino por entre la muchedumbre furiosa, y
+salva á su hija, abandonando la patria y buscando refugio entre los
+persas. Así termina el tercer acto.
+
+Al empezar el cuarto, han pasado ya bastantes años. Juliano el apóstata
+está en el trono. Su mayor empeño es acabar con el cristianismo y
+restablecer el culto de los dioses. Antes quiere que reverdezcan con más
+vigor que nunca los laureles del imperio romano. Con poderoso ejército
+ha ido contra Ctesifon, ha pasado el Tigris y ha alcanzado una gran
+victoria sobre las huestes de Sapor, el Rey Sasanida.
+
+Entre tanto, Apeles, que apenas envejece, vive en el desierto, en un
+oasis, cerca de Palmira. Pérsida, Trifena y el marido de Trifena,
+murieron tiempo há. Sólo acompañan á Apeles su consuegro y el nieto que
+de Trifena ambos han tenido. Este nieto es ya un joven gallardo y
+brioso, que se parece mucho á Zoe, á Febe y á su abuela Pérsida, y que
+está representado lindamente por la señora Estela Hohenfels, la cual se
+luce de veras en este drama, representando en cada acto un papel
+distinto.
+
+Apeles empieza ya á caer en la cuenta, cavila sobre la metempsícosis de
+Pitágoras y de los indios, y sospecha que el alma de Zoe, de Febe y de
+Pérsida, era la misma y que ahora está encarnada en su nieto.
+
+Si he decir la verdad, esto me repugna más que nada. Pase porque el alma
+trasmigre de cuerpo en cuerpo y cambie de condición, de creencias y de
+carácter, según el cuerpo en que está y según el medio ambiente. Pero
+que el alma cambie de sexo lo tengo por abominable. Dante y Petrarca
+bramarían de cólera si topasen, en cualquiera vida ulterior, con Beatriz
+y con Laura, convertidas en caballeritos, aunque fueran sus nietos.
+
+Sea como sea, no nos detengamos en reflexiones y acabemos á escape.
+
+El nieto de Apeles, que es un furibundo pagano, entra en una conjuración
+para restablecer en Palmira la idolatría. Apeles sabe á tiempo su
+propósito, y como no puede disuadirle de que vaya á la ciudad, le
+acompaña.
+
+En mala hora para los gentiles llega la noticia de la retirada
+desastrosa del ejército romano y de la muerte del heróico emperador. Los
+cristianos cobran entonces mayores bríos. En las calles y plazas de
+Palmira se traba sangrienta y reñida batalla. Quedan en ella vencidos
+los gentiles y muere el nieto de Apeles.
+
+Este, que ha ido vagando por diversos climas y regiones sin poder morir,
+llevando en la frente el signo de la vida, como Caín y el judío errante,
+aparece de nuevo en Palmira, en el quinto y último acto. El genio de la
+muerte, Pausanias, el que hace cesar todos los cuidados y dolores, le
+había aparecido á Apeles en los momentos solemnes de los actos
+anteriores, para arrebatarle las prendas más queridas. Pausanias sale
+ahora de entre las ruinas. Apeles le pide la muerte, y Pausanias le dice
+que él no puede morir. Todo muere ó ha muerto, sin embargo, en torno
+suyo. Palmira está ya casi desierta. Los terremotos y las guerras han
+derribado sus templos y sus palacios. Los bárbaros invaden por todas
+partes el imperio y desbaratan ó arrollan las legiones de Roma. La
+antigua civilización se hunde con el imperio.
+
+Todavía hay en Palmira algunos gentiles que coronan de flores los
+sepulcros, y que, en aquel día, que es la fiesta de Adonis, cantan el
+himno de la muerte y de la resurrección, himno que Apeles ha cantado mil
+veces y que su nieto cantó poco antes de morir:
+
+«Así lo quiere el eterno Zeus: tú debes descender bajo la tierra
+florida, y besar á la sombría Perséfone ¡oh hermoso Adonis! Al volver la
+primavera, cuando corran murmurando las fuentes, tú, llorado ahora,
+resucitarás alegre y besarás á la áurea Afrodite, ¡oh hermoso Adonis!»
+
+La vida es un mal insufrible si no la interrumpe la muerte. Es menester
+volver á ella bajo nuevas formas y en nuevos tiempos. No basta una vida,
+por larga que sea, para alcanzar el complemento de nuestro ser. Es
+inevitable el frió beso de Perséfone para surgir alegre en otra verde
+primavera y recibir los besos de la áurea Afrodite. Tal es la enseñanza
+del drama.
+
+Su desenlace es patético.
+
+En Palmira hay una santa mujer llamada Zenobia, portento de caridad,
+consuelo y amparo de los afligidos y menesterosos. Apeles la ve. Y ella
+le reconoce y él reconoce en ella á Zoe, á Febe, á Pérsida y á su nieto.
+Zenobia hace entonces la mayor obra de caridad que jamás ha hecho.
+Apeles se postra de hinojos á sus plantas, y ella pone la mano en la
+frente y borra el signo fatídico que le retiene en la vida. El Genio de
+la muerte, Pausanias, el apaciguador ó libertador de los cuidados, acude
+entonces, se interpone entre Apeles y Zenobia, y Apeles muere.
+
+Así es, en resumen, uno de los más celebrados dramas del moderno teatro
+alemán.
+
+Yo diré, para concluir, que es divertido verle y leerle: que es más
+divertido aún admirar á la señora Estela Hohenfels en sus cinco papeles;
+pero que, en lo tocante á enseñanza, lo mejor es no sacar ninguna de
+este drama. Si creyésemos que se saca de él enseñanza, tendríamos que
+imitar á Platón y desterrar á los poetas de nuestra República. Por
+dicha, los poetas no valen por lo que dicen, sino por la elegancia,
+primor y entusiasmo con que lo dicen. Leopardi es ateo, y está
+desesperado de no tener Dios; Manzoni es un progresista católico;
+Carducci celebra á Satanás, aborrece á Cristo y cree que el mundo
+prospera porque el cristianismo acaba; Quintana es un volteriano que
+pone como hoja de peregil á Felipe II; el duque de Frías se deshace en
+elogios del rey prudente, y muchos de nuestros poetas mejores, aunque,
+como Espronceda, sean progresistas en prosa, se lamentan en verso de la
+_funesta manía de pensar_ y entienden que Dios los castiga porque han
+querido averiguar muchas cosas que son inaveriguables. En suma; cada
+poeta se va por su camino y sustenta opinión diversa y contraria á la
+de los otros. Lo que importa es que la sustenten bien y con brío.
+Entonces los aplaudimos á todos y cada uno de los que aplauden se queda
+con la opinión que tenia, si no es un tonto y si no hace como los que se
+mataban después de leer el _Werther_ de Goethe. Precisamente Goethe le
+escribió para no matarse y como desahogo.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LAS RAREZAS DEL «FAUSTO»
+
+
+En cualquiera punto de este planeta en que vivimos, en la prolongación
+de los tiempos pasados, según lo que por la historia se sabe y también
+en los tiempos futuros, hasta donde nuestra previsión alcanza, todo ser
+humano tiene y tendrá no poco que sufrir, gran multitud de cosas en que
+ejercitar su paciencia, mil peligros que arrostrar empleando su valor, y
+no corto número de adversidades y disgustos para desplegar y lucir su
+santa resignación y su conformidad cristiana, compitiendo con Job y
+hasta venciéndole.
+
+Para consuelo ó alivio de tantas penas nuestro ingenio ha sido fecundo
+en sutiles y discretas invenciones. Y la mejor de todas es, á mi ver, la
+poesía narrativa ó dramática.
+
+Las contrariedades menudas y los males pequeños que nacen con frecuencia
+de la tontería de los hombres ó de las mujeres, representados luego por
+el poeta en una novela ó en un drama, pierden y deben perder casi toda
+su amargura; remediándola ó suavizandola con inocentes ó benignas burlas
+y ahogándola en risa.
+
+Y cuando los males son grandes y terribles, todavía es más discreta y
+bienhechora la invención que los remedia ó los consuela. El poeta, en la
+novela ó en el drama trágico, debe representar estos casos con
+verosimilitud y fidelidad tan extrañas y hábiles, que en vez de
+producirnos el mal rato, el ataque de nervios ó los sentimientos penosos
+que nos producirían dichos casos si fuesen reales, nos produzcan un
+exquisito y espiritual deleite que llaman estético.
+
+Tal era y tal debe ser, desde muy antiguo, el fin noble y redentor del
+arte.
+
+Aristóteles llamaba á esto la purificación de las pasiones, es á saber:
+que el terror y la compasión, que en la vida real son tan dolorosos y
+aflictivos, gracias al encanto divino de la poesía, se convierten en el
+drama y en el poema narrativo en placer delicado, porque el terror
+entonces no nos enerva ni nos humilla, y porque entonces son dulces las
+lágrimas.
+
+¿Cómo he de negar yo el maravilloso talento de muchos autores del día,
+extranjeros y nacionales? Lejos de negarle, le reconozco y le admiro;
+pero me quejo de ellos y los censuro y los encuentro más fotógrafos que
+poetas, porque faltan al precepto aristotélico, que es, en mi sentir, el
+fin del arte, y porque pintan las miserias y desventuras humanas con tan
+minuciosa exactitud y con tan científico, experimental y poco poético
+detenimiento, que se diría que sus libros, en vez de ser de pasatiempo y
+de recreo, vienen á reemplazar los silicios, las disciplinas y otros
+medios á propósito para mortificarse y hacer vida penitente.
+
+La diferencia está en que con los medios antiguos se ganaba el cielo, y
+con la lectura de estos libros ó con el espectáculo de estos dramas no
+se gana nada.
+
+Aunque á mi no me cabe en la cabeza que los dramas y novelas así
+escritos puedan y deban considerarse como _documentos humanos_, como
+materiales y ripios, con los cuales ha de construirse la ciencia social
+del porvenir, todavía concedo que el que crea en el valor de tales
+documentos los reuna y confeccione, atormentándonos con ellos. La letra
+con sangre entra. Pero lo que no concedo es que esté bien que los
+documentos sean falsos: que se ponga tragedia donde no hay motivo de
+tragedia: y que, habiendo tanto infortunio dialécticamente producido, se
+creen infortunios infundados y disparatados como una pesadilla.
+
+Cuanto queda expuesto se me ha ocurrido recientemente con ocasión de
+haber oído el _Fausto_, de Göethe, casi de seguida, primero en dos
+óperas, ambas de muy hermosa música, y después en los dos magníficos
+dramas, representados ambos con aparato y lujo portentosos, en el teatro
+imperial y palatino de la gran ciudad de Viena.
+
+Se cuenta que D. Ventura de la Vega, agobiado ya por las enfermedades y
+previendo su próxima muerte, llamó un día á sus hijos para confiarles,
+antes de morir, un misterioso secreto, cuya pesadumbre le abrumaba el
+alma. Después de recomendarles el sigilo, que ellos han roto, pecado de
+que creo debemos absolverlos, aquel padre cariñoso les confesó que el
+Dante le aburría.
+
+A mí no me aburre Göethe. Si me aburriese, no andaría con tapujos, ni lo
+confesaría sólo _in articulo mortis_ y en lo hondo de mi casa; pero
+aunque soy fervoroso admirador de aquel glorioso poeta, que era además
+gran sabio y sutil y razonable filósofo, y aunque le he elogiado
+pomposamente en varios escritos míos, me sucede ahora que, echando á un
+lado el prestigio mágico de su estilo, como quien descorre un velo que
+disimula los defectos y realza las bellezas, he descubierto en el Fausto
+rarezas tan chocantes, que temo que se me agrien ó se me pudran en lo
+interior del alma si no las digo y me desahogo.
+
+Poniendo, pues, á un lado y en salvo mi extraordinaria admiración por
+Göethe, voy á decir aquí algunas de estas rarezas.
+
+En primer lugar, me pasma y me enoja que el Dios de Göethe tenga el
+capricho, en su conversación con el diablo, de presentar á Fausto como
+un segundo Job, como un modelo de varón justo, aunque débil y sujeto á
+error como todo el que aspira.
+
+Verdaderamente, si en la segunda mitad del siglo XV, en que la humanidad
+dió cima á tan altas empresas, no hubo hombre mejor que Fausto, es
+menester confesar que la humanidad no vale un pito.
+
+Pero no es esto lo más singular; lo más singular es que Fausto, á quien
+el poeta nos presenta en las primeras escenas como un sabio de
+extraordinaria magnitud, resulta luego un tontiloco.
+
+Tengamos la manga ancha. Disculpemos á Fausto por su desesperación al
+verse viejo, pobre, desatendido, á pesar de su mucha sabiduría, habiendo
+gozado poquísimo y en resumidas cuentas sin saber nada á punto fijo
+después de haberse quemado las cejas estudiando día y noche sin
+divertirse, sin holgarse y sin echar una canita al aire. Disculpémosle
+también del conato de suicidio, y disculpémosle, por último, aunque se
+escandalicen mis lectores, de que haga un pacto con el diablo y le firme
+con la sangre de sus venas.
+
+Harto se entiende que el diablo, que no es estúpido y que debía estar ya
+escarmentado, celebra este pacto por si topa, como si dijéramos,
+sabiendo que se expone á quedar burlado y estafado, y á que Fausto por
+intercesión de algún santo ó santa que abogue por él, se largue al cielo
+y deje al diablo con un palmo de narices. Casos por el estilo habían
+ocurrido ya y debían estar consignados en los archivos y anales del
+infierno. Así, por ejemplo el del monje Teófilo, y el de Cipriano,
+mágico prodigioso de Antioquía.
+
+Para un sujeto travieso y listo, fundado en la tontería del diablo y
+envalentonado con tan curiosos precedentes, un pacto con el diablo ha
+de ser una ganga de la que debe sacar mil provechos y ventajas. Aquí
+entra, en mi sentir, la inexplicable tontería, el idiotismo perverso del
+Fausto de Göethe, sobre todo en lo más humano y menos simbólico, en la
+primera parte, en sus amores con Margarita.
+
+No digo yo un caballero particular cualquiera, que no haya estudiado
+libro alguno y que se caiga de tonto, sino el propio Pedro Urdemalas no
+lo hace peor que Fausto lo hizo.
+
+Remozado ya, elegante y guapo, apasionado y discreto, ¿qué necesidad
+tenía de joyas para enamorar á Margarita? ¿No deslustraba con esto el
+carácter de su querida, haciéndola aparecer tan comprada como enamorada?
+A no dudarlo, el regalo de las joyas afea y empequeñece el principio de
+aquellos amores.
+
+Se ve luego que Margarita, sin que nadie la vigile ni la acompañe, va
+sola donde quiere. En el jardín de Marta juega al escondite con su
+amigo, y sin duda en cualquiera otro sitio, todavía más cómodo, podía
+estar con él á solas todo el tiempo que quisiera hasta hartarse. ¿Qué
+lujo de perversidad, sin razón que la justifique, no hay, pues, en el
+empeño de Fausto y Margarita de estar juntos por la noche al lado de la
+madre de ella, en lo cual hasta hay mucho de repugnante y de asqueroso?
+
+Y crece de punto la perversidad, cuando Margarita, la candorosa y
+angelical Margarita, excitada por Fausto, y á fin de que su mamá no se
+despierte, la atiborra de bromuro de potasio, de opio, de láudano y de
+otros potingues narcóticos, hasta que acaba por matarla.
+
+A veces se diría que Fausto quiere á Margarita. A veces se diría que no
+la quiere y que es un ingrato y un galopín de siete suelas. Su
+insensatez incoherente no se presta á clara interpretación.
+
+Convertido en músico, su diablo lacayo va con Fausto á dar serenata á
+Margarita; y Fausto tiene la impiedad y la poquísima vergüenza de que su
+diablo lacayo insulte con indecentísimas coplas á la pobre muchacha por
+la falta que ha cometido en amarle y en consentir en ser suya. Ahora
+viene lo mejor. Margarita tiene un hermano, soldado, valiente y
+espadachín y muy celoso de su honra, aunque no era menester serlo mucho
+para enojarse contra el doctor Fausto, que estaba alborotando la calle y
+á todos los vecinos con aquella retahila de sucios improperios puestos
+en solfa.
+
+Nada más natural que la decisión que toma Valentín de pinchar al doctor
+Fausto como quien pincha á una rata.
+
+Yo convengo en que nadie gusta de que le pinchen así; pero hay medios de
+evitarlo, sobre todo, cuando se encuentra con el demonio, más ingeniosos
+y decentes que los que Fausto emplea. Él sabía poco ó nada de esgrima, y
+distaba mucho de pensar como San Buenaventura, que dice que cuando
+alguien nos acomete con una espada desnuda debemos dejarnos matar y no
+matarle, porque sería cruel, matando á nuestro adversario, enviarle al
+infierno, mientras que si él nos mata, y nosotros nos resignamos á
+morir, nos iremos derechitos al cielo; pero, sin imitar á San
+Buenaventura, bien pudo hacer Fausto que el diablo se llevara á Valentín
+en volandas ó valerse de otro medio cualquiera para no asesinar infame y
+traidoramente al hermano de su amiga.
+
+Después del asesinato de Valentín, Fausto se queda tan fresco, y para
+distraerse, se larga al aquelarre á bailar un fandango con varios brujas
+jóvenes,
+
+ _altas de pechos y ademán brioso._
+
+Margarita, entretanto, ha acudido con muchas comadres del barrio y otra
+gente desocupada, á ver morir á Valentín, que le echa un largo discurso,
+llamándola _metze, coram pópulo_, por si alguien no se había enterado.
+
+Después de tantas catástrofes, muerta la madre á fuerza de dormir,
+Valentín asesinado, y deshonrada ella públicamente por las cancioncillas
+del diablo-músico lacayo de su amigo y por el discurso moral de su
+hermano moribundo, poco tiene que perder y nada tiene que ocultar
+Margarita. No se comprende, pues, la determinación que toma de matar á
+su hijo, arrojándole al agua. Haría tan mala obra en un momento de
+enajenación mental; pero Fausto debió preverlo, y en vez de ir á retozar
+con las brujas, poner á Margarita en una buena casa, cuidarla y darle
+bien de comer, y separar al niño de su lado para que no hubiese aquel
+estropicio que después hubo.
+
+El diablo no le valió sino para hacer sandeces; ni siquiera se le
+ocurrió á Fausto que aquella bruja joven, con quien bailó en el
+aquelarre y la hermosura de cuyos pechos celebra en una copla muy
+galante, hubiera podido servir de nodriza para su hijo, ya que no
+quisiese él bajar al seno de las Madres para traer desde allí á la misma
+cabra Amaltea, nodriza de Júpiter.
+
+Pero nada; el imbécil de Fausto no celebró pacto con el demonio, sino
+para cometer delitos inútiles é incurrir en más simplezas que el propio
+D. Simplicio Bobadilla y Majaderano.
+
+Prescindo ahora de la segunda parte ó tragedia de Fausto. Todo allí es
+fantasmagoría: todo está lleno de enigmas filosóficos y de veladas
+enseñanzas.
+
+Fausto apenas es allí ser humano: es un símbolo, es como el héroe
+epónimo de la sociedad y de la edad modernas; lo cual no quita que en la
+primera parte, en lo que se asemeja más á la vida real, Fausto, sea, si
+no un malvado, un imbécil.
+
+Y sin embargo, ¿en qué consiste que Fausto y Margarita interesen y
+enamoren tanto á las almas sensibles y hasta á las niñas honradas, que
+de seguro no harían todas las atrocidades que hizo Margarita de
+envenenar á su madre y de matar á su hijo?
+
+Por hoy no sé en qué consiste esto. Otro día trataré de averiguarlo.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LA MORAL EN EL ARTE
+
+
+Mi amigo D. Miguel Moya me pide que escriba sobre el asunto que el
+epígrafe declara. Yo deseo complacerle; pero lo considero harto difícil.
+El asunto es tan complicado que, para tratarle bien, sería menester
+escribir un par de volúmenes y no un artículo breve. Mucho aumentaría la
+extensión del escrito si me empeñase en decir, además de lo que á mí se
+me ocurre, lo que se ha ocurrido á los otros desde Platón y Aristóteles
+hasta Hegel, Gioberti, Pictet y demás autores novísimos. Los escondo,
+pues, á todos y hasta procuro olvidarlos, y voy á decir aquí, sin
+atender á nadie, y en cifra y resumen, lo primero que acuda á mi mente,
+ora sea creación suya, ora sea reminiscencia de lo que he leído.
+
+La Naturaleza, ó dígase cuanto hay de sensible y de inteligible, cuanto
+se ve, se columbra ó se imagina, cuanto cabe en el pensamiento humano,
+y este mismo pensamiento, todo atrae nuestra atención, nos solicita para
+que lo contemplemos, lo fijemos con orden y método en nuestra memoria, y
+hasta procuremos averiguar sus causas y el término, fin y propósito
+hacia donde se dirige y encamina. Tal parece ser el primer empleo del
+hombre. Llamémosle _teoría_. Su fruto ó resultado debe ser la verdad. Su
+exposición metódica es la _Ciencia_.
+
+Pero el hombre no es un ser meramente pasivo y contemplativo. No está en
+el mundo sólo para asistir al espectáculo, gozar de él y aplaudirle,
+sino que, á más de ser espectador, ha de ser actor. No le basta con
+formar conceptos, sino que necesita realizar acciones. De aquí que
+además de la _teoría_ haya la _práctica_. Y como nuestras acciones deben
+enderezarse á no perturbar el orden natural de las cosas, sino á
+conservarle y á mejorarle, resulta que el fin de la práctica ha de ser
+el bien, y el conjunto de reglas y leyes para que el bien se logre es la
+Moral en su más amplio sentido.
+
+Todavía tiene el hombre otro tercer empleo no menos digno y elevado. Ora
+consideremos el Universo, ó sea el conjunto de todas las cosas, como
+substancia eterna con poder inmanente para desenvolverse y manifestarse
+en apariencias distintas, ora como creación de una voluntad y de una
+inteligencia soberanas, el hombre, por un estímulo irresistible que hay
+en él, y por los bríos y por la virtud que producen ese estímulo, se
+siente movido á mejorar y adaptar las cosas ya existentes, sacando de
+ellas algo nuevo, ya para su propia utilidad, ya para su propio deleite.
+De aquí proviene lo que en su más amplio significado debemos llamar
+_Poesía_.
+
+Claro está que en este significado amplio, poesía es toda operación por
+la cual el hombre añade algo á lo natural para hacerlo más útil, más
+agradable ó más hermoso. Si la mente humana, si el espíritu no se
+incluyese como parte de la Naturaleza, bien podría decirse que toda obra
+del espíritu, transformando ó modificando las cosas naturales, era obra
+sobrenatural, ya que sobre la Naturaleza venía á ponerse.
+
+En la anterior concepción vastísima de la _poesía_, que á fin de que no
+choque demasiado á los que les coja muy de nuevas, declararé aquí que es
+de Aristóteles, entran todas las artes humanas, desde la del zapatero y
+la del cocinero, hasta las del escultor, el músico, el pintor y el vate
+más inspirado.
+
+Tenemos, pues, _teoría_, _práctica_ y _poesía_; y como derivación de las
+tres facultades, _ciencia_, _moral_ y _arte_. En estas tres esferas de
+actividad hay compenetración, cuando no nos elevamos á grande altura.
+Entonces casi se puede decir que lo útil es el fin y el punto de mira de
+las tres facultades que se prestan mutuo auxilio. La ciencia, por
+ejemplo, es útil y presta auxilio á todas las artes, y ya el
+conocimiento de los astros puede servir para la navegación ó la
+agricultura, ya el conocimiento de las propiedades químicas de los
+cuerpos, para preparar medicamentos, para guisar ó para curtir pieles.
+La moral, dentro de su más rastrero concepto, no traspasa tampoco los
+límites de lo útil, no aspira sino á lo conveniente; rara vez va más
+allá de aquello que la prudencia mundana requiere, según puede notarse
+en las antiguas fábulas y en los refranes. Y el arte, por último, se
+encierra también en lo útil ó en lo materialmente deleitable;
+empleándose en vestirnos, en calzarnos, en darnos habitaciones cómodas,
+y, en suma, en nuestro material bienestar y regalo.
+
+Por el contrario, no bien la ciencia, la moral y el arte alcanzan cierta
+elevación, dejan de prestarse auxilio, se hacen independientes, ponen y
+buscan su fin en ellos mismos, y adquieren, digámoslo así, una
+inutilidad sublime. Dejan de ser serviles y son liberales. La ciencia
+entonces busca, y tal vez halla, la verdad, meditando desinteresadamente
+y tratando de descubrir los más hondos arcanos, sin el menor propósito
+de que el descubrimiento valga luego para nada que no sea la
+satisfacción misma que de poseer la verdad se origina. De igual suerte
+la moral elevada, si no prescinde, echa á un lado y pone como en segundo
+término todas las ventajas que pueda ocasionar ó causar el ejercerla, y
+tiene por único, ó al menos por principal objeto, la satisfacción
+semidivina de obrar el bien con la más completa independencia de toda
+mira interesada, así en esta vida como en la otra, así para el individuo
+como para la colectividad de cuantos son los seres humanos. Y la poesía,
+por último, deja ya de atender á lo útil: no teje, ni guisa, ni edifica
+viviendas; ni trata siquiera de moralizar ni de enseñar verdades, sino
+que poniendo en ella misma su fin, aunque nada deseche y se valga de
+todo, tanto de lo creado cuanto de lo increado, tanto de lo real cuanto
+de lo ideal, como elementos y materia de lo que produce, no tira á
+producir sino la belleza y no anhela infundir en los ánimos más que el
+puro y desinteresado sentimiento que nace de verla y de admirarla. Esto
+es lo que se llama el arte por el arte.
+
+Ha de entenderse, con todo, que los tres separados caminos por donde va
+el espiritu humano no siguen en divergencia constante y separándose
+siempre hasta lo infinito, sino que al cabo convergen y vienen á
+coincidir en un centro ó foco único de perfección absoluta, donde la
+verdad, el bien y la belleza carecen de distinción substantiva, y son
+calidades, potencias y atributos de un solo sujeto. Por donde
+considerada la ciencia en lo sumo de su elevación, es igualmente buena y
+hermosa, y la moral es la misma verdad y la misma poesía, así como la
+poesía no puede menos de ser entonces el celestial y purísimo resplandor
+de la verdad y del bien absolutos. Mirada, pues, la poesía desde su
+punto más elevado, basta decir que es poesía para afirmar implícitamente
+que es verdadera y buena, así como toda alta moral y toda ciencia
+superior y profunda son poéticas en el mayor grado.
+
+Las contradicciones que en lo que afirmamos pueden notarse, provienen de
+un error de quien las nota y en realidad no existen, estribando sólo el
+error en algo de incompleto ó de deficiente, que importa tener en
+cuenta. Supongamos que tal cual sistema filosófico, ora las mónadas y la
+armonía preestablecida de Leibnitz, ora el idealismo de Schelling, ora
+el proceso de la idea de Hegel, nos parecen poco conformes á la verdad y
+hasta desatinos y blasfemias, mas no por eso dejaremos de ver en ellos
+maravillosa poesía, así porque contienen parte de la verdad en medio de
+sus extravíos, como porque es tan poética y tan hermosa la verdad, que
+vierte torrentes de poesía y de hermosura sobre quien por las vías más
+encumbradas la busca aunque no la halle.
+
+De idéntica manera toda poesía perfecta, hasta donde la perfección cabe
+en lo humano, es verdadera y moral, contiene verdad y bien, está en
+plena concordancia con la moral y con la ciencia. Y á mi ver, dicha
+concordancia aparecerá con tanta mayor claridad y brillantez, cuanto
+menor sea el propósito del poeta de sostener una tesis, de dar lecciones
+de moral ó de enseñar científicamente esto ó aquéllo.
+
+Lo que verdaderamente importa para que el poeta sea buen poeta, es que
+sea sincero y no se empeñe en engañarnos.
+
+Su engaño no prevalecerá ni valdrá de nada para las personas de buen
+gusto, las cuales no podrán aguantar su obra y la tildarán de falsa y
+embustera. Y por el contrario, siempre que el poeta es sincero y dice lo
+que siente, con sencillez y sin afectación, ó no es verdadero y
+legítimo poeta, ó tiene que ser bueno moralmente, resplandeciendo la
+bondad moral en su poesía.
+
+Antes de que definiese Quintiliano al orador _varón bueno, perito en
+decir_, ya habían declarado los autores griegos que no era posible ser
+buen poeta sin ser varón bueno antes. El héroe y el santo tienen
+perpetua y constante voluntad de bien. El poeta sólo es menester que la
+tenga cuando escribe. De aquí que moralmente el poeta es muy inferior al
+héroe y al santo, aunque por otras prendas de su espíritu valga más que
+ellos.
+
+Como quiera que sea, el primer precepto de toda arte poética debiera ser
+esta discreta frase de Maese Pedro: _Muchacho, no te encumbres, que toda
+afectación es mala._
+
+En mi sentir, tan perverso y tan insufrible es Baudelaire componiendo su
+letanía diabólica y otras lindezas de las _Flores del Mal_, como no
+pocos poetas, que andan por ahí presumiendo de religiosos y de
+moralistas, y que escriben, sin pizca de verdadero sentimiento, odas á
+Dios, á la virtud y á la vida monástica, ó narraciones y dramas de
+severa moralidad aparente, cuyos personajes no pueden menos de ser
+contrahechos, monstruosos, cursis, y como en la vida real no se estilan
+ni se estilaron nunca. En cambio, en todo poeta sincero, si es verdadero
+poeta, resplandece la bondad y se manifiesta en la belleza que ha
+creado. Y cuando se examina y analiza cuidadosamente, se nota que la
+belleza que admiramos está en la expresión y manifestación de la
+bondad, y no en los errores y en los extravíos que por otra parte puede
+poner el poeta en su obra y tener en sí, como los tiene todo ser humano.
+De aquí que admiremos á Leopardi, no por su ateísmo y desesperación
+pesimista, sino por su anhelo ferviente de bondad suprema, por su
+aspiración á lo divino, que él cree irrealizable. De aquí que admiremos
+en Carducci, hasta en la oda á Satanás, no el extravagante capricho de
+llamar Satanás al libre espíritu humano, sino el vehemente amor con que
+canta el poeta las conquistas de ese espíritu y sus triunfos y victorias
+sobre el mundo visible, para mejorar nuestra condición, ennoblecer
+nuestro destino y hacer más digna y más feliz la vida humana. Y de aquí,
+por último, que en Whittier y en Manzoni admiremos la profunda fe
+cristiana, la caridad viva y la consoladora esperanza con que ensalzan
+al ser divino, y su santa religión, que es el Lábaro, en pos del cual
+piensan que han de elevarse á las más radiantes esferas de
+bienaventuranza para los hombres, cumpliéndose así los inexcrutables
+designios del Altísimo y su divina voluntad, en la tierra y en el cielo.
+
+No hay, pues, ni puede haber discrepancia, á no ser superficial, entre
+la moral y la estética, entre el bien y la hermosura. Lo bueno y lo
+hermoso coinciden al llegar á cierta altura y se confunden en uno. Y
+como, á mi ver, la sinceridad es requisito indispensable en toda poesía
+que merezca tal nombre, esta misma poesía da testimonio fehaciente del
+valer moral del poeta. Pongamos por caso uno de los libros más sinceros
+y espontáneos que se han escrito: el _Quijote_. El alma hermosísima de
+Miguel de Cervantes se retrata en este libro como en claro y limpio
+espejo, probando, contra todos los documentos que pudieran hallarse,
+producirse é interpretarse en contra, que Miguel de Cervantes era un
+_varón bueno_.
+
+Para terminar, bajando de las elevaciones metafísicas, viniendo á lo
+llano y á lo pedestre y juzgando el asunto con el mero sentido común, yo
+me inclino á creer que es pedantería inocente la afirmación de que el
+teatro sea escuela de costumbres ó de que se enseñe moral en novelas,
+comedias, sainetes y otras obras de mero pasatiempo. Sin duda que estas
+obras deben ser morales. Con el pretexto de divertir, no estaría bien
+que un novelista ó un dramaturgo recomendase ó disculpase el robo, el
+asesinato y el adulterio. Pero esto no quiere decir que su obra ha de
+ser docente, sino que no debe ser perversa ni indecente. Harto bien se
+nota que los preceptos de moral aplicados al arte nada tienen de
+exclusivos: no implican la relación entre la moral y la estética. Son
+los mismos preceptos que se impone toda persona bien educada cuando va
+de visita, de tertulia ó de paseo. El novelista ó el dramaturgo no
+enseña más que el paseante ó el tertuliano. La buena educación y el
+decoro se les presuponen. Sólo hay una diferencia: que el que escribe
+suele en todos tiempos usar de mayor libertad de lenguaje que el que va
+de visita. De seguro que, no ahora, cuando en Inglaterra todo parece
+_shocking_, pero ni en tiempo de Shakespeare se lamentaría en la buena
+sociedad ninguna señorita como se lamenta Julieta diciendo:
+
+ _...I'll to my wedding-bed;_
+ _¡And death, not Romeo, take my maidenhead!_
+
+Mil veces más crudo aún es el modo brutal con que, en la tragedia de
+Otelo, Yago da á Brabancio la noticia de que se ha fugado Desdémona:
+
+ _--Your daughter and the Moor are now making_ _the beast with two
+ backs._
+
+Y aquí termino y no digo más, porque sería prolijo é interminable decir
+todo cuanto el asunto sugiere.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+EL REGIONALISMO FILOLÓGICO EN GALICIA
+
+
+Días ha que escribí y publiqué en la _Revista Critica de Historia y
+Literatura_ un extenso artículo sobre el libro del padre Blanco García,
+que trata de las literaturas regionales de España y de las literaturas
+hispano-americanas en el siglo XIX.
+
+En tono muy cortés, pero mostrándose enojado y quejoso, el Sr. M.
+Murguía, en el número del 15 del corriente de _La Voz de Galicia_,
+periódico de la Coruña, ha insertado contra mí un apasionado escrito en
+defensa de las letras gallegas, que supone que yo menosprecio.
+
+Me desagradan las polémicas y las rehuyo siempre que puedo. No voy,
+pues, á entablar polémica con el Sr. Murguía. Previamente estoy
+convencido de que ni yo lograré traerle á mi opinión ni él logrará
+llevarme á la suya. Disputando, sólo conseguiríamos fatigar al público
+con nuestra disputa. No puedo, sin embargo, resistir al deseo de
+aprovechar esta ocasión para explicar, si me bastan pocas palabras, lo
+que pienso sobre lenguas, dialectos, regionalismo, nacionalidades y
+varios otros puntos que forman el proceso de este negocio. La materia es
+tan vasta, que apenas podré tocarla sino de paso, ó mejor diré, al
+vuelo, posándome sólo en las cimas ó picos más salientes.
+
+Contra el precepto de Horacio, empezaré _ab ovo_.
+
+Todos somos unos. Todos somos hijos de Adán y hermanos por consiguiente.
+Pero ocurrió lo de la Torre de Babel y los hombres se dispersaron. Unos
+se largaron por un lado, otros se largaron por otro, y se formaron muy
+diversas tribus, razas ó castas. A España vinieron sucesivamente
+atlantes, iberos primitivos, proto-escitas, fenicios, celtas, griegos,
+cartagineses, romanos, godos, alanos, suevos, vándalos, judíos, árabes,
+sirios, persas, eslavos, berberiscos, normandos y hasta negros de más
+allá del Sahara. Sobre poco más ó menos, en los demás países ha sucedido
+lo mismo. Y es seguro que si estas mezclas de gentes, distintas y hasta
+contrarias, no hubieran llegado nunca á amalgamarse, adoptando las
+mismas leyes, sometiéndose al mismo gobierno, haciéndose solidarias de
+los triunfos y de los reveses, de las pérdidas y de las ganancias, y de
+las glorias y de las vergüenzas comunes, jamás hubiera llegado á haber
+lo que se llama una nación. Hubiera habido expresiones geográficas:
+Francia, Italia, Inglaterra y Alemania; pero no hubiera habido nación
+francesa, ni inglesa, ni alemana, ni italiana.
+
+Ha habido nacionalidad y la hay, porque en un momento dichoso ha llegado
+á lograrse y á cogerse el fruto de un trabajo y de un cultivo de siglos
+y entonces la nación se ha constituído. Harto sé yo que todo lo que nace
+muere. Que si los individuos no son inmortales, tampoco lo son las
+naciones; y que España, como cualquiera otra colectividad, puede
+descuartizarse, desmoronarse y persistir sólo como expresión geográfica.
+Esperemos que esto no ocurra en muchísimos siglos. Yo no soy profeta, y
+aunque lo fuese, en vez de remedar á Jeremías, remedaría á los profetas
+alegres, ó sería el primero de ellos, si antes no los hubo.
+
+No he de negar por esto que, si bien dentro de ciertos límites juiciosos
+me hechizan, me deleitan y hasta me arrancan aplausos las literaturas
+regionales, sobre todo cuando son cándidas, espontáneas y sencillas,
+todavía me asustan y me afligen cuando se convierten en tema y vienen á
+extralimitarse. Entonces me parecen síntomas de decadencia y ruina:
+entonces me parecen amenaza de disolución nacional, si bien confío
+siempre en la Providencia y espero que la amenaza no se cumpla, que lo
+ominoso ó fatídico salga fallido, que la enfermedad pase y que la nación
+persista sana, salva y una.
+
+Cuando un pueblo tiene ser propio y grande, cuando su historia es
+gloriosa, cuando ha influido profundamente en los destinos del género
+humano, así por el pensamiento como por la acción, este pueblo no muere,
+vive, tiene siete vidas como los gatos: nadie le arranca la vida ni á
+tres ni á trescientos tirones. Puede perder todas sus conquistas; los
+continentes y las islas, por donde en los días de su mayor auge y
+expansión logró dilatarse, pueden dejar de ser suyos; puede hundirse el
+Estado que le da unidad política; y hasta puede ser invadido y dominado
+por el extranjero el suelo natal, la cuna misma de ese pueblo; mas no
+por eso el pueblo muere. Vivirá acaso, durante siglos, vida latente y
+obscura, pero vuelve al fin á recobrar la vida luminosa y clara. El
+idioma propio es el talismán donde va escrito el conjuro para lograr
+esta á modo de resurrección. Grecia resucitó hablando en griego. Si el
+pueblo griego hubiera tenido seis ó siete idiomas diferentes, jamás
+hubiera resucitado. Es más; si hubiera tenido seis ó siete idiomas
+diferentes, no dialectos ó modos, sino idiomas con pretensiones de
+literarios y nacionales, no hubiera extendido su cultura desde la
+Bactriana hasta las Galias: por todo el litoral de Asia, Africa y Europa
+en el Mediterráneo, y por todas sus islas. Y si el dialecto toscano no
+se hubiese convertido en lengua italiana, venciendo y obscureciendo á
+los demás dialectos que en Italia se hablaban, y que se hablaban en
+Estados poderosísimos, ricos y conquistadores, como lo fué, por ejemplo,
+Venecia, Italia no hubiera realizado jamás el sueño de Maquiavelo y de
+sus más eminentes patriotas y hombres políticos: no hubiera vuelto á
+tener la unidad que sólo tuvo bajo el rey bárbaro Teodorico.
+
+Yo quiero suponer que en España, no sólo no hubo unidad de Estado, sino
+que ni unidad de nación hubo hasta fines del siglo XV. Supongo, además,
+ó doy por cierto, pues sobre esto no disputo, que antes no hubo
+verdaderamente españoles, sino portugueses, gallegos, castellanos,
+aragoneses y catalanes. También es evidente que hasta fines del siglo XV
+había en España tres lenguas literarias y nacionales. Eran estas tres
+lenguas la castellana, la catalana y la portuguesa ó gallega, ya que el
+mismo Sr. Murguía confiesa que el gallego y el portugués fueron lo mismo
+hasta entonces. Ni _Las Cantigas_ del Rey Sabio, ni cuantos versos hay
+en los Cancioneros del rey Don Dionis, de Resende, etc., podrían
+atribuirse por las palabras y las frases mismas á poetas de Portugal ó
+de Galicia. Por el habla, por lo que dejó escrito, tan gallego es el
+infante Don Pedro, como es portugués Macías el enamorado. Hay más aún:
+esa lengua galaico-portuguesa, tal vez no fué escrita sólo por
+portugueses y gallegos, sino también por trovadores de toda España, que
+la consideraban como lengua elegante y más propia que el castellano para
+la poesía lírica y de la corte.
+
+Quiso, no obstante, la suerte ó sea el orden providencial ó fatal que
+llevan los sucesos históricos, que el idioma de Castilla prevaleciese:
+que, aun antes de llegar á la unidad de que he hablado, presentase los
+títulos de su hegemonía y de su imperio, como son el _Poema del Cid_,
+los versos del arcipreste de Hita, _Las Partidas_, la _Crónica general_
+y _El Conde Lucanor_; y que, después de formada la unidad, corroborase
+su imperio con otros títulos soberanos: con el _Amadis_, con _La
+Celestina_, con Garcilaso y Herrera, con ambos Luises, con Cervantes,
+con historiadores como Mariana y con nuestro, fecundísimo y rico
+Romancero y con nuestro original y maravilloso teatro. Esta lengua no se
+limitó á presentar dichos títulos, sino que también se difundió por el
+mundo, llevada en triunfo bajo el amparo del estandarte de Castilla, por
+el inmenso continente recién descubierto, por las remotas islas del mar
+del Sur, y aun por las naciones de Europa, que reconocían entonces, ya
+que no nuestro imperio, nuestra preeminencia.
+
+No pretenderé yo, á pesar de lo expuesto, que debieron morir y no
+resucitar nunca la lengua catalana y la lengua portuguesa. Portugal
+persistió y persiste como nación. Su historia, muy parecida á la de
+España, no es menos grande. Su literatura, proporcionalmente, he de
+conceder que es original y rica como la nuestra, y que tiene su carácter
+propio y sello nacional que la distingue.
+
+De la lengua y de la literatura catalanas no se puede decir tanto ni con
+mucho; pero al cabo, bastante puede alegarse en pró de su resurrección ó
+renacimiento presente.
+
+Pero vamos... hablando con franqueza, aunque se enojen un poquito el Sr.
+Murguía y otros literatos gallegos: ¿hay paridad entre el dialecto de
+Galicia y la lengua nacional que hablan los portugueses y que hablan
+además en América diez ú once millones de hombres, en una extensión de
+territorio casi tan grande como Europa? Si hasta el siglo XV los
+gallegos hablaron y escribieron como los portugueses, lo natural sería,
+si no quieren hablar y escribir en castellano, que escriban ahora
+también en portugués. Esto sería volver con fidelidad á la lengua
+antigua, sin que esta vuelta ó atavismo impidiese que se siguiera
+cultivando el dialecto, como dialecto. Sin duda en Venecia, en Milán, en
+Nápoles y en Sicilia, se hablan y se escriben cuatro dialectos
+distintos, pero con cierta modestia, reconociendo todos cuantos así
+escriben sin excluir v. gr. al gran poeta lírico Meli y al chistosísimo,
+fecundo é ingenioso dramaturgo Altavilla, que escriben en un dialecto
+vulgar, y que no hay más que una lengua nacional y de toda Italia, que
+es la lengua toscana, que ya debe llamarse italiana, así como la
+castellana debe llamarse española.
+
+Pues qué, ¿no hay distintos dialectos en Alemania, en Inglaterra y en
+Francia? A nadie se le antoja por eso convertir en lengua nacional
+ninguno de estos dialectos.
+
+Acaso se me cite el imperio austriaco; pero Austria no es nación sino
+conjunto de naciones. A buen seguro que los alemanes, súbditos del
+emperador de Austria, dejen de hablar en alemán y dejen de tener esta
+lengua por nacional y propia de ellos. Claro está que los polacos,
+aunque ya no hay Polonia, siguen hablando en polaco; los húngaros, en
+húngaro; los tchecos, en tcheco; los croatas en croata, y los rumanos,
+en rumano; ¿pero qué tiene que ver esto con lo que en España sucede? En
+todo caso, podría comprenderse que así como los rumanos, súbditos del
+emperador de Austria, hablan y escriben la misma lengua del vecino reino
+independiente de Rumania, así los gallegos, ciudadanos españoles, se
+dedicasen, por amor y patriotismo _atávicos_, á escribir como lengua
+nacional y literaria la portuguesa. Pero ni aun así se comprende; porque
+los rumanos de Austria son un pueblo como anexionado y sometido y unido
+artificialmente á otros pueblos de muy distinto origen, mientras que los
+gallegos, como los asturianos, forman el núcleo, y el germen, y la raíz,
+de donde ha brotado esta gran nación. ¿Cómo reniegan ahora de ella, al
+menos en apariencia, y propenden, si no á irse literariamente con los
+portugueses, á separarse por el habla, vehículo y expresión del
+pensamiento, y á formar rancho aparte, permítaseme lo vulgar en virtud
+de lo gráfico de la expresión?
+
+No sé si he atinado á explicar en este lígero articulo lo que hubiera
+requerido larga serie de ellos para quedar bien explicado; pero, como
+quiera que sea, harto se entiende que yo no desdeño á los poetas y
+prosistas que hubo, hay y puede haber en dialecto gallego; que celebro
+el regionalismo filológico dentro de ciertos límites puramente
+provinciales; pero que deploro la exageración que puede ponernos en una
+lastimosa pendiente de desmoronamiento nacional ó de cierto separatismo.
+Ni se me diga que la tal propensión á que se hablen muchos idiomas
+proviene de un movimiento progresivo. Por lo común sucede lo contrario.
+Cuando las grandes naciones y cuando las grandes razas decaen ó se
+hunden, es cuando pierden el idioma común y salen hablando distintos
+idiomas. La Torre de Babel representa simbólicamente este lastimoso
+fenómeno.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LA OBRA PÓSTUMA
+
+DE JUAN MONTALVO
+
+
+¿Quién es este Juan Montalvo?--dirán no pocos de los que vayan á
+leerme.--Pues bien, les contestaré: Juan Montalvo fué natural de una de
+las Repúblicas que en la América del Sur nacieron de nuestras colonias.
+Él mismo se llama semibárbaro, y es de los más cultos é ilustrados
+escritores que ha habido en nuestros días.
+
+No digo yo que nos esté bien adular á los hispano-americanos, suponiendo
+que sus poetas y sus prosistas valen más de lo que valen. ¿Pero será
+mejor mostrarnos con ellos severísimos críticos, empuñar la férula,
+esgrimir la disciplina ó la palmeta y censurarlos y castigarlos
+duramente? Hay cierta crítica menuda que hace mucha gracia al público
+envidioso, que es muy fácil de ejercer, y por cuya virtud, ó mejor diré,
+por cuyo vicio, puede probarse, al menos en apariencia, que Garcilaso y
+Fray Luis de León fueron unos plagiarios y además unos ignorantes, que
+no sabían sintáxis, ni prosodia, ni nada, y que tenían orejas de asno,
+como el rey Midas. En una palabra; con el método analítico que hoy se
+emplea, con cuatro chuscadas y con un poquito de mala fe, nada más llano
+que demostrar que el propio Homero era un mentecato.
+
+Por otra parte, yo no comprendo qué ventaja pueda traer una censura muy
+feroz de los autores, aunque sean malos. En ningún oficio, menester ó
+profesión, se ofende menos á Dios y al prójimo y se causan menos daños á
+la república que escribiendo versos flojos y llenos de ripios ó prosa
+desmazalada y tonta. Con las producciones del espíritu suele ocurrir lo
+contrario que con las producciones materiales. La cizaña puede ahogar el
+trigo y no habrá buena cosecha si el haza no se escarda y no se limpia
+de mala hierba con el almocafre, mientras que, por el contrario, casi es
+indispensable que el espíritu humano produzca millares de cosas pequeñas
+y deformes, para que brote de entre ellas una que sea hermosísima y
+grande, predestinada por su valer á vida inmortal y gloriosa. Un mal
+médico mata á sus enfermos, un mal arquitecto tal vez construya
+edificios que se hunden con estrago espantoso, un mal zapatero nos
+estropea los pies, un mal sastre nos afea con sus trajes ridículos, un
+mal cocinero nos envenena ó nos mata de hambre, un mal político causa la
+miseria y el descrédito de su nación, y un mal general expone sin plan y
+sin objeto la vida de sus soldados y aun llega á causar el
+empobrecimiento, el oprobio y la ruina del Estado á quien sirve. Pero un
+buen señor, si tiene la manía de componer malos versos ó de escribir en
+prosa cualquier tontería, ¿me quieren ustedes decir qué daño hace á
+nadie? Con no leer lo que ha escrito, él y nosotros quedamos despachados
+y en paz. No hay razón para ensalzar á los escritores hispano-americanos
+sin justo motivo, pero menos hay razón para denigrarlos.
+
+El Juan Montalvo, que me sugiere estas reflexiones, lo dice: los
+hispano-americanos son para los españoles carne de su carne y huesos de
+sus huesos. Todo cuanto contra ellos digamos, hasta cierto punto, nos
+cae encima.
+
+Harto estoy ya de oir decir que el porvenir del mundo es de la raza
+anglo-sajona, la cual en América da clara muestra de que entiende de
+todo, de que vale para todo y de que sabe gobernarse, mientras que la
+raza española, ibérica, latina ó como nos convenga llamarla, ofrece muy
+triste espectaculo, y da, por todo el Nuevo Mundo, y claro está también
+que por el antiguo, lastimoso testimonio de su incapacidad y
+desgobierno. Sube el _yankee_ á la cima de la montaña y el
+hispano-americano se queda al pie, rezagado y en situación miserable;
+pero no se cuenta, al decir esto, con no pocos factores, empezando por
+la fortuna, que no puede negarse que existe, entendiéndose por fortuna,
+la serie y el enlace de los casos, dispuestos y ordenados por ley
+providencial ó fatal, que ya se sustraen á la previsión humana, ó ya,
+aunque no se sustraigan, ni la más firme voluntad de los hombres, ni su
+más profundo saber, ni su más poderosa inteligencia desvían del camino
+que siguen, así como no evita el eclipse el astrónomo que le pronostica.
+Valga además, en defensa de nuestra raza, otra razón que nadie tildará
+de metafísica ni de alambicada. El _yankee_ ha subido á la altura,
+porque sin asomo de piedad, y para ir más ligero, ha dejado tras de sí
+todo lo que le estorbaba, mientras que el hispano-americano sube con
+dificultad, porque va cargado con el indio, á quien considera como á su
+hermano y como á su igual, uniendo con él sangre, vida y destino. La
+empresa, pues, del hispano-americano es mil veces más árdua; ha de
+tardar mucho más tiempo en llevarse á cabo; pero no es imposible que se
+logre. Y si algún día se lograse, ¿cómo negar que sería también mil
+veces más humana, más generosa y más digna de alabanza?
+
+Volvamos á Juan Montalvo y evitemos las digresiones.
+
+Poco sé de la vida de este escritor. Ecuatoriano de nacimiento, murió en
+París, creo que muy joven aún. Ignoro si era de pura sangre española ó
+si corría mezclada por sus venas la sangre del español con la del indio.
+Su saber era variado, hondo y extenso; su ingenio, original y agudísimo;
+su modo de sentir, universal ó cosmopolita; su espíritu se había
+alimentado con deleite y había digerido y convertido en substancia
+propia la flor del pensamiento de los antiguos griegos y latinos y de
+los modernos ingleses, franceses y españoles. Nadie, con todo, se
+jactará, fundadamente, de ser más español que él por el espíritu y por
+su primera manifestación sensible, la palabra.
+
+Tal vez sea, en nuestra época, un colombiano, Rufino Cuervo, quien sabe
+teórica y gramaticalmente más lengua española. Pero, sin duda, quien la
+maneja con más castiza abundancia de vocablos, frases y giros, y quien
+la escribe con más primor y limpieza, como quien borda rico dechado, es,
+á mi ver, este para nosotros extranjero y acaso semi-indio.
+
+Su adoración, su entusiasmo por la lengua y la literatura de Castilla,
+corren parejas con el conocimiento que de ellas tiene, cuya extensión no
+pondero, pero cuya intensidad es incomparable. Nadie con más fervor ni
+con más tino que Montalvo elogia, en mi sentir, la lengua castellana y
+las obras maestras que en esta lengua se han escrito.
+
+Montalvo tiene, como todos los americanos, latinos y no latinos, una
+calidad buena, si bien por su exageración peca á veces de sobrado
+cándida y aun llega á prestarse á la burla; la manía de imitar á los
+europeos, superándolos y eclipsándolos. Cuando esta cualidad va
+acompañada, como en Montalvo, de grandísimo respeto hacia los bien
+entendidos y mejor sentidos modelos, la cualidad es simpática y llega á
+producir obras de mérito. Lejos de poner solución de continuidad,
+conserva unida la civilización europea con la transplantada al Nuevo
+Mundo; y cuanto en el Nuevo Mundo se cria, sin dejar de ser propio de su
+suelo, parece como mugrón robusto ó como retoño que se nutre aún de la
+savia que viene de Europa, aunque en tierra virgen y más fértil
+reverdezca con mayor lozanía, extienda más sus ramas y haga brotar en
+ellas más flores y más frutos.
+
+En las obras principales y mejores de Montalvo se advierte la mencionada
+cualidad. Enamorado del modelo, le imita y anhela superarle, pero
+respetándole y amándole siempre.
+
+Así, en _Los Siete Tratados_ no habrá quien no note la imitación de
+Miguel de Montaigne y el amor que á Montalvo inspira; y así en _El
+espectador_, se advierte que Montalvo, prendado de Addison, propende á
+imitarle hasta en el nombre ó título de su obra. Pero en Montalvo había
+tanto ser propio y un sentir y un pensar tan profundamente arraigados en
+el alma, que todo ello sale con ímpetu y se pone en la imitación de tal
+suerte, que la imitación es muy distinta de lo imitado, ya que la
+informa otro espíritu nuevo y muy distinto. De este modo, sin que yo
+pretenda igualar las producciones al compararlas, fray Luis de León
+imita á Horacio en _La vida del campo_, y compone una oda que Horacio ni
+siquiera entendería, si sabiendo bien el español resucitase.
+
+Todo el anterior preámbulo y más aún necesitaría y emplearía yo, si no
+fuese monstruosidad convertir en preámbulo todo este artículo, que por
+fuerza ha de ser muy breve, para preparar á mis lectores y para impedir
+que se asusten, cuando, permítaseme lo vulgar de la frase, llegue el
+trueno gordo; la revelación del título y del asunto de la obra póstuma
+de Juan Montalvo: la aclaración de las palabras que me sirven de
+epígrafe.
+
+Juan Montalvo encabeza su obra postuma con una elocuentísima
+introducción. Nada mejor pensado, ni mejor escrito, ni más entusiasta á
+par que juicioso, ni más esmaltado de sentencias metafísicas, estéticas
+y morales, puede, en mi sentir, escribirse en elogio del príncipe de
+nuestros ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra, á quien coloca Montalvo
+entre los mayores que ha habido en el mundo, y á cuyo _Quijote_ sólo
+pone por cima la _Biblia_ y la _Iliada_. Y ahora llega por fin el trueno
+gordo. El título de la obra póstuma es el siguiente: _Capítulos que se
+olvidaron á Cervantes. Ensayo de imitación de un libro inimitable_.
+
+Y en efecto, Juan Montalvo escribe y sus herederos ó sus admiradores y
+paisanos dan á la estampa, en Bezanson, en 1895, aunque el libro no ha
+llegado hasta ahora á nuestras manos, nada menos que sesenta capítulos
+añadidos al _Quijote_. Acaso el autor, en vida, no se hubiera atrevido á
+publicarlos. Acaso no pretendió nunca rivalizar con Cervantes. Acaso el
+extremo de su amor y de su admiración le hizo incurrir en esta á modo de
+locura. Nada menos parecido á Cervantes que Juan Montalvo; uno, todo
+espontaneidad, sencillez y alta inspiración, á menudo casi
+inconsciente; otro, todo reflexión, artificio y doctrina. El libro de
+Montalvo, no obstante, es la obra de un hombre de gran talento, del más
+atildado prosista que en estos últimos tiempos ha escrito en lengua
+castellana, y de un hombre, por último, de imaginación briosa y rica. Su
+libro merece ser examinado y juzgado, pero no caben en este articulo ni
+el examen ni el fallo. Quédense, pues, para otro día, si alguien muestra
+curiosidad por conocerlos.
+
+[Illustration]
+
+
+
+EL PAÍS DE LA CASTAÑETA
+
+
+Hará ya seis meses estuvo en Madrid un anglo-americano, llamado H. C.
+Chatfield-Taylor. Un amigo mío me le presentó y trajo á mi casa, donde
+tuve el gusto de conocerle. Me pareció sujeto amable, discreto é
+ilustrado, y muy entusiasta de nuestro país. Pronto volvió al suyo dicho
+señor, escribió un libro sobre España, le imprimió en Chicago,
+exornándole con bor nitas estampas, y tuvo la bondad de enviarme un
+ejemplar, que recibí hace pocos días. Confieso que el título del libro
+me desagradó bastante. El libro se titula _El país de la castañeta_ (The
+Land of the Castanet). Ya en el título hay una ofensa. Es como si un
+español escribiese un libro sobre los Estados Unidos, y sin acordarse de
+Washington, de Franklin, de Lincoln, de Grant, de Emerson, de Poe, de
+Edison, de Chaning, de Whittier y de otros muchos ilustres personajes;
+de sus nobles y hermosas mujeres, de sus grandes ciudades, de sus
+monumentos, de su riqueza, de su prosperidad, de las bellezas naturales
+de su territorio, de la anchura del Hudson y del Misisipí, y del salto
+del Niágara, recordase sólo la abundancia de cerdos que se crían y se
+matan en Chicago y titulase su libro _El país del cerdo_.
+
+A menudo el Sr. Taylor nos acusa en su libro de orgullosos. Yo no creo
+que lo somos ni que lo hemos sido nunca; mas no por eso nuestra humildad
+ha de llegar hasta el extremo de resignarnos á creer que el objeto que
+más nos caracteriza y distingue de las otras naciones del mundo es la
+castañeta.
+
+Hace muchos años, cuando el rey de Sajonia, que había sido partidario de
+D. Carlos, reconoció por reina á Isabel II, mandó á esta corte á un
+elegante y rico enviado extraordinario, llamado el barón Fabrice. Trajo
+este señor consigo á un hábil cocinero, que además era literato, y que
+al volver á su tierra compuso un libro de sus impresiones de viaje en
+España, y le tituló _Puchero_. Nadie entre nosotros podía ver la menor
+ofensa en este título. Para una persona cuyo principal oficio y arte es
+la cocina, el puchero no puede menos de ser la idea capital y como el
+centro en cuyos alrededores se agrupan las demás cosas. De la misma
+suerte, si el Sr. Taylor hubiera sido bailarín, la castañeta hubiera
+sido también, naturalmente, el núcleo de sus impresiones, la piedra
+angular de todo el caramillo de ideas que sobre España formase; pero
+como yo no creo que el señor Taylor sea bailarín de oficio, hallo raro
+que califique á España de _país de la castañeta_, por más que en España
+las castañetas ó castañuelas se toquen desde muy antiguo, según lo
+atestigua Marcial en sus versos en elogio de Teletusa, que las
+repiqueteaba de lo lindo al gusto de Cádiz; por más que un docto fraile
+inventase y escribiese una ciencia nueva titulada Crotalogía ó ciencia
+de las castañuelas, y por más que mi ingenioso y erudito amigo D.
+Francisco Asenjo Barbieri, que en paz descanse, escribiese también un
+curioso discurso sobre tan alegre instrumento.
+
+Hecho ya este inevitable reparo, no he de negar que el libro del Sr.
+Taylor es de muy amena lectura, contiene muchas noticias, y á veces
+encomia hasta con entusiasmo á no pocas personas y bastantes cosas de
+España. Da, por ejemplo, justos y atinados elogios á varios de los más
+notables de nuestros políticos y literatos, como Castelar, Moret,
+Echegaray, Emilia Pardo Bazán, Cánovas y Sagasta. Del conjunto del libro
+se infiere que el Sr. Taylor desea sernos favorable; pero á pesar suyo
+el prisma engañoso del protestante y del _yankee_, al través del cual
+nos mira, hace que á menudo, ya nos calumnie y nos injurie involuntaria
+y candorosamente, ya lance sobre nosotros ó contra nosotros profecías,
+agüeros y juicios, á mi ver, disparatados.
+
+Dice, por ejemplo, que nosotros, en nuestro orgullo, tenemos peor
+opinión de los _yankees_ que los _yankees_ de nosotros. Lo único que se
+ha hecho en España es contestar con algunas injurias, que yo encuentro
+de pésimo gusto, á las de un gusto mil y mil veces más depravado y
+ruín, que nos han dirigido y que nos dirigen de continuo senadores,
+diputados, escritores graves, ó que pretenden serlo, y periodistas de la
+Gran República. Si fuésemos á contestar á los _yankees_ con suma igual
+de injurias á las que les debemos, nos pareceríamos á dos enjambres de
+verduleras que se ponen como hoja de perejil, con el Atlántico de por
+medio. Y las injurias de los escritores de los Estados Unidos contra
+nosotros no son de ahora, con ocasión de la guerra de Cuba, sino que
+vienen de muy atrás. Sólo Guillermo Draper ha dicho más ferocidades
+contra España y ha mostrado más profundo aborrecimiento contra nosotros
+que el que podrían atesorar todos los españoles juntos, si se decidiesen
+á denigrar, á escarnecer y á insultar á los anglo americanos.
+
+El mismo Taylor, que pretende, que desea, que aspira de buena fe á hacer
+nuestra apología, ya desde el segundo renglón de su libro nos califica
+de indolentes y de crueles. La acusación de fanatismo y de superstición
+que el Sr. Taylor lanza á menudo contra nosotros casi no nos ofende, y,
+de puro poco razonable y fundada, nos parece chistosa. Si fuésemos á
+hacer la estadística de los ajusticiados, quemados y asesinados por
+motivos religiosos, de fijo que resultaría, á pesar de Torquemada y de
+todos los inquisidores, doble ó triple número que en nuestra cuenta en
+la cuenta de la sentimental y piadosísima raza anglo-sajona.
+
+En lo tocante á superstición, declaro que no me explico que nos acuse de
+ella ningún cristiano de distinta iglesia que la católica. Libre es todo
+hombre de aceptar y creer por completo lo dogmático de nuestra religión,
+ó sólo una parte, modificándola algo ó no modificándola; pero desde el
+momento en que se cree una parte, no hay razón ni motivo para llamar
+supersticioso al que lo cree todo. Cuando dijo Sancho que no bien él y
+su amo se remontaron al cielo, se apeó él de Clavileño y se puso á jugar
+con las _siete cabrillas_, Don Quijote tuvo sobrada razón en decirle que
+no se allanaría á creer en su jugueteo con las estrellas, si Sancho no
+creía tampoco en nada de lo que contó que en la cueva de Montesinos le
+había pasado. Para un impío racionalista, tan absurdos son los retozos
+de Sancho con las Pléyades, como la conversación y los lances del
+hidalgo manchego con Montesinos, Durandarte y Belerma. ¿Por qué, para un
+espíritu religioso, han de ser fanáticos el doctor eximio Suarez, el
+glorioso Ignacio de Loyola, Melchor Cano y Domingo de Soto, y han de ser
+unas criaturas muy juiciosas y razonables Wiclef, Knox, Lutero y
+Calvino? O todos igualmente locos y fanáticos, ó todos igualmente dignos
+de consideración y respeto.
+
+Otra terrible manía del Sr. Taylor es la que muestra contra las corridas
+de toros, á las que fué no obstante y se divirtió viéndolas. Lo que es
+yo, gusto tan poco de dichas corridas, que nunca voy á presenciarlas,
+como no he ido en los Estados Unidos á divertirme en ver á dos
+ciudadanos romperse á puñetazos el esternón y las quijadas para deleite
+de los cultos espectadores; mas no por eso diré que mientras entre los
+_yankees_ se estilen tales juegos, no será posible que se civilicen y
+seguirán siendo bárbaros y feroces. El Sr. Taylor declara en cambio que
+nosotros sólo porque toleramos las corridas de toros, somos _incapaces
+de civilización_ en su más alto sentido.
+
+Diré, por último, que el Sr. Taylor, que varias veces nos acusa de
+crueles, es cruelísimo con el pueblo español cuando le compara á un
+hidalgo empobrecido y casi hambriento, que lleno de vanidad y por seguir
+alternando con otros hidalgos ricos, es manirroto y despilfarrado, gasta
+más de lo que tiene y va derecho á la más espantosa ruina. Pues qué,
+¿entiende el Sr. Taylor que sea vanidad y despilfarro que procuremos
+conservar, aun á costa de los mayores sacrificios, una isla que nos
+pertenece, y donde nadie ó pocos se sublevarían si desde los Estados
+Unidos no los alentasen y no les enviasen armas y dinero? Cuba es
+nuestra propiedad legítima, y no es vanidad ni soberbia nuestro empeño
+en conservarla. Cuba es, además, como la prenda y el testimonio visible
+y monumental de que este pueblo de la _castañeta_ fué el que descubrió
+el Nuevo Mundo é implantó en él las artes y la civilización de Europa.
+
+Aunque nosotros no negamos que en comparación de los Estados Unidos
+somos muy pobres, todavía nos parece duro que á cada paso se nos eche
+en cara nuestra pobreza y la vanidad ridícula con que se supone que
+tratamos de disimularla. Las señoras, dice el Sr. Taylor, van á paseo en
+coche elegantemente vestidas de medio cuerpo arriba, y de medio cuerpo
+abajo muy andrajosas, cubriendo con una manta aquella miseria. Por
+lucirse, andar en coche y tener palco en el Real, se tratan muy mal en
+casa, la cual suele estar inconfortable y mal amueblada. En invierno se
+mueren de frío, y en todas las estaciones remedan al camaleón,
+alimentándose casi del aire.
+
+El Sr. Taylor deja entrever con insistencia su recelo de que en España
+se come poco y mal, de modo que nosotros para agasajar á los extranjeros
+no los convidamos nunca á comer, limitándonos á hacerles muchas
+cortesías. Nos cuenta, sin embargo, contradiciéndose, que el Sr. don
+Emilio Castelar le dió un almuerzo suculentísimo, en el que se sirvieron
+diecisiete platos, sin contar los postres, que serían, probablemente,
+cuarenta ó cincuenta, todo ello, para que no se atragantase, remojado
+con los mejores vinos españoles. Pues qué ¿quería más el Sr. Taylor?
+También se contradice al hablar de los clubs ó casinos. En algunos
+pasajes de su libro afirma que no somos un pueblo _clubable_, y califica
+de mezquinos y pobres nuestros clubs, y lamenta que se sostengan por el
+juego. Y en contra de lo dicho, afirma en otros pasajes, por ejemplo,
+que el Casino de Córdoba es grandioso, y ensalza el Ateneo de Madrid,
+que al fin es un casino donde no se juega, encomiando su rica y selecta
+biblioteca, su gran salón de sesiones y sus cátedras, donde personas
+sabias y elocuentes enseñan diversas ciencias y facultades.
+
+Sobre la _high-life_ de Madrid y sobre las damas de la suprema
+elegancia, el Sr. Taylor está algo satírico; pero en manera alguna
+singularmente ofensivo, ya que los vicios y faltas que halla en la
+_smart set_ madrileña le parecen menores que los de la _smart set_
+neoyorquina. Como yo en este punto tengo la manga mucho más ancha que el
+señor Taylor, absuelvo de casi todas sus culpas, sin imponerles la menor
+penitencia, tanto á las damas elegantes de Madrid, como á las de los
+Estados Unidos, que me parecieron guapísimas, discretas y divertidas,
+durante los dos años que pasé en aquella tierra. Mi indulgencia es
+fenomenal para con las señoras. Apenas hay rareza que yo no les perdone;
+hasta perdono á algunas de nuestras damas elegantes que, según observa
+el Sr. Taylor, aunque no sepan hablar inglés, pronuncien con acento
+inglés el castellano, apretando mucho los dientes, desde que pasaron una
+semana en Londres. Este acento inglés es ya más distinguido y más _chic_
+que la erre nasal ó gangosa que otras damas emplean á fin de parecer
+educadas en _París de Francia_.
+
+La clase media, sigue el Sr. Taylor, es ignorante, grosera y sucia.
+Supone enorme distancia, un abismo, entre nuestra nobleza y el pueblo.
+No sé cómo ha podido notar esto en el país más democrático del mundo,
+que es España. El señor Taylor acusa á cada paso de ignorantes á los
+españoles. No se comprende cómo el poco tiempo que ha estado aquí le ha
+bastado para examinarnos de todas las asignaturas y darnos calabazas.
+Los mahometanos y los judíos, esos sí que eran sabios; pero hicimos la
+barbaridad de expulsarlos.
+
+No cabe en este breve escrito contestar á las censuras del Sr. Taylor.
+Nos limitaremos á contraponerle las siguientes afirmaciones:
+
+Que durante toda la Edad Media la España cristiana fué el pueblo más
+tolerante de toda la cristiandad:
+
+Que cuando venían cruzados á ayudarnos en la Reconquista, era menester
+echarlos ó luchar contra ellos, para que no matasen ni robasen á todos
+los judíos y mahometanos, faltando á los pactos y á la fe jurada:
+
+Que la sabiduría muslímica y rabínica y sus filósofos y doctores, en vez
+de ser perseguidos por los monarcas cristianos de España, hallaron con
+frecuencia en sus cortes protección y refugio contra las fanáticas
+persecuciones, ya de algunos califas de Córdoba, ya de los almoravides y
+almohades, en la época de las tremendas invasiones africanas:
+
+Y en fin: que esa sabiduría se difundió y se dió á conocer en el resto
+de Europa por medio de los cristianos españoles, arzobispos, obispos y
+sacerdotes casi siempre, que tradujeron, comentaron y explicaron los
+textos arábigos y hebráicos.
+
+Pero salgamos de las honduras en que nos hemos metido, y terminemos
+este artículo, que va siendo ya sobrado largo, afirmando que el libro
+del Sr. Taylor es muy agradable de leer, á pesar de los defectillos que
+hemos notado, y que, si procuramos no ser vidriosos, reconoceremos que
+cuanto el Sr. Taylor dice contra nosotros, proviene de prejuicios
+difíciles de arrancar del alma de un extranjero, pero que en el fondo el
+señor Taylor ó nos encomia ó procura encomiarnos, y en casi todas las
+páginas de su libro muestra hacia nosotros muy sincera y fervorosa
+simpatía.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+SOBRE LA ANTOLOGIA
+
+DE POETAS LÍRICOS CASTELLANOS
+
+DE DON MARCELINO MENÉNDEZ Y PELAYO
+
+
+Distraída la atención de la gente hacia los tristes acontecimientos
+políticos que van sucediéndose, poco ó nada interesan los trabajos
+literarios de nuestros días. De comedias, novelas y otros libros de
+entretenimiento, suele hablar la crítica en los periódicos. De libros
+eruditos, si tratan de cosas que pasaron mucho tiempo há, los periódicos
+no suelen decir nada ni tienen espacio ni vagar para ello. Y, sin
+embargo, además de que se aquieta y satisface la curiosidad con saber
+las cosas antiguas, el recordarlas ó el saberlas mejor, cuando nos las
+explica un varón docto y discreto, nos sugiere multitud de pensamientos
+y nos excita á proponer, ya que no á resolver, dudas, enigmas y
+problemas que tienen aplicación inmediata á las cosas de ahora.
+
+Digo esto á propósito del último libro del señor Menéndez y Pelayo (Tomo
+VI de la _Antología de poetas líricos castellanos_), donde el autor, en
+más de 400 páginas, nos presenta un cuadro completo de la cultura y de
+la grandeza de España en tiempo de los Reyes Católicos, á fines del
+siglo XV y principios del XVI.
+
+Hablando con desenfadada franqueza, yo creo inferiores á lo que hoy se
+escribe todas las producciones literarias de aquella edad, salvo tres,
+cuya resonancia y fama en las naciones extranjeras, y cuyo influjo en la
+cultura general no tiene traza de adquirir ni podemos presumir ni
+esperar que adquiera ninguna de nuestras producciones contemporáneas.
+Son estas tres obras que exceptúo _La Celestina_, las _Coplas_ de Jorge
+Manrique, y _El Amadis_, en su última forma definitiva.
+
+No seré yo de aquellos á quienes condena el Sr. Menéndez, porque
+desechan sin leerlos y como malos é insufribles todos los versos del
+_Cancionero general_ de Castillo y los que encierra el de Resende,
+escritos en castellano; pero no puedo persuadirme de que haya en dichos
+versos algo que se levante sobre el nivel de lo mediano, y que divierta
+é interese hoy, si bien debe leerse y estudiarse, ya que sobre
+costumbres, usos, pasiones, aventuras y casos de aquella época gloriosa,
+enseña no poco que no enseñan las crónicas ni las historias, y ya que es
+además muestra y dechado del lenguaje y estilo de Castilla en los
+momentos de su mayor expansión y florecimiento políticos.
+
+Tal vez logre el Sr. Menéndez, cuando hable de Juan del Encina, á quien
+califica del mayor poeta en aquel período y de D. Pedro Manuel de Urrea,
+que sobresale entre los aragoneses, infundirnos, al analizar y criticar
+sus obras, un concepto más elevado de nuestra inspiración poética de
+entonces. Yo dudo de que lo consiga, y no acierto á explicarme el poco
+valer de la poesía de entonces por falta ó culpa del instrumento; porque
+la lengua no estaba hecha ni el buen gusto formado. Cuando en aquella
+lengua se escribieron las _Coplas_ de Jorge Manrique, bien pudieron
+escribirse otras muchas de igual mérito. Y no atribuyo tampoco mi
+cortísimo entusiasmo por aquella antigua poesía española á que para
+entenderla y sentirla bien, importa trasladarse en espíritu á la edad en
+que se compuso. Si es difícil trasladarse en espíritu á principios del
+siglo XVI sin salir de España, más lo es volar á Grecia ó á Italia no
+pocos siglos antes, y no por eso dejo de atreverme á decir que
+comprendo, estimo y admiro á Píndaro, á Horacio, á Virgilio, á Dante y
+al Petrarca. El no admirar, por consiguiente, á los poetas de los
+Cancioneros, debe de consistir, y no hallo otra razón por más vueltas
+que le doy, en que distan mucho de ser admirables.
+
+En cambio, en la vida del más insignificante de ellos, en sus lances de
+amor y fortuna, hay más poesía, más chiste, más amenidad ó más
+sublimidad, que en todo el fárrago de sus canciones, glosas y
+villancicos.
+
+Resulta de esto que (y sigo hablando con franqueza) apenas hay criatura
+humana, á no ser muy sabia, que aguante de seguida seis páginas de
+lectura de los versos publicados hasta ahora en la _Antología_ del Sr.
+Menéndez, cuyos prólogos en cambio son encantadores y se leen con mayor
+interés y deleite que la más ingeniosa y apasionada novela. Por dicha,
+los prólogos son extensísimos, y son tan pocos los versos, que casi no
+parecen sino un pretexto para escribir los prólogos. Los retratos y
+biografías de Antón de Montoro, de los Manriques, de Alvarez Gato, de
+Pedro Guillén de Segovia, de Sánchez de Badajoz, de Diego de San Pedro y
+de otros trovadores, están hechos de mano maestra, y aún es más hermosa
+y tiene mayores atractivos la brillante pintura que hace el Sr. Menéndez
+de la renovación social, del desenvolvimiento político, de la
+organización y pujanza, de los bríos que casi de repente se muestran en
+Aragón y en Castilla unidos, y del salto milagroso, porque, á mi ver es
+inexplicable, con que una nación, presa de las discordias civiles, rota
+y desbaratada, y al parecer, pobre y débil, se alza de súbito á ser la
+envidia y la admiración de los demás pueblos de Europa, amenazándolos
+con su hegemonía y haciendo que el sueño de una monarquía universal, en
+no remoto porvenir, no fuese completo delirio.
+
+¿Cuál fué la causa de tamaña transformación y de tan improvisado
+crecimiento? No puede ser más lastimoso el cuadro que los doctores
+Villalobos y Francisco Ortiz, que Hernando del Pulgar y que otros
+escritores de aquella época hacen de la situación de Castilla. Era un
+caos horrible, de donde la sacaron á ser una gran nación la fuerte mano
+de la Reina Católica y el genio militar y político de su marido. El
+remedio que emplearon para curar el mal y trocarle en robustez sana y
+fecunda no fué menos horrible. En nuestra edad más piadosa y humana,
+apenas se concibe rigor tan cruel, y aún se pone en duda que fuese
+indispensable en aquella edad de hierro. Las fortalezas y castillos se
+derrumbaban y arrasaban por docenas; los malhechores, bandidos y tiranos
+soberbios, que habían infestado y devastado el país, eran ajusticiados á
+miles. Para apaciguar el reino--dice el doctor Villalobos--se hacían
+muchas carnicerías de hombres y se cortaban pies y manos y espaldas y
+cabezas.
+
+Encarecidísimas son las alabanzas que, ya al rey D. Fernando, ya á la
+reina doña Isabel, dan los más egregios escritores y pensadores de su
+tiempo. Machiavelli alaba al Rey Católico, príncipe nuevo que, de rey
+débil, ha llegado á ser el primer rey de los cristianos, que sujetó y
+domó á los barones y magnates, que creó una milicia invencible, que
+arrojó de su reino á los _marranos_, ejemplo raro y admirable; y que
+asaltó el Africa, hizo la empresa de Italia y venció á Francia, urdiendo
+siempre cosas grandes para tener suspensos y admirados á sus súbditos,
+sin darles ocasión ni reposo para que se rebelasen.
+
+El conde Baltasar Castiglione es más galante y dedica á la reina todas
+sus alabanzas. Según él, ni en su tiempo ni en siglos atrás hubo en el
+mundo rey ó príncipe que merezca ser comparado con doña Isabel la
+Católica. Su fama se extendía por todas partes, y los que con ella
+vivieron y vieron por sus mismos ojos sus maravillas afirman haber esta
+fama procedido totalmente de la virtud de ella y de sus grandes hechos.
+En sus días ningún bueno se quejó de ser poco remunerado, ni se jactó
+ningún malo de no ser demasiadamente castigado; de donde nació tenelle
+los pueblos un extremo acatamiento, mezcla de amor y miedo. Y
+prosiguiendo en la misma alabanza, casi con las mismas frases, aunque
+abreviando, se pone aquí como la alabanza mayor que los mismos grandes,
+á quienes la reina despojó y domó, le quedaron aficionados en todo
+extremo y la sirvieron rendidos, de suerte que todos los hombres
+señalados y famosos que hubo en España fueron como _hechos por ella_, y
+de ser hechos por ella se envanecían. Así el Gran Capitán, el cual se
+preciaba de esto más que de todas sus victorias y más que de sus
+excelentes hazañas, en paz y en guerra, por las cuales quedan por bajo
+de él en grandeza de ánimo, en saber y en toda virtud, los príncipes,
+héroes y monarcas de aquellos días.
+
+A pesar del valer innegable y extraordinario de los soberanos consortes,
+de su energía subida de punto, de las _terríficas y espantables
+anatomías_ que hicieron y de las sabias leyes que promulgaron, repito
+que no acierto á explicarme la aparición poderosa y preeminente de
+España entre las demás naciones, si el germen de su grandeza no hubiera
+estado latente, pero vivo y pronto á brotar, en las entrañas del pueblo
+todo. Mucho puede hacer un soberano, un hombre de genio, y, si no de
+genio de buena intención, al frente de un pueblo y dirigiendo sus
+destinos; mas para esto es menester que el pueblo se preste, le ayude y
+tenga conciencia de lo que puede y vale. Claro está que ni por el brío,
+ni por la virtud militar y política, debe ni remotamente compararse
+Carlos III con los Reyes Católicos, pero los iguala, y, prescindiendo
+del adelanto moral que han traído los siglos, les lleva no corta ventaja
+en buena intención, en dulce amor á los súbditos y en benigna blandura,
+á pesar de la tiránica expulsión de los jesuítas, y, sin embargo, todo
+lo que hizo Carlos III tuvo algo de inconsistente y de efímero,
+volviendo á caer España en su anterior abatimiento, del cual, salvo el
+glorioso paréntesis de la Guerra de la Independencia, no se ha levantado
+todavía.
+
+Infiero yo de todo lo dicho y de lo que callo, porque no cabe en un
+artículo breve, que la historia es tan divertida como poco docente ó
+dígase que enseña poco. Enseña cómo fueron las cosas, pero no por qué
+fueron. Después de leer mucha historia y de divertirme leyéndola me
+inclino yo á decir como los historiadores mahometanos: «Alabado sea el
+poderoso Alá que da el poderío á quien quiere y á quien quiere se le
+quita.» Esta es la manera, no sólo más piadosa, sino más cómoda y fácil
+de explicárselo todo. De otra manera nada se explica. ¿En qué consiste
+que estuviese España tan alta en tiempo de los Reyes Católicos y que
+esté tan baja ahora? ¿Valen menos los hombres del día? No lo sé; pero me
+inclino á creer que no. A nuestros hombres del tiempo de los Reyes
+Católicos y de sus sucesores inmediatos, lord Macaulay los ensalza hasta
+el punto de convertirlos en semidioses; Grecia y Roma no tuvieron
+varones más insignes. En cambio, nuestros hombres del día acaso inspiran
+desdén y lástima, no sólo á los lores, sino á los yankees. ¿No dependerá
+esto, más que del mérito diferente de unos y de otros, de los caprichos
+de la ciega fortuna? ¿Son más tontos ó menos valerosos los españoles del
+siglo XIX que los de los siglos XV y XVI? ¿Está la inferioridad en la
+poca fe religiosa del día? Conjeturo que no, al leer todas las
+irrespetuosas blasfemias de que se valían entonces para elogiar á las
+damas á quienes servían, ó para adular á los poderosos. Antón de
+Montoro, por ejemplo, dice á la reina Católica:
+
+ Alta reina soberana,
+ Si antes nasciérades vos
+ Que la hija de Santa Ana,
+ En vos el hijo de Dios
+ Recibiera carne humana.
+
+Ni menos consiste nuestra inferioridad de ahora en que seamos menos
+codiciosos, menos envidiosos y menos viciosos que nuestros padres. Los
+documentos de los siglos XV y XVI dan testimonio fehaciente de lo
+contrario. El desenfreno de las costumbres y la falta de pudor habían
+llegado á su colmo. Díganlo la _C... comedia_, _El pleito del manto_ y
+las obscenísimas comedias _Serafina y Tebaida_, todo lo cual circulaba
+libremente, sin que los padres de familia se escandalizasen y sin que la
+Inquisición hiciese alto en ello.
+
+Dice Tomás Campanella, en su libro _De monarchia hispanica_, que en los
+siglos bárbaros prevalecieron los pueblos rudos del Norte y tuvieron el
+imperio; pero que cuando llegaron á valer más la astucia y la maña que
+la fuerza, inventadas la imprenta y la artillería, _rerum summa rediit
+ad hispanos_, por ser hombres más listos, ingeniosos y astutos.
+Aceptando esta explicación, he cavilado yo á veces, para explicarme
+nuestra decadencia, que tal vez la industria y los esfuerzos del trabajo
+manual han vuelto á colocar algo á modo de fuerza material aunque
+refinada sobre el más alto valer de las espirituales energías. Acaso
+provenga de este para nosotros lisonjero supuesto, que Espada haya
+decaído tanto. Si así fuese, podríamos añadir una parte y una excelencia
+más al famoso libro del Padre Peñalosa, titulado _Cinco excelencias del
+español que destruyen á España_. No quiero, pues, en serio, atribuir á
+tal causa nuestra pasada excelsitud y nuestro hundimiento presente. Y
+tampoco quiero atribuirlo á lo que ahora llamaríamos medidas de
+gobierno, ya que las más celebradas y admiradas en lo antiguo, por los
+que entonces escribieron, nos repugnan hoy y á menudo nos parecen
+feroces y vitandas atrocidades. Ni lo atribuyo, por último, á material
+flaqueza ó falta de recursos, ya que, aun atendido el universal progreso
+de población, bienestar y productos de toda clase, no es tan pobre ni
+tan flaca la nación que, sin exhalar casi una queja, envía 150.000
+soldados á Cuba y piensa en enviar otros 50.000 dentro de poco.
+
+Vaya usted á ver, pues, en qué consiste nuestra decadencia. Averígüelo
+Vargas. ¿Por qué pudo celebrar el antiguo poeta y hoy no puede celebrar
+el moderno
+
+ A aquellos capitanes,
+ en la sublime rueda colocados
+ por quien los alemanes,
+ el fiero cuello atados,
+ y los franceses van domesticados?
+
+Hoy no acertamos á atar el fiero cuello á Máximo Gómez ni á domesticar
+al mulato cimarrón Maceo. ¿En qué estriba la diferencia? Lo ignoro. Pero
+de la ignorancia misma nace una esperanza consoladora. Hay en todo algo
+de misterioso que induce á no tener por absurdos los cambios más
+radicales. Los españoles son los mismos de siempre. Dios lo puede todo.
+Sus designios son inexcrutables. Y ya que nada de transcendental
+saquemos en claro del último libro del Sr. Menéndez, sino unas cuantas
+horas agradabilísimas leyéndole, pongamos nuestra confianza en Dios, y
+en la justicia, y en el valer de España, y exclamemos para terminar:
+
+ _Causa jubet melior superos sperare secundos._
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+MÉRITO Y FORTUNA
+
+
+Hace pocos días recibí carta de mi excelente amigo el doctor D. Juan
+Fastenrath. Entre otras cosas me dice que en Alemania van á celebrar el
+centenario de D. Manuel Bretón de los Herreros y que el gran duque de
+Sajonia Weimar hará que en el teatro de su corte se represente una
+comedia, tal vez _Muérete... y verás_, de aquel fecundo y ameno poeta,
+el 19 de Diciembre próximo, al cumplirse el siglo de su nacimiento.
+
+Lleno de patriótica satisfacción ví yo esta prueba del alto aprecio con
+que en algunos países de Europa miran á los ingenios españoles
+contemporáneos.
+
+Aguó, no obstante, y hasta acibaró mi contento, la injusta severidad con
+que un autor inglés de mucha fama, que por acaso estaba yo entonces
+leyendo, juzga y condena á la España del día. En su estudio sobre Santa
+Teresa dice el Sr. Froude: «Las revoluciones siguen á las revoluciones
+en la Península Ibérica, hunden al pueblo en la miseria y esterilizan
+el suelo; pero en estos últimos tiempos, no han producido un solo
+personaje como aquéllos cuyos nombres forman parte de la historia
+europea. Sólo han producido aventureros militares y oradores de
+_elocuencia transcendente_; pero ningún Cid, ningún Gran Capitán, ningún
+Alba, ningún Cortés, ningún Pizarro. El progresista de nuestra edad
+necesita subir mucho si ha de elevarse al nivel antiguo.»
+
+La verdad es que acerca de la España actual hay en el mundo muy
+desfavorables opiniones. Todavía somos estimados y ensalzados por
+nuestros artistas. Nuestros poetas líricos, tan buenos, en lo que va de
+siglo, como los de cualquiera otro país, son desconocidos en los países
+extranjeros. Algunas de nuestras novelas, aunque pocas, han sido
+traducidas en varias lenguas. Y algo de nuestro teatro moderno ha sido
+traducido y aplaudido también, sobre todo en Alemania y en Inglaterra.
+Acaso á _El drama nuevo_, de Tamayo, sea á lo que debemos el mayor
+triunfo. Ha pasado el Atlántico, y puesto en inglés, ha embelesado al
+público de los Estados Unidos.
+
+En mi sentir, no obstante, el movimiento presente del ingenio español se
+estima fuera de España en muchísimo menos de lo que vale. Sin duda
+consiste esto en que Francia, que para todos los pueblos civilizados
+hace el papel de divulgadora y que además se interpone entre nosotros y
+los demás pueblos, dista mucho de sernos favorable. Y no lo es porque en
+Francia nos quieran mal ni porque falten en Francia personas eruditas
+que conozcan tan bien ó mejor que nosotros nuestra historia, nuestra
+lengua y nuestra cultura, sino porque la generalidad de los franceses
+está tan engreída, y no sin razón, si cabe razón en el engreimiento, que
+casi no puede concebir que, desde los principios del siglo XVIII hasta
+ahora, se haya hecho en España más que remedarlos ó permanecer en la
+barbarie ó corrupción mental en que habíamos ó se supone que habíamos
+caído.
+
+En este error nos cabe gran parte de culpa. Nosotros mismos nos hemos
+empeñado en probar que murió el antiguo pensamiento español castizo, y
+que desde Luzán en adelante Francia nos ha inspirado y nos ha pulido.
+
+Nada más falso si discurrimos sobre ello con tino y reposo. El
+escepticismo del siglo pasado: su pobre filosofía sin metafísica; sus
+ideas y sentimientos, nobles aunque maleados por excesiva declamación,
+sobre filantropía, igualdad, libertad y progreso, todo esto fué el
+espíritu de una época en la historia de Europa, ó si se quiere, de todo
+el género humano; pero en Francia resonó con mayor estruendo y
+hermosura, primero en sus escritores, y en su revolución más tarde.
+¿Cómo había de sustraerse España al influjo de lo que aquellos
+escritores dijeron y de lo que la revolución hizo? Hasta podía
+considerarlo como el eco de su propio pensar y sentir, escrito primero,
+y luego actuado. Aun así, yo entiendo que el influjo de Francia fué
+menor en España que en las demás naciones. Y en lo tocante á las reglas
+del arte, á la forma, á lo meramente literario, apenas merece tenerse en
+cuenta. Así como Parini, Alfieri, Monti, Fóscolo y Pindemonte nada deben
+á la imitación francesa, los poetas de las escuelas de Sevilla y
+Salamanca, ambos Moratines en lo lírico y épico, Quintana, Gallego y el
+duque de Frías nada le deben tampoco. Hasta en la poesía dramática, aun
+cuando queríamos sujetarnos á las reglas venidas de Francia, éramos
+originales, castizos y, permítaseme la expresión, de pura sangre
+española. Tan original, tan inspirado y tan propio de su nación y de su
+época, es D. Ramón de la Cruz como Lope ó como Tirso.
+
+Froude puede decir lo que se le antoje, pero, en literatura al menos, no
+veo yo por qué los nombres del mencionado sainetero, los de los grandes
+poetas líricos que hemos citado, y los de bastantes otros más recientes
+que pudiéramos citar, han de excluirse de la historia de Europa y no han
+de poder figurar al lado de los nombres de Byron, Moore, Shelley y
+Burns.
+
+A menudo cavilo y hago examen de conciencia para ver si me ciega ó no el
+amor propio nacional y siempre resulta de mi examen que dicho amor
+propio no me ciega. La mayor parte de los españoles, y yo con ellos,
+pecamos en el día por todo lo contrario. Cada cual propende á figurarse,
+poniéndose él á un lado como excepción rara y punto menos que única, que
+por acá, intelectual y moralmente, todo está muy rebajado. La
+maledicencia, la más acerba censura, y la sátira más cruel se
+manifiestan en nuestras conversaciones y escritos y son lo que más
+agrada y se aplaude.
+
+Como yo soy y quiero seguir siendo optimista, contra viento y marea, ni
+siquiera censuro esta furia de descontento y de censura. Afirman los que
+han navegado mucho que nunca, en medio de las más espantosas
+tempestades, perdían la esperanza de salvación mientras oían á la gente
+de á bordo lanzar votos y reniegos, blasfemias y maldiciones; y que sólo
+empezaban á perder la esperanza cuando veían á la gente de á bordo,
+resignada y contrita, rezar y no jurar y decirse ternuras en vez de
+improperios.
+
+Por este lado, pues, y como prueba de que queremos luchar contra la
+borrasca y vencerla, estoy por decir que me parece bien y útil que nos
+denostemos y nos humillemos unos á otros hasta no poder más; pero hoy
+quiero yo discurrir serenamente, como si no hubiera tempestad, sino
+calma, sin resignación y sin furia, y ver si puedo fundar en algo un
+razonable _sursum corda_.
+
+Válganme para ello así lo que he aprendido por la lectura como lo que he
+visto en los muchos años que he peregrinado y vivido en extraños países.
+No es mi intento ofender á nadie, pero he de hablar con entera
+franqueza. La ironía con que elogia Froude la elocuencia transcendente
+de nuestros oradores es injusta á todas luces. De sobra hay en
+cualquiera otro país oradores tan huecos, tan palabreros, tan difusos y
+tan ampulosos como los que en España puedan ser más tildados de tener
+dichos defectos. Lo que no hay de sobra en parte alguna es la facilidad,
+el primor, la elegancia y el arrebato poderoso de no pocos de nuestros
+oradores. Y en cuanto á la capacidad política que da muestra de sí en la
+acción y no en la palabra, creo que debemos hacer un distingo.
+
+Claro está, y cómo negarlo, que España está pobre; que materialmente se
+halla más atrasada que Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda, Alemania,
+los Estados Unidos, y tal vez algunos otros países; que es menos
+poderosa que Rusia; que ha perdido inmensos territorios en el Nuevo
+Mundo; que ha sido trabajada desde hace casi cien años por incesantes
+discordias civiles, y que en los momentos solemnes en que vivimos ahora
+se halla abrumada de grandes calamidades y amenazada de otras acaso
+mayores. ¿Pero la causa de esto, digámoslo sin rodeos ni disimulos, es
+que los españoles del día son más inhábiles, menos enérgicos, menos
+probos y menos entusiastas que los de otras edades para nosotros más
+dichosas? Esto es lo que yo niego. Puedo ver y veo nuestra decadencia;
+puedo recelar y prever nuestra ruina; pero no creo llano y fácil
+explicar la causa. Fuera de España, en América y en Europa, hasta donde
+yo he podido experimentar, no he visto que la gente del pueblo sea menos
+torpe, ni menos floja, ni menos ruda que en España. Y en cuanto á los
+sujetos eminentes, directores y gobernadores de los Estados, ya me
+guardaré yo muy bien de decir lo que dijo cierto lord inglés cuando
+envió á viajar á su hijo: anda, hijo mío, y pásmate al ver qué casta de
+hombres gobiernan el mundo. Yo disto mucho de ser tan severo como el
+citado lord (Chesterfield, si la memoria no me engaña); pero no he
+tropezado en ninguna de las capitales y cortes que he recorrido, y he de
+declararlo aquí aunque sean odiosas las comparaciones, con ministros,
+jefes de partido, gobernadores y hombres de Estado, cuya grandeza haya
+transformado en mi imaginación á los de España en unos pobrecitos
+pigmeos. Confieso que no he conocido á Cavour ni á Bismarck, que son los
+que, en estos últimos sesenta años, han hecho más grandes cosas; pero he
+conocido á muy ilustres varones, dirigiendo la política de florecientes
+Imperios, Repúblicas y Monarquías, y, acaso por falta de sonda mental,
+no he sondeado el abismo que los separa de nuestros infortunados
+corifeos políticos, abismo en cuyas por mí inexplicadas honduras han de
+residir la agudeza, el tino y la sabiduría que hacen que todo les salga
+bien, mientras que todo por aquí nos sale mal por carecer de esas
+prendas.
+
+Me induce á sospechar cuanto dejo expuesto que no siempre la postración
+ó el encumbramiento de las naciones depende del valor del conjunto de
+sus ciudadanos y del mérito extraordinario de los hombres que las
+dirigen. Por mucho entran el valor y el mérito; pero hay otro factor
+importante, y es la fortuna. Bien sé que no hay fortuna para Dios: todo
+está previsto y ordenado por Él; mas para los hombres, ¿cómo negar que
+hay fortuna? ¿Quién prevé todos los casos adversos y prósperos? Y aunque
+se prevean, aunque se señale en un cuadro del porvenir el curso que han
+de llevar los sucesos, ¿depende por completo de la voluntad humana el
+variar ese curso? Imaginemos el político más maravillosamente previsor,
+y todavía podrá ser como el astrónomo que anuncia la aparición de un
+cometa y no le detiene, que anuncia un eclipse y no le evita; ó como el
+médico que pronostica los estragos de una tisis galopante y la próxima
+muerte del enfermo y no sabe curarle.
+
+Yo doy, pues, por seguro que así en el encumbramiento y prosperidad de
+los pueblos como en su decadencia y ruina, si entra por algo el mérito y
+el valer, entra por algo ó por mucho también lo que llama acaso la gente
+irreflexiva, lo que atribuye la gente piadosa á la voluntad del Altísimo
+ó lo que ciertos impíos y sutiles metafísicos sostienen que depende del
+orden inalterable en que los casos se suceden ó del encadenamiento y
+evolución de la idea en la historia humana.
+
+Como quiera que ello sea, hay venturas y desventuras, triunfos y
+reveses, hundimientos y exaltaciones que no provienen del mérito de los
+individuos ó de los pueblos, sino que están por cima de las voluntades y
+de los entendimientos humanos.
+
+Y afirmándolo así, yo me pregunto: ¿qué es lo que conviene más, entender
+que las causas de nuestros males no son sólo por nuestra culpa ó
+entender que estamos mal porque somos incapaces y porque no valemos lo
+que nuestros padres ó lo que nuestros abuelos valían? Lo que es yo,
+desde luego me inclino á que es más útil entender lo primero. En ninguno
+de los dos casos, yo, como optimista, veo el mal sin remedio. Una
+nación, lo mismo que un individuo, aunque esté decaída y degradada,
+puede corregirse, hacer penitencia, sufrir la dura disciplina del
+infortunio, regenerarse al cabo y volver á ser grande; pero esta
+transformación dichosa será muy lenta y tardía. Habrá que cambiar para
+ello el ser de todos los ciudadanos y el de la República; pero, si el
+mal proviene de las circunstancias, las circunstancias pueden cambiar
+porque Dios ó el destino quiere que cambien, y la transformación
+entonces será rápida é inesperada. Para mí, por ejemplo, es evidente que
+los españoles de los últimos años del reinado de Enrique IV de Castilla
+no eran peores, tal vez eran los mismos los que tenían disuelto y
+estragado todo el país, que los que en tiempos de los Reyes Católicos
+conquistaron el reino de Granada, descubrieron un Nuevo Mundo, arrojaron
+de Italia á los franceses y lograron dar á su patria el primado ó la
+hegemonía entre todas las naciones de Europa.
+
+Lo importante, pues, es que no perdamos la confianza y el aprecio de
+nosotros mismos. Bueno es renegar y rabiar y acusarnos unos á otros de
+incapaces, probando así que no estamos resignados ni echados en el
+surco; pero mejor es no creer que la incapacidad y el rebajamiento son
+generales y única causa de nuestra ruina. Si creyésemos esto estaría
+perdido todo; pero si creemos, como yo creo y quiero creer, que los
+españoles de ahora están forjados del mismo metal y tienen el mismo
+temple de que fueron forjados y que tuvieron el Cid, el Gran Capitán, el
+duque de Alba, Cortés y Pizarro, no hay nada perdido.
+
+Y como para mí es evidente que nuestros poetas, artistas, oradores y
+escritores del día no desmerecen de los que tuvimos en otras edades ni
+tampoco están por bajo del nivel de los que florecen hoy en las otras
+naciones del mundo; y como para mí también es evidente, diga lo que diga
+el Sr. Froude, que, á pesar de tantas revoluciones estériles, la tierra
+de España no está más seca ni desolada que en tiempo de los Reyes
+Católicos ó del emperador Carlos V; doy por seguro que ni los políticos
+ni los adalides dichosos han de faltarnos, y que si no perdemos la
+confianza y la esperanza, ha de pasar pronto la mala hora y ha de sernos
+al cabo propicia la fortuna, con tal de que no la neguemos echándonos
+toda la culpa, y con tal de que no se lo atribuyamos todo para
+disculparnos ó para cruzarnos de brazos.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+FE EN LA PATRIA
+
+
+Mi padre y multitud de parientes mios por todos los cuatro costados han
+servido desde muy antiguo en la Marina española. Renegaría yo de mi
+casta si denigrase á los marinos. Pero con todo eso declaro que me
+sublevan y enojan los que pretenden poner á los marinos y á los
+militares de tierra por cima de toda censura de los paisanos, fundándose
+en que ignoramos sus artes. Razón tuvo Apeles de desdeñar el juicio del
+menestral, diciéndole: _zapatero á tus zapatos_; pero el zapatero no
+podía en cambio recusar á Apeles como juez de su calzado, ya que Apeles,
+si no sabía hacerle, tenía que pagarle, gastarle y andar con él
+cómodamente. Quiero decir con esto que, en todo caso, el artista y el
+poeta podrían rebelarse contra la censura. Con no mirar sus cuadros ó
+con no oir ó leer sus versos se remedia todo el mal que causan. No
+sucede lo mismo con aquellas profesiones de las que depende la grandeza
+ó la ruina de los Estados, la vida de muchos hombres y la hacienda de
+todos, desde el gran capitalista, al que tiene que vivir de un salario
+mezquino.
+
+De aquí que la censura que cae sobre el militar y el marino sea lícita,
+natural é inevitable. Y como á veces estimula, hasta conviene, si no es
+muy disparatada, dura y descompuesta. Arquímedes sabía mucho y era muy
+ingenioso. Si le hubiesen dado palanca y punto de apoyo hubiera movido
+al mundo. Y sin embargo, si cuando inventaba mil artificios pasmosos
+para defender á Siracusa se hubieran burlado de él los periodistas de
+entonces, diciéndole mil cuchufletas y poniéndole en caricatura, aquel
+varón tan sabio se hubiera atolondrado, se hubiera hecho un lío y no
+hubiera dado pie con bola dudando él mismo del resultado de su ciencia;
+resultado que, por virtud de previas disposiciones y á pesar de temores
+y dudas, hubiera al fin naturalmente sobrevenido. Así, el fruto del
+árbol que se cultiva con esmero, cuando llega á su madurez y no le coge
+la tímida diestra del hortelano, cae en la tierra por virtud de su
+propio peso. Así también se puede explicar que el crucero _Princesa de
+Asturias_ se botase al agua no bien la ocasión fué propicia. Si no
+hubiese estado bien construído ó bien puesto sobre la grada ó sobre lo
+que conviene que se ponga, de fijo que no se hubiera lanzado al mar, tan
+gallarda y primorosamente.
+
+Las comparaciones para ser exactas y luminosas, han de entenderse bien.
+Racionalmente considerado el asunto, la flauta no sonó por casualidad.
+Si no hubiera estado hábilmente hecha no hubieran logrado hacerla sonar
+los resoplidos más poderosos.
+
+La verdad es que por lo que más pecamos ahora los españoles todos, es
+por el menosprecio de nosotros mismos, por una humildad que nos deprime,
+y por una exagerada admiración de lo extranjero. Nos parecemos al que
+oyó decir á un inglés que en cierto salón algo obscuro de la Alhambra
+convendría que hubiese una claraboya; y para imitar al inglés, pidió
+también una claraboya para el palacio de Carlos V, que nunca tuvo techo.
+O bien nos parecemos á aquel caballero de Nápoles que sostenía que si la
+Gruta _azul_ estuviese en Francia le habrían abierto grandísima entrada,
+sin pensar que con mayor abertura hubiera desaparecido todo el
+maravilloso encanto de la gruta, casi únicamente iluminada por los rayos
+del sol que surgen refractados del seno azul del mar diáfano.
+
+Mucho depende de la aptitud de los hombres; pero mucho depende también
+de la buena ó mala ventura. No atribuyamos todo lo próspero á la
+habilidad. En las victorias de Alejandro y de César la ventura hubo de
+entrar por algo. Suponer que entró por todo sería ruín envidia. De ella
+pudiéramos acusar á Felipe II, si dijo como se cuenta al saber la
+victoria de Lepanto, _mucho ha aventurado D. Juan_: pero la magnanimidad
+del mismo monarca se manifiesta cuando atribuye á los elementos
+desencadenados, y no al poder de sus enemigos ni á la torpeza de sus
+generales, la pérdida de la Armada invencible. Los cartagineses solían
+maltratar y hasta crucificar á sus generales cuando no vencían.
+Preferible es el aliento generoso del Senado de Roma que da gracias al
+Cónsul Varrón por que después de Cannas no desespera de la salud de la
+patria.
+
+Menester es tener confianza en nosotros mismos. Entonces vencerán en
+tierra los militares y en el mar harán maravillas nuestros marinos. De
+su arrojo siempre han dado y siguen dando pruebas, y no sería justo
+creer que por el entendimiento y la inspiración estén por bajo de los
+hombres de otros países. Creer esto equivaldría á creer que en nuestro
+país ha degenerado la especie humana, porque no ha de suponerse que
+tengan los uniformes la deplorable virtud de entorpecer y de incapacitar
+á quienes los visten.
+
+Tengamos confianza y el cielo nos será propicio. Sin los rezos de Moisés
+y sin los milagros que por su intercesión hizo Dios, Josué no hubiera
+vencido; la profetisa Débora no hubiera entonado su himno triunfal, si
+las inteligencias que mueven los astros no hubieran bajado á combatir en
+favor de su pueblo; en mil batallas han tomado parte los dioses del
+Olimpo para favorecer á los hijos de Grecia; y los Dióscuros abandonando
+el refulgente alcázar que tienen en el cielo, y donde hospedan al sol en
+los más hermosos días de cada año, han peleado en solemnes ocasiones por
+la grandeza de Roma. Todo ello entendido á la letra, podrá ser ilusión ó
+sueño vano; pero, como figura, expresa enérgicamente la virtud
+taumatúrgica de la fe que tienen los hombres en el genio superior y en
+los altos destinos del pueblo á que pertenecen: fe dominadora de los
+númenes, que los evoca, los atrae y se los gana para aliados y para
+amigos. Así nosotros, en mejores días, cuando tuvimos mayor fe en lo que
+valemos, trajimos del cielo á Santiago y, montado en un caballo blanco,
+le hicimos matar moros é indios, cosa harto ajena de su profesión y
+ejercicio durante su vida mortal.
+
+Si nos obstinamos y persistimos en nuestra humildad, en recelar que
+hemos degenerado y que no somos ya lo que fuimos, ni Santiago ni nadie
+acudirá á socorrernos y jamás conseguiremos la victoria. Desde que Tubal
+vino á España, desde que en España reinaron los Geriones hasta el día de
+hoy, no hemos tenido un general que haya reunido bajo su mando 200.000
+combatientes. Y todavía en nuestro siglo, á pesar de tanta prosperidad,
+industria y riqueza no ha habido nación alguna, por rica y grande que
+sea, que envíe por mar á regiones remotas ejército tan numeroso como el
+que hemos enviado á Cuba. Pero si nos empeñamos en creer punto menos que
+invencibles á los mulatos y negros insurrectos y en que se acabó ya la
+sustancia de que en España se forjaron en otras edades los ilustres
+guerreros, ni el Gran Capitán que resucitase y fuese por allí atinaría
+con una inspiración dichosa, ni haría algo de provecho, mientras que con
+fe tal vez bastaría un clérigo como el licenciado Pedro Lagasca, ya que
+no se puede suponer que ni Maceo ni Máximo Gómez valgan más que Gonzalo
+Pizarro.
+
+De estas incoherentes cavilaciones infiero yo que si nuestro triunfo se
+retardase demasiado, así en el mar del Sur como en el golfo de Méjico,
+culpa sería de nuestra falta de fe, que seguiría enajenándonos la
+protección del cielo: pero que si como es de esperar vencemos pronto,
+sin duda que al cielo, ó á la suerte para el que no crea en su influjo,
+deberemos el triunfo en primer lugar; pero también le deberemos al valor
+de nuestro ejército de mar y tierra y á la habilidad é inspiración de
+sus jefes. Y aunque esto último, aunque la habilidad y la inspiración se
+negasen, siempre quedarían como factores de la victoria, sobre el valor
+de soldados y marinos, el sufrimiento y la constancia de la nación, que
+al enviarlos sacrifica heróicamente y murmurando harto poco su sangre y
+su dinero.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LA PAZ DESEADA
+
+
+Grandísimo mi deseo de complacer á mi amigo D. Miguel Moya, escribiendo
+algo sobre la Nochebuena y la guerra de Cuba para un número
+extraordinario de _El Liberal_; pero mientras más cavilo, menos cosas se
+me ocurren. Sólo acuden á mi memoria y pronuncian mis labios las
+hermosas palabras que en boca de los ángeles oyeron los pastores:
+_Gloria á Dios en las alturas y paz en la tierra á los hombres de buena
+voluntad_. Paz anhelamos todos, y ahora que la Nochebuena se aproxima,
+debemos repetir la exclamación angélica, pidiendo paz al cielo. Y no
+sólo porque con la guerra exponemos á las enfermedades y á la muerte á
+lo más lozano de la juventud española y nos exponemos nosotros á la
+miseria, sino también porque con la duración de la guerra, á par de la
+vida de muchos de nuestros hermanos, y á par del dinero y hasta de la
+esperanza de ganarle que vamos perdiendo, es de recelar que perdamos
+también la paciencia, el juicio y el corto ingenio que Dios haya tenido
+la bondad de darnos.
+
+Aun prescindiendo de todos los enormes males que la guerra trae consigo,
+sólo porque no se volviese á hablar de tan trillado, sobado y fastidioso
+asunto, debiéramos rezar para impetrar del Altísimo que la guerra
+terminase, aunque fuera por virtud de un milagro, como el de la botadura
+del _Princesa de Asturias_.
+
+En suma; yo no sé ya qué decir sobre la guerra, y lo que es sobre la
+Nochebuena, con decir _gloria á Dios en las alturas y paz en la tierra á
+los hombres de buena voluntad_, está dicho todo. Pero esto no es cuento,
+ni artículo, ni composición poética inédita, y por consiguiente, si no
+digo más, me quedaré con el disgusto de no complacer al Sr. D. Miguel
+Moya.
+
+Sólo veo un medio de salir de mi apuro: referir aquí con brevedad y
+tino, si soy capaz de tanto, la discusión que acaban de tener en mi casa
+dos señores que han venido á visitarme, y por dicha se han hallado
+juntos en ella. Es el uno, D. Valentín León y Bravo, capitán de
+caballería retirado, y el otro, el hábil diplomático D. Prudencio
+Medrano y Cordero, retirado también, ó dígase jubilado. Ambos desean la
+paz con el mismo fervor que yo; pero la buscan por muy diverso camino.
+Suponen cada uno de ellos que, si se hubiera seguido el que él traza, ya
+gozaríamos de la paz en esta Nochebuena, y así nosotros en la Península,
+como nuestro valiente ejército en Cuba, la celebraríamos
+regocijadamente, después de haber oído la Misa del Gallo, con
+suculentas cenas, en que consumiríamos multitud de pavos, que desde su
+patria de origen, y no menor, multitud de jamones, que desde Chicago y
+desde otros lugares de la Unión, donde abundan los cerdos, nos enviarían
+de presente Cullon, Morgan, Sherman y algunos senadores más.
+
+Baste de introducción y empiece el diálogo. El arrogante D. Valentín
+habló primero y dijo:
+
+--Vamos, hombre; confiese usted que no hemos debido sufrir tantas
+ofensas y amenazas de intervenir con las armas en nuestras discordias
+civiles; jactanciosa seguridad de acogotarnos en un dos por tres,
+derrotando nuestro ejército y echando á pique nuestra flota; y envío
+incesante de aplausos á los insurrectos, de insultos feroces á los
+leales, y de armas, municiones, dinero, víveres y toda clase de auxilios
+á los que devastan, incendian, saquean y destruyen la riqueza de Cuba,
+para pedirnos luego indemnización por los mismos estragos y ruinas, que
+sin el favor de los _yankees_ jamás se hubieran causado. Crea usted, que
+lo que hubiera convenido y lo que todo esto hubiera merecido, es que
+nosotros hubiéramos imitado á Agatocles.
+
+--¿Y quién fué ese caballero?--preguntó don Prudencio.
+
+--Pues Agatocles--contestó D. Valentín--fué un célebre tirano de
+Siracusa, con quien se condujeron los cartagineses sobre poco más ó
+menos, como los _yankees_ con nosotros. Pero Agatocles se hartó de
+sufrirlos, embarcó 5.000 soldados en unas cuantas naves, cruzó el mar
+con ellos burlando la vigilancia de la poderosa escuadra enemiga, y
+desembarcó en el territorio de la gran República: para verse obligado á
+vencer ó á morir, destruyó los barcos en que había venido, como hicieron
+más tarde el renegado cordobés Abu Hafaz en Creta, los catalanes en
+Galípoli y Hernán Cortés en México; entró á saco en muchas ciudades
+púnicas, y aun estuvo á punto de apoderarse de la capital. ¿Por qué no
+habíamos de haber nosotros declarado la guerra á los _yankees_, pasado
+en un periquete con más de 100.000 combatientes desde Cuba á la tierra
+de ellos y quizás llegado hasta el Capitolio de Washington, arrojando de
+allí á culatazos á los senadores y yendo luego, por la _avenida_ de
+Pensylvania, hasta donde está el Palacio del Tesoro todo lleno de dinero
+y apuntalado para que no se hunda, aliviarle de aquel peso, y plantarnos
+por último en la Casa Blanca, que está á tres pasos de allí, y hacer á
+Cleveland cautivo?
+
+--Todo eso--replicó D. Prudencio--me parecería muy bien si para dejarme
+frío no acudiese á mi mente esta frase proverbial: tú que no puedes,
+llévame á cuestas. No bastan doscientos mil soldados para acorralar y
+domar á los mulatos y negros cimarrones, y sueña usted con que basten
+cien mil para llegar al Capitolio de la Gran República. Créame usted: lo
+digo con gran dolor, pero es menester decirlo; _consumatun est_.
+Menester es que nos resignemos y nos achiquemos. Cuba no nos ha
+producido nunca una peseta. Cada una de las que ha podido traerse de
+allí algún empleado poco limpio, nos ha costado mil pesetas al conjunto
+de los demás peninsulares y nos cuesta además y nos costará muchas
+lágrimas. ¿Qué mejor venganza podemos tomar de los cubanos rebeldes que
+concederles la libertad por que combaten? Una vez Cuba libre, Cuba se
+volvería _merienda de negros_.
+
+--Pues para que no se vuelva _merienda de negros_ debemos seguir
+combatiendo en la Grande Antilla--dijo entonces D. Valentín.--Los
+cubanos, ni con mucho, son todos rebeldes, y tenemos el deber de
+defenderlos de los foragidos y de salvarlos de la rapacidad y de la
+insolencia tiránica de los aventureros que quieren apoderarse de la
+isla. Contra estos aventureros y aun contra todo el poder de los
+_yankees_ que los protegen debemos luchar, ya que es inevitable la
+lucha.
+
+--Confieso--dijo entonces D. Prudencio--que me hace bastante fuerza eso
+de que no debemos abandonar á los cubanos fieles y pacíficos. Por eso
+vacilo yo. Si no fuera por eso no vacilaría en afirmar que para que
+hubiésemos tenido paz en la Nochebuena, que se acerca á grandes pasos,
+hubiéramos debido, en vez de imitar las locuras del Sr. Agatocles, hacer
+lo que yo me sé.
+
+--¿Y qué es lo que usted se sabe? ¿Acaso plantear las reformas ya
+votadas, concederlas mayores aún y hasta llegar á la autonomía para que
+depusiesen las armas los insurrectos? ¿No vé usted que ellos achacarían
+á debilidad actos tan generosos, se ensoberbecerían más, pedirían
+independencia ó muerte, y antes que darse á nosotros se darían al
+diablo?
+
+--Pues dáos al diablo, les diría yo--contestó D. Prudencio.--Lo que es
+por mí ya serían independientes con una condición: con la condición de
+que cargasen con el pago de la deuda de Cuba. Aunque se elevase á
+cuatrocientos millones de pesos fuertes, todavía sería muchísimo menos
+de lo que Cuba nos ha costado en los cuatrocientos años que la hemos
+poseído, sin duda por nuestra desgracia, pero también por nuestra
+gloria, como monumento y espléndido recuerdo del hecho más brillante y
+transcendental de nuestra historia y aun de la historia de todo el
+linaje humano.
+
+--También digo yo--exclamó D. Valentín--lo mismo que decía usted hace
+poco cuando me oyó hablar de la imitación de Agatocles: _todo eso me
+parecería muy bien si para dejarme frío no acudiese á mi mente esta
+frase proverbial: tú que no puedes, llévame á cuestas_. ¿Cómo quiere
+usted que paguen nada los cubanos libres? Lo menos durante dos siglos,
+sobrevendría allí con la libertad la más estupenda anarquía. Aquello
+sería el Puerto de Arrebatacapas.
+
+La isla libre no valdría por lo pronto ni produciría un ochavo. Mal
+andamos nosotros de dinero, pero todavía los acreedores se fiarían más
+de nosotros. Yo doy por cierto que si Cuba se comprometiese á pagar, los
+acreedores no aceptarían la sustitución y exigirían que España les
+pagase.
+
+--Eso tiene remedio--dijo D. Prudencio.--Mal hemos hecho con no haber
+contraído alianza ninguna, con estar aislados y sin apoyo entre las
+grandes potencias europeas; pero esto no mitiga la acusación de egoísmo
+y hasta de imprevisora flaqueza que podemos lanzar contra ellas,
+viéndolas inertes y tranquilas sufrir que los Estados Unidos, sin razón
+y sin derecho, nos traten como nos tratan, fiados en su poder y en su
+riqueza é imaginándonos débiles, pobres y solos. Como quiera que sea,
+repito que el mal tiene remedio. Yo se le daría con mi grande habilidad
+diplomática, si no estuviese ya jubilado: conseguiría que los Estados
+Unidos, tan filantrópicos y tan fervorosos amantes de la libertad de
+Cuba, garantizasen el pago de su deuda, y aun la pagasen, mientras Cuba
+no pudiese pagarla. Hasta sería esto poderoso estímulo para que ellos
+procurasen y aun lograsen la prosperidad de Cuba, con la cual crecería
+la fama póstuma de Antonio Maceo hasta la altura de la de Jorge
+Washington y de la de Simón Bolívar. Todo depende del éxito final del
+nuevo Estado que se funda.
+
+Cuando se cansaron de hablar mis dos visitantes, me preguntaron mi
+parecer. Yo, con todas las perífrases cultas que me inspiró la cortesía,
+les dí á entender que los pareceres de ellos se me antojaban igualmente
+disparatados y que era menester buscar un término medio.
+
+--¿Y quién le busca?--dijeron ambos.
+
+--Todos--contesté yo--pero nadie le ha encontrado todavía. Esperemos que
+Dios, con su infinita bondad y misericordia, suscite pronto en Cuba un
+caudillo, sea quien sea, que logre estar no menos acertado como general
+en jefe, que Cirujeda como comandante, y todo terminará pronto y bien,
+sin imitar á Agatocles, y sin imitar tampoco al cura de Gavia. Cuando
+veamos aparecer este caudillo, no habrá viejo en toda España que no haga
+el papel de Simeón y que no le remede diciendo: _Nunc dimittis servum
+tuum Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei
+salutare tuum_: pero ni los viejos podremos hacer el papel de Simeones
+en la próxima Nochebuena, ni los mozos podrán gozar de la paz deseada.
+Contentémonos con la esperanza de tener esta paz en la Nochebuena de
+1897.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LA MEDIACIÓN DE LOS ESTADOS UNIDOS
+
+
+Voy á decir mi humilde parecer sobre el importante asunto de que _El
+Liberal_ trata hoy, y voy á decirle con sinceridad, con llaneza y hasta
+con cierto candor, que la generalidad de las gentes considerará poco
+diplomático: pero mi diplomacia pasó ya, y agua pasada no mueve molino.
+
+Cuba, en mi sentir, nada nos ha valido en los cuatrocientos años que
+hace desde que nos apoderamos de ella. Las riquezas que algunos
+españoles traen ó pueden traer desde allí á nuestra Península, no
+aumentan más nuestro caudal que las alhajas y juguetes que hallan en un
+balcón los niños aumentan el caudal del honrado padre de familia que los
+puso allí de antemano el día de Reyes para que sus niños los tomen, ó
+que las liebres y perdices, que caza alguien en un coto, aumentan el
+caudal del propietario del coto, que para llevar y sustentar allí dichas
+liebres y dichas perdices, ha gastado mil y mil veces más de lo que
+ellas valen.
+
+Económicamente, pues, nada nos vale nuestro dominio en Cuba.
+
+¿Es cuestión de honra conservarla? Frase es ésta llena de pompa y de
+peligro, que sería mejor no emplear.
+
+Claro está que nos convendría y nos agradaría que el Dios Término de
+España no hubiera retrocedido y no retrocediese nunca. Pero si las leyes
+providenciales ó fatales, por cuya virtud se ordenan los acontecimientos
+humanos, hacen que el Dios Término retroceda, no por eso España ha de
+creer menoscabada su honra. Antes pudiera salir del mal el bien, y
+acrecentarse la honra de España, si, por ejemplo, las dieciséis ó
+diecisiete Repúblicas que han nacido de su seno, llegasen á estar
+florecientes y poderosas.
+
+¿Es cuestión de integridad de nuestro territorio? También sobre esto hay
+mucho que decir y no poco que distinguir. Harto menguada estaría ya
+dicha integridad, si la hubieran constituído lo mejor del continente
+americano, la Sicilia, la Cerdeña, el Portugal con todas sus posesiones,
+y tantos otros Estados, provincias y países como nos han pertenecido y
+ya no nos pertenecen.
+
+Infiero yo de aquí que nuestro dominio en Cuba no es cuestión de
+utilidad, ni de honra, ni de integridad de la Patria.
+
+¿Pero significa esto que sea poco importante la conservación de Cuba?
+Tan lejos estoy de pensarlo, que creo dicha conservación
+importantísima. El que la conservemos es para nosotros cuestión de
+categoría, de elevación, de rango entre las naciones de Europa. Es
+también cuestión de decoro nobiliario. Cuba, dominada por España, parece
+como título, custodiado en nuestro poder, de que descubrimos y
+civilizamos el Nuevo Mundo.
+
+Por esto, todo buen español debe considerar como gran desventura la
+pérdida para nosotros de aquella hermosa isla. Por esto, con general
+aplauso y excitación de toda España, han ido á Cuba 200.000 soldados.
+Por esto la nación se desprende de sus bienes, gasta su dinero, se
+empeña, y arrostra con resignación valerosa la pobreza, á fin de
+mantener en Cuba á esos soldados, y por medio de ellos su indiscutible
+soberanía.
+
+Por desgracia, los que contra ella se rebelan, lejos de dar la cara,
+huyen y se esconden, prolongando así indefinidamente la guerra, los
+gastos y los sacrificios, y haciendo morir, mil veces más que en los
+combates, por las enfermedades, la flor de nuestra juventud generosa.
+
+Yo no discuto aquí si es ó no posible, á menos de un milagro, de una
+ventura casual ó de una inspiración dichosa, acorralar á los rebeldes,
+vencerlos y darles pronto el merecido castigo. Tal vez sea esto
+dificilísimo.
+
+Sabido es lo mucho que dura este linaje de guerras. Catorce años duró la
+de Viriato. Y sin buscar ejemplo tan ilustre, el rey absoluto de España
+tuvo que tratar de potencia á potencia con el Tempranillo, con los
+Botijas y con otros bandoleros, porque no pudo vencerlos con las armas.
+
+Como quiera que sea, la situación en Cuba del general en jefe es harto
+penosa. El pueblo que permanece allí fiel á la Madre Patria y el
+Ejército que le obedece, bien pueden proclamarle _mejor que Trajano_,
+pero no _más feliz que Augusto_. Bien pueden, para realzar su crédito y
+levantar su autoridad, reunirse en Junta y colmarle de vítores y
+aplausos; pero tan entusiasta patriotismo recordará involuntariamente el
+del Senado romano cuando, después de la batalla de Cannas, dió
+fervorosas gracias al cónsul Varrón porque no había desesperado de la
+salud de la patria.
+
+Yo no quiero desesperar, ni desespero tampoco. La paz, sin embargo, me
+parece en extremo deseable, y la acción diplomática conveniente, ya que
+á pesar del indiscutible valor y del pasmoso sufrimiento de nuestros
+soldados, no bastan las armas.
+
+¿Cómo _debe_ ser, ó cómo _puede_ ser esta acción diplomática, dado que
+la haya? Una cosa es el _debe_ y otra el _puede_. Aristóteles pone muy
+bien en claro la diferencia. Por ella, dice aquel sabio, es la poesía
+mil veces más filosófica que la historia. La historia expone lo que es y
+la poesía expone lo que debe ser. Hagamos poesía por un momento.
+Hablemos de lo que debiera ser y no es, por desgracia.
+
+La nación de los Estados Unidos, tal vez á pesar de su gobierno, que no
+puede evitarlo, mantiene la insurrección en Cuba. Sin el favor y
+auxilio que le dá, sin las armas, dinero, hombres y fuerza moral que le
+suministra, es evidente para todo el mundo que la insurrección estaría
+ya sofocada; que hubiera sido mil veces menos fuerte; que tal vez no
+hubiera ocurrido. El proceder, pues, contra nosotros de la nación
+anglo-americana (aunque disculpemos á su gobierno) es el más odioso
+abuso de fuerza que imaginarse puede. Una protesta enérgica contra él
+por parte de España sería sublime delirio. España está lejos de Cuba y
+la Unión está cerca, y España es cuatro veces menos populosa que la
+Unión y cien veces menos rica. Algo, no obstante, podría perder la gran
+República, si entre ella y España sobreviniese un conflicto bélico. La
+justicia está de nuestro lado, y
+
+ _l' antico valore_
+ _Negl' ispanici cor non é ancor morto._
+
+Vamos ahora á declarar aquí lo que _debiera_ ser, aunque no tengo la
+menor esperanza de que sea, para evitar el abominable abuso de fuerza de
+que hablo ó el conflicto que presupongo, si perdida nuestra paciencia,
+superior á la de Job, nuestro ánimo no desfallece.
+
+La acción diplomática debieran ejercerla las grandes potencias de
+Europa, y singularmente las que tienen posesiones en América, á fin de
+que el gobierno anglo-americano emplee medios suficientes para evitar
+que su pueblo fomente la insurrección en Cuba, faltando á la justicia, á
+la verdadera civilización y al Derecho de gentes. La insurrección
+terminaría en seguida si esto se lograse. Pero esto es poesía: es lo que
+debe ser, pero no lo que será. Las grandes potencias de Europa seguirán
+dejando á España en completo abandono.
+
+¿Qué recurso nos queda, sin acudir al más arrogante y peligroso de los
+extremos? Pues el recurso que nos queda es disimular los insultos
+agravios y aceptar los buenos oficios del gobierno de los Estados
+Unidos, si dicho gobierno los ofrece.
+
+Rara y muy poco airosa sería para nosotros esta mediación; pero es tan
+grande nuestro deseo de paz, que hasta cierto punto nos conviene pasar
+por todo.
+
+Explicaré ahora la limitación que vá contenida en la frase _hasta cierto
+punto_. Para mí, la limitación no puede ser más clara. Si el gobierno de
+los Estados Unidos mediase y lograse que depusiesen las armas los
+insurrectos y se pacificase la isla, esto había de ser sin exigirnos la
+menor promesa de reformas interiores, de cambios en la gobernación de la
+isla, de nada que modificase allí las relaciones entre gobernantes y
+gobernados, y de cuyo cumplimiento quedase implícitamente como garante
+el gobierno de los Estados Unidos. Esto equivaldría á despojarnos
+vergonzosamente de la soberanía de la isla ó á conservar en ella una
+soberanía desmedrada y dependiente de la gran República, á cuya
+fiscalización constante estaríamos sometidos, y á quien acudiría siempre
+en queja cualquier cubano díscolo que se creyese lastimado ó que
+supusiese que no se le cumplía lo prometido. Sin duda, se me dirá: ¿qué
+provecho, qué ventaja sacará el gobierno de los Estados Unidos, de
+mediar para que los rebeldes se rindan á discreción y sin que España les
+prometa nada? A tal pregunta respondería yo:
+
+Si alguien cree ó espera todavía en España, que podemos tener en Cuba un
+millón y seiscientos mil conciudadanos para que compren productos de la
+Península á mucho más elevado precio que pueden comprar productos
+semejantes importados de otros países, menester es, en mi opinión, que
+renieguen de tal creencia y que desistan de tal esperanza. Y no supone
+lo dicho la anulación del comercio entre Cuba y España. El del Brasil,
+por ejemplo, con el reino de Portugal, es ahora mil y mil veces más
+activo y fructífero para los portugueses que cuando el Brasil era
+colonia.
+
+Con facilidad se comprenderá ya lo que, sin desdoro nuestro y sin mengua
+de nuestra soberanía, pudiéramos dar á los Estados Unidos, si, por
+mediación de su gobierno, Cuba se pacificase. En virtud de un Tratado
+pudiéramos darles la más amplia libertad de comercio en aquella porción
+de nuestro territorio. El galardón sería espléndido y Cuba también
+aumentaría pasmosamente su riqueza, si pudiese comprar más baratos la
+harina y otros alimentos, é importar en la Gran República sus azúcares,
+su café y su tabaco, libres ó casi libres de derechos.
+
+En cuanto á las libertades políticas y administrativas, ya las concederá
+España generosamente, sin que nadie le imponga de antemano la obligación
+de concederlas.
+
+Sólo de esta suerte aceptaría yo la acción diplomática ó digase la
+mediación de los Estados Unidos.
+
+
+
+
+ÍNDICE
+
+
+Prólogo v
+
+Disonancias y armonías de la moral y de la
+estética 1
+
+Colección de manuscritos y otras antigüedades
+de Egipto pertenecientes al archiduque
+Raniero 31
+
+De los autores portugueses que escribieron
+castellano 57
+
+Los jesuítas de puertas adentro, ó un barrido
+hacia fuera en la Compañía de Jesús 71
+
+Sobre dos tremendas acusaciones contra España,
+del anglo-americano Draper 103
+
+Los Estados Unidos contra España 149
+
+Quejas de los rebeldes de Cuba 175
+
+Las alianzas 197
+
+Teatro libre 211
+
+Fines del arte fuera del arte 243
+
+El maestro de Palmira 253
+
+Las rarezas del _Fausto_ 265
+
+La moral en el arte 275
+
+El regionalismo filológico en Galicia 285
+
+La obra póstuma de Juan Montalvo 295
+
+El país de la castañeta 303
+
+Sobre la antología de poetas líricos castellanos,
+de D. Marcelino Menéndez y Pelayo 313
+
+Mérito y fortuna 323
+
+Fe en la patria 333
+
+La paz deseada 339
+
+La mediación de los Estados Unidos 347
+
+
+
+
+
+
+
+End of the Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera
+
+*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA ***
+
+***** This file should be named 35882-0.txt or 35882-0.zip *****
+This and all associated files of various formats will be found in:
+ http://www.gutenberg.org/3/5/8/8/35882/
+
+Produced by Chuck Greif and the Online Distributed
+Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net)
+
+
+Updated editions will replace the previous one--the old editions
+will be renamed.
+
+Creating the works from public domain print editions means that no
+one owns a United States copyright in these works, so the Foundation
+(and you!) can copy and distribute it in the United States without
+permission and without paying copyright royalties. Special rules,
+set forth in the General Terms of Use part of this license, apply to
+copying and distributing Project Gutenberg-tm electronic works to
+protect the PROJECT GUTENBERG-tm concept and trademark. Project
+Gutenberg is a registered trademark, and may not be used if you
+charge for the eBooks, unless you receive specific permission. If you
+do not charge anything for copies of this eBook, complying with the
+rules is very easy. You may use this eBook for nearly any purpose
+such as creation of derivative works, reports, performances and
+research. They may be modified and printed and given away--you may do
+practically ANYTHING with public domain eBooks. Redistribution is
+subject to the trademark license, especially commercial
+redistribution.
+
+
+
+*** START: FULL LICENSE ***
+
+THE FULL PROJECT GUTENBERG LICENSE
+PLEASE READ THIS BEFORE YOU DISTRIBUTE OR USE THIS WORK
+
+To protect the Project Gutenberg-tm mission of promoting the free
+distribution of electronic works, by using or distributing this work
+(or any other work associated in any way with the phrase "Project
+Gutenberg"), you agree to comply with all the terms of the Full Project
+Gutenberg-tm License (available with this file or online at
+http://gutenberg.org/license).
+
+
+Section 1. General Terms of Use and Redistributing Project Gutenberg-tm
+electronic works
+
+1.A. By reading or using any part of this Project Gutenberg-tm
+electronic work, you indicate that you have read, understand, agree to
+and accept all the terms of this license and intellectual property
+(trademark/copyright) agreement. If you do not agree to abide by all
+the terms of this agreement, you must cease using and return or destroy
+all copies of Project Gutenberg-tm electronic works in your possession.
+If you paid a fee for obtaining a copy of or access to a Project
+Gutenberg-tm electronic work and you do not agree to be bound by the
+terms of this agreement, you may obtain a refund from the person or
+entity to whom you paid the fee as set forth in paragraph 1.E.8.
+
+1.B. "Project Gutenberg" is a registered trademark. It may only be
+used on or associated in any way with an electronic work by people who
+agree to be bound by the terms of this agreement. There are a few
+things that you can do with most Project Gutenberg-tm electronic works
+even without complying with the full terms of this agreement. See
+paragraph 1.C below. There are a lot of things you can do with Project
+Gutenberg-tm electronic works if you follow the terms of this agreement
+and help preserve free future access to Project Gutenberg-tm electronic
+works. See paragraph 1.E below.
+
+1.C. The Project Gutenberg Literary Archive Foundation ("the Foundation"
+or PGLAF), owns a compilation copyright in the collection of Project
+Gutenberg-tm electronic works. Nearly all the individual works in the
+collection are in the public domain in the United States. If an
+individual work is in the public domain in the United States and you are
+located in the United States, we do not claim a right to prevent you from
+copying, distributing, performing, displaying or creating derivative
+works based on the work as long as all references to Project Gutenberg
+are removed. Of course, we hope that you will support the Project
+Gutenberg-tm mission of promoting free access to electronic works by
+freely sharing Project Gutenberg-tm works in compliance with the terms of
+this agreement for keeping the Project Gutenberg-tm name associated with
+the work. You can easily comply with the terms of this agreement by
+keeping this work in the same format with its attached full Project
+Gutenberg-tm License when you share it without charge with others.
+
+1.D. The copyright laws of the place where you are located also govern
+what you can do with this work. Copyright laws in most countries are in
+a constant state of change. If you are outside the United States, check
+the laws of your country in addition to the terms of this agreement
+before downloading, copying, displaying, performing, distributing or
+creating derivative works based on this work or any other Project
+Gutenberg-tm work. The Foundation makes no representations concerning
+the copyright status of any work in any country outside the United
+States.
+
+1.E. Unless you have removed all references to Project Gutenberg:
+
+1.E.1. The following sentence, with active links to, or other immediate
+access to, the full Project Gutenberg-tm License must appear prominently
+whenever any copy of a Project Gutenberg-tm work (any work on which the
+phrase "Project Gutenberg" appears, or with which the phrase "Project
+Gutenberg" is associated) is accessed, displayed, performed, viewed,
+copied or distributed:
+
+This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with
+almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or
+re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
+with this eBook or online at www.gutenberg.org
+
+1.E.2. If an individual Project Gutenberg-tm electronic work is derived
+from the public domain (does not contain a notice indicating that it is
+posted with permission of the copyright holder), the work can be copied
+and distributed to anyone in the United States without paying any fees
+or charges. If you are redistributing or providing access to a work
+with the phrase "Project Gutenberg" associated with or appearing on the
+work, you must comply either with the requirements of paragraphs 1.E.1
+through 1.E.7 or obtain permission for the use of the work and the
+Project Gutenberg-tm trademark as set forth in paragraphs 1.E.8 or
+1.E.9.
+
+1.E.3. If an individual Project Gutenberg-tm electronic work is posted
+with the permission of the copyright holder, your use and distribution
+must comply with both paragraphs 1.E.1 through 1.E.7 and any additional
+terms imposed by the copyright holder. Additional terms will be linked
+to the Project Gutenberg-tm License for all works posted with the
+permission of the copyright holder found at the beginning of this work.
+
+1.E.4. Do not unlink or detach or remove the full Project Gutenberg-tm
+License terms from this work, or any files containing a part of this
+work or any other work associated with Project Gutenberg-tm.
+
+1.E.5. Do not copy, display, perform, distribute or redistribute this
+electronic work, or any part of this electronic work, without
+prominently displaying the sentence set forth in paragraph 1.E.1 with
+active links or immediate access to the full terms of the Project
+Gutenberg-tm License.
+
+1.E.6. You may convert to and distribute this work in any binary,
+compressed, marked up, nonproprietary or proprietary form, including any
+word processing or hypertext form. However, if you provide access to or
+distribute copies of a Project Gutenberg-tm work in a format other than
+"Plain Vanilla ASCII" or other format used in the official version
+posted on the official Project Gutenberg-tm web site (www.gutenberg.org),
+you must, at no additional cost, fee or expense to the user, provide a
+copy, a means of exporting a copy, or a means of obtaining a copy upon
+request, of the work in its original "Plain Vanilla ASCII" or other
+form. Any alternate format must include the full Project Gutenberg-tm
+License as specified in paragraph 1.E.1.
+
+1.E.7. Do not charge a fee for access to, viewing, displaying,
+performing, copying or distributing any Project Gutenberg-tm works
+unless you comply with paragraph 1.E.8 or 1.E.9.
+
+1.E.8. You may charge a reasonable fee for copies of or providing
+access to or distributing Project Gutenberg-tm electronic works provided
+that
+
+- You pay a royalty fee of 20% of the gross profits you derive from
+ the use of Project Gutenberg-tm works calculated using the method
+ you already use to calculate your applicable taxes. The fee is
+ owed to the owner of the Project Gutenberg-tm trademark, but he
+ has agreed to donate royalties under this paragraph to the
+ Project Gutenberg Literary Archive Foundation. Royalty payments
+ must be paid within 60 days following each date on which you
+ prepare (or are legally required to prepare) your periodic tax
+ returns. Royalty payments should be clearly marked as such and
+ sent to the Project Gutenberg Literary Archive Foundation at the
+ address specified in Section 4, "Information about donations to
+ the Project Gutenberg Literary Archive Foundation."
+
+- You provide a full refund of any money paid by a user who notifies
+ you in writing (or by e-mail) within 30 days of receipt that s/he
+ does not agree to the terms of the full Project Gutenberg-tm
+ License. You must require such a user to return or
+ destroy all copies of the works possessed in a physical medium
+ and discontinue all use of and all access to other copies of
+ Project Gutenberg-tm works.
+
+- You provide, in accordance with paragraph 1.F.3, a full refund of any
+ money paid for a work or a replacement copy, if a defect in the
+ electronic work is discovered and reported to you within 90 days
+ of receipt of the work.
+
+- You comply with all other terms of this agreement for free
+ distribution of Project Gutenberg-tm works.
+
+1.E.9. If you wish to charge a fee or distribute a Project Gutenberg-tm
+electronic work or group of works on different terms than are set
+forth in this agreement, you must obtain permission in writing from
+both the Project Gutenberg Literary Archive Foundation and Michael
+Hart, the owner of the Project Gutenberg-tm trademark. Contact the
+Foundation as set forth in Section 3 below.
+
+1.F.
+
+1.F.1. Project Gutenberg volunteers and employees expend considerable
+effort to identify, do copyright research on, transcribe and proofread
+public domain works in creating the Project Gutenberg-tm
+collection. Despite these efforts, Project Gutenberg-tm electronic
+works, and the medium on which they may be stored, may contain
+"Defects," such as, but not limited to, incomplete, inaccurate or
+corrupt data, transcription errors, a copyright or other intellectual
+property infringement, a defective or damaged disk or other medium, a
+computer virus, or computer codes that damage or cannot be read by
+your equipment.
+
+1.F.2. LIMITED WARRANTY, DISCLAIMER OF DAMAGES - Except for the "Right
+of Replacement or Refund" described in paragraph 1.F.3, the Project
+Gutenberg Literary Archive Foundation, the owner of the Project
+Gutenberg-tm trademark, and any other party distributing a Project
+Gutenberg-tm electronic work under this agreement, disclaim all
+liability to you for damages, costs and expenses, including legal
+fees. YOU AGREE THAT YOU HAVE NO REMEDIES FOR NEGLIGENCE, STRICT
+LIABILITY, BREACH OF WARRANTY OR BREACH OF CONTRACT EXCEPT THOSE
+PROVIDED IN PARAGRAPH 1.F.3. YOU AGREE THAT THE FOUNDATION, THE
+TRADEMARK OWNER, AND ANY DISTRIBUTOR UNDER THIS AGREEMENT WILL NOT BE
+LIABLE TO YOU FOR ACTUAL, DIRECT, INDIRECT, CONSEQUENTIAL, PUNITIVE OR
+INCIDENTAL DAMAGES EVEN IF YOU GIVE NOTICE OF THE POSSIBILITY OF SUCH
+DAMAGE.
+
+1.F.3. LIMITED RIGHT OF REPLACEMENT OR REFUND - If you discover a
+defect in this electronic work within 90 days of receiving it, you can
+receive a refund of the money (if any) you paid for it by sending a
+written explanation to the person you received the work from. If you
+received the work on a physical medium, you must return the medium with
+your written explanation. The person or entity that provided you with
+the defective work may elect to provide a replacement copy in lieu of a
+refund. If you received the work electronically, the person or entity
+providing it to you may choose to give you a second opportunity to
+receive the work electronically in lieu of a refund. If the second copy
+is also defective, you may demand a refund in writing without further
+opportunities to fix the problem.
+
+1.F.4. Except for the limited right of replacement or refund set forth
+in paragraph 1.F.3, this work is provided to you 'AS-IS' WITH NO OTHER
+WARRANTIES OF ANY KIND, EXPRESS OR IMPLIED, INCLUDING BUT NOT LIMITED TO
+WARRANTIES OF MERCHANTIBILITY OR FITNESS FOR ANY PURPOSE.
+
+1.F.5. Some states do not allow disclaimers of certain implied
+warranties or the exclusion or limitation of certain types of damages.
+If any disclaimer or limitation set forth in this agreement violates the
+law of the state applicable to this agreement, the agreement shall be
+interpreted to make the maximum disclaimer or limitation permitted by
+the applicable state law. The invalidity or unenforceability of any
+provision of this agreement shall not void the remaining provisions.
+
+1.F.6. INDEMNITY - You agree to indemnify and hold the Foundation, the
+trademark owner, any agent or employee of the Foundation, anyone
+providing copies of Project Gutenberg-tm electronic works in accordance
+with this agreement, and any volunteers associated with the production,
+promotion and distribution of Project Gutenberg-tm electronic works,
+harmless from all liability, costs and expenses, including legal fees,
+that arise directly or indirectly from any of the following which you do
+or cause to occur: (a) distribution of this or any Project Gutenberg-tm
+work, (b) alteration, modification, or additions or deletions to any
+Project Gutenberg-tm work, and (c) any Defect you cause.
+
+
+Section 2. Information about the Mission of Project Gutenberg-tm
+
+Project Gutenberg-tm is synonymous with the free distribution of
+electronic works in formats readable by the widest variety of computers
+including obsolete, old, middle-aged and new computers. It exists
+because of the efforts of hundreds of volunteers and donations from
+people in all walks of life.
+
+Volunteers and financial support to provide volunteers with the
+assistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's
+goals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will
+remain freely available for generations to come. In 2001, the Project
+Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure
+and permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations.
+To learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation
+and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4
+and the Foundation web page at http://www.pglaf.org.
+
+
+Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive
+Foundation
+
+The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit
+501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the
+state of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal
+Revenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification
+number is 64-6221541. Its 501(c)(3) letter is posted at
+http://pglaf.org/fundraising. Contributions to the Project Gutenberg
+Literary Archive Foundation are tax deductible to the full extent
+permitted by U.S. federal laws and your state's laws.
+
+The Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S.
+Fairbanks, AK, 99712., but its volunteers and employees are scattered
+throughout numerous locations. Its business office is located at
+809 North 1500 West, Salt Lake City, UT 84116, (801) 596-1887, email
+business@pglaf.org. Email contact links and up to date contact
+information can be found at the Foundation's web site and official
+page at http://pglaf.org
+
+For additional contact information:
+ Dr. Gregory B. Newby
+ Chief Executive and Director
+ gbnewby@pglaf.org
+
+
+Section 4. Information about Donations to the Project Gutenberg
+Literary Archive Foundation
+
+Project Gutenberg-tm depends upon and cannot survive without wide
+spread public support and donations to carry out its mission of
+increasing the number of public domain and licensed works that can be
+freely distributed in machine readable form accessible by the widest
+array of equipment including outdated equipment. Many small donations
+($1 to $5,000) are particularly important to maintaining tax exempt
+status with the IRS.
+
+The Foundation is committed to complying with the laws regulating
+charities and charitable donations in all 50 states of the United
+States. Compliance requirements are not uniform and it takes a
+considerable effort, much paperwork and many fees to meet and keep up
+with these requirements. We do not solicit donations in locations
+where we have not received written confirmation of compliance. To
+SEND DONATIONS or determine the status of compliance for any
+particular state visit http://pglaf.org
+
+While we cannot and do not solicit contributions from states where we
+have not met the solicitation requirements, we know of no prohibition
+against accepting unsolicited donations from donors in such states who
+approach us with offers to donate.
+
+International donations are gratefully accepted, but we cannot make
+any statements concerning tax treatment of donations received from
+outside the United States. U.S. laws alone swamp our small staff.
+
+Please check the Project Gutenberg Web pages for current donation
+methods and addresses. Donations are accepted in a number of other
+ways including checks, online payments and credit card donations.
+To donate, please visit: http://pglaf.org/donate
+
+
+Section 5. General Information About Project Gutenberg-tm electronic
+works.
+
+Professor Michael S. Hart is the originator of the Project Gutenberg-tm
+concept of a library of electronic works that could be freely shared
+with anyone. For thirty years, he produced and distributed Project
+Gutenberg-tm eBooks with only a loose network of volunteer support.
+
+
+Project Gutenberg-tm eBooks are often created from several printed
+editions, all of which are confirmed as Public Domain in the U.S.
+unless a copyright notice is included. Thus, we do not necessarily
+keep eBooks in compliance with any particular paper edition.
+
+
+Most people start at our Web site which has the main PG search facility:
+
+ http://www.gutenberg.org
+
+This Web site includes information about Project Gutenberg-tm,
+including how to make donations to the Project Gutenberg Literary
+Archive Foundation, how to help produce our new eBooks, and how to
+subscribe to our email newsletter to hear about new eBooks.
diff --git a/35882-0.zip b/35882-0.zip
new file mode 100644
index 0000000..1559ced
--- /dev/null
+++ b/35882-0.zip
Binary files differ
diff --git a/35882-8.txt b/35882-8.txt
new file mode 100644
index 0000000..d3a2ee0
--- /dev/null
+++ b/35882-8.txt
@@ -0,0 +1,8776 @@
+The Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera
+
+This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with
+almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or
+re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
+with this eBook or online at www.gutenberg.org
+
+
+Title: A vuela pluma
+ coleccin de artculos literarios y polticos
+
+Author: Juan Valera
+
+Release Date: April 16, 2011 [EBook #35882]
+
+Language: Spanish
+
+Character set encoding: ISO-8859-1
+
+*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA ***
+
+
+
+
+Produced by Chuck Greif and the Online Distributed
+Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net)
+
+
+
+
+
+
+
+
+
+A VUELA PLUMA
+
+OBRAS DEL MISMO AUTOR
+
+
+ Pepita Jimnez; un vol. en 8., Ptas. 3.
+ Doa Luz; un vol. en 8., 3.
+ El comendador Mendoza; un vol. en 8., 3.
+ Algo de todo; un vol. en 12., 2,50.
+ Las ilusiones del doctor Faustino; dos vols. en 12., 5.
+ Pasarse de listo; un vol. en 12., 2,50.
+ La buena fama; un vol. en 16. con grabados, 2,50.
+ El hechicero. El bermejino prehistrico. Las salamandras azules;
+ un vol. en 16. con grabados, 2,50.
+ Dafnis y Cloe (traduccin del griego); un vol. en 12., 3.
+ Estudios crticos; tres vols. en 12., 9.
+ Disertaciones y juicios literarios; dos vols. en 12., 6.
+ Cuentos y dilogos; un vol. en 12., 2,50.
+ Poesa y arte de los rabes en Espaa y Sicilia;
+ tres volmenes en 12., 9.
+ Tentativas dramticas; un vol. en 12., 2,50.
+ Canciones, romances y poemas; un vol. en 12., 5.
+ Cuentos, dilogos y fantasas; un vol. en 12., 5.
+ Nuevos estudios crticos; un vol. en 12., 5.
+ Cartas americanas (primera serie); un vol. en 12., 1.
+ Nuevas cartas americanas (segunda serie); un vol. en 8., 3.
+ Pequeeces... Currita Albornoz al P. Luis Coloma; un folleto en 8., 1.
+ Las mujeres y las Academias, cuestin social inocente;
+ un folleto en 8., 1.
+ Ventura de la Vega, biografa y estudio crtico;
+ un vol. en 8. con el retrato del biografiado, 1.
+ Juanita la larga; un vol. en 8., 3,50.
+ Genio y figura...; un vol. en 8., 3.
+
+
+
+
+JUAN VALERA
+
+A VUELA PLUMA
+
+COLECCIN DE
+
+ARTCULOS LITERARIOS Y POLTICOS
+
+MADRID
+LIBRERA DE FERNANDO F
+_Carrera, de San Jernimo, 2_
+
+1897
+
+Es propiedad del autor.--Derechos reservados.
+
+
+
+
+PRLOGO
+
+
+Impreso ya este libro y reunidos en l no pocos artculos, se me ofrecen
+dificultades que conviene allanar antes de que el libro salga luz
+pblica. Ponerle ttulo es la menor de todas y ya la considero allanada.
+_A vuela pluma_ es ttulo tan significativo como propio. Ora excitado yo
+ dar mi parecer sobre flamantes producciones literarias, ora movido
+inspirado por los tristes acontecimientos polticos de nuestros das, he
+escrito y esparcido, por revistas y peridicos diarios, lo que aqu va
+reunido. No porque soy escptico, sino porque soy modesto, aunque me
+contradiga atribuyndome tan buena cualidad, nada pretend ensear al
+escribirlos en cada uno de los siguientes artculos, ni nada pretendo
+ahora ensear al reunirlos en un volumen. Y no porque yo crea que no
+haya verdades que ensear, sino porque carezco de fe bastante en mi
+propio saber y en mi autoridad y competencia para empuar la frula y
+revestirme de la toga y dems insignias del magisterio. No es, pues,
+para enseanza de mis lectores, para lo que publico este libro.
+
+Si he de confesar la verdad tampoco han acudido mis amigos, admiradores
+y parciales, aconsejndome y casi impulsndome con la violencia de sus
+ruegos para que le publique, segn ocurre con frecuencia otros autores
+ms que yo dichosos. Este libro, intil para la enseanza, para la cual
+candorosamente le desautorizo, se publica sin que nadie me lo pida ni se
+empee en ello, por mi espontnea y librrima voluntad y por mi
+iniciativa. Qu fin me llevo al publicarle? Alguna explicacin acerca
+de esto me considero obligado dar los lectores.
+
+Todo autor, por fro y desamorado que sea, consagra cuanto escribe,
+aunque lo estime en poco, un amor semejante al que tienen los padres
+sus hijos, quienes aman aunque sean feos y no bonitos, enfermizos y no
+robustos, tontos y no discretos. Y dado en m, como se da, este amor,
+harto se comprende mi deseo de que no queden mis hijos espirituales
+anegados en un inmenso pilago de papeles donde se perderan sin duda y
+nadie volvera acordarse de ellos. La unin da fuerza, y yo los reuno
+para ver si de esta suerte se sostienen y sobrenadan y llegan sin
+hundirse y sin ser arrebatados por la corriente del ro del olvido al
+pequeo y seguro puerto del poco numeroso pblico, cuyas simpatas he
+logrado captarme.
+
+Si este pblico nada aprende leyndome, bien puede ser que se entretenga
+apaciblemente con mi lectura y que divierta el espritu de penosos y
+graves cuidados. Bien puede ser tambin que el favorable aspecto bajo el
+cual veo yo dichos y hechos, y que mi confianza en los destinos de la
+patria y en el mejor trmino y desenlace para los conflictos y apuros en
+que se encuentra hoy, agraden y consuelen quien me lea, con lo cual me
+dar yo por bien pagado y justificar razonablemente el haber reunido
+estas obrillas que los crticos severos y los que no me quieran bien
+calificarn por lo menos de insignificantes.
+
+Tienen con todo una muy importante significacin, que no mengua sino
+crece, aunque se suponga trivial y vulgarsimo cuanto se dice en ellas.
+Yo soy, sin duda, quien lo dice; pero, por lo mismo que lo dicho es
+vulgar, quien lo piensa y lo siente es una no pequea parte del pblico,
+de la cual vengo as convertirme en rgano, representante y heraldo.
+
+Al presente, est muy en moda, en literatura, el reunir documentos
+humanos. Valga, pues, este libro, si no vale para nada ms, como reunin
+de tales documentos. Yo expreso lo que en l se expresa; pero conmigo lo
+piensan y lo sienten muchos miles de semejantes y de compatriotas mos.
+Por donde mi libro deja de ser insignificante, se transforma en docente
+ en documental y merece ser publicado y hasta ledo. Creo, por ltimo,
+que, si al escribirle he desechado toda preocupacin interesada y le he
+escrito con buena fe, candorosa y sencilla, alguien me leer con gusto,
+si no con provecho, y esto me basta.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+DISONANCIAS Y ARMONAS
+DE LA MORAL Y DE LA ESTTICA
+
+I
+
+
+_Al Sr. D. Salvador Riada._
+
+Mi querido amigo: Mucho siento tener que decir usted que Monte-Cristo,
+que oye turbio y que, adems, suele distraerse, hubo de engaarse, y tal
+vez enga usted, sin la menor malicia, cuando le asegur que me haba
+parecido muy bien el _Himno la carne_. Ni bien ni mal poda parecerme
+una obra que yo an no conoca. Acaso al hablarme Monte-Cristo, yo, que
+tambin me distraigo, dije algo, como acostumbro, en alabanza del
+talento potico de usted, que tan claro me parece, y l lo aplic al
+_Himno_ de que me hablaba, y que yo no poda alabar por serme entonces
+desconocido.
+
+Ahora, que ya le conozco, creo de mi deber dar usted con toda
+sinceridad y franqueza la opinin que me pide.
+
+Muchsimo hay que decir, y he de decirlo, aunque incurra en la nota de
+pesado.
+
+No obstante la pesadez y el desalio con que ir escrita mi carta, yo
+consiento en que usted haga de ella lo que guste: guardarla para s,
+rasgarla, dejar que el pblico la lea.
+
+Desde luego el ttulo de _Himno_ me desagrada. Un himno es un himno, y
+catorce sonetos son catorce sonetos. Adems, el ir dirigidos _ la
+carne_ presupone cierta trascendencia teolgica filosfica que los
+sonetos apenas tienen.
+
+Los enemigos del alma son tres: mundo, demonio y carne. Y fuerza es
+confesar que todos los hombres, salvo raras y dichosas excepciones,
+estamos empecatadillos y entonamos himnos en loor de uno de estos tres
+enemigos, cuando no de los tres un tiempo; pero debe notarse que,
+bien no caemos, por extraviados ilusos, en que hacemos semejante
+elogio, bien aparentamos no caer, envolviendo nuestro consciente
+propsito en delicada hipocresa. El elogiar con premeditacin tales
+enemigos implica un descaro que repugna las creencias religiosas de la
+gran mayora de los espaoles, los cuales son, se supone que son
+catlicos.
+
+Ya se entiende que, partidario yo del arte por el arte, he de prescindir
+y prescindo de toda religin positiva y de toda moral que en ella se
+funde, para juzgar una composicin potica. De lo que es difcil
+prescindir es de la moral universal que coincide con la belleza
+artstica, y de algunas conveniencias sociales, que son ineludible
+requisito para que esa belleza artstica se produzca sin que lo estorbe
+la disonancia entre la obra del poeta y las costumbres, los usos, y
+hasta, si se quiere, las preocupaciones y los disimulos de la sociedad
+en que el poeta vive.
+
+An voy ms all en el _quidlibet audendi_. Supongo que el poeta se
+rebela contra esos usos, costumbres y creencias, porque los considera
+malos tontos. No por eso he de escandalizarme. Antes bien, aplaudir
+al poeta como poeta, si impugna con primor y con bro lo que yo crea ms
+santo, aunque yo, pongo por caso, como catlico, considere que l, como
+impo, acabar, en castigo de sus bien rimadas blasfemias, por arder
+eternamente en lo ms profundo del infierno.
+
+As me sucede con el _Himno Satans_, de Carducci. Sin dejar de creer
+en todo lo que ensea la Doctrina cristiana, los hombres, en mi sentir,
+pueden haber inventado descubierto la plvora, la imprenta, la
+brjula, el pararrayos, el telgrafo, el telfono, la fotografa, la
+mecnica celeste y la terrestre, las estrellas ms remotas, los
+microbios y el protoplasma: pero, si algn poeta entiende de buena fe
+que Dios se opona que inventsemos y descubrisemos todas esas cosas,
+que quiz hagan la vida menos aburrida y amarga, y que con auxilio del
+diablo las hemos inventado y descubierto, mejorando y sublimando nuestra
+condicin, yo le aplaudo si compone un himno diablo tan benfico,
+quien llama l Satans porque se le antoja, y quien seguir llamando
+energa y luz interior que pone Dios en el alma, hecha su imagen y
+semejanza.
+
+En anlogo sentido comprendo yo que se componga un _Himno la carne_,
+el cual me guste tanto ms que el _Himno al demonio_ de Carducci. Si
+entendemos por carne la sustancia organizada y viviente de que se vale
+el Artfice supremo para revestir de forma sensible su idea, haciendo
+patente la hermosura, ya por operacin de naturaleza, ya por
+intervencin de la voluntad y del entendimiento humanos, que pulen,
+acicalan y asean lo que naturaleza prepar y dispuso cual primitivo
+bosquejo, declaro que el _Himno la carne_ me parece muy bien,
+prescindiendo del ttulo, porque ni las nubes nacaradas, ni la cndida
+luna, ni el sol, ni las flores, ni los verdes bosques, ni los lozanos
+verjeles, ni nada de cuanto he visto y veo por esos mundos, es ms
+hermoso que una mujer aseada y hermosa. Y es ello tan indiscutible que,
+para expresar materialmente los ms altos objetos, potencias y virtudes,
+les damos forma de mujer. Y as la fama, la patria, la religin, la
+ciencia, la filosofa, la justicia, la fe, la caridad y la esperanza, se
+representan como otras tantas guapsimas seoras.
+
+Pero su himno de usted (sigamos llamndole himno), no se mete en tales
+honduras. Mejor sera apellidarle himno la Pepa, la Juana la
+Francisca, de cuya carne gusta usted. La generalizacin filosfica
+teolgica slo est en el epgrafe.
+
+Y lo peor que yo noto (admirando ms la inspiracin y la habilidad
+poticas, que no faltan usted aun errando el camino) es que usted
+analiza y resta en vez de sintetizar y aadir, al ir ponderando sus
+deleites amorosos. Pues qu, no es ms que la carne lo que enamora
+usted en su innominada querida? Nunca ni el ms materialista de los
+poetas gentiles, sustrajo tanto del amor los elementos no materiales,
+que le idealizan y hermosean, y le redujo al mero concepto de la
+lascivia, como si fuera amor de perros de gatos. Y como usted no hace
+la sustraccin y el despojo por vehemencia afrodisiaca, sino por
+preocupacin de escuela ultra-naturalista, los versos, ni siquiera
+resultan fervorosos de libertinaje, sino fros, afectados y
+artificiosos, con refinamientos de sensualidad enfermiza, que apela
+espejos y otras diablicas travesuras. Parece lascivia de viejo, y,
+por consiguiente, falsa, pues usted es mozo.
+
+Prescribe Horacio que no se hagan ciertas cosas delante del pueblo:
+
+ _Nec filias coram populo Medea trucidet:_
+
+y lo que Horacio prescribe para lo trgico debe aplicarse lo ertico
+tambin. No conviene introducir al pueblo en la alcoba ni imitar al rey
+de Lidia con Giges. Contra esto peca usted, no pasando de ligero, sino
+detenindose en pormenores con exceso de morosa delectacin. No cae
+usted en que ciertos actos tienen mucho de grotescos, si no van
+acompaados de misterioso recato. Y esto, no porque seamos cristianos,
+sino en la risuea religin gentlica, en que, segn usted asegura,
+Citerea prevalece. As es de advertir que los poetas ms libertinos de
+la docta gentilidad nos dejaban la puerta de la cmara nupcial, si
+trataban el asunto por lo serio. Slo cuando queran hacer reir lo
+describan todo. El cisne venusino dice desvergonzadamente los estmulos
+de que se vala la vieja berrionda, mientras que de Glcera slo nos
+dice que le aguarda en estancia perfumada; y l va verla, invocando
+Venus para que le acompae y traiga consigo al Amor.
+
+ Trae al muchacho ardiente,
+ y las Gracias, la ropa desceida,
+ y Mercurio elocuente,
+ y de ninfas seguida
+ la Juventud sin t no apetecida;
+
+pero, en cuanto Horacio entra ver Glcera, con todo este cortejo,
+nos da con la puerta en los hocicos, y acaba la oda, sin que nos cante
+ni nos deje ver lo que pasa dentro. Ya nos lo presumimos.
+
+Lo antiesttico del goce de amor, patentizado por el arte y descrito con
+circunstancias menudas, se ve hasta en los poemas ms primitivos. Sube
+Juno la cumbre del Grgaro, adornada con el cinto de Venus, que la
+hace irresistible:
+
+ ... all el deseo,
+ all la dulce persuasin estaba,
+ que los ms cuerdos la prudencia roba.
+
+Jpiter pierde la suya, requiebra Juno y quiere al punto gozarla; pero
+antes, l y ella se envuelven en nubes doradas y denssimas, que ningn
+Dios ni el Sol omnividente traspasa, y que Homero cuida bien de no
+traspasar, respetando el pudor y el decoro de la dichosa inmortal
+pareja.
+
+El tlamo de los dioses, el de los hroes, y aun el de cualquier hombre
+que se respeta, han de estar rodeados de impenetrable misterio. La
+prueba ms evidente por donde Penlope reconoce Ulises, es porque ste
+le describe su tlamo, que slo l haba visto entre los varones todos.
+
+El espritu de usted es recto por naturaleza y est sano: pero yo
+advierto en el _Himno_ insanos extravos y disparatadas disonancias. No
+extrae usted que lo atribuya la vaga leccin de malos libros
+franceses, de los que estn de moda, de cuyo pesimismo, naturalismo
+falso y caprichosa impiedad, se hace usted eco. Usted, de por s, sera
+como Dios manda.
+
+Supone usted que la religin de Cristo condena la carne, y luego dice
+usted para s: pues voy glorificar la carne, rebelndome contra la
+religin de Cristo. Parte usted de un error, fundado en el doble sentido
+de la palabra _carne_. Sin presumir de telogo, sino como hombre de
+mundo, lego y profano, aunque no olvidado del Padre Ripalda, que aprend
+en la escuela, digo que no tiene usted razn. La carne, considerada como
+enemigo del alma, es la concupiscencia, es el vicio, es la lujuria, que
+toda religin, no slo la de Cristo, condena. Pero la carne, el cuerpo
+humano, considerado como obra de Dios, dnde est condenado? El Verbo
+se hizo carne, y con cuerpo humano subi al cielo. Todos, segn nuestra
+fe, hemos de resucitar con carne, y los cuerpos de los bienaventurados
+han de ser muy hermosos y gloriosos. Lo primero que manda Dios al hombre
+y la mujer es que crezcan, se multipliquen y llenen la tierra. Cmo,
+pues, ha de suponerse que Dios condena el amor sexual cuando ordena que
+nos multipliquemos? El ascetismo, la vida penitente, la virginidad como
+la ms perfecta condicin, no son tampoco exclusivos ideales cristianos.
+En todas las dems religiones se da algo semejante. En la gentlica, por
+ejemplo, hubo coribantes y vestales.
+
+Lo que exigen la religin cristiana, y toda religin moral, y hasta sin
+religin y sin moral, la esttica y el decoro, es el recato. En la
+naturaleza de las cosas est que sea cmica, y no seriamente bella, la
+exhibicin la representacin del abrazo amoroso, ms menos apretado.
+Si el cnico Crates se une en pblico con Hiparca, pesar de la
+licenciosa libertad de Atenas, los pilluelos de la calle le silban y
+escarnecen. Slo en Otahiti, cuando llega all el capitn Cook, se toma
+por lo serio el hacer en pblico tales actos como ceremonia religiosa.
+
+Fuera de estos casos rarsimos, lo general es que el sigilo y el secreto
+presidan los amores. Jpiter, aunque era tan desaforado y tan
+propenso ponerse el mundo por montera, satisfaciendo su regalado
+gusto, elige para unirse la ninfa Maya, hacindola madre del dios de
+la elocuencia, inventor de la lira, alma de la danza, una noche
+obscursima y un antro nemoroso y esquivo; y aun todava, para ocultar
+mejor su unin los dioses y los hombres, les infunde antes dulce
+sueo. Jano bifronte, no menos precavido y pdico, cuando se propone dar
+ser los briosos primitivos pueblos de Italia, se une la gigantesca
+ninfa Camesena, en la desierta cumbre del Apenino, y circunda el agreste
+y amplio tlamo de tenebrosas tempestades.
+
+En resolucin, ya que sera cuento de nunca acabar el ir citando sucesos
+semejantes de hombres y dioses, yo vuelvo prescindir de religin y de
+moral: no echo sermn, aunque ya estamos en Cuaresma; pero tratndose de
+arte, cmo prescindir de lo artstico? No es artstico el describir
+prolijamente los placeres de la alcoba.
+
+Admirable es la belleza del cuerpo humano. En otros mundos, sujeta la
+materia otras condiciones y con otra conformacin los sentidos, quin
+sabe cmo podr ser la aparicin sensible de la belleza? Esto es lo
+relativo. Pero la esencial y sustancial belleza que se nos revela en el
+Apolo de Belvedere y en la Venus de Milo, es la belleza absoluta. Todo
+entendimiento, capaz de comprenderla, aunque venga del ms extrao y
+lejano mundo de cuantos pueblan el ter, lo reconocer y lo proclamar
+como nosotros.
+
+Si imaginamos vivos, y no de mrmol, sino de carne, la Venus y al
+Apolo, hombres y mujeres los contemplarn con pasmo y se podrn enamorar
+de ellos; pero sera grosero no ver en tanta animada hermosura sino un
+instrumento de material deleite. Habra en ello algo de profanacin
+sacrlega, no ya en virtud de la religin del espritu, sino del respeto
+hasta religioso que la materia misma, tan bien organizada, debe
+infundir.
+
+Ya usted notar que, en realidad, yo no voy contra usted en lo que digo.
+Voy contra la escuela mal llamada naturalista, que le pervierte y
+extrava. Si usted no valiese ya mucho y si no prometiese ms de lo que
+ya vale, no me mostrara yo severo.
+
+Demos por seguro que no hay bien, ventura, ni goce mayor que el de los
+amores; pero todo bien, todo goce es para referido representado
+estticamente por lo sublime? Esta es la cuestin. Este es el error del
+naturalismo; error que se ve ms claro an en las desventuras que en las
+venturas. Sobre la muerte de un amigo, sobre la ruina de la patria,
+sobre los suplicios y trabajos de un apstol, est bien escribir
+elegas. Pero desventuras son, y no menores, que se le pudran las
+narices al Dr. Pangloss, que otro le d tia y se le caiga el pelo,
+que otro le sobrevenga una debilidad en las encas y escupa los
+dientes y que otro le ocurra cada tres das una indigestin molesta y
+apestosa, y sin embargo, son estos percances propsito para componer
+versos elegacos? Nosotros, en la vida real, nos compadeceremos en
+extremo del paciente, aunque slo sea prjimo, y no amigo deudo; pero
+si hablamos en verso heroico de lo que acontece, haremos reir en vez de
+llorar.
+
+Es indudable que hay desventuras y venturas, triunfos y derrotas,
+dolores y placeres grandsimos que en la vida real se lamentan se
+celebran; pero sobre los cuales hay que pasar con rapidez en la
+representacin artstica, si no queremos hacer reir con ellos.
+
+As, Ariosto, por ejemplo, no sera por su aficin lo moral y lo
+decente, sino por estas reglas de esttica, ms menos reflexiva
+irreflexivamente percibidas, por lo que no cuenta con circunstancias
+ntimas lo que pasa entre Anglica y Medoro; pero cuando quiere dar en
+lo grotesco y provocar risa, lo cuenta todo sin aprensin. As, en el
+caso del viejo nigromntico mgico que adormece con sus malas artes
+la hermossima dama y la tiene su talante. El chiste est en que el
+nigromntico, con toda su magia, si bien adormece la dama, no atina
+despertar en l resucitar algo que haca aos dorma estaba
+muerto, y se lleva un chasco feroz, quedando en salvo la honestidad y
+entereza de la dama, con apacible risa y jbilo de los lectores. Si el
+Ariosto hubiera tratado el suceso trgicamente, lo hubiera errado.
+
+Yo no recuerdo haber ledo escena tan viva como la del nigromntico,
+referida con pica dignidad y que produzca efecto, sino una en _El
+Bernardo_ de Valbuena; pero esto se explica, porque va todo acompaado
+de un poderoso elemento fantstico que lo dignifica, lo hace simblico y
+hasta le da un valor moral. Hablo del tremendo lance de Ferragut con la
+hechicera Arleta. El hroe penetra en el maravilloso palacio tan
+estupendamente rico. La gallarda, joven y elegante princesa le recibe
+solas y se entrega. Una sola lmpara de extraa luz ilumina la estancia,
+y sobre todos los objetos derrama encantados resplandores. Pero cuando
+la luz de la lmpara oscila, la portentosa beldad de la princesa se
+confunde; los perfiles, las sombras, los colores, todo se altera y se
+combina por tal arte, que Ferragut se asusta y cree tener un vestiglo
+entre sus brazos. Vuelve la luz arder sin oscilacin y la princesa
+recobra sus admirables atractivos. La luz, al fin, se apaga, y Ferragut
+se encuentra en inmunda caverna y entre los brazos de horrible y
+asquerosa vieja, cuya fealdad abominable ve la luz de la luna, y cuyos
+secos brazos y cuyas manos, modo de garras, le retienen sin dejarle
+escapar.
+
+Dir usted acaso que en sus sonetos hay algo parecido la moral de la
+fbula de la hechicera Arleta; que de ello dan prueba las cuatro ltimas
+palabras del ltimo soneto _Que ttrica es la vida!_ Pero yo, en honor
+de la verdad, no descubro dicho sentimiento en usted, y si le descubro,
+es expresado dbilmente y como ahogado en los pormenores que preceden
+las dichas cuatro palabras.
+
+No hay en el himno nada semejante lo que hay en casi todos los poetas
+libertinos epicreos de todos los tiempos; aquel sentimiento terrible
+que asalta el nimo de ellos en medio de sus deleites; que hace exclamar
+ Lucrecio:
+
+ _...Medio de fonte leporum_
+ _Surgit amari aliquid quod in ipsis floribus angat;_
+
+que mueve Catulo, entre los brazos de Lesbia, cubrindola de besos, en
+noches consagradas al amor, pensar en aquella perpetua noche que
+tenemos que dormir todos,
+
+ _Nox est perpetua una dormienda;_
+
+y que lleva Musset hallar en el fondo del vaso de los placeres el
+hasto que le mata, Lamartine suspirar por el amor ideal que no
+tiene nombre ni objeto en la tierra, y Espronceda pedir un bien, una
+gloria que l imagina, y que en el mundo no existe, y desesperarse
+porque palpa la realidad, odia la vida, y slo cree en la paz del
+sepulcro.
+
+No hay en el himno esta contraposicin entre el placer ruin incompleto
+de la tierra y la infinita aspiracin del alma; pero hay algo ms
+ttrico; algo que se deplora en todos los _naturalistas_, ya escriban en
+prosa, ya en verso: lo mismo en Zola que en Rollinat.
+
+La pintura minuciosa, vehemente y sobrado material de la pasin,
+convierte su fisiologa en patologa; hace pensar, no en robustez y
+energa, sino en desequilibrio de facultades, en el hospital en el
+manicomio.
+
+No ya el amor de un hombre y de una mujer, ambos de carne y hueso, sino
+el amor de un santo de una santa hacia Dios, resulta enfermedad; caso
+de neurosis, hiperestesia, ninfomana satiriasis ms menos
+alambicada.
+
+La cuestin queda discutida de sobra. No me hubiera detenido tanto si,
+por una parte, no estimase mucho el ingenio de usted y no sintiese sus
+extravos, y si, por otra parte, no viese yo en estos extravos el
+resultado de malas teoras estticas, y de una escuela de moda que es
+menester combatir.
+
+Slo aadir ahora algunas explicaciones sobre la acusacin implcita en
+la dedicatoria autgrafa que pone usted al ejemplar del _Himno la
+carne_ que me ha destinado. No sin intencin viene este ejemplar para el
+traductor de _Dafnis y Cloe_. Quiere usted dar entender que quien ha
+traducido aquella novela debe aplaudir el _Himno la carne_?
+
+La consecuencia est mal sacada. Aun suponiendo que _Dafnis y Cloe_
+tenga cuantas faltas yo censuro, no se ha de inferir que por haber yo
+cometido esas faltas no las pueda y deba reconocer como tales. Malo es
+ser pecador, pero es psimo jactarse del pecado y procurar que se tome
+como primor y acierto.
+
+La diferencia, sin embargo, es grandsima. _Dafnis y Cloe_ viven hace
+catorce quince siglos; son paganos, estn en cierto campo ideal,
+pastoril y primitivo. No choca el que se desnuden, como cuando se
+desnudan un caballero y una dama de ahora, quitndose la levita,
+pantalones, cors, etc. En fin; es otra cosa.
+
+El naturalismo de la novela es, adems, enteramente contrario al de los
+sonetos de usted. Hay en el naturalismo de _Dafnis y Cloe_ una condicin
+sobrenatural fantstica que cambia su condicin. El dios Amor, el dios
+Pan y las Ninfas, por no interrumpida serie de milagros, conservan
+inocentes los dos partorcillos, hacen que se amen, los dotan de
+hermosura ms que humana, que no marchitan las inclemencias del cielo:
+ni los vientos, ni el sol, ni el calor, ni el fro.
+
+La descripcin poetizada de las alternadas estaciones del ao, de la
+rustiqueza selvtica y de una imaginaria vida pastoril de color de rosa,
+y que no se da en el mundo real, prestan todo el cuadro, y aun las
+ms vivas escenas, cierto velo esfumino areo que no las hace tan
+_shocking_. Y, por ltimo, aunque se funde el amor de Dafnis y Cloe en
+la material hermosura de ambos, en su contemplacin, y hasta en el deseo
+de lograr su posesin por completo, todava, par de este deseo, hay
+una amistad, un afecto entraable, una terneza pura en ambos
+pastorcillos, que evitan el que sea su amor mera lascivia, y que le
+purifican y realzan.
+
+Recuerde usted que Dafnis aprende al cabo cul es el verdadero fin de
+amor, y, pesar de su pasin, se domina por temor de lastimar Cloe, y
+no la hace suya hasta despus de la boda.
+
+En suma, y para no cansar, yo no me defiendo de haber traducido el libro
+de Longo, aunque en Francia le tradujo un obispo. Quiero suponer,
+quiero afirmar y confesar que hice mal. Valgmonos de un smil. Sea como
+si yo expusiera al pblico esculturas lascivas; pero de esto exponerme
+yo mismo como actor, me parece que dista mucho.
+
+Por ltimo, se ha de notar que la novela de _Dafnis y Cloe_ no quiere
+ser seriamente sublime, sino que, por cierta malicia candorosa y cierta
+amaada inocencia, propende difundir regocijo en quien lee, lo cual
+podr ser censurable por el lado de la moral, pero no es antiesttico,
+que es de lo que aqu tratamos.
+
+Si usted, en otro tono ms ligero, risueo y jocoso, hubiera escrito
+catorce sonetos, catorce veces ms verdes an, como yo soy viejo
+pecador, y nada tengo de misionero, respecto la moral y la decencia
+me hubiera callado; pero en punto esttica, hubiera echado usted mi
+absolucin, y, si los sonetos alegraban las pajarillas, hubiera
+concedido usted indulgencia plenaria y hasta hubiera aplaudido.
+
+
+II
+
+Mi querido amigo: La cariosa carta de usted me mueve escribirle de
+nuevo, y no poco.
+
+Si usted no hubiese escrito ya en verso y en prosa muchas cosas buenas,
+y si usted no diese esperanzas fundadsimas de escribir otras mil
+infinitamente mejores que los catorce sonetos, tendra usted razn en
+decir que yo le mataba. Pero si usted escribe bien, y si ha de escribir
+mejor, y si ha de ser, pues no creo que me engae la simpata, uno de
+nuestros ms fecundos y amenos ingenios, qu importa que yo hable mal
+de los catorce sonetos compuestos por usted en algunas horas de
+extravo?
+
+Yo, aunque sea repetirlo por tercera cuarta vez, no voy contra los
+catorce sonetos, sino contra la mala teora esttica que, nublando el
+claro entendimiento de usted, se los ha inspirado.
+
+Yo reparo, tal vez por dems, en el pro y en el contra de cuanto digo, y
+nada afirmo con aquella decisin que se impone. De aqu que me acusen de
+escptico. Fcil me sera pasar por dogmtico, si prescindiese yo de lo
+que me dicta la conciencia; pero, como no prescindo, soy paso por
+escptico, fuerza de ser concienzudo.
+
+Digo esto, porque al censurar los catorce sonetos de usted, me han
+asaltado en tropel no pocas dudas y dificultades que deseo exponer aqu,
+aunque no logre resolverlas y todas se queden en pie.
+
+Necesito, adems, escribir esta segunda carta para disculparme de no
+rasgar la primera; porque, despus de la longnima docilidad con que se
+somete usted mi censura, tal vez acerba, y me la paga en alabanzas,
+parece ruindad en m el que mi censura se haga pblica, y el que, siendo
+yo, por lo comn, indulgente y hasta lisonjero con los extraos
+indiferentes, me extreme por la severidad con usted, quien cuento
+entre mis mejores amigos.
+
+Vlgame para explicacin de mi conducta que la indulgencia debe recaer
+sobre el _non plus ultra_ de lo que produce cada uno. No hay que podar
+el quejigo, porque, pesar de la poda, siempre dar bellotas speras y
+no dulces almendras. De mal rbol no se espere fruto sazonado y sabroso.
+Y as, siguiendo esta comparacin de los frutos, y convirtiendo
+imaginariamente cada soneto de usted, pongo por caso, en un melocotn,
+yo entiendo que usted debe darlos mejores, y que aun los catorce, de que
+tratamos aqu, seran exquisitos, si el moscardn avechucho del
+_naturalismo_, que vaga por el aire, no hubiera clavado en ellos el
+aguijn y depositado all venenosos huevecillos que se convierten en
+gusanos y podredumbre. Lo que hago, pues, es osear el avechucho para que
+no inficione otros nuevos frutos.
+
+Dada ya usted la satisfaccin que le debo, voy decir algo acerca de
+las dudas y dificultades.
+
+Y es la primera duda la de si ser yo tan crudo censor de los sonetos
+porque la vejez me infunde aborrecimiento al Amor: pero la duda se
+disipa pronto, y creo que mi profundo respeto y mi ardiente devocin al
+Amor son los que me inspiran.
+
+Los catorce sonetos rebajan las obras de esta deidad mera funcin
+fisiolgica, y el bro de las descripciones no las eleva, sino que les
+presta ciertos visos de patologa, que, ms de hacerlas bajas, las
+hace insanas.
+
+Es cierto que lo contrario debe de ser peligroso y seductor; pero
+consuela y no deprime. Trae Byron, en el _Don Juan_, una jocosa diatriba
+contra Platn, echndole la culpa de las pecaminosas relaciones de su
+hroe con doa Julia. Yo mismo, aunque disto mucho de ir tan lejos como
+Byron en la malicia anti-platnica, me pasmo y veo con ms incredulidad
+que fe los anchos lmites que pone, verbi gracia, el conde Baltasar
+Castiglione al platonismo puro.
+
+El beso en la boca, segn l, es todo espiritual: es ayuntamiento de
+almas, en prueba de lo cual se alegan muy sutiles razones que no me
+convencen. Ni vale para ello la grave autoridad del mismo Platn, de
+quien nos cuenta el Conde que, divinamente enamorado y besando su
+amiga, sinti una vez que el alma se le vino los dientes para salirse
+del cuerpo.
+
+ tales accidentes confieso que debemos dar explicacin menos
+metafsica; mas no por eso debemos quitar del amor todo lo metafsico,
+trascendente y divino. El amor nuestro se iguala entonces al de los
+animales. Los refinamientos, las elegancias, los materiales primores de
+que le rodeamos, le quitan naturalidad y no le aaden belleza. Y la
+exageracin y violencia del sentir, en vez de magnificarle y
+corroborarle, le ponen enfermo y le dan un aspecto diablico, delirante
+y lgubre. Se dira que las pasiones y operaciones de nuestro ser se
+resisten ser atribudas y sujetas leyes fsicas slo, y as, al
+apartar del efecto toda causa influjo divino, se le atribumos
+infernal endemoniado.
+
+No llega usted este punto del satanismo, y ms vale as. Se queda
+usted en menos de la mitad del camino, y por usted lo celebro.
+
+En cuanto los catorce sonetos, seran estticamente mejores si fuesen
+satnicos.
+
+Yo comprendo Baudelaire, y en cierto modo le admiro, aunque me
+disgusta. En su inspiracin depravada, sombra y terrible, hay algo de
+verdad, aunque exagerada por la farsa tenaz que l mismo se impuso para
+ser ms original, para asustar al linaje humano y para contristar y
+meter en un puo el corazn de cada burgus honrado y sencillote, en
+cuyas manos cayesen sus _Flores del mal_. Pero usted no pretende hacer
+el bu, ni pasar por originalsimo, siendo raro y extravagante. De ello
+me alegro, aunque los catorce sonetos, por falta de una intencin, si
+perversa, decidida, se queden en el limbo, y no suban al cielo, ni bajen
+al infierno.
+
+Dice Fscolo que el Petrarca cubri con un velo candidsimo al Amor, que
+andaba desnudo por Grecia y en Roma, y as le volvi al regazo de Venus
+Urania. Desde entonces, acaso desde antes, no se puede hablar seriamente
+del Amor, trayndole la tierra, prohibindole recordar su cielo, y
+arrancndole la vestidura. Cuando esto se hace, resulta el sacrilegio,
+que no se motiva ni funda bien, no seguir el poeta las huellas de
+Baudelaire, y entregarse al diablo.
+
+Y ahora ocurre otra duda. Cmo es que hay versos erticos, harto libres
+y desenvueltos, que el moralista, aunque no sea muy rgido, sin
+apelacin condena, que toda seora seorita bien criada no puede oir
+sin enojarse y ruborizarse, y que, sin embargo, nos gustan mucho los
+profanos? Srvanme de ejemplo no pocas canciones de Branger. Yo presumo
+que esto consiste en el tono. El refrn lo dice: _C'est le ton qui fait
+la chanson_. La alegra, la ligereza, el aire improvisado irreflexivo
+lo disculpa todo. Se dira que estos poetas, alegres y desenfadados,
+dejan tranquilo en su cielo al Amor primordial y unignito, y, si toman
+de l varias prendas, es para adornar los Amorcillos terrestres, hijos
+de las ninfas, con los cuales no disuenan las libertades y la carencia
+de misterios.
+
+De esta suerte, y no con tono herico y pomposo, la Esttica no repugna,
+aunque la Moral frunza las cejas, que el poeta, velando un poco, no
+parndose en pormenores, y dejando entender mucho por medio de rodeos y
+dobles sentidos, nos cuente nos cante algunas travesuras. Harto s que
+la eutropelia del P. Boneta no permite tanto; pero yo confieso que lo
+permite la ma. Entindase, con todo, que para que estticamente
+gustemos de versos as los mismos profanos, es menester que un dejo del
+verdadero amor, de ternura y de otros bellos sentimientos, difunda en el
+cuadro que el poeta nos trace algunos resplandores de la luz del cielo.
+Catulo amaba Lesbia con el alma, _plus quam se atque suos amavit
+omnes_, y lo recuerda y lo confiesa hasta cuando ya Lesbia le es infiel;
+y lo mismo acontece Branger con Liseta, hasta cuando le dice, al
+verla con tantas galas, que ya no es Liseta y que no debe llevar aquel
+nombre. pesar de la regocijada liviandad de ambos poetas, no es la
+carne slo lo que los enamora.
+
+Infiero yo de cuanto va dicho la necesidad, moral y esttica, de que en
+toda poesa de amores intervengan cielo y tierra y concurran lo
+espiritual y corpreo; esto ltimo velado por el pudor, sobre todo
+cuando se quiere que sean grave el tono y elevado el estilo.
+
+Se cita mucho la definicin que del orador da Quintiliano. Dice que ha
+de ser _vir bonus dicendi peritus_; pero se ignora no se recuerda que
+los griegos exigieron antes para el poeta, como requisito
+indispensable, la misma calidad de ser varn excelente. Acaso
+Quintiliano no hizo ms que ampliar la exigencia de los griegos y
+comprender en ella los oradores. Como quiera que sea, es lo cierto que
+la poesa, aun para los que seguimos la doctrina del arte por el arte,
+no es, en el ms lato sentido, independiente de la moral. No se pone
+su servicio ni la toma como fin, porque su fin est en ella: pero la
+poesa, siguiendo desembarazada y libre por su camino, si es de buena
+ley y de alto vuelo, al llegar su trmino, tiene que parar en la moral
+ms perfecta y pura que se concibe en la poca en que el poeta vive,
+no ser que ste, lleno de aliento proftico, suba ms alto y columbre y
+revele ms bellos ideales. Esto significa la excelencia moral que los
+griegos requeran en el poeta, aunque careciese de aquella voluntad
+perpetua y constante que constituye la virtud prctica en todos los
+actos de la vida, aunque no fuese ni hroe ni santo.
+
+Infiero yo de lo expuesto que el amor entre hombre y mujer, cuando no es
+slo material, no va contra la moral, sino que sta le sanciona. La
+poesa ha hecho de l su principal asunto, as en cantos lricos como en
+narraciones, desde las edades ms remotas hasta nuestros das.
+
+Es ms: la poesa ertica es tan bella, entendida y realizada as, que,
+lejos de condenarla, la religin, por severa y espiritual que sea, ha
+solido valerse de sus frases vehementes y de sus acentos apasionados,
+para expresar los xtasis y arrobos msticos, y los ms sublimes
+misterios, aspiraciones y raptos del alma hacia lo infinito y lo eterno.
+Testimonio de esto da, en la antigua India, aquella gloga bellsima en
+que Yayadeva pinta los amores de la gentil pastora Radha y del Dios
+Crishna, que toma la figura del pastor Govinda para enamorarla: y no
+menos brillante testimonio da entre nosotros _El Cantar de los
+cantares_, donde los terrenales amores de Salomn y de la Sulamita
+vienen sublimarse y convertirse en los de Cristo con la Iglesia, y
+en los del alma con su Hacedor.
+
+Tenemos, pues, la poesa ertica, siempre que se guarde en ella el
+debido decoro y no se la prive del elemento espiritual, no slo
+tolerada, no slo permitida, sino hasta canonizada. No ya con
+significacin mstica como San Juan de la Cruz, sino dirigindose
+mujeres, que fueron que se supone que fueron de carne, varones
+piadosos, como Fr. Luis de Len y Fr. Diego Gonzlez, han compuesto
+versos amorosos.
+
+Lo mejor es seguir tan buenos ejemplos. Slo se oponen que los sigamos
+la ltima moda de Pars, el afn de singularizarnos y el temor de ser
+como cualquiera otro, tomando la senda trillada y emplendonos en
+asuntos que se imaginan agotados ya, y sobre los cuales nada puede
+decirse si no repetimos lo que otros dijeron.
+
+Crea usted que este temor es vano. No busque usted la originalidad, y
+ella vendr buscarle. Sea usted natural y espontneo, y pondr usted
+en cuanto escriba el sello de su persona, y ser sana y limpiamente
+original, sin darse todos los diablos y sin caer en las demencias
+fnebres que en Francia se usan.
+
+Inagotable fbrica y rico emporio de ideas es Pars. Necesario y bueno
+es tomar de all lo que conviene; pero haya tino y juiciosa eleccin en
+lo que se tome.
+
+Cierta poesa no es ya ertica, sino crapulosa y nauseabunda. Entre las
+causas que concurren dar ser esta poesa, adems de las ya
+mencionadas, entra una vanidad pueril de que el poeta no se da cuenta
+veces. Figurmonos al poeta en Pars. Su prurito ser acaso que, en el
+fondo de la provincia de donde ha venido, le tengan por un picaruelo,
+sibarita alambicado, que logra venturas superfinas, ni soadas en su
+lugar. Adems, todo francs hace sin querer _la reclame_. En Pars se
+confeccionan los mejores guisos y se hacen los ms graciosos vestidos y
+sombreros para mujeres; es menester, por consiguiente, que tambin se
+crea y se divulgue que en Pars se entiende mejor el amor y se le
+condimenta con alios ms picantes y especieras ms ricas y exticas.
+Con este seuelo, tal vez, no pocos individuos acaudalados de naciones,
+que en Francia se tienen entre el vulgo por semi-brbaras, vendrn
+Pars, ya que no estudiar en la Sorbona, aprender pornografa en los
+colegios de la nueva Babilonia.
+
+No acuso yo ningn autor francs de que lleve tal intencin; pero la
+lectura de sus libros produce el mismo efecto que si la llevara. Nos
+fingimos por ac, y por muchas otras tierras, un Pars encantado, donde,
+si va uno con dinero, se pasea en los jardines de Armida, desembarca en
+la isla de los amores de Camoens, y penetra en el propio paraso de
+Mahoma.
+
+Si el mal se detuviese en esto, yo me callara; pero el mal no se
+detiene. Los poetas crapulosos, como Baudelaire y Rollinat, se hartan y
+se hastan de sus goces; sienten aspiraciones infinitas, hundidos ya en
+el fango, y despus de haber renegado de Dios; y aqu te quiero
+escopeta. Cada uno de ellos parece un energmeno. Sus versos son
+pesadillas de un ascetismo bastardo y sin esperanza. Obsesos por el
+demonio del remordimiento y por otros demonios ms feos y tiznados,
+rompen en maldiciones y blasfemias inauditas. Ya nos aseguran que no hay
+crimen que no sean capaces de perpetrar, ya se encomiendan devotamente
+Lucifer, ya aseguran que quieren imitar Cristo, si bien suponiendo que
+lo que Cristo prescribe y recomienda con el ejemplo es que nos matemos.
+La muerte es la nica redencin posible. Adems, ellos entienden que
+deben matarse en castigo de sus culpas.
+
+ _Va, que la mort soit ton refuge!_
+ _ l'exemple du Rdempteur,_
+ _ose la fois tre le juge,_
+ _la victime et l'xcuteur._
+
+La situacin es tremenda, y empezando por versos de amor materialista
+puro, como los catorce sonetos, se viene caer en ella, ms tarde
+ms temprano, no desviarse pronto del mal camino.
+
+Las visiones de Baudelaire y de Rollinat espeluznan y descomponen el
+estmago; dan horror y asco: es menester ser valientes y robustos para
+resistirlas sin vomitar sin caer desmayado. Los suplicios ms feroces
+que ve Dante en su _Infierno_, las abominaciones y espantos de los ms
+ascticos libros cristianos, como _Gritos del infierno_, _Estragos de la
+lujuria_, y otros as, son nierias y amenidades, si se comparan con lo
+que Baudelaire refiere cuando l mismo se ve ahorcado, podrido y
+hediondo, entre una nube de murcilagos y de grajos que le sacan los
+ojos mordiscos y picotazos y se le comen por do ms pecado habia, y
+con lo que cuenta Rollinat de aquel gato celoso, que yo sospecho que era
+un demonio familiar, el cual araa y destroza su amiga en sitios tan
+sensibles y ocultos.
+
+Si tamaas desventuras se tomasen por lo serio, sera cosa de deshacerse
+en un mar de lgrimas, de morirse de pena y de terror entre convulsiones
+horribles, y de aborrecer toda vida, y ms que ninguna la
+sardanapalesca, que se entregaron estos vates ilustres, y cuyos
+funestos resultados estamos tocando.
+
+Por dicha, yo me consuelo y tranquilizo con sospechar que, tanto en el
+_sardanapaleo_ como en el lloriqueo, tanto en las culpas como en los
+castigos, hay abundancia de filfa y camelo. Ni se divierte uno tanto
+como dice, ni suele exclamar de corazn _qu ttrica es la vida!_
+despus de haberse divertido. En ambos extremos hay ponderacin
+jactanciosa: _pose y blague_. Lo peor es el pesimismo. Si se adopta para
+hacer efecto y darse charol, no tiene perdn de Dios. Por qu en odas,
+en elegas, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotes
+de filosofa, hemos de angustiar los mortales y quedarnos tan frescos?
+
+Todos, aunque seamos optimistas, tenemos ratos, y das y semanas de mal
+humor, de tristeza y de abatimiento. As estaba yo, poco ha, cuando
+escriba un amigo diplomtico extranjero, quien quiero mucho, una
+melanclica carta. l me contest, consolndome con discretsimos
+razonamientos, algunos de los cuales vienen tan pelo aqu, que voy
+citarlos en el propio idioma en que estn escritos, abusando quiz de la
+confianza y rompiendo el sigilo de la correspondencia.
+
+A quoi vous sert votre optimisme? (me dice). Notre matre le Docteur
+Pangloss restait ferme dans la doctrine aprs des accidents bien
+autrement facheux et malgr le cadeau dont l'avait gratifi Paquette et
+dont vous connaissez la gnalogie. L'optimisme ne servirait-il rien?
+On serait tent de le croire en voyant que les pessimistes sont en
+general de fort bons vivants, qui s'arrangent une existence trs
+agrable et qui sont trs peu presss de sortir de cette cration
+manque. Leur chagrin est tout en rimes ou en livres de philosophie, qui
+n'ont pas d'influence sur leur conduite journalire. Schopenhauer
+n'avait pas l'air de s'ennuyer, si j'en crois ceux qui l'ont connu.
+Boudha lui mme est mort d'indigestion, ce qui peut faire douter de son
+asctisme et de son mpris des choses cres. Si nous faisions comme
+eux et si nous prenions le monde comm'il est, runissant ainsi les
+avantages des deux systmes?
+
+Estas palabras de mi docto amigo me sugieren una idea luminosa y
+salutfera. Seamos optimistas y pesimistas alternativamente. Las cosas,
+aunque no crea uno en el determinismo feroz que nos arrastra al vicio y
+hasta al crimen, y aunque no vea uno siempre desolacin y dolor en torno
+suyo, no estn por eso todo lo bien que sera de desear. Confesmoslo,
+pero no nos aflijamos demasiado ni menos aflijamos los dems hombres
+con nuestros quejidos y aullos. Conviene, pues, para esto, que nuestro
+pesimismo, en vez de ser trgico, sea chistoso y cmico; como el
+pesimismo de Voltaire, que en el _Cndido_ hace que nos desternillemos
+de risa, , mejor an, como el de Cervantes, ms gracioso todava en el
+_Quijote_, y lleno de dulzura y de cristiana resignacin, sin chispa de
+hil ni de impiedad ni de odio.
+
+Y si, en el da de hoy, sin salir de Espaa, quiere usted hallar un
+modelo acabado de este pesimismo para reir, bsquele en los escritos, en
+prosa y verso, de Miguel de los Santos lvarez, y singularmente en
+algunas octavas del poema _Mara_. El pesimismo se expresa en ellas con
+tanto chiste y gracejo, que regocija, en vez de desesperar, y hasta se
+le antoja quien lee recita aquellas blasfemias, no ya que l debe
+perdonarlas _propter elegantiam sermonis_, sino que hasta la Soberana
+Potestad, quien se dirigen, en vez de castigarlas, las celebra y las
+re, como re y celebra la madre cariosa y benigna al nio pequeuelo y
+mimado, si la insulta por que no le da, para que no le hagan dao, las
+chucheras y golosinas que le pide.
+
+En resolucin, y para terminar, en las poesas amorosas mezcle usted
+algo del cielo con la tierra, fin de no hallar _ttrica la vida_
+cuando est en lo ms florido de sus aos, y en lo dems procure usted
+no caer en el pesimismo, y si cae en l, tmplele y endlcele con la
+risa resignada y con la burla sin acbar de Cervantes y del antiguo
+amigo de Espronceda. De esta suerte, ya que no los censores graves; los
+que no lo son ni tienen autoridad para serlo, en lo amoroso perdonarn
+usted las verduras, y en lo pesimista las injurias contra la
+Providencia, cuyos designios y planes, que ignoramos y debemos acatar,
+tal vez brillan justificados despus de tales ataques.
+
+Y con esto termino, augurando usted rica cosecha de laureles si sigue
+mi consejo, y reiterndole que soy su afectsimo amigo.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+COLECCIN
+DE
+MANUSCRITOS Y OTRAS ANTIGEDADES DE EGIPTO
+PERTENECIENTES AL ARCHIDUQUE RANIERO
+
+
+No pocos escritores han dado ya noticia de esta rica y curiosa
+coleccin, pero nunca hasta ahora se haba expuesto toda ella al
+pblico.
+
+A fin de que cualquiera logre enterarse algo de los objetos que la
+componen, de su mrito y de su rareza, acaba de publicarse, en esta
+ciudad de Viena, un precioso catlogo ilustrado.
+
+Como los objetos son muchos miles, no es posible que todos estn
+estudiados y descritos en el catlogo. Este, no obstante, es un tomo en
+cuarto mayor, de 292 pginas, letra muy metida, con veinte lminas y
+noventa imgenes y facsmiles intercalados en el texto, y contiene la
+descripcin de ms de mil cuatrocientos objetos.
+
+Lejos de ser todos de la misma poca, es tan varia su antigedad, que el
+origen de algunos se remonta catorce siglos antes de Cristo, mientras
+que los ms modernos son del siglo XIV de la Era cristiana. Todo ello es
+visible y claro documento de la civilizacin, no interrumpida por
+espacio de 2700 aos, en el pas que riega y fecunda el Nilo.
+
+Como dicha civilizacin ha adoptado, en el transcurso de los siglos,
+diversas creencias religiosas, distintos usos, leyes y costumbres y
+diferentes idiomas en que manifestarse, los objetos, aunque hallados
+casi todos en el mismo lugar, varan en extremo. Slo por la lengua
+escritura de los manuscritos pueden stos clasificarse en hierticos,
+demticos, cpticos, griegos, latinos, arbigos y phlvicos, sea en la
+lengua oficial de los persas en tiempo de los Sasanidas.
+
+Los ltimos vienen demostrar con evidencia que principios del siglo
+VII de nuestra Era, el Egipto fu conquistado por Cosroes II, y que la
+dominacin persa en aquel pas se extendi hasta la Nubia.
+
+Por la materia en que los documentos de la coleccin estn escritos,
+tambin hay notable diversidad. Lo que ms abunda es el papiro, desde
+los tiempos de Ranss II, el Sesostris de las historias clsicas. Siguen
+los escritos en papiro, despus de la conquista de Alejandro Magno, en
+el periodo helnico de los Ptolomeos, durante la dominacin romana y en
+la poca bizantina.
+
+Cuando los rabes se apoderaron del Egipto, la civilizacin no se
+eclips ni retrocedi, y el cultivo de la planta de que se saca el
+papiro y la fabricacin del papiro tomaron mayor incremento,
+proporcionando al Egipto prosperidad y riqueza. Las ms importantes
+fbricas estaban en Wasima y en Bura, cerca de Damieta, desde donde se
+enviaba esta mercanca los ms distantes y opuestos mercados: Roma,
+ Constantinopla, Bagdad, y Crdoba.
+
+En la coleccin del archiduque Raniero hay papiros escritos en lengua
+arbiga, desde la conquista muslmica, en el siglo VII, hasta bien
+entrado el siglo X; los hay del tiempo de los primeros sucesores del
+Profeta, y de las dinastas de los Omiadas, Abasidas y Tulunidas.
+
+En el siglo X, tal vez antes, se haba ya extendido por el Asia
+occidental y haba penetrado hasta el Egipto mismo un poderoso rival del
+papiro que haba pronto de vencerle y dar con l por tierra. Era este
+rival el papel de trapo. A lo que parece, el papel se conoca y usaba en
+China desde la edad ms remota. Los rabes le importaron en Occidente.
+La poca de este gran acontecimiento ha venido fijarse, poco ha, con
+maravillosa exactitud. Se marca el da, el mes y el ao en que fu. Fu
+el 7 de Julio del ao 751 de la Era cristiana. Los anales arbigos y los
+chinos estn contextes en esto. Kao-Hsien-fa, general de Corea, fu
+vencido por los rabes, que llevaban por auxiliares los turcomanos,
+cerca de una ciudad llamada Kangli, en la orilla del ro Tharz. Los
+vencedores traspasaron las fronteras mismas del Celeste Imperio
+persiguiendo los chinos, y les hicieron muchos prisioneros. Entre
+ellos haba, por feliz casualidad, algunos que tenan por oficio hacer
+papel. Fueron stos llevados Samarkanda, donde pronto empezaron
+ejercer su industria. Los productos de ella se difundieron, desde
+Samarkanda, por el Occidente de Asia, por Africa y por Europa. Si tard
+casi dos siglos en vulgarizarse el papel y en vencer al papiro, fu
+porque los primeros fabricantes slo de algodn saban hacerle, y les
+faltaba, bien abundaba poco, la primera materia. Al cabo vino
+inventarse el hacer el papel de trapos viejos, y pronto entonces se
+trasplant esta industria otros puntos. La segunda fbrica, de que
+hace mencin la historia, se estableci en Bagdad el ao de 795,
+reinando el califa Harun-al-Raschid. No tard mucho, probablemente, en
+haber tambin fbricas de papel en Damasco, y desde all el papel empez
+ conocerse en Europa, tomando el nombre de _Charta Damascena_.
+
+En Egipto, los rabes emplearon ya el papel desde el siglo IX, y en la
+coleccin del archiduque Raniero se ven escritos en esta materia,
+empezando desde dicha poca y continuando durante las dinastas de los
+Ichschidas, Fatimidas, Aijubidas y Mamelukos.
+
+Y lo ms singular, y acaso una de las cosas que dan ms precio esta
+coleccin, es que, no slo hay manuscritos en papel, sino que
+evidentemente hay tambin papeles, grabados impresos, que datan del
+siglo X. Los rabes no se limitaron traer el papel desde la China, si
+no que, por lo visto, trajeron tambin el arte de la imprenta antes de
+que Gutenberg le inventase. Ya se entiende que esto excita la curiosidad
+y el asombro, pero en manera alguna disminuye la gloria de Gutenberg,
+como no quita Coln la gloria de haber descubierto la Amrica el
+descubrimiento muy anterior y harto infecundo de los islandeses.
+
+Como quiera que sea, en la coleccin del Archiduque hay no pocos papeles
+impresos, completamente como los impriman los chinos, y que son de
+mediados del siglo X.
+
+El papel manuscrito es en la coleccin, segn es natural, ms antiguo
+que el impreso.
+
+El primero, por orden cronolgico, entre los estudiados ya, es una
+carta, en cuya direccin escrita en el respaldo se lee la fecha
+correspondiente al ao 873 de nuestra Era. Hay despus un fragmento de
+contrato del ao 909. La coleccin, adems de papiros y papeles,
+contiene escritos en madera, en barro, en telas, en tablas de cera, en
+metal y en varias clases de pergaminos de vaca, de carnero, de becerro y
+de antlope, que eran los ms estimados.
+
+El conocimiento del arte de escribir y de todos los recados y sustancias
+con y en que se escribe se puede adquirir visitando esta coleccin, que
+viene ser una serie de monumentos de su historia. Y no es el menos
+notable un cesto, de paja y camo entrelazados, donde hay tres paletas
+de madera muy dura, en que se frotaba la pastilla barra de tinta
+slida, humedecindola, para que, desleda, sirviese. En cada paleta
+hay huecos en que se envainaban las caas plumas, de las que se
+conservan tres. Cesto, _clamos_ y paletas, que an tienen tinta
+endurecida, son de mil doscientos aos antes de Cristo, si hemos de dar
+fe los inteligentes y al testimonio de un papiro con escritura
+hiertica, que estaba unido dichos objetos.
+
+Como se ve, todos ellos forman un tesoro de imponderable valor para el
+anticuario, y estn ahora expuestos al pblico en cinco salones del
+Museo austriaco de artes industria.
+
+Lo ms importante lo descubri y trajo Viena el seor Teodoro Graf, de
+quien, en 1884, lo adquiri el Archiduque.
+
+El tesoro procede de diversos puntos, por ejemplo, de Al-Uschmunein, la
+antigua Hermpolis; pero el fondo principal se ha encontrado cerca de
+Medina-al-Fayun, no lejos del lago Moeris, entre las ruinas de la ciudad
+de Schet, llamada por los griegos Crocodilpolis Ciudad del Cocodrilo,
+porque all era adorado el dios Sobk, cuya cabeza era como la de dicho
+animal. Schet se llam ms tarde Arsinoe, en honor de la segunda reina
+de este nombre, hija de Ptolomeo I.
+
+El libro, de que vamos extractando todas estas noticias, se titula _Gua
+de la Exposicin_; est impreso en la imprenta Imperial y Real de la
+Corte y del Estado, y ha sido compuesto por tres principales autores. En
+lo egipcio ha trabajado el Sr. J. Krall; en lo greco-latino el Sr. K.
+Wessely, y en lo arbigo el Sr. J. Karabacek, de quien es tambin la
+Introduccin de la obra.
+
+Como yo no acierto escribir nunca con el conveniente disimulo
+hipocresa, que alguien llama pudor literario, y, sin poderlo remediar,
+impongo al pblico en mis secretos como si el pblico estuviese formado
+de amigos ntimos, no he de ocultar aqu los sentimientos y
+pensamientos, acaso abominables y vitandos, que acuden mi alma en
+ella se despiertan, al visitar la referida Exposicin al hojear el
+libro que la describe. Hubiera perdido algo el linaje humano con que
+todos estos papiros y papeles se hubiesen perdido sin llegar hasta
+nosotros con que nunca el Sr. Graf los hubiese descubierto? Sin duda
+que suministran datos importantes y fehacientes, que aclaran no pocos
+puntos histricos, y esto es una gran cosa; pero proporciona tanta
+fatiga el estudiarlos, descifrarlos y traducirlos, que no s si el
+resultado obtenido compensar nunca la fatiga. Si yo no fuese tan
+aficionado saber, si mi afn de enterarme de todo no fuese tan vivo,
+me importara poco que se descubriese, cada da, un cmulo de
+manuscritos como el que posee y exhibe el Archiduque: pero yo quiero
+saberlo todo, y como el tiempo me falta, y la vista me va faltando
+tambin, y s poqusimos idiomas, se apoderan de mi espritu la
+inquietud, el mal humor, algo como miedo de acometer un trabajo nuevo y
+algo como envidia de aquellos para quien apenas es trabajo sino deleite
+el investigar tales escritos y poner en claro lo que dicen. Entonces me
+explico y casi aplaudo la supuesta verdadera conducta del califa Omar,
+del Licenciado Barrientes, del Cardenal Cisneros, del arzobispo
+Zumrraga, y de otros de quienes se cuenta que han quemado manuscritos.
+La gente los denigra y los saca la vergenza como insensatos
+fanticos, pero yo tal vez los miro como hericos dechados de caridad
+desagradecida. Por fortuna, pronto desecho esta extraviada manera de
+pensar y de sentir; y pues hay manuscritos, aspiro saber lo que dicen
+y hasta informar un poco de su contenido los que sean ms ignorantes
+ menos estudiosos que yo, y algunos habr.
+
+Hasta ahora slo he hablado de lo material: del papiro, del papel, del
+pergamino, de la tinta y de las paletas en que se deslea la tinta, all
+en tiempo de los Faraones anteriores Moiss. Veamos ahora algo de lo
+que los manuscritos contienen.
+
+Lo primero que se piensa es que son una mina de donde cualquiera autor
+de novelas histricas pudiera tomar el legitimo _color local_, mejor
+dicho _temporal_, para los sucesos que relatase. Acaso no quede acto de
+la vida de un municipio y de las relaciones y tratos entre sus
+habitantes del que no se encuentre algn testimonio en la coleccin del
+Archiduque. Se dira que hay en esta coleccin cuanto se custodiaba en
+las escribanas de Arsinoe y en el archivo de su Ayuntamiento: contratos
+de matrimonio, partes de defuncin, recibos de contribuciones, pagars,
+escrituras de compra, venta y arrendamiento, etctera, etc. Todo es
+peregrino por la lengua en que se expresa, y porque nos parece que pasa
+ nuestra vista y que hemos ido retrocediendo veinte treinta siglos
+contra la corriente de los sucesos que vuelven mostrarse como
+presentes; pero, en lo esencial, aunque un poquito ms negros y ms
+feos, apenas hay casos que no sean idnticos los de ahora: tributos
+enormes, gente que se resiste pagar no puede, poco dinero, usura,
+miseria en el pueblo bajo, y en los empleos pblicos filtraciones
+irregularidades.
+
+Ejemplo notable de esto ofrece el manuscrito nm. 272, del siglo III de
+Cristo, donde hay actas del Ayuntamiento de Hermpolis Magna. La ciudad
+era esplndida; tena por patrono Mercurio Trimegisto, inventor de las
+letras y de las ciencias; y los templos de dicho Dios, de Apolo, de la
+Fortuna, de Serapis y de las Ninfas, eran de gran belleza. Sus colosales
+ruinas pasman an al viajero.
+
+Aquel municipio era autnomo, y los encargados por eleccin de
+gobernarle se titulaban el Ilustrsimo Concejo. Los negocios de que
+habia que tratar se los repartan los concejales, y como los negocios
+eran muchos y varios, es tambin muy variado el contenido de las actas.
+As, refieren stas que dos regidores, Dioscrides y Sarapamn, se
+apoderaron de las llaves del psito, y sustrajeron de all y vendieron
+muchsimo trigo y cebada, toda la provisin de lentejas, y ms de cien
+_artabos_ de vino de arroz. No contentos con esto, hicieron otras
+muchas defraudaciones. De aqu largos y acaloradsimos debates en las
+Casas Consistoriales, para ver cmo haba de reponerse la prdida, pues,
+ lo que se infiere, ni Sarapamn, ni Dioscrides tenan _talentos_, ni
+_minas_, ni dracmas, ni bolos, ni _calcos_, ni _slidos_ (que eran las
+monedas que entonces corran), porque todo lo haban liquidado.
+
+Dejemos nosotros en paz los seores Sarapamn y Dioscrides, ya que no
+es posible que devuelvan de lo sustrado ni una lenteja, y procedamos
+cronolgicamente en este rpido recuento.
+
+Las conjeturas y los ensueos, no slo deben de estar permitidos, sino
+que suelen ser muy divertidos. Imagine cada cual lo que se le antoje:
+ponga en la hundida Atlntida, en las regiones hiperbreas, ms all de
+las Montaas Rifeas, y hasta en la Lemuria, si le parece bien, un foco
+primitivo de civilizacin; lo cierto, lo demostrado es que la
+civilizacin ms antigua es la de Egipto. Hace cerca de seis mil aos
+que el Egipto est civilizado. Monumentos hay, en aquella tierra
+portentosa, los que se atribuyen ms de cinco mil aos de edad, cuya
+perfeccin y magnificencia no han sido despus superadas. Cualquiera de
+ellos da muestra de que ya se conoca la escritura. La ms antigua, la
+monumental y lapidaria, es la hieroglifica, que sigui emplendose hasta
+el reinado del emperador Decio.
+
+De la escritura hieroglfica haba nacido la hiertica, que se us para
+escribir en los papiros y que no era ms que la simplificacin de los
+setecientos signos de que la escritura hieroglfica se compona.
+
+En el mismo cesto, donde estaba el recado de escribir de que hemos
+hablado, se hall el ms bello y bien conservado escrito hiertico de la
+coleccin archiducal. Se supone, pues, que es de la misma poca, sea
+de 1200 aos antes de Cristo.
+
+Contiene, en forma de carta dirigida por un seor Pibesa un seor
+Amenofis, una descripcin potica de la ciudad de Pi-Ranss, de la que
+no queda rastro y sobre cuya posicin discuten los egiptlogos, aunque
+convienen todos en que era la residencia favorita de Ranss II; tal vez
+algo modo de un Aranjuez un Escorial de entonces. Segn la
+descripcin, haba all hermosos palacios; toda comodidad, deleite y
+regalo; bien cultivadas huertas, donde se cosechaban granadas, manzanas
+ higos; sembrados frtiles, estanques llenos de peces, mucha miel y
+vino ms dulce y ms aromtico todava.
+
+Otro escrito hiertico de la coleccin, adornado con vietas y muy
+extenso, es el _Litro de los muertos_ de Taruma, sacerdotisa de Ptah.
+Una de las vietas representa el juicio de los muertos, y otra la momia
+de la mencionada sacerdotisa, extendida en el lecho mortuorio, que tiene
+forma de esfinge, sobre todo lo cual se alza volando el alma, bajo la
+apariencia de un pjaro. Este _Libro de los muertos_ es, como otros que
+del mismo gnero se conservan, una serie de oraciones salmos, con que
+se provea los difuntos para que luchasen contra los tenebrosos
+poderes del Amente Infierno, los venciesen, y pudiesen volver las
+regiones de la luz.
+
+Los escritos demticos son pocos en la coleccin, al menos los
+descifrados hasta ahora. Aunque se llaman _demticos_, sea populares,
+son, lo que parece, harto difciles de leer, causa de las
+abreviaturas y enlaces y de lo cursivo de las letras. En tiempo de los
+Ptolomeos fu el mayor florecimiento de este gnero de literatura, cuyo
+ms brillante fruto es la _Historia de Xamris y Neferchoptah_. En la
+coleccin del Archiduque hay, en escritura demtica, conjuros para
+evocar Osiris, Chu, dios del Oriente, y Amn, dios del Medioda.
+
+La magia y la teurgia eran ciencias muy cultivadas en Egipto, y con cuyo
+auxilio se atraa la luna desde el cielo, se aprenda el lenguaje de
+los pjaros, se transformaban las varas en serpientes y se hacan otra
+multitud de milagros. Las frmulas, por cuya virtud se hacan, estaban
+custodiadas en los colegios sacerdotales y en los Palacios de los
+Faraones. Los profanos no iniciados no podan valerse de estas
+frmulas, ni poseerlas escritas, sin exponerse muy severos castigos.
+Hasta el mismo Faran, si tena el antojo de hacer algn milagro
+valindose de las tales frmulas, se expona que el cielo le castigase
+enviando su reino las ms espantosas plagas. As, pues, los conjuros
+demticos que en la coleccin se ven, deben de ser una divulgacin
+sacrilega, plebeya incompleta, de la alta y noble ciencia de los
+sacerdotes y prncipes.
+
+Posee tambin la coleccin extraordinaria cantidad de escritos cpticos
+(pasan de 4.000), en papiros, pergaminos y otras materias. A pesar de la
+influencia cristiana, tan poderosa en esta literatura, que consta
+principalmente de traducciones de textos griegos de la Biblia y de los
+Santos Padres, la aficin la magia persiste an, y hay no pocos
+conjuros y frmulas que servan de amuletos. Entre ellos se ven
+combinaciones de palabras, que forman lo que, para diversin y
+adivinanza, ha estado ltimamente en moda con el nombre de _cuadrado de
+letras_. As, por ejemplo:
+
+ s a t o r
+ a r e p o
+ t e n e t
+ o p e r a
+ r o t a s
+
+y este otro, hecho con palabras y letras griegas:
+
+[Greek: a l ph a
+ l e n
+ ph n
+ a l r]
+
+En la lengua cptica se contaban muchos dialectos y haban entrado
+palabras extraas, ya del griego, ya del latn, ya del rabe. Se
+empleaba el alfabeto griego, con la adicin de algunos signos para
+expresar sonidos que con las letras griegas no podan expresarse.
+
+Paciencia ser menester para descifrar los cuatro mil manuscritos
+cpticos de que hemos hablado, y de los cuales slo una vigsima parte
+explica el Catlogo. Hay cartas particulares y de negocios, cuentas,
+recibos, vidas de santos, la epstola del rey Abgar de Edesa
+Jesucristo, y la contestacin de ste, homilas, plegarias y evocaciones
+de varios linajes de seres sobrenaturales; del demonio Tamsari, del gran
+querubn Asaror, de los espritus de los patriarcas Adn, No y
+Matusaln, y del ngel Chrufos.
+
+Posible es que de tamao caos, despus de estudiar mucho y devanarse los
+sesos, saquen los sabios alguna luz para la historia de las
+supersticiones, ritos, doctrinas, cultura y modos de vivir, en los
+tiempos ms obscuros, sobre todo para la Europa latina, sea desde el
+siglo V al X.
+
+En la sala segunda estn expuestos los manuscritos griegos, que son los
+ms lujosos, elegantes y de mejor gusto artstico. Los hay con dibujos y
+letras de varios colores, y de plata y de oro. Todos son enrollados y no
+en la forma moderna del libro. Tambin estos manuscritos son los ms
+interesantes para la historia, porque, ya son ejemplo nico casi nico
+de algo, ya dilucidan puntos obscuros, que la mayora de la gente no
+les importan nada, pero que llenan de entusiasmo los historiadores y
+arquelogos y hacen que prorrumpan en el _eureka_ de Arqumedes.
+Brillante ejemplo del primer caso presta el pedazo de papiro sealado
+con el nmero 531, donde se lee un coro del _Orestes_ de Eurpides, con
+la msica con que se cantaba, y tambin con la msica instrumental del
+acompaamiento. Este papiro es casi contemporneo del nacimiento de
+Jesucristo: debe de tener mil novecientos aos de antigedad.
+
+Yo no s en qu consiste, ni me parece que el Sr. Wessely lo explica,
+pero lo cierto es, que, fuera de este coro con msica y quiz de algn
+otro papiro, conteniendo amuletos, conjuros fragmentos literarios y
+sin fecha cierta, no hay entre todos los papiros griegos descritos uno
+solo anterior la Era cristiana. Los ms antiguos son de fines del
+primer siglo de dicha Era, esto es, cuando ya la dominacin helnica y
+su cultura y sus letras prevalecan en Egipto haca cuatrocientos aos.
+
+Desde el de 83 hasta el de 735 dgase mucho despus de la conquista de
+Egipto por los rabes, que tuvo lugar en 642, hay papiros griegos en la
+coleccin del Archiduque. La cultura helnica persisti despus de dicha
+conquista. En todo, dur en Egipto ms de mil aos.
+
+Las noticias de la vida pblica y privada que contienen estos papiros,
+son en extremo curiosas y pueden producir al que las recoja una
+abundante cosecha de datos para la historia y para las ciencias
+auxiliares de ella, como la cronologa, la lingstica, la arqueologa y
+la economa social. As, v. gr.: un papiro de la coleccin es el nico
+documento escrito del reinado de noventa das de los emperadores Pupieno
+y Balbino. En otro papiro se declaran los ttulos de la reina de
+Palmira, Zenobia, y de su hijo, que rein par de ella, y que se
+llamaba y titulaba Aurelio Septimio Vabalato Atenodoro, _vir
+clarissimus, Rex, Imperator, dux Romanorum_. Otros papiros dan muestra
+de la decadencia literaria, de la corrupcin que se fu introduciendo en
+el idioma, del mayor nmero de extravagancias, supersticiones y
+tristezas que conturbaron los espritus, de la poderosa reorganizacin
+del imperio por Diocleciano y Constantino, del triunfo de la religin
+cristiana, y de la vergenza de la universal bancarrota del Estado y del
+rebajamiento en la ley de la moneda.
+
+Todo esto lo ve sin duda pasar ante sus ojos, como si estuviera viviendo
+entonces, el que sabe leer los papiros y los lee. A veces conoce, no ya
+la vida de una sola persona, sino la historia de toda la familia y de
+sus bienes de fortuna durante algunas generaciones. En un contrato de
+compra y venta en el ao de 268, vemos la rica y joven viuda Priscila
+comprando una bonita esclava en la flor de su edad, y pagando por ella
+cinco mil dracmas. Como ya la muchacha haba pertenecido un oficial de
+caballera, llamado Aurelio Coluto, no es muy de creer que su inocencia
+inmaculada entrase por mucho en tan subido precio. La seora Priscila
+deba de ser caprichosa y vivir con lujo y aparato. Su hermosa casa
+estaba en la _Calle del Castillo del Occidente_, en la ciudad de
+Hermpolis. Pero no hay bien ni mal que dure cien aos. La seora
+Priscila tena un hijo llamado Aurelio Nicon Aniceto, que fu del
+Ayuntamiento, y que no sabemos cmo administrara la fortuna comunal,
+pero s que administr tan mal la propia, que tuvo que empearse y hasta
+que hipotecar la casa de la _Calle del Castillo del Occidente_. Tom
+prestados sobre esta hipoteca: primero, cuatro mil doscientos dracmas;
+al ao siguiente, mil quinientos ms; otro ao despus, mil doscientos,
+y todava otros mil quinientos dracmas, un ao ms tarde. El resultado
+natural fu que tuvo que vender la casa, poco tiempo despus, la
+seora Aurelia Serapias, hija de Trimoros, de quien yo sospecho que era
+un usurero terrible. La seora Aurelia Serapias haba de parecerse mucho
+ su padre, y slo di por la casa tres mil dracmas sobre lo que ya
+haba prestado. Es casi seguro que la casa estara apreciada, en nmero
+redondo, en dos talentos, sea doce mil dracmas; de suerte que, al dar
+los tres mil y cobrarse lo prestado, la seora Aurelia Serapias todava
+tuvo un beneficio de seiscientos dracmas lo menos.
+
+Raros son los papiros que no contienen noticias lastimosas; pero, al
+fin, algunas hay alegres tambin. Pondr por caso la certificacin,
+expedida por un juez de los juegos olmpicos, de que Horin ha alcanzado
+la victoria y ha sido coronado son de trompetas. La certificacin es
+del tiempo del emperador Galieno y se dirige al Ayuntamiento de
+Hermpolis para que honre, como debe, al referido Horin, natural de
+dicha ciudad. A los vencedores en los juegos se les concedan no pocos
+privilegios y distinciones, exencin de ciertos tributos y hasta
+pensiones, veces.
+
+La serie de documentos es larga, y sera prolijo, para un artculo,
+detenerse ms en dar cuenta de ellos. Los que ms abundan son los
+contratos entre particulares y los escritos relativos al cobro de las
+contribuciones, las cuales eran en dinero, en toda clase de cereales,
+viandas y frutos, y hasta en equipo para los militares. La corrupcin de
+los que recaudaban, las vejaciones que imponan, el susto que les
+entraba cuando haba visita de inspeccin, y la creciente pobreza y
+opresin del pueblo, todo se refleja en los papiros como en un espejo.
+La sociedad hubo de hacerse tan insufrible para la mayora de los
+hombres, que se comprende la mana que se apoder de muchos de huir de
+las ciudades y de retirarse los yermos hacer vida de anacoretas.
+
+El pueblo egipcio deba de estar cada da ms humillado por sus
+sucesivos dominadores, de todos los cuales iban quedando descendientes
+con privilegios como hombres de raza superior, formando colonias
+militares y constituyendo, modo de un ejrcito de reserva, para
+sostener el gobierno central, primero de los Ptolomeos, y despus de los
+Csares. En los papiros se ven cada instante las huellas de estas
+clases privilegiadas. Ellas acaso ayudaran las legiones romanas para
+defender el Egipto, aunque en vano, primero contra los persas, y contra
+los rabes despus.
+
+La dominacin persa no hubo de durar ms de dos tres aos. Sin
+embargo, la coleccin del Archiduque Raniero encierra centenares de
+documentos que atestiguan esta dominacin, la cual termin sin duda en
+tiempo del emperador Heraclio.
+
+De los manuscritos phlvis no da la gua de la Exposicin traduccin ni
+cuenta, disculpndose los autores con la dificultad que ofrece la
+inteligencia de este idioma, del cual, segn se hablaba en tiempo de los
+Sasanidas, afirman que slo quedan algunas monedas inscripciones en
+piedra que puedan haber servido para prepararse interpretar los recin
+descubiertos manuscritos, que hoy posee el Archiduque, y son, lo que
+parece, los nicos en su gnero.
+
+Entindase que yo hablo como profano y que no acierto decidir si el
+phlvi en que estn escritos los papiros de la coleccin archiducal es
+otra lengua distinta de aquella en que est escrita parte del
+Zendavesta, si hay algn libro sagrado escrito en un phlvi menos
+antiguo, ya del tiempo de los Aquemenides, ya del tiempo de los
+Arsacidas, ya del de los Sasanidas mismos. En este ltimo caso, dicho
+libro podra servir, como escrito en idntico idioma, para traducir los
+manuscritos persas del Archiduque.
+
+La parte de los manuscritos latinos es muy pequea en el Catlogo. El
+latn era en todo el Imperio romano el idioma de las leyes y de la
+milicia; pero, en Egipto, para la administracin, el comercio y los
+contratos, se empleaba el griego. As es que hay pocos manuscritos
+latinos y casi todos de asuntos militares.
+
+Es de lamentar que entre tanto manuscrito del largo, del milenario
+perodo greco-latino, apenas se haya descubierto nada que tenga valor
+esttico, salvo el pedazo del coro de _Orestes_, con su msica. Lo ms
+notable, despus de dicho coro, es un fragmento del prlogo de un drama
+de Epicarmo, titulado _Ulises explorador_, donde el astuto hroe se
+disfraza de mendigo y penetra en Troya para averiguar lo que all pasa.
+Hay asimismo dos hojas de pergamino de un discurso de Esquines
+impugnando Demstenes. El discurso fu pronunciado 330 aos antes de
+Cristo; y el pergamino de que hablamos es del siglo V de nuestra Era.
+Hay, por ltimo, dos antfonas del siglo IV, y pedazos de las Escrituras
+Sagradas y de varios Evangelios no cannicos.
+
+La conquista de Egipto por los rabes, en 642, fu para el pueblo
+conquistado una felicidad, aunque efmera. Los rabes fueron recibidos
+por los coptos como simpticos vengadores y libertadores. No eran como
+los brbaros que haban acabado con la dominacin romana en Europa, sino
+un pueblo de cierta cultura sencilla, primitiva y patriarcal, cultura
+que contaba siglos de duracin y que en no pocos de sus rasgos tena
+bondad y aun delicado refinamiento. Como los rabes venan adems, en
+corto nmero, ni queran, ni podan, ni necesitaban oprimir demasiado,
+luego que pasaba el primer choque de la invasin y de la guerra. Amr,
+en otro tiempo mercader de cueros y de especias, y luego general del
+califa Omar, invadi el Egipto y se apoder de aquella regin frtil y
+dilatada, con un pequeo ejrcito de tres mil cuatro mil hombres bien
+disciplinados. Por una corta capitacin anual poda cada habitante vivir
+tranquilo en su casa, con su familia, su religin y sus leyes. Amr,
+lejos de quemar la Biblioteca de Alejandra, protegi las artes, la
+industria y el comercio, hizo que el Egipto volviese florecer.
+
+Los papiros que describe el Catlogo dan repetidos testimonios de esta
+benfica suavidad de la conquista musulmana. Los aficionados ensalzar
+el islamismo hallarn aqu nuevas pruebas de que, si bien los rabes no
+fueron un pueblo inventor, fueron conservadores de las ciencias,
+aficionados ellas, y vehculo intermedio de las invenciones, ideas y
+civilizacin de otros pueblos.
+
+Durante algunos siglos, tal vez se pudo imaginar que la luz del saber
+iba extinguirse entre los pueblos cristianos y resplandecer entre
+los muslimes, y que stos llevaban la delantera en el camino del
+progreso: pero, en el seno tenebroso de la barbarie europea, en medio de
+las ruinas del Imperio de Occidente, de donde surgieron nuevos Estados,
+compuestos de una inerme y abyecta grey, oprimida por una casta
+superior, ignorante y belicosa, haba grmenes tan fecundos, que de
+ellos brot esta civilizacin ms alta, que dura an, que ha llegado
+maravilloso desenvolvimiento, y que es de esperar que ya nunca muera,
+pesar de las extraas enfermedades que suelen atacarla cuando ms se
+ufana y se engre con sus triunfos y su gloria. Las naciones muslmicas,
+entre tanto, han descendido muy por bajo del nivel que en su origen
+tenan y se han sumido en la barbarie. Como no nos incumbe aqu explicar
+las causas de todo esto, nos limitamos decir que en los manuscritos
+del Archiduque hay abundancia de datos que pueden valer para explicarlo,
+y que, por consiguiente, dichos manuscritos no importan slo la
+historia de Egipto, sino la historia de la civilizacin del linaje
+humano.
+
+Acaso se pruebe por ellos que no dur mucho la mejor condicin del
+pueblo bajo el dominio musulmn. La poblacin decrece en los sucesivos
+censos, aunque puede atribuirse que no pocos copts se hacen sectarios
+del Islam; la opresin y los malos tratos van aumentando contra los que
+no reniegan; y los tributos cunden y se agrandan poco poco, hasta el
+punto de echar de menos los peores das del imperio bizantino.
+
+De todos modos, la cuestin es complicada y no debe decidirse de plano.
+La rica coleccin de documentos, que posee el Archiduque, es un arsenal
+que suministra armas para defender cualquiera tesis. Lo que desde luego
+puede afirmarse es que, en aquellos siglos, ninguna horda, tribu
+nacin haca ni hubiera hecho conquista tan benigna como las de los
+rabes. Los dieciocho preciosos documentos, de que el Catlogo da
+cuenta, contemporneos de la conquista, y slo posteriores los ms en
+doce catorce aos la muerte de Mahoma, manifiestan la bondad y la
+moderacin de los conquistadores. En cambio, otros documentos de poca
+posterior se pueden aducir, como prueba de la dureza de la dominacin
+muslmica, al menos contra los cristianos. A veces los sellaban en la
+mano con un hierro candente, y los que no llevaban este sello los
+solan castigar con azotes, y hasta con la muerte. Bien es verdad que
+los coptos se rebelaron en varias ocasiones, y ya la rebelin sofocada,
+fueron reducidos muchos la condicin de esclavos, pudiendo acaso
+decirse en defensa de los muslimes que en los pueblos de la Cristiandad
+hubo hasta muy tarde la cruel costumbre de sellar los esclavos de la
+misma suerte, no en la mano, sino en la cara.
+
+Al lado de esta y otras huellas de ferocidad, hay tambin documentos, de
+los que da cuenta el catlogo, en que conviene celebrar ciertas
+elegancias, primores y hasta ternuras que parecen propias de las ms
+cultas edades. Citar, por ejemplo, el fragmento de una carta de amor,
+escrita en el siglo IX, donde el amador ausente se considera tan herido
+en el corazn y en el alma, que va morir de mal de ausencia. Es adems
+muy interesante la postdata de esta carta sentimental, ya que por ella
+se ve que fue confiada una paloma mensajera. En el siglo IX estaba,
+pues, establecido este modo de correo, y es probable que, no slo el
+gobierno, sino los particulares, hubieran podido valerse de l. De
+trecho en trecho haba estaciones palomares, cada uno de los cuales
+llegaba con cada carta una paloma que l perteneca: los empleados
+all confiaban la misma carta otra paloma, que la llevaba hasta la
+prxima estacin, y as sucesivamente llegaba la carta su destino. De
+esta manera, sin duda, el califa reciba nuevas de cuanto iba ocurriendo
+en sus extensos dominios. Tal vez estas nuevas se ponan en conocimiento
+del pblico. Como prueba de que los particulares se valan del mismo
+medio de comunicacin, puede aducirse, en los tiempos ms antiguos, un
+papiro pergamino finsimo destinado al efecto, y ms tarde, unas
+hojitas de papel, que se llamaba _de pjaro_, y que vena tener seis
+centmetros de ancho y nueve de largo.
+
+En suma, la coleccin de manuscritos del Archiduque, en su parte
+arbiga, da conocer ya mucho la vida, usos y costumbres de los
+muslimes en los siglos medios; aclara bastantes puntos oscuros, corrige
+no pocos errores histricos, y ofrece an vasto y apenas explorado
+campo, primero al estudio de los arabistas, y despus las
+consideraciones, comentarios y consecuencias que pueden y deben sacar
+los historiadores y los filsofos.
+
+Yo me he limitado dar de todo la ms superficial noticia. Para
+terminar, recomiendo ahora mis lectores, si alguno tengo que sea
+curioso y entendido en estos asuntos, que, ya que no pueda ver la
+Exposicin, compre el catlogo y le lea. Con esto sabr algo, pero no lo
+sabr todo. El catlogo es una fuente , si se quiere, un ro de
+conocimiento; pero los objetos no catalogados ni descritos an son la
+mar. Me aseguran que pasan de cien mil. Todos los das anuncian los
+peridicos de aqu interpretaciones explicaciones de nuevos
+manuscritos. Anteayer mismo trajeron que se haban descifrado un himno
+demtico al Dios Soknopaios, compuesto por su propio sacerdote y escrito
+en un rollo de papiro de ms de un metro de largo, y dos tres
+captulos de la obra de Xenofonte, titulada _Helnica_, donde trata de
+los ltimos casos de la guerra del Peloponeso.
+
+Slo Dios sabe lo que se descubrir todava; y como ser cuento de nunca
+acabar, no debe ser censurado que en cierto modo acabe yo este articulo
+sin que, en realidad, acabe ni haya motivo para que acabe.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+DE LOS AUTORES PORTUGUESES
+
+QUE ESCRIBIERON EN CASTELLANO[1]
+
+
+Durante no breve tiempo, la atencin del pblico inteligente, y, sobre
+todo, de las pocas personas que leen en Espaa, se fij con tal ahinco y
+con tan candorosa admiracin en el movimiento intelectual de Francia, y
+quiz de algn otro pas de los que en el da se consideran al frente de
+la civilizacin de Europa, que descuidamos mucho el conocimiento de
+nuestros autores, y aun llegamos mirarlos con desdn, ms menos
+encubierto.
+
+[1] _Catlogo razonado, biogrfico y bibliogrfico, de los
+autores portugueses que escribieron tn castellano_, por D. Domingo
+Garca Prez, Doctor en Medicina y Ciruja, antiguo Diputado de la
+nacin portuguesa por la ciudad de Setubal.--Madrid, 1890.
+
+De aqu sin duda el escaso cultivo que hemos dado nuestra historia
+literaria, de la cual no tenemos an tratado de conveniente extensin y
+escrito por un espaol en nuestro propio idioma; Amador de los Ros dej
+en el punto ms interesante su grande obra, y lo menos malo completo que
+tenemos hasta hoy, prescindiendo de la frialdad y pobre sentir de las
+bellezas, es el libro del anglo-americano Jorge Tiknor.
+
+Recientemente, acaso desde nes del primer tercio de este siglo, el amor
+propio nacional nos ha estimulado, y la aficin las letras patrias se
+ha despertado en Espaa, al menos en el pequeo circulo de los que
+gustan de libros y no se emplean enteramente en las interminables
+discusiones polticas.
+
+Nuestros antiguos libros, circulaban en ediciones detestables, que
+arredraban los tibios y no consentan que los leyesen, se haban
+hecho raros, cayendo los ejemplares que an quedaban en poder de
+biblifilos, que hacan de ellos misterioso tesoro, estimando menudo
+con perversa crtica, cada libro, ms por su rareza que por su valor
+literario.
+
+En esta situacin, empez publicarse en 1847 1848 la _Biblioteca de
+autores espaoles_, de Rivadeneyra, la cual hizo un gran servicio,
+divulgando el saber de nuestra literatura y procurando que este saber
+pudiese ser algo ms que somero, sin convertirse en ciencia oculta, de
+la que slo entienden los iniciados.
+
+Desde entonces, as los que compusieron los prlogos, introducciones y
+notas los varios autores que public Rivadeneyra, como otros eruditos
+que tal vez han venido despus, y entre los que descuellan Menndez y
+Pelayo, Adolfo de Castro, Laverde y Canalejas, han ido juzgando y
+estimando en lo que se debe nuestra amena literatura, poesa lrica y
+pica, novelas y teatro, y hasta nuestros historiadores, filsofos y
+dems hombres de ciencia.
+
+An queda bastante que hacer en este punto de la crtica, y es harto
+difcil ponerse en el medio razonable para no desdear demasiado ni
+encomiar tampoco sin medida lo que no lo merece. El segundo escollo es
+el ms peligroso de los dos. Quien en l se coloca, en vez de ganarse
+las voluntades y de fomentar la aficin los antiguos libros espaoles,
+infunde al vulgo, la gente de mundo semi-ilustrada, miedo y hasta
+repugnancia, no falta de fundamento, porque si alguien lee un libro que
+el crtico le ponder como un primor, lleno de ingenio y de gracia, oro
+de Tbar de poesa, etc., y se aburre leyndole y le halla tonto
+inaguantable, creer que con todos los dems libros que le pondere el
+crtico le suceder lo mismo, y no leer ninguno, y tendr vehementes
+sospechas de que no es muy divertida la antigua literatura espaola.
+
+Harto sabemos todos que la moda, las ideas del tiempo en que se vive, el
+chiste de fecha reciente, es lo que el vulgo literario penetra bien y
+aquello en que se complace. De lo pasado suele penetrar poco, y no se
+divierte ni se interesa por ello; pero, en otros pases, no son los
+hombres tan rebeldes toda frula como en Espaa; no tienen tanto el
+valor de sus opiniones, y reconocen las autoridades y las acatan y se
+someten. Aqu no. Un ingls ir oir un drama de Shakespeare, y
+bostezar y se fastidiar de muerte, pero no se atrever decir que el
+drama es malo; antes bien, le declarar maravilloso y estupendo:
+mientras que todo espaol, y ms an toda espaola, si va al teatro y se
+fastidia se duerme con Tirso con Lope, dir desenfadadamente que
+Lope y Tirso nada valen. La otra noche, por ejemplo, representaron aqu,
+en uno de nuestros mejores teatros, una comedia de Molire, traducida
+por Moratn, y el pblico, que era de lo ms selecto de esta coronada
+villa, ech rodar sin el menor escrpulo la gloria del gran dramaturgo
+francs y de nuestro egregio poeta clsico, y sali casi unnime
+sentenciando que era estpida la tal comedia.
+
+El critico y el historiador de nuestra literatura deben tener presente
+todo esto para no excitar con sus alabanzas la lectura de libros que
+no merezcan ser ledos, pero tampoco deben escatimar el encomio todo
+libro trabajo que sea digno de l, aunque la generalidad del pblico
+no sepa apreciarle.
+
+La lectura de libros antiguos, aun de puro pasatiempo, requiere cierto
+aparato de erudicin y bastante fantasa, discreta ilustrada, para
+trasladarse en espritu la edad en que cada autor escribi, y
+comprenderle y sentir con l como su contemporneo, juzgndole despus
+sin pasin y volviendo, al hacer el oficio de juez, vivir en la edad
+en que ahora vivimos.
+
+Slo as se podr componer al cabo una historia completa de nuestra
+literatura de nuestra cultura en general, donde se tase su valor, ya
+absoluto, ya con relacin la cultura de Alemania, Italia, Francia
+Inglaterra, que son los cuatro pueblos que con los de esta Pennsula han
+estado alternativa simultneamente la cabeza de la civilizacin del
+mundo, desde que empez la historia moderna hasta hoy.
+
+En Espaa podemos jactarnos de la cantidad de lo que se ha escrito.
+Somos ricos en obras. No hay una sola lengua literaria, sino tres: la
+castellana, la portuguesa y la catalana. Y en cada una de estas tres
+lenguas, sobre todo en las dos primeras, ha habido un enjambre de
+fecundsimos autores. Pero como muchos catalanes y muchsimos
+portugueses han escrito en castellano, la literatura castellana, aunque
+slo fuese por esto, sera la ms rica de las tres.
+
+An nos queda mucho por hacer fin de lograr una cosa con la que yo
+sueo: una literatura selecta espaola: una bibliotequita, por ejemplo,
+de cuarenta cincuenta volmenes, chiquitos, elegantes y primorosos,
+donde se reuniese lo mejor de nuestra inmensa riqueza intelectual;
+bibliotequita que leyesen las damas sin fatiga y hasta con gusto, y que
+ellas pudiesen tener en sus habitaciones, al lado en lugar de los
+autores franceses que leen ahora cuando algo leen.
+
+Esta seleccin atinada no se ha hecho bien an. Hay motivos, que sera
+prolijo exponer aqu y que la dificultan. De ello proviene que las
+letras en Espaa son menos populares y divulgadas que en otros pases; y
+que pasado el momento de la moda, si llega durante su vida estar de
+moda un autor, todo cuanto se ha escrito se hunde en el ms profundo
+olvido para el pblico, y slo permanece para los eruditos, casi como si
+fuera una reconditez. De ello proviene tambin algo de muy lamentable
+de muy risible, segn el humor con que se considere: un divorcio casi
+completo entre lo literario y lo ameno interesante, sobre todo en el
+teatro, que es por donde el vulgo, que apenas lee, penetra en el
+santuario de las letras. A menudo se oye decir la salida de los
+teatros--la comedia no tiene sentido comn, pero me ha interesado me
+ha divertido:-- bien,--mucho me ha fastidiado el drama, pero confieso
+que tiene mrito literario y _qu buen verso!_--Lo cual da malsima
+idea de autores y de pblico, porque razonablemente no se concibe que lo
+absurdo divierta interese, ni menos an que tenga _buen verso_ ni
+mrito literario lo fastidioso.
+
+De todo lo dicho se infiere que debemos propender que salgan en Espaa
+las letras amenas del apartamiento en que viven, con respecto la
+generalidad del pblico, y lo que es ms de sentir, con respecto lo
+que ahora llaman _high life_, en cuyos centros rara vez se ve un libro
+en castellano.
+
+Alguna culpa tienen de esto los biblifilos. No pocos de los libros que
+publican en ediciones elegantes, que jams rara vez tuvieron en
+Espaa los autores que todo el mundo debiera leer sin aburrirse, son
+libros que valen por su rareza, y no valen nada en cuanto dejan de ser
+raros; libros que suele no ver sino por el forro el curioso vanidoso
+que los compra, pudiendo afirmarse que de los trescientos
+cuatrocientos ejemplares de que consta la tirada, las dos terceras
+partes quedan con las hojas unidas sin que llegue separarlas la
+plegadera.
+
+Mi espritu muy inclinado las contradicciones, si bien ms aparentes
+que reales, me ha llevado decir cuanto va dicho, sobrado extensamente
+si se mira al objeto que hoy me mueve escribir, y me lleva en seguida
+ aadir algo que parece diametralmente opuesto. Y lo parece aunque no
+lo es, porque, fin de llegar la clasificacin y seleccin deseada,
+que tengamos bien determinadas nuestras obras maestras, y que salgan,
+digmoslo as, de entre el ingente cmulo de cuanto se ha escrito, para
+que el vulgo las admire, importa que ese ingente cmulo se forme todo y
+venga ser conocido, al menos por los que especialmente se dedican al
+estudio.
+
+En este sentido, sin salvedad ninguna y con toda el alma, es menester
+declarar que son altamente benemritos de la patria y de la cultura
+castiza, Gallardo, Estbanez Caldern, Gayangos, Durn, Barrera y
+Leirado, Sancho Rayn, Zarco del Valle, Valmar, Caete, los dos
+Fernndez-Guerra y algunos otros.
+
+El autor del libro de que voy aqu dar cuenta, ha venido colocarse
+ no poca altura, en compaa de tan ilustres crticos y eruditos.
+
+Aunque D. Domingo Garca Prez es portugus de nacin, pas su primera
+mocedad en Granada, y estudi en el colegio del Sacro-Monte, donde fu
+compaero de los Fernndez-Guerra, y donde, sin duda, tuvo por maestros
+ D. Juan de Cueto y D. Baltasar Lirola, quienes hubieron de
+inspirarle su buen gusto en literatura y su amor la de Castilla y al
+idioma de Castilla. Dan prueba de ello el estilo fcil y castellano
+castizo con que su libro est escrito; la gran copia de noticias
+curiosas interesantes que el libro contiene sobre la vida y las obras,
+de quinientos seiscientos autores, y la multitud de composiciones, muy
+raras inditas, que en sus pginas encierra.
+
+Sin duda el Sr. Garca Prez debe bastante, como l mismo confiesa,
+trabajos anteriores de los crticos eruditos castellanos que mencionamos
+ya, y tambin los trabajos de algunos egregios portugueses, como
+Barbosa, Inocencio de Silva y Costa Silva; pero es de admirar lo mucho
+enteramente nuevo con que ha sabido enriquecer su obra.
+
+sta sigue el orden alfabtico por los apellidos de los autores, que nos
+atreveremos aqu distinguir y clasificar.
+
+Unos son celebrrimos en Portugal; son los principes de las letras de
+aquel pueblo. Lo que han escrito en portugus casi siempre vale
+importa ms que lo que han escrito en castellano. En este nmero pueden
+ponerse Camoens, Gil Vicente, Bernardn Riveiro, Mousinho de Quevedo, el
+P. Vieira y dos condes y una condesa de Ericeira. Otros son tan ilustres
+y tan dignos de serlo en Portugal como en Castilla; as, por ejemplo, Sa
+de Miranda. Otros, aunque portugueses, alcanzan ms gloria y nombrada
+por sus escritos en castellano, y se cuentan entre nuestros clsicos,
+como Jorge de Montemayor, Gregorio Silvestre y D. Francisco de Melo. Y
+otros que, si menos gloriosos, son en Espaa muy conocidos por su
+laboriosidad fecunda, como Fara y Souza.
+
+Es muy grande el nmero de dramaturgos portugueses que, sobre todo, bajo
+el dominio de los tres Felipes, escribieron en castellano sus comedias.
+El ms ilustre fu Matos Fragoso. Sguenle dos Pachecos, Cayetano Souza
+Brandao y otros varios, entre ellos algunas poetisas. De todos trae
+Garca Prez noticias biogrficas y bibliogrficas en abundancia.
+
+Ms interesante, y casi siempre ms nuevo, suele ser lo que nos ensea
+el Sr. Garca Prez sobre otros portugueses que tambin escribieron en
+castellano, y son clebres por su ciencia, por sus hazaas, por sus
+peregrinaciones por el brillante papel que representaron en la
+historia de la Pennsula, y aun de todo el mundo, interviniendo en
+nuestros descubrimientos, colonizaciones, misiones y conquistas. As el
+infante D. Pedro; Garca de Santisteban, compaero del Infante y
+narrador de sus viajes por las _siete partidas del mundo_; el gran
+Fernn Mndez Pinto, cuya veracidad se va limpiando de sospecha conforme
+se conocen mejor el Asia Central y el extremo Oriente; Pedro Texeira,
+que nos describi la Persia; el eminente gemetra y cosmgrafo Pedro
+Nez; el astrnomo Silva Freire y bastantes misioneros y mdicos,
+escritores y menudo peregrinos, que nos han informado de la fauna, de
+la flora y de las lenguas, usos, religin y costumbres de tierras y
+naciones remotas.
+
+No pequea parte del libro del Sr. Garca Prez la ocupa otro linaje de
+escritores, que por su casta y creencias se pueden agrupar, y cuyos
+escritos y vidas eran hasta ahora muy poco nada conocidos, no ser
+por sujetos de mucha erudicin muy consagrados un estudio especial.
+Hablo de la multitad de judos portugueses, que huyendo de la
+Inquisicin fueron casi todos refugiarse Amsterdam y en otras
+ciudades de Holanda y Francia, donde escribieron en castellano poesas,
+novela, filosofa, religin, poltica y otras ciencias. En esta cuenta,
+si bien alguno pueda tenerse por espaol, como Miguel de Barrios, que
+naci en Montilla, aunque de origen portugus, pone nuestro autor
+Manass ben Israel, los Abarbanel y Abohab, Baruch Nehemias, David
+Neto, Isaac Orovio de Castro, Samuel Silva, Moiss Pinto Delgado,
+ Abraham Pizarro, Abraham Ferreira, Antonio Henrquez Gmez, y no
+pocos ms, mostrando notable diligencia en los informes que da de las
+varias andanzas y de los escritos de cada uno de ellos.
+
+Algunos artculos del _Catlogo_ del Sr. Garca Prez tienen
+extraordinaria extensin y retratan hbilmente la condicin moral y la
+vida del personaje que se refieren. Entre estos artculos merece
+mencionarse aqu el del famoso conde de Villamediana, poetizado por su
+trgica muerte y por los bellos romances histricos del duque de Rivas.
+La circunstancia de haber nacido el Conde en Lisboa, por haber ido all
+sus padres cuando Felipe II se coron rey de Portugal, hace que el Sr.
+Garca Prez le incluya en su catlogo. De su vida y de sus escritos
+inditos public, pocos aos ha, un libro interesante el Sr. Cotarelo y
+Mori. El asesinato del Conde hace ganar ste alguna simpata; pero
+justo es declarar que, si la venganza fu criminal infame, casi puede
+calificarse de merecida. Villamediana abus de su ingenio, que le tuvo
+sin duda, aunque estragado por el mal gusto, la pedantera y la carencia
+de sentido moral, y abus de su riqueza, de su posicin, de sus bros y
+de otras buenas prendas personales, para ser procaz y satrico,
+pendenciero, vicioso y con las mujeres violento y desenfrenado. Su lance
+con la marquesa del Valle, que fue su amiga, y quien, por celos,
+arranc las joyas que le haba dado, desgarrndole el vestido,
+abofetendola y magullndola hasta el punto de que aquella dama estuvo
+la muerte, es accin tan brutal que no tiene perdn, fuesen las que
+fuesen las traiciones infidelidades de la vctima. Y no contento
+Villamediana con el material ultraje, volvi ofender la dama
+hirindola en el alma y pisoteando su honra en un romance que hizo
+circular, y donde la acusa de que el caudal de l no bast saciar la
+codicia de ella, y donde, aludiendo al glorioso Hernn Corts, de quien
+proceda el ttulo de la Marquesa, dice sta jugando del vocablo:
+
+ _De la herencia de Corts,_
+ _Que en herencia te cabia,_
+ _Heredas ser cortesana,_
+ _Repudias la cortesia._
+
+De otro singular personaje nos informa tambin muy detenidamente el Sr.
+Garca Prez, prometindonos casi la publicacin de un curioso
+manuscrito que de l posee. Es una relacin circunstanciada de lo que
+vi, observ hizo el autor, durante algunos meses del ao de 1605, que
+estuvo pretendiendo en Valladolid, donde resida entonces la corte. Por
+lo que se puede presumir de las muestras que he visto de esta obra, hay
+en ella mucho chiste y gracejo, si bien combinado con el deplorable mal
+gusto, el enmaraado y pedantesco culteranismo, la impertinente
+erudicin y el abuso de los retrucanos. Aunque el autor, que se llamaba
+Tom Pinheiro da Veiga, natural de Coimbra, logr el empleo que
+pretenda, no parece que sali muy prendado de Valladolid, ni bastante
+agradecido, para no decir mil horrores de todo. Su relacin, no
+obstante, debe ser animado retrato de la alta sociedad espaola de
+entonces. A ser el retrato fiel, dicha alta sociedad quedara muy
+malparada. Triste es tener que confesar que la corrupcin haba de ser
+grande; pero algo ha de atribuirse tambin la mordaz maledicencia de
+que se haca gala, y cierto odio contra Castilla, que siempre ha
+solido brotar con lastimosa lozana en las almas de algunos habitantes
+de las diversas regiones de esta Pennsula. Los espaoles, para que la
+voz sea ms comprensiva, sin anfibologa, los _iberos_, solemos ser muy
+biliosos y con frecuencia murmuramos de los propios ms que de los
+extraos. El Sr. Garca Prez inserta en su libro unas quintillas
+tremendas de Pinheiro da Veiga, por donde ya se puede comprender el tono
+y carcter maleantes y desvergonzados de la prosa. Si damos crdito
+las quintillas, no haba en Valladolid, en 1605, seora que no fuese una
+perdida, ni galn que no fuese un tunante.
+
+En el _Catlogo_ hay para todos los gustos. Si Pinheiro da Veiga es todo
+sal y pimienta, , si se quiere, hiel y vinagre, otro autor y poeta,
+llamado Simn Garca del Brito, es todo almbar en punto de caramelo.
+Tambin estuvo ste en la corte de las Espaas, pero sin duda fu menos
+afortunado. No logr empleo ni tuvo buena ventura, y hubo de volverse
+su lugar lusitano. Retirado all, escribi muy lindos versos
+sentimentales, llenos de _saudades_ de una dama, con quien tuvo en
+Madrid relaciones amorosas. Estos versos son naturales, sencillos, y se
+recomiendan por cierta delicada ternura y profundidad verdadera de
+afecto, poco comunes en los poetas peninsulares de aquella edad.
+
+En suma: el libro del Sr. Garca Prez es digno por todos estilos del
+buen informe que la. Real Academia Espaola di sobre l y en cuya
+virtud el Gobierno le ha hecho imprimir sus expensas. Es un
+complemento necesario para la historia de nuestras letras y de nuestro
+idioma castellano.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LOS JESUITAS DE PUERTAS ADENTRO UN BARRIDO HACIA FUERA EN LA COMPAA
+DE JESS
+
+
+No hace muchos das que, con el ttulo que antecede y sin nombre de
+autor, sali luz un libro en extremo interesante por el asunto de que
+trata y de agradabilsima lectura por el ingenio, la gracia, la fecunda
+vena satrica y el estilo castizo y magistral con que est redactado.
+Sin que se adviertan mucho el esfuerzo y la afectacin, el libro no
+parece escrito en el lenguaje vulgar y corriente de ahora, sino como un
+autor clsico de la edad de oro de nuestra literatura hubiera podido
+escribirle.
+
+Aunque no hubiesen llegado mi noticia por diversos caminos claros
+indicios de quin es el autor del libro, creo que de seguro hubiera yo
+adivinado el nombre del autor; pero como l entr en el palenque y
+combate con la visera calada, yo no quiero ser ni ser quien le quite la
+visera y descubra su rostro y su nombre. Dir, sin embargo, que es, en
+mi sentir, persona apasionada, movida por quejas justas, y que deja
+notar en cuanto afirma cierto enojo harto motivado, que tal vez le
+impulsa ir ms all de lo merecido en la reprobacin y en la censura.
+
+Como yo en este punto, remedando al historiador romano, puedo decir de
+los jesutas que no los conozco _nec beneficio, nec injuria_, tratar
+aqu del libro y dar sobre l y sobre la Compaa mi opinin imparcial,
+movido por el aliciente que tiene para m la materia, y exponindome
+no agradar nadie, ni los jesutas, ni al autor incgnito.
+
+Como el primer fundamento de las acusaciones es la supuesta carencia de
+humildad cristiana que hay en los jesutas, empezar por hablar de la
+humildad y de la manera en que yo la entiendo.
+
+Bueno y santo es ser humilde, no rebajar nadie para realzarse si
+propio, y reconocer nuestra condicin miserable y pecadora, sobre todo
+cuando pensamos en Dios y en sus perfecciones infinitas, y cuando,
+encendidas ya en amor de Dios nuestras almas, volvemos los ojos hacia
+las criaturas que son obra de Dios y quienes por amor de l amamos,
+procurando, en vez de rebajarlas, poner en ellas un reflejo, un
+destello, un trasunto de las mencionadas perfecciones divinas. As, por
+virtud de este procedimiento mental, el buen cristiano ensalza y encomia
+ cuantos seres le rodean y se muestra lleno de candorosa indulgencia
+para con todos ellos, siendo slo severo consigo mismo y reconociendo y
+confesando los propios defectos, pecados y vicios. Esto, mi ver, es la
+humildad cristiana. Pero si miramos el caso de otra manera y con ms
+hondo mirar, yo creo que el cristianismo, en vez de hacernos humildes y
+abyectos, segn no pocos impos le acusan, eleva los espritus y los
+corazones y los enorgullece, magnifica y endiosa. Qu razn ni motivo
+tiene el buen cristiano para humillarse despus de exclamar con San
+Agustn: _gran cosa es el hombre, hecho imagen y semejanza de Dios_? Y
+no slo su alma sino su cuerpo tiene mucho de digno y no poco de sagrado
+cuando se considera como templo del espritu, cuando se piensa que el
+mismo Verbo divino, no slo se uni un alma humana, por inefable y
+sublime misterio, sino tambin un cuerpo de hombre de la condicin y
+forma de nuestro cuerpo, deificando as hasta cierto punto nuestra doble
+naturaleza, y dndole para trmino de sus aspiraciones y para blanco de
+sus esperanzas la misma perfeccin de Dios. Es extrao, aunque se
+comprende y se admira, que sea, con pequesima diferencia, el fin que
+propuso el demonio del orgullo nuestros primeros padres casi idntico
+al consejo ms bien al precepto principal que nos dio Cristo en el
+Sermn de la Montaa. Si comis del fruto del rbol prohibido, seris
+como dioses, dijo la serpiente. Y Cristo dijo: _Sed perfectos como es
+perfecto vuestro Padre que est en el cielo_.
+
+El error, pues, est en el camino que hay que seguir para llegar la
+perfeccin, pero no en aspirar ella. Y ciertamente quien aspira ser
+perfecto como Dios, no se comprende que pueda ser humilde, no ser en
+el primer sentido arriba expresado.
+
+Y si descendemos de las alturas teolgicas y pensamos en esto de la
+humildad de la soberbia, mundanamente y en la prctica, yo no me
+explico tampoco cmo el muy humilde, no ser exterior su humildad,
+confundindose con la buena crianza y con la afable dulzura, acierte
+hacer cosa de provecho y ser til para algo. Lo primero es tener
+confianza en el propio valer y contar con que no han de fallecernos las
+fuerzas y el nimo. El individuo la colectividad que acomete grandes
+empresas y que tiene elevados propsitos y miras, no puede menos de
+tener tambin el inevitable orgullo sea la creencia de que es capaz de
+dar cima aquellas empresas y de realizar aquellos propsitos, claro
+est que contando siempre con el auxilio divino, lo cual ser muy
+piadoso, pero, francamente y en realidad, no es humilde. La humildad
+existir acaso con relacin al Omnipotente, mas para todo lo que hay, y
+no es Dios, no entiendo yo qu humildad cabe en la firme esperanza de
+que Dios ha de ayudarnos fin de que se logre y se cumpla lo que
+queremos.
+
+Partiendo de las anteriores consideraciones, entiendo yo que el autor de
+que hablo acusa con poca razn los jesutas de no ser humildes, sino
+orgullosos. Nada ms natural, en mi sentir, que creer la mejor del mundo
+la sociedad compaa que pertenecemos. Todava, si el acaso, si
+circunstancias independientes de nuestra voluntad si una providencial
+disposicin nos colocase entre sta entre aquella gente, podra
+parecer soberbia de nuestra parte el considerar como la mejor del mundo
+ la gente entre la cual estuvisemos colocados. Y con todo, aun as,
+ms suele aplaudirse que vituperarse este modo de sentir y de pensar. Yo
+no soy espaol, por ejemplo, porque lo he querido, sino porque el cielo
+ha dispuesto que lo sea, y, sin embargo, no pocas personas celebran y
+muchas disculpan el elevado concepto que tengo yo de los espaoles. Y si
+esto es as en una sociedad en donde yo no entro voluntariamente, cmo
+ha de poder censurarse el altsimo concepto que forme cualquiera de la
+sociedad compaa en cuyas filas se alista por voluntad propia? Nadie
+ama sino bajo el concepto de bueno; todos buscan y procuran lo mejor; y
+el hombre honrado que se asocia con otros hombres, no slo es discupable
+que crea, sino que debe creer que la tal asociacin es la mejor del
+mundo, y que los fines que se ordena y endereza son por todo extremo
+excelentes.
+
+Justo es, pues, y sobre justo inevitable, que todo jesuta, y ms an
+mientras mayores sean su candor y su buena fe, est persuadido de que la
+Compaa de Jess es la mejor del mundo, de que no hay virtud ni ciencia
+que en ella no resida y de que proceden de ella y procedern muchos
+bienes para el linaje humano.
+
+No creer lo antedicho y hacerse, sin embargo, jesuta, presupondra
+falta de discrecin razones y motivos egostas y bajos en quien tal
+hiciese. Alistarse en las filas del jesuitismo sin creer en su superior
+condicin, slo se explicara entonces por la gana de tener una posicin
+ una carrera, de buscarse un modo de vivir, de ingeniarse de
+industriarse en suma. Y aun as, aun en esta bajeza, la predileccin
+precedera la eleccin, y todava, sin elevarse sobre tan bajos
+motivos, carecera de juicio el que se hiciese jesuta, considerara
+que el serlo era mejor profesin carrera que todas las otras que
+hubiera podido seguir.
+
+Por consiguiente no hay pecado, ni falta, ni defecto en la voluntad de
+los jesutas cuando forman de la Compaa que pertenecen un concepto
+sublime. Esto no se opone que en dicho concepto haya error
+exageracin del entendimiento.
+
+Apartando de mi espritu toda prevencin apasionada, no considerando el
+asunto ni como catlico, ni como sectario de ninguna otra doctrina
+religiosa, aceptando por un momento la ms completa indiferencia en
+punto religin, hablando y decidiendo en virtud de un criterio
+librepensador y racionalista, yo, lejos de condenar la Compaa de
+Jess, me siento irresistiblemente inclinado glorificarla y dar por
+seguro que honra en extremo Espaa que entre nosotros naciese su
+fundador, cuya obra pasmosa me parece que import muchsimo en la
+histora del linaje humano, haciendo de Ignacio de Loyola, no slo el
+digno rival de Lulero, sino el personaje que se le sobrepone y le
+eclipsa. Se dira que cuando la Reforma pareca que iba extenderse
+como voraz incendio por todo el mundo civilizado, y ya que no
+extinguir empequeecer la cristiandad catlica, Dios suscit para sta
+un campen poderoso, cuyas huestes combatieron sin descanso la hereja y
+la vencieron menudo en Europa, mientras que al mismo tiempo extendan
+la fe catlica por el resto del mundo, ganando para ella ms almas en
+pases remotos y en inexploradas regiones que las que en Europa haba
+perdido por culpa de Lutero y de los otros heresiarcas del siglo XVI.
+
+En la Compaa hay que admirar el feliz consorcio del pensamiento y de
+la accin, de lo prctico y de lo especulativo. Fue un ejrcito
+conquistador, sin ms armas que la palabra, que se extendi por el mundo
+con extraa rapidez, avasallndole y dominndole. Si contemplamos en
+espritu al fundador glorioso en el momento de su muerte, nos parece
+modo de un Alejandro incruento. Sus dominios se han dilatado ya sobre
+toda la redondez de la tierra. La Compaa tiene casas y colegios, gran
+poder influjo en Castilla, en Portugal, en Alemania, en Francia y en
+las Indias Orientales y Occidentales. Bien puede sin vanidad ni soberbia
+exclamar el Padre Rivadeneyra que al mismo tiempo que Martn Lutero
+quitaba la obediencia la Iglesia Romana y haca gente para combatirla
+con todas sus fuerzas, levantaba Dios este santo capitn para que
+allegase soldados por todo el mundo y resistiese con obras y con
+palabras la hertica doctrina.
+
+Y no hay slo en el P. Ignacio el espritu conservador, sino tambin el
+de reforma y el de progreso. Todos sus pensamientos y cuidados, dice el
+ya citado bigrafo, tiraban al blanco de conservar en la parte sana de
+restaurar en la cada, por s y por los suyos, la sinceridad y limpieza
+de nuestra fe. Todava hay otra idea elevadsima, si no desconocida y
+seguida en otros institutos religiosos, por ninguna observada y seguida
+con ms firmeza y perseverancia que por la Compaa de Jess: la idea y
+el propsito de divulgar las ciencias, las letras y toda cultura,
+haciendo de ellas y del progreso humano preciosos y dignos auxiliares de
+la religin.
+
+Con notable injusticia se acusa la Compaa de que aniquila las
+voluntades y nivela y pone trabas los entendimientos con los firmes y
+duros lazos de su obediencia ciega. No puede haber acusacin menos
+razonable. Jams se ha formado una sociedad con el intento de producir
+_genios_. El genio es una virtud un poder que tiene algo de
+sobrehumano, y que aparece individualmente en el espritu de este
+aquel hombre cuando Dios la naturaleza as lo decretan. Y este genio,
+virtud poder, ni hay sociedad que le cree ni tampoco hay sociedad que
+le destruya. Es adems harto arbitrario y vago el determinar medir la
+altura que ha de tener un hombre para ser genio y no ser mediana. No
+ser yo quien clasifique y coloque entre las medianas entre los
+genios muchsimos Padres de la Compaa de Jess; pero s me atrevo
+asegurar que, durante los tres siglos XVI, XVII y XVIII, hasta despus
+de su extincin bajo el pontificado de Clemente XIV, figura en ella una
+brillantsima serie de varones admirables por la accin, como
+predicadores, viajeros, mrtires hericos y exploradores atrevidos de
+pases incgnitos y brbaros, y una lucidsima cohorte de hombres
+eminentes en ciencias y en letras, descollando entre ellos muchsimos
+espaoles, por lo cual, estando Espaa hoy tan decada, no goza acaso el
+nombre de ellos de toda la fama y el alto aplauso que merecen.
+
+Para infundir en la mente de mis lectores un elevadsimo concepto y para
+entonar un himno en alabanza de la Compaa de Jess, no he de ir yo
+buscar frases y datos en libros escritos por jesutas, ni en
+disertaciones historias de catlicos fervorosos y hasta fanticos,
+sino que tomar los datos y frases en un autor ingls, criado en el
+protestantismo y librepensador ms tarde: en el famoso historiador y
+_ensayista_ lord Macaulay. Harto merece ser traducido todo lo que l
+dice de los jesutas y de su fundador; pero, fin de no ser prolijo, me
+limitar traducir algunos trozos. Ignacio de Loyola en la gran
+reaccin catlica tuvo la misma parte que Lutero en el gran movimiento
+del protestantismo. Pobre, obscuro, sin protector, sin recomendaciones,
+entr en Roma, donde hoy dos regios templos, ricos en pinturas y en
+mrmoles y jaspes, conmemoran sus grandes servicios la Iglesia; donde
+su imagen est esculpida en plata maciza; donde sus huesos, en una urna
+cubierta de joyas, se ven colocados ante el altar de Dios. Su actividad
+y su celo vencieron todas las oposiciones, y bajo su mando el orden de
+los jesutas empez existir y creci rpidamente hasta el colmo de sus
+gigantescos poderes. Con qu vehemencia, con qu poltica, con qu
+exacta disciplina, con qu valor indomable, con qu abnegacin, con qu
+olvido de los ms queridos lazos de amistad y parentesco, con qu
+intensa y firme devocin un fin nico, con qu poco escrupulosa
+laxitud y versatilidad en la eleccin de los medios rieron los jesutas
+la batalla de su Iglesia, est escrito en cada pgina de los anales de
+Europa, durante muchas generaciones. En el Orden de Jess se concentr
+la quinta esencia del espritu catlico: la historia del Orden de Jess
+es la historia de la gran reaccin del catolicismo. Este Orden se
+apoder de todos los medios y fuerzas con que se dirige y manda el
+espritu del pueblo: del pulpito, de la prensa, del confesionario y de
+las academias. Donde predicaba el jesuta, la iglesia era pequea para
+el auditorio. Su nombre en la primera pgina aseguraba la circulacin de
+un libro. A los pies del jesuta la juventud de la nobleza y de la clase
+media era guiada desde la niez la edad viril y desde los primeros
+rudimentos hasta la filosofa. La literatura y la ciencia, que parecan
+haberse asociado con los infieles y con los herejes, volvieron ser las
+aliadas de la ortodoxa. Dominante ya en el Sur de Europa, la grande
+Orden se extendi pronto, conquistando y para conquistar. A despecho de
+Ocanos y desiertos, de hambre y peste, de espas y leyes penales, de
+calabozos y torturas y de los ms espantosos suplicios, los jesutas
+penetraban, bajo cualquier disfraz, en todos los pases; como maestros,
+como mdicos y como siervos; arguyendo, instruyendo, consolando,
+cautivando los corazones de la juventud, animando el valor de los
+tmidos, presentando el Crucifijo ante los ojos del moribundo. El orbe
+antiguo no fu bastante extenso para la extraa actividad de los
+jesutas. Ellos invadieron todas las regiones que los grandes y
+recientes descubrimientos martimos haban abierto al emprendedor genio
+de Europa. Los jesutas aparecan en las profundidades de las minas del
+Per, en los mercados de esclavos de Africa, en las costas de las islas
+de las Especias y en los observatorios de la China; y hacan proslitos
+y conversiones en pases adonde ni la avaricia ni la curiosidad haban
+tentado an sus compatricios para que penetrasen; y predicaban y
+disputaban en idiomas de los que ningn otro natural de nuestro
+Occidente entenda palabra.
+
+Cuando la Reforma se levant contra la Iglesia catlica, el clero
+secular y regular, aun en la misma Roma, estaba corrompido y viciado y
+hasta lleno de descreimiento: slo el Orden de los jesutas, aade
+nuestro historiador, pudo mostrar muchos hombres no inferiores en
+sinceridad, constancia, valor y austeridad de vida los apstoles de la
+Reforma. A los jesutas, pues, su poder persuasivo y al influjo de su
+palabra, se debi en gran parte la restauracin y reverdecimiento en el
+seno de la Iglesia catlica de aquel hondo sentir religioso y de aquella
+extraa energa que eleva los hombres sobre el amor del deleite y el
+miedo de la pena; que transforma el sacrificio en gloria y que trueca la
+muerte en principio de ms alta y dichosa vida.
+
+Declara asimismo Macaulay que el prodigioso cambio, que el triunfo
+inesperado del catolicismo sobre el protestantismo se debi en gran
+parte los jesutas y la profunda poltica con que Roma supo valerse
+de ellos. Cincuenta aos despus de la separacin de Lutero, el
+catolicismo apenas poda sostenerse en las costas del Mediterrneo: cien
+aos despus apenas poda el protestantismo mantenerse en las orillas
+del Bltico. Grandes talentos y grandes virtudes se desplegaron por
+ambas partes en esta tremenda lucha. La victoria se declar al fin en
+favor de la Iglesia romana. Al expirar el siglo XVI, la vemos triunfante
+y dominante en Francia, en Blgica, en Baviera, en Bohemia, en Austria,
+en Polonia y en Hungra. El protestantismo en los siglos que han venido
+despus no ha podido reconquistar lo que perdi entonces. Y aade
+Macaulay: He insistido detenidamente sobre este punto, porque creo que
+de las muchas causas las que debi la Iglesia de Roma su salvacin y
+su triunfo al terminar el siglo XVI, la causa principal fu la profunda
+poltica con que dicha iglesia se aprovech del _fanatismo_ de personas
+tales como San Ignacio y Santa Teresa.
+
+Es muy de notar que esto que Macaulay, con su criterio protestante
+racionalista, _fanatismo_, podr ser llamado as por el brio y la
+intensidad con que se sinti y se pens, pero tanto el sentimiento como
+el pensamiento, analizados, examinados y juzgados hasta por un hombre
+descredo del siglo XIX, fueron, en el siglo XVI, permitnsenos las
+palabras, ms razonables y ms progresistas que cuanto Lulero, Calvino y
+los otros apstoles de la reforma pensaron, sintieron y dijeron. No fu
+el misticismo espaol de entonces hurao, egosta y meramente
+contemplativo, aspirando elevarse y unirse con Dios para aniquilarse
+all confundindose en la esencia infinita y desvanecindose en un
+perpetuo _nirvana_. El amor de Dios y la aspiracin unirse con l,
+segn mil veces lo explican nuestros msticos, fueron una preparacin y
+habilitacin de las almas para que obrasen luego, en la vida terrenal,
+inauditos prodigios de amor al prjimo, y para que diesen cima casi
+sobrehumanas empresas. Las almas, segn dichos msticos, cuando ardan
+en el fuego del amor divino y derretidas por la fuerza de este fuego se
+dira que se identificaban con Dios, eran como la espada que parece
+fuego en la fragua, de donde sale despus con ms fino temple y con
+superior aptitud para ejercer sus funciones. Lo mstico y lo
+contemplativo en los jesutas no fu el fin, sino el medio para
+apercibirse la accin y cobrar fuerzas y virtud mayores con que
+alcanzar en ella la victoria. Y no fu la victoria en favor slo del
+catolicismo, sino tambin para conservar restaurar el lazo principio
+unificante de la civilizacin europea, que los protestantes haban roto;
+para hacer que triunfase dicha civilizacin, amenazada por nueva
+barbarie, y para salvar la libertad y el valor y mrito de nuestras
+obras, casi negados por el fatalismo cruel y pesimista con que los
+protestantes denigraban y hacan odiosa la divinidad y esclavizaban
+la humana naturaleza, sacrificndola en aras de una _predestinacin_ y
+de una _gracia_, caprichosas y ciegas.
+
+Nadie podr acusar de jesutico al clebre y malogrado historiador y
+polgrafo Oliveira Martins, y, sin embargo, en este punto que tocamos
+ahora, ensalza como nadie los jesutas, haciendo que la gloria de
+ellos y su triunfo en el Concilio de Trento aparezcan acaso como el
+mayor triunfo y como la ms esplndida gloria de la civilizacin ibrica
+en el siglo XVI. Los protestantes, dice Oliveira Martins, no excluyen
+las buenas obras; pero no es el mrito de ellas el que redime: es
+nicamente el mrito de Cristo, independiente del hombre. Esta doctrina,
+aade, es la condenacin del hombre y de su actividad, de su voluntad,
+de la fuerza ntima que constituye su vida. Condenando al hombre, los
+protestantes condenan el mundo: transfiguran la realidad y conducen
+los abismos de la esclavitud trascendente. En cambio, la doctrina de los
+jesutas Salmern y Lainez, vencedora en Trento, diviniza al mundo y al
+hombre, revelando y haciendo resplandecer la justicia de Dios en la fe
+del hombre y en sus buenas obras, cuyos mritos elevan la gracia. El
+genio espaol, aade Oliveira Martins, fu, pues, por la boca elocuente
+de Lainez y de Salmern, el defensor de la cultura humana, deteniendo
+Europa en la pendiente de una predestinacin fatalista.
+
+Debo observar que yo no cito aqu Oliveira Martins como quien cita
+un padre de la Iglesia; que en asunto tan difcil como la conciliacin
+de la gracia y del libre albedro, no le doy autoridad alguna; y que no
+hago los jesutas pelagianos, semi-pelagianos, para ponderar lo que
+valan. Slo afirmo que, sin incurrir en error contra la fe, porque ni
+el molinismo, ni menos su mitigacin por el congruismo de Surez, fueron
+nunca calificados de herticos, los jesutas defendieron y sostuvieron
+la libertad del hombre, sin salir fuera del circulo de la creencia
+catlica, y en cuestin la ms oscura y difcil de la teologa, y aun de
+todo pensar filosfico, por donde ser siempro para telogos y filsofos
+manantial y semillero de disputas hasta la consumacin de los siglos. No
+quiero seguir ponderando aqu y recapitulando todo lo que en alabanza de
+los jesutas puede decirse y se ha dicho hasta la extincin de la Orden
+en el siglo pasado. Las acusaciones lanzadas contra ellos y la multitud
+de enemigos acrrimos que tuvieron, primero entre los protestantes,
+despus entre los jansenistas, y, por ltimo, entre los librepensadores,
+redundan en cierto modo en elogio de los jesutas, ya que prueban el
+extraordinario poder y la importancia que tenan. El mrito de ellos, no
+obstante, tiene que ser reconocido hasta por sus mayores contrarios, si
+se precian de candorosos imparciales. As, por ejemplo, Mosheim dice:
+El candor y la imparcialidad me obligan confesar que los adversarios
+de los jesutas, al mostrar la torpeza y negrura de varias de sus
+mximas y opiniones, han ido ms all de lo que deban, y han exagerado
+las cosas para abrir ms extenso campo su celo y su elocuencia.
+Fcil me sera probarlo con ejemplos sacados de las doctrinas de la
+_probabilidad_ y de la _restriccin mental_, imputadas como un crimen
+los jesutas; pero esto me apartara demasiadodemi asunto. Observar
+slo que en la disputa se han atribuido los jesutas principios que
+sus enemigos sacan por induccin de la doctrina de ellos, sin que ellos
+los confiesen; que no siempre han interpretado sus trminos y sus
+expresiones en el verdadero sentido, y que nos han presentado las
+consecuencias de su sistema de una manera parcial, que no est de
+acuerdo con la equidad exacta.
+
+Esta confesin de Mosheim en favor de los jesutas los honra mucho,
+porque es uno de sus ms declarados enemigos, y porque sin nombrarlas
+censura de parcialidad y de ms menos inconsciente falsa las
+encomiadas _Provinciales_ de Blas Pascal, obra que, segn muchos
+afirman, ha hecho ms dao los jesutas que la indignacin de los
+soberanos y que todas las calamidades que han cado despus sobre su
+Orden.
+
+No he de dilatarme yo ms, defendindola aqu. No ataca ni condena su
+pasado el autor incgnito del libro de que doy cuenta. Slo aadir,
+para terminar, que nadie puede pretender, ni los ms fervorosos
+jesutas, que la Compaa estuvo exenta de faltas y que todos sus
+individuos, que se contaban por miles, fueron unos santos, sin pecado y
+sin vicio, hasta la extincin de la Compaa en 1773.
+
+Al caer entonces los jesutas cayeron como los hroes de una noble
+tragedia, donde toda la simpata y el aplauso fu para las vctimas, y
+la reprobacin, en los ms elevados espritus, para los tiranos y
+opresores; para Pombal, para la Pompadour, para Tanucci y para el conde
+de Aranda. Las alabanzas de la Orden extinguida se renovaron surgieron
+entonces, derramndose sobre ella como sobre fnebre monumento un
+diluvio de flores. Los ms eminentes personajes de Europa, aun entre los
+no catlicos, haban celebrado celebraron los jesutas: Enrique IV
+de Francia, Catalina II de Rusia, Rousseau, Diderot, Leibnitz, Lessing,
+Herder y mil otros.
+
+Voltaire dice de ellos: Tienen escritores de un mrito raro, sabios,
+hombres elocuentes y _genios_. D'Alembert: Los jesutas se han
+empleado con xito en todos los gneros: elocuencia, historia,
+antigedades, geometra y literatura profunda y agradable. Apenas hay
+disciplina en que no cuenten ellos hombres de primer orden.
+
+Federico el Grande de Prusia, escriba Voltaire: Esta Orden ha dado
+Francia hombres del _genio_ ms elevado.
+
+Despus de suprimida la Compaa, los jesutas, arrojados impamente de
+todos los dominios espaoles y refugiados en Italia, se esmeraron en dar
+clarsimo testimonio y brillantes muestras de su valer, redundando as
+cuanto hicieron en mayor vergenza y descrdito de sus perseguidores y
+en alta honra de Espaa, su patria.
+
+Jams, desde la toma de Constantinopla por los turcos y la venida
+Italia de los sabios griegos, haba penetrado en aquella pennsula
+hueste ms lucida y docta de extranjeros fugitivos. La historia
+cientfica y literaria de los ex jesutas espaoles, que por toda Italia
+se difundieron, carece todava de un historiador digno. De esperar es
+que lo sea con el tiempo el erudito y elegante escritor D. Marcelino
+Menndez y Pelayo. Entre tanto, no faltan eruditos italianos que se
+ocupen con amor en este asunto. Recientemente la Real Academia de
+Ciencias de Turn ha publicado sobre l una hermosa memoria, debida al
+saber y talento del doctor Victorio Cian. Al dar cuenta de esta memoria
+el ya citado Menndez y Pelayo, en el nmero de Enero ltimo de la
+_Revista critica de historia y literatura_, amplifica y esclarece las
+noticias del Doctor Cian con no pocas ms que demuestran la importancia
+y el valer de aquellos nuestros ilustres compatriotas. Los Padres
+Andrs, Arteaga, Eximeno y Masdeu son elogiados por el Dr. Cian segn su
+mrito; pero en cambio, slo hace rpida mencin de Hervs y Panduro,
+creador de una nueva ciencia: la filologa comparativa; del Padre Juan
+Bautista Gener, autor de los seis primeros tomos de una enciclopedia
+teolgica, que implica la renovacin de los estudios eclesisticos; del
+Padre Toms Serrano, elegante y sabio humanista; del gramtico Garcs,
+cuyo libro del _Vigor y elegancia de la lengua castellana_ se lee an
+con fruto; del Padre Aponte, egregio helenista, maestro del cardenal
+Mezzofanti; del insigne historiador de Mjico Clavijero; del naturalista
+chileno Molina; de Landival, cuya _Rusticatio Mexicana_ es uno de los
+ms curiosos poemas de la latinidad moderna, hasta por lo original y
+extico del asunto, y de Mrquez, tan benemrito, por sus libros, de la
+arqueologa romana y de la historia de la arquitectura.
+
+Aunque el Dr. Cian diga poco nada sobre los mencionados escritores,
+todava basta con los que celebra para hacer que se forme elevadsimo
+concepto de los jesutas espaoles emigrados en Italia y de cuanto
+trabajaron y escribieron desde 1767 hasta 1814. Acrecientan la elevacin
+de este concepto, las nobles palabras con que el Dr. Cian termina y
+resume su memoria: Aquellos hombres--dice--arrojados de su patria,
+obligados vivir entre las desconfianzas, las envidias, los rencores
+antiguos y recientes, en pas extranjero, guardan celosamente el culto
+de la patria en su corazn, y al mismo tiempo se enlazan en afectuosa
+amistad con algunos de los nuestros y de los mejores, estudian y adoptan
+ ilustran la lengua y la literatura del pas que les ha dado
+hospitalidad; pero cuando ven que algn italiano quiere lanzar la ms
+leve sombra sobre el honor literario de Espaa, se levantan con fiereza
+caballeresca, propia de su raza, y no temen defenderse, y pasar muchas
+veces de la defensa la ofensa vigorosa y audaz... No podemos menos de
+sentir una admiracin profunda por estos emigrados que en tan breve
+perodo de aos respondieron tranquilos y altivos, con la mejor de las
+venganzas, las injurias de la fortuna, las persecuciones, los
+odios de los hombres que pretendan extinguirlos; y se levantaron y se
+purificaron los ojos de la historia, nuestros propios ojos, los
+ojos de aquellos mismos que crean y aspiraban verlos aniquilados para
+siempre. Su produccin mltiple, varia y veces profunda y original, es
+un fenmeno singularsimo. En vano se buscara en la historia de las
+literaturas europeas otro fenmeno semejante de _colonizacin
+literaria_; violenta, forzada en sus causas y en los medios con que fu
+realizada; espontnea, duradera y digna en sus complejas
+manifestaciones; til y gloriosa para aquellos colonos, dotados de
+extraordinaria flexibilidad y gran virtud asimiladora; no ingloriosa
+para la madre patria que los desterraba; ventajosa y honorfica para la
+nueva patria latina que los acoga en su seno hospitalario.
+
+Harto reconocer el lector por lo expuesto hasta aqu que yo soy un
+admirador fervoroso y sincero de la antigua Compaa de Jess; pero esto
+no se opone que yo d crdito importancia las tremendas
+acusaciones que lanza contra la Compaa el autor annimo, cuyo libro me
+induce escribir este articulo.
+
+No recuerdo quien dijo, tal vez fu Cervantes, que las segundas partes
+nunca fueron buenas; y yo confieso que me siento inclinado aplicar el
+dicho la Compaa de Jess restaurada, desde 1814 hasta ahora.
+
+La primera revolucin francesa, con tantos horrores y tanta sangre y
+dando por ltimo resultado un dspota que sin propsito fijo,
+civilizador y humano, mantiene durante aos la confusin y la guerra en
+Europa; la propensin del pensamiento filosfico hacia el pesimismo y
+hacia el ms grosero atesmo y la aparicin la mayor difusin y el ms
+hondo arraigo de espantosas doctrinas que, no slo tiran subvertir el
+organismo social, sino arrancar de cuajo los fundamentos en que el
+orden actual se sostiene, han apocado acaso, con la repugnancia y el
+terror que inspiran, el espritu religioso de muchos individuos
+instituciones, y entre stas la de los jesutas sin duda. Lo cierto es
+que ya no son como eran antes. A mi ver, ya no pueden decir: _sint ut
+sunt, aut non sint_. Ya son otros de lo que eran. Antes, al defender la
+fe catlica, de que se hicieron y fueron maravillosos adalides, se
+pusieron en el camino del progreso, la cabeza de la humanidad,
+levantando el lbaro y apareciendo casi, as por el amor de la religin
+como por el amor de la ciencia, semejantes la columna de fuego que
+gui en el desierto los israelitas durante la noche.
+
+Hoy, por el contrario, faltos de fe los jesutas y engaados por el
+pesimismo, imaginan sin duda que la civilizacin ha descarrilado, que se
+ha extraviado, saliendo de la senda que deba seguir, y en vez de
+ponerse delante y servir de gua, se han puesto la zaga y hacen todos
+los posibles esfuerzos porque ceje y retroceda hacia un punto absurdo y
+fantstico que jams existi y con el que ellos suean. De aqu que todo
+progreso, toda elevada cultura, todo pensamiento sano de libertad y de
+mejoras, sea tildado por ellos de _liberalismo_ y aborrecido de muerte.
+Esto es peor que carecer de un ideal, es tener un ideal falso
+inasequible por ser contrario las ideas y las esperanzas de la
+porcin ms activa, inteligente y hbil de la novsima sociedad humana.
+
+En esta situacin, sin verdadero entusiasmo, porque reaccin tan
+disparatada no puede inspirarle, no es extrao que los jesutas modernos
+tengan todas las flaquezas y pequeeces incurran en cuantos vicios y
+pecados el autor annimo les imputa en su iracunda y despiadada stira.
+
+Todo lo que el autor annimo nos declara que hay ahora de malo en la
+Compaa, pudo existir y existi probablemente en ella, hasta cierto
+punto, desde su origen. No era posible que entre millares de hombres,
+formando una asociacin poderossima, no se albergasen la ambicin, la
+codicia, el apetito de deleites y regalos y otras mundanas pasiones;
+pero entonces era tan elevado el propsito, era tan generoso y fecundo
+el pensamiento capital que informaba la Compaa, y era tan numerosa y
+refulgente la falange de sus hroes, de sus santos, de sus exploradores,
+de sus sabios y de sus mrtires, que deslumbraba con su resplandor y no
+dejaba ver lo vicioso y lo malo que haba en la Compaa y que es tan
+inherente y propio y tan difcil de extirpar por completo de nuestra
+decada naturaleza.
+
+Es asimismo de recelar que el jesuitismo moderno, si bien fustiga con
+sobrada acritud los vicios del da, se haya dejado, sin sentirlo,
+inficionar por algunos de ellos, y en particular por los que afean ms
+ahora las clases medias y elevadas de la sociedad, con las que los
+jesutas tratan y alternan frecuentemente. La aficin, pues, al regalo,
+ la pompa, ciertos refinamientos y elegancias y al dinero que lo
+proporciona todo, no deja de ser natural que se haya infiltrado en las
+almas de los decados sucesores de Francisco Javier, de Francisco de
+Borja, y de tantos y tantos gloriosos misioneros, confesores y mrtires
+de la fe de Cristo.
+
+Cuantos hechos, ancdotas y casos refiere el autor incgnito para
+rebajar y humillar los jesutas del da, tienen traza de verdaderos y
+dejan harto mal parados los Padres. Referidos con notable primor de
+estilo, desenfado y gracia, entretienen tanto ms que una novela
+picaresca. As los dos captulos _Cuestin de cuartos_ y _Los dineros
+del sacristn_, nos pintan los Padres sedientos de oro y valindose
+para adquirirle de mil medios poco decorosos; de la usura, del agio y de
+la adulacin para con los ricos, fin de conseguir de ellos donaciones
+y herencias: y nos los pintan al mismo tiempo manirrotos, despilfarrados
+y faltos de juicio, de buen gusto y de previsin, para gastar, ms
+bien para derrochar estas poco bien adquiridas riquezas. En el captulo
+_El Politiqueo_ aparecen los Padres como facciosos, excitadores guerra
+civil y tan partidarios de D. Carlos, que cantaban el _Te Deum_ cuando
+ocurra algn suceso funesto para las armas de Espaa, v. gr.: la muerte
+del caballeroso y herico marqus del Duero.
+
+Para no fatigar los que me lean no seguir extractando aqu el inmenso
+cmulo de acusaciones que lanza contra los jesutas el autor annimo.
+Recomendar, sin embargo, la lectura del captulo _El Mujero_, porque
+tiene muchsimo chiste. Sobre todo en cuanto se refiere las relaciones
+espirituales de los Padres con las duquesas, marquesas y condesitas, y
+en la descripcin que hace de la devocin elegante, del misticismo
+cmodo y de la religiosidad _high life_ y la moda.
+
+Todo esto, no obstante, por ms que sea digno de reprobacin y deba ser
+condenado en este, en aquel en el otro individuo, tal vez afecte menos
+ la Compaa en general de lo que el autor annimo imagina y pretende.
+En una asociacin tan numerosa y que alcanza extraordinario influjo y
+crdito, es difcil, es casi imposible evitar que algunos, que tal vez
+muchos de los que la asociacin pertenecen, no se prevalgan de ese
+influjo y de ese crdito para lograr provechos y ventajas materiales. Y
+por otra parte, el despilfarro de esos provechos, casi siempre en cosas
+deleitables para la colectividad que satisfacen y lisonjean su
+orgullo, prueba que no hay grande egosmo en el individuo que los ha
+logrado, inclina creer que la codicia jesutica ms que viciosa es
+poco juiciosa.
+
+En mi sentir, pues, los captulos de mayores culpas del libro del autor
+annimo contra los jesutas, son los dos que se titulan: _De ciencia y
+tantidad_, _la mitad de la mitad_.
+
+Ni en ciencia, ni en literatura ni en artes, llegan hoy los jesutas de
+Espaa lo que fueron en lo pasado. Quedan adems muy por bajo del
+nivel de los escritores seglares y de los escritores del clero y de los
+otros institutos religiosos. La fama al menos no hace resonar mucho sus
+nombres ni difunde su gloria.
+
+En este punto, sin embargo, y si hemos de dar crdito al autor annimo y
+no tildar de exageracin sus alabanzas, l las prodiga de tal suerte al
+P. Juan Jos Urraburu, que le coloca muy por encima de todos los
+filsofos, pensadores y escritores aficionados la filosofa que ha
+habido en nuestra nacin en el siglo presente. No he de negar yo que
+sean muy estimables las obras filosficas de Balmes, del P. Zeferino
+Gonzlez, de D. Manuel Orti y Lara, de Sanz del Rio y de la turba de sus
+proslitos; pero de ninguno de ellos se podra afirmar sin exagerada
+benevolencia lo que el autor annimo afirma de la obra filosfica del P.
+Juan Jos Urraburu, declarando que es notabilsima, que hace honor
+Espaa, y que debe contarse entre las mejores, si ya no es la mejor
+publicada en Europa, despus de la restauracin filosfica pregonada por
+Len XIII. Es cierto que el autor annimo limita luego la alabanza,
+considerando la obra del P. Urraburu como mera exposicin de la sana
+filosofa escolstica. Pero aun as, la alabanza es muy grande, si la
+tal exposicin es completa y si es la mejor que se ha hecho en Europa,
+comparando bien la antigua filosofa que expone, con todos los
+ulteriores sistemas, y sacndola ilesa de los ataques, y victoriosa y
+colocada por cima de todos.
+
+Fuera de los mritos de este P. Urraburu, del que confieso ingenuamente
+que ni haba odo hablar, poco nada hay que el autor annimo celebre y
+estime en algo, en el movimiento intelectual de los jesutas. Y la
+verdad es que ninguno de sus escritos ha alcanzado en Espaa la
+popularidad y el aplauso que las obras de otros escritores
+pertenecientes al clero. No tienen poetas como Mosn Jacinto Verdaguer;
+ni ardientes y fervorosos polemistas como D. Miguel Snchez; ni
+entusiastas y candorosos moralizadores, de fecunda inspiracin popular,
+como el excelente P. Claret, harto injustamente ridiculizado por la
+pasin poltica y por la ligereza de liberales y librepensadores.
+
+La revista _El Mensajero del Corazn de Jess_, est, segn el autor
+annimo, muy por bajo de _La Ciudad de Dios_, de los Padres Agustinos. Y
+lo que ms desgracia dicha revista _Mensajero_, siempre, segn nuestro
+autor, son las novelas y cuentecitos que all se insertan, donde
+hierven tales osadas de ideas y tales arrojamientos de frases y de
+palabras, y donde se refieren lances y percances tan crudos y poco
+decentes y situaciones tan escandalosas, que muchos padres de familia,
+luego que reciban el tal _Mensajero_, le escondan con cuidado para que
+no le leyesen sus hijas.
+
+Son ms de extraar estas libertades si se atiende, segn afirma el
+autor annimo, que los Padres jesutas de Espaa han censurado al
+Cardenal Wiseman por su _Fabiola_ y al inocentsimo Fernn Caballero por
+varias de sus novelas, y que (apenas parece creble!), en un gran
+colegio de la Compaa celebraron una muy devota procesin y quemaron
+muchos libros por impos, liberales y poco decentes, entre ellos _El
+Quijote_.
+
+El autor annimo niega tambin historiadores la moderna Compaa de
+Jess en Espaa.
+
+En lo que toca ciencias naturales, no tienen nada de que jactarse. No
+slo, dice, no pueden presentar una obra como la del Agustino P. Blanco
+sobre la flora de Filipinas, pero ni un observador de la naturaleza como
+el escolapio Padre Ainza.
+
+En mi sentir, hay un punto sobre el cual no vierte bastante luz el autor
+annimo, ni nos habilita, findonos de lo que dice, para dar una
+sentencia adversa favorable. Es este punto la virtud capacidad
+docente de los Padres de la Compaa. Sobre ello, por lo tanto, no
+daremos nuestra opinin, pero s diremos que la del pblico en general
+es muy favorable los Padres, y lo prueban la multitud de colegios que
+tienen, su prosperidad, y el empeo con que muchas personas, hasta
+opuestas al jesuitismo, liberales y librepensadoras, envan sus hijos
+ los colegios de los jesutas para que all se eduquen. Y no puede
+negarse que el buen xito de los jesutas en este ministerio de la
+enseanza de la juventud produce y puede producir los mejores efectos,
+aunque no sea ms que despertando la emulacin y excitando el celo de
+otros establecimientos pedaggicos, ya, por ejemplo de los Institutos
+oficiales y laicos, ya de otras Ordenes religiosas clericales
+congregaciones. Los Padres Augustinos, sin duda, se esmerarn ms en sus
+enseanzas para competir con los Padres de la Compaa y vencerlos, si
+pueden. Y es probable, que, contemplando la prosperidad y crdito de los
+jesutas como cuerpo docente, los cannigos del Sacro Monte se hayan
+animado y resuelto ampliar los estudios de su colegio, convirtindole
+en Universidad catlica, donde ya se ensea la jurisprudencia y donde se
+aspira y se quiere ensear (como complemento y corona de las asignaturas
+de teologa), griego, hebreo y rabe y otras lenguas orientales, as
+como muchas ciencias profanas y muchas teoras y descubrimientos
+novsimos, fin de ponerlos en armona con la Religin revelada y de
+que valgan para su sostn y concurran su triunfo en vez de parecer,
+como parecen, un ariete en manos de los incrdulos.
+
+Concretndome ahora al examen del libro del autor annimo, y expresando
+aqu sobre l mi parecer franco y sincero; dir, para concluir, aunque
+me acusen como han sido acusados con frecuencia los jesutas de tener la
+manga muy ancha, que los pecados y vicios que saca la vergenza el
+autor annimo, si bien sera de desear que no los hubiese, no me mueven
+tanto condenar la Compaa, compuesta de seres humanos, entre los
+cuales no puede menos de haber bastantes pecadores, como la carencia del
+espritu elevado, amplio, civilizador y progresivo que la inspir en
+mejores das. Volver informarse de este espritu es, en mi sentir, lo
+que la Compaa necesita, y no las mejoras y modificaciones de sus
+institutos, que el autor annimo propone, manifestando deseo de que la
+Iglesia las adopte y establezca.
+
+No va por un lado el espritu del siglo y no va por el lado opuesto el
+espritu de la verdadera Religin. Ambos caminan y deben caminar unidos
+ fin de que la mente y el corazn de los hombres se eleven superiores
+esferas. Cristo no ense cuanto hay que saber, sino que dej mucho, aun
+en las cosas ms esenciales, para que los hombres lo averiguasen y lo
+enseasen con el transcurso del tiempo. El adelanto, el desenvolvimiento
+de la metafsica y de toda doctrina social, poltica y hasta tica, no
+est reido con la revelacin, que no fu ni pudo ser de una vez, sino
+que, en cierto modo y altamente aceptada, es progresiva. Las mismas
+palabras del Redentor lo declaran: _Adhuc multa habeo vobis dicere, sed
+non potesti portare modo_. Lo que entonces no dijo Cristo, porque no
+hubieran acertado entenderle; lo que, aun despus de descender sobre
+los apstoles las lenguas de fuego, cuando estaban congregados en el
+Cenculo, no quiere no puede revelar San Pablo, constituye la ulterior
+revelacin, y presta, digmoslo as, una flexibilidad sublime nuestro
+dogma religioso, que le hace capaz de contener dentro de s, sin
+romperse ni quebrantarse, toda civilizacin futura, por grande y
+maravillosa que sea.
+
+Yo entiendo, pues, que la mejor reforma que pudieran adoptar los
+jesutas sera la de inspirarse en tan sublime y fundamental pensamiento
+que, sin salir fuera de las vas catlicas y sin cobardes
+condescendencias y transacciones con incrdulos infieles, hiciese
+posible la aspiracin de Jaime Freeman Clarke al terminar su obra sobre
+las _Diez grandes Religiones_, y al proclamar la cristiana como la
+religin definitiva imperecedera del humano linaje: que no se amenge
+la libertad del espritu; que no se acepte con ceguedad lo que
+contradiga al sentido comn; que no se achique mutile la ciencia por
+miedo de que triunfe de la fe; que ningn placer inocente, que ninguna
+natural alegra de la vida y que nada de cuanto hay de hermoso en la
+literatura, en el arte, en la sociedad y en el hogar domstico, sea
+sacrificado; sino que todos los hombres vengan Jess y hallen en l el
+medio ms poderoso de elevarse hasta su Eterno Padre y la revelacin ms
+cumplida de perdn, paz, esperanza y vida eterna, indispensable para el
+desarrollo perfecto y completsimo de nuestro ser humano.
+
+En los jesutas hay en nuestro tiempo una limitacin y una estrechez de
+miras harto contrarias las susodichas aspiraciones. Se olvidan de que
+la letra mata y el espritu vivifica, y se olvidan de que el espritu de
+verdad har resplandecer toda verdad ante los ojos de los que le
+siguen.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+SOBRE DOS TREMENDAS ACUSACIONES
+
+CONTRA ESPAA, DEL ANGLO-AMERICANO DRAPER
+
+ _Influencia del elemento indgena en la cultura de los moros del
+ reino de Granada_, por D. Francisco Javier Simonet. _Shall Cuba be
+ free?_ (Artculo de Clarence King, en la revista de Nueva York _The
+ Forum_.)
+
+
+El librito cuyo titulo va en el epgrafe contiene en pocas pginas
+bastantes datos y mucha doctrina; mas, no slo por esto, sino por las
+ideas que sugiere y por los comentarios de que puede ser objeto, ha
+llamado mi atencin y me ha movido llamar tambin sobre l, si puedo,
+la atencin del pblico.
+
+El Sr. Simonet, autor del librito, es un arabista de reconocido mrito,
+de grande ilustracin y catedrtico en Granada de la lengua del Yemen.
+Ha publicado ya varios libros en que muestra su mucho saber. Uno de
+ellos ha sido premiado por la Real Academia Espaola, y otro ha sido
+premiado por la Real Academia de la Historia.
+
+La obra de que nosotros vamos hablar es menos fundamental y profunda:
+es una obra de divulgacin. Y si bien trata de sucesos, pasados ya hace
+siglos, tiene, en nuestro sentir, un inters de actualidad.
+
+En las naciones extranjeras abundan los escritores desapasionados y
+juiciosos, de quienes no podemos quejarnos; pero no escasean tampoco los
+escritores violentos, ciegos de furor, fanticos con el fanatismo que
+hoy se estila, y tan acrrimos enemigos de Espaa, que no hay crimen,
+maldad infamia que no atribuyan nuestra nacin, infiriendo de ah
+que la postracin y decadencia en que hoy estamos es un justo castigo de
+Dios, y, si no cree en Dios el que de esta suerte quiere requebrarnos,
+una ineludible consecuencia de las leyes fatales, impuestas no se sabe
+por quin, que dirigen y ordenan la marcha de la humanidad travs de
+los siglos.
+
+Con algunos autores tenemos cierta disculpa, ya que para ellos no hay
+responsabilidad ni libre albedro. Todo casi todo depende del medio
+ambiente. Y si nosotros somos crueles, codiciosos, traicioneros, y sobre
+todo temerosos de Dios, que, segn Buckle, es la peor de las cualidades,
+todo ello consiste en que en Espaa no hay lluvias regulares sino
+feroces tormentas y prolongadas sequas, y adems tal multitud de
+terremotos, que nos tienen siempre con el alma en un hilo y con el
+corazn en un puo y producen en nosotros la crueldad y la intolerancia
+religiosas.
+
+En prueba de que no exagero y de que no pueden ser ms atroces las
+injurias que nos dirigen algunos escritores, cuyas obras se traducen al
+castellano, teniendo acaso nuestro pblico el mal gusto de estimarlas y
+la candidez de creer lo que dicen, citar al clebre catedrtico de la
+Universidad de Nueva York, Juan Guillermo Draper, el cual, en su
+_Historia del desenvolvimiento intelectual de Europa_, asegura que
+Espaa, en justo castigo de sus espantosos crmenes, est hoy convertida
+en un horrible esqueleto entre las naciones vivas, y aade Draper: si
+este justo castigo no hubiera cado sobre Espaa, los hombres hubieran
+ciertamente dicho: no hay retribucin: no hay Dios. Por donde se ve
+que es un bien y no un mal el que este pobre pas est muy perdido,
+porque mientras peor estemos, mayores y ms luminosas sern las pruebas
+de la existencia de Dios y de su justicia. Largo es, muy largo, el
+captulo de culpas que Draper nos echa cuestas; pero las dos culpas
+ms enormes, son las de haber destruido por completo, casi por
+completo, dos civilizaciones; la oriental y la occidental.
+
+La primera de estas dos acusaciones no es tan ridicula como la segunda,
+de que hablaremos despus, mas no por eso es menos falsa.
+
+Indudablemente, los rabes, antes del Islam, posean cierta extraa
+cultura, en algunos puntos patriarcal y propia de pueblos nmadas y
+pastores; en otros puntos, como por ejemplo en la poesa, hasta
+refinada. Cuando entusiasmados por las predicaciones de su profeta, se
+arrojaron conquistar el mundo, no se puede decir que fuesen brbaros.
+Tal vez por no serlo y por hallarse muchos pases vejados, humillados y
+oprimidos por razas conquistadoras y por gobiernos despticos, les fue
+fcil conquistarlos. Tal vez fueron recibidos como libertadores en
+algunos pases, el pueblo al menos se someti con docilidad su yugo,
+no hallndole ms pesado que el que antes sufra. As se explica, por
+ejemplo, que cuatro cinco mil muslimes conquistasen el Egipto. As se
+explica que no muchos ms hiciesen la conquista de Espaa. En poco
+tiempo se extendi el imperio musulmn desde la India y las fronteras de
+la China hasta el Medioda de Francia, salvando los Pirineos. Los
+rabes, sin embargo, no eran muchos, y arrastraron en su expansin,
+valindose de ellas para triunfar, hordas brbaras semi-salvajes,
+como los habitantes del Norte de Africa, mauritanos, bereberes, como
+queramos llamarlos. En Espaa se llamaron y se llaman moros. Sin duda
+por cada rabe de los que vinieron la conquista de Espaa, bien se
+puede suponer que hubo un centenar de moros. Y esto en el principio,
+mientras Espaa estuvo sometida al califato de Oriente, y tambin, as
+durante la independencia de la Espaa musulmana del mencionado califato,
+como desde la fundacin del de Crdoba hasta su desmembracin y ruina
+despus de la muerte de Almanzor. La multitud de reyezuelos que
+surgieron de la ruina del califato, cuando no eran renegados espaoles,
+eran moros y no rabes. Y, por ltimo, en la poca de las dos primeras
+grandes invasiones africanas, la de los almoravides y la de los
+almohades, que en Espaa prevalecieron y duraron, el elemento arbigo
+entr por muy poco. Los invasores y dominadores de Espaa fueron
+africanos brbaros, que no pudieron traer ni trajeron ningn principio
+civilizador nuestra Pennsula. Aqu fue donde se domesticaron y
+civilizaron algo, sometindose sin sentirlo los vencedores la superior
+inteligencia y saber de los vencidos y al influjo que de esto nace.
+
+Los rabes mismos no posean, al extenderse por el mundo y al apoderarse
+de Espaa, una civilizacin superior y propia. Tuvieron, s, el mrito
+de no destruir la civilizacin de los pases que ocuparon: de aceptar y
+de recibir en cada regin algo de lo que all se saba, ya conservndolo
+para que no se olvidase se perdiese, ya siendo como vehculo para
+llevarlo de una regin en otra. Esta buena cualidad, que no fue slo
+tolerancia, sino curiosidad simptica y aficin respetuosa al saber de
+los vencidos, vali de tal suerte que, durante algunos siglos, acaso
+hasta despus de las ltimas cruzadas, pudo creerse que el mundo
+musulmn era ms culto que el mundo catlico, y los espritus
+superficiales pudieron esperar temer que el islamismo en Asia, en el
+norte de Africa y en Espaa, arrebatase al cristianismo europeo la
+bandera del progreso y la antorcha de la cultura. Casi todo este brillo,
+sin embargo, y esta aparente superioridad en algunos momentos
+histricos, se debieron en todas partes, y ms que en ninguna en Espaa,
+ la civilizacin de los vencidos, veces respetada, por lo cual
+merecen los vencedores elogio, veces viva y retoando y reverdeciendo
+siempre, sin que pudieran los vencedores arrancarla de cuajo, pesar de
+los esfuerzos que hicieron, y al fin sometindose ella.
+
+En suma, no es posible descubrir en toda la cultura hispano-muslmica
+cosa alguna de valer que haya surgido en Arabia en Africa, entre
+alarbes y moros, y que desde all haya venido Espaa. A mi ver, cuanta
+alabanza se quiera dar la cultura muslmica espaola, es alabanza que
+se da los espaoles mahometanos, y no moros ni rabes que viniesen
+de fuera trayndonos ciencias, artes industrias que aqu no existiesen
+ que aqu no tuviesen origen.
+
+Por lo dems, yo creo que en la prosperidad y en la grandeza de los
+estados reinos musulmanes que hubo en Espaa, entran por mucho la
+ponderacin y la jactancia de los historiadores. Entra tambin por algo
+la mana de no pocos crticos y pensadores modernos, de encarecer
+ensalzar demasiado cosas que, si bien son bellas buenas, no merecen
+tan ponderativos encarecimientos.
+
+Apenas hay gran pueblo, de los que ms han figurado en la historia, que
+no haya dejado ms hermoso y brillante rastro de s que los rabes en
+sus monumentos.
+
+Se supone, y no he de negar que es suposicin muy potica, que la
+cultura arbiga, no s si en Espaa slo tambin en otros pases,
+depende est ligada una estrella que los griegos llamaron Canopo y
+los rabes Sohail. Esta estrella brill, siglos ha, muy alto sobre el
+horizonte de Espaa. En el da, causa de la precisin de los
+equinoccios, apenas se levanta poco ms de un grado sobre el horizonte
+de Cdiz. Cuando Sohail desaparezca de nuestro cielo, desaparecern
+tambin y sern ruinas y escombros los monumentos del arte arbigo que
+en Espaa quedan.
+
+Esperemos que este vaticinio astronmico no se cumpla, para lo cual
+importa que haya restauradores artistas como el Sr. Contreras, y que
+nuestros ministros de Fomento no escatimen los recursos, no ya para
+conservar lo que an existe, sino para restaurar lo que se halla
+lastimosamente medio destruido. As, por ejemplo, yo no me contento con
+que la Alhambra se conserve, sino que, si de m dependiese, hara
+restaurar las dos torres de las Infantas y de la Cautiva, cada una de
+las cuales es, , mejor dicho, ha sido, y puede volver ser, una
+primorosa filigrana: un palacio casa real de la Alhambra en miniatura.
+
+Acaso como arquitectos es como los rabes son, han sido, ms
+originales. Pero quin negar que su arquitectura tiene escasa majestad
+y solidez, y que se distingue y es digna de elogio, ms que por nada,
+por las menudencias y prolijidades del ornato?
+
+El edificio ms grandioso que de la poca muslmica queda en Espaa es
+la catedral de Crdoba; la antigua mezquita de Abderraman. Pero en aquel
+bosque de columnas que forman las diecinueve naves calles, hay
+muchas columnas que sean arbicas? No ve, hasta el ms profano, que
+todas casi todas, son de templos cristianos gentlicos, de la poca
+romana de la poca visigtica, arruinados y despojados por los
+muslimes para edificar y hermosear su templo? Este templo, decir
+verdad, no me entusiasma tanto como otros, en cuyo entusiasmo me
+parece advertir no poco de extravagancia. Hasta figurndome la mezquita
+integra, en todo su esplendor, sin templo cristiano en su centro y tal
+como estaba en la poca de los Abderramanes, sin la pared que la limita
+ahora hacia el patio de los Naranjos, y dejndose ver desde l toda la
+longitud de las diecinueve calles, alumbradas por lmparas de plata y
+oro, y hasta figurndome adems en todo su esplendor y belleza los
+primorosos mosaicos, alicatados y dibujos de la capilla del Mihrab, yo
+hallo, y he de confesarlo aqu, aunque se pongan las manos en la cabeza
+los que me lean, que me parece ms hermoso, ms digno, ms artstico el
+templo cristiano que se levanta ahora en medio de la mezquita y que
+tantas y tantas personas lamentan el que all se haya levantado. Para mi
+gusto, no ya el templo en su totalidad, sino alguno de sus pormenores,
+como por ejemplo, la sillera del coro, vale ms que el Mihrab con todos
+sus arabescos y que cuantos primores, labrados con prolijidad brbara,
+contiene y contuvo la mezquita en su poca ms brillante.
+
+No discuto aqu si hubiera sido no mejor edificar en cualquiera otra
+parte el templo cristiano y dejar la mezquita integra y tal como estaba.
+Falta de sentido arqueolgico y de buena critica de bellas artes puede
+afirmarse que hubo en esto; pero, en el siglo XVI, hubiera habido en
+cualquiera otra nacin de Europa un amor ms fino la arqueologa, y un
+juicio ms claro sobre el valer artstico histrico de un monumento,
+que hubieran impedido, sobreponindose al sentimiento religioso, la
+construccin de un templo cristiano en el centro de la mezquita? Si por
+una parte, algo de la mezquita se destrua, cmo negar por otra que hay
+no poco de potico y de sublime en la idea realizada de levantar en
+medio del ms esplndido santuario del islamismo y del arte oriental
+otro magnfico santuario, segn el gusto europeo, ms adecuado al culto
+y glorificacin del Dios trino y uno?
+
+No negar yo la gracia y el encanto de algunas construcciones arbigas.
+
+Si los rabes produjeron algo original, fue en arquitectura, aunque tal
+vez tomasen mucho del arte bizantino y de la arquitectura de la India y
+de la Persia y de otras regiones que invadieron conquistaron.
+
+Aun as es de notar y de deplorar la vida efmera inconsistente de los
+monumentos arbigos. La estrella Sohail no se haba ocultado an bajo el
+horizonte de Espaa, y ya no haba en Crdoba ni huellas de los palacios
+de los califas; Medina-Azahara se haba desvanecido; los alczares y
+jardines de Almotamid en Sevilla, de Almotacn en Almera, y de otros
+reyezuelos elegantes y sibarticos, se dira que se los haba tragado la
+tierra. De ellos no queda una columna en pie; ni huella, ni rastro.
+Todava en Grecia, en Sicilia y en Italia, estn erguidos y casi
+completos monumentos del arte helnico, anteriores de seis siete
+siglos la Era cristiana; en Egipto, en la India y en la Persia y en
+otras tierras del centro de Asia, subsisten pasmosas obras que dan
+testimonio del poder arquitectnico de pueblos que fueron grandes hace
+miles de aos, mientras que de los rabes, sobre todo en Espaa y de la
+mejor poca, apenas queda nada. El mismo alczar de Sevilla, ms que
+moro, es mudejar, y honra ms el buen gusto del caprichoso y popular
+tirano D. Pedro de Castilla, que la elegancia del rey poeta Almotamid,
+la magnificencia de su tremendo padre, que adornaba sus jardines y las
+puertas de su alczar con las cortadas cabezas de sus enemigos.
+
+Los encomiadores de los tiempos muslmicos en Espaa ponderan ms an, y
+no menos superficialmente, el gran florecimiento y prosperidad que la
+agricultura haba llegado entonces. Para las irrigaciones, sobre todo,
+no tienen ms que alabanzas. Hay quien imagina que Espaa en tiempo de
+los moros era toda ella una florida, amena y fructfera huerta, que los
+cristianos luego hemos marchitado y destruido. Nada ms falso que este
+aserto. Bastante digno de encomio hicieron los moros (, mejor dicho,
+los espaoles musulmanes, pues no hay razn para que fuesen moros
+para que nosotros as los llamemos), fin de cultivar, regar bien y
+hacer productiva la tierra, especialmente en Valencia, Alicante, Murcia
+y Granada; pero cuando se estudia bien este asunto, se ve que los
+cristianos hicieron ms y mejor para el mismo fin despus de la
+conquista, as en grandiosas y tiles obras hidrulicas, como en leyes y
+reglamentos para organizar sabiamente el regado. D. Jaime I en Aragn y
+D. Alfonso el Sabio en Castilla, aunque no tuvieran ms que este mrito,
+gozaran de inmortal popularidad y seran gloriosos y benditos. Pero hay
+ms an: los ms colosales trabajos realizados para el riego, trabajos
+que pasman por su solidez y magnificencia, son de las pocas en que se
+supone Espaa sumergida en las tinieblas horrorosas de un brutal
+fanatismo; son del reinado de Felipe II, bajo cuya proteccin y por cuya
+excitacin se construyeron los admirables diques y pantanos de Alicante,
+de Elche y de Almansa, son del tiempo de Carlos III, bajo cuya
+proteccin y por cuya excitacin se hicieron los de Lorca.
+
+En artes y letras es mayor desatino sostener que los moros importaran
+nada en nuestro pas, ni influyesen, salvo un poco en la arquitectura,
+en el desenvolvimiento intelectual de los espaoles. De escultura y
+pintura no hay que hablar, pues, aunque, veces, faltando los
+preceptos de su religin, esculpiesen y pintasen algo, lo por ellos
+pintado y esculpido fu grosero y rudo. As lo atestiguan las esculturas
+y las pinturas que en la Alhambra se conservan. Poesa dramtica no
+tuvieron nunca. Algo de poesa pica narrativa puede decirse qu
+tuvieron, si bien no tuvieron nada que, ni remotamente, pudiera
+compararse, no digamos ya al antiqusimo poema del Cid, pero ni las
+leyendas de santos de Gonzalo de Berceo. De aqu se infiere que nuestra
+gran literatura nacional trilinge, castellana, catalana y portuguesa,
+naci reto en estos idiomas vernculos, de su antigua raz y tronco
+cristianos y latinos: raz y tronco firmemente plantados en nuestro
+suelo. Y si algo de fuera, si algo extrao vino ayudar fomentar el
+reverdecimiento de esta literatura, vino de Francia y de Italia, y no de
+la morera. Por el contrario, yo creo que debe y puede sostenerse que la
+pompa oriental, las galas y primores, veces excesivos, y cierta
+redundancia que en nuestra poesa y en nuestra elocuencia se notan
+frecuentemente, y aun se censuran, son ya sobras defectos que de muy
+antiguo tuvieron los espaoles, y por los cuales fueron motejados en
+Roma Lucano, Sneca y otros prosistas, oradores y poetas de nuestra
+patria.
+
+En las poesas escritas en lengua arbiga por espaoles y en Espaa,
+aunque durante la dominacin muslmica, no hallo difcil percibir,
+travs de la forma clsica tomada de la antigua poesa del Yemen y de la
+imitacin de los verdaderos poetas rabes ms famosos y celebrados,
+algo, y no poco, en el sentir y en el pensar, nacido en corazones y
+espritus espaoles, y que casi de seguro no hubiera nacido jams en el
+alma de un moro de Africa de un beduino de Arabia. Este orientalismo
+es tan espaol y tan poco oriental, que raz de la ltima reconquista
+se manifiesta esplendorosamente en prosa y en verso en nuestra
+literatura espaola y nace del concepto fantstico, transfigurado y
+hermoso, que la mente de los vencedores crea y forma de las costumbres,
+usos, pasiones y cultura del pueblo quien ha vencido. De aqu la
+novela caballeresca, la ficcin graciosa de Gins Prez de Hita. Y de
+aqu la multitud de preciosos romances moriscos y el tinte
+imaginariamente oriental que engalana tantas de nuestras obras poticas,
+desde los mismos romances moriscos que incluye en sus _Guerras Civiles_
+el mencionado Gins Prez de Hita, hasta los admirables romances de
+Gngora y de D. Nicols Moratn, hasta el arabismo cordobs del duque de
+Rivas en _El moro expsito_, y hasta los esplendores y ensueos
+orientales del valenciano Arolas y del instintivo y popularmente
+iluminado poeta Zorrilla en su leyenda de _Alhamar_ y en otras
+composiciones y fragmentos. Casi todo esto contiene un arabismo
+orientalismo hechicero y de color de rosa, tan creado por nosotros, que
+bien se puede asegurar que no hay rabe ni moro que, aunque se le
+tradujera en su lengua, entendiese palabra de ello.
+
+Ni cmo haban de entender las quintas esencias y los refinamientos
+amorosos y msticos que gastan los poetas y algunos de sus hroes, y
+los discreteos, delicadezas y finuras de sus galanes y de sus damas?
+
+No voy dilucidar aqu si algunas poesas compuestas en Espaa, aunque
+en lengua arbiga y por muslimes espaoles, pudieron ejercer influjo en
+la poesa castellana; si los cristianos conocan dichas poesas
+arbigas; si varios romances, como el de _la prdida de Valencia_,
+fueron traducidos imitados del rabe; si el arcipreste de Hita, ya en
+el fondo, ya en la forma, imit cantares moriscos; y si la elega de
+Abul-Beka de Ronda, en su primera parte, fu uno de los modelos que tuvo
+presente Jorge Manrique cuando compuso sus admirables coplas. Lo que
+sostengo es, que, en todo caso, fu cortsimo el influjo
+insignificante la imitacin. Schack, por ms esfuerzos que hace, tiene
+que convenir en que los cristianos espaoles conocieron poco la poesa
+arbigo-hispana y la imitaron menos, y tiene que convenir tambin en que
+esa poesa arbigo-hispana, ms menos conocida imitada, apenas tena
+ya de arbiga sino la lengua en que estaba escrita.
+
+Pasando ahora de las letras la ciencia, empezar por decir que no me
+incumbe estimar aqu y tasar en su valor la de los rabes; pero s
+procurar, aunque sea compendiosa y someramente, hacer tres importantes
+afirmaciones. Es la primera la de que Espaa, cuando la conquista
+muslmica, tena su ciencia propia, de la que dan testimonio clarsimo
+no pocos escritores y sabios, descollando entre todos San Isidoro de
+Sevilla, y que esta ciencia, pesar de las persecuciones y tiranas de
+los conquistadores, continu luciendo entre los muzrabes pueblo
+cristiano vencido, y di altas muestras de s en el abad Sansn, en San
+Eulogio y en Alvaro de Crdoba. Es la segunda que los rabes y los moros
+no eran sabios cuando vinieron Espaa, ni trajeron sabios consigo, de
+suerte que los sabios y la sabidura que hubo ms tarde entre ellos, no
+deben tenerse por arbigas sino por espaolas. Tan espaol es Averroes
+como Sneca, como Luis Vives como Domingo de Soto. Y es la tercera
+que, lejos de destruir los cristianos espaoles la ciencia mucha poca
+de los espaoles muslimes, la protegieron, la fomentaron, se
+aprovecharon de ella y la difundieron por toda Europa. En este punto,
+ms que en ningn otro, la acusacin de Draper no puede menos de
+atribuirse mala fe, ligereza supina ignorancia.
+
+Otro pueblo, adems de los rabes y de los moros, hubo en Espaa durante
+toda la Edad Media, el cual, por su larga permanencia entre nosotros
+(tal vez, en parte, desde antes de la venida de los romanos), no poda
+ser mirado en Espaa como forastero, sino como indgena. Era este pueblo
+el israelita, que vali, import influy ms que los muslimes en la
+civilizacin del mundo, floreciendo y mostrando tal actividad en Espaa
+por su saber, que bien podemos jactarnos de ello como de una gloria.
+Maimnides, Ibn Gebirol, los Ben Ezrra, Jehuda-Lev de Toledo y otros
+muchos filsofos, doctores y poetas nos pertenecen, como por ejemplo,
+Mendelshon Enrique Heine pertenecen Alemania.
+
+Llamemos ahora, para acomodarnos la manera vulgar de expresarse,
+ciencia arbigo-judaica toda esta ciencia que floreci en Espaa entre
+los espaoles que siguieron la ley de Moiss la ley de Mahoma. Qu
+fundamento hay para asegurar, como asegura Draper, que los cristianos
+espaoles la destruyeron?
+
+Los rabinos ilustres, los filsofos y los doctores musulmanes, arrojados
+de Andaluca por el fanatismo de los almohades, tuvieron franca acogida
+y lograron proteccin generosa en las cortes de los reyes de Aragn y
+Castilla. As, las clebres escuelas de Lucena y de Crdoba vinieron
+trasladarse Barcelona y Toledo. Ansiosos de difundir por el mundo
+esta ciencia arbigo-judaica, ya en la primera mitad del siglo XII, el
+arzobispo toledano D. Raimundo y sus amigos y clientes hicieron
+traducir, tradujeron y dieron conocer Francia y otras naciones
+cristianas las obras y doctrinas de Al-kendi, Alfarabi, Avicena,
+Avicebrn y otros autores. Sin duda, Domingo Gundisalvo y Juan de
+Sevilla fueron los iniciadores y divulgadores primeros de la filosofa y
+del saber semticos en la Europa de la Edad Media.
+
+Ernesto Renn nos reconoce este mrito y nos concede por ello su nada
+sospechosa alabanza, diciendo: La introduccin de los textos rabes en
+los estudios occidentales divide la historia cientfica y filosfica de
+la Edad Media en dos pocas enteramente distintas, y el honor de esta
+tentativa, que haba de tener tan decisivo influjo en la suerte de
+Europa, corresponde Raimundo, arzobispo de Toledo y gran canciller de
+Castilla.
+
+Claro est que muy fcilmente y con erudicin de segunda mano, tomada de
+varios autores espaoles, entre los cuales sobresalen Menndez y Pelayo
+y Amador de los Ros, pudiera yo extenderme aqu y convertir en libro
+este artculo para demostrar hasta la evidencia que todo el saber
+arbigo-judaico de Espaa fue propio de los espaoles, y que stos, no
+slo le crearon, sino que le divulgaron por toda Europa.
+
+El librito del Sr. Simonet, que da lugar las consideraciones que hemos
+expuesto, las confirma con gran copia de erudicin y con multitud de
+datos y de hechos, algunos de los cuales citar en este escrito,
+tomndolos al azar prefirindolos por ms curiosos. Mulades
+espaoles de puro origen, bien probado, ya por documentos histricos, ya
+por sus propios nombres de mal disimulada etimologa latina
+peninsular, fueron: Abdelmelic-ben-Hagib el Asolam, Ali Ibn-Hazm, el
+clebre Ibn Thofail, el insigne botnico malagueo Ihn-Albaithar, el
+distinguido gramtico Abdalah-Ben-Vivax, el poeta y naturalista Ab
+Otzman Ibn Loyon, los literatos y poetas Ibn Corral Ibn Xalvator
+Salvador, y hasta el egriego filsofo Ibn Badja Pace (desfigurado el
+ablativo latino) quien conocieron los filsofos escolsticos de la
+Edad Media con el nombre de Avenpace. En conclusin (para terminar en
+este punto mi artculo, como termina el seor Simonet el libro de que
+trato), de los testimonios que hemos alegado se infiere que, ni al
+elemento arbigo, ni al berberisco, sino al indgena, se debe, en su
+mayor parte, el esplendor literario y artstico del califato cordobs y
+del antiguo reino nazarita. Y por si acaso nuestras razones parecieren
+poco fuertes, inspiradas tal vez por el sentimiento patrio,
+concluiremos apoyndolas en la autoridad de un crtico extranjero muy
+competente, del alemn Guillermo Lubke, que en su celebrado _Ensayo
+sobre la historia del arte_ se expresa as: Si el arte rabe se
+desarroll en Espaa con ms perfeccin que en los otros pases
+_islamizados_, se debe sin duda las relaciones ntimas de moros y
+cristianos, en las cuales, stos comunicaron aqullos algo de lo
+noble, amable y caballeresco que resplandece en todos los ramos de su
+civilizacin, ciencias, arte y poesa.
+
+Saltemos ahora de la llamada civilizacin oriental la occidental, que,
+segn Draper, tambin hemos destruido. Esta civilizacin, que Draper
+afirma que era superior la civilizacin espaola del siglo XV, es la
+americana precolombina.
+
+Imposible parece que se diga de buena fe tamao disparate. Qu diantre
+de civilizacin haba en Amrica antes de su descubrimiento! Por casi
+todas partes era completo el salvajismo. Menos en el Per, no creo que
+en regin alguna hubiese animales domsticos. Haba en varias tribus
+conocimientos elementales de agricultura, pero en las dems se viva de
+la pesca y de la caza, los hombres se coman unos otros. Los
+sacrificios humanos exigan millares de vctimas. El perpetuo estado de
+guerra y los vicios nefandos destruan la poblacin impedan su
+aumento. En Mjico, que era el imperio ms civilizado, no haban
+descubierto an que con un lquido combustible y con una torcida se
+podan alumbrar de noche, y la pasaban oscuras por falta de candiles.
+Los jeroglficos en embrin de aztecas, yucatecos y otros pueblos del
+centro de Amrica (aun dando por supuesto que los ms significativos y
+mejor pintados no son posteriores la venida de la gente espaola y no
+son obra de indios industriados y medio civilizados ya por nosotros),
+ms de ser casi ininteligibles, dejan entrever una cultura harto
+inferior la de los antiguos imperios del centro de Asia ms de mil
+aos antes de Cristo. Si algo hubo de ms valor en la antigua
+civilizacin americana, haba decado y se haba corrompido degradado
+antes de llegar los espaoles. Poco nada tuvimos que destruir nosotros
+que no fuera perverso y abominable. En cambio llevamos Amrica nuestra
+propia cultura europea y cristiana, y llevamos el caf, la caa de
+azcar, el caballo, la vaca, el carnero, el trigo, las frutas exquisitas
+de Europa y de Asia, y otras mil cosas excelentes que por all no haba.
+
+Se nos acusa de haber procedido con crueldad y codicia y de haber
+sometido duros trabajos y atormentado con atroces castigos la
+poblacin india, hasta el extremo de mermarla y aun de hacerla
+desaparecer en algunas regiones. No ser yo quien defienda todos los
+aventureros espaoles de entonces, admirables y gloriosos por su
+inteligencia y por sus bros, pero que distan mucho de valer para
+modelos de santidad, y que tal vez, como vulgarmente se dice, eran lo
+peor de cada casa. Si hubieran sido aventureros ingleses, franceses
+alemanes los que fines del siglo XV hubieran ido Amrica, se
+hubieran conducido con ms humanidad que los espaoles? Fueron ms
+mansos y amorosos con los indios los alemanes quienes el emperador
+Carlos V concedi que se estableciesen y se extendiesen por las que hoy
+son repblicas de Venezuela y Colombia? Se condujo ms afable y
+dulcemente, no ya con los indios, sino con los mismos espaoles
+establecidos en Amrica, el enjambre de piratas, corsarios y
+filibusteros que en diferentes pocas fueron all contra nosotros?
+
+Los hombres de guerra y de aventuras en todos tiempos, y ms an en el
+siglo XVI, no han pecado por lo cariosos y suaves; y en dicha poca
+haba dos corrientes de sentimientos y de ideas que endurecan ms sus
+entraas: el fanatismo religioso de la Edad Media persistente an, y el
+renacimiento pagano, que, al traernos las elegancias y los primores, las
+artes y las letras de la clsica antigedad, nos trajo tambin no poco
+de su corrupcin, de sus vicios, de sus pasiones sensuales y de su sed
+de deleites y bienes de fortuna. Muchos de estos defectos no podan
+menos de tenerlos los aventureros audaces que envi Espaa Amrica;
+pero la misma Espaa no los tena. Pueden ser ms filantrpicas que lo
+que son las leyes de Indias? Se mostraron nunca nuestros legisladores
+crueles ni faltos de caridad para con los pueblos salvajes
+semi-salvajes quienes civilizamos y cristianizamos? Ha habido nunca
+pueblo de ms _catlico_ corazn que el pueblo espaol? Y digo
+_catlico_ en el ms lato sentido de la palabra, envolviendo en ella el
+significado que tienen hoy las palabras _cosmopolitismo_ y
+_humanitarismo_. Fr. Bartolom de las Casas no fu el nico defensor de
+los indios; fu acaso el ms vehemente y atrabiliario; pero antes y
+despus de l hubo multitud de santos misioneros y de almas piadosas que
+defendieron y protegieron los indios, y desde luego los consideraron
+iguales ellos, y veces superiores, cuando por su nacimiento, por la
+autoridad de que gozaban por el respeto que les tenan los de su
+casta, eran superiores en su tierra. No sera tan grande la tirana y la
+opresin de Espaa cuando, no slo igual al pueblo indio con el pueblo
+espaol, sino que di cartas y ttulos de nobleza los indios que se
+distinguan eran ya nobles entre los suyos. Todava, por ejemplo, es
+grande de Espaa y duque, y goza de una pensin cuantiosa entre
+nosotros, el sucesor de Moctezuma.
+
+Y ltimamente, con motivo del centenario del descubrimiento de Amrica,
+la ilustre duquesa de Alba, ha sacado del archivo de su casa y ha
+publicado un tomo voluminoso, donde se contienen multitud de ttulos de
+nobleza, escudos de armas y honrosos privilegios concedidos por los
+monarcas espaoles muchos seores indios raz de la conquista.
+
+En cuanto al pueblo, yo creo, y tengo por seguro, que se puede demostrar
+que en muchas de las tierras descubiertas y ocupadas por los espaoles
+en Amrica, los indios, en vez de perder, ganaron en ser conquistados.
+Aun durante la misma conquista, por mucha importancia que se d la
+superioridad de nuestra caballera, de las armas de fuego y de la
+pericia militar, no se comprende cmo unos pocos espaoles pudieron
+vencer y sujetar con crueldades grandes muchedumbres y poderosos
+imperios. Esto se comprende mejor, entendido como debe entenderse:
+asegurando que los espaoles triunfaron porque fueron all como
+libertadores, y ganaron en muchas partes la voluntad y el auxilio de los
+indios mal contentos, los cuales lograron sacudir as la tirana ms
+espantosa. Es probable que en Otumba hubiese del lado de Hernn Corts
+tantos indios como en el ejrcito contrario. Y no sin razn nos
+auxiliaron, porque salieron ganando en todo. Antes, como dice Gomara,
+pechaban el tercio de lo que cogan y si no pagaban eran reducidos la
+esclavitud sacrificados los dolos; servan como bestias de carga y
+no haba ao en que no muriesen sacrificados millares por sus
+fanticos sacerdotes. Despus de la conquista, aade Gomara, son
+seores de lo que tienen con tanta libertad que les daa. Pagan tan
+pocos tributos que viven holgando. Venden bien y mucho las obras y las
+manos. Nadie los fuerza llevar cargas ni trabajar. Viven bajo la
+jurisdiccin de sus antiguos seores, y si stos faltan, los indios se
+eligen seor nuevo y el rey de Espaa confirma la eleccin. As que,
+nadie piense que les quitasen los seoros, las haciendas y la libertad,
+sino que Dios les hizo merced en ser de espaoles, que los
+cristianizaron, y que los tratan y que los tienen ni ms ni menos que
+digo. Dironles bestias de carga para que no se carguen, y de lana para
+que se vistan; y de carne para que coman, ca que les faltaba.
+Mostrronles el uso del hierro y del candil, con que mejoran la vida.
+Hanles dado moneda para que sepan lo que compran y venden, lo que deben
+y lo que tienen. Hanles enseado latn y ciencias, que vale ms que
+cuanta plata y oro les tomaron. Porque con letras son verdaderamente
+hombres, y de la plata no se aprovechan mucho ni todos. As que libraron
+bien en ser conquistados.
+
+Yo entiendo que la cndida y sencilla apologa que acabo de citar, basta
+para prueba de cun benfico fu para los indios el triunfo de Espaa
+sobre ellos. Dicha sencilla y cndida apologa vale ms que las
+declamaciones pomposas. Los hechos posteriores la confirman plenamente.
+Desde el Norte de Mjico hasta el extremo Sur de Chile y de la Repblica
+Argentina, sera fcil demostrar que en el da de hoy hay ms indios
+que hubo nunca y son ms felices, mejores y ms civilizados que jams lo
+fueron; que bajo el dominio de Espaa los indios que se distinguan lo
+merecan podan ser cuanto se poda ser entonces en Espaa; generales,
+arzobispos, duques, marqueses, y presidentes de tribunales; y que ahora
+pueden ser, y son veces, presidentes de las Repblicas. En los Estados
+Unidos tal vez habrn sido ms humanos con los indios. Pero yo no he
+visto indios muy en auge en los Estados Unidos, ni que alguno de ellos
+figure entre los personajes importantes, que por su riqueza, por su
+posicin por su saber, influyen ni remotamente en el gobierno de la
+nacin. Tal vez los indios de los Estados Unidos estn acorralados como
+en Espaa solemos tener toros bravos en una dehesa jabales en un
+coto, mientras que los indios de las tierras que Espaa y Portugal
+ocuparon, ya presiden las Repblicas como jefes supremos, ya brillan
+como oradores en las asambleas legislativas, ya mandan ejrcitos, ya
+recorren como diplomticos las cortes de Europa, ya ganan fama y
+aplausos escribiendo en la lengua del pueblo que los conquist elegantes
+ inspiradas poesas interesantes libros en prosa, cuyo valer y mrito
+somos los primeros en reconocer nosotros los espaoles, no
+escatimndoles la alabanza, sino complacindonos en darla, acaso y
+veces ms all de lo justo.
+
+Las tremendas acusaciones de Draper contra Espaa estn puestas en su
+libro con mero intento terico, fin de que en su ramplona filosofa
+de la historia figuremos nosotros como un pueblo precito, y fin de
+que, en el drama cuya accin es el desenvolvimiento de la inteligencia
+humana y el paso de la edad de la fe la edad de la razn, haga Espaa
+el papel ms odioso. Pero en el da se renuevan y se exacerban estas
+acusaciones, no ya para filosofar, mas menos burdamente, sino para
+sacar muy duras consecuencias prcticas contra nosotros. En los Estados
+Unidos escriben hoy muchos para denigrarnos como Draper escriba, siendo
+lo ms gracioso que todo lo que dicen contra nosotros es con el fin de
+ensalzar los cubanos y de afirmar que deben ser independientes y
+libres. Acaso el ms feroz de estos escritores anti-espaoles sea un
+cierto Sr. Clarence King, que ha publicado en la revista _The Forum_ un
+articulo titulado _Ha de ser Cuba libre?_ Un amigo mo anglo-americano
+me envi hace un mes dicho artculo, excitndome que le contestase y
+hasta brindndome con que insertara mi contestacin en una revista de
+su tierra.
+
+Las acusaciones del Sr. Clarence King, son menos razonables an que las
+de Draper; pero como llevan el propsito de excitar en los Estados
+Unidos el odio y el desprecio contra Espaa y de favorecer los
+rebeldes de Cuba, auxilindolos y declarndolos beligerantes, creo que
+algo conviene decir contestando al Sr. Clarence King, aunque la defensa
+que haga yo de Espaa sea ligera, desenfadada y de broma, ya que el
+articulo del Sr. Clarence King no merece refutacin ms seria y
+detenida. Lo que diga yo sobre l ser como remate y complemento de la
+impugnacin que la salida de tono y los anatemas de Draper contra Espaa
+me han inspirado.
+
+Empezando ahora por contestar la acusacin que nos dirige el Sr.
+Clarence King de haber exterminado la poblacin india de Cuba, que llega
+ suponer se elevaba un milln de almas, dir que parece imposible que
+con seriedad se insine, ya que no se afirme, semejante disparate. Si
+nosotros, fundndose en l, se nos dice: Qu habis hecho de ese milln
+de almas? Can, que has hecho de tu hermano?, con la misma razn
+podemos suponer nosotros que, en la inmensa extensin de territorio
+ocupado hoy por la gran repblica, haba lo menos cuarenta millones de
+indios, y preguntar luego con voz fatdica: Canes! qu habis hecho
+de ellos?
+
+De todos modos, m no parecera razonable dirigirme los ingleses
+pidindoles cuenta de esos indios que han desaparecido. Se la pedira en
+todo caso los que se han apoderado de sus bienes despus de matarlos y
+viven hoy en el territorio que ellos tranquilamente posean. Porque es
+absurdo irracional, suponiendo que gente de casta espaola mat un
+milln de indios para apoderarse de Cuba, simpatizar con los herederos y
+con los que se aprovechan an de la matanza y del robo, y condenar por
+ese robo y por esa matanza los espaoles de por ac, que desde el
+descubrimiento y la conquista de Amrica hasta hoy no han hecho ms que
+predicar y legislar en favor de los indios.
+
+Es cosa de risa citar Hatuei, que dijo que preferira ir al infierno
+ir al cielo con los espaoles, para aplaudir los descendientes de esos
+espaoles porque se rebelan contra otros espaoles, que no sacaron el
+menor provecho de la muerte de Hatuei ni le hicieron el menor agravio.
+Todo lo que dice el Sr. Clarence King acerca de esto vendra muy
+propsito si hubiese an en Cuba descendientes de Hatuei y de sus indios
+que apellidasen libertad y que pugnasen por arrojar de Cuba los
+espaoles intrusos, lo mismo Weyler, que Maceo que Mximo Gmez.
+
+Otra no menos chistosa acusacin del Sr. Clarence King contra nosotros
+se funda en la esclavitud de los negros; sosteniendo que, acostumbrados
+nosotros mandar esclavos, no sabemos mandar hombres libres. No parece,
+al leer esto, sino que en los Estados Unidos no hubo esclavitud nunca.
+Dice tambin el articulista que Espaa se vi _forzada_ dar libertad
+sus negros Y quin le hizo tal fuerza? Espaa di la libertad de grado
+y con gusto. Y los propietarios de los negros no se opusieron con las
+armas esta libertad, si bien en Cuba era el darla ms difcil, ms
+perjudicial econmicamente y ms peligroso que en los Estados Unidos,
+aunque no fuese ms que porque en Cuba la poblacin negra era tan
+numerosa como la blanca. No fu, pues, en Espaa, fu en los Estados
+Unidos, al menos en mucha parte de ellos, donde se vieron _forzados_
+ dar dicha libertad; donde tuvieron que tragarla regaadientes, y
+donde al que la di, al libertador glorioso, no falt quien en premio le
+matase de un tiro.
+
+Por lo dems, la compasin hacia los negros esclavos acaso se pudiese
+probar que ha sido ms tarda que en nuestra raza en la raza
+anglo-sajona, que bastante tiempo ha sido _negrera_, y donde an, en el
+presente siglo, se inventan teoras tan filantrpicas y consoladoras,
+como la de Malthus y la del _Struggle for life_.
+
+No en el da en que los espaoles estamos harto abatidos, sino en los
+momentos en los siglos en que preponderbamos en el mundo, se le
+ocurri ningn espaol, que tuviera squito y que valiera algo, el
+considerarse de una raza superior las dems razas humanas, y el
+despreciarlas y humillarlas. Ni cuando el Gran Capitn se enseore de
+Italia arrojando los franceses; ni despus de Lepanto, de San Quintn
+y de Pava; ni cuando en Trento prevalecieron nuestros telogos y
+reformando la iglesia oponan fuerte valladar al protestantismo y
+trataban de conservar la virtud que informaba y que una la civilizacin
+europea; ni cuando desde principios del siglo XV, con tenacidad
+admirable y con fe constante, agrandbamos experimentalmente el concepto
+de las cosas creadas, circunnavegando el planeta, cruzando mares
+incgnitos y tenebrosos y descubriendo nuevos mundos y nuevos cielos,
+jams hemos menospreciado las otras naciones ni las hemos tratado con
+insolente orgullo, ni las hemos insultado como en el da se nos insulta.
+
+A la verdad, ni ahora ni nunca habr un solo espaol que rebaje la
+gloria de Lincoln; todos ensalzaremos esa gloria, pero alguna, aunque
+sea menor, nos toca colectivamente, porque dimos de buena voluntad y no
+por fuerza libertad los esclavos negros de Cuba; y alguna gloria
+tambin, anterior y mi ver ms clara y con algo de divino, nos toca
+por haber sido de nuestra raza santos varonescomo Alonso de Sandoval y
+Pedro Claver, que hicieron por los negros, en un siglo en que an se
+ignoraba hasta el nombre de filantropa, movidos de caridad cristiana,
+obras maravillosas por amor de Dios y de los negros de Africa.
+
+Supone el Sr. Clarence King que en el carcter espaol (ya se entiende
+que en el de los espaoles peninsulares, pues en el de los cubanos,
+sobre todo si son rebeldes, ha de haber habido una transformacin
+dichosa), supone, digo, que en nuestro carcter persiste, en combinacin
+diablica, la crueldad pagana de Roma, reforzada y sublimada con feroz
+intensidad por la Inquisicin. De aqu resulta que el ms blando y
+humano de nosotros es un Calgula-Torquemada. Y que fin de evitar que
+sigamos haciendo atrocidades contra los pobrecitos inofensivos
+insurrectos, los Estados Unidos tienen el deber moral de reconocer la
+beligerancia de dichos seores que no talan, ni incendian, ni saquean,
+ni cometen atrocidad alguna.
+
+Lo de la Inquisicin es una cantaleta que nos estn dando los
+extranjeros desde hace mucho tiempo, y que nos tiene ya tan aburridos,
+que casi justifica que algunos espaoles se pongan fuera de s y en
+apariencia se vuelvan locos, aunque sean sujetos de mucha madurez y
+juicio. As es que, sin duda por chiste y para lucir la agudeza de su
+ingenio, alguien defienda la Inquisicin todava, como por ejemplo, lo
+hace con mucha gracia el catedrtico D. Juan Manuel Orti y Lara, el cual
+llega exclamar: Oh dichosas cadenas del Santo Oficio, que tan
+fuertemente sujetaban al monstruo de la hereja, que no le dejaban
+libertad alguna para impedir los ingenios espaoles el vuelo que
+tomaron desde las alturas de la fe por las regiones del saber y de la
+poesa!
+
+Claro est que el monstruo de la hereja, que hoy anda suelto en Espaa
+sin que la Inquisicin le encadene, no impide al Sr. Orti y Lara que
+vuele por donde se le antoje y hasta que haga la apologa de la
+Inquisicin. Pero yo no quiero ni puedo hacerla, y convendr con el
+seor Clarence King en que la Inquisicin era una infernal maquinaria
+muy propsito para atormentar y matar la gente. En lo que no
+convengo con el Sr. Clarence King, sacando una consecuencia opuesta la
+suya y muy favorable los espaoles, es en que nosotros, poseedores de
+la maquinaria susodicha, hayamos atormentado y asesinado jurdicamente
+ms personas que las atormentadas y asesinadas jurdicamente en no pocas
+naciones extranjeras, donde tal vez y sin tal vez no hubo Inquisicin
+nunca. Jams la Inquisicin de Espaa se regal ajusticiando vctimas
+tan ilustres como Servet, Vanini y Bruno. Jams la Inquisicin de Espaa
+conden, sino que aplaudi, defendi y ensalz Coprnico, Galileo y
+ otros sabios, quienes en tierra donde no haba Inquisicin
+condenaban. Y en lo tocante la muchedumbre de gente menuda, quemada,
+ahorcada muerta por otros medios manos del fanatismo religioso, nada
+tienen que envidiarnos los pueblos ms cultos que en el da hay en
+Europa. Slo de brujos y brujas, si hemos de creer Michelet, en
+Trveris quemaron siete mil; pocos menos en Tolosa de Francia; en
+Ginebra quinientos en tres meses; en Wurtzburgo, ochocientos de una sola
+hornada, y mil quinientos en Bamberg. Convengamos en que jams hubo en
+Espaa tan esplndidas y colosales chamusquinas. Y es lo ms chistoso,
+si yo no recuerdo mal (porque no doy ahora para comprobarlo con una
+Historia de los Estados Unidos que contenga el periodo colonial), que en
+esos Estados se quemaron y se ajusticiaron tambin brujos y brujas con
+profusin pasmosa. Por donde yo me inclino sospechar que en toda la
+Amrica, dominada por Espaa durante los sigos XVI y XVII, no hizo la
+Inquisicin tantas vctimas, contando judos, mahometanos, y herejes
+relapsos y hechiceros de todo linaje, como las vctimas que por slo el
+delito de brujera fueron sacrificadas en los Estados Unidos cuando an
+eran colonias.
+
+Otra de las razones que tiene el Sr. Clarence King para desear que Cuba
+no sea espaola, es que Cuba es un paraso muy fecundo y que en otras
+manos ms trabajadoras y hbiles producira mucho ms. Este argumento,
+no obstante, no vale nada en favor de los cubanos. Es probable, es casi
+seguro que si los dejsemos en libertad, Cuba no prosperara ms de lo
+que hoy prospera. Si prevaleciesen los negros, Cuba sera como Hait, y
+si prevaleciesen los blancos y mulatos, Cuba sera como es Santo
+Domingo. Los cubanos, que de buena fe y de corazn estn con los
+rebeldes, si quieren entrever y columbrar el porvenir que siga su
+triunfo, bien pueden mirarse en el citado espejo. Harto lo comprender
+el seor Clarence King, coincidiendo con mi parecer; pero por cierta
+pdica delicadeza no deja ver el fondo de su pensamiento. El fondo de su
+pensamiento es que Cuba llegue ser una estrella ms en la bandera de
+su patria. Adis entonces idioma, casta, sangre y linaje espaoles en la
+Isla. En ella, al cabo de veinte treinta aos de menos, no se
+hablara ms que ingls. Todo hombre de origen espaol desaparecera de
+la Isla ms pronto que desaparecieron los indios cuando se apoderaron de
+la Isla los espaoles.
+
+Pero qu mal, qu dao, qu terribles ofensas hemos hecho los espaoles
+de la Pennsula los espaoles de Cuba, para que ser unos con
+nosotros prefieran algo modo de suicidio colectivo?
+
+Nada prueba menos que el exceso de prueba. Figurmonos que el Sr.
+Clarence King tiene razn; que los espaoles no sabemos gobernarnos;
+que nuestra administracin es absurda y corrompida. Con esto no probar
+sino una cosa: que si los cubanos toman muy pecho su desgobierno, no
+deben separarse de Espaa, sino separarse de ellos mismos y ser otros de
+los que son, y convertirse, por ejemplo, en _yankees_. En una nacin
+tan democrtica como es y ha sido siempre la nuestra, qu diferencia
+puede haber ni hubo nunca entre un espaol de Cuba un espaol, v. gr.,
+de Mlaga, de Loja de Logroo? Los que alternan, en Espaa, en el
+poder, con turno ms menos pacifico, los Narvez, los Cnovas y los
+Sagastas, no pudieron ser cubanos? Qu inferioridad hemos supuesto
+nunca, ni por ley ni por costumbre, que exista entre un espaol de por
+ac y un espaol de por all? La igualdad ms perfecta entre todos los
+espaoles de la Pennsula y de Ultramar ha sido proclamada siempre en
+leyes, pragmticas, ordenanzas y decretos. Felipe II la proclam
+solemnemente con palabras citadas por el mismo Sr. Clarence King. Si
+esta unidad legal existi bajo un poder absoluto, lo mismo era para los
+peninsulares que para los cubanos, y estos ltimos no podan pretender
+entonces ser ms libres que nosotros. Pero no bien hubo en Espaa una
+Constitucin liberal, en 1812, la Asamblea que form esta Constitucin
+declar, adoptando la elevada idea de Felipe II, que la nacin espaola
+es el conjunto de todos los espaoles de ambos hemisferios. Las
+libertades de que desde entonces debieron gozar los peninsulares las
+debieron gozar tambin los cubanos. No fu culpa nuestra que Fernando
+VII, el Deseado, diese al traste con todas esas libertades, no bien
+volvi Espaa en 1814. Renacieron dichas libertades en 1820, en
+virtud, por desgracia, de un motn militar, que puede considerarse como
+el pronunciamiento inicial en la larga serie de pronunciamientos que
+despus ha habido. Y menos culpa nuestra es an que, en 1823, as los
+peninsulares como los cubanos, perdisemos de nuevo las mencionadas
+libertades, por obra de los cien mil hijos de San Luis, sostenidos
+moralmente por la Santa Alianza, sea por Rusia, Prusia y Austria, con
+el beneplcito sin duda de la libre Inglaterra.
+
+De cuantas crueldades y tiranas y de cuantas muestras de grosero,
+torcido y falso celo religioso hizo y di entonces un partido fantico
+por el afn de extinguir en Espaa la civilizacin moderna y de
+retroceder una edad de ignorancia y barbarie, que jams existi y fu
+completamente soada, ms culpa que dicho partido fantico y servil
+tuvieron la Santa Alianza, los franceses que ejecutaron sus rdenes y
+casi toda Europa, abrumando con su peso al pueblo espaol y desatando
+las manos de Fernando VII para que, en premio de haber peleado por su
+trono, cargase este pueblo de cadenas. Pero aun as, justo es confesar
+que los cubanos fueron los que menos padecieron, si es que algo
+padecieron, de este ltimo absolutismo de los diez aos.
+
+Una prueba ms de que no son los espaoles peninsulares tan culpables
+de este absolutismo de los diez aos, sino de que nos le impusieron las
+ms poderosas naciones de Europa, es que desde que en 1834 hubo en
+Espaa un gobierno liberal, los gobiernos de esas naciones se negaron
+reconocerle, le volvieron la espalda y favorecieron al pretendiente, rey
+de los fanticos y serviles. El nuevo orden de cosas no fue reconocido
+en Espaa, por Prusia y Austria hasta despus de la revolucin de 1848,
+y por Rusia hasta 1857.
+
+Y como yo no quiero condenar nadie en ms de lo justo, y menos
+naciones tan ilustres como Rusia, Prusia y Austria, ni quiero tampoco
+injuriar al partido absolutista espaol, dir que alguna explicacin y
+hasta disculpa tuvieron el odio y el terror de ellos las modernas
+libertades, ya que tanto glorificaban, como el Sr. Clarence King, la
+primera Revolucin francesa. Por pasmosos que hubiesen sido sus triunfos
+guerreros, no bastaban atenuar las atrocidades de Dantn, Marat y
+Robespierre, y los espantos del _Terror_ y de la guillotina; y fue lo
+peor que todo ello tuviese por resultado un gran genio militar sin duda,
+pero la vez un dspota, que humill y ensangrent la Europa entera,
+sin que el ms hbil y sutil profesor de filosofa de la historia pueda
+descubrir, fuera de la ambicin personal, del prurito de elevar la
+familia y los amigos, y del afn del predominio de un pueblo sobre los
+otros, propsitos y fines altos y providenciales, parecidos los que
+ms menos conscientemente tuvieron Alejandro y Csar.
+
+Ser pensamiento mo, que tal vez escandalice muchas personas, pero
+que ahora se me ocurre y no puedo menos de expresarle: la primera
+Revolucin francesa, en vez de acelerar el advenimiento de la libertad
+verdadera y los progresos del linaje humano, vino atajarlos,
+ponindoles, como obstculo que tienen que saltar en su curso, el miedo
+y la repugnancia que los desrdenes y crmenes de la Revolucin
+inspiraron.
+
+Como quiera que ello sea, pues sera muy largo discutirlo aqu, vuelvo
+la cuestin de Cuba. Hoy que tenemos libertad, los cubanos la tienen
+tambin como nosotros. Sus senadores y sus diputados toman asiento en
+nuestras Cortes. All defienden sus intereses, all piden reformas, all
+concurren legislar con los dems representantes del pueblo, y aun son
+ms considerados y atendidos. Nunca, pues, la rebelin ha sido menos
+justificada que en el da por motivos polticos.
+
+Lo ser acaso por motivos econmicos? Menos an. Los cubanos no pagan
+tanta contribucin como nosotros. Apenas pagan contribucin territorial.
+Pagan en las aduanas. Y si algn empleado de los que van de la
+Pennsula, se enriquece por all, bien puede afirmarse que no es costa
+sino con beneficio de ellos, favoreciendo el contrabando.
+
+En lo tocante la solicitud con que el gobierno de la metrpoli procura
+el fomento de la produccin agrcola, de la industria y del comercio de
+Cuba, se llega un extremo casi increble. En prueba de ello, baste
+citar el Tratado que los seores Foster y Albacete negociaron en
+Madrid, siendo Presidente de la Repblica el Sr. Arthur, y que el Sr.
+Cleveland, no bien entr en la Casa Blanca, retir sin consentir que se
+ratificase. Si el Tratado hubiese sido ratificado, los azcares de Cuba
+hubieran ido la gran Repblica libres casi libres de derechos, y de
+la misma manera hubieran sido recibidas en Cuba las harinas, las carnes
+y muchos productos de la industria anglo-americana. Intil es ponderar
+la prosperidad y el auge que esto hubiera trado la perla de las
+Antillas. Para lograr este fin, hubiramos sacrificado nosotros con buen
+nimo la agricultura de Castilla, cuyas harinas no hubieran podido
+resistir la competencia, el comercio de Santander, bastante de la
+industria catalana y no cortos intereses de nuestra marina mercante.
+
+Alguna queja tengan acaso los cubanos de que, fin de proteger la
+industria azucarera peninsular, se grave con demasiado derecho de
+introduccin la azcar de Cuba; pero el fundamento de esta queja es
+aparente cuando se considera el corto consumo que Espaa puede hacer y
+hace de azcar, en comparacin de lo que totalmente produce la Isla, que
+por otra parte cuenta con ms ricos, favorables y cercanos mercados.
+
+Dice el Sr. Clarence King, que por codicia, por la riqueza que de la
+Isla sacamos, y por lo que esperamos sacar, nos resistimos que sea
+independiente y libre. A mi ver, nada hay ms falso; y creo que de los
+dieciocho millones que hay de espaoles, slo no pensarn como yo mil
+dos mil lo ms. Todos sabemos que en los cuatrocientos aos que hace
+ya que poseemos Cuba, slo durante quince veinte ha habido sobrantes
+en las Cajas de Ultramar. En los otros trescientos ochenta y tantos
+aos, Cuba no nos ha valido sino gastos, sacrificios y desazones. Pues
+entonces--dir el Sr. Clarence King--por qu Espaa no abandona Cuba?
+La pregunta equivale la que pudiera hacerse una buena madre, cuya
+hija mimada no le trajese ms que gastos, si se le aconsejara que la
+dejase en plena libertad para que ella se ingeniase y buscase quien con
+ms lujo la mantuviera. Conservar Cuba no es para nosotros cosa de
+provecho, sino punto de honra de que Espaa no puede prescindir.
+
+La nacin que ha descubierto, colonizado, cristianizado y civilizado
+Amrica, tiene ms derecho que ninguna ser y llamarse americana, aun
+dentro de las doctrinas de Monroe, y tiene el deber sagrado ineludible
+de sostener este derecho con razones y con armas, hasta donde sus
+fuerzas alcancen y mientras su sangre, su dinero y su crdito no se
+agoten.
+
+No se comprenden los argumentos que se puedan alegar en los Estados
+Unidos para proclamar la beligerancia de los insurrectos cubanos y para
+excitar acaso otras potencias que tambin la declaren. No hubiera
+habido menos motivo para pedir declarar hace aos la beligerancia del
+Tempranillo, del Chato de Benamej de los Botijas. No se conducen
+mejor Mximo Gmez y su cuadrilla ni atinan con ms habilidad
+escabullirse de sus perseguidores. Las diferencias que hay son
+favorables aquellos antiguos bandidos de la Pennsula, porque no eran
+incendiarios, y porque, cuando se acogan indulto, cumplan como
+caballeros y no volvan las andadas, engaando y burlando los que
+los haban indultado.
+
+En la pasada guerra civil cubana, el conde de Valmaseda, ofendido de
+estas villanas con que era burlada y pagada la generosidad espaola,
+di un bando, no he de negar que harto violento; pero esto no basta para
+justificar la nota dirigida por el Sr. Fish, secretario de Estado, al
+ministro de Espaa en la gran repblica.
+
+Esta nota es una dura reprimenda hecha en nombre de la civilizacin
+cristiana y de la humanidad, por alguien que debi de creerse, sin el
+menor inters, representante y Encargado de Negocios de dicha
+civilizacin y aun del linaje humano, y con autoridad para dirigirse
+nosotros como un subordinado suyo. Fueran las que fueran las faltas
+cometidas por el conde de Valmaseda, el Sr. Fish cometi al dirigir la
+nota un atentado contra la soberana, la autonoma y el decoro de
+Espaa, cuyo ministro, si su gobierno no hubiera sido tan dbil y le
+hubiera prestado apoyo, lo menos que hubiera debido hacer es devolver la
+nota sin contestacin, dndola por no recibida, como alguna otra nota,
+menos insolente y soberbia, se devolvi en Madrid un ministro
+anglo-americano.
+
+Ahora, por fortuna, si de algo han pecado el noble general Martnez
+Campos y los dems jefes y autoridades de Espaa en Cuba, ha sido de
+lenidad, de espritu de conciliacin y de generosa confianza. Repito,
+pues, que no se comprenden los argumentos que pueden alegarse en los
+Estados Unidos para declarar la beligerancia de los insurrectos cubanos
+y para excitar otras potencias que la declaren.
+
+Ni el gobierno espaol ni sus agentes han cometido ni cometern en Cuba
+crueldad alguna. Aunque los foragidos que estn asolando el llamado, por
+el Sr. Clarence King, fecundo paraso, no merecen que las potencias
+cultas de Europa los amparen los protejan, no contra nuestra saa,
+sino contra nuestra justicia, yo espero que sta se temple y mitigue con
+la mayor misericordia; mas no por eso acierto explicarme que los
+cabecillas rebeldes, los principales al menos y los que no tienen
+siquiera la excusa de ser cubanos y de estar cegados por un mal
+entendido amor la patria, se les perdone si llegan caer en poder de
+nuestros soldados. Justo y necesario ser algn saludable escarmiento.
+
+Difcil es, cuando no imposible, descubrir el motivo de queja que, en
+nacin tan grande y generosa como los Estados Unidos, pueda haber contra
+Espaa, bastante mover mucha parte de su ilustrada prensa peridica,
+al Sr. Clarence King y una respetable comisin de senadores, que
+pidan, valindose de mil injurias contra Espaa, que el gobierno de la
+gran repblica declare beligerantes los insurrectos, procure que
+otras potencias tambin los declaren, y garantice as la impunidad de
+todos ellos para el da en que depongan las armas, cansados de andar
+salto de mata y de perpetrar toda clase de delitos. Por el contrario,
+Espaa es quien puede quejarse por no pocos motivos: porque la acogida y
+el favor que reciben en aquel pas los ingratos y rebeldes hijos de
+Espaa excede sobremanera la ms franca hospitalidad, y porque bien
+puede recelarse que excitado por ellos el gobierno anglo-americano ha
+mostrado con frecuencia cierto prurito de vejarnos y lastimarnos.
+
+Hay una, en mi sentir, detestable costumbre, fundada en torcidos
+principios de Derecho internacional, que prevalece en todas las naciones
+cultas, y no lo negamos, tambin en Espaa. Hablo de la exagerada
+obligacin en que se creen los gobiernos de proteger sus sbditos en
+pas extrao y de pedir, hasta con amenazas, que reciban indemnizacin
+de perjuicios que se les causen prdidas que tengan.
+
+Los gobiernos, movidos por la opinin pblica, extraviada violenta,
+reclaman, tal vez sin mucha gana y por cumplir, pero reclaman, y suelen
+nacer de las reclamaciones, tirantez, enfriamiento de amistad y hasta
+conflictos. Y es lo ms deplorable, que cuando la potencia que reclama
+es fuerte, humilla la dbil, en ocasiones la atrepella y casi siempre
+le saca el dinero. Y en cambio, cuando es ms dbil la potencia
+reclamante, en vez de salir airosa, es desdeada en su reclamacin, y
+su sbdito ofendido se queda burlado en vez de lograr ser indemnizado.
+
+Cuando por cualquiera circunstancia se equilibran las fuerzas de las
+potencias reclamante y reclamada, suelen originarse hasta guerras,
+aunque para declararlas se busque se invente otro fundamento. As, por
+ejemplo, si bien se rastrea y aun se escarba hasta llegar la raz de
+algunas expediciones belicosas, se ver que nacen de reclamaciones poco
+atendidas de particulares. Probablemente, si Francia y Espaa no
+hubieran reclamado algo en balde para sbditos suyos, tal vez nunca
+hubieran tenido la ocurrencia de favorecer en Mjico un partido
+monrquico y un tanto aristocrtico y de ir all levantar el trono,
+que pag ms tarde muy caro un prncipe egregio y bondadoso. Tampoco sin
+reclamaciones hubiera habido guerra del Pacifico, ni bombardeo de
+Valparaso y del Callao.
+
+Cuando la nacin de quien se reclama es dbil, sin duda que no hay
+guerra, pero suele haber violencia y atropello. As, pocos aos ha (y
+prescindo de todo disimulo diplomtico) Italia contra Colombia.
+
+Vase, pues, con cunta imparcialidad reconozco que apenas hay potencia,
+incluso Espaa, que no adolezca de esta mana de reclamar exageradamente
+en favor de sus sbditos, establecidos de paso, en pas extranjero,
+aunque cristiano y civilizado como aquel de que son naturales. A mi ver,
+sera bueno y provechoso decidir en el primer gran Congreso diplomtico
+que haya, que esa proteccin del sbdito en pas extranjero no la
+ejerza ninguna potencia cristiana y culta, sino cuando dicho sbdito
+vaya vivir un pas brbaro resida en l, y que, si reside en un
+pas culto y cristiano, como el pas de que procede, se someta las
+leyes, usos y costumbres del pas de su nueva residencia, sufra las
+molestias y se exponga los peligros que all sufren que all se
+exponen los dems, y reclame contra cualquier agravio dao, no por la
+va diplomtica, sino por los medios y recursos que le preste la
+legislacin del pas adonde voluntariamente ha ido.
+
+As se evitaran muchos males. As se evitara que, en ocasiones, en vez
+de ser una ventura que venga un extranjero, con capital con
+inteligencia con ambas cosas, un pas pobre y dbil, sea una
+calamidad un ominoso preludio de vejmenes y sobresaltos, y as se
+evitara que el extranjero que pasa de un pas dbil un pas fuerte
+sea desatendido y acuda en balde, en cualquier reclamacin, su
+legacin, su cnsul directamente su gobierno.
+
+Hasta hoy no se ha pensado en esta reforma del Derecho internacional,
+que ligeramente dejo indicada. No clamo, pues, contra la costumbre
+protectora. No protesto del uso, sino del abuso. Y lo que ms lamento es
+que en los Estados Unidos se haya sutilizado y alambicado tanto el uso
+el abuso, que no reclaman slo en favor de legtimos, castizos y nativos
+anglo-americanos, sino en favor de cualquier cubano rebelde que se va
+la gran repblica huyendo de la autoridad espaola por delitos polticos
+que su nueva patria adoptiva no considera como tales. Han procedido de
+aqu muchas reclamaciones, que hemos satisfecho con longanimidad
+lastimosa, por donde los rebeldes, al ver la proteccin triunfante que
+se les otorga y la condescendencia con que Espaa la acepta y paga,
+desdean Espaa y reciben alicientes y estmulos para rebelarse contra
+ella.
+
+A despecho de tanta dificultad, entre las cuales, como se ve, cuentan
+por algo las que los Estados Unidos nos suscitan, todava espera la
+mayora de los espaoles, y yo con ella, que Cuba, por ahora, _no ha de
+ser libre_, como el Sr. Clarence King ansa y propone. Esperemos que
+Cuba siga siendo libre, pero espaola, como la metrpoli desea, pero
+tenga por seguro el Sr. Clarence King que, si por desgracia y lo que
+Dios no permita, se agotasen nuestros recursos y tuvisemos que
+abandonar la gran Antilla, no hay espaol peninsular que suee por
+espritu vengativo con que aquello se vuelva _yankee_ _merienda de
+negros_. Por cima del patriotismo y ms all del patriotismo, vive y
+alienta en nosotros el amor de casta de raza. Ojal, primero, que Cuba
+siga siendo espaola; pero si Cuba deja de serlo, ojal que sea pronto,
+para gloria y satisfaccin de la antigua madre patria, una gran
+repblica cultsima y floreciente. Entonces, Mximo Gmez, por ejemplo,
+ quien ahora fusilaramos ahorcaramos sin escrpulo y para cumplir
+con una penosa obligacin, brillara con aplauso nuestro, la altura de
+los egregios libertadores; podra ponerse al nivel de Simn Bolvar y de
+Jorge Washington y tener estatuas y monumentos como los que ellos
+tienen. Lo malo es que bien se puede apostar uno contra mil que ese
+estado de florecimiento y de grandeza no llegar para Cuba, ni en muchos
+siglos, si prematuramente y con marcada y notoria ingratitud, lograra
+separarse ahora de la metrpoli. Queden, pues, tranquilos los
+anglo-americanos y los hispano-americanos, y no recelen, que ni Jorge
+Washington ni Simn Bolvar le suscite el cielo el destino un rival
+de gloria.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA ESPAA
+
+
+Desde que empez la funesta guerra de Cuba hasta el da de hoy, en medio
+de los enormes disgustos y cuidados que nos afligen, algo hay que
+celebrar, sirvindonos de consuelo y dndonos esperanza de un xito
+dichoso.
+
+Celebremos pues, en primer lugar, el acendrado y generoso patriotismo
+del pueblo espaol que, por una causa que no puede traernos provecho,
+pero en la que est interesada la honra nacional, sufre con resignacin
+y hasta con gusto los grandes sacrificios de sangre y de dinero que se
+le han impuesto y que se le impondrn en lo futuro. Y celebremos adems,
+prescindiendo de todo inters de partido, la enrgica y atinada
+actividad con que el general Azcrraga, ministro de la Guerra, ha
+logrado enviar la grande Antilla, con extraordinaria rapidez, los
+hombres y los recursos que all se requieren, para que la rebelin pueda
+ser sofocada.
+
+Poco propicia ha sido hasta ahora la fortuna nuestros generales,
+cuando consideramos la magnitud de los medios que la nacin y su
+Gobierno les suministran; pero Espaa no debe ni puede censurarlos,
+antes conviene que los elogie y aun los bendiga porque no desesperan de
+la salud de la patria.
+
+De un general pueden exigirse valor, serenidad, autoridad y pericia en
+las cosas militares. Lo que no puede exigirse, no siendo lcito culpar
+nadie de que le falte, es aquella inspiracin maravillosa que el genio
+de la guerra infunde veces en el alma de los grandes capitanes y por
+cuya virtud obtienen triunfos que todas las ciencias blicas y las
+estrategias ms profundas jams explican. En Gonzalo de Crdoba y en
+Hernn Corts, por ejemplo, hay un no s qu de sobrenatural que nos
+pasma y con lo que sera delirio contar para todas las ocasiones.
+
+En la ocasin presente y desistiendo de exigir como obligacin como
+deber las inspiraciones los milagros del genio, nuestros generales,
+antes Martnez Campos y ahora Weyler, merecen aprobacin y aun aplauso.
+Los justifica, sobre todo, la destreza del enemigo para rehuir el
+combate, escapar la persecucin y escabullirse y esconderse. En la
+gran extensin de la isla, en sus bosques y cinagas, en lo quebrado y
+spero del terreno veces y en lo insalubre y mortfero de aquel clima
+para los europeos, encuentran apoyo los insurrectos, y nuestros soldados
+obstculos harto difciles de superar. Si recordamos que en la primera
+mitad de este siglo hubo en Andaluca foragidos como el Tempranillo, el
+Chato de Benamej, el Cojo de Encinas Reales, Navarro y Caparrota, y que
+teniendo cada cual una cuadrilla de diez doce hombres lo ms, en
+campo raso, donde, si veces el terreno es quebrado, no hay selvas
+tupidas ni lugares pantanosos, todava burlaron las persecuciones y se
+sustrajeron durante largos aos las batidas que di el poder pblico
+para cazarlos, no debemos extraar que, pesar de nuestro valeroso y
+valiente ejrcito, recorran la isla Antonio Maceo, Mximo Gmez y otros
+malhechores, con disfraz de patriotas, y que talen, incendien y saqueen
+sin que se haya logrado an capturarlos imponerles el castigo que
+merecen.
+
+La disculpa del poco xito alcanzado hasta ahora no puede tener
+fundamento ms slido ni ms claro.
+
+En cambio son dignos de omnmodas alabanzas, singularmente en el general
+Martnez Campos, el noble patriotismo y la suprema abnegacin con que
+fu Cuba, exponindose en una lucha sin gloria la mengua la
+prdida de su crdito, que ya no poda ser mayor. Y no menos alabanza
+piden la lenidad, la dulzura y el espritu de conciliacin con que el
+general Martnez Campos, durante todo el tiempo que ha mandado en la
+isla, ha tratado los diferentes partidos polticos que en ella hay,
+sin excluir los que llenos de imperdonable ingratitud hacia la
+metrpoli y ciegos por ambicin por falso y torcido amor al suelo
+natal, anhelan y buscan la separacin de Cuba y de Espaa.
+
+A pesar de esta conducta circunspecta y humana del general Martnez
+Campos, en nada desmentida hasta el da por su sucesor el general
+Weyler, y pesar de que los insurrectos no tienen residencia fija ni
+guarida permanente, sino que andan salto de mata, ms que como
+soldados como ladrones, ha ocurrido lo que nadie sorprende, porque se
+prevea; pero lo que toda persona honrada y juiciosa escandaliza y
+aturde. El Senado anglo-americano, despus de larga discusin, en que
+muchos de sus ms notables individuos se han desatado en grosersimas
+injurias contra Espaa, ha estimulado y autorizado al presidente
+Cleveland para que, en el momento que considere ms oportuno, declare la
+beligerancia de los insurrectos.
+
+Dursimo, feroz es el ultraje que el Senado anglo-americano ha hecho
+Espaa y que la Cmara de representantes de la misma Repblica casi por
+unanimidad ha confirmado luego; pero aunque los peridicos ms
+acreditados de la Pennsula miran con calma la ofensa que hemos recibido
+y recomiendan al pueblo espaol prudencia y sufrimiento, todava quiero
+yo, valga por lo que valga y hasta donde mi voz pueda ser oda,
+recomendar prudencia y sufrimientos mayores.
+
+Es innegable que en la resolucin que se ha tomado y en los motivos que
+se han alegado para tomarla se nos ha hecho el insulto ms sangriento
+que hacer se puede. Un sujeto cualquiera, medianamente celoso de su
+honra, ofendido as por otro sujeto, quedara afrentado, humillado y
+escarnecido si no pidiese y buscase la venganza en un duelo muerte.
+Pero qu paridad hay entre lo que sucede y debe suceder cuando se trata
+de particulares y lo que sucede y debe suceder entre dos potencias
+soberanas?
+
+Los padrinos de los particulares desafiados, cumpliendo con las leyes
+del honor y del duelo, no consienten que nadie ria en l con ventaja,
+ni uno contra cuatro, ni con mejores ni ms poderosas armas ste que el
+otro, sino que todo lo equilibran procurando la posible igualdad de
+fuerzas de destreza y de probabilidades del triunfo. Muy bueno y
+deseable sera que no hubiese rias sino paz entre los hombres; pero ya
+que hay rias, es laudable y extraordinario progreso el desafo bien
+ordenado entre particulares. Por el contrario, la guerra entre naciones,
+ pesar de cuanto han ganado los usos y costumbres, y pesar de los
+decantados progresos del derecho de gentes, sigue siendo casi tan
+desordenada y salvaje como en los tiempos antiguos, por ms que esto se
+vele disimule con refinamientos hipcritas. Una nacin, aislada como
+lo est Espaa, con menos de la cuarta parte de habitantes que tienen
+los Estados Unidos y con muchsimos menos recursos pecuniarios para
+comprar fabricar los costossimos medios de destruccin que hoy se
+emplean, incurrira en un heroico delirio y cometera un acto de
+inaudita temeridad en provocar dichos Estados, pidindoles, con
+sobrada energa, satisfaccin de una injuria, que, en mi sentir, se
+puede por ahora disimular sin desdoro. Obvias son las razones que tengo
+para aconsejar este prudente disimulo, por parte de los poderes
+pblicos, se entiende, y quedando salvo la lengua y la pluma de cada
+ciudadano espaol, para devolver con creces agravio por agravio y para
+desahogarse hasta quedar satisfecho y pagado.
+
+Entiendo con esto que un desahogo particular, con el motivo de que vamos
+tratando, es disculpable, aunque poco nada conduzca: pero
+cualquiera manifestacin colectiva en ofensa y en odio de la gran
+Repblica Norteamericana sera hoy por todos estilos perjudicial y
+contraproducente, y nos quitara mucha parte de la razn, de que debemos
+cargarnos. Veo, pues, con verdadero contento la circunspeccin y el
+juicio con que casi todos los peridicos de Espaa aconsejan al pueblo
+que se abstenga de tales manifestaciones, y la prudente energa con que
+el Gobierno se apercibe prevenirlas reprimirlas.
+
+Pero yo an voy ms all en excitar al Gobierno la longanimidad y la
+paciencia. Creo que el Gobierno no debe siquiera pedir por la va
+diplomtica satisfaccin al gobierno de Washington por las groseras
+injurias y calumnias que han lanzado contra Espaa varios senadores
+desde el Capitolio de Washington.
+
+Hay que tener en cuenta que en aquella gran Repblica no suelen ser los
+_politicians_ las gentes ms estimadas, mejor educadas y ms sensatas:
+que por all no se guardan en las discusiones pblicas el mismo decoro y
+la misma cortesa que en los Parlamentos europeos, y que en el estilo y
+hasta en los modales se advierte cierta selvtica rudeza, por influjo
+acaso del medio ambiente, por cierto atavismo, no transmitido por
+generacin como el pecado original, sino por el aire que en aquellos
+crculos polticos se respira. Cuando en los escaos de un Cuerpo
+colegislador se masca tabaco, se colocan los pies ms altos que la
+cabeza, y cada senador se entretiene con un cuchillito y un tarugo de
+madera en llenar el suelo de virutas, no es de extraar que se digan y
+se aplaudan las mayores ferocidades, como si oradores y oyentes
+estuviesen tomados del vino.
+
+No prueba esto, ni mucho menos, que la mayora de aquella gran nacin
+piense y sienta como sus apasionados _politicians_; antes es de esperar
+que esa mayora, si con quejas violentas no la solevantamos nosotros y
+no nos enajenamos su voluntad, proteste, al ver nuestra serenidad y
+nuestra cordura, contra los agravios que los senadores nos han inferido
+y d con su protesta el conveniente vigor y el indispensable apoyo al
+presidente Sr. Cleveland, para que l proteste tambin sin que nosotros
+lo pidamos lo exijamos y para que no se prevalga de la insinuacin y
+del permiso con que le excitan y facultan reconocer la beligerancia.
+
+Claro est que el Gobierno espaol debe estar prevenido para todo
+evento, sin que ninguno por peligroso que sea, le sorprenda le
+asuste; pero, al mismo tiempo, nos atrevemos recomendarle placidez y
+calma.
+
+Aun suponiendo al Sr. Cleveland amigo de Espaa amigo al menos de la
+justicia, no comprendo qu nos propondramos lograr si de oficio pidiera
+satisfaccin nuestro Gobierno de las injurias que nos han dirigido los
+senadores. Intilmente pondramos al Sr. Cleveland en el mayor apuro, ya
+que l no tiene fuerza para castigar los senadores que se han
+insolentado contra nosotros ni para moverlos que se retracten y canten
+la palinodia. Lo ms que el Presidente podra hacer, sacrificando acaso
+un poco de su popularidad indisponindose con los senadores para estar
+fino y amable con nosotros, sera decir que deploraba que nos hubiesen
+injuriado. Tal funcin de desagravios es tan triste y tan incompleta que
+lo mejor es que no la haya. Lo mejor es que el Gobierno espaol no
+aspire que el Sr. Cleveland declare que nos tiene algo modo de
+lstima.
+
+En suma, pesar de las ofensas que se nos han hecho hasta ahora en el
+Senado, y pesar de que yo doy por seguro que no han sido menores las
+que se nos han hecho en el Congreso, yo creo que el Gobierno de la
+nacin espaola no debe darse por entendido, ni considerarse herido de
+semejantes ofensas, ni formular contra ellas en documento oficial la
+queja ms mnima. Esta queja sera una confesin de que nos han tocado y
+maltratado, sera poner la nacin espaola al nivel de sus
+detractores, sera confesar que los tiros de stos han subido muy alto y
+han tenido fuerza para atravesar el escudo del soberano desprecio con
+que Espaa debe desdearlos.
+
+Espaa, prescindiendo de la resolucin que en pos de los insultos puede
+venir, arrastrndonos fatalmente una guerra sangrienta y ruinosa, y
+considerando slo los insultos, conviene que los juzgue y condene con
+las palabras mismas del gran poeta ingls: _Tales told by idiots, full
+of sound and fury, signifying nothing._
+
+En los momentos difciles en que se halla en el da la nacin espaola,
+es antipatritico todo espritu de oposicin contra el Gobierno. Debemos
+desear que acierte, y para su acierto debemos coadyuvar en la medida de
+nuestras fuerzas, sin poner el menor estorbo y sin apelar la censura
+ni mostrar disgustos sino en casos extremos. A fin de no precipitar al
+Gobierno un rompimiento prematuro con los Estados Unidos, lo primero
+que importa comprender es que no se debe ligeramente pensar que el honor
+de Espaa est ofendido y comprometido por aquello y en aquello por lo
+que no puede estarlo. Vlganos una comparacin para aclarar este
+concepto. Si un solo hombre se viese acometido por cuatro por ms
+locos furiosos, mejor armados y con mayores medios de defensa y de
+ofensa, y los cuatro le insultasen, y adems quisiesen con amenazas
+intervenir en los negocios de l y hasta disponer y apoderarse de su
+hacienda, el hombre as atacado lo primero que hara sera prescindir
+de los insultos y procurar pidiendo auxilio y por todos los medios
+rechazar las injustas pretensiones y exigencias de sus poderosos
+agresores. En ltimo resultado, si permaneciese solo y nadie acudiese en
+su ayuda, lo noble y lo heroico sera combatir l solo contra los cuatro
+hasta vencerlos morir; pero tambin sera delirio, y vanidad y
+pundonor mal entendido el combatir solo y desde luego sin intentar que
+alguien viniese en nombre de la equidad y de la justicia poner raya
+ su enemigo y evitar la desigual injusta contienda con que su
+enemigo le amenazaba si no ceda se humillaba su capricho, su
+soberbia y su codicia acaso.
+
+Quiero significar con esto que, mi ver, el Gobierno espaol, sin
+dirigir la menor queja al de Washington, en lenguaje tan templado y
+circunspecto como firme, en nota circular dirigida las principales
+naciones de Europa, debe escribir una protesta contra la resolucin
+tomada por el Senado y por el Congreso de los Estados Unidos,
+demostrando con razonamientos y autoridades y citas que los mencionados
+Cuerpos Colegisladores han infringido el derecho de gentes al declarar
+beligerantes unos foragidos, han faltado las buenas relaciones de
+amistad con Espaa fomentando y favoreciendo el espritu de rebelin de
+algunos cubanos, y han desconocido la autonoma y soberana de Espaa
+osando amenazarla con intervenir en sus interiores asuntos y excitndola
+ que se desprenda de gran parte de su territorio y de la poblacin que
+hay en l, lo cual es todo suyo legtimamente desde hace cuatro siglos.
+
+Yo no puedo creer que Francia, Inglaterra, Alemania y otras grandes
+potencias de Europa dejen de darnos la razn: no se pongan de nuestro
+lado fin de impedir que violentamente se nos veje y se nos quiera
+despojar de lo que poseemos, amenazndonos con una guerra injusta y
+harto poco gloriosa para el que con ella nos amenaza, confiado en la
+descomunal superioridad de sus fuerzas en hombres y en dinero.
+
+Durante siglos Espaa ha demostrado su valor, y bien puede ahora, sin
+recelar que la acusen de pusilnime, llegar al ltimo extremo de la
+prudencia y de la cordura y pedir apoyo y favor contra un enemigo
+reconocidamente ms fuerte que ella y que trata de abusar de su fuerza.
+Asimismo es muy humano y muy conveniente la civilizacin evitar hasta
+donde sea posible la efusin de sangre, los estragos, la paralizacin
+del comercio y las grandes prdidas de riqueza que una guerra trae
+consigo. Nadie nos podra zaherir por esquivar esta guerra, dejando
+salvo nuestra independiente soberana y conservando, sin acudir las
+armas y merced al apoyo de grandes potencias, la integridad de nuestro
+territorio.
+
+Enorme desventura sera si despus de dar este paso nadie nos acudiese y
+permanecisemos tan aislados como estamos ahora. Para entonces es para
+cuando conviene tener nuestra energa como contenida y represada y
+hacer brioso alarde de ella con viril serenidad, arrostrando todos los
+peligros, confiando en Dios y en nuestro derecho, y combatiendo solos
+contra los Estados Unidos, aunque fuesen mil veces ms poderosos de lo
+que son, sin desesperar del triunfo, sin hacerle pagar muy caro al
+menos.
+
+Lo pasado ya no tiene remedio. De lo pasado no debiera hablarse si no
+encerrara una leccin y un escarmiento para el porvenir.
+
+Menester es confesarlo. En el aislamiento de Espaa hay de nuestra parte
+no pequea culpa. Cuantos gobiernos y cuantos partidos han estado en
+Espaa en el poder, desde hace muchos aos, han propendido al
+aislamiento, movidos por una prudencia mal entendida y por un concepto
+equivocado y mezquino de la importancia y del valer de la nacin cuyos
+destinos dirigan. Deberes hay que Espaa no puede desatender y hay
+aspiraciones y propsitos que el alma de la nacin no puede ahogar en su
+centro, aunque se esfuerce por ahogarlos. Son los deberes la
+conservacin de las Antillas y de los archipilagos que poseemos en el
+Pacfico. Nuestras aspiraciones, providencial fatalmente impuestas por
+nuestra misma historia, estn en que nadie sin contar con nosotros
+domine en Marruecos; en estrechar cada vez ms nuestras relaciones con
+los portugueses; y en conservar, ya que los lazos polticos estn rotos,
+la unidad de civilizacin, de idioma y de casta entre esta pennsula y
+las que fueron sus colonias y hoy son repblicas independientes,
+procurando y anhelando, con poco menos ahinco inters que nuestra
+prosperidad y auge los de las repblicas hispano-americanas, hacia las
+cules nos inclina un orgullo paternal que no quisiramos ver abatido y
+burlado.
+
+Con tales propsitos y miras, el retraimiento de Espaa es imposible: el
+afn de sus gobernantes de no exponerla lanzndola en aventuras, la ha
+expuesto ms dejndola sola. Hasta nuestro desmesurado proteccionismo ha
+contribudo enajenarnos la voluntad entibiar al menos el afecto
+que pudieran sentir por nosotros algunas potencias de primer orden. No
+nos ha valido para estmulo el ejemplo de otras naciones, que buscando
+alianzas y aventurando algo han alcanzado bienes que parecan
+inasequibles y como delirios de un ensueo. As el Piamonte, vencido y
+ruinosamente multado, despus de Novara, ha venido lograr lo que en
+balde se pretenda desde hace siglos: la unidad de Italia, slo
+momentneamente lograda bajo el cetro del rey brbaro Teodorico.
+Austria, para tener apoyo y alianza, se ha unido en estrecha amistad con
+los dos pueblos que ms la han agraviado: con los italianos, que han
+conseguido arrebatarle el Milanesado y el Vneto, y con los prusianos,
+que la vencieron y la despojaron de la hegemona en Alemania. Francia
+misma, desechando antiguas enemistades, busca con fina y constante
+solicitud la amistad de los rusos y los lisonjea y los encomia, poniendo
+de moda hasta las rarezas y excentricidades de sus escritores. Tal vez
+Espaa sea la nica nacin que por el afn de no comprometerse ha
+esquivado toda amistad y se ha quedado sola. Si sigue as, si nadie
+acude sostenerla, escarmentar al verse en tan cruel abandono.
+
+Por fortuna, aun sin contar con alianzas que no hemos buscado y con
+simpatas que no hemos procurado crear ni fomentar, todava nos queda
+alguna esperanza de que las grandes potencias de Europa se pongan de
+nuestro lado, vuelvan por nosotros y hagan respetar nuestro derecho.
+Sera extrao que sufriese en silencio el presuntuoso descaro con que
+los diputados y senadores _yankees_ se constituyen en tribunal del
+humano linaje, en hierofantes de la filantropa y la cultura, reprobando
+y anatematizando la conducta de una nacin soberana en su gobierno
+interior, sometindola su fallo y tratando de imponerle castigos
+infamantes, de desmembrarla su antojo y de despojarla de parte de sus
+bienes. Todava es ms odiosa y ridcula esta pretensin al notar que se
+apoya en la necia doctrina de Monroe. Qu significa racionalmente que
+Amrica ha de ser para los americanos? Dnde estn los americanos
+quienes Amrica en todo caso pertenece? Los que han dejado vivos los
+_yankees_ estn acorralados como toros bravos en una dehesa como
+jabales en un coto. Fuera de esto, Amrica es y seguir siendo, durante
+muchos siglos, de los europeos. La religin, la ciencia, la cultura, los
+idiomas en que se habla y se escribe, todo es all de Europa. Si ha
+habido all algunos historiadores ilustres, algunos poetas inspirados,
+y tal cual mediano pensador, en ingls, en portugus en espaol han
+escrito; si algo han inventado, no ha sido lo bastante, ni para torcer
+el rumbo, ni para acelerar el paso y aumentar el vigor y la firmeza con
+que la humanidad sigue su marcha progresiva elevndose superiores
+esferas. Todo cuanto los _yankees_ han pensado, inventado escrito,
+podr ser un brillante apndice; pero no es ms que un apndice de la
+civilizacin inglesa. Ser una cola muy lucida, pero no es ms que la
+cola. El ncleo, el foco, el centro luminoso, el primer mvil, cuanto
+ilumina y mueve an la humanidad en su camino, est en Europa y no ha
+pasado Amrica ni es de temer que pase. La antorcha del saber y de la
+inteligencia, la frula del magisterio, el timn de la nave, el cetro de
+la soberana mental estn en Europa desde hace tres mil aos.
+
+Ni los persas, ni los cartagineses, ni los rabes, ni los trtaros, ni
+los turcos, lograron arrebatrnoslos en sus ingentes y tremendas
+expansiones. Es, pues, cosa de risa el prurito de los _yankees_, su mal
+disimulado deseo de arrebatrnoslos ahora. Y si no pretenden esto, si no
+aspiran sino un nuevo divorcio entre ambos hemisferios qu significa
+la doctrina de Monroe? Todava en las Repblicas hispano-americanas, si
+la suerte les hubiera sido ms favorable y si no estuvieran tan
+abatidas, la doctrina de Monroe tendra explicacin, tendra fundamento
+justificado. All hay un elemento indgena: all hay americanos de
+verdad. Hasta de la mezcla de la sangre espaola con la sangre india,
+se podra suponer que ha nacido y que se desenvolver una raza distinta
+y acaso superior la europea. Pero en los Estados Unidos hay algo ms
+que el suelo que sea americano? Qu significa pues la manoseada frase
+para los americanos Amrica? Con qu razn, con qu derecho, no ser
+por la fuerza cuando la tengan, tratarn los _yankees_ de echar de
+Amrica primero Espaa, y despus Inglaterra, Francia, Holanda y
+ Dinamarca, que son tan americanas como los _yankees_ y han merecido y
+merecen ms aplauso y gratitud de Amrica, porque la han colonizado,
+civilizado y cristianizado, implantando en ella todo el saber, toda la
+virtud y todos los grmenes de poder y de grandeza de que los _yankees_
+andan ahora tan orgullosos?
+
+Al redactar este escrito me dejo llevar por un impulso involuntario,
+reconociendo lo poco que importa mi protesta y lo dbil que es este
+alarde de patriotismo al lado de los que hacen y seguirn haciendo
+muchos generosos y nobles espaoles, como, por ejemplo, los que residen
+en Mjico, y en la Pennsula el sabio Obispo de Oviedo y el noble
+Marqus de Comillas. Avergonzado por ellos de mi insignificancia, he
+vacilado, durante algunos das, en dar la estampa este escrito.
+
+Igualmente me han hecho vacilar el respeto y el afecto que profeso an
+la nacin anglo-americana, pesar de las injurias de que sus
+representantes nos han colmado, porque yo no quisiera por ningn
+estilo, al devolver dichos representantes agravio por agravio, que
+alguien imaginase que yo trataba de ofender su nacin aunque por ser
+nosotros calumniados y engaada ella por vulgares prejuicios que han
+difundido y difunden rastreros escritores, estuvisemos empeados en una
+lucha que no tiene razn de ser. Estos rastreros escritores se han
+complacido en pintarnos los ojos del vulgo de sus compatricios como
+una nacin de fanticos y de malvados. Casi les hacen creer que tenemos
+Inquisicin todava y que hemos asesinado jurdicamente, cuando la
+tuvimos, centenares y centenares de hombres. Se han callado muy bien,
+por mala fe por ignorancia, que en cualquiera de las naciones ms
+cultas y urbanas de Europa, y sin tener Inquisicin, se han cometido ms
+crueldades, se han elevado ms cadalsos, se han encendido ms hogueras,
+y ha hecho ms vctimas que en Espaa la supersticin religiosa. En
+Inglaterra, metrpoli de los Estados Unidos, cuentan autores ingleses
+sobre treinta mil brujos y brujas ajusticiados; vctimas del fanatismo
+han perecido all reyes y reinas, y mrtires tan gloriosos como Toms
+Moro.
+
+Lutero, Calvino y Knox slo pedan libertad religiosa cuando estaban en
+minora. En Escocia an se quemaban brujas en el siglo pasado. Y en los
+mismos Estados Unidos, slo en Salem (Massachusetts), se han cometido
+ms atrocidades y asesinatos jurdicos, nicamente causa de la
+brujera, que por causa pretexto de religin cometi el Santo Oficio
+en toda la Amrica entonces espaola desde Texas y California hasta el
+estrecho de Magallanes.
+
+Yo no creo que los mulatos rebeldes y los negros cimarrones de Cuba
+despierten profundas simpatas en el alma de los legisladores _yankees_,
+ni que les den esperanza de que, declarados ya independientes, formen
+una Repblica superior la de Hati, y contribuyan ms que nosotros al
+progreso y al bienestar del linaje humano y al florecimiento y auge de
+la agricultura, de la industria y del comercio. Para m, pues, es
+evidente que no por amor de ellos, sino por odio nosotros, ambas
+Asambleas de la Unin los protegen. Y este odio, que deploro, es el que
+yo quisiera ver disipado. Tengo por innegable que en ningn corazn
+espaol, pesar de los ultrajes recibidos, existe tal odio. Sin l, y
+slo por necesidad, iremos la pelea, si se nos acosa: si se nos pone,
+como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared. Doloroso ser
+entonces tener que pelear contra un pueblo, en quien no podemos menos de
+admirar excelentes prendas y elevados impulsos, enteramente contrarios
+los que le exciten esta injusta contienda.
+
+Lo que yo admiro ms en los Estados Unidos, hasta por el candor juvenil
+y casi infantil del sentimiento, es su prurito de acometer portentosas y
+difciles empresas y de ver si logran sobrepujar en todo los europeos.
+Hay en Europa casas de siete pisos, pues los _yankees_ las construyen
+de catorce; hay en Europa monumentos altsimos, pues los _yankees_ los
+construyen cincuenta codos ms altos; hay en Europa regios alczares,
+cuya base se extiende sobre centenares de metros cuadrados, pues los
+_yankees_ harn que se extiendan sobre millares de metros cuadrados sus
+alczares republicanos. Todo en Amrica ha de ser ms alto y ms grande
+que en Europa. No est, por consiguiente, en contradiccin con este
+empeo de superioridad; con el _Excelsior_, tan hermosamente cantado por
+un poeta _yankee_ y tomado como lema y santo y sea de su nacin, el
+querer intimidar con amenazas y fieros una nacin que se cree dbil,
+para fomentar la rebelin de gente quien no es posible que se estime y
+para atropellar legtimos derechos? El mismo Presidente Cleveland y todo
+el pueblo anglo-americano debieran protestar, sin que nadie abogase por
+nosotros, contra los arrebatos violentos y ciegos de que se han dejado
+llevar sus Cuerpos Colegisladores.
+
+Hubo en los Estados Unidos, y hay an, porque supongo que vive, un
+cierto coronel Ingersoll que quiso, en su especialidad, como otros
+compatriotas suyos, ir ms all que todos los europeos. Era su
+especialidad un terrible aborrecimiento Dios y un decidido empeo de
+expulsarle del universo, fin que libre del despotismo divino fuese ms
+dichoso el humano linaje. Para esta expulsin de Dios alegaba el coronel
+la crueldad con que Dios castiga en el infierno los pecadores. Deca
+l que si su mujer, un to suyo cualquiera de sus camaradas,
+estuviese sufriendo las penas eternas, y l estuviese en el cielo, le
+dira Dios cuatro frescas y se ira tambin al infierno con su gente.
+Pero esto se me ocurre objetar: no sera mejor y ms prudente en vez
+de pelearse con Dios, insultarle y llamarle tirano, creer que es bueno y
+hasta que todo eso de las penas eternas puede ser una calumnia que le
+han levantado Dios en las Edades Tenebrosas, como el coronel Ingersoll
+las llama? Pues aplquese el cuento al caso presente, y en vez de querer
+arrojarnos de Cuba y de insultarnos por lo crueles que somos,
+reconzcase y confisese que no hay tal crueldad de nuestra parte, sino
+exagerada blandura con los mambises depredadores incendiarios. Esto
+sera lo razonable y lo justo: que el coronel Ingersoll dejase Dios en
+paz en el cielo y se contentase con poner las peras cuarto Moiss y
+con demostrar que no supo tanta qumica y tanta geologa como l sabe, y
+que sus compatricios nos dejasen nosotros en paz en Cuba, reconociendo
+que la hemos de cuidar mejor que los insurrectos si llegan ser
+independientes, aunque no acertemos hacer de Cuba el Paraso que
+haran de ella los _yankees_, ms sabios que nosotros en artes mecnicas
+y mejor iluminados y obsesos por los genios del comercio y de la
+industria.
+
+En suma, yo tengo cierta vaga esperanza, y pido fervorosamente al cielo
+que se realice, de que las grandes potencias de Europa, que forman
+tcita confederacin para dirigir y ordenar la marcha civilizadora de
+nuestra especie, no contemplen con indiferencia la atroz iniquidad de
+que pretenden las Cmaras anglo-americanas hacernos blanco y objeto.
+Hasta confo an en que la masa del pueblo de la Unin vuelva en s,
+retroceda del camino por que quieren lanzarla, se llene de honrados
+escrpulos, y vea y note cuanto hay de cobarde, de run y alevoso, en
+querer aprovecharse para humillarnos de nuestra verdadera aparente
+postracin y de los disturbios que nos abruman. Yo no me atrevo creer
+que ese pueblo, hoy en toda la lozana, crecimiento y vigor de su
+mocedad, pretenda lucirse haciendo el feo papel de sacudir la coz del
+asno contra el len que juzga moribundo. Por todo esto, es tan posible
+como deseable que el conflicto que se ha promovido no acabe por
+estallar, con horroroso estrago, como bomba de dinamita, sino que se
+quiebre y se desvanezca en el aire como tnue bola de jabn y de agua.
+
+En vista de lo que queda expuesto, apenas es creble que Inglaterra,
+Francia y las dems naciones de Europa que en Amrica tienen colonias se
+crucen de brazos, y slo por la culpa de que somos dbiles, de que
+consideran que somos dbiles, dejen sin chistar y sin mostrar el menor
+enojo que los Estados Unidos nos insulten, nos vejen y nos despojen.
+
+Pongmonos, sin embargo, en lo peor. Demos ya por seguro que nadie acude
+ nuestro lado y que sin freno que los contenga, los _yankees_ persisten
+en sus exigencias y en su furia. Aun as, yo afirmo que debemos
+pasarnos de modestos, de pacficos y de prudentes. El lmite de nuestro
+sufrimiento debe ser el ltimo lmite. El Gobierno espaol, con paternal
+cuidado y amoroso desvelo, debe evitar cuanto sea posible los crueles
+sacrificios de vidas y de haciendas que una guerra desigual nos
+obligue; pero llegados ya al ltimo lmite, nos conviene entender que es
+consejo y no precepto evanglico aquello de que: si te piden la capa da
+tambin la tnica. No, no debemos dar ni tnica ni capa; no debemos
+entregar la codicia la soberbia de los _yankees_ ni un palmo de
+terreno en la isla de Cuba; ni debemos tampoco continuar pagndoles
+tributos como por virtud de injustas y arbitrarias reclamaciones de
+indemnizacin nos los han hecho pagar durante muchos aos, humillndonos
+al pagarlos. Antes de sufrir tanto oprobio y tan honda cada,
+desvanecidas ya todas las esperanzas de paz honrosa, declaremos la
+guerra los Estados Unidos, hagmosla con valor, y aunque nuestro
+triunfo definitivo parezca milagro, confiemos y creamos en que la era de
+los milagros no pas todava.
+
+Quin sabe si el sacudimiento terrible que tendr que producir esta
+guerra no ser una crisis saludable que nos levante de la postracin en
+que estamos y nos coloque de nuevo entr las grandes naciones del mundo?
+Unidos todos en un esfuerzo comn, olvidaremos nuestras divisiones de
+partidos, nuestras rencillas polticas y nuestros desventurados
+regionalismos. No seremos republicanos, ni carlistas; canovistas, ni
+sagastinos; pero seremos ministeriales todos; y no nos jactaremos de ser
+aragoneses, catalanes, castellanos vascos, porque todos seremos
+espaoles.
+
+Nuestro ejrcito, lejos de lamentar la guerra, se alegrar de que,
+merced la guerra, podr luchar con alguien que d la cara, que no sean
+foragidos que huyen y se esconden, y en cuyo vencimiento se puede
+alcanzar alguna gloria. Nuestros generales, por ltimo, se alegrarn ms
+an, porque tendrn ocasin de mostrar lo que valen, en vez de jugar al
+escondite con enemigos que se ocultan y de sacrificar sus soldados, no
+por exponerlos las balas de esos enemigos y sus celadas y sorpresas,
+sino por las inclemencias y las fiebres de un clima mortfero para
+ellos.
+
+Aunque soy optimista, aunque no pierdo nunca la esperanza, aunque creo
+que ahora tienen los espaoles el mismo gran ser que tuvieron fines
+del siglo XV y durante todo el siglo XVI, cuando fu el apogeo de su
+gloria, si bien no temo la guerra, tampoco la deseo. No tienen la culpa
+los ciudadanos de los Estados Unidos en general de la soberbia
+disparatada, de la ignorancia y de la codicia de sus representantes y de
+sus senadores. Y yo, sin poderlo remediar, no excluyo de mi amor por el
+linaje humano al pueblo de los Estados Unidos, donde hubo y hay hombres
+y cosas que me son simpticos: elegantes inspirados poetas como
+Longfellow, Russel-Lowell y Whitier; algunos pensadores, si poco
+originales, discretos ingeniosos como Emerson, imitador de Toms
+Carlysle; varios historiadores, aunque poco profundos, amenos y
+agradables de leer, salvo cuando tratan de sus propios asuntos, porque
+entonces suelen ser ms pesados que el plomo; varios divertidos
+novelistas, y sobre todo, hombres de tan aguda inventiva que ya brillan
+como Edison, empleando la electricidad en no pocos tiles y pasmosos
+artificios, ya producen la mquina de coser, que siempre que la
+contemplo me deja embobado. Yo admiro adems la belleza, el talento y la
+refinada cultura de las mujeres anglo-americanas, las cuales son la ms
+preciosa y segura garanta de que si se llevase su prctica huraa la
+doctrina de Monroe y se volviese establecer el divorcio entre el
+antiguo y el nuevo mundo, no volveran los habitadores del ltimo
+andar vestidos de plumas y de pieles, sacrificar seres humanos los
+dolos y comerse unos otros. Yo admiro el salto del Nigara, la
+riqueza y prosperidad de los Estados Unidos, la magnificencia y
+esplendor de sus grandes ciudades, como Nueva York, Boston y Filadelfia;
+la facilidad y comodidad con que por all se viaja en ferrocarril, y lo
+amables y hospitalarios que son los _yankees_ con los extranjeros cuando
+el amor propio no los ciega y cuando no se les pone en la cabeza que los
+extranjeros les son muy inferiores, porque entonces suelen ser harto
+poco amorosos y son muy desprovistos de caridad. Dganlo si no los
+pobres chinos, harto duramente zurrados porque trabajan por muy corto
+salario. Para no cansar, lo que es yo, pesar de los insultos que nos
+han inferido, celebrara en el alma que nos reconcilisemos, nos
+estimsemos en ms, y acabsemos por querernos bien en vez de venir
+las manos.
+
+Pero si esto no es decorosamente posible qu le hemos de hacer? Pecho
+al agua y adelante. No hay mal que por bien no venga. Casi estoy por
+decir que de todos modos saldremos gananciosos. Si somos vencidos,
+perderemos pronto Cuba sin aburrirnos y cansarnos durante tres
+cuatro aos en perseguir nuestros enemigos trashumantes, contra los
+cuales, en vez de enviar soldados, debiramos enviar perros y hurones. Y
+si salimos vencedores, que todo es posible con el favor del cielo, donde
+an conserva y cuida Santiago su caballo blanco y sus armas, entonces se
+corregirn muchsimo los _yankees_, porque se les bajar el orgullo que
+es su mayor falta; y yo, aunque estoy abrumado por las enfermedades y
+los aos, me regocijar al contemplar los _yankees_ ms apacibles y
+benignos, menos duros insolentes con nosotros, renegando de su
+tontera de doctrina de Monroe, y alargndonos sin rencor y como Dios
+manda la mano de amigos.
+
+Entonces cantara yo un magnfico _Te Deum_ all en el fondo de mi alma,
+y exclamara remedando al viejo Simen: _Nunc dimittis servum tuum
+Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei salutare
+tuum_.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+QUEJAS DE LOS REBELDES DE CUBA
+
+
+Don Rafael Mara Merchn es uno de los escritores de ms saber y talento
+que hay en el da en la Amrica espaola. No he de negarle yo esta
+alabanza, porque l sea tan descastado y tan acrrimo enemigo.
+
+Aos h, me envi un libro suyo titulado _Estudios crticos_. Yo le
+celebr en mis _Cartas americanas_. Despus creo que tuvimos cierta
+polmica y que el Sr. Merchn escribi un folleto contra varias de mis
+afirmaciones.
+
+Desde entonces hasta hoy, ni yo he hablado al pblico del Sr. Merchn,
+ni supongo que l ha hablado de m; pero ni yo le he olvidado ni l me
+ha olvidado tampoco. Para probarlo me acaba de hacer la fineza, que le
+agradezco, de remitirme desde Bogot, donde reside, la obra reciente, de
+250 pginas, titulada: _Cuba. Justificacin de su guerra de
+independencia_.
+
+La obra es curiossima y tan llena de inters en la actualidad, que bien
+merece se d noticia de ella. Voy, pues, hacerlo, si _El Liberal_,
+hospitalaria y bondadosamente, inserta mi escrito en sus pginas de tan
+popular y difundida lectura.
+
+Tan enfurecido est el Sr. Merchn contra Espaa y tan deseoso de
+sacudir su yugo, que con tal de que sea libre Cuba, aplaude los que
+incendian sus sembrados y plantos y arrasan sus cortijadas indefensas,
+lamentando slo que no hayan podido hasta ahora incendiar tambin sus
+ciudades y convertir toda la isla en espantoso yermo. Para hacer
+patentes la heroicidad, el primor y la conveniencia de tamaa
+destruccin, aduce el Sr. Merchn multitud de ejemplos histricos, desde
+Sagunto y Numancia hasta la fecha. Y para dar ms vigor su apologa,
+cita una octava de la _Lamentacin de Byron_, de Nez de Arce, donde el
+poeta aconseja los griegos que talen incendien y lo conviertan todo
+en ruinas con tal de libertarse de los turcos. Hay, sin embargo, una
+distincin que hacer, y de no pequea importancia. Los griegos iban
+contra los turcos, gente de muy distinta raza, civilizacin y creencias
+religiosas; y los griegos, cuya historia es gloriossima y antigua, como
+del pueblo iniciador de la cultura humana, creador del arte, de las
+letras y de las ciencias de Europa, trataban de romper las cadenas con
+que los humillaba otro pueblo, rudo y brbaro, venido del Norte del
+Asia, y de harto menos nobles historia y origen. Qu tiene que ver
+esto con los espaoles y los cubanos, ya que los ltimos, si no son
+espaoles negros, no son nada? En el porvenir podrn ser todo lo que
+anhelen y sueen: por el invencible amor mi raza deseo yo que sus
+sueos no sean absurdos, sino que se realicen; pero lo que es ahora,
+no son nada, son espaoles, son negros. Hay adems otra notable
+diferencia, que se apoya en el dicho vulgar de que cada uno hace de su
+capa un sayo. Hericos, sublimes, son el desprendimiento y el sacrificio
+de los que destruyen su propia hacienda, como hicieron los numantinos;
+pero cuando alguien destruye quema lo que no le pertenece se queda
+con ello sin quemarlo ni destruirlo, no tiene traza de hroe, sino de
+bandido.
+
+Veamos ahora los argumentos de que se vale el Sr. Merchn y la multitud
+de crmenes que atribuye los espaoles peninsulares para justificar y
+aun glorificar los rebeldes de Cuba y para calificar de
+indispensables, de nobilsimas y de santas sus fechoras.
+
+Hablar primero de las acusaciones ms generales y vagas que lanza
+contra nosotros el seor Merchn, y pasar luego las ms concretas.
+
+Segn l, todo espaol que va Amrica podr conseguir cuanto desee,
+menos una cosa: tener hijos espaoles. Si fuese verdadera la afirmacin,
+que por dicha no lo es, toda la malquerencia, todo el odio y todo el
+desdn que supone el Sr. Merchn que los espaoles peninsulares tenemos
+ los espaoles criollos, estaran, hasta cierto punto, fundados. Don
+Marcelino Menndez y Pelayo hubiera podido entonces decir sin rencor,
+hablando de Amrica, en su obra titulada _Ciencia espaola, que la
+ingratitud y la deslealtad son fruta propia de aquella tierra_. El mismo
+Sr. Merchn da la prueba de tan aventurado aserto cuando asegura que no
+hay espaol que pueda engendrar en Amrica un hijo que no reniegue de su
+casta y que no se rebele contra la nacin que pertenece. Por dicha el
+Sr. Merchn se equivoca, y tambin se equivoc el seor Menndez y
+Pelayo, y yo lo reconozco, aunque disculpo la ltima equivocacin,
+enmendada ya. El Sr. Menndez incurri en ella siendo muy joven
+inexperto todava.
+
+Por parte de los espaoles peninsulares no hay odio, ni desdn, ni
+sombra de enojo contra los hispano-americanos. Ni uno solo de los casos
+que aduce el Sr. Merchn tienen el menor valor.
+
+Don Antonio de Trueba, al apellidar Bolvar _El Libertador_, dice:
+Nombre que uso por cuenta ajena y no en manera alguna por la propia. Y
+yo afirmo que, sin desdn ni odio, el Sr. Trueba hizo muy bien en no
+llamar por su cuenta _Libertador_ Bolvar. Los espaoles peninsulares,
+sin menospreciarnos ni ofendernos, podremos llamar Bolvar gran
+capitn, hroe, eminente poltico, ilustre y valeroso personaje; en
+suma, todo lo que se quiera menos _Libertador_, porque esto sera
+confesar y creer lo que no creemos; que nosotros somos unos tiranos
+incuos de quienes conviene libertarse.
+
+La seora doa Soledad Acosta de Samper fu en Espaa tan obsequiada y
+celebrada como ella se merece; pero, no contenta con esto, todava se
+queja (en su _Viaje Espaa_) de que no pongamos por las nubes
+Bolvar, y de que no nos entusiasmemos con l. Pues si Bolvar nos
+venci, cmo quiere la seora doa Soledad que nos entusiasmemos? No
+hay hasta crueldad en exigirnos semejante entusiasmo y abnegacin tan
+dolorosa? Fuera de esta cruda mortificacin de amor propio que el Sr.
+Merchn y la seora doa Soledad Acosta pretenden imponernos para probar
+que los amamos, yo aseguro que siempre hemos dado los
+hispano-americanos las mayores pruebas de estimacin y de cario. Y esto
+desde los tiempos ms antiguos hasta el da de hoy. Americano era
+Alarcn, y no hay espaol que no le cuente entre nuestros grandes y
+gloriosos poetas dramticos; casi, y tal vez sin casi, al nivel de Lope,
+de Caldern y de Tirso. Americana era doa Gertrudis Gmez de
+Avellaneda, y figura en Espaa como la primera de nuestras poetisas
+lricas desde que empez escribirse en lengua espaola hasta el da. Y
+la poetisa que la sigue, y que tendramos por la primera, si la
+Avellaneda no hubiera nacido, es sor Juana Ins de la Cruz, tambin
+americana.
+
+No perjudic ni estorb su calidad de americanos ni Gorostiza, ni
+Ventura de la Vega, ni Rafael Mara Baralt, ni Jos Heriberto Garca
+de Quevedo, para ser entre nosotros altamente encomiados, aplaudidos y
+honrados con puestos y cargos importantes. Por eminentes hombres de
+Estado y popularisimos caudillos han pasado en Espaa otros varones
+ilustres, nacidos tambin en Amrica. Valga para ejemplo el marqus del
+Duero.
+
+Cuantos personajes se han distinguido en la Amrica espaola por su
+saber, por su ingenio, por sus hazaas, desde que la Amrica espaola
+se declar independiente, han sido en Espaa tan celebrados y queridos
+como en la Repblica misma donde ellos nacieron. As D. Andrs Bello,
+quien admiramos como fillogo y como autor de Derecho internacional, y
+cuyos hermosos y elegantes versos nos sabemos de memoria; y as D.
+Rufino Cuervo, cuyo Diccionario calificamos de trabajo maravilloso. No
+nos duele, sino que nos encantamos y nos ufanamos en poder admirar con
+fundamento las poesas de ambos Caros, de Mrmol, de Andrade, de
+Obligado, de Restrepo, de Oyuela, de Ruben Daro y de algunos otros.
+
+El buen gusto y la justicia no consienten que nuestra admiracin se
+difunda mucho ms. Y, francamente, nos parece hasta cmica la censura
+dirigida contra la _Antologa de poetas hispano-americanos_ del Sr.
+Menndez y Pelayo, porque no incluya en ella, desdendolos, no s
+cuntos poetas de primera magnitud. Imposible parece que el Sr. Menndez
+y Pelayo, que es tan erudito, no tuviese la menor noticia de esos
+grandes poetas. Y si los conoca, es inverosmil que no insertase en su
+coleccin ninguna de sus obras, cuando ha insertado en ellas, con
+indulgencia pasmosa, tantsimo verso insignificante y menos que mediano.
+El empeo de agradar nuestros hermanos de Amrica y el afn de mostrar
+que sabe mucho, disculpan al Sr. Menndez y Pelayo; pero, hablando con
+franqueza, su _Antologa_ hubiera valido ms, si en vez de constar de
+cuatro gruesos tomos hubiera constado slo de dos, y aun de uno: su
+_Antologa_ se asemeja los libros profticos que la Sibila de Cumas
+vendi Tarquino el Antiguo. Primero eran nueve y Tarquino no los quiso
+comprar; luego la Sibila los redujo seis, y Tarquino no los compr
+tampoco; y por ltimo, la Sibila los redujo tres y pidi por ellos
+tres veces ms de lo que por los nueve haba pedido. Tarquino los compr
+entonces. Y es de suponer que si la Sibila los hubiera reducido uno
+solo, Tarquino hubiera dado por l ms dinero. _Mutatis mutandis_ lo
+propio puede decirse de la _Antologa_ del Sr. Menndez y Pelayo.
+
+En lo expuesto hasta aqu, no creo yo que haya razn suficiente para que
+los rebeldes de Cuba nos hagan la guerra sangre y fuego, ponindonos
+en idntica situacin en que Dionisio, tirano de Siracusa, puso un
+filsofo crtico que haba en su corte. Como el filsofo no gust de los
+versos del tirano, ste le trat muy mal; se apiad luego de l y le
+sac del calabozo en que le tena encerrado; le ley, por ltimo, otros
+versos suyos, y entonces dijo el filsofo: que me vuelvan encerrar en
+el calabozo. Aplquese el cuento y conste que si la guerra civil
+cubana, cuya terminacin fervorosamente deseamos, hubiese de terminar
+aplaudiendo nosotros muchos versos de por all, un involuntario
+indomable espritu crtico nos forzara exclamar: que nos vuelvan al
+calabozo; que siga la guerra; _signa canant_, suenen las trompetas, como
+dijo Augusto Fulvia cuando le amenaz con la guerra civil, si
+amorosamente no se le renda.
+
+Basta ya por hoy. Otro da hablar de otras razones menos disparatadas
+que alega el seor Merchn en favor de la guerra de Cuba.
+
+
+II
+
+Ciencia exacta es la estadstica. Yo no lo niego. Lo nico que me
+atrever decir es que siempre que de estadstica se trata, acude mi
+memoria este cuentecillo.
+
+De vuelta su lugar cierto joven estudiante, muy atiborrado de doctrina
+y con el entendimiento ms aguzado que punta de lezna, quiso lucirse
+mientras almorzaba con su padre y su madre. De un par de huevos pasados
+por agua, que haba en un plato, escondi uno con ligereza. Luego
+pregunt su padre.--Cuntos huevos hay en el plato?--El padre
+contest:--Uno. El estudiante puso en el plato el otro, que tenia en la
+mano, diciendo:--Y ahora, cuntos hay?--El padre volvi
+contestar:--Dos.--Pues entonces--replic el estudiante--dos que hay
+ahora y uno que haba, antes, suman tres. Luego son tres huevos los que
+hay en el plato. El padre se maravill mucho del saber de su hijo, se
+qued atortolado y no atin desenredarse del sofisma. El sentido de la
+vista le persuada de que all no haba ms que dos huevos; pero la
+dialctica especulativa y profunda le inclinaba afirmar que haba
+tres. La madre decidi al fin la cuestin prcticamente. Puso un huevo
+en el plato de su marido para que se le comiera: tom otro huevo para
+ella, y dijo su sabio vastago:--El tercero, cmetele t.
+
+Tercer huevo es casi siempre el _supervit_ de los presupuestos y no
+corta porcin de las rentas y recursos de los particulares y de los
+Estados.
+
+Traigo esto al propsito de que recibamos con escepticismo prudente
+todos los datos estadsticos que el Sr. Merchn presenta para demostrar
+cunto produce Espaa la isla de Cuba.
+
+Segn muchos polticos y estadistas espaoles, entre los cuales cita el
+Sr. Merchn D. Francisco Silvela, en un discurso que pronunci en el
+Congreso el 12 de Febrero del ao pasado, Cuba, desde hace tiempo, es
+una carga para Espaa.
+
+Contra esto se encoleriza extraordinariamente el Sr. Merchn y siente
+herida su vanidad de cubano. Segn l, Cuba nos produce tanto, que el
+da en que la perdamos, casi todos los espaoles nos moriremos de hambre
+ poco menos. Por inters y no por punto de honra, anhelamos, pues,
+conservar Cuba. El Sr. Merchn no quiere comprender no comprende,
+que, hasta prescindiendo del inters y del punto de honra, la
+conservacin de la grande Antilla nos importa mucho. Su prdida no
+podra menos de dolernos, como duele cualquiera que le saquen una
+muela picada, aunque la muela para nada le sirva. De aqu que tratemos
+de empastarla de orificarla, y procuremos resistir los _sacamuelas_
+de los Estados Unidos, que desean su extraccin y tienen ya preparado el
+gatillo.
+
+Pero vamos la estadstica del Sr. Merchn.
+
+Confiesa que, desde 1868, no vienen Espaa sobrantes de Ultramar. Los
+insurrectos de Yara, dice con jbilo, cerraron este vasto desage.
+Veamos ahora la enorme cantidad de millones que, segn el Sr. Merchn,
+viene Espaa por otros conductos.
+
+Segn l y segn el Sr. Dolz, quien cita, nuestros empleados en
+aquellas aduanas defraudan al Tesoro, y sin duda envan Espaa cada
+ao la friolera de ocho millones de pesos fuertes. Sea, digo yo: pero,
+como no se puede creer que los mercaderes y contrabandistas de Cuba
+lleven la tontera hasta el extremo de concurrir en balde y de balde
+este robo, dando los empleados lo que debieran dar al Tesoro, fuerza
+es afirmar que, si dan los empleados ocho millones se quedan ellos con
+doce, siquiera con otros ocho, para que el robo sea medias. Yo me
+resisto creer que el comercio de exportacin y de importacin d en
+Cuba para tan desaforado latrocinio. Aceptemos, no obstante, que el
+resguardo y los vistas ciegos envan Espaa los ocho millones.
+
+En todo lo dems que pone el Sr. Merchn como rendimiento de Cuba
+Espaa, es evidente que el Sr. Merchn delira.
+
+Cuba, dice, exporta cada ao para Espaa seis millones de pesos fuertes
+en frutos, que pagan por derecho de importacin tanto como valen. Supone
+luego que estos seis millones, que salen del bolsillo de los
+peninsulares que quieren regalarse con frutos ultramarinos, son tambin
+tributo ddiva que Cuba nos enva; y suma catorce millones.
+
+El estanco del tabaco rinde diecinueve, segn manifest recientemente el
+director de la Compaa Arrendataria, D. Eleuterio Delgado. Aunque no se
+comprende por qu, el Sr. Merchn se los aplica tambin Cuba y ya
+tenemos que Cuba nos produce treinta y tres millones.
+
+Espaa manda Cuba cada ao, en mercancas, por valor de veinticinco;
+pero como de all vienen seis, la balanza de comercio slo da en nuestro
+favor diecinueve. Y como si todas las mercancas que enviamos Cuba no
+valiesen un pito y fuesen una basura grandsima, que nosotros hicisemos
+tragar y pagar por fuerza los infelices y tiranizados cubanos, el Sr.
+Merchn pone tambin estos diecinueve millones en la cuenta de lo que
+Cuba nos tributa, hacindola subir cincuenta y dos millones de pesos
+anuales. Tal es la renta clara y paladina que da Cuba Espaa. La renta
+misteriosa y oculta es inmensa, segn el Sr. Merchn. Los empleados,
+los comerciantes peninsulares, todos cuantos van de Espaa Cuba no se
+cansan jams de enviar dinero de Cuba Espaa.
+
+En su afn de ponderar lo que cuesta Cuba el ser espaola, pone y suma
+el Sr. Merchn los sueldos principales del alto clero y de los
+funcionarios militares y civiles; pero no logra elevarse en esta suma
+por cima de doscientos mil duros. Y no se para tampoco considerar que
+si Cuba llegase ser Repblica independiente, no haba de suprimir al
+arzobispo, al obispo, la clereca, los empleados todos, y hasta se
+haba de quedar acfala y sin presidente. Ya saldra los cubanos
+bastante ms caro que les sale ahora todo el aparato administrativo. Y
+esto sin meternos vaticinar ni recelar que en Cuba pudiera haber
+presidentes, como los ha habido en otros puntos de Amrica, que han
+tenido para estrujar al pueblo y sacarle el jugo tanta pujanza como la
+prensa hidrulica ms poderosa. Con todas las violencias tirnicas, con
+todas las ferocidades de cuantos virreyes, gobernadores y capitanes
+generales ha enviado Espaa Amrica, desde el reinado de Felipe II
+hasta hoy, si pudiramos ponerlas en un alambique y destilar la quinta
+esencia de ellas, crame el Sr. Merchn, no sacaramos un espritu
+equivalente al del tirano Rosas, pongo por caso.
+
+Es el Sr. Merchn, aparenta ser, contrario la anexin de Cuba los
+Estados Unidos. No puede, por consiguiente, alegar, en contra de lo que
+l llama _profecas siniestras_, el florecimiento y prosperidad de Cuba
+si llega ser un Estado ms de la Unin. El Sr. Merchn no aspira al
+suicidio colectivo como raza. Espera y pretende que Cuba contine siendo
+_latina_, que es el epteto que gustan de darse ahora muchos
+hispano-americanos, para no llamarse espaoles. Todos han de ser
+_latinos_, aunque no hayan pasado del _quis, qu, quod vel quid_.
+
+El odio Espaa del Sr. Merchn y de otros insurgentes es tan feroz y
+desapiadado, que ms que la prosperidad y auge de Cuba, harto
+problemticos si llega ser independiente, los encanta y seduce la
+tremenda ruina en donde, segn ellos, se hundir Espaa si perdemos
+aquella sla. Como si fuera tan malo cuanto en la Pennsula se produce,
+que nadie quisiese comprarlo sino por fuerza, entienden que, separada
+Cuba de Espaa, no tendremos quien vender. Los diecisiete y medio
+millones de espaoles peninsulares, asegura el Sr. Merchn que estamos
+_amenazados de miseria y de muerte si perdemos la clientela forzada de
+1.200.000 blancos y 400.000 negros_ sus compatriotas.
+
+Por lo visto, entra tambin en el plan de los insurrectos el despojar
+los espaoles pennsulares de las propiedades territoriales que en Cuba
+tienen, y hasta el expulsarlos de all. Toda esta poblacin--deca en
+1869 _La Voz de Cuba_, en artculo que el Sr. Merchn reproduce y
+celebra--vivir errante y miserable en el mundo.
+
+Para que tal cosa no suceda, para defender esa poblacin, la que
+tenemos obligacin de defender; para conservar la integridad de nuestro
+territorio, para que la nacin espaola no sea de nuevo mutilada, y no
+porque Cuba nos produzca todos esos millones fantsticos, deseamos
+conservar Cuba, y es de esperar que la conservemos. Los diecisiete
+millones y medio de espaoles peninsulares, salvo muy pocos, no temen
+perder el mercado para su industria, y perder el fomento de su comercio
+y de su marina mercante, si llegasen perder la perla de las Antillas.
+No nos faltara entonces sitio y gente donde enviar nuestros productos
+y nuestros barcos. La prdida de Cuba nos traera, sin duda,
+perturbacin, mas no por la utilidad que Cuba nos trae nos ha trado
+nunca. Si atendisemos solo esta utilidad, apenas habra espaol que
+no estuviese deseando que nos quedsemos sin Cuba.
+
+No tendra entonces que decir el Sr. Merchn, citando los arrogantes
+versos de Nez de Arce, y dirigindose Cuba:
+
+ Y si ser grande y respetada quieres,
+ de t no ms la salvacin esperes.
+
+Consejo que Cuba, mejor dicho, los rebeldes en armas no siguen, porque
+solos ni se hubieran rebelado, ni persistiran en la rebelin, que los
+_yankees_ atizan, fomentan, patrocinan y pagan para echar de all al
+cabo, no slo nosotros los espaoles, sino tambin todos los
+_latinos_, sin excluir al Sr. Merchn, que regresara por corto tiempo
+su patria y que tendra que volverse Bogot, porque en Cuba,
+_yankeeficada_, le miraran como mueble incmodo intil y no le haran
+caso. No le valdra la adulacin con que proclama la omnipotencia de los
+Estados Unidos.
+
+Si quisieran apoderarse de Cuba, dice, quin se opondra? Inglaterra?
+El Leopardo puede aceptar luchas con el guila, pero no la provoca
+ellas. Francia? Mientras no arregle cuentas con Alemania, evitar
+contiendas con otras naciones fuertes y civilizadas. Alemania, Rusia?
+No tienen intereses coloniales en Amrica; y Rusia, de desenvainar la
+espada, lo hara favor de su antigua amiga la Unin Americana. En
+cuanto una coalicin de las grandes potencias, los Estados Unidos no
+la temen. Recurdese cmo desbarataron la Santa Alianza con un Mensaje
+de Monroe.
+
+Tendr razn el Sr. Merchn y lo podrn todo los Estados Unidos? Se
+atrevern intervenir en Cuba y intentar despojarnos de cuanto all
+legtimamente poseemos, sin que por impotencia por imprevisor egosmo
+se interponga en nuestro favor ninguna grande potencia europea? Entonces
+s que no ser Cuba, sino Espaa, quien tenga que decir el poeta,
+y esperemos en Dios que sea odo:
+
+ Y si ser grande y respetada quieres,
+ de t no ms la salvacin esperes.
+
+
+III
+
+Algo arrepentido estoy de haber tomado por asunto de un escrito mo el
+libro del Sr. Merchn. Hay muchsimo que decir sobre l, y yo me canso,
+y, lo que es peor, temo cansar mis lectores. Sin embargo, como ya
+emprend la tarea, no quiero dejarla sin terminar, si bien procurar ser
+muy conciso.
+
+Lo ms grave de que el Sr. Merchn acusa Espaa, es de su corrupcin
+administrativa en Cuba. Nada hay que decir contra los datos que aduce.
+Todos estn tomados de discursos, informes, folletos y Memorias,
+suscriptos por los seores Romero Robledo, Moret, marqus de la Vega de
+Armijo, Balaguer, Doltz, general Pando, general Salamanca y bastantes
+otros hombres polticos peninsulares de la primera importancia.
+
+No quiero entrar en pormenores, porque son cansados y adems harto feos.
+Convengo, pues, con el Sr. Merchn en que en Cuba la corrupcin
+administrativa es deplorable: es un mal que requiere pronto y enrgico
+remedio. Pero le hallar la rebelin, si triunfa y establece en Cuba
+una Repblica independiente? Lo dudo, y no digo rotundamente lo niego,
+porque no me precio de profeta, porque mi optimismo no tiene limites y
+porque no he perdido la fe en lo sobrenatural y milagroso.
+
+Mal hemos administrado Cuba en el siglo presente; pero lcito es
+presumir que los cubanos _libres_ la administraran mil veces peor.
+Libres son y constitudas estn en Repblicas todas nuestras antiguas
+colonias en el continente americano. Hay alguna de ellas que desde que
+conquist su libertad hasta hoy haya sido mejor administrada que Cuba?
+Esto es lo primero que sera necesario demostrar.
+
+Yo reconozco desde luego que el desarrollo del comercio, de la industria
+y de la riqueza en general, mil ingeniosas invenciones y los ms fciles
+medios de comunicacin entre las gentes han hecho progresar y han
+llevado como remolque hasta los pueblos ms atrasados. Pero estas
+causas debieran influir ms en los pueblos libres que en pueblos como el
+de Cuba, que gime an bajo el abominable yugo de Espaa. Cuba, no
+obstante, apenas tenia principios de siglo ms poblacin que 400.000
+almas. Hoy pasa la poblacin de Cuba de 1.600.000. La poblacin, pues,
+est cuadruplicada, sin que esto contribuyan, ni la abolida trata de
+negros, ni una gran corriente de emigracin europea asitica. La
+riqueza y el bienestar han aumentado tambin, pesar de las guerras
+civiles. No estarn, pues, tan oprimidos y miserables los cubanos,
+cuando as crecen y prosperan. Crecen en la misma proporcin en las
+Repblicas hispano-americanas, las gentes, el bienestar y la riqueza?
+
+Ya he dicho que no he de negar yo la corrupcin administrativa de Cuba,
+para cuya prueba aduce el Sr. Merchn tanto testigo; pero tenga por
+cierto que, si fuese tal como l la pondera, Cuba no hubiera prosperado.
+La extraordinaria fecundidad de su suelo no hubiera podido prevalecer
+contra la rapacidad que en los peninsulares supone el Sr. Merchn. Si de
+los cuatro siglos que hace que poseemos Cuba hubiramos sacado de ella
+y enviado Espaa durante cuarenta aos siquiera, diez aos por
+siglo, la mitad no ms de lo que anualmente robamos Cuba, sean
+veinticinco millones de pesos fuertes y esto sin contar las remesas
+misteriosas infinitas que hacen los peninsulares, tendramos que, en
+poco tiempo, habran ingresado de Cuba en Espaa nada menos que mil
+millones de pesos fuertes. En qu Pozo Airn, en qu sumidero, en qu
+insondable abismo ha venido precipitarse y hundirse este Misisip,
+este Amazonas de oro? Dnde estn los palacios, las soberbias quintas,
+los hadados jardines, el lujo _sardanaplico_ y los sibarticos deleites
+de los peninsulares que trajeron de Cuba todo ese dinero? Dnde estn
+los templos, los obeliscos y las pirmides que hemos levantado con el
+ureo vellocino de nuestra Colcos? Ambas Castillas estn pobres y
+desoladas. Los palacios de los peninsulares enriquecidos en Cuba son ms
+difciles de hallar que los de Dulcinea. Y no hay monumento de algn
+valer que no se haya erigido con dinero nuestro y no cubano. Para que
+sea ms evidente la prueba, los monumentos ms nobles y grandiosos,
+hasta son anteriores al descubrimiento de Amrica, y por consiguiente,
+de Cuba; los muros ciclpeos y las ingentes torres y arcos triunfales de
+Avila; las catedrales, como las de Burgos y Toledo, y los alczares,
+como el de Segovia.
+
+Amrica no ha enriquecido, ha empobrecido y despoblado Espaa. Espaa,
+en su gloriosa expansin, no se dilat por el mundo para saquearle y
+para traer la Pennsula los despojos pimos, sino para difundir por
+doquiera su cultura, su religin, su idioma y sus artes. Si en la misma
+Italia, maestra de ellas, cuando en Italia dominamos, levantamos
+templos, castillos y palacios, erigimos monumentos y fundamos obras
+piadosas, hospicios y colegios, como de ello dan testimonio Naples,
+Palermo, Mesina, Bolonia y otras ciudades, sin excluir la misma Roma,
+qu no haramos y qu no hicimos en Amrica, donde en resumidas cuentas
+no haba nada, si haba algo, responda un estado incompletsimo
+inicial de cultura, como podra ser el del centro del Asia, tres
+cuatro siglos antes de que saliese Abraham de su patria, Ur de los
+caldeos?
+
+Desengese el Sr. Merchn; la nacin espaola poco nada ha traido de
+Cuba que no haya pagado con creces; nada debe Cuba. Cuba es quien se
+lo debe todo Espaa; salvo lo que da la Naturaleza en su estado
+primitivo y selvtico. Por eso, aunque el Sr. Merchn se enoje, tiene
+Espaa razn para llamar ingratos sus rebeldes hijos de Cuba. Qu
+habr quitado Espaa para enriquecerse Maceo, Mximo Gmez
+Quintn Banderas?
+
+En cuanto los fraudes y depredaciones de nuestros empleados, no poco
+hay tambin que objetar. Mucho crdito, por ejemplo, merece D. Eduardo
+Dolz; pero acaso no puede equivocarse exagerar involuntariamente? En
+los ltimos veinticinco aos, afirma que nuestros empleados han
+defraudado, en las aduanas de Cuba, doscientos millones de pesos
+fuertes. Supongamos que es exacta la cantidad, y ya es mucho suponer.
+Todava no es posible la suposicin de que sean tan necios los
+mercaderes y contrabandistas cubanos que hayan tenido el capricho
+irracional de dar los empleados los doscientos millones, en vez de
+darlos al Tesoro. Lo probable sera que, en este hurto hecho al Tesoro,
+saliesen ganando los comerciantes y contrabandistas ciento cuarenta
+millones y que los empleados se contentasen con sesenta y con enviarlos
+ Espaa. Pero como estos sesenta millones no lucen ni parecen por aqu,
+yo me atrevo presumir que son fantsticos. En Espaa no abundan tanto
+los ricos que no nos sean todos conocidos y que no sepamos de dnde ha
+salido y cmo se ha formado el caudal de cada uno. Seguro estoy de que
+sigilosamente y al odo, para no delatar nadie, sin suficientes
+pruebas, no nos declara, ni el ms zahor en estos asuntos, dnde estn
+veinte millones siquiera, el tercio de los sesenta que de Cuba han de
+haber venido la Pennsula. Los doscientos millones, pues, no se le
+quitaron al Tesoro casi todos ellos se quedaron en Cuba.
+
+Pretende el Sr. Merchn, apoyado en las delaciones que aqu mismo hemos
+hecho, que todos estos empleados que van Cuba defraudar la Hacienda
+pblica, tienen, entre los ms altos personajes polticos, sendos
+padrinos quienes pagan tributo. Poco aprovecha dichos padrinos
+riqueza tan mal adquirida. Por eso me inclino yo creer que los ms
+criminales han de haber recibido muy poco; y que los medianamente
+criminales han de haber recibido algunos cajoncillos de cigarros puros,
+pinas en conserva y pasta de guayaba, con sin tropezones. Lo cierto es
+que yo he conocido y conozco gran multitud de nuestros personajes
+polticos. Los que son ricos sabemos perfectamente de dnde procede su
+riqueza. Y los pobres, que forman la mayora, contndose entre ellos no
+pocos que han sido ministros de Ultramar, me atrevo sostener que no
+han tomado un cntimo de peseta al hacerse el reparto de los doscientos
+millones de pesos fuertes. A algunos, cuyos nombres pudiera citar y
+quienes trat y visit hasta que murieron, fue menester venderles los
+libros y las ropas para poder enterrarlos.
+
+En suma; por donde quiera que yo lo miro, no noto en Espaa esa horrible
+corrupcin que el Sr. Merchn nos achaca, y que en todo caso no sera
+igual, ni con mucho, la que de otras grandes naciones, como Francia
+Italia, nos dejan presumir escndalos recientes, y como la que de los
+propios Estados Unidos por mil indicios tambin se presume.
+
+Yo infiero de todo, empezando por conceder que en la administracin de
+Cuba hay desrden y despilfarro, necesitados de enmienda, que la
+corrupcin no es tan enorme como se dice, que son cubanos interesados
+y poco escrupulosos los que la fomentan, ms en detrimento del Tesoro de
+la Metrpoli que en detrimento de la prosperidad de la isla.
+
+La rebelin, por consiguiente, no queda as justificada. Los saqueos y
+los incendios perpetrados por los rebeldes no remediarn nada, ni
+contribuirn la prosperidad de Cuba. Y contribuirn an mucho menos,
+si los Estados Unidos, segn ya se prev, nos exigen indemnizacin por
+esos saqueos y esos incendios, que sin el favor y aliento que dan los
+rebeldes, no se perpetraran, y si el Gobierno espaol tiene la
+debilidad de someterse y de pagar. Esperemos, aunque se resista y no
+pague, que no haya violencia ni guerra internacional. Y en todo caso,
+aunque esa guerra sobreviniese y aunque nos fuese adversa la fortuna,
+siempre sera preferible la humillacin y la ignominia; y sobre
+todo, si la ignominia y la humillacin resultasen intiles y al cabo
+hubiese guerra, no ser que resignadamente nos dejsemos despojar de
+todo.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LAS ALIANZAS
+
+
+ _Sr. Director de El Liberal._
+
+Mi distinguido amigo: Al leer lo que dice _La poca_ sobre poltica
+internacional, siento ciertos escrpulos de haber contribudo, con el
+folleto que publiqu pocos das ha, promover la cuestin de alianzas,
+que muchos peridicos tratan ahora. Esto me induce comentar lo que ya
+dije, fin de que, sino tiene usted inconveniente, me favorezca
+publicando esta carta, aunque impugne luego su contenido.
+
+Lamentbame yo de que Espaa, en la presente ocasin de apuros y
+peligros, estuviese aislada: pero mi lamento no implicaba oposicin
+determinado partido hombre poltico. No iba contra nadie: iba contra
+todos. Y por otra parte, como los aliados y los amigos no se buscan ni
+se ganan en el momento en que se necesitan, sino que se tienen
+prevencin y de antemano, tambin estuvo muy lejos de mi mente, y lo
+hubiera estado, aunque mi insignificancia no lo estorbase, el aconsejar
+al Gobierno actual que buscara depriesa y corriendo lo que antes de l,
+desde hace ya medio siglo, nadie haba buscado.
+
+Limitada as la intencin que tuve al hablar de alianzas, sigo
+sosteniendo, sin que _La poca_ me convenza de lo contrario, que las
+alianzas son buenas y que sin alianzas nada til importante se ha
+conseguido en el mundo, desde que Hiran y Salomn se aliaron, hasta el
+da de hoy. Cuando Salomn, que era sapientsimo, buscaba alianzas, no
+ser el buscarlas tan gran disparate. Sin la que contrajo, ni l hubiera
+construdo el admirable templo de Jerusaln, ni desde Aziongaber hubiera
+enviado Ofir sus naves para que volviesen cargadas de marfil y
+sndalo, oro y perlas, perfumes, especias, papagayos y otros mil
+primores. Y prescindiendo de ejemplos vetustos, hay uno muy reciente que
+muestra cun fecundas en bienes son las alianzas urdidas con arte. Si
+consideramos lo que ha ganado el Piamonte desde Novara hasta el da, nos
+asombramos como del milagro ms pasmoso. El pequeo sacrificio de enviar
+cuarenta mil hombres Crimea, y ms tarde el sacrificio algo mayor de
+ayudar Prusia y de sufrir por mar una derrota en Lysa y por tierra
+otra en Custozza, han valido al Piamonte, primero el Milanesado y
+despus el Vneto; que nadie se oponga que arroje de Sicilia, de
+Npoles, de Toscana y de otros Estados sus soberanos legtimos; que,
+pesar del enojo de muchos millones de catlicos, despoje al Papa de su
+poder temporal, y que constituya la unidad de Italia, que pareca sueo.
+Pedir ms sera gollera; sera imitar aquel monarca aprovechadsimo
+que peda y alcanzaba tantas cosas por medio de su hijo, casado con el
+hada Paraban, hermana del rey de los genios, que el rey de los genios
+se hart al verle tan exigente y pedigeo, y le aplast descargando
+sobre l su tremenda clava. La habilidad, por grande que sea, tiene su
+limite, sobre todo cuando no hay en ella magia hechizo. Y magia sera,
+si por virtud de la triple alianza diese Italia tambin cima y dichoso
+remate sus tal vez prematuras empresas en remotos pases.
+
+La de Saavedra Fajardo, que cita _La poca_, y el texto latino de cierta
+fbula de Fedro, que todos sabemos, lo nico que prueban es que
+cualquier obra de alguna transcendencia, como no se haga bien, lo mejor
+es que no se haga. Sin duda que hay peligro en aventurarse, pero quien
+no se aventura no pasa la mar.
+
+Nosotros, los espaoles, desde hace aos pecamos de desconfiados y
+formamos de nosotros mismos muy pobre concepto. Pensamos y decimos sin
+irona ni broma algo parecido lo que por chiste o yo decir una vez al
+Sr. D. Antonio Cnovas con general regocijo de cuantos le escuchaban.
+Deca que l se haba venido de Mlaga huyendo porque all todos le
+engaaban trataban de engaarle. Espaa, con la mayor formalidad, est
+diciendo y haciendo lo mismo: huye del trato y familiaridad de todas las
+potencias de Europa por temor de que la engaen.
+
+Mientras ms lo recapacito, mejor noto que la desconfianza que nos
+arrastra al retraimiento y al separatismo est en nosotros muy arraigada
+y conviene librarnos de ella. Por esta desconfianza echamos los judos
+y los moriscos; por esta desconfianza se rompi nuestra unin con
+Portugal, y al romperla perdi Portugal lo mejor de su imperio en la
+India; por esta desconfianza estuvo punto de separarse de nosotros
+Catalua; en parte, por esta desconfianza se han emancipado
+prematuramente todas las colonias espaolas del continente americano; y
+por esta desconfianza brotan hoy ominosos chispazos de regionalismo, ya
+en la misma Catalua, ya en las provincias vascongadas, ya en Galicia.
+
+Claro est que los negros y mulatos de la clase ms ruda y humilde que
+hay en Cuba entre los rebeldes, estn all por merodear; que los
+aventureros de pases extraos estn para ganar importancia y dinero en
+la contienda; y que algunos ambiciosos, nacidos en la propia tierra,
+estn porque suean con ser ministros presidentes de la Repblica
+futura; pero si hay cubanos de arraigo y buena f que conspiren luchen
+contra Espaa y anhelen la independencia de Cuba, esa desconfianza
+secular, ese vicio inveterado del separatismo, es quien los mueve. Y es
+tan pernicioso para ellos el movimiento, que si Espaa no logra pararle,
+los llevar al suicidio colectivo, gemir bajo el yugo de un
+presidente de un emperador negro la desaparicin en la isla, de su
+lengua y de su casta, cuando toda, si triunfan, sea _yankee_, dentro de
+poco.
+
+A fin de impedirlo, sacrifica hoy Espaa sus hombres y su dinero. Y no
+es el inters quien la impulsa, sino una obligacin sagrada. No podemos
+consentir en que retroceda la barbarie lo que durante cuatro siglos
+hemos cuidado con amor y cultivado con esmero, ni podemos consentir en
+que desaparezcan de Cuba los hombres de nuestra lengua y casta, por
+ingratos y discolos que sean, para que se extiendan y dominen en ella
+los anglo-americanos.
+
+De esperar es que nos saquen airosos de este empeo la constancia
+patritica de la nacin y el valor de nuestros soldados. De esperar es
+que se evite el conflicto con los Estados Unidos, donde, aunque
+proclamen la beligerancia, tal vez no se atrevan intervenir mano
+armada en favor de los insurrectos. Y de esperar es, en ltimo extremo,
+que si los Estados Unidos intervienen, contra razn y derecho, se
+interpongan las grandes potencias europeas y no permitan, una guerra
+injusta y terrible, el violento despojo de lo que nos pertenece,
+apoderndose la gran Repblica de la llave del seno mexicano, por donde
+ha de abrir el camino que ponga en comunicacin los dos grandes mares.
+Tales son las esperanzas que podemos tener. Con ellas debemos
+contentarnos, aunque no sean muy seguras. Ya no es tiempo de buscar
+alianzas. Solos estamos en el gran conflicto, y con nuestra propia
+energa tendremos que salir de l, si en los Estados Unidos no ceden,
+pues al cabo la mayora de aquel pueblo no es como Shermann, Mrgan y
+Mills, si las grandes potencias europeas, movidas por el propio
+inters, no nos prestan apoyo.
+
+Pero si Espaa hubiese contado con amistades y alianzas y no hubiese
+estado tan sola, no hubiera tenido que aguardar hasta el ltimo extremo;
+hubiera inspirado ms respeto en Washington, y no hubiera tenido que
+ceder tantas humillantes injustas reclamaciones y que pagar tanta
+indemnizacin con longanimidad lastimosa y que sufrir con paciencia
+tanto vejamen y tantos vituperios de senadores y diputados _yankees_.
+Estos, de seguro, jams se hubieran atrevido despotricarse tan
+ferozmente si Espaa hubiese estado ms enlazada y sostenida en el
+concierto de las naciones civilizadas de Europa.
+
+En mi sentir, pues, las alianzas no solo son convenientes, sino
+indispensables para Espaa, que tiene an, y no puede menos de tener,
+tanto que conservar y tanto que aspirar, si no se arroja en el surco y
+se declara muerta y prescinde de su historia.
+
+_La poca_ citaba contra las alianzas Saavedra Fajardo. Yo citar en
+favor de ellas otro poltico de ms fuste y recmara: al propio
+Nicols Machiavelli. Precisamente en el captulo XXI, donde explica cmo
+se ha de gobernar un prncipe para conquistar reputacin, y donde hace
+tan hermoso elogio de Fernando de Aragn, marido de Isabel la Catlica,
+ quien declara _por fama y por gloria el primer rey entre los
+cristianos_, se decide en favor de las alianzas, diciendo que un
+prncipe no es estimado sino cuando es verdadero amigo verdadero
+enemigo; que el descubrirse es ms til que el quedarse neutral, y que
+el prncipe irresoluto, cuando, por huir compromisos y peligros, sigue
+el camino de la neutralidad, las ms veces se hunde en vergonzosa ruina,
+teniendo que salir de la neutralidad por fuerza y no de grado.
+
+Como ya he dicho que las alianzas convienen y hasta son indispensables,
+quisiera decir tambin de qu suerte me parece que deben buscarse y
+celebrarse; pero como hoy me he extendido mucho, lo dejo para otro da,
+si no fatigo los lectores de _El Liberal_ con nueva carta.
+
+
+II
+
+_Sr. Director de El Liberal._
+
+Mi distinguido amigo: En cuestin de alianzas tal vez sera lo mejor,
+despus de afirmar que convienen, abstenerse de decir con quin y cmo.
+Los usos diplomticos prescriben no hablar de tales conciertos hasta
+despus de ya celebrados. Pero, pesar de todo, me parece que no hay
+imprudencia ni falta de sigilo en que alguien, como yo, que est
+alejadsimo del poder pblico y de todo centro oficial, y que no
+compromete nadie ni se compromete, diga sobre el asunto lo que se le
+antoje. Lo que yo pienso decir, adems, no puede ofender ninguna
+nacin. Y no porque yo me valga de rodeos y perfrasis, sino porque
+quizs causa de mi optimismo y de mi indulgencia afectuosa, apenas
+condeno nadie y hallo disculpa para todo.
+
+Triste cosa es que, al llegar casi su trmino el siglo XIX, llamado de
+las luces, la humanidad haya adelantado tan poco, moral y polticamente,
+que, en el mismo centro de su ms alta civilizacin, todos los hombres
+capaces de empuar las armas anden cargados con ellas, haciendo el
+ejercicio, reuniendo con grandes gastos los ms eficaces medios de
+destruccin, aprendiendo matar y perdiendo en maniobras, revistas y
+paradas el tiempo que pudieran emplear en divertirse en producir cosas
+tiles y agradables, y tenindose de continuo unos otros en jaque y
+alerta; pero esto no tiene remedio y no hay para qu censurarlo.
+
+Muy costosa es la paz armada, pero ms costosa y terrible sera una
+nueva guerra europea. Dios quiera, pues, que no la haya, y que, pasando
+aos, se harten las grandes potencias de consumir dinero y de convertir
+ todos sus ciudadanos en soldados, y se decidan deponer las armas.
+
+Por ahora, y sabe Dios hasta cundo, la amenaza de guerra es constante,
+y en vez de ser segura la paz en la tierra los hombres de buena
+voluntad, estamos amenazados siempre de una estupenda y colosal
+conflagracin belicosa, en que luchen por un lado Alemania, Austria
+Italia, y por otro Francia, tal vez auxiliada por Rusia.
+
+Si por desgracia llegara este caso qu le convendra hacer Espaa?
+Los alemanes no nos han hecho ni bien ni mal; de los italianos no
+tenemos agravios que vengar y los queremos bien, salvo algunas damas
+elegantes y devotas y cierto nmero de catlicos muy fervorosos, que
+desean que se lleve el diablo aquella monarqua para que recobre el
+Padre Santo su poder temporal, y con Austria estuvimos unidos por lazos
+dinsticos en la mejor poca de nuestra historia, hemos vuelto estarlo
+en el da, y aun yo creo posible y conveniente que se aumenten estos
+lazos. Nada tendramos que ganar con hacer la guerra la Triple
+Alianza; pero como tambin sera duro pelear contra nuestros simpticos
+vecinos los franceses, amables difundidores por el mundo de las letras
+amenas y de las artes elegantes y deleitosas, lo mejor y lo ms cmodo
+sera permanecer neutrales, pesar de lo que he citado de Machiavelli.
+Este gran poltico hablaba en muy distintas circunstancias, para muy
+otra edad del mundo, y siempre con la mira de libertar Italia de los
+que l llamaba brbaros, cuyo yugo le apestaba, sin que hubiese
+atrocidad, crimen ni peligrosa aventura que para sacudir aquel
+hediondo yugo no excitase l su _Prncipe_.
+
+Nosotros tenemos tambin que sacudir algo modo de yugo, que no me
+atrevo condenar ni por de brbaros ni por hediondo; pero que s
+calificar de pesado y de vergonzoso, y que nos convertir en
+Nacin-Job, si hemos de seguir sufrindole. Ya se entiende que este
+yugo es el que en Cuba nos imponen los _yankees_, porque sin el favor,
+amparo y aliento que dan los que se rebelan, y sin la mengua de
+autoridad que nos causan, y sin el descrdito que vierten sobre
+nosotros, pidindonos cuenta de todo, como si fueran nuestros jueces, y
+sin la facilidad con que convierten en ciudadanos de su gran Repblica
+nuestros ms acrrimos enemigos, renegados de su casta, obligndonos
+darles dinero en vez de fusilarlos de enviarlos presidio, es casi
+seguro que en Cuba no habra insurreccin y es seguro que no sera ni
+con mucho tan importante y duradera como es hoy. Lo milagroso es que en
+vista de las ventajas que ofrece los insurrectos la descarada
+proteccin de los Estados Unidos, no acudan Cuba combatirnos todos
+los aventureros sin patria y toda la gente perdida que hay en el mundo.
+
+No creo yo, sin embargo, que el mejor camino para libertarnos del yugo
+mencionado sera salir de la neutralidad en una posible guerra europea.
+La neutralidad nos conviene; pero, fin de que sea respetada y no se
+encierre en egosmo estril, importara concertarnos, para este fin
+solo, con alguna gran potencia que no estuviese comprometida ni en favor
+de Francia ni en favor de Alemania. Este nuevo grupo, de que pudiramos
+formar parte, no slo nos valdra para que nos respetasen durante la
+guerra, sino tal vez para contribuir la conservacin restauracin de
+la paz, y no slo nos valdra para que el vencedor no nos atase al
+carro de su triunfo, sino tambin para concurrir moderar las
+exigencias del que hubiese obtenido la victoria, y restablecer, en lo
+posible, el equilibrio de las fuerzas.
+
+Otro es el camino que para remediar el mal estado de nuestras relaciones
+con la gran Repblica nos hubiese convenido nos conviene seguir: haber
+buscado tiempo aliados y amigos buscarlos en lo venidero, si ahora,
+sola y abandonada como est Espaa, logra conjurar la tormenta salir
+de ella salva.
+
+Lo que nos pasa con los Estados Unidos, cuya independencia y formacin
+contribumos un poco, se parece la ms desventurada aventura de Simbad
+el Marino, que aup sobre sus hombros al endiablado vejete para que
+cogiera los frutos en los hermosos rboles de su frtil isla, y el
+vejete endiablado no quera luego apearse, y segua montado en Simbad,
+insultndole y procurando ahogarle para mostrar su agradecimiento.
+
+A fin de quitarnos de encima tan insufrible carga, no hubiera sido
+conveniente, no lo sera en lo futuro, ganar la voluntad de las
+primeras potencias coloniales de Europa, celebrar tratos y concertarse
+de algn modo con ellas? Cualquiera promesa, cualquiera sacrificio que
+hicisemos, sera mucho menor que los sacrificios que estamos haciendo
+hoy y que tendremos que hacer en adelante.
+
+A un concierto, un Tratado de alianza, exclusivamente para asuntos
+coloniales de Ultramar, no creo yo que se negasen, si se negociaba
+bien, ni Francia, ni Inglaterra, ni Holanda. Espaa ha sido la primera
+nacin colonizadora del mundo; todava, pesar de su decadencia, es la
+tercera la cuarta, y no la desdearan como intil peso, y de algo
+podra servir sus ms poderosos aliados, que tambin pueden hallarse
+en ocasiones de empeo y de peligro, y necesitar entonces al menos
+tener por provechoso el auxilio nuestro.
+
+Si no lo recuerdo mal, de algo vali Espaa los franceses no hace
+mucho tiempo, cuando, para vengar nuestros misioneros mrtires,
+ayudamos gratis y con las armas crear una Francia amarilla en el
+extremo Oriente. Quin duda de que an podramos servir y valer
+franceses, ingleses y holandeses, en otras semejantes empresas en
+casos y lances de mayor importancia, sobre todo si ellos nos ayudaban
+quitarnos de encima el ingrato estorbo de que hemos hablado y que tan
+sin piedad y tan sin conciencia nos abruma?
+
+Tendra esto adems la ventaja de que los _politicians_ extraviados y
+los senadores _farwestinos_ y _cincinatescos_, al vernos en tan buena
+compaa, arrojasen de sus cerebros el fesimo y bellaco concepto que
+los _sabios_ y _catedrticos yankees_ les han hecho formar de Espaa,
+considerndola, por su aficin las corridas de toros y al Santo
+Oficio, Nacin Calgula-Torquemada, como la llama Clarence King, y, por
+haber destruido, segn Draper, no s cuntas civilizaciones, podrido
+esqueleto entre las naciones vivas y prueba terrible de la justicia de
+Dios, que no quiere dejar sin ejemplar castigo nuestras ferocidades y
+nuestros crmenes.
+
+En fin, tal vez lograramos as que no apareciese Espaa los ojos de
+los _yankees_ como un tirano difunto, en el que se pueden cebar sin gran
+peligro, como un tirano cachazudo y sufrido, semejante los tiranos
+de las tragedias de Alfieri, que estn, durante los cinco actos, oyendo
+y aguantando las ms desaforadas desvergenzas, si bien acaban por
+perder los estribos y por hacer una barrabasada. Tal vez as se
+conseguira tambin que no se le antojase en Washington ningn senador
+remedar Catn Censorino y, en vez de llevar higos en un pliegue de la
+toga y de exclamar _delenda est Carthago_, llevar en un faldn de la
+levita azcar mascabada catite, y exclamar: _delenda est Hispania_.
+
+Y aqu pongo trmino esta prolija carta, prometiendo no escribir la
+tercera, pues basta con lo dicho.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+TEATRO LIBRE
+
+
+ _Sr. Director de Los Lunes de El Imparcial._
+
+Muy seor mo y amigo: Me pide usted mi parecer sobre si conviene que
+haya un _Teatro libre_ _independiente_, y sobre varios puntos que con
+esta primera cuestin se relacionan.
+
+Muchsimo tengo yo que decir, pero, como usted me excita ser breve por
+el poco espacio de que se puede disponer en el peridico, slo dir algo
+de lo mucho que se me ocurre, y procurar decirlo en compendio.
+
+A mi ver, en Espaa el teatro tiene toda la libertad y toda la
+independencia que necesita. Yo aplaudo que las tenga, pero no comprendo
+ni pido ms.
+
+Los lmites de la libertad mencionada son principalmente dos, que en
+manera alguna deseo yo que se traspasen. Uno de ellos es el que sealan
+la moral, la decencia y el decoro. Fija y traza el otro lmite el gusto
+del pblico, contra el cual es intil y peligrosa la lucha. El pblico
+paga y oye, aplaude silba, y en los espectculos es juez inapelable, y
+rbitro soberano. En novelas, en poesa lrica, en libros de filosofa,
+de historia y de otros asuntos, puede un autor prescindir de la
+corrupcin literaria de su tiempo, de la rudeza y del corto saber de sus
+contemporneos y de sus tonteras y extravagancias, y componer su obra
+para un pblico eterno; para que la posteridad la aplauda, hacindole
+justicia: para que gente ms instruda y estticamente mejor educada le
+comprenda y le admire, all en los siglos que estn por venir, bien
+para que en el da un cortsimo nmero de personas discretas, refinadas
+y doctas, se deleiten leyndole y saboreando todos los primores de fondo
+y de forma que hay en su produccin literaria, convirtindola para el
+vulgo profano en _el libro de los siete sellos_.
+
+El autor dramtico, y en esto se parece al orador, no puede, ni debe ser
+as. Es menester que su espritu est en intima y constante comunicacin
+con el espritu de un pblico numeroso: que l y dicho pblico se
+comprendan y se compenetren. Slo de esta suerte puede haber autores
+dramticos. Los que de otra suerte escriban, podrn ser todo lo que
+quieran menos tales autores.
+
+Infirese de lo expuesto que la libertad del teatro tiene por limite la
+voluntad y el entendimiento del vulgo. Ya ms all no sera libertad
+sino delirio. Yo no me explico que se funde un _Teatro libre_ para ir
+ms all. Si el pblico tiene un gusto exquisito y un entendimiento
+cultivado y un juicio seguro, no hay teatro en Madrid, ni en toda
+Espaa, que no sea libre independiente y que no tenga completa
+seguridad de ganar honra y provecho, dando las ms atrevidas
+representaciones, y, siendo stas buenas, ms aplausos y ms dinero
+ganar mientras ms originales sean, y ms inauditas y ms fuera de los
+caminos trillados.
+
+Justo es advertir que el prurito de originalidad, el engreimiento necio
+del que cree pensar y decir cosas profundas, y la mana de reformarlo
+todo y de resolver en cuatro coplas los ms obscuros problemas sociales,
+religiosos polticos pueden seducir los autores dramticos que tal
+vez no han estudiado ni meditado nada que los habilite para la
+resolucin de semejantes problemas, y pueden llevarlos componer un
+tejido de vulgaridades y zanguangadas, crear caracteres falsos y
+imaginar una accin absurda y sin inters, que sea como el hilo donde
+ensarten sus insulsos inaguantables sermones. Despus, si el pblico
+se aburre de orlos y no los aguanta, el autor dir tal vez que el
+pblico es atrasado indocto. Y si el pblico los aguanta y los
+aplaude, por aquello de que
+
+ _Un sot trouve toujours un plus sot qui l'admire,_
+
+el mal ser mayor; pero en ninguno de ambos casos veo yo que el teatro
+libre independiente que trata de fundarse valga como remedio.
+
+Por otra parte, yo noto inmenso cmulo de dificultades para la creacin
+del _teatro libre_, en mi sentir intil. Mas bien le comprendo como
+_teatro normal_ como _teatro modelo_ que como _teatro libre_. El
+_teatro libre_, en virtud de su misma libertad, buscar por todos los
+caminos modo de agradar y de entusiasmar al pblico y de obtener de l
+aplausos y entradas. As son el Teatro Espaol, la Comedia, Lara, Apolo
+y la Zarzuela. Todos, mi ver, son teatros libres. No se puede pedir
+mayor libertad sin incurrir en desatino.
+
+Luego lo que quiere fundarse no es un teatro libre, sino un teatro
+_normal_ _modelo_, donde se procure ilustrar al pblico, aguzar su
+facultad esttica, abrir para l nuevos horizontes y moverle que
+aplauda, ya antiguas obras maestras que hoy desdea olvida, ya nuevas
+obras, vaciadas en moldes nunca empleados hasta el da.
+
+A fin de que este teatro, y permtaseme lo pomposo de la frase,
+cumpliese con su misin, sera indispensable que tuviese una junta
+directiva. Y como esta junta tendra su criterio y querra y debera
+imponerle, resultara que el _teatro libre_ sera el menos libre de
+todos los teatros.
+
+Supongamos que ya existe, y supongamos tambin que yo soy un autor
+dramtico que aspira darse conocer y ofrece una obra suya. Las
+empresas de la mayor parte de los teatros deben considerarse como
+meramente mercantiles. Si rechazan la obra que yo presento, no habr en
+ello, literariamente, ni agravio, ni sentencia, ora sea injusta, ora
+justa, que me desaliente humille. Las empresas no fallan
+literariamente contra mi obra, slo dicen, con acierto sin l, que no
+es aquello lo que pide el mercado y que no deben aceptarlo, porque no
+tendr buena salida y ser mal negocio. Pero si en el teatro, mal
+llamado libre, que trata de fundarse, la junta directiva desecha mi
+obra, al desecharla, aunque afirme que no es tal su intencin,
+literariamente me condena, empezando por someterme un tribunal
+literario y preceptos y reglas en cuya virtud ese tribunal juzga y
+sentencia.
+
+Es, pues, evidente que el tal _teatro libre_ ser el menos libre de
+todos; ser un alto magisterio, un tribunal supremo, un directorio
+iniciador y propagador del buen gusto en lo tocante poesa dramtica;
+en fin, ser todo lo que se quiera menos un teatro libre. Los teatros
+libres son los que ahora hay.
+
+Lo dicho hasta aqu contra el falso teatro libre no impide que desee yo,
+como el que ms, que tengamos en Madrid un _teatro modelo_, con cuantas
+condiciones y requisitos sean convenientes para representar bien toda
+clase de dramas.
+
+Antes de explicar de qu suerte me alegrara yo de que se fundase este
+teatro, voy hacer algunas declaraciones.
+
+Primeramente, yo no creo que la produccin dramtica espaola en el da
+sea inferior, ni por calidad ni por cantidad, la de ninguna otra
+nacin del mundo. Slo Francia compite con nosotros, y en sentir de
+muchos, aunque no en el mo, nos vence.
+
+Es la segunda declaracin que ningn gnero de trabajo literario est en
+Espaa mejor retribuido que el del dramaturgo. Y por esto, y por
+entender yo que para que una literatura sea espontnea y natural,
+importa que slo tenga al pblico por Mecenas, ni pido ni quiero
+proteccin y auxilio del Gobierno para los que escriben dramas.
+
+Es la tercera declaracin que nuestros actores no me parecen tan malos
+como asegura la gente, llevada de la mana, hoy muy en moda, de rebajar
+y hasta de denigrar todo lo nuestro, como si fusemos la nacin ms
+desventurada y ms decada de la tierra.
+
+Poseyendo, pues, como sin duda poseemos, autores y actores, lo que
+principalmente nos falta es una empresa que pague sin tacaera ni
+apuros los artistas y hasta asegure su porvenir y la materialidad de
+un teatro muy elegante, lujoso y rico en decoraciones, trajes y
+maquinaria. Si un prncipe poderoso, si un banquero si varios
+capitalistas, si una compaa por acciones, fundase este teatro, yo
+doy por cierto que mereceran aplauso y gratitud de la patria y que no
+perderan su dinero, porque, si bien no hay mucho en Espaa, la gente es
+esplndida, gusta de divertirse, y el teatro modelo, de lujo, como
+queramos llamarle, estara lleno siempre.
+
+Como tengo an muchsimo que decir sobre este asunto y usted recomienda
+la brevedad, y yo no atino con ella, he guardado esta carta, escrita
+desde hace das, sin atreverme enviarsela usted y casi desistiendo
+ya de envirsela. Ahora estoy de otro humor y se la envo, en la
+inteligencia de que la carta tendr cola, mejor dicho, ser como
+cereza en la que se enredan otras por el cabo y la siguen. A esta carta
+seguirn otras dos. Si pesar de la inevitable condicin que pongo no
+teme usted que yo peque de prolijo, inserte mi carta en su apreciable
+peridico y crea que se lo agradecer.
+
+
+II
+
+Muy Sr. mo y amigo: Ya dije V. que no quiero ni comprendo el teatro
+libre sea ms libre que los teatros que hay ahora en Espaa. Esto no
+se opone que yo quiera y desee un teatro normal modelo. Y como dicho
+teatro ha de estar en algn punto y no le hemos de fundar en Ovejo, en
+Churriana en la Madroera, lo natural y razonable ser fundarle en
+Madrid, sin hacer caso de la ruin y disparatada envidia del
+regionalismo.
+
+Aqu se me ocurre algo que me atrevo llamar antinomia y que no puede
+menos de motivar una digresin inevitable aunque prolija. Ojal que no
+sea cansada. Mil y mil veces he sostenido que la literatura, sobre todo
+la amena, si ha de ser natural y espontnea y no artificiosa y criada en
+invernculo, conviene que slo tenga por Mecenas al pblico que la lea,
+la pague, la comprenda y la inspire. Nada de proteccin por parte de
+principes y de gobiernos para novelistas y poetas. Alfieri compuso un
+elocuente y hermoso libro sosteniendo esta tesis y yo le he aprobado y
+aplaudido. Pero aqu surge la antinomia. Tratar de explicarla.
+
+Yo creo pie juntillas en el progreso indefinido. El trmino ideal de
+este progreso es, en mi concepto, individualista.
+
+El linaje humano, constituido en sociedad, puede adelantar tanto en el
+camino de la perfeccin que casi sin casi no necesite gobierno. En la
+meta de su carrera triunfante coloco yo, en mis sueos dorados, una
+pacfica y deliciosa anarqua. El inters de los particulares, la
+iniciativa y los bros de asociaciones libres procurarn hacer y
+conservar caminos y canales, llevar las cartas, cuidar de telgrafos, de
+telfonos y de cuanto ms tarde se invente, y fundar y sostener escuelas
+donde cada cual ensee lo que ms verdadero, til bonito le parezca.
+Y, como progresaremos tanto que los hombres, segn determina la
+Constitucin de 1812, sern todos justos y benficos, los tribunales y
+los jueces estarn de sobra. El orden pblico ser tan primoroso
+inalterable que no ser menester fuerza armada que le conserve. Y como
+las naciones no seguirn amenazndose y tratando de saquearse unas
+otras, sobrevendr la paz perpetua y se suprimirn el ejrcito y la
+marina nacional, tan costosos en el da. De aqu que el gobierno no
+servir para nada, y los pueblos, por evolucin y no por revolucin,
+pacfica y no tumultuosamente, los obligarn que se jubilen. Tal es
+el risueo porvenir que yo me finjo, pero no he de negar qu est muy
+remoto. Todo es relativo, segn decia D. Hermgenes. Los sabios modernos
+dan millones de aos de existencia este mundo en que vivimos. La vida,
+el _protoplasma_, la _monera_, como queramos llamarlo, apareci
+tambin mucho tiempo ha. Y el hombre, valindose ya de la palabra, con
+organizacin social, y hasta fundando reinos, imperios y repblicas,
+vive, si hemos de creer sabios profundos, hace veintisis mil aos.
+Por aquel entonces, afirma Rodier, como si lo hubiera visto, que los
+arios se disputaron, se dispersaron y se dividieron en indios, iranios y
+otros pueblos, de quienes proceden las ms nobles naciones de Europa.
+
+Aceptado lo dicho, resulta que la humanidad es ya muy vieja, y con todo,
+yo he leido en un libro de otro sabio ms profundo an, esta sentencia
+que me ha dejado turulato:
+
+_La humanidad, considerada en su vida colectiva, no ha nacido an._
+
+El sabio echa despus sus cuentas, se mete en muy ingeniosas honduras, y
+averigua, determina y declara la poca en que la humanidad empezar
+nacer. Ser, sobre poco ms menos, dentro de catorce mil y seiscientos
+aos. Me parece que en perodo tan amplio bien puedo yo estirar y
+extender con holgura mis esperanzas hasta su completsimo logro en la
+anarqua de que he hablado. Suponiendo ahora que con el andar de los
+siglos subimos tan gloriosa cumbre y alcanzamos tamaa ventura,
+todavia no me explico que, suprimidos los gobiernos segn son y se
+conciben hoy, no haya y persistan rganos directores de esa humanidad
+colectiva que nace y de cada una de las diferentes naciones, que han de
+permanecer separadas y distintas, fin de que la monotona y la
+uniformidad no aburran los hombres y no los impulse ahorcarse.
+
+Imaginmonos llegados la perfeccin en cuanto cabe en lo humano. No
+necesitaremos gobierno que ampare y reprima porque la paz y la seguridad
+sern completas, ni que nos haga ferrocarriles, carreteras y otros
+medios de comunicacin ms ingeniosos que en lo venidero se inventen,
+porque nosotros lo haremos, ni que procure nuestro bienestar material,
+porque le procuraremos nosotros, ni que nos ensee en sus escuelas
+pblicas, porque cada uno de nosotros ensear y aprender lo que se le
+antoje.
+
+Y sin embargo, hasta dentro de esta soada perfeccin, sera ineludible
+el rgano de que hemos hablado: un gobierno por otro estilo, pero al fin
+un gobierno. Compongmosle, pues, de un Gran Metafsico, como en la
+Ciudad del Sol de Campanella, el cual convendra que fuese un rey
+hereditario, separado secularmente del vulgo, para que tuviese majestad
+y careciese de una larga parentela ordinaria cursi, y asesorado este
+rey gran metafsico de un consejo asamblea de varones doctos
+elegidos por el pueblo.
+
+El ministerio oficio de este supremo directorio haba de ser ordenar
+las manifestaciones del espritu colectivo, sin el cual la nacin se
+desmenuzara y no sera nacin, sino conjunto material, inarmnico y
+deforme de individuos que en lo tocante la comunin de los espritus
+quedaran aislados, y no con vida sino con muerte colectiva.
+
+Infirese de todo que, hasta en un ideal inasequible slo asequible
+dentro de ciento cuarenta y seis siglos, y ya por dicha desgobernados
+los hombres en cuanto importa su inters material, no podran menos de
+tener un directorio que diese unidad y que ordenase las apariciones,
+epifanas muestras constantes del Genio de la nacin, que no muere ni
+puede morir sin que la nacin muera. Por consiguiente, el rgano,
+vicario delegado de este Genio, exento ya de cuidados materiales, sin
+armas para defenderse y ofender, slo se empleara en las cosas del
+espritu y stas seran de dos clases esencialsimas.
+
+Claro est que yo, que soy tan fervoroso amante de la libertad y tan
+firme creyente en ella, no puedo suponer que entonces no la tuviese
+completa cada individuo para pensar y decir de Dios lo que mejor le
+pareciese y para adorarle y darle culto su manera. Pero la religin es
+de dos modos. Por uno de ellos, ms profundo y ms ntimo, pero menos
+solemne, cada alma humana se pone en relacin con su Hacedor y le busca,
+y tal vez le halla y hasta consigue unirse con l por inefable
+misterio. Por el otro modo, ms solemne y excelso, y en mi sentir
+ineludible, porque sin l lo ms grandioso y bello de la existencia
+desaparecera, la muchedumbre de los seres humanos concordes todos, y
+por bajo de ella cada nacin separadamente, deben adorar Dios y tener
+su culto, sus sacerdotes, sus templos y sus ceremonias y pompas
+religiosas.
+
+Aun supuesta la religin catlica cosmopolita, ser, valindonos del
+smil de un gran poeta, como la luz, que suscita diferentes colores en
+los diferentes objetos en que se posa. De aqu que la religin, aun
+siendo universal y nica en su esencia, ha de tener en cada pueblo
+aspecto distinto en los accidentes y en la forma.
+
+Importa, pues, aunque lleguemos la perfecta anarqua de mi sueo, que
+haya una religin del Estado en que aparezcan y den razn de s la idea
+y el sentimiento colectivos del Genio nacional, y que haya una direccin
+para esto, direccin nacional que deber ponerse y conservarse en
+perfecta concordancia con el centro directivo y superior religioso, en
+lo que tiene la religin de universal de catlica.
+
+Y vea Vd. por donde, hasta realizada ya mi deliciosa anarqua, dejo yo
+en pie reconstituyo sobre ms hondas bases y firmes cimientos uno
+modo de ministerio de cultos, con Concordatos y todo, y hasta con un
+seminario Universidad catlica central, donde se ensee
+fundamentalmente la teologa del Genio nacional, las creencias
+religiosas, metafsicas y morales del espritu colectivo.
+
+La otra epifana manifestacin constante y gloriosa del Genio de la
+nacin es el arte. Y del arte, el teatro es lo ms sinttico y acabado.
+En l concurren y presiden Apolo y todo el coro de las Musas. La Poesa
+se alza en el centro como reina, y en torno de ella, acatndola,
+sirvindola y cuidando de su ornato y alto decoro, han de estar la
+Msica, la Danza, la Pintura, la Arquitectura y la Indumentaria.
+
+Si es menester que la nacin, como nacin, rinda culto la verdad, que
+en su ms alto punto es la religiosa, tambin es menester que rinda
+culto, colectivo y unnime, la belleza, la cual, all en lo sumo, es
+atributo divino. As, pues, aun en mi anarqua, es ineludible otro
+ministerio al lado del de cultos: el ministerio del teatro y de las
+otras pompas, espectculos, procesiones y ceremonias nacionales
+profanas.
+
+Ahora bien; cuando sin gobierno material, sino ya slo con una sombra de
+gobierno con gobierno-espritu, requiere la misma esencia de nuestro
+ser colectivo humano que haya un teatro que el Estado sostenga, no veo
+yo contradiccin, pesar de todo mi individualismo, en que, en esta
+poca atrasadsima en que vivimos, haya tambin un teatro que el Estado
+sostenga y que sea el teatro normal modelo. Es cierto que pudiera
+fundarle y sostenerle un prncipe rico una asociacin de capitalistas,
+pero mejor y ms digno es que lo sostenga el Estado.
+
+Ya veremos por qu y cmo.
+
+Perdneme Vd. que sea tan difuso.
+
+
+III
+
+Muy seor mo y distinguido amigo: Ya anunci Vd. que tenia yo
+muchsimo que decir sobre la cuestin del llamado _Teatro libre_. No
+extrae, pues, que le dirija esta tercera carta, procurando que sea la
+ltima, si bien acaso no lo consiga. No una serie de breves artculos,
+sino una obra en dos tres gruesos tomos pudiera escribirse sobre la
+cuestin mencionada.
+
+Cada cual tiene su modo de discurrir, y yo tambin tengo el mo. Suele
+ste consistir en presentar, de antemano, extremndolos, los argumentos
+ms poderosos que contra mi tesis pueden dirigirse, y en decir luego,
+_si licet in parvis magnis exemplibus uti_, lo que dicen que dijo
+Galileo: _e pur s muove_.
+
+De aqu, sin duda, que el ingenioso y agudo _Clarn_, lisonjendome
+mucho con sus generosas alabanzas, haya impugnado, no mi tesis, sino los
+argumentos que previamente present yo en contra de ella, fin de
+saltar luego por cima y desbaratarla. Fueron modo de obstculos que yo
+mismo puse para hacer ms lucida la carrera y que tuviese saltos y todo.
+_Clarn_ ha removido allanado los obstculos. Dios se lo pague. As mi
+carrera ser por lo llano: si menos lucida, ms fcil.
+
+El teatro, repito, es hoy, libre en Espaa, y no puede ni debe serlo
+ms. Lo que importa, por consiguiente, es establecer un teatro _normal_
+ _modelo_. _Clarn_ mismo se ha encargado de refutar no pocos de los
+argumentos que se ofrecen en contra. Estoy de acuerdo con l: mejor es
+someterse al fallo de una junta directiva compuesta de los ms
+entendidos y reputados literatos, que no al capricho de un empresario,
+tal vez ignorante, y tal vez sujeto al influjo de envidiosos y
+aduladores que, hasta por no dar la cara, pueden dar, sin temor ni
+escrpulo, muy malos consejos.
+
+Con el beneplcito y auxilio de _Clarn_, establezco el teatro _normal_
+ _modelo_, y le establezco _en principio_, para lo cual nuestra
+voluntad basta y sobra, sin que tengamos necesidad de dinero, de lo
+que en cierto lenguaje picaresco se llama _caballo blanco_.
+
+A pesar de mi radical individualismo, he tratado de demostrar y creo
+haber demostrado que, hasta despus de llegar la deliciosa anarqua,
+trmino ideal de la perfeccin humana, conviene que persista algo modo
+de gobierno, el cual dirija y ordene las manifestaciones _epifanas_
+del Genio colectivo: que persistan un ministerio del culto y otro del
+teatro y dems ceremonias, pompas y fiestas nacionales profanas. As,
+sin contradiccin con mi individualismo, afirmo yo que el teatro
+_normal_ _modelo_, debe hoy, con ms razn que dentro de ciento
+cuarenta y seis siglos, cuando la humanidad colectiva nazca, ser
+sostenido por el Estado. Que le sostengan uno varios particulares
+ricos es menos plausible, menos posible y menos decoroso. Es menos
+plausible porque el particular los particulares se propondrn ganar
+dinero, como cada hijo de vecino, y entonces el teatro _normal_
+_modelo_ no lo ser en realidad, sino ser un teatro, peor mejor,
+_libre_, aunque sujeto una empresa particular como las dems que hay
+ahora. En el da no cabe esperar que salgan relucir magnates,
+prncipes, ediles rumbosos, como los que hubo en lo antiguo, que se
+gastaban millones de sestercios, ya para divertir y entusiasmar la
+plebe con esplndidos espectculos, ya para erigir grandiosos monumentos
+y hermosear su patria, como hicieron Heredes Atico y otros. Buenos
+andan los ediles de ahora para descolgarse con semejantes bizarras! Y
+si bien se mira, hasta los ediles de otros tiempos no solan ser
+desinteresados cuando se descolgaban con ellas, porque, se parecan
+aquel seor Robres del epigrama, que hizo los pobres antes de hacer el
+hospital, bien derrochaban el dinero para satisfacer la ambicin,
+ganndose el favor de la muchedumbre y comprando sus votos.
+
+Es poco plausible y es casi imposible que un particular varios
+sostengan el teatro _normal_, porque debe ser sostenido con
+desprendimiento y sin que piense ganar dinero ni nada quien gaste su
+dinero sostenindole. Y es adems menos decoroso que le sostengan
+particulares, porque el pueblo no ha menester, en el da, esta modo
+de limosna. Decidamos en virtud de todo lo dicho, que sea el Estado
+quien le sostenga, esto es, la nacin el pueblo mismo. La junta
+directiva y los actores, en vez de ser los asalariados de un particular,
+recibirn su salario de Estado, sea del pueblo, lo cual, mi ver, es
+ms digno y honroso.
+
+No recuerdo bien lo que dice _Clarn_ de que no quiere de que no pide
+lujo. Entendmonos. Si por lujo se entiende lo que yo entiendo, yo le
+quiero y le requiero. Y si ahora no le pido es porque sera pedir
+cotufas en el golfo, y porque con esta picara guerra de Cuba no est la
+Magdalena para tafetanes. Pero supongamos, y Dios nos oiga, que ya se
+acab la guerra de Cuba y que volvemos tener prosperidad y
+bienandanza. Esto supuesto, ya me tienen Vds. pidiendo el teatro
+_normal_ _modelo_, sostenido por el Estado, no para ganar, sino para
+perder anualmente, aunque el teatro est todas las noches de bote en
+bote, un milln de pesetas que iguale los ingresos con los gastos.
+
+El emperador de Austria, caballero muy cabal, de gusto delicado, con
+cuantiosas rentas propias, edil la antigua sin ambicionar ya nada, y
+si no Herodes hebreo, porque gusta de los nios y no los mata, nuevo
+Herodes Atico, porque hermosea Viena con monumentos magnficos, dicen
+que se gasta en el teatro ms de 500.000 florines al ao, lo cual sube
+por cima del referido milln de pesetas.
+
+Por qu, no el monarca, que como particular dista bastante de ser tan
+rico, sino el Estado cuando salga de guerras y de apuros, no ha de
+imitar aqu al emperador munfico de que voy hablando?
+
+En pocas cosas podra emplearse el dinero con mayor beneficio del buen
+gusto, de la general ilustracin y de la cultura.
+
+No es feo el teatro del Prncipe. Por esto, porque recuerda grandes
+triunfos literarios y artsticos, y por otras mil razones, debe
+conservarse, cuidarse y tenerle abierto siempre que se pueda, con buena
+compaa. Pero en la nacin que se jacta, sin pecar de vanidosa, de
+poseer la ms rica, original y sublime literatura dramtica, sin que se
+le adelanten Grecia, Inglaterra y Francia, pesar de Esquilo,
+Eurpides, Sfocles y Menandro, y pesar de Shakespeare, Corneille,
+Racine y Molire, es bastante monumento nacional de esta gloria, es
+digno templo de nuestra Melpmene y de nuestra Talia el antiguo y
+modesto Corral de la Pacheca, por muy corregido, repintado y revocado
+que le pongamos?
+
+Lo primero, por consiguiente, haba de ser erigir para teatro _normal y
+modelo_ un edificio grande y hermoso donde se luciesen el arquitecto de
+ms mrito y fama y nuestros ms valientes escultores en las estatuas y
+relieves que adornasen y magnificasen la fachada, los peristilos, los
+anchos prticos y las empinadas acroteras. Ya se entiende que este
+edificio haba de estar aislado, no empotrado entre casas como los
+pobres teatros que ahora tenemos, salvo el teatro Real, tan
+abominablemente feo en lo exterior, que harto bien merece estar
+empotrado.
+
+En fin, yo quisiera en Madrid un nuevo teatro Espaol, que fuese al
+teatro alemn de Viena (Hofburgtheater) lo que, en proporcin
+geomtrica, es la literatura dramtica espaola la literatura
+dramtica alemana.
+
+Construdo ya el teatro, sera menester dotarle de toda la maquinaria,
+decoraciones, trajes y dems riquezas y esplendores que en el de Viena
+hay y se lucen.
+
+Luego debera formarse una buena compaa de actores, igual y armnica,
+digmoslo as; esto es, que no hubiese uno dos actores buenos y hasta
+excelentes, siendo los dems malos medianos; sino que todos ellos
+compusiesen un bien concertado conjunto, y que asimismo no repugnase
+ninguno representar un papel que le pareciese de poca importancia
+lucimiento, sino que se sometiese al director y su severa disciplina.
+De esta suerte saldran bien representados todos los dramas, y el bueno
+parecera mejor, y el no muy bueno parecera tolerable.
+
+Otra cosa de que importara muchsimo que cuidase la junta directiva es
+de que el personal fuese muy guapo, en particular las mujeres. La
+educacin esttica de un pueblo no se forma ni se mejora, sino se
+corrompe y se vicia, manifestndole lo feo, lo inelegante, lo canijo, lo
+estropeado, lo ruin y lo plebeyo de la figura humana. As como la
+naturaleza influye en el arte, ya que Fidias y Praxiteles no hubieran
+esculpido las maravillosas imgenes de Jpiter, Minerva y Venus, si no
+hubieran tenido modelos de gran valer, as el arte influye en la
+naturaleza, porque las mujeres y los hombres, que contemplan lo bello en
+las representaciones artsticas, se enriquecen la imaginacin,
+influyendo esto en todo el organismo vital, hace que nazcan chiquillas y
+chiquillos preciosos. Est probado que, desde el siglo de Pericles en
+adelante, las mujeres griegas, fuerza de contemplar las obras maestras
+de la escultura y de la pintura, vinieron ser mucho ms hermosas que
+en los siglos anteriores: Y yo he ledo tambin, en autores muy
+formales, que esas areas, aristocrticas y semi-divinas imgenes de
+mujer, que en los libros de Keepsake nos deleitan, no son copia de las
+Ladies y de las Misses ms celebradas, sino son como norma pauta la
+que esas Misses y esas Ladies se han ajustado, y son como molde en que,
+trascendiendo de lo espiritual lo fsico, las han fundido sus madres.
+
+El entendimiento elevado, la no comn habilidad, y sobre todo el genio
+del artista, no equivalen, sino valen ms que la hermosura. Esa
+portentosa luz interior del espritu se difunde por todo el cuerpo y le
+ilumina y hermosea. Claro est, por consiguiente, que en los actores y
+actrices principales no tendr la junta directiva que investigar y
+probar si hay no corporal belleza. La dicha investigacin, la prueba y
+el cuidado se ordenan slo para las figurantas, coristas y otra gente
+de segundo de tercer orden.
+
+Digo esto no en tono de broma, sino con la mayor gravedad. Lo demostrar
+con un ejemplo.
+
+En el Hofburgtheater de Viena, se representa el _Fausto_ (primera y
+segunda parte) con todas sus fantasmagoras y con todas sus magias:
+hasta con el _Prlogo en el cielo_. All, en medio de sonrosadas y
+luminosas nubes, se adelantan los tres arcngeles, Miguel, Rafael y
+Gabriel, y declaman, al comps de una msica verdaderamente celestial,
+aquel elocuentsimo himno en alabanza del Criador y en alabanza del
+Universo, su obra, la cual sigue hoy tan perfecta como en el da en que
+fu creada. Los tres arcngeles son tres muchachas altas, esbeltas,
+airosas y tan ligera como elegantemente vestidas. Yo aseguro que parecen
+de verdad los tres arcngeles, con alas refulgentes, con ureos yelmos y
+con fulmneas espadas. Pero si fueran tres hembras de formas
+exuberantes, paticortas y cabezudas, cmo haban de parecer arcngeles?
+Desde el comienzo se pondra en ridculo el poema de Goethe, y se hara
+del empreo la ms ruin y bellaca caricatura. Es indispensable, pues,
+que sean guapas las actrices de tercer orden. Y aqu debo advertir que
+no basta para esto el cuidado de la junta directiva. Es menester tambin
+que los espaoles desechen la propensin que tienen, _more turquesco_,
+retirar del teatro toda mujer guapa, aunque sea casndose con ella y
+muy santamente. Yo doy por seguro que rara vez, que nunca se le
+ocurre un alemn, por enamorado que est, incurrir en rapto y
+secuestro tan perjudiciales la esttica y las artes todas, antes
+bien se engre de que la muchedumbre contemple y admire desde lejos lo
+que l ms de cerca y con mayor intimidad acaso contempla y admira.
+
+Es indudable, mi ver, que si los citados tres arcngeles fuesen tres
+princesas reinas, ms menos morganticas, seguiran saliendo las
+tablas con beneplcito y satisfaccin de sus principes reyes.
+
+Me voy extendiendo demasiado. Pero hay tanto de que hablar en estos
+asuntos teatrales!... En fin, yo pido disculpa, y termino esta carta
+pidiendo tambin permiso para escribir otra que ser definitivamente la
+ltima.
+
+
+IV
+
+Muy seor mo y distinguido amigo: Me he engolfado tanto en el asunto
+del teatro que no s cmo podr salir de l tan pronto como deseo.
+
+A semejanza de Platn, Toms Moro y otros, que construyen una ciudad
+ideal, me he lanzado yo, en esfera mucho ms chica, forjar una modo
+de utopa teatral dramtica ms bien escnica.
+
+Ya tenemos, cuando no en realidad, imaginariamente, edificio para el
+teatro; la mejor compaa posible hoy en Espaa, y un abundante, lujoso
+y escogido material de trajes, muebles, armas y decoraciones.
+
+Para custodia de las cosas materiales, para llevar la cuenta de gastos y
+de ingresos, y para cuanto es meramente econmico y administrativo,
+establezcamos una oficina dependiente del ministerio de Fomento.
+
+Pronta ya la mquina, dmosle cuerda y que eche andar en la direccin
+que conviene. Mas como para darle cuerda y dirigirla son menester una
+voluntad y una inteligencia, concedmoslas la junta directiva que
+este fin creemos.
+
+Harto conozco que voy disgustar muchos lectores, que en no pocos voy
+ suscitar contra m el desdn el enojo. Dir, no obstante, mi leal
+parecer sobre la composicin y constitucin de la Junta. La compondrn
+dos acadmicos de la Real Academia Espaola, elegidos por sus
+compaeros; uno de la seccin de msica de la Academia de Bellas Artes;
+otro elegido por las secciones de artes del dibujo que hay en la misma
+Academia; otro elegido por la Academia de la Historia entre sus
+individuos de nmero; y, por ltimo, el primer actor del teatro que ya
+hemos creado.
+
+Estos seis vocales, legalmente, no han de importar ni valer ms unos que
+otros, aunque cada cual tenga su especial cuidado y oficio. Para
+presidir la Junta, no quiero decir de repente lo que pienso yo, fin de
+que no den un brinco de espanto los que me lean.
+
+Considrese que en Espaa hay, desde hace tiempo, un lamentable
+divorcio entre las artes y las letras castizas y propias de nuestro
+suelo y la gente que ha visto y corrido ms mundo y que parece ms culta
+y que es debiera ser ms distinguida y elegante. El bello sexo, sobre
+todo, y ms an el de la _high-life_, nos es contrario.
+
+Grosero injusto sera decir con Iriarte:
+
+ Las mujeres que ahora no despuntan,
+ como en siglos pasados, por discretas,
+ si en el teatro pblico se juntan,
+ aplauden cuando ms al tramoyista,
+ oyen tal cual chuscada del sainete,
+ y sirve lo dems de sonsonete,
+ mientras que estn haciendo una conquista.
+
+Nada; no digamos semejante blasfemia, pero reconozcamos que hay sobrado
+desprecio por lo nacional inclinacin decidida y admiracin exagerada
+hacia lo extranjero. Se deploran la cancamurria y los hpidos de
+nuestros actores y, sin caer en la cuenta, parecen deliciosos el
+inaguantable martilleo de los actores franceses, su remilgada afectacin
+y el continuo subrayar de palabras y frases fin de que las agudezas
+sutiles penetren bien en las mentes obtusas del auditorio, lo cual hasta
+llega ser ofensivo, ya que presupone tontera en el pblico y la
+necesidad de un embudo y de un cazo de bayeta para que trague lo ms
+dificultoso y enmaraado.
+
+Y no es solo contra los actores, sino tambin contra los autores este
+desprecio. Ignoran los usos y costumbres de la buena sociedad; cuando la
+describen se equivocan del modo ms deplorable. En fin, todo son
+_cursis_.
+
+Lo que llaman en Francia _alta comedia_ no es posible entre nosotros. En
+cambio las obras dramticas de Sardou y de Dumas hijo, que tratan de
+pintar el mundo elegante de Pars, enamoran, pasman y hechizan no
+pocas de nuestras damas. No advierten que aquellos discreteos y _tiquis
+miquis_ suelen estar confeccionados con una ms honda y radical
+_cursera_. Con relacin la nuestra es como el aguardiente con
+relacin al vino. _Francillon_ y _Le monde o l'on s'ennuie_, por
+ejemplo, son de una cursera pasada por alambique; obras de insufrible
+afectacin, y como entre la moral y la esttica hay lazos muy estrechos,
+obras tambin de moralidad extravagante y corrompida, por lo mismo que
+tratan de ser docentes y de corregir las costumbres.
+
+No poco podra yo decir sobre todo esto, pero no tengo espacio.
+Saltemos, pues, y volvamos la Junta directiva. Yo aspiro la perfecta
+conciliacin de nuestra sociedad elegante y de nuestra literatura
+castiza. Conviene para ello que sea elegante el teatro cuando represente
+elegancias, y que no se extralimite, ni propagando doctrinas
+antisociales, ni con stiras personales y rudas, ni con demasiadas
+verduras y escabrosidades. As, pues, y repito que yo estoy fantaseando
+una utopa, si de mi dependiera, yo elegira una dama discreta
+ilustrada para presidenta del _teatro normal modelo_. Estoy seguro de
+que ella velara para que lo poco decente, lo indecoroso, lo falsamente
+sentimental y lo inelegante y afectado se desterrasen del teatro modelo,
+nico que no sera libre, pues yo dejara los otros en la completa
+libertad de que gozan ahora, si bien con la esperanza de que por influjo
+del teatro modelo haban de corregirse y mejorarse.
+
+No se infiera de lo expuesto que yo propenda que nuestro _teatro
+modelo_ sea, segn dicen los franceses, con frase hecha, _honnte mais
+embtant_. Nada menos que eso; yo gusto del regocijo y del desenfado,
+con tal de que no traspasen los lmites del decoro.
+
+Por esto, por otras razones expuestas ya y por otras muchas que sera
+prolijo exponer aqu, vendra como de molde una dama discreta para
+presidenta de la Junta.
+
+De cada cinco funciones haba de haber una cuyo producto lquido se
+consagrase establecimientos de beneficencia. Buena falta hacen en
+Espaa. Dos aos y medio he pasado ltimamente en Viena, y ni en calles,
+ni en paseos, ni en parte alguna, me ha pedido nadie limosna.
+
+Claro est que el teatro ideal que voy formando es todo lo contrario del
+teatro libre, y mucho menos es _teatro protesta_. Yo no niego la razn
+_Clarn_; protestando contra el mal gusto, se consigue veces que
+triunfe el bueno. Moratn le hizo triunfar protestando contra Comella;
+pero no es esto lo que ordinariamente sucede, y todo protestantismo es
+muy peligroso. El Estado no puede menos de ser conservador. As como si
+tiene una religin es porque la cree verdadera, as debe tener tambin
+fe en su buen gusto, pero sin alentar los que buscan en literatura
+peligrosas novedades. Queden para eso los teatros libres, si se atreven
+ tanto y les da por convertirse en _teatro protesta_.
+
+Lo que se llama genio es prenda muy rara, y el afn de hacer creer que
+le tienen deslumbra y extrava no pocos incautos y presuntuosos, y los
+induce producir disparatadas monstruosidades. Absurdo sera que
+cresemos el teatro modelo para apadrinarlas. Si cabe comparar lo
+sagrado con lo profano, sera esto tan ridiculo como si el Estado
+erigiese un magnifico templo y ensayase en l la religin de Brahma, de
+Buda, de Zoroastro de cualquier profeta flamante, ver si el pueblo
+la prefera al catolicismo y se converta.
+
+Si en la religin hay herejes, en las artes tambin los hay. Queden en
+libertad: no los persigamos, pero no los protejamos tampoco.
+
+Recuerdo haber visto en Bruselas una Exposicin de pintura y escultura
+hecha por _artistas libres_, que protestaban furiosos, en nombre del
+progreso y del arte del porvenir, contra el arte oficial, ordinario y
+trillado. Aseguro que no soaba yo con ver ni he visto jams delirios
+ms estupendos, pintados y esculpidos, ni ms abominables creaciones. Y
+cuenta que, en medio de su extravo, no poda negarse original y
+distinguido talento no pocos de aquellos _artistas libres_.
+
+Prescindo de la ilacin y procedo brincos y con aparente incoherencia
+para que esta carta sea la ltima, y no escribir una docena.
+
+La Junta directiva haba de renovarse cada dos aos.
+
+Los vocales tendran sueldo dietas. No comprendo que nadie trabaje de
+balde, humillando haciendo competencia invencible al que necesita
+vivir de su trabajo. Al que no lo necesitase nadie le impedira gastar
+su sueldo en obras de misericordia regalar al teatro mismo, para
+adorno de sus galeras y salones de descanso, bustos y pinturas que
+representasen nuestros mejores dramaturgos, actores y actrices.
+
+Las funciones del _teatro modelo_ habran de dividirse por igual en tres
+clases: una sera de composiciones dramticas de antiguos autores cuyas
+obras fuesen ya del dominio pblico; otra sera de composiciones de
+autores, vivos muertos, de cuyas obras conservasen la propiedad ellos,
+sus herederos sus editores; y otra, por ltimo, de composiciones
+inditas. Tendramos, pues, que slo el tercio de las representaciones
+de nuestro teatro sera para los estrenos. As la Junta directiva podra
+mostrarse severa y aceptar slo obras excelentes que ella juzgase
+tales. En los teatros libres se dara la protesta la apelacin al
+juicio pblico, aceptando las obras desechadas, obras, por otra parte,
+que, al no ser aceptadas por nuestro teatro, no recibiran agravio, ya
+que nuestro teatro no podra ser bastante para muchos estrenos.
+
+En nuestro teatro no habra de hacerse jams la en mi sentir absurda
+distincin del _gnero chico_ y del gnero no chico. Lo bueno no es
+chico nunca. Hay no pocos sainetes que valen ms que multitud de dramas
+y de tragedias en cinco actos. Nada es ms difcil, ms envidiable y ms
+precioso que hacer reir con burlas y chistes urbanos sin desvergenza y
+sin chocarrera.
+
+Por esto quisiera yo que volvisemos la antigua usanza, y que, no
+ser un drama extremadamente largo, concluyese toda funcin con su
+correspondiente divertido sainete.
+
+En la indumentaria convendra tener el mayor esmero. No slo los trajes,
+las armas, el peinado y dems adornos de las personas, sino tambin los
+edificios y los muebles habran de ajustarse siempre con la posible
+exactitud la poca y al pas en que se desenvolviese la accin
+dramtica. nicamente podran quedar exceptuados de esta regla algunos
+dramas antiguos en que hay algo de fantstico y de ideal en el lugar y
+en el tiempo. Pase v. gr. que en _El desdn con el desden_ no salgan los
+actores vestidos con trajes de la Edad Media, de cuando haba soberanos
+independientes en Provenza y en Catalua, sino que salgan vestidos
+anacrnicamente con trajes del siglo XVI del siglo XVII.
+
+Mi indulgencia, no obstante, no llega hasta el extremo de aprobar lo que
+he visto en Alemania, donde el lacayo, gracioso y agudo, que aconseja el
+desdn para vencer el desdn de doa Diana, sale vestido como Fgaro en
+_El Barbero de Sevilla_, como un majo de Goya. Esto me parece tan
+extravagante como lo que he odo decir que aconteca hace un siglo entre
+nosotros, cuando, al ponerse en escena _El maestro de Alejandro_, sala
+Aristteles vestido de abate, con casaca, chupa, espadn, zapato de
+hebilla y capita veneciana.
+
+No pocos de nuestros antiguos dramas son tan anacrnicos que apenas
+sera posible ponerlos en escena con trajes de la poca en que pasa la
+accin. Si no recuerdo mal, en _La venganza de Tamar_, de Tirso, hay
+damas tapadas, lacayos, mercaderes, genoveses, calle Mayor y todo lo que
+haba en Madrid en tiempo de Felipe III de Felipe IV. Cmo, pues,
+poner en escena _La venganza de Tamar_ con los trajes que se usaban en
+vida del Rey Profeta? En cambio, yo juzgo conveniente representar _El
+mgico prodigioso_ con los trajes, edificios y muebles
+bizantino-orientales que se usaban en Antioqua en los primeros siglos
+de la era cristiana, y no, como he visto representar en Madrid este
+drama, con trajes del siglo XVI del siglo XVII.
+
+Aun en la representacin de los sainetes y entremeses pondra yo no
+menor cuidado en la indumentaria. Un entrems de Cervantes se
+representara con trajes del tiempo de Cervantes, y un sainete de D.
+Ramn de la Cruz con los trajes que los majos y las manolas gastaban
+cuando viva y los retrataba tan lo vivo aquel escritor ingenioso.
+
+Otro uso antiguo, desde hace aos casi perdido, resucitara yo en
+nuestro teatro: el indispensable intermedio de _baile nacional_ entre el
+drama y el sainete.
+
+El arte de la danza es importantsimo y serio. Los antiguos le
+estimaban como lazo de unin y como centro de todas las artes del
+espritu, que llamaban msica en su ms lato sentido, y de todos los
+ejercicios corporales, que llamaban gimnstica. La danza adems era
+ensalzada por su complexidad; porque en ella se combinan el sonido y la
+forma, el dibujo y la meloda, lo plstico y lo areo. El rey David no
+crea perder su dignidad por ir bailando delante del Arca. Los
+coribantes descendan bailando de la cumbre del Ida, las mnades con sus
+tirsos bailaban en el Citern, y los profetas de Israel, en impetuoso
+coro, descendan bailando del Carmelo. No bailaban menos devota y
+desaforadamente los _salios_ de Roma. Danzas sagradas hierticas ha
+habido en todas las pocas y civilizaciones. Todava, al son de las
+castauelas, bailan los seises en la catedral de Sevilla.
+
+No pretendo yo que canonicemos y santifiquemos la danza, pero es un
+dolor que nuestra danza nacional vaya perdiendo cada da ms su carcter
+propio y castizo bien que se avillane, se corrompa y se haga ms
+grotesca, chula y gitana. Ya se bastardea con lo que toma y remeda de
+las danzas francesas italianas, ya se corrompe y se impurifica con
+esto que no s por qu llaman flamenco. Yo recuerdo todava con
+retrospectiva admiracin cierto bailador llamado Ruiz, y su
+gallarda, bella, modosa y noble hija Conchita. Qu majestad, qu
+decoro, qu distincin y qu gracia cuando ambos bailaban juntos el
+bolero! No es dable danza ms aristocrtica. Parecan prncipes
+grandes seores. Y aquello era al mismo tiempo espaol puro y neto. Por
+qu pues, no hemos de regenerar nuestra danza, hoy pervertida?
+
+Interminable sera el seguir exponiendo aqu todo lo bueno que podra
+realizar nuestro teatro. Fndese, si alguna vez hay dinero, paz y humor
+para fundarle, y ya entonces dar yo los consejos que dejo en el tintero
+ahora por no pecar de prolijo.
+
+Slo dir para concluir que en el teatro, durante la representacin,
+deben amortiguarse las luces y quedar el pblico en misteriosa penumbra,
+ fin de que la luz y la atencin se fijen en la escena: que una vez el
+teln descorrido, deben cesar las conversaciones y deben abstenerse las
+damas y los caballeritos de flirteos coqueteos: y que terminada la
+representacin, debe haber mucha luz para que las mujeres muestren su
+hermosura y sus galas. Por ltimo, los entreactos, sin ser tan largos
+como ahora suelen ser, no deben ser tan cortos como en Alemania, donde
+no hay tiempo para ver y hablar las damas bien vestidas y guapas, ni
+para discurrir sobre el drama que se est viendo, de todo lo cual
+resulta, pesar del primor y lujo del espectculo, algo de apresurado,
+y de poco ameno que contradice el ttulo de diversiones pblicas con que
+calificamos las del teatro.
+
+Y aqu pongo punto final, deseoso de no haber acabado tambin con la
+paciencia de los lectores.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+FINES DEL ARTE
+
+FUERA DEL ARTE
+
+
+Siempre fu yo partidario del arte puro; de que no haya en l otro fin
+ni propsito que la creacin de la belleza; dar pasatiempo, solaz y
+alegra al espritu y elevarle esferas superiores por la contemplacin
+de lo ideal y de lo que se acerca lo perfecto, cuando logra revestirse
+de forma material bien expresarse por medio de signos, como son los
+tonos y la palabra hablada escrita.
+
+De aqu que yo, en obras de amena literatura, y especialmente en dramas
+y novelas, guste poqusimo de la tesis, y menos an de lo que llaman
+Zola y sus parciales _documentos humanos_. A mi ver, tales documentos
+deben coleccionarse en Tratados de estadstica y en Memorias de
+hospitales, presidios, crceles y manicomios. Y lo que es las tesis,
+cualquiera que tenga el antojo de demostrar alguna de inculcar y
+difundir doctrinas morales, sociales, polticas religiosas, lo mejor
+es que desista para ello de ser novelista dramaturgo, y componga
+Tratados cientficos, disertaciones, homilas peroratas.
+
+No he de negar yo por esto que, en todas las edades del mundo y en todas
+las naciones cultas, la mayora de los autores de obras de
+entretenimiento se han propuesto al escribirlas no slo entretener, sino
+tambin ensear. La novela y el drama han sido para ellos docentes. As
+en la teora como en la prctica han calificado de lecciones morales
+todo cuanto han escrito, y al escribir han puesto la mira y se han
+dirigido un punto completamente fuera del arte.
+
+Este hecho, sin embargo, slo probar una cosa: que el afn de ensear
+fu lo que movi al autor escribir; mas no que lo escrito valga por lo
+que ensea, importe por la verdad que contiene, sino por la gracia, el
+chiste y la hermosura que crea y luce.
+
+El ms claro y luminoso ejemplo de lo que digo nos le ofrece Cervantes
+en el _Quijote_. Fu su propsito censurar los libros de caballera y
+hacerlos aborrecibles. Y, la verdad, si se hubiera limitado dar en
+el blanco, si slo hubiese sido certero y si su ingenio no hubiera
+volado muy por cima del objeto que por reflexin quera dirigirse,
+Cervantes slo hubiera escrito un libro que ya no leera casi nadie y no
+el libro inmortal que leern y releern siempre todas las personas de
+buen gusto, ya en lengua castellana, si la saben, ya en cualquiera otra
+lengua en que se traduzca medianamente.
+
+Persisto, pues, en creer y en afirmar que el propsito de la novela y
+del drama, y lo ms substancial que debe haber en ellos, no es la
+enseanza, no es la demostracin reflexiva.
+
+El poeta, no obstante (y llamo poeta quien escribe novelas y dramas,
+aunque los escriba en prosa), pone debe poner en cuanto escribe toda
+su alma. Y como esta alma no ha de ser vulgar, adocenada vacia, sino
+que ha de estar rica de ideas, de doctrinas y de sentimientos elevados,
+y han de encerrarse en ella los obscuros enigmas que piden explicacin y
+los temerosos y hondos problemas que se presentan la humanidad para
+que los resuelva; todo esto, que est contenido en el alma del autor
+del poeta, aparecer tambin y se reflejar en su obra, donde l pone
+toda su alma.
+
+De las consideraciones que acabo de exponer y que menudo se ofrecen
+mi mente, nace, y yo lo confieso con sinceridad, una contradiccin
+evidentsima: la negacin y la afirmacin de lo mismo: lo que ahora
+llaman una antinomia.
+
+Afirmo, primero, que el arte ha de ser slo por el arte, y afirmo en
+seguida que el arte, sobre todo cuando es la palabra el medio que emplea
+para producir la hermosura, contiene en s y pone, en toda obra suya de
+algn valer, cuantos problemas y enigmas estimulan la actividad del
+entendimiento humano, movindole negar afirmar y pronunciarse en
+uno en otro sentido.
+
+Me consuela de mi contradiccin y me mueve creer que no debo ser
+censurado por escptico, sino aplaudido por sincero, el notar que la
+contradiccin mencionada no est slo en mi, sino tambin en todos los
+espritus.
+
+El arte debe ser por el arte. El poeta no debe proponerse la
+demostracin de ninguna tesis: no debe ensear, sino deleitar. Y, sin
+embargo, no hay novela ni drama de algn valer donde el poeta no quiera
+resolver problemas sociales, morales, polticos religiosos. Y no hay
+novela ni drama de algn valer, por lo mismo que es ms numeroso y
+apasionado el pblico que los oye los lee, que no sea vehculo mil
+veces ms eficaz que cualquiera otro libro para propagar doctrinas y
+para divulgar y difundir novedades, que ya extravan la gente, ya
+vuelven traerla al buen camino.
+
+El poeta se propone veces demostrar algo: veces slo se propone
+divertir entusiasmar: pero, acaso cuando menos conciencia tiene y
+menos propsito lleva de ser docente, es cuando ensea ms, ya que,
+poniendo el alma en su obra, pone tambin los enigmas y los problemas
+que en ella hay y los descifra los resuelve su modo.
+
+A fin de explicar este influjo de las obras literarias, ejercido en
+ocasiones sin propsito y hasta contra la voluntad del autor, se ha
+inventado una palabra, para mi gusto nada bonita, pero muy grfica. La
+novela y el drama que en alto grado son as, se llaman _tendenciosos_.
+
+Cmo negar, por ejemplo, que son _tendenciosas_ las novelas de Pereda,
+que lo son tambin las de Prez Galds, que es _tendencioso_ el _Juan
+Jos_ de Dicenta, y que _Los domadores_ de Selles son _tendenciosos_?
+
+Lo que yo no quiero desentraar aqu es la tendencia de cada una de
+estas obras, y mucho menos cul tendencia es buena y cul es mala.
+
+La intencin puede ser distinta y hasta opuesta la tendencia. Dramas
+novelas hay (y no malos, sino buenos y escritos por autores de
+grandsimo talento), que pueden producir y que producen en el pblico un
+efecto enteramente contrario al que el autor se propone. El pblico
+suele ser caprichoso y suele interpretar las obras literarias, en lo
+tocante la tendencia, de una manera imprevista para el autor y aun
+para los crticos ms agudos. Una misma persona, segn la edad que tiene
+y la instruccin que posee, al leer un cuento al ver un drama, puede y
+suele juzgarlo de muy distinta manera. Valgan en prueba de esto los
+_Viajes de Guliver_ de Jonatn Swift. Los leemos cuando nios y nos
+divierten como cuento amensimo, lleno de pasmosas aventuras. Y si los
+volvemos leer en la edad madura, notamos en ellos amarga stira, negra
+melancola y desconsolador pesimismo. Qu es lo que fundamentalmente
+haba en el alma y en la intencin de Swift? No quiero entrar en tales
+honduras. Voy sencillamente dar cuenta aqu de dos dramas,
+representados ahora con grande aplauso en los teatros de Alemania y
+fruto del ingenio de dos famosos autores: Gerardo Hauptmann y Adolfo
+Wilbrandt. No tratar de desentraar la intencin de ninguno de los dos,
+ni los har responsables de nada. Comparar sus obras con flores
+hermosas de las que alguien, acaso, extraiga saludable blsamo y de las
+que alguien tambin acaso extraiga mortfera y dolorosa ponzoa. Lo que
+no se puede negar, es que ambos dramas estn inspirados por ideas y
+doctrinas muy en moda ahora. No acierto decidir si el pblico
+candoroso, los jvenes sin malicia y las seoritas inocentes, que
+asisten la representacin de estos dramas, se dejan no influir por
+las doctrinas perversas que los han inspirado, si slo ven en ellos un
+brillante juego de la fantasa bien una leyenda en accin, llena de
+piedad y de creencias consoladoras.
+
+A mi ver, el fenmeno es tan curioso, que merece detencin y estudio.
+_Hannele_ es el ttulo del drama de Hauptmann. Cabe interpretarle como
+una leyenda llena de fe religiosa como la expresin del pesimismo ms
+ateo y desesperado. Parte del pblico entiende lo primero, pero otra
+parte se inclina ver en el drama lo segundo. Hannele es una nia
+enfermiza y nerviosa que apenas tiene quince aos. Hurfana de madre,
+vive en poder de su padrastro, menestral rudo y feroz, borracho casi
+siempre, que maltrata de palabra y obra la nia, le da mal de comer y
+la obliga trabajar de continuo. Hannele llega al extremo de la
+desesperacin, y en horroroso delirio se arroja un estanque, buscando
+la muerte. El maestro de escuela, inteligente, bondadoso, joven y
+guapo, y que siente por la muchacha muy tierna simpata, la saca del
+agua y la lleva casi exnime, tiritando con el fro de la calentura,
+cierta casa de vecindad de gente pobre, donde ponen la ia en un
+mezquino camistrajo y vienen el mdico visitarla y una Hermana de la
+Caridad cuidar de ella. Toda la accin del drama es la agona de la
+nia moribunda. Las visiones de su cerebro salen fuera de l, toman
+forma y cuerpo y se presentan al pblico en la escena, merced la
+poderosa imaginacin del dramaturgo y la habilidad del tramoyista, de
+los pintores y de los sastres.
+
+El tirano padrastro aparece an, en aquel sueo, para atormentar
+Hannele. A la Hermana de la Caridad le brotan alas y se convierte en
+ngel de la guarda. El ngel negro de la muerte sobreviene luego para
+poner trmino la existencia de aquella desventurada. Entonces todas
+sus ms poticas aspiraciones, todos sus afectos ms puros y hasta sus
+naturales apetitos, nunca satisfechos, de goces materiales, de bienestar
+y de reposo, y todas sus esperanzas, se cumplen y se logran de un modo
+ilusorio, en el delirio que precede la muerte. La madre de Hannele
+viene consolarla, como si fuera una santa; el maestro de escuela, que
+haba inspirado Hannele un delicadsimo amor de adolescente, se
+convierte en Jesucristo, como para darle la mano de esposo; matizados y
+luminosos coros de ngeles cantan melodiosamente muy lindas canciones,
+ofreciendo Hannele toda clase de regalos y de cosas exquisitas,
+suculentos manjares y hasta confites. La misma vanidad de la criatura,
+que empieza ser mujer, es profusamente lisonjeada. El Prncipe le
+enva sus emisarios y servidores, y la calzan con preciosos zapatitos,
+como la Cenicienta, y la coronan de flores y la adornan con ricas
+vestiduras de desposada, y la atavan por tal arte que parece hermosa y
+gallarda. La colocan luego en un resplandeciente lecho de cristal, que
+ya parece fretro, ya tlamo. Y por ltimo, se abre una senda escala,
+inundada de luz y cubierta de flores, y el maestro de escuela,
+convertido en Jesucristo, toma de la mano Hannele y se la lleva al
+cielo, caminando en triunfo con ella, bajo arcos de verdura que forman
+dos hileras de ngeles, cruzando los ramos de palmera que sostienen en
+sus blancas manos.
+
+Al cabo cesa la msica, los resplandores se extinguen; la visin
+celestial se disipa. Vuelve aparecer la inmunda casa de los pobres y
+el angosto lecho en que Hannele est postrada. Entra el mdico en
+escena; mira la muchacha y dice: Est muerta! As acaba el drama.
+
+Yo me preguntaba cuando le v y me pregunto hoy: Es culpa del autor
+es culpa de la perversa interpretacin que yo doy su obra?
+
+Sea lo que sea, la impresin que yo recib fue muy triste. Yo entend
+que el autor pinta la vida como abominable para la mayora de los seres
+humanos, sin ms esperanza de reposo que la muerte y sin ms consuelo ni
+premio que la incoherente fantasmagora, suscitada por la fiebre, y
+donde se barajan, en disparatada confusin, los cuentos y consejas
+vulgares, lo sobrenatural que sabemos por el catecismo, y los bienes y
+goces que forja la imaginacin, cuando la vanidad, el instinto amoroso y
+hasta el hambre no satisfecha la estimulan.
+
+A mi ver, en el drama del Sr. Hauptmann no quedan, con mayor realidad
+objetiva que el cuento de la Cenicienta, todas las esperanzas
+ultramundanas y todas las ms altas verdades religiosas.
+
+Otro da analizar el otro drama que he citado, que se titula _El
+maestro de Palmira_, y que an me parece ms extraordinario.
+
+[Illustration]
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+EL MAESTRO DE PALMIRA
+
+
+Al escribir Tirso y Caldern _El condenado por desconfiado_ y _La
+devocin de la Cruz_, en todo lo sobrenatural que all se representa,
+pusieron la realidad ms evidente. Los altos designios de Dios figuran
+muy por cima de los ensueos que forjan pueden forjar los personajes
+de ambos dramas. Ningn ser sobrehumano aparece y ningn milagro se
+realiza como ilusin de la mente, entre las sombras de un delirio
+febril, sino la luz meridiana, bajo cielo despejado y sin nubes. As
+las ninfas y los genios se aparecan los hroes griegos en las edades
+divinas. As los ngeles, _in ipso fervore diei_, visitaban y hablaban
+los antiguos patriarcas.
+
+Sin duda, la falta de fe y la corrupcin del siglo presente provocan el
+desdn hacia nosotros de todos los espritus puros de ms limpia y noble
+naturaleza; sin duda que ahora, como al declinar el paganismo deca el
+poeta gentil, puede decir tambin el poeta cristiano:
+
+ _Quare nec tales dignantur visere coets._
+ _Nec se contingi patiuntur lumine claro._
+
+Catulo, en su tiempo, en la vida real, hallaba los hombres indignos
+del milagro; mas no por eso desterraba el milagro de la poesa: toda la
+narracin que termina con los dos versos que cito, es una larga serie de
+milagros. En Hannele el Sr. Hauptmann, ms cruel que Catulo, no se
+contenta con desterrar el milagro de la vida real, sino que le destierra
+tambin de la poesa, le trueca en pesadilla de agonizante.
+
+Si gran parte del pblico candoroso no cae en la cuenta de tamaa
+crueldad, y si el poeta mismo no tuvo la intencin de ser tan cruel, son
+puntos que importa poco dilucidar, teniendo como tenemos el
+convencimiento de que la crueldad est en la obra. Y la crueldad pone
+grima. En mi sentir, valdra ms perder por completo toda esperanza que
+fundarla en las visiones que acompaan la enfermedad y que preceden
+la muerte.
+
+Y an es ms extrao y ms deplorable que, al negar en el da lo
+maravilloso que consuela y que eleva los corazones, no suele buscarse lo
+llano y lo sencillo, sino otro maravilloso, que quiere limitarse ser
+natural, y que es desconsolador y mil veces ms enmaraado que todas las
+teologas y que todas las mitologas. Negar la realidad objetiva de
+muchas cosas y convertirlas en productos de nuestro cerebro y de
+nuestros nervios sobreexcitados no deja de ser inexplicable maravilla.
+Es convertir nuestro cerebro en organillo que toca diversas sonatas,
+segn el registro que se toca, y en linterna mgica, con movimiento y
+todo, como la que se ha inventado recientemente, con auxilio de la
+fotografa, que proyecta escenas, personajes y lances, con la diferencia
+de que los de la linterna fueron y ya no son, y los de nuestro cerebro
+acaso no fueron, ni son, ni sern nunca.
+
+Recuerdo este propsito cierto singularsimo personaje que conoc en
+mi mocedad, estando yo en la capital del Brasil. Era un mago sabio
+ambulante. Peregrinaba con una hermosa profetisa de Nueva York, que era
+su mujer cosa parecida, y que, magnetizada por el mago, deca mil
+cosas estupendas que l le sugera. Aunque l era espaol, y tena
+apellido y nombre bastante vulgares, haba adoptado los misteriosos
+nombre y apellido de Hadado Calpe. Su ciencia su arte principal se
+titulaba la _funi-fantasmagora_, sobre la cual haba escrito un libro
+muy grueso. Se fundaba esta ciencia arte en que el hombre es el
+verdadero microcosmo. En su masa enceflica reside la mnada
+representativa donde estn en cifra toda la Naturaleza y cuanto hay
+puede haber ms all: lo existente y lo posible. Haba inventado este
+mago varias pociones que excitaban y movan la tal mnada desenvolver
+y sacar relucir ya esto, ya aquello de cuanto en ella haba
+envuelto. Posea el mago un copioso botiqun de estas pociones, y eran
+las ms prodigiosas el elixir diablico, con el cual se iba al aquelarre
+y al infierno, se oa la misa negra y se conversaba con los demonios y
+con los precitos; el elixir mstico-celestial, con el cual se vea el
+cielo cristiano con todos sus pursimos deleites; y el elixir
+herico-afrodisaco, por cuya virtud se lograba el favor de las hures y
+se gozaban los placeres del paraso de Mahoma. Ninguno de los elixires,
+con todo, haca el menor efecto, si de antemano no era poderosamente
+sobreexcitada la mdula espinal, valindose para ello de la
+_funi-fantasmagrica_, nombre que l daba una horca primorosa
+ingeniossima, de la que se escapaba tiempo sin morir y donde el
+ahorcado realizaba por estilo fantstico los ideales todos.
+
+Hannele, en vez de ahorcarse, se remoja. Todo es equivalente, salvo que
+Hannele no toma antes ningn elixir; se remoja sin precaucin y muere.
+
+Pero no divaguemos y digamos algo del maestro de Palmira, que, en punto
+ extravagancia, echa Hannele la zancadilla.
+
+El drama de Adolfo Wilbrandt parece fundado en el budismo esotrico, que
+hoy priva y est en moda bajo el nombre de teosofa.
+
+Palmira, despus que el emperador Aureliano venci la gran Zenobia,
+decay de su prosperidad y grandeza; pero tuvo un hijo, llamado Apeles,
+que ansi y consigui restaurarla en su antiguo florecimiento. Apeles
+fu la vez gran guerrero y gran artista. A la cabeza de sus
+compatricios y ayudando las Legiones de Roma, venci los persas, que
+haban acudido apoderarse de su ciudad natal. Luego la hermose con
+templos y palacios esplndidos y con casi inexpugnables fortalezas. Tal
+fue el maestro de Palmira.
+
+Al volver victorioso de los persas y antes de entrar triunfante en la
+ciudad, tuvo en el desierto un raro coloquio con dos genios: el de la
+vida y el de la muerte: y logr la inmortalidad, al menos una
+prolongadsima duracin de la existencia propia.
+
+En la misma mgica gruta donde Apeles consigue este don, y en el momento
+en que le consigue, aparece una virgen cristiana, la cual, impulsada por
+una voz intima, va Palmira predicar el Evangelio. Sedienta de
+martirio, le predica con generosa imprudencia, insulta los dioses
+gentiles, irrita la plebe, y la plebe la mata en medio de las calles,
+ pesar de que Apeles la defiende. Sucede esto en tiempo de Diocleciano,
+cuando la persecucin contra el cristianismo era ms dura.
+
+Cualquiera creera que la mencionada joven, virgen y mrtir gloriosa de
+la fe de Cristo, se debera ir derecha al cielo; pero nada menos que
+eso. En el segundo acto (ms de veinte aos despus) Zoe, llamndose
+Febe, aparece, como una de las _heteras_, _cocottes_ _suripantas_ ms
+elegantes, seductoras y traviesas de Roma. Apeles, por quien no pasan
+das y que ha estado en Roma una buena temporada, se la trae de all y
+la instala en su casa, pesar de su virtuossima y severa madre, que
+vive todava. La casa de Apeles es un perpetuo holgorio; mucho festn,
+mucha francachela y mucho brindis. Todos sus amigos, enamorados de
+Febe, le echan piropos, y ella predica sobre placeres con xito
+favorable y no con el mal con que predic el cristianismo cuando era
+Zoe. Febe, no obstante, se aburre en aquella remota poblacin y suspira
+por Roma. Sucede en esto que Apeles, que era muy orgulloso, se pelea con
+el gobernador, se queda pobre y se aflige al ver que su madre se va
+morir de rabia por tener Febe en casa. Corre, por ltimo, la voz de
+que las autoridades consideran que la permanencia de Febe en la
+poblacin causa escndalo y mal ejemplo y que se proponen expulsarla.
+Febe entonces dice para s: pues me echar yo antes de que me echen, y
+se larga con un seor Septimio, que es muy rico y que se la lleva
+Roma.
+
+Hganse ustedes cargo del furor de Apeles. Cae el teln.
+
+Al empezar el tercer acto, han transcurrido unos cuarenta aos. El alma
+de Zoe de Febe, alma comodn que se adapta todos los palos como la
+espada y el basto en el tresillo, ha tenido ya tiempo de transmigrar y
+se halla infundida en el cuerpo de una grave matrona, severa y llena de
+virtudes, mujer legtima de Apeles. Prsida es su nombre. Y Apeles y
+Prsida tienen una hija casadera, llamada Trifena, la cual est
+enamorada y quiere casarse con un gallardo joven que sigue la religin
+pagana. Reina Constantino y el cristianismo est triunfante. Apeles es
+siempre gentil, pero Prsida es fervorosa cristiana. Su hermano y los
+amigos de su hermano son sacerdotes celossimos que entusiasman al
+pueblo y que llenan de remordimientos el alma de Prsida, porque no
+logra convertir su marido ni se decide separarse de l. Todo este
+acto, que no estar, pero que parece compuesto en odio de la religin
+cristiana, no se puede negar que tiene inters vivsimo y admirable
+movimiento escnico.
+
+La seora Estela Hohenfels, elegantsima, simptica y eminente actriz,
+que representa el papel de Zoe, de Febe y de Prsida, en el Teatro
+Imperial de Viena, da al drama de Wilbrandt gran realce y poderoso
+atractivo.
+
+Todo se complica de un modo tremendo. El presbtero, hermano de Prsida,
+se ha apoderado de Trifena, no quiere que se case con un pagano y se
+empea en que se consagre en los altares y en que viva entre las
+vrgenes del Seor. Trifena logra escapar y busca amparo entre los
+brazos de su padre. Amotinado el pueblo cristiano y guiado por el clero
+fantico, viene en busca de Trifena y quiere llevrsela.
+
+Prsida tiene espantosa lucha en el fondo de su alma, donde combaten por
+un lado el amor su marido y por otro los ms ardientes sentimientos
+religiosos. Vencen stos por ltimo, y Apeles se ve abandonado de
+Prsida como lo fu de Febe. Ayudado, no obstante, por su yerno futuro,
+por el padre de su yerno, y ms que nada por su casi inmortalidad y por
+su valor indomable, se abre camino por entre la muchedumbre furiosa, y
+salva su hija, abandonando la patria y buscando refugio entre los
+persas. As termina el tercer acto.
+
+Al empezar el cuarto, han pasado ya bastantes aos. Juliano el apstata
+est en el trono. Su mayor empeo es acabar con el cristianismo y
+restablecer el culto de los dioses. Antes quiere que reverdezcan con ms
+vigor que nunca los laureles del imperio romano. Con poderoso ejrcito
+ha ido contra Ctesifon, ha pasado el Tigris y ha alcanzado una gran
+victoria sobre las huestes de Sapor, el Rey Sasanida.
+
+Entre tanto, Apeles, que apenas envejece, vive en el desierto, en un
+oasis, cerca de Palmira. Prsida, Trifena y el marido de Trifena,
+murieron tiempo h. Slo acompaan Apeles su consuegro y el nieto que
+de Trifena ambos han tenido. Este nieto es ya un joven gallardo y
+brioso, que se parece mucho Zoe, Febe y su abuela Prsida, y que
+est representado lindamente por la seora Estela Hohenfels, la cual se
+luce de veras en este drama, representando en cada acto un papel
+distinto.
+
+Apeles empieza ya caer en la cuenta, cavila sobre la metempscosis de
+Pitgoras y de los indios, y sospecha que el alma de Zoe, de Febe y de
+Prsida, era la misma y que ahora est encarnada en su nieto.
+
+Si he decir la verdad, esto me repugna ms que nada. Pase porque el alma
+trasmigre de cuerpo en cuerpo y cambie de condicin, de creencias y de
+carcter, segn el cuerpo en que est y segn el medio ambiente. Pero
+que el alma cambie de sexo lo tengo por abominable. Dante y Petrarca
+bramaran de clera si topasen, en cualquiera vida ulterior, con Beatriz
+y con Laura, convertidas en caballeritos, aunque fueran sus nietos.
+
+Sea como sea, no nos detengamos en reflexiones y acabemos escape.
+
+El nieto de Apeles, que es un furibundo pagano, entra en una conjuracin
+para restablecer en Palmira la idolatra. Apeles sabe tiempo su
+propsito, y como no puede disuadirle de que vaya la ciudad, le
+acompaa.
+
+En mala hora para los gentiles llega la noticia de la retirada
+desastrosa del ejrcito romano y de la muerte del herico emperador. Los
+cristianos cobran entonces mayores bros. En las calles y plazas de
+Palmira se traba sangrienta y reida batalla. Quedan en ella vencidos
+los gentiles y muere el nieto de Apeles.
+
+Este, que ha ido vagando por diversos climas y regiones sin poder morir,
+llevando en la frente el signo de la vida, como Can y el judo errante,
+aparece de nuevo en Palmira, en el quinto y ltimo acto. El genio de la
+muerte, Pausanias, el que hace cesar todos los cuidados y dolores, le
+haba aparecido Apeles en los momentos solemnes de los actos
+anteriores, para arrebatarle las prendas ms queridas. Pausanias sale
+ahora de entre las ruinas. Apeles le pide la muerte, y Pausanias le dice
+que l no puede morir. Todo muere ha muerto, sin embargo, en torno
+suyo. Palmira est ya casi desierta. Los terremotos y las guerras han
+derribado sus templos y sus palacios. Los brbaros invaden por todas
+partes el imperio y desbaratan arrollan las legiones de Roma. La
+antigua civilizacin se hunde con el imperio.
+
+Todava hay en Palmira algunos gentiles que coronan de flores los
+sepulcros, y que, en aquel da, que es la fiesta de Adonis, cantan el
+himno de la muerte y de la resurreccin, himno que Apeles ha cantado mil
+veces y que su nieto cant poco antes de morir:
+
+As lo quiere el eterno Zeus: t debes descender bajo la tierra
+florida, y besar la sombra Persfone oh hermoso Adonis! Al volver la
+primavera, cuando corran murmurando las fuentes, t, llorado ahora,
+resucitars alegre y besars la urea Afrodite, oh hermoso Adonis!
+
+La vida es un mal insufrible si no la interrumpe la muerte. Es menester
+volver ella bajo nuevas formas y en nuevos tiempos. No basta una vida,
+por larga que sea, para alcanzar el complemento de nuestro ser. Es
+inevitable el fri beso de Persfone para surgir alegre en otra verde
+primavera y recibir los besos de la urea Afrodite. Tal es la enseanza
+del drama.
+
+Su desenlace es pattico.
+
+En Palmira hay una santa mujer llamada Zenobia, portento de caridad,
+consuelo y amparo de los afligidos y menesterosos. Apeles la ve. Y ella
+le reconoce y l reconoce en ella Zoe, Febe, Prsida y su nieto.
+Zenobia hace entonces la mayor obra de caridad que jams ha hecho.
+Apeles se postra de hinojos sus plantas, y ella pone la mano en la
+frente y borra el signo fatdico que le retiene en la vida. El Genio de
+la muerte, Pausanias, el apaciguador libertador de los cuidados, acude
+entonces, se interpone entre Apeles y Zenobia, y Apeles muere.
+
+As es, en resumen, uno de los ms celebrados dramas del moderno teatro
+alemn.
+
+Yo dir, para concluir, que es divertido verle y leerle: que es ms
+divertido an admirar la seora Estela Hohenfels en sus cinco papeles;
+pero que, en lo tocante enseanza, lo mejor es no sacar ninguna de
+este drama. Si creysemos que se saca de l enseanza, tendramos que
+imitar Platn y desterrar los poetas de nuestra Repblica. Por
+dicha, los poetas no valen por lo que dicen, sino por la elegancia,
+primor y entusiasmo con que lo dicen. Leopardi es ateo, y est
+desesperado de no tener Dios; Manzoni es un progresista catlico;
+Carducci celebra Satans, aborrece Cristo y cree que el mundo
+prospera porque el cristianismo acaba; Quintana es un volteriano que
+pone como hoja de peregil Felipe II; el duque de Fras se deshace en
+elogios del rey prudente, y muchos de nuestros poetas mejores, aunque,
+como Espronceda, sean progresistas en prosa, se lamentan en verso de la
+_funesta mana de pensar_ y entienden que Dios los castiga porque han
+querido averiguar muchas cosas que son inaveriguables. En suma; cada
+poeta se va por su camino y sustenta opinin diversa y contraria la
+de los otros. Lo que importa es que la sustenten bien y con bro.
+Entonces los aplaudimos todos y cada uno de los que aplauden se queda
+con la opinin que tenia, si no es un tonto y si no hace como los que se
+mataban despus de leer el _Werther_ de Goethe. Precisamente Goethe le
+escribi para no matarse y como desahogo.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LAS RAREZAS DEL FAUSTO
+
+
+En cualquiera punto de este planeta en que vivimos, en la prolongacin
+de los tiempos pasados, segn lo que por la historia se sabe y tambin
+en los tiempos futuros, hasta donde nuestra previsin alcanza, todo ser
+humano tiene y tendr no poco que sufrir, gran multitud de cosas en que
+ejercitar su paciencia, mil peligros que arrostrar empleando su valor, y
+no corto nmero de adversidades y disgustos para desplegar y lucir su
+santa resignacin y su conformidad cristiana, compitiendo con Job y
+hasta vencindole.
+
+Para consuelo alivio de tantas penas nuestro ingenio ha sido fecundo
+en sutiles y discretas invenciones. Y la mejor de todas es, mi ver, la
+poesa narrativa dramtica.
+
+Las contrariedades menudas y los males pequeos que nacen con frecuencia
+de la tontera de los hombres de las mujeres, representados luego por
+el poeta en una novela en un drama, pierden y deben perder casi toda
+su amargura; remedindola suavizandola con inocentes benignas burlas
+y ahogndola en risa.
+
+Y cuando los males son grandes y terribles, todava es ms discreta y
+bienhechora la invencin que los remedia los consuela. El poeta, en la
+novela en el drama trgico, debe representar estos casos con
+verosimilitud y fidelidad tan extraas y hbiles, que en vez de
+producirnos el mal rato, el ataque de nervios los sentimientos penosos
+que nos produciran dichos casos si fuesen reales, nos produzcan un
+exquisito y espiritual deleite que llaman esttico.
+
+Tal era y tal debe ser, desde muy antiguo, el fin noble y redentor del
+arte.
+
+Aristteles llamaba esto la purificacin de las pasiones, es saber:
+que el terror y la compasin, que en la vida real son tan dolorosos y
+aflictivos, gracias al encanto divino de la poesa, se convierten en el
+drama y en el poema narrativo en placer delicado, porque el terror
+entonces no nos enerva ni nos humilla, y porque entonces son dulces las
+lgrimas.
+
+Cmo he de negar yo el maravilloso talento de muchos autores del da,
+extranjeros y nacionales? Lejos de negarle, le reconozco y le admiro;
+pero me quejo de ellos y los censuro y los encuentro ms fotgrafos que
+poetas, porque faltan al precepto aristotlico, que es, en mi sentir, el
+fin del arte, y porque pintan las miserias y desventuras humanas con tan
+minuciosa exactitud y con tan cientfico, experimental y poco potico
+detenimiento, que se dira que sus libros, en vez de ser de pasatiempo y
+de recreo, vienen reemplazar los silicios, las disciplinas y otros
+medios propsito para mortificarse y hacer vida penitente.
+
+La diferencia est en que con los medios antiguos se ganaba el cielo, y
+con la lectura de estos libros con el espectculo de estos dramas no
+se gana nada.
+
+Aunque mi no me cabe en la cabeza que los dramas y novelas as
+escritos puedan y deban considerarse como _documentos humanos_, como
+materiales y ripios, con los cuales ha de construirse la ciencia social
+del porvenir, todava concedo que el que crea en el valor de tales
+documentos los reuna y confeccione, atormentndonos con ellos. La letra
+con sangre entra. Pero lo que no concedo es que est bien que los
+documentos sean falsos: que se ponga tragedia donde no hay motivo de
+tragedia: y que, habiendo tanto infortunio dialcticamente producido, se
+creen infortunios infundados y disparatados como una pesadilla.
+
+Cuanto queda expuesto se me ha ocurrido recientemente con ocasin de
+haber odo el _Fausto_, de Gethe, casi de seguida, primero en dos
+peras, ambas de muy hermosa msica, y despus en los dos magnficos
+dramas, representados ambos con aparato y lujo portentosos, en el teatro
+imperial y palatino de la gran ciudad de Viena.
+
+Se cuenta que D. Ventura de la Vega, agobiado ya por las enfermedades y
+previendo su prxima muerte, llam un da sus hijos para confiarles,
+antes de morir, un misterioso secreto, cuya pesadumbre le abrumaba el
+alma. Despus de recomendarles el sigilo, que ellos han roto, pecado de
+que creo debemos absolverlos, aquel padre carioso les confes que el
+Dante le aburra.
+
+A m no me aburre Gethe. Si me aburriese, no andara con tapujos, ni lo
+confesara slo _in articulo mortis_ y en lo hondo de mi casa; pero
+aunque soy fervoroso admirador de aquel glorioso poeta, que era adems
+gran sabio y sutil y razonable filsofo, y aunque le he elogiado
+pomposamente en varios escritos mos, me sucede ahora que, echando un
+lado el prestigio mgico de su estilo, como quien descorre un velo que
+disimula los defectos y realza las bellezas, he descubierto en el Fausto
+rarezas tan chocantes, que temo que se me agrien se me pudran en lo
+interior del alma si no las digo y me desahogo.
+
+Poniendo, pues, un lado y en salvo mi extraordinaria admiracin por
+Gethe, voy decir aqu algunas de estas rarezas.
+
+En primer lugar, me pasma y me enoja que el Dios de Gethe tenga el
+capricho, en su conversacin con el diablo, de presentar Fausto como
+un segundo Job, como un modelo de varn justo, aunque dbil y sujeto
+error como todo el que aspira.
+
+Verdaderamente, si en la segunda mitad del siglo XV, en que la humanidad
+di cima tan altas empresas, no hubo hombre mejor que Fausto, es
+menester confesar que la humanidad no vale un pito.
+
+Pero no es esto lo ms singular; lo ms singular es que Fausto, quien
+el poeta nos presenta en las primeras escenas como un sabio de
+extraordinaria magnitud, resulta luego un tontiloco.
+
+Tengamos la manga ancha. Disculpemos Fausto por su desesperacin al
+verse viejo, pobre, desatendido, pesar de su mucha sabidura, habiendo
+gozado poqusimo y en resumidas cuentas sin saber nada punto fijo
+despus de haberse quemado las cejas estudiando da y noche sin
+divertirse, sin holgarse y sin echar una canita al aire. Disculpmosle
+tambin del conato de suicidio, y disculpmosle, por ltimo, aunque se
+escandalicen mis lectores, de que haga un pacto con el diablo y le firme
+con la sangre de sus venas.
+
+Harto se entiende que el diablo, que no es estpido y que deba estar ya
+escarmentado, celebra este pacto por si topa, como si dijramos,
+sabiendo que se expone quedar burlado y estafado, y que Fausto por
+intercesin de algn santo santa que abogue por l, se largue al cielo
+y deje al diablo con un palmo de narices. Casos por el estilo haban
+ocurrido ya y deban estar consignados en los archivos y anales del
+infierno. As, por ejemplo el del monje Tefilo, y el de Cipriano,
+mgico prodigioso de Antioqua.
+
+Para un sujeto travieso y listo, fundado en la tontera del diablo y
+envalentonado con tan curiosos precedentes, un pacto con el diablo ha
+de ser una ganga de la que debe sacar mil provechos y ventajas. Aqu
+entra, en mi sentir, la inexplicable tontera, el idiotismo perverso del
+Fausto de Gethe, sobre todo en lo ms humano y menos simblico, en la
+primera parte, en sus amores con Margarita.
+
+No digo yo un caballero particular cualquiera, que no haya estudiado
+libro alguno y que se caiga de tonto, sino el propio Pedro Urdemalas no
+lo hace peor que Fausto lo hizo.
+
+Remozado ya, elegante y guapo, apasionado y discreto, qu necesidad
+tena de joyas para enamorar Margarita? No deslustraba con esto el
+carcter de su querida, hacindola aparecer tan comprada como enamorada?
+A no dudarlo, el regalo de las joyas afea y empequeece el principio de
+aquellos amores.
+
+Se ve luego que Margarita, sin que nadie la vigile ni la acompae, va
+sola donde quiere. En el jardn de Marta juega al escondite con su
+amigo, y sin duda en cualquiera otro sitio, todava ms cmodo, poda
+estar con l solas todo el tiempo que quisiera hasta hartarse. Qu
+lujo de perversidad, sin razn que la justifique, no hay, pues, en el
+empeo de Fausto y Margarita de estar juntos por la noche al lado de la
+madre de ella, en lo cual hasta hay mucho de repugnante y de asqueroso?
+
+Y crece de punto la perversidad, cuando Margarita, la candorosa y
+angelical Margarita, excitada por Fausto, y fin de que su mam no se
+despierte, la atiborra de bromuro de potasio, de opio, de ludano y de
+otros potingues narcticos, hasta que acaba por matarla.
+
+A veces se dira que Fausto quiere Margarita. A veces se dira que no
+la quiere y que es un ingrato y un galopn de siete suelas. Su
+insensatez incoherente no se presta clara interpretacin.
+
+Convertido en msico, su diablo lacayo va con Fausto dar serenata
+Margarita; y Fausto tiene la impiedad y la poqusima vergenza de que su
+diablo lacayo insulte con indecentsimas coplas la pobre muchacha por
+la falta que ha cometido en amarle y en consentir en ser suya. Ahora
+viene lo mejor. Margarita tiene un hermano, soldado, valiente y
+espadachn y muy celoso de su honra, aunque no era menester serlo mucho
+para enojarse contra el doctor Fausto, que estaba alborotando la calle y
+ todos los vecinos con aquella retahila de sucios improperios puestos
+en solfa.
+
+Nada ms natural que la decisin que toma Valentn de pinchar al doctor
+Fausto como quien pincha una rata.
+
+Yo convengo en que nadie gusta de que le pinchen as; pero hay medios de
+evitarlo, sobre todo, cuando se encuentra con el demonio, ms ingeniosos
+y decentes que los que Fausto emplea. l saba poco nada de esgrima, y
+distaba mucho de pensar como San Buenaventura, que dice que cuando
+alguien nos acomete con una espada desnuda debemos dejarnos matar y no
+matarle, porque sera cruel, matando nuestro adversario, enviarle al
+infierno, mientras que si l nos mata, y nosotros nos resignamos
+morir, nos iremos derechitos al cielo; pero, sin imitar San
+Buenaventura, bien pudo hacer Fausto que el diablo se llevara Valentn
+en volandas valerse de otro medio cualquiera para no asesinar infame y
+traidoramente al hermano de su amiga.
+
+Despus del asesinato de Valentn, Fausto se queda tan fresco, y para
+distraerse, se larga al aquelarre bailar un fandango con varios brujas
+jvenes,
+
+ _altas de pechos y ademn brioso._
+
+Margarita, entretanto, ha acudido con muchas comadres del barrio y otra
+gente desocupada, ver morir Valentn, que le echa un largo discurso,
+llamndola _metze, coram ppulo_, por si alguien no se haba enterado.
+
+Despus de tantas catstrofes, muerta la madre fuerza de dormir,
+Valentn asesinado, y deshonrada ella pblicamente por las cancioncillas
+del diablo-msico lacayo de su amigo y por el discurso moral de su
+hermano moribundo, poco tiene que perder y nada tiene que ocultar
+Margarita. No se comprende, pues, la determinacin que toma de matar
+su hijo, arrojndole al agua. Hara tan mala obra en un momento de
+enajenacin mental; pero Fausto debi preverlo, y en vez de ir retozar
+con las brujas, poner Margarita en una buena casa, cuidarla y darle
+bien de comer, y separar al nio de su lado para que no hubiese aquel
+estropicio que despus hubo.
+
+El diablo no le vali sino para hacer sandeces; ni siquiera se le
+ocurri Fausto que aquella bruja joven, con quien bail en el
+aquelarre y la hermosura de cuyos pechos celebra en una copla muy
+galante, hubiera podido servir de nodriza para su hijo, ya que no
+quisiese l bajar al seno de las Madres para traer desde all la misma
+cabra Amaltea, nodriza de Jpiter.
+
+Pero nada; el imbcil de Fausto no celebr pacto con el demonio, sino
+para cometer delitos intiles incurrir en ms simplezas que el propio
+D. Simplicio Bobadilla y Majaderano.
+
+Prescindo ahora de la segunda parte tragedia de Fausto. Todo all es
+fantasmagora: todo est lleno de enigmas filosficos y de veladas
+enseanzas.
+
+Fausto apenas es all ser humano: es un smbolo, es como el hroe
+epnimo de la sociedad y de la edad modernas; lo cual no quita que en la
+primera parte, en lo que se asemeja ms la vida real, Fausto, sea, si
+no un malvado, un imbcil.
+
+Y sin embargo, en qu consiste que Fausto y Margarita interesen y
+enamoren tanto las almas sensibles y hasta las nias honradas, que
+de seguro no haran todas las atrocidades que hizo Margarita de
+envenenar su madre y de matar su hijo?
+
+Por hoy no s en qu consiste esto. Otro da tratar de averiguarlo.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LA MORAL EN EL ARTE
+
+
+Mi amigo D. Miguel Moya me pide que escriba sobre el asunto que el
+epgrafe declara. Yo deseo complacerle; pero lo considero harto difcil.
+El asunto es tan complicado que, para tratarle bien, sera menester
+escribir un par de volmenes y no un artculo breve. Mucho aumentara la
+extensin del escrito si me empease en decir, adems de lo que m se
+me ocurre, lo que se ha ocurrido los otros desde Platn y Aristteles
+hasta Hegel, Gioberti, Pictet y dems autores novsimos. Los escondo,
+pues, todos y hasta procuro olvidarlos, y voy decir aqu, sin
+atender nadie, y en cifra y resumen, lo primero que acuda mi mente,
+ora sea creacin suya, ora sea reminiscencia de lo que he ledo.
+
+La Naturaleza, dgase cuanto hay de sensible y de inteligible, cuanto
+se ve, se columbra se imagina, cuanto cabe en el pensamiento humano,
+y este mismo pensamiento, todo atrae nuestra atencin, nos solicita para
+que lo contemplemos, lo fijemos con orden y mtodo en nuestra memoria, y
+hasta procuremos averiguar sus causas y el trmino, fin y propsito
+hacia donde se dirige y encamina. Tal parece ser el primer empleo del
+hombre. Llammosle _teora_. Su fruto resultado debe ser la verdad. Su
+exposicin metdica es la _Ciencia_.
+
+Pero el hombre no es un ser meramente pasivo y contemplativo. No est en
+el mundo slo para asistir al espectculo, gozar de l y aplaudirle,
+sino que, ms de ser espectador, ha de ser actor. No le basta con
+formar conceptos, sino que necesita realizar acciones. De aqu que
+adems de la _teora_ haya la _prctica_. Y como nuestras acciones deben
+enderezarse no perturbar el orden natural de las cosas, sino
+conservarle y mejorarle, resulta que el fin de la prctica ha de ser
+el bien, y el conjunto de reglas y leyes para que el bien se logre es la
+Moral en su ms amplio sentido.
+
+Todava tiene el hombre otro tercer empleo no menos digno y elevado. Ora
+consideremos el Universo, sea el conjunto de todas las cosas, como
+substancia eterna con poder inmanente para desenvolverse y manifestarse
+en apariencias distintas, ora como creacin de una voluntad y de una
+inteligencia soberanas, el hombre, por un estmulo irresistible que hay
+en l, y por los bros y por la virtud que producen ese estmulo, se
+siente movido mejorar y adaptar las cosas ya existentes, sacando de
+ellas algo nuevo, ya para su propia utilidad, ya para su propio deleite.
+De aqu proviene lo que en su ms amplio significado debemos llamar
+_Poesa_.
+
+Claro est que en este significado amplio, poesa es toda operacin por
+la cual el hombre aade algo lo natural para hacerlo ms til, ms
+agradable ms hermoso. Si la mente humana, si el espritu no se
+incluyese como parte de la Naturaleza, bien podra decirse que toda obra
+del espritu, transformando modificando las cosas naturales, era obra
+sobrenatural, ya que sobre la Naturaleza vena ponerse.
+
+En la anterior concepcin vastsima de la _poesa_, que fin de que no
+choque demasiado los que les coja muy de nuevas, declarar aqu que es
+de Aristteles, entran todas las artes humanas, desde la del zapatero y
+la del cocinero, hasta las del escultor, el msico, el pintor y el vate
+ms inspirado.
+
+Tenemos, pues, _teora_, _prctica_ y _poesa_; y como derivacin de las
+tres facultades, _ciencia_, _moral_ y _arte_. En estas tres esferas de
+actividad hay compenetracin, cuando no nos elevamos grande altura.
+Entonces casi se puede decir que lo til es el fin y el punto de mira de
+las tres facultades que se prestan mutuo auxilio. La ciencia, por
+ejemplo, es til y presta auxilio todas las artes, y ya el
+conocimiento de los astros puede servir para la navegacin la
+agricultura, ya el conocimiento de las propiedades qumicas de los
+cuerpos, para preparar medicamentos, para guisar para curtir pieles.
+La moral, dentro de su ms rastrero concepto, no traspasa tampoco los
+lmites de lo til, no aspira sino lo conveniente; rara vez va ms
+all de aquello que la prudencia mundana requiere, segn puede notarse
+en las antiguas fbulas y en los refranes. Y el arte, por ltimo, se
+encierra tambin en lo til en lo materialmente deleitable;
+emplendose en vestirnos, en calzarnos, en darnos habitaciones cmodas,
+y, en suma, en nuestro material bienestar y regalo.
+
+Por el contrario, no bien la ciencia, la moral y el arte alcanzan cierta
+elevacin, dejan de prestarse auxilio, se hacen independientes, ponen y
+buscan su fin en ellos mismos, y adquieren, digmoslo as, una
+inutilidad sublime. Dejan de ser serviles y son liberales. La ciencia
+entonces busca, y tal vez halla, la verdad, meditando desinteresadamente
+y tratando de descubrir los ms hondos arcanos, sin el menor propsito
+de que el descubrimiento valga luego para nada que no sea la
+satisfaccin misma que de poseer la verdad se origina. De igual suerte
+la moral elevada, si no prescinde, echa un lado y pone como en segundo
+trmino todas las ventajas que pueda ocasionar causar el ejercerla, y
+tiene por nico, al menos por principal objeto, la satisfaccin
+semidivina de obrar el bien con la ms completa independencia de toda
+mira interesada, as en esta vida como en la otra, as para el individuo
+como para la colectividad de cuantos son los seres humanos. Y la poesa,
+por ltimo, deja ya de atender lo til: no teje, ni guisa, ni edifica
+viviendas; ni trata siquiera de moralizar ni de ensear verdades, sino
+que poniendo en ella misma su fin, aunque nada deseche y se valga de
+todo, tanto de lo creado cuanto de lo increado, tanto de lo real cuanto
+de lo ideal, como elementos y materia de lo que produce, no tira
+producir sino la belleza y no anhela infundir en los nimos ms que el
+puro y desinteresado sentimiento que nace de verla y de admirarla. Esto
+es lo que se llama el arte por el arte.
+
+Ha de entenderse, con todo, que los tres separados caminos por donde va
+el espiritu humano no siguen en divergencia constante y separndose
+siempre hasta lo infinito, sino que al cabo convergen y vienen
+coincidir en un centro foco nico de perfeccin absoluta, donde la
+verdad, el bien y la belleza carecen de distincin substantiva, y son
+calidades, potencias y atributos de un solo sujeto. Por donde
+considerada la ciencia en lo sumo de su elevacin, es igualmente buena y
+hermosa, y la moral es la misma verdad y la misma poesa, as como la
+poesa no puede menos de ser entonces el celestial y pursimo resplandor
+de la verdad y del bien absolutos. Mirada, pues, la poesa desde su
+punto ms elevado, basta decir que es poesa para afirmar implcitamente
+que es verdadera y buena, as como toda alta moral y toda ciencia
+superior y profunda son poticas en el mayor grado.
+
+Las contradicciones que en lo que afirmamos pueden notarse, provienen de
+un error de quien las nota y en realidad no existen, estribando slo el
+error en algo de incompleto de deficiente, que importa tener en
+cuenta. Supongamos que tal cual sistema filosfico, ora las mnadas y la
+armona preestablecida de Leibnitz, ora el idealismo de Schelling, ora
+el proceso de la idea de Hegel, nos parecen poco conformes la verdad y
+hasta desatinos y blasfemias, mas no por eso dejaremos de ver en ellos
+maravillosa poesa, as porque contienen parte de la verdad en medio de
+sus extravos, como porque es tan potica y tan hermosa la verdad, que
+vierte torrentes de poesa y de hermosura sobre quien por las vas ms
+encumbradas la busca aunque no la halle.
+
+De idntica manera toda poesa perfecta, hasta donde la perfeccin cabe
+en lo humano, es verdadera y moral, contiene verdad y bien, est en
+plena concordancia con la moral y con la ciencia. Y mi ver, dicha
+concordancia aparecer con tanta mayor claridad y brillantez, cuanto
+menor sea el propsito del poeta de sostener una tesis, de dar lecciones
+de moral de ensear cientficamente esto aqullo.
+
+Lo que verdaderamente importa para que el poeta sea buen poeta, es que
+sea sincero y no se empee en engaarnos.
+
+Su engao no prevalecer ni valdr de nada para las personas de buen
+gusto, las cuales no podrn aguantar su obra y la tildarn de falsa y
+embustera. Y por el contrario, siempre que el poeta es sincero y dice lo
+que siente, con sencillez y sin afectacin, no es verdadero y
+legtimo poeta, tiene que ser bueno moralmente, resplandeciendo la
+bondad moral en su poesa.
+
+Antes de que definiese Quintiliano al orador _varn bueno, perito en
+decir_, ya haban declarado los autores griegos que no era posible ser
+buen poeta sin ser varn bueno antes. El hroe y el santo tienen
+perpetua y constante voluntad de bien. El poeta slo es menester que la
+tenga cuando escribe. De aqu que moralmente el poeta es muy inferior al
+hroe y al santo, aunque por otras prendas de su espritu valga ms que
+ellos.
+
+Como quiera que sea, el primer precepto de toda arte potica debiera ser
+esta discreta frase de Maese Pedro: _Muchacho, no te encumbres, que toda
+afectacin es mala._
+
+En mi sentir, tan perverso y tan insufrible es Baudelaire componiendo su
+letana diablica y otras lindezas de las _Flores del Mal_, como no
+pocos poetas, que andan por ah presumiendo de religiosos y de
+moralistas, y que escriben, sin pizca de verdadero sentimiento, odas
+Dios, la virtud y la vida monstica, narraciones y dramas de
+severa moralidad aparente, cuyos personajes no pueden menos de ser
+contrahechos, monstruosos, cursis, y como en la vida real no se estilan
+ni se estilaron nunca. En cambio, en todo poeta sincero, si es verdadero
+poeta, resplandece la bondad y se manifiesta en la belleza que ha
+creado. Y cuando se examina y analiza cuidadosamente, se nota que la
+belleza que admiramos est en la expresin y manifestacin de la
+bondad, y no en los errores y en los extravos que por otra parte puede
+poner el poeta en su obra y tener en s, como los tiene todo ser humano.
+De aqu que admiremos Leopardi, no por su atesmo y desesperacin
+pesimista, sino por su anhelo ferviente de bondad suprema, por su
+aspiracin lo divino, que l cree irrealizable. De aqu que admiremos
+en Carducci, hasta en la oda Satans, no el extravagante capricho de
+llamar Satans al libre espritu humano, sino el vehemente amor con que
+canta el poeta las conquistas de ese espritu y sus triunfos y victorias
+sobre el mundo visible, para mejorar nuestra condicin, ennoblecer
+nuestro destino y hacer ms digna y ms feliz la vida humana. Y de aqu,
+por ltimo, que en Whittier y en Manzoni admiremos la profunda fe
+cristiana, la caridad viva y la consoladora esperanza con que ensalzan
+al ser divino, y su santa religin, que es el Lbaro, en pos del cual
+piensan que han de elevarse las ms radiantes esferas de
+bienaventuranza para los hombres, cumplindose as los inexcrutables
+designios del Altsimo y su divina voluntad, en la tierra y en el cielo.
+
+No hay, pues, ni puede haber discrepancia, no ser superficial, entre
+la moral y la esttica, entre el bien y la hermosura. Lo bueno y lo
+hermoso coinciden al llegar cierta altura y se confunden en uno. Y
+como, mi ver, la sinceridad es requisito indispensable en toda poesa
+que merezca tal nombre, esta misma poesa da testimonio fehaciente del
+valer moral del poeta. Pongamos por caso uno de los libros ms sinceros
+y espontneos que se han escrito: el _Quijote_. El alma hermossima de
+Miguel de Cervantes se retrata en este libro como en claro y limpio
+espejo, probando, contra todos los documentos que pudieran hallarse,
+producirse interpretarse en contra, que Miguel de Cervantes era un
+_varn bueno_.
+
+Para terminar, bajando de las elevaciones metafsicas, viniendo lo
+llano y lo pedestre y juzgando el asunto con el mero sentido comn, yo
+me inclino creer que es pedantera inocente la afirmacin de que el
+teatro sea escuela de costumbres de que se ensee moral en novelas,
+comedias, sainetes y otras obras de mero pasatiempo. Sin duda que estas
+obras deben ser morales. Con el pretexto de divertir, no estara bien
+que un novelista un dramaturgo recomendase disculpase el robo, el
+asesinato y el adulterio. Pero esto no quiere decir que su obra ha de
+ser docente, sino que no debe ser perversa ni indecente. Harto bien se
+nota que los preceptos de moral aplicados al arte nada tienen de
+exclusivos: no implican la relacin entre la moral y la esttica. Son
+los mismos preceptos que se impone toda persona bien educada cuando va
+de visita, de tertulia de paseo. El novelista el dramaturgo no
+ensea ms que el paseante el tertuliano. La buena educacin y el
+decoro se les presuponen. Slo hay una diferencia: que el que escribe
+suele en todos tiempos usar de mayor libertad de lenguaje que el que va
+de visita. De seguro que, no ahora, cuando en Inglaterra todo parece
+_shocking_, pero ni en tiempo de Shakespeare se lamentara en la buena
+sociedad ninguna seorita como se lamenta Julieta diciendo:
+
+ _...I'll to my wedding-bed;_
+ _And death, not Romeo, take my maidenhead!_
+
+Mil veces ms crudo an es el modo brutal con que, en la tragedia de
+Otelo, Yago da Brabancio la noticia de que se ha fugado Desdmona:
+
+ _--Your daughter and the Moor are now making_ _the beast with two
+ backs._
+
+Y aqu termino y no digo ms, porque sera prolijo interminable decir
+todo cuanto el asunto sugiere.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+EL REGIONALISMO FILOLGICO EN GALICIA
+
+
+Das ha que escrib y publiqu en la _Revista Critica de Historia y
+Literatura_ un extenso artculo sobre el libro del padre Blanco Garca,
+que trata de las literaturas regionales de Espaa y de las literaturas
+hispano-americanas en el siglo XIX.
+
+En tono muy corts, pero mostrndose enojado y quejoso, el Sr. M.
+Murgua, en el nmero del 15 del corriente de _La Voz de Galicia_,
+peridico de la Corua, ha insertado contra m un apasionado escrito en
+defensa de las letras gallegas, que supone que yo menosprecio.
+
+Me desagradan las polmicas y las rehuyo siempre que puedo. No voy,
+pues, entablar polmica con el Sr. Murgua. Previamente estoy
+convencido de que ni yo lograr traerle mi opinin ni l lograr
+llevarme la suya. Disputando, slo conseguiramos fatigar al pblico
+con nuestra disputa. No puedo, sin embargo, resistir al deseo de
+aprovechar esta ocasin para explicar, si me bastan pocas palabras, lo
+que pienso sobre lenguas, dialectos, regionalismo, nacionalidades y
+varios otros puntos que forman el proceso de este negocio. La materia es
+tan vasta, que apenas podr tocarla sino de paso, mejor dir, al
+vuelo, posndome slo en las cimas picos ms salientes.
+
+Contra el precepto de Horacio, empezar _ab ovo_.
+
+Todos somos unos. Todos somos hijos de Adn y hermanos por consiguiente.
+Pero ocurri lo de la Torre de Babel y los hombres se dispersaron. Unos
+se largaron por un lado, otros se largaron por otro, y se formaron muy
+diversas tribus, razas castas. A Espaa vinieron sucesivamente
+atlantes, iberos primitivos, proto-escitas, fenicios, celtas, griegos,
+cartagineses, romanos, godos, alanos, suevos, vndalos, judos, rabes,
+sirios, persas, eslavos, berberiscos, normandos y hasta negros de ms
+all del Sahara. Sobre poco ms menos, en los dems pases ha sucedido
+lo mismo. Y es seguro que si estas mezclas de gentes, distintas y hasta
+contrarias, no hubieran llegado nunca amalgamarse, adoptando las
+mismas leyes, sometindose al mismo gobierno, hacindose solidarias de
+los triunfos y de los reveses, de las prdidas y de las ganancias, y de
+las glorias y de las vergenzas comunes, jams hubiera llegado haber
+lo que se llama una nacin. Hubiera habido expresiones geogrficas:
+Francia, Italia, Inglaterra y Alemania; pero no hubiera habido nacin
+francesa, ni inglesa, ni alemana, ni italiana.
+
+Ha habido nacionalidad y la hay, porque en un momento dichoso ha llegado
+ lograrse y cogerse el fruto de un trabajo y de un cultivo de siglos
+y entonces la nacin se ha constitudo. Harto s yo que todo lo que nace
+muere. Que si los individuos no son inmortales, tampoco lo son las
+naciones; y que Espaa, como cualquiera otra colectividad, puede
+descuartizarse, desmoronarse y persistir slo como expresin geogrfica.
+Esperemos que esto no ocurra en muchsimos siglos. Yo no soy profeta, y
+aunque lo fuese, en vez de remedar Jeremas, remedara los profetas
+alegres, sera el primero de ellos, si antes no los hubo.
+
+No he de negar por esto que, si bien dentro de ciertos lmites juiciosos
+me hechizan, me deleitan y hasta me arrancan aplausos las literaturas
+regionales, sobre todo cuando son cndidas, espontneas y sencillas,
+todava me asustan y me afligen cuando se convierten en tema y vienen
+extralimitarse. Entonces me parecen sntomas de decadencia y ruina:
+entonces me parecen amenaza de disolucin nacional, si bien confo
+siempre en la Providencia y espero que la amenaza no se cumpla, que lo
+ominoso fatdico salga fallido, que la enfermedad pase y que la nacin
+persista sana, salva y una.
+
+Cuando un pueblo tiene ser propio y grande, cuando su historia es
+gloriosa, cuando ha influido profundamente en los destinos del gnero
+humano, as por el pensamiento como por la accin, este pueblo no muere,
+vive, tiene siete vidas como los gatos: nadie le arranca la vida ni
+tres ni trescientos tirones. Puede perder todas sus conquistas; los
+continentes y las islas, por donde en los das de su mayor auge y
+expansin logr dilatarse, pueden dejar de ser suyos; puede hundirse el
+Estado que le da unidad poltica; y hasta puede ser invadido y dominado
+por el extranjero el suelo natal, la cuna misma de ese pueblo; mas no
+por eso el pueblo muere. Vivir acaso, durante siglos, vida latente y
+obscura, pero vuelve al fin recobrar la vida luminosa y clara. El
+idioma propio es el talismn donde va escrito el conjuro para lograr
+esta modo de resurreccin. Grecia resucit hablando en griego. Si el
+pueblo griego hubiera tenido seis siete idiomas diferentes, jams
+hubiera resucitado. Es ms; si hubiera tenido seis siete idiomas
+diferentes, no dialectos modos, sino idiomas con pretensiones de
+literarios y nacionales, no hubiera extendido su cultura desde la
+Bactriana hasta las Galias: por todo el litoral de Asia, Africa y Europa
+en el Mediterrneo, y por todas sus islas. Y si el dialecto toscano no
+se hubiese convertido en lengua italiana, venciendo y obscureciendo
+los dems dialectos que en Italia se hablaban, y que se hablaban en
+Estados poderossimos, ricos y conquistadores, como lo fu, por ejemplo,
+Venecia, Italia no hubiera realizado jams el sueo de Maquiavelo y de
+sus ms eminentes patriotas y hombres polticos: no hubiera vuelto
+tener la unidad que slo tuvo bajo el rey brbaro Teodorico.
+
+Yo quiero suponer que en Espaa, no slo no hubo unidad de Estado, sino
+que ni unidad de nacin hubo hasta fines del siglo XV. Supongo, adems,
+ doy por cierto, pues sobre esto no disputo, que antes no hubo
+verdaderamente espaoles, sino portugueses, gallegos, castellanos,
+aragoneses y catalanes. Tambin es evidente que hasta fines del siglo XV
+haba en Espaa tres lenguas literarias y nacionales. Eran estas tres
+lenguas la castellana, la catalana y la portuguesa gallega, ya que el
+mismo Sr. Murgua confiesa que el gallego y el portugus fueron lo mismo
+hasta entonces. Ni _Las Cantigas_ del Rey Sabio, ni cuantos versos hay
+en los Cancioneros del rey Don Dionis, de Resende, etc., podran
+atribuirse por las palabras y las frases mismas poetas de Portugal
+de Galicia. Por el habla, por lo que dej escrito, tan gallego es el
+infante Don Pedro, como es portugus Macas el enamorado. Hay ms an:
+esa lengua galaico-portuguesa, tal vez no fu escrita slo por
+portugueses y gallegos, sino tambin por trovadores de toda Espaa, que
+la consideraban como lengua elegante y ms propia que el castellano para
+la poesa lrica y de la corte.
+
+Quiso, no obstante, la suerte sea el orden providencial fatal que
+llevan los sucesos histricos, que el idioma de Castilla prevaleciese:
+que, aun antes de llegar la unidad de que he hablado, presentase los
+ttulos de su hegemona y de su imperio, como son el _Poema del Cid_,
+los versos del arcipreste de Hita, _Las Partidas_, la _Crnica general_
+y _El Conde Lucanor_; y que, despus de formada la unidad, corroborase
+su imperio con otros ttulos soberanos: con el _Amadis_, con _La
+Celestina_, con Garcilaso y Herrera, con ambos Luises, con Cervantes,
+con historiadores como Mariana y con nuestro, fecundsimo y rico
+Romancero y con nuestro original y maravilloso teatro. Esta lengua no se
+limit presentar dichos ttulos, sino que tambin se difundi por el
+mundo, llevada en triunfo bajo el amparo del estandarte de Castilla, por
+el inmenso continente recin descubierto, por las remotas islas del mar
+del Sur, y aun por las naciones de Europa, que reconocan entonces, ya
+que no nuestro imperio, nuestra preeminencia.
+
+No pretender yo, pesar de lo expuesto, que debieron morir y no
+resucitar nunca la lengua catalana y la lengua portuguesa. Portugal
+persisti y persiste como nacin. Su historia, muy parecida la de
+Espaa, no es menos grande. Su literatura, proporcionalmente, he de
+conceder que es original y rica como la nuestra, y que tiene su carcter
+propio y sello nacional que la distingue.
+
+De la lengua y de la literatura catalanas no se puede decir tanto ni con
+mucho; pero al cabo, bastante puede alegarse en pr de su resurreccin
+renacimiento presente.
+
+Pero vamos... hablando con franqueza, aunque se enojen un poquito el Sr.
+Murgua y otros literatos gallegos: hay paridad entre el dialecto de
+Galicia y la lengua nacional que hablan los portugueses y que hablan
+adems en Amrica diez once millones de hombres, en una extensin de
+territorio casi tan grande como Europa? Si hasta el siglo XV los
+gallegos hablaron y escribieron como los portugueses, lo natural sera,
+si no quieren hablar y escribir en castellano, que escriban ahora
+tambin en portugus. Esto sera volver con fidelidad la lengua
+antigua, sin que esta vuelta atavismo impidiese que se siguiera
+cultivando el dialecto, como dialecto. Sin duda en Venecia, en Miln, en
+Npoles y en Sicilia, se hablan y se escriben cuatro dialectos
+distintos, pero con cierta modestia, reconociendo todos cuantos as
+escriben sin excluir v. gr. al gran poeta lrico Meli y al chistossimo,
+fecundo ingenioso dramaturgo Altavilla, que escriben en un dialecto
+vulgar, y que no hay ms que una lengua nacional y de toda Italia, que
+es la lengua toscana, que ya debe llamarse italiana, as como la
+castellana debe llamarse espaola.
+
+Pues qu, no hay distintos dialectos en Alemania, en Inglaterra y en
+Francia? A nadie se le antoja por eso convertir en lengua nacional
+ninguno de estos dialectos.
+
+Acaso se me cite el imperio austriaco; pero Austria no es nacin sino
+conjunto de naciones. A buen seguro que los alemanes, sbditos del
+emperador de Austria, dejen de hablar en alemn y dejen de tener esta
+lengua por nacional y propia de ellos. Claro est que los polacos,
+aunque ya no hay Polonia, siguen hablando en polaco; los hngaros, en
+hngaro; los tchecos, en tcheco; los croatas en croata, y los rumanos,
+en rumano; pero qu tiene que ver esto con lo que en Espaa sucede? En
+todo caso, podra comprenderse que as como los rumanos, sbditos del
+emperador de Austria, hablan y escriben la misma lengua del vecino reino
+independiente de Rumania, as los gallegos, ciudadanos espaoles, se
+dedicasen, por amor y patriotismo _atvicos_, escribir como lengua
+nacional y literaria la portuguesa. Pero ni aun as se comprende; porque
+los rumanos de Austria son un pueblo como anexionado y sometido y unido
+artificialmente otros pueblos de muy distinto origen, mientras que los
+gallegos, como los asturianos, forman el ncleo, y el germen, y la raz,
+de donde ha brotado esta gran nacin. Cmo reniegan ahora de ella, al
+menos en apariencia, y propenden, si no irse literariamente con los
+portugueses, separarse por el habla, vehculo y expresin del
+pensamiento, y formar rancho aparte, permtaseme lo vulgar en virtud
+de lo grfico de la expresin?
+
+No s si he atinado explicar en este lgero articulo lo que hubiera
+requerido larga serie de ellos para quedar bien explicado; pero, como
+quiera que sea, harto se entiende que yo no desdeo los poetas y
+prosistas que hubo, hay y puede haber en dialecto gallego; que celebro
+el regionalismo filolgico dentro de ciertos lmites puramente
+provinciales; pero que deploro la exageracin que puede ponernos en una
+lastimosa pendiente de desmoronamiento nacional de cierto separatismo.
+Ni se me diga que la tal propensin que se hablen muchos idiomas
+proviene de un movimiento progresivo. Por lo comn sucede lo contrario.
+Cuando las grandes naciones y cuando las grandes razas decaen se
+hunden, es cuando pierden el idioma comn y salen hablando distintos
+idiomas. La Torre de Babel representa simblicamente este lastimoso
+fenmeno.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LA OBRA PSTUMA
+
+DE JUAN MONTALVO
+
+
+Quin es este Juan Montalvo?--dirn no pocos de los que vayan
+leerme.--Pues bien, les contestar: Juan Montalvo fu natural de una de
+las Repblicas que en la Amrica del Sur nacieron de nuestras colonias.
+l mismo se llama semibrbaro, y es de los ms cultos ilustrados
+escritores que ha habido en nuestros das.
+
+No digo yo que nos est bien adular los hispano-americanos, suponiendo
+que sus poetas y sus prosistas valen ms de lo que valen. Pero ser
+mejor mostrarnos con ellos seversimos crticos, empuar la frula,
+esgrimir la disciplina la palmeta y censurarlos y castigarlos
+duramente? Hay cierta crtica menuda que hace mucha gracia al pblico
+envidioso, que es muy fcil de ejercer, y por cuya virtud, mejor dir,
+por cuyo vicio, puede probarse, al menos en apariencia, que Garcilaso y
+Fray Luis de Len fueron unos plagiarios y adems unos ignorantes, que
+no saban sintxis, ni prosodia, ni nada, y que tenan orejas de asno,
+como el rey Midas. En una palabra; con el mtodo analtico que hoy se
+emplea, con cuatro chuscadas y con un poquito de mala fe, nada ms llano
+que demostrar que el propio Homero era un mentecato.
+
+Por otra parte, yo no comprendo qu ventaja pueda traer una censura muy
+feroz de los autores, aunque sean malos. En ningn oficio, menester
+profesin, se ofende menos Dios y al prjimo y se causan menos daos
+la repblica que escribiendo versos flojos y llenos de ripios prosa
+desmazalada y tonta. Con las producciones del espritu suele ocurrir lo
+contrario que con las producciones materiales. La cizaa puede ahogar el
+trigo y no habr buena cosecha si el haza no se escarda y no se limpia
+de mala hierba con el almocafre, mientras que, por el contrario, casi es
+indispensable que el espritu humano produzca millares de cosas pequeas
+y deformes, para que brote de entre ellas una que sea hermossima y
+grande, predestinada por su valer vida inmortal y gloriosa. Un mal
+mdico mata sus enfermos, un mal arquitecto tal vez construya
+edificios que se hunden con estrago espantoso, un mal zapatero nos
+estropea los pies, un mal sastre nos afea con sus trajes ridculos, un
+mal cocinero nos envenena nos mata de hambre, un mal poltico causa la
+miseria y el descrdito de su nacin, y un mal general expone sin plan y
+sin objeto la vida de sus soldados y aun llega causar el
+empobrecimiento, el oprobio y la ruina del Estado quien sirve. Pero un
+buen seor, si tiene la mana de componer malos versos de escribir en
+prosa cualquier tontera, me quieren ustedes decir qu dao hace
+nadie? Con no leer lo que ha escrito, l y nosotros quedamos despachados
+y en paz. No hay razn para ensalzar los escritores hispano-americanos
+sin justo motivo, pero menos hay razn para denigrarlos.
+
+El Juan Montalvo, que me sugiere estas reflexiones, lo dice: los
+hispano-americanos son para los espaoles carne de su carne y huesos de
+sus huesos. Todo cuanto contra ellos digamos, hasta cierto punto, nos
+cae encima.
+
+Harto estoy ya de oir decir que el porvenir del mundo es de la raza
+anglo-sajona, la cual en Amrica da clara muestra de que entiende de
+todo, de que vale para todo y de que sabe gobernarse, mientras que la
+raza espaola, ibrica, latina como nos convenga llamarla, ofrece muy
+triste espectaculo, y da, por todo el Nuevo Mundo, y claro est tambin
+que por el antiguo, lastimoso testimonio de su incapacidad y
+desgobierno. Sube el _yankee_ la cima de la montaa y el
+hispano-americano se queda al pie, rezagado y en situacin miserable;
+pero no se cuenta, al decir esto, con no pocos factores, empezando por
+la fortuna, que no puede negarse que existe, entendindose por fortuna,
+la serie y el enlace de los casos, dispuestos y ordenados por ley
+providencial fatal, que ya se sustraen la previsin humana, ya,
+aunque no se sustraigan, ni la ms firme voluntad de los hombres, ni su
+ms profundo saber, ni su ms poderosa inteligencia desvan del camino
+que siguen, as como no evita el eclipse el astrnomo que le pronostica.
+Valga adems, en defensa de nuestra raza, otra razn que nadie tildar
+de metafsica ni de alambicada. El _yankee_ ha subido la altura,
+porque sin asomo de piedad, y para ir ms ligero, ha dejado tras de s
+todo lo que le estorbaba, mientras que el hispano-americano sube con
+dificultad, porque va cargado con el indio, quien considera como su
+hermano y como su igual, uniendo con l sangre, vida y destino. La
+empresa, pues, del hispano-americano es mil veces ms rdua; ha de
+tardar mucho ms tiempo en llevarse cabo; pero no es imposible que se
+logre. Y si algn da se lograse, cmo negar que sera tambin mil
+veces ms humana, ms generosa y ms digna de alabanza?
+
+Volvamos Juan Montalvo y evitemos las digresiones.
+
+Poco s de la vida de este escritor. Ecuatoriano de nacimiento, muri en
+Pars, creo que muy joven an. Ignoro si era de pura sangre espaola
+si corra mezclada por sus venas la sangre del espaol con la del indio.
+Su saber era variado, hondo y extenso; su ingenio, original y agudsimo;
+su modo de sentir, universal cosmopolita; su espritu se haba
+alimentado con deleite y haba digerido y convertido en substancia
+propia la flor del pensamiento de los antiguos griegos y latinos y de
+los modernos ingleses, franceses y espaoles. Nadie, con todo, se
+jactar, fundadamente, de ser ms espaol que l por el espritu y por
+su primera manifestacin sensible, la palabra.
+
+Tal vez sea, en nuestra poca, un colombiano, Rufino Cuervo, quien sabe
+terica y gramaticalmente ms lengua espaola. Pero, sin duda, quien la
+maneja con ms castiza abundancia de vocablos, frases y giros, y quien
+la escribe con ms primor y limpieza, como quien borda rico dechado, es,
+ mi ver, este para nosotros extranjero y acaso semi-indio.
+
+Su adoracin, su entusiasmo por la lengua y la literatura de Castilla,
+corren parejas con el conocimiento que de ellas tiene, cuya extensin no
+pondero, pero cuya intensidad es incomparable. Nadie con ms fervor ni
+con ms tino que Montalvo elogia, en mi sentir, la lengua castellana y
+las obras maestras que en esta lengua se han escrito.
+
+Montalvo tiene, como todos los americanos, latinos y no latinos, una
+calidad buena, si bien por su exageracin peca veces de sobrado
+cndida y aun llega prestarse la burla; la mana de imitar los
+europeos, superndolos y eclipsndolos. Cuando esta cualidad va
+acompaada, como en Montalvo, de grandsimo respeto hacia los bien
+entendidos y mejor sentidos modelos, la cualidad es simptica y llega
+producir obras de mrito. Lejos de poner solucin de continuidad,
+conserva unida la civilizacin europea con la transplantada al Nuevo
+Mundo; y cuanto en el Nuevo Mundo se cria, sin dejar de ser propio de su
+suelo, parece como mugrn robusto como retoo que se nutre an de la
+savia que viene de Europa, aunque en tierra virgen y ms frtil
+reverdezca con mayor lozana, extienda ms sus ramas y haga brotar en
+ellas ms flores y ms frutos.
+
+En las obras principales y mejores de Montalvo se advierte la mencionada
+cualidad. Enamorado del modelo, le imita y anhela superarle, pero
+respetndole y amndole siempre.
+
+As, en _Los Siete Tratados_ no habr quien no note la imitacin de
+Miguel de Montaigne y el amor que Montalvo inspira; y as en _El
+espectador_, se advierte que Montalvo, prendado de Addison, propende
+imitarle hasta en el nombre ttulo de su obra. Pero en Montalvo haba
+tanto ser propio y un sentir y un pensar tan profundamente arraigados en
+el alma, que todo ello sale con mpetu y se pone en la imitacin de tal
+suerte, que la imitacin es muy distinta de lo imitado, ya que la
+informa otro espritu nuevo y muy distinto. De este modo, sin que yo
+pretenda igualar las producciones al compararlas, fray Luis de Len
+imita Horacio en _La vida del campo_, y compone una oda que Horacio ni
+siquiera entendera, si sabiendo bien el espaol resucitase.
+
+Todo el anterior prembulo y ms an necesitara y empleara yo, si no
+fuese monstruosidad convertir en prembulo todo este artculo, que por
+fuerza ha de ser muy breve, para preparar mis lectores y para impedir
+que se asusten, cuando, permtaseme lo vulgar de la frase, llegue el
+trueno gordo; la revelacin del ttulo y del asunto de la obra pstuma
+de Juan Montalvo: la aclaracin de las palabras que me sirven de
+epgrafe.
+
+Juan Montalvo encabeza su obra postuma con una elocuentsima
+introduccin. Nada mejor pensado, ni mejor escrito, ni ms entusiasta
+par que juicioso, ni ms esmaltado de sentencias metafsicas, estticas
+y morales, puede, en mi sentir, escribirse en elogio del prncipe de
+nuestros ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra, quien coloca Montalvo
+entre los mayores que ha habido en el mundo, y cuyo _Quijote_ slo
+pone por cima la _Biblia_ y la _Iliada_. Y ahora llega por fin el trueno
+gordo. El ttulo de la obra pstuma es el siguiente: _Captulos que se
+olvidaron Cervantes. Ensayo de imitacin de un libro inimitable_.
+
+Y en efecto, Juan Montalvo escribe y sus herederos sus admiradores y
+paisanos dan la estampa, en Bezanson, en 1895, aunque el libro no ha
+llegado hasta ahora nuestras manos, nada menos que sesenta captulos
+aadidos al _Quijote_. Acaso el autor, en vida, no se hubiera atrevido
+publicarlos. Acaso no pretendi nunca rivalizar con Cervantes. Acaso el
+extremo de su amor y de su admiracin le hizo incurrir en esta modo de
+locura. Nada menos parecido Cervantes que Juan Montalvo; uno, todo
+espontaneidad, sencillez y alta inspiracin, menudo casi
+inconsciente; otro, todo reflexin, artificio y doctrina. El libro de
+Montalvo, no obstante, es la obra de un hombre de gran talento, del ms
+atildado prosista que en estos ltimos tiempos ha escrito en lengua
+castellana, y de un hombre, por ltimo, de imaginacin briosa y rica. Su
+libro merece ser examinado y juzgado, pero no caben en este articulo ni
+el examen ni el fallo. Qudense, pues, para otro da, si alguien muestra
+curiosidad por conocerlos.
+
+[Illustration]
+
+
+
+EL PAS DE LA CASTAETA
+
+
+Har ya seis meses estuvo en Madrid un anglo-americano, llamado H. C.
+Chatfield-Taylor. Un amigo mo me le present y trajo mi casa, donde
+tuve el gusto de conocerle. Me pareci sujeto amable, discreto
+ilustrado, y muy entusiasta de nuestro pas. Pronto volvi al suyo dicho
+seor, escribi un libro sobre Espaa, le imprimi en Chicago,
+exornndole con bor nitas estampas, y tuvo la bondad de enviarme un
+ejemplar, que recib hace pocos das. Confieso que el ttulo del libro
+me desagrad bastante. El libro se titula _El pas de la castaeta_ (The
+Land of the Castanet). Ya en el ttulo hay una ofensa. Es como si un
+espaol escribiese un libro sobre los Estados Unidos, y sin acordarse de
+Washington, de Franklin, de Lincoln, de Grant, de Emerson, de Poe, de
+Edison, de Chaning, de Whittier y de otros muchos ilustres personajes;
+de sus nobles y hermosas mujeres, de sus grandes ciudades, de sus
+monumentos, de su riqueza, de su prosperidad, de las bellezas naturales
+de su territorio, de la anchura del Hudson y del Misisip, y del salto
+del Nigara, recordase slo la abundancia de cerdos que se cran y se
+matan en Chicago y titulase su libro _El pas del cerdo_.
+
+A menudo el Sr. Taylor nos acusa en su libro de orgullosos. Yo no creo
+que lo somos ni que lo hemos sido nunca; mas no por eso nuestra humildad
+ha de llegar hasta el extremo de resignarnos creer que el objeto que
+ms nos caracteriza y distingue de las otras naciones del mundo es la
+castaeta.
+
+Hace muchos aos, cuando el rey de Sajonia, que haba sido partidario de
+D. Carlos, reconoci por reina Isabel II, mand esta corte un
+elegante y rico enviado extraordinario, llamado el barn Fabrice. Trajo
+este seor consigo un hbil cocinero, que adems era literato, y que
+al volver su tierra compuso un libro de sus impresiones de viaje en
+Espaa, y le titul _Puchero_. Nadie entre nosotros poda ver la menor
+ofensa en este ttulo. Para una persona cuyo principal oficio y arte es
+la cocina, el puchero no puede menos de ser la idea capital y como el
+centro en cuyos alrededores se agrupan las dems cosas. De la misma
+suerte, si el Sr. Taylor hubiera sido bailarn, la castaeta hubiera
+sido tambin, naturalmente, el ncleo de sus impresiones, la piedra
+angular de todo el caramillo de ideas que sobre Espaa formase; pero
+como yo no creo que el seor Taylor sea bailarn de oficio, hallo raro
+que califique Espaa de _pas de la castaeta_, por ms que en Espaa
+las castaetas castauelas se toquen desde muy antiguo, segn lo
+atestigua Marcial en sus versos en elogio de Teletusa, que las
+repiqueteaba de lo lindo al gusto de Cdiz; por ms que un docto fraile
+inventase y escribiese una ciencia nueva titulada Crotaloga ciencia
+de las castauelas, y por ms que mi ingenioso y erudito amigo D.
+Francisco Asenjo Barbieri, que en paz descanse, escribiese tambin un
+curioso discurso sobre tan alegre instrumento.
+
+Hecho ya este inevitable reparo, no he de negar que el libro del Sr.
+Taylor es de muy amena lectura, contiene muchas noticias, y veces
+encomia hasta con entusiasmo no pocas personas y bastantes cosas de
+Espaa. Da, por ejemplo, justos y atinados elogios varios de los ms
+notables de nuestros polticos y literatos, como Castelar, Moret,
+Echegaray, Emilia Pardo Bazn, Cnovas y Sagasta. Del conjunto del libro
+se infiere que el Sr. Taylor desea sernos favorable; pero pesar suyo
+el prisma engaoso del protestante y del _yankee_, al travs del cual
+nos mira, hace que menudo, ya nos calumnie y nos injurie involuntaria
+y candorosamente, ya lance sobre nosotros contra nosotros profecas,
+ageros y juicios, mi ver, disparatados.
+
+Dice, por ejemplo, que nosotros, en nuestro orgullo, tenemos peor
+opinin de los _yankees_ que los _yankees_ de nosotros. Lo nico que se
+ha hecho en Espaa es contestar con algunas injurias, que yo encuentro
+de psimo gusto, las de un gusto mil y mil veces ms depravado y
+run, que nos han dirigido y que nos dirigen de continuo senadores,
+diputados, escritores graves, que pretenden serlo, y periodistas de la
+Gran Repblica. Si fusemos contestar los _yankees_ con suma igual
+de injurias las que les debemos, nos pareceramos dos enjambres de
+verduleras que se ponen como hoja de perejil, con el Atlntico de por
+medio. Y las injurias de los escritores de los Estados Unidos contra
+nosotros no son de ahora, con ocasin de la guerra de Cuba, sino que
+vienen de muy atrs. Slo Guillermo Draper ha dicho ms ferocidades
+contra Espaa y ha mostrado ms profundo aborrecimiento contra nosotros
+que el que podran atesorar todos los espaoles juntos, si se decidiesen
+ denigrar, escarnecer y insultar los anglo americanos.
+
+El mismo Taylor, que pretende, que desea, que aspira de buena fe hacer
+nuestra apologa, ya desde el segundo rengln de su libro nos califica
+de indolentes y de crueles. La acusacin de fanatismo y de supersticin
+que el Sr. Taylor lanza menudo contra nosotros casi no nos ofende, y,
+de puro poco razonable y fundada, nos parece chistosa. Si fusemos
+hacer la estadstica de los ajusticiados, quemados y asesinados por
+motivos religiosos, de fijo que resultara, pesar de Torquemada y de
+todos los inquisidores, doble triple nmero que en nuestra cuenta en
+la cuenta de la sentimental y piadossima raza anglo-sajona.
+
+En lo tocante supersticin, declaro que no me explico que nos acuse de
+ella ningn cristiano de distinta iglesia que la catlica. Libre es todo
+hombre de aceptar y creer por completo lo dogmtico de nuestra religin,
+ slo una parte, modificndola algo no modificndola; pero desde el
+momento en que se cree una parte, no hay razn ni motivo para llamar
+supersticioso al que lo cree todo. Cuando dijo Sancho que no bien l y
+su amo se remontaron al cielo, se ape l de Clavileo y se puso jugar
+con las _siete cabrillas_, Don Quijote tuvo sobrada razn en decirle que
+no se allanara creer en su jugueteo con las estrellas, si Sancho no
+crea tampoco en nada de lo que cont que en la cueva de Montesinos le
+haba pasado. Para un impo racionalista, tan absurdos son los retozos
+de Sancho con las Plyades, como la conversacin y los lances del
+hidalgo manchego con Montesinos, Durandarte y Belerma. Por qu, para un
+espritu religioso, han de ser fanticos el doctor eximio Suarez, el
+glorioso Ignacio de Loyola, Melchor Cano y Domingo de Soto, y han de ser
+unas criaturas muy juiciosas y razonables Wiclef, Knox, Lutero y
+Calvino? O todos igualmente locos y fanticos, todos igualmente dignos
+de consideracin y respeto.
+
+Otra terrible mana del Sr. Taylor es la que muestra contra las corridas
+de toros, las que fu no obstante y se divirti vindolas. Lo que es
+yo, gusto tan poco de dichas corridas, que nunca voy presenciarlas,
+como no he ido en los Estados Unidos divertirme en ver dos
+ciudadanos romperse puetazos el esternn y las quijadas para deleite
+de los cultos espectadores; mas no por eso dir que mientras entre los
+_yankees_ se estilen tales juegos, no ser posible que se civilicen y
+seguirn siendo brbaros y feroces. El Sr. Taylor declara en cambio que
+nosotros slo porque toleramos las corridas de toros, somos _incapaces
+de civilizacin_ en su ms alto sentido.
+
+Dir, por ltimo, que el Sr. Taylor, que varias veces nos acusa de
+crueles, es cruelsimo con el pueblo espaol cuando le compara un
+hidalgo empobrecido y casi hambriento, que lleno de vanidad y por seguir
+alternando con otros hidalgos ricos, es manirroto y despilfarrado, gasta
+ms de lo que tiene y va derecho la ms espantosa ruina. Pues qu,
+entiende el Sr. Taylor que sea vanidad y despilfarro que procuremos
+conservar, aun costa de los mayores sacrificios, una isla que nos
+pertenece, y donde nadie pocos se sublevaran si desde los Estados
+Unidos no los alentasen y no les enviasen armas y dinero? Cuba es
+nuestra propiedad legtima, y no es vanidad ni soberbia nuestro empeo
+en conservarla. Cuba es, adems, como la prenda y el testimonio visible
+y monumental de que este pueblo de la _castaeta_ fu el que descubri
+el Nuevo Mundo implant en l las artes y la civilizacin de Europa.
+
+Aunque nosotros no negamos que en comparacin de los Estados Unidos
+somos muy pobres, todava nos parece duro que cada paso se nos eche
+en cara nuestra pobreza y la vanidad ridcula con que se supone que
+tratamos de disimularla. Las seoras, dice el Sr. Taylor, van paseo en
+coche elegantemente vestidas de medio cuerpo arriba, y de medio cuerpo
+abajo muy andrajosas, cubriendo con una manta aquella miseria. Por
+lucirse, andar en coche y tener palco en el Real, se tratan muy mal en
+casa, la cual suele estar inconfortable y mal amueblada. En invierno se
+mueren de fro, y en todas las estaciones remedan al camalen,
+alimentndose casi del aire.
+
+El Sr. Taylor deja entrever con insistencia su recelo de que en Espaa
+se come poco y mal, de modo que nosotros para agasajar los extranjeros
+no los convidamos nunca comer, limitndonos hacerles muchas
+cortesas. Nos cuenta, sin embargo, contradicindose, que el Sr. don
+Emilio Castelar le di un almuerzo suculentsimo, en el que se sirvieron
+diecisiete platos, sin contar los postres, que seran, probablemente,
+cuarenta cincuenta, todo ello, para que no se atragantase, remojado
+con los mejores vinos espaoles. Pues qu quera ms el Sr. Taylor?
+Tambin se contradice al hablar de los clubs casinos. En algunos
+pasajes de su libro afirma que no somos un pueblo _clubable_, y califica
+de mezquinos y pobres nuestros clubs, y lamenta que se sostengan por el
+juego. Y en contra de lo dicho, afirma en otros pasajes, por ejemplo,
+que el Casino de Crdoba es grandioso, y ensalza el Ateneo de Madrid,
+que al fin es un casino donde no se juega, encomiando su rica y selecta
+biblioteca, su gran saln de sesiones y sus ctedras, donde personas
+sabias y elocuentes ensean diversas ciencias y facultades.
+
+Sobre la _high-life_ de Madrid y sobre las damas de la suprema
+elegancia, el Sr. Taylor est algo satrico; pero en manera alguna
+singularmente ofensivo, ya que los vicios y faltas que halla en la
+_smart set_ madrilea le parecen menores que los de la _smart set_
+neoyorquina. Como yo en este punto tengo la manga mucho ms ancha que el
+seor Taylor, absuelvo de casi todas sus culpas, sin imponerles la menor
+penitencia, tanto las damas elegantes de Madrid, como las de los
+Estados Unidos, que me parecieron guapsimas, discretas y divertidas,
+durante los dos aos que pas en aquella tierra. Mi indulgencia es
+fenomenal para con las seoras. Apenas hay rareza que yo no les perdone;
+hasta perdono algunas de nuestras damas elegantes que, segn observa
+el Sr. Taylor, aunque no sepan hablar ingls, pronuncien con acento
+ingls el castellano, apretando mucho los dientes, desde que pasaron una
+semana en Londres. Este acento ingls es ya ms distinguido y ms _chic_
+que la erre nasal gangosa que otras damas emplean fin de parecer
+educadas en _Pars de Francia_.
+
+La clase media, sigue el Sr. Taylor, es ignorante, grosera y sucia.
+Supone enorme distancia, un abismo, entre nuestra nobleza y el pueblo.
+No s cmo ha podido notar esto en el pas ms democrtico del mundo,
+que es Espaa. El seor Taylor acusa cada paso de ignorantes los
+espaoles. No se comprende cmo el poco tiempo que ha estado aqu le ha
+bastado para examinarnos de todas las asignaturas y darnos calabazas.
+Los mahometanos y los judos, esos s que eran sabios; pero hicimos la
+barbaridad de expulsarlos.
+
+No cabe en este breve escrito contestar las censuras del Sr. Taylor.
+Nos limitaremos contraponerle las siguientes afirmaciones:
+
+Que durante toda la Edad Media la Espaa cristiana fu el pueblo ms
+tolerante de toda la cristiandad:
+
+Que cuando venan cruzados ayudarnos en la Reconquista, era menester
+echarlos luchar contra ellos, para que no matasen ni robasen todos
+los judos y mahometanos, faltando los pactos y la fe jurada:
+
+Que la sabidura muslmica y rabnica y sus filsofos y doctores, en vez
+de ser perseguidos por los monarcas cristianos de Espaa, hallaron con
+frecuencia en sus cortes proteccin y refugio contra las fanticas
+persecuciones, ya de algunos califas de Crdoba, ya de los almoravides y
+almohades, en la poca de las tremendas invasiones africanas:
+
+Y en fin: que esa sabidura se difundi y se di conocer en el resto
+de Europa por medio de los cristianos espaoles, arzobispos, obispos y
+sacerdotes casi siempre, que tradujeron, comentaron y explicaron los
+textos arbigos y hebricos.
+
+Pero salgamos de las honduras en que nos hemos metido, y terminemos
+este artculo, que va siendo ya sobrado largo, afirmando que el libro
+del Sr. Taylor es muy agradable de leer, pesar de los defectillos que
+hemos notado, y que, si procuramos no ser vidriosos, reconoceremos que
+cuanto el Sr. Taylor dice contra nosotros, proviene de prejuicios
+difciles de arrancar del alma de un extranjero, pero que en el fondo el
+seor Taylor nos encomia procura encomiarnos, y en casi todas las
+pginas de su libro muestra hacia nosotros muy sincera y fervorosa
+simpata.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+SOBRE LA ANTOLOGIA
+
+DE POETAS LRICOS CASTELLANOS
+
+DE DON MARCELINO MENNDEZ Y PELAYO
+
+
+Distrada la atencin de la gente hacia los tristes acontecimientos
+polticos que van sucedindose, poco nada interesan los trabajos
+literarios de nuestros das. De comedias, novelas y otros libros de
+entretenimiento, suele hablar la crtica en los peridicos. De libros
+eruditos, si tratan de cosas que pasaron mucho tiempo h, los peridicos
+no suelen decir nada ni tienen espacio ni vagar para ello. Y, sin
+embargo, adems de que se aquieta y satisface la curiosidad con saber
+las cosas antiguas, el recordarlas el saberlas mejor, cuando nos las
+explica un varn docto y discreto, nos sugiere multitud de pensamientos
+y nos excita proponer, ya que no resolver, dudas, enigmas y
+problemas que tienen aplicacin inmediata las cosas de ahora.
+
+Digo esto propsito del ltimo libro del seor Menndez y Pelayo (Tomo
+VI de la _Antologa de poetas lricos castellanos_), donde el autor, en
+ms de 400 pginas, nos presenta un cuadro completo de la cultura y de
+la grandeza de Espaa en tiempo de los Reyes Catlicos, fines del
+siglo XV y principios del XVI.
+
+Hablando con desenfadada franqueza, yo creo inferiores lo que hoy se
+escribe todas las producciones literarias de aquella edad, salvo tres,
+cuya resonancia y fama en las naciones extranjeras, y cuyo influjo en la
+cultura general no tiene traza de adquirir ni podemos presumir ni
+esperar que adquiera ninguna de nuestras producciones contemporneas.
+Son estas tres obras que excepto _La Celestina_, las _Coplas_ de Jorge
+Manrique, y _El Amadis_, en su ltima forma definitiva.
+
+No ser yo de aquellos quienes condena el Sr. Menndez, porque
+desechan sin leerlos y como malos insufribles todos los versos del
+_Cancionero general_ de Castillo y los que encierra el de Resende,
+escritos en castellano; pero no puedo persuadirme de que haya en dichos
+versos algo que se levante sobre el nivel de lo mediano, y que divierta
+ interese hoy, si bien debe leerse y estudiarse, ya que sobre
+costumbres, usos, pasiones, aventuras y casos de aquella poca gloriosa,
+ensea no poco que no ensean las crnicas ni las historias, y ya que es
+adems muestra y dechado del lenguaje y estilo de Castilla en los
+momentos de su mayor expansin y florecimiento polticos.
+
+Tal vez logre el Sr. Menndez, cuando hable de Juan del Encina, quien
+califica del mayor poeta en aquel perodo y de D. Pedro Manuel de Urrea,
+que sobresale entre los aragoneses, infundirnos, al analizar y criticar
+sus obras, un concepto ms elevado de nuestra inspiracin potica de
+entonces. Yo dudo de que lo consiga, y no acierto explicarme el poco
+valer de la poesa de entonces por falta culpa del instrumento; porque
+la lengua no estaba hecha ni el buen gusto formado. Cuando en aquella
+lengua se escribieron las _Coplas_ de Jorge Manrique, bien pudieron
+escribirse otras muchas de igual mrito. Y no atribuyo tampoco mi
+cortsimo entusiasmo por aquella antigua poesa espaola que para
+entenderla y sentirla bien, importa trasladarse en espritu la edad en
+que se compuso. Si es difcil trasladarse en espritu principios del
+siglo XVI sin salir de Espaa, ms lo es volar Grecia Italia no
+pocos siglos antes, y no por eso dejo de atreverme decir que
+comprendo, estimo y admiro Pndaro, Horacio, Virgilio, Dante y
+al Petrarca. El no admirar, por consiguiente, los poetas de los
+Cancioneros, debe de consistir, y no hallo otra razn por ms vueltas
+que le doy, en que distan mucho de ser admirables.
+
+En cambio, en la vida del ms insignificante de ellos, en sus lances de
+amor y fortuna, hay ms poesa, ms chiste, ms amenidad ms
+sublimidad, que en todo el frrago de sus canciones, glosas y
+villancicos.
+
+Resulta de esto que (y sigo hablando con franqueza) apenas hay criatura
+humana, no ser muy sabia, que aguante de seguida seis pginas de
+lectura de los versos publicados hasta ahora en la _Antologa_ del Sr.
+Menndez, cuyos prlogos en cambio son encantadores y se leen con mayor
+inters y deleite que la ms ingeniosa y apasionada novela. Por dicha,
+los prlogos son extenssimos, y son tan pocos los versos, que casi no
+parecen sino un pretexto para escribir los prlogos. Los retratos y
+biografas de Antn de Montoro, de los Manriques, de Alvarez Gato, de
+Pedro Guilln de Segovia, de Snchez de Badajoz, de Diego de San Pedro y
+de otros trovadores, estn hechos de mano maestra, y an es ms hermosa
+y tiene mayores atractivos la brillante pintura que hace el Sr. Menndez
+de la renovacin social, del desenvolvimiento poltico, de la
+organizacin y pujanza, de los bros que casi de repente se muestran en
+Aragn y en Castilla unidos, y del salto milagroso, porque, mi ver es
+inexplicable, con que una nacin, presa de las discordias civiles, rota
+y desbaratada, y al parecer, pobre y dbil, se alza de sbito ser la
+envidia y la admiracin de los dems pueblos de Europa, amenazndolos
+con su hegemona y haciendo que el sueo de una monarqua universal, en
+no remoto porvenir, no fuese completo delirio.
+
+Cul fu la causa de tamaa transformacin y de tan improvisado
+crecimiento? No puede ser ms lastimoso el cuadro que los doctores
+Villalobos y Francisco Ortiz, que Hernando del Pulgar y que otros
+escritores de aquella poca hacen de la situacin de Castilla. Era un
+caos horrible, de donde la sacaron ser una gran nacin la fuerte mano
+de la Reina Catlica y el genio militar y poltico de su marido. El
+remedio que emplearon para curar el mal y trocarle en robustez sana y
+fecunda no fu menos horrible. En nuestra edad ms piadosa y humana,
+apenas se concibe rigor tan cruel, y an se pone en duda que fuese
+indispensable en aquella edad de hierro. Las fortalezas y castillos se
+derrumbaban y arrasaban por docenas; los malhechores, bandidos y tiranos
+soberbios, que haban infestado y devastado el pas, eran ajusticiados
+miles. Para apaciguar el reino--dice el doctor Villalobos--se hacan
+muchas carniceras de hombres y se cortaban pies y manos y espaldas y
+cabezas.
+
+Encarecidsimas son las alabanzas que, ya al rey D. Fernando, ya la
+reina doa Isabel, dan los ms egregios escritores y pensadores de su
+tiempo. Machiavelli alaba al Rey Catlico, prncipe nuevo que, de rey
+dbil, ha llegado ser el primer rey de los cristianos, que sujet y
+dom los barones y magnates, que cre una milicia invencible, que
+arroj de su reino los _marranos_, ejemplo raro y admirable; y que
+asalt el Africa, hizo la empresa de Italia y venci Francia, urdiendo
+siempre cosas grandes para tener suspensos y admirados sus sbditos,
+sin darles ocasin ni reposo para que se rebelasen.
+
+El conde Baltasar Castiglione es ms galante y dedica la reina todas
+sus alabanzas. Segn l, ni en su tiempo ni en siglos atrs hubo en el
+mundo rey prncipe que merezca ser comparado con doa Isabel la
+Catlica. Su fama se extenda por todas partes, y los que con ella
+vivieron y vieron por sus mismos ojos sus maravillas afirman haber esta
+fama procedido totalmente de la virtud de ella y de sus grandes hechos.
+En sus das ningn bueno se quej de ser poco remunerado, ni se jact
+ningn malo de no ser demasiadamente castigado; de donde naci tenelle
+los pueblos un extremo acatamiento, mezcla de amor y miedo. Y
+prosiguiendo en la misma alabanza, casi con las mismas frases, aunque
+abreviando, se pone aqu como la alabanza mayor que los mismos grandes,
+ quienes la reina despoj y dom, le quedaron aficionados en todo
+extremo y la sirvieron rendidos, de suerte que todos los hombres
+sealados y famosos que hubo en Espaa fueron como _hechos por ella_, y
+de ser hechos por ella se envanecan. As el Gran Capitn, el cual se
+preciaba de esto ms que de todas sus victorias y ms que de sus
+excelentes hazaas, en paz y en guerra, por las cuales quedan por bajo
+de l en grandeza de nimo, en saber y en toda virtud, los prncipes,
+hroes y monarcas de aquellos das.
+
+A pesar del valer innegable y extraordinario de los soberanos consortes,
+de su energa subida de punto, de las _terrficas y espantables
+anatomas_ que hicieron y de las sabias leyes que promulgaron, repito
+que no acierto explicarme la aparicin poderosa y preeminente de
+Espaa entre las dems naciones, si el germen de su grandeza no hubiera
+estado latente, pero vivo y pronto brotar, en las entraas del pueblo
+todo. Mucho puede hacer un soberano, un hombre de genio, y, si no de
+genio de buena intencin, al frente de un pueblo y dirigiendo sus
+destinos; mas para esto es menester que el pueblo se preste, le ayude y
+tenga conciencia de lo que puede y vale. Claro est que ni por el bro,
+ni por la virtud militar y poltica, debe ni remotamente compararse
+Carlos III con los Reyes Catlicos, pero los iguala, y, prescindiendo
+del adelanto moral que han trado los siglos, les lleva no corta ventaja
+en buena intencin, en dulce amor los sbditos y en benigna blandura,
+ pesar de la tirnica expulsin de los jesutas, y, sin embargo, todo
+lo que hizo Carlos III tuvo algo de inconsistente y de efmero,
+volviendo caer Espaa en su anterior abatimiento, del cual, salvo el
+glorioso parntesis de la Guerra de la Independencia, no se ha levantado
+todava.
+
+Infiero yo de todo lo dicho y de lo que callo, porque no cabe en un
+artculo breve, que la historia es tan divertida como poco docente
+dgase que ensea poco. Ensea cmo fueron las cosas, pero no por qu
+fueron. Despus de leer mucha historia y de divertirme leyndola me
+inclino yo decir como los historiadores mahometanos: Alabado sea el
+poderoso Al que da el podero quien quiere y quien quiere se le
+quita. Esta es la manera, no slo ms piadosa, sino ms cmoda y fcil
+de explicrselo todo. De otra manera nada se explica. En qu consiste
+que estuviese Espaa tan alta en tiempo de los Reyes Catlicos y que
+est tan baja ahora? Valen menos los hombres del da? No lo s; pero me
+inclino creer que no. A nuestros hombres del tiempo de los Reyes
+Catlicos y de sus sucesores inmediatos, lord Macaulay los ensalza hasta
+el punto de convertirlos en semidioses; Grecia y Roma no tuvieron
+varones ms insignes. En cambio, nuestros hombres del da acaso inspiran
+desdn y lstima, no slo los lores, sino los yankees. No depender
+esto, ms que del mrito diferente de unos y de otros, de los caprichos
+de la ciega fortuna? Son ms tontos menos valerosos los espaoles del
+siglo XIX que los de los siglos XV y XVI? Est la inferioridad en la
+poca fe religiosa del da? Conjeturo que no, al leer todas las
+irrespetuosas blasfemias de que se valan entonces para elogiar las
+damas quienes servan, para adular los poderosos. Antn de
+Montoro, por ejemplo, dice la reina Catlica:
+
+ Alta reina soberana,
+ Si antes nascirades vos
+ Que la hija de Santa Ana,
+ En vos el hijo de Dios
+ Recibiera carne humana.
+
+Ni menos consiste nuestra inferioridad de ahora en que seamos menos
+codiciosos, menos envidiosos y menos viciosos que nuestros padres. Los
+documentos de los siglos XV y XVI dan testimonio fehaciente de lo
+contrario. El desenfreno de las costumbres y la falta de pudor haban
+llegado su colmo. Dganlo la _C... comedia_, _El pleito del manto_ y
+las obscensimas comedias _Serafina y Tebaida_, todo lo cual circulaba
+libremente, sin que los padres de familia se escandalizasen y sin que la
+Inquisicin hiciese alto en ello.
+
+Dice Toms Campanella, en su libro _De monarchia hispanica_, que en los
+siglos brbaros prevalecieron los pueblos rudos del Norte y tuvieron el
+imperio; pero que cuando llegaron valer ms la astucia y la maa que
+la fuerza, inventadas la imprenta y la artillera, _rerum summa rediit
+ad hispanos_, por ser hombres ms listos, ingeniosos y astutos.
+Aceptando esta explicacin, he cavilado yo veces, para explicarme
+nuestra decadencia, que tal vez la industria y los esfuerzos del trabajo
+manual han vuelto colocar algo modo de fuerza material aunque
+refinada sobre el ms alto valer de las espirituales energas. Acaso
+provenga de este para nosotros lisonjero supuesto, que Espada haya
+decado tanto. Si as fuese, podramos aadir una parte y una excelencia
+ms al famoso libro del Padre Pealosa, titulado _Cinco excelencias del
+espaol que destruyen Espaa_. No quiero, pues, en serio, atribuir
+tal causa nuestra pasada excelsitud y nuestro hundimiento presente. Y
+tampoco quiero atribuirlo lo que ahora llamaramos medidas de
+gobierno, ya que las ms celebradas y admiradas en lo antiguo, por los
+que entonces escribieron, nos repugnan hoy y menudo nos parecen
+feroces y vitandas atrocidades. Ni lo atribuyo, por ltimo, material
+flaqueza falta de recursos, ya que, aun atendido el universal progreso
+de poblacin, bienestar y productos de toda clase, no es tan pobre ni
+tan flaca la nacin que, sin exhalar casi una queja, enva 150.000
+soldados Cuba y piensa en enviar otros 50.000 dentro de poco.
+
+Vaya usted ver, pues, en qu consiste nuestra decadencia. Avergelo
+Vargas. Por qu pudo celebrar el antiguo poeta y hoy no puede celebrar
+el moderno
+
+ A aquellos capitanes,
+ en la sublime rueda colocados
+ por quien los alemanes,
+ el fiero cuello atados,
+ y los franceses van domesticados?
+
+Hoy no acertamos atar el fiero cuello Mximo Gmez ni domesticar
+al mulato cimarrn Maceo. En qu estriba la diferencia? Lo ignoro. Pero
+de la ignorancia misma nace una esperanza consoladora. Hay en todo algo
+de misterioso que induce no tener por absurdos los cambios ms
+radicales. Los espaoles son los mismos de siempre. Dios lo puede todo.
+Sus designios son inexcrutables. Y ya que nada de transcendental
+saquemos en claro del ltimo libro del Sr. Menndez, sino unas cuantas
+horas agradabilsimas leyndole, pongamos nuestra confianza en Dios, y
+en la justicia, y en el valer de Espaa, y exclamemos para terminar:
+
+ _Causa jubet melior superos sperare secundos._
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+MRITO Y FORTUNA
+
+
+Hace pocos das recib carta de mi excelente amigo el doctor D. Juan
+Fastenrath. Entre otras cosas me dice que en Alemania van celebrar el
+centenario de D. Manuel Bretn de los Herreros y que el gran duque de
+Sajonia Weimar har que en el teatro de su corte se represente una
+comedia, tal vez _Murete... y vers_, de aquel fecundo y ameno poeta,
+el 19 de Diciembre prximo, al cumplirse el siglo de su nacimiento.
+
+Lleno de patritica satisfaccin v yo esta prueba del alto aprecio con
+que en algunos pases de Europa miran los ingenios espaoles
+contemporneos.
+
+Agu, no obstante, y hasta acibar mi contento, la injusta severidad con
+que un autor ingls de mucha fama, que por acaso estaba yo entonces
+leyendo, juzga y condena la Espaa del da. En su estudio sobre Santa
+Teresa dice el Sr. Froude: Las revoluciones siguen las revoluciones
+en la Pennsula Ibrica, hunden al pueblo en la miseria y esterilizan
+el suelo; pero en estos ltimos tiempos, no han producido un solo
+personaje como aqullos cuyos nombres forman parte de la historia
+europea. Slo han producido aventureros militares y oradores de
+_elocuencia transcendente_; pero ningn Cid, ningn Gran Capitn, ningn
+Alba, ningn Corts, ningn Pizarro. El progresista de nuestra edad
+necesita subir mucho si ha de elevarse al nivel antiguo.
+
+La verdad es que acerca de la Espaa actual hay en el mundo muy
+desfavorables opiniones. Todava somos estimados y ensalzados por
+nuestros artistas. Nuestros poetas lricos, tan buenos, en lo que va de
+siglo, como los de cualquiera otro pas, son desconocidos en los pases
+extranjeros. Algunas de nuestras novelas, aunque pocas, han sido
+traducidas en varias lenguas. Y algo de nuestro teatro moderno ha sido
+traducido y aplaudido tambin, sobre todo en Alemania y en Inglaterra.
+Acaso _El drama nuevo_, de Tamayo, sea lo que debemos el mayor
+triunfo. Ha pasado el Atlntico, y puesto en ingls, ha embelesado al
+pblico de los Estados Unidos.
+
+En mi sentir, no obstante, el movimiento presente del ingenio espaol se
+estima fuera de Espaa en muchsimo menos de lo que vale. Sin duda
+consiste esto en que Francia, que para todos los pueblos civilizados
+hace el papel de divulgadora y que adems se interpone entre nosotros y
+los dems pueblos, dista mucho de sernos favorable. Y no lo es porque en
+Francia nos quieran mal ni porque falten en Francia personas eruditas
+que conozcan tan bien mejor que nosotros nuestra historia, nuestra
+lengua y nuestra cultura, sino porque la generalidad de los franceses
+est tan engreda, y no sin razn, si cabe razn en el engreimiento, que
+casi no puede concebir que, desde los principios del siglo XVIII hasta
+ahora, se haya hecho en Espaa ms que remedarlos permanecer en la
+barbarie corrupcin mental en que habamos se supone que habamos
+cado.
+
+En este error nos cabe gran parte de culpa. Nosotros mismos nos hemos
+empeado en probar que muri el antiguo pensamiento espaol castizo, y
+que desde Luzn en adelante Francia nos ha inspirado y nos ha pulido.
+
+Nada ms falso si discurrimos sobre ello con tino y reposo. El
+escepticismo del siglo pasado: su pobre filosofa sin metafsica; sus
+ideas y sentimientos, nobles aunque maleados por excesiva declamacin,
+sobre filantropa, igualdad, libertad y progreso, todo esto fu el
+espritu de una poca en la historia de Europa, si se quiere, de todo
+el gnero humano; pero en Francia reson con mayor estruendo y
+hermosura, primero en sus escritores, y en su revolucin ms tarde.
+Cmo haba de sustraerse Espaa al influjo de lo que aquellos
+escritores dijeron y de lo que la revolucin hizo? Hasta poda
+considerarlo como el eco de su propio pensar y sentir, escrito primero,
+y luego actuado. Aun as, yo entiendo que el influjo de Francia fu
+menor en Espaa que en las dems naciones. Y en lo tocante las reglas
+del arte, la forma, lo meramente literario, apenas merece tenerse en
+cuenta. As como Parini, Alfieri, Monti, Fscolo y Pindemonte nada deben
+ la imitacin francesa, los poetas de las escuelas de Sevilla y
+Salamanca, ambos Moratines en lo lrico y pico, Quintana, Gallego y el
+duque de Fras nada le deben tampoco. Hasta en la poesa dramtica, aun
+cuando queramos sujetarnos las reglas venidas de Francia, ramos
+originales, castizos y, permtaseme la expresin, de pura sangre
+espaola. Tan original, tan inspirado y tan propio de su nacin y de su
+poca, es D. Ramn de la Cruz como Lope como Tirso.
+
+Froude puede decir lo que se le antoje, pero, en literatura al menos, no
+veo yo por qu los nombres del mencionado sainetero, los de los grandes
+poetas lricos que hemos citado, y los de bastantes otros ms recientes
+que pudiramos citar, han de excluirse de la historia de Europa y no han
+de poder figurar al lado de los nombres de Byron, Moore, Shelley y
+Burns.
+
+A menudo cavilo y hago examen de conciencia para ver si me ciega no el
+amor propio nacional y siempre resulta de mi examen que dicho amor
+propio no me ciega. La mayor parte de los espaoles, y yo con ellos,
+pecamos en el da por todo lo contrario. Cada cual propende figurarse,
+ponindose l un lado como excepcin rara y punto menos que nica, que
+por ac, intelectual y moralmente, todo est muy rebajado. La
+maledicencia, la ms acerba censura, y la stira ms cruel se
+manifiestan en nuestras conversaciones y escritos y son lo que ms
+agrada y se aplaude.
+
+Como yo soy y quiero seguir siendo optimista, contra viento y marea, ni
+siquiera censuro esta furia de descontento y de censura. Afirman los que
+han navegado mucho que nunca, en medio de las ms espantosas
+tempestades, perdan la esperanza de salvacin mientras oan la gente
+de bordo lanzar votos y reniegos, blasfemias y maldiciones; y que slo
+empezaban perder la esperanza cuando vean la gente de bordo,
+resignada y contrita, rezar y no jurar y decirse ternuras en vez de
+improperios.
+
+Por este lado, pues, y como prueba de que queremos luchar contra la
+borrasca y vencerla, estoy por decir que me parece bien y til que nos
+denostemos y nos humillemos unos otros hasta no poder ms; pero hoy
+quiero yo discurrir serenamente, como si no hubiera tempestad, sino
+calma, sin resignacin y sin furia, y ver si puedo fundar en algo un
+razonable _sursum corda_.
+
+Vlganme para ello as lo que he aprendido por la lectura como lo que he
+visto en los muchos aos que he peregrinado y vivido en extraos pases.
+No es mi intento ofender nadie, pero he de hablar con entera
+franqueza. La irona con que elogia Froude la elocuencia transcendente
+de nuestros oradores es injusta todas luces. De sobra hay en
+cualquiera otro pas oradores tan huecos, tan palabreros, tan difusos y
+tan ampulosos como los que en Espaa puedan ser ms tildados de tener
+dichos defectos. Lo que no hay de sobra en parte alguna es la facilidad,
+el primor, la elegancia y el arrebato poderoso de no pocos de nuestros
+oradores. Y en cuanto la capacidad poltica que da muestra de s en la
+accin y no en la palabra, creo que debemos hacer un distingo.
+
+Claro est, y cmo negarlo, que Espaa est pobre; que materialmente se
+halla ms atrasada que Francia, Inglaterra, Blgica, Holanda, Alemania,
+los Estados Unidos, y tal vez algunos otros pases; que es menos
+poderosa que Rusia; que ha perdido inmensos territorios en el Nuevo
+Mundo; que ha sido trabajada desde hace casi cien aos por incesantes
+discordias civiles, y que en los momentos solemnes en que vivimos ahora
+se halla abrumada de grandes calamidades y amenazada de otras acaso
+mayores. Pero la causa de esto, digmoslo sin rodeos ni disimulos, es
+que los espaoles del da son ms inhbiles, menos enrgicos, menos
+probos y menos entusiastas que los de otras edades para nosotros ms
+dichosas? Esto es lo que yo niego. Puedo ver y veo nuestra decadencia;
+puedo recelar y prever nuestra ruina; pero no creo llano y fcil
+explicar la causa. Fuera de Espaa, en Amrica y en Europa, hasta donde
+yo he podido experimentar, no he visto que la gente del pueblo sea menos
+torpe, ni menos floja, ni menos ruda que en Espaa. Y en cuanto los
+sujetos eminentes, directores y gobernadores de los Estados, ya me
+guardar yo muy bien de decir lo que dijo cierto lord ingls cuando
+envi viajar su hijo: anda, hijo mo, y psmate al ver qu casta de
+hombres gobiernan el mundo. Yo disto mucho de ser tan severo como el
+citado lord (Chesterfield, si la memoria no me engaa); pero no he
+tropezado en ninguna de las capitales y cortes que he recorrido, y he de
+declararlo aqu aunque sean odiosas las comparaciones, con ministros,
+jefes de partido, gobernadores y hombres de Estado, cuya grandeza haya
+transformado en mi imaginacin los de Espaa en unos pobrecitos
+pigmeos. Confieso que no he conocido Cavour ni Bismarck, que son los
+que, en estos ltimos sesenta aos, han hecho ms grandes cosas; pero he
+conocido muy ilustres varones, dirigiendo la poltica de florecientes
+Imperios, Repblicas y Monarquas, y, acaso por falta de sonda mental,
+no he sondeado el abismo que los separa de nuestros infortunados
+corifeos polticos, abismo en cuyas por m inexplicadas honduras han de
+residir la agudeza, el tino y la sabidura que hacen que todo les salga
+bien, mientras que todo por aqu nos sale mal por carecer de esas
+prendas.
+
+Me induce sospechar cuanto dejo expuesto que no siempre la postracin
+ el encumbramiento de las naciones depende del valor del conjunto de
+sus ciudadanos y del mrito extraordinario de los hombres que las
+dirigen. Por mucho entran el valor y el mrito; pero hay otro factor
+importante, y es la fortuna. Bien s que no hay fortuna para Dios: todo
+est previsto y ordenado por l; mas para los hombres, cmo negar que
+hay fortuna? Quin prev todos los casos adversos y prsperos? Y aunque
+se prevean, aunque se seale en un cuadro del porvenir el curso que han
+de llevar los sucesos, depende por completo de la voluntad humana el
+variar ese curso? Imaginemos el poltico ms maravillosamente previsor,
+y todava podr ser como el astrnomo que anuncia la aparicin de un
+cometa y no le detiene, que anuncia un eclipse y no le evita; como el
+mdico que pronostica los estragos de una tisis galopante y la prxima
+muerte del enfermo y no sabe curarle.
+
+Yo doy, pues, por seguro que as en el encumbramiento y prosperidad de
+los pueblos como en su decadencia y ruina, si entra por algo el mrito y
+el valer, entra por algo por mucho tambin lo que llama acaso la gente
+irreflexiva, lo que atribuye la gente piadosa la voluntad del Altsimo
+ lo que ciertos impos y sutiles metafsicos sostienen que depende del
+orden inalterable en que los casos se suceden del encadenamiento y
+evolucin de la idea en la historia humana.
+
+Como quiera que ello sea, hay venturas y desventuras, triunfos y
+reveses, hundimientos y exaltaciones que no provienen del mrito de los
+individuos de los pueblos, sino que estn por cima de las voluntades y
+de los entendimientos humanos.
+
+Y afirmndolo as, yo me pregunto: qu es lo que conviene ms, entender
+que las causas de nuestros males no son slo por nuestra culpa
+entender que estamos mal porque somos incapaces y porque no valemos lo
+que nuestros padres lo que nuestros abuelos valan? Lo que es yo,
+desde luego me inclino que es ms til entender lo primero. En ninguno
+de los dos casos, yo, como optimista, veo el mal sin remedio. Una
+nacin, lo mismo que un individuo, aunque est decada y degradada,
+puede corregirse, hacer penitencia, sufrir la dura disciplina del
+infortunio, regenerarse al cabo y volver ser grande; pero esta
+transformacin dichosa ser muy lenta y tarda. Habr que cambiar para
+ello el ser de todos los ciudadanos y el de la Repblica; pero, si el
+mal proviene de las circunstancias, las circunstancias pueden cambiar
+porque Dios el destino quiere que cambien, y la transformacin
+entonces ser rpida inesperada. Para m, por ejemplo, es evidente que
+los espaoles de los ltimos aos del reinado de Enrique IV de Castilla
+no eran peores, tal vez eran los mismos los que tenan disuelto y
+estragado todo el pas, que los que en tiempos de los Reyes Catlicos
+conquistaron el reino de Granada, descubrieron un Nuevo Mundo, arrojaron
+de Italia los franceses y lograron dar su patria el primado la
+hegemona entre todas las naciones de Europa.
+
+Lo importante, pues, es que no perdamos la confianza y el aprecio de
+nosotros mismos. Bueno es renegar y rabiar y acusarnos unos otros de
+incapaces, probando as que no estamos resignados ni echados en el
+surco; pero mejor es no creer que la incapacidad y el rebajamiento son
+generales y nica causa de nuestra ruina. Si creysemos esto estara
+perdido todo; pero si creemos, como yo creo y quiero creer, que los
+espaoles de ahora estn forjados del mismo metal y tienen el mismo
+temple de que fueron forjados y que tuvieron el Cid, el Gran Capitn, el
+duque de Alba, Corts y Pizarro, no hay nada perdido.
+
+Y como para m es evidente que nuestros poetas, artistas, oradores y
+escritores del da no desmerecen de los que tuvimos en otras edades ni
+tampoco estn por bajo del nivel de los que florecen hoy en las otras
+naciones del mundo; y como para m tambin es evidente, diga lo que diga
+el Sr. Froude, que, pesar de tantas revoluciones estriles, la tierra
+de Espaa no est ms seca ni desolada que en tiempo de los Reyes
+Catlicos del emperador Carlos V; doy por seguro que ni los polticos
+ni los adalides dichosos han de faltarnos, y que si no perdemos la
+confianza y la esperanza, ha de pasar pronto la mala hora y ha de sernos
+al cabo propicia la fortuna, con tal de que no la neguemos echndonos
+toda la culpa, y con tal de que no se lo atribuyamos todo para
+disculparnos para cruzarnos de brazos.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+FE EN LA PATRIA
+
+
+Mi padre y multitud de parientes mios por todos los cuatro costados han
+servido desde muy antiguo en la Marina espaola. Renegara yo de mi
+casta si denigrase los marinos. Pero con todo eso declaro que me
+sublevan y enojan los que pretenden poner los marinos y los
+militares de tierra por cima de toda censura de los paisanos, fundndose
+en que ignoramos sus artes. Razn tuvo Apeles de desdear el juicio del
+menestral, dicindole: _zapatero tus zapatos_; pero el zapatero no
+poda en cambio recusar Apeles como juez de su calzado, ya que Apeles,
+si no saba hacerle, tena que pagarle, gastarle y andar con l
+cmodamente. Quiero decir con esto que, en todo caso, el artista y el
+poeta podran rebelarse contra la censura. Con no mirar sus cuadros
+con no oir leer sus versos se remedia todo el mal que causan. No
+sucede lo mismo con aquellas profesiones de las que depende la grandeza
+ la ruina de los Estados, la vida de muchos hombres y la hacienda de
+todos, desde el gran capitalista, al que tiene que vivir de un salario
+mezquino.
+
+De aqu que la censura que cae sobre el militar y el marino sea lcita,
+natural inevitable. Y como veces estimula, hasta conviene, si no es
+muy disparatada, dura y descompuesta. Arqumedes saba mucho y era muy
+ingenioso. Si le hubiesen dado palanca y punto de apoyo hubiera movido
+al mundo. Y sin embargo, si cuando inventaba mil artificios pasmosos
+para defender Siracusa se hubieran burlado de l los periodistas de
+entonces, dicindole mil cuchufletas y ponindole en caricatura, aquel
+varn tan sabio se hubiera atolondrado, se hubiera hecho un lo y no
+hubiera dado pie con bola dudando l mismo del resultado de su ciencia;
+resultado que, por virtud de previas disposiciones y pesar de temores
+y dudas, hubiera al fin naturalmente sobrevenido. As, el fruto del
+rbol que se cultiva con esmero, cuando llega su madurez y no le coge
+la tmida diestra del hortelano, cae en la tierra por virtud de su
+propio peso. As tambin se puede explicar que el crucero _Princesa de
+Asturias_ se botase al agua no bien la ocasin fu propicia. Si no
+hubiese estado bien construdo bien puesto sobre la grada sobre lo
+que conviene que se ponga, de fijo que no se hubiera lanzado al mar, tan
+gallarda y primorosamente.
+
+Las comparaciones para ser exactas y luminosas, han de entenderse bien.
+Racionalmente considerado el asunto, la flauta no son por casualidad.
+Si no hubiera estado hbilmente hecha no hubieran logrado hacerla sonar
+los resoplidos ms poderosos.
+
+La verdad es que por lo que ms pecamos ahora los espaoles todos, es
+por el menosprecio de nosotros mismos, por una humildad que nos deprime,
+y por una exagerada admiracin de lo extranjero. Nos parecemos al que
+oy decir un ingls que en cierto saln algo obscuro de la Alhambra
+convendra que hubiese una claraboya; y para imitar al ingls, pidi
+tambin una claraboya para el palacio de Carlos V, que nunca tuvo techo.
+O bien nos parecemos aquel caballero de Npoles que sostena que si la
+Gruta _azul_ estuviese en Francia le habran abierto grandsima entrada,
+sin pensar que con mayor abertura hubiera desaparecido todo el
+maravilloso encanto de la gruta, casi nicamente iluminada por los rayos
+del sol que surgen refractados del seno azul del mar difano.
+
+Mucho depende de la aptitud de los hombres; pero mucho depende tambin
+de la buena mala ventura. No atribuyamos todo lo prspero la
+habilidad. En las victorias de Alejandro y de Csar la ventura hubo de
+entrar por algo. Suponer que entr por todo sera run envidia. De ella
+pudiramos acusar Felipe II, si dijo como se cuenta al saber la
+victoria de Lepanto, _mucho ha aventurado D. Juan_: pero la magnanimidad
+del mismo monarca se manifiesta cuando atribuye los elementos
+desencadenados, y no al poder de sus enemigos ni la torpeza de sus
+generales, la prdida de la Armada invencible. Los cartagineses solan
+maltratar y hasta crucificar sus generales cuando no vencan.
+Preferible es el aliento generoso del Senado de Roma que da gracias al
+Cnsul Varrn por que despus de Cannas no desespera de la salud de la
+patria.
+
+Menester es tener confianza en nosotros mismos. Entonces vencern en
+tierra los militares y en el mar harn maravillas nuestros marinos. De
+su arrojo siempre han dado y siguen dando pruebas, y no sera justo
+creer que por el entendimiento y la inspiracin estn por bajo de los
+hombres de otros pases. Creer esto equivaldra creer que en nuestro
+pas ha degenerado la especie humana, porque no ha de suponerse que
+tengan los uniformes la deplorable virtud de entorpecer y de incapacitar
+ quienes los visten.
+
+Tengamos confianza y el cielo nos ser propicio. Sin los rezos de Moiss
+y sin los milagros que por su intercesin hizo Dios, Josu no hubiera
+vencido; la profetisa Dbora no hubiera entonado su himno triunfal, si
+las inteligencias que mueven los astros no hubieran bajado combatir en
+favor de su pueblo; en mil batallas han tomado parte los dioses del
+Olimpo para favorecer los hijos de Grecia; y los Discuros abandonando
+el refulgente alczar que tienen en el cielo, y donde hospedan al sol en
+los ms hermosos das de cada ao, han peleado en solemnes ocasiones por
+la grandeza de Roma. Todo ello entendido la letra, podr ser ilusin
+sueo vano; pero, como figura, expresa enrgicamente la virtud
+taumatrgica de la fe que tienen los hombres en el genio superior y en
+los altos destinos del pueblo que pertenecen: fe dominadora de los
+nmenes, que los evoca, los atrae y se los gana para aliados y para
+amigos. As nosotros, en mejores das, cuando tuvimos mayor fe en lo que
+valemos, trajimos del cielo Santiago y, montado en un caballo blanco,
+le hicimos matar moros indios, cosa harto ajena de su profesin y
+ejercicio durante su vida mortal.
+
+Si nos obstinamos y persistimos en nuestra humildad, en recelar que
+hemos degenerado y que no somos ya lo que fuimos, ni Santiago ni nadie
+acudir socorrernos y jams conseguiremos la victoria. Desde que Tubal
+vino Espaa, desde que en Espaa reinaron los Geriones hasta el da de
+hoy, no hemos tenido un general que haya reunido bajo su mando 200.000
+combatientes. Y todava en nuestro siglo, pesar de tanta prosperidad,
+industria y riqueza no ha habido nacin alguna, por rica y grande que
+sea, que enve por mar regiones remotas ejrcito tan numeroso como el
+que hemos enviado Cuba. Pero si nos empeamos en creer punto menos que
+invencibles los mulatos y negros insurrectos y en que se acab ya la
+sustancia de que en Espaa se forjaron en otras edades los ilustres
+guerreros, ni el Gran Capitn que resucitase y fuese por all atinara
+con una inspiracin dichosa, ni hara algo de provecho, mientras que con
+fe tal vez bastara un clrigo como el licenciado Pedro Lagasca, ya que
+no se puede suponer que ni Maceo ni Mximo Gmez valgan ms que Gonzalo
+Pizarro.
+
+De estas incoherentes cavilaciones infiero yo que si nuestro triunfo se
+retardase demasiado, as en el mar del Sur como en el golfo de Mjico,
+culpa sera de nuestra falta de fe, que seguira enajenndonos la
+proteccin del cielo: pero que si como es de esperar vencemos pronto,
+sin duda que al cielo, la suerte para el que no crea en su influjo,
+deberemos el triunfo en primer lugar; pero tambin le deberemos al valor
+de nuestro ejrcito de mar y tierra y la habilidad inspiracin de
+sus jefes. Y aunque esto ltimo, aunque la habilidad y la inspiracin se
+negasen, siempre quedaran como factores de la victoria, sobre el valor
+de soldados y marinos, el sufrimiento y la constancia de la nacin, que
+al enviarlos sacrifica hericamente y murmurando harto poco su sangre y
+su dinero.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LA PAZ DESEADA
+
+
+Grandsimo mi deseo de complacer mi amigo D. Miguel Moya, escribiendo
+algo sobre la Nochebuena y la guerra de Cuba para un nmero
+extraordinario de _El Liberal_; pero mientras ms cavilo, menos cosas se
+me ocurren. Slo acuden mi memoria y pronuncian mis labios las
+hermosas palabras que en boca de los ngeles oyeron los pastores:
+_Gloria Dios en las alturas y paz en la tierra los hombres de buena
+voluntad_. Paz anhelamos todos, y ahora que la Nochebuena se aproxima,
+debemos repetir la exclamacin anglica, pidiendo paz al cielo. Y no
+slo porque con la guerra exponemos las enfermedades y la muerte
+lo ms lozano de la juventud espaola y nos exponemos nosotros la
+miseria, sino tambin porque con la duracin de la guerra, par de la
+vida de muchos de nuestros hermanos, y par del dinero y hasta de la
+esperanza de ganarle que vamos perdiendo, es de recelar que perdamos
+tambin la paciencia, el juicio y el corto ingenio que Dios haya tenido
+la bondad de darnos.
+
+Aun prescindiendo de todos los enormes males que la guerra trae consigo,
+slo porque no se volviese hablar de tan trillado, sobado y fastidioso
+asunto, debiramos rezar para impetrar del Altsimo que la guerra
+terminase, aunque fuera por virtud de un milagro, como el de la botadura
+del _Princesa de Asturias_.
+
+En suma; yo no s ya qu decir sobre la guerra, y lo que es sobre la
+Nochebuena, con decir _gloria Dios en las alturas y paz en la tierra
+los hombres de buena voluntad_, est dicho todo. Pero esto no es cuento,
+ni artculo, ni composicin potica indita, y por consiguiente, si no
+digo ms, me quedar con el disgusto de no complacer al Sr. D. Miguel
+Moya.
+
+Slo veo un medio de salir de mi apuro: referir aqu con brevedad y
+tino, si soy capaz de tanto, la discusin que acaban de tener en mi casa
+dos seores que han venido visitarme, y por dicha se han hallado
+juntos en ella. Es el uno, D. Valentn Len y Bravo, capitn de
+caballera retirado, y el otro, el hbil diplomtico D. Prudencio
+Medrano y Cordero, retirado tambin, dgase jubilado. Ambos desean la
+paz con el mismo fervor que yo; pero la buscan por muy diverso camino.
+Suponen cada uno de ellos que, si se hubiera seguido el que l traza, ya
+gozaramos de la paz en esta Nochebuena, y as nosotros en la Pennsula,
+como nuestro valiente ejrcito en Cuba, la celebraramos
+regocijadamente, despus de haber odo la Misa del Gallo, con
+suculentas cenas, en que consumiramos multitud de pavos, que desde su
+patria de origen, y no menor, multitud de jamones, que desde Chicago y
+desde otros lugares de la Unin, donde abundan los cerdos, nos enviaran
+de presente Cullon, Morgan, Sherman y algunos senadores ms.
+
+Baste de introduccin y empiece el dilogo. El arrogante D. Valentn
+habl primero y dijo:
+
+--Vamos, hombre; confiese usted que no hemos debido sufrir tantas
+ofensas y amenazas de intervenir con las armas en nuestras discordias
+civiles; jactanciosa seguridad de acogotarnos en un dos por tres,
+derrotando nuestro ejrcito y echando pique nuestra flota; y envo
+incesante de aplausos los insurrectos, de insultos feroces los
+leales, y de armas, municiones, dinero, vveres y toda clase de auxilios
+ los que devastan, incendian, saquean y destruyen la riqueza de Cuba,
+para pedirnos luego indemnizacin por los mismos estragos y ruinas, que
+sin el favor de los _yankees_ jams se hubieran causado. Crea usted, que
+lo que hubiera convenido y lo que todo esto hubiera merecido, es que
+nosotros hubiramos imitado Agatocles.
+
+--Y quin fu ese caballero?--pregunt don Prudencio.
+
+--Pues Agatocles--contest D. Valentn--fu un clebre tirano de
+Siracusa, con quien se condujeron los cartagineses sobre poco ms
+menos, como los _yankees_ con nosotros. Pero Agatocles se hart de
+sufrirlos, embarc 5.000 soldados en unas cuantas naves, cruz el mar
+con ellos burlando la vigilancia de la poderosa escuadra enemiga, y
+desembarc en el territorio de la gran Repblica: para verse obligado
+vencer morir, destruy los barcos en que haba venido, como hicieron
+ms tarde el renegado cordobs Abu Hafaz en Creta, los catalanes en
+Galpoli y Hernn Corts en Mxico; entr saco en muchas ciudades
+pnicas, y aun estuvo punto de apoderarse de la capital. Por qu no
+habamos de haber nosotros declarado la guerra los _yankees_, pasado
+en un periquete con ms de 100.000 combatientes desde Cuba la tierra
+de ellos y quizs llegado hasta el Capitolio de Washington, arrojando de
+all culatazos los senadores y yendo luego, por la _avenida_ de
+Pensylvania, hasta donde est el Palacio del Tesoro todo lleno de dinero
+y apuntalado para que no se hunda, aliviarle de aquel peso, y plantarnos
+por ltimo en la Casa Blanca, que est tres pasos de all, y hacer
+Cleveland cautivo?
+
+--Todo eso--replic D. Prudencio--me parecera muy bien si para dejarme
+fro no acudiese mi mente esta frase proverbial: t que no puedes,
+llvame cuestas. No bastan doscientos mil soldados para acorralar y
+domar los mulatos y negros cimarrones, y suea usted con que basten
+cien mil para llegar al Capitolio de la Gran Repblica. Crame usted: lo
+digo con gran dolor, pero es menester decirlo; _consumatun est_.
+Menester es que nos resignemos y nos achiquemos. Cuba no nos ha
+producido nunca una peseta. Cada una de las que ha podido traerse de
+all algn empleado poco limpio, nos ha costado mil pesetas al conjunto
+de los dems peninsulares y nos cuesta adems y nos costar muchas
+lgrimas. Qu mejor venganza podemos tomar de los cubanos rebeldes que
+concederles la libertad por que combaten? Una vez Cuba libre, Cuba se
+volvera _merienda de negros_.
+
+--Pues para que no se vuelva _merienda de negros_ debemos seguir
+combatiendo en la Grande Antilla--dijo entonces D. Valentn.--Los
+cubanos, ni con mucho, son todos rebeldes, y tenemos el deber de
+defenderlos de los foragidos y de salvarlos de la rapacidad y de la
+insolencia tirnica de los aventureros que quieren apoderarse de la
+isla. Contra estos aventureros y aun contra todo el poder de los
+_yankees_ que los protegen debemos luchar, ya que es inevitable la
+lucha.
+
+--Confieso--dijo entonces D. Prudencio--que me hace bastante fuerza eso
+de que no debemos abandonar los cubanos fieles y pacficos. Por eso
+vacilo yo. Si no fuera por eso no vacilara en afirmar que para que
+hubisemos tenido paz en la Nochebuena, que se acerca grandes pasos,
+hubiramos debido, en vez de imitar las locuras del Sr. Agatocles, hacer
+lo que yo me s.
+
+--Y qu es lo que usted se sabe? Acaso plantear las reformas ya
+votadas, concederlas mayores an y hasta llegar la autonoma para que
+depusiesen las armas los insurrectos? No v usted que ellos achacaran
+ debilidad actos tan generosos, se ensoberbeceran ms, pediran
+independencia muerte, y antes que darse nosotros se daran al
+diablo?
+
+--Pues dos al diablo, les dira yo--contest D. Prudencio.--Lo que es
+por m ya seran independientes con una condicin: con la condicin de
+que cargasen con el pago de la deuda de Cuba. Aunque se elevase
+cuatrocientos millones de pesos fuertes, todava sera muchsimo menos
+de lo que Cuba nos ha costado en los cuatrocientos aos que la hemos
+posedo, sin duda por nuestra desgracia, pero tambin por nuestra
+gloria, como monumento y esplndido recuerdo del hecho ms brillante y
+transcendental de nuestra historia y aun de la historia de todo el
+linaje humano.
+
+--Tambin digo yo--exclam D. Valentn--lo mismo que deca usted hace
+poco cuando me oy hablar de la imitacin de Agatocles: _todo eso me
+parecera muy bien si para dejarme fro no acudiese mi mente esta
+frase proverbial: t que no puedes, llvame cuestas_. Cmo quiere
+usted que paguen nada los cubanos libres? Lo menos durante dos siglos,
+sobrevendra all con la libertad la ms estupenda anarqua. Aquello
+sera el Puerto de Arrebatacapas.
+
+La isla libre no valdra por lo pronto ni producira un ochavo. Mal
+andamos nosotros de dinero, pero todava los acreedores se fiaran ms
+de nosotros. Yo doy por cierto que si Cuba se comprometiese pagar, los
+acreedores no aceptaran la sustitucin y exigiran que Espaa les
+pagase.
+
+--Eso tiene remedio--dijo D. Prudencio.--Mal hemos hecho con no haber
+contrado alianza ninguna, con estar aislados y sin apoyo entre las
+grandes potencias europeas; pero esto no mitiga la acusacin de egosmo
+y hasta de imprevisora flaqueza que podemos lanzar contra ellas,
+vindolas inertes y tranquilas sufrir que los Estados Unidos, sin razn
+y sin derecho, nos traten como nos tratan, fiados en su poder y en su
+riqueza imaginndonos dbiles, pobres y solos. Como quiera que sea,
+repito que el mal tiene remedio. Yo se le dara con mi grande habilidad
+diplomtica, si no estuviese ya jubilado: conseguira que los Estados
+Unidos, tan filantrpicos y tan fervorosos amantes de la libertad de
+Cuba, garantizasen el pago de su deuda, y aun la pagasen, mientras Cuba
+no pudiese pagarla. Hasta sera esto poderoso estmulo para que ellos
+procurasen y aun lograsen la prosperidad de Cuba, con la cual crecera
+la fama pstuma de Antonio Maceo hasta la altura de la de Jorge
+Washington y de la de Simn Bolvar. Todo depende del xito final del
+nuevo Estado que se funda.
+
+Cuando se cansaron de hablar mis dos visitantes, me preguntaron mi
+parecer. Yo, con todas las perfrases cultas que me inspir la cortesa,
+les d entender que los pareceres de ellos se me antojaban igualmente
+disparatados y que era menester buscar un trmino medio.
+
+--Y quin le busca?--dijeron ambos.
+
+--Todos--contest yo--pero nadie le ha encontrado todava. Esperemos que
+Dios, con su infinita bondad y misericordia, suscite pronto en Cuba un
+caudillo, sea quien sea, que logre estar no menos acertado como general
+en jefe, que Cirujeda como comandante, y todo terminar pronto y bien,
+sin imitar Agatocles, y sin imitar tampoco al cura de Gavia. Cuando
+veamos aparecer este caudillo, no habr viejo en toda Espaa que no haga
+el papel de Simen y que no le remede diciendo: _Nunc dimittis servum
+tuum Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei
+salutare tuum_: pero ni los viejos podremos hacer el papel de Simeones
+en la prxima Nochebuena, ni los mozos podrn gozar de la paz deseada.
+Contentmonos con la esperanza de tener esta paz en la Nochebuena de
+1897.
+
+[Illustration]
+
+
+
+
+LA MEDIACIN DE LOS ESTADOS UNIDOS
+
+
+Voy decir mi humilde parecer sobre el importante asunto de que _El
+Liberal_ trata hoy, y voy decirle con sinceridad, con llaneza y hasta
+con cierto candor, que la generalidad de las gentes considerar poco
+diplomtico: pero mi diplomacia pas ya, y agua pasada no mueve molino.
+
+Cuba, en mi sentir, nada nos ha valido en los cuatrocientos aos que
+hace desde que nos apoderamos de ella. Las riquezas que algunos
+espaoles traen pueden traer desde all nuestra Pennsula, no
+aumentan ms nuestro caudal que las alhajas y juguetes que hallan en un
+balcn los nios aumentan el caudal del honrado padre de familia que los
+puso all de antemano el da de Reyes para que sus nios los tomen,
+que las liebres y perdices, que caza alguien en un coto, aumentan el
+caudal del propietario del coto, que para llevar y sustentar all dichas
+liebres y dichas perdices, ha gastado mil y mil veces ms de lo que
+ellas valen.
+
+Econmicamente, pues, nada nos vale nuestro dominio en Cuba.
+
+Es cuestin de honra conservarla? Frase es sta llena de pompa y de
+peligro, que sera mejor no emplear.
+
+Claro est que nos convendra y nos agradara que el Dios Trmino de
+Espaa no hubiera retrocedido y no retrocediese nunca. Pero si las leyes
+providenciales fatales, por cuya virtud se ordenan los acontecimientos
+humanos, hacen que el Dios Trmino retroceda, no por eso Espaa ha de
+creer menoscabada su honra. Antes pudiera salir del mal el bien, y
+acrecentarse la honra de Espaa, si, por ejemplo, las diecisis
+diecisiete Repblicas que han nacido de su seno, llegasen estar
+florecientes y poderosas.
+
+Es cuestin de integridad de nuestro territorio? Tambin sobre esto hay
+mucho que decir y no poco que distinguir. Harto menguada estara ya
+dicha integridad, si la hubieran constitudo lo mejor del continente
+americano, la Sicilia, la Cerdea, el Portugal con todas sus posesiones,
+y tantos otros Estados, provincias y pases como nos han pertenecido y
+ya no nos pertenecen.
+
+Infiero yo de aqu que nuestro dominio en Cuba no es cuestin de
+utilidad, ni de honra, ni de integridad de la Patria.
+
+Pero significa esto que sea poco importante la conservacin de Cuba?
+Tan lejos estoy de pensarlo, que creo dicha conservacin
+importantsima. El que la conservemos es para nosotros cuestin de
+categora, de elevacin, de rango entre las naciones de Europa. Es
+tambin cuestin de decoro nobiliario. Cuba, dominada por Espaa, parece
+como ttulo, custodiado en nuestro poder, de que descubrimos y
+civilizamos el Nuevo Mundo.
+
+Por esto, todo buen espaol debe considerar como gran desventura la
+prdida para nosotros de aquella hermosa isla. Por esto, con general
+aplauso y excitacin de toda Espaa, han ido Cuba 200.000 soldados.
+Por esto la nacin se desprende de sus bienes, gasta su dinero, se
+empea, y arrostra con resignacin valerosa la pobreza, fin de
+mantener en Cuba esos soldados, y por medio de ellos su indiscutible
+soberana.
+
+Por desgracia, los que contra ella se rebelan, lejos de dar la cara,
+huyen y se esconden, prolongando as indefinidamente la guerra, los
+gastos y los sacrificios, y haciendo morir, mil veces ms que en los
+combates, por las enfermedades, la flor de nuestra juventud generosa.
+
+Yo no discuto aqu si es no posible, menos de un milagro, de una
+ventura casual de una inspiracin dichosa, acorralar los rebeldes,
+vencerlos y darles pronto el merecido castigo. Tal vez sea esto
+dificilsimo.
+
+Sabido es lo mucho que dura este linaje de guerras. Catorce aos dur la
+de Viriato. Y sin buscar ejemplo tan ilustre, el rey absoluto de Espaa
+tuvo que tratar de potencia potencia con el Tempranillo, con los
+Botijas y con otros bandoleros, porque no pudo vencerlos con las armas.
+
+Como quiera que sea, la situacin en Cuba del general en jefe es harto
+penosa. El pueblo que permanece all fiel la Madre Patria y el
+Ejrcito que le obedece, bien pueden proclamarle _mejor que Trajano_,
+pero no _ms feliz que Augusto_. Bien pueden, para realzar su crdito y
+levantar su autoridad, reunirse en Junta y colmarle de vtores y
+aplausos; pero tan entusiasta patriotismo recordar involuntariamente el
+del Senado romano cuando, despus de la batalla de Cannas, di
+fervorosas gracias al cnsul Varrn porque no haba desesperado de la
+salud de la patria.
+
+Yo no quiero desesperar, ni desespero tampoco. La paz, sin embargo, me
+parece en extremo deseable, y la accin diplomtica conveniente, ya que
+ pesar del indiscutible valor y del pasmoso sufrimiento de nuestros
+soldados, no bastan las armas.
+
+Cmo _debe_ ser, cmo _puede_ ser esta accin diplomtica, dado que
+la haya? Una cosa es el _debe_ y otra el _puede_. Aristteles pone muy
+bien en claro la diferencia. Por ella, dice aquel sabio, es la poesa
+mil veces ms filosfica que la historia. La historia expone lo que es y
+la poesa expone lo que debe ser. Hagamos poesa por un momento.
+Hablemos de lo que debiera ser y no es, por desgracia.
+
+La nacin de los Estados Unidos, tal vez pesar de su gobierno, que no
+puede evitarlo, mantiene la insurreccin en Cuba. Sin el favor y
+auxilio que le d, sin las armas, dinero, hombres y fuerza moral que le
+suministra, es evidente para todo el mundo que la insurreccin estara
+ya sofocada; que hubiera sido mil veces menos fuerte; que tal vez no
+hubiera ocurrido. El proceder, pues, contra nosotros de la nacin
+anglo-americana (aunque disculpemos su gobierno) es el ms odioso
+abuso de fuerza que imaginarse puede. Una protesta enrgica contra l
+por parte de Espaa sera sublime delirio. Espaa est lejos de Cuba y
+la Unin est cerca, y Espaa es cuatro veces menos populosa que la
+Unin y cien veces menos rica. Algo, no obstante, podra perder la gran
+Repblica, si entre ella y Espaa sobreviniese un conflicto blico. La
+justicia est de nuestro lado, y
+
+ _l' antico valore_
+ _Negl' ispanici cor non ancor morto._
+
+Vamos ahora declarar aqu lo que _debiera_ ser, aunque no tengo la
+menor esperanza de que sea, para evitar el abominable abuso de fuerza de
+que hablo el conflicto que presupongo, si perdida nuestra paciencia,
+superior la de Job, nuestro nimo no desfallece.
+
+La accin diplomtica debieran ejercerla las grandes potencias de
+Europa, y singularmente las que tienen posesiones en Amrica, fin de
+que el gobierno anglo-americano emplee medios suficientes para evitar
+que su pueblo fomente la insurreccin en Cuba, faltando la justicia,
+la verdadera civilizacin y al Derecho de gentes. La insurreccin
+terminara en seguida si esto se lograse. Pero esto es poesa: es lo que
+debe ser, pero no lo que ser. Las grandes potencias de Europa seguirn
+dejando Espaa en completo abandono.
+
+Qu recurso nos queda, sin acudir al ms arrogante y peligroso de los
+extremos? Pues el recurso que nos queda es disimular los insultos
+agravios y aceptar los buenos oficios del gobierno de los Estados
+Unidos, si dicho gobierno los ofrece.
+
+Rara y muy poco airosa sera para nosotros esta mediacin; pero es tan
+grande nuestro deseo de paz, que hasta cierto punto nos conviene pasar
+por todo.
+
+Explicar ahora la limitacin que v contenida en la frase _hasta cierto
+punto_. Para m, la limitacin no puede ser ms clara. Si el gobierno de
+los Estados Unidos mediase y lograse que depusiesen las armas los
+insurrectos y se pacificase la isla, esto haba de ser sin exigirnos la
+menor promesa de reformas interiores, de cambios en la gobernacin de la
+isla, de nada que modificase all las relaciones entre gobernantes y
+gobernados, y de cuyo cumplimiento quedase implcitamente como garante
+el gobierno de los Estados Unidos. Esto equivaldra despojarnos
+vergonzosamente de la soberana de la isla conservar en ella una
+soberana desmedrada y dependiente de la gran Repblica, cuya
+fiscalizacin constante estaramos sometidos, y quien acudira siempre
+en queja cualquier cubano dscolo que se creyese lastimado que
+supusiese que no se le cumpla lo prometido. Sin duda, se me dir: qu
+provecho, qu ventaja sacar el gobierno de los Estados Unidos, de
+mediar para que los rebeldes se rindan discrecin y sin que Espaa les
+prometa nada? A tal pregunta respondera yo:
+
+Si alguien cree espera todava en Espaa, que podemos tener en Cuba un
+milln y seiscientos mil conciudadanos para que compren productos de la
+Pennsula mucho ms elevado precio que pueden comprar productos
+semejantes importados de otros pases, menester es, en mi opinin, que
+renieguen de tal creencia y que desistan de tal esperanza. Y no supone
+lo dicho la anulacin del comercio entre Cuba y Espaa. El del Brasil,
+por ejemplo, con el reino de Portugal, es ahora mil y mil veces ms
+activo y fructfero para los portugueses que cuando el Brasil era
+colonia.
+
+Con facilidad se comprender ya lo que, sin desdoro nuestro y sin mengua
+de nuestra soberana, pudiramos dar los Estados Unidos, si, por
+mediacin de su gobierno, Cuba se pacificase. En virtud de un Tratado
+pudiramos darles la ms amplia libertad de comercio en aquella porcin
+de nuestro territorio. El galardn sera esplndido y Cuba tambin
+aumentara pasmosamente su riqueza, si pudiese comprar ms baratos la
+harina y otros alimentos, importar en la Gran Repblica sus azcares,
+su caf y su tabaco, libres casi libres de derechos.
+
+En cuanto las libertades polticas y administrativas, ya las conceder
+Espaa generosamente, sin que nadie le imponga de antemano la obligacin
+de concederlas.
+
+Slo de esta suerte aceptara yo la accin diplomtica digase la
+mediacin de los Estados Unidos.
+
+
+
+
+NDICE
+
+
+Prlogo v
+
+Disonancias y armonas de la moral y de la
+esttica 1
+
+Coleccin de manuscritos y otras antigedades
+de Egipto pertenecientes al archiduque
+Raniero 31
+
+De los autores portugueses que escribieron
+castellano 57
+
+Los jesutas de puertas adentro, un barrido
+hacia fuera en la Compaa de Jess 71
+
+Sobre dos tremendas acusaciones contra Espaa,
+del anglo-americano Draper 103
+
+Los Estados Unidos contra Espaa 149
+
+Quejas de los rebeldes de Cuba 175
+
+Las alianzas 197
+
+Teatro libre 211
+
+Fines del arte fuera del arte 243
+
+El maestro de Palmira 253
+
+Las rarezas del _Fausto_ 265
+
+La moral en el arte 275
+
+El regionalismo filolgico en Galicia 285
+
+La obra pstuma de Juan Montalvo 295
+
+El pas de la castaeta 303
+
+Sobre la antologa de poetas lricos castellanos,
+de D. Marcelino Menndez y Pelayo 313
+
+Mrito y fortuna 323
+
+Fe en la patria 333
+
+La paz deseada 339
+
+La mediacin de los Estados Unidos 347
+
+
+
+
+
+
+
+End of the Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera
+
+*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA ***
+
+***** This file should be named 35882-8.txt or 35882-8.zip *****
+This and all associated files of various formats will be found in:
+ http://www.gutenberg.org/3/5/8/8/35882/
+
+Produced by Chuck Greif and the Online Distributed
+Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net)
+
+
+Updated editions will replace the previous one--the old editions
+will be renamed.
+
+Creating the works from public domain print editions means that no
+one owns a United States copyright in these works, so the Foundation
+(and you!) can copy and distribute it in the United States without
+permission and without paying copyright royalties. Special rules,
+set forth in the General Terms of Use part of this license, apply to
+copying and distributing Project Gutenberg-tm electronic works to
+protect the PROJECT GUTENBERG-tm concept and trademark. Project
+Gutenberg is a registered trademark, and may not be used if you
+charge for the eBooks, unless you receive specific permission. If you
+do not charge anything for copies of this eBook, complying with the
+rules is very easy. You may use this eBook for nearly any purpose
+such as creation of derivative works, reports, performances and
+research. They may be modified and printed and given away--you may do
+practically ANYTHING with public domain eBooks. Redistribution is
+subject to the trademark license, especially commercial
+redistribution.
+
+
+
+*** START: FULL LICENSE ***
+
+THE FULL PROJECT GUTENBERG LICENSE
+PLEASE READ THIS BEFORE YOU DISTRIBUTE OR USE THIS WORK
+
+To protect the Project Gutenberg-tm mission of promoting the free
+distribution of electronic works, by using or distributing this work
+(or any other work associated in any way with the phrase "Project
+Gutenberg"), you agree to comply with all the terms of the Full Project
+Gutenberg-tm License (available with this file or online at
+http://gutenberg.org/license).
+
+
+Section 1. General Terms of Use and Redistributing Project Gutenberg-tm
+electronic works
+
+1.A. By reading or using any part of this Project Gutenberg-tm
+electronic work, you indicate that you have read, understand, agree to
+and accept all the terms of this license and intellectual property
+(trademark/copyright) agreement. If you do not agree to abide by all
+the terms of this agreement, you must cease using and return or destroy
+all copies of Project Gutenberg-tm electronic works in your possession.
+If you paid a fee for obtaining a copy of or access to a Project
+Gutenberg-tm electronic work and you do not agree to be bound by the
+terms of this agreement, you may obtain a refund from the person or
+entity to whom you paid the fee as set forth in paragraph 1.E.8.
+
+1.B. "Project Gutenberg" is a registered trademark. It may only be
+used on or associated in any way with an electronic work by people who
+agree to be bound by the terms of this agreement. There are a few
+things that you can do with most Project Gutenberg-tm electronic works
+even without complying with the full terms of this agreement. See
+paragraph 1.C below. There are a lot of things you can do with Project
+Gutenberg-tm electronic works if you follow the terms of this agreement
+and help preserve free future access to Project Gutenberg-tm electronic
+works. See paragraph 1.E below.
+
+1.C. The Project Gutenberg Literary Archive Foundation ("the Foundation"
+or PGLAF), owns a compilation copyright in the collection of Project
+Gutenberg-tm electronic works. Nearly all the individual works in the
+collection are in the public domain in the United States. If an
+individual work is in the public domain in the United States and you are
+located in the United States, we do not claim a right to prevent you from
+copying, distributing, performing, displaying or creating derivative
+works based on the work as long as all references to Project Gutenberg
+are removed. Of course, we hope that you will support the Project
+Gutenberg-tm mission of promoting free access to electronic works by
+freely sharing Project Gutenberg-tm works in compliance with the terms of
+this agreement for keeping the Project Gutenberg-tm name associated with
+the work. You can easily comply with the terms of this agreement by
+keeping this work in the same format with its attached full Project
+Gutenberg-tm License when you share it without charge with others.
+
+1.D. The copyright laws of the place where you are located also govern
+what you can do with this work. Copyright laws in most countries are in
+a constant state of change. If you are outside the United States, check
+the laws of your country in addition to the terms of this agreement
+before downloading, copying, displaying, performing, distributing or
+creating derivative works based on this work or any other Project
+Gutenberg-tm work. The Foundation makes no representations concerning
+the copyright status of any work in any country outside the United
+States.
+
+1.E. Unless you have removed all references to Project Gutenberg:
+
+1.E.1. The following sentence, with active links to, or other immediate
+access to, the full Project Gutenberg-tm License must appear prominently
+whenever any copy of a Project Gutenberg-tm work (any work on which the
+phrase "Project Gutenberg" appears, or with which the phrase "Project
+Gutenberg" is associated) is accessed, displayed, performed, viewed,
+copied or distributed:
+
+This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with
+almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or
+re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
+with this eBook or online at www.gutenberg.org
+
+1.E.2. If an individual Project Gutenberg-tm electronic work is derived
+from the public domain (does not contain a notice indicating that it is
+posted with permission of the copyright holder), the work can be copied
+and distributed to anyone in the United States without paying any fees
+or charges. If you are redistributing or providing access to a work
+with the phrase "Project Gutenberg" associated with or appearing on the
+work, you must comply either with the requirements of paragraphs 1.E.1
+through 1.E.7 or obtain permission for the use of the work and the
+Project Gutenberg-tm trademark as set forth in paragraphs 1.E.8 or
+1.E.9.
+
+1.E.3. If an individual Project Gutenberg-tm electronic work is posted
+with the permission of the copyright holder, your use and distribution
+must comply with both paragraphs 1.E.1 through 1.E.7 and any additional
+terms imposed by the copyright holder. Additional terms will be linked
+to the Project Gutenberg-tm License for all works posted with the
+permission of the copyright holder found at the beginning of this work.
+
+1.E.4. Do not unlink or detach or remove the full Project Gutenberg-tm
+License terms from this work, or any files containing a part of this
+work or any other work associated with Project Gutenberg-tm.
+
+1.E.5. Do not copy, display, perform, distribute or redistribute this
+electronic work, or any part of this electronic work, without
+prominently displaying the sentence set forth in paragraph 1.E.1 with
+active links or immediate access to the full terms of the Project
+Gutenberg-tm License.
+
+1.E.6. You may convert to and distribute this work in any binary,
+compressed, marked up, nonproprietary or proprietary form, including any
+word processing or hypertext form. However, if you provide access to or
+distribute copies of a Project Gutenberg-tm work in a format other than
+"Plain Vanilla ASCII" or other format used in the official version
+posted on the official Project Gutenberg-tm web site (www.gutenberg.org),
+you must, at no additional cost, fee or expense to the user, provide a
+copy, a means of exporting a copy, or a means of obtaining a copy upon
+request, of the work in its original "Plain Vanilla ASCII" or other
+form. Any alternate format must include the full Project Gutenberg-tm
+License as specified in paragraph 1.E.1.
+
+1.E.7. Do not charge a fee for access to, viewing, displaying,
+performing, copying or distributing any Project Gutenberg-tm works
+unless you comply with paragraph 1.E.8 or 1.E.9.
+
+1.E.8. You may charge a reasonable fee for copies of or providing
+access to or distributing Project Gutenberg-tm electronic works provided
+that
+
+- You pay a royalty fee of 20% of the gross profits you derive from
+ the use of Project Gutenberg-tm works calculated using the method
+ you already use to calculate your applicable taxes. The fee is
+ owed to the owner of the Project Gutenberg-tm trademark, but he
+ has agreed to donate royalties under this paragraph to the
+ Project Gutenberg Literary Archive Foundation. Royalty payments
+ must be paid within 60 days following each date on which you
+ prepare (or are legally required to prepare) your periodic tax
+ returns. Royalty payments should be clearly marked as such and
+ sent to the Project Gutenberg Literary Archive Foundation at the
+ address specified in Section 4, "Information about donations to
+ the Project Gutenberg Literary Archive Foundation."
+
+- You provide a full refund of any money paid by a user who notifies
+ you in writing (or by e-mail) within 30 days of receipt that s/he
+ does not agree to the terms of the full Project Gutenberg-tm
+ License. You must require such a user to return or
+ destroy all copies of the works possessed in a physical medium
+ and discontinue all use of and all access to other copies of
+ Project Gutenberg-tm works.
+
+- You provide, in accordance with paragraph 1.F.3, a full refund of any
+ money paid for a work or a replacement copy, if a defect in the
+ electronic work is discovered and reported to you within 90 days
+ of receipt of the work.
+
+- You comply with all other terms of this agreement for free
+ distribution of Project Gutenberg-tm works.
+
+1.E.9. If you wish to charge a fee or distribute a Project Gutenberg-tm
+electronic work or group of works on different terms than are set
+forth in this agreement, you must obtain permission in writing from
+both the Project Gutenberg Literary Archive Foundation and Michael
+Hart, the owner of the Project Gutenberg-tm trademark. Contact the
+Foundation as set forth in Section 3 below.
+
+1.F.
+
+1.F.1. Project Gutenberg volunteers and employees expend considerable
+effort to identify, do copyright research on, transcribe and proofread
+public domain works in creating the Project Gutenberg-tm
+collection. Despite these efforts, Project Gutenberg-tm electronic
+works, and the medium on which they may be stored, may contain
+"Defects," such as, but not limited to, incomplete, inaccurate or
+corrupt data, transcription errors, a copyright or other intellectual
+property infringement, a defective or damaged disk or other medium, a
+computer virus, or computer codes that damage or cannot be read by
+your equipment.
+
+1.F.2. LIMITED WARRANTY, DISCLAIMER OF DAMAGES - Except for the "Right
+of Replacement or Refund" described in paragraph 1.F.3, the Project
+Gutenberg Literary Archive Foundation, the owner of the Project
+Gutenberg-tm trademark, and any other party distributing a Project
+Gutenberg-tm electronic work under this agreement, disclaim all
+liability to you for damages, costs and expenses, including legal
+fees. YOU AGREE THAT YOU HAVE NO REMEDIES FOR NEGLIGENCE, STRICT
+LIABILITY, BREACH OF WARRANTY OR BREACH OF CONTRACT EXCEPT THOSE
+PROVIDED IN PARAGRAPH 1.F.3. YOU AGREE THAT THE FOUNDATION, THE
+TRADEMARK OWNER, AND ANY DISTRIBUTOR UNDER THIS AGREEMENT WILL NOT BE
+LIABLE TO YOU FOR ACTUAL, DIRECT, INDIRECT, CONSEQUENTIAL, PUNITIVE OR
+INCIDENTAL DAMAGES EVEN IF YOU GIVE NOTICE OF THE POSSIBILITY OF SUCH
+DAMAGE.
+
+1.F.3. LIMITED RIGHT OF REPLACEMENT OR REFUND - If you discover a
+defect in this electronic work within 90 days of receiving it, you can
+receive a refund of the money (if any) you paid for it by sending a
+written explanation to the person you received the work from. If you
+received the work on a physical medium, you must return the medium with
+your written explanation. The person or entity that provided you with
+the defective work may elect to provide a replacement copy in lieu of a
+refund. If you received the work electronically, the person or entity
+providing it to you may choose to give you a second opportunity to
+receive the work electronically in lieu of a refund. If the second copy
+is also defective, you may demand a refund in writing without further
+opportunities to fix the problem.
+
+1.F.4. Except for the limited right of replacement or refund set forth
+in paragraph 1.F.3, this work is provided to you 'AS-IS' WITH NO OTHER
+WARRANTIES OF ANY KIND, EXPRESS OR IMPLIED, INCLUDING BUT NOT LIMITED TO
+WARRANTIES OF MERCHANTIBILITY OR FITNESS FOR ANY PURPOSE.
+
+1.F.5. Some states do not allow disclaimers of certain implied
+warranties or the exclusion or limitation of certain types of damages.
+If any disclaimer or limitation set forth in this agreement violates the
+law of the state applicable to this agreement, the agreement shall be
+interpreted to make the maximum disclaimer or limitation permitted by
+the applicable state law. The invalidity or unenforceability of any
+provision of this agreement shall not void the remaining provisions.
+
+1.F.6. INDEMNITY - You agree to indemnify and hold the Foundation, the
+trademark owner, any agent or employee of the Foundation, anyone
+providing copies of Project Gutenberg-tm electronic works in accordance
+with this agreement, and any volunteers associated with the production,
+promotion and distribution of Project Gutenberg-tm electronic works,
+harmless from all liability, costs and expenses, including legal fees,
+that arise directly or indirectly from any of the following which you do
+or cause to occur: (a) distribution of this or any Project Gutenberg-tm
+work, (b) alteration, modification, or additions or deletions to any
+Project Gutenberg-tm work, and (c) any Defect you cause.
+
+
+Section 2. Information about the Mission of Project Gutenberg-tm
+
+Project Gutenberg-tm is synonymous with the free distribution of
+electronic works in formats readable by the widest variety of computers
+including obsolete, old, middle-aged and new computers. It exists
+because of the efforts of hundreds of volunteers and donations from
+people in all walks of life.
+
+Volunteers and financial support to provide volunteers with the
+assistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's
+goals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will
+remain freely available for generations to come. In 2001, the Project
+Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure
+and permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations.
+To learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation
+and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4
+and the Foundation web page at http://www.pglaf.org.
+
+
+Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive
+Foundation
+
+The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit
+501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the
+state of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal
+Revenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification
+number is 64-6221541. Its 501(c)(3) letter is posted at
+http://pglaf.org/fundraising. Contributions to the Project Gutenberg
+Literary Archive Foundation are tax deductible to the full extent
+permitted by U.S. federal laws and your state's laws.
+
+The Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S.
+Fairbanks, AK, 99712., but its volunteers and employees are scattered
+throughout numerous locations. Its business office is located at
+809 North 1500 West, Salt Lake City, UT 84116, (801) 596-1887, email
+business@pglaf.org. Email contact links and up to date contact
+information can be found at the Foundation's web site and official
+page at http://pglaf.org
+
+For additional contact information:
+ Dr. Gregory B. Newby
+ Chief Executive and Director
+ gbnewby@pglaf.org
+
+
+Section 4. Information about Donations to the Project Gutenberg
+Literary Archive Foundation
+
+Project Gutenberg-tm depends upon and cannot survive without wide
+spread public support and donations to carry out its mission of
+increasing the number of public domain and licensed works that can be
+freely distributed in machine readable form accessible by the widest
+array of equipment including outdated equipment. Many small donations
+($1 to $5,000) are particularly important to maintaining tax exempt
+status with the IRS.
+
+The Foundation is committed to complying with the laws regulating
+charities and charitable donations in all 50 states of the United
+States. Compliance requirements are not uniform and it takes a
+considerable effort, much paperwork and many fees to meet and keep up
+with these requirements. We do not solicit donations in locations
+where we have not received written confirmation of compliance. To
+SEND DONATIONS or determine the status of compliance for any
+particular state visit http://pglaf.org
+
+While we cannot and do not solicit contributions from states where we
+have not met the solicitation requirements, we know of no prohibition
+against accepting unsolicited donations from donors in such states who
+approach us with offers to donate.
+
+International donations are gratefully accepted, but we cannot make
+any statements concerning tax treatment of donations received from
+outside the United States. U.S. laws alone swamp our small staff.
+
+Please check the Project Gutenberg Web pages for current donation
+methods and addresses. Donations are accepted in a number of other
+ways including checks, online payments and credit card donations.
+To donate, please visit: http://pglaf.org/donate
+
+
+Section 5. General Information About Project Gutenberg-tm electronic
+works.
+
+Professor Michael S. Hart is the originator of the Project Gutenberg-tm
+concept of a library of electronic works that could be freely shared
+with anyone. For thirty years, he produced and distributed Project
+Gutenberg-tm eBooks with only a loose network of volunteer support.
+
+
+Project Gutenberg-tm eBooks are often created from several printed
+editions, all of which are confirmed as Public Domain in the U.S.
+unless a copyright notice is included. Thus, we do not necessarily
+keep eBooks in compliance with any particular paper edition.
+
+
+Most people start at our Web site which has the main PG search facility:
+
+ http://www.gutenberg.org
+
+This Web site includes information about Project Gutenberg-tm,
+including how to make donations to the Project Gutenberg Literary
+Archive Foundation, how to help produce our new eBooks, and how to
+subscribe to our email newsletter to hear about new eBooks.
diff --git a/35882-8.zip b/35882-8.zip
new file mode 100644
index 0000000..22ae538
--- /dev/null
+++ b/35882-8.zip
Binary files differ
diff --git a/35882-h.zip b/35882-h.zip
new file mode 100644
index 0000000..c866f5e
--- /dev/null
+++ b/35882-h.zip
Binary files differ
diff --git a/35882-h/35882-h.htm b/35882-h/35882-h.htm
new file mode 100644
index 0000000..4e40755
--- /dev/null
+++ b/35882-h/35882-h.htm
@@ -0,0 +1,8975 @@
+<!DOCTYPE html PUBLIC "-//W3C//DTD XHTML 1.0 Strict//EN"
+"http://www.w3.org/TR/xhtml1/DTD/xhtml1-strict.dtd">
+
+<html xmlns="http://www.w3.org/1999/xhtml" lang="es" xml:lang="es">
+ <head>
+<meta http-equiv="Content-Type" content="text/html;charset=iso-8859-1" />
+<title>
+ The Project Gutenberg eBook of A vuela pluma, por Juan Valera.
+</title>
+<style type="text/css">
+ p {margin-top:.75em;text-align:justify;margin-bottom:.75em;text-indent:2%;}
+
+.c {text-align:center;text-indent:0%;}
+
+.cb {text-align:center;text-indent:0%;font-weight:bold;}
+
+.cbs {text-align:center;text-indent:0%;font-weight:bold;font-family:sans-serif, serif;}
+
+.cbl {text-align:center;text-indent:0%;font-weight:bold;font-size:50%;}
+
+.nind {text-indent:0%;}
+
+.r {text-align:right;margin-right:5%;}
+
+ h1,h3,h4 {text-align:center;clear:both;}
+
+ hr.full {width:100%;margin:5% auto 5% auto;border:4px double gray;}
+
+ table {margin-left:auto;margin-right:auto;border:none;text-align:left;}
+
+ body{margin-left:2%;margin-right:2%;background:#fdfdfd;color:black;font-family:"Times New Roman", serif;font-size:medium;}
+
+a:link {background-color:#ffffff;color:blue;text-decoration:none;}
+
+ link {background-color:#ffffff;color:blue;text-decoration:none;}
+
+a:visited {background-color:#ffffff;color:purple;text-decoration:none;}
+
+a:hover {background-color:#ffffff;color:#FF0000;text-decoration:underline;}
+
+.smcap {font-variant:small-caps;font-size:95%;}
+
+ img {border:none;}
+
+.blockquot {margin:4% 5% 3% 5%;}
+
+.figcenter {margin:15% auto auto auto;text-align:center;}
+
+.figcenter1 {margin: auto;text-align:center;}
+
+.footnote {width:95%;margin:auto 3% 1% auto;font-size:0.9em;position:relative;}
+
+.label {position:relative;left:-.5em;top:0;text-align:left;font-size:.8em;}
+
+.fnanchor {vertical-align:30%;font-size:.8em;}
+</style>
+ </head>
+<body>
+
+
+<pre>
+
+The Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera
+
+This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with
+almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or
+re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
+with this eBook or online at www.gutenberg.org
+
+
+Title: A vuela pluma
+ coleccin de artculos literarios y polticos
+
+Author: Juan Valera
+
+Release Date: April 16, 2011 [EBook #35882]
+
+Language: Spanish
+
+Character set encoding: ISO-8859-1
+
+*** START OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA ***
+
+
+
+
+Produced by Chuck Greif and the Online Distributed
+Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net)
+
+
+
+
+
+
+</pre>
+
+<hr class="full" />
+
+<h1>A VUELA PLUMA</h1>
+
+<p class="cbs">OBRAS DEL MISMO AUTOR</p>
+
+<p class="cb">&mdash;&mdash;</p>
+
+<table border="0" cellpadding="1" cellspacing="0" summary="">
+<tr><td align="left">Pepita Jimnez; un vol. en 8., Ptas. 3.</td></tr>
+<tr><td align="left">Doa Luz; un vol. en 8., 3.</td></tr>
+<tr><td align="left">El comendador Mendoza; un vol. en 8., 3.</td></tr>
+<tr><td align="left">Algo de todo; un vol. en 12., 2,50.</td></tr>
+<tr><td align="left">Las ilusiones del doctor Faustino; dos vols. en 12., 5.</td></tr>
+<tr><td align="left">Pasarse de listo; un vol. en 12., 2,50.</td></tr>
+<tr><td align="left">La buena fama; un vol. en 16. con grabados, 2,50.</td></tr>
+<tr><td align="left">El hechicero. El bermejino prehistrico. Las salamandras azules; un vol. en 16. con grabados, 2,50.</td></tr>
+<tr><td align="left">Dafnis y Cloe (traduccin del griego); un vol. en 12., 3.</td></tr>
+<tr><td align="left">Estudios crticos; tres vols. en 12., 9.</td></tr>
+<tr><td align="left">Disertaciones y juicios literarios; dos vols. en 12., 6.</td></tr>
+<tr><td align="left">Cuentos y dilogos; un vol. en 12., 2,50.</td></tr>
+<tr><td align="left">Poesa y arte de los rabes en Espaa y Sicilia; tres volmenes en 12., 9.</td></tr>
+<tr><td align="left">Tentativas dramticas; un vol. en 12., 2,50.</td></tr>
+<tr><td align="left">Canciones, romances y poemas; un vol. en 12., 5.</td></tr>
+<tr><td align="left">Cuentos, dilogos y fantasas; un vol. en 12., 5.</td></tr>
+<tr><td align="left">Nuevos estudios crticos; un vol. en 12., 5.</td></tr>
+<tr><td align="left">Cartas americanas (primera serie); un vol. en 12., 1.</td></tr>
+<tr><td align="left">Nuevas cartas americanas (segunda serie); un vol. en 8., 3.</td></tr>
+<tr><td align="left">Pequeeces... Currita Albornoz al P. Luis Coloma; un folleto en 8., 1.</td></tr>
+<tr><td align="left">Las mujeres y las Academias, cuestin social inocente; un folleto en 8., 1.</td></tr>
+<tr><td align="left">Ventura de la Vega, biografa y estudio crtico; un vol. en 8. con el retrato del biografiado, 1.</td></tr>
+<tr><td align="left">Juanita la larga; un vol. en 8., 3,50.</td></tr>
+<tr><td align="left">Genio y figura...; un vol. en 8., 3.</td></tr>
+</table>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<p class="cb">JUAN VALERA</p>
+
+<p class="cbl">/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\/\</p>
+
+<h1>A VUELA PLUMA</h1>
+
+<p class="cb"><small>COLECCIN DE</small></p>
+
+<p>
+<br />
+</p>
+
+<p class="cbs">ARTCULOS LITERARIOS Y POLTICOS</p>
+
+<p>
+<br />
+</p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 150px;">
+<img src="images/ill_title.png" width="150" height="28" alt="colophon" title="" />
+</div>
+
+<p>
+<br />
+</p>
+
+<p class="cb">MADRID<br />
+LIBRERA DE FERNANDO F<br />
+<i>Carrera, de San Jernimo, 2</i><br />
+&mdash;&mdash;<br />
+1897</p>
+
+<p>
+<br />
+<br />
+<br />
+</p>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;<br />
+<small>Es propiedad del autor.&mdash;Derechos reservados.</small><br />
+&mdash;&mdash;</p>
+
+<p>
+<br />
+</p>
+
+<table border="4" cellpadding="5" cellspacing="0" summary="">
+<tr><td align="center"><a href="#INDICE">AL NDICE</a></td></tr>
+</table>
+
+<p><a name="page_v" id="page_v"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 384px;">
+<a href="images/illpg_va.png">
+<img src="images/illpg_va_sml.png" width="384" height="69" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="PROLOGO" id="PROLOGO"></a>PRLOGO</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">IMPRESO ya este libro y reunidos en l no pocos artculos, se me ofrecen
+dificultades que conviene allanar antes de que el libro salga luz
+pblica. Ponerle ttulo es la menor de todas y ya la considero allanada.
+<i>A vuela pluma</i> es ttulo tan significativo como propio. Ora excitado yo
+ dar mi parecer sobre flamantes producciones literarias, ora movido
+inspirado por los tristes acontecimientos polticos de nuestros das, he
+escrito y esparcido, por revistas y peridicos diarios, lo que aqu va
+reunido. No porque soy escptico, sino porque soy modesto, aunque me
+contradiga atribuyndome tan buena cualidad, nada pretend ensear al
+escribirlos en cada uno de los siguientes artculos, ni nada pretendo
+ahora ensear al reunirlos en un volumen. Y no porque yo crea que no
+haya verdades que ensear, sino porque carezco de fe bastante en mi
+propio saber y en mi autoridad y competencia para empuar la frula y
+revestirme de la toga y dems insignias del magisterio. No es, pues,
+para enseanza de mis lectores, para lo que publico este libro.</p>
+
+<p>Si he de confesar la verdad tampoco han acudido mis amigos, admiradores
+y parciales, aconsejndome y casi impulsndome con la violencia de sus
+ruegos para que le publique, segn ocurre con frecuencia otros autores
+ms que yo dichosos. Este libro, intil para la enseanza, para la cual
+candorosamente le desautorizo, se publica sin que nadie me lo pida ni se
+empee en ello, por mi espontnea y librrima voluntad y por mi
+iniciativa. Qu fin me llevo al publicarle? Alguna explicacin acerca
+de esto me considero obligado dar los lectores.</p>
+
+<p>Todo autor, por fro y desamorado que sea, consagra cuanto escribe,
+aunque lo estime en poco, un amor semejante al que tienen los padres
+sus hijos, quienes aman aunque sean feos y no bonitos, enfermizos y no
+robustos, tontos y no discretos. Y dado en m, como se da, este amor,
+harto se comprende mi deseo de que no queden mis hijos espirituales
+anegados en un inmenso pilago de papeles donde se perderan sin duda y
+nadie volvera acordarse de ellos. La unin da fuerza, y yo los reuno
+para ver si de esta suerte se sostienen y sobrenadan y llegan sin
+hundirse y sin ser arrebatados por la corriente del ro del olvido al
+pequeo y seguro puerto del poco numeroso pblico, cuyas simpatas he
+logrado captarme.</p>
+
+<p>Si este pblico nada aprende leyndome, bien puede ser que se entretenga
+apaciblemente con mi lectura y que divierta el espritu de penosos y
+graves cuidados. Bien puede ser tambin que el favorable aspecto bajo el
+cual veo yo dichos y hechos, y que mi confianza en los destinos de la
+patria y en el mejor trmino y desenlace para los conflictos y apuros en
+que se encuentra hoy, agraden y consuelen quien me lea, con lo cual me
+dar yo por bien pagado y justificar razonablemente el haber reunido
+estas obrillas que los crticos severos y los que no me quieran bien
+calificarn por lo menos de insignificantes.</p>
+
+<p>Tienen con todo una muy importante significacin, que no mengua sino
+crece, aunque se suponga trivial y vulgarsimo cuanto se dice en ellas.
+Yo soy, sin duda, quien lo dice; pero, por lo mismo que lo dicho es
+vulgar, quien lo piensa y lo siente es una no pequea parte del pblico,
+de la cual vengo as convertirme en rgano, representante y heraldo.</p>
+
+<p>Al presente, est muy en moda, en literatura, el reunir documentos
+humanos. Valga, pues, este libro, si no vale para nada ms, como reunin
+de tales documentos. Yo expreso lo que en l se expresa; pero conmigo lo
+piensan y lo sienten muchos miles de semejantes y de compatriotas mos.
+Por donde mi libro deja de ser insignificante, se transforma en docente
+ en documental y merece ser publicado y hasta ledo. Creo, por ltimo,
+que, si al escribirle he desechado toda preocupacin interesada y le he
+escrito con buena fe, candorosa y sencilla, alguien me leer con gusto,
+si no con provecho, y esto me basta.<a name="page_001" id="page_001"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 450px;">
+<a href="images/illpg_001a.png">
+<img src="images/illpg_001a_sml.png" width="420" height="99" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3>
+DISONANCIAS Y ARMONAS<br />
+DE LA MORAL Y DE LA ESTTICA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<h4>I</h4>
+
+<p class="r"><i>Al Sr. D. Salvador Riada.</i></p>
+
+<p class="nind">MI querido amigo: Mucho siento tener que decir usted que Monte-Cristo,
+que oye turbio y que, adems, suele distraerse, hubo de engaarse, y tal
+vez enga usted, sin la menor malicia, cuando le asegur que me haba
+parecido muy bien el <i>Himno la carne</i>. Ni bien ni mal poda parecerme
+una obra que yo an no conoca. Acaso al hablarme Monte-Cristo, yo, que
+tambin me distraigo, dije algo, como acostumbro, en alabanza del
+talento potico de usted, que tan claro me parece, y l lo aplic al
+<i>Himno</i> de que me hablaba, y que yo no poda alabar por serme entonces
+desconocido.</p>
+
+<p>Ahora, que ya le conozco, creo de mi deber dar usted con toda
+sinceridad y franqueza la opinin que me pide.<a name="page_002" id="page_002"></a></p>
+
+<p>Muchsimo hay que decir, y he de decirlo, aunque incurra en la nota de
+pesado.</p>
+
+<p>No obstante la pesadez y el desalio con que ir escrita mi carta, yo
+consiento en que usted haga de ella lo que guste: guardarla para s,
+rasgarla, dejar que el pblico la lea.</p>
+
+<p>Desde luego el ttulo de <i>Himno</i> me desagrada. Un himno es un himno, y
+catorce sonetos son catorce sonetos. Adems, el ir dirigidos <i> la
+carne</i> presupone cierta trascendencia teolgica filosfica que los
+sonetos apenas tienen.</p>
+
+<p>Los enemigos del alma son tres: mundo, demonio y carne. Y fuerza es
+confesar que todos los hombres, salvo raras y dichosas excepciones,
+estamos empecatadillos y entonamos himnos en loor de uno de estos tres
+enemigos, cuando no de los tres un tiempo; pero debe notarse que,
+bien no caemos, por extraviados ilusos, en que hacemos semejante
+elogio, bien aparentamos no caer, envolviendo nuestro consciente
+propsito en delicada hipocresa. El elogiar con premeditacin tales
+enemigos implica un descaro que repugna las creencias religiosas de la
+gran mayora de los espaoles, los cuales son, se supone que son
+catlicos.</p>
+
+<p>Ya se entiende que, partidario yo del arte por el arte, he de prescindir
+y prescindo de toda religin positiva y de toda moral que en ella se
+funde, para juzgar una composicin potica. De lo que es difcil
+prescindir es de la moral universal que coincide con la belleza
+artstica, y de algunas conveniencias sociales, que son ineludible<a name="page_003" id="page_003"></a>
+requisito para que esa belleza artstica se produzca sin que lo estorbe
+la disonancia entre la obra del poeta y las costumbres, los usos, y
+hasta, si se quiere, las preocupaciones y los disimulos de la sociedad
+en que el poeta vive.</p>
+
+<p>An voy ms all en el <i>quidlibet audendi</i>. Supongo que el poeta se
+rebela contra esos usos, costumbres y creencias, porque los considera
+malos tontos. No por eso he de escandalizarme. Antes bien, aplaudir
+al poeta como poeta, si impugna con primor y con bro lo que yo crea ms
+santo, aunque yo, pongo por caso, como catlico, considere que l, como
+impo, acabar, en castigo de sus bien rimadas blasfemias, por arder
+eternamente en lo ms profundo del infierno.</p>
+
+<p>As me sucede con el <i>Himno Satans</i>, de Carducci. Sin dejar de creer
+en todo lo que ensea la Doctrina cristiana, los hombres, en mi sentir,
+pueden haber inventado descubierto la plvora, la imprenta, la
+brjula, el pararrayos, el telgrafo, el telfono, la fotografa, la
+mecnica celeste y la terrestre, las estrellas ms remotas, los
+microbios y el protoplasma: pero, si algn poeta entiende de buena fe
+que Dios se opona que inventsemos y descubrisemos todas esas cosas,
+que quiz hagan la vida menos aburrida y amarga, y que con auxilio del
+diablo las hemos inventado y descubierto, mejorando y sublimando nuestra
+condicin, yo le aplaudo si compone un himno diablo tan benfico,
+quien llama l Satans porque se le antoja, y quien seguir llamando
+energa y luz interior<a name="page_004" id="page_004"></a> que pone Dios en el alma, hecha su imagen y
+semejanza.</p>
+
+<p>En anlogo sentido comprendo yo que se componga un <i>Himno la carne</i>,
+el cual me guste tanto ms que el <i>Himno al demonio</i> de Carducci. Si
+entendemos por carne la sustancia organizada y viviente de que se vale
+el Artfice supremo para revestir de forma sensible su idea, haciendo
+patente la hermosura, ya por operacin de naturaleza, ya por
+intervencin de la voluntad y del entendimiento humanos, que pulen,
+acicalan y asean lo que naturaleza prepar y dispuso cual primitivo
+bosquejo, declaro que el <i>Himno la carne</i> me parece muy bien,
+prescindiendo del ttulo, porque ni las nubes nacaradas, ni la cndida
+luna, ni el sol, ni las flores, ni los verdes bosques, ni los lozanos
+verjeles, ni nada de cuanto he visto y veo por esos mundos, es ms
+hermoso que una mujer aseada y hermosa. Y es ello tan indiscutible que,
+para expresar materialmente los ms altos objetos, potencias y virtudes,
+les damos forma de mujer. Y as la fama, la patria, la religin, la
+ciencia, la filosofa, la justicia, la fe, la caridad y la esperanza, se
+representan como otras tantas guapsimas seoras.</p>
+
+<p>Pero su himno de usted (sigamos llamndole himno), no se mete en tales
+honduras. Mejor sera apellidarle himno la Pepa, la Juana la
+Francisca, de cuya carne gusta usted. La generalizacin filosfica
+teolgica slo est en el epgrafe.<a name="page_005" id="page_005"></a></p>
+
+<p>Y lo peor que yo noto (admirando ms la inspiracin y la habilidad
+poticas, que no faltan usted aun errando el camino) es que usted
+analiza y resta en vez de sintetizar y aadir, al ir ponderando sus
+deleites amorosos. Pues qu, no es ms que la carne lo que enamora
+usted en su innominada querida? Nunca ni el ms materialista de los
+poetas gentiles, sustrajo tanto del amor los elementos no materiales,
+que le idealizan y hermosean, y le redujo al mero concepto de la
+lascivia, como si fuera amor de perros de gatos. Y como usted no hace
+la sustraccin y el despojo por vehemencia afrodisiaca, sino por
+preocupacin de escuela ultra-naturalista, los versos, ni siquiera
+resultan fervorosos de libertinaje, sino fros, afectados y
+artificiosos, con refinamientos de sensualidad enfermiza, que apela
+espejos y otras diablicas travesuras. Parece lascivia de viejo, y,
+por consiguiente, falsa, pues usted es mozo.</p>
+
+<p>Prescribe Horacio que no se hagan ciertas cosas delante del pueblo:</p>
+
+<p class="c"><i>Nec filias coram populo Medea trucidet:</i></p>
+
+<p class="nind">y lo que Horacio prescribe para lo trgico debe aplicarse lo ertico
+tambin. No conviene introducir al pueblo en la alcoba ni imitar al rey
+de Lidia con Giges. Contra esto peca usted, no pasando de ligero, sino
+detenindose en pormenores con exceso de morosa delectacin. No cae
+usted en que ciertos actos tienen mucho de grotescos, si no van
+acompaados de misterioso recato.<a name="page_006" id="page_006"></a> Y esto, no porque seamos cristianos,
+sino en la risuea religin gentlica, en que, segn usted asegura,
+Citerea prevalece. As es de advertir que los poetas ms libertinos de
+la docta gentilidad nos dejaban la puerta de la cmara nupcial, si
+trataban el asunto por lo serio. Slo cuando queran hacer reir lo
+describan todo. El cisne venusino dice desvergonzadamente los estmulos
+de que se vala la vieja berrionda, mientras que de Glcera slo nos
+dice que le aguarda en estancia perfumada; y l va verla, invocando
+Venus para que le acompae y traiga consigo al Amor.</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left">Trae al muchacho ardiente,</td></tr>
+<tr><td align="left">y las Gracias, la ropa desceida,</td></tr>
+<tr><td align="left">y Mercurio elocuente,</td></tr>
+<tr><td align="left">y de ninfas seguida</td></tr>
+<tr><td align="left">la Juventud sin t no apetecida;</td></tr>
+</table>
+
+<p class="nind">pero, en cuanto Horacio entra ver Glcera, con todo este cortejo,
+nos da con la puerta en los hocicos, y acaba la oda, sin que nos cante
+ni nos deje ver lo que pasa dentro. Ya nos lo presumimos.</p>
+
+<p>Lo antiesttico del goce de amor, patentizado por el arte y descrito con
+circunstancias menudas, se ve hasta en los poemas ms primitivos. Sube
+Juno la cumbre del Grgaro, adornada con el cinto de Venus, que la
+hace irresistible:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left">... all el deseo,</td></tr>
+<tr><td align="left">all la dulce persuasin estaba,</td></tr>
+<tr><td align="left">que los ms cuerdos la prudencia roba.</td></tr>
+</table>
+
+<p><a name="page_007" id="page_007"></a></p>
+
+<p>Jpiter pierde la suya, requiebra Juno y quiere al punto gozarla; pero
+antes, l y ella se envuelven en nubes doradas y denssimas, que ningn
+Dios ni el Sol omnividente traspasa, y que Homero cuida bien de no
+traspasar, respetando el pudor y el decoro de la dichosa inmortal
+pareja.</p>
+
+<p>El tlamo de los dioses, el de los hroes, y aun el de cualquier hombre
+que se respeta, han de estar rodeados de impenetrable misterio. La
+prueba ms evidente por donde Penlope reconoce Ulises, es porque ste
+le describe su tlamo, que slo l haba visto entre los varones todos.</p>
+
+<p>El espritu de usted es recto por naturaleza y est sano: pero yo
+advierto en el <i>Himno</i> insanos extravos y disparatadas disonancias. No
+extrae usted que lo atribuya la vaga leccin de malos libros
+franceses, de los que estn de moda, de cuyo pesimismo, naturalismo
+falso y caprichosa impiedad, se hace usted eco. Usted, de por s, sera
+como Dios manda.</p>
+
+<p>Supone usted que la religin de Cristo condena la carne, y luego dice
+usted para s: pues voy glorificar la carne, rebelndome contra la
+religin de Cristo. Parte usted de un error, fundado en el doble sentido
+de la palabra <i>carne</i>. Sin presumir de telogo, sino como hombre de
+mundo, lego y profano, aunque no olvidado del Padre Ripalda, que aprend
+en la escuela, digo que no tiene usted razn. La carne, considerada como
+enemigo del alma, es la concupiscencia,<a name="page_008" id="page_008"></a> es el vicio, es la lujuria, que
+toda religin, no slo la de Cristo, condena. Pero la carne, el cuerpo
+humano, considerado como obra de Dios, dnde est condenado? El Verbo
+se hizo carne, y con cuerpo humano subi al cielo. Todos, segn nuestra
+fe, hemos de resucitar con carne, y los cuerpos de los bienaventurados
+han de ser muy hermosos y gloriosos. Lo primero que manda Dios al hombre
+y la mujer es que crezcan, se multipliquen y llenen la tierra. Cmo,
+pues, ha de suponerse que Dios condena el amor sexual cuando ordena que
+nos multipliquemos? El ascetismo, la vida penitente, la virginidad como
+la ms perfecta condicin, no son tampoco exclusivos ideales cristianos.
+En todas las dems religiones se da algo semejante. En la gentlica, por
+ejemplo, hubo coribantes y vestales.</p>
+
+<p>Lo que exigen la religin cristiana, y toda religin moral, y hasta sin
+religin y sin moral, la esttica y el decoro, es el recato. En la
+naturaleza de las cosas est que sea cmica, y no seriamente bella, la
+exhibicin la representacin del abrazo amoroso, ms menos apretado.
+Si el cnico Crates se une en pblico con Hiparca, pesar de la
+licenciosa libertad de Atenas, los pilluelos de la calle le silban y
+escarnecen. Slo en Otahiti, cuando llega all el capitn Cook, se toma
+por lo serio el hacer en pblico tales actos como ceremonia religiosa.</p>
+
+<p>Fuera de estos casos rarsimos, lo general es que el sigilo y el secreto
+presidan los amores. Jpiter, aunque era tan desaforado y tan
+propenso<a name="page_009" id="page_009"></a> ponerse el mundo por montera, satisfaciendo su regalado
+gusto, elige para unirse la ninfa Maya, hacindola madre del dios de
+la elocuencia, inventor de la lira, alma de la danza, una noche
+obscursima y un antro nemoroso y esquivo; y aun todava, para ocultar
+mejor su unin los dioses y los hombres, les infunde antes dulce
+sueo. Jano bifronte, no menos precavido y pdico, cuando se propone dar
+ser los briosos primitivos pueblos de Italia, se une la gigantesca
+ninfa Camesena, en la desierta cumbre del Apenino, y circunda el agreste
+y amplio tlamo de tenebrosas tempestades.</p>
+
+<p>En resolucin, ya que sera cuento de nunca acabar el ir citando sucesos
+semejantes de hombres y dioses, yo vuelvo prescindir de religin y de
+moral: no echo sermn, aunque ya estamos en Cuaresma; pero tratndose de
+arte, cmo prescindir de lo artstico? No es artstico el describir
+prolijamente los placeres de la alcoba.</p>
+
+<p>Admirable es la belleza del cuerpo humano. En otros mundos, sujeta la
+materia otras condiciones y con otra conformacin los sentidos, quin
+sabe cmo podr ser la aparicin sensible de la belleza? Esto es lo
+relativo. Pero la esencial y sustancial belleza que se nos revela en el
+Apolo de Belvedere y en la Venus de Milo, es la belleza absoluta. Todo
+entendimiento, capaz de comprenderla, aunque venga del ms extrao y
+lejano mundo de cuantos pueblan el ter, lo reconocer y lo proclamar
+como nosotros.</p>
+
+<p>Si imaginamos vivos, y no de mrmol, sino de<a name="page_010" id="page_010"></a> carne, la Venus y al
+Apolo, hombres y mujeres los contemplarn con pasmo y se podrn enamorar
+de ellos; pero sera grosero no ver en tanta animada hermosura sino un
+instrumento de material deleite. Habra en ello algo de profanacin
+sacrlega, no ya en virtud de la religin del espritu, sino del respeto
+hasta religioso que la materia misma, tan bien organizada, debe
+infundir.</p>
+
+<p>Ya usted notar que, en realidad, yo no voy contra usted en lo que digo.
+Voy contra la escuela mal llamada naturalista, que le pervierte y
+extrava. Si usted no valiese ya mucho y si no prometiese ms de lo que
+ya vale, no me mostrara yo severo.</p>
+
+<p>Demos por seguro que no hay bien, ventura, ni goce mayor que el de los
+amores; pero todo bien, todo goce es para referido representado
+estticamente por lo sublime? Esta es la cuestin. Este es el error del
+naturalismo; error que se ve ms claro an en las desventuras que en las
+venturas. Sobre la muerte de un amigo, sobre la ruina de la patria,
+sobre los suplicios y trabajos de un apstol, est bien escribir
+elegas. Pero desventuras son, y no menores, que se le pudran las
+narices al Dr. Pangloss, que otro le d tia y se le caiga el pelo,
+que otro le sobrevenga una debilidad en las encas y escupa los
+dientes y que otro le ocurra cada tres das una indigestin molesta y
+apestosa, y sin embargo, son estos percances propsito para componer
+versos elegacos? Nosotros, en la vida<a name="page_011" id="page_011"></a> real, nos compadeceremos en
+extremo del paciente, aunque slo sea prjimo, y no amigo deudo; pero
+si hablamos en verso heroico de lo que acontece, haremos reir en vez de
+llorar.</p>
+
+<p>Es indudable que hay desventuras y venturas, triunfos y derrotas,
+dolores y placeres grandsimos que en la vida real se lamentan se
+celebran; pero sobre los cuales hay que pasar con rapidez en la
+representacin artstica, si no queremos hacer reir con ellos.</p>
+
+<p>As, Ariosto, por ejemplo, no sera por su aficin lo moral y lo
+decente, sino por estas reglas de esttica, ms menos reflexiva
+irreflexivamente percibidas, por lo que no cuenta con circunstancias
+ntimas lo que pasa entre Anglica y Medoro; pero cuando quiere dar en
+lo grotesco y provocar risa, lo cuenta todo sin aprensin. As, en el
+caso del viejo nigromntico mgico que adormece con sus malas artes
+la hermossima dama y la tiene su talante. El chiste est en que el
+nigromntico, con toda su magia, si bien adormece la dama, no atina
+despertar en l resucitar algo que haca aos dorma estaba
+muerto, y se lleva un chasco feroz, quedando en salvo la honestidad y
+entereza de la dama, con apacible risa y jbilo de los lectores. Si el
+Ariosto hubiera tratado el suceso trgicamente, lo hubiera errado.</p>
+
+<p>Yo no recuerdo haber ledo escena tan viva como la del nigromntico,
+referida con pica dignidad y que produzca efecto, sino una en <i>El
+Bernardo</i> de Valbuena; pero esto se explica,<a name="page_012" id="page_012"></a> porque va todo acompaado
+de un poderoso elemento fantstico que lo dignifica, lo hace simblico y
+hasta le da un valor moral. Hablo del tremendo lance de Ferragut con la
+hechicera Arleta. El hroe penetra en el maravilloso palacio tan
+estupendamente rico. La gallarda, joven y elegante princesa le recibe
+solas y se entrega. Una sola lmpara de extraa luz ilumina la estancia,
+y sobre todos los objetos derrama encantados resplandores. Pero cuando
+la luz de la lmpara oscila, la portentosa beldad de la princesa se
+confunde; los perfiles, las sombras, los colores, todo se altera y se
+combina por tal arte, que Ferragut se asusta y cree tener un vestiglo
+entre sus brazos. Vuelve la luz arder sin oscilacin y la princesa
+recobra sus admirables atractivos. La luz, al fin, se apaga, y Ferragut
+se encuentra en inmunda caverna y entre los brazos de horrible y
+asquerosa vieja, cuya fealdad abominable ve la luz de la luna, y cuyos
+secos brazos y cuyas manos, modo de garras, le retienen sin dejarle
+escapar.</p>
+
+<p>Dir usted acaso que en sus sonetos hay algo parecido la moral de la
+fbula de la hechicera Arleta; que de ello dan prueba las cuatro ltimas
+palabras del ltimo soneto <i>Que ttrica es la vida!</i> Pero yo, en honor
+de la verdad, no descubro dicho sentimiento en usted, y si le descubro,
+es expresado dbilmente y como ahogado en los pormenores que preceden
+las dichas cuatro palabras.</p>
+
+<p>No hay en el himno nada semejante lo que<a name="page_013" id="page_013"></a> hay en casi todos los poetas
+libertinos epicreos de todos los tiempos; aquel sentimiento terrible
+que asalta el nimo de ellos en medio de sus deleites; que hace exclamar
+ Lucrecio:</p>
+
+<p class="c"><i>...Medio de fonte leporum</i><br />
+<i>Surgit amari aliquid quod in ipsis floribus angat;</i></p>
+
+<p class="nind">que mueve Catulo, entre los brazos de Lesbia, cubrindola de besos, en
+noches consagradas al amor, pensar en aquella perpetua noche que
+tenemos que dormir todos,</p>
+
+<p class="c"><i>Nox est perpetua una dormienda;</i></p>
+
+<p class="nind">y que lleva Musset hallar en el fondo del vaso de los placeres el
+hasto que le mata, Lamartine suspirar por el amor ideal que no
+tiene nombre ni objeto en la tierra, y Espronceda pedir un bien, una
+gloria que l imagina, y que en el mundo no existe, y desesperarse
+porque palpa la realidad, odia la vida, y slo cree en la paz del
+sepulcro.</p>
+
+<p>No hay en el himno esta contraposicin entre el placer ruin incompleto
+de la tierra y la infinita aspiracin del alma; pero hay algo ms
+ttrico; algo que se deplora en todos los <i>naturalistas</i>, ya escriban en
+prosa, ya en verso: lo mismo en Zola que en Rollinat.</p>
+
+<p>La pintura minuciosa, vehemente y sobrado material de la pasin,
+convierte su fisiologa en patologa; hace pensar, no en robustez y
+energa, sino en desequilibrio de facultades, en el hospital en el
+manicomio.<a name="page_014" id="page_014"></a></p>
+
+<p>No ya el amor de un hombre y de una mujer, ambos de carne y hueso, sino
+el amor de un santo de una santa hacia Dios, resulta enfermedad; caso
+de neurosis, hiperestesia, ninfomana satiriasis ms menos
+alambicada.</p>
+
+<p>La cuestin queda discutida de sobra. No me hubiera detenido tanto si,
+por una parte, no estimase mucho el ingenio de usted y no sintiese sus
+extravos, y si, por otra parte, no viese yo en estos extravos el
+resultado de malas teoras estticas, y de una escuela de moda que es
+menester combatir.</p>
+
+<p>Slo aadir ahora algunas explicaciones sobre la acusacin implcita en
+la dedicatoria autgrafa que pone usted al ejemplar del <i>Himno la
+carne</i> que me ha destinado. No sin intencin viene este ejemplar para el
+traductor de <i>Dafnis y Cloe</i>. Quiere usted dar entender que quien ha
+traducido aquella novela debe aplaudir el <i>Himno la carne</i>?</p>
+
+<p>La consecuencia est mal sacada. Aun suponiendo que <i>Dafnis y Cloe</i>
+tenga cuantas faltas yo censuro, no se ha de inferir que por haber yo
+cometido esas faltas no las pueda y deba reconocer como tales. Malo es
+ser pecador, pero es psimo jactarse del pecado y procurar que se tome
+como primor y acierto.</p>
+
+<p>La diferencia, sin embargo, es grandsima. <i>Dafnis y Cloe</i> viven hace
+catorce quince siglos; son paganos, estn en cierto campo ideal,
+pastoril y primitivo. No choca el que se desnuden, como cuando se
+desnudan un caballero y una<a name="page_015" id="page_015"></a> dama de ahora, quitndose la levita,
+pantalones, cors, etc. En fin; es otra cosa.</p>
+
+<p>El naturalismo de la novela es, adems, enteramente contrario al de los
+sonetos de usted. Hay en el naturalismo de <i>Dafnis y Cloe</i> una condicin
+sobrenatural fantstica que cambia su condicin. El dios Amor, el dios
+Pan y las Ninfas, por no interrumpida serie de milagros, conservan
+inocentes los dos partorcillos, hacen que se amen, los dotan de
+hermosura ms que humana, que no marchitan las inclemencias del cielo:
+ni los vientos, ni el sol, ni el calor, ni el fro.</p>
+
+<p>La descripcin poetizada de las alternadas estaciones del ao, de la
+rustiqueza selvtica y de una imaginaria vida pastoril de color de rosa,
+y que no se da en el mundo real, prestan todo el cuadro, y aun las
+ms vivas escenas, cierto velo esfumino areo que no las hace tan
+<i>shocking</i>. Y, por ltimo, aunque se funde el amor de Dafnis y Cloe en
+la material hermosura de ambos, en su contemplacin, y hasta en el deseo
+de lograr su posesin por completo, todava, par de este deseo, hay
+una amistad, un afecto entraable, una terneza pura en ambos
+pastorcillos, que evitan el que sea su amor mera lascivia, y que le
+purifican y realzan.</p>
+
+<p>Recuerde usted que Dafnis aprende al cabo cul es el verdadero fin de
+amor, y, pesar de su pasin, se domina por temor de lastimar Cloe, y
+no la hace suya hasta despus de la boda.<a name="page_016" id="page_016"></a></p>
+
+<p>En suma, y para no cansar, yo no me defiendo de haber traducido el libro
+de Longo, aunque en Francia le tradujo un obispo. Quiero suponer,
+quiero afirmar y confesar que hice mal. Valgmonos de un smil. Sea como
+si yo expusiera al pblico esculturas lascivas; pero de esto exponerme
+yo mismo como actor, me parece que dista mucho.</p>
+
+<p>Por ltimo, se ha de notar que la novela de <i>Dafnis y Cloe</i> no quiere
+ser seriamente sublime, sino que, por cierta malicia candorosa y cierta
+amaada inocencia, propende difundir regocijo en quien lee, lo cual
+podr ser censurable por el lado de la moral, pero no es antiesttico,
+que es de lo que aqu tratamos.</p>
+
+<p>Si usted, en otro tono ms ligero, risueo y jocoso, hubiera escrito
+catorce sonetos, catorce veces ms verdes an, como yo soy viejo
+pecador, y nada tengo de misionero, respecto la moral y la decencia
+me hubiera callado; pero en punto esttica, hubiera echado usted mi
+absolucin, y, si los sonetos alegraban las pajarillas, hubiera
+concedido usted indulgencia plenaria y hasta hubiera aplaudido.<a name="page_017" id="page_017"></a></p>
+
+<h4>II</h4>
+
+<p>Mi querido amigo: La cariosa carta de usted me mueve escribirle de
+nuevo, y no poco.</p>
+
+<p>Si usted no hubiese escrito ya en verso y en prosa muchas cosas buenas,
+y si usted no diese esperanzas fundadsimas de escribir otras mil
+infinitamente mejores que los catorce sonetos, tendra usted razn en
+decir que yo le mataba. Pero si usted escribe bien, y si ha de escribir
+mejor, y si ha de ser, pues no creo que me engae la simpata, uno de
+nuestros ms fecundos y amenos ingenios, qu importa que yo hable mal
+de los catorce sonetos compuestos por usted en algunas horas de
+extravo?</p>
+
+<p>Yo, aunque sea repetirlo por tercera cuarta vez, no voy contra los
+catorce sonetos, sino contra la mala teora esttica que, nublando el
+claro entendimiento de usted, se los ha inspirado.</p>
+
+<p>Yo reparo, tal vez por dems, en el pro y en el contra de cuanto digo, y
+nada afirmo con aquella decisin que se impone. De aqu que me acusen de
+escptico. Fcil me sera pasar por dogmtico,<a name="page_018" id="page_018"></a> si prescindiese yo de lo
+que me dicta la conciencia; pero, como no prescindo, soy paso por
+escptico, fuerza de ser concienzudo.</p>
+
+<p>Digo esto, porque al censurar los catorce sonetos de usted, me han
+asaltado en tropel no pocas dudas y dificultades que deseo exponer aqu,
+aunque no logre resolverlas y todas se queden en pie.</p>
+
+<p>Necesito, adems, escribir esta segunda carta para disculparme de no
+rasgar la primera; porque, despus de la longnima docilidad con que se
+somete usted mi censura, tal vez acerba, y me la paga en alabanzas,
+parece ruindad en m el que mi censura se haga pblica, y el que, siendo
+yo, por lo comn, indulgente y hasta lisonjero con los extraos
+indiferentes, me extreme por la severidad con usted, quien cuento
+entre mis mejores amigos.</p>
+
+<p>Vlgame para explicacin de mi conducta que la indulgencia debe recaer
+sobre el <i>non plus ultra</i> de lo que produce cada uno. No hay que podar
+el quejigo, porque, pesar de la poda, siempre dar bellotas speras y
+no dulces almendras. De mal rbol no se espere fruto sazonado y sabroso.
+Y as, siguiendo esta comparacin de los frutos, y convirtiendo
+imaginariamente cada soneto de usted, pongo por caso, en un melocotn,
+yo entiendo que usted debe darlos mejores, y que aun los catorce, de que
+tratamos aqu, seran exquisitos, si el moscardn avechucho del
+<i>naturalismo</i>, que vaga por el aire, no hubiera clavado en ellos el
+aguijn y depositado all venenosos huevecillos<a name="page_019" id="page_019"></a> que se convierten en
+gusanos y podredumbre. Lo que hago, pues, es osear el avechucho para que
+no inficione otros nuevos frutos.</p>
+
+<p>Dada ya usted la satisfaccin que le debo, voy decir algo acerca de
+las dudas y dificultades.</p>
+
+<p>Y es la primera duda la de si ser yo tan crudo censor de los sonetos
+porque la vejez me infunde aborrecimiento al Amor: pero la duda se
+disipa pronto, y creo que mi profundo respeto y mi ardiente devocin al
+Amor son los que me inspiran.</p>
+
+<p>Los catorce sonetos rebajan las obras de esta deidad mera funcin
+fisiolgica, y el bro de las descripciones no las eleva, sino que les
+presta ciertos visos de patologa, que, ms de hacerlas bajas, las
+hace insanas.</p>
+
+<p>Es cierto que lo contrario debe de ser peligroso y seductor; pero
+consuela y no deprime. Trae Byron, en el <i>Don Juan</i>, una jocosa diatriba
+contra Platn, echndole la culpa de las pecaminosas relaciones de su
+hroe con doa Julia. Yo mismo, aunque disto mucho de ir tan lejos como
+Byron en la malicia anti-platnica, me pasmo y veo con ms incredulidad
+que fe los anchos lmites que pone, verbi gracia, el conde Baltasar
+Castiglione al platonismo puro.</p>
+
+<p>El beso en la boca, segn l, es todo espiritual: es ayuntamiento de
+almas, en prueba de lo cual se alegan muy sutiles razones que no me
+convencen. Ni vale para ello la grave autoridad del mismo Platn, de
+quien nos cuenta el Conde<a name="page_020" id="page_020"></a> que, divinamente enamorado y besando su
+amiga, sinti una vez que el alma se le vino los dientes para salirse
+del cuerpo.</p>
+
+<p> tales accidentes confieso que debemos dar explicacin menos
+metafsica; mas no por eso debemos quitar del amor todo lo metafsico,
+trascendente y divino. El amor nuestro se iguala entonces al de los
+animales. Los refinamientos, las elegancias, los materiales primores de
+que le rodeamos, le quitan naturalidad y no le aaden belleza. Y la
+exageracin y violencia del sentir, en vez de magnificarle y
+corroborarle, le ponen enfermo y le dan un aspecto diablico, delirante
+y lgubre. Se dira que las pasiones y operaciones de nuestro ser se
+resisten ser atribudas y sujetas leyes fsicas slo, y as, al
+apartar del efecto toda causa influjo divino, se le atribumos
+infernal endemoniado.</p>
+
+<p>No llega usted este punto del satanismo, y ms vale as. Se queda
+usted en menos de la mitad del camino, y por usted lo celebro.</p>
+
+<p>En cuanto los catorce sonetos, seran estticamente mejores si fuesen
+satnicos.</p>
+
+<p>Yo comprendo Baudelaire, y en cierto modo le admiro, aunque me
+disgusta. En su inspiracin depravada, sombra y terrible, hay algo de
+verdad, aunque exagerada por la farsa tenaz que l mismo se impuso para
+ser ms original, para asustar al linaje humano y para contristar y
+meter en un puo el corazn de cada burgus honrado y sencillote, en
+cuyas manos cayesen sus <i>Flores del mal</i>. Pero usted no pretende hacer<a name="page_021" id="page_021"></a>
+el bu, ni pasar por originalsimo, siendo raro y extravagante. De ello
+me alegro, aunque los catorce sonetos, por falta de una intencin, si
+perversa, decidida, se queden en el limbo, y no suban al cielo, ni bajen
+al infierno.</p>
+
+<p>Dice Fscolo que el Petrarca cubri con un velo candidsimo al Amor, que
+andaba desnudo por Grecia y en Roma, y as le volvi al regazo de Venus
+Urania. Desde entonces, acaso desde antes, no se puede hablar seriamente
+del Amor, trayndole la tierra, prohibindole recordar su cielo, y
+arrancndole la vestidura. Cuando esto se hace, resulta el sacrilegio,
+que no se motiva ni funda bien, no seguir el poeta las huellas de
+Baudelaire, y entregarse al diablo.</p>
+
+<p>Y ahora ocurre otra duda. Cmo es que hay versos erticos, harto libres
+y desenvueltos, que el moralista, aunque no sea muy rgido, sin
+apelacin condena, que toda seora seorita bien criada no puede oir
+sin enojarse y ruborizarse, y que, sin embargo, nos gustan mucho los
+profanos? Srvanme de ejemplo no pocas canciones de Branger. Yo presumo
+que esto consiste en el tono. El refrn lo dice: <i>C'est le ton qui fait
+la chanson</i>. La alegra, la ligereza, el aire improvisado irreflexivo
+lo disculpa todo. Se dira que estos poetas, alegres y desenfadados,
+dejan tranquilo en su cielo al Amor primordial y unignito, y, si toman
+de l varias prendas, es para adornar los Amorcillos terrestres, hijos
+de las ninfas, con los cuales no disuenan las libertades y la carencia
+de misterios.<a name="page_022" id="page_022"></a></p>
+
+<p>De esta suerte, y no con tono herico y pomposo, la Esttica no repugna,
+aunque la Moral frunza las cejas, que el poeta, velando un poco, no
+parndose en pormenores, y dejando entender mucho por medio de rodeos y
+dobles sentidos, nos cuente nos cante algunas travesuras. Harto s que
+la eutropelia del P. Boneta no permite tanto; pero yo confieso que lo
+permite la ma. Entindase, con todo, que para que estticamente
+gustemos de versos as los mismos profanos, es menester que un dejo del
+verdadero amor, de ternura y de otros bellos sentimientos, difunda en el
+cuadro que el poeta nos trace algunos resplandores de la luz del cielo.
+Catulo amaba Lesbia con el alma, <i>plus quam se atque suos amavit
+omnes</i>, y lo recuerda y lo confiesa hasta cuando ya Lesbia le es infiel;
+y lo mismo acontece Branger con Liseta, hasta cuando le dice, al
+verla con tantas galas, que ya no es Liseta y que no debe llevar aquel
+nombre. pesar de la regocijada liviandad de ambos poetas, no es la
+carne slo lo que los enamora.</p>
+
+<p>Infiero yo de cuanto va dicho la necesidad, moral y esttica, de que en
+toda poesa de amores intervengan cielo y tierra y concurran lo
+espiritual y corpreo; esto ltimo velado por el pudor, sobre todo
+cuando se quiere que sean grave el tono y elevado el estilo.</p>
+
+<p>Se cita mucho la definicin que del orador da Quintiliano. Dice que ha
+de ser <i>vir bonus dicendi peritus</i>; pero se ignora no se recuerda que
+los griegos exigieron antes para el poeta, como requisito<a name="page_023" id="page_023"></a>
+indispensable, la misma calidad de ser varn excelente. Acaso
+Quintiliano no hizo ms que ampliar la exigencia de los griegos y
+comprender en ella los oradores. Como quiera que sea, es lo cierto que
+la poesa, aun para los que seguimos la doctrina del arte por el arte,
+no es, en el ms lato sentido, independiente de la moral. No se pone
+su servicio ni la toma como fin, porque su fin est en ella: pero la
+poesa, siguiendo desembarazada y libre por su camino, si es de buena
+ley y de alto vuelo, al llegar su trmino, tiene que parar en la moral
+ms perfecta y pura que se concibe en la poca en que el poeta vive,
+no ser que ste, lleno de aliento proftico, suba ms alto y columbre y
+revele ms bellos ideales. Esto significa la excelencia moral que los
+griegos requeran en el poeta, aunque careciese de aquella voluntad
+perpetua y constante que constituye la virtud prctica en todos los
+actos de la vida, aunque no fuese ni hroe ni santo.</p>
+
+<p>Infiero yo de lo expuesto que el amor entre hombre y mujer, cuando no es
+slo material, no va contra la moral, sino que sta le sanciona. La
+poesa ha hecho de l su principal asunto, as en cantos lricos como en
+narraciones, desde las edades ms remotas hasta nuestros das.</p>
+
+<p>Es ms: la poesa ertica es tan bella, entendida y realizada as, que,
+lejos de condenarla, la religin, por severa y espiritual que sea, ha
+solido valerse de sus frases vehementes y de sus acentos apasionados,
+para expresar los xtasis y<a name="page_024" id="page_024"></a> arrobos msticos, y los ms sublimes
+misterios, aspiraciones y raptos del alma hacia lo infinito y lo eterno.
+Testimonio de esto da, en la antigua India, aquella gloga bellsima en
+que Yayadeva pinta los amores de la gentil pastora Radha y del Dios
+Crishna, que toma la figura del pastor Govinda para enamorarla: y no
+menos brillante testimonio da entre nosotros <i>El Cantar de los
+cantares</i>, donde los terrenales amores de Salomn y de la Sulamita
+vienen sublimarse y convertirse en los de Cristo con la Iglesia, y
+en los del alma con su Hacedor.</p>
+
+<p>Tenemos, pues, la poesa ertica, siempre que se guarde en ella el
+debido decoro y no se la prive del elemento espiritual, no slo
+tolerada, no slo permitida, sino hasta canonizada. No ya con
+significacin mstica como San Juan de la Cruz, sino dirigindose
+mujeres, que fueron que se supone que fueron de carne, varones
+piadosos, como Fr. Luis de Len y Fr. Diego Gonzlez, han compuesto
+versos amorosos.</p>
+
+<p>Lo mejor es seguir tan buenos ejemplos. Slo se oponen que los sigamos
+la ltima moda de Pars, el afn de singularizarnos y el temor de ser
+como cualquiera otro, tomando la senda trillada y emplendonos en
+asuntos que se imaginan agotados ya, y sobre los cuales nada puede
+decirse si no repetimos lo que otros dijeron.</p>
+
+<p>Crea usted que este temor es vano. No busque usted la originalidad, y
+ella vendr buscarle. Sea usted natural y espontneo, y pondr usted
+en cuanto escriba el sello de su persona, y<a name="page_025" id="page_025"></a> ser sana y limpiamente
+original, sin darse todos los diablos y sin caer en las demencias
+fnebres que en Francia se usan.</p>
+
+<p>Inagotable fbrica y rico emporio de ideas es Pars. Necesario y bueno
+es tomar de all lo que conviene; pero haya tino y juiciosa eleccin en
+lo que se tome.</p>
+
+<p>Cierta poesa no es ya ertica, sino crapulosa y nauseabunda. Entre las
+causas que concurren dar ser esta poesa, adems de las ya
+mencionadas, entra una vanidad pueril de que el poeta no se da cuenta
+veces. Figurmonos al poeta en Pars. Su prurito ser acaso que, en el
+fondo de la provincia de donde ha venido, le tengan por un picaruelo,
+sibarita alambicado, que logra venturas superfinas, ni soadas en su
+lugar. Adems, todo francs hace sin querer <i>la reclame</i>. En Pars se
+confeccionan los mejores guisos y se hacen los ms graciosos vestidos y
+sombreros para mujeres; es menester, por consiguiente, que tambin se
+crea y se divulgue que en Pars se entiende mejor el amor y se le
+condimenta con alios ms picantes y especieras ms ricas y exticas.
+Con este seuelo, tal vez, no pocos individuos acaudalados de naciones,
+que en Francia se tienen entre el vulgo por semi-brbaras, vendrn
+Pars, ya que no estudiar en la Sorbona, aprender pornografa en los
+colegios de la nueva Babilonia.</p>
+
+<p>No acuso yo ningn autor francs de que lleve tal intencin; pero la
+lectura de sus libros produce el mismo efecto que si la llevara. Nos<a name="page_026" id="page_026"></a>
+fingimos por ac, y por muchas otras tierras, un Pars encantado, donde,
+si va uno con dinero, se pasea en los jardines de Armida, desembarca en
+la isla de los amores de Camoens, y penetra en el propio paraso de
+Mahoma.</p>
+
+<p>Si el mal se detuviese en esto, yo me callara; pero el mal no se
+detiene. Los poetas crapulosos, como Baudelaire y Rollinat, se hartan y
+se hastan de sus goces; sienten aspiraciones infinitas, hundidos ya en
+el fango, y despus de haber renegado de Dios; y aqu te quiero
+escopeta. Cada uno de ellos parece un energmeno. Sus versos son
+pesadillas de un ascetismo bastardo y sin esperanza. Obsesos por el
+demonio del remordimiento y por otros demonios ms feos y tiznados,
+rompen en maldiciones y blasfemias inauditas. Ya nos aseguran que no hay
+crimen que no sean capaces de perpetrar, ya se encomiendan devotamente
+Lucifer, ya aseguran que quieren imitar Cristo, si bien suponiendo que
+lo que Cristo prescribe y recomienda con el ejemplo es que nos matemos.
+La muerte es la nica redencin posible. Adems, ellos entienden que
+deben matarse en castigo de sus culpas.</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="">
+<tr><td align="left"><i> &nbsp;Va, que la mort soit ton refuge!</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i> l'exemple du Rdempteur,</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i>ose la fois tre le juge,</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i>la victime et l'xcuteur.</i></td></tr>
+</table>
+
+<p>La situacin es tremenda, y empezando por versos de amor materialista
+puro, como los catorce sonetos, se viene caer en ella, ms tarde<a name="page_027" id="page_027"></a>
+ms temprano, no desviarse pronto del mal camino.</p>
+
+<p>Las visiones de Baudelaire y de Rollinat espeluznan y descomponen el
+estmago; dan horror y asco: es menester ser valientes y robustos para
+resistirlas sin vomitar sin caer desmayado. Los suplicios ms feroces
+que ve Dante en su <i>Infierno</i>, las abominaciones y espantos de los ms
+ascticos libros cristianos, como <i>Gritos del infierno</i>, <i>Estragos de la
+lujuria</i>, y otros as, son nierias y amenidades, si se comparan con lo
+que Baudelaire refiere cuando l mismo se ve ahorcado, podrido y
+hediondo, entre una nube de murcilagos y de grajos que le sacan los
+ojos mordiscos y picotazos y se le comen por do ms pecado habia, y
+con lo que cuenta Rollinat de aquel gato celoso, que yo sospecho que era
+un demonio familiar, el cual araa y destroza su amiga en sitios tan
+sensibles y ocultos.</p>
+
+<p>Si tamaas desventuras se tomasen por lo serio, sera cosa de deshacerse
+en un mar de lgrimas, de morirse de pena y de terror entre convulsiones
+horribles, y de aborrecer toda vida, y ms que ninguna la
+sardanapalesca, que se entregaron estos vates ilustres, y cuyos
+funestos resultados estamos tocando.</p>
+
+<p>Por dicha, yo me consuelo y tranquilizo con sospechar que, tanto en el
+<i>sardanapaleo</i> como en el lloriqueo, tanto en las culpas como en los
+castigos, hay abundancia de filfa y camelo. Ni se divierte uno tanto
+como dice, ni suele exclamar de corazn <i>qu ttrica es la vida!</i>
+despus de haberse<a name="page_028" id="page_028"></a> divertido. En ambos extremos hay ponderacin
+jactanciosa: <i>pose y blague</i>. Lo peor es el pesimismo. Si se adopta para
+hacer efecto y darse charol, no tiene perdn de Dios. Por qu en odas,
+en elegas, en coplas, en dramas, en novelas y aun en gruesos librotes
+de filosofa, hemos de angustiar los mortales y quedarnos tan frescos?</p>
+
+<p>Todos, aunque seamos optimistas, tenemos ratos, y das y semanas de mal
+humor, de tristeza y de abatimiento. As estaba yo, poco ha, cuando
+escriba un amigo diplomtico extranjero, quien quiero mucho, una
+melanclica carta. l me contest, consolndome con discretsimos
+razonamientos, algunos de los cuales vienen tan pelo aqu, que voy
+citarlos en el propio idioma en que estn escritos, abusando quiz de la
+confianza y rompiendo el sigilo de la correspondencia.</p>
+
+<p>A quoi vous sert votre optimisme? (me dice). Notre matre le Docteur
+Pangloss restait ferme dans la doctrine aprs des accidents bien
+autrement facheux et malgr le cadeau dont l'avait gratifi Paquette et
+dont vous connaissez la gnalogie. L'optimisme ne servirait-il rien?
+On serait tent de le croire en voyant que les pessimistes sont en
+general de fort bons vivants, qui s'arrangent une existence trs
+agrable et qui sont trs peu presss de sortir de cette cration
+manque. Leur chagrin est tout en rimes ou en livres de philosophie, qui
+n'ont pas d'influence sur leur conduite journalire. Schopenhauer<a name="page_029" id="page_029"></a>
+n'avait pas l'air de s'ennuyer, si j'en crois ceux qui l'ont connu.
+Boudha lui mme est mort d'indigestion, ce qui peut faire douter de son
+asctisme et de son mpris des choses cres. Si nous faisions comme
+eux et si nous prenions le monde comm'il est, runissant ainsi les
+avantages des deux systmes?</p>
+
+<p>Estas palabras de mi docto amigo me sugieren una idea luminosa y
+salutfera. Seamos optimistas y pesimistas alternativamente. Las cosas,
+aunque no crea uno en el determinismo feroz que nos arrastra al vicio y
+hasta al crimen, y aunque no vea uno siempre desolacin y dolor en torno
+suyo, no estn por eso todo lo bien que sera de desear. Confesmoslo,
+pero no nos aflijamos demasiado ni menos aflijamos los dems hombres
+con nuestros quejidos y aullos. Conviene, pues, para esto, que nuestro
+pesimismo, en vez de ser trgico, sea chistoso y cmico; como el
+pesimismo de Voltaire, que en el <i>Cndido</i> hace que nos desternillemos
+de risa, , mejor an, como el de Cervantes, ms gracioso todava en el
+<i>Quijote</i>, y lleno de dulzura y de cristiana resignacin, sin chispa de
+hil ni de impiedad ni de odio.</p>
+
+<p>Y si, en el da de hoy, sin salir de Espaa, quiere usted hallar un
+modelo acabado de este pesimismo para reir, bsquele en los escritos, en
+prosa y verso, de Miguel de los Santos lvarez, y singularmente en
+algunas octavas del poema <i>Mara</i>. El pesimismo se expresa en ellas con
+tanto chiste y gracejo, que regocija, en vez de<a name="page_030" id="page_030"></a> desesperar, y hasta se
+le antoja quien lee recita aquellas blasfemias, no ya que l debe
+perdonarlas <i>propter elegantiam sermonis</i>, sino que hasta la Soberana
+Potestad, quien se dirigen, en vez de castigarlas, las celebra y las
+re, como re y celebra la madre cariosa y benigna al nio pequeuelo y
+mimado, si la insulta por que no le da, para que no le hagan dao, las
+chucheras y golosinas que le pide.</p>
+
+<p>En resolucin, y para terminar, en las poesas amorosas mezcle usted
+algo del cielo con la tierra, fin de no hallar <i>ttrica la vida</i>
+cuando est en lo ms florido de sus aos, y en lo dems procure usted
+no caer en el pesimismo, y si cae en l, tmplele y endlcele con la
+risa resignada y con la burla sin acbar de Cervantes y del antiguo
+amigo de Espronceda. De esta suerte, ya que no los censores graves; los
+que no lo son ni tienen autoridad para serlo, en lo amoroso perdonarn
+usted las verduras, y en lo pesimista las injurias contra la
+Providencia, cuyos designios y planes, que ignoramos y debemos acatar,
+tal vez brillan justificados despus de tales ataques.</p>
+
+<p>Y con esto termino, augurando usted rica cosecha de laureles si sigue
+mi consejo, y reiterndole que soy su afectsimo amigo.<a name="page_031" id="page_031"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 433px;">
+<a href="images/illpg_031a.png">
+<img src="images/illpg_031a_sml.png" width="433" height="92" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3>
+COLECCIN<br />
+DE<br />
+MANUSCRITOS Y OTRAS ANTIGEDADES DE EGIPTO<br />
+PERTENECIENTES AL ARCHIDUQUE RANIERO<br />
+</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">NO pocos escritores han dado ya noticia de esta rica y curiosa
+coleccin, pero nunca hasta ahora se haba expuesto toda ella al
+pblico.</p>
+
+<p>A fin de que cualquiera logre enterarse algo de los objetos que la
+componen, de su mrito y de su rareza, acaba de publicarse, en esta
+ciudad de Viena, un precioso catlogo ilustrado.</p>
+
+<p>Como los objetos son muchos miles, no es posible que todos estn
+estudiados y descritos en el catlogo. Este, no obstante, es un tomo en
+cuarto mayor, de 292 pginas, letra muy metida, con veinte lminas y
+noventa imgenes y facsmiles intercalados en el texto, y contiene la
+descripcin de ms de mil cuatrocientos objetos.</p>
+
+<p>Lejos de ser todos de la misma poca, es tan varia su antigedad, que el
+origen de algunos se<a name="page_032" id="page_032"></a> remonta catorce siglos antes de Cristo, mientras
+que los ms modernos son del siglo <span class="smcap">XIV</span> de la Era cristiana. Todo ello es
+visible y claro documento de la civilizacin, no interrumpida por
+espacio de 2700 aos, en el pas que riega y fecunda el Nilo.</p>
+
+<p>Como dicha civilizacin ha adoptado, en el transcurso de los siglos,
+diversas creencias religiosas, distintos usos, leyes y costumbres y
+diferentes idiomas en que manifestarse, los objetos, aunque hallados
+casi todos en el mismo lugar, varan en extremo. Slo por la lengua
+escritura de los manuscritos pueden stos clasificarse en hierticos,
+demticos, cpticos, griegos, latinos, arbigos y phlvicos, sea en la
+lengua oficial de los persas en tiempo de los Sasanidas.</p>
+
+<p>Los ltimos vienen demostrar con evidencia que principios del siglo
+<span class="smcap">VII</span> de nuestra Era, el Egipto fu conquistado por Cosroes II, y que la
+dominacin persa en aquel pas se extendi hasta la Nubia.</p>
+
+<p>Por la materia en que los documentos de la coleccin estn escritos,
+tambin hay notable diversidad. Lo que ms abunda es el papiro, desde
+los tiempos de Ranss II, el Sesostris de las historias clsicas. Siguen
+los escritos en papiro, despus de la conquista de Alejandro Magno, en
+el periodo helnico de los Ptolomeos, durante la dominacin romana y en
+la poca bizantina.</p>
+
+<p>Cuando los rabes se apoderaron del Egipto, la civilizacin no se
+eclips ni retrocedi, y el cultivo de la planta de que se saca el
+papiro y la<a name="page_033" id="page_033"></a> fabricacin del papiro tomaron mayor incremento,
+proporcionando al Egipto prosperidad y riqueza. Las ms importantes
+fbricas estaban en Wasima y en Bura, cerca de Damieta, desde donde se
+enviaba esta mercanca los ms distantes y opuestos mercados: Roma,
+ Constantinopla, Bagdad, y Crdoba.</p>
+
+<p>En la coleccin del archiduque Raniero hay papiros escritos en lengua
+arbiga, desde la conquista muslmica, en el siglo <span class="smcap">VII</span>, hasta bien
+entrado el siglo <span class="smcap">X</span>; los hay del tiempo de los primeros sucesores del
+Profeta, y de las dinastas de los Omiadas, Abasidas y Tulunidas.</p>
+
+<p>En el siglo <span class="smcap">X</span>, tal vez antes, se haba ya extendido por el Asia
+occidental y haba penetrado hasta el Egipto mismo un poderoso rival del
+papiro que haba pronto de vencerle y dar con l por tierra. Era este
+rival el papel de trapo. A lo que parece, el papel se conoca y usaba en
+China desde la edad ms remota. Los rabes le importaron en Occidente.
+La poca de este gran acontecimiento ha venido fijarse, poco ha, con
+maravillosa exactitud. Se marca el da, el mes y el ao en que fu. Fu
+el 7 de Julio del ao 751 de la Era cristiana. Los anales arbigos y los
+chinos estn contextes en esto. Kao-Hsien-fa, general de Corea, fu
+vencido por los rabes, que llevaban por auxiliares los turcomanos,
+cerca de una ciudad llamada Kangli, en la orilla del ro Tharz. Los
+vencedores traspasaron las fronteras mismas del Celeste Imperio
+persiguiendo los chinos, y les hicieron muchos prisioneros.<a name="page_034" id="page_034"></a> Entre
+ellos haba, por feliz casualidad, algunos que tenan por oficio hacer
+papel. Fueron stos llevados Samarkanda, donde pronto empezaron
+ejercer su industria. Los productos de ella se difundieron, desde
+Samarkanda, por el Occidente de Asia, por Africa y por Europa. Si tard
+casi dos siglos en vulgarizarse el papel y en vencer al papiro, fu
+porque los primeros fabricantes slo de algodn saban hacerle, y les
+faltaba, bien abundaba poco, la primera materia. Al cabo vino
+inventarse el hacer el papel de trapos viejos, y pronto entonces se
+trasplant esta industria otros puntos. La segunda fbrica, de que
+hace mencin la historia, se estableci en Bagdad el ao de 795,
+reinando el califa Harun-al-Raschid. No tard mucho, probablemente, en
+haber tambin fbricas de papel en Damasco, y desde all el papel empez
+ conocerse en Europa, tomando el nombre de <i>Charta Damascena</i>.</p>
+
+<p>En Egipto, los rabes emplearon ya el papel desde el siglo <span class="smcap">IX</span>, y en la
+coleccin del archiduque Raniero se ven escritos en esta materia,
+empezando desde dicha poca y continuando durante las dinastas de los
+Ichschidas, Fatimidas, Aijubidas y Mamelukos.</p>
+
+<p>Y lo ms singular, y acaso una de las cosas que dan ms precio esta
+coleccin, es que, no slo hay manuscritos en papel, sino que
+evidentemente hay tambin papeles, grabados impresos, que datan del
+siglo <span class="smcap">X</span>. Los rabes no se limitaron traer el papel desde la China, si
+no<a name="page_035" id="page_035"></a> que, por lo visto, trajeron tambin el arte de la imprenta antes de
+que Gutenberg le inventase. Ya se entiende que esto excita la curiosidad
+y el asombro, pero en manera alguna disminuye la gloria de Gutenberg,
+como no quita Coln la gloria de haber descubierto la Amrica el
+descubrimiento muy anterior y harto infecundo de los islandeses.</p>
+
+<p>Como quiera que sea, en la coleccin del Archiduque hay no pocos papeles
+impresos, completamente como los impriman los chinos, y que son de
+mediados del siglo <span class="smcap">X</span>.</p>
+
+<p>El papel manuscrito es en la coleccin, segn es natural, ms antiguo
+que el impreso.</p>
+
+<p>El primero, por orden cronolgico, entre los estudiados ya, es una
+carta, en cuya direccin escrita en el respaldo se lee la fecha
+correspondiente al ao 873 de nuestra Era. Hay despus un fragmento de
+contrato del ao 909. La coleccin, adems de papiros y papeles,
+contiene escritos en madera, en barro, en telas, en tablas de cera, en
+metal y en varias clases de pergaminos de vaca, de carnero, de becerro y
+de antlope, que eran los ms estimados.</p>
+
+<p>El conocimiento del arte de escribir y de todos los recados y sustancias
+con y en que se escribe se puede adquirir visitando esta coleccin, que
+viene ser una serie de monumentos de su historia. Y no es el menos
+notable un cesto, de paja y camo entrelazados, donde hay tres paletas
+de madera muy dura, en que se frotaba la pastilla barra de tinta
+slida, humedecindola,<a name="page_036" id="page_036"></a> para que, desleda, sirviese. En cada paleta
+hay huecos en que se envainaban las caas plumas, de las que se
+conservan tres. Cesto, <i>clamos</i> y paletas, que an tienen tinta
+endurecida, son de mil doscientos aos antes de Cristo, si hemos de dar
+fe los inteligentes y al testimonio de un papiro con escritura
+hiertica, que estaba unido dichos objetos.</p>
+
+<p>Como se ve, todos ellos forman un tesoro de imponderable valor para el
+anticuario, y estn ahora expuestos al pblico en cinco salones del
+Museo austriaco de artes industria.</p>
+
+<p>Lo ms importante lo descubri y trajo Viena el seor Teodoro Graf, de
+quien, en 1884, lo adquiri el Archiduque.</p>
+
+<p>El tesoro procede de diversos puntos, por ejemplo, de Al-Uschmunein, la
+antigua Hermpolis; pero el fondo principal se ha encontrado cerca de
+Medina-al-Fayun, no lejos del lago Moeris, entre las ruinas de la ciudad
+de Schet, llamada por los griegos Crocodilpolis Ciudad del Cocodrilo,
+porque all era adorado el dios Sobk, cuya cabeza era como la de dicho
+animal. Schet se llam ms tarde Arsinoe, en honor de la segunda reina
+de este nombre, hija de Ptolomeo I.</p>
+
+<p>El libro, de que vamos extractando todas estas noticias, se titula <i>Gua
+de la Exposicin</i>; est impreso en la imprenta Imperial y Real de la
+Corte y del Estado, y ha sido compuesto por tres principales autores. En
+lo egipcio ha trabajado el Sr. J. Krall; en lo greco-latino el Sr. K.
+Wessely,<a name="page_037" id="page_037"></a> y en lo arbigo el Sr. J. Karabacek, de quien es tambin la
+Introduccin de la obra.</p>
+
+<p>Como yo no acierto escribir nunca con el conveniente disimulo
+hipocresa, que alguien llama pudor literario, y, sin poderlo remediar,
+impongo al pblico en mis secretos como si el pblico estuviese formado
+de amigos ntimos, no he de ocultar aqu los sentimientos y
+pensamientos, acaso abominables y vitandos, que acuden mi alma en
+ella se despiertan, al visitar la referida Exposicin al hojear el
+libro que la describe. Hubiera perdido algo el linaje humano con que
+todos estos papiros y papeles se hubiesen perdido sin llegar hasta
+nosotros con que nunca el Sr. Graf los hubiese descubierto? Sin duda
+que suministran datos importantes y fehacientes, que aclaran no pocos
+puntos histricos, y esto es una gran cosa; pero proporciona tanta
+fatiga el estudiarlos, descifrarlos y traducirlos, que no s si el
+resultado obtenido compensar nunca la fatiga. Si yo no fuese tan
+aficionado saber, si mi afn de enterarme de todo no fuese tan vivo,
+me importara poco que se descubriese, cada da, un cmulo de
+manuscritos como el que posee y exhibe el Archiduque: pero yo quiero
+saberlo todo, y como el tiempo me falta, y la vista me va faltando
+tambin, y s poqusimos idiomas, se apoderan de mi espritu la
+inquietud, el mal humor, algo como miedo de acometer un trabajo nuevo y
+algo como envidia de aquellos para quien apenas es trabajo sino deleite
+el investigar tales escritos y poner en claro lo que<a name="page_038" id="page_038"></a> dicen. Entonces me
+explico y casi aplaudo la supuesta verdadera conducta del califa Omar,
+del Licenciado Barrientes, del Cardenal Cisneros, del arzobispo
+Zumrraga, y de otros de quienes se cuenta que han quemado manuscritos.
+La gente los denigra y los saca la vergenza como insensatos
+fanticos, pero yo tal vez los miro como hericos dechados de caridad
+desagradecida. Por fortuna, pronto desecho esta extraviada manera de
+pensar y de sentir; y pues hay manuscritos, aspiro saber lo que dicen
+y hasta informar un poco de su contenido los que sean ms ignorantes
+ menos estudiosos que yo, y algunos habr.</p>
+
+<p>Hasta ahora slo he hablado de lo material: del papiro, del papel, del
+pergamino, de la tinta y de las paletas en que se deslea la tinta, all
+en tiempo de los Faraones anteriores Moiss. Veamos ahora algo de lo
+que los manuscritos contienen.</p>
+
+<p>Lo primero que se piensa es que son una mina de donde cualquiera autor
+de novelas histricas pudiera tomar el legitimo <i>color local</i>, mejor
+dicho <i>temporal</i>, para los sucesos que relatase. Acaso no quede acto de
+la vida de un municipio y de las relaciones y tratos entre sus
+habitantes del que no se encuentre algn testimonio en la coleccin del
+Archiduque. Se dira que hay en esta coleccin cuanto se custodiaba en
+las escribanas de Arsinoe y en el archivo de su Ayuntamiento: contratos
+de matrimonio, partes de defuncin, recibos de contribuciones, pagars,
+escrituras<a name="page_039" id="page_039"></a> de compra, venta y arrendamiento, etctera, etc. Todo es
+peregrino por la lengua en que se expresa, y porque nos parece que pasa
+ nuestra vista y que hemos ido retrocediendo veinte treinta siglos
+contra la corriente de los sucesos que vuelven mostrarse como
+presentes; pero, en lo esencial, aunque un poquito ms negros y ms
+feos, apenas hay casos que no sean idnticos los de ahora: tributos
+enormes, gente que se resiste pagar no puede, poco dinero, usura,
+miseria en el pueblo bajo, y en los empleos pblicos filtraciones
+irregularidades.</p>
+
+<p>Ejemplo notable de esto ofrece el manuscrito nm. 272, del siglo <span class="smcap">iii</span> de
+Cristo, donde hay actas del Ayuntamiento de Hermpolis Magna. La ciudad
+era esplndida; tena por patrono Mercurio Trimegisto, inventor de las
+letras y de las ciencias; y los templos de dicho Dios, de Apolo, de la
+Fortuna, de Serapis y de las Ninfas, eran de gran belleza. Sus colosales
+ruinas pasman an al viajero.</p>
+
+<p>Aquel municipio era autnomo, y los encargados por eleccin de
+gobernarle se titulaban el Ilustrsimo Concejo. Los negocios de que
+habia que tratar se los repartan los concejales, y como los negocios
+eran muchos y varios, es tambin muy variado el contenido de las actas.
+As, refieren stas que dos regidores, Dioscrides y Sarapamn, se
+apoderaron de las llaves del psito, y sustrajeron de all y vendieron
+muchsimo trigo y cebada, toda la provisin de lentejas, y ms de cien
+<i>artabos</i> de vino de arroz. No contentos<a name="page_040" id="page_040"></a> con esto, hicieron otras
+muchas defraudaciones. De aqu largos y acaloradsimos debates en las
+Casas Consistoriales, para ver cmo haba de reponerse la prdida, pues,
+ lo que se infiere, ni Sarapamn, ni Dioscrides tenan <i>talentos</i>, ni
+<i>minas</i>, ni dracmas, ni bolos, ni <i>calcos</i>, ni <i>slidos</i> (que eran las
+monedas que entonces corran), porque todo lo haban liquidado.</p>
+
+<p>Dejemos nosotros en paz los seores Sarapamn y Dioscrides, ya que no
+es posible que devuelvan de lo sustrado ni una lenteja, y procedamos
+cronolgicamente en este rpido recuento.</p>
+
+<p>Las conjeturas y los ensueos, no slo deben de estar permitidos, sino
+que suelen ser muy divertidos. Imagine cada cual lo que se le antoje:
+ponga en la hundida Atlntida, en las regiones hiperbreas, ms all de
+las Montaas Rifeas, y hasta en la Lemuria, si le parece bien, un foco
+primitivo de civilizacin; lo cierto, lo demostrado es que la
+civilizacin ms antigua es la de Egipto. Hace cerca de seis mil aos
+que el Egipto est civilizado. Monumentos hay, en aquella tierra
+portentosa, los que se atribuyen ms de cinco mil aos de edad, cuya
+perfeccin y magnificencia no han sido despus superadas. Cualquiera de
+ellos da muestra de que ya se conoca la escritura. La ms antigua, la
+monumental y lapidaria, es la hieroglifica, que sigui emplendose hasta
+el reinado del emperador Decio.</p>
+
+<p>De la escritura hieroglfica haba nacido la hiertica, que se us para
+escribir en los papiros<a name="page_041" id="page_041"></a> y que no era ms que la simplificacin de los
+setecientos signos de que la escritura hieroglfica se compona.</p>
+
+<p>En el mismo cesto, donde estaba el recado de escribir de que hemos
+hablado, se hall el ms bello y bien conservado escrito hiertico de la
+coleccin archiducal. Se supone, pues, que es de la misma poca, sea
+de 1200 aos antes de Cristo.</p>
+
+<p>Contiene, en forma de carta dirigida por un seor Pibesa un seor
+Amenofis, una descripcin potica de la ciudad de Pi-Ranss, de la que
+no queda rastro y sobre cuya posicin discuten los egiptlogos, aunque
+convienen todos en que era la residencia favorita de Ranss II; tal vez
+algo modo de un Aranjuez un Escorial de entonces. Segn la
+descripcin, haba all hermosos palacios; toda comodidad, deleite y
+regalo; bien cultivadas huertas, donde se cosechaban granadas, manzanas
+ higos; sembrados frtiles, estanques llenos de peces, mucha miel y
+vino ms dulce y ms aromtico todava.</p>
+
+<p>Otro escrito hiertico de la coleccin, adornado con vietas y muy
+extenso, es el <i>Litro de los muertos</i> de Taruma, sacerdotisa de Ptah.
+Una de las vietas representa el juicio de los muertos, y otra la momia
+de la mencionada sacerdotisa, extendida en el lecho mortuorio, que tiene
+forma de esfinge, sobre todo lo cual se alza volando el alma, bajo la
+apariencia de un pjaro. Este <i>Libro de los muertos</i> es, como otros que
+del mismo gnero se conservan, una serie de oraciones<a name="page_042" id="page_042"></a> salmos, con que
+se provea los difuntos para que luchasen contra los tenebrosos
+poderes del Amente Infierno, los venciesen, y pudiesen volver las
+regiones de la luz.</p>
+
+<p>Los escritos demticos son pocos en la coleccin, al menos los
+descifrados hasta ahora. Aunque se llaman <i>demticos</i>, sea populares,
+son, lo que parece, harto difciles de leer, causa de las
+abreviaturas y enlaces y de lo cursivo de las letras. En tiempo de los
+Ptolomeos fu el mayor florecimiento de este gnero de literatura, cuyo
+ms brillante fruto es la <i>Historia de Xamris y Neferchoptah</i>. En la
+coleccin del Archiduque hay, en escritura demtica, conjuros para
+evocar Osiris, Chu, dios del Oriente, y Amn, dios del Medioda.</p>
+
+<p>La magia y la teurgia eran ciencias muy cultivadas en Egipto, y con cuyo
+auxilio se atraa la luna desde el cielo, se aprenda el lenguaje de
+los pjaros, se transformaban las varas en serpientes y se hacan otra
+multitud de milagros. Las frmulas, por cuya virtud se hacan, estaban
+custodiadas en los colegios sacerdotales y en los Palacios de los
+Faraones. Los profanos no iniciados no podan valerse de estas
+frmulas, ni poseerlas escritas, sin exponerse muy severos castigos.
+Hasta el mismo Faran, si tena el antojo de hacer algn milagro
+valindose de las tales frmulas, se expona que el cielo le castigase
+enviando su reino las ms espantosas plagas. As, pues, los conjuros
+demticos que en la coleccin se ven, deben de ser una divulgacin<a name="page_043" id="page_043"></a>
+sacrilega, plebeya incompleta, de la alta y noble ciencia de los
+sacerdotes y prncipes.</p>
+
+<p>Posee tambin la coleccin extraordinaria cantidad de escritos cpticos
+(pasan de 4.000), en papiros, pergaminos y otras materias. A pesar de la
+influencia cristiana, tan poderosa en esta literatura, que consta
+principalmente de traducciones de textos griegos de la Biblia y de los
+Santos Padres, la aficin la magia persiste an, y hay no pocos
+conjuros y frmulas que servan de amuletos. Entre ellos se ven
+combinaciones de palabras, que forman lo que, para diversin y
+adivinanza, ha estado ltimamente en moda con el nombre de <i>cuadrado de
+letras</i>. As, por ejemplo:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="4" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left">s</td><td align="left">a</td><td align="left">t</td><td align="left">o</td><td align="left">r</td></tr>
+<tr><td align="left">a</td><td align="left">r</td><td align="left">e</td><td align="left">p</td><td align="left">o</td></tr>
+<tr><td align="left">t</td><td align="left">e</td><td align="left">n</td><td align="left">e</td><td align="left">t</td></tr>
+<tr><td align="left">o</td><td align="left">p</td><td align="left">e</td><td align="left">r</td><td align="left">a</td></tr>
+<tr><td align="left">r</td><td align="left">o</td><td align="left">t</td><td align="left">a</td><td align="left">s</td></tr>
+</table>
+
+<p class="nind">y este otro, hecho con palabras y letras griegas:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="4" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left">&#945;</td><td align="left">&#955;</td><td align="left">&#966;</td><td align="left">&#945;</td></tr>
+<tr><td align="left">&#955;</td><td align="left">&#949;</td><td align="left">&#969;</td><td align="left">&#957;</td></tr>
+<tr><td align="left">&#966;</td><td align="left">&#969;</td><td align="left">&#957;</td><td align="left">&#951;</td></tr>
+<tr><td align="left">&#945;</td><td align="left">&#957;</td><td align="left">&#951;</td><td align="left">&#961;</td></tr>
+</table>
+
+<p>En la lengua cptica se contaban muchos dialectos y haban entrado
+palabras extraas, ya del griego, ya del latn, ya del rabe. Se
+empleaba el alfabeto griego, con la adicin de algunos signos para
+expresar sonidos que con las letras griegas no podan expresarse.</p>
+
+<p>Paciencia ser menester para descifrar los cuatro<a name="page_044" id="page_044"></a> mil manuscritos
+cpticos de que hemos hablado, y de los cuales slo una vigsima parte
+explica el Catlogo. Hay cartas particulares y de negocios, cuentas,
+recibos, vidas de santos, la epstola del rey Abgar de Edesa
+Jesucristo, y la contestacin de ste, homilas, plegarias y evocaciones
+de varios linajes de seres sobrenaturales; del demonio Tamsari, del gran
+querubn Asaror, de los espritus de los patriarcas Adn, No y
+Matusaln, y del ngel Chrufos.</p>
+
+<p>Posible es que de tamao caos, despus de estudiar mucho y devanarse los
+sesos, saquen los sabios alguna luz para la historia de las
+supersticiones, ritos, doctrinas, cultura y modos de vivir, en los
+tiempos ms obscuros, sobre todo para la Europa latina, sea desde el
+siglo <span class="smcap">v</span> al <span class="smcap">x</span>.</p>
+
+<p>En la sala segunda estn expuestos los manuscritos griegos, que son los
+ms lujosos, elegantes y de mejor gusto artstico. Los hay con dibujos y
+letras de varios colores, y de plata y de oro. Todos son enrollados y no
+en la forma moderna del libro. Tambin estos manuscritos son los ms
+interesantes para la historia, porque, ya son ejemplo nico casi nico
+de algo, ya dilucidan puntos obscuros, que la mayora de la gente no
+les importan nada, pero que llenan de entusiasmo los historiadores y
+arquelogos y hacen que prorrumpan en el <i>eureka</i> de Arqumedes.
+Brillante ejemplo del primer caso presta el pedazo de papiro sealado
+con el nmero 531, donde se lee un coro del <i>Orestes</i> de Eurpides, con
+la msica con que se cantaba, y tambin con la msica instrumental<a name="page_045" id="page_045"></a> del
+acompaamiento. Este papiro es casi contemporneo del nacimiento de
+Jesucristo: debe de tener mil novecientos aos de antigedad.</p>
+
+<p>Yo no s en qu consiste, ni me parece que el Sr. Wessely lo explica,
+pero lo cierto es, que, fuera de este coro con msica y quiz de algn
+otro papiro, conteniendo amuletos, conjuros fragmentos literarios y
+sin fecha cierta, no hay entre todos los papiros griegos descritos uno
+solo anterior la Era cristiana. Los ms antiguos son de fines del
+primer siglo de dicha Era, esto es, cuando ya la dominacin helnica y
+su cultura y sus letras prevalecan en Egipto haca cuatrocientos aos.</p>
+
+<p>Desde el de 83 hasta el de 735 dgase mucho despus de la conquista de
+Egipto por los rabes, que tuvo lugar en 642, hay papiros griegos en la
+coleccin del Archiduque. La cultura helnica persisti despus de dicha
+conquista. En todo, dur en Egipto ms de mil aos.</p>
+
+<p>Las noticias de la vida pblica y privada que contienen estos papiros,
+son en extremo curiosas y pueden producir al que las recoja una
+abundante cosecha de datos para la historia y para las ciencias
+auxiliares de ella, como la cronologa, la lingstica, la arqueologa y
+la economa social. As, v. gr.: un papiro de la coleccin es el nico
+documento escrito del reinado de noventa das de los emperadores Pupieno
+y Balbino. En otro papiro se declaran los ttulos de la reina de
+Palmira, Zenobia, y de su hijo, que rein par<a name="page_046" id="page_046"></a> de ella, y que se
+llamaba y titulaba Aurelio Septimio Vabalato Atenodoro, <i>vir
+clarissimus, Rex, Imperator, dux Romanorum</i>. Otros papiros dan muestra
+de la decadencia literaria, de la corrupcin que se fu introduciendo en
+el idioma, del mayor nmero de extravagancias, supersticiones y
+tristezas que conturbaron los espritus, de la poderosa reorganizacin
+del imperio por Diocleciano y Constantino, del triunfo de la religin
+cristiana, y de la vergenza de la universal bancarrota del Estado y del
+rebajamiento en la ley de la moneda.</p>
+
+<p>Todo esto lo ve sin duda pasar ante sus ojos, como si estuviera viviendo
+entonces, el que sabe leer los papiros y los lee. A veces conoce, no ya
+la vida de una sola persona, sino la historia de toda la familia y de
+sus bienes de fortuna durante algunas generaciones. En un contrato de
+compra y venta en el ao de 268, vemos la rica y joven viuda Priscila
+comprando una bonita esclava en la flor de su edad, y pagando por ella
+cinco mil dracmas. Como ya la muchacha haba pertenecido un oficial de
+caballera, llamado Aurelio Coluto, no es muy de creer que su inocencia
+inmaculada entrase por mucho en tan subido precio. La seora Priscila
+deba de ser caprichosa y vivir con lujo y aparato. Su hermosa casa
+estaba en la <i>Calle del Castillo del Occidente</i>, en la ciudad de
+Hermpolis. Pero no hay bien ni mal que dure cien aos. La seora
+Priscila tena un hijo llamado Aurelio Nicon Aniceto, que fu del
+Ayuntamiento, y que no sabemos cmo<a name="page_047" id="page_047"></a> administrara la fortuna comunal,
+pero s que administr tan mal la propia, que tuvo que empearse y hasta
+que hipotecar la casa de la <i>Calle del Castillo del Occidente</i>. Tom
+prestados sobre esta hipoteca: primero, cuatro mil doscientos dracmas;
+al ao siguiente, mil quinientos ms; otro ao despus, mil doscientos,
+y todava otros mil quinientos dracmas, un ao ms tarde. El resultado
+natural fu que tuvo que vender la casa, poco tiempo despus, la
+seora Aurelia Serapias, hija de Trimoros, de quien yo sospecho que era
+un usurero terrible. La seora Aurelia Serapias haba de parecerse mucho
+ su padre, y slo di por la casa tres mil dracmas sobre lo que ya
+haba prestado. Es casi seguro que la casa estara apreciada, en nmero
+redondo, en dos talentos, sea doce mil dracmas; de suerte que, al dar
+los tres mil y cobrarse lo prestado, la seora Aurelia Serapias todava
+tuvo un beneficio de seiscientos dracmas lo menos.</p>
+
+<p>Raros son los papiros que no contienen noticias lastimosas; pero, al
+fin, algunas hay alegres tambin. Pondr por caso la certificacin,
+expedida por un juez de los juegos olmpicos, de que Horin ha alcanzado
+la victoria y ha sido coronado son de trompetas. La certificacin es
+del tiempo del emperador Galieno y se dirige al Ayuntamiento de
+Hermpolis para que honre, como debe, al referido Horin, natural de
+dicha ciudad. A los vencedores en los juegos se les concedan no pocos
+privilegios y distinciones, exencin de ciertos tributos y hasta
+pensiones, veces.<a name="page_048" id="page_048"></a></p>
+
+<p>La serie de documentos es larga, y sera prolijo, para un artculo,
+detenerse ms en dar cuenta de ellos. Los que ms abundan son los
+contratos entre particulares y los escritos relativos al cobro de las
+contribuciones, las cuales eran en dinero, en toda clase de cereales,
+viandas y frutos, y hasta en equipo para los militares. La corrupcin de
+los que recaudaban, las vejaciones que imponan, el susto que les
+entraba cuando haba visita de inspeccin, y la creciente pobreza y
+opresin del pueblo, todo se refleja en los papiros como en un espejo.
+La sociedad hubo de hacerse tan insufrible para la mayora de los
+hombres, que se comprende la mana que se apoder de muchos de huir de
+las ciudades y de retirarse los yermos hacer vida de anacoretas.</p>
+
+<p>El pueblo egipcio deba de estar cada da ms humillado por sus
+sucesivos dominadores, de todos los cuales iban quedando descendientes
+con privilegios como hombres de raza superior, formando colonias
+militares y constituyendo, modo de un ejrcito de reserva, para
+sostener el gobierno central, primero de los Ptolomeos, y despus de los
+Csares. En los papiros se ven cada instante las huellas de estas
+clases privilegiadas. Ellas acaso ayudaran las legiones romanas para
+defender el Egipto, aunque en vano, primero contra los persas, y contra
+los rabes despus.</p>
+
+<p>La dominacin persa no hubo de durar ms de dos tres aos. Sin
+embargo, la coleccin del<a name="page_049" id="page_049"></a> Archiduque Raniero encierra centenares de
+documentos que atestiguan esta dominacin, la cual termin sin duda en
+tiempo del emperador Heraclio.</p>
+
+<p>De los manuscritos phlvis no da la gua de la Exposicin traduccin ni
+cuenta, disculpndose los autores con la dificultad que ofrece la
+inteligencia de este idioma, del cual, segn se hablaba en tiempo de los
+Sasanidas, afirman que slo quedan algunas monedas inscripciones en
+piedra que puedan haber servido para prepararse interpretar los recin
+descubiertos manuscritos, que hoy posee el Archiduque, y son, lo que
+parece, los nicos en su gnero.</p>
+
+<p>Entindase que yo hablo como profano y que no acierto decidir si el
+phlvi en que estn escritos los papiros de la coleccin archiducal es
+otra lengua distinta de aquella en que est escrita parte del
+Zendavesta, si hay algn libro sagrado escrito en un phlvi menos
+antiguo, ya del tiempo de los Aquemenides, ya del tiempo de los
+Arsacidas, ya del de los Sasanidas mismos. En este ltimo caso, dicho
+libro podra servir, como escrito en idntico idioma, para traducir los
+manuscritos persas del Archiduque.</p>
+
+<p>La parte de los manuscritos latinos es muy pequea en el Catlogo. El
+latn era en todo el Imperio romano el idioma de las leyes y de la
+milicia; pero, en Egipto, para la administracin, el comercio y los
+contratos, se empleaba el griego. As es que hay pocos manuscritos
+latinos y casi todos de asuntos militares.<a name="page_050" id="page_050"></a></p>
+
+<p>Es de lamentar que entre tanto manuscrito del largo, del milenario
+perodo greco-latino, apenas se haya descubierto nada que tenga valor
+esttico, salvo el pedazo del coro de <i>Orestes</i>, con su msica. Lo ms
+notable, despus de dicho coro, es un fragmento del prlogo de un drama
+de Epicarmo, titulado <i>Ulises explorador</i>, donde el astuto hroe se
+disfraza de mendigo y penetra en Troya para averiguar lo que all pasa.
+Hay asimismo dos hojas de pergamino de un discurso de Esquines
+impugnando Demstenes. El discurso fu pronunciado 330 aos antes de
+Cristo; y el pergamino de que hablamos es del siglo <span class="smcap">v</span> de nuestra Era.
+Hay, por ltimo, dos antfonas del siglo <span class="smcap">iv</span>, y pedazos de las Escrituras
+Sagradas y de varios Evangelios no cannicos.</p>
+
+<p>La conquista de Egipto por los rabes, en 642, fu para el pueblo
+conquistado una felicidad, aunque efmera. Los rabes fueron recibidos
+por los coptos como simpticos vengadores y libertadores. No eran como
+los brbaros que haban acabado con la dominacin romana en Europa, sino
+un pueblo de cierta cultura sencilla, primitiva y patriarcal, cultura
+que contaba siglos de duracin y que en no pocos de sus rasgos tena
+bondad y aun delicado refinamiento. Como los rabes venan adems, en
+corto nmero, ni queran, ni podan, ni necesitaban oprimir demasiado,
+luego que pasaba el primer choque de la invasin y de la guerra. Amr,
+en otro tiempo mercader de cueros y de especias, y luego general<a name="page_051" id="page_051"></a> del
+califa Omar, invadi el Egipto y se apoder de aquella regin frtil y
+dilatada, con un pequeo ejrcito de tres mil cuatro mil hombres bien
+disciplinados. Por una corta capitacin anual poda cada habitante vivir
+tranquilo en su casa, con su familia, su religin y sus leyes. Amr,
+lejos de quemar la Biblioteca de Alejandra, protegi las artes, la
+industria y el comercio, hizo que el Egipto volviese florecer.</p>
+
+<p>Los papiros que describe el Catlogo dan repetidos testimonios de esta
+benfica suavidad de la conquista musulmana. Los aficionados ensalzar
+el islamismo hallarn aqu nuevas pruebas de que, si bien los rabes no
+fueron un pueblo inventor, fueron conservadores de las ciencias,
+aficionados ellas, y vehculo intermedio de las invenciones, ideas y
+civilizacin de otros pueblos.</p>
+
+<p>Durante algunos siglos, tal vez se pudo imaginar que la luz del saber
+iba extinguirse entre los pueblos cristianos y resplandecer entre
+los muslimes, y que stos llevaban la delantera en el camino del
+progreso: pero, en el seno tenebroso de la barbarie europea, en medio de
+las ruinas del Imperio de Occidente, de donde surgieron nuevos Estados,
+compuestos de una inerme y abyecta grey, oprimida por una casta
+superior, ignorante y belicosa, haba grmenes tan fecundos, que de
+ellos brot esta civilizacin ms alta, que dura an, que ha llegado
+maravilloso desenvolvimiento, y que es de esperar que ya nunca muera,
+pesar de las extraas enfermedades que<a name="page_052" id="page_052"></a> suelen atacarla cuando ms se
+ufana y se engre con sus triunfos y su gloria. Las naciones muslmicas,
+entre tanto, han descendido muy por bajo del nivel que en su origen
+tenan y se han sumido en la barbarie. Como no nos incumbe aqu explicar
+las causas de todo esto, nos limitamos decir que en los manuscritos
+del Archiduque hay abundancia de datos que pueden valer para explicarlo,
+y que, por consiguiente, dichos manuscritos no importan slo la
+historia de Egipto, sino la historia de la civilizacin del linaje
+humano.</p>
+
+<p>Acaso se pruebe por ellos que no dur mucho la mejor condicin del
+pueblo bajo el dominio musulmn. La poblacin decrece en los sucesivos
+censos, aunque puede atribuirse que no pocos copts se hacen sectarios
+del Islam; la opresin y los malos tratos van aumentando contra los que
+no reniegan; y los tributos cunden y se agrandan poco poco, hasta el
+punto de echar de menos los peores das del imperio bizantino.</p>
+
+<p>De todos modos, la cuestin es complicada y no debe decidirse de plano.
+La rica coleccin de documentos, que posee el Archiduque, es un arsenal
+que suministra armas para defender cualquiera tesis. Lo que desde luego
+puede afirmarse es que, en aquellos siglos, ninguna horda, tribu
+nacin haca ni hubiera hecho conquista tan benigna como las de los
+rabes. Los dieciocho preciosos documentos, de que el Catlogo da
+cuenta, contemporneos de la conquista, y<a name="page_053" id="page_053"></a> slo posteriores los ms en
+doce catorce aos la muerte de Mahoma, manifiestan la bondad y la
+moderacin de los conquistadores. En cambio, otros documentos de poca
+posterior se pueden aducir, como prueba de la dureza de la dominacin
+muslmica, al menos contra los cristianos. A veces los sellaban en la
+mano con un hierro candente, y los que no llevaban este sello los
+solan castigar con azotes, y hasta con la muerte. Bien es verdad que
+los coptos se rebelaron en varias ocasiones, y ya la rebelin sofocada,
+fueron reducidos muchos la condicin de esclavos, pudiendo acaso
+decirse en defensa de los muslimes que en los pueblos de la Cristiandad
+hubo hasta muy tarde la cruel costumbre de sellar los esclavos de la
+misma suerte, no en la mano, sino en la cara.</p>
+
+<p>Al lado de esta y otras huellas de ferocidad, hay tambin documentos, de
+los que da cuenta el catlogo, en que conviene celebrar ciertas
+elegancias, primores y hasta ternuras que parecen propias de las ms
+cultas edades. Citar, por ejemplo, el fragmento de una carta de amor,
+escrita en el siglo <span class="smcap">ix</span>, donde el amador ausente se considera tan herido
+en el corazn y en el alma, que va morir de mal de ausencia. Es adems
+muy interesante la postdata de esta carta sentimental, ya que por ella
+se ve que fue confiada una paloma mensajera. En el siglo <span class="smcap">ix</span> estaba,
+pues, establecido este modo de correo, y es probable que, no slo el
+gobierno, sino los particulares, hubieran podido valerse de l. De
+trecho<a name="page_054" id="page_054"></a> en trecho haba estaciones palomares, cada uno de los cuales
+llegaba con cada carta una paloma que l perteneca: los empleados
+all confiaban la misma carta otra paloma, que la llevaba hasta la
+prxima estacin, y as sucesivamente llegaba la carta su destino. De
+esta manera, sin duda, el califa reciba nuevas de cuanto iba ocurriendo
+en sus extensos dominios. Tal vez estas nuevas se ponan en conocimiento
+del pblico. Como prueba de que los particulares se valan del mismo
+medio de comunicacin, puede aducirse, en los tiempos ms antiguos, un
+papiro pergamino finsimo destinado al efecto, y ms tarde, unas
+hojitas de papel, que se llamaba <i>de pjaro</i>, y que vena tener seis
+centmetros de ancho y nueve de largo.</p>
+
+<p>En suma, la coleccin de manuscritos del Archiduque, en su parte
+arbiga, da conocer ya mucho la vida, usos y costumbres de los
+muslimes en los siglos medios; aclara bastantes puntos oscuros, corrige
+no pocos errores histricos, y ofrece an vasto y apenas explorado
+campo, primero al estudio de los arabistas, y despus las
+consideraciones, comentarios y consecuencias que pueden y deben sacar
+los historiadores y los filsofos.</p>
+
+<p>Yo me he limitado dar de todo la ms superficial noticia. Para
+terminar, recomiendo ahora mis lectores, si alguno tengo que sea
+curioso y entendido en estos asuntos, que, ya que no pueda ver la
+Exposicin, compre el catlogo y le lea. Con esto sabr algo, pero no lo
+sabr todo.<a name="page_055" id="page_055"></a> El catlogo es una fuente , si se quiere, un ro de
+conocimiento; pero los objetos no catalogados ni descritos an son la
+mar. Me aseguran que pasan de cien mil. Todos los das anuncian los
+peridicos de aqu interpretaciones explicaciones de nuevos
+manuscritos. Anteayer mismo trajeron que se haban descifrado un himno
+demtico al Dios Soknopaios, compuesto por su propio sacerdote y escrito
+en un rollo de papiro de ms de un metro de largo, y dos tres
+captulos de la obra de Xenofonte, titulada <i>Helnica</i>, donde trata de
+los ltimos casos de la guerra del Peloponeso.</p>
+
+<p>Slo Dios sabe lo que se descubrir todava; y como ser cuento de nunca
+acabar, no debe ser censurado que en cierto modo acabe yo este articulo
+sin que, en realidad, acabe ni haya motivo para que acabe.</p>
+
+<p><a name="page_056" id="page_056"></a></p>
+
+<p><a name="page_057" id="page_057"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 431px;">
+<a href="images/illpg_057a.png">
+<img src="images/illpg_057a_sml.png" width="431" height="105" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="DE_LOS_AUTORES_PORTUGUESES" id="DE_LOS_AUTORES_PORTUGUESES"></a>DE LOS AUTORES PORTUGUESES<br /><br />
+QUE ESCRIBIERON EN CASTELLANO<a name="FNanchor_1_1" id="FNanchor_1_1"></a><a href="#Footnote_1_1" class="fnanchor">[1]</a></h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">DURANTE no breve tiempo, la atencin del pblico inteligente, y, sobre
+todo, de las pocas personas que leen en Espaa, se fij con tal ahinco y
+con tan candorosa admiracin en el movimiento intelectual de Francia, y
+quiz de algn otro pas de los que en el da se consideran al frente de
+la civilizacin de Europa, que descuidamos mucho el conocimiento de
+nuestros autores, y aun llegamos mirarlos con desdn, ms menos
+encubierto.</p>
+
+<div class="footnote"><p><a name="Footnote_1_1" id="Footnote_1_1"></a><a href="#FNanchor_1_1"><span class="label">[1]</span></a> <i>Catlogo razonado, biogrfico y bibliogrfico, de los
+autores portugueses que escribieron tn castellano</i>, por D. Domingo
+Garca Prez, Doctor en Medicina y Ciruja, antiguo Diputado de la
+nacin portuguesa por la ciudad de Setubal.&mdash;Madrid, 1890.</p></div>
+
+<p>De aqu sin duda el escaso cultivo que hemos dado nuestra historia
+literaria, de la cual no tenemos an tratado de conveniente extensin<a name="page_058" id="page_058"></a> y
+escrito por un espaol en nuestro propio idioma; Amador de los Ros dej
+en el punto ms interesante su grande obra, y lo menos malo completo que
+tenemos hasta hoy, prescindiendo de la frialdad y pobre sentir de las
+bellezas, es el libro del anglo-americano Jorge Tiknor.</p>
+
+<p>Recientemente, acaso desde nes del primer tercio de este siglo, el amor
+propio nacional nos ha estimulado, y la aficin las letras patrias se
+ha despertado en Espaa, al menos en el pequeo circulo de los que
+gustan de libros y no se emplean enteramente en las interminables
+discusiones polticas.</p>
+
+<p>Nuestros antiguos libros, circulaban en ediciones detestables, que
+arredraban los tibios y no consentan que los leyesen, se haban
+hecho raros, cayendo los ejemplares que an quedaban en poder de
+biblifilos, que hacan de ellos misterioso tesoro, estimando menudo
+con perversa crtica, cada libro, ms por su rareza que por su valor
+literario.</p>
+
+<p>En esta situacin, empez publicarse en 1847 1848 la <i>Biblioteca de
+autores espaoles</i>, de Rivadeneyra, la cual hizo un gran servicio,
+divulgando el saber de nuestra literatura y procurando que este saber
+pudiese ser algo ms que somero, sin convertirse en ciencia oculta, de
+la que slo entienden los iniciados.</p>
+
+<p>Desde entonces, as los que compusieron los prlogos, introducciones y
+notas los varios autores que public Rivadeneyra, como otros eruditos
+que tal vez han venido despus, y entre<a name="page_059" id="page_059"></a> los que descuellan Menndez y
+Pelayo, Adolfo de Castro, Laverde y Canalejas, han ido juzgando y
+estimando en lo que se debe nuestra amena literatura, poesa lrica y
+pica, novelas y teatro, y hasta nuestros historiadores, filsofos y
+dems hombres de ciencia.</p>
+
+<p>An queda bastante que hacer en este punto de la crtica, y es harto
+difcil ponerse en el medio razonable para no desdear demasiado ni
+encomiar tampoco sin medida lo que no lo merece. El segundo escollo es
+el ms peligroso de los dos. Quien en l se coloca, en vez de ganarse
+las voluntades y de fomentar la aficin los antiguos libros espaoles,
+infunde al vulgo, la gente de mundo semi-ilustrada, miedo y hasta
+repugnancia, no falta de fundamento, porque si alguien lee un libro que
+el crtico le ponder como un primor, lleno de ingenio y de gracia, oro
+de Tbar de poesa, etc., y se aburre leyndole y le halla tonto
+inaguantable, creer que con todos los dems libros que le pondere el
+crtico le suceder lo mismo, y no leer ninguno, y tendr vehementes
+sospechas de que no es muy divertida la antigua literatura espaola.</p>
+
+<p>Harto sabemos todos que la moda, las ideas del tiempo en que se vive, el
+chiste de fecha reciente, es lo que el vulgo literario penetra bien y
+aquello en que se complace. De lo pasado suele penetrar poco, y no se
+divierte ni se interesa por ello; pero, en otros pases, no son los
+hombres tan rebeldes toda frula como en Espaa; no tienen tanto el
+valor de sus opiniones, y reconocen<a name="page_060" id="page_060"></a> las autoridades y las acatan y se
+someten. Aqu no. Un ingls ir oir un drama de Shakespeare, y
+bostezar y se fastidiar de muerte, pero no se atrever decir que el
+drama es malo; antes bien, le declarar maravilloso y estupendo:
+mientras que todo espaol, y ms an toda espaola, si va al teatro y se
+fastidia se duerme con Tirso con Lope, dir desenfadadamente que
+Lope y Tirso nada valen. La otra noche, por ejemplo, representaron aqu,
+en uno de nuestros mejores teatros, una comedia de Molire, traducida
+por Moratn, y el pblico, que era de lo ms selecto de esta coronada
+villa, ech rodar sin el menor escrpulo la gloria del gran dramaturgo
+francs y de nuestro egregio poeta clsico, y sali casi unnime
+sentenciando que era estpida la tal comedia.</p>
+
+<p>El critico y el historiador de nuestra literatura deben tener presente
+todo esto para no excitar con sus alabanzas la lectura de libros que
+no merezcan ser ledos, pero tampoco deben escatimar el encomio todo
+libro trabajo que sea digno de l, aunque la generalidad del pblico
+no sepa apreciarle.</p>
+
+<p>La lectura de libros antiguos, aun de puro pasatiempo, requiere cierto
+aparato de erudicin y bastante fantasa, discreta ilustrada, para
+trasladarse en espritu la edad en que cada autor escribi, y
+comprenderle y sentir con l como su contemporneo, juzgndole despus
+sin pasin y volviendo, al hacer el oficio de juez, vivir en la edad
+en que ahora vivimos.<a name="page_061" id="page_061"></a></p>
+
+<p>Slo as se podr componer al cabo una historia completa de nuestra
+literatura de nuestra cultura en general, donde se tase su valor, ya
+absoluto, ya con relacin la cultura de Alemania, Italia, Francia
+Inglaterra, que son los cuatro pueblos que con los de esta Pennsula han
+estado alternativa simultneamente la cabeza de la civilizacin del
+mundo, desde que empez la historia moderna hasta hoy.</p>
+
+<p>En Espaa podemos jactarnos de la cantidad de lo que se ha escrito.
+Somos ricos en obras. No hay una sola lengua literaria, sino tres: la
+castellana, la portuguesa y la catalana. Y en cada una de estas tres
+lenguas, sobre todo en las dos primeras, ha habido un enjambre de
+fecundsimos autores. Pero como muchos catalanes y muchsimos
+portugueses han escrito en castellano, la literatura castellana, aunque
+slo fuese por esto, sera la ms rica de las tres.</p>
+
+<p>An nos queda mucho por hacer fin de lograr una cosa con la que yo
+sueo: una literatura selecta espaola: una bibliotequita, por ejemplo,
+de cuarenta cincuenta volmenes, chiquitos, elegantes y primorosos,
+donde se reuniese lo mejor de nuestra inmensa riqueza intelectual;
+bibliotequita que leyesen las damas sin fatiga y hasta con gusto, y que
+ellas pudiesen tener en sus habitaciones, al lado en lugar de los
+autores franceses que leen ahora cuando algo leen.</p>
+
+<p>Esta seleccin atinada no se ha hecho bien an. Hay motivos, que sera
+prolijo exponer aqu y que la dificultan. De ello proviene que<a name="page_062" id="page_062"></a> las
+letras en Espaa son menos populares y divulgadas que en otros pases; y
+que pasado el momento de la moda, si llega durante su vida estar de
+moda un autor, todo cuanto se ha escrito se hunde en el ms profundo
+olvido para el pblico, y slo permanece para los eruditos, casi como si
+fuera una reconditez. De ello proviene tambin algo de muy lamentable
+de muy risible, segn el humor con que se considere: un divorcio casi
+completo entre lo literario y lo ameno interesante, sobre todo en el
+teatro, que es por donde el vulgo, que apenas lee, penetra en el
+santuario de las letras. A menudo se oye decir la salida de los
+teatros&mdash;la comedia no tiene sentido comn, pero me ha interesado me
+ha divertido:&mdash; bien,&mdash;mucho me ha fastidiado el drama, pero confieso
+que tiene mrito literario y <i>qu buen verso!</i>&mdash;Lo cual da malsima
+idea de autores y de pblico, porque razonablemente no se concibe que lo
+absurdo divierta interese, ni menos an que tenga <i>buen verso</i> ni
+mrito literario lo fastidioso.</p>
+
+<p>De todo lo dicho se infiere que debemos propender que salgan en Espaa
+las letras amenas del apartamiento en que viven, con respecto la
+generalidad del pblico, y lo que es ms de sentir, con respecto lo
+que ahora llaman <i>high life</i>, en cuyos centros rara vez se ve un libro
+en castellano.</p>
+
+<p>Alguna culpa tienen de esto los biblifilos. No pocos de los libros que
+publican en ediciones elegantes, que jams rara vez tuvieron en
+Espaa<a name="page_063" id="page_063"></a> los autores que todo el mundo debiera leer sin aburrirse, son
+libros que valen por su rareza, y no valen nada en cuanto dejan de ser
+raros; libros que suele no ver sino por el forro el curioso vanidoso
+que los compra, pudiendo afirmarse que de los trescientos
+cuatrocientos ejemplares de que consta la tirada, las dos terceras
+partes quedan con las hojas unidas sin que llegue separarlas la
+plegadera.</p>
+
+<p>Mi espritu muy inclinado las contradicciones, si bien ms aparentes
+que reales, me ha llevado decir cuanto va dicho, sobrado extensamente
+si se mira al objeto que hoy me mueve escribir, y me lleva en seguida
+ aadir algo que parece diametralmente opuesto. Y lo parece aunque no
+lo es, porque, fin de llegar la clasificacin y seleccin deseada,
+que tengamos bien determinadas nuestras obras maestras, y que salgan,
+digmoslo as, de entre el ingente cmulo de cuanto se ha escrito, para
+que el vulgo las admire, importa que ese ingente cmulo se forme todo y
+venga ser conocido, al menos por los que especialmente se dedican al
+estudio.</p>
+
+<p>En este sentido, sin salvedad ninguna y con toda el alma, es menester
+declarar que son altamente benemritos de la patria y de la cultura
+castiza, Gallardo, Estbanez Caldern, Gayangos, Durn, Barrera y
+Leirado, Sancho Rayn, Zarco del Valle, Valmar, Caete, los dos
+Fernndez-Guerra y algunos otros.</p>
+
+<p>El autor del libro de que voy aqu dar cuenta,<a name="page_064" id="page_064"></a> ha venido colocarse
+ no poca altura, en compaa de tan ilustres crticos y eruditos.</p>
+
+<p>Aunque D. Domingo Garca Prez es portugus de nacin, pas su primera
+mocedad en Granada, y estudi en el colegio del Sacro-Monte, donde fu
+compaero de los Fernndez-Guerra, y donde, sin duda, tuvo por maestros
+ D. Juan de Cueto y D. Baltasar Lirola, quienes hubieron de
+inspirarle su buen gusto en literatura y su amor la de Castilla y al
+idioma de Castilla. Dan prueba de ello el estilo fcil y castellano
+castizo con que su libro est escrito; la gran copia de noticias
+curiosas interesantes que el libro contiene sobre la vida y las obras,
+de quinientos seiscientos autores, y la multitud de composiciones, muy
+raras inditas, que en sus pginas encierra.</p>
+
+<p>Sin duda el Sr. Garca Prez debe bastante, como l mismo confiesa,
+trabajos anteriores de los crticos eruditos castellanos que mencionamos
+ya, y tambin los trabajos de algunos egregios portugueses, como
+Barbosa, Inocencio de Silva y Costa Silva; pero es de admirar lo mucho
+enteramente nuevo con que ha sabido enriquecer su obra.</p>
+
+<p>sta sigue el orden alfabtico por los apellidos de los autores, que nos
+atreveremos aqu distinguir y clasificar.</p>
+
+<p>Unos son celebrrimos en Portugal; son los principes de las letras de
+aquel pueblo. Lo que han escrito en portugus casi siempre vale
+importa ms que lo que han escrito en castellano.<a name="page_065" id="page_065"></a> En este nmero pueden
+ponerse Camoens, Gil Vicente, Bernardn Riveiro, Mousinho de Quevedo, el
+P. Vieira y dos condes y una condesa de Ericeira. Otros son tan ilustres
+y tan dignos de serlo en Portugal como en Castilla; as, por ejemplo, Sa
+de Miranda. Otros, aunque portugueses, alcanzan ms gloria y nombrada
+por sus escritos en castellano, y se cuentan entre nuestros clsicos,
+como Jorge de Montemayor, Gregorio Silvestre y D. Francisco de Melo. Y
+otros que, si menos gloriosos, son en Espaa muy conocidos por su
+laboriosidad fecunda, como Fara y Souza.</p>
+
+<p>Es muy grande el nmero de dramaturgos portugueses que, sobre todo, bajo
+el dominio de los tres Felipes, escribieron en castellano sus comedias.
+El ms ilustre fu Matos Fragoso. Sguenle dos Pachecos, Cayetano Souza
+Brandao y otros varios, entre ellos algunas poetisas. De todos trae
+Garca Prez noticias biogrficas y bibliogrficas en abundancia.</p>
+
+<p>Ms interesante, y casi siempre ms nuevo, suele ser lo que nos ensea
+el Sr. Garca Prez sobre otros portugueses que tambin escribieron en
+castellano, y son clebres por su ciencia, por sus hazaas, por sus
+peregrinaciones por el brillante papel que representaron en la
+historia de la Pennsula, y aun de todo el mundo, interviniendo en
+nuestros descubrimientos, colonizaciones, misiones y conquistas. As el
+infante D. Pedro; Garca de Santisteban, compaero del Infante y
+narrador de sus viajes por las <i>siete partidas<a name="page_066" id="page_066"></a> del mundo</i>; el gran
+Fernn Mndez Pinto, cuya veracidad se va limpiando de sospecha conforme
+se conocen mejor el Asia Central y el extremo Oriente; Pedro Texeira,
+que nos describi la Persia; el eminente gemetra y cosmgrafo Pedro
+Nez; el astrnomo Silva Freire y bastantes misioneros y mdicos,
+escritores y menudo peregrinos, que nos han informado de la fauna, de
+la flora y de las lenguas, usos, religin y costumbres de tierras y
+naciones remotas.</p>
+
+<p>No pequea parte del libro del Sr. Garca Prez la ocupa otro linaje de
+escritores, que por su casta y creencias se pueden agrupar, y cuyos
+escritos y vidas eran hasta ahora muy poco nada conocidos, no ser
+por sujetos de mucha erudicin muy consagrados un estudio especial.
+Hablo de la multitad de judos portugueses, que huyendo de la
+Inquisicin fueron casi todos refugiarse Amsterdam y en otras
+ciudades de Holanda y Francia, donde escribieron en castellano poesas,
+novela, filosofa, religin, poltica y otras ciencias. En esta cuenta,
+si bien alguno pueda tenerse por espaol, como Miguel de Barrios, que
+naci en Montilla, aunque de origen portugus, pone nuestro autor
+Manass ben Israel, los Abarbanel y Abohab, Baruch Nehemias, David
+Neto, Isaac Orovio de Castro, Samuel Silva, Moiss Pinto Delgado,
+ Abraham Pizarro, Abraham Ferreira, Antonio Henrquez Gmez, y no
+pocos ms, mostrando notable diligencia en los informes que da<a name="page_067" id="page_067"></a> de las
+varias andanzas y de los escritos de cada uno de ellos.</p>
+
+<p>Algunos artculos del <i>Catlogo</i> del Sr. Garca Prez tienen
+extraordinaria extensin y retratan hbilmente la condicin moral y la
+vida del personaje que se refieren. Entre estos artculos merece
+mencionarse aqu el del famoso conde de Villamediana, poetizado por su
+trgica muerte y por los bellos romances histricos del duque de Rivas.
+La circunstancia de haber nacido el Conde en Lisboa, por haber ido all
+sus padres cuando Felipe II se coron rey de Portugal, hace que el Sr.
+Garca Prez le incluya en su catlogo. De su vida y de sus escritos
+inditos public, pocos aos ha, un libro interesante el Sr. Cotarelo y
+Mori. El asesinato del Conde hace ganar ste alguna simpata; pero
+justo es declarar que, si la venganza fu criminal infame, casi puede
+calificarse de merecida. Villamediana abus de su ingenio, que le tuvo
+sin duda, aunque estragado por el mal gusto, la pedantera y la carencia
+de sentido moral, y abus de su riqueza, de su posicin, de sus bros y
+de otras buenas prendas personales, para ser procaz y satrico,
+pendenciero, vicioso y con las mujeres violento y desenfrenado. Su lance
+con la marquesa del Valle, que fue su amiga, y quien, por celos,
+arranc las joyas que le haba dado, desgarrndole el vestido,
+abofetendola y magullndola hasta el punto de que aquella dama estuvo
+la muerte, es accin tan brutal que no tiene perdn, fuesen las que
+fuesen las traiciones<a name="page_068" id="page_068"></a> infidelidades de la vctima. Y no contento
+Villamediana con el material ultraje, volvi ofender la dama
+hirindola en el alma y pisoteando su honra en un romance que hizo
+circular, y donde la acusa de que el caudal de l no bast saciar la
+codicia de ella, y donde, aludiendo al glorioso Hernn Corts, de quien
+proceda el ttulo de la Marquesa, dice sta jugando del vocablo:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="">
+<tr><td align="left"><i>De la herencia de Corts,</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i>Que en herencia te cabia,</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i>Heredas ser cortesana,</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i>Repudias la cortesia.</i></td></tr>
+</table>
+
+<p>De otro singular personaje nos informa tambin muy detenidamente el Sr.
+Garca Prez, prometindonos casi la publicacin de un curioso
+manuscrito que de l posee. Es una relacin circunstanciada de lo que
+vi, observ hizo el autor, durante algunos meses del ao de 1605, que
+estuvo pretendiendo en Valladolid, donde resida entonces la corte. Por
+lo que se puede presumir de las muestras que he visto de esta obra, hay
+en ella mucho chiste y gracejo, si bien combinado con el deplorable mal
+gusto, el enmaraado y pedantesco culteranismo, la impertinente
+erudicin y el abuso de los retrucanos. Aunque el autor, que se llamaba
+Tom Pinheiro da Veiga, natural de Coimbra, logr el empleo que
+pretenda, no parece que sali muy prendado de Valladolid, ni bastante
+agradecido, para no decir mil horrores de todo. Su relacin, no
+obstante,<a name="page_069" id="page_069"></a> debe ser animado retrato de la alta sociedad espaola de
+entonces. A ser el retrato fiel, dicha alta sociedad quedara muy
+malparada. Triste es tener que confesar que la corrupcin haba de ser
+grande; pero algo ha de atribuirse tambin la mordaz maledicencia de
+que se haca gala, y cierto odio contra Castilla, que siempre ha
+solido brotar con lastimosa lozana en las almas de algunos habitantes
+de las diversas regiones de esta Pennsula. Los espaoles, para que la
+voz sea ms comprensiva, sin anfibologa, los <i>iberos</i>, solemos ser muy
+biliosos y con frecuencia murmuramos de los propios ms que de los
+extraos. El Sr. Garca Prez inserta en su libro unas quintillas
+tremendas de Pinheiro da Veiga, por donde ya se puede comprender el tono
+y carcter maleantes y desvergonzados de la prosa. Si damos crdito
+las quintillas, no haba en Valladolid, en 1605, seora que no fuese una
+perdida, ni galn que no fuese un tunante.</p>
+
+<p>En el <i>Catlogo</i> hay para todos los gustos. Si Pinheiro da Veiga es todo
+sal y pimienta, , si se quiere, hiel y vinagre, otro autor y poeta,
+llamado Simn Garca del Brito, es todo almbar en punto de caramelo.
+Tambin estuvo ste en la corte de las Espaas, pero sin duda fu menos
+afortunado. No logr empleo ni tuvo buena ventura, y hubo de volverse
+su lugar lusitano. Retirado all, escribi muy lindos versos
+sentimentales, llenos de <i>saudades</i> de una dama, con quien tuvo en
+Madrid relaciones amorosas. Estos<a name="page_070" id="page_070"></a> versos son naturales, sencillos, y se
+recomiendan por cierta delicada ternura y profundidad verdadera de
+afecto, poco comunes en los poetas peninsulares de aquella edad.</p>
+
+<p>En suma: el libro del Sr. Garca Prez es digno por todos estilos del
+buen informe que la. Real Academia Espaola di sobre l y en cuya
+virtud el Gobierno le ha hecho imprimir sus expensas. Es un
+complemento necesario para la historia de nuestras letras y de nuestro
+idioma castellano.<a name="page_071" id="page_071"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 380px;">
+<a href="images/illpg_071a.png">
+<img src="images/illpg_071a_sml.png" width="380" height="72" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="LOS_JESUITAS_DE_PUERTAS_ADENTRO_O_UN_BARRIDO_HACIA_FUERA_EN_LA_COMPANIA" id="LOS_JESUITAS_DE_PUERTAS_ADENTRO_O_UN_BARRIDO_HACIA_FUERA_EN_LA_COMPANIA"></a>LOS JESUITAS DE PUERTAS ADENTRO<br />
+ UN BARRIDO HACIA FUERA EN LA COMPAA<br />
+DE JESS</h3>
+
+<p class="nind">NO hace muchos das que, con el ttulo que antecede y sin nombre de
+autor, sali luz un libro en extremo interesante por el asunto de que
+trata y de agradabilsima lectura por el ingenio, la gracia, la fecunda
+vena satrica y el estilo castizo y magistral con que est redactado.
+Sin que se adviertan mucho el esfuerzo y la afectacin, el libro no
+parece escrito en el lenguaje vulgar y corriente de ahora, sino como un
+autor clsico de la edad de oro de nuestra literatura hubiera podido
+escribirle.</p>
+
+<p>Aunque no hubiesen llegado mi noticia por diversos caminos claros
+indicios de quin es el autor del libro, creo que de seguro hubiera yo
+adivinado el nombre del autor; pero como l entr en el palenque y
+combate con la visera calada, yo no quiero ser ni ser quien le quite la
+visera y descubra su rostro y su nombre. Dir, sin embargo, que es, en
+mi sentir, persona apasionada,<a name="page_072" id="page_072"></a> movida por quejas justas, y que deja
+notar en cuanto afirma cierto enojo harto motivado, que tal vez le
+impulsa ir ms all de lo merecido en la reprobacin y en la censura.</p>
+
+<p>Como yo en este punto, remedando al historiador romano, puedo decir de
+los jesutas que no los conozco <i>nec beneficio, nec injuria</i>, tratar
+aqu del libro y dar sobre l y sobre la Compaa mi opinin imparcial,
+movido por el aliciente que tiene para m la materia, y exponindome
+no agradar nadie, ni los jesutas, ni al autor incgnito.</p>
+
+<p>Como el primer fundamento de las acusaciones es la supuesta carencia de
+humildad cristiana que hay en los jesutas, empezar por hablar de la
+humildad y de la manera en que yo la entiendo.</p>
+
+<p>Bueno y santo es ser humilde, no rebajar nadie para realzarse si
+propio, y reconocer nuestra condicin miserable y pecadora, sobre todo
+cuando pensamos en Dios y en sus perfecciones infinitas, y cuando,
+encendidas ya en amor de Dios nuestras almas, volvemos los ojos hacia
+las criaturas que son obra de Dios y quienes por amor de l amamos,
+procurando, en vez de rebajarlas, poner en ellas un reflejo, un
+destello, un trasunto de las mencionadas perfecciones divinas. As, por
+virtud de este procedimiento mental, el buen cristiano ensalza y encomia
+ cuantos seres le rodean y se muestra lleno de candorosa indulgencia
+para con todos ellos, siendo slo severo consigo mismo y reconociendo y<a name="page_073" id="page_073"></a>
+confesando los propios defectos, pecados y vicios. Esto, mi ver, es la
+humildad cristiana. Pero si miramos el caso de otra manera y con ms
+hondo mirar, yo creo que el cristianismo, en vez de hacernos humildes y
+abyectos, segn no pocos impos le acusan, eleva los espritus y los
+corazones y los enorgullece, magnifica y endiosa. Qu razn ni motivo
+tiene el buen cristiano para humillarse despus de exclamar con San
+Agustn: <i>gran cosa es el hombre, hecho imagen y semejanza de Dios</i>? Y
+no slo su alma sino su cuerpo tiene mucho de digno y no poco de sagrado
+cuando se considera como templo del espritu, cuando se piensa que el
+mismo Verbo divino, no slo se uni un alma humana, por inefable y
+sublime misterio, sino tambin un cuerpo de hombre de la condicin y
+forma de nuestro cuerpo, deificando as hasta cierto punto nuestra doble
+naturaleza, y dndole para trmino de sus aspiraciones y para blanco de
+sus esperanzas la misma perfeccin de Dios. Es extrao, aunque se
+comprende y se admira, que sea, con pequesima diferencia, el fin que
+propuso el demonio del orgullo nuestros primeros padres casi idntico
+al consejo ms bien al precepto principal que nos dio Cristo en el
+Sermn de la Montaa. Si comis del fruto del rbol prohibido, seris
+como dioses, dijo la serpiente. Y Cristo dijo: <i>Sed perfectos como es
+perfecto vuestro Padre que est en el cielo</i>.</p>
+
+<p>El error, pues, est en el camino que hay que seguir para llegar la
+perfeccin, pero no en<a name="page_074" id="page_074"></a> aspirar ella. Y ciertamente quien aspira ser
+perfecto como Dios, no se comprende que pueda ser humilde, no ser en
+el primer sentido arriba expresado.</p>
+
+<p>Y si descendemos de las alturas teolgicas y pensamos en esto de la
+humildad de la soberbia, mundanamente y en la prctica, yo no me
+explico tampoco cmo el muy humilde, no ser exterior su humildad,
+confundindose con la buena crianza y con la afable dulzura, acierte
+hacer cosa de provecho y ser til para algo. Lo primero es tener
+confianza en el propio valer y contar con que no han de fallecernos las
+fuerzas y el nimo. El individuo la colectividad que acomete grandes
+empresas y que tiene elevados propsitos y miras, no puede menos de
+tener tambin el inevitable orgullo sea la creencia de que es capaz de
+dar cima aquellas empresas y de realizar aquellos propsitos, claro
+est que contando siempre con el auxilio divino, lo cual ser muy
+piadoso, pero, francamente y en realidad, no es humilde. La humildad
+existir acaso con relacin al Omnipotente, mas para todo lo que hay, y
+no es Dios, no entiendo yo qu humildad cabe en la firme esperanza de
+que Dios ha de ayudarnos fin de que se logre y se cumpla lo que
+queremos.</p>
+
+<p>Partiendo de las anteriores consideraciones, entiendo yo que el autor de
+que hablo acusa con poca razn los jesutas de no ser humildes, sino
+orgullosos. Nada ms natural, en mi sentir, que creer la mejor del mundo
+la sociedad compaa<a name="page_075" id="page_075"></a> que pertenecemos. Todava, si el acaso, si
+circunstancias independientes de nuestra voluntad si una providencial
+disposicin nos colocase entre sta entre aquella gente, podra
+parecer soberbia de nuestra parte el considerar como la mejor del mundo
+ la gente entre la cual estuvisemos colocados. Y con todo, aun as,
+ms suele aplaudirse que vituperarse este modo de sentir y de pensar. Yo
+no soy espaol, por ejemplo, porque lo he querido, sino porque el cielo
+ha dispuesto que lo sea, y, sin embargo, no pocas personas celebran y
+muchas disculpan el elevado concepto que tengo yo de los espaoles. Y si
+esto es as en una sociedad en donde yo no entro voluntariamente, cmo
+ha de poder censurarse el altsimo concepto que forme cualquiera de la
+sociedad compaa en cuyas filas se alista por voluntad propia? Nadie
+ama sino bajo el concepto de bueno; todos buscan y procuran lo mejor; y
+el hombre honrado que se asocia con otros hombres, no slo es discupable
+que crea, sino que debe creer que la tal asociacin es la mejor del
+mundo, y que los fines que se ordena y endereza son por todo extremo
+excelentes.</p>
+
+<p>Justo es, pues, y sobre justo inevitable, que todo jesuta, y ms an
+mientras mayores sean su candor y su buena fe, est persuadido de que la
+Compaa de Jess es la mejor del mundo, de que no hay virtud ni ciencia
+que en ella no resida y de que proceden de ella y procedern muchos
+bienes para el linaje humano.<a name="page_076" id="page_076"></a></p>
+
+<p>No creer lo antedicho y hacerse, sin embargo, jesuta, presupondra
+falta de discrecin razones y motivos egostas y bajos en quien tal
+hiciese. Alistarse en las filas del jesuitismo sin creer en su superior
+condicin, slo se explicara entonces por la gana de tener una posicin
+ una carrera, de buscarse un modo de vivir, de ingeniarse de
+industriarse en suma. Y aun as, aun en esta bajeza, la predileccin
+precedera la eleccin, y todava, sin elevarse sobre tan bajos
+motivos, carecera de juicio el que se hiciese jesuta, considerara
+que el serlo era mejor profesin carrera que todas las otras que
+hubiera podido seguir.</p>
+
+<p>Por consiguiente no hay pecado, ni falta, ni defecto en la voluntad de
+los jesutas cuando forman de la Compaa que pertenecen un concepto
+sublime. Esto no se opone que en dicho concepto haya error
+exageracin del entendimiento.</p>
+
+<p>Apartando de mi espritu toda prevencin apasionada, no considerando el
+asunto ni como catlico, ni como sectario de ninguna otra doctrina
+religiosa, aceptando por un momento la ms completa indiferencia en
+punto religin, hablando y decidiendo en virtud de un criterio
+librepensador y racionalista, yo, lejos de condenar la Compaa de
+Jess, me siento irresistiblemente inclinado glorificarla y dar por
+seguro que honra en extremo Espaa que entre nosotros naciese su
+fundador, cuya obra pasmosa me parece que import muchsimo en la
+histora<a name="page_077" id="page_077"></a> del linaje humano, haciendo de Ignacio de Loyola, no slo el
+digno rival de Lulero, sino el personaje que se le sobrepone y le
+eclipsa. Se dira que cuando la Reforma pareca que iba extenderse
+como voraz incendio por todo el mundo civilizado, y ya que no
+extinguir empequeecer la cristiandad catlica, Dios suscit para sta
+un campen poderoso, cuyas huestes combatieron sin descanso la hereja y
+la vencieron menudo en Europa, mientras que al mismo tiempo extendan
+la fe catlica por el resto del mundo, ganando para ella ms almas en
+pases remotos y en inexploradas regiones que las que en Europa haba
+perdido por culpa de Lutero y de los otros heresiarcas del siglo <span class="smcap">xvi</span>.</p>
+
+<p>En la Compaa hay que admirar el feliz consorcio del pensamiento y de
+la accin, de lo prctico y de lo especulativo. Fue un ejrcito
+conquistador, sin ms armas que la palabra, que se extendi por el mundo
+con extraa rapidez, avasallndole y dominndole. Si contemplamos en
+espritu al fundador glorioso en el momento de su muerte, nos parece
+modo de un Alejandro incruento. Sus dominios se han dilatado ya sobre
+toda la redondez de la tierra. La Compaa tiene casas y colegios, gran
+poder influjo en Castilla, en Portugal, en Alemania, en Francia y en
+las Indias Orientales y Occidentales. Bien puede sin vanidad ni soberbia
+exclamar el Padre Rivadeneyra que al mismo tiempo que Martn Lutero
+quitaba la obediencia la Iglesia Romana y haca gente para combatirla
+con todas<a name="page_078" id="page_078"></a> sus fuerzas, levantaba Dios este santo capitn para que
+allegase soldados por todo el mundo y resistiese con obras y con
+palabras la hertica doctrina.</p>
+
+<p>Y no hay slo en el P. Ignacio el espritu conservador, sino tambin el
+de reforma y el de progreso. Todos sus pensamientos y cuidados, dice el
+ya citado bigrafo, tiraban al blanco de conservar en la parte sana de
+restaurar en la cada, por s y por los suyos, la sinceridad y limpieza
+de nuestra fe. Todava hay otra idea elevadsima, si no desconocida y
+seguida en otros institutos religiosos, por ninguna observada y seguida
+con ms firmeza y perseverancia que por la Compaa de Jess: la idea y
+el propsito de divulgar las ciencias, las letras y toda cultura,
+haciendo de ellas y del progreso humano preciosos y dignos auxiliares de
+la religin.</p>
+
+<p>Con notable injusticia se acusa la Compaa de que aniquila las
+voluntades y nivela y pone trabas los entendimientos con los firmes y
+duros lazos de su obediencia ciega. No puede haber acusacin menos
+razonable. Jams se ha formado una sociedad con el intento de producir
+<i>genios</i>. El genio es una virtud un poder que tiene algo de
+sobrehumano, y que aparece individualmente en el espritu de este
+aquel hombre cuando Dios la naturaleza as lo decretan. Y este genio,
+virtud poder, ni hay sociedad que le cree ni tampoco hay sociedad que
+le destruya. Es adems harto arbitrario y vago el determinar medir la
+altura que ha de tener un hombre para<a name="page_079" id="page_079"></a> ser genio y no ser mediana. No
+ser yo quien clasifique y coloque entre las medianas entre los
+genios muchsimos Padres de la Compaa de Jess; pero s me atrevo
+asegurar que, durante los tres siglos <span class="smcap">xvi</span>, <span class="smcap">xvii</span> y <span class="smcap">xviii</span>, hasta despus
+de su extincin bajo el pontificado de Clemente XIV, figura en ella una
+brillantsima serie de varones admirables por la accin, como
+predicadores, viajeros, mrtires hericos y exploradores atrevidos de
+pases incgnitos y brbaros, y una lucidsima cohorte de hombres
+eminentes en ciencias y en letras, descollando entre ellos muchsimos
+espaoles, por lo cual, estando Espaa hoy tan decada, no goza acaso el
+nombre de ellos de toda la fama y el alto aplauso que merecen.</p>
+
+<p>Para infundir en la mente de mis lectores un elevadsimo concepto y para
+entonar un himno en alabanza de la Compaa de Jess, no he de ir yo
+buscar frases y datos en libros escritos por jesutas, ni en
+disertaciones historias de catlicos fervorosos y hasta fanticos,
+sino que tomar los datos y frases en un autor ingls, criado en el
+protestantismo y librepensador ms tarde: en el famoso historiador y
+<i>ensayista</i> lord Macaulay. Harto merece ser traducido todo lo que l
+dice de los jesutas y de su fundador; pero, fin de no ser prolijo, me
+limitar traducir algunos trozos. Ignacio de Loyola en la gran
+reaccin catlica tuvo la misma parte que Lutero en el gran movimiento
+del protestantismo. Pobre, obscuro, sin protector, sin recomendaciones,<a name="page_080" id="page_080"></a>
+entr en Roma, donde hoy dos regios templos, ricos en pinturas y en
+mrmoles y jaspes, conmemoran sus grandes servicios la Iglesia; donde
+su imagen est esculpida en plata maciza; donde sus huesos, en una urna
+cubierta de joyas, se ven colocados ante el altar de Dios. Su actividad
+y su celo vencieron todas las oposiciones, y bajo su mando el orden de
+los jesutas empez existir y creci rpidamente hasta el colmo de sus
+gigantescos poderes. Con qu vehemencia, con qu poltica, con qu
+exacta disciplina, con qu valor indomable, con qu abnegacin, con qu
+olvido de los ms queridos lazos de amistad y parentesco, con qu
+intensa y firme devocin un fin nico, con qu poco escrupulosa
+laxitud y versatilidad en la eleccin de los medios rieron los jesutas
+la batalla de su Iglesia, est escrito en cada pgina de los anales de
+Europa, durante muchas generaciones. En el Orden de Jess se concentr
+la quinta esencia del espritu catlico: la historia del Orden de Jess
+es la historia de la gran reaccin del catolicismo. Este Orden se
+apoder de todos los medios y fuerzas con que se dirige y manda el
+espritu del pueblo: del pulpito, de la prensa, del confesionario y de
+las academias. Donde predicaba el jesuta, la iglesia era pequea para
+el auditorio. Su nombre en la primera pgina aseguraba la circulacin de
+un libro. A los pies del jesuta la juventud de la nobleza y de la clase
+media era guiada desde la niez la edad viril y desde los primeros
+rudimentos hasta<a name="page_081" id="page_081"></a> la filosofa. La literatura y la ciencia, que parecan
+haberse asociado con los infieles y con los herejes, volvieron ser las
+aliadas de la ortodoxa. Dominante ya en el Sur de Europa, la grande
+Orden se extendi pronto, conquistando y para conquistar. A despecho de
+Ocanos y desiertos, de hambre y peste, de espas y leyes penales, de
+calabozos y torturas y de los ms espantosos suplicios, los jesutas
+penetraban, bajo cualquier disfraz, en todos los pases; como maestros,
+como mdicos y como siervos; arguyendo, instruyendo, consolando,
+cautivando los corazones de la juventud, animando el valor de los
+tmidos, presentando el Crucifijo ante los ojos del moribundo. El orbe
+antiguo no fu bastante extenso para la extraa actividad de los
+jesutas. Ellos invadieron todas las regiones que los grandes y
+recientes descubrimientos martimos haban abierto al emprendedor genio
+de Europa. Los jesutas aparecan en las profundidades de las minas del
+Per, en los mercados de esclavos de Africa, en las costas de las islas
+de las Especias y en los observatorios de la China; y hacan proslitos
+y conversiones en pases adonde ni la avaricia ni la curiosidad haban
+tentado an sus compatricios para que penetrasen; y predicaban y
+disputaban en idiomas de los que ningn otro natural de nuestro
+Occidente entenda palabra.</p>
+
+<p>Cuando la Reforma se levant contra la Iglesia catlica, el clero
+secular y regular, aun en la misma Roma, estaba corrompido y viciado y
+hasta<a name="page_082" id="page_082"></a> lleno de descreimiento: slo el Orden de los jesutas, aade
+nuestro historiador, pudo mostrar muchos hombres no inferiores en
+sinceridad, constancia, valor y austeridad de vida los apstoles de la
+Reforma. A los jesutas, pues, su poder persuasivo y al influjo de su
+palabra, se debi en gran parte la restauracin y reverdecimiento en el
+seno de la Iglesia catlica de aquel hondo sentir religioso y de aquella
+extraa energa que eleva los hombres sobre el amor del deleite y el
+miedo de la pena; que transforma el sacrificio en gloria y que trueca la
+muerte en principio de ms alta y dichosa vida.</p>
+
+<p>Declara asimismo Macaulay que el prodigioso cambio, que el triunfo
+inesperado del catolicismo sobre el protestantismo se debi en gran
+parte los jesutas y la profunda poltica con que Roma supo valerse
+de ellos. Cincuenta aos despus de la separacin de Lutero, el
+catolicismo apenas poda sostenerse en las costas del Mediterrneo: cien
+aos despus apenas poda el protestantismo mantenerse en las orillas
+del Bltico. Grandes talentos y grandes virtudes se desplegaron por
+ambas partes en esta tremenda lucha. La victoria se declar al fin en
+favor de la Iglesia romana. Al expirar el siglo <span class="smcap">xvi</span>, la vemos triunfante
+y dominante en Francia, en Blgica, en Baviera, en Bohemia, en Austria,
+en Polonia y en Hungra. El protestantismo en los siglos que han venido
+despus no ha podido reconquistar lo que perdi entonces. Y aade
+Macaulay:<a name="page_083" id="page_083"></a> He insistido detenidamente sobre este punto, porque creo que
+de las muchas causas las que debi la Iglesia de Roma su salvacin y
+su triunfo al terminar el siglo <span class="smcap">xvi</span>, la causa principal fu la profunda
+poltica con que dicha iglesia se aprovech del <i>fanatismo</i> de personas
+tales como San Ignacio y Santa Teresa.</p>
+
+<p>Es muy de notar que esto que Macaulay, con su criterio protestante
+racionalista, <i>fanatismo</i>, podr ser llamado as por el brio y la
+intensidad con que se sinti y se pens, pero tanto el sentimiento como
+el pensamiento, analizados, examinados y juzgados hasta por un hombre
+descredo del siglo <span class="smcap">xix</span>, fueron, en el siglo <span class="smcap">xvi</span>, permitnsenos las
+palabras, ms razonables y ms progresistas que cuanto Lulero, Calvino y
+los otros apstoles de la reforma pensaron, sintieron y dijeron. No fu
+el misticismo espaol de entonces hurao, egosta y meramente
+contemplativo, aspirando elevarse y unirse con Dios para aniquilarse
+all confundindose en la esencia infinita y desvanecindose en un
+perpetuo <i>nirvana</i>. El amor de Dios y la aspiracin unirse con l,
+segn mil veces lo explican nuestros msticos, fueron una preparacin y
+habilitacin de las almas para que obrasen luego, en la vida terrenal,
+inauditos prodigios de amor al prjimo, y para que diesen cima casi
+sobrehumanas empresas. Las almas, segn dichos msticos, cuando ardan
+en el fuego del amor divino y derretidas por la fuerza de este fuego se
+dira que se identificaban con Dios, eran como la espada<a name="page_084" id="page_084"></a> que parece
+fuego en la fragua, de donde sale despus con ms fino temple y con
+superior aptitud para ejercer sus funciones. Lo mstico y lo
+contemplativo en los jesutas no fu el fin, sino el medio para
+apercibirse la accin y cobrar fuerzas y virtud mayores con que
+alcanzar en ella la victoria. Y no fu la victoria en favor slo del
+catolicismo, sino tambin para conservar restaurar el lazo principio
+unificante de la civilizacin europea, que los protestantes haban roto;
+para hacer que triunfase dicha civilizacin, amenazada por nueva
+barbarie, y para salvar la libertad y el valor y mrito de nuestras
+obras, casi negados por el fatalismo cruel y pesimista con que los
+protestantes denigraban y hacan odiosa la divinidad y esclavizaban
+la humana naturaleza, sacrificndola en aras de una <i>predestinacin</i> y
+de una <i>gracia</i>, caprichosas y ciegas.</p>
+
+<p>Nadie podr acusar de jesutico al clebre y malogrado historiador y
+polgrafo Oliveira Martins, y, sin embargo, en este punto que tocamos
+ahora, ensalza como nadie los jesutas, haciendo que la gloria de
+ellos y su triunfo en el Concilio de Trento aparezcan acaso como el
+mayor triunfo y como la ms esplndida gloria de la civilizacin ibrica
+en el siglo <span class="smcap">xvi</span>. Los protestantes, dice Oliveira Martins, no excluyen
+las buenas obras; pero no es el mrito de ellas el que redime: es
+nicamente el mrito de Cristo, independiente del hombre. Esta doctrina,
+aade, es la condenacin del hombre y de su actividad, de su voluntad,
+de la fuerza ntima que constituye<a name="page_085" id="page_085"></a> su vida. Condenando al hombre, los
+protestantes condenan el mundo: transfiguran la realidad y conducen
+los abismos de la esclavitud trascendente. En cambio, la doctrina de los
+jesutas Salmern y Lainez, vencedora en Trento, diviniza al mundo y al
+hombre, revelando y haciendo resplandecer la justicia de Dios en la fe
+del hombre y en sus buenas obras, cuyos mritos elevan la gracia. El
+genio espaol, aade Oliveira Martins, fu, pues, por la boca elocuente
+de Lainez y de Salmern, el defensor de la cultura humana, deteniendo
+Europa en la pendiente de una predestinacin fatalista.</p>
+
+<p>Debo observar que yo no cito aqu Oliveira Martins como quien cita
+un padre de la Iglesia; que en asunto tan difcil como la conciliacin
+de la gracia y del libre albedro, no le doy autoridad alguna; y que no
+hago los jesutas pelagianos, semi-pelagianos, para ponderar lo que
+valan. Slo afirmo que, sin incurrir en error contra la fe, porque ni
+el molinismo, ni menos su mitigacin por el congruismo de Surez, fueron
+nunca calificados de herticos, los jesutas defendieron y sostuvieron
+la libertad del hombre, sin salir fuera del circulo de la creencia
+catlica, y en cuestin la ms oscura y difcil de la teologa, y aun de
+todo pensar filosfico, por donde ser siempro para telogos y filsofos
+manantial y semillero de disputas hasta la consumacin de los siglos. No
+quiero seguir ponderando aqu y recapitulando todo lo que en alabanza de
+los jesutas puede decirse y se ha dicho hasta la<a name="page_086" id="page_086"></a> extincin de la Orden
+en el siglo pasado. Las acusaciones lanzadas contra ellos y la multitud
+de enemigos acrrimos que tuvieron, primero entre los protestantes,
+despus entre los jansenistas, y, por ltimo, entre los librepensadores,
+redundan en cierto modo en elogio de los jesutas, ya que prueban el
+extraordinario poder y la importancia que tenan. El mrito de ellos, no
+obstante, tiene que ser reconocido hasta por sus mayores contrarios, si
+se precian de candorosos imparciales. As, por ejemplo, Mosheim dice:
+El candor y la imparcialidad me obligan confesar que los adversarios
+de los jesutas, al mostrar la torpeza y negrura de varias de sus
+mximas y opiniones, han ido ms all de lo que deban, y han exagerado
+las cosas para abrir ms extenso campo su celo y su elocuencia.
+Fcil me sera probarlo con ejemplos sacados de las doctrinas de la
+<i>probabilidad</i> y de la <i>restriccin mental</i>, imputadas como un crimen
+los jesutas; pero esto me apartara demasiadodemi asunto. Observar
+slo que en la disputa se han atribuido los jesutas principios que
+sus enemigos sacan por induccin de la doctrina de ellos, sin que ellos
+los confiesen; que no siempre han interpretado sus trminos y sus
+expresiones en el verdadero sentido, y que nos han presentado las
+consecuencias de su sistema de una manera parcial, que no est de
+acuerdo con la equidad exacta.</p>
+
+<p>Esta confesin de Mosheim en favor de los jesutas los honra mucho,
+porque es uno de sus ms declarados enemigos, y porque sin nombrarlas<a name="page_087" id="page_087"></a>
+censura de parcialidad y de ms menos inconsciente falsa las
+encomiadas <i>Provinciales</i> de Blas Pascal, obra que, segn muchos
+afirman, ha hecho ms dao los jesutas que la indignacin de los
+soberanos y que todas las calamidades que han cado despus sobre su
+Orden.</p>
+
+<p>No he de dilatarme yo ms, defendindola aqu. No ataca ni condena su
+pasado el autor incgnito del libro de que doy cuenta. Slo aadir,
+para terminar, que nadie puede pretender, ni los ms fervorosos
+jesutas, que la Compaa estuvo exenta de faltas y que todos sus
+individuos, que se contaban por miles, fueron unos santos, sin pecado y
+sin vicio, hasta la extincin de la Compaa en 1773.</p>
+
+<p>Al caer entonces los jesutas cayeron como los hroes de una noble
+tragedia, donde toda la simpata y el aplauso fu para las vctimas, y
+la reprobacin, en los ms elevados espritus, para los tiranos y
+opresores; para Pombal, para la Pompadour, para Tanucci y para el conde
+de Aranda. Las alabanzas de la Orden extinguida se renovaron surgieron
+entonces, derramndose sobre ella como sobre fnebre monumento un
+diluvio de flores. Los ms eminentes personajes de Europa, aun entre los
+no catlicos, haban celebrado celebraron los jesutas: Enrique IV
+de Francia, Catalina II de Rusia, Rousseau, Diderot, Leibnitz, Lessing,
+Herder y mil otros.</p>
+
+<p>Voltaire dice de ellos: Tienen escritores de un mrito raro, sabios,
+hombres elocuentes y <i>genios<a name="page_088" id="page_088"></a></i>. D'Alembert: Los jesutas se han
+empleado con xito en todos los gneros: elocuencia, historia,
+antigedades, geometra y literatura profunda y agradable. Apenas hay
+disciplina en que no cuenten ellos hombres de primer orden.</p>
+
+<p>Federico el Grande de Prusia, escriba Voltaire: Esta Orden ha dado
+Francia hombres del <i>genio</i> ms elevado.</p>
+
+<p>Despus de suprimida la Compaa, los jesutas, arrojados impamente de
+todos los dominios espaoles y refugiados en Italia, se esmeraron en dar
+clarsimo testimonio y brillantes muestras de su valer, redundando as
+cuanto hicieron en mayor vergenza y descrdito de sus perseguidores y
+en alta honra de Espaa, su patria.</p>
+
+<p>Jams, desde la toma de Constantinopla por los turcos y la venida
+Italia de los sabios griegos, haba penetrado en aquella pennsula
+hueste ms lucida y docta de extranjeros fugitivos. La historia
+cientfica y literaria de los ex jesutas espaoles, que por toda Italia
+se difundieron, carece todava de un historiador digno. De esperar es
+que lo sea con el tiempo el erudito y elegante escritor D. Marcelino
+Menndez y Pelayo. Entre tanto, no faltan eruditos italianos que se
+ocupen con amor en este asunto. Recientemente la Real Academia de
+Ciencias de Turn ha publicado sobre l una hermosa memoria, debida al
+saber y talento del doctor Victorio Cian. Al dar cuenta de esta memoria
+el ya citado Menndez y Pelayo, en el nmero de Enero ltimo de la
+<i>Revista critica de historia y literatura<a name="page_089" id="page_089"></a></i>, amplifica y esclarece las
+noticias del Doctor Cian con no pocas ms que demuestran la importancia
+y el valer de aquellos nuestros ilustres compatriotas. Los Padres
+Andrs, Arteaga, Eximeno y Masdeu son elogiados por el Dr. Cian segn su
+mrito; pero en cambio, slo hace rpida mencin de Hervs y Panduro,
+creador de una nueva ciencia: la filologa comparativa; del Padre Juan
+Bautista Gener, autor de los seis primeros tomos de una enciclopedia
+teolgica, que implica la renovacin de los estudios eclesisticos; del
+Padre Toms Serrano, elegante y sabio humanista; del gramtico Garcs,
+cuyo libro del <i>Vigor y elegancia de la lengua castellana</i> se lee an
+con fruto; del Padre Aponte, egregio helenista, maestro del cardenal
+Mezzofanti; del insigne historiador de Mjico Clavijero; del naturalista
+chileno Molina; de Landival, cuya <i>Rusticatio Mexicana</i> es uno de los
+ms curiosos poemas de la latinidad moderna, hasta por lo original y
+extico del asunto, y de Mrquez, tan benemrito, por sus libros, de la
+arqueologa romana y de la historia de la arquitectura.</p>
+
+<p>Aunque el Dr. Cian diga poco nada sobre los mencionados escritores,
+todava basta con los que celebra para hacer que se forme elevadsimo
+concepto de los jesutas espaoles emigrados en Italia y de cuanto
+trabajaron y escribieron desde 1767 hasta 1814. Acrecientan la elevacin
+de este concepto, las nobles palabras con que el Dr. Cian termina y
+resume su memoria: Aquellos hombres&mdash;dice&mdash;arrojados de<a name="page_090" id="page_090"></a> su patria,
+obligados vivir entre las desconfianzas, las envidias, los rencores
+antiguos y recientes, en pas extranjero, guardan celosamente el culto
+de la patria en su corazn, y al mismo tiempo se enlazan en afectuosa
+amistad con algunos de los nuestros y de los mejores, estudian y adoptan
+ ilustran la lengua y la literatura del pas que les ha dado
+hospitalidad; pero cuando ven que algn italiano quiere lanzar la ms
+leve sombra sobre el honor literario de Espaa, se levantan con fiereza
+caballeresca, propia de su raza, y no temen defenderse, y pasar muchas
+veces de la defensa la ofensa vigorosa y audaz... No podemos menos de
+sentir una admiracin profunda por estos emigrados que en tan breve
+perodo de aos respondieron tranquilos y altivos, con la mejor de las
+venganzas, las injurias de la fortuna, las persecuciones, los
+odios de los hombres que pretendan extinguirlos; y se levantaron y se
+purificaron los ojos de la historia, nuestros propios ojos, los
+ojos de aquellos mismos que crean y aspiraban verlos aniquilados para
+siempre. Su produccin mltiple, varia y veces profunda y original, es
+un fenmeno singularsimo. En vano se buscara en la historia de las
+literaturas europeas otro fenmeno semejante de <i>colonizacin
+literaria</i>; violenta, forzada en sus causas y en los medios con que fu
+realizada; espontnea, duradera y digna en sus complejas
+manifestaciones; til y gloriosa para aquellos colonos, dotados de
+extraordinaria flexibilidad y gran virtud asimiladora;<a name="page_091" id="page_091"></a> no ingloriosa
+para la madre patria que los desterraba; ventajosa y honorfica para la
+nueva patria latina que los acoga en su seno hospitalario.</p>
+
+<p>Harto reconocer el lector por lo expuesto hasta aqu que yo soy un
+admirador fervoroso y sincero de la antigua Compaa de Jess; pero esto
+no se opone que yo d crdito importancia las tremendas
+acusaciones que lanza contra la Compaa el autor annimo, cuyo libro me
+induce escribir este articulo.</p>
+
+<p>No recuerdo quien dijo, tal vez fu Cervantes, que las segundas partes
+nunca fueron buenas; y yo confieso que me siento inclinado aplicar el
+dicho la Compaa de Jess restaurada, desde 1814 hasta ahora.</p>
+
+<p>La primera revolucin francesa, con tantos horrores y tanta sangre y
+dando por ltimo resultado un dspota que sin propsito fijo,
+civilizador y humano, mantiene durante aos la confusin y la guerra en
+Europa; la propensin del pensamiento filosfico hacia el pesimismo y
+hacia el ms grosero atesmo y la aparicin la mayor difusin y el ms
+hondo arraigo de espantosas doctrinas que, no slo tiran subvertir el
+organismo social, sino arrancar de cuajo los fundamentos en que el
+orden actual se sostiene, han apocado acaso, con la repugnancia y el
+terror que inspiran, el espritu religioso de muchos individuos
+instituciones, y entre stas la de los jesutas sin duda. Lo cierto es
+que ya no son como eran antes. A mi ver, ya no pueden<a name="page_092" id="page_092"></a> decir: <i>sint ut
+sunt, aut non sint</i>. Ya son otros de lo que eran. Antes, al defender la
+fe catlica, de que se hicieron y fueron maravillosos adalides, se
+pusieron en el camino del progreso, la cabeza de la humanidad,
+levantando el lbaro y apareciendo casi, as por el amor de la religin
+como por el amor de la ciencia, semejantes la columna de fuego que
+gui en el desierto los israelitas durante la noche.</p>
+
+<p>Hoy, por el contrario, faltos de fe los jesutas y engaados por el
+pesimismo, imaginan sin duda que la civilizacin ha descarrilado, que se
+ha extraviado, saliendo de la senda que deba seguir, y en vez de
+ponerse delante y servir de gua, se han puesto la zaga y hacen todos
+los posibles esfuerzos porque ceje y retroceda hacia un punto absurdo y
+fantstico que jams existi y con el que ellos suean. De aqu que todo
+progreso, toda elevada cultura, todo pensamiento sano de libertad y de
+mejoras, sea tildado por ellos de <i>liberalismo</i> y aborrecido de muerte.
+Esto es peor que carecer de un ideal, es tener un ideal falso
+inasequible por ser contrario las ideas y las esperanzas de la
+porcin ms activa, inteligente y hbil de la novsima sociedad humana.</p>
+
+<p>En esta situacin, sin verdadero entusiasmo, porque reaccin tan
+disparatada no puede inspirarle, no es extrao que los jesutas modernos
+tengan todas las flaquezas y pequeeces incurran en cuantos vicios y
+pecados el autor annimo les imputa en su iracunda y despiadada stira.<a name="page_093" id="page_093"></a></p>
+
+<p>Todo lo que el autor annimo nos declara que hay ahora de malo en la
+Compaa, pudo existir y existi probablemente en ella, hasta cierto
+punto, desde su origen. No era posible que entre millares de hombres,
+formando una asociacin poderossima, no se albergasen la ambicin, la
+codicia, el apetito de deleites y regalos y otras mundanas pasiones;
+pero entonces era tan elevado el propsito, era tan generoso y fecundo
+el pensamiento capital que informaba la Compaa, y era tan numerosa y
+refulgente la falange de sus hroes, de sus santos, de sus exploradores,
+de sus sabios y de sus mrtires, que deslumbraba con su resplandor y no
+dejaba ver lo vicioso y lo malo que haba en la Compaa y que es tan
+inherente y propio y tan difcil de extirpar por completo de nuestra
+decada naturaleza.</p>
+
+<p>Es asimismo de recelar que el jesuitismo moderno, si bien fustiga con
+sobrada acritud los vicios del da, se haya dejado, sin sentirlo,
+inficionar por algunos de ellos, y en particular por los que afean ms
+ahora las clases medias y elevadas de la sociedad, con las que los
+jesutas tratan y alternan frecuentemente. La aficin, pues, al regalo,
+ la pompa, ciertos refinamientos y elegancias y al dinero que lo
+proporciona todo, no deja de ser natural que se haya infiltrado en las
+almas de los decados sucesores de Francisco Javier, de Francisco de
+Borja, y de tantos y tantos gloriosos misioneros, confesores y mrtires
+de la fe de Cristo.<a name="page_094" id="page_094"></a></p>
+
+<p>Cuantos hechos, ancdotas y casos refiere el autor incgnito para
+rebajar y humillar los jesutas del da, tienen traza de verdaderos y
+dejan harto mal parados los Padres. Referidos con notable primor de
+estilo, desenfado y gracia, entretienen tanto ms que una novela
+picaresca. As los dos captulos <i>Cuestin de cuartos</i> y <i>Los dineros
+del sacristn</i>, nos pintan los Padres sedientos de oro y valindose
+para adquirirle de mil medios poco decorosos; de la usura, del agio y de
+la adulacin para con los ricos, fin de conseguir de ellos donaciones
+y herencias: y nos los pintan al mismo tiempo manirrotos, despilfarrados
+y faltos de juicio, de buen gusto y de previsin, para gastar, ms
+bien para derrochar estas poco bien adquiridas riquezas. En el captulo
+<i>El Politiqueo</i> aparecen los Padres como facciosos, excitadores guerra
+civil y tan partidarios de D. Carlos, que cantaban el <i>Te Deum</i> cuando
+ocurra algn suceso funesto para las armas de Espaa, v. gr.: la muerte
+del caballeroso y herico marqus del Duero.</p>
+
+<p>Para no fatigar los que me lean no seguir extractando aqu el inmenso
+cmulo de acusaciones que lanza contra los jesutas el autor annimo.
+Recomendar, sin embargo, la lectura del captulo <i>El Mujero</i>, porque
+tiene muchsimo chiste. Sobre todo en cuanto se refiere las relaciones
+espirituales de los Padres con las duquesas, marquesas y condesitas, y
+en la descripcin que hace de la devocin elegante, del misticismo
+cmodo y de la religiosidad <i>high life</i> y la moda.<a name="page_095" id="page_095"></a></p>
+
+<p>Todo esto, no obstante, por ms que sea digno de reprobacin y deba ser
+condenado en este, en aquel en el otro individuo, tal vez afecte menos
+ la Compaa en general de lo que el autor annimo imagina y pretende.
+En una asociacin tan numerosa y que alcanza extraordinario influjo y
+crdito, es difcil, es casi imposible evitar que algunos, que tal vez
+muchos de los que la asociacin pertenecen, no se prevalgan de ese
+influjo y de ese crdito para lograr provechos y ventajas materiales. Y
+por otra parte, el despilfarro de esos provechos, casi siempre en cosas
+deleitables para la colectividad que satisfacen y lisonjean su
+orgullo, prueba que no hay grande egosmo en el individuo que los ha
+logrado, inclina creer que la codicia jesutica ms que viciosa es
+poco juiciosa.</p>
+
+<p>En mi sentir, pues, los captulos de mayores culpas del libro del autor
+annimo contra los jesutas, son los dos que se titulan: <i>De ciencia y
+tantidad</i>, <i>la mitad de la mitad</i>.</p>
+
+<p>Ni en ciencia, ni en literatura ni en artes, llegan hoy los jesutas de
+Espaa lo que fueron en lo pasado. Quedan adems muy por bajo del
+nivel de los escritores seglares y de los escritores del clero y de los
+otros institutos religiosos. La fama al menos no hace resonar mucho sus
+nombres ni difunde su gloria.</p>
+
+<p>En este punto, sin embargo, y si hemos de dar crdito al autor annimo y
+no tildar de exageracin sus alabanzas, l las prodiga de tal suerte al
+P. Juan Jos Urraburu, que le coloca<a name="page_096" id="page_096"></a> muy por encima de todos los
+filsofos, pensadores y escritores aficionados la filosofa que ha
+habido en nuestra nacin en el siglo presente. No he de negar yo que
+sean muy estimables las obras filosficas de Balmes, del P. Zeferino
+Gonzlez, de D. Manuel Orti y Lara, de Sanz del Rio y de la turba de sus
+proslitos; pero de ninguno de ellos se podra afirmar sin exagerada
+benevolencia lo que el autor annimo afirma de la obra filosfica del P.
+Juan Jos Urraburu, declarando que es notabilsima, que hace honor
+Espaa, y que debe contarse entre las mejores, si ya no es la mejor
+publicada en Europa, despus de la restauracin filosfica pregonada por
+Len XIII. Es cierto que el autor annimo limita luego la alabanza,
+considerando la obra del P. Urraburu como mera exposicin de la sana
+filosofa escolstica. Pero aun as, la alabanza es muy grande, si la
+tal exposicin es completa y si es la mejor que se ha hecho en Europa,
+comparando bien la antigua filosofa que expone, con todos los
+ulteriores sistemas, y sacndola ilesa de los ataques, y victoriosa y
+colocada por cima de todos.</p>
+
+<p>Fuera de los mritos de este P. Urraburu, del que confieso ingenuamente
+que ni haba odo hablar, poco nada hay que el autor annimo celebre y
+estime en algo, en el movimiento intelectual de los jesutas. Y la
+verdad es que ninguno de sus escritos ha alcanzado en Espaa la
+popularidad y el aplauso que las obras de otros escritores
+pertenecientes al clero. No tienen poetas<a name="page_097" id="page_097"></a> como Mosn Jacinto Verdaguer;
+ni ardientes y fervorosos polemistas como D. Miguel Snchez; ni
+entusiastas y candorosos moralizadores, de fecunda inspiracin popular,
+como el excelente P. Claret, harto injustamente ridiculizado por la
+pasin poltica y por la ligereza de liberales y librepensadores.</p>
+
+<p>La revista <i>El Mensajero del Corazn de Jess</i>, est, segn el autor
+annimo, muy por bajo de <i>La Ciudad de Dios</i>, de los Padres Agustinos. Y
+lo que ms desgracia dicha revista <i>Mensajero</i>, siempre, segn nuestro
+autor, son las novelas y cuentecitos que all se insertan, donde
+hierven tales osadas de ideas y tales arrojamientos de frases y de
+palabras, y donde se refieren lances y percances tan crudos y poco
+decentes y situaciones tan escandalosas, que muchos padres de familia,
+luego que reciban el tal <i>Mensajero</i>, le escondan con cuidado para que
+no le leyesen sus hijas.</p>
+
+<p>Son ms de extraar estas libertades si se atiende, segn afirma el
+autor annimo, que los Padres jesutas de Espaa han censurado al
+Cardenal Wiseman por su <i>Fabiola</i> y al inocentsimo Fernn Caballero por
+varias de sus novelas, y que (apenas parece creble!), en un gran
+colegio de la Compaa celebraron una muy devota procesin y quemaron
+muchos libros por impos, liberales y poco decentes, entre ellos <i>El
+Quijote</i>.</p>
+
+<p>El autor annimo niega tambin historiadores la moderna Compaa de
+Jess en Espaa.</p>
+
+<p>En lo que toca ciencias naturales, no tienen<a name="page_098" id="page_098"></a> nada de que jactarse. No
+slo, dice, no pueden presentar una obra como la del Agustino P. Blanco
+sobre la flora de Filipinas, pero ni un observador de la naturaleza como
+el escolapio Padre Ainza.</p>
+
+<p>En mi sentir, hay un punto sobre el cual no vierte bastante luz el autor
+annimo, ni nos habilita, findonos de lo que dice, para dar una
+sentencia adversa favorable. Es este punto la virtud capacidad
+docente de los Padres de la Compaa. Sobre ello, por lo tanto, no
+daremos nuestra opinin, pero s diremos que la del pblico en general
+es muy favorable los Padres, y lo prueban la multitud de colegios que
+tienen, su prosperidad, y el empeo con que muchas personas, hasta
+opuestas al jesuitismo, liberales y librepensadoras, envan sus hijos
+ los colegios de los jesutas para que all se eduquen. Y no puede
+negarse que el buen xito de los jesutas en este ministerio de la
+enseanza de la juventud produce y puede producir los mejores efectos,
+aunque no sea ms que despertando la emulacin y excitando el celo de
+otros establecimientos pedaggicos, ya, por ejemplo de los Institutos
+oficiales y laicos, ya de otras Ordenes religiosas clericales
+congregaciones. Los Padres Augustinos, sin duda, se esmerarn ms en sus
+enseanzas para competir con los Padres de la Compaa y vencerlos, si
+pueden. Y es probable, que, contemplando la prosperidad y crdito de los
+jesutas como cuerpo docente, los cannigos del Sacro Monte se hayan
+animado y resuelto <a name="page_099" id="page_099"></a> ampliar los estudios de su colegio, convirtindole
+en Universidad catlica, donde ya se ensea la jurisprudencia y donde se
+aspira y se quiere ensear (como complemento y corona de las asignaturas
+de teologa), griego, hebreo y rabe y otras lenguas orientales, as
+como muchas ciencias profanas y muchas teoras y descubrimientos
+novsimos, fin de ponerlos en armona con la Religin revelada y de
+que valgan para su sostn y concurran su triunfo en vez de parecer,
+como parecen, un ariete en manos de los incrdulos.</p>
+
+<p>Concretndome ahora al examen del libro del autor annimo, y expresando
+aqu sobre l mi parecer franco y sincero; dir, para concluir, aunque
+me acusen como han sido acusados con frecuencia los jesutas de tener la
+manga muy ancha, que los pecados y vicios que saca la vergenza el
+autor annimo, si bien sera de desear que no los hubiese, no me mueven
+tanto condenar la Compaa, compuesta de seres humanos, entre los
+cuales no puede menos de haber bastantes pecadores, como la carencia del
+espritu elevado, amplio, civilizador y progresivo que la inspir en
+mejores das. Volver informarse de este espritu es, en mi sentir, lo
+que la Compaa necesita, y no las mejoras y modificaciones de sus
+institutos, que el autor annimo propone, manifestando deseo de que la
+Iglesia las adopte y establezca.</p>
+
+<p>No va por un lado el espritu del siglo y no va por el lado opuesto el
+espritu de la verdadera<a name="page_100" id="page_100"></a> Religin. Ambos caminan y deben caminar unidos
+ fin de que la mente y el corazn de los hombres se eleven superiores
+esferas. Cristo no ense cuanto hay que saber, sino que dej mucho, aun
+en las cosas ms esenciales, para que los hombres lo averiguasen y lo
+enseasen con el transcurso del tiempo. El adelanto, el desenvolvimiento
+de la metafsica y de toda doctrina social, poltica y hasta tica, no
+est reido con la revelacin, que no fu ni pudo ser de una vez, sino
+que, en cierto modo y altamente aceptada, es progresiva. Las mismas
+palabras del Redentor lo declaran: <i>Adhuc multa habeo vobis dicere, sed
+non potesti portare modo</i>. Lo que entonces no dijo Cristo, porque no
+hubieran acertado entenderle; lo que, aun despus de descender sobre
+los apstoles las lenguas de fuego, cuando estaban congregados en el
+Cenculo, no quiere no puede revelar San Pablo, constituye la ulterior
+revelacin, y presta, digmoslo as, una flexibilidad sublime nuestro
+dogma religioso, que le hace capaz de contener dentro de s, sin
+romperse ni quebrantarse, toda civilizacin futura, por grande y
+maravillosa que sea.</p>
+
+<p>Yo entiendo, pues, que la mejor reforma que pudieran adoptar los
+jesutas sera la de inspirarse en tan sublime y fundamental pensamiento
+que, sin salir fuera de las vas catlicas y sin cobardes
+condescendencias y transacciones con incrdulos infieles, hiciese
+posible la aspiracin de Jaime Freeman Clarke al terminar su obra sobre
+las <i>Diez grandes Religiones</i>, y al proclamar<a name="page_101" id="page_101"></a> la cristiana como la
+religin definitiva imperecedera del humano linaje: que no se amenge
+la libertad del espritu; que no se acepte con ceguedad lo que
+contradiga al sentido comn; que no se achique mutile la ciencia por
+miedo de que triunfe de la fe; que ningn placer inocente, que ninguna
+natural alegra de la vida y que nada de cuanto hay de hermoso en la
+literatura, en el arte, en la sociedad y en el hogar domstico, sea
+sacrificado; sino que todos los hombres vengan Jess y hallen en l el
+medio ms poderoso de elevarse hasta su Eterno Padre y la revelacin ms
+cumplida de perdn, paz, esperanza y vida eterna, indispensable para el
+desarrollo perfecto y completsimo de nuestro ser humano.</p>
+
+<p>En los jesutas hay en nuestro tiempo una limitacin y una estrechez de
+miras harto contrarias las susodichas aspiraciones. Se olvidan de que
+la letra mata y el espritu vivifica, y se olvidan de que el espritu de
+verdad har resplandecer toda verdad ante los ojos de los que le
+siguen.</p>
+
+<p><a name="page_102" id="page_102"></a></p>
+
+<p><a name="page_103" id="page_103"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 427px;">
+<a href="images/illpg_103a.png">
+<img src="images/illpg_103a_sml.png" width="427" height="102" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="SOBRE_DOS_TREMENDAS_ACUSACIONES" id="SOBRE_DOS_TREMENDAS_ACUSACIONES"></a>SOBRE DOS TREMENDAS ACUSACIONES<br /><br />
+CONTRA ESPAA, DEL ANGLO-AMERICANO DRAPER</h3>
+
+<div class="blockquot"><p class="nind"><i>Influencia del elemento indgena en la cultura de los moros del
+reino de Granada</i>, por D. Francisco Javier Simonet. <i>Shall Cuba be
+free?</i> (Artculo de Clarence King, en la revista de Nueva York <i>The
+Forum</i>.)</p></div>
+
+<p class="nind">El librito cuyo titulo va en el epgrafe contiene en pocas pginas
+bastantes datos y mucha doctrina; mas, no slo por esto, sino por las
+ideas que sugiere y por los comentarios de que puede ser objeto, ha
+llamado mi atencin y me ha movido llamar tambin sobre l, si puedo,
+la atencin del pblico.</p>
+
+<p>El Sr. Simonet, autor del librito, es un arabista de reconocido mrito,
+de grande ilustracin y catedrtico en Granada de la lengua del Yemen.
+Ha publicado ya varios libros en que muestra su mucho saber. Uno de
+ellos ha sido premiado por la Real Academia Espaola, y otro ha sido
+premiado por la Real Academia de la Historia.</p>
+
+<p>La obra de que nosotros vamos hablar es menos fundamental y profunda:
+es una obra de<a name="page_104" id="page_104"></a> divulgacin. Y si bien trata de sucesos, pasados ya hace
+siglos, tiene, en nuestro sentir, un inters de actualidad.</p>
+
+<p>En las naciones extranjeras abundan los escritores desapasionados y
+juiciosos, de quienes no podemos quejarnos; pero no escasean tampoco los
+escritores violentos, ciegos de furor, fanticos con el fanatismo que
+hoy se estila, y tan acrrimos enemigos de Espaa, que no hay crimen,
+maldad infamia que no atribuyan nuestra nacin, infiriendo de ah
+que la postracin y decadencia en que hoy estamos es un justo castigo de
+Dios, y, si no cree en Dios el que de esta suerte quiere requebrarnos,
+una ineludible consecuencia de las leyes fatales, impuestas no se sabe
+por quin, que dirigen y ordenan la marcha de la humanidad travs de
+los siglos.</p>
+
+<p>Con algunos autores tenemos cierta disculpa, ya que para ellos no hay
+responsabilidad ni libre albedro. Todo casi todo depende del medio
+ambiente. Y si nosotros somos crueles, codiciosos, traicioneros, y sobre
+todo temerosos de Dios, que, segn Buckle, es la peor de las cualidades,
+todo ello consiste en que en Espaa no hay lluvias regulares sino
+feroces tormentas y prolongadas sequas, y adems tal multitud de
+terremotos, que nos tienen siempre con el alma en un hilo y con el
+corazn en un puo y producen en nosotros la crueldad y la intolerancia
+religiosas.</p>
+
+<p>En prueba de que no exagero y de que no pueden ser ms atroces las
+injurias que nos dirigen algunos escritores, cuyas obras se traducen<a name="page_105" id="page_105"></a> al
+castellano, teniendo acaso nuestro pblico el mal gusto de estimarlas y
+la candidez de creer lo que dicen, citar al clebre catedrtico de la
+Universidad de Nueva York, Juan Guillermo Draper, el cual, en su
+<i>Historia del desenvolvimiento intelectual de Europa</i>, asegura que
+Espaa, en justo castigo de sus espantosos crmenes, est hoy convertida
+en un horrible esqueleto entre las naciones vivas, y aade Draper: si
+este justo castigo no hubiera cado sobre Espaa, los hombres hubieran
+ciertamente dicho: no hay retribucin: no hay Dios. Por donde se ve
+que es un bien y no un mal el que este pobre pas est muy perdido,
+porque mientras peor estemos, mayores y ms luminosas sern las pruebas
+de la existencia de Dios y de su justicia. Largo es, muy largo, el
+captulo de culpas que Draper nos echa cuestas; pero las dos culpas
+ms enormes, son las de haber destruido por completo, casi por
+completo, dos civilizaciones; la oriental y la occidental.</p>
+
+<p>La primera de estas dos acusaciones no es tan ridicula como la segunda,
+de que hablaremos despus, mas no por eso es menos falsa.</p>
+
+<p>Indudablemente, los rabes, antes del Islam, posean cierta extraa
+cultura, en algunos puntos patriarcal y propia de pueblos nmadas y
+pastores; en otros puntos, como por ejemplo en la poesa, hasta
+refinada. Cuando entusiasmados por las predicaciones de su profeta, se
+arrojaron conquistar el mundo, no se puede decir que fuesen brbaros.
+Tal vez por no serlo y por hallarse<a name="page_106" id="page_106"></a> muchos pases vejados, humillados y
+oprimidos por razas conquistadoras y por gobiernos despticos, les fue
+fcil conquistarlos. Tal vez fueron recibidos como libertadores en
+algunos pases, el pueblo al menos se someti con docilidad su yugo,
+no hallndole ms pesado que el que antes sufra. As se explica, por
+ejemplo, que cuatro cinco mil muslimes conquistasen el Egipto. As se
+explica que no muchos ms hiciesen la conquista de Espaa. En poco
+tiempo se extendi el imperio musulmn desde la India y las fronteras de
+la China hasta el Medioda de Francia, salvando los Pirineos. Los
+rabes, sin embargo, no eran muchos, y arrastraron en su expansin,
+valindose de ellas para triunfar, hordas brbaras semi-salvajes,
+como los habitantes del Norte de Africa, mauritanos, bereberes, como
+queramos llamarlos. En Espaa se llamaron y se llaman moros. Sin duda
+por cada rabe de los que vinieron la conquista de Espaa, bien se
+puede suponer que hubo un centenar de moros. Y esto en el principio,
+mientras Espaa estuvo sometida al califato de Oriente, y tambin, as
+durante la independencia de la Espaa musulmana del mencionado califato,
+como desde la fundacin del de Crdoba hasta su desmembracin y ruina
+despus de la muerte de Almanzor. La multitud de reyezuelos que
+surgieron de la ruina del califato, cuando no eran renegados espaoles,
+eran moros y no rabes. Y, por ltimo, en la poca de las dos primeras
+grandes invasiones africanas, la de los almoravides<a name="page_107" id="page_107"></a> y la de los
+almohades, que en Espaa prevalecieron y duraron, el elemento arbigo
+entr por muy poco. Los invasores y dominadores de Espaa fueron
+africanos brbaros, que no pudieron traer ni trajeron ningn principio
+civilizador nuestra Pennsula. Aqu fue donde se domesticaron y
+civilizaron algo, sometindose sin sentirlo los vencedores la superior
+inteligencia y saber de los vencidos y al influjo que de esto nace.</p>
+
+<p>Los rabes mismos no posean, al extenderse por el mundo y al apoderarse
+de Espaa, una civilizacin superior y propia. Tuvieron, s, el mrito
+de no destruir la civilizacin de los pases que ocuparon: de aceptar y
+de recibir en cada regin algo de lo que all se saba, ya conservndolo
+para que no se olvidase se perdiese, ya siendo como vehculo para
+llevarlo de una regin en otra. Esta buena cualidad, que no fue slo
+tolerancia, sino curiosidad simptica y aficin respetuosa al saber de
+los vencidos, vali de tal suerte que, durante algunos siglos, acaso
+hasta despus de las ltimas cruzadas, pudo creerse que el mundo
+musulmn era ms culto que el mundo catlico, y los espritus
+superficiales pudieron esperar temer que el islamismo en Asia, en el
+norte de Africa y en Espaa, arrebatase al cristianismo europeo la
+bandera del progreso y la antorcha de la cultura. Casi todo este brillo,
+sin embargo, y esta aparente superioridad en algunos momentos
+histricos, se debieron en todas partes, y ms que en ninguna en Espaa,
+ la civilizacin de los vencidos, veces respetada,<a name="page_108" id="page_108"></a> por lo cual
+merecen los vencedores elogio, veces viva y retoando y reverdeciendo
+siempre, sin que pudieran los vencedores arrancarla de cuajo, pesar de
+los esfuerzos que hicieron, y al fin sometindose ella.</p>
+
+<p>En suma, no es posible descubrir en toda la cultura hispano-muslmica
+cosa alguna de valer que haya surgido en Arabia en Africa, entre
+alarbes y moros, y que desde all haya venido Espaa. A mi ver, cuanta
+alabanza se quiera dar la cultura muslmica espaola, es alabanza que
+se da los espaoles mahometanos, y no moros ni rabes que viniesen
+de fuera trayndonos ciencias, artes industrias que aqu no existiesen
+ que aqu no tuviesen origen.</p>
+
+<p>Por lo dems, yo creo que en la prosperidad y en la grandeza de los
+estados reinos musulmanes que hubo en Espaa, entran por mucho la
+ponderacin y la jactancia de los historiadores. Entra tambin por algo
+la mana de no pocos crticos y pensadores modernos, de encarecer
+ensalzar demasiado cosas que, si bien son bellas buenas, no merecen
+tan ponderativos encarecimientos.</p>
+
+<p>Apenas hay gran pueblo, de los que ms han figurado en la historia, que
+no haya dejado ms hermoso y brillante rastro de s que los rabes en
+sus monumentos.</p>
+
+<p>Se supone, y no he de negar que es suposicin muy potica, que la
+cultura arbiga, no s si en Espaa slo tambin en otros pases,
+depende est ligada una estrella que los griegos<a name="page_109" id="page_109"></a> llamaron Canopo y
+los rabes Sohail. Esta estrella brill, siglos ha, muy alto sobre el
+horizonte de Espaa. En el da, causa de la precisin de los
+equinoccios, apenas se levanta poco ms de un grado sobre el horizonte
+de Cdiz. Cuando Sohail desaparezca de nuestro cielo, desaparecern
+tambin y sern ruinas y escombros los monumentos del arte arbigo que
+en Espaa quedan.</p>
+
+<p>Esperemos que este vaticinio astronmico no se cumpla, para lo cual
+importa que haya restauradores artistas como el Sr. Contreras, y que
+nuestros ministros de Fomento no escatimen los recursos, no ya para
+conservar lo que an existe, sino para restaurar lo que se halla
+lastimosamente medio destruido. As, por ejemplo, yo no me contento con
+que la Alhambra se conserve, sino que, si de m dependiese, hara
+restaurar las dos torres de las Infantas y de la Cautiva, cada una de
+las cuales es, , mejor dicho, ha sido, y puede volver ser, una
+primorosa filigrana: un palacio casa real de la Alhambra en miniatura.</p>
+
+<p>Acaso como arquitectos es como los rabes son, han sido, ms
+originales. Pero quin negar que su arquitectura tiene escasa majestad
+y solidez, y que se distingue y es digna de elogio, ms que por nada,
+por las menudencias y prolijidades del ornato?</p>
+
+<p>El edificio ms grandioso que de la poca muslmica queda en Espaa es
+la catedral de Crdoba; la antigua mezquita de Abderraman. Pero en aquel
+bosque de columnas que forman<a name="page_110" id="page_110"></a> las diecinueve naves calles, hay
+muchas columnas que sean arbicas? No ve, hasta el ms profano, que
+todas casi todas, son de templos cristianos gentlicos, de la poca
+romana de la poca visigtica, arruinados y despojados por los
+muslimes para edificar y hermosear su templo? Este templo, decir
+verdad, no me entusiasma tanto como otros, en cuyo entusiasmo me
+parece advertir no poco de extravagancia. Hasta figurndome la mezquita
+integra, en todo su esplendor, sin templo cristiano en su centro y tal
+como estaba en la poca de los Abderramanes, sin la pared que la limita
+ahora hacia el patio de los Naranjos, y dejndose ver desde l toda la
+longitud de las diecinueve calles, alumbradas por lmparas de plata y
+oro, y hasta figurndome adems en todo su esplendor y belleza los
+primorosos mosaicos, alicatados y dibujos de la capilla del Mihrab, yo
+hallo, y he de confesarlo aqu, aunque se pongan las manos en la cabeza
+los que me lean, que me parece ms hermoso, ms digno, ms artstico el
+templo cristiano que se levanta ahora en medio de la mezquita y que
+tantas y tantas personas lamentan el que all se haya levantado. Para mi
+gusto, no ya el templo en su totalidad, sino alguno de sus pormenores,
+como por ejemplo, la sillera del coro, vale ms que el Mihrab con todos
+sus arabescos y que cuantos primores, labrados con prolijidad brbara,
+contiene y contuvo la mezquita en su poca ms brillante.</p>
+
+<p>No discuto aqu si hubiera sido no mejor<a name="page_111" id="page_111"></a> edificar en cualquiera otra
+parte el templo cristiano y dejar la mezquita integra y tal como estaba.
+Falta de sentido arqueolgico y de buena critica de bellas artes puede
+afirmarse que hubo en esto; pero, en el siglo <span class="smcap">xvi</span>, hubiera habido en
+cualquiera otra nacin de Europa un amor ms fino la arqueologa, y un
+juicio ms claro sobre el valer artstico histrico de un monumento,
+que hubieran impedido, sobreponindose al sentimiento religioso, la
+construccin de un templo cristiano en el centro de la mezquita? Si por
+una parte, algo de la mezquita se destrua, cmo negar por otra que hay
+no poco de potico y de sublime en la idea realizada de levantar en
+medio del ms esplndido santuario del islamismo y del arte oriental
+otro magnfico santuario, segn el gusto europeo, ms adecuado al culto
+y glorificacin del Dios trino y uno?</p>
+
+<p>No negar yo la gracia y el encanto de algunas construcciones arbigas.</p>
+
+<p>Si los rabes produjeron algo original, fue en arquitectura, aunque tal
+vez tomasen mucho del arte bizantino y de la arquitectura de la India y
+de la Persia y de otras regiones que invadieron conquistaron.</p>
+
+<p>Aun as es de notar y de deplorar la vida efmera inconsistente de los
+monumentos arbigos. La estrella Sohail no se haba ocultado an bajo el
+horizonte de Espaa, y ya no haba en Crdoba ni huellas de los palacios
+de los califas; Medina-Azahara se haba desvanecido; los alczares y
+jardines de Almotamid en Sevilla, de Almotacn<a name="page_112" id="page_112"></a> en Almera, y de otros
+reyezuelos elegantes y sibarticos, se dira que se los haba tragado la
+tierra. De ellos no queda una columna en pie; ni huella, ni rastro.
+Todava en Grecia, en Sicilia y en Italia, estn erguidos y casi
+completos monumentos del arte helnico, anteriores de seis siete
+siglos la Era cristiana; en Egipto, en la India y en la Persia y en
+otras tierras del centro de Asia, subsisten pasmosas obras que dan
+testimonio del poder arquitectnico de pueblos que fueron grandes hace
+miles de aos, mientras que de los rabes, sobre todo en Espaa y de la
+mejor poca, apenas queda nada. El mismo alczar de Sevilla, ms que
+moro, es mudejar, y honra ms el buen gusto del caprichoso y popular
+tirano D. Pedro de Castilla, que la elegancia del rey poeta Almotamid,
+la magnificencia de su tremendo padre, que adornaba sus jardines y las
+puertas de su alczar con las cortadas cabezas de sus enemigos.</p>
+
+<p>Los encomiadores de los tiempos muslmicos en Espaa ponderan ms an, y
+no menos superficialmente, el gran florecimiento y prosperidad que la
+agricultura haba llegado entonces. Para las irrigaciones, sobre todo,
+no tienen ms que alabanzas. Hay quien imagina que Espaa en tiempo de
+los moros era toda ella una florida, amena y fructfera huerta, que los
+cristianos luego hemos marchitado y destruido. Nada ms falso que este
+aserto. Bastante digno de encomio hicieron los moros (, mejor dicho,
+los espaoles musulmanes, pues no hay razn para que fuesen<a name="page_113" id="page_113"></a> moros
+para que nosotros as los llamemos), fin de cultivar, regar bien y
+hacer productiva la tierra, especialmente en Valencia, Alicante, Murcia
+y Granada; pero cuando se estudia bien este asunto, se ve que los
+cristianos hicieron ms y mejor para el mismo fin despus de la
+conquista, as en grandiosas y tiles obras hidrulicas, como en leyes y
+reglamentos para organizar sabiamente el regado. D. Jaime I en Aragn y
+D. Alfonso el Sabio en Castilla, aunque no tuvieran ms que este mrito,
+gozaran de inmortal popularidad y seran gloriosos y benditos. Pero hay
+ms an: los ms colosales trabajos realizados para el riego, trabajos
+que pasman por su solidez y magnificencia, son de las pocas en que se
+supone Espaa sumergida en las tinieblas horrorosas de un brutal
+fanatismo; son del reinado de Felipe II, bajo cuya proteccin y por cuya
+excitacin se construyeron los admirables diques y pantanos de Alicante,
+de Elche y de Almansa, son del tiempo de Carlos III, bajo cuya
+proteccin y por cuya excitacin se hicieron los de Lorca.</p>
+
+<p>En artes y letras es mayor desatino sostener que los moros importaran
+nada en nuestro pas, ni influyesen, salvo un poco en la arquitectura,
+en el desenvolvimiento intelectual de los espaoles. De escultura y
+pintura no hay que hablar, pues, aunque, veces, faltando los
+preceptos de su religin, esculpiesen y pintasen algo, lo por ellos
+pintado y esculpido fu grosero y rudo. As lo atestiguan las esculturas
+y las pinturas<a name="page_114" id="page_114"></a> que en la Alhambra se conservan. Poesa dramtica no
+tuvieron nunca. Algo de poesa pica narrativa puede decirse qu
+tuvieron, si bien no tuvieron nada que, ni remotamente, pudiera
+compararse, no digamos ya al antiqusimo poema del Cid, pero ni las
+leyendas de santos de Gonzalo de Berceo. De aqu se infiere que nuestra
+gran literatura nacional trilinge, castellana, catalana y portuguesa,
+naci reto en estos idiomas vernculos, de su antigua raz y tronco
+cristianos y latinos: raz y tronco firmemente plantados en nuestro
+suelo. Y si algo de fuera, si algo extrao vino ayudar fomentar el
+reverdecimiento de esta literatura, vino de Francia y de Italia, y no de
+la morera. Por el contrario, yo creo que debe y puede sostenerse que la
+pompa oriental, las galas y primores, veces excesivos, y cierta
+redundancia que en nuestra poesa y en nuestra elocuencia se notan
+frecuentemente, y aun se censuran, son ya sobras defectos que de muy
+antiguo tuvieron los espaoles, y por los cuales fueron motejados en
+Roma Lucano, Sneca y otros prosistas, oradores y poetas de nuestra
+patria.</p>
+
+<p>En las poesas escritas en lengua arbiga por espaoles y en Espaa,
+aunque durante la dominacin muslmica, no hallo difcil percibir,
+travs de la forma clsica tomada de la antigua poesa del Yemen y de la
+imitacin de los verdaderos poetas rabes ms famosos y celebrados,
+algo, y no poco, en el sentir y en el pensar, nacido en corazones y
+espritus espaoles, y que<a name="page_115" id="page_115"></a> casi de seguro no hubiera nacido jams en el
+alma de un moro de Africa de un beduino de Arabia. Este orientalismo
+es tan espaol y tan poco oriental, que raz de la ltima reconquista
+se manifiesta esplendorosamente en prosa y en verso en nuestra
+literatura espaola y nace del concepto fantstico, transfigurado y
+hermoso, que la mente de los vencedores crea y forma de las costumbres,
+usos, pasiones y cultura del pueblo quien ha vencido. De aqu la
+novela caballeresca, la ficcin graciosa de Gins Prez de Hita. Y de
+aqu la multitud de preciosos romances moriscos y el tinte
+imaginariamente oriental que engalana tantas de nuestras obras poticas,
+desde los mismos romances moriscos que incluye en sus <i>Guerras Civiles</i>
+el mencionado Gins Prez de Hita, hasta los admirables romances de
+Gngora y de D. Nicols Moratn, hasta el arabismo cordobs del duque de
+Rivas en <i>El moro expsito</i>, y hasta los esplendores y ensueos
+orientales del valenciano Arolas y del instintivo y popularmente
+iluminado poeta Zorrilla en su leyenda de <i>Alhamar</i> y en otras
+composiciones y fragmentos. Casi todo esto contiene un arabismo
+orientalismo hechicero y de color de rosa, tan creado por nosotros, que
+bien se puede asegurar que no hay rabe ni moro que, aunque se le
+tradujera en su lengua, entendiese palabra de ello.</p>
+
+<p>Ni cmo haban de entender las quintas esencias y los refinamientos
+amorosos y msticos que gastan los poetas y algunos de sus hroes, y
+los<a name="page_116" id="page_116"></a> discreteos, delicadezas y finuras de sus galanes y de sus damas?</p>
+
+<p>No voy dilucidar aqu si algunas poesas compuestas en Espaa, aunque
+en lengua arbiga y por muslimes espaoles, pudieron ejercer influjo en
+la poesa castellana; si los cristianos conocan dichas poesas
+arbigas; si varios romances, como el de <i>la prdida de Valencia</i>,
+fueron traducidos imitados del rabe; si el arcipreste de Hita, ya en
+el fondo, ya en la forma, imit cantares moriscos; y si la elega de
+Abul-Beka de Ronda, en su primera parte, fu uno de los modelos que tuvo
+presente Jorge Manrique cuando compuso sus admirables coplas. Lo que
+sostengo es, que, en todo caso, fu cortsimo el influjo
+insignificante la imitacin. Schack, por ms esfuerzos que hace, tiene
+que convenir en que los cristianos espaoles conocieron poco la poesa
+arbigo-hispana y la imitaron menos, y tiene que convenir tambin en que
+esa poesa arbigo-hispana, ms menos conocida imitada, apenas tena
+ya de arbiga sino la lengua en que estaba escrita.</p>
+
+<p>Pasando ahora de las letras la ciencia, empezar por decir que no me
+incumbe estimar aqu y tasar en su valor la de los rabes; pero s
+procurar, aunque sea compendiosa y someramente, hacer tres importantes
+afirmaciones. Es la primera la de que Espaa, cuando la conquista
+muslmica, tena su ciencia propia, de la que dan testimonio clarsimo
+no pocos escritores y sabios, descollando entre todos San Isidoro de
+Sevilla,<a name="page_117" id="page_117"></a> y que esta ciencia, pesar de las persecuciones y tiranas de
+los conquistadores, continu luciendo entre los muzrabes pueblo
+cristiano vencido, y di altas muestras de s en el abad Sansn, en San
+Eulogio y en Alvaro de Crdoba. Es la segunda que los rabes y los moros
+no eran sabios cuando vinieron Espaa, ni trajeron sabios consigo, de
+suerte que los sabios y la sabidura que hubo ms tarde entre ellos, no
+deben tenerse por arbigas sino por espaolas. Tan espaol es Averroes
+como Sneca, como Luis Vives como Domingo de Soto. Y es la tercera
+que, lejos de destruir los cristianos espaoles la ciencia mucha poca
+de los espaoles muslimes, la protegieron, la fomentaron, se
+aprovecharon de ella y la difundieron por toda Europa. En este punto,
+ms que en ningn otro, la acusacin de Draper no puede menos de
+atribuirse mala fe, ligereza supina ignorancia.</p>
+
+<p>Otro pueblo, adems de los rabes y de los moros, hubo en Espaa durante
+toda la Edad Media, el cual, por su larga permanencia entre nosotros
+(tal vez, en parte, desde antes de la venida de los romanos), no poda
+ser mirado en Espaa como forastero, sino como indgena. Era este pueblo
+el israelita, que vali, import influy ms que los muslimes en la
+civilizacin del mundo, floreciendo y mostrando tal actividad en Espaa
+por su saber, que bien podemos jactarnos de ello como de una gloria.
+Maimnides, Ibn Gebirol, los Ben Ezrra, Jehuda-Lev de Toledo y otros
+muchos filsofos, doctores y poetas nos pertenecen,<a name="page_118" id="page_118"></a> como por ejemplo,
+Mendelshon Enrique Heine pertenecen Alemania.</p>
+
+<p>Llamemos ahora, para acomodarnos la manera vulgar de expresarse,
+ciencia arbigo-judaica toda esta ciencia que floreci en Espaa entre
+los espaoles que siguieron la ley de Moiss la ley de Mahoma. Qu
+fundamento hay para asegurar, como asegura Draper, que los cristianos
+espaoles la destruyeron?</p>
+
+<p>Los rabinos ilustres, los filsofos y los doctores musulmanes, arrojados
+de Andaluca por el fanatismo de los almohades, tuvieron franca acogida
+y lograron proteccin generosa en las cortes de los reyes de Aragn y
+Castilla. As, las clebres escuelas de Lucena y de Crdoba vinieron
+trasladarse Barcelona y Toledo. Ansiosos de difundir por el mundo
+esta ciencia arbigo-judaica, ya en la primera mitad del siglo <span class="smcap">xii</span>, el
+arzobispo toledano D. Raimundo y sus amigos y clientes hicieron
+traducir, tradujeron y dieron conocer Francia y otras naciones
+cristianas las obras y doctrinas de Al-kendi, Alfarabi, Avicena,
+Avicebrn y otros autores. Sin duda, Domingo Gundisalvo y Juan de
+Sevilla fueron los iniciadores y divulgadores primeros de la filosofa y
+del saber semticos en la Europa de la Edad Media.</p>
+
+<p>Ernesto Renn nos reconoce este mrito y nos concede por ello su nada
+sospechosa alabanza, diciendo: La introduccin de los textos rabes en
+los estudios occidentales divide la historia cientfica y filosfica de
+la Edad Media en<a name="page_119" id="page_119"></a> dos pocas enteramente distintas, y el honor de esta
+tentativa, que haba de tener tan decisivo influjo en la suerte de
+Europa, corresponde Raimundo, arzobispo de Toledo y gran canciller de
+Castilla.</p>
+
+<p>Claro est que muy fcilmente y con erudicin de segunda mano, tomada de
+varios autores espaoles, entre los cuales sobresalen Menndez y Pelayo
+y Amador de los Ros, pudiera yo extenderme aqu y convertir en libro
+este artculo para demostrar hasta la evidencia que todo el saber
+arbigo-judaico de Espaa fue propio de los espaoles, y que stos, no
+slo le crearon, sino que le divulgaron por toda Europa.</p>
+
+<p>El librito del Sr. Simonet, que da lugar las consideraciones que hemos
+expuesto, las confirma con gran copia de erudicin y con multitud de
+datos y de hechos, algunos de los cuales citar en este escrito,
+tomndolos al azar prefirindolos por ms curiosos. Mulades
+espaoles de puro origen, bien probado, ya por documentos histricos, ya
+por sus propios nombres de mal disimulada etimologa latina
+peninsular, fueron: Abdelmelic-ben-Hagib el Asolam, Ali Ibn-Hazm, el
+clebre Ibn Thofail, el insigne botnico malagueo Ihn-Albaithar, el
+distinguido gramtico Abdalah-Ben-Vivax, el poeta y naturalista Ab
+Otzman Ibn Loyon, los literatos y poetas Ibn Corral Ibn Xalvator
+Salvador, y hasta el egriego filsofo Ibn Badja Pace (desfigurado el
+ablativo latino) quien conocieron los filsofos escolsticos de la
+Edad Media con el nombre<a name="page_120" id="page_120"></a> de Avenpace. En conclusin (para terminar en
+este punto mi artculo, como termina el seor Simonet el libro de que
+trato), de los testimonios que hemos alegado se infiere que, ni al
+elemento arbigo, ni al berberisco, sino al indgena, se debe, en su
+mayor parte, el esplendor literario y artstico del califato cordobs y
+del antiguo reino nazarita. Y por si acaso nuestras razones parecieren
+poco fuertes, inspiradas tal vez por el sentimiento patrio,
+concluiremos apoyndolas en la autoridad de un crtico extranjero muy
+competente, del alemn Guillermo Lubke, que en su celebrado <i>Ensayo
+sobre la historia del arte</i> se expresa as: Si el arte rabe se
+desarroll en Espaa con ms perfeccin que en los otros pases
+<i>islamizados</i>, se debe sin duda las relaciones ntimas de moros y
+cristianos, en las cuales, stos comunicaron aqullos algo de lo
+noble, amable y caballeresco que resplandece en todos los ramos de su
+civilizacin, ciencias, arte y poesa.</p>
+
+<p>Saltemos ahora de la llamada civilizacin oriental la occidental, que,
+segn Draper, tambin hemos destruido. Esta civilizacin, que Draper
+afirma que era superior la civilizacin espaola del siglo <span class="smcap">xv</span>, es la
+americana precolombina.</p>
+
+<p>Imposible parece que se diga de buena fe tamao disparate. Qu diantre
+de civilizacin haba en Amrica antes de su descubrimiento! Por casi
+todas partes era completo el salvajismo. Menos en el Per, no creo que
+en regin alguna<a name="page_121" id="page_121"></a> hubiese animales domsticos. Haba en varias tribus
+conocimientos elementales de agricultura, pero en las dems se viva de
+la pesca y de la caza, los hombres se coman unos otros. Los
+sacrificios humanos exigan millares de vctimas. El perpetuo estado de
+guerra y los vicios nefandos destruan la poblacin impedan su
+aumento. En Mjico, que era el imperio ms civilizado, no haban
+descubierto an que con un lquido combustible y con una torcida se
+podan alumbrar de noche, y la pasaban oscuras por falta de candiles.
+Los jeroglficos en embrin de aztecas, yucatecos y otros pueblos del
+centro de Amrica (aun dando por supuesto que los ms significativos y
+mejor pintados no son posteriores la venida de la gente espaola y no
+son obra de indios industriados y medio civilizados ya por nosotros),
+ms de ser casi ininteligibles, dejan entrever una cultura harto
+inferior la de los antiguos imperios del centro de Asia ms de mil
+aos antes de Cristo. Si algo hubo de ms valor en la antigua
+civilizacin americana, haba decado y se haba corrompido degradado
+antes de llegar los espaoles. Poco nada tuvimos que destruir nosotros
+que no fuera perverso y abominable. En cambio llevamos Amrica nuestra
+propia cultura europea y cristiana, y llevamos el caf, la caa de
+azcar, el caballo, la vaca, el carnero, el trigo, las frutas exquisitas
+de Europa y de Asia, y otras mil cosas excelentes que por all no haba.</p>
+
+<p>Se nos acusa de haber procedido con crueldad<a name="page_122" id="page_122"></a> y codicia y de haber
+sometido duros trabajos y atormentado con atroces castigos la
+poblacin india, hasta el extremo de mermarla y aun de hacerla
+desaparecer en algunas regiones. No ser yo quien defienda todos los
+aventureros espaoles de entonces, admirables y gloriosos por su
+inteligencia y por sus bros, pero que distan mucho de valer para
+modelos de santidad, y que tal vez, como vulgarmente se dice, eran lo
+peor de cada casa. Si hubieran sido aventureros ingleses, franceses
+alemanes los que fines del siglo <span class="smcap">xv</span> hubieran ido Amrica, se
+hubieran conducido con ms humanidad que los espaoles? Fueron ms
+mansos y amorosos con los indios los alemanes quienes el emperador
+Carlos V concedi que se estableciesen y se extendiesen por las que hoy
+son repblicas de Venezuela y Colombia? Se condujo ms afable y
+dulcemente, no ya con los indios, sino con los mismos espaoles
+establecidos en Amrica, el enjambre de piratas, corsarios y
+filibusteros que en diferentes pocas fueron all contra nosotros?</p>
+
+<p>Los hombres de guerra y de aventuras en todos tiempos, y ms an en el
+siglo <span class="smcap">xvi</span>, no han pecado por lo cariosos y suaves; y en dicha poca
+haba dos corrientes de sentimientos y de ideas que endurecan ms sus
+entraas: el fanatismo religioso de la Edad Media persistente an, y el
+renacimiento pagano, que, al traernos las elegancias y los primores, las
+artes y las letras de la clsica antigedad, nos trajo tambin no poco
+de su corrupcin, de sus vicios, de sus<a name="page_123" id="page_123"></a> pasiones sensuales y de su sed
+de deleites y bienes de fortuna. Muchos de estos defectos no podan
+menos de tenerlos los aventureros audaces que envi Espaa Amrica;
+pero la misma Espaa no los tena. Pueden ser ms filantrpicas que lo
+que son las leyes de Indias? Se mostraron nunca nuestros legisladores
+crueles ni faltos de caridad para con los pueblos salvajes
+semi-salvajes quienes civilizamos y cristianizamos? Ha habido nunca
+pueblo de ms <i>catlico</i> corazn que el pueblo espaol? Y digo
+<i>catlico</i> en el ms lato sentido de la palabra, envolviendo en ella el
+significado que tienen hoy las palabras <i>cosmopolitismo</i> y
+<i>humanitarismo</i>. Fr. Bartolom de las Casas no fu el nico defensor de
+los indios; fu acaso el ms vehemente y atrabiliario; pero antes y
+despus de l hubo multitud de santos misioneros y de almas piadosas que
+defendieron y protegieron los indios, y desde luego los consideraron
+iguales ellos, y veces superiores, cuando por su nacimiento, por la
+autoridad de que gozaban por el respeto que les tenan los de su
+casta, eran superiores en su tierra. No sera tan grande la tirana y la
+opresin de Espaa cuando, no slo igual al pueblo indio con el pueblo
+espaol, sino que di cartas y ttulos de nobleza los indios que se
+distinguan eran ya nobles entre los suyos. Todava, por ejemplo, es
+grande de Espaa y duque, y goza de una pensin cuantiosa entre
+nosotros, el sucesor de Moctezuma.</p>
+
+<p>Y ltimamente, con motivo del centenario<a name="page_124" id="page_124"></a> del descubrimiento de Amrica,
+la ilustre duquesa de Alba, ha sacado del archivo de su casa y ha
+publicado un tomo voluminoso, donde se contienen multitud de ttulos de
+nobleza, escudos de armas y honrosos privilegios concedidos por los
+monarcas espaoles muchos seores indios raz de la conquista.</p>
+
+<p>En cuanto al pueblo, yo creo, y tengo por seguro, que se puede demostrar
+que en muchas de las tierras descubiertas y ocupadas por los espaoles
+en Amrica, los indios, en vez de perder, ganaron en ser conquistados.
+Aun durante la misma conquista, por mucha importancia que se d la
+superioridad de nuestra caballera, de las armas de fuego y de la
+pericia militar, no se comprende cmo unos pocos espaoles pudieron
+vencer y sujetar con crueldades grandes muchedumbres y poderosos
+imperios. Esto se comprende mejor, entendido como debe entenderse:
+asegurando que los espaoles triunfaron porque fueron all como
+libertadores, y ganaron en muchas partes la voluntad y el auxilio de los
+indios mal contentos, los cuales lograron sacudir as la tirana ms
+espantosa. Es probable que en Otumba hubiese del lado de Hernn Corts
+tantos indios como en el ejrcito contrario. Y no sin razn nos
+auxiliaron, porque salieron ganando en todo. Antes, como dice Gomara,
+pechaban el tercio de lo que cogan y si no pagaban eran reducidos la
+esclavitud sacrificados los dolos; servan como bestias de carga y
+no haba ao en que no muriesen sacrificados millares<a name="page_125" id="page_125"></a> por sus
+fanticos sacerdotes. Despus de la conquista, aade Gomara, son
+seores de lo que tienen con tanta libertad que les daa. Pagan tan
+pocos tributos que viven holgando. Venden bien y mucho las obras y las
+manos. Nadie los fuerza llevar cargas ni trabajar. Viven bajo la
+jurisdiccin de sus antiguos seores, y si stos faltan, los indios se
+eligen seor nuevo y el rey de Espaa confirma la eleccin. As que,
+nadie piense que les quitasen los seoros, las haciendas y la libertad,
+sino que Dios les hizo merced en ser de espaoles, que los
+cristianizaron, y que los tratan y que los tienen ni ms ni menos que
+digo. Dironles bestias de carga para que no se carguen, y de lana para
+que se vistan; y de carne para que coman, ca que les faltaba.
+Mostrronles el uso del hierro y del candil, con que mejoran la vida.
+Hanles dado moneda para que sepan lo que compran y venden, lo que deben
+y lo que tienen. Hanles enseado latn y ciencias, que vale ms que
+cuanta plata y oro les tomaron. Porque con letras son verdaderamente
+hombres, y de la plata no se aprovechan mucho ni todos. As que libraron
+bien en ser conquistados.</p>
+
+<p>Yo entiendo que la cndida y sencilla apologa que acabo de citar, basta
+para prueba de cun benfico fu para los indios el triunfo de Espaa
+sobre ellos. Dicha sencilla y cndida apologa vale ms que las
+declamaciones pomposas. Los hechos posteriores la confirman plenamente.
+Desde el Norte de Mjico hasta el extremo Sur de Chile y de la Repblica
+Argentina, sera fcil demostrar<a name="page_126" id="page_126"></a> que en el da de hoy hay ms indios
+que hubo nunca y son ms felices, mejores y ms civilizados que jams lo
+fueron; que bajo el dominio de Espaa los indios que se distinguan lo
+merecan podan ser cuanto se poda ser entonces en Espaa; generales,
+arzobispos, duques, marqueses, y presidentes de tribunales; y que ahora
+pueden ser, y son veces, presidentes de las Repblicas. En los Estados
+Unidos tal vez habrn sido ms humanos con los indios. Pero yo no he
+visto indios muy en auge en los Estados Unidos, ni que alguno de ellos
+figure entre los personajes importantes, que por su riqueza, por su
+posicin por su saber, influyen ni remotamente en el gobierno de la
+nacin. Tal vez los indios de los Estados Unidos estn acorralados como
+en Espaa solemos tener toros bravos en una dehesa jabales en un
+coto, mientras que los indios de las tierras que Espaa y Portugal
+ocuparon, ya presiden las Repblicas como jefes supremos, ya brillan
+como oradores en las asambleas legislativas, ya mandan ejrcitos, ya
+recorren como diplomticos las cortes de Europa, ya ganan fama y
+aplausos escribiendo en la lengua del pueblo que los conquist elegantes
+ inspiradas poesas interesantes libros en prosa, cuyo valer y mrito
+somos los primeros en reconocer nosotros los espaoles, no
+escatimndoles la alabanza, sino complacindonos en darla, acaso y
+veces ms all de lo justo.</p>
+
+<p>Las tremendas acusaciones de Draper contra Espaa estn puestas en su
+libro con mero intento<a name="page_127" id="page_127"></a> terico, fin de que en su ramplona filosofa
+de la historia figuremos nosotros como un pueblo precito, y fin de
+que, en el drama cuya accin es el desenvolvimiento de la inteligencia
+humana y el paso de la edad de la fe la edad de la razn, haga Espaa
+el papel ms odioso. Pero en el da se renuevan y se exacerban estas
+acusaciones, no ya para filosofar, mas menos burdamente, sino para
+sacar muy duras consecuencias prcticas contra nosotros. En los Estados
+Unidos escriben hoy muchos para denigrarnos como Draper escriba, siendo
+lo ms gracioso que todo lo que dicen contra nosotros es con el fin de
+ensalzar los cubanos y de afirmar que deben ser independientes y
+libres. Acaso el ms feroz de estos escritores anti-espaoles sea un
+cierto Sr. Clarence King, que ha publicado en la revista <i>The Forum</i> un
+articulo titulado <i>Ha de ser Cuba libre?</i> Un amigo mo anglo-americano
+me envi hace un mes dicho artculo, excitndome que le contestase y
+hasta brindndome con que insertara mi contestacin en una revista de
+su tierra.</p>
+
+<p>Las acusaciones del Sr. Clarence King, son menos razonables an que las
+de Draper; pero como llevan el propsito de excitar en los Estados
+Unidos el odio y el desprecio contra Espaa y de favorecer los
+rebeldes de Cuba, auxilindolos y declarndolos beligerantes, creo que
+algo conviene decir contestando al Sr. Clarence King, aunque la defensa
+que haga yo de Espaa sea ligera, desenfadada y de broma, ya que el
+articulo<a name="page_128" id="page_128"></a> del Sr. Clarence King no merece refutacin ms seria y
+detenida. Lo que diga yo sobre l ser como remate y complemento de la
+impugnacin que la salida de tono y los anatemas de Draper contra Espaa
+me han inspirado.</p>
+
+<p>Empezando ahora por contestar la acusacin que nos dirige el Sr.
+Clarence King de haber exterminado la poblacin india de Cuba, que llega
+ suponer se elevaba un milln de almas, dir que parece imposible que
+con seriedad se insine, ya que no se afirme, semejante disparate. Si
+nosotros, fundndose en l, se nos dice: Qu habis hecho de ese milln
+de almas? Can, que has hecho de tu hermano?, con la misma razn
+podemos suponer nosotros que, en la inmensa extensin de territorio
+ocupado hoy por la gran repblica, haba lo menos cuarenta millones de
+indios, y preguntar luego con voz fatdica: Canes! qu habis hecho
+de ellos?</p>
+
+<p>De todos modos, m no parecera razonable dirigirme los ingleses
+pidindoles cuenta de esos indios que han desaparecido. Se la pedira en
+todo caso los que se han apoderado de sus bienes despus de matarlos y
+viven hoy en el territorio que ellos tranquilamente posean. Porque es
+absurdo irracional, suponiendo que gente de casta espaola mat un
+milln de indios para apoderarse de Cuba, simpatizar con los herederos y
+con los que se aprovechan an de la matanza y del robo, y condenar por
+ese robo y por esa matanza los espaoles de por ac, que desde el
+descubrimiento y la conquista de Amrica<a name="page_129" id="page_129"></a> hasta hoy no han hecho ms que
+predicar y legislar en favor de los indios.</p>
+
+<p>Es cosa de risa citar Hatuei, que dijo que preferira ir al infierno
+ir al cielo con los espaoles, para aplaudir los descendientes de esos
+espaoles porque se rebelan contra otros espaoles, que no sacaron el
+menor provecho de la muerte de Hatuei ni le hicieron el menor agravio.
+Todo lo que dice el Sr. Clarence King acerca de esto vendra muy
+propsito si hubiese an en Cuba descendientes de Hatuei y de sus indios
+que apellidasen libertad y que pugnasen por arrojar de Cuba los
+espaoles intrusos, lo mismo Weyler, que Maceo que Mximo Gmez.</p>
+
+<p>Otra no menos chistosa acusacin del Sr. Clarence King contra nosotros
+se funda en la esclavitud de los negros; sosteniendo que, acostumbrados
+nosotros mandar esclavos, no sabemos mandar hombres libres. No parece,
+al leer esto, sino que en los Estados Unidos no hubo esclavitud nunca.
+Dice tambin el articulista que Espaa se vi <i>forzada</i> dar libertad
+sus negros Y quin le hizo tal fuerza? Espaa di la libertad de grado
+y con gusto. Y los propietarios de los negros no se opusieron con las
+armas esta libertad, si bien en Cuba era el darla ms difcil, ms
+perjudicial econmicamente y ms peligroso que en los Estados Unidos,
+aunque no fuese ms que porque en Cuba la poblacin negra era tan
+numerosa como la blanca. No fu, pues, en Espaa, fu en los Estados
+Unidos, al menos<a name="page_130" id="page_130"></a> en mucha parte de ellos, donde se vieron <i>forzados</i>
+ dar dicha libertad; donde tuvieron que tragarla regaadientes, y
+donde al que la di, al libertador glorioso, no falt quien en premio le
+matase de un tiro.</p>
+
+<p>Por lo dems, la compasin hacia los negros esclavos acaso se pudiese
+probar que ha sido ms tarda que en nuestra raza en la raza
+anglo-sajona, que bastante tiempo ha sido <i>negrera</i>, y donde an, en el
+presente siglo, se inventan teoras tan filantrpicas y consoladoras,
+como la de Malthus y la del <i>Struggle for life</i>.</p>
+
+<p>No en el da en que los espaoles estamos harto abatidos, sino en los
+momentos en los siglos en que preponderbamos en el mundo, se le
+ocurri ningn espaol, que tuviera squito y que valiera algo, el
+considerarse de una raza superior las dems razas humanas, y el
+despreciarlas y humillarlas. Ni cuando el Gran Capitn se enseore de
+Italia arrojando los franceses; ni despus de Lepanto, de San Quintn
+y de Pava; ni cuando en Trento prevalecieron nuestros telogos y
+reformando la iglesia oponan fuerte valladar al protestantismo y
+trataban de conservar la virtud que informaba y que una la civilizacin
+europea; ni cuando desde principios del siglo <span class="smcap">xv</span>, con tenacidad
+admirable y con fe constante, agrandbamos experimentalmente el concepto
+de las cosas creadas, circunnavegando el planeta, cruzando mares
+incgnitos y tenebrosos y descubriendo nuevos mundos y nuevos cielos,
+jams hemos menospreciado las otras naciones<a name="page_131" id="page_131"></a> ni las hemos tratado con
+insolente orgullo, ni las hemos insultado como en el da se nos insulta.</p>
+
+<p>A la verdad, ni ahora ni nunca habr un solo espaol que rebaje la
+gloria de Lincoln; todos ensalzaremos esa gloria, pero alguna, aunque
+sea menor, nos toca colectivamente, porque dimos de buena voluntad y no
+por fuerza libertad los esclavos negros de Cuba; y alguna gloria
+tambin, anterior y mi ver ms clara y con algo de divino, nos toca
+por haber sido de nuestra raza santos varonescomo Alonso de Sandoval y
+Pedro Claver, que hicieron por los negros, en un siglo en que an se
+ignoraba hasta el nombre de filantropa, movidos de caridad cristiana,
+obras maravillosas por amor de Dios y de los negros de Africa.</p>
+
+<p>Supone el Sr. Clarence King que en el carcter espaol (ya se entiende
+que en el de los espaoles peninsulares, pues en el de los cubanos,
+sobre todo si son rebeldes, ha de haber habido una transformacin
+dichosa), supone, digo, que en nuestro carcter persiste, en combinacin
+diablica, la crueldad pagana de Roma, reforzada y sublimada con feroz
+intensidad por la Inquisicin. De aqu resulta que el ms blando y
+humano de nosotros es un Calgula-Torquemada. Y que fin de evitar que
+sigamos haciendo atrocidades contra los pobrecitos inofensivos
+insurrectos, los Estados Unidos tienen el deber moral de reconocer la
+beligerancia de dichos seores que no talan, ni incendian, ni saquean,
+ni cometen atrocidad alguna.<a name="page_132" id="page_132"></a></p>
+
+<p>Lo de la Inquisicin es una cantaleta que nos estn dando los
+extranjeros desde hace mucho tiempo, y que nos tiene ya tan aburridos,
+que casi justifica que algunos espaoles se pongan fuera de s y en
+apariencia se vuelvan locos, aunque sean sujetos de mucha madurez y
+juicio. As es que, sin duda por chiste y para lucir la agudeza de su
+ingenio, alguien defienda la Inquisicin todava, como por ejemplo, lo
+hace con mucha gracia el catedrtico D. Juan Manuel Orti y Lara, el cual
+llega exclamar: Oh dichosas cadenas del Santo Oficio, que tan
+fuertemente sujetaban al monstruo de la hereja, que no le dejaban
+libertad alguna para impedir los ingenios espaoles el vuelo que
+tomaron desde las alturas de la fe por las regiones del saber y de la
+poesa!</p>
+
+<p>Claro est que el monstruo de la hereja, que hoy anda suelto en Espaa
+sin que la Inquisicin le encadene, no impide al Sr. Orti y Lara que
+vuele por donde se le antoje y hasta que haga la apologa de la
+Inquisicin. Pero yo no quiero ni puedo hacerla, y convendr con el
+seor Clarence King en que la Inquisicin era una infernal maquinaria
+muy propsito para atormentar y matar la gente. En lo que no
+convengo con el Sr. Clarence King, sacando una consecuencia opuesta la
+suya y muy favorable los espaoles, es en que nosotros, poseedores de
+la maquinaria susodicha, hayamos atormentado y asesinado jurdicamente
+ms personas que las atormentadas y asesinadas jurdicamente en no pocas
+naciones extranjeras, donde<a name="page_133" id="page_133"></a> tal vez y sin tal vez no hubo Inquisicin
+nunca. Jams la Inquisicin de Espaa se regal ajusticiando vctimas
+tan ilustres como Servet, Vanini y Bruno. Jams la Inquisicin de Espaa
+conden, sino que aplaudi, defendi y ensalz Coprnico, Galileo y
+ otros sabios, quienes en tierra donde no haba Inquisicin
+condenaban. Y en lo tocante la muchedumbre de gente menuda, quemada,
+ahorcada muerta por otros medios manos del fanatismo religioso, nada
+tienen que envidiarnos los pueblos ms cultos que en el da hay en
+Europa. Slo de brujos y brujas, si hemos de creer Michelet, en
+Trveris quemaron siete mil; pocos menos en Tolosa de Francia; en
+Ginebra quinientos en tres meses; en Wurtzburgo, ochocientos de una sola
+hornada, y mil quinientos en Bamberg. Convengamos en que jams hubo en
+Espaa tan esplndidas y colosales chamusquinas. Y es lo ms chistoso,
+si yo no recuerdo mal (porque no doy ahora para comprobarlo con una
+Historia de los Estados Unidos que contenga el periodo colonial), que en
+esos Estados se quemaron y se ajusticiaron tambin brujos y brujas con
+profusin pasmosa. Por donde yo me inclino sospechar que en toda la
+Amrica, dominada por Espaa durante los sigos <span class="smcap">xvi</span> y <span class="smcap">xvii</span>, no hizo la
+Inquisicin tantas vctimas, contando judos, mahometanos, y herejes
+relapsos y hechiceros de todo linaje, como las vctimas que por slo el
+delito de brujera fueron sacrificadas en los Estados Unidos cuando an
+eran colonias.<a name="page_134" id="page_134"></a></p>
+
+<p>Otra de las razones que tiene el Sr. Clarence King para desear que Cuba
+no sea espaola, es que Cuba es un paraso muy fecundo y que en otras
+manos ms trabajadoras y hbiles producira mucho ms. Este argumento,
+no obstante, no vale nada en favor de los cubanos. Es probable, es casi
+seguro que si los dejsemos en libertad, Cuba no prosperara ms de lo
+que hoy prospera. Si prevaleciesen los negros, Cuba sera como Hait, y
+si prevaleciesen los blancos y mulatos, Cuba sera como es Santo
+Domingo. Los cubanos, que de buena fe y de corazn estn con los
+rebeldes, si quieren entrever y columbrar el porvenir que siga su
+triunfo, bien pueden mirarse en el citado espejo. Harto lo comprender
+el seor Clarence King, coincidiendo con mi parecer; pero por cierta
+pdica delicadeza no deja ver el fondo de su pensamiento. El fondo de su
+pensamiento es que Cuba llegue ser una estrella ms en la bandera de
+su patria. Adis entonces idioma, casta, sangre y linaje espaoles en la
+Isla. En ella, al cabo de veinte treinta aos de menos, no se
+hablara ms que ingls. Todo hombre de origen espaol desaparecera de
+la Isla ms pronto que desaparecieron los indios cuando se apoderaron de
+la Isla los espaoles.</p>
+
+<p>Pero qu mal, qu dao, qu terribles ofensas hemos hecho los espaoles
+de la Pennsula los espaoles de Cuba, para que ser unos con
+nosotros prefieran algo modo de suicidio colectivo?</p>
+
+<p>Nada prueba menos que el exceso de prueba. Figurmonos que el Sr.
+Clarence King tiene razn;<a name="page_135" id="page_135"></a> que los espaoles no sabemos gobernarnos;
+que nuestra administracin es absurda y corrompida. Con esto no probar
+sino una cosa: que si los cubanos toman muy pecho su desgobierno, no
+deben separarse de Espaa, sino separarse de ellos mismos y ser otros de
+los que son, y convertirse, por ejemplo, en <i>yankees</i>. En una nacin
+tan democrtica como es y ha sido siempre la nuestra, qu diferencia
+puede haber ni hubo nunca entre un espaol de Cuba un espaol, v. gr.,
+de Mlaga, de Loja de Logroo? Los que alternan, en Espaa, en el
+poder, con turno ms menos pacifico, los Narvez, los Cnovas y los
+Sagastas, no pudieron ser cubanos? Qu inferioridad hemos supuesto
+nunca, ni por ley ni por costumbre, que exista entre un espaol de por
+ac y un espaol de por all? La igualdad ms perfecta entre todos los
+espaoles de la Pennsula y de Ultramar ha sido proclamada siempre en
+leyes, pragmticas, ordenanzas y decretos. Felipe II la proclam
+solemnemente con palabras citadas por el mismo Sr. Clarence King. Si
+esta unidad legal existi bajo un poder absoluto, lo mismo era para los
+peninsulares que para los cubanos, y estos ltimos no podan pretender
+entonces ser ms libres que nosotros. Pero no bien hubo en Espaa una
+Constitucin liberal, en 1812, la Asamblea que form esta Constitucin
+declar, adoptando la elevada idea de Felipe II, que la nacin espaola
+es el conjunto de todos los espaoles de ambos hemisferios. Las
+libertades de que desde entonces debieron gozar los peninsulares<a name="page_136" id="page_136"></a> las
+debieron gozar tambin los cubanos. No fu culpa nuestra que Fernando
+VII, el Deseado, diese al traste con todas esas libertades, no bien
+volvi Espaa en 1814. Renacieron dichas libertades en 1820, en
+virtud, por desgracia, de un motn militar, que puede considerarse como
+el pronunciamiento inicial en la larga serie de pronunciamientos que
+despus ha habido. Y menos culpa nuestra es an que, en 1823, as los
+peninsulares como los cubanos, perdisemos de nuevo las mencionadas
+libertades, por obra de los cien mil hijos de San Luis, sostenidos
+moralmente por la Santa Alianza, sea por Rusia, Prusia y Austria, con
+el beneplcito sin duda de la libre Inglaterra.</p>
+
+<p>De cuantas crueldades y tiranas y de cuantas muestras de grosero,
+torcido y falso celo religioso hizo y di entonces un partido fantico
+por el afn de extinguir en Espaa la civilizacin moderna y de
+retroceder una edad de ignorancia y barbarie, que jams existi y fu
+completamente soada, ms culpa que dicho partido fantico y servil
+tuvieron la Santa Alianza, los franceses que ejecutaron sus rdenes y
+casi toda Europa, abrumando con su peso al pueblo espaol y desatando
+las manos de Fernando VII para que, en premio de haber peleado por su
+trono, cargase este pueblo de cadenas. Pero aun as, justo es confesar
+que los cubanos fueron los que menos padecieron, si es que algo
+padecieron, de este ltimo absolutismo de los diez aos.</p>
+
+<p>Una prueba ms de que no son los espaoles<a name="page_137" id="page_137"></a> peninsulares tan culpables
+de este absolutismo de los diez aos, sino de que nos le impusieron las
+ms poderosas naciones de Europa, es que desde que en 1834 hubo en
+Espaa un gobierno liberal, los gobiernos de esas naciones se negaron
+reconocerle, le volvieron la espalda y favorecieron al pretendiente, rey
+de los fanticos y serviles. El nuevo orden de cosas no fue reconocido
+en Espaa, por Prusia y Austria hasta despus de la revolucin de 1848,
+y por Rusia hasta 1857.</p>
+
+<p>Y como yo no quiero condenar nadie en ms de lo justo, y menos
+naciones tan ilustres como Rusia, Prusia y Austria, ni quiero tampoco
+injuriar al partido absolutista espaol, dir que alguna explicacin y
+hasta disculpa tuvieron el odio y el terror de ellos las modernas
+libertades, ya que tanto glorificaban, como el Sr. Clarence King, la
+primera Revolucin francesa. Por pasmosos que hubiesen sido sus triunfos
+guerreros, no bastaban atenuar las atrocidades de Dantn, Marat y
+Robespierre, y los espantos del <i>Terror</i> y de la guillotina; y fue lo
+peor que todo ello tuviese por resultado un gran genio militar sin duda,
+pero la vez un dspota, que humill y ensangrent la Europa entera,
+sin que el ms hbil y sutil profesor de filosofa de la historia pueda
+descubrir, fuera de la ambicin personal, del prurito de elevar la
+familia y los amigos, y del afn del predominio de un pueblo sobre los
+otros, propsitos y fines altos y providenciales, parecidos los que
+ms menos conscientemente tuvieron Alejandro y Csar.<a name="page_138" id="page_138"></a></p>
+
+<p>Ser pensamiento mo, que tal vez escandalice muchas personas, pero
+que ahora se me ocurre y no puedo menos de expresarle: la primera
+Revolucin francesa, en vez de acelerar el advenimiento de la libertad
+verdadera y los progresos del linaje humano, vino atajarlos,
+ponindoles, como obstculo que tienen que saltar en su curso, el miedo
+y la repugnancia que los desrdenes y crmenes de la Revolucin
+inspiraron.</p>
+
+<p>Como quiera que ello sea, pues sera muy largo discutirlo aqu, vuelvo
+la cuestin de Cuba. Hoy que tenemos libertad, los cubanos la tienen
+tambin como nosotros. Sus senadores y sus diputados toman asiento en
+nuestras Cortes. All defienden sus intereses, all piden reformas, all
+concurren legislar con los dems representantes del pueblo, y aun son
+ms considerados y atendidos. Nunca, pues, la rebelin ha sido menos
+justificada que en el da por motivos polticos.</p>
+
+<p>Lo ser acaso por motivos econmicos? Menos an. Los cubanos no pagan
+tanta contribucin como nosotros. Apenas pagan contribucin territorial.
+Pagan en las aduanas. Y si algn empleado de los que van de la
+Pennsula, se enriquece por all, bien puede afirmarse que no es costa
+sino con beneficio de ellos, favoreciendo el contrabando.</p>
+
+<p>En lo tocante la solicitud con que el gobierno de la metrpoli procura
+el fomento de la produccin agrcola, de la industria y del comercio de
+Cuba, se llega un extremo casi increble. En prueba de ello, baste
+citar el Tratado que los seores<a name="page_139" id="page_139"></a> Foster y Albacete negociaron en
+Madrid, siendo Presidente de la Repblica el Sr. Arthur, y que el Sr.
+Cleveland, no bien entr en la Casa Blanca, retir sin consentir que se
+ratificase. Si el Tratado hubiese sido ratificado, los azcares de Cuba
+hubieran ido la gran Repblica libres casi libres de derechos, y de
+la misma manera hubieran sido recibidas en Cuba las harinas, las carnes
+y muchos productos de la industria anglo-americana. Intil es ponderar
+la prosperidad y el auge que esto hubiera trado la perla de las
+Antillas. Para lograr este fin, hubiramos sacrificado nosotros con buen
+nimo la agricultura de Castilla, cuyas harinas no hubieran podido
+resistir la competencia, el comercio de Santander, bastante de la
+industria catalana y no cortos intereses de nuestra marina mercante.</p>
+
+<p>Alguna queja tengan acaso los cubanos de que, fin de proteger la
+industria azucarera peninsular, se grave con demasiado derecho de
+introduccin la azcar de Cuba; pero el fundamento de esta queja es
+aparente cuando se considera el corto consumo que Espaa puede hacer y
+hace de azcar, en comparacin de lo que totalmente produce la Isla, que
+por otra parte cuenta con ms ricos, favorables y cercanos mercados.</p>
+
+<p>Dice el Sr. Clarence King, que por codicia, por la riqueza que de la
+Isla sacamos, y por lo que esperamos sacar, nos resistimos que sea
+independiente y libre. A mi ver, nada hay ms falso; y creo que de los
+dieciocho millones que hay de espaoles, slo no pensarn como yo mil<a name="page_140" id="page_140"></a>
+dos mil lo ms. Todos sabemos que en los cuatrocientos aos que hace
+ya que poseemos Cuba, slo durante quince veinte ha habido sobrantes
+en las Cajas de Ultramar. En los otros trescientos ochenta y tantos
+aos, Cuba no nos ha valido sino gastos, sacrificios y desazones. Pues
+entonces&mdash;dir el Sr. Clarence King&mdash;por qu Espaa no abandona Cuba?
+La pregunta equivale la que pudiera hacerse una buena madre, cuya
+hija mimada no le trajese ms que gastos, si se le aconsejara que la
+dejase en plena libertad para que ella se ingeniase y buscase quien con
+ms lujo la mantuviera. Conservar Cuba no es para nosotros cosa de
+provecho, sino punto de honra de que Espaa no puede prescindir.</p>
+
+<p>La nacin que ha descubierto, colonizado, cristianizado y civilizado
+Amrica, tiene ms derecho que ninguna ser y llamarse americana, aun
+dentro de las doctrinas de Monroe, y tiene el deber sagrado ineludible
+de sostener este derecho con razones y con armas, hasta donde sus
+fuerzas alcancen y mientras su sangre, su dinero y su crdito no se
+agoten.</p>
+
+<p>No se comprenden los argumentos que se puedan alegar en los Estados
+Unidos para proclamar la beligerancia de los insurrectos cubanos y para
+excitar acaso otras potencias que tambin la declaren. No hubiera
+habido menos motivo para pedir declarar hace aos la beligerancia del
+Tempranillo, del Chato de Benamej de los Botijas. No se conducen
+mejor Mximo Gmez<a name="page_141" id="page_141"></a> y su cuadrilla ni atinan con ms habilidad
+escabullirse de sus perseguidores. Las diferencias que hay son
+favorables aquellos antiguos bandidos de la Pennsula, porque no eran
+incendiarios, y porque, cuando se acogan indulto, cumplan como
+caballeros y no volvan las andadas, engaando y burlando los que
+los haban indultado.</p>
+
+<p>En la pasada guerra civil cubana, el conde de Valmaseda, ofendido de
+estas villanas con que era burlada y pagada la generosidad espaola,
+di un bando, no he de negar que harto violento; pero esto no basta para
+justificar la nota dirigida por el Sr. Fish, secretario de Estado, al
+ministro de Espaa en la gran repblica.</p>
+
+<p>Esta nota es una dura reprimenda hecha en nombre de la civilizacin
+cristiana y de la humanidad, por alguien que debi de creerse, sin el
+menor inters, representante y Encargado de Negocios de dicha
+civilizacin y aun del linaje humano, y con autoridad para dirigirse
+nosotros como un subordinado suyo. Fueran las que fueran las faltas
+cometidas por el conde de Valmaseda, el Sr. Fish cometi al dirigir la
+nota un atentado contra la soberana, la autonoma y el decoro de
+Espaa, cuyo ministro, si su gobierno no hubiera sido tan dbil y le
+hubiera prestado apoyo, lo menos que hubiera debido hacer es devolver la
+nota sin contestacin, dndola por no recibida, como alguna otra nota,
+menos insolente y soberbia, se devolvi en Madrid un ministro
+anglo-americano.<a name="page_142" id="page_142"></a></p>
+
+<p>Ahora, por fortuna, si de algo han pecado el noble general Martnez
+Campos y los dems jefes y autoridades de Espaa en Cuba, ha sido de
+lenidad, de espritu de conciliacin y de generosa confianza. Repito,
+pues, que no se comprenden los argumentos que pueden alegarse en los
+Estados Unidos para declarar la beligerancia de los insurrectos cubanos
+y para excitar otras potencias que la declaren.</p>
+
+<p>Ni el gobierno espaol ni sus agentes han cometido ni cometern en Cuba
+crueldad alguna. Aunque los foragidos que estn asolando el llamado, por
+el Sr. Clarence King, fecundo paraso, no merecen que las potencias
+cultas de Europa los amparen los protejan, no contra nuestra saa,
+sino contra nuestra justicia, yo espero que sta se temple y mitigue con
+la mayor misericordia; mas no por eso acierto explicarme que los
+cabecillas rebeldes, los principales al menos y los que no tienen
+siquiera la excusa de ser cubanos y de estar cegados por un mal
+entendido amor la patria, se les perdone si llegan caer en poder de
+nuestros soldados. Justo y necesario ser algn saludable escarmiento.</p>
+
+<p>Difcil es, cuando no imposible, descubrir el motivo de queja que, en
+nacin tan grande y generosa como los Estados Unidos, pueda haber contra
+Espaa, bastante mover mucha parte de su ilustrada prensa peridica,
+al Sr. Clarence King y una respetable comisin de senadores, que
+pidan, valindose de mil injurias contra Espaa, que el gobierno de la
+gran repblica declare<a name="page_143" id="page_143"></a> beligerantes los insurrectos, procure que
+otras potencias tambin los declaren, y garantice as la impunidad de
+todos ellos para el da en que depongan las armas, cansados de andar
+salto de mata y de perpetrar toda clase de delitos. Por el contrario,
+Espaa es quien puede quejarse por no pocos motivos: porque la acogida y
+el favor que reciben en aquel pas los ingratos y rebeldes hijos de
+Espaa excede sobremanera la ms franca hospitalidad, y porque bien
+puede recelarse que excitado por ellos el gobierno anglo-americano ha
+mostrado con frecuencia cierto prurito de vejarnos y lastimarnos.</p>
+
+<p>Hay una, en mi sentir, detestable costumbre, fundada en torcidos
+principios de Derecho internacional, que prevalece en todas las naciones
+cultas, y no lo negamos, tambin en Espaa. Hablo de la exagerada
+obligacin en que se creen los gobiernos de proteger sus sbditos en
+pas extrao y de pedir, hasta con amenazas, que reciban indemnizacin
+de perjuicios que se les causen prdidas que tengan.</p>
+
+<p>Los gobiernos, movidos por la opinin pblica, extraviada violenta,
+reclaman, tal vez sin mucha gana y por cumplir, pero reclaman, y suelen
+nacer de las reclamaciones, tirantez, enfriamiento de amistad y hasta
+conflictos. Y es lo ms deplorable, que cuando la potencia que reclama
+es fuerte, humilla la dbil, en ocasiones la atrepella y casi siempre
+le saca el dinero. Y en cambio, cuando es ms dbil la potencia
+reclamante, en vez de salir airosa, es desdeada<a name="page_144" id="page_144"></a> en su reclamacin, y
+su sbdito ofendido se queda burlado en vez de lograr ser indemnizado.</p>
+
+<p>Cuando por cualquiera circunstancia se equilibran las fuerzas de las
+potencias reclamante y reclamada, suelen originarse hasta guerras,
+aunque para declararlas se busque se invente otro fundamento. As, por
+ejemplo, si bien se rastrea y aun se escarba hasta llegar la raz de
+algunas expediciones belicosas, se ver que nacen de reclamaciones poco
+atendidas de particulares. Probablemente, si Francia y Espaa no
+hubieran reclamado algo en balde para sbditos suyos, tal vez nunca
+hubieran tenido la ocurrencia de favorecer en Mjico un partido
+monrquico y un tanto aristocrtico y de ir all levantar el trono,
+que pag ms tarde muy caro un prncipe egregio y bondadoso. Tampoco sin
+reclamaciones hubiera habido guerra del Pacifico, ni bombardeo de
+Valparaso y del Callao.</p>
+
+<p>Cuando la nacin de quien se reclama es dbil, sin duda que no hay
+guerra, pero suele haber violencia y atropello. As, pocos aos ha (y
+prescindo de todo disimulo diplomtico) Italia contra Colombia.</p>
+
+<p>Vase, pues, con cunta imparcialidad reconozco que apenas hay potencia,
+incluso Espaa, que no adolezca de esta mana de reclamar exageradamente
+en favor de sus sbditos, establecidos de paso, en pas extranjero,
+aunque cristiano y civilizado como aquel de que son naturales. A mi ver,
+sera bueno y provechoso decidir en el primer gran Congreso diplomtico
+que haya,<a name="page_145" id="page_145"></a> que esa proteccin del sbdito en pas extranjero no la
+ejerza ninguna potencia cristiana y culta, sino cuando dicho sbdito
+vaya vivir un pas brbaro resida en l, y que, si reside en un
+pas culto y cristiano, como el pas de que procede, se someta las
+leyes, usos y costumbres del pas de su nueva residencia, sufra las
+molestias y se exponga los peligros que all sufren que all se
+exponen los dems, y reclame contra cualquier agravio dao, no por la
+va diplomtica, sino por los medios y recursos que le preste la
+legislacin del pas adonde voluntariamente ha ido.</p>
+
+<p>As se evitaran muchos males. As se evitara que, en ocasiones, en vez
+de ser una ventura que venga un extranjero, con capital con
+inteligencia con ambas cosas, un pas pobre y dbil, sea una
+calamidad un ominoso preludio de vejmenes y sobresaltos, y as se
+evitara que el extranjero que pasa de un pas dbil un pas fuerte
+sea desatendido y acuda en balde, en cualquier reclamacin, su
+legacin, su cnsul directamente su gobierno.</p>
+
+<p>Hasta hoy no se ha pensado en esta reforma del Derecho internacional,
+que ligeramente dejo indicada. No clamo, pues, contra la costumbre
+protectora. No protesto del uso, sino del abuso. Y lo que ms lamento es
+que en los Estados Unidos se haya sutilizado y alambicado tanto el uso
+el abuso, que no reclaman slo en favor de legtimos, castizos y nativos
+anglo-americanos, sino en favor de cualquier cubano rebelde que<a name="page_146" id="page_146"></a> se va
+la gran repblica huyendo de la autoridad espaola por delitos polticos
+que su nueva patria adoptiva no considera como tales. Han procedido de
+aqu muchas reclamaciones, que hemos satisfecho con longanimidad
+lastimosa, por donde los rebeldes, al ver la proteccin triunfante que
+se les otorga y la condescendencia con que Espaa la acepta y paga,
+desdean Espaa y reciben alicientes y estmulos para rebelarse contra
+ella.</p>
+
+<p>A despecho de tanta dificultad, entre las cuales, como se ve, cuentan
+por algo las que los Estados Unidos nos suscitan, todava espera la
+mayora de los espaoles, y yo con ella, que Cuba, por ahora, <i>no ha de
+ser libre</i>, como el Sr. Clarence King ansa y propone. Esperemos que
+Cuba siga siendo libre, pero espaola, como la metrpoli desea, pero
+tenga por seguro el Sr. Clarence King que, si por desgracia y lo que
+Dios no permita, se agotasen nuestros recursos y tuvisemos que
+abandonar la gran Antilla, no hay espaol peninsular que suee por
+espritu vengativo con que aquello se vuelva <i>yankee</i> <i>merienda de
+negros</i>. Por cima del patriotismo y ms all del patriotismo, vive y
+alienta en nosotros el amor de casta de raza. Ojal, primero, que Cuba
+siga siendo espaola; pero si Cuba deja de serlo, ojal que sea pronto,
+para gloria y satisfaccin de la antigua madre patria, una gran
+repblica cultsima y floreciente. Entonces, Mximo Gmez, por ejemplo,
+ quien ahora fusilaramos ahorcaramos sin escrpulo y para cumplir<a name="page_147" id="page_147"></a>
+con una penosa obligacin, brillara con aplauso nuestro, la altura de
+los egregios libertadores; podra ponerse al nivel de Simn Bolvar y de
+Jorge Washington y tener estatuas y monumentos como los que ellos
+tienen. Lo malo es que bien se puede apostar uno contra mil que ese
+estado de florecimiento y de grandeza no llegar para Cuba, ni en muchos
+siglos, si prematuramente y con marcada y notoria ingratitud, lograra
+separarse ahora de la metrpoli. Queden, pues, tranquilos los
+anglo-americanos y los hispano-americanos, y no recelen, que ni Jorge
+Washington ni Simn Bolvar le suscite el cielo el destino un rival
+de gloria.</p>
+
+<p><a name="page_148" id="page_148"></a></p>
+
+<p><a name="page_149" id="page_149"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 428px;">
+<a href="images/illpg_149a.png">
+<img src="images/illpg_149a_sml.png" width="428" height="97" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="LOS_ESTADOS_UNIDOS_CONTRA_ESPANA" id="LOS_ESTADOS_UNIDOS_CONTRA_ESPANA"></a>LOS ESTADOS UNIDOS CONTRA ESPAA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">DESDE que empez la funesta guerra de Cuba hasta el da de hoy, en medio
+de los enormes disgustos y cuidados que nos afligen, algo hay que
+celebrar, sirvindonos de consuelo y dndonos esperanza de un xito
+dichoso.</p>
+
+<p>Celebremos pues, en primer lugar, el acendrado y generoso patriotismo
+del pueblo espaol que, por una causa que no puede traernos provecho,
+pero en la que est interesada la honra nacional, sufre con resignacin
+y hasta con gusto los grandes sacrificios de sangre y de dinero que se
+le han impuesto y que se le impondrn en lo futuro. Y celebremos adems,
+prescindiendo de todo inters de partido, la enrgica y atinada
+actividad con que el general Azcrraga, ministro de la Guerra, ha
+logrado enviar la grande Antilla, con extraordinaria rapidez, los
+hombres y los recursos que all se requieren, para que la rebelin pueda
+ser sofocada.<a name="page_150" id="page_150"></a></p>
+
+<p>Poco propicia ha sido hasta ahora la fortuna nuestros generales,
+cuando consideramos la magnitud de los medios que la nacin y su
+Gobierno les suministran; pero Espaa no debe ni puede censurarlos,
+antes conviene que los elogie y aun los bendiga porque no desesperan de
+la salud de la patria.</p>
+
+<p>De un general pueden exigirse valor, serenidad, autoridad y pericia en
+las cosas militares. Lo que no puede exigirse, no siendo lcito culpar
+nadie de que le falte, es aquella inspiracin maravillosa que el genio
+de la guerra infunde veces en el alma de los grandes capitanes y por
+cuya virtud obtienen triunfos que todas las ciencias blicas y las
+estrategias ms profundas jams explican. En Gonzalo de Crdoba y en
+Hernn Corts, por ejemplo, hay un no s qu de sobrenatural que nos
+pasma y con lo que sera delirio contar para todas las ocasiones.</p>
+
+<p>En la ocasin presente y desistiendo de exigir como obligacin como
+deber las inspiraciones los milagros del genio, nuestros generales,
+antes Martnez Campos y ahora Weyler, merecen aprobacin y aun aplauso.
+Los justifica, sobre todo, la destreza del enemigo para rehuir el
+combate, escapar la persecucin y escabullirse y esconderse. En la
+gran extensin de la isla, en sus bosques y cinagas, en lo quebrado y
+spero del terreno veces y en lo insalubre y mortfero de aquel clima
+para los europeos, encuentran apoyo los insurrectos, y nuestros soldados
+obstculos harto difciles de superar. Si recordamos<a name="page_151" id="page_151"></a> que en la primera
+mitad de este siglo hubo en Andaluca foragidos como el Tempranillo, el
+Chato de Benamej, el Cojo de Encinas Reales, Navarro y Caparrota, y que
+teniendo cada cual una cuadrilla de diez doce hombres lo ms, en
+campo raso, donde, si veces el terreno es quebrado, no hay selvas
+tupidas ni lugares pantanosos, todava burlaron las persecuciones y se
+sustrajeron durante largos aos las batidas que di el poder pblico
+para cazarlos, no debemos extraar que, pesar de nuestro valeroso y
+valiente ejrcito, recorran la isla Antonio Maceo, Mximo Gmez y otros
+malhechores, con disfraz de patriotas, y que talen, incendien y saqueen
+sin que se haya logrado an capturarlos imponerles el castigo que
+merecen.</p>
+
+<p>La disculpa del poco xito alcanzado hasta ahora no puede tener
+fundamento ms slido ni ms claro.</p>
+
+<p>En cambio son dignos de omnmodas alabanzas, singularmente en el general
+Martnez Campos, el noble patriotismo y la suprema abnegacin con que
+fu Cuba, exponindose en una lucha sin gloria la mengua la
+prdida de su crdito, que ya no poda ser mayor. Y no menos alabanza
+piden la lenidad, la dulzura y el espritu de conciliacin con que el
+general Martnez Campos, durante todo el tiempo que ha mandado en la
+isla, ha tratado los diferentes partidos polticos que en ella hay,
+sin excluir los que llenos de imperdonable ingratitud hacia la
+metrpoli y ciegos por ambicin por falso y torcido<a name="page_152" id="page_152"></a> amor al suelo
+natal, anhelan y buscan la separacin de Cuba y de Espaa.</p>
+
+<p>A pesar de esta conducta circunspecta y humana del general Martnez
+Campos, en nada desmentida hasta el da por su sucesor el general
+Weyler, y pesar de que los insurrectos no tienen residencia fija ni
+guarida permanente, sino que andan salto de mata, ms que como
+soldados como ladrones, ha ocurrido lo que nadie sorprende, porque se
+prevea; pero lo que toda persona honrada y juiciosa escandaliza y
+aturde. El Senado anglo-americano, despus de larga discusin, en que
+muchos de sus ms notables individuos se han desatado en grosersimas
+injurias contra Espaa, ha estimulado y autorizado al presidente
+Cleveland para que, en el momento que considere ms oportuno, declare la
+beligerancia de los insurrectos.</p>
+
+<p>Dursimo, feroz es el ultraje que el Senado anglo-americano ha hecho
+Espaa y que la Cmara de representantes de la misma Repblica casi por
+unanimidad ha confirmado luego; pero aunque los peridicos ms
+acreditados de la Pennsula miran con calma la ofensa que hemos recibido
+y recomiendan al pueblo espaol prudencia y sufrimiento, todava quiero
+yo, valga por lo que valga y hasta donde mi voz pueda ser oda,
+recomendar prudencia y sufrimientos mayores.</p>
+
+<p>Es innegable que en la resolucin que se ha tomado y en los motivos que
+se han alegado para tomarla se nos ha hecho el insulto ms sangriento<a name="page_153" id="page_153"></a>
+que hacer se puede. Un sujeto cualquiera, medianamente celoso de su
+honra, ofendido as por otro sujeto, quedara afrentado, humillado y
+escarnecido si no pidiese y buscase la venganza en un duelo muerte.
+Pero qu paridad hay entre lo que sucede y debe suceder cuando se trata
+de particulares y lo que sucede y debe suceder entre dos potencias
+soberanas?</p>
+
+<p>Los padrinos de los particulares desafiados, cumpliendo con las leyes
+del honor y del duelo, no consienten que nadie ria en l con ventaja,
+ni uno contra cuatro, ni con mejores ni ms poderosas armas ste que el
+otro, sino que todo lo equilibran procurando la posible igualdad de
+fuerzas de destreza y de probabilidades del triunfo. Muy bueno y
+deseable sera que no hubiese rias sino paz entre los hombres; pero ya
+que hay rias, es laudable y extraordinario progreso el desafo bien
+ordenado entre particulares. Por el contrario, la guerra entre naciones,
+ pesar de cuanto han ganado los usos y costumbres, y pesar de los
+decantados progresos del derecho de gentes, sigue siendo casi tan
+desordenada y salvaje como en los tiempos antiguos, por ms que esto se
+vele disimule con refinamientos hipcritas. Una nacin, aislada como
+lo est Espaa, con menos de la cuarta parte de habitantes que tienen
+los Estados Unidos y con muchsimos menos recursos pecuniarios para
+comprar fabricar los costossimos medios de destruccin que hoy se
+emplean, incurrira en un heroico delirio y cometera un acto de
+inaudita<a name="page_154" id="page_154"></a> temeridad en provocar dichos Estados, pidindoles, con
+sobrada energa, satisfaccin de una injuria, que, en mi sentir, se
+puede por ahora disimular sin desdoro. Obvias son las razones que tengo
+para aconsejar este prudente disimulo, por parte de los poderes
+pblicos, se entiende, y quedando salvo la lengua y la pluma de cada
+ciudadano espaol, para devolver con creces agravio por agravio y para
+desahogarse hasta quedar satisfecho y pagado.</p>
+
+<p>Entiendo con esto que un desahogo particular, con el motivo de que vamos
+tratando, es disculpable, aunque poco nada conduzca: pero
+cualquiera manifestacin colectiva en ofensa y en odio de la gran
+Repblica Norteamericana sera hoy por todos estilos perjudicial y
+contraproducente, y nos quitara mucha parte de la razn, de que debemos
+cargarnos. Veo, pues, con verdadero contento la circunspeccin y el
+juicio con que casi todos los peridicos de Espaa aconsejan al pueblo
+que se abstenga de tales manifestaciones, y la prudente energa con que
+el Gobierno se apercibe prevenirlas reprimirlas.</p>
+
+<p>Pero yo an voy ms all en excitar al Gobierno la longanimidad y la
+paciencia. Creo que el Gobierno no debe siquiera pedir por la va
+diplomtica satisfaccin al gobierno de Washington por las groseras
+injurias y calumnias que han lanzado contra Espaa varios senadores
+desde el Capitolio de Washington.</p>
+
+<p>Hay que tener en cuenta que en aquella gran Repblica no suelen ser los
+<i>politicians</i> las gentes<a name="page_155" id="page_155"></a> ms estimadas, mejor educadas y ms sensatas:
+que por all no se guardan en las discusiones pblicas el mismo decoro y
+la misma cortesa que en los Parlamentos europeos, y que en el estilo y
+hasta en los modales se advierte cierta selvtica rudeza, por influjo
+acaso del medio ambiente, por cierto atavismo, no transmitido por
+generacin como el pecado original, sino por el aire que en aquellos
+crculos polticos se respira. Cuando en los escaos de un Cuerpo
+colegislador se masca tabaco, se colocan los pies ms altos que la
+cabeza, y cada senador se entretiene con un cuchillito y un tarugo de
+madera en llenar el suelo de virutas, no es de extraar que se digan y
+se aplaudan las mayores ferocidades, como si oradores y oyentes
+estuviesen tomados del vino.</p>
+
+<p>No prueba esto, ni mucho menos, que la mayora de aquella gran nacin
+piense y sienta como sus apasionados <i>politicians</i>; antes es de esperar
+que esa mayora, si con quejas violentas no la solevantamos nosotros y
+no nos enajenamos su voluntad, proteste, al ver nuestra serenidad y
+nuestra cordura, contra los agravios que los senadores nos han inferido
+y d con su protesta el conveniente vigor y el indispensable apoyo al
+presidente Sr. Cleveland, para que l proteste tambin sin que nosotros
+lo pidamos lo exijamos y para que no se prevalga de la insinuacin y
+del permiso con que le excitan y facultan reconocer la beligerancia.</p>
+
+<p>Claro est que el Gobierno espaol debe estar prevenido para todo
+evento, sin que ninguno<a name="page_156" id="page_156"></a> por peligroso que sea, le sorprenda le
+asuste; pero, al mismo tiempo, nos atrevemos recomendarle placidez y
+calma.</p>
+
+<p>Aun suponiendo al Sr. Cleveland amigo de Espaa amigo al menos de la
+justicia, no comprendo qu nos propondramos lograr si de oficio pidiera
+satisfaccin nuestro Gobierno de las injurias que nos han dirigido los
+senadores. Intilmente pondramos al Sr. Cleveland en el mayor apuro, ya
+que l no tiene fuerza para castigar los senadores que se han
+insolentado contra nosotros ni para moverlos que se retracten y canten
+la palinodia. Lo ms que el Presidente podra hacer, sacrificando acaso
+un poco de su popularidad indisponindose con los senadores para estar
+fino y amable con nosotros, sera decir que deploraba que nos hubiesen
+injuriado. Tal funcin de desagravios es tan triste y tan incompleta que
+lo mejor es que no la haya. Lo mejor es que el Gobierno espaol no
+aspire que el Sr. Cleveland declare que nos tiene algo modo de
+lstima.</p>
+
+<p>En suma, pesar de las ofensas que se nos han hecho hasta ahora en el
+Senado, y pesar de que yo doy por seguro que no han sido menores las
+que se nos han hecho en el Congreso, yo creo que el Gobierno de la
+nacin espaola no debe darse por entendido, ni considerarse herido de
+semejantes ofensas, ni formular contra ellas en documento oficial la
+queja ms mnima. Esta queja sera una confesin de que nos han tocado y
+maltratado, sera poner la nacin espaola<a name="page_157" id="page_157"></a> al nivel de sus
+detractores, sera confesar que los tiros de stos han subido muy alto y
+han tenido fuerza para atravesar el escudo del soberano desprecio con
+que Espaa debe desdearlos.</p>
+
+<p>Espaa, prescindiendo de la resolucin que en pos de los insultos puede
+venir, arrastrndonos fatalmente una guerra sangrienta y ruinosa, y
+considerando slo los insultos, conviene que los juzgue y condene con
+las palabras mismas del gran poeta ingls: <i>Tales told by idiots, full
+of sound and fury, signifying nothing.</i></p>
+
+<p>En los momentos difciles en que se halla en el da la nacin espaola,
+es antipatritico todo espritu de oposicin contra el Gobierno. Debemos
+desear que acierte, y para su acierto debemos coadyuvar en la medida de
+nuestras fuerzas, sin poner el menor estorbo y sin apelar la censura
+ni mostrar disgustos sino en casos extremos. A fin de no precipitar al
+Gobierno un rompimiento prematuro con los Estados Unidos, lo primero
+que importa comprender es que no se debe ligeramente pensar que el honor
+de Espaa est ofendido y comprometido por aquello y en aquello por lo
+que no puede estarlo. Vlganos una comparacin para aclarar este
+concepto. Si un solo hombre se viese acometido por cuatro por ms
+locos furiosos, mejor armados y con mayores medios de defensa y de
+ofensa, y los cuatro le insultasen, y adems quisiesen con amenazas
+intervenir en los negocios de l y hasta disponer y apoderarse de su
+hacienda, el hombre as atacado lo primero que hara sera prescindir<a name="page_158" id="page_158"></a>
+de los insultos y procurar pidiendo auxilio y por todos los medios
+rechazar las injustas pretensiones y exigencias de sus poderosos
+agresores. En ltimo resultado, si permaneciese solo y nadie acudiese en
+su ayuda, lo noble y lo heroico sera combatir l solo contra los cuatro
+hasta vencerlos morir; pero tambin sera delirio, y vanidad y
+pundonor mal entendido el combatir solo y desde luego sin intentar que
+alguien viniese en nombre de la equidad y de la justicia poner raya
+ su enemigo y evitar la desigual injusta contienda con que su
+enemigo le amenazaba si no ceda se humillaba su capricho, su
+soberbia y su codicia acaso.</p>
+
+<p>Quiero significar con esto que, mi ver, el Gobierno espaol, sin
+dirigir la menor queja al de Washington, en lenguaje tan templado y
+circunspecto como firme, en nota circular dirigida las principales
+naciones de Europa, debe escribir una protesta contra la resolucin
+tomada por el Senado y por el Congreso de los Estados Unidos,
+demostrando con razonamientos y autoridades y citas que los mencionados
+Cuerpos Colegisladores han infringido el derecho de gentes al declarar
+beligerantes unos foragidos, han faltado las buenas relaciones de
+amistad con Espaa fomentando y favoreciendo el espritu de rebelin de
+algunos cubanos, y han desconocido la autonoma y soberana de Espaa
+osando amenazarla con intervenir en sus interiores asuntos y excitndola
+ que se desprenda de gran parte de su territorio y de la poblacin que
+hay<a name="page_159" id="page_159"></a> en l, lo cual es todo suyo legtimamente desde hace cuatro siglos.</p>
+
+<p>Yo no puedo creer que Francia, Inglaterra, Alemania y otras grandes
+potencias de Europa dejen de darnos la razn: no se pongan de nuestro
+lado fin de impedir que violentamente se nos veje y se nos quiera
+despojar de lo que poseemos, amenazndonos con una guerra injusta y
+harto poco gloriosa para el que con ella nos amenaza, confiado en la
+descomunal superioridad de sus fuerzas en hombres y en dinero.</p>
+
+<p>Durante siglos Espaa ha demostrado su valor, y bien puede ahora, sin
+recelar que la acusen de pusilnime, llegar al ltimo extremo de la
+prudencia y de la cordura y pedir apoyo y favor contra un enemigo
+reconocidamente ms fuerte que ella y que trata de abusar de su fuerza.
+Asimismo es muy humano y muy conveniente la civilizacin evitar hasta
+donde sea posible la efusin de sangre, los estragos, la paralizacin
+del comercio y las grandes prdidas de riqueza que una guerra trae
+consigo. Nadie nos podra zaherir por esquivar esta guerra, dejando
+salvo nuestra independiente soberana y conservando, sin acudir las
+armas y merced al apoyo de grandes potencias, la integridad de nuestro
+territorio.</p>
+
+<p>Enorme desventura sera si despus de dar este paso nadie nos acudiese y
+permanecisemos tan aislados como estamos ahora. Para entonces es para
+cuando conviene tener nuestra energa como contenida y represada y
+hacer<a name="page_160" id="page_160"></a> brioso alarde de ella con viril serenidad, arrostrando todos los
+peligros, confiando en Dios y en nuestro derecho, y combatiendo solos
+contra los Estados Unidos, aunque fuesen mil veces ms poderosos de lo
+que son, sin desesperar del triunfo, sin hacerle pagar muy caro al
+menos.</p>
+
+<p>Lo pasado ya no tiene remedio. De lo pasado no debiera hablarse si no
+encerrara una leccin y un escarmiento para el porvenir.</p>
+
+<p>Menester es confesarlo. En el aislamiento de Espaa hay de nuestra parte
+no pequea culpa. Cuantos gobiernos y cuantos partidos han estado en
+Espaa en el poder, desde hace muchos aos, han propendido al
+aislamiento, movidos por una prudencia mal entendida y por un concepto
+equivocado y mezquino de la importancia y del valer de la nacin cuyos
+destinos dirigan. Deberes hay que Espaa no puede desatender y hay
+aspiraciones y propsitos que el alma de la nacin no puede ahogar en su
+centro, aunque se esfuerce por ahogarlos. Son los deberes la
+conservacin de las Antillas y de los archipilagos que poseemos en el
+Pacfico. Nuestras aspiraciones, providencial fatalmente impuestas por
+nuestra misma historia, estn en que nadie sin contar con nosotros
+domine en Marruecos; en estrechar cada vez ms nuestras relaciones con
+los portugueses; y en conservar, ya que los lazos polticos estn rotos,
+la unidad de civilizacin, de idioma y de casta entre esta pennsula y
+las que fueron sus colonias y hoy son repblicas independientes,
+procurando y anhelando,<a name="page_161" id="page_161"></a> con poco menos ahinco inters que nuestra
+prosperidad y auge los de las repblicas hispano-americanas, hacia las
+cules nos inclina un orgullo paternal que no quisiramos ver abatido y
+burlado.</p>
+
+<p>Con tales propsitos y miras, el retraimiento de Espaa es imposible: el
+afn de sus gobernantes de no exponerla lanzndola en aventuras, la ha
+expuesto ms dejndola sola. Hasta nuestro desmesurado proteccionismo ha
+contribudo enajenarnos la voluntad entibiar al menos el afecto
+que pudieran sentir por nosotros algunas potencias de primer orden. No
+nos ha valido para estmulo el ejemplo de otras naciones, que buscando
+alianzas y aventurando algo han alcanzado bienes que parecan
+inasequibles y como delirios de un ensueo. As el Piamonte, vencido y
+ruinosamente multado, despus de Novara, ha venido lograr lo que en
+balde se pretenda desde hace siglos: la unidad de Italia, slo
+momentneamente lograda bajo el cetro del rey brbaro Teodorico.
+Austria, para tener apoyo y alianza, se ha unido en estrecha amistad con
+los dos pueblos que ms la han agraviado: con los italianos, que han
+conseguido arrebatarle el Milanesado y el Vneto, y con los prusianos,
+que la vencieron y la despojaron de la hegemona en Alemania. Francia
+misma, desechando antiguas enemistades, busca con fina y constante
+solicitud la amistad de los rusos y los lisonjea y los encomia, poniendo
+de moda hasta las rarezas y excentricidades de sus escritores. Tal vez
+Espaa<a name="page_162" id="page_162"></a> sea la nica nacin que por el afn de no comprometerse ha
+esquivado toda amistad y se ha quedado sola. Si sigue as, si nadie
+acude sostenerla, escarmentar al verse en tan cruel abandono.</p>
+
+<p>Por fortuna, aun sin contar con alianzas que no hemos buscado y con
+simpatas que no hemos procurado crear ni fomentar, todava nos queda
+alguna esperanza de que las grandes potencias de Europa se pongan de
+nuestro lado, vuelvan por nosotros y hagan respetar nuestro derecho.
+Sera extrao que sufriese en silencio el presuntuoso descaro con que
+los diputados y senadores <i>yankees</i> se constituyen en tribunal del
+humano linaje, en hierofantes de la filantropa y la cultura, reprobando
+y anatematizando la conducta de una nacin soberana en su gobierno
+interior, sometindola su fallo y tratando de imponerle castigos
+infamantes, de desmembrarla su antojo y de despojarla de parte de sus
+bienes. Todava es ms odiosa y ridcula esta pretensin al notar que se
+apoya en la necia doctrina de Monroe. Qu significa racionalmente que
+Amrica ha de ser para los americanos? Dnde estn los americanos
+quienes Amrica en todo caso pertenece? Los que han dejado vivos los
+<i>yankees</i> estn acorralados como toros bravos en una dehesa como
+jabales en un coto. Fuera de esto, Amrica es y seguir siendo, durante
+muchos siglos, de los europeos. La religin, la ciencia, la cultura, los
+idiomas en que se habla y se escribe, todo es all de Europa. Si ha
+habido<a name="page_163" id="page_163"></a> all algunos historiadores ilustres, algunos poetas inspirados,
+y tal cual mediano pensador, en ingls, en portugus en espaol han
+escrito; si algo han inventado, no ha sido lo bastante, ni para torcer
+el rumbo, ni para acelerar el paso y aumentar el vigor y la firmeza con
+que la humanidad sigue su marcha progresiva elevndose superiores
+esferas. Todo cuanto los <i>yankees</i> han pensado, inventado escrito,
+podr ser un brillante apndice; pero no es ms que un apndice de la
+civilizacin inglesa. Ser una cola muy lucida, pero no es ms que la
+cola. El ncleo, el foco, el centro luminoso, el primer mvil, cuanto
+ilumina y mueve an la humanidad en su camino, est en Europa y no ha
+pasado Amrica ni es de temer que pase. La antorcha del saber y de la
+inteligencia, la frula del magisterio, el timn de la nave, el cetro de
+la soberana mental estn en Europa desde hace tres mil aos.</p>
+
+<p>Ni los persas, ni los cartagineses, ni los rabes, ni los trtaros, ni
+los turcos, lograron arrebatrnoslos en sus ingentes y tremendas
+expansiones. Es, pues, cosa de risa el prurito de los <i>yankees</i>, su mal
+disimulado deseo de arrebatrnoslos ahora. Y si no pretenden esto, si no
+aspiran sino un nuevo divorcio entre ambos hemisferios qu significa
+la doctrina de Monroe? Todava en las Repblicas hispano-americanas, si
+la suerte les hubiera sido ms favorable y si no estuvieran tan
+abatidas, la doctrina de Monroe tendra explicacin, tendra fundamento
+justificado. All hay un elemento indgena: all hay americanos de
+verdad.<a name="page_164" id="page_164"></a> Hasta de la mezcla de la sangre espaola con la sangre india,
+se podra suponer que ha nacido y que se desenvolver una raza distinta
+y acaso superior la europea. Pero en los Estados Unidos hay algo ms
+que el suelo que sea americano? Qu significa pues la manoseada frase
+para los americanos Amrica? Con qu razn, con qu derecho, no ser
+por la fuerza cuando la tengan, tratarn los <i>yankees</i> de echar de
+Amrica primero Espaa, y despus Inglaterra, Francia, Holanda y
+ Dinamarca, que son tan americanas como los <i>yankees</i> y han merecido y
+merecen ms aplauso y gratitud de Amrica, porque la han colonizado,
+civilizado y cristianizado, implantando en ella todo el saber, toda la
+virtud y todos los grmenes de poder y de grandeza de que los <i>yankees</i>
+andan ahora tan orgullosos?</p>
+
+<p>Al redactar este escrito me dejo llevar por un impulso involuntario,
+reconociendo lo poco que importa mi protesta y lo dbil que es este
+alarde de patriotismo al lado de los que hacen y seguirn haciendo
+muchos generosos y nobles espaoles, como, por ejemplo, los que residen
+en Mjico, y en la Pennsula el sabio Obispo de Oviedo y el noble
+Marqus de Comillas. Avergonzado por ellos de mi insignificancia, he
+vacilado, durante algunos das, en dar la estampa este escrito.</p>
+
+<p>Igualmente me han hecho vacilar el respeto y el afecto que profeso an
+la nacin anglo-americana, pesar de las injurias de que sus
+representantes<a name="page_165" id="page_165"></a> nos han colmado, porque yo no quisiera por ningn
+estilo, al devolver dichos representantes agravio por agravio, que
+alguien imaginase que yo trataba de ofender su nacin aunque por ser
+nosotros calumniados y engaada ella por vulgares prejuicios que han
+difundido y difunden rastreros escritores, estuvisemos empeados en una
+lucha que no tiene razn de ser. Estos rastreros escritores se han
+complacido en pintarnos los ojos del vulgo de sus compatricios como
+una nacin de fanticos y de malvados. Casi les hacen creer que tenemos
+Inquisicin todava y que hemos asesinado jurdicamente, cuando la
+tuvimos, centenares y centenares de hombres. Se han callado muy bien,
+por mala fe por ignorancia, que en cualquiera de las naciones ms
+cultas y urbanas de Europa, y sin tener Inquisicin, se han cometido ms
+crueldades, se han elevado ms cadalsos, se han encendido ms hogueras,
+y ha hecho ms vctimas que en Espaa la supersticin religiosa. En
+Inglaterra, metrpoli de los Estados Unidos, cuentan autores ingleses
+sobre treinta mil brujos y brujas ajusticiados; vctimas del fanatismo
+han perecido all reyes y reinas, y mrtires tan gloriosos como Toms
+Moro.</p>
+
+<p>Lutero, Calvino y Knox slo pedan libertad religiosa cuando estaban en
+minora. En Escocia an se quemaban brujas en el siglo pasado. Y en los
+mismos Estados Unidos, slo en Salem (Massachusetts), se han cometido
+ms atrocidades y asesinatos jurdicos, nicamente causa de la<a name="page_166" id="page_166"></a>
+brujera, que por causa pretexto de religin cometi el Santo Oficio
+en toda la Amrica entonces espaola desde Texas y California hasta el
+estrecho de Magallanes.</p>
+
+<p>Yo no creo que los mulatos rebeldes y los negros cimarrones de Cuba
+despierten profundas simpatas en el alma de los legisladores <i>yankees</i>,
+ni que les den esperanza de que, declarados ya independientes, formen
+una Repblica superior la de Hati, y contribuyan ms que nosotros al
+progreso y al bienestar del linaje humano y al florecimiento y auge de
+la agricultura, de la industria y del comercio. Para m, pues, es
+evidente que no por amor de ellos, sino por odio nosotros, ambas
+Asambleas de la Unin los protegen. Y este odio, que deploro, es el que
+yo quisiera ver disipado. Tengo por innegable que en ningn corazn
+espaol, pesar de los ultrajes recibidos, existe tal odio. Sin l, y
+slo por necesidad, iremos la pelea, si se nos acosa: si se nos pone,
+como vulgarmente se dice, entre la espada y la pared. Doloroso ser
+entonces tener que pelear contra un pueblo, en quien no podemos menos de
+admirar excelentes prendas y elevados impulsos, enteramente contrarios
+los que le exciten esta injusta contienda.</p>
+
+<p>Lo que yo admiro ms en los Estados Unidos, hasta por el candor juvenil
+y casi infantil del sentimiento, es su prurito de acometer portentosas y
+difciles empresas y de ver si logran sobrepujar en todo los europeos.
+Hay en Europa casas de siete pisos, pues los <i>yankees</i> las construyen<a name="page_167" id="page_167"></a>
+de catorce; hay en Europa monumentos altsimos, pues los <i>yankees</i> los
+construyen cincuenta codos ms altos; hay en Europa regios alczares,
+cuya base se extiende sobre centenares de metros cuadrados, pues los
+<i>yankees</i> harn que se extiendan sobre millares de metros cuadrados sus
+alczares republicanos. Todo en Amrica ha de ser ms alto y ms grande
+que en Europa. No est, por consiguiente, en contradiccin con este
+empeo de superioridad; con el <i>Excelsior</i>, tan hermosamente cantado por
+un poeta <i>yankee</i> y tomado como lema y santo y sea de su nacin, el
+querer intimidar con amenazas y fieros una nacin que se cree dbil,
+para fomentar la rebelin de gente quien no es posible que se estime y
+para atropellar legtimos derechos? El mismo Presidente Cleveland y todo
+el pueblo anglo-americano debieran protestar, sin que nadie abogase por
+nosotros, contra los arrebatos violentos y ciegos de que se han dejado
+llevar sus Cuerpos Colegisladores.</p>
+
+<p>Hubo en los Estados Unidos, y hay an, porque supongo que vive, un
+cierto coronel Ingersoll que quiso, en su especialidad, como otros
+compatriotas suyos, ir ms all que todos los europeos. Era su
+especialidad un terrible aborrecimiento Dios y un decidido empeo de
+expulsarle del universo, fin que libre del despotismo divino fuese ms
+dichoso el humano linaje. Para esta expulsin de Dios alegaba el coronel
+la crueldad con que Dios castiga en el infierno los pecadores. Deca
+l que si su mujer, un to suyo <a name="page_168" id="page_168"></a> cualquiera de sus camaradas,
+estuviese sufriendo las penas eternas, y l estuviese en el cielo, le
+dira Dios cuatro frescas y se ira tambin al infierno con su gente.
+Pero esto se me ocurre objetar: no sera mejor y ms prudente en vez
+de pelearse con Dios, insultarle y llamarle tirano, creer que es bueno y
+hasta que todo eso de las penas eternas puede ser una calumnia que le
+han levantado Dios en las Edades Tenebrosas, como el coronel Ingersoll
+las llama? Pues aplquese el cuento al caso presente, y en vez de querer
+arrojarnos de Cuba y de insultarnos por lo crueles que somos,
+reconzcase y confisese que no hay tal crueldad de nuestra parte, sino
+exagerada blandura con los mambises depredadores incendiarios. Esto
+sera lo razonable y lo justo: que el coronel Ingersoll dejase Dios en
+paz en el cielo y se contentase con poner las peras cuarto Moiss y
+con demostrar que no supo tanta qumica y tanta geologa como l sabe, y
+que sus compatricios nos dejasen nosotros en paz en Cuba, reconociendo
+que la hemos de cuidar mejor que los insurrectos si llegan ser
+independientes, aunque no acertemos hacer de Cuba el Paraso que
+haran de ella los <i>yankees</i>, ms sabios que nosotros en artes mecnicas
+y mejor iluminados y obsesos por los genios del comercio y de la
+industria.</p>
+
+<p>En suma, yo tengo cierta vaga esperanza, y pido fervorosamente al cielo
+que se realice, de que las grandes potencias de Europa, que forman
+tcita confederacin para dirigir y ordenar<a name="page_169" id="page_169"></a> la marcha civilizadora de
+nuestra especie, no contemplen con indiferencia la atroz iniquidad de
+que pretenden las Cmaras anglo-americanas hacernos blanco y objeto.
+Hasta confo an en que la masa del pueblo de la Unin vuelva en s,
+retroceda del camino por que quieren lanzarla, se llene de honrados
+escrpulos, y vea y note cuanto hay de cobarde, de run y alevoso, en
+querer aprovecharse para humillarnos de nuestra verdadera aparente
+postracin y de los disturbios que nos abruman. Yo no me atrevo creer
+que ese pueblo, hoy en toda la lozana, crecimiento y vigor de su
+mocedad, pretenda lucirse haciendo el feo papel de sacudir la coz del
+asno contra el len que juzga moribundo. Por todo esto, es tan posible
+como deseable que el conflicto que se ha promovido no acabe por
+estallar, con horroroso estrago, como bomba de dinamita, sino que se
+quiebre y se desvanezca en el aire como tnue bola de jabn y de agua.</p>
+
+<p>En vista de lo que queda expuesto, apenas es creble que Inglaterra,
+Francia y las dems naciones de Europa que en Amrica tienen colonias se
+crucen de brazos, y slo por la culpa de que somos dbiles, de que
+consideran que somos dbiles, dejen sin chistar y sin mostrar el menor
+enojo que los Estados Unidos nos insulten, nos vejen y nos despojen.</p>
+
+<p>Pongmonos, sin embargo, en lo peor. Demos ya por seguro que nadie acude
+ nuestro lado y que sin freno que los contenga, los <i>yankees</i> persisten
+en sus exigencias y en su furia.<a name="page_170" id="page_170"></a> Aun as, yo afirmo que debemos
+pasarnos de modestos, de pacficos y de prudentes. El lmite de nuestro
+sufrimiento debe ser el ltimo lmite. El Gobierno espaol, con paternal
+cuidado y amoroso desvelo, debe evitar cuanto sea posible los crueles
+sacrificios de vidas y de haciendas que una guerra desigual nos
+obligue; pero llegados ya al ltimo lmite, nos conviene entender que es
+consejo y no precepto evanglico aquello de que: si te piden la capa da
+tambin la tnica. No, no debemos dar ni tnica ni capa; no debemos
+entregar la codicia la soberbia de los <i>yankees</i> ni un palmo de
+terreno en la isla de Cuba; ni debemos tampoco continuar pagndoles
+tributos como por virtud de injustas y arbitrarias reclamaciones de
+indemnizacin nos los han hecho pagar durante muchos aos, humillndonos
+al pagarlos. Antes de sufrir tanto oprobio y tan honda cada,
+desvanecidas ya todas las esperanzas de paz honrosa, declaremos la
+guerra los Estados Unidos, hagmosla con valor, y aunque nuestro
+triunfo definitivo parezca milagro, confiemos y creamos en que la era de
+los milagros no pas todava.</p>
+
+<p>Quin sabe si el sacudimiento terrible que tendr que producir esta
+guerra no ser una crisis saludable que nos levante de la postracin en
+que estamos y nos coloque de nuevo entr las grandes naciones del mundo?
+Unidos todos en un esfuerzo comn, olvidaremos nuestras divisiones de
+partidos, nuestras rencillas polticas y nuestros desventurados
+regionalismos. No<a name="page_171" id="page_171"></a> seremos republicanos, ni carlistas; canovistas, ni
+sagastinos; pero seremos ministeriales todos; y no nos jactaremos de ser
+aragoneses, catalanes, castellanos vascos, porque todos seremos
+espaoles.</p>
+
+<p>Nuestro ejrcito, lejos de lamentar la guerra, se alegrar de que,
+merced la guerra, podr luchar con alguien que d la cara, que no sean
+foragidos que huyen y se esconden, y en cuyo vencimiento se puede
+alcanzar alguna gloria. Nuestros generales, por ltimo, se alegrarn ms
+an, porque tendrn ocasin de mostrar lo que valen, en vez de jugar al
+escondite con enemigos que se ocultan y de sacrificar sus soldados, no
+por exponerlos las balas de esos enemigos y sus celadas y sorpresas,
+sino por las inclemencias y las fiebres de un clima mortfero para
+ellos.</p>
+
+<p>Aunque soy optimista, aunque no pierdo nunca la esperanza, aunque creo
+que ahora tienen los espaoles el mismo gran ser que tuvieron fines
+del siglo <span class="smcap">XV</span> y durante todo el siglo <span class="smcap">XVI</span>, cuando fu el apogeo de su
+gloria, si bien no temo la guerra, tampoco la deseo. No tienen la culpa
+los ciudadanos de los Estados Unidos en general de la soberbia
+disparatada, de la ignorancia y de la codicia de sus representantes y de
+sus senadores. Y yo, sin poderlo remediar, no excluyo de mi amor por el
+linaje humano al pueblo de los Estados Unidos, donde hubo y hay hombres
+y cosas que me son simpticos: elegantes inspirados poetas como
+Longfellow,<a name="page_172" id="page_172"></a> Russel-Lowell y Whitier; algunos pensadores, si poco
+originales, discretos ingeniosos como Emerson, imitador de Toms
+Carlysle; varios historiadores, aunque poco profundos, amenos y
+agradables de leer, salvo cuando tratan de sus propios asuntos, porque
+entonces suelen ser ms pesados que el plomo; varios divertidos
+novelistas, y sobre todo, hombres de tan aguda inventiva que ya brillan
+como Edison, empleando la electricidad en no pocos tiles y pasmosos
+artificios, ya producen la mquina de coser, que siempre que la
+contemplo me deja embobado. Yo admiro adems la belleza, el talento y la
+refinada cultura de las mujeres anglo-americanas, las cuales son la ms
+preciosa y segura garanta de que si se llevase su prctica huraa la
+doctrina de Monroe y se volviese establecer el divorcio entre el
+antiguo y el nuevo mundo, no volveran los habitadores del ltimo
+andar vestidos de plumas y de pieles, sacrificar seres humanos los
+dolos y comerse unos otros. Yo admiro el salto del Nigara, la
+riqueza y prosperidad de los Estados Unidos, la magnificencia y
+esplendor de sus grandes ciudades, como Nueva York, Boston y Filadelfia;
+la facilidad y comodidad con que por all se viaja en ferrocarril, y lo
+amables y hospitalarios que son los <i>yankees</i> con los extranjeros cuando
+el amor propio no los ciega y cuando no se les pone en la cabeza que los
+extranjeros les son muy inferiores, porque entonces suelen ser harto
+poco amorosos y son muy desprovistos de caridad.<a name="page_173" id="page_173"></a> Dganlo si no los
+pobres chinos, harto duramente zurrados porque trabajan por muy corto
+salario. Para no cansar, lo que es yo, pesar de los insultos que nos
+han inferido, celebrara en el alma que nos reconcilisemos, nos
+estimsemos en ms, y acabsemos por querernos bien en vez de venir
+las manos.</p>
+
+<p>Pero si esto no es decorosamente posible qu le hemos de hacer? Pecho
+al agua y adelante. No hay mal que por bien no venga. Casi estoy por
+decir que de todos modos saldremos gananciosos. Si somos vencidos,
+perderemos pronto Cuba sin aburrirnos y cansarnos durante tres
+cuatro aos en perseguir nuestros enemigos trashumantes, contra los
+cuales, en vez de enviar soldados, debiramos enviar perros y hurones. Y
+si salimos vencedores, que todo es posible con el favor del cielo, donde
+an conserva y cuida Santiago su caballo blanco y sus armas, entonces se
+corregirn muchsimo los <i>yankees</i>, porque se les bajar el orgullo que
+es su mayor falta; y yo, aunque estoy abrumado por las enfermedades y
+los aos, me regocijar al contemplar los <i>yankees</i> ms apacibles y
+benignos, menos duros insolentes con nosotros, renegando de su
+tontera de doctrina de Monroe, y alargndonos sin rencor y como Dios
+manda la mano de amigos.</p>
+
+<p>Entonces cantara yo un magnfico <i>Te Deum</i> all en el fondo de mi alma,
+y exclamara remedando al viejo Simen: <i>Nunc dimittis servum tuum
+Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei salutare
+tuum</i>.</p>
+
+<p><a name="page_174" id="page_174"></a></p>
+
+<p><a name="page_175" id="page_175"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 414px;">
+<a href="images/illpg_175a.png">
+<img src="images/illpg_175a_sml.png" width="414" height="99" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="QUEJAS_DE_LOS_REBELDES_DE_CUBA" id="QUEJAS_DE_LOS_REBELDES_DE_CUBA"></a>QUEJAS DE LOS REBELDES<br />
+DE CUBA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">DON Rafael Mara Merchn es uno de los escritores de ms saber y talento
+que hay en el da en la Amrica espaola. No he de negarle yo esta
+alabanza, porque l sea tan descastado y tan acrrimo enemigo.</p>
+
+<p>Aos h, me envi un libro suyo titulado <i>Estudios crticos</i>. Yo le
+celebr en mis <i>Cartas americanas</i>. Despus creo que tuvimos cierta
+polmica y que el Sr. Merchn escribi un folleto contra varias de mis
+afirmaciones.</p>
+
+<p>Desde entonces hasta hoy, ni yo he hablado al pblico del Sr. Merchn,
+ni supongo que l ha hablado de m; pero ni yo le he olvidado ni l me
+ha olvidado tampoco. Para probarlo me acaba de hacer la fineza, que le
+agradezco, de remitirme desde Bogot, donde reside, la obra reciente, de
+250 pginas, titulada: <i>Cuba. Justificacin de su guerra de
+independencia</i>.<a name="page_176" id="page_176"></a></p>
+
+<p>La obra es curiossima y tan llena de inters en la actualidad, que bien
+merece se d noticia de ella. Voy, pues, hacerlo, si <i>El Liberal</i>,
+hospitalaria y bondadosamente, inserta mi escrito en sus pginas de tan
+popular y difundida lectura.</p>
+
+<p>Tan enfurecido est el Sr. Merchn contra Espaa y tan deseoso de
+sacudir su yugo, que con tal de que sea libre Cuba, aplaude los que
+incendian sus sembrados y plantos y arrasan sus cortijadas indefensas,
+lamentando slo que no hayan podido hasta ahora incendiar tambin sus
+ciudades y convertir toda la isla en espantoso yermo. Para hacer
+patentes la heroicidad, el primor y la conveniencia de tamaa
+destruccin, aduce el Sr. Merchn multitud de ejemplos histricos, desde
+Sagunto y Numancia hasta la fecha. Y para dar ms vigor su apologa,
+cita una octava de la <i>Lamentacin de Byron</i>, de Nez de Arce, donde el
+poeta aconseja los griegos que talen incendien y lo conviertan todo
+en ruinas con tal de libertarse de los turcos. Hay, sin embargo, una
+distincin que hacer, y de no pequea importancia. Los griegos iban
+contra los turcos, gente de muy distinta raza, civilizacin y creencias
+religiosas; y los griegos, cuya historia es gloriossima y antigua, como
+del pueblo iniciador de la cultura humana, creador del arte, de las
+letras y de las ciencias de Europa, trataban de romper las cadenas con
+que los humillaba otro pueblo, rudo y brbaro, venido del Norte del
+Asia, y de harto menos nobles historia y origen.<a name="page_177" id="page_177"></a> Qu tiene que ver
+esto con los espaoles y los cubanos, ya que los ltimos, si no son
+espaoles negros, no son nada? En el porvenir podrn ser todo lo que
+anhelen y sueen: por el invencible amor mi raza deseo yo que sus
+sueos no sean absurdos, sino que se realicen; pero lo que es ahora,
+no son nada, son espaoles, son negros. Hay adems otra notable
+diferencia, que se apoya en el dicho vulgar de que cada uno hace de su
+capa un sayo. Hericos, sublimes, son el desprendimiento y el sacrificio
+de los que destruyen su propia hacienda, como hicieron los numantinos;
+pero cuando alguien destruye quema lo que no le pertenece se queda
+con ello sin quemarlo ni destruirlo, no tiene traza de hroe, sino de
+bandido.</p>
+
+<p>Veamos ahora los argumentos de que se vale el Sr. Merchn y la multitud
+de crmenes que atribuye los espaoles peninsulares para justificar y
+aun glorificar los rebeldes de Cuba y para calificar de
+indispensables, de nobilsimas y de santas sus fechoras.</p>
+
+<p>Hablar primero de las acusaciones ms generales y vagas que lanza
+contra nosotros el seor Merchn, y pasar luego las ms concretas.</p>
+
+<p>Segn l, todo espaol que va Amrica podr conseguir cuanto desee,
+menos una cosa: tener hijos espaoles. Si fuese verdadera la afirmacin,
+que por dicha no lo es, toda la malquerencia, todo el odio y todo el
+desdn que supone el Sr. Merchn que los espaoles peninsulares tenemos
+ los espaoles criollos, estaran,<a name="page_178" id="page_178"></a> hasta cierto punto, fundados. Don
+Marcelino Menndez y Pelayo hubiera podido entonces decir sin rencor,
+hablando de Amrica, en su obra titulada <i>Ciencia espaola, que la
+ingratitud y la deslealtad son fruta propia de aquella tierra</i>. El mismo
+Sr. Merchn da la prueba de tan aventurado aserto cuando asegura que no
+hay espaol que pueda engendrar en Amrica un hijo que no reniegue de su
+casta y que no se rebele contra la nacin que pertenece. Por dicha el
+Sr. Merchn se equivoca, y tambin se equivoc el seor Menndez y
+Pelayo, y yo lo reconozco, aunque disculpo la ltima equivocacin,
+enmendada ya. El Sr. Menndez incurri en ella siendo muy joven
+inexperto todava.</p>
+
+<p>Por parte de los espaoles peninsulares no hay odio, ni desdn, ni
+sombra de enojo contra los hispano-americanos. Ni uno solo de los casos
+que aduce el Sr. Merchn tienen el menor valor.</p>
+
+<p>Don Antonio de Trueba, al apellidar Bolvar <i>El Libertador</i>, dice:
+Nombre que uso por cuenta ajena y no en manera alguna por la propia. Y
+yo afirmo que, sin desdn ni odio, el Sr. Trueba hizo muy bien en no
+llamar por su cuenta <i>Libertador</i> Bolvar. Los espaoles peninsulares,
+sin menospreciarnos ni ofendernos, podremos llamar Bolvar gran
+capitn, hroe, eminente poltico, ilustre y valeroso personaje; en
+suma, todo lo que se quiera menos <i>Libertador</i>, porque esto sera
+confesar y creer lo que no creemos; que nosotros somos unos tiranos
+incuos de quienes conviene libertarse.<a name="page_179" id="page_179"></a></p>
+
+<p>La seora doa Soledad Acosta de Samper fu en Espaa tan obsequiada y
+celebrada como ella se merece; pero, no contenta con esto, todava se
+queja (en su <i>Viaje Espaa</i>) de que no pongamos por las nubes
+Bolvar, y de que no nos entusiasmemos con l. Pues si Bolvar nos
+venci, cmo quiere la seora doa Soledad que nos entusiasmemos? No
+hay hasta crueldad en exigirnos semejante entusiasmo y abnegacin tan
+dolorosa? Fuera de esta cruda mortificacin de amor propio que el Sr.
+Merchn y la seora doa Soledad Acosta pretenden imponernos para probar
+que los amamos, yo aseguro que siempre hemos dado los
+hispano-americanos las mayores pruebas de estimacin y de cario. Y esto
+desde los tiempos ms antiguos hasta el da de hoy. Americano era
+Alarcn, y no hay espaol que no le cuente entre nuestros grandes y
+gloriosos poetas dramticos; casi, y tal vez sin casi, al nivel de Lope,
+de Caldern y de Tirso. Americana era doa Gertrudis Gmez de
+Avellaneda, y figura en Espaa como la primera de nuestras poetisas
+lricas desde que empez escribirse en lengua espaola hasta el da. Y
+la poetisa que la sigue, y que tendramos por la primera, si la
+Avellaneda no hubiera nacido, es sor Juana Ins de la Cruz, tambin
+americana.</p>
+
+<p>No perjudic ni estorb su calidad de americanos ni Gorostiza, ni
+Ventura de la Vega, ni Rafael Mara Baralt, ni Jos Heriberto Garca
+de Quevedo, para ser entre nosotros altamente encomiados, aplaudidos y
+honrados con<a name="page_180" id="page_180"></a> puestos y cargos importantes. Por eminentes hombres de
+Estado y popularisimos caudillos han pasado en Espaa otros varones
+ilustres, nacidos tambin en Amrica. Valga para ejemplo el marqus del
+Duero.</p>
+
+<p>Cuantos personajes se han distinguido en la Amrica espaola por su
+saber, por su ingenio, por sus hazaas, desde que la Amrica espaola
+se declar independiente, han sido en Espaa tan celebrados y queridos
+como en la Repblica misma donde ellos nacieron. As D. Andrs Bello,
+quien admiramos como fillogo y como autor de Derecho internacional, y
+cuyos hermosos y elegantes versos nos sabemos de memoria; y as D.
+Rufino Cuervo, cuyo Diccionario calificamos de trabajo maravilloso. No
+nos duele, sino que nos encantamos y nos ufanamos en poder admirar con
+fundamento las poesas de ambos Caros, de Mrmol, de Andrade, de
+Obligado, de Restrepo, de Oyuela, de Ruben Daro y de algunos otros.</p>
+
+<p>El buen gusto y la justicia no consienten que nuestra admiracin se
+difunda mucho ms. Y, francamente, nos parece hasta cmica la censura
+dirigida contra la <i>Antologa de poetas hispano-americanos</i> del Sr.
+Menndez y Pelayo, porque no incluya en ella, desdendolos, no s
+cuntos poetas de primera magnitud. Imposible parece que el Sr. Menndez
+y Pelayo, que es tan erudito, no tuviese la menor noticia de esos
+grandes poetas. Y si los conoca, es inverosmil que no insertase en su
+coleccin ninguna de sus obras,<a name="page_181" id="page_181"></a> cuando ha insertado en ellas, con
+indulgencia pasmosa, tantsimo verso insignificante y menos que mediano.
+El empeo de agradar nuestros hermanos de Amrica y el afn de mostrar
+que sabe mucho, disculpan al Sr. Menndez y Pelayo; pero, hablando con
+franqueza, su <i>Antologa</i> hubiera valido ms, si en vez de constar de
+cuatro gruesos tomos hubiera constado slo de dos, y aun de uno: su
+<i>Antologa</i> se asemeja los libros profticos que la Sibila de Cumas
+vendi Tarquino el Antiguo. Primero eran nueve y Tarquino no los quiso
+comprar; luego la Sibila los redujo seis, y Tarquino no los compr
+tampoco; y por ltimo, la Sibila los redujo tres y pidi por ellos
+tres veces ms de lo que por los nueve haba pedido. Tarquino los compr
+entonces. Y es de suponer que si la Sibila los hubiera reducido uno
+solo, Tarquino hubiera dado por l ms dinero. <i>Mutatis mutandis</i> lo
+propio puede decirse de la <i>Antologa</i> del Sr. Menndez y Pelayo.</p>
+
+<p>En lo expuesto hasta aqu, no creo yo que haya razn suficiente para que
+los rebeldes de Cuba nos hagan la guerra sangre y fuego, ponindonos
+en idntica situacin en que Dionisio, tirano de Siracusa, puso un
+filsofo crtico que haba en su corte. Como el filsofo no gust de los
+versos del tirano, ste le trat muy mal; se apiad luego de l y le
+sac del calabozo en que le tena encerrado; le ley, por ltimo, otros
+versos suyos, y entonces dijo el filsofo: que me vuelvan encerrar en
+el calabozo. Aplquese el<a name="page_182" id="page_182"></a> cuento y conste que si la guerra civil
+cubana, cuya terminacin fervorosamente deseamos, hubiese de terminar
+aplaudiendo nosotros muchos versos de por all, un involuntario
+indomable espritu crtico nos forzara exclamar: que nos vuelvan al
+calabozo; que siga la guerra; <i>signa canant</i>, suenen las trompetas, como
+dijo Augusto Fulvia cuando le amenaz con la guerra civil, si
+amorosamente no se le renda.</p>
+
+<p>Basta ya por hoy. Otro da hablar de otras razones menos disparatadas
+que alega el seor Merchn en favor de la guerra de Cuba.</p>
+
+<h4>II</h4>
+
+<p>Ciencia exacta es la estadstica. Yo no lo niego. Lo nico que me
+atrever decir es que siempre que de estadstica se trata, acude mi
+memoria este cuentecillo.</p>
+
+<p>De vuelta su lugar cierto joven estudiante, muy atiborrado de doctrina
+y con el entendimiento ms aguzado que punta de lezna, quiso lucirse
+mientras almorzaba con su padre y su madre. De un par de huevos pasados
+por agua, que haba en un plato, escondi uno con ligereza. Luego
+pregunt su padre.&mdash;Cuntos huevos hay en el plato?&mdash;El padre
+contest:&mdash;Uno. El estudiante puso en el plato el otro, que tenia en la
+mano, diciendo:&mdash;Y ahora, cuntos hay?&mdash;El padre volvi
+contestar:&mdash;Dos.&mdash;Pues entonces&mdash;replic el estudiante&mdash;dos que hay
+ahora<a name="page_183" id="page_183"></a> y uno que haba, antes, suman tres. Luego son tres huevos los que
+hay en el plato. El padre se maravill mucho del saber de su hijo, se
+qued atortolado y no atin desenredarse del sofisma. El sentido de la
+vista le persuada de que all no haba ms que dos huevos; pero la
+dialctica especulativa y profunda le inclinaba afirmar que haba
+tres. La madre decidi al fin la cuestin prcticamente. Puso un huevo
+en el plato de su marido para que se le comiera: tom otro huevo para
+ella, y dijo su sabio vastago:&mdash;El tercero, cmetele t.</p>
+
+<p>Tercer huevo es casi siempre el <i>supervit</i> de los presupuestos y no
+corta porcin de las rentas y recursos de los particulares y de los
+Estados.</p>
+
+<p>Traigo esto al propsito de que recibamos con escepticismo prudente
+todos los datos estadsticos que el Sr. Merchn presenta para demostrar
+cunto produce Espaa la isla de Cuba.</p>
+
+<p>Segn muchos polticos y estadistas espaoles, entre los cuales cita el
+Sr. Merchn D. Francisco Silvela, en un discurso que pronunci en el
+Congreso el 12 de Febrero del ao pasado, Cuba, desde hace tiempo, es
+una carga para Espaa.</p>
+
+<p>Contra esto se encoleriza extraordinariamente el Sr. Merchn y siente
+herida su vanidad de cubano. Segn l, Cuba nos produce tanto, que el
+da en que la perdamos, casi todos los espaoles nos moriremos de hambre
+ poco menos. Por inters y no por punto de honra, anhelamos, pues,
+conservar Cuba. El Sr. Merchn no quiere<a name="page_184" id="page_184"></a> comprender no comprende,
+que, hasta prescindiendo del inters y del punto de honra, la
+conservacin de la grande Antilla nos importa mucho. Su prdida no
+podra menos de dolernos, como duele cualquiera que le saquen una
+muela picada, aunque la muela para nada le sirva. De aqu que tratemos
+de empastarla de orificarla, y procuremos resistir los <i>sacamuelas</i>
+de los Estados Unidos, que desean su extraccin y tienen ya preparado el
+gatillo.</p>
+
+<p>Pero vamos la estadstica del Sr. Merchn.</p>
+
+<p>Confiesa que, desde 1868, no vienen Espaa sobrantes de Ultramar. Los
+insurrectos de Yara, dice con jbilo, cerraron este vasto desage.
+Veamos ahora la enorme cantidad de millones que, segn el Sr. Merchn,
+viene Espaa por otros conductos.</p>
+
+<p>Segn l y segn el Sr. Dolz, quien cita, nuestros empleados en
+aquellas aduanas defraudan al Tesoro, y sin duda envan Espaa cada
+ao la friolera de ocho millones de pesos fuertes. Sea, digo yo: pero,
+como no se puede creer que los mercaderes y contrabandistas de Cuba
+lleven la tontera hasta el extremo de concurrir en balde y de balde
+este robo, dando los empleados lo que debieran dar al Tesoro, fuerza
+es afirmar que, si dan los empleados ocho millones se quedan ellos con
+doce, siquiera con otros ocho, para que el robo sea medias. Yo me
+resisto creer que el comercio de exportacin y de importacin d en
+Cuba para tan desaforado latrocinio. Aceptemos, no obstante, que<a name="page_185" id="page_185"></a> el
+resguardo y los vistas ciegos envan Espaa los ocho millones.</p>
+
+<p>En todo lo dems que pone el Sr. Merchn como rendimiento de Cuba
+Espaa, es evidente que el Sr. Merchn delira.</p>
+
+<p>Cuba, dice, exporta cada ao para Espaa seis millones de pesos fuertes
+en frutos, que pagan por derecho de importacin tanto como valen. Supone
+luego que estos seis millones, que salen del bolsillo de los
+peninsulares que quieren regalarse con frutos ultramarinos, son tambin
+tributo ddiva que Cuba nos enva; y suma catorce millones.</p>
+
+<p>El estanco del tabaco rinde diecinueve, segn manifest recientemente el
+director de la Compaa Arrendataria, D. Eleuterio Delgado. Aunque no se
+comprende por qu, el Sr. Merchn se los aplica tambin Cuba y ya
+tenemos que Cuba nos produce treinta y tres millones.</p>
+
+<p>Espaa manda Cuba cada ao, en mercancas, por valor de veinticinco;
+pero como de all vienen seis, la balanza de comercio slo da en nuestro
+favor diecinueve. Y como si todas las mercancas que enviamos Cuba no
+valiesen un pito y fuesen una basura grandsima, que nosotros hicisemos
+tragar y pagar por fuerza los infelices y tiranizados cubanos, el Sr.
+Merchn pone tambin estos diecinueve millones en la cuenta de lo que
+Cuba nos tributa, hacindola subir cincuenta y dos millones de pesos
+anuales. Tal es la renta clara y paladina que da Cuba Espaa. La renta
+misteriosa y oculta es inmensa,<a name="page_186" id="page_186"></a> segn el Sr. Merchn. Los empleados,
+los comerciantes peninsulares, todos cuantos van de Espaa Cuba no se
+cansan jams de enviar dinero de Cuba Espaa.</p>
+
+<p>En su afn de ponderar lo que cuesta Cuba el ser espaola, pone y suma
+el Sr. Merchn los sueldos principales del alto clero y de los
+funcionarios militares y civiles; pero no logra elevarse en esta suma
+por cima de doscientos mil duros. Y no se para tampoco considerar que
+si Cuba llegase ser Repblica independiente, no haba de suprimir al
+arzobispo, al obispo, la clereca, los empleados todos, y hasta se
+haba de quedar acfala y sin presidente. Ya saldra los cubanos
+bastante ms caro que les sale ahora todo el aparato administrativo. Y
+esto sin meternos vaticinar ni recelar que en Cuba pudiera haber
+presidentes, como los ha habido en otros puntos de Amrica, que han
+tenido para estrujar al pueblo y sacarle el jugo tanta pujanza como la
+prensa hidrulica ms poderosa. Con todas las violencias tirnicas, con
+todas las ferocidades de cuantos virreyes, gobernadores y capitanes
+generales ha enviado Espaa Amrica, desde el reinado de Felipe II
+hasta hoy, si pudiramos ponerlas en un alambique y destilar la quinta
+esencia de ellas, crame el Sr. Merchn, no sacaramos un espritu
+equivalente al del tirano Rosas, pongo por caso.</p>
+
+<p>Es el Sr. Merchn, aparenta ser, contrario la anexin de Cuba los
+Estados Unidos. No puede, por consiguiente, alegar, en contra de lo<a name="page_187" id="page_187"></a> que
+l llama <i>profecas siniestras</i>, el florecimiento y prosperidad de Cuba
+si llega ser un Estado ms de la Unin. El Sr. Merchn no aspira al
+suicidio colectivo como raza. Espera y pretende que Cuba contine siendo
+<i>latina</i>, que es el epteto que gustan de darse ahora muchos
+hispano-americanos, para no llamarse espaoles. Todos han de ser
+<i>latinos</i>, aunque no hayan pasado del <i>quis, qu, quod vel quid</i>.</p>
+
+<p>El odio Espaa del Sr. Merchn y de otros insurgentes es tan feroz y
+desapiadado, que ms que la prosperidad y auge de Cuba, harto
+problemticos si llega ser independiente, los encanta y seduce la
+tremenda ruina en donde, segn ellos, se hundir Espaa si perdemos
+aquella sla. Como si fuera tan malo cuanto en la Pennsula se produce,
+que nadie quisiese comprarlo sino por fuerza, entienden que, separada
+Cuba de Espaa, no tendremos quien vender. Los diecisiete y medio
+millones de espaoles peninsulares, asegura el Sr. Merchn que estamos
+<i>amenazados de miseria y de muerte si perdemos la clientela forzada de
+1.200.000 blancos y 400.000 negros</i> sus compatriotas.</p>
+
+<p>Por lo visto, entra tambin en el plan de los insurrectos el despojar
+los espaoles pennsulares de las propiedades territoriales que en Cuba
+tienen, y hasta el expulsarlos de all. Toda esta poblacin&mdash;deca en
+1869 <i>La Voz de Cuba</i>, en artculo que el Sr. Merchn reproduce y
+celebra&mdash;vivir errante y miserable en el mundo.</p>
+
+<p>Para que tal cosa no suceda, para defender <a name="page_188" id="page_188"></a> esa poblacin, la que
+tenemos obligacin de defender; para conservar la integridad de nuestro
+territorio, para que la nacin espaola no sea de nuevo mutilada, y no
+porque Cuba nos produzca todos esos millones fantsticos, deseamos
+conservar Cuba, y es de esperar que la conservemos. Los diecisiete
+millones y medio de espaoles peninsulares, salvo muy pocos, no temen
+perder el mercado para su industria, y perder el fomento de su comercio
+y de su marina mercante, si llegasen perder la perla de las Antillas.
+No nos faltara entonces sitio y gente donde enviar nuestros productos
+y nuestros barcos. La prdida de Cuba nos traera, sin duda,
+perturbacin, mas no por la utilidad que Cuba nos trae nos ha trado
+nunca. Si atendisemos solo esta utilidad, apenas habra espaol que
+no estuviese deseando que nos quedsemos sin Cuba.</p>
+
+<p>No tendra entonces que decir el Sr. Merchn, citando los arrogantes
+versos de Nez de Arce, y dirigindose Cuba:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left"> &nbsp; Y si ser grande y respetada quieres,</td></tr>
+<tr><td align="left">de t no ms la salvacin esperes.</td></tr>
+</table>
+
+<p>Consejo que Cuba, mejor dicho, los rebeldes en armas no siguen, porque
+solos ni se hubieran rebelado, ni persistiran en la rebelin, que los
+<i>yankees</i> atizan, fomentan, patrocinan y pagan para echar de all al
+cabo, no slo nosotros los espaoles, sino tambin todos los
+<i>latinos</i>, sin excluir al Sr. Merchn, que regresara por corto tiempo
+su patria y que tendra que volverse <a name="page_189" id="page_189"></a> Bogot, porque en Cuba,
+<i>yankeeficada</i>, le miraran como mueble incmodo intil y no le haran
+caso. No le valdra la adulacin con que proclama la omnipotencia de los
+Estados Unidos.</p>
+
+<p>Si quisieran apoderarse de Cuba, dice, quin se opondra? Inglaterra?
+El Leopardo puede aceptar luchas con el guila, pero no la provoca
+ellas. Francia? Mientras no arregle cuentas con Alemania, evitar
+contiendas con otras naciones fuertes y civilizadas. Alemania, Rusia?
+No tienen intereses coloniales en Amrica; y Rusia, de desenvainar la
+espada, lo hara favor de su antigua amiga la Unin Americana. En
+cuanto una coalicin de las grandes potencias, los Estados Unidos no
+la temen. Recurdese cmo desbarataron la Santa Alianza con un Mensaje
+de Monroe.</p>
+
+<p>Tendr razn el Sr. Merchn y lo podrn todo los Estados Unidos? Se
+atrevern intervenir en Cuba y intentar despojarnos de cuanto all
+legtimamente poseemos, sin que por impotencia por imprevisor egosmo
+se interponga en nuestro favor ninguna grande potencia europea? Entonces
+s que no ser Cuba, sino Espaa, quien tenga que decir el poeta,
+y esperemos en Dios que sea odo:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left"> &nbsp; Y si ser grande y respetada quieres,</td></tr>
+<tr><td align="left">de t no ms la salvacin esperes.</td></tr>
+</table>
+
+<p><a name="page_190" id="page_190"></a></p>
+
+<h4>III</h4>
+
+<p>Algo arrepentido estoy de haber tomado por asunto de un escrito mo el
+libro del Sr. Merchn. Hay muchsimo que decir sobre l, y yo me canso,
+y, lo que es peor, temo cansar mis lectores. Sin embargo, como ya
+emprend la tarea, no quiero dejarla sin terminar, si bien procurar ser
+muy conciso.</p>
+
+<p>Lo ms grave de que el Sr. Merchn acusa Espaa, es de su corrupcin
+administrativa en Cuba. Nada hay que decir contra los datos que aduce.
+Todos estn tomados de discursos, informes, folletos y Memorias,
+suscriptos por los seores Romero Robledo, Moret, marqus de la Vega de
+Armijo, Balaguer, Doltz, general Pando, general Salamanca y bastantes
+otros hombres polticos peninsulares de la primera importancia.</p>
+
+<p>No quiero entrar en pormenores, porque son cansados y adems harto feos.
+Convengo, pues, con el Sr. Merchn en que en Cuba la corrupcin
+administrativa es deplorable: es un mal que requiere pronto y enrgico
+remedio. Pero le hallar la rebelin, si triunfa y establece en Cuba
+una Repblica independiente? Lo dudo, y no digo rotundamente lo niego,
+porque no me precio de profeta, porque mi optimismo no tiene limites y
+porque no he perdido la fe en lo sobrenatural y milagroso.<a name="page_191" id="page_191"></a></p>
+
+<p>Mal hemos administrado Cuba en el siglo presente; pero lcito es
+presumir que los cubanos <i>libres</i> la administraran mil veces peor.
+Libres son y constitudas estn en Repblicas todas nuestras antiguas
+colonias en el continente americano. Hay alguna de ellas que desde que
+conquist su libertad hasta hoy haya sido mejor administrada que Cuba?
+Esto es lo primero que sera necesario demostrar.</p>
+
+<p>Yo reconozco desde luego que el desarrollo del comercio, de la industria
+y de la riqueza en general, mil ingeniosas invenciones y los ms fciles
+medios de comunicacin entre las gentes han hecho progresar y han
+llevado como remolque hasta los pueblos ms atrasados. Pero estas
+causas debieran influir ms en los pueblos libres que en pueblos como el
+de Cuba, que gime an bajo el abominable yugo de Espaa. Cuba, no
+obstante, apenas tenia principios de siglo ms poblacin que 400.000
+almas. Hoy pasa la poblacin de Cuba de 1.600.000. La poblacin, pues,
+est cuadruplicada, sin que esto contribuyan, ni la abolida trata de
+negros, ni una gran corriente de emigracin europea asitica. La
+riqueza y el bienestar han aumentado tambin, pesar de las guerras
+civiles. No estarn, pues, tan oprimidos y miserables los cubanos,
+cuando as crecen y prosperan. Crecen en la misma proporcin en las
+Repblicas hispano-americanas, las gentes, el bienestar y la riqueza?</p>
+
+<p>Ya he dicho que no he de negar yo la corrupcin administrativa de Cuba,
+para cuya prueba<a name="page_192" id="page_192"></a> aduce el Sr. Merchn tanto testigo; pero tenga por
+cierto que, si fuese tal como l la pondera, Cuba no hubiera prosperado.
+La extraordinaria fecundidad de su suelo no hubiera podido prevalecer
+contra la rapacidad que en los peninsulares supone el Sr. Merchn. Si de
+los cuatro siglos que hace que poseemos Cuba hubiramos sacado de ella
+y enviado Espaa durante cuarenta aos siquiera, diez aos por
+siglo, la mitad no ms de lo que anualmente robamos Cuba, sean
+veinticinco millones de pesos fuertes y esto sin contar las remesas
+misteriosas infinitas que hacen los peninsulares, tendramos que, en
+poco tiempo, habran ingresado de Cuba en Espaa nada menos que mil
+millones de pesos fuertes. En qu Pozo Airn, en qu sumidero, en qu
+insondable abismo ha venido precipitarse y hundirse este Misisip,
+este Amazonas de oro? Dnde estn los palacios, las soberbias quintas,
+los hadados jardines, el lujo <i>sardanaplico</i> y los sibarticos deleites
+de los peninsulares que trajeron de Cuba todo ese dinero? Dnde estn
+los templos, los obeliscos y las pirmides que hemos levantado con el
+ureo vellocino de nuestra Colcos? Ambas Castillas estn pobres y
+desoladas. Los palacios de los peninsulares enriquecidos en Cuba son ms
+difciles de hallar que los de Dulcinea. Y no hay monumento de algn
+valer que no se haya erigido con dinero nuestro y no cubano. Para que
+sea ms evidente la prueba, los monumentos ms nobles y grandiosos,
+hasta son anteriores al descubrimiento de<a name="page_193" id="page_193"></a> Amrica, y por consiguiente,
+de Cuba; los muros ciclpeos y las ingentes torres y arcos triunfales de
+Avila; las catedrales, como las de Burgos y Toledo, y los alczares,
+como el de Segovia.</p>
+
+<p>Amrica no ha enriquecido, ha empobrecido y despoblado Espaa. Espaa,
+en su gloriosa expansin, no se dilat por el mundo para saquearle y
+para traer la Pennsula los despojos pimos, sino para difundir por
+doquiera su cultura, su religin, su idioma y sus artes. Si en la misma
+Italia, maestra de ellas, cuando en Italia dominamos, levantamos
+templos, castillos y palacios, erigimos monumentos y fundamos obras
+piadosas, hospicios y colegios, como de ello dan testimonio Naples,
+Palermo, Mesina, Bolonia y otras ciudades, sin excluir la misma Roma,
+qu no haramos y qu no hicimos en Amrica, donde en resumidas cuentas
+no haba nada, si haba algo, responda un estado incompletsimo
+inicial de cultura, como podra ser el del centro del Asia, tres
+cuatro siglos antes de que saliese Abraham de su patria, Ur de los
+caldeos?</p>
+
+<p>Desengese el Sr. Merchn; la nacin espaola poco nada ha traido de
+Cuba que no haya pagado con creces; nada debe Cuba. Cuba es quien se
+lo debe todo Espaa; salvo lo que da la Naturaleza en su estado
+primitivo y selvtico. Por eso, aunque el Sr. Merchn se enoje, tiene
+Espaa razn para llamar ingratos sus rebeldes hijos de Cuba. Qu
+habr quitado Espaa para enriquecerse Maceo, Mximo Gmez
+Quintn Banderas?<a name="page_194" id="page_194"></a></p>
+
+<p>En cuanto los fraudes y depredaciones de nuestros empleados, no poco
+hay tambin que objetar. Mucho crdito, por ejemplo, merece D. Eduardo
+Dolz; pero acaso no puede equivocarse exagerar involuntariamente? En
+los ltimos veinticinco aos, afirma que nuestros empleados han
+defraudado, en las aduanas de Cuba, doscientos millones de pesos
+fuertes. Supongamos que es exacta la cantidad, y ya es mucho suponer.
+Todava no es posible la suposicin de que sean tan necios los
+mercaderes y contrabandistas cubanos que hayan tenido el capricho
+irracional de dar los empleados los doscientos millones, en vez de
+darlos al Tesoro. Lo probable sera que, en este hurto hecho al Tesoro,
+saliesen ganando los comerciantes y contrabandistas ciento cuarenta
+millones y que los empleados se contentasen con sesenta y con enviarlos
+ Espaa. Pero como estos sesenta millones no lucen ni parecen por aqu,
+yo me atrevo presumir que son fantsticos. En Espaa no abundan tanto
+los ricos que no nos sean todos conocidos y que no sepamos de dnde ha
+salido y cmo se ha formado el caudal de cada uno. Seguro estoy de que
+sigilosamente y al odo, para no delatar nadie, sin suficientes
+pruebas, no nos declara, ni el ms zahor en estos asuntos, dnde estn
+veinte millones siquiera, el tercio de los sesenta que de Cuba han de
+haber venido la Pennsula. Los doscientos millones, pues, no se le
+quitaron al Tesoro casi todos ellos se quedaron en Cuba.</p>
+
+<p>Pretende el Sr. Merchn, apoyado en las delaciones<a name="page_195" id="page_195"></a> que aqu mismo hemos
+hecho, que todos estos empleados que van Cuba defraudar la Hacienda
+pblica, tienen, entre los ms altos personajes polticos, sendos
+padrinos quienes pagan tributo. Poco aprovecha dichos padrinos
+riqueza tan mal adquirida. Por eso me inclino yo creer que los ms
+criminales han de haber recibido muy poco; y que los medianamente
+criminales han de haber recibido algunos cajoncillos de cigarros puros,
+pinas en conserva y pasta de guayaba, con sin tropezones. Lo cierto es
+que yo he conocido y conozco gran multitud de nuestros personajes
+polticos. Los que son ricos sabemos perfectamente de dnde procede su
+riqueza. Y los pobres, que forman la mayora, contndose entre ellos no
+pocos que han sido ministros de Ultramar, me atrevo sostener que no
+han tomado un cntimo de peseta al hacerse el reparto de los doscientos
+millones de pesos fuertes. A algunos, cuyos nombres pudiera citar y
+quienes trat y visit hasta que murieron, fue menester venderles los
+libros y las ropas para poder enterrarlos.</p>
+
+<p>En suma; por donde quiera que yo lo miro, no noto en Espaa esa horrible
+corrupcin que el Sr. Merchn nos achaca, y que en todo caso no sera
+igual, ni con mucho, la que de otras grandes naciones, como Francia
+Italia, nos dejan presumir escndalos recientes, y como la que de los
+propios Estados Unidos por mil indicios tambin se presume.</p>
+
+<p>Yo infiero de todo, empezando por conceder<a name="page_196" id="page_196"></a> que en la administracin de
+Cuba hay desrden y despilfarro, necesitados de enmienda, que la
+corrupcin no es tan enorme como se dice, que son cubanos interesados
+y poco escrupulosos los que la fomentan, ms en detrimento del Tesoro de
+la Metrpoli que en detrimento de la prosperidad de la isla.</p>
+
+<p>La rebelin, por consiguiente, no queda as justificada. Los saqueos y
+los incendios perpetrados por los rebeldes no remediarn nada, ni
+contribuirn la prosperidad de Cuba. Y contribuirn an mucho menos,
+si los Estados Unidos, segn ya se prev, nos exigen indemnizacin por
+esos saqueos y esos incendios, que sin el favor y aliento que dan los
+rebeldes, no se perpetraran, y si el Gobierno espaol tiene la
+debilidad de someterse y de pagar. Esperemos, aunque se resista y no
+pague, que no haya violencia ni guerra internacional. Y en todo caso,
+aunque esa guerra sobreviniese y aunque nos fuese adversa la fortuna,
+siempre sera preferible la humillacin y la ignominia; y sobre
+todo, si la ignominia y la humillacin resultasen intiles y al cabo
+hubiese guerra, no ser que resignadamente nos dejsemos despojar de
+todo.<a name="page_197" id="page_197"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 381px;">
+<a href="images/illpg_197a.png">
+<img src="images/illpg_197a_sml.png" width="381" height="75" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="LAS_ALIANZAS" id="LAS_ALIANZAS"></a>LAS ALIANZAS</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="r"><i>Sr. Director de El Liberal.</i></p>
+
+<p class="nind">MI distinguido amigo: Al leer lo que dice <i>La poca</i> sobre poltica
+internacional, siento ciertos escrpulos de haber contribudo, con el
+folleto que publiqu pocos das ha, promover la cuestin de alianzas,
+que muchos peridicos tratan ahora. Esto me induce comentar lo que ya
+dije, fin de que, sino tiene usted inconveniente, me favorezca
+publicando esta carta, aunque impugne luego su contenido.</p>
+
+<p>Lamentbame yo de que Espaa, en la presente ocasin de apuros y
+peligros, estuviese aislada: pero mi lamento no implicaba oposicin
+determinado partido hombre poltico. No iba contra nadie: iba contra
+todos. Y por otra parte, como los aliados y los amigos no se buscan ni
+se ganan en el momento en que se necesitan, sino que se tienen
+prevencin y de antemano, tambin estuvo muy lejos de mi mente, y lo
+hubiera estado, aunque mi insignificancia no lo estorbase, el aconsejar
+al Gobierno actual que<a name="page_198" id="page_198"></a> buscara depriesa y corriendo lo que antes de l,
+desde hace ya medio siglo, nadie haba buscado.</p>
+
+<p>Limitada as la intencin que tuve al hablar de alianzas, sigo
+sosteniendo, sin que <i>La poca</i> me convenza de lo contrario, que las
+alianzas son buenas y que sin alianzas nada til importante se ha
+conseguido en el mundo, desde que Hiran y Salomn se aliaron, hasta el
+da de hoy. Cuando Salomn, que era sapientsimo, buscaba alianzas, no
+ser el buscarlas tan gran disparate. Sin la que contrajo, ni l hubiera
+construdo el admirable templo de Jerusaln, ni desde Aziongaber hubiera
+enviado Ofir sus naves para que volviesen cargadas de marfil y
+sndalo, oro y perlas, perfumes, especias, papagayos y otros mil
+primores. Y prescindiendo de ejemplos vetustos, hay uno muy reciente que
+muestra cun fecundas en bienes son las alianzas urdidas con arte. Si
+consideramos lo que ha ganado el Piamonte desde Novara hasta el da, nos
+asombramos como del milagro ms pasmoso. El pequeo sacrificio de enviar
+cuarenta mil hombres Crimea, y ms tarde el sacrificio algo mayor de
+ayudar Prusia y de sufrir por mar una derrota en Lysa y por tierra
+otra en Custozza, han valido al Piamonte, primero el Milanesado y
+despus el Vneto; que nadie se oponga que arroje de Sicilia, de
+Npoles, de Toscana y de otros Estados sus soberanos legtimos; que,
+pesar del enojo de muchos millones de catlicos, despoje al Papa de su
+poder temporal, y que constituya la unidad de Italia, que pareca sueo.
+Pedir ms<a name="page_199" id="page_199"></a> sera gollera; sera imitar aquel monarca aprovechadsimo
+que peda y alcanzaba tantas cosas por medio de su hijo, casado con el
+hada Paraban, hermana del rey de los genios, que el rey de los genios
+se hart al verle tan exigente y pedigeo, y le aplast descargando
+sobre l su tremenda clava. La habilidad, por grande que sea, tiene su
+limite, sobre todo cuando no hay en ella magia hechizo. Y magia sera,
+si por virtud de la triple alianza diese Italia tambin cima y dichoso
+remate sus tal vez prematuras empresas en remotos pases.</p>
+
+<p>La de Saavedra Fajardo, que cita <i>La poca</i>, y el texto latino de cierta
+fbula de Fedro, que todos sabemos, lo nico que prueban es que
+cualquier obra de alguna transcendencia, como no se haga bien, lo mejor
+es que no se haga. Sin duda que hay peligro en aventurarse, pero quien
+no se aventura no pasa la mar.</p>
+
+<p>Nosotros, los espaoles, desde hace aos pecamos de desconfiados y
+formamos de nosotros mismos muy pobre concepto. Pensamos y decimos sin
+irona ni broma algo parecido lo que por chiste o yo decir una vez al
+Sr. D. Antonio Cnovas con general regocijo de cuantos le escuchaban.
+Deca que l se haba venido de Mlaga huyendo porque all todos le
+engaaban trataban de engaarle. Espaa, con la mayor formalidad, est
+diciendo y haciendo lo mismo: huye del trato y familiaridad de todas las
+potencias de Europa por temor de que la engaen.</p>
+
+<p>Mientras ms lo recapacito, mejor noto que la<a name="page_200" id="page_200"></a> desconfianza que nos
+arrastra al retraimiento y al separatismo est en nosotros muy arraigada
+y conviene librarnos de ella. Por esta desconfianza echamos los judos
+y los moriscos; por esta desconfianza se rompi nuestra unin con
+Portugal, y al romperla perdi Portugal lo mejor de su imperio en la
+India; por esta desconfianza estuvo punto de separarse de nosotros
+Catalua; en parte, por esta desconfianza se han emancipado
+prematuramente todas las colonias espaolas del continente americano; y
+por esta desconfianza brotan hoy ominosos chispazos de regionalismo, ya
+en la misma Catalua, ya en las provincias vascongadas, ya en Galicia.</p>
+
+<p>Claro est que los negros y mulatos de la clase ms ruda y humilde que
+hay en Cuba entre los rebeldes, estn all por merodear; que los
+aventureros de pases extraos estn para ganar importancia y dinero en
+la contienda; y que algunos ambiciosos, nacidos en la propia tierra,
+estn porque suean con ser ministros presidentes de la Repblica
+futura; pero si hay cubanos de arraigo y buena f que conspiren luchen
+contra Espaa y anhelen la independencia de Cuba, esa desconfianza
+secular, ese vicio inveterado del separatismo, es quien los mueve. Y es
+tan pernicioso para ellos el movimiento, que si Espaa no logra pararle,
+los llevar al suicidio colectivo, gemir bajo el yugo de un
+presidente de un emperador negro la desaparicin en la isla, de su
+lengua y de su casta, cuando toda, si triunfan, sea <i>yankee</i>, dentro de
+poco.<a name="page_201" id="page_201"></a></p>
+
+<p>A fin de impedirlo, sacrifica hoy Espaa sus hombres y su dinero. Y no
+es el inters quien la impulsa, sino una obligacin sagrada. No podemos
+consentir en que retroceda la barbarie lo que durante cuatro siglos
+hemos cuidado con amor y cultivado con esmero, ni podemos consentir en
+que desaparezcan de Cuba los hombres de nuestra lengua y casta, por
+ingratos y discolos que sean, para que se extiendan y dominen en ella
+los anglo-americanos.</p>
+
+<p>De esperar es que nos saquen airosos de este empeo la constancia
+patritica de la nacin y el valor de nuestros soldados. De esperar es
+que se evite el conflicto con los Estados Unidos, donde, aunque
+proclamen la beligerancia, tal vez no se atrevan intervenir mano
+armada en favor de los insurrectos. Y de esperar es, en ltimo extremo,
+que si los Estados Unidos intervienen, contra razn y derecho, se
+interpongan las grandes potencias europeas y no permitan, una guerra
+injusta y terrible, el violento despojo de lo que nos pertenece,
+apoderndose la gran Repblica de la llave del seno mexicano, por donde
+ha de abrir el camino que ponga en comunicacin los dos grandes mares.
+Tales son las esperanzas que podemos tener. Con ellas debemos
+contentarnos, aunque no sean muy seguras. Ya no es tiempo de buscar
+alianzas. Solos estamos en el gran conflicto, y con nuestra propia
+energa tendremos que salir de l, si en los Estados Unidos no ceden,
+pues al cabo la mayora de aquel pueblo no es como<a name="page_202" id="page_202"></a> Shermann, Mrgan y
+Mills, si las grandes potencias europeas, movidas por el propio
+inters, no nos prestan apoyo.</p>
+
+<p>Pero si Espaa hubiese contado con amistades y alianzas y no hubiese
+estado tan sola, no hubiera tenido que aguardar hasta el ltimo extremo;
+hubiera inspirado ms respeto en Washington, y no hubiera tenido que
+ceder tantas humillantes injustas reclamaciones y que pagar tanta
+indemnizacin con longanimidad lastimosa y que sufrir con paciencia
+tanto vejamen y tantos vituperios de senadores y diputados <i>yankees</i>.
+Estos, de seguro, jams se hubieran atrevido despotricarse tan
+ferozmente si Espaa hubiese estado ms enlazada y sostenida en el
+concierto de las naciones civilizadas de Europa.</p>
+
+<p>En mi sentir, pues, las alianzas no solo son convenientes, sino
+indispensables para Espaa, que tiene an, y no puede menos de tener,
+tanto que conservar y tanto que aspirar, si no se arroja en el surco y
+se declara muerta y prescinde de su historia.</p>
+
+<p><i>La poca</i> citaba contra las alianzas Saavedra Fajardo. Yo citar en
+favor de ellas otro poltico de ms fuste y recmara: al propio
+Nicols Machiavelli. Precisamente en el captulo XXI, donde explica cmo
+se ha de gobernar un prncipe para conquistar reputacin, y donde hace
+tan hermoso elogio de Fernando de Aragn, marido de Isabel la Catlica,
+ quien declara <i>por fama y por gloria el primer rey entre los
+cristianos</i>, se decide en favor de las alianzas, diciendo que<a name="page_203" id="page_203"></a> un
+prncipe no es estimado sino cuando es verdadero amigo verdadero
+enemigo; que el descubrirse es ms til que el quedarse neutral, y que
+el prncipe irresoluto, cuando, por huir compromisos y peligros, sigue
+el camino de la neutralidad, las ms veces se hunde en vergonzosa ruina,
+teniendo que salir de la neutralidad por fuerza y no de grado.</p>
+
+<p>Como ya he dicho que las alianzas convienen y hasta son indispensables,
+quisiera decir tambin de qu suerte me parece que deben buscarse y
+celebrarse; pero como hoy me he extendido mucho, lo dejo para otro da,
+si no fatigo los lectores de <i>El Liberal</i> con nueva carta.</p>
+
+<h4>II</h4>
+
+<p class="r"><i>Sr. Director de El Liberal.</i></p>
+
+<p>Mi distinguido amigo: En cuestin de alianzas tal vez sera lo mejor,
+despus de afirmar que convienen, abstenerse de decir con quin y cmo.
+Los usos diplomticos prescriben no hablar de tales conciertos hasta
+despus de ya celebrados. Pero, pesar de todo, me parece que no hay
+imprudencia ni falta de sigilo en que alguien, como yo, que est
+alejadsimo del poder pblico y de todo centro oficial, y que no
+compromete nadie ni se compromete, diga sobre el asunto lo que se le
+antoje. Lo que yo pienso decir, adems, no puede ofender ninguna
+nacin. Y no porque yo me valga de rodeos y perfrasis,<a name="page_204" id="page_204"></a> sino porque
+quizs causa de mi optimismo y de mi indulgencia afectuosa, apenas
+condeno nadie y hallo disculpa para todo.</p>
+
+<p>Triste cosa es que, al llegar casi su trmino el siglo <span class="smcap">xix</span>, llamado de
+las luces, la humanidad haya adelantado tan poco, moral y polticamente,
+que, en el mismo centro de su ms alta civilizacin, todos los hombres
+capaces de empuar las armas anden cargados con ellas, haciendo el
+ejercicio, reuniendo con grandes gastos los ms eficaces medios de
+destruccin, aprendiendo matar y perdiendo en maniobras, revistas y
+paradas el tiempo que pudieran emplear en divertirse en producir cosas
+tiles y agradables, y tenindose de continuo unos otros en jaque y
+alerta; pero esto no tiene remedio y no hay para qu censurarlo.</p>
+
+<p>Muy costosa es la paz armada, pero ms costosa y terrible sera una
+nueva guerra europea. Dios quiera, pues, que no la haya, y que, pasando
+aos, se harten las grandes potencias de consumir dinero y de convertir
+ todos sus ciudadanos en soldados, y se decidan deponer las armas.</p>
+
+<p>Por ahora, y sabe Dios hasta cundo, la amenaza de guerra es constante,
+y en vez de ser segura la paz en la tierra los hombres de buena
+voluntad, estamos amenazados siempre de una estupenda y colosal
+conflagracin belicosa, en que luchen por un lado Alemania, Austria
+Italia, y por otro Francia, tal vez auxiliada por Rusia.<a name="page_205" id="page_205"></a></p>
+
+<p>Si por desgracia llegara este caso qu le convendra hacer Espaa?
+Los alemanes no nos han hecho ni bien ni mal; de los italianos no
+tenemos agravios que vengar y los queremos bien, salvo algunas damas
+elegantes y devotas y cierto nmero de catlicos muy fervorosos, que
+desean que se lleve el diablo aquella monarqua para que recobre el
+Padre Santo su poder temporal, y con Austria estuvimos unidos por lazos
+dinsticos en la mejor poca de nuestra historia, hemos vuelto estarlo
+en el da, y aun yo creo posible y conveniente que se aumenten estos
+lazos. Nada tendramos que ganar con hacer la guerra la Triple
+Alianza; pero como tambin sera duro pelear contra nuestros simpticos
+vecinos los franceses, amables difundidores por el mundo de las letras
+amenas y de las artes elegantes y deleitosas, lo mejor y lo ms cmodo
+sera permanecer neutrales, pesar de lo que he citado de Machiavelli.
+Este gran poltico hablaba en muy distintas circunstancias, para muy
+otra edad del mundo, y siempre con la mira de libertar Italia de los
+que l llamaba brbaros, cuyo yugo le apestaba, sin que hubiese
+atrocidad, crimen ni peligrosa aventura que para sacudir aquel
+hediondo yugo no excitase l su <i>Prncipe</i>.</p>
+
+<p>Nosotros tenemos tambin que sacudir algo modo de yugo, que no me
+atrevo condenar ni por de brbaros ni por hediondo; pero que s
+calificar de pesado y de vergonzoso, y que nos convertir en
+Nacin-Job, si hemos de seguir<a name="page_206" id="page_206"></a> sufrindole. Ya se entiende que este
+yugo es el que en Cuba nos imponen los <i>yankees</i>, porque sin el favor,
+amparo y aliento que dan los que se rebelan, y sin la mengua de
+autoridad que nos causan, y sin el descrdito que vierten sobre
+nosotros, pidindonos cuenta de todo, como si fueran nuestros jueces, y
+sin la facilidad con que convierten en ciudadanos de su gran Repblica
+nuestros ms acrrimos enemigos, renegados de su casta, obligndonos
+darles dinero en vez de fusilarlos de enviarlos presidio, es casi
+seguro que en Cuba no habra insurreccin y es seguro que no sera ni
+con mucho tan importante y duradera como es hoy. Lo milagroso es que en
+vista de las ventajas que ofrece los insurrectos la descarada
+proteccin de los Estados Unidos, no acudan Cuba combatirnos todos
+los aventureros sin patria y toda la gente perdida que hay en el mundo.</p>
+
+<p>No creo yo, sin embargo, que el mejor camino para libertarnos del yugo
+mencionado sera salir de la neutralidad en una posible guerra europea.
+La neutralidad nos conviene; pero, fin de que sea respetada y no se
+encierre en egosmo estril, importara concertarnos, para este fin
+solo, con alguna gran potencia que no estuviese comprometida ni en favor
+de Francia ni en favor de Alemania. Este nuevo grupo, de que pudiramos
+formar parte, no slo nos valdra para que nos respetasen durante la
+guerra, sino tal vez para contribuir la conservacin restauracin de
+la paz, y no slo nos valdra para<a name="page_207" id="page_207"></a> que el vencedor no nos atase al
+carro de su triunfo, sino tambin para concurrir moderar las
+exigencias del que hubiese obtenido la victoria, y restablecer, en lo
+posible, el equilibrio de las fuerzas.</p>
+
+<p>Otro es el camino que para remediar el mal estado de nuestras relaciones
+con la gran Repblica nos hubiese convenido nos conviene seguir: haber
+buscado tiempo aliados y amigos buscarlos en lo venidero, si ahora,
+sola y abandonada como est Espaa, logra conjurar la tormenta salir
+de ella salva.</p>
+
+<p>Lo que nos pasa con los Estados Unidos, cuya independencia y formacin
+contribumos un poco, se parece la ms desventurada aventura de Simbad
+el Marino, que aup sobre sus hombros al endiablado vejete para que
+cogiera los frutos en los hermosos rboles de su frtil isla, y el
+vejete endiablado no quera luego apearse, y segua montado en Simbad,
+insultndole y procurando ahogarle para mostrar su agradecimiento.</p>
+
+<p>A fin de quitarnos de encima tan insufrible carga, no hubiera sido
+conveniente, no lo sera en lo futuro, ganar la voluntad de las
+primeras potencias coloniales de Europa, celebrar tratos y concertarse
+de algn modo con ellas? Cualquiera promesa, cualquiera sacrificio que
+hicisemos, sera mucho menor que los sacrificios que estamos haciendo
+hoy y que tendremos que hacer en adelante.</p>
+
+<p>A un concierto, un Tratado de alianza, exclusivamente<a name="page_208" id="page_208"></a> para asuntos
+coloniales de Ultramar, no creo yo que se negasen, si se negociaba
+bien, ni Francia, ni Inglaterra, ni Holanda. Espaa ha sido la primera
+nacin colonizadora del mundo; todava, pesar de su decadencia, es la
+tercera la cuarta, y no la desdearan como intil peso, y de algo
+podra servir sus ms poderosos aliados, que tambin pueden hallarse
+en ocasiones de empeo y de peligro, y necesitar entonces al menos
+tener por provechoso el auxilio nuestro.</p>
+
+<p>Si no lo recuerdo mal, de algo vali Espaa los franceses no hace
+mucho tiempo, cuando, para vengar nuestros misioneros mrtires,
+ayudamos gratis y con las armas crear una Francia amarilla en el
+extremo Oriente. Quin duda de que an podramos servir y valer
+franceses, ingleses y holandeses, en otras semejantes empresas en
+casos y lances de mayor importancia, sobre todo si ellos nos ayudaban
+quitarnos de encima el ingrato estorbo de que hemos hablado y que tan
+sin piedad y tan sin conciencia nos abruma?</p>
+
+<p>Tendra esto adems la ventaja de que los <i>politicians</i> extraviados y
+los senadores <i>farwestinos</i> y <i>cincinatescos</i>, al vernos en tan buena
+compaa, arrojasen de sus cerebros el fesimo y bellaco concepto que
+los <i>sabios</i> y <i>catedrticos yankees</i> les han hecho formar de Espaa,
+considerndola, por su aficin las corridas de toros y al Santo
+Oficio, Nacin Calgula-Torquemada, como la llama Clarence King, y, por
+haber destruido, segn<a name="page_209" id="page_209"></a> Draper, no s cuntas civilizaciones, podrido
+esqueleto entre las naciones vivas y prueba terrible de la justicia de
+Dios, que no quiere dejar sin ejemplar castigo nuestras ferocidades y
+nuestros crmenes.</p>
+
+<p>En fin, tal vez lograramos as que no apareciese Espaa los ojos de
+los <i>yankees</i> como un tirano difunto, en el que se pueden cebar sin gran
+peligro, como un tirano cachazudo y sufrido, semejante los tiranos
+de las tragedias de Alfieri, que estn, durante los cinco actos, oyendo
+y aguantando las ms desaforadas desvergenzas, si bien acaban por
+perder los estribos y por hacer una barrabasada. Tal vez as se
+conseguira tambin que no se le antojase en Washington ningn senador
+remedar Catn Censorino y, en vez de llevar higos en un pliegue de la
+toga y de exclamar <i>delenda est Carthago</i>, llevar en un faldn de la
+levita azcar mascabada catite, y exclamar: <i>delenda est Hispania</i>.</p>
+
+<p>Y aqu pongo trmino esta prolija carta, prometiendo no escribir la
+tercera, pues basta con lo dicho.</p>
+
+<p><a name="page_210" id="page_210"></a></p>
+
+<p><a name="page_211" id="page_211"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 385px;">
+<a href="images/illpg_211a.png">
+<img src="images/illpg_211a_sml.png" width="385" height="89" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="TEATRO_LIBRE" id="TEATRO_LIBRE"></a>TEATRO LIBRE</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="r"><i>Sr. Director de Los Lunes de El Imparcial.</i></p>
+
+<p class="nind">MUY seor mo y amigo: Me pide usted mi parecer sobre si conviene que
+haya un <i>Teatro libre</i> <i>independiente</i>, y sobre varios puntos que con
+esta primera cuestin se relacionan.</p>
+
+<p>Muchsimo tengo yo que decir, pero, como usted me excita ser breve por
+el poco espacio de que se puede disponer en el peridico, slo dir algo
+de lo mucho que se me ocurre, y procurar decirlo en compendio.</p>
+
+<p>A mi ver, en Espaa el teatro tiene toda la libertad y toda la
+independencia que necesita. Yo aplaudo que las tenga, pero no comprendo
+ni pido ms.</p>
+
+<p>Los lmites de la libertad mencionada son principalmente dos, que en
+manera alguna deseo yo que se traspasen. Uno de ellos es el que sealan
+la moral, la decencia y el decoro. Fija y traza el otro lmite el gusto
+del pblico, contra<a name="page_212" id="page_212"></a> el cual es intil y peligrosa la lucha. El pblico
+paga y oye, aplaude silba, y en los espectculos es juez inapelable, y
+rbitro soberano. En novelas, en poesa lrica, en libros de filosofa,
+de historia y de otros asuntos, puede un autor prescindir de la
+corrupcin literaria de su tiempo, de la rudeza y del corto saber de sus
+contemporneos y de sus tonteras y extravagancias, y componer su obra
+para un pblico eterno; para que la posteridad la aplauda, hacindole
+justicia: para que gente ms instruda y estticamente mejor educada le
+comprenda y le admire, all en los siglos que estn por venir, bien
+para que en el da un cortsimo nmero de personas discretas, refinadas
+y doctas, se deleiten leyndole y saboreando todos los primores de fondo
+y de forma que hay en su produccin literaria, convirtindola para el
+vulgo profano en <i>el libro de los siete sellos</i>.</p>
+
+<p>El autor dramtico, y en esto se parece al orador, no puede, ni debe ser
+as. Es menester que su espritu est en intima y constante comunicacin
+con el espritu de un pblico numeroso: que l y dicho pblico se
+comprendan y se compenetren. Slo de esta suerte puede haber autores
+dramticos. Los que de otra suerte escriban, podrn ser todo lo que
+quieran menos tales autores.</p>
+
+<p>Infirese de lo expuesto que la libertad del teatro tiene por limite la
+voluntad y el entendimiento del vulgo. Ya ms all no sera libertad
+sino delirio. Yo no me explico que se funde un<a name="page_213" id="page_213"></a> <i>Teatro libre</i> para ir
+ms all. Si el pblico tiene un gusto exquisito y un entendimiento
+cultivado y un juicio seguro, no hay teatro en Madrid, ni en toda
+Espaa, que no sea libre independiente y que no tenga completa
+seguridad de ganar honra y provecho, dando las ms atrevidas
+representaciones, y, siendo stas buenas, ms aplausos y ms dinero
+ganar mientras ms originales sean, y ms inauditas y ms fuera de los
+caminos trillados.</p>
+
+<p>Justo es advertir que el prurito de originalidad, el engreimiento necio
+del que cree pensar y decir cosas profundas, y la mana de reformarlo
+todo y de resolver en cuatro coplas los ms obscuros problemas sociales,
+religiosos polticos pueden seducir los autores dramticos que tal
+vez no han estudiado ni meditado nada que los habilite para la
+resolucin de semejantes problemas, y pueden llevarlos componer un
+tejido de vulgaridades y zanguangadas, crear caracteres falsos y
+imaginar una accin absurda y sin inters, que sea como el hilo donde
+ensarten sus insulsos inaguantables sermones. Despus, si el pblico
+se aburre de orlos y no los aguanta, el autor dir tal vez que el
+pblico es atrasado indocto. Y si el pblico los aguanta y los
+aplaude, por aquello de que</p>
+
+<p class="c"><i>Un sot trouve toujours un plus sot qui l'admire,</i></p>
+
+<p class="nind">el mal ser mayor; pero en ninguno de ambos casos veo yo que el teatro
+libre independiente que trata de fundarse valga como remedio.<a name="page_214" id="page_214"></a></p>
+
+<p>Por otra parte, yo noto inmenso cmulo de dificultades para la creacin
+del <i>teatro libre</i>, en mi sentir intil. Mas bien le comprendo como
+<i>teatro normal</i> como <i>teatro modelo</i> que como <i>teatro libre</i>. El
+<i>teatro libre</i>, en virtud de su misma libertad, buscar por todos los
+caminos modo de agradar y de entusiasmar al pblico y de obtener de l
+aplausos y entradas. As son el Teatro Espaol, la Comedia, Lara, Apolo
+y la Zarzuela. Todos, mi ver, son teatros libres. No se puede pedir
+mayor libertad sin incurrir en desatino.</p>
+
+<p>Luego lo que quiere fundarse no es un teatro libre, sino un teatro
+<i>normal</i> <i>modelo</i>, donde se procure ilustrar al pblico, aguzar su
+facultad esttica, abrir para l nuevos horizontes y moverle que
+aplauda, ya antiguas obras maestras que hoy desdea olvida, ya nuevas
+obras, vaciadas en moldes nunca empleados hasta el da.</p>
+
+<p>A fin de que este teatro, y permtaseme lo pomposo de la frase,
+cumpliese con su misin, sera indispensable que tuviese una junta
+directiva. Y como esta junta tendra su criterio y querra y debera
+imponerle, resultara que el <i>teatro libre</i> sera el menos libre de
+todos los teatros.</p>
+
+<p>Supongamos que ya existe, y supongamos tambin que yo soy un autor
+dramtico que aspira darse conocer y ofrece una obra suya. Las
+empresas de la mayor parte de los teatros deben considerarse como
+meramente mercantiles. Si rechazan la obra que yo presento, no habr en
+ello, literariamente, ni agravio, ni sentencia, ora sea injusta, ora
+justa, que me desaliente humille.<a name="page_215" id="page_215"></a> Las empresas no fallan
+literariamente contra mi obra, slo dicen, con acierto sin l, que no
+es aquello lo que pide el mercado y que no deben aceptarlo, porque no
+tendr buena salida y ser mal negocio. Pero si en el teatro, mal
+llamado libre, que trata de fundarse, la junta directiva desecha mi
+obra, al desecharla, aunque afirme que no es tal su intencin,
+literariamente me condena, empezando por someterme un tribunal
+literario y preceptos y reglas en cuya virtud ese tribunal juzga y
+sentencia.</p>
+
+<p>Es, pues, evidente que el tal <i>teatro libre</i> ser el menos libre de
+todos; ser un alto magisterio, un tribunal supremo, un directorio
+iniciador y propagador del buen gusto en lo tocante poesa dramtica;
+en fin, ser todo lo que se quiera menos un teatro libre. Los teatros
+libres son los que ahora hay.</p>
+
+<p>Lo dicho hasta aqu contra el falso teatro libre no impide que desee yo,
+como el que ms, que tengamos en Madrid un <i>teatro modelo</i>, con cuantas
+condiciones y requisitos sean convenientes para representar bien toda
+clase de dramas.</p>
+
+<p>Antes de explicar de qu suerte me alegrara yo de que se fundase este
+teatro, voy hacer algunas declaraciones.</p>
+
+<p>Primeramente, yo no creo que la produccin dramtica espaola en el da
+sea inferior, ni por calidad ni por cantidad, la de ninguna otra
+nacin del mundo. Slo Francia compite con nosotros, y en sentir de
+muchos, aunque no en el mo, nos vence.<a name="page_216" id="page_216"></a></p>
+
+<p>Es la segunda declaracin que ningn gnero de trabajo literario est en
+Espaa mejor retribuido que el del dramaturgo. Y por esto, y por
+entender yo que para que una literatura sea espontnea y natural,
+importa que slo tenga al pblico por Mecenas, ni pido ni quiero
+proteccin y auxilio del Gobierno para los que escriben dramas.</p>
+
+<p>Es la tercera declaracin que nuestros actores no me parecen tan malos
+como asegura la gente, llevada de la mana, hoy muy en moda, de rebajar
+y hasta de denigrar todo lo nuestro, como si fusemos la nacin ms
+desventurada y ms decada de la tierra.</p>
+
+<p>Poseyendo, pues, como sin duda poseemos, autores y actores, lo que
+principalmente nos falta es una empresa que pague sin tacaera ni
+apuros los artistas y hasta asegure su porvenir y la materialidad de
+un teatro muy elegante, lujoso y rico en decoraciones, trajes y
+maquinaria. Si un prncipe poderoso, si un banquero si varios
+capitalistas, si una compaa por acciones, fundase este teatro, yo
+doy por cierto que mereceran aplauso y gratitud de la patria y que no
+perderan su dinero, porque, si bien no hay mucho en Espaa, la gente es
+esplndida, gusta de divertirse, y el teatro modelo, de lujo, como
+queramos llamarle, estara lleno siempre.</p>
+
+<p>Como tengo an muchsimo que decir sobre este asunto y usted recomienda
+la brevedad, y yo no atino con ella, he guardado esta carta, escrita
+desde hace das, sin atreverme enviarsela<a name="page_217" id="page_217"></a> usted y casi desistiendo
+ya de envirsela. Ahora estoy de otro humor y se la envo, en la
+inteligencia de que la carta tendr cola, mejor dicho, ser como
+cereza en la que se enredan otras por el cabo y la siguen. A esta carta
+seguirn otras dos. Si pesar de la inevitable condicin que pongo no
+teme usted que yo peque de prolijo, inserte mi carta en su apreciable
+peridico y crea que se lo agradecer.</p>
+
+<h4>II</h4>
+
+<p>Muy Sr. mo y amigo: Ya dije V. que no quiero ni comprendo el teatro
+libre sea ms libre que los teatros que hay ahora en Espaa. Esto no
+se opone que yo quiera y desee un teatro normal modelo. Y como dicho
+teatro ha de estar en algn punto y no le hemos de fundar en Ovejo, en
+Churriana en la Madroera, lo natural y razonable ser fundarle en
+Madrid, sin hacer caso de la ruin y disparatada envidia del
+regionalismo.</p>
+
+<p>Aqu se me ocurre algo que me atrevo llamar antinomia y que no puede
+menos de motivar una digresin inevitable aunque prolija. Ojal que no
+sea cansada. Mil y mil veces he sostenido que la literatura, sobre todo
+la amena, si ha de ser natural y espontnea y no artificiosa y criada en
+invernculo, conviene que slo tenga por Mecenas al pblico que la lea,
+la pague, la comprenda y la inspire. Nada de proteccin por<a name="page_218" id="page_218"></a> parte de
+principes y de gobiernos para novelistas y poetas. Alfieri compuso un
+elocuente y hermoso libro sosteniendo esta tesis y yo le he aprobado y
+aplaudido. Pero aqu surge la antinomia. Tratar de explicarla.</p>
+
+<p>Yo creo pie juntillas en el progreso indefinido. El trmino ideal de
+este progreso es, en mi concepto, individualista.</p>
+
+<p>El linaje humano, constituido en sociedad, puede adelantar tanto en el
+camino de la perfeccin que casi sin casi no necesite gobierno. En la
+meta de su carrera triunfante coloco yo, en mis sueos dorados, una
+pacfica y deliciosa anarqua. El inters de los particulares, la
+iniciativa y los bros de asociaciones libres procurarn hacer y
+conservar caminos y canales, llevar las cartas, cuidar de telgrafos, de
+telfonos y de cuanto ms tarde se invente, y fundar y sostener escuelas
+donde cada cual ensee lo que ms verdadero, til bonito le parezca.
+Y, como progresaremos tanto que los hombres, segn determina la
+Constitucin de 1812, sern todos justos y benficos, los tribunales y
+los jueces estarn de sobra. El orden pblico ser tan primoroso
+inalterable que no ser menester fuerza armada que le conserve. Y como
+las naciones no seguirn amenazndose y tratando de saquearse unas
+otras, sobrevendr la paz perpetua y se suprimirn el ejrcito y la
+marina nacional, tan costosos en el da. De aqu que el gobierno no
+servir para nada, y los pueblos, por evolucin y no por revolucin,
+pacfica<a name="page_219" id="page_219"></a> y no tumultuosamente, los obligarn que se jubilen. Tal es
+el risueo porvenir que yo me finjo, pero no he de negar qu est muy
+remoto. Todo es relativo, segn decia D. Hermgenes. Los sabios modernos
+dan millones de aos de existencia este mundo en que vivimos. La vida,
+el <i>protoplasma</i>, la <i>monera</i>, como queramos llamarlo, apareci
+tambin mucho tiempo ha. Y el hombre, valindose ya de la palabra, con
+organizacin social, y hasta fundando reinos, imperios y repblicas,
+vive, si hemos de creer sabios profundos, hace veintisis mil aos.
+Por aquel entonces, afirma Rodier, como si lo hubiera visto, que los
+arios se disputaron, se dispersaron y se dividieron en indios, iranios y
+otros pueblos, de quienes proceden las ms nobles naciones de Europa.</p>
+
+<p>Aceptado lo dicho, resulta que la humanidad es ya muy vieja, y con todo,
+yo he leido en un libro de otro sabio ms profundo an, esta sentencia
+que me ha dejado turulato:</p>
+
+<p><i>La humanidad, considerada en su vida colectiva, no ha nacido an.</i></p>
+
+<p>El sabio echa despus sus cuentas, se mete en muy ingeniosas honduras, y
+averigua, determina y declara la poca en que la humanidad empezar
+nacer. Ser, sobre poco ms menos, dentro de catorce mil y seiscientos
+aos. Me parece que en perodo tan amplio bien puedo yo estirar y
+extender con holgura mis esperanzas hasta su completsimo logro en la
+anarqua de que he hablado. Suponiendo ahora que con el andar de<a name="page_220" id="page_220"></a> los
+siglos subimos tan gloriosa cumbre y alcanzamos tamaa ventura,
+todavia no me explico que, suprimidos los gobiernos segn son y se
+conciben hoy, no haya y persistan rganos directores de esa humanidad
+colectiva que nace y de cada una de las diferentes naciones, que han de
+permanecer separadas y distintas, fin de que la monotona y la
+uniformidad no aburran los hombres y no los impulse ahorcarse.</p>
+
+<p>Imaginmonos llegados la perfeccin en cuanto cabe en lo humano. No
+necesitaremos gobierno que ampare y reprima porque la paz y la seguridad
+sern completas, ni que nos haga ferrocarriles, carreteras y otros
+medios de comunicacin ms ingeniosos que en lo venidero se inventen,
+porque nosotros lo haremos, ni que procure nuestro bienestar material,
+porque le procuraremos nosotros, ni que nos ensee en sus escuelas
+pblicas, porque cada uno de nosotros ensear y aprender lo que se le
+antoje.</p>
+
+<p>Y sin embargo, hasta dentro de esta soada perfeccin, sera ineludible
+el rgano de que hemos hablado: un gobierno por otro estilo, pero al fin
+un gobierno. Compongmosle, pues, de un Gran Metafsico, como en la
+Ciudad del Sol de Campanella, el cual convendra que fuese un rey
+hereditario, separado secularmente del vulgo, para que tuviese majestad
+y careciese de una larga parentela ordinaria cursi, y asesorado este
+rey gran metafsico de un consejo asamblea de varones doctos
+elegidos por el pueblo.<a name="page_221" id="page_221"></a></p>
+
+<p>El ministerio oficio de este supremo directorio haba de ser ordenar
+las manifestaciones del espritu colectivo, sin el cual la nacin se
+desmenuzara y no sera nacin, sino conjunto material, inarmnico y
+deforme de individuos que en lo tocante la comunin de los espritus
+quedaran aislados, y no con vida sino con muerte colectiva.</p>
+
+<p>Infirese de todo que, hasta en un ideal inasequible slo asequible
+dentro de ciento cuarenta y seis siglos, y ya por dicha desgobernados
+los hombres en cuanto importa su inters material, no podran menos de
+tener un directorio que diese unidad y que ordenase las apariciones,
+epifanas muestras constantes del Genio de la nacin, que no muere ni
+puede morir sin que la nacin muera. Por consiguiente, el rgano,
+vicario delegado de este Genio, exento ya de cuidados materiales, sin
+armas para defenderse y ofender, slo se empleara en las cosas del
+espritu y stas seran de dos clases esencialsimas.</p>
+
+<p>Claro est que yo, que soy tan fervoroso amante de la libertad y tan
+firme creyente en ella, no puedo suponer que entonces no la tuviese
+completa cada individuo para pensar y decir de Dios lo que mejor le
+pareciese y para adorarle y darle culto su manera. Pero la religin es
+de dos modos. Por uno de ellos, ms profundo y ms ntimo, pero menos
+solemne, cada alma humana se pone en relacin con su Hacedor y le busca,
+y tal vez le halla y hasta consigue unirse<a name="page_222" id="page_222"></a> con l por inefable
+misterio. Por el otro modo, ms solemne y excelso, y en mi sentir
+ineludible, porque sin l lo ms grandioso y bello de la existencia
+desaparecera, la muchedumbre de los seres humanos concordes todos, y
+por bajo de ella cada nacin separadamente, deben adorar Dios y tener
+su culto, sus sacerdotes, sus templos y sus ceremonias y pompas
+religiosas.</p>
+
+<p>Aun supuesta la religin catlica cosmopolita, ser, valindonos del
+smil de un gran poeta, como la luz, que suscita diferentes colores en
+los diferentes objetos en que se posa. De aqu que la religin, aun
+siendo universal y nica en su esencia, ha de tener en cada pueblo
+aspecto distinto en los accidentes y en la forma.</p>
+
+<p>Importa, pues, aunque lleguemos la perfecta anarqua de mi sueo, que
+haya una religin del Estado en que aparezcan y den razn de s la idea
+y el sentimiento colectivos del Genio nacional, y que haya una direccin
+para esto, direccin nacional que deber ponerse y conservarse en
+perfecta concordancia con el centro directivo y superior religioso, en
+lo que tiene la religin de universal de catlica.</p>
+
+<p>Y vea Vd. por donde, hasta realizada ya mi deliciosa anarqua, dejo yo
+en pie reconstituyo sobre ms hondas bases y firmes cimientos uno
+modo de ministerio de cultos, con Concordatos y todo, y hasta con un
+seminario Universidad catlica central, donde se ensee
+fundamentalmente la teologa del Genio nacional, las<a name="page_223" id="page_223"></a> creencias
+religiosas, metafsicas y morales del espritu colectivo.</p>
+
+<p>La otra epifana manifestacin constante y gloriosa del Genio de la
+nacin es el arte. Y del arte, el teatro es lo ms sinttico y acabado.
+En l concurren y presiden Apolo y todo el coro de las Musas. La Poesa
+se alza en el centro como reina, y en torno de ella, acatndola,
+sirvindola y cuidando de su ornato y alto decoro, han de estar la
+Msica, la Danza, la Pintura, la Arquitectura y la Indumentaria.</p>
+
+<p>Si es menester que la nacin, como nacin, rinda culto la verdad, que
+en su ms alto punto es la religiosa, tambin es menester que rinda
+culto, colectivo y unnime, la belleza, la cual, all en lo sumo, es
+atributo divino. As, pues, aun en mi anarqua, es ineludible otro
+ministerio al lado del de cultos: el ministerio del teatro y de las
+otras pompas, espectculos, procesiones y ceremonias nacionales
+profanas.</p>
+
+<p>Ahora bien; cuando sin gobierno material, sino ya slo con una sombra de
+gobierno con gobierno-espritu, requiere la misma esencia de nuestro
+ser colectivo humano que haya un teatro que el Estado sostenga, no veo
+yo contradiccin, pesar de todo mi individualismo, en que, en esta
+poca atrasadsima en que vivimos, haya tambin un teatro que el Estado
+sostenga y que sea el teatro normal modelo. Es cierto que pudiera
+fundarle y sostenerle un prncipe rico una asociacin de capitalistas,
+pero mejor y ms digno es que lo sostenga el Estado.<a name="page_224" id="page_224"></a></p>
+
+<p>Ya veremos por qu y cmo.</p>
+
+<p>Perdneme Vd. que sea tan difuso.</p>
+
+<h4>III</h4>
+
+<p>Muy seor mo y distinguido amigo: Ya anunci Vd. que tenia yo
+muchsimo que decir sobre la cuestin del llamado <i>Teatro libre</i>. No
+extrae, pues, que le dirija esta tercera carta, procurando que sea la
+ltima, si bien acaso no lo consiga. No una serie de breves artculos,
+sino una obra en dos tres gruesos tomos pudiera escribirse sobre la
+cuestin mencionada.</p>
+
+<p>Cada cual tiene su modo de discurrir, y yo tambin tengo el mo. Suele
+ste consistir en presentar, de antemano, extremndolos, los argumentos
+ms poderosos que contra mi tesis pueden dirigirse, y en decir luego,
+<i>si licet in parvis magnis exemplibus uti</i>, lo que dicen que dijo
+Galileo: <i>e pur s muove</i>.</p>
+
+<p>De aqu, sin duda, que el ingenioso y agudo <i>Clarn</i>, lisonjendome
+mucho con sus generosas alabanzas, haya impugnado, no mi tesis, sino los
+argumentos que previamente present yo en contra de ella, fin de
+saltar luego por cima y desbaratarla. Fueron modo de obstculos que yo
+mismo puse para hacer ms lucida la carrera y que tuviese saltos y todo.
+<i>Clarn</i> ha removido allanado los obstculos. Dios se lo pague. As mi
+carrera ser por lo llano: si menos lucida, ms fcil.<a name="page_225" id="page_225"></a></p>
+
+<p>El teatro, repito, es hoy, libre en Espaa, y no puede ni debe serlo
+ms. Lo que importa, por consiguiente, es establecer un teatro <i>normal</i>
+ <i>modelo</i>. <i>Clarn</i> mismo se ha encargado de refutar no pocos de los
+argumentos que se ofrecen en contra. Estoy de acuerdo con l: mejor es
+someterse al fallo de una junta directiva compuesta de los ms
+entendidos y reputados literatos, que no al capricho de un empresario,
+tal vez ignorante, y tal vez sujeto al influjo de envidiosos y
+aduladores que, hasta por no dar la cara, pueden dar, sin temor ni
+escrpulo, muy malos consejos.</p>
+
+<p>Con el beneplcito y auxilio de <i>Clarn</i>, establezco el teatro <i>normal</i>
+ <i>modelo</i>, y le establezco <i>en principio</i>, para lo cual nuestra
+voluntad basta y sobra, sin que tengamos necesidad de dinero, de lo
+que en cierto lenguaje picaresco se llama <i>caballo blanco</i>.</p>
+
+<p>A pesar de mi radical individualismo, he tratado de demostrar y creo
+haber demostrado que, hasta despus de llegar la deliciosa anarqua,
+trmino ideal de la perfeccin humana, conviene que persista algo modo
+de gobierno, el cual dirija y ordene las manifestaciones <i>epifanas</i>
+del Genio colectivo: que persistan un ministerio del culto y otro del
+teatro y dems ceremonias, pompas y fiestas nacionales profanas. As,
+sin contradiccin con mi individualismo, afirmo yo que el teatro
+<i>normal</i> <i>modelo</i>, debe hoy, con ms razn que dentro de ciento
+cuarenta y seis siglos, cuando la humanidad colectiva<a name="page_226" id="page_226"></a> nazca, ser
+sostenido por el Estado. Que le sostengan uno varios particulares
+ricos es menos plausible, menos posible y menos decoroso. Es menos
+plausible porque el particular los particulares se propondrn ganar
+dinero, como cada hijo de vecino, y entonces el teatro <i>normal</i>
+<i>modelo</i> no lo ser en realidad, sino ser un teatro, peor mejor,
+<i>libre</i>, aunque sujeto una empresa particular como las dems que hay
+ahora. En el da no cabe esperar que salgan relucir magnates,
+prncipes, ediles rumbosos, como los que hubo en lo antiguo, que se
+gastaban millones de sestercios, ya para divertir y entusiasmar la
+plebe con esplndidos espectculos, ya para erigir grandiosos monumentos
+y hermosear su patria, como hicieron Heredes Atico y otros. Buenos
+andan los ediles de ahora para descolgarse con semejantes bizarras! Y
+si bien se mira, hasta los ediles de otros tiempos no solan ser
+desinteresados cuando se descolgaban con ellas, porque, se parecan
+aquel seor Robres del epigrama, que hizo los pobres antes de hacer el
+hospital, bien derrochaban el dinero para satisfacer la ambicin,
+ganndose el favor de la muchedumbre y comprando sus votos.</p>
+
+<p>Es poco plausible y es casi imposible que un particular varios
+sostengan el teatro <i>normal</i>, porque debe ser sostenido con
+desprendimiento y sin que piense ganar dinero ni nada quien gaste su
+dinero sostenindole. Y es adems menos decoroso que le sostengan
+particulares, porque el pueblo no ha menester, en el da, esta <a name="page_227" id="page_227"></a> modo
+de limosna. Decidamos en virtud de todo lo dicho, que sea el Estado
+quien le sostenga, esto es, la nacin el pueblo mismo. La junta
+directiva y los actores, en vez de ser los asalariados de un particular,
+recibirn su salario de Estado, sea del pueblo, lo cual, mi ver, es
+ms digno y honroso.</p>
+
+<p>No recuerdo bien lo que dice <i>Clarn</i> de que no quiere de que no pide
+lujo. Entendmonos. Si por lujo se entiende lo que yo entiendo, yo le
+quiero y le requiero. Y si ahora no le pido es porque sera pedir
+cotufas en el golfo, y porque con esta picara guerra de Cuba no est la
+Magdalena para tafetanes. Pero supongamos, y Dios nos oiga, que ya se
+acab la guerra de Cuba y que volvemos tener prosperidad y
+bienandanza. Esto supuesto, ya me tienen Vds. pidiendo el teatro
+<i>normal</i> <i>modelo</i>, sostenido por el Estado, no para ganar, sino para
+perder anualmente, aunque el teatro est todas las noches de bote en
+bote, un milln de pesetas que iguale los ingresos con los gastos.</p>
+
+<p>El emperador de Austria, caballero muy cabal, de gusto delicado, con
+cuantiosas rentas propias, edil la antigua sin ambicionar ya nada, y
+si no Herodes hebreo, porque gusta de los nios y no los mata, nuevo
+Herodes Atico, porque hermosea Viena con monumentos magnficos, dicen
+que se gasta en el teatro ms de 500.000 florines al ao, lo cual sube
+por cima del referido milln de pesetas.</p>
+
+<p>Por qu, no el monarca, que como particular<a name="page_228" id="page_228"></a> dista bastante de ser tan
+rico, sino el Estado cuando salga de guerras y de apuros, no ha de
+imitar aqu al emperador munfico de que voy hablando?</p>
+
+<p>En pocas cosas podra emplearse el dinero con mayor beneficio del buen
+gusto, de la general ilustracin y de la cultura.</p>
+
+<p>No es feo el teatro del Prncipe. Por esto, porque recuerda grandes
+triunfos literarios y artsticos, y por otras mil razones, debe
+conservarse, cuidarse y tenerle abierto siempre que se pueda, con buena
+compaa. Pero en la nacin que se jacta, sin pecar de vanidosa, de
+poseer la ms rica, original y sublime literatura dramtica, sin que se
+le adelanten Grecia, Inglaterra y Francia, pesar de Esquilo,
+Eurpides, Sfocles y Menandro, y pesar de Shakespeare, Corneille,
+Racine y Molire, es bastante monumento nacional de esta gloria, es
+digno templo de nuestra Melpmene y de nuestra Talia el antiguo y
+modesto Corral de la Pacheca, por muy corregido, repintado y revocado
+que le pongamos?</p>
+
+<p>Lo primero, por consiguiente, haba de ser erigir para teatro <i>normal y
+modelo</i> un edificio grande y hermoso donde se luciesen el arquitecto de
+ms mrito y fama y nuestros ms valientes escultores en las estatuas y
+relieves que adornasen y magnificasen la fachada, los peristilos, los
+anchos prticos y las empinadas acroteras. Ya se entiende que este
+edificio haba de estar aislado, no empotrado entre casas como los<a name="page_229" id="page_229"></a>
+pobres teatros que ahora tenemos, salvo el teatro Real, tan
+abominablemente feo en lo exterior, que harto bien merece estar
+empotrado.</p>
+
+<p>En fin, yo quisiera en Madrid un nuevo teatro Espaol, que fuese al
+teatro alemn de Viena (Hofburgtheater) lo que, en proporcin
+geomtrica, es la literatura dramtica espaola la literatura
+dramtica alemana.</p>
+
+<p>Construdo ya el teatro, sera menester dotarle de toda la maquinaria,
+decoraciones, trajes y dems riquezas y esplendores que en el de Viena
+hay y se lucen.</p>
+
+<p>Luego debera formarse una buena compaa de actores, igual y armnica,
+digmoslo as; esto es, que no hubiese uno dos actores buenos y hasta
+excelentes, siendo los dems malos medianos; sino que todos ellos
+compusiesen un bien concertado conjunto, y que asimismo no repugnase
+ninguno representar un papel que le pareciese de poca importancia
+lucimiento, sino que se sometiese al director y su severa disciplina.
+De esta suerte saldran bien representados todos los dramas, y el bueno
+parecera mejor, y el no muy bueno parecera tolerable.</p>
+
+<p>Otra cosa de que importara muchsimo que cuidase la junta directiva es
+de que el personal fuese muy guapo, en particular las mujeres. La
+educacin esttica de un pueblo no se forma ni se mejora, sino se
+corrompe y se vicia, manifestndole lo feo, lo inelegante, lo canijo, lo
+estropeado, lo ruin y lo plebeyo de la figura humana. As como la
+naturaleza influye en el arte,<a name="page_230" id="page_230"></a> ya que Fidias y Praxiteles no hubieran
+esculpido las maravillosas imgenes de Jpiter, Minerva y Venus, si no
+hubieran tenido modelos de gran valer, as el arte influye en la
+naturaleza, porque las mujeres y los hombres, que contemplan lo bello en
+las representaciones artsticas, se enriquecen la imaginacin,
+influyendo esto en todo el organismo vital, hace que nazcan chiquillas y
+chiquillos preciosos. Est probado que, desde el siglo de Pericles en
+adelante, las mujeres griegas, fuerza de contemplar las obras maestras
+de la escultura y de la pintura, vinieron ser mucho ms hermosas que
+en los siglos anteriores: Y yo he ledo tambin, en autores muy
+formales, que esas areas, aristocrticas y semi-divinas imgenes de
+mujer, que en los libros de Keepsake nos deleitan, no son copia de las
+Ladies y de las Misses ms celebradas, sino son como norma pauta la
+que esas Misses y esas Ladies se han ajustado, y son como molde en que,
+trascendiendo de lo espiritual lo fsico, las han fundido sus madres.</p>
+
+<p>El entendimiento elevado, la no comn habilidad, y sobre todo el genio
+del artista, no equivalen, sino valen ms que la hermosura. Esa
+portentosa luz interior del espritu se difunde por todo el cuerpo y le
+ilumina y hermosea. Claro est, por consiguiente, que en los actores y
+actrices principales no tendr la junta directiva que investigar y
+probar si hay no corporal belleza. La dicha investigacin, la prueba y
+el cuidado se ordenan slo para las figurantas, coristas<a name="page_231" id="page_231"></a> y otra gente
+de segundo de tercer orden.</p>
+
+<p>Digo esto no en tono de broma, sino con la mayor gravedad. Lo demostrar
+con un ejemplo.</p>
+
+<p>En el Hofburgtheater de Viena, se representa el <i>Fausto</i> (primera y
+segunda parte) con todas sus fantasmagoras y con todas sus magias:
+hasta con el <i>Prlogo en el cielo</i>. All, en medio de sonrosadas y
+luminosas nubes, se adelantan los tres arcngeles, Miguel, Rafael y
+Gabriel, y declaman, al comps de una msica verdaderamente celestial,
+aquel elocuentsimo himno en alabanza del Criador y en alabanza del
+Universo, su obra, la cual sigue hoy tan perfecta como en el da en que
+fu creada. Los tres arcngeles son tres muchachas altas, esbeltas,
+airosas y tan ligera como elegantemente vestidas. Yo aseguro que parecen
+de verdad los tres arcngeles, con alas refulgentes, con ureos yelmos y
+con fulmneas espadas. Pero si fueran tres hembras de formas
+exuberantes, paticortas y cabezudas, cmo haban de parecer arcngeles?
+Desde el comienzo se pondra en ridculo el poema de Goethe, y se hara
+del empreo la ms ruin y bellaca caricatura. Es indispensable, pues,
+que sean guapas las actrices de tercer orden. Y aqu debo advertir que
+no basta para esto el cuidado de la junta directiva. Es menester tambin
+que los espaoles desechen la propensin que tienen, <i>more turquesco</i>,
+retirar del teatro toda mujer guapa, aunque sea casndose con ella y
+muy santamente. Yo doy por seguro que rara vez, que nunca<a name="page_232" id="page_232"></a> se le
+ocurre un alemn, por enamorado que est, incurrir en rapto y
+secuestro tan perjudiciales la esttica y las artes todas, antes
+bien se engre de que la muchedumbre contemple y admire desde lejos lo
+que l ms de cerca y con mayor intimidad acaso contempla y admira.</p>
+
+<p>Es indudable, mi ver, que si los citados tres arcngeles fuesen tres
+princesas reinas, ms menos morganticas, seguiran saliendo las
+tablas con beneplcito y satisfaccin de sus principes reyes.</p>
+
+<p>Me voy extendiendo demasiado. Pero hay tanto de que hablar en estos
+asuntos teatrales!... En fin, yo pido disculpa, y termino esta carta
+pidiendo tambin permiso para escribir otra que ser definitivamente la
+ltima.</p>
+
+<h4>IV</h4>
+
+<p>Muy seor mo y distinguido amigo: Me he engolfado tanto en el asunto
+del teatro que no s cmo podr salir de l tan pronto como deseo.</p>
+
+<p>A semejanza de Platn, Toms Moro y otros, que construyen una ciudad
+ideal, me he lanzado yo, en esfera mucho ms chica, forjar una modo
+de utopa teatral dramtica ms bien escnica.</p>
+
+<p>Ya tenemos, cuando no en realidad, imaginariamente, edificio para el
+teatro; la mejor compaa posible hoy en Espaa, y un abundante,<a name="page_233" id="page_233"></a> lujoso
+y escogido material de trajes, muebles, armas y decoraciones.</p>
+
+<p>Para custodia de las cosas materiales, para llevar la cuenta de gastos y
+de ingresos, y para cuanto es meramente econmico y administrativo,
+establezcamos una oficina dependiente del ministerio de Fomento.</p>
+
+<p>Pronta ya la mquina, dmosle cuerda y que eche andar en la direccin
+que conviene. Mas como para darle cuerda y dirigirla son menester una
+voluntad y una inteligencia, concedmoslas la junta directiva que
+este fin creemos.</p>
+
+<p>Harto conozco que voy disgustar muchos lectores, que en no pocos voy
+ suscitar contra m el desdn el enojo. Dir, no obstante, mi leal
+parecer sobre la composicin y constitucin de la Junta. La compondrn
+dos acadmicos de la Real Academia Espaola, elegidos por sus
+compaeros; uno de la seccin de msica de la Academia de Bellas Artes;
+otro elegido por las secciones de artes del dibujo que hay en la misma
+Academia; otro elegido por la Academia de la Historia entre sus
+individuos de nmero; y, por ltimo, el primer actor del teatro que ya
+hemos creado.</p>
+
+<p>Estos seis vocales, legalmente, no han de importar ni valer ms unos que
+otros, aunque cada cual tenga su especial cuidado y oficio. Para
+presidir la Junta, no quiero decir de repente lo que pienso yo, fin de
+que no den un brinco de espanto los que me lean.</p>
+
+<p>Considrese que en Espaa hay, desde hace<a name="page_234" id="page_234"></a> tiempo, un lamentable
+divorcio entre las artes y las letras castizas y propias de nuestro
+suelo y la gente que ha visto y corrido ms mundo y que parece ms culta
+y que es debiera ser ms distinguida y elegante. El bello sexo, sobre
+todo, y ms an el de la <i>high-life</i>, nos es contrario.</p>
+
+<p>Grosero injusto sera decir con Iriarte:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left"> &nbsp; Las mujeres que ahora no despuntan,</td></tr>
+<tr><td align="left">como en siglos pasados, por discretas,</td></tr>
+<tr><td align="left">si en el teatro pblico se juntan,</td></tr>
+<tr><td align="left">aplauden cuando ms al tramoyista,</td></tr>
+<tr><td align="left">oyen tal cual chuscada del sainete,</td></tr>
+<tr><td align="left">y sirve lo dems de sonsonete,</td></tr>
+<tr><td align="left">mientras que estn haciendo una conquista.</td></tr>
+</table>
+
+<p>Nada; no digamos semejante blasfemia, pero reconozcamos que hay sobrado
+desprecio por lo nacional inclinacin decidida y admiracin exagerada
+hacia lo extranjero. Se deploran la cancamurria y los hpidos de
+nuestros actores y, sin caer en la cuenta, parecen deliciosos el
+inaguantable martilleo de los actores franceses, su remilgada afectacin
+y el continuo subrayar de palabras y frases fin de que las agudezas
+sutiles penetren bien en las mentes obtusas del auditorio, lo cual hasta
+llega ser ofensivo, ya que presupone tontera en el pblico y la
+necesidad de un embudo y de un cazo de bayeta para que trague lo ms
+dificultoso y enmaraado.</p>
+
+<p>Y no es solo contra los actores, sino tambin contra los autores este
+desprecio. Ignoran los usos y costumbres de la buena sociedad; cuando la
+describen se equivocan del modo ms deplorable. En fin, todo son
+<i>cursis</i>.<a name="page_235" id="page_235"></a></p>
+
+<p>Lo que llaman en Francia <i>alta comedia</i> no es posible entre nosotros. En
+cambio las obras dramticas de Sardou y de Dumas hijo, que tratan de
+pintar el mundo elegante de Pars, enamoran, pasman y hechizan no
+pocas de nuestras damas. No advierten que aquellos discreteos y <i>tiquis
+miquis</i> suelen estar confeccionados con una ms honda y radical
+<i>cursera</i>. Con relacin la nuestra es como el aguardiente con
+relacin al vino. <i>Francillon</i> y <i>Le monde o l'on s'ennuie</i>, por
+ejemplo, son de una cursera pasada por alambique; obras de insufrible
+afectacin, y como entre la moral y la esttica hay lazos muy estrechos,
+obras tambin de moralidad extravagante y corrompida, por lo mismo que
+tratan de ser docentes y de corregir las costumbres.</p>
+
+<p>No poco podra yo decir sobre todo esto, pero no tengo espacio.
+Saltemos, pues, y volvamos la Junta directiva. Yo aspiro la perfecta
+conciliacin de nuestra sociedad elegante y de nuestra literatura
+castiza. Conviene para ello que sea elegante el teatro cuando represente
+elegancias, y que no se extralimite, ni propagando doctrinas
+antisociales, ni con stiras personales y rudas, ni con demasiadas
+verduras y escabrosidades. As, pues, y repito que yo estoy fantaseando
+una utopa, si de mi dependiera, yo elegira una dama discreta
+ilustrada para presidenta del <i>teatro normal modelo</i>. Estoy seguro de
+que ella velara para que lo poco decente, lo indecoroso, lo falsamente
+sentimental y lo inelegante y afectado se desterrasen del teatro modelo,
+nico que no<a name="page_236" id="page_236"></a> sera libre, pues yo dejara los otros en la completa
+libertad de que gozan ahora, si bien con la esperanza de que por influjo
+del teatro modelo haban de corregirse y mejorarse.</p>
+
+<p>No se infiera de lo expuesto que yo propenda que nuestro <i>teatro
+modelo</i> sea, segn dicen los franceses, con frase hecha, <i>honnte mais
+embtant</i>. Nada menos que eso; yo gusto del regocijo y del desenfado,
+con tal de que no traspasen los lmites del decoro.</p>
+
+<p>Por esto, por otras razones expuestas ya y por otras muchas que sera
+prolijo exponer aqu, vendra como de molde una dama discreta para
+presidenta de la Junta.</p>
+
+<p>De cada cinco funciones haba de haber una cuyo producto lquido se
+consagrase establecimientos de beneficencia. Buena falta hacen en
+Espaa. Dos aos y medio he pasado ltimamente en Viena, y ni en calles,
+ni en paseos, ni en parte alguna, me ha pedido nadie limosna.</p>
+
+<p>Claro est que el teatro ideal que voy formando es todo lo contrario del
+teatro libre, y mucho menos es <i>teatro protesta</i>. Yo no niego la razn
+<i>Clarn</i>; protestando contra el mal gusto, se consigue veces que
+triunfe el bueno. Moratn le hizo triunfar protestando contra Comella;
+pero no es esto lo que ordinariamente sucede, y todo protestantismo es
+muy peligroso. El Estado no puede menos de ser conservador. As como si
+tiene una religin es porque la cree verdadera, as debe tener tambin
+fe en su buen gusto, pero sin alentar los que buscan en literatura
+peligrosas<a name="page_237" id="page_237"></a> novedades. Queden para eso los teatros libres, si se atreven
+ tanto y les da por convertirse en <i>teatro protesta</i>.</p>
+
+<p>Lo que se llama genio es prenda muy rara, y el afn de hacer creer que
+le tienen deslumbra y extrava no pocos incautos y presuntuosos, y los
+induce producir disparatadas monstruosidades. Absurdo sera que
+cresemos el teatro modelo para apadrinarlas. Si cabe comparar lo
+sagrado con lo profano, sera esto tan ridiculo como si el Estado
+erigiese un magnifico templo y ensayase en l la religin de Brahma, de
+Buda, de Zoroastro de cualquier profeta flamante, ver si el pueblo
+la prefera al catolicismo y se converta.</p>
+
+<p>Si en la religin hay herejes, en las artes tambin los hay. Queden en
+libertad: no los persigamos, pero no los protejamos tampoco.</p>
+
+<p>Recuerdo haber visto en Bruselas una Exposicin de pintura y escultura
+hecha por <i>artistas libres</i>, que protestaban furiosos, en nombre del
+progreso y del arte del porvenir, contra el arte oficial, ordinario y
+trillado. Aseguro que no soaba yo con ver ni he visto jams delirios
+ms estupendos, pintados y esculpidos, ni ms abominables creaciones. Y
+cuenta que, en medio de su extravo, no poda negarse original y
+distinguido talento no pocos de aquellos <i>artistas libres</i>.</p>
+
+<p>Prescindo de la ilacin y procedo brincos y con aparente incoherencia
+para que esta carta sea la ltima, y no escribir una docena.<a name="page_238" id="page_238"></a></p>
+
+<p>La Junta directiva haba de renovarse cada dos aos.</p>
+
+<p>Los vocales tendran sueldo dietas. No comprendo que nadie trabaje de
+balde, humillando haciendo competencia invencible al que necesita
+vivir de su trabajo. Al que no lo necesitase nadie le impedira gastar
+su sueldo en obras de misericordia regalar al teatro mismo, para
+adorno de sus galeras y salones de descanso, bustos y pinturas que
+representasen nuestros mejores dramaturgos, actores y actrices.</p>
+
+<p>Las funciones del <i>teatro modelo</i> habran de dividirse por igual en tres
+clases: una sera de composiciones dramticas de antiguos autores cuyas
+obras fuesen ya del dominio pblico; otra sera de composiciones de
+autores, vivos muertos, de cuyas obras conservasen la propiedad ellos,
+sus herederos sus editores; y otra, por ltimo, de composiciones
+inditas. Tendramos, pues, que slo el tercio de las representaciones
+de nuestro teatro sera para los estrenos. As la Junta directiva podra
+mostrarse severa y aceptar slo obras excelentes que ella juzgase
+tales. En los teatros libres se dara la protesta la apelacin al
+juicio pblico, aceptando las obras desechadas, obras, por otra parte,
+que, al no ser aceptadas por nuestro teatro, no recibiran agravio, ya
+que nuestro teatro no podra ser bastante para muchos estrenos.</p>
+
+<p>En nuestro teatro no habra de hacerse jams la en mi sentir absurda
+distincin del <i>gnero chico</i> y del gnero no chico. Lo bueno no es
+chico<a name="page_239" id="page_239"></a> nunca. Hay no pocos sainetes que valen ms que multitud de dramas
+y de tragedias en cinco actos. Nada es ms difcil, ms envidiable y ms
+precioso que hacer reir con burlas y chistes urbanos sin desvergenza y
+sin chocarrera.</p>
+
+<p>Por esto quisiera yo que volvisemos la antigua usanza, y que, no
+ser un drama extremadamente largo, concluyese toda funcin con su
+correspondiente divertido sainete.</p>
+
+<p>En la indumentaria convendra tener el mayor esmero. No slo los trajes,
+las armas, el peinado y dems adornos de las personas, sino tambin los
+edificios y los muebles habran de ajustarse siempre con la posible
+exactitud la poca y al pas en que se desenvolviese la accin
+dramtica. nicamente podran quedar exceptuados de esta regla algunos
+dramas antiguos en que hay algo de fantstico y de ideal en el lugar y
+en el tiempo. Pase v. gr. que en <i>El desdn con el desden</i> no salgan los
+actores vestidos con trajes de la Edad Media, de cuando haba soberanos
+independientes en Provenza y en Catalua, sino que salgan vestidos
+anacrnicamente con trajes del siglo <span class="smcap">xvi</span> del siglo <span class="smcap">xvii</span>.</p>
+
+<p>Mi indulgencia, no obstante, no llega hasta el extremo de aprobar lo que
+he visto en Alemania, donde el lacayo, gracioso y agudo, que aconseja el
+desdn para vencer el desdn de doa Diana, sale vestido como Fgaro en
+<i>El Barbero de Sevilla</i>, como un majo de Goya. Esto me parece tan
+extravagante como lo que he odo decir que aconteca hace un siglo entre
+nosotros, cuando,<a name="page_240" id="page_240"></a> al ponerse en escena <i>El maestro de Alejandro</i>, sala
+Aristteles vestido de abate, con casaca, chupa, espadn, zapato de
+hebilla y capita veneciana.</p>
+
+<p>No pocos de nuestros antiguos dramas son tan anacrnicos que apenas
+sera posible ponerlos en escena con trajes de la poca en que pasa la
+accin. Si no recuerdo mal, en <i>La venganza de Tamar</i>, de Tirso, hay
+damas tapadas, lacayos, mercaderes, genoveses, calle Mayor y todo lo que
+haba en Madrid en tiempo de Felipe III de Felipe IV. Cmo, pues,
+poner en escena <i>La venganza de Tamar</i> con los trajes que se usaban en
+vida del Rey Profeta? En cambio, yo juzgo conveniente representar <i>El
+mgico prodigioso</i> con los trajes, edificios y muebles
+bizantino-orientales que se usaban en Antioqua en los primeros siglos
+de la era cristiana, y no, como he visto representar en Madrid este
+drama, con trajes del siglo <span class="smcap">xvi</span> del siglo <span class="smcap">xvii</span>.</p>
+
+<p>Aun en la representacin de los sainetes y entremeses pondra yo no
+menor cuidado en la indumentaria. Un entrems de Cervantes se
+representara con trajes del tiempo de Cervantes, y un sainete de D.
+Ramn de la Cruz con los trajes que los majos y las manolas gastaban
+cuando viva y los retrataba tan lo vivo aquel escritor ingenioso.</p>
+
+<p>Otro uso antiguo, desde hace aos casi perdido, resucitara yo en
+nuestro teatro: el indispensable intermedio de <i>baile nacional</i> entre el
+drama y el sainete.</p>
+
+<p>El arte de la danza es importantsimo y serio.<a name="page_241" id="page_241"></a> Los antiguos le
+estimaban como lazo de unin y como centro de todas las artes del
+espritu, que llamaban msica en su ms lato sentido, y de todos los
+ejercicios corporales, que llamaban gimnstica. La danza adems era
+ensalzada por su complexidad; porque en ella se combinan el sonido y la
+forma, el dibujo y la meloda, lo plstico y lo areo. El rey David no
+crea perder su dignidad por ir bailando delante del Arca. Los
+coribantes descendan bailando de la cumbre del Ida, las mnades con sus
+tirsos bailaban en el Citern, y los profetas de Israel, en impetuoso
+coro, descendan bailando del Carmelo. No bailaban menos devota y
+desaforadamente los <i>salios</i> de Roma. Danzas sagradas hierticas ha
+habido en todas las pocas y civilizaciones. Todava, al son de las
+castauelas, bailan los seises en la catedral de Sevilla.</p>
+
+<p>No pretendo yo que canonicemos y santifiquemos la danza, pero es un
+dolor que nuestra danza nacional vaya perdiendo cada da ms su carcter
+propio y castizo bien que se avillane, se corrompa y se haga ms
+grotesca, chula y gitana. Ya se bastardea con lo que toma y remeda de
+las danzas francesas italianas, ya se corrompe y se impurifica con
+esto que no s por qu llaman flamenco. Yo recuerdo todava con
+retrospectiva admiracin cierto bailador llamado Ruiz, y su
+gallarda, bella, modosa y noble hija Conchita. Qu majestad, qu
+decoro, qu distincin y qu gracia cuando ambos bailaban juntos el
+bolero! No es dable danza ms aristocrtica. Parecan<a name="page_242" id="page_242"></a> prncipes
+grandes seores. Y aquello era al mismo tiempo espaol puro y neto. Por
+qu pues, no hemos de regenerar nuestra danza, hoy pervertida?</p>
+
+<p>Interminable sera el seguir exponiendo aqu todo lo bueno que podra
+realizar nuestro teatro. Fndese, si alguna vez hay dinero, paz y humor
+para fundarle, y ya entonces dar yo los consejos que dejo en el tintero
+ahora por no pecar de prolijo.</p>
+
+<p>Slo dir para concluir que en el teatro, durante la representacin,
+deben amortiguarse las luces y quedar el pblico en misteriosa penumbra,
+ fin de que la luz y la atencin se fijen en la escena: que una vez el
+teln descorrido, deben cesar las conversaciones y deben abstenerse las
+damas y los caballeritos de flirteos coqueteos: y que terminada la
+representacin, debe haber mucha luz para que las mujeres muestren su
+hermosura y sus galas. Por ltimo, los entreactos, sin ser tan largos
+como ahora suelen ser, no deben ser tan cortos como en Alemania, donde
+no hay tiempo para ver y hablar las damas bien vestidas y guapas, ni
+para discurrir sobre el drama que se est viendo, de todo lo cual
+resulta, pesar del primor y lujo del espectculo, algo de apresurado,
+y de poco ameno que contradice el ttulo de diversiones pblicas con que
+calificamos las del teatro.</p>
+
+<p>Y aqu pongo punto final, deseoso de no haber acabado tambin con la
+paciencia de los lectores.<a name="page_243" id="page_243"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 383px;">
+<a href="images/illpg_243a.png">
+<img src="images/illpg_243a_sml.png" width="383" height="79" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="FINES_DEL_ARTE" id="FINES_DEL_ARTE"></a>FINES DEL ARTE<br /><br />
+FUERA DEL ARTE</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">SIEMPRE fu yo partidario del arte puro; de que no haya en l otro fin
+ni propsito que la creacin de la belleza; dar pasatiempo, solaz y
+alegra al espritu y elevarle esferas superiores por la contemplacin
+de lo ideal y de lo que se acerca lo perfecto, cuando logra revestirse
+de forma material bien expresarse por medio de signos, como son los
+tonos y la palabra hablada escrita.</p>
+
+<p>De aqu que yo, en obras de amena literatura, y especialmente en dramas
+y novelas, guste poqusimo de la tesis, y menos an de lo que llaman
+Zola y sus parciales <i>documentos humanos</i>. A mi ver, tales documentos
+deben coleccionarse en Tratados de estadstica y en Memorias de
+hospitales, presidios, crceles y manicomios. Y lo que es las tesis,
+cualquiera que tenga el antojo de demostrar alguna de inculcar y
+difundir doctrinas morales, sociales, polticas religiosas,<a name="page_244" id="page_244"></a> lo mejor
+es que desista para ello de ser novelista dramaturgo, y componga
+Tratados cientficos, disertaciones, homilas peroratas.</p>
+
+<p>No he de negar yo por esto que, en todas las edades del mundo y en todas
+las naciones cultas, la mayora de los autores de obras de
+entretenimiento se han propuesto al escribirlas no slo entretener, sino
+tambin ensear. La novela y el drama han sido para ellos docentes. As
+en la teora como en la prctica han calificado de lecciones morales
+todo cuanto han escrito, y al escribir han puesto la mira y se han
+dirigido un punto completamente fuera del arte.</p>
+
+<p>Este hecho, sin embargo, slo probar una cosa: que el afn de ensear
+fu lo que movi al autor escribir; mas no que lo escrito valga por lo
+que ensea, importe por la verdad que contiene, sino por la gracia, el
+chiste y la hermosura que crea y luce.</p>
+
+<p>El ms claro y luminoso ejemplo de lo que digo nos le ofrece Cervantes
+en el <i>Quijote</i>. Fu su propsito censurar los libros de caballera y
+hacerlos aborrecibles. Y, la verdad, si se hubiera limitado dar en
+el blanco, si slo hubiese sido certero y si su ingenio no hubiera
+volado muy por cima del objeto que por reflexin quera dirigirse,
+Cervantes slo hubiera escrito un libro que ya no leera casi nadie y no
+el libro inmortal que leern y releern siempre todas las personas de
+buen gusto, ya en lengua castellana, si la saben, ya en cualquiera otra
+lengua en que se traduzca medianamente.<a name="page_245" id="page_245"></a></p>
+
+<p>Persisto, pues, en creer y en afirmar que el propsito de la novela y
+del drama, y lo ms substancial que debe haber en ellos, no es la
+enseanza, no es la demostracin reflexiva.</p>
+
+<p>El poeta, no obstante (y llamo poeta quien escribe novelas y dramas,
+aunque los escriba en prosa), pone debe poner en cuanto escribe toda
+su alma. Y como esta alma no ha de ser vulgar, adocenada vacia, sino
+que ha de estar rica de ideas, de doctrinas y de sentimientos elevados,
+y han de encerrarse en ella los obscuros enigmas que piden explicacin y
+los temerosos y hondos problemas que se presentan la humanidad para
+que los resuelva; todo esto, que est contenido en el alma del autor
+del poeta, aparecer tambin y se reflejar en su obra, donde l pone
+toda su alma.</p>
+
+<p>De las consideraciones que acabo de exponer y que menudo se ofrecen
+mi mente, nace, y yo lo confieso con sinceridad, una contradiccin
+evidentsima: la negacin y la afirmacin de lo mismo: lo que ahora
+llaman una antinomia.</p>
+
+<p>Afirmo, primero, que el arte ha de ser slo por el arte, y afirmo en
+seguida que el arte, sobre todo cuando es la palabra el medio que emplea
+para producir la hermosura, contiene en s y pone, en toda obra suya de
+algn valer, cuantos problemas y enigmas estimulan la actividad del
+entendimiento humano, movindole negar afirmar y pronunciarse en
+uno en otro sentido.</p>
+
+<p>Me consuela de mi contradiccin y me mueve<a name="page_246" id="page_246"></a> creer que no debo ser
+censurado por escptico, sino aplaudido por sincero, el notar que la
+contradiccin mencionada no est slo en mi, sino tambin en todos los
+espritus.</p>
+
+<p>El arte debe ser por el arte. El poeta no debe proponerse la
+demostracin de ninguna tesis: no debe ensear, sino deleitar. Y, sin
+embargo, no hay novela ni drama de algn valer donde el poeta no quiera
+resolver problemas sociales, morales, polticos religiosos. Y no hay
+novela ni drama de algn valer, por lo mismo que es ms numeroso y
+apasionado el pblico que los oye los lee, que no sea vehculo mil
+veces ms eficaz que cualquiera otro libro para propagar doctrinas y
+para divulgar y difundir novedades, que ya extravan la gente, ya
+vuelven traerla al buen camino.</p>
+
+<p>El poeta se propone veces demostrar algo: veces slo se propone
+divertir entusiasmar: pero, acaso cuando menos conciencia tiene y
+menos propsito lleva de ser docente, es cuando ensea ms, ya que,
+poniendo el alma en su obra, pone tambin los enigmas y los problemas
+que en ella hay y los descifra los resuelve su modo.</p>
+
+<p>A fin de explicar este influjo de las obras literarias, ejercido en
+ocasiones sin propsito y hasta contra la voluntad del autor, se ha
+inventado una palabra, para mi gusto nada bonita, pero muy grfica. La
+novela y el drama que en alto grado son as, se llaman <i>tendenciosos</i>.</p>
+
+<p>Cmo negar, por ejemplo, que son <i>tendenciosas<a name="page_247" id="page_247"></a></i> las novelas de Pereda,
+que lo son tambin las de Prez Galds, que es <i>tendencioso</i> el <i>Juan
+Jos</i> de Dicenta, y que <i>Los domadores</i> de Selles son <i>tendenciosos</i>?</p>
+
+<p>Lo que yo no quiero desentraar aqu es la tendencia de cada una de
+estas obras, y mucho menos cul tendencia es buena y cul es mala.</p>
+
+<p>La intencin puede ser distinta y hasta opuesta la tendencia. Dramas
+novelas hay (y no malos, sino buenos y escritos por autores de
+grandsimo talento), que pueden producir y que producen en el pblico un
+efecto enteramente contrario al que el autor se propone. El pblico
+suele ser caprichoso y suele interpretar las obras literarias, en lo
+tocante la tendencia, de una manera imprevista para el autor y aun
+para los crticos ms agudos. Una misma persona, segn la edad que tiene
+y la instruccin que posee, al leer un cuento al ver un drama, puede y
+suele juzgarlo de muy distinta manera. Valgan en prueba de esto los
+<i>Viajes de Guliver</i> de Jonatn Swift. Los leemos cuando nios y nos
+divierten como cuento amensimo, lleno de pasmosas aventuras. Y si los
+volvemos leer en la edad madura, notamos en ellos amarga stira, negra
+melancola y desconsolador pesimismo. Qu es lo que fundamentalmente
+haba en el alma y en la intencin de Swift? No quiero entrar en tales
+honduras. Voy sencillamente dar cuenta aqu de dos dramas,
+representados ahora con grande aplauso en los teatros de Alemania y
+fruto del ingenio de dos famosos autores: Gerardo<a name="page_248" id="page_248"></a> Hauptmann y Adolfo
+Wilbrandt. No tratar de desentraar la intencin de ninguno de los dos,
+ni los har responsables de nada. Comparar sus obras con flores
+hermosas de las que alguien, acaso, extraiga saludable blsamo y de las
+que alguien tambin acaso extraiga mortfera y dolorosa ponzoa. Lo que
+no se puede negar, es que ambos dramas estn inspirados por ideas y
+doctrinas muy en moda ahora. No acierto decidir si el pblico
+candoroso, los jvenes sin malicia y las seoritas inocentes, que
+asisten la representacin de estos dramas, se dejan no influir por
+las doctrinas perversas que los han inspirado, si slo ven en ellos un
+brillante juego de la fantasa bien una leyenda en accin, llena de
+piedad y de creencias consoladoras.</p>
+
+<p>A mi ver, el fenmeno es tan curioso, que merece detencin y estudio.
+<i>Hannele</i> es el ttulo del drama de Hauptmann. Cabe interpretarle como
+una leyenda llena de fe religiosa como la expresin del pesimismo ms
+ateo y desesperado. Parte del pblico entiende lo primero, pero otra
+parte se inclina ver en el drama lo segundo. Hannele es una nia
+enfermiza y nerviosa que apenas tiene quince aos. Hurfana de madre,
+vive en poder de su padrastro, menestral rudo y feroz, borracho casi
+siempre, que maltrata de palabra y obra la nia, le da mal de comer y
+la obliga trabajar de continuo. Hannele llega al extremo de la
+desesperacin, y en horroroso delirio se arroja un estanque, buscando
+la muerte. El maestro de escuela, inteligente,<a name="page_249" id="page_249"></a> bondadoso, joven y
+guapo, y que siente por la muchacha muy tierna simpata, la saca del
+agua y la lleva casi exnime, tiritando con el fro de la calentura,
+cierta casa de vecindad de gente pobre, donde ponen la ia en un
+mezquino camistrajo y vienen el mdico visitarla y una Hermana de la
+Caridad cuidar de ella. Toda la accin del drama es la agona de la
+nia moribunda. Las visiones de su cerebro salen fuera de l, toman
+forma y cuerpo y se presentan al pblico en la escena, merced la
+poderosa imaginacin del dramaturgo y la habilidad del tramoyista, de
+los pintores y de los sastres.</p>
+
+<p>El tirano padrastro aparece an, en aquel sueo, para atormentar
+Hannele. A la Hermana de la Caridad le brotan alas y se convierte en
+ngel de la guarda. El ngel negro de la muerte sobreviene luego para
+poner trmino la existencia de aquella desventurada. Entonces todas
+sus ms poticas aspiraciones, todos sus afectos ms puros y hasta sus
+naturales apetitos, nunca satisfechos, de goces materiales, de bienestar
+y de reposo, y todas sus esperanzas, se cumplen y se logran de un modo
+ilusorio, en el delirio que precede la muerte. La madre de Hannele
+viene consolarla, como si fuera una santa; el maestro de escuela, que
+haba inspirado Hannele un delicadsimo amor de adolescente, se
+convierte en Jesucristo, como para darle la mano de esposo; matizados y
+luminosos coros de ngeles cantan melodiosamente muy lindas canciones,
+ofreciendo Hannele toda clase de regalos<a name="page_250" id="page_250"></a> y de cosas exquisitas,
+suculentos manjares y hasta confites. La misma vanidad de la criatura,
+que empieza ser mujer, es profusamente lisonjeada. El Prncipe le
+enva sus emisarios y servidores, y la calzan con preciosos zapatitos,
+como la Cenicienta, y la coronan de flores y la adornan con ricas
+vestiduras de desposada, y la atavan por tal arte que parece hermosa y
+gallarda. La colocan luego en un resplandeciente lecho de cristal, que
+ya parece fretro, ya tlamo. Y por ltimo, se abre una senda escala,
+inundada de luz y cubierta de flores, y el maestro de escuela,
+convertido en Jesucristo, toma de la mano Hannele y se la lleva al
+cielo, caminando en triunfo con ella, bajo arcos de verdura que forman
+dos hileras de ngeles, cruzando los ramos de palmera que sostienen en
+sus blancas manos.</p>
+
+<p>Al cabo cesa la msica, los resplandores se extinguen; la visin
+celestial se disipa. Vuelve aparecer la inmunda casa de los pobres y
+el angosto lecho en que Hannele est postrada. Entra el mdico en
+escena; mira la muchacha y dice: Est muerta! As acaba el drama.</p>
+
+<p>Yo me preguntaba cuando le v y me pregunto hoy: Es culpa del autor
+es culpa de la perversa interpretacin que yo doy su obra?</p>
+
+<p>Sea lo que sea, la impresin que yo recib fue muy triste. Yo entend
+que el autor pinta la vida como abominable para la mayora de los seres
+humanos, sin ms esperanza de reposo que la muerte y sin ms consuelo ni
+premio que la<a name="page_251" id="page_251"></a> incoherente fantasmagora, suscitada por la fiebre, y
+donde se barajan, en disparatada confusin, los cuentos y consejas
+vulgares, lo sobrenatural que sabemos por el catecismo, y los bienes y
+goces que forja la imaginacin, cuando la vanidad, el instinto amoroso y
+hasta el hambre no satisfecha la estimulan.</p>
+
+<p>A mi ver, en el drama del Sr. Hauptmann no quedan, con mayor realidad
+objetiva que el cuento de la Cenicienta, todas las esperanzas
+ultramundanas y todas las ms altas verdades religiosas.</p>
+
+<p>Otro da analizar el otro drama que he citado, que se titula <i>El
+maestro de Palmira</i>, y que an me parece ms extraordinario.</p>
+
+<div class="figcenter1" style="width: 120px;">
+<img src="images/illpg_251.png" width="120" height="165" alt="decoracion" title="decoracion" />
+</div>
+
+<p><a name="page_252" id="page_252"></a></p>
+
+<p><a name="page_253" id="page_253"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 367px;">
+<a href="images/illpg_253a.png">
+<img src="images/illpg_253a_sml.png" width="367" height="84" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="EL_MAESTRO_DE_PALMIRA" id="EL_MAESTRO_DE_PALMIRA"></a>EL MAESTRO DE PALMIRA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">AL escribir Tirso y Caldern <i>El condenado por desconfiado</i> y <i>La
+devocin de la Cruz</i>, en todo lo sobrenatural que all se representa,
+pusieron la realidad ms evidente. Los altos designios de Dios figuran
+muy por cima de los ensueos que forjan pueden forjar los personajes
+de ambos dramas. Ningn ser sobrehumano aparece y ningn milagro se
+realiza como ilusin de la mente, entre las sombras de un delirio
+febril, sino la luz meridiana, bajo cielo despejado y sin nubes. As
+las ninfas y los genios se aparecan los hroes griegos en las edades
+divinas. As los ngeles, <i>in ipso fervore diei</i>, visitaban y hablaban
+los antiguos patriarcas.</p>
+
+<p>Sin duda, la falta de fe y la corrupcin del siglo presente provocan el
+desdn hacia nosotros de todos los espritus puros de ms limpia y noble
+naturaleza; sin duda que ahora, como al declinar el paganismo deca el
+poeta gentil, puede decir tambin el poeta cristiano:<a name="page_254" id="page_254"></a></p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left"><i>Quare nec tales dignantur visere c&#339;ts.</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i>Nec se contingi patiuntur lumine claro.</i></td></tr>
+</table>
+
+<p>Catulo, en su tiempo, en la vida real, hallaba los hombres indignos
+del milagro; mas no por eso desterraba el milagro de la poesa: toda la
+narracin que termina con los dos versos que cito, es una larga serie de
+milagros. En Hannele el Sr. Hauptmann, ms cruel que Catulo, no se
+contenta con desterrar el milagro de la vida real, sino que le destierra
+tambin de la poesa, le trueca en pesadilla de agonizante.</p>
+
+<p>Si gran parte del pblico candoroso no cae en la cuenta de tamaa
+crueldad, y si el poeta mismo no tuvo la intencin de ser tan cruel, son
+puntos que importa poco dilucidar, teniendo como tenemos el
+convencimiento de que la crueldad est en la obra. Y la crueldad pone
+grima. En mi sentir, valdra ms perder por completo toda esperanza que
+fundarla en las visiones que acompaan la enfermedad y que preceden
+la muerte.</p>
+
+<p>Y an es ms extrao y ms deplorable que, al negar en el da lo
+maravilloso que consuela y que eleva los corazones, no suele buscarse lo
+llano y lo sencillo, sino otro maravilloso, que quiere limitarse ser
+natural, y que es desconsolador y mil veces ms enmaraado que todas las
+teologas y que todas las mitologas. Negar la realidad objetiva de
+muchas cosas y convertirlas en productos de nuestro cerebro y de
+nuestros nervios sobreexcitados no deja de ser inexplicable maravilla.
+Es convertir nuestro cerebro<a name="page_255" id="page_255"></a> en organillo que toca diversas sonatas,
+segn el registro que se toca, y en linterna mgica, con movimiento y
+todo, como la que se ha inventado recientemente, con auxilio de la
+fotografa, que proyecta escenas, personajes y lances, con la diferencia
+de que los de la linterna fueron y ya no son, y los de nuestro cerebro
+acaso no fueron, ni son, ni sern nunca.</p>
+
+<p>Recuerdo este propsito cierto singularsimo personaje que conoc en
+mi mocedad, estando yo en la capital del Brasil. Era un mago sabio
+ambulante. Peregrinaba con una hermosa profetisa de Nueva York, que era
+su mujer cosa parecida, y que, magnetizada por el mago, deca mil
+cosas estupendas que l le sugera. Aunque l era espaol, y tena
+apellido y nombre bastante vulgares, haba adoptado los misteriosos
+nombre y apellido de Hadado Calpe. Su ciencia su arte principal se
+titulaba la <i>funi-fantasmagora</i>, sobre la cual haba escrito un libro
+muy grueso. Se fundaba esta ciencia arte en que el hombre es el
+verdadero microcosmo. En su masa enceflica reside la mnada
+representativa donde estn en cifra toda la Naturaleza y cuanto hay
+puede haber ms all: lo existente y lo posible. Haba inventado este
+mago varias pociones que excitaban y movan la tal mnada desenvolver
+y sacar relucir ya esto, ya aquello de cuanto en ella haba
+envuelto. Posea el mago un copioso botiqun de estas pociones, y eran
+las ms prodigiosas el elixir diablico, con el cual se iba al aquelarre
+y al infierno, se oa la<a name="page_256" id="page_256"></a> misa negra y se conversaba con los demonios y
+con los precitos; el elixir mstico-celestial, con el cual se vea el
+cielo cristiano con todos sus pursimos deleites; y el elixir
+herico-afrodisaco, por cuya virtud se lograba el favor de las hures y
+se gozaban los placeres del paraso de Mahoma. Ninguno de los elixires,
+con todo, haca el menor efecto, si de antemano no era poderosamente
+sobreexcitada la mdula espinal, valindose para ello de la
+<i>funi-fantasmagrica</i>, nombre que l daba una horca primorosa
+ingeniossima, de la que se escapaba tiempo sin morir y donde el
+ahorcado realizaba por estilo fantstico los ideales todos.</p>
+
+<p>Hannele, en vez de ahorcarse, se remoja. Todo es equivalente, salvo que
+Hannele no toma antes ningn elixir; se remoja sin precaucin y muere.</p>
+
+<p>Pero no divaguemos y digamos algo del maestro de Palmira, que, en punto
+ extravagancia, echa Hannele la zancadilla.</p>
+
+<p>El drama de Adolfo Wilbrandt parece fundado en el budismo esotrico, que
+hoy priva y est en moda bajo el nombre de teosofa.</p>
+
+<p>Palmira, despus que el emperador Aureliano venci la gran Zenobia,
+decay de su prosperidad y grandeza; pero tuvo un hijo, llamado Apeles,
+que ansi y consigui restaurarla en su antiguo florecimiento. Apeles
+fu la vez gran guerrero y gran artista. A la cabeza de sus
+compatricios y ayudando las Legiones de Roma, venci los persas, que
+haban acudido apoderarse de su ciudad natal. Luego la hermose<a name="page_257" id="page_257"></a> con
+templos y palacios esplndidos y con casi inexpugnables fortalezas. Tal
+fue el maestro de Palmira.</p>
+
+<p>Al volver victorioso de los persas y antes de entrar triunfante en la
+ciudad, tuvo en el desierto un raro coloquio con dos genios: el de la
+vida y el de la muerte: y logr la inmortalidad, al menos una
+prolongadsima duracin de la existencia propia.</p>
+
+<p>En la misma mgica gruta donde Apeles consigue este don, y en el momento
+en que le consigue, aparece una virgen cristiana, la cual, impulsada por
+una voz intima, va Palmira predicar el Evangelio. Sedienta de
+martirio, le predica con generosa imprudencia, insulta los dioses
+gentiles, irrita la plebe, y la plebe la mata en medio de las calles,
+ pesar de que Apeles la defiende. Sucede esto en tiempo de Diocleciano,
+cuando la persecucin contra el cristianismo era ms dura.</p>
+
+<p>Cualquiera creera que la mencionada joven, virgen y mrtir gloriosa de
+la fe de Cristo, se debera ir derecha al cielo; pero nada menos que
+eso. En el segundo acto (ms de veinte aos despus) Zoe, llamndose
+Febe, aparece, como una de las <i>heteras</i>, <i>cocottes</i> <i>suripantas</i> ms
+elegantes, seductoras y traviesas de Roma. Apeles, por quien no pasan
+das y que ha estado en Roma una buena temporada, se la trae de all y
+la instala en su casa, pesar de su virtuossima y severa madre, que
+vive todava. La casa de Apeles es un perpetuo holgorio; mucho festn,
+mucha<a name="page_258" id="page_258"></a> francachela y mucho brindis. Todos sus amigos, enamorados de
+Febe, le echan piropos, y ella predica sobre placeres con xito
+favorable y no con el mal con que predic el cristianismo cuando era
+Zoe. Febe, no obstante, se aburre en aquella remota poblacin y suspira
+por Roma. Sucede en esto que Apeles, que era muy orgulloso, se pelea con
+el gobernador, se queda pobre y se aflige al ver que su madre se va
+morir de rabia por tener Febe en casa. Corre, por ltimo, la voz de
+que las autoridades consideran que la permanencia de Febe en la
+poblacin causa escndalo y mal ejemplo y que se proponen expulsarla.
+Febe entonces dice para s: pues me echar yo antes de que me echen, y
+se larga con un seor Septimio, que es muy rico y que se la lleva
+Roma.</p>
+
+<p>Hganse ustedes cargo del furor de Apeles. Cae el teln.</p>
+
+<p>Al empezar el tercer acto, han transcurrido unos cuarenta aos. El alma
+de Zoe de Febe, alma comodn que se adapta todos los palos como la
+espada y el basto en el tresillo, ha tenido ya tiempo de transmigrar y
+se halla infundida en el cuerpo de una grave matrona, severa y llena de
+virtudes, mujer legtima de Apeles. Prsida es su nombre. Y Apeles y
+Prsida tienen una hija casadera, llamada Trifena, la cual est
+enamorada y quiere casarse con un gallardo joven que sigue la religin
+pagana. Reina Constantino y el cristianismo est triunfante. Apeles es
+siempre gentil, pero Prsida es fervorosa<a name="page_259" id="page_259"></a> cristiana. Su hermano y los
+amigos de su hermano son sacerdotes celossimos que entusiasman al
+pueblo y que llenan de remordimientos el alma de Prsida, porque no
+logra convertir su marido ni se decide separarse de l. Todo este
+acto, que no estar, pero que parece compuesto en odio de la religin
+cristiana, no se puede negar que tiene inters vivsimo y admirable
+movimiento escnico.</p>
+
+<p>La seora Estela Hohenfels, elegantsima, simptica y eminente actriz,
+que representa el papel de Zoe, de Febe y de Prsida, en el Teatro
+Imperial de Viena, da al drama de Wilbrandt gran realce y poderoso
+atractivo.</p>
+
+<p>Todo se complica de un modo tremendo. El presbtero, hermano de Prsida,
+se ha apoderado de Trifena, no quiere que se case con un pagano y se
+empea en que se consagre en los altares y en que viva entre las
+vrgenes del Seor. Trifena logra escapar y busca amparo entre los
+brazos de su padre. Amotinado el pueblo cristiano y guiado por el clero
+fantico, viene en busca de Trifena y quiere llevrsela.</p>
+
+<p>Prsida tiene espantosa lucha en el fondo de su alma, donde combaten por
+un lado el amor su marido y por otro los ms ardientes sentimientos
+religiosos. Vencen stos por ltimo, y Apeles se ve abandonado de
+Prsida como lo fu de Febe. Ayudado, no obstante, por su yerno futuro,
+por el padre de su yerno, y ms que nada por su casi inmortalidad y por
+su valor indomable, se abre camino por entre la muchedumbre<a name="page_260" id="page_260"></a> furiosa, y
+salva su hija, abandonando la patria y buscando refugio entre los
+persas. As termina el tercer acto.</p>
+
+<p>Al empezar el cuarto, han pasado ya bastantes aos. Juliano el apstata
+est en el trono. Su mayor empeo es acabar con el cristianismo y
+restablecer el culto de los dioses. Antes quiere que reverdezcan con ms
+vigor que nunca los laureles del imperio romano. Con poderoso ejrcito
+ha ido contra Ctesifon, ha pasado el Tigris y ha alcanzado una gran
+victoria sobre las huestes de Sapor, el Rey Sasanida.</p>
+
+<p>Entre tanto, Apeles, que apenas envejece, vive en el desierto, en un
+oasis, cerca de Palmira. Prsida, Trifena y el marido de Trifena,
+murieron tiempo h. Slo acompaan Apeles su consuegro y el nieto que
+de Trifena ambos han tenido. Este nieto es ya un joven gallardo y
+brioso, que se parece mucho Zoe, Febe y su abuela Prsida, y que
+est representado lindamente por la seora Estela Hohenfels, la cual se
+luce de veras en este drama, representando en cada acto un papel
+distinto.</p>
+
+<p>Apeles empieza ya caer en la cuenta, cavila sobre la metempscosis de
+Pitgoras y de los indios, y sospecha que el alma de Zoe, de Febe y de
+Prsida, era la misma y que ahora est encarnada en su nieto.</p>
+
+<p>Si he decir la verdad, esto me repugna ms que nada. Pase porque el alma
+trasmigre de cuerpo en cuerpo y cambie de condicin, de creencias y de
+carcter, segn el cuerpo en que<a name="page_261" id="page_261"></a> est y segn el medio ambiente. Pero
+que el alma cambie de sexo lo tengo por abominable. Dante y Petrarca
+bramaran de clera si topasen, en cualquiera vida ulterior, con Beatriz
+y con Laura, convertidas en caballeritos, aunque fueran sus nietos.</p>
+
+<p>Sea como sea, no nos detengamos en reflexiones y acabemos escape.</p>
+
+<p>El nieto de Apeles, que es un furibundo pagano, entra en una conjuracin
+para restablecer en Palmira la idolatra. Apeles sabe tiempo su
+propsito, y como no puede disuadirle de que vaya la ciudad, le
+acompaa.</p>
+
+<p>En mala hora para los gentiles llega la noticia de la retirada
+desastrosa del ejrcito romano y de la muerte del herico emperador. Los
+cristianos cobran entonces mayores bros. En las calles y plazas de
+Palmira se traba sangrienta y reida batalla. Quedan en ella vencidos
+los gentiles y muere el nieto de Apeles.</p>
+
+<p>Este, que ha ido vagando por diversos climas y regiones sin poder morir,
+llevando en la frente el signo de la vida, como Can y el judo errante,
+aparece de nuevo en Palmira, en el quinto y ltimo acto. El genio de la
+muerte, Pausanias, el que hace cesar todos los cuidados y dolores, le
+haba aparecido Apeles en los momentos solemnes de los actos
+anteriores, para arrebatarle las prendas ms queridas. Pausanias sale
+ahora de entre las ruinas. Apeles le pide la muerte, y Pausanias le dice
+que l no puede morir. Todo muere ha muerto, sin embargo, en torno
+suyo.<a name="page_262" id="page_262"></a> Palmira est ya casi desierta. Los terremotos y las guerras han
+derribado sus templos y sus palacios. Los brbaros invaden por todas
+partes el imperio y desbaratan arrollan las legiones de Roma. La
+antigua civilizacin se hunde con el imperio.</p>
+
+<p>Todava hay en Palmira algunos gentiles que coronan de flores los
+sepulcros, y que, en aquel da, que es la fiesta de Adonis, cantan el
+himno de la muerte y de la resurreccin, himno que Apeles ha cantado mil
+veces y que su nieto cant poco antes de morir:</p>
+
+<p>As lo quiere el eterno Zeus: t debes descender bajo la tierra
+florida, y besar la sombra Persfone oh hermoso Adonis! Al volver la
+primavera, cuando corran murmurando las fuentes, t, llorado ahora,
+resucitars alegre y besars la urea Afrodite, oh hermoso Adonis!</p>
+
+<p>La vida es un mal insufrible si no la interrumpe la muerte. Es menester
+volver ella bajo nuevas formas y en nuevos tiempos. No basta una vida,
+por larga que sea, para alcanzar el complemento de nuestro ser. Es
+inevitable el fri beso de Persfone para surgir alegre en otra verde
+primavera y recibir los besos de la urea Afrodite. Tal es la enseanza
+del drama.</p>
+
+<p>Su desenlace es pattico.</p>
+
+<p>En Palmira hay una santa mujer llamada Zenobia, portento de caridad,
+consuelo y amparo de los afligidos y menesterosos. Apeles la ve. Y ella
+le reconoce y l reconoce en ella Zoe, Febe, Prsida y su nieto.
+Zenobia hace entonces<a name="page_263" id="page_263"></a> la mayor obra de caridad que jams ha hecho.
+Apeles se postra de hinojos sus plantas, y ella pone la mano en la
+frente y borra el signo fatdico que le retiene en la vida. El Genio de
+la muerte, Pausanias, el apaciguador libertador de los cuidados, acude
+entonces, se interpone entre Apeles y Zenobia, y Apeles muere.</p>
+
+<p>As es, en resumen, uno de los ms celebrados dramas del moderno teatro
+alemn.</p>
+
+<p>Yo dir, para concluir, que es divertido verle y leerle: que es ms
+divertido an admirar la seora Estela Hohenfels en sus cinco papeles;
+pero que, en lo tocante enseanza, lo mejor es no sacar ninguna de
+este drama. Si creysemos que se saca de l enseanza, tendramos que
+imitar Platn y desterrar los poetas de nuestra Repblica. Por
+dicha, los poetas no valen por lo que dicen, sino por la elegancia,
+primor y entusiasmo con que lo dicen. Leopardi es ateo, y est
+desesperado de no tener Dios; Manzoni es un progresista catlico;
+Carducci celebra Satans, aborrece Cristo y cree que el mundo
+prospera porque el cristianismo acaba; Quintana es un volteriano que
+pone como hoja de peregil Felipe II; el duque de Fras se deshace en
+elogios del rey prudente, y muchos de nuestros poetas mejores, aunque,
+como Espronceda, sean progresistas en prosa, se lamentan en verso de la
+<i>funesta mana de pensar</i> y entienden que Dios los castiga porque han
+querido averiguar muchas cosas que son inaveriguables. En suma; cada
+poeta se va por su camino y sustenta opinin diversa<a name="page_264" id="page_264"></a> y contraria la
+de los otros. Lo que importa es que la sustenten bien y con bro.
+Entonces los aplaudimos todos y cada uno de los que aplauden se queda
+con la opinin que tenia, si no es un tonto y si no hace como los que se
+mataban despus de leer el <i>Werther</i> de Goethe. Precisamente Goethe le
+escribi para no matarse y como desahogo.<a name="page_265" id="page_265"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 401px;">
+<a href="images/illpg_265a.png">
+<img src="images/illpg_265a_sml.png" width="401" height="75" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="LAS_RAREZAS_DEL_FAUSTO" id="LAS_RAREZAS_DEL_FAUSTO"></a>LAS RAREZAS DEL FAUSTO</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">EN cualquiera punto de este planeta en que vivimos, en la prolongacin
+de los tiempos pasados, segn lo que por la historia se sabe y tambin
+en los tiempos futuros, hasta donde nuestra previsin alcanza, todo ser
+humano tiene y tendr no poco que sufrir, gran multitud de cosas en que
+ejercitar su paciencia, mil peligros que arrostrar empleando su valor, y
+no corto nmero de adversidades y disgustos para desplegar y lucir su
+santa resignacin y su conformidad cristiana, compitiendo con Job y
+hasta vencindole.</p>
+
+<p>Para consuelo alivio de tantas penas nuestro ingenio ha sido fecundo
+en sutiles y discretas invenciones. Y la mejor de todas es, mi ver, la
+poesa narrativa dramtica.</p>
+
+<p>Las contrariedades menudas y los males pequeos que nacen con frecuencia
+de la tontera de los hombres de las mujeres, representados luego por
+el poeta en una novela en un drama,<a name="page_266" id="page_266"></a> pierden y deben perder casi toda
+su amargura; remedindola suavizandola con inocentes benignas burlas
+y ahogndola en risa.</p>
+
+<p>Y cuando los males son grandes y terribles, todava es ms discreta y
+bienhechora la invencin que los remedia los consuela. El poeta, en la
+novela en el drama trgico, debe representar estos casos con
+verosimilitud y fidelidad tan extraas y hbiles, que en vez de
+producirnos el mal rato, el ataque de nervios los sentimientos penosos
+que nos produciran dichos casos si fuesen reales, nos produzcan un
+exquisito y espiritual deleite que llaman esttico.</p>
+
+<p>Tal era y tal debe ser, desde muy antiguo, el fin noble y redentor del
+arte.</p>
+
+<p>Aristteles llamaba esto la purificacin de las pasiones, es saber:
+que el terror y la compasin, que en la vida real son tan dolorosos y
+aflictivos, gracias al encanto divino de la poesa, se convierten en el
+drama y en el poema narrativo en placer delicado, porque el terror
+entonces no nos enerva ni nos humilla, y porque entonces son dulces las
+lgrimas.</p>
+
+<p>Cmo he de negar yo el maravilloso talento de muchos autores del da,
+extranjeros y nacionales? Lejos de negarle, le reconozco y le admiro;
+pero me quejo de ellos y los censuro y los encuentro ms fotgrafos que
+poetas, porque faltan al precepto aristotlico, que es, en mi sentir, el
+fin del arte, y porque pintan las miserias y desventuras humanas con tan
+minuciosa exactitud y con tan cientfico, experimental y poco<a name="page_267" id="page_267"></a> potico
+detenimiento, que se dira que sus libros, en vez de ser de pasatiempo y
+de recreo, vienen reemplazar los silicios, las disciplinas y otros
+medios propsito para mortificarse y hacer vida penitente.</p>
+
+<p>La diferencia est en que con los medios antiguos se ganaba el cielo, y
+con la lectura de estos libros con el espectculo de estos dramas no
+se gana nada.</p>
+
+<p>Aunque mi no me cabe en la cabeza que los dramas y novelas as
+escritos puedan y deban considerarse como <i>documentos humanos</i>, como
+materiales y ripios, con los cuales ha de construirse la ciencia social
+del porvenir, todava concedo que el que crea en el valor de tales
+documentos los reuna y confeccione, atormentndonos con ellos. La letra
+con sangre entra. Pero lo que no concedo es que est bien que los
+documentos sean falsos: que se ponga tragedia donde no hay motivo de
+tragedia: y que, habiendo tanto infortunio dialcticamente producido, se
+creen infortunios infundados y disparatados como una pesadilla.</p>
+
+<p>Cuanto queda expuesto se me ha ocurrido recientemente con ocasin de
+haber odo el <i>Fausto</i>, de Gethe, casi de seguida, primero en dos
+peras, ambas de muy hermosa msica, y despus en los dos magnficos
+dramas, representados ambos con aparato y lujo portentosos, en el teatro
+imperial y palatino de la gran ciudad de Viena.</p>
+
+<p>Se cuenta que D. Ventura de la Vega, agobiado<a name="page_268" id="page_268"></a> ya por las enfermedades y
+previendo su prxima muerte, llam un da sus hijos para confiarles,
+antes de morir, un misterioso secreto, cuya pesadumbre le abrumaba el
+alma. Despus de recomendarles el sigilo, que ellos han roto, pecado de
+que creo debemos absolverlos, aquel padre carioso les confes que el
+Dante le aburra.</p>
+
+<p>A m no me aburre Gethe. Si me aburriese, no andara con tapujos, ni lo
+confesara slo <i>in articulo mortis</i> y en lo hondo de mi casa; pero
+aunque soy fervoroso admirador de aquel glorioso poeta, que era adems
+gran sabio y sutil y razonable filsofo, y aunque le he elogiado
+pomposamente en varios escritos mos, me sucede ahora que, echando un
+lado el prestigio mgico de su estilo, como quien descorre un velo que
+disimula los defectos y realza las bellezas, he descubierto en el Fausto
+rarezas tan chocantes, que temo que se me agrien se me pudran en lo
+interior del alma si no las digo y me desahogo.</p>
+
+<p>Poniendo, pues, un lado y en salvo mi extraordinaria admiracin por
+Gethe, voy decir aqu algunas de estas rarezas.</p>
+
+<p>En primer lugar, me pasma y me enoja que el Dios de Gethe tenga el
+capricho, en su conversacin con el diablo, de presentar Fausto como
+un segundo Job, como un modelo de varn justo, aunque dbil y sujeto
+error como todo el que aspira.</p>
+
+<p>Verdaderamente, si en la segunda mitad del siglo <span class="smcap">xv</span>, en que la humanidad
+di cima tan altas empresas, no hubo hombre mejor que Fausto,<a name="page_269" id="page_269"></a> es
+menester confesar que la humanidad no vale un pito.</p>
+
+<p>Pero no es esto lo ms singular; lo ms singular es que Fausto, quien
+el poeta nos presenta en las primeras escenas como un sabio de
+extraordinaria magnitud, resulta luego un tontiloco.</p>
+
+<p>Tengamos la manga ancha. Disculpemos Fausto por su desesperacin al
+verse viejo, pobre, desatendido, pesar de su mucha sabidura, habiendo
+gozado poqusimo y en resumidas cuentas sin saber nada punto fijo
+despus de haberse quemado las cejas estudiando da y noche sin
+divertirse, sin holgarse y sin echar una canita al aire. Disculpmosle
+tambin del conato de suicidio, y disculpmosle, por ltimo, aunque se
+escandalicen mis lectores, de que haga un pacto con el diablo y le firme
+con la sangre de sus venas.</p>
+
+<p>Harto se entiende que el diablo, que no es estpido y que deba estar ya
+escarmentado, celebra este pacto por si topa, como si dijramos,
+sabiendo que se expone quedar burlado y estafado, y que Fausto por
+intercesin de algn santo santa que abogue por l, se largue al cielo
+y deje al diablo con un palmo de narices. Casos por el estilo haban
+ocurrido ya y deban estar consignados en los archivos y anales del
+infierno. As, por ejemplo el del monje Tefilo, y el de Cipriano,
+mgico prodigioso de Antioqua.</p>
+
+<p>Para un sujeto travieso y listo, fundado en la tontera del diablo y
+envalentonado con tan curiosos<a name="page_270" id="page_270"></a> precedentes, un pacto con el diablo ha
+de ser una ganga de la que debe sacar mil provechos y ventajas. Aqu
+entra, en mi sentir, la inexplicable tontera, el idiotismo perverso del
+Fausto de Gethe, sobre todo en lo ms humano y menos simblico, en la
+primera parte, en sus amores con Margarita.</p>
+
+<p>No digo yo un caballero particular cualquiera, que no haya estudiado
+libro alguno y que se caiga de tonto, sino el propio Pedro Urdemalas no
+lo hace peor que Fausto lo hizo.</p>
+
+<p>Remozado ya, elegante y guapo, apasionado y discreto, qu necesidad
+tena de joyas para enamorar Margarita? No deslustraba con esto el
+carcter de su querida, hacindola aparecer tan comprada como enamorada?
+A no dudarlo, el regalo de las joyas afea y empequeece el principio de
+aquellos amores.</p>
+
+<p>Se ve luego que Margarita, sin que nadie la vigile ni la acompae, va
+sola donde quiere. En el jardn de Marta juega al escondite con su
+amigo, y sin duda en cualquiera otro sitio, todava ms cmodo, poda
+estar con l solas todo el tiempo que quisiera hasta hartarse. Qu
+lujo de perversidad, sin razn que la justifique, no hay, pues, en el
+empeo de Fausto y Margarita de estar juntos por la noche al lado de la
+madre de ella, en lo cual hasta hay mucho de repugnante y de asqueroso?</p>
+
+<p>Y crece de punto la perversidad, cuando Margarita, la candorosa y
+angelical Margarita, excitada por Fausto, y fin de que su mam no se<a name="page_271" id="page_271"></a>
+despierte, la atiborra de bromuro de potasio, de opio, de ludano y de
+otros potingues narcticos, hasta que acaba por matarla.</p>
+
+<p>A veces se dira que Fausto quiere Margarita. A veces se dira que no
+la quiere y que es un ingrato y un galopn de siete suelas. Su
+insensatez incoherente no se presta clara interpretacin.</p>
+
+<p>Convertido en msico, su diablo lacayo va con Fausto dar serenata
+Margarita; y Fausto tiene la impiedad y la poqusima vergenza de que su
+diablo lacayo insulte con indecentsimas coplas la pobre muchacha por
+la falta que ha cometido en amarle y en consentir en ser suya. Ahora
+viene lo mejor. Margarita tiene un hermano, soldado, valiente y
+espadachn y muy celoso de su honra, aunque no era menester serlo mucho
+para enojarse contra el doctor Fausto, que estaba alborotando la calle y
+ todos los vecinos con aquella retahila de sucios improperios puestos
+en solfa.</p>
+
+<p>Nada ms natural que la decisin que toma Valentn de pinchar al doctor
+Fausto como quien pincha una rata.</p>
+
+<p>Yo convengo en que nadie gusta de que le pinchen as; pero hay medios de
+evitarlo, sobre todo, cuando se encuentra con el demonio, ms ingeniosos
+y decentes que los que Fausto emplea. l saba poco nada de esgrima, y
+distaba mucho de pensar como San Buenaventura, que dice que cuando
+alguien nos acomete con una espada desnuda debemos dejarnos matar y no
+matarle, porque sera cruel, matando nuestro<a name="page_272" id="page_272"></a> adversario, enviarle al
+infierno, mientras que si l nos mata, y nosotros nos resignamos
+morir, nos iremos derechitos al cielo; pero, sin imitar San
+Buenaventura, bien pudo hacer Fausto que el diablo se llevara Valentn
+en volandas valerse de otro medio cualquiera para no asesinar infame y
+traidoramente al hermano de su amiga.</p>
+
+<p>Despus del asesinato de Valentn, Fausto se queda tan fresco, y para
+distraerse, se larga al aquelarre bailar un fandango con varios brujas
+jvenes,</p>
+
+<p class="c"><i>altas de pechos y ademn brioso.</i></p>
+
+<p class="nind">Margarita, entretanto, ha acudido con muchas comadres del barrio y otra
+gente desocupada, ver morir Valentn, que le echa un largo discurso,
+llamndola <i>metze, coram ppulo</i>, por si alguien no se haba enterado.</p>
+
+<p>Despus de tantas catstrofes, muerta la madre fuerza de dormir,
+Valentn asesinado, y deshonrada ella pblicamente por las cancioncillas
+del diablo-msico lacayo de su amigo y por el discurso moral de su
+hermano moribundo, poco tiene que perder y nada tiene que ocultar
+Margarita. No se comprende, pues, la determinacin que toma de matar
+su hijo, arrojndole al agua. Hara tan mala obra en un momento de
+enajenacin mental; pero Fausto debi preverlo, y en vez de ir retozar
+con las brujas, poner Margarita en una buena casa, cuidarla y darle
+bien de comer, y separar al nio de su lado para que no hubiese aquel
+estropicio que despus hubo.</p>
+
+<p>El diablo no le vali sino para hacer sandeces;<a name="page_273" id="page_273"></a> ni siquiera se le
+ocurri Fausto que aquella bruja joven, con quien bail en el
+aquelarre y la hermosura de cuyos pechos celebra en una copla muy
+galante, hubiera podido servir de nodriza para su hijo, ya que no
+quisiese l bajar al seno de las Madres para traer desde all la misma
+cabra Amaltea, nodriza de Jpiter.</p>
+
+<p>Pero nada; el imbcil de Fausto no celebr pacto con el demonio, sino
+para cometer delitos intiles incurrir en ms simplezas que el propio
+D. Simplicio Bobadilla y Majaderano.</p>
+
+<p>Prescindo ahora de la segunda parte tragedia de Fausto. Todo all es
+fantasmagora: todo est lleno de enigmas filosficos y de veladas
+enseanzas.</p>
+
+<p>Fausto apenas es all ser humano: es un smbolo, es como el hroe
+epnimo de la sociedad y de la edad modernas; lo cual no quita que en la
+primera parte, en lo que se asemeja ms la vida real, Fausto, sea, si
+no un malvado, un imbcil.</p>
+
+<p>Y sin embargo, en qu consiste que Fausto y Margarita interesen y
+enamoren tanto las almas sensibles y hasta las nias honradas, que
+de seguro no haran todas las atrocidades que hizo Margarita de
+envenenar su madre y de matar su hijo?</p>
+
+<p>Por hoy no s en qu consiste esto. Otro da tratar de averiguarlo.</p>
+
+<p><a name="page_274" id="page_274"></a></p>
+
+<p><a name="page_275" id="page_275"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 380px;">
+<a href="images/illpg_275a.png">
+<img src="images/illpg_275a_sml.png" width="380" height="76" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="LA_MORAL_EN_EL_ARTE" id="LA_MORAL_EN_EL_ARTE"></a>LA MORAL EN EL ARTE</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">MI amigo D. Miguel Moya me pide que escriba sobre el asunto que el
+epgrafe declara. Yo deseo complacerle; pero lo considero harto difcil.
+El asunto es tan complicado que, para tratarle bien, sera menester
+escribir un par de volmenes y no un artculo breve. Mucho aumentara la
+extensin del escrito si me empease en decir, adems de lo que m se
+me ocurre, lo que se ha ocurrido los otros desde Platn y Aristteles
+hasta Hegel, Gioberti, Pictet y dems autores novsimos. Los escondo,
+pues, todos y hasta procuro olvidarlos, y voy decir aqu, sin
+atender nadie, y en cifra y resumen, lo primero que acuda mi mente,
+ora sea creacin suya, ora sea reminiscencia de lo que he ledo.</p>
+
+<p>La Naturaleza, dgase cuanto hay de sensible y de inteligible, cuanto
+se ve, se columbra se imagina, cuanto cabe en el pensamiento humano,<a name="page_276" id="page_276"></a>
+y este mismo pensamiento, todo atrae nuestra atencin, nos solicita para
+que lo contemplemos, lo fijemos con orden y mtodo en nuestra memoria, y
+hasta procuremos averiguar sus causas y el trmino, fin y propsito
+hacia donde se dirige y encamina. Tal parece ser el primer empleo del
+hombre. Llammosle <i>teora</i>. Su fruto resultado debe ser la verdad. Su
+exposicin metdica es la <i>Ciencia</i>.</p>
+
+<p>Pero el hombre no es un ser meramente pasivo y contemplativo. No est en
+el mundo slo para asistir al espectculo, gozar de l y aplaudirle,
+sino que, ms de ser espectador, ha de ser actor. No le basta con
+formar conceptos, sino que necesita realizar acciones. De aqu que
+adems de la <i>teora</i> haya la <i>prctica</i>. Y como nuestras acciones deben
+enderezarse no perturbar el orden natural de las cosas, sino
+conservarle y mejorarle, resulta que el fin de la prctica ha de ser
+el bien, y el conjunto de reglas y leyes para que el bien se logre es la
+Moral en su ms amplio sentido.</p>
+
+<p>Todava tiene el hombre otro tercer empleo no menos digno y elevado. Ora
+consideremos el Universo, sea el conjunto de todas las cosas, como
+substancia eterna con poder inmanente para desenvolverse y manifestarse
+en apariencias distintas, ora como creacin de una voluntad y de una
+inteligencia soberanas, el hombre, por un estmulo irresistible que hay
+en l, y por los bros y por la virtud que producen ese estmulo, se
+siente movido mejorar y adaptar las cosas ya<a name="page_277" id="page_277"></a> existentes, sacando de
+ellas algo nuevo, ya para su propia utilidad, ya para su propio deleite.
+De aqu proviene lo que en su ms amplio significado debemos llamar
+<i>Poesa</i>.</p>
+
+<p>Claro est que en este significado amplio, poesa es toda operacin por
+la cual el hombre aade algo lo natural para hacerlo ms til, ms
+agradable ms hermoso. Si la mente humana, si el espritu no se
+incluyese como parte de la Naturaleza, bien podra decirse que toda obra
+del espritu, transformando modificando las cosas naturales, era obra
+sobrenatural, ya que sobre la Naturaleza vena ponerse.</p>
+
+<p>En la anterior concepcin vastsima de la <i>poesa</i>, que fin de que no
+choque demasiado los que les coja muy de nuevas, declarar aqu que es
+de Aristteles, entran todas las artes humanas, desde la del zapatero y
+la del cocinero, hasta las del escultor, el msico, el pintor y el vate
+ms inspirado.</p>
+
+<p>Tenemos, pues, <i>teora</i>, <i>prctica</i> y <i>poesa</i>; y como derivacin de las
+tres facultades, <i>ciencia</i>, <i>moral</i> y <i>arte</i>. En estas tres esferas de
+actividad hay compenetracin, cuando no nos elevamos grande altura.
+Entonces casi se puede decir que lo til es el fin y el punto de mira de
+las tres facultades que se prestan mutuo auxilio. La ciencia, por
+ejemplo, es til y presta auxilio todas las artes, y ya el
+conocimiento de los astros puede servir para la navegacin la
+agricultura, ya el conocimiento de las propiedades qumicas de los
+cuerpos, para preparar medicamentos, para guisar <a name="page_278" id="page_278"></a> para curtir pieles.
+La moral, dentro de su ms rastrero concepto, no traspasa tampoco los
+lmites de lo til, no aspira sino lo conveniente; rara vez va ms
+all de aquello que la prudencia mundana requiere, segn puede notarse
+en las antiguas fbulas y en los refranes. Y el arte, por ltimo, se
+encierra tambin en lo til en lo materialmente deleitable;
+emplendose en vestirnos, en calzarnos, en darnos habitaciones cmodas,
+y, en suma, en nuestro material bienestar y regalo.</p>
+
+<p>Por el contrario, no bien la ciencia, la moral y el arte alcanzan cierta
+elevacin, dejan de prestarse auxilio, se hacen independientes, ponen y
+buscan su fin en ellos mismos, y adquieren, digmoslo as, una
+inutilidad sublime. Dejan de ser serviles y son liberales. La ciencia
+entonces busca, y tal vez halla, la verdad, meditando desinteresadamente
+y tratando de descubrir los ms hondos arcanos, sin el menor propsito
+de que el descubrimiento valga luego para nada que no sea la
+satisfaccin misma que de poseer la verdad se origina. De igual suerte
+la moral elevada, si no prescinde, echa un lado y pone como en segundo
+trmino todas las ventajas que pueda ocasionar causar el ejercerla, y
+tiene por nico, al menos por principal objeto, la satisfaccin
+semidivina de obrar el bien con la ms completa independencia de toda
+mira interesada, as en esta vida como en la otra, as para el individuo
+como para la colectividad de cuantos son los seres humanos. Y la poesa,
+por ltimo, deja ya de atender<a name="page_279" id="page_279"></a> lo til: no teje, ni guisa, ni edifica
+viviendas; ni trata siquiera de moralizar ni de ensear verdades, sino
+que poniendo en ella misma su fin, aunque nada deseche y se valga de
+todo, tanto de lo creado cuanto de lo increado, tanto de lo real cuanto
+de lo ideal, como elementos y materia de lo que produce, no tira
+producir sino la belleza y no anhela infundir en los nimos ms que el
+puro y desinteresado sentimiento que nace de verla y de admirarla. Esto
+es lo que se llama el arte por el arte.</p>
+
+<p>Ha de entenderse, con todo, que los tres separados caminos por donde va
+el espiritu humano no siguen en divergencia constante y separndose
+siempre hasta lo infinito, sino que al cabo convergen y vienen
+coincidir en un centro foco nico de perfeccin absoluta, donde la
+verdad, el bien y la belleza carecen de distincin substantiva, y son
+calidades, potencias y atributos de un solo sujeto. Por donde
+considerada la ciencia en lo sumo de su elevacin, es igualmente buena y
+hermosa, y la moral es la misma verdad y la misma poesa, as como la
+poesa no puede menos de ser entonces el celestial y pursimo resplandor
+de la verdad y del bien absolutos. Mirada, pues, la poesa desde su
+punto ms elevado, basta decir que es poesa para afirmar implcitamente
+que es verdadera y buena, as como toda alta moral y toda ciencia
+superior y profunda son poticas en el mayor grado.</p>
+
+<p>Las contradicciones que en lo que afirmamos pueden notarse, provienen de
+un error de quien<a name="page_280" id="page_280"></a> las nota y en realidad no existen, estribando slo el
+error en algo de incompleto de deficiente, que importa tener en
+cuenta. Supongamos que tal cual sistema filosfico, ora las mnadas y la
+armona preestablecida de Leibnitz, ora el idealismo de Schelling, ora
+el proceso de la idea de Hegel, nos parecen poco conformes la verdad y
+hasta desatinos y blasfemias, mas no por eso dejaremos de ver en ellos
+maravillosa poesa, as porque contienen parte de la verdad en medio de
+sus extravos, como porque es tan potica y tan hermosa la verdad, que
+vierte torrentes de poesa y de hermosura sobre quien por las vas ms
+encumbradas la busca aunque no la halle.</p>
+
+<p>De idntica manera toda poesa perfecta, hasta donde la perfeccin cabe
+en lo humano, es verdadera y moral, contiene verdad y bien, est en
+plena concordancia con la moral y con la ciencia. Y mi ver, dicha
+concordancia aparecer con tanta mayor claridad y brillantez, cuanto
+menor sea el propsito del poeta de sostener una tesis, de dar lecciones
+de moral de ensear cientficamente esto aqullo.</p>
+
+<p>Lo que verdaderamente importa para que el poeta sea buen poeta, es que
+sea sincero y no se empee en engaarnos.</p>
+
+<p>Su engao no prevalecer ni valdr de nada para las personas de buen
+gusto, las cuales no podrn aguantar su obra y la tildarn de falsa y
+embustera. Y por el contrario, siempre que el poeta es sincero y dice lo
+que siente, con sencillez y sin afectacin, no es verdadero y
+legtimo<a name="page_281" id="page_281"></a> poeta, tiene que ser bueno moralmente, resplandeciendo la
+bondad moral en su poesa.</p>
+
+<p>Antes de que definiese Quintiliano al orador <i>varn bueno, perito en
+decir</i>, ya haban declarado los autores griegos que no era posible ser
+buen poeta sin ser varn bueno antes. El hroe y el santo tienen
+perpetua y constante voluntad de bien. El poeta slo es menester que la
+tenga cuando escribe. De aqu que moralmente el poeta es muy inferior al
+hroe y al santo, aunque por otras prendas de su espritu valga ms que
+ellos.</p>
+
+<p>Como quiera que sea, el primer precepto de toda arte potica debiera ser
+esta discreta frase de Maese Pedro: <i>Muchacho, no te encumbres, que toda
+afectacin es mala.</i></p>
+
+<p>En mi sentir, tan perverso y tan insufrible es Baudelaire componiendo su
+letana diablica y otras lindezas de las <i>Flores del Mal</i>, como no
+pocos poetas, que andan por ah presumiendo de religiosos y de
+moralistas, y que escriben, sin pizca de verdadero sentimiento, odas
+Dios, la virtud y la vida monstica, narraciones y dramas de
+severa moralidad aparente, cuyos personajes no pueden menos de ser
+contrahechos, monstruosos, cursis, y como en la vida real no se estilan
+ni se estilaron nunca. En cambio, en todo poeta sincero, si es verdadero
+poeta, resplandece la bondad y se manifiesta en la belleza que ha
+creado. Y cuando se examina y analiza cuidadosamente, se nota que la
+belleza que admiramos est en la expresin y manifestacin de la
+bondad,<a name="page_282" id="page_282"></a> y no en los errores y en los extravos que por otra parte puede
+poner el poeta en su obra y tener en s, como los tiene todo ser humano.
+De aqu que admiremos Leopardi, no por su atesmo y desesperacin
+pesimista, sino por su anhelo ferviente de bondad suprema, por su
+aspiracin lo divino, que l cree irrealizable. De aqu que admiremos
+en Carducci, hasta en la oda Satans, no el extravagante capricho de
+llamar Satans al libre espritu humano, sino el vehemente amor con que
+canta el poeta las conquistas de ese espritu y sus triunfos y victorias
+sobre el mundo visible, para mejorar nuestra condicin, ennoblecer
+nuestro destino y hacer ms digna y ms feliz la vida humana. Y de aqu,
+por ltimo, que en Whittier y en Manzoni admiremos la profunda fe
+cristiana, la caridad viva y la consoladora esperanza con que ensalzan
+al ser divino, y su santa religin, que es el Lbaro, en pos del cual
+piensan que han de elevarse las ms radiantes esferas de
+bienaventuranza para los hombres, cumplindose as los inexcrutables
+designios del Altsimo y su divina voluntad, en la tierra y en el cielo.</p>
+
+<p>No hay, pues, ni puede haber discrepancia, no ser superficial, entre
+la moral y la esttica, entre el bien y la hermosura. Lo bueno y lo
+hermoso coinciden al llegar cierta altura y se confunden en uno. Y
+como, mi ver, la sinceridad es requisito indispensable en toda poesa
+que merezca tal nombre, esta misma poesa da testimonio fehaciente del
+valer moral del poeta. Pongamos<a name="page_283" id="page_283"></a> por caso uno de los libros ms sinceros
+y espontneos que se han escrito: el <i>Quijote</i>. El alma hermossima de
+Miguel de Cervantes se retrata en este libro como en claro y limpio
+espejo, probando, contra todos los documentos que pudieran hallarse,
+producirse interpretarse en contra, que Miguel de Cervantes era un
+<i>varn bueno</i>.</p>
+
+<p>Para terminar, bajando de las elevaciones metafsicas, viniendo lo
+llano y lo pedestre y juzgando el asunto con el mero sentido comn, yo
+me inclino creer que es pedantera inocente la afirmacin de que el
+teatro sea escuela de costumbres de que se ensee moral en novelas,
+comedias, sainetes y otras obras de mero pasatiempo. Sin duda que estas
+obras deben ser morales. Con el pretexto de divertir, no estara bien
+que un novelista un dramaturgo recomendase disculpase el robo, el
+asesinato y el adulterio. Pero esto no quiere decir que su obra ha de
+ser docente, sino que no debe ser perversa ni indecente. Harto bien se
+nota que los preceptos de moral aplicados al arte nada tienen de
+exclusivos: no implican la relacin entre la moral y la esttica. Son
+los mismos preceptos que se impone toda persona bien educada cuando va
+de visita, de tertulia de paseo. El novelista el dramaturgo no
+ensea ms que el paseante el tertuliano. La buena educacin y el
+decoro se les presuponen. Slo hay una diferencia: que el que escribe
+suele en todos tiempos usar de mayor libertad de lenguaje que el que va
+de visita.<a name="page_284" id="page_284"></a> De seguro que, no ahora, cuando en Inglaterra todo parece
+<i>shocking</i>, pero ni en tiempo de Shakespeare se lamentara en la buena
+sociedad ninguna seorita como se lamenta Julieta diciendo:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left"><i>...I'll to my wedding-bed;</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i>And death, not Romeo, take my maidenhead!</i></td></tr>
+</table>
+
+<p>Mil veces ms crudo an es el modo brutal con que, en la tragedia de
+Otelo, Yago da Brabancio la noticia de que se ha fugado Desdmona:</p>
+
+<p class="c"><i>&mdash;Your daughter and the Moor are now making</i> <i>the beast with two
+backs.</i></p>
+
+<p>Y aqu termino y no digo ms, porque sera prolijo interminable decir
+todo cuanto el asunto sugiere.<a name="page_285" id="page_285"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 367px;">
+<a href="images/illpg_253a.png">
+<img src="images/illpg_253a_sml.png" width="367" height="84" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="EL_REGIONALISMO_FILOLOGICO_EN_GALICIA" id="EL_REGIONALISMO_FILOLOGICO_EN_GALICIA"></a>EL REGIONALISMO FILOLGICO EN GALICIA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">DAS ha que escrib y publiqu en la <i>Revista Critica de Historia y
+Literatura</i> un extenso artculo sobre el libro del padre Blanco Garca,
+que trata de las literaturas regionales de Espaa y de las literaturas
+hispano-americanas en el siglo <span class="smcap">xix</span>.</p>
+
+<p>En tono muy corts, pero mostrndose enojado y quejoso, el Sr. M.
+Murgua, en el nmero del 15 del corriente de <i>La Voz de Galicia</i>,
+peridico de la Corua, ha insertado contra m un apasionado escrito en
+defensa de las letras gallegas, que supone que yo menosprecio.</p>
+
+<p>Me desagradan las polmicas y las rehuyo siempre que puedo. No voy,
+pues, entablar polmica con el Sr. Murgua. Previamente estoy
+convencido de que ni yo lograr traerle mi opinin ni l lograr
+llevarme la suya. Disputando, slo conseguiramos fatigar al pblico
+con nuestra disputa. No puedo, sin embargo, resistir<a name="page_286" id="page_286"></a> al deseo de
+aprovechar esta ocasin para explicar, si me bastan pocas palabras, lo
+que pienso sobre lenguas, dialectos, regionalismo, nacionalidades y
+varios otros puntos que forman el proceso de este negocio. La materia es
+tan vasta, que apenas podr tocarla sino de paso, mejor dir, al
+vuelo, posndome slo en las cimas picos ms salientes.</p>
+
+<p>Contra el precepto de Horacio, empezar <i>ab ovo</i>.</p>
+
+<p>Todos somos unos. Todos somos hijos de Adn y hermanos por consiguiente.
+Pero ocurri lo de la Torre de Babel y los hombres se dispersaron. Unos
+se largaron por un lado, otros se largaron por otro, y se formaron muy
+diversas tribus, razas castas. A Espaa vinieron sucesivamente
+atlantes, iberos primitivos, proto-escitas, fenicios, celtas, griegos,
+cartagineses, romanos, godos, alanos, suevos, vndalos, judos, rabes,
+sirios, persas, eslavos, berberiscos, normandos y hasta negros de ms
+all del Sahara. Sobre poco ms menos, en los dems pases ha sucedido
+lo mismo. Y es seguro que si estas mezclas de gentes, distintas y hasta
+contrarias, no hubieran llegado nunca amalgamarse, adoptando las
+mismas leyes, sometindose al mismo gobierno, hacindose solidarias de
+los triunfos y de los reveses, de las prdidas y de las ganancias, y de
+las glorias y de las vergenzas comunes, jams hubiera llegado haber
+lo que se llama una nacin. Hubiera habido expresiones geogrficas:
+Francia, Italia, Inglaterra y Alemania;<a name="page_287" id="page_287"></a> pero no hubiera habido nacin
+francesa, ni inglesa, ni alemana, ni italiana.</p>
+
+<p>Ha habido nacionalidad y la hay, porque en un momento dichoso ha llegado
+ lograrse y cogerse el fruto de un trabajo y de un cultivo de siglos
+y entonces la nacin se ha constitudo. Harto s yo que todo lo que nace
+muere. Que si los individuos no son inmortales, tampoco lo son las
+naciones; y que Espaa, como cualquiera otra colectividad, puede
+descuartizarse, desmoronarse y persistir slo como expresin geogrfica.
+Esperemos que esto no ocurra en muchsimos siglos. Yo no soy profeta, y
+aunque lo fuese, en vez de remedar Jeremas, remedara los profetas
+alegres, sera el primero de ellos, si antes no los hubo.</p>
+
+<p>No he de negar por esto que, si bien dentro de ciertos lmites juiciosos
+me hechizan, me deleitan y hasta me arrancan aplausos las literaturas
+regionales, sobre todo cuando son cndidas, espontneas y sencillas,
+todava me asustan y me afligen cuando se convierten en tema y vienen
+extralimitarse. Entonces me parecen sntomas de decadencia y ruina:
+entonces me parecen amenaza de disolucin nacional, si bien confo
+siempre en la Providencia y espero que la amenaza no se cumpla, que lo
+ominoso fatdico salga fallido, que la enfermedad pase y que la nacin
+persista sana, salva y una.</p>
+
+<p>Cuando un pueblo tiene ser propio y grande, cuando su historia es
+gloriosa, cuando ha influido profundamente en los destinos del gnero<a name="page_288" id="page_288"></a>
+humano, as por el pensamiento como por la accin, este pueblo no muere,
+vive, tiene siete vidas como los gatos: nadie le arranca la vida ni
+tres ni trescientos tirones. Puede perder todas sus conquistas; los
+continentes y las islas, por donde en los das de su mayor auge y
+expansin logr dilatarse, pueden dejar de ser suyos; puede hundirse el
+Estado que le da unidad poltica; y hasta puede ser invadido y dominado
+por el extranjero el suelo natal, la cuna misma de ese pueblo; mas no
+por eso el pueblo muere. Vivir acaso, durante siglos, vida latente y
+obscura, pero vuelve al fin recobrar la vida luminosa y clara. El
+idioma propio es el talismn donde va escrito el conjuro para lograr
+esta modo de resurreccin. Grecia resucit hablando en griego. Si el
+pueblo griego hubiera tenido seis siete idiomas diferentes, jams
+hubiera resucitado. Es ms; si hubiera tenido seis siete idiomas
+diferentes, no dialectos modos, sino idiomas con pretensiones de
+literarios y nacionales, no hubiera extendido su cultura desde la
+Bactriana hasta las Galias: por todo el litoral de Asia, Africa y Europa
+en el Mediterrneo, y por todas sus islas. Y si el dialecto toscano no
+se hubiese convertido en lengua italiana, venciendo y obscureciendo
+los dems dialectos que en Italia se hablaban, y que se hablaban en
+Estados poderossimos, ricos y conquistadores, como lo fu, por ejemplo,
+Venecia, Italia no hubiera realizado jams el sueo de Maquiavelo y de
+sus ms eminentes patriotas y hombres polticos: no hubiera<a name="page_289" id="page_289"></a> vuelto
+tener la unidad que slo tuvo bajo el rey brbaro Teodorico.</p>
+
+<p>Yo quiero suponer que en Espaa, no slo no hubo unidad de Estado, sino
+que ni unidad de nacin hubo hasta fines del siglo <span class="smcap">xv</span>. Supongo, adems,
+ doy por cierto, pues sobre esto no disputo, que antes no hubo
+verdaderamente espaoles, sino portugueses, gallegos, castellanos,
+aragoneses y catalanes. Tambin es evidente que hasta fines del siglo <span class="smcap">xv</span>
+haba en Espaa tres lenguas literarias y nacionales. Eran estas tres
+lenguas la castellana, la catalana y la portuguesa gallega, ya que el
+mismo Sr. Murgua confiesa que el gallego y el portugus fueron lo mismo
+hasta entonces. Ni <i>Las Cantigas</i> del Rey Sabio, ni cuantos versos hay
+en los Cancioneros del rey Don Dionis, de Resende, etc., podran
+atribuirse por las palabras y las frases mismas poetas de Portugal
+de Galicia. Por el habla, por lo que dej escrito, tan gallego es el
+infante Don Pedro, como es portugus Macas el enamorado. Hay ms an:
+esa lengua galaico-portuguesa, tal vez no fu escrita slo por
+portugueses y gallegos, sino tambin por trovadores de toda Espaa, que
+la consideraban como lengua elegante y ms propia que el castellano para
+la poesa lrica y de la corte.</p>
+
+<p>Quiso, no obstante, la suerte sea el orden providencial fatal que
+llevan los sucesos histricos, que el idioma de Castilla prevaleciese:
+que, aun antes de llegar la unidad de que he hablado, presentase los
+ttulos de su hegemona y de<a name="page_290" id="page_290"></a> su imperio, como son el <i>Poema del Cid</i>,
+los versos del arcipreste de Hita, <i>Las Partidas</i>, la <i>Crnica general</i>
+y <i>El Conde Lucanor</i>; y que, despus de formada la unidad, corroborase
+su imperio con otros ttulos soberanos: con el <i>Amadis</i>, con <i>La
+Celestina</i>, con Garcilaso y Herrera, con ambos Luises, con Cervantes,
+con historiadores como Mariana y con nuestro, fecundsimo y rico
+Romancero y con nuestro original y maravilloso teatro. Esta lengua no se
+limit presentar dichos ttulos, sino que tambin se difundi por el
+mundo, llevada en triunfo bajo el amparo del estandarte de Castilla, por
+el inmenso continente recin descubierto, por las remotas islas del mar
+del Sur, y aun por las naciones de Europa, que reconocan entonces, ya
+que no nuestro imperio, nuestra preeminencia.</p>
+
+<p>No pretender yo, pesar de lo expuesto, que debieron morir y no
+resucitar nunca la lengua catalana y la lengua portuguesa. Portugal
+persisti y persiste como nacin. Su historia, muy parecida la de
+Espaa, no es menos grande. Su literatura, proporcionalmente, he de
+conceder que es original y rica como la nuestra, y que tiene su carcter
+propio y sello nacional que la distingue.</p>
+
+<p>De la lengua y de la literatura catalanas no se puede decir tanto ni con
+mucho; pero al cabo, bastante puede alegarse en pr de su resurreccin
+renacimiento presente.</p>
+
+<p>Pero vamos... hablando con franqueza, aunque se enojen un poquito el Sr.
+Murgua y otros literatos<a name="page_291" id="page_291"></a> gallegos: hay paridad entre el dialecto de
+Galicia y la lengua nacional que hablan los portugueses y que hablan
+adems en Amrica diez once millones de hombres, en una extensin de
+territorio casi tan grande como Europa? Si hasta el siglo <span class="smcap">xv</span> los
+gallegos hablaron y escribieron como los portugueses, lo natural sera,
+si no quieren hablar y escribir en castellano, que escriban ahora
+tambin en portugus. Esto sera volver con fidelidad la lengua
+antigua, sin que esta vuelta atavismo impidiese que se siguiera
+cultivando el dialecto, como dialecto. Sin duda en Venecia, en Miln, en
+Npoles y en Sicilia, se hablan y se escriben cuatro dialectos
+distintos, pero con cierta modestia, reconociendo todos cuantos as
+escriben sin excluir v. gr. al gran poeta lrico Meli y al chistossimo,
+fecundo ingenioso dramaturgo Altavilla, que escriben en un dialecto
+vulgar, y que no hay ms que una lengua nacional y de toda Italia, que
+es la lengua toscana, que ya debe llamarse italiana, as como la
+castellana debe llamarse espaola.</p>
+
+<p>Pues qu, no hay distintos dialectos en Alemania, en Inglaterra y en
+Francia? A nadie se le antoja por eso convertir en lengua nacional
+ninguno de estos dialectos.</p>
+
+<p>Acaso se me cite el imperio austriaco; pero Austria no es nacin sino
+conjunto de naciones. A buen seguro que los alemanes, sbditos del
+emperador de Austria, dejen de hablar en alemn y dejen de tener esta
+lengua por nacional y propia de ellos. Claro est que los polacos,
+aunque<a name="page_292" id="page_292"></a> ya no hay Polonia, siguen hablando en polaco; los hngaros, en
+hngaro; los tchecos, en tcheco; los croatas en croata, y los rumanos,
+en rumano; pero qu tiene que ver esto con lo que en Espaa sucede? En
+todo caso, podra comprenderse que as como los rumanos, sbditos del
+emperador de Austria, hablan y escriben la misma lengua del vecino reino
+independiente de Rumania, as los gallegos, ciudadanos espaoles, se
+dedicasen, por amor y patriotismo <i>atvicos</i>, escribir como lengua
+nacional y literaria la portuguesa. Pero ni aun as se comprende; porque
+los rumanos de Austria son un pueblo como anexionado y sometido y unido
+artificialmente otros pueblos de muy distinto origen, mientras que los
+gallegos, como los asturianos, forman el ncleo, y el germen, y la raz,
+de donde ha brotado esta gran nacin. Cmo reniegan ahora de ella, al
+menos en apariencia, y propenden, si no irse literariamente con los
+portugueses, separarse por el habla, vehculo y expresin del
+pensamiento, y formar rancho aparte, permtaseme lo vulgar en virtud
+de lo grfico de la expresin?</p>
+
+<p>No s si he atinado explicar en este lgero articulo lo que hubiera
+requerido larga serie de ellos para quedar bien explicado; pero, como
+quiera que sea, harto se entiende que yo no desdeo los poetas y
+prosistas que hubo, hay y puede haber en dialecto gallego; que celebro
+el regionalismo filolgico dentro de ciertos lmites puramente
+provinciales; pero que deploro la exageracin<a name="page_293" id="page_293"></a> que puede ponernos en una
+lastimosa pendiente de desmoronamiento nacional de cierto separatismo.
+Ni se me diga que la tal propensin que se hablen muchos idiomas
+proviene de un movimiento progresivo. Por lo comn sucede lo contrario.
+Cuando las grandes naciones y cuando las grandes razas decaen se
+hunden, es cuando pierden el idioma comn y salen hablando distintos
+idiomas. La Torre de Babel representa simblicamente este lastimoso
+fenmeno.</p>
+
+<p><a name="page_294" id="page_294"></a></p>
+
+<p><a name="page_295" id="page_295"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 354px;">
+<a href="images/illpg_295a.png">
+<img src="images/illpg_295a_sml.png" width="354" height="78" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="LA_OBRA_POSTUMA" id="LA_OBRA_POSTUMA"></a>LA OBRA PSTUMA<br /><br />
+DE JUAN MONTALVO</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">QUIN es este Juan Montalvo?&mdash;dirn no pocos de los que vayan
+leerme.&mdash;Pues bien, les contestar: Juan Montalvo fu natural de una de
+las Repblicas que en la Amrica del Sur nacieron de nuestras colonias.
+l mismo se llama semibrbaro, y es de los ms cultos ilustrados
+escritores que ha habido en nuestros das.</p>
+
+<p>No digo yo que nos est bien adular los hispano-americanos, suponiendo
+que sus poetas y sus prosistas valen ms de lo que valen. Pero ser
+mejor mostrarnos con ellos seversimos crticos, empuar la frula,
+esgrimir la disciplina la palmeta y censurarlos y castigarlos
+duramente? Hay cierta crtica menuda que hace mucha gracia al pblico
+envidioso, que es muy fcil de ejercer, y por cuya virtud, mejor dir,
+por cuyo vicio, puede probarse, al menos en apariencia, que Garcilaso y
+Fray Luis de Len fueron<a name="page_296" id="page_296"></a> unos plagiarios y adems unos ignorantes, que
+no saban sintxis, ni prosodia, ni nada, y que tenan orejas de asno,
+como el rey Midas. En una palabra; con el mtodo analtico que hoy se
+emplea, con cuatro chuscadas y con un poquito de mala fe, nada ms llano
+que demostrar que el propio Homero era un mentecato.</p>
+
+<p>Por otra parte, yo no comprendo qu ventaja pueda traer una censura muy
+feroz de los autores, aunque sean malos. En ningn oficio, menester
+profesin, se ofende menos Dios y al prjimo y se causan menos daos
+la repblica que escribiendo versos flojos y llenos de ripios prosa
+desmazalada y tonta. Con las producciones del espritu suele ocurrir lo
+contrario que con las producciones materiales. La cizaa puede ahogar el
+trigo y no habr buena cosecha si el haza no se escarda y no se limpia
+de mala hierba con el almocafre, mientras que, por el contrario, casi es
+indispensable que el espritu humano produzca millares de cosas pequeas
+y deformes, para que brote de entre ellas una que sea hermossima y
+grande, predestinada por su valer vida inmortal y gloriosa. Un mal
+mdico mata sus enfermos, un mal arquitecto tal vez construya
+edificios que se hunden con estrago espantoso, un mal zapatero nos
+estropea los pies, un mal sastre nos afea con sus trajes ridculos, un
+mal cocinero nos envenena nos mata de hambre, un mal poltico causa la
+miseria y el descrdito de su nacin, y un mal general expone sin plan y
+sin objeto la vida de sus soldados<a name="page_297" id="page_297"></a> y aun llega causar el
+empobrecimiento, el oprobio y la ruina del Estado quien sirve. Pero un
+buen seor, si tiene la mana de componer malos versos de escribir en
+prosa cualquier tontera, me quieren ustedes decir qu dao hace
+nadie? Con no leer lo que ha escrito, l y nosotros quedamos despachados
+y en paz. No hay razn para ensalzar los escritores hispano-americanos
+sin justo motivo, pero menos hay razn para denigrarlos.</p>
+
+<p>El Juan Montalvo, que me sugiere estas reflexiones, lo dice: los
+hispano-americanos son para los espaoles carne de su carne y huesos de
+sus huesos. Todo cuanto contra ellos digamos, hasta cierto punto, nos
+cae encima.</p>
+
+<p>Harto estoy ya de oir decir que el porvenir del mundo es de la raza
+anglo-sajona, la cual en Amrica da clara muestra de que entiende de
+todo, de que vale para todo y de que sabe gobernarse, mientras que la
+raza espaola, ibrica, latina como nos convenga llamarla, ofrece muy
+triste espectaculo, y da, por todo el Nuevo Mundo, y claro est tambin
+que por el antiguo, lastimoso testimonio de su incapacidad y
+desgobierno. Sube el <i>yankee</i> la cima de la montaa y el
+hispano-americano se queda al pie, rezagado y en situacin miserable;
+pero no se cuenta, al decir esto, con no pocos factores, empezando por
+la fortuna, que no puede negarse que existe, entendindose por fortuna,
+la serie y el enlace de los casos, dispuestos y ordenados por ley
+providencial fatal, que ya se sustraen la previsin<a name="page_298" id="page_298"></a> humana, ya,
+aunque no se sustraigan, ni la ms firme voluntad de los hombres, ni su
+ms profundo saber, ni su ms poderosa inteligencia desvan del camino
+que siguen, as como no evita el eclipse el astrnomo que le pronostica.
+Valga adems, en defensa de nuestra raza, otra razn que nadie tildar
+de metafsica ni de alambicada. El <i>yankee</i> ha subido la altura,
+porque sin asomo de piedad, y para ir ms ligero, ha dejado tras de s
+todo lo que le estorbaba, mientras que el hispano-americano sube con
+dificultad, porque va cargado con el indio, quien considera como su
+hermano y como su igual, uniendo con l sangre, vida y destino. La
+empresa, pues, del hispano-americano es mil veces ms rdua; ha de
+tardar mucho ms tiempo en llevarse cabo; pero no es imposible que se
+logre. Y si algn da se lograse, cmo negar que sera tambin mil
+veces ms humana, ms generosa y ms digna de alabanza?</p>
+
+<p>Volvamos Juan Montalvo y evitemos las digresiones.</p>
+
+<p>Poco s de la vida de este escritor. Ecuatoriano de nacimiento, muri en
+Pars, creo que muy joven an. Ignoro si era de pura sangre espaola
+si corra mezclada por sus venas la sangre del espaol con la del indio.
+Su saber era variado, hondo y extenso; su ingenio, original y agudsimo;
+su modo de sentir, universal cosmopolita; su espritu se haba
+alimentado con deleite y haba digerido y convertido en substancia
+propia la flor del pensamiento de los antiguos griegos<a name="page_299" id="page_299"></a> y latinos y de
+los modernos ingleses, franceses y espaoles. Nadie, con todo, se
+jactar, fundadamente, de ser ms espaol que l por el espritu y por
+su primera manifestacin sensible, la palabra.</p>
+
+<p>Tal vez sea, en nuestra poca, un colombiano, Rufino Cuervo, quien sabe
+terica y gramaticalmente ms lengua espaola. Pero, sin duda, quien la
+maneja con ms castiza abundancia de vocablos, frases y giros, y quien
+la escribe con ms primor y limpieza, como quien borda rico dechado, es,
+ mi ver, este para nosotros extranjero y acaso semi-indio.</p>
+
+<p>Su adoracin, su entusiasmo por la lengua y la literatura de Castilla,
+corren parejas con el conocimiento que de ellas tiene, cuya extensin no
+pondero, pero cuya intensidad es incomparable. Nadie con ms fervor ni
+con ms tino que Montalvo elogia, en mi sentir, la lengua castellana y
+las obras maestras que en esta lengua se han escrito.</p>
+
+<p>Montalvo tiene, como todos los americanos, latinos y no latinos, una
+calidad buena, si bien por su exageracin peca veces de sobrado
+cndida y aun llega prestarse la burla; la mana de imitar los
+europeos, superndolos y eclipsndolos. Cuando esta cualidad va
+acompaada, como en Montalvo, de grandsimo respeto hacia los bien
+entendidos y mejor sentidos modelos, la cualidad es simptica y llega
+producir obras de mrito. Lejos de poner solucin de continuidad,
+conserva unida la civilizacin europea con<a name="page_300" id="page_300"></a> la transplantada al Nuevo
+Mundo; y cuanto en el Nuevo Mundo se cria, sin dejar de ser propio de su
+suelo, parece como mugrn robusto como retoo que se nutre an de la
+savia que viene de Europa, aunque en tierra virgen y ms frtil
+reverdezca con mayor lozana, extienda ms sus ramas y haga brotar en
+ellas ms flores y ms frutos.</p>
+
+<p>En las obras principales y mejores de Montalvo se advierte la mencionada
+cualidad. Enamorado del modelo, le imita y anhela superarle, pero
+respetndole y amndole siempre.</p>
+
+<p>As, en <i>Los Siete Tratados</i> no habr quien no note la imitacin de
+Miguel de Montaigne y el amor que Montalvo inspira; y as en <i>El
+espectador</i>, se advierte que Montalvo, prendado de Addison, propende
+imitarle hasta en el nombre ttulo de su obra. Pero en Montalvo haba
+tanto ser propio y un sentir y un pensar tan profundamente arraigados en
+el alma, que todo ello sale con mpetu y se pone en la imitacin de tal
+suerte, que la imitacin es muy distinta de lo imitado, ya que la
+informa otro espritu nuevo y muy distinto. De este modo, sin que yo
+pretenda igualar las producciones al compararlas, fray Luis de Len
+imita Horacio en <i>La vida del campo</i>, y compone una oda que Horacio ni
+siquiera entendera, si sabiendo bien el espaol resucitase.</p>
+
+<p>Todo el anterior prembulo y ms an necesitara y empleara yo, si no
+fuese monstruosidad convertir en prembulo todo este artculo, que<a name="page_301" id="page_301"></a> por
+fuerza ha de ser muy breve, para preparar mis lectores y para impedir
+que se asusten, cuando, permtaseme lo vulgar de la frase, llegue el
+trueno gordo; la revelacin del ttulo y del asunto de la obra pstuma
+de Juan Montalvo: la aclaracin de las palabras que me sirven de
+epgrafe.</p>
+
+<p>Juan Montalvo encabeza su obra postuma con una elocuentsima
+introduccin. Nada mejor pensado, ni mejor escrito, ni ms entusiasta
+par que juicioso, ni ms esmaltado de sentencias metafsicas, estticas
+y morales, puede, en mi sentir, escribirse en elogio del prncipe de
+nuestros ingenios, Miguel de Cervantes Saavedra, quien coloca Montalvo
+entre los mayores que ha habido en el mundo, y cuyo <i>Quijote</i> slo
+pone por cima la <i>Biblia</i> y la <i>Iliada</i>. Y ahora llega por fin el trueno
+gordo. El ttulo de la obra pstuma es el siguiente: <i>Captulos que se
+olvidaron Cervantes. Ensayo de imitacin de un libro inimitable</i>.</p>
+
+<p>Y en efecto, Juan Montalvo escribe y sus herederos sus admiradores y
+paisanos dan la estampa, en Bezanson, en 1895, aunque el libro no ha
+llegado hasta ahora nuestras manos, nada menos que sesenta captulos
+aadidos al <i>Quijote</i>. Acaso el autor, en vida, no se hubiera atrevido
+publicarlos. Acaso no pretendi nunca rivalizar con Cervantes. Acaso el
+extremo de su amor y de su admiracin le hizo incurrir en esta modo de
+locura. Nada menos parecido Cervantes que Juan Montalvo; uno, todo
+espontaneidad,<a name="page_302" id="page_302"></a> sencillez y alta inspiracin, menudo casi
+inconsciente; otro, todo reflexin, artificio y doctrina. El libro de
+Montalvo, no obstante, es la obra de un hombre de gran talento, del ms
+atildado prosista que en estos ltimos tiempos ha escrito en lengua
+castellana, y de un hombre, por ltimo, de imaginacin briosa y rica. Su
+libro merece ser examinado y juzgado, pero no caben en este articulo ni
+el examen ni el fallo. Qudense, pues, para otro da, si alguien muestra
+curiosidad por conocerlos.<a name="page_303" id="page_303"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 386px;">
+<a href="images/illpg_303a.png">
+<img src="images/illpg_303a_sml.png" width="386" height="71" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3>EL PAS DE LA CASTAETA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">HAR ya seis meses estuvo en Madrid un anglo-americano, llamado H. C.
+Chatfield-Taylor. Un amigo mo me le present y trajo mi casa, donde
+tuve el gusto de conocerle. Me pareci sujeto amable, discreto
+ilustrado, y muy entusiasta de nuestro pas. Pronto volvi al suyo dicho
+seor, escribi un libro sobre Espaa, le imprimi en Chicago,
+exornndole con bor nitas estampas, y tuvo la bondad de enviarme un
+ejemplar, que recib hace pocos das. Confieso que el ttulo del libro
+me desagrad bastante. El libro se titula <i>El pas de la castaeta</i> (The
+Land of the Castanet). Ya en el ttulo hay una ofensa. Es como si un
+espaol escribiese un libro sobre los Estados Unidos, y sin acordarse de
+Washington, de Franklin, de Lincoln, de Grant, de Emerson, de Poe, de
+Edison, de Chaning, de Whittier y de otros muchos ilustres personajes;
+de sus nobles y hermosas mujeres, de sus grandes ciudades, de sus
+monumentos, de su riqueza, de su<a name="page_304" id="page_304"></a> prosperidad, de las bellezas naturales
+de su territorio, de la anchura del Hudson y del Misisip, y del salto
+del Nigara, recordase slo la abundancia de cerdos que se cran y se
+matan en Chicago y titulase su libro <i>El pas del cerdo</i>.</p>
+
+<p>A menudo el Sr. Taylor nos acusa en su libro de orgullosos. Yo no creo
+que lo somos ni que lo hemos sido nunca; mas no por eso nuestra humildad
+ha de llegar hasta el extremo de resignarnos creer que el objeto que
+ms nos caracteriza y distingue de las otras naciones del mundo es la
+castaeta.</p>
+
+<p>Hace muchos aos, cuando el rey de Sajonia, que haba sido partidario de
+D. Carlos, reconoci por reina Isabel II, mand esta corte un
+elegante y rico enviado extraordinario, llamado el barn Fabrice. Trajo
+este seor consigo un hbil cocinero, que adems era literato, y que
+al volver su tierra compuso un libro de sus impresiones de viaje en
+Espaa, y le titul <i>Puchero</i>. Nadie entre nosotros poda ver la menor
+ofensa en este ttulo. Para una persona cuyo principal oficio y arte es
+la cocina, el puchero no puede menos de ser la idea capital y como el
+centro en cuyos alrededores se agrupan las dems cosas. De la misma
+suerte, si el Sr. Taylor hubiera sido bailarn, la castaeta hubiera
+sido tambin, naturalmente, el ncleo de sus impresiones, la piedra
+angular de todo el caramillo de ideas que sobre Espaa formase; pero
+como yo no creo que el seor Taylor sea bailarn de oficio, hallo raro
+que califique Espaa de <i>pas de la<a name="page_305" id="page_305"></a> castaeta</i>, por ms que en Espaa
+las castaetas castauelas se toquen desde muy antiguo, segn lo
+atestigua Marcial en sus versos en elogio de Teletusa, que las
+repiqueteaba de lo lindo al gusto de Cdiz; por ms que un docto fraile
+inventase y escribiese una ciencia nueva titulada Crotaloga ciencia
+de las castauelas, y por ms que mi ingenioso y erudito amigo D.
+Francisco Asenjo Barbieri, que en paz descanse, escribiese tambin un
+curioso discurso sobre tan alegre instrumento.</p>
+
+<p>Hecho ya este inevitable reparo, no he de negar que el libro del Sr.
+Taylor es de muy amena lectura, contiene muchas noticias, y veces
+encomia hasta con entusiasmo no pocas personas y bastantes cosas de
+Espaa. Da, por ejemplo, justos y atinados elogios varios de los ms
+notables de nuestros polticos y literatos, como Castelar, Moret,
+Echegaray, Emilia Pardo Bazn, Cnovas y Sagasta. Del conjunto del libro
+se infiere que el Sr. Taylor desea sernos favorable; pero pesar suyo
+el prisma engaoso del protestante y del <i>yankee</i>, al travs del cual
+nos mira, hace que menudo, ya nos calumnie y nos injurie involuntaria
+y candorosamente, ya lance sobre nosotros contra nosotros profecas,
+ageros y juicios, mi ver, disparatados.</p>
+
+<p>Dice, por ejemplo, que nosotros, en nuestro orgullo, tenemos peor
+opinin de los <i>yankees</i> que los <i>yankees</i> de nosotros. Lo nico que se
+ha hecho en Espaa es contestar con algunas injurias, que yo encuentro
+de psimo gusto, las de<a name="page_306" id="page_306"></a> un gusto mil y mil veces ms depravado y
+run, que nos han dirigido y que nos dirigen de continuo senadores,
+diputados, escritores graves, que pretenden serlo, y periodistas de la
+Gran Repblica. Si fusemos contestar los <i>yankees</i> con suma igual
+de injurias las que les debemos, nos pareceramos dos enjambres de
+verduleras que se ponen como hoja de perejil, con el Atlntico de por
+medio. Y las injurias de los escritores de los Estados Unidos contra
+nosotros no son de ahora, con ocasin de la guerra de Cuba, sino que
+vienen de muy atrs. Slo Guillermo Draper ha dicho ms ferocidades
+contra Espaa y ha mostrado ms profundo aborrecimiento contra nosotros
+que el que podran atesorar todos los espaoles juntos, si se decidiesen
+ denigrar, escarnecer y insultar los anglo americanos.</p>
+
+<p>El mismo Taylor, que pretende, que desea, que aspira de buena fe hacer
+nuestra apologa, ya desde el segundo rengln de su libro nos califica
+de indolentes y de crueles. La acusacin de fanatismo y de supersticin
+que el Sr. Taylor lanza menudo contra nosotros casi no nos ofende, y,
+de puro poco razonable y fundada, nos parece chistosa. Si fusemos
+hacer la estadstica de los ajusticiados, quemados y asesinados por
+motivos religiosos, de fijo que resultara, pesar de Torquemada y de
+todos los inquisidores, doble triple nmero que en nuestra cuenta en
+la cuenta de la sentimental y piadossima raza anglo-sajona.<a name="page_307" id="page_307"></a></p>
+
+<p>En lo tocante supersticin, declaro que no me explico que nos acuse de
+ella ningn cristiano de distinta iglesia que la catlica. Libre es todo
+hombre de aceptar y creer por completo lo dogmtico de nuestra religin,
+ slo una parte, modificndola algo no modificndola; pero desde el
+momento en que se cree una parte, no hay razn ni motivo para llamar
+supersticioso al que lo cree todo. Cuando dijo Sancho que no bien l y
+su amo se remontaron al cielo, se ape l de Clavileo y se puso jugar
+con las <i>siete cabrillas</i>, Don Quijote tuvo sobrada razn en decirle que
+no se allanara creer en su jugueteo con las estrellas, si Sancho no
+crea tampoco en nada de lo que cont que en la cueva de Montesinos le
+haba pasado. Para un impo racionalista, tan absurdos son los retozos
+de Sancho con las Plyades, como la conversacin y los lances del
+hidalgo manchego con Montesinos, Durandarte y Belerma. Por qu, para un
+espritu religioso, han de ser fanticos el doctor eximio Suarez, el
+glorioso Ignacio de Loyola, Melchor Cano y Domingo de Soto, y han de ser
+unas criaturas muy juiciosas y razonables Wiclef, Knox, Lutero y
+Calvino? O todos igualmente locos y fanticos, todos igualmente dignos
+de consideracin y respeto.</p>
+
+<p>Otra terrible mana del Sr. Taylor es la que muestra contra las corridas
+de toros, las que fu no obstante y se divirti vindolas. Lo que es
+yo, gusto tan poco de dichas corridas, que nunca voy presenciarlas,
+como no he ido en los Estados Unidos divertirme en ver dos<a name="page_308" id="page_308"></a>
+ciudadanos romperse puetazos el esternn y las quijadas para deleite
+de los cultos espectadores; mas no por eso dir que mientras entre los
+<i>yankees</i> se estilen tales juegos, no ser posible que se civilicen y
+seguirn siendo brbaros y feroces. El Sr. Taylor declara en cambio que
+nosotros slo porque toleramos las corridas de toros, somos <i>incapaces
+de civilizacin</i> en su ms alto sentido.</p>
+
+<p>Dir, por ltimo, que el Sr. Taylor, que varias veces nos acusa de
+crueles, es cruelsimo con el pueblo espaol cuando le compara un
+hidalgo empobrecido y casi hambriento, que lleno de vanidad y por seguir
+alternando con otros hidalgos ricos, es manirroto y despilfarrado, gasta
+ms de lo que tiene y va derecho la ms espantosa ruina. Pues qu,
+entiende el Sr. Taylor que sea vanidad y despilfarro que procuremos
+conservar, aun costa de los mayores sacrificios, una isla que nos
+pertenece, y donde nadie pocos se sublevaran si desde los Estados
+Unidos no los alentasen y no les enviasen armas y dinero? Cuba es
+nuestra propiedad legtima, y no es vanidad ni soberbia nuestro empeo
+en conservarla. Cuba es, adems, como la prenda y el testimonio visible
+y monumental de que este pueblo de la <i>castaeta</i> fu el que descubri
+el Nuevo Mundo implant en l las artes y la civilizacin de Europa.</p>
+
+<p>Aunque nosotros no negamos que en comparacin de los Estados Unidos
+somos muy pobres, todava nos parece duro que cada paso se nos<a name="page_309" id="page_309"></a> eche
+en cara nuestra pobreza y la vanidad ridcula con que se supone que
+tratamos de disimularla. Las seoras, dice el Sr. Taylor, van paseo en
+coche elegantemente vestidas de medio cuerpo arriba, y de medio cuerpo
+abajo muy andrajosas, cubriendo con una manta aquella miseria. Por
+lucirse, andar en coche y tener palco en el Real, se tratan muy mal en
+casa, la cual suele estar inconfortable y mal amueblada. En invierno se
+mueren de fro, y en todas las estaciones remedan al camalen,
+alimentndose casi del aire.</p>
+
+<p>El Sr. Taylor deja entrever con insistencia su recelo de que en Espaa
+se come poco y mal, de modo que nosotros para agasajar los extranjeros
+no los convidamos nunca comer, limitndonos hacerles muchas
+cortesas. Nos cuenta, sin embargo, contradicindose, que el Sr. don
+Emilio Castelar le di un almuerzo suculentsimo, en el que se sirvieron
+diecisiete platos, sin contar los postres, que seran, probablemente,
+cuarenta cincuenta, todo ello, para que no se atragantase, remojado
+con los mejores vinos espaoles. Pues qu quera ms el Sr. Taylor?
+Tambin se contradice al hablar de los clubs casinos. En algunos
+pasajes de su libro afirma que no somos un pueblo <i>clubable</i>, y califica
+de mezquinos y pobres nuestros clubs, y lamenta que se sostengan por el
+juego. Y en contra de lo dicho, afirma en otros pasajes, por ejemplo,
+que el Casino de Crdoba es grandioso, y ensalza el Ateneo de Madrid,
+que al fin es un casino donde<a name="page_310" id="page_310"></a> no se juega, encomiando su rica y selecta
+biblioteca, su gran saln de sesiones y sus ctedras, donde personas
+sabias y elocuentes ensean diversas ciencias y facultades.</p>
+
+<p>Sobre la <i>high-life</i> de Madrid y sobre las damas de la suprema
+elegancia, el Sr. Taylor est algo satrico; pero en manera alguna
+singularmente ofensivo, ya que los vicios y faltas que halla en la
+<i>smart set</i> madrilea le parecen menores que los de la <i>smart set</i>
+neoyorquina. Como yo en este punto tengo la manga mucho ms ancha que el
+seor Taylor, absuelvo de casi todas sus culpas, sin imponerles la menor
+penitencia, tanto las damas elegantes de Madrid, como las de los
+Estados Unidos, que me parecieron guapsimas, discretas y divertidas,
+durante los dos aos que pas en aquella tierra. Mi indulgencia es
+fenomenal para con las seoras. Apenas hay rareza que yo no les perdone;
+hasta perdono algunas de nuestras damas elegantes que, segn observa
+el Sr. Taylor, aunque no sepan hablar ingls, pronuncien con acento
+ingls el castellano, apretando mucho los dientes, desde que pasaron una
+semana en Londres. Este acento ingls es ya ms distinguido y ms <i>chic</i>
+que la erre nasal gangosa que otras damas emplean fin de parecer
+educadas en <i>Pars de Francia</i>.</p>
+
+<p>La clase media, sigue el Sr. Taylor, es ignorante, grosera y sucia.
+Supone enorme distancia, un abismo, entre nuestra nobleza y el pueblo.
+No s cmo ha podido notar esto en el pas ms democrtico del mundo,
+que es Espaa. El seor<a name="page_311" id="page_311"></a> Taylor acusa cada paso de ignorantes los
+espaoles. No se comprende cmo el poco tiempo que ha estado aqu le ha
+bastado para examinarnos de todas las asignaturas y darnos calabazas.
+Los mahometanos y los judos, esos s que eran sabios; pero hicimos la
+barbaridad de expulsarlos.</p>
+
+<p>No cabe en este breve escrito contestar las censuras del Sr. Taylor.
+Nos limitaremos contraponerle las siguientes afirmaciones:</p>
+
+<p>Que durante toda la Edad Media la Espaa cristiana fu el pueblo ms
+tolerante de toda la cristiandad:</p>
+
+<p>Que cuando venan cruzados ayudarnos en la Reconquista, era menester
+echarlos luchar contra ellos, para que no matasen ni robasen todos
+los judos y mahometanos, faltando los pactos y la fe jurada:</p>
+
+<p>Que la sabidura muslmica y rabnica y sus filsofos y doctores, en vez
+de ser perseguidos por los monarcas cristianos de Espaa, hallaron con
+frecuencia en sus cortes proteccin y refugio contra las fanticas
+persecuciones, ya de algunos califas de Crdoba, ya de los almoravides y
+almohades, en la poca de las tremendas invasiones africanas:</p>
+
+<p>Y en fin: que esa sabidura se difundi y se di conocer en el resto
+de Europa por medio de los cristianos espaoles, arzobispos, obispos y
+sacerdotes casi siempre, que tradujeron, comentaron y explicaron los
+textos arbigos y hebricos.</p>
+
+<p>Pero salgamos de las honduras en que nos hemos<a name="page_312" id="page_312"></a> metido, y terminemos
+este artculo, que va siendo ya sobrado largo, afirmando que el libro
+del Sr. Taylor es muy agradable de leer, pesar de los defectillos que
+hemos notado, y que, si procuramos no ser vidriosos, reconoceremos que
+cuanto el Sr. Taylor dice contra nosotros, proviene de prejuicios
+difciles de arrancar del alma de un extranjero, pero que en el fondo el
+seor Taylor nos encomia procura encomiarnos, y en casi todas las
+pginas de su libro muestra hacia nosotros muy sincera y fervorosa
+simpata.<a name="page_313" id="page_313"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 375px;">
+<a href="images/illpg_313a.png">
+<img src="images/illpg_313a_sml.png" width="375" height="80" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="SOBRE_LA_ANTOLOGIA" id="SOBRE_LA_ANTOLOGIA"></a>SOBRE LA ANTOLOGIA<br /><br />
+DE POETAS LRICOS CASTELLANOS<br /><br />
+<small>DE DON MARCELINO MENNDEZ Y PELAYO</small></h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">DISTRADA la atencin de la gente hacia los tristes acontecimientos
+polticos que van sucedindose, poco nada interesan los trabajos
+literarios de nuestros das. De comedias, novelas y otros libros de
+entretenimiento, suele hablar la crtica en los peridicos. De libros
+eruditos, si tratan de cosas que pasaron mucho tiempo h, los peridicos
+no suelen decir nada ni tienen espacio ni vagar para ello. Y, sin
+embargo, adems de que se aquieta y satisface la curiosidad con saber
+las cosas antiguas, el recordarlas el saberlas mejor, cuando nos las
+explica un varn docto y discreto, nos sugiere multitud de pensamientos
+y nos excita proponer, ya que no resolver, dudas, enigmas y
+problemas que tienen aplicacin inmediata las cosas de ahora.</p>
+
+<p>Digo esto propsito del ltimo libro del seor Menndez y Pelayo (Tomo
+VI de la <i>Antologa<a name="page_314" id="page_314"></a> de poetas lricos castellanos</i>), donde el autor, en
+ms de 400 pginas, nos presenta un cuadro completo de la cultura y de
+la grandeza de Espaa en tiempo de los Reyes Catlicos, fines del
+siglo <span class="smcap">xv</span> y principios del <span class="smcap">xvi</span>.</p>
+
+<p>Hablando con desenfadada franqueza, yo creo inferiores lo que hoy se
+escribe todas las producciones literarias de aquella edad, salvo tres,
+cuya resonancia y fama en las naciones extranjeras, y cuyo influjo en la
+cultura general no tiene traza de adquirir ni podemos presumir ni
+esperar que adquiera ninguna de nuestras producciones contemporneas.
+Son estas tres obras que excepto <i>La Celestina</i>, las <i>Coplas</i> de Jorge
+Manrique, y <i>El Amadis</i>, en su ltima forma definitiva.</p>
+
+<p>No ser yo de aquellos quienes condena el Sr. Menndez, porque
+desechan sin leerlos y como malos insufribles todos los versos del
+<i>Cancionero general</i> de Castillo y los que encierra el de Resende,
+escritos en castellano; pero no puedo persuadirme de que haya en dichos
+versos algo que se levante sobre el nivel de lo mediano, y que divierta
+ interese hoy, si bien debe leerse y estudiarse, ya que sobre
+costumbres, usos, pasiones, aventuras y casos de aquella poca gloriosa,
+ensea no poco que no ensean las crnicas ni las historias, y ya que es
+adems muestra y dechado del lenguaje y estilo de Castilla en los
+momentos de su mayor expansin y florecimiento polticos.</p>
+
+<p>Tal vez logre el Sr. Menndez, cuando hable<a name="page_315" id="page_315"></a> de Juan del Encina, quien
+califica del mayor poeta en aquel perodo y de D. Pedro Manuel de Urrea,
+que sobresale entre los aragoneses, infundirnos, al analizar y criticar
+sus obras, un concepto ms elevado de nuestra inspiracin potica de
+entonces. Yo dudo de que lo consiga, y no acierto explicarme el poco
+valer de la poesa de entonces por falta culpa del instrumento; porque
+la lengua no estaba hecha ni el buen gusto formado. Cuando en aquella
+lengua se escribieron las <i>Coplas</i> de Jorge Manrique, bien pudieron
+escribirse otras muchas de igual mrito. Y no atribuyo tampoco mi
+cortsimo entusiasmo por aquella antigua poesa espaola que para
+entenderla y sentirla bien, importa trasladarse en espritu la edad en
+que se compuso. Si es difcil trasladarse en espritu principios del
+siglo <span class="smcap">xvi</span> sin salir de Espaa, ms lo es volar Grecia Italia no
+pocos siglos antes, y no por eso dejo de atreverme decir que
+comprendo, estimo y admiro Pndaro, Horacio, Virgilio, Dante y
+al Petrarca. El no admirar, por consiguiente, los poetas de los
+Cancioneros, debe de consistir, y no hallo otra razn por ms vueltas
+que le doy, en que distan mucho de ser admirables.</p>
+
+<p>En cambio, en la vida del ms insignificante de ellos, en sus lances de
+amor y fortuna, hay ms poesa, ms chiste, ms amenidad ms
+sublimidad, que en todo el frrago de sus canciones, glosas y
+villancicos.</p>
+
+<p>Resulta de esto que (y sigo hablando con<a name="page_316" id="page_316"></a> franqueza) apenas hay criatura
+humana, no ser muy sabia, que aguante de seguida seis pginas de
+lectura de los versos publicados hasta ahora en la <i>Antologa</i> del Sr.
+Menndez, cuyos prlogos en cambio son encantadores y se leen con mayor
+inters y deleite que la ms ingeniosa y apasionada novela. Por dicha,
+los prlogos son extenssimos, y son tan pocos los versos, que casi no
+parecen sino un pretexto para escribir los prlogos. Los retratos y
+biografas de Antn de Montoro, de los Manriques, de Alvarez Gato, de
+Pedro Guilln de Segovia, de Snchez de Badajoz, de Diego de San Pedro y
+de otros trovadores, estn hechos de mano maestra, y an es ms hermosa
+y tiene mayores atractivos la brillante pintura que hace el Sr. Menndez
+de la renovacin social, del desenvolvimiento poltico, de la
+organizacin y pujanza, de los bros que casi de repente se muestran en
+Aragn y en Castilla unidos, y del salto milagroso, porque, mi ver es
+inexplicable, con que una nacin, presa de las discordias civiles, rota
+y desbaratada, y al parecer, pobre y dbil, se alza de sbito ser la
+envidia y la admiracin de los dems pueblos de Europa, amenazndolos
+con su hegemona y haciendo que el sueo de una monarqua universal, en
+no remoto porvenir, no fuese completo delirio.</p>
+
+<p>Cul fu la causa de tamaa transformacin y de tan improvisado
+crecimiento? No puede ser ms lastimoso el cuadro que los doctores
+Villalobos y Francisco Ortiz, que Hernando del<a name="page_317" id="page_317"></a> Pulgar y que otros
+escritores de aquella poca hacen de la situacin de Castilla. Era un
+caos horrible, de donde la sacaron ser una gran nacin la fuerte mano
+de la Reina Catlica y el genio militar y poltico de su marido. El
+remedio que emplearon para curar el mal y trocarle en robustez sana y
+fecunda no fu menos horrible. En nuestra edad ms piadosa y humana,
+apenas se concibe rigor tan cruel, y an se pone en duda que fuese
+indispensable en aquella edad de hierro. Las fortalezas y castillos se
+derrumbaban y arrasaban por docenas; los malhechores, bandidos y tiranos
+soberbios, que haban infestado y devastado el pas, eran ajusticiados
+miles. Para apaciguar el reino&mdash;dice el doctor Villalobos&mdash;se hacan
+muchas carniceras de hombres y se cortaban pies y manos y espaldas y
+cabezas.</p>
+
+<p>Encarecidsimas son las alabanzas que, ya al rey D. Fernando, ya la
+reina doa Isabel, dan los ms egregios escritores y pensadores de su
+tiempo. Machiavelli alaba al Rey Catlico, prncipe nuevo que, de rey
+dbil, ha llegado ser el primer rey de los cristianos, que sujet y
+dom los barones y magnates, que cre una milicia invencible, que
+arroj de su reino los <i>marranos</i>, ejemplo raro y admirable; y que
+asalt el Africa, hizo la empresa de Italia y venci Francia, urdiendo
+siempre cosas grandes para tener suspensos y admirados sus sbditos,
+sin darles ocasin ni reposo para que se rebelasen.</p>
+
+<p>El conde Baltasar Castiglione es ms galante y dedica la reina todas
+sus alabanzas. Segn l,<a name="page_318" id="page_318"></a> ni en su tiempo ni en siglos atrs hubo en el
+mundo rey prncipe que merezca ser comparado con doa Isabel la
+Catlica. Su fama se extenda por todas partes, y los que con ella
+vivieron y vieron por sus mismos ojos sus maravillas afirman haber esta
+fama procedido totalmente de la virtud de ella y de sus grandes hechos.
+En sus das ningn bueno se quej de ser poco remunerado, ni se jact
+ningn malo de no ser demasiadamente castigado; de donde naci tenelle
+los pueblos un extremo acatamiento, mezcla de amor y miedo. Y
+prosiguiendo en la misma alabanza, casi con las mismas frases, aunque
+abreviando, se pone aqu como la alabanza mayor que los mismos grandes,
+ quienes la reina despoj y dom, le quedaron aficionados en todo
+extremo y la sirvieron rendidos, de suerte que todos los hombres
+sealados y famosos que hubo en Espaa fueron como <i>hechos por ella</i>, y
+de ser hechos por ella se envanecan. As el Gran Capitn, el cual se
+preciaba de esto ms que de todas sus victorias y ms que de sus
+excelentes hazaas, en paz y en guerra, por las cuales quedan por bajo
+de l en grandeza de nimo, en saber y en toda virtud, los prncipes,
+hroes y monarcas de aquellos das.</p>
+
+<p>A pesar del valer innegable y extraordinario de los soberanos consortes,
+de su energa subida de punto, de las <i>terrficas y espantables
+anatomas</i> que hicieron y de las sabias leyes que promulgaron, repito
+que no acierto explicarme la aparicin poderosa y preeminente de
+Espaa entre<a name="page_319" id="page_319"></a> las dems naciones, si el germen de su grandeza no hubiera
+estado latente, pero vivo y pronto brotar, en las entraas del pueblo
+todo. Mucho puede hacer un soberano, un hombre de genio, y, si no de
+genio de buena intencin, al frente de un pueblo y dirigiendo sus
+destinos; mas para esto es menester que el pueblo se preste, le ayude y
+tenga conciencia de lo que puede y vale. Claro est que ni por el bro,
+ni por la virtud militar y poltica, debe ni remotamente compararse
+Carlos III con los Reyes Catlicos, pero los iguala, y, prescindiendo
+del adelanto moral que han trado los siglos, les lleva no corta ventaja
+en buena intencin, en dulce amor los sbditos y en benigna blandura,
+ pesar de la tirnica expulsin de los jesutas, y, sin embargo, todo
+lo que hizo Carlos III tuvo algo de inconsistente y de efmero,
+volviendo caer Espaa en su anterior abatimiento, del cual, salvo el
+glorioso parntesis de la Guerra de la Independencia, no se ha levantado
+todava.</p>
+
+<p>Infiero yo de todo lo dicho y de lo que callo, porque no cabe en un
+artculo breve, que la historia es tan divertida como poco docente
+dgase que ensea poco. Ensea cmo fueron las cosas, pero no por qu
+fueron. Despus de leer mucha historia y de divertirme leyndola me
+inclino yo decir como los historiadores mahometanos: Alabado sea el
+poderoso Al que da el podero quien quiere y quien quiere se le
+quita. Esta es la manera, no slo ms piadosa, sino ms cmoda y fcil
+de explicrselo todo. De<a name="page_320" id="page_320"></a> otra manera nada se explica. En qu consiste
+que estuviese Espaa tan alta en tiempo de los Reyes Catlicos y que
+est tan baja ahora? Valen menos los hombres del da? No lo s; pero me
+inclino creer que no. A nuestros hombres del tiempo de los Reyes
+Catlicos y de sus sucesores inmediatos, lord Macaulay los ensalza hasta
+el punto de convertirlos en semidioses; Grecia y Roma no tuvieron
+varones ms insignes. En cambio, nuestros hombres del da acaso inspiran
+desdn y lstima, no slo los lores, sino los yankees. No depender
+esto, ms que del mrito diferente de unos y de otros, de los caprichos
+de la ciega fortuna? Son ms tontos menos valerosos los espaoles del
+siglo <span class="smcap">XIX</span> que los de los siglos <span class="smcap">XV</span> y <span class="smcap">XVI</span>? Est la inferioridad en la
+poca fe religiosa del da? Conjeturo que no, al leer todas las
+irrespetuosas blasfemias de que se valan entonces para elogiar las
+damas quienes servan, para adular los poderosos. Antn de
+Montoro, por ejemplo, dice la reina Catlica:</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left"><span style="margin-left: 1em;">Alta reina soberana,</span></td></tr>
+<tr><td align="left">Si antes nascirades vos</td></tr>
+<tr><td align="left">Que la hija de Santa Ana,</td></tr>
+<tr><td align="left">En vos el hijo de Dios</td></tr>
+<tr><td align="left">Recibiera carne humana.</td></tr>
+</table>
+
+<p>Ni menos consiste nuestra inferioridad de ahora en que seamos menos
+codiciosos, menos envidiosos y menos viciosos que nuestros padres. Los
+documentos de los siglos <span class="smcap">XV</span> y <span class="smcap">XVI</span> dan testimonio fehaciente de lo
+contrario. El desenfreno<a name="page_321" id="page_321"></a> de las costumbres y la falta de pudor haban
+llegado su colmo. Dganlo la <i>C... comedia</i>, <i>El pleito del manto</i> y
+las obscensimas comedias <i>Serafina y Tebaida</i>, todo lo cual circulaba
+libremente, sin que los padres de familia se escandalizasen y sin que la
+Inquisicin hiciese alto en ello.</p>
+
+<p>Dice Toms Campanella, en su libro <i>De monarchia hispanica</i>, que en los
+siglos brbaros prevalecieron los pueblos rudos del Norte y tuvieron el
+imperio; pero que cuando llegaron valer ms la astucia y la maa que
+la fuerza, inventadas la imprenta y la artillera, <i>rerum summa rediit
+ad hispanos</i>, por ser hombres ms listos, ingeniosos y astutos.
+Aceptando esta explicacin, he cavilado yo veces, para explicarme
+nuestra decadencia, que tal vez la industria y los esfuerzos del trabajo
+manual han vuelto colocar algo modo de fuerza material aunque
+refinada sobre el ms alto valer de las espirituales energas. Acaso
+provenga de este para nosotros lisonjero supuesto, que Espada haya
+decado tanto. Si as fuese, podramos aadir una parte y una excelencia
+ms al famoso libro del Padre Pealosa, titulado <i>Cinco excelencias del
+espaol que destruyen Espaa</i>. No quiero, pues, en serio, atribuir
+tal causa nuestra pasada excelsitud y nuestro hundimiento presente. Y
+tampoco quiero atribuirlo lo que ahora llamaramos medidas de
+gobierno, ya que las ms celebradas y admiradas en lo antiguo, por los
+que entonces escribieron, nos repugnan hoy y menudo nos parecen
+feroces y vitandas atrocidades. Ni lo atribuyo, por<a name="page_322" id="page_322"></a> ltimo, material
+flaqueza falta de recursos, ya que, aun atendido el universal progreso
+de poblacin, bienestar y productos de toda clase, no es tan pobre ni
+tan flaca la nacin que, sin exhalar casi una queja, enva 150.000
+soldados Cuba y piensa en enviar otros 50.000 dentro de poco.</p>
+
+<p>Vaya usted ver, pues, en qu consiste nuestra decadencia. Avergelo
+Vargas. Por qu pudo celebrar el antiguo poeta y hoy no puede celebrar
+el moderno</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left"> &nbsp; A aquellos capitanes,</td></tr>
+<tr><td align="left">en la sublime rueda colocados</td></tr>
+<tr><td align="left">por quien los alemanes,</td></tr>
+<tr><td align="left">el fiero cuello atados,</td></tr>
+<tr><td align="left">y los franceses van domesticados?</td></tr>
+</table>
+
+<p>Hoy no acertamos atar el fiero cuello Mximo Gmez ni domesticar
+al mulato cimarrn Maceo. En qu estriba la diferencia? Lo ignoro. Pero
+de la ignorancia misma nace una esperanza consoladora. Hay en todo algo
+de misterioso que induce no tener por absurdos los cambios ms
+radicales. Los espaoles son los mismos de siempre. Dios lo puede todo.
+Sus designios son inexcrutables. Y ya que nada de transcendental
+saquemos en claro del ltimo libro del Sr. Menndez, sino unas cuantas
+horas agradabilsimas leyndole, pongamos nuestra confianza en Dios, y
+en la justicia, y en el valer de Espaa, y exclamemos para terminar:</p>
+
+<p class="c"><i>Causa jubet melior superos sperare secundos.</i></p>
+
+<p><a name="page_323" id="page_323"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 371px;">
+<a href="images/illpg_323a.png">
+<img src="images/illpg_323a_sml.png" width="371" height="75" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="MERITO_Y_FORTUNA" id="MERITO_Y_FORTUNA"></a>MRITO Y FORTUNA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">HACE pocos das recib carta de mi excelente amigo el doctor D. Juan
+Fastenrath. Entre otras cosas me dice que en Alemania van celebrar el
+centenario de D. Manuel Bretn de los Herreros y que el gran duque de
+Sajonia Weimar har que en el teatro de su corte se represente una
+comedia, tal vez <i>Murete... y vers</i>, de aquel fecundo y ameno poeta,
+el 19 de Diciembre prximo, al cumplirse el siglo de su nacimiento.</p>
+
+<p>Lleno de patritica satisfaccin v yo esta prueba del alto aprecio con
+que en algunos pases de Europa miran los ingenios espaoles
+contemporneos.</p>
+
+<p>Agu, no obstante, y hasta acibar mi contento, la injusta severidad con
+que un autor ingls de mucha fama, que por acaso estaba yo entonces
+leyendo, juzga y condena la Espaa del da. En su estudio sobre Santa
+Teresa dice el Sr. Froude: Las revoluciones siguen las revoluciones
+en la Pennsula Ibrica, hunden al pueblo en la<a name="page_324" id="page_324"></a> miseria y esterilizan
+el suelo; pero en estos ltimos tiempos, no han producido un solo
+personaje como aqullos cuyos nombres forman parte de la historia
+europea. Slo han producido aventureros militares y oradores de
+<i>elocuencia transcendente</i>; pero ningn Cid, ningn Gran Capitn, ningn
+Alba, ningn Corts, ningn Pizarro. El progresista de nuestra edad
+necesita subir mucho si ha de elevarse al nivel antiguo.</p>
+
+<p>La verdad es que acerca de la Espaa actual hay en el mundo muy
+desfavorables opiniones. Todava somos estimados y ensalzados por
+nuestros artistas. Nuestros poetas lricos, tan buenos, en lo que va de
+siglo, como los de cualquiera otro pas, son desconocidos en los pases
+extranjeros. Algunas de nuestras novelas, aunque pocas, han sido
+traducidas en varias lenguas. Y algo de nuestro teatro moderno ha sido
+traducido y aplaudido tambin, sobre todo en Alemania y en Inglaterra.
+Acaso <i>El drama nuevo</i>, de Tamayo, sea lo que debemos el mayor
+triunfo. Ha pasado el Atlntico, y puesto en ingls, ha embelesado al
+pblico de los Estados Unidos.</p>
+
+<p>En mi sentir, no obstante, el movimiento presente del ingenio espaol se
+estima fuera de Espaa en muchsimo menos de lo que vale. Sin duda
+consiste esto en que Francia, que para todos los pueblos civilizados
+hace el papel de divulgadora y que adems se interpone entre nosotros y
+los dems pueblos, dista mucho de sernos favorable. Y no lo es porque en
+Francia nos quieran mal ni porque falten en Francia personas<a name="page_325" id="page_325"></a> eruditas
+que conozcan tan bien mejor que nosotros nuestra historia, nuestra
+lengua y nuestra cultura, sino porque la generalidad de los franceses
+est tan engreda, y no sin razn, si cabe razn en el engreimiento, que
+casi no puede concebir que, desde los principios del siglo <span class="smcap">xviii</span> hasta
+ahora, se haya hecho en Espaa ms que remedarlos permanecer en la
+barbarie corrupcin mental en que habamos se supone que habamos
+cado.</p>
+
+<p>En este error nos cabe gran parte de culpa. Nosotros mismos nos hemos
+empeado en probar que muri el antiguo pensamiento espaol castizo, y
+que desde Luzn en adelante Francia nos ha inspirado y nos ha pulido.</p>
+
+<p>Nada ms falso si discurrimos sobre ello con tino y reposo. El
+escepticismo del siglo pasado: su pobre filosofa sin metafsica; sus
+ideas y sentimientos, nobles aunque maleados por excesiva declamacin,
+sobre filantropa, igualdad, libertad y progreso, todo esto fu el
+espritu de una poca en la historia de Europa, si se quiere, de todo
+el gnero humano; pero en Francia reson con mayor estruendo y
+hermosura, primero en sus escritores, y en su revolucin ms tarde.
+Cmo haba de sustraerse Espaa al influjo de lo que aquellos
+escritores dijeron y de lo que la revolucin hizo? Hasta poda
+considerarlo como el eco de su propio pensar y sentir, escrito primero,
+y luego actuado. Aun as, yo entiendo que el influjo de Francia fu
+menor en Espaa que en las dems naciones. Y en lo tocante las reglas<a name="page_326" id="page_326"></a>
+del arte, la forma, lo meramente literario, apenas merece tenerse en
+cuenta. As como Parini, Alfieri, Monti, Fscolo y Pindemonte nada deben
+ la imitacin francesa, los poetas de las escuelas de Sevilla y
+Salamanca, ambos Moratines en lo lrico y pico, Quintana, Gallego y el
+duque de Fras nada le deben tampoco. Hasta en la poesa dramtica, aun
+cuando queramos sujetarnos las reglas venidas de Francia, ramos
+originales, castizos y, permtaseme la expresin, de pura sangre
+espaola. Tan original, tan inspirado y tan propio de su nacin y de su
+poca, es D. Ramn de la Cruz como Lope como Tirso.</p>
+
+<p>Froude puede decir lo que se le antoje, pero, en literatura al menos, no
+veo yo por qu los nombres del mencionado sainetero, los de los grandes
+poetas lricos que hemos citado, y los de bastantes otros ms recientes
+que pudiramos citar, han de excluirse de la historia de Europa y no han
+de poder figurar al lado de los nombres de Byron, Moore, Shelley y
+Burns.</p>
+
+<p>A menudo cavilo y hago examen de conciencia para ver si me ciega no el
+amor propio nacional y siempre resulta de mi examen que dicho amor
+propio no me ciega. La mayor parte de los espaoles, y yo con ellos,
+pecamos en el da por todo lo contrario. Cada cual propende figurarse,
+ponindose l un lado como excepcin rara y punto menos que nica, que
+por ac, intelectual y moralmente, todo est muy rebajado. La
+maledicencia, la ms acerba censura, y la<a name="page_327" id="page_327"></a> stira ms cruel se
+manifiestan en nuestras conversaciones y escritos y son lo que ms
+agrada y se aplaude.</p>
+
+<p>Como yo soy y quiero seguir siendo optimista, contra viento y marea, ni
+siquiera censuro esta furia de descontento y de censura. Afirman los que
+han navegado mucho que nunca, en medio de las ms espantosas
+tempestades, perdan la esperanza de salvacin mientras oan la gente
+de bordo lanzar votos y reniegos, blasfemias y maldiciones; y que slo
+empezaban perder la esperanza cuando vean la gente de bordo,
+resignada y contrita, rezar y no jurar y decirse ternuras en vez de
+improperios.</p>
+
+<p>Por este lado, pues, y como prueba de que queremos luchar contra la
+borrasca y vencerla, estoy por decir que me parece bien y til que nos
+denostemos y nos humillemos unos otros hasta no poder ms; pero hoy
+quiero yo discurrir serenamente, como si no hubiera tempestad, sino
+calma, sin resignacin y sin furia, y ver si puedo fundar en algo un
+razonable <i>sursum corda</i>.</p>
+
+<p>Vlganme para ello as lo que he aprendido por la lectura como lo que he
+visto en los muchos aos que he peregrinado y vivido en extraos pases.
+No es mi intento ofender nadie, pero he de hablar con entera
+franqueza. La irona con que elogia Froude la elocuencia transcendente
+de nuestros oradores es injusta todas luces. De sobra hay en
+cualquiera otro pas oradores tan huecos, tan palabreros, tan difusos y<a name="page_328" id="page_328"></a>
+tan ampulosos como los que en Espaa puedan ser ms tildados de tener
+dichos defectos. Lo que no hay de sobra en parte alguna es la facilidad,
+el primor, la elegancia y el arrebato poderoso de no pocos de nuestros
+oradores. Y en cuanto la capacidad poltica que da muestra de s en la
+accin y no en la palabra, creo que debemos hacer un distingo.</p>
+
+<p>Claro est, y cmo negarlo, que Espaa est pobre; que materialmente se
+halla ms atrasada que Francia, Inglaterra, Blgica, Holanda, Alemania,
+los Estados Unidos, y tal vez algunos otros pases; que es menos
+poderosa que Rusia; que ha perdido inmensos territorios en el Nuevo
+Mundo; que ha sido trabajada desde hace casi cien aos por incesantes
+discordias civiles, y que en los momentos solemnes en que vivimos ahora
+se halla abrumada de grandes calamidades y amenazada de otras acaso
+mayores. Pero la causa de esto, digmoslo sin rodeos ni disimulos, es
+que los espaoles del da son ms inhbiles, menos enrgicos, menos
+probos y menos entusiastas que los de otras edades para nosotros ms
+dichosas? Esto es lo que yo niego. Puedo ver y veo nuestra decadencia;
+puedo recelar y prever nuestra ruina; pero no creo llano y fcil
+explicar la causa. Fuera de Espaa, en Amrica y en Europa, hasta donde
+yo he podido experimentar, no he visto que la gente del pueblo sea menos
+torpe, ni menos floja, ni menos ruda que en Espaa. Y en cuanto los
+sujetos eminentes, directores y gobernadores de los Estados, ya me
+guardar<a name="page_329" id="page_329"></a> yo muy bien de decir lo que dijo cierto lord ingls cuando
+envi viajar su hijo: anda, hijo mo, y psmate al ver qu casta de
+hombres gobiernan el mundo. Yo disto mucho de ser tan severo como el
+citado lord (Chesterfield, si la memoria no me engaa); pero no he
+tropezado en ninguna de las capitales y cortes que he recorrido, y he de
+declararlo aqu aunque sean odiosas las comparaciones, con ministros,
+jefes de partido, gobernadores y hombres de Estado, cuya grandeza haya
+transformado en mi imaginacin los de Espaa en unos pobrecitos
+pigmeos. Confieso que no he conocido Cavour ni Bismarck, que son los
+que, en estos ltimos sesenta aos, han hecho ms grandes cosas; pero he
+conocido muy ilustres varones, dirigiendo la poltica de florecientes
+Imperios, Repblicas y Monarquas, y, acaso por falta de sonda mental,
+no he sondeado el abismo que los separa de nuestros infortunados
+corifeos polticos, abismo en cuyas por m inexplicadas honduras han de
+residir la agudeza, el tino y la sabidura que hacen que todo les salga
+bien, mientras que todo por aqu nos sale mal por carecer de esas
+prendas.</p>
+
+<p>Me induce sospechar cuanto dejo expuesto que no siempre la postracin
+ el encumbramiento de las naciones depende del valor del conjunto de
+sus ciudadanos y del mrito extraordinario de los hombres que las
+dirigen. Por mucho entran el valor y el mrito; pero hay otro factor
+importante, y es la fortuna. Bien s que no hay fortuna para Dios: todo
+est previsto y ordenado<a name="page_330" id="page_330"></a> por l; mas para los hombres, cmo negar que
+hay fortuna? Quin prev todos los casos adversos y prsperos? Y aunque
+se prevean, aunque se seale en un cuadro del porvenir el curso que han
+de llevar los sucesos, depende por completo de la voluntad humana el
+variar ese curso? Imaginemos el poltico ms maravillosamente previsor,
+y todava podr ser como el astrnomo que anuncia la aparicin de un
+cometa y no le detiene, que anuncia un eclipse y no le evita; como el
+mdico que pronostica los estragos de una tisis galopante y la prxima
+muerte del enfermo y no sabe curarle.</p>
+
+<p>Yo doy, pues, por seguro que as en el encumbramiento y prosperidad de
+los pueblos como en su decadencia y ruina, si entra por algo el mrito y
+el valer, entra por algo por mucho tambin lo que llama acaso la gente
+irreflexiva, lo que atribuye la gente piadosa la voluntad del Altsimo
+ lo que ciertos impos y sutiles metafsicos sostienen que depende del
+orden inalterable en que los casos se suceden del encadenamiento y
+evolucin de la idea en la historia humana.</p>
+
+<p>Como quiera que ello sea, hay venturas y desventuras, triunfos y
+reveses, hundimientos y exaltaciones que no provienen del mrito de los
+individuos de los pueblos, sino que estn por cima de las voluntades y
+de los entendimientos humanos.</p>
+
+<p>Y afirmndolo as, yo me pregunto: qu es lo que conviene ms, entender
+que las causas de<a name="page_331" id="page_331"></a> nuestros males no son slo por nuestra culpa
+entender que estamos mal porque somos incapaces y porque no valemos lo
+que nuestros padres lo que nuestros abuelos valan? Lo que es yo,
+desde luego me inclino que es ms til entender lo primero. En ninguno
+de los dos casos, yo, como optimista, veo el mal sin remedio. Una
+nacin, lo mismo que un individuo, aunque est decada y degradada,
+puede corregirse, hacer penitencia, sufrir la dura disciplina del
+infortunio, regenerarse al cabo y volver ser grande; pero esta
+transformacin dichosa ser muy lenta y tarda. Habr que cambiar para
+ello el ser de todos los ciudadanos y el de la Repblica; pero, si el
+mal proviene de las circunstancias, las circunstancias pueden cambiar
+porque Dios el destino quiere que cambien, y la transformacin
+entonces ser rpida inesperada. Para m, por ejemplo, es evidente que
+los espaoles de los ltimos aos del reinado de Enrique IV de Castilla
+no eran peores, tal vez eran los mismos los que tenan disuelto y
+estragado todo el pas, que los que en tiempos de los Reyes Catlicos
+conquistaron el reino de Granada, descubrieron un Nuevo Mundo, arrojaron
+de Italia los franceses y lograron dar su patria el primado la
+hegemona entre todas las naciones de Europa.</p>
+
+<p>Lo importante, pues, es que no perdamos la confianza y el aprecio de
+nosotros mismos. Bueno es renegar y rabiar y acusarnos unos otros de
+incapaces, probando as que no estamos resignados ni echados en el
+surco; pero mejor es<a name="page_332" id="page_332"></a> no creer que la incapacidad y el rebajamiento son
+generales y nica causa de nuestra ruina. Si creysemos esto estara
+perdido todo; pero si creemos, como yo creo y quiero creer, que los
+espaoles de ahora estn forjados del mismo metal y tienen el mismo
+temple de que fueron forjados y que tuvieron el Cid, el Gran Capitn, el
+duque de Alba, Corts y Pizarro, no hay nada perdido.</p>
+
+<p>Y como para m es evidente que nuestros poetas, artistas, oradores y
+escritores del da no desmerecen de los que tuvimos en otras edades ni
+tampoco estn por bajo del nivel de los que florecen hoy en las otras
+naciones del mundo; y como para m tambin es evidente, diga lo que diga
+el Sr. Froude, que, pesar de tantas revoluciones estriles, la tierra
+de Espaa no est ms seca ni desolada que en tiempo de los Reyes
+Catlicos del emperador Carlos V; doy por seguro que ni los polticos
+ni los adalides dichosos han de faltarnos, y que si no perdemos la
+confianza y la esperanza, ha de pasar pronto la mala hora y ha de sernos
+al cabo propicia la fortuna, con tal de que no la neguemos echndonos
+toda la culpa, y con tal de que no se lo atribuyamos todo para
+disculparnos para cruzarnos de brazos.<a name="page_333" id="page_333"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 356px;">
+<a href="images/illpg_333a.png">
+<img src="images/illpg_333a_sml.png" width="356" height="79" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="FE_EN_LA_PATRIA" id="FE_EN_LA_PATRIA"></a>FE EN LA PATRIA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">MI padre y multitud de parientes mios por todos los cuatro costados han
+servido desde muy antiguo en la Marina espaola. Renegara yo de mi
+casta si denigrase los marinos. Pero con todo eso declaro que me
+sublevan y enojan los que pretenden poner los marinos y los
+militares de tierra por cima de toda censura de los paisanos, fundndose
+en que ignoramos sus artes. Razn tuvo Apeles de desdear el juicio del
+menestral, dicindole: <i>zapatero tus zapatos</i>; pero el zapatero no
+poda en cambio recusar Apeles como juez de su calzado, ya que Apeles,
+si no saba hacerle, tena que pagarle, gastarle y andar con l
+cmodamente. Quiero decir con esto que, en todo caso, el artista y el
+poeta podran rebelarse contra la censura. Con no mirar sus cuadros
+con no oir leer sus versos se remedia todo el mal que causan. No
+sucede lo mismo con aquellas profesiones de las que depende la grandeza
+ la ruina de los Estados, la vida de muchos hombres y la hacienda de
+todos, desde<a name="page_334" id="page_334"></a> el gran capitalista, al que tiene que vivir de un salario
+mezquino.</p>
+
+<p>De aqu que la censura que cae sobre el militar y el marino sea lcita,
+natural inevitable. Y como veces estimula, hasta conviene, si no es
+muy disparatada, dura y descompuesta. Arqumedes saba mucho y era muy
+ingenioso. Si le hubiesen dado palanca y punto de apoyo hubiera movido
+al mundo. Y sin embargo, si cuando inventaba mil artificios pasmosos
+para defender Siracusa se hubieran burlado de l los periodistas de
+entonces, dicindole mil cuchufletas y ponindole en caricatura, aquel
+varn tan sabio se hubiera atolondrado, se hubiera hecho un lo y no
+hubiera dado pie con bola dudando l mismo del resultado de su ciencia;
+resultado que, por virtud de previas disposiciones y pesar de temores
+y dudas, hubiera al fin naturalmente sobrevenido. As, el fruto del
+rbol que se cultiva con esmero, cuando llega su madurez y no le coge
+la tmida diestra del hortelano, cae en la tierra por virtud de su
+propio peso. As tambin se puede explicar que el crucero <i>Princesa de
+Asturias</i> se botase al agua no bien la ocasin fu propicia. Si no
+hubiese estado bien construdo bien puesto sobre la grada sobre lo
+que conviene que se ponga, de fijo que no se hubiera lanzado al mar, tan
+gallarda y primorosamente.</p>
+
+<p>Las comparaciones para ser exactas y luminosas, han de entenderse bien.
+Racionalmente considerado el asunto, la flauta no son por casualidad.
+Si no hubiera estado hbilmente hecha no<a name="page_335" id="page_335"></a> hubieran logrado hacerla sonar
+los resoplidos ms poderosos.</p>
+
+<p>La verdad es que por lo que ms pecamos ahora los espaoles todos, es
+por el menosprecio de nosotros mismos, por una humildad que nos deprime,
+y por una exagerada admiracin de lo extranjero. Nos parecemos al que
+oy decir un ingls que en cierto saln algo obscuro de la Alhambra
+convendra que hubiese una claraboya; y para imitar al ingls, pidi
+tambin una claraboya para el palacio de Carlos V, que nunca tuvo techo.
+O bien nos parecemos aquel caballero de Npoles que sostena que si la
+Gruta <i>azul</i> estuviese en Francia le habran abierto grandsima entrada,
+sin pensar que con mayor abertura hubiera desaparecido todo el
+maravilloso encanto de la gruta, casi nicamente iluminada por los rayos
+del sol que surgen refractados del seno azul del mar difano.</p>
+
+<p>Mucho depende de la aptitud de los hombres; pero mucho depende tambin
+de la buena mala ventura. No atribuyamos todo lo prspero la
+habilidad. En las victorias de Alejandro y de Csar la ventura hubo de
+entrar por algo. Suponer que entr por todo sera run envidia. De ella
+pudiramos acusar Felipe II, si dijo como se cuenta al saber la
+victoria de Lepanto, <i>mucho ha aventurado D. Juan</i>: pero la magnanimidad
+del mismo monarca se manifiesta cuando atribuye los elementos
+desencadenados, y no al poder de sus enemigos ni la torpeza de sus
+generales, la prdida de la Armada invencible. Los cartagineses<a name="page_336" id="page_336"></a> solan
+maltratar y hasta crucificar sus generales cuando no vencan.
+Preferible es el aliento generoso del Senado de Roma que da gracias al
+Cnsul Varrn por que despus de Cannas no desespera de la salud de la
+patria.</p>
+
+<p>Menester es tener confianza en nosotros mismos. Entonces vencern en
+tierra los militares y en el mar harn maravillas nuestros marinos. De
+su arrojo siempre han dado y siguen dando pruebas, y no sera justo
+creer que por el entendimiento y la inspiracin estn por bajo de los
+hombres de otros pases. Creer esto equivaldra creer que en nuestro
+pas ha degenerado la especie humana, porque no ha de suponerse que
+tengan los uniformes la deplorable virtud de entorpecer y de incapacitar
+ quienes los visten.</p>
+
+<p>Tengamos confianza y el cielo nos ser propicio. Sin los rezos de Moiss
+y sin los milagros que por su intercesin hizo Dios, Josu no hubiera
+vencido; la profetisa Dbora no hubiera entonado su himno triunfal, si
+las inteligencias que mueven los astros no hubieran bajado combatir en
+favor de su pueblo; en mil batallas han tomado parte los dioses del
+Olimpo para favorecer los hijos de Grecia; y los Discuros abandonando
+el refulgente alczar que tienen en el cielo, y donde hospedan al sol en
+los ms hermosos das de cada ao, han peleado en solemnes ocasiones por
+la grandeza de Roma. Todo ello entendido la letra, podr ser ilusin
+sueo vano; pero, como figura, expresa enrgicamente la virtud
+taumatrgica de la fe que tienen<a name="page_337" id="page_337"></a> los hombres en el genio superior y en
+los altos destinos del pueblo que pertenecen: fe dominadora de los
+nmenes, que los evoca, los atrae y se los gana para aliados y para
+amigos. As nosotros, en mejores das, cuando tuvimos mayor fe en lo que
+valemos, trajimos del cielo Santiago y, montado en un caballo blanco,
+le hicimos matar moros indios, cosa harto ajena de su profesin y
+ejercicio durante su vida mortal.</p>
+
+<p>Si nos obstinamos y persistimos en nuestra humildad, en recelar que
+hemos degenerado y que no somos ya lo que fuimos, ni Santiago ni nadie
+acudir socorrernos y jams conseguiremos la victoria. Desde que Tubal
+vino Espaa, desde que en Espaa reinaron los Geriones hasta el da de
+hoy, no hemos tenido un general que haya reunido bajo su mando 200.000
+combatientes. Y todava en nuestro siglo, pesar de tanta prosperidad,
+industria y riqueza no ha habido nacin alguna, por rica y grande que
+sea, que enve por mar regiones remotas ejrcito tan numeroso como el
+que hemos enviado Cuba. Pero si nos empeamos en creer punto menos que
+invencibles los mulatos y negros insurrectos y en que se acab ya la
+sustancia de que en Espaa se forjaron en otras edades los ilustres
+guerreros, ni el Gran Capitn que resucitase y fuese por all atinara
+con una inspiracin dichosa, ni hara algo de provecho, mientras que con
+fe tal vez bastara un clrigo como el licenciado Pedro Lagasca, ya que
+no se puede<a name="page_338" id="page_338"></a> suponer que ni Maceo ni Mximo Gmez valgan ms que Gonzalo
+Pizarro.</p>
+
+<p>De estas incoherentes cavilaciones infiero yo que si nuestro triunfo se
+retardase demasiado, as en el mar del Sur como en el golfo de Mjico,
+culpa sera de nuestra falta de fe, que seguira enajenndonos la
+proteccin del cielo: pero que si como es de esperar vencemos pronto,
+sin duda que al cielo, la suerte para el que no crea en su influjo,
+deberemos el triunfo en primer lugar; pero tambin le deberemos al valor
+de nuestro ejrcito de mar y tierra y la habilidad inspiracin de
+sus jefes. Y aunque esto ltimo, aunque la habilidad y la inspiracin se
+negasen, siempre quedaran como factores de la victoria, sobre el valor
+de soldados y marinos, el sufrimiento y la constancia de la nacin, que
+al enviarlos sacrifica hericamente y murmurando harto poco su sangre y
+su dinero.<a name="page_339" id="page_339"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 372px;">
+<a href="images/illpg_339a.png">
+<img src="images/illpg_339a_sml.png" width="372" height="74" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="LA_PAZ_DESEADA" id="LA_PAZ_DESEADA"></a>LA PAZ DESEADA</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">GRANDSIMO mi deseo de complacer mi amigo D. Miguel Moya, escribiendo
+algo sobre la Nochebuena y la guerra de Cuba para un nmero
+extraordinario de <i>El Liberal</i>; pero mientras ms cavilo, menos cosas se
+me ocurren. Slo acuden mi memoria y pronuncian mis labios las
+hermosas palabras que en boca de los ngeles oyeron los pastores:
+<i>Gloria Dios en las alturas y paz en la tierra los hombres de buena
+voluntad</i>. Paz anhelamos todos, y ahora que la Nochebuena se aproxima,
+debemos repetir la exclamacin anglica, pidiendo paz al cielo. Y no
+slo porque con la guerra exponemos las enfermedades y la muerte
+lo ms lozano de la juventud espaola y nos exponemos nosotros la
+miseria, sino tambin porque con la duracin de la guerra, par de la
+vida de muchos de nuestros hermanos, y par del dinero y hasta de la
+esperanza de ganarle que vamos perdiendo, es de recelar que perdamos
+tambin la paciencia,<a name="page_340" id="page_340"></a> el juicio y el corto ingenio que Dios haya tenido
+la bondad de darnos.</p>
+
+<p>Aun prescindiendo de todos los enormes males que la guerra trae consigo,
+slo porque no se volviese hablar de tan trillado, sobado y fastidioso
+asunto, debiramos rezar para impetrar del Altsimo que la guerra
+terminase, aunque fuera por virtud de un milagro, como el de la botadura
+del <i>Princesa de Asturias</i>.</p>
+
+<p>En suma; yo no s ya qu decir sobre la guerra, y lo que es sobre la
+Nochebuena, con decir <i>gloria Dios en las alturas y paz en la tierra
+los hombres de buena voluntad</i>, est dicho todo. Pero esto no es cuento,
+ni artculo, ni composicin potica indita, y por consiguiente, si no
+digo ms, me quedar con el disgusto de no complacer al Sr. D. Miguel
+Moya.</p>
+
+<p>Slo veo un medio de salir de mi apuro: referir aqu con brevedad y
+tino, si soy capaz de tanto, la discusin que acaban de tener en mi casa
+dos seores que han venido visitarme, y por dicha se han hallado
+juntos en ella. Es el uno, D. Valentn Len y Bravo, capitn de
+caballera retirado, y el otro, el hbil diplomtico D. Prudencio
+Medrano y Cordero, retirado tambin, dgase jubilado. Ambos desean la
+paz con el mismo fervor que yo; pero la buscan por muy diverso camino.
+Suponen cada uno de ellos que, si se hubiera seguido el que l traza, ya
+gozaramos de la paz en esta Nochebuena, y as nosotros en la Pennsula,
+como nuestro valiente ejrcito en Cuba, la celebraramos
+regocijadamente, despus<a name="page_341" id="page_341"></a> de haber odo la Misa del Gallo, con
+suculentas cenas, en que consumiramos multitud de pavos, que desde su
+patria de origen, y no menor, multitud de jamones, que desde Chicago y
+desde otros lugares de la Unin, donde abundan los cerdos, nos enviaran
+de presente Cullon, Morgan, Sherman y algunos senadores ms.</p>
+
+<p>Baste de introduccin y empiece el dilogo. El arrogante D. Valentn
+habl primero y dijo:</p>
+
+<p>&mdash;Vamos, hombre; confiese usted que no hemos debido sufrir tantas
+ofensas y amenazas de intervenir con las armas en nuestras discordias
+civiles; jactanciosa seguridad de acogotarnos en un dos por tres,
+derrotando nuestro ejrcito y echando pique nuestra flota; y envo
+incesante de aplausos los insurrectos, de insultos feroces los
+leales, y de armas, municiones, dinero, vveres y toda clase de auxilios
+ los que devastan, incendian, saquean y destruyen la riqueza de Cuba,
+para pedirnos luego indemnizacin por los mismos estragos y ruinas, que
+sin el favor de los <i>yankees</i> jams se hubieran causado. Crea usted, que
+lo que hubiera convenido y lo que todo esto hubiera merecido, es que
+nosotros hubiramos imitado Agatocles.</p>
+
+<p>&mdash;Y quin fu ese caballero?&mdash;pregunt don Prudencio.</p>
+
+<p>&mdash;Pues Agatocles&mdash;contest D. Valentn&mdash;fu un clebre tirano de
+Siracusa, con quien se condujeron los cartagineses sobre poco ms
+menos, como los <i>yankees</i> con nosotros. Pero Agatocles se hart de
+sufrirlos, embarc 5.000 soldados<a name="page_342" id="page_342"></a> en unas cuantas naves, cruz el mar
+con ellos burlando la vigilancia de la poderosa escuadra enemiga, y
+desembarc en el territorio de la gran Repblica: para verse obligado
+vencer morir, destruy los barcos en que haba venido, como hicieron
+ms tarde el renegado cordobs Abu Hafaz en Creta, los catalanes en
+Galpoli y Hernn Corts en Mxico; entr saco en muchas ciudades
+pnicas, y aun estuvo punto de apoderarse de la capital. Por qu no
+habamos de haber nosotros declarado la guerra los <i>yankees</i>, pasado
+en un periquete con ms de 100.000 combatientes desde Cuba la tierra
+de ellos y quizs llegado hasta el Capitolio de Washington, arrojando de
+all culatazos los senadores y yendo luego, por la <i>avenida</i> de
+Pensylvania, hasta donde est el Palacio del Tesoro todo lleno de dinero
+y apuntalado para que no se hunda, aliviarle de aquel peso, y plantarnos
+por ltimo en la Casa Blanca, que est tres pasos de all, y hacer
+Cleveland cautivo?</p>
+
+<p>&mdash;Todo eso&mdash;replic D. Prudencio&mdash;me parecera muy bien si para dejarme
+fro no acudiese mi mente esta frase proverbial: t que no puedes,
+llvame cuestas. No bastan doscientos mil soldados para acorralar y
+domar los mulatos y negros cimarrones, y suea usted con que basten
+cien mil para llegar al Capitolio de la Gran Repblica. Crame usted: lo
+digo con gran dolor, pero es menester decirlo; <i>consumatun est</i>.
+Menester es que nos resignemos y nos achiquemos. Cuba no nos ha
+producido nunca una peseta.<a name="page_343" id="page_343"></a> Cada una de las que ha podido traerse de
+all algn empleado poco limpio, nos ha costado mil pesetas al conjunto
+de los dems peninsulares y nos cuesta adems y nos costar muchas
+lgrimas. Qu mejor venganza podemos tomar de los cubanos rebeldes que
+concederles la libertad por que combaten? Una vez Cuba libre, Cuba se
+volvera <i>merienda de negros</i>.</p>
+
+<p>&mdash;Pues para que no se vuelva <i>merienda de negros</i> debemos seguir
+combatiendo en la Grande Antilla&mdash;dijo entonces D. Valentn.&mdash;Los
+cubanos, ni con mucho, son todos rebeldes, y tenemos el deber de
+defenderlos de los foragidos y de salvarlos de la rapacidad y de la
+insolencia tirnica de los aventureros que quieren apoderarse de la
+isla. Contra estos aventureros y aun contra todo el poder de los
+<i>yankees</i> que los protegen debemos luchar, ya que es inevitable la
+lucha.</p>
+
+<p>&mdash;Confieso&mdash;dijo entonces D. Prudencio&mdash;que me hace bastante fuerza eso
+de que no debemos abandonar los cubanos fieles y pacficos. Por eso
+vacilo yo. Si no fuera por eso no vacilara en afirmar que para que
+hubisemos tenido paz en la Nochebuena, que se acerca grandes pasos,
+hubiramos debido, en vez de imitar las locuras del Sr. Agatocles, hacer
+lo que yo me s.</p>
+
+<p>&mdash;Y qu es lo que usted se sabe? Acaso plantear las reformas ya
+votadas, concederlas mayores an y hasta llegar la autonoma para que
+depusiesen las armas los insurrectos? No v usted que ellos achacaran
+ debilidad actos tan generosos,<a name="page_344" id="page_344"></a> se ensoberbeceran ms, pediran
+independencia muerte, y antes que darse nosotros se daran al
+diablo?</p>
+
+<p>&mdash;Pues dos al diablo, les dira yo&mdash;contest D. Prudencio.&mdash;Lo que es
+por m ya seran independientes con una condicin: con la condicin de
+que cargasen con el pago de la deuda de Cuba. Aunque se elevase
+cuatrocientos millones de pesos fuertes, todava sera muchsimo menos
+de lo que Cuba nos ha costado en los cuatrocientos aos que la hemos
+posedo, sin duda por nuestra desgracia, pero tambin por nuestra
+gloria, como monumento y esplndido recuerdo del hecho ms brillante y
+transcendental de nuestra historia y aun de la historia de todo el
+linaje humano.</p>
+
+<p>&mdash;Tambin digo yo&mdash;exclam D. Valentn&mdash;lo mismo que deca usted hace
+poco cuando me oy hablar de la imitacin de Agatocles: <i>todo eso me
+parecera muy bien si para dejarme fro no acudiese mi mente esta
+frase proverbial: t que no puedes, llvame cuestas</i>. Cmo quiere
+usted que paguen nada los cubanos libres? Lo menos durante dos siglos,
+sobrevendra all con la libertad la ms estupenda anarqua. Aquello
+sera el Puerto de Arrebatacapas.</p>
+
+<p>La isla libre no valdra por lo pronto ni producira un ochavo. Mal
+andamos nosotros de dinero, pero todava los acreedores se fiaran ms
+de nosotros. Yo doy por cierto que si Cuba se comprometiese pagar, los
+acreedores no aceptaran la sustitucin y exigiran que Espaa les
+pagase.<a name="page_345" id="page_345"></a></p>
+
+<p>&mdash;Eso tiene remedio&mdash;dijo D. Prudencio.&mdash;Mal hemos hecho con no haber
+contrado alianza ninguna, con estar aislados y sin apoyo entre las
+grandes potencias europeas; pero esto no mitiga la acusacin de egosmo
+y hasta de imprevisora flaqueza que podemos lanzar contra ellas,
+vindolas inertes y tranquilas sufrir que los Estados Unidos, sin razn
+y sin derecho, nos traten como nos tratan, fiados en su poder y en su
+riqueza imaginndonos dbiles, pobres y solos. Como quiera que sea,
+repito que el mal tiene remedio. Yo se le dara con mi grande habilidad
+diplomtica, si no estuviese ya jubilado: conseguira que los Estados
+Unidos, tan filantrpicos y tan fervorosos amantes de la libertad de
+Cuba, garantizasen el pago de su deuda, y aun la pagasen, mientras Cuba
+no pudiese pagarla. Hasta sera esto poderoso estmulo para que ellos
+procurasen y aun lograsen la prosperidad de Cuba, con la cual crecera
+la fama pstuma de Antonio Maceo hasta la altura de la de Jorge
+Washington y de la de Simn Bolvar. Todo depende del xito final del
+nuevo Estado que se funda.</p>
+
+<p>Cuando se cansaron de hablar mis dos visitantes, me preguntaron mi
+parecer. Yo, con todas las perfrases cultas que me inspir la cortesa,
+les d entender que los pareceres de ellos se me antojaban igualmente
+disparatados y que era menester buscar un trmino medio.</p>
+
+<p>&mdash;Y quin le busca?&mdash;dijeron ambos.</p>
+
+<p>&mdash;Todos&mdash;contest yo&mdash;pero nadie le ha encontrado todava. Esperemos que
+Dios, con su<a name="page_346" id="page_346"></a> infinita bondad y misericordia, suscite pronto en Cuba un
+caudillo, sea quien sea, que logre estar no menos acertado como general
+en jefe, que Cirujeda como comandante, y todo terminar pronto y bien,
+sin imitar Agatocles, y sin imitar tampoco al cura de Gavia. Cuando
+veamos aparecer este caudillo, no habr viejo en toda Espaa que no haga
+el papel de Simen y que no le remede diciendo: <i>Nunc dimittis servum
+tuum Domine, secundum verbum tuum in pace, quia viderunt oculi mei
+salutare tuum</i>: pero ni los viejos podremos hacer el papel de Simeones
+en la prxima Nochebuena, ni los mozos podrn gozar de la paz deseada.
+Contentmonos con la esperanza de tener esta paz en la Nochebuena de
+1897.<a name="page_347" id="page_347"></a></p>
+
+<div class="figcenter" style="width: 367px;">
+<a href="images/illpg_347a.png">
+<img src="images/illpg_347a_sml.png" width="367" height="86" alt="barra decorativa" title="barra decorativa" /></a>
+</div>
+
+<h3><a name="LA_MEDIACION_DE_LOS_ESTADOS_UNIDOS" id="LA_MEDIACION_DE_LOS_ESTADOS_UNIDOS"></a>LA MEDIACIN DE LOS ESTADOS UNIDOS</h3>
+
+<p class="c">&mdash;&mdash;</p>
+
+<p class="nind">VOY decir mi humilde parecer sobre el importante asunto de que <i>El
+Liberal</i> trata hoy, y voy decirle con sinceridad, con llaneza y hasta
+con cierto candor, que la generalidad de las gentes considerar poco
+diplomtico: pero mi diplomacia pas ya, y agua pasada no mueve molino.</p>
+
+<p>Cuba, en mi sentir, nada nos ha valido en los cuatrocientos aos que
+hace desde que nos apoderamos de ella. Las riquezas que algunos
+espaoles traen pueden traer desde all nuestra Pennsula, no
+aumentan ms nuestro caudal que las alhajas y juguetes que hallan en un
+balcn los nios aumentan el caudal del honrado padre de familia que los
+puso all de antemano el da de Reyes para que sus nios los tomen,
+que las liebres y perdices, que caza alguien en un coto, aumentan el
+caudal del propietario del coto, que para llevar y sustentar all dichas
+liebres y dichas<a name="page_348" id="page_348"></a> perdices, ha gastado mil y mil veces ms de lo que
+ellas valen.</p>
+
+<p>Econmicamente, pues, nada nos vale nuestro dominio en Cuba.</p>
+
+<p>Es cuestin de honra conservarla? Frase es sta llena de pompa y de
+peligro, que sera mejor no emplear.</p>
+
+<p>Claro est que nos convendra y nos agradara que el Dios Trmino de
+Espaa no hubiera retrocedido y no retrocediese nunca. Pero si las leyes
+providenciales fatales, por cuya virtud se ordenan los acontecimientos
+humanos, hacen que el Dios Trmino retroceda, no por eso Espaa ha de
+creer menoscabada su honra. Antes pudiera salir del mal el bien, y
+acrecentarse la honra de Espaa, si, por ejemplo, las diecisis
+diecisiete Repblicas que han nacido de su seno, llegasen estar
+florecientes y poderosas.</p>
+
+<p>Es cuestin de integridad de nuestro territorio? Tambin sobre esto hay
+mucho que decir y no poco que distinguir. Harto menguada estara ya
+dicha integridad, si la hubieran constitudo lo mejor del continente
+americano, la Sicilia, la Cerdea, el Portugal con todas sus posesiones,
+y tantos otros Estados, provincias y pases como nos han pertenecido y
+ya no nos pertenecen.</p>
+
+<p>Infiero yo de aqu que nuestro dominio en Cuba no es cuestin de
+utilidad, ni de honra, ni de integridad de la Patria.</p>
+
+<p>Pero significa esto que sea poco importante la conservacin de Cuba?
+Tan lejos estoy de pensarlo, que creo dicha conservacin
+importantsima.<a name="page_349" id="page_349"></a> El que la conservemos es para nosotros cuestin de
+categora, de elevacin, de rango entre las naciones de Europa. Es
+tambin cuestin de decoro nobiliario. Cuba, dominada por Espaa, parece
+como ttulo, custodiado en nuestro poder, de que descubrimos y
+civilizamos el Nuevo Mundo.</p>
+
+<p>Por esto, todo buen espaol debe considerar como gran desventura la
+prdida para nosotros de aquella hermosa isla. Por esto, con general
+aplauso y excitacin de toda Espaa, han ido Cuba 200.000 soldados.
+Por esto la nacin se desprende de sus bienes, gasta su dinero, se
+empea, y arrostra con resignacin valerosa la pobreza, fin de
+mantener en Cuba esos soldados, y por medio de ellos su indiscutible
+soberana.</p>
+
+<p>Por desgracia, los que contra ella se rebelan, lejos de dar la cara,
+huyen y se esconden, prolongando as indefinidamente la guerra, los
+gastos y los sacrificios, y haciendo morir, mil veces ms que en los
+combates, por las enfermedades, la flor de nuestra juventud generosa.</p>
+
+<p>Yo no discuto aqu si es no posible, menos de un milagro, de una
+ventura casual de una inspiracin dichosa, acorralar los rebeldes,
+vencerlos y darles pronto el merecido castigo. Tal vez sea esto
+dificilsimo.</p>
+
+<p>Sabido es lo mucho que dura este linaje de guerras. Catorce aos dur la
+de Viriato. Y sin buscar ejemplo tan ilustre, el rey absoluto de Espaa
+tuvo que tratar de potencia potencia con el Tempranillo, con los
+Botijas y con<a name="page_350" id="page_350"></a> otros bandoleros, porque no pudo vencerlos con las armas.</p>
+
+<p>Como quiera que sea, la situacin en Cuba del general en jefe es harto
+penosa. El pueblo que permanece all fiel la Madre Patria y el
+Ejrcito que le obedece, bien pueden proclamarle <i>mejor que Trajano</i>,
+pero no <i>ms feliz que Augusto</i>. Bien pueden, para realzar su crdito y
+levantar su autoridad, reunirse en Junta y colmarle de vtores y
+aplausos; pero tan entusiasta patriotismo recordar involuntariamente el
+del Senado romano cuando, despus de la batalla de Cannas, di
+fervorosas gracias al cnsul Varrn porque no haba desesperado de la
+salud de la patria.</p>
+
+<p>Yo no quiero desesperar, ni desespero tampoco. La paz, sin embargo, me
+parece en extremo deseable, y la accin diplomtica conveniente, ya que
+ pesar del indiscutible valor y del pasmoso sufrimiento de nuestros
+soldados, no bastan las armas.</p>
+
+<p>Cmo <i>debe</i> ser, cmo <i>puede</i> ser esta accin diplomtica, dado que
+la haya? Una cosa es el <i>debe</i> y otra el <i>puede</i>. Aristteles pone muy
+bien en claro la diferencia. Por ella, dice aquel sabio, es la poesa
+mil veces ms filosfica que la historia. La historia expone lo que es y
+la poesa expone lo que debe ser. Hagamos poesa por un momento.
+Hablemos de lo que debiera ser y no es, por desgracia.</p>
+
+<p>La nacin de los Estados Unidos, tal vez pesar de su gobierno, que no
+puede evitarlo, mantiene la insurreccin en Cuba. Sin el favor y
+auxilio<a name="page_351" id="page_351"></a> que le d, sin las armas, dinero, hombres y fuerza moral que le
+suministra, es evidente para todo el mundo que la insurreccin estara
+ya sofocada; que hubiera sido mil veces menos fuerte; que tal vez no
+hubiera ocurrido. El proceder, pues, contra nosotros de la nacin
+anglo-americana (aunque disculpemos su gobierno) es el ms odioso
+abuso de fuerza que imaginarse puede. Una protesta enrgica contra l
+por parte de Espaa sera sublime delirio. Espaa est lejos de Cuba y
+la Unin est cerca, y Espaa es cuatro veces menos populosa que la
+Unin y cien veces menos rica. Algo, no obstante, podra perder la gran
+Repblica, si entre ella y Espaa sobreviniese un conflicto blico. La
+justicia est de nuestro lado, y</p>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="poesia">
+<tr><td align="left"><i>l' antico valore</i></td></tr>
+<tr><td align="left"><i>Negl' ispanici cor non ancor morto.</i></td></tr>
+</table>
+
+<p>Vamos ahora declarar aqu lo que <i>debiera</i> ser, aunque no tengo la
+menor esperanza de que sea, para evitar el abominable abuso de fuerza de
+que hablo el conflicto que presupongo, si perdida nuestra paciencia,
+superior la de Job, nuestro nimo no desfallece.</p>
+
+<p>La accin diplomtica debieran ejercerla las grandes potencias de
+Europa, y singularmente las que tienen posesiones en Amrica, fin de
+que el gobierno anglo-americano emplee medios suficientes para evitar
+que su pueblo fomente la insurreccin en Cuba, faltando la justicia,
+la verdadera civilizacin y al Derecho de gentes.<a name="page_352" id="page_352"></a> La insurreccin
+terminara en seguida si esto se lograse. Pero esto es poesa: es lo que
+debe ser, pero no lo que ser. Las grandes potencias de Europa seguirn
+dejando Espaa en completo abandono.</p>
+
+<p>Qu recurso nos queda, sin acudir al ms arrogante y peligroso de los
+extremos? Pues el recurso que nos queda es disimular los insultos
+agravios y aceptar los buenos oficios del gobierno de los Estados
+Unidos, si dicho gobierno los ofrece.</p>
+
+<p>Rara y muy poco airosa sera para nosotros esta mediacin; pero es tan
+grande nuestro deseo de paz, que hasta cierto punto nos conviene pasar
+por todo.</p>
+
+<p>Explicar ahora la limitacin que v contenida en la frase <i>hasta cierto
+punto</i>. Para m, la limitacin no puede ser ms clara. Si el gobierno de
+los Estados Unidos mediase y lograse que depusiesen las armas los
+insurrectos y se pacificase la isla, esto haba de ser sin exigirnos la
+menor promesa de reformas interiores, de cambios en la gobernacin de la
+isla, de nada que modificase all las relaciones entre gobernantes y
+gobernados, y de cuyo cumplimiento quedase implcitamente como garante
+el gobierno de los Estados Unidos. Esto equivaldra despojarnos
+vergonzosamente de la soberana de la isla conservar en ella una
+soberana desmedrada y dependiente de la gran Repblica, cuya
+fiscalizacin constante estaramos sometidos, y quien acudira siempre
+en queja cualquier cubano<a name="page_353" id="page_353"></a> dscolo que se creyese lastimado que
+supusiese que no se le cumpla lo prometido. Sin duda, se me dir: qu
+provecho, qu ventaja sacar el gobierno de los Estados Unidos, de
+mediar para que los rebeldes se rindan discrecin y sin que Espaa les
+prometa nada? A tal pregunta respondera yo:</p>
+
+<p>Si alguien cree espera todava en Espaa, que podemos tener en Cuba un
+milln y seiscientos mil conciudadanos para que compren productos de la
+Pennsula mucho ms elevado precio que pueden comprar productos
+semejantes importados de otros pases, menester es, en mi opinin, que
+renieguen de tal creencia y que desistan de tal esperanza. Y no supone
+lo dicho la anulacin del comercio entre Cuba y Espaa. El del Brasil,
+por ejemplo, con el reino de Portugal, es ahora mil y mil veces ms
+activo y fructfero para los portugueses que cuando el Brasil era
+colonia.</p>
+
+<p>Con facilidad se comprender ya lo que, sin desdoro nuestro y sin mengua
+de nuestra soberana, pudiramos dar los Estados Unidos, si, por
+mediacin de su gobierno, Cuba se pacificase. En virtud de un Tratado
+pudiramos darles la ms amplia libertad de comercio en aquella porcin
+de nuestro territorio. El galardn sera esplndido y Cuba tambin
+aumentara pasmosamente su riqueza, si pudiese comprar ms baratos la
+harina y otros alimentos, importar en la Gran Repblica sus azcares,
+su caf y su tabaco, libres casi libres de derechos.<a name="page_354" id="page_354"></a></p>
+
+<p>En cuanto las libertades polticas y administrativas, ya las conceder
+Espaa generosamente, sin que nadie le imponga de antemano la obligacin
+de concederlas.</p>
+
+<p>Slo de esta suerte aceptara yo la accin diplomtica digase la
+mediacin de los Estados Unidos.<a name="page_355" id="page_355"></a></p>
+
+<p>
+<br />
+</p>
+
+<h3><a name="INDICE" id="INDICE"></a>NDICE</h3>
+
+<table border="0" cellpadding="0" cellspacing="0" summary="">
+<tr><td colspan="2" align="right"><span style="text-decoration:underline;">Pgs</span></td></tr>
+<tr><td>Prlogo</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_v">v</a></td></tr>
+
+<tr><td>Disonancias y armonas de la moral y de la
+esttica</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_001">1</a></td></tr>
+
+<tr><td>Coleccin de manuscritos y otras antigedades
+de Egipto pertenecientes al archiduque
+Raniero</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_031">31</a></td></tr>
+
+<tr><td>De los autores portugueses que escribieron
+castellano</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_057">57</a></td></tr>
+
+<tr><td>Los jesutas de puertas adentro, un barrido
+hacia fuera en la Compaa de Jess</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_071">71</a></td></tr>
+
+<tr><td>Sobre dos tremendas acusaciones contra Espaa,
+del anglo-americano Draper</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_103">103</a></td></tr>
+
+<tr><td>Los Estados Unidos contra Espaa</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_149">149</a></td></tr>
+
+<tr><td>Quejas de los rebeldes de Cuba</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_175">175</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las alianzas</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_197">197</a></td></tr>
+
+<tr><td>Teatro libre</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_211">211</a></td></tr>
+
+<tr><td>Fines del arte fuera del arte</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_243">243</a></td></tr>
+
+<tr><td>El maestro de Palmira</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_253">253</a></td></tr>
+
+<tr><td>Las rarezas del <i>Fausto</i></td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_265">265</a></td></tr>
+
+<tr><td>La moral en el arte</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_275">275</a></td></tr>
+
+<tr><td>El regionalismo filolgico en Galicia</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_285">285</a></td></tr>
+
+<tr><td>La obra pstuma de Juan Montalvo</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_295">295</a></td></tr>
+
+<tr><td>El pas de la castaeta</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_303">303</a></td></tr>
+
+<tr><td>Sobre la antologa de poetas lricos castellanos, de D. Marcelino Menndez y Pelayo</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_313">313</a></td></tr>
+
+<tr><td>Mrito y fortuna</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_323">323</a></td></tr>
+
+<tr><td>Fe en la patria</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_333">333</a></td></tr>
+
+<tr><td>La paz deseada</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_339">339</a></td></tr>
+
+<tr><td>La mediacin de los Estados Unidos</td><td align="right" valign="bottom"><a href="#page_347">347</a></td></tr>
+
+</table>
+
+<hr class="full" />
+
+
+
+
+
+
+
+<pre>
+
+
+
+
+
+End of the Project Gutenberg EBook of A vuela pluma, by Juan Valera
+
+*** END OF THIS PROJECT GUTENBERG EBOOK A VUELA PLUMA ***
+
+***** This file should be named 35882-h.htm or 35882-h.zip *****
+This and all associated files of various formats will be found in:
+ http://www.gutenberg.org/3/5/8/8/35882/
+
+Produced by Chuck Greif and the Online Distributed
+Proofreading Team at DP Europe (http://dp.rastko.net)
+
+
+Updated editions will replace the previous one--the old editions
+will be renamed.
+
+Creating the works from public domain print editions means that no
+one owns a United States copyright in these works, so the Foundation
+(and you!) can copy and distribute it in the United States without
+permission and without paying copyright royalties. Special rules,
+set forth in the General Terms of Use part of this license, apply to
+copying and distributing Project Gutenberg-tm electronic works to
+protect the PROJECT GUTENBERG-tm concept and trademark. Project
+Gutenberg is a registered trademark, and may not be used if you
+charge for the eBooks, unless you receive specific permission. If you
+do not charge anything for copies of this eBook, complying with the
+rules is very easy. You may use this eBook for nearly any purpose
+such as creation of derivative works, reports, performances and
+research. They may be modified and printed and given away--you may do
+practically ANYTHING with public domain eBooks. Redistribution is
+subject to the trademark license, especially commercial
+redistribution.
+
+
+
+*** START: FULL LICENSE ***
+
+THE FULL PROJECT GUTENBERG LICENSE
+PLEASE READ THIS BEFORE YOU DISTRIBUTE OR USE THIS WORK
+
+To protect the Project Gutenberg-tm mission of promoting the free
+distribution of electronic works, by using or distributing this work
+(or any other work associated in any way with the phrase "Project
+Gutenberg"), you agree to comply with all the terms of the Full Project
+Gutenberg-tm License (available with this file or online at
+http://gutenberg.org/license).
+
+
+Section 1. General Terms of Use and Redistributing Project Gutenberg-tm
+electronic works
+
+1.A. By reading or using any part of this Project Gutenberg-tm
+electronic work, you indicate that you have read, understand, agree to
+and accept all the terms of this license and intellectual property
+(trademark/copyright) agreement. If you do not agree to abide by all
+the terms of this agreement, you must cease using and return or destroy
+all copies of Project Gutenberg-tm electronic works in your possession.
+If you paid a fee for obtaining a copy of or access to a Project
+Gutenberg-tm electronic work and you do not agree to be bound by the
+terms of this agreement, you may obtain a refund from the person or
+entity to whom you paid the fee as set forth in paragraph 1.E.8.
+
+1.B. "Project Gutenberg" is a registered trademark. It may only be
+used on or associated in any way with an electronic work by people who
+agree to be bound by the terms of this agreement. There are a few
+things that you can do with most Project Gutenberg-tm electronic works
+even without complying with the full terms of this agreement. See
+paragraph 1.C below. There are a lot of things you can do with Project
+Gutenberg-tm electronic works if you follow the terms of this agreement
+and help preserve free future access to Project Gutenberg-tm electronic
+works. See paragraph 1.E below.
+
+1.C. The Project Gutenberg Literary Archive Foundation ("the Foundation"
+or PGLAF), owns a compilation copyright in the collection of Project
+Gutenberg-tm electronic works. Nearly all the individual works in the
+collection are in the public domain in the United States. If an
+individual work is in the public domain in the United States and you are
+located in the United States, we do not claim a right to prevent you from
+copying, distributing, performing, displaying or creating derivative
+works based on the work as long as all references to Project Gutenberg
+are removed. Of course, we hope that you will support the Project
+Gutenberg-tm mission of promoting free access to electronic works by
+freely sharing Project Gutenberg-tm works in compliance with the terms of
+this agreement for keeping the Project Gutenberg-tm name associated with
+the work. You can easily comply with the terms of this agreement by
+keeping this work in the same format with its attached full Project
+Gutenberg-tm License when you share it without charge with others.
+
+1.D. The copyright laws of the place where you are located also govern
+what you can do with this work. Copyright laws in most countries are in
+a constant state of change. If you are outside the United States, check
+the laws of your country in addition to the terms of this agreement
+before downloading, copying, displaying, performing, distributing or
+creating derivative works based on this work or any other Project
+Gutenberg-tm work. The Foundation makes no representations concerning
+the copyright status of any work in any country outside the United
+States.
+
+1.E. Unless you have removed all references to Project Gutenberg:
+
+1.E.1. The following sentence, with active links to, or other immediate
+access to, the full Project Gutenberg-tm License must appear prominently
+whenever any copy of a Project Gutenberg-tm work (any work on which the
+phrase "Project Gutenberg" appears, or with which the phrase "Project
+Gutenberg" is associated) is accessed, displayed, performed, viewed,
+copied or distributed:
+
+This eBook is for the use of anyone anywhere at no cost and with
+almost no restrictions whatsoever. You may copy it, give it away or
+re-use it under the terms of the Project Gutenberg License included
+with this eBook or online at www.gutenberg.org
+
+1.E.2. If an individual Project Gutenberg-tm electronic work is derived
+from the public domain (does not contain a notice indicating that it is
+posted with permission of the copyright holder), the work can be copied
+and distributed to anyone in the United States without paying any fees
+or charges. If you are redistributing or providing access to a work
+with the phrase "Project Gutenberg" associated with or appearing on the
+work, you must comply either with the requirements of paragraphs 1.E.1
+through 1.E.7 or obtain permission for the use of the work and the
+Project Gutenberg-tm trademark as set forth in paragraphs 1.E.8 or
+1.E.9.
+
+1.E.3. If an individual Project Gutenberg-tm electronic work is posted
+with the permission of the copyright holder, your use and distribution
+must comply with both paragraphs 1.E.1 through 1.E.7 and any additional
+terms imposed by the copyright holder. Additional terms will be linked
+to the Project Gutenberg-tm License for all works posted with the
+permission of the copyright holder found at the beginning of this work.
+
+1.E.4. Do not unlink or detach or remove the full Project Gutenberg-tm
+License terms from this work, or any files containing a part of this
+work or any other work associated with Project Gutenberg-tm.
+
+1.E.5. Do not copy, display, perform, distribute or redistribute this
+electronic work, or any part of this electronic work, without
+prominently displaying the sentence set forth in paragraph 1.E.1 with
+active links or immediate access to the full terms of the Project
+Gutenberg-tm License.
+
+1.E.6. You may convert to and distribute this work in any binary,
+compressed, marked up, nonproprietary or proprietary form, including any
+word processing or hypertext form. However, if you provide access to or
+distribute copies of a Project Gutenberg-tm work in a format other than
+"Plain Vanilla ASCII" or other format used in the official version
+posted on the official Project Gutenberg-tm web site (www.gutenberg.org),
+you must, at no additional cost, fee or expense to the user, provide a
+copy, a means of exporting a copy, or a means of obtaining a copy upon
+request, of the work in its original "Plain Vanilla ASCII" or other
+form. Any alternate format must include the full Project Gutenberg-tm
+License as specified in paragraph 1.E.1.
+
+1.E.7. Do not charge a fee for access to, viewing, displaying,
+performing, copying or distributing any Project Gutenberg-tm works
+unless you comply with paragraph 1.E.8 or 1.E.9.
+
+1.E.8. You may charge a reasonable fee for copies of or providing
+access to or distributing Project Gutenberg-tm electronic works provided
+that
+
+- You pay a royalty fee of 20% of the gross profits you derive from
+ the use of Project Gutenberg-tm works calculated using the method
+ you already use to calculate your applicable taxes. The fee is
+ owed to the owner of the Project Gutenberg-tm trademark, but he
+ has agreed to donate royalties under this paragraph to the
+ Project Gutenberg Literary Archive Foundation. Royalty payments
+ must be paid within 60 days following each date on which you
+ prepare (or are legally required to prepare) your periodic tax
+ returns. Royalty payments should be clearly marked as such and
+ sent to the Project Gutenberg Literary Archive Foundation at the
+ address specified in Section 4, "Information about donations to
+ the Project Gutenberg Literary Archive Foundation."
+
+- You provide a full refund of any money paid by a user who notifies
+ you in writing (or by e-mail) within 30 days of receipt that s/he
+ does not agree to the terms of the full Project Gutenberg-tm
+ License. You must require such a user to return or
+ destroy all copies of the works possessed in a physical medium
+ and discontinue all use of and all access to other copies of
+ Project Gutenberg-tm works.
+
+- You provide, in accordance with paragraph 1.F.3, a full refund of any
+ money paid for a work or a replacement copy, if a defect in the
+ electronic work is discovered and reported to you within 90 days
+ of receipt of the work.
+
+- You comply with all other terms of this agreement for free
+ distribution of Project Gutenberg-tm works.
+
+1.E.9. If you wish to charge a fee or distribute a Project Gutenberg-tm
+electronic work or group of works on different terms than are set
+forth in this agreement, you must obtain permission in writing from
+both the Project Gutenberg Literary Archive Foundation and Michael
+Hart, the owner of the Project Gutenberg-tm trademark. Contact the
+Foundation as set forth in Section 3 below.
+
+1.F.
+
+1.F.1. Project Gutenberg volunteers and employees expend considerable
+effort to identify, do copyright research on, transcribe and proofread
+public domain works in creating the Project Gutenberg-tm
+collection. Despite these efforts, Project Gutenberg-tm electronic
+works, and the medium on which they may be stored, may contain
+"Defects," such as, but not limited to, incomplete, inaccurate or
+corrupt data, transcription errors, a copyright or other intellectual
+property infringement, a defective or damaged disk or other medium, a
+computer virus, or computer codes that damage or cannot be read by
+your equipment.
+
+1.F.2. LIMITED WARRANTY, DISCLAIMER OF DAMAGES - Except for the "Right
+of Replacement or Refund" described in paragraph 1.F.3, the Project
+Gutenberg Literary Archive Foundation, the owner of the Project
+Gutenberg-tm trademark, and any other party distributing a Project
+Gutenberg-tm electronic work under this agreement, disclaim all
+liability to you for damages, costs and expenses, including legal
+fees. YOU AGREE THAT YOU HAVE NO REMEDIES FOR NEGLIGENCE, STRICT
+LIABILITY, BREACH OF WARRANTY OR BREACH OF CONTRACT EXCEPT THOSE
+PROVIDED IN PARAGRAPH 1.F.3. YOU AGREE THAT THE FOUNDATION, THE
+TRADEMARK OWNER, AND ANY DISTRIBUTOR UNDER THIS AGREEMENT WILL NOT BE
+LIABLE TO YOU FOR ACTUAL, DIRECT, INDIRECT, CONSEQUENTIAL, PUNITIVE OR
+INCIDENTAL DAMAGES EVEN IF YOU GIVE NOTICE OF THE POSSIBILITY OF SUCH
+DAMAGE.
+
+1.F.3. LIMITED RIGHT OF REPLACEMENT OR REFUND - If you discover a
+defect in this electronic work within 90 days of receiving it, you can
+receive a refund of the money (if any) you paid for it by sending a
+written explanation to the person you received the work from. If you
+received the work on a physical medium, you must return the medium with
+your written explanation. The person or entity that provided you with
+the defective work may elect to provide a replacement copy in lieu of a
+refund. If you received the work electronically, the person or entity
+providing it to you may choose to give you a second opportunity to
+receive the work electronically in lieu of a refund. If the second copy
+is also defective, you may demand a refund in writing without further
+opportunities to fix the problem.
+
+1.F.4. Except for the limited right of replacement or refund set forth
+in paragraph 1.F.3, this work is provided to you 'AS-IS' WITH NO OTHER
+WARRANTIES OF ANY KIND, EXPRESS OR IMPLIED, INCLUDING BUT NOT LIMITED TO
+WARRANTIES OF MERCHANTIBILITY OR FITNESS FOR ANY PURPOSE.
+
+1.F.5. Some states do not allow disclaimers of certain implied
+warranties or the exclusion or limitation of certain types of damages.
+If any disclaimer or limitation set forth in this agreement violates the
+law of the state applicable to this agreement, the agreement shall be
+interpreted to make the maximum disclaimer or limitation permitted by
+the applicable state law. The invalidity or unenforceability of any
+provision of this agreement shall not void the remaining provisions.
+
+1.F.6. INDEMNITY - You agree to indemnify and hold the Foundation, the
+trademark owner, any agent or employee of the Foundation, anyone
+providing copies of Project Gutenberg-tm electronic works in accordance
+with this agreement, and any volunteers associated with the production,
+promotion and distribution of Project Gutenberg-tm electronic works,
+harmless from all liability, costs and expenses, including legal fees,
+that arise directly or indirectly from any of the following which you do
+or cause to occur: (a) distribution of this or any Project Gutenberg-tm
+work, (b) alteration, modification, or additions or deletions to any
+Project Gutenberg-tm work, and (c) any Defect you cause.
+
+
+Section 2. Information about the Mission of Project Gutenberg-tm
+
+Project Gutenberg-tm is synonymous with the free distribution of
+electronic works in formats readable by the widest variety of computers
+including obsolete, old, middle-aged and new computers. It exists
+because of the efforts of hundreds of volunteers and donations from
+people in all walks of life.
+
+Volunteers and financial support to provide volunteers with the
+assistance they need, are critical to reaching Project Gutenberg-tm's
+goals and ensuring that the Project Gutenberg-tm collection will
+remain freely available for generations to come. In 2001, the Project
+Gutenberg Literary Archive Foundation was created to provide a secure
+and permanent future for Project Gutenberg-tm and future generations.
+To learn more about the Project Gutenberg Literary Archive Foundation
+and how your efforts and donations can help, see Sections 3 and 4
+and the Foundation web page at http://www.pglaf.org.
+
+
+Section 3. Information about the Project Gutenberg Literary Archive
+Foundation
+
+The Project Gutenberg Literary Archive Foundation is a non profit
+501(c)(3) educational corporation organized under the laws of the
+state of Mississippi and granted tax exempt status by the Internal
+Revenue Service. The Foundation's EIN or federal tax identification
+number is 64-6221541. Its 501(c)(3) letter is posted at
+http://pglaf.org/fundraising. Contributions to the Project Gutenberg
+Literary Archive Foundation are tax deductible to the full extent
+permitted by U.S. federal laws and your state's laws.
+
+The Foundation's principal office is located at 4557 Melan Dr. S.
+Fairbanks, AK, 99712., but its volunteers and employees are scattered
+throughout numerous locations. Its business office is located at
+809 North 1500 West, Salt Lake City, UT 84116, (801) 596-1887, email
+business@pglaf.org. Email contact links and up to date contact
+information can be found at the Foundation's web site and official
+page at http://pglaf.org
+
+For additional contact information:
+ Dr. Gregory B. Newby
+ Chief Executive and Director
+ gbnewby@pglaf.org
+
+
+Section 4. Information about Donations to the Project Gutenberg
+Literary Archive Foundation
+
+Project Gutenberg-tm depends upon and cannot survive without wide
+spread public support and donations to carry out its mission of
+increasing the number of public domain and licensed works that can be
+freely distributed in machine readable form accessible by the widest
+array of equipment including outdated equipment. Many small donations
+($1 to $5,000) are particularly important to maintaining tax exempt
+status with the IRS.
+
+The Foundation is committed to complying with the laws regulating
+charities and charitable donations in all 50 states of the United
+States. Compliance requirements are not uniform and it takes a
+considerable effort, much paperwork and many fees to meet and keep up
+with these requirements. We do not solicit donations in locations
+where we have not received written confirmation of compliance. To
+SEND DONATIONS or determine the status of compliance for any
+particular state visit http://pglaf.org
+
+While we cannot and do not solicit contributions from states where we
+have not met the solicitation requirements, we know of no prohibition
+against accepting unsolicited donations from donors in such states who
+approach us with offers to donate.
+
+International donations are gratefully accepted, but we cannot make
+any statements concerning tax treatment of donations received from
+outside the United States. U.S. laws alone swamp our small staff.
+
+Please check the Project Gutenberg Web pages for current donation
+methods and addresses. Donations are accepted in a number of other
+ways including checks, online payments and credit card donations.
+To donate, please visit: http://pglaf.org/donate
+
+
+Section 5. General Information About Project Gutenberg-tm electronic
+works.
+
+Professor Michael S. Hart is the originator of the Project Gutenberg-tm
+concept of a library of electronic works that could be freely shared
+with anyone. For thirty years, he produced and distributed Project
+Gutenberg-tm eBooks with only a loose network of volunteer support.
+
+
+Project Gutenberg-tm eBooks are often created from several printed
+editions, all of which are confirmed as Public Domain in the U.S.
+unless a copyright notice is included. Thus, we do not necessarily
+keep eBooks in compliance with any particular paper edition.
+
+
+Most people start at our Web site which has the main PG search facility:
+
+ http://www.gutenberg.org
+
+This Web site includes information about Project Gutenberg-tm,
+including how to make donations to the Project Gutenberg Literary
+Archive Foundation, how to help produce our new eBooks, and how to
+subscribe to our email newsletter to hear about new eBooks.
+
+
+</pre>
+
+</body>
+</html>
diff --git a/35882-h/images/ill_title.png b/35882-h/images/ill_title.png
new file mode 100644
index 0000000..d9b7514
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/ill_title.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_001a.png b/35882-h/images/illpg_001a.png
new file mode 100644
index 0000000..2b2b5d7
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_001a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_001a_sml.png b/35882-h/images/illpg_001a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..c57c5a3
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_001a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_031a.png b/35882-h/images/illpg_031a.png
new file mode 100644
index 0000000..1d12376
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_031a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_031a_sml.png b/35882-h/images/illpg_031a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..c5bf588
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_031a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_057a.png b/35882-h/images/illpg_057a.png
new file mode 100644
index 0000000..c76c220
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_057a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_057a_sml.png b/35882-h/images/illpg_057a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..b7cefca
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_057a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_071a.png b/35882-h/images/illpg_071a.png
new file mode 100644
index 0000000..8843700
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_071a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_071a_sml.png b/35882-h/images/illpg_071a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..a11e94b
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_071a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_103a.png b/35882-h/images/illpg_103a.png
new file mode 100644
index 0000000..86261f4
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_103a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_103a_sml.png b/35882-h/images/illpg_103a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..01888d6
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_103a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_149a.png b/35882-h/images/illpg_149a.png
new file mode 100644
index 0000000..e59c2db
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_149a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_149a_sml.png b/35882-h/images/illpg_149a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..3267830
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_149a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_175a.png b/35882-h/images/illpg_175a.png
new file mode 100644
index 0000000..153fbc3
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_175a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_175a_sml.png b/35882-h/images/illpg_175a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..84668f9
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_175a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_197a.png b/35882-h/images/illpg_197a.png
new file mode 100644
index 0000000..af75e8f
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_197a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_197a_sml.png b/35882-h/images/illpg_197a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..3cd184a
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_197a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_211a.png b/35882-h/images/illpg_211a.png
new file mode 100644
index 0000000..da63d38
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_211a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_211a_sml.png b/35882-h/images/illpg_211a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..add0cbb
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_211a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_243a.png b/35882-h/images/illpg_243a.png
new file mode 100644
index 0000000..edd3675
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_243a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_243a_sml.png b/35882-h/images/illpg_243a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..328a19c
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_243a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_251.png b/35882-h/images/illpg_251.png
new file mode 100644
index 0000000..e64239e
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_251.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_253a.png b/35882-h/images/illpg_253a.png
new file mode 100644
index 0000000..43fc3d0
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_253a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_253a_sml.png b/35882-h/images/illpg_253a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..98e2002
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_253a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_265a.png b/35882-h/images/illpg_265a.png
new file mode 100644
index 0000000..4d88585
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_265a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_265a_sml.png b/35882-h/images/illpg_265a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..beed173
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_265a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_275a.png b/35882-h/images/illpg_275a.png
new file mode 100644
index 0000000..92ee06f
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_275a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_275a_sml.png b/35882-h/images/illpg_275a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..575309d
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_275a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_295a.png b/35882-h/images/illpg_295a.png
new file mode 100644
index 0000000..d1fa024
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_295a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_295a_sml.png b/35882-h/images/illpg_295a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..df653e6
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_295a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_303a.png b/35882-h/images/illpg_303a.png
new file mode 100644
index 0000000..ce219b3
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_303a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_303a_sml.png b/35882-h/images/illpg_303a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..9c49a24
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_303a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_313a.png b/35882-h/images/illpg_313a.png
new file mode 100644
index 0000000..122591b
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_313a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_313a_sml.png b/35882-h/images/illpg_313a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..ba64e2d
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_313a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_323a.png b/35882-h/images/illpg_323a.png
new file mode 100644
index 0000000..a7e7cf5
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_323a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_323a_sml.png b/35882-h/images/illpg_323a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..796693f
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_323a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_333a.png b/35882-h/images/illpg_333a.png
new file mode 100644
index 0000000..eb72123
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_333a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_333a_sml.png b/35882-h/images/illpg_333a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..0e4e412
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_333a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_339a.png b/35882-h/images/illpg_339a.png
new file mode 100644
index 0000000..3f68201
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_339a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_339a_sml.png b/35882-h/images/illpg_339a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..5eeb2e7
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_339a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_347a.png b/35882-h/images/illpg_347a.png
new file mode 100644
index 0000000..bee64b6
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_347a.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_347a_sml.png b/35882-h/images/illpg_347a_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..ca65887
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_347a_sml.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_va.png b/35882-h/images/illpg_va.png
new file mode 100644
index 0000000..54ad0dd
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_va.png
Binary files differ
diff --git a/35882-h/images/illpg_va_sml.png b/35882-h/images/illpg_va_sml.png
new file mode 100644
index 0000000..7a53f92
--- /dev/null
+++ b/35882-h/images/illpg_va_sml.png
Binary files differ
diff --git a/LICENSE.txt b/LICENSE.txt
new file mode 100644
index 0000000..6312041
--- /dev/null
+++ b/LICENSE.txt
@@ -0,0 +1,11 @@
+This eBook, including all associated images, markup, improvements,
+metadata, and any other content or labor, has been confirmed to be
+in the PUBLIC DOMAIN IN THE UNITED STATES.
+
+Procedures for determining public domain status are described in
+the "Copyright How-To" at https://www.gutenberg.org.
+
+No investigation has been made concerning possible copyrights in
+jurisdictions other than the United States. Anyone seeking to utilize
+this eBook outside of the United States should confirm copyright
+status under the laws that apply to them.
diff --git a/README.md b/README.md
new file mode 100644
index 0000000..e96fdff
--- /dev/null
+++ b/README.md
@@ -0,0 +1,2 @@
+Project Gutenberg (https://www.gutenberg.org) public repository for
+eBook #35882 (https://www.gutenberg.org/ebooks/35882)